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*LA VIDA OCULTA Y LOS MISTERIOS DE LA CREACIÓN - (Los Egregores)*

Marta Parramon Elies*


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Traducido del Catalán al Español, publicado en el bloc, *Teosofía Rama Armonía*
:
Reunión grupal en la *Asociación de Amigos de la India*
de Barcelona, (Catalunya) España. 1987
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Este tema tiene una gran importancia no tan solo desde el ángulo científico sino
también desde el psicológico, pues un Egregor es una entidad cuyo núcleo de
substancia psíquica posee un centro de conciencia dévica.

En primer lugar, nos preguntamos,. ¿Qué son las fuerzas dévicas? Las fuerzas
dévicas son constructoras, reaccionan a cualquiera de los estados de conciencia
producidos por el ser humano, surgiendo del espacio dispuestos a construir sus
deseos y pensamientos. Con esto quiero dar a entender que los egregores son
creaciones típicamente humanas, construidas por los devas. Pero aunque todos
los egregores son formas psíquicas, no todas las formas psíquicas son egregores,
porque las hay que son naturales propias del plano astral.

El egregor es creado por el ser humano individualmente y también por el conjunto


de la humanidad, lo cual, determina su karma.

En general, la mayoría de seres humanos han oído hablar alguna vez sobre el
karma, pero casi siempre en forma negativa, o de castigo, produciendo crisis que
se ven obligados a enfrentar como algo impuesto al margen de su voluntad. Sin
embargo, el karma lo ha creado el yo personal a través del tiempo, es el fruto de
nuestras propias obras, buenas y malas, y por lo tanto, si es el ser humano quien
lo ha creado, es el ser humano quien debe trascenderlo o destruirlo, ya que se
trata de sí mismo, de sus estados de consciencia, que debe enfrentar cuando se le
da la oportunidad de reorientar positivamente su vida.
:
Al hablar del karma, debemos referirnos especialmente a los poderosos egregores
que a través de infinidad de tiempo han construido la cultura, las civilizaciones y la
historia de la humanidad. Sin embargo, han sido los hombres quienes les han
proporcionado sus pensamientos para que le dieran forma con su energía.

No pensemos que el karma humano es obra de la divinidad. Nosotros, la


humanidad, somos Su representación en el plano más denso y como tales (y por
analogía) tenemos un poder creador (aunque limitado) que utilizamos
generalmente de forma inconsciente.
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Sabemos que el cuarto reino de la naturaleza es el humano, el centro evolutivo de
la creación planetaria, el reino que desarrolla la autoconciencia y constituye el
Puente de unión entre Espíritu y materia, capaz de utilizar su mente creadora para
atraer del espacio a todos los egregores que ha construido a través del tiempo en
colaboración con las fuerzas dévicas. Esto es un hecho que podemos verificar al
observar a ciertos sectores humanos todavía con consciencia Lemuriana y aún en
mucha más cantidad con tendencia Atlante.
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Cada estado de conciencia que experimentamos hace que la evolución siga
adelante, en realidad mantienen en vital movimiento a la evolución planetaria. La
evolución exige movimiento y la consciencia planetaria que surge de cada
experiencia vivida por cualquiera de los reinos de la naturaleza, si no fuera así, no
existiríamos tal como conocemos actualmente la evolución, al menos, desde el
ángulo psicológico.
:
Por otra parte, no podemos concebir la vida, el karma, el amor ni la conciencia del
individuo sin contar con la creatividad.

Si somos parte de la voluntad de Dios, en la medida en que somos conscientes o


inconscientes de esa voluntad, estamos capacitados para crear. Lo que vayamos
creando será positivo o no, según los estados de conciencia que cultivamos en
nuestras relaciones sociales, familiares o profesionales.

La atracción que los seres humanos individualmente hemos sentido hacia el bien o
el mal ha creado poderosos egregores a través del tiempo. Uno de estos
egregores lo definimos esotéricamente como “el Guardián de las Sombras”, es el
Mal que impera en el mundo y en cada ser humano de forma más o menos
consciente. Por otra parte, y teniendo presente que vivimos y evolucionamos en la
dualidad, es lícito que también exista el Bien, constituyendo en sí mismo la
Entidad que conocemos con el nombre de “El Ángel de la Presencia”. De manera
que el balanceo entre uno y otro, tarde o temprano, deberá nivelarse, alcanzar la
armonía y establecer el equilibrio entre todas las tendencias humanas dirigidas al
bien. Cuando lleguemos a este nivel, se producirá un estado de consciencia
inimaginable para el mundo actual, porque Espíritu y materia se habrán unificado,
la dualidad habrá dejado de existir, y de esta unión nacerá una *Entidad superior
planetaria* que liberará de las fuerzas del materialismo al Logos y a todo ser que
viva y evolucione dentro de la Tierra.

Unas personas se sienten atraídas por el bien y otras por el mal y en esta
polaridad se debate la humanidad en medio de una nube de conflictos que vemos
por todas partes. La finalidad del reino humano consiste en situarse por encima de
este par de opuestos. Este es el camino que todo ser espiritual persigue. ¿Nos
preguntamos si algún día nos podremos liberar?

En el caso de una enfermedad, no estamos luchando con una simple energía que
trastorna alguno de nuestros cuerpos, sino que es un egregor, una entidad viviente
que hemos creado en esta o en otras encarnaciones con nuestros estados de
ánimo negativos. La causa puede haberse iniciado en la mente, aunque lo más
probable es que provenga del cuerpo de emociones y deseos y a menudo también
del cuerpo de energías, el etérico, Esta entidad es tan real y objetiva que cuando
comienza su trabajo acaba por materializarlo físicamente. El día en que la ciencia
médica se adentre en el mundo de las energías, hallará las causas y la forma de
detener y curar las enfermedades que por hoy cree que son incurables.

Es muy importante que los seres humanos reciban información sobre las energías
que circulan por su cuerpo y especialmente, cómo pueden curarse a sí mismos,
cómo evitar o detener una enfermedad tan sólo con cambiar su actitud y
especialmente, su orientación emocional.

Las personas hipocondríacas son mucho más propensas a contraer las


enfermedades que suponen que padecen, puesto que lo están visualizando
constantemente, facilitando a los devas la dirección y la energía que precisan para
construirla.

Una frase del Maestro D, K. que no me cansaré de repetirla, .. “La Energía sigue
al pensamiento y el ojo dirige la energía” Tened mucho cuidado con lo que
visualicéis, porque aquello que imagináis al pensar, los devas lo están
construyendo. La atención positiva constante es muy necesaria, no únicamente
para nosotros mismos, sino para el conjunto de los reinos y para cualquier evento
que ocurra en el mundo. Somos seres responsables y si pensamos en el bien
ajeno, demos a construir a los devas y a cada instante lo positivo que contribuye a
favorecer las necesidades el mundo.
:
Marta Parramon Elies

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