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MANUAL DE CANALIZACIÓN ENERGÉTICA

A TRAVÉS DE LA ASTROLOGÍA

Todos los seres humanos tenemos un cuerpo energético que nos conecta con la
matriz cuántica, esta unidad que decidió fragmentarse para experimentarse en
muchos fractales con configuraciones energéticas distintas.

La tierra es el gran teatro divino en dónde las almas encarnamos constantemente


en seres humanos con una personalidad, contexto y cualidades únicas. Es un
verdadero milagro existir y coincidir con almas afines. Si es que estás leyendo esto
estoy segura que eres un alma vieja que viene a hacer un servicio en la tierra.
Infinitas gracias por tu valentía, estamos juntos en esta misión de anclar la luz en la
tierra.

Así como nosotros, Gaia cambia constantemente al atravesar ciclos influenciados


por los movimientos planetarios. Cuando la unidad decidió fragmentarse, explotó
en millones de fragmentos que se convirtieron en planetas, así que estos contienen
la energía en distintos impulsos cósmicos que conocemos como arquetipos.

Posteriormente se empezó a asentar la vida en la tierra gracias a los cuatro


elementos y la química que empezó a darse entre ellos. Eones después aparecimos
los seres humanos. Somos la evolución de esa energía cósmica, por ello surgió la
astrología como herramienta de autoconocimiento. Existen muchas vertientes de
esta según el enfoque que quieras trabajar, en este manual trabajaremos desde la
astrología evolutiva, una visión que nos permite expandir nuestra conciencia y
hacernos responsables de las cosas que están en nuestros manos para potenciar
nuestras capacidades y crear un mundo armónico.

El primer paso es creer que es posible, cerrar los ojos y percibir las sensaciones de
ese pulso vital que fluye por nuestro cuerpo en todo momento, pero que en
ocasiones es difícil reconocerlo y alimentarlo. De la misma forma en que podemos
entrenar nuestro cuerpo físico para desarrollar músculos, es posible entrenar
nuestro cuerpo energético para despertar y desarrollar los dones de nuestra alma.

Todos los seres humanos somos capaces de canalizar mensajes de la matriz


cuántica, todos los días entramos en contacto con ella a través de los sueños y
cuando realizamos prácticas meditativas que nos elevan la vibración.

“Si quieres entender el universo, piensa en energía, vibración y frecuencia”


- Nikola Tesla

Y si, para entender esto recomiendo revisar las 7 leyes herméticas del Kybalión.
Antes que nada se trata de comprender las reglas del juego y saber jugarlas para
disfrutarlo y aprovecharlo al máximo, pero no se trata de ganar, se trata de recordar
quien eres y el poder infinito que reside en tu corazón. Así que por un lado sí,
consume toda la información que sientas que expande tu conciencia y te ayude a
comprender cómo funciona el universo, pero de nada sirve todo el conocimiento
sino lo transformas en sabiduría, cosa que solo puede hacerse al conectar con tu
corazón. Ese es tu mayor tesoro, tu piedra filosofal.

Una vez que comprendes esto no hay nada ni nadie que pueda frenar tu potencial,
construirás un camino desde el amor y atraerás personas afines para crear el cielo
en la tierra. Todas las enseñanzas místicas están para aplicarse aquí, en nuestro
viaje terrenal, mi propuesta es dejar de intentar “salir de la matrix” y empezar a
habitarla sin perder el contacto con la matriz cuántica.

La matrix y la matriz cuántica:

Me gusta mucho esta frase: “todos somos uno”, sin embargo, me cuesta trabajo
comprenderla a veces, pienso en algo muy abstracto, como visiones que he tenido
vaga o muy claramente sobre la realidad conectada desde la madre tierra. Pensaba
que esta frase se trataba de una sensación.
Pero me estoy dando cuenta de que no es así, algo nos conecta y es la realidad, así
de concreto. Somos seres que atraviesan esta experiencia humana, este ciclo de
destrucción, muerte y regeneración. Somos seres de viaje, con un inconsciente
colectivo que ha guardado las memorias de todos los seres que han pasado por
este juego, este portal de la realidad o matrix, fuente vital de experiencia llena del
sentido del aprendizaje:

Este mundo es una escuela infinita, un lugar con sus reglas, dimensiones,
necesidades, retos y oportunidades. Como el videojuego de los sims: tiene avatares
que van a vivir aventuras, a los cuales podemos vestir, dar un estilo e incluso una
personalidad. Estos avatares tienen un lugar en donde habitan, el cual, de igual
forma, podemos construir a nuestro antojo. Y una vez que tenemos estos dos
cosmos (cuerpo y casa) en orden, podemos salir al mundo, y para eso necesitamos
una labor que nos genere recursos materiales para seguir sosteniendo nuestra vida
y necesidades básicas.

Ahí comienza el juego. El objetivo es mantener el ciclo vivo, caminar entre


experiencias, entre otros seres con un mismo objetivo. Todo es energía, todo es
ciclo, es infinito. Solo esta realidad terrenal en donde estamos teniendo esta
experiencia humana está regida por las leyes causales del tiempo/espacio. Lo único
que sabemos de ella es que tarde o temprano terminará.

La única certeza de la vida es la impermanencia y quiero hacer énfasis en esto


porque pienso que hay que cuestionar constantemente esta creencia de que “la
única certeza de la vida es la muerte” porque no es su final, ni una conclusión a la
que llegamos después de vivir, sino más bien es parte de la misma cosa, según el
principio de correspondencia hermético: como es arriba es abajo, adentro afuera.

Vivimos en una realidad material (matrix) regida por polaridades. Llegamos


separados a esta vida, literalmente lo primero que tiene que pasar para salir al
mundo es que nos corten el cordón umbilical, nos separan de nuestra primera casa
que fue el vientre materno, para exponernos al mundo como individuos, seres que
en primera instancia dependerán de cuidados ajenos durante su desarrollo, pero
conforme van tomando consciencia de sí mismos, se van separando cada vez más
y construyendo ahora su propia realidad, dando orden al vehículo que lo separa de
los demás, que es el cuerpo, y buscando un sitio en donde ese cuerpo pueda
refugiarse durante sus momentos vulnerables.

Todos necesitamos eso, nos conecta, hay un mismo objetivo de cualquier ser
viviente que es el de prevalecer la vida o, en las peores condiciones, sobrevivir. Pero
ese es el único objetivo en realidad, tan concreto como eso. Somos seres vivos,
respiramos, comemos, tenemos cinco sentidos que nos permiten procesar la
información del exterior y es posible desarrollar todavía más.

El trabajo de autoconocimiento profundo, de búsqueda constante, revelaciones,


muertes y renacimientos, abre las puertas a un nuevo camino que comienza a
marcarse sobre la tierra que vamos caminando; la posibilidad hierofante, esa que ha
permitido a grandes maestros ascendidos adquirir dones aparentemente
imposibles para el ser humano, como la telepatía, la transmutación corporal o la
clarividencia.

Ese conocimiento está en la matriz cuántica, y por ello, solo es necesario darle al
cuerpo ciertas herramientas para desarrollarlo, o más bien, recordarlo. Esa red
cósmica de almas en donde habita el inconsciente colectivo pertenece a otra esfera
de la realidad, otra dimensión, bien conocida y estudiada, pues estamos conectadas
con ella a través de los sueños y el arte. Me refiero al mundo de las ideas, lo
abstracto, la poesía, eso que solo es, no tiene explicación ni lógica pues más bien
transita entre estados de la materia misma.
La meditación como llave del autoconocimiento

“La ciencia védica - la ciencia de la conciencia – estudia las leyes de la naturaleza, la


constitución del universo y su desarrollo. En la ciencia védica, ese océano de conciencia
pura se llama Atma, el Yo. Nos dice: <<Conoced vuestro Yo>>. Pero ¿cómo? No te conoces
mirándote al espejo No te conoces sentándote a charlar contigo mismo. Pero está ahí,
dentro, dentro, dentro.” 1

La meditación es una práctica que nos permite entrenar el enfoque de nuestra


atención. Al volverla parte de nuestra rutina, conectamos con un nuevo modelo de
mente, lo cual permite la evolución de la humanidad a partir de la conexión con el
campo cuántico de las infinitas posibilidades. Es un estado vibratorio del ser, lo que
se conoce como salto cuántico de la conciencia en la cual accedemos a la 4ta
Densidad o a la 5ta Dimensión, que son lo mismo: la vibración del amor.

Esto sucede a través de nuestro sistema límbico, que es una red que se modifica a
sí misma naturalmente por medio de la neuroplasticidad. La meditación permite
generar nuevos patrones neuronales, ya que expande nuestra conciencia. Permite
estar en un estado de presente absoluto en donde se suspende el tiempo, se baja
información de la matriz cuántica y nos alineamos energéticamente.

Hay muchos tipos de meditación pero, en general, consiste en llevar la atención al


momento presente por medio de nuestra respiración y abrir los sentidos para
conectar nuestro mundo interno con el externo. Es un ejercicio de voluntad para
expandir la conciencia. Genera un estado de calma en donde nos permitimos ser.

Se trata de aceptar lo que somos, nuestras circunstancias mediatas e inmediatas,


ponernos como observadores de nuestra realidad. En mi experiencia eso me ha
hecho sentir mucho más ligera, me genera calma, me ha ayudado a reconocer mi

1
Lynch, David. “Atrapa el pez dorado” Página 10.
tendencia mental por habitar el futuro desde el estrés y la frustración por lo que no
soy o no he logrado. Mis creencias limitantes, miedos, deseos, sentimientos y todo
eso que habita el inconsciente. Meditar es hacer consciente lo inconsciente.

Si quieres sentir y fortalecer tu contacto con la matriz cuántica, es indispensable


que tengas una práctica meditativa diaria. Mi recomendación es que generes ese
hábito con amor y paciencia, si nunca has meditado en tu vida, prueba con
meditaciones guiadas de 5 minutos y poco a poco ve buscando unas de mayor
duración. También prueba solo estar en silencio, cerrar tus ojos y lleva la atención a
tu respiración, es normal que aparezcan pensamientos e incluso malestares físicos,
ahí es donde empieza tu entrenamiento: no te reprimas, no te juzgues y no te
apegues a ningún pensamiento/sentimiento, simplemente observa todo lo que te va
sucediendo y regresa amorosamente la atención a tu respiración.

Para complementar este entrenamiento de auto-observación, recomiendo tener


también prácticas contemplativas y reflexivas diarias. Busca estar en contacto con
la naturaleza y observa, ella es la gran maestra. Observa como fluye el agua, como
se aviva el fuego, como se mueve el viento y como la tierra florece. Percibe sus
ciclos, su ritmo, su armonía, y recuerda que en ti habita eso que observas. Después
escribe, lleva un registro de tus experiencias de conexión y reconoce que detrás de
todo el miedo, angustia, tristeza y dolor que puedas experimentar a lo largo de tu
vida como ser humano, todo es y siempre ha sido amor. Registra las señales y
momentos en que lograste percibirlo.

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