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TEMA 20.

EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO. TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS


TEMPORALES. EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES. EXPLICACIÓN Y
COMPRENSIÓN EN LA HISTORIA.

1. INTRODUCCIÓN.

2. EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO.
2.1. El conocimiento científico y la historia.
2.2. Los rasgos definitorios del conocimiento histórico.
2.3. La estructura del conocimiento histórico.
2.4. La Historiografía.
A) Los primeros documentos históricos.
B) La Historiografía griega.
C) La Historiografía romana.
D) La Historiografía cristiana en la época medieval.
E) La Historiografía hasta el siglo XVIII.
F) Tendencias historiográficas en los siglos XIX y XX.

3. TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS TEMPORALES.


3.1. El tiempo histórico.
3.2. Las categorías temporales en la Historia.
A) El tiempo corto.
B) El tiempo medio.
C) El tiempo largo.
3.3. La periodización.

4. EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES.


4.1. Definición de fuentes.
4.2. Clasificación de fuentes.
4.3. Critica de fuentes.

5. EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN EN LA HISTORIA.


5.1. Interpretación y explicación.
5.2. Distintas explicaciones históricas.
5.3. Comprensión frente a explicación en el conocimiento histórico.

6. SINTESIS.

7. BIBLIOGRAFÍA.

8. SINOPSIS.
El paradigma positivista es recuperado en el siglo XX en la Nueva Historia Económica
que se desarrolló sobre todo en los Estados Unidos. Se esfuerza por elaborar teorías
que tengan un valor tanto explicativo como previsor y que permitan pues recuperar
una cierta cientificidad. Utilizando modelos basados en la teoría económica y técnicas
puramente cuantitativistas se ocupan de problemas de crecimiento económico. Frente
a esta historia econométrica, el estructuralismo de Lévi-Strauss ve imposible la
aplicación de modelos teóricos semejantes a los de las ciencias físicas a las ciencias
sociales y en particular a la Historia ya que ésta por propia naturaleza no es un
conjunto de estructuras estáticas sino una evolución, no reducible a un sistema simple
de relaciones formales.

Las últimas tendencias historiográficas apuntan a la importancia de la Historia como


narración, menos preocupada por la elaboración de modelos o el estudio de
estructuras que por transmitir de forma veraz la vide en cada momento histórico. Sus
principales autores son G. Duby y Ginzburg. En relación con esta tendencia se
produce en los últimos tempos un progresivo desencanto en cuanto a las grandes
teorías de la historia, como el neopositivismo o el marxismo y un creciente interés por
elaborar una historia de la vida cotidiana, con temas como las costumbres, la mujer, la
infancia, la vejez, los alimentos, etc., etc.

3. TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS TEMPORALES.

3.1. El tiempo histórico.

La naturaleza y definición del tiempo ha sido una de las cuestiones más debatidas y
controvertidas en la historia de la Filosofía. Algunos pensadores niegan la existencia
del tiempo. Así Aristóteles afirma que el tiempo es sólo la medida del movimiento
según un antes y un después; de la misma manera Leibniz definía el tiempo como la
sucesión continuada de los momentos.

Para otros autores el tiempo sí que existe en sí mismo. Newton afirma la existencia de
un tiempo absoluto, verdadero y matemático, “sin relación alguna con el exterior que
discurre uniformemente”; asimismo Descartes para quien el tiempo es un modo
inseparable de las cosas: su duración.
Actualmente estas dos posiciones se resumirían en la existencia de dos tipos de
"tiempos". El tiempo imaginario está compuesto por los momentos de antes, ahora y
después y es apreciado subjetivamente. El tiempo real que es la existencia
continuamente renovada del universo.

En cualquier caso lo que llamamos tiempo está muy vinculado a otros dos conceptos
que son esenciales en la explicación de la historia. Son los conceptos de duración y
sucesión. Los estados de conciencia se nos aparecen sucesivamente: duran y se
prolongan en una serie de instantes que se suceden. La duración solo se manifiesta
en tanto en cuanto está ocupada por estados de conciencia y la sucesión solo en la
sustitución de unos estados de conciencia por otros.

Al ser un hecho humano, o de tiempo imaginario, la duración tiene una medida muy
subjetiva y variable, por lo que para conseguir una medición del tiempo válida
universalmente ha sido necesario traducirlo a hechos externos a la actividad humana y
que además tuviesen un carácter cíclico y perfectamente previsible; se recurrió así a
los movimientos astrales del sol y la luna. Aunque los sistemas de cómputo temporal
históricamente conocidos han sido diversos, todos ellos se han basado en estos
movimientos astrales.

El cómputo fiable y universalizado del tiempo satisface una necesidad básica de los
hombres y las sociedades: situar los acontecimientos en el tiempo. La Historia es la
ciencia de los acontecimientos del pasado en el tiempo; requiere pues un instrumento
auxiliar que sitúe los hechos históricos y establezca su orden temporal a partir de los
datos de calendarios o estimaciones del tiempo que pueden variar unas de otras. Este
instrumento es la Cronología.

La ciencia histórica no se ocupa simplemente de la ubicación de determinados hechos


significativos en el tiempo, también estudia qué es lo que permanece y qué es lo que
cambia en el devenir de los hombres y las sociedades en el tiempo, así como que
hechos o situaciones se producen simultáneamente. Los fenómenos de sucesión y
simultaneidad permiten establecer relaciones de sincronía y diacronía, es decir, puede
comparar dos acontecimientos en un mismo momento histórico o bien estudiar como
ha cambiado y evolucionado una situación en el paso del tiempo. En cualquier caso el
tiempo histórico debe ser objetivo, continuo, cuantificable y mensurable.

3.2. Las categorías temporales en la Historia.


El trabajo histórico se centra en los hechos del pasado y analiza, entre otras cosas, la
duración de esos acontecimientos. Existe una gran variabilidad en la permanencia de
los hechos históricos. Por eso la medición del concepto de duración ha adoptado tres
escalas distintas, cuyo establecimiento debemos a Braudel. Estas escalas son las que
determinan el marco temporal en el que se produce un fenómeno histórico
determinado.

A) El tiempo corto.

La duración de los acontecimientos es muy breve en sí misma aunque pueda tener


repercusiones de más largo alcance o bien sea el testimonio puntual en el tiempo de
un fenómeno más profundo y de más larga duración.

Se ha discutido largamente sabre si el tiempo corto es un tiempo válido para el


historiador o bien si es el tiempo por excelencia del cronista o del periodista. Para
todos los científicos sociales, y entre ellos los historiadores, el tiempo corto es la
menos fiable de las duraciones. La historia no es simplemente un conjunto de
acontecimientos de corta duración, aunque su estudio puede arrastrarnos a
considerarla como tal en el progreso de los instrumentos y de los métodos de análisis
documental, o también por la propia abundancia y accesibilidad a esos datos. Así la
historia contemporánea usa mucho más del tiempo corto que el estudio de otros
períodos históricos. También influye en la utilización más abundante del tiempo corto
el hecho de estudiar preferentemente la historia política más que la historia económica
o la social.

B) El tiempo medio.

Se caracteriza por que es el marco más adecuado para explicar los fenómenos
económicos relacionados con los políticos y sociales que presentan unos rasgos
propios que los diferencian de otros períodos históricos. Si el tiempo corto
representaba la medida del individuo y de la vida cotidiana el tiempo medio caracteriza
a un pequeño número de generaciones y a las condiciones generales de vida en que
esas generaciones se desenvuelven.

El tiempo medio se puede identificar como coyuntura o ciclo, utilizados en historia


económica pero también en historia social o política. La coyuntura económica, la más
estudiada, supone la existencia de unos rasgos característicos, por ejemplo,
determinadas alzas y bajas en la producción y en los precios. La coyuntura económica
se caracteriza por la repetición de unas determinadas circunstancias a lo largo del
tiempo, es por ello por lo que podemos usar asimismo el término de ciclo. El cambio
de las circunstancias económicas no es azaroso, muestra una serie de regularidades,
de repeticiones que hacen posible su estudio e incluso la predicción de una situación a
partir de unas condiciones previas.

Para los siglos XIX y XX y en el marco de la economía industrial occidental se han


establecido un gran número de ciclos de muy distinta duración, desde fenómenos
cotidianos hasta movimientos estacionales o anuales y entre estos últimos algunos
duran unos pocos años y otros son de más amplitud temporal. El ciclo Kitchin es un
movimiento interanual de menos de 10 años de duración; el ciclo Juglar es la más
característica de las fluctuaciones económicas, dura entre 7 y 10 años y en él se
distinguen momentos de expansión, crisis, depresión y recuperación. El ciclo de
Kondratieff es un movimiento de unos 50 años de duración en el que se distinguen una
fase ascendente y otra descendente. La tendencia secular identifica unos siglos como
periodos de crecimiento global y otros como periodos de decadencia; se han estudiado
sobre todo en la Baja Edad Media y en la época Moderna.

C) El tiempo largo.

El tiempo largo es el marco más adecuado para el estudio de las estructuras Una
estructura ha sido definida como una organización, una coherencia, unas relaciones
suficientemente fijas entre realidades y masas. Estas construcciones sociales son muy
persistentes en el tiempo, de forma que reflejan una cierta idea de inalterabilidad
social; esto solo es cierto desde una visión subjetiva y limitada, de corto alcance.

Braudel explica la persistencia de las estructuras mediante una serie de limitaciones:


una limitación geográfica y biológica; una limitación mental, pues las mentalidades
individuales o sociales son uno de los factores mas persistentes en el devenir
histórico; y por último, una limitación científica que está relaccionada con la
persistencia de los paradigmas imperantes, así la larga duración de las concepciones
científicas de Aristóteles, Newton y ahora Einstein.

También en Historia podemos identificar algunos de estos fenómenos de tiempo largo;


por ejemplo la permanencia desde la Baja Edad Media de un sistema económico que
por encima de todas sus evoluciones podemos caracterizar como de capitalismo
comercial de carácter privado.

Sin embargo, aunque den la sensación de inalterabilidad, tampoco las estructuras son
inmutables y eternas. En realidad el movimiento y el cambio son consustanciales a
ellas; las estructuras cambian y evolucionan cuando la velocidad de ese movimiento
se acelera, cuando su desequilibrio esencial se pone de manifiesto más vivamente,
por ejemplo en la transformación del capitalismo del Antiguo Régimen en el
capitalismo Industrial del siglo XIX.

3.3. La periodización.

El estudio del pasado requiere la situación de los fenómenos o acontecimientos que


queremos estudiar en un determinado periodo temporal, que le sirva de marco y que lo
diferencie de otros acontecimientos y fenómenos producidos en otros periodos
temporales. Esta división del pasado en periodos ha sido una cuestión muy polémica
en Historiografía, debido a que cada historiador, o cada historiografía, está influido por
sus preconcepciones sobre el pasado, que no tienen por que ser iguales a las
opiniones de otros historiadores.

Podemos distinguir dos grandes grupos de periodizaciones: las convencionales son


construcciones simples mediante las que el historiador sitúa y estudia un
acontecimiento concreto del pasado, es decir, no tienen valor en si mismas.

Las periodizaciones objetivas son aquellas que establece el historiador diferenciando


distintas situaciones en el proceso histórico. En este sentido sí influyen las opiniones
previas que el investigador tenga sabre el pasado y sobre los métodos de estudiarlo.

Topolsky distingue tres tipos de periodizaciones objetivas:

a) Periodizaciones cíclicas; se pueden referir tanto a largos períodos como a cortos


siempre que se puedan establecer una serie de fluctuaciones de carácter repetitivo
bien a nivel económico, social o político, que sirvan como base para la periodización.
Pueden ser válidas para cortos períodos temporales pero son demasiado reductoras
en el estudio de largos momentos históricos.
b) Periodizaciones direccionales, son aquellas que imaginan un límite, un final, al que
se acerca necesariamente la historia humana, tal es el caso del Juicio Final en la
historiografía cristiana. Pero también son direccionales aquellas periodizaciones que
se basan en la tendencia uniforme y universal hacia un determinado punto, por
ejemplo, la visión sobre un progreso constante en la historia de la historiografía
ilustrada del siglo XVIII. En general las periodizaciones direccionales están más
apoyadas en la ideología del investigador que en los hechos reales y por tanto tienen
muy poca validez.

c) Las periodizaciones irregulares utilizan para separar distintas etapas hechos


históricos específicos. Por supuesto que la elección de esos hechos es siempre muy
discutible. Se pueden utilizar distintos factores a la hora de escoger esos puntos de
división, factores políticos que predominaban más anteriormente y desde la
perspectiva del marxismo se prefieren los factores económicos. Se ha discutido
también que el hecho de elegir un acontecimiento concreto divide artificialmente
determinados procesos transicionales, por ejemplo, tomar la caída de Roma en el 476
d. de C. supone cortar la visión de un largo período de decadencia existente desde
finales del siglo II.

4. EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES.

4.1. Definición de fuentes.

Según la definición de Marrou una fuente es "todo aquello que en la herencia del
pasado puede interpretarse como un indicio revelador por algún concepto de la
presencia, de la actividad, de los sentimientos y el modo de pensar del hombre que
nos precede". Para Bernheim las fuentes históricas son "resultados de la actividad
humana que por diversas circunstancias son particularmente adecuados para informar
sobre hechos históricos y para comprobarlos".

Así pues se distinguen dos vertientes en estas definiciones del concepto de fuente; por
un lado son restos o resultados de la existencia humana y de una manera más
reductora, son restos que facilitan el proceso cognoscitivo de reconstrucción del
pasado histórico.
Las fuentes no tienen por que ser exclusivamente materiales tales como documentos
escritos o restos arqueológicos o biológicos. También la memoria tanto individual
como colectiva puede integrarse en el concepto de fuente; por ejemplo, según la
definición de Ríu, entendemos por fuentes históricas todos aquellos instrumentos,
escritos, objetos, restos y testimonios directos o indirectos que utilizamos para conocer
los tiempos pasados y escribir su historia.

Topolsky añade otro matiz al considerar como fuente no solo la información obtenida
de un determinado documento sino también el documento en sí.

La heurística o ciencia que se encarga del estudio de las fuentes históricas distingue
asimismo entre fuentes en potencia, el objeto o testimonio "en bruto", y fuentes
efectivas, aquellas que han sido investigadas y de las que se ha extraído ya la
información.

El concepto actual de fuente por razones que hemos expuesto anteriormente debe
mucho a la tradición positivista sobre todo en lo que se refiere a su tratamiento crítico.
Sin embargo el concepto actual es mucho más amplio que el que propugnaban los
positivistas. Frente a estos que solo tenían en cuenta los documentos de archivo, ya L.
Fèbvre apostaba por la consideración como fuentes de todos los textos y no solo de
los textos sino de los restos materiales, biológicos culturales, etc., etc.

4.2. Clasificación de las fuentes.

La cuestión de la clasificación de las fuentes es tan polémica como su definición. Ya


en la Historiografía de los siglos XVI y XVII comienza a existir una preocupación por
organizar el conjunto de fuentes que se utilizaban para estudiar el pasado;
encontramos esa preocupación en Bodin y sobre todo en Mabillion; este último
distinguía entre fuentes auténticas y falsas dado su interés en la critica documental.

Hasta el siglo XIX no se intenta la realización de clasificaciones sistemáticas y


completas de las fuentes históricas. Lewelel a principios de siglo divide las fuentes en:

1. Tradición o relaciones orales.


2. Fuentes no escritas.
3. Fuentes escritas.
Posteriormente Droysen distingue de forma similar entre:

1. Monumentos o restos procedentes de obras realizadas en eI pasado con la


intención de perdurar, pero no con la intención explícita de dar testimonio
histórico.
2. Restos son los vestigios materiales, incluyendo los escritos, que nos
transmiten información sabre los hombres y los acontecimientos siempre
que no hayan sido realizados con el propósito explícito de servir de
informaciones de tales hechos u hombres.
3. Por último, las fuentes en sentido estricto serían aquellos restos del pasado
en los que existe una intencionalidad de informar sobre él a las
generaciones posteriores.

Siguiendo la misma idea de calificar las fuentes según la intencionalidad explicita de la


información que contienen, Bernheim, perteneciente a la escuela positivista alemana
distingue entre "restos" o huellas no intencionales de un tiempo pasado y "tradiciones"
que tienen una intención de servir al futuro conocimiento histórico de los hechos del
pasado.

La clasificación de Bauer parte de la crítica a Bernheim. Bauer intenta ampliar el


concepto de fuente y para ello va a distinguir entre fuentes de la historia en sentido
amplio y fuentes históricas en sentido estricto. En las primeras agrupa a los hechos y
realidades históricas y sus exteriorizaciones en objetos, escritura, etc., etc... Las
fuentes en sentido estricto se dividen en tres categorías atendiendo a su modo de
trasmisión. Tenemos así fuentes de trasmisión oral, fuentes de trasmisión escrita o
impresa y fuentes de trasmisión por medio de representaciones plásticas (fotograffa,
cine...). Las dos últimas categorías pueden dividirse casuísticamente según hagan
referencia a los distintos campos de la vida.

Entre los intentos más actuales de clasificación podemos destacar el de G. Fasoli que
combina criterios clasificatorios debidos a la presencia o no de factores voluntaristas
en los testimonios y criterios debidos a la forma de presentación de esos testimonios.
Diferencia pues entre fuentes intencionales a las que considera testimonios históricos
en sentido propio, de las fuentes no intencionales o restos. Entre las primeras hay que
determinar si son fuentes directas o debidas a la tradición oral o bien si son fuentes
escritas bien narrativas bien documentales. Los restos pueden ser producto del trabajo
humano; restos lingüísticos que se reflejan en la toponimia y en la onomástica;
tradiciones religiosas y populares y por último restos escritos científicos o literarios que
reflejan indirectamente el ambiente histórico y cultural en el que se han gestado.

Un último intento clasificatorio de carácter globalizador y sintético es el de Topolsky


que distingue tanto entre fuentes directas e indirectas como entre fuentes escritas y no
escritas. Las fuentes directas son aquellas en las que no hay intermediario entre el
hecho informado y el historiador; en la indirecta se da la presencia de un informador
entre el hecho y el historiador y por lo tanto plantea el problema de su credibilidad. La
división entre fuentes escritas y no escritas pretende poner de manifiesto la
importancia que las primeras tienen para los historiadores. De cualquier forma
Topolsky afirma que el propio historiador interviene en la clasificación de una fuente,
según sea el objeto de su estudio; así una esquela funeraria puede ser una fuente
escrita según se atienda a la inscripción o no escrita si se atiende al resto material en
sí mismo.

4.3. Critica de fuentes.

El use de fuentes para reconstruir el pasado, para hacer la Historia requiere un


criticismo necesario en el sentido de no dar por buena sin comprobación cualquier
información procedente de una fuente histórica.

La escuela positivista, por su dependencia de la fuente escrita o documental fue la


primera en desarrollar técnicas de critica de fuentes. Una de sus tesis principales es
que un solo documento no basta para establecer un hecho histórico; el historiador
debe rechazar el testimonio aislado, solo una repetición frecuente de la información en
distintos testimonios concede a estos la credibilidad suficiente como para considerar
que ofrecen una información objetiva.

Pero por supuesto esta garantía cuantitativa carece totalmente de validez si no se ha


comprobado previamente que tales testimonios son válidos y fidedignos. En esta
segunda labor interviene el análisis crítico que estudiara la credibilidad del testimonio
en dos vertientes la autenticidad de las frentes y la fiabilidad de su autor (si existe).

A) Autenticidad.
Un documento puede ser auténtico o no serlo en cuatro sentidos. En primer lugar
respecto a la fecha y lugar en el que se ha escrito, se diría que es un documento
autentico en cuanto a su localización espacio-temporal. La autenticidad también debe
medirse por la información contenida, puede ser autentico para el estudio de ciertos
hechos y falso para el estudio de otros. Por ultimo en un sentido estricto un testimonio
para ser considerado autentico debe presentar unas características externas que no
difieran demasiado respecto a otros de su misma época; asimismo su información no
debe ser demasiado discordante respecto a la que ofrezcan otras fuentes. También
hay que considerar el hecho de que el documento sea original o bien una copia o
transcripción aunque esto ultimo no es determinante pues un testimonio puede ser
original pero falso en cualquier sentido y también puede ser una copia pero con un
contenido calificable de autentico.

B) Fiabilidad.

Si la autenticidad se centra en el análisis del documento, la fiabilidad es un concepto


que se restringe a la valoración del informante autor del testimonio. Su fiabilidad puede
ser cuestionada en dos sentidos: en primer lugar por la relación entre los hechos y el
mensaje que sobre ellos elabora el informante; esta relación puede estar distorsionada
por los medios al alcance del historiador, por su formación cultural y por la cantidad y
fiabilidad de información que utilice. Si se determina que el informante no es fiable por
estas razones la falta de fiabilidad es ajena al informante, no puede acceder a la
verdad de los hechos.

En segundo lugar la fiabilidad puede verse alterada por la propia visión, personal de
los hechos que tenga el informante, visión que se reflejara en su mensaje. Es decir
existe una intencionalidad debida a una diversidad de intereses, de orden personal,
social, político. Estaríamos en el caso de un informante que no quiere transmitir la
verdad objetiva sino su visión subjetiva de los hechos.

5. EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN EN LA HISTORIA.

5.1. Interpretación y explicación.

Para Carr el objetivo último de la investigación histórica consiste en interpretar los


procesos y los hechos que tienen lugar en las sociedades humanas. Interpretar
significa adoptar una visión sobre los hechos desde distintas perspectivas, así
podemos distinguir entre historia política, social, etc., etc...

Otros autores al contrario ven en la interpretación solo un momento más de la


investigación histórica, en el que utilizando hipótesis y un razonamiento constructivo se
describen hechos que hasta ese momento nos eran desconocidos. Pero
posteriormente y de forma necesaria se requiere una explicación que relacione unos
hechos con otros en un razonamiento de causa y consecuencia.

5.2. Distintas explicaciones históricas.

Una vez admitida la necesidad de explicación que requiere la Historia, hay que
determinar que existen diversas de explicar y no tiene por que ser válida
exclusivamente una de ellas. Estas formas de explicación son entre otras:
• Descriptiva: en su sentido más restringido, la forma descriptiva es la explicación
que renuncia a señalar las causas, limitándose a explicar los hechos y sucesos por su
propia exposición.

• Genética: consiste en señalar los sucesivos momentos de desarrollo y génesis


de un determinado hecho histórico. Es decir, se trataría de una descripción de
sucesivos momentos que se comportarían como "causas" explicativas de los
momentos posteriores. Se rechaza de nuevo la explicación causal en la historia.

• Estructural o funcional: específicamente señala las funciones de un elemento


dentro de un todo concreto; aplicada al conocimiento histórico trata de determinar el
papel de hechos y procesos dentro de estructuras mas amplias.

• Definitoria: que puede ser bien nominal, es decir, establecer el significado de


un término concreto a partir de la definición de un término genérico que ya es
conocido. O bien puede ser una definición real, tratando de caracterizar un hecho o
proceso determinado, sin apoyarse para ello en la definición del hecho genérico.

• Causal: consiste en el establecimiento de una cadena de hechos y procesos


unidos entre si mediante relaciones de causa-efecto: Es considerada la explicación en
sentido estricto, la que es mes capaz de acercar el conocimiento histórico al estudio de
leyes científicas.
5.3. Comprensión frente a explicación en el conocimiento histórico.

Actualmente existe un debate abierto en historiografía que enfrenta a dos


concepciones radicalmente diferenciadas. Tenemos una larga tradición de considerar
a la explicación en la historia como el objetivo final de toda investigación y esta
explicación es externa al investigador, se apoya en los propios hechos que intenta
explicar y en un razonamiento lógico.

Otro grupo de historiadores reivindican el papel de la intuición frente a la pura


explicación externa de los hechos. Para ellos es necesario comprender los hechos y a
la gente que los hizo posibles. Y para comprender establecen el procedimiento de la
empatía, es decir, el acercamiento personal a las razones humanas que están detrás
de un determinado hecho. Y la empatía es así la única posible forma de explicación
cuando tratamos con hechos y actores humanos.

Los partidarios de la explicación empirista o externa niegan a la empatía cualquier


valor cognoscitivo fuera de su utilización para formular hipótesis, lo que se
denominaría intuición en la investigación.

Aún considerando la importancia creciente de una tendencia intuicionista en


historiografía parece indudable que la experiencia interna del investigador no puede
alcanzar ni cuantitativa ni cualitativamente los objetivos que alcanza la pura
explicación causal. El papel de la intuición queda así limitado a la posible formulación
de hipótesis o a la interpretación de hechos cuando faltan elementos que hagan
imposible la aplicación de una explicación empírica que garantice su cientificidad.

6. SÍNTESIS.

A lo largo de este tema hemos estudiado cuáles son las características esenciales que
definen el conocimiento histórico, hacienda especial mención a su discutido estatuto
como conocimiento científico. Hemos estudiado asimismo su estructura tanto a nivel
conceptual como explicativo y hemos aclarado el papel que representa el
acontecimiento histórico para las diversas escuelas.
Un repaso sintético de las diversas posturas historiográficas en el tiempo nos ha
mostrado cuales han sido las distintas formas de entender y narrar la Historia desde su
nacimiento hasta nuestros días.

Como ciencia del tiempo pasado, se han mostrado las principales cuestiones que
tienen que ver con la temporalización y con la periodización de los hechos históricos y
se han expuesto cuales son los marcos temporales utilizados en la Historia y cuales
los criterios que justifican las periodizaciones. Por último se ha estudiado la
problemática que presentan las fuentes históricas así como cual es el papel de la
explicación empírica en el conocimiento histórico.

7. BIBLIOGRAFÍA.

- FÈBVRE, L, Combates por la Historia. ED. ARIEL, S.A., 1975. BARCELONA. Una
reflexión general sabre la ciencia historia.
- BRAUDEL, B., La Historia y las Ciencias Sociales. ED. ALIANZA, S.A., 1974.
MADRID.
Preocupado por la unidad de las ciencias cuyo objeto de estudio es el hombre, el autor
establece los principios para una fructífera colaboración entre los investigadores
dedicados a las ciencias sociales.
- SUAREZ FERNANDEZ, L., Grandes interpretaciones de la Historia. ED. EUNSA,
S.A., 1976. PAMPLONA.
Breve repaso de las distintas concepciones de la historia que se han sucedido desde
la Grecia Clásica a nuestros días.
- VILAR, P., Iniciación al vocabulario del análisis histórico. ED. CRITICA, S.A., 1980.
BARCELONA.
Introducción al corpus conceptual más utilizado actualmente en la investigación
histórica, esencial para la reconstrucción precisa de los hechos y procesos del pasado.
- TOPCLSKY, J., Metodología de la Historia. ED. CATEDRA, S.A., 1982. MADRID.
Exposición de las técnicas y métodos de investigación histórica. Estudia también los
problemas en el trabajo con fuentes y lógica de la historia como narración.
- FONTANA, J., Historia: análisis del pasado y proyecto social. ED. CRITICA, S.A.,
1982. BARCELONA.
Estudio sobre la evolución de la Teoría de la Historia desde los orígenes a nuestros
días.
- PAGES, P., Introducción a la historia. Epistemología, teoría y problemas de método
en los estudios históricos. ED. BARCANOVA, S.A., 1983. BARCELONA.
Aproximación a la idea de historia como problema, como objeto de polémica entre las
distintas tendencias ideológicas.
- CARDOSO, C.F.S. y BRIGNOLI, H., Los métodos de la historia. ED. CRITICA, S.A.,
1986. BARCELONA.
Presentación del estado actual de la metodología histórica más avanzada en historia
económica, demográfica y social.
- CARR, E.H., ¿Qué es la Historia?. ED. SEIX BARRAL, S.A., 1987. BARCELONA.
Meditación sobre el objeto, finalidad y el método de la historia, tanto desde el punto de
vista de la investigación como de los hechos investigados.
- LOZANO, J., El discurso histórico. ED. ALIANZA, S.A., 1987. MADRID.
Estudia la narración histórica desde un punto de vista semiótico, para establecer en lo
posible las diferencias entre un discurso histórico y otro que no lo sea.
- ARIES, P., El tiempo de la historia. ED. PAIDÓS, S.A., 1988. BUENOS AIRES.
Concepción de la Historia como un dialogo entre el presente y pasado, abandonando
la indiferencia ante los hechos de la tradición positivista.
- LE GOFF, J., Pensar la Historia. ED. PAIDÓS, S.A., 1991. BARCELONA.
Defiende la existencia de historias especializadas pero también apuesta por la historia
narrativa qua se ocupe de las ideas, mentalidades, símbolos...

8. SINOPSIS.

EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO

* El conocimiento científico y la Historia.


- Interpretación ontológica y epistemológica del hecho histórico.
- Características del conocimiento científico.
- La Historia como conocimiento científico.

* Los rasgos definitorios del conocimiento histórico.


- Aproximación indirecta al objeto de estudio.
- Conocimiento limitado por la existencia de fuentes históricas.
- Uso de un procedimiento cognoscitivo inverso, se parte de los hechos para
conocer las causes.
* La estructura del conocimiento histórico.
- La Historia como conocimiento sinóptico en el esquema de Phoenix.
- Las estructuras de Hirst:
+ El nivel de los conceptos.
+ El nivel de las explicaciones.
+ El nivel de los procedimientos.
- El nivel conceptual:
+ Ausencia de jerarquización en los conceptos históricos.
+ El relativismo histórico; la indefinición conceptual.
- El nivel de las explicaciones:
+ La explicación de una realidad global e interconectada.
+ La explicación multicausal.
+ La explicación teleológica Intencional.
+ El papel de la explicación en las diversas tendencias historiográficas.
+ Los procesos de cambio.
- La Historiografía.
+ Los primeros documentos históricos.
+ La historiografía griega. Heredoto y Tucídides.
+ La historiografía romana.
+ La historiografía cristiana en la época medieval.
+ La historiografía hasta el siglo XVIII: historia antropocéntrica; critica de
fuentes e historia científica.
+ Tendencias historiográficas en los siglos XIX y XX: positivismo,
historicismo, historia marxista, la escuela de los Annales, nueva historia
económica, estructuralismo...

TIEMPO HISTÓRICO Y CATEGORÍAS TEMPORALES.

* El tiempo histórico.
- Naturaleza y definición de tiempo.
- Los conceptos de duración y sucesión.
- La Cronología y el tiempo objetivo.

* Las categorías temporales en la Historia.


- El tiempo corto: la duración de los acontecimientos.
- El tiempo medio: los conceptos de coyuntura o ciclo económico.
- El tiempo largo: la persistencia de las estructuras.

* La periodización.
- Periodizaciones convencionales y objetivas.
- Tres tipos de periodizaciones objetivas:
+ Periodizaciones cíclicas.
+ Periodizaciones direccionales.
+ Periodizaciones irregulares.

EL HISTORIADOR Y LAS FUENTES.

* Definición de fuentes.

* Clasificación de las fuentes.


- Dos clasificaciones actuales: Fasoli y Topolsky.
- Las clasificaciones de Bernheim y Bauer.
- Clasificación de Droysen.
- Clasificación de Lewelel.
- Primeros intentos clasificatorios.

* Critica de fuentes.
- La autenticidad de las fuentes.
- La fiabilidad del informante.

EXPLICACIÓN Y COMPRENSIÓN EN LA HISTORIA.

* Interpretación y explicación.

* Distintos tipos de explicación:


- Descriptiva.
- Genética.
- Estructural.
- Definitoria.
- Causal.

* Comprensión frente a explicación en el conocimiento histórico.

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