Está en la página 1de 9

SUSCRÍBETE

Cultura
LIBROS · ARTE · CINE · MÚSICA · TEATRO · DANZA · HISTORIA · ARQUITECTURA · CÓMIC · VIDEOJUEGOS · TOROS · BABELIA · ÚLTIMAS NO

ESCRITORES >

Muere Fernando Sánchez Dragó a los 86 años, el


escritor de la televisión y la polémica
El novelista y periodista, autor de más de 40 títulos y ganador de diversos
premios, entre ellos el Nacional de Literatura, ha fallecido de un infarto, según
fuentes de su entorno

Fernando Sánchez Dragó, en Madrid en 2011.


PABLO BLÁZQUEZ DOMÍNGUEZ (GETTY IMAGES)

SERGIO C. FANJUL | MIGUEL GONZÁLEZ


Madrid - 10 abr 2023 - 12:00
Actualizado: 10 ABR 2023 - 14:29 CEST
229

Con las gafas de leer sobre la punta de la nariz, apostado tras un atril de madera y
hablando a la cámara con densidad, enjundia y cierta pedantería en alguno de sus
programas televisivos sobre literatura. O en la tribuna de invitados del Congreso,
presenciando con orgullo el espectáculo que él mismo había propiciado: su amigo, el
ex comunista Ramón Tamames, encabezando la moción de censura de la
ultraderecha. Son algunas de las imágenes icónicas de Fernando Sánchez Dragó, un
escritor que será recordado no tanto por su producción literaria como por todo lo que
la rodeó, incluidas sus continuas boutades.

El escritor, periodista, divulgador, hombre público, místico, presunto sátiro y amante


de los gatos ha muerto de un infarto este lunes a los 86 años en su casa de Castilfrío de
la Sierra (Soria), el lugar en el que desde hace un par de decenios buscaba cierto retiro
del mundo y el encuentro con sus raíces. Y donde, en el momento de su muerte, se
encontraba con su actual pareja, Emma Nogueiro. Autor de más de 40 títulos, cultivó
la novela, el ensayo y las memorias. Su libro Gárgoris y Habidis. Una Historia mágica
de España (Hiperión) obtuvo el Premio Nacional de Ensayo de 1979.

El gato Nano me da los buenos días. Él sabe


que en la cabeza está el secreto de casi todo.
pic.twitter.com/n0ZsbENS55

— Fernando Sánchez Dragó


(@F_Sanchez_Drago) April 10, 2023

Gárgoris y Habidis, publicado con mucho bombo en 1978, quiso ser uno de los grandes
libros teóricos sobre la historia de España, a la altura de Américo Castro o Sánchez
Albornoz, esta vez por la faceta de lo mítico, esotérico y mágico, en busca de una raíz
de lo ibérico en el inconsciente colectivo y los arquetipos de Carl G. Jung, uno de sus
pensadores de cabecera. Una obra monumental, en cuatro volúmenes, plagada de
citas y referencias, muchas de ellas personales, que, a pesar del tema y la extensión,
obtuvo buenas ventas, aunque no tanto el beneplácito de los historiadores.

El libro no estuvo exento de polémica. En su dura crítica, la escritora Carmen Martín


Gaite observaba que a Dragó “no le importa ser llamado carca, se declara abyecto y
rematado agnóstico y nos informa a cada paso de las variaciones de su brillante ego,
de sus regüeldos, de sus múltiples viajes, de su desprecio por esto o lo otro, de sus
asuntos de cama, incluidos los onanismos sin eyaculación –de algunos de los cuales
debe de ser hijo este libro–, de que opta orgullosamente por la marginación y de que
no le urge encontrar lectores”.

En el campo de la novela, alguno de sus títulos más sonados fueron El camino del
corazón (finalista del Premio Planeta en 1990), o La prueba del laberinto (premio
Planeta en 1992). Otros reseñables son Carta de Jesús al Papá (Planeta, 2001), El
sendero de la mano izquierda (Planeta, 2002) o Y si habla mal de España... es español
(Planeta, 2008). “Sus libros nunca acabaron de cuajar”, dice el escritor Luis Antonio de
Villena, “enseguida se impuso el personaje, que en sus comienzos era de carácter
libertario y no comunista, como muchas veces se piensa. Tomó el cauce de los
programas televisivos, que eran estupendos, pero se estropeó cuando se impuso su
yoísmo. El gran problema de Fernando fue siempre su necesidad de figurar a toda
costa, de ser mediático, ya fuera presumiendo de fumar marihuana o yéndose a Vox”.

Ese libertarismo se dio en su juventud, a finales de los cincuenta y comienzos de los


sesenta, cuando Sánchez Dragó militó también en el antifranquismo, lo que le llevó a
sufrir 17 meses de cárcel (donde conoció a Tamames) y siete años de exilio, aunque
después, durante buena parte de su vida, siguió reivindicando el anarquismo
individualista y cuestiones como la legalización de las drogas (la misma que defendía
su amigo Antonio Escohotado, fallecido en 2021). Estaba interesado más en las
sustancias psicodélicas o enteogénicas, por su vertiente espiritual, que en las
excitantes. Esa faceta espiritual, muy propia de la contracultura, también se reflejó en
su gusto por lo oriental, sobre todo por la cultura japonesa, país en el que vivió, y por
el misticismo y el esoterismo en general (El camino del corazón trata, precisamente,
de un viaje iniciático a Oriente en pos de la sabiduría). En su refugio soriano dirigía los
Encuentros eleusinos, en referencia a los ritos iniciáticos celebrados en la antigua
Grecia, unos eventos destinados a abundar en este tipo de cuestiones, y que
consideraba la gran obra de su vida.
Fernando Sánchez Dragó, durante una entrevista a un grupo de niños en Cabañeros
(Ciudad Real) en 2006.

Tal vez su faceta televisiva fuera la más exitosa y popular: ganó el Premio Ondas con El
mundo por montera y el Premio Nacional de Fomento de la Lectura con Negro sobre
blanco (donde llegó a entrevistar, en 2001, al entonces presidente Aznar, que se reveló
como buen lector de poesía). “Dragó era un tipo con muchas aristas, un poco extraño,
pero con un gran talento. Y la cámara le quería”, dice el periodista Javier González
Ferrari, que fue director general de Radiotelevisión Española en tiempos de Negro
sobre blanco, “su pedantería era soportable, porque estaba basada en la sabiduría. Ya
no se hacen programas como aquellos”.

En uno de los episodios de El mundo por montera el dramaturgo Fernando Arrabal se


encaramó a la mesa como afectado por la bebida (cosa que el propio Arrabal negó) y
dejó para la posteridad la frase:
Fernando Sánchez“El milenarismo
Dragó, va aa un
durante una entrevista llegar”. A loenque
grupo de niños Dragó
Cabañeros (Ciudad Real) en 2006.
CARLOS DE ANDRES (COVER/GETTY IMAGES)
amonestaba: “Fernando, no te sientes en la mesa, que si no la sujeta Campillo se
vence”. Por sus programas pasó la plana mayor de la literatura en castellano: son
recordados algunos de sus episodios, como el de Francisco Umbral, el de Leopoldo
María Panero, fumando y bebiendo Coca Cola con ansiedad, el Gustavo Bueno en
debate con Santiago Carrillo o el recital del poeta ácrata Jesús Lizano). Ahí se
encontraba el espacio y tiempo necesarios para charlar de literatura con una
profundidad y erudición nada común en el medio televisivo.

“Fue un personaje muy singular, al que le gustaba llevar la contraria y decir cosas
chocantes. Viene bien que haya gente así y siempre le he considerado un tesoro
nacional”, declaró su amigo el filósofo Fernando Savater a Televisión Española. Ese
carácter polémico rodeó y engulló su actividad, y el escritor parecía alimentarlo de
forma vehemente, ya fuera posando desnudo en una entrevista para El Mundo, en
2009, o vistiendo aquella camiseta negra donde se leía Droga Dragó. Uno de sus
episodios más controvertidos se dio tras la publicación de su novela Dios los cría… y
ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción… (Planeta).

Siempre fanfarrón en cuanto a lo sexual, procedente de una época en la que ese


fanfarroneo era muestra de virilidad, en el citado libro el autor afirmaba haber tenido
relaciones sexuales con dos “lolitas” de 13 años en Tokio. Causaron gran revuelo
algunos pasajes: hablaba de encontrarse “con unas lolitas de esas ―ahora hay
muchas― que visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones,
minifalda”. En las mismas páginas se leía también que “las muy putas se pusieron a
turnarse” y “las delincuentes eran ellas y no yo”. El escritor trató de justificarse
tildando ese episodio de “anécdota trivial convertida en literatura”, si bien en la novela
presumía de que el delito ya había prescrito.

Fernando me enseñó que quien escoge el camino del


corazón nunca se equivoca. Después de una vida de
novela, su corazón ha dejado de latir, y quienes
admiramos la obra de su pluma afilada lloramos su
pérdida.

Ruge desde el cielo, lobo feroz. Vivirás siempre en


nuestra memoria. https://t.co/2QCZ9nQpeQ
pic.twitter.com/D2ieVSmmeE

— Juan García-Gallardo (@juan_ggallardo) April 10,


2023

Sánchez Dragó aseguraba que él nunca fue del Partido Comunista de España (PCE)
sino que estuvo en el PCE: como tantos, se afilió durante el franquismo cuando el
Partido era el único instrumento existente para luchar contra la dictadura. En la
misma lógica, ahora, Sánchez Dragó no estaba en Vox –no consta que tuviera carné
del partido ultra— pero sí era de Vox. Tan importante era en la formación que
consiguió que su líder, Santiago Abascal, presentara a Tamames como candidato de su
moción.

Donde sí estaba Sánchez Dragó era en el patronato de la Fundación Disenso, presidida


por el propio Abascal y creada con el objetivo de actuar de cabeza de puente para el
desembarco de Vox en América Latina y, por último, pero no menos importante,
cobrar las subvenciones públicas que corresponden a las fundaciones ligadas a
partidos políticos en función de sus votos y escaños. Consejero personal de Abascal,
Sánchez Dragó ha sido el intelectual de mayor prestigio detrás del partido, al que ha
prestado su respaldo público, a pesar de que ideológicamente el escritor era un
anarcoliberal elitista y estaba en las antípodas del ultracatolicismo de Vox. En 2019, en
pleno ciclo electoral, publicó un libro titulado Santiago Abascal. España Invertebrada
(Planeta) que recogía, con aires paternalistas, una larga conversación de tres días con
el líder ultra en su casa de Castilfrío que sirvió para lanzar su candidatura a La
Moncloa.
Era conocida su afición por los alimentos, sustancias, filosofías y mejunjes que alargan
la vida y la juventud, hasta escribió un libro sobre el asunto (Shangri-La. El elixir de la
eterna juventud, en Planeta, calificado por algunos expertos como demencial) y lo
cierto es que estuvo en buena forma hasta una edad avanzada. Como muestra, su
actividad en Twitter, siempre polémica, fue intensa hasta el final. Pero, como él mismo
sabía, nadie escapa de la parca para siempre. Poco antes de morir, solo unos minutos
antes de que en la central de emergencias sonase el teléfono, tuiteó una foto con su
querido gato subido a la tiesta. El texto decía: “El gato Nano me da los buenos días. Él
sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo”.

BABELIA

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal

RECÍBELO

Comentarios - 229 Normas

Más información

La Consejería de Cultura de Vox concede el


Premio Castilla y León a Sánchez Dragó,
autor vinculado al partido
JUAN NAVARRO | VALLADOLID
Sánchez Dragó y su ‘espantá’ en ‘El gran
debate’
EL PAÍS | MADRID

ARCHIVADO EN

Cultura · Fernando Sánchez Drago · Muertes · Libros · Escritores · Soria · Infartos · Vox · Obituarios

Se adhiere a los criterios de


Más información

Si está interesado en licenciar este contenido contacte con ventacontenidos@prisamedia.com


LO MÁS VISTO

1. Muere el escritor Fernando Sánchez Dragó a los 86 años

2. Tarantino ante más de 1.500 personas en Barcelona: “Bambi’ ha jodido a los niños durante décadas”

3. El enigma de la niña enterrada en el Alcázar de Sevilla: no era de la Edad Media, sino de una familia rica del siglo XIX

4. Audrey Hepburn, el mito de la mujer moderna nacido de ‘Desayuno con diamantes’

5. La vida del escritor Fernando Sánchez Dragó, en imágenes

Recomendaciones EL PAÍS

¿Te gustaría especializarte en Adiestramiento y Estética animal? ¡Te ayudamos a encontrar los mejores
cursos y formación profesional!
MBA 'online' con un 86% de descuento y acceso a bolsa de empleo.
¡Solicita más información!

Encuentra aquí los mejores cursos y formación profesional para


especializarte en Dietética y Nutrición

¿Te gustaría especializarte en Cocina, Repostería y Enología? ¡Te


ayudamos a encontrar los mejores cursos y formación profesional!

También podría gustarte