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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0862/2018-S1

Sucre, 20 de diciembre de 2018

SALA PRIMERA
Magistrada Relatora: MSc. Georgina Amusquivar Moller
Acción de amparo constitucional

Expediente: 22357-2018-45-AAC
Departamento: La Paz

En revisión la Resolución 001/2018 de 11 de enero, cursante de fs. 125 vta. a


130 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional
interpuesta por Betthy Sánchez La Fuente contra Cynthia Blanca
Delgadillo Aramayo, Jueza de Instrucción Anticorrupción y contra la
Violencia hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Mediante memorial presentado el 2 de enero de 2018, cursante de fs. 27 a 37,


subsanación de 5 de igual mes y año (fs. 54 a 57), la accionante expone los
siguientes fundamentos:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal que le sigue el Ministerio Público, por la presunta
comisión del delito de incumplimiento de deberes, el 30 de noviembre de 2017
en audiencia pública de consideración de incidente de actividad procesal
defectuosa a horas 15:45, la Jueza de Instrucción Anticorrupción y contra la
Violencia hacia la Mujer Primera de La Paz, de manera ilegal e indebida
suspendió la misma para el 12 de enero de 2018, indicando que se encontraba
sin defensa técnica lo que imposibilitó llevar adelante la audiencia pese a que
aclaró que estaba realizando defensa en causa propia; sin embargo, no
escuchó su argumento; por lo que, en mérito a ello dispuso que se oficie a
Defensa Pública para que le asista en la futura audiencia señalada.

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Agrega que en el mismo acto de forma oral planteó recurso de reposición,
como mecanismo de defensa frente al ilegal decreto emitido por la autoridad
demandada, argumentando que está asumiendo defensa técnica en causa
propia por alcance del art. 7.II de la Ley del Ejercicio de la Abogacía (LEA) -Ley
387 de 9 de julio de 2013-, señalando que en obrados adjuntó fotocopia de su
credencial de abogada, que acredita su formación como tal y su conocimiento
del derecho; empero, la autoridad demandada sin fundamento valido determinó
resolver su recurso de “revocatoria” señalando que no correspondía su petición
y que conforme al Código de Procedimiento Penal el derecho a la defensa es
irrenunciable, manteniendo bajo ese argumento su determinación; asimismo,
señaló que la referida autoridad tuvo presente que su persona asumía su
defensa en causa propia ya que, presentó “memoriales de mera petición y con
mecanismos de defensa” (sic) desde el 5 de diciembre de 2016 hasta octubre
de 2017 y ese aspecto en ningún momento fue observado por la Jueza de la
causa, de igual forma ejerció su defensa en causa propia ante la Jueza de
Sentencia Anticorrupción y contra la violencia hacia la Mujer Primera del
departamento de La Paz.

Aclaró que, ya es un año que no se resuelven los incidentes que presentó en la


etapa preparatoria; toda vez, que la jueza a quo -hoy demandada- devolvió una
y otra vez los actuados a la Jueza de sentencia, quien el 9 de agosto de 2017,
mediante Auto de la misma fecha remitió antecedentes a la jueza inferior solo a
efectos de que resuelva sus incidentes pendientes, para lo cual ésta señaló
audiencia para el 30 de noviembre del citado año, en la que su actuación debió
regirse conforme al art. 16 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) -Ley 025 de 24
de junio-; sin embargo, decidió suspender la audiencia sin fundamento,
indicando simplemente que no contaba con defensa técnica dejándola en total
indefensión, omitiendo de esa forma instalar la audiencia pública de la fecha
referida y resolver los incidentes de actividad procesal defectuosa planteados
e incumpliendo con la Constitución Política del Estado que establece que nadie
puede ser obligado a hacer lo que esta norma constitucional y las leyes no
manden, ni a privarse de lo que estas no prohíban; no obstante la jueza
demandada no le permitió ejercer la defensa técnica en causa propia, para lo
cual no existe razón alguna ya que siendo una profesional abogada no renunció
a la defensa técnica más bien la ejerció y que además no se encontraba
comprendida en ninguna de las causales de impedimento o prohibición de la
Ley del Ejercicio de la Abogacía.

Asimismo, indica que la Jueza demandada lesionó su derecho a la tutela judicial


efectiva, porque ésta sin resolver los incidentes que presentó en la etapa
preparatoria, conminó al Ministerio Público para que presente requerimiento
conclusivo; por lo cual, el Fiscal de Materia sin competencia para investigar
actos jurisdiccionales presentó acusación formal en su contra por la realización
de actos jurisdiccionales en la “…causa penal MP/Limachi c/ Poma y otros que
se encuentra en plena sustanciación” (sic), es así que en su defensa dentro el
proceso penal que le sigue el Ministerio Público y los jueces del Tribunal de

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Sentencia Tercero por haber sido Jueza Presidenta en dicha causa por un breve
tiempo; en tal sentido, y habiendo presentado incidentes por defecto absoluto,
la Jueza a quo no los resolvió y más bien remitió la ilegal acusación fiscal en su
contra, ante la Jueza de Sentencia Anticorrupción Primera y Violencia Contra la
Mujer, quien para no vulnerar sus derechos y no ingresar con trámites
pendientes al juicio oral, devolvió obrados a la jueza ahora demandada, a quien
en reiteradas ocasiones se le devolvió los actuados; empero, ésta omitió
resolver, motivo por el cual asumió su defensa técnica por si misma con el fin
de procurarse la tutela judicial efectiva.

Finalmente alega que, como profesional abogada puede defenderse en causa


propia, lo cual es aplicable directamente ya que el art. 410.II de la Constitución
Política del Estado (CPE) y la Ley del Ejercicio de la Abogacía no lo prohíben;
consecuentemente, conforme al mandato constitucional tiene derecho al
ejercicio de sus derechos en condiciones de igualdad a la de otros ciudadanos.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

La accionante denunció como lesionado sus derechos al debido proceso en su


elemento de defensa, tutela judicial efectiva, a la igualdad de las partes citando
al efecto los arts. 410.II de la CPE, y 8.2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, disponiendo: a) La nulidad del decreto de 30 de


noviembre de 2017 y la resolución que resolvió el recurso de “remoción” a
dicho decreto emitidos por la autoridad demandada; b) La restitución, el
respeto y la viabilidad para que continúe con el ejercicio de la abogacía y ejerza
su defensa técnica en causa propia; y, c) Se conmine a la Jueza demandada no
vuelva a suspender la audiencia señalada para el 12 de enero de 2018, sea
oída en su defensa técnica, y resuelva sus incidentes conforme a derecho.

I.2. Audiencia y Resolución de la Jueza de garantías

Celebrada la audiencia pública el 11 de enero de 2018, según se tiene del acta


cursante de fs. 114 a 125, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción

La accionante en audiencia ratificó in extenso la acción planteada y ampliando


la misma argumentó: 1) Desde el 5 de diciembre de 2016, se defendió en
causa propia teniéndose actuados, y notificaciones a su persona como abogada
amparada en la Ley del Ejercicio de la Abogacía en diferentes actos procesales
que se realizaron ante la Jueza a quo, mismos que la referida autoridad los
consintió y no observó en su momento, siendo que inclusive el 5 de enero de

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2017 presentó ante la citada autoridad memorial señalando que está
asumiendo su defensa en causa propia a lo que el 6 del mismo mes y año dicha
autoridad decretó “se tiene presente” (sic), y así sucesivamente en posteriores
actuados siempre fue asumiendo su propia defensa sin ser observada por la
nombrada ni por la Jueza de sentencia; 2) La Ley del Ejercicio de la Abogacía,
establece causales de inhabilitación e impedimentos para el ejercicio de la
abogacía; así, el art. 7.II de dicha norma establece que el servidor público de
profesión abogado no puede patrocinar casos particulares salvo el patrocinio en
causa propia, siendo la única prohibición ejercer la abogacía en casos
particulares; por lo que, no se encuentra ningún otro impedimento para el
ejercicio de la abogacía en causa propia; en tal sentido por imperio del pro
homine debe interpretarse de forma amplia porque está aludiendo el derecho a
la defensa; 3) El art. 8.2. inc. e) de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, establece que el derecho a la defensa es irrenunciable, el estado le
proporciona al acusado un defensor cuando el mismo no ha nombrado uno
para su defensa, lo que no acontece en su caso, habiendo nombrado defensa
en causa propia desde el 5 de diciembre de 2016 y la autoridad demandada dio
curso de manera efectiva conforme se evidencia en las piezas procesales
referidas; y 4) El derecho a la tutela judicial efectiva se encuentra establecido
en los arts. 8.2 h) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, 14
del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, así también en la norma constitucional
como derecho fundamental, en ese sentido bajo este derecho solicitó que la
autoridad demandada proteja sus derechos no buscando que se falle a su favor
sino que la Jueza inferior instale la audiencia y que cumpla su obligación
pendiente desde hace un año atrás.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada

Cinthia Blanca Delgadillo Aramayo, Jueza de Instrucción Anticorrupción y


Violencia hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz, mediante informe
presentado el 11 de enero de 2018 cursante de fs. 61 a 66 vta., manifestó lo
siguiente: i) El que se otorguen garantías o se pretenda resguardar los
derechos de una persona no implica lesión de algún derecho; más al contrario
se garantizó en todo momento que la imputada esté asistida y pueda ser
defendida por un abogado sin perjuicio de que ella pueda hacer uso de su
defensa material; ii) Por mandato constitucional y normativo tiene el deber, de
velar porque las partes en conflicto no tengan restricción a sus derechos, en ese
parámetro y en aplicación del art. 84 del CPP, que establece que el imputado
conozca todo el tiempo sus derechos y el tener un profesional abogado es un
derecho constitucional y que el mismo es irrenunciable; iii) Cuando la imputada
y abogada refiere que ella se puede defender en causa propia, no se le ha
negado ese derecho, sino que simplemente cumplió el art. 9 del CPP que en su
última parte le otorga una obligación “…si consultado el imputado, no lo elige o
el elegido no acepta inmediatamente el cargo, se le nombrará de oficio un
defensor” (sic), de ello se establece que cumple con el mandato constitucional
de lo que es la tutela judicial efectiva, porque su persona está protegiendo a la

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imputada a objeto de que tenga un abogado que la asista; lo cual, en materia
constitucional se denomina “obligación positiva” (sic), lo que implica la
obligación de que la imputada en audiencia se encuentre con asistencia técnica;
iv) El Código de Procedimiento Penal es producto de tratados internacionales
donde se observa dos tipos de defensa, material y técnica ambas no son
excluyentes; por lo que, ella misma puede realizar su defensa material; empero,
solo refirió que realiza su defensa técnica y no se pronuncia sobre su defensa
material; v) En la interpretación que realizó la Corte Interamericana de
Derechos Humanos del art. 8.2 d) en el caso Barreto vs. Venezuela refirió que el
derecho a la defensa surge desde el momento que se investiga a una persona,
estableciendo que ésta debe tener acceso a la defensa técnica desde ese mismo
momento ya que su impedimento implicaría un desequilibrio procesal dejando al
individuo sin tutela frente al ejercicio del poder punitivo; en tal sentido si bien la
accionante señaló que puede defenderse no es menos cierto que necesita el
patrocinio de un abogado, porque el Estado le obliga a esta regla, lo contrario
significaría un defecto en el proceso; vi) La norma orgánica le obliga a respetar
las reglas para evitar nulidades y un defecto de naturaleza de representación
del imputado es sancionado con nulidad por defecto absoluto -art. 169.2 del
CPP-; por lo que, se hace necesario resguardar que el proceso se lleve sin
defectos que pudieran ser alegados por cualquiera de las partes; vii) Se ha
garantizado el acceso a la justicia de las partes, pues la imputada -ahora
accionante- debe acceder a la tutela judicial efectiva por medio de un abogado
defensor que la asista, de ese modo se garantizó que la misma pueda hacer uso
de su defensa desde las dos ópticas del derecho procesal penal; es decir, con la
defensa material y la defensa técnica, en tal sentido cuando refiere que quiere
defenderse como abogada no se le ha obstaculizado esa intención si no que se
le está dando una protección reforzada porque también tiene la defensa
material “ante mayor garantía no existe lesión a derecho” (sic); viii) Denuncia
que se lesionó su derecho a la igualdad porque no se le permitió ejercer sus
derechos como las demás personas, lo que no es evidente y más bien pretende
la imputada es un trato diferente y prescindir de la defensa técnica, sin
considerar que se le está dando la posibilidad de defenderse en las dos formas
de defensa previstas en el art. 410 del CPP; ix) Sobre “…su derecho de
abstención que está siendo fracturado cuando se le prohíbe defenderse
personalmente” (sic), no es cierto porque al concederle la posibilidad de tener
una defensa efectiva -defensa material y técnica-, se le otorga la oportunidad
de que no se abstenga de estos dos tipos de defensa que le garantiza el Estado;
y, x) La Ley del Ejercicio de la Abogacía refiere que al margen de existir
defensa propia en los casos particulares se le está proporcionando un
profesional para que la misma pueda ejercer en plenitud su derecho a la
defensa en las dos vertientes procesales tanto técnica como material, por esta
razón no existió lesión alguna, pidiendo se deniegue la tutela.

I.2.3 Intervención del Ministerio Público

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Juan Carlos Soria Carpio, Fiscal de Materia del departamento de La Paz, asistió
a la audiencia y manifestó lo siguiente: a) De los fundamentos expuestos por la
accionante en sus memoriales de amparo constitucional en y el de subsanación,
se advierten imprecisiones y contradicciones dentro del contexto de la
vulneración de sus derechos y garantías fundamentales, tendiendo más a un
cuestionamiento del debido proceso dentro de la acción penal que orientaría
más a una acción de libertad que a una acción de amparo constitucional; b) La
función del Ministerio Público es la defensa de los intereses generales de la
sociedad como de los derechos y garantías constitucionales no solo de la
víctima, sino también del denunciante o querellante, de la parte sindicada; es
decir, promover el principio de legalidad de la sustanciación del proceso,
conforme manda los arts. 22, 24 y 108 de la CPE, que establecen esta función
en relación con la Ley Orgánica del Ministerio Público; c) Sobre lo alegado de la
presentación de varios memoriales en su defensa, que hubieran sido
consentidos y asentidos por las autoridades jurisdiccionales, los mismos son de
mero trámite e inclusive, aun interpuesto un recurso como lo mencionó no
generan referencia doctrinal o jurisprudencial; es decir, no se le está
rechazando pero tampoco se está aceptando en cuanto a asumir defensa
propia, lo que pretende la accionante es imponer a través de esta acción de
defensa una línea jurisprudencial sobre esta defensa técnica; d) Si
desglosamos tanto la Ley del Ejercicio de la Abogacía así como la Convención
Interamericana de Derechos Humanos, se tiene que el alcance normativo de la
citada Ley en su art. 7.II establece evidentemente que está impedido de
efectuar trámites particulares salvo el patrocinio en causa propia, siendo una
norma genérica no es norma específica; por lo que, la Jueza demandada se ha
remitido a fin de no vulnerar el derecho a la defensa técnica de la accionante,
al alcance del art. 9 del Código de Procedimiento Penal (CPP) que es una
norma especial y especifica aplicable al caso concreto que establece ser
asistido por un abogado o una defensa técnica y que es un derecho
irrenunciable; e) Destacó que el inculpado puede defenderse personalmente
siempre que esto lo permita la legislación interna, que específicamente en el
art. 9 del señalado código refiere que no es posible renunciar a la defensa
técnica; en ese sentido la Convención Americana sobre Derechos Humanos no
está sustentando dicha pretensión, porque pese a estar ratificada
evidentemente por una ley del estado plurinacional no significa vulnerar una
normativa interna que rige en el país y el bloque de constitucionalidad sustenta
esta pretensión porque establece que estos tratados, convenciones ratificados
por el País no pueden desconocer esta sumisión a una norma externa que
genere incertidumbre como en el presente caso; y, f) Concluyendo esa
resolución de los incidentes y otros aspectos inherentes al desarrollo del
proceso penal están pendientes, pidiendo se declare infundada esta acción de
amparo constitucional manteniéndose firme y subsistente la disposición emitida
por la autoridad demandada.

Asimismo, en respuesta a la pregunta realizada por la jueza de garantías, sobre


qué tiempo más puede quedar pendiente la resolución de los incidentes

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planteados ante la negativa de la accionante de contar con una defensa
técnica, el Ministerio Público señaló que fueron notificados con cuatro
incidentes interpuestos por la ahora accionante mismos que fueron respondidos
de acuerdo a los alcances del art. 314 de la Ley de Descongestionamiento y
Efectivización del Sistema Procesal Penal -Ley 586 de 30 de octubre de 2014-
dentro el plazo correspondiente, por otro lado habiendo la accionante invocado
una indefensión por la retardación de justicia entendemos que no ha recurrido
en su momento ante la autoridad cautelar; el Ministerio Público fue conminado
a presentar requerimiento conclusivo que fue presentado en plazo, y están a la
espera de que se resuelva dichos incidentes; por lo que, en caso de no contar
con defensa técnica la accionante, se formulará observación u oposición o en
su caso la interposición de algún recurso con el fin de evitar la nulidad de
actuados procesales, tomando en cuenta lo señalado por la accionante
haciendo mención a los arts. 169 y ss. del CPP.

I.2.4. Resolución

La Jueza Pública de Familia Decimosegunda del departamento de La Paz,


constituida en Jueza de garantías, mediante Resolución 001/2018 de 11 de
enero, cursante de fs. 125 vta., a 130 vta., concedió en parte la tutela
solicitada, ordenando: 1) Se deje sin efecto la disposición que estableció que
la ahora accionante cuente con defensa técnica determinada mediante
decreto cursante en el Acta a fs. 744 y que ésta asuma su propia defensa
material y técnica en la audiencia señalada para el día 12 del referido mes de
2018 a horas 17:00; 2) En cuanto a futuros actuados y cuando, sea
pertinente y no perjudique el normal desarrollo del proceso, la accionante
podrá designar a la defensa técnica de su confianza o en su caso la actuación
de un abogado de la Defensa Pública, si el caso así lo amerita; y, 3) Respecto
a la conminatoria peticionada se debe estar a los requisitos y formalidades
procesales que la materia en dichas actuaciones prevé, ya que la Juez
accionada es responsable del cumplimiento de los mismos en el ejercicio de
sus funciones; bajo los siguientes fundamentos: i) En lo que respecta a la
vulneración del debido proceso en su vertiente del derecho a la defensa, se
establece que la accionante en todo momento ha realizado cuanto acto ha
sido necesario para asumir su defensa de forma amplia a lo largo del proceso,
lo cual está plenamente demostrado precisamente por los incidentes y
recursos presentados, de otro lado la autoridad demandada ha pretendido dar
cumplimiento al art. 9 del CPP, al disponer se oficie a la Defensa Pública para
que esta tenga defensa técnica, a más de que en el proceso ha respondido a
cuanto petitorio la accionante realizó como parte y abogada pretendiendo su
defensa legal y efectiva, incluso en audiencia de 30 de noviembre de 2017 en
forma oral interpuso recurso de reposición; por lo que, no se ha vulnerado su
derecho a la defensa; ii) En lo que refiere a la lesión al derecho a la tutela
judicial efectiva, la accionante interpuso incidente de actividad procesal
defectuosa en la etapa preparatoria contra la imputación formal presentada en
su contra el 17 de noviembre de 2016, habiendo transcurrido más de un año

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sin que la autoridad demandada se hubiera pronunciado sobre el mismo,
vulnerando su derecho de obtener una resolución jurídicamente fundamentada
sobre el fondo de su petición sea esta negativa o positiva causando una
demora injustificada inobservando el principio de celeridad; iii) La autoridad
demandada no debe pretender por tecnicismos legales eludir el
pronunciamiento de los incidentes interpuestos por la imputada -hoy
accionante-, máxime si no está vulnerando derecho alguno, dado que ésta
como abogada solicita asumir defensa en dicha audiencia programada; iv)
Teniendo además presente en el estado de la causa lo dispuesto por el art. 8.2
inc. d) de la Convención Americana sobre Derechos Humanos que determina
dentro de las garantías judiciales él “…derecho del inculpado de defenderse
personalmente o de ser asistido por un defensor de su elección y de
comunicarse libre y privadamente con su defensor” (sic); v) Si bien la norma
establece que el derecho a la defensa técnica es irrenunciable, en el presente
caso no se observa ninguna renuncia; empero, realizando un análisis y
ponderación de derechos, la vulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva tiene mayores connotaciones al hecho de que como abogada
conocedora de las leyes y sus propios derechos pretenda defenderse en una
actuación que ha sido dilatada por más de un año, tiempo en que se produjo
retardación de justicia, más aun cuando se observa renuencia de la accionante
de aceptar al defensor público, lo cual implicaría mantener el proceso
indefinidamente; vi) La autodefensa o defensa en causa propia en
determinados actos procesales en materia penal, podría afectar el desarrollo
del proceso, aspecto que debe ser considerado en cuanto al petitorio de la
accionante; y, vii) Sobre el derecho a la igualdad no se ha evidenciado
vulneración alguna ya que hace afirmaciones sin sustento y en forma general,
que no acreditan la lesión de dicho derecho o que determinen o demuestren
que la accionante es víctima o ha sufrido algún tipo de discriminación que
vulnere su derecho a la igualdad; y la autoridad demandada ha vulnerado el
derecho a la tutela judicial efectiva, que se alega en la demanda de acción
amparo constitucional y no así el derecho al debido proceso en su vertiente
del derecho a la defensa y derecho a la igualdad.

En vía de aclaración la accionante solicitó se delimite la parte dispositiva del


fallo, ya que las futuras actuaciones, si el fallo es desfavorable a ella, se
llevaran ante los Vocales y a una posible acción de amparo constitucional;
consecuentemente, al señalar que para posteriores actuaciones cuente con el
patrocinio de un abogado, se estaría excediendo ya que se está ingresando a
otro escenario procesal que ameritaría nuevamente la interposición de esta
acción de defensa; por lo que solicitó de delimite esta acción simplemente
ante la Jueza de instrucción ya que es una etapa en la que estamos
excepcionalmente para que resuelva los incidentes.

En respuesta a la solicitud de aclaración realizada por la accionante, la Jueza


de garantías señaló que se ha evidenciado la vulneración a su derecho a la
tutela judicial efectiva ya que, habiendo transcurrido más de un año la

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impetrante de tutela no recibió una respuesta pronta y oportuna, sea esta
negativa o positiva respecto a los incidentes suscitados por su parte y que a su
criterio no puede seguir dilatándose; asimismo, no se evidenció vulneración de
su derecho a la defensa, más al contrario la Jueza inferior pretendió
precautelar sus derechos y, finalmente dado que en materia penal pueden
suscitarse eventuales actuados en los que se requiera que la accionante sea
asistida por un profesional abogado; por lo que, ante la incertidumbre es
pertinente que cuente con defensa técnica.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por decreto de 26 de junio de 2018, se determinó la suspensión del cómputo


del plazo a objeto de recabar documentación complementaria, habiéndose
obtenido la misma, se dispuso su reanudación a partir de la notificación con el
decreto de 12 de julio de 2018; por lo que, la presente Resolución es
pronunciada dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES

Realizada la revisión y compulsa de los antecedentes cursantes en el


expediente, se establece lo siguiente:

II.1. Consta credencial de abogada de Betthy Sánchez La Fuente -hoy


accionante- signado como RPA 4761374 BSLF-A con Registro Público de
Abogados del Estado Plurinacional de Bolivia, emitida por Celima Torrico
Rojas, Ministra de Justicia (fs. 3).

II.2. Por memorial presentado el 8 de agosto de 2017, dirigido a la Jueza de


Sentencia Anticorrupción y Violencia hacia la Mujer Primera del
departamento de La Paz, la ahora accionante reiteró su solicitud a objeto
de que esta autoridad resuelva el recurso de reposición contra el decreto
de 29 de junio del mismo año, interpuesto anteriormente, pidiendo se de
curso a su solicitud, corrija el procedimiento, se deje sin efecto todo lo
actuado y además disponga la devolución de actuados ante la Jueza de
Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer Primera
del referido departamento, a objeto de que ésta resuelva los incidentes
planteados en la etapa preparatoria (fs. 67 a 70 vta.).

II.3. Mediante Auto de 9 de agosto de 2017, por la Jueza de Sentencia


Anticorrupción y Violencia hacia la Mujer Primera del departamento de La
Paz, dispuso la devolución de obrados ante el Juzgado de Instrucción
Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer Primera del señalado
departamento, con el fin de que resuelva los trámites pendientes a
efectos de ingresar al juicio oral público y contradictorio (fs. 71).

II.4. Cursa decreto de 13 de noviembre de 2017, de señalamiento de

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audiencia de incidentes para el 30 del señalado mes y año a horas
15:45 emitido por Cinthia Blanca Delgadillo Aramayo, Jueza de
Instrucción Anticorrupción y contra la Violencia hacia la Mujer Primera
del departamento de La Paz -hoy demandada- (fs. 45).

II.5. Se evidencia acta de audiencia de consideración de incidente de actividad


procesal defectuosa de 30 de noviembre de 2017, la cual fue suspendida
por la autoridad ahora demandada señalando que la parte incidentista se
encontraba sin asistencia de su abogado lo que imposibilitaba llevar
adelante dicha audiencia, a lo cual la accionante indicó que se estaba
defendiendo en causa propia al ser abogada, en respuesta la autoridad
demandada alegó que conforme el art. 9 del CPP, todo imputado tiene
derecho a una defensa y ser asesorado por un abogado desde el primer
acto hasta la conclusión del proceso, siendo ese derecho irrenunciable,
ordenando se notifique a Defensa Pública y que dicha institución asigne
un defensor a objeto de desarrollar la audiencia defiriendo la misma para
el 12 de enero de 2018 a horas 17:00. Ante tal providencia la accionante
interpuso recurso de reposición, conforme al art. 401 del CPP, citando al
efecto que el art. 7.II de la LEA, que establece que un abogado puede
ejercer su defensa en causa propia y al negarle ello se le vulneró su
derecho a la defensa.

Dando respuesta al recurso interpuesto, la jueza a quo alegó que se está


precautelando su derecho a la defensa previsto en el art. 9 del CPP,
velando por la total transparencia del actuado judicial, que la misma sea
asesorada y pueda encontrarse en igualdad de condiciones ante su
autoridad al momento del desarrollo de la audiencia (fs. 46 y vta.).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La accionante alega la lesión de sus derechos al debido proceso, en su


elemento a la defensa, a la tutela judicial efectiva y a la igualdad de las partes;
toda vez que, la Jueza demandada: a) Suspendió de manera ilegal e indebida
la audiencia de consideración de incidente de actividad procesal defectuosa de
30 de noviembre de 2017, indicando que se encontraba sin defensa técnica, a
pesar de que aclaró que como abogada estaba realizando su defensa en causa
propia, sin renunciar a su derecho a la defensa técnica; sin embargo, no
consideró su argumento dejándola en indefensión y disponiendo que se oficie a
Defensa Pública le asigne un abogado para que le asista en la futura audiencia
señalada; y, b) Asimismo, habiendo planteado recurso de reposición contra la
suspensión decretada en la referida audiencia, misma que tenía el fin de
resolver los incidentes planteados y no resueltos hace más de un año en la
etapa preparatoria; resolvió dicho recurso señalando que no correspondía su
petición y que conforme al Código de Procedimiento Penal su derecho a la
defensa es irrenunciable, manteniendo su decisión.

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En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales extremos son
evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. El derecho a la defensa técnica durante el desarrollo de todo el


proceso penal

Este aspecto fue desarrollado por la SCP 0155/2012 de 14 de mayo,


que si bien fue desarrollado en una acción de libertad, es
perfectamente aplicable al caso concreto; en tal sentido la citada
sentencia señaló que: “…dentro del sistema jurídico diseñado por la
Constitución Política del Estado, se ha establecido el reconocimiento del
bloque de constitucionalidad integrado por los tratados y otros
instrumentos internacionales de derechos humanos (arts. 256 y 410.II
de la CPE), entre ellos se encuentra la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ratificado por


Bolivia mediante Decreto Supremo (DS) 18950 de 17 de mayo de 1982,
(elevado a rango de Ley 2119 promulgada el 11 de septiembre de
2000), establece el derecho fundamental de toda persona sometida a
proceso, sujeto a una serie de garantías mínimas, entre las que se
encuentra reconocida la defensa material, expresada como el derecho:
“A hallarse presente en el proceso y a defenderse personalmente o ser
asistida por un defensor de su elección, a ser informada, si no tuviera
defensor, del derecho que le asiste a tenerlo; y, siempre que el interés
de la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio,
gratuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo (…).

Por otra parte, la Constitución Política del Estado en su art. 119.II, dispone
que toda persona tiene derecho inviolable a la defensa; es decir, que el
Estado proporcionará a las personas denunciadas o imputadas una
defensora o un defensor gratuito, en casos que no cuenten con los
recursos económicos necesarios y según los arts. 8 y 9 del CPP y la
jurisprudencia sentada por el Tribunal Constitucional a través de la SC
1556/2002-R de 16 de diciembre, el derecho a la defensa: ‘…tiene
dos dimensiones: a) La defensa material: que reconoce a favor
del imputado el derecho a defenderse por sí mismo y le faculta a
intervenir en toda la actividad procesal -desde el primer acto del
procedimiento-, de modo que siempre pueda realizar todos los
actos que le posibiliten excluir o atenuar la reacción penal
estatal; principio que está garantizado por la existencia del
debate público y contradictorio; y, b) La defensa técnica,
consiste en el derecho irrenunciable del imputado de contar
con asistencia de un abogado desde el inicio del procedimiento
hasta el final de la ejecución de la condena…’ (…).

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Al respecto y según la opinión de Jorge Eduardo Vásquez Rossi, se
puede decir que si bien es importante la defensa material del imputado,
la defensa técnica sigue constituyendo, la más efectiva
garantía para el resguardo de sus derechos, sea que se ejerza
por el abogado de su confianza, abogados de Defensa Pública o
el defensor de oficio, sostiene que en el art. 9 del actual Código
Adjetivo, le otorga prevalencia a la defensa técnica al declarar
su carácter irrenunciable, ya que con similares características
se encuentra contenida y regulada en los arts. 92 y 94 del CPP;
asimismo afirma que, su inobservancia, conforme a lo
establecido por el art. 100 del mismo Código, no sirve para
fundar ninguna decisión contra el imputado.

En ese entendido, se puede establecer que la defensa técnica y la


defensa material, se encuentran estrechamente relacionadas, puesto
que para asumir el derecho a la defensa, el imputado tiene la
posibilidad de que ambas puedan concurrir al mismo tiempo
durante el desarrollo de todo el proceso penal, pues nadie
puede ser condenado, sin ser previamente oído y juzgado en
proceso legal; sin embargo, la defensa técnica es un derecho
que no está constituido como una facultad o potestad, sino
más bien, es un derecho irrenunciable que trata de precautelar
y resguardar el derecho a la defensa del imputado, razón por la
cual, mínimamente debe contar con la asistencia de una persona con
conocimiento jurídico, ya sea el abogado de su confianza o el
defensor de oficio designado por la autoridad competente, pues el
incumplimiento de la parte in fine del art. 94 del CPP, no permite
utilizar bajo ninguna circunstancia la información obtenida contra el
imputado, situación que conforme el art. 169 inc. 3) del CPP,
constituye actividad procesal defectuosa” (las negrillas son nuestras).

III.2. La defensa técnica como abogado en causa propia

Como ya se tiene señalado, la Constitución Política del Estado, garantiza


el derecho a la defensa, el mismo que está previsto en su art. 119.II,
sosteniendo que: “Toda persona tiene derecho inviolable a la defensa.
El Estado proporcionara a las personas denunciadas o imputadas una
defensora o un defensor gratuito, en los casos que estas no cuenten
con los recursos económicos necesarios”.

De igual forma, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


ratificado por Bolivia mediante Decreto Supremo (DS) 18950 de 17 de
mayo de 1982, (elevado a rango de Ley 2119 promulgada el 11 de
septiembre de 2000), señala en su art. 14.3: “Durante el proceso, toda
persona acusada de un delito tendrá (…) derecho, en plena igualdad, a
las siguientes garantías mínimas: (…) A hallarse presente en el proceso

12
y a defenderse personalmente o ser asistida por un defensor de su
elección…”.

De igual forma, la Convención Americana sobre Derechos Humanos,


ratificada por Bolivia mediante Ley 1430 de 11 de febrero de 1993, en
su art. 8.2 expresa que: “…Durante el proceso, toda persona tiene
derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (…)
derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser asistido
por un defensor de su elección y de comunicarse libre y privadamente
con su defensor…”.

A partir de este contexto nacional e internacional sobre la protección y


garantía del derecho a la defensa, el art. 9 del Código de Procedimiento
Penal (CPP), establece que: “Todo imputado tiene derecho a la
asistencia y defensa de un abogado desde el primer acto del proceso
hasta el fin de la ejecución de la sentencia. Este derecho es
irrenunciable.

La designación del defensor se efectuará sin dilación ni formalidad


alguna, desde el momento de la detención, apresamiento o antes de
iniciarse la declaración del imputado. Si consultado el imputado, no lo
elige o el elegido no acepta inmediatamente el cargo, se le nombrara
de oficio un defensor”.

Bajo esta normativa, desde y conforme al bloque de constitucionalidad


la jurisprudencia sentada por este Tribunal Constitucional Plurinacional
a través de la SCP 0224/2012 de 24 de mayo, concluyo que:”…uno de
los componentes del derecho a la defensa, y concretamente de
la defensa técnica, es el derecho que tiene el imputado a
contar con un abogado de su elección, que ha sido definido
como:’ (…) el derecho esencial del imputado de elegir un
jurista que lo asesore y defienda (facultad de elección) desde
el primer momento del procedimiento seguido en su contra‘.
(…)

Bajo ese entendimiento, la inviolabilidad de la defensa técnica implica


necesariamente el derecho de contar con un abogado defensor de
confianza, es decir, de libre elección por el imputado, desde el primer
acto del proceso hasta el fin de la ejecución de la sentencia,
entendiéndose por primer acto del proceso cualquier sindicación en
sede judicial o administrativa…” (las negrillas nos corresponden).

Ahora bien, de la revisión de toda esta normativa y jurisprudencia, se


colige que la protección del derecho a la defensa como elemento del
debido proceso es fundamental para el Estado Plurinacional, más aun
dentro el ámbito penal que involucra la libertad de las personas; en tal

13
sentido, y conforme el ordenamiento penal vigente se reconoce la
defensa material por el cual el imputado puede ejercer su defensa por
sí mismo y, la defensa técnica que la debe ejercer en su representación
un profesional abogado legalmente autorizado para ello, garantizando
de ese modo la efectividad del derecho a la defensa, sobre todo esta
última con la cual se busca una defensa especializada, idónea y plena
del imputado.

Bajo este entendimiento se consagra el derecho a la defensa técnica


como un derecho irrenunciable; corresponde entonces, en base a las
disposiciones legales desarrolladas, analizar sobre la defensa técnica
cuando el imputado o imputada es abogado o abogada titulado y
autorizado legalmente para ejercer su profesión y decide asumir su
defensa en causa propia; para lo cual si bien la norma constitucional no
prevé de manera específica este supuesto; empero, si la normativa
internacional que forma parte del bloque de constitucionalidad por
mandato del art. 410.II de la CPE, cuando refiere que el inculpado
puede defenderse personalmente o ser asistido por un defensor de su
elección; asimismo, el Código de Procedimiento Penal, proclama la
defensa técnica que tiene todo imputado de ser asistido y defendido por
un abogado desde el inicio hasta la conclusión del proceso, lo cual
conlleva como lógica consecuencia a que el profesional abogado
imputado dentro de un proceso penal, si cuenta con las condiciones y la
especialidad para ejercer su defensa por sí mismo puede hacerlo en
causa propia, ya que de igual manera se estaría cumpliendo con la
garantía constitucional de la defensa técnica.

Asimismo, se deben considerar todos los supuestos contrarios que


podrían afectar o llevar al imputado abogado a una desigualdad
procesal ante el órgano represivo y su contraparte que pondría en
riesgo su adecuada defensa técnica, tal es el caso de una eventual
detención preventiva que impediría el continuo seguimiento del proceso
o un desgaste emocional y anímico que no le permitan asumir su
defensa con la objetividad requerida, ante ello debe hacerse efectiva la
defensa técnica como garantía fundamental y presupuesto de validez,
que a través del proceso penal se constituye en la preminencia de que
el imputado tiene que estar asistido permanente por un abogado que le
asesore y represente, asumiendo que el derecho a la defensa técnica o
profesional es una prerrogativa intangible, que implica que el imputado
no puede renunciar a ella ni el Estado a su obligación de garantizarla.

En tal sentido, ante estos supuestos inconvenientes no significa que se


vaya a vulnerar su derecho a la defensa técnica, pues el hecho de que
su elección libre de contar con un asesoramiento técnico resulte ser en
causa propia, no quiere decir que el citado derecho se haya extinguido
o implique una renuncia tácita; puesto que como se tiene desarrollado

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dicho derecho es irrenunciable y ante tales circunstancias, haciendo uso
de ese su derecho a la defensa tiene la opción de designar un defensor
o pedir que le sea asignado uno de oficio.

De lo anotado se concluye que, la defensa de un abogado o abogada


en causa propia es aplicable desde el marco de las normativas
internacionales e internas descritas, tomando en cuenta que estas
resguardan la inviolabilidad de la defensa y la libre elección de un
defensor, no dejando de lado la norma específica que regula el ejercicio
de la abogacía (Ley 387), la cual además posibilita al profesional
abogado su patrocinio en causa propia, cuando en su art. 7.II señala
que: “La servidora y servidor público de profesión abogada o abogado,
está impedido de patrocinar casos particulares, salvo el caso de
patrocinio en causa propia, la de sus ascendientes o descendientes
hasta el cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad”; por lo
que, el abogado puede ejercer su derecho a la defensa técnica en
causa propia.

III.3. Análisis del caso concreto

La accionante alega la lesión de sus derechos al debido proceso en su


elemento a la defensa, a la tutela judicial efectiva y a la igualdad de
las partes; toda vez que, la Jueza demandada: 1) Suspendió de
manera ilegal e indebida la audiencia de consideración de incidente de
actividad procesal defectuosa de 30 de noviembre de 2017, indicando
que se encontraba sin defensa técnica, a pesar de que aclaró que
como abogada estaba realizando su defensa en causa propia, sin
renunciar a su derecho a la defensa técnica; sin embargo, no
consideró su argumento dejándola en indefensión y disponiendo que
se oficie a Defensa Pública le asigne un abogado para que le asista en
la futura audiencia señalada; y, 2) Habiendo planteado recurso de
reposición contra la suspensión decretada en la referida audiencia,
misma que tenía el fin de resolver los incidentes planteados y no
resueltos hace más de un año en la etapa preparatoria; resolvió dicho
recurso señalando que no correspondía su petición y que conforme al
Código de Procedimiento Penal su derecho a la defensa es
irrenunciable, manteniendo su decisión.

De los antecedentes y las Conclusiones descritas en el presente fallo


constitucional, se tiene que la Jueza de Instrucción Anticorrupción y
contra la Violencia hacia la Mujer Primera del departamento de La Paz,
dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra
Yolanda Genara Pérez y otros, por el supuesto delito de incumplimiento
de deberes, mediante decreto de 13 de noviembre de 2017, señaló
audiencia de consideración de incidente de actividad procesal

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defectuosa planteado por la ahora accionante, para el 30 del mismo
mes y año.

Sin embargo, después de haberse instalado dicho actuado procesal el


mismo, fue suspendido y reprogramado por la autoridad demandada
para el 12 de enero de 2018, en virtud a que la incidentista no contaba
con su defensa técnica, disponiendo en consecuencia se oficie a
Defensa Pública a fin que le asigne una abogada (o) defensora (or) de
oficio para su defensa; por lo que, en audiencia aquella interpuso
recurso de reposición en contra de la providencia mencionada,
manifestando que de acuerdo a lo establecido por el art. 7 de la LEA,
podía ejercer su defensa en causa propia al ser de profesión abogada,
solicitando se rectifique tal decisión.

Ingresando al análisis de la problemática planteada, se tiene que, la


denuncia de la accionante responde a que la Jueza de la causa
suspendió de manera ilegal la audiencia donde debían resolverse los
incidentes de actividad procesal defectuosa que planteó, argumentando
que no contaba con su defensa técnica; es decir un abogado defensor
que la asista en dicho actuado y a pesar de que ésta señaló que asumía
su defensa en causa propia en su condición de abogada, la autoridad
demandada no consideró ello, disponiendo se le asigne un defensor de
oficio, cuya decisión fue objeto de recurso de reposición de parte de la
demandante el mismo que fue resuelto en la misma audiencia bajo el
fundamento de que no correspondía su petición ya que de acuerdo al
Código de Procedimiento Penal su derecho a la defensa es
irrenunciable, motivo por el cual se ratificó en su determinación,
limitando el ejercicio de su defensa en causa propia sin razón alguna ya
que ésta no estaba renunciando a su defensa técnica si no al contrario
la estaba ejerciendo; implicando la indebida dilación en la resolución de
los incidentes planteados -actividad procesal defectuosa-, ante la
suspensión de la audiencia señalada para el efecto.

En el caso concreto a partir del análisis expresado en el Fundamento


Jurídico III.2 de la presente Sentencia constitucional se establece que
tanto la normativa internacional que forma parte del bloque de
constitucionalidad por mandato del art. 410.II de la CPE y la normativa
interna, promueven la protección del derecho a la defensa como
elemento del debido proceso, constituyéndose en una obligación del
Estado Plurinacional su prevalencia, más aun dentro el ámbito penal
que involucra la libertad de las personas; en tal sentido, y conforme el
ordenamiento penal vigente se reconoce la defensa material y técnica,
garantizando de ese modo la efectividad del referido derecho, sobre
todo esta última con la cual se busca una defensa especializada, idónea
y plena del imputado, en tal sentido, cuando el imputado o imputada es
abogado o abogada titulado y está autorizado legalmente para ejercer

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su profesión, y decide asumir su defensa en causa propia dentro de un
proceso penal puede hacerlo, para ello requiere contar con las
condiciones y la especialidad para ejercer su defensa por sí mismo, con
lo que de igual manera se estaría cumpliendo con la garantía
constitucional de la defensa técnica y más bien lo contrario, implicaría la
restricción de su derecho al ejercicio de su profesión libremente elegido
y en igualdad de condiciones que otros profesionales.

Consiguientemente, y siendo que el Estado -a través de sus operadores


de justicia- está en el deber de garantizar el cumplimiento de esta
normativa referente al citado derecho y el carácter irrenunciable de la
defensa técnica en los procesos penales, se advierte que la suspensión
de la audiencia para resolver incidentes de actividad procesal
defectuosa, en la que incurrió la Jueza demandada, sí se constituye un
acto arbitrario ya que ésta limitó el derecho a la defensa técnica de la
accionante, desconociendo su calidad de abogada y que la misma tenía
las condiciones para ejercerla en causa propia; más aún cuando según
consta en antecedentes la hoy accionante fue asumiendo su propia
defensa de la causa desde el inicio de la investigación hasta la
cuestionada audiencia, inclusive en la presentación de la presente
acción de defensa, y no existió observación alguna de parte de la
autoridad jurisdiccional, asintiendo de esa forma su patrocinio legal por
sí misma.

Dentro de ese contexto, se colige que la jueza demandada no realizó la


interpretación debida sobre el ejercicio de la defensa técnica de un
profesional abogado en causa propia, cuando este haya sido sometido a
un proceso penal, desconociendo su preparación y condiciones para
llevar adelante dicha defensa considerando además que, esa decisión
es conforme a su libre elección y bajo su responsabilidad de llevar
adelante a su favor una adecuada defensa; máxime si también este
ejercicio en causa propia no implica que su derecho a la defensa técnica
se haya extinguido o implique una tácita renuncia; sino que ante
cualquier inconveniente como en los casos descritos en el Fundamento
Jurídico señalado u otros emergentes del procedimiento penal, ésta
pueda hacer uso de ese su derecho ya sea designando un defensor por
su cuenta o pedir que le sea asignado uno de oficio, lo cual llega a ser
una obligación del imputado bajo la premisa de garantizar la objetividad
de su defensa.

Asimismo el Fundamento Jurídico III.1 de este fallo constitucional


estableció que el art. 119.II de la CPE, proclama que toda persona tiene
derecho inviolable a la defensa y a que el Estado le proporcione una
defensora o un defensor gratuito, según los arts. 8 y 9 del CPP y la
jurisprudencia se concibe al derecho a la defensa en dos dimensiones la
defensa material, que reconoce a favor del imputado el derecho a

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defenderse por sí mismo y la defensa técnica, que consiste en el
derecho irrenunciable del imputado de contar con asistencia de un
abogado desde el inicio del procedimiento hasta el final de la ejecución
de la condena, otorgándosele a esta última -defensa técnica-
prevalencia al declarar su carácter irrenunciable, ya que con similares
características se encuentra contenida y regulada en los arts. 92 y 94
del CPP; asimismo, afirma que su inobservancia, conforme a lo
establecido por el art. 100 del mismo Código, no sirve para fundar
ninguna decisión contra el imputado.

En este entendido, la accionante dentro del proceso que se le imputa,


ejerciendo su derecho a la defensa, no solo material o como parte
interesada, sino técnica, al ser de profesión abogada, acudió en esa
calidad a la audiencia de consideración de los incidentes que interpuso,
señalada para el 30 de noviembre de 2018, la misma que debió
resolverse en el mismo acto, enmarcado en una interpretación
favorable; empero, sin considerar que el acceso a la justicia debe ser
material y no formal, dicha autoridad al suspender el acto procesal
señalado y reprogramarlo para otra fecha, vulneró también el principio
de celeridad, provocando aun mayor retardación de justicia; asimismo,
conforme lo denunciado por la accionante y corroborado por el Tribunal
de garantías en su resolución, al ser ya más de un año que la autoridad
demandada no resolvió los incidentes planteados por ésta, pese a
existir acusación formal retrasó el desarrollo del juicio oral, y evitó que
se defina su situación procesal en un plazo razonable; en vulneración
de sus derechos al debido proceso, a la tutela judicial efectiva y como
resultado de ambos también el principio de igualdad, esta última, en
razón de que se le hubiere impedido el ejercicio de su profesión
libremente escogida en igualdad de condiciones con los demás
abogados; por lo que, corresponde conceder la tutela impetrada.

Por los fundamentos expuestos, la Jueza de garantías, al haber concedido en


parte la tutela, obró de manera parcialmente correcta.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera; en virtud de la


autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la
Ley del Tribunal Constitucional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR en parte
la Resolución 001/2018 de 11 de enero, cursante de fs. 125 vta. a 130 vta.,
pronunciada por la Jueza Pública de Familia Decimosegunda del departamento
de La Paz; y, en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, disponiendo
que se admita la defensa técnica en causa propia de la ahora impetrante de
tutela en el desarrollo del proceso penal instaurado en su contra, conforme los
fundamentos expuestos en el presente fallo.

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Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional
Plurinacional.

Fdo. MSc. Georgina Amusquivar Moller


MAGISTRADA

Fdo. MSc. Karem Lorena Gallardo Sejas


MAGISTRADA

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