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Bloque 7

Analiza las diferentes corrientes ideológicas del movimiento obrero y campesino


español, así como su evolución durante el úl mo cuarto del siglo XIX.

El movimiento obrero organizado comenzó a desarrollarse en España en el úl mo tercio


del siglo XIX. Fue un proceso cultural forjado a par r de las experiencias e inquietudes de los
trabajadores que fueron adquiriendo una conciencia progresiva de pertenencia a una clase
social nueva, el proletariado. Los trabajadores organizados comenzaron a reclamar derechos y
a plantear la mejora de sus salarios y condiciones de vida a través de nuevas formas de acción
como la huelga, el mi n y la manifestación.

Precedentes. El Sexenio Democrá co. El movimiento obrero en España adquirió


madurez y extensión organiza va a par r del Sexenio Democrá co. Las dos corrientes de la
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT o Primera Internacional), la marxista y la
anarquista.
Línea anarquista: encontró gracias a Giuseppe Fanelli. Creó en Madrid y Barcelona la
sección española de la AIT (Federación Regional Española). Aparecieron diarios obreros y las
huelgas y protestas obreras se extendieron por las principales ciudades industriales y entre los
jornaleros del campo de Andalucía. Se celebró en Barcelona un congreso donde se deba eron
los obje vos sindicales (mejora de las condiciones de vida de los obreros) y los polí cos (la
revolución).
Línea marxista socialista: Gracias al dirigente de la Internacional Paul Lafargue,
par dario de Marx. Entró en contacto con el grupo madrileño que aceptó sus tesis. Los
dirigentes marxistas madrileños fueron expulsados del Congreso obrero de Zaragoza y
fundaron la Nueva Federación Madrileña, el ala marxista socialista de la AIT. La proclamación
de la República en provocó una oleada de manifestaciones y huelgas en los centros industriales
y en los campos andaluces. El gobierno de Serrano ordenó la disolución de la Internacional.

El movimiento obrero en la Restauración. El movimiento obrero tuvo que esperar para


volver a repuntar. Sin embargo, la sociabilidad obrera de nales de siglo tenía más que ver
todavía con el mundo de los o cios tradicionales. La Ley de Asociaciones permi ó que las
sociedades de resistencia tuvieran un marco legal estable. La celebración del Primero de Mayo,
mostró su capacidad para coordinarse y agruparse, para ocupar el espacio público y hacer
notar sus demandas y mostrar las divisiones de los dos proyectos ideológicos existentes, el
socialismo y el anarquismo.

Los anarquistas.
El movimiento anarquista, intentó extender una organización de alcance nacional, la
Federación Regional de Trabajadores de la Región Española. Pero la represión indiscriminada
sufrida con mo vo de los sucesos de la Mano Negra, y el asalto campesino a Jerez de la
Frontera, impidió su desarrollo. En la década nal del siglo el anarquismo español quedó
dividido en dos ver entes. Las pequeñas organizaciones secretas y grupos de a nidad eles a
la pureza doctrinal y par darias del terrorismo. Por otra parte, las sociedades obreras que
buscaban en la lucha sindical la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores, alejadas
de las disputas ideológicas y polí cas, de un Estado percibido como un ente lejano y ajeno a los
intereses del proletariado.
El anarquismo tuvo un notable desarrollo por todo el litoral mediterráneo, con un gran eco
entre los jornaleros del campo andaluz. Pero el entramado societario más ac vo era el de
Barcelona, con una larga historia de experiencias asocia vas y prác cas culturales enraizadas
en el republicanismo federal. Allí nació Solidaridad Obrera, un conglomerado de sociedades de
resistencia que par cipó de manera ac va en la insurrección callejera de la Semana Trágica. El
germen del que surgió la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
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Bloque 7

Los socialistas.
La otra gran tendencia del movimiento obrero fue la marxista. Después de la represión
los socialistas madrileños se agruparon en torno al núcleo de los pógrafos. Su líder era Pablo
Iglesias. Fueron ellos quienes en torno a algunos intelectuales y otros artesanos fundaron el
Par do Socialista Obrero Español (PSOE). El primer programa se basaba en tres obje vos
principales: la abolición de las clases sociales y la emancipación de los trabajadores, la
transformación de la propiedad privada en propiedad social o colec va, la conquista del poder
polí co por la clase obrera. Se fundó en Barcelona la Unión General de Trabajadores (UGT), un
sindicato de inspiración marxista. Se marca una línea divisoria clara entre el Par do, con
obje vos polí cos, y el Sindicato, cuya función reivindica va e inmediata era la defensa de los
trabajadores dentro de la sociedad capitalista. Las zonas de mayor arraigo socialista fueron
Madrid, Vizcaya y Asturias.
En España se celebró por primera vez el 1º de Mayo como Fiesta del Trabajo siguiendo la
consigna de la II Internacional. Se produjeron manifestaciones y huelgas en Madrid, Bilbao y las
principales ciudades. Desde ese año el PSOE comienza a presentar candidatos a las elecciones
y ob ene sus primeros concejales en las municipales de 1891. La Guerra de Cuba a anzó más
su posición al oponerse los socialistas al servicio militar discriminatorio y denunciar la guerra
como imperialista y an social.

Al terminar el siglo XIX el movimiento obrero era todavía muy débil, con unos cuantos
miles de a liados y votantes. Habrá que esperar a la primera década del siglo XX para que las
organizaciones obreras se conviertan en movimientos de masas
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