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El Paleolí co
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sico y cogni vo similar al nuestro. Entre las principales caracterís cas sociales
destacan el canibalismo y la celebración de ritos funerarios.
- La Sima de los Huesos. Entre los fósiles hallados poseen una especial importancia un
cráneo y una pelvis, y han resultado fundamentales para la comprensión de la
evolución del ser humano y la interpretación actual del concepto de supervivencia
independientemente de la edad o discapacidad.
El Neandertal también estuvo presente en la península. En cuanto a su conformación social,
eran cazadores muy hábiles, llevaban a cabo rituales de enterramiento y cuidaban a los
enfermos o miembros más débiles. Actualmente, entre un 1,5% y un 2,1% del material
gené co de los neandertales está presente en el Homo sapiens sapiens.
El Homo sapiens sapiens llegó a la Península en torno al c.a. 40.000 a.C. y a Baleares y
Canarias sobre el 3.000 a. C.
Durante el Paleolí co, los diversos grupos humanos realizaron manifestaciones ar s cas en
algunas cuevas del área cantábrica. Las principales muestras se localizaban en las cuevas de
Altamira, El Cas llo, Tito Bus llo, El Pindal, etc. Las caracterís cas principales de estas
expresiones ar s cas se centraban en el empleo de la policromía, el naturalismo y la
composición individual o grupal. Por otro lado, la composición temá ca podía ser gura va
o abstracta. Sin embargo, el signi cado de estos planteamientos ar s cos supone la
con guración de diversas teorías e interpretaciones como la magia simpá ca, el
totemismo,…
El Neolí co
Tras la úl ma glaciación, el clima se suavizó en toda Europa y el nivel del mar subió debido al
deshielo. Los habitantes y la fauna de la península experimentaron una profunda
transformación. El período comprendido entre el nal del Paleolí co y la aparición de la
agricultura se denomina Epipaleolí co o Mesolí co. Entre los años 8.000 y 5.500 a.C., los
habitantes de la península fueron adaptándose a una nueva situación de la que surgiría el
proceso que denominamos revolución neolí ca. Se conoce como revolución neolí ca al
proceso de cambio que derivó en el sedentarismo y en novedades técnicas como la
cerámica y los ú les de piedra pulida.
Ante este cambio climá co, los seres humanos realizaron importantes innovaciones, la más
trascendental fue el descubrimiento de la agricultura, es decir, el control del crecimiento de
determinadas plantas mediante el cul vo. Al mismo empo, algunos animales fueron
domes cados y criados en cau vidad, lo que originó la aparición de la ganadería. Estos
adelantos modi caron sus formas de vida. Una de las repercusiones más evidentes fue la
aparición del sedentarismo. Todas estas innovaciones no tuvieron lugar al mismo empo en
todos los territorios.
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Asimismo, durante este periodo el arte rupestre se adapta a los nuevos procesos sociales.
Destacan las pinturas rupestres de guras humanas y animales, esquemá cas y
monocromas, halladas en abrigos rocosos o al aire libre en el área levan na. Este nuevo arte
se desarrolló entre el Mesolí co y los inicios del Neolí co (c.a. 7.000 – 4.000 a.C.). Destacan
pinturas como las que hallamos en El Cogul, Nerpio,…
Durante el tercer milenio antes de Cristo se difundió por la península la metalurgia. Fue en
el Próximo Oriente donde se originó esta técnica, que suponía el empleo de técnicas
des nadas al trabajo de los metales, primero el cobre y el bronce y, posteriormente, el
hierro.
- Edad de Cobre o Calcolí co (c.a. 3.000 – 1.800 a.C.). El principal metal trabajado fue el
cobre, aunque también se han documentado la plata y el oro. Además, se desarrollaron
varias culturas como el megali smo, caracterizado por construcciones monumentales
hechas con megalitos. El yacimiento más evolucionado es el de Los Millares, en
Almería, que presenta un poblado con una sólida arquitectura defensiva. Al nal de
este periodo comienza a desarrollarse la cultura del vaso campaniforme, vinculada al
comercio del metal y con una amplia extensión por el con nente.
- La Edad de Bronce (c.a. 1.800 – 750 a.C.). El bronce surge de la aleación entre el cobre
y el estaño. En esta época destacó la creciente ordenación urbana de los poblados,
incremento de sus for caciones y aumento de las relaciones comerciales. Destacan la
cultura del El Argar, en Almería; la de campos de urnas, en el noroeste peninsular y
valle del Ebro; y la megalí ca de las islas Baleares, con tayalots, taulas y navetas.
- La Edad de Hierro (c.a. 750 - 218 a.C.). Coincidió con la llegada de los pueblos
procedentes del norte y centro de Europa y de las colonizaciones del Mediterráneo
oriental, fenicios, griegos y cartaginenses.
Hacia el año 1000 a.C., los pueblos que habitaban la península empezaron a dejar
tes monios escritos. Este hecho representa el salto de la Prehistoria a la Historia. Durante
este etapa, las sociedades que vivían en la península recibieron la in uencia de la población
indoeuropea y oriental.
Los pueblos prerromanos eran los pueblos que habitaban la península en el primer milenio
antes de Cristo. Por un lado, estaba el conjunto de pueblos íberos, procedentes del África
septentrional y, por otro, los pueblos celtas que tenían su origen en el norte europeo.
Ambos grupos se fusionaron en la Meseta para dar lugar a los cel beros.
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Los íberos
Los íberos habitaron el este y el sur de la península entre los siglos VI y II a.C. Los íberos no
formaron una única en dad; eran más bien una serie de pueblos con una estructura social y
cultural muy similar. Se organizaron en tribus lideradas por un caudillo y, algunas de ellas, en
monarquías con una importante aristocracia. Establecieron un fuerte control del territorio
mediante el desarrollo de una red de asentamientos situados en lugares elevados y
amurallados. Su base económica era la agricultura y la ganadería. También se dedicaron a la
minería y las labores artesanales. Además, desarrollaron una intensa ac vidad comercial con
los pueblos colonizadores, lo que potenció la jerarquización social.
Los celtas
Los celtas habitaron la zona del centro y el norte de la península, entre los siglos c.a. V y I
a.C. Fueron un conjunto de pueblos in uidos por los migrantes indoeuropeos.
Los grupos celtas compar an una organización social en tribus lideradas por caudillos.
Vivían en pequeños poblados en lugares elevados rodeados de murallas.
Los celtas eran pueblos ganaderos, aunque también prac caban la agricultura. Trabajaban el
bronce y el hierro para fabricar herramientas y armas, y fue su dominio del hierro lo que
favoreció su expansión. Realizaron objetos de orfebrería y destacan sus muestras ar s cas
conservadas en piedra tallada.
Su estructura social tribal se basaba en clanes familiares que tenían como clase dominadora
a los guerreros.
En las áreas de contacto entre celtas e íberos del centro peninsular se desarrolló la cultura
cel bera, que tomó elementos de las dos culturas.
A nales del segundo milenio a.C., empezaron a llegar a la península, a través de los
Pirineos, sucesivas oleadas de migrantes procedentes de Europa Central, fenómeno
conocido como migraciones indoeuropeas. Estos grupos compar an caracterís cas
culturales que introdujeron en la península.
El ritual funerario que prac caban los pueblos indoeuropeos era la incineración del cadáver,
depositando las cenizas en urnas que enterraban en necrópolis, por lo que se conoce como
la cultura de los campos de urnas.
Además, los indoeuropeos conocían la metalurgia del hierro, más resistente y duradero.
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Además, podemos iden car dentro de este marco de migraciones a otros pueblos que
vienen desde el Mediterráneo:
- Los fenicios. Originarios del actual Líbano, fueron el primer pueblo mediterráneo que
llegó a la península, en torno al siglo VIII a.C. Se asentaron en el área mediterránea y
sus principales colonias fueron Gadir (Cádiz), Malaka (Málaga), Sexi (Almuñecar),… Su
obje vo era el comercio con los pueblos indígenas y no establecer una conquista.
Dentro de la península impulsaron la pesca y la salazón.
- Los griegos. Se establecieron en el nordeste peninsular a par r del siglo VI a.C. Al igual
que los fenicios, su obje vo era establecer líneas comerciales y comerciar con los
pueblos indígenas, no establecer una conquista. Se establecieron estratégicamente en
nudos de comunicación y en la costa, donde construyeron puertos. Destacan las
colonias de Emporion (Empúries), Rhode (Roses), Hemeroskopeion (Dénia),…
- Los cartagineses. En el siglo VI a.C. las colonias fenicias entraron en declive a causa de
la conquista de Tiro, su capital, y el control de las colonias pasó a manos de Cartago. A
par r del siglo III a.C., y para hacer frente a la expansión romana, los cartaginenses se
vieron obligados a mantener presencia militar en sus enclaves, lo que propició el inicio
de un sistema de colonización sobre los pueblos indígenas de la península.
El reino de Tartessos
La llegada de los fenicios supuso un es mulo muy importante para las sociedades indígenas
que habitaban el suroeste peninsular. Entre los siglos X y VI a.C., en el Bajo Guadalquivir se
desarrolló una cultura conocida como Tartessos, que se expandió por todo el suroeste
peninsular.
El contacto con los fenicios propició la adopción de innovaciones técnicas, una metalurgia
muy re nada y una orfebrería muy desarrollada.
El declive de los fenicios en la península propició el propio declive de los tartesios.
3. La Hispania romana3
La segunda guerra púnica (218-201 a.C.), entre Cartago y Roma, supuso la llegada de los
romanos a la península y la expulsión de los cartagineses. Los romanos la llamaron Hispania
y la some eron polí ca y militarmente.
Con la incorporación al Imperio, los pueblos peninsulares asimilaron progresivamente la
organización socioeconómica, la lengua, la religión, las costumbres y la administración
romanas en el proceso que conocemos como romanización.
3Conquista y romanización de la Península Ibérica. Principales aportaciones romanas en los ámbitos social,
económico y cultural.
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La romanización
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Por otro lado, la llegada de los romanos alteró las estructuras de la propiedad y los modos
de producción indígenas. Los territorios conquistados se conver an en propiedad del
Estado romano. Además, la implantación del sistema romano de reparto de la erra acabó
con la propiedad comunal pica de los pueblos prerromanos. Una caracterís ca
fundamental de la economía romana fue el uso de mano de obra esclava para la realización
de las tareas más arduas.
El la n fue un símbolo del poder romano y pronto se convir ó en la lengua u lizada por las
élites indígenas hispánicas. La la nización, poco a poco, alcanzó todas las capas sociales.
Destaca también el derecho romano, que sigue siendo la base de buena parte del
ordenamiento jurídico de las sociedades actuales.
Los indígenas hispanos fueron considerados bárbaros. Pero, con el paso del empo,
aumentó el número de individuos con derecho de ciudadanía hasta que, nalmente, en el
año 212 d.C., el emperador Caracalla lo concedió a todos los habitantes del Imperio.
El largo proceso de romanización dejó un conjunto ingente de obras y un valioso legado
ar s co que se mani esta en numerosos monumentos que todavía perviven de la etapa del
dominio romano sobre Hispania.
Durante el siglo III se desató un periodo de inestabilidad en el Imperio romano. La situación
de caos interno fue aprovechada por diversos pueblos germánicos y de las estepas asiá cas
para hacer incursiones en el territorio. A principios del siglo V Hispania colapsó y la
ruralización y el n del comercio provocaron la vuelta a la economía de subsistencia, bajo el
gobierno de los visigodos.
4. La monarquía visigoda4
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
A pesar de la creación del nuevo reino, la situación era precaria, y tuvieron que hacer frente
a las constantes incursiones. La monarquía se consolidó como sistema bajo el reinado de
Leovigildo, el cual también se caracterizó por llevar a cabo la imposición del cris anismo
arriano, frente al catolicismo de los hispanorromanos. Recaredo, su hijo, abandonaría el
arrianismo e ins tucionalizaría el catolicismo como religión del reino, convir endo a la
Iglesia en eje vertebrador del reino visigodo. El territorio se dividió en obispados, y los
obispos se reunían en concilios, en los que se dictaban tanto normas morales como
directrices polí cas.
La sucesión monárquica fue un foco de inestabilidad, pues era elec va. Leovigildo consiguió
instaurar la monarquía hereditaria. La debilidad del propio sistema de sucesión daría lugar a
que, durante la llegada de los musulmanes, los visigodos estuviesen inmersos en una guerra
civil que propició la invasión.
La economía visigoda fue eminentemente rural. Los visigodos apenas crearon ciudades,
aunque puede destacarse Recópolis. La erra estaba en manos de la nobleza visigoda e
hispanorromana, y se transformó en la principal fuente de riqueza. La debilidad del Estado y
la seguridad que ofrecían los señores del campo llevó a muchos pequeños propietarios a
ceder sus erras a cambio de protección, circunstancia que sentó las bases del feudalismo
medieval.
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El islam nació en la península de Arabia a principios del siglo VII a par r de la doctrina
predicada por el profeta Mahoma, considerado su fundador. Durante el siglo VII el islam se
expendió por la zona cercana a Arabia, Oriente, el norte de África y buena parte de la
península ibérica. La nueva religión se fundamentaba en la existencia de una comunidad de
creyentes en un único dios (Alá) que convir ó el vínculo religioso en un vínculo polí co. La
revelación de Alá a su profeta Mahoma se concreta en un libro, el Corán.
El paso del politeísmo clásico al monoteísmo cris ano y, posteriormente, islámico, son
rasgos iden tarios de las formaciones sociales que se desarrollaron a ambos lados del Mare
Nostrum.
La inestabilidad polí ca que atravesaba la península a principios del siglo VIII bebía, en gran
medida, del nulo reconocimiento del rey visigodo Rodrigo por una parte importante de la
nobleza, entre ellos, los hijos del anterior rey Wi za. Aprovechando las disputas internas
entre los visigodos, en el año 711 un ejército musulmán, dirigido por Musa Ibn Nusayr,
compuesto por bereberes y una minoría árabe, desembarcó en la península y derrotó al rey
visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete, en julio del 711. En torno al año 720
dominaban la mayor parte del territorio peninsular.
En el año 714 los musulmanes intentaron cruzar los Pirineos, aunque fueron frenados por
los carolingios en la batalla de Poi ers, en el 732.
La península ibérica quedó incluida dentro del Imperio islámico con el nombre de al-Ándalus
y se convir ó en una provincia o emirato musulmán independiente del califato de Damasco,
bajo la dirección de un gobernador o emir.
Los únicos territorios que se quedaron fuera del dominio musulmán fueron algunos valles
pirenaicos y los valles cántabros, donde se formaron pequeños núcleos cris anos.
La rapidez de la conquista se debió a la fragilidad de la monarquía visigoda y a la rma de
acuerdos o capitulaciones con las poblaciones locales y la nobleza.
Durante los primeros años, la principal amenaza contra el dominio árabe fue fruto de las
divisiones dentro de las propias tropas musulmanas.
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A par r del año 750, la situación cambió radicalmente. Cuando la dinas a de los Abasíes se
hizo con el poder en el califato, un miembro de los Omeyas, Abd al- Rahmán ibn Mu’awiya,
huyó de la represión y se estableció en el norte de África. Desde allí marchó a la península,
donde se proclamó emir con el nombre de Abd al-Rahmán I, respetando únicamente la
autoridad del califato de Bagdad en materia religiosa. Así, fundó el emirato independiente
de al-Ándalus, con capital en Córdoba, en el año 756.
La nueva dinas a organizó un Estado independiente y centralizado. El emirato
independiente reestructuró la organización administra va, aumentó la recaudación de
impuestos y organizó un ejército permanente compuesto por mercenarios.
En el exterior, el emirato mantuvo las fronteras anteriores con los reinos cris anos del
norte, pero les some ó a expediciones militares de cas go para aminorar su poder y
conseguir aceifas o bo nes.
En el año 929, Abd al-Rahmán III se autoproclamó califa, el máximo tulo de soberanía en el
islam. Así, creó el califato de Córdoba y convir ó al-Ándalus en un territorio completamente
independiente en todos los aspectos. Durante su gobierno, reuni có y paci có al-Ándalus y
some ó las marcas de Toledo y Badajoz, además, detuvo los avances conseguidos por los
cris anos y estableció un protectorado en el norte de África. Debido a esto, el siglo X se
con guró como un periodo de crecimiento económico.
En el siglo XI, los reinos cris anos conquistaron extensas zonas de las marcas o fronteras
islámicas. Tras la muerte en el año 976 de al-Hakam II, el vacío de poder fue aprovechado
por el cortesano Muhammad Ibn Abi’Amir o, Almanzor, que se hizo con el control absoluto
del poder, aunque respetando la legi midad del califa. Protagonizó algunas de las razias y
aceifas más violentas sobre territorios cris anos.
Tras la muerte de Almanzor, las trifulcas polí cas obligaron al califa a dimi r e iniciar un
proceso de tna o guerra civil que acabó en 1031 con la independencia de los territorios de
al-Ándalus. De esta manera, se formaron los reinos de taifas independientes.
Tras el proceso de guerra civil que acabó en 1031 con la desaparición del califato, surgieron
reinos de taifas independientes, o Estados de pequeño tamaño y de existencia e mera, en
ocasiones enfrentados entre sí.
Al frente de cada taifa había una dinas a dis nta. Las taifas más importantes fueron las de
Córdoba, Sevilla y Zaragoza. Exis eron taifas andalusíes, gobernadas por dinas as árabes o
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muladíes, taifas bereberes controladas por individuos norteafricanos y taifas eslavas, bajo el
poder de individuos eslavos con orígenes en el centro de Europa.
Cada taifa intentó reproducir la estructura administra va del califato omeya. Las rivalidades
entra taifas fueron aprovechadas por los territorios cris anos para amedrentarlas
militarmente y someterlas a parias o tributos, a cambio de mantener la paz en las fronteras.
Entre los años 1031 y 1085 aparecieron los primeros reinos de taifas, un conglomerado de
reinos dominados por árabes, bereberes y eslavos. Desaparecieron por los con nuos
enfrentamientos y la presión de los núcleos cris anos.
En 1085, la conquista de Toledo por parte de Alfonso VI de León y Cas lla empujó a varias
taifas a solicitar ayuda a los almorávides, un pueblo bereber, iniciándose así los segundos
reinos de taifas. En 1806, derrotaron al ejército castellano en Sagrajas. Entre 1090 y 1116
ocuparon Granada y Sevilla, jando la capital en la primera y convir endo al-Ándalus en una
provincia del Imperio almorávide. Sin embargo, la inestabilidad en territorios norteafricanos
les obligó a replegarse y se impuso en la península un movimiento religioso unitarista
almohade.
En 1146, los almohadades enviaron a al-Ándalus sus tropas con el n de frenar a los
cris anos y extender su ideal reformista, iniciándose los terceros reinos de taifas. Sin
embargo, tampoco fueron capaces de mantener largas campañas militares.
El 16 de julio de 1212 tuvo lugar la batalla de las Navas de Tolosa, al este de Sierra Morena,
donde el califa almohade se enfrentó a las tropas castellanas de Alfonso VIII de Cas lla. La
decisiva victoria castellana permi ó imponer a los andalusíes el pago de elevadas sumas de
dinero y el control de los pasos de Sierra Morena.
A inicios del siglo XIII, la autoridad polí ca de los almohades era cada vez más débil, por lo
que se mul plicaron los levantamientos.
La estructura económica del al-Ándalus estaba basada en la agricultura. Sin embargo, fue el
desarrollo del comercio y de la artesanía lo que singularizó la economía andalusí.
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3. Estructura social8
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5. Evolución polí ca de los reinos cris anos y proceso de reconquista hasta el siglo
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10 Los primeros núcleos de resistencia cris ana. Principales etapas de la Reconquista.Modelos de repoblación.
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En 1037, se produjo el matrimonio entre el conde de Cas lla, Fernando, y la hermana del
difunto rey de León, Sancha de León. En 1037, en la batalla de Tamarón, Fernando derrotó a
su cuñado, Bermudo III de León, convir éndose por tanto en Fernando I rey de Cas lla y de
León, uni cando los dominios bajo un único mando por primera vez.
Sin embargo, la unión fue breve, ya que a su muerte repar ó el territorio entre sus hijos:
Cas lla para Sancho II, León para Alfonso VI, Galicia para García, Zamora para Urraca y Toro
para Elvira.
Sancho II de Cas lla y Alfonso VI de León se aliaron para conquistar el territorio de Galicia.
Sin embargo, pronto surgieron desavenencias y estalló la guerra entre ambos. Sancho II
falleció en el si o de Zamora, en 1072, y Alfonso VI unió por segunda vez los territorios de
Cas lla y León y buscó la ampliación de su territorio.
La invasión almorávide frenó el avance castellanoleonés, pero la desintegración de su
imperio permi ó al rey Alfonso VII avanzar hasta Sierra Morena y Almería.
En 1212, Alfonso VIII de Cas lla derrota al ejército almohade en la Batalla de las Navas de
Tolosa. La victoria abrió a Cas lla las puertas al valle del Guadalquivir y el Mediterráneo.
En 1230 se produjo la unión de ni va de Cas lla y León bajo la corona de Fernando III. Su
hijo, Alfonso X se caracterizó por llevar a cabo una intensa labor polí ca y diplomá ca. La
muerte del heredero Fernando de la Cerda, en 1275, fue la primera de una larga lista de
di cultades sucesorias que degeneraron en disputas entra las dis ntas facciones nobiliarias.
- Los núcleos pirenaicos y la cosolidación de los reinos de Navarra y Aragón:
El reino de Pamplona también tuvo su origen en la consolidación en el poder de otra
dinas a local: la dinas a Jimeno. Sancho III el Mayor dividió el reino a su muerte entre sus
hijos: García Sánchez III heredó Pamplona, Fernando I recibió Cas lla (que posteriormente
se conver ría en Fernando I de Cas lla y León) y Ramiro I obtuvo Aragón. Los condados de
Sobrarbe y Ribagorza fueron para su hijo Gonzalo, pero pronto se incorporarían a Aragón.
A la muerte de Alfonso I de Navarra, García Ramírez fue elegido como sucesor, lo cual
supuso la separación entre el reino de Pamplona y Aragón.
En 1162, Sancho VI el Sabio tomó la decisión de reemplazar su tulo de rey de Pamplona
por el de rey de Navarra.
6. El proceso de repoblación11
No fue casual que la consolidación polí ca de los reinos cris anos coincidiese con el inicio
de su expansión territorial.
El término Reconquista hace referencia a este proceso de expansión de los reinos cris anos
del norte hacia el oeste y sur de la península, con el consiguiente retroceso de las fronteras
de al-Ándalus. Esta palabra fue acuñada por la historiogra a, que de esta manera
iden caba la expansión territorial con la recuperación del proceso de unidad polí ca y
11 Los primeros núcleos de resistencia cris ana. Principales etapas de la Reconquista. Modelos de repoblación.
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12 Los reinos cris anos en la Edad Media: organización, polí ca, régimen señorial y sociedad estamental.
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Además, surgió el régimen señorial, por el que los habitantes de un determinado territorio
quedaban ligados a su propietario, a su señor, exis endo de diversos pos:
● De realengo: pertenecientes al monarca.
● Eclesiás co.
● Señoriales, divididos en:
○ Solariegos: los señores cobraban rentas a sus habitantes por el uso de
la erra.
○ Jurisdiccionales: las prerroga vas de los señores incluían el cobro de
impuestos, la administración de jus cia o la llamada a las.
En todas las monarquías el rey lo era por la gracia de Dios y su proclamación tenía lugar en
una ceremonia religiosa. La ostentación de la corona iba asociada a un conjunto de
derechos exclusivos que lo dis nguían del resto de los miembros de la nobleza.
Para el ejercicio del poder, el rey se rodeaba del Pala um una corte de colaboradores
nombrados a discreción. Durante el siglo XIII este órgano se perfeccionó hasta conver rse
en una verdadera cancillería.
Junto a la cancillería, el rey gobernaba con la ayuda de las Cortes. Esta ins tución se
desarrolló a par r de la an gua Curia regia. A las Cortes acudían, además, de los
representantes de la nobleza militar y la Iglesia, miembros de representación popular. Las
primeras Cortes que se convocaron en los reinos hispánicos fueron las de León, en 1188,
bajo el reinado de Alfonso IX de León.
En función de su estructura, exis eron Cortes de dos pos:
● Cortes de po castellano. León y Cas lla fusionaron sus asambleas en la
segunda mitad del siglo XV. Estaban cons tuidas por los tres estamentos y se
per laron como un diálogo entre el rey y la curia, por una parte, y los
representantes de ciudades y villas por otra. Conservaron el carácter
delibera vo de la an gua curia. Su atribución fundamental fue de carácter
scal.
● Cortes de po aragonés. Las Cortes de Aragón, las Cortes de Cataluña y las
Cortes de Valencia se mantuvieron independientes entre sí. Se caracterizaron
por el fortalecimiento de cada brazo o estamento. Se abrían con la resolución
de los agravios presentados por cada estamento contra el rey. Debían
resolverse antes de pasar a otros puntos, con lo que el monarca tenía que
13 Los reinos cris anos en la Edad Media: organización, polí ca, régimen señorial y sociedad estamental.
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Durante los siglos XIV y XV en la Corona de Cas lla, que incorporaba los an guos reinos de
León y Cas lla, el poder real experimentó un proceso de fortalecimiento. Cas lla era la
en dad polí ca más extensa de los cinco reinos existentes en la península ibérica en estos
siglos y, también, una de las potencias más importantes de la Europa cris ana.
La monarquía castellana fue capaz de imponerse a la nobleza gracias a las aportaciones de
otras facciones nobiliarias y de los concejos urbanos. Los reyes de Cas lla tuvieron una
personalidad potesta va más clara que los de Aragón.
El poder fundamental sobre el que se asentó la consolidación del poder real fue el Derecho
romano, apelado por los monarcas para reivindicar una mayor concentración del poder
polí co. Los monarcas consiguieron el reconocimiento del poder absoluto en diversos
momentos. Alfonso X intentó establecer cierta uniformidad jurídica promulgando las Siete
Par das.
Las ins tuciones de la monarquía fueron reorganizadas y el poder real quedó reforzado
mediante el establecimiento de una compleja administración centralizada formada por los
organismos siguientes:
● El Consejo Real. Encargado de aconsejar al rey. Estaba compuesto por
representantes del alto clero, la alta nobleza y los juristas. Sus tuía a la an gua
Curia Regia.
● La Chancillería o Audiencia. Máximo órgano de jus cia (especie de tribunal
supremo) cons tuido a nales de la Edad Media. Contribuyó a la
profesionalización de la jus cia y la centralización del poder de los monarcas.
● La Hacienda Real. Organismo casi indispensable a tenor de los gastos que
exigía la monarquía. Fue organizada por medio de contadurías, encargadas de
la recaudación.
El poder del rey también salió fortalecido en los concejos municipales y en las Cortes.
A par r de 1325, ya mayor de edad, Alfonso XI consiguió apaciguar el descontento de la
nobleza a la vez que se implicaba en la reac vación del comercio internacional entre el
Mediterráneo y el Atlán co.
El desarrollo de la ganadería trashumante y de las exportaciones laneras aseguró a la
monarquía gran solvencia. Pero, en el contexto internacional, estalló la guerra de los Cien
Años, y entre 1366 y 1369 estalló en Cas lla una guerra civil que enfrentó a Pedro I el Cruel
contra su hermano ilegí mo, Enrique, conde de Trastámara. La victoria de este úl mo en la
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Edad Media.
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batalla de Mon el en 1369 comportó su coronación como Enrique II, primer rey castellano
de la dinas a Trastámara.
Se inició así un periodo de consolidación del régimen señorial y de par cipación de la
nobleza en la polí ca que duró hasta el reinado de Isabel I de Cas lla, reina desde 1474.
En 1134, el rey Alfonso I de Aragón murió sin descendencia directa. Esto tuvo dos
consecuencias polí cas: la ruptura entre Pamplona y Aragón y la proclamación de Ramiro II
de Aragón, hermano de Alfonso I.
Ramiro II fue el ar ce de la Corona de Aragón. La hija de Ramiro II y heredera, por tanto,
del reino de Aragón, Petronila, contrajo matrimonio con el conde de Barcelona, Ramón
Berenguer IV. De esta unión surgió la Corona de Aragón, de la cual el hijo de ambos, sería el
primer monarca.
La Corona aragonesa estuvo integrada por cuatro grandes polí cos: Aragón, Cataluña,
Valencia y Mallorca, que cons tuyeron una confederación encabezada por un mismo
monarca pero en la que cada territorio se regía por sus propias ins tuciones, leyes, idioma y
costumbres.
El poder del rey estaba limitado por las normas y los derechos de cada territorio. El monarca
se comprome a a respetarlos en un pacto con sus vasallos, representados por las Cortes.
No exis a una capital ja y los reyes pasaban largas temporadas en ciudades como
Barcelona, Zaragoza o Valencia, mientras que en su ausencia en el resto de territorios
designaban un representante denominado virrey.
Cada uno de los territorios de la confederación aragonesa disponía de sus propias Cortes,
que poseían un peso muy importante porque se encargaba de aprobar los impuestos y
ejercer ciertas facultades legisla vas. Un paso más se dio cuando estas cortes ins tuyeron
la denominada Diputación General o Generalitat, según los diferentes reinos.
Una de las ins tuciones más singulares dentro de la Corona aragonesa fue la ins tución de
Jus cia de Aragón (mediaba las luchas entre el rey y la nobleza y presidía las Cortes de
Aragón en ausencia del rey).
La administración territorial de la Corona de Aragón fue muy heterogénea debido a los
dis ntos reinos que la componían. El régimen municipal aragonés fue similar al castellano,
Las asambleas populares fueron sus tuidas por organismos más restringidos denominados
Consell, en los que estaban representados todos los estamentos, como el Consell de Cent de
Barcelona.
Alfonso II el Casto y sus sucesores protagonizaron una polí ca exterior expansiva que contó
con la complicidad de la oligarquía comercial valenciana y barcelonesa. Esta expansión
estuvo condicionada por la derrota de Pedro II de Aragón ante Francia en la batalla de
15Organización polí ca de la Corona de Cas lla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al nal de la
Edad Media.
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Muret, en 1213. Esto obligó a los aragoneses y catalanes a dirigirse hacia el Mediterráneo,
donde conquistaron Mallorca y Valencia, Sicilia y Cerdeña, y los ducados a Atenas y
Neopatria. El desarrollo de los consulados del Mar dio lugar al establecimiento de los
denominados Consulados del Mar, en los que se regulaban las relaciones entre armadores y
comerciantes según el derecho mercan l.
La crisis del siglo XIV afectó gravemente al comercio aragonés y en 1380 se produjo una
profunda crisis nanciera y hacendís ca que impactó en la moneda aragonesa. Para evitar
su repe ción se ins tuyó en Barcelona la Taula de canvi, pero no logró evitar nuevas crisis ni
devaluaciones de la moneda.
Los con ictos bélicos que generó la polí ca expansiva tuvieron signi ca vas consecuencias
ins tucionales. Los gastos bélicos fueron uno de los principales puntos de discrepancia
entre el rey y la nobleza aragonesa.
En 1410, la muerte del rey Mar n I el Humano sin descendencia dio paso a una nueva
dinas a real. En el Compromiso de Caspe, en 1412, representantes de Aragón, Cataluña y
Valencia eligieron al regente de Cas lla Fernando I de Antequera, de la dinas a Trastámara,
como nuevo rey de la Corona de Aragón. A Fernando I le sucedieron sus dos hijos, primero
Alfonso V de Aragón y, posteriormente Juan II de Aragón. A la muerte de Juan II en 1479,
subió al trono Fernando II de Aragón, que contraería matrimonio con Isabel I de Cas lla.
16Organización polí ca de la Corona de Cas lla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al nal de la
Edad Media.
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
El matrimonio de Isabel de Cas lla y Fernando de Aragón en 1469 se produjo durante una
grave crisis, ya que ambos necesitaban reforzar su poder en sus respec vos reinos. La unión
matrimonial permi ó estabilizar ambas Coronas frente a las presiones de la oligarquía
nobiliaria.
En Cas lla un sector de la nobleza dudaba de la paternidad de Enrique IV respecto a la
princesa Juana, a la que llamaban la Beltraneja por considerarla hija del valido del rey, don
Beltrán de la Cueva. Juana era reina consorte de Portugal, ya que había contraído
matrimonio con Alfonso V de Portugal. Los nobles propusieron a la infanta Isabel como
heredera tras la muerte de su hermano Enrique IV, y la proclamaron reina en 1474,
convir éndose en Isabel I de Cas lla.
Juana recibió el apoyo de las ciudades del sur, parte de la nobleza castellana, de Portugal y
de la Francia de Luis XI enfrentada con Aragón por los condados de Rosellón y Cerdeña. Por
otro lado, Isabel y su cónyuge, Fernando II de Aragón, contaban con el respaldo de las
ciudades del norte, de la Corona de Aragón y del resto de la poderosa nobleza castellana.
El 1 de marzo de 1476 el ejército isabelino derrotó al portugués en la batalla de Toro, que
selló el des no de la con enda, comenzando a desintegrarse el bando juanista. Los reyes de
Cas lla a anzaron su poder al ser reconocidos en las Cortes de Madrigal. En 1479,
Fernando II, se convierte en rey de la Corona de Aragón tras la muerte de su padre Juan II.
Fernando II logró derrotar a los úl mos par darios de Juana en la batalla de La Albuera, en
1479.
El 4 de sep embre de 1479 se rmó el Tratado de Alcaçovas, por el que se puso n a la
guerra civil y se delimitó el espacio marí mo en el Atlán co. Cas lla se reservó los derechos
sobre el archipiélago canario; y Portugal las erras al sur de Canarias, incluida la costa
africana. Isabel y Fernando fueron reconocidos reyes de Cas lla. En 1494, el Papa concedió
a Isabel y Fernando el tulo de Reyes Católicos.
A pesar de que Cas lla y Aragón fueron dos Estados diferentes, Fernando e Isabel
promovieron la uni cación polí ca de ambos territorios.
La monarquía de los Reyes Católicos se cons tuyó sobre la unión personal de Isabel y
Fernando. Mediante la Concordia de Segovia quedó es pulado el reparto de poder entre los
dos soberanos. Aunque los monarcas aportaban a la unión los territorios de sus Coronas, la
unión era de carácter personal y dinás co y, por lo tanto, Aragón y Cas lla conservaban sus
respec vas ins tuciones, leyes y moneda. Solo la diplomacia, la polí ca exterior y el ejército
se pusieron en común.
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La unión no fue igualitaria, dado el desigual peso territorial, demográ co y económico entre
ambos territorios, que hicieron de Cas lla el centro polí co de la nueva unión.
Con los Reyes Católicos, la Monarquía Hispánica fue una de las primeras en acceder a la
monarquía totalitaria y en someter a la nobleza, el clero o los concejos. Además,
cons tuyeron las nuevas ins tuciones, que terminaron por con gurar el Estado moderno.
Los Reyes Católicos, para lograr sus obje vos, reformaron algunas ins tuciones an guas,
instauraron otras nuevas y modi caron la manera de gobernar; además, se lanzaron a una
polí ca de uniformidad religiosa que implicó la expulsión de los judíos.
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Los Reyes Católicos, una vez consolidados en el trono, pusieron en marcha la uni cación
polí ca de la Península. Para ello, sus obje vos fueron la conquista de Granda y la unión con
Portugal. Posteriormente, anexionaron Navarra.
El reino nazarí de Granada era el úl mo reducto islámico de la península, por eso se
consideró su conquista como una cruzada religiosa contra los in eles. La conquista
comenzó con la toma de Alhama en 1482 y terminó con la entrega de la Alhambra por parte
de Boabdil a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492.
La incorporación de Portugal
La uni cación territorial con Portugal se intentó mediante la polí ca matrimonial, aunque la
muerte del príncipe heredero de ambos reinos en 1500 hizo fracasar la unión.
La incorporación de Navarra
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
La polí ca religiosa
La polí ca internacional
La unión de las Coronas castellanas y aragonesas supuso el inicio de una polí ca común.
Fernando logró imponer el criterio aragonés y convir ó a Francia en rival de la Corona
hispana, frente a la tradicional alianza franco-castellana.
Los dos principales obje vos del reinado fueron aislar a Francia y prevenir la amenaza
musulmana.
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Los dos principales puntos de discordia entre Francia y España fueron Francia y Navarra.
Uno de los obje vos prioritarios de Fernando fue la recuperación de los territorios del
Rosellón y la Cerdeña. La rma del Tratado de Barcelona de 1493 supuso la devolución de
esos territorios a cambio de la no intervención de los Reyes Católicos en los asuntos
franceses en Italia.
La Corona aragonesa estaba asentada sólidamente en la isla de Sicilia y Cerdeña, y poseía
importantes vínculos con el próspero reino de Nápoles. Sin embargo, el territorio napolitano
era también ambicionado por Francia que, en 1494, invadió la península italiana con el
obje vo de recuperar los derechos de la dinas a de Anjou sobre Nápoles. Fernando el
Católico después de denunciar el incumplimiento del Tratado por el paso de tropas por
Roma, organizó una alianza con Venecia, Milán, el emperador alemán y el papa para
enfrentarse a Francia.
Las victorias del Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, sobre el ejeŕcito francés en
Cerdeña y Garellano supusieron que desde 1503 Nápoles quedara en manos de los
soberanos, que de esta forma controlaban todo el sur de Italia.
La actuación de los Reyes Católicos en el norte de África fue una opción estratégica para
alejar el peligro musulmán de la Península. Pese a la conquista de Granada, el con icto con
el islam siguió latente debido a las acciones de los piratas berberiscos que asolaban las
costas españolas y a la expansión del Imperio otomano.
Durante el reinado de los Reyes Católicos se llevó a cabo la ocupación de ni va de las islas
Canarias. En 1478 comenzó la segunda fase en la que se incorporaron las islas restantes del
archipiélago. La conquista de Gran Canaria en 1483 permi ó con gurar la anexión de las
demás: Las Palmas, en 1493; y Tenerife, en 1496.
La conquista no fue fácil ya que fue necesario dominar la oposición de la población na va,
los guanches. El método u lizado en la incorporación fue el de las capitulaciones. El
archipiélago se convir ó en una base fundamental para las expediciones hacia las Indias.
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4. El descubrimiento de América20
El año 1492 fue una fecha decisiva en la historia de España. Ese año, los Reyes Católicos
conquistaron Granada y decretaron la expulsión de los judíos, pero sobre todo fue el año del
descubrimiento de América.
Causas y antecedentes
● Económicas. El descubrimiento de América debe enmarcarse en los viajes de
exploración que portugueses y castellanos realizaban desde comienzos del
siglo XV. El interés por encontrar rutas que reemplazaran las tradicionales vías
de intercambio en el Mediterráneo oriental, a las que hubo que recurrir tras la
conquista de Constan nopla por los turcos otomanos en 1453, sirvió de
acicate para que aventureros y exploradores se embarcaran en la empresa de
descubrir nuevos i nerarios para llegar a Asia.
● Cien cas e ideológicas. Estas exploraciones se apoyaron en los avances
técnicos de la época: la carabela, astrolabios, brújulas y cartas de navegación,
etc.
● Polí cas. Aunque los castellanos habían colonizado las Canarias, los
portugueses, impulsados por el príncipe Enrique el Navegante, recorrían la
costa africana con el obje vo de alcanzar la India.
Europa buscaba una ruta marí ma alterna va para el comercio con Asia. Cas lla apostó por
la propuesta de un joven navegante, Cristóbal Colón, que pretendía dirigirse hacia el oeste
atravesando el Atlán co.
En abril de 1492, los Reyes Católicos decidieron respaldar la expedición y rmaron las
Capitulaciones de Santa Fe. De acuerdo con ellas, Colón sería nombrado almirante, virrey y
gobernador general de las erras que fuesen descubiertas, y tendría derecho a recibir la
décima parte de todo lo comerciado.
Cristóbal Colón par ó del puerto de Palos el 3 de agosto con una ota compuesta por tres
naves, la Santa María, la Pinta y la Niña, con la ayuda de los hermanos Yáñez Pinzón y el
cosmógrafo Juan de la Cosa. Después de recalar en Canarias, y tras treinta y tres días de
navegación, el 12 de octubre la expedición llegó a una isla de las Bahamas (Guanahani) que
Colón denominó San Salvador.
Más tarde recorrió las islas Juana (Cuba) y la Española, en la que fundaron un primer
enclave, el fuerte de Navidad.
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Colón llegó a Lisboa el 4 de marzo de 1493 y fue recibido por los Reyes Católicos en
Barcelona con todos los honores.
En su segundo viaje exploraron varias islas del Caribe (La Española, Cuba, Jamaica y Puerto
Rico) y se fundó la primera ciudad, Santo Domingo. En un tercer viaje, tocó la masa
con nental americana a la altura de la desembocadura del río Orinoco.
Colón realizó un cuarto y úl mo viaje. Embarcó en Sevilla con el propósito de encontrar un
paso en América Central hacia las islas de las especias.
En 1519 Hernán Cortés par ó de Cuba con apenas ochocientos hombres. Después de
fundar Veracruz se alió con los tlaxcaltecas y otros pueblos enemigos de los aztecas. Cortés
fue bien recibido por el rey azteca Moctezuma en la capital del Imperio, Tenoch tlán.
Posteriormente, los aztecas expulsaron a los españoles de la ciudad durante la Noche Triste.
En julio de 1520 Cortés derrotó a los aztecas en la batalla de Otumba. Al año siguiente si ó
y conquistó Tenoch tlán y consiguió doblegar al Imperio azteca. Su territorio se convir ó en
el virreinato de Nueva España. El éxito de la empresa promovió nuevas expediciones, que
tomaron como punto de par da el istmo de Panamá.
Entre 1527 y 1533, Francisco Pizarro, con unos doscientos hombres, aprovechó los
enfrentamientos entre los incas y, tras ejecutar al emperador Atahualpa, ocupó los actuales
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
territorios de Ecuador y Perú y parte de Bolivia. Lima se convir ó en la capital del virreinato
de Perú.
La llegada a Filipinas
La colonización de América
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2º Bachillerato HISTORIA DE ESPAÑA
Las Indias no fueron consideradas territorios coloniales, sino posesiones de ultramar, y por
ello iguales jurídicamente que el resto de posesiones de la Corona.
Para llevar a cabo el gobierno de la América hispana se crearon las siguientes ins tuciones:
● Virreinatos. Al frente estaba el virrey, casi siempre procedente de la alta
nobleza castellana. Los territorios americanos quedaron divididos en dos
zonas: el virreinato de Nueva España, con capital en México y que comprendía
la América septentrional y central; y el virreinato de Perú, con capital en Lima,
que abarcaba América del sur.
● Gobernaciones. Cada virreinato incluía varias gobernaciones, aunque cuando
se trataba de territorios fronterizos se denominaban capitanías generales. Los
gobernadores ejercían funciones militares y administra vas.
● Corregimientos. Formaban parte de las gobernaciones y abarcaban un número
variable de cabildos.
● Audiencias. Eran circunscripciones judiciales y la úl ma instancia de apelación;
sus decisiones obligaban incluso al virrey. Sus presidentes sus tuían al virrey
cuando este cargo estaba vacante. Las audiencias de La Española y de Filipinas
no dependían de ninguno de los virreinatos.
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24 El Imperio de los Austrias: España bajo Carlos I. Polí ca Interior y con ictos europeos.
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