Paola del Carmen Domínguez Gómez - 177003

31 de enero de 2023

Análisis del Movimiento Estudiantil del 68 y sus Consecuencias Políticas

El movimiento estudiantil de 1968 tuvo origen por un altercado entre estudiantes de la

UNAM y el IPN, se denomino después como un movimiento social porque además de los
estudiantes también participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y
profesionistas en la Ciudad de México.

Todo indica que este movimiento aparentemente se origina el 22 de julio, durante el

altercado entre estudiantes las autoridades policiales intervinieron con violencia,
agrediendo a los estudiantes e incluso invadiendo edificios escolares; siguiente de este acto,
los estudiantes del IPN hicieron una manifestación e 26 de julio protestando contra la
violencia policiaca, su principal objetivo era poner en duda la “honradez” del gobierno.

El mismo día, otros estudiantes (mayoritariamente de la UNAM) y organizaciones

de
izquierda realizaban una marcha de apoyo a la revolución cubana. La protesta de los
estudiantes del IPN debía terminar el Casco de Santo Tomás, pero decidieron desviarse
hacia el zócalo, en la calle Palma los esperaban granaderos que reprimieron la marcha
violentamente.

Continuaron así las marchas y el gobierno se “defendía” haciendo detenciones

masivas, arbitrarias e ilegales, así como agrediendo a quienes iban a protestar incluso
cuando eran manifestaciones pacíficas. Las revueltas contra la policía obsoleta, el abuso de
la fuerza, y un país rigurosamente controlado nos induce a los hechos. El 2 de octubre de
1968 ocurre el suceso más importante relacionado a este movimiento, un hecho que marca
un antes y un después en la política y la sociedad mexicana, aquel hecho que hoy es
conocido como la matanza de Tlatelolco.

La masacre fue cometida por el Ejército Mexicano y el grupo paramilitar Batallón

Olimpia, de acuerdo con medios de información se calcula que participaron cerca de cinco
mil soldados armados, sin embargo, el presidente Díaz Ordaz negó la presencia del batallón
justificando que ellos solo estaban para custodiar las instalaciones de los Juegos Olímpicos.
Años después, gracias investigaciones, medios y testimonios de los sobrevivientes, se
descubrió que el ejercito y el batallón estaban autorizados para detener a los miembros del
Consejo Nacional de Huelga (CNH), quienes eran los representantes indiscutibles del
movimiento dicho intento de detención se convirtió en una represión violenta y sangrienta.
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 El número oficial de muertos por la masacre se dio a conocer en 2006 con un
alrededor de 350 muertos, incluso se declaró que no era una cifra exacta por lo que podría
haber más difuntos de los que no se tiene noción, se especula que podría estar entre los 300
y 400 muertos.

En la época de los sesenta la sociedad veneraba al presidente, considerándolo

prácticamente un todopoderoso. Los partidos políticos no existían, solo el aparato priista.
La brutal masacre significaba que los revolucionarios tenían razón, fue una regresión en el
tiempo impresionante pues se llegó a reafirmar que México estaba viviendo un momento
“prerrevolucionario”. En todas las universidades se operó un cambio radical en el ambiente
estudiantil, una ola de radicalismo antidemocrático recorrió todo el país y las universidades
por años enseñaron política radical.

Ahora bien, ¿cómo afecta este conflicto a la política actual? Este movimiento
continúa
siendo relevante porque exhibió el autoritarismo y defendió las prácticas democráticas. El
estado mexicano cometió graves violaciones a los derechos humanos de la población, como
consecuencia a esto, incluso si la corriente estudiantil democrática fue derrotada en aquella
masacre se logró que triunfaran las corrientes revolucionarias.

La realidad en el aspecto social es que fue un conflicto que impactó severamente a

la
fe que se le tenía a ley y al gobierno mexicano, la creencia de que estábamos avanzando y
vivíamos en orden civilizado; básicamente todo eso se rompió y las repercusiones nos
siguen alcanzando hasta la actualidad como el mayor obstáculo para un México progresista.

A pesar de todo, este movimiento trajo cosas positivas y negativas para nuestro
México actual. Políticamente hablando, el movimiento destacó en cambios institucionales:
la reforma política de 1977, la creación de la Comisión de Derechos Humanos de 1970, etc.
De acuerdo con Íñigo Fernández, historiador de la Universidad Panamericana, el
movimiento ayudó a que el país se empezara a democratizar y que, más adelante, hubiera
una alternancia política. El movimiento del 68 fue el origen de la dualidad política en
México, así también la redefinición en la relación entre gobernantes y militares.

Hablando de las cosas negativas, se desata un fenómeno incontrolable con el que

seguimos lidiando en el día a día: la violencia criminal. El estado es el responsable de las
perversiones que se han vivido con respecto a la violencia, muchas veces la corrupción o el
mal manejo de los controles legales fueron quienes beneficiaron al crimen organizado.

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Nuestros últimos tres presidentes no han hecho nada para defender a los ciudadanos de la
violencia criminal, incluso contribuyeron a ella. Fox negoció con los criminales, Calderón
no entendía la magnitud del problema y tampoco tenía interés al respecto y Peña Nieto no
reconoció la dimensión del reto que era acabar con este problema.

Eventos como la masacre del 68 se volvieron algo del día a día, el crimen
organizado
tomo mucha fuerza y el gobierno le otorgó aún más, esto lo vemos reflejado en eventos
como las “limpias” de los carteles, el caso de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, los
feminicidios, las desapariciones, el surgimiento de bandas criminales, etc. A lo que quiero
llegar es que la falta de actos por parte del Estado son lo que nos ha transformado en la
sociedad que somos ahora, el mismo Estado que supuestamente debería protegernos de
todos estos problemas y que debería procurar que ni siquiera ocurran no lo hace.

La confianza por parte de la sociedad es cada vez menor, no confiamos en los

policías,
en los militares, en los gobernadores, en el presidente, ni en ningún órgano de gobierno y
tampoco nos han dado razones para hacerlo. México continua en una lucha constante por la
progresividad y si bien hemos avanzado, aún tenemos mucho camino por recorrer, sumando
a esto los obstáculos como lo son la corrupción.

Lo que más increíble me resulta es el hecho de que aún en la actualidad sigamos

viviendo las repercusiones de lo que algún día fue un proyecto que buscaba la superación y
la democracia, además de que haya personas en puestos de poder que continúan ignorando
la existencia de un movimiento de tal magnitud o que defienden aún hoy defienden al
gobierno deslindándolo de la responsabilidad.

No es justo que las personas de poder en ese entonces se hayan lavado las manos y
los culpables nunca hayan sido castigados, no es justo que hoy no se les dé seguimiento a
los casos de negligencia por parte de las autoridades y es triste que muchos ciudadanos ni
siquiera intentan llevar a cabo el proceso porque es un carpetazo seguro. Esas fueron las
repercusiones políticas y sociales de este hecho tan importante, un movimiento que buscaba
el avance en nuestro gobierno resultó en un completo retroceso, una sociedad lastimada,
conformista y con pocas oportunidades para el cambio.

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Bibliografía
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estudiantil
del 68. Expansión Política. Recuperado 31 de enero de 2023, de:
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movimiento-estudiantil-del-68
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