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Pablo Alabarces
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deporte, traducido en 1982. Brohm, a su vez, Guedes califica como anacrónico, erudito
venía produciendo una sostenida serie de pero ecléctico y hasta contradictorio, en la
trabajos críticos sobre el deporte en su revis coexistencia dei “relativismo cultural de
ta Quel coips?, que pueden leerse en alguna Ruth Benedict y el determinismo biológico
compilación tardia (AA.W ., 1994) y en la de Lombroso, para citar apenas un ejemplo
colección de artículos publicados a Fines de de las curiosas mezclas que son hechas, a ve-
los 1960 en la revista Partisans, editada en ces en la misma página” (Guedes, 1998, pp.
Espana (AA.W ., 1978). 22-3). Hasta hoy, los intentos de formalizar
El segundo problema, como dije, fue campos autónomos son poco exitosos: la
académico, o mejor dicho, de estructuración aparición de la problemática en la agenda de
de las disciplinas académicas: ;Q iiién debía estúdios permitirá la existencia de historia
ocuparse dei deporte? El mundo anglosajón dores o antropólogos o sociólogos o investi
encontro una respuesta rápida en los depar gadores de la cultura “que hacen deporte”,
tamentos universitários de educación física, pero no la constitución de organizaciones
creados en los anos de 1960. Aunque con de- nacionales o supranacionales, fenómeno que
bilidades (como senala Dunning, 1999), es sí ocurre en los países centrales.
pecialmente en el tono empiricista y en la au Otra paradoja: si imaginariamente la
sência de reflexión teórica, la existencia de única mirada posible era populista, se califi-
estos departamentos permitió el surgimiento có una condición de posibilidad, una gra
de una investigación en sede académica. Para mática, pero jamás un discurso. Cuando
los latinoamericanos, esa posibilidad no exis Juan José Sebreli intenta descalificar las
tirá hasta los 1980, y sólo en el caso brasile- aproximaciones populistas al fútbol hasta
no; en el resto dei continente, esta posibili 1981 (el momento de su Fútbol y masas),
dad continua bloqueada. Así, no habrá sólo puede citar fragmentos de poemas o re
disciplinas autónomas que se encarguen dei latos, crónicas periodísticas, alguna metáfo
deporte; o mejor, en tanto entendemos que ra perdida en el campo de batalla (“el alma
los estúdios sobre deporte no constituyen está en orsay/ che bandoneón”). Si Medios de
una disciplina stricto sensu sino un campo comunicación y cultura popular (Ford et al.,
sub-disciplinar, no habrá un reconocimiento 1985) es la recopilación más importante que
académico dei campo de estúdios hasta fecha esta matriz dei análisis cultural produjera en
muy reciente. En todo el continente. Las ex la crítica argentina, el deporte no ocupa nin-
cepciones fueron sólo dos: en el lejano 1957, guno de sus capítulos. Fortuna que sí obtie-
un sociólogo argentino, Alfredo Povina, ha- nen el tango, la historieta, el melodrama, el
bía publicado una Sociologia dei deportey dei radioteatro, la prensa popular, el cine de ma
fútbol, un débil intento de formular una so sas. No hubo investigación, ni populista ni de
ciologia dei deporte que sin embargo fue du ningún tipo, sobre el deporte en la Argentina
rante anos el único texto sobre el tema en la hasta fechas muy recientes-. el tema quedó des-
Biblioteca de Sociologia de la Universidad de plazado a la charla de café - que, aunque
Buenos Aires (hoy biblioteca de la Facultad próxima, no puede calificarse de sede acadé
de Ciências Sociales). En Brasil, João Lvra Fi mica - o, nuevamente, al costumbrismo. En
lho publico una Introdução à sociologia dos la narrativa antes que en el ensayo, en la fic-
desportos, en 1973, libro que Simoni Lahud ción antes que en la historia. Aun en el po-
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pulismo de izquierda: las condiciones de no, lo que sumado a las dictaduras militares
producción, circulación y reconocimiento y al bloqueo generalizado sobre la produc
de Galeano (1995), en su libro El futbol, a ción crítica en las Ciências Sociales dei con
soly sombra, no son académicas, a pesar de tinente, no permitia ser muy auspicioso. Dos
su incorporación rápida al repertorio de ci sintagmas parecían dominar, entonces, cual-
tas. Esa obra ha tenido larga fortuna, no sólo quier posibilidad de producción: los intelec-
de ventas, sino de traducción al português, tiiales no saben nada de futbol, el argumento
al inglês y al francês, lo que lo transforma en periodístico por excelencia, el que preserva al
excelente fuente para muchos estúdios pro- cronista de cualquier irrupción excêntrica o,
ducidos en Europa y Estados Unidos.’ El li peor de peores, más legítima que la periodís
bro combina una escritura deliciosa con la tica; y el argumento intelectual inverso, el
clásica predilección de Galeano por la argu- futbol como opio dei pueblo, que limitaba la
mentación narrativa a partir dei relato de ca intervención a la condena, al prejuicio, a la
sos, en algunas ocasiones simples vinetas. distancia, o mejor aún, al silencio.
Por supuesto, hay más para leer en Galeano Así, la publicación en 1982 de O uni
que en el citado Sebreli, clímax de la conde verso do jutebol, la compilación dei antropó
na apocalíptica; Galeano evita el respaldo logo brasileno Roberto Da Matta, muestra
teórico, lo que es su debilidad a la hora de la todo su carácter fundacional. Los trabajos
argumentación, pero es su fuerte frente al anteriores de ese autor, especialmente su clá-
manoseo teórico de Sebreli. Esa debilidad sico Carnavais, malandros e heróis de 1979
teórica de Galeano consiste en que en dema (Da Matta, 1983), habían bordeado el fut
siadas ocasiones termina refugiado en cierto bol en su intento de analizar la cultura bra-
consabido sentido común futbolístico, con silena; si el intento que definia todo el traba-
los tópicos populistas de la resistencia cultu jo de Da Matta era trazar una “sociologia do
ral, la carnavalización, la inventiva, la fiesta dilema brasileiro”, la aparición dei futbol co-
y la belleza a la cabeza, conformando una braba legitimidad al tornarse uno de los ri-
matriz teórica recuperada por buena parte tuales donde entender la jerarquia, el malan
de una discursividad periodística levemente dragem, la carnavalización, la inversión o la
progresista ansiosa de legitimidad.3 reproducción. El uso de la categoria de ri
tual que hacía Da Matta será de gran impor-
tancia en los estúdios culturales latinoameri-
Fundaciones canos posteriores, no sólo en los dedicados
al deporte.4 Es indudable —y en el trabajo de
Estas dos matrices, la condena anti-po Vogel (1982) compilado en ese volumen se
pulista y apocalíptica de Sebreli y la reivindi- vuelve central y explícita - la presencia de la
cación romântica de Galeano, habían orde antropologia interpretativa dei Clifford
nado la discusión desde fines de los 1960. Geertz (1987) de La interpretación de las cul
Desde esas perspectivas, era difícil suponer la turas, pero particularmente su celebérrimo
constitución en sede académica de los estú trabajo sobre la rina de gallos balinesa, que
dios sobre fútbol y deporte en general. La por desplazamiento permitia entender los
mirada apocalíptica aparecia como domi mecanismos puestos en juego en los univer
nante en el campo intelectual latinoamerica- sos deportivos: ju gar con fuego sin quemarse,
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la idea de la apuesta simbolicamente rele tamanha que só não admite a ausência de
vante porque lo que se discute es la jerar significado. [...] O processo semântico de
quia, el estatus, la identidad, la pertenencia sencadeado pelo jogo constrói-se em um
campo de debates, no qual diversas posições
a un colectivo, a través de una práctica tan
se confrontam. [...] várias dimensões identi-
periférica como la rina de gallos... o el fút-
tárias são disputadas, negociadas e construí
bol, para nuestro caso. Es significativo que
das [...]. Uma delas seria a da nação.
todos los trabajos de la compilación de Da
Matta - el suyo propio, el de Vogel ya cita
Fue Hobsbawm (1990) uno de los po
do, el de Guedes (1982) y el de Luis Felipe
ços historiadores y analistas dei proceso de
Baêta Neves Flores (1982) —^cómo usamos
“invención’ de las naciones modernas en se-
el guión interno? deban comenzar senalando
nalar la importancia dei rol de los deportes
la ausência de trabajos anteriores o contem
modernos en esa invención, especialmente
porâneos, y explicando las razones de la legi-
en la construcción “desde abajo” de los na-
timidad de su propio esfuerzo. Esa es la mar
cionalismos. Y el papel de la alteridad, en es
ca fundacional por excelencia. Da Matta,
tos discursos, es esencial. Por ello, Guedes
incluso, dedica una parte importante de su
(2002, p. 5) afirma que
ensayo a rebatir la tesis dei opio dei pueblo,
considerando que ésta revela una visión ins-
Sob tal ponto de vista, não é absolutamente ir
trumental-funcionalista de lo social. relevante o fato de ser o futebol o esporte mais
De estas indagaciones inaugurales deriva popular do mundo. Trata-se de construir a di
una afirmación fundamental para nuestros ferença no interior de um código que todos
trabajos: el futbol puede ser visto como un dominam e em uma prática a que todos atri
foco, un punto de pasaje de la mirada crítica buem valor, mesmo desigual. A alteridade,
que a través de esa focalización se interroga portanto, conforme já nos ensinaram os estu
por la dimensión de lo simbólico y su articu- diosos dos grupos étnicos [...] não sucede à
lación problemática con lo político.5 Pero identificação: é parte do mesmo processo.
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por analizar los espacios oficiales, legítimos, carácter periférico de las prácticas respecto,
sólo en principio más visibles, de invención como dijimos, de las que instauran la legiti
de una nacionalidad, Archetti se dedica a las midad oficial, no puede llevar, sin embargo,
prácticas marginales, limítrofes, sean ellas a idealizaciones entre populistas y posmoder-
populares o no (el box o el polo), pero son nas (o ambas a la vez). Porque, si bien se tra
básicamente no centrales e ilegítimas, en un ta de una producción en los interstícios, no
doble sentido, de su legitimidad como narra significa necesariamente una producción al
tiva hegemónica y como objeto académico. ternativa. Como intenté demostrar en otro
Estas prácticas son entonces un espacio lugar (Alabarces, 2002), la resultante de las
especialmente producdvo, una zona donde narrativas de identidad nacional soportadas
se generan discursos significativos y relevan por el fútbol en la Argentina es complemen
tes. Siguiendo a Archetti (2003, p. 41), “el taria antes que opositiva de las narrativas ofi-
fútbol y el tango son espejos y máscaras al ciales y legítimas: incluyente, pero una inclu-
mismo tiempo”, espejos donde los argenti sión administrada; democratizadora, pero
nos se ven a sí mismo y máscaras que son dependiente de una jerarquización de clase.
miradas por los otros. Y eso es posible por La invención dei fiítbol resulta de constitu-
que forman parte de las que Archetti llama ciones muy complejas, donde las afirmacio-
zonas “libres” de una cultura: nes identitarias remiten a formantes disími-
les (migratorios, barriales, generacionales, de
Consideradas como áreas para demostrar la clase), pero que tienden a reunirse en dos in-
identidad “masculina nacional”, el tango y el terpolaciones básicas, en dos ejes de oposi-
fútbol revelan la complejidad de este tipo de ciones: frente a los ingleses (inventores, pro-
zonas “libres” en relación con “los otros”. pietarios, administradores), dei que resulta
Las tendencias ordenadoras de la sociedad
un mito de nacionalidad, y frente a las clases
están relacionadas con instituciones públicas
hegemónicas (practicantes, propietarios dei
como la escuela, el servicio militar, el traba-
jo, las ceremonias públicas y los rituales de ocio, estigmatizadores), de lo que resulta un
nacionalidad. Las zonas “libres”, como las mito de origen - humilde, aunque no prole
propiedades anti-estructurales de la limina- tário (Alabarces, 1998, p. 268 y ss.).
ridad y lo sacramental híbrido en el trabajo A partir de esta concepción de las zonas
de Turner [...], permiten la articulación de libres de la cultura, Archetti trabaja prácticas
lenguajes y prácticas que pueden desafiar un corporales tipicamente modernas: el tango,
dominio público oficial y puritano. Las zo el fútbol y el polo, entendiendo que consti-
nas “libres” son espacios para la mezcla, la tuyen arenas públicas en donde pueden in-
aparición de híbridos, la sexualidad y la exal- dagarse identidades nacionales y genéricas.
tación de desempeííos físicos. En las socie
Para el caso argentino se trataria dei análisis
dades modernas, el deporte, los juegos y el
de la hibridación y de las formas variadas en
baile son sitios privilegiados para el análisis
de la libertad y la creatividad cultural. El que fueron y son clasificados los géneros
fútbol y el tango pueden, de esta manera, ser masculino y femenino, y en donde analizar
conceptualizados como una amenaza a las sus relaciones con la cultura nacional mo
ideologias oficiales (Archetti, 2003, p. 42). derna y con la cultura internacional globali
zada. Hibridación funciona, entonces, como
Esa creatividad y libertad, anelada en el concepto clave, designando la manera parti
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cular en que se construye tempranamente la el trabajo dei antropólogo Leite Lopes (1998)
identidad nacional en una sociedad de mo- en el Museo Federal de Rio de Janeiro, dedi
dernidad periférica como la argentina y con cado a la historia dei fútbol brasileno; sus in-
un masivo proceso inmigratorio en las pri- vestigaciones, posiblemente las más conoci-
meras dos décadas del siglo XX. Así, los hí das fuera dei continente, cuentan con
bridos resultan construcciones ideológicas difusión europea (por ejemplo, en las Actes de
dei orden social y son, en este sentido, pro- la Recherche, dirigidas por Pierre Bourdieu),
ductores de tradición. Los argumentos de como es el caso dei historiador Lamartine P.
Archetti exceden - y en ese movimiento, da Costa, incorporado a los editorial boards
discuten - las posturas popularizadas por de Culture, Sport & Society y The Internatio
García Canclini (1990): la hibridación deja nal Journal o f the History of Sport. La investi-
de ser una suerte de característica posmoder- gación brasileíía sobre el campo es la más sis
na para recuperar densidad problemática y temática y extendida, ayudada por el nivel
espesor histórico. universitário de sus departamentos de educa
ción física, como dije, y la importancia y so
lidez de su posgrado - y la sólida tradición de
Un mapa local su antropologia, como analizara en el trabajo
de Da Matta. De allí, nuevamente, que la pri-
Hay que esperar hasta avanzados los anos mera tesis latinoamericana de posgrado haya
de 1990 para que estos textos fundadores se sido brasilena: de 1977 es la tesis de Simoni
traduzcan en producción intensiva, en la Lahud Guedes, Ofutebol brasileiro: institução
constitución de grupos estables. En el caso zero, presentada en el Mestrado de Antropo
brasileno es, nuevamente, donde se produce logia Social de la Universidade Federal do Rio
con mayor intensidad este fenómeno. Funda de Janeiro (UFRJ). La tesis de Guedes fue la
mentalmente en tres núcleos: los vinculados primera tesis de posgraduación dedicada al
con la historia dei deporte y la educación físi deporte en todo el continente. Pero también
ca en la Universidade Estadual de Campinas debe puntearse en este listado apretado la te
(Unicamp); los abordajes que cruzan la edu sis de doctorado en la New York University
cación física, la antropologia, la sociologia, la de Ronaldo Helal, en 1994, editada en 1997
comunicación y la historia en Rio de Janeiro como Passes e impasses. Futebol e cultura de
- básicamente, en la Universidade Estadual massa no Brasil. Además de la calidad de su
do Rio de Janeiro (Uerj) y en la Universidade trabajo, es crucial el giro que Helal da a las
Gama Filho - , y el grupo de Esporte e M ídia perspectivas, al cruzar la sociologia con la in-
en el marco de Intercom, la sociedad brasile- vestigación en cultura de masas, camino im-
na de estúdios de comunicación, organizado prescindible de estas investigaciones si toma
en torno dei trabajo de Sérgio Carvalho en la mos en cuenta la espectacularización -
Universidade de Santa Maria (USM), no Rio televisiva —de nuestro objeto.
Grande do Sul. Es interesante recalcar el he- Asimismo, en torno de la invención de
cho de que en los tres casos se trata de grupos colectivos que permitan superar la disper-
originados a partir de departamentos de edu sión de los esfuerzos individuales, hay otras
cación física de rango universitário. También dos marcas ineludibles: la primera, la consti
desde fines de los anos de 1980 puede leerse tución dei Núcleo Permanente de Sociologia
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do Futebol a partir de 1990 en la Uerj, coor- iniciativas personales. El esfuerzo de Sergio
dinado por Maurício Murad, y la edición de Villena en Costa Rica permitió la publica-
la revista Pesquisa de Campo desde 1994. La ción de otro intento supra-nacional: la pe
segunda, el colectivo reunido en la Universi quena compilación de 1996 realizada por
dade Gama Filho de Rio de Janeiro que edi Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciên
ta la revista Motus Corporis, hoy conducida cias Sociales, titulada Fútbol e identidad na
por Hugo Rodolfo Lovisolo y Antonio Jorge cional, donde además de un artículo de Vil
Soares, a quienes se debe, junto con Ronal lena sobre el nacionalismo futbolístico
do Helal, el reciente A invenção do país do costarricense se editaron trabajos dei colom
futebol. M ídia, raça e idolatria (2001). Fuera biano Andrés Dávila Ladrón de Guevara y
de ellos, algunas marcas más: el libro de Si- dei boliviano Luis H. Antezana (Villena et
moni Lahud Guedes de 1998 (O Brasil no al., 1996). En estos últimos casos puede leer-
campo defutebol), el trabajo de Carlos Alber se una de las posibles flexiones de la escritu
to Máximo Pimenta (1997) y el de Luiz ra académica sobre el deporte (en este caso,
Henrique de Toledo (1996) en la Universi nuevamente, el futbol): la tensión narrativa,
dade de São Paulo (USP), ambos sobre las vinculada con los ejercicios de Galeano y
torcidas organizadas; de este último autor, el Sasturain en el Rio de la Plata —de hecho, la
libro Lógicas do futebol (Toledo, 2002); el li cita de Sasturain es un eje dei trabajo de An
bro de Ruben Oliven y Arlei Damo (2001), tezana combinada con la utilización de
Fútboly cultura, paradójicamente publicado otros repertorios teóricos más cercanos a las
en castellano y en la Argentina. Pero tam- disciplinas sociales (Villena et al., 1996).
bién en el âmbito brasileno nacen los inten En el caso peruano deben anotarse otras
tos más recientes de institucionalización dis dos iniciativas. En primer lugar, la de un
ciplinaria: el fórum sobre Antropologia e grupo de sociólogos de la Pontifícia Univer-
Esporte organizado por Guedes y Damo en sidad Católica limena, coordinados por
los encuentros de la Asociación Brasilena de Aldo Panfichi, que en 1997 editara una
Antropologia en 2002 y 2004; el Simposio compilación breve bajo el título Fútbol,
Esporte, Política e Cultura coordinado por identidad, violência y racionalidad, en el que
Helal y José Jairo Vieira para los XXVI y se intenta un primer abordaje a las proble
XXVII Encontros Anuais da Anpocs, en máticas de identidad y violência (Panfichi,
2002 y 2003; el Grupo de Trabalho Antro 1997).6 En segundo lugar, en 1999, la publi-
pologia do Esporte: as Múltiplas Dimensões cación de un número especial de la revista
de uma Prática Moderna no Mercosul, orga Contratexto, de la Universidad de Lima, de
nizado por Guedes y Simone Pereira da Cos dicada al futbol desde perspectivas básica-
ta en la V Reunião de Antropologia do Mer mente comunicacionales. La edición compi
cosul, en noviembre de 2003; y el Grupo de la artículos procedentes de estudiosos de los
Trabalho Sociologia do Lazer e do Esporte, fenómenos comunicacionales-culturales,
coordinado por Pereira da Costa y Vieira en con lo que las disciplinas y estrategias con
el XI Congresso da Sociedade Brasileira de vocadas son las semióticas y el análisis de
Sociologia, en setiembre de 2003. textos mediáticos antes que las socio-antro-
En el resto de América Latina y el Cari pológicas (A A .W , 1999). Pueden leerse co-
be, pueden verse intentos aislados, debidos a laboraciones peruanas, colombianas, argen-
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tinas y mexicanas, así como espanolas (Mi res panoramas de la producción latinoameri-
guel de Moragas Spa) e italianas (Nicola cana, aunque inevitablemente incompletos,
Porro). Los trabajos mexicanos pertenecen a los ha producido el investigador norteameri-
investigadores jóvenes dei área de comunica- cano Joseph Arbena, un historiador de la
ción (Claudia Benassini y Enrique Rivera Universidad de Clemson, que fue concen
Guerrero) que desarrollan su investigación trando sii atención en el área desde los anos
fiiera de marcos colectivos de inserción, de 1980 (Arbena, 1988). Pero la escasez de
ejemplificando nuevamente el aislamiento presentaciones colectivas y continentales se-
de los estudiosos del campo. nala más las dificultades de la circulación de
Los esfuerzos individuals pueden leer- los saberes sobre el campo de estúdios que su
se también en Chile y Uruguay. El sociólogo ausência. Al relevar estos intentos y al com-
chileno Eduardo Santa Cruz publico una probar el interés que despiertan, especialmen
historia dei fútbol chileno, en la que no se li te entre investigadores jóvenes de Latinoamé-
mita a la acumulación de datos sino que los rica y el Caribe, se puede afirmar que el
pone en correlación con las series política y problema central en el campo seria, precisa
económica (Santa Cruz, 1995). En Uru mente, no tanto la ausência de interés y tra-
guay, además de la presencia fuera dei cam bajo académico sobre la temática, sino el ca
po académico de Galeano, puede verse la rácter periférico, aislado (nuevamente,
aproximación desde la literatura publicada “clandestino”) y desarticulado entre sí (como
por Pablo Rocca (1991) y algunos intentos, se desprende fácilmente de una revisión de las
bastante asistemáticos, de Rafael Bayce bibliografias de las distintas publicaciones)
(2003). Los testimonios personales de los jó que ocupan estas investigaciones dentro de
venes investigadores uruguayos insisten en las Ciências Social es en la región.
que el campo, al menos hasta hoy, está blo Por último, creo que merece una men-
queado en su universidad. ción el trabajo generado en torno dei Grupo
Los intentos de presentar colectivamente de Trabajo Deporte y Sociedad de Clacso
esta dispersa y “clandestina” producción son (Consejo Latinoamericano de Ciências So-
hasta hoy escasos. Es preciso senalar la publi- ciales), que coordiné desde 1997 hasta 2003.
cación de la revista Debate, de Ecuador, en Si bien el grupo no pudo generar investiga
1998, dedicada a Fútbol, identidady política-, ción conjunta y comparada, sino sólo articu
así como el número 154 de la revista Nueva lar los esfuerzos individuales de cada investi
Sociedad (AA.W ., 1998a y b), de Caracas, gador en su centro correspondiente, ha
que publica en el mismo ano un dossier Fút permitido la colocación continental dei área
boly béisbol: losjuegos de las identidades, orga problemática y la publicación de un primer
nizado por Sergio Chejfec (con trabajos de volumen colectivo —Peligro de gol, en el 2000
Archetti, Santa Cruz, Sánchez León, Leite — que, aunque con debilidades, producto
Lopes y Alabarces, entre otros). Desde 1996 justamente de su carácter iniciático, permitió
la revista electrónica Lecturas en educación f í la circulación de parte de la investigación dis
sica y deportes, organizada en Buenos Aires persa y desconocida (Alabarces, 2000). El se
por Túlio Guterman, propone la difusión de gundo volumen, Futbologías: Fútbol, identi-
artículos de autores de distintos países, inclui- dady violência en América Latina, permite el
dos muchos de los ya nombrados. Los mejo- tratamiento de una temática común desde
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distintas perspectivas (Alabarces, 2003). Y el la telenovela latinoamericana (quizás el me-
grupo presentó otra característica que en- jor ejemplo de este vaciamiento crítico y teó
tiendo crucial: el cruce disciplinario entre las rico) pudo ser reivindicada en los anos de
distintas perspectivas de las Ciências Socia- 1980, fue porque habilitaba a leer lo popular
les, lo que impide hablar de una sociologia o desplazado o silenciado (especialmente, Mar-
una antropologia dei deporte stricto sensu, tín-Barbero, 1987). Pero seguir pensando la
pero permite un juego más rico de miradas, telenovela hoy en esos mismos términos, im
estrategias y metodologias. plica desconocer la fenomenal captación que
la industria cultural produjo dei género, de
sactivando minuciosamente su productivi-
Agendas, Riesgos, Críticas dad de sentidos, transformándolo en un hí
brido sin mayores consecuencias ni
Si finalmente se ha producido Ia apari- conflictos. Donde lo popular ya no puede ser
ción en sede académica de estos estúdios, el leido, excepto como lo expulsado.
ejemplo de lo ocurrido con otros objetos de Algo así podría pasar con el deporte.
la serie “consumos culturales populares” de- Por ello, es fundamental la acotación de
biera servir como advertencia de sus peli- Hugo Lovisolo (2001a, p. 10):
gros. Un primer riesgo: si el deporte consti-
tuye un objeto de primer orden en la vida Se pensarmos que a passagem do discurso da
cotidiana, se encuentra permanentemente dominação e da alienação para o da cultura
expuesto a la banalización. Las prácticas cul e da identidade foi positiva, ainda nesse caso
turales masivas, justamente por su carácter podemos reconhecer que alguma coisa se
de masivas y cotidianas, necesitan una mira perdeu e da qual deveríamos sentir sauda
da fuertemente crítica y distanciada (lo que des, isto é, a “autonomia” da reflexão das
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do althusseriano. Expansivo, imperialista, el significan los triunfos dei atleta negro Jesse
deporte conquista todos los territorios: in Owens. Y así sigue la serie: el festejo brasile-
clusive, el género. Si en el caso argentino, el no en 1970 por el Mundial de México —si
futbol organizaba el imaginario masculino, multânea y contradictoriamente leidas
hoy tiende a expandir sus universos de repre- como inversión carnavalesca de la jerarquia
sentación para incorporar a la mujer." Y cada según Vogel (1982) y como manipulación
vez más públicos construyen, en su interior, masiva según Brohm (1982) —; las olimpía
una de las formas visibles de identidad que das de México en 1968 y el ocultamiento de
sobreviven en la escena contemporânea — lo masacre de Tlatelolco, pero también el
otra (nuevamente, una práctica cultural de puno enguantado y el black power de los
masas) es el rock. Ese exceso deportivista tra- atletas norteamericanos; la utilización dei
baja sobre una debilidad previa, ampliamen- Mundial de 1978 por la dictadura argentina
te discutida por las Ciências Sociales: la crisis como garantia de legitimación, pero a la vez
de los relatos clásicos que constituían sujetos la recuperación de la calle como espacio de
en el mundo moderno, unida al retiro dei manifestación popular bajo el estado de si
Estado, que abandona la producción de dis tio.9 Estas fluctuaciones dependen de posi
cursos unitários y condena a sus sociedades a ciones teóricas y consecuentes apuestas in-
reiterarse en sus fragmentos, o a intentar an- terpretativas; pero senalan, ampliamente, un
gustiosamente reponer una totalidad esca juego de posibilidades no excluyentes. Por lo
moteada. Nuevamente el deporte: su pro- menos, puede afirmarse provisoriamente
ductividad significativa le permite tanto que no hay relación de causalidad demostra
simular una totalidad falaz (según la cual un da entre un hecho deportivo y un compor-
seleccionado nacional de futbol, hockey, bás- tamiento político. Aunque la posibilidad de
quet o handbol designa metonímicamente la la politización de los comportamientos de
nación toda), como regodearse en los infini los públicos está siempre latente, como en
tos fragmentos de las identidades regionales, todo ritual de masas. Lo que agrega mayor
locales, vecinales. Y en ese pequeno relato di- necesidad a nuestro estúdio.
sipar, alienadamente, todo conflicto.8 Podemos sostener a la vez, entonces, la
Exceso, productividad y ambigüedad: la eficacia dei deporte para cumplir con sus ro
deportivización contemporânea exhibe, de- les (los tradicionales, los propios, los ajenos
senfrenadamente, la relación dei deporte y los agregados) y la necesidad de producir
con la esfera política. Y esa pregnancia lleva una lectura analítica con las herramientas a
a lecturas simplistas por parte de algunos ac nuestra disposición. Trataremos de sintetizar
tores: el político que cree asegurar su éxito una agenda (breve, y seguramente con olvi
en la abundancia de goles, el crítico que se- dos) de lo que las disciplinas sociales pueden
nala esa misma causalidad suponiendo alie- aprehender en este objeto.
naciones en masa. Sin embargo: ya en esa
puesta en escena gigantesca dei uso político
dei deporte que fueran los Juegos Olímpicos Tópicos
de Berlín en 1936 puede leerse la ambigüe
dad —que va dei desfile nazi y la militariza- ^Cuáles son los tópicos de este recorrido?
ción, a la “resistencia por colocación” que En primer lugar, un item reiterado en la bi-
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bliografía: la idea de que el deporte puede do como lugar por excelencia de la afirma-
leerse como arena dramática privilegiada, ción de una distinción positiva por parte de
donde actores sociales ponen en escena una las clases subalternas.
representación dei deseo, o una inversión de Pero por otra parte, en la escena cultu
la jerarquia, o su celebración. Hay aqui una ral contemporânea, podemos afirmar que la
serie que se remonta al tratamiento ya citado asignación restrictiva dei espectáculo depor-
de Geertz en “Juego profundo” y retomado tivo a las clases populares carece de preci-
en “Géneros confusos” (1987, 1994): la posi- sión: el deporte - y muy especialmente el
bilidad de leer, homologamente, prácticas fútbol - aparece como formante universal
culturales como representaciones, donde las de una cultura masculina, casi como una
metáforas dominantes son la dei teatro y la función fática (es decir, simplemente la
dei juego. Pero además, de manera reiterada, constatación de que el canal de comunica-
aparece en la misma serie otra categoria an ción está abierto, pero sin intercâmbio de
tropológica, dominante en estos estúdios: la información) en el sentido jakobsoniano.”
de ritual. Para colmo, desaparecido el ritual De esa perspectiva, esta línea de trabajo exi
político, el deporte es a simple vista el ritual ge su recolocación en un escenario múltiple,
de masas más importante que persiste en la que abarca tanto la discusión de la categoria
etapa posmoderna de la cultura. sectores populares como la puesta en cuestión
En segundo lugar, debe senalarse la apa- de la economia de intercâmbios simbólicos
rición de las interpretaciones vinculadas con en una sociedad que ha transformado su ha
una economia simbólica de lo corporal. bitual jerarquia de saberes. El privilegio de
Dato obvio, el deporte se sustenta en una lo corporal no puede ser cenido a las clases
corporalidad desbordante - sin que eso sig populares; hoy deben pensarse los usos dife-
nifique que el campo textual dei deporte sea renciales y distintivos de los variados cuerpos
puramente corporal, en tanto está atravesa- sociales. Es decir, dónde termina un uso re
do por textualidades variadas, por ejemplo, sistente dei cuerpo y comienza la histeria.
las periodísticas. Pero, a pesar de no ser el El deporte exige pensar una línea más,
texto único, esa presencia excesiva dei cuer- entre otras posibles: su relación (posiblemen-
po (exceso en relación con un mapa cultural te negada) con una esfera lúdica. Si la cons-
cada vez más aquejado de imágenes y virtua- titución dei deporte como práctica moderna
lidad) habilita una importante serie inter- en las public schools inglesas de mediados dei
pretativa, vinculada a su vez a un nuevo tó siglo XIX significa el paso dei play al game y
pico: la tradicional vinculación de las luego al sport—para usar las posibilidades de
tácticas10 primordialmente corporales con diferenciación que la lengua inglesa permite;
las culturas populares. Esta rápida asocia- brincadeira, jogo y esporte, en português -
ción cuerpo-popularidad (en su sentido fúer- este trânsito no sólo lingüístico senala un
te, lindante con un sentido clasista y no en desplazamiento y una oclusión: justamente,
el significado amplio de lo masivo) nos des la dei play, es decir, el juego entendido como
via hacia las posibilidades dei deporte como práctica creativa, en la base de toda cultura,
puesta en escena de las tácticas de resistencia según la interpretación clásica de Huizinga
en el marco de la disputa por una hegemo (1931). Y esa desaparición se agrava en el
nia cultural, donde el deporte puede ser lei- trânsito al profesionalismo, y nuevamente
170
con la aparición de las industrias culturales, supone una forma de intervención fuerte,
que someten definitivamente el deporte a las que imaginariamente decide la suerte dei
regias de la producción de mercancias. juego (Portelli, 1993). Así, la colocación res-
Si la aparición de la mercantilización pecto dei espectáculo massmediatizado re
desplaza definitivamente lo lúdico, el depor sulta original, ya que evade toda posibilidad
te debe dejar de ser llamado juego. Y sin em de pasividad y transforma, incluso, las nar
bargo, es mi hipótesis que la dimensión lúdi rativas puestas en juego.13
ca reaparece en los interstícios de la
mercancia, en la improvisación permanente
que el deporte exige a sus practicantes. Espe Prácticas
cialmente, saliendo dei âmbito de su práctica
institucional, el juego se instalaria en los es- Los tópicos que acabo de esbozar quie-
pacios donde sujetos no profesionalizados ren senalar un campo posible de los estúdios
persisten en ejercitarlo, en el tiempo libre, sobre deporte y sociedad, sin pretensión de
fuera de la economia y muy cerca dei deseo. agotarlos: porque podríamos volver a recor
Nuestro propio trabajo de análisis sobre los dar la pretensión multidisciplinaria que de-
medios masivos en el espectáculo deportivo sarrollé a lo largo de estas páginas, y postulai-
- obviamente, el último territorio a marcar la necesidad de adecuados estúdios históricos
en esta síntesis apretada - ha tendido a carac que nos revelen las historias perdidas, desde
terizar la puesta en escena massmediática dei las más cercanas - las fundaciones de los clu
deporte como representación de esta tensión bes portenos, que está investigando Julio
entre maximización de la ganancia e impre- Frydenberg (Aisenstein et al., 2001) - hasta
visibilidad, tensión en la que los actores en- las más ocultas - las de los deportes regiona-
cuentran campo abierto para la inscripción les, o las de las ligas dei interior de nuestros
de nuevos juegos de sentido (Alabarces, países, o las de los deportes que supieron ser
1998). Si la oposición básica que estructura populares y no lo son más. El campo de in-
la cultura deportiva es un nosotros x ellos vestigación es enorme, sin duda, y creo haber
(una parcialidad versus otra o otras), el lugar demostrado que es ampliamente legítimo.
dei otro suele ser ocupado por las industrias Pero también entiendo legítimo y nece-
culturales, percibidas por los públicos como sario el despliegue de otra posibilidad de las
enemigos, como emblemas de la intromisión Ciências Sociales: la intervención práctica,
dei capitalismo. En este territorio analítico, en el diseno de políticas y en la acción comu-
el espectáculo massmediático supone la im- nitaria. E inevitablemente, aquellos que cree-
posición de regulación y previsibilidad, lo mos en las posibilidades de acción de nues-
que colisiona con una lógica donde el azar tras disciplinas en los difíciles contextos que
resulta componente fundamental.12 vivimos nos encontramos con un problema
Asimismo, la relación de los espectado de envergadura, teórico e ideológico (como
res con el espectáculo deportivo (de nuevo: todo problema teórico): ^Cómo intervenir
especialmente el futbolístico) constituye una sobre un campo que parece flexible a las ope-
zona de interacción novedosa: los sujetos raciones dei control social y la manipulación
participan de una acción doble, actor-espec- cultural? ;Cómo proponer acciones comuni-
tador, donde la participación en el estádio tarias en un terreno colonizado por el clien-
171
telismo político — un diagnóstico obvio sea un juego retórico. Para ello, es imprescin-
cuando se estudian las políticas deportivas o dible la atención a, al menos, cuatro puntos:
las tramas de la violência en el deporte —y la 1. que el deporte —no es sólo el caso dei fút-
figuración mediática, los intereses económi bol, lamentablemente — ha tendido a
cos monopólicos y la pretensión de hacer dei construir micro-identidades locales fuer-
deporte un pan y circo posmoderno? temente tribalizadas, radicalizadas hasta
Posiblemente - y ésta es sólo mi apues- la violência. En consecuencia, un diseno
ta teórica - la respuesta se halla en torno de político que pretenda la inclusión de su-
un eje clave: el deporte es una narrativa y jetos debe trabajar en una construcción
práctica simbólica de inclusión ciudadana, comunitaria que evite la re-duplicación
profundamente democrática. Lo es también - de la fragmentación: por el contrario, que
sobre eso han trabajado las buenas políticas postule explicitamente su superación;
deportivas - como práctica material y social: 2 . que el relato periodístico, de gran pene-
por caso, los históricos Torneos Evita en el tración en las audiências, ha construído
primer peronismo, que permitían realizar un discurso dominado por el estereoti
controles médicos masivos a los ninos de las po, la estigmatización y el racismo. Pero
clases populares (Palomino y Scher, 1988). además, lo ha hecho invocando una
Si prefiero concentrarme en sus aspectos presunta “voz dei hincha”, falazmente
simbólicos y dei imaginario, es simplemente democrática, con lo que la acción social
porque ésa es mi área de investigación parti debe trabajar en desmontar criticamen
cular. Y allí mi hipótesis, que ya desarrollé te estos textos, tan hegemónicos que se
largamente en otro lugar (Alabarces, 2002): han tornado sentido común;
el deporte argentino acompanó las narrati 3 . que a pesar de la importancia que los
vas de inclusión ciudadana, complementan “héroes deportivos” tuvieron en las nar
do y relevando las acciones estatales, cons- rativas inclusivas históricas (desde Luis
truyendo, incluso, la posibilidad de épicas Angel Firpo, el “Toro Salvaje de Ias
donde los actores populares aparecían como Pampas’’, hasta Maradona, de Leónidas
actores legítimos en los repertorios naciona- a Garrincha y Pelé, pasando por una lar-
les. Esto puede ser leido historicamente, y guísima lista), una nueva construcción
en ese desarrollo es posible comprobar cómo democrática debe desmontar otro dis
en los últimos anos se ha vuelto puro discur curso hegemónico: el del star system, que
so, una operación meramente imaginaria, ha transformado las épicas populares en
apenas un tópico publicitário. anécdotas del jet-set. De modelos popu
Sin embargo, este cambio no es una lares y de ascenso social, las estrellas de
clausura definitiva: el deporte puede volver a portivas se han transformado en figuras
transformarse en esa posibilidad democrática, huecas y efímeras, de la duración de un
pero sólo si los mecanismos de inclusión se programa de television. Recuperar la
politizan, entendiendo como política la ope densidad dei modelo dei “héroe deporti-
ración de reponer toda acción en un contex vo” es más que una necesidad retórica;
to de totalidad que le otorgue pleno sentido; 4. que la cultura deportiva —nuevamente,
que la acción social, por social y política, no excediendo a la futbolística —está atra-
172
vesada por una ética, una estética y una En ese camino, reponer la complejidad
retórica dei aguante,u Y el aguante no dei campo y la totalidad en la que se recorta
significa, inocentemente, la celebración exige evitar el fragmentarismo que acecha a
infinita de la pasión deportiva: significa las Ciências Sociales. Nuevamente, como
centralmente, en las prácticas reales de dije, no se trata de aislar una práctica para
las hinchadas, la puesta en acción de un someterla a una mirada especializada, sino
cuerpo violento, racista, homofóbico y estrábica: nuestro reclamo consiste en foca
machista, que construye legitimidad lizar el deporte como un punto de vista pri
masculina en la violência contra el otro. vilegiado para la reflexion crítica sobre nues-
No hay construcción democrática posi- tras sociedades. Al hablar de deporte
ble en este escenario: la acción social pretendemos senalar, con mayor o menor
debe reponer el sentido de la ftesta, en el oblicuidad, otros diagnósticos: de nuestras
viejo significado de la fiesta popular de culturas massmediáticas, de nuestros mapas
la que hablaba Bajtin (1987), como de exclusion, de nuestras narrativas naciona
auto-inclusión y reconocimiento dei listas, dei repertorio de tensiones que recor
otro, frente a una práctica que, aunque re Latinoamérica.
resistente en la superfície (por ejemplo, Quiero cerrar este trabajo con una últi
frente a la represión policial), es funcio ma idea: como dije, la fundación de Da
nal a las operaciones de control social.
Matta se hizo en contra de la imagen exten-
dida entre los intelectuales y los cientistas
Pero lo fundamental es, nuevamente,
sociales dei fútbol como opio del pueblo. En
ubicar esos estúdios y estas prácticas en un
ese camino, los estúdios latinoamericanos
contexto de totalidad. Sigo pensando con
han tenido éxito, sin duda. Pero como ejem-
Mangone (1998, p. 136) que:
plifica el análisis de Lovisolo sobre Galeano,
Del mecanicismo poco dialéctico presente ya citado (Lovisolo, 2001b), el trabajo debe
en la denuncia dei uso político-alienante dei dirigirse a la vez contra la facilidad populis
deporte profesional se ha pasado al análisis ta, aquella que sustrae el deporte de la con
fragmentado de las prácticas sin advertir la
dena apocalíptica para simplemente devol
realidad social que las incluye. [...] Un dise-
veria al império dei lugar común, la vulgata
no de investigación social y cultural debe re
cuperar una mirada jerarquizadora de los va
de la creatividad y la resistencia, de los pensa
lores que ubique la práctica en un conjunto dores atravesados por el romanticismo más
de prácticas y en correlación social con otras arcaizante. Aún admitiendo sus mejores in-
series, con los niveles de integración, con el tenciones, típicas de un populismo vaga
nuevo lugar dei tiempo libre en épocas de mente progresista, éstas pavimentan el cami
desocupación, con el nuevo protagonista de no dei infierno. Camino que, descuento, las
las clases sociales, el subconsumo de los de
Ciências Sociales no desean recorrer. Para
portes profesionales de las clases populares y
evitarlo, hay una pregunta que nunca se
el nuevo consumo simbólico de los deportes
masivos por parte de la clase media, advertir
debe olvidar, que siempre deberá estar pre
en este caso una fuerte identificación entre sente: es la que interroga por la dimension
medios, deporte profesional y clase media. del poder.
173
Notas
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178
I
Resumo
Veinte Anos de Ciências Socialesy Deporte en América Latina: un Balance, una Agenda
Desde la publicación de O universo do futebol, editada por Roberto Da Matta en Rio de Ja
neiro, y los contemporâneos primeros trabajos de Eduardo Archetti en Argentina, han trans-
currido 20 anos. Sólo en los últimos 10 puede hablarse de la fundación de un campo de es
túdios relativamente autónomo, con producción específica, en América Latina. Este trabajo
intenta presentar un balance de lo producido, senalando sus continuidades y divergencias, así
como resenar sus nudos problemáticos más importantes y las novedades (o no) en su trata-
miento. Una agenda posible, que senale las zonas de vacancia o aquellas donde la mirada la-
tinoamericana puede ser más productiva, es también parte de este trabajo.
Abstract
Twenty Years o f Sport and the Social Sciences in Latin America: a Balance, an Agenda
Twenty years have passed since the publication of both the compendium O Universo do
Futebol published by Roberto Da Matta in Rio de Janeiro and the first papers of Eduardo
Archetti in Argentina. Nevertheless, only in the last ten years we have been able to talk about
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the foundation of a relatively autonomous Latin American field of studies with specific pro
duction. This paper aims at presenting a balance of such production, pointing out its conti
nuities and divergences, as well as reviewing the most relevant and problematic clusters
together with the news (or not) on dealing with it. A possible agenda reviewing either areas
of emptiness or those where the Latin American view would prove more productive is also
part of the paper.
Résumé
Depuis la publication de O universo do futeboL, par Roberto Da Matta à Rio de Janeiro, et des
travaux, publiés à la même époque, de Eduardo Archetti en Argentine, plus de 20 ans se sont
passés. Ce n’est que depuis 10 ans que l’on peut parler de la fondation d’un champ d’études
relativement autonome, avec une production spécifique en Amérique Latine. Ce travail pré
sente un bilan de la production, en mettant l’accent sur ses continuités et ses divergences, et
résume ses problèmes les plus importants et les nouvelles (ou pas) par rapport à leur aborda
ge. Un agenda possible, qui signale les zones de dépourvues ou celles ou le regard latino-amé
ricaine peut être plus productive, est aussi contemplée par ce travail.
180