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LAS MUJERES, SUS RESISTENCIAS Y EL PODER

Muchas mujeres hemos participado en varias organizaciones sociales y movimientos o


partidos políticos de sectores alternativos y de izquierda, desde ejercicios orgánicos o
espontáneos y en sí, bajo una vinculación activa al torrente de las disputas por la
democracia, la paz y la igualdad en Colombia.
En estos procesos asumimos la construcción de un proyecto colectivo de sociedad y de
país, desde la perspectiva de la lucha confrontativa hacia el sistema económico y político,
quizás inicialmente contemplando una lógica generalizada de dominación, que impedía
observar que las luchas de nosotras y nosotres corresponden no solo a una agenda, sino a
una nueva concepción gestada en pro de la reivindicación de nuestra autonomía política.

La posibilidad de proponer estrategias de liberación desde las mujeres ha sido una disputa
histórica, máxime si la resistencia de nosotras se configura en las esferas privadas y en lo
público. Luchamos en los hogares y en la sociedad, por el fin de la explotación de las
tareas de cuidado, luchamos en contra de la discriminación y la violencia, desde la
transformación de las relaciones sociales que buscan acallarnos y someternos en el
desconocimiento del rol de sujetas políticas1.

Ese criar la participación política propia, desde la perspectiva de las gafas violetas, que hoy
por hoy se impulsa mediante una variedad de organizaciones, colectivas y activismos,
tiene un hito indiscutible con la candidatura de Francia Márquez y su motivación a la
juntanza de estos procesos para configurar nuevas opciones del poder en el país.

La voz de las mujeres en la política es generalmente vista desde la complementariedad,


ejercer la conducción y orientación política en medio de las violencias patriarcales que
caracterizan a los partidos políticos y a las masculinidades que se mueven en las lógicas de
poder, es el mensaje contundente de la votación de las mujeres por la propuesta política
que caracterizó a Francia.

Precisamente Francia revive en cada una de nosotras la identidad de nuestra lucha, esas
mujeres que, pese a la pobreza, la guerra en el país, la misoginia política, hacemos
1
Silvia Federici menciona en sus análisis sobre las violencias hacia las mujeres en el capitalismo, expresa que
“el fin de la violencia hacia las mujeres debe llegar desde las propias mujeres, de ahí la importancia de la
organización social del feminismo”. Esta información se encuentra disponible en el siguiente artículo:
https://www.publico.es/sociedad/silvia-federici-violencia-constante-vida-mujer-capitalismo.html
realidad la necesidad de los cambios y que nos encontramos en una nueva era, donde
buscamos dar el salto cualitativo de la organización social de las mujeres a la constitución
de ejercicios de feminización de la política.
De la resistencia al poder es la consigna de un pueblo olvidado y especialmente de las
mujeres que a veces de forma invisible estamos criando luchas sociales en Colombia.

KARITTO B.

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