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T.P.

6TO AÑO

Leé la teoría y resolvé el crucigrama que se encuentra al final del trabajo.

LA COMUNICACIÓN CARA A CARA

En una conversación la comunicación no sólo se realiza a través de las palabras que


intercambiamos, también interviene un conjunto de fenómenos no verbales que permiten
completar el sentido de los enunciados (lo que decimos) o agregar diferentes matices de
significación. Estos aspectos de la comunicación no verbal se clasifican en elementos
paralingüísticos y elementos extralingüísticos.

Elementos paralingüísticos

Cuando hablamos, damos a la voz diferentes entonaciones, ritmos y melodías. Al mismo


tiempo, solemos producir otros sonidos que no forman parte del lenguaje. Todos estos
aspectos, llamados paralingüísticos, los utilizamos consciente o inconscientemente para
hacer más claro el contenido del mensaje y nuestra intención.

Las modificaciones de la voz: el timbre, la entonación, el ritmo

El tono triste, alegre, entrecortado o fuerte con que alguien pronuncia un mensaje, o el
énfasis puesto en ciertas palabras son rasgos que tienen valor significativo.

Los sonidos no lingüísticos

La risa, el llanto, los suspiros, la tos o el carraspeo, aunque puedan pensarse que se trata
de expresiones emocionales o físicas ajenas al lenguaje, también contribuyen a la
significación. En algunas situaciones, incluso, estas expresiones no tienen un verdadero
origen físico, sino que son indicadores de una actitud del hablante: un suspiro largo antes
de un enunciado, por ejemplo, puede demostrar fastidio o aburrimiento.

Ejemplo: (suspiro) ¡Te dije que no tengo ganas!


Los silencios

Intercalados en una conversación, pueden ser utilizados por el emisor para expresar
diversos significados e intenciones del emisor: duda, desconfianza, o bien que espera una
respuesta o que no tiene ganas de contestar.

Ejemplo:

Periodista:- ¿Qué hizo mal usted?

E. Ionesco:- …

(entrevista al dramaturgo Eugene Ionesco realizada por Gabriel Liiceanu).

Elementos extralingüísticos

Los movimientos que realizamos con el cuerpo y el rostro tienen gran importancia en la
comunicación y con ellos acompañamos permanentemente los enunciados verbales. Por
la mirada, por ejemplo, indicamos a quién le estamos hablando cuando conversamos en
grupo.

A diferencia de los elementos paralingüísticos, los extralingüísticos se caracterizan porque


pueden utilizarse en forma independiente del lenguaje: por ejemplo, los gestos que
utilizamos para afirmar o negar con la cabeza.

La kinésica

La kinésica estudia los movimientos, las posturas, las expresiones faciales y los gestos que
tienen valor comunicativo. Ciertos movimientos de las manos, por ejemplo, pueden ser
interpretados como síntomas del estado físico o anímico del interlocutor, como elementos
que enfatizan lo que estamos diciendo; como sustitutos de palabras para referirnos a algo
cuyo nombre desconocemos; o constituir actos comunicativos autónomos (aplaudir,
despedirse, saludar). Lo mismo sucede con la mirada, que por su fuerza comunicativa se
califica como altiva, insegura, perdida.

Es interesante observar que mientas algunos gestos tienen un valor casi universal, cada
cultura tiene sus propios sistemas de gestos. Suele suceder, además, que algunos gestos
poseen diferentes valores en distintas culturas. El signo de okay propio de los ingleses,
que consiste en imitar un círculo con el pulgar y el índice, en Francia equivale a “cero” o
sin valor y en Grecia es un insulto.

La proxémica

La proxémica, en cambio, se interesa por los aspectos vinculados con el contacto físico o la
distancia que guardan los interlocutores entre sí en las diferentes situaciones
comunicativas.

La proxémica está regulada por normas. Aunque estas normas no están escritas y no
siempre son conscientes, son tan respetadas por los interlocutores como las del lenguaje.

Por otra parte, son muy variables y aunque algunas nos parecen naturales y universales,
cada cultura tiene sus propias normas.

Por ejemplo, mientras que en algunas culturas el saludo suele ir acompañado de un


estrecho contacto físico –un beso o un abrazo- en otras se limita a un movimiento
corporal sin contacto físico.

Dentro de una misma cultura, además, diferentes situaciones comunicativas exigen


distintos grados de aproximación o distanciamiento físico: en una reunión de amigos la
distancia es menor que en un debate público o en una conferencia.

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