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Dentro del marco del final de la guerra civil china el 7 de dic 1949 y con los nacionalistas liderados
por Kai-Shek refugiándose en la isla de Taiwán.
1 ¿Cómo consideran la toma de isla sabiendo que esta era patrimonio nacional y por tanto su
administración debería ser ejercida por el gobierno regente, en este caso el gobierno comunista de
Mao Zedong?
2 Consideran que la intervención y defensa de la isla desde la década de los 50 por parte de
países extranjeros y organismos internacionales fue legitima y viable conociendo los problemas
que se acarrean hoy en día?
3 Basado en esta situación de la ONU y del reconocimiento internacional legal ¿Cómo consideran
hoy las reclamaciones sobre la isla de Taiwán y planes de reunificación planteadas por el gobierno
popular chino (China continental)?
4 ¿Consideran que este conflicto debería ser arreglado por las partes involucradas? o por el
contrario y como se ha venido desarrollando hasta ahora, ¿con la intervención de entes
extranjeros?
5 Basado en lo anterior ¿Consideran que Taiwán debería ser considerado un país en todo su
esplendor? o bien ¿ser anexionado a china con la promesa de Pekín de 1 país, 2 sistemas, donde
se la brindaría una autonomía parcial, tal como es el caso de Macao y Hong Kong?
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China"
Dada la gran brecha entre estas dos posturas, la mayoría de los países parecen
contentarse con aceptar la actual ambigüedad. Así que Taiwán posee la mayoría
de las características de un Estado independiente, aunque su estatus legal sigue
siendo confuso.
¿Qué tan significativa es la independencia en Taiwán?
Aunque se ha logrado poco progreso político, los vínculos entre ambos pueblos y
sus economías han crecido.
Las empresas taiwanesas han invertido unos US$60.000 millones en China, y
hasta un millón de taiwaneses viven en el continente chino, muchos dirigiendo
fábricas taiwanesas.
Algunos se preocupan por la dependencia de la economía de Taiwán de China.
Otros, sin embargo, señalan que las estrechas relaciones comerciales dificultarían
cualquier acción militar de Pekín por el daño que le haría a la economía de la
segunda potencia mundial.
Un polémico acuerdo comercial generó el "Movimiento Girasol" en 2014, cuando
unos estudiantes y activistas ocuparon el Parlamento de Taiwán protestando por
lo que consideraron una creciente influencia china en Taiwán.
Oficialmente, el Partido Democrático Progresivo (DPP) todavía favorece una
independencia para Taiwán, mientras que el KMT se inclina por la reunificación.
Un sondeo de opinión comisionado por el gobierno taiwanés en marzo de 2021
mostró que actualmente la mayoría del pueblo apoya la estrategia del gobierno del
DPP de "salvaguardar la soberanía nacional".
Las elecciones de 2020 en las que Tsai obtuvo la victoria con un récord de 8,2
millones de votos fueron ampliamente interpretadas como un rechazo a Pekín.
¿Qué aliados tiene Taiwán?
Estados Unidos es, con diferencia, el amigo más importante de Taiwán y su único
aliado.
La relación, forjada durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, atravesó
su período más difícil en 1979, cuando el presidente Jimmy Carter terminó el
reconocimiento diplomático de Washington a Taiwán para concentrarse en los
crecientes vínculos con China..
En respuesta, el Congreso de EE.UU. aprobó el Acta de Relaciones con Taiwán,
mediante la cual prometía suministrar armas defensivas a Taiwán, resaltando que
cualquier ataque de China sería de "grave preocupación" para EE.UU.
Desde entonces, la política de EE.UU. ha sido descrita como de "ambigüedad
estratégica", en busca de equilibrar el surgimiento de China como potencia
regional con la admiración a Taiwán por su éxito económico y democratización.
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causa el enojo de China
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Por
Daniel Iriarte
1. Namibia – 1990
Esto vinculó la resolución del conflicto namibio a la de la sangrienta guerra civil angoleña, y se
benefició de las conversaciones de paz sobre el país vecino. En 1989, Sudáfrica inició la retirada de
sus tropas de Namibia, que proclamó su plena independencia el 9 de febrero del año siguiente.
Soldados croatas despliegan una bandera tras capturar la localidad de Slunj en 1995. (Reuters)
El caso de Croacia fue muy diferente: allí existía una importante minoría serbia, que a su vez
proclamó su propia República Serbia de la Krajina, que contaba con pleno respaldo de Belgrado. El
Ejército Nacional Yugoslavo se desplegó por territorio croata en medio de combates cada vez más
encarnizados con las fuerzas del nuevo país. Los enfrentamientos dejarían más de 20.000 muertos
y 37.000 heridos en los cuatro años siguientes.
En agosto, el Soviet Supremo suspendió las actividades del PCUS en la URSS, acabando con la única
fuerza unificadora en todo el territorio. En diciembre, Ucrania celebró un referéndum que logró
una aplastante victoria de los partidarios de la independencia, a lo que siguió una cadena de
escisiones de todas las regiones con estatuto de república. Las que no entraban en esta definición
legal permanecieron dentro de Rusia (como Chechenia, por ejemplo, a pesar de dos brutales
guerras).
En 1749, los poderes coloniales de Holanda y Portugal se repartieron la isla de Timor. La parte
oriental fue a parar a manos portuguesas, que la mantuvieron –salvo un breve periodo de
ocupación japonesa– hasta la caída de la dictadura de Salazar en 1975. Pero el deseo de
independencia de los timoreses se vio truncado por una invasión del ejército de Indonesia, lanzada
por deseo de un Henry Kissinger que temía el ascenso de los izquierdistas del Fretilin (Frente
Revolucionario Timorés de Liberación Nacional). La ocupación indonesia fue salvaje y dejó cientos
de miles de muertos durante el siguiente cuarto de siglo.
Tras el derrocamiento del dictador Suharto en 1998, el nuevo Gobierno democrático de
Indonesia accedió a negociar el estatus de Timor Oriental y permitió que la ONU organizase un
referéndum. Sin embargo, las milicias proindonesias rechazaron la victoria del movimiento pro-
independencia, desatando un sangriento conflicto civil que dejó un millar de muertos hasta que
fuerzas de pacificación internacional lideradas por Australia fueron desplegados en la isla. El
Parlamento indonesio acabó reconociendo los resultados de la consulta, dando inicio al proceso
de independencia, que culminó con una proclamación formal el 20 de mayo de 2002.
7. Kosovo - 2008
Tal vez el caso más traumático de la historia reciente: la eliminación de la autonomía kosovar
dentro de la Federación Yugoslava en 1989 agitó un conflicto latente entre la mayoría albanesa y
la minoría serbia. La represión de las autoridades serbias condujo a la creación del Ejército de
Liberación de Kosovo (UÇK), que lanzó una campaña armada contra las Fuerzas de Seguridad y
algunos civiles serbios. El UÇK es probablemente la insurgencia más exitosa de la era
contemporánea: en apenas cuatro años pasó de ser considerado un grupo terrorista internacional
a lograr sus fines con apoyo militar de la OTAN, después de que las represalias del Gobierno de
Slobodan Milosevic contra la población albanokosovar llevasen a Bill Clinton a decidirse a apoyar a
los rebeldes.
En 2006 se iniciaron negociaciones internacionales para determinar el estatus final del territorio,
pero el fracaso del llamado Plan Ahtisaari (diseñado por el diplomático finlandés del mismo
nombre) llevó al Parlamento kosovar a declarar unilateralmente la independencia. El nuevo país
fue reconocido casi inmediatamente por medio centenar de países, y en la actualidad lo hacen un
total de 115 estados o entidades soberanas. Sin embargo, estados poderosos como Rusia,
Sudáfrica, Israel, Marruecos o la propia España han rechazado hacerlo, en muchos casos por temor
a alentar el separatismo dentro de sus propias fronteras.
Un soldado del Ejército de Liberación de Sudán del Sur en el primer aniversario de independencia.
(Reuters)
Sudán del Sur ha sido ya reconocido por casi toda la comunidad internacional, pero el nuevo
estatus no ha traído la paz: a falta de un enemigo común, la diversidad étnica del país se ha
traducido en una nueva guerra civil interna, a la que no son ajenos los recursos petrolíferos del
estado más joven del mundo, y que amenaza con convertirse en una de las grandes tragedias
humanitarias de nuestra época.
Thomas L. Friedman
02/08/2022 8:44
Pero si sigue adelante con una visita a Taiwán esta semana, en contra de los deseos del
presidente Joe Biden, estará haciendo algo completamente imprudente, peligroso e irresponsable.
Estos incluyen una respuesta militar china que podría resultar en que EE. UU. se sumerja
en conflictos indirectos con una Rusia con armas nucleares y una China con armas nucleares al
mismo tiempo.
Y si cree que nuestros aliados europeos, que enfrentan una guerra existencial con Rusia por
Ucrania, se unirán a nosotros si hay un conflicto entre Estados Unidos y China por Taiwán,
provocado por esta visita innecesaria, está malinterpretando el mundo.
Comencemos con el conflicto indirecto con Rusia, y cómo la visita de Pelosi a Taiwán ahora se
cierne sobre él.
debemos asegurarnos de que Ucrania sea capaz, como mínimo, de mitigar —y, como máximo,
revertir— la invasión no provocada de Vladimir Putin, que, si tiene éxito, representará
una amenaza directa para la estabilidad de toda la Unión Europea.
Para ayudar a crear la mayor posibilidad de que Ucrania revierta la invasión de Putin, Biden y su
asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, sostuvieron una serie de reuniones muy duras con los
líderes de China, implorando a Beijing que no ingrese al conflicto de Ucrania brindando asistencia
militar a Rusia, y particularmente ahora, cuando el arsenal de Putin se ha visto disminuido por
cinco meses de guerra agotadora.
China es uno de los mejores países del mundo en la fabricación de drones, que son precisamente
lo que más necesitan las tropas de Putin en este momento.
Dado todo eso, ¿por qué la presidente de la Cámara elegiría visitar Taiwán y provocar
deliberadamente a China ahora, convirtiéndose en el funcionario estadounidense de mayor rango
en visitar Taiwán desde Newt Gingrich en 1997, cuando China era mucho más débil económica y
militarmente?
Sería el equivalente a que Biden despidiera a Merrick Garland y Bill Burns el mismo día.
Mientras tanto, altos funcionarios estadounidenses todavía creen que Putin está bastante
preparado para considerar el uso de un arma nuclear pequeña contra Ucrania si ve que su ejército
se enfrenta a una derrota segura.
En resumen, esta guerra de Ucrania está TAN inconclusa, TAN inestable, TAN llena de sorpresas
peligrosas que pueden surgir.
Sin embargo, en medio de todo esto, ¿vamos a arriesgarnos a un conflicto con China por Taiwán,
provocado por una visita arbitraria y frívola del presidente de la Cámara?
Es Geopolítica 101 que no cortejas una guerra de dos frentes con las otras dos superpotencias al
mismo tiempo.
Ahora, pasemos a la posibilidad de un conflicto indirecto con China y cómo la visita de Pelosi
podría desencadenarlo.
Según informes de noticias chinos, Xi le dijo a Biden en su llamada telefónica la semana pasada,
aludiendo a la participación de Estados Unidos en los asuntos de Taiwán, como una posible visita
de Pelosi, “quien juegue con fuego se quemará”.
El equipo de seguridad nacional de Biden le dejó claro a Pelosi, una defensora de los derechos
humanos en China desde hace mucho tiempo, por qué no debería ir a Taiwán ahora.
En mi opinión, Taiwán debería haberle pedido a Pelosi que no viniera en este momento.
He visitado Taiwán en numerosas ocasiones durante los últimos 30 años y he sido testigo
personalmente de cuánto ha cambiado en Taiwán en ese tiempo.
Pero hay una cosa que no ha cambiado para Taiwán: ¡Su geografía!
Taiwán sigue siendo una pequeña nación insular, ahora con 23 millones de personas,
aproximadamente a 160 kilómetros de la costa de una China continental gigante, con 1.400
millones de personas, que reclaman a Taiwán como parte de la patria china.
Creo que es un interés nacional vital de los EE.UU. defender la democracia de Taiwán, en caso de
una invasión china no provocada.
Pero si vamos a entrar en conflicto con Beijing, al menos que sea por nuestro tiempo y nuestros
problemas.
Nuestros problemas son el comportamiento cada vez más agresivo de China en una amplia gama
de frentes, desde intrusiones cibernéticas hasta robo de propiedad intelectual y maniobras
militares en el Mar de China Meridional.
El Partido Comunista Chino siempre ha dejado en claro que la reunificación de Taiwán y China
continental es su “tarea histórica” y, desde que llegó al poder en 2012, Xi ha subrayado de manera
constante e imprudente su compromiso con esa tarea con agresivas maniobras militares en
Taiwán.
Dudo seriamente que el liderazgo actual de Taiwán, en el fondo de su corazón, quiera esta visita
de Pelosi ahora.
Por desgracia, me temo que el creciente consenso en la China de Xi es que la cuestión de Taiwán
solo puede resolverse militarmente, pero China quiere hacerlo a su propio ritmo.
Nuestro objetivo debería ser disuadir a China de tal esfuerzo militar en NUESTRO calendario, que
es para siempre.
Pero la mejor manera de hacerlo es armar a Taiwán en lo que los analistas militares llaman
un "puercoespín", un país erizado con tantos misiles que China nunca querría ponerle las manos
encima, mientras dice y hace lo menos posible para provocar a China. en pensar que DEBE ponerle
las manos encima ahora.
Perseguir cualquier otra cosa que no sea ese enfoque equilibrado sería un terrible error, con
consecuencias vastas e impredecibles.
El gobierno de Beijing considera a la isla parte de su territorio. Un recorrido por la historia y el rol
de Estados Unidos.
Nancy Pelosi en Taiwán: una decisión peligrosa que agrava el tablero asiático
Una marcha de apoyo a la visita de Nancy Pelosi a Taipei, Taiwán. este martes. Foto: REUTERS
02/08/2022 14:56
Clarín.com
Mundo
Las relaciones entre China y Taiwán, difíciles desde su separación de facto en 1949, son fuente de
tensiones recurrentes entre Washington y Beijing, que se incrementaron con la visita de la
presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, a Taipei.
Para Beijing, esta visita, sin embargo, supone el cruce de una "línea roja", y una profundización
de un conflicto que escala.
Aquí, un repaso por las principales etapas de las relaciones entre la isla autónoma y China.
El canciller de de Taiwán, Joseph Wu, recibe a Nancy Pelosi, este martes en Taipei. Foto: EFE
Las tropas nacionalistas del Kuomintang, encabezadas par Chiang Kai-shek (1887-1975), se
repliegan a Taiwán y el 7 de diciembre forman un gobierno, que consideran como la continuación
de la República de China fundada tras la caída del Imperio en 1911.
En diciembre se produce la primera de una serie de tentativas del Ejército Popular de Liberación
(EPL) de China de apoderarse de los islotes de Quemoy y Matsu.
Taiwán se convierte en 1950 en aliado de Estados Unidos, entonces en guerra contra China en
Corea.
En 1979, Estados Unidos rompe sus relaciones diplomáticas con Taiwán y reconoce a Beijing, pero
el Congreso estadounidense mantiene el suministro de armas a Taiwán para su autodefensa.
Estados Unidos y casi toda la comunidad internacional adoptan la política de "una sola China",
que excluye las relaciones diplomáticas con la isla de gobierno nacionalista.
Washington sigue siendo sin embargo el principal aliado de Taiwán y su primer proveedor de
material militar.
En 1987, Taiwán autoriza viajes a China continental para reuniones familiares y se abre así la vía a
los intercambios comerciales.
En 1991, Taipei deroga las disposiciones que instauraban el estado de guerra con China.
Pero en 1995, China suspende las negociaciones de normalización para protestar contra un viaje
del presidente taiwanés Lee Teng-hui a Estados Unidos.
Misiles
En 1996, China lanza misiles cerca de las costas taiwanesas poco antes de la primera elección
presidencial por sufragio universal, el 23 de marzo en Taiwán.
El 14 de marzo de 2005, China adopta una ley antisecesión que prevé medios "no pacíficos" si
Taiwán declara la independencia.
En 2010, firman un acuerdo marco de cooperación económica y cuatro años más tarde establecen
un diálogo intergubernamental.
Una videoconferencia entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el de China, Xi Jinping,
en noviembre pasado. Foto: REUTERS
En 2019, el presidente de China, Xi Jinping, afirma que no renunciará a la fuerza para recuperar
Taiwán y advierte a Washington del riesgo de "jugar con fuego" tras una nueva venta de armas a la
isla.
El 27, China rechaza una propuesta estadounidense de acordar a Taiwán una "participación
significativa" en la ONU.
El 28 de julio, Xi le dice a Biden por teléfono que no "juegue con fuego" y advierte de las
"consecuencias" que tendría una visita de Pelosi a la isla.
El 1 y 2 de agosto, las tensiones se disparan. China advierte que Estados Unidos "pagará el precio"
si la legisladora pone un pie en Taiwán. La Casa Blanca insiste en que "tiene derecho de visita".