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En 1927 China sufre la gran llamada "Guerra Civil China", caracterizada por la unión de los dos
partidos (nacionalista chino -liderado por Sun Yat-Sen- y el partido comunista chino -liderado por
Mao Zedong-). Un poco antes de esa unificación de 1927, el líder nacionalista chino comienza a
buscar ayuda con las naciones extranjeras para vencer a quienes habían tomado el control en el
norte de China. La URSS accede a darle ayuda y a dársela también al recién formado partido
comunista chino. La URSS esperaba el triunfo de los comunistas; Sin embargo, apoyaría al que
ganara esa guerra, comenzando una disputa y conflicto entre ambos partidos.
En 1923 la URSS logra unificar a los partidos políticos con la condición de que los comunistas
mantuvieran su identidad; Formando así, el Primer Frente Unido conocido como una alianza para
terminar con el caudillismo en China. Mal que, en 1927 se da a conocer la ruptura de alianza entre
los partidos.
Después, en 1937 a 1945, Japón intenta tomar el control total de China, enfrentándose al Ejército
nacional de la República de China. Aunque, China se debilitaba cada vez más obligándolos a crear
un Segundo Frente Unido. Luego, las bombas estadounidenses en las ciudades japonesas dieron
paso al rendimiento de Japón en Nankín, beneficiando al Partido Nacionalista siéndole entregada
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China. Por lo que las guerras internas continuaron hasta 1949 cuando el partido comunista
consiguió la total victoria.
Al final de esta gran Guerra Civil China comienza la "Revolución Comunista China". Las
negociaciones, que intentaban impedir que la guerra civil se reanudase, fracasaron y las fuerzas
comunistas tomaron el control del país, en donde Mao Zedong manda a los nacionalistas a la isla de
Taiwán para quedarse allí. Y el 1ro de octubre de 1949 se proclama la República Popular China
(más conocido como el país China), cuya existencia perdura hasta hoy en día.
Actualmente, por ejemplo, los Pueblos Indígenas de Taiwán avanzan hacia la autodeterminación
con el plan para un gobierno autónomo unido. Esperando que la auto-gobernanza conduzca a la
descolonización y ayude a Taiwán a construir una nación inclusiva.
En 2017, el Gobierno Civil De Taiwán creó un evento político con el fin de informar a los
representantes del Congreso y a la Administración sobre la historia y los apuros por lo que ha
pasado el pueblo taiwanés, así como de la necesidad de un cambio.
Hoy por hoy, en Estados Unidos se encuentra una delegación compuesta por más de 100
representantes taiwaneses, haciendo reuniones de alto nivel sobre el problema de la
autodeterminación de Taiwán. Julian Lin, una de las representantes, se dirigió hacia una audiencia
diciendo que "Taiwán es una de las economías más sólidas del mundo, y un poderoso aliado de los
Estados Unidos. Son la onceava economía mundial y la quinta mayor de Asia, produciendo
anualmente 285.000 millones de dólares en exportaciones (...) Sin embargo, Taiwán no es un país
reconocido en la comunidad internacional, ni tampoco por las Naciones Unidas. Incluso en las
Olimpiadas deben desfilar con la bandera de China de Taipéi (capital de la República China –
Taiwán- y metrópolis moderna con caminos coloniales japoneses) y no de Taiwán". Además, afirma
que "sin estas libertades y protecciones, la gente de Taiwán seguirá sin tener un estado, ni un
gobierno reconocido internacionalmente. Han estado viviendo en un purgatorio político durante más
de 70 años, y merecen de manera inmediata el derecho a la elección de su nacionalidad".
Estados Unidos seguía apoyando a Taiwán, pero hasta hace poco China le exigió a Estados Unidos
detener su campaña de apoyo hacia Taiwán. Wang, el portavoz del Ministerio de asuntos Exteriores
Chino, afirmó que los hechos sobre Taiwán son claros e indicó que Washington tiene que volver al
significado original y verdadero del principio de una sola China, honrando sus compromisos
políticos con Pekín (capital de China) y cumpliendo sus obligaciones internacionales.
En este sentido, Wang aseguró que la Casa Blanca tiene que dejar de alentar y apoyar
movimientos independistas en Taiwán, dejar de utilizar la isla para contener a Pekín, y dejar de
decir o hacer cosas que interfiera con los asuntos internos de China", que solo así se podrá mantener
realmente la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán, defendiéndose los intereses más
amplios de las relaciones entre China y Estados Unidos.
Taiwán ahora navega casi en forma permanente entre el temor y el riesgo que impone su opresor,
que aumentó luego de la guerra en Ucrania. Taiwán solo desea el reconocimiento de su República
por parte de China y la comunidad de naciones. Ellos se ven a sí mismo como un país independiente
gobernado democráticamente, pese a que nunca ha sido reconocido su independencia. Y desde 1997
vuelven a solicitar su incorporación a la ONU para representarlo soberanamente sin resultados
favorables.
Los Estados caribeños que reconocen a Taiwán son Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía,
San Vicente y las granadinas. En Sudamérica, Paraguay es el único país con vínculos diplomáticos
con Taiwán. Y en los otros países del mundo son la Ciudad del Vaticano, Esuatini y varias islas
(Marshall, Nauru, Palaos y Tuvalu).
En 2021, la BBC de Londres, dijo que "China ve a Taiwán como una provincia rebelde que se
reunificará con el continente tarde o temprano y con una fuerza" (Mao Zedong tenía la misma
opinión sobre Taiwán). Además de que el actual presidente de la República Popular China, Xi
Jinping, aseguró que el país puede conseguir y conseguirá la reunificación con Taiwán. Y que los
compatriotas que se pongan en el lado correcto de la historia, advirtiendo que quienes promocionan
la independencia de Taiwán son "el mayor obstáculo" para la reunificación y un "grave peligro".
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Además de que aquellos que olviden su herencia, traicionen a la madre patria y busquen dividir al
país no tendrán un buen final y serán despreciados por el pueblo y condenados por la historia.
Pero, la verdad, más allá de las disputas, creemos que Taiwán debe que tener el derecho a la
autodeterminación de los pueblos y a luchar por su soberanía.
Luego de que Mao Zedong llevara a los nacionalistas a Taiwán, miles de tropas enviadas, el 7 de
octubre de 1950, entraron a Tíbet (una parte de la República Popular China y una región autónoma
de China. La cultura tibetana son parte de la cultura china) acorralando a sus autoridades y tomando
la ciudad fronteriza de Chambo el 19 de octubre; Con el fin de acabar las fuerzas enemigas.
En 1951, entre las autoridades tibetanas y el Gobierno Chino firmaron el "Acuerdo de los
Diecisiete puntos para la Liberación Pacífica del Tíbet". Pero según el líder espiritual del pueblo
tibetano el tratado es inválido porque fue "forzado sobre un gobierno desamparado que no quería
hacerlo". Además de que cuando el líder tibetano firmó el acuerdo tan solo tenía 15 años de edad.
Pekín, en esta situación, dice que solo fue una "liberación pacífica", mientras los tibetanos
exiliados lo califican como invasión.
En 1956 hasta 1959 comenzó la Primera Gran Rebelión del pueblo tibetano en rechazo al
dominio chino, que lamentablemente dejó decenas de miles de muertos. Luego de la intervención
del Ejército Popular de Liberación de China, la victoria china obligó a dalái lama (líder espiritual
del budismo tibetano) a huir del país y exiliarse en India.
Actualmente, si bien Tíbet no es un Estado nación en el sentido moderno, siempre mantuvieron
una cultura, un lenguaje escrito y hablado, una religión y un sistema político único en todo el
mundo. Además, la cuestión que Tíbet enfrenta ahora es al derecho de la autodeterminación de los
pueblos y la legitimidad de un Estado multiétnico, como China, presionando por obtener la
independencia total; Un escenario que parece cada vez más lejano para ellos.
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supuso una alternativa al sistema de la URSS que fue adoptada por muchos países del Tercer
Mundo durante la Guerra Fría.