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aún mientras continúa la guerra en Ucrania y los fuertes combates en Bakhmut: en esta
ocasión son protagonizadas por la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen, que acaba de iniciar una
gira por Centroamérica y Estados Unidos que ha sido condenada por Beijing.
Pelosi aterrizó en Taiwán como parte de su gira por Asia, y en medio de las reiteradas
amenazas de China por el viaje, que dijo que algunos políticos de Esados Unidos "jugaban con
fuego". Fue la primera vez en 25 años que un presidente de la Cámara de Representantes
visita la isla.
Cada gesto de Washington hacia Taipei recibe regularmente una reacción de Beijing, y en 2022
hubo muchos: el último ocurrió la semana pasada, cuando se conocieron las intenciones de
Pelosi de viajar a Taiwán.
Y, mientras tanto, Taiwán ha iniciado sus ejercicios militares anuales Han Kuang, que tienen
una semana de duración y simulan una invasión enemiga.
En mayo se había dado otra situación de tensión, cuando el presidente de Estados Unidos, Joe
Biden, dijo que su país respondería militarmente si China intervenía en Taiwán, en el contexto
de que la invasión de Rusia a Ucrania ha generado preocupación en Taipei por una posible
acción similar de Beijing.
"Estamos de acuerdo con la política de Una Sola China. La firmamos y todos los acuerdos
correspondientes se hicieron a partir de ahí, pero la idea de que se puede tomar por la fuerza,
simplemente tomar por la fuerza, es (simplemente no) apropiada", dijo Biden.
Y en octubre de ese mismo año, en tanto, unos 150 aviones de guerra de China volaron cerca
del espacio aéreo de Taiwán en la mayor incursión hasta la fecha, según el Ministerio de
Defensa Nacional de Taiwán.
Taiwán y China
Las tensiones son simplemente un recordatorio de las largas décadas de hostilidad entre los
gobiernos en Beijing y Taipei, con ambos bandos reclamando históricamente ser los
gobernantes legítimos de todos los territorios de China, incluida Taiwán.
El nombre oficial de Taiwán, República de China, se remonta a su fundación en 1911 tras el
colapso de la última dinastía imperial de China.
Bajo el gobierno del Partido Nacionalista, o Kuomintang (KMT), liderado por Chiang Kai-shek, la
República de China debió enfrentarse a comienzos de la década de 1930 y luego durante la
Segunda Guerra Mundial a los avances del Imperio del Japón, así como también al creciente
poder de los comunistas chinos liderados por Mao Zedong.
En 1945, tras la derrota japonesa, la República de China recuperó la isla de Taiwán, que China
había perdido en una guerra anterior con los japoneses. Pero cuatro años más tarde, en 1949,
el Kuomintang fue derrotado en una cruenta guerra civil en el continente por el ejército del
Partido Comunista.
Ese mismo año Mao fundó la República Popular China, con capital en Beijing.
Separados por un estrecho, posturas ideológicas contrarias y una conflicto histórico, las dos
Chinas -la República Popular China y la República de China- han coexistido desde entonces en
medio de tensiones, a pesar de compartir tradiciones, cultura y una lengua en común, el chino
mandarín.
Esta tensión entre Beijing y Taipei ha estado siempre ligada a la también difícil relación entre
Beijing y Washington.
El gobierno de los Estados Unidos, aliado del Kuomintang durante la Segunda Guerra Mundial,
no reconoció inicialmente la legitimidad del gobierno Comunista en la China continental. Por el
contrario, continuó dando su apoyo político a Taipei.
China Taiwán
Por otro lado, el acercamiento entre China y Estados Unidos iniciado a principios de la década
de 1970 y en medio de la Guerra Fría llevó al establecimiento de relaciones diplomáticas
formales entre Washington y Beijing en 1979, y al traslado de la embajada estadounidense
desde Taipei a Beijing.
Pero lejos de significar un quiebre en la relación con Taiwán, EE.UU. ha mantenido fuertes
lazos comerciales y militares con la isla, a la que considera un aliado clave en la región, en el
marco de una “ambigüedad estratégica”.
Esto incluye el compromiso de Washington de ayudar a Taiwán, una isla gobernada
democráticamente y con más de 23 millones de habitantes, a defenderse de una posible
invasión de los comunistas en China.
“Una China”
Entre 1995 y 1996 se dio la última gran crisis tras la visita del entonces presidenta de Taiwán,
Lee Teng-hui, a Estados Unidos. China disparó misiles en aguas cercanas a Taiwán en respuesta
a la reunión, y Estados Unidos terminó enviando dos portaaviones a la zona.
Beijing y los partidos pro-reunificación en Taiwán aseguran que durante ese encuentro hubo
acuerdo en lo referido al principio de “una China”, es decir que ambas partes reconocen la
existencia de un solo país que debe ser de reunificado.
“Hay una sola China y el gobierno de la República Popular es el único legítimo y Taiwán es
parte de China”, señala el Ministerio de Exteriores en Beijing.
En Taiwán la postura oficial es más ambigua con respecto a la reunificación, y los gobiernos de
la isla han buscado mantener el statu quo. Pero el Kuomintang y otras fuerzas por -
reunificación insisten también en que la República de China es el gobierno legítimo de todo el
territorio.