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NEUROMANAGEMENT:
Cambiando de
Paradigmas
INDICE
1. CAMBIANDO PARADIGMAS................................................................................................... 3
1.1. Evolución del paradigma de Liderazgo.......................................................................... 5
1.2. INTELIGENCIAS MÚLTIPLES ........................................................................................... 7
1.3. Aparición del Neuromanagement ............................................................................... 12
1.4. Principios básicos del Neuromanagement en la gestión de personas. ....................... 14
1. CAMBIANDO PARADIGMAS
¿Qué es lo que hace que algunos líderes tarden milisegundos en tomar una
decisión acertada y que otros tarden más y, encima, se equivoquen? ¿Por qué un
individuo exitoso en un puesto fracasa cuando se lo asciende? ¿Por qué algunos
equipos de trabajo tienen un alto rendimiento y otros no? La posibilidad de responder
estas preguntas, entre muchas otras, en las que subyace la aspiración de hacer más
competitivas a las organizaciones a partir del desarrollo de su capital intelectual y
humano, ha llevado a las ciencias empresariales a construir un puente con las
neurociencias y la moderna neuropsicología.
"Liderar es dar energía". El modo en que influye el líder en las emociones del
grupo es clave para la energía del mismo. El arte del liderazgo no consiste en el
cambio por sí solo, sino en la manera de implementarlo. Un leve cambio en la
expresión facial o el tono de voz del líder puede tener muchísimo impacto en el equipo.
Las personas con esta capacidad, saben percibir y hasta prever la reacción que
su mensaje causará, por lo tanto, pueden conducir a todos hacia la meta buscada.
Los líderes deben poseer la aptitud del manejo de conflictos. Saber manejar
con tacto situaciones tensas y personas difíciles o detectarlas antes que se generen es
una de las aptitudes emocionales más importantes requeridas para liderar en los
equipos de trabajo exitosos. Las personas dotadas de esta característica saben
cambiar de roles según las necesidades que surgen de la negociación, desde
iniciadores y coordinadores hasta dinamizadores, conciliadores o estimuladores. Esta
aptitud es vital porque toda negociación lleva una carga emocional y el que sea más
"inteligente emocionalmente" poseerá una ventaja clave sobre la otra parte.
Un líder fuerte no actúa como cerebro del grupo ni toma decisiones autónomas,
sino que coordina y estimula para lograr el consenso. Cuando el líder expresa su idea
demasiado pronto puede llegar a producir un efecto "tiene razón, no opinemos" en sus
miembros por lo que es conveniente que no opine de entrada. En este sentido, los
jefes de equipo lideran mejor cuanto menos lideran.
Cada aptitud emocional interactúa con las otras. Estas pueden constituir aprox.
el 60% de los ingredientes para un desempeño estelar de un individuo, pero en el caso
de un líder las empresas consideran que prácticamente del 80-100%. El liderazgo es
casi por entero inteligencia emocional.
Fue un esfuerzo que en las primeras décadas del siglo pasado intentó
demostrar que los líderes nacen y no se hacen. Pese a cientos de estudios realizados,
nunca llegaron a la ansiada lista de atributos indispensables y comunes a todos los
líderes exitosos.
Todas estas teorías se desarrollaron entre los años 30’s y finales de los 70’s, y
fueron la base principal de la multitud de libros sobre esta temática que han aparecido
en las últimas décadas. Sin embargo, el paradigma se mantiene en constante cambio,
acercándose continuamente a disciplinas que estudian la psique y la interrelación
social para brindar una explicación holística al fenómeno de liderazgo.
Para conducir estos equipos, los líderes necesitan otro tipo de herramientas
con las que no nos formaron ni en la escuela ni en la universidad. Habilidades que no
existían hace muy poco tiempo atrás, como la gestión de emociones en el trabajo, la
creatividad, la negociación y habilidades para formar espacios de trabajo con calidad
de vida.
La buena noticia es que las nuevas habilidades, necesarias para las nuevas
formas de liderazgo y conducción, pueden adquirirse. Trabajar en nuestro auto
conocimiento y desarrollar destrezas de percepción que nos permitan relacionarnos
con nuestro mundo de una manera distinta es posible.
Esta nueva dirección en la gestión del factor humano se centra en conocer los
procesos neurofisiológicos implicados en la toma de decisiones y el desarrollo de las
inteligencias múltiples en la persona, y por lo tanto en las organizaciones.
También conocida como “buen oído”, es el talento que tienen los grandes
músicos, cantantes y bailarines. La fuerza de esta inteligencia radica desde el mismo
nacimiento y varía de igual manera de una persona a otra. Un punto importante en
este tipo de inteligencia es que por fuerte que sea, necesita ser estimulada para
desarrollar todo su potencial, ya sea para tocar un instrumento o para escuchar una
melodía con sensibilidad.
Quienes pertenecen a este grupo, hacen uso del hemisferio lógico del cerebro
y pueden dedicarse a las ciencias exactas. De los diversos tipos de inteligencia, éste
es el más cercano al concepto tradicional de inteligencia. En las culturas antiguas se
utilizaba éste tipo de inteligencia para formular calendarios, medir el tiempo y estimar
con exactitud cantidades y distancias.
Esta inteligencia la tienen las personas que puede hacer un modelo mental en
tres dimensiones del mundo o en su defecto extraer un fragmento de él. Esta
inteligencia la tienen profesiones tan diversas como la ingeniería, la cirugía, la
escultura, la marina, la arquitectura, el diseño y la decoración. Por ejemplo, algunos
científicos utilizaron bocetos y modelos para poder visualizar y decodificar la espiral de
una molécula de ADN.
Los pacientes con daño específico en las regiones del hemisferio derecho,
intentarán compensar su déficit espacial con estrategias lingüísticas: razonarán en voz
alta, para intentar resolver una tarea o bien se inventarán respuestas. Pero las
estrategias lingüísticas no parecen eficientes para resolver tales problemas.
Este tipo de inteligencia nos permite formar una imagen precisa de nosotros
mismos; nos permite poder entender nuestras necesidades y características, así como
nuestras cualidades y defectos. Y aunque se dijo que nuestros sentimientos si deben
ayudar a guiar nuestra toma de decisiones, debe existir un límite en la expresión de
estos. Este tipo de inteligencia es funcional para cualquier área de nuestra vida.
Este tipo de inteligencia nos permite entender a los demás. Está basada en la
capacidad de manejar las relaciones humanas, la empatía con las personas y el
reconocer sus motivaciones, razones y emociones que los mueven. Esta inteligencia
por sí sola es un complemento fundamental de las anteriores, porque tampoco sirve de
nada si obtenemos las mejores calificaciones, pero elegimos mal a nuestros amigos y
en un futuro a nuestra pareja.
Parece claro, por tanto, que identificar los aspectos “amenazantes” y “de
oportunidad” puedan resultar tremendamente útiles para orientar nuestra gestión hacia
el desarrollo real de los profesionales.
“Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”
Tan profundo puede llegar a ser el efecto de nuestras expectativas que, para
algunos científicos, podrían llegar a explicar cómo funciona el efecto placebo. Braidot
expone el siguiente ejemplo:
“Jack Nicklaus, uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, contaba que incluso
antes de elegir el palo con que golpearía la pelota, practicaba cada golpe mentalmente
por lo menos cinco veces. Lo visualizaba tal y como esperaba que sucediera”
En línea con estos conceptos, las nuevas herramientas que surgieron con el
neuromanagement focalizan en la optimización de funciones neurocognitivas:
atención, memoria, aprendizaje, planificación y velocidad de procesamiento, entre
otras, aplicadas a las actividades relacionadas con la conducción y gestión de
organizaciones.
1.4.1. EMPATÍA
1.4.2. SINGULARIDAD
Para que un proyecto que involucre un cambio importante sea aceptado con un
menor grado de resistencia, es imprescindible que la adquisición de densidad de
atención lleve a la autogeneración de “momentos de entendimiento” (el instante en que
el cerebro de una persona hace “clic”).
Esta “historia” nos inspira a hacer todos los esfuerzos posibles para alcanzar
un objetivo común. Cuando un líder cuenta un relato inspirador y logra unir los
objetivos de los empleados y los del negocio, ya no es necesario recurrir a la
retroalimentación, premios o largas explicaciones.