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5 TEJIDO MUSCULAR
El tejido muscular es uno de los cuatro tejidos básicos del organismo y está formado
por grupos de células que han desarrollado la excitabilidad, conductibilidad y
contractilidad. De todas estas propiedades del protoplasma, la contractilidad se ha
manifestado en grado mayor que en otros tipos celulares. .
Para contraerse con la mayor eficacia, las células musculares son alargadas,
permitiendo de esta forma el acortamiento o disminución de la longitud de su eje
mayor. Se disponen en forma paralela y el citoplasma está ocupado por una enorme
cantidad de filamentos compuesto por proteínas contráctiles, principalmente actina y
miosina.
Liso (visceral).
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Fig. 5-1 Cuadro que muestra los criterios de clasificación del tejido muscular.
Sarcos: músculo.
MÚSCULO ESQUELÈTICO
La fibra muscular esquelética es extremadamente larga, cilíndrica y con una
longitud mayor que la fibra lisa. Los núcleos son numerosos (multinucleada), tienen
forma ovalada y se sitúan cerca de la superficie celular, es decir, hacia la periferia de
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la célula. El sarcoplasma muestra estrías transversales en forma de bandas claras
y oscuras que se alternan a lo largo de la fibra (Fig. 6-2).
Miofibrillas y miofilamentos.
Cada fibra muscular estriada está compuesta por estructuras largas y cilíndricas
denominadas miofibrillas, dispuestas longitudinalmente y paralelas entre sí en el
espesor del sarcoplasma y difícilmente visibles con el microscopio óptico (Fig. 5-3).
Fig. 5-3 Esquema de una miofibrilla formando parte de una fibra muscular.
relaxado
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El mecanismo de la contracción muscular se explica por la teoría del
deslizamiento, en la cual se plantea que los filamentos delgados se mueven o
deslizan sobre los gruesos hacia el centro de la sarcómera.
Los filamentos delgados están compuestos por actina F, tropomiosina y
troponina. La actina F se presenta en forma de polímeros largos, formados por dos
cadenas de monómeros globulares (actina G), arrolladas una sobre otra en doble
espiral (Fig. 5-7 y 5-8). rolou
Los filamentos gruesos están formados por miosina. La molécula de miosina posee
un extremo dilatado conocido como cabeza (Fig. 5-9).
Cuando las moléculas de miosina se organizan para dar lugar a los miofilamentos,
las cabezas se proyectan hacia afuera para formar puentes transversales o enlaces
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cruzados. Con microscopía electrónica resultan evidentes estos puentes
transversales que unen un tipo de miofilamento con otro, desplazando a su vez al
filamento delgado durante la contracción (Fig.5-10)
Cuando la concentración de calcio es baja, el filamento de tropomiosina está situado
de tal forma que bloquea el sitio activo de la actina (los sitios de unión de la miosina
sobre los monómeros de actina-G). Cuando la concentración de calcio se eleva, este
se une a la troponina, produciéndose un cambio en la posición de la tropomiosina-
toponina. Al moverse la tropomiosina, queda expuesto el sitio activo de la acina G,
lo que permite la interacción entre éste y las cabeza de miosina, desencadenando el
movimiento de los puentes cruzados, que resulta en el desplazamiento de los
filamentos de actina hacia el centro de la banda A (Fig. 5-11).
Las interacciones repetitivas entre la actina y la miosina son la causa del
Encurta-
acortamiento visible de la sarcómera. La distancia entre los miofilamentos finos y
ndo
gruesos aumenta durante la contracción muscular lo que conlleva a un mayor
espesor del músculo contraído. carrega
La energía para la “flexión” de la cabeza de miosina, es proporcionada por el ATP.
La molécula de ATP no solo participa en el proceso contráctil, sino también en la
relajación muscular. En ausencia de ATP los dos tipos de filamentos permanecen
unidos y el músculo no se relaja (Fig. 5-11).
El rigor mortis o rigidez cadavérica que ocurre después de la muerte es
consecuencia de la carencia de ATP. El músculo no se relaja hasta que comienza la
autolisis celular.
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Fig. 5-11 Diagrama del mecanismo de la contracción molecular. En la fibra relajada
(izquierda) la tropomiosina bloquea el sitio activo de la actina e impide la interacción
con la miosina. Durante la contracción, en presencia de calcio la tropomiosina se
separa del sitio activo de la actina, permitiendo que esta última interaccione con la
cabeza de miosina en su sitio activo, ahora expuesto. (Tomado de Ganong WF
(1981): Fisiología médica, 7ª. Ed. México DF, El Manual Moderno) Modificado.
Hay que tener presente que ninguno de los filamentos disminuye de longitud durante
el proceso contráctil.
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Fig. 5-12 Representación esquemática de la miofibrilla estriada vista al ME,
mostrando la sarcómera relajada y contraída.
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Fig. 5-13 Esquema de una sección de la fibra muscular esquelética vista al ME. El
sarcolema y las miofibrillas están parcialmente seccionados para mostrar la relación
de estas últimas con el sistema de túbulos T y el retículo sarcoplásmico.
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Los haces o fascículos de fibras están rodeados y separados entre sí por cubiertas
más finas de tejido conectivo nombradas perimisio, conteniendo pequeñas arterias
y venas.
Del perimisio se extienden fibras delgadas de tejido conectivo que penetran entre las
fibras musculares dando lugar a una capa muy delgada de tejido conectivo que se
nombra endomisio.
El endomisio por tanto, rodea a cada una de las fibras musculares individuales y
está formado por una red de finas fibras reticulares, células del tejido conectivo y
capilares sanguíneos (Fig. 5-14).
La cantidad de tejido fibroconectivo es variable, aumenta con la edad y está en
dependencia del tipo de músculo.
MÚSCULO CARDIACO.
El miocito cardiaco es una célula alargada con extremos ramificados o bifurcados
que, a diferencia de la fibra esquelética, posee uno y en ocasiones dos núcleos
(binucleada) en posición central. En el sarcoplasma son visibles estriaciones
transversales similares a las de las fibras musculares esqueléticas y las células
vecinas se unen entre sí mediante discos transversales en forma de líneas densas
llamadas discos intercalares que siguen un patrón escaleriforme (Figs. 5-15, 5-16 y
5-17).
Em forma de
escada
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Fig. 5-15 Esquema del miocito cardiaco.
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Fig. 5-16 Representación esquemática del tejido muscular cardiaco.
MÚSCULO LISO
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El tamaño de la fibra está en dependencia de la localización, teniendo muy poca
longitud (20 µm) cuando se halla formando parte de la pared de los vasos
sanguíneos y llegando alcanzar hasta 0,5 mm en el útero de la mujer gestante.
Por lo general las fibras se ordenan en capas, aunque se pueden encontrar aisladas
al integrar por ejemplo, la pared de vasos sanguíneos de reducido grosor.
La fibra muscular lisa es alargada y fusiforme, es decir con una región media más
gruesa y extremos adelgazados. El núcleo único, de forma oval y con uno o dos
nucléolos, ocupa la parte más ancha de la fibra o puede verse ligeramente
excéntrico. En cortes teñidos con HE el citoplasma es acidófilo y homogéneo,
pudiendo hacerse evidentes áreas claras que sugieren la presencia de glucógeno.
(Figs. 5-18 y 5-19).
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electrónica, pueden individualizarse además los llamados filamentos intermedios
(10nm).
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