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Cómo ayudar a tus hijos a mejorar su rendimiento académico

(Fuente de la imagen: Gustavo Fring:4173339 / Pexels.com)[/caption]

Todos queremos que nuestros hijos tengan un buen rendimiento académico y alcancen
las metas más altas. Pero a medida que avanza el curso, se hacen visibles las
dificultades que algunos niños tienen para seguir el ritmo. La buena noticia es que
cualquier chaval puede mejorar su desempeño escolar. Tan solo debemos prestar
atención a una serie de factores.

Lo primero es ser conscientes de las capacidades reales de nuestros hijos. Y, en segundo


lugar, aprender a ayudarlo sin presionar más de lo necesario. Nuestra labor como padres
consiste en promover el interés por el aprendizaje. Incítales a que sean constantes en su
ritmo de trabajo. Una buena forma es utilizar el refuerzo positivo para premiar el
esfuerzo. Así conseguirás motivarles y lograr el éxito escolar.

Lo fundamental
 Los padres son la mayor influencia en el rendimiento académico de sus hijos.
Ayudarles desde las primeras etapas educativas a adquirir y desarrollar un método de
trabajo será el camino para lograr éxito.
 Planifica un horario semanal para organizar el tiempo libre y el de formación. Crea un
programa de estudio que sea realista y que esté adaptado a las necesidades de tu hijo.
Enséñale que con la práctica y el esfuerzo regular se logran conocimientos y
habilidades.
 Trabajar con tu hijo en la mejora de su desempeño académico fortalecerá vuestro
vínculo. Conseguirás que tenga mayor autoestima. La confianza, tanto en sí mismo
como contigo, aumentará. Sabrán enfrentarse a los fracasos. Y, además, serán más
sociables.
El modo en que los padres se implican en el desarrollo académico puede ser tanto o más
importante que el tiempo dedicado a ello.

¿En qué se basa el buen rendimiento académico?


El rendimiento escolar no es un sinónimo inteligencia. Es la forma de medir la
capacidad de aprendizaje de un alumno. No se trata de calcular cuánto ha memorizado
sobre un tema concreto. Tiene que ver con los conocimientos aprendidos en el proceso y
de cómo los incorpora a su conducta. Es decir, hablamos de cantidad y de calidad.

El éxito escolar se basa en tres aspectos fundamentales: poder, querer y saber.


Comprenderlos hará que puedas ayudar a tu hijo a mejorar su rendimiento.

Qué es; Son las aptitudes, competencias, capacidades y habilidades necesarias; Tener la
motivación suficiente para estudiar; Conocer cómo estudiar eficazmente]
Tu papel como padre consiste en; Ayudar a tu hijo a ser autónomo, responsable y
persistente.
Enseñarle a desarrollar su potencial y a superar las dificultades; Potenciar la actitud
positiva y motivación hacia el aprendizaje; Enseñar hábitos y técnicas de estudio
orientadas a un aprendizaje significativo

Cómo ayudar a tu hijo a mejorar su rendimiento


académico
Para conseguir el éxito escolar no basta solo con supervisar que tu hijo rinda como tú
esperas. Debes brindarle colaboración, apoyo y un ambiente familiar que le permitan
sentirse seguro. A continuación, te mostramos las pautas o tips más importantes que
puedes llevar a cabo para mejorar su rendimiento.

Nuestra intervención será más impactante en los primeros años de


escolarización. Una vez que nuestros hijos van adquiriendo mayor
autonomía, la mediación se va reduciendo. Aunque esto no significa que se
les deje de mostrar una actitud de supervisión y colaboración."

Carolina Vera Olivares, Psicóloga

Tu actitud frente al colegio

Muestra siempre una actitud positiva a cerca del colegio, sus profesores y los deberes.
Transmitirás buenos valores educativos. Y desarrollará en tu hijo una postura amigable
hacia el aprendizaje.

Asistir a las reuniones con los maestros, a las funciones escolares u otros eventos
demostrarán tu compromiso con la educación. Hazle ver cómo la escuela es relevante
para otras áreas de la vida.
Planificación y organización

Ayúdale a planificarse y organizarse. Revisa con él su agenda, el calendario de pruebas,


trabajos, etc. Es la manera de establecer un contacto efectivo entre la familia y la
escuela.

Crea un método de trabajo y establece cuánto tiempo dedicará a cada una de las
materias. Esto se realizará en función del grado de dificultad y esfuerzo que impliquen:

1. Hay que comenzar por lo que más le gusta.


2. Se continúa con lo más difícil.
3. Dejamos para el final lo más fácil.

Asegúrate de que tenga todo el material necesario (libros, diccionarios, etc.) antes de
ponerse a estudiar. Pero enséñale a que sea él quien lo prepare. Así potenciarás su
autonomía.

Crea un hábito de estudio diario

Adquirir un hábito es cuestión de perseverancia. Enseñarle esto a tu hijo favorecerá que


tenga una mentalidad de crecimiento. Mejorará su forma de organizarse y le ayudará a
ser constante.

Las horas de estudio diarias recomendadas varían según la etapa formativa:

Curso Tiempo de estudio


De primero a cuarto básico Entre 30 minutos y 1 hora
De quinto a octavo básico Entre 1 hora y 1,5 horas
Enseñanza media ]; Entre 1,5 y 2 horas

Deja de 15 a 20 minutos de descanso entre cada hora. Estos breves descansos en las
sesiones de estudio son beneficiosos para concentrarse con mayor facilidad.

Para que tu hijo desarrolle una habilidad o adquiera una nueva competencia, no recurras
solo a los materiales tradicionales. Dispones en internet de muchas opciones:
-Puedes practicar matemáticas jugando en Matific.
- O aprender idiomas con Duolingo.
- Y si se trata de un tema de anatomía, ¿por qué no veis juntos un video en Youtube?
]

Las nuevas tecnologías te brindan fuentes de aprendizaje muy útiles. (Fuente: Julia M
Cameron: 4144222/ Pexels.com)

Respeta su tiempo de ocio

Estudiará mejor si sabe que después tendrá un tiempo para descansar y divertirse.
Anímale a que haga alguna actividad extraescolar que le guste. El fin de semana es
tiempo para descansar y recargar las pilas. Es trascendental que lo aproveche y lo
disfrute con la familia y los amigos.

Procura limitarle el tiempo delante del computador, la televisión o los vídeo juegos. Te
recomendamos que se ciña a una hora máximo. Y por supuesto, siempre y cuando haya
terminado el estudio.

Responsabilidad y autonomía

Tu hijo tiene que aprender que él es responsable de sus estudios y de sus deberes. Por
eso es fundamental que no hagas las tareas escolares por él. Puede ser lo más fácil y
rápido, sobre todo cuando llegamos a casa cansados del trabajo. Pero no será lo mejor
para su desarrollo.

Muestra una actitud de disponibilidad. Que perciba tu interés y que sienta que puede
contar contigo en todo momento. Supervisa sus tareas y genera un clima de
colaboración. Conocerás mejor a tu hijo y fortalecerá vuestro vínculo.

Vigila que duerma bien

Para un buen rendimiento escolar es imprescindible que tu hijo tenga unas pautas de
descanso adecuadas. El sueño es necesario para integrar la nueva información adquirida.
Es el momento en el que el cerebro relaciona conceptos, ideas y teorías. Es decir,
cuando se consolida el aprendizaje.

La Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)


aconseja dormir las siguientes horas en función de la edad:
Edad De 3 a 5 años Entre 6 y 12 Entre 12 y 18
Horas de descanso 12,5 9,5 8,5

Para que las horas de sueño sean efectivas, procura evitar las siguientes conductas antes
ir a la cama:

 actividad física,
 videojuegos y televisión,
 estudiar o hacer los deberes.

Cómo mejorar el rendimiento académico más allá de


los estudios
En ocasiones otorgamos al rendimiento escolar de los niños más importancia de la que
queremos reconocer. Pero para lograr este éxito, los estudios no son lo único que hay
que cuidar. Tienes que potenciar el desarrollo integral de todas sus facetas: emocional,
física, mental, espiritual y social. En definitiva, todo aquello para que tu hijo sea feliz.

A continuación, te damos una serie de consejos para ayudar en la mejora del desempeño
académico de tus hijos. Es un proceso del que ambos saldréis beneficiados y que se
extenderá a todos los ámbitos de vuestra relación.

Escucha activa

Es vital que escuches a tu hijo. Presta atención a sus inquietudes, curiosidades y


hobbies. Una escucha activa te permite identificar más fácilmente sus necesidades.
Podrás detectar pequeñas pistas emocionales que de otra manera te habrían pasado
desapercibidas.

Sabrás qué cosas le desmotivan y cómo darles solución. Antes de imponer castigos,
indaga sobre lo que motiva su bajo rendimiento. Hazle preguntas abiertas para obtener
más información.

Cuando hables con tu hijo, colócate a la altura de sus ojos. Establece contacto visual.
Los pequeños se sentirán valorados y comprendidos. Y tenderán a comunicar sus
sentimientos de forma más abierta.

Desarrolla su autoestima

Elogia sus logros y su esfuerzo, aunque no haya conseguido el objetivo propuesto. Hará
que desarrolle confianza en sí mismo. Y si tienes que hacer alguna crítica, que sea
constructiva. Le ayudará a transformar los fracasos en oportunidades de crecimiento.

Céntrate en el esfuerzo, el progreso y la actitud. Una enhorabuena, “estás mejorando


mucho” o “estoy orgulloso de ti por practicar tanto” harán subir su autoestima. Y como
consecuencia, aumentará su motivación.

Las comparaciones son odiosas


Nunca compares el rendimiento escolar de tu hijo con el de otros niños o hermanos.
Además de poner en riesgo su autoestima y crearle inseguridad, fomentarás envidias y
rivalidades. Transmítele que lo importante es superarse a uno mismo y no competir con
los demás. Enséñale dos cosas:

 a asumir el fracaso como parte del proceso


 que lo principal para alcanzar las metas es ser constante y persistente.

Revisa el nivel de expectativas que tienes frente al rendimiento académico de tu hijo/a.


No puedes manifestarle constantemente una decepción. Así que, sé realista sobre las
habilidades que posee y establece unos objetivos alcanzables. Ten en cuenta que
exigirles demasiado puede estresarlos y frustrar su motivación.

El espacio y las herramientas de trabajo

Escoger la zona de estudio ayuda, y mucho, a que mejore en su desempeño académico.


Facilítale un espacio donde pueda concentrarse. Busca un lugar tranquilo y bien
iluminado, alejado de ruidos o elementos que puedan distraerle (televisión, teléfono,
etc.).

Valora cuándo es necesario que utilice ayudas electrónicas. Internet puede ser una gran
herramienta. Pero también es un inmenso distractor. Muéstrale que puede recurrir a otro
tipo de recursos, como libros, bibliotecas, etc. Indaga sobre las diferentes técnicas de
estudio y prueba con la que mejor se adapte a las necesidades del niño. Porque no hay
una única manera correcta de estudiar.

Motiva su curiosidad

Desarrolla y refuerza desde pequeño su afán de aprender cosas nuevas y su curiosidad


natural. Anímales a que se planteen preguntas sobre lo que ven. Puedes aprovechar
cualquier actividad cotidiana para transformarla en una experiencia de aprendizaje:

 Un paseo por el parque puede servirte para hablar sobre botánica,


 tras una visita al museo de arte, anímale a que dibuje el cuadro que más le ha gustado,
 los nombres de las calles son una manera de descubrir la historia de tu ciudad,
 y realizar la compra puede ser una buena clase de economía.

La lectura: clave en la mejora del rendimiento académico

La lectura por placer se relaciona directamente con sacar buenas notas. Y no solo en las
asignaturas de lengua o literatura. En ámbitos como el matemático o el científico, su
influencia es clave.

Por eso, es fundamental que te vean leer y que les motives a hacerlo. Una buena forma
es leerles cuentos cuando son muy pequeños. U organizar un juego en torno a un libro
con chiquillos más mayores. Por cierto, recuerda que los comics también son lectura.

Conclusión
Implicarse en el proceso de aprendizaje de los hijos es una tarea obligada para los
padres. Podemos ayudarles a mejorar su rendimiento académico y a ser mejores
estudiantes. Para ello, debemos promover un ambiente familiar donde la educación se
vea como algo positivo y natural.

Una buena organización y crear un plan de estudio ajustado a sus necesidades ayudarán
a conseguir el éxito académico. Pero, además, conseguirás una mayor vinculación con
tu hijo. Vuestra comunicación será más fluida y esto repercutirá positivamente en la
mejora de las relaciones familiares.

Esperamos que este artículo te haya resultado de ayuda. Nos encantaría que nos dejaras
algún comentario o que lo compartieras para ayudar a quien lo pudiera necesitar.

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