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Todos queremos que nuestros hijos tengan un buen rendimiento académico y alcancen
las metas más altas. Pero a medida que avanza el curso, se hacen visibles las
dificultades que algunos niños tienen para seguir el ritmo. La buena noticia es que
cualquier chaval puede mejorar su desempeño escolar. Tan solo debemos prestar
atención a una serie de factores.
Lo fundamental
Los padres son la mayor influencia en el rendimiento académico de sus hijos.
Ayudarles desde las primeras etapas educativas a adquirir y desarrollar un método de
trabajo será el camino para lograr éxito.
Planifica un horario semanal para organizar el tiempo libre y el de formación. Crea un
programa de estudio que sea realista y que esté adaptado a las necesidades de tu hijo.
Enséñale que con la práctica y el esfuerzo regular se logran conocimientos y
habilidades.
Trabajar con tu hijo en la mejora de su desempeño académico fortalecerá vuestro
vínculo. Conseguirás que tenga mayor autoestima. La confianza, tanto en sí mismo
como contigo, aumentará. Sabrán enfrentarse a los fracasos. Y, además, serán más
sociables.
El modo en que los padres se implican en el desarrollo académico puede ser tanto o más
importante que el tiempo dedicado a ello.
Qué es; Son las aptitudes, competencias, capacidades y habilidades necesarias; Tener la
motivación suficiente para estudiar; Conocer cómo estudiar eficazmente]
Tu papel como padre consiste en; Ayudar a tu hijo a ser autónomo, responsable y
persistente.
Enseñarle a desarrollar su potencial y a superar las dificultades; Potenciar la actitud
positiva y motivación hacia el aprendizaje; Enseñar hábitos y técnicas de estudio
orientadas a un aprendizaje significativo
Muestra siempre una actitud positiva a cerca del colegio, sus profesores y los deberes.
Transmitirás buenos valores educativos. Y desarrollará en tu hijo una postura amigable
hacia el aprendizaje.
Asistir a las reuniones con los maestros, a las funciones escolares u otros eventos
demostrarán tu compromiso con la educación. Hazle ver cómo la escuela es relevante
para otras áreas de la vida.
Planificación y organización
Crea un método de trabajo y establece cuánto tiempo dedicará a cada una de las
materias. Esto se realizará en función del grado de dificultad y esfuerzo que impliquen:
Asegúrate de que tenga todo el material necesario (libros, diccionarios, etc.) antes de
ponerse a estudiar. Pero enséñale a que sea él quien lo prepare. Así potenciarás su
autonomía.
Deja de 15 a 20 minutos de descanso entre cada hora. Estos breves descansos en las
sesiones de estudio son beneficiosos para concentrarse con mayor facilidad.
Para que tu hijo desarrolle una habilidad o adquiera una nueva competencia, no recurras
solo a los materiales tradicionales. Dispones en internet de muchas opciones:
-Puedes practicar matemáticas jugando en Matific.
- O aprender idiomas con Duolingo.
- Y si se trata de un tema de anatomía, ¿por qué no veis juntos un video en Youtube?
]
Las nuevas tecnologías te brindan fuentes de aprendizaje muy útiles. (Fuente: Julia M
Cameron: 4144222/ Pexels.com)
Estudiará mejor si sabe que después tendrá un tiempo para descansar y divertirse.
Anímale a que haga alguna actividad extraescolar que le guste. El fin de semana es
tiempo para descansar y recargar las pilas. Es trascendental que lo aproveche y lo
disfrute con la familia y los amigos.
Procura limitarle el tiempo delante del computador, la televisión o los vídeo juegos. Te
recomendamos que se ciña a una hora máximo. Y por supuesto, siempre y cuando haya
terminado el estudio.
Responsabilidad y autonomía
Tu hijo tiene que aprender que él es responsable de sus estudios y de sus deberes. Por
eso es fundamental que no hagas las tareas escolares por él. Puede ser lo más fácil y
rápido, sobre todo cuando llegamos a casa cansados del trabajo. Pero no será lo mejor
para su desarrollo.
Muestra una actitud de disponibilidad. Que perciba tu interés y que sienta que puede
contar contigo en todo momento. Supervisa sus tareas y genera un clima de
colaboración. Conocerás mejor a tu hijo y fortalecerá vuestro vínculo.
Para un buen rendimiento escolar es imprescindible que tu hijo tenga unas pautas de
descanso adecuadas. El sueño es necesario para integrar la nueva información adquirida.
Es el momento en el que el cerebro relaciona conceptos, ideas y teorías. Es decir,
cuando se consolida el aprendizaje.
Para que las horas de sueño sean efectivas, procura evitar las siguientes conductas antes
ir a la cama:
actividad física,
videojuegos y televisión,
estudiar o hacer los deberes.
A continuación, te damos una serie de consejos para ayudar en la mejora del desempeño
académico de tus hijos. Es un proceso del que ambos saldréis beneficiados y que se
extenderá a todos los ámbitos de vuestra relación.
Escucha activa
Sabrás qué cosas le desmotivan y cómo darles solución. Antes de imponer castigos,
indaga sobre lo que motiva su bajo rendimiento. Hazle preguntas abiertas para obtener
más información.
Cuando hables con tu hijo, colócate a la altura de sus ojos. Establece contacto visual.
Los pequeños se sentirán valorados y comprendidos. Y tenderán a comunicar sus
sentimientos de forma más abierta.
Desarrolla su autoestima
Elogia sus logros y su esfuerzo, aunque no haya conseguido el objetivo propuesto. Hará
que desarrolle confianza en sí mismo. Y si tienes que hacer alguna crítica, que sea
constructiva. Le ayudará a transformar los fracasos en oportunidades de crecimiento.
Valora cuándo es necesario que utilice ayudas electrónicas. Internet puede ser una gran
herramienta. Pero también es un inmenso distractor. Muéstrale que puede recurrir a otro
tipo de recursos, como libros, bibliotecas, etc. Indaga sobre las diferentes técnicas de
estudio y prueba con la que mejor se adapte a las necesidades del niño. Porque no hay
una única manera correcta de estudiar.
Motiva su curiosidad
La lectura por placer se relaciona directamente con sacar buenas notas. Y no solo en las
asignaturas de lengua o literatura. En ámbitos como el matemático o el científico, su
influencia es clave.
Por eso, es fundamental que te vean leer y que les motives a hacerlo. Una buena forma
es leerles cuentos cuando son muy pequeños. U organizar un juego en torno a un libro
con chiquillos más mayores. Por cierto, recuerda que los comics también son lectura.
Conclusión
Implicarse en el proceso de aprendizaje de los hijos es una tarea obligada para los
padres. Podemos ayudarles a mejorar su rendimiento académico y a ser mejores
estudiantes. Para ello, debemos promover un ambiente familiar donde la educación se
vea como algo positivo y natural.
Una buena organización y crear un plan de estudio ajustado a sus necesidades ayudarán
a conseguir el éxito académico. Pero, además, conseguirás una mayor vinculación con
tu hijo. Vuestra comunicación será más fluida y esto repercutirá positivamente en la
mejora de las relaciones familiares.
Esperamos que este artículo te haya resultado de ayuda. Nos encantaría que nos dejaras
algún comentario o que lo compartieras para ayudar a quien lo pudiera necesitar.