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5 mitos sobre el autismo

A diario escuchamos diferentes mitos o afirmaciones que se asocian al TEA. Estos


tópicos suelen ser falsos o estar descontextualizados.

Conocer qué es el TEA y desmontar estos falsos mitos puede ayudar a los/as
niños/as con trastorno del espectro autista y a sus familias a normalizar la situación y
a integrarlos en nuestra sociedad.

Algunos de estos falsos mitos son los siguientes:

No son capaces de sentir

Por supuesto que las personas con trastorno del espectro autista, pueden sentir. Lo
hacen igual que cualquier otra persona. Son capaces de sonreír de abrazar, de
ponerse tristes…

Muchas personas con Autismo tienen problemas en la comunicación oral por esto
tendemos a pensar que son incapaces de expresar sus sentimientos.

Hay que tener en cuenta que se puede comunicar de diferentes maneras, no solo
hablando.

El trastorno es causa de la falta de cariño

La ‘teoría de las madres nevera’ se extendió hace unos años para culpar
directamente a los progenitores del trastorno de sus hijos/as. Pero no es así.

Numerosos estudios han confirmado que los factores genéticos juegan un papel muy
importante en las causas del TEA.

Los niños con TEA no pueden ir al colegio

Por supuesto que pueden ir al colegio. Es más, deben ir al colegio.


La inclusión escolar facilita y mejora su capacidad para relacionarse. El beneficio no
será solo para la persona con TEA, sus compañeros aprenderán a vivir en igualdad.

Los beneficios de la integración en la vida escolar de los niños/as con autismo son
enormes. Para favorecerlo es necesario un modelo educativo con los apoyos
necesarios y el ambiente estructurado preciso para favorecerla.

Son violentos

Las personas con TEA pueden llegar a frustrarse en algún momento ante la
incapacidad de comunicarse. En estas ocasiones sí pueden responder de manera algo
agresiva o mostrar conductas desafiantes.

Esta característica no las hace personas violentas e incontrolables. Además


son conductas controlables y terminan por desaparecer con una intervención
adecuada. De ahí la importancia de la terapia.

Viven en su mundo

Todas las personas con TEA viven en el mismo mundo que tú. Además quieren
formar parte de él.

No hay nadie igual a otro, ya sea una persona con o sin autismo. Es necesario
conocer a cada persona, y evitar que los prejuicios eclipsen a un ser humano único.
Es necesario respetar la individualidad de cada persona.

La inclusión social es uno de los mayores retos y es trabajo de todos. El primer paso
puede ser eliminar prejuicios y falsas creencias sobre el autismo.

No hay que cerrar puertas, más bien, abrirlas de par en par.

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