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ARBOR Ciencia, Pensamiento y Cultura

Vol. 190-769, septiembre-octubre 2014, a173 | ISSN-L: 0210-1963


doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2014.769n5012

ARTÍCULO / ARTICLE

REGENERACIONISMO E IMPACTO REGENERATIONISM AND THE


DE LA CRISIS DE 1898 EN LA IMPACT OF THE 1989 CRISIS
EDUCACIÓN FÍSICA Y EL ON PHYSICAL EDUCATION AND
DEPORTE ESPAÑOL SPORTS IN SPAIN

Xavier Torrebadella Flix


Universidad Autónoma de Barcelona
xtorreba@gmail.com

Cómo citar este artículo/Citation: Torrebadella Flix, X. Copyright: © 2014 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto
(2014). “Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons
educación física y el deporte español”. Arbor, 190 (769): a173. Attribution-Non Commercial (by-nc) Spain 3.0.
doi: http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2014.769n5012

Recibido: 23 septiembre 2013. Aceptado: 10 abril 2014.

RESUMEN: En la historiografía sobre el movimiento regeneracio- ABSTRACT: In the historiography of the regenerationist
nista surgido en España a raíz de la crisis de 1898, apenas se ha movement in Spain triggered by the 1898 crisis scant attention
reconocido el protagonismo que emergió de los promotores de la has been paid to the role of individuals who began to promote
educación física y el deporte. El objeto de este artículo es justificar physical education and sport. This article argues that a
que existió una generación del ’98 en torno a la educación física y generation of 98 also existed in the field of physical education
el deporte. La metodología utilizada se basa en la revisión de las and sport. This has enabled an analysis of the hermeneutic
fuentes originales de la época y en la selección de textos fundamen- content and of the ideological discourse, which is presented
tales. Todo ello ha permitido posicionar un análisis de contenido here in chronological order. The conclusions suggest that the
hermenéutico y del discurso ideológico, que se presenta organiza- first institutions of physical education and sport were forged in
do de forma cronológica. Concluimos que las primeras instituciones this ideological context of regeneration, which contributed to
de la educación física y el deporte fueron forjadas en el contexto and made use of the underlying narrative. The capitalisation
ideológico del regeneracionismo coadyuvando y aprovechándose of these institutions reveals an unknown generation of ’98 in
del discurso subyacente. De la capitalización de estas instituciones physical education and sport whose influence has endured to
se vislumbra una desconocida generación del ’98 en la educación the present day.
física y el deporte, cuya influencia llega hasta nuestros días.

PALABRAS CLAVE: Crisis de 1898; regeneracionismo; generación KEYWORDS: 1898 Crisis; regenerationism; 1898 generation;
del 98; educación física; deportes; gimnástica. physical education; sports; gymnastics.
1. INTRODUCCIÓN puente de transición entre las antiguas prácticas
gimnásticas y el deporte moderno.
La generación del ‘98 es una expresión cultural-
a173 mente asociada al grupo de escritores, ensayistas y En estos últimos años se han presentado algunos
literatos que se vieron involucrados ideológicamente trabajos que relacionan el discurso regeneracionista
con los sucesos desencadenados por la crisis moral con el desarrollo del deporte de finales del s. XIX y
Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español

y política que conllevó la derrota de las colonias de principios del s. XX (Bahamonde, 2011; Domínguez,
ultramar españolas en América –Puerto Rico, Cuba 2009; González, 2010; McFarland, 2008; Pozo, 2000;
y Filipinas–, y que abordaron en su literatura el lla- Rivero, 2009; Rivero y Sánchez, 2011; Torrebadella,
mado “Problema de España” (Laín, 1948). La genera- 2012b y 2012c; Torrebadella-Flix y Olivera-Betrán,
ción del ‘98 se fraguó culturalmente en la corriente 2013; Torrebadella-Flix y Nomdedeu-Rull, 2013; Vi-
crítica de la política del período canovista, al amparo zuete, 2009). Sin embargo, estas aportaciones no
ideológico del krausismo y de los discursos regene- han considerado suficientemente la relación exis-
racionistas de algunos líderes como Ricardo Macías tente entre la educación física y el deporte, tampoco
(1899) o Joaquín Costa (1901). se han ocupado de apuntar el impacto que supuso
el citado movimiento en la creación de nuevas or-
Una abundante historiografía noventayochista
ganizaciones institucionales y, menos todavía, en
ha considerado interpretaciones y defendido tesis
analizar los discursos subyacentes. Así pues, para
en muchos campos del conocimiento favoreciendo
cubrir esta laguna, presentamos la que llamaremos
estudios en la literatura, la cultura, la política, la
una generación del ’98 en la educación física y el de-
economía, la sociedad o el pensamiento filosófico.
porte, refiriéndonos a una agrupación de personas,
Sin embargo, la generación del ‘98, poca relación
a sus principales contribuciones institucionales y al
ha tenido en el ámbito del movimiento gimnástico-
discurso implícito y subyacente que representaron.
deportivo de la educación física y de la tan irradia-
Por lo tanto, el objeto del estudio se centra en re-
da “regeneración física”. Como comprobaremos, los
alzar la contribución institucional e ideológica de la
noventayochistas también marcaron una identidad
generación del ’98 de la educación física y el deporte
personal e institucional en el ámbito de la educa-
en el contexto de la coyuntura regeneracionista de la
ción física y el deporte que coadyuvó a la impronta
España de finales del s. XIX y principios de s. XX. Con-
del regeneracionismo (Rivero, 2002). En el centro
cretamente cerramos el estudio en 1920, año consi-
de la cuestión se situó la gimnástica como conte-
derado por Pujadas y Santacana (2003) como el pun-
nido en la educación física escolar, que durante
to de inflexión hacia el llamado deporte de masas.
años fue víctima y moneda de cambio del sistema
de partidos políticos a turno –Liberal y Conserva- La metodología utilizada se basa en la revisión de
dor– (Cambeiro, 1997), generando un conflicto de las fuentes originales de la época, tomando como
pensamiento entre lo tradicional y lo nuevo, y so- guía los estudios bio-bibiográficos de Torrebadella
cavando la credibilidad en la confianza institucional (2009 y 2011) y la búsqueda de textos en la Biblio-
por resolver los llamados “problemas de la educa- teca Virtual de la Prensa Histórica [http://prensahis-
ción física”. En este ambiente, un minoritario pro- torica.mcu.es]. El análisis documental de contenido
fesorado de gimnástica, engañado y frustrado, alzó de Pinto (2002) ha proporcionado un corpus funda-
una voz combatiente para evidenciar el atraso de mental de textos y de datos que han sido reforzados
España y proclamar un mensaje regeneracionista con la historiografía que se ocupa del momento his-
(Martínez Navarro, 1994; Pastor, 1997). Además, tórico. Todo ello ha permitido posicionar un análisis
como cita Rivero (2002 y 2009), el movimiento re- hermenéutico en torno al discurso ideológico pre-
generacionista fue decisivo en la fundamentación sentado por Van Dijk (2008).
del ideario que acompañó el nacimiento y desarro-
En una primera parte, el trabajo se ha estructura-
llo del deporte español en el primer tercio del siglo
do a partir de los antecedentes decimonónicos en el
XX. Sin embargo, aparte de los sectores profesiona-
marco contextual propio de la educación física y el
les que menciona Rivero, en el impulso decisivo de
deporte en España. El núcleo central del estudio se
la educación física en España –pedagogos, militares
divide en dos apartados que se ocupan del impacto
y médicos–, habría que incorporar el sector gimna-
de la crisis de 1898 sobre el proceso institucional
siarca o el de aquellos profesionales de la educa-
de la educación física en el contexto escolar, por un
ción física –representados principalmente por los
lado, y del impacto sobre el asociacionismo depor-
profesores oficiales de gimnástica–, que fueron
tivo, por el otro. Ambos apartados tienen como li-

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mites temporales el final de la segunda década del curso regeneracionista que a través de los ejercicios
siglo XX, casi coincidiendo con el fin de la Primera corporales consideraría a la educación inglesa como
Guerra Mundial y la primera participación oficial es- el mejor ejemplo para su divulgación (Educación físi-
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pañola en unos juegos olímpicos. ca, 31 de agosto de 1888, Álvarez-Buylla, 1890).
En estos momentos se estaban divulgando nue-

Xavier Torrebadella Flix


2. LOS ANTECEDENTES vas teóricas en la interpretación del hombre y que
Las tesis regeneracionistas circunscritas en el ám- coyunturalmente estructuraron posicionamientos
bito del movimiento gimnástico-deportivo de la edu- doctrinales en relación al papel desempeñado por
cación física venían auspiciadas por un largo peregri- la educación física en las ciencias positivas. Las teo-
naje desde principios del siglo XIX. La historiografía rías del Lamarkismo, Darwinismo y la Eugenésica de
está de acuerdo en señalar que el movimiento rege- Francis Galton auspiciaron importantes argumentos
neracionista de la educación física fue iniciado por al respecto. Estas influencias biológicas y ambien-
la figura del coronel Francisco Amorós (1770-1848), talistas sobre herencia y medio quedaron perfec-
pero no fue hasta mediados del siglo XIX que la co- tamente reflejadas en el discurso pronunciado por
yuntura del periodo liberal favoreció una eclosión el profesor de Gimnástica García Fraguas (1893) en
del movimiento gimnástico. Precisamente en Ma- la Real Academia Española de Ciencias Médicas. El
drid, la figura de Francisco Aguilera, conde de Villa- concepto de regeneración racial no se asoció sola-
lobos (1817-1867), fue crucial para iniciar la senda mente a lo corpóreo, sino también al plano intelec-
en las reivindicaciones de un incipiente movimiento tual y moral. La regeneración física entraba así con-
gimnástico (Torrebadella, 2013). Singularmente, las ceptuada en la construcción individual y colectiva
argumentaciones partían de referencias tomadas de relacionándose con las cualidades intelectuales y
la retrospectiva cultural del mundo clásico y de re- morales del hombre.
cordar los tiempos gloriosos de la España Imperial. Otro aspecto contextual de importante repercu-
Así, y siguiendo la estela de una coyuntura europea, sión socio-política fue el conflicto provocado por los
en España se asumía el entonces llamado Renaci- nacionalismos. Mientras algunas naciones europeas
miento de la educación física (García, 1891) en un intentaron reconstruir un Estado imperialista y colo-
contexto explícitamente cargado por el discurso de nial, otras trataron de construir nacionalismos a tra-
la regeneración racial. En aquel tiempo, la educa- vés del autogobierno. De las revoluciones nacionalis-
ción física y la gimnástica puso el acento discursivo tas y liberales de la primera mitad del siglo XIX, hasta
en la necesidad de perfeccionar las capacidades fí- la Primera Guerra Mundial, las connotaciones béli-
sicas del hombre, imprescindibles para disponer de cas entre grupos de poder y territorios se expresaron
ciudadanos sanos y robustos, al tiempo que buenos en constantes amenazas. Un ejemplo fue la guerra
productores y defensores de la Patria (Torrebadella, franco-prusiana (1870-1871), cuyos enunciados se
2013). Fue a partir de la Restauración que la mirada hacían sentir socialmente, llegando incluso a las
hacia Inglaterra, posicionada como la primera poten- intenciones subyacentes de la educación física y el
cia mundial, puso el estimulo de nuevas costumbres deporte (Corriente y Montero, 2011). Ante la expre-
sociales en la alta sociedad española. Entre las mo- sada vinculación, a partir de 1871 en España surgió
das victorianas, el sport se habría paso acompañado un despliegue de iniciativas políticas con el propósito
de una incipiente prensa especializada comprome- de instituir la gimnástica en la educación oficial. En
tida con toda iniciativa propagandística del deporte octubre de 1872, el Diputado Manuel Becerra pre-
moderno (Torrebadella-Flix & Olivera-Betrán, 2013). sentó la propuesta de una asignatura de “Elementos
En España algunas obras que habían ya impactado de gimnasia militar”, para la primera enseñanza, ha-
en Francia se hacían eco de la admiración hacia la ciéndola también extensiva a las escuelas Normales
sociedad anglosajona (Taine, 1873; Demolins, 1899). de maestros (Cambeiro, 1997). Sin embargo, todos
De igual modo, la prensa de noticias y de cultura más los intentos quedaron frustrados y, con ello, las ilu-
elitista ponía en recelo la desconsideración que se siones de un colectivo profesional de gimnasiarcas
tenía en España hacia la educación física. La situa- que deseaban la institucionalización de la gimnásti-
ción del momento puso en ridículo a “la raza latina” ca educativa. Este no era el caso de los países más
que se consideraba “viciosa, inferior y decadente por avanzados de Europa como Francia, Inglaterra, Ale-
haber despreciado los músculos, por no haber hecho mania o Suecia. Las esperanzas nuevamente llegaron
nada para combatir esa debilidad del cuerpo” (Raho- en 1881 con una proposición de ley para establecer
la, 1883, p. 170). Se abría así, públicamente, un dis-

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la gimnástica oficial. Sobre esta proposición, Manuel 1889) hicieron de estas sociedades unas distingui-
Becerra realizó una brillante defensa en la que puso das delegaciones de la cultura física. La SGE creada
como ejemplo los progresos que la gimnástica había a iniciativa de Narciso Masferrer, Eduardo Charles,
a173 protagonizando a lo largo de la historia y el influjo Emilio Coll y Emilio Fernández Mojardín, agrupó una
que en esos momentos ejercía en las naciones más elitista lista de personajes del liberalismo político, la
poderosas del mundo. A la sazón, la iniciativa conlle- ciencia y la cultura. Entre los presidentes de la SGE
Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español

vó un dictamen favorable que concluyó con la ley de desfilaron hombres de la talla de Juan Montilla, Enri-
9 de marzo de 1883 y la creación de la Escuela Cen- que Isla, Eduardo Vincenti, Alejandro San Martín o el
tral de Profesoras y Profesores de Gimnástica (1887- conde Romanones. El compromiso de la SGE con la
1892). El influyente discurso de Manuel Becerra no educación física posibilitó la creación y la protección
puede olvidarse en el proceso de institucionalización de muchas otras asociaciones deportivas y generó
de la educación física española (Pérez Verdes, 1997), una transformación social y cultural de la juventud
puesto que sirvió para argumentar un continuo pro- madrileña (Rivero-Herraiz, 2012; Sevilla, 1951).
ceso de reivindicaciones del profesorado de gimnás-
Al amparo del popular gimnasio del profesor
tica y el cúmulo de anhelos regeneracionistas duran-
Marcelo Sanz, en la ANG se reunió un grupo de re-
te el período de la Restauración.
putados políticos e intelectuales como Segismundo
La educación física escolar también se envolvió del Moret, Emilio Mojardín, Manuel Becerra, José Ca-
apoyo de influyentes pedagogos. Uno de ellos fue nalejas, Alejandro San Martin, Ángel Pulido, Eduar-
Pedro de Alcántara García (1879, pp. 278-279) que do Tolosa o Narciso Masferrer. La ANG tenía como
advertía, en torno a la enseñanza de párvulos, de no objetivo alcanzar “la regeneración de la raza es-
olvidar los ejercicios gimnásticos de marchas y ma- pañola” a través de la educación física (Lagardera,
niobras, base de la educación militar y patriótica cul- 1991). Esta expresión, utilizada a menudo, venía a
tivada por otros países “puesto que constituyen una designar la necesidad de mejorar la depauperada
buena preparación de que tal vez llegue un día que condición física del pueblo español. Por ello, ANG
necesitemos en España”. Alcántara García (1882) fue una plataforma de discusión regeneracionista
refiriéndose a la degeneración de las razas, puso a en donde se presentaron importantes memorias y
juicio la estrecha y necesaria relación entre la edu- reflexiones sobre el estado actual de la educación
cación física y la seguridad e independencia de las física en España (Calatraveño, 1896).
naciones. Este fue un discurso muy recurrente que
La ILE proyectó la educación física siguiendo el
se presentaba para recordar que las sociedades más
modelo pedagógico anglosajón y la utilizó como un
fuertes y vigorosas eran las que mejor podían defen-
medio para intervenir en el reformismo del sistema
derse y encender el patriotismo.
educativo (Lagardera, 1992; López Serra, 1998; Mar-
En la articulación ideológica del discurso regenera- tínez Navarro, 1997; Payà, 2004). La educación física
cionista, la mayor influencia político-pedagógica lle- inglesa tenia como referente las public schools y el
gó marcada por el krausismo de la Institución Libre patrón pedagógico que estimuló el reverendo Tomas
de Enseñanza (ILE). Fue a partir de ILE que surgieron Arnold desde el colegio de Rugby, que centró la edu-
las argumentaciones que transmitieron un mode- cación en base a la institucionalización normativa y
lo de educación física escolar contextualizado en la asociativa de los deportes (Almeida, 2003; Barbero,
influyente cultura anglosajona (González, 2010; Ló- 1990; Cercós, 2007). Como trataba Valserra (1944),
pez Serra, 1998; Torrebadella-Flix & Olivera-Betrán, fue a través de la educación por el deporte que los
2013). La ILE logró consolidar una hegemonía cor- ingleses vieron un medio de preparación para la vida
porativa a través de la creación del BILE, el Museo misma, en la que forjaron los valores redentores de
Pedagógico Nacional y el influyente Congreso Peda- su expansión colonialista en el mundo. Es pues, a in-
gógico de 1892. Como cita Martínez Navarro (1996), dicación de Barbero (1996, p. 16), que también en
también la ILE fue crucial en el respaldo al proyecto España, como en Inglaterra o en Francia (Corriente y
liberal que constituyó la Escuela Central de Gimnás- Montero 2011), el “nacimiento de la educación física
tica y, mas tarde, sobre la influencia en la creación en escolar aparece asociado a los temores de la dege-
1900 del Ministerio de Instrucción Pública. neración de la raza y el stock físico nacional”.
Asimismo, las vinculaciones de la ILE con la Socie- Ante la preocupación degeneracionista Francis-
dad Gimnástica Española (SGE, Madrid, 1887) y la co Giner (1884) planteó la necesidad de organizar
Asociación Nacional de Gimnástica (ANG, Madrid, campos para la ejercitación de los juegos corpo-

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rales y así contribuir a subsanar la falta de vigor La instrucción gimnastica militar no poseía la di-
y fortalecer la empobrecida condición física de la rección de un programa de organización general.
juventud. Como sucedía en Inglaterra, Giner desea- Solamente iniciativas individuales como las de Lu-
ba provocar el enamoramiento de los jóvenes a la ciano Sampérez en Extremadura tenían la inten- a173

actividad y la energía de los ejercicios corporales. ción de reparar la maltrecha formación física en

Xavier Torrebadella Flix


Este discurso de Giner (1888) sobre los “problemas los acuartelamientos militares de la zona (Esponda,
de la educación física” fue unánimemente respal- 1896; Rebollo, 2009). En estos años, la debilitad del
dado por la élite de la ILE: Rafael Altamira, José Ca- ejército se evidenció en la Guerra de Cuba (1895-
nalejas, Rafael María de Labra, Ricardo Rubio, M. B. 1898), cuando la mayoría de bajas y defunciones
Cossío, Ricardo Becerro de Bengoa, Eduardo Benot, eran debidas a las enfermedades y por la pésima
Aniceto Sela, Adolfo Posada y Álvarez Buylla (Ló- condición física de las tropas. Tal situación se adu-
pez Serra, 1998; Martínez Navarro, 1985, Martínez cía al fracaso de los establecimientos gimnásticos
Magdalena, 1992). militares y a la falta de un profesorado adecuado
para impartir la formación (Cabanellas, 1897). Ante
Tras el definitivo cierre en 1892 de la Escuela Cen-
el preocupante ambiente de la contienda militar,
tral de Gimnástica, el profesorado fue víctima de
el pueblo y los políticos criticaron la falta de pre-
las contradicciones de la política educativa (Mar-
paración física del ejército. Pronto el exceso de
tínez Navarro, 1996; Zorrilla, 2002). Introducida la
patriotismo nacional vio en los batallones escola-
gimnástica en los Institutos de segunda enseñanza,
res una de las soluciones para incidir desde la in-
la asignatura se impartió con precariedades y fue
fancia, en una completa base física y moral como
“moneda de cambio” de la incesante modificación
futura garantía a los éxitos militares y la defensa
de los planes de estudio (Cambeiro, 1997). Un pro-
nacional (Lázaro, 1983; Pozo, 2000). No obstante, el
fesorado oficial de Gimnástica frustrado e impoten-
problema de la debilidad del ejército residía en no
te, al apreciar como no mejoraban sus reivindica-
poseer un sistema organizado de educación física.
ciones y se debilitaban sus derechos profesionales,
Esta situación se agravaba con un ineficaz recluta-
unió prontamente sus protestas al amparo del dis-
miento que se abastecía de aquellos que no tenían
curso regeneracionista (Pastor, 1997). En esta si-
medios económicos para librarse del servicio mili-
tuación, el profesorado de Gimnástica propició la
tar. El ejército estaba compuesto por jóvenes de las
aparición de una literatura técnica de los ejercicios
clases más humildes, mal alimentados, de consti-
corporales y de la educación física, permisiva a la
tución débil y muy propensos a las enfermedades.
aceptación de los ejercicios militares en el ámbito
Mientras tanto, el aún llamado sport era visionado
escolar (Torrebadella, 2011).
como una moda y una distracción de las clases más
El llamamiento al regeneracionismo militar tam- acomodadas (Domínguez, 2011). Hacia finales del
bién estuvo presente a lo largo de todo el siglo XIX siglo XIX y cuando el asociacionismo deportivo se
(Reformas militares, 13 de abril de 1888; Canalejas inundaba de entidades de ciclistas (Izquierdo y Gó-
y las reformas militares, 24 de octubre de 1888). La mez, 2003), La Regeneración Física (1895-1897)
critica al debilitamiento físico de las tropas y a la –“revista higiénica y pedagógica de gimnástica,
falta de organización física militar venia mostrándo- sports y juegos corporales”– se presentó amparada
se desde hacía varias décadas (Torrebadella, 2011). por uno colectivo de profesores de gimnástica au-
Las iniciativas individuales ante el problema queda- toproclamados “los apóstoles y mártires del ideal
ron testimoniadas en el Manual de gimnástica mili- de la regeneración física” (La Redacción, 1895, 3).
tar de Antonio Álvarez (1889), que insistía en el ob- Sin embargo, aparte del ciclismo, el deporte en Es-
jeto de “volver a recobrar la gran importancia que paña vivía internacionalmente en el anacronismo
tuviera en la antigüedad” la gimnástica (p. 1). En el (Viada, 1903) y reducido a los círculos aristocráticos
Ateneo de Madrid, Mariano de Monserrate (1892) vinculados con la presencia colonial inglesa. Siquie-
concluía una conferencia sobre la educación física ra existían unas relaciones de la ILE con el barón
indicando que solamente con hombres robustos y Pierre de Coubertin y la comparecencia de algunos
vigorosos España estaría en disposición de alcanzar de sus representantes al Congreso Atlético de París
la hegemonía de tiempos pretéritos, y por ello re- de 1894, momento en el que se pusieron los pilares
cordaba “no olvidar las palabras del ex canciller Bis- de la restauración del movimiento olímpico inter-
marck: hay que ser fuerte para que no le molesten nacional (Posada, 1894; Otero, 1996; Congreso de
a uno y le dejen vivir en paz” (p. 201). Educación Física, 31 de mayo de 1894).

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3. IMPACTO Y REPERCUSIÓN DE LA CRISIS DEL 98 EN guas pretensiones del estamento político-militar que
LA EDUCACIÓN FÍSICA trataban de hacer de todo ciudadano un patriota mi-
Con la crisis que se libera en 1898 ante la pérdida liciano preparado para servir al Estado. Aunque tam-
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de Cuba y hasta el final de la Primera Guerra Mun- bién, como trata Cambeiro (1997), probablemente
dial, fue cuando el discurso pro “regeneración física” se deseaba contentar a los grupos de presión como
Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español

alcanzó una mayor intensidad. Inmediatamente a la la LRFN, que en las actuales circunstancias pedía ur-
pérdida colonial, Pedro de Alcántara García (1898) gentemente una regeneración pedagógica a través
realizó un llamamiento al regeneracionismo físico la oficialización de la Gimnástica en las escuelas de
indicando que “muchos Fichtes necesita hoy Espa- magisterio y la primera enseñanza. No obstante, esta
ña” (p. 2). Dicha expresión surgía del paralelismo con reforma fue un auténtico fracaso y las medidas legis-
las ideas del filosofo alemán, el cual sostenía que el lativas no prosperaron.
único medio de la regeneración se encontraba en la En 1899 con la vuelta al Gobierno del partido
educación de la juventud y en la institucionalización Conservador se produjo otra reforma de los estu-
de una política pedagógica y patriótica (Fichte, 1899). dios por el ministro Luis Pidal. La educación física
Asimismo, Rafael Altamira (1899, p. 8) indicaba que nuevamente fue afectada y la Gimnástica pasó a ser
al leer a Fichte sobre el problema de la sociedad ale- voluntaria, además de recortar el horario lectivo
mana de su tiempo, se descubre un semblante “que del profesorado, solamente a seis horas semanales
muchos de sus rasgos parecen copiados del mode- (Cambeiro, 1997).
lo de la España de 1898”. Es precisamente en este
El fracaso en la consolidación de la educación físi-
fundamento que el colectivo profesional de la edu-
ca como actividad regularizada fue una consecuen-
cación física, afectado por el ambiente del momento,
cia de la inestabilidad política de la Restauración y
respondió a una emergente institucionalización. En
de las contradicciones que liberales y conservado-
este mismo año, el profesor Marcelo Sanz inició la
res demostraron tener con respecto a su legislación;
reconstitución de la Asociación de Profesores Oficia-
una situación que sin cesar denunciaron los profe-
les de Gimnástica (Sanz, 1898); José Esteban García
sores de gimnástica. Así, Gabino G-Barona (1899),
Fraguas promovió la Liga por la Regeneración Física
fundador en Cádiz de la Unión de Sport, denunció la
Nacional (LRFN), presidida por Eduardo Vincenti; y
situación marginal por la que atravesaba la asigna-
desde Los Deportes, Narciso Masferrer impulsó la
tura de Gimnástica, el menosprecio de los directores
creación de la Federación Gimnástica Española (FGE).
de los Institutos y la poca consideración que sobre
La LRFN estuvo representada por profesores ofi- esta se tenía en el Gobierno. José Esteban García
ciales de gimnástica, siendo constituida a raíz del Fraguas denunciaba en la Gaceta de Instrucción Pú-
IX Congreso Internacional de Higiene y Demografía blica la situación de abandono de la asignatura y su
celebrado en Madrid en abril 1898 (Salcedo, 1900). profesorado, pero también propuso reformas para
Esta organización se encargó de elevar peticiones resolver el problema (García Fraguas, 1899). Esta si-
profesionales a los diferentes órganos de gobierno tuación era también juzgada por la influyente repre-
con el fin de mejorar el perfil estatutario del profesor sentación de la cultura liberal del momento (Alba,
de gimnástica y conseguir mejoras en la impartición 1899; Becerro, 1899; Benot, 1899) y, sobre todo, por
de la asignatura (García, 1899, 15 abril). la FGE que se atrevía a presentar al Gobierno sus
Tras el desastre del 1898 y la alarma por la debili- consideraciones para atender mejor a la maltrecha
dad de las capacidades militares nacionales, la gim- educación física escolar, únicamente cumpliendo
nástica escolar recobró protagonismo con el objetivo con la legislación vigente (Ferrer, 1899).
de dirigirla únicamente a coadyuvar a la formación Ricardo Becerro (1899) denunció el vergonzoso
militar. En la reorganización de las escuelas Nor- atraso del sistema educativo –un 67 % de analfabe-
males de 1898, el ministro Germán Gamazo marcó tos, déficit de escuelas, las pocas en malas condicio-
en la formación de los maestros la prescripción de nes, niveles muy bajos de escolarización, profesores
una instrucción gimnástica para que adiestraran a mal pagados, etc., etc.– y solicitó con urgencia más
sus futuros alumnos, “contribuyendo así a la rápida recursos económicos y, sobre todo, un Ministerio
instrucción de los futuros soldados, que serán tan- propio de Instrucción pública, independiente del ac-
to más útiles cuanto menos dispendios ocasione su tual Ministerio de Fomento. En referencia explícita
completa preparación para la guerra” (Cambeiro, a la primera y segunda enseñanza, también advirtió
1997, p. 91). En estas medidas se escondían las anti- de la necesidad de establecer la obligatoriedad de

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la educación física en todos los cursos. Estos deseos La Liga Madrileña de la Educación física (1901),
pronto fueron cumplidos. El conde de Romanones, impulsada por Marcelo Sanz, tenía el objeto de con-
primer ministro de Instrucción Pública, aprobó que ducir a la juventud a la regeneración física y moral
a173
en 1901 se estableciese por primera vez la obliga- a través de los ejercicios corporales al aire libre,
toriedad de los “Ejercicios corporales” en la ense- añadiendo que “es de esperar que la cultura física,

Xavier Torrebadella Flix


ñanza primaria. Esta determinación, como indica propia de pueblos civilizados, vaya adquiriendo en
Anastasio Martínez (1997), fue debida a “la reacción nuestro país carta de naturaleza, y aunque nuestros
regeneracionista al desastre del 98” (p. 13) y, para sabios políticos les parezca extraño por los ejerci-
Alexandre Galí (1985), gracias a los trabajos de M. cios físicos, se irá modernizando y transformando
B. Cossío (Martínez Navarro, 1985). Sin embargo, la España antigua en otra moderna más culta, más
Joaquín Costa (1901) exigía al Gobierno una com- trabajadora y más europea” (Liga Madrileña de
pleta reforma institucional, que pasaba primero por Educación Física, 1901, p. 27).
una mejora de la formación docente y una mayor
La reforma de los estudios de Magisterio de 1901
dotación en los presupuestos para cubrir todos los
truncó aparentemente la deseada orientación pre-
déficits del decimonónico y precario sistema educa-
militar. Sin embargo, la gimnástica de rango militar
tivo. Asimismo exigía toda una revolución pedagógi-
quedaba refrendada por un una gimnasia sueca,
ca, en donde se concediera mayor importancia a los
cuya metodología uniformizada obedecía a encubrir
métodos intuitivos, librando la guerra al exceso de
una disciplina castrense. De aquí su pronta acepta-
intelectualismo, y en donde la educación física, las
ción en las élites del estamento militar, ya que aparte
excursiones y los campos escolares se tuvieran en
de robustecer gradualmente a los alumnos recluta-
cuenta para completar la educación.
dos, los disponía a un comportamiento disciplinario
La segunda Asamblea de la FGE (1902), celebra- a través de la ejecución de unos movimientos orde-
da en 1901 en Zaragoza, fue un éxito rotundo ante nados y precisos, mediante las voces de mando.
las preocupaciones regeneracionistas que expre-
En 1902, por R. O. de 20 de marzo, el ministro
saba el sector pedagógico, médico y los profeso-
Instrucción pública Excmo. Conde de Romanones
res de gimnástica. La FGE buscó el soporte en los
declaró a la FGE, como premio a su labor, la con-
poderes políticos para instituir sus conclusiones,
dición de utilidad pública (López Gómez, 1910). La
advirtió al Gobierno de la grave situación de la
paradoja de la época y de la situación se descubre
educación física y subrayó las prioridades para re-
cuando Viada (1903, p. 672) denunciaba la defi-
solver los problemas. Asimismo, la FGE se ocupó de
ciente organización de la gimnasia escolar indican-
reclamar la gimnasia obligatoria en el ejército, ante
do que en esta cuestión “los gobiernos españoles
la fehaciente falta de preparación física de las tro-
no suelen estar de mucho a la altura de su misión”.
pas. Incluso hubo algunos profesores de gimnásti-
Ciertamente, todo y cuanto se había legislado sobre
ca que ofrecieron clases gratuitas a regimientos y
la materia, venía condicionado por la punzante de-
tropas. La FGE pedía que los profesores oficiales
sazón de la pérdida militar en Cuba.
de gimnástica fueran los encargados de dicha for-
mación en el ejército (La gimnasia en el ejército, En el libro de Bermúdez de Castro (1903), Teoría
10 de febrero de 1901). Asimismo, en algunos Ins- militar y deberes cívicos, que cumplía oficialmente
titutos de segunda enseñanza hubo profesores que como manual de texto para la primera enseñanza,
introdujeron ejercicios militares en sus clases de el capítulo que se ocupaba de la gimnástica estaba
gimnástica con el interés de instruir una educación basado únicamente en la instrucción física de los
física premilitar. Uno de estos casos fue protago- batallones escolares. Esta obra era un ejemplo del
nizado en Murcia por el profesor Francisco Medel, interés de la monarquía y de los poderes militares
que con el apoyo de la FGE, hizo llegar varios tra- para reforzar los valores patrióticos y encauzar la
bajos, al ministro de Instrucción Pública, con obje- deseada instrucción premilitar. Así percibimos como
to de introducir “nociones prácticas de táctica de el currículum educativo encubría en la gimnástica la
infantería con manejo de Maüser y tiro al blanco”. organización de los batallones escolares. A pesar de
Medel deseaba que los profesores de gimnástica las abundantes oposiciones (Lázaro, 1983; Mosso,
fueran los encargados de impartir estas nociones 1894), los batallones escolares fueron defendidos
en el ejército y en los Institutos (Gimnástica, 24 de pedagógicamente como medios de educación física
febrero de 1901; La instrucción militar obligatoria, (Caballero, 1916; Roselló, 1915) y persistieron satis-
29 de diciembre de 1906). faciendo la reclamada formación pre-militar.

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En Madrid se constituyó en 1911 la Institución corporales” en los planes de estudio de Magisterio
Española de Educación Física por el abolengo más de 1914, pero se desenvolvió de forma precaria y sin
emérito de personalidades cuyo vínculo era la mi- satisfacer las necesidades del momento. La situación
a173
sión elevar la cultura física nacional. La Junta estuvo en la segunda enseñanza era desalentadora. Con al-
presidida por el Dr. Rafael Forns, catedrático de Hi- tos y bajos legislativos y con un cúmulo normativas
Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español

giene de la Facultad de Medicina de la Universidad incumplidas llevaron la asignatura de Gimnástica a


Central; y la vice-presidencia por el Dr. Manuel Tolo- una posición vergonzosa (Cambeiro, 1997; Pastor,
sa Latour. Entre los vocales y colaboradores se halla- 1997). Las ambigüedades y contradicciones de una
ban el Dr. Joaquín Decref, el profesor Marcelo Sanz, deficiente educación física escolar se sucedieron en
la Dra. Concepción Aleixandre, el Dr. Recasens, el Dr. los planes de estudio hasta llegar a la época del Di-
José de Eleizegui, el profesor Alfredo Serrano Fati- rectorio Militar, momento en el que se impuso La
gati, el Dr. Calatraveño, el coronel Valdés, el capitán Cartilla Gimnástica Infantil (Ministerio de la Guerra,
Salazar y el Dr. González Deleito (Institución Españo- 1924), constituyendo el primer intento oficial de uni-
la de Educación Física, 1911). Comprobamos como formizar un sistema de educación física.
esta organización reunió el elenco más representa-
tivo de los poderes discursivos que actuaban sobre 4. IMPACTO Y REPERCUSIÓN DE LA CRISIS DEL 98 EN
la educación física: medicina, educación, ejército, el EL DEPORTE
profesorado de gimnástica y la Iglesia.
A instancias de Narciso Masferrer, impulsor en 1897
La latente preocupación institucional por la edu- de la Asociación Catalana de Gimnástica y de la influ-
cación encontró foros como el Congreso de Prime- yente revista Los Deportes (1897-1910), se constituyó
ra Enseñanza de Barcelona (1909/10) y el primer en 1898 la FGE, un organismo nacional que agrupó di-
Congreso de Higiene Escolar de Barcelona (1912). ferentes sociedades gimnástico-deportivas con la co-
Ambos congresos fueron punto de encuentro de laboración del profesorado de gimnástica (Lagardera,
las discusiones higiénico-pedagógicas en torno a la 1992). La FGE, inicialmente presidida por el Dr. José
educación física; una incidencia que se dejó notar en Rodríguez Méndez, Rector de la Universidad de Bar-
las publicaciones especializadas de la época como el celona, desarrolló un destacado papel en el fomento
BILE o La Escuela Moderna. de la educación física y los deportes. Sus fines corres-
pondían a la labor de “fomentar por todos los medios,
El problema de la educación física se hacía cada
racional y científicamente, las prácticas gimnásticas
vez más persistente y opiniones como las del capi-
cuya finalidad es el desarrollo corporal de la juven-
tán Condo (1913, p. 231), a raíz del Congreso Inter-
tud, como base de la cultura general, hasta alcanzar
nacional de Educación Física de París hablaban por
el mayor grado de perfección y lograr á la vez que el
si solas: “Es urgentemente necesario en España que
mejoramiento físico, el moral é intelectual del pueblo
la Educación Física sea obligatoria y que no seamos
español” (Rodríguez, 1902, p. 87).
en este punto una excepción en el mundo civilizado.
Sólo siendo fuertes podremos ser respetados”. Como ya hemos adelantado, la FGE representó una
de las principales instituciones del declarado discur-
En el contexto de la coyuntura regeneracionista,
so de la regeneración física. En el contexto de crisis
las preocupaciones higiénico-pedagógicas se mani-
nacional, ayudó a evidenciar el problema y atraso de
festaron en proyectos de beneficencia institucional
la educación física y, a la sazón, ofreció una alterna-
como la organización de numerosas colonias escola-
tiva regeneracionista que puso de relieve la impor-
res en busca de ambientes naturales más saludables
tancia que tenía dicha educación en los países más
para atender las necesidades de la población infantil
avanzados de Europa. Las asambleas de la FGE, los
más desfavorecida. También proyectos patrióticos
festivales deportivos y la difusión mediática sirvieron
como los Exploradores de España –Boy Scouts–, que
para acentuar el regeneracionismo que emanaba del
suponían la continuación nacional a los batallones
movimiento de la educación física escolar y del aso-
escolares, se incorporaron en el ámbito recreativo
ciacionismo deportivo. De ello eran conscientes sus
y extraescolar, con la protección de los estamentos
representantes al proponer las transformaciones en
militares y de la Casa Real.
el orden pedagógico, social y político, que aspiraban.
La educación física escolar pública continuó su fra-
Desde Francia afirmaciones como las del barón de
caso. Muchas e incesantes fueron las reclamaciones.
D’Hurcourt (1899), en la guerre et les sports, que atri-
Ello permitió atender una asignatura de “Ejercicios
buía como la principal causa militar de la perdida de

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Cuba, a la poca preparación deportiva del ejército es- cognición social la que forja los pilares y el conjunto
pañol, sacudieron la modestia de los promotores del de creencias básicas para dirigir y ordenar el futuro de
deporte de principios del s. XX (Viada, 1903). No es, una generación que se destinaba a resolver el “pro-
a173
por tanto, casualidad que en 1900 surgiera en Madrid blema” España. En esta cuestión, subrayamos la pe-
la Asociación de Tiro Nacional (ATN) impulsada por netración discursiva de la ILE sobre la educación física

Xavier Torrebadella Flix


la FGE y el apoyo de las altas instancias militares. La y el deporte, que durante varias décadas llenó páginas
ATN bajo la presidencia del Excmo. Duque de Rivas se de libros, revistas y periódicos.
agrupó el abolengo aristocrático de la clase militar es-
Si en Barcelona, Los Deportes lideraba el talante re-
pañola, con el “único y exclusivo objetivo de el fomen-
generacionista de la educación física, en Madrid, Gran
to de la afición de los ejercicios de tiro y de guerra, por
Vida se presentó como la revista “propagandista incan-
cuantos medios legales se encuentren a su alcance”
sable de todo aquello que pueda contribuir a la rege-
(Viada, 1903, pp. 398-399).
neración física, a la afición por los juegos atléticos tan
En este contexto, y en una España que permanecía saludables para la juventud” (Nuestros entusiasmos, 1
al margen del movimiento Olímpico internacional, de junio de 1903, p. 1). Con el tiempo, ambas publica-
en ciudades como Madrid, Bilbao y, especialmente ciones se olvidaron de las reivindicaciones profesiona-
Barcelona, se abría un nuevo horizonte protagoniza- les del sector y se centraron en las noticias y crónicas
do por el emergente deporte pequeño-burgués, que del deporte, aunque en ningún momento redujeron
mediante el liderazgo del fútbol de principios del si- la intensidad doctrinal y regeneracionista (Torrebade-
glo XX, retomó un camino hacia propuestas regene- lla, 2012b). El 1 de febrero de 1906 tomó posición en
racionistas. El fútbol fue apreciado como un estimu- Barcelona El Mundo Deportivo, que se presentó en lu-
lante medio de educación física y, a partir de él, se cha por “la cultura física, por la soñada y tan cacareada
establecieron evocaciones con el objeto de persuadir regeneración física” (Nuestros propósitos, 1 de febrero
a la juventud hacia la práctica de los deportes saluda- de 1906, p. 1). La prensa deportiva fue en aumento pa-
bles. El deporte se erigida y conceptuada como movi- ralelo al deporte y aparecieron numerosas cabeceras,
miento propagandístico, impregnado de modernismo principalmente a partir del final de la I Guerra Mundial
y de progreso, que no tardó en alcanzar a las clases (Pujadas y Santacana, 2001). En ningún caso la prensa
populares (Torrebadella, 2012c). La emergencia rege- deportiva redujo el tono discursivo regeneracionista,
neracionista a través de fútbol venia apadrinada por más bien fue incrustado en la matriz; y las editoriales
círculos político-pedagógicos tan influyentes como y las columnas de opinión se revistieron de una infi-
la ILE (Álvarez-Santullano, 1903; Zulueta, 1903). Des- nidad de declaraciones con la intención de aleccionar
pués del ciclismo, con el fútbol se inició una segunda a la juventud española en los valores del sportsman
fase del asociacionismo deportivo que generó la satis- (Pujadas y Santacana, 1995). Esta prolifera prensa se
facción a toda una conjunción de poderes discursivos constituyó como una de las grandes plataformas en la
e institucionales que, tomando prestadas las palabras propagación del discurso regeneracionista; una faceta
de Bourdieu (2008, p. 186), entraron en “competencia sin la cual el deporte no hubiera llegado al nivel que tan
por la conquista simbólica de la juventud”. Estas so- prontamente alcanzó en estos primeros años.
ciedades servían de preparación a la juventud para la
Sin embargo, el deporte todavía identificado como
vida misma, y más cuando del equipo de fútbol surgía
un signo de distinción burgués y excluyente (Bahamon-
“un diminuto ejército” (Valserra, 1944, p. 147). Las re-
de, 2011) generó la animadversión en el movimiento
vistas de entonces llegaron a publicar amplios repor-
obrero. El antimilitarismo surgido a raíz del ’98 se agu-
tajes sobre los deportes atléticos para ilustrar cómo
dizó aún más con las negativas de las clases populares
en el extranjero se estaban formando unas “genera-
ante la Guerra de Marruecos y el injusto alistamiento,
ciones fuertes” (Boyer, 1905).
que salvaba a los que más recursos disponían (Núñez,
Tomando como modelo la educación victoriana, so- 2001). Este momento coincide, cuando el deporte to-
bre el deporte se fueron depositando discursivamen- maba carta de naturaleza y surgía la primera literatura
te los valores y normas que como distintivos sociales técnico-deportiva, cuya carga ideológica regeneracio-
entraban de pleno en las proclamas regeneracionis- nista no dejaba dudas al presentarse “como ofrenda
tas. El asociacionismo, el esfuerzo, la preparación, la al altar de nuestro resurgimiento patriótico” (Barba,
competitividad, la excelencia, el liderazgo, el juego 1912, p. 1). En este discurso se presentaron las prime-
limpio, etc. eran valores, actitudes y normas que re- ras obras en el ámbito escolar de la llamada “peda-
cibían la aprobación pública y política. Es pues, esta gogía deportiva”. Defensores como José Elías (1914)

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proclamaban el fútbol como un poderoso medio de de temor a la indefensión nacional y al enfrentamien-
educación física y de regeneración racial. to bélico. Esta situación se palpó en el Mitin Deportivo
de 1919 organizado en Barcelona por el Stadium Club.
a173 En plena Primera Guerra Mundial, la preocupación
Esta iniciativa reunió a 1.500 comensales que represen-
por la capacidad física del ejército se hacía más evi-
taban casi todo el asociacionismo deportivo español y
dente. Ello repercutía también en España, que mos-
Regeneracionismo e impacto de la crisis de 1898 en la educación física y el deporte español

de otras destacadas personalidades de la medicina, la


traba su debilidad ante el reclutamiento militar y las
pedagogía o la política. Como inminente conclusión se
dificultades de una impopular Guerra de Marruecos
lanzó el slogan, que mientras no se resolviera el pro-
cuyo final no se sabía resolver. Reiteradamente, las
blema de la educación física nacional, se recomendase
voces más críticas tomaban la tribuna y la prensa para
“el deporte, deporte y deporte”, aún y sus deficiencias
denunciar y poner de manifiesto la decadencia física
organizativas (Mitin deportivo, 25 de octubre de 1919).
del ejército (Vizuete, 2009). El profesor Marcelo Sanz
Este escenario sirvió para que el Comité Olímpico Espa-
(1915) no dejaba de insistir que en los “últimos años
ñol organizase su participación en los Juegos Olímpicos
toda la atención de la Educación física ha sido por y
de Amberes y Barcelona pidiese la candidatura de los
para la guerra. Tal y como dijimos en 1895” (p. 11).
Juegos Olímpicos de 1924. Con el éxito en Amberes de
Esta sentencia se puede comprobar en la conferencia
la selección nacional de fútbol –la “furia española”–, el
de Manuel Nogareda en el Instituto Higiénico Kinesio-
deporte español selló un salto cuantitativo, incidiendo
terápico de Barcelona, de cuyo origen nació la Fede-
en una inusitada extensión del asociacionismo depor-
ración Atlética Catalana en 1915. Nogareda enalteció
tivo. Esta nueva situación condujo a los aficionados al
las doctrinas de Macías Picavea y Joaquín Costa, para
fútbol a propagar y a identificarse socialmente como un
proclamar una llamada a redimir el problema de Espa-
elemento de regeneración física y moral (Polo, 1987).
ña. Nogareda (1925, p. 24) recordaba que “mientras
Fue a partir de entonces cuando el fútbol se desplazó
los demás países han ido seleccionando la raza, aquí
hacia la clase obrera e irrumpió popularmente en nu-
nuestra incurría nos ha ido llevando al aniquilamiento
merosos equipos escolares, ocupando también carta
pausado de nuestras energías, que ahora es necesario
de naturaleza en el ejército (Bahamonde, 2011).
reanimar a toda costa”. Por ello emplazaba a la inme-
diata constitución de las federaciones atléticas regio- La paz en Europa y el avance modernista de los años
nales y a coadyuvar, por medio de los deportes, a la sa- veinte, concedieron el ambiente favorable para la ex-
grada misión de la regeneración de España. Esta preci- tensión y eclosión popular del deporte de masas y for-
sión se mantenía palpable en el artículo de Berraondo jar su institucionalización en el ámbito privado, que
en Madrid-Sport, cuando remarcaba que los mejores se materializó con la creación de numerosas asocia-
soldados en la guerra eran aquellos que habían practi- ciones y federaciones deportivas (Bahamonde, 2011;
cado deporte. Por esto pedía que los deportes fueran Otero Carvajal, 2003; Pujadas y Santacana, 2003).
obligatorios en todos los centros de enseñanza y en
el ejército. Añadía, además: “El sport se impone y se 5. CONCLUSIÓN
impondrá en mucha mayor progresión una vez termi-
Hemos descubierto como a raíz de la crisis del ‘98
nada la actual guerra. ¿No se habla en España de re-
se inició un período que sirvió para estimular un pro-
novación? Pues ahí tienen los gobernantes españoles
ceso de institucionalización de la educación física y
uno de los factores más importantes para la ansiada
del deporte. En este contexto se construyeron dis-
regeneración” (Berraondo, 1918, p. 29).
cursos ideológicos y populistas emanados desde la
La ausencia de España en la contienda europea ayu- clase dirigente para garantizar el control de una so-
dó al desarrollo del deporte, pero dejó en evidencia ciedad productiva. Las intenciones subyacentes que
la necesidad de organizaciones patrióticas y del valor se escondían en las posiciones regeneracionistas de
que tenía la educación física de la juventud (Masfe- este período edificaron y se apropiaron de múltiples
rrer, 1917; Nogareda, 1925). Aún así, había quien creía, discursos socio-políticos. Fue especialmente en la
como Isidro Corbinos (1919) que la neutralidad en la educación física y el deporte, que estas intenciones
Gran Guerra fue una circunstancia perdida para el de- proyectaron una moral –de valores y normas– y una
sarrollo del deporte español, sobre todo hacia las cla- simbología propia, cuyos dispositivos fueron centra-
ses populares. Como cita Vizuete (2009), el impacto de dos en el control sobre el cuerpo, y por los que se
la Primera Guerra Mundial reafirmó la influencia pa- constituyeron instituciones socio-políticas del de-
triótica y militarista en la educación física y el deporte, porte y la juventud, dispuestas a preservar un mode-
produciéndose un cambio de valores en un contexto lo que ha llegado indeleble hasta nuestros días.

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Como indica Pastor (1997), se ha querido pre- liberales. El contexto regeneracionista amplificó en
sentar el concepto de regeneracionismo de la edu- el deporte la “invención de las tradiciones políticas
cación física a partir del movimiento ideológico y sociales” que cita Hobsbawm (1986), tanto para
a173
generado por Macias Picavea o Joaquín Costa. En proteger las diferenciaciones sociales entre grupos,
desacuerdo con esta mención, que representa una como para vincular a las masas a subyacentes doc-

Xavier Torrebadella Flix


interpretación demasiado simplista, no se tiene en trinas nacionalistas. La educación física y el deporte
cuenta a toda una generación de personalidades se constituyeron como los depositarios de la carga
que desde hacía varias décadas ya trataban de re- simbólica –de identificación y de unión nacional–
solver el llamado “problema” de la educación física. que emanaba de la presumida tradición española,
No cabe duda que los anhelos idealistas de los que pero también de un modernismo europeizante.
fueron llamados “apóstoles” de la educación física,
Esta “tradición inventada” también se entronca
especialmente el profesorado de gimnástica, coinci-
con el discurso sociológico de Bourdieu (2001) y se
dieron plenamente con el movimiento regeneracio-
halla presente en el capital cultural, social, econó-
nista del ‘98, y ambos se superpusieron y se com-
mico y simbólico de los tan renombrados “valores
plementaron coyunturalmente. Defendemos pues,
del deporte”, cuya dominación aprehendida sobre
que una generación del ‘98 también estuvo repre-
si misma, ejerce un poder simbólico en el habitus
sentada en la educación física y el deporte. Fue un
como estructuras estructurantes, como prácticas
movimiento heterogéneo e interdisciplinar que se
reguladas y reguladoras.
fraguó en el contexto regeneracionista de finales del
siglo XIX y principios del siglo pasado. Como gene- Sí la crisis del ’98 fue aprovechada socialmente
ración, adquirió un sello de distinción apiñado con y simbólicamente para encauzar la juventud de la
nombres propios y colectivos profesionales e insti- futura clase dirigente y las fuerzas productivas obre-
tuciones del movimiento gimnástico-deportivo y de ras, coyunturalmente también sirvió para reforzar el
la educación física. Ideológicamente, la generación discurso e intentar solucionar las ansiadas reformas
del ‘98 de la educación física y el deporte coadyuvó de un colectivo profesional que hacia años venia re-
a la extensión del discurso regeneracionista, puesto clamando. Sin embargo, el deporte que enarboló el
que también formó parte implicada en su construc- púlpito de los discursos regeneracionistas, también
ción. Ciertamente la educación física y el deporte puso en contradicción la esencia de la educación
fueron utilizados para apoyar ideológicamente una física (Torrebadella, 2012a), ensombreció los dere-
solución a los “problemas” de España”. De aquí se chos del profesorado de gimnástica y de una asig-
fraguó una conjunción de poderes –militares, mé- natura que sufrió los altos y bajos de un período de
dicos, pedagogos y políticos– que desplegó en la contradicciones y obstáculos en la educación, que
educación física y el deporte un programa oculto de no encontraba un sistema adecuado a sus anhelos
intenciones que fue mucho más allá de las prácticas (Torrebadella, 2014).
saludables y pedagógicas que hoy sostenemos como
El proceso de deportivización que surge de la in-
verdades (Barbero, 1996; Vicente, 2009). Así nació
fluencia anglosajona tiene en España unas connota-
la institucionalización de la educación física escolar
ciones comunes con las de otros países. Sin embar-
fijada en un objetivo político-administrativo como
go, el contexto regeneracionista y la mirada puesta
era el de salvaguardar los intereses productivos de
en el avance gimnástico-deportivo de los países más
nación. También la educación física fue importante
avanzados del mundo, marcó un carácter diferencial
para asistir a la infancia en peligro y prevenir la in-
de una España que ambicionaba posicionarse en la
fancia peligrosa de las clases proletarias (Varela y
escena internacional. Si para muchos el deporte fue
Álvarez-Uría, 1991). La educación física se convirtió
simplemente recreación, esnobismo, moda, negocio
en un poder psicológico para intervenir como dis-
o etiqueta de distinción social, para otros, que fueron
positivo en la formación de seres dóciles y discipli-
visionarios de su alcance, fue la garantía para dirigir
nados. Surgía así una educación física dispuesta a
a España a la altura de las conquistas modernas. Por
coadyuvar con la primacía del poder para garantizar
lo tanto, al reconocimiento crítico de Macías Picavea
el orden y control social. De este programa surgió
o de Joaquín Costa, almas doctrinales del movimien-
el substrato para constituir una nueva “tradición
to finisecular regeneracionista, también deberíamos
inventada” (Hobsbawm, 1986), disimulada en la
añadir el de aquellos otros muchos que participaron
institución escolar y en las asociaciones u organiza-
y lideraron el movimiento gimnástico y deportivo de
ciones deportivas nacidas al amparo de las políticas
la educación física.

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