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DEFINICIÓN
La palabra eutanasia proviene de las voces griegas eu = bueno y thanatos = muerte, "Buena
muerte". Este término a evolucionado y actualmente hace referencia al acto de acabar con la
vida de otra persona a petición suya, con el fin de minimizar el sufrimiento.
El enfoque de muerte digna en países como Argentina, Uruguay y Brasil tiene que ver con el
rechazo, desistimiento o modificación de tratamientos en casos de enfermedades graves (la
dimensión que en Colombia llamamos Adecuación del Esfuerzo Terapéutico).
Al ser una decisión que involucra libertades individuales y temas de moralidad pública, ha sido
complejo promover legislaciones que protejan los derechos de las personas enfermas en
América Latina. Por ejemplo, en Colombia los avances han sido jurisprudenciales y
administrativos. Todavía no existe una ley de eutanasia expedida por el Congreso de la
República, pues es evidente que no hay un interés político mayoritario por regular el tema.
HISTORIA
La eutanasia se practicó en las antiguas Grecia y Roma. Por ejemplo, la cicuta se empleó en la
isla de Ceos como un medio para acelerar la muerte; técnica que también se empleaba
en Marsella. La eutanasia, en el sentido de la deliberada aceleración de la muerte de una
persona, fue apoyada por Sócrates, Platón y Séneca el Viejo en el mundo antiguo, aunque
parece que Hipócrates había hablado en contra de la práctica, cuando escribió: «no prescribiré
una droga mortal para complacer a alguien, ni dar consejos que puedan causar su muerte», lo
que indica que pudo haber un cierto debate en la literatura sobre si se pretendía o no incluir la
eutanasia.
El término eutanasia en el sentido anterior de apoyar a alguien mientras moría, fue utilizado por
primera vez por el inglés Francis Bacon (1561-1626). En su trabajo Eutanasia médica eligió
esta antigua palabra griega y, al hacer esto, distinguió entre eutanasia interior o la preparación
del alma para la muerte, y eutanasia exterior que pretendía hacer el fin de la vida más llevadero
e indoloro, y en excepcionales circunstancias acortando la vida. Su cambio de significado a una
muerte fácil pasó a primer plano en el periodo moderno temprano como puede ser visto en la
definición que recoge el Grosses vollständiges Universal-Lexicon aller Wissenschafften und
Künste (en alemán Gran léxico universal completo de todas las ciencias y artes) del
siglo XVIII d. C.
Aunque para Stolberg no queda claro si Moro tenía la intención de respaldar la práctica. Otras
culturas han adoptado diferentes enfoques: por ejemplo, en Japón el harakiri, o suicidio ritual,
no ha sido considerado tradicionalmente como pecado, ya que se usa en casos de honor y, en
consecuencia, las percepciones de la eutanasia son diferentes a de las de otras partes del
mundo.
DEBATE
A mediados del siglo XIX d. C., surgió el uso de la morfina para tratar «los dolores de la
muerte». En 1848 el cirujano estadounidense John Collins Warren (1778-1856) recomendó su
empleo. En 1866, el médico británico Joseph Bullar (1815-¿?) reveló una utilización similar para
el cloroformo. Sin embargo, ninguno de los dos recomendaba que la ocupación de este
fármaco debería ser para acelerar la muerte. En 1870, el inglés y maestro de escuela Samuel
Williams, inició el debate sobre la eutanasia contemporánea a través de un discurso en
el Birmingham Speculative Club, una sociedad cuyos miembros eran filósofos aficionados que
recopilaba sus trabajos.43 La propuesta de Williams fue usar cloroformo para acelerar
deliberadamente la muerte de pacientes con enfermedades terminales:
Que en todos los casos de enfermedad desesperada y dolorosa, debe ser el deber
reconocido del asistente médico, siempre que así lo desee el paciente, administrar
cloroformo, o cualquier otro anestésico que pueda reemplazar a este, de forma gradual
para destruir la conciencia al primer intento, y disponga al paciente a una muerte rápida e
indolora. Se deben tomar todas las precauciones necesarias para prevenir cualquier posible
abuso de tal deber; lo que implica que debe ser establecido, más allá de la posibilidad de
duda o cuestionamiento, que el remedio fue aplicado por el deseo expreso del paciente.
CLASIFICACIONES DE LA EUTANASIA
Según el accionar médico:
# Activa o positiva: se le considera activa o positiva (acción) cuando existe un despliegue
médico para producir la muerte de una persona como suministrar directamente algún tipo de
fármaco o realizando intervenciones cuyo objetivo es causar la muerte.
# Involuntaria: sucede cuando un tercero toma la decisión sin obtener el consentimiento del
paciente (pudiendo obtenerse) o de un pariente de este.
# No voluntaria: ocurre cuando un tercero toma la decisión sin el consentimiento del paciente
debido a la imposibilidad de expresarlo.
# la sensación de sofocación;
OPINIÓN MÉDICA
La Asociación Médica Mundial, que aglutina a los colegios médicos de 115 países, reiteró en
una declaración adoptada por su Asamblea General en 2019: La AMM reitera su fuerte
compromiso con los principios de la ética médica y con que se debe mantener el máximo
respeto por la vida humana. Por lo tanto, la AMM se opone firmemente a la eutanasia y al
suicidio con ayuda médica.
Las opiniones de los médicos sobre la legalización de la eutanasia están divididas. Así lo
muestra una encuesta realizada por el Institut national de la santé et de la recherche
médicale INSERM (Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica); efectuada en el 2003
que muestra que 45 % de los médicos de familia franceses, están a favor de una
despenalización de la eutanasia equiparable al porcentaje obtenido en los Países Bajos. Los
autores del estudio informan que «los médicos más involucrados y cómodos con los cuidados
paliativos y con el seguimiento al final de la vida son, a menudo, más hostiles a la legalización
de la eutanasia», en comparación con «aquellos que se sienten incómodos con los pacientes al
final de su vida». El mismo estudio apunta a una tendencia, particularmente entre los médicos
que no han recibido capacitación específica, en técnicas como la reanimación o la sedación,
equiparándolas con la eutanasia. Finalmente, indica una correlación estadística entre la
tendencia a hacer esta asimilación y el hecho de declararse a favor de la eutanasia.
En todos los casos, independientemente de si la eutanasia está despenalizada o no, lo que
está en juego para los médicos y los equipos de atención sigue siendo lo ético: la ley no
prevalece sobre la reflexión ética y personal en la elección de los actos al final de la vida,
inyecciones letales, decisión de detener el tratamiento o sedación terminal. En el caso de
la eutanasia en particular, la cuestión de su legitimidad ética no se confunde con la
cuestión de su legalización o despenalización. En este sentido, la filósofa francesa Marta
Spranzi señala que «permitir explícitamente a que los miembros de la profesión médica
den muerte, aunque solo sea con el laudable propósito de aliviar los sufrimientos de los
pacientes, incluso por parte de los propios médicos, como más problemáticos que la
realidad del gesto en sí, deber cumplido en el silencio de la relación médica» a causa de
posibles consecuencias.
En el Reino Unido, el grupo en pro del suicidio asistido Dignity in Dying cita investigaciones
contradictorias sobre las actitudes de los médicos hacia la muerte asistida; en la encuesta
publicada en el 2009 sobre medicina paliativa la cual arroja que el 64 % de los
encuestados apoya la muerte asistida en los casos en los cuales el paciente tiene una
enfermedad incurable y dolorosa, mientras que el 36 % se opone. En un estudio revelado
en BMC Medical Ethics el 49 % de los médicos encuestados se opone a cambiar la ley
para permitir la muerte asistida y el 39 % está a favor de tal cambio legal.
Una encuesta de 2010 realizada en los Estados Unidos de América entre más de 10
000 médicos, encontró que el 16.3 % de los médicos consideraría suspender la terapia
para mantener la vida si la familia lo exige, incluso en la creencia de ser prematuro.
Aproximadamente 54.5 % no lo haría, y el 29.2 % restante respondió «depende». El
estudio también encontró que el 45.8 % de los médicos estuvieron de acuerdo en que el
suicidio asistido por un médico debería ser permitido en algunos casos, mientras que el
40.7 % no lo estuvo; y el 13.5 % restante sintió que dependía.
Cabe destacar que un prestigioso autor en Deontología médica como Leon Kass ha puesto
de relieve que la posibilidad de que un médico llegara a cometer actos eutanásicos podría
transformar totalmente la relación médico- paciente.