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Seminario Teológico Adventista de Venezuela

Asignatura: Pensamiento Teológica Adventista

LA PROFECÍA DE DANIEL Y EL JUICIO DIVINO

Profesor: Mauro León Autores: Julio Valera

Jesús Peña
Fundamento Bíblico.

La enseñanza de un juicio investigador en la Biblia cuenta con suficiente

evidencia tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento como para

afirmar que es un hecho real e inminente. Además, las Sagradas Escrituras lo revelan

como parte del propósito eterno de Dios. Las Profecías de Daniel y Apocalipsis predicen

tal juicio y señalan el momento en que debía comenzar. Este Juicio tiene como finalidad

vindicar el carácter de Dios ante todo el universo. En 1844, al concluir el período

profético de los 2.300 días, inició la segunda y última fase de su ministerio expiatorio,

que fue tipificado por la obra del sumo sacerdote en el lugar santísimo del Santuario

terrenal. Esta obra es un Juicio Investigador, que forma parte de la eliminación definitiva

del pecado, prefigurada por la purificación del antiguo Santuario hebreo en el Día de la

Expiación.1

A lo largo de la historia esta creencia del juicio investigador han existido diversos

argumentos que intentan demostrar errores dentro de la interpretación bíblica del juicio

investigador. El sábado y el estado de los muertos podrían parecer temas bastante

polémicos; sin embargo, no más controvertidos que el tema del juicio investigador. Esto

podría deberse a que se ha estudiado como un tema aislado, por lo tanto evitaremos

caer en ese problema al adentrarnos de forma sencilla en temas a fines con el juicio 2

Temas afines con el juicio

1 Manual de la Iglesia Adventista (Buenos Aires, FL: Asociación Casa Editora


Sudamericana, 2015), 167.
2 Marvin Moore, El juicio investigado: su fundamento bíblico (Doral, FL:
APIA,2011),12.
2
El juicio investigador debe ser comprendido dentro del marco del santuario y sus

servicios. Lo primero que debemos tener en cuenta es que el santuario terrenal que

conocemos es solo una sombra de las figuras celestiales, entendiendo que a Moisés se le

mostró un modelo que debía seguir para la construcción del tabernáculo (Heb 8:5). Los

servicios que se llevaban a cabo son solo una tipificación dinámica de lo que ocurre en el

cielo.

Uno de los servicios que se realizaban en el tabernáculo tenía que ver con el

sistema de sacrificios, los cuales se ofrecían por diversas razones, pero una de ellas era

la expiación. Dios daba una solución al problema del pecado a través de los sacrificios, de

manera que en el santuario el pecador encontraba el perdón (Lev 4:20) y la limpieza

(Lev 12:8). Ya que la biblia nos enseña que sin “derramamiento de sangre no hay

remisión” de los pecados (Heb 9:22) vemos que Dios les dio la sangre de los corderos a

su pueblo en la antigüedad como un medio de expiación (Lev 17:11)3.

Habían tres sacrificios que son de suma importancia para nuestra comprensión

del juicio. El primero de ellos eran los sacrificios matutinos y vespertinos; el sacerdote

realizaba diariamente un sacrificio en las horas de la mañana y uno en las horas de la

tarde. El segundo es el sacrificio individual; este era llevado por la persona que

consideraba que necesitaba expiación por su pecado. Finalmente encontramos la

ceremonia del día de la expiación; esta era la culminación del año ceremonial. En este

día se realizaban varios sacrificios; en primer lugar el sumo sacerdote debía realizar uno

en su favor para estar limpio y así poder oficiar la ceremonia. Luego de esto se tomaban

3.John C. Brunt, Ángel Manuel Rodríguez y William H. Shea, Teología fundamentos


de nuestra fe tomo 4. (Doral, FL: APIA, 2006), 113
3
dos corderos, y se echaba suerte sobre ellos, uno iba a estar destinado para Jehova y otro

para Azacel el cual recibiría los pecados que el santuario había recibido durante todo el

año. De esta forma el santuario era purificado y todos los pecados del pueblo eran

borrados para el siguiente año iniciar de nuevo con la misma dinámica. Todo esto tiene

una representación más amplia. Los sacrificios matutinos y vespertinos hacen referencia

al sacrificio completo del Señor Jesús, el cual abarca a todo el mundo. El sacrificio

individual de cada uno representa los servicios de Jesús en el lugar santo, perdonando al

pecador y sirviendo como mediador con el Padre. Finalmente la ceremonia del día de la

expiación representa el servicio de Jesús en el lugar Santísimo para poner fin al pecado4

Al ser el santuario y los servicios que se ofician en él una sombre a lo figuras

celestiales, debemos entender estas actividades como etapas del sacrificio y ministerio

sumo sacerdotal de Cristo en el santuario celestial. Una vez que Jesús resucitó después

de su muerte, entró en el santuario celestial y allí comenzó a oficiar como nuestro sumo

sacerdote5. Vemos el día de la expiación como la etapa en la que Cristo oficia como juez

en la purificación del santuario celestial.

La ley y la justificación

4 . Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo


Día (Doral, FL: APIA, 2008), 300-305

5. John C. Brunt, Ángel Manuel Rodríguez y William H. Shea, Teología fundamentos


de nuestra fe tomo 4. (Doral, FL: APIA, 2006), 122

4
Sabemos que somos salvos por gracia, por medio de la fe (Ef 2:8) a través del

sacrificio de Cristo, pero cuando pensamos en el juicio investigador, solemos pensar que

Dios está revisando los registros de la vida de cada ser humano, y que cuando llegue a

nuestro nombre debemos estar en un estado de completa perfección para poder ser

salvos y ser contados como justos durante el juicio6. Si la dinámica del juicio fuese de

esta manera, el cristiano debería tener una obediencia absoluta a la ley para no ser

hallado como pecador, y esto solo nos lleva a concluir que la salvación no es por gracia

como lo afirma la biblia; sin embargo podemos notar que la ley tiene un propósito

distinto en el juicio. La ley tiene al menos unas cinco funciones generales siguiendo la

línea de pensamiento que George R. Knight presenta7.

El primero propósito que la ley tiene para nosotros es enseñarnos revelarnos a

Dios. Es necesario entender que Dios no nos expresó una legislación de leyes arbitrarias

y fuera de contexto, sino que más bien nos expresó la esencia de su carácter y la

voluntad de Él hacia nosotros. A través de la ley, podemos conocer a Dios. Entendemos

su naturaleza divina al hacernos una restricción que nos acarreará daño y destrucción

Similar al primer propósito, el segundo es revelarnos el carácter de Dios. Al ser la

ley una manifestación escrita de su ser, es su voluntad que la imitemos. Cuando el Señor

creó a Adán, lo creo a su imagen y semejanza. Desde el principio el plan divino ha sido

que nos parezcamos a nuestro creador; ese principio sigue en vigencia hoy.

6. Marvin Moore, El juicio investigado: su fundamento bíblico (Doral, FL:


APIA,2011), 21.

7. George R. Knight, Guía del fariseo para una santidad perfecta: un estudio sobre el
pecado y la salvación (Miami, FL: APIA, 1998), 70-76
5
El tercer propósito es concerniente al juicio, y es que la ley sirve como norma en

el juicio. Esto es fundamental ya que pablo nos dice que “por medio de la ley es el

conocimiento del pecado” (Rom 3:20). La ley nos condena al mostrarnos en que estamos

fallando y nos alerta en qué podemos fallar en el futuro. El libro de Santiago la compara

con un espejo (Stg 1:23-25) el cual nos sirve para darnos cuenta de nuestras

imperfecciones antes de salir a la calle, de esta forma puedo hacer los arreglos

pertinentes, claramente con la ayuda del Espíritu Santo.

Un cuarto propósito es señalar más allá de sí misma. La ley una vez quebrantada

no me ofrece ninguna ayuda. Es por eso que la ley es utilizada por Dios para llevarnos a

Cristo, el único que una vez que conozco mi pecado por medio de la ley, me ofrece la

justificación con la cual mi pecado es perdonado y de esta forma sigo gozando de la

salvación. Después de este proceso la ley ya no cumple esa función, sino hasta que

vuelvo a alejarme de Dios y así, se repite el proceso

El quinto propósito finalmente es ser una norma de vida para el cristiano. Esto se

debe a que a pesar de que la ley no nos salva por obedecerla, si constituye la regla moral

del cristiano. Una vez que la ley no lleva a Cristo, Cristo no lleva a la ley para obedecerla.

Pablo lo enfatiza muy bien cuando escribe que la fe valida la ley en vez de invalidarla. Al

ser perdonados y recibidos por Dios, el Espíritu Santo implanta en nosotros el deseo de

obedecer con la finalidad de mantener una santidad que me mantenga cerca de Dios

Note que en ninguno de los propósitos de la ley se encuentra el de una norma

para la salvación del ser humano, ya que esa no es una prerrogativa de la ley como lo

mencionamos anteriormente. Aun así la ley cumple una función condenatoria en el

juicio, pero debemos entender cómo. Para esto debemos entender también cómo

6
funciona la justificación por la fe. En primero lugar, debemos tener en cuenta que la

palabra justificación tiene que ver con el perdón, pero debido a lo controversial y amplio

que puede ser este concepto, se sintetizará diciendo que justificación o justificar es

declarar o ser declarado justo8. Entendiendo esta línea de pensamiento, podemos llegar

a la conclusión de que mientras mantengamos el deseo de preservar nuestra relación

con Dios y Jesús, podemos caer, pero al mismo tiempo tenemos la oportunidad de ser

perdonados. Una vez que esto sucede nuestros pecados no son tomados en cuenta. La

ley solo sirve como condenatoria en el juicio si nos apartamos voluntariamente y

rechazamos esa justificación de Dios.

Estructura del capítulo 7 de Daniel

Prólogo: Visiones de la cabeza (vers. 1)

A. Exposición de la visión (vers. 2 .. 14)

I. El león, el oso y el leopardo (vers. 2-6)

Il. La otra bestia (vers. 7-12)

a La cuarta bestia

b Los diez cuernos

c El cuerno pequeño

El juicio

c1 El cuerno pequeño

b2 La bestia con diez cuernos

a1 Las tres bestias

III. El hijo de hombre (vers. 13, 14)

• Viniendo

8.Marvin Moore, El dragón que todos llevamos dentro: ¿cómo vencerlo? (Doral, FL:
APIA, 2007), 22-23.
7
• Escena retrospectiva de juicio

• Reino de Dios

B. Explicaciones de la visión (vers. 15 - 27)

I. Primera explicación (vers. 15-18)

• Las cuatro bestias, el juicio, el reino

Il. Petición de más explicación (vers. 19-22)

• La cuarta bestia, el juicio, el reino

III. Explicación final (vers. 23-27)

• La cuarta bestia, el juicio, el reino

Epílogo: Preocupación en pensamientos (vers. 28).9

Podemos observar que la estructura literaria que nos presenta el capítulo 7 de

Daniel (cómo se observa en la página anterior) en los versículos 2-14 aparecen

siguiendo un orden quiástico. Es decir, es una secuencia de líneas o frases que son

presentadas y luego repetidas con una variación y en orden inverso; dicho quiasmo nos

ayuda a descubrir la idea central. De esta forma podemos ver que la estructura quiástica

hace hincapié en la escena que se encuentra en su núcleo. Este núcleo se destaca en la

visión que tiene el profeta Daniel en cuanto al tribunal celestial y al juicio que en él se

lleva a cabo. Esta visión manifiesta el punto de devación en la historia de este mundo al

pasar de los actuales reinos transitorios al eterno y gran reino de Dios. Los resultados

tanto negativos como positivos que se encuentran en la segunda mitad del quiasmo son

consecuencia de la celebración del juicio descrito en su núcleo.10

El Anciano de días y el Hijo de Hombre en el juicio ¿Quién juzga?

9. Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel (Doral, FL: APIA, 2008), 118.

10. Frank B. Holbrook, ed., Simposio sobre Daniel (Doral, FL: APIA, 2010), 180.
8
Muchas profecías en el Antiguo Testamento hacen referencia que Dios juzga

desde su santuario, ya sea el templo terrenal o el templo celestial. Esto lo podemos ver

en ciertas ocasiones, como es el caso de Isaías 6, Ezequiel 1, Miqueas 1, Amós 1, y 1

Reyes 22. La visión del juicio de Daniel trae a escena el resplandeciente y glorioso trono

de Dios a la sala del tribunal celestial, que es en cierto modo como su cámara de

audiencia. Hay un dato curioso, y es que la arqueología nos da varios datos importantes

referentes a esto. Y es que los reyes del tiempo antiguo de forma general tenían un salón

grande que era solo para asuntos regales y para recibir personas. En este lugar los

ciudadanos o embajadores se presentaban ante el rey para dar a saber sus casos. Las

cámaras de la audiencia normalmente tenían un estrado elevado a un extremo del salón.

El trono de rey era portátil, y sus siervos lo sacaban del palacio y lo colocaban sobre esa

plataforma. Entonces, cuando concluía la audiencia real, el trono era llevado de vuelta al

palacio hasta la próxima vez que el rey estableciera su tribunal.11 El escenario del trono

celestial de Daniel 7 nos muestra un contexto similar. Daniel vio la flamígera carroza de

Dios, su trono portátil, que venía a la cámara celestial de audiencias. "Fueron puestos

tronos" (Dn. vers.9).

Ahora ¿quiénes son estos dos personajes descritos como el Anciano de días y uno

como un Hijo de Hombre? La profecía de Daniel 7 prosigue a la descripción de la

persona del Dios eterno como el Anciano de días que entra para dar inicio a este juicio

(vers. 9). Está rodeado por la gloriosa apariencia del fuego. Debe decirse que el fuego es

la descripción de Daniel de la gloria que rodeaba el ser personal de Dios, no es un fuego

11 William H. Shea, Daniel (Buenos Aires, Argentina: Asociación casa editora

Sudamericana 2009), 213.

9
literal. Tres veces en los versículos 9 y 10 la gloria de Dios se describe como "fuego". El

fuego no solo describe la gloria que viera Daniel, también alude a uno de los resultados

del juicio. Los enemigos de Dios van a ser destruidos por el fuego (vers. 11, 26).12

Luego vemos la aparición de uno que es como un Hijo de hombre, este sin lugar a

dudas es una persona celestial como un ser humano, cuya coronación ocurre en el cielo.

Eso lo podemos ver en Daniel versículos 22, 26, 27, que enfatizan que el juicio tiene

como resultado la desaparición del cuerno pequeño y el otorgamiento del dominio a sus

santos, que en este contexto son seres humanos que han aceptado el señorío de Dios y

de quien es como un Hijo de hombre. Este Hijo de hombre debe ser Cristo, porque él

tiene atributos divinos y controla un reino eterno que se identifica como el reino de Dios

en Daniel 2:44. No obstante el Anciano de días le da su poder, de modo que él es

diferente del Padre. Jesús con frecuencia se refirió a sí mismo como el "Hijo del hombre"

(Mateo 8:20; 9:6; 10:23; etc.), con lo que se identifica a sí mismo con el Hijo de hombre

mesiánico en Daniel 7.13

Pero, ¿Quién es el juez? ¿El Padre O Cristo? Esto puede generar cierta confusión

de momento, más la Biblia nos despeja el panorama de una manera muy exacta. En

Daniel 7: 9-14, después de decir el juicio abrió sesión, y se abrieron los libros, y antes de

decir que venía uno como hijo de hombre que compareció ante el Anciano, podemos ver

12 William, Daniel, 214.

13 Roy Gane, Sin temor al juicio (Buenos Aires, R.A: Asociación casa editora

Sudamericana 2005), 38.

10
que se había dado la muerte de la bestia. Por eso muchos pueden llegar a la rápida

conclusión que el Hijo de hombre solo apareció después que Dios había culminado su

obra de juicio. Sin embargo, las Escrituras nos dicen: “el Padre no juzga a nadie, sino que

todo juicio lo ha entregado al hijo” (Jn. 5:22).

Entonces podemos preguntarnos, ¿Cómo puede ser el Padre el Juez sino hace

tales funciones? ¿Acaso podemos tener una posible contradicción acá? Pues la verdad es

que no, porque la Palabra de Dios nunca se contradice, y por eso viene a mi mente esa

importante regla hermenéutica del método de interpretación bíblico judío-Mesiánico

que dice: “cuando hay dos textos en las Escrituras aparentemente se contradicen o son

difícil de comprender, solo pueden entenderse por medio de un tercero que los

reconcilia”14. Y la solución para entender este asunto que parece estar muy cifrado la

encontramos en siguiente cita: “Dios… ha fijado un día en el que ha de juzgar al mundo

según justicia, por el hombre que ha destinado, dando a todos una garantía al resucitarlo

de entre los muertos” (Hch. 30,31). De modo que Dios es el juez, pero como tal ha

decidido delegar el juicio en su Hijo.15

De esta manera podemos afirmar como un hecho contundente que ambos

intervienen en la escena del juicio. Tanto Cristo como el Padre están participan de forma

activa en el juicio investigador. Antes de volver a esta tierra en las nubes de los cielos,

14 Wiliams Pitter, Interpretación Judío Mesiánica de las Escrituras (Caracas, VEN:

s.e, s.f)

15 C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro (Coral, Fl: Asociación Publicadora

Interamericana, 1989),116.

11
Cristo como Hijo del hombre viene con las nubes del cielo hasta el Anciano de días, Dios

el Padre, y se presenta delante de él (Dn. 7:13). Desde su ascensión, Cristo ha actuado

como Sumo Sacerdote, nuestro intercesor delante de Dios (Heb. 7:25). Pero en esta

ocasión, viene para recibir el reino (Dan. 7:14)16.

Fundamento del Juicio Investigador.

A cada persona le gusta conocer las reglas antes que se le acuse que las están

quebrantando. En las sociedades libres se insiste en que hasta a los criminales se les dé

el derecho de recibir los cargos por escrito y que estos tengan evidencias sólidas.

¿Acasos podríamos esperar menos de Dios? Siendo esto así, ¿Qué clase de evidencias y

sobre que fundamentos legales se basará Dios en el Juicio? En la Biblia tenemos

suficiente información para responder esto; pues Dios tiene el registro de la vida de cada

persona. 17 “El juicio abrió sesión y los libros fueron abiertos” (Dn. :10). Podemos notar

que este juicio introduce otro elemento, y es la apertura de libros. Ahora, sería irónico

pensar que estos libros son como volúmenes que se encuentran en una biblioteca

pública o privada. Sabemos que no había libros en el tiempo de Daniel. En aquellos

tiempos las personas dejaban sus registros en rollos y tabletas de arcilla. A diferencia

nuestra, hoy nuestros diferentes registros son a un nivel digital por medio de

computadoras avanzadas, sin embargo, algunas cosas aún se siguen registrando en

16 Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas, del Séptimo

Día, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día (Buenos Aires, Argentina: Casa Editora

Sudamericana,2007), 357.

17 C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro, 119.

12
libros físicos. Y sin estos registros sería imposible recordar toda la información que

necesitamos saber. Pero, es obvio que los artefactos que almacenan la información del

cielo son mucho más sofisticados que nuestras computadoras más modernas. Así que,

podemos llegar a la conclusión que los libros de Daniel 7:10 son como un símbolo del

procedimiento divino de guardar información18. También podemos decir que las

referencias a los libros del cielo señalan generalmente a libros que corresponden a seres

humanos. Por eso, es que se llega a la aseveración que son seres humanos los que

comparecen en juicio19.

La pregunta que surge en este momento es: ¿Por qué libros en el cielo? ¿Acaso no

lo sabe Dios todo? El asunto acá es que no son para él, no los necesita para que le ayuden

a recordar ninguna cosa. Estos libros bajo investigación nos dan una vislumbre en

cuanto a quienes son los que reciben juicio. Además, son de beneficio para los seres que

se encuentran alrededor del trono; y podemos notar este detalle al ver que Daniel

introduce la palabra “libros” inmediatamente después de la descripción de los ángeles,

no inmediatamente después de su descripción del Anciano de días; y esto es algo que

debe tomarse en cuenta ya que las acciones están sucediendo en orden continuo. Para

esto hay muy buenos motivos. Pues los ángeles no son omniscientes, ellos necesitan de

18 Marvin Moore, El Juicio Investigador: su fundamento bíblico (Doral, FL: APIA,

2011), 24.

19 Wiliam Johnsson, Gerhard F. Hasel y Hans K. LaRondelle, Teología

Fundamentos de Nuestra Fe (Doral, FL: APIA, 2008), 147.

13
un registro de lo que ha sucedido en el pasado a fin de recordar la información cuando

sea necesaria.20

La Biblia nos habla de libros en otros lugares, por ejemplo, en Apocalipsis 20: 12-

15 se habla de libros que también se abren y de acuerdo con los cuales serán juzgados

los muertos sobre la base sus obras. Nos dice además que también se abrió otro libro,

que es el de la vida”. Y Malaquías 3:16 se refiere a “un libro memorial” que se escribe

acerca de “los temen a Yahveh y piensan en su nombre”. Por lo tanto, podemos terminar

diciendo de forma concreta que las Escrituras solo dan registro de existencia de tres

libros: uno, que contiene el registro de nuestras; otro, que contiene una selección de las

buenas obras llevadas a cabo por los que aman a Dios; y un tercero que contiene una

lista de los nombres de todos los cristianos verdaderos que viven en comunión con

Cristo21.

A modo de respetar la línea de continuidad que Daniel 7 presenta, hemos

desarrollado el tema del juicio es esa misma idea, sin embargo, hay un detalle curioso,

que, aunque no se explayará en ello, no se quiso dejar pasar por alto; así que solo se hará

un breve énfasis. Y este es, que es en los libros que Daniel presencia la ejecución del

cuerno pequeño (Dan. 7: 11, 12). Sin embargo, el momento en que se abren los libros no

coincide con la ejecución de la sentencia. Lo que ve Daniel en los libros es solo el

20 Marvin Moore, El Juicio Investigador: su fundamento bíblico (Doral, FL: APIA,

2011), 24.

21 C. Mervyn Maxwell, Dios Revela el Futuro (Coral, Fl: Asociación Publicadora

Interamericana, 1989),119.

14
veredicto, ya sea culpable o no. La sentencia viene después. Los versículos 11 y 12

anuncian el destino del cuerno pequeño, más específicamente de la cuarta bestia,

portadora del cuerno pequeño.22

Desarrollo histórico

Es necesario que tengamos en cuenta que nuestros pioneros inicialmente no

tenían pleno conocimiento de lo que hoy son nuestras doctrinas bíblicas. Estos hombres

venían de distintas denominaciones protestantes que pregonaban una interpretación

parcial de las verdades bíblicas. Muchos de ellos por ejemplo, después del chosco

ocurrido en 1844 creyeron que en esa fecha se había cerrado la puerta de gracia para

aquellos que no habían creído en el mensaje predicado hasta la fecha, creencia

denominada la puerta cerrada23

Las Interpretaciones de Miller

En la época previa al año 1844 las creencias en cuanto a la segunda venida

estaban más inclinadas a una interpretación porst-mileriana. Los cristianos de la época

tenían la creencia de que los mil años mencionados en el apocalipsis debían transcurrir

primero aquí en la tierra y luego de esto, tendría lugar la segunda venida. Otro asunto

importante para tener en cuenta es el hecho de que los contemporáneos de Miller

incluyendo a Miller poseían ideas deístas, las cuales me dicen que Dios creó al universo

pero lo dejó para que se desarrollase sin que Él interviniese en nada.

22 Jacques B. Doukhan, Secretos de Daniel (Doral, FL: APIA, 2008), 114.

23 .George R. Knight, Nuestra identidad: origen y desarrollo (Doral, FL: APIA, 2008),
22
15
Miller comenzó su interpretación siguiendo las profecías, sobre todo la profecía

de Daniel 8:14 concerniente a las 2300 tardes y mañanas. Siguiendo el principio día por

año y partiendo en el 457 gracias a la interpretación de la profecía de las 70 semanas. Es

importante mencionar que Miller tomó la tipificación del día de la expiación como un

juicio, entendiendo que al finalizar las 2300 tardes y mañanas Dios juzgaría al mundo al

regresar y lo purificaría. Al hacer las cuentas pertinentes, concluyo que esto tendría

lugar entre 1843 y 1844.

Interpretaciones después del chasco

Inminentemente la fecha establecida por Miller y otros llegó. Esto se convirtió en

lo que hoy conocemos como el gran chasco del 22 de octubre de 1844. Sin embargo esto

no quedó aquí, justo después del gran chasco, Iran Edson se disponía a atravesar un

campo de maíz con sus compañeros cuando de repente sintió la convicción de que en

vez de que la purificación se efectuase aquí en la tierra la purificación sería en el cielo. Al

estudiar apocalipsis, especialmente la profecía del angel con el librito, se dieron cuenta

que después de que se le amargase en vientre, era necesario seguir profetizando. Estos

dos asuntos los llevaron a estudiar mejor lo que era el santuario celestial y el juicio que

había iniciado. Llegaron a la conclusión de que la fecha era correcta, pero que la

interpretación estaba errada 24

Relevancia para hoy

Hay mucho material para para poder discutir acerca de que el juicio investigador

es una doctrina sólida que se halla respaldada por las Sagradas Escrituras, tanto como

24 Gerge R. Knight, Nuestra iglesia: momentos históricos decisivos (Doral, FL: APIA,

2008),33.

16
cualquier otra doctrina que sea aceptada por todo el mundo cristianismo. Sin embargo,

enfocándonos solo en esta idea podrías cometer la mayor tragedia, que es pasar por alto

lo que significa para nuestras vidas hoy. Y esto es realmente mucho más importante,

pues estamos viviendo en los mismos días del juicio investigador previo al

advenimiento. Entonces, ¿Cómo crees que debemos andar sabiendo cuan cerca puede

está el glorioso día de nuestro Señor Jesucristo? Nuestro sentir debe ser sin duda el que

el apóstol Pablo aclamaba: “Y haced esto conociendo el tiempo, que es hora de

levantaros del sueño; pues nuestra salvación está más cerca que cuando creíamos. La

noche está muy avanzada. El día casi ha llegado. Desechemos pues las obras de las

tinieblas, y vistámonos las armas de luz”. (Ro. 13:12-13).

El juicio es tan importante para nuestras vidas porque es el lugar donde por fin

los santos del Señor serán vindicados, al concluir dicho juicio la sentencia que fue hecha

en contra del Satanás y del pecado pasarán a llevarse a cabo. Y por fin el pecado será

exterminado de una vez por todas. Es en este momento donde se expondrá al diablo con

todas sus mentiras atribuidas al Santo carácter de Dios, ese enemigo nuestro que cada

día nos asecha, que en cada momento vigila a cada cristiano para separarlo de su Señor;

Es allí donde una vez por todas ya no podrá hacernos más daños, no atacará más las

familias, no se burlará de la creación de Dios y no la degenerará nunca más, pues ya está

su sentencia ejecutada.

Todo esto no se pudo mostrar a las huestes celestiales al Cristo morir en la Cruz.

Esta posición no desmerece en absoluto lo que Jesús cumplió en la cruz. En cambio,

simplemente muestra que en lo que se refiere a todos los habitantes del universo y cada

uno está involucrado en el gran conflicto no todo fue contestado en el Calvario. En

17
cambio, el juicio sí les da respuestas, razón por la cual el Señor colocó a los ángeles en el

Lugar Santísimo, contemplando el juicio, y no en el altar de holocaustos, observando el

Calvario (había ángeles bordados en las cortinas del Lugar Santo, pero esa

representación no es tan vigorosa como la de los dos ángeles de oro). Aparentemente, el

juicio también está involucrado en la contestación de las preguntas del universo25.

25 Clifford Goldstein, 1844: Hecho Simple (s.l: s.e, s.f), 73

18
Bbliografía.

Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Manual de la Iglesia

Adventista. Buenos Aires, Argentina: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2015.

Holbrook, Frank B. ed., Simposio sobre Daniel. Doral, FL: APIA, 2010,

Shea, William H. Danie.l Buenos Aires, Argentina: Asociación casa editora

Sudamericana 2009.

Gane, Roy. Sin temor al juicio. Buenos Aires, R.A: Asociación casa editora

Sudamericana 2005.

Pitter, Wiliams. Interpretación Judío Mesiánica de las Escrituras. Caracas, VEN: s.e,

s.f

Maxwell, C. Mervyn. Dios Revela el Futuro. Coral, Fl: Asociación Publicadora

Interamericana, 1989.

Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo

Día. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Buenos Aires, Argentina: Casa Editora

Sudamericana, 2007.

19
Moore, Marvin. El Juicio Investigador: su fundamento bíblico. Doral, FL: APIA,

2011.

Wiliam Johnsson, Gerhard F. Hasel y Hans K. LaRondelle, Teología Fundamentos

de Nuestra Fe. Doral, FL: APIA, 2008.

Goldstein, Clifford 1844: Hecho Simple. s.l: s.e, s.f.

Knight, R. George. Guía del Fariseo para una Santidad Perfecta: un estudio sobre

el pecado y la salvación. Miami, Fl: APIA, 1998.

20

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