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ECONOMÍA
MICROECONOMÍA III
23/05/2022
Un punto eficiente en el sentido de pareto es aquel en donde no es posible mejorar el
bienestar de todos los agentes de manera simultánea y no es posible mejorar el bienestar de
un agente sin empeorar el bienestar de otro agente, adicionalmente en este punto se han
agotado todas las ganancias del comercio
Lo más cercano que tenemos a un proceso dinámico de ajuste es la figura del Subastador
walrasiano y que cuyo rol es mover los precios en la dirección indicada por los excesos de
oferta y demanda. (VERDADERO)
No existe un único equilibrio general walrasiano ya que existen múltiples puntos eficientes en
el sentido de pareto y es a través de la curva de contrato que se encuentran diversos
equilibrios walrasianos.
La convergencia al equilibrio walrsiano por implicación siempre terminará por exhibir una
asignación eficiente el sentido pareto. (VERDADERO)
Manual Para Valorar una Externalidad Ambiental Negativa
Por otra parte y enfocando un poco más la valoración económica de las externalidades en
diferentes actividades económicas donde se identifica el siguiente proceso:
Primero que todo se debe establecer el impacto que generan dichas externalidades sobre los
diferentes entes con los que interactúan las empresas;se evidencia el cambio de la función del
bienestar individual gracias a los modelos de función de producción para las empresas y de
función de producción de utilidad para los hogares. Donde se entrelazan las funciones de
producción de la parte ambiental y los bienes del mercado, para así buscar determinar qué
tan dispuestos a pagar están los afectados para generar cambios ambientales positivos o
negativos bajo el sistema de mercado, por lo que la variable de referencia se reduce al
bienestar social, el cual al reducirse en una medida común que se puede comparar frente a
los distintos impactos y también frente a las características concretas de los impactos
ambientales de cada actividad.Ese impacto en el bienestar podrá manifestarse a través de
cambios en la función de producción o directamente a través de la función de utilidad de
quien consume un bien o servicio.
Por tanto la dificultad de vincular esos impactos con esas variaciones en unidades monetarias,
así pues que el análisis económico resulta de gran ayuda a través del concepto de excedente
del consumidor generar esos impactos en variaciones de unidades monetarias.
Por otra parte para resolver la necesidad de vincular impactos ambientales expresados en
unidades físicas en términos de bienestar, en el caso donde su punto de referencia no se pueda
enlazar con su impacto económico, se debe realizar un modelo de dispersión de
contaminantes, debido a que la contaminación no se distribuye homogéneamente sobre el
área de estudio y, en consecuencia, los daños económicos no depende exclusivamente del
volumen de emisiones sino que será mayor cuanto mayor sea la densidad de población
residente afectada y de actividades de producción en las proximidades de la fuente emisora de
dicha contaminación.
Cuando el mercado no captura adecuadamente su valor social, el analista puede recurrir a una
serie de métodos indirectos de valoración para estimar la disposición a pagar (por evitar un
daño o disfrutar una mejora) o la compensación exigida (por renunciar a una mejora o
soportar un daño). Estas metodologías emplean las preferencias reveladas por los
consumidores como mecanismo para acceder al valor de un servicio ambiental. Para ello, se
apoyan en las relaciones establecidas en las funciones de producción, entre los bienes y
servicios ambientales objeto de valoración y otros bienes y servicios o insumos productivos
que circulan en el mercado.
a. Coste de reposición: el valor económico del bien o servicio se estima como el coste
financiero de su restitución o sustitución de sus servicios por medio de una tecnología
creada por el ser humano (la función de depuración de aguas residuales de un
humedal podría estimarse a partir del coste de construcción y funcionamiento de una
estación de tratamiento de aguas residuales).
b. Coste evitado: permite estimar el valor de la pérdida de bienestar implícita en
cualquier externalidad negativa como el coste en que habría sido necesario incurrir si
el bien o servicio afectado no se proporciona o se hiciese en condiciones deficientes
(daños a las propiedades evitados por la menor frecuencia e intensidad de
inundaciones o costes de salud evitados gracias a la función de tratamiento de la
contaminación del agua de los humedales).
c. Métodos basados en la función de producción: se emplean en aquellas situaciones
en que la provisión de un bien o servicio ambiental (agua o aire limpios, por
ejemplo), es determinante para una función de producción de bienes y servicios,
modificando por ejemplo las rentas de explotación (una mejora en la calidad del agua
incrementa las capturas en un banco de pesca y, por tanto, las rentas de los
pescadores), o para una función de producción de utilidad.
d. Coste del viaje: equiparar los costes de todo tipo en que debe incurrir una persona
para llegar a un lugar, al valor de uso directo recreativo de dicho lugar (la disposición
a pagar de una persona por acudir a un espacio con valor recreativo es, al menos, el
coste necesario para llegar hasta él).
e. Precios hedónicos: la demanda por un bien o servicio ambiental (por ejemplo, la
posibilidad de disfrutar aire no gravemente contaminado), puede verse reflejada en el
precio de un bien al que ese bien o servicio está asociado (por ejemplo, si todo lo
demás permanece constante, el precio de una vivienda en una zona menos
contaminada de la ciudad excederá el de una vivienda en una zona más contaminada:
el diferencial de precios permite aislar el efecto marginal – el valor económico – del
bien que pretendía valorarse: el aire puro).
3. Elegir el Modelo:
Finalmente, es necesario realizar un análisis de las formas para las transferencias de los
resultados. Son varias las formas que puede adoptar una transferencia de resultados, de
manera que las tres variantes que se presentan a continuación son los referentes en un
conjunto de posibilidades que van desde una transposición simple de valores entre dos
localizaciones distintas hasta sofisticados modelos que tratan de tomar en consideración todas
las diferencias existentes entre los lugares de origen y destino de los datos.