Consentimiento contractual.

Tratativas

El consentimiento es uno de los requisitos de existencia del contrato y es el elemento esencial para concluir que el contrato ha sido celebrado. Llegar al
acuerdo definitivo puede ser consecuencia de un simple intercambio de voluntades manifestadas de manera tácita o ser fruto de negociaciones más o
menos extensas. 

Te presentaremos un caso y te proponemos analizar si se verifican las condiciones para la existencia del contrato y si las tratativas pueden generar
responsabilidad para las partes. 

Juan Gabriel Santillán ha ideado un sistema novedoso de consultas médicas online. Para implementarlo, necesita contar con las instalaciones
adecuadas y personal disponible a contestar las consultas las 24 h. Además, se requiere de un software y hardware específico que permita responder a
estos requerimientos. Para ello celebró un contrato de compraventa con la importante firma multinacional Interhard a través del cual adquirió los equipos
necesarios para instalar el sistema y asistencia técnica por el plazo de un año. 

En ese momento Interhard se mostró interesada en participar del negocio con la posibilidad de que, en el futuro, pudiera adquirir acciones de la sociedad
constituida por Santillán. Se realizaron reuniones con la gerencia de un banco y la Municipalidad de la ciudad. Estas reuniones solo concluyeron en una
manifestación de interés de los participantes.

El proyecto no pudo implementarse ante la falta de las autorizaciones necesarias y el paso del tiempo; sin embargo, Santillán demandó a Interhard y le
reclama a esta compañía los daños sufridos por la ruptura intempestiva de las tratativas. 

Consentimiento

Manifestaciones constitutivas del consentimiento: la oferta y la aceptación

Referencias

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Consentimiento

Caracterización. Elementos del consentimiento

El consentimiento constituye uno de los requisitos para la existencia del contrato. La definición clásica de este concepto nos permite comprender cuáles son sus
características principales:

 El consentimiento es “la coincidencia de manifestaciones de voluntad de las partes, de idéntico contenido, que persiguen los mismos
efectos jurídicos” (Aparicio, 2016, p. 173).

La primera conclusión que podemos extraer de la definición propuesta es que el consentimiento es un acto voluntario y, como tal, debe reunir las condiciones del
art. 260 del Código Civil y Comercial de la Nación (CCC).

Discernimiento es la “aptitud del sujeto para conocer en general y apreciar las consecuencias de sus propias acciones” (Aparicio, 2016, p.
174).

Intención es querer lo que se sabe “es ese conocimiento aplicado a la realización de un acto concreto” (Aparicio, 2016, p. 174).

Libertad “ausencia de coacción externa” (Aparicio, 2016, p. 174)

El discernimiento, la intención y la libertad son parte del aspecto interno de la voluntad o elemento subjetivo. La existencia de vicios en la voluntad trae, como
consecuencia, la invalidez del contrato o, incluso, impide su existencia. Por ejemplo, en el caso de la falta de discernimiento.

El aspecto externo, elemento objetivo de la voluntad, se refiere a su manifestación. La voluntad de los contratantes debe darse a conocer por alguno de los modos
previstos en el CCC. Esto es imprescindible porque hace a la voluntariedad del acto. Los modos de manifestación de la voluntad pueden clasificarse en:

Tabla 1: Manifestación de la voluntad

Designación Descripción Art. CCC Ejemplos

De manera oral.

Por escrito. Concurrir a un local comercial y adquirir

Expresa 262
un producto de manera verbal.
Por signos inequívocos.
 Designación Descripción Art. CCC Ejemplos

Mandato tácito. La ejecución del mandato

Tácita Se puede deducir de ciertos actos. 264
por el mandatario implica aceptación.

Actos que no implican manifestación de voluntad,

excepto cuando la obligación provenga de:

Venta a satisfacción del comprador.

la ley; 263
Silencio como
manifestación de la voluntad de las partes;
El comprador puede probar la cosa, pero
voluntad
los usos y costumbres; 979 si no se manifiesta en el plazo de 10 días
se entiende que la aceptó.
“Relación entre el silencio actual y las
manifestaciones precedentes”[1].

[1] Art. 263- Ley Nº 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
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Manifestaciones constitutivas del consentimiento: la oferta y la aceptación

El consentimiento, como vimos anteriormente, se conforma con la coincidencia de dos manifestaciones de voluntad con caracteres propios: la oferta y la
aceptación. Ello surge claramente del art. 971 del CCC que expresa: “los contratos se concluyen con la recepción de la aceptación de una oferta o por una conducta
de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo”[1].

Durante la vida del contrato se pueden distinguir tres etapas: precontractual, perfeccionamiento y ejecución.

[1] Art. 263- Ley Nº 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

[2] Art. 971- Ley Nº 26.994. Op. cit.  

Figura 1: Etapas de la vida del contrato

Fuente: Elaboración propia

Para que el contrato se encuentre efectivamente perfeccionado es necesario que tanto la oferta como la aceptación reúnan ciertos requisitos. 

Oferta

“La oferta es una manifestación unilateral de voluntad” (Aparicio, 2016, p. 213). Eso implica que debe darse a conocer por cualquiera de los
medios mencionados anteriormente.

Completa: la oferta debe incluir todos los requisitos necesarios para que exista contrato.

Autosuficiente: al contener todos estos requisitos, con la sola aceptación del destinatario se perfeccionará el contrato.

Vinculante: el oferente debe realizar esta manifestación con el interés de celebrar el contrato. No son válidas como oferta las manifestaciones
con mero carácter ejemplificativo o aquellas que no revelen una verdadera intención de contratar.

Dirigida a personas determinadas: la oferta es una manifestación de voluntad de carácter recepticio. Ello significa que, para que sea obligatoria
para el oferente, debe estar dirigida a una persona determinada; en caso contrario es considerada como una invitación a ofrecer. Sin embargo,
el CCC en el art. 973 establece que, aun si los destinatarios son indeterminados, el oferente quedará obligado si de sus términos o de sus
circunstancias surge la intención de obligarse. 
 Esta característica cede ante la existencia de una relación de consumo, en cuyo caso la oferta (la cual, en la mayoría de los casos, es
realizada al público general) es obligatoria para el oferente, ello en atención a la protección del consumidor. En esos casos la Ley Nº 24.240
establece claramente en su art. 7: “La oferta dirigida a consumidores potenciales o indeterminados, obliga a quien la emite, durante el tiempo
en que se realice, debiendo contener la fecha precisa de comienzo y finalización, así también como sus modalidades, condiciones y
limitaciones”[1].

[1] Art. 7- Ley Nº 24.240 (1993). Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina. 

Vicisitudes de la oferta

Si se verifican los requisitos presentados, podemos decir que existe una oferta válida y esta puede manifestarse por cualquiera de los medios vistos
anteriormente. Sin embargo, previo al perfeccionamiento del contrato, es posible que la oferta pierda su vigencia por causales que pueden responder a la voluntad
del oferente o a cuestiones ajenas a su voluntad. En el primer caso hablamos de la posibilidad de retractar la oferta. El oferente es libre para expresar la oferta y
también puede arrepentirse. No obstante, esa facultad tiene un límite que se encuentra en las expectativas que la oferta pueda crear en el destinatario. El CCC
establece un tope a esta facultad en el art. 975 que determina que se puede retractar la oferta:

Antes de ser recibida por el destinatario.

En el mismo momento de ser recibida por el destinatario.

La oferta puede extinguirse por causales ajenas a la voluntad del oferente en cuyo caso se produce su caducidad. Los diferentes supuestos son:

Rechazo de la oferta por el destinatario.

Modificaciones realizadas por el destinatario a la oferta. En ese caso, el art. 978 establece que las modificaciones que el aceptante realice a la
oferta se consideran una nueva propuesta de contrato. Sin embargo, estas modificaciones pueden ser admitidas inmediatamente por el
oferente.

Vencimiento del plazo otorgado por el oferente.

Muerte o incapacidad de los celebrantes. El art. 976 del CCC prevé la posibilidad de la muerte o incapacidad del oferente o del aceptante como
causal de caducidad de la oferta. La condición para ello ocurra es que se produzca antes de la recepción de la aceptación, ya que este hecho
es el que perfecciona el contrato y, en caso de que haya ocurrido, quedará en manos de los herederos o los representantes del incapaz el
cumplimiento del mismo.

Aceptación

La aceptación es la manifestación de voluntad que parte del destinatario de la oferta y con esto queda perfeccionado el contrato. La aceptación debe cumplir
ciertos requisitos:

Debe ser congruente: así lo determina el art. 978 del CCC. Lógicamente, para que la aceptación configure un contrato debe coincidir con la
oferta, de lo contrario será una nueva propuesta de contrato como hemos visto.

Debe ser tempestiva: esto significa que debe ser realizada en tiempo oportuno, ya sea durante el plazo que le otorgó el oferente o en el plazo
prudencial para el tipo de negocio que se pretende realizar.
Al referirnos a la aceptación no podemos obviar que existen diferentes modalidades de contratación las cuales determinarán el momento en el cual debe
expresarse la oferta para que el contrato se perfeccione.

Tabla 2: Modalidades de contratación

Contratos entre presentes Contratos entre ausentes

La comunicación entre las partes no es inmediata y, por ende, existe

La comunicación entre las partes es inmediata. De la propuesta no
un período de tiempo entre la oferta y la aceptación. Esto puede
surge la intención del oferente de otorgar un plazo para la
deberse a que el oferente le otorgó un plazo al destinatario para
aceptación. 
aceptar o porque la naturaleza del negocio lo impone. 
En estos casos la aceptación debe expresarse de manera inmediata
En estos casos, el contrato se perfecciona con la recepción de la
ya que, en caso contrario, se presume que la rechazó
oferta por parte del oferente (art. 980).

Fuente: Elaboración propia.

Retractación de la aceptación

El aceptante puede arrepentirse de haber aceptado el contrato, pero ello no puede afectar las expectativas del oferente. Al respecto, el art. 981 del CCC establece
que el aceptante podrá retractar la aceptación hasta que el oferente reciba la aceptación. Ello es de toda lógica ya que, como vimos, a partir de ese momento el
contrato se ha perfeccionado.

 En el caso de Santillán e Interhard, en primera instancia las partes celebraron un contrato de compraventa con todos los requisitos propios
de la oferta y la aceptación. Entonces, al no haberse verificado ninguna de las vicisitudes propias de ellas, podemos decir que ha sido
válidamente perfeccionado. Además, el contrato incluía un servicio adicional (la asistencia técnica de los equipos provistos por el plazo de
un año).

Etapa precontractual. Responsabilidad

Una de las etapas del ciclo de vida del contrato es la precontractual. Es el momento en el cual las partes se acercan, realizan sus aportes y propuestas para
conformar una oferta con todos sus caracteres constitutivos. Esta oferta podrá devenir en un contrato en el caso de la aceptación de conformidad. 

Este período puede ser prácticamente inexistente, por ejemplo, en la mayoría de las contrataciones entre presentes o en las relaciones contractuales fácticas
(aquellas que se dan de forma cotidiana). No obstante, puede suceder que la complejidad del negocio que se pretende celebrar requiera de un período de tratativas
previas para que las partes acerquen sus posiciones. 

En este período se deben observar especialmente los deberes que impone la actuación con buena fe por parte de los contratantes. Estos deberes se resumen en:
 Deber de comunicación: es primordial y transversal a todos los contratos. Las partes deben informarse respecto a todos los pormenores de la
contratación que tienen en miras celebrar. Este deber se impone con más fuerza en las relaciones de consumo, ya que tanto la Ley Nº 24.240
como el CCC ponen especial énfasis en este aspecto. 

Deber de confidencialidad: durante las tratativas, las partes pueden compartir información relevante que no debe divulgarse.

Deber de custodia: es frecuente que, durante esta etapa, las partes entreguen bienes o documentación que deberán ser resguardados por
quien los recibió. De lo contrario, deberá indemnizar los daños que ocasione su pérdida.

Hemos visto ya que los celebrantes son libres de contratar y de configurar su contenido. En el ámbito de esa misma libertad pueden iniciar las tratativas e, incluso,
decidir abandonarlas sin que ello imponga alguna responsabilidad para quien lo haga.

Sin embargo esa libertad encuentra su límite en el art. 991 cuando hace referencia a que las partes “deben obrar de buena fe para no frustrarlas
injustificadamente”[1]. Esto significa que, si las tratativas están lo suficientemente avanzadas como para generar expectativas ciertas de la contratación o alguna
de las partes ha realizado gastos en atención a esta expectativa fundada, la única manera de poder retirarse de las tratativas será expresando una justa causa
(Rovira, 2015).

[1] Art. 991- Ley Nº 26.994. Op. cit.

 Volvamos a nuestro caso de análisis: Santillán, a partir del contrato de compraventa celebrado con Interhard, compartió su idea de
implementar un sistema de consultas médicas online. Interhard expresó interés a través de uno de sus gerentes y asistió a reuniones con el
municipio y con un banco local a los fines de obtener financiamiento, todo ello solo se tradujo en una expresión de buenos deseos, pero
nunca se plasmaron en tratativas dotadas de algún contenido más o menos cierto. De hecho, no podemos hablar en este caso de acuerdos
parciales (en los términos del art. 982 del CCC) ya que nunca se logró acordar sobre los elementos esenciales particulares de un futuro
contrato. 

Por lo tanto, en este caso no se puede decir que Interhard tenga una responsabilidad precontractual, ya que las tratativas no estaban lo
suficientemente avanzadas como para generarla.

Responsabilidad precontractual

Podemos, entonces, establecer que existirá responsabilidad precontractual cuando se incumpla con los siguientes deberes:

Deber de información.

Deber de confidencialidad.

Deber de custodia.

Ruptura intempestiva de las tratativas.

Supuesto del art. 976: ante la muerte o incapacidad del oferente, si aceptante desconocía esa situación y acepta la propuesta y, en virtud de
ella, comienza a realizar gastos, podemos decir que la oferta caducó de todos modos. En este caso, los herederos o representantes legales
deberán responsabilizarse por la oferta e indemnizar esos gastos.
  Para profundizar acerca de la problemática de las tratativas se adjunta el link de acceso al siguiente artículo: Wagner, C. (2015). Tratativas
Preliminares. Libertad para abandonar las tratativas y deber de justificar su frustración. SJA 16/12/2015, 37; JA 2015-IV, 1108. Disponible en:
https://informacionlegal-com-ar.ebook.21.edu.ar/maf/app/document?
&src=laley4&srguid=i0ad82d9a000001727ad38195ba5c1db5&docguid=i5511D7B6203DDAECCF4A4D59D1DA90C3&hitguid=i5511D7B6203
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A continuación adjuntamos pdf instructivo de cómo acceder a la ley online.

Cómo ingreso a La Ley online.pdf

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Referencias

Aparicio, J.M. (2016). Contratos. Parte general. Tomo 1. Buenos Aires: Hammurabi.

Ley Nº 26.994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley Nº 24.240. (1993). Defensa del Consumidor. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Rovira, A. (2015). Contrato. Precontrato. Responsabilidad precontractual. Unificación civil y comercial. Código Civil y Comercial de la Nación [documento en línea].
Recuperado de http://www.scba.gov.ar/leyorganica/ccyc30/pdfley/Rovira_Tratativas_preliminares_alcontrato_y_ruptura_en_el_nueco_Codigo.pdf.

C O NT I NU A R
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