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Capacidad e inhabilidad para contratar

La capacidad es uno de los presupuestos de validez de los contratos que refiere a la facultad de las partes para realizar actos jurídicos por sí mismas o
para ser titular de derechos y deberes. Para comprender de qué manera impacta en la vida del contrato la falta de capacidad de alguna de las partes te
proponemos la siguiente situación problemática.
Marcos Peralta tiene 17 años, pero aparenta tener 20. Se contactó con Flavio Bermúdez ya que estaba muy interesado en adquirir una moto de 200 cc
modelo 2018 que Flavio puso a la venta. Tras varias conversaciones, acuerdan la venta de la moto en $50 000. Marcos abonaría de la siguiente manera:
$10 000 de entrega inicial y 8 cuotas de $5000. Marcos abonó la entrega acordada y Flavio le entregó la moto.
Flavio, en realidad, es representante de Octavio Ceballos quien le ha otorgado un poder para administrar sus bienes, pero no para disponerlos.
Marcos abonó la primera cuota pactada y no cumplió con el resto de las cuotas. Asimismo, vendió la moto a Fernando y este abonó los $50 000 de
contado.  

Sistema del Código Civil y Comercial

Legitimación

Referencias

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LECCIÓN 1 de 4

Sistema del Código Civil y Comercial

El Código Civil y Comercial de la Nación (CCC) ha mantenido la metodología adoptada por su precedente (Ley Nº 340) en cuanto al tratamiento de la capacidad. La
divide en dos categorías diferentes, cada una con sus características peculiares: la capacidad de ejercicio y la capacidad de derecho. Esta última, en materia de
contratos, es denominada inhabilidad.

Tabla 1: Tipos de capacidad

Efectos de los contratos


Capacidad Definición Supuestos de incapacidad
celebrados por incapaces

Art. 24:

Las personas por nacer.

Las personas que no tienen


edad suficiente.

Las declaradas por sentencia.

La capacidad de ejercicio se Efectos de los contratos celebrados


refiere a la potestad de las  Art. 31: las personas con capacidad
por incapaces de ejercicio: nulidad
personas para realizar actos restringida.
relativa del acto.
Capacidad de ejercicio jurídicos por sí mismos. Ello significa que, si bien el negocio
Las restricciones a la puede ser anulado, ese vicio puede
Art. 48:  inhabilitados.
capacidad de ejercicio se ser subsanado por la ratificación
imponen siempre en beneficio del acto a través de representantes
del incapaz. legales. Art. 28: emancipados.

Art. 12 del Código Penal: penado


interdicto.

Art. 30: el menor con título


habilitante.
Efectos de los contratos
Capacidad Definición Supuestos de incapacidad
celebrados por incapaces

Art. 689: Los padres con los hijos.

Art. 1002:

Los funcionarios públicos sobre


los bienes que administran.

Efectos de los contratos celebrados Los jueces, funcionarios y


por incapaces de derecho: nulidad abogados sobre los bienes de
Capacidad de la persona para
absoluta. En estos casos, el interés los litigios en los que
Capacidad de derecho ser titular de derechos y
protegido es el orden público de intervienen. 
deberes.
manera que el acto no puede ser
subsanado.

Los cónyuges entre sí cuando


están en el régimen de
comunidad.

Los albaceas sobre los bienes de sus


testamentarias

Fuente: elaboración propia.

Los contratos celebrados por incapaces de ejercicio. Efectos de la nulidad

De acuerdo al esquema anterior podemos ver que las restricciones a la capacidad se imponen en beneficio del incapaz y se establecen en el CCC una serie de
principios que rigen el proceso que tienda a limitarlas, a saber:

La regla es la capacidad. Cualquier limitación es de carácter excepcional.

El interesado debe participar personalmente en el proceso. Esto asegura la inmediatez del juez con el interesado.

Respeto a la autonomía del incapaz: si existen restricciones, éstas deben estar determinadas en la sentencia, para el resto de los actos se
presume su capacidad e independencia para actuar.

Designación de apoyo. Esto no reemplaza a la persona con capacidad restringida en la manifestación de voluntad, solo la asiste.

Respecto a los menores de edad, el CCC ha innovado profundamente en la atribución de capacidades progresivas a los adolescentes comprendidos entre los 13 y
los 18 años. A partir de los 13 años existen una serie de actos jurídicos para los cuales estos adolescentes se encontrarían habilitados.

Art. 684: los menores de edad se presumen autorizados para realizar contratos de escasa cuantía de la vida cotidiana.
Art. 683: los adolescentes entre 16 y 18 años “se presume que el hijo mayor de dieciséis años que ejerce algún empleo, profesión o industria,
está autorizado por sus progenitores para todos los actos y contratos concernientes al empleo, profesión o industria”[1].

[1] Art. 683- Ley Nº 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

 Art. 30. 

La persona menor de edad que ha obtenido título habilitante para el ejercicio de una profesión puede ejercerla por cuenta
propia sin necesidad de previa autorización. Tiene la administración y disposición de los bienes que adquiere con el producto
de su profesión y puede estar en juicio civil o penal por cuestiones vinculadas a ella[1].

[1] Art. 30- Ley Nº 26.994. Op. cit.

 En el caso de Marcos no quedan dudas que se trata de un incapaz de ejercicio en razón de su edad, de acuerdo a lo establecido en el art. 25
del CCC. Además, tampoco se encuentra incluido en algunos de los supuestos que vimos respecto de la adquisición progresiva de la
capacidad ya que no se trata de un emancipado ni tampoco ejerce una profesión a partir de un título habilitante.

Ahora bien, el aspecto relevante de las contrataciones realizadas por incapaces de ejercicio radica en determinar quién se encuentra facultado para solicitar la
nulidad del contrato, la cual (como vimos) es siempre relativa y susceptible de confirmación. 

La solución viene de la mano del artículo 388 del CCC del cual podemos extraer reglas y excepciones claras.

Figura 1: Contrataciones realizadas por incapaces

Fuente: Elaboración propia

Efectos de la nulidad
Cuando la nulidad del negocio se produce por la incapacidad de ejercicio de una de las partes el CCC establece consecuencias diferentes a las de la nulidad
producida en cualquier otro negocio jurídico y por diferentes motivos. 

En términos generales, la nulidad produce efectos retroactivos. Esto quiere decir que las partes deben restituirse lo que hubieran recibido en función del negocio
celebrado (art. 390 CCC). Sin embargo, cuando nos referimos a un contrato celebrado por un incapaz la sanción es más rigurosa para el contratante capaz, quien
deberá tomar todas las prevenciones para asegurarse de las aptitudes del sujeto con quien celebra el contrato. En ese sentido, el art. 1000 establece: 

Declarada la nulidad del contrato celebrado por la persona incapaz o con capacidad restringida la parte capaz no tiene derecho para exigir la
restitución o el reembolso de lo que ha pagado o gastado, excepto si el contrato si el contrato enriqueció a la parte incapaz o con capacidad
restringida y en cuanto se haya enriquecido[1].

[1] Art. 1000- Ley Nº 26.994. Op. cit.

 En nuestra situación planteada, la cuestión a resolver principalmente radica en determinar cuáles serán los efectos de la nulidad y si Marcos
podrá ejercitar esa acción. 

Al no poder interpretar la actitud de Marcos como dolosa, lo cual excluiría la posibilidad de solicitar la nulidad, concluimos que podrá
plantearla válidamente. Ahora bien, respecto a los efectos de esa nulidad, debemos centrarnos en la facultad de Flavio para solicitar la
restitución de lo entregado a Marcos. El CCC, como dijimos, pone en cabeza de la persona capaz el deber de diligencia respecto a la
verificación de la capacidad de la otra parte, por lo tanto, como regla no podrá pedir la restitución de lo que le entregó, excepto que el incapaz
se haya enriquecido y dependerá de cuánto haya recibido por la cosa. 

En el caso propuesto, como Marcos vendió la moto por el mismo precio y lo recibió de contado, Flavio podrá solicitar el pago de los $35 000
que le debe, ya que es el monto por el cual Marcos se enriqueció.
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Legitimación

La legitimación es un presupuesto de carácter subjetivo-objetivo del contrato.

Cuando nos referimos a la legitimación para celebrar actos jurídicos nos preguntamos si un determinado sujeto se encuentra facultado para realizarlos en ciertas
circunstancias.

Betti define esta aptitud como: “…aptitud de los sujetos para dar vida a particulares contratos con un determinado objeto, por la posición que, con
respecto a este, se encuentran las partes promitentes, que les brinda la posibilidad concreta a cada una de ellas de disponer de los intereses que
el contrato reglamenta” (Aparicio, 2016, p. 336).

Es necesario que, además de la capacidad de ejercicio y de derecho de los sujetos intervinientes en un acto, estos dispongan de los derechos enunciados. A este
último supuesto se refiere el concepto de legitimación. 

Para poder comprender acabadamente esta facultad podemos decir que existen dos clases de legitimación:

Legitimación ordinaria o de primer grado: es la facultad de disponer de los propios intereses. Es decir, cada persona puede disponer, por
ejemplo, de los bienes de su propiedad y puede administrarlos o transmitir sus derechos; pero no puede hacer lo mismo con bienes ajenos
(Aparicio 2016).

Legitimación excepcional o de segundo grado: por esta facultad el sujeto se encuentra habilitado para realizar negocios que afecten intereses
ajenos (Aparicio, 2016). Es el caso típico de la representación: un sujeto puede realizar actos jurídicos cuyos efectos se producirán en la
esfera de interés de otro, quien es el verdadero interesado en el mismo. En este caso, tenemos los siguientes supuestos:

1. Representación legal: autorización reconocida por la ley a los representantes legales para celebrar negocios
jurídicos en interés de sus representados.

2. Representación voluntaria: cuando alguien en su propio interés otorga poder de representación a otro para
que este celebre actos jurídicos en su nombre e interés.

3. Representación aparente: cuando una persona actúa en nombre de otra a partir de una situación de hecho, lo
cual genera convencimiento en el tercero sobre la autorización para efectuar estos actos (art. 366 CCC).

El art. 367 del CCC menciona otros casos en los cuales no es necesario poseer un poder para estar autorizado a realizar ciertos actos:

quien de manera notoria tiene la administración de un establecimiento abierto al público es apoderado para todos los actos propios de la
gestión ordinaria de este.

los dependientes que se desempeñan en el establecimiento están facultados para todos los actos que ordinariamente corresponden a las
funciones que realizan;
los dependientes encargados de entregar mercaderías fuera del establecimiento están facultados a percibir su precio otorgando pertinente
recibo[1].

[1] Art. 367- Ley Nº 26.994. Op. cit.

¿Qué diferencias se pueden establecer, entonces, entre los actos celebrados por incapaces de derecho y aquellos que lo hacen con falta de legitimación? Los
actos celebrados por incapaces de derecho son de nulidad absoluta; es decir no pueden ser subsanados por la posterior ratificación de los interesados ni a través
del aparato judicial. Además, no pueden ser celebrados por representantes.

Por su parte, los actos celebrados con falta de legitimación son válidos entre partes, justamente porque se debe proteger el interés de los terceros. Sin embargo,
son inoponibles al verdadero titular del interés, aunque el negocio pueda ser subsanado por una ratificación posterior.

 En nuestra situación planteada hay un aspecto a destacar respecto a la legitimación. Flavio no era el propietario de la moto vendida ya que
esta pertenecía a Octavio Ceballos, quien le entregó un poder para administrar sus bienes, pero no para disponerlos. Aquí existe una clara
falta de legitimación para celebrar el negocio entre Flavio y Marcos. 

Ahora bien ¿Qué soluciones se vislumbran para el caso? La primera podría ser la ratificación de la venta por parte de Octavio, la cual le
otorgaría plena validez. La segunda es la obligación de indemnizar a Octavio por los daños sufridos por esta enajenación sin autorización y,
además, el pago del valor de la motocicleta que Flavio vendió.  
LECCIÓN 3 de 4

Referencias

Aparicio, J.M. (2016). Contratos. Parte general. Tomo 1. Buenos Aires: Hammurabi.

Ley Nº 26.994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley Nº 340. (1869). Código Civil [derogado]. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley Nº 11.179. (1921). Código Penal de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

C O NT I NU A R
LECCIÓN 4 de 4

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