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Caso 1 :

Referencia al especialista:
PE es una mujer de 27 años de edad. Es propietaria de un centro deportivo e instructora de gimnasia aeróbica.
Hace seis meses, acudió voluntariamente a tratamiento ambulatorio debido a problemas de alimentación y
pérdida de peso manifestados en los últimos 12 meses.

Síntomas que presenta:


Hace seis meses, en el momento de la evaluación inicial, PE pesaba 43 kg (95 libras), su estatura era de 1,60
m (5 pies, 3 pulgadas) y tenía un índice de masa corporal (IMC) de 16,7 kg/m2. El examen médico descartó la
presencia de cualquier causa médica que pudiera explicar su pérdida de peso. Había alcanzado su peso actual
a lo largo de los últimos 12 meses, reduciendo progresivamente su ingesta y comiendo exclusivamente frutas,
verduras y leche, y haciendo ejercicio físico entre 3 y 4 horas diarias al finalizar su jornada laboral. Se pesaba
varias veces al día, especialmente antes y después de cada sesión de entrenamiento físico. Se le interrumpió la
menstruación 6 meses después de que empezó a restringir su consumo de alimentos. En el momento de la
evaluación inicial, PE manifestó estar obsesionada con su peso y figura y tener intenso temor a engordar.
Negó sentirse demasiado flaca, y expresó descontento con las partes de su cuerpo que consideraba abultadas.
Al momento de la consulta, PE no tenía ninguna actividad social fuera del gimnasio.

En la evaluación actual, después de 6 meses de tratamiento, PE come una mayor cantidad y variedad de
alimentos y ha alcanzado un IMC de 19,5 kg/ m2. Su menstruación se ha restablecido. Come diariamente, de
forma regular y a menudo con su familia. Ha dejado de hacer ejercicio físico exagerado, y mantiene una
ingesta de calorías suficiente como para desarrollar la ocupación activa que normalmente tiene. Manifiesta
estar poco preocupada por su peso o figura, aunque perduran algunas evaluaciones negativas sobre su cuerpo.

Información adicional:
PE vive con su hermano de 38 años de edad y sus padres ancianos. No ha tenido una relación sentimental
desde hace varios años. En la evaluación efectuada al darle el alta, las pruebas rutinarias de laboratorio
indicaron que tenía un buen estado de salud.
   
Caso 2
Referencia al especialista:
KL es una mujer de 20 años de edad. Acudió en busca de tratamiento a un centro especializado en trastornos
de la alimentación a los 17 años. En aquel momento fue derivada por un/a profesor/a de gimnasia del instituto
al que concurría debido a una marcada pérdida de peso ocurrida durante un periodo de 3 meses. En este
tiempo había sufrido desmayos en dos ocasiones durante la clase de gimnasia debido a su estado de
agotamiento.

Síntomas que presenta:


Durante la admisión al centro, aproximadamente 3 años atrás, KL confesó que había estado restringiendo su
ingesta de alimentos durante casi un año. Relató que en ese momento estaba preocupada por su peso y no
quería engordar. Vigilaba la preparación de alimentos en su casa y no permitía que su madre utilizara nada de
aceite. Comía predominantemente pescado crudo con ensalada durante el día y una rodaja de manzana en el
desayuno. Su menstruación se habían retirado unos 8 meses antes de la consulta inicial. Continuaba
sintiéndose gorda y temía comenzar el tratamiento porque no estaba dispuesta a aumentar de peso. Su índice
de masa corporal (IMC) era de 16,9 kg / m², y su peso era inferior al percentil 5 para su edad y altura. Su vida
social era muy limitada. No salía con amigos, no respondía a las llamadas, y pasaba la mayor parte de su
tiempo frente a la/el computadora/ordenador buscando consejos dietéticos.

KL recibió tratamiento ambulatorio, especializado y multidisciplinario que implicó intervenciones


psiquiátricas, nutricionales y psicológicas, incluyendo terapia de familia. Durante los primeros meses de
tratamiento se negaba a asistir a la escuela porque se sentía débil y le preocupaba no lograr concentrarse en
clase. Al mismo tiempo, lamentaba su ausentismo, y esto la motivó a completar el tratamiento con éxito.
Permaneció en tratamiento durante 20 meses, tiempo durante el cual recuperó su peso normal, su imagen
corporal mejoró, y podía comer comidas adecuadas. Su menstruación
se restableció al llegar a un IMC de 20.1kg / m². Al alta, KL llevaba a cabo un patrón regular de comidas y
confiaba en que podría mantener su peso corporal.

Un año después de terminar el tratamiento, KL ha venido a ver a su terapeuta para una visita de seguimiento,
afirmando que se siente bien, come de forma regular, y mantiene su peso. Niega estar preocupada por su
figura o su peso. La razón principal por la que acude a consulta se debe a que recientemente se ha
comprometido y quiere conversar acerca de si debería informar a su novio sobre sus problemas de
alimentación pasados y en ese caso en cómo debería hacerlo.

Información adicional:
KL es la única hija del segundo matrimonio de sus padres. Su padre tiene hijos de un matrimonio anterior. Se
observó una dinámica familiar disfuncional hipercrítica durante el tratamiento. Durante el mismo, KL también
había mencionado que su padre tenía conductas alimentarias atípicas, que probablemente incluían episodios
de “atracones” objetivos. Una evaluación médica reciente indica que en la actualidad KL no tiene problemas
de salud.

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