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Caso práctico: Violeta

Violeta acude a nuestra consulta derivada por su médico de cabecera, al que ha


acudido por propia voluntad, aquejada de cefaleas recurrentes, fatiga crónica,
amenorrea y delgadez extrema. El informe del médico indica que la exploración física
no concluye anormalidades: no hay infecciones, nivel de glucosa dentro de rangos
normales, cardiograma estable. Los parámetros son adecuados a su edad —17 años—.
El único parámetro que se considera anormal es el del IMC (14,7 Kg/m2), dada su baja
estatura (1,55 metros) y peso (35 kilos). La pérdida de peso fue abrupta, por lo que se
exploró patología somática sin hallar causa aparente. Desde el centro de salud, y en
colaboración con una endocrina, se llevó a cabo una dieta para aumentar el peso
corporal, pero los resultados no fueron satisfactorios. Violeta manifiesta ansiedad y una
elevada preocupación por su salud. Verbaliza haber intentado dietas para subir peso,
pero con resultado infructuoso. Reconoce que no es fácil porque es vegana y cuida
mucho la calidad de los alimentos. Evita grasas saturadas, comida precocinada,
alimentos fuera de temporada, etc. Intenta llevar “una vida sana”, practica deportes, no
abusa de alcohol, no consume tóxicos, etc. No obstante, su dieta es calóricamente baja
(en torno a 600 calorías), aunque son alimentos de buena calidad. Dice que debe beber
agua líquidos, aunque nunca bebidas carbonatadas ni alcohólicas. Siempre lleva una
botella de agua en el bolso, pero dice que no se la termina en todo el día (“lo intento,
pero es que no tengo sed, es como si mi cerebro no funcionara bien”). Violeta presenta
una “religiosidad” no católica muy elevada. Considera que el cuerpo “es un templo” y
que el cerebro y el cuerpo deben estar en perfecta armonía para funcionar de manera
eficiente.
Verbaliza que no le preocupa su apariencia física, pero que es plenamente
consciente de que tiene que subir peso porque está demasiado delgada. Dice que no le
angustia engordar, negando cualquier alteración de la imagen corporal. Camina al
menos dos horas al día y va al gimnasio, aunque dice estar dispuesta a modificar esto.
Violeta cree que tiene un problema neurológico que le impide obtener placer
con la comida. De hecho, después de las comidas refiere encontrarse “llena e
incómoda”. En el pasado acudió en numerosas ocasiones al hospital por vómitos y
rechazo a los alimentos. Ha intentado explorar si tiene alguna intolerancia a algún
producto, pero no han hallado intolerancia alguna. Recurre a productos y suplementos
alimenticios que pueda costearse ya que gana un buen salario. Reconoce que es
valorada entre sus compañeras porque es meticulosa y perfeccionista (entre risas, dice
que es “la cerebrito de la clase” y que su excesivo perfeccionismo hace que sus
compañeros/as “se metan con ella”). Verbaliza tener buenas relaciones con sus
compañeros/as de clase, aunque no mantiene vínculos amistosos con ninguno/a de
ellos/as. No tiene pareja en la actualidad, aunque ha tenido varias. Refiere que siempre
ha finalizado ella la relación porque entendía que se metían mucho con su forma de
vida, que no la respetaban y que intentaban cambiar su personalidad.
El médico que firma el informe, refiere que Violeta es cumplidora y colaboradora,
además de ser muy inteligente y perfeccionista.

Técnicas e instrumentos en evaluación psicológica


Docente: Javier Fenollar Cortés
Caso práctico: Violeta

Nombre del paciente: Violeta


Fecha de la evaluación: 07/03/2020
Profesional responsable: Javier Fenollar Cortés

Motivo de consulta

Mujer de 17 años que acude a consulta derivada por MAP refiriendo cefaleas
recurrentes, fatiga crónica, amenorrea y delgadez extrema, por sospecha de desorden
de la conducta alimentaria y la ingesta de alimentos, particularmente tras una pérdida
de peso repentina. La paciente manifiesta conciencia de delgadez extrema, niega
distorsión de la autopercepción corporal y verbaliza haber realizado dietas para el
aumento de peso (intervención de endocrina) sin éxito. A pesar de lo expresado por la
paciente, se detectan patrones de conducta orientada a una alimentación hipocalórica
(restrictivo, suplementos alimenticios, ausencia de alcohol, etc.) y elevada actividad
deportiva. Refiere conductas de purgación y evitación alimenticia en el pasado, por las
que requirió asistencia sanitaria. Verbaliza tener una adecuada red social, aunque
reconoce que los vínculos no son estrechos. Se observa poca flexibilidad cognitiva, baja
tolerancia a la frustración, meticulosidad y un excelente rendimiento académico
(probable capacidad cognitiva elevada). El IMC es significativamente bajo (14,7 Kg/m2),
lo que supone un riesgo para su integridad física; y se detectan posibles dificultades de
relación. Las diferentes pruebas médicas que se han realizado para descartar una causa
orgánica al bajo peso —así como a la pérdida repentida de este— no han detectado
anormalidades. No consta pauta farmacológica pasada ni en el momento de la
evaluación.

Conclusión diagnóstica

La paciente presenta un cuadro potencialmente compatible con Anorexia


nerviosa de tipo restrictivo extremo (F50.01).

La paciente presenta conductas de ingesta energética restrictivas y ejercicio


excesivo, así como un IMC extremadamente bajo (criterio A). A pesar de que la paciente
refiere conciencia de delgadez extrema e intentos de recuperación de peso, se sospecha
que lleva a cabo estrategias para evitar la conducta de ingesta y provocar un elevado
consumo energético (criterio B). Se considera que la paciente se anticipa a las
expectativas médicas de síntomas clínicos de anorexia nerviosa, mostrando un
comportamiento y unas concepciones incompatibles con la entidad diagnóstica. Dada
esta actitud, no se puede contrastar la presencia de alteraciones en la autopercepción
corporal (criterio C), aunque se sospecha.

Técnicas e instrumentos en evaluación psicológica


Docente: Javier Fenollar Cortés

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