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La palabra "luna" procede del latín y significa "luminosa", derivando de la raíz indoeuropea *leuk- que se refiere a la luz. En protoindoeuropeo también existió el nombre masculino "mēns-" para la Luna, del cual derivan palabras como el griego "menós" y el latín "mēns-", que ha evolucionado para designar el mes. El término griego "Selene" también se ha conservado para conceptos relacionados con la Luna.
La palabra "luna" procede del latín y significa "luminosa", derivando de la raíz indoeuropea *leuk- que se refiere a la luz. En protoindoeuropeo también existió el nombre masculino "mēns-" para la Luna, del cual derivan palabras como el griego "menós" y el latín "mēns-", que ha evolucionado para designar el mes. El término griego "Selene" también se ha conservado para conceptos relacionados con la Luna.
La palabra "luna" procede del latín y significa "luminosa", derivando de la raíz indoeuropea *leuk- que se refiere a la luz. En protoindoeuropeo también existió el nombre masculino "mēns-" para la Luna, del cual derivan palabras como el griego "menós" y el latín "mēns-", que ha evolucionado para designar el mes. El término griego "Selene" también se ha conservado para conceptos relacionados con la Luna.
La palabra que designa al satélite de la Tierra, «luna», procede del
latín. En esta lengua
era originalmente la forma femenina de un adjetivo en -no- *leuk-s-no, 'luminoso'. Por lo tanto, la palabra «luna» significa 'luminosa', 'la que ilumina'. Este adjetivo latino deriva de la raíz *lūc-/lŭc- ('brillar', 'ser luminoso'), de donde proceden igualmente luceo ('lucir'), lumen ('lumbre'), lux ('luz'), etc. A su vez, esta raíz procede de la raíz indoeuropea *leuk-, que se encuentra en otras lenguas en términos relacionados con la luz, como el griego λύχνος, lýkhnos (lýjnos), 'lámpara'. Probablemente, el epíteto *leuksno-/ *louksno-, 'la luminosa', ya era utilizado para designar a la luna en protoindoeuropeo. En protoindoeuropeo también existió un nombre masculino para la Luna, formado sobre la raíz *mēns-, del que se conservan formas en varias lenguas, como el griego μηνός, menós, 'luna', e incluso con el sentido primitivo en lenguas itálicas, como el umbro (ablativo singular) "menzne", 'Luna'. En latín esta forma *mēns- ha evolucionado semánticamente para designar el 'mes'. De «luna» procede el término '«lunes», que ya en latín designaba el 'día de la luna' (dies lunae).2 Asimismo, el término griego Selene (en griego antiguo, Σελήνη Selếnê, nombre de la diosa mitológica asociada a la Luna) ha pervivido en el español y en otros idiomas como una forma culta para expresar determinados conceptos relacionados con la Luna (como por ejemplo las palabras «selenografía», que designa la cartografía lunar; o «selenita», el gentilicio de los supuestos habitantes del satélite y «selenio», elemento químico).