Está en la página 1de 9

Fe cuando todos los recursos desaparecen

Texto: Job 1:21

I. Introducción
II.
FE -Una actitud constante de confianza y dependencia en Dios. También: Confianza; Convicción;
Creencia; Creer; Dependencia; Fe salvadora; Promesa de fe.

FE. Es el asentimiento voluntario del hombre a la revelación de Dios, y la confianza del


hombre total o la entrega de sí mismo al control de tal verdad.
La palabra hebrea aman significa “estar firme, ser estable y digno de confianza”. Las
ideas esenciales son fidelidad y veracidad. El concepto significa estar firme en tiempo de
prueba por la confianza puesta en las recompensas de Dios. En este sentido Dios es el Ser
fiel e inmutable, leal a sus promesas y pacto. A cambio, el hombre debe ser obediente,
firme y mantener la confianza en las promesas de Dios.

(recursos) Conjunto de bienes, riquezas o medios de subsistencia. "no dispongo de


recursos suficientes para comprar una casa"

A. La familia feliz de Job


1. Era un hombre piadoso y próspero. (Job 1:1,3)
a. “y era este hombre perfecto y recto (v.1b) este es el primero de
dos pares de descriptivos que retratan a Job como hombre de
buen carácter y fe devota.
b. Perfecto tiene que ver con la integridad de Job- es alguien en
quien se puede depender para hacer lo correcto.
c. Recto, tiene que ver con su lealtad a la ley de Dios. La
yuxtaposición (Acercar dos cosas o poner una cosa junto con
otra) de estos dos adjetivos nos habla de un hombre que, al
enfrentarse con una decisión, intenta hacer lo correcto.
d. “y temeros de Dios, apartado del mal” (v. 1c) Este es el
segundo par de adjetivos que describen un hombre justo y
honorable.
i. El hecho que Job teme a Dios significa que se maravilla
en Dios.
ii. Que comprende su lugar en relación con Dios. “El
principio de la sabiduría es el temor de Jehová”
(Salmo 111:10; Pr. 1:7) Job 28:28 Y dijo al hombre:
He aquí que el temor del Señor es la sabiduría,
Y el apartarse del mal, la inteligencia.
e. Job es un hombre de integridad – No un hombre sin pecado.
i. Hace ofrendas quemadas, algo que sirve como expiación
de sus pecados y los pecados de su familia (v.5).
2. Tenía una gran familia: siete hijos y tres hijas. (1:2)
3. Job estaba sano y era rico. (1:3; 2:7)

B. El día que sus recursos desaparecieron


1. Un día los enemigos le robaron sus bueyes y mataron a los criados.
(1:14-17)
2. Las ovejas y los pastores quedaron calcinados por rayos. (1:16)
3. Los caldeos robaron sus camellos y mataron a los que los cuidaban.
(1:17)
4. Sus hijos e hijas murieron a causa de una tormenta. (1:18,19)

C. El dolor de Job y su fe inquebrantable


1. Rasgo su manto, Rasuró su cabeza, y adoro (v. 20).
2. declaró que su fe permanecía inquebrantable: “Jehová dio, y Jehová
quitó; sea el nombre de Jehová bendito”.
3. ¿Cómo pudo hacer esto?

III. Cuerpo
A. Job vio al Señor como la fuente de la vida
1. “Jehová dio”.
2. Los padres son solo socios de Dios en el don de dar vida.
3. Toda vida viene del Señor.
4. Job sabía que el tiempo que disfrutó de sus hijos fue por gracia.
a. Todos los años buenos.
b. Todos los días de gozo.
c. Todos los buenos tiempos que disfrutaron juntos.
5. “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto (Stg. 1:17).
6. Dios es el gran dador: su más grande don fue su propio Hijo (Jn. 3:16).

B. Job vio a Dios como soberano sobre los años de vida.


1. “Y Jehová quitó”.
2. Dos cosas sorprendentes acerca de la vida.
a. Su largura cuando la muerte parece cerca.
b. Su brevedad cuando el futuro parece seguro.
3. Nuestra vida está en sus manos (Dn. 5:23).
4. Job entendió que la vida es corta incluso cuando es larga.
a. La niñez parece que fue ayer para todos nosotros.
b. Es importante estar bien con Dios en todo momento.
5. Job no entendía lo que pasaba, pero su fe le hizo fuerte.

C. Job vio el Señor de igual manera sin importar lo que aconteciera en la vida.
1. “Sea el nombre de Jehová bendito”.
2. Es fácil bendecir a Dios cuando todo marcha bien.
3. Job pudo bendecir a Dios cuando todos sus recursos desaparecieron.
4. Job no pudo entender, de manera que hablo por fe.
a. Dios había sido fiel en el pasado.
b. ¿Por qué iba a dudar de la bondad de Dios ahora?

Padeciendo como cristianos 1 Pedro 4:12-14

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa
12 

extraña os aconteciese,

sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en
13 

la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.

Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu
14 

de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por
vosotros es glorificado.

Santiago 5:11
He aquí, tenemos por bienaventurados a los que sufren. Habéis oído de la paciencia de Job, y
11 

habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

IV. Las Siete Pruebas de Job

En la vida de Job, vemos siete pruebas en las cuales siete veces se manifiesta de
manera brillante lo firmemente que se aferra al Señor.

1. La inmensa pérdida de Job en cuanto a cosas terrenales


El capítulo 1:13-17 describe con frases muy breves como Job quedó arruinado
en el término de un día. A causa de robo, catástrofes naturales y consecuencias
de guerras, el rico Job se volvió pobre. ¡El período de gran prosperidad había
pasado! Mientras el tercer mensajero comunicó la terrible noticia a Job (1:17),
llegó el último golpe con el informe del cuarto mensajero, que le anunció la
repentina muerte de sus diez hijos a consecuencia de una catástrofe de la
naturaleza (vv. 18, 19). Entiéndelo bien, Job, no perdió a un hijo, y tampoco a
dos, sino a los diez todos juntos: siete hijos y tres hijas. Toda la feliz familia
quedó repentinamente destruida. ¡Una prueba de dimensión inimaginable!

¿Cómo reaccionó Job a esta prueba? ¿Qué dijo, cuando los ataúdes fueron
bajados a la tumba recién excavada? Se postró en tierra, adoró y dijo: "Jehová
dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" (vv. 20, 21). El infierno
con Satanás al frente vio con asombro y temor, cómo este siervo del Señor
quedó inquebrantablemente aferrado a su Señor cuando se desmoronó toda su
existencia terrenal. ¡Esto es victoria en la prueba!

2. La Prueba Física de Job


Esta segunda prueba es aún un grado más difícil que la primera. Por más difícil
que fuera, lo que había pasado hasta ahora estaba fuera de Job mismo. Pero
luego fue afectado personalmente por una abominable y repugnante
enfermedad. Satanás no se dio por satisfecho, y con el consentimiento del
Señor, los poderes de enfermedad atacaron la vida de Job (cap. 2:1-8). Esta
enfermedad debe haber sido muy repugnante, pues el muy considerado y
glorioso Job (cap. 1:3), al fin quedó sentado miserablemente en un montón de
basura.

Job 2: 7, 8 ¡Cómo habrá clamado Job a su Dios para que le de alivio y sanidad!
Pero la respuesta desde lo Alto no llegó; solamente se escuchaba la risa burlan
del infierno. Muchos pueden testificarlo: Nada estorba tanto la vida interior,
como los tormentos físicos.

¿Cómo reaccionó Job a esta segunda prueba?


Quedó aferrado a su Señor, a pesar de que el Señor primero no respondió a su
oración y aparentemente no le hizo llegar ninguna ayuda. Dijo: "Qué?
¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos?"  (2:10). La nave de vida
de Job estaba anclada en su Dios. Ninguna tormenta podía alejarlo de El.

3. El Matrimonio de Job se va Desmoronando


Esta tercera prueba fue aún más difícil, el tornillo se fue apretando aún más
fuertemente. Job tenía un matrimonio feliz; de no ser así, no hubiera tenido esta
buena reputación. Sin duda alguna, la fidelidad de Job al Señor y su
irreprochable manera de vivir también se debían a la buena influencia de su
esposa.

La esposa tiene una inmensa influencia en el matrimonio, ya sea para bendición


o para maldición.

Acab -jamás habría tenido un fin tan horrible, si no hubiera sido influenciado por
su esposa Jezabel.
Sansón- jamás habría caído de tal manera bajo el poder del enemigo, si no
hubiera sido sucumbido por la influencia de Dalila.

Salomón- jamás habría sido abandonado por el Señor, si no hubiera escuchado


a mujeres extranjeras.
Pero encontramos en la Biblia también a mujeres que ejercieron una influencia
bendecida, por ejemplo:

Abigail, que hizo desistir a David de la idea de matar a su marido Nabal (1º


Samuel 25:18-35).

¿Y la esposa de Job? Hasta ese momento había ido completamente por el


camino de su esposo. Pero de repente todo se derrumbó encima de ella. Había
vertido sus lágrimas delante de las tumbas de sus diez hijos hasta quedar secos
sus ojos. Materialmente, su esposo estaba completamente arruinado, y ella con
él. Pero lo que era todavía más grave: vio a su esposo sentado en la ceniza y
hecho un desastre. Entonces sucumbió al resentimiento y a la rebelión, y se puso
contra su esposo Job diciéndole: "¿Aún retienes tu integridad? Maldice a tu Dios,
y muérete" (2:9). En otras palabras: "De qué te sirve ahora toda tu fe? ¡Ahora
que viene la tribulación, Dios no te ayuda!" En silenciosa desesperación, levantó
el puño contra el cielo y se apartó de Dios.

¿Cómo reaccionó Job a esta tercera prueba?

Le hirió como un rayo, pues amaba a su esposa. Pero su reacción fue divina.
Desde su montón de ceniza, con toda claridad y severidad le dijo en plena cara a
su mujer: "Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado".
Con esto, le volvió la espalda y se aferró aún más resueltamente al Señor. Al
actuar así, practicó ya de antemano al mandamiento del Señor Jesús, que El
expresó en Lucas 14:26: "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y
madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aún también su propia vida,
no pude ser mi discípulo."

Como anticipo: ¿Fue destruido el matrimonio de Job por su dura actitud? No, al
contrario, fue salvado. El que en la prueba escucha más a carne y sangre que al
Señor, aunque concierne al propio esposo o esposa, al fin y al cabo destruye
justamente por eso la convivencia. La autenticidad de la entrega de Job al Señor
fue probada de esta manera en todas las áreas de la vida: material, familiar,
física y en la felicidad matrimonial. Cuando estos cuatro factores vitales se
derrumbaron en la vida de Job, algo se destacó de manera radiante:
¡Job siguió aferrado a su Señor! El Señor era el Primero en su vida. ¡El oscuro
propósito que Satanás tenía para Job, al fin y al cabo, llevó a la glorificación del
Señor, pues Job siguió aferrado a su Dios!

4. Job, el hombre que perdió su buena reputación


Esta cuarta prueba fue, en su naturaleza, aún más difícil que las precedentes.
Digo: en su naturaleza, porque la honra delante de los hombres es algo
sustancial en la vida, algo oculto y tenazmente mantenido -incluso en la vida de
Job, que dijo abiertamente: "Los oídos que me oían me llamaban
bienaventurado, y los ojos que me veían me daban testimonio" (29:11).

Pero después que todo se había derrumbado encima de él, la opinión general de
la gente se volvió contra él. Comenzó la conocida "campaña de los cuchicheos", y
la gente se decía: "Algo no anda bien en la vida de este hombre." El capítulo 19:
13-16 habla de esto. Podemos reconocer toda la amarga aflicción de Job por
estas pocas palabras representativas: "...despojado...como extraños se
apartaron de mí...se olvidaron de mi...me tuvieron por extraño...forastero fui
yo...mi aliento vino a ser extraño a mi mujer..." Es como si Job echara a llorar
fuertemente, cuando dice: "Me ha despojado de mi gloria, y quitado la corona de
mi cabeza" (19:9).

Job experimentó, con todas las consecuencias, lo despiadada que es la lengua de


los hombres. Pero también en esto, su reacción fue de calidad maravillosa.
Mientras que todo apoyo y toda seguridad se desmoronaron alrededor de él, él
clamó, si, gritó: "¡Yo sé!" ¿Qué sabes, Job? ¡No tienes ya ninguna certeza, pues
todo te fue quitado! -No, sigamos escuchando. Él dice: "Yo  sé que mi Redentor
vive" (19 25). Con esto aconteció algo maravilloso en esta cuarta prueba: La
figura del Redentor, del Cordero, se destacó cada vez con más claridad.

Cuanto más Dios guía a un hombre al punto cero, tanto más éste se acerca a
Jesús. ¡El punto cero se llama Gólgota, la cruz! En este punto cero estuvo el Hijo
de Dios. Atravesó los escalones de las pruebas de Job en una dimensión aún
mucho más grande. Cuando estuvo clavado en la cruz su desprendimiento fue
completo.

Pues escuchamos decir por boca de David: "Todos los que ven me


escarnecen" (Sal. 22:7). Mira como Job llegó al mismo nivel, sí, cómo prorrumpe
de su corazón la palabra: ¡Redentor! "Yo sé que mi Redentor vive". ¿Llegas
ahora a ver con claridad por qué y para qué existen estas pruebas tan difíciles en
tu vida?

Dije al principio que están aquí para honrar al Señor. Ahora puedo decir: Para
que el Señor sea honrado en ti por la cada vez más clara revelación del
Cordero en ti. "Yo sé que mi Redentor vive". Cuando las seguridades
terrenales desaparecen, irrumpe la poderosa seguridad de la fe: "Yo sé que
mi Redentor vive".

Aquí tampoco debemos pasar por alto que en el momento en que la muerte
amenazaba interior y exteriormente desde todos los ángulos a Job, la vida del
Redentor se manifestó cada vez más poderosamente a través de él: "Yo sé que
mi Redentor vive". Aquí se cristaliza finalmente algo maravilloso. Job ya no
poseía nada. Ya no tenía nada en la tierra de lo cual pudiera decir: "es mío". Aún
más triunfalmente exclamó en ese momento: "Yo sé que mi Redentor vive".

Cuando ya no quedó nada en la vida de Job, permanecieron aún el Señor y él


mismo. ¡Qué intima llegó a ser su comunión con su Señor a través de esta
prueba! "¡Yo soy Suyo, y Él es mío!" (Cantares 6:3) ¡Job se aferró ahora mucho
más a su Señor!
5. Los mejores amigos de Job y sus hermanos en el Señor se apartaron
interiormente de él.

Esta quinta prueba debe haber sido aún más difícil, pues los lazos espirituales son más
fuertes que los lazos consanguíneos. Job tenía amigos verdaderamente espirituales, que le
demostraron su amistad llorando amargamente junto con él y sentándose con él en la
tierra por siete días y siete noches: "...porque veían que su dolor era muy grande"
(capítulo 2: 12-13). Esta fue amistad de alta calidad.

Pero luego aconteció algo horrible: Cuando los amigos comenzaron a hablar con Job, si
bien hablaron muy piadosamente, no llegaron a acertar su problema. Carecían de todo
entendimiento acerca de las profundidades a las cuales el Señor había llevado a Su siervo.
Casi lo mataron con sus citas y enseñanzas piadosas, de manera que finalmente Job les
imploró: "Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mi"
(capítulo 19: 21)

¡Qué indeciblemente grande debe haber sido la soledad de Job! Los mejores, los más
íntimos amigos le abandonaron. Pero también aquí se destaca la imagen de Jesús, quien
fue abandonado por Sus mejores discípulos en la hora de la mayor prueba. El que es
guiado paso a paso por Dios hasta el punto cero, al final muchas veces experimenta que
incluso sus mejores hermanos cesan de comprenderlo. También Pablo testificó esto:
"Todos me desampararon" (2 Ti. 4: 16)

¡Qué cerca del Señor Jesús estuvo también Job, como figura profética, en esta reacción!
Cuando Jesús estaba clavado en la cruz, oró: "Padre, perdónalos..." La reacción de Job
contra sus hermanos incomprensivos y por lo tanto duros de corazón fue la misma: "...él
hubo orado por sus amigos" (cap. 42: 10), y él sacrificó por ellos. Con esto, no solamente
ve al Cordero de Dios en él, sino también el sentir del Cordero, o sea, el sentir sacerdotal.

6. La prueba espiritual de Job

Esta sexta prueba que entró en la vida de Job fue de carácter totalmente distinto. Fue la
prueba de la Palabra de Dios. ¿Fracasaría Job, al ser confrontado en su situación con la
Palabra castigadora de Dios? ¿No cerraría quizás su corazón? Considera bien: Al
triunfante fin de una prueba, siempre le precede el profundo castigo y juicio de la Palabra
de Dios. Cuando un hijo de Dios que está en una prueba busca demasiado pronto las
palabras consoladoras de Dios, esto demuestra que su sentir es poco espiritual.
Toda prueba exterior, no importa cuán difícil es, purifica la vida de nuestra alma, pero la
Palabra del Señor nos juzga y renueva aún más profundamente (leer He. 4: 12; 1 Pe. 1:
23; Sal. 107: 20; Mt. 8: 8). Es la Palabra de Dios vino a Job por medio de una cuarta
persona, que no se contaba entre los tres amigos. Se llamaba Eliú (cap. 32: 2). Eliú
significa en español "Dios mismo". Eliú dijo: "Espérame un poco, y te mostraré que
todavía hay más que decir en favor de Dios" (cap. 36: 2) Y luego, la Palabra de Dios hirió
a Job como fuerte golpe: "Tú también eres inocente delante de Dios" (comp. cap. 34: 11-
12)

Job se había defendido contra los discursos de los tres amigos, contestándoles
apasionadamente. ¿Cómo reaccionó luego a las declaraciones de Eliú? ¿Cómo reaccionó
Job a la Palabra del Señor? Inclinó la cabeza. Quedó silencioso. Le dio la razón a Dios en
Su Palabra. Si Job se hubiera rebelado contra la Palabra del Señor, si hubiera cerrado su
corazón, no habría podido experimentar la coronación de la prueba. Pero Job se humilló
bajo la Palabra.

7. La coronación de la prueba - La revelación del Señor a Job.

Estamos aquí ante una inmensa contradicción, que con todo no es ninguna


contradicción, pues por lado, esta última prueba fue la más difícil para Job, pero
por otro lado la más gloriosa. A partir del capítulo 38, el Señor mismo se revela a
Job, pero de manera rechazadora. Se manifestó al Job juzgado en el juicio -por
la Palabra, por la tempestad y en Persona-, y ahí se destaca una vez más de
manera radiante la imagen del Salvador moribundo.

Está clavado en la cruz del Gólgota, completamente despojado de todo y de


todos; entonces el cielo se oscurece y Dios Se revela en El. Inmediatamente
antes de la coronación de Su prueba, Jesús experimenta lo más difícil, pues
Dios Se Le revela de manera rechazadora. Aparta Su faz de Su Hijo amado, y
Jesús llama en alta voz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"

Job vio la santa majestad de Dios, y su reacción demuestra una vez más que a través de
todas las pruebas, siguió aferrado fielmente a su Señor. Hasta entonces, Job solamente se
había mirado a sí mismo: "...los ojos que me veían..." (cap. 29: 11).

Pero después, en el punto cero de su vida, pudo ver al Señor: "más ahora mis ojos te ven"
(cap. 42: 5). Entonces Job se derrumbó, en lo más recóndito de su ser, ante la presencia
de Dios. El mismo describió su punto cero: "Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en
polvo y ceniza" (cap 42: 6). Con esto, el Señor había guiado a Job adónde quería tenerlo:
al punto cero -culpable- arrepentido. Job ya no era nada.
Cuando Jesús cerró los ojos y murió, los hombres dijeron: "Ahora ya no es nada". Pero
justamente entonces, la victoria del Señor comenzó a manifestarse poderosamente. Fue
crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios (2 Corintios 13: 4). Si morimos
juntamente con El, viviremos con El. Job había representado esto proféticamente al
aferrarse al Señor en la prueba, pues después recibió tanta más bendición. La vida
irrumpió en él.

En su vacío se derramó la plenitud de Dios. "Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él
hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Y
vinieron a él todos los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en su casa, y
se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel mal que ellos le dieron una pieza de
moneda y anillo de oro. Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero,
porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas, y
tuvo siete hijos y tres hijas" (cap. 42: 10-13)

¿Por qué te defiendes contra el punto cero? ¿Por qué te resistes al camino hacia el
Gólgota? Dile hoy un sí total al Señor; un sí a tu prueba, sí al camino de la muerte de tu
yo, pues Él "hace maravilloso su consejo y engrandece su sabiduría" Isaías 28: 29) El fin
será glorioso. -

V. Conclusión
A. El amor de Dios es inalterable
1. ¿Han ido las cosas mal para usted?
2. Dios le ama a pesar de sus circunstancias.
B. La Cruz demuestra el amor inmutable de Dios
1. Si usted duda del amor de Dios mire a la Cruz.
2. Cristo murió en la Cruz por nosotros debido a su amor.
C. Dios le ama tal como es y está y quiere salvarle
D. Lleve a Cristo sus pecados esos sueños rotos.

También podría gustarte