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COMENTARIO CRÍTICO Y EXPLICATIVO DE TODA LA BIBLIA CONCISO

Isaías 33

Isaías 33:1-24

LA ULTIMA DE LAS PROFECIAS DE ISAIAS TOCANTE A LA DESTRUCCION DE SENAQUERIB (v. 19).


Los versículos 1, 8, 9 describen al despojador asirio. Este, no obstante ser tan fuerte, caerá
delante de Jehová, que es más fuerte que él (vv. 2-6, 10-12). Tiempo: el otoño de 713 A. de C.

1. y nunca fuiste saqueado—es decir, aunque tú nunca has sido saqueado; aunque tú no has
sido tratado traidoramente (Nota, cap. 24:16), tu despojo y traición no tienen, de consiguiente,
excusa, por no haber sido provocados. acabares—Una vez que hayas hecho, con el permiso de
Dios, el peor de los actos que has de hacer para la ejecución de sus planes, entonces habrá
llegado tu hora (cap. 10:12; 14:2; Habacuc 2:8; Apocalipsis 13:10).

2. nosotros … hemos … de ellos … nuestra—El profeta intercede por su pueblo. Separándose


momentáneamente de ellos con el pensamiento, vuelve en seguida a identificarse con ellos
mediante la palabra nuestro. en la mañana—al amanecer de cada día, especialmente durante
nuestra hora de peligro, como lo demuestra la frase paralela “tiempo de angustia”.

3. del estruendo—El acercamiento de Jehová es semejante al avance de una tormenta (cap.


29:6; 30:27), cuyos truenos representan su voz (Apocalipsis 1:15), que hace “huír” al pueblo. las
gentes—los reclutamientos asirios.

4. Los invasores, en su fuga, dejarán tras sí el “despojo”, y los judíos se apoderarán de él. las
orugas—Mejor la langosta sin alas (o la saltona), al reunirse; la palabra hebrea para “reunir” es
propiamente la que se usa para expresar la recolección de los frutos de la cosecha (cap. 32:10).
de una a otra parte—al recolectar los frutos en la cosecha. sobre ellos—Mejor, sobre él, esto
es, el despojo.

6. sabiduría—la sagrada; es decir, la piedad. tus tiempos—los de Ezequías, o mejor, los de


Judea. “Su” se refiere al mismo; cambios semejantes del pronombre posesivo de la segunda
persona a la tercera son frecuentes en la poesía hebrea. tesoro—Las riquezas de la nación
consistirán no tanto en bienes materiales como en la piedad (Proverbios 10:22; Proverbios
15:16).

7-9. De la visión de futura gloria, Isaías vuelve los ojos al desastroso presente; la pena de “los
valientes” (paralelo e idéntico con “los embajadores de paz”), los hombres de rango, enviados
con regalos a pedir la paz, pero mientras esperan “fuera” del campo enemigo, su demanda es
rechazada (2 Reyes 18:14, 2 Reyes 18:18, 2 Reyes 18:37). Los caminos reales están desiertos a
causa del temor, las ciudades son vilipendiadas, los campos devastados. darán voces—(cap.
15:4).

8. anulado a la alianza—Cuando Senaquerib invadió Judea, Ezequías le pagó una gran suma
para que abandonase el país; Senaquerib recibió el dinero, pero así y todo envió su ejército
contra Jerusalén (2 Reyes 18:14, 2 Reyes 18:17). tuvo en nada—los tuvo en poco como
incapaces de resistirle (cap. 10:9; 36:19), ya que fácilmente los capturaría

9. (cap. 24:4). Líbano—personificado; puede que sea una alusión al asirio, que corta sus cedros
escogidos (cap. 14:8; 37:24.) Sarón—al sur del Carmelo, a lo largo del Mediterráneo, proverbial
por su fertilidad (cap. 35:2). Basán—llamado más tarde Batanea (cap. 2:13). sacudidos—como
las hojas; yacen tan desolados como en invierno.

10. La contemplación de la miseria de su pueblo excita a Jehová. Él ha dejado que el enemigo


fuese bastante lejos. Me levantaré—enfático; Dios mismo hará lo que el hombre no pudo
hacer.

11. Concebisteis hojarascas—el enemigo (cap. 26:18; 59:4). el soplo de vuestro fuego—Mejor,
vuestro espíritu de ira y ambición [Maurer] (cap. 30:28).

12. (cap. 9:19; Amós 2:1). Quizás aluda a que estaban a punto de ser quemados en la pira
fúnebre (cap. 30:33). espinas—los malvados (2 Samuel 23:6).

13. los que estáis lejos—las naciones lejanas. los cercanos—los judíos y los pueblos adyacentes
(cap. 49:1).
14. pecadores … en Sion—los falsos profesantes religiosos en medio del pueblo elegido (Mateo
22:12). hipócritas—Mejor, los profanos, los abandonados [Horsley]. ¿Quién …? —Si la ira de
Jehová pudo consumir semejante multitud en una noche, ¿quién podría sufrirla si continuara
por siempre? (Marco 9:46). El fuego es una imagen frecuente de los juicios divinos (cap. 29:6;
30:30. de nosotros—Si tan horrorosos juicios han caído sobre los que no conocían al verdadero
Dios, ¿cuán infinitamente peores caerán sobre nosotros, si entre tantos privilegios como
disfrutamos y las protestaciones de religión que hacemos, pecamos contra Dios? (Lucas 12:47;
Santiago 4:17).

15. En contraste con los “pecadores que temblaban en Sion” (v. 14), los justos estarán seguros
en medio de los juicios; a éstos se les describe de acuerdo con el concepto que se tiene de la
justicia en el Antiguo Testamento (Salmo 15:2; Salmo 24:4). el que tapa su oreja … cierra sus
ojos—“El que no se regocija en la iniquidad” (1 Corintios 13:6; contrástese con el cap. 29:20;
Salmo 10:3; Romanos 1:32). Los sentidos son avenidas para la entrada del pecado (Salmo
119:37).

16. en las alturas—en las cumbres inaccesibles para el enemigo (cap. 26:1) pan … aguas—
descripción del esperado asedio de Senaquerib. No obstante, el estar sitiados exteriormente
por las pruebas, los piadosos tendrán literal y espiritual alimento, pues Dios cuida de su
bienestar (cap. 41:17; Salmo 37:25; Salmo 34:10; Salmo 132:15).

17. Tus ojos—los de los santos. verán al Rey en su hermosura—no como ahora a Ezequías en
saco, oprimido por el enemigo, sino al Rey Mesías (cap. 32:1) “en su hermosura” (Cantares de
los Cantares 5:10, Cantares de los Cantares 5:16; Apocalipsis 4:3). la tierra que está lejos—
mejor, la tierra en su más remota extensión (ya no más acorralado como lo estaba Ezequías por
causa del cerco). Véase margen de la Versión Inglesa. Jerusalén se convierte en escenario de la
gloria del Rey (v. 20, etc.), de la que no podía decirse que “estaba muy lejos”, a no ser que la
“tierra muy lejana” fuese el cielo, la Jerusalén de arriba, que ha de seguir al reinado terrenal del
Mesías en una literal Jerusalén (cap. 65:17-19; Jeremías 3:17; Apocalipsis 21:1, Apocalipsis
21:10).

18. imaginará—“el terror” causado por el enemigo, que ahora ya ha pasado. ¿Qué es del …
etc.,?—es el lenguaje de los judíos, que se regocijan por haber escapado del peligro. escriba—el
que alistaba el ejército [Maurer]; o el que prescribía el tributo que había de pagarse
[Rosenmuller]; o el que llevaba la cuenta del despojo. “El principal escriba del ejército” (2 Reyes
25:19; Jeremías 52:25). Las crónicas asirias no contienen las exageraciones de que adolecen las
egipcias. En todos los bajorrelieves asirios se ven dos escribas que anotan los diversos objetos
que les traen, como: las cabezas de los muertos, los prisioneros, el ganado mayor, las ovejas,
etc. pesador—Layard menciona entre las inscripciones asirias “unas balanzas para pesar los
despojos”. que pone en lista las casas—era uno cuyo deber consistía en reconocer la fuerza de
la ciudad que había de ser sitiada, e informar tocante a ella.

19. aquel pueblo espantable—ya no se les permitirá a los asirios entrar en Jerusalén (2 Reyes
19:32). O: ya no verás más a los feroces enemigos amenazándote como antes; tales como los
asirios, los romanos y la hueste de anticristianos que todavía ha de asaltar a Jerusalén
(Deuteronomio 28:49; Jeremías 5:15; Malaquías 14:2). tartamuda—bárbara; tan profunda, etc.,
esto es, ininteligible. La lengua asiria sólo difería de la hebrea en la pronunciación; pero entre
los reclutas del ejército asirio había muchos que no eran ni de raza ni de lengua semítica, como
los medos, los elamitas, etc. (cf. Nota, cap. 28:11).

20. solemnidades, esto es, las asambleas solemnes, en las grandes fiestas (Notas caps. 30:29;
Salmo 42:4; Salmo 48:12). que no será desarmada—Figura de los cautivos “sacados” de su
tierra (cap. 36:17). Ya no habrá “destierro” a tierra enemiga. O bien, de entre nómadas que
habitan en tiendas transportables. Los santos que vivieron otrora en tabernáculos, cual
peregrinos, tendrán “un edificio de Dios, eterno en los cielos” (2 Corintios 5:1; Hebreos 11:9; cf.
cap. 54:2). sus estacas—fijadas en tierra. A estas se ataban las “cuerdas”. La Iglesia de Cristo
nunca decaerá (Mateo 16:18). Otro tanto ocurrirá a los creyentes individualmente (Apocalipsis
3:12).

21. allí—a saber, en Jerusalén. lugar de ríos—Jehová será como un ancho río que rodeará
nuestra ciudad (cf. cap. 19:6; Nahúm 3:8), y éste será además un río de tal naturaleza que
ninguna nave de guerra lo podrá pasar (cf. cap. 26:1). Jerusalén no disfrutaba de la ventaja de
tener un río; Jehová será como uno para ella, el que le brindará todas las ventajas, sin ninguna
de las desventajas que acarrea el tener uno. no andará galera—barco de guerra de forma
prolongada, movido a fuerza de remos; los barcos mercantes eran más anchos y eran impelidos
por velas. grande—es la misma palabra hebrea que significa “glorioso”, usada anteriormente;
poderoso sería adecuado en ambos pasajes, pues en uno y otro se alude a un barco de guerra.
Ningún “barco poderoso” se atreverá a penetrar a donde se encuentre el “poderoso Señor”
para nuestra defensa.

22. Jehová—repetido tres veces (cosa frecuente), insinúa la Trinidad (Números 6:24). juez …
legislador … Rey—el perfecto ideal de la teocracia, que llegará a ser un hecho únicamente bajo
el Mesías. Las funciones de juez, de legislador y de administrador como rey, las ejercerá él en
persona (cap. 11:4; 32:1; Santiago 4:12).
23. Tus cuerdas—Continuando la alegoría del v. 21, el profeta compara las huestes de los
enemigos a una galera de guerra que, privada de las jarcias o cuerdas, mediante las cuales el
mástil se mantiene en pie y las velas se despliegan, va seguramente a naufragar en “el ancho
río” (v. 21), para llegar a ser presa de Israel. se aflojaron—de manera que ya “no se mantiene
firme la base del mástil” entonces—cuando las huestes asirias hayan sido derrotadas. Ezequías
había dado trescientos talentos de plata y treinta de oro a Senaquerib (2 Reyes 18:14), para lo
cual hubo de despojar el templo de su oro para dárselo a él. Ese tesoro era probablemente
parte del despojo hallado en el campo enemigo. Después de la invasión, Ezequías tuvo tanta
riqueza que hizo una imprudente ostentación de ella (2 Reyes 20:13). Es probable que esta
riqueza fuese en parte rescatada del poder de los asirios. los cojos—aun el más débil despojará
el campo de los asirios (cf. cap. 35:6; 2 Samuel 5:6)

24. Estoy enfermo—Smith cree que se alude al comienzo de la pestilencia a causa de la cual
murieron los asirios, la cual, al parecer que perdonó a los justos, atacó a algunos dentro de la
ciudad (“a los pecadores de Sion”); puede ser que la enfermedad de Ezequías haya sido causada
por esta plaga (cap. 38). En la futura Jerusalén no habrá “enfermedades”, porque en ella no
habrá ninguna “iniquidad”, por haber sido perdonada (Salmo 103:3). La última cláusula del
versículo contiene la causa de la primera (Marco 2:5).

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