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Hospital de Especialidad

Psiquiátrica
Santa Rosita

Manual de técnicas y herramientas


psicoterapéuticas para población adulta.

Presentado por:

Rosa María Cárdenas Baisa

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Índice

I. INTRODUCCIÓN ......................................................................................................... 3

II. OBJETIVOS DEL MANUAL..................................................................................... 4

III. JUSTIFICACIÓN ....................................................................................................... 5

IV. TERAPIA DE JUEGO CON ADULTOS ................................................................... 8

a. EL JUEGO ............................................................................................................................ 8

b. DRAMATERAPIA ............................................................................................................ 11

c. PSICODRAMA................................................................................................................... 16

d. JUEGO DE TERAPIA DE PAREJA ............................................................................... 22

e. TERAPIA DE JUEGO CON ANCIANOS ...................................................................... 23

f. HUMOR EN LA PSICOTERAPIA .................................................................................. 25

g. JUEGO CON ARENA ....................................................................................................... 32

h. GRUPOS DE JUEGO........................................................................................................ 37

V. CONCLUSIONES ............................................................................................................ 42

VI. ANEXOS ......................................................................................................................... 43

VII. BIBLIOGRAFIA ........................................................................................................... 44

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I. Introducción
La psicoterapia es un sistema interactivo entre un individuo o grupo que asume el rol de
paciente, y un individuo o grupo que toma el rol de psicoterapeuta. Actúa en y a través de la
psiquis y su propósito es suprimir o disminuir síntomas, trastornos, limitaciones y
sufrimientos mentales y/o físicos. Permite también enfrentar crisis vitales y eventualmente
puede tener como meta el desarrollo de la vida emocional de personas no enfermas. Se basa
en el vínculo, el tratamiento a través de una relación personal concreta. Su eficacia,
efectividad y eficiencia están probadas desde hace tiempo: sin dudas el fenómeno complejo y
global que es la psicoterapia da resultado.

Actualmente existen una multitud de psicoterapias modernas que difieren en cuanto a sus
supuestos subyacentes, focos de tratamiento, objetivos y métodos para alcanzar los propósitos
que se plantean. La diversidad en la psicoterapia también se refiere al "contenido" siendo esta
el producto de la interacción de diversos factores: las características del cliente, del terapeuta
y de la relación. Una de estas psicoterapias que ayuda a aportar nueva información y también
a reforzarla, son las actividades de juego.

En los seres humanos el juego ayuda a disminuir el nivel de tensión y aumenta la capacidad
de vincularnos a nuestro entorno, siendo de ayuda para aprender a relacionarnos y a la vez
aplicar y mejorar nuestras habilidades cognitivas, emocionales y sociales. Además de ello
permite que expresemos los contenidos de nuestra mente como por ejemplo cosas que
vivimos, miedos e inseguridades que se mantienen en nuestra mente, deseos e impulsos. En
este manual se hablara sobre algunas de las actividades de juego utilizadas en la psicoterapia,
en este caso enfocados en la población adulta.

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II. Objetivos
Han sido múltiples expertos que han notado y establecido que a partir del juego es posible
establecer mecanismos y técnicas que permitan analizar y ayudar a tratar diferentes
problemas. Estas técnicas pueden emplearse en la denominada terapia de juego.

El estereotipo de la persona adulta no contempla dentro de sus actividades fundamentales el


juego por considerarlo como la fuente de goce y espontaneidad, propia de los niños, que
utilizan a lo largo de su crecimiento. No obstante, y de forma reciente, los especialistas
coinciden en que jugar a los largo de toda la vida es un medio para continuar la
transformación; de hecho, muchas de las conductas de los adultos son juegos, y el regreso a
las raíces primarias les permite emerger con energía renovada para desempeñarse de forma
eficaz en los trabajos que les son propios; cuidar de otros, ir al empleo y ser productivos,
afrontar la perdida, la enfermedad y el envejecimiento, encontrar significado y propósito para
sus vidas, sentirse creativos, reflexionar sobre sí mismos, expresar sexualidad, desarrollar su
espiritualidad y alistarse para morir.

Así como la terapia de juego con niños tiene como propósito satisfacer sus necesidades de
crecimiento, la terapia de juego con adultos encuentra su objetivo en satisfacer las
necesidades de desarrollo de la edad adulta. Especialistas en el trabajo con adultos nos
muestran como, cuando los adultos tiene la oportunidad de desarrollar cualquier actividad
lúdica, se tornan más jóvenes a medida que envejecen y más capaces de jugar con otras
personas y afrontar la vida misma.

Los adultos que juegan suelen experimentarse libres, encontrarse consigo mismos y con los
otros, elaborar sus pérdidas y seguir creciendo.

En terapia de juego con adultos los autores, profesionales reconocidos internacionalmente,


descubren el poder y la belleza de la actividad lúdica como poderosa herramienta para
promover el bienestar físico y mental en personas adultas.

Conducen al lector con paso seguro por los caminos del presente del paciente hacia la escena
de la infancia temprana, quizá representada en una bandeja de arena, para crear un nuevo
futuro, más esplendido, saludable y satisfactorio, aun frente a la cercanía del final de la vida.
Al hacerlo, obsequian al lector su experiencia y conocimientos sobre una actividad que tiene
tanto de arte como de ciencia y aportan, mediante estudios de caso, los principios básicos y

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las variadas formas de intervención terapéutica, empleando el juego de adultos como pretexto
para el cambio.

Actividades lúdicas como: dramatizaciones, juego con arena, juego con muñecos y el empleo
del sentido del humor invitan a los adultos, a descubrir lo que quedo guardado en el baúl de
los recuerdos, a decir lo indecible pero, sobre todo, a cambiarlo y continuar viviendo.

El propósito de este manual es proporcionar una fuente donde se pueda acceder a una
variedad de recursos lúdicos para poder ser aplicados en la población adulta, haciendo que
estos recursos sean más accesibles para los profesionales de la psicología.

Lo que se pretende es que el paciente adquiera autoconocimiento y reconozca los elementos


de su salud mental y emocional. Además, se busca que aumente la comprensión de sí mismo,
para que pueda usar más libremente sus aptitudes y recursos para gestionar la realidad que le
rodea, y así satisfacer sus necesidades afectivas y sociales.

Un tratamiento psicológico exitoso debe dar lugar a una modificación manifestada de unos
aspectos determinados:

 Ajuste de las aspiraciones con las posibilidades de las que dispone la persona y su
realidad.
 Capacidad de guiarse con prevención de los efectos alejados de la conducta.
 Facilitar la relación con los demás.
 Abandono de las actitudes conformistas o destructivas.
 Conciliación entre las fuerzas creadoras y las fuerzas conservadoras.

La meta debe ser que el paciente aprenda a pensar y dialogar consigo mismo, sin recurrir a
engañarse para evitar el sufrimiento que puede conllevarle descubrir la verdad y le sea
posible, por lo tanto, conectar con su realidad interna.

De esta manera la persona adquiere la capacidad de continuar, de forma autónoma, el


aprendizaje que ha empezado con la ayuda del terapeuta, con el fin de que se acerque a su
realidad más íntima y tenga acceso a su ser mismo auténtico por medio de las actividades
lúdicas que se hablaran en esta guía.

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III. Justificación

Cuando somos adultos, la mayor parte de la población es capaz de expresar sus inquietudes,
sentimientos, ideas, creencias, miedos e inseguridades a través del lenguaje pero en muchas
ocasiones a pesar de esto, la población adulta tiende a tener ciertos conflictos de expresión y
también de avance a una mejora por la presión del problema con el que se viene.
Afortunadamente, es posible ayudar a esta población con diferente estrategias y técnicas y
una de esta es a través de la terapia de juego, que este tipo de población pueda expresar sus
miedos y conflictos de una manera indirecta.

Si bien algunas personas pueden pensar que jugar es solo una pérdida de tiempo lo cierto es
que el juego encierra una importancia fundamental, especialmente en el período de
desarrollo. Y es que este tipo de acciones permiten ejercer y entrenar nuestro cuerpo y nuestra
mente y desarrollar diferentes capacidades como la cognición, la psicomotricidad y la
comunicación entre individuos.

Han sido múltiples expertos que han notado este hecho y han establecido que a partir del
juego es posible establecer mecanismos y técnicas que permitan analizar y ayudar a tratar
diferentes problemas. Estas técnicas pueden emplearse en la denominada terapia de juego; el
cual se basa en el uso del juego como elemento de comunicación, gracias al cual el paciente
puede llegar a exteriorizar sus emociones y experiencias de manera simbólica.

No solo sirve como mecanismo de expresión, sino que permite al sujeto procesar y trabajar la
información a nivel consciente e incluso elaborar y/o aprender maneras de hacerles frente. Su
funcionamiento es en apariencia simple, pero exige un elevado nivel de observación por parte
del profesional y la capacidad de que el sujeto se sienta seguro y apoyado.

La información que se puede extraer del juego es mucha. Además del propio simbolismo que
el sujeto imprima al juego, otros aspectos que pueden dar datos de interés son la tendencia a
utilizar juegos concretos o a actuar de determinada manera durante ellos, si el menor incluye
al terapeuta en el juego o lo ignora o si retoma los juegos de las anteriores sesiones o por el
contrario empieza un nuevo juego pueden ser aspectos a valorar.

A través de este tipo de terapia se busca facilitar la expresión de emociones y situaciones que
el menor encuentra difícil expresar con palabras, sea debido al trauma que le suponen o la

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ausencia de capacidad lingüística suficiente para ello. Para ello se recurre al juego, a través
del cual pueden expresar sus emociones, sentimientos y vivencias de manera simbólica.

El contexto de juego supone asimismo un clima positivo que puede favorecer la interacción
del terapeuta con el menor, estableciéndose un rapport positivo que permita que el paciente se
sienta seguro y confíe en el profesional.

Por último, este tipo de terapia ayuda al paciente a que además de expresar lo ocurrido sea
capaz de procesarlo para posteriormente trabajarlo, así como fomentar su resiliencia o
resistencia a las adversidades y ayudarle a emplear mecanismos y estrategias de
afrontamiento adaptativas.

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IV. Terapia de Juego con Adultos

EL JUEGO

El juego, el disfrute y la espontaneidad tienen sus raíces en el corazón de cada uno de


nosotros. Los bebés, impulsados por la curiosidad en su batalla por sobrevivir, alegremente
exploran el universo a su alrededor con su cuerpo entero, para después integrarlo a su mundo
interno. La manipulación de la relación entre este sí mismo interno y el mundo externo es una
herramienta primaria para el crecimiento. Para los adultos, el juego sigue siendo un vehículo
importante, ya que promueve numerosas conductas adaptativas que incluyen la creatividad, el
ensayo de roles y la integración mente/cuerpo.

El holandés Huizinga; (Huizinga, 2000: 102) lo define como “una acción o una actividad
voluntaria, realizada en ciertos límites fijados de tiempo y lugar, según una regla libremente
aceptada, pero completamente imperiosa y provista de un fin en sí, acompañada de un
sentimiento de tensión y de alegría y de una conciencia de ser de otra manera que en la vida
ordinaría”.

A partir de esta definición el francés Roger Caillois (1958) clasifica el juego en cuatro
grandes categorías:

1) Juegos que hacen intervenir una idea de competición, de desafío, lanzado a un


adversario o a uno mismo en una situación que supone una igualdad de oportunidades
al comienzo.
2) Juegos basados al azar, categoría que se opone fundamentalmente a la anterior.
3) Juegos de simulacro, juegos dramáticos o de ficción, en los que el jugador aparenta
ser otra cosa que lo que es en la realidad.
4) Los juegos que “se basan en la búsqueda del vértigo y que consisten en un intento de
destruir por un instante, la estabilidad de la precepción y de imponer a la conciencia
lúcida una especie de pánico voluptuoso”

Para la teoría psicoanalítica freudiana, “el juego puede emparentarse a otras actividades
fantasmáticas del individuo, y más particularmente al sueño”. La función esencial del juego
resulta ser entonces la reducción de las tensiones nacidas de la imposibilidad de realizar los

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deseos; pero, a diferencia del sueño, el juego se basa en una transacción permanente entre las
pulsaciones y las reglas, entre lo imaginario y lo real.

En la población adulta, el juego tiene como objetivo satisfacer las necesidades de desarrollo
en esta etapa. Especialistas en el trabajo con adultos nos muestran cómo, cuando los adultos
tienen la oportunidad de desarrollar cualquier actividad lúdica, se tornan más jóvenes a
medida que envejecen.

Los adultos que juegan suelen experimentarse libres, encontrarse consigo mismos y con los
otros, elaborar sus pérdidas y seguir creciendo.

 Liberación del estrés.


 Experimentación de dominio.
 Comunicación: expresar lo no expresado.
 Insight.

Al participar en el juego y practicarlo cuando niño, el individuo aprende habilidades no


verbales de comunicación esenciales que forman la base en un sentido adulto de ser capaz de
interpretar las intenciones de los demás y de transmitir las propias. El juego puede ser un
medio importante para refinar y extender de manera continua las propias habilidades de
lenguaje no verbal.

Levy (1978) considera que el juego brinda la oportunidad de participar en aprendizaje social
sin el temor a experimentar las graves repercusiones que podrían ocurrir si uno intentara
aprender las habilidades sociales en el mundo normal "verdadero.

Es posible que permita recuperar las capacidades perdidas de interpretación y transmisión de


señales de juego, las que en ocasiones han sido obstruidas debido al trauma y al descuido.

• Es imprescindible que el terapeuta posea una buena disposición hacia comportarse de


manera juguetona, porque es imposible esperar que los pacientes hagan algo que uno
no haría.
• El terapeuta de juego debe sentirse cómodo con la metáfora y el silencio, así como las
palabras; jugar con adultos a medida que batallan contra asuntos invisibles es como
caminar en un campo mi nado: es vital ser valiente y muy cuidadoso.

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En alguna ocasión Carl Jung dijo, “El niño pequeño (él mismo) todavía se encuentra por ahí,
y posee una vida creativa de la cual carezco. Pero, ¿cómo puedo acceder a ella?” (Jung, 1965,
p. 174). Más adelante aprendió que la clave para liberar su potencial creativo era participar en
el juego constructivo que tanto había disfrutado en su niñez.

Frey (1983) describe cuatro categorías de juego infantil: físico, de manipulación, simbólico y
juegos. Las actividades adultas en cada una de estas categorías tienen un enorme potencial
creativo. En su libro Your Child’s Growing Mind (La mente en desarrollo de su hijo), la Dra.
Jane Healy (1994) considera técnicas para las personas creativas, las cuales incluyen juego,
humor, dramatización, movimiento, imaginación, escuchar, expresar, originar e incubar.
Tales cualidades también son una parte intrínseca del desarrollo y se encuentran mencionadas
en la literatura acerca de la terapia de juego para adultos.

El juego es una experiencia holística en el sentido de que invita a nuestro ser total al proceso.
Comenzando desde el principio: utiliza ambos hemisferios cerebrales. El lado izquierdo,
analítico, es esencial al decidir qué es lo que se hará a continuación, qué estrategias pueden
garantizar el logro y cómo se puede verbalizar. El lado derecho, artístico, hace posible
disfrutar la experiencia de convertir las formas de las nubes en creaciones mágicas. Además
de esto, el valor e impacto de las endorfinas sobre nuestra sensación general de bienestar es
más que conocido. Asimismo, al jugar se relaja la tensión muscular general, lo que reduce la
fatiga y el dolor y la rigidez en todo el cuerpo.

Dicho esto, El juego puede incrementar la autoestima. Propicia a que uno acceda a estados de
bienestar y de calma, así como de simpleza y felicidad. Cuando uno está relajado en un juego,
es frecuente que aumente su capacidad de empatía e intimidad. El juego es afirmante. Diana
Fosha (2000) describe la alegría y el dolor emocional como los indicadores afectivos de
sanar.* El juego se convierte en el ambiente natural y ligero en el que el terreno interno se
puede explorar de manera segura en cualquier idioma. Los resultados son fáciles de observar.

En general, la sociedad occidental está conformada por adultos que necesitan reaprender el
arte de jugar y, de hecho, la mayoría de la gente está más que dispuesta. Lo único que
requieren es que se les dé permiso. A continuación, se presenta una serie de técnicas
psicoterapéuticas utilizadas en la población adulta.

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DRAMATERAPIA EN ADULTOS

La Dramapetarpia es un tipo de terapia que le permite explorar las dificultades emocionales a


través del medio del drama. Esto podría implicar una variedad de actividades que incluyen la
escritura y aprendizaje guiones, ejercicios de improvisación, o actividades utilizando
marionetas y máscaras. "Es una terapia artística basada en el arte teatral aplicada a contextos
clínicos y sociales así como a individuos o grupos."

Los métodos empleados en DRAMATERAPIA incluyen trabajo de expresión corporal,


movimientos, mímica, rítmica, trabajo de voz, juego dramático, tomar, jugar, crear roles,
guiones, poesía, declamación, improvisación, trabajo actoral, entre otros.

La Dramapetarpia se utiliza a menudo en un entorno de grupo, sin embargo, se puede utilizar


en sesiones individuales también. Un terapeuta del drama utilizará diferentes técnicas y puede
ayudar a crear una historia de ficción para retratar sus sentimientos. Por lo general, la historia
ficticia será su propia historia re-contada a través de diferentes personajes. La creación de
este espacio entre usted y las preocupaciones emocionales que se están explorando puede
ofrecer claridad y una sensación de alivio o de catarsis.

Los objetivos de la terapia de drama incluyen:

 Resolver un problema
 Lograr la catarsis
 Entenderse mejor a sí mismo
 Explorar y superar los comportamientos poco saludables
 Mejorar las habilidades sociales.

La naturaleza de la Terapia del Drama la hace ideal para las personas que tienen dificultades
para llegar a encontrarse con las emociones o los problemas que están enfrentando, ya que se
dirige a ellos de una manera más indirecta.

Una suposición central que comparte la mayoría de los dramaterapeutas es que la


representación, el acto de asumir un rol y de contar una historia dentro de éste, resulta
inherentemente reparador. Una explicación de esto es que el acto de asumir un papel marca
una separación de la realidad cotidiana, con lo que se crea una distancia segura entre el actor
y el rol que desempeña.

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¿Qué sucede en una sesión de Terapia del Drama o Dramaterapia?

Cada sesión de terapia será diferente, de acuerdo a las necesidades de los participantes. La
Dramapetarpia puede tener lugar en una variedad de diferentes entornos, incluyendo escuelas,
prisiones, centros de atención social y espacios de trabajo privados. Esto significa que los
terapeutas del drama a menudo se encuentran trabajando con una gama de diferentes personas
que tienen muy distintas necesidades. Puede ser que todos los miembros de un grupo se
enfrentes a un problema similar, o por el contrario tener diferentes razones para estar allí.

El primer trabajo del terapeuta es llegar a conocer al paciente y lo que se espera lograr a
través de la terapia. Una vez que el terapeuta tiene una mejor comprensión de sus
expectativas y necesidades, la sesión puede comenzar.

Sesión de Dramaterapia:

1) Llegada: Esto está diseñado para ayudar al terapeuta del drama a entender cómo se
siente hoy.
2) Calentamiento: En este punto, el terapeuta del drama va a querer preparar la sesión.
Una actividad de calentamiento es algo que afloja los músculos y se acopla a la
imaginación; un ejemplo de esto es el nombre del juego, donde los miembros del
grupo se presenten indicando su nombre y mímica una acción que representa cómo se
sienten.
3) La actividad principal: Aquí es cuando el terapeuta ayudará al grupo a explorar
cuestiones a través de diversas técnicas de terapia del drama, como un juego de roles.
4) Cierre: Al final de la sesión, el terapeuta puede pedir que explique cómo le ha ido la
sesión, o pueden informar al grupo para hacerle saber lo que has logrado.

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Actividades de la Terapia del Drama

Para la actividad principal los drama-terapeutas pueden utilizar una variedad de diferentes
técnicas y actividades que incluyen lo siguiente:

Juego de rol:
Una de las actividades más comunes que se utilizan en la terapia del drama es el juego de
roles. Esto es cuando se actúa por parte de un determinado personaje en una situación
determinada. Un ejemplo de esto sería la de actuar por parte de un niño y sus padres,
adolescente o adulto, para explorar las emociones para llevarlas a la superficie.
Improvisación:
Improvisar en la actuación es hacer un escenario y el diálogo en el acto. Esta técnica puede
requerir que trabajar con los demás y hace pensar rápidamente.
Mímica:
En mímica se está actuando esencialmente sin el uso de la palabra. Esto significa que usted
tendrá que confiar en su lenguaje corporal por sí sola para retratar una cierta emoción o
escenario. Esto puede hacer que usted piense de manera diferente y pueda explotar
sentimientos que no ha experimentado antes.
Habla:
Utilizando el habla en la terapia de drama podría implicar hablar de maneras que no lo hacen
normalmente (por ejemplo, si usted tiene baja autoestima, su terapeuta le puede pedir que
gritar en lugar de susurrar) o puede implicar el uso de lenguaje para describir la forma en que
un personaje muestra una sensación.
Movimiento:
Al igual que en la mímica, la terapia de movimiento se utiliza para expresar emociones a
través de su cuerpo en lugar de a través del habla. Usted puede encontrarse bailando al hacer
esto, o lo que indique un estado de ánimo a través de una acción.
Actuar:
En algunos casos, su terapeuta de drama le puede pedir que vuelva a practicar conductas o
situaciones que han causado problemas en el pasado. Esto puede ser una tarea difícil de
realizar, ya que puede causar a recordar y volver a experimentar emociones difíciles. La idea
detrás de hacer esto es para ayudarle a aprender cómo se pueden hacer las cosas de manera
diferente en el futuro o simplemente entender por qué sucedió lo que afectó a la manera que
lo hizo

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El uso de accesorios y máscaras:
A veces, el uso de accesorios y máscaras durante una actividad Dramapetarpia puede
ayudarle a asumir diferentes roles. Estos pueden ser especialmente importantes cuando se
trabaja con niños pequeños, para ayudarles a identificar con el personaje que están
representando o simplemente para ayudar a expresar emociones.

Existe un número de enfoques prácticos a la dramaterapia. 16 de los más prominentes se han


descrito en el libro Current Approaches to Drama Therapy (Lewis, Johnson, 2000). Incluyen
dramaterapia psicoanalítica, teoría del rol y método del rol, modelo integrador de cinco fases,
transformaciones del desarrollo, narradrama, temas del desarrollo, psicodrama, sociodrama,
terapia teatral ritual, método Stop-gap, modelo de recuperación e individuación de dos etapas,
teatro play-back, comunidades terapéuticas carcelarias, método Enact, dramaterapia
transpersonal Omega y juego dinámico familiar.

La teoría del rol (Landy, 1993, 2000) ofrece una perspectiva de la personalidad como
constelación de roles, llamada sistema de roles, la cual está determinada por una diversidad
de factores biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Los roles dentro del sistema
existen de manera natural en relación con sus contrapartes, con los cuales buscan el
equilibrio. Sin embargo, a medida que se desarrolla el sistema de roles y el individuo se ve
expuesto a un número de cambios y retos tanto internos como externos, el equilibrio natural
se trastorna, de manera que uno o más roles tienden a expandirse o contraerse. El rol es un
conjunto predecible de pensamientos, sentimientos y conductas que se reconoce como un
solo aspecto, más que como la totalidad de la existencia de una persona. Aplicando la
metáfora del mundo como escenario y de las personas como actores, el rol se convierte en el
papel que uno representa en su vida cotidiana.

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El modelo rol-contrarrol-guía conforma el método del rol, que procede a lo largo de una serie
de ocho pasos.

Al trabajar por medio del método del rol, el dramaterapeuta ayuda a los pacientes a localizar
las figuras de rol y contrarrol, y a descubrir una figura guía que pueda acercar a ambas hacia
la integración. A continuación se encuentran los pasos del método del rol:

1. Invocación del rol.


2. Nombramiento del rol.
3. Representación/traslaboración del rol.
4. Exploración de las relaciones del rol con el contrarrol y el guía.
5. Reflexión acerca del role-play: descubrimiento de las cualidades, funciones y estilos
del rol inherentes al mismo.
6. Establecimiento de la relación entre el rol ficticio y la vida cotidiana.
7. Integración de roles para crear un sistema de roles funcional.
8. Modelamiento social: descubrir las maneras en que las conductas de los pacientes
dentro del rol afectan a otros en sus ambientes sociales.

Como se ha considerado aquí, los adultos pueden jugar como niños, y con frecuencia este
tipo de juego es terapéutico, en especial al enfrentarse al trauma. Sin embargo, muchos
adultos en crisis no están listos para jugar o, para ser más precisos, no les es posible jugar
como niños; en la mayoría de los casos, los adultos que requieren de terapia necesitan jugar
como adultos. Con gran frecuencia esto significa hacerlo de forma verbal o cognitiva,
peleando por medio del lenguaje, contando historias, representando escenarios alternos en el
pensamiento e incluso meditando. Pero, en ocasiones, cuando están listos, después de que se
han contado y escuchado sus historias, es posible que los adultos en dramaterapia estén
dispuestos a tomar el siguiente paso.

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PSICODRAMA

El psicodrama es un método en el que las personas exploran sus problemas a través de


actuarlos en un role play en lugar de simplemente hablar de ellos.

Desarrollado alrededor de la mitad del tercer decenio del siglo XXpor un médico, J. L.
Moreno (1889-1974), el psicodrama es un complejo de métodos y conceptos aplicables a una
amplia variedad de contextos (Blatner, 1995b, 1999, 2001). Moreno fue el pionero de la idea
de que una de las principales metas de la terapia era aumentar la creatividad del paciente y de
que ésta puede potenciarse evocando la espontaneidad del paciente. Este autor encontró que
la dramatización improvisada de escenas reales de la vida del paciente facilitaba el
equivalente de una terapia de juego con adultos: las personas pueden volver a representar
situaciones y descubrir mejores maneras de reaccionar.

Esta terapia ofrece a los participantes la oportunidad de explorar situaciones de la vida desde
la perspectiva del presente, el pasado y el futuro. El terapeuta de psicodrama explorará de
forma activa en la energía y la espontaneidad del grupo para analizar la situación del
protagonista; cómo las experiencias pasadas han influido en pensamientos, sentimientos y
comportamientos en el presente, que a su vez da forma al futuro.

Trabajando de esta manera creativa, la importancia y el significado de los acontecimientos se


hacen más patentes. Gracias al uso de la imaginación y el apoyo del grupo, el pasado puede
ser revisado y entendido desde una perspectiva más amplia, mientras que los pensamientos y
las emociones no expresadas son liberados. A partir de esta comprensión más completa, se
espera que un futuro diferente pueda ser posible, tanto imaginado como experimentado.
Nuevas respuestas pueden ser identificadas a continuación y se practican, dando la
posibilidad de un mayor bienestar en el futuro.

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Diferencias de Psicodrama y Drama terapia

Tanto la Dramaterapia y como el Psicodrama utilizan técnicas dramáticas y teatrales y


pueden trabajar en entornos individuales o de grupo. Sin embargo, hay algunas diferencias
entre ellas:

Dramaterapia Psicodrama
Función
La Dramapetarpia funciona de una manera El Psicodrama en cambio identifica un
indirecta, en la creencia de que el protagonista con un tema específico. El
distanciamiento del cliente desde su dilema terapeuta trabaja directamente con el
hará que sea más fácil para ellos perciben protagonista, manteniendo el foco en este
desde un ángulo diferente y más creativo. problema en todo el psicodrama, mientras
utiliza energías de grupo y la creatividad.
Técnica
En Dramapetarpia a menudo se utiliza la En Psicodrama, sin embargo, se trabaja
metáfora, un mito o un cuento (técnicas de directamente con la historia del protagonista
distanciamiento) para identificar un tema y puede utilizar técnicas de distanciamiento
general, lo que ayuda al cliente a ser más cuando sea necesario.
lúdico y para explorar su problema con
menos vergüenza.
Resultado
En Dramapetarpia a menudo se deja al El Psicodrama apunta a tener una resolución
cliente con la nueva información y una o solución potencial en el final de la sesión.
visión diferente del dilema al final de la
sesión, que pueden pasar a considerar y
reflexionar más en su propio tiempo.

El psicodrama puede considerarse como un grupo de métodos capaces de facilitar los


procesos terapéuticos tal y como se conciben en una amplia variedad de otras corrientes de
pensamiento, como el análisis psicodinámico, la terapia de realidad y el análisis
transaccional. De este modo se mejoran las técnicas verbales clásicas a través del dinamismo
de la acción física y el encuentro directo. (Moreno fue el primero en utilizar el término

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“encuentro”, al igual que la importancia de enfocarse en el poder de la interacción en el “aquí
y ahora”.)

La teoría del psicodrama sugiere que la promoción de la creatividad del paciente es un


elemento importante en el tratamiento general.

En resumen, el psicodrama es una forma de psicoterapia en el cual la persona desarrolla una


situación que le preocupa o le genera angustia. Así, en un contexto grupal, la persona se
ayuda del grupo para representar aspectos que le gustaría trabajar. Por ejemplo, una persona
que tiene problemas y discusiones con su pareja que no sabe cómo gestionar, puede
desarrollar una escena en la cual represente a su miedo, su inseguridad, a su pareja, e incluso
a la rabia por la discusión permanente.

Lo positivo del psicodrama, es que cada escena es personal, es propia, y es un momento para
guiarnos por nuestra parte emocional. Es habitual que tendamos a racionalizar lo que nos
ocurre, y con el psicodrama buscamos justo lo contrario, guiarnos por la parte emocional y
comprender la función de nuestras emociones en cada problema.

El formato del psicodrama es grupal. Los compañeros ayudan a representar la escena,


ajustándose al papel que el protagonista necesite. Por ejemplo: podemos estar representando a
la ansiedad, y desde ese papel hablar de los miedos que tenemos, los pensamientos de miedo
y del lugar que ocupamos en la escena.

Tanto el protagonista como los “ayudantes” trabajan aspectos personales, por lo que el
trabajo es enriquecedor. Es muy recomendable como tratamiento paralelo a la psicoterapia
individual.

Algunos de los aspectos positivos son:

 Comprender y explorar emociones. Sentirlas y expresarlas.


 Comprendernos más desde nuestra parte emocional y dejar a un lado la
racionalización.
 Desenredar problemas enquistados, que no sabemos por qué no podemos afrontar.
 Tramitar emociones enquistadas para que fluyan y dejen de generar malestar.
 Gestionar emociones de una forma más útil para nuestro día a día.
 Comprendernos mejor y por tanto mejorar las relaciones con nuestros seres queridos.
 Empatizar con las situaciones de los compañeros.

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A través del psicodrama se pueden abordar conflictos familiares, de relación con los demás y
con uno mismo. También se trabajan problemas emocionales tales como angustia, culpa, ira o
rabia, así como emociones enquistadas o muy elevadas.

El psicodrama, también es útil para trastornos obsesivo-compulsivos, fobias, trastornos de


ansiedad, problemas de autoestima. A través del psicodrama, la persona vive un camino de
conocimiento y consciencia de su propia persona, así como una apertura hacia los demás y la
relación con ellos, generando los ingredientes que conllevan el crecimiento personal.

A pesar de lo anterior, el psicodrama, al igual que le sucede a otras psicoterapias, está


contraindicado cuando la persona está sometida a medicación, sobre todo cuando ésta es
invalidante, ya que aquello que se trabaja va a tener un escaso o nulo efecto sobre la persona,
debido a las consecuencias del medicamento, por lo que se recomienda que el paciente acuda
cuando tenga dosis bajas y haya pasado la fase aguda de la enfermedad.

Los métodos del psicodrama son capaces de potenciar varias funciones en la terapia (Blatner,
1985). El proceso de psicoterapia tiene un tipo de progreso lógico que, aunque no es rígido,
ofrece cierta estructura racional para el profesional.

1. Introducción y apoyo.
2. Contrato inicial y recopilación de antecedentes.
3. Enfoque en un problema, profundización y revisión de actitudes.
4. Formulación y recontratación.
5. Manejo de las fricciones en la relación de ayuda.
6. Reintegración

Los métodos psicodramáticos pueden someterse a una modificación significativa, aplicando


de manera muy sencilla algunas de sus técnicas, como en el entrenamiento de rol de personas
con discapacidades del desarrollo, o aumentando el repertorio de los terapeutas de juego o de
los orientadores dedicados a rehabilitación (Tomasulo, 1998).

La Dramapetarpia y el Psicodrama no requieren ninguna experiencia en la actuación anterior,


por lo que es accesible a una amplia variedad de personas. Que van desde niños pequeños
hasta los ancianos, esta forma de terapia puede ser útil para muchas cuestiones, entre ellas las
siguientes:

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 Adicción: Las personas con una adicción pueden encontrar la Terapia del Drama una
herramienta muy útil, ya que ofrece un ambiente seguro para expresar sus emociones.
Puede ser difícil para algunos hacer esto en una sesión de orientación normal, por lo
terapias de teatro pueden ser una alternativa.

En las Dramaterapias las personas que se están tratando de adicción pueden explorar
un futuro libre de drogas y practicar nuevas habilidades, como decir que no cuando se
les ofrece drogas / alcohol. También pueden practicar comportamientos más negativos
con el fin de tener en cuenta sus repercusiones nocivas de manera más tangible.
Explorar cuestiones de esta manera pueda ofrecer la suficiente distancia para que sus
problemas de adicción y afines no les abrumen.

 Ansiedad: Tener un trastorno de ansiedad puede hacer que algunas tareas diarias sean
difíciles. A través de terapias de teatro, estas tareas se pueden ‘ensayar’ y explorar en un
ambiente seguro. Un ejemplo de esto sería una persona con agorafobia pretendiendo estar
en una gran multitud de personas. Durante esta escena el actor puede analizar la forma de
sentir y aprender nuevos mecanismos de supervivencia sin sentir ningún peligro real.
Estar con otras personas en las sesiones de terapia de drama grupo es también una gran
manera de construir confianza y mejorar las habilidades sociales.

 Depresión: La naturaleza comunicativa y social de las terapias de teatro puede ser


especialmente útil para las personas con depresión. Hablando e interactuando con otros
puede ayudar a aliviar los síntomas de la depresión, mientras que actúa lleva a cabo
ciertos escenarios que puede ayudar a desarrollar mecanismos de adaptación. Algunas
personas con depresión tienen dificultades para sentir la emoción y pueden sentirse
‘insensibles’. Las terapias de teatro pueden ayudar a estas personas a nombrar sus
sentimientos y expresarlos en un ambiente seguro a través del teatro.

 Trastornos de la alimentación: La naturaleza misma de un trastorno de la alimentación


hace que la relación entre la víctima y su cuerpo sea particularmente tensa. Como la
Terapia del Drama se centra mucho en el cuerpo y el movimiento, esta es una manera de
tratar de mejorar esta relación. Tener un mejor conocimiento del cuerpo, en particular,

20
puede ayudar a los que tienen una visión distorsionada y verse a sí mismos de una manera
más realista y positiva.
Los trastornos de la alimentación son normalmente un síntoma de problemas más
profundos que están siendo tratadas con poco saludable. Las terapias de teatro pueden
ayudar a los pacientes a explorar estos temas de una manera segura pues no es
demasiado abrumadora. Estos tipos de terapias también pueden ofrecer una nueva
forma de hacer frente a los sentimientos negativos, en lugar de que la víctima dependa
de la enfermedad.

 Baja autoestima: Las terapias de teatro utilizan el arte de aparentar y pueden actuar
como un campo de prácticas para las personas con baja autoestima. Proporcionar un
entorno seguro y protegido, Dramapetarpia permite a los individuos a actuar de la manera
que le gustaría ser (en este caso más confianza) ayudarles a aprender habilidades que
pueden poner en práctica en la vida real.
Además de esto, la terapia de teatro puede ayudar a las personas con baja auto-
confianza para explorar las razones subyacentes de su falta de confianza. De esta
manera se puede abordar cualquier problema en un entorno seguro.

 Dificultades en las relaciones: Los que tienen dificultades para comunicarse o de


confianza pueden también beneficiarse de la terapia de drama. Como terapia de drama
tiende a ser una terapia basada en grupos, se requiere el trabajo en equipo y la
comunicación. Esto por sí solo puede ayudar a desarrollar esas habilidades, mientras que
los problemas subyacentes puedan ser explorados en un ambiente seguro y terapéutico.
 Hacerse daño a uno mismo: El Auto-daño suele ser un acto físico que se utiliza como
una forma de lidiar con las emociones perturbadoras. Las terapias de teatro pueden ayudar
a la persona de cara a estos problemas de una manera más saludable a través de la
actuación. Como esta terapia tiende a adoptar un enfoque indirecto, se sienten seguros y
no abrumado.
Alternativas a la autolesión se pueden explorar a través de la terapia de drama, dando
a los participantes habilidades útiles para sacar del espacio de trabajo.

 Las experiencias traumáticas: Experiencias de abuso, acoso u otras formas de trauma


pueden ser explorados dentro de una sesión de terapia de drama. El terapeuta de drama le

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puede pedir que improvisar escenarios similares para ayudar a entender por qué el trauma
que afecta a la forma en que lo hizo. Este tipo de trabajo es a menudo catártico y ayuda a
construir confianza en uno mismo.

JUEGO EN TERAPIA DE PAREJA

Los juegos y ejercicios en pareja desplazan el contexto social de la realidad a una modalidad
más lúdica y fantástica, con lo que se reduce el temor de las consecuencias de “vida real” del
cambio y se fortalece la conducta exploratoria.

Existen juegos y ejercicios para terapia de parejas que pueden servir de ayuda para mejorar
una relación de amorosa.

Este tipo de terapias tienen como objetivo restablecer el vínculo afectivo y pasional entre dos
personas para poder seguir conviviendo felices y bajo una atmósfera de alegría y tranquilidad.

La terapia de parejas puede ayudar a que dos personas fortalezcan su relación y atraviesen
situaciones difíciles. Además, discutir a través de terapia, juegos y ejercicios puede ser útil
para promover la comunicación significativa sin la necesidad de tener que discutir. Las
parejas pueden practicar juegos y ejercicios durante las sesiones de terapia o en casa, entre
cada sesión.

 Positividad: Cuando una relación está en problemas, es común que la pareja se olvide de
los rasgos y las cualidades positivas que la unió en un principio. Los miembros de la
pareja deberían ser alentados a hacer una lista enumerando todo lo que aprecien del otro,
y luego intercambiarlas. Debido a que posiblemente haya pasado algún tiempo desde la
última vez que se transmitieron pensamientos de aprecio, esto puede ayudarlos a
enfocarse en la positividad.
 Intercambio de roles: Es común que los miembros de la pareja sientan que el otro no lo
escucha. Los juegos de intercambio de roles, en los cuales un miembro cumple el rol del
otro, puede darles una perspectiva acerca de cómo un aspecto de la situación de uno de
los miembros es percibido por el otro miembro. Elige un asunto de discusión específico y
que cada miembro intente hablar desde el punto de vista del otro.
 Discusión: temporizada En el clímax de una discusión, los miembros de la pareja se
interrumpen entre sí, suben el tono de voz o empiezan a gritarse. Para evitar esto, usa un
temporizador de cocina o un reloj despertador para darle a cada miembro de la pareja
cantidades de tiempo equivalentes para hablar. Durante un período de tres minutos,

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digamos, uno de los miembros puede hablar y el otro, no. Luego de los tres minutos, el
otro miembro puede hablar. Continúa con esta metodología hasta que se termine el tema
de discusión.
 Compartir: A veces, una relación está en problemas debido a que los miembros no se han
tomado el tiempo necesario para conocerse bien. Así que en las sesiones de terapia cada
miembro debería compartir alguna curiosidad que el otro no conozca. Cada uno debería
empezar diciendo: "Apuesto a que no sabías..." Entonces la conversación se puede
desarrollar en torno a esta curiosidad. El ejercicio puede dar una idea del pasado de la
pareja.
 Sonido del silencio: Entre las sesiones de terapia, las parejas deberían encontrar un
momento para disfrutar, en silencio, de la compañía del otro. Ya sea escuchar música o
sentarse bajo el sol, la pareja debería pasar tiempo juntos sin hablar, disfrutando del
silencio y de la ausencia de discusiones.

TERAPIA DE JUEGO CON ANCIANOS

La Ludoterapia para ancianos, es una técnica de tratamiento específico en el que el juego es


utilizado en este caso como medio para la expresión y la comunicación de personas con
necesidades.

Lo que busca esta técnica es que los adultos mayores desarrollen unas habilidades físicas,
tanto perceptivas como sensoriales, practicando únicamente habilidades y destrezas que ya
poseen.

El trabajo con poblaciones de ancianos se ha llevado a cabo en gran parte dentro de casas de
reposo y centros comunitarios, y se vio influido por muchos contribuyentes anteriores en el
uso de las artes con personas de mayor edad (Caplow-Linder, Harpaz, Samberg, 1979;
Weisberg, Wilder, 1985; Weiss, 1984).

Los conceptos centrales de las Transformaciones del desarrollo incluyen a) espacio lúdico, b)
encarnación, c) encuentro y d) transformación.

a) Espacio lúdico: El espacio lúdico es el acuerdo mutuo entre participantes de que lo


que está sucediendo es juego; es el contenedor de la acción terapéutica completa en
las Transformaciones del desarrollo. La discusión o procesamiento verbal ocurren
dentro del espacio lúdico, no al final de la sesión fuera de éste. El tipo de juego que

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ocurre dentro del espacio lúdico es la improvisación libre, en la que se les pide a los
pacientes que representen movimientos, sonidos, imágenes y escenas dramáticas que
se basan en los pensamientos y sentimientos que están experimentando en el
momento. Así, a medida que cambian estos pensamientos y sentimientos, cambian las
escenas, personajes y acciones.
b) Encarnación: Las Transformaciones del desarrollo valoran al cuerpo como fuente de
pensamientos y afectos. Siguiendo a Piaget y otros teóricos del desarrollo, este
método utiliza la activación corporal para evocar las representaciones sensorio
motoras, después de imaginería y, por último, léxicas de los pensamientos y
sentimientos, e intenta conservar un ambiente energético y físico en que se
desenvuelve el proceso terapéutico. El uso de la encarnación como fundamento para
las intervenciones proporciona una concretización de la que se benefician muchos
pacientes; tiende a minimizar la intelectualización y evita esquemas bien ensayados
que con frecuencia se verbalizan; así también, la estimulación de las sensaciones
cinestésicas frecuentemente evoca imaginería y recuerdos únicos a los que no se
puede acceder de otro modo.
c) Encuentro: Las Transformaciones del desarrollo también valoran la exploración del
encuentro interpersonal entre los miembros del grupo y con el terapeuta. De manera
inicial, el contenido del juego quizá implique problemas genéricos en las relaciones
interpersonales, después correspondencias, faltas de correspondencia, o ambas, entre
los roles sociales de los individuos y, a la larga, desplazarse a ansiedades existenciales
más profundas de estar en presencia de otro, de ser visto y comprendido por otra
conciencia. Debido a este énfasis, el terapeuta se une al paciente (pacientes) dentro
del espacio lúdico, permitiéndole que lo utilice como objeto de juego. En este método
no se utilizan objetos reales o utilería ya que sirven como desplazamientos de los
encuentros interpersonales potenciales (Johnson et al., 1996). Aquí, es el terapeuta
quien se vuelve el objeto de juego proyectivo, o juguete, del paciente.
d) Transformación: Se adopta el principio de la transformación ya que la corriente de la
conciencia, el flujo de imágenes y sentimientos, siempre está cambiando. Así, a
medida que surgen y se representan imágenes y roles en la sesión de terapia, el
método permite y alienta el dejar ir de estas escenas e ideas de modo que sea posible
reconocer las que ahora insisten en expresarse. En este sentido, la meta del trabajo no
es cristalizar cuestiones centrales ni explorar problemas específicos, sino más bien
lograr un cierto éxito en tolerar y estar con la presencia encarnada propia y de los

24
demás. Así, el método presta atención a esos momentos en que el juego se atasca o
inmoviliza, llamados impasses, e intenta ayudar a los participantes a descubrir o a
redescubrir su libertad dentro de estos vínculos íntimos.

La tarea principal del terapeuta es ayudar al paciente a entrar y permanecer dentro del espacio
lúdico. De importancia en este proceso es el carisma sanador del terapeuta quien, al
demostrar espontaneidad, creatividad y humor, alienta al paciente a involucrarse dentro del
terreno imaginario. Más que animar la participación en el juego desde afuera, el terapeuta se
representa a sí mismo más bien como si viniera desde el terreno imaginario y le extiende la
mano al paciente, animándolo a que lo siga.

A lo largo del proceso terapéutico, el profesional comienza en el sitio donde los pacientes son
capaces de jugar y se adentra en el territorio en el que han tenido dificultades para hacerlo.
De manera inevitable, estas áreas son inquietudes más personales acerca de su situación
actual; relaciones con personas amadas o con autoridades; temores de enfermedad,
discapacidad o muerte; recuerdos dolorosos. En este sentido, no es correcto decir que el
espacio lúdico es simulado, ya que las cosas con las que a la larga se jugará son muy reales.

Las Transformaciones del desarrollo es un enfoque de terapia de juego que se puede aplicar a
una variedad de contextos en el trabajo con pacientes ancianos. La aplicación del juego
improvisado que enfatiza el encuentro encarnado da lugar a muchas cuestiones importantes
para los pacientes ancianos. Siguiendo los principios del desarrollo en los que el flujo de
juego se mantiene por medio de la constante alteración del nivel de estructura, complejidad y
demanda interpersonal, el terapeuta puede implementar este enfoque de manera exitosa
incluso con pacientes gravemente discapacitados. Tal vez lo más singular es que este enfoque
utiliza la participación propia del terapeuta como objeto de un encuentro lúdico, que se hace
aún más posible por la transferencia inversa que con frecuencia existe en estos grupos.
Además, los principios centrales de espacio lúdico, encarnación, encuentro y transformación
pueden ser de utilidad para el creativo terapeuta de juego en el perfeccionamiento de su estilo
terapéutico.

HUMOR EN LA PSICOTERAPIA

El humor en psicoterapia es un concepto interesante —integrar el humor, por lo general una


experiencia ligera, lúdica e incluso distractora, con la psicoterapia, que para muchos es un
proceso sumamente enfocado y “serio”—. Sin embargo, desde Freud hasta el día de hoy, los

25
clínicos se han sentido intrigados con el humor como herramienta potencial en el proceso
terapéutico.

El humor terapéutico se define como “cualquier intervención que promueve la salud y el


bienestar estimulando el descubrimiento, apreciación o expresión de lo absurdo o
incongruente de la vida” (Asociación Americana de Humor Terapéutico).

Incluye las técnicas usadas por los terapeutas tanto de forma espontánea como intencional,
que conducen a la mejora de la auto comprensión y la conducta de los clientes y que
incluirían desde los chistes hasta la identificación de lo absurdo de las situaciones, el
parafraseo, los ejemplos de pensamientos ilógicos y las exageraciones.

El resultado que se obtiene típicamente es una experiencia emocional positiva compartida por
terapeuta y cliente, que abarcaría desde una empatía silenciosa hasta la carcajada.

Aunque el humor tiene muchos beneficios terapéuticos (incluyendo su capacidad para


cambiar la aflicción emocional y las distorsiones cognitivas, al igual que para mejorar la
alianza terapéutica), su uso como parte del proceso de psicoterapia no se ha llegado a
entender del todo. En este capítulo, el lector aprenderá acerca de la naturaleza terapéutica del
humor y sobre la manera en que puede integrarse al proceso de psicoterapia.

El concepto de una intervención humorística por parte del profesional ha aparecido como un
componente en la mayoría de los modelos actuales de psicología. En su libro sobre teorías,
Corey (2001, p. 317) afirma: “un procedimiento para contrarrestar el afecto doloroso es el
humor. Un terapeuta puede demostrar los aspectos irónicos de la situación. Si los pacientes
logran experimentar aunque sea de manera breve cierta alegría, entonces se convierte en
antídoto para su tristeza”.

Aunque es claro que el sentido del humor varía ampliamente entre individuos y grupos, es la
presencia de una o más de las características universales del humor lo que aumenta la
probabilidad de que el observador perciba los sucesos como graciosos.

Entre las características universales que pueden producir una respuesta así se encuentran las
experiencias de:

• Incongruencia.

• Absurdo, extravagancia o ridiculez.

26
• Un futuro inesperado.

• Una sorpresa agradable.

• Ser sorprendido.

• “Entender el chiste.”

• Caos emocional recordado en una situación de tranquilidad.

El sentido del humor puede definirse como la capacidad para percibir una o más de tales
características universales, de modo que el sentido del humor de una persona implica la
capacidad para reconocerlas.

Aunque es frecuente suponer que el sentido del humor de una persona se basa en su expresión
de risa, el “sentido del humor” o la experiencia individual de éste es bastante más compleja.
La reacción de un individuo ante un estímulo humorístico también incluye cambios
emocionales, cognitivos, o ambos, en el individuo como resultado del estímulo. Los efectos
emocionales y cognitivos no se expresan, en su mayoría, hacia el exterior y, por ende, no son
evidentes para el observador. La experiencia del humor, por tanto, es una interacción
compleja que implica las respuestas fisiológica (risa), emocional (regocijo), cognitiva
(ingenio) —o todas las anteriores— del individuo ante un estímulo gracioso (Sultanoff,
1994).

A fin de aplicar de manera efectiva el humor al proceso de psicoterapia, es crucial que el


clínico comprenda la naturaleza del humor como lo experimenta el paciente. La sensación de
humor para los pacientes comienza con un estímulo, como un juego de palabras, una
exageración, una caricatura, chiste, historia, una caída o un suceso. Entonces los pacientes
deben percibir el estímulo, procesar su significado en su contexto individual y, si el estímulo
satisface los “criterios humorísticos” del individuo, detonará una respuesta fisiológica,
emocional o cognitiva, o todas ellas. En última instancia, es el potencial de los eventos
humorísticos para estimular en el paciente la experiencia de risa, regocijo, ingenio, o todas las
anteriores, lo que las hace más efectivas.

Se han realizado diversas investigaciones acerca de los usos positivos y negativos del humor
en el ámbito de la clínica psicoterapéutica (Dimmer, Carroll & Wyatt, 1990) en un estudio
teórico en donde revisan bibliografía específica del tema señalan que el humor en
psicoterapia se ha usado principalmente para:

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a) Aliviar la ansiedad y las tensiones.
b) Facilitar el insight.
c) Aumentar la motivación del paciente hacia la terapia.
d) Generar un buen vínculo terapéutico.

Estos mismos autores destacan que el mal uso del humor se da cuando el terapeuta lo utiliza
en su propio interés, mostrándose superior al paciente e indican que el humor no se debería
usar para:

a) Evitar aquellos sentimientos más incómodos tanto para el paciente como para el
terapeuta.
b) Enmascarar la hostilidad que despierta el paciente en el terapeuta.
c) Evitar aceptar los problemas o la importancia de la enfermedad del paciente.

Es necesario establecer primeramente una alianza terapéutica sólida antes de realizar


intervenciones humorísticas, ya que en los casos en donde esta relación es débil el humor
puede llegar a ser destructivo. Cuando el humor se da en forma espontánea y natural, en
general, se está frente a una buena alianza terapéutica (Poland, 1990, citado por Allemany &
Cabestrero, 2002).

Un investigador (Thomson, 1990) realizó un estudio en el cual le preguntó a 56


psicoterapeutas sobre lo que ellos consideraban como usos apropiados e inapropiados del
humor en la práctica de la psicoterapia. A partir de las respuestas encontró que se podían
agrupar en cuatro grandes áreas de influencia:

a) La importancia central que adquiere la relación terapéutica cuando el humor es bien


utilizado.
b) El grado de espontaneidad del humor.
c) El uso del humor para generar cambios en el paciente.
d) Los cambios en la percepción de uno mismo, de los demás y del ambiente.

Los aspectos positivos que el humor aporta en el proceso de la psicoterapia son destacados
por una gran cantidad de autores (Buckman, 1980, 1994; Mindess, 1980, 2001; Fry, 1992,
1993, 2001; Salameh, 1993, 2001; Ruch, 1998; Martin, 2001, 2003, entre muchos otros), por
mencionar a algunos de los más importantes de las dos últimas décadas. Para realizar un
resumen de los principales efectos positivos y siguiendo la sistematización de los efectos
positivos que hiciera Allemany y Cabestrero (2002), podemos decir que el humor:

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a) Ayuda a lograr más objetividad, al permitir tomar distancia respecto de los problemas.
b) Permite interrumpir pensamientos obsesivos o rumiantes, permitiendo nuevas
alternativas.
c) Facilita el cambio de marco de referencia, proporcionando una mirada alternativa.
d) Permite lograr tomas de conciencia o insights.
e) Hace que el proceso terapéutico sea menos tenso y quizás menos doloroso para
muchos pacientes.
f) Permite expresar emociones, tanto positivas como negativas.
g) Ayuda a lograr y mantener la alianza terapéutica.
h) Brinda distensión y permite crear un clima positivo, aunque sea temporalmente,
permitiendo distraerse de los problemas.
i) Posibilita un mejor afrontamiento de situaciones difíciles.
j) Favorece la comunicación y el clima general de la terapia.
k) Permite a algunos paciente reírse de sí mismos y auto percatarse de ciertos problemas.

A estos efectos principalmente psicológicos, podemos agregarle los efectos positivos a nivel
social, relacional, familiar, laboral, educativo, biológico y fisiológico que el humor
terapéutico promueve, al servir en muchos casos como modelo para otras situaciones de la
vida.

Para que las acciones humorísticas sean eficaces en la psicoterapia, es importante que el
terapeuta:

1. Planee el humor apropiado que utilizará.


2. Esté dispuesto a arriesgarse a utilizar el humor como herramienta terapéutica.
3. Evalúe el estilo personal de humor del paciente y su receptividad a las intervenciones
humorísticas.
4. Seleccione el humor que resulta genuino y congruente con el clínico como persona.
5. Sea capaz de auto supervisar la motivación para utilizar el humor.
6. Esté preparado para responder a la reacción del paciente ante la intervención
humorística.

Aunque es probable que el humor verbal sea el más utilizado por los terapeutas, el humor
visual (en forma de utilería) también consigue añadir una estrategia única de intervención. Un
accesorio de utilería es capaz de servir como estímulo humorístico, uno que proporciona al
terapeuta otro medio a través del cual estimular la experiencia humorística del paciente. En

29
general, los terapeutas están menos familiarizados y, por ende, se sienten más incómodos,
con esta forma de humor. Los accesorios de utilería tal vez les ayuden a alterar de manera
visual e incluso cinestésica el movimiento “serio” de la terapia. Como ocurre con el humor
verbal, los accesorios de utilería pueden ser utilizados para presentar cualquiera de las
características universales del humor.

Como ocurre con todos los tipos de intervenciones terapéuticas que implican tareas para
realizar en casa, cuando se ofrece el humor como tarea, la actividad resulta mejor cuando se
diseña para el individuo específico. La tarea más sencilla relacionada con el humor es hacer
que el paciente aumente sus oportunidades de experimentarlo. A fin de alentar este proceso,
es importante que el terapeuta identifique los tipos de estímulos que detonan el sentido del
humor de un paciente en particular.

El uso del humor no se restringe al terapeuta; es común que los pacientes compartan el
humorismo en la relación terapéutica. El humor iniciado por el paciente puede satisfacer
muchos propósitos, incluyendo la reducción de la aflicción emocional (evidenciada, p. ej.,
por la risa nerviosa). Vaillant (1977, 2000) sugiere que el uso del humor por parte de un
individuo es un mecanismo de defensa “adaptativo y maduro” que ayuda a los pacientes a
examinar de manera directa los sucesos y recuerdos emocionalmente dolorosos. Es posible
que los pacientes también utilicen el humor para obtener perspectiva o para lograr cierta
sensación de superioridad o dominio. Además, es posible que los clientes utilicen el humor
para conectarse o unirse (desarrollar cercanía) con el terapeuta al compartir un chiste o
anécdota. Independientemente de qué forma asuma el uso del humor del paciente, a menudo
sirve como indicador diagnóstico de su progreso en el tratamiento. Los pacientes que utilizan
el humor para afrontar la aflicción quizá estén intentando reducir el estrés sin atender a los
asuntos subyacentes. La risa nerviosa es un proceso de este tipo: a nivel diagnóstico, tal vez
indique la importancia de que el terapeuta explore los temas que la estimulan; el clínico desea
ayudar al paciente a obtener conciencia del proceso de utilizar la risa nerviosa para afrontar la
aflicción emocional.

El uso específico del humor por parte del paciente quizá indique un aumento en perspectiva
que se ilustra a través de cambios en las creencias acerca de sí mismo y, por tanto, tal vez sea
un indicador diagnóstico del éxito de la reestructuración cognitiva.

Aunque en última instancia el sentido del humor puede ser sumamente individual, parece
que, además de la influencia del contexto cultural, hombres y mujeres tienen estilos un tanto

30
diferentes de “sentido” del humor. Parece ser que a los varones les estimula más el humor
burdo y físico, así como el que gira en torno a lo sexual y las funciones corporales; el humor
masculino tiende a incluir mayor superioridad (humillación) y agresión.

Las mujeres, por otra parte, tienden a inclinarse hacia el humor sobre interacciones,
relaciones, personas, éxitos y apoyo; se inclinan hacia el humor con empatía y sensibilidad a
las angustias de los demás. Es más probable que las mujeres se burlen de las situaciones,
mientras que los hombres lo harán de las personas. Las diferencias de género cambian cuando
se toma en consideración el bienestar psicológico y la motivación para el humor. Los varones
emocionalmente estables presentan un humorismo menos relacionado con la humillación o
con la agresión, en tanto que las mujeres con estabilidad emocional tienden a un estilo
humorístico juguetón. Aunque es evidente que la cultura y el género desempeñan una función
específica en cuanto a determinar el estilo de humor personal del individuo, en última
instancia son los individuos quienes cultivan y crean sus propios procesos únicos que les
permiten evaluar un suceso como humorístico. Virginia Satir expresó “El hecho no determina
cómo respondemos ante él. Esto es puramente una cuestión personal. La manera en que
respondemos dirigirá e influirá al hecho más que el hecho mismo”. Aunque la respuesta
humorística de un paciente está determinada sobre todo por la percepción única del individuo,
un terapeuta también debe mostrarse sensible a la cultura y a las diferencias de género
capaces de influir en el hecho de que un estímulo particular se perciba como humorístico.

La integración del humor en la psicoterapia es particularmente poderosa porque tiene el


potencial de activar cambios en los cuatro aspectos esenciales de la experiencia humana
(emocional, conductual, cognitivo y fisiológico) que son el blanco de los principales enfoques
teóricos.

Las intervenciones humorísticas pueden utilizarse como tratamiento (al ayudar a cambiar
positivamente las emociones, comportamientos, cogniciones y fisiología), para el diagnóstico
y para formar la relación terapéutica. El diseño de intervenciones para el paciente específico
es central para el uso eficaz del humor por parte del terapeuta, lo cual requiere tanto de la
práctica como de planificación. También es crucial que el profesional evalúe la receptividad
potencial del paciente hacia las intervenciones humorísticas y que responda a las reacciones
de éste ante ellas. El uso más efectivo del humor ocurre cuando, como sucede con la empatía,
los terapeutas logran integrarlo dentro de su propio ser interno, de modo que llegue a ser una
parte integral de sus interacciones con los pacientes.

31
JUEGO CON ARENA

La terapia de juego con arena da la oportunidad a los pacientes adultos de representar en


lugar de verbalizar sentimientos y experiencias que con frecuencia son difíciles de expresar
en palabras.

El empleo del juego con arena con los adultos les ofrece la oportunidad de jugar de manera
creativa y de expresarse en forma simultánea, sin palabras, por primera vez desde que eran
niños. A través de la experiencia libre del juego, la mente cognitiva lógica se hace a un lado y
se permite que surjan los elementos inconscientes, inocentes y poco sofisticados de la psique
que antes se habían reprimido.

Una vez que éstos se hacen disponibles, es posible liberar las energías reparadoras que
ayudan al individuo a percibir y enfrentar sus problemáticas vitales; mediante esta
experiencia, se pueden descubrir, concientizar e integrar los aspectos no realizados de la
personalidad, lo que conduce a un mayor sentido de equilibrio y totalidad y a una vida
enriquecida y más satisfactoria.

La terapia de juego con arena da la oportunidad a los pacientes adultos de representar —en
lugar de verbalizar— sentimientos y experiencias que con frecuencia son difíciles de expresar
en palabras. Tanto terapeutas como pacientes han encontrado que las escenas de juego con
arena, creadas con arena, agua y miniaturas dentro de un cajón poco profundo, sirven como
una ventana al inconsciente que proporciona una sorprendente y nueva posición estratégica
desde la cual se pueden nutrir y experimentar la salud y la transformación.

La terapia de juego con niños, la cual utiliza juguetes y otros objetos, es una forma
generalizada y convencional de tratamiento para niños; sin embargo, utilizarla con adultos,
quienes poseen un lenguaje conceptual, es poco convencional. Aun así, el lenguaje sólo tiene
un éxito parcial en la transmisión de emociones, afectos y tensiones que se experimentan con
intensidad y que incluso los pacientes adultos no pueden expresar, controlar o comprender de
manera frecuente. El juego proporciona una vía para comunicar estas experiencias internas y,
tal vez, tocar heridas profundamente enterradas. El empleo del juego con arena con los
adultos les ofrece la oportunidad de jugar de manera creativa y de expresarse en forma
simultánea, sin palabras, por primera vez desde que eran niños. A través de la experiencia
libre del juego, la mente cognitiva lógica se hace a un lado y se permite que surjan los

32
elementos inconscientes, inocentes y poco sofisticados de la psique que antes se habían
reprimido. Una vez que éstos se hacen disponibles, es posible liberar las energías reparadoras
que ayudan al individuo a percibir y enfrentar sus problemáticas vitales; mediante esta
experiencia, se pueden descubrir, concientizar e integrar los aspectos no realizados de la
personalidad, lo que conduce a un mayor sentido de equilibrio y totalidad y a una vida
enriquecida y más satisfactoria.

Varios atributos de la experiencia con el juego con arena facilitan e intensifican el alivio que
tiene lugar durante el proceso de creación e integración de un arenero: redirección de la
atención hacia el interior, activación de las energías reparadoras, expresión del inconsciente,
estimulación creativa, presencia del otro, observación integradora, y revisión y reflexión.

• El arenero: El arenero sirve como contenedor de la transformación psicológica.


Proporciona un espacio seguro donde el paciente está libre de concentrar su imaginación
sobre la experiencia inmediata, dentro de los límites protectores del arenero.

Las dimensiones del arenero son claves para la experiencia de un espacio libre y protegido,
de modo que cuenta con un tamaño específico (49.5 × 72.5 cm., con una profundidad de 7.5
cm.), se coloca a una altura aproximada de 75 cm., y se pinta de color azul por dentro, para
dar la impresión de agua o cielo. Dicho tamaño permite al paciente que observe la escena de
una sola mirada sin mover su cabeza de un lado a otro, de modo que el arenero proporciona
un teatro para la total libertad de la fantasía, pero tiene una limitación inherente, a saber, el
tamaño del cajón.

• La arena: La arena representa el instinto, la naturaleza, lo maternal y los poderes


sanadores de la Madre Tierra (Kalff, 1980); por lo común se utiliza arena esterilizada,
ligera, de grano fino y en general cada arenero se llena de arena a la mitad, por lo general
con 4.5 a 7 kg.
• El agua: es central para el proceso de juego con arena, ya que no sólo simboliza al
inconsciente, sino que desempeña una función integral en el proceso de transformación.
De manera práctica, el agua se utiliza en el arenero de diversas formas:
o Hacer desaparecer una forma y crear una nueva.
o Humedecer la arena y facilitar que se modele y se le dé forma.
o Para alterar y suavizar.
o Para inundar o sumergir.
o Para disolver una escena existente.

33
A fin de mantener húmeda la arena en forma adecuada, la mayoría de los terapeutas de juego
con arena mojan la arena de uno de los areneros con cerca de un litro de agua cada tercer día
aproximadamente. La arena sólo debe estar un tanto húmeda y se debería poder moldear al
tocarla. La mayoría de los terapeutas conservan una cantidad adicional de agua a la mano en
una jarra, en una botella con aspersor, o ambas, para el uso de los participantes. Además de
verter agua de manera directa en el arenero, los pacientes también seleccionan objetos que
representan agua, como trozos de espejo, tapas brillantes o platos planos que contienen agua
real. También apartan la arena del interior del arenero, dejando expuesto el fondo azul cuando
desean representar un lago, río u océano.

• Miniaturas: Las figuras disponibles deberían conformar una muestra representativa de


todos los objetos animados e inanimados que es factible encontrar en el mundo externo,
así como en el mundo imaginario interno. Tales miniaturas ayudan a desencadenar la
experiencia interna y facilitan la expresión de los sentimientos, emociones o situaciones
representadas en el arenero. La creación de la colección es una experiencia personal para
cada terapeuta y refleja su propia individualidad, cualidades y conocimiento. No hay
estándares recomendados en cuanto a la cantidad o variedad de miniaturas; sin embargo,
la variedad y tipo de objetos son consideraciones importantes en el desarrollo de una
colección que ofrezca opciones suficientes y polifacéticas que estimulen la imaginación.
Así, por ejemplo, la colección debería contener objetos que sirvan de símbolos primitivos,
agresivos y feroces, además de aquellos que reflejen la vida y espiritualidad comunes.
Cuando un paciente entra al consultorio de un terapeuta de juego con arena, es frecuente
que se vea sorprendido al toparse con cientos de miniaturas y de objetos pequeños
arreglados y clasificados por tipo sobre estantes abiertos. Algunas categorías principales
son:
- Personas. Adultos y niños de diversas nacionalidades, razas y religiones en todo tipo
de profesiones y condiciones sociales, así como héroes y villanos.
- Figuras de fantasía. Figuras de folclore, monstruos, brujas, hadas, demonios y de
caricaturas populares.
- Animales. Salvajes y domésticos, incluyendo peces y aves.
- Vegetación. Árboles, arbustos, setos, pasto y flores.
- Edificios y otras construcciones. Casas, iglesias, escuelas, hospitales, castillos y
tipis, así como bardas, puentes y rejas.

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- Vehículos. Terrestres, ferroviarios, marinos, aéreos y espaciales, así como transportes
de construcción y auxilio.
- Símbolos universales. Sol, Luna, estrellas, espejos, formas y símbolos religiosos.
- Objetos varios. Letreros de calles, muebles, implementos y armas.
- Materiales de propósitos múltiples. Hilo, canicas, trozos de madera del mar,
mosaicos, velas, conchas, piedras, vainas, plumas y papel.

El rol del terapeuta de juego con arena es establecer un espacio libre y protegido en donde el
paciente consiga relajarse, y permitir el acceso y expresión de su estado interno.

La terapia de juego con arena es más efectiva con aquellos pacientes que estén abiertos a
utilizar una técnica no verbal a fin de explorar aspectos personales que tal vez desconozcan o
que estén obstaculizando su desarrollo. Muchos de estos pacientes, que buscan mayor insight
y significado, necesitan sanar heridas tempranas que continúan descarrilando su
funcionamiento total como adultos. Con frecuencia, quienes tienen dificultades para
expresarse de manera verbal debido a que se sienten bloqueados o incapaces de articular sus
sentimientos profundos, se encuentran abiertos y agradecidos del “vocabulario” expandido
que les proporciona el juego con arena. Esta técnica también funciona bien cuando es preciso
sobrellevar las diferencias culturales, en especial cuando el idioma principal del paciente es
diferente al del terapeuta.

Hay otras características que son de utilidad, entre ellas:

o Apertura al inconsciente creativo.


o Interés genuino en el cambio.
o Valentía para soportar el dolor y la incomodidad que demanda el ir más allá de la
persona o máscara social.

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o Disposición a tomar riesgos psicológicos a fin de lograr otro nivel de desarrollo.
o Curiosidad acerca de cuestiones vitales verbalmente inexpresables, como la muerte, el
morir, el abuso, el trauma.
o Actitud incluyente hacia los sueños, imágenes internas espontáneas y sucesos
sincrónicos.
o Capacidad de pensar de manera metafórica.
o Reconocimiento de la existencia de otra dimensión de la realidad más allá de la
conciencia yoica.

Como en todo tipo de juego, el proceso simbólico del juego con arena es tan natural como
respirar y puede actuar como puente hacia el terreno psíquico. Jung (1967, CW V.13, párrafo
36) afirmó que los símbolos surgen de forma espontánea a partir de dos fuentes: el
inconsciente (que produce símbolos de manera instintiva) y la experiencia propia de la
persona. Ambas fuentes son importantes en la observación de las escenas del juego con arena.
El terapeuta debe prestar su atención inicial a lo que el símbolo en el juego con arena
significa de manera personal para el paciente y no precipitarse a hacer generalizaciones. A fin
de descubrir lo que se puede encontrar a los niveles más profundos de la psique del individuo,
el significado del símbolo se debe comprender en términos del lenguaje simbólico privado
propio del paciente. Tomando como base las asociaciones personales del paciente, más
adelante quizá sea posible ampliar el símbolo por medio de un análisis de las
representaciones mitológicas, religiosas y folclóricas de materiales similares. El establecer
conexiones con mitos, historia, fantasía, imaginación, drama y poesía, suele proporcionar
significado y profundidad al proceso.

El juego con arena puede ser un trabajo vigorizante que le ofrece la oportunidad de añadir
otra dimensión de juego y variedad a su práctica clínica. Existen muchas oportunidades para
el futuro desarrollo y comprensión del juego con arena, incluyendo la experiencia del mismo
terapeuta sobre su propio proceso de juego con arena, lecturas y educación continua. En la
experiencia de las autoras de este capítulo, las propiedades autor reparadoras de la psique
activada por el juego con arena hacen posible profundizar el trabajo terapéutico con adultos,
permitiéndoles que se comuniquen en una forma no verbal que puede abrir para ellos todo un
mundo nuevo.

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GRUPOS DE JUEGO

"La mejor manera de envejecer era rejuvenecer al continuar jugando durante toda la vida"
Montague, Ashley (1981).

Irvin Yalom (1975) ha señalado que los grupos son capaces de: inculcar esperanza, promover
un sentido de pertenencia, impartir información, cultivar el altruismo, corregir las huellas
disfuncionales de la familia primaria, desarrollar las habilidades sociales, facilitar la
socialización, modelar habilidades de relación, proporcionar apoyo emocional y catarsis,
ayudar a las personas a vincularse entre sí, y atender a los problemas relacionados con el
significado y propósito de la vida.

Abraham Maslow y otros teóricos de la personalidad han defendido la naturaleza social del
individuo al insistir en que la personalidad humana se desarrolla dentro de contextos sociales
y a través de intereses sociales (Adler, 1927/ 1957).

Desde hace largo tiempo, la psicoterapia occidental ha valorado los grupos como una
experiencia curativa para todos los tipos de adultos. Yalom (1975) ha señalado que los grupos
son capaces de: inculcar esperanza, promover un sentido de pertenencia, impartir
información, cultivar el altruismo, corregir las huellas disfuncionales de la familia primaria,
desarrollar habilidades sociales, facilitar la socialización, modelar habilidades de relación,
proporcionar apoyo emocional y catarsis, ayudar a las personas a vincularse entre sí, y
atender a los problemas relacionados con el significado y propósito de la vida.

La terapia de juego ofrece la posibilidad de conducir en ambas direcciones: hacia la


obtención de alivio y hacia los estados naturales de afecto positivo que tal alivio hace posible.
El Círculo en movimiento se presentó como un medio para recuperar el placer natural, en
particular aquel que uno descubre en compañía de otros. Es frecuente que los psicólogos del

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desarrollo señalen que las heridas siempre ocurren en el contexto de las relaciones y que el
alivio también debe alcanzarse así. Al utilizar grupos de terapia de juego tanto para estimular
como para conducir en una nueva dirección las viejas heridas, es posible que uno se haga más
joven a medida que envejece y se torne más capaz de jugar con otras personas y con la vida
misma.

La curación, el crecimiento y la transformación parecen ocurrir en cuatro fases, cada una de


las cuales debe resolverse con éxito para que ocurra la siguiente. Con frecuencia uno avanza
momentáneamente a la siguiente fase y después regresa a la anterior para completarla; es
posible ver estas etapas en la curación física, emocional, cognitiva y transpersonal/espiritual.
Las fases son iguales y todas implican una recuperación del juego tanto autónomo como
subordinado.

• Conciencia es el primer paso dentro del Ciclo en movimiento. Inicia a medida que
comienza la terapia grupal de juego y también cuando empieza cada sesión. La conciencia
limitada hace que las personas acudan a terapia, cuando se dicen “Algo está pasando y
quiero ver de qué se trata”. Uno se impulsa hacia la salud cuando algo que estaba
almacenado en la oscuridad debe ser expuesto a la luz. El individuo gravita hacia otros
cuando necesita obtener alivio a través de la presencia de los demás. La primera fase
implica enfocar nuestra atención en nuestras sensaciones, sentimientos y pensamientos
que no habíamos reconocido antes. La Conciencia es una especie de luz y cuando uno
crea un rayo de esa luz y lo apunta sobre alguna parte de su existencia, ocurre la atención.
Toda persona comparte el patrimonio de una capacidad para prestar atención
incondicional a los detalles originales de la vida.

• A continuación prosigue la Apropiación de aquello que ha surgido. La atención de alta


calidad saca a la luz las cosas ocultas y la fase de Apropiación se trata de tomar esos
sentimientos y pensamientos revelados y trabajar de manera directa con ellos dentro del
grupo. La fase de Apropiación sigue la idea de Einstein de que es necesario cambiar la
conciencia para resolver los problemas. En el acto de Apropiación, el individuo asume
una profunda responsabilidad personal sobre uno mismo y acerca de lo que el grupo
presenta. Porque es a partir de esta “capacidad para responder” que el material
recientemente revelado y que proviene del inconsciente, es capaz de cambiar de algo que
no le pertenece al individuo y que desconoce a algo que aumenta su poder. La
apropiación genera la energía, la siguiente fuente de combustible, para relacionarse de

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manera sincera; proporciona autoeficacia y un locus de control interno. En este momento,
uno dice las verdades más profundas posibles acerca de su propia experiencia; evita la
interpretación y depende del sustento primario de la descripción. Es a través de la
descripción que se hace posible acercarse a aquello que es real y verdadero. Cuando se
hace esto dentro de un grupo, crea intimidad, pertenencia y alivio social.

• La fase de Apreciación forma las piezas esenciales de una relación vinculada. Si uno
consigue manejar cualquier experiencia que tenga, entonces no tendrá que defender o
controlar su relación con los demás. Cuando el individuo permanece en un diálogo
consigo mismo, será capaz de lograr un diálogo íntimo con los demás. Las conductas
lúdicas en la fase de Apreciación recuperan los estilos de juego social de los que habló
Fred Donaldson en Playing by Heart (1993).

• La cuarta etapa es de Acción y encamina al individuo a la verdad muy real de que ahora
es necesario dejar la habitación de terapia y regresar a su vida cotidiana. Cuando se ha
completado la etapa de Apreciación, el grupo experimenta un alivio interno. Para que este
alivio sea permanente, debe encontrar un sitio en el ambiente externo. Esto implica
literalmente utilizar los propios pensamientos, sentimientos y cuerpos de manera diferente
y perpetuar esta diferencia a través de comportamientos lúdicos diarios. La fase de acción
se refiere a la transición al mundo exterior y a una intención de manifestarse de manera
diferente dentro de él. Quizá el individuo camine de modo más relajado; tal vez se ha
desvanecido un poco la renuencia a revelarse a sí mismo. Es preciso practicar este cambio
e incluirlo dentro del repertorio conductual o de otro modo se disuelve, al igual que todos
los sueños e impulsos.

Actividades posibles en la fase de Conciencia:


a) Actividades de conciencia sensorial (informar los estados internos a los demás).
b) Dibujo de la imagen corporal (trazar el propio cuerpo en papel y añadir detalles,
tanto físicos como psicológicos).
c) Recopilar los historiales de juego y compartirlos.
d) Oscilar la atención, oscilar la audición hacia el exterior con la audición hacia el
interior.
e) Trabajo de personajes (actuar los diversos personajes que asumen y utilizan los
adultos).

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f) Parejas que se presentan uno al otro (cómo le gusta jugar a mi compañero, a qué le
teme, qué es lo que desea de este grupo).
g) Respiración plena.
h) Juego psicodramático —¿cómo obtengo la atención de otras personas?—;
seducción, amenaza, quejas, negociación, emoción, sentido del humor.
i) Dibujo grupal —en qué punto se encuentra el grupo ahora—; cada persona
contribuye una línea.
j) Actividad de “Todos mis conocidos” realizada en círculo. Una persona se coloca
al centro y enuncia alguna característica (p. ej., “Todos mis conocidos que tienen
el pelo castaño”) y todos los participantes con pelo castaño deben correr a un
punto diferente. El último queda en medio y enuncia la siguiente característica.

Actividades posibles en la fase de Apropiación:


a) Conocer mis defensas (representar la pelea, la huida, congelarse y desmayarse
como un animal).
b) Esculpir las relaciones —cómo era mi familia; cómo es en este grupo; cómo
quiero ser.
c) Trabajo de personajes (víctima, salvador, triángulo persecutorio); role playing,
representación de niveles del personaje, adivinar los personajes de otra persona.
d) Respiración intensa en grupo (respirar uno sólo, respirar como grupo, intensificar
la respiración para revitalizar la energía dentro del grupo).

Actividades posibles en la fase de Apreciación:

a) Ejercicio sobre qué me agrada de ti, qué me agrada de mí.


b) Ejercicio en lograr que otros rían.
c) Escribir notas sobre una cosa que me agrade de cada persona, recolectarlas, ordenarlas
y darlas a cada uno de los miembros, quienes tienen que leerlas en voz alta, respirar y
hacer contacto visual.
d) Contar una historia de amor (pasar la narrativa de modo que cada persona añada la
siguiente línea) y procesarla posteriormente mediante examinar los temas
relacionados con el amor.

Actividades posibles en la fase de Acción:

a) Poner por escrito las ideas para proyectos diarios de juego y compartirlas.

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b) Baile al unísono.
c) Dibujo grupal (en qué punto se encuentra el grupo ahora).
d) Dibujar la cronografía del grupo (en papel encerado) indicando todos los sucesos
significativos.
e) Ejercicio de “si me fuera a morir mañana, cómo jugaría hasta ese momento”.
f) Filas paralelas, unos frente a otros —un minuto de juego no verbal, un minuto de
conclusión verbal con la otra persona frente a uno, después moverse a un lado y
quedar de frente a la siguiente persona.
g) Tiempo para expresar de manera verbal cualquier asunto inconcluso.
h) Ritual del adiós creado por el grupo.

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V. Conclusiones

Conceptualizar al juego como un proceso espontaneo y natural del desarrollo humano,


genera un entorno amigable para los jugadores y permite fácil involucramiento a la
cultura de su contexto.

El rol activo del adulto requiere de crear las oportunidades de estímulo con materiales
que el entorno le provee y con estrategia; base sugerida: para iniciar el juego, basadas
en las características que el grupo de jugadores provee. El adulto no limita en tiempo
ni espacio, sino que es un agente que transmite seguridad y afectividad en la ejecución
del juego.

Identificar las características de coda edad fortalece el significado que le da cada niño
al momento de jugar, porque se adecuan los estímulos y las estrategias del juego a sus
capacidades: y posibilidades motoras, creando un entorno que motiva a experimentar
y crear nuevos conocimientos.

La vinculación del juego con el desarrollo motor es inevitable, ya que a través del
juego se orienta el desarrollo de las capacidades y habilidades motoras, mejorando y
aumentando la efectividad del movimiento, que es útil en la vida del ser humano y
que comprende habilidades que el cuerpo tiene que dominar para resolver problemas
de orden motor.

Se debe de integrar todo proceso de estimulación y aprendizaje al juego, ya que es


imposible designarlo del niño, porque se define como el medio principal para vivir
dentro de un contexto. Además de ser un derecho de los niños inviolable para el
mundo entero.

En el juego el único fin es la expresión, utilizando todos los medios para lograría, el
lenguaje, el cuerpo, la convivencia con los demás: y esto provoca generar
conocimientos y estructuras nuevos como resultado de la interacción de todos los
componentes antes mencionados.

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VI. ANEXOS
Ejercicios para terapia de parejas:

 Objetivo del ejercicio: Es la mejora de la relación de pareja por medio del intercambio de
conductas positivas, sin que llegue a ser un intercambio comercial del tipo "tú me das y por
tanto yo te doy". Evita llegar a afirmar cosas tan dañinas en una relación como: "Yo doy
mucho más que tú".

Reglas del ejercicio

1. Haz una lista de las cosas que tú crees que mejorarían la relación. No tienes que
comprometerte a hacerlas solamente tienes que listarlas. Haz la lista en solitario no las
comentes ni se la enseñes a la pareja. Han de ser operativas, es decir, tienen que
notarse y un observador imparcial tiene que poder decir si la has hecho o no. Luego
las comentarás con el terapeuta en la sesión solamente para puntualizarlas y completar
la lista.
2. La lista elaborada se la das a tu pareja, pero sin comentarios.
3. Luego, eliges algo de la lista y lo haces, sin avisar y sin compromiso. Tomas nota de
lo que haces, del resultado obtenido y de la dificultad que has encontrado.
4. Después se comenta con la pareja y se perfecciona lo que merece la pena. Hay que
tener en cuenta que se ha hecho porque se ha querido y no porque se ha exigido, ni el
terapeuta ni la pareja. En esta sesión se pueden hacer sugerencias a la pareja sobre
cosas que le gustaría hacer, pero no son peticiones ni prescripciones.
5. Puede haber conductas que solamente se hagan una vez. Hay que puntualizarlo; por
ejemplo, iniciar de nuevo una luna de miel.

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VII. Bibliografía

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