la antropología que estudia el origen, desarrollo y evolución de los fenómenos religiosos en las distintas sociedades y grupos humanos. La antropología moderna adopta una completa continuidad entre el pensamiento mágico y la religión y que cada religión es un producto cultural creado por la comunidad que la práctica. A partir de la definición de un concepto ha de tenerse en cuenta que se ha llegado a dicha definición partiendo de innumerables datos y casos particulares. Aun teniendo el defecto de incluir en la misma la visión o interpretación de quien estudia los datos, la definición como punto de partida para una explicación constituye la segunda parte de un proceso inductivo-deductivo. En el primer grupo tenemos interpretaciones de la religión como explicación racional de los misterios de la naturaleza, es la religión animista,3 también se ha visto en lo religioso una forma de controlar los fenómenos a través de la magia,4 o como respuesta a los sentimientos de soledad ante los fenómenos de la naturaleza o el misterio de la muerte.5 Durkheim concibe la religión como inseparable de la organización social – totemismo–. Cada época o entorno sociocultural hace un enfoque conceptual diferente del término religión. Para la cultura occidental hay religiones primitivas o politeístas y religiones monoteístas o «del libro», por alusión a que se ha recogido en escrituras los dogmas de fe y de la moral. Entre las definiciones teológico-filosóficas tenemos a una larga lista de filósofos, teólogos y estudiosos que enfocan la religión de forma esencialista. Tratan de definir lo religioso por su contenido, sus dogmas. La religión como sistema de creencias. Pero este tipo de definición al no llegar a explicar conceptos como lo sagrado, el misterio o lo absoluto dejan la puerta abierta a otro tipo de explicaciones. Las definiciones antropológicas son funcionalistas, se fijan en la acción, la estructura social y los aspectos pragmáticos. Frente al esencialismo de lo sagrado y lo profano como explicación del mundo, se oponen la interpretación de las creencias y ritos como elementos activos de control, o la religión como una estructura social.6 En los pueblos primitivos, la religión constituye el principal entramado social que brinda estabilidad y afán de supervivencia al grupo a través del mito. Estos grupos se sienten descendientes de un dios, semidiós o héroe y con un cometido místico (ritos). En las sociedades modernas, la religión ha perdido importancia en estas funciones. Ya no representa la única forma de moral, al desarrollarse el Derecho; y las instituciones del Estado desempeñan gran parte de las funciones que tradicionalmente venía realizando la religión. Las funsiones más elementales de la vida religiosa se pueden resumir en estas: Cosmovisión o interpretación del mundo: origen, sentido, destino, salvación. Estabilidad social, dirigida al grupo como tal,
a través de la sacralización de la familia y el
trabajo, de la moral y la autoridad, instituciones, ritos de paso y de sacrificio, etcétera. Función económica y de control. Aparición
del capitalismo (Max Weber).
Función psicológica, de estabilidad
emocional, dirigida al individuo: sentido a la
vida, salvación individual mediante la gracia, integración en la comunidad celeste mediante la salvación. En la definición nominal, tampoco hay acuerdo entre los estudiosos de este campo. Unos la hacen derivar de la palabra latina religere, en el sentido de preocupación, de prestar atención, de práctica intimista (Galio); otros, del término relegere, como actividad social y legal perteneciente a lo público y a la esfera del Estado (Cicerón) y otros, de religere, como atadura y unión con lo divino a través de la moral (san Agustín).