Seminarista: Clelia Cruz Marco de referencia conceptual En este trabajo abordamos la problemática de la comunicación desde un enfoque pragmático. Nos interesa mostrar la relación formas-intenciones de las consignas escolares de Lengua y Ciencias Sociales desde un nivel textual. La elección del enfoque tiene que ver fundamentalmente con dos elementos: la posibilidad de acceder al análisis de las consignas desde el enunciado a partir de una perspectiva pragmática y el valor dado por este enfoque teórico al propósito comunicativo. En la presentación de los lineamientos teóricos asumidos optamos por un breve recorrido en el que se articulan dimensiones fundamentales para este trabajo: 1- la pragmática estudia el lenguaje en uso. 2- la vinculación entre significado semántico y pragmático en la consigna escolar. 3- la caracterización de la pragmática como marco teórico-metodológico de esta investigación. 4- la consigna escolar como objeto complejo que es considerado desde su nivel textual. De acuerdo con lo antes expresado, planteamos una construcción dialéctica que nos permite encuadrar teóricamente nuestro análisis. Stephen C. Levinson, en su obra titulada Pragmática (1989), señala que no existe una teoría pragmática que abarque un objeto de estudio tan amplio y diverso, que requiere ser explicado desde distintas perspectivas; cada una de sus líneas teóricas ilumina un aspecto del objeto. Es en este sentido en el que se constituye como un campo de conocimiento poco uniforme y escasamente estructurado, impreciso en sus propios límites teóricos; un campo en el que confluyen diversos centros de interés, pero en el que es posible reconocer una idéntica perspectiva: la comprensión del modo en que la lengua funciona en procesos comunicativos. Es decir, se ubica como el conjunto de teorías que, desde distintos puntos de vista -no necesariamente convergentes- recortan dentro de los estudios lingüísticos dos aspectos que las teorías lingüísticas de principios de siglo XX nunca focalizaron: el uso y el contexto. Estas nociones presuponen un sujeto que no solo las condiciona, sino que las transforma en mutuamente implicadas. Emplear una lengua supone un sujeto que la use para algo en un contexto determinado. A las líneas fundacionales de la pragmática les cabe la denominación de teorías de la acción comunicativa; específicamente, de las acciones lingüísticas: con las palabras, con el uso del lenguaje podemos cambiar el estado de cosas del mundo. Uno de los textos más significativos de esta línea teórica es Cómo hacer cosas con palabras (1982). En este grupo se inscribe: la Teoría de los Actos de Habla. Los actos de habla se clasifican en directos e indirectos. Los primeros se realizan cuando lo que decimos coincide con lo que queremos decir, por lo cual la fuerza ilocutiva que queremos darle a nuestras palabras es la que justamente tienen. En cambio, en los actos de habla indirectos ocurre todo lo contrario, pues sobre un mismo enunciado recaen dos fuerzas ilocutivas diferentes, una primaria (F.I.P) y otra secundaria (F.I.S). Lo notable de los actos de habla indirectos –señala Searle (1969)- es que el hablante da a entender a sus interlocutores una cosa diferente de lo que realmente dice y el oyente entiende o puede entender perfectamente al hablante a pesar de ello. A partir de las palabras expresadas por Searle (1969) podemos advertir que la riqueza de empleo del lenguaje (directo-indirecto) no imposibilita la interpretación eficiente del receptor. Las teorías discursivas conforman otra de las líneas de la pragmática. Entre ellas, se destacan: las teorías de la enunciación de línea francesa (Benveniste 1972, Ducrot 1984, Kerbrat-Orecchioni 1986). Por último, también se incluyen en la perspectiva pragmática, las teorías textuales. En este orden se distinguen dos vertientes: las que apuntan a dar cuenta del texto en tanto unidad de lenguaje en uso y las que lo utilizan como la construcción teórica analizable a partir de la producción concreta que se denomina discurso (van Dijk 1980).
La pragmática estudia cómo los hablantes producimos significados intencionales y
cómo los interpretamos dentro de un contexto. El significado de una palabra está determinado por su uso. Cada palabra se carga de significado o lo adquiere en el juego del lenguaje en que es empleada; con lo cual se plantea la noción de significado contextual. Esto nos permite reflexionar sobre el uso práctico del lenguaje. La pragmática diferencia lo que se dice y lo que se quiere decir o se tiene la intención de decir. En este caso, lo dicho pertenece a la semántica y, lo comunicado, a la pragmática. Esta diferencia entre lo dicho explícitamente y lo comunicado implícitamente es la que media entre la semántica y la pragmática. Finalmente hay que señalar que la semántica y la pragmática bien pueden ser consideradas como dos perspectivas complementarias de observación de un mismo objeto y para deslindarlas, un principio de solución consiste en atender a las relaciones entre lo que dice la frase y lo que quiere decir el hablante. A la Pragmática no le interesa el significado referencial en función de la asignación de valores veritativos (verdadero-falso) sino el significado que desborda dicho valor. Le interesa el significado que el hablante quiere comunicar; lo que no se dice pero también se comunica. Reconocer la intención comunicativa implica mucho más que reconocer el significado de las palabras. A la pragmática también le atañen los principios de uso e interpretación del lenguaje que explican cómo puede añadirse un significado extra (en sentido amplio) a los enunciados sin que – de hecho- estén codificados en ellos. En este último sentido, la pragmática se ocupa de estudiar aquellos aspectos del significado que no están contemplados en una teoría semántica. Herbert Paul Grice (1975) reconoce la existencia de tres niveles de significado, contrastando las nociones significado del hablante (SH) y significado de la frase (SF) y, entre ambos, un nivel intermedio denominado significado enunciativo (SE). El significado de la frase está determinado por los componentes lingüísticos explícitos, en tanto que el significado enunciativo consiste en la actualización del significado de la frase pronunciada por un hablante concreto en un momento y lugar concretos. El significado enunciativo (SE) es un suplemento del significado de la frase, producido por las informaciones contextuales. La adquisición de significados diferentes de los expresados lingüísticamente y de los que derivan del suplemento deíctico del significado de la frase (SF) depende del desciframiento de posteriores coordenadas contextuales. Estas coordenadas tienen en cuenta fenómenos mentales y psicológicos como los conocimientos compartidos y las intenciones de los participantes que varían de un intercambio a otro y pueden alejarse bastante del significado de la frase. Finalmente, el significado del hablante (SH) representa el resultado de un proceso inferencial fundado en los conocimientos que proporciona el contexto de la enunciación. A este significado intencional, Grice (1975) lo denomina “no-natural” (“meaning-nn”) y lo describe como un tipo especial de intención destinada a ser reconocida como tal por quien la recibe. En su teoría, el significado enunciativo corresponde a “aquello que se dice”, mientras que el significado del hablante (SH) a “aquello que se comunica”; “aquello que se dice” está constituido por el significado de la frase y algunos ingredientes contextuales, mientras que “aquello que se comunica” está constituido por lo que se dice más lo que se implica o comunica por implicación. Esta concepción del significado sustentada por Grice (1975) orienta acerca del significado que le interesa estudiar a la Pragmática. Como ya se dijo, la interpretación del significado del hablante (SH) es el resultado de la interpretación de un proceso de decodificación y de la derivación de inferencias: inferimos lo que se nos quiso decir, que no suele estar totalmente explícito. Por su parte para Wittgenstein el significado de una expresión está determinado por el significado de la expresión manifestada y por las circunstancias pragmáticas de la manifestación. Es decir: quién habla, a quién le habla, cuándo y dónde. De acuerdo con lo antes planteado, la Pragmática se ocupa de estudiar los principios regulares que guían los procesos de interpretación lingüística. Interpretar lo que otro dice es reconocer una intención comunicativa y esto es mucho más que reconocer el significado de las palabras, comprender un enunciado es decodificar o calcular todo lo que podría haber querido decir el hablante del enunciado. En este sentido, la Pragmática intenta precisar los mecanismos por medio de los cuales el hablante puede significar algo más de lo que dice, explotando de manera creativa las convenciones comunicativas. De la explicitación realizada sobre el significado en el marco de la pragmática subrayamos que dicha comunicación nos posibilita abrir un abanico de posibilidades que el lenguaje nos brinda. En nuestro trabajo usaremos el modelo de situación ya que este se enmarca en un enfoque semántico –pragmático. Solo, nos centraremos en la lectura comprensiva. Parodi, G (2005) al respecto dice: “el proceso de lectura comprensiva aún es- para muchos investigadores- ciertamente un asunto lleno de incógnitas” Como bien sabemos en los años 60 surge la creación de modelos gracias a la influencia de la lingüística computacional y los estudios sobre inteligencia artificial. Es el mismo Parodi (2005) quien estudia los cinco modelos principales sobre la comprensión: Modelo de situación (vanDijk &Kintsch, 1983). Modelo integral (Peronard& Gómez Macker, 1985). Teoría construccionista 8Graesser, Singer &Trabasso, 1994) Modelo de construcción-integración (Kintsch, 1988) Modelo de Indización de eventos (Zwaan, Langston&Graesser, 1995) En el primer modelo, el lector establece una retroalimentación entre la información procedente de unidades menores (palabras) a unidades mayores (texto). En la comprensión, el lector utiliza el texto como fuente de información y la combina con datos del contexto y de sus esquemas de conocimiento previo. Las estrategias a tener en cuenta en el modelo texto de base son microestructurales, macroestructurales y superestructurales. La primera relaciona oraciones entre sí, conecta referentes, establece relaciones temporales, causales, condicionales; la segunda permite distinguir la idea principal (macroestructura semántica) y el acto de habla global (macroestructura pragmática); la tercera reconoce la organización formal del texto (clases textuales). Para abordar teóricamente el concepto de consigna -inicialmente- tomamos la definición de Fajre y Arancibia (2000) quienes la consideran “un texto instruccional por excelencia que se constituye en una de las prácticas escolares más corrientes y menos analizadas críticamente”; también, incluiremos a: Riestra (2002) y Atorresi (2005). Para trabajar intención comunicativa, enunciados directos e indirectos apelaremos a: Escandell Vidal, (1996), Reyes, (1995), García Negroni, & Tordesillas Colado (2001).
Bibliografía
Atorresi, A (2005). Construcción y evaluación de consignas para evaluar la escritura como
competencia para la vida. Enunciación Austin, J. (1982) ¿Cómo hacer cosas con palabras?, Madrid, Cátedra. Benveniste, E. (1972). Problemas de lingüística general, T. I, México, Siglo XXI. Denzin, N. & Licoln,Y. Introduction (1994): Entering the field of qualitative research. Thousand Oaks, California, Sage. Ducrot, O. (1984). El decir y lo dicho, Buenos Aires, Hachette. Escandell Vidal, M. V. (1996). Introducción a la pragmática, Barcelona, Ariel. Fajre, C. & Arancibia, V. (2000). La consigna: un manual de instrucciones para leer en la escuela. Recuperado de http://www.ucm.es García Negroni, M.M. & Tordesillas Colado, M. (2001).La enunciación en la lengua. De la deixis a la polifonía. Madrid: Gredos. Grice, H. P (1975). “Lógica y conversación”, en Valdez Villanueva, L. M. (ed) La búsqueda del significado, Madrid, Tecnos, 1991, pp. 511-530. Levinson, Sthepen C. (1989). Pragmática, Barcelona, Teide. Riestra, Dora (2002). Lectura y escritura en la universidad: las consignas de tareas en la planificación dela reenseñanza de la lengua. Recuyperado de http//www.ehu.es Kerbrat – Orecchioni, C. (1986). La enunciación. De la subjetividad en el lenguaje, Buenos Aires, Hachette.