Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
contemporáneos
de la Ética y la Bioética
Presentación 7
Parte I
Perspectivas teóricas entorno a la ética y la Bioética 13
Parte II
Bioética y sustentabilidad ecológica 89
Parte III
Problemáticas contemporáneas del dominio y
control de los cuerpos humanos 179
7
Pareciera que ante esto no podemos hacer mucho y que, como señala el
Maniiesto Última Llamada, si no hacemos algo pronto lo único que nos queda
por hacer será aceptar y soportar la destrucción causada por nosotros mismos.
Así, los nuevos fenómenos que estamos presenciando requieren de toda una
nueva capacidad de relexión por parte de aquellos que estamos tratando de
aprehender precisamente la singularidad de cada fenómeno que, por su propia
particularidad, se encuentra en constante cambio. De esta manera, las respues-
tas ya no pueden ser las que le correspondían a los fenómenos del siglo XX,
aunque encontremos muchas similitudes o simplemente porque sea el mismo
fenómeno. Esto en su diferencia exige irremediablemente una relexión pro-
pia y por el mismo hecho respuestas propias y pertinentes. Es en este sentido
que se han propuesto los diferentes apartados de este volumen, pues se bus-
caba proponer y abordar no sólo teóricamente los fenómenos expuestos, sino
presentar propiamente la relexión sobre temas concretos que tienen que ver
con nuestra propia cotidianidad y con eso que va propiamente de lo ético a lo
bioético.
8
vida vegetal? Si esto no es así, ¿por qué y con qué intereses y ines? Si aceptamos
que la vida de los no humanos puede ser comparada con la de los humanos,
¿seguiríamos actuando de la misma forma, o sea, seguiríamos alimentándonos
con sus cuerpos o vistiéndonos con sus pieles? Toda una serie de preguntas
se abre al momento de la vida vegetal: ¿Cuáles son las consecuencias de la
aplicación de transgénicos sobre esta vida? ¿Se piensa la vida vegetal sólo en la
medida en que produce efectos positivos o negativos sobre otras especies? ¿Es
aceptable el desarrollo y la producción de la vida vegetal en exceso si se mira
desde la sustentabilidad? Estas y otras muchas preguntas podrían ser las cau-
santes de toda una nueva relexión sobre los temas que aquí se plantean, pero
entendamos que el espectro de la ética y de la bioética ha tenido una apertura
enorme, en la cual debemos incluir nuevos fenómenos que estén sujetos a esas
categorías de la ciencia y de la vida y propiamente a la de las ciencias de la vida.
9
desplazamientos que son corrientes hoy en día: todo esto deriva
de una economía de mercado, o de la explotación capitalista, o
simplemente, de esta sociedad podrida (entonces los problemas
del sexo, de la delincuencia, de la locura se reenvían a ‘otra’
sociedad).
10
el cuerpo y sus transformaciones frente a los mecanismos de poder, el rol de
la mujer y el hombre en las comunidades indígenas y, donde se desvanece el
concepto vida, el tema sobre el cadáver en relación a sus regulaciones legales.
Después de todo, lo que se espera es que el lector encuentre esa posibilidad
para pensar de otro modo la realidad de hoy, tan abrumadora pero abierta a
las ininitas posibilidades.
11
Parte I
Perspectivas teóricas entorno a la
ética y la Bioética
13
Bioética y sincretismo argumentativo:
un estudio a la legislación
Consideraciones generales
15
ción Universal de los Derechos del Animal, adoptada por la Liga Internacional
de los Derechos del Animal a las ligas nacionales ailiadas tras la III Reunión
sobre los Derechos del Animal, celebrada en Londres, del 21 al 23 de septiem-
bre de 1977. La declaración fue proclamada el 15 de octubre de 1978.
2 El estudio en Querétaro se ha limitado únicamente a los toros de lidia y a los animales que participan en circos –pero sólo
el tipo de circo terrestre- excluyendo a los animales marinos que suelen aparecer en otros tipos de espectáculos iguales.
16
caliicado como humano3, circunstancia que es conirmada por el pensamiento
de Ferrajoli en cuanto a la selección de sujetos a reconocerles estatus jurídico.
a) Consideraciones éticas
Para Paulina Rivero Weber y Ruy Pérez Tamayo (2007), en su libro Ética y
bioética, en la construcción de la bioética el pensamiento de Platón insistía en
tres aspectos que conforman la ética y que deben estar siempre presentes: 1.
Para hablar de ética es necesario deliberar, utilizando la razón y no los senti-
mientos, 2. La ética implica pensar por cuenta propia sin hacer caso de lo que
diga la mayoría (no es una decisión democrática), y 3. La ética requiere que se
asuma un cometido fundamental: nunca ser injustos.
3 El Código Civil del Estado deine dos conceptos: “personas” y “cosas”, pero no trata de “animales”, que no son ni unas
ni otras. Habría que decir que los animales por sí mismos no son sujetos de derechos ni de responsabilidades, pero las
personas sí tenemos responsabilidades hacia ellos. Desde el punto de vista bioético, podemos decir que los animales no
son sujetos morales, pero sí objetos morales. Los problemas éticos no son con otros seres humanos, sino con seres no
humanos, otros que aún no son seres humano se incuso con seres que aún no son seres.
4 La bioética trata de relacionar los juicios de valor con los hechos biológicos, y en ese contexto amplio no hay duda de que
los “derechos de los animales” como seres vivos tienen un claro signiicado bioético. Ejemplo de ello es la experimenta-
ción con animales con ines preponderantemente no cientíicos, como los productos de belleza.
17
b) Consideraciones argumentativas
6 Ver Norma Oicial Mexicana de Emergencia NOM-EM-136-ECOL-2002, no es innovativa ya que sólo regula y desarro-
lla el contenido de las leyes. SJF, 9ª. Época, tesis aislada, TCC, Enero 2005.
18
El sincretismo denunciado tiene como propósito airmar que en las relacio-
nes de derecho no sólo se encuentra el hombre, sino también todos aquellos a
los cuales el hombre pueda vulnerar sus derechos fundamentales, encontrando
de este modo que los sujetos del derecho no son exclusivamente hombres, tam-
bién lo son los demás seres vivos y el mundo, puesto que éstos también tienen
derechos fundamentales que deben ser salvaguardados por el derecho, sin que
ello signiique atribuirle conceptos propios del ser humano.
c) Consideraciones jurídicas
19
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS
DEL ANIMAL7
Artículo 2
Artículo 4
20
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
21
médicos, cientíicos, comerciales, o de cualquier otra
forma de experimentación.
Artículo 10
Artículo 11. Todo acto que implique la muerte del animal sin
necesidad, es un biocidio, es decir, un crimen contra la vida.
Artículo 12
22
Artículo 13
Artículo 14
23
Actualmente casi toda la bibliografía iberoamericana, así como las reso-
luciones en materia de dignidad y derechos fundamentales a cargo del Poder
Judicial Federal, suele adscribirse al pensamiento garantista de Ferrajoli (2001)
para deinir a los derechos fundamentales, en los términos siguientes:
8 Al respecto, el profesor Gregorio Peces-Barba también reiere que los derechos fundamentales encuentran sustento en
un sistema de valores previo (dimensión material) y sólo alcanzan su plenitud cuándo: 1) una norma jurídica los reco-
noce, 2) de tal norma se desprenden un conjunto de facultades o derechos subjetivos y, 3) los titulares pueden contar con
el aparato coactivo del Estado para la protección de tales derechos.
24
nozcan sólo parcialmente, dan origen a una interesante tipología de derechos,
en una perspectiva teórica. Ciudadanía y capacidad de obrar, por el hecho de
que no se reconocen a todos los individuos, pueden dar origen a dos gran-
des divisiones de los derechos. La primera entre derechos de la personalidad
y derechos de ciudadanía, y la segunda entre derechos primarios y derechos
secundarios. La primera denota derechos que pertenecen a todos o sólo a los
ciudadanos, mientras que la segunda se reiere a derechos que pertenecen a
todos o sólo a las personas capaces de obrar, y combinándolas se generan cua-
tro clases de derechos. Los derechos humanos, que son derechos primarios de
las personas, que pertenecen a todos los individuos por el solo hecho de ser
personas, y que incluyen el derecho a la vida y a la integridad física, la libertad
de conciencia, el derecho a la salud y a la instrucción.
Así, sea que nos abracemos a una corriente positiva o natural de los dere-
chos para deinir a los Derechos Fundamentales, los mismos obedecen a un
reconocimiento especíico en un tiempo y lugar determinado; así, los mismos
responden a una vigencia, tienen una edad, son producto de su tiempo y de las
necesidades concretas que desarrollan las sociedades y los individuos dentro
de coordenadas espaciales y temporales determinadas, así como también res-
ponden a una serie de aspiraciones y mutaciones morales, éticas, sociales, cul-
turales, económicas y de carácter eminentemente políticas, consideración que
nos lleva a lo siguiente: En todos los Estados democráticos los Derechos Fun-
damentales se han convertido en una escala de evaluación de la legitimidad de
los poderes públicos. El ejercicio de los Poderes democráticamente conquista-
dos debe corresponderse con una política de respeto y de compromiso con los
derechos; de otra forma los Poderes públicos enfrentarán, cuando menos, un
déicit de legitimidad de ejercicio. Legitimidad que en el estado de Querétaro
ha pretendido garantizarse a través de la legislación en protección a un reco-
nocimiento jurídico en favor de los animales.
25
La ética animal en el estado de Querétaro
26
PODER LEGISLATIVO
CONSIDERANDO
27
con los mismos, que las comunidades, los grupos y, en algunos
casos, los individuos reconocen como parte de su legado cultural.
28
principalmente por el Acueducto, obra que como sabemos es de-
bida a Don Juan Antonio de Urrutia y Arana Pérez de Inoriza y
Echávarry, Marqués de la Villa del Villar del Águila y Caballero
de la Orden de Alcántara; las tradiciones y costumbres arraigadas
desde hace tanto tiempo, deben preservarse y promoverse para
que sigan siendo parte de la identidad de los queretanos.
29
8. Que dichas ganaderías han aportado a la iesta taurina innumera-
bles e inmejorables ejemplares que permiten al torero lucir todo
su esplendor y aunque no se tiene datos exactos para asegurar
desde qué fecha las haciendas de Querétaro se dedicaron a la
crianza de ganado bravo, podemos estar seguros de que esta ac-
tividad debió estar presente desde inales del siglo XVI o inicios
del siglo XVII.
30
Sr. Silvestre Méndez. Luego, en el año de 1898, fue construida la
famosa Plaza Colón en la actual calle de Zaragoza, entre las ca-
lles de Allende y Colón, plaza que fue escenario de gran cantidad
de corridas de toros, donde las ganaderías queretanas, así como
las de casi todo el País, enviaron sus encierros para que fueran
lidiados por toda la baraja de toreros mexicanos y españoles de
la época. Fue entonces que el 22 de diciembre de 1963, Don Ni-
colás González Jáuregui puso en operación la actual “Plaza Santa
María”, la cual tiene una capacidad para 10,000 espectadores, ade-
más de que es una ediicación de gran belleza arquitectónica. Asi-
mismo, con el ánimo de no quedares atrás, los Hermanos Torres
Landa, inauguraron el 5 de mayo de 1988 la bellísima plaza de
“Provincia Juriquilla”, donde también se han presentado carteles
de magníica importancia.
31
13. Que desde el punto de vista económico, es importante reconocer
la contribución de la iesta de los toros al Estado. Es una derrama
importante que contribuye al sostenimiento de muchas familias,
pues de manera indirecta la iesta brava produce empleos para el
personal que labora en restaurantes, valet parking, taxis, hoteles e
incluso para los artesanos que con el objetivo de vender sus pro-
ductos y servicios se acercan a los sitios donde se llevan a cabo las
corridas de toros.
32
DECRETO POR EL QUE SE DECLARA A LA FIESTA DE TO-
ROS PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DEL ESTADO
DE QUERÉTARO.
TRANSITORIOS
33
Artículo Tercero. Envíese al titular del Poder Ejecutivo del Esta-
do, para su publicación en el Periódico Oicial del Gobierno del
Estado “La Sombra de Arteaga”.
ATENTAMENTE
MESA DIRECTIVA
34
LIC. JOSÉ EDUARDO CALZADA ROVIROSA,
CONSIDERANDO
35
3. Que atendiendo a lo dispuesto en el artículo 29 de la Ley General
de Vida Silvestre, “Los Municipios, las Entidades Federativas y la
Federación, adoptarán las medidas de trato digno y respetuoso para
evitar o disminuir la tensión, sufrimiento, traumatismo y dolor que
se pudiera ocasionar a los ejemplares de fauna silvestre durante su
aprovechamiento, traslado, exhibición, cuarentena, entrenamiento,
comercialización y sacriicio”. Del mismo modo, en su numeral
30, menciona que el aprovechamiento de la fauna silvestre se lle-
vará a cabo de manera que se eviten o disminuyan los daños a la
fauna silvestre prohibiendo todo acto de crueldad en contra de la
fauna silvestre.
36
to, bebida, espacio suiciente o de abrigo contra la intemperie,
que cause o pueda causar daño a un animal, entre otros.
8. Que a nivel mundial, países como Suecia, Austria, Costa Rica, In-
dia, Finlandia, Venezuela, Colombia, Bolivia, Canadá, Singapur,
Ecuador, Perú, Estados Unidos, Argentina, Australia e Israel, han
prohibido ya los circos con animales en algunas ciudades y loca-
lidades.
10. Que una Ley debe ser un relejo del sentir social; por ello es me-
nester reformar la citada Ley de Protección Animal, en favor del
37
respeto y la protección a la vida de los animales silvestres, exóti-
cos y domésticos. Como representantes de la ciudadanía, debe-
mos velar por los intereses y necesidades de la misma, que ma-
yoritariamente clama la prohibición de los circos con animales.
38
de Vida Silvestre, en relación al de trato digno y respetuoso a la
fauna silvestre y doméstica.
I. a la XI. …
39
XIV. Espectáculo circense: Aquel realizado de manera itinerante den-
tro de una carpa movible, sin espacio físico ijo para su estancia.
Se consideran conductas…
I. a la XXII. …
40
Se sancionará con el equivalente de cinco mil Veces el
Salario Mínimo General Diario Vigente en la Zona, a quién cele-
bre o realice clandestinamente espectáculos circenses públicos o
privados en los cuales se utilicen animales vivos.
TRANSITORIOS
41
LO TENDRÁ ENTENDIDO EL CIUDADANO GOBERNA-
DOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE QUERÉTARO Y
MANDARÁ SE IMPRIMA, PUBLIQUE Y OBSERVE.
ATENTAMENTE
MESA DIRECTIVA
42
Conclusiones
43
sentido transitan bajo conceptos “económicos” y “políticos” sobre la necesidad
de proteger la actividad taurina, considerándola como Patrimonio Cultural
intangible, excluyendo cualquier consideración ética en cuanto al tratamiento
y respeto a la condición animal. En un segundo acto legislativo, las reformas a
la Ley de Protección Animal sí crean la aproximación a un concepto de “dig-
nidad” y “respeto” por los animales; sin embargo, en la misma subsiste el pro-
blema de legalidad y de principios, ya que se limita a tutelar exclusivamente a
los animales que forman parte de los espectáculos “circenses itinerantes dentro
de una carpa movible”, sin espacio físico ijo para su estancia y sobre animales
“terrestres” -caballos, elefantes, jirafas- pero omitiendo a otros tipos de anima-
les, como los marinos, que también forman parte de espectáculos análogos.
En el mismo sentido, tales disposiciones marcan que la obligación de caliicar
el maltrato o no animal –sin establecer un catálogo de supuestos- recae en las
autoridades municipales, lo cual trae consigo la contradicción jurídica de que
dos municipios con sólo unos cuantos metros de distancia, permitan por un
lado y prohíban por el otro el mismo tipo de actividad por no considerarla un
deterioro, o implique crueldad hacia los animales.
44
Bibliografía
45
Entre la bioética y el bioderecho.
Contexto
47
Naturaleza, cuando la ciencia toma un giro que marcará a la humanidad para
todo el futuro. Es el fuerte instrumentalismo lo que caracteriza a la ciencia
moderna, pero un instrumentalismo colocado ya no al descubrimiento de las
leyes, sino que se antoja colocado al servicio de la producción para, a su vez,
colocarlo en el mercado. Aparece la lógica de la ganancia. Ahora, incluso, el
concepto ciencia experimentará un cambio signiicativo, pues bajo esa lógica
de mercado lo que ahora se presenta es un nuevo rostro del conocimiento
cientíico: la tecnociencia.
Hoy en día asistimos a una época donde los avances de la tecnociencia han
rebasado, por mucho, la imaginación de nuestros juristas y biotecnólogos de
hace apenas tres décadas. Desde sectores estratégicos como la agricultura, la
guerra, las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’ s), pasando
por las estrategias poblacionales desde un referente biopolítico, hasta llegar a
la medicina, la tecnociencia logra —como discurso y práctica— consolidarse
como la actividad única y posible de garantizar el bienestar de la humanidad.
48
vestigador aislado e independiente que trabajaba exclusivamente a nombre del
saber, desinteresadamente y para beneicio de toda la sociedad. Este modelo
(ideal) de cientíico empezó a resquebrajarse con el advenimiento de la revolu-
ción industrial, pero terminaría deinitivamente en el siglo XX, cuando la lógi-
ca capitalista se desplazó por completo hacia la ciencia y la tecnología. Ahora
la ciencia y la tecnología son un negocio como cualquier otro; la perspectiva es
siempre la de obtener ganancias. En ese negocio los cientíicos, investigadores
y auxiliares son parte de la inversión (inversión en “capital humano”, según la
jerga neoliberal) y los conocimientos que de sus actividades se derivan son
mercancías monopolizables por las empresas que han invertido. El ideal de
una “ciencia desinteresada” se difumina cada vez más en el horizonte. No todo
el mundo (países y personas) tienen acceso a los conocimientos —como se
demuestra fácilmente— porque se han convertido en fuente de ganancias, de
poder y de expoliación, como tendencia predominante. La mercantilización de
la ciencia y de la tecnología ha alcanzado tales dimensiones que los primeros
cientíicos difícilmente se imaginaban que los resultados de la investigación
fueran a ser cotizados como cualquier producto de especulación bursátil, ni
que la organización del saber tuviera la inalidad explícita de obtener ganan-
cias.
49
ble seguir sosteniendo el argumento de que ambas —con independencia de los
intereses en juego— generan únicamente efectos benéicos para la humanidad.
50
Por supuesto que la ciencia y la tecnología tienen un carácter contradicto-
rio en la medida en que son esenciales en cualquier proyecto de organización
social diferente al capitalismo, y que además de ellas no se puede prescindir.
Ahora bien, esto no se detiene ahí. A partir de las últimas tres décadas
se comenzó a escuchar con mayor énfasis el término biotecnología, que no es
otra cosa que la aplicación y dominio de la técnica en el campo de la biología
aplicada tanto en sectores agrícola, armamentista, médico y, particularmen-
te, en el microcosmos de la información genética. Es así que también en esta
disciplina hace acto de presencia la lógica de los dividendos, de la ganancia y
de la búsqueda de mayores y cada vez más amplios sectores de consumidores,
pero sobre de mercados capaces de acceder a los productos de la biotecnología.
Del mismo modo, a partir de hace apenas pocos años (con mayor proli-
feración a partir del año 2000) se ha venido utilizando, indiscriminadamente,
otro término que no es sino la relexión de los temas de la biotecnología, la
tecnociencia, las prácticas y dilemas médicos derivados de la práctica clínica
y sus implicaciones jurídicas. Se trata de vocablo bioderecho. Con este térmi-
no se persigue involucrar un conjunto de temáticas que circundan sin nin-
gún referente teórico común, como lo sería la posibilidad de teorizar sobre el
bioderecho. Sin embargo, los documentos y las escasas ediciones que hasta el
momento existen bajo el título ‘bioderecho’ contemplan las mismas relexiones
que los textos publicados bajo el término bioética. Es decir, se parte de una dis-
ciplina que aún no ha sido delimitada, como si el nombre por sí solo expresara
el alcance mismo del concepto. Se salta el primer paso (el objeto de estudio) y
se parte del segundo (de un abordaje-discusión de las temáticas).
51
bioderecho. Lo anterior sugiere las siguientes interrogantes: ¿Cuáles serían los
elementos mínimos para construir una teoría del bioderecho? ¿Cuál es el re-
ferente teórico que, de manera más amplia, permite cimentar una teoría del
bioderecho? ¿Qué objeto de estudio puede involucrarse dentro de dichos ele-
mentos? ¿En qué grado permite un referente teórico plasmar los elementos
mínimos para una posible teoría del bioderecho?
Asimismo, otro trabajo que conviene mencionar es de la autoría del Dr. Mi-
guel Ángel Ciuro Caldani (1998), donde expone cuáles serían las posibles líneas
ilosóicas para la comprensión del horizonte de nuestro estudio “en cuanto a
la relación entre las ideas ilosóicas y el bioderecho”, puesto que el bioderecho
deberá atender —advierte el autor— a las posiciones más abiertas: a la “vida” y al
“derecho”. Para ello expone cuáles son las posibilidades de éxito del bioderecho
52
(o de una posible teoría del bioderecho) según el marco teórico en el que se fun-
damenten: la ilosofía analítica, la ilosofía crítica, el positivismo normativista,
positivismo historicista, los jusnaturalistas racionalistas y la teoría trialista del
mundo jurídico. De este último autor se cuenta también con el ensayo intitulado
Cuestiones axiológicas críticas en el desarrollo del bioderecho, donde el jurista ex-
pone cuál es el estado del arte del derecho con respecto de los avances en materia
de genética humana. A decir del Dr. Ciuro, “el proceso de avance en el dominio
de la genética humana que viene desarrollándose en nuestro tiempo genera la
carencia histórica de normas más importante que se ha producido en toda la
evolución de la humanidad. Se trata de una carencia de normas no sólo en lo
moral, sino en lo jurídico” (Ciuro, 1996, p. 23).
En España se cuenta con dos textos que, si bien no abordan la discusión so-
bre los elementos para una teoría del bioderecho, sí delimitan el alcance de esta
disciplina en construcción. Se trata, primero, de la obra de Andrés Ollero (2006);
el catedrático precisa que el término ‘bioderecho’ no es tan común como el de
‘bioética’, ni son tampoco lo mismo, pues el primero aborda problemas relacio-
nados con la vida humana desde una perspectiva jurídica. Los problemas de la
bioética, asegura el autor, terminan siendo de bioderecho porque la solución se
acaba estableciendo a través de las normas jurídicas, aun cuando a veces nos
quedamos en el debate moral sin percibir que el Derecho tiene su peculiaridad.
Otro texto de este mismo país es del autor Luis González Morán (2006), en
cuyo trabajo intitulado De la bioética al bioderecho. Libertad, vida y muerte, con-
sidera a la bioética como punto de partida, y al bioderecho como punto inicial
de llegada y de posterior desarrollo. El derecho y la bioética —advierte al au-
tor— se necesitan mutuamente y se complementan. El libro consta de tres partes
fundamentales, donde son abordadas las tres grandes cuestiones: libertad, vida
y muerte.
53
En el caso de México fundamentalmente se cuenta con dos textos que par-
ticipan de la misma suerte: parten apresuradamente de los objetos de estudio
de una disciplina que dan por sentada (el bioderecho). El primero de ellos
constituye una compilación de trabajos que van desde la bioética para la inves-
tigación médica, hasta temas relacionados con las adicciones y sus tratamien-
tos. Este trabajo de compilación está a cargo de David Cienfuegos Salgado y
María Carmen Macías Vázquez (2006), pero se puede apreciar que no hay un
capitulado dedicado a la teorización o a los elementos mínimos para teorizar
sobre el bioderecho. La objeción que merece esta obra consiste, lo reitero, en
que se le adjudica el término ‘bioderecho’ a un conjunto de trabajos que dan
por sentado la constitución, por la simple exposición de los temas abordados,
de una disciplina llamada bioderecho. Un segundo texto corresponde a una
publicación de Fernando Flores Trejo (2004), que constituye, en cierta medida,
lo más cercano a los propósitos de este trabajo, pues el autor, en la cuarta parte
de su libro, se dedica a la delimitación y alcance del concepto ‘bioderecho’, y
atinadamente airma que éste, en su especiicidad fenomenológica, está cons-
tituido por la biotecnología, y por ello no duda en explicar que “(…) el biode-
recho constituye una rama cientíica inédita, cuya creación proponemos, en
virtud de su naturaleza interdisciplinaria, al tiempo que surge como respuesta
a los avances del progreso cientíico y tecnológico vinculada con la intrinca-
da problemática de los seres vivientes, originándose un campo primigenio de
análisis a diversas interrogantes de orden biológico y jurídico (…)”. (Flores
Trejo, 2004, p. 167)
54
Del hecho de que haya legislaciones de avanzada no se colige que el proble-
ma moral esté resuelto, así como tampoco lo estará con ello el problema jurí-
dico, pues sería ingenuo creer que su solución ha de provenir exclusivamente
de la ley, con lo que se la mistiica. Lo anterior porque, en general, la materia
justiciable es siempre contingente, móvil y variable, por lo que debe atenderse,
siempre y forzosamente —merced a una adecuada lógica jurídica—, a las pe-
culiaridades fácticas propias de cada caso a resolver, y porque, en particular,
de la complejidad propia de las cuestiones bioéticas resulta harto comprobado
que las decisiones demandadas por los múltiples casos especíicos no pueden
venir rígidamente precondicionadas por la ley, o por principios generales, a lo
que cabe acotar que el ordenamiento jurídico no se agota en la ley ni ésta pue-
de ser ya concebida como fuente acabada, omnicomprensiva y perfecta, donde
se prevén todas las soluciones ni mucho menos soluciones correctas derivadas
de conclusiones válidas.
Es por ello que no constituye ninguna novedad que la bioética sea actual-
mente un espacio natural y eminentemente inter y trans disciplinario; es espa-
cio de la ética aplicada de tinte cosmopolita, que ha alcanzado las categorías de
fenómeno cultural, movimiento social y estilo intelectual. Tampoco es nove-
dad que, derivada precisamente de esa naturaleza eminentemente interdisci-
plinaria, el contexto normativo de la bioética no sea sólo ético-ilosóico, sino
también jurídico, constituyendo el bioderecho una dimensión insoslayable (y
de urgente coniguración) necesaria para consolidar la bioética, en la cual el
derecho no se limita a realizar algún simple “aporte” o “contribución”, sino que
su rol es fundamental y el de fundamentar, por la simple razón de que las cues-
tiones bioéticas requieren de una prudente y adecuada respuesta jurídica, en
virtud de que la ética por sí sola no brinda la indispensable seguridad jurídica.
55
Se necesita, hoy en día, contribuir en la aportación de los posibles elemen-
tos que deberían contemplarse en la construcción de una teoría del biodere-
cho, o en el mejor de los casos, de una simple aproximación a una teoría del
bioderecho. Lo anterior tendría que partir de una línea ilosóica que abrace,
de manera crítica, los aspectos que permanecen ocultos en las prácticas tecno-
biológicas y tecnocientíicas, y que tienen que ver con una lógica que en nada
se vincula con las aspiraciones prístinas de la actividad cientíica. Esto consti-
tuye la aportación que, por el momento, puedo ofrecer.
56
ciones, el individuo adviene en su singularidad al ir adquiriendo conocimiento
de lo humano. Es decir, es subjetivante porque permite pensarse en relación a
su mundo y a los otros, y concluir con un juicio que favorece asumir un lugar
para pensar la acción.
57
los procesos de valorización del capital y que se desarrolla con la inalidad de
alcanzar elevadas tasas de ganancias. En efecto, como ya se ha advertido,
58
los productos que se generan11, dando como resultado que sólo se investigue
aquello que produce ganancia. Todo esto implica que la ciencia se ha conver-
tido —en la terminología neoliberal— en un nuevo nicho de mercado, que ha
introducido en su aplicación todos los criterios de rapidez y eicacia típicos del
capitalismo: en lugar del tiempo pausado propio del conocimiento, predomina
la aceleración esquizofrénica de producir rápido y en serie (Marcuse, 1987, p.
173), y los criterios que determinan la calidad de la investigación cientíica es-
tán dictados por la cantidad de patentes que resulten de su actividad. Lamenta-
blemente, el conocimiento cientíico se ha convertido en una nueva mercancía
en la que domina el valor de cambio sobre el valor de uso, y es difícil seguir
pensando que los intereses cientíicos son desinteresados y neutrales.
11 El actual gobierno federal, por ejemplo, ha determinado no invertir ni un solo peso en investigación básica. Con ello, la
agenda de la investigación (por lo menos la biomédica) se le ha endosado a la Iniciativa Privada, cuya agenda no coincide
necesariamente con la del espectro social. En la agenda de la investigación del sector productivo lo necesario se sustituye
por lo conveniente.
59
métodos tiene alcances sorprendentes, observándose efectos positivos y ne-
gativos. Del mismo modo, la facultad de descubrir y utilizar datos genéticos
de los individuos plantea dos interrogantes básicas: ¿cómo deben adquirirse
los datos? y ¿cómo deben utilizarse? A los ines de ordenar el accionar de la
comunidad cientíica, es que en esta oportunidad nos referiremos a tres cien-
cias que deben asociarse: bioética, biotecnología y Derecho. De este modo,
con una visión integradora e interdisciplinaria, el bioderecho debe gestar el
sustento jurídico necesario para afrontar los desafíos del siglo XXI.
60
ble carácter porque, por una parte, ya quedó expuesto sobre las posibles líneas
ilosóicas para la comprensión del horizonte de nuestro propósito, y por otra,
la descripción de otros factores que subyacen en el análisis de los componentes
de esta temática. En virtud de lo anterior, todo intento, todo ejercicio “inte-
lectual” encaminado a aportar los elementos hacia una teoría del bioderecho,
debe necesariamente abandonar las siguientes hipótesis mínimas. La prime-
ra, como hipótesis general, sería la tesis de que las categorías conceptuales que
más ampliamente permiten la delimitación de los elementos de una teoría del
bioderecho, son la biopolítica, el biopoder y la bioética. Derivada de la anterior
hipotetización general, se derivan un serie de hipótesis especíicas, las cuales se
expresarían más o menos en los siguientes términos: a) Existe un nexo directo
entre la lógica de dividendos de la tecnociencia y la lógica del mercado de la
biotecnología; b) La lógica de la ganancia de la biotecnología incide con mayor
fuerza en el mercado cuando ésta opera en el deseo de los individuos; c) Los
avances de la tecnociencia y la biotecnología, impulsadas por el principio del
dividendo, genera la carencia histórica de normas jurídicas más importante
que se ha producido en toda la evolución de la humanidad.
61
La descripción de los elementos subyacentes que dan impulso al surgi-
miento y arraigo de la tecnociencia y nexo con la biotecnología.
62
lidad ya ni siquiera está en el sujeto mismo, sino, precisamente, en esa misma
instrumentalidad colocada ahora al servicio de la producción y del mercado.
Como podemos observar, los pasos hacia la construcción de una teoría del
bioderecho se antoja una labor altamente compleja, sobre todo cuando se trata
de deinir una metodología apropiada para una tarea de tal envergadura. Lo
descrito en los párrafos precedentes en este apartado, sugieren una estrategia
de acercamiento que permita colocar al centro lo que hasta ahora, en muchas
ocasiones, permanece oculto.
63
Bibliografía
Foucault, M. (2006). La arqueología del saber, 22ª edición, D. F., México, Siglo
XXI editores.
64
García Capilla, D. (2007). El nacimiento de la bioética, Madrid, editorial Bi-
blioteca Nueva.
Lacan, J. (1976). Escritos, 2 tomos, 2ª edición, D. F., México, Siglo XXI edito-
res.
65
Internet
http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/byb/index
http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/byb/index
http://www.cartapacio.edu.ar/ojs/index.php/byb/index
66
Kant o la Moral incomprendida
Neil Peart14
13 Evangelio de Marcos, La Sagrada Biblia, traducción autorizada por la Conferencia Episcopal de Colombia, 2 de marzo
de 1992.
14 Limelight, canción popular incluida en el álbum ‘Moving Pictures’, Rush, Polygram Records, Canadá, 1981.
67
diadas, las ideas de Kant en lo general y en particular aquellas referentes a la
moral no han dejado de ser objeto de escrutinio hasta la fecha. A pesar de la
relevancia de su obra, no es poco frecuente encontrar en las argumentaciones
que se escuchan y leen aquellas que, en alarde de simplicidad como quien cre-
yera que al criticar el color de una casa se tiraran sus cimientos, le adjudican a
Kant adjetivos sempiternamente disímbolos. A Kant se le ha llamado “liberal”
y “conservador”, “cristiano” y “ateo”, “cosmopolita” y “adversario de la diver-
sidad”, “Aristotélico”, “deontológico” –la más académica– y la más recurrente,
“formalista”. Mas, ¿qué tan llenos de contenido se encuentran estos juicios que
se dejan caer pesados como somnolientos párpados –con perdón del poeta-
sobre la propuesta kantiana en materia de moral? Una sucinta y cuidadosa re-
construcción de la propuesta del ilósofo de Königsberg nos ayudará sin duda
a contestar esta pregunta.
Con su ilosofía, Kant hace sistema (Kant, I., AA III, p. 538)15. Así, el pru-
siano cree irmemente y, conforme a sus lineamientos, demostrar la existen-
cia de una funcionalidad operacional básica de la razón sin con ello provocar
detrimento en la diferencia existente tanto de sus facultades entre sí como en
la manifestación de los efectos de éstas. Por lo tanto queda claro que en Kant,
si la razón especulativa opera única y llanamente de acuerdo a las formas que
le dan existencia (K.r.V, AA III p. 90 y ss )16, la razón práctica hace lo propio
(Kant, I.. K.p.V., AA V, p. 66.)17 por formar ambas parte de lo que en sí misma
se conoce en la propuesta ilosóica del prusiano bajo el término razón pura
(Kant, I., idem, p. 3 y K.r.V., AA III , p. 8).
15 Bajo tal concepto, en Kant, debe entenderse “la unidad de los diversos conocimientos bajo una idea” (die Einheit der
mannigfaltigen Erkenntnisse unter einer Idee), siendo ésta aquí entendida como “el concepto racional de la forma de un
todo” (der Vernuntbegrif von der Form eines Ganzen) y cuya inalidad es evitar que aquellos “formen una rapsodia”
(Eine Rhapsodie ausmachen). La presente nota aclaratoria se torna necesaria para evitar confusiones con el sentido
político que generalmente conlleva la palabra sistema.
16 Vid. Supra, consideraciones preliminares, p. 18, nota 22, y más especíicamente Kant, I. donde Kant especiica lo que
entiende bajo el concepto forma, categoría o concepto puro del entendimiento.
17 Tanto las del entendimiento como las de la libertad, las categorías son siempre de cantidad, cualidad, relación y moda-
lidad.
68
Ahora bien, si paralela y aunadamente una de las funciones básicas de la
razón especulativa da como resultado el hallazgo y/o generación de patrones
principalmente causales, referidos siempre a objetos entendidos como externos
al sujeto (fenómenos), llamados leyes universales –esto es necesarias y a priori,
y por tanto indiscutiblemente caliicables bajo el adjetivo de objetivas18– (Kant,
I., K.r.V. p. 532), o al menos de su posibilidad, esto es hipótesis y teorías19; la
razón práctica, en consecuencia con el rigor sistemático kantiano, produce un
símil a estos patrones o posibilidades de éstos. En el caso de la razón práctica,
éstos prescriben acciones como medios para la transformación del mundo en
consecución a ines determinados por el sujeto mismo, al tiempo que pueden
determinarlo a llevarlas a cabo (Kant, I., K.p.V., AA V, p. 15). En vez de leyes
naturales, estos patrones serán nombrados principios prácticos, los cuales son
“enunciados que encierran una determinación general de la voluntad; determi-
nación que tiene bajo de sí diversas reglas prácticas”20. De la pretensión de vali-
dez de estas reglas se desprende que éstas pueden ser tanto subjetivas, dado el
caso de que su principio condicionante sólo sea factible de ser aceptado como
deseable por el sujeto cuya razón es el agente formulante; tanto como objetivas,
situación dada cuando aquella posibilidad es factible de serlo por todo ser ra-
cional; ambas situaciones dadas, cabe resaltar, en el entendimiento del sujeto.
En el primer caso se estará hablando de máximas (Maxime), mientras que en
18 Sobre la objetividad, Kant airma que “El criterio para saber si el tener por verdadero es convicción o mera persuasión
es (...) externo, y consiste en la posibilidad de comunicarlo y en comprobar su validez para toda razón humana. En este
último caso parece al menos que la causa de concordancia de todos los juicios residirá, a pesar de la diversidad de sujetos
entre sí, en la comunidad de fundamento, es decir, en el objeto.” En el original: “Der Probirstein des Fürwahrhaltens, ob es
Überzeugung oder bloße Überredung sei, ist also äußerlich die Möglichkeit, dasselbe mitzutheilen, und das Fürwahrhalten
für jedes Menschen Vernunt gültig zu beinden; denn alsdann ist wenigstens eine Vermuthung, der Grund der Einstimmung
aller Urtheile ungeachtet der Verschiedenheit der Subjecte unter einander werde auf dem gemeinschatlichen Grunde, näm-
lich dem Objecte, beruhen“. Vid también Kant, I., K.p.V., AA V, p. 20. Un ejemplo de estas leyes universales (o naturales)
indiscutiblemente objetivas, son las matemáticas y las leyes newtonianas de la física operando en nuestro planeta.
19 Ejemplo de estas dos posibilidades de patrones, lo serían, por un lado, las especulaciones que no cuentan ya sea con el
consenso de la comunidad cientíica, como la fusión nuclear en frío (hipótesis, por otra parte y en este caso, demostrada
como fallida), o con contraparte alguna que le dé validez empírica, como los principios cuánticos de la física (teorías aún
no demostradas como fallidas, pero tampoco comprobadas indiscutiblemente como para alcanzar el status de leyes).
20 En el original: “Praktische Grundsätze sind Sätze, welche eine allgemeine Bestimmung des Willens enthalten, die mehrere
praktische Regeln unter sich hat”. Idem, p. 19.
69
el segundo de leyes prácticas (Gesetze) (Kant, I., K.p.V., AA V, p. 15). En otras
palabras y bajo condiciones que garantizaran infalibilidad, las máximas serían,
pues, reconocidas por la razón del sujeto que las formula como contingentes
(zufällig), mientras que las leyes prácticas lo serían como necesarias (notwen-
dig). Las reglas prácticas –como se dijo arriba, subordinadas a lo determinado
por los principios– se relacionan con la intención o in del sujeto al indicarle
a éste, a un nivel en mayor o menor grado abstracto, los medios para la reali-
zación de aquellos. Paralelamente, ya que el actuar del sujeto libre (absoluta o
relativamente) sólo está determinado por el arbitrio y sus deseos –sean estos
resortes (Triebfeder) quereres, siempre racionales, o anhelos, siempre extraídos
de la sensibilidad–, las reglas prácticas son formuladas como casos imperati-
vos, esto es, enunciados que explícita o implícitamente prescriben un deber
(ein Sollen) que –a no ser por la existencia de causas ajenas en cualquiera de
los dos sentidos antes mencionados– (Kant, I., K.p.V., AA V, p. 15) conectan
de forma causalmente necesaria la voluntad y la acción, aunque no por ello la
materialización de lo deseado por medio de la acción, pues la razón es falible
en sus conclusiones (Kant, I., K.r.V., AA III , p. 262 y ss) y la voluntad en oca-
siones insuiciente (Kant, I., K.p.V., AA V, p. 20 y GMS, AA IV, p. 413). Cabe
mencionar que, además de las “causas ajenas”, un factor más puede impedir el
vínculo voluntad-acción, pues siendo lo ordenado un deber subjetivo éste en
ocasiones entra en conlicto con un principio objetivo:
70
embargo contrarias a los principios objetivos de una razón prác-
tica (Kant, I. GMS, AA IV, p. 415)21.
Así, todo imperativo representa una regla práctica buena, mas buena para
algo, siendo entonces relativa y contingente, o buena en sí misma, siendo así,
autónoma y necesaria. Cuando estos imperativos para ser enunciados toman
en consideración sólo al objeto externo del deseo se les denomina hipotéticos
(Kant, I. K.p.V., AA V, p. 20.), esto es, por ser indicadores de medios en rela-
ción a la voluntad, llevan en su formulación además del “deber” un “si” condi-
cional”: “si se desea X se debe Y”. Éstos son por su propia forma pragmáticos
–denotando sagacidad (Klugheit) en el sujeto– y problemáticos –denotando
habilidad (Geschicklichkeit) – (Kant, I., MPC, AA XXVII.1, p. 245 cfr. 255).
Los son, por su parte, categóricos cuando su objeto es la realización de la ac-
ción misma por ser representada como necesaria en sí misma sin referencia
a ningún otro in, eso es, como objetivamente necesaria (Kant, I., GMS, AA
IV, p.414), buena en sí misma (Kant, I. K.p.V., AA V, p. 061). En este caso,
la acción ordenada es en sí misma absolutamente deseable para la razón del
sujeto y es lo que –airma Kant– el sujeto racional reconoce como Ley de la
moralidad (Gesetze der Sittlichkeit) (Kant, I. GMS, AA IV, p. 420). Ahora bien,
el imperativo categórico es único y su formulación, nos comparte el prusiano,
reza el famoso enunciado: “obra sólo según la máxima a través de la cual pue-
das querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal” o bien “obra
como si la máxima de tu acción fuese a convertirse por tu voluntad en una ley
universal de la naturaleza”22. Resulta necesario entender que el imperativo ca-
21 En el original: “ Der Imperativ sagt also, welche durch mich mögliche Handlung gut wäre, und stellt die praktische Regel
in Verhältniß auf einen Willen vor, der darum nicht sofort eine Handlung thut, weil sie gut ist, theils weil das Subject nicht
immer weiß, daß sie gut sei, theils weil, wenn es dieses auch wüßte, die Maximen desselben doch den objectiven Principien
einer praktischen Vernunt zuwider sein könnten”.
22 En el original: “handle nur nach derjenigen Maxime, durch die du zugleich wollen kannst, daß sie ein allgemeines Gesetz
werde” y “handle so, als ob die Maxime deiner Handlung durch deinen Willen zum allgemeinen Naturgesetze werden sollte”.
71
tegórico es una forma abstractísima de la razón práctica moral contenida de
manera implícita en cada uno de los juicios normativos prescriptivos. Dicho
de otra forma, el imperativo categórico nada nos dice de manera concreta e in-
mediata sobre qué acción encuentra la razón como objeto general de su querer,
sino que sólo establece una única condición que ha de cumplir el enunciado
que un actuar prescriba si ha de ser considerado una ley moral. El imperativo
categórico es, por lo tanto, directamente inaplicable en sí mismo a la existencia
cotidiana, y sin embargo indispensable al momento de la regulación legítima
de conductas, pues, en realidad, es la esencia de la moral expresada por Kant
en términos lingüísticos. Mas ¿de qué serviría un principio formal inaplica-
ble? El imperativo categórico comienza, por así decirlo, a descender a un pla-
no concreto paulatinamente, primeramente mediante la nueva formulación
de enunciados con pretensión normativa más concreta, esto es, mediante las
ya mencionadas leyes morales. Ahora bien, ni las leyes morales, ni las reglas
prácticas (para el caso del imperativo hipotético) son en sí mismas concretas,
aunque tampoco conllevan el epíteto abstractísimo. Son, si se me permite la
expresión, simplemente abstractas. Pasar por alto esta distinción trae como
consecuencia las en ocasiones disparatadas interpretaciones y críticas al siste-
ma moral de Kant, que le adjudican una imposibilidad de contraparte práctica
–adjudicándole un formalismo absoluto–. Pues, para el prusiano, resulta claro
que existen, diversos tipos de enunciados prescriptivos que se distinguen entre
sí por su nivel de abstracción o concreción, y su objetividad o subjetividad (au-
tónomo o heterónomo23) (Vid Fig. 1). El nivel de aplicabilidad in concreto de
la ley moral –y por tanto del imperativo categórico– se alcanza con la emisión
de una máxima por parte del sujeto actuante, pues éstas son el principio del
Kant, I. Idem. p. 421. Uso aquí la traducción clásica del imperativo, aclarando que una traducción precisa del término
allgemein no implicaría ‘universalidad’, sino ‘generalidad’. Esta confusión es una fuente frecuente de los abusos en la
interpretación que se le da a la teoría moral kantiana.
23 En el sentido de provenir de la esencia del sujeto o de causas ajenas, tema ya frecuentemente aclarado en este trabajo.
72
obrar24, siempre que éste pueda querer (wollen können) que se convierta en una
ley general o universal (Kant, I. GMS, AA IV, p. 424).
Fig. 1.25
Este poder querer una máxima como ley universal implica entonces una
condición de universalibilidad a ser llenado por el principio del obrar tanto
en el plano lógico como en el plano fáctico. Esto es, para saber si una máxima
es universalizable, ésta no puede 1) contener contradicción interna lógica, 2)
partir de principios contingentes, ni 3) adolecer de imposibilidad fáctica26. La
24 Es así que una máxima, en sí misma, puede relejar neutralidad moral, mas nunca carecer de pretensión de aplicabilidad
y transformación del mundo.
25 Así pues, mientras que el imperativo categórico nos indica lo arriba citado, una ley moral, por usar un clásico ejemplo
kantiano, juzgaría: “debes decir la verdad”, y la máxima congruente a la moral para el caso concreto en que seamos
cuestionados sobre alguna situación (inclusive cuando la vida de alguien corre peligro) sentenciaría: “¡Di la verdad!”.
Lo que los imperativos hipotéticos, sean pragmáticos o problemáticos nos sentenciarían, dependería del in externo que
deseáramos se realizara: ya sea salvar la integridad física del alguien cuya vida corre peligro, la nuestra, o quizá incluso
obtener algún beneicio material por delatar al decir la verdad, por poner un ejemplo. Como sea, se muestra que mien-
tras que los imperativos hipotéticos son contingentes, las leyes prácticas son autónomas y necesarias.
26 Si el lector exigiera en este momento ejemplos concretos de estas tres imposiblidades, se le otorgarían con facilidad,
aunque no por ello incontrovertibles, airmando que, al primer caso, el suicidio –ejemplo dado por el mismo Kant– le
caracterizaría con justeza, pues como el ilósofo de Königsberg airma, una máxima dada por un ser que encuentra su
vida tan desagradable que quiere acabar con ella implica un principio de gozo de vida, lo que convierte la vida en ne-
73
relevancia de la segunda condición de imposibilidad la evidencia Kant a lo
largo de su obra, pues es sólo mediante su cumplimiento que se puede hablar
de leyes objetivamente prácticas, esto es, de la relación de la voluntad consigo
misma en su sentido de facultad elevada de desear –siempre determinada por
la razón– y su facultad de transformar el mundo en consecuencia (Kant, I.
GMS, AA IV, p. 427). En todo enunciado con pretensión de universalibilidad
moral, la objetividad se presenta crucial, pues es ella por la que
27 En el original: “da haben wir nicht nöthig, über die Gründe Untersuchung anzustellen, warum etwas gefällt oder mißfällt,
wie das Vergnügen der bloßen Empindung vom Geschmacke, und ob dieser von einem allgemeinen Wohlgefallen der Ver-
nunt unterschieden sei; worauf Gefühl der Lust und Unlust beruhe, und wie hieraus Begierden und Neigungen, aus diesen
aber durch Mitwirkung der Vernunt Maximen entspringen; denn das gehört alles zu einer empirischen Seelenlehre(…) so
fern sie auf empirischen Gesetzen gegründet ist.” Idem.
74
te en cualquier enunciado normativo, sea ley o máxima congruente. De allí
la necesidad de separar la ilosofía moral de la antropología moral –que, por
cierto, sólo es despreciada por Kant en la ignorancia de sus textos y no en su
pensamiento, como se observará claramente un poco más abajo-. Por lo tanto,
el imperativo categórico lo piensa y formula Kant en su máxima abstracción
pues, es cosa sabida, busca impedir se cuele cualquier tipo de contingencia em-
pírica y a posteriori en un sistema de fundamentación moral sólido, ya que esta
intromisión eliminaría toda pretensión de necesidad de la moral, volviéndola
un sistema relativo, casuístico y contextual bajo cuyo manto podrían justiicar-
se actos auto-referenciales y egoístas, toda vez que sus principios provendrían,
por ser empíricos, del sentimiento del gusto y por tanto de la subjetividad,28. La
moral sería hipotética y no categórica, un mero sistema de posibilidades, ence-
rradas en sí mismas, determinadas por causas ajenas, y no de deberes, lo cual,
por la deinición propia de cualquier sistema moral, kantiano o no, resulta un
absurdo. “Cuando el principio de la moralidad estriba en el egoísmo descansa,
por lo tanto, en un fundamento contingente, ya que las acciones que me reportan
placer o no se basan en circunstancias muy aleatorias” (MPC, AA XXVII.1, p.
253-254). Así, si en lugar de censurar los principios abstractos motivadores
de las acciones humanas, se censuran los actos en si mismos, lo que se tiene
es una elección arbitraria de hechos humanos aceptados o no ya no debido a
la congruencia o contravención del pensamiento moral, sino por favorecer o
perjudicar los intereses subjetivos de quien hizo esa elección. No es pues un
enunciado vacío el que airma que lo único bueno en sí es la buena voluntad
(Kant, I. GMS, AA IV, p. 393).
Ahora bien, suicientemente claro le queda a Kant que si cierto es que la for-
ma del imperativo categórico es abstractísima, una moral, junto con el sistema
que la explica, que se queda en el plano de lo etéreo, lo irrealizado, no pasaría
28 Cfr. Kant, I. Kritik der Urtheilskrat (KU) AA V, p. 203 y 204.
75
de ser una fútil bagatela que tendría que “ser contabilizada entre las icciones”
(Kant, I., MPC, AA XXVII.1, p. 332.) y las tautologías, esto es “aquellas propo-
siciones que no proporcionan los medios en virtud de las cuales puedan ser lle-
vadas a cabo” (Kant, I., MPC, AA XXVII.1, p. 332.); esto precisamente porque
la moral –explica Kant– goza de una conexión necesaria con la voluntad libre
(Kant, I. GMS, AA IV, p. 427) y es por tanto práctica. La moral contiene, enton-
ces, una indefectible constricción (Coactia) a su realización directamente pro-
porcional a la libertad del sujeto (Idem)29. Ahora bien, lo único que motiva30
la voluntad a operar es un in, mismo que no puede llegar a concretarse sino a
través de un medio, esto es, “aquello que contiene meramente el fundamento de
la posibilidad de la acción” (Kant, I. GMS, AA IV, p. 427) que efectuará aquel
y cuyo valor es, por consiguiente, sólo relativo. Los ines, por su parte y en
estricta congruencia con su sistema, tienen que ser objetivos si es que han de
ser considerados morales. Por lo tanto, la voluntad, a diferencia de la facultad
de anhelar, requiere de un algo cuya existencia en sí misma tenga un valor
absoluto, factible de ser un in en sí mismo, que le permita impulsarse al plano
práctico. Kant, siempre honesto, reconoce por primera vez la formulación de
una única presuposición axiomática en su sistema:
30 El uso de este verbo no es un accidente. Intencionalmente lo he elegido pues Kant, en numerosas ocasiones, hace refe-
rencia a los motores de la voluntad libre (arbitrium liberum) con el término motiva moralia, mientras que a los de una
facultad de desear determinada por inclinaciones (arbitrium brutum) les llama resortes (Triebfeder o Antriebe). Cada
uno de estos conceptos es general y tiene, típico de Kant, especies distintas entre sí. Mismas que, por cuestiones de
espacio y por no ser esenciales para el buen desarrollo de esta investigación, no serán profundizadas. Sin embargo, vid.
Kant, I., MPC, AA XXVII.1, caps. Coactia Moralis y ss.
76
discreción de esta o aquella voluntad, sino que tiene que ser con-
siderado en ésta y todas sus acciones, tanto las dirigidas a sí mis-
mo como también las dirigidas a otros seres racionales, siempre a
la vez como in. (Kant, I. GMS, AA IV p. 428)31
32 En el original: “Handle so, daß du die Menschheit sowohl in deiner Person, als in der Person eines jeden andern jederzeit
zugleich als Zweck, niemals bloß als Mittel brauchst.”.
33 Entiéndase por consiguiente que Kant no hace recomendaciones del cómo se debe formular un juicio con pretensiones
de normatividad, sino una explicación de cómo se formula. Esta distinción es crucial, pues de haber sido prescriptivo, se
coquetearía con el peligro de una particularidad que se pretende dictadora absoluta de parámetros. Al ser descriptivo,
quedan automáticamente aceptados cualesquiera principios morales; esto es, universalizables –no confundir con máxi-
mas– en tanto que todo juicio normativo implica el imperativo categórico.
77
tizan que lo único que queda excluido de un sistema congruen-
temente moral es aquel sujeto que se entienda, rija y actúe como
una entidad aislada de su entorno social, egoísta en sus intereses
y egocéntricamente autosuiciente, esto es, precisamente, aquello
cuya fundamentación ilosóica achacan algunos investigadores
al gran ilósofo34 descuidada, en el “mejor” de los casos, y desho-
nestamente, en el peor de ellos. La moral de Kant, en resumen, no
es una moral del individuo, sino del hombre racional, sociabili-
zado, con todas sus manifestaciones culturales, viviendo en una
comunidad cuyas máximas son tan válidas como las de cualquier
otra en tanto que cumplan con las condiciones de universalibili-
dad arriba mencionadas. La comunidad directa –y, vis globalis,
hasta el contacto entre diversas comunidades- resulta condición
de posibilidad para el reconocimiento de congruencia moral en
sus contenidos, pues “someter nuestros conocimientos al juicio de
muchas cabezas [es la piedra de toque] (…) de otra manera no
podría saber si me he equivocado o no (…)” (Kant, I. GMS, AA IV
p. 410). Aunadamente, que para Kant el estado de separación de
la comunidad es oprobioso queda claro, pues
35 En el original: “Der Mensch hat eine Neigung sich zu vergesellschaten (…)Er hat aber auch einen großen Hang sich zu
vereinzelnen (isoliren): weil er in sich zugleich die ungesellige Eigenschat antrit, alles bloß nach seinem Sinne richten zu
wollen.”
78
“egoísta inclinación animal (la cual) le induce a exceptuarse a sí
mismo en cuanto puede” (Kant, I., AA VIII,, p. 23)36. Igualmente
enfático resulta el ilósofo de Königsberg al identiicar las cultu-
ras con el valor social del hombre, contraponiéndolo al estado de
barbarie, mismo que por su parte es retratado, ya se ve, como el
individualismo37. Viendo esto mismo en sentido positivo, donde
se hace presente además el papel implícito del aprendizaje moral:
36 En el original: “so verleitet ihn doch seine selbstsüchtige thierische Neigung, wo er darf, sich selbst auszunehmen.”.
37 Vid. Idem, p. 21
79
Por consiguiente, la diversidad cultural, y la vida en comunidad, como par-
te de las dignas expresiones del ser del hombre y sus facultades racionales39
caben todas en los contornos de validez moral en tanto congruentes con el
principio de universalibilidad. Baste citarle en un contexto concreto y práctico
para corroborarlo:
39 ¿O es acaso que alguien se atrevería a decir que la cultura y expresiones comunitarias provienen de los instintos o
sentimientos? Quien así lo hiciera daría fácil pauta para considerar la vida comunitaria cuasi-animalesca. Que las
facultades racionales subordinen a las sensibles tomándolas como medios, en la danza, la pintura, la literatura, los
rituales, etc., para intensiicar la realización de las intenciones dadas por la razón, no quiere decir que estos sean sus
principios constituyentes.
40 En el original: “Die natürliche Religion sollte billig in der Moral den Schluß machen, und das Siegel in der Moralität sein,
(…) ist die Moralität auf Gott angewandt. Welche Religion muß also in der natürlichen Religion zum grunde gelegt werden?
Die natürliche Religion ist praktisch (…) Moralität also un heologie verbunden, machen die Religion aus. (…) So machte
sich ein egyptischer Priester ein feierlichen Bild von Gott, und als man ihm diesem Begrif untersagte, so klagte es weinend,
daß man ihm seinen Gott geraubt hätte, denn vorher hätte e sich doch Gott einigermaßen vorstellen können, jetzt aber
nicht”.
80
cultades cognitivas innatas del humano, Kant no deja por ello inocentemente
de lado el importante, aunque posiblemente propedéutico, papel que la edu-
cación y por lo tanto también el contorno cultural juegan en la generación de
contenido a dicha fundamentación y en la formación del sujeto:
81
rales. Así pues no se debe nunca contemplar “la moralidad del hombre por sí
misma, ni la felicidad por sí sola, sino el supremo bien en el mundo, que consiste
en la reunión y concordancia de ambas (situaciones)” (Kant, I. üGTP, AA VIII,
p. 279)42, escenario que, cuando se da en el mundo, sólo se puede entender
como la felicidad universal del mundo entero. Trabajar hacia la realización de
esta meta constituye para Kant, precisamente, la dignidad de ser feliz43.
Ahora bien, existen algunos acertijos que se airma Kant no ha podido re-
solver. Indaguemos al respecto, advirtiendo que si se ha de encontrar la so-
lución se tiene que recordar que, en Kant, la libertad, la voluntad y la moral
tienen una relación simbiótica. La libertad es la condición de la ley moral (ra-
tio essendi moralia), mientras que la moral es la condición que nos permite
adquirir conciencia de la libertad (ratio cognoscendi libertas). Por su parte, la
Voluntad es una forma de causalidad perteneciente a los seres vivos en cuanto
que racionales ya que puede ser operativa independientemente de causas ajenas
determinantes 44” (Kant, I., GMS, AA IV, p. 446); lo cual implica la “facultad
de elegir sólo aquello que la razón reconoce como prácticamente necesario, in-
dependientemente de cualquier inclinación45” (Kant, I., GMS, AA IV, p. 412).
Teniendo esto en mente abordemos los mencionados acertijos.
42 En el original: “Weder die Moralität des Menschen für sich, noch die Glückseligkeit für sich allein, sondern das höchste
in der Welt mögliche Gut, welches in der Vereinigung und Zusammenstimmung beider besteht”.
43 Idem.
44 En el original: “Eine Art von Causalität lebender Wesen, so fern sie vernüntig sind da sie unabhängig von fremden sie
bestimmenden Ursachen wirkend sein kann“.
45 En el original: “Ein Vermögen, nur dasjenige zu wählen, was die Vernunt unabhängig von der Neigung als praktisch
nothwendig (…) erkennt”.
82
de Kant al inal y siempre ciertamente auto-referente, y por tanto egocéntri-
ca, no cabría sino aceptar una contradicción interna en su sistema, ya que en
nombre de la autodeterminación y por sus propias condiciones de posibilidad
para considerar una voluntad libre se abriría la posibilidad para justiicar la
imposición de ideas y juicios tanto en el ámbito interno del sujeto46 como en
el ámbito externo del sujeto47. En otras palabras, Kant estaría o: 1) uniendo
también el concepto de voluntad con la posibilidad de la realización del poder
impositivo48: “El formalismo se torna ilosofía ideológica del sistema vigente, re-
lexión ilosóica que parte de la ‘eticidad’ (etnicidad) dominante, hegemónica,
pero que oculta, como Kant, sus supuestos de ‘contenido’ (materiales)” (Dussel
1998, p. 179) ó 2) aceptando la posibilidad de determinación heterónoma
del sujeto 49–lo cual Kant descarta explícitamente–. Sin embargo, el primer
entresijo encuentra su solución a través de mostrar que el considerar a Kant
un “adversario de la diversidad”50, opresor teórico de la libertad y expresiones
culturales de los pueblos no occidentales, tiene su origen más en la errónea
confusión de la propiedad de universalibilidad de los principios morales –pro-
piedad que tiene a la comunidad como condición de posibilidad–, con la del
atributo de pretensión de universalidad51 con que se pretende permear el decir
46 Esto podría resumirse en los enunciados a) “todos quieren o tendrían que querer lo mismo que yo”, que va de la particu-
laridad a la pluralidad; y b) “yo quiero o tengo que querer lo mismo que todos” que, aunque es menos autoritario es aún
más contradictorio para el sistema kantiano que a), pues implica heteronomía. Este último enunciado se dirige de la
pluralidad a la particularidad.
47 Esto hace referencia al momento de la transformación de la realidad y se ejempliica con el siguiente enunciado: c) “ya
que soy libre y racional, transformo el mundo legítimamente conforme a mi querer”.
49 En el enunciado b).
51 Entiendo por atributo aquella característica contingente que tiene una cosa en tanto que encontrada por el sujeto
cognoscente, como acompañándole. Cualquier adjetivo es, por tanto, un atributo. La carga de la relación atributo-cosa
se encuentra, así, en el sujeto cognoscente y no en la cosa existente. V. g. el enunciado: “La taza es grande” atribuye.
Paralelamente, entiendo por propiedad aquella característica que, sin ser la esencia de la cosa, sí es esencial, por formar
parte inherente de su deinición, concepto o idea. Por tanto, las propiedades son características necesarias e inherentes
al objeto cognoscido cuando éste comprende un sistema cerrado y suiciente en sí mismo. V. g. A) El enunciado “La taza
grande”, señalando una entre varias, expresa propiedad (pues es un concepto en sí mismo que, en este caso, simplemente
sirve para diferenciar un objeto sensible de otros), al igual que, B) cuando se entiende que todo “gigante” (ser de gran
83
del prusiano en referencia al imperativo categórico. Atributo falaz que, claro,
de ser cierto, implicaría el pretendido imperialismo ideológico. Como esto ya
ha sido abordado a detalle en páginas anteriores y apelando al principio del
nemo auditur propriam torpitudinem allegans, nada más hay que decir al res-
pecto. El segundo acertijo, un poco más difícil, pero no imposible de contestar,
radica en la tensión existente entre la determinación heterónoma del sujeto,
misma que se puede entender proviene de causas antropológicas, junto con el
aniquilamiento de la libertad que ella representa. Para resolverlo debe tenerse
presente que la voz alemana fremd –usada por Kant al referirse a las causas
que pueden afectar una voluntad (libre)– tiene dos sentidos: ajeno y extraño.
Kant usa este vocablo en el sentido de ajeno, esto es aquello que no es esencial
al sujeto, pero que, como las inclinaciones, pertenece a él. La solución al acer-
tijo se extrae de leer la parte doctrinal de la moral kantiana52, la cual permite
entender que las causas antropológicas, al momento de la determinación de
los juicios y enunciados normativos por parte del sujeto, no están fuera de su
espectro, ni implican un detrimento necesario de su autonomía. Lo extraño al
sujeto –entendido aquí como persona–, lo externo a él, esto es, las entidades
existentes en su entorno, quienes junto con él conforman y transmiten los usos
y costumbres, forman parte importante del sistema moral de Kant, pues que
para él el contacto con el exterior es el primer paso de todo conocimiento
debe quedar claro desde el primer enunciado de la introducción de la Prime-
84
ra crítica53. La enseñanza de juicios normativos junto con su contenido es en
innumerables ocasiones externa, más, primeramente debe todo lector de Kant
entender que ésta puede llegar a ser parte inherente al sujeto, ya que la costum-
bre –cuya relación con la educación es plausible y está dada frecuentemente,
como es evidente y como Kant explícitamente acepta y recomienda54– agiliza
la acción hasta convertirla en necesidad, tornando así al actuante en sujeto de
imputación y responsabilidad moral55; segundamente, el sujeto es factible de
ulterior valoración interna e independiente del juicio externo con pretensión
de validez normativa que le ha sido introyectado y la congruencia que el acto
prescrito tiene con el principio moral, gracias a lo cual puede generar sus pro-
pios juicios y enunciados normativos siempre referidos, claro, a su relación
con el entorno o con él mismo como fenómeno56. Es así que la acción que lleva
a cabo –misma que puede ser resultado de formación social– le pertenece,
sin embargo, siempre a él –por sus propias formas o capacidades cognitivas
innatas, que tienen potencial para reformarla si no la encuentran relejo de
la norma universalibilizable, o en caso contrario aceptarla tal cual es–. Ahora
bien, se podría argumentar que el sujeto carece de dichas formas, y que és-
tas son también resultado de las determinaciones del entorno antropológico,
como gustan de hacerlo en la llamada posmodernidad, pero eso nos llevaría
a una contradicción de términos lógicos digna de paralelo con la primera an-
tinomia descrita por Kant en su Crítica de la razón pura57. Para comprobarlo,
baste el siguiente razonamiento: Sin capacidades cognitivas e intelectuales in-
53 “No hay duda alguna de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia”. En el original: “Daß alle unsere
Erkenntniß mit der Erfahrung anfange, daran ist gar kein Zweifel”. Kant, I, K.r.V., AA III, p. 27.
54 Vid subcapítulo Sobre los deberes en relación con las distintas edades en Kant, I., MPC, AA XXVII.1, p. 466-470.
56 Quien piense lo contrario deberá renunciar a toda posibilidad de un mundo distinto, con mejores condiciones de super-
vivencia y convivencia inter-subjetiva, comunitaria, nacional e internacional, pues por simple consecuencia lógica, no
seríamos capaces de revalorar nuestras formas de coexistencia ni con respecto a otros humanos distintos a nosotros –sea
el sujeto entendido como una persona o una comunidad– ni con la naturaleza.
57 Con respecto al principio del mundo. Vid. Kant, I., K.r.V., AA III , p. 294.
85
natas propias del funcionamiento cerebral del humano, no habría abstracción,
relación causa-efecto (en caso de que se deseara, como lo hace Schopenhauer,
argumentar el origen de la Moral en la asociación acto-supervivencia), ni len-
guaje –por mencionar sólo algunas–, requisitos sine qua non para la genera-
ción de actos normalmente aceptados como antropológicos –como rituales,
ceremonias, conductas prescritas– que sean asociados con valoraciones no
inherentes a ellos – y por lo tanto abstracciones en sí mismas–, con lo que los
usos y costumbres ni siquiera hubieran llegado a ver la luz del día. Cualquier
acto que sea valorado más allá de sí mismo (el tabú, las danzas sacras, etc.) re-
quieren de una abstracción, pues es esta misma la valoración. Estas capacida-
des se desarrollan en el sujeto en mayor o menor grado, nadie lo duda y menos
Kant, dependiendo del entorno socio-económico-cultural por el que el sujeto
se vea rodeado, pero la capacidad (Fähigkeit o Krat) cognitiva se encontraba
ya en la formación cerebral genética del mismo58. Si bien es cierto que el padre
de Mozart era músico, también lo es que tuvo hermanos y mascotas. Quede así
respondido el segundo problema.
59 Dussel mismo concuerda con esto. Vid. Dussel, E. Ética de la Liberación…, pp. 464 y 465.
86
pero eso no parece amedrentarle en su omisión o desprecio de conductas que
se adjudican ser relejo de la normatividad moral. Kant acepta que la razón en
sí misma es insuiciente para poner en marcha las acciones del sujeto, por lo
que requiere de un factor ajeno a la razón que sirva de motor. Ese motor, por
lo tanto, lo acepta Kant, sólo puede provenir de un sentimiento (Gefühl), en
sí mismo bueno, lo suicientemente fuerte como para neutralizar los demás
sentimientos siempre auto-referentes. Este sentimiento humilla las pretensio-
nes egoístas, debilitándolas primero y venciéndolas después. Kant nombra este
sentimiento: respeto (Achtung). Sin embargo, el respeto no es otorgado por la
sensibilidad, sino, extrañamente, por un fundamento intelectual que le otorga
al sujeto la facultad de conocerlo de manera a priori60. El respeto, se concluye,
es pues necesario y universal. Entre más racional se es, más fuerte es este sen-
timiento y más congruentes serán las acciones del sujeto con sus determina-
ciones morales. Pero eso, claro, no le permite a Kant escapar de la circularidad
en que su afán por defender a ultranza la inmaculada dirección moral de la
razón le sitia. Finalmente, la cotidianidad, sin importar la esfera de realización
de los actos, nos muestra que la lógica argumentativa y el conocimiento de las
normas autónomas de la moral no resultan suicientes para que el sujeto tome
la decisión, y actúe en consecuencia, de tornarse en ser moralmente íntegro.
Schopenhauer plantea el problema de una manera clara cuando airma que
“una moral sin fundamentación, es decir, un mero moralizar, no puede surtir
efecto, porque no motiva” (Schopenhauer, A. WWV I, SW II, § 54, p. 434)61
¿Hay solución a este dilema? ¿Cómo argumentar entonces frente al cínico?
Este sigue siendo el problema al que los eticistas seguimos enfrentándonos y
nuestro más claro campo de compromiso ilosóico.
61 En el original: “Eine Moral ohne Begründung, also bloßes Moralisiren, kann nicht wirken; weil sie nicht motivirt”.
87
Bibliografía
______ Über den Gemeinspruch: Das mag in der heorie richtig sein, taugt
aber nicht für die Praxis (üGTP), AA VIII.
88
Parte II
Bioética y sustentabilidad ecológica
89
La bioética y su relación con la justicia
socio-ambiental en la Sierra Otomí de
Querétaro (México)
Introducción
91
des indígenas a la libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía, para:..”
realizar diversas actividades sociales, culturales, ordenación, normativa interna
y distribución de actividades laborales con respecto de las tierras que tiene en
propiedad como pueblo originario.
No obstante, más adelante se especiica que las actividades a las que puede
dedicarse el pueblo mexicano deben ser en beneicio social, y que el aprove-
chamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación --se incluyen
agua y bosque en el mandato constitucional-- debe realizarse con objeto de
hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conserva-
ción, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condi-
ciones de vida de la población rural y urbana (Artículo 27 de la CPEUM, 2013).
Se resalta nuevamente la vocación social-comunista bajo la interpretación de
Trotsky (1936) sobre la célebre frase de Marx (1875) “de cada cual según su
capacidad”, quien la interpreta en el sentido de que el Estado debe permitir
la explotación de un recurso al individuo o al colectivo más eiciente en su
aprovechamiento, siempre que éste sea legal y beneicie a toda la sociedad. Así
las cosas, si una comunidad no tiene preparación especíica para usar el agua
de riego de manera tecniicada y si tampoco cuenta con los instrumentos ade-
cuados para desarrollarla, debe dejar que otros lo hagan, pues de este modo
se incrementa la productividad del Estado. Pero, ¿qué sucede entonces con la
comunidad que cede los derechos de uso de un recurso? ¿se le prepara para que
en el futuro próximo lo pueda usar? ¿se le dan alternativas para que, también,
sus necesidades queden satisfechas? ¿la pérdida de derechos sobre un recurso
natural limitado no conlleva también pérdida de calidad de vida y posibles da-
ños en el entramado social de la comunidad y de sus relaciones con las comu-
nidades aledañas? Ninguna de estas preguntas se han resuelto bajo la ilosofía
socialista, comunista o capitalista, pero pueden vislumbrarse bajo una aproxi-
mación bioética con respecto a los principios de justicia y acceso a la justicia.
92
Y ya que entramos en razón de la justicia, por principio de cuentas diremos
que en México el acceso a la justicia en materia ambiental se obtiene por dos
vías, la administrativa y la jurisdiccional (Cancino, 2014). Para impartir jus-
ticia administrativa el estado ha creado las Procuradurías Ambientales, tanto
federal como las de los estados que la tengan que no son todos –sólo hay 16
procuradurías estatales--. Y la justicia por la vía jurisdiccional se especiica de
manera sucinta en casi todas las leyes ambientales --que son nueve--, pero de
forma más clara en la tipiicación de algunos delitos en el Código Penal Mexi-
cano y en concreto en la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental, que vio la
luz hace cerca de un año; sin embargo, como todavía no hay jueces especiali-
zados en la materia y como las entidades federativas no la pueden aplicar, está
bastante abandonada. Y por supuesto, olvida, tajantemente los derechos de los
pueblos indígenas (Peláez y Gutiérrez-Yurrita, 2014).
93
Profundizando en las causas por las cuales no se aplica la justicia como
predica el mandato constitucional, vuelvo a reiterar que todos podemos ser la
causa, comenzando por la autoridad suprema de este país, el Ejecutivo, sus le-
gisladores y personal judicial, pasando por todos los funcionarios y servidores
públicos y terminando con el ciudadano medio, por carecer de la ética elemen-
tal, aplicada a problemas especíicos relacionados con la vida, la dignidad de la
vida y la conservación de la Naturaleza; esto es, la bioética (Winkler, 1997).
Dentro de los cuatro principios de la bioética, considerados esenciales para
su gestación y futura consolidación como ética aplicada a la medicina o, en
general, a las ciencias biomédicas (autonomía, beneicencia, no maleicencia y
justicia), el que puede aplicarse con mucho rigor al tema de cómo los indígenas
ocupan y usan sus tierras, es el de la justicia (aunque, en otro contexto dife-
rente al clínico, también faltamos a la autonomía de los pueblos, no procura-
mos su beneicio y en muchas ocasiones actuamos con maleicencia en contra
de ellos) (Callahan y Jennings, 2002). Mas sin embargo, dentro de lo amplio
que abarca el concepto de ‘justicia’, en concreto es el de justicia distributiva,
equidad y bienestar individual y social, el que nos atañe en este trabajo, y se
relaciona con el acceso a la justicia y a la información que debe instrumentar
la autoridad para que la justicia pueda ser igual para todos (Ferrer-Lues, 2003).
Y para entender cómo funciona el proceso institucional de equidad social en
un Estado-Nación social y democrático, pondremos como ejemplo un caso
concreto: el de una comunidad indígena mexicana.
94
Antecedentes
95
mentados por la federación (GEQ, 2013). Gran parte del fracaso se debe a la
falta de entendimiento entre comunidad y autoridades, ya que aunque toda la
población de la comunidad entiende y habla algo de español, cerca de 50 % es
monolingüe de un dialecto otomí (el Hnä-hnü), por lo que su nivel de español
es básicamente funcional. Este hecho se agrava cuando los representantes de
la autoridad encargados de llevar los programas sociales y productivos hacia
las comunidades no conocen bien los programas de desarrollo ni se toman el
tiempo para dialogar con los comunitarios, escuchar y atender sus necesidades.
Así, los programas implementados en Xajay son los que quiere la autoridad, no
los que solicita y necesita la comunidad (Gutiérrez-Yurrita et al., 2014).
96
portamiento urbano muy alejadas de sus tradiciones, su forma de vida rural
y sus medios económicos y tecnológicos para mantenerlos. El resultado de
esta transgresión cultural es evidente en los sistemas actuales de producción
agrícola y en los productos que cultivan, así como en las prácticas religiosas,
gastronómicas y culturales. Cada vez quieren parecerse más a lo que ven en
televisión, o a lo que les cuentan los migrantes que regresan. Esta mala adecua-
ción de la vida urbana a estilo de vida Hnä-hnü ha sido más contraproducente
que beneiciosa, por las siguientes razones:
97
secuentes problemas de adaptación social que culminan en drogadicción,
alcoholismo y violencia callejera e intrafamiliar.
4) La gente de Xajay se percata de sus propias carencias cuando compara su
modo de vivir con el estilo de vida de un americano o de un mexicano en
un barrio de clase media o alta de grandes ciudades cosmopolitas --como
el Distrito Federal, Puerto Vallarta, Mazatlán o Monterrey--. El individuo
de Xajay trans-culturizado se visualiza, entonces, como un ciudadano de
segunda clase, advierte de su grado de marginación económica y exclusión
social, comienza a tener sentimientos de baja estima, se siente humillado,
poco respetado y abandonado por las autoridades nacionales (Bohórquez
Molina et al., 2003). El resultado es el rechazo a su cultura y raíz indígena.
98
este marco, el objetivo central de este trabajo es el de analizar el concepto de
justicia ambiental --usada como sinónimo de ecojusticia-- y su aplicación en
comunidades originarias de México, y en concreto en la de Xajay, Querétaro.
Metodología
99
El segundo tipo de visitas consistió en entrevistar a las autoridades municipa-
les y estatales en sus oicinas: las primeras en el Ayuntamiento de Amealco y
las segundas en las oicinas regionales de San Juan del Río y de Querétaro. Se
revisaron los archivos municipales para conocer cómo se han llevado a cabo
los convenios de distribución del agua en la zona, cómo se han establecido las
prioridades de uso y cómo han luctuado los niveles de captación de agua de la
micro cuenca desde el año 2006 hasta el presente.
100
de 2,400 a 2,800 metros y está dominado por encinos Quercus rugosa, de una
altura entre 10-12 metros, acompañados por otros árboles arbustivos como
Arbutus sp. y Arctostaphylus pungens. Otro tipo de bosque, aunque también
dominado por especies de encinos, ocupa la franja altitudinal desde los 2,800
a 3,200 metros. Este bosque es menos denso que el precedente y más varia-
do, reconociéndose como dominantes árboles de una altura de 15 a 20 me-
tros, como el Quercus laurina y el Quercus candicans. Les acompañan a estas
especies plantas más arbustivas, como Arbutus xalapensis, Clethra mexicana,
Crataegus sp., y diversas herbáceas como Salvia elegans, Solanum sp., Roldana
sp., Cirsium sp., y hacia las zonas de los 3,200 metros de altura es notable la
presencia de poblaciones aisladas de Junniperus monticola y Baccharis conferta
(Gutiérrez-Yurrita et al., 2014)
101
Descripción de la comunidad
Xajay tiene una población de 488 personas, de las cuales 250 son mujeres y
238 hombres (INEGI, 2010). De la población económicamente activa (PEA),
sólo 70 % trabaja actualmente (115 personas: 26 mujeres y 89 hombres). Los
empleos y salarios no son estables y con frecuencia no llegan al salario míni-
mo establecido por la legislación nacional, por lo que aproximadamente 60 %
de esta población se encuentra en los umbrales de pobreza multidimensional.
Esta situación crítica de la comunidad, además del histórico atraso social y
económico de la región, hace que se le designe en las estadísticas nacionales
como altamente marginada (CONAPO, 2010). Las actividades productivas de
102
la gente de Xajay son, además de la agricultura y la ganadería de subsistencia,
el aprovechamiento marginal del bosque, como ramaje y a veces algunos ár-
boles enteros que convierten en leña para calentar el hogar y cocinar. Como
ninguna de estas actividades son lo suicientemente lucrativas para sostener a
las familias, la mayoría de los varones adultos trabajan en los Estados Unidos,
o en la ciudad de Querétaro (Ortega Marín y Gutiérrez-Yurrita, 2013).
Resultados y Discusión
103
Bajo este marco conceptual, de una justicia productiva y relacionada con la
distribución de recursos naturales, y siendo que el hombre no puede vivir sin
la naturaleza y subsiste gracias a ella, aparece el concepto de Justicia Ambiental
también llamado Eco-justicia. De manera general, se ha intentado deinir este
tipo de justicia como el tratamiento justo y la participación signiicativa de to-
das las personas independientemente de su raza, color, origen, cultura, educa-
ción o ingreso con respecto al desarrollo y la aplicación de leyes, reglamentos
y políticas ambientales. El concepto de justicia ambiental, a diferencia del de
justicia social, o simplemente del de justicia, es que, de acuerdo con Martínez
(2004a):
104
Responsabilidad Ambiental y lo precario del mandato constitucional sobre
las acciones colectivas (Anglés, 2014). En el Cuadro 1 se presenta, de manera
comparativa, lo que se tiene establecido como justicia y sus tipos: la ambien-
tal y la social. Para ines de este trabajo, se equipara la justicia agraria con la
justicia social, por cuanto intenta resolver conlictos sociales por la tenencia
de la tierra, y no conlictos ecológicos ni económicos. La legislación agraria
mexicana no tiene la competencia distributiva de los recursos naturales, ni de
ordenación territorial; su ámbito de competencia es la dimensión social de la
esfera agraria y la institución dedicada a la impartición de justicia es la Procu-
raduría Agraria, dependiente de la SEDATU.
105
cios orales promovidos por la CPEUM y sus leyes reglamentarias, como la Ley
Federal de Responsabilidad Ambiental-- no pretende solventar las necesidades
de la sociedad (Peláez y Gutiérrez-Yurrita, 2014).
106
Río y Tequisquiapan, localidades que, en teoría, poseen mejores tierras para
actividades agropecuarias intensivas, e incluso totalmente tecniicadas. Esta
ausencia de documentos sobre distribución del agua no les permite comparar
su situación con la de otras localidades, y su escasa educación, aunada a su
carencia de cultura jurídica y asesoramiento apropiado, les lleva a pensar que
eso es lo justo --aquí también nos encontramos ante otra violación a los dere-
chos humanos fundamentales que es el acceso a la información: esta gente no
entiende la justicia, ni tendrá acceso a la misma si desconoce sus derechos y
cómo exigirlos--. La gente de Xajay sólo sabe que el agua brota de y en sus tie-
rras, y debe ir a regar campos de otros municipios; pero no entienden porqué,
ni cuánta, ni desde cuándo y hasta cuándo… Eso es una indeinición total para
ellos y, por tanto, no saben que esa actitud de las autoridades es un síntoma de
injusticia. Se conjugan las dos corrientes de injusticia: la social y la ambiental,
generando un maelstrom imparable que arrastra a las profundidades consigo
mismo todos los derechos de los pueblos indígenas de México, no sólo los de
Xajay.
107
no saben a qué no tienen derecho, pues no tienen modo de comparar situacio-
nes. Como diría Sfeir-Younis (2009), no saben, no actúan, no tienen. ¿Cómo
decir que una situación es injusta, si no saben lo que es justo? Esa es la pregun-
ta que está en el aire de la comunidad de Xajay. Y al no tener respuesta, por
el momento, no hay manifestación activa por parte de la comunidad ante la
autoridad para que se resarzan sus derechos, se diriman sus conlictos por el
agua y se acceda a la justicia. A lo más que llega la comunidad, es a sentir que
las cosas no están bien, a percibir un cierto grado de trato desigual y a sentirse
relegados de los programas gubernamentales. El resultado es que se tornan
agresivos con toda autoridad y recelosos de los pocos proyectos que les tratan
de imponer, al grado de rechazarlos sistemáticamente sin antes evaluar el be-
neicio que pudieran aportar, de realizarlos bien y en común acuerdo con la
administración pública. Si la comunidad de Xajay no conoce la justicia social,
mucho menos sabe de justicia ambiental.
108
nen a la moda con la extracción de recursos naturales, su transformación en
las empresas transnacionales y su posterior comercialización en los centros
urbanos. Bioética es la palabra que debemos aprender y el concepto que tene-
mos que aprehender irmemente. La bioética es parte del conocimiento com-
partido entre los seres urbanos y los rurales, es la guía para tener conductas
sustentables, es la razón para participar en la toma de decisiones políticas y
dotar de presencia y voz a los indígenas y personas marginadas por la sociedad
(Acosta et al., 2014). Pero sobretodo, es un problema bioético de la autoridad
porque siendo responsables directos de velar por el bienestar del pueblo, dado
el sentido de nuestra república al considerarse un estado de bienestar social,
no se preocupan por diseñar los instrumentos jurídicos y administrativos para
que los Derechos Humanos sean cumplidos como el mandato constitucional
establece.
109
y económico del país, al tiempo que nos indican cómo debe ser el desarrollo
y por tanto, de qué manera deben ser aprovechados nuestros recursos innatu-
ra. Simultáneamente, dichos artículos, tienen estrecha relación otros artículos
constitucionales, también, que garantizan los derechos humanos, como el ac-
ceso a la información, a la participación en la toma de decisiones, al acceso a la
justicia pronta, expedita y gratuita; al derecho del Amparo judicial (Arts. 103 y
107 de la CPEUM) y a otros mecanismos no jurisdiccionales de defensa de la
CPEUM (CNDH 1997). Asuntos todos, que además, por ser parte importante
de los sistemas de producción primaria, deben pasar por unos derechos agra-
rios, culturales, étnicos; creándose el concepto de etnicidades ecológicas como
catapulta para alcanzar una igualdad social basada en la completa eliminación
de la discriminación racial y de los prejuicios sociales por la condición econó-
mica de los pueblos (Parajuli, 1998).
110
para formar políticas públicas en el manejo de los recursos naturales y la con-
servación del patrimonio paisajístico (Acosta et al., 2014). Si no se cumplen
estos derechos básicos, difícilmente se llegará a resolver una situación de injus-
ticia. Y desafortunadamente no se cumple en la relación gobierno-gobernados
en Xajay. Por tal motivo, aunque se les propongan proyectos y otorguen apo-
yos económicos de índole social, la población considera que está excluida del
desarrollo del país (Ortega-Marín y Gutiérrez-Yurrita, 2013). Los Xajay no se
sienten parte del crecimiento económico de la región y eso hace que no parti-
cipen proactivamente en la implementación de políticas ambientales o proyec-
tos productivos. La manera en la cual lo toma la autoridad es bastante burda,
no los comprende, los cataloga como conlictivos y potencia su marginación.
Si hace poco más de 25 años Xajay era una comunidad que tenía el privi-
legio de pertenecer a una zona totalmente boscosa, el aumento poblacional y
sobretodo la falta de orientación ambiental y de apoyos a la producción local
(capital intelectual) han deteriorado sus bellos paisajes perdiendo gran parte
de sus recursos naturales (capital natural). Actualmente en Xajay conluyen
los compromisos ecológicos con los sociales, el territorio es rico en patrimo-
nio paisajístico, contradictoriamente, sus habitantes se enfrentan a muchos
problemas y su índice de desarrollo humano es de los más bajos del mundo
(PNUD-CDI, 2010). Si se genera riqueza a corto plazo en la zona, ésta deberá
ser expoliando su capital natural, y a la larga, se tendrá una comunidad cada
vez más pobre dado que ya habrá perdido su patrimonio natural (Gutiérrez-
Yurrita, 2007). El paisaje boscoso de la Sierra Otomí genera riqueza económica
y biológica: alberga una diversidad de seres vivos que en sus procesos ecológi-
cos favorecen los sistemas sociales del hombre, dotándolos de lo que se llama
actualmente, servicios ambientales: cosecha de agua para recargar acuíferos y
llevar agua potable a los núcleos de población; agua corriente supericial para
riego; secuestro de dióxido de carbono (CO2) y producción de Oxígeno (O2)
111
con lo que se minimiza el efecto invernadero regional y se aminoran los efec-
tos del cambio climático por mencionar algunos (Gutiérrez-Yurrita, 2014).
Aunado a esos servicios ambientales, su región posee atributos culturales y
paisajísticos que les permitirían desarrollar otras actividades productivas no
invasivas ni destructivas, como el turismo responsable (Álvarez-Díaz et al.,
2013b). Si a la comunidad se le limita el acceso a ese patrimonio natural, lo
utilizarán de manera desordenada al margen de la ley, y terminará siendo un
erial. Los comunitarios pasarán a ser delincuentes ambientales perseguidos
por la PROFEPA y el rencor de los ñañúes hacia la autoridad y el resto de la
sociedad irá in crescendo.
112
3. Confusa, por cuanto no se sabe cuánto es el recurso original y cuánto
otorga la administración pública a cada beneiciado del programa, ni
cuánto de lo destinado a la comunidad se entrega en tiempo y forma,
ni cuánto no se entrega jamás.
113
en la CPEUM y en las declaratorias de las Naciones Unidas, no se cumplen, ni
en un 20 %. No hay acceso jurisdiccional ni tampoco no jurisdiccional a la jus-
ticia. En el segundo término, la distribución de los recursos naturales favorece
los sistemas de producción externos a la comunidad, simplemente porque la
autoridad los considera más productivos. Y toda la carga ambiental producida
por los impactos de las actividades humanas la sobrelleva Xajay.
114
Conclusiones
115
Bibliografía
116
Bohórquez, G., García, A., Prieto, D., Rodríguez, M. A. (2003), Los pobres del
campo queretano. Política Social y combate a la pobreza rural de Queré-
taro. Ed. Instituto Nacional de Antropología e Historia, D. F. México.
Callahan D., Jennings, B. (2002). Ethics and Public Health: Forging a Strong
Relationship. American Journal of Public Health, 92(2): 169-176.
117
CPEUM -Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos- (2013),
Última Reforma de la Constitución Política de México. Diario Oi-
cial de la Federación 11-06-2013.
118
INEGI -Instituto Nacional de Geografía y Estadística- (2013). Estadísticas
a propósito del día mundial de la justicia social. Noticia aparecida en
el portal del INEGI: http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espa-
nol/prensa/Contenidos/estadisticas/2013/justicia0.pdf [26 de enero de
2014].
Konow, J. (2003). Which is the fairest one of all? A positive analysis of justice
theories. Journal of Economic Literature, XLI: 1-15.
119
Martínez, J. (2004a). Los conlictos ecológico-distributivos y los indicadores de
sustentabilidad. Revista Iberoamericana de Economía Ecológica, 1:5-15.
120
PNUD-CDI (2010). Informe sobre desarrollo humano de los pueblos indígenas
en México. Programa de las Naciones Unidas-Comisión de Pueblos
Indígenas. México.
121
Cuadro 1.
Comparación entre conceptos de Justicia, Justicia social y Justicia ambiental.
Es la voluntad de conce- Prever los conlictos Su aspecto cultural
der a cada quien lo que le sociales de tal forma que depende de la socie-
corresponde, lo que es su puedan tomarse medidas dad.
Derecho. cautelares antes de que
éstos aparezcan. Su aspecto formal
Es el tratamiento justo y depende de la norma.
la participación signiica- Crear un ambiente de
tiva de todas las personas equidad social y paz co- Es jurisdiccional.
General
con independencia de su munitaria.
raza, color, origen, cultu-
ra, educación o ingreso Dirimir las controversias
con respecto al desarrollo por el uso de un bien
y la aplicación de leyes, común y limitado.
reglamentos y políticas de
un Estado Social de De-
rechos.
En un estado de bienes- Igualar de hecho a to- Es de naturaleza
tar, es el derecho a satis- dos los hombres en lo internacional.
facer nuestros derechos tocante a los derechos
humanos. humanos. Se enmarca en los
Derechos Humanos
Es otorgar igualdad de Erradicar las limitacio- dado que promueve
oportunidades para que nes que impiden detener la idea de que justicia
los individuos puedan y revertir la pobreza, así social equivale a paz.
Social desarrollar su máximo como alcanzar un modo
potencial; para dignii- de vida seguro, en paz y Garantiza la equidad
car a las personas; para digno para todos. distributiva de los
que denoten orgullo de bienes y la riqueza
sus raíces y para que se Eliminar las brechas de de un Estado social
pueda instaurar una paz desigualdad social entre democrático.
mundial. individuos y pueblos
que se hace latente en el Es jurisdiccional y
mundo entero. administrativa.
122
Es el trato justo de que
Distribuir la riqueza na- Es de carácter distri-
ninguna persona lleve la tural y la carga ambiental butiva.
carga de los problemas de manera imparcial
ambientales. entre la sociedad. Convierte de manera
equitativa los ele-
El Derecho de toda per- Asegurar que las gene- mentos estructurales
sona a un medio ambien- raciones futuras tengan de un ecosistema en
tal sano para su desarro- mejor calidad de vida el patrimonio pai-
llo y bienestar. que la actual, mediante sajístico de los indi-
la protección y restaura- viduos
La justicia ambiental es ción de la integridad de
Am- un derecho que conlleva los sistemas ecológicos. Se vale del instru-
biental el deber y la responsabi- mento jurídico de
lidad de cuidar el medio Distribuir los bienes ordenación territo-
ambiental con actitudes naturales de forma rial.
y actividades tendientes equitativa entre toda la
a la sustentabilidad re- población, asegurando Tiene como base los
gional. que toda ella alcance los principios de pre-
niveles de bienestar que vención, precaución,
proporciona la natura- solidaridad y susten-
leza, sin detrimento de tabilidad.
los derechos de otros
grupos. Es jurisdiccional y
administrativa.
123
Cuadro 2.
Legislación Contenido
Tierras y las aguas del territorio nacional. El
aprovechamiento de los recursos naturales del país,
Constitución Política de los de interés público en el sentido de que sea equitati-
Estados Unidos Mexicanos. vo, sustentable y ayude al desarrollo del país.
124
Establece los tipos de acciones judiciales y admi-
nistrativas dependiendo de los delitos ambientales,
Ley Federal de Responsabili- con la inalidad de asegurar que quien contamine
pague, quien produzca deterioro ambiental lo res-
dad Ambiental. taure, promueve la equidad intra e intergeneracio-
nal mediante el reconocimiento explícito de los bie-
nes colectivos e intereses difusos.
Ley de Acceso a la Informa- Protege el acceso a la información privada de los
ciudadanos y permite que todas las personas tengan
ción. acceso a la información pública.
Promueve la sustentabilidad hídrica con 38 ini-
Agenda del Agua 20/30 elabo- ciativas que llevan como inalidad tener un Méxi-
co con: 1) ríos limpios; 2) cuencas y acuíferos en
rada en 2010 (modiicada por
equilibrio; 3) cobertura universal de agua potable y
la SEDATU en 2013) alcantarillado; y 4) asentamientos seguros frente a
inundaciones catastróicas.
Agenda Nacional de Dere- Instrumento de estudio de los problemas socia-
chos Humanos 2013. les, de las violaciones a esos derechos fundamenta-
les y de la vinculación entre derechos sociales, am-
bientales, económicos.
125
Reflexión ética en el desarrollo,
sustentabilidad y bienestar social en
zonas indígenas altamente marginadas
a partir de propuestas de desarrollo de
modelos de producción de traspatio
Hilda Romero-Zepeda64*
Rubén S. Romero-Márquez65**
Zamora Velázquez66***
José Salvador Arellano Rodríguez67****
Pedro J. Gutiérrez Yurrita68*****
Introducción
127
El Desarrollo Rural Sustentable es un concepto utilizado a nivel internacio-
nal y nacional y está relacionado con el desarrollo social, económico, político,
educativo y de bienestar de los pueblos que no habitan en las ciudades o gran-
des centros urbanos, en la búsqueda de condiciones adecuadas para alcanzar
las máximas potencialidades de sus habitantes, tomando en cuenta la demo-
grafía de la comunidad (grupos de edad y género, etnicidad y condiciones so-
cio económicas).
128
la salud, la seguridad social, la educación, la alimentación, la vi-
vienda, la equidad de género, la atención a los jóvenes, personas
de la tercera edad, grupos vulnerables, jornaleros agrícolas y mi-
grantes, los derechos de los pueblos indígenas, la cultura y la re-
creación; mismos que deberán aplicarse con criterios de equidad.
129
indígena, donde menos de 10 % es hablante de lengua indígena (CONAPO,
2007). Es interesante recordar que México presenta el doble reto de superar la
pobreza multidimensional de la zona rural, además de preservar y conservar
sus recursos naturales (Gutiérrez-Yurrita, 2007). El potencial de este capital
humano y el capital natural real del país, se sobrepone en el mismo territorio;
esto es, las regiones con mayor pobreza multidimensional son las áreas consi-
deradas como prioritarias para programas de conservación ecológica (Rosillo-
Pantija y Gutiérrez-Yurrita, 2010).
130
• Una dependencia de la agricultura y de los recursos industriales, y una
necesidad de desarrollo rural al menos para el autoconsumo, como lo
provee la producción pecuaria de pequeñas especies, la silvicultura y
la piscicultura. Frecuentemente, estas áreas son dependientes de las
luctuaciones de precios de sus productos. La economía tiende a ser
estacional.
131
rar el bienestar de la población actual sin comprometer la calidad de vida de
las generaciones futuras. Uno de los principales retos que enfrenta México y
otros países de Latinoamérica, es el de incluir al medio ambiental como un
elemento de la competitividad y el desarrollo económico y social, transitando,
con ello, hacia la sustentabilidad regional (Bosselmann, 2008). Sin embargo,
y bajo estas condiciones de precariedad, los esfuerzos de conservación de los
recursos naturales y ecosistemas suelen verse obstaculizados por un círculo
vicioso que incluye pobreza, agotamiento de los recursos naturales, deterioro
ambiental y más pobreza (Gutiérrez-Yurrita, 2009). Esto es: una comunidad
explota sus recursos naturales para satisfacer sus necesidades presentes, sin
percatarse si el modelo de aprovechamiento es perdurable. Esto lleva al rápido
agotamiento del recurso, sin haber superado el umbral de pobreza. Y el resul-
tado es abrumador. Ahora se encuentra esa comunidad empobrecida y en un
entorno ambiental deteriorado, y sin opciones de mejora en su calidad de vida
a corto plazo.
132
1. Marginación y desarrollo de los pueblos
La marginación es un fenómeno estructural que se origina por un mode-
lo determinado de desarrollo y que se maniiesta tanto en la diicultad para
propagar el avance técnico en el conjunto de la estructura productiva y en las
regiones del país, como en la exclusión de grupos sociales del proceso de desa-
rrollo y del disfrute de sus beneicios. El resultado de los procesos de margina-
ción es, generalmente, la aparición de conlictos sociales. Empero, la manera
en la cual se maniiestan los conlictos no es la misma, pudiendo ser, al menos,
de dos tipos. El primero es cuando la sociedad participa activamente en la
demanda de los bienes y servicios necesarios para satisfacer sus necesidades.
Y el segundo, cuando la sociedad no se maniiesta activamente, sino que se
guarda para sí el malestar, hasta que algún día lo deja de reprimir y lo libera,
casi siempre en forma violenta (Mitchell, 1999).
133
comunidad, bajo qué realidad y perspectivas, y sobre todo cómo puede dictar-
lo si la población está polarizada en cuanto al estado de bienestar social y si la
prioridad de un grupo o individuo es satisfacer mínimamente sus necesidades
básicas de subsistencia.
134
momento (Boege, 2003). Resulta paradójico que el hombre destruye su entor-
no para construir su vivienda, siendo que su entorno es el lugar donde habita;
y aunque tal vez su ambiente no es exactamente donde duerme, sí es donde
está su habitación, entendida ésta como el refugio donde construye su hogar.
Es importante enfatizar este hecho, porque una de las razones más importan-
tes que esgrimen los individuos de las zonas rurales para devastar una tesela
paisajística, es la de construir su casa. Y el tipo de vivienda es un indicador del
grado de pobreza.
135
electricidad excluye a la población del disfrute de bienes culturales,
de la participación de los sistemas modernos de comunicación y en-
tretenimiento, así como del uso de aparatos electrodomésticos. Ello
también redunda en el uso de fuentes de energía alternas, con altos
costos ambientales y inancieros.
136
2. Vivienda Rural Sustentable en Querétaro, como caso de estudio
137
En el rubro de innovación tecnológica con enfoque ecológico, las tec-
nologías de traspatio han tenido un éxito relativo en virtud de una mala pla-
niicación gubernamental en la comercialización de los productos generados;
así como en la propuesta de factibilidad del proyecto de inversión que gene-
ralmente adopta los modelos tecnológicos de traspatio desarrollados en otras
latitudes sin modiicaciones, con escasos estudios realizados en México donde
se evalúe y valide el modelo importado a las condiciones locales.
138
gran parte, en el desarrollo tecnológico que se ha propuesto, aunado al di-
seño operativo de la granja. Y la diferencia con el kibutz se halla en el modo
de constituir las diferentes actividades agropecuarias con un trabajo comunal
integrado.
139
ausencia de una enfermedad o dolencia. De acuerdo con la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la salud pública comprende cuatro áreas funda-
mentales:
Si bien la esperanza de vida en México aumentó dos años en tan sólo una
década y se ha registrado una disminución de las tasas de mortalidad infantil,
estos índices se mantienen en niveles preocupantes en comunidades indígenas
(ENSANUT, 2006). Los procesos migratorios, dentro y fuera del país, así como
las transferencias internacionales asociadas a cambios globales, han genera-
do avances en pro y en contra de nuestras comunidades: en biotecnología,
informática y telecomunicaciones, movimientos migratorios, importación de
estilos de vida e ideas, variación de estándares ambientales y ocupacionales,
comercio de sustancias nocivas tanto legales como ilegales, distribución de
tecnología médica y, a su vez, transferencia internacional de riesgos, como son
las pandemias de Inluenza, VIH-Sida, tuberculosis, obesidad y diseminación
de agentes patógenos resistentes a los antibióticos.
140
tivas y el cáncer. Se ha condicionado la disparidad nutricia con la convivencia
de deiciencias y excesos alimentarios y nutricios en la población mexicana,
lo mismo que el cúmulo de atrasos y problemas emergentes. México no acaba
de encontrar su lugar en el mundo, y aún menos en el sistema sanitario. En
un extremo del espectro epidemiológico se cuentan enfermedades infecciosas
propias de países sin desarrollo (desnutrición, problemas materno-infantiles),
y en el otro, predominan enfermedades no transmisibles y lesiones caracterís-
ticas de los países desarrollados (obesidad, diabetes). (Romero-Zepeda, 2010.)
141
En la línea de la salud mental, cobra importancia la depresión y el compor-
tamiento bipolar, que frecuentemente se asocia al suicidio, y cuyos episodios
han aumentado en el caso de menores de edad (INEGI, 2006).
142
La seguridad alimentaria es un tema de análisis multifactorial, mismo que
le llevó a la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus
siglas en inglés) deinir adecuadamente, con participaciones tan importantes
como la surgida a través del ecónomo Amartya Sen, y que, inalmente, queda-
ra como (FAO, 2004):
143
Los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010 en el municipio
de Amealco dados a conocer por el INEGI (2010), apuntan que la población
total es de 62,197 habitantes mayores de dos años de edad, 10 % más de la
población que había en el conteo del año 2005, representando el 3.4 % de la
población estatal. La estructura por género es de 52 % mujeres y 48 % varones
(INEGI, 2010).
144
mas en materia de salud a in de disminuir las enfermedades de la población
indígena en los municipios con bajo Índice de Desarrollo Humano (IDH) que
no son derechohabientes en otros sistemas de salud (Pérez, 2005).
145
respectivamente, 2.8% por el IMSS, 2.4 % por IMSS ‘Oportunidades’ y 0.8 %
por servicio médico privado.
146
En cuanto al año 2005, se observa que el logro alcanzado en la dimensión
de salud, ubica al estado de Querétaro en la posición 12 entre las entidades
del país, por arriba de otras entidades con alta población indígena: San Luis
Potosí, Puebla, Michoacán, Hidalgo, Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Guerrero
(INEGI, 2005).
147
salario; y por otro lado, mantener su cultura y su lengua. Según una propuesta
del Banco Mundial, es necesario “proveer educación de mayor alcance y mejor
calidad por medio de programas de educación bilingüe y bicultural para redu-
cir la brecha en los años de escolaridad y mejorar la calidad de la educación
(Pueblos indígenas, 2005).
148
A nivel nacional, para mujeres indígenas el analfabetismo fue de 34.5 % y 31.4
% en el periodo 2000-2005, y para hombres 19.6 % y 19.0 %, respectivamente.
En el caso del estado de Querétaro, 29.7 % de las mujeres indígenas eran anal-
fabetas y 14.7 % de los hombres indígenas lo eran, en el año 2005.
149
alimentación a los niños. Además, a las madres se les enseña a llevar el registro
del desarrollo del niño y estar al pendiente de que reciban a tiempo sus vacu-
nas. Las promotoras tienen una reunión semanal y hacen visitas domiciliarias
(Instituto Nacional para el Federalismo, 2005).
150
Educación Primaria (región mestiza). En esta región hay tres zonas escola-
res integradas de la siguiente manera:
151
de trabajan 82 asesores y cuatro promotores encargados. El Colegio de Bachi-
lleres Plantel 2 cuenta con una población de 680 alumnos distribuidos en 16
grupos, atendidos por 26 docentes. El plantel cuenta con 14 aulas, laboratorio
de idiomas, de física y biología, de informática y varios talleres de música,
danza folklórica y deportes. Por su parte, el CONALEP en la actualidad cuenta
con 200 alumnos y talleres que se imparten sobre industria del vestido, técnico
profesional y técnico en máquinas y herramienta (Beiceño-Sáinz, 2011).
152
es la única enfocada hacia la interculturalidad. Es la única institución con un
peril que considera particularmente a jóvenes indígenas en el estado de Que-
rétaro. Recoge los aportes de investigaciones etnolingüísticas de muchos años
en el municipio de Amealco en la región Ñhañhu, gracias al trabajo del Dr.
Ewald Hekking, defensor de la lengua y la cultura en Querétaro, y los integra
--aprovechando y canalizando la labor intelectual y de campo-- dentro de los
planes de estudio.
153
2000). Cerca del 80 % de la población indígena se localiza en la región sureste
del país, en los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo, Yucatán, Cam-
peche, Veracruz y San Luis Potosí (SEDESOL, 2008).
154
6. Conclusiones: una perspectiva ética.
La pobreza --reiere Mark Platts-- es lo que personas concretas le hacen a
personas concretas. El tema de la pobreza entre los pueblos indígenas y entre
quienes viven en zonas altamente marginadas, aún se observa como un proble-
ma estadístico donde lo más importante es contabilizar el número de pobres,
traducirlos a porcentajes numéricos, y la menor de las veces realizar algún
tipo de proyecto para justiicar algún programa de gobierno. Sin embargo, en
nuestro país los porcentajes de pobreza siguen siendo escalofriantes. De 2008
al año 2010 la pobreza en México aumentó de 48.8 millones de personas a 52
millones, por lo que pasó de 44.5 % a 46.2 % del total de la población mexica-
na, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL). Lo anterior indica el fracaso o insuiciencia en
los modelos de desarrollo implementados hasta la fecha. El problema amerita
también un enfoque ético. Esto es, que hablar de pobreza incluye hablar sobre
los responsables de la pobreza, pues de lo contrario seguiremos hablando de
ella sin tomar acciones que respondan de manera satisfactoria a la situación
actual en los rubros de salud, educación y alimentación entre las comunida-
des más pobres de nuestro país. Se debe volver a relexionar éticamente so-
bre el concepto mismo de ‘desarrollo’, toda vez que pensamos que el hecho
de construir una carretera o un complejo hotelero afectará favorablemente a
una comunidad; empero, si no se toma en cuenta el impacto ecológico y cómo
afectará al modelo de vida de los pueblos, puede ser contraproducente.
155
terioro en todos los ámbitos de la vida. El concepto mismo de ‘responsabilidad’
ha sido tratado más como lo que hemos hecho y no como aquello que hemos
dejado de hacer. Ejemplo de lo anterior es que hemos escrito más discursos de
solidaridad con los pobres, que realizado acciones concretas para aminorar la
pobreza. En México, los únicos que no pagan impuestos son aquellos con más
recursos económicos: recuérdese la venta de Banamex a City Group, el 3 de
agosto del 2001, que signiicó una operación por 12,500 millones de dólares
(130 mil millones de pesos) que no fue gravada por algún tipo de impuesto.
El deterioro económico de los menos favorecidos se vincula a la falta de es-
crúpulos éticos entre las grandes transacciones monetarias de nuestro país y
el mundo.
La airmación “soy una persona responsable” debe pasar a ser una interro-
gante constante sobre “quiénes y de qué somos responsables”. Existe, pues, no
sólo una responsabilidad que le pertenece al sujeto, sino también una respon-
sabilidad ante, con la comunidad y con las generaciones futuras. María José
Guerra señala que debemos tomar en cuenta, siguiendo a Hans Jonas, una
perspectiva sustantiva y no formal; esto es, no se trata de que seamos respon-
sables de nuestros actos y podamos ser juzgados como inocentes o culpables.
Somos responsables de la existencia y cuidado de los objetos (…) Es decir, se
trata de una responsabilidad ante los niños y niñas que están por venir y dar-
les la garantía de un mejor futuro, de condiciones de vida dignas para todos
y, en breve, de que el futuro mismo es posible. Se trata de tener una visión de
responsabilidad ante el paradigma de desarrollo de los pueblos marginados.
Guerra señala que evitar la tragedia es la consigna de una ética de la responsa-
bilidad (en este caso, ante sociedades indígenas altamente marginadas).
156
de pobres que hay, sin tomar en cuenta las acciones se deben realizar y que
respondan de manera satisfactoria a la situación actual en los rubros de salud,
educación y alimentación en las comunidades más pobres de nuestro país.
157
Finalmente, las ingenierías de biosistemas deberán validarse a través de la
medición de su impacto en el contexto global de desarrollo integral sustenta-
ble en la comunidad en donde se interviene, ya que potencialmente se pro-
pone como una estrategia que permitiría atender los cambios de ocupación
en la población, el apoyo a las actividades desempeñadas por las mujeres en
estas comunidades, y la oportunidad de que a través del autoconsumo de los
productos, la continua capacitación y acercamiento intercultural, así como la
alternativa comercial de venta de excedentes en la producción intensiva de
traspatio, coadyuvando en el desarrollo de los pueblos sin explotar los escasos
ya recursos naturales en estas zonas.
7. Referencias bibliográicas
Ávila Curiel, A., Shamah Levy, T., Chávez Villasana, A. (1997). “Encuesta Na-
cional de Alimentación y Nutrición en el Medio Rural, 1996, Resultados
por entidad”. México, D. F. Instituto Nacional de Nutrición ‘Salvador
Zuribán’.
158
Bosselmann K. (2008). “he principle of sustainability. Transforming law and
gobernance”. Ashgate, New Zealand.
Bronfman M. (1994). “La salud de los pueblos indígenas. Una conquista im-
postergable”. Cuaderno de Salud, Secretaria de Salud.
159
INEGI (1997). Resultados deinitivos del Conteo General de Población y Vi-
vienda, Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, 1995.
México, DF.
160
ONU (1948). Fundación de la Organización Mundial de la Salud, Organiza-
ción de las Naciones Unidas (http://www.cinu.org.mx/temas/desarrollo/
dessocial/salud.htm, consultada: 18 enero de 2010).
Pérez et al., (2005). Acciones de gobierno en materia de salud para los pueblos
indígenas, http:// www.mex.ops.oms.org.
161
Romero-Zepeda, H., Súmano, R., Romero-Márquez, R. S. (2009). “El costo de
la salud pública en el desarrollo empresarial”, RESPYN 10(1), en http://
www.respyn.uanl.mx/x/1/ensayos/ ensayo_salud_publica_y_laboral_
queretana.htm, Consultada: 18 de enero de 2010).
162
La corresponsabilidad social como
elemento necesario de una ética
de la sustentabilidad
Introducción
163
con suma suavidad y benevolencia por el autor de Colapso... El propósito de
este ensayo es profundizar en el elemento ético de las empresas y de los empre-
sarios en cuanto a la responsabilidad del cuidado medioambiental. Centraré
mi propuesta en do momentos: primeramente, enfatizar que todo declive de
las sociedades humanas se debe a la falta de sentido de responsabilidad moral
por parte de actores concretos, y en un segundo momento señalaré algunos
criterios morales que considero relevantes para hacerle frente a la catástrofe
ecológica que hoy enfrenta la humanidad, a nivel global.
164
la sociedad moderna, provocado por la explotación desmedida de los recursos
materiales del planeta.
Los datos son más que dramáticos, de acuerdo con cifras proporcionadas
por Greenpeace México70. Sólo durante el periodo 2000-2007, en nuestro país
la supericie forestal sustentable se redujo de 8.6 a 6.1 hectáreas. El deterioro
forestal contribuye al 14 % de las emisiones de gases de efecto invernadero,
ocupando con ello el quinto lugar a nivel mundial en deforestación. Greenpea-
ce calcula que por lo menos cada año se pierde una supericie equivalente a 4
veces la supericie del Distrito Federal. En 1950 se tenía registro de 44 especies
de mamíferos marinos; hoy se encuentran extintas dos, y todas en alto riesgo
de desaparecer debido a la explotación desmedida y a la falta de leyes efectivas
y de recursos para regular las actividades mercantiles en los mares mexicanos.
Lo cual es crítico, toda vez que 45.7 % de los mexicanos habita en estados con
zonas costeras, sin mencionar las zonas de alta inseguridad en todo el país,
que inhiben la protección de los recursos naturales. Las actividades turísti-
cas se agravan cada vez más, entre otros factores por la falta de agua potable.
Además, en estados como Quintana Roo, Baja California, Chiapas, Tabasco,
Campeche y Jalisco se ha registrado un crecimiento desordenado. Greenpeace
México señala que tan sólo en el año 2007 se tenían registrados 43 campos de
golf en las entidades del Golfo de California, a pesar de encontrarse, algunas
de ellas, en zonas semidesérticas, donde cada campo de golf utiliza alrededor
de 10,000 litros de agua al día. México, junto con Honduras y el Salvador, son
los países con más destrucción de manglares en los últimos 25 años, a nivel
mundial. De acuerdo con el informe dado a conocer por el Instituto para el
Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU --publicado en el diario El Univer-
sal71--, se calcula que El Salvador ha perdido 40 % de la supericie de manglares
70 Greenpeace, México. Las cifras del desastre ambiental.
En http://www.greenpeace.org/mexico/es/Noticias/2009/Junio/las-cifras-del-desastre-ambien/
71 ‘Advierten sobre destrucción de manglares’. El Universal. Miércoles 14 de noviembre de 2012. En: http://www.eluniversal.
165
debido, sobre todo, a la construcción de complejos hoteleros. La pérdida de
manglares afecta directamente la seguridad alimentaria y económica de los
pobladores locales, al afectar las actividades pesqueras, además de la propia
actividad turística. Greenpeace también señala que debido a la práctica in-
moderada de la producción ganadera, 80 % del territorio mexicano presenta
algún grado de erosión, además de la intromisión de agentes contaminantes
biotecnológicos empleados para la producción de cultivos transgénicos, cuya
amenaza, sobre todo hacia el cultivo de maíz, está aún por verse.
com.mx/articulos/74775.html.
166
Algunas de las plantas transgénicas que se están cultivando
contienen genes de resistencia a antibióticos que pueden ser ab-
sorbidos por los microorganismos del suelo o por las bacterias
patógenas que se encuentran en los intestinos de animales y hu-
manos, haciéndose, por lo tanto, invulnerables a los antibióticos
en cuestión. El gen de resistencia a los antibióticos se encuentra
en todas y cada una de las células de la planta manipulada ge-
néticamente (…) Todos los hallazgos cientíicos hechos hasta la
actualidad demuestran que el gen de resistencia a los antibióticos
puede ser absorbido por las bacterias intestinales de animales y
humanos y por los microorganismos del suelo. Aunque son mu-
chos los genes de resistencia a antibióticos utilizados en las plan-
tas transgénicas, hay cuatro que merecen una especial atención:
72 100 Razones para declarar al Ecuador libre de transgénicos, Swissaid, Ecuador, 2009, En: http://www.swissaid.org.ec/
ecuador/global/pdf/TRANSGENICO.pdf (Última revisión: diciembre, 2010), donde se cita como fuente a Ricardo Agui-
lar, extraído del nº 48 de la Revista de Greenpeace, España, http://www.kreonweb.com/ htm (Última revisión: marzo,
2011).
167
Jorge Riechman (2004) advierte además que el ADN de las plantas puede
llegar a prevalecer durante meses en el suelo, lo cual provoca una contamina-
ción de la tierra donde, de manera general, se plantan año con año las mismas
plantas transgénicas, desarrollando microbacterias resistentes a los antibióti-
cos que pueden llegar a los animales y al ser humano.
168
el laboratorio, según el cual las larvas de las mariposas Monarca
morían tras alimentarse de plantas de algodoncillo recubiertas
con polen transgénico. Casi todos los medios de comunicación
del mundo airearon a bombo y platillo los daños ecológicos que
esto supondría, más aún si ello era un ejemplo de lo que podría
ocurrir con otros cultivos transgénicos.75
Aún más problemático es el efecto sobre las abejas, porque son necesarias
para la polinización. Según un artículo en la revista alemana Der Spiegel (2007)
la población de abejas está disminuyendo o desapareciendo –hasta un 70 % en
algunas partes de los Estados Unidos-.76 Walter Haefeker, vice-presidente de
la Asociación Profesionista de Apicultores de Europa, dice que el problema
tiene, o puede tener, varias causas: una es el ácaro varroa, introducido desde
Asia; otra es la práctica de rocío de herbicidas a largo plazo en la agricultura
y la práctica de mono-cultura. Otra causa posible es el uso de ingeniería en la
agricultura. Aunque había mucha especulación al respecto, se desconocen las
causas a ciencia cierta. Este puede ser un caso de causas múltiples. Un estu-
dio de la Universidad de Jena (2001-2004) no encontró ninguna evidencia de
un “efecto tóxico del maíz Bt en poblaciones de abejas sanas”. Pero cuando,
por casualidad, las abejas del estudio sufrieron una plaga de parásitos, murió
un número mayor al normal quizás, según un investigador, debido al debili-
tamiento intestinal causado por los transgénicos. No se sabe, es muy difícil
detectar las interacciones cuando existen causas múltiples. Sin embargo sabe-
mos que es real la crisis del “colapso de la colonia” de las abejas. Lo que es
75 José Antonio Lozano Teruel. “El maíz transgénico y la espina bíida.” La Verdad Digital. S. L. U. Murcia, 2005, http://
allnatural.iespalomeras.net/biotecnologia/alimentos-transgenicos-vegetales.html (Última revisión: diciembre, 2010).
76 Gunther Latsch. “Collapsing Colonies: Are GM Crops Killing Bees?” Der Spiegel, 03/22/2007. En: http://www.spiegel.de/
international/world/0,1518,473166,00.html (Última revisión: diciembre, 2010).
169
un hecho es que el uso masivo de insecticidas ya está generando resistencia en
los insectos que se propone combatir.
170
les, la pobreza, la desnutrición, los precios de los alimentos, las
pérdidas de la seguridad alimentaria y la soberanía debido al des-
plazamiento de los cultivos de los alimentos básicos y al aumento
del control de las compañías sobre la producción alimentaria.77
77 Carta de oposición crítica a la “Mesa redonda sobre Soya Responsable”, Global: Oppose “responsible” soya greenwash,
abril, 2009, http://www.bangmfood.org/take-action/23-take-action/36-letter-of-critical-opposition-to-the-round-table-on-
responsible-soy (Última revisión: diciembre, 2010).
78 Angélica Enciso y Carolina Gómez. “Siembra de maíz transgénico pone en riesgo seguridad alimentaria del país: cien-
tíicos.” Periódico La Jornada. Viernes 18 de marzo de 2011, p. 40.
171
2. Ética de la corresponsabilidad: sociedad civil, empresas, gobierno
Jared Diamond reiere por colapso a “un drástico descenso del tamaño de
la población humana y/o complejidad política, económica y social a lo largo de
un territorio considerable y durante un tiempo prolongado” (Diamond, 2006,
p. 13). Este colapso, acorde con el estudio de Diamond, posee características
que pueden ser registradas de manera objetiva: la deforestación y destrucción
del hábitat; el mal manejo de los recursos hídricos; abuso de caza y pesca;
introducción de especies ajenas al entorno ecológico; crecimiento desmedido
de la población humana y el aumento del impacto per cápita de las personas;
contaminación química irreversible del entorno. Éstas son prácticas no sos-
tenibles que llevan a producir guerras, pobreza, hambruna o enfermedades
masivas, cambio climático, etc. Aunado a lo anterior, las peculiaridades del
avance de desarrollo biotecnológico en la época contemporánea de las últimas
décadas, han introducido nuevos desafíos y nuevos actores en este fenómeno:
la globalización de los efectos en contra del medio ambiente como el daño a la
capa de ozono, los contaminantes provenientes de desechos químicos, el con-
sumo y producción voraz sólo con un referente de tipo económico, la mani-
pulación del genoma humano, entre otros. ¿Qué podemos hacer?, ¿de quiénes
es responsabilidad revertir o, por lo menos, detener el daño causado a nuestro
hábitat?
Diamond señala que, en efecto, las grandes empresas han ocasionado gran-
des daños a los ecosistemas, al igual que otros factores como el cambio climá-
tico natural, los vecinos hostiles y los socios comerciales. Pero con respecto de
las grandes empresas, Diamond sorprende no sólo al señalar los grandes logros
en el cuidado medioambiental en el caso de las empresas petroleras, sino ade-
más deja en claro que la responsabilidad de las buenas prácticas empresariales
y de negocios se encuentra colocada no en los dueños de las corporaciones,
172
sino en los usuarios, en los consumidores, en la sociedad civil en particular:
A los demás nos resulta fácil y barato echarles la culpa a las empresas por
obtener beneicios perjudicando a otras personas. Pero es poco probable que
esos reproches basten para producir algún cambio. Los reproches ignoran el
hecho de que las empresas no son instituciones benéicas sin ánimo de lucro,
sino iniciativas comerciales que buscan obtener beneicios, y que las compa-
ñías participadas por accionistas están obligadas ante ellos a maximizar los
beneicios, siempre que lo hagan por medios legales. Nuestras leyes pueden
imputar a los directivos de las empresas por algo que se denomina “violación
de la responsabilidad iduciaria” si éstos gestionan deliberadamente una em-
presa en forma que sus beneicios queden mermados (Diamond, 2006, p. 393).
173
nomía y dignidad de las personas o a que se responsabilicen en la reparación
de algún daño provocado, Diamond yerra de manera contundente en su pro-
puesta para evitar el daño y el deterioro de la sociedad humana.
Adela Cortina (2002) señalaba esta indisoluble unión de las acciones res-
ponsables entre sociedad, empresa, actividad de negocios, o de gobierno. No
es posible una ética de la empresa sin ética cívica y no es posible una ética cívica
sin una ética de gobierno, agregaría (p. 42-45), y no es posible lo anterior si no
se encuentra de la misma manera interrelacionada con una ética de gobierno.
Las normas morales y principios éticos son para sobrevivir y vivir, vivir con
bienestar. En ese sentido, los derechos humanos no son otra cosa que los dere-
chos morales que todo ser humano posee. Desde esta perspectiva, la discusión
acerca de la llamada ‘tercera generación de derechos humanos’: el derecho a la
paz y a un ambiente ecológico adecuado y sostenible para la vida humana, es
responsabilidad que debe garantizar cualquier acción humana, independien-
temente del lugar, función, labor, credo o profesión que se realice. Suponer lo
contrario, atreverse a decir, como lo reiere Diamond, que únicamente el papel
de una compañía es realizar acciones con ines de lucro, es suponer que las
acciones de un político sólo reieren a mantener el Poder, como Maquiavelo
también lo supone, o decir que las acciones particulares de cada sujeto son sólo
en favor de sí mismo. Con este tipo de supuestos, Adela Cortina da cuenta que
174
ello supondría que no hay lugar para la ética, que no existe ámbito alguno para
obrar bien, con sentido de justicia y responsabilidad.
Las funciones de la ética cívica, por su parte, giran sobre dos postulados:
A lo anterior habría que agregar que tanto la ética cívica como la ética em-
presarial se encuentran interrelacionadas con una ética de buen gobierno. Las
instituciones políticas juegan un papel determinante en esta red de responsa-
bilidad compartida para continuar habitando como sociedades plurales hu-
manas. Es evidente que muchas de las catástrofes históricas que llevan hacia
175
la pobreza extrema y hacia la mortandad de miles de seres humanos, están
íntimamente relacionadas con acciones corruptas de sus gobiernos y no sólo
de “enemigos externos”, como el caso de las conquistas.
176
Bibliografía
Arellano, J. S. (2011). Teoría ética para una ética aplicada. Tesis Doctoral. Fa-
cultad de Filosofía. Universidad de Guanajuato.
Fuentes hemerográicas
177
cimiento de valores éticos. En: Ética y servicio público, Lorenzo Peña,
Txetxu Ausín, Óscar Diego (Eds). Editorial Plaza y Valdés / Dilemata,
México- Madrid, 2010, p. 415.
Fuentes Electrónicas
José Antonio Lozano Teruel. “El maíz transgénico y la espina bíida.” La Ver-
dad Digital. S. L. U. Murcia, 2005, http://allnatural.iespalomeras.net/
biotecnologia/alimentos-transgenicos-vegetales.html
178
Parte III
Problemáticas contemporáneas del
dominio y control de los cuerpos
humanos.
179
Mujeres en casa, hombres van a donde
quieren. Vida cotidiana y relaciones
de género entre la población indígena
Hñähño del estado de Querétaro
1. Introducción
Por otro lado, se reconoce que las mujeres indígenas interpretan las rela-
ciones de género dentro del núcleo familiar como injustas, y aunado a ello las
nuevas generaciones de mujeres exigen una distribución de poder y recursos
entre género, más equitativa.
79 * Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de Querétaro.
81 “De acuerdo con los criterios del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), se deine a las
zonas rurales como aquellas que tienen menos de 2,500 habitantes” (Corte, 2008, p. 3).
181
Se asume que la identiicación de la problemática de inequidad en la po-
blación indígena en el espacio rural, por parte de la academia, organismos no
gubernamentales e instituciones oiciales, puede tener como efecto el desa-
rrollo mismo de programas que promuevan la mejora de condiciones de vida
femeninas en el grupo étnico Hñähño (Otomí) en el espacio doméstico.
2. Marco teórico
182
co, o sexual. La violencia es uno de los actos más comunes del ser humano y
está presente en la sociedad en una multiplicidad de formas, de manera ex-
plícita o visible, o sutil e implícita. Se habla de ‘violencia estructural’ debido
a que la misma conformación de la sociedad se organiza de tal modo que la
represión y la explotación se tornan indispensables para reproducir el sistema,
constituyéndose, a su vez, en la moral social especíica y normalizada para su
contexto. Particularmente se hará referencia a la violencia de género intrafa-
miliar a través de las agresiones en las relaciones desiguales de consanguini-
dad o parentesco, que en la mayoría de los casos (94 %) es del hombre hacia
la mujer (esposo, padre, hermano, hijo, tío, suegro, etc.). (Romero-Zepeda y
Landaverde-Trejo, 2011, p. 12)
183
entre las esferas pública y privada, en cuanto, por un lado, las políticas públicas
afectan la vida de la familia, y de manera inversa, las relaciones económicas y
políticas están moldeadas por las desigualdades del poder sexual (Pérez, 2007,
p. 5).
Ahora las mujeres desean rescatar los elementos presentes en la vida co-
tidiana para plantearse cómo es que pueden conectarse con la conformación
de un proyecto de Nación e inluir en la estructura macroeconómica, a nivel
internacional. En este rescate de las experiencias de vida y de las visiones de
sentido común de mujeres concretas, se pone énfasis especial en darle voz a
aquellas mujeres que han sido históricamente invisibilizadas y excluidas de
la toma de decisiones, como es el caso de las mujeres indígenas en condición
de pobreza y pobreza extrema. Dentro del ámbito familiar, se trata de que la
negociación de papeles y recursos se dé bajo condiciones más equitativas de
Poder, por género.
3. Metodología
184
las singularidades de sus sujetos de estudio, sus recursos materiales y el pre-
tendido alcance de generalidad que se desee. Se espera que en estas muestras
dirigidas se incluyan los casos que resulten lo suicientemente representativos
como para describir el comportamiento de la población en conjunto (Hernán-
dez, 1991, p. 278). A pesar de los beneicios de la encuesta aleatoria, se con-
sideró que esta modalidad de selección de la muestra no resultaba ser la más
adecuada para esta ocasión en particular. La literatura consultada indica que
se han obtenido muy pobres resultados en la obtención de información sobre
relaciones de indígenas mediante el levantamiento de cuestionarios de manera
anónima e impersonal; por ello, se consideró necesario emplear estrategias al-
ternativas para la obtención de información.
185
4. Resultados
4.1.Actividades de reproducción84
84 “Se reiere a las labores domésticas y de cuidados producidos por los miembros del hogar combinando su trabajo no
remunerado con insumos duraderos y no duraderos. Esta producción es consumida por los hogares sin que se efectúe
una transacción de mercado” (INEGI, 2011, p. 6).
85 El término ‘hogar’ se utiliza para designar a la agrupación de individuos que comparten la misma unidad residencial
y se organizan económicamente en común (independientemente de si comparten lazos de consanguíneos). (Quezada,
2008, p. 39.)
186
Para las mujeres indígenas Hñähño el trabajo reproductivo y el trabajo
productivo se entremezclan permanentemente, y se hace difícil identiicar los
límites entre las prácticas económicas y las actividades domésticas. De igual
manera es difícil identiicar entre las actividades de trabajo no remunerado y
las actividades de recreación o esparcimiento, y de ahí que los tiempos libres
los dedican a la fabricación de conservas para el autoconsumo, elaboración
de utensilios domésticos y ropas, o trueque de manufacturas con parientes o
vecinas (Calio y Velasco, 2005, p. 12). Dentro de las responsabilidades de las
mujeres indígenas Hñähño en el hogar están las manualidades, algunas de las
cuales se confeccionan y decoran con elementos típicos del grupo étnico, por
lo que pueden tener demanda entre el turismo, como artesanías, que para la
mujer indígena representan un trabajo de medio tiempo con ingreso remune-
rado (Martínez, 1996, p. 46).
187
años (INEGI, 2012, p. 123). Salvo en los casos donde las mujeres son de edad
muy avanzada, la gran mayoría de las mujeres indígenas (63.89 %) cuidan a los
críos, sean sus hijos, sus nietos, sus sobrinos, o cualquier menor de edad perte-
neciente a la familia extensa86. Las mujeres conseguirán un pequeño descanso
en el cuidado de los menores cuando éstos acudan a la escuela, permitiéndoles
reducir el tiempo dedicado a atender a sus hijos en un 13.9 % (Gráica 3)
A nivel nacional entre la población indígena, en 80.73 % de los casos son las
mujeres las que realizan la limpieza de la vivienda (INEGI, 2012, p. 123). Una
forma de reducir la carga reproductiva dentro del hogar es mediante el uso de
electrodomésticos, pues así se “externalizan” las actividades de reproducción
social con una inversión en tecnología por parte de la unidad económica de
la familia; por ejemplo, una estufa puede reducir hasta tres horas por semana
el tiempo dedicado a proporcionar alimentos (Gammage y Orozco, 2008, p.
26). Sin embargo, factores socioculturales diicultan que las mujeres indígenas
aligeren su carga doméstica mediante el uso de aparatos electrodomésticos,
por la alta marginación que viven, además de que en caso de ocurrir la opor-
tunidad, muchos aparatos requieren que se lean sus instructivos para su uso
(muchos de los cuales, en idioma inglés), y un gran porcentaje de las mujeres
indígenas son analfabetas o analfabetas funcionales, por lo que los adelantos
tecnológicos para el hogar les son sumamente complejos e incomprensibles
(Gutiérrez, 2012, p. 20). Hay que aclarar que el estereotipo de la domesticidad
femenina no es algo exclusivo de las culturas étnicas indígenas, sino que la
ideología del Estado mexicano y los medios masivos de comunicación a nivel
nacional refuerzan esta imagen; por ejemplo, la publicidad de los productos
de limpieza se dirige a las amas de casa (Romero, 2008, p. 31).
86 Por ‘familia extensa’ se entenderá “…aquella que reúne a todos los parientes y personas con vínculos reconocidos como
tales. El concepto se emplea como sinónimo de familia consanguínea. Los vínculos civiles, matrimonio y adopción, al
conferir condición de parentesco, extienden el concepto más allá de la consanguinidad” (Valdivia, 2006, p. 17).
188
En las comunidades indígenas la escasez de recursos hace que la mayoría
de los hogares no cuente con aparatos para facilitarse la preparación de ali-
mentos (refrigerador, licuadora, estufa, horno de microondas, etc.) o resulte
demasiado onerosa la energía requerida para ponerlos a funcionar (gas o luz),
de modo que la mayor parte del alimento lo obtienen de su mismo entorno
y usan leña para realizar la combustión en la cocina. Por ello, la mayoría de
las mujeres indígenas requieren de entre dos y tres horas para preparar sus
alimentos (55.55 %), y un 38.89 % invierte de cuatro a ocho horas en la pre-
paración de los tres alimentos diarios, lo que signiica, por consiguiente, una
mayor carga laboral en el hogar (Gráica 4).
189
campo. Es de destacarse que, desde la perspectiva de las mujeres entrevistadas,
16.67 % entendieron que mientras a las mujeres se les encargan labores dentro
del hogar desde la más tierna infancia, los niños no cuentan con ningún tipo
de responsabilidad y pueden dedicarse exclusivamente a jugar (Tabla 1)
Tabla 1.
190
Desde niñas, las mujeres indígenas deben de cumplir con tareas domésticas
predeterminadas, como cuidar de la cocina, cuidar a los hermanos menores,
hacer limpieza, etc., e incluso sus juegos deben de estar orientados a formarlas
en dichas actividades (Calio y Velasco, 2005, p. 8). Las mujeres tienen acotado
sus espacios tanto temporales como físicos en el ámbito del hogar, dirigiendo
todas sus actividades lúdicas, formativas y productivas a ese espacio simbólico
(Huenchuan, 2002, p. 132). Al igual que las responsabilidades infantiles en las
niñas indígenas, los juegos son preparativos de lo que se esperará que sean las
expectativas de vida de los niños. Así, en 50 % de los casos a las y los niños
indígenas se les enseña a crear su perspectiva de género con base en lo que se
espera de ellos: las chicas habrán de orientar sus intereses hacia las relaciones
interpersonales (muñecas), mientras que los hombres encontrarán satisfacción
en objetivar su entorno (carritos). También destacan las respuestas donde a la
niña se le asigna el espacio hogareño para que se desenvuelva, mientras que a
los niños se les pone a su disposición la calle, el espacio público, o el terreno
para recrearse (8.33 %). (Gráica 5.)
191
tiempo en trabajo doméstico cuando asisten durante más tiempo al día y com-
pletan más años académicos en la escuela, redundando en un mayor desa-
rrollo de sus capacidades intelectuales (Gammage y Orozco, 2008, p. 34). En
México, en el año 1970 las mujeres indígenas estudiaban, en promedio, hasta
tercero de primaria; pero para el año 2000 lo hacían hasta primero de secunda-
ria. Aproximadamente la mitad de las mujeres indígenas en México no saben
leer ni escribir. Un gran porcentaje de las mujeres indígenas son analfabetas
o dejaron la escuela por tener que cumplir a las actividades dentro del hogar
(Ecandon, 2003, p. 35).
192
Tabla 2.
Compromisos juveniles dentro del núcleo familiar reportado por los grupos
otomíes del estado de Querétaro.
Desde temprana edad las mujeres indígenas son educadas en la idea de que
el espacio público es sumamente riesgoso para ellas, debido a que otros hom-
bres las pueden acosar sexualmente o engañarlas de muy diversas maneras.
Por ello, deben optar por permanecer en el espacio privado o salir de él, sólo
de manera esporádica y con muchas precauciones (Artía, 2003, p. 100). Para
las mujeres indígenas que inician su edad sexual y reproductiva a temprana
edad, la adolescencia es la traspuerta de lo que serán en poco tiempo sus com-
193
promisos como mujer al frente del hogar. Así, destaca que en un porcentaje
signiicativo las entrevistadas asuman que desde la pubertad y la adolescencia
la mujer indígena debe ser consciente que para ella no habrá diversión y harán
el quehacer en casa, mientras que el joven hombre puede ir a entretenerse a la
plaza (16.67%). (Tabla 3.)
Tabla 3.
Las mujeres indígenas suelen estar peor pagadas que los hombres indíge-
nas, aun desarrollando las mismas actividades productivas. No sólo eso, sino
194
que también las condiciones laborales de las mujeres indígenas son menos fa-
vorables.
195
El uso del tiempo libre es un claro relejo de la asignación de roles por
género y de los papeles sexuales socialmente admitidos. Por lo general, a la
mujer se le encomienda el trabajo doméstico y hacerse cargo de las y los niños,
mientras que para el hombre es tradición que haga trabajo extra doméstico
y participe en actividades públicas (Inmujeres, 2003, p. 35). Las mujeres que
salen solas a la calle son reprimidas socialmente de diversas formas. En una
gran mayoría, los hombres indígenas o no, acosan sexualmente a las mujeres
con comentarios de índole sexual, tocando sin consentimiento a las mujeres e
incluso hay violaciones. Las mujeres indígenas parecieran ya haber normaliza-
do estas diferencias y reportan que las mismas mujeres difaman a las mujeres
que salen solas a la calle, airmando que salen a prostituirse o a tener relaciones
sexuales extramaritales (Mejía, 2010). Por tanto, las mujeres que en el mundo
indígena tratan de hacer valer sus derechos de género son fuertemente criti-
cadas, especialmente por sus propias congéneres, siendo así que ellas mismas
son las que reairman su propia dominación y sumisión al hombre (Calio y
Velasco, 2005, p. 3).
196
Tabla 4.
Entretenimiento de personas unidas entre los
otomíes del estado de Querétaro.
197
4.3. Roles en la pareja
198
Tabla 5.
199
en plano de igualdad sus preferencias, mientras que en 40 % de los casos se
incluye a toda la familia en la toma de decisiones. Empero, sólo 3 % reconoce
que la mujer sea la que tome la dirección, mientras que 7 % reporta que es el
hombre quien impone su voluntad (Inmujeres, 2003, p. 41). En general, parece
que en México hay más consenso que conlicto en las parejas sobre la toma de
decisiones reproductivas. A pesar de ello, características como el pertenecer a
un medio rural, o a un estrato socioeconómico bajo, hacen que la fecundidad
tienda a ser más por imposición masculina que por acuerdo entre los cónyu-
ges. Del mismo modo, entre los grupos indígenas es frecuente que la responsa-
bilidad (y la sanción por ello) de la adopción de un método anticonceptivo sea
responsabilidad completa de la mujer (Rodríguez, 2009, p. 11).
Con todo y que entre las y los miembros de los grupos indígenas suele
haber expresiones de afecto en la familia extendida y en amplias relaciones de
amistad, hacia el interior de la pareja la comunicación en la intimidad no es
muy frecuente. En general, los indígenas tienen carencia de educación sexual y
esto persiste en gran parte debido a los tabúes que existen para hacer explícito
ese tema. Sin embargo, las organizaciones de mujeres indígenas con frecuencia
han abogado para que no haya violencia sexual dentro de la pareja y que la
toma de decisiones con respecto a la intimidad sea consensuada, así que ésta
es una tendencia lenta pero irme para eliminar los tabúes con respecto al sexo
y hacer de la vida en pareja una actividad más democrática (Calio y Velasco,
2005, p. 19).
200
pero hay parejas en las cuales, al parecer, la mujer hace uso de anticonceptivos
sin el consentimiento de su pareja, tanto por parte de la mujer (8.33 %) como
del hombre (5.56 %). En el caso de las relaciones sexuales, éste pareciera ser un
aspecto que los indígenas de Querétaro más abordan abiertamente (63.89 %).
No obstante, sobresale que 5.56 % de las mujeres airma que el hombre toma la
iniciativa en temas sexuales, con o sin su consentimiento, y que en ningún caso
la mujer se impone al hombre en cuestión sexual (Gráica 7).
Cabe resaltar que en el reporte preparado por Inmujeres (2014) como parte
de los avances ante la ‘Declaración y Plataforma de Acción de Beijing’, se indi-
ca que, como un apoyo a la formación de las mujeres para la erradicación de
la violencia de género e intrafamiliar, se han incorporado a la Ley General de
Acceso de la Mujer a una Vida Libre de Violencia 166 agencias especializadas
de procuración de justicia, 66 refugios para mujeres víctimas de violencia, y
11 centros de justicia para las mujeres, bajo el modelo de concentrar en un
solo lugar a las instancias gubernamentales, judiciales y de la sociedad civil a
in de atender a mujeres víctimas de violencia, aun cuando “queda pendiente
desarrollar un modelo de atención para la violencia contra las mujeres y niñas,
especíicamente orientado a la población indígena, con perspectiva de derechos
humanos e interculturalidad para que las mujeres indígenas puedan acceder a
esos servicios”, así como el desarrollo de programas de atención en “derecho a
la salud de la mujer en todas las etapas del curso de vida, educación integral en
sexualidad, políticas públicas de salud mental con perspectiva de género, aten-
ción a la salud de las mujeres indígenas con servicios de traducción disponibles,
integración de la perspectiva intercultural, particularmente, para la atención del
embarazo parto y puerperio, atención obstétrica y ginecológica para las mujeres
privadas de su libertad, acciones para disminuir la fecundidad y el embarazo en
adolescentes”. (Inmujeres, 2014).
201
5. Derechos Humanos y perspectiva ética
El conocimiento de la problemática de las mujeres indígenas, acompaña-
do del respeto a los valores culturales de los pueblos, obliga a una serie de
relexiones por parte de la sociedad y de las propias comunidades indígenas
con la inalidad de trabajar en torno a condiciones sociales, económicas y cul-
turales que permitan el ejercicio de los derechos de las mujeres en su carácter
individual y como integrantes de una comunidad indígena, y asimismo en la
construcción de relaciones equitativas entre hombres y mujeres sin afectar la
libre determinación de los pueblos indígenas, su derecho a una vida libre de
violencia, su derecho a la educación y a la salud, entre otros (Torres-Villarreal
y Morales Gil de la Torre, 2010). Los resultados del presente trabajo de inves-
tigación, similares a los encontrados en Torres-Villarreal y Morales Gil de la
Torre (2010), muestran la percepción de las mujeres jóvenes indígenas sobre
aquellos valores y prácticas que favorecen o diicultan el ejercicio de su auto-
nomía, o que validan las condiciones y capacidades que permiten hacer, decir
o decidir en cuanto a las diferentes aristas en torno a sus derechos humanos.
202
novio, el derecho a escoger pareja y el derecho a dejarla, el derecho a decidir
sobre su sexualidad, su cuerpo, y las opciones de cuidado, recreación, ocupa-
ción, etcétera. (Torres-Villarreal y Morales Gil de la Torre, 2010.)
203
ración hacia el multiculturalismo, de la sustitución de valores provocada por
la globalización, por la migración y por los medios masivos de comunicación,
donde la prescripción de valores y normas tradicionales ilosóicas, religiosas
o políticas, y por la relación pública desigual entre hombres y mujeres, posibi-
litan los crímenes de la humanidad de las explotaciones cotidianas de hombres
y mujeres, sobre todo en condiciones de desventaja social.
6. Conclusiones
204
En cuanto a la formación de las relaciones de pareja, es donde pueden iden-
tiicarse comportamientos sociales más positivos en cuanto a relaciones equi-
tativas de género. Si bien aún persisten patrones culturales dentro del grupo
familiar que toleran las manifestaciones machistas más cuestionadas (inideli-
dad, alcoholismo, prostitución, negar la educación a niñas y jóvenes, condicio-
narles la posibilidad de salir a la calle sin aprobación del hombre, entre otras),
la mayoría de las mujeres otomíes identiican las desigualdades de género y
les causan desagrado. Para las mujeres de edad avanzada, las inequidades son
asimiladas no como naturales y necesarias, sino como impuestas y represivas,
aunque no puedan hacer nada más allá de manifestar su inconformidad en
espacios reservados. En los hogares Hñähño de las mujeres jóvenes existe un
proceso de transformación, donde se empieza a formar a las y los niños en la
paridad87 de derechos y se da la apertura en pareja hacia la toma de decisiones.
87 A diferencia de en la cultura occidental, donde se maneja la equidad de género como ‘igualdad’ de oportunidades, en el
mundo indígena los hombres y las mujeres forman parte de una dualidad complementaria donde las relaciones de poder
entre hombre y mujer se nivelan mediante la metáfora “caminar al parejo” (Marcos, 2008, p. 24).
205
nes de muy alta marginación que viven nuestros pueblos indígenas en zonas
rurales. El compromiso social es dotar de condiciones diversas que permita
un desarrollo comunitario rural Hñähño con perspectiva ética, que a su vez
se comprenda, se visualice y se aplique en las distintas sociedades mexicanas y
ante la normalización, se cuestione constantemente si esto es lo que permite o
elimina el derecho humano en la población. El crecimiento de todos, permite
el desarrollo de los pueblos, el predominio de condiciones de desigualdad ex-
trema, limita este desarrollo, y tarde o temprano regresa la afectación a quienes
han vivido de la desigualdad.
Bibliografía
Corte, M. (Coord.) (2008). La mujer indígena en las zonas rurales. Distrito Fe-
deral. Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad.
H. Cámara de Diputados.
206
Ecandon, C. (2003). “Tema: la situación de las mujeres indígenas y campesinas
en México”, en Flores, A. (2003) !Por nosotras mismas! Guía del taller
para el empoderamiento de la mujer indígena y campesina. Distrito Fe-
deral. Instituto Mexicano del Seguro Social.
207
Huenchuan, S. (2002). “Saberes con rostro de mujer. Mujeres indígenas, cono-
cimientos y derechos”, en Revista La Ventana. Volumen II, Número 15,
año 2002, pp. 119-148.
INEGI (2012). Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2009 (ENUT). Meto-
dología y tabulados básicos. Aguascalientes. Instituto Nacional de Esta-
dística y Geografía (INEGI). Instituto Nacional de las Mujeres (INMU-
JERES).
Inmujeres (2010). Las desigualdades de vistas a través del estudio del uso del
tiempo. Resultados de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2009.
Instituto Nacional de las Mujeres. México. Noviembre 2010. Distrito Fe-
deral.
208
Marcos, S. (2008). “Las fronteras Interiores: El Movimiento de Mujeres Indíge-
nas y el Feminismo en México”, en Marcos, Sylvia., Waller, Marguerite
(2008) Los Feminismos desafían a la Globalización. México. UNAM.
209
lud: perspectivas y enfoques críticos. Querétaro. Inmujeres-CONACYT.
Derechos Reservados, Universidad Autónoma de Querétaro. México.
210
Un êthos nuevo cifrado en el cuerpo
Introducción
211
El cuerpo, en su producción de fuerza inmanente, ha encontrado maneras de
expresarse y de resistirse a cierto poder que lo agobia. Asimismo, el cuerpo
se ha vuelto un espacio de lucha y confrontación. Esto es lo que nos interesa
y en lo que ahondaremos a continuación. El camino trazado se divide en dos
puntos: a) el cuerpo como obra de arte, y b) el cuerpo como laboratorio. A
partir de estos puntos daremos cuenta de esta moralidad nueva que se cifra en
el cuerpo, y que se nos presenta como êthos o actitud con relación al presente.
212
En 1984, año de la muerte de Foucault, se publican dos entrevistas que para
nosotros resultan harto importantes, pues no sólo hacen explícita la metodo-
logía de este pensador, sino que nos muestran un gesto de nuestro presente en
relación con la moral y su transformación. En una interrogante: ¿Qué cambios
está atravesando la moral a inales del siglo XX?
213
El otro siempre está incluido, pues si el otro lo reconocía como un hombre
honorable, en tanto que su êthos lo era, entonces se podía poner como ejemplo
a la ciudad. Un êthos hermoso, bello, honorable, estimable y demás, sólo se
podía conseguir si uno trabajaba constantemente sobre sí mismo. Recordemos
que se buscaban estos caliicativos porque esa sociedad antigua giraba en torno
a areté, o virtud, y las diferentes éticas se planeaban hacia ese in. Continuemos
diciendo que, en todo caso, el êthos era perfeccionable, más que perfecto en
sí. Y sin duda alguna, la gran apuesta en esto era la libertad. Sólo a través de
ella el individuo podía relacionarse consigo mismo en tanto podía llegar a ser
el hombre que se da su propia ley (autónomo). Esto lo podemos entender en
contrapartida al esclavo, quien por no ser libre tenía que estar atado a las deci-
siones de otro, quien en todo caso era el hombre libre de la polis. Del esclavo,
incluso, se decidía sobre su vida o su muerte.
Sin embargo, Foucault advierte que este trabajo sobre sí mismo, este cuida-
do de sí, se fue minimizando y despreciando, confundiéndose más con un tipo
de amor propio que deviene en egoísmo. Esta operación fue llevada a cabo por
el cristianismo (Foucault, 1984a, p. 397). Dicha religión, que a su vez fue una
forma de vida y una forma de gobierno, impuso la salvación a través de la re-
nuncia a uno mismo. Establece un tipo de moral que, en cierto sentido, limita
el trabajo sobre uno mismo y sólo se deja a cierta normatividad o a un código
moral ijo, estático, impuesto por la ‘voz divina’. Así, uno renuncia a sí mismo,
a sus deseos, por mor de la salvación y del amor divino, o ya sea por temor al
castigo y al inierno.
214
... en el cristianismo, con la religión del libro, la idea de una
voluntad de Dios, el principio de una obediencia, la moral toma-
ba mucho más la forma de un código de reglas (solamente ciertas
prácticas ascéticas estaban más ligadas al ejercicio de una libertad
personal). (p. 1550).90
Esto se contrapone a las éticas antiguas, cuyo in no era otro más que la
airmación de la libertad. El devenir un sujeto moral, el buscar una nueva éti-
ca para la vida personal, eran una expresión del hombre libre que buscaba
reairmar su libertad, que podía ser reconocida por el otro y ser tratada como
ejemplo. Esto signiicaba elaborar la vida como una obra de arte (“Cette élabo-
ration de sa propre vie comme une oeuvre d’art personnelle...”) (Foucault, 1984b,
p. 1550).
Ante eso que ya no somos, griegos antiguos, y ante lo que vamos dejando de
ser, cristianos, se va siendo de otra manera91 y se transforma la vida, esa forma
de elaboración, y se busca ahora una estética de la existencia. Un êthos que se
mueve en torno a una estética de la existencia. Es aquí, en esta estética, donde
se sumerge el cuerpo. La recuperación del cuerpo, tras la superación de la re-
nuncia de sí impuesta por el cristianismo, hace de alguna manera su expresión
y su confrontación con los mecanismos de poder.92 En esta nueva forma, en
90 En el original francés: “...dans le christianisme, avec la religion du texte, l’idée de Dieu, le principe d’une obéissance, la
morale prenait beaucoup plus la forme d’un code de règles (seulement certaines pratiques ascétiques étaient plus liées à
l’exercice d’une liberté personnelle”. (T. del A.).
91 Aquí sigo la idea de Gilles Deleuze (1990): En todo dispositivo hay que distinguir lo que somos (lo que ya no somos) y
lo que estamos siendo: la parte de la historia y de lo actual. La historia es el archivo, la coniguración de lo que somos y
dejamos de ser, en tanto que lo actual es el esbozo de lo que vamos siendo. (p. 160).
92 Aquí no podemos prescindir de Friederich Nietzsche (2011), quien es uno de los primeros que apuesta por la recupe-
ración del cuerpo a inales del siglo XIX: El cuerpo es una gran razón, una pluralidad dotada de un único sentido, una
guerra y una paz, un rebaño y un pastor.
215
este nuevo êthos, el cuerpo airma su libertad. Airmación que ya no busca
seguir un patrón de lo bueno, de lo hermoso, o de lo honorable, simplemente
de algo diferente, que tal vez puede enlazar con una identidad o con alguna
forma de vida. Pero ante esto, que es secundario, la airmación de la libertad y
la confrontación a un código de reglas es lo principal.
216
que se tenían del hombre tatuado, al grado de hacerlo aceptable en nuestra so-
ciedad. Aquí identiicamos el êthos como airmación de la libertad. Un sujeto
que tiene la voluntad de ser libre y resistirse al poder.
A diferencia de esto, del hombre que porta tatuajes en una empresa, en-
contramos toda una colectividad que porta tatuajes distintivos, que los hace
reconocerse entre ellos y para con los otros. Esto es muy casual en los grandes
grupos delictivos (aunque no tenemos que ligar tatuaje con delincuencia). El
tatuaje sirve también como dispositivo de subjetivación. Es un referente ex-
plícito al saber quién se es y a quiénes se pertenece. Lo que, a su vez, indica
lo que se puede hacer. Marca un camino en la normatividad moral y en la
acción política, sin duda. De algún modo el cuerpo se expresa para tener un
referente de su identidad. Aquí el cuerpo se expresa en su êthos, pues no sólo
se identiica y se reconoce a sí mismo, sino que hace que el otro lo identiique
y lo reconozca. No por nada las aduanas norteamericanas tienen un catálogo
extenso de tatuajes para identiicar sujetos pertenecientes a grupos peligrosos
o, que al menos, representan un peligro para su sociedad. De la airmación de
la libertad se pasa al reconocimiento por el otro. Aquí de ninguna manera va
implícita la búsqueda de un êthos honorable o hermoso; en todo caso es para
representar miedo al otro por su pertenencia a tal o cual agrupación. Y si pro-
voca este sentimiento se debe a que se reconocen los límites de ese sujeto que,
incluso, en su normatividad, le permiten asesinar. Podemos decir que el tatuaje
en nuestra época sufre un cambio: ya no sólo es una muestra cultural sino que
ha devenido en dispositivo de identiicación, reconocimiento y confrontación
a los mecanismos de poder.
217
b) El cuerpo como laboratorio.
218
y la autonomía. El gesto de la autonomía, entendido como el darse su propia
ley, se valora con más importancia hoy en día a diferencia de otras épocas,
pero en su icción. El impulso de la Ilustración otorgó al individuo el poder
para autodeterminarse. En el sujeto mismo, apoyado en la razón, se halla su
salvación. Ya no depende de alguna instancia trascendente, llámese Dios, para
liberarse de sus cadenas. En el presente basta decir que el sujeto es autónomo y
soberano para cumplir con los designios ilustrados, y esto, a in de cuentas, se
problematiza, pues como advierte Sloterdijk (2003):
219
El caso de la experimentación con drogas ha sido muy especíico en el siglo
XX. Ya sea haschisch, cocaína, mescalina, peyote, hongos visionarios, o LSD,
el consumo no sólo ha sido dejado al placer, y más bien ha tomado diferentes
rutas: la vía terapéutica, la vía re-creativa, la vía espiritual y la vía epistémica.
Los poetas, como Baudelaire, consumían sustancias no sólo por la curiosidad
de una vía espiritual, sino por la potencia que signiicaban para la creación.
Su experimentación más que el placer buscaba la fuga en la creación. Walter
Benjamin, que experimentó con haschisch, no lo hacía con la intención de te-
ner solamente un bello sopor, sino para ver nuevas vertientes epistemológicas
y, en todo caso, para alcanzar “la posibilidad de irrupción de una nueva idea”
(Tackels, 2009, p. 263). De lo que podemos decir que es una alteración sufrida
en el cuerpo que impacta la mente del sujeto, a tal grado que produce una
nueva idea o un nuevo pensamiento. El experimento de Antonio Escohotado
en su Fenomenología de las drogas (2004) ha sido para desmitiicar el consumo
de ciertas sustancias, no sólo describiendo los componentes químicos (lo que
puede hacer cualquier experto en drogas) sino narrando los efectos que se pro-
ducen en el cuerpo. Lo que hace Escohotado, a través de su experiencia cor-
poral, es confrontarse con los ‘juegos de verdad’ impuestos por las diferentes
ciencias, para transformar los prejuicios y las prácticas políticas que se tienen
en contra de los consumidores. El cuerpo deviene en productor de ideas e ins-
trumento de confrontación tanto de los mecanismos de poder como del saber.
220
implantado en la tradición occidental. En ella, en su cuerpo, encontramos la
lucha y la confrontación a ese dispositivo: en su superación, Beatriz Preciado
está deviniendo algo diferente, va siendo algo que ya se aleja de la “mujer”, en-
tendido como género. Es bastante sugerente lo que nos expresa en la entrevista
del año 2014:
221
miento se da contra el dispositivo de sexualidad que deine los géneros “mas-
culino” y “femenino”. Aquí Beatriz Preciado ha dejado de ser uno o lo otro. El
cuerpo de Beatriz se vuelve llave de apertura hacia una nueva realidad y hacia
la producción de una nueva idea o de un nuevo pensamiento, que se ve rele-
jado en su libro. No es a la inversa, que de lo teórico se vaya a lo práctico. La
práctica situada en el cuerpo lleva a lo teórico en el pensamiento.
222
Conclusión
223
Bibliografía
--------------- (1984b) “Une esthétique de l’existence”, en: Dits et écrits. Vol. II:
1976-1988. Francia: Éditions Gallimard, 2012, pp. 1549-1554.
Nietzsche, F. (2011). “De los despreciadores del cuerpo”, en: Así habló Zara-
tustra. Madrid: Editorial Alianza, p. 78.
--------------- (2003). Experimentos con uno mismo. Una conversación con Car-
los Oliveira. Valencia: Pre-textos.
Tackels, B. (2009). Walter Benjamin. Una vida en los textos. Valencia: Univer-
sitat de València.
224
Dilemas institucionales
en torno al aborto
Introducción
Antes que cualquier otra cuestión, habría que ubicar al aborto inducido
como un problema de salud pública, ya que la práctica de este procedimiento,
de manera clandestina, es la causa de altos porcentajes de morbilidad y mor-
tandad femenina (Corda, 2008). Desde la perspectiva de salud reproductiva,
93 Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de Querétaro.
225
las mujeres que interrumpen un embarazo no deseado es porque hubo fallas
en los servicios (orientación, educación, disponibilidad, etc.) de planiicación
familiar: la mujer no conocía sobre métodos anticonceptivos; no contó con
una medida anticonceptiva; no usó correctamente el método anticonceptivo;
o el método anticonceptivo que usó no fue el adecuado y falló. En general, se
puede airmar que los abortos inducidos, en un alto porcentaje, son un claro
indicador de una falta de atención por parte de los sistemas de salud para con
la población, ya sea porque no se cuentan con servicios suicientes, o bien por-
que estos servicios resultan inaccesibles a la población (Benson, 1993).
226
De hecho, en algunos países se ha reportado un uso hasta de 60 % de los pre-
supuestos destinados a ginecología y obstetricia (Benson, 1993).
Estudios previos han puesto en evidencia que las actitudes de los médicos
frente al aborto están inluenciadas por una amplia gama de factores (éticos,
religiosos, económicos, jurídicos, médicos, políticos, etc.). La prestación insti-
tucional de servicios para el ejercicio del aborto, aun en países donde éste se ha
despenalizado, sigue siendo un tema controvertido y delicado; proporcionar o
negar estos servicios está sujeto, en gran medida, a discreción de cada médico.
En México, a pesar del reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de
atender el aborto dentro de la legalidad, importantes sectores de la profesión
médica muestran reserva y oposición a la modiicación de leyes que regulen
su práctica. Al parecer, las posturas morales, religiosas y de género juegan un
papel decisivo para que el médico acepte o no el aborto, haciéndose evidente
en el personal de salud practicante del catolicismo, el cual mostró mayor des-
aprobación al aborto voluntario; no obstante, las mujeres médicas demostra-
ron tener actitudes más liberales para llevar a cabo el aborto sin restricciones
(González, 2000).
227
al aborto, y que por más que se les explicara la planiicación familiar ellas no
entendían y que continuaban manteniendo relaciones promiscuas; es decir,
desde la perspectiva médica la causa social principal del aborto es una vida
sexual disoluta, propia de las clases iletradas (Checa, 2006), conclusión ésta
que evidencia un desconocimiento o negación del contexto cultural donde la
perspectiva de género juega un papel trascendental en la salud reproductiva.
228
En el contexto latinoamericano, es frecuente que las mujeres que buscan
tratamiento de aborto se pierdan en un laberinto burocrático antes de ser aten-
didas. La atención por turnos potencializa las demoras por semanas o incluso
meses, y los espacios físicos de atención imposibilitan la conidencialidad en
los procedimientos. Pero, sobre todo, el espacio médico en muchas ocasiones
se convierte en un lugar de regaño y castigo, en cuanto los médicos asumen el
argumento de que el aborto se solicita debido a una irresponsabilidad en el uso
de anticonceptivos. Tales reprimendas pueden convertirse, incluso, en agre-
siones verbales, sobre todo cuando éstas infantilizan el comportamiento de la
usuaria, la retan, la caliican con términos despectivos, o enfatizan la relación
asimétrica entre el médico y la paciente (Checa, 2006).
Sin lugar a dudas el aborto es una de las prácticas médicas más difíciles de
estudiar, aun en los países donde ha sido despenalizado; además, las encuestas
para medirlo están llenas de subestimaciones o son generadas a partir de aná-
lisis secundarios. Cuando el aborto no ha sido despenalizado y en su contexto
cultural es un tema tabú, su práctica se lleva a cabo en condiciones que atentan
229
contra la misma sociedad, donde sólo el hecho de buscar información puede
incluso poner en riesgo la integridad de los investigadores, pues quienes prac-
tican los abortos desean evitar ser descubiertos por la ley. Es frecuente que los
abortos intencionales sean registrados como abortos espontáneos, o incluso
sean encubiertos mediante otro tipo de prácticas médicas, como el Papanico-
laou (UN, 1992).
230
como parece puesto que en contextos no occidentales poco individualistas la
aprobación de un tratamiento es algo que muchas veces requiere un consenso
grupal, el cual es difícil distinguirlo de una decisión inluenciada (INOPAL,
1998).
Conclusión
Aún hay mucho por hacer con respecto a salud reproductiva en nuestro
país. La mala atención al aborto (bien sea en su modalidad penal o despe-
nalizada) tiene consecuencias enormes para la salud de la mujer mexicana y
latinoamericana, a la vez que implica una gran pérdida de recursos (humanos,
económicos, materiales, etc.) para las instituciones públicas de salud.
Para arrojar luz sobre la discusión en torno al aborto, valdría la pena resig-
niicarla no sólo centrándola en lo referente a sus implicaciones éticas o legales,
sino también sería apropiado adoptar una nueva perspectiva y considerar que
la opinión en torno a su validez está condicionada por sus posibilidades reales.
A partir de la exposición del presente artículo, se postula que es precisamente
este rezago existente tanto en el personal de salud como en las instituciones, y
el clima organizacional con respecto a la ejecución del aborto, el que ocasiona
que se den tantos prejuicios y negaciones injustiicadas.
231
Bibliografía
Corda, S. (2008). Las iniciativas de ley para hacer que el aborto se eleve a
nivel federal. Globedia. Consultado 2 de marzo de 2011. Disponible
en http://mx.globedia.com/aborto-nivel-federal-iniciativas-ley-camara-
diputados
232
Morales, A. (viernes 11 de mayo de 2007) SSA advierte a médicos: castigos
por aborto. El Universal.
233
El aborto en la religión católica
Introducción
Consideraciones teóricas
235
personal, el cuerpo y la relación conyugal. La procreación es un proceso huma-
no y humanizador (Santidrian, 1994). La intervención de la humanidad sobre
el comienzo de su propia vida plantea una gran variedad de problemas éticos,
pues para bien o para mal, cada vez controlamos más el proceso de nacer. El
planteamiento ético sobre el nacimiento humano ha ido evolucionando, por lo
que cada vez es mayor la tendencia a la matización de puntos de vista; es decir,
no se rechazan o admiten posturas de modo tajante, sino que se hacen juicios
dependiendo de cada caso (Masiá, 1998).
A todo lo largo del mundo, criterios de índole religiosa han sido tomados
en cuenta (implícita o explícitamente) para legislar en materia del aborto. Tra-
dicionalmente, las diversas iglesias mantienen sentencias sobre el aborto de
manera irrefutable, pero la sociedad civil ha presionado para que se abra el
236
debate (IPAS, 2007). En el mundo hay muchas culturas, religiones y ilosofías
que juzgan al aborto de maneras diferentes. Incluso, dentro de una misma re-
ligión no hay unanimidad de opiniones y puntos de vista, y los puntos de vista
cambian con el paso del tiempo (Petty, 2005).
La innovación radical del pueblo hebreo con respecto a la práctica del abor-
to fue que esta prohibición no era atribuible al interés humano, sino que era un
precepto divino que debía ser respetado para que se cumplieran las promesas
de prosperidad futura (Galeaotti, 2004). La razón por las cual esta práctica fue
castigada claramente en la tradición bíblica, fue porque el castigo al aborto
en sí mismo es un elemento de identidad cultural del pueblo de Israel. Hay
numerosas y precisas referencias en donde se observa el aborto como pecado
(Badanelli, 1974).
237
dicho milagro. De hecho, se considera que un ser ha sido creado incluso antes
del encuentro entre el hombre y la mujer, y no faltan referencias bíblicas donde
se hace mención de la concepción antes de la encarnación. Por ejemplo, en
Isaías 49,11 se airma “Yahvé desde el seno materno me llamó; desde las entra-
ñas de mi madre recordó mi nombre” (Galeaotti, 2004).
238
ciona que si un hombre golpeaba a una mujer encinta y ese acto provocaba
un aborto, el acto se consideraba punible. Y mientras en la versión griega se
interpretó que tal desgracia debería ser pagada económicamente, en la versión
cristiana se menciona que si “lo hecho a imagen (divina)” se perdía, se daría
vida por vida (de la misma manera que un asesinato). A partir de la traducción
en la religión cristiana de este pasaje en particular, se ha creado una tradición
de pensamiento donde el feto es un ser vivo, y por tanto, el aborto es un ho-
micidio (Galeaotti, 2004).
Los primeros cristianos no interpretan que el feto sea propiedad y parte del
cuerpo de la madre. De hecho, se airma categóricamente que ni la madre, ni
el feto, ni ninguna persona, es dueña de su cuerpo, sino que éste es receptáculo
y propiedad del Espíritu Santo. Dios ha otorgado a la humanidad la dádiva de
cuidar, amar y responsabilizarse del Templo Divino que es el cuerpo de cada
uno, pero de ninguna manera se le permite a las personas disponer como se
quiera de su cuerpo, y la mujer que practique el aborto sin lugar a dudas está
profanando un espacio que no le pertenece. La Biblia no se reiere al feto como
un vehículo que tiene la potencia de llegar a ser, sino que lo trata como si fuese
ya una persona. Al respecto, en Jeremías 1,5 se lee “Antes que (Yo) te formase
en el vientre te conocí…” (Tinajera, 1984).
239
aristotélica de que se requieren 40 días para la formación de feto masculino y
80 días para el feto femenino (Mejía, 2000).
240
Posición presente oicial de la Iglesia católica con respecto al aborto
241
Conclusión
242
Bibliografía
Center for Reproductive Rights (1999) La Perspectiva ética y religiosa del abor-
to. Center for Reproductive Rights, Red Iberoamericana por Libertades
Laicas. Consultado el 26 de junio de 2007. Disponible en: http://www.
reproductiverights.org/esp_pub_fac_religiosa.html
Flannery, A. (1998) Vatican Council II: Volume I the conciliar and post conciliar
documents. Chapter 64: Pastoral Constitution of the Church in the Mod-
ern Word. Dublin. Dominican Publications.
Galeaotti, G. (2004) Historia del aborto. Buenos Aires. Ed. Nueva Visión.
Lamas, M. (2001) Aborto: la frontera del derecho a decidir. México. Ed. Plaza
y Janés.
243
dad/religi%F3n_Aborto.htm
Tinajera, S. (1984) Hacia una pastoral del aborto. Distrito Federal. Publicacio-
nes El Faro.
244
El cadáver, regulaciones legales y
discusión bioética, aproximación a
Derechos Fundamentales
Horacio.
Introducción
99 No moriré del todo, y una gran parte de mí evitará la Libitina, (es decir, la muerte, la destrucción) yo seguiré creciendo,
siempre joven con la alabanza posterior, mientras el pontíice sube al Capitolio con la virgen silenciosa, la gran Vestal. Se
dirá que yo, por donde el estruendoso Auicio mete ruido, o por donde el Daunus, casi seco ha reinado sobre los pueblos
rústicos, yo, desde un origen humilde he llegado a ser el primero que ha convertido los poemas Eolios en versos Italianos.
¡Oh, Melpomene! Llénate de orgullo, un orgullo apropiado a mis méritos, y ciñe mi cabellera de buen grado con la corona
de laurel, atributo de Apolo.
245
deraciones directas a éstos, a la de su voluntad al igual que a la de sus deudos,
tomando en cuenta distintos aspectos vinculados con los Derechos Funda-
mentales.
Consideraremos al Derecho como una creación social que regula las con-
ductas mediante contenidos imperativos que facultan o prohíben a los seres
humanos en la realización de conductas. La premisa de considerar a los Dere-
chos Fundamentales partirá del concepto sobre la obligación al respeto de su
cumplimiento y vigilancia, a cargo del Estado, tanto en su protección como en
su fomento y difusión, agregándole algunas conductas que debe seguir como
autoridad.
246
Antecedentes
Desarrollo
247
Ambos temas no serán objeto de este estudio.
Los códigos civiles de México, con las particularidades que permiten la di-
versidad de 32 entidades federativas101, establecen que la capacidad jurídica
—aptitud de adquirir derechos y contraer obligaciones— se adquiere por el
nacimiento y se pierde con la muerte.
Entonces, cuando una persona muere perderá, según lo que disponen los
códigos civiles, la capacidad jurídica, provocando en consecuencia que esté
impedido para adquirir derechos y generar obligaciones, lo cual no es en
modo alguno algo absoluto. Si en la actualidad se propugna por los derechos
de los animales no humanos, en su trato digno, ¿por qué no hacer extensivos
los derechos después de la muerte?
248
Esta es una idea de personalidad residual, bajo la cual se seguirán conser-
vando los derechos al honor y a la dignidad y, como más adelante sostendre-
mos, algunos otros derechos que propondremos.
249
DE APROPIACIÓN EN FAVOR DEL FISCO FEDERAL, PRE-
VISTO EN EL ARTÍCULO 145 DEL ORDENAMIENTO MEN-
CIONADO.
250
CADÁVER, PROPIEDAD DEL. La doctrina es unánime al
sostener que el cadáver es extracomercial y no puede ser objeto
del derecho de propiedad, esto es, que no es cosa que pertenezca
en propiedad al heredero ni puede ser susceptible de apropiación,
debido a que los más elementales principios de orden público, de
sanidad pública, de moral social, están en directa oposición con
el concepto de una propiedad sobre el cadáver, pues el destino
normal del cadáver humano, según la conciencia general, es el de
ser dejado a la paz del sepulcro, bajo aquella forma que la ley del
estado haya ijado, y este destino es absolutamente incompatible
con el concepto de la comerciabilidad del cadáver. De un modo
casi general, deben considerarse admisibles los contratos gratui-
tos sobre el propio cuerpo para ines cientíicos; en cambio, de
acuerdo con la opinión dominante, un contrato oneroso de seme-
jante contenido habría de considerarse nulo como contrario a las
buenas costumbres. Las disposiciones de última voluntad sobre
el cadáver (entierro, incineración, etcétera), se deben considerar
válidas en concepto de modos o de disposiciones sobre ejecución
del testamento. Los negocios jurídicos de los parientes o de los
terceros sobre el cadáver, que no se reieren al funeral, a la au-
topsia o a cosas parecidas, se deben considerar, en general, como
nulos en concepto de inmorales; en virtud de que la personalidad
del hombre exige respeto aun después de la muerte. 103
Como se puede advertir, desde 1970, año en que fue establecido este crite-
103 Época: Séptima Época, Registro: 242261, Instancia: Tercera Sala, Tipo de Tesis: Aislada, Fuente: Semanario
Judicial de la Federación, Volumen 22, Cuarta Parte, Materia(s): Civil, Tesis: Página: 49. Amparo directo 2435/70. María
del Carmen Mendoza Vargas. 29 de octubre de 1970. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Ernesto Solís López. Secre-
tario: José Galván Rojas.
251
rio, se manejó la idea del respeto a la personalidad después de la defunción, lo
cual hace inferir que lo anterior responde a cuestiones de valores éticos.
El supuesto sería que muere una mujer, viuda y madre de tres hijos mayores
de edad, que viven. Todos los hijos se niegan a disponer del cuerpo para ines
de investigación o docencia, y los tres pretenden ritos y lugar de sepultura
diferentes, de manera irreconciliable. No existen en la ley mecanismos que de-
104 Disponible en http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/nom/compi/rlgsmcsdotcsh.html, consultado el 18 de
mayo de 2014.
105 Los artículos transitorios del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Trasplantes, publicado en
el Diario Oicial de la Federación el día 26 de marzo de 2014, disponible en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?cod
igo=5338349&fecha=26/03/2014&print=true, consultado el día 18 de mayo de 2014, son realmente confusos, derogan
parcialmente el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario de la Disposición de Órganos,
Tejidos y Cadáveres de Seres Humanos, y dejan a la vez vigentes disposiciones que sean necesarias para su aplicación,
pudiendo hacer uno solo bien hecho de una vez.
252
terminen cuál de los tres extremos será el que inalmente prevalezca. La auto-
ridad municipal atiende lo relacionado a lo funerario, pero la regulación de la
disposición de los cadáveres es cuestión de las autoridades sanitarias federales.
253
suerte de tutela sobre el destino de los restos de la persona falleci-
da, orientada a la mejor conservación de los mismos, y especial-
mente destinada a perpetuar su memoria y a mantenerla viva en
el seno de la familia y de la sociedad. 106
254
vés de un testamento. Hago la acotación de que incluirá bienes no materiales,
tales como los derivados de los derechos de autor. Son elementos que revelan
un interés establecido en las leyes sobre lo que sucederá cuando una persona
muera, siendo el derecho de propiedad, para algunos, uno de carácter elemen-
tal o primario. Este derecho tiene una connotación especial: el difunto decidirá
y su voluntad será exigible en beneicio de aquellos beneiciarios, siendo así
obligatoria; pero, en el extremo contrario, los beneiciarios pueden rechazar o
repudiar los bienes, y se convierte en voluntaria.
Cuando una persona no ha escrito su testamento y fallece sin él, puede te-
ner la certeza de que por disposición de ley108 sus familiares cercanos quedarán
como beneiciarios de sus bienes. Esta disposición es una manifestación de
protección que, ante la muerte, hace el Estado; pero si no hubiere familiares
cercanos que se consideren herederos legítimos, el Estado dispondrá, en favor
de la beneicencia, de los bienes de las personas; es decir, quedarán a favor de
107 Cfr. Código Civil de Querétaro, artículo 1209, disponible en http://www.pgjqueretaro.gob.mx/MarcoLegal/
CodigoCivilQro_Jun2013.pdf, consultado el 18 de mayo de 2014.
108 Las disposiciones del derecho sucesorio son muy amplias y especíicas; podemos airmar que son siglos de
perfeccionamiento de las mismas resolviendo cuestiones relacionadas a la transmisión de bienes de los muertos a los
vivos.
255
la sociedad.
109 Salvo casos extremos, en los cuales se pudiera considerar agraviada la colectividad por ser actos contrarios a
ella. En el Municipio de Querétaro no hay disposición municipal que se oponga al esparcimiento de cenizas. Cfr. Código
Municipal de Querétaro, disponible en http://www.municipiodequeretaro.gob.mx/SaveAs.aspx?Nombre=1775655360_
CM.pdf&Ruta=Uploads%5CNormatividad%5C1775655360_CM.pdf, que remite al cumplimiento de un reglamento
federal abrogado desde 1983.
256
La persona en vida puede establecer que los datos personales que están
contenidos en su expediente clínico sean conidenciales, circunstancia
que no cambiará ante su muerte, salvo las debidas excepciones ante
investigaciones judiciales.
111 Jesús González Pérez, La dignidad de la persona en la Jurisprudencia constitucional, disponible en http://www.
racmyp.es/docs/anales/A62/A62-8.pdf, consultado el 18 de mayo de 2014.
257
pués de su fallecimiento
En este apartado pretendo establecer una serie de derechos que las perso-
nas vivas, relacionadas o familiares del fallecido, tienen respecto a él, reiteran-
do la no apropiación del cuerpo.
258
las autoridades para que esclarezcan, en el caso de muerte violen-
ta, las causas y la sanción a los responsables. Uno de sus elementos
es el derecho a que se le practique la necropsia.
259
aquellos no reclamados a las 72 horas posteriores a la pérdida de la vida, y de
los que se ignore su identidad.
260
Cuando la institución educativa reciba el cadáver, deberá tenerlo en depó-
sito —realizando el tratamiento para su conservación y el manejo sanitario—
por 10 días, dando oportunidad a los familiares a reclamarlo, y transcurrido el
plazo sin que haya solicitud del cuerpo podrán utilizarlo. Una vez concluido su
uso, será inhumado o incinerado.
Ante este hecho cierto el Estado deberá atender esta circunstancia, por lo
que propongo, de manera incipiente y somera, la creación de un Banco de
Material Genético y de características biomorfológicas, que permita la iden-
tiicación y ubicación para su posterior entrega a sus familiares, cuestión que
261
perfectamente puede vincularse con los esfuerzos gubernamentales en la des-
aparición forzada de personas, que deberá ser responsabilidad de la Secretaría
de Salud o de la Procuraduría General de la República.
Ahora, si bien hemos mencionado que como tal puede considerarse que
al fallecer la persona se desvincula de su capacidad jurídica, perdiendo en lo
general ese carácter de ser sujeto de derechos y obligaciones –aclarando que,
en todo caso, aquellos derechos y obligaciones que se le siguen atribuyendo
únicamente se debe a que en algún momento fue sujeto con plena capacidad–,
lo anterior no obsta a que, en inherencia a la dignidad humana, las personas
gocen con derechos fundamentales traducidos en el digno tratamiento de sus
cadáveres.
262
una estructura organizativa que puede ir desde la creación de tipos penales
especiales hasta la implementación de medidas administrativas y legislativas
(Alexy, 2007, p. 601).
263
En cuanto tal, el Derecho Fundamental que con respecto a un cadáver re-
caiga probablemente no encuentre un sujeto respecto del que pueda aducirse
un interés jurídico pleno, ¿pero no cabría estimarse un interés legítimo y difu-
so por parte de sus deudos? La cuestión parece digna de ser sujeta a un debate
razonable. Resultaría obvio que corresponde una extensión del derecho simi-
lar al trato que se les da en el derecho penal, como víctimas, a los familiares de
un fallecido.
Conclusiones
264
Bibliografía
265
Este libro se término de imprimir en el mes de Octubre de 2015.
en Hear Industria Gráica
(Calle uno, número 101, Zona Industrial Benito Juárez, C.P. 76120
e-mail: hear1980@prodigy.net.mx)
Tiraje: 500 ejemplares más sobrantes para su reposición.
Saniago de Querétaro, Qro. México.