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Santiago, treinta de noviembre de dos mil veintiuno.

Vistos:
En estos antecedentes comparece Román, asistido por el abogado don Nicolás
Alejandro Cayo Márquez, deduciendo acción tendiente a obtener la declaración
previa para el ejercicio de la indemnización por error judicial consagrada en el
artículo 19, N° 7°, letra i) de la Constitución Política de la República.
Doña Ruth Israel López, Abogado Procurador Fiscal de Santiago, por el Consejo
de Defensa del Estado, evacuó el traslado que se confirió al Fisco de Chile, quien
solicita denegar la acción intentada.
La señora Fiscal Judicial de esta Corte Suprema, en su dictamen Nº 54, de 19
de mayo de 2020, sugiere rechazar la solicitud propuesta, por los motivos que
detalla en dicha actuación.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que, como fundamento fáctico de la pretensión, se señala que don
Román con fecha 25 de junio de 2013, fue denunciado por el presunto de delito
de abuso sexual y violación impropia en contra de su hijo, acción penal que
correspondió a la causa RUC 1300622754-0 de la Fiscalía Local de Quellón.
Arguyendo que la denuncia fue efectuada como parte de un ardid entre la
excónyuge del señor Román, doña Yessenia, y la psicóloga y amiga de ella, doña
Lissette Parra Cameron, siendo esta causa conocida por el Juzgado de Letras de
Quellón bajo el RIT 324-2014, y luego por el Tribunal Oral en lo Penal de Castro,
bajo el RIT 21-2016, la que terminó con sentencia absolutoria y el recurso de
nulidad fue rechazado por la Corte de Apelaciones de Puerto Montt, confirmando
la inocencia del señor Román.
Sostiene que el proceso penal sufrido por su representado descansó, en la
denuncia formulada por la psicóloga mencionada quien no actuó con criterio
profesional y como parte del ardid maquinado por ella y la señora Yessenia,
verificándose en la investigación actuaciones cuestionables, por ejemplo el
testimonio de la madre del niño, declaraciones de la psicóloga y declaraciones
del niño, que fueron formuladas en presencia de su madre y lo más grave para
la acción penal, es que existieron declaraciones de testigos desmintiendo la
culpabilidad imputada unido a la ampliación del Informe Delito Sexual NUM000,
confeccionado por el Servicio Médico Legal de Ancud en febrero de 2017, que
estableció que las alteraciones encontradas son posibles también por higiene
defectuosa, por lo que se puede apreciar que el Ministerio Público contraviniendo
el artículo 1° de la ley 19640, y a sabiendas de todas las circunstancias relatadas,
acuso a su representado y el día 13 de agosto de 2015, el Juzgado de Letras
de Quellón, decretó la medida cautelar de prisión preventiva en base a los
antecedentes provenientes de la parte denunciante y sin mayores probanzas, y,
esta medida cautelar fue renovada el 22 de septiembre de 2015, afectándose
las garantías constitucionales de los numerales 1 y 7 del artículo 19 de la
Constitución Política de la República, por haberse decretado dicha medida
cautelar en forma desproporcionada e improcedente con el correspondiente
perjuicio, el que hasta el día de hoy no tiene reparación.
Concluye solicitando que se declare que el sometimiento a proceso criminal de su
representado, y en especial, que los decretos de prisión preventiva en su contra,
fue erróneo y/o arbitrario, con costas en caso de oposición y/o rebeldía.
Segundo: Que la abogada doña Ruth Israel López, en representación del Fisco
de Chile, al responder el traslado conferido, solicitó desechar la pretensión
formulada, explicando que, el solicitante califica de erróneas y arbitrarias las
resoluciones del Juzgado de Letras de Quellón y no acompaña copia de las
resoluciones impugnadas, ni de la formalización, ni se reseñan siquiera los
elementos que movieron a la convicción al Tribunal.
Tampoco se señaló referencia a la eventual apelación y a la sentencia de
la Corte de Apelaciones que confirma la prisión preventiva, de donde se
sigue una contradicción insalvable, pues nos encontramos ante una pretendida
arbitrariedad o error que se cometería al pronunciar la resolución, pero no al
confirmarla, esto en el evento de haberse apelado, cuestión que el requerimiento
no indica.
Asimismo, sostiene que el estándar de convicción es más exigente para condenar
que para decretar medidas cautelares personales y cabe destacar aspectos de
la sentencia que introducen matices que deben tenerse en cuenta.
En primer lugar, la sentencia recoge los hechos objeto de acusación tal como los
sostuvo el fiscal durante todo el juicio.
En segundo lugar, la participación del imputado no resultó establecida por falta
de pruebas contundentes al respecto. Expresamente, señala el fallo, que la
prueba aportada por el fiscal resultó insuficiente para acreditar la participación
del imputado. No sosteniendo la sentencia del Tribunal Oral que no existan
antecedentes que acrediten la participación. Lo que sostiene es que no son
suficientes para formar su convicción, más allá de toda duda razonable, luego de
un largo y detallado resumen de las pruebas de cargo.
En tercer lugar, en esa insuficiencia debe considerarse el rol que juega los nuevos
informes medico legales, dando cuenta de la probabilidad existencia de otras
causas del daño anal sufrido por el menor, elemento con el que no contó el
Tribunal de Garantía, lo que, como resulta fácil concluir, excluye toda posibilidad
de arbitrariedad o error cometidos por el Tribunal en una decisión menos exigente
en cuanto a estándar de convicción.
Agrega que no se dan los supuestos para calificar las resoluciones dictadas por el
Tribunal como "injustificadamente erróneas o arbitrarias", ya que las decisiones
adoptadas por dicho Tribunal se basaron en antecedentes expuestos en las
audiencias ante el Tribunal, en donde dos Jueces diferentes del mismo Juzgado
arribaron a la decisión de decretar y mantener la prisión preventiva, decisión, esta
última, que no se sabe si fue apelada o no por la requirente.
También, indica que no puede haber responsabilidad cada vez que se pronuncia
una sentencia definitiva absolutoria, esta sólo puede cumplirse cuando la
conducta revisada posea un altísimo grado de negligencia y sobre todo cuando
ella representa un actuar arbitrario carente de la más mínima razonabilidad,
cuestión que no ocurre porque si bien la acusación del Fiscal no fue exitosa,
ya que fue dictada sentencia absolutoria por el Tribunal Oral en lo Penal, ello
no significa que las resoluciones impugnadas hayan sido adoptadas careciendo
de un vínculo mínimo de lógica y racionalidad dentro del contexto de los
antecedentes que obraban en la causa, de manera que la absolución del
acusado no es suficiente para estimar que las resoluciones denunciadas son
injustificadamente erróneas o arbitrarias y den lugar a una indemnización futura
por parte del Estado, dado el carácter restrictivo de este tipo de responsabilidad
estatal, máxime si la propia sentencia absolutoria, estima que el ministerio
Publico tuvo fundamento plausible para litigar y lo eximio de las costas.
Finalmente pide rechazar íntegramente la solicitud de declaración de error
judicial, por improcedente, con expresa condena en costas.
Tercero: Que, por último, se recabó el dictamen de la señora Fiscal Judicial
de esta Corte, el que consigna que los fundamentos que invocó el Juzgado de
Letras y garantía de Quellón para decretar la prisión preventiva el 13 de agosto de
2015 fueron los siguientes: "El Tribunal, atendido el mérito de los antecedentes
expuesto y oídos los intervinientes accede a la solicitud del Ministerio Público en
cuanto decretar la medida cautelar de prisión preventiva respecto del imputado
por considerar que la libertad del imputado es un peligro para la seguridad de
la sociedad, considerando la gravedad de la pena asignada a ambos ilícitos,
ambos alcanzan la pena de crimen, se le han imputado dos delitos, el carácter
de los mismos, se ha lesionado la indemnidad sexual de un menor de 14 años,
la concurrencia de circunstancias agravantes, concurren de manera objetiva
la del artículo 13 del Código Penal, por el vínculo de parentesco y también
eventualmente la militancia del abuso de confianza, por darse en un contexto
que aseguraba eventualmente la impunidad y minimizaba las posibilidades de
denuncia y atendido lo dispuesto en el artículo 139 y siguientes del Código
Procesal Penal, dando orden de ingreso al Centro de Detención Preventiva de
Castro."
Para la mantención de la prisión preventiva, en audiencia celebrada el día 22 de
septiembre del año 2015 el Juzgado de Letras y Garantía de Quellón, sostuvo
que: "El Tribunal, atendido el mérito de los antecedentes expuestos y oídos los
intervinientes respecto del imputado, por considerar que la libertad es un peligro
para la seguridad de la sociedad y no habiendo variado los antecedentes que se
tuvieron a la vista en la audiencia del 13 de agosto de 2015, atendido que fue
reformalizado por dos delitos, por tener los ilícitos asignadas penas de crimen, la
eventual concurrencias de circunstancias agravatorias de dicha responsabilidad,
se desestima la petición de la defensa, y se mantiene la medida cautelar de
prisión preventiva."
Asimismo, la sentencia absolutoria en su considerando vigesimosexto, resolvió
que la prueba de cargo rendida durante la audiencia de juicio oral, fue insuficiente
para demostrar los hechos presentados como base de la propuesta fiscal y
configurar los delitos.
De lo que se puede observar que la diferencia existente entre las resoluciones
dictadas por el Tribunal Oral y el Juzgado de Garantía obedecen a momentos
procesales, situaciones y estándares de ponderación de la prueba diversos, por
ello el hecho que el imputado resultara absuelto de los cargos formulados en
su contra, porque las pruebas aportadas por el persecutor no resultaban con
la fuerza necesaria para formar la convicción exigida destinada a condenar, no
significa, por si sola, que la decisión para decretar la medida cautelar de prisión
preventiva y mantenerla, fuera injustificadamente errónea.
Porque en la especie, la prisión preventiva, no estaba carente de fundamento
o justificación, pues existían en contra del imputado una denuncia formal de la
madre del menor y otros antecedentes o indicios de participación, entre ellos
el testimonio del menor ante una psicóloga, que dio cuenta de los supuestos
abusos cometidos por su padre, y además se contaba con los Informes Médico
Legales practicados en junio y julio del año 2013, con Informe de Atención Uravit
de Junio de 2013, con el Informe Pericial Psicológico de Septiembre de 2013, con
la Ampliación del Informe sobre delito sexual Nº NUM000, evacuado con fecha 17
de Febrero de 2014 por el Servicio Médico Legal de Ancud, y otros documentos
que constaban en la carpeta investigativa presentada como fundamento por el
Ministerio Público al Tribunal.
Por lo que la señora Fiscal Judicial estima que no concurren los presupuestos
exigidos en la norma constitucional establecida en la letra i), del N° 7, del artículo
19 de la Constitución Política de la República, para formular la declaración
solicitada, pues el conjunto de antecedentes fueron apreciados soberanamente
por los Jueces de acuerdo con sus facultades en las oportunidades que les
correspondió.
Cuarto: Que, el artículo 19, Nº 7, letra i) de la Constitución Política de la República
prescribe que, una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia absolutoria,
el que hubiere sido sometido a proceso o condenado en cualquier instancia por
resolución que la Corte Suprema declare injustificadamente errónea o arbitraria,
tendrá derecho a ser indemnizado por el Estado de los perjuicios patrimoniales
que haya sufrido.
Quinto: Que, la procedencia de la acción otorgada está sujeta al cumplimiento
de requisitos claramente delimitados por el constituyente, a saber:
a) Que la resolución que sometió a proceso o condenó al requirente sea
injustificadamente errónea, o;
b) Que dicha resolución sea arbitraria.
En la especie, y dado que los hechos materia del enjuiciamiento acaecieron
bajo la vigencia del Código Procesal Penal, la cuestión a decidir queda
circunscrita a la determinación de si la resolución que dispuso la prisión
preventiva y las posteriores que la mantuvieron, merecen o no ser calificadas
de injustificadamente erróneas o arbitrarias, y para arribar a una conclusión
fundada, es menester analizar si aquellas se dictaron sin existir elementos
que permitieran fundarlas racionalmente, expidiéndose por voluntad meramente
potestativa, caprichosa o irreflexivamente.
Sexto: Que, la jurisprudencia de esta Corte ha precisado en numerosos
pronunciamientos el sentido y alcance de los términos "injustificadamente
errónea" y "arbitraria", calificativos que sólo pueden aplicarse a una resolución
judicial que contradice a la razón, que es inexcusable, que ha sido decretada
de manera irregular, que carece de una explicación lógica, de motivación y
racionalidad. Es decir, no puede erigirse como motivo suficiente y constitutivo
de una actuación procesal injustificadamente errónea o arbitraria la discrepancia
con los juicios de valor allí emitidos.
Séptimo: Que, en consideración a lo que debe resolverse, también conviene
tener en vista las exigencias contempladas en el artículo 140 del Código Procesal
Penal para disponer la prisión preventiva. A saber, que existan antecedentes que
justificaren la existencia del delito que se investigare; que existan antecedentes
que permitieren presumir fundadamente que el imputado ha tenido participación
en el delito como autor, cómplice o encubridor; y que existan antecedentes
calificados que permitieren al tribunal considerar que la prisión preventiva
es indispensable para el éxito de diligencias precisas y determinadas de la
investigación, o que la libertad del imputado es peligrosa para la seguridad de la
sociedad o del ofendido, o que existe peligro de que el imputado se dé a la fuga.
Al momento de dictar una sentencia definitiva, en cambio, los magistrados
cuentan con todas las pruebas definitivas allegadas a la litis y, sólo del examen de
ellas debe adquirir ahora la plena convicción, más allá de toda duda razonable,
de que realmente se hubiere cometido el hecho punible objeto de la acusación y
que en él hubiere correspondido al acusado una participación culpable y penada
por la ley.
El mero hecho de un fallo absolutorio no transforma automáticamente a
la resolución que dispuso la prisión preventiva y a la que la mantuvo en
injustificadamente erróneas o arbitrarias, por cuanto, como se advierte, son
momentos procesales diferentes que requieren de grados de convicción distintos,
con procesos valorativos e interpretativos diversos y, por consiguiente, dichas
fases, aun con conclusiones contrapuestas, pueden ser perfectamente válidas y
jurídicamente correctas.
Octavo: Que, hechas estas precisiones, puede sostenerse que las resoluciones
que atañen a estos antecedentes no participan de las características que se
les atribuye, de modo que no pueden servir de basamento a la declaración
impetrada. En efecto, los antecedentes probatorios invocados para justificarlas
fueron múltiples y variados, los que el mismo recurrente detalla en su
presentación y constan de las resoluciones cuestionadas, consistentes en
testimonios prestados, documentos y pericias, que permitían razonablemente
proceder a la dictación de las resoluciones que se reprochan.
Por ello, con tales antecedentes, adecuadamente ponderados en la etapa
procesal en que las resoluciones se expidieron, no puede sostenerse la
existencia de un error injustificado o arbitrario al concluirse del modo que se hizo
al dictarse y mantenerse la prisión en contra de Román.
Noveno: Que, asimismo, la dictación de la sentencia definitiva absolutoria dejó
establecido que "...la insuficiencia de la prueba de cargo rendida durante la
audiencia de juicio oral, para demostrar los hechos presentados como base de la
propuesta fiscal y configurar los delitos de violación impropia y abuso sexual...,
así como la autoría directa que en ellos se atribuía al encartado Román, toda
vez que su ponderación racional, sin contradecir los principios de la lógica, las
máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, no
permitió, alcanzar la convicción más allá de toda duda razonable de la existencia y
modalidad de la conducta disruptiva atribuida al acusado, en primer lugar porque
la víctima no ratificó la imputación en los términos propuestos, y sus afirmaciones
vertidas en estrados, no tuvieron suficiente respaldo probatorio, no pudiendo
ser justificadas racionalmente, a partir solo de sus dichos cuando han pasado
casi tres años y ha estado sujeto a los interrogatorios de la madre, examinado
por médicos, sicólogos, un constante periplo por Programas de Reparación, un
cumulo de otros factores estresantes a los que ha estado sometido, como la
separación de sus padres, cambio de casa, de ciudad, de colegio; aspectos que
hicieron surgir en los sentenciadores, dudas serias relevantes y concretas, que
estos se hayan verificado y para elaborar el juicio de reproche al encartado, a
partir de su testimonio pese a la valoración positiva que se le pudiera atribuir; junto
con ello, los antecedentes entregados por la testigo Lissette Parra Cameron, que
dio inició a la investigación, difiere sustancialmente de los aportados por la madre
del niño Yessenia, quien habría requerido su intervención primaria, advirtiéndose
además en la primera factores que le restaron imparcialidad sus dichos, todo lo
cual fue mermando la fuerza convictiva a los dichos de estas deponentes y el
peso probatorio de los demás elementos de cargo, resultó exiguo también para
sostener la imputación fiscal y demostrar las hipótesis fácticas en la forma que
fueron planteadas, conduciendo a los sentenciadores a la única decisión posible
ajustada al mérito de la prueba, existiendo mandato expreso que nadie puede
ser condenado por delito sino cuando el tribunal que lo juzgare adquiriere, más
allá de toda duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido
el hecho punible objeto de la acusación y que en él hubiere correspondido al
acusado una participación culpable y penada por la ley"
Décimo: Que, el artículo 340 del Código Procesal Penal exige, para dictar
sentencia condenatoria, una absoluta convicción, exenta de toda duda razonable
del ente jurisdiccional acerca de la existencia del hecho punible y la culpabilidad
del acusado -estándar que para los jueces del fondo no se satisfizo-; en cambio,
los requerimientos del artículo 140 del mismo texto legal sirven de sustento a una
resolución "eminentemente provisional", que con nuevos y mejores antecedentes
puede ser dejada sin efecto por el propio juez que la dictó.
Como se dijo, se trata de dos estadios procesales claramente diferenciados, que
demandan estándares de prueba de entidad diversa, de manera que aún en el
evento de que una resolución judicial pueda apreciarse como errónea, desde
una perspectiva posterior, distanciada del momento en que aquella se dictó, esta
circunstancia no implica necesariamente que haya carecido de toda justificación,
de fundamento racional y de motivo plausible.
Undécimo: Que, estos razonamientos llevan a concluir que las resoluciones
que dispuso y mantuvo la medida cautelar de prisión preventiva que afectó al
recurrente, no fueron injustificadamente erróneas ni arbitrarias, de modo que
no se satisfacen las condiciones que de acuerdo la Carta Fundamental hacen
procedente la declaración que corresponde a esta Corte Suprema.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y de acuerdo, además,
con lo prevenido en el Auto Acordado que sobre esta materia emitió este Tribunal
el veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, se rechaza la solicitud
de declaración previa de existencia de error judicial formalizada por el señor
Román.
Regístrese y archívese.
N° 23006-2019
Pronunciado por la Segunda Sala integrada por los Ministros Sres. Manuel
Antonio Valderrama R., Jorge Dahm O., Leopoldo Llanos S., y los Abogados
Integrantes Sra. Pía Tavolari G., y Sr. Ricardo Abuauad D. No firman los Ministros
Sres. Valderrama y Dahm, no obstante haber estado en la vista de la causa y
acuerdo del fallo, por estar ambos en comisión de servicios.

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