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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1150/2019-S2

Sucre, 27 de diciembre de 2019

SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano
Acción de libertad

Expediente: 26748-2018-54-AL
Departamento: Cochabamba

En revisión la Resolución 18/2018 de 1 de diciembre, cursante de fs. 80 vta. a


90, pronunciada dentro de la acción de libertad interpuesta por Jhimmy
Almanza Pardo y Richard Villaca Torrico en representación sin mandato de
Martha Encinas Rodríguez contra José Eddy Mejía Montaño y Nelson
César Pereira Antezana, Presidentes de las Salas Penales Primera y
Tercera respectivamente del Tribunal Departamental de Justicia de
Cochabamba.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 30 de noviembre de 2018, cursante de fs. 55 a 66,


la parte accionante manifestó lo siguiente:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público y acusación


particular de Isabel Tintaya de Maida y otro en su contra, por la presunta
comisión del delito de asesinato, el 16 de marzo de 2016, el Juez Público de la
Niñez y Adolescencia e Instrucción Penal Primero de Colcapirhua del
departamento de Cochabamba, dispuso su detención preventiva como medida
cautelar de carácter personal, al establecer la concurrencia del art. 233.1 y 2,
los riesgos procesales de fuga previstos por el art. 234.10 y de obstaculización
incurso en el art. 235.1 y 2, todos del Código de Procedimiento Penal (CPP);
solicitando posteriormente su cesación, que fue rechazada por el Tribunal de
Sentencia Penal Primero de Quillacollo del mismo departamento, mediante Auto
de 7 de abril de 2017, argumentando que subsistía el riesgo de obstaculización
[art. 235.1 y 2 del adjetivo penal], contra el que interpuso recurso de apelación

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incidental, que mereció el Auto de Vista de 23 de mayo de ese año, dictado por
la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba;
por el que se declaró procedente concluyendo haber sido desvirtuado el art.
235.1 y subsistente el numeral 2 de dicha disposición normativa, manteniendo
su privación de libertad conforme a los arts. 233.1 y 2, riesgo de fuga previsto
en el art. 234.10 y riesgo de obstaculización señalado en el art. 235.2 y 4,
todos del Código citado.

Posteriormente, con nuevos elementos de prueba, reiteró ante el mismo


Tribunal su solicitud de cesación de la detención preventiva, que fue rechazada
por Auto de 19 de octubre de 2018, manteniendo el riesgo de fuga previsto en
el art. 234.10 de obstaculización y peligro para la víctima y la sociedad y el art.
235.2 y 4 del CPP, decisión que fue objeto de apelación; instancia en la cual, la
Sala Penal Primera por Auto de Vista de 29 de noviembre de ese año, declaró
procedente en parte el recurso, dando por enervado el numeral 4 del art. 235
del CPP, y manteniendo incólume el riesgo de fuga previsto por el numeral 10
del art. 234 del mismo cuerpo legal, como de obstaculización establecido en el
art. 235.2, ambos del CPP, encontrándose detenida preventivamente por
concurrir los arts. 233.1 y 2; 234.10; y, 235.2, todos de la Ley adjetiva penal.

Refirió que el Tribunal de Sentencia Penal Primero de Quillacollo del


departamento de Cochabamba, rechazó la cesación de su detención preventiva,
otorgando mayor credibilidad a la prueba pericial presentada por el Ministerio
Público y no a la ofertada por la defensa, sin efectuar una correcta ponderación
o valoración de las pruebas periciales de descargo, sin observancia del principio
de favorabilidad, incurriendo dicho Tribunal en defectuosa valoración de la
prueba y falta de motivación razonable de su decisión; por cuanto, de manera
subjetiva, sin establecer razones jurídicas válidas y sobre suposiciones; puesto,
que le correspondía ante la existencia de aspectos contrapuestos en las pericias
de cargo y descargo, -en aplicación del citado principio de favorabilidad-,
determinar estar desvirtuado el riesgo de fuga, actuando de la misma manera
con relación al peligro de obstaculización incurso en el art. 234.2 del CPP, al
señalar que éste subsiste hasta la ejecución de la sentencia y cuente con
sentencia condenatoria, sin considerar que es posible que el fallo de primera
instancia sea anulado y se dé el caso de un reenvío; sin fundamentar las
razones para llegar a esa conclusión ni mencionar prueba o elemento objetivo
alguno, para justificar su subsistencia.

Con relación al Tribunal de alzada; en vez de restituir sus derechos lesionados,


en el Auto de Vista de 29 de noviembre de 2018, ratificó los argumentos del
inferior, sin ninguna fundamentación; puesto que no rectificaron, menos
consideraron los agravios y los derechos vulnerados denunciados, y se
abocaron simplemente a referir que el riesgo permanece vigente hasta la
ejecución de la sentencia, sin brindar mayores razones jurídicas respecto al
riesgo de obstaculización, tampoco mencionaron en qué prueba o elemento
objetivo se basaron para justificar la persistencia de este riesgo procesal,
generando de esta forma su indefensión, para colectar prueba y desvirtuarlo.
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I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Alega la lesión de sus derechos al debido proceso en sus elementos de


suficiente fundamentación, motivación y congruencia, valoración razonable,
integral y conjunta de la prueba, y a la libertad, sin citar al efecto ningún
precepto constitucional.

I.1.3. Petitorio

Solicita se conceda la tutela, disponiendo la anulación parcial del Auto de Vista


de 29 de noviembre de 2018, dictado por los Vocales demandados, respecto al
análisis del riesgo de fuga (art. 234.10 del CPP) y de obstaculización (art. 235.2
del mismo cuerpo legal), debiendo dictar uno nuevo debidamente
fundamentado con base a un análisis y valoración probatoria sustentada en los
principios de razonabilidad y favorabilidad.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 1 de diciembre de 2018, conforme consta en


el acta cursante de fs. 79 a 80 vta., y se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

La parte accionante, ratificó in extenso la acción planteada y reiteró que lo


único que reclama es la aplicación de jurisprudencia, no sentencias sin
vinculación al caso concreto, por lo que impetra se conceda tutela y se anule de
manera parcial el Auto de Vista de 29 de noviembre de 2018, dictado por los
demandados a efecto que dicten otra resolución de manera objetiva, en
observancia de los principios de favorabilidad, responsabilidad, pro hómine; y,
rectifique las lesiones provocadas, indica sea parcialmente porque esa
resolución fue aceptada en parte, ya que descarta un riesgo procesal.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

José Eddy Mejía Montaño y Nelson César Pereira Antezana, Presidentes de las
Salas Penales Primera y Tercera, respectivamente, del Tribunal Departamental
de Justicia de Cochabamba, en su informe escrito de 30 de noviembre de 2018,
cursante de fs. 77 a 78 vta., señalaron que: a) Luego de citar y transcribir
jurisprudencia constitucional referida a la interpretación de la legalidad
ordinaria, expresaron que el Auto de Vista impugnado no es arbitrario ni ilegal,
puesto que fue dictado con competencia, interpretando correctamente la
jurisprudencia constitucional, con argumentos claros y congruentes de acuerdo
a los datos del proceso, constituyendo la respuesta idónea, eficaz, oportuna y
pronta a las pretensiones de la apelante; b) Los elementos probatorios
cursantes en el cuadernillo de apelación, merecieron por parte del Tribunal de
alzada, un análisis suficiente y razonado que permitió la resolución del recurso;
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observando del fallo impugnado, que en base a una apreciación objetiva,
otorgó al acervo probatorio una calificación razonable que no riñe con el
principio de igualdad y por ende no afecta a la seguridad jurídica, al haber
revisado la prueba presentada, determinando que el riesgo procesal no fue
enervado por la imputada, realizando observaciones a ser cumplidas por la
defensa, al igual que lo dispuesto por el art. 235.2 del CPP; y, respecto al inciso
4 del citado artículo, se determinó haberse desvirtuado el riesgo de
obstaculización, en razón de los argumentos expuestos por la defensa y los
antecedentes procesales; consecuentemente, la situación jurídica de la
demandante de tutela ha variado en su favor, dado que a la fecha solo
concurren dos riesgos procesales; c) Sin entrar en mayores consideraciones,
respecto a los reclamos subjetivos de la impetrante de tutela, quien pretende y
cree que la vía constitucional puede llegar a ser una instancia casacional
supletoria a la propia falta de diligencia en su defensa ante la jurisdicción
ordinaria, al interior del proceso penal seguido en su contra, careciendo de todo
respaldo su pretensión, acude a la vía constitucional con argumentos
imprecisos y forzados sin sustento legal que solo recargan la labor de la
jurisdicción ordinaria a través de acciones de libertad; solicitan se deniegue la
tutela impetrada, considerando que no puede la jurisdicción constitucional
suplir a la jurisdicción ordinaria en la interpretación de la legalidad ordinaria,
que en el presente caso dio lugar a la improcedencia del recurso de apelación
formulado por la accionante, bajo una Resolución dictada respetando las
normas procesales penales en vigencia y sujeción a la jurisprudencia
constitucional; y, d) Las resoluciones de medidas cautelares, bajo los principios
de instrumentalidad y variabilidad, pueden ser solicitadas en cualquier
momento para su modificación, con la acreditación de nuevos elementos de
convicción, conforme al art. 239.1 del CPP.

I.2.3. Resolución

El Tribunal de Sentencia Penal Séptimo del departamento de Cochabamba,


constituido en Tribunal de garantías, mediante la Resolución 18/2018 de 1 de
diciembre, cursante de fs. 80 vta. a 90, concedió la tutela y
consecuentemente, anuló parcialmente el Auto de Vista de 29 de noviembre de
2018, disponiendo que los demandados emitan uno nuevo con la debida
motivación y fundamentación en el plazo de veinticuatro horas, con los
siguientes fundamentos: 1) El Tribunal de alzada, si bien realizó la motivación;
empero, la misma al referirse al informe pericial indicó que tampoco es
contundente, respecto a que la imputada sería un peligro para la víctima y su
familia, no existe a la fecha documentación alguna ni pericia real y objetiva que
establezca que la misma ya no es un peligro; consecuentemente, en tanto se
acredite o se desvirtúe aquel fundamento que dio lugar a este riesgo procesal,
cuando la autoridad jurisdiccional, le otorgó credibilidad al peritaje emitido por
la Psicóloga del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF), en relación al
presentado por la defensa. Lo que evidencia que el Auto de Vista emitido por
los demandados, carece de congruencia, fundamentación y motivación en el
razonamiento realizado y la determinación asumida; 2) Con relación al art.
4
235.2 del CPP, referido a que la sindicada podría influir negativamente sobre
los testigos o peritos, no obstante de haber sentencia condenatoria, el riesgo
persiste hasta la ejecutoria de la sentencia, y si bien los demandados citan la
SC 0301/2011-R de 29 de marzo; empero, en lo demás carece de
fundamentación e inclusive ante la existencia de nuevos elementos que la
defensa hubiese acompañado para enervar ese riesgo, los que fueron
mencionados (porque no se los valora) y deben ser valorados conforme indica
la jurisprudencia, sea para enervar o para que persista el riesgo; lo cual, no se
observa en el razonamiento en el que ingresaron los demandados; y, 3) El
Tribunal de apelación, debe realizar una revisión integral del fallo del Juez que
impuso la medida cautelar, considerando los motivos de agravios que
fundamentan el recurso, los argumentos de contrario, analizando y valorando
fundadamente las pruebas que se traen a consideración, para finalmente en su
determinación, expresar las circunstancias concretas de la causa que le
permiten presumir fundadamente la existencia de los riesgos procesales que
justifican se mantenga la detención preventiva; no es posible un rechazo
sistemático de la solicitud de revisión, limitándose a invocar; por ejemplo,
presunciones legales relativas al riesgo de fuga.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional Plurinacional

Por decreto de 4 de abril de 2019, cursante a fs. 98, se dispuso la suspensión


de plazo a objeto de recabar documentación complementaria; habiéndose
recibido la misma, se dispuso su reanudación mediante decreto de 17 de
diciembre de igual año; por lo que, la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional es pronunciada dentro del término legal.

II. CONCLUSIONES

Del análisis y compulsa de los antecedentes que cursan en obrados, se


establece lo siguiente:

II.1. Dentro del proceso penal seguido contra la ahora accionante y otro, por
la presunta comisión del delito de asesinato, el 16 de marzo de 2016, el
Juez Público de la Niñez y Adolescencia e Instrucción Penal Primero de
Colcapirhua del departamento de Cochabamba, dispuso su detención
preventiva como medida cautelar de carácter personal, por concurrir los
riesgos procesales previstos en los arts. 233.1 y 2; 234.10; y, 235.1 y 2,
todos del CPP (fs. 24 a 31 vta.).

II.2. La impetrante de tutela, posteriormente solicitó la cesación a su


detención preventiva, que fue rechazada por Resolución de 7 de abril
de 2017, por considerar el Tribunal de Sentencia Penal Primero de
Quillacollo del departamento de Cochabamba, que subsistían los
mismos riesgos procesales; decisión contra la que planteó apelación
incidental, que mereció el Auto de Vista de 23 de mayo del año citado,
emitido por la Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia
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aludido, por el que confirmó la Resolución apelada, con la única
modificación de revocar el numeral 1) del art. 235 del CPP, y por lo
demás se mantuvo la situación jurídica de detención preventiva de la
imputada y los riesgos procesales debidamente identificados (fs. 39 vta.
a 41 vta.).

II.3. Posteriormente reitero su solicitud de cesación de la detención


preventiva, siendo rechazada por Auto de 19 de octubre de 2018, al
persistir los riesgos procesales establecidos por los arts. 233.1 y 2;
234.10; y, 235.1 y 2, todos del CPP; determinación judicial contra la
que planteó apelación incidental; instancia en la cual, mediante el Auto
de Vista de 29 de noviembre de ese año, la Sala Penal Primera del
Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, declaró procedente
en parte el recurso, dando por enervado el numeral 4 del art. 235 del
mismo cuerpo legal, y mantuvo incólume la subsistencia del riesgo de
fuga previsto por el numeral 10 del art. 234, como de obstaculización
establecido en el art. 235.2, ambos del adjetivo penal (fs. 112 a 114).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

La parte accionante alega que los Vocales demandados, vulneraron sus


derechos al debido proceso en sus elementos de suficiente fundamentación,
motivación razonable y congruencia, valoración razonable, integral y conjunta
de la prueba, y a la libertad; toda vez que, al conocer en apelación el rechazo
de su solicitud de cesación de la detención preventiva, en vez de restituir sus
derechos lesionados, mediante el Auto de Vista de 29 de noviembre de 2018,
ratificaron los argumentos del inferior, omitiendo considerar los agravios y los
derechos lesionados denunciados, limitándose simplemente a referir que los
riesgos procesales de fuga y obstaculización subsisten, sin brindar mayores
razones jurídicas ni ponderar los elementos probatorios presentados, puesto
que no mencionaron en qué prueba o elemento objetivo se basaron para
justificar la persistencia de los mismos.

En revisión, corresponde determinar si los extremos demandados son evidentes


para conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. La fundamentación y motivación de las resoluciones como


elementos de la garantía del debido proceso

El Tribunal Constitucional Plurinacional, sistematizando los


entendimientos jurisprudenciales referidos a la fundamentación y
motivación de las resoluciones sean judiciales o administrativas, como
elementos del debido proceso, señaló en la SCP 0014/2018-S2 de 28 de
febrero, que: “El derecho a una resolución fundamentada y motivada,
como uno de los elementos del debido proceso, reconocido como
derecho fundamental, garantía jurisdiccional y derecho humano en las
normas contenidas en los arts. 115.II y 117.I de la CPE; 8 de la
6
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH); y, 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), fue
desarrollado en la amplia jurisprudencia constitucional, siendo uno de
los antecedentes, el entendimiento contenido en la SC 1369/2001-R de
19 de diciembre1, la cual establece como exigencia del debido proceso,
que toda resolución debe exponer los hechos y el fundamento legal de
la decisión, de manera que en caso de omisión, se estaría vulnerando
dicho derecho. Posteriormente, en la SC 0946/2004-R de 15 de junio2,
se aclara que esta garantía es aplicable también en procesos
administrativos y disciplinarios.

En la SC 0871/2010-R de 10 de agosto, se determinan los requisitos


que deben contener toda resolución jurisdiccional o administrativa con
la finalidad de garantizar el derecho a la fundamentación y motivación
como elemento configurativo del debido proceso, así en su Fundamento
Jurídico III.3, señala:

…a) Debe determinar con claridad los hechos atribuidos a las partes
procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos
fácticos pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos
de hecho contenidos en la norma jurídica aplicable al caso concreto, d)
Debe describir de forma individualizada todos los medios de prueba
aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera
concreta y explícita todos y cada uno de los medios probatorios
producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada uno de
ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad
entre las denuncias o pretensiones de las partes procesales, el supuesto
de hecho inserto en la norma aplicable, la valoración de las pruebas
aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la
determinación del nexo de causalidad antes señalado.

(…)

Por su parte, la SC 0802/2007-R de 2 de octubre3 se refiere a los


supuestos de motivación arbitraria; empero, es la SCP 2221/2012 de 8

1
El Cuarto Considerando, señala: “…el derecho al debido proceso, que entre su ámbito de presupuestos exige que toda
Resolución sea debidamente fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una Resolución debe
imprescindiblemente exponer los hechos y al margen de ello, la fundamentación legal que sustenta la parte dispositiva de la
misma.
(…) consecuentemente cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime una parte estructural de la
misma, sino también en los hechos toma una decisión arbitraria y dictatorial que vulnera de manera flagrante el citado
derecho que otorga a las partes saber el porqué de la parte dispositiva de un fallo o Resolución”.
2
El FJ III.3 indica que: “…la garantía del debido proceso no es únicamente aplicable en el ámbito judicial, sino también en el
administrativo y disciplinario, cuanto tenga que determinarse una responsabilidad disciplinaria o administrativa e imponerse
una sanción como ha ocurrido en el presente caso”.
3
El FJ III.4, expresa: “Consiguientemente, aplicando los principios informadores del derecho sancionador, las resoluciones
pronunciadas por el sumariante y demás autoridades competentes deberán estar fundamentadas en debida forma,
expresando lo motivos de hecho y de derecho en que basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba.
Fundamentación que no podrá ser reemplazada por la simple relación de los documentos y presentación de pruebas o los
criterios expuestos por las partes, y en los casos en los que existan coprocesados, resulta primordial la individualización de

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de noviembre4 la que desarrolla el contenido esencial del derecho a una
resolución fundada, señalando que el mismo está dado por sus
finalidades implícitas, como son: a) El sometimiento a la Constitución
Política del Estado y al bloque de constitucionalidad; b) Lograr el
convencimiento de las partes que la resolución no es arbitraria; es
decir, que observa el valor justicia, los principios de interdicción de la
arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia; c) Garantizar la
posibilidad del control de la resolución a través de los medios de
impugnación; d) Permitir el control social de la resolución en mérito al
principio de publicidad y, e) La observancia del principio dispositivo que
implica la otorgación de respuestas a las pretensiones de las partes -
quinta finalidad complementada por la SCP 0100/2013 de 17 de enero5-
.

Respecto a la segunda finalidad, tanto la SCP 2221/2012 como la


SCP 0100/2013, señalan que la arbitrariedad puede estar expresada

los hechos, las pruebas, la calificación legal de la conducta y la sanción correspondiente a cada uno de ellos en concordancia
con su grado de participación o actuación en el hecho acusado”.
4
El FJ III.1, manifiesta: “En ese marco, se tiene que el contenido esencial del derecho a una resolución
fundamentada y motivada (judicial, administrativa, o cualesquier otra, expresada en una resolución en general,
sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión está dado por sus finalidades implícitas, las que
contrastadas con la resolución en cuestión, dará lugar a la verificación de su respeto y eficacia. Estas son: (1)
El sometimiento manifiesto a la Constitución, conformada por: 1.a) La Constitución formal; es decir, el texto escrito; y, 1.b)
Los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de constitucionalidad; así como a la ley,
traducido en la observancia del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; (2) Lograr el convencimiento de
las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: El valor justicia, los principios de
interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia; (3) Garantizar la posibilidad de control de la resolución
en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación; y, (4)
Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público o
privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de publicidad. Estos elementos se desarrollarán a
continuación: (…)
(2) Lograr el convencimiento de las partes que la resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el contrario,
observa: El valor justicia, los principios de interdicción de la arbitrariedad, de razonabilidad y de congruencia.

(…)

b) En correspondencia con lo anterior, la arbitrariedad puede estar expresada en: b.1) Una `decisión sin motivación´, o
extiendo esta es b.2) Una `motivación arbitraria´; o en su caso, b.3) Una `motivación insuficiente´.
c) La arbitrariedad también se expresa en la falta de coherencia, o incongruencia de la decisión (principio de congruencia),
cuando el conjunto de las premisas, -formadas por las normas jurídicas utilizadas para resolver el caso, más los enunciados
fácticos que describen los hechos relevantes- no son correctas, fundadas y si, además, su estructura también no lo es. Esto,
más allá si la resolución que finalmente resuelva el conflicto es estimatoria o desestimatoria a las pretensiones de las partes.
Es decir, como señala Robert Alexy, se trata de ver si la decisión se sigue lógicamente de las premisas que se aducen como
fundamentación”.
5
El FJ III.2, señala: “A las cuatro finalidades implícitas que determinan el contenido esencial del derecho a una resolución
fundamentada o derecho a una resolución motivada (judicial, administrativa, o cualesquier otra, expresada en una
resolución en general, sentencia, auto, etc.) que resuelva un conflicto o una pretensión cuáles son: 1) El sometimiento
manifiesto a la Constitución, conformada por: 1.a) la Constitución formal, es decir, el texto escrito; y, 1.b) los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos que forman el bloque de constitucionalidad; así como a la ley, traducido en la
observancia del principio de constitucionalidad y del principio de legalidad; 2) Lograr el convencimiento de las partes que la
resolución en cuestión no es arbitraria, sino por el contrario, observa: el valor justicia, el principio de interdicción de la
arbitrariedad, el principio de razonabilidad y el principio de congruencia; 3) Garantizar la posibilidad de control de la
resolución en cuestión por los tribunales superiores que conozcan los correspondientes recursos o medios de impugnación;
4) Permitir el control de la actividad jurisdiccional o la actividad decisoria de todo órgano o persona, sea de carácter público
o privado por parte de la opinión pública, en observancia del principio de publicidad (SCP 2221/2012 de 8 de noviembre, se
suma un quinto elemento de relevancia constitucional; y, 5) La exigencia de la observancia del principio dispositivo.
5) La observancia del principio dispositivo, implica la exigencia que tiene el juzgador de otorgar respuestas a las
pretensiones planteadas por las partes para defender sus derechos”.

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en una decisión sin motivación, con motivación arbitraria, insuficiente y
por la falta de coherencia del fallo. Ejemplificando refiere, que la
decisión sin motivación se presenta cuando la resolución no da razones
que la sustenten; en tanto que la motivación arbitraria es la que
sustenta la decisión con fundamentos y consideraciones meramente
retóricas o cuando deviene de la valoración arbitraria, irrazonable de la
prueba, o en su caso, de la omisión en la valoración de la prueba
aportada en el proceso; la motivación insuficiente, cuando no se da
razones de la omisión de pronunciamiento sobre los planteamientos de
las partes; finalmente, la falta de coherencia del fallo se da, en su
dimensión interna, cuando no existe relación entre las premisas -
normativa y fáctica- y la conclusión -por tanto-; en su dimensión
externa, implica que la resolución debe guardar correspondencia con lo
pedido o impugnado por las partes. Ambos entendimientos, sobre la
coherencia interna y externa, tienen su antecedente en la SC
0863/2003-R de 25 de junio6, así como en la SC 0358/2010 de 22 de
junio7, estableciendo que en el ámbito procesal, el principio de
congruencia se entiende no solo como la correspondencia que debe
existir entre lo peticionado y lo resuelto, sino que además implica la
concordancia del fallo, es decir su coherencia interna, entendimiento
que fue reiterado en la SCP 1915/2012 de 12 de octubre 8, entre otras
(…).

En resumen, de acuerdo a la jurisprudencia constitucional glosada, una


resolución será arbitraria cuando carezca de motivación o ésta sea
arbitraria o insuficiente; asimismo, cuando la resolución no tenga
coherencia o congruencia interna o externa”.

Como se advierte de la jurisprudencia constitucional glosada


precedentemente, la fundamentación, motivación y congruencia de las
6
El FJ III.3, establece: “Que, al margen de ello, también cabe reiterar que el art. 236 CPC, marca el ámbito de contenido de
la resolución a dictarse en apelación, pues estipula que la misma, deberá circunscribirse precisamente a los puntos resueltos
por el inferior y que además hubieran sido objeto de apelación y fundamentación, de manera que el Juez o tribunal ad-
quem, no puede ir más allá de lo pedido, salvo en los casos en que los vicios de nulidad constituyan lesiones a derechos y
garantías constitucionales como cuando la nulidad esté expresamente prevista por ley”.
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El FJ III.3.1, indica: “De esa esencia deriva a su vez la congruencia como principio característico del debido proceso,
entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo resuelto, en
materia penal la congruencia se refiere estrictamente a que el imputado no podrá ser condenado por un hecho distinto al
atribuido en la acusación o su ampliación; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la congruencia que debe
tener toda resolución ya sea judicial o administrativa y que implica también la concordancia entre la parte considerativa y
dispositiva, pero además esa concordancia debe mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y
armonizado entre los distintos considerandos y razonamientos emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de
la resolución y su estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las
disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En base a esos criterios se
considera que quien administra justicia debe emitir fallos motivados, congruentes y pertinentes”.
8
El FJ III.2, refiere: “La abundante jurisprudencia del extinto Tribunal Constitucional, ha señalado con relación al principio de
congruencia -que es determinante en cualquier proceso judicial o administrativo- como la estricta correspondencia que debe
existir entre lo peticionado y lo resuelto, que implica la concordancia entre la parte considerativa y dispositiva, que debe
mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
juicios de valor emitidos por la resolución, esta concordancia de contenido de la resolución y su estricta correspondencia
entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las disposiciones legales que apoyan la razón que
llevó a la determinación que se asume (SC 1619/2010-R de 15 de octubre). Bajo ese razonamiento, el principio de
congruencia forma parte de derecho-garantía-principio del debido proceso, contemplado en el art. 115.I de la CPE”.

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resoluciones sean judiciales o administrativas, como elementos
componentes del debido proceso deben ser observadas y cumplidas
tanto por los operadores de justicia, como también por toda autoridad
administrativa, que las emitan.

III.2. La revisión de la valoración de la prueba en sede constitucional

La citada SCP 0014/2018-S2, también se pronunció sobre la valoración


de la prueba indicando que: “…es posible efectuar la revisión de la
valoración de la prueba, conforme a los siguientes criterios: i) La
valoración de la prueba es una actividad propia de las juezas y jueces
de las diferentes jurisdicciones del Órgano Judicial o de las autoridades
administrativas; ii) La justicia constitucional puede revisar la valoración
de la prueba cuando: ii.a) Las autoridades se apartaron de los marcos
legales de razonabilidad y equidad; ii.b) Omitieron de manera arbitraria
la consideración de las pruebas, ya sea parcial o totalmente; y,
ii.c) Basaron su decisión en una prueba inexistente o que refleje un
hecho diferente al utilizado en la argumentación; iii) La competencia de
la justicia constitucional en el análisis de la revisión de la valoración de
la prueba, se reduce a establecer la ausencia de razonabilidad y
equidad en la labor valorativa o a constatar una actitud omisiva en esa
tarea o finalmente, si se le dio un valor diferente al medio probatorio,
desconociendo el principio de verdad material; y, iv) Las irregularidades
en la valoración de la prueba solo darán lugar a la concesión de la
tutela cuando tengan relevancia constitucional; es decir, cuando incidan
en el fondo de lo demandado y sean la causa para la lesión de derechos
fundamentales y/o garantías constitucionales”.

Conforme lo señalado precedentemente, la jurisdicción constitucional


puede revisar la valoración de la prueba, cuando se dan los
presupuestos establecidos en el entendimiento jurisprudencial glosado,
siempre y cuando se efectúe una incorrecta ponderación de los
elementos probatorios que vulneren los derechos fundamentales de
quien solicita tutela.

III.3. Análisis del caso concreto

En el caso de autos, la parte accionante denuncia a través de la


presente acción de libertad, que dentro del proceso penal que le sigue
el Ministerio Público e Isabel Tintaya de Maida y otro, por la presunta
comisión del delito de asesinato, los Vocales demandados en vez de
restituir sus derechos lesionados; por Auto de Vista de 29 de noviembre
de 2018, ratificaron los argumentos del inferior, sin ninguna
fundamentación, puesto que no rectificaron, menos consideraron los
agravios y los derechos vulnerados denunciados, y se abocaron
simplemente a referir que el riesgo procesal de obstaculización
permanece vigente hasta la ejecución de la sentencia; así como
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sostener que, es un peligro para la víctima y la sociedad, sin brindar
mayores razones jurídicas al respecto, tampoco mencionaron en qué
prueba o elemento objetivo se basaron para justificar la persistencia de
los riesgos procesales, transgrediendo de esta manera sus derechos al
debido proceso en sus elementos de suficiente fundamentación,
motivación y congruencia, valoración razonable, integral y conjunta de
la prueba, y a la libertad.

Es así, que planteada la problemática jurídico constitucional, a través de


la presente acción de libertad, instituida por el art. 125 de la
Constitución Política del Estado (CPE), cabe puntualizar que la ahora
accionante esencialmente cuestiona la falta de fundamentación,
motivación y congruencia, como la incorrecta valoración de los
elementos probatorios, con relación a los riesgos procesales de fuga y
obstaculización.

Al respecto, corresponde referirse al Auto de Vista impugnado, a objeto


de verificar si es evidente lo denunciado por la parte accionante;
empero, para ese cometido, es necesario remitirse a los agravios
expresados por la impetrante de tutela en forma verbal en la audiencia
respectiva, quien manifestó que: i) Se encuentra privada de libertad,
además de los numerales 1 y 2 del art. 233 del CPP, por la concurrencia
de los riesgos procesales previstos, en los arts. 234.2 y 4 de la misma
norma legal; alusivo a ser un peligro para la víctima y la sociedad,
respecto al cual, el Auto de aplicación de medidas cautelares estableció
la existencia de un informe del Investigador asignado al caso, que
aparte de dar cuenta de las connotaciones del delito cometido, la
sindicó como sospechosa principal, y para desvirtuar esa aseveración,
presentó dos pericias; una psicológica y otra psiquiátrica, que
demuestran que no tiene conductas disociales, no siendo un peligro
para la sociedad; sin embargo, en esa audiencia la parte adversa
presentó un informe psicológico del IDIF, al que le dio credibilidad la
autoridad jurisdiccional para determinar ese riesgo, considerando que
los otros dos informes eran pericia de parte; lo que no ocurre con el
efectuado por el IDIF, al no tener ningún interés en el proceso,
razonamiento que no es racional; toda vez que, al existir informes
contradictorios, la duda favorecería a la imputada; ii) Con referencia a
la vulneración del art. 235.2 del CPP, se estableció porque faltaban que
algunos testigos presten su declaración; empero, el proceso se
encuentra en la fase del juicio oral; es decir, que ya fueron recibidas
todas las declaraciones, lo que implica que la finalidad por la cual
persistía este riesgo, ya se cumplió quedando de esta manera
desvirtuado; y a pesar de ello, el Tribunal donde radica la causa, de
manera subjetiva sostuvo que existe una sentencia condenatoria que se
encuentra pendiente de ser resuelta en apelación; instancia, en la que
existe la posibilidad que sea anulada, al no haberse demostrado ni
mencionado un medio probatorio objetivo que la encausada tenga
11
conducta o comportamientos de obstaculizar con los testigos y víctima,
así como con qué elementos podría desvirtuar aquella determinación,
para una posterior audiencia de cesación de la detención preventiva,
adjuntando al efecto las Sentencias Constitucionales Plurinacionales
0836/2014 de 30 de abril y 1619/2014 de 19 de agosto; y, iii) Respecto
al riesgo de obstaculización previsto en el art. 235.4 del adjetivo penal,
por Auto de 30 de mayo de 2016, el Juez Público de la Niñez y
Adolescencia e Instrucción Penal Primero de Colcapirhua del
departamento de Cochabamba agregó la concurrencia del mismo,
argumentando que la hermana de la procesada recogió de la empresa
“COMTECO”, un extracto de llamadas entrantes y salientes,
reteniéndolo en su poder por un mes; que fue presentado en el juicio
oral, extracto que sirvió de base para la sentencia condenatoria emitida
en su contra, sin tener presente que los riesgos procesales con el
tiempo van disminuyendo o despareciendo; en este caso, el argumento
del Juez inferior, no sería razonable, en el entendido que el mismo tuvo
vigencia para la etapa preparatoria y no para el juicio oral y una
Sentencia; es decir, que en la actualidad los riesgos procesales ya no
existirían, solicitando por ese motivo una valoración integral de los
elementos probatorios de manera objetiva, declarando procedente su
apelación; y, se disponga la revocatoria del Auto apelado, aplicándole
las medidas sustitutivas previstas en el art. 240 del CPP, tomando en
cuenta el principio de favorabilidad.

Es así, que los que los Vocales demandados, emitieron la Resolución


cuestionada, señalando que: a) En cuanto al art. 234.10 del CPP, luego
de transcribir lo determinado por la autoridad jurisdiccional, expresaron
que conforme manifiesta el abogado de la procesada -hoy accionante-
que la abundante jurisprudencia constitucional establece que el
mencionado riesgo procesal no puede sustentarse en hechos que dieron
lugar a la probabilidad de autoría; es decir, en su gravedad o los que se
hubieren suscitado respecto del proceso; no obstante, corresponde
anotar que inicialmente se determinó la vigencia de este riesgo, porque
la encausada, sería un peligro para la víctima y sus familiares, ese fue
el sustento para mantener el referido riesgo procesal, al presente por el
informe presentado por la encausada, no ha establecido que no sea un
peligro para la víctima, tampoco para los familiares, contrariamente el
informe emitido por el IDIF, establece que la misma es un peligro para
la sociedad y la víctima; es decir, que es conflictiva, tiene un desorden
sexual y que existe un alto riesgo social o peligro criminal y si bien es
cierto que tal informe tampoco es contundente en sentido que la
imputada sería un peligro efectivo para la víctima y sus familiares;
empero, no existe a la fecha documentación alguna ni pericial real y
objetiva que establezca que la misma ya no es un peligro efectivo para
la víctima y sus familiares; consecuentemente, en tanto se acredite o se
desvirtúe aquel fundamento que dio lugar a este riesgo procesal,
corresponde mantener el mismo; b) Sobre el art. 235.2 del Código
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citado (transcribieron lo expresado por el Tribunal inferior), indicaron
que si bien es cierto que la razón que dio vigencia a dicho riesgo, fue
que Martha Encinas Rodríguez podía influir negativamente sobre los
testigos o peritos, a objeto de que informen falsamente o se comporten
de manera reticente y que al haber concluido el proceso con Sentencia
condenatoria, éste habría desaparecido, no es menos cierto lo expuesto
por el Tribunal inferior, que conforme lo establece la “SC 0301/2011-R”,
que este riesgo procesal permanece latente y vigente aun hasta la
ejecutoria de la Sentencia, implica que el razonamiento del inferior
tendría lógica, en el sentido que no por la emisión de la Sentencia
condenatoria, habría concluido el mismo; por consiguiente, el riesgo
aludido permanece latente y vigente hasta la ejecutoria de la Sentencia,
y al no haberse presentado prueba real, idónea y contundente que
desmerezca su vigencia, correspondería mantenerlo como lo hizo el
Tribunal inferior; y, c) Con relación al art. 235.4 del adjetivo penal,
pasaron a transcribir lo determinado por el Tribunal inferior, para
señalar posteriormente que efectivamente como indica el abogado de la
accionante, este riesgo procesal habría desaparecido, en el entendido
que si bien inicialmente sostuvo su vigencia, a mérito que la hermana
de la procesada ocultó alguna documentación, ésta con probabilidad
habría sido ya introducida, considerada y valorada en juicio oral, hasta
la Sentencia condenatoria; consecuentemente, este riesgo procesal
habría desaparecido, no existiendo razón ni motivo para su vigencia;
por lo que, se da por enervado el art. 235.4 del CPP.

Por lo relacionado y revisado del Auto de Vista impugnado, se constata


que los Vocales ahora demandados, no se pronunciaron expresamente
sobre los agravios expuestos por la ahora accionante, en la apelación
incidental planteada, limitándose a transcribir lo determinado por el
Tribunal inferior, reiterando lo argumentado por dicha autoridad
respecto a los riesgos procesales refiriendo respecto al riesgo previsto
en el art. 234.10 del CPP, que la encausada constituye un peligro para
la víctima como para la sociedad, remitiéndose a lo expuesto en el Auto
apelado: “…que el informe emitido por el IDIF, establece que la
procesada es un peligro para la sociedad y la víctima; es decir, que es
conflictiva, racista con mayor paranoide, desorden sexual y que existe
un alto riesgo social alto y peligro criminal y si bien es cierto que dicho
informe tampoco es contundente en sentido que la procesada sería un
peligro efectivo para la víctima y sus familiares, no existe a la fecha
documentación alguna, ni pericial real y objetiva que establezca que la
ahora procesada ya no es un peligro efectivo para la víctima y sus
familiares” (sic), sin efectuar un análisis respecto a los otros informes
psicológico y psiquiátrico presentado por la parte hoy peticionante de
tutela. De la misma manera con referencia, al riesgo procesal
establecido en el art. 235.2 de igual cuerpo legal, transcribió lo
señalado por el Tribunal inferior y reiteró lo expuesto por ese órgano
jurisdiccional, concluyendo que permanece latente y vigente aun hasta
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la ejecutoria de la sentencia, sin analizar ni valorar si presentó o no
elementos probatorios para enervarlo. Y finalmente con relación al
riesgo procesal inserto en el art. 235.4 del CPP, lo dio por desvirtuado.

Al efecto, los Vocales demandados al haber actuado de la forma


señalada precedentemente, incumplieron con su deber como Tribunal
de alzada de analizar los agravios expuestos por la apelante y realizar
una valoración integral de los elementos probatorios presentados y
pronunciarse sobre ellos expresamente referidos a los riesgos
procesales establecidos en los arts. 234.10 y 235.2 del CPP, y no
limitarse -como se dijo- a la transcripción del Auto apelado emitido por
el Tribunal inferior, y reiterar los fundamentos que lo sustentaron.

Por lo expuesto, se constata con claridad meridana que en el caso


presente, es evidente que se vulneraron los derechos al debido proceso
en sus elementos de fundamentación, motivación, congruencia,
valoración de prueba de la accionante, quien ha sido perjudicada por el
Auto de Vista cuestionado; siendo por ello, aplicable la jurisprudencia
constitucional citada en el Fundamento Jurídico III.1 de este fallo
constitucional, ante la evidencia de haberse emitido el Auto de Vista de
29 de noviembre de 2018, sin pronunciarse -como se mencionó- sobre
los agravios expuestos de manera concreta y con la debida motivación,
lo que constituye lesión al debido proceso en sus elementos de
fundamentación, motivación, congruencia y valoración, y que determina
se abra el ámbito de protección de la acción de amparo constitucional,
que ha sido instituida para la protección y restablecimiento de los
derechos y garantías fundamentales, como en el caso presente y que
procede repararlos a través de la concesión de la tutela solicitada,
correspondiendo se disponga la emisión de una resolución; en la cual,
se pronuncien respecto a los riesgos procesales previstos en los arts.
234.10 y 235.2 del CPP conforme a los fundamentos expuestos en la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional y con respeto a las
reglas del debido proceso.

En consecuencia, el Tribunal de garantías al conceder la tutela solicitada,


evaluó en forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al
mismo.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Segunda; en virtud de la


autoridad que le confieren la Constitución Política del Estado y el art. 12.7 de la
Ley del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve:
CONFIRMAR la Resolución 18/2018 de 1 de diciembre, cursante de fs. 80 vta.
a 90, dictada por el Tribunal de Sentencia Penal Séptimo del departamento de
Cochabamba; y en consecuencia, CONCEDER la tutela solicitada, en los

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mismos términos del Tribunal de garantías; referidos a los riesgos procesales
previstos en los arts. 234.10 y 235.2 del Código de Procedimiento Penal.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. MSc. Carlos Alberto Calderón Medrano


MAGISTRADO

Fdo. MSc. Julia Elizabeth Cornejo Gallardo


MAGISTRADA

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