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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 0608/2017-S1

Sucre, 27 de junio de 2017


SALA PRIMERA ESPECIALIZADA
Magistrado Relator:    Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
Acción de amparo constitucional
Expediente:                 19200-2017-39- AAC
Departamento:            Tarija
En revisión la Resolución 32/2017 de 4 de mayo de 2017, cursante de fs. 44 a 47 vta.,
pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por Alberto
Guillen Vargas contra José Luis Lenz Mamani y Ernesto Felix Mur, Vocales de la
Sala Penal Primera y Segunda respectivamente, del Tribunal Departamental de
Justicia de Tarija.
ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la demanda
Por memoriales presentados el 25 de abril de 2017 y el de subsanación de 27 del mismo
mes y año, cursantes de fs. 14 a 19 y  23 y vta., respectivamente; expresó los siguientes
argumentos de hecho y de derecho:
I.1.1. Hechos que motivan la acción
Dentro del proceso penal seguido en su contra por la presunta comisión del delito de
abuso sexual, a denuncia de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, fue imputado
formalmente y en audiencia de medidas cautelares, la Jueza de Instrucción Penal
Tercera del departamento de Tarija impuso medidas sustitutivas a la detención
preventiva –detención domiciliaria con escolta–, al ser recurrida  dicha disposición la
Sala Penal Primera del Tribunal Departamental de Justicia del indicado departamento,
emitió el Auto de Vista 59/2017 de 30 de marzo, por el que rechazó el recurso,
omitiendo aplicar la “SC 0975/2016-S3”–que prohíbe fundar el peligro de fuga del art.
234.10 del Código de Procedimiento Penal (CPP), en la gravedad del hecho–, porque es
evidente que se le impuso esta medida sustitutiva por la forma en la que ocurrieron los
hechos,  así también se señaló que no es aplicable en esta etapa; haciendo referencia a
una apelación en audiencia de medidas cautelares y no así una audiencia de apelación de
modificación de medias cautelares, refiriéndose también que tampoco se constituía en
un nuevo elemento conforme el art. 239.1 del CPP; por lo que ante la negativa de las
autoridades demandadas de aplicar jurisprudencia constitucional que resulta vinculante
al caso concreto, vulneraron  sus derechos constitucionales al debido proceso en su
vertiente de legalidad y a la presunción de  inocencia.
I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados
El accionante, considera lesionados sus derechos al debido proceso en sus vertientes de
legalidad y a la presunción de inocencia; citando al efecto los arts. 115.II, 116.I, 117.I y
203 de la Constitución Política del Estado (CPE); y, 8.2 de la Declaración Americana
sobre Derechos Humanos.
I.1.3. Petitorio
Solicitó  que se declare procedente el recurso planteado y se disponga: a) La nulidad del
Auto de Vista 59/2017 de 30 de marzo; y, b) Se ordene a las autoridades demandadas
que emitan nueva resolución debidamente fundamentada, restituyendo los derechos y
garantías que denuncian suprimidos, aplicando adecuadamente el art. 234.10 de la CPP,
en los parámetros establecidos en la “SC 0975/2016-S3” que prohíbe asumir la
culpabilidad del imputado.
I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías
La audiencia pública de consideración de la presente acción de amparo constitucional,
se realizó el 4 de mayo de 2017; según consta en acta cursante de fs. 40 a 43 vta.,
produciéndose los siguientes actuados:
I.2.1. Ratificación y ampliación de la acción
El accionante a través de su abogado, en audiencia se ratificó en el memorial de acción
de amparo constitucional; y, añadiendo señaló que son dos derechos los que demandó:
1) El debido proceso en su elemento de legalidad por inobservancia del art. 3 de la CPE,
que manda a las autoridades públicas acatar los fallos constitucionales que resulten de
carácter vinculante; y, 2) La presunción de inocencia inmerso en el art. 116 de la
referida CPE, toda vez que las autoridades demandadas valoraron el riesgo de fuga –art.
234.10 del CPP– partiendo de la presunción de culpabilidad por la forma como habría
sucedido el hecho; sin embargo, la “SC 0965/2016-S3” establece que no es posible
fundamentar el indicado art. 234.10 del referido Código en la presunción de
culpabilidad; con esos argumentos solicitó la modificación de la medida cautelar
impuesta.
I.2.2. Informe de las autoridades demandadas
José Luis Lenz Mamani y Ernesto Félix Mur, Vocales de la Sala Penal Primera y
Segunda respectivamente del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, mediante
memorial de 3 de mayo de 2017 cursante de fs. 36 a 37, presentaron informe, señalando
que: i) La Sala Penal Primera emitió el Auto de Vista 59/2017 en atención a la apelación
incidental interpuesta por el ahora accionante contra el Auto Interlocutorio 88/2017 de
13 de marzo, en la audiencia de modificación de medidas cautelares; y ii) En cuanto a la
vulneración del art. 203 de la CPE, el accionante solicitó la aplicación de la “SCP
0975/2017-S3”; sin embargo, esta Sentencia no es análoga al caso concreto, porque
resuelve la apelación de una resolución dictada en audiencia de medida cautelar y no
sobre una apelación de una audiencia  de modificación de medidas cautelares, más
cuando se trata de otros hechos –delito de homicidio y lesiones graves y gravísimas en
accidente de tránsito–, no pudiendo considerarse dicho fallo constitucional, como un
nuevo elemento que desvirtué el peligro procesal advertido.
I.2.3. Intervención del tercero interesado
El abogado de la víctima, en audiencia señaló que el Auto de Vista apelado no puede
vulnerar el derecho a la presunción de inocencia del imputado; toda vez que, las
medidas cautelares son de carácter temporal; en cuanto a la vulneración al debido
proceso por existir nuevos elementos que no fueron considerados con las autoridades
demandadas, se debe tener presente que el accionante no aportó nuevos elementos para
desvirtuar el peligro para la sociedad o la denunciante, la “SC 975/2016” se pronunció
ante una audiencia de medidas cautelares, que no es el presente caso, por lo que solicitó
que se deniegue la tutela.
I.2.4. Resolución
El Juez Público de la Niñez y Adolescencia Segundo del departamento de Tarija,
constituido en Juez de garantías, por Resolución 32/2017 de 4 de mayo, cursante de fs.
44 a 47 vta., denegó la tutela solicitada, en base a los siguientes fundamentos: a) Las
reglas de aplicación de las Sentencias Constitucionales en casos análogos, se
circunscriben a la vulneración de  derechos constitucionales, precautela la
materialización de la igualdad material y formal, el debido proceso y la seguridad
jurídica, evitando la superposición de la justicia constitucional a la justicia ordinaria,
debe presentar necesariamente supuestos facticos análogos, conformarse sobre
realidades fácticas y no solo conceptuales, deben guardar semejanza en todas las
sentencias que integran la línea; para la decisión de un caso nuevo que tenga supuestos
fácticos análogos, de manera que obliga horizontalmente al propio Tribunal
Constitucional y verticalmente a los tribunales y jueces inferiores en la jerarquía
jurisdiccional; y, b) Corresponde la inaplicabilidad de la “SC 0975/2016-S3” por no
constituir referentes facticos análogos, el Auto de Vista 59/2017 de 30 de marzo,
contiene una clara y detallada explicación de las razones por las que se declaró sin lugar
al recurso de apelación interpuesto.
II. CONCLUSIONES
Del análisis de los antecedentes que cursan en obrados, se establece lo siguiente:
II.1.  Acta de audiencia de medidas cautelares de 28 de septiembre de 2016 en el cual se
impuso medidas sustitutivas a la detención preventiva –detención domiciliaria con
escolta, arraigo nacional y departamental, la prohibición de concurrir al lugar del hecho,
prohibición de comunicarse con los familiares de la denunciante y la víctima, y una
fianza real de Bs20 000 (veinte mil bolivianos)–, a favor del ahora accionante, a ser
cumplido dentro del tercero día, en atención a la imputación formal y solicitud de
medidas cautelares realizada por el Fiscal de Materia (fs. 1 a 5).
II.2.  Acta de audiencia de modificación de medidas cautelares de 13 de marzo  de
2017 y Auto Interlocutorio 88/2017 de la misma fecha, por el que se rechazó la
apelación interpuesta por el ahora accionante y se mantuvo las medidas impuestas,
detención domiciliaria con escolta, arraigo nacional y departamental, la prohibición de
concurrir al lugar del hecho, prohibición de comunicarse con los familiares de la
denunciante y la víctima, y una fianza real de Bs20 000.- (fs. 7 a 9 vta.).
II.3.  Auto de Vista 59/2017 de 30 de marzo, emitido por los Vocales de la Sala Penal
Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, en atención a la apelación
interpuesta por el ahora accionante al Auto Interlocutorio 88/2017 en el cual se dispuso
sin lugar el recurso, con el fundamento de que la “SC 0975/2016-S3” se aplicó en
audiencia de medidas cautelares y menos se constituye en un nuevo elemento para
desvirtuar algún peligro procesal (fs. 10 a 12).
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO
Dentro del proceso penal seguido en su contra, por la presunta comisión del delito de
abuso sexual, fue imputado formalmente, por lo que solicitó audiencia para la
consideración de la aplicación de medidas sustitutivas  y en vista de ello la Jueza de
Instrucción Penal Tercera del departamento de Tarija dispuso su detención domiciliaria,
por lo que solicitó la modificación de dicha medida; sin embargo, la Sala Penal Primera
del Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, dictó el Auto de Vista 59/2017 de 30
de marzo, declarando sin lugar al recurso y disponiendo que se mantenga la restricción
–encontrándose latentes los peligros procesales de fuga art. 234.10 y de obstaculización
art. 235.2 ambos del CPP, con el fundamento de que la “SCP 0975/2016-S3”, no
presenta analogía fáctica              –tratándose de apelación a las medidas cautelares y no
de una apelación a la modificación de medidas cautelares– y menos se trata de un nuevo
elemento que desvirtué el peligro procesal advertido; argumentos que desconocen el
carácter vinculante de las Sentencias Constitucionales, lesionando el derecho al debido
proceso. 
En consecuencia, corresponde determinar en revisión, si los extremos demandados son
evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.
III.1.Sobre los principios ético morales de la sociedad plural y los valores que
sustenta el Estado boliviano
En primer lugar cabe mencionar que la Constitución Política del Estado promulgada el 7
de febrero de 2009, señala el horizonte en el que habrá de erigirse el nuevo Estado
Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, fundado en la pluralidad y
pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso
integrador del país. En ese contexto esta dicho que la nueva institucionalidad del Estado
Plurinacional debe superar con creces la estructura colonial y debe, sobre la base del
esfuerzo individual y colectivo, en cada estructura organizacional y en todos los órganos
e instituciones del poder público, concretar un Estado como el proclamado,
principalmente en el Órgano Judicial que a través de sus jurisdicciones y en la función
judicial ejercida por sus autoridades en las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, en la que los valores que sustenta el Estado como unidad, igualdad,
inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad,
armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de
género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social,
distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien, que
señala el art. 8.II de la CPE.
Resulta necesario señalar que la Constitución Política del Estado, por otra parte,
refiriéndose a la nueva institucionalidad del Estado Plurinacional, augura superar con
creces la estructura colonial estableciendo que, de acuerdo con lo previsto en el art. 8.I
de la CPE, los principios ético morales de la sociedad plural que el Estado asume y
promueve son: suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida
buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble), así como ama
qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), estos
últimos, mandatos de restricción que pudiendo ser de orden imperativo para cada
individuo, en cada hogar de las bolivianas y bolivianos, es también esencia de un
pensamiento colectivo enraizado en las naciones y pueblos que; sin embargo, de manera
permanente se confronta con ciertos males como la corrupción que lastiman nuestras
instituciones y sociedad, razón por la que el Estado encuentra como un elemento
transformador de la sociedad la lucha contra la corrupción. Una inequívoca señal de esta
voluntad está en la previsión del art. 123 de la CPE, que establece e instituye el
principio de irretroactividad de la ley excepto en materia de corrupción, para investigar,
procesar y sancionar los delitos cometidos por servidores públicos contra los intereses
del Estado; y en el resto de los casos señalados por la Constitución.
Se ha dicho y reiterado en la jurisprudencia constitucional, que conforme al mandato de
los arts. 178 y 179 de la CPE, la justicia es única en tanto que la potestad de impartir la
misma emana del pueblo boliviano y se sustenta en los principios de independencia,
imparcialidad, seguridad jurídica, pluralismo jurídico, interculturalidad, equidad,
servicio a la sociedad, participación ciudadana, armonía social y respeto a los derechos,
entre otros. En ese mismo orden, respecto a los principios procesales que rige la justicia
ordinaria están, también entre otros, la verdad material y el debido proceso.
En torno a la administración de justicia, o dicho desde una perspectiva actual e
inclusiva, respecto a impartir justicia no puede soslayarse el hecho de que sustentar las
decisiones en el análisis e interpretación, no sólo se limita a la aplicación de formas y
ritualismos establecidos en la norma; sino también debe hacerse prevalecer principios y
valores que permitan alcanzar una justicia cierta, accesible, que este al lado del Estado y
la población, con miras al vivir bien que permita rebatir los males que afectan a la
sociedad.
III.2. De la interpretación de la legalidad ordinaria
La jurisprudencia constitucional también ha establecido que la interpretación de la
legalidad ordinaria constituye una facultad privativa de las autoridades judiciales y
administrativas, por lo que la errónea interpretación y aplicación de la ley debe ser
corregida por la jurisdicción ordinaria; empero excepcionalmente el Tribunal
Constitucional Plurinacional asume dicha tarea cuando concurren algunos presupuestos
que deben ser previamente cumplidos por la parte accionante, en este entendido, la SCP
0296/2016-S2 de 23 de marzo, reiterando la abundante jurisprudencia constitucional,
señaló: “…La jurisprudencia constitucional establece que la interpretación de la
legalidad ordinaria corresponde a las autoridades judiciales o administrativas en
conocimiento del proceso respectivo, debiendo -toda supuesta inobservancia o errónea
aplicación de la misma- ser corregida a través de la jurisdicción ordinaria.
(…)
Por regla general, es atribución del Tribunal Constitucional interpretar la Constitución
Política del Estado y de la jurisdicción común, interpretar el resto del ordenamiento
jurídico; es decir, la legalidad ordinaria; en consecuencia, toda supuesta
inobservancia o errónea aplicación, debe ser corregida ante la jurisdicción ordinaria;
conforme a la jurisprudencia reiterada en la 2279/2010-R de 19 de noviembre,
únicamente concierne a la jurisdicción constitucional, cuando: `…se impugne tal labor
como arbitraria, insuficientemente motivada o con error evidente, (…) a los efectos de
comprobar si la argumentación jurídica en la que se funda la misma es razonable
desde la perspectiva constitucional -razonamiento que debe ajustarse siempre a una
interpretación conforme a la Constitución- o si por el contrario, se muestra
incongruente, absurda o ilógica, lesionando con ello derechos fundamentales o
garantías constitucionales…; resulta imprescindible, que la parte accionante que se
considera agraviada por dicha interpretación, conforme la citada Sentencia
Constitucional: «…1. Explique por qué la labor interpretativa impugnada resulta
insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente, absurda o ilógica o con error
evidente, identificando, en su caso, las reglas de interpretación que fueron omitidas por
el órgano judicial o administrativo; y, 2. Precise los derechos o garantías
constitucionales que fueron lesionados por el intérprete, estableciendo el nexo de
causalidad entre éstos y la interpretación impugnada; dado que sólo de esta manera
la problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia constitucional. Lo
señalado implica que el actor, en su recurso, no debe limitarse a hacer un relato de los
hechos, sino que debe explicar no sólo por qué considera que la interpretación no es
razonable, sino también cómo esa labor interpretativa vulneró sus derechos y
garantías»’.
Dicho razonamiento encuentra respaldo en la naturaleza de la acción de amparo
constitucional, por cuanto constituye una garantía jurisdiccional destinada a la
protección de derechos fundamentales y garantías constitucionales cuando son
restringidos o suprimidos o exista una amenaza de restricción o supresión, por actos u
omisiones ilegales o indebidos de servidores públicos, o de persona individual o
colectiva; en ese sentido, la SC 0656/2010-R de 19 de julio, precisó: `…no es un
recurso alternativo, sustitutivo, complementario o una instancia adicional a la que
pueden recurrir los litigantes, frente a una determinación judicial, (…) que- les resulta
adversa, pues esta acción tutelar ha sido establecida más bien como un recurso
extraordinario y subsidiario de protección de los derechos fundamentales y garantías
constitucionales, que en ningún caso puede ser equiparado y/o utilizado como una
instancia de apelación y menos de casación. En ese sentido, la SC 1358/2003-R de 18
de septiembre, ha establecido que: '…el amparo constitucional es una acción de
carácter tutelar, no es un recurso casacional que forme parte de las vías legales
ordinarias, lo que significa que sólo se activa en aquellos casos en los que se supriman
o restrinjan los derechos fundamentales o garantías constitucionales, por lo mismo no
se activa para reparar supuestos actos que infringen las normas procesales o
sustantivas, debido a una incorrecta interpretación o indebida aplicación de las
mismas»´.
En ese contexto, excepcionalmente la jurisdicción constitucional, verifica si en la
labor interpretativa impugnada, se quebrantaron los principios constitucionales
informadores del ordenamiento jurídico, entre ellos, los de legalidad, seguridad
jurídica, igualdad, proporcionalidad, jerarquía normativa y debido proceso, a los que
se hallan sujetos todos los operadores de justicia del Estado, con la finalidad de
comprobar si existe vulneración de principios y valores constitucionales, o si
incumple reglas de interpretación que operan como barreras de contención destinadas
a precautelar la observancia de los principios aludidos por medio de una
interpretación que no sea defectuosa o arbitraria.
La referida labor de verificación, se circunscribe a comprobar si se lesionó algún
derecho fundamental; empero, de ningún modo a ejercerla, por cuanto atinge
exclusivamente a la jurisdicción ordinaria; situación que deben observar las partes que
intervienen en un proceso judicial o administrativo, para no pretender que por ser el
fallo adverso a sus intereses, la labor realizada por los jueces ordinarios, sea suplida a
través de la acción de amparo constitucional, impugnando la labor interpretativa de
dichas autoridades o la aplicación de una norma de carácter ordinario” (las negrillas
son nuestras).
III.3. De la valoración de la prueba
Al respecto, el Tribunal Constitucional Plurinacional ha establecido que la facultad de la
valoración de la prueba corresponde privativamente a los órganos jurisdiccionales
ordinarios; empero, también determinó que existen excepciones a esta regla cuando se
configuran ciertos supuestos en los que evidentemente la jurisdicción constitucional
puede ingresar a realizar dicha valoración, en este entendido, la SCP 0017/2016-S2 de
18 de enero reiterando refirió: “…La SCP 0903/2012 de 22 de agosto, mencionando a
la SC 1461/2003-R de 6 de octubre, estableció que: `…la facultad de valoración de la
prueba aportada en cualesquier proceso corresponde privativamente a los órganos
jurisdiccionales ordinarios, por lo que el Tribunal Constitucional no puede
pronunciarse sobre cuestiones que son de exclusiva competencia de aquellos, y menos
atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba que hubieran efectuado las
autoridades judiciales competentes…'.
Desarrollando este razonamiento, la propia jurisprudencia constitucional también
determinó excepciones a esta regla, al señalar que existen supuestos en que la
jurisdicción constitucional puede revisar la valoración de la prueba por las
autoridades jurisdiccionales ordinarias o administrativas, conforme se tiene de la SC
0285/2010-R de 7 de junio, que concluyo lo siguiente: '…el Tribunal Constitucional
precautelando los derechos y garantías constitucionales de los ciudadanos, en
cumplimiento de una de las finalidades por las que ha sido creado este órgano, como es
el respeto y vigencia de los derechos y garantías fundamentales de las personas, ha
establecido la SC 873/2004 de 28 de julio, los únicos supuestos para que la jurisdicción
constitucional ingrese a revisar la valoración realizada por dichas autoridades: 1)
Cuando en dicha valoración exista apartamiento de los marcos legales de
razonabilidad y equidad previsibles para decidir y 2) Cuando se haya omitido
arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos
fundamentales y garantías constitucionales, es decir en el primer supuesto cuando en
la labor valorativa se apartan del procedimiento establecido valorando arbitraria e
irrazonablemente y en el segundo, que actuando arbitrariamente no se haya procedido
a la valoración de la prueba, por cuya omisión se vulneren derechos y garantías
fundamentales'.
(…)
En ese orden de razonamiento para que este Tribunal pueda cumplir con esta tarea, es
necesario que la parte procesal, que se considera agraviada con los resultados de la
valoración efectuada dentro de un proceso judicial o administrativo, invocando la
lesión a sus derechos fundamentales, exprese de manera adecuada y precisa en los
fundamentos jurídicos que sustenten su posición (recurso de amparo) lo siguiente:
Por una parte, qué pruebas (señalando concretamente) fueron valoradas apartándose
de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles para decidir; o, cuáles no
fueron recibidas, o habiéndolo sido, no fueron producidas o compulsadas; para ello,
será preciso, que la prueba no admitida o no practicada, se haya solicitado en la forma
y momento legalmente establecidos, solicitud, que en todo caso, no faculta para exigir
la admisión de todas las pruebas que puedan proponer las partes en el proceso, sino
que atribuye únicamente el derecho a la recepción y práctica de aquellas que sean
pertinentes, correspondiendo a los órganos judiciales ordinarios, el examen sobre la
legalidad y pertinencia de las pruebas solicitadas, debiendo motivar razonablemente la
denegación de las pruebas propuestas. Por supuesto, una vez admitidas y practicadas
las pruebas propuestas declaradas pertinentes, a los órganos judiciales, les compete
también su valoración conforme a las reglas de la lógica y de la sana crítica, según lo
alegado y probado.
Asimismo, es imprescindible también, que el recurrente señale en qué medida, en lo
conducente, dicha valoración cuestionada de irrazonable de inequitativa o que no
llegó a practicarse, no obstante haber sido oportunamente solicitada, tiene incidencia
en la Resolución final; por cuanto, no toda irregularidad u omisión procesal en
materia de prueba (referida a su admisión, a su práctica, a su valoración, etc.) causa
por sí misma indefensión material constitucionalmente relevante, correspondiendo a la
parte recurrente, demostrar la incidencia en la Resolución final a dictarse, es decir,
que la Resolución final del proceso hubiera podido ser distinta de haberse practicado
la prueba omitida, o si se hubiese practicado correctamente la admitida, o si se hubiera
valorado razonablemente la compulsada; puesto que resulta insuficiente, para la
viabilidad del recurso de amparo, la mera relación de hechos; porque sólo en la
medida en que el recurrente exprese adecuada y suficientemente sus fundamentos
jurídicos, la jurisdicción constitucional podrá realizar la labor de contrastación, que
amerita este tema de revisión excepcional de la labor de la valoración de la prueba
realizada por la jurisdicción ordinaria; máxime si se tiene en cuenta que el art. 97 de
la LTC, ha previsto como un requisito de contenido, el exponer con precisión y claridad
los hechos que le sirvan de fundamento y precisar los derechos o garantías que se
consideren restringidos, suprimidos o amenazados, señalando en qué consiste la
restricción o supresión” (las negrillas fueron añadidas).
III.5. Análisis del caso concreto
        
El impetrante de tutela pretende que la jurisdicción constitucional deje sin efecto el
Auto de Vista 59/2017  de 30 de marzo y ordene que se pronuncie un nuevo fallo
respecto al peligro procesal de fuga –art. 234.10 del CPP– en atención a lo señalado por
la “SC 0975/2016-S3”; de los antecedentes remitidos a este Tribunal Constitucional
Plurinacional y lo expresado en audiencia de consideración de la presente acción de
defensa, se tiene que el 22 de septiembre de 2016, fue denunciado ante la defensoría de
la niñez y adolescencia, por la presunta comisión del delito de abuso sexual, imputado
posteriormente y en audiencia de medidas cautelares la Jueza de Instrucción Penal
Tercera del departamento de Tarija, dispuso mediante Auto Interlocutorio, medidas
sustitutivas a la detención preventiva (detención domiciliaria con escolta), por lo que
solicitó la modificación de dicha determinación, la cual fue rechazada, por encontrarse
latentes los peligros procesales de fuga art. 234.10 del CPP, resolución que al ser
recurrida fue resuelta por la Sala Penal Primera que emitió el Auto de Vista 59/2017 de
30 de marzo, que declaró sin lugar la apelación planteada; sin haber valorado la prueba
presentada “SC 0975/2016-S3”, realizando una errónea interpretación del art. 203 de la
CPE, toda vez que tomó en cuenta circunstancias del hecho para establecer la vigencia
del peligro procesal de fuga, presumiendo su culpabilidad.
En este entendido y bajo los antecedentes referidos, cabe previamente pronunciarnos en
relación a cada una de las alegaciones señaladas por el accionante.
 III.5.1 En relación a la incorrecta interpretación del art. 203 de la CPE
El accionante en la presente acción de amparo constitucional, señala que el Auto de
Vista 59/2017 de 30 de marzo, determinó sin lugar la apelación planteada y
consiguientemente mantuvo vigente la detención domiciliaria, por lo que las autoridades
demandadas no interpretaron correctamente el art. 203 de la CPE –las decisiones y
sentencias del Tribunal Constitucional Plurinacional son de carácter vinculante y de
cumplimiento obligatorio–; toda vez que, señalaron que la referida “SC 0975/2016-S3”
no era aplicable a esa etapa, en este entendido, siendo que el objeto del accionante es
que este Tribunal realice el análisis del citado artículo, es necesario precisar que de
acuerdo al Fundamento Jurídico III.2 de este fallo constitucional, para que se pueda
ingresar a realizar una interpretación de la legalidad ordinaria es menester el
cumplimiento de presupuestos constitucionales: 1) La explicación de por qué la labor
interpretativa impugnada resulta insuficientemente motivada, arbitraria, incongruente,
absurda o ilógica o con error evidente, identificando en su caso las reglas de
interpretación que fueron omitidas por el órgano judicial o administrativo; y, 2) La
precisión de los derechos o garantías constitucionales que fueron lesionados por el
intérprete, estableciendo el nexo de causalidad entre éstos y lo impugnado; dado que
sólo de esta manera la problemática planteada por el recurrente, tendrá relevancia
constitucional; sin embargo, en el presente caso, dichos presupuestos no han sido
observados por la parte accionante, toda vez que no se ha explicado claramente porqué
la interpretación del citado artículo es insuficiente, inmotivada, incongruente, absurda o
ilógica, con error evidente, dado que solo se señala que se vulneraron  los derechos
constitucionales al debido proceso en su vertiente de legalidad y el derecho que le asiste
a la presunción de inocencia, sin identificar las reglas de interpretación que hubiesen
sido omitidas por las autoridades demandadas, si bien señala qué derechos fueron
vulnerados, sin embargo, no establece el nexo de causalidad entre estos y la
interpretación impugnada, por lo que no habiéndose cumplido con los presupuestos
señalados por la jurisprudencia constitucional no corresponde ingresar al análisis de
fondo de la problemática planteada, más aun si la acción de amparo constitucional no
constituye un recurso alternativo o una instancia adicional para que puedan recurrir los
litigantes frente a una determinación judicial.
III.5.2 Respecto a la omisión valorativa de la prueba alegada por el accionante
Asimismo, también alega que las autoridades demandadas, en el Auto de Vista 59/2017,
no valoraron la prueba presentada ante el Juez inferior consistente en la “SCP
0975/2016-S3”, prueba con la que pretende desvirtuar el peligro procesal de fuga –art.
234.10 peligro efectivo para la víctima–, previamente cabe señalar que de acuerdo al
Fundamento Jurídico III.3 de este fallo constitucional, la facultad de valoración de la
prueba aportada en cualquier proceso corresponde privativamente a los órganos
jurisdiccionales ordinarios, el Tribunal Constitucional Plurinacional, no puede
pronunciarse sobre cuestiones de exclusiva competencia de aquellos órganos
jurisdiccionales, menos atribuirse la facultad de revisar la valoración de la prueba que
hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes, a menos que concurran uno
de los dos únicos supuestos establecidos por la jurisprudencia constitucional: i) Cuando
en dicha valoración exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y
equidad previsibles para decidir; y, ii) Cuando se haya omitido arbitrariamente valorar
la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos fundamentales y garantías
constitucionales, a este efecto se ha determinado que la persona que se considera
agraviada, con los resultados de la valoración efectuada dentro de un proceso judicial o
administrativo, debe expresar de manera adecuada y precisa qué pruebas fueron
valoradas apartándose de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsibles o
cuáles no fueron recibidas, o de haberlo hecho no fueron producidas o compulsadas;
también se ha establecido que es necesario que el accionante señale en qué medida
dicha valoración cuestionada de irrazonable, de inequitativa o no practicada, tiene
incidencia en la resolución final; es decir, que la resolución final del proceso hubiera
podido ser distinta de haberse practicado la prueba omitida, si se hubiese practicado
correctamente la admitida, o si se hubiera valorado razonablemente la compulsada;
empero, del análisis del presente caso, se tiene que, si bien se señala qué prueba se
rehusaron valorar las autoridades demandadas, también es evidente que de manera
contradictoria señala que las mismas hubieran sido valoradas pero inadecuadamente,
aspectos de los cuales se denota que no existe claridad en la pretensión del accionante,
máxime si en el presente caso tampoco se señaló en qué medida dicha omisión
valorativa o valoración irrazonable incidiría en el Auto de Vista 59/2017 y si de haberse
valorado dicha prueba, la citada Resolución podía haber sido distinta, consecuentemente
al no haberse cumplido con los presupuestos señalados por la jurisprudencia
constitucional, tampoco le corresponde a este Tribunal Constitucional Plurinacional,
ingresar a analizar el fondo de esta problemática.
Por los fundamentos anteriormente expuestos, el Juez de garantías, al haber denegado
la tutela, efectuó una adecuada compulsa de los antecedentes procesales.
POR TANTO
El Tribunal Constitucional Plurinacional, en su Sala Primera Especializada; en virtud de
la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado, y el art. 12.7 de la Ley
del Tribunal Constitucional Plurinacional; en revisión, resuelve: CONFIRMAR la
Resolución 32/2017 de 4 de mayo, cursante de  fs. 44 a 47 vta., pronunciada por el Juez
Público de la Niñez y Adolescencia Segundo del departamento de Tarija y, en
consecuencia DENEGAR la tutela solicitada.
Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional Plurinacional.
Fdo. Dr. Macario Lahor Cortez Chavez
MAGISTRADO
Fdo. Tata Efren Choque Capuma
MAGISTRADO

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