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El molinero promete al diablo lo que está detrás de su molino a cambio de riquezas. Resulta ser su hija. Ella sobrevive las pruebas del diablo cortándose las manos. Es acogida por un rey que la hace su esposa. El diablo envía cartas falsas que ponen en peligro su vida y la de su hijo, pero logra escapar y vive en una casa protegida por un ángel durante 7 años. El rey busca a su esposa e hijo por 7 años tras enterarse de la verdad.
El molinero promete al diablo lo que está detrás de su molino a cambio de riquezas. Resulta ser su hija. Ella sobrevive las pruebas del diablo cortándose las manos. Es acogida por un rey que la hace su esposa. El diablo envía cartas falsas que ponen en peligro su vida y la de su hijo, pero logra escapar y vive en una casa protegida por un ángel durante 7 años. El rey busca a su esposa e hijo por 7 años tras enterarse de la verdad.
El molinero promete al diablo lo que está detrás de su molino a cambio de riquezas. Resulta ser su hija. Ella sobrevive las pruebas del diablo cortándose las manos. Es acogida por un rey que la hace su esposa. El diablo envía cartas falsas que ponen en peligro su vida y la de su hijo, pero logra escapar y vive en una casa protegida por un ángel durante 7 años. El rey busca a su esposa e hijo por 7 años tras enterarse de la verdad.
EL MOLINERO: Un cierto molinero hab�a ca�do poco a poco en la pobreza, y no ten�a
nada m�s, excepto su molino y un manzano grande, atr�s en el patio.
Una vez, cu�ndo hab�a entrado al bosque para traer madera, un anciano que nunca hab�a visto antes se acerc� hasta �l, y le dijo: - �Por qu� te molestas cortando madera?, te har� rico, si me prometes darme lo qu� est� de pie detr�s de tu molino. - �Qu� puede ser sino s�lo mi manzano? - pens� el molinero, y dijo: - S�, - y dio la promesa por escrito al forastero. El anciano, sin embargo, se rio en tono burl�n y dijo: - Cuando hayan pasado tres a�os, vendr� y me llevar� lo que me pertenece, - y se fue. Cu�ndo el molinero lleg� a casa, su esposa vino para encontrarlo y le dijo, - Dime, �de d�nde viene esta riqueza repentina en nuestra casa? De repente cada caja y ba�l estuvieron llenos de monedas y joyas; nadie las hizo llegar, y no s� c�mo pas�. - �l contest�, - Esto viene de un forastero que me encontr� en el bosque, y me prometi� el gran tesoro. A cambio, le he prometido lo que est� de pie detr�s del molino; podemos muy bien darle el manzano grande - - �Ay, marido!, - dijo la esposa aterrorizada, - �ese debe haber sido el diablo! �l no quiso decir el manzano, sino nuestra hija, que estaba de pie detr�s del molino limpiando el jard�n. La hija del molinero era una muchacha hermosa, piadosa, y sobrevivi� los tres a�os en el amor a Dios y sin pecado. Cuando el tiempo se cumpli�, y vino el d�a cuando el malvado deb�a llevarla, ella se lav� quedando bien limpia, e hizo un c�rculo alrededor de ella con tiza. El diablo apareci� bien temprano, pero �l no pod�a acerc�rsele. Furiosamente, le dijo al molinero: - Aleja toda agua de ella, de modo que no pueda ser capaz de lavarse ella misma, porque de lo contrario entonces no tengo ning�n poder sobre ella. El molinero tuvo miedo, y lo hizo as�. A la ma�ana siguiente, el diablo vino otra vez, pero ella hab�a llorado en sus manos, y estaban completamente limpias. Otra vez �l no pod�a acercarse a ella, y furiosamente dijo al molinero: - C�rtale sus manos, porque no puedo acercarme ella. - El molinero qued� impresionado y contest�: - �C�mo podr�a yo cortar las manos a mi propia hija? - Entonces el malvado lo amenaz� y dijo: - Si t� no lo haces, t� ser�s m�o y te llevar�. - El padre se alarm�, y prometi� obedecerle. Entonces �l fue donde muchacha y le dijo: - Hija m�a, si no te corto las manos, el diablo me llevar�, y como estaba aterrorizado, le he prometido hacerlo. Ay�dame en mi necesidad, y perd�name el da�o que te hago. - Ella contest�: - Querido padre, haz conmigo lo que necesites, yo soy tu hija. - Con eso ella pos� ambas sus manos, y le fueron cortadas. El diablo vino por tercera vez, pero ella hab�a llorado tanto tiempo y tanto en los tocones, que despu�s de todo ellos estaban completamente limpios. Entonces �l tuvo que darse por vencido, y hab�a perdido todo poder sobre ella. El molinero le dijo entonces a su hija: - He recibido por medio de ti tan grandes riquezas, que cuidar� de ti lo m�s delicadamente mientras vivas. Pero ella contest�: - Aqu� no puedo quedarme, ir� afuera, y gente compadecida me dar� tanto como requiera. - Entonces ella hizo que sus brazos mutilados fueran ligados a su espalda, y a la salida del sol sali� a su camino, y anduvo el d�a entero hasta que la noche se acerc�. Ella lleg� a un jard�n real, y con el brillar de la luna vio que los �rboles estaban cubiertos de frutas hermosas creciendo en ellos, pero no pod�a entrar pues hab�a mucha agua alrededor. Y como hab�a andado el d�a entero y no hab�a comido ni un bocado, y el hambre la atormentaba, pens�, - Ah, si yo estuviera adentro, podr�a comer de las frutas, o si no morir� de hambre! Entonces ella se arrodill�, llam� a Dios el Se�or, y rez�. Y de repente un �ngel vino hacia ella, quien hizo una presa en el agua, de modo que el foso qued� seco y ella pudo atravesarlo. Y as� entr� en el jard�n y el �ngel fue con ella. Ah� vio un �rbol cubierto de peras hermosas, pero la cantidad de frutas hab�an sido contadas para el Rey. Entonces se acerc� al �rbol, y para saciar su hambre, comi� con su boca una, pero no m�s. El jardinero miraba; pero como el �ngel estaba presente, �l tuvo miedo y pens� que la doncella era un esp�ritu, y se qued� en silencio, tampoco se atrev�a a lanzar un grito, o hablarle al supuesto esp�ritu. Cuando ella termin� de comer la pera y se sinti� satisfecha, se ocult� entre los arbustos. El Rey a quien el jard�n pertenec�a, baj� a la ma�ana siguiente, y cont� las frutas, y vio que faltaba una de las peras, y pregunt� al jardinero qu� hab�a pasado, ya que la pera tampoco estaba bajo el �rbol, y no se ve�a. Entonces contest� el jardinero, - Anoche, un esp�ritu entr�, qui�n no ten�a ninguna de las manos, y comi� de una de las peras con su boca. El Rey pregunt�: - �C�mo pas� el esp�ritu sobre el agua, y a donde se fue despu�s de que hab�a comido la pera? - El jardinero contest�: - Alguien que ven�a con una ropa blanca como la nieve del cielo hizo una presa, y contuvo al agua, y el esp�ritu pudo pasar por el foso. Y como debe haber sido un �ngel, tuve miedo, y no hice ninguna pregunta, y no lanc� ni un grito. Cuando el esp�ritu hab�a comido la pera, �l se fue. - El Rey dijo, - Si todo es como t� dices, yo vigilare contigo esta noche. - Cuando se puso oscuro el Rey entr� en el jard�n y trajo a un sacerdote con �l, que deb�a hablar al esp�ritu. Los tres se sentaron bajo el �rbol y esperaron. A medianoche la doncella vino arrastr�ndose desde la espesura, fue al �rbol, y otra vez comi� una pera con su boca, y al lado de ella estaba el �ngel en ropas blancas. Entonces el sacerdote les sali� y dijo: - �Vienes t� del cielo o de la tierra? �Eres un esp�ritu, o un ser humano? Ella contest�:- No soy ning�n esp�ritu, sino una mortal infeliz abandonada por todos excepto por Dios. El Rey dijo:- Si has sido abandonada por todo el mundo, yo no te abandonar�. �l se la llev� a su palacio real, y como ella era tan hermosa y buena, �l la am� con todo su coraz�n y mand� hacer manos de plata para ella, y la tom� como su esposa. Despu�s de un a�o el Rey tuvo que partir, entonces le encomend� a su madre el cuidado de la joven Reina y dijo, - Si tiene que tomar cama, toma cuidado de ella, ati�ndela bien, y cu�ntame al respecto inmediatamente en una carta. - Poco despu�s ella dio a luz a un lindo ni�o. Entonces la vieja madre se dio prisa en escribirle y anunciarle las felices noticias. Pero el mensajero descans� en un arroyo por el camino, y como estaba tan cansado por la gran distancia, se durmi�. Entonces vino el Diablo, que siempre procuraba herir a la Reina buena, y cambi� la carta por otra, en el cual escribi� que la Reina hab�a tra�do un monstruo al mundo. Cuando el Rey ley� la carta qued� impresionado y muy preocupado, pero escribi� en la respuesta que ellos deb�an tomar gran cuidado por la Reina y cuidarla bien hasta su llegada. El mensajero volvi� con la carta, pero descans� en el mismo lugar y otra vez se durmi�. Entonces vino el Diablo una vez m�s, y puso una carta diferente en su bolsillo, en el cual fue escrito que ellos deb�an matar a la Reina y su ni�o. La vieja madre fue terriblemente impresionada cuando recibi� la carta, y no pod�a creerlo. Ella contest� otra vez al Rey, pero no recibi� ninguna otra respuesta, porque cada vez el Diablo substituy� una carta falsa, y en la �ltima carta tambi�n fue escrito que ella deb�a conservar la lengua y ojos de la Reina como una se�al de que hab�a obedecido. Pero la vieja madre llor� de pensar que tal sangre inocente deb�a ser evitada, e hizo traer una cierva antes de la noche y recort� su lengua y ojos, y los guard�. Entonces dijo a la Reina: - No te puedo matar como el Rey manda, pero no debes quedarte aqu�. Ve afuera por el amplio mundo con tu ni�o, y nunca vengas aqu� otra vez. La pobre mujer at� a su ni�o en su espalda, y se march� con sus ojos llenos de l�grimas. Ella entr� a un gran bosque salvaje, y luego cay� de rodillas y rez� a Dios, y el �ngel del Se�or se le apareci� y la condujo a una peque�a casa en la cual hab�a un letrero con las palabras, Aqu� todos moran libres. Una doncella blanca como la nieve sali� de la peque�a casa y dijo: - Bienvenida, Se�ora Reina y la condujo a su interior. Entonces all� le desataron al ni�o de su espalda, y lo sostuvieron en su pecho para que lo pudiera alimentar, y lo pusieron en una peque�a cuna maravillosamente hecha. Entonces dijo la pobre mujer: - �C�mo supieron que yo era una reina? - La doncella blanca contest�: - Soy un �ngel enviado por Dios, cuidar� de ti y del ni�o. La Reina se qued� siete a�os en la peque�a casa, y fue bien atendida, y por la gracia de Dios, debido a su piedad, sus manos que hab�an sido cortadas, crecieron una vez m�s. Por fin el Rey regres� a casa y su primer deseo era ver a su esposa y el ni�o. Entonces su madre anciana comenz� a llorar y dijo, - �Qu� mal hombre fuiste!, �Por qu� escribiste que yo deb�a eliminar aquellas dos vidas inocentes? - y ella le mostr� las dos cartas que el Diablo hab�a cambiado, y luego sigui� diciendo, - Hice como me lo pediste, - y ella le mostr� la lengua y ojos. Entonces el Rey comenz� a llorar por su pobre esposa y su peque�o hijo tanto m�s amargamente que su madre, que ella al fin tuvo compasi�n de �l y dijo: - Queda en paz, esos son s�lo naturaleza muerta; en secreto hice que una cierva fuera matada, y tom� esas muestras de ella; luego amarr� al ni�o a la espalda de tu esposa y le ped� que saliera afuera al amplio mundo, y le hice prometer que nunca volviera aqu� otra vez, porque t� estabas muy molesto por ella. - Entonces dijo el Rey: - Ir� tan lejos como lo que el cielo es azul, y no comer�, ni beber� hasta que yo haya encontrado otra vez a mi querida esposa y mi ni�o, si mientras tanto ellos no han sido matados, o muertos por el hambre. As� el Rey viaj� sobre durante siete largos a�os, y la busc� en cada hendidura de las rocas y en cada cueva, pero no la encontraba, y pens� que ella hab�a muerto por amor. Durante todo este tiempo �l ni com�a, ni beb�a, pero Dios lo confortaba. Al fin �l entr� en un gran bosque, y encontr� all� la peque�a casa cuyo letrero dec�a, Aqu� todos moran libres. Entonces sali� al frente la doncella blanca, lo tom� de la mano, lo condujo adentro, y dijo: - Bienvenido, Se�or Rey, - y le pregunt� de d�nde ven�a. �l contest�: - Pronto voy a tener siete a�os de estar viajando en busca de mi esposa e hijo, pero no puedo encontrarlos. - El �ngel le ofreci� comida y bebida, pero �l no tom� nada, y s�lo dese� descansar un poco. Entonces se acost� para dormir, y puso un pa�uelo sobre su cara. El �ngel entr� en la c�mara donde la Reina estaba sentada con su hijo, que ella por lo general lo llamaba Doloroso, y le dijo: - Sal con tu hijo, tu marido ya ha llegado. Entonces ella fue al lugar donde �l estaba, y el pa�uelo se cay� de su cara. Y dijo ella: - Doloroso, recoge el pa�uelo de tu padre, y cubre su cara otra vez. El ni�o lo recogi�, y lo puso sobre su cara otra vez. El Rey en su sue�o oy� lo que pasaba, y le agradaba que el pa�uelo cayera una vez m�s. Pero el ni�o se puso impaciente, y dijo: - Querida madre, �c�mo puedo cubrir la cara de mi padre cuando no tengo a ning�n padre en este mundo? He aprendido a decir la oraci�n: Padre Nuestro, qu� est�s en el Cielo, t� me has dicho que mi padre estaba en el Cielo, y �l era nuestro Dios bueno, y �c�mo puedo reconocer a un hombre extra�o como �ste? �l no es mi padre. Cuando el Rey oy� aquello, despert�, y pregunt� qui�nes eran ellos. Entonces dijo ella: - Soy tu esposa, y �l es tu hijo, Doloroso. - Y �l vio sus manos vivas, y dijo: - Mi esposa ten�a manos de plata. Ella contest�: - Dios bueno ha hecho que mis manos naturales crezcan otra vez; - y el �ngel entr� al cuarto, y trajo las manos de plata, y se las mostr�. En ese momento �l supo a ciencia cierta que s� era su querida esposa y su querido hijo, y �l los bes�, y se alegr�, y dijo: - Una gran piedra pesada se ha ido completamente de mi coraz�n. Entonces el �ngel de Dios les dio una comida junto con ella, y despu�s ellos se fueron a la casa de la madre anciana del Rey. Hubo gran alegr�a en todas partes, y el Rey y la Reina y el hijo estuvieron juntos otra vez, y vivieron felizmente hasta que David empez� a dar Empresa.