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David Graeber tenía razón: un

mundo libre de deudas es posible


written by Andrew Ross | septiembre 20, 2021

David Graeber tenía razón: un mundo


libre de deudas es posible
Andrew Ross[1]

En el comienzo de este verano, el 19 de Junio, fue finalmente designado como


fiesta federal en Estados Unidos para conmemorar la liberación de los
afroamericanos esclavizados. Durante mucho tiempo se había celebrado en las
comunidades negras como el Día del Jubileo. Cuando Frederick Douglas habló
de la emancipación como el “triunfo del jubileo”, estaba invocando la costumbre
mencionada en El Levítico; una vez que se toca la trompeta del jubileo (cada 50
años), los esclavos y los prisioneros deben ser liberados, las deudas deben ser
perdonadas y la tierra debe ser devuelta a sus propietarios originales.

En En Deuda, el libro de David Graeber de 2011 que rompió paradigmas, alertó


a una nueva generación sobre esta antigua tradición. Cuando se celebraba un
jubileo en las sociedades de Oriente Próximo, al tomar posesión un nuevo
gobernante, el acto masivo de perdón se presentaba a menudo como una
expresión de magnanimidad real. Pero, como señaló Graeber, en realidad era
una forma de que las élites recuperaban el poder de la clase acreedora y
liberaran al pueblo de trabajar para saldar sus deudas y así poder trabajar para
la gloria del Estado.

https://www.youtube.com/watch?v=CZIINXhGDcs
Un jubileo del pueblo.

Poco después de la publicación de su libro, Occupy Wall Street declaró la


guerra a los bancos que habían disfrutado de su propio jubileo cuando fueron
rescatados. Graeber estaba a mano para proporcionar un rico marco político e
histórico para que los activistas emitieran su contra-llamada a un jubileo
popular.

Las anteriores campañas de jubileo tenían como objetivo la eliminación de la


deuda soberana. En la década de 1980, el movimiento Jubilee South surgió para
presionar a los países ricos del Norte y a los bancos para que condonaran las
deudas externas de las naciones del Sur Global atrapadas en la «trampa de la
deuda». En reconocimiento del Gran Jubileo -la celebración del año 2000 en la
iglesia católica- el movimiento logró finalmente abolir hasta 130,000 millones de
dólares de deuda.

Lo distinto en el movimiento de jubileo que Graeber ayudó a lanzar a través de


Occupy Wall Street en 2011, y de aquel que en el he desempeñado un papel, era
que su objetivo era borrar las deudas personales o de los hogares. Ahora bien,
el alivio de la deuda se enmarcaba como un acto de justicia (abolición), no de
caridad (perdón), y estaba arraigado en una economía moral anarquista que se
resume mejor en una inversión de la mentalidad de retribución; no debemos
nada a los bancos, nos debemos todo los unos a los otros.
Construir un movimiento.

Nuestra primera iniciativa fue la Campaña Ocupa la Deuda Estudiantil,


organizada para persuadir a un millón de deudores estudiantiles de que dejaran
de pagar y presionaran a los bancos y prestamistas federales. Por todo tipo de
razones, nos quedamos muy lejos del objetivo, pero muchos de los principios y
rituales del movimiento de resistencia a la deuda se forjaron en el curso de esa
campaña. Strike Debt, la organización que la sucedió, se formó en el verano de
2012, y no se limitó a la deuda estudiantil, sino también a la deuda médica y a la
de la vivienda, y creó capítulos en todo Estados Unidos.

Graeber tuvo una gran participación en los dos logros más conocidos de Strike
Debt. El primero fue el Manual de Operaciones de los Resistentes a la Deuda,
escrito colectivamente, que proporcionaba información valiosa, en un inglés
sencillo, sobre cómo negociar la salida de la carga de la deuda. Se difundió
ampliamente, y aún hoy se descarga y utiliza.

La segunda fue una iniciativa de ayuda mutua llamada Rolling Jubilee, que
recaudó fondos de pequeñas donaciones para comprar deuda a bajo precio en el
mercado secundario[2] y eliminarla. En el transcurso de un año y medio,
recaudamos unos 750.000 dólares y compramos 32 millones de dólares de
deuda. Sin duda, era una gota de agua en el océano, pero también fue un acto
muy simbólico para sus seguidores, que aplaudieron el espectáculo
ampliamente difundido de la eliminación de las deudas mediante un hackeo
popular.

In 2012, we bought over $32 MILLION worth of debt for just PENNIES on the
dollar. But instead of collecting it––we abolished it! This is how debt
cancellation became a big thing!

Here's why debt is so cheap & how we pulled off such a big stunt that we
called "Rolling Jubilee."

— The Debt Collective (@StrikeDebt) November 11, 2020

Para nosotros, el Jubileo Rodante fue una forma de exponer el funcionamiento


del mercado secundario, y de hacer saber a la gente que los cobradores sólo
pagan unos céntimos por las deudas que intentan arrancarnos en su totalidad.
También fue lo que llamamos una prueba de concepto: la evidencia de que la
acción colectiva puede producir resultados en un ámbito financiero controlado
durante mucho tiempo por los acreedores. Este principio es la base del sucesor
de Strike Debt, el Colectivo de la Deuda, un esfuerzo más ambicioso, lanzado en
2014, para formar el primer sindicato de deudores de la historia. Organizarse
en torno a la deuda no es fácil, pero lo consideramos necesario e inevitable en
un mundo en el que el capitalismo ha llegado a favorecer los préstamos
depredadores frente a las inversiones productivas.

Una vez que el Colectivo de Deudores contó con miembros dispuestos a


organizarse y a hacer huelga, los frutos de esa acción colectiva empezaron a
aparecer. Canalizando esa energía a través de los mecanismos legales que
ayudamos a idear, conseguimos que se redujera la deuda de los estudiantes de
las universidades con fines de lucro en más de 1.500 millones de dólares. El
objetivo más amplio ahora es la cancelación total de la carga de la deuda
estudiantil de 1,700 millones de dólares. Recientemente, el Colectivo de la
Deuda proporcionó el argumento legal que demuestra que el presidente tiene la
autoridad ejecutiva para cancelar estas deudas, especialmente los préstamos
federales.

NEW: President Biden can cancel all federal student loan debt with a simple
executive order. So, we wrote the entire executive order for him. All he has to
do is sign this piece of paper.
>https://t.co/GezjStOQS8 pic.twitter.com/CtWZXQj6Z2

— The Debt Collective (@StrikeDebt) June 14, 2021

Con ese fin, a principios de este año lanzamos la huelga de deuda de Biden
Jubilee 100 para presionar a la Casa Blanca. En el momento de escribir este
artículo, Biden, un viejo amigo de la industria financiera, se resiste a las
súplicas de demócratas de alto rango como Chuck Schumer y Elizabeth Warren
para que lo hagan. Pero incluso si solo se elimina una parte de la carga, seguirá
siendo el jubileo más grande desde que la emancipación abolió la propiedad
mueble.

Los sindicatos de deudores son el futuro.

Han pasado diez años desde que Graeber promovió por primera vez el concepto
de jubileo en los círculos de Occupy. En el transcurso de esa década, ha pasado
de los márgenes de la izquierda a la primera línea del debate entre los políticos
y el público. Algunos comentaristas han adoptado el punto de vista pragmático y
han argumentado que el alivio de la deuda a gran escala es justo el tipo de
estímulo económico que se necesita mientras la recesión pandémica retumba.
Nosotros lo vemos en un lienzo mucho más grande. La resistencia a las deudas
ilegítimas -acumuladas para acceder a bienes sociales como la educación y la
sanidad- se perfila como uno de los conflictos de primera línea del siglo XXI.

Al igual que la lucha por los salarios era (y sigue siendo) clave para una
economía en proceso de industrialización, la dura negociación con la clase
acreedora sobre las deudas es una respuesta necesaria a la financiarización de
la economía actual, en la que la mayor parte de los beneficios se extrae de la
necesidad de la gente de pedir préstamos para sobrevivir. Vivimos cada vez más
en una creditocracia, un tipo de sociedad capitalista avanzada que requiere que
la gente pida préstamos para acceder a sus necesidades básicas, y en la que la
deuda acumulada nunca puede ser pagada del todo. En una creditocracia, el
modelo de beneficio es el de la extracción de por vida en forma de servicio de la
deuda.

La resistencia exitosa sólo puede provenir de la acción colectiva. Después de


todo, la puerta está siempre abierta para que los individuos renegocien con sus
acreedores. Incluso las naciones soberanas pueden presentar una petición al
Club de París -un grupo de funcionarios de los países ricos acreedores del norte
cuya función es encontrar soluciones a las dificultades de pago que
experimentan los países deudores-, pero no se les permite unirse para solicitar
un alivio de la deuda. En respuesta, Thomas Sankara, el entonces presidente
revolucionario de Burkina Faso, propuso en 1986 un contrabloque de deudores
llamado Club de Addis Abeba, y fue asesinado por la audacia de su visión.

Thomas Sankara at the Unified Front Against Debt, 1987: "The debt cannot be
repaid. If we don't repay, lenders will not die. But if we repay, we are going to
die." pic.twitter.com/XqOUb6ftgk

— Jacobin (@jacobin) December 21, 2018

Los propios banqueros son muy conscientes de esta amenaza a su poder. Como
dijo J. Paul Getty: «Si le debes al banco 100 dólares es tu problema. Si le debes
al banco 100 millones de dólares, ese es el problema del banco». La
movilización masiva, a través de los sindicatos de deudores, es vital para
cambiar este equilibrio de poder y conseguir acuerdos mucho más importantes.
No sólo es una forma de política redistributiva, sino que también posee una
grandeza utópica cuando se presenta en forma de jubileo.

Bajo esta recalibración del poder, la deuda no desaparecerá, pero los préstamos
predatorios sí. La gente seguirá necesitando créditos, por todo tipo de razones.
Las instituciones financieras tendrán que ser reconstruidas para servir a las
necesidades públicas y comunitarias, por lo que sólo ofrecerán créditos
socialmente productivos. No se trata de un pastel en el cielo. Nuestra
experiencia de los últimos diez años demuestra que un mundo así es posible.
Pero, como en todas las demás luchas de la historia, sólo se conseguirá
mediante la energía y la acción cooperativa. Deudores del mundo, ¡uníos! No
tenéis nada que perder, ni siquiera vuestra puntuación de crédito.

[1]
https://novaramedia.com/2021/08/30/david-graeber-was-right-a-debt-free-world-
is-possible/

[2] En español conocido como mercado de negociaciones

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