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LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

La acción reivindicatoria protege el derecho de propiedad y pretende la restitución


de la cosa que indebidamente posee un tercero.
Una de las principales acciones en defensa del derecho de propiedad es la acción
reivindicatoria.
En anteriores publicaciones hemos hablado de otras acciones previstas por el
Código Civil para proteger el dominio (propiedad), como son la acción de
deslinde y la acción declarativa de dominio.
¿En qué consiste la acción reivindicatoria?
La acción reivindicatoria a la que se refiere el art. 348 del Código Civil, es la acción
real que se reconoce al propietario que no posee frente al poseedor que no puede
alegar título jurídico que justifique su posesión.
La finalidad de la acción reivindicatoria, es que el propietario no poseedor haga
efectivo su derecho a exigir la restitución de la cosa contra el poseedor no
propietario que carezca de título para poseer.
Dispone el art 348 del Código Civil:
“La propiedad es el derecho de gozar y disponer de una cosa, sin más
limitaciones que las establecidas en las leyes.
El propietario tiene acción contra el tenedor y el poseedor de la cosa para
reivindicarla”.
Entre las diferencias fundamentales entre la acción reivindicatoria y la acción
declarativa de dominio se encuentra:
La acción reivindicatoria exige que el demandado se encuentra en la posesión de
la cosa que se intenta reivindicar, mientras que en la declarativa de dominio no
existe posesión de la cosa por el demandado.
Requisitos de la acción reivindicatoria
Siendo fundamentalmente la acción reivindicatoria la que se intenta por el
propietario que no posee contra cualquier poseedor o detentador, constituyen
requisitos necesarios para el éxito de la misma, conforme a reiterada y constante
doctrina jurisprudencial los siguientes:
1º) En cuanto al demandante, que justifique su derecho de propiedad o, lo que es
lo mismo, la existencia de un justo título de dominio, que no es imprescindible que
consista en una escritura pública o documento privado, puesto que el derecho del
actor puede justificarse por cualquiera de los medios probatorios admitidos por
nuestra legislación e incluso a través de la posesión continuada durante el plazo y
con las condiciones establecidas en los artículos 1.941 y 1.959 del referido Código
Civil para la prescripción adquisitiva.
En definitiva, pues, es preciso que por parte del que ejercita la acción
reivindicatoria que justifique la propiedad de los bienes reclamados, ya
fundándose en un título legítimo de dominio, ya en su defecto, en la posesión
inmemorial o en la posesión continuada durante el plazo marcado para la
prescripción ordinario o extraordinaria. Consecuencia de ello es que la falta de
título de dominio impide que prospere la acción reivindicatoria, aun cuando el
demandado no demuestre se dueño de la cosa.
2º) En cuanto al demandado, que sea poseedor o detentador, esto es, que el bien
reivindicado esté poseído por el demandado sin título para ello o con derecho de
menor entidad que el del actor.
3º) En cuanto a la cosa, su identidad concreta y determinada, lo que supone que,
por una parte, debe fijarse con claridad y precisión la situación, cabida y linderos
de las fincas de modo que no pueda dudarse de cual se trata y, de otra, se ha de
acreditar de modo práctico en el juicio que el terreno es aquél al que el primero
aspecto de la identificación se refiere.
En base a tal doctrina y conforme al art. 217.2 de la LEC , corresponde al
reivindicante la prueba cumplida de todos y cada uno de estos requisitos, sin que
sean de recibo simples suposiciones, cálculos o conjeturas, no apoyadas en
hechos ciertos o concluyentes.
Este último requisito es el que plantea mas problemas en el ejercicio de la acción
reivindicatoria, así no bastará la descripción que de la finca haga el Registro de la
Propiedad que podrá acreditarse con una Nota Simple de la finca o con las
escrituras públicas, por cuanto la publicidad del Registro no alcanza por completo
a los datos descriptivos de las fincas, como son los referentes a su superficie, de
ahí que no sea absolutamente determinante la mención de la superficie de las
fincas que consta inscrita en el Registro frente a la realidad material de la misma.
Dicho lo anterior, tampoco puede establecerse la superficie real de las parcelas
exclusivamente en función de sus datos catastrales pues es doctrina reiterada del
Tribunal Supremo que la inclusión de un mueble o de un inmueble en un Catastro
o Amillaramiento o Registro Fiscal, no pasa de constituir un indicio de que el
objeto descrito puede pertenecer a quien figura como titular de él en dicho
Registro, pero no puede por sí sola constituir un justificante del dominio; el
Catastro afecta sólo a datos físicos (descripción, linderos, contenido, etc.) nada
más, no sienta ninguna presunción de posesión dominical a favor de quien en él
aparece propietario. No obstante el Texto Refundido de la Ley del Catastro
Inmobiliario aprobada por Real Decreto Legislativo 1/2004 de 5 de Marzo, en su
artículo 3 viene a establecer que los datos del Catastro se presumen ciertos, salvo
prueba en contrario y sin perjuicio del Registro de la Propiedad, cuyos
pronunciamientos jurídicos prevalecerán.”
Por tanto para identificar la finca será necesaria absoluta coincidencia entre el
Registro de la Propiedad y el Catastro, siendo además conveniente aportar un
informe emitido por técnico competente en la materia que ratifique tal coincidencia.
¿Qué plazo hay para el ejercicio de la acción reivindicatoria?
En lo referente al ejercicio de la acción en plazo son de aplicación los artículos
1.963 y 1.969 del Código Civil, determinando el plazo de prescripción general de
las acciones reales y el momento en que se inicia el cómputo del mismo,
respectivamente.
Artículo 1963 Código Civil: “Las acciones reales sobre bienes inmuebles
prescriben a los treinta años.”
Artículo 1969 Código Civil: “El tiempo para la prescripción de toda clase de
acciones, cuando no haya disposición especial que otra cosa determine, se
contará desde el día en que pudieron ejercitarse.”

Conclusión
La acción reivindicatoria permite al propietario reclamar la entrega de la cosa
que le pertenece y que se halla en poder de alguien que carece de título para
poseerla.
Diferencias con otras acciones
Aunque con ciertos puntos de similitud, la acción reivindicatoria difiere de la
acción de petición de herencia.

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