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Nomar Fernandez Peña

(2021-0801)

INVESTIGAR, APRENDERSE Y ENVIAR AL PROFESOR

Teología III

Prof. Rene Alejandro Rojas

Fecha: 23/01/2023
INTRODUCCIÓN
Juan Pablo II afirma en la Centesimus annus que el juicio de la Doctrina Social es un deber
pastoral pronunciarlo, pero no pretende ser un juicio definitivo ya que de por sí no atañe al
ámbito específico del Magisterio» Con esta afirmación queda reflejado que la Doctrina Social
no pertenece en su totalidad al Magisterio, sino que es un discernimiento técnico, un examen
de las nuevas exigencias de la evangelización que subyace a los medios humanos que el
Magisterio utiliza. Por tanto, la Doctrina Social aplica la luz de los principios evangélicos a la
realidad en cambio de las comunidades humanas, interpreta con el auxilio del Espíritu de
Dios los signos de los tiempos e indica proféticamente las máximas necesidades de los
hombres hacia dónde camina el mundo.

El Magisterio de la Iglesia ha convertido, por tanto, la Doctrina Social en un método de


evangelización. Con anterioridad al Concilio la Doctrina Social se incluía en el ámbito de las
ciencias de la sociología. Pero en la actualidad se inserta en el ámbito de la teología y de la
moral social específicamente. Así queda excluida del campo de la ideología para trasladarla
al marco de la moral.
TAREA DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

Investigar y aprenderse dos conceptos de doctrina o enseñanza social de la iglesia.

La doctrina social es el anuncio de fe que hace el Magisterio ante las realidades sociales.
Recogida en un compendio, esa defensa se traduce en indicaciones, consejos y
exhortaciones por las que la Iglesia anima a los cristianos a ser ciudadanos responsables.

De hecho, “no existe unanimidad acerca de la realidad que se designa como DSI. Juan Pablo
II en la que es la definición más precisa que ha dado el Magisterio dice que es «la cuidadosa
formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida
del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición
eclesial

(Sollicitudo Rei Socialis 41)”[1].

El único objetivo de la Iglesia es “ayudar al hombre en el camino de salvación”. (Compendio


Doctrina Social de la Iglesia, 69). Esta es su única misión y también la razón por la que la
Iglesia tiene el derecho y el deber de desarrollar una doctrina social que forme las
conciencias de los hombres y les ayude a vivir según el Evangelio y la propia naturaleza
humana. Un cristiano coherente dirige todos los aspectos de su vida hacia Dios, viviendo
según su designio salvífico. La Iglesia acompaña a los cristianos en esta tarea.

Esto incluye dimensiones de la vida humana y de la cultura como la economía y el trabajo,


pasando por la comunicación y la política, hasta temas como la comunidad internacional y
las relaciones entre las culturas y los pueblos.

La caridad es una fuerza capaz de suscitar vías nuevas para afrontar los problemas del
mundo de hoy y para renovar profundamente desde su interior las estructuras,
organizaciones sociales y ordenamientos jurídicos. En esta perspectiva la caridad se
convierte en caridad social y política: la caridad social nos hace amar el bien común y nos
lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo
individualmente, sino también en la dimensión social que las une.

(Compendio de la doctrina social de la Iglesia, n. 207).


¿Cuál es la importancia que tiene la doctrina o enseñanza social de la iglesia?

La salvación obrada por Cristo y, consecuentemente, la misión de la Iglesia alcanza al


hombre en toda su integridad, incluido el ámbito social. De hecho, el cristianismo no puede
ser restringido a meras devociones, sino que es antes un modo de vivir en sociedad.

El Papa Benedicto XVI afirma que la doctrina social de la Iglesia responde a la dinámica de
caridad recibida y ofrecida y resume su función como el “anuncio de la verdad del amor de
Cristo en la sociedad”.

(Caritas in veritate, n. 5)

El Papa Francisco explica la razón por la cual la Iglesia expresa su parecer en los asuntos
que afectan a la comunidad mundial Discurso del Santo Padre al cuerpo diplomático, 7 de
enero de 2019, diciendo que es la misión espiritual que Jesucristo dirigió a San Pedro y sus
sucesores la que impulsa al Pontífice y a la Santa Sede “a preocuparse por toda la familia
humana y sus necesidades, incluso en el ámbito material y social” y aclara que “la Santa
Sede no busca interferir en la vida de los estados”, sino que observa “las problemáticas que
afectan a la humanidad”, para “ponerse al servicio del bien de todo ser humano” y “trabajar
por favorecer la edificación de sociedades pacíficas y reconciliadas”. Por este motivo, la
Iglesia no puede quedar al margen de las realidades humanas, e interviene con su doctrina
para iluminar distintos aspectos de la sociedad.

La Iglesia desde su experiencia por el contacto con la gente y los pueblos, y desde su
doctrina de fe apoyada en una profunda reflexión, es un gran interlocutor, para defender y
dar voz a los más débiles, a las naciones pobres y al planeta amenazado por la crisis
ecológica.
CONCLUSIÓN
Llegando al final de esta reflexión queda para seguir meditando varios temas como ser la
Persona Humana y Su Dios, los Derechos Humanos Justos, la Familia Unida, Sociedad y
Estado para el Bien Común, el Derecho Natural y la Propiedad Privada, el Trabajo y la alegría
de Vivir, la Ecología y la pureza de la vida, la Cultura y la Multiplicidad, la Ciencia y la Técnica
en permanente Cambios, la Economía y la Igualdad etc.

Para terminar, decimos que sin Dios no hay sentido de vida en comunidad, y sin amor al
prójimo no existe la sociedad que desea hacer las cosas para el bien de muchos, pues
recordemos siempre entonces que si estamos llamados al servicio y a la caridad para
desarrollarnos plenamente como hijos de dios. Digamos sí a la vida con todos nuestros actos
diarios y cotidianos para construir el nuevo reino del amor.

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