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1.

Teniendo en cuenta que el mecanismo de condensación consiste en la formación del


contenido manifiesto del sueño a partir de representaciones latentes, es de entender que el
significado del mismo sueño no parte de dicho contenido manifiesto, si no de las
representaciones que vienen a constituir dicho contenido. Siendo así, un contenido
manifiesto del sueño proviene de no menos de dos representaciones latentes, y que
cualquier experiencia de cuya representación provenga, por indiferente que sea para el
soñante puede ser el excitador del sueño, y los pensamientos que se hilan a él dan lugar a
un sobredeterminismo del mismo; como lo refleja Freud en su relato sobre el sueño de la
monografía botánica; donde la charla interrumpida con un colega (evento calificado como
indiferente para él, en el momento) fue el excitador del sueño, puesto que entre los tópicos
que sostenían, el uso de la cocaína con fines medicinales estaba entre ellos; esto se
entrelaza con otros recuerdos que mantienen apenas asociaciones entre sí (las flores
predilectas de su mujer, la flor predilecta de sí mismo, un libro de botánica que alguna vez
vio, entre otros).

Es importante recordar también que ciertas representaciones pueden resultar


angustiantes para el soñante, por lo que, para que tengan lugar en el sueño deben pasar por
un sistema de censura donde dicha representación se combinará con otras como un disfraz o
disimulación, de modo que ésta resulte más aceptable para el soñante. Freud habla de esto
al recordar el relato y análisis de su sueño sobre la barba de su tío, donde la ternura que
sentía por su amigo (quien venía representado por algunas características intrínsecas de su
tío, y con el cuál lo asoció) venía a censurar la opinión personal que una vez tuvo sobre él
dado un evento en particular (tomarlo por idiota). El mecanismo de condensación viene a
jugar un papel importante en la formación del sueño, puesto que, para que se cumpla la
condición de que todo sueño es la realización de un deseo (y que el deseo a realizarse en
particular contiene en si un significado angustiante) las representaciones que resultan
angustiantes se combinan con otras que resultan agradables, disfrazando las primeras con
imágenes extraídas de otra fuentes que, de alguna u otra forma pueden y por lo tanto se
asocian con la original.
Para la comprensión del desplazamiento resulta mejor observarlo por su otra
denominación (descentralización), puesto que en dicho proceso (visto como un proceso
secundario para la selección de elementos que conformarán el sueño) prevalecen elementos
del pensamiento onírico que carecen de interés consciente; a pesar de su carencia, en el
sueño adquieren dicha nueva valencia a través de una transferencia proveniente de otros
elementos inmersos en los pensamientos de vigilia, que abundan de interés. Freud explica
que, mientras que en estado de vigilia ciertos pensamientos tienen alto grado de interés para
el individuo, en el sueño y a través del mecanismo de descentralización se les despoja de
dicho valor y se realiza una transferencia a pensamientos oníricos que guardan relación con
el pensamiento despojado de interés, pero que no es foco de atención para el individuo. Es
por ello que en el sueño de la monografía botánica, la “botánica” sea el centro del sueño, o
que la “barba” de su colega sea una característica altamente llamativa; pues, elementos que
carecen de interés en la vigilia, en el sueño pueden adquirir un nuevo valor e interés para el
soñante.

Este mecanismo de desplazamiento justifica el sobredeterminismo del que Freud


habla en la formación de los sueños, pues son estos elementos los que conectan todas las
representaciones que vienen a conformar el sueño en sí, bien sea por oposición o por libre
asociación. Es entonces que el mecanismo de desplazamiento resulta una pieza fundamental
en el análisis el sueño, pues sin esta consideración se pueden omitir elementos oníricos que
dibujen el trayecto de los pensamientos al contenido núcleo del sueño, llegando a su
contenido latente y, por ende a su significado.
2.-

Si todo sueño proviene o cumple el propósito de la realización de un deseo (directo


o por oposición) queda entonces preguntar de dónde proviene el deseo. Pues bien, de la
vida diurna puede proceder el deseo, bien sea porque este haya tenido relevancia en un
evento dado, o si fue un hecho disimulable y carente de interés; Freud agregaba que todo
deseo que no encontrara su satisfacción en la vida diurna (tenga o no en si el particular
interés del individuo) tiene el mismo potencial de generar un sueño, sin importar su
contenido, de si provenga directamente de un deseo consciente sofocado o de un deseo
reprimido en la vida diurna que se censura en el Prcc durante el sueño o si proviene
directamente del Icc. De ese modo, un viaje espontaneo a un lago que se canceló a último
minuto puede ser el detonante del sueño (más aún si este se encuentra en las vísperas del
sueño), o si la eximición de culpa que buscaba Freud ante la opinión que guardaba de su
colega que no encontraba satisfacción en su vida diurna lo encontrara en su sueño de la
barba dorada.

Ahora bien, lo que queda representado en el sueño se fundamenta en los


mecanismos previamente mencionados (aunando a estos otros, como el miramiento por la
figurabilidad y las elaboraciones secundarias) y en las experiencias o vivencias del sujeto
que dejaron una huella mnémica en su aparato psíquico, estén o no éstos últimos al alcance
de la memoria consciente (dando cabida a las vivencias de la infancia que no puedan ser
recordadas, o eventos pasajeros que carecieron de relevancia en el momento en que
ocurrieron), pues serán el material que el sueño evoque para la formación del sueño.

Recordando que el sueño es la satisfacción sustitutiva de un deseo, éste es el que


genera el sueño y, por ende, se observa como el núcleo del mismo. Pero para que este
tenga un lugar en el sueño debe guardar sentido para el soñante, de modo que este lo siga
soñando (el sueño es el guardián del dormir, dicho por Freud). Es por ello que mecanismos
como la condensación y el desplazamiento dan provecho del material mnémico consciente
o inconsciente asociado directa o indirectamente con el deseo en cuestión; es entonces
cuando, del contenido latente se forma el contenido manifiesto como la representación del
cumplimiento del deseo. Cabe destacar que, aunque es posible que el sueño se fundamente
de vivencias experimentadas en las vísperas del sueño, es posible que las representaciones
inmersas en el mismo pertenezcan a vivencias lejanas, incluso halladas en la infancia.

Un ejemplo de todo lo anterior se observa en el sueño de la bella carnicera, cuya


soñante relató que en el sueño quiso dar una comida pero no fue capaz de ello por carencia.
A pesar de parecer a simple vista la contraposición de la tesis de que “todo sueño es el
cumplimiento de un deseo”, lo cierto es que por sus representaciones vienen a disfrazar el
deseo inmerso en el contenido latente, donde la dama sentía celos de una mujer con deseos
de engordar, pues el cumplimiento real de este deseo significaría, según ella, la atracción de
su marido hacia su amiga por encima de ella. Es entonces cuando, pese al contradictorio
contenido manifiesto, en el sueño se cumple el deseo de no consentir a la amiga su afán de
ganar peso, representando en su propio sueño a su amiga como si se tratase de ella misma.

De la misma forma se lo puede representar en el sueño de la inyección de Irma,


inspirado en las vivencias ocurridas en vísperas del sueño, donde experimentó cierto
reproche por parte de su colega amigo de su paciente dado su cumplimiento parcial de la
curación. El deseo a cumplir fue el eximirse de la culpa por las dolencias que persistieron
en la paciente, adjudicando dicha culpa a Irma. En su formación, se ven una serie de
elementos inmersos en diversas vivencias, como la ubicación de sueño (casa de verano
donde se alojaron en vísperas del cumpleaños de su esposa), las características de la
mandíbula de Irma en el sueño (que asociaba con otra paciente, a quien recuerdo por ser
más expresiva que Irma, y que viene a ser representada en el sueño por el deseo de que
Irma se expresase al mismo nivel), la corroboración por parte de un colega de las
observaciones orgánicas en el sueño (aunque dichas corroboraciones no tuvieron lugar
previo al sueño, Freud, la noche anterior escribió un historial clínico para un colega con el
fin de que éste corroborase sus observaciones y validara su proceder).
Todo lo anterior nos lleva a entender el método de interpretación de los sueños
como la vía por excelencia del estudio del inconsciente, los procesos intrínsecos en él y, por
consecuencia, el origen de los conflictos psicopatológicos. Freud menciona que dentro de la
interpretación de un sueño se puede encontrar la génesis de una histeria, sobretodo en el
cumplimiento de aquellos sueños cuyo contenido resulte angustiante para el individuo, sin
mencionar que gran parte de este contenido es reprimido durante la vigilia. Incluso
menciona que en la recreación de un sueño es posible que el soñante imite síntomas
histéricos de otra persona y los asimile dentro de una sintomatología histérica propia.
Observaciones de esta índole pueden encontrarse dentro del análisis exhaustivo de un
sueño; a modo de extraer de lo inconsciente el material causante del conflicto en cuestión
es posible progresar dentro del proceso de abreacción.

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