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Teoría de los

sueños
(p. 5-8)
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
Plantel Texcoco de la Escuela Preparatoria
Equipo 2.
Alumnos:
Cano Páez Melanie Itzel
Hernández Pérez Selene Gabriela
Martínez Arriaga Manlio Fabio
Ponce De anda Valeria Yarazeth
Valencia Lazcano Miriam
Para Freud, los deseos insatisfechos de la vigilia contribuyen a
provocar el sueño, pero no pueden tomarlos por sí solos, pues
siempre es necesaria su conexión con deseos inconscientes.

La fuerza del sueño siempre de lo pulsional inconsciente.

El deseo consciente que el sueño va a descubrir mediante la


interpretación, el deseo inconsciente que subyace, en donde los restos
diurnos son, de importancia secundaria, siendo la fuerza pulsional
inconsciente el motor de la formación del sueño.

Freud habla de los restos diurnos, según sean conscientes. insatisfechos o


reprimidos, les atribuye el papel de meros desencadenadores o
acompañantes de los deseos inconscientes infantiles.
Freud, “Imaginó que el deseo consciente sólo se constituye el estímulo del
sueño cuando consigue despertar un deseo inconsciente de efecto paralelo
con el que reforzar su energía”.

Afirma que se produce una transacción mediante la cual los restos diurnos
toman del deseo inconsciente la fuerza necesaria, y a su vez, estos los utilizan
como medio imprescindible para acceder a la conciencia, lo que serían los
objetos de transferencia

Plantea la existencia de sueños de arriba y sueños de abajo, según provengan de


pensamientos diurnos que durante la noche se refuerzan a partir lo de reprimido
inconsciente o los que provienen de un intendo deseo onconsciente que ha procurado
una subrogación en restos diurnos cualesquiera.
En esta teoría va a remitir al problema general de la angustia
neurótica, aunque no podemos olvidar que estamos lejos del
modelo complejo que obre la angustia ofrece una inhibición
síntoma y angustia, como ejemplo menciona una angustia de
contenido sexual, suyo líbido correspondiente ha experimentado
una transformación en angustia.

Es la existencia de deseos reprimidos que no son tolerados en la


conciencia y que al expresarse provocan displacer.
Haciendo alusión al componente masoquista que surge de transformar en
su contrario los componentes agresivos sádicos, por medio de los sueños
negativos de deseos, se trataría entonces de cubrir la satisfacción de deseos
masoquistas .
En los sueños de contenido Problema de los sueños punitivos (de
angustioso que se acompañan castigo):
de un afecto indiferente, se
produciría un equilibrio entre
Para este tipo de sueños un diferente
la realización de un deseo y la origen habla de "mayor participación del
realización de algo temido yo". a medida que desarrolla su modelo
estructural, va referirse a ellos como la
realización del deseo del superyó en tanto
instancia que ejerce las funciones de la
auto-observación la crítica y contiene el
ideal.
La excepción a la proposición del sueño como
realización de deseos se da al confrontarse con
sueños traumáticos al estudiar el problema de la
neurosis traumática.
Se da por la ruptura de la protección que defiende
el psiquismo contra las excitaciones, por no estar
preparado el sistema para la aparición de un
trauma que supere un cierto límite de energía.
Allí, la función del sueño es de desarrollar la
angustia, para dominar la excitación, lo cual
sería la condición previa e indispensable para
que el principio del placer pueda volver a ser
el eje del sujeto.
Los sueños que no tienen como motor principal
la realización de deseos, no representan más
que una concesión meramente temporal, que en
nada cambia su teoría.
En este sentido, estos sueños alterarían la
función que Freud atribuye al sueño, la del
defensor del reposo.
Lo presenta entonces como una formación de
compromiso con la doble función de preservar
el dormir de acuerdo con el yo, y permitir una
cierta satisfacción a una pulsión reprimida
mediante un cumplimiento alucinatorio de
deseo.
Aportes psicoanalíticos posteriores
Varios autores psicoanalíticos han investigado sobre el
tema de los sueños, partiéndose de las ideas freudianas
sobre la formación, significado y técnica de
interpretación de estos, dando matices o reformulando
radicalmente.
Kantrowitz (2001) plantea que al ciertamente
declinar la importancia de institutos psicoanalíticos
en la enseñanza de los sueños, el interés que se tiene
en la teoría y aplicación clínica sobre este tema ha
crecido durante los últimos años.
Menciona sobre cómo las opiniones sobre los sueños se
relacionan según las perspectivas psicoanalíticas que
se van desarrollando, y señala el paralelísmo entre
mantener dichas perspectivas, entre enfocarse en el
moderno interés que se tiene por los sueños.
Para Kantrowitz los sueños todavía siguen siendo aquellos que están
enlazados con los procesos inconscientes del individuo, así como también
son una fuente información sobre la representación inconsciente de la
relación existente entre paciente y analista.
Cita a Bollas (1998), cuando afirma que se refiere a la psicología unipersonal
cuando todos los pensamientos y sentimientos se derivan del sueño de un
self. En la psicología bipersonal se refiere a las ideas y emociones derivadas
del trabajo dialéctico de dos subjetividades que se encuentran
comprometidas.

Es así que para esta autora, los


sueños iluminan a la
representación inconsciente por
parte del que sueña, así como su
visión en la interacción entre
soñante y analista.
Ferenczi, en los sueños traumáticos, afirma que
los restos diurnos, pueden ser considerados
síntomas de repetición de traumas. «Dada la
naturaleza de los fenómenos inconscientes, el
trauma tiende a estar implícito en las actividades
cotidianas, tanto en las aparentes banalidades de
las relaciones sociales como en la intensidad
emocional de la intimidad» .

Thomä y Kächele, problemas teóricos:

1.- El demostrar el elemento desiderativo infantil


inconsciente en los sueños y cómo hacer
compatibles los sueños de angustia con la teoría.

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