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La palabra feudalismo también hace referencia a la época feudal, que se sitúa en Europa
entre los siglos IX y XV.
Características del feudalismo
No había industria, sino que los productos eran realizados por artesanos.
Una de las causas principales que dieron origen al feudalismo fue la caída del Imperio
Romano y las invasiones de los bárbaros.
División de la sociedad
El feudalismo se caracterizó por una sociedad jerarquizada de forma piramidal en
estamentos sociales, en la que a la cabeza de la pirámide se encontraban los
privilegiados y en la base los no privilegiados.
Por aquel entonces no había clases sociales sino estamentos; es decir que no había
movilidad social y el que nacía pobre moría pobre. Existían tres estamentos: los
caballeros (los que luchaban), los sacerdotes (los que rezaban) y los campesinos (los que
trabajaban).
Los campesinos eran el sostén económico de los sacerdotes y los caballeros. Se suponía
que este orden era divino, que Dios lo había dispuesto así; por lo tanto, de acuerdo a la
concepción de la época, quien se oponía a este orden, se oponía a Dios.
Los Gremios
El término fue ampliamente usado en la Edad Media para designar agrupaciones,
conjuntos o asociaciones de oficios como, por ejemplo, gremios de artesanos, de
obreros, de artistas o comerciantes. Los componentes de los diferentes gremios
generalmente controlaban el conocimiento y los secretos de sus oficios, y ese "arte" era
entonces transmitido tradicionalmente de los maestros a los. En términos de
organización, los gremios pueden ser comparados con los sindicatos, las asociaciones de
profesionistas, los cárteles o incluso, con las mismas sociedades secretas de nuestros
días.
Desde la Edad Media, los gremios eran conocidos como organizaciones que gozaban de
diversos privilegios, generalmente otorgados directamente por el rey o por las
autoridades mercantiles. Además, varios gremios obtenían fondos para apoyar a sus
miembros en dificultades, así como a las viudas y huérfanos de sus agremiados (otra
semejanza con las cooperativas, sindicatos y asociaciones similares actuales). Con el
surgimiento de una economía basada en el capital, el sistema de gremios comenzó a
sufrir fracturas, en principio debido a la división de sus miembros por razones políticas
y económicas.
En los siglos XVIII y XIX, muchos críticos al sistema gremial comenzaron a
manifestarse, destacándose entre ellos Adam Smith, Jean-Jacques Rousseau y Karl
Marx (este último en su Manifiesto del Partido Comunista, 1848). Tales críticas eran,
generalmente, relacionadas con la innovación, transferencia tecnológica y la apertura de
nuevos negocios, dado que el sistema de gremios frenaba el libre comercio por engrosar
la estructura social urbana.
Después de la Revolución Francesa (1789), cuya onda de choque se propagó por la
mayoría de los países europeos a lo largo del siglo XIX, las organizaciones comerciales
y artesanales etiquetadas como gremios se volvieron muy débiles y fueron
paulatinamente substituidas por el libre comercio. Algunas profesiones tradicionales,
rituales y otras asociaciones conservan hasta nuestros días una estructura gremial
similar a la de la Edad Media, como es el caso, por ejemplo, de los "Compagnons"
("compañeros") en Francia, así como oficios, como zapateros y barberos, por ejemplo,
en varias partes de Europa. Por extensión, algunas organizaciones secretas, como el
caso de los Francmasones, que se originaron a partir del Renacimiento, tienen también
raíces en gremios de la Edad Media.
Los burgos: En la Edad Media, fortaleza construida por los nobles feudales para vigilar
los territorios de su jurisdicción, donde se asentaban los gremios, entre otros, de
comerciantes y artesanos.
La Monarquía Absoluta
Un monarquía absoluta o monarquía absolutista es una forma de gobierno que destina la
totalidad del poder político a las manos de un rey. En ella no existe separación alguna
de poderes ni contrapesos a la voluntad del monarca, ya sea que existan o no
instituciones políticas distintas al trono (como el parlamento o los tribunales). En este
sistema, la palabra del monarca es ley, y ninguna fuerza del Estado puede llevarle la
contraria.
La monarquía absoluta guarda relación con el absolutismo, un sistema de gobierno
establecido durante la edad moderna; se originó en Francia, desarrollándose entre los
años 1500 y 1800, donde se diseminó por otros países de Europa.
Su instauración surge de una teoría creada por los franceses, identificada como “Teoría
del Derecho Divino del Poder Real”; la cual sostuvo la idea que el rey era un elegido de
Dios para gobernar, o en otros casos era el propio Dios encarnado. Ejemplo de ello fue
el periodo colonial, donde los reyes católicos tenían todo el poder, tanto social como
económico.
Las monarquías de este tipo fueron comunes durante gran parte de la historia antigua,
aunque de modos muy distintos según la cultura. Casi siempre solía pensarse que el
poder del monarca era divino (o sea, que emanaba de un Dios o que el propio rey era
uno), de modo que su palabra era sagrada e incontrovertible.
Sin embargo, la monarquía absolutista se vincula con las monarquías autoritarias de la
Europa occidental de finales del Medioevo e inicios de la Edad Moderna, consecuencia
de la crisis del sistema feudal y del inicio del proceso de transformaciones que
condujeron al capitalismo.
Un perfecto representante de esta forma de gobierno fue Luis XIV, rey francés que
gobernó de 1643 a 1715. Ejercía en persona los tres poderes políticos (ejecutivo,
legislativo y judicial) y a quien se le atribuye la frase “L’État, c’est moi” (en francés:
“El estado soy yo”).
Asimismo, el último representante del absolutismo en Europa fue el zar Nicolás II de
Rusia, quien gobernó desde 1894 hasta su abdicación frente a la Revolución de febrero
de 1917.
La mayoría de las monarquías absolutistas de Europa acabaron convirtiéndose en
monarquías constitucionales, debido a presiones internas y externas, o cayendo bajo el
peso de violentas revoluciones, para dar paso a gobiernos republicanos de distinta
naturaleza.
Características de la monarquía absolutista
En general, las monarquías absolutistas se caracterizan por:
Otorga a un monarca el control absoluto del Estado, de modo que en su persona misma
se encarne la soberanía nacional. El monarca es un gobernante vitalicio y de la nobleza.
Carece de toda separación de poderes públicos (ejecutivo, legislativo y judicial), ya que
o son ejercidos directamente por el propio rey, o éste tiene la voz final para aprobar o
rechazar las decisiones de cualquier institución del Estado.
Como consecuencia de lo anterior, el rey no podía ser sometido a juicios de ningún tipo
por parte de sus súbditos, sin importar las medidas que hubiese tomado o las decisiones
que hiciera.
El ejercicio del poder del monarca se vincula de un modo u otro con la ley de Dios, o
con los mandatos divinos, y por lo tanto se considera que el rey gobierna como emisario
de la voluntad divina.