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Supuestos prácticos para poner límites

*Encontrarás las soluciones en la siguiente página.


Realiza los ejercicios antes de consultar las respuestas.

Poner límites
1. Niños “violentos”:
Paula es una niña de 3 años que no gestiona bien su frustración. Cuando se pone nervio-
sa tiende a pegar y morder a los niños. Su profesora ya ha hablado con su mamá, ya que
esta conducta también se ha producido en la escuela.
Hoy, en casa de su amiga Sara, Paula se ha puesto muy nerviosa porque quería
uno de los juguetes de su amiga. Cuando ésta no se lo ha dejado, se ha enfadado y le ha
mordido. ¿Qué podemos hacer ante una situación así?

2. No quiere calzarse:

Pedro es un niño al que le cuesta mucho ponerse los zapatos, le gusta caminar des-
calzo por casa y siempre que tienen que salir, surge un conflicto con sus papás para
que el pequeño se calce.
En este momento Pedro tiene que salir hacia el colegio y su papá tiene que ir a trabajar.
Al ver a su padre coger sus zapatos, Pedro empieza a correr por la casa, escapando.
¿Qué puede hacer el padre para conseguir que el niño se calce?

3. No quiere ir al baño:
Jaime es un niño al que no le gusta nada ir al baño. Siempre evita la situación y termina
haciéndose sus necesidades encima. No importa el lugar en el que se encuentre. Aunque
esté en el parque o en un restaurante, siempre que su mamá le sugiere ir al baño, él le
contesta enfadado que no quiere. ¿Qué puede hacer su mamá para corregir esta situa-
ción?
Soluciones:
Estas son algunas de las opciones adecuadas de reacción a los conflictos expuestos an-
teriormente. Por supuesto, no son las únicas alternativas posibles, pero espero que pue-
dan servirte de guía para resolver situaciones cotidianas con tus pequeños.

1.- a) En el momento del mordisco: Paula, cuando Sara termine de jugar con el mu-
ñeco, podrás jugar tú. Si quieres, podemos esperar juntas y jugar mientras con otra cosa,
pero no quiero que la muerdas.
La mamá se sentará al lado de Paula para impedir que vuelva a morder. Jugará
con ella, la distraerá e impedirá que la niña reaccione de nuevo de forma violenta si se
pone nerviosa.
b) Antes del mordisco: La mamá de Paula pondrá a la niña en preaviso: “Estamos
llegando a casa de Sara. Si te pones nerviosa me puedes pedir ayuda, pero no quiero que
muerdas ni pegues. Si haces daño a Sara, nos iremos a casa”.
Anticiparse a los problemas ayudará al niño a desarrollar sus funciones ejecutivas,
a trabajar el autocontrol y a asumir las responsabilidades de sus actos. Siempre que pue-
das, te recomiendo que trates de avisar al niño de cuáles serán las consecuencias de sus
actos. 



2.- a) En el momento de calzarse: Éste es un ejemplo claro de una situación que po-
dría resolverse jugando. En el momento en el que Pedro se ponga a correr, su papá po-
dría comenzar a perseguirle a modo de juego: “Así que te escapas, eh? Ven aquí… ¡no te
escaparás!” y en el momento en el que le alcance hacerle cosquillas o pedorretas en la
barriga y llevarlo a la habitación. Una vez allí, puede darle pequeños mordiscos en los de-
dos de los pies mientras le calza.
b) Antes de calzarse: Dado que a Pedro no le gusta ponerse los zapatos, está
bien que le anticipemos la situación. 5 minutos antes de tener que salir, le avisaremos de
que en unos minutos tendremos que estar listos, con los zapatos puestos y le podemos
pedir que elija cuáles quiere ponerse hoy.
3.- a) En el momento de ir al baño: La mamá de Jaime podría intervenir diciéndole
algo así: “Jaime, ahora es momento de ir al baño”. Cogerle de la mano y llevarlo, de ma-
nera suave, pero firme. “En cuanto hagas pis, podrás seguir jugando”.
b) Antes de ir al baño: Una vez más, anticiparnos a la situación. A ninguno nos
gusta que nos interrumpan cuando estamos concentrados en algo que nos entretiene
para hacer algo que no nos resulta agradable. Y menos, sin preaviso. Por lo que sugeriría
algo así: 5 minutos antes de ir al baño, avisaremos al niño: “Jaime, en 5 minutos te pediré
que vayamos al baño. Así que no quiero que te enfades cuando te lo pida”.

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