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Otras aclaraciones/reglas:
• Tanto alfas como omegas se presentan y tienen su primer celo a la edad
de 13 años, aunque esto puede variar en cada individuo
• Los omegas hombres NO tienen senos, pero estando en cinta si les crecen
un poco durante tres años para poder amamantar a sus cachorros
• Los omegas, tanto hombres como mujeres utilizan ropa como vestidos y
otros accesorios y ropa interior que son "femeninas". Los alfas, tanto
hombres homo mujeres, utilizan ropa "masculina" como trajes, camisas,
pantalones y demás. Y los betas según su género también.
• Los reinos tienen nombres de gemas y piedras preciosas.
• Pueden imaginarse a Taehyung y a Jungkook como a ustedes les de la
gana según estas "reglas". Aún así les dejo un edit para que más o menos
se hagan una idea si les cuesta un poco hacerlo.
Es medio soso pero usen su
• No quiero comentarios insultando o faltando el respeto a nadie. Puedo
tolerar los insultos hacia personajes que solo se hacen de odiar, ya que
esto es FICCIÓN y se entiende que no nos referimos a las personas reales
• Si pongo a algún personaje como "malo" no es porque me caiga mal o lo
odie, como por ejemplo al ganado que puede tener Tae o Kook. No sean
ridículxs, FICCIÓN.
Suena tonto aclarar esto, pero nunca falta algunx :)
• Los que me siguen desde hace tiempo saben que actualizo bastante
seguido, casi todos los días, pero tengo una vida y hay veces en las que me
tardo más de lo acostumbrado. No me molestan los comentarios o
mensajes en mi tablero preguntando cuándo actualizo, pero si es molesto
cuando esa pregunta se convierte en exigencia y dicho no muy amable.
• Nunca me pasó y espero que no me pase, pero si algo en esta historia les
recuerda a otra, no la comparen porque se siente feo :( , uno siempre
intenta ser original y darle su toque a cada cosa y personaje.
• No todo personaje que aparezca será alguna figura famosa o idol, varios
serán personajes ficticios completamente aunque tengan nombres de
algún ídolo/idóla que conozcan
• Suelo corregir los errores ortográficos y demás una vez acabo la historia,
aún así no me molesta para nada que me marquen los errores que no vi
antes para luego corregirlo, se les agradece también ♡
• Este universo está ambientado en la edad donde gobernaban los reyes en
monarquía (obviamente) pero habrán cosas de hoy en día que en ese
tiempo no (modernos) como por ejemplo los accesorios (joyas) y
vestimentas, entre otras cosas.
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Seis años después. Actualidad.
Reino de oro, una semana antes de la boda arreglada de Park Jimin con el
heredero al trono del reino zafiro, Jeon Jungkook.
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Cuando el príncipe Jimin ingresó a su habitación junto con su más querido y
leal "dama de compañía", borró por completo la sonrisa que mantuvo durante
todo el almuerzo con sus padres, y su inmaculada postura se desmoronó con
la rapidez con la que las gotas de lluvia caían al suelo en una tormenta.
Se echó sobre su gran cama de sábanas de seda dorada, y dejó que sus
sollozos pudieran ser escuchando en toda la habitación.
—Alteza... —Taehyung se acercó a él con un pañuelo para limpiar sus
lágrimas—. Es una noticia terrible, lo siento.
Jimin aceptó amablemente el pañuelo, más solo lo apretó fuerte entre sus
manos sin detener su llanto.
—No quiero...No quiero casarme con alguien que no sea Yoon —dijo entre
lágrimas que no dejaban de caer, con dolor en cada una de sus palabras—. No
conozco a ese alfa, no quiero conocerlo...
—Escuché que es un delta... —comentó en un intento por pintar las cosas
mejor a vista del príncipe, aunque sabía que era imposible.
—No me importa que sea...Yo amo a un beta, sabes que siempre he amado a
Yoon —dijo buscando la calidez de los brazos ajenos, queriendo calmarse con
el dulce aroma a arándanos tan único en el omega peligris, que lograba
hacerlo sentir bien cada vez que se sentía triste—. Yoon me ama también, y le
prometí encontrar la forma de estar juntos...Pero no podré cumplir con mi
palabra.
Taehyung se sentía impotente al no poder ayudarlo de ninguna forma. Le
resultaba tan cruel que los reyes hayan planeado un matrimonio arreglado sin
consultar absolutamente nada con el príncipe, sólo se sentaron a almorzar
hoy y le informaron que llevaban meses organizando ésto.
"En una semana te casas con el heredero del reino zafiro, así que ve
preparándote para ser un omega digno de un príncipe como él"
Ni siquiera pidieron escuchar la opinión del príncipe, solo se lo informaron,
sabiendo que no podría negarse u objetar absolutamente nada. Y lo que más
le destrozó el corazón fue ver la mirada del príncipe oscurecerse cuando
escuchó la noticia, pero en su rostro solo se mostraba una sonrisa conforme
fingiendo que estaba de acuerdo con aquello, porque sabía que de nada servía
negarse ante sus padres.
Jimin era alguien tan fuerte.
—Si tan solo pudiera hacer algo para ayudarlo, alteza... —dijo con pura
impotencia en su voz mientras acariciaba la espalda contraria—. Haría lo que
fuera para ayudarlo y que sea feliz, lo sabe.
—Lo sé, Tae...Lo sé —respondió totalmente agradecido con el omega que se
volvió una de las personas más importantes para él.
Pasaron varios minutos en los que el príncipe se desahogaba y Taehyung
intentaba hacer que se sintiera mejor con puro apoyo moral, que era lo único
que podía ofrecerle. En un momento Jimin detuvo su llanto y se separó
limpiando sus lágrimas.
Cuando sus miradas conectaron, Taehyung supo que esa decisión en la
mirada del príncipe significaba solo una cosa.
—Taehyung... —tomó sus manos y lo miró con total sinceridad—. Tengo un
plan. Pero es demasiado arriesgado y no puedo prometer que si me ayudas
saldrás ileso o sin un castigo, pero-
—Acepto —respondió totalmente decidido, con tanta seguridad en sus ojos
que Jimin no dudó ni un momento de su sinceridad—. Solo dígame que hacer
y lo haré sin dudarlo, porque le debo mi vida y mi más grande deseo es su
felicidad.
Jimin le sonrió totalmente agradecido y lo abrazó con fuerza, volviendo a
sollozar.
—No te preocupes. No permitiré que mueras, te llevaré conmigo de una u otra
forma.
—¿Llevarme con usted? —preguntó sin comprender a lo que se refería—.
¿Piensa...huir junto con Min?
—Sí.
Taehyung lo separó para mirarlo fijo, con preocupación en su mirada.
—Alteza, si no logran irse y los atrapan, los asesinarán —dijo con miedo
comenzando a instalarse en él al imaginarse distintos escenarios en los que
nada salía bien—. No solo eso, sino que el reino de zafiro podría tomar sus
acciones como traición e invadir el reino. Esta alianza es para que el reino
tenga mejores defensas, ese reino tiene un número gigante de soldados
dispuestos a invadir cualquier otro reino, y éste no cuenta con lo suficiente
como para defenderse aunque sea un poco.
El príncipe Jimin negó con la cabeza y le sonrió tranquilo.
—Hablaré con Yoon para formar un plan que sea infalible. Y por lo otro no te
preocupes, ese reino es famoso por creerse mejor que los demás y estoy casi
seguro de que nos verán como idiotas por negarse a una unión con ellos, nos
obligarán a pagarles ya sea con oro o con todos los soldados que disponemos,
pero no arruinarian este reino porque los dejaría como unos necesitados de
un "reino inferior" —dijo haciendo comillas con los dedos—. No conozco al
príncipe, pero estoy seguro de que a menos que quiera realmente casarse
conmigo, no creo que utilice la violencia.
—¿Está completamente seguro de eso? —preguntó un poco preocupado por
que las cosas no salieran de esa forma—. ¿Y si algo sale mal?, ¿Qué sucederá si
se enfadan y envían a invadir el reino?
—Mi padre ya se las arreglará para buscar una solución —juntó sus manos
entrelazandolas con las contrarias, y le sonrió intentando tranquilizarlo—.
Prometo que todo saldrá bien, y volveremos por tí.
Taehyung negó con la cabeza y le sonrió de igual forma.
—Si logran huir juntos, entonces mi tarea estaría completa.
La lealtad era la mayor virtud de Taehyung, y juró por su vida que le sería leal a
su príncipe, entonces haría todo lo posible para que sus deseos se cumplieran.
Incluso si su vida peligraba, porque se lo debía y quería pasárselo de la forma
más sincera posible.
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Actualidad.
Reino de oro, día de la boda.
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Como el arreglo era que el príncipe Jimin iba a mudarse al reino zafiro,
decidieron festejar la boda en el reino de oro como una especie de despedida
a pedido del omega.
La realidad detrás de ese pedido, era que Min Yoongi, el beta amante del
príncipe y con quien iba a huir del reino, tenía gente en el lugar que los iba a
ayudar a salir del reino sin que nadie lograra seguirlos. El plan estaba
fríamente calculado, y aunque el príncipe no quería abandonar a su dama de
honor, éste mismo aceptó llevar a cabo la idea del beta:
Hacerse pasar por Jimin durante la ceremonia, aprovechando que el traje con
el que iba a casarse constaba de un tul que impedía que su rostro fuera
identificado hasta el momento en el que debe de responder si acepta al alfa
como su esposo.
El tiempo de preparación, sumado al de la ceremonia, iban a ser suficientes
como para que lograran huir por un bosque cercano al castillo que no iba a
estar muy vigilado. La mayoría de los soldados estarían en su mayoría dentro
y fuera del castillo, así como en el jardín y la parte trasera, ya que la seguridad
de ambos príncipes era prioridad.
Taehyung de pasó una semana preparando las maletas que estarían
escondidas sobre un árbol marcado del bosque. Cada noche y cuando tenía
tiempo, llevaba mudas de ropa, agua en varias botas de agua y alimento la
noche anterior para que tuvieran un viaje sin pasar hambre. Obviamente
también dejó allí dinero y oro que podría serles de ayuda.
Con todo ya preparado, solo era cuestión de tiempo para que Yoongi les diera
la señal y comenzaran el plan que no podía tener fallas.
—¿Podrían dejarme solo un momento? —preguntó Jimin a las criadas y
estilistas que se estaban encargando de dejarlo bonito para el príncipe que
sería su esposo—. Necesito mentalizarme para algo tan importante.
Las betas y omegas asintieron, entendiendo la manera en la que el príncipe se
estaría sintiendo cuando estaba a punto de casarse. Cuando abandonaron la
habitación, Taehyung salió del armario donde se había escondido, y Jimin se
apresuró a quitarse el vestido que utilizaría.
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Entrada al reino de zafiro. Actualidad.
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Ciertamente fue un viaje largo. De no ser por los gritos de las personas de
fuera, no se hubiera despertado sino hasta llegar al castillo cuando Jungkook
lo despertara.
—¿Qué es ese ruido? —preguntó mientras se frotaba los ojos intentando
despertar por completo.
—Es nuestro pueblo dándonos la bienvenida —respondió el alfa observándolo
a su lado—. La gente sabe que iba a casarme con el príncipe Park, deben de
estar emocionados por eso. Aunque se llevarán una gran sorpresa cuando
vean que no es ése príncipe el que lleva mi anillo —dijo con diversión.
Aquello solo preocupó e hizo sentir mal al omega, que creía que iba a ser
rechazado por la gente por no ser de la realeza.
—Ellos esperan a su alteza...No van a aceptarme —dijo bajando la mirada.
Jungkook al escucharlo frunció el ceño y negó con la cabeza. Tomó su rostro
entre sus manos para hacer que sus miradas conectaran, y le sonrió landino.
—Ellos te amarán por el solo hecho de ser mi esposo —aseguró, luego su
mirada de volvió seria—. Y todo aquel que no lo haga o comente algo
despectivo sobre ti, será ejecutado.
—¿E-Ejecutado?
—Así es. Deben de respetarte tanto como a mí y a mis padres, o de lo contrario
le estarían faltando el respeto a la realeza —acarició debajo de sus ojos con los
pulgares, y se acercó un poco más—. Pero no te preocupes, nadie es tan
suicida como para faltarle el respeto a la persona con la que me casé.
—... ¿Siempre usas la violencia cuando algo te desagrada? —preguntó con un
tono de regaño que salió sin querer.
Aquello le causó gracia al alfa, que solo rió y asintió con la cabeza sin borrar la
sonrisa.
—Te lo dije, soy caprichoso y muy rencoroso, por lo que no me tiembla la voz
al ordenar acabar con alguien, o me tiembla la mano para golpear a quien se
atreva a molestarme —dijo como si fuera lo habitual—. El poder te permite
comportarte como se te de la gana con los que no lo tienen, y eso es algo que
debes de saber muy bien e implementar a partir de ahora como mi esposo y
también rey.
—Prefiero dejarte eso a ti —respondió disgustado con la idea de utilizar el
poder para derramar sangre sin motivo suficiente.
—A partir de ahora, todo lo que quieras, me lo pides y te lo daré —dijo
acercándose para olfatear el aroma que desprendía su cuello—. Lo tendrás
todo mientras estés a mi lado; joyas, vestidos, postres, accesorios, todo lo que
quieras te lo daré...E incluso si me pides que asesine, castigue o encierre a
alguien que te molestó, lo haré inmediatamente.
—No necesito mucho para ser feliz —respondió también aspirando el aroma
contrario—. Tampoco que asesines a alguien por mí, sé defenderme solo,
gracias.
—Pude suponer eso ya que creciste de forma humilde —se atrevió a lamer la
piel de su cuello, haciendo que un escalofrío le recorriera el cuerpo al pobre
omega—. De igual forma lo tendrás todo, y haré que te acostumbres a ello.
Taehyung iba a responder, pero el gruñido de si estómago lo hizo callar
abruptamente. Todo quedó en silencio, y el omega bajó la mirada
avergonzado, y su pena solo aumentó cuando Jungkook soltó una pequeña
risa.
—¿Tienes hambre, cariño?
—U-Un poco —respondió llevando sus manos a la altura de su estómago—.
¿Nos falta mucho?
Jungkook negó, y alzó su dedo índice justo en el momento en el que se
escucharon trompetas desde fuera, y el carruaje se detuvo.
—Justo a tiempo.
El alfa se alejó solo para acomodar su traje, y Taehyung tardó un momento en
darse cuenta de que también debería de acomodar su ropa y cabello. Se
limpió las comisuras de sus labios solo por si tenía baba seca de haberse
dormido casi todo el camino, y luego volteó a ver al azabache como
preguntándole que debía de hacer.
Al parecer éste lo notó, ya que se puso de pie y le extendió la mano para que la
tomara.
—Solo debes de mantener la cabeza en alto y caminar a mi lado —Taehyung
tomó su mano, y el alfa acercó sus labios al dorso para dejar un delicado
beso—. Ahora eres el esposo y también futuro rey de éste reino, no lo olvides.
Taehyung suspiró y asintió, apretando el agarre de su mano en un intento por
contagiarse un poco de confianza de esa forma. Le temblaba hasta el alma, y
no tenía ni idea de cómo comportarse con las personas de ese castillo. Casi
siente que el aire le falta cuando recuerda que va a conocer a los padres del
alfa, los reyes del reino más poderoso.
—¡El príncipe Jeon acaba de regresar con su esposo, el príncipe del reino de
oro, Park Jimin! —escuchó una voz masculina gritar desde fuera.
Aquello solo logró hacerlo sentirse mucho más inseguro y temeroso. Todos
esperaban al príncipe Park, no a un simple hijo de una sirvienta de la realeza,
iban a sentirse muy decepcionados seguramente.
—¡Reciban al nuevo matrimonio del reino!
La puerta del carruaje se abrió, y Jungkook fue el primero en bajar, para luego
girarse y ayudar a Taehyung a bajarse también. En ese momento Taehyung se
sentía ausente, simplemente dejaba que el alfa lo guiara mientras él solo
intentaba hacer lo que anteriormente se le dijo: mantener la mirada en alto y
caminar junto a su esposo.
El azabache notó su incomodidad, y antes de dar el primera paso, levantó la
mano llamando la atención de todos los presentes, callando la melodía de las
trompetas. Taehyung también salió de su pequeño trance y volteó a verlo con
curiosidad.
Jungkook se veía tranquilo, y soltó su mano para colocarla en su cintura casi
rodeando su cadera con un solo brazo, luego le sonrió y giró para darle una
rápida mirada a todos.
—Escuchen con atención, saben que no voy a repetirlo —pidió sonando tan
tranquilo como amenazante al mismo tiempo—. Todos saben que iba a
casarme con el príncipe Park del reino de oro, pero algunas cosas sucedieron y
en su lugar tomé la mano de éste precioso omega a mi lado.
Taehyung volteó a ver a las personas por pura curiosidad, queriendo saber
que era lo que sus rostros reflejaban al enterarse de algo como eso, y se sintió
un poco más tranquilo cuando nadie reaccionó mostrando disgusto o algo
parecido.
—Su nombre es Kim Taehyung. Ahora llamado Jeon Taehyung, ¿Y quién es
éste omega? —preguntó sabiendo que todos se estarían preguntando si era un
príncipe de algún otro reino o hijo de nobles—. Él es mi esposo, mi omega y el
futuro padre de mis cachorros, y eso es todo lo que deben saber, ¿Entendido?
Todos respondieron afirmativamente, casi al mismo tiempo junto con
reverencias de noventa grados. El omega peligris se sintió mucho más
tranquilo luego de las palabras del alfa, y volteó a verlo solo para regalarle una
pequeña sonrisa a modo de agradecimiento. Sonrisa que el azabache
correspondió.
—Vamos. Mis padres querrán conocerte —animó, y comenzó a caminar
haciendo que él también lo hiciera a su lado.
Bien, los nervios volvieron a él.
Pero al menos ahora sí pudo caminar con la cabeza en alto, al lado de su
esposo y alfa. Aquello se escuchaba tan extraño, y lo hacía sentir incluso más
extraño. Su lobo no ayudaba, se comportaba como nunca antes y eso solo
confundía al pobre omega.
Bien. Conocer a los reyes. Podía con eso.
Claro que sí.
Los quiero 💚
G.GG
•|♔| Tres |♔| •
Mientras avanzaba junto con Jungkook y la figura de los reyes sentados en sus
tronos se hizo más clara, Taehyung lo notó en sus miradas.
Ellos sabían que no era el príncipe Park.
Ambos se detuvieron cuando estuvieron frente a ellos, y luego de una
respetuosa reverencia, Taehyung inconscientemente se movió un poco hasta
quedar más cerca del alfa en busca de seguridad ante la intensa y analítica
mirada de los reyes.
—Madre, padre, estamos de regreso —tomó la mano del omega sin apartar la
mirada de sus progenitores—. Déjenme presentarles a mi esposo. Él es-
—Jeon Jungkook —habló la mujer alfa con una voz de advertencia—. Fue hace
algunos años, pero cuando el príncipe del reino esmeralda asumió el trono y
asistimos a la ceremonia, él príncipe Park y los reyes estaban presentes. Y
déjame decirte que éste no se parece a él.
—No lo es —respondió Jungkook con la tranquilidad que lo caracteriza—. El
príncipe Park huyó, y éste precioso omega lo ayudó tomando su lugar en la
ceremonia. Me enamoró a primera vista y le entregué mi anillo —dijo
levantando la mano del omega que llevaba el anillo.
El rostro de los reyes fue todo un poema cuando vieron el anillo en la mano de
ese omega "cualquiera".
—Esto ya es demasiado, Jungkook —habló la alfa poniéndose de pie de forma
amenazante, y apuntó al omega peligris, que permanecía quieto en su lugar
con la mirada gacha—. ¿Crees que puedes colocarle ese anillo a cualquiera?,
¡Éste es un omega cualquiera, estoy segura de que ni siquiera es hijo de un
noble, no es nadie!
Taehyung no pudo evitar sentirse afectado por sus palabras, a pesar de estar
de acuerdo con ella y saber que no había ninguna mentira en sus palabras, le
fue imposible no sentirse despreciado y ofendido. El príncipe alfa notó en su
aroma y en sus manos temblorosas que aquello le había afectado, y lo colocó
detrás suyo para que sus padres no siguieran viéndolo de esa forma.
—Su nombre es Kim Taehyung, y ahora es mi esposo —respondió
manteniendo el tono de voz tranquilo, pero sus ojos eran amenazantes al
observar a su madre—. Y no, no es de la realeza ni hijo de nobles, ni siquiera de
cleros, pero yo lo elegí y saben perfectamente que no van a poder hacer nada
contra eso.
—¡Somos los reyes y tus padres, y no vamos a permitir que hagas cosas
incorrectas que dejen al reino mal visto! —la mujer se acercó bajando los
peldaños, directo a enfrentarse a su hijo—. Vas a quitarle ese anillo y a enviarlo
de nuevo a su reino, y luego ese mismo arderá en llamas por las acciones del
príncipe Park que se burló de nosotros.
Sus palabras hicieron eco en la cabeza de Taehyung, que inmediatamente tiró
de la mano del alfa para que volteara a verlo.
—¡N-No! —pidió suplicando con la mirada—. Dijiste que si aceptaba no ibas a
hacer nada en contra del príncipe o el reino...
—Y cumpliré con mi palabra, cariño —respondió tranquilo, sonriendole como
si su madre y reina no estuviera frente a ellos—. No te preocupes, déjame esto
a mí.
—No puedo creer esto —comentó la mujer riendo sin gracia, y con la mirada
fija en el omega—. ¿Qué fue lo que le hiciste a mi hijo para que actúe de esta
forma?, se nota que solo eres un pobre omega que busca una mejor vida, pero
no creas que-
—Madre, ya basta —ordenó recurriendo a su voz de mando cuando las
palabras de la mujer no le gustaron para nada.
Tanto los reyes como Taehyung bajaron la cabeza sumisos, pero a diferencia
de la mujer alfa, el omega se atrevió a hablar luego de unos segundos,
soltandose del agarre del alfa.
—T-Te lo dije desde un principio, esto es una locura —dijo con su mirada fija
en la del azabache—. Esto no va a funcionar, porque no soy un omega de la
realeza. No puedes simplemente-
Jungkook lo calló colocando su dedo índice sobre sus labios, con esa postura
firme y esa tranquilidad que parecía impacible en él. Le sonrío tan tranquilo y
seguro que el peligris sintió que nada iba a salir bien, irónicamente.
—Cariño, ven conmigo un momento —pidió volviendo a tomar su mano para
comenzar a caminar hacia las escaleras.
—¡Jeon Jungkook, ¿Dónde creer que vas?! —gritó la reina desde su lugar,
completamente enfadada—. ¡Esta conversación no ha terminado!
El alfa se detuvo en los primeros escalones para voltear a verla.
—Espérenme en su despacho, iré en unos minutos —habló como si la situación
no fuera nada, y acto seguido continuó subiendo los escalones junto con el
omega, que no sabía que iba a ser de él en ese lugar.
No tenía idea de a dónde lo estaba llevando, y la mirada curiosa de los
guardias y sirvientes que se cruzaban en el camino y saludaban al alfa, lo
ponía aún más nervioso. Se sentía tan fuera de lugar que quería llorar, no
tenía un buen presentimiento acerca de todo esto, todo lo que el alfa le estaba
proponiendo era una locura imposible, según él.
Sus nervios solo aumentaron cuando Jungkook lo hizo ingresar a una
habitación, y cerró la puerta detrás suyo para luego atraerlo a su cuerpo desde
su cintura. Sus rostros habían quedado tan cerca que el lobo del omega se
volvió loco una vez más.
—¿Qué te parece nuestra habitación? —preguntó Jungkook sin dejar de
mirarlo.
—¿Eh? —Taehyung recorrió el lugar con la mirada, y solo en ese momento se
dio cuenta de que se trataba de una gran y lujosa habitación, digna de la
realeza—. Jungkook, esta no-
—Si no te gusta algo podemos cambiarlo —interrumpió también recorriendo
la habitación con la mirada—. Te dejaré la decoración a ti si quieres, y también
puedes elegir si agregarle algo más.
—Jungkook, escúchame —pidió llevando ambas manos al rostro contrario, y
supo que estuvo bien hacerlo cuando el alfa lo miró con completa atención al
sentir su tacto—. E-Esto no va a funcionar, tus padres no van a permitirlo y
tienen toda la razón para no hacerlo porque...Esto simplemente no tiene
sentido —dijo evidenciando su malestar.
—Cariño —llevó sus manos a las contrarias que permanecían en sus mejillas—.
Te dije que no tenías por qué preocuparte, yo me encargaré de todo, ¿Acaso
no confías en mí?
—¡Claro que no! —aparto sus manos y negó con la cabeza varias veces, luego
volvió a mirarlo, pero esta vez con más seriedad—. No te conozco, no me
conoces. Solo sabes mi nombre y ahora estás actuando como si no te
importara nada, te estás ganando problemas por un omega que a penas
conoces, que no te ama...
Jungkook permaneció en silencio durante unos segundos con su mirada sobre
la suya, luego simplemente rió leve.
—Eso es lo de menos en este momento, llegará el día en el que lo sabré
absolutamente todo sobre ti —respondió tan tranquilo como solo él podía
estar en una situación como ésta—. Y sí, todavía no me amas, pero lo harás —
aseguró acariciando una de sus mejillas—. No sé si yo lo haré también, pero
ahora de lo que estoy completamente seguro es de que quiero que seas
completamente mío, Kim Taehyung.
Tan habilidoso como cuidadoso, de un momento a otro lo había recostado
sobre la extensa cama de sábanas de seda color azul oscuro con detalles
dorados. El omega soltó un gemido de sorpresa cuando el alfa sostuvo sus
muñecas contra el colchón sin ejercer mucha fuerza, y se acercó a su cuello
para comenzar a olfatear.
—J-Jungkook-
—Te lo dije antes, soy muy caprichoso y siempre consigo lo que quiero... —
soltó una de sus muñecas solo para desprender el cuello del vestido que aún
llevaba puesto, para sentirlo mejor—. Ni siquiera mis padres, los reyes, van a
impedir que te tenga para mí si así lo quiero. Me gustas, Kim Taehyung.
Taehyung comenzaba a marearse por el aroma del alfa, que en ese momento
se intensificó hasta el punto en el que creyó que lo estaba haciendo a
propósito para marcarlo con éste.
—N-No puedes ganarte el rencor de tus padres por un omega que ahora te
gusta y quizás mañana ya no... —intentó hacerle comprender lo que estaba
queriendo decirle—. No puedes hacer lo que quiera-
Se calló abruptamente cuando el alfa se separó un poco para mirarlo a los
ojos. Su mirada era mucho más intensa, tenía un brillo que le pareció
peligroso por alguna razón, y no se animó a decir alguna otra palabra.
—Soy Jeon Jungkook, heredero al trono del reino más poderoso, un alfa puro
al que incluso sus padres le temen —habló con la ya conocida tranquilidad,
pero su voz sonaba un par de tonos más bajos—. Tengo al maldito mundo en
mis manos, y tendré absolutamente todo lo que quiera...Y te quiero a ti, así
que voy a tenerte cueste lo que cueste, ¿Comprendes, cariño?
Taehyung no lo comprendía. Y no comprenderlo ni saber si lo que le estaba
diciendo era bueno o malo, lo hacía sentirse asustado. Su mirada en ese
momento lo asustaba, porque lo veía como si fuera la mejor presa de todo el
bosque, como si fuera a hacer con él lo que quiera por el simple hecho de
poder hacerlo.
Cerró los ojos con fuerza cuando ya no pudo mantenerle la mirada, y éstos
comenzaban a cristalizarse.
—¿Me temes? —preguntó el alfa acercándose para acariciar su mandíbula y
mejillas con la punta de su nariz—. Incluso tu aroma asustado es delicioso...
—T-Todo esto...me asusta —confesó sin abrir sus ojos, molesto con su lobo
por estar disfrutando de la cercanía del alfa, cuando él se estaba muriendo de
miedo ante el inexplicable capricho por él.
—No tienes de qué preocuparte —notó que una lágrima escapó de uno de los
ojitos cerrados del omega, y lamió todo el recorrido hasta llegar a sus
párpados, donde dejó un suave beso—. Yo resolveré todo. Tú solo tienes que
permanecer a mi lado, y lo tendrás absolutamente todo, porque serás mío y
llegarás a amarme tanto como yo te deseo...
—¿C-Cómo estás tan seguro de eso? —preguntó animándose a abrir sus ojos
para mirarlo—. ¿Y si no llego a sentir nada por ti?, ¿Y si no quiero estar contigo?
Jungkook le sonrió landino y llevó una de sus manos al cuello contrario,
comenzando a trazar un camino desde esa zona hasta su estómago. En ningún
momento la seguridad abandonó su mirada o sus palabras, y eso solo causaba
mucho más nervio en el pobre omega, que por más que quisiera no lograba
ganar la fuerza suficiente como para apartarlo o negarle el poder tocarlo.
—¿Sabes por qué estoy tan seguro de eso? —preguntó sin esperar respuesta
realmente—. Porque puedo sentir como tu lobo se vuelve loco al sentir el mío,
porque puedo notar que quieres hacerlo, pero no puedes rechazarme... —con
su otra mano, llevó su pulgar a los labios ajenos, acariciando el belfo inferior
con lentitud—. Nuestro lobos se atraen, ¿Te diste cuenta de ello?
—Yo no...
Bien, lo había atrapado. Su lobo no ayudaba, ya podría ser más disimulado.
—Tu lobo ya es mío, y ese anillo en tu dedo te hace mío como Kim Taehyung —
acercó su rostro al contrario, rozando sus labios con los ajenos sin romper el
contacto visual—. Tu lealtad ya es mía también, pero quiero absolutamente
todo. Serás mi omega cuando te marque, y estarás atado a mi completamente
cuando cargues con nuestros cachorros...Todo tú será mío, lo quieras o no,
¿Sabes por qué?
Taehyung creía que solo se trataba de un capricho del alfa, que solo quería
poseerlo por completo porque le había gustado y era alguien que no le
gustaba ser rechazado o que le negaran absolutamente nada. Se iba a aburrir
de él.
¿Se iba a aburrir de él?
Conteniendo sus pensamientos, el omega negó, y Jungkook sonrió de manera
extraña. No supo identificar esa sonrisa.
—Por que si no te vuelves completamente mío, voy a enloquecer... —besó sus
labios de manera casta durante un par de segundos, disfrutando el sentir el
cuerpo contrario estremecerse ante ese solo contacto—. Y si me vuelvo loco,
voy a acabar con todo el maldito mundo, ¿Comprendes?
—Ya estás completamente loco... —se animó a decir apartando la mirada.
—Así es. Tú me vuelves completamente loco, cariño —besó su mejilla y llevó
una de sus manos a la mejilla sonrojada del omega—. Eres precioso, el color
de tu piel es tan único y bonito... —subió su mano a su cabello—. Tu cabello
hace relucir tu piel, ¿Sabías?
Taehyung abrió los ojos sintiendo su rostro aún más caliente cuando la otra
mano del alfa se metió debajo de su larga falda y acarició a lo largo de sus
piernas hasta llegar al interior de sus muslos, cerca de su entrepierna.
—Tu aroma es mi favorito —siguió enumerando las cosas que le gustaban de
él, hundiendo su nariz en su cuello una vez más—. Tienes agallas, pero
también eres tímido cuando la adrenalina desaparece de tu sistema —llevó
ambas manos a cada lado de su cintura—. Caderas anchas, perfectas para
tener cachorros... —viajó hasta sus muslos por debajo de la tela del vestido—.
Muslos grandes que invitan a dejar mordidas en ellos...
Taehyung tuvo que llevar sus manos a su boca cuando un gemido involuntario
salió de sus labios al sentir como las grandes manos contrarias acariciaron y
dieron un suave apretón en sus nalgas.
—N-No hagas eso... —suplicó removiendose en su lugar.
Esto era tan vergonzoso para él, un omega virgen que jamás fue tocado de esa
forma por nadie, y que incluso en sus celos le daba vergüenza calmarse a si
mismo.
—Incluso tu voz me fascina —halagó el alfa volviendo a bajar sus manos hasta
sostener la parte trasera de sus rodillas, y acercó sus labios a la oreja
contraria—. Esa voz sensual y grave que no es común en un omega, suena tan
bien en gemidos...Quiero escuchar mucho más.
—Jungkook, n-no...
El alfa aspiró hondo su aroma mientras abrazaba su cintura con firmeza. Y
Taehyung creyó que se volvió completamente loco cuando lo escuchó reír
contra su pecho.
—Aah... — suspiró y se separó por completo y se puse de pie, acomodando su
traje sin dejar de mirar al omega—. Pediré a alguna de las sirvientas a que te
traiga algo para comer. No me olvido que tienes hambre, cariño —se acercó a
la puerta, y antes de abrirla volteó a verlo una vez más—. Cuando vuelva,
pediré que te preparen un baño y seguiremos con nuestra charla...Oh, y tus
cosas seguramente llegaran en un par de horas.
Taehyung se sentó en la cama, abrazándose a si mismo con la vergüenza aún
en él.
—¿D-Dónde vas? —preguntó no muy feliz con la idea de quedarse solo en ese
lugar.
—No te preocupes, volveré como en una o dos horas —abrió la puerta y volvió
a verlo—. No puedes salir de esta habitación hasta que yo vuelva, ¿Entendido?
—Pero...
—Por favor, cariño —pidió sonriendole calmado—. Hazme caso. No me gusta
la desobediencia.
La puerta se cerró y el alfa abandonó la habitación dejando su aroma
impregnado en cada rincón. Taehyung se quedó unos segundos con la mirada
perdida en el suelo, sin saber si quiera que pensar, pero con algo
completamente en claro: Jungkook no parecía tener ni la más mínima
intención de deshacerse de él en ningún momento.
Le asustaba la intensidad con la que decía quererlo solo para él, asustaba la
forma en la que lo veía y sobre todo le asustaba la idea de que su futuro sea
peligroso, y no poder alejarse del alfa.
—¿¡Por qué diantres te emocionas con todo esto!? —le preguntó a su lobo
cuando le hartó que se estuviera tan inquieto y feliz desde que tuvo al alfa
frente a él—. Da miedo, esto no tiene pinta de terminar bien para nosotros...
Llevó sus rodillas a su pecho para abrazarlas, y volteó la vista hacia la ventana
que estaba abierta de un solo lado, dejando ver un poco del cielo azul con algo
de nubes.
Dejando de lado su preocupante situación, su mente recordó a su alteza, al
príncipe al que siempre le sería leal incluso si ya no formaba parte de la
realeza.
—Alteza Jimin... ¿Es feliz ahora? —preguntó al aire, sin poder evitar que una
sonrisa apareciera en sus labios al recordar lo feliz que su príncipe era cuando
le contaba sobre su amado beta, y cuando los veía juntos en el lugar secreto
que él mismo consiguió para que ambos pudieran verse a escondidas—.
Seguro que lo es, mientras estén juntos. Me hace tan feliz.
Su más grande deseo, incluso en esos momentos en los que su futuro era
incierto, solo deseaba que el omega peli rosa haya podido huir sin problemas,
y que su paz y felicidad jamás se terminaran.
Pensó en su madre también, quien ahora podía descansar en paz sea donde
sea que estuviera. Seguramente si hubiera estado viva y presenciaba el
escándalo que hizo el día anterior, hubiera intentado imponerse incluso a los
reyes para que no fuera asesinado por ayudar al príncipe a hacer algo como
eso. Una de las principales razones por las que accedió, también era porque
no tenía ningún otro familiar al que pudiera poner en peligro con sus acciones.
Luego pensó en cómo habría reaccionado si presenciaba como el príncipe
Jeon literalmente lo obligaba a casarse con él. Seguramente habría intentado
subirse al carruaje para detenerlo, porque "nadie tocaba a su cachorro",
mucho menos lo alejaban de ella.
La extrañaba tanto...
Cuando estuvo a punto de comenzar a llorar nuevamente, la puerta fue
tocada, y se asustó manteniéndose en silencio cuando una voz femenina
como de una persona mayor pidió permiso para ingresar.
—Voy a entrar —avisó la mujer, y la puerta se abrió dejando ver a una mujer de
edad ingresar como podía con una gran bandeja llena de comida—. Con
permiso.
Taehyung al notar la dificultad, se bajó de la cama rápidamente para
acercarse y ayudarla.
—No se preocupe, yo lo llevo a la mesa —insistió el omega cuando logró
quitarle la bandeja de las manos con cuidado—. Muchas gracias.
—Su alteza el príncipe nos ordenó que le entreguemos todo lo que pida, así
que, si quiere que le preparemos otra cosa, por favor no dude en pedirlo —
habló la mujer con amabilidad.
Taehyung negó con la cabeza y le sonrió amable.
—Cualquier cosa está bien, esto es un manjar para mí —respondió observando
los distintos alimentos en la bandeja.
—Si necesita algo, vendré cuando termine de almorzar —la anciana hizo una
reverencia, y se volteó con la intensión de alejarse.
—¡E-Espere! —llamó haciendo que la mujer se detenga y lo mirara
expectante—. ¿Podría...acompañarme mientras como? —preguntó cohibido—.
No me gusta comer solo...
—Lo siento, no puedo hacer eso —respondió ella apenada—. No a menos que
el príncipe me lo permita.
—Lo hará —aseguró, aunque no estaba seguro de eso—. Yo se lo
diré...Además, no volverá hasta dentro de dos horas y para ese momento ya
habré terminado —la miró con ojitos suplicantes—. Por favor.
La mujer se notaba insegura, hasta que unos dos minutos después suspiró
hondo y asintió.
—Solo hasta que acabe.
—Claro, gracias —le sonrió agradecido, y le ofreció uno de los panes—.
¿Quiere?
La mujer negó, pero igualmente le sonrió agradecida.
—¿Cómo se llama? —le preguntó mientras probaba los distintos platillos,
teniendo una fiesta en sus papilas gustativas—. Yo soy Taehyung, Kim
Taehyung.
—Soy Lucy —respondió la mujer haciendo una leve reverencia—. Es un placer.
Y Taehyung no pudo estar más agradecida con la mujer, porque gracias a su
compañía, el almuerzo no fue tan malo como creyó.
Tenía miedo.
Los quiero 💚
G.GG
•|♔| Cuatro |♔| •
Jungkook cerró la puerta detrás suyo y volteó a ver a uno de los guardias que
estaba parado a unos metros de ésta. Le hizo una seña con la mano para que
se acercara, y el guardia lo hizo al instante.
—El omega dentro es mi esposo —informó con el rostro impacible—. Vendrán
a traerle comida, pero no quiero que absolutamente nadie más ingrese,
tampoco lo dejes salir no importa lo que diga, ¿Entendido?
El guardia hizo una reverencia mientras respondía.
—Entendido, su alteza.
—Si pide algo, quiero que se lo traigan inmediatamente —agregó antes de
comenzar a caminar por el pasillo.
—¡Sí, alteza! —respondió de nuevo el guardia reverenciado una vez más a
pesar de que el príncipe le daba ya la espalda.
El príncipe alfa caminó sin prisa ni preocupación alguna hacia del despacho de
los reyes. Ese breve momento con el omega lo había puesto de buen humor,
por lo que una mínima sonrisa adornaba su perfecto rostro.
Como previó, una de las sirvientas más antiguas del castillo estaba limpiando
las ventanas y al verlo acercarse detuvo sus acciones para saludarno con una
reverencia.
—Bienvenido de nuevo, alteza.
—Gracias, Lucy ¿Podrías mandar a que le preparen la comida y se la envíen a
mi esposo a la habitación, por favor? —preguntó como si pedir favores para su
esposo fuera habitual.
La mujer de edad avanzada no preguntó ni cuestionó absolutamente nada a
pesar de la sorpresa al escucharlo, y asintió para irse directamente a cumplir
con la orden del príncipe. Conocía al alfa desde que estaba aún en la barriga
de su madre, y si algo tenía en claro, era que no cumplir de inmediato con lo
que pedía, era igual a molestarlo.
Y nadie quería que el príncipe se molestara.
Con la seguridad de que su esposo sería alimentado con lo mejor y
rápidamente, continuó con el camino que lo llevaría con sus padres. Levantó
su mano y observó el anillo que le correspondía, el que Taehyung le había
puesto con torpeza, y sonrió landino.
Era distinto al del omega, ya que, según las costumbres, el omega debe de
llevar un anillo que se vea igual de delicado que él. Y Jungkook mismo fue
quien eligió el diseño del anillo que ahora le pertenecía a Taehyung.
Suspiró satisfecho. No podía creer que lo había conseguido.
Antes de ingresar al despacho de sus padres, le pidió a otro de los sirvientes
que por favor le trajeran un té negro a la habitación. Pedido que fue llevado a
cabo de inmediato ya que el beta de edad media se fue a paso acelerado para
preparar el dichoso té.
Sin tocar la puerta o esperar permiso, ingresó a la habitación y caminó
tranquilo hacia uno de los sillones individuales que estaban a un lado del
escritorio de su madre, justo a su padre alfa, el cual estaba sosteniendo un
pañuelo con algunas manchas de sangre contra su boca.
Su madre alfa, que había estado parada frente a la gran ventana en un lado de
la habitación, se acercó y tomó asiento al lado de su esposo, con la mirada fija
en su único hijo. Conectaron sus miradas, y la sonrisa burlona del azabache
solo aumentó el enojo del par frente a él.
—Por esta razón no quisiste que asistiéramos a la ceremonia, ¿Acaso
planeaste el casarte con un omega cualquiera? —preguntó la mujer
intentando no perder el control.
Jungkook solo sonrió victorioso, luego la miró con fingida inocencia.
—¿Por qué crees algo como eso? —llevo una mano a su pecho fingiendo
ofensa—. ¿Acaso me acusas de haber ayudado a la huida del príncipe Park
para poder casarme con su dama de compañía?, sí que tienes una
imaginación increíble, madre.
—¡No te burles de nosotros! —gruñó la mujer dando un golpe a la pequeña
mesa frente a ellos—. ¿Te volviste completamente demente?, ¿Acaso te das
cuenta de lo que hiciste?
Jungkook le dio una mirada de reproche, e hizo una señal con su mano
derecha para que se calmara.
—Qué rápido pierdes la compostura, mujer. No grites, sabes que no me gusta
hablar con gente alterada —dijo manteniendo una tranquilidad impacible—.
Déjame responderte a tus acusaciones de forma sincera, ya que es una falta de
educación mentirles a tus propios padres —habló con un claro tono burlón.
La puerta fue tocada, y tras un "adelante" de parte del alfa, el sirviente
anterior ingresó e hizo una reverencia hacia todos luego de dejar la taza de té
cuidadosamente en la mesa pequeña frente al príncipe.
—Muchas gracias. Puedes retirarte —dijo amable.
Mientras el hombre abandonaba la habitación, los reyes estaban a nada de
comenzar a tirar de sus cabellos ante la impotencia e irritación que les
provocaba la actitud tranquila y segura de su hijo, a la cual incluso luego de
veintidós años no se acostumbraban.
Jungkook tomó el pequeño plato en el que estaba la taza de porcelana blanca
con detalles azules, tomó la taza por la pequeña manija y sopló un par de
veces antes de beber con una elegancia digna de la realeza.
Luego de un buen sorbo, levantó la vista para fijarla en cada uno. Sonrió
divertido y orgulloso de sí mismo antes de fijar la vista en su anillo, y
responder con tranquilidad.
—Todo era parte del plan.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Para matar el tiempo, Taehyung revisó todo lo que había en la habitación, y lo
único interesante que encontró fueron algunos libros sobre la guerra, tácticas
de combate de un ejército y algunos otros sobre economía y comercio. Se
puso a leer uno que hablaba sobre el comercio y producción de joyas, y
también la historia de los reinos que poseen dichos minerales y piedras
preciosas, cosa por la que este reino era muy famoso y rico.
En la hora que pasó leyendo, aprendió que cada reino llevaba por nombre el
de gemas y piedras preciosas porque en cada uno de los reinos abundaban
cada uno de ellos. De ahí que en el que nació se llamara reino de oro, porque
éste era el mineral valioso que poseían sus tierras, y en el que ahora estaba
era una tierra rica en piedras de zafiro.
Hace tres generaciones, una de las princesas alfa Jeon contrajo matrimonio
con el príncipe heredero del reino de diamante que hoy en día no existe
porque son uno solo. Luego de esa alianza, como las tierras del reino zafiro era
mucho más extenso y contaban con buena producción de materia prima,
acordaron que ambos reinos serían uno solo y sería llamado como zafiro por
la razón anterior mencionada y porque el zafiro también se encuentra en más
colores que el predominante azul; como un púrpura suave, blanco parecido al
diamante popular, un verde claro parecido al color oliva y naranja.
Taehyung quedó maravillado con la cantidad de piedras preciosas que
existían y las que poseía cada reino, que generalmente sus gemas no variaban
de color según el reino, como el caso del reino que en sus tierras solo se
encontraban el rubí, granate y espinela.
Debido a la variedad de colores de un mismo mineral, era que el reino de
zafiro y el de diamantes de convirtieron en los reyes del comercio y creación
de joyas y accesorios. Con ese gran comercio ya tenían ganancias billonarias,
que solo aumentaron cuando distintas generaciones de los Jeon siguieron
juntando en matrimonio a los reinos poseedores de otros minerales y piedras
preciosas, como fue el caso del reino amatista, que cuenta con piedras con
una gama de colores morados como la amatista, espinela morada y la
Alejandría.
La generación de los padres de Jungkook habían contraído matrimonio con el
reino de perlas y el de plata, logrando así que el diseño y calidad de las joyas y
accesorios aumentaran junto con las ganancias del reino zafiro que se
quedaba con la parte más grande.
Su unión con el reino de oro solo significaba mucho más dinero, y el dinero era
poder. Con más dinero, obtienes mejores armas y entrenas mejores y más
soldados. Y es así como además del comercio de joyas, el reino de zafiro eran
los reyes de la producción y comercio de la materia prima, de las joyas y
poseían el mejor y más grande ejército que incluso hoy en día los reinos
restantes si no se unían, no lograrían ni hacerles frente.
Ahora Taehyung comprendía mejor a lo que Jungkook se refería cuando le
dijo que tenía al mundo en sus manos. Era heredero del poder económico y de
la caballería.
Desconocía en que otras cosas tenían completo poder, y el solo imaginarlo
hacía que le doliera la cabeza.
La puerta se abierta y él cerró rápidamente el libro sobre su regazo. Volteó a
ver a la puerta y su lobo —que se convertiría en su enemigo si seguía
comportándose de esa forma— comenzó a mover su cola contento de verlo.
Taehyung se había sentado en el suelo apoyando su espalda en la cama, y lo
observaba desde abajo.
Jungkook se paró a su lado y luego se puso se cuclillas para estar a su altura.
Le sonrió tranquilo y bajó la mirada hacia el libro sobre su regazo.
—Cariño, tienes un precioso y cómodo sillón para sentarte a leer —comentó
apuntando con un movimiento de cabeza al sillón color caqui en un lado de la
habitación.
—Estoy bien aquí... —respondió algo cohibido por ser encontrado de esa
forma.
—Entonces está bien —dijo. Le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse, y
Taehyung no se animó a rechazarlo.
—G-Gracias —dijo una vez de pie, sosteniendo el libro entre sus manos, para
luego entregárselo nervioso—. Lo siento, es que me aburría, y como me dijiste
que no saliera...
Jungkook rió leve y negó con la cabeza, tomando sus manos las suyas para
dejar un beso en el dorso de cada una.
—Puedes leer todo lo que quieras, cariño. Luego te llevaré a que visites la
biblioteca, ahora que eres mi esposo debes conocer cada lugar de este
castillo.
—¿Puedo? —preguntó con ojos brillantes.
—Por supuesto, ¿Por qué no podrías? —preguntó el alfa observándolo con
ternura al notar su sonrojo.
—Soy hijo de una sirvienta de la realeza —le recordó mirándolo con seriedad—
. No recibimos educación porque no podemos pagarla, mucho menos
tenemos para comprar libros o se nos permite ingresar a la biblioteca del
castillo —bajó la mirada al libro en manos del alfa, y suspiró—. El príncipe Park
fue quien me enseñó a leer, los números, y a resolver ecuaciones con las
cuatro bases matemáticas.
Jungkook asintió comprendiendo sus palabras, y dejó el libro sobre la cama
para acercarlo desde su cintura, como ya hizo varias veces y parecía ser una
forma en la que le gustaba mucho sostenerlo. El pobre omega solo pudo
dejarse hacer, porque en verdad el tacto del alfa no era brusco o
desagradable, y su aroma bajaba todas sus defensas.
—Las cosas cambiaron, y a partir de ahora podrás aprender todo lo que
quieras —aseguró sonriendole—. La biblioteca será tuya si así lo quieres, y si
quieres aprender otras cosas como tocar instrumentos también puedes
hacerlo, solo pídemelos y te lo daré —acercó su rostro hasta juntar sus frentes,
mostrándose un poco más serio para demostrar su sinceridad—. Te daré todo
lo que quieras...Solo pídemelo.
Vaya, Taehyung creía estar a punto de tener un ataque al corazón.
—U-Un baño... —dijo apretando la tela del saco costoso del alfa—. Quiero
darme un baño, por favor.
Jungkook volvió a sonreírle y le dio un beso pequeño, dulce.
—Tendrás el mejor baño cada día, entonces —dijo, y se alejó un poco para
tomar su mano—. Vamos.
Taehyung se dejó llevar fuera de la habitación, hasta al final del pasillo de la
derecha, donde fuera se encontraban dos sirvientas. El omega saludó a ambas
con una sonrisa amable, y el alfa se encargó de lo demás.
—Por favor, preparen el mejor baño de rosas para mi esposo —dijo de forma
tan natural que le causó un escalofrío agradable al peligris—. Y quiero que
tenga la mejor ropa interior y un vestido de la mejor calidad, quiero que le
muestren varios modelos y si el quiere elegir de qué color vestir, le harán caso
y conseguirán uno de los mejores vestidos en tal color, ¿Entendido?
Taehyung iba a decir que estaba bien con cualquier cosa, pero antes de poder
decir algo ambas mujeres hicieron una reverencia y caminaron apresuradas
hacia dentro de la habitación a un lado.
—Umm...Jungkook —llamó.
—Dime, cariño —respondió volteando a verlo.
—No es por apurarte, pero... —llevó una mano a su cabello, despeinándolo un
poco ante los nervios—. Mis cosas, ¿Aún no llegan?
—Deben de llegar en cualquier momento —respondió tranquilizándolo—. No
te preocupes por eso. En cuanto lleguen haré que las lleven a nuestra
habitación, y tú puedes acomodar todo como más te guste.
—Bien, gracias.
—Tú solo relájate y disfruta del baño —volvió a besar su mano—. Yo tengo que
hacer algo, pero seguro que en cuanto salgas habré acabado y te ayudaré.
Taehyung le sonrió leve a modo de agradecimiento, realmente agradecido con
él porque a pesar de todo no lo había tratado mal en ningún momento.
Suspiró un poco más tranquilo, obligándose a sí mismo a relajarse y confiar un
poco más en el alfa con el que viviría todos los días a partir de hoy.
Debía de acostumbrarse a él si quería soportar las cosas con más facilidad y
rapidez. Su salud mental dependía mucho de qué tanto se adapte a su nueva
vida.
Jungkook lo sacó de su pensamiento cuando se acercó a su cuello para
olfatear un poco antes de dejar un beso en la zona. La puerta de lo que
supuso, era el baño, se abrió dejando ver a ambas mujeres con toallas y una
caja de color bordó con lo que parecían ser jabones y pétalos de rosa y otras
flores que olían de maravilla.
—Trátenlo incluso mejor que a mí —pidió Jeon a las mujeres—. Les confío a mi
esposo, no me defrauden.
A pesar de decirlo con un tono calmado y casi amable, ambas mujeres
tragaron duro y asintieron varias veces.
—Alteza, por favor, acompáñenos —pidió una de ellas a Taehyung.
—Ah, claro... —le dio una última mirada al alfa antes de ingresar al baño a
acompañado de ambas mujeres.
Iba a tener un baño como los que el príncipe Jimin se daba, y decir que la idea
no lo emocionó, sería mentira.
Bien, si iba a tener que adaptarse a eso, debía de mínimo disfrutarlo, ¿Cierto?
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook contaba con su propio despacho en el castillo, el cual curiosamente
era mucho más grande que el de sus padres, ya que a veces era allí donde se
habían reuniones con otros reyes y se organizaban las tácticas de combate
para invasiones o defensa.
El príncipe alfa aún no era rey, pero se encargaba de lo mismo que él desde
que aprendió a hacer todas esas cosas, y con la enfermedad de su padre alfa,
su madre necesitaba de su ayuda aunque le doliera admitirlo, porque la mujer
no contaba con los conocimientos ni la habilidad necesaria para hacerlo.
Iba a aprovechar el tiempo de baño de su esposo para comenzar con los
detalles de los acuerdos comerciales que hizo con el reino de oro. Ahora que
prácticamente también controlaba aquel reino, debía de organizar una
reunión con los jefes de minería de oro y a los diseñadores de accesorios para
que se pusieran a trabajar en más diseños ahora que iban a poder utilizar el
oro para hacerlo.
Escribió una carta para enviarla al jefe de minería, y cuando terminó de
firmarla y sellarla, se acercó a la ventana para abrirla y silbó una melodía
breve. Un minuto después, un hermoso halcón gerifalte de color blanco con
manchas marrones apareció y se paró en el borde de la ventana de piedra.
—¿Me extrañaste, Brook? —preguntó acariciando la cabeza del ave.
Ató la carta con una cinta de color azul en el cuello del animal lo
suficientemente ajustado para que no se saliera mientras volaba, pero no lo
suficiente como para dañarlo.
—Ten un viaje seguro —dijo, y volvió a silbar para que el animal comenzara a
alejarse como llegó.
Regresó a su escritorio, y se dispuso a pensar en una propuesta para reclutar a
más soldados capacitados del reino de oro. Nunca eran suficientes soldados, y
debía de seguir asegurando su poder total en las batallas para impedir una
guerra.
Debía de organizar también los gastos y ganancias de las exportaciones de
materia prima a otros reinos y continentes.
Tenía una charla pendiente con la junta de indumentaria, que también eran
un gran negocio que le generaba millones cada año. La moda era algo que, el
creía, debía de estar en constante crecimiento y variar estilos, por lo que cada
tres meses se reunía con ellos para aprobar y sugerir ideas para vestidos y
trajes. Ahora también iba a pedir los mejores diseños de vestidos para su
esposo, porque solo iba a darle lo mejor de lo mejor.
Iba a darle los mejores vestidos; las mejores joyas, los mejores postres y
comidas, los mejores zapatos, todo lo mejor iba a ser para su precioso esposo.
Le daría el mundo, para convertirse en el suyo.
De esa forma, jamás iba a poder dejarlo.
G.GG
•|♔| Cinco |♔| •
Era increíble lo mucho que un baño como ese podía hacerlo sentir
completamente como nuevo y con su piel parecida a la seda de lo suave que
había quedado. Ahora olía a rosas y jabón con aroma a otras flores, y debía
admitir que le había gustado mucho aquello.
Lo que si era extraño y no creía que fuera a acostumbrarse, era a que las
sirvientas estuvieran junto con él y lo ayudaran a secarlo y vestirlo. E ahí otro
tema del que estuvo unos diez minutos debatiendo con las mujeres que le
trajeron unos quince vestidos, todos muy hermosos y que se notaban que
estaban hechos de la tela más costosa.
Pero eran demasiado ostentosos como para ponérselo cuando en unas horas
ya anochecería y debería de quitárselo. Luego de pedir una tres veces un
vestido más "sencillo", terminó eligiendo el más simple de todos los que le
trajeron.
Los zapatos que había elegido eran bastante cómodos también, y agradeció
eso.
Cuando preguntó si disponía de un peine, automáticamente las mujeres
fueron en busca de éste y otra toalla para comenzar a secar su cabello de
forma delicada, para luego ellas mismas peinarlo con todo el cuidado del
mundo. También le trajeron un té que supuestamente ellas, ayudaba a que la
piel estuviera tersa y era bueno para su sistema digestivo.
Mucho no le importó realmente que era lo que hacía, pero definitivamente
pediría otro en algún momento porque estaba delicioso.
Algo que no había hecho por el simple hecho de que tuvo un presentimiento
de que, si lo hacía, estaba haciendo algo malo, era quitarse el anillo de
matrimonio. Les había preguntado a ellas si podía mojar el objeto, ya que
desconocía por completo si ésta podría ponerse en mal estado, y cuando
recibió una respuesta afirmativa se tranquilizó bastante.
—¿Puedo preguntar sus nombres? —preguntó mientras las mujeres
terminaban de colocarle una especie de aceite que olía muy bien en las puntas
del cabello.
Si bien las mujeres parecían ser algo serias, se veían amables y era jóvenes.
Quería llevarse bien con la mayor cantidad de personas en ese lugar para no
sentirse tan solo.
Una de ellas tenía el cabello castaño claro y otra lo tenía corto y rubio. Ambas
parecían ser betas, ya que no podía sentir ningún aroma provenir de ellas,
aunque también podían estar ocultándolo con una medicina.
—Siyeon. A sus servicios, alteza —respondió la rubia.
—Yubin. Es un placer, alteza —respondió la castaña.
—Taehyung. Un gusto —dijo el omega sonriéndoles amable—. Gracias por
ayudarme, gracias a ustedes seguro me veo aceptable.
—¿Me permite hacerle un cumplido, alteza? —preguntó Siyeon con algo de
duda.
—Oh, por supuesto —respondió Tae algo cohibido.
—Es difícil que usted se vea mal, no importa los vestidos que escoja —halagó
la rubia—. Su color de piel es único al igual que su cabello, y ambas se ven
bonitas con distintos colores de vestimenta.
El omega no pudo evitar sonrojarse ante el halago. No solía recibir muchos
que no fueran a veces de parte del príncipe Park, pero era distinto recibirlos de
parte de otras personas. Aunque preferiría cien veces más que cualquier
persona le haga cumplidos a que se los hiciera Jungkook.
El príncipe no era bueno para su salud, ya con solo su mirada lograba ponerle
la piel de gallina, y cuando las veces que le hizo cumplidos casi siente que va a
tener un ataque al corazón.
—Muchas gracias —agradeció sonriendo tímido.
—Debemos de acompañarlo a su habitación —comentó la castaña—. El
príncipe nos pidió que no lo dejáramos solo de camino a allí.
Taehyung asintió, y los tres salieron del extenso baño, camino a la habitación
de los esposos. El omega, con el pasar de las horas, se ponía mucho más
nervioso al recordar que la noche estaba llegando e iba a dormir con el alfa.
Conocía las costumbres y sabía que iban a pasar la "noche de bodas", pero no
estaba para nada listo.
A penas tenía 20 años, jamás había pasado ningún celo con nadie o había
experimentado algo sexual con alguien. No quería pensar tampoco en
cachorros, temía el ser marcado porque estar atado a alguien como Jungkook,
un príncipe caprichoso que quizás en una semana se canse de él y rompa el
lazo dejando a Taehyung destrozado.
No tenía idea de lo que sucedería con él a partir de ahora, y eso lo asustaba.
—Si necesita algo, no dude en llamarnos —dijo Yubin haciendo una reverencia
junto con Siyeon cuando llegaron a la habitación.
—Sí, gracias...
Ambas mujeres salieron, y Taehyung se quedó solo nuevamente en aquella
habitación que debía de comenzar a sentir como suya también. Creyó que iba
a estar otra hora totalmente solo allí, pero cuando se acercó para buscar otro
libro para leer, la puerta se abrió dejando ver a un Jungkook con un gran, gran
baúl en sus brazos.
Lo dejó en el suelo con cuidado, luego cerró la puerta y cuando volteó y sus
ojos se encontraron con los del omega, éste supo que estaba perdido.
—¿S-Son mis cosas? —preguntó llevando ambas manos a su pecho, bajando la
mirada al baúl de madera para evitar la mirada contraria.
—Sí. Te dije que llegaban en cualquier momento... —se acercó al omega solo
para observarlo detenidamente, y llevó una mano a una de las pequeñas
mangas del vestido—. Te ves precioso, cariño. Me gusta que hayas elegido
algo suelto, porque oculta tus bonitas curvas —bajó su mano acariciando el
largo de su brazo hasta llegar a tomar su mano con delicadeza y llevarla a sus
labios para dejar un beso en el dorso, como ya parecía ser costumbre—. Soy el
único que puede apreciarlas.
Decir que Taehyung no sentía que iba a derretirse, sería mentir
descaradamente.
Jungkook era demasiado peligroso para él.
—G-Gracias... ¿Dónde puedo ponerlas? —preguntó alejándose del contrario
para caminar hacia el baúl—. Supongo que ya no puedo usar mi antigua ropa,
¿Cierto?
Jungkook se acercó a él para abrir el baúl y observar las cosas que tenía
dentro.
—No. Pero no te preocupes, tendrás los mejores vestidos solo para ti —dijo
sonriendole como solo él sabía hacerlo—. ¿Hay algo que quieras en particular,
cariño? ¿Alguna tela o diseño especial?
—No, estoy bien, gracias —respondió mientras buscaba algo dentro del baúl, y
sonrió en grande cuando lo encontró entre la ropa vieja—. ¡Aquí está!
Sostuvo un viejo libro de tapa bordó contra su pecho, y suspiró aliviado. El
libro se notaba que tenía sus años, pero se mantenía bastante bien aún.
—¿Un libro? —preguntó el alfa curioso.
Taehyung volteó a verlo y asintió con la cabeza varias veces.
—Era de mi madre —contó orgulloso—. Me lo regaló en su lecho de muerte,
porque estaba lleno de consejos y palabras bonitas para mí. También tiene
algunas recetas y anécdotas vividas de ella y mi padre.
—Ya veo, ¿Esa es una de las cosas con valor sentimental de las que me
hablaste? —preguntó admirando el rostro contento del omega.
—De hecho es la única —admitió algo apenado—. No tengo nada más de valor
o especial, solo quería esto...Lamento haber hecho que trajeras todas mis
cosas.
—Eso es lo de menos —tranquilizó llevando una mano al cabello contrario,
haciendo que Taehyung lo mirara levemente sonrojado—. Puedes guardarlo
en donde quieras, nadie va a tocar tus cosas.
—Gracias...
Taehyung observó la habitación en busca de un buen lugar para guardar su
tesoro y al notar que al lado de la cama había dos mesas de noche muy
bonitas, volvió a mirar al alfa. Lo que iba a preguntarle lo avergonzaba,
aunque fuera algo tonto.
—¿T-Tienes un lado de la cama favorito?
Jungkook negó.
—Puedes elegir el que quieras —respondió amable.
El omega le agradeció con la mirada y fue a la pequeña mesa más cercana,
guardando el libro cuidadosamente dentro del pequeño cajón. Seguramente
siempre iba a leerlo cuando extrañara a su madre o no supiera que hacer con
su vida.
—¿Quieres conocer tu castillo, cariño? —preguntó Jungkook acercándose para
besar su sien mientras sostenía sus caderas—. Te enseñaré la biblioteca.
Y bueno, al escuchar eso último no pudo evitar emocionarse.
—Por favor —respondió sonriendole agradecido, dejando que el alfa
entrelazara sus manos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al caer la noche, Taehyung quiso desaparecer hasta que volviera a amanecer.
Las mismas sirvientas que le prepararon el baño, le habían dejado sobre la
cama un precioso pijama para que utilizara esa noche. Le gustó porque era
simple y cómodo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente se suponía que debían de presentar al esposo del príncipe
frente al pueblo, pero Jungkook entró repentinamente en celo mientras lo
estaban vistiendo, y con ayuda de cuatro guardias alfas lo encerraron en una
habitación del otro lado del castillo a pedido de éste.
Antes de encerrarse, el príncipe dio órdenes estrictas de no permitir que nadie
se acerque a su esposo, mucho menos sus padres, y que se lo vigilara para que
no se acercara al lado del castillo donde él se encontraría.
Todo se volvió mucho más extraño y preocupante cuando notó como varios
sirvientes caminaban apresurados de un lado a otro diciendo que debían de
preparar la medicina tranquilizante y los supresores en su cantidad máxima, el
baño de agua fría y que llamaran a más guardias.
Ahora se encontraba en la biblioteca, leyendo un libro sobre las costumbres
de ese reino.
—¿Qué está sucediendo con Jungkook? —preguntó Taehyung a Lucy, quien le
había traído un té de manzanilla.
La mujer negó con la cabeza y lo miró apenada.
—Los celos de Jungkook suelen ser bastante intensos, por lo que suelen
buscar omegas que también estén en celo para que soporten su...intensidad
—respondió ella sin poder ocultar su preocupación—. Pero ahora eso no será
posible.
Ante la imagen de Jungkook pasando su celo con otra persona lo hizo sentir
un revoltijo en su estómago.
—¿Por qué?
—Porque ahora está casado con usted y no va a buscar a nadie más.
—Ouh...
Y eso, lo hizo sentirse tan culpable como aliviado.
—Ahora que no va a pasar su celo con nadie... ¿Qué va a sucederle? —preguntó
preocupado.
La mujer se quedó unos segundos en silencio, y solo negó con la cabeza en
respuesta.
Bien, eso no era para nada tranquilizante.
Jungkook seguramente estaría sufriendo, y todo por no obligarlo a que
tuvieran sexo. Por un lado eso era super lindo de su parte, jamás creyó que
hiciera algo como eso cuando literalmente puede hacerlo aunque Taehyung
no quiera. Pero por el otro, lo hacía sentirse mal.
Y ni hablar de su lobo.
Éste estaba inquieto y molesto con su parte humana, se sentía un omega inútil
e incapaz de satisfacer a su alfa y eso estaba haciendo que sus emociones
cada minuto empeoraran.
Llevó una mano a su pecho cerrando los ojos con fuerza cuando su lobo le
exigió que fuera en busca de su alfa.
—Cállate, no es nuestro alfa... —regañó en voz baja.
—Alteza, no se ve muy bien —comentó Lucy—. ¿Por qué no va a recostarse un
poco?
—Sí...Creo que haré eso —respondió con una leve sonrisa—. Gracias por el té,
Lucy.
Regresó a su habitación acompañado de dos guardias, y una vez solo en la
habitación se dejó caer en la cama con el libro en sus manos. Se quedó
observando la tapa intentando pensar en otra cosa que no fuera el alfa que
estaba sufriendo de su celo completamente solo por no serle desleal.
—Solo es un día...Mañana estará como nuevo —habló para sí mismo,
intentando convencerse—. No debo de preocuparme, hay mucha gente
ocupándose de él.
Abrió el libro y continuó leyendo desde donde se quedó.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
A mitad de la noche, Taehyung se despertó y se levantó de la cama. Abrió la
puerta lentamente para revisar si alguien estaba vigilando su puerta, y al notar
que uno de los guardias giraba en dirección a otro pasillo, aprovechó para
escabullirse y caminar a paso lento por los pasillos hasta que terminó del otro
lado del castillo.
No sabía exactamente dónde estaba su alfa, pero iba a encontrarlo.
Continúo caminando hasta que escuchó unos fuertes gruñidos desde uno de
los pasillos girando a la derecha. Gruñidos fuertes que sonaban molestos, y el
sonido de objetos rompiéndose contra la pared, incluso golpes en las gruesas
paredes de piedra.
Él también gruñó contento al escuchar a su alfa, y continuó caminando en su
búsqueda.
—¡Alteza! —gritaron algunos guardias que vigilaban la habitación en la que se
supone que estaba el alfa—. No puede acercarse a este lugar, son órdenes del
príncipe.
Taehyung no les hizo caso y continuó caminando, sin siquiera darles una
mirada.
—Oye, llama a alguna beta para que se lo lleve de aquí —ordenó uno de los
guardias a otro.
Otros dos se colocaron frente al omega, impidiéndoles el paso, pero sin
tocarlo, porque sabían que no se les estaba permitido a menos que fuera un
último recurso.
El omega se detuvo cuando el paso se le fue impedido, más no hizo
absolutamente nada más. Hasta que escuchó otro gruñido desde el interior de
la habitación del fondo, y comenzó a gruñir inquieto, molesto con esas
personas que le estaban impidiendo que vaya con su alfa.
Estaba a punto de comenzar a hacer un berrinche e incluso llamar a su alfa si
le seguían negando el paso.
—Alteza —llamó Lucy apareciendo por el pasillo con su pijama puesto—.
Alteza, no puede estar aquí.
Se acercó al omega y tomó su mano con cuidado para voltearlo e intentar
alejarlo. Al poder observar su rostro, abrió los ojos sorprendida con lo que
veía.
—A-Alfa... —llamó en un tono lastimero, con la mirada de un color amarillo
que no era el natural.
—Yo me lo llevaré antes de que su aroma llegue a la habitación —avisó la
mujer a los otros guardias, tomando el brazo del omega—. No está en sus
sentidos, no le comenten nada de esto al príncipe cuando su celo acabe,
¿Entendido?
Los guardianes asintieron, y Lucy se llevó al omega casi arrastrando. Pero por
suerte no fue por demasiado tiempo antes de que éste se calmara, como si
mientras estuviera más lejos del alfa, volviera a sus sentidos.
Logró llevarlo de nuevo a su habitación, y lo hizo recostarse en el lado de la
cama que tenía impregnado del aroma del príncipe. Eso pareció calmarlo, ya
que se acurrucó en las sábanas y cerró los ojos, volviendo a dormirse
segundos después.
Lucy salió de la habitación, y regresó a su habitación no sin antes pedirle a los
guardias que tuvieran más cuidado y estuvieran más atentos a que el omega
no vuelva a acercarse al otro lado del castillo.
—Esto no les gustará nada a los reyes... —comentó la mujer soltando un
suspiro preocupado.
Sobrevivió al primer celo del príncipe. Aunque casi no lo hace.
I can't stop me 😖
G.GG
•|♔| Seis |♔| •
Al día siguiente lo despertaron muy temprano, y la razón era tan simple como
aterradora; iba a presentarse ante el pueblo.
Primero iba a haber una pequeña ceremonia de bienvenida con personas de
alto poder como otros reyes y príncipes de los reinos con los de éste está
ligado; nobles y cleros, incluso prestigiados, que eran personas no
pertenecientes a familias de poder pero que lograron llamar la atención de
nobles o personas de la realeza debido a talentos como la música, diseño de
indumentaria y grandes habilidades para el combate.
En resumen, todas personas que fácilmente podían ponerlo nervioso y hacerlo
sentir insignificante.
Luego darían un paseo por las calles principales del reino, para que el pueblo
lo conociera y felicitaran por su compromiso
Decir que estaba a nada de tener un ataque era poco.
—Alteza, ¿Ya escogió el vestido? —preguntó Gahyeon, una beta encargada de
arreglar al esposo del príncipe, elegido especialmente por éste—. Todos los
diseños que le trajimos son exclusivos, nadie más los ha adquirido hasta el
momento.
Taehyung salió de su pequeño trance y levantó la mirada de sus manos. Un
beta especializado en algo que nació hace solo un par de años, el decorado y
embellecimiento de uñas, estaba haciendo exactamente eso con las uñas.
—No lo sé, todos son muy lindos... —respondió observando las cinco opciones
de vestidos extremadamente bonitos que podía elegir para vestir—. ¿Alguna
ayuda?
—Bueno... —la beta de cabello azabache caminó hacia los vestidos que
reposaban en los maniquíes de madera, deteniéndose en uno de ellos con una
sonrisa brillante—. ¡Definitivamente éste es el indicado!
—Me gusta —aceptó sonriendole también.
Dejó que los zapatos, accesorios, peinado y maquillaje los eligieran los que
saben, porque no estaba precisamente con la suficiente fuerza mental como
para preocuparse por esas cosas.
Pensaba en Jungkook, el cual aún no había visto y eso lo preocupaba de
alguna manera. Se preguntaba si estaría bien luego de todo un día y noche
sufriendo por el celo, en si se habría lastimado ya que le habían comentado
que solía ser agresivo y golpear cosas cuando estaba de ese modo. Si aún no
aparecía, era porque algo le había sucedido, ¿Cierto?
¿Estaría lo suficientemente bien como para estar con él en la ceremonia? ¿Y si
no estaba en condiciones de asistir y debía de ir solo?
De solo pensar en esa posibilidad sentía que su alma abandonaba su cuerpo.
Quería llorar, salir corriendo y alejarse lo más posible de ese lugar. Quería al
príncipe junto a él en ese momento, sentía que lo necesitaba o iba a
enloquecer.
Cuando estuvo completamente listo y estaba siendo atacado de halagos, la
puerta se abrió y como si el maldito le hubiera leído el pensamiento, se acercó
vistiendo tan hermoso y elegante como acostumbraba.
Esta vez, no solo el lobo de Taehyung se alegró de verlo.
—Jungkook... —se alejó del espejo y se acercó a él, sin sentir pena alguna
cuando prácticamente lo abrazó—. Menos mal que estás bien... ¿Estás bien? —
preguntó levantando la mirada para conectarla con la suya.
Bueno, estaba arreglado, por lo que suponía que sí estaba en condiciones de
asistir.
La sonrisa del alfa no pudo ser más brillante en ese momento. Les dio una
mirada rápida a las personas en la habitación, pidiéndoles en silencio que
abandonaran la habitación, y éstos no tardaron en obedecer.
—Estoy bien, cariño —sostuvo ambos lados de su cintura para acercarlo hasta
rozar sus cuerpos, sin dejar de sonreírle totalmente encantado con el omega
frente a él—. Y tú estás hermoso. No estoy muy seguro de mostrarte a los
demás viéndote tan hermoso, ¿Sabes?
Taehyung bajó la mirada sintiendo su rostro arder, aún con sus brazos
rodearlo tímidamente el torso contrario. Su lobo estaba más que feliz por
tenerlo tan cerca y sentir su aroma por completo, y eso solo lo ponía más
nervioso. Él había ocultado el suyo con una medicina más efectiva que la que
tomó anteriormente, supuestamente porque al príncipe no le agradaba que
otras personas sintieran el aroma de su omega.
—G-Gracias...Aunque la idea de no asistir no suena tan mal —admitió soltando
un suspiro cansado.
—¿Y eso? —preguntó con un tono cariñoso, llevando una mano a su rostro
para hacer que volviera a mirarlo—. ¿Estás nervioso, cariño?
Taehyung se mordió el labio levemente y asintió con la mirada de cachorro
asustado más adorable que el alfa alguna vez haya visto. Le fue imposible no
besarlo, y disfrutó de sentir los suaves labios ajenos. Y su lobo se regodeó de
felicidad cuando el omega comenzó a mover sus labios tímidamente sobre los
suyos, comenzando un movimiento lento, pero con un ritmo marcado.
No juzguen a Taehyung, su lobo estaba teniendo una fiesta en este momento,
y él no era precisamente fuerte cuando se trataba de rechazar al alfa.
Él era un poco torpe debido a la falta de experiencia, pero es no pareció ser un
problema para el mayor. Cuando sintió que le era complicado respirar, se
apartó un poco rompiendo el beso con algo de pesar.
—L-Lo siento —se disculpó apoyando su frente en el pecho impropio, soltando
un suspiro largo luego de tomar aire nuevamente.
Jungkook solo rió enternecido, y lo separó un poco para buscar algo dentro de
su saco. Taehyung observó curioso que estaba haciendo, y sintió aún más
curiosidad cuando vio el estuche de color negro en forma rectangular.
—Te traje un pequeño obsequio —dijo soltando su cintura para abrir el
estuche y mostrar lo que había dentro.
A Taehyung le brillaron los ojos cuando ese hermoso accesorio llegó a su vista.
—¿Te gusta? —preguntó sabiendo la respuesta al notar el brillo en su mirada.
—E-Es muy bonito... —respondió sin poder esconder su sonrisa, y alzó la
vista—. ¿En serio es para mí?
—Por supuesto, cariño —extendió su palma pidiendo su mano para colocarle
el guante—. Éste es el primer regalo de muchos que te haré, y no solo serán
cosas como ésta.
Con mucho cuidado colocó el guante en su mano izquierda, la que no poseía
el anillo de compromiso, ya que podría opacar lo bonito del accesorio.
Taehyung lo observó una vez colocado, y debía admitir de que le gustaba
mucho como se veía.
El jamás tuvo ni siquiera un anillo del material más barato, y esto era una tela
carísima con detalles únicos y perlas reales. Nunca creyó llevar algo como
esto, nunca creyó que era digno de si quiera vestir con ropa hecha de telas con
un valor mediano, ¿Lo merecía?
Quizás no, pero ahora estaba allí vistiendo uno de los vestidos más costosos y
hermosos de todos los reinos; llevando en su mano un guante tan bonito,
luego de tomar un baño de rosas, con un anillo de diamante y zafiro azul que
demostraba que estaba casado con el príncipe heredero del reino más
poderoso de todos, a punto de demostrarle todo eso a personas importantes.
Recordó la vez en la que una princesa del reino de plata fue de visita al reino
de oro por una fiesta donde se celebraban las buenas producciones de vino.
La chica fue tan mala con él, lo hizo sentir tan insignificante que tuvo que
retirarse y dejar al príncipe Park solo porque no podía dejar de llorar.
Esa noche se sintió tan mal que incluso llegó a pensar en renunciar a ser la
dama de honor del príncipe.
Pero ahora era distinto, ¿Cierto?
Ahora no era alguien sin importancia o valor, ¿Cierto?
—Algo tan bonito y costoso, solo podría verse tan perfecto en ti —comentó
Jungkook observándolo con tanta admiración que lo hizo sentirse realmente
hermoso.
Jungkook lo hacía sentirse valioso.
Reteniendo sus lágrimas para no arruinar el maquillaje, se apoyó contra la
palma que reposaba en su mejilla derecha, y le regaló una de sus más
preciosas y sinceras sonrisas.
—Gracias, Jungkook...Por todo.
Bien, quizás su inesperado matrimonio no significaba algo realmente malo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
El sonido de las trompetas anunciar la presencia de los príncipes recién
casados hizo que todo el mundo guardara silencio en ese extenso salón. Cada
persona allí con ropa costosa volteó hacia las escaleras en busca de la pareja
protagonista de la noche.
Por las escaleras aparecieron dos figuras que se llevaron la atención en menos
de un segundo. Tomados del brazo, los recién casados bajaron los escalones
sonriéndoles a todos los presentes, incluso Taehyung mantenía la cabeza en
alto y se veía mucho más seguro de sí mismo.
Jungkook fue el responsable de eso, ya que las palabras que le dijo junto con
caricias y pequeños besos en sus manos y mejillas lo hicieron ponerse, al
menos por este momento, en el papel del ahora príncipe y esposo del príncipe
Jeon.
Los aplausos no hicieron esperarse, aunque las miradas de confusión
tampoco. Muchos de los presentes habían conocido a la familia real Park, y no
reconocieron al chico que estaba junto al príncipe Jeon. Otros tantos, que
también habían estado en la boda y presenciaron todo el show de ese día, ya
estaban enterados de lo ocurrido, pero no se imaginaron que todo fue en
serio.
—¡Saluden todos al príncipe Jeon Jungkook y su esposo, el príncipe Kim
Taehyung! —presentó un hombre a un lado del inicio de las escaleras.
A pesar de que por dentro estaban ardiendo de ira, los reyes Jeon aplaudieron
desde sus lugares con una sonrisa falsa pero que pasaba desapercibida a
primera vista.
La confusión en las personas era visible, no tenían ni idea de quién era el
omega que iba a gobernar junto con el príncipe. Taehyung también se percató
de las expresiones en los presentes, y por un momento volvió a sentirse
inseguro, pero no le duró mucho porque el alfa a su lado notó el cambio en su
expresión y se acercó para besar su mejilla.
—Eres el más importante hoy. No lo olvides, cariño —le susurró.
Taehyung le sonrió bajando la mirada, y asintió.
Se colocaron en los peldaños más alto de la pequeña escalera al fondo del
lugar, y todos se callaron al saber que el príncipe iba a decir unas palabras.
Jungkook tomó la mano del omega y le dio una rápida mirada a sus padres, la
cual ellos supieron que era tan burlona como orgullosa por haberse salido con
la suya.
—Les agradezco a todos por estar aquí el día de hoy, ya que es muy
importante para mí —habló Jungkook alzando la voz lo suficiente como para
que todos pudieran escucharlo—. Sé que la noticia de mi compromiso con el
príncipe Park llegó a cada reino, y que muchos de ustedes están confundidos
en este momento, ya que mi esposo no es el príncipe Park.
Algunos murmullos comenzaron a escucharse, pero fueron callados
nuevamente cuando el príncipe levantó una mano pidiéndoles silencio.
—Sé que otros muchos estuvieron presentes y ya están enterados de la huida
del príncipe Park, por lo que no están tan sorprendidos.
Los reyes, que estaban parados a un par de metros al lado de su hijo,
mantenían su mirada fija en el omega peligris, que intentaba fingir que no
sentía sus intensas miradas.
—Kim Taehyung representa al reino de oro en su lugar, y lo elegí como mi
esposo porque logró cautivarme con todo su ser —volteó a ver al omega, que
también lo miró con ojitos expectantes, y le sonrió—. A partir de hoy, todos
ustedes van a conocerlo y respetarlo como el príncipe de este reino, esposo
del heredero y futuro padre de mis cachorros. Cuando se dirijan a él, lo harán
como si se estuvieran dirigiendo hacia mí, y les pediré amablemente que no le
falten el respeto o lo ofendan de ninguna forma.
A pesar de que su voz se mantenía tranquila, casi inofensiva, en su mirada se
notaba que no estaba jugando para nada.
—Quiero declarar frente a todos ustedes que soy muy feliz de tener a
Taehyung como mi esposo —volteó a ver una vez más al omega, pero esta vez
lo atrajo hacia si como ya era costumbre—. Prometo hacerte muy feliz y darte
la mejor de las vidas, amarte hasta el final de mis días y hacer que llegues a
hacerlo también.
—Jungkook... —intentó responderle algo, pero sus palabras causaron
demasiadas sensaciones en él que simplemente no consiguió pensar en nada.
Su impulso lo hizo acercarse para apoyar su mejilla sobre su pecho, mirando
hacia la gente, pero no viéndolos realmente. Rodeó su cintura con algo de
vergüenza aún, y disfrutó de su aroma y los brazos ajenos también rodearlo y
atraerlo hacia él.
Con una sonrisa resplandeciente, Jungkook volteó a ver a los invitados, y
extendió su brazo en su dirección antes de hablar.
—Disfruten de la velada, y bienvenidos una vez más al reino de zafiro.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Varias personas se acercaron a hablar con ellos luego de que Jungkook
terminara su discurso. Muchos de ellos se concentraron en el alfa y no mucho
en él por el simple hecho de temer decir algo que pudiera ofenderlo.
Taehyung estaba manejando la situación bastante bien, respondía a las
preguntas y halagos hacia su belleza de forma educada y amable. El alfa lo
mantenía a su lado con sus brazos enlazados, y todo avanzó bastante
tranquilo a lo que el omega imaginó.
Pero todo iba demasiado bien como para que no ocurriera algo malo.
—Necesito ir al baño, ¿Te quedas aquí o quieres que llame a Lucy para que
esté a tu lado? —preguntó Jungkook a su esposo.
—Estaré bien —respondió el peligris sin querer causarle molestias—. Solo no
tardes mucho, por favor.
—No lo haré —dejó un rápido beso en sus labios antes de retirarse.
Taehyung solo se limitó a beber su jugo de frutas, ya que no le gustaba el vino,
observando con algo de nervios a su al rededor. Por un momento cruzó
miradas con su suegra, y sintió un escalofrío por todo el cuerpo al hacerlo, por
lo que regresó su vista al decorado de flores que había en una esquina.
—Así que, Kim Taehyung —una voz femenina se escuchó a su lado.
Taehyung se quedó helado en su lugar al reconocerla.
—¡Maldito sirviente inmundo, eres un inútil, mira lo que hiciste!
—Yo te recuerdo —habló la chica colocándose frente a él, observándolo de
arriba a abajo con una mirada de desagrado—. Eres un maldito criado de los
Park, ¿Qué estás haciendo aquí y como el esposo del príncipe?
—No vales nada, eres un pobre omega del que van a aprovecharse las veces que
quieran porque a nadie le importa lo que le ocurra a un sucio sirviente.
Taehyung no lograba moverse, hablar, reaccionar. Simplemente quedó de
piedra sintiendo sus manos y piernas temblar, recordando las palabras dichas
por esa chica que lo estaba observando como si fuera nada.
—¿Además de ser un asqueroso don nadie también eres estúpido o porque no
respondes? —preguntó ella acercándose más a él—. No entiendo que hiciste
para que el príncipe se fijara en ti, pero créeme que esto no va a durarte
mucho.
—No entiendo como el príncipe Park se atreve a traer a su criado y le permita
pararse a su lado como si fuera alguien, es tan vergonzoso.
—Obviamente el príncipe solo se está divirtiendo contigo, y cuando se aburra
va a devolverte al hoyo de donde saliste —ella rió—. Conseguirá a un omega
de la realeza que esté a su altura y no sea estúpido ¿Crees que va a mezclar su
sangre pura con la de un cualquiera? Eso jamás pasará.
—¡No sabes hacer nada, ¿Por qué no haces algo útil y desapareces?!
—Calculo que ya no soportará verte en un par de semanas, y eso es mu-
El fuerte sonido de un golpe se escuchó por todo el lugar, y un silencio
envolvió el ambiente luego de eso. Todos voltearon a ver en dirección a donde
se escuchó, y abrieron los ojos en grande al ver al esposo del príncipe con la
mano alzada.
Había abofeteado a la princesa del reino de plata.
Ella aún estaba con el rostro a un lado, con los ojos bien abiertos, sin poder
creer que el "sucio sirviente" se había atrevido a golpearla. Cuando volteó a
verlo con molestia y una mano en la zona que comenzaba a tornarse roja.
—¿¡Qué crees que haces, maldito criado mugroso!? —gritó totalmente
enfadada.
Taehyung por su parte, estaba furioso.
Oh no, no iba a permitir ser tratado de esa forma nuevamente.
—Creo que te has olvidado de un pequeño detalle, princesa —dijo con un tono
de voz tranquilo, pero la mirada encendida—. Ya no soy un "maldito criado
mugroso", y ya no estamos en el reino de oro.
Apuntó a su alrededor de forma lenta, sin quitarle la mirada de encima.
—Ahora soy esposo del príncipe Jeon y por ende, también príncipe, y ahora
estamos en mí reino —llevó su dedo índice a la frente contraria, empujando—.
En mi fiesta de compromiso —empujó de nuevo—. Ahora tengo mucho más
poder que tú, y vas a rogar jamás haberme hablado de esa forma ni ahora ni
antes —empujó de nuevo, esta vez más fuerte—. Vas a rogar justo en este
momento, o con decir dos palabras puedo enviar a quemar tu castillo contigo
dentro, ¿Lo entiendes?
La princesa se veía ofendida y molesta, y cometió el error más grave de todos.
—¡No vuelvas a tocarme, maldito! —quitó su mano de un fuerte manotazo, y le
devolvió la bofetada.
Un gruñido fuerte y amenazador retumbó en todo el lugar, y las miradas
fueron hacia las escaleras, donde el príncipe Jeon había estado escuchando
todo desde que presenció la bofetada que su esposo le dio a la princesa. Su
mirada era de un color azul intenso, aterrador y peligroso. Se notaba que
estaba apretando sus puños con fuerza, y su ceño fruncido y sus venas
resaltándose cada vez más, solo demostraban que estaba molesto.
El príncipe Jeon estaba molesto, y todos comenzaron a temblar.
Solo una cosa tenían que evitar, que Jungkook se enojara, y no pudieron
hacerlo.
Ni modo, F por la princesa.
G.GG
•|♔| Siete |♔| •
Taehyung volteó a ver al alfa con una mano en su mejilla golpeada, y al verlo
por primera vez tan molesto supo que nada bueno iba a salir de todo esto.
Observó a las demás personas, que observaban al príncipe como si estuviera
allí para acabar con todos, y no pudo evitar también asustarse.
¿Y si estaba molesto con él por haber golpeado a la princesa? ¿O escuchó lo
que dijo y no le agradó las confianzas con las que dijo todas esas cosas?
—Debes de estar realmente disgustada con la vida como para atreverte a
golpear a mi esposo —dijo Jungkook mientras bajaba las escaleras con una
voz que, si bien sonaba algo calmada, el tono de su voz era muchos tonos más
graves—. Princesa Han Minhyo, ¿Quieres comenzar una guerra que no podrás
ganar?
La mirada del alfa seguía siendo de color azul, y su mandíbula se marcaba
señalando que estaba a nada de explotar. Taehyung no supo que hacer y
simplemente se quedó en su lugar sin poder moverse siquiera.
Una pareja de unos cuarenta se acercó rápidamente a la princesa y la alejaron
del omega peligris. Se veían pálidos, asustados y desesperados mientras
intentaban sostenerle la mirada al alfa.
—P-Príncipe Jeon, por favor —habló la mujer de vestido negro, la cual supo en
ese momento que se trataba de la reina del reino de plata—. S-Se lo rogamos,
¡Perdone a nuestra insolente hija, aún es demasiado joven y no piensa con
racionalidad!
—Por favor, por favor perdone a nuestra familia, a nuestro reino...
¡Castigaremos a nuestra hija, haremos lo que sea para ganar su perdón! —
suplicó el rey, arrodillándose en el suelo junto con su esposa e hija.
Ésta última se veía peor que sus padres, parecía estar en una especie de shock
y haber reaccionado ante sus acciones en ese momento. La familia real estaba
suplicando de rodillas con la frente en el suelo frente a todos, pidiendo piedad
y perdón.
Taehyung no podía creer lo que veía. No solo estaban asustados, ellos estaban
completamente aterrorizados.
Jungkook llegó a su lado y lo atrajo tomando su muñeca para analizar su
rostro, justo en el lugar donde había sido golpeado. Acarició la zona rojiza, y
luego se apartó de golpe para acercarse a la familia real que continuaba de
rodillas, mostrándose incluso más molesto que antes.
—¡Lastimaron a mi esposo! —gritó dejando mostrar su ira, y tomó al rey por el
cuello, alzándolo sin el menor esfuerzo hasta dejar sus pies medio metro
sobre el suelo—. ¡Le faltaron el respeto y lo lastimaron, en nuestra maldita
ceremonia!
La reina esposa del hombre comenzó al llorar al igual que su hija, pero incluso
queriendo hacerlo lo pidieron piedad porque sabían que no la obtendrían.
Taehyung por su lado, observaba todo asustado, queriendo hacer algo para
calmarlo, pero tenía miedo de que pudiera salir lastimado en el proceso y no
lograr absolutamente nada.
—¿Crees que castigar a tu hija va a compensar lo que ha hecho? ¿Quién
demonios te crees que es mi esposo? —gruñó mostrando sus colmillos,
apretando con más fuerza el cuello del hombre—. ¿¡Quién demonios crees que
soy yo!?
En menos de un segundo, pateó al hombre en el estómago con tanta fuerza
que lo hizo salir disparado hasta caer sobre una de las mesas con bocadillos. A
las personas les fue imposible no soltar un gemido asustado al presenciar
aquello.
Taehyung no fue la excepción.
—Y tú... —gruñó nuevamente volteando a ver a ambas féminas, que se
abrazaban aún en el suelo—. ¿Sabes de quién es la culpa de todo esto? —
preguntó acercándose para tomar a la reina del cabello con fuerza para tirar
de ella hasta apoyar su mitad del rostro en el piso—. ¡Todo esto es por su
maldita culpa por no poder criar a su estúpida hija de forma correcta!
Jungkook parecía no darle importancia al hecho de que la mujer era una
omega. A sus ojos, todos eran la misma mierda si se atrevían a molestarlo, y
esta vez no solo lo hicieron molestarse, sino que lo hicieron por haber dañado
a su esposo.
—¡Jungkook basta, estás yendo demasiado lejos! —pidió su madre, la reina
del reino de zafiro, acercándose solo unos metros—. Estás dándole demasiada
importancia a ese omega y-
—¡Cierra la maldita boca! —gritó volteando a verla, volviendo a pararse
derecho no sin antes pisar la cabeza de la otra mujer contra el suelo, haciendo
que comenzara a soltar gritos de dolor—. Cierra la maldita boca o tú serás la
siguiente —amenazó mirándola con ojos filosos.
Todo se estaba descontrolando demasiado, y Taehyung no quería seguir
presenciando todo esto.
Sacando valentía de algún lugar en su interior, se acercó al alfa y abrazó uno
de sus brazos para llamar su atención.
—Jungkook basta... —pidió apoyando su frente contra su hombro, cerrando
los ojos con fuerza con miedo de que el próximo golpeado fuera él—. M-Me
estás asustando...Ya basta...
Jungkook calmó su respiración cuando escuchó la voz de su esposo, y fue
como si le hubieran dado el calmante más fuerte, porque sus ojos volvieron a
la normalidad y todo su cuerpo se relajó. Incluso dejó de retener a la mujer
contra el suelo, y la princesa aprovechó para ayudar a su madre a
reincorporarse.
—Cariño... —llevó una mano al cabello contrario y acarició sus hebras con
cuidado—. Lo siento, me alteré un poco.
Al ver que había conseguido resultados, Taehyung se aprovechó de eso para
terminar con la situación.
—Quiero irme, ya no quiero estar aquí... —levantó la mirada buscando la
contraria, y con ojos brillantes debido al llanto cercano lo miró suplicante—.
Vámonos de aquí, Jungkook.
Jungkook soltó un largo suspiro y asintió sin dudarlo. Abrazó al omega para
intentar reconfortarlo mientras acariciaba su espalda, y volteó a ver a la mujer
que antes estaba en el suelo, volviendo a colocar una expresión dura.
—Yo mismo elegiré un castigo para su hija, así que no se atrevan a alejarse del
castillo hasta que yo lo permita, ¿Entendido? —preguntó volviendo a utilizar
ese tono calmado que lo caracterizaba.
—S-Sí...alteza —respondió la mujer omega como pudo.
Sin esperar otra respuesta, el alfa tomó la mano de su esposo y comenzaron a
alejarse camino a las escaleras, pero antes de llegar a la mitad se detuvo para
voltear a ver a las demás personas.
—Me disculpo por este pequeño altercado. La celebración acaba aquí, aunque
pueden quedarse a terminar sus copas de vino si así lo desean —dijo alzando
la voz para que todos pudieran oírlo—. Y por favor, que alguien se encargue
del rey Han. Lo necesito vivo por el momento. Gracias.
Volteó para continuar con su camino junto al omega, que solo se dedicaba a
observar el suelo dejándose llevar por el alfa. Por momentos lo observaba de
reojo, aún sin poder creer lo que acababa de presenciar.
A lo largo de su vida escuchó distintos tipos de rumores sobre los pocos alfas
puros de la historia, y en todos se decía que eran extremadamente peligrosos
no solo porque su voz de mando era más poderosa que los alfas, sino porque
éstos poseían una fuerza que superaba incluso la de los animales más grandes
y fuertes. También escuchó que éstos solían tener un comportamiento que
solía ser violento, grosero y narcisista.
Creyó que todo eso solo eran rumores exagerados cuando conoció a
Jungkook, porque él se comportaba de forma tan tranquila, amable e incluso
agradable en cierto punto, que la imagen que tenía no le quedaba ni por
asomo. Incluso ahora se veía nuevamente calmado, pero hace solo un
momento estaba hecho una bestia.
Ahora lo tenía en claro: no iba a volver a actuar impulsivamente para no
hacerlo enojar.
—J-Jungkook... —llamó deteniéndose en mitad de uno de los pasillos.
El alfa se detuvo de inmediato y volteó a verlo con atención. Iba a decir algo,
pero el omega se le adelantó.
—Lo siento —se disculpó bajando la mirada, arrepentido—. Todo fue mi culpa,
no debí de reaccionar de esa forma. Podría haberla ignorado simplemente,
pero...pero es que...
—No. No, cariño —lo atrajo nuevamente para estrecharlo entre sus brazos
cuando notó que iba a comenzar a llorar—. Tu actuaste exactamente como
debiste, y las cosas que le dijiste no fueron nada más que la pura verdad.
—G-Golpearla fue demasiado... —dijo con el rostro hundido en el pecho
contrario.
—No lo fue, créeme. Si yo hubiera estado presente, una bofetada era lo
mínimo que le habría dado —aseguró como si fuera algo normal.
—¿Q-Qué vas a hacerle a la princesa? —preguntó levantando la mirada para
conectar miradas—. ¿V-Vas a matarla? —preguntó temeroso.
—No lo he decidido aún —respondió sincero, luego acercó sus manos al rostro
contrario para hacerle mimos en sus pómulos—. Cariño, necesito que me
digas qué fue lo que te dijo para que reacciones de esa manera, ¿Qué hizo que
un omega tan dulce como tú perdiera la calma?
Taehyung se lo pensó bastante el sí contarle o no, porque no estaba seguro de
qué forma iba a reaccionar o si le iba a decir que era algo tonto como para
haberse alterado. Y Jungkook, al notar su inseguridad, le sonrió intentando
brindarle seguridad sin dejar de acariciar sus pómulos con sus pulgares.
—Confía en mí, cariño —besó su frente manteniendo unos segundos sus labios
sobre su piel—. Yo confiaré completamente en ti, y me encantaría que también
lo hagas conmigo. Solo quiero saber que cosas pudieron afectarte tanto como
para que reaccionaras de esa forma.
El omega suspiró y tragó duro antes de decidir contarle la razón de su
malestar.
—... ¿Escuchaste lo que le dije? —preguntó con la mirada fija en los orbes
contrarios.
—Sí. Puedo hacer una idea, pero solo tú puedes contarme la verdad.
—Yo...Ella... —le costó un poco comenzar a relatar algo que le traían malos
recuerdos y le ponía mal cuerpo, pero debía de contarle para que no creyera
que no confiaba lo suficiente—. Hace unos años, se festejó la celebración
anual de la venta y producción de vinos del reino de oro, ¿Lo conoces?
—He asistido un par de veces... —respondió con un brillo en sus ojos extraño—
. Pero solo iba para reclamar las botellas de vino y las bebía en una de las
posadas para nobles, no me quedaba a festejar.
—Bien, en esas fiestas obviamente debe de estar presente la familia real Park,
y en ese tiempo yo ya me había convertido en dama de compañía del príncipe
—contó con un tono melancólico al hablar del príncipe—. Él me pidió que lo
acompañara para no aburrirse mucho, y yo obviamente acepté feliz porque
era la primera vez que asistía a un evento tan importante.
—Increíble que los reyes le hayan permitido al príncipe llevarte. No suelen ser
muy tolerantes o amables con sus sirvientes, así sean damas de honor —
comentó Jungkook ya conociendo a los reyes.
—El príncipe discutió mucho con ellos, y finalmente accedieron luego de
muchas súplicas —respondió de acuerdo con sus palabras—. En la fiesta, en
un momento el príncipe me pidió que le trajera una copa de vino, así que fui a
buscarla... —suspiró intentando seguir con el relato sin quebrarse—. La estaba
llevando a él cuando tropecé con mis propios pies y no sé cómo pasó, pero
todo el vino terminó manchando el vestido de la princesa del reino de plata,
que había asistido a la fiesta y-
—Hey, hey —tranquilizó el alfa cuando notó que estaba hablando muy rápido
y comenzaba a alterarse—. Tranquilo, cariño. Respira.
Y así lo hizo. Comenzó a dar largas respiraciones, y luego de unos pocos
minutos logró calmarse nuevamente.
—Lo siento...
—Continúa cuando te sientas preparado —dijo Jungkook.
—Ella se molestó mucho conmigo por manchar su vestido, que justamente era
amarillo... —continuó contando queriendo terminar de contar lo más rápido
posibles—. Me dijo cosas horribles...realmente horribles, frente a todos los
presentes, y me trató muy feo... —se mordió el labio inferior y dejó que el alfa
lo volviera a estrechar en su pecho cuando comenzó a sollozar—. M-Me hizo
sentir tan miserable que...m-me fui de allí corriendo...
Jungkook acariciaba su cabello con una mano y su espalda con la otra,
manteniendo la mirada fija en una de las ventanas detrás del omega. Su lobo
estaba totalmente enfadado, quería hacer sufrir a esa princesa hasta que
suplique por terminar con su vida, y su parte humana no estaba mejor, pero
tenía otros planes para esa chica.
—Ya, cariño...Lamento que hayas tenido que soportar eso —dijo el mayor, y
hundió su nariz en el cabello contrario—. Prometo que nunca nadie volverá a
tratarte de esa forma, ni siquiera se atreverán a contradecirte...Te lo prometo.
—...¿En verdad? —preguntó Taehyung apretando más la tela del traje del alfa,
necesitando una confirmación porque no quería volver a pasar por algo como
eso—. E-Estaba acostumbrado a ser menospreciado...Pero ella...
—Nadie, jamás —aseguró cortando sus palabras para que no siguiera
hablando de eso—. Te lo prometo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung y Jungkook caminaban por uno de los jardines traseros, con sus
brazos enlazados disfrutando del hermoso verde y flores que llenaban el
lugar. El canto de los pájaros y el sonido del agua de las fuentes creaban un
agradable ambiente que logró calmar al omega.
—Jungkook, no tienes que cancelar el viaje por el reino, podemos hacerlo aún
—habló el peligris con culpa, porque el alfa había cancelado esa presentación
luego de decir que su bienestar emocional era lo más importante—. Estoy
bien...
—Estarás mejor mañana —respondió negando con la cabeza, pero con una
sonrisa—. No te preocupes, nadie nos está apresurando.
Además, Jungkook aún tenía asuntos con la familia real. Pero iba a
comentarlo porque no quería recordarle lo sucedido, lo había llevado al jardín
para que se olvidara de ese tema y su humor mejorara.
—Aun así... —abultó su labio inferior, no tan convencido.
—¿Cuáles son tus flores favoritas, cariño? —preguntó el alfa de repente.
—Umm... —lo pensó durante unos segundos, pero ninguna llegó
específicamente—. No tengo una favorita, realmente. Creo que todas son
preciosas, y hay tantas que no podría escoger solo una —respondió
observando unas flores de color naranja a un lado del sendero de piedras,
luego volteó a ver a su esposo—. ¿Tú tienes una favorita?
—Aciano —respondió seguro.
Taehyung se sorprendió gratamente, ya que conocía muy bien esas flores.
—¡Las conozco! —dijo sonriendo al recordar dicha flor, cautivando una vez
más el corazón del alfa sin darse cuenta—. En el reino de oro, cerca del castillo
hay un lago y cerca de éste crecen esas flores por montón. Hacen un paisaje
realmente hermoso, y a veces a me gustaba ir a allí a estudiar con los libros
que el príncipe me regalaba.
—Su color es el azul más intenso cuando llegan a su madurez máxima, y son el
símbolo central del romanticismo —se detuvo haciendo que el omega
también lo hiciera, y tomó sus manos para dejar un beso en cada una—. Dicen
que representan el amor y el anhelo... —acercó su rostro al contrario, logrando
pintar las mejillas impropias de un hermoso carmín—. Y yo puedo decirte que
tienen toda la razón del mundo.
—... ¿T-Tienes algunas en el castillo? —preguntó en un intento por qué no
continuara acercándose porque su estúpido lobo se veía tentado a besarlo.
—Por supuesto —sonrío, y besó sus labios de manera casta y breve, pero
haciendo que el omega soltara un leve suspiro al sentirlo—. ¿Quieres ir a
verlas? Están del otro lado del jardín.
—Sí... —respondió tímido y con la mirada baja.
—Adorable —comentó el mayor sonriendo al verlo.
Taehyung es perfecto.
Taehyung es su esposo.
Taehyung será su omega.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
El baño de Taehyung llegó a su fin, y Gahyeon estaba terminando de ayudarlo
a colocarse el vestido que eligió para ese día.
—Es uno de los más sencillo y bonito que encontré de los que el príncipe trajo
para usted —dijo ella observando a Taehyung a través del gran espejo en
forma de óvalo—. ¡Te ves precioso!
Taehyung observó su reflejo y se sintió bonito. Le gustaba mucho ese vestido.
—Muchas gracias, Gahyeon —respondió a su halago con timidez.
La joven beta colocó sus manos sobre los hombros ajenos con cuidado de no
ser ni un poco brusca, y le sonrió a través del espejo de forma insinuante.
—Su alteza va a enamorarse aún más de usted cuando lo vea.
El omega bajó la mirada totalmente avergonzado al imaginar el momento en
el que Jungkook lo viera. Seguramente lo halagaría y luego lo atraería de sus
caderas para pegar sus cuerpos y luego lo besaría.
Ante sus propios pensamientos se cubrió el rostro con ambas manos,
intentando tapar su vergüenza.
—Qué pena, no debo de pensar en esas cosas... —se regañó a sí mismo.
Gahyeon a su lado solo se limitó a reír dulcemente de lo adorable que llegaba
a ser el omega. Iba a comentar algo para avergonzarlo una vez más, pero la
puerta fue tocada y Taehyung dio el permiso para ingresar luego de unos
segundos, ya que aún no se acostumbraba a que él debía de dar el permiso, se
olvidaba.
—Alteza, le traje un té de miel y manzanilla para ayudar a quitar el estrés
vivido hoy —dijo Lucy acercándose a él con la taza sobre el pequeño plato.
—Muchas gracias, Lucy —se acercó a la pequeña mesa donde la mujer había
dejado el té, y se sentó en el sofá a su lado—. Seguro está delicioso.
La mujer le dio una mirada en agradecimiento, y luego volteó a ver a Gahyeon,
que estaba preparando el pijama sobre la pared vestidor para que lo tuviera a
mano esa noche.
—Gahyeon, el príncipe mandó a llamar a todos los empleados al salón
principal —avisó dándole una mirada que solo ellas comprendieron.
La beta más joven asintió y sonrió despreocupadamente, luego hizo una
reverencia rápida al omega para retirarse lo más rápido posible.
Taehyung se quedó solo nuevamente, y buscó un libro de los que había traído
de la biblioteca para leer mientras tomaba el té. No sabía si Jungkook tardaría
en ir a la habitación, y tampoco se le ocurría nada para hacer fuera de ésta,
por lo que se limitó a disfrutar de ese momento de tranquilidad.
Hacía mucho que no pasaba un tiempo de esa forma; en total paz. Sin tareas
que hacer, sin los otros empleados a su al rededor haciendo ruidos, sin tener
que esconderse para poder leer y sin otras preocupaciones más que disfrutar
de una agradable lectura.
—Podría acostumbrarme a estos momentos...
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook les pidió a todos formar filas, y los observó a todos de frente. A su
lado y con la expresión más lamentable del mundo, se encontraba la —
ahora— ex princesa del reino de plata, cabizbaja y mordiendo su labio con
impotencia.
—Lamento haber interrumpido sus tareas, en primer lugar —se disculpó el
príncipe con una mano a la altura de su pecho—. Debo de hacerles un anuncio
importante, y por eso los he reunido a todos en este lugar, para presentarles a
alguien...
Posó su mano detrás de la espalda de la omega Han, y la empujó hacia delante
haciendo que cayera al suelo de rodillas. Ninguno de los empleados tuvo una
reacción ante ese acto, solo se limitaban a escuchar las palabras de su alteza.
—Todos la conocen, pero el día de hoy se convierte en alguien nueva —dijo
con tanta calma como burla—. El haberse metido con mi querido esposo, hizo
que el día de hoy dejara de ser una princesa mínimamente respetada en su
reino, a ser parte de este castillo como una sirvienta más.
Bueno, eso sí sorprendió a todos, más no dijeron palabra alguna.
—Déjenme preguntarles algo importante... —se colocó una mano en el pecho,
y la otra la extendió un poco a su costado derecho—. ¿En algún momento he
actuado de forma violenta contra alguno de ustedes?
—No, alteza —respondieron todos al unísono.
—¿En algún momento les he faltado o respeto o les he hablado mal? ¿Incluso
si algunos tienen algunos errores a veces?
—Jamás, alteza —respondieron todos.
—Si lo hiciera, todos ustedes se sentirían muy, muy mal, ¿No es cierto? —
preguntó, pero antes de recibir una respuesta, agregó—: Quiero que se
imaginen, que se pongan en los zapatos de mi adorado omega, que en el
pasado fue menospreciado y maltratado por esta omega que lo hizo sentir de
la peor forma en la que un sirviente joven y sin maldad alguna puede
sentirse...
Los empleados no tardaron en imaginarse los escenarios en su cabeza, y si
sintieron molestia, tristeza e impotencia al imaginarse a ellos mismos ser
tratados de esa forma. No era secreto para nadie el hecho de que el esposo del
príncipe es hijo de una sirvienta de su antiguo reino.
—Ella ha menospreciado, denigrado, insultado y maltratado a todos los
sirvientes con los que se cruzó a lo largo de su vida, por el simple hecho de
tener su trabajo y estatus —su rostro de volvió menos amable—. A partir del
día de hoy, quiero que todos ustedes la traten de la misma forma en la que ella
ha tratado a esas personas, y no quiero que nadie sienta alguna pizca de
empatía por ella, porque ella no la sentiría por ustedes, ¿Entendido?
—Sí, alteza —respondieron todos de acuerdo con él.
—Si se niega a hacer alguna de las tareas, déjenla sin comida o que se
alimente del suelo —continuó con los detalles—. Si le falta el respeto a alguno
de ustedes o se atreve a levantarles la mano, recibirá el mismo trato,
¿Entendido?
—Sí, alteza.
—Y que no se acerque a mi esposo —finalizó, y luego volvió a sonreirles
amable—. Eso es todo. Pueden volver a sus tareas y gracias por ser tan
comprensibles.
—A usted, alteza.
—Llévensela y pónganle el uniforme, comienza ahora mismo con las tareas. A
ver si sigue creyendo que los sirvientes son unos mugrosos inútiles.
Dicho eso, todos hicieron una reverencia a modo de saludo. Y cuando el
príncipe se alejó hacia las escaleras, la jefa de cocina se acercó a la omega que
continuaba en el suelo y la tomó del brazo sin cuidado alguno para levantarla.
—Andando, princesita —dijo la pelirroja comenzando a tirar de ella.
La princesita solo comenzó a llorar.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Dos semanas después.
Balcón de la habitación de los príncipes.
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Taehyung se encontraba apoyando sus codos sobre la piedra lisa del barandal
de piedra del balcón, con la mirada perdida en el extenso pueblo del que tenía
la suerte de poseer una vista casi completa.
El suave viento movía su cabello y la falda de su vestido de forma suave, y
seguía metido en sus pensamientos hasta que un inconfundible aroma llegó a
su sistema, causando que se estremeciera.
A pesar de que escuchó sus pasos y sintió su aroma, no volteó porque aún
estaba con la guardia baja y no sabía lo que dejaría que el alfa le hiciera en ese
momento.
Sintió el cuerpo impropio apegarse a su espalda, manos en sus caderas y una
cálida respiración en su nuca. Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, más no
se separó ni un centímetro.
—¿Disfrutas de la vista, cariño? —preguntó contra la piel de su nuca donde
dejó un tierno beso, luego se movió hacia la curvatura de su cuello para
olfatear su aroma—. ¿En qué piensas?
Taehyung soltó un leve jadeo cuando sintió los labios ajenos acariciar la piel
de su cuello. Su lobo movía la cola totalmente a gusto con los mimos del alfa,
y él solo se dejaba hacer porque no le veía el sentido a negarse a su toque
cuando se sentía tan bien.
—N-Nada importante, solo... —suspiró hondo y se inclinó levemente hacia
atrás para apoyarse contra el hombro contrario—. Estoy algo aburrido.
Jungkook lo rodeó por completo con sus fuertes brazos, y apoyó su barbilla
sobre el hombro derecho de su esposo, también fijando su vista en el paisaje
frente a ambos.
—Mi precioso esposo no puede estar aburrido —dijo seguro, y giró su cabeza
para mirarlo—. ¿Quieres acompañarme a las haciendas de vino que debo de
chequear en un par de horas?
Los ojos del omega se iluminaron ante la propuesta de salir del castillo por un
momento, y volteó a verlo para sonreírle en respuesta.
—Venía a avisarte que estaría fuera unas horas, pero si mi esposo quiere
acompañarme, no se lo voy a negar —dijo sonriendole coqueto.
—Me gustaría acompañarte —respondió sin titubeos a pesar de los nervios.
Jungkook sonrió, y besó su mejilla antes de volver a hablar.
—Tengo un regalo para ti que puedes estrenar hoy, cariño. Cierra tus
preciosos ojos un momento —pidió amablemente.
Taehyung sintió su corazón latir apresuradamente cuando lo escuchó decir
aquello. Aún no se acostumbraba a los regalos que el príncipe le hacía, nunca
sabía de qué manera reaccionar o agradecerle que siempre pensara en él con
esos detalles.
Cerró sus ojos tal y como el alfa pidió, y sintió como éste sostenía su mano
para luego colocar algo en su muñeca derecha.
—Ya puedes verla, cariño —avisó el alfa, y se apartó un poco para colocarse a
su lado y poder ver mejor su reacción.
Taehyung abrió los ojos y levantó su muñeca para descubrir el regalo de su
esposo, y sus ojos brillaron una vez más al ver ese precioso brazalete adornar
su muñeca.
—¡Ay, no puedo creer que se vea tan bonito! —dijo aplaudiendo orgullosa por
su trabajo—. A su alteza Jeon le va a encantar.
—¿E-En verdad lo crees? —preguntó tímido observando su figura frente al
espejo, sosteniendo la falda del vestido para moverla un poco—. Me encanta.
Muchas gracias, Gahyeon.
—Alteza, debe de creerme cuando le digo que el príncipe realmente lo ama —
dijo la estilista acercándose a él para colocar un poco de maquillaje en sus
labios y párpados—. Trabajo en este castillo desde que tengo quince años
gracias a que su alteza notó si talento y amor por los vestidos y el diseño de
indumentaria, y desde que estoy aquí jamás lo vi tan enamorado de alguien.
Taehyung prestó total atención a sus palabras, mientras intentaba no hablar o
moverse para no hacer la tarea de la beta más complicada.
—Sabe, a pesar de ser un alfa puro, su personalidad no es como la que se cree
de ellos —continuó hablando, sabiendo que el omega le prestaba atención—.
Siempre fue amable con los sirvientes y guardias del castillo, incluso con los
que no eran de aquí. Lucy dice que desde pequeño era una persona tranquila,
inteligente y muy madura para su edad, no ha cambiado mucho en ese
sentido.
—Pero, cuando se molesta... —quiso preguntar el omega cuando sus labios
terminaron de ser pintados, refiriéndose al incidente de hace unas semanas.
La expresión de Gahyeon se volvió un poco menos alegre al escucharlo y saber
que era lo que quería preguntar.
—Al menos desde que yo trabajo aquí, fueron muy pocas las veces que lo he
visto o me he enterado de que se ha molestado hasta el punto de reaccionar
de esa manera... —se llevó su dedo índice a su barbilla, intentando recordar
mejor—. Normalmente no le gusta alterarse o perder la compostura, y
tampoco le gusta la gente que lo hace. Como alfa puro tiene muy buen
autocontrol tanto de su parte humana como de su lobo, lo que hace que
solucione los problemas o discusiones de forma pacífica la mayoría de las
veces.
—Suena a que lo conoces mucho —comentó curioso por ese hecho.
Gahyeon asintió y sonrió leve.
—Le estoy eternamente agradecida de que haya dado la oportunidad de tener
una mejor vida gracias a un trabajo que amo, y debido a que soy quien
confecciona sus trajes desde hace años, hemos creado un vínculo que se basa
más que nada en el respeto y agradecimiento —terminó de pintar ambos ojos,
y sonrió orgullosa de su trabajo—. Yo diría que es lo más cercano que tengo a
un hermano mayor, aunque obviamente antes de cualquier cosa es mi jefe.
Taehyung sonrió cuando recordó al príncipe Park.
—Me recuerda al príncipe Park y a mí —comentó soltando un suspiro
nostálgico—. Yo era su dama de compañía, pero nuestra relación era mucho
más que eso.
—Me gustaría escuchar su historia, alteza.
—Luego de presentarme como omega a los trece, enfermé gravemente y
estuve cerca de perder la vida —comentó a contarle feliz de poder hablar con
alguien de forma cercana—. Soy hijo de una sirvienta del castillo, por lo que
pagar un médico o medicinas era casi imposible, y solo nos quedaba esperar a
que ocurriera un milagro o que finalmente la enfermedad acabara conmigo.
—Oh, que horrible...
—El príncipe Park se enteró de mi condición y discutió con los reyes hasta que
finalmente logró pagar un médico y medicinas para salvar mi vida —llevó una
mano a su pecho, sin dejar de sonreír—. Él salvó mi vida, y yo le juré lealtad
hasta la muerte. Me volví su dama de compañía dos años después y desde
entonces nuestra relación fue volviéndose más y más cercana, hasta que una
vez me llamó su único amigo verdadero...
—El príncipe Park se escucha como una buena persona —comentó Gahyeon
intentando imaginarse al omega.
—Lo es. Siempre será la persona más amable y bondadoso para mí, y siempre
estaré agradecido por haberme salvado y permitido que estuviera a su lado
todos estos años —dijo, y luego observó su mano derecha, donde su dedo
anular relucía su alianza—. Cuando lo ayudé a huir, estaba seguro de que iba a
morir ese día...Pero Jungkook me salvó también ese día.
—La verdad es que cuando el rumor de que el príncipe Park huyó del castillo
para no casarse con el príncipe Jeon, creí que ese reino iba a quedar
completamente destruido, como mínimo —comentó la beta sorprendida.
Taehyung volteó a verla con curiosidad.
—¿Por qué lo dices?
—Solo lo supuse —dijo restandole importancia—. Como fue él quien decidió
que iba a aliarse con ese reino, creí que era porque le había gustado el
príncipe de ese reino ya que nunca antes se mostró interesado en
comprometerse con nadie. Pero al parecer le gustaste mucho más tú, y no se
molestó por eso.
—¿Él...eligió a Jimin? —preguntó bajando un poco el tono de su voz.
Aquello lo hizo sentirse un poco mal, y no supo exactamente por qué.
Volteó nuevamente para observarse a través del espejo.
Si Jungkook había elegido casarse con su alteza, eso significa que él solo fue
una opción fácil para no haber ido en vano, ¿Cierto?
Él no se parecía a Jimin físicamente, entonces significa que el tipo ideal de
Jungkook es alguien como Jimin, no como él.
No debería de afectarle tanto algo como eso, después de todo Jeon había ido
para casarse con su alteza Park, no con él. Y sin embargo si le afectaba.
Incluso su lobo se sentía inseguro en ese momento.
—¿Alteza? —llamó Gahyeon algo preocupada al notar el cambio en su
semblante.
La puerta se abrió antes de que el omega pudiera responder, y la figura pulcra
y elegante del príncipe ingresó a la habitación. También se había cambiado
para salir, y se veía realmente bien.
Los ojos del alfa fueron directamente a su esposo, que no se había volteado y
mantenía la mirada en el espejo. Sonrió al ver lo precioso que se veía, pero
luego cambió su expresión a una mucho más seria cuando pudo identificar el
aroma que tanto le gustaba de su omega un poco amargo, señal de que no
estaba contento.
—Un excelente trabajo, como siempre, Gahyeon —felicitó a la beta, que había
comenzado a guardar sus cosas—. Gracias por tus servicios.
La beta volteó a verlo y le sonrió orgullosa de sí misma.
—Hago un excelente trabajo, pero todo se vuelve mucho más precioso cuando
su esposo se lo prueba —halagó al omega.
—Tienes toda la razón en eso —le hizo un movimiento de cabeza, pidiéndole
que se retire para tener un momento a solas.
—Hasta mañana, alteza —saludo la beta al omega, que volteo a verla y le
sonrió leve a modo de saludo.
Cuando salió de la habitación y el matrimonio se quedó solo, Jungkook no
tardó en acercarse y colocarse frente al omega para buscar su mirada, más el
peligris no levantó la mirada.
—¿Qué te tiene mal, cariño? —preguntó tomando su rostro entre sus manos de
forma delicada.
—No...no estoy mal —negó suspirando hondo, intentando sonreírle—. ¿Ya nos
vamos?
—Cariño, puedo notarlo en tu aroma —dijo levantando su rostro para conectar
miradas—. ¿Qué sucede? ¿Gahyeon te dijo algo malo?
Taehyung negó en seguida, y cerró los ojos durante unos segundos.
—Solo son pensamientos míos, no tiene importancia —intentó restarle
importancia.
—Cariño... —insistió dulce.
—E-Es que, en serio es algo tonto... —el aroma adictivo del alfa lo estaba
volviendo loco.
Jungkook se quedó unos segundos observándolo en silencio, hasta que tomó
su mano para llevarlo al sofá. Se sentó él e hizo que el omega se sentara sobre
su regazo, causando que el rostro contrario se coloreara de un bonito rojo
leve.
—J-Jungkook, ¿No tenemos que irnos? —preguntó nervioso, intentando
ignorar la posición en la que estaban.
Era la primera vez que estaban de esta forma, y no se sentía para nada
incómodo.
—Todo lo demás puede esperar —rodeó con su brazo izquierdo la cintura
impropia desde atrás, y su otra mano viajó al cuello del omega—. Ahora, es
más importante saber la razón de tu malestar, y hacer que dejes de sentirte de
esa forma.
Jodido Jungkook, siendo tan considerado y encantador.
Taehyung era tan débil ante él.
—B-Bueno...Voy a decirte, pero no te rías —pidió avergonzado, bajando la
mirada a sus manos sobre su propio regazo.
—Lo prometo.
—Bien... —suspiró hondo y comenzó a jugar con los detalles del traje del alfa,
evitando mirarlo debido a la vergüenza—. T-Tú ibas a casarte con el príncipe
Park...
—Así es, pero él huyó —respondió calmado, intentando adivinar de qué se
trataba su preocupación—. Pero afortunadamente tú llegaste en su lugar, y
ahora estamos casados.
—Pero...Si él no hubiese huido, yo no estaría aquí —dijo apretando los labios
luego de decir aquello—. O quizás sí, pero como dama de honor del príncipe
Park...
—Si eso ocurría, entonces hubiera roto nuestro matrimonio para pedir tu
mano —acercó un poco más su rostro, al contrario, mostrando completa
sinceridad en su mirada—. Hubiera caído por ti en el momento en el que te
viera, porque eres exactamente todo lo que busco, cariño.
—¿E-En serio? —preguntó ansioso por una confirmación a sus palabras.
—Te lo prometo, por todo nuestro reino —aseguró.
Taehyung lo observó durante unos segundos con ojos nuevamente brillantes,
y una calidez en su corazón que no podía poner en palabras para describirla.
Las palabras del alfa siempre lograban conquistarlo por completo, su tacto
tan lleno de sincero cariño lo llenaba de una seguridad que jamás creyó tener
sobre él mismo.
Le encantaba Jungkook y la forma en la que lo hacía sentir; tan valioso y
amado.
—Jungkook... —llevó sus manos al rostro contrario, sin apartar la mirada de la
contraria—. Te quiero.
La sonrisa más brillante y feliz apareció en el rostro del alfa, y sus ojos tenían
también un brillo que hasta ahora el omega no había visto en él. No tardó
mucho más en acercar sus labios a los contrarios, para probarlos por
completo, disfrutando del sabor dulce que los labios con un tono rojizo
poseían. Chupaba y mordía levemente el labio inferior del omega, que
disfrutaba que hiciera eso mientras sus manos subieron hasta la parte trasera
del cuello impropio.
—Jung...kook... —jadeó en un suspiro cuando el alfa se movió hasta su cuello,
donde dejó una lamida en la zona, luego mordió muy levemente—. N-No así...
—pidió avergonzado, porque comenzaba a sentirse caliente.
Y es que su aroma; su calidez, la suavidad de sus labios, su toque, sus dientes
contra su piel, absolutamente todo era demasiado para el pobre omega.
¿Cómo se supone que reaccionará cuando llegue el momento en el que se
entreguen el uno al otro?
Oh, no. No debió de pensar en eso, ahora sentía mucha más vergüenza.
—Me dejé llevar un poco. Lo siento, cariño —comentó el alfa soltando una
pequeña risa contra su cuello, complacido al lograr poner al omega de esa
manera con tan poco—. Mejor nos vamos antes de que se haga más tarde, ¿No
crees?
Taehyung asintió con vergüenza por la forma en la que reaccionó y sus
propios pensamientos. Se puso de pie y Jungkook le siguió, enlazaron sus
manos y luego de un último beso caminaron hacia la puerta.
¿En qué momento pasó de temerle, a imaginarse en una situación tan íntima
con él?
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook ayudó amablemente a su esposo a subir al carruaje, luego ingresó él
y se sentó a su lado tomando su mano para acariciar el dorso con su pulgar. La
puerta de éste fue cerrada por el jinete, y luego de unos segundos se pusieron
en marcha, escuchando a los caballos rodeando el vehículo entre los que
movían éste y los guardias que iban detrás a caballo.
—¿Es muy lejos? —preguntó Taehyung volteando a ver al alfa.
—No tanto, solo es una hora de viaje.
—¿Y qué es exactamente lo que debes hacer allí? —preguntó curioso.
Jungkook se le quedó observando durante unos segundos, luego sonrió y se
acercó para dejar un beso en la punta de su nariz.
—Me gusta esto —dijo confundiendo al omega.
—¿Esto? —preguntó parpadeando varias veces seguidas.
—Hasta ayer, no te animabas a hablarme mucho o a hacer preguntas muy
seguido, y me hace sentir que estoy haciendo un buen trabajo en hacer que
nuestra relación mejore y confíes en mí —acercó su cabeza hasta apoyarla
sobre el hombro del omega—. Me gusta que haya más comunicación entre
nosotros. Me siento más cerca de ti, cielo.
Ah, el pobre corazón de Taehyung.
—Me siento más cómodo, sí... —respondió el menor sonriendo levemente al
darle la razón a sus palabras—. Siento tardar.
—No disculpes por algo como eso, cariño. Todos tenemos nuestros tiempos, y
está bien —tranquilizó entrelazando sus manos—. Y contestando a tu anterior
pregunta; solo es una inspección mensual, voy a ver como va el trabajo, si se
respetan los protocolos de limpieza y trato hacia los empleados, habló con el
capataz que está al mando y me entrega el informe de producción y ganancias
del mes. Se me informa si hay que reparar o renovar alguna infraestructura, y
pruebo la mercancía para revisar que la calidad siga siendo la misma.
—Wow...Suena complicado, pero entretenido —comentó imaginando cómo
sería el lugar—. No voy a molestarte si estoy allí, ¿No? —preguntó preocupado.
—Jamás vas a molestarme, cariño —aseguró—. Además, es bueno que te
conozcan. De esa forma vas a acostumbrarte al ambiente de ser mi esposo, sé
que aún te incomoda y no sabes cómo comportarte.
—Es que, en realidad no debo de hacer mucho. De todo te encargas tú, yo solo
debo acompañarte...Pero aun así me cuesta saber de qué manera actuar o
qué decir —confesó de forma tímida, intentando ser más comunicativo y
sincero.
—No debes de hacer nada hasta que asumamos el trono. Pero si es lo que
quieres, puedes comenzar a estudiar para ayudarme —dijo, y levantó la
cabeza para hacer que lo mirara—. ¿Eso te gustaría, cariño?
—¿E-En.…en serio? —preguntó sorprendido ante la propuesta—. Yo... ¿Crees
que pueda hacerlo?
Jungkook le sonrió y asintió sin una pizca de duda.
—Eres inteligente. No hay razón para que no puedas hacerlo, ¿O sí?
Taehyung le sonrió y fue él quien ahora apoyó su cabeza sobre el hombro del
alfa, sintiéndose afortunado.
—Gracias, Jungkook. Me esforzaré.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Exactamente una hora después, el carruaje se detuvo frente a su destino.
La puerta se abrió y Jungkook bajó primero para luego ofrecer su mano a su
esposo y ayudarlo a bajar. Taehyung le agradeció y entrelazaron sus brazos
para comenzar a caminar hacia la entrada de ese gran edificio rodeado de
campo de uvas extenso.
—¡El príncipe Jeon y su esposo están aquí! —avisó un niño de unos trece años,
que corrió hacia ellos—. Buenos días, altezas.
—Hola, Hoseok —saludó el alfa acariciando juguetonamente el cabello del
pequeño—. ¿Cómo estás?
—Muy bien, ¿Y usted? —sonrió en grande, y Taehyung murió de ternura al ver
su radiante sonrisa, y luego el pequeño volteó a verlo con timidez, llevando
sus manos detrás de su espalda para hacer una reverencia de noventa
grados—. Alteza, hola. Soy Hoseok.
—Hola, Hoseok —le respondió el omega sonriendole enternecido—. Soy
Taehyung, ¿Cuántos años tienes?
—Doce. Ya estoy grande —respondió orgulloso—. ¿Eres omega? Digo, ¿Es
usted omega?
—Así es, ¿No se nota? —preguntó soltando una leve risa ante su auto
corrección.
—No lo sé. Pero los omegas son lindos...Y usted es muy lindo —dijo bajando la
mirada avergonzado por sus palabras.
Taehyung sintió tanta ternura que no tuvo tiempo para la timidez del halago.
—Muchas gracias. Tú también eres muy lindo —halagó acercando su dedo
índice a la punta de su pequeña nariz para presionar leve.
Jungkook observaba a ambos interactuar con una sonrisa encantada en su
rostro. El pequeño Hoseok era hijo del capataz de la hacienda, y cada vez que
va a hacer la revisión lo recibe como si fuera un amigo. Le tiene cariño y le
parece adorable que su esposo también sea de su agrado.
Taehyung parecía ser muy bueno tratando con niños, y eso hizo que su lobo
comenzara a aullar pidiendo por sus propios cachorros. Jungkook lo regañó
en sus adentros, ya que aún era demasiado pronto para pensar en cachorros.
Aunque la idea también le encantó. Pero en un futuro.
—¿Ya están esperando cachorros? —preguntó Hoseok mirando a ambos con
interés.
El rostro de Taehyung se puso rojo, y Jungkook solo rió divertido al notar la
reacción de su esposo.
—No, aún es muy pronto para que tengamos cachorros —respondió el alfa al
ver que su adorable omega no iba a hacerlo.
—Si tienen cachorros van a ser muy bonitos, porque ambos son muy bonitos
—halagó Hoseok con más confianza.
—Muchas gracias —agradeció el alfa.
—Hoseok, no molestes a su alteza —habló un hombre de edad media que se
acercaba a ellos—. Bienvenidos, altezas.
—Señor Jung, ¿Cómo se encuentra? —saludó Jeon al hombre—. Déjeme
presentarle a mi esposo, Kim Taehyung de Jeon.
El omega hizo una reverencia leve, y le sonrió amable.
—Es un placer, alteza —dijo el hombre de barba haciendo una reverencia de
noventa grados.
—El placer es mío. Tiene un hijo adorable —halagó volviendo a ver al pequeño,
que al escucharlo sonrió tímido.
—Muchas gracias —el hombre sonrió orgulloso de su pequeño, colocando una
mano sobre el hombro de éste—. Es demasiado revoltoso, pero es un gran
chico.
—Papá, ¿Puedo mostrarle el lugar y el campo al príncipe Taehyung? —
preguntó el pequeño con emoción.
—Hoseok, debes de preguntarle al príncipe si quiere que le hagas un recorrido
antes de preguntar —regañó leve su padre.
—Oh, cierto...Lo siento —dijo el pequeño bajando la cabeza apenado.
Taehyung miró a su esposo, pidiéndole permiso para aceptar la propuesta de
Hoseok. Jungkook le sonrió y llevó su mano libre a la barbilla impropia.
—¿Quieres ir, cariño?
El omega asintió tímido, y el alfa le dio un beso antes de volver a hablar.
—Entonces ve. Pero tengas cuidado, y si algo sucede, quiero que me busquen
inmediatamente, ¿De acuerdo? —preguntó con calma.
—De acuerdo.
Jungkook se agachó hasta quedar a la altura de Hoseok, que volvió a sonreír
al escuchar la respuesta afirmativa del príncipe.
—Hoseok, te encargo de cuidar a mi omega, ¿Está bien?
El pequeño llevó su puño a su pecho, y otro detrás de su espalda.
—¡Sí, alteza! —respondió con un tono militar, luego volteó hacia el omega y se
inclinó un poco ofreciéndole su mano de forma caballerosa—. Alteza, ¿Me
acompaña?
Taehyung sonrió en grande, y tomó su mano para dejarse llevar por el
pequeño hacia dentro del edificio.
—No se preocupe, alteza —dijo el señor Jung cuando notó que el alfa se quedó
observando el lugar por el que se fueron—. Hoseok conoce este lugar como la
palma de su mano, y nadie se atreverá a molestarlo mientras sepan que es su
esposo.
—Confío en que Hoseok lo cuidará —respondió sonando tranquilo.
No estaban en un lugar extraño o peligroso.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung y Hoseok de habían sentado en un banco debajo de la sombra de un
árbol que estaba a un lado de donde pisaban las uvas. El pequeño pidió una
pequeña canasta de uvas limpias para que el príncipe probara, y ahora ambos
estaban disfrutando de la fruta mientras charlaban sobre distintas cosas.
A unos metros, pisando las uvas en el lagar, se encontraban una beta mujer y
un omega hombre haciendo su trabajo. Sus pies estaban sobre las uvas, pero
sus ojos se encontraban sobre el par sentado debajo de la sombra, y no eran
miradas para nada agradables.
—Ese es el esposo del príncipe Jeon —comentó la beta de cabello corto—.
Míralo, viéndose tan creído cuando solo tuvo algo de suerte. Dicen que es hijo
de una sirvienta del reino de oro, su sangre no es real y se atreve a pararse
junto al príncipe.
—Sentado bajo la sombra comiendo uvas mientras nosotros estamos aquí
trabajando —acotó el omega de cabello rubio—. No entiendo en qué estaba
pensando su alteza al desposarlo, ni siquiera es la gran cosa, hay omegas
mucho más bellos.
—Arruinará el linaje real de la familia Jeon. No tiene vergüenza, seguro sedujo
al príncipe demasiado bien para subir su estatus lo más alto posible —la beta
rió con gracia—. Pero nada cambiará lo que es realmente, un omega
cualquiera hijo de una simple sirvienta.
—Mira esa sonrisa, tan falsa —dijo el omega con disgusto—. Quiere ganarse al
hijo del capataz, seguramente para ganarse el aprecio de los empleados y
enternecer al príncipe. Que asqueroso.
—Cierto. Seguramente en realidad es una persona egoísta y codiciosa, solo
quiere riqueza eso es obvio. Esa gente es horrible, de lo peor, fingen ser
amables y buenas personas, pero en realidad no le importa nadie que no sean
ellos mismos.
—Seguramente solo sea cuestión de tiempo para que el príncipe se de cuenta
de la realidad y lo envíe de nuevo a limpiar pisos —dijo riendo con gracia.
—Seguramente es lo único que sabe hacer, debe de ser un ignorante. Todos
los sirvientes lo son, no pueden pagar una educación, ¿Si quiera sabe leer un
poco? —preguntó soltando una risa divertida.
A unos metros, la risa de ambos llegó a oídos del omega y el pequeño,
llamando su atención.
—Vaya, realmente se la pasan bien —comentó Taehyung viendo a ambas
personas—. Qué bueno que disfruten de su trabajo.
Al no recibir respuesta de parte de Hoseok, volteó a verlo y se preocupó
cuando notó que su rostro estaba rojo y comenzaba a sudar.
—¿Hoseok? —preguntó preocupado.
El pequeño llevó ambas manos a la parte baja de su estómago, dejando caer
la canasta con las pocas uvas que habían quedado en ella. Cerró los ojos con
fuerza y comenzó a llorar.
—M-Me...duele... —gimió de dolor.
Taehyung comprendió todo cuando un dulce aroma a limón llegó a su nariz, y
se apresuró a cargarlo en sus brazos con mucho esfuerzo, pero la adrenalina
del momento le permitió comenzar a caminar a paso rápido con el pequeño
en sus brazos. La falda no le permitía correr o de lo contrario podría tropezar,
pero no le importaba absolutamente nada más que conseguir ayuda.
—¿¡Donde está el señor Jung!? —preguntó a uno de los empleados con los que
se cruzó—. ¡Hoseok se está presentando!
El pobre beta tardó unos segundos en reaccionar, y cuando logró comprender
la situación se acercó para tomar en brazos al pequeño ya que parecía que le
costaba hacerlo al omega. Taehyung se lo permitió porque el hombre también
era un omega, y con la preocupación a cada poro lo siguió.
—¡Busquen al señor Jung! —pidió el omega empleado a otros que estaban
llevando cajas de uvas en dirección a afuera—. ¡Díganle que su hijo de ésta
presentando, que lo llevaré a su habitación!
—Duele...d-duele mucho... —se quejó el pequeño Hoseok entre sollozos.
Taehyung estaba preocupado, porque aún le faltaba un año para presentarse
y no sabía si el haberse adelantado su presentación significaba algo malo. Por
su aroma pudo deducir que se trataba de un omega, cosa que lo preocupó aún
más porque iba a estar tres días con un dolor insoportable, y debían de
cuidarlo aún más desde ahora.
Ser omega era peligroso en este mundo, él lo sabía perfectamente.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
En el despacho del señor Jung, Jungkook terminaba de recibir el informe de
cosecha de ese mes, y era la última tarea que le quedaba antes de retirarse.
—Me alegra saber que los números aumentan, Jung —felicitó el príncipe
poniéndose de pie—. Siga haciendo un buen trabajo, confío en usted.
Cuando el hombre de barba iba a responder, la puerta se abierta de golpe y un
empleado estaba respirando con irregularidad, estaba agitado debido a la
corrida que hizo y ambos hombres dentro del lugar se preocuparon al
presentir que algo malo sucedía.
Jungkook automáticamente pensó en su esposo, y se acercó al hombre con
una expresión de seriedad.
—¿Qué ocurrió? —preguntó sin querer reaccionar antes de tiempo.
—¡S-Señor Jung, su hijo...! —habló el hombre mientras buscaba aire aún.
—¿Mi hijo? —preguntó el capataz acercándose con la preocupación pintada en
su rostro—. ¿¡Qué le sucedió a mi pequeño!?
—Se presentó —dijo cuando pudo formular mejor las palabras, luego miró al
príncipe—. Su esposo está con él. Lo llevaron a la habitación del pequeño.
Ambos alfas se miraron durante un momento y no tardaron mucho más en
salir corriendo en dirección a las habitaciones. Cuando llegaron al pasillo del
lugar, notaron que algunas personas estaban fuera, y se notaban preocupados
por el pequeño Hoseok.
—¡A un lado, déjenme ver a mi hijo! —ordenó el señor Jung abriéndose paso.
Cuando llegó a la puerta, se detuvo abruptamente cuando el esposo del
príncipe se colocó en el marco de puerta cerrando ésta detrás. Su mirada era
seria y decidida.
—Alteza, déjeme pasar a ver-
—Ningún alfa o beta hombre entrará a esta habitación, ¿Entendido? —
preguntó sonando firme, sorprendiendo a varios de los presentes, incluso a su
esposo.
—Alteza, se trata de mi hijo —dijo el capataz sin alzar su voz, o sabía que iba a
tener problemas con el príncipe Jungkook.
—Hoseok es omega —informó dando razón a sus anteriores palabras—. No
importa si es su padre, usted es un alfa y va a alterarlo o incluso puede
alterarse usted.
—Mi esposo tiene razón —apoyó Jungkook mirando al capataz—. Ningún alfa
o beta hombre puede acercarse, es peligroso para su hijo.
—Necesito a algunas personas omegas y betas mujeres, hay que cuidar de
Hoseok —pidió Taehyung también mirando al hombre, luego a las demás
personas que estaban allí—. ¿Quién de ustedes lo es?
—Soy omega —dijo una chica presente, levantando la mano.
—Yo soy beta —dijo otra que estaba a su lado.
—Necesito agua fría y paños —pidió observando a ambas mujeres—. También
supresores y medicina calmante, tiene mucho dolor. Por favor.
—En seguida, alteza —respondieron ambas, y se retiraron a paso rápido en
busca de dichas cosas.
—Señor Jung —llamó el peligris, con seriedad tanto en su voz como en su
mirada—. Hoseok se presentó un año antes, y eso me preocupa. Lo mejor será
que un médico venga a revisarlo, puede que algo le suceda o al menos así
calmará las dudas.
El hombre se encontraba entre preocupado por su hijo y aturdido ante la
actitud del omega con éste. Se estaba tomando muchas molestias, incluso
parecía estar realmente preocupado por él, y eso era algo que jamás creyó
presenciar en alguien de la realeza con alguien de menor estatus.
—Si...Sí, conseguiré uno en seguida —respondió, e hizo una reverencia de
noventa grados al omega—. Muchas gracias por ayudar y preocuparse por mi
hijo, alteza. Realmente le agradezco.
—No hay nada que agradecer —aseguró el omega—. Haría esto por cualquiera,
no se le debe de negar ayuda como ésta a nadie. Deberá de cuidar mucho más
a Hoseok a partir de ahora, aún es muy pequeño y... —suspiró bajando un
poco la mirada—. Ser omega no es fácil, hay muchos peligros y este lugar es
muy grande con muchas personas.
—Entiendo sus palabras, alteza —respondió Jung llevando sus manos a su
cabeza—. Tendré que hablar con él y poner reglas cuando se mejore...No
sabría qué hacer si algo le sucede a mi pequeño.
Taehyung le sonrió compasivo.
—No se preocupe. Noté que Hoseok es muy querido en este lugar, le aseguro
que hay muchas personas que lo cuidarán sin que se los pida —aseguró—. Por
ahora, consiga un médico, ¿Sí?
—Por supuesto. Muchas gracias, de nuevo, alteza —agradeció volviendo a
hacer una reverencia—. Con su permiso.
El hombre se alejó a paso rápido, y Taehyung soltó un suspiro apoyando su
espalda en la puerta detrás suyo. Cuando el aroma de su esposo llegó a su
sistema al acercarse, levantó la mirada y lo miró apenado.
—Jungkook...
—Eres tan maravilloso —halagó el alfa tomando su mano para acercarlo a él y
abrazar su cintura—. Cada día me muestras un lado tuyo que me vuelve loco, y
creo que éste es uno de mis favoritos —lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo
cuando notó que su esposo estaba algo afectado aún—. ¿Cómo te sientes?
—Me asusté cuando comenzó a sentirse mal... —admitió correspondiendo al
abrazo en busca de la tranquilidad que solo le brindaba Jungkook y su
delicioso aroma—. Lo cargué y lo traje dentro, y por suerte me encontré con
un chico omega y lo trajimos aquí...
—Lo hiciste perfectamente, cariño —aseguró dejando un beso sobre su
cabello ahora un poco despeinado, pero nada que altere su belleza—. No te
preocupes, lo van a tratar y a calmar su malestar todo lo posible.
—Lo sé... —se alejó un poco para alzar su mirada y conectarla con la suya—.
Jungkook, me gustaría quedarme un poco más...Solo hasta lograr bajar un
poco su fiebre y dolor... ¿Puedo?
El alfa le sonrió y se acercó para dejar un beso en su frente antes de responder.
—Por supuesto que puedes, cariño. Te esperaré.
Taehyung también le sonrió agradecido, y se acercó tímidamente para juntar
sus labios en un beso casto pero dulce. Lo miró con las mejillas encendidas al
separarse.
—Gracias.
Unos pasos se escucharon, y ambas chicas de antes se acercaban con las
cosas pedidas en sus manos. Jungkook retrocedió para darles espacio a
ingresar, y Taehyung abrió la puerta mientras les agradecía y les pedía ayuda
para tratar al pequeño.
El príncipe Jeon solo se quedó apoyado en la pared frente a la puerta,
relamiendo sus labios sin poder dejar de sonreír feliz, sintiéndose realmente
afortunado.
—Taehyung...La espera valió la pena totalmente —murmuró para sí mismo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Luego de casi tres horas sumando el viaje de regreso, finalmente habían
llegado al castillo.
—Ve a darte un baño, cariño —aconsejó Jungkook mientras ingresaban al
castillo siendo escoltados por los guardias—. Lo necesitas luego de un día tan
ajetreado.
—Me gustaría tomar uno —respondió sonriendole leve.
—¿Qué quieres cenar hoy? —preguntó el mayor volteando a ver a su esposo—.
Puedes pedirles a los cocineros que te preparen lo que tú quieras.
—No, está bien —negó con la cabeza—. Cualquier cosa me gustará, tienes unos
cocineros muy buenos.
—Tenemos, cariño. Tenemos —le corrigió dulce.
Una duda llegó a Taehyung al pensar en la cena de esa noche, y recordó los
almuerzos y cenas en el comedor que se volvieron, notando un detalle
importante.
—Jungkook —llamó volteando a verlo.
—¿Sí, cariño? —preguntó mirándolo también.
—Tus padres... —dijo, y Jungkook se puso alerta creyendo que iba a decirle
que los reyes le hicieron algo—. Jamás bajan a cenar o almorzar con nosotros.
El príncipe se relajó un poco, y esperó a que terminara de hablar, porque
notaba que iba a decir algo más.
—Es...por mí, ¿Cierto? —preguntó algo decaído—. No me aceptan aquí, como
tu esposo, porque no tengo sangre real o soy un noble ¿Discutiste con ellos
por mi culpa? —preguntó preocupado.
—Mis padres no bajan a cenar porque yo les pedí que no lo hagan —respondió
sincero.
—¿Eh? ¿Por qué? —preguntó confundido.
—Por la misma razón por la que crees que no bajan —soltó su mano para
sostener su cintura y caminar de esa forma, más cerca—. Es algo triste, pero
ellos jamás van a aceptarte o a tratarte como deberían, porque sus
pensamientos les impide reconocer que estoy enamorado de un omega hijo
de sirvientes.
Sus palabras sorprendieron bastante al pobre Taehyung, que no supo ni de
qué manera reaccionar a tal confesión.
¿Enamorado? ¿Qué?
—Mis padres no son las mejores personas, y nuestra relación jamás fue muy
cercana —continuó hablando sin saber lo que había causado en el pobre
omega—. No te sientas mal por no tener su aprobación, porque no la
necesitas. De nadie —aseguró, y dejó un beso en su sien—. Eres perfecto
siendo quién eres, y de esa forma me encantas.
—Jungkook...
Cuando llegaron a las escaleras, Jungkook volteó para decirle a los guardias
que podían retirarse, y les agradeció por su servicio. Taehyung también le
agradeció, y ambos caminaron tomados de las manos hacia la habitación,
donde fuera ya esperaban Siyeon y Yubin a recibir órdenes.
—Altezas —saludaron ambas junto a una reverencia.
—Buenas tardes, Siyeon, Yubin —saludó el omega.
—Mi esposo tomará un baño —avisó Jungkook a ambas betas—. Tuvo un día
algo ajetreado, así que preparen un baño que lo ayude a relajarse más de lo
normal, por favor.
—Sí, alteza —respondieron ambas.
—Yo iré a encargarme de algunos papeleos, quizás no aparezca hasta la hora
de dormir —avisó pasando unos mechones grises detrás de la oreja
impropia—. No me esperes si se hace muy tarde y descansa, ¿De acuerdo,
cariño?
—De acuerdo —respondió algo cohibido ante la presencia de ambas mujeres
presenciando un momento como ese—. No te quedes hasta tan tarde,
también debes descansar...
Jungkook sonrió encantado, y asintió antes de acercarse y probar sus labios
durante unos segundos. Se separó dando un pequeño beso, y lo soltó
finalmente antes de no poder hacerlo y pedir que le prepararan una ducha
juntos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Mientras estaba firmando algunos documentos y escribiendo otros, la
atención del príncipe fue hacia la ventana cuando escuchó el aleteo conocido
de su ave mensajera. Se levantó de su asiento y se acercó a la ventana.
—Hola, Brook —saludó acariciando la cabeza del animal, luego bajó la mirada
hacia la carta atada a su cuello—. ¿Una carta?
La desató del cuello del animal, y se despidió del ave silbando como solo el
ave comprendía. Regresó a su escritorio y abrió la carta para leerla.
Una sonrisa landina apareció en sus labios cuando leyó su contenido.
"Logramos huir y encontrar un lugar tranquilo y seguro a las afueras del reino
esmeralda.
Atte.: tu viejo amigo, Suga"
😶
G.GG
•|♔| Once |♔| •
Al caer la noche, Taehyung aún seguía sin poder dormir.
A pesar del día que tuvo, debería de sentirse agotado y estar durmiendo como
un bebé recién nacido, pero había algo en específico que no lo dejaba dormir
tranquilo.
Abrazó con más fuerza la almohada perteneciente al alfa contra su pecho,
girando para quedar de lado casi hecho bolita. Con la mitad del rostro tapado
por tal objeto, al estar aspirando su aroma.
—Jungkook dijo que estaba enamorado de mí... —susurró para si mismo,
sintiendo su rostro arder.
Esas palabras se repetían en su cabeza una y otra vez, y lograba volver loco no
solo a su lobo esta vez. Aún no asumía que el latir apresurado de su corazón
era por las mismas razones, es que jamás se había sentido de esa forma por
nadie, y el sentimiento llegaba a ser tan fuerte que no lo dejaba pensar o
actuar con claridad.
—Aah... —suspiró—. ¿Qué debería hacer?
Necesita preguntarle a alguien, pedir algún consejo, pero no confiaba lo
suficiente en alguien del lugar como para hablarlo y ya era demasiado tarde,
todos estarían durmiendo. Su mirada se elevó hasta que observó la mesa de
noche, y entonces recordó; el diario de su madre.
Se acomodó para quedar sentado con la espalda en el respaldo de la cama, no
dejó de abrazar la almohada ajena con un brazo mientras que con su otra
mano sacó ese viejo libro tan preciado para él.
—Solo mamá sabría que decirme en un momento como éste...
La verdad era que solo fueron dos veces que leyó el libro desde que su madre
falleció hace dos años; para una receta de té y para leer como su madre
contaba lo feliz que estaba junto a su padre cuando él nació. Su padre falleció
cuando él tenía tres años, ya que era soldado, de esos que van a una guerra y
no tienen la suerte de regresar.
No lo recuerda, pero lo ama. Su madre siempre le hablaba sobre él, se notaba
tan enamorada que él estaba seguro de que le habría dejado un consejo sobre
el amor o las relaciones.
Buscó entre las páginas, leyendo los títulos en busca de uno que hablara sobre
lo que estaba buscando. La luz del velador sobre la mesa de noche era lo
suficientemente clara para poder leer sin problemas.
—"El primer amor" —leyó el título, y comenzó a leer para confirmar que fuera
un consejo y no la historia de amor de sus padres.
Para su suerte, si se trataba de un consejo:
"No me gusta pensar en el momento en el que te enamores, porque eso me hace
ver que ya no eres un niño, que ya serás todo un hermoso hombre. Pero en
algún momento ese día llegará, y lo que más deseo es que también seas amado
y tratado con el respeto y amor que te mereces.
Ya sea un beta o un alfa, cualquiera de ellos principalmente debe de respetarte
en todo sentido, ¿Comprendes? Respetar tus decisiones, tus tiempos y vida.
Nadie tiene el derecho de controlar tu vida solo por ser tu pareja o compartir un
lazo.
Sé que para nosotros los omegas es extraño encontrar una persona que sea de
esa forma, porque desgraciadamente estamos en lo más bajo de la sociedad de
hoy en día si no eres de la realeza o un noble.
Pero existen esas personas, y más de los que te imaginas. Sino mira a tu padre;
era un alfa, pero era la persona más respetuosa y dulce que jamás haya
conocido.
Si yo tuve la suerte de encontrarlo y que también me escogiera, tú también la
tendrás, porque eres una persona maravillosa que solo se merece a alguien
igual de maravilloso.
Pero, así como eres tan amable, desgraciadamente también eres torpe para
este tipo de cosas respecto al amor o el interés amoroso. Sino mira al pobre de
Bogum, el guardia que se le pasaba intentando cortejarte y tú solo creías que
estaba siendo amable por tratar sus heridas cuando resultaba herido.
Le rompiste el corazón sin saberlo, pobre chico.
Volviendo al tema, si estás leyendo esto seguramente es porque finalmente te
has interesado por alguien, pero no estás seguro de que se trate de amor.
No te preocupes, cariño. Mami está aquí para ayudarte a que te des cuenta y
aconsejarte.
Primero que nada, la señal más clara: taquicardia. La maldita taquicardia que
te genera el solo tenerlo/a cerca, cuando te dice algo bonito o tiene un detalle
lindo, o que solo entre en tu campo visual.
A menos que sea miedo, será que te gusta, te atrae, le quieres, y en el caso más
intenso, le amas.
Segunda señal, te pones nervioso y no sabes cómo comportarte o qué hacer. Sé
que eres bastante tímido y que seguramente estarás peor que yo con tu padre,
por eso tienes que saber que es normal que te pongas de esa forma.
Si sientes que quieres tener tus manos sobre el/ella casi todo el tiempo, o lo ves
como la persona más hermosa de todas las que has visto hasta el momento, si
quieres verte bien para esa persona o si cuando sonríe, tú también quieres
hacerlo.
Hijo, estás muy, muy coladito por esa persona que no podré conocer pero que
dile que si no te cuida voy a jalarle de las patas desde donde estoy.
Pero más importante, tú mismo vas a sentirlo cuando estés frente a él/ella.
Recuerda que no todas las personas son iguales, y los sentimientos varían
mucho en una persona o en otra.
Solo escucha a tú corazón. Y si está de acuerdo con tu cabeza y lobo, mucho
mejor. Sé que eres bastante listo como para fijarte en una mala persona, y que
tu lobo siempre va a querer lo mejor para ti.
Cada uno vive su historia de amor de distinta manera, algunas terminan mejor
que otras y no siempre el primer amor prevalece, pero siempre arriésgate a ser
feliz y esfuérzate para que las cosas funcionen.
Te amo, mi bebé. Lamento no poder decirte todo esto en persona, pero recuerda
que siempre estoy contigo.
Estoy orgullosa de la persona que eres en este momento, leyendo esto."
Taehyung no pudo soportarlo, y manchó sin querer las páginas con algunas
gotas saladas que no logró controlar. Sabía que iba a terminar de esta
manera, era una de las razones por las que no leía ese libro, porque terminaría
llorando como ese niño de seis años que corría buscando a su madre porque
se lastimó la rodilla al caer de un árbol y buscaba mimos.
—Gracias, mamá —cerró el libro y lo abrazó contra su pecho mientras
limpiaba su rostro con el dorso de su mano.
Sus palabras lo habían ayudado bastante, aunque seguía sin saber que hacer a
continuación. Si admitía sus sentimientos, ¿Luego qué? ¿Debía de cambiar su
comportamiento con Jungkook? ¿De qué manera?
—Esto es tan difícil... —se quejó en un mini berrinche.
La puerta de abrió despacio, y su mirada se dirigió como un rayo hacia ésta.
Supo que se trataba de Jungkook por su aroma, y porque su lobo se volvió
loco al sentirlo cerca.
El alfa abrió la puerta tan despacio y silencioso, que tardó casi medio minuto
en hacerlo. Cuando sus ojos conectaron, Taehyung ocultó la mitad de su
rostro detrás de la almohada, solo mostrando sus ojos.
—Oh, creí que estabas dormido, cariño —dijo el alfa sonriendo enternecido al
verlo abrazar su almohada como si no quisiera que se la robaran—. Temía
despertarte.
Se acercó a la cama mientras se quitaba el abrigo que llevaba sobre una
simple camisa, todo bajo la atenta y avergonzada mirada del omega, que
hasta ahora no se había movido ni hecho sonido alguno. Aquello llamó la
atención del alfa, que se acercó a él gateando sobre la cama con la camisa a
medio desabrochar.
—¿Qué sucede, cariño? ¿No puedes dormir? —preguntó llevando una mano a
los mechones de su frente, para apartarlos y medir que no tuviera fiebre—. ¿Te
sientes mal?
Taehyung negó con la cabeza, y volvió a mostrar su rostro por completo para
levantar el libro y mostrárselo.
—Estaba leyendo algo que mi madre me escribió...Porque no podía dormir —
confesó sin mirarlo a los ojos.
—Ya veo —se apartó quedando de rodillas sobre la cama, y continuó
quitándose la camisa, como si eso no alterara todos los nervios del pobre
omega, que lo miraba desde abajo—. ¿Por qué no puedes dormir, cariño? ¿Me
estabas esperando?
Taehyung se avergonzó y bajó la mirada al libro evitando responder. Decidió
guardarlo de nuevo en su lugar, solo para no mirar al alfa mientras se quitaba
los zapatos y se cambiaba el pantalón por un más cómodo para dormir.
—¿Me extrañabas? —preguntó Jungkook apuntando su almohada, que seguía
pegada al pecho del omega.
—Y-Yo... —la dejó a un lado como si quemara, aunque lo único que estaba
caliente era su rostro—. ¿Qué hora es?
—Es más de medianoche —respondió tomando su almohada para volver a
colocarla sobre el regazo del omega—. Deberías de dormir, cariño. Fue un día
largo.
Taehyung asintió y se acomodó debajo de las sábanas. Aprovechó que
Jungkook le entregó de nuevo su almohada para continuar abrazándola, pero
le dio la espalda a éste mismo, incapaz de atreverse a mirarlo.
Sintió a su esposo acomodarse también, y luego más cerca.
—¿Puedo abrazarte, cariño? —preguntó suave contra su oreja.
—B-Bueno —le respondió el menor abrazando con más fuerza la almohada.
Sintió un beso en su sien, y luego el cuerpo contrario apegarse al suyo. Los
fuertes brazos del príncipe rodearon su cintura, apegándolo a su cuerpo sin
dejar de ser delicado en ningún momento. Un escalofrío le recorrió la columna
cuando un beso húmedo en su nuca fue dado.
—Buenas noches, cariño —susurró cerca de su oreja.
—...Buenas noches, Jungkook.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
El ambiente en la biblioteca era el favorito de Taehyung. Le gustaba mucho el
aroma de los libros, y la vista hacia el jardín que se podía ver en los grandes
ventanales.
Llevaba dos horas leyendo sobre la historia del reino rubí, que le había
parecido muy interesante, pero su paz fue interrumpida por una voz conocida
y bastante animada.
—¡Alteza! —saludó Gahyeon llegando frente a él con una gran sonrisa y un
brillo extraño en sus ojos—. Buenas tardes. Lamento interrumpir su lectura,
pero tenemos algo muy importante que hacer.
—Buenas tardes a ti también, Gahyeon —saludó el omega algo confundido—.
¿Algo importante? ¿Saldremos a algún lado con Jungkook? —preguntó
curioso.
—No. Es algo mucho más importante que eso —aplaudió varias veces—.
Vayamos al vestidor, por favor.
—Eh...bueno —aceptó no muy seguro de qué estaba ocurriendo o a qué se
refería.
Por eso ahora se encontraba con ropa ligera, en posición de T y siendo medido
por la beta que hablaba para sí misma muy emocionada.
—Umm...Gahyeon —llamó.
—Dígame, alteza —respondió midiendo su torso.
—Todo esto, ¿Es por algo en especial? —preguntó intentando no moverse—.
Pareces muy emocionada.
La beta de alejó y colocó sus manos a cada lado de sus caderas, mirándolo con
sorpresa.
—Pero claro, debo de confeccionar el vestido que usará en la fiesta de
cumpleaños del príncipe —dijo obvia—. No se preocupe, ya he pensado en
todo —dijo moviendo sus manos delante suyo, por un momento imaginando
la prenda en el omega frente a ella—. El diseño, la tela, las capas, el corsé,
¡Será mi mejor obra hasta el momento y voy a impresionar a todos esos
diseñadores que alguna vez dijeron que no iba a llegar a nada!
—...¿Cumpleaños de Jungkook? —preguntó Taehyung sorprendido—. No
sabía...que ya se acercaba —dijo con nervios.
Sabía la fecha del cumpleaños del alfa porque éste mismo se lo dijo los
primeros días de llegar al castillo, pero no creyó que el tiempo pasara tan
rápido.
—¡Usted va a brillar! —expresó la beta perdida en su propio mundo mientras
caminaba de un lado a otro jugando con la cinta métrica en sus manos—. Será
de una pieza, y con temática de flores porque sé cuánto les gusta y estamos en
primavera, ¡Tendrá diamantes reales y flores de aguamarina en el pliegue de
la falta, una gran falda que haga que todos tengan que alejarse para
admirarlo!
—Eehh...Gahyeon... —intentó llamarla.
—El color no puede cambiarse, debe de ser azul, el color representante del
reino, ¡Pero no se preocupe porque el príncipe también tendrá su traje del
mismo color y juntos se verán fenomenales!
—Gahyeon... ¿Puedo bajar los brazos? —intentó una vez más.
—Cuando el bastardo del diseñador del reino amatista pregunte por el creador
de tan hermosa obra maestra, ¡Me pararé frente a él y me reiré en su cara
mientras le digo que yo cree esa obra maestra! —rió estruendosamente, y
luego se detuvo de golpe y estiró la cinta con ambas manos volteando a ver al
omega con una mirada decidida—. Déjeme todo a mí, alteza. ¡Brillará esa
noche!
—Eeh...de acuerdo —respondió Taehyung no muy convencido.
Ese brillo en sus ojos era aterradoramente decidido, como si estuviera
preparándose para una guerra en la que va a intentar ganar de una forma u
otra.
Bueno, era bueno verla tan motivada, aunque Taehyung tenía el
presentimiento de que esto llevaría tiempo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Estaba buscando a Lucy o algún sirviente para pedirle un té que lo ayude a
relajarse luego de la intensa sesión de medida con su estilista.
Estaba agotado, como si hubiera practicado para una guerra durante todo el
día, ¡E incluso le armó una dieta para mantener su forma hasta el día! ¿Cómo
lograba Gahyeon tener tanta energía?
Mientras caminaba por los extensos pasillos saludando a los guardias que veía
por primera vez en el día, llegó a la parte del castillo a la que nunca se
acercaba; donde se encontraba la habitación y despacho de los reyes.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo, y su lobo se mostraba inquieto, como si no
quisiera ir en esa dirección.
Por suerte, Taehyung confió en él y se volteó para regresar por donde vino,
pero solo logró dar tres pasos cuando escuchó una voz femenina detrás suyo.
—Vaya, parece que por fin vamos a poder tener una charla —dijo la reina
acercándose a él—. Ven aquí.
Y aunque Taehyung no quisiera, la mujer era una alfa y su instinto le obligaba
a obedecerle. Se volteó e intentó mantenerse firme en su lugar y que su
mirada de mantuviera firme, aunque le estaba costando bastante.
—Alteza, buenas tardes —saludó respetuoso, haciendo una leve reverencia.
La alfa se detuvo a un metro suyo, y lo analizó con la mirada de arriba a abajo
con un obvio desagrado por lo que veía.
—Jamás pensé que llegara el día en el que el mundo se volviera loco y los
simples sirvientes vistieran ropa de la realeza —le dio una mirada aún más fría,
intimidando un poco más al omega—. Cuando jamás lo serán, aunque logren
trepar hasta colarse en el castillo.
—Yo...No sé qué responderle a eso —dijo evitando decir algo que pudiera
molestarla, no quería tener problemas con esa mujer, en serio que no.
—Sigo sin poder ver algo en ti que haya logrado convencer a mi hijo de que
valías lo suficiente como para llevar su anillo en el dedo —bajó la mirada hacia
el objeto, y eso pareció molestarla más—. Mi hijo se volvió realmente loco.
Mira que traer al hijo de una simple sirvienta, que vergüenza más grande para
nuestra familia y el reino.
Taehyung decidió no responder. No sabía que decirle, tampoco.
Comenzaba a tener miedo.
—No eres feo, debo admitirlo. Pero tampoco eres mejor que la mayoría —dijo
soltando una risa llena de veneno—. Solo quiere tu cuerpo seguramente.
Aunque...
Se acercó un poco más a él, inclinándose para estar cerca de su oído y decirle
en voz baja:
—Escuché que su anterior celo lo pasó solo y encerrado, como si no tuviera un
esposo para satisfacerlo —dijo con burla—. ¿Será que ni para eso sirves? O
quizás...
Se separó nuevamente y lo miró como si no valiera nada, denigrándolo con
solo una mirada.
—¿Qué no te quiere de esa forma? ¿Siente rechazo hacia ti? ¿Acaso a
intentando si quiera comenzar algo? —se volteó dándole la espalda, pero no
se alejó—. Se cansará mucho más rápido de ti si no puedes cumplir con tu
papel de esposo y omega. Y espero que así sea, así regresar al hoyo de donde
saliste.
Se alejó riendo divertida, dejando a un Taehyung lleno de dudas e
inseguridades.
—N-No es así... —negó volteando para alejarse de ese lugar y de esa mujer lo
más rápido posible—. Jungkook solo respeta mis tiempos...
¿Cierto?
Solo debe de decirle que quiere ayudarlo con su celo en su próximo celo.
Seguro que el alfa cree que aún no se siente listo, pero sí cree estar listo y
decidido para dar ese paso en su relación con el alfa.
Incluso puede que reciba su marca, que creen ese lazo que será la prueba de
que Jungkook realmente lo quiere a su lado. Si le dijo que estaba enamorado
de él siendo quien es, entonces va a creerle y confiar en él, porque se lo
prometió.
Sabía que la reina lo odiaba, y que no lo quería junto a su hijo. Por esa razón
no debía de hacer caso a sus palabras, no iba a caer en su juego.
—Jungkook me eligió... —dijo caminando a paso rápido hacia el despacho de
su esposo—. Debo de elegirlo también para demostrarle mi confianza.
Se paró frente a la gran puerta de madera de era custodiada por dos guardias,
y suspiró hondo con sus manos sobre la madera. Suspiró armándose de valor
y abrió la puerta de par en par.
—Jung...kook... —se calló abruptamente cuando se dio cuenta de que el alfa
no estaba solo en la habitación—. Eeh...
Habían varias personas, unas quince sentadas alrededor de la mesa redonda
en medio de la habitación. Todos voltearon a verlo al ingresar, todos lo
analizaron con la mirada y el sólo alcanzó a buscar la de su esposo.
Vaya, que incómodo.
Idk, ya veremos 👀
•|♔| Doce |♔| •
Con más de quince pares de ojos analíticos sobre él, debía se reconocer que
sus piernas estaban temblando un poco. Se dio cuenta de que estaban en una
junta, que se veía importante porque los rostros de los distintos alfas y betas
que estaban presentes, estaban serios, e incluso algunos se notaban molestos
por la interrupción.
Cuando sus ojos conectaron con los de su esposo, Taehyung reaccionó
nerviosamente e hizo una leve reverencia.
—Lo siento mucho —se disculpó más que nada con Jungkook—. No sabía que
estaban en una junta...Me retiro-
—Espera, cariño —lo detuvo Jungkook antes de que volteara y se fuera—. Ven
¿Sucedió algo? —preguntó preocupado.
—No, no —negó varias veces—. No es nada, no te preocupes. Solo...te estaba
buscando —dijo, y suspiró apenado—. Esperaré a que terminen.
Algo de esa frase pareció llamar la atención de Jungkook, ya que se puso de
pie llamando la atención de todos, solo para acercarse a su esposo y sostener
ambas de sus manos para besar cada una. Lo miró con un brillo extraño en sus
ojos, que causó miles de cosas en el omega.
—¿Me estabas buscando, cariño? —preguntó algo ilusionado—. Nunca me
buscas, así que debe de ser algo importante ¿Qué quieres que haga por tí, mi
bella flor?
Taehyung estaba sintiéndose mareado entre intentar no colapsar por el nuevo
apodo cariñoso, y no mirar a los otros hombres que no se veían contentos de
que se estuviera perdiendo el tiempo de la junta.
—N-No es importante, solo vine porque creí que no estabas tan ocupado y... —
bajó la mirada completamente rojo ante lo que iba a decir—. I-Iba a pedirte
que diéramos un paseo por los jardines o que tomemos el té juntos...Pero eso
es una tontería. Ahora estás ocupado y mejor me voy antes de que-
Fue callado cuando el alfa lo acercó para besarlo como nunca antes lo había
hecho. Era suave pero profundo, podía sentir la emoción en ese beso y la
suavidad con la que mordió su labio inferior al separarse le hizo jadear
liberando el poco aire que le quedaba.
Juntaron sus frentes y se miraron aun sintiendo el beso.
—Pide a alguien que prepare el té que más te guste y postres para una
merienda sobre el césped —dijo acariciando una de sus mejillas con su
pulgar—. En treinta minutos termino y voy directo hacia ti, ¿Te gusta la idea,
cariño?
Esta vez los ojos de Taehyung brillaron, y sonrió encantado con la idea.
—De acuerdo. Te espero —se atrevió a darle un beso rápido, y salió de la
habitación antes de molestar más a las otras personas.
Cuando el alfa cerró la puerta y regresó a su lugar, acomodó su traje y su
rostro se volvió serio.
—Resolvamos este problema ahora mismo.
—Alteza, ¿Ese es su esposo? —preguntó uno de los alfas que estaban
presentes.
—Así es —respondió el alfa puro con la tranquilidad que lo caracteriza—. Su
familia no tuvo la suerte de conocerlo porque no pudieron asistir a nuestra
celebración de compromiso.
—Pues sí que fue mala suerte —el tipo sonrió landino y le dio una mirada
sugerente al príncipe del reino en donde se encontraban—. Tiene muy buen
gusto, alteza.
Jungkook le dio una mirada filosa, solo de advertencia de que no hiciera otro
comentario como ese, o iba a terminar muy mal. El alfa solo bajó la mirada en
señal de disculpa.
—Aprovecharé para pedirles algo a todos ustedes —dijo acomodando una pila
de papeles en sus manos, con una leve sonrisa que a primera vista se veía
amable—. La próxima vez que mi esposo esté presente, por favor no lo miren.
De ninguna manera, y mucho menos... —fijó su mirada en el alfa que
anteriormente había hablado de su bella flor—. No se atrevan a soltar un
comentario despectivo, ¿Entendido?
Todos tragaron seco cuando su voz calmada dijo aquello, y solo reaccionaron
respondiendo de forma afirmativa.
Jungkook sonrió complacido, y dejó los papeles sobre la mesa.
—Qué bueno que nos entendamos. No me gustaría realizar una masacre en mi
propio despacho —dijo como si nada.
Ninguno de los presentes respondió a eso.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Tal y como lo prometió, en treinta minutos Jungkook se encontraba
caminando tomado de la mano de su esposo hacia la suave tela que sus
empleados colocaron en el césped junto con el juego de té para dos y platos
con distintos postres.
Taehyung se quedó maravillado con la preparación y los postres, algunos que
aún no había probado.
—Quedó todo muy bonito —halagó el trabajo de los empleados—. Voy a
agradecerles adecuadamente luego.
—Es la primera vez que tomo el té de esta forma —comentó Jungkook
sentándose sobre la tela, y le sonrió a su esposo como solo lo hacía con él—.
Me alegra que la primera vez sea contigo, cariño.
Taehyung le sonrió tímido, y comenzó a servir el té para ambos. El clima
estaba realmente agradable; cálido con algunas nubes, leve viento. El canto
de las aves y el paisaje a su al rededor lleno de flores y plantas solo hacían el
momento mucho más especial de lo que ya era.
Taehyung se sentó con las piernas dobladas y sus pies apuntando hacia su
izquierda, mientras que Jungkook se echó de costado soportando su peso con
su antebrazo, casi pegado al cuerpo de su esposo.
—¿Cómo resultó la junta? —preguntó el peligris dejando la tetera a un lado
para tomar su taza.
—Excelente. Gracias por preguntar, cariño —respondió con un tono dulce que
era gracias a lo feliz que estaba en ese momento.
—¿De qué hablaban? —preguntó, y se cohibió al recordar su interrupción—. Se
notaba importante, y yo la interrumpí, lo siento mucho.
Jungkook negó con la cabeza, y dejó un beso en su hombro.
—En todo caso, fue mi culpa por no avisarte que iba a tener una junta —
justificó—. Hasta ahora no lo he hecho porque no sueles buscarme en mi
despacho, y debo de admitir que estoy gratamente sorprendido.
—Gahyeon tomó mis medidas y me sentía algo cansado —comenzó a contarle
el por qué decidió ir a buscarlo—. Entonces pensé en tomar un té...Pero luego
pensé que sería agradable que lo hiciéramos juntos, entonces fui a buscarte.
Omitió la parte en la que tuvo su encuentro con la reina, porque sabía que
Jungkook iba a molestarse.
—Puedes buscarme las veces que quieras, y aceptaré hacer cualquier cosa si
es contigo, mi bella flor —respondió sonando completamente sincero—.
También prometo avisarte cuando tenga juntas o reuniones importantes.
—Gracias. Fue muy vergonzoso —admitió queriendo ocultar su vergüenza
tomando otro sorbo de té de verde, su favorito—. Todos estaban mirándome
mal por haber interrumpido, que pena...
—No lo volverán a hacer, te lo aseguro —dijo sonriendo a pesar de que le había
molestado que su esposo se sintiera de esa forma por las miradas ajenas.
Él no las había notado por estar hipnotizado con la presencia y belleza de su
esposo, pero su lo hubiera hecho les habría dado una mirada que los hiciera
cagarse en sus pantalones y entender que no debían de mirarlo de esa manera
de nuevo o no llegarían a ver el día siguiente.
—Esto se ve rico —comentó el omega tomando lo que parecía ser un pequeño
bizcocho de chocolate con salsa de frutas, que rápidamente probó—. ¡Mmnh!
Es delicioso —exclamó encantado, y luego le ofreció uno al alfa—. Prueba,
Jungkook.
El alfa ya había probado muchas veces ese pequeño postre, pero no dijo nada
y dejó que el otro le diera de probar en la boca, y luego fingió sorpresa.
—Es verdad. Es delicioso.
—¿Cierto? —comió el pequeño pedazo que le quedaba del que él probó, y
luego bebió otro sorbo de té—. En serio, tus cocineros merecen todos los
aplausos del mundo. Son muy buenos.
—Nuestros, cariño —corrigió soltando una leve risa ante lo bonito que se veía
un Taehyung feliz por probar postres dulces—. Todo lo mío es tuyo.
A medida que los minutos pasaban, el omega se sentía más y más cómodo con
la presencia del otro, e incluso lo disfrutaba más y más. Y para cuando ya no
hubo té o postres, Jungkook le preguntó si sabía hacer corona de flores, a lo
que Taehyung respondió afirmativamente y habían caminado cerca de donde
se encontraba la tela en busca de flores para hacer una.
Es así como ahora Jungkook estaba recostado sobre la tela, con la cabeza
apoyada sobre el regazo de su esposo mientras lo observaba armar poco a
poco la corona con flores de distintos colores. El ambiente se sentía tan
ameno, tan seguro y correcto, que logró hacer que Taehyung dejara los
nervios a un lado e incluso la pena no lo atacara incluso estando en una
posición tan íntima como lo era ésta.
—Una de las sirvientas del castillo de oro me enseñó a hacerlas cuando tenía
catorce —contaba el omega concentrado en que le quede perfecta—. A lo
primero me costaba mucho, pero como todo, con la práctica mejoré y ahora
me quedan muy bonitas.
—Debes enseñarme a hacerlas, cariño —pidió el alfa cerrando los ojos para
disfrutar de las sensaciones de ese momento, escuchando la preciosa voz de
su bella flor.
—Claro, cuando quieras —respondió feliz con la idea.
Luego de dos minutos, la corona de flores estaba lista, y Taehyung sonreía
orgulloso de cómo le había quedado. Bajó la mirada hacia el rostro del alfa, y
por un momento creyó que estaba durmiendo hasta que éste abrió un ojo y al
verla terminada de reincorporó para acomodarse a su lado y observarla mejor.
—¿Está terminada?
Taehyung asintió, y se la entregó. El alfa la tomó y la analizó a detalle, luego
miró a su esposo y le sonrió.
—Te quedó preciosa, cariño. Pero le falta algo para que se vea perfecta.
—¿Sí? ¿Qué es? —preguntó inocente el omega.
Jungkook la llevo al cabello contrario, y se la colocó acomodando sus cabellos
para que quedara estable. Se separó para admirarlo, y soltó un suspiro
enamorado al verlo.
—Ahora sí. Perfecto.
El pobre omega intentó retener una sonrisa, pero le fue imposible y solo bajó
la mirada avergonzado. Su lobo no paraba de corretear moviendo la cola
totalmente contento, e incluso su aroma lo delató demostrando que el
comentario del alfa le gustó mucho.
—L-La había hecho para ti —dijo quitándosela para acercarse y colocarla sobre
sus cabellos azabaches—. Te queda muy bien —soltó una pequeña risa, ya que
era la primera vez que lo veía con algo tan llamativo sobre su cabeza.
—¿En serio? ¿Y qué es esa risa? —preguntó con un tono claramente falso de
ofensa—. ¿Te estás burlando de mí, Kim Taehyung de Jeon?
El alfa movió su cabeza haciendo que la corona no tan bien colocada debido a
los nervios, se cayera hasta cubrirle un ojo. Eso solo causó más gracia en el
omega, que tapaba su boca intentando no reírse tanto ante la expresión del
azabache cuando un pétalo casi le entra en el ojo y estaba intentando
quitárselo.
—Vaya, realmente te estás burlando de mí —dijo, y con una gran sonrisa se
lanzó hasta hacer que el omega se recostara sobre la sábana, y parara de reír
cuando notaba la posición en la que estaban—. Eres realmente hermoso...
Taehyung, a diferencia de otras veces, no apartó la mirada o intentó huir de la
situación, sino que se mordió levemente el labio inferior y llevó una mano a la
mejilla contraria, acariciando con cuidado la pequeña cicatriz que se dejaba
ver.
—Tú también lo eres... —respondió en un tono bajo, pero que el alfa pudo
escuchar perfectamente.
La mirada del alfa pareció ganar mucha más intensidad y un color negro más
oscuro al escucharlo. Con lentitud, se acercó al cuello contrario donde
comenzó a olfatear con toda la paciencia y libertad posible, disfrutando de su
aroma favorito. Y mientras tanto, los dedos del omega se enredaban en sus
azabaches mechones, disfrutando de la suavidad de su cabello y de lo bien
que olía él también.
—Me siento tan feliz en este momento... —habló Jungkook contra la piel de su
cuello, creando un camino de suaves besos que se dirigían a su oreja—. Antes
de ti, no recuerdo un momento en el que me sintiera de esta manera.
Taehyung se estremeció cuando la cálida respiración contraria chocó contra
su oreja de forma suave, y antes de que se diera cuenta sus mejillas y mentón
estaban siendo besados también.
—Quiero que me respondas —se separó solo un poco para poder mirarlo a los
ojos—. ¿También eres feliz conmigo, Taehyung?
Ante la mención de su nombre, el omega sintió todo su cuerpo debilitarse, de
una forma peligrosa.
Pensó en su respuesta, y analizando las situaciones vividas desde que llegó al
lugar, y pensando en el futuro, la respuesta salió por sí misma.
—Soy feliz contigo, Jungkook.
Ambos sonrieron igual, con los ojos brillantes y lobos eufóricos, corazones
alterados y un sentimiento con el mismo nombre crecer en el interior de sus
pechos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Catorce días después. Temprano por la mañana.
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Cuando Taehyung despertó temprano por la mañana, no fue por los rayos de
sol o el canto de los pájaros, ni mucho menos por el llamado de Lucy para que
bajara a desayunar. Se despertó porque sentía un frío extraño, como si algo le
faltara.
Su lobo ladraba alterado intentando despertarlo, y cuando finalmente lo hizo,
lo primero que notó fue la ausencia del cuerpo grande y cálido que cada
mañana amanecía abrazando el suyo. Fue imposible no notarlo, ya se había
acostumbrado a eso, a tenerlo de esa manera cada mañana, junto a él.
Abrió los ojos y se frotó los párpados para hacerlo por completo, y en ese
pequeño transcurso pudo olfatear algo extraño en el aroma del alfa que
quedaba en la habitación y sobre todo en la cama del lado suyo. Era como si
fuera más intenso, era el mismo, pero mucho más fuerte, como si...
Como si estuviera en celo.
Entonces despertó por completo.
Se bajó de la cama para colocarse sus zapatos simples pero cómodos que solo
utilizaba por las noches cuando quería ir al baño, y se colocó una de las batas
que había a mano, la cual le pertenecía al alfa.
Salió de la habitación y lo primero que vio fue a dos guardias fuera de la
puerta, que al notar su presencia se alejaron un paso de la puerta para no
olfatear su aroma que era algo fuerte por la mañana.
Taehyung les dio una mirada a ambos antes de hablar.
—Buenos días, ¿Dónde está Jungkook? —les preguntó a ambos.
Los guardias betas se miraron entre ellos, luego volviendo a ver al omega.
—Su alteza Jeon entró en celo y nos pidió que lo cuidáramos —dijo uno de
ellos—. No puede acercarse al área B del castillo.
—... ¿Eh?
¿Jungkook entró de nuevo en celo? ¡Entonces debería de estar con él!
—Ya veo... —comenzó a caminar en dirección a donde le dijeron que no debía
de ir, y fue detenido por los guardias que lo siguieron al ver hacia dónde se
dirigía—. Por favor, tengo que ir con mi esposo —pidió cruzándose de brazos.
—Tenemos órdenes de su alteza de no dejarlo ir —dijo uno de los guardias que
le impedía el paso—. Lo siento, pero no podemos permitir que vaya.
—Si no me quiere ahí entonces que me lo diga él mismo —dijo tercamente, y
se abrió paso entre ambos guardias para caminar a paso rápido por los
pasillos.
Mientras unos guardias buscaban a algún empleado omega o mujer beta para
que se llevaran al esposo del príncipe, Taehyung lograba abrirse paso
diciendo que no lo tocaran y lo dejaran avanzar.
Cuando estaba a punto de llegar a la puerta, alguien tomó su mano desde
atrás haciendo que se detenga.
—Alteza, no debe de acercarse a esa puerta —dijo Lucy viéndose nerviosa.
—Lucy, está bien. Soy su esposo y omega —tranquilizó, y le soltó de su agarre
para acercarse más a la puerta, donde intentó abrirla, pero ésta parecía estar
cerrada por dentro—. Jungkook... —llamó alzando la voz lo suficiente como
para que pudiera oírlo.
Hubo un silencio de un par de segundos, hasta que un fuerte estruendo de
escuchó desde dentro, logrando asustar al omega.
—¡Vete! —gritó Jungkook desde dentro.
Taehyung no le dio importancia a su orden, porque sabía que el alfa se estaba
conteniendo y controlando para no aprovecharse de él creyendo que no
estaba listo, pero si lo estaba.
—No, Jungkook —habló nuevamente utilizando el mismo tipo de voz—. Vine
para ayudarte, déjame entrar.
—¡No quiero que me ayudes, vete!
Taehyung entendía que el tono hostil de sus palabras era debido a la situación
en la que estaba, por lo que no le afectó mucho que lo utilizara con él en ese
momento.
—¡Pero yo si quiero ayudarte! —le respondió alzando más el tono de voz,
creyendo que no le estaba escuchando bien—. Estoy listo, quiero hacerlo...por
favor.
De nuevo el sonido de objetos romperse, y gruñidos acompañados de
maldiciones de parte del azabache.
—¡No quiero que me ayudes, Taehyung, vete! —repitió el alfa, sonando más
firme—. ¡No importa si quieres, yo no quiero!
El omega retrocedió alejándose de la puerta con una expresión de dolor y toda
su confianza tirada a la basura.
Jungkook lo estaba rechazando. Lo estaba rechazando incluso si le dijo que
estaba listo y que quería hacerlo.
¿Por qué?
—Alteza, ya lo escuchó —insistió Lucy tomando sus hombros con cuidado para
comenzar a guiarlo hacia la habitación nuevamente—. Vaya a recostarse, no
debe de preocuparse por el príncipe, estará bien.
¿Por qué?
Lucy le había dicho que anteriormente buscaban omegas para acompañar los
celos intensos del alfa, entonces no era tan brusco o violento como para
alejarlo de esa manera.
Él no quiere.
Las palabras de la reina llegaron a su cabeza, solo para hacerlo sentir aún
peor.
No, no es que no quiera...Es que no lo quiere a él.
¿Por qué?
¿Tan desagradable lo considera? ¿No cree que sea mínimamente placentero
estar con él?
Su lobo estaba aún peor que su parte humana. Se sentía incapaz, inútil, no
deseado, rechazado por el que consideraba su alfa, tenía el orgullo
inexistente, la cola entre las patas y las orejas tan abajo que incluso sin
sollozar se notaba que estaba completamente herido.
—Alteza —llamó Lucy alzando un poco la voz para hacerlo reaccionar.
Taehyung volvió en sí y notó que estaba nuevamente en la habitación. La
mujer lo había sentado y la cama y le había quitado las sandalias.
—Disculpa, ¿Qué decías? —preguntó volviendo a bajar la mirada hacia sus pies
ahora descalzos.
La mujer de edad avanzada pudo notar el cambio en su semblante, y se sintió
mal por él.
—Qué en un momento le traigo el desayuno... ¿Quiere algo en especial? —
preguntó intentando animarlo un poco.
Taehyung se quedó unos largos segundos en silencio, hasta que negó con la
cabeza y se movió para volver a meterse debajo de las sábanas, de su lado y
justo en la punta.
—Gracias, pero no tengo hambre —respondió con la voz tan vacía que
preocupó incluso más a la mujer—. Dormiré un poco más.
—Alteza...
—Por favor, Lucy... —pidió con la voz rota, escondiendo su cabeza debajo de
las sábanas.
La mujer observó su figura en la cama, y con mucho pesar caminó hacia la
puerta. Pero se detuvo antes de retirarse.
—Si necesita algo no dude en llamarme, ¿Sí?
No recibió respuesta.
Lucy salió de la habitación teniendo un mal presentimiento sobre la pareja
cuando el celo del alfa acabe. Y solo esperaba que las cosas se solucionaran,
porque no era para nada agradable ver al omega de esa forma.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook era conocido por ser un hombre de palabra. Si prometía algo lo
cumplía, y si te amenazaba diciendo que quería que fuera la última vez que
dijeras o hicieras algo para molestarlo, entonces no habría otra oprtunidad
para que repita aquella frase.
También era conocido por su inteligencia y atención a los detalles, por lo que
no dejó pasar cuando su precioso esposo dijo aquella frase que lo hizo sentir
un mal de cuerpo para nada agradable; "Tu madre tenía razón".
Obviamente cuando las cosas se calmaron entre ambos, le preguntó a qué se
refería, y obviamente su esposo no quiso responderle con la verdad y solo dijo
que quizás la mujer lo veía como un incapaz de cumplir con su rol como
esposo y omega. No tuvo que preguntarle mucho más para darse cuenta de lo
que sucedió.
Ahora solo debía de confirmarlo, y tomar cartas sobre el asunto para que algo
como eso no se repitiera.
Y es así como con eso decidido, ahora caminaba por el lado del castillo que le
había prohibido abandonar a sus padres, y a su esposo acercarse. Iba directo a
la habitación de sus padres, donde sabía que la mujer se la pasaba la mayoría
del tiempo.
Como el problema solo era su madre, ya que su padre se la pasaba recostado
la mayor parte del tiempo y sin poder hablar debido a su enfermedad, no
importaba si el hombre estaba presente cuando hablara con su progenitora.
No tocó la puerta, solo ingresó como si se tratara de su propia habitación,
asustando a la mujer que se encontraba frente al espejo peinando su cabello
azabache.
—Buenas tardes, madre —saludó tranquilo, caminando hacia el sofá de la
habitación.
—¿Qué haces aquí? —pregunto la alfa recelosa, dándole una mirada a su
esposo, que como el azabache predijo, estaba recostado en la cama—. No
tenemos nada de qué hablar, a menos que vengas a decirnos que finalmente
recapacitaste y vas a devolver a ese omega al hoyo de donde lo sacaste.
Jungkook soltó una leve risa nasal, y le sonrió de lado. Apoyó su codo en el
apoyabrazos del sofá, y miró a la mujer a través del reflejo del espejo.
—Madre, ¿Qué fue lo que acordamos el día en el que mi esposo llegó aquí? —
preguntó calmado—. ¿Podrías hacerme el favor de recordármelo?
La alfa lo miró confundida, pero aun así respondió.
—Nos pediste una locura tras otra, todas a relacionadas con ese omega —
apartó sus ojos de los contrarios a través del espejo, para continuar peinando
su larga cabellera.
—Parece que no las recuerdas. Una lástima —chasqueó la lengua y volvió a
sonreírle—. Te lo recordaré yo entonces.
Se puso de pie y comenzó a caminar lento por la habitación, observando todo
a su alrededor con la mayor calma que podía mostrar en ese momento.
—Que no se acerquen a él y que no le hablen —dijo levantando dos dedos, sin
dejar de recorrer la habitación—. Que no bajaran a comer con nosotros, y que
se mantengan en esta área para que no se crucen con mi esposo.
—¿Para qué viniste? —preguntó la alfa perdiendo la paciencia, pero también
nerviosa porque sabía que la razón de su visita no podía ser buena si
comenzaba hablando del omega—. ¿Para qué dices todo esto? Ninguno de los
dos ha roto ninguna de las absurdas reglas que nos pusiste.
—¿No? —preguntó fingiendo confusión—. Entonces lo que mi esposo me contó
acerca de todo lo que le dijiste debe de ser mentira, ¿Cierto, madre?
La mujer dejó de peinarse, y volteó a verlo con el ceño fruncido.
—¿Qué cosas te dijo ese omega? —preguntó a la defensiva.
—Me contó absolutamente todas las cosas que le dijiste cuando por accidente
se cruzaron —dijo sonando tan seguro que parecía que realmente Taehyung le
había contado aquello.
La realidad era que solo había deducido que se encontraron casi por
accidente, porque ni Taehyung quería cruzarse con ellos, ni ellos iban a
arriesgarse a que él los descubriera caminando por donde no deberían.
Y al parecer por la cara de su madre, estaba en lo correcto.
—No me mientas madre, sabes que no me gustan las mentiras —pidió tan
tranquilo como lo eran sus pasos acercándose a la mujer—. Solo quiero que
me digas por qué le dijiste todas esas cosas, cuando les pedí amablemente
que no le dirigieran la palabra porque sabía que de sus bocas solo podían salir
palabras hirientes y falsas.
—¡Nada de lo que le dije es mentira! —dijo mostrando sus nervios a flor de
piel—. Es la pura verdad, nunca dejará de ser hijo de un sirviente, jamás llegará
a ser de la realeza por más de llevar tu anillo, y se nota que ni siquiera puede
cumplir con las cosas básicas, y por eso pasas tus celos solo.
Sus palabras fueron soltadas con tanto veneno que Jungkook no lo soportó
más.
—Ay, madre... —negó con la cabeza, sonando como si realmente lo lamentara
mientras se acercaba a ella—. En serio, deberías de aprender a hacer las cosas
que se te piden, por tu propio bien.
Antes de que la mujer pudiera responderle, Jungkook tomó su cabello con
fuerza desde detrás de su cabeza, y azotó su rostro contra el vidrio sacándole
un grito de dolor ante los cortes que se hicieron en su rostro.
—¡¿Qué crees que haces?! —gritó la mujer intentando zafarse de su agarre,
pero no había comparación entre ambas fuerzas.
—Madre, por favor no le digas cosas tan feas a mi esposo —pidió con
tranquilidad, como si no estuviera tomando uno de los vidrios que cayeron al
suelo para comenzar a cortar el cabello de su madre aún sin soltarlo—. Es una
maravillosa persona, no se merece que le digan cosas tan horribles.
—¡Detente! —intentó empujarlo, o alejarlo de una patada, pero no logró
absolutamente nada porque su hijo la lanzó al suelo para dejarla boca abajo—
. ¡Jungkook, detente, soy tu madre!
—Justamente por eso es que no entiendo porque no cumples con lo que te
pido, madre —dijo negando con la cabeza, jamás abandonando el tono de
tranquilidad en su voz—. Sabes que no me gusta repetir las cosas, y esta vez
no estoy jugando. Si se trata de mi amado esposo, no voy a pensarlo dos veces
al defender su nombre.
Cuando cortó cada mechón hasta dejarlos todos de distintos tamaños, no la
soltó. Cuando se alejó para observar a la mujer en el suelo, que lloraba de ira
sosteniendo su cabello con fuerza.
—Eso era todo lo que quería hablar contigo, gracias por tu tiempo, madre —se
despidió, y caminó hacia la puerta, no sin antes voltear a ver a su padre, que
había comenzado a toser mientras lo miraba con ojos asesinos—. Oh, espero
que te recuperes pronto, padre. Buenas noches.
Salió de la habitación y sacó un pañuelo de uno de los bolsillos de su saco
para limpiar las pequeñas gotas de sangre y mechones de cabello que
quedaron en sus manos y ropa.
Ta potente este capítulo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung no sabía bailar, y era por eso que ahora se encontraban en el gran
salón solo ellos dos, porque Jungkook ordenó que nadie se acercara a
interrumpirlos.
Pero la verdad era que no quería que nadie más apreciara las hermosas y
brillantes piernas de su esposo.
Se acercaba el cumpleaños de Jungkook, al que asistirían muchas personas
importantes y de poder, y como era tradición, debía de compartir un baile con
su esposo frente a todos.
—He visto cómo se hace, pero jamás aprendí a bailarlo, obviamente... —
comentó Taehyung mientras bajaba las escaleras con la ayuda del alfa, ya que
aún no se acostumbraba a los nuevos zapatos—. No sé si debamos hacerlo...
—No te preocupes, cariño —tranquilizó sonriendo divertido al ver lo
concentrado que estaba el omega en no tropezar—. No dejaré que caigas.
Taehyung le sonrió en respuesta. Confiaba en que el alfa le tendría paciencia y
no dejaría que se lastimara.
Se colocaron en medio del gran salón, y el mayor fue quien los colocó en
posición; Taehyung tomando una de sus manos y la otra sobre su hombro
izquierdo, y él con la otra en la espalda baja del omega. Se miraron fijo, uno
notando los nervios del otro, y sonriendole para intentar calmarlo.
—Déjate llevar, y mueve los pies como si siguieras los movimientos de los
míos, ¿Sí, cariño? —indicó, y le dio un suave beso cuando el omega asintió—.
No tenemos música, pero voy a tararear el ritmo que suelen tener todas las
baladas de ese tipo.
—¿Tararear? —preguntó el menor con una pequeña risa—. Quiero escuchar
eso.
—¿Te estás burlando de mí, cariño? —preguntó con falsa ofensa, y una sonrisa
divertida.
Taehyung negó con la cabeza, pero lo hizo riendo claro al imaginar al alfa
tarareando. Sería divertido en la situación en la que están, y porque jamás
creyó escucharlo hacer algo como eso.
—No te rías de tu esposo que solo quiere enseñarte a bailar —regañó en
broma, también riendo leve, y terminó cuando lo besó una vez más—. Anda,
cariño. Tienes que aprender al menos los pasos básicos antes de que alguien
te vea vestido de esa forma y tenga que arrancarle los ojos.
Taehyung asintió con una leve sonrisa ante sus palabras. Creyó que solo
bromeaba, pero Jungkook hablaba muy en serio.
Distinto a lo que el omega se imaginó, cuando el alfa comenzó a tararear un
ritmo algo lento pero marcado, se escuchaba realmente agradable, incluso
relajante. Él solo intentó concentrarse en sus propios pies y los contrarios,
siguiendo sus movimientos.
—Eso es. Lo haces muy bien, cariño —animó Jungkook con la mirada fija en el
rostro ajeno, que miraba hacia abajo con una pequeña sonrisa.
—¿E-En serio? —preguntó feliz de estar consiguiéndolo—. No es tan difícil
como cr- ¡Ay!
Sin querer piso la punta de los zapatos pulcros del alfa, y se asustó de su
propio accidente. Lo miró y se disculpó varias veces más por su torpeza, pero
Jungkook solo pensaba en lo precioso que es, ni siquiera sintió el pisotón.
—Te perdonaré si me besas —dijo aprovechando la situación, pero con una
sonrisa para que sepa que no le importó ese pequeño accidente.
Taehyung no se lo pensó mucho y se acercó a sus labios para dejar un tierno
beso, luego lo miró con pena.
—Perdón.
Ah, tan tierno. Jungkook no podría soportarlo mucho más si seguía siendo así
de adorable.
Luego de unos minutos en los que comenzó a hacerse amigo de sus tacones,
aprendió los pasos básicos, y ahora mismo estaban practicando los giros que
el mayor le hacía dar.
—Eso es, primero lentamente... —dijo levantando el brazo de su esposo desde
su mano mientras esté giraba lento hasta regresar a la posición original—.
Perfecto, cariño. Ahora un poco más rápido, pero no tanto.
Taehyung asintió, y lo intentaron otra vez, y otra, y otra. Hasta que finalmente
pudieron hacerlo varias veces seguidas en la velocidad normal.
—Por poco y me mareo —comentó el omega apoyando su frente sobre en
hombro del alfa—. ¿Hay más pasos?
—Sí, algunos —abrazó su cintura con ambas manos, abrazándose de esa
manera con su hermoso esposo—. ¿Quieres que pida té y nos tomemos un
descanso?
—Por favor —aceptó.
Jungkook lo miró de arriba a abajo, como si estuviera pensando en algo,
confundiendo al omega. Luego a su al rededor y cuando sus ojos captaron la
figura de una mesa con un mantel blanco, se acercó a éste y desnudó la mesa
tomando la tela entre sus manos.
Se colocó detrás de Taehyung y lo cubrió desde su cintura a sus pies con el
mantel, haciendo que éste solo se sintiera más confundido.
—¿Qué estás-?
Antes de que pudiera darse cuenta, lo cargó en sus brazos estilo recién
casados, y le regaló una sonrisa divertida.
—No puedo dejar que nadie mire donde no debe, cariño —dijo explicando la
razón de sus acciones—. ¿Dónde quieres que tomemos el té?
—E-En cualquier lado está bien... —respondió Taehyung mirándolo con
mejillas sonrojadas—. Jungkook, no creo que nadie mire lo que lo debe.
—Prefiero prevenir a que lo hagan —respondió simple, y lo besó antes de
comenzar a caminar escaleras arriba—. Iremos a la biblioteca, ¿Quieres?
—Está bien —aceptó apoyando su cabeza sobre el hombro contrario,
disfrutando de su aroma—. Por cierto, gracias por enseñarme a bailar.
—Quería mostrarles el mejor baile con la persona más hermosa de todos los
reinos a las personas en mi cumpleaños —respondió dulce—. Verás que
cuando lo hagamos, solo verán a un matrimonio disfrutando de bailar juntos,
y no al príncipe y su esposo sin sangre real.
—Ojalá nada suceda durante la fiesta... —dijo soltando un suspiro preocupado
al recordar lo sucedido en cada evento que asistió con el alfa—. Siempre
sucede algo malo, y no me gustaría que tu fiesta de cumpleaños sea recordada
con malas remembranzas.
Jungkook besó su frente en respuesta.
—Nada ocurrirá, será una noche agradable, pero sobre todo especial...¿,Sabes
por qué? —preguntó volteando a verlo.
Taehyung negó, también levantando la mirada para verlo con expectativa.
—Porque será mi primer cumpleaños junto a la persona que amo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al extraño había sucedido esa tarde cuando estaban en la biblioteca tomando
el té, y Taehyung no sabía de qué se trataba, pero sospechaba que de temas
importantes a tratar y que por eso ahora estaba solo en la cama de su
habitación.
¿Qué fue lo extraño?
Un ave grande apareció por la ventana y aterrizó en la mesa justo al lado de
Jungkook. Éste se sorprendió de verlo allí, pero de igual forma lo saludó y se lo
presentó a él, ya que nunca antes el alfa había mencionado que poseía un ave
mensajera.
Aunque ese no era el problema, el problema fue que al leer la carta que el ave
trajo, el rostro del alfa se volvió serio durante unos segundos.
Saludó al ave y luego de silbar de forma muy particular, éste se fue como
llegó, y Jungkook guardó la carta en el bolsillo interno de su saco. No comentó
nada más que un simple "Cosas sobre negocios de los que voy a encargarme
luego. Ahora estoy contigo, cariño".
Y se seguirán preguntando qué es lo extraño de todo eso si se supone que
cartas como esa le deben de llegar cada semana.
Pues lo extraño fue que, en la noche de ese día, Jungkook llegó muy tarde a
dormir. Y no es como si no le haya avisado antes, sino que esa misma noche
como le costaba dormir debido a la ausencia del alfa, Taehyung fue al baño y
cuatro guardias lo escoltaron hasta éste. Lo extraño es que, hasta el
momento, jamás lo han hecho, y mucho menos dos delante y dos detrás, ni
tampoco revisaban que no haya nadie en el baño antes de dejarlo ingresar.
Regresó a la habitación de la misma forma, también cuando lo dejaron
ingresar luego de examinar la habitación para revisar que no haya nadie.
Esta rutina nocturna se repitió durante tres noches seguidas.
De día no, porque si no estaba con alguno de los empleados que lo ayudaban
con sus tareas de cada día, Jungkook estaba a su lado y pasaban tiempo
juntos leyendo, conversando o tomando el té. Así hasta la noche, donde el alfa
regresaba a su despacho y llegaba tarde a dormir, bastante tarde.
Taehyung estaba cansado de esperarlo, ¡No podía dormir correctamente sin él
y cada noche regresaba más tarde!
Si bien no era del todo su culpa el que se haya acostumbrado a dormir con la
calidez y los brazos contrario abrazándolo, su lobo se desesperaba y pedía por
la presencia de su alfa.
Se movió en su cama buscando nuevamente una posición en la cual poder
dormir, pero ninguna parecía funcionar, y el aroma de su alfa en las sábanas y
almohadas no era suficiente como para calmarlo.
Quería tenerlo cerca, a su lado o pegado a él, como sea, pero no allá lejos
donde lo extrañaba tanto.
Esa noche no pudo soportarlo más, y decidió que, si Jungkook no venía a él,
entonces él iría a Jungkook.
Se envolvió en la sábana más fina que poseía la cama, y caminó hacia la
puerta sin sorprenderse ya de la cantidad de guardias que había en el lugar
comparado con antes. Les dio las buenas noches, y les avisó que iría al
despacho de su esposo, ya que siempre le preguntaban su destino.
Los pasillos poco iluminados por los veladores colgados en las paredes hacia
que el camino se viera más largo de lo que era, y eso solo lo ponía más
ansioso.
Llegó a la puerta correspondiente pero no ingresó, tocó algunas veces.
La voz algo confundida de Jungkook le permitió el paso. Y esa lo lógico porque
debían de ser casi las tres de la mañana y nadie debería de estar despierto a
esa hora, mucho menos llamar a su despacho.
Ingresó buscando con la mirada al alfa, y lo encontró sentado detrás de su
escritorio con algunos papeles en su mano izquierda y una pluma en la otra. El
alfa se sorprendió al verlo, e inmediatamente le extendió su mano para que se
acercara.
Taehyung sintió algo de pena cuando se acercó a una velocidad rápida,
bastante torpe porque daba pasos pequeños debido a la sábana y casi la pisa
cayendo al suelo.
—Cariño, ¿Qué haces aquí a esta hora? —preguntó sentándolo en su regazo,
alejando los papeles frente a él—. Es muy tarde, y debes de dormir bien.
Taehyung se acomodó en su pecho, y parecía un pequeño gusano en busca de
calor corporal y la esencia de su alfa. Soltó un pequeño suspiro antes de
responder.
—No puedo dormir...si no estás conmigo —admitió avergonzado—. Tú
también deberías de estar durmiendo, porque también necesitas descansar y
dormir bien —regañó de forma tierna.
Jungkook sonrió conmovido, y besó su mejilla y frente, sin dejar de mecer el
pequeño cuerpo de su esposo en un intento por querer ayudarlo a dormir.
—Lo siento, cariño ¿Qué te parece si termino esto último y regresamos ambos
a la cama? —preguntó con los labios apoyados en la piel descubierta de su
frente.
—Sí, me parece mucho —respondió cerrando los ojos ante los mimos que le
daba su esposo.
Jungkook dejó un último beso en su frente y labios, y regresó a revisar los
documentos que anteriormente debía de rellenar.
Mientras tanto, Taehyung disfrutaba del aroma de su alfa sin pudor alguno.
Llevo una de sus manos al cuello impropio, y acarició la tersa y clara piel,
disfrutando de cómo se estremecía un poco ante su toque. Bajó la mirada a
sus clavículas, las cuales estaban perfectamente expuestas desde su ángulo
gracias a que la única camisa que Jungkook vestía tenía dos botones sueltos
dejando ver parte de su piel.
Sintió muchas ganas de tocarla, de probarla.
Acerco su mano al botón que seguía para desabrochar, y lo hizo, y siguió con
él otro, porque quería ver y tocar su torso por completo. Levantó la mirada al
mismo tiempo, y comenzó a besar el mentón tan hermosamente marcado,
luego se reincorporó un poco para morder levemente el lóbulo de su oreja
mientras metía su mano debajo de la tela de la camisa casi abierta por
completo.
—Esto es agradablemente extraño, cariño —comentó Jungkook sin poder
seguir ignorando las acciones de su esposo, soltando los papeles y la pluma
para sostener firme la cintura del menor.
—Jungkook... —se sentó por completo y lo miró fijo, llevando ambas manos a
sus pectorales mientras mordía su labio inferior—. Yo...quiero...
No completó la frase, decidió acercarse y devorar sus labios.
Y cuando digo devorar, digo devorar.
La temperatura de su cuerpo aumentó a pasos agigantados, así como las
ganas de que Jungkook pase sus manos por toda su anatomía. Éste último
notó que el comportamiento de Taehyung no era normal, y lo alejó un poco
para preguntarle qué era lo que sucedía, pero la respuesta la obtuvo al verlo.
Respiración agitada; labios hinchados de tanto morderlos inconscientemente
y debido al beso, pupilas dilatadas, mejillas rojas y sobre todo, ojos color
amarillos.
—Mi alfa... —tomó sus manos y las llevó a sus glúteos—. Tócame.
—Joder, cariño...
El pene de Jungkook reaccionó como nunca antes. New récord.
Y hasta acá lo dejo, porque debo de escribir dos capítulos de ánima. Sip,
van a ser dos; sobre cada pareja llegando a su reino correspondiente.
El momento que tantos han esperado ha llegado, pero no van a leer que
sigue hasta quien sabe cuándo.
Suena cruel, pero es la verdad.
Los quiero, y muchas gracias por el apoyo que le están dando hasta ahora
💚🌌💚.
G.GG
•|♔| Quince |♔| •
Jungkook sabía que debía de actuar con cuidado y con la cabeza clara, porque
su esposo no iba a poder hacerlo y debía de cuidarlo todo lo posible.
—Paso a paso, cariño —dijo el alfa envolviendo con cuidado en cuerpo de su
omega para que al salir su aroma no fuera tan evidente para los demás—.
Primero vamos a nuestra habitación.
Taehyung comenzó a quejarse cuando el otro dejó de besarlo y acariciarlo, y
ahora lloriqueaba por no poder moverse o acercarse para besarlo
nuevamente. El príncipe lo sostuvo en sus brazos al ponerse de pie, y caminó
hacia la puerta mientras hacía su aroma mucho más fuerte para intentar
calmar un poco al omega.
—J-Jungkook... —llamó entre quejidos de dolor, intentando acercar su nariz
todo lo posible a su cuello—. D-Duele...
—Sé que duele, cariño —acercó sus labios a su frente, logrando sacarle un
jadeo necesitado al menor que quería mucho más que un beso como ese—.
Dejará de doler en unos minutos, solo aguanta ¿Sí?
Al salir de su despacho, cuatro de los guardias que estaban custodiando, se
dieron cuenta de la situación en la que estaban y los que eran alfas
rápidamente se alejaron. Jungkook no dejó de caminar hacia su habitación,
siendo seguido por los que eran betas.
—Que alguien despierte a Lucy y le pida que prepare una infusión
anticonceptiva —les dijo a los guardias—. Es urgente, por favor.
Uno de ellos acotó sus órdenes y corrió en busca de la mujer que a esa hora
debía de estar en un profundo sueño, que sería interrumpido.
—Qué nadie se acerque a la puerta, y que Lucy llame a la puerta y deje la
infusión en el suelo —ordenó antes de ingresar a su habitación y cerrar la
puerta con el pie.
La habitación mantenía una leve iluminación gracias a la luz de la luna que
ingresaba por las ventanas con las cortinas abiertas, y los veladores en cada
mesa de noche. Jungkook colocó a su esposo sobre la cama cuidadosamente,
y comenzó a quitarle la sábana que lo rodeaba. Todo, con la mirada fija en las
expresiones del omega que eran de súplica y deseo, que le estaban poniendo
todo más difícil de lo que era.
—¿Es la primera vez que pasas un celo con alguien, cariño? —preguntó
mientras comenzaba a quitar cada botón de su camisa bajo la atenta mirada
del omega.
Taehyung asintió varias veces, llevando sus manos a su entrepierna mientras
juntaba sus piernas, en un inútil intento por contener así sus ganas de abrir
sus piernas para que el alfa hiciera lo que quisiera con él y su muy necesitada
entrada que comenzaba a lubricarse por sí misma.
—Me hace muy feliz ser el que tendrá el privilegio de ser el primero —con la
camisa fuera, se subió al colchón y tomó la parte trasera de sus rodillas para
acercarlo a él—. Estoy a tu disposición, cariño ¿Qué quieres que haga?
El omega abrió sus piernas invitándolo a que se acomodara entre ellas, y
estiró sus brazos pidiendo que se acercara. El príncipe no tardó en hacer eso, y
su rostro fue tomando con rapidez para comenzar a ser besado con necesidad
mientras las piernas del omega rodeaban la cintura contraria atrayéndolo más
hacia él.
Gimió totalmente a gusto cuando sintió la gran erección contra su abdomen
bajo, y Jungkook gruñó.
—J-Jungkook...desnúdame y t-tócame —pidió contra sus labios, sintiendo que
su cuerpo quemaba y solo las manos del alfa podían calmarlo.
El autocontrol del alfa estaba comenzando a flaquear, pero debía de
controlarse hasta al menos haberle hecho beber la infusión al omega.
Esperaba que Lucy no se tardara tanto o terminaría por hacer algo que
lamentaría luego. Era un alfa puro, pero tenía debajo suyo al omega del que
estaba enamorado en celo, pidiendo por él, eso era una tortura cuando sabía
que debía de controlarse.
Aun así, había muchas cosas que podía hacer antes de llegar a la última fase. Y
oh, si, iba a hacerlas absolutamente todas.
Subió sus manos por los suaves muslos de su esposo, hasta llegar a su ropa
interior de seda, y comenzó a retirarla mientras chupaba y mordía la lengua
contraria en ese beso que se volvió totalmente obsceno de un momento a
otro. El dulce aroma del lubricante natural del omega llegó a la nariz del
mayor y fue como una invitación que no iba a rechazar, pero antes iba a
averiguar que tanto podía mojarse su precioso esposo.
—Fuera pijama, cariño —dijo alejándose para tomar la punta de la falda del
vestido pijama del menor, y éste levantó sus brazos de inmediato
comprendiendo que era lo que quería hacer.
Le quitó el pijama con rapidez, pero sin dejar de ser cuidadoso, y al verlo
completamente desnudo debajo suyo, sus dientes picaron por morder cada
centímetro de esa brillante y tersa piel, hasta dejar la marca de sus dientes
durante tanto tiempo que Taehyung se acordaría de él cada vez que toma un
baño.
Se había quedado largos segundos pensando en todas las cosas que podría
hacerle, y el omega comenzaba a desesperarse al no recibir la atención que
quería.
—¡Jungkook! —se quejó en un pequeño berrinche desesperado.
Esto no duró mucho porque su libido estaba en aumento y la vergüenza que
era parte de su personalidad desapareció por completo. Antes de que el alfa
pudiera decir o hacer algo, el omega abrió un poco más sus piernas subiendo
un poco en la cama para alejarse del alfa y que éste pudiera verlo por
completo cuando llevó su mano derecha a su mojada entrada, y la otra a unos
de sus pezones.
—Mmn...aahh, J-Jungkook —gimió mientras se daba placer a sí mismo, con su
mirada fija en la del alfa que tensó todo su cuerpo al verlo y escucharlo gemir
su nombre de esa manera.
—Es muy peligroso lo que estás haciendo, cariño —dijo el alfa con la voz tres
tonos más bajos, y las pupilas totalmente dilatadas.
Estaba tan duro que dolía, y la razón comenzaba a abandonarlo a medida que
el omega movía sus dígitos dentro de si mismo, y gemía su nombre una y otra
vez, queriendo acabar con él. Debía de detenerlo o no podría detenerse luego.
—Muy mal, cariño —tomó sus manos y las alejó de su cuerpo llevándolas hasta
arriba de la cabeza del menor—. Te estas portando muy mal, cuando solo te
estoy pidiendo un poco de paciencia...
Taehyung comenzó a quejarse entre lloriqueos, y a mover sus piernas de
forma desesperada. Quería que el alfa lo tocara, que lo probara y luego que lo
follara hasta darle todos los cachorros posibles, junto con una preciosa marca
en su cuello, obviamente. Oh, si, su lobo pedía cachorros a gritos, cachorros
de Jungkook y solo de él.
—Jung...k-kook...por favor —suplicó por atención, sintiendo sus lágrimas bajar
por sus mejillas.
—No llores, cariño —se acercó para besar sus mejillas y lamer sus labios, luego
llevó una de sus manos a su trasero logrando sacarle un gemido de sorpresa—.
Te voy a hacer sentir muy bien, ¿Sí?
Dejó un beso en sus labios, luego bajó hasta su cuello donde chupó, labio y
mordió a su gusto. Con ambas manos separó sus piernas desde la parte
interna de sus muslos, y llevó su dedo pulgar a su entrada completamente
mojada para comenzar a moverlo en círculos sobre su anillo de músculos.
—¡Aaahhh! —Taehyung soltó un gemido alto, y abrió más las piernas para que
el alfa lo tocara con más facilidad—. Ahí s-sí...ahí... ¡J-Jungkook!
El alfa ingresó por completo su dedo índice al mismo tiempo que bajó su boca
hasta el pezón que anteriormente el otro estaba acariciando. Chupó su bonito
y erecto pezón rosado con su lengua, luego lo envolvió con sus dientes sin
fuerza, solo queriendo estimularlo aún más mientras su dedo de movía en
círculos dentro del menor.
Queriendo escucharlo gemir aún más, ingresó otro y comenzó a meterlos y
sacarlos de forma lenta y profunda. Sus labios volvieron a su cuello para sentir
su hermoso aroma que ahora era mucho más intenso, y besó toda la zona
mientras sus dedos ahora hacían movimientos de tijera.
Taehyung solo podía gemir y sostener con fuerza los hombros contrarios,
disfrutando de lo bien que los dedos de su esposo se sentían dentro suyo.
—T-Tu pene, lo quiero...d-dentro —pidió contra su oreja, la cual lamió y
mordió descaradamente.
Y Jungkook estaba a nada de cumplir con su pedido. A esta altura y con el
pene a punto de explotarle, no le importaba mucho las consecuencias a
futuro, solo quería sentir como las estrechas paredes de esposo lo envolvían
de forma placentera.
Joder, iba a hacerlo.
Milagrosamente, la puerta fue tocara en ese momento y la razón que estaba a
punto de desaparecer volvió a instalarse en el alfa.
—Bendita seas, Lucy —se apresuró a alejarse de su esposo, que al sentirlo
alejarse comenzó a alarmarse y a llorar—. No me iré a ningún lado, cariño —
intentó tranquilizar desde la puerta.
La abrió y miró al suelo. Ahí estaba en cuenco con la infusión recién hecha, y
no tardó en tomarla para llevarla donde el omega.
Ahora la cosa iba a hacer que aceptara tomársela.
—Cariño, necesito que te bebas esto —dijo sentándose en la cama a su lado.
—¿P-Por qué? —preguntó el omega desconfiado—. Si es algo anticonceptivo
no lo quiero —se negó rotundamente—. Yo quiero cachorros ¿Acaso tu no? —
preguntó dolido ante la idea.
—Yo también los quiero, créeme —tomó su mano para hacer que se sentara
frente a él—. Esto es para ayudar a que nuestros cachorros crezcan y nazcan
sanos y fuertes.
Los ojos del omega brillaron, y asintió varias veces mientras tomaba el cuenco
para comenzar a beber todo el líquido que de delicioso tenía poco, pero si era
por el bien de sus futuros cachorros entonces no le importaba que tan mal
sabiera.
Cuando ya no quedó nada, lanzó el cuenco de madera y se acercó al alfa para
comenzar a besarlo con intensidad. Ya no aguantaba más, quería que el alfa lo
follara tanto que incluso en sueños continuara sintiéndolo.
—Dime, cariño... —lo dejó caer de espalda a la cama, y acarició desde su pecho
a la cara interna de sus muslos—. ¿Qué quieres que haga?
Taehyung le sonrió y abrió más las piernas, dejando a la vista su mojada y
palpitante entrada que pedía por él.
—Hazme el amor, mi príncipe.
Jungkook le sonrió de vuelta, y se acercó a sus labios para besarlo antes de
sostener las caderas contrarias para elevarlas un poco. Volvió a bajar y,
sosteniendo la parte trasera de sus rodillas, acercó su rostro a su entrada.
Relamió sus labios y con una mirada lujuriosa acercó su lengua a su entrada.
—¡N-No!... Aahh...mnn, sí —el omega gemía palabras sin sentido mientras
sostenía las sábanas a cada lado de su cabeza, y tiraba la cabeza hacia atrás.
Jungkook se estaba dando un festín. Chupaba y lamía cada rincón de su
entrada y el lubricante natural que se escurrió entre sus muslos y nalgas, sabía
tan condenadamente bien que no podía parar y quiso ir mucho más allá.
Ingresó su lengua con ayuda de uno de sus dedos con los que se abrió camino,
y los gemidos sonoros de su esposo eran otra recompensa.
De alejó luego de un minuto, relamiendo sus labios y limpiando el rededor de
su boca con el dorso de su mano. Observó al omega desde arriba, y la imagen
de su amado hecho un desastre e intentar respirar con normalidad más el
temblor de sus piernas, le hizo saber que también estaba listo para la fase
final.
Se llevó las manos al borde de su pantalón y comenzó a quitárselo. Él no
utilizaba ropa interior para dormir, se la quitaba cuando se cambiaba para
estar más cómodo luego de un largo día, y ahora agradecía su costumbre.
—No me detendré a partir de ahora, cariño —avisó lanzando su pantalón a
algún lado de la habitación.
Se estiró en la cama hasta tomar una de las almohadas, y la colocó con
cuidado debajo de la espalda baja del omega para que estuviera cómodo y
fuera más fácil para el omega. Abrió una de sus piernas con su mano
izquierda, y con la derecha comenzó a masturbar un poco su erección para
luego acercarla a la entrada palpitante de su precioso esposo.
Taehyung apretaba las sábanas a su lado, impaciente y ansioso. Su boca se
hizo agua cuando el alfa se desnudó y dejó a la vista su prominente erección.
Quería eso dentro suyo, lo quería tanto.
Jungkook se inclinó hacia él cuando acercó la punta de su erección a esa
deseable entrada, buscando su mirada.
—Mírame, cariño —lo besó—. Quiero que me veas a los ojos cuando entre en ti.
Taehyung se mordió el labio inferior y arañó levemente los hombros desnudos
del alfa.
—Hazlo...
Y lo hizo.
Con lentitud comenzó a adentrarse hasta que todo el glande estuvo
completamente dentro. La expresión del peligris fue arte a ojos del azabache,
que no pudo evitar ingresar su legua a su boca cuando éste gimió antre
abriendo sus labios, comenzando a besarlo.
Continuó ingresando poco a poco, sabiendo cuando detenerse cuando las
uñas del omega se clavaban en su piel con fuerza.
—Ya falta poco, cariño —dijo llevando su mano izquierda a la erección
contraria, queriendo hacerle olvidar el dolor que estaba sintiendo ante la
completa intromisión—. Pronto te sentirás muy bien...
Se quedó un momento inmóvil, dándole tiempo para que se acostumbre a su
tamaño mientras reparte besos por todo su rostro y cuello, hasta un par de
minutos después es el omega el que comienza a moverse en busca de más
contacto.
—Aahh...Jungkook... —abrazó su cuello y abrió aún más sus piernas—. M-
Muévete.
—Como ordene mi príncipe —respondió sonriendo landino.
Salió hasta que solo quedó la punta dentro, y volvió a ingresar de forma lenta.
Repitió ese movimiento varias veces, su lobo aullando como loco y su propio
cuerpo sintiendo la ola de placer que el interior cálido y estrecho de su omega
le causaba. Gimió y gruñó contra su oreja, animándose a aumentar la
velocidad cuando Taehyung comenzó a soltar gemidos más altos y sin
sentido.
—¡Más! —pidió el omega sin poder formular absolutamente nada más
coherente.
—Quien lo hubiera imaginado... —se reincorporó y sostuvo con firmeza ambas
piernas contrarias, para colocar los tobillos sobre sus hombros, y embistió con
más fuerza y rapidez—. Tan tierno y tímido...Pero mírate ahora,
cariño...Pidiendo por más.
Taehyung casi no lo escuchaba, su mente y cuerpo colapsaban de placer. Un
rastro de saliva bajo por la comisura de sus labios cuando tiró la cabeza hacia
atrás, pero ni siquiera lo notó.
—Te dejaré muy en claro... —embistió con mayor fuerza, apretando con fuerza
sus muslos hasta dejar la marca de sus manos en la zona—. Cuánto te deseo.
Salió de golpe y movió con cuidado el cuerpo de su esposo para dejarlo boca
abajo. Le dio una nalgada no muy fuerte, diciéndole en silencio que se pusiera
en cuatro y con algo de dificultad el omega obedeció. Centró la mayoría de su
fuerza en sus rodillas para mantener su trasero en alto, y simplemente apoyó
su cabeza en la almohada que anteriormente estaba debajo suyo.
—Tan hermoso... —acarició su espalda a lo largo, y desvió su mano hacia una
de sus nalgas—. Éstos tres días me dedicaré solo a marcar cada parte de tu
cuerpo... —abrió sus nalgas para volver a tener una vista completa de su
entrada, y volvió a ingresar su pene por completo—. Terminarás de ser mío
por completo, Taehyung.
Comenzó a embestir con rapidez durante largos segundos, luego bajaba la
velocidad, pero embestía con fuerza y de forma pausada, disfrutando de los
gemidos que lograba sacarle cada vez que hacía eso. El brillo de su espalda
cubierta por esa capa fina de sudor mientras su cuerpo se movía a la velocidad
de sus estocadas, era simplemente una vista tan excitante que ya no quedaba
ninguna pizca de control en su sistema.
—Ya quiero llenarte de mí, cariño —acercó sus labios a la espalda contraria, y
lamió desde abajo hasta arriba de su espina dorsal, terminando con un beso
en su nuca—. Pero no en esta posición.
Así como lo volteó anteriormente, salió de su interior y volvió a colocarlo boca
arriba. Acomodándose una vez más entre sus temblorosas piernas, apartó los
cabellos mojados por el sudor para dejar su vista completamente libre, y
volvió a besarlo con dulzura.
El ritmo y la fuerza de las embestidas cambió drásticamente cuando volvió a
ingresar en él, pero aún mantenía la misma intensidad. Esta vez fue menos
rápido pero profundo, mientras disfrutaba de la dulzura de sus labios en el
beso con más sentimientos en él que se han dado hasta el momento.
Supo que el menor estaba cerca cuando su interior apretó más, e intentó
lograr llegar al mismo tiempo que el omega aumentando la velocidad solo un
poco. Quería que acabaran de esa manera, haciendo el amor por primera vez,
demostrándole cuánto lo amaba y todo lo que significaba para él.
—J-Jungkook... —quiso avisarle que estaba a punto.
—Lo sé, cariño —llevó una mano a la erección contraria, comenzando a
estimularlo allí también sin dejar de mover sus caderas—. Hazlo.
Y solo eso necesitó para correrse gritando el nombre del alfa. El mayor se
movió durante unos segundos más, hasta que el nudo hizo aparición al mismo
tiempo que llenaba por completo el interior del omega con su esencia,
causando que soltara un chillido de dolor ante el tamaño del nudo.
Pero esperen. Mientras eso ocurría, sus dientes se clavaron en la parte derecha
de su cuello y hombro, con fuerza para crear una marca grande y preciosa.
La sensación que Taehyung sintió cuando sintió sus dientes marcarlo, era la
mejor que sentiría en toda su vida, estaba absolutamente seguro de eso a
pesar de que también dolía mucho. Era un dolor placentero y tan maravilloso.
Abrazó con fuerza el cuello del alfa, sonriendo completamente contento y
satisfecho con la marca que era lamida y limpiada por la lengua contraria.
—Te amo, Taehyung —dijo Jungkook sonriendo con los labios sobre la
marca—. En este momento, estoy realmente feliz...realmente...
—También te amo, mi alfa —respondió cerrando los ojos y dejándose llevar
hacia los brazos de Morfeo poco a poco—. Y ahora también tenemos a
nuestros cachorros.
Oh...
Jungkook sabía que el anhelo por cachorros era debido al celo, pero aun así se
sentía culpable por haberle mentido.
Suspiró y lo abrazó acomodando a ambos para que el omega pudiera dormir
de forma cómoda hasta que el nudo se desvaneciera. Mientras tanto, iba a
admirar y besar esa preciosa marca que se esforzaría por mantenerla allí y
sana.
No sabía a qué hora el omega despertaría queriendo una nueva ronda, pero
mientras tanto también dormiría un poco luego de poder salir de él para
abrazarlo desde atrás. Le gustaba mucho dormir en esa posición porque al
despertar, Taehyung aún dormido terminaba volteando para buscarlo e
impedir que el alfa se levantara.
Tan tierno.
Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba. Lo amaba.
Lo amaba.
Lo amaba tan mal.
¡Finalmente :D!
Ahora Taehyung es completamente de Jungkook :)
Quizás a la noche haya nuevo capítulo, no sé. No prometo nada.
G.GG
•|♔| Dieciséis |♔| •
Dos días después. Habitación de los príncipes.
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Los celos de Taehyung solían tener bastantes altibajos. Cuando no tenía un
alfa que lo ayudara, eran muy dolorosos y solo podía comer, ir al baño y tomar
una ducha cuando tenía los bajos, ya que eran los momentos en los que
menos le dolía absolutamente todo.
Ahora notaba que había una diferencia altísima entre tener y no tener con
quien compartir el celo, y deseaba jamás volver a pasarlo solo. Si bien en sus
momentos de más lucidez y menos excitación le avergonzaba mucho mirar a
la cara al alfa luego de recordar las cosas que hacían y la forma en la que él
mismo gemía como si quisiera que todo el reino se enterase, Jungkook
siempre ayudaba a que todo se sintiera lo más cómodo y normal para él.
Como éste era el último día de su celo, estaba mucho más tranquilo, pero
también notó que estaba mucho más cariñoso que antes con el alfa. Sabía que
era debido a la marca, pero aun así cuando se daba cuenta de que
inconscientemente buscaba abrazar o besar al alfa sin ninguna razón
aparente, la vergüenza lo atacaba y creía que estaba siendo un pesado.
¿Cómo estaba Jungkook?
En el jodido paraíso.
No podía estar más feliz cada vez que hacían el amor y terminaban abrazados;
cada que Taehyung lo llamaba su alfa con esa voz tan tierna y dulce, cada que
el menor lo abrazaba o besaba sin tener que pedirlo o hacer algo para
ganárselo, cada que observaba la preciosa marca en su cuello y la besaba
cuando tenía la posibilidad...
Era la persona más afortunada del mundo, y lo sabía, y le gustaba serlo.
En este momento se encontraban en la cama luego de que ambos tomaran
una ducha juntos; Jungkook apoyando su espalda en el respaldo de la cama, y
Taehyung sentado en su regazo de lado, apoyando su cabeza sobre el hombro
descubierto del alfa. Estaban almorzando algo nutritivo y mucha fruta luego
de unos días agitados, debían de recuperar fuerzas.
—Jungkook... —llamó el omega luego de terminar de beber esa extraña
infusión que tomaba cada doce horas para que sus cachorros crecieran
fuertes.
—¿Sí, amor? —preguntó el alfa deteniendo su mano que sostenía un arándano
camino a su boca.
Ese era un cambio inesperado y bastante agradable; la forma en la que
Jungkook lo llamaba cambió el "cariño" por "amor". No le molestaba para
nada, de hecho, le gustaba mucho, pero quizás iba a extrañar un poco el
primer apodo con el que el alfa lo llamó.
—¿Te estoy retrasando con tu trabajo? —preguntó sintiéndose culpable
cuando pensó en eso luego de que recordara lo mucho que el alfa estaba
trabajando antes de que su celo llegue—. Si te estoy distrayendo de tus
responsabilidades, entonces puedes irte. Es mi último día, estoy
perfectamente bien...
Jungkook soltó una leve risa y negó con la cabeza mientras llevaba el
arándano a los labios ajenos para que lo comiera. Acarició su mejilla antes de
hablar, sin poder mantener sus manos lejos del omega por mucho tiempo.
—Tú eres mi mayor y mejor responsabilidad, amor —Taehyung levantó la
mirada para verlo entre apenado y avergonzado—. Siempre vas a ser más
importante que cualquier otra cosa, y me sentiría mal al dejarte solo en un
estado tan sensible.
El omega le sonrió leve y terminó asintiendo. Se reincorporó un poco para
tomar la bandeja con los platos y cuencos ya vacíos, y los dejó sobre la mesa
de noche para que luego lo retiraran. Regresó donde el alfa y se colocó entre
sus piernas, dándole la espalda para apoyarla en su pecho.
Era tan cómodo. El lugar más cómodo de todo el castillo.
—Sabes... —habló el menor sonriendo tímido ante las cosas que diría—. A
mamá le hubiera encantado conocerte, seguro que te amaría.
Aquello sorprendió al alfa, que sonrió feliz y comenzó a olfatear su cabello.
—¿En serio? ¿Por qué lo dices? —preguntó curioso.
—Desde que me presenté como omega, ella siempre le ha rezado a la luna
pidiendo que algún día encontrara a un alfa o beta que me amara y respetara
como un igual —comenzó a decir sonriendo al recordar a su madre, pero luego
su expresión cambió a una más triste—. Desgraciadamente para nosotros, la
jerarquía y naturaleza nos vuelve los más débiles a la hora de defendernos
físicamente, y la mayoría de los alfas y betas crecen con la idea de que somos
inferiores y que nos tienen que tratar como tal...
—Desgraciadamente, nos crían con ese pensamiento incluso si uno de tus
padres es omega —coincidió Jungkook con pesar—. Aunque no todos crecen y
viven con ese pensamiento. Algunos crean su propia moral y forma de
tratarlos, y otros solo cambian cuando terminan enamorados de uno.
—¿A ti también te criaron con esos pensamientos? —preguntó volteando un
poco para verlo.
El mayor asintió.
—Mis padres son alfas ambos, y en las mayorías de generaciones los
matrimonios eran de esa forma, por eso es más fácil para nuestras
generaciones lograr tener cachorros siendo alfas —comenzó a explicar—. Es
difícil y peligroso hacerlo normalmente, casi imposible de hecho. Pero los
Jeon lograron que fuera más posible y menos peligroso con las generaciones.
—Eso es impresionante —comentó el menor.
—Por un lado, sí, pero por otro no lo es porque la razón por la que casi siempre
fue de esa forma es porque mis generaciones tienen el pensamiento de que
los omegas son débiles y solo arruinarían nuestra genética o que nos darán
cachorros más débiles —al mismo tiempo que decía eso, sus manos viajaron
hasta el vientre de su omega para acariciar la zona—. Cuando les dije a mis
padres que quería comprometerme con el príncipe Park, ellos se negaron
diciendo que lo mejor sería que eligiera a una mujer alfa de algún otro reino,
pero obviamente no les hice caso.
—¿Querías un omega?
—Sí, definitivamente.
—¿Por qué? —preguntó curioso.
—Porque eres omega —respondió simple, soltando una pequeña risa que hizo
que el omega creyera que estaba bromeando.
—Jungkook —insistió riendo tímido ante sus palabras.
—Bueno, bueno —se acercó y dejó beso en su sien—. Los omegas son
perfectos, no importa lo mucho que mis padres u otros alfas y betas digan.
—¿Perfectos? ¿Por qué? —preguntó con mucho interés.
—Son capaces de concebir vida en su interior; son preciosos y sus aromas son
los más deliciosos, la mayoría debido a su naturaleza son dulces y amables,
son los mejores en la crianza de cachorros y al menos a los alfas nos genera un
sentimiento de protección natural que nos encanta —enumeró sus razones.
—Eso...es muy lindo —dijo el omega regocijándose en los halagos de su alfa
hacia su raza—. Definitivamente a mamá le hubieras gustado. Sabes, yo... —se
reincorporó lo suficiente como para voltear hasta quedar a horcajadas del
mayor, pero no lo miró a los ojos, solo observaba sus manos apoyadas sobre
los abdominales impropios—. Estoy muy agradecido contigo, Jungkook.
El alfa enarcó una ceja con duda, más no desaprovechó para sostener y
acariciar las anchas caderas contrarias aprovechando la posición.
—¿Agradecido por qué, amor?
Levantó la vista para conectarla con la suya, para que pudiera notar la
sinceridad de sus palabras.
—Desde que conocí y pude presenciar la historia de amor tan maravillosa y
sincera del príncipe Park con el soldado Min, había deseado encontrar a
alguien que me amara de la misma forma, y siento que eso se ha cumplido —
soltó una risa tímida pero sincera—. Puede sonar tonto, pero siempre les he
tenido una envidia sana por el amor que se tenían.
La sonrisa de Jungkook flaqueó por un momento al escucharlo, pero se
mantuvo firme y tranquilo como ya era característico en él.
—Todos deseamos encontrar el amor y vivir felices junto con esa persona —
dijo el alfa subiendo su mano hacia una de las mejillas del omega—. Cada
historia de amor es distinta a la otra. Quizás la manera de conocerse no es la
normal, pero si ambos son el uno para el otro, entonces el amor florecerá y
nada más importará que el hecho de estar juntos.
—Lo sé —aseguró el peligris tomando la mano contraria en sus mejillas hasta
el lugar donde se ubicaba su marca, para que la acariciara—. Jimin siempre
dijo que debía de agradecer el haber nacido en la realeza siendo omega,
porque eso significaba menos peligros en tu vida, pero no lo dudó ni un
segundo en abandonar absolutamente todo por estar con la persona que
ama... —sonrió en grande—. Lo admiro mucho y espero que algún día
podamos volver a vernos, esta vez pudiendo ser amigos libremente.
Inesperadamente y sin aviso, Jungkook se acercó para comenzar a besarlo.
Pero a besarlo de forma fogosa, demandante, incluso terminó colocándolo
debajo suyo al moverse hacia delante y terminando de encender las cosas con
caricias en su trasero por debajo de la suave tela del pijama que estaba
usando para más comodidad.
—¿J-Jungkook? —nombró el omega cuando el mayor le permitió tomar un
poco de aire al alejarse para dirigirse besar otro lugar—. Yo aún...Aahh...
El alfa movía su entrepierna contra la suya con un movimiento de cadera que
estaba causando que Taehyung volviera a excitarse en segundos. Aún estaba
sensible y algo adolorido debido a los momentos en los que la intensidad del
sexo subía hasta hacerlo pedir más sin importarle que luego le doliera algo.
Pero aun así, ahora mismo, lo quería una vez más.
—Nuestra historia de amor será la más maravillosa de todas... —susurró el alfa
contra su oreja, dejando una leve mordida en ésta que estremeció el pequeño
cuerpo debajo suyo—. No. Ya lo es, pero me aseguraré de que sea eterna,
amor. Te lo prometo.
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Tres días después. Jardín Oeste del palacio zafiro.
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Cuando le preguntó a Jungkook si les permitía a sus empleadas más cercanas
tomar el té junto con él porque se aburría mucho solo cuando el alfa no podía
acompañarlo, lo hizo con algo de temor porque creyó que estaba pidiendo
demasiado y por las reglas y costumbres de la realeza no se lo permitiría, pero
se sorprendió muchísimo cuando el mayor aceptó.
"Sé que pasan mucho tiempo solo y no tienes con quién charlar, y no quiero
que te sientas solo.
Puedes compartir una agradable tarde con ellas si eso quieres, amor. Toma las
decisiones también por tu cuenta, porque mi poder también es tuyo".
Esas habían sido las palabras del alfa, que se ganó muchos besos y un gran
abrazo de parte del omega que lo dejó lo suficientemente contento como para
estar de buen humor en esa reunión que debía de compartir con sus padres
durante la tarde.
Esas habían sido las palabras del alfa, que se ganó muchos besos y un gran
abrazo de parte del omega que lo dejó lo suficientemente contento como para
estar de buen humor en esa reunión que debía de compartir con sus padres
durante la tarde.
El día estaba realmente hermoso, y el mandap que Jungkook mandó a
construir para él, era el lugar en donde ahora los cinco estaban sentados
disfrutando de distintos tipos de té y postres dulces que acompañaban.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al regresar a su habitación junto con un libro que escogió de la biblioteca para
leer un poco antes de dormir, se encontró con el alfa observando por la
ventana con una taza de té en sus manos. Al escuchar la puerta abrirse y
reconocer de inmediato el aroma de su amado esposo, sonrió y dejó la taza
sobre el marco de la ventana para acercarse al omega.
—Mi bella flor —saludó, y sonrió aún más en grande cuando el menor lo abrazó
con fuerza—. ¿Cómo estuvo tu tarde, amor?
Podía notar en su aroma que estaba de muy buen humor, aunque quería
escuchar la razón de su felicidad, porque todo lo que lo hiciera feliz o lograra
sacarle una de esas grandes y hermosas sonrisas, iba a mantenerlo siempre.
Taehyung levantó la mirada para apoyar su barbilla sobre su pecho, y le sonrió
en grande.
Que fácil le era seguir enamorando al pobre alfa.
—Tuvimos una tarde maravillosa, y todo gracias a ti —respondió agradecido,
sin contenerse en ponerse de puntitas para darle un tierno beso en los
labios—. Estoy realmente feliz, y el mandap es precioso, ¡Tenemos que ir a
tomar té allí cuando tengas tiempo!
Oh. Santa. Luna.
Jungkook acaba de tener un colapso mental y sobre todo sentimental luego
de que su amado esposo haya hecho eso, haya atacado de esa manera el
pobre corazón y razón del pobre alfa. En un día de éstos iba a terminar por
matarlo de un ataque de amor, si es que se podía morir por eso.
—Definitivamente, amor —tomó su rostro entre sus manos, mirándolo con
pupilas algo dilatadas porque quería tanto volver a hacerlo suyo en ese
momento—. Iremos cuando tú quieras, haremos lo que quieras, te daré
absolutamente todo lo que quieras, pero... —apoyó su frente sobre la
contraria—. Sigue sonriéndome de esa manera por siempre, te lo ruego.
—Jungkook... —se sonrojó ante la intensidad de su mirada, pero sin querer
que dejara de mirarlo de esa forma.
El alfa terminó con la distancia que había entre sus labios, comenzando un
beso lleno de sentimientos que se unían para formar uno único y maravilloso
que solo ellos podían sentir con toda intensidad. Lobos contentos, corazones
desenfrenados y un amor que crecía día a día.
Al separarse solo lo hacían sus labios, porque el alfa no lo soltó y continuó
repartiendo besos por todo su rostro mientras el omega reía encantado con
tantos mimos.
—Tengo un regalo para ti, amor —dijo Jungkook dejando de besarlo.
Taehyung a esta altura no iba a negarlo, le gustaba que el mayor le hiciera
regalos tan bonitos, pero amaba la intensión más que los regaños en sí,
porque siempre se trataban de cosas que el alfa sabía que le gustarían. Eso
demostraba que lo conocía mucho.
Sobre el tocador de oro que obviamente el príncipe le regaló a su esposo,
había una pequeña caja de terciopelo azul, la cual Jungkook tomó y llevó
hacia su esposo para entregárselo con ambas manos y el cuerpo levemente
inclinado como todo un caballero.
—Para ti, y solo para ti, mi bella flor —dijo sonriendole encantador.
Taehyung se mordió el labio inferior ansioso y emocionado mientras tomaba
la pequeña caja entre sus manos. Ya no sabía que cosas esperar de su parte,
porque el alfa solía regalarle todo tipo de cosas.
Al abrir la caja con mucho cuidado y ver lo que había dentro, abrió los ojos en
grande.
—Esto...
—Mi bello príncipe dijo que su sueño era escribir su propio libro, y debe de
comenzar a hacerlo con una pluma que esté a la altura —dijo el alfa satisfecho
y contento al sentir la felicidad creciendo en el omega a través de la marca.
—Son preciosas...Realmente hermosas, Jungkook —cerró la caja y la llevó a su
pecho para abrazarla con estimo, luego volvió a mirarlo—. Tú...¿Realmente
crees que pueda hacerlo? —preguntó con ojos ilusionados.
—No lo creo, estoy convencido de que puedes hacer absolutamente todo lo
que te propongas, amor —respondió el mayor con total seguridad en su voz,
volviendo a acercarse a su rostro—. ¿Tú lo crees?
Taehyung respiró hondo y soltó el aire con una gran sonrisa. Lo miró directo a
los ojos y asintió con seguridad.
—Lo haré. Lograré mis propios méritos como tu esposo, juro que voy a
demostrarles a todos que el omega del príncipe y futuro rey Jeon es tan digno
como jamás se lo imaginaron.
Jungkook sonrió orgulloso.
—Ya lo eres, amor. Pero hay que callarles la boca utilizando sus propias reglas,
para que les duela más el tener que reconocer que desde el principio estaban
equivocados sobre ti —animó.
—Gracias por darme la oportunidad —dejó un tierno beso en su manzana de
Adán, para luego sonreírle sincero—. Te amo, Kook.
Oh. Cielos.
Sí, Jungkook colapsó por el apodo junto con ese "te amo".
Si desde que las cosas se fueron mostrando hasta ahora, este fue el que
creyeron que era el plan, entonces estaban en lo correcto.
Quizás saque un capítulo de Jimin contando su historia de
enamoramiento y huida, pero será cuando se entere de toda la verdad.
G.GG
•|♔| Diecisiete |♔| •
Primero del noveno mes. Reino de zafiro.
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Todos los trabajadores del castillo estaban como locos desde la mañana
preparando todo para la celebración del cumpleaños número veintitrés del
príncipe Jeon. Decoración del gran salón, la comida y arreglos por todos lados
para que todo sea perfecto.
Y por supuesto, Gahyeon estaba super emocionada porque finalmente luego
de semanas de trabajo los príncipes iban a vestir el vestido y traje que hizo con
tanto esmero solo para este día.
Por otro lado, estaba el cumpleañero apenas despertando debido a los rayos
de sol que ingresaban por la ventana y le daban directo a la cara. Se llevó una
mano al rostro para cubrir su vista y con la otra buscó el pequeño cuerpo de su
esposo para abrazarlo, pero no logró sentir nada del otro lado de la cama.
Se sentó sobre la cama inmediatamente. Miró hacia su derecha y solo
encontró un lugar vacío de sábanas arrugadas. Se asustó or un momento,
pero rápidamente se relajó en cuanto el aroma a arándanos llegó a su nariz.
No había sido todo sueño.
Pero ¿Dónde estaba su esposo?
No solía despertarse temprano o antes que él, y mucho menos abandonaba la
cama y habitación sin decirle. No se preocupó porque podía sentir a su omega
de un humor muy bueno a través de la marca, o de lo contrario ya estaría
buscando a quién asesinar por haber intentado algo contra su esposo.
Iba a levantarse de la cama para buscarlo, pero no fue necesario porque la
puerta fue abierta y la figura de su amado ingresó trayendo el desayuno al
parecer en la bandeja. No entró mirándolo, por lo que no se dio cuenta de que
estaba despierto.
—Gracias, yo la cierro —dijo Taehyung agradeciendo al guardia por haberle
abierto la puerta.
Cerró la puerta empujándola con su espalda, cuidando de que nada de la
bandeja se le cayera. Alzó la vista desde la puerta antes de comenzar a
caminar hacia la cama, y ahí fue cuando notó que el alfa estaba sentado en la
cama con una pierna fuera de la cama y mirándolo con curiosidad y una
sonrisa completamente encantada al notar la forma en la que su omega vestía
el día de hoy.
Le encantaba que utilizara vestidos que dejaran ver la preciosa marca que
ambos compartían, le gustaba poder verla perfectamente y le llenaba de
orgullo y felicidad que Taehyung pareciera mostrarla contento también.
—Kook, no te levantes —pidió el omega acercándose a él con pasos
cuidadosos.
Jungkook volvió a meter su pierna debajo de las sábanas y apoyó su espalda
en el respaldo. No sabía por qué no quería que se levantara, pero si su esposo
se lo pedía, él obedecía sin hacer preguntas. Dejó un espacio para que el
omega se sentara, y así lo hizo éste luego de dejar la bandera sobre la mesa de
noche.
—Buenos días, amor —saludó el alfa sin dejar de sonreírle.
Taehyung le sonrió también con un precioso color rosado en sus mejillas, y de
acercó para besarlo de forma tierna durante algunos segundos. Lo abrazó por
la cintura y comenzó a restregar su mejilla en el hombro contrario, disfrutando
de su aroma.
—Feliz cumpleaños, Kook —dijo con tanta dulzura en su voz que el alfa
realmente supo que sería un cumpleaños totalmente feliz.
El alfa rodeó su cintura con uno de sus brazos mientras acariciaba su cabello
con la mano contraria, olía su cabello y aroma a arándanos y se sentía
completo. Cuando el omega se separó lo suficiente como para volver a mirarlo
a los ojos, el mayor no desaprovechó y fue él quien unió sus labios una vez
más.
Saboreó el dulce de sus labios y notó que sabían a crema.
—Sabes a crema —comentó rompiendo el beso, para dar una pequeña lamida
a sus labios.
El omega pareció recordar algo, e inmediatamente se separó para apuntar la
bandeja con el desayuno que trajo para ambos. Se sentó un poco más cerca
de la mesa de noche, aún con uno de los brazos de su alfa rodeando su
cintura.
—Mira, Kook —apuntó la bandeja, más específicamente el pastel pequeño que
estaba en medio—. Éste es un pastel de vainilla y fruto rojos, es una de las
recetas que está en el libro de mi madre —comenzó a explicar tomando una
cuchara para tomar una porción y llevarla a la boca contraria—. Lo hice
especialmente para ti.
—¿Lo hiciste tú? —preguntó Jungkook gratamente sorprendido, y abrió la
boca para que su esposo le diera una probada.
—Sí. La jefa de cocina Minji me ayudó un poco ya que no conocía la cocina
hasta ahora —respondió orgulloso, luego su rostro cambió a uno más
preocupado cuando notó que el mayor seguía degustando el pedazo de pastel
con atención—. ¿No...te gusta?
Jungkook podía sentir su preocupación a través de la marca, y no quiso seguir
haciendo que se sintiera de esa forma por lo que le quitó el tenedor levemente
y tomó otro poco de ese pastel que estaba realmente delicioso.
—Me encanta —respondió relamiendo sus labios, y se acercó al otro para darle
otro rápido pero tierno beso—. Está delicioso. Gracias, amor.
Taehyung soltó el aire mucho más tranquilo, y sonrió satisfecho.
—Hice todo esto para ti —dijo con algo de pena al decirlo, y comenzó a servir
el té para ambos—. Yo...quise regalarte algo, aunque no fuera la gran cosa... —
bajó la mirada y sus ojitos se veían algo tristes—. Me hubiera gustado poder
regalarte algo mucho mejor y con más valor, pero no me es posible...
—Amor... —dejó el tenedor sobre la bandeja para sostener su rostro y hacer
que lo mirara—. Eres maravilloso. Me encanta, es el mejor regalo que alguna
vez alguien me ha dado —aseguró.
Taehyung lo miró con ojos brillantes ahora por la emoción que le causó sus
palabras, y esa mirada que no le permitía dudar de éstas.
—¿En serio? —preguntó abultando levemente su labio inferior.
—Muy en serio —lo besó—. El solo hecho de que te levantaras temprano para
prepararme esto con tus preciosas manos... —tomó sus manos y también besó
el dorso de cada una—. Solo eso me hace el hombre más feliz, es algo
invaluable y mil veces más significativo para mí.
Sus palabras lograron volver a contentar al omega, que se sintió feliz y volvió a
emocionarse y a seguir con lo que tenía planeado; que su esposo tuviera un
desayuno muy bonito y agradable en la cama. Fue él quien sostuvo su rostro
esta vez para besarlo varias veces, causando que el alfa sonriera entre cada
uno.
—Vamos a desayunar —se acomodó en su lugar y tomó una de las tazas para
entregársela al alfa—. Es té negro. Lucy me dijo que era tu favorito y pedí que
sirvieran de éste.
—Gracias, amor —sostuvo el pequeño plato con la mano izquierda para tomar
el mango de la pequeña taza con la otra—. ¿Puedes darme un poco más de ese
delicioso pastel?
El omega asintió permitiéndose regocijarse un poco en sus palabras y halagos
hacia su primer pastel hecho con sus propias manos. Él mismo tomó el
tenedor para tomar otro trozo y acercarlo a su boca, comenzando a
alimentarlo de esa forma cada vez que lo pedía.
—Hoy puedes pedirme lo que quieras, voy a mimarte —dijo Taehyung luego de
varios minutos, limpiando la comisura de los labios ajenos con un pañuelo—.
Les pedí a Siyeon y Yubin que te prepararan un baño de rosas para que
comiences el día totalmente relajado.
Jungkook dejó el plato con la taza ya vacía sobre la bandeja, y de inclinó para
besar su piel al descubierto, a la vez que una de sus manos acariciaba uno de
sus muslos por sobre la tela.
—¿Vas a ducharte conmigo? —preguntó en un leve gruñido contra su cuello,
olfateando su delicioso aroma.
A pesar de que la vergüenza atacó todo su rostro, asintió.
—Será un largo baño... —comentó el mayor acercándose al lugar donde el otro
tenía la marca, para lamer el contorno de ésta.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
El festejo era al atardecer, y eso estaba a punto de suceder en unos minutos.
—¡Maravilloso, absolutamente maravilloso! —halagaba Gahyeon al príncipe
cuando terminó de darle los últimos arreglos al traje que luciría esa noche—.
¡Y usted también se ve espectacular, alteza!
Jungkook solo soltó una pequeña risa negando con la cabeza. Gahyeon era
igual de siempre. Se observó bien al espejo analizando cada detalle de su
vestimenta, en busca de algo que faltara, pero como siempre su estilista no
dejaba pasar absolutamente nada.
(Sin lo que tiene en sus manos)
¿A Taehyung le gustará?
—Definitivamente se ve despampanante, alteza —Gahyeon aplaudió un par de
veces—. A su alteza Taehyung le encantará.
—Eso es lo que más espero —respondió sonriendo—. Su aprobación es lo que
más espero.
—La verdad, no sé quién va a quedarse más anonadado cuando vea al otro,
pero usted puede lucirse un poco y lograr sacarle una preciosa sonrisa con lo
que preparé para él —dijo Gahyeon acercándose al bolso que trajo consigo,
sacando una caja rectangular de terciopelo azul.
Jungkook observó el objeto con curiosidad, y la beta abrió la caja para
mostrarle lo que había dentro.
—Es un broche para el cabello —informó la beta al ver que el mayor observaba
el objeto con curiosidad.
—Gahyeon, es muy lindo, pero no creo que deba de usar algo como esto sí
quiero ser respetado como futuro rey —respondió el alfa con tranquilidad,
pero siendo serio al respecto.
—¿Pero qué cosas dice? —preguntó sin poder evitar rodar los ojos—.
Obviamente no es para usted, alteza. Es para su esposo, para que usted
mismo se lo coloque cuando vaya a buscarlo para la ceremonia.
—Ooh... —Jungkook colocó su boca en forma de "o" y luego asintió varias
veces, tomando en sus manos la pequeña caja—. Muchas gracias, Gahyeon.
—Una diseñadora piensa en cada detalle —dijo colocando ambas manos en
sus caderas cuando el otro tomó la caja—. El accesorio va a combinar con su
vestido y va a contrarrestar con las otras joyas que le coloqué, ¡Va a resaltar el
color de su cabello y a iluminar su rostro! —dijo el moviendo sus manos a
medida que iba hablando—. Aahh, debió de ver lo hermoso que estaba incluso
sin haberlo maquillado y peinado aún.
Entonces el alfa caminó fuera de la habitación camino al vestidor donde su
esposo se estaría terminando de arreglar. No podía pasar un minuto más sin
ver la belleza de su esposo, vistiendo un vestido absolutamente precioso
como sabía que Gahyeon podía hacerlo y lo hizo el doble de emocionada que
otras veces, por lo que debía de ser un vestido totalmente nuevo.
Cuando llegó al vestidor escuchó risas, entre ellas la de su esposo y le fue
imposible no sonreír también. Lo amaba tanto que solo escuchar su voz ponía
su corazón a mil.
Sostuvo la pequeña caja de terciopelo y acercó su mano para tocar un par de
veces. Debía de prepararse para tanta belleza que vería al abrirse la puerta.
—¡Adelante! —escuchó la voz del omega del otro lado.
Abrió la puerta e inmediatamente fue atacado por una ola de belleza vestida
de azul con el cabello gris.
Oh. Santa. Luna.
Taehyung estaba de perfil a él, pero volteó su rostro para verlo en cuanto
ingresó a la habitación. Detrás suyo se encontraba una gran ventana abierta
de par en par, dejando ver perfectamente la silueta del sol que comenzaba a
ocultarse poco a poco, dándole una imagen completamente etérea.
En lo primero que se fijó a detalle fue en el vestido que llevaba puesto. Un
vestido digno de ser lucido solamente por Kim Taehyung.
Había tantos detalles en la falda de ese vestido y aun así no opacaban ni un
poco la belleza del rostro del omega que solo permaneció en su lugar
totalmente tímido, sabiendo que el alfa iba a estar algunos minutos de aquella
manera hasta que ya lo haya visto por completo y reaccionara.
Las joyas que relucían en la acanelada y suave piel del omega eran preciosas,
pero no eran competencia para su poseedor en lo absoluto.
El cabello del omega estaba ondulado, el maquillaje en su rostro era sutil y
todo el trabajo se centraba en sus párpados y pestañas. Sus labios brillaban
también de un sutil brillo color rosado igual al natural de sus belfos, y sus
mejillas no necesitaban absolutamente nada porque el rubor rosado se
instalaba automáticamente en él.
—Creo que debemos de salir antes de que el príncipe reaccione y quiera besar
a su alteza en todos lados —comentó Yubin en un susurró a Siyeon a su lado.
La rubia asintió y ambas le sonrieron a Taehyung a modo de despedida,
recibiendo una de éste también antes de abandonar la habitación.
—Aahh —suspiró Jungkook con pesar—. ¿Cómo haré para dejarte salir de esta
habitación de ese modo? —preguntó llevando su mano libre a su boca para
cubrirla mientras seguía admirando al otro—. Quiero presumirte frente a
todos, pero al mismo tiempo no quiero que nadie más pueda admirar tu
belleza... ¿Qué hago? —se preguntó a sí mismo.
Taehyung bajó la mirada riendo avergonzado por sus palabras, luego volvió a
mirarlo y caminó hacia él justo de la forma en la que estuvo practicando
durante días; con seguridad y gracia al mismo tiempo, pasos firmes y una
mirada coqueta que era solo para el príncipe.
—Te ves hermoso también, Kook —halagó, y apoyó sus manos en el pecho
contrario, para mirarlo desde abajo con un leve puchero en sus labios—.
Todos también van a verte a ti, tan...tan...perfecto —se quejó no tan en serio.
Jungkook sonrió complacido ante sus palabras, y lo sostuvo deliberadamente
de la cintura para acercarlo a él y juntar sus frentes.
—Solo quiero que tú me mires, amor —dijo sin dejar de admirar el brillo de sus
ojos grises—. Yo solo puedo verte a ti, así que también mírame solo a mí, Jeon
Taehyung...
El omega sonrió contra sus labios, y apoyó sus brazos sobre los hombros
ajenos para acercarse un poco más.
—Ya lo hago, Kook —respondió completamente sincero, y terminó por cortar
la distancia entre sus labios.
Jungkook movía sus labios sobre los ajenos sin importarle si sus labios
quedaban manchados de labial, o si su cabello quedaba hecho un desastre
debido a las manos que terminaron en la parte trasera de su cabeza
acariciando sus hebras.
El sonido chicloso de los besos que iban en aumento y sus manos acariciando
la parte de la espalda descubierta de su esposo, lo hicieron reaccionar y
detenerse en ese momento antes de colocar al omega sobre el tocador y
arrancarle el vestido para tomarlo allí mismo.
Gahyeon lo mataría.
Se separó dejando un último beso, y le sonrió. Taehyung rió un poco al ver que
sus labios y alrededor de ellos había quedado rastro de labial rosa brillante, y
buscó un pañuelo para limpiarlo.
—Tengo algo para ti, amor —dijo, y buscó la caja que hace unos momentos
estaba en su mano pero que ahora estaba en el suelo a un lado de su pie—.
Oh, se cayó.
—¿Algo para mí? —preguntó Taehyung sorprendido por eso—. ¿Por qué? Se
supone que es tu cumpleaños.
—Gahyeon me lo dio para que yo mismo te lo colocara —se sinceró mientras
abría la caja y le mostraba lo que había dentro—. Es la parte final de tu
atuendo de hoy, y si sales sin esto, ella va a enojarse conmigo —dijo divertido.
El omega también río, totalmente de acuerdo y pudiendo imaginar el
escándalo que ella haría por un solo error en sus looks.
—Es precioso —dijo el menor admirando el diseño del accesorio, luego miró
hacia la falda de su vestido—. Oh, son las mismas flores que ahí por aquí —dijo
apuntando las mismas—. Ella realmente piensa en todo.
—Y por eso es nuestra diseñadora y estilista personal, amor —dijo
acercándose con el objeto en su mano para colocarlo con cuidado en la parte
derecha del cabello gris y sedoso—. Siempre tendrás lo mejor, diseños y
atuendos únicos que nadie de cualquier otro reino puede conseguir.
Taehyung se dejó colocar el accesorio en su cabello, y supo que ya lo había
hecho cuando el mayor le robó un pequeño beso al terminar. Le sonrió y
caminó hasta el espejo del tocador para ver que tal le quedaba, y se quedó
fascinado por lo bonito que se veía en él, complementaba perfecto e incluso
hacía resaltar un poco el color de su cabello.
—¿Qué tal me queda? —preguntó volteando hacia su esposo.
—Te queda demasiado bien, creo que mejor cancelamos la celebración y yo
soy el único que va a admirarte de esa forma —bromeó, y le extendió su mano
para invitarlo a abandonar la habitación juntos—. Aunque, sería demasiado
egoísta no dejarte lucirte frente a todas esas personas que tendrán una
mirada diferente hacia ti a partir de hoy.
Taehyung tomó su mano sin dudarlo, y entrelazaron sus brazos no sin antes
darse un último beso y sonrisa antes de salir juntos.
Allí debajo iban a encontrarse con todo tipo de personas, y todo podía pasar.
Pero mientras estuvieran juntos, ningún problema iba a ser lo suficientemente
relevante como para darle más importancia de la que deberían.
Taehyung trabajaba día tras día en su seguridad como persona y trabajaba en
implementar su título y poder otorgados desde el día de su matrimonio, por lo
que esta vez no iba a permitir que nadie le faltara el respeto o iba a armar una
escena frente a todos.
Esta vez, era más fuerte que la última vez.
Todos debían de prepararse. Porque era el cumpleaños de su esposo, y no iba
a permitir que intentaran arruinar su día
Una pareja de una mujer omega y una alfa mujer se vería de esta forma:
De esta forma quiero que se imaginen a las personas en la fiesta y durante
toda la historia, ¿Capishi?
Ah, y no. Los omegas hombres no tienen pechos, son hombres más
pequeños que los alfas y betas, con más curvas. Pero siguen siendo chicos.
Por si alguien más tenía esa duda xD.
Con esto aclarado, sigamos :D
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Absolutamente todos los invitados ya se encontraban en el gran salón en
espera del príncipe Jeon. Llevar un obsequio no era exactamente una regla,
pero todos llevaron uno porque no querían "ser menos" y de esa forma el
príncipe tendría en cuenta su gesto.
Absolutamente todas las familias de todos los reinos y nobles se encontraban
presentes el día de hoy, no faltaba absolutamente nadie y era de esperarse
porque muchos no pudieron asistir a las ceremonias de su matrimonio tanto
en el reino de oro como en el del presente debido a distintos inconvenientes.
Por ende, no todos conocían al esposo del príncipe, y la curiosidad era
suficiente como para no perder otra oportunidad de conocerlo lo más pronto
posible.
La gente no desaprovechó la oportunidad para hablar y contar algunos
chismes y rumores acerca del esposo del príncipe con esas personas que no
veían hace mucho.
—Ya no es una sorpresa que el omega es hijo de una sirvienta del reino de oro,
sigo sin poder creerlo —comentó un omega príncipe del reino de cobre.
—Conociendo la historia de la familia Jeon y el carácter de los reyes, no puedo
entender cómo permitieron que algo como esto sucediera —comentó la
madre de dicho príncipe, la reina omega del reino de cobre.
En otro lado del salón, la familia real del reino de citrino también comentaba
sobre lo que estaba de moda y era una gran novedad en cada reino al que
llegaron las noticias.
—Algunos nobles dijeron que había unos rumores acerca del motivo del
matrimonio con un omega cualquiera como lo es ese —dijo el heredero alfa de
dicho reino—. Dicen que cuando el príncipe fue al reino de oro para su
matrimonio con el príncipe Park, tuvo una aventura con ese omega y la razón
por la que terminó casándose con él fue porque está esperando un hijo del
príncipe.
—Si esa fuera la razón, sería un escándalo y una vergüenza para la familia real
de este reino —comentó el omega rey de dicho reino.
—No se crean todo lo que se dice, no creo que el príncipe Jeon sea de los que
actúan sin pensar o tome decisiones precipitadas —comentó el rey alfa de ese
reino.
En otro lado del salón, cerca de las escaleras principales, la familia real del
reino amatista no era una excepción sobre el tema a tratar en ese momento.
La princesa omega de dicho reino, Lee Jieun, era la más afectada por la noticia
que llegó a su reino hace una semana y desde entonces contó los días para
finalmente conocer a la persona que le arrebató su sueño.
—Escuché que a pesar de que es hijo de sirvientes, el chico es increíblemente
hermoso —comentó un noble beta que charlaba con la familia real del reino
amatista—. Nosotros no pudimos conocerlo antes, pero un amigo mío lo vio y
dice que es el omega más hermoso que sus ojos alguna vez hayan visto.
—¡Eso es una completa mentira! —se quejó la princesa Jieun al escucharlo, y
miró mal al hombre—. Cada persona de cada reino sabe y afirma que yo soy la
omega más hermosa. Ningún omega que creció en la servidumbre puede si
quiere llegarme a los talones cuando se trata de belleza y elegancia —aseguró
moviendo su cabello con suavidad.
—Más hermosa o no, el príncipe Jeon lo eligió a él y no a ti, hermanita —se
burló el príncipe heredero del reino amatista, el alfa Lee Jongsuk—. Pobrecita,
tantos años intentando llamar su atención para que aparezca un omega hijo
de sirvientes y se convirtiese en su esposo.
—¡Cállate! —le gritó bajo para que solo él escuchara, y pisó uno de sus pies
con el tacón de su zapato.
—¡Oye! Yo no tengo la culpa de que al único que quieres no te quiera —siguió
burlándose el alfa a pesar del dolor en su pie.
—Tengo que ver a ese omega con mis propios ojos, y entonces sabré cuál es
mi competencia —arregló la falda de su vestido color lila y volteó a ver hacia a
escalera a esperar a que el príncipe apareciera—. Aunque no hay quien pueda
competir conmigo en belleza, así que tengo que averiguar que es lo que el
príncipe ve en él para poder derrotarlo.
—Deberías de rendirte, no vas a conseguir absolutamente nada y si dices algo
fuera de lugar nos vas a poner en problemas con el príncipe —dijo la reina
omega de dicho reino—. Compórtate o vas a terminar como la princesa del
reino de plata.
—¡No voy a rendirme! Además, no voy a hacerle nada, solo quiero conocer a la
competencia —dijo decidida—. Aunque, ¿Qué fue lo que le sucedió a ella? —
preguntó curiosa.
—Míralo por ti misma —respondió su padre alfa, apuntando a un lugar en del
gran salón.
El príncipe y la princesa voltearon a ver el lugar donde apuntaba su padre, y al
reconocer a la princesa del reino de plata se quedaron totalmente
estupefactos. Esa pobre chica ya no era una princesa, ahora vestía el uniforme
de las sirvientas y se encontraba limpiando el vino del suelo que se le había
caído a uno de los invitados.
Se veía tan mal, totalmente diferente y su mirada estaba más apagada que
nunca.
Sus padres, los reyes del reino de plata que encontraban allí también,
aguantando la vergüenza de que todos pudieran ver a su única heredera de
esa forma. Era tan humillante para ella como para los reyes y el reino de plata.
—¿Por qué está...? —la princesa Jieun intentó preguntar, pero no pudo
formular la pregunta de forma correcta porque aún no podía creer lo que sus
ojos veían.
—Insultó y abofeteó al esposo del príncipe, y éste se enfureció tanto que
lastimó a los reyes y castigó a la princesa de esta forma —respondió el alfa
rey—. Es el peor castigo que pudo haberle dado a la familia real y sobre todo a
ella, que seguramente hubiera preferido morir a que todos la vieran de esta
forma, pero no tenía elección.
—Su caso debe de ser una advertencia para todo aquél que intente algo en
contra del esposo del príncipe. Así que más te vale que cuides tu boca, Jieun
—advirtió su madre.
—Ya lo sé —respondió ella—. ¿Por quién me tomas, madre? No soy tan vulgar o
estúpida como para intentar algo en contra de ese omega. Además, no
pensaba hacer algo como eso.
—Tú también ten cuidado, Jongsuk —advirtió al príncipe esta vez.
El alfa se apuntó a si mismo con una expresión de confusión.
—¿Yo por qué?
—No mires demasiado a ese omega —ordenó—. Sé cómo te pones con los
omegas que te parecen atractivos y no quiero que hagas nada extraño o mires
de más al esposo del príncipe. Si éste te ve o incomodas al omega y te acusa
con el príncipe, vamos a tener muchos problemas.
—Por favor, mamá —respondió el alfa restandole importancia—. Es más
seguro que él no pueda dejar de verme que yo a él, ¡Soy el alfa más hermoso
de todos los reinos! —se halagó a si mismo echando su cabello hacia atrás de
forma altanera.
—El príncipe Eunwoo del reino de Ónix es más guapo —dijo su hermana
queriendo molestarlo ella esta vez—. Y ninguno de los dos es rival para el
príncipe Jeon.
—Alfas puros no participan —respondió el otro—. Y ese tal Eunwoo no es
competencia para mí, ¡Nadie lo es!
—No entiendo de donde sacaron tanta seguridad, porque ninguno de
nosotros es así —comentó el rey a su reina, mientras ambos observaban a sus
hijos seguir discutiendo.
El sonido de las trompetas llamó la atención de todos, anunciando que la
familia real del reino zafiro finalmente iba a hacer su aparición. Todos se
acercaron a las escaleras, dejando un camino para que pudieran caminar
hacia los tronos cuando aparecieran.
—¡Señoras, señores, señoritas y señoritos! —habló un beta encargado de
presentarlos—. Saluden a el rey y la reina, Jeon Byeongkwan y Jeon Miyeon.
La orquesta que estaba a un lado de los tronos comenzaron a tocar una
melodía para recibir a los reyes, y éstos aparecieron por las escaleras vistiendo
unos trajes de color azul que se veían totalmente elegantes y pulcros. Bajaban
con algo de lentitud debido a la salud delicada del rey, que a pesar de estar en
un estado malo no aparentaba estar tan mal como realmente lo estaba.
Todos se sorprendieron al ver a la alfa con otro estilo de cabello, muy corto,
pero ese no era momento de comentar acerca de eso. Los aplausos se
detuvieron cuando los reyes de sentaron en sus tronos, y luego de un breve
saludo y agradecimiento de parte de la alfa mujer, las trompetas volvieron a
sonar para que todos volvieran a fijar sus miradas en las escaleras una vez
más.
—¡Saluden al príncipe Jeon Jungkook, y a su esposo Kim Taehyung de Jeon! —
presentó el beta a los pies de las escaleras.
Todos comenzaron a aplaudir, expectantes ante la pareja que iba a aparecer
en segundos. La familia real del reino amatista eran los principales
interesados en ver al matrimonio. La orquesta comenzó a tocar, y ya todos
estaban en ambiente.
Las figuras del príncipe Jeon y su esposo se dejó ver, y todo el gran salón fue
invadido por sonidos de sorpresa y admiración ante la imagen frente a ellos. El
alfa puro y el omega bajaban tomados del brazo; ambos vistiendo atuendos
totalmente preciosos y nunca antes vistos, se veían más que hermosos,
bajaban cada escalón con seguridad, uno al lado del otro viéndose perfectos
juntos, como si hubieran sido hechos el uno para el otro.
Jungkook de veía poderoso, elegante y extremadamente atractivo.
Taehyung se veía hermoso en cada centímetro de su imagen, pulcro y puro.
Sus rostros se mantuvieron serios hasta que ambos se pararon medio del
salón, siendo rodeados por toda la gente que continuaba admirando a la
pareja perfecta. Porque eran una pareja perfecta por donde los mirases.
Taehyung soltó un momento el brazo del alfa para que éste hablara con las
personas de forma correcta, y juntó sus manos observando a su alrededor a
las personas rápidamente, para luego fijar su vista en su esposo.
—Buenas noches a todos, y gracias por estar aquí un día tan especial como
hoy —dijo Jungkook alzando la voz lo suficiente para que todos pudieran
escucharlo claramente—. Espero que pasen una hermosa velada, y poder
conversar con todos el día de hoy.
Volvió a tomar la mano de su esposo, y besó el dorso logrando sacarle una
pequeña sonrisa al omega, que, a pesar de sentirse observado por todo el
mundo, se sentía a salvo si el alfa estaba a su lado.
—¿Tomamos algo antes de que todos comiencen a acercarse, amor? —
preguntó el alfa entrelazando sus manos.
Taehyung asintió.
—Por favor.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—No puede ser... ¡Esto no puede estar pasando! —se quejó Jieun mientras
observaba al omega esposo del príncipe Jeon a lo lejos—. Bueno, no. No está
mal, es muy lindo... ¡Pero yo sigo siendo mucho más hermosa!
—Los rumores no estaban para nada equivocados —comentó Jongsuk con
una copa de vino en su mano derecha, sin quitarle la mirada del omega
peligris—. Es hermoso, es precioso, mira esa piel, ese cabello, ese
rostro...Tiene una cintura que-
—Como sigas liberando tantas feromonas de alfa cachondo, el príncipe va a
sentirlo y si te ve babeando por su esposo, vas a tener problemas —advirtió su
madre.
—No soy el único que se lo está comiendo con la mirada —dijo con inocencia.
—Bien, es hermoso, ¿Y qué? Yo también lo soy —dijo Jieun sin ganas de seguir
escuchando a su hermano halagar a ese omega—. Debe de haber una razón
más para que el príncipe lo haya elegido... ¡Y voy a averiguar cuál es!
La omega comenzó a caminar hacia el matrimonio del reino, y su familia la
siguió para controlar que no diga nada fuera de lugar, aunque el príncipe alfa
solo fue con ellos para poder admirar al omega más de cerca.
—Buenas noches, altezas —saludaron todos al unísono.
—Y feliz cumpleaños —finalizó Jieun haciendo una leve reverencia—. Esta
noche se ve maravilloso, alteza...Ambos —dijo dándole una mirada al omega
junto con una sonrisa lo más amable que pudo.
—Familia Lee, es bueno volver a verlos a todos —saludó el alfa a todos por
igual, luego apuntó con su mano libre a su esposo—. Déjenme presentarles
formalmente a mi amado esposo.
—Kim Taehyung de Jeon —de presentó el omega haciendo una leve
reverencia—. Es un placer.
—El placer es todo nuestro, alteza —respondió el rey alfa.
Jongsuk de colocó frente a él e hizo una leve reverencia con una mano en su
pecho, que solía significar sinceridad en las palabras dichas en esa posición,
sin dejar de mirarlo a los ojos con una sonrisa landina.
—¿Me permite hacerle un cumplido, majestad? —preguntó respetuoso.
—¿Un...cumplido? —preguntó el omega sorprendido, luego se sonrojó
levemente—. Yo...
Volteó a ver a su esposo, que respondió por él cuando lo acercó más a él
sosteniendo su cintura con uno de sus brazos, mirando al otro alfa con una
mirada seria y fría, que hizo al otro príncipe arrepentirse de su atrevimiento.
—Preferiría que los halagos se los guardara para sí mismo, Lee Jongsuk —dijo
el alfa puro sin soltar a su esposo—. Mi esposo no necesita que nadie más que
yo le diga cuán hermoso se ve.
—Entiendo. Disculpe mi atrevimiento —respondió el alfa haciendo una leve
reverencia.
La familia real del reino amatista le dio una mirada de reproche al alfa
heredero, y luego volvieron a mirar al matrimonio.
—No pongas esa cara, Kook —dijo Taehyung llevando una mano al rostro del
alfa para acariciar una de sus mejillas, queriendo hacer que dejara de verse
tan tenso.
No quería que haya discusiones o problemas esa noche. Podía sentir algo de
molestia de su parte a través de la marca.
El alfa puro conectó sus ojos con los suyos y su mirada volvió a calmarse, y
sostuvo su mano que descansaba en una de sus mejillas para luego dar un
beso en la palma de ésta. Le sonrió y volvió a tomar su mano.
—Lo siento, amor.
Taehyung negó con la cabeza sin dejar de sonreírle, y volteó a ver a la familia
que los observaba curiosos. Aquello lo hizo sonrojarse un poco, pero se
mantuvo firme.
Su mirada cayó en la princesa omega, y la observó con detalle para luego
sonreírle amable.
—Eres muy hermosa, princesa Jieun —halagó sincero—. Tu vestido es
hermoso.
La omega se sorprendió por el cumplido, y durante unos segundos no supo
que decir, hasta que reaccionó y no pudo evitar sonrojarse un poco.
—G-Gracias, alteza. Soy hermosa, sí —dijo con orgullo—. Usted también se ve
muy bien...Su vestido es simplemente maravilloso.
—¿¡Verdad!? —preguntó moviendo un poco la falda de su vestido—. Nuestra
diseñadora Gahyeon es muy talentosa, y puedes ver su pasión en cada detalle
—bajó la vista a su propio vestido, y sonrió orgulloso de su estilista—. Me
sorprendí mucho cuando me lo mostró.
—Nosotros también tenemos a nuestro diseñador solo para la familia real,
pero nunca antes hizo nada parecido a esto —dijo Jieun admirando los
detalles del vestido.
—Puedo presentártela si quieres —ofreció Taehyung con ojos brillantes,
queriendo que más gente pudiera admirar el trabajo de su amiga—. Estoy
seguro de que le interesará hacer algunos diseños para tu familia.
—¿Eh? ¿En serio? —preguntó la omega emocionada al pensar en los vestidos
bonitos como ese que podría pedirle a esa diseñadora que hiciera para ella.
—¡Por supuesto!
Volteó a ver a Jungkook, que estaba charlando con el rey del reino amatista, y
tiró de la manga de su traje para llamar su atención. Éste volteó a verlo al
instante y le sonrió.
—¿Si, amor?
—¿Puedo llevar a la princesa Jieun con Gahyeon? —preguntó poniendo ojitos
de cachorro, sabiendo que el otro no podría decirle de no de esa forma—. Le
interesan los vestidos de ella...
—Claro que sí, mi bella flor —se acercó y besó sus labios de forma rápida—. Si
algo sucede, no dudes en llamarme —dijo pasando sus dedos por la marca,
diciéndole que lo sentiría si lo necesitaba.
Taehyung asintió, y volvió a besarlo. Se giró hasta la princesa nuevamente,
que lo observaba de forma extraña, como si estuviera preguntándose de
dónde había salido alguien como él. El omega le sonrió y tomó su brazo para
enlazarlo con el suyo para comenzar a caminar juntos en busca de la beta
diseñadora.
Jungkook lo observó hasta que lo perdió de vista. Estaba algo intranquilo,
pero le alegraba verlo mucho más tranquilo y despreocupado a pesar del
ambiente en el que estaban.
Taehyung se estaba esforzando, y él no podía estar más orgulloso.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Una hora después, cuando varias personas charlaron con el príncipe y otros
conocieron a su esposo, la hora que Jungkook estaba esperando llegó, y
Taehyung se puso nervioso como nunca hasta el momento.
—¡Atención a todos, por favor! —dijo el beta encargado de hacer las
presentaciones—. ¡Es la hora del baile, y el primer baile será el de los
príncipes!
El alfa y el omega caminaron de la mano hasta la pisa, todo en completo
silencio hasta que la música comenzara a sonar. Se colocaron en posición, y
Taehyung suspiró hondo sintiendo sus piernas temblar.
—Tranquilo, amor —tranquilizó el alfa besando su mejilla—. Practicamos
mucho esto y te sale perfecto, no hay de qué preocuparse.
—Lo sé...Pero no puedo evitar sentirme nervioso —respondió soltando un
suspiro leve.
—Solo mírame, amor —juntó sus frentes, y acarició su espalda descubierta con
la yema de sus dedos—. Solo somos tú y yo.
—Tú y yo... —repitió, y asintió sonriendole leve.
A unos metros, la princesa Jieun observaba a ambos con tristeza en sus ojos.
—¿Ahora eres amiga de la competencia? —preguntó su hermano a su lado,
burlándose de ella.
—Cállate —volvió a pisarlo—. No es...nunca será una competencia —dijo con
pesar.
—¿A qué te refieres? —preguntó Jongsuk mientras se quejaba por el pisotón.
La música comenzó a sonar, y la pareja principal de esa noche hizo el primer
movimiento.
Cuenta la leyenda que si comentan mucho en el próximo capítulo escribo
toda la escena del baile 👀
Los que creyeron que Jieun iba ser una nueva antagonista: 🤡
G.GG
•|♔| Diecinueve |♔| •
La suave melodía comenzó a escucharse por todo el gran salón; las miradas de
todos los presentes estaban puestas sobre la pareja en medio que comenzó a
danzar al ritmo de la música.
Mano derecha del alfa en la espalda baja del omega, y la de este sobre el
hombro contrario, sus otras manos juntas y miradas conectadas brillando por
y para el otro. Jungkook daba un paso hacia delante y en consecuencia
Taehyung daba un paso hacia atrás, luego hacia los costados sin perder el
ritmo tal y como habían estado practicando durante varios días.
Cada que la melodía llegaba a un punto significativo, Jungkook hacía girar a
su esposo sobre su propio eje, cautivando a todos los presentes con el
movimiento que su falda hacía al girar. Taehyung se detenía nuevamente
frente al alfa, y cada que sus miradas volvían a conectarse sonreían porque
disfrutaban el momento.
La melodía cambió y los pasos dados hacia un lado y hacia el otro se hicieron
un poco más rápidos, pero no perdían la elegancia y delicadeza con la que
comenzaron en ningún momento. Retirando su mano derecha de la cintura de
su esposo, Jungkook sostuvo su otra mano y la derecha la extendió un poco
hacia atrás mientras Taehyung se alejaba un poco para luego regresar a su
pecho luego de girar hacia él, deteniéndose nuevamente cuando estuvieron
frente a frente.
No eran necesarias las palabras para saber cómo seguirle el ritmo o que hacer
a continuación, simplemente se miraban a los ojos y lo sabían.
Cuando la canción se volvió más lenta, se acercaron hasta que el menor posó
sus brazos sobre los hombros ajenos, y el mayor sostuvo su cintura como si
fuera la cosa más delicada del mundo. Sus movimientos no se detuvieron,
pero se volvieron un poco más lentos, todo se volvió más íntimo y la
intensidad de sus miradas no hacía más que volver encantador aquel baile
hipnótico y bello.
No solo ellos danzaban a la par, sino que sus lobos parecían estar copiando
sus acciones de una forma más primitiva y animal, caminando en círculos
alrededor del otro, pero eran igual de hermoso e íntimo entre ellos.
Jungkook subió sus manos hasta llegar a los hombros descubiertos de su
esposo, y continuó acariciando su piel a medida que subía por sus a te brazos,
hasta hacer que le menor levantara sus brazos los suficientemente como para
que esté se volteara dándole la espalda. No apartó sus manos de la piel
contraria en ningún momento; cuando la espalda del otro se apoyó en su
pecho, él hizo que baje sus manos a medida que regresaba por el camino
anterior marcado hasta volver a sostener su pequeña cintura.
La canción comenzó a bajar su intensidad y melodía cuando Taehyung volvió
a voltear y conectar miradas con su alfa. Sus manos descansaban en el pecho
ajeno y su cintura era rodeada con ambos brazos de manera protectora, y se
sentía tan bien aquello. Sus rostros se acercaron hasta juntar sus frentes, y la
música llegó a su fin dejando un beso pendiente que estaba a nada de ser
dado.
Ambos permanecieron mirándose el uno al otro, y les fue inevitable sonreír
ante todas las sensaciones y sentimientos que abrumaban los corazones de
ambos. Jungkook sonreía porque se sentía el hombre más feliz y afortunado
del mundo, y Taehyung solo podía hacer eso en vez de llorar por sentirse tan
amado como siempre creyó imposible.
Los repentinos aplausos hicieron que ambos se dieran cuenta de que no
estaban solos y los hizo salir de su burbuja creada solo para ellos. Taehyung
bajó la mirada sintiéndose avergonzado ante todas las miradas que los vieron
de esa manera tan íntima para él, y Jungkook solo pudo admirarlo sin dejar de
sonreír en grande.
Al alfa dejó un beso en su frente y volvió a apoyar su frente contra la suya
haciendo que el otro volviera a mirarlo.
—Seguimos siendo solo tú y yo, amor —susurró solo para que él lo escuchara.
Taehyung solo pudo asentir, y se calmó a si mismo cuando apoyó su mejilla
sobre el hombro contrario y el aroma de su alfa inundó todos sus sentidos.
Jungkook lo abrazó contra si con delicadeza, y levantó la mirada para dirigirse
a las personas que seguían observándolos como si fueran una maravilla
viviente.
—La pista es suya ahora. Disfruten —dijo alzando la voz lo suficiente.
Aunque bailar luego de observarlos a ellos no era tan emocionante, porque no
iban a verse tan malditamente perfectos el uno con el otro. Eso no fue solo un
baile, esa fue la demostración del amor de ambos, eso fue la muestra a todos
los que dudaban de los sentimientos reales de ambos hacia el otro, de que
estaban completamente equivocados.
Fue más que un baile, fue una demostración de amor tan hermosa como
peligrosa, porque ese matrimonio no podía ir más en serio y en pocas
palabras: el heredero del reino más poderoso no tenía un esposo, tenía a su
amado y futuro padre de sus cachorros y, por ende, cualquiera que se atreva a
hacer o decir algo en contra de ese omega o su matrimonio, iba a conocer en
infierno en la tierra.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
La noche estaba avanzando de manera agradable, y para sorpresa de muchos
el omega peligris parecía mantener una conversación amena y agradable con
la princesa del reino amatista.
—Ya te digo yo, esa celebración se vuelven un caos y luego es imposible
caminar por las calles sin el temor de que alguien te golpee sin querer —dijo
Jieun totalmente indignada mientras le contaba acerca de una celebración
anual que se hacía en la plaza central de su reino para celebrar la primavera.
—Suena divertido de todas formas, me gustaría asistir algún día —respondió
Taehyung sonriendo emocionado—. En mi antiguo reino, cuando servía a la
familia real, casi asisto junto al príncipe Park, pero...Los reyes no le
permitieron asistir porque lo castigaron —contó con un tono de melancolía.
—¿Con el príncipe Park? —preguntó ella sorprendida.
—Sí. Yo era su dama de compañía —respondió orgulloso—. Supongo que todo
el mundo sabe lo que sucedió el día de la boda...Lo fui hasta ese día —dijo
apenado.
—Rumores sobre lo que ocurrió ese día hay muchos, pero solo ustedes saben
la verdad así que... —dijo ella queriendo saber, pero no atreviéndose a
preguntar por miedo a que se ofendiera—. Solo deja que sigan pensando
cualquier cosa.
—No les doy importancia realmente, pero lo que me preocupaba era la
reputación de Jungkook y que los rumores fueran un problema para él —
sonrió leve y jugó con su alianza—. Pero a él no le importan. Eso me calma.
Jieun lo miró y luego le dio una rápida mirada al príncipe Jeon. Recordó el
momento en el que bailaron y el sentimiento de verlos juntos debió de sentirlo
no solo ella sino cada persona presente. Sea Taehyung de la raza que sea, del
rango social que sea, Jungkook lo amaba.
Se podía notar en su mirada absolutamente todas las cosas que no se decían
en el momento.
—No conozco demasiado al príncipe... —dijo ella volviendo a mirarlo—. Pero
nos conocemos desde siempre por reuniones como ésta y demás
celebraciones en las que nuestros reinos siempre están invitados, y es la
primera vez que se lo ve interesado en alguien...Bueno, se casó contigo y te
mira como si fueras lo más hermoso que tiene en el mundo, ¿Entiendes lo que
quiero decir?
Taehyung bajó la cabeza algo apenado y negó, porque realmente no sabía a
qué se refería exactamente o a qué quería llegar con eso. No era por alardear,
pero él tenía la suerte de saber que Jungkook lo amaba, porque así se lo
demostraba cada día, ¿Eso era lo que quería decirle?
—A lo que me refiero es que, nunca se supo que amara a nadie, y ahora lo
hace. Te ama como nunca amó a nadie, o al menos eso es lo que nos deja ver a
todos, y eso es mucho más importante o fuerte que cualquier opinión ajena —
bebió un poco más del vino que estaba en su copa, y le sonrió leve—. Estoy
segura de que le pidas lo que le pidas, él no va a negártelo o a decirte que no
puede hacer tal cosa.
—N-No creo que sea tan así —respondió él—. Puede que me ame mucho, pero
hay un límite para todo y cosas que quizás no quiera hacer o no sea bien
visto...Las reglas están para cumplirse y las costumbres para seguirse,
después de todo —suspiró leve y su sonrisa se borró—. Él ya ha incumplido las
costumbres de su familia al casarse con un omega que no es ni siquiera un
noble, fue considerado de muchas formas desagradable seguramente solo por
eso...
—Créeme que debe de ser lo que menos le importe en el mundo, la opinión de
aquellos que son menos que su persona o tienen menos poder —dijo ella con
algo de diversión—. Si yo tuviera el poder que tiene él, no habría cosa que me
interese menos que las opiniones ajenas sobre mis acciones, porque nadie
podría cuestionarme.
—A Jungkook no parece importarle absolutamente nada, de eso me di cuenta
en cuanto me pidió casarme con él —dijo sin poder evitar soltar una pequeña
risa, que luego desapareció dejando lugar a una mueca de tristeza—. Incluso
no le importa la opinión de los reyes.
—Puedo suponer que no estuvieron de acuerdo en su matrimonio. Mis padres
me matarían si les digo que quiero casarme con alguien con un rango en la
sociedad menor al de la realeza, ni siquiera permitirían que me casara con un
noble —dijo rodando los ojos.
—Los reyes no me quieren —dijo con pesar, mirando de reojo a sus suegros,
que permanecían sentados en sus tronos, mirándolo de manera despectiva de
vez en cuando—. La reina me odia.
—Bueno, te odien o no, estás aquí ahora, ¿Cierto? —dijo sonriendole más en
grande—. Solo míralo —apuntó al príncipe Jeon, y el omega volteó a verlo—.
Nunca lo he visto tan feliz en todos los cumpleaños a los que hemos asistido.
Taehyung no supo que decir cuando fue consciente de la felicidad ajena a
través no solo de la marca, sino que podía notarlo en esa preciosa sonrisa que
su alfa tenía mientras charlaba con una de las pocas personas que podía
considerar amigos cercanos, mientras sostenía una copa de vino en su mano
derecha.
—Solo es cuestión de tiempo para que las cosas mejoren, siempre pienso eso
—respondió él sonriendo también mientras observaba a su esposo a unos
metros.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung se dejó caer en la cama cuando terminó de alistarse para dormir, y
cerró los ojos sintiendo el suave colchón en su espalda destensar todo su
cuerpo.
—Estoy agotado... —dijo, soltando un suspiro largo—. Fue un largo día ¿La
pasaste bien? —preguntó volteando a ver a su esposo, que estaba quitándose
la camisa a los pies de la cama.
Jungkook lanzó la camisa a algún rincón de la habitación, y se subió a la cama
para luego colocarse sobre el omega sin tocar sus cuerpos aún.
—Fue un día maravilloso —respondió con una sonrisa landina, para luego
acercarse y dejar un beso juguetón en sus labios—. Y todo gracias a ti, amor.
—No digas esas cosas, me avergüenzo —se quejó no en serio, llevando sus
manos a su rostro para cubrirlo con ambas manos.
Aunque solo lo hizo por unos segundos porque luego volvió a mirarlo y se
encontró con la mirada intensa del alfa sobre sus labios. Inconscientemente
los relamió, y eso solo hizo que el mayor se acercara para comenzar a besarlo
como tenía ganas de hacerlo desde hace horas; sin dejar un lugar de su boca
sin probar, demandante e incluso ingresando su lengua hasta enredarla por
completo con la suya.
Las fuertes y grandes manos del alfa fueron hacia sus muslos por debajo de la
falda del vestido pijama, acercando su cuerpo al contrario para que el omega
pudiera acariciar toda su fornida espalda a su gusto, y quería tanto que lo
rasguñara en esa zona...
El sonido chicloso del beso, los jadeos soltando aire y los suspiros buscándolo
luego lograron hacer que la temperatura de sus cuerpos subiera lo suficiente
como para hacerles saber que el camino por el que estaban yendo sin retorno
no era seguro.
—J-Jungkook... —llamó cuando sus labios pudieron ser liberados por un
momento.
—Quiero hacerte el amor —gruñó contra sus labios, mirándolo con intensidad
y pupilas algo dilatadas—. ¿Me dejas?
Uy.
Taehyung podría llegar a decir que no, pero su entrada comenzando a
lubricarse poco a poco para recibirlo decía otra cosa completamente distinta.
Le avergonzaba tanto pensar en hacerlo con él estando completamente
cuerdo, que no podía mirarlo a los ojos.
—Pero, no tomé la infusión... —dijo recordándole ese pequeño, pero muy
significativo detalle.
Sí, cuando su celo finalizó, el alfa le dijo que esas infusiones eran
anticonceptivas y que tuvo que mentirle porque su lobo pedía por cachorros
que él sabía que el omega no quería tener aún. Taehyung no pudo estar más
agradecido y encantado con eso, porque no es que no quisiera tener
cachorros, pero no era el momento adecuado, y ambos lo sabían.
—Antes de llegar a la habitación le pedí a Lucy que preparara una —informó
sin dejar de besar y lamer la piel de su cuello—. No debe de tardar en traerla.
Solo tienes que decirme si podemos hacerlo o no, amor.
Taehyung lo pensó solo dos segundos y luego asintió. Porque, joder sí. Quería
volver a sentirlo, aunque sintiera toda la vergüenza del mundo en ese
momento.
La puerta fue tocada y Jungkook sonrió ansioso. Él caminó hacia la puerta
para recibir el cuenco con la infusión, se la entregó a su esposo diciéndole que
se tome su tiempo para beberlo, que no había apuro porque la noche era toda
suya.
El alfa se había acomodado en la cama, apoyando su espalda en el respaldo
de la cama, mientras que el omega se sentó a la orilla de la cama para cuando
terminara de beber dejara el cuenco sobre la mesa de noche. Cuando ya no
quedó ni una sola gota, dejó el cuenco a un lado y se volteó para subirse a la
cama y gatear hasta quedar a horcajadas del mayor.
Le gustaba mucho estar sobre el regazo del mayor, era cómodo y a la vez tan
excitante en momentos como éstos.
Jungkook agradeció tanto que Gahyeon le haya dejado esa noche un pijama
de seda color vino que le llegaba a los muslos y que se desabotonaba por la
espalda, porque iba a poder desnudarlo él mismo. Debía de aumentarle el
sueldo a esa mujer.
Sus manos fueron hacia la espalda del omega para comenzar a desabrochar
botón por botón, sin prisa alguna. Sus labios se encargaban de dejar
pequeñas marcas que serían visibles los próximos días, y mientras que las
manos del omega viajaban por sus hombros y espalda contraria, alzando el
rostro para poder dejarle más espacio a los labios de su esposo.
—No tienes idea de lo mucho que adoro tu aroma —comentó el alfa mientras
pasaba su lengua por las clavículas ajenas—. Tu piel tiene un sabor parecido,
dulce y tan embriagador...
Taehyung nunca sabía que responder a ese tipo de comentarios, y tampoco
sabía si debía de hacerlo o no. Solo se limitaba a disfrutar que sus palabras,
aunque a veces eran un poco fuertes y solo le provocaban aún más vergüenza.
Un escalofrío le recorrió la espalda cuando las finas tiras de su vestido pijama
fueron bajando por sus hombros, comenzando a dejar su pecho al
descubierto. La prenda fue retirada por completo, y el omega solo quedó con
unas finas bragas del mismo color y material que su pijama, completamente a
la vista del mayor.
—Tan hermoso... —halagó recorriendo cada centímetro de esa acanelada piel
que a sus ojos y a los de cualquiera era tan deseable—. Eres hermoso,
Taehyung... —se acercó y dejó un beso húmedo en uno de sus pezones, para
luego levantar la mirada hacia sus ojos—. Lo sabes, ¿Cierto?
—¿Sí? —respondió no tan seguro. Demasiado concentrado en no gemir al
sentir las manos contrarias en su trasero.
—Deberías de tenerlo muy en claro, amor —dijo tirando de la ropa interior
contraria—. Porque eres el omega más hermoso del mundo, y todos hoy se
dieron cuenta de eso...
La ropa interior del omega fue rasgada casi con furia, pero sin llegar a
lastimarlo de ninguna manera. Taehyung soltó un gemido de sorpresa ante
eso, y solo alcanzó a mirar al alfa con ojos brillantes debido a la excitación que
iba en aumento.
—Todos los ojos puestos en ti —sin previo aviso atrajo al otro de la nuca y con
su otra mano comenzó a jugar con la entrada húmeda de su esposo—. No
sabes cuántos alfas y betas, hombres y mujeres te veían de esa manera que
me daban ganas de asesinarlos a todos...
Taehyung soltó un gemido alto ante la sorpresa y el placer que sintió cuando
el dedo índice del alfa ingresó en él, y la cálida lengua contraria comenzó a
remarcar la forma de su marca.
—Pero no importa eso, no mientras sigas siendo mío y únicamente mío —
comenzó a meter y sacar su dedo a la vez que lo movía en círculos, volviendo
loco al omega—. No importa mientras sepan que eres mío. Sé únicamente mío
y entonces no voy a tener que preocuparme por nadie...
Volvió a besarlo con intensidad a la vez que un nuevo dedo fue introducido, y
el menor solo podía gemir contra sus labios moviendo sus caderas en busca
de más contacto.
—¿Eres mío, amor? —preguntó contra su oreja, mordiendo el lóbulo con
delicadeza—. Dímelo. Dime que eres solo mío.
—Y-Yo...Aahh...sí —respondió Taehyung como pudo.
Para hacerlo más complicado para él, el alfa logró dar con su punto más
sensible y pensar o responder algo le era extremadamente difícil. Solo podía
gemir contra su boca, casi llorando de placer al sentir el pene completamente
erecto del alfa rozar su entrada cuando éste lo acomodó para quedar justo
sobre su entrepierna.
—Si me lo dices, vas a tenerlo, amor —dijo rozando sus labios, alejando su
mano de la entrada del menor para comenzar a masturbarse—. ¿Lo quieres?
Taehyung soltó un jadeo necesitado, y asintió varias veces. El muy cabron de
Jungkook solo lo mirada divertido en espera de una respuesta verbal,
soltando leves gemidos mientras se daba placer a sí mismo, tentando al
omega.
Bien, pero ambos podían jugar de esa forma.
—Aahh...cariño... —gimió llevando una mano a su propia erección, mirando
fijo y con mejillas sonrosadas al alfa.
Eso fue demasiado.
Los ojos de Jungkook se volvieron azules, y un gran gruñido salió desde el
fondo de su garganta.
—Definitivamente te lo daré.
La escena del baile se vio tan bien en mi cabeza, que espero que también
lo hayan podido imaginar bonito.
Qué bonito todo, ¿No? :)
G.GG
•|♔| Veinte |♔| •
Cinco días después. Castillo de zafiro.
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Taehyung podía asegurar que su lugar favorito del castillo era el jardín, todo el
jardín. La biblioteca también era uno de sus lugares favoritos, pero en el jardín
también era tranquilo y el canto de los pájaros lo hacía sentirse mucho más en
casa.
El suave viento golpeando su rostro y moviendo su cabello, con algunos rayos
de sol colándose entre las hojas de los árboles y iluminando algunas partes de
su figura, era un sentimiento tan familiar que le transmitía una paz
incomparable. Quizás era porque solía sentarse siempre en la naturaleza a
leer cuando se volvió dama de compañía del príncipe Park.
Ahora vestía vestidos de que solo la realeza y los nobles podían permitirse, y
no en típico atuendo de dama de compañía, y quizás eso era una de las pocas
cosas que eran distintos a hace unos meses.
Podía sentarse en uno de los cojines gigantes y tremendamente cómodos que
estaban en el mandap que Jungkook mandó a instalar para él, pero prefería
sentarse en el pasto y cerca de las flores de aciano que eran las mismas que se
encontraban en su lugar favorito del castillo de oro. De esa forma no se sentía
como si las cosas hubieran cambiado drásticamente en su vida, aunque todo
fuera completamente distinto a diferencia de hace meses.
Mientras él leía sobre la economía de los reinos mejor posicionados en la
historia, a unos metros de pie, el príncipe heredero lo observaba sintiendo un
agradable deja vu que le trajo recuerdos de la primera vez en la que lo vio y ya
no pudo quitarlo de su cabeza de ninguna forma.
A diferencia de ese día habían muchas cosas; Taehyung era un adulto, estaba
aún más hermoso como creyó que ya no era posible, vestía un vestido
precioso, una preciosa y significativa flor que demostraba lo más importante;
que era su esposo, y una marca en su cuello que no se veía debido al vestido
pero que estaba allí definitivamente. Sentado en las flores que plantó para
recordarlo, las que se volvieron sus favoritas y en la que se inspiró para crear
la alianza que el omega llevaba, era una imagen tan bella que le daban ganas
de llorar incluso.
Podía jurar que volvió a enamorarse justo en ese momento.
En aquél momento no pudo acercarse para hablarle y conocerlo, pero ahora
las cosas eran distintas y no iba a dudar o detenerse jamás cuando se tratara
de ir hacia él.
Se acercó caminando tranquilo, dejando notar su presencia cuando se agachó
frente a él con cuidado de no pisar la falda de su vestido. Taehyung levantó la
cabeza y sus miradas se encontraron durante unos segundos hasta que el
omega le sonrió tímido, pero sus ojos brillantes penetraban el alma del alfa
con tanta facilidad que hasta podría llegar a ser preocupante.
Jungkook le sonrió también a labios sellados, y su mano derecha se posó en
una de las mejillas contrarias, donde acarició la suavidad de su piel con una
delicadeza abrumante. El menor se apoyó en su tacto sin dejar de mirarlo,
tampoco dijo palabra alguna porque sabía que el mayor iba a ser el primero
en hablar ya que se había acercado a él.
—Lamento interrumpir tu lectura, amor —dijo el alfa sin dejar de mimar a su
esposo—. Pero alguien vino a visitarte.
—¿Eh? ¿A mí? —preguntó abriendo los ojos sorprendido—. ¿Quién?
Jungkook alejó su mano de su rostro para ofrecerle tomarla y ayudarlo a
ponerse de pie.
Taehyung hizo un leve puchero al no recibir respuesta. Puchero que el alfa no
dudó en besar en cuanto lo vio.
Enlazaron sus manos y comenzaron a caminar de regreso al castillo mientras
el menor seguía preguntando de quién se trataba pero el alfa solo decía que
era una sorpresa. Por la cabeza del omega por un momento llegó la imagen
del príncipe Jimin, pero las posibilidades de que fuera él eran muy pocas, casi
nulas y aún así no perdió la esperanza de que se tratara de él.
—Kook —insistió el omega tirando de su mano levemente mientras
continuaban caminando—. Ya dime de quién se trata, por favor.
—Pero si estás a punto de verlo —respondió el mayor riendo por la poca
paciencia de su precioso esposo—. Vas a ponerte feliz, eso es lo que voy a
adelantarte.
Taehyung no insistió más, solo continuó caminando hasta el castillo de la
mano de su esposo. Saludaban a todos los guardias y empleados que se
cruzaban con ellos, y tuvieron una breve charla sobre lo que cenarían esa
noche, hasta que llegaron al salón principal donde estaba la puerta por la que
todos ingresaban al castillo.
A penas pisó el lugar, una voz conocida se pudo escuchar por todo el lugar
llamando su atención al instante.
—¡Alteza! —llamó el pequeño Hoseok con alegría, y corrió hacía él.
El omega sonrió en grande y abrió sus brazos caminando hacia él para que le
diera un abrazo. El pequeño omega se alejó de su padre, que estaba allí con el
ya que seguramente fue quien lo trajo.
—¡Hoseokie! —saludó el omega peligris cuando lo tuvo entre sus brazos, y
sonrió cuando pudo sentir el leve aroma a limón que ahora era parte del
pequeño omega—. ¿Cómo estás? ¿Viniste a visitarme?
—Sí, vine a visitarlo —respondió separándose para sonreírle en grande—. Oh,
lamento mi falta de modales —dijo apenado, y luego hizo una respetuosa
reverencia hacia ambos—. Buenos días, príncipe Jungkook. Gracias por
permitirme ingresar al castillo.
—Ya me has saludado, Hoseok —respondió el alfa divertido, y despeinó su
cabello de forma juguetona—. Y no tienes que agradecer, Tae y yo te tenemos
mucho cariño, eres un invitado especial.
Hoseok sonrió en grande y les agradeció por considerarlo alguien especial. El
señor Jung se acercó también y saludó al omega príncipe con una muy
respetuosa reverencia.
—Es un placer volver a verlo, alteza —dijo el hombre con respeto—. Déjeme
agradecerle una vez más por haber ayudado a mi hijo en su presentación.
—Me alegró ayudarlo en algo tan importante como eso —respondió Taehyung
acariciando el cabello castaño del omega con cariño—. Hablando de eso,
¿Cómo te sientes ahora, Hoseokie? —preguntó volviendo a ver al menor.
—Uummm... —el pequeño miró de reojo a su padre y a Jungkook, luego bajó
la mirada apenado, evitando responder frente a ellos.
Taehyung comprendió cuál era el problema y le sonrió queriendo transmitirle
seguridad. Se volteó hacia su esposo y llamó su atención tomando su mano
leve.
—Iremos a pedir algo para comer y beber, e iremos al mandap a tener una
charla entre omegas —avisó queriendo hacerle saber que el pequeño no
quería hablar de ese tipo de cosas frente a ellos—. ¿Puedo llevarmelo por un
par de horas? —le preguntó al padre.
—Por supuesto —respondió el señor Jung, y me dió una última mirada con
cariño a su hijo antes de que ambos omegas caminaran fuera del salón juntos.
Ambos alfas los observaron hasta que desaparecieron de sus vistas, y el
príncipe volteó a ver al hombre con una sonrisa tranquila.
—No se preocupe, hay guardias vigilando en cada momento —tranquilizó—.
¿Quiere tomar una taza de té o una copa de vino por mientras? —ofreció
amable.
—Una copa de vino estaría bien, gracias.
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—¡Éste lugar es hermoso! —gritó Hoseok cuando llegaron al mandap, y se
echó sobre uno de los grandes cojines que había como asientos—. Whoa, el
príncipe te hace regalos como éste, que suerte.
Taehyung sonrió algo avergonzado por eso, y ayudó a Lucy a acomodar las
cosas del té y algunos postres que hizo preparar especialmente para Hoseok.
El pequeño no quiso quedarse solo mirando y se adelantó sirviendo el té para
ambos.
—¿No quieres quedarte y acompañarnos, Lucy? —preguntó el omega peligris a
la mujer antes de se vaya.
—No puedo alteza —negó la mujer sonriendo apenada—. La reina nos ordenó
limpiar por completo una de las habitaciones que no se usan desde hace años
porque al parecer algún familiar vendrá a quedarse un tiempo —informó.
—¿Un familiar? —preguntó Taehyung muy sorprendido por la noticia—.
Jungkook nunca me ha hablado de familiares o parientes...
—La familia Jeon no es muy grande, y son de esta forma: no se sabe nada de
ellos durante un largo tiempo, luego aparecer como si nada durante un
tiempo —comentó la mujer negando con la cabeza—. Supongo que vendrán
porque la salud del rey está empeorando mucho y quizás ya no le quede
mucho de vida.
—Oh, ¿Tan mal se encuentra su salud? —preguntó el omega mayor con algo de
tristeza al pensar en su esposo cuando su progenitor falleciera—. No lo sabía,
no los veo mucho y la última vez no se veía tan mal...
Que sí, que el hombre quizás no era un padre ejemplar según Jungkook, pero
seguía siendo su padre y él no lo conoce lo suficiente como para sentir algo
además de pena por su esposo cuando llegue el momento.
—La enfermedad del rey lleva varios años empeorando en pequeños pasos, y
en el último las cosas solo avanzaron a pasos agigantados —lamentó Lucy—.
La razón por la que Jungkook aún no asume el trono es porque sabe que a su
padre no le queda mucho tiempo de vida.
—Pero, ¿No es esa una razón para que asuma el trono antes? —preguntó
Hoseok, que permaneció en silencio dejando que los adultos hablen, pero no
se aguantó el querer preguntar aquello.
—Yo pensé lo mismo —comentó el peligris.
—Siendo sincera, nunca sé que está pensando el príncipe o por qué hace las
cosas que hace siempre, por lo que yo tampoco lo entiendo —respondió Lucy
igual de confundida—. Yo solo sé que está esperando a su muerte para asumir
el trono.
—Su alteza Jungkook es complicado de entender a veces —comentó el
pequeño omega, luego sonrió en grande—. ¡Pero también es muy increíble, lo
admiro mucho!
Lucy y Taehyung sonrieron al escucharlo. La mujer volvió a despedirse con
una reverencia y se alejó dejándolos solos. Cuando se quedaron solos, el
mayor no tardó en volver a preguntarle al menor cómo se sintió aquél día y
ahora.
—Dime, Hoseokie... —habló luego de darle un sorbo al té verde—. ¿Cómo
pasaste tu presentación y primer celo? —preguntó con un tono casi maternal,
para transmitirle confianza y que hablara con él libremente.
—Pues... —el pequeño se puso colorado, pero aún así continuó hablando
porque se sentía a gusto y confiaba en Taehyung al ser también un omega—.
Fue extraño, me asusté mucho porque comenzó a doler mucho...
—Lo sé, pequeño. El celo más doloroso es el primero, y los que le siguen
porque no estamos en una edad en la que podamos pasarlos con alguien más
—dijo queriendo hacerle saber que comprendía lo que había sentido, y
también quería informarlo un poco más para que no se asustara por lo que
vendría en el futuro—. Lo que realmente me preocupó fue que tu presentación
se adelantó un año ¿Qué te dijo el médico sobre eso?
—La doctora dijo que si bien no era común, tampoco era algo para
preocuparse porque cada cuerpo es distinto y es bastante más normal de lo
que se cree —respondió recordando las palabras de la beta que lo revisó ese
día.
—Ya veo. Menos mal que no es nada malo —dijo el otro soltando un suspiro de
alivio—. ¿Qué más te dijo? ¿Te explicó sobre los celos?
—Sí... —bebió otro poco de té, y luego volvió a verlo—. Mi panza duele y me
sale un líquido de mi ano porque quiero que alguien me haga cachorros y me
marque.
—Bueno, en resumidas palabras si es así —dijo sin evitar soltar una risa leve
ante la forma de explicarse—. Nuestro cuerpo es controlado en su mayoría por
nuestro lobo, que es quien más busca cachorros y para eso el cuerpo se
prepara excitandose y aumentando nuestro aroma para llamar la atención de
algún alfa o beta que nos satisfaga.
—Sentía que tenía fiebre, y...me sentía raro —dijo Hoseok avergonzado al
recordar esos tres largos días—. La doctora me dijo que estaba bien si me
tocaba a mi mismo para calmarme, pero no sabía bien cómo
hacerlo...Entonces yo solo...
Se calló cuando su rostro de volvió completamente rojo, y Taehyung quiso
abrazarlo por lo tierno que se veía avergonzado.
—No tienes que avergonzarte si hiciste algo que te hizo sentir bien y menos
dolor, Hoseokie —tranquilizó acercando su mano al cabello contrario—. Es lo
más normal del mundo, y es importante que te dejes llevar en el momento
porque de otra forma será mucho más doloroso para ti.
—La doctora dijo lo mismo... —respondió un poco menos avergonzado—. ¿Tú
lo hacías cuando estabas solo? —preguntó curioso.
—Sí —admitió algo cohibido—. Yo jamás pasé un celo con alguien hasta que
me casé con Jungkook —sonrió algo tímido al confesar aquello—. Los sufría
mucho, pero con el tiempo empiezas a conocer tu cuerpo y a saber cómo
hacerte sentir mejor tu mismo. Además, los baños de agua fría y las medicinas
supresoras ayudan mucho, tienes que tener eso en cuenta a partir de ahora
¿Sí?
—Sí —asintió obediente y agradecido—. Entonces, ¿Tú le pediste cachorros al
príncipe Jungkook? —preguntó con ilusión en sus ojos—. ¿Te los dió?
Ésta vez fue Taehyung quien se puso completamente rojo, y casi se ahoga con
el té que le quedaba. Negó varias veces, llevando su mano inconscientemente
a su marca buscando seguridad en el lazo con su alfa.
—Por el celo sí se los pedí, y estoy seguro de que voy a seguir pidiéndole
porque es nuestro instinto y no podemos contra él, pero mi parte racional no
los quiere —comenzó a explicarse—. Quiero decir, que sí me gustaría tenerlos
con él, pero ser padres no es algo sencillo, y ambos sabemos que aún no es
tiempo de traerlos al mundo.
—¿Por qué no es tiempo? —preguntó sin comprender.
—Aún somos bastante jóvenes, no llevamos mucho tiempo como matrimonio
aunque el amor crece con cada día —sonrío orgulloso de sus propias
palabras—. Jungkook es un hombre muy ocupado, es heredero del reino más
grande y ese título conlleva muchas responsabilidades, y tener un omega en
cinta y cachorros es una muy grande que toma tiempo y esfuerzo —levantó la
mirada para admirar las flores sobre el mandap—. Quiero aprovechar y
reforzar mi relación con él lo suficiente, estudiar y ser un omega adulto
responsable y digno de ser el padre de sus cachorros.
—Woah, no entiendo mucho pero suenas inteligente, alteza —halagó el menor
sonriendole sincero.
Taehyung solo rió y acarició si cabello con cariño.
—No importa, cuando seas más grande vas a entenderlo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Dos horas después, cuando ya no hubo más té y postres para probar, con
todas las dudas sobre la etapa más importante de un omega, ambos se
levantaron y Hoseok se ofreció a llevar las cosas en la bandeja de regreso a la
cocina.
Caminaban por el camino de piedras claras, el día estaba tan agradable que
casi que no querían regresar al castillo.
—Ya se está haciendo algo tarde, ¿Tu padre tiene prisa por irse? —preguntó
Taehyung—. Si no tienen prisa, puedo mostrarte el castillo un poco más ¿Qué
te parece?
—¿En serio? —preguntó el menor con ojos brillantes de emoción—. ¡Sí, me
gustaría!
De la emoción dio un pequeño salto que hizo caer uno de los platos que
estaban sobre la bandeja, donde anteriormente había una porción de pastel
de avellanas. Taehyung se agachó para recogerlo aprovechando que éste no
se había roto y no corría riesgo de cortarse.
—Lo siento, alteza —se disculpó el menor rápidamente.
El plato que estuvo a punto de tomar se quebró cuando fue atravesada por
una flecha que de no ser porque acomodó la falda de su vestido antes de
tomar el plato, seguramente la flecha me habría atravesado la cabeza. Se
quedó totalmente se piedra, pálido y sin poder reaccionar.
El miedo se apoderó de todos sus sentidos cuando escuchó la voz temblorosa
y asustada del menor a su lado, que tiraba de él pidiéndole que corrieran
hacia el castillo, pero Taehyung no podía reaccionar.
—¡Alteza! —llamó Hoseok una vez más, al borde del llanto.
El peligris reaccionó cuando la idea de que otra flecha podría lastimar al
menor, y de un golpe hizo que éste soltara la bandeja sin importar que todas
las cosas se cayeran al suelo y se rompieran. Tomó su brazo de forma algo
brusca debido al miedo, y comenzó a correr junto con el pequeño sin
atreverse a mirar hacia atrás.
Se detuvo un momento cuando otra flecha fue lanzada en su dirección y
atravesó la tela de la falda de su vestido causando que el omega tuviera que
rasgarla para poder continuar.
Tenía miedo, quería a Jungkook.
Antes de llegar al castillo la puerta por donde se salía al jardín fue abierta de
un fuerte golpe que hizo que el marco se saliera con un fuerte estruendo;
Jungkook pudo sentir el miedo y el llamado de su omega a través de la marca,
y sus ojos azules no podían estar más hundidos en la ira y el miedo.
—¡Taehyung! —llamó en un grito que sonó más como un gruñido fuerte, y
corrió hacia él hasta rodearlo con sus brazos, cubriendo también al pequeño
Hoseok que quedó en medio de ambos y había comenzado a llorar del
miedo—. ¿Qué sucedió? ¿Están bien?
El omega peligris comenzó a respirar con dificultad, y solo cuando se sintió a
salvo en los brazos del alfa fue que comenzó a llorar evidenciando el miedo
que sintió hace uno momento. Abrazó con tanta fuerza al mayor que por un
momento temió estar lastimandolo, pero simplemente no podía calmarse.
—Dime que pasó, por favor —pidió el alfa nuevamente, comenzando a
alterarse al no saber que era lo que había sucedido.
—C-Casi me matan... —dijo en un hilo de voz—. ¡Me dispararon flechas, casi me
matan, Jungkook! —gritó aferrándose aún más al otro—. ¿¡Y si lastimaban a
Hoseok!?
El pequeño también se aferró aún más al otro alfa, hasta que su padre
apareció con la respiración agitada al evidenciar que no había podido seguirle
el paso al alfa puro cuando salió corriendo de repente.
—¡Hoseok! —gritó el hombre acercándose para abrazar a su hijo al verlo llorar
desconsoladamente.
-Papá!!
El pequeño corrió hacia el alfa y se aferró a él como si su vida dependiera de
ello.
—T-Tengo miedo... —dijo Taehyung con la voz totalmente rota—. Jungkook...
¿Jungkook? El alfa puro abrazó aún más el cuerpo de su esposo haciéndole
saber que no iba a volver a dejarlo solo, que iba a cuidarlo.
Pero Jungkook, tenía la mirada más llena de furia y oscuridad que cualquier
otra persona, y estaba sintiendo algo que nunca antes sintió.
Alguna persona estúpida había cometido el peor error que podía en contra de
su esposo, e iba a mover cielo y tierra para encontrarlo, y no podía nombrar
cada cosa que pensaba hacerle a esa persona y a cualquiera que estuviera
involucrado.
Sus manos se teñirían de rojo, y todo el maldito reino si era necesario.
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Una de las características, por no decir la más importante y significativa de
todas, era de la gente que servía al reino zafiro. Una de las cosas que el
heredero al trono siempre inculcó y pidió en sus sirvientes como en sus
soldados y guardias, era la completa lealtad.
Jungkook no era solo respetado por su estatus y sangre, sino por su liderazgo
e inteligencia en todas las áreas del manejo y control del reino. Desde las
tácticas de combate hasta el manejo económico de todas las áreas, era
brillante e impecable en todo eso, y su trato con las personas de su reino no
era narcisista o egoísta, era un líder nato buen gobernador incluso sin estar en
el trono aún.
Nadie que estuviera a su mando se atrevería a ir o hacer algo en contra suya
porque se sentiría como una traición de alto nivel, sería ser desagradecido y
un desleal.
Todos estaban a disposición del príncipe, y por esa razón fue mucho más fácil
y rápido encontrar a la persona que intentó asesinar a su esposo.
Ante la rápida orden de búsqueda en los alrededores del castillo a alguien
sospechoso o que no hayan visto anteriormente, a uno de los sirvientes se le
ocurrió la idea de ir a preguntar a las posadas cercanas al castillo sobre
alguien que se haya quedado en el lugar en la última semana. Con ese plan e
idea de encontrar a la persona responsable, los guardias se separaron en
distintos grupos de cinco personas para visitar las posadas más cercanas al
castillo y preguntando a los dueños y encargados de una de ellas, revisaron en
cada habitación de las personas que fueron las más nuevas en el lugar.
Revisaron y esperaron a que todas esas personas regresaran a su habitación, y
uno de ellos llegó media hora después del ataque con un bolso que resultó
sospechoso a primera vista. El tipo, que era un beta de edad media, al ver a los
guardias en frente de la puerta de su habitación alquilada hasta ese día,
intentó escapar y fue perseguido y detenido por los mismos dueños del lugar.
Rápidamente fue llevado al castillo, donde fue encerrado en una de las celdas
del lugar y Jungkook fue informado de su captura cuando estaba a punto de
irse a dormir junto con su esposo. Les pidió a los guardias que lo desnudaran y
echaran agua fría hasta que él vaya a hablar con él cuando Taehyung se haya
dormido.
Esperó a que su amado se durmiera entre sus brazos y sintiendo sus caricias, y
con paciencia y cuidado de no despertarlo salió de la cama. No quería dejarlo
solo durante mucho tiempo por si se despertaba y no lo encontraba, estaba
preocupado de su reacción porque aún estaba sensible y algo asustado, no
quería estar solo.
Se colocó una de sus batas, sus zapatos de pijama y salió de la habitación
haciendo el menor ruido posible.
—No dejen de vigilar la habitación en ningún momento, por favor —pidió a los
seis guardias que estaban distribuidos frente a la puerta y el pasillo.
Caminó seguido de dos guardias hasta la zona de las celdas, caminando sin
prisa alguna, con muchas cosas en su cabeza pero en especial ideas de cómo
torturar a la persona que se encontraba a solo segundos de encontrarse con
su peor pesadilla.
Bajó las escaleras, caminó por el único pasillo que había en el lugar, el de las
celdas. Se detuvo en frente de la única que estaba iluminada, hizo un
movimiento con su mano y uno de los guardias abrió la puerta para que
pudiera ingresar.
En el frío suelo de piedra arrodillado y con las manos encadenadas por
delante; desnudo, mojado y temblando de frío, con la mirada fija en el suelo.
Al escuchar los pasos acercarse a él, alzó la mirada y a pesar de que intentó
mantenerse firme, la mirada gélida y oscura del alfa puro lo hizo temblar más
allá del frío.
—N-No dire nada —dijo el hombre con recelo y miedo que le era imposible de
ocultar.
Jungkook no respondió en seguida, solo se agachó de cuclillas frente a él y
apoyó su barbilla sobre su palma. Su expresión era tranquila pero sus ojos
eran amenazantes y abrumadores.
—Aún no te he preguntado nada, relájate —dijo sonando casi amigable—.
¿Cómo te llamas?
El beta no respondió.
—¿Estás casado? —preguntó usando el mismo tono, y levantó su mano
derecha mostrando su alianza—. Yo sí. Aunque eso ya lo sabías, ¿Cierto?
—¡Dije que no diré nada! —gritó mirándolo con irritación debido al tono de su
voz.
Jungkook lo miró con ojos entre cerrados, claramente afectado por el tono de
su voz.
—Veo que no quieres hablar de forma civilizada —se puso de pie y lo miró
desde arriba con desprecio en sus facciones—. Detesto a la gente que no
puede mantener una charla de forma tranquila y sin alterarse ¿No sabes lo
que es el autocontrol?
—Solo máteme —ordenó bajando la mirada nuevamente—. No voy a decir
nada, no logrará sacarme una sola palabra sobre lo que quiere saber.
Jungkook soltó una pequeña risa, y llevó su mano al cabello contrario. Tiró de
el con fuerza sacándole un grito de dolor debido a que estaba casi
arrancandole el cuero cabelludo.
—¿En serio crees que voy a matarte? —preguntó divertido—. Puede que lo
haga, pero solo cuando respondas todas mis preguntas —tiró con la suficiente
fuerza para arrancarle el cabello en toda la zona que estaba sosteniendo.
El dolor y ardor que sintió el beta fue tanto que se lanzó al suelo y comenzó a
moverse de forma frenética, buscando la forma de que doliera menos.
Jungkook solo lo observaba en silencio, lanzando el mechón de cabello
arrancado a un lado, y esperó a qué se calmara antes de hacerle una señal a
dos de los guardias para que lo sostuvieran de los brazos para que volviera a
quedar de rodillas.
—Diría que eres lo suficientemente inteligente como para saber lo que va a
ocurrirte a partir de ahora... —se inclinó para sostener su cuello con fuerza
para hacer que volviera a mirarlo, impidiendole respirar correctamente—.
Pero como te atreviste a intentar asesinar a mi esposo, no puede ser posible.
—N-No diré...n-nada... —dijo con dificultad y los ojos rojos y húmedos.
—La lealtad es algo admirable, algo que admiro mucho personalmente —
comentó nuevamente con un tono amigable—. Pero veremos que tanto te
dura.
Observó sus manos, y sostuvo una de sus muñecas con tanta fuerza que casi le
destroza los huesos. El beta había escuchado rumores, pero ahora siendo un
testigo de ello, no podía creer la fuerza sobrehumana que poseía el alfa. Ni
siquiera parecía estar ejerciendo demasiada fuerza, su rostro era tan calmado
como era posible pero él sentía que le estaba por arrancar la mano.
—Con éstas manos disparaste no solo una, sino dos flechas a mi bella flor... —
dijo con un tono de voz tan tétrico y sombrío, que creó pánico en el beta—.
Hay que castigarlas.
Lo soltó, y volteó a ver a uno de los guardias que estaban fuera de la celda.
—¿Podrías traerme clavos, un martillo y un cuchillo? —pidió amable.
—En seguida, alteza —respondió el alfa con armadura, y se apresuró a buscar
lo pedido.
Jungkook volteó a ver al beta una vez más, y su ceño se arrugó al recordar el
miedo que ese hombre le causó a su amado esposo, y la sangre le hirvió una
vez más. Se agachó de nuevo hasta quedar a su altura, y le sonrió como si
nada.
—Voy a arrancarte la piel de las manos y brazos, y voy a clavar tantos clavos en
tus dedos y mano como sean posibles, a una velocidad insufrible —informó
como si le estuviera explicando las reglas de un juego—. Luego de eso, voy a
quemarte la piel con hierro rojo de lo caliente que estará, para que tu piel no
se infecte y los brazos se te pudran, porque luego voy a seguir maltratando tus
músculos y huesos, hasta que tus brazos ya no sirvan y entonces, voy a seguir
con tus piernas pero para ellas tengo otros planes...
El pánico en los ojos del beta y el color abandonando su piel evidenciaban lo
aterrado que estaba al imaginarse los escenarios en los que el alfa lo torturaba
de esa forma.
—Y no solo eso —dijo como si agregara algo super importante—. Pasarás frío y
hambre. Frío hasta que te vuelvas azul, luego voy a abrigarte para que no
mueras de hipotermia, y si te enfermas voy a curarte porque no vas a morir
mientras estés aquí —le sonrió landino, burlón—. Hambre, hasta que te
desmayes, y luego voy a alimentarte bien para que no mueras y cuando te
encuentres de nuevo estable voy a hacerte pasar hambre nuevamente, mis
hombres van a almorzar y cenar frente a ti, y vas a sufrir no solo física sino
psicológicamente...
Se acercó hasta quedar a pocos centímetros de su rostro, haciendo que no
pudiera apartar la mirada de la suya, para que pudiera ver el infierno que le
esperaba a través de sus ojos.
—No voy a matarte, voy a hacer que desees estar muerto —terminó de aclarar,
y luego levantó su dedo índice—. A menos que respondas a todas mis
preguntas, y entonces voy a darte una muerte rápida ¿No es un trato justo?
El beta comenzó a sudar y a temblar, hiperventilaba y el miedo hacía que le
doliera el pecho. Estaba más que aterrado, no podía encontrar una palabra
para describir lo que estaba sintiendo en ese momento.
por greenGoGo
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung se encontraba en la biblioteca, tomando té blanco junto con Lucy;
Gahyeon, Siyeon, Yubin y Minji. Con ésta última se habían hecho muy amigos
los últimos días, y el omega no quería dejarla fuera de las tardes de té y
charlas que tienen algunas veces.
Obviamente con ellas habían al menos cuatro guardias dentro de la biblioteca,
otros cuatro fuera, y dos en las ventanas de dicho lugar.
Mientras tanto, Jungkook se encontraba en su despacho. Estaba escribiendo
cartas a todos los reinos existentes, y éstas tenían una finalidad que iba a
adelantar las cosas y ayudar en la investigación acerca de las personas que
enviaron a ese beta a asesinar a su esposo.
Éste la noche anterior se negó a decir algo a pesar de las largas horas en las
que cumplió con su palabra y ahora no tenía movilidad en sus manos y brazos,
y seguramente el dolor que estaba sintiendo era tan insoportable como
escuchar a su madre hablar mal de su esposo.
Esa noche iba a castigar a sus piernas, tal y como lo prometió. Porque
Jungkook es un hombre de palabra, y todo lo que dice se hace, se cumple.
Debía de averiguar quiénes estaban detrás de todo, para poder tomar cartas
sobre el asunto.
Iba a enviar una carta a cada reino con el mismo mensaje:
"Intentaron asesinar a mi esposo.
Debemos hablar. Los espero en mi castillo en cuánto puedan.
Atte: Jeon Jungkook"
Corto y preciso. Sin dar mayores detalles, sin culpar o pedir información. Cada
uno iba a reaccionar o responder de una forma u otra y entonces, sabría
quienes pueden tener algo que ver y quien no.
Él solo debía de alzar la mano y esperar a ver reacciones.
Aunque para esa noche puede que logre hacer que el hombre hable, solo tiene
que jugar con su mente y maltratar su cuerpo. De una u otra forma iba a
hacerlo hablar, lo juraba por su esposo.
—Aah, debería de enviarle algo de oro a Yoongi —dijo luego de escribir la
última carta—. ¿Cómo la estará pasando ahora que tiene una vida de
campesino comprometido? —preguntó divertido.
Tomó las cartas que iban destinadas a los otros reinos, y se levantó de su
escritorio para caminar fuera de la habitación. Al salir se encontró con su
madre, que al parecer iba directo a su despacho y al verlo le sonrió con sorna.
—Así que, ¿Intentaron asesinar al omega? —preguntó con diversión, sin una
pizca de empatía—. Bueno, era de esperarse que algo como esto iba a
molestar no solo a nosotros.
Jungkook no cambió su expresión en ningún momento, para nada
sorprendido por esa reacción de su parte ante la noticia, pero tampoco
encantado con sus palabras.
—Sí. Al parecer quieren comenzar una guerra que no tienen posibilidades de
ganar —respondió calmado como siempre—. Solo es cuestión de tiempo para
resolver todo esto y que podamos asumir al trono sin ningún tipo de
problemas.
La expresión de la mujer cambió en cuanto comentó lo de asumir el trono, y se
cruzó de brazos para mirarlo con dureza. Las marcas en su rostro debido a los
cortes ahora eran notables porque no estaba utilizando ningún tipo de
maquillaje, y al verlas Jungkook creyó que la mujer era masoquista porque
incluso luego de eso aún se atrevía a utilizar ese tono de menosprecio al
referirse a su esposo.
—Ya veremos si eso sucede, o si alguno de ellos consigue su cometido y te
quedas sin...Ese omega —dijo con desagrado las últimas palabras.
—Madre, ¿Acaso crees que voy a dejar que eso suceda? —preguntó sonriendo
landino—. A veces creo que no me conocen en lo más mínimo.
—Claro que te conozco, yo te parí y te crié —respondió rondando los ojos.
—Bueno, déjame contradecirte en eso último —dijo negando con la cabeza
levemente, sin dejar de sonreírle leve—. Me criaron las sirvientas. Tú solo te
encargabas de decirme que si no era el mejor en todo entonces jamás podría
ascender al trono —la miró de arriba a abajo, casi burlón—. Es tan gracioso
que desde los dieciséis el que se encarga de las cosas que deberían de
encargarse ustedes, sea yo ¿No crees?
—Digas lo que digas, sigo siento tu madre y la reina de éste castillo y reino —le
apuntó con el dedo índice—. Y mientras yo viva, no voy a aceptar que ese
omega se siente en mí trono.
—Madre, no deberías de decir ese tipo de cosas... —caminó hasta pasar por su
lado, y al hacerlo le dijo algo por lo bajo—. Sería una desgracia que me tome
demasiado literal tus palabras.
La mujer solo se quedó en su lugar apretando los puños ante la impotencia de
no atreverse a responder a eso.
—Oh, y una cosa más antes de no volver a verte la cara en algún tiempo —dijo
el alfa puro deteniéndose para voltear a verla a un par de metros.
La mujer se volteó también para mirarlo con recelo, y esperó a que hablara.
—No te preocupes, sé que ni tú ni mi padre están detrás de todo esto —dijo
como si quisiera tranquilizarla—. Ustedes estaban seguros de que otros reinos
harían lo que ustedes no se atreverían porque mientras me tengan cerca,
ninguno de ustedes se atrevería a llegar tan lejos.
La reina apretó los dientes y permaneció en silencio sin querer responder a
eso, porque tampoco había una respuesta que pudiera darle para negar algo
de lo que dijo.
Jungkook se volteó con la intensión de alejarse, pero la voz de su madre hizo
que se voltee al instante.
—Tus abuelos vendrán de visita una temporada —avisó—. Quieren conocer a
la persona con la que te casaste, desgraciadamente.
El alfa puro la miró con recelo, y a pesar de que quiso hacerle una docena de
preguntas acerca de eso, solo volvió a girarse para retomar su camino.
No importaba si esas personas venían, porque no iba a permitir que nadie
hiciera o dijera algo en contra de su esposo. Le importaba demasiado poco si
esas personas tenían un lazo sanguíneo con él, porque lazos sentimentales
jamás hubo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Ya estaba atardeciendo cuando Taehyung iba camino a su habitación luego de
bajar a la cocina para pedir un te de manzanilla. Su cabeza comenzaba a doler
y sabía que eso iba a ayudarlo a que se calmara un poco su malestar.
Al subir las escaleras, antes de doblar por uno de los pasillos por los que debía
de pasar para llegar a su habitación, escuchó una voz conocida. Y no le gustó
para nada lo que escuchó.
—¿Cuántas veces tengo que repetirlo para que tu estúpida cabeza lo
entienda? ¡Limpia eso por mí!
—P-Pero tú debes hacerlo...
La primera voz era definitivamente la de voz de la ex princesa del reino de
plata, y la otra no se le hacía conocida. Supuso que se trataba de alguien
nuevo, porque conocía a todos los empleados.
Se asomó un poco para que no notaran su presencia, y saber que estaba
sucediendo.
—Vas a hacerlo tú ¿Y sabes por qué? —la omega comenzó a golpear la frente
del pobre chico que parecía ser un omega, y que estaba encogido en su lugar,
asustado por la actitud de la contraria—. Porque eres nuevo aquí y si yo quiero
que hagas mis tareas, vas a hacerlas o voy a hacer que cada día de tu estadía
aquí un infierno ¿Entendiste?
El chico omega bajó la mirada y asintió solo porque quería que dejara de
hablarle de esa forma.
Taehyung al ver la escena no pudo evitar verse a si mismo en su lugar, y el
enfado se apoderó de él. No podía creer que incluso luego del castigo que
Jungkook le puso, no haya aprendido nada y siga aprovechándose de los más
vulnerables.
Esa chica no aprendía, y él no iba a permitir que continuara tratando a las
demás personas de esa manera.
Salió de su escondite y caminó a pasos firmes hacia ambos. Su mirada era
seria pero quería verse tranquilo y no alterarse. De Jungkook aprendió que
alterarse era señal de que las cosas no estaban en tu control, y él ahora tenía
el absoluto control.
Cuando los otros dos notaron su presencia, la omega se puso nerviosa pero
aún así se notaba que había un odio que no podía ocultarlo tan fácil. Mientras
tanto, el chico omega tenía otro tipo de nervios, y eran más que nada por
tener al esposo del príncipe Jeon por primera vez frente a él.
Taehyung miró de arriba a abajo a la chica, y luego fijó su mirada en el chico y
le sonrió amable.
—E-Es un placer, alteza —dijo el chico haciendo un reverencia de noventa
grados—. M-Mi nombre es Kyungmin, soy un nuevo sirviente del castillo.
—Es un placer conocerte Kyungmin.
El omega parecía tener su edad, pero su aura le daba una imágen mucho más
adorable y de bebé. Daban ganas de apretarle las mejillas.
—Puedes irte a descansar por hoy —le dijo al chico, y le fue imposible no llevar
su mano a su cabello castaño claro para acariciarlo con cariño—. Dile a Lucy
que yo te di permiso para ir a descansar, ¿Sí?
El chico lo miró sorprendido, y no supo que responderle y solo alcanzó a
asentir. Le agradeció y dio una rápida mirada a la otra omega antes de alejarse
del lugar, dejándolos solos.
Taehyung volteó a ver a la omega cuando ésta quiso alejarse también, pero él
no iba a dejarla irse así como si nada.
—Detente ahí —ordenó con un tono de voz firme pero aún calmado.
La omega volteó a verlo, pero no lo miró a los ojos. Taehyung se acercó a ella y
luego miró la taza de té que aún estaba en su mano derecha.
—Mi té ya se enfrió —soltó con pena—. Es una lástima, voy a tener que pedir
otro.
Tanto la taza como el pequeño plato, cayeron al suelo justo al lado de la
omega, manchando todo el suelo de té y pedazos de porcelana rotos.
—Oh, vaya —llevó una mano a sus labios, fingiendo sorpresa—. Se resbaló de
mis manos, que pena —se acercó a su rostro y la miró con seriedad—. Vas a
limpiarlo tú. Y si me vuelvo a enterar de que tratas mal a cualquier otra
persona ya sea un sirviente o guardia, me voy a encargar de hacérselo saber a
mi esposo y estoy seguro de que no tendrá la misma piedad que antes
contigo.
La omega se mordió la lengua para evitar responderle, e incluso evitó mirarlo.
Las palabras y amenazas del alfa puro seguían en su cabeza y lograban hacer
que su cuerpo temblara de miedo.
—¿Entendiste? —preguntó exigiendo una respuesta sin tener que levantar el
tono de su voz.
Ella tragó duro y apretó los dientes aún más.
Taehyung sonrió satisfecho, y continuó con su camino hacia su habitación con
la mirada en alto y pasos seguros, poderosos.
Al girar por el pasillo donde quedaba su habitación, se encontró de frente con
Jungkook que parecía estar esperando por él.
El alfa puro lo tomó de la cintura y le sonrió de una forma especial, que causó
escalofríos por todo el cuerpo del omega.
—Estoy tan orgulloso de ti, mi bella flor —dijo, y acercó sus labios a los
contrarios para dar varios besos sobre éstos.
—¿Eh? ¿M-Me escuchaste? —preguntó apenado.
—Lo vi y lo escuché todo —asintió—. Estuviste increíble, y si no fuera por ti, o si
se atrevía a responderte de mala forma, iba a darle un castigo diez veces peor
que éste.
—No puedo creer que siga siendo tan malvada incluso estando en la situación
en la que está —dijo soltando un suspiro cansado—. Ese pobre chico estaba
asustado...Me recordó a mí.
Jungkook beso su frente y lo atrajo a su cuerpo para abrazarlo con delicadeza.
—Nadie va a volver a tratarte de esa forma, y ahora tienes el poder para que
nadie más vuelva a hacerlo con los demás —acercó su nariz a su cuello,
disfrutando de su aroma—. Pronto serás mi rey, y no tendré que estar presente
para que pongas en su lugar a todo aquél que se pare frente a ti.
Taehyung se acurrucó más en su pecho y sonrió ante sus palabras.
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Besar a su precioso esposo era realmente adictivo. Era algo que simplemente
estaba fuera de su control, era difícil detenerse una vez que volvía a probar la
dulzura de sus belfos sobre los suyos. Una tarea casi imposible el detenerse
cuando el omega se atrevía a morder sus labios de esa forma tan seductora.
—J-Jungkook —llamó con algo de dificultad para tomar aire. O más bien,
intentar buscarlo cuando el alfa parecía querer crear nuevos lugares de su
boca para besar porque ya los había recorrido todos los que ya estaban—.
Kook, n-necesito respirar... —se quejó apretando sus mejillas sin mucha
fuerza.
El alfa se detuvo, separó no sin antes dejar un rápido y último beso sobre sus
labios hinchados y rojizos. Se separó lo suficiente como para admirar todo su
rostro y expresión, y sabía que iba a tener un problema importante en su
entrepierna en cuanto lo vio.
Taehyung era un bonito desastre en ese momento; sus labios, su rostro
sonrosado, su mirada algo cristalina debido a la excitación del beso y su
respiración agitada. Era como cuando hacían el amor y eso solo lograba
excitarlo aún más.
—Lo siento, amor —se disculpó por su queja anterior—. Simplemente no pude
controlarme luego de todas esas palabras hermosas que me has dicho, y
sabes que besarte es mi acción favorita en todo el mundo.
—D-Deja de decir ese tipo de cosas, es demasiado —pidió escondiendo su
pena en el pecho ajeno—. Yo no soy tan bueno con las palabras como tú... —
lamentó con un adorable puchero en sus labios.
Jungkook río leve y negó con la cabeza dos veces.
—No necesitas decir demasiado, solo tienes que seguir demostrándome tu
amor como lo has hecho hasta ahora, ¿Si?
El omega asintió.
—Mmn...¿Con qué otra parte de tu cuerpo debería seguir? —preguntó
recordando lo que estaba haciendo antes de perderse en los labios impropios.
Taehyung pareció recordar algo, y levantó la mirada para verlo con
preocupación en sus ojos.
—¿No estabas ocupado? Parecías tener mucho trabajo...
—Sentí un malestar que me decía que me necesitabas o que me extrañabas, y
dejé todo de lado para venir a ver que todo estaba bien —respondió sin querer
preocuparlo de más—. No te preocupes, amor. No es demasiado importante,
puedo encargarme luego.
—No quiero que dejes de lado tus responsabilidades por cosas sin sentido
como mis sentimientos bobos —dijo sintiéndose culpable de que el mayor
haya dejado el trabajo de lado porque él se sentía decaído—. Yo solo...t-te
extrañaba, y quería verte a pesar de haberlo hecho hace poco...Suena tonto, lo
sé.
Bajó la mirada apenado, creyendo que el alfa iba a pensar que era molesto.
Pero contrario a sus temores, el alfa al escucharlo solo sonrió más en grande y
lo soltó para cruzarse de brazos.
—A ver, amor mío ¿Cómo no quieres que deje todo de lado por ti si dices ese
tipo de cosas? —preguntó en una queja más que falsa—. Es imposible, eres
demasiado perfecto.
—Sabes lo que quiero decir... —dijo aún sin mirarlo.
—Siempre puedes venir a mi despacho y ayudarme con mi trabajo, amor —
dijo tomando por sorpresa al omega.
—¿Eh? —fue todo lo que pudo formular.
Jungkook tomó su mano nuevamente y le sonrió.
—Siempre que me extrañes y yo esté ahí encerrado haciendo mi trabajo,
puedes venir solo a hacerme compañía o por el contrario, ayudarme con eso
—dejó un beso en el dorso de su mano—. Puedo enseñarte, si es lo que
quieres. Sé que te gusta aprender muchas cosas, y yo puedo enseñarte todas
ellas.
Taehyung se quedó unos segundos en silencio, solo observándolo como si
quisiera buscar alguna señal de que estaba bromeando, pero no la encontró.
—¿E-En serio me enseñarías sobre esas cosas? —preguntó con ilusión en sus
preciosos orbes grises—. Eso es economía, y seguramente otros temas que los
omegas no manejan porque es cosa...es cosa de alfas —dijo con pesar.
—No importa si los demás no lo manejan —llevó su otra mano a su barbilla
para sostenerla y acariciar ésta con el pulgar—. Mi omega será el primero,
entonces. Si eso es lo que deseas, vas a tenerlo —ladeó un poco la cabeza para
admirarlo mejor—. Te lo dije desde el primer día; todo lo que quieras lo
tendrás. Y eso aplica a absolutamente todo.
Taehyung volvió a sentir esa felicidad que solo sentía desde que se casó con
él, y sus ojos se humedecieron en señal de que iba a llorar.
—¿Quieres hacerlo, mi amor? —preguntó el mayor limpiando las lágrimas que
caían por sus mejillas, las cuales sabía que eran de felicidad—. ¿Eso te haría
feliz?
El peligris asintió varias veces, y se dejó mimar por los besos del mayor en sus
párpados y pómulos. Llevó sus manos al cuello contrario y suspiró hondo.
—Me haría muy feliz. Gracias, Kook.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Mientras caminaban hasta el despacho del alfa, Taehyung no pudo evitar
notar a las personas que llevaban muebles hacia la zona en donde se
encontraba la habitación de los reyes. Aquello le dio mucha curiosidad y
decidió preguntar acerca de eso.
—Kook —llamó apretando levemente su mano sin dejar de caminar.
—¿Sí, amor? —preguntó el otro volteando a verlo.
—¿A dónde llevan esos muebles?
—A una de las habitaciones cerca de la de mis padres que antes estaba llena
de basura —respondió sonando algo disgustado—. Están preparando la
habitación en donde mis abuelos van a quedarse.
Taehyung se detuvo de inmediato haciendo que el otro también lo hiciera, y lo
miró con ojos muy abiertos y una expresión de incredulidad muy clara.
—¿Tus...Tus abuelos? —preguntó sin poder creerlo—. ¿Por qué no...? ¿Ellos
son los que Lucy dijo que vendrían durante un tiempo?
—¿Lucy te dijo que alguien venía?
—Si, hace varios días —respondió soltando el aire que comenzaba a retener—.
Iba a preguntarte acerca de eso, pero lo olvidé...de nuevo —se llevó una mano
a la frente—. ¿Por qué no me lo dijiste?
Jungkook lo miró en silencio durante unos segundos, como si estuviera
pensando qué palabras usar para responderle. Finalmente suspiró y se
disculpó brevemente besando su mejilla.
—Porque no quiero que te prepares para conocerlos —dijo con un tono serio
que no perdía su delicadeza al hablarle—. Estoy seguro de que mis padres los
llamaron para que te conozcan, pero ellos son iguales a mis padres y en
cuanto sepan que no vienes de la realeza o nobleza van a comenzar a decir
cosas que pueden hacerte sentir mal... —sus ojos se oscurecieron en ese
momento—. Puede llegar a ser peores que mis padres con las palabras, y si
llegan a dañarte de cualquier forma o a hacerte llorar, seguramente me
importe absolutamente nada que sean de mi sangre...Voy a matarlos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jeon Jinsoul, beta mujer y Jeon Hansol alfa hombre, ingresaron por la entrada
principal siendo recibidos por una orquesta de trompetas que crearon un
camino para recibirlos. Al final del camino se encontraban los reyes.
La anciana de unos sesenta años tenía el cabello hasta la mitad de la espalda,
del color blanco de la vejez, y vestía un vestido de color borgoña con mangas
largas y que cubría por completo su pecho. A su lado y con los brazos
enlazados, el anciano alfa de cabello muy corto y del mismo color que la mujer
a su lado, y vestía un traje de color azul oscuro.
La pareja de adultos mayores se detuvo frente a los actuales reyes, que se
inclinaron ante ellos a modo de saludo.
—Bienvenidos, padre, madre —dijo la alfa de cabello corto y traje color caqui
con detalles blancos—. Estábamos esperándolos con ansias.
El anciano miró al otro alfa con una ceja alzada.
—Byeongkwan, te ves terrible ¿Que tanto avanzó tu enfermedad? —preguntó
como si estuviera decepcionado—. A penas puedes mantenerte de pie, que
vergonzoso.
El alfa no dijo nada, porque no podía hablar y tampoco tenía algo que
responder a eso. La anciana recorrió el lugar con la mirada y soltó un quejido
de ofensa al darse cuenta de que faltaba alguien.
—¿Dónde está mi nieto? Debería de estar aquí para recibirnos junto con su
esposo para que podamos conocerlo —se quejó—. Pero ya me va a escuchar,
que no piense que puede seguir haciendo lo que se le de la gana como antes.
—Disculpen mi retraso.
Jungkook habló alzando la voz lo suficiente como para que pudieran
escucharlo desde las escaleras por donde bajaba, solo. Bajaba los escalones
sin prisa, con una expresión calmada y transmitiendo esa aura de seguridad y
madurez que lo hacía ver poderoso. Su traje azabache igual que su cabello con
esos detalles plateados le daban una imagen completamente imponente,
elegante.
—Bienvenidos una vez más al castillo, abuelo, abuela —saludó desde los pies
de la escalera, sin acercarse a ellos—. Fue una sorpresa la noticia de su visita,
¿Hace cuantos años que no nos vemos? ¿Cuatro?
—¿Por qué te quedas ahí parado? Acércate a recibirnos como se debe —
regañó el anciano.
—¿Dónde está el omega qué elegiste para casarte? —preguntó la beta de mala
manera, como si le molestara tener que preguntar aquello—. ¿Por qué no
elegiste una mujer alfa? O una beta, cualquiera de esas había sido mejor
opción que un omega. Esto solo va a debilitar la genética de los Jeon.
Jungkook, a pesar de molestarse por sus palabras y el tono con el que estaba
refiriéndose a su esposo, se mantuvo tranquilo y con el rostro impasible.
Levantó la mirada hasta el final de las escaleras cuando escuchó los pasos de
los tacones de su omega acercarse, y sonrió a labios cerrados cuando su figura
se dejó ver frente a todos los presentes.
Taehyung apareció llamando la atención por completo. Comenzó a bajar las
escaleras con tranquilidad y elegancia, sosteniendo su falda y alzándola un
poco para no pisarla al bajar cada escalón, haciéndolo perfectamente a pesar
de que su mirada estaba en alto y fija en la pareja de ancianos que lo
analizaban con la mirada como si quisieran encontrar algo malo en él. Cuando
llegó a los últimos escalones, tomó la mano de su esposo cuando éste dela
ofreció, y le sonrió leve en agradecimiento.
Enlazando sus manos, se acercaron finalmente hasta quedar a un metro de la
pareja de ancianos que no dijeron absolutamente nada hasta el momento.
—Bienvenidos. Es un placer conocerlos —habló el omega con seguridad al
pronunciar cada palabra, sin hacer una reverencia—. Mi nombre es Kim
Taehyung de Jeon. Por favor, no lo olviden —dijo sonriendoles leve.
Ambos ancianos no se veían muy felices luego de escucharlo presentarse
frente a ellos de esa forma, como si fuera más importante que ellos, los
antiguos reyes del reino en donde se encontraban. Por su lado, los reyes
actuales miraban al omega y a su hijo con recelo pero también con algo de
diversión porque creían saber cómo acabaría ese día para el omega.
—Al menos eres atractivo y mis bisnietos no serán feos —comentó la beta
restandole importancia a su persona.
—El almuerzo debe de estar listo —comentó Jungkook poniendo todo su
autocontrol para evitar ese comentario mal intencionado—. Vayamos al
comedor para charlar más cómodos.
Ninguno se negó a aquello, y los primeros en caminar hacia el comedor fue la
pareja más joven, de la mano e ignorando a los demás al caminar frente a ellos
como si fueran los dos pares los que debieran de seguirlos a ellos. Cosas como
esa molestaban de sobremanera a los reyes antiguos y a los actuales, que por
el momento no comentaron nada.
Al llegar a la mesa larga con mucha comida sobre ella, el alfa puro movió el
asiento de su esposo y lo ayudó a sentarse como siempre hacía cada vez que
se sentaban a cenar o almorzar. El omega se lo agradeció con un pequeño
beso en una de sus mejillas y una sonrisa sincera.
El alfa le devolvió el último gesto y se sentó a su lado asegurándose de que su
omega no quedara al lado de ninguno de sus familiares. Era la primera vez que
se sentaban en esa mesa con sus padres, y ahora también debía de ser con sus
abuelos, que se sentaron en los asientos de en frente.
La mirada del matrimonio mayor estaba sobre el omega, que estaba
acomodando una servilleta sobre su regazo como si nada le afectara, como si
su presencia no fuera la gran cosa y eso los molestaba. Por esa misma razón
no tardaron en comenzar con las preguntas hacia su persona.
—¿De qué familia real vienes? ¿Qué reino? —preguntó el anciano con interés.
Taehyung levantó la mirada para conectarla con la suya, y le sonrió leve antes
de responder.
—De ninguna. No soy de la realeza, y vengo del reino de oro —respondió
simple.
—¿No eres un príncipe? —preguntó la mujer mayor con disgusto, luego miró a
su nieto con reproche—. ¿Además de un omega, elegiste un noble?
Sin embargo Jungkook no respondió, simplemente comenzó a comer sin
mirar a ninguno de los mayores. Por su parte, Taehyung comenzó a hacer lo
mismo pero él no iba a ignorarlos.
—Déjeme corregirla; no soy ni de la realeza, ni de la nobleza —llevó un mechón
de su cabello detrás de su oreja, manteniendole la mirada—. Soy hijo de una
sirvienta del castillo de oro, y el puesto más alto que tuve en el lugar fue como
dama de compañía del príncipe Park.
Ver cómo sus expresiones cambiar de una inconforme a una totalmente
espantada fue algo que no lo ofendió, sino que le causó gracia y no solo a él.
Jungkook estaba reteniendo una risa al verlos, y continuó comiendo al igual
que su esposo.
—No puedes estar hablando en serio... —dijo la anciana sin poder creerlo.
—¡Jeon Jungkook! —llamó el abuelo del nombrado volteando a ver al alfa
puro con total molestia—. ¿¡En qué demonios estabas pensando al poner un
anillo en la mano de éste omega cualquiera!?
—Hijo de sirvientes...Un omega hijo de sirvientes —repitió la anciana sin poder
asimilarlo—. Esto es inaceptable, es impensable, es una locura...
El azabache calló una vez más. Y cuánto le estaba costando hacerlo.
—Eso es muy ofensivo hacia mi persona —dijo Taehyung llevando una mano a
su pecho, y su expresión era falsamente ofendida—. Deberían de disculparse,
eso no fue muy amable de su parte y yo en ningún momento les he faltado el
respeto —habló con calma.
Tanto los antiguos como los actuales reyes lo miraron estupefactos. Como si
el omega hubiera dicho la peor locura del mundo y su enfado aumentó.
—¿¡Quién demonios te crees que eres, omega de cuarta!? —preguntó el
anciano totalmente enfadado, e incluso se puso de pie y golpeó la mesa con
ambas manos al apoyar su peso en estás—. ¡¿Quién te crees que eres?!
Jungkook no soportó aquello y copió su acción pero con mucha más fuerza,
mirando a su abuelo con una mirada oscura a pesar de que sus orbes se
tiñeron de un azul intenso.
—No te atrevas a volver a gritarle de esa manera —amenazó con su voz de
mando.
Todos en la mesa bajaron sus miradas sin poder resistirse a dicha voz.
—Kook —llamó el omega llevando una de sus manos a la contraria para darle
un leve apretón y conseguir que lo mirara—. Cálmate. No te alteres, está
bien...
El alfa puro volteó a verlo en cuanto llamó a su nombre, y sus ojos volvieron a
la normalidad. Soltó un suspiro leve y se disculpó volviendo a tomar asiento,
pero no soltó su mano y se dedicó a acariciarla con su pulgar por debajo de la
mesa.
Por su parte, antes de que alguno de los demás dijera algo, Taehyung volvió a
mirarlos y respondió primero.
—Señor y señora Jeon, soy una persona que fue criado con buenos modales y
principios, y por eso no voy a responderles igual que ustedes —habló con un
tono calmado, casi despreocupado—. Son personas mayores y no me gustaría
tener que faltarles el respeto —tomó su copa con jugo de naranja y antes de
beber un sorbo agregó algo más—: el que viene de abajo soy yo, pero parece
que los modales no llegan tan arriba. Ese vocabulario es algo vulgar.
—Mide tus palabras —advirtió la madre de Jungkook, apretando los puños
ante sus palabras y su actitud que los ponía de los nervios—. No eres quién
para hablarle de esa forma a alguien que está por encima de ti en todos los
sentidos.
—Exactamente, omega —dijo el anciano, utilizando un tono despectivo al
nombrar su raza—. Estás olvidando de donde vienes, y quienes somos
nosotros.
—No tienes ni la menor idea de en donde estás parado —terminó de agregar la
mujer mayor, mirando con total desprecio al omega frente a ella.
Taehyung sonrió landino, casi burlón, y dejó la copa en su lugar antes de
volver a mirarlos a los cuatro uno por uno.
—A mi me parece que los que no saben donde están parados y no se dan
cuenta de las cosas son ustedes —apoyó el codo sobre la mesa y su barbilla
sobre su mano para mirarlos con más atención—. Les pedí que no olvidaran
mi nombre; Kim Taehyung de Jeon, abreviado, Jeon Taehyung —llevó su
mano libre al rostro del alfa a su lado, y volteó a verlo por un momento
mientras acariciaba su barbilla con cariño, mientras éste solo se dejaba hacer
y lo miraba con ojos brillantes—. Estoy casado con el heredero que pronto
gobernará este reino y será el dueño y fuerza mayor de todo y todos. Eso, me
convierte a mí en su igual.
Apartó su mano de su alfa y volvió a mirar a ambos ancianos. Su expresión
siendo ahora de superioridad y seguridad.
—Ustedes olvidan que su era de gobernar y poder terminó hace mucho
tiempo, y ahora mismo tengo más poder que el que ustedes poseen —volteó
su vista hasta los reyes actuales—. Y ustedes aún no asimilan la idea de que en
cuanto el rey muera, Jungkook y yo asumiremos en trono y usted... —miró
directamente a la alfa—. Tendrá la misma importancia que los antiguos reyes;
ninguna.
—Como te atreves-
—Y olvidan una cosa más —habló interrumpiendo al alfa mayor—. Que de
donde venga, mi raza o mi antiguo estatus ya es cosa del pasado. Ahora y en
poco tiempo, nada de eso importará o será un impedimento para que
gobierne junto a mi esposo.
Volvió a enderezarse en su asiento y a tomar los cubiertos. Les sonrió como si
nada.
—Dicho y aclarado todo esto, tengamos un almuerzo tranquilo ¿De acuerdo?
—preguntó casi amigable—. Los cocineros se esforzaron en preparar esta
deliciosa comida y sería un desperdicio dejar que se enfríe y no terminarla.
Ninguno de los presentes pudo decir algo más para contradecir sus palabras,
no se les ocurría que decir para negar sus palabras porque para su desgracia lo
que decía era verdad, y porque si se atrevían a decir algo peor o a intentar
levantarle la mano, Jungkook no iba a tenerles compasión.
Con ira en sus pechos, odio en sus miradas y puños apretados de la
impotencia, simplemente continuaron con su almuerzo.
Por su parte, Jungkook llevó una de sus manos a la espalda baja de su omega
cuando se acercó a él para besar su mejilla y susurrar en su oído:
—Lo hiciste perfecto, mi amor. Estoy orgulloso y gratamente sorprendido —
felicitó por haber conseguido cerrarles la boca.
La respuesta del omega fue apretar su rodilla y sonreírle leve. Su mano
temblaba y su corazón iba rápido, había logrado mantener la calma y
compostura pero aún así no podía evitar sentirse nervioso y algo abrumado
por el momento y las palabras que tuvo que escuchar.
Se concentró en lo más importante; logró hacerse respetar y no permitió que
esas personas lo denigraran o que su esposo tuviera que defenderlo. Las
chicas iban a estar feliz cuando se enteraran.
Se permitió estar orgulloso de si mismo, y agradeció inmensamente a su
esposo, porque él fue su modelo a seguir y su fortaleza para ganar valentía.
Esperaba mejorar y volverse mucho más fuerte con el tiempo.
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Una vez que llegaron a su habitación, Taehyung se permitió soltar toda la
tensión y los nervios que no pudo antes, y se dejó caer en el sofá del lugar sin
energías para nada más. El alfa lo siguió y se sentó a su lado para comenzar a
acariciar su espalda al descubierto, sabiendo que iba a necesitar de él más que
otras veces.
—Santa luna. No pensé que fueran incluso peor que tus padres —dijo con
pesar—. Y van a vivir aquí, ¿Voy a tener que verlos todos los días? —preguntó
totalmente aterrado con la idea.
Jungkook lo atrajo hacia él para que apoyara su cabeza sobre su hombro, y su
mano se movió hasta su brazo, el cuál comenzó a acariciar. Ambos disfrutaron
de los aromas contrarios, e intentaron calmarse con éstos.
—Sus habitaciones están cerca de la de mis padres, y no creo que se atrevan a
querer cruzarse contigo. Casi no vas a verlos, te lo aseguro —tranquilizó.
Taehyung levantó la mirada para buscar la suya, y al encontrarla pudo
calmarse bastante, porque podía notar la seguridad en sus ojos.
—Si tú lo dices, entonces te creo —respondió sincero, con un precioso sonrojo
en sus mejillas—. ¿C-Crees que estuve bien? ¿Dije algo demasiado exagerado o
extremista?
El alfa puro sonrió y negó. Llevó ambas manos a sus mejillas, y se acercó para
besarlo con dulzura.
—Estuviste más que maravilloso, estuviste perfecto y estoy muy, muy
orgulloso de ti —beso varias veces sus labios, antes de seguir con sus mejillas,
barbilla, pómulos y frente, causando que el omega comenzara a reír
totalmente encantado y feliz de que estuviera orgulloso de él—. Todo lo que
dijiste es la pura verdad, y es por eso que ellos solo pudieron quedarse
callados al final ¿Cómo es que tenías las palabras exactas para responder a
cada una de sus estupideces?
—Solo hice lo que siempre me pides que haga —respondió algo cohido—. Me
puse en el papel de alguien que va a asumir el trono a tu lado. Aunque, en
realidad... —apartó la mirada al no poder mirarlo mientras respondía—. Tú
fuiste mi modelo a seguir...Yo admiro mucho la forma en la que afrontas a las
personas, sin perder la calma y con respuestas que te dejan siempre con la
última palabra —se escondió en su cuello cuando la mirada del otro sobre él
fue demasiado intensa—. Solo pensé en que clase de respuestas darías tú en
mi lugar.
El alfa lo estrechó más firme contra él, y cerró los ojos intentando no colapsar
por lo maravilloso y extremadamente hermoso que era su esposo. Quería
tanto comérselo a besos, lanzarlo a la cama, desnudarlo y hacerle tantos
cachorros que-
El sonido de la puerta siendo tocada los sacó a ambos de su burbuja, y con
mucho pesar, Jungkook soltó a su omega para ponerse de pie y abrir la
puerta.
—¿Qué sucede? —preguntó con seriedad al ver que se trataba de uno de los
guardias que vigilaban al prisionero.
—Alteza, él dijo que hablaría —respondió el alfa con armadura.
Jungkook se sorprendió, pero aún así sonrió landino.
—Voy en unos minutos —avisó.
El guardia hizo una reverencia antes de alejarse nuevamente. Jungkook cerró
la puerta y regresó donde su esposo porque quería informarle acerca de eso a
él también. Taehyung supo que algo extraño sucedía, aunque no alcanzó a
escuchar lo que el guardia había dicho, pero por la expresión del alfa supo que
no era algo malo.
—Amor... —se sentó nuevamente a su lado, y tomó sus manos para besar
ambas tal y como era costumbre hacerlo—. Acaban de avisarme que el
prisionero aceptó hablar y decir quién lo envió a asesinarte.
Aquello hizo que un escalofrío le recorriera la espalda al omega, que por unos
segundos no supo que responder a eso o si debía de hacerlo. El alfa a notar su
reacción, quiso ayudarlo a decidir que hacer a continuación.
—¿Quieres acompañarme o prefieres quedarte aquí y que luego te cuente lo
que haré con la información que me de? —preguntó sin sonar como si lo
estuviera presionando a responder, solo quería hacerle saber que podía
también elegir ser parte de esto.
Taehyung se lo pensó durante unos largos segundos, hasta que finalmente
respiró hondo y asintió. No quería tener que ver a la persona que intentó
asesinarlo, por esa razón y porque podía deducir que el hombre estaría en un
estado totalmente horrible luego de todas las cosas que Jungkook
seguramente le habría hecho. Pero quería enfrentar esto, porque quería
hacerse más fuerte mentalmente si quería aprender a gobernar con la cabeza
fría ante los problemas al igual que su esposo.
—Iré —respondió finalmente.
—¿Estás seguro? —preguntó algo dudoso—. No voy a mentirte, amor. El
hombre está muy mal, le he hecho cosas espantosas y su cuerpo y rostro están
en tan mal estado que seguramente sea mucho para ti.
—Cosas como ésta son normales en la realeza, eso lo sé —dijo mirándolo
directo a los ojos para que supiera que a pesar de tener dudas, quería
hacerlo—. Si quiero acompañarte en todos los problemas y ayudarte lo más
posible cuando seas rey, entonces tengo que comenzar a acostumbrarme a
estas cosas.
—Sabes que podemos omitir esta parte, ya que sé que vas a apoyarme y
ayudarme en todo lo demás —dijo sin poder evitar sentir una calidez única en
su pecho al escucharlo decir que quiere esforzarse en algo para ser digno de
gobernar a su lado—. Puedo imaginarnos a ambos siendo los mejores reyes
que este reino hayan tenido alguna vez, porque eres simplemente maravilloso
y tan inteligente como yo.
Taehyung soltó un leve jadeo cuando su lobo se emocionó mucho al
escucharlo, y él también estuvo a punto de tener un ataque al corazón cuando
sus palabras llegaron a lo más profundo de éste, y pudo imaginar ese futuro
no tan lejano de ambos como reyes, pero sobre todo como una pareja que
más que un amor inmenso entre amor, podían llegar a ser los mejores
compañeros.
—Quiero hacerlo —respondió una vez más cuando se recuperó de su pequeño
ataque de sentimientos—. Vamos, juntos.
Jungkook vio un brillo especial en su mirada, y sintió que no debía de jamás
negarle absolutamente nada si se veía así de decidido. Se acercó para besarlo
una vez más antes de responderle finalmente.
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Bajaron las escaleras tomados de la mano, porque el alfa no quería que
pudiera correr el riesgo de tropezar con la falda de su vestido.
A medida que avanzaban, Taehyung observaba todo el lugar por primera vez.
Se dio cuenta de que no habían demasiadas celdas, y que al parecer todas
estaban vacías exceptuando la que estaba ahora ocupada por el beta que
intentó asesinarlo. Era bastante oscuro y no había ventana alguna, el olor a
humedad era palpable y con cada paso dado sus tacones provocaban un eco
en todo el lugar.
Cuando estuvieron frente a la celda correspondiente, Taehyung arrugó la nariz
cuando un olor extraño y desagradable llegó a su nariz. Al notar aquello,
Jungkook sacó un pañuelo de seda que tenía en uno de los bolsillos internos
de su saco que estaba impregnado de su aroma y se lo entregó.
El omega no lo rechazó, porque ese olor en serio que era desagradable. No
quería saber que era.
—Por favor, abran la celda —pidió el alfa puro a uno de los guardias.
Éste obedeció en seguida, y cuando la reja fue abierta el omega alzó la vista, y
lo que vio casi hace que quisiera vomitar; un hombre estaba tirado en el suelo
con sus manos encadenadas, sus ropas parecían estar mojadas y muy sucias,
rotas por todos lados, sus manos no parecían serlo de lo heridas que estaban,
estaban moradas y quemadas hasta que su piel se deformó; sus piernas
estaban completamente vendadas y no quería saber como estaban debajo de
éstas; podía notar que su pecho estaba por completo lleno de cortes y
quemaduras, y su rostro estaba totalmente golpeado y con sangre que aún no
se secaba caía por su cabello.
Fue tan fuerte la imagen que Taehyung cerró los ojos con fuerza por un
momento y se acercó a su alfa como si buscara protección de algo,
manteniendo el pañuelo contra su nariz en todo momento. Jungkook dio un
suave apretón a su mano antes de comenzar a hablarle al hombre que estaba
en un estado lamentable.
—Así que decidiste hablar —habló llamando la atención del beta, que se había
mantenido echado con los ojos cerrados porque le dolía incluso abrir los
ojos—. Eso me pone de buen humor.
El beta tosió cuando intentó hablar por primera vez, más no se levantó porque
no tenía energías o fuerzas para hacerlo.
—H-Hablaré...Pero con una condición —dijo el levantando un poco la mirada
para poder mirar al alfa, pero al notar la presencia del omega se quedó en
silencio y muy sorprendido.
—¿Condición? —preguntó Jungkook con gracia—. ¿Qué te hace pensar que
vamos a cumplir con esa condición? Es obvio que estás en tu límite, y no estás
en posición de poner ninguna condición.
—S-Se lo suplico...L-Le diré todo, pero solo acepte mi condición...Y
condición...Y máteme de una vez —suplicó.
El alfa puro lo observó durante unos segundos, y luego algo llegó a su mente.
—¿Sabes que haremos? Vas a pedirle eso a mi esposo, y él decidirá si cumplir
con tu condición o no —dijo, haciendo que el omega levantara la mirada
sorprendido y totalmente nervioso—. Así que vas a mirarlo a los ojos, y a
suplicarle.
—A-Alteza Taehyung —llamó el beta desde su lugar, abriendo los ojos por
completo, totalmente rendido.
El omega volteó a verlo y le fue extremadamente difícil mantenerle la mirada
porque su aspecto era demasiado para él, y porque se trataba de la persona
que quiso asesinarlo.
—S-Se lo suplico...Estoy pagando por haber i-intentado asesinarlo —dijo, y
luego tosió de nuevo—. Y-Ya no soporto...Solo quiero pedir algo antes de m-
morir...Por favor...
Taehyung no supo que responder en ese momento. Volteó a ver a su esposo
en busca de algo de ayuda, pero el alfa solo asintió diciéndole con eso que era
decisión suya el aceptar o no. Entonces volvió a mirar al hombre y,
compadecido por su estado, alejó el pañuelo de su rostro para responder.
—Di tu condición —ordenó, y volvió a cubrir su nariz con el pañuelo.
—Mi familia... —dijo con todas las fuerzas que poseía para conseguir hablar
claro—. S-Si hacen algo en contra del reino...que me contrató, v-van a
asesinarlos porque sabrán que hablé... —explicó, y comenzó a llorar—. P-Por
favor, no dejen que les hagan daño...P-Por favor.
El corazón del omega se oprimió en ese momento, y se sintió terriblemente
mal. A su cabeza llegó la imagen de una esposa e hijos esperando por su padre
en algún lugar, y al saber que seguirían esperando, su corazón se rompió un
poco, no pudo evitarlo.
Tardó algunos minutos, pero finalmente respondió.
—Acepto tu condición —dijo volviendo a alejar el pañuelo de su rostro, firme
para que se diera cuenta de que hablaba en serio—. Responde a todas las
preguntas que mi esposo te haga, y te doy mi palabra de que tu familia estará
a salvo de cualquier persona que quiera lastimarlos.
El hombre sorbió por la nariz y cerró los ojos una vez más cuando una calma
enorme llegó a él.
—G-Gracias...Muchas gracias...
—Necesito que nos des información de tu familia y dónde encontrarlos —dijo
el omega, y volteó a ver a uno de los guardias—. ¿Podrías traerme papel y
pluma, por favor?
—En seguida, alteza —respondió el guardia, y se apresuró a ir en busca de lo
pedido.
—Deberías de agradecerle incluso luego de la muerte a mi esposo —comentó
el alfa puro hacia el beta—. Porque ahora tu pedido va a cumplirse, y si
hubiera sido por mí, no sería de esa forma.
El hombre en el suelo no respondió a eso.
—Ahora... —Jungkook soltó la mano de su esposo luego de darle un beso en el
dorso de ésta, y se acercó al hombre para colocarse de cuchillas frente a él—.
¿Quién te envió y por qué?
El beta tragó antes de responder.
—Los reyes del reino de plata —respondió con algo de dificultad—. E-Ellos me
pagaron para hacerlo...D-Dijeron que usted dejó en vergüenza a su familia y
que...F-Fue por un simple omega que viene de abajo...
Taehyung, que se quedó fuera de la celda con el pañuelo en su rostro, no pudo
evitar sentirse algo culpable. Y por su lado, Jungkook ya estaba pensando en
cien formas distintas de acabar con todo su reino, y cómo iba a hacerlos pagar
extra a los reyes de tal reino incluso luego de acabar con todo su reinado.
—¿Sabes algo más? —preguntó el alfa mucho más serio que antes.
—Ellos y...v-varios reinos, se están uniendo para intentar...i-invadir su reino,
porque dicen que no van a seguir soportando que...u-ustedes sean el reino al
mando de los demás, cuando usted...a-arruinará las costumbres de la realeza
casándose con un omega...q--que no es de la realeza... —tosió bastante
durante algunos segundos, y luego respiró hondo antes de seguir—. N-No sé
cuáles...pero se dice que ya s-son muchos los que piensan igual...y v-van a
unirse a ellos.
Taehyung al escuchar aquello no pudo evitar preocuparse y sentir algo de
pánico al imaginar una gran invasión si todos los reinos se unían e iban en
contra de éste. El reino zafiro era el más grande y con el ejército más grande
de todos los demás reinos, pero si los demás unían sus fuerzas podían llegar a
superarlos en número por mucho.
—Oh... —Jungkook sonrió landino y se puso se pie—. Interesante.
Lo miró desde arriba e hizo una señal con su mano a uno de los guardias para
que le entregaran una espada. Dos de éstos tomaron al hombre para colocarlo
de rodillas, y lo sostuvieron de esa manera. Jungkook se volteó para ver a su
esposo, y le sonrió leve.
—Amor, será mejor que no veas esto —advirtió.
El omega se dio cuenta de lo que iba a hacer y, dándole una última mirada al
hombre en el suelo, asintió y se volteó para no tener que presenciar aquello.
No estaba listo para eso aún.
—Tu familia estará a salvo —dijo el príncipe volviendo a mirarlo—. Vivirán en
este reino, no estarán presentes en el suyo cuando haga arder ese lugar.
El hombre solo cerró los ojos en calma al escuchar aquello, y esperó a por fin
acabar con el dolor insoportable. El príncipe levantó la espada, y de un rápido
movimiento cortó su cabeza; un corte limpio y rápido.
Se alejó antes de que la sangre manchara sus zapatos, y le devolvió la espada
a el guardia que se la entregó. Salió de la celda y sostuvo la cintura de su
esposo, que lo esperaba fuera y al escuchar el sonido de la cabeza ser cortada
y caer al suelo, solo quiso salir de ese lugar lo más rápido posible.
—Salgamos de aquí, ¿Sí? —dijo el alfa.
Taehyung asintió, y volvió a tomar su mano para salir de ese lugar.
Ahora que sabían quienes eran los responsables, el omega estaba preocupado
y asustado por lo que sucedería en el futuro, y el alfa puro comenzó a idear
una forma de averiguar cuales eran los reinos que creían que podrían hacerle
frente en una guerra.
Definitivamente muchas vidas se perderían en cuanto él lo quisiera. Pero
actuar de forma impulsiva y desordenada no era lo suyo, debía de hacer las
cosas de forma correcta, ordenada y sobre todo, interesantes.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Una paso desde que despertó sin la presencia de su esposo, y ahora mismo se
encontraba frente a la puerta de la cual se escuchaban los gruñidos irritados
de Jungkook al otro lado.
Se abrazó a si mismo ajustando la bata que le llegaba a los talones aún más a
su cuerpo, solo como una reacción inconsciente debido a los nervios que
sentía en ese momento. Con la mirada en la madera de la gran puerta, intentó
calmarse a sí mismo autoconvenciendose de que a pesar de estar en ese
estado, el alfa no iba a dañarlo. O al menos no intencionalmente.
Era consciente de la forma en la que se comportaba porque el mismo
Jungkook se lo dejó en claro y explicó varias veces. Incluso hace unos días
tuvieron una pequeña discusión acerca de si debían de pasar el celo del mayor
juntos, donde claramente ganó Taehyung y por eso ahora estaba aquí.
—Avísenos cuando quiera entrar, alteza. Porque debemos de abrir la puerta
entre varios, ya que es muy pesada —dijo uno de los guardias betas que
estaba parado a unos metros del omega.
—E-Entiendo, gracias —respondió intentando sonreírle amable, pero solo
logró formular una mueca nerviosa.
Un fuerte gruñido y el sonido de algo romperse se escuchó dentro, y no pudo
evitar asustarse al escucharlo.
Se regañó a sí mismo porque esto es algo que quiere hacer, algo que se le fue
negado anteriormente y que ahora tiene permitido, pero al estar a solo un par
de pasos se acobarda. Y es que no podía evitarlo porque se trataba de un alfa
puro en celo, y aunque no quisiera hacerlo temía salir lastimado y que cuando
Jungkook volviera en sus sentidos y lo notara, éste se sintiera tan mal que no
volvería a permitirle pasar sus celos juntos.
Si eso pasaba se sentiría horriblemente culpable porque él sabe que tan
dolorosos llegan a ser los celos, y se imagina que en los alfas puros ese dolor
debe de aumentar hasta el punto en el que termina con sus manos lastimadas.
Sí, había visto los moratones en los nudillos del mayor luego del celo que se
negó a compartir con él, y no fue para nada lindo verlos.
Respiró hondo un par de veces y finalmente se armó de valor. Iba a entrar a
esa habitación definitivamente, porque Jungkook fue extremadamente lindo
y gentil con él cuando tuvo su celo, soportó sus caprichos y lo cuidó en todo
momento. Ahora era su turno de ayudarlo a que no sufriera, y cuidarlo de él
mismo.
—Abran la puerta, por favor —pidió a ambos guardias que estaban cerca.
Retrocedió algunos pasos para darles espacio para que abrieran la puerta, que
abrieron solo lo suficiente como para que el omega lograra entrar sin
problemas.
Sabiendo que no podía tardarse mucho, ingresó a la habitación con la mirada
fija en el suelo, y se quedó completamente quieto en su lugar hasta que
escuchó la puerta detrás cerrarse nuevamente. Cuando alzó su vista con todo
el cuerpo temblando debido a los nervios y el temor de que el alfa se lance
sobre él, se quedó estático en su lugar porque su mirada conectó con la
brillante y de color azul de su esposo.
El alfa se encontraba en la otra punta de la habitación, y en sus manos tenía la
madera rota de lo que anteriormente fue un cajón, que ahora estaba hecho
pedazos frente al responsable. Notó a simple vista que su respiración era
irregular por la forma en la que su pecho al descubierto subía y bajaba con
rapidez, y las venas en sus brazos y cuello se marcaban debido a la fuerza con
la que sostenía la madera en sus manos.
Ninguno de los dos se movió o dijo algo, durante algunos segundos que se
sintieron como minutos, hasta que Taehyung reaccionó nuevamente debido a
los nervios y llevó sus manos a la cinta atada a la altura de su estómago y que
impedía que la bata se abriera.
Le sostuvo la mirada mientras lentamente comenzaba a desatar la cinta, más
que nada porque sentía que su dejaba de mirarlo el otro perdería el control
por completo. Dudó por un momento, pero terminó abriendo su bata y
dejándola caer por sus hombros y brazos hasta el suelo, y un frío repentino le
erizó la piel por completo.
La mirada del alfa bajó hasta su anatomía, la cual recorrió de pies a cabeza
con intensidad y lascivia. Soltó las maderas dejándolas caer al suelo y
provocando un sonido que hizo al omega temblar por un momento, y
comenzó a acercarse lentamente mientras soltaba gruñidos bajos.
A Taehyung le fue imposible no retroceder hasta que su espalda tocó la fría
madera de la puerta a medida que el alfa se acercaba. Cuando lo tuvo a solo
un metro de distancia, Jungkook sí se abalanzó hacia él, y la repentina acción
causó que cerrara sus ojos con fuerza y bajara la mirada. Pero no sintió que el
alfa lo tocara en ningún lado, y tampoco dijo algo durante los segundos
siguientes.
—Mi omega... —dijo el alfa cerca de su oreja, pero sin llegar a tocarlo en
ningún momento.
Su voz causó una especie de corriente eléctrica en toda su espina la dorsal del
omega, que a pesar de que el mayor no parecía aún no lanzarse sobre él para
comenzar a tocarlo y besarlo, no abrió los ojos sino hasta varios segundos
después en los que sintió el aroma del otro un poco más lejos que cuando
habló.
Al abrir los ojos, se encontró con la figura del alfa arrodillado frente a él,
mirándolo desde abajo con sus ojos azules en busca de aprobación. Taehyung
se tardó algunos segundos, pero logró darse cuenta de qué era lo que estaba
haciendo; le estaba pidiendo su aprobación para tocarlo.
La sorpresa, el alivio y la culpa lo invadieron al mismo tiempo, y se sintió sobre
todo culpable. Él había creído que Jungkook lo lastimaría de forma
inconsciente, pero ahorra estaba ahí, de rodillas pidiendo permiso parra hacer
cualquier cosa incluso en ese estado. Esto solo era posible porque lo amaba,
¿Cierto?
¿Por qué había dudado sobre el amor del mayor hacia él? Jungkook jamás le
haría daño, pero él creyó que sí al estar en ese estado.
¿Ese era el alfa puro que estaba en celo haciendo un desastre en esa
habitación? Porque en este momento se veía de todo menos peligroso o
salvaje.
Estiró su mano hasta alcanzar sus hebras azabaches, y acarició éstas con una
sonrisa enternecida cuando el alfa cerró los ojos a gusto con las caricias. Se
inclinó para quedar a centímetros de su rostro, y con la seguridad que le
provocó ese solo acto, decidió darle su permiso por completo.
—¿Lobo de Kook? —preguntó llamando su atención.
El alfa abrió sus ojos nuevamente y lo miró como si hubiera sido llamado. Si
era su lobo, obviamente, y Taehyung quedó encantado con la personalidad de
éste. Ambas partes eran maravillosas, no podía estar más feliz por eso.
—Eres adorable —le dijo cuando tuvo su completa atención nuevamente.
Alejó su mano y dejó de apoyarse contra la pared. Con vergüenza pero muchas
ganas de complacer al alfa, pasó sus manos por sobre la tela de su pijama de
manera sugerente, viendo como la mirada del alfa se seguía el movimiento de
sus manos.
—¿Te gusta lo que me puse para ti? —preguntó sintiendo la emoción y
satisfacción en su pecho cuando el azabache asintió en seguida—. ¿Mi esposo
está sufriendo su celo solo?
El alfa volvió a asentir.
Taehyung se acercó para tomar sus manos, y las llevó al límite de la falda de
su pijama que a penas llegaba a cubrir menos de la mitad de sus muslos,
haciendo que el alfa gruñera al sentir la suavidad de la piel contraria y del
encaje negro.
—Ya no estás solo, amor mío —volvió a inclinarse hacia él para dejar un beso
en su frente—. Vine a ayudarte a que te sientas bien —lo miró fijo a los ojos, y
le sonrió leve—. Te doy mi permiso...Puedes amarme libremente.
Jungkook asintió luego de unos segundos, y Taehyung volvió a incorporarse,
con los ojos fijos en el rostro contrario mientras sus muslos comenzaban a ser
acariciados desde sus rodillas hasta que sus dedos se perdieron debajo del
encaje.
Los labios del mayor comenzaron a besar sus muslos en zonas aleatorias, y
cada vez subía más y más, hasta que estuvo a escasos centímetros de su
entrepierna. Taehyung se estremeció cuando la cálida respiración golpeó en
esa zona, y tuvo ganas de seguir acariciando si cabello, pero antes de llegar a
si quiera levantara su mano, el alfa se puso de pie rápidamente y lo sostuvo
desde la parte trasera de sus rodillas, para luego alzarlo y hacer que su
espalda quedara contra la pared nuevamente.
Instintivamente rodeó el cuello del mayor con sus brazos, y jadeó en sorpresa
cuando sintió la erección por sobre los pantalones que el alfa llevaba puestos.
—Mi omega... —dijo el mayor contra los labios impropios, acariciando éstos
con los suyos con tanta delicadeza que era abrumante para el menor—.
Mío...Mío...
Cuando sus labios se unieron finalmente, distinto a todo lo que había
pensado, Jungkook lo besó lento, dulce y sin prisa. Acariciaba su piel de forma
tierna, incluso sus manos subieron pero no tocaron su trasero en ningún
momento; su erección era palpable y se movía sobre la suya pero sus
movimientos eran lentos y profundos, sin una pizca de brusquedad.
No dejaba de besarlo de esa forma tan delicada, tan cálida y tierna. Le
encantaba pero también lo confundía, porque no se esperaba esto para nada,
no sabía dónde estaba el alfa puro descontrolado que al estar de esa forma y
tenía a un omega frente a él no se volvía loco y lo tomaba a la primera.
Éste no es el lobo del que Jungkook le había hablando.
Los labios del mayor viajaron hasta su cuello, y besó por todos lados hasta
elegir un lugar donde comenzó a marcar, y marcó otro lugar, y lamió la marca
de su mordida, y volvió a besar sobre ésta. Sus movimientos de cadera no
pararon, y aumentaron un poco su velocidad causando que el omega
comenzara a soltar gemidos bajos, y que sus uñas acariciaran la piel de su
fornida espalda.
Abandonó su cuello parra volver a buscar sus labios, y lo sostuvo con firmeza
para comenzar a caminar hasta la gran cama que se encontraba en el lugar,
con sábanas desprolijas y sin almohadas porque éstas estaban en alguna
parte de la habitación totalmente destrozadas.
Jungkook lo dejó sobre la cama con un cuidado que casi desespera al menor.
Se acomodó entre sus piernas sin separarse ni un centímetro del cuerpo
contrario, ni de sus labios durante los siguientes minutos en los que solo se
dedicó a acariciar cada centímetro de su cuerpo.
Cuando eso fue suficiente, el mayor se alejó lo suficiente para mirarlo, y
sorprendió al omega cuando le sonrió mostrando sus dientes.
—Mi omega —dijo como si estuviera afirmandolo.
Taehyung y su lobo no sabían que era posible sentir tanta felicidad y amor
como en ese momento. El lobo de Jungkook los amaba tanto como su lado
humano, eso, era demasiado para sus corazones.
—Así es, mi alfa... —acarició una de sus mejillas, y suspiró cuando el alfa se
apoyó sobre su tacto—. Soy tu omega.
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Al día siguiente. Castillo zafiro.
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Jungkook despertó sintiendo un leve peso sobre él, y al abrir sus ojos se
encontró con el conocido techo de color blanco de aquella habitación en la
que se encerraba a pasar sus celos. Al bajar la mirada se encontró con una
cabellera plateada despeinada, y la figura de su amado esposo vistiendo ese
pijama blanco con encajes en negro que hacían que su color de piel resaltara
mucho más.
Suspiró y sonrió totalmente feliz al recordar la mayoría del tiempo que
pasaron durante su celo. Aún no podía creer que pudiera recordar lo ocurrido,
y que su lobo no se haya comportado como lo hacía normalmente con otros
omegas durante los celos.
No había lastimado al omega como a los otros, solo que quizás el menor se
sintiera terriblemente cansado y adolorido en su parte trasera y caderas, con
un dolor corporal normal luego de estar todas esas horas haciendo el amor.
Porque eso no fue sexo, su lobo también quería hacerle el amor. Porque
también lo amaba, obviamente.
Taehyung dormía profundamente sobre el gran pecho de su esposo, y al
parecer no iba a despertar durante varias horas. Jungkook aprovechó eso
para dejarlo cuidadosamente sobre la cama, y lo cubrió con las mantas antes
de levantarse de la cama. Se quedó unos segundos observando a su amado
sobre la cama, y su mirada se detuvo en esas marcas en su cuello que
tardarían varios días en desaparecer, y su pecho se infló con orgullo.
Le encantaba marcarlo de todas las formas posibles. Aunque luego Gahyeon
lo regañara porque decía que las marcas se veían feas luego cuando se ponía
vestidos que dejaran ver su cuello.
Buscó sus pantalones por la habitación y se los colocó. Buscó también la bata
que siempre llevaba con él para cuando saliera de esa habitación, y se la
colocó también, porque solo su omega podía verlo sin ropa aunque solo sea
su torso al descubierto.
Abrió la puerta sin ningún tipo de esfuerzo y salió de la habitación cerrando
ésta detrás suyo.
—Buenos días —saludó a los guardias que estaban fuera.
Los cuatro guardias cerca lo saludaron de igual forma y con una reverencia.
—No creo que mi esposo se despierte aún, pero si lo hace, abran la puerta en
cuanto lo pida, ¿Sí? —les pidió a los guardias amablemente.
—Sí, alteza —respondieron todos al unísono.
El alfa puro se alejó con la intensión de ir al baño, y luego iría a pedir que les
prepararan en desayuno para él y su esposo, que quizás no iba a comer
porque seguiría durmiendo, pero era mejor prevenir. No iba a pedir que
prepararan el baño para su omega por esa misma razón, y él estaba dudando
en si ducharse ahora o esperar y hacerlo con su omega.
Mientras pensaba en eso, Lucy se cruzó en su camino llevando algunas
sábanas limpias al parecer para la habitación en la que se encontraba
anteriormente, y la mujer al verlo se acercó a él inmediatamente.
—Alteza, buenos días —saludó ella haciendo una reverencia—. ¿Cómo se
siente?
—Buenos días a ti también, Lucy —respondió él amable—. Estoy
perfectamente, gracias por preguntar.
—Alteza... —la expresión de la mujer cambio a una más seria—. Tengo que
hablarle sobre dos cosas importantes, y ambas tienen que ver con el príncipe
Taehyung.
A penas escuchar el nombre de su esposo, su expresión dejó de ser tan
calmada y su ceño se frunció levemente.
—Bien, espérame en mi despacho, por favor —dijo sin dejar de sonar amable.
La mujer asintió, y se apresuró a dejar las sábanas sobre una de las mesas que
estaban en los pasillos, para luego caminar en dirección al despacho del
príncipe. Jungkook siguió su camino hasta el baño, y mientras hacía sus
necesidades y luego se lavaba el rostro, pensó en qué era lo que debía de
decirle acerca de su amado esposo.
Sospechaba que alguien de su familia tenía algo que ver, y si así era, debía de
utilizar toda su fuerza para no alterarse y terminar con sus vidas de una vez
por todas. Su paciencia para con ellos estaba llegando a su límite, y no le
gustaba para nada tener que repetir las cosas.
¿Es que acaso no era lo suficientemente claro? ¿O creían que no sería capaz
que cumplir sus palabras?
Suspiró una vez más, y tomó una toalla para secar su rostro antes de salir del
baño.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Cuando llegó a su despacho, Lucy se encontraba parada frente a su escritorio,
y él se acercó a éste para sentarse en el asiento detrás del mismo. Esperó a
que la mujer hablara, y ella respiró hondo antes de hacerlo.
—Alteza, cuando fui a llevarle el desayuno a sus abuelos, ellos me pidieron
hacer algo horrible... —dijo ella, y buscó algo en uno de los bolsillos de su
uniforme—. Dijeron que ellos fueron quienes me permitieron trabajar aquí
cuando sus padres estaban por asumir en trono, y que por eso les debía
lealtad...
Jungkook observó su mano, y luego el pequeño frasco de vidrio con un líquido
transparente en él.
—¿Qué es esto? —preguntó tomando el pequeño frasco para observarlo mejor.
—Dijeron que es un extracto de un hongo venenoso... —Lucy se veía algo
pálida y se la notaba nerviosa—. Ellos...Ellos me pidieron que virtiera una gota
en el té que le llevo a su esposo, que lo hiciera durante varias semanas... —ella
tragó en seco y bajó la mirada—. Dijeron que poco a poco su salud se
deteriorará hasta que enferme gravemente y muera...
Jungkook levantó la mirada hacia ella, y su voz se volvió más dura al
preguntar:
—¿Quieren envenenar a mi esposo? —preguntó sin poder creer que se
atrevieran a algo como eso.
Lucy asintió, y sus ojos comenzaron a humedecerse.
—Le juro que yo jamás haría algo como eso, yo le tengo mucho cariño al
príncipe y le juré lealtad a usted —se apresuró a decir, con el miedo palpable
en que él se molestara con ella o creyera que se atrevería a hacer algo como
eso—. Es verdad que sus abuelos fueron los que me permitieron trabajar aquí,
pero a usted lo conozco desde que era un bebé y ni sus abuelos ni sus padres
nos trataron jamás como usted lo hace, yo no-
—No tienes que preocuparte, Lucy —interrumpió el azabache, y le sonrió leve
para tranquilizarla—. Te conozco, y sé que tú no harías algo como esto a
alguien que no lo merece incluso si yo te lo pido.
—Alteza... —la mujer se calmó bastante al escucharlo, pero aún tenía ese leve
miedo de que no confiara en su lealtad.
—Tú no le debes lealtad a nadie que no sea yo, y sé perfectamente que la
tengo —volvió a tomar el pequeño frasco para sostenerlo y que lo viera—. La
razón por la que te confié a mi esposo desde el primer día, fue porque confío
plenamente en ti. Y sabes que yo no confío en demasiadas personas.
Lucy no supo que responder a eso. Estaba conmovida.
—También sé que quieres mucho a mi esposo, y él también lo hace —apretó el
frasco sin demasiada fuerza o iba a romperlo—. Te estoy muy agradecido por
haberme informado de esto, y desde ya te digo que no tienes que preocuparte
por nada. Si ellos te ordenan hacer algo que no quieres, tu solo vienes y me lo
dices, y yo haré que aprendan a respetar y a no pedir estupideces a mis
empleados.
—Se lo agradezco mucho, alteza —respondió ella haciendo una reverencia de
noventa grados.
—No dudo de tu lealtad hacia mí y hacia mi esposo —aseguró.
Lucy le sonrió en agradecimiento.
—Y el hecho de que mis abuelos crean que pueden encargarte algo como esto
sin sospechar que no lo harás y me lo dirás, significa que a pesar de verte
como alguien inferior, confían en que estás a su disposición —dijo él
observando el pequeño frasco frente a su rostro, y sonrió landino—. Podemos
usar eso a nuestro favor.
—Haré cualquier cosa que me pida, alteza —dijo ella con seguridad en sus
palabras.
Jungkook volvió a mirarla y se inclinó para entregarle nuevamente el frasco.
—Pon una gota de esto en cada té que mis queridos abuelos te pidan —Lucy
tomó nuevamente el frasco, y a pesar de que la idea era algo tenebrosa,
asintió—. Y también en el de mi padre.
—¿Su padre? —preguntó ella sorprendida.
—Sí —volvió a acomodarse en su asiento, y juntó sus manos sobre su regazo—.
Hay que adelantar un poco las cosas para él.
—Lo haré, alteza —respondió ella apretando el frasco en su pecho—. Confié en
mí.
—Y, ¿Qué era eso otro relacionado a mi esposo? —preguntó recordando que
eran dos cosas las que tratar.
La mujer recordó aquello, y su rostro mostró leve preocupación.
—Alteza, ayer cuando le llevé el desayuno y la infusión al príncipe, salí un
momento para ir a buscar la prenda que Gahyeon preparó para él, así que lo
dejé un momento solo —comenzó a contar.
Jungkook solo pudo pensar: gracias, Gahyeon.
—Cuando regresé, pude ver el momento en el que su esposo tiraba la infusión
por la ventana —dijo algo alterada—. Pero no era el príncipe totalmente
cuerdo, era su lobo porque sus ojos volvieron a ponerse de color amarillo.
Jungkook levantó sus cejas sorprendido al escuchar aquello.
—¿Estás diciendo que el lobo de mi esposo tomó el control por un momento y
quiso deshacerse de la infusión?
Lucy asintió varias veces.
—Al parecer el príncipe Taehyung no es consciente de cuando eso pasa, ya
que después al regresar a la normalidad no recordó nada de lo ocurrido —su
voz cambió a una mucho más preocupada—. No tiene control sobre su lobo, y
eso puede traer algunos problemas. Si ayer solo hubiera lanzado el líquido y
no el cuenco, su alteza creería que lo bebió todo y yo también, y lo hubiera
dejado ir con usted sin haber tomado la infusión.
Jungkook asintió de acuerdo con sus palabras, y pensó durante algunos
segundos cómo lidiar con eso.
—Eso hubiera sido problemático, y estaríamos esperando cachorros, cuando
estamos en una situación en la que no sería lo mejor —habló acariciando su
barbilla—. Lo hablaré con él y buscaremos una solución. Gracias por
informarme.
—Alteza, esto también sucedió cuando tuvo su primer celo luego de la llegada
del príncipe —informó—. Olvidé decírselo, pero en la madrugada él se levantó
siendo controlado por su lobo y fue directo a la habitación en la que usted se
encontraba.
Jungkook alzó la mirada para verla, y arrugó en entrecejo.
—¿Qué hicieron los guardias? ¿Lo tocaron? —preguntó receloso.
—No, solo impidieron que siguiera avanzando y uno de ellos fue a buscarme
para que yo lo llevara de regreso a su habitación —respondió, tranquilizando
al alfa—. Esa vez no opuso resistencia, pero ayer incluso me contestó cuando
lo regañé por lanzar la infusión. Puede que cada vez tome más el control y que
eso sea peligroso si usted no está cerca.
El azabache suspiró y se pasó las manos por el cabello.
—Definitivamente puede ser un problema en algún momento —soltó una leve
risa y negó con la cabeza—. Al parecer el lobo de mi amado es algo rebelde y
caprichoso. Interesante.
Les dejo uno más y me voy a mimir, buenas noches a los que lean esto de
noche 💚.
*Aparece Nam*
Yo, ustedes:
La guerra de miradas entre ambos duró algunos largos segundos, hasta que
de un momento a otro ambos se acercaron a cada lado de la mesa pequeña
que estaba en el lugar. El ambiente se volvió algo tenso, y los guardias que
habían acompañado al príncipe esperaban que comenzaran con su lucha de
siempre.
Se arrodillaron para quedar a la altura de la mesa, y apoyaron los codos de sus
brazos derechos, para luego juntar sus manos con fuerza.
Comenzaron una pulseada sin dejar de mirar directo a los ojos del contrario, y
la lucha continuó con ambos sin mover sus manos sino hasta que el rey Kim
suspiró y negó con la cabeza soltando su mano.
—¡No puede ser! Aún no logro ni siquiera hacer que muevas tu mano ni un
poco —se quejó el moreno de cabello castaño, haciendo un berrinche incluso
luego de sentarse nuevamente en el sofá—. Si fueras un simple alfa, te
ganaría.
Jungkook tomó asiento también en el sofá detrás suyo, y rió negando.
—Si eso te hace sentir mejor, entonces te diré que así es —respondió el
azabache.
—Altezas —llamó Lucy, llegando con una bandeja con dos tazas de té—. Té
negro para usted —lo dejó frente al azabache—. Y té de jengibre para el rey.
—Ah, no olvidaste mi té favorito —comentó el Rey llevando ambas manos a su
pecho—. Gracias, hermosa mujer.
—Muchas gracias, Lucy —agradeció también el menor.
Ella les hizo una reverencia a ambos en respuesta, luego volteó a ver al
príncipe.
—Alteza, iré a preguntarle al príncipe si necesita algo —avisó.
—Te lo agradezco —respondió éste.
La mujer salió de la habitación con la bandeja en sus manos, y el rey Namjoon
bebió un sorbo antes de continuar hablando.
—¿Cómo está tu esposo? Deben de estar teniendo unos días jodidos —dijo
cruzando su pierna sobre la otra—. Aún no puedo creer que alguien se haya
atrevido a hacer algo como eso, y en tu castillo ¡Son suicidas! —dijo
levantando sus brazos para dramatizar sus palabras.
Jungkook asintió calmado. Copió la acción del mayor y comenzó a girar su
alianza, gesto que había adquirido debido a su esposo y que lo hacía cuando
estaba por hablar sobre algo importante.
—Me pidió que lo disculparas porque no podrá bajar a recibirte, ayer tuve mi
celo —explicó simple, sin dar muchos detalles sobre eso.
—Oh, es entendible —respondió el castaño comprendiendo la situación.
—Y sí, están siendo días en los que a la gente se le dió por querer molestarme,
y si esto sigue de esta manera voy a hacerlo y nadie va a salvarse —respondió
a lo otro, pero sin perder la calma en sus palabras—. Para hacer las cosas más
tediosas, mis abuelos vinieron a quedarse unos días, y ya te imaginarás las
cosas que le dijeron.
—Oh, vaya. Mi más sentido pésame —dijo el mayor negando con la cabeza,
sintiendo pena por los ancianos.
Jungkook no pudo evitar soltar una leve risa, e hizo un movimiento con una de
sus manos para negar.
—No los he matado...Aún —corrigió volviendo a ponerse serio—. Pero ellos
mismos están buscando que lo haga.
—¿No los mataste luego de haber dicho seguramente un montón de cosas que
lo hicieran sentir mal? —preguntó el rey sin poder creerlo—. ¿Quién eres y qué
hiciste con mi amigo Jungkook? —preguntó fingiendo no conocerlo.
—Hay muchas cosas que debo contarte, pero que es mejor que discutamos en
mi despacho —dijo tomando su taza de té junto con el pequeño plato para
ponerse de pie.
Caminó sabiendo que el otro lo seguiría, y sus guardias también hasta que
llegaron al despacho del príncipe y se colocaron en sus posiciones de guardia.
Namjoon y Jungkook ingresaron al despacho y se acomodaron el los sofás,
uno frente al otro para poder tener una conversación más amena.
—Intentaron asesinar a mi esposo en el jardín, su lugar favorito —continuó
informando mientras daba pequeños sorbos—. Es su lugar favorito del castillo,
incluso mandé a que le construyeran un mandap para que se juntara a beber
té con las sirvientas a las que considera amigas, y ahora no puede salir por
miedo y por precaución.
—¿Toma té con las sirvientas? —preguntó Namjoon sorprendido—. Sería
fabuloso ver la expresión de tus abuelos al verlo tomar té con personas que no
están a su altura, según ellos —dijo sin poder sonreír divertido—. Tu esposo es
un encanto de persona.
—Lo es. Es maravilloso —aseguró el azabache sonriendo leve al recordar a su
precioso omega—. No olvida sus raíces, trata a todos como iguales. Es amable,
dulce, generoso y considerado —su mirada estaba en el interior de su taza,
donde por unos momentos podía ver la imagen de su esposo sonriendole—. Es
muy inteligente, le gusta mucho leer y si tan solo hubieras escuchado cómo
les cerró la boca a mis padres y abuelos, tendrías muy en claro que a pesar de
que mi amado es una persona maravillosa, pero no tiene problemas en poner
en su lugar a cualquiera con una inteligencia y sin perder la calma en ningún
momento.
—Oh, eso es interesante. Me hubiera gustado estar presente —dijo intentando
imaginarse aquella escena—. ¿Es tan bueno como tú?
—Lo es —aseguró—. Incluso puede ser mejor que yo si se lo propone.
—Tu esposo es muy famoso en los demás reinos por su exorbitante belleza —
informó—. Luego de tu fiesta de cumpleaños, todos los que pudieron verlo
fueron de boca en boca, jurando que el esposo del heredero del reino zafiro es
el mismísimo hijo de apolo —soltó una leve risa y lo miró con diversión—. Es
irónico como pasaron de menospreciarlo por el lugar del que viene, a
halagarlo por su belleza luego de verlo en vestidos de la realeza. Hipócritas
todos, más no ciegos, ¿No lo crees?
Jungkook al escucharlo empujó su mejilla interna con su lengua, luego hizo un
pequeño movimiento con la cabeza y sonrió a penas, manteniendo la calma.
—Supongo que su belleza no es algo que pueda ignorarse, y eso me genera
sentimientos contradictorios —admitió acariciando su propia barbilla—.
Taehyung no es consciente por completo de su belleza y eso le genera algo de
inseguridad, y en ese sentido es bueno para su autoestima que la gente le diga
lo bello que es...Pero por otro lado, me conoces —dijo sabiendo que el otro
sabría exactamente a lo que se refería.
Namjoon solo rió mientras asentía.
—Te conozco —dijo finalmente, y segundo después su expresión cambió a una
más seria—. Cambiando de tema, ¿Sabes algo acerca de quiénes están detrás
de esto?
Jungkook también lo hizo, y asintió. Dejó la taza ahora vacía sobre la pequeña
mesa frente a ellos, y volvió a acomodarse en el sofá con sus manos
entrelazadas sobre su regazo.
—El pobre hombre que intentó asesinar a mi esposo fue capturado, cómo
esperaba que sucediera porque todos los ciudadanos de mi país se pusieron al
tanto de la situación y lograron traerlo hasta mi puerta —comenzó a explicar—
. Lo estuve torturando durante días. El hombre aguantó bastante, fue
admirable, pero finalmente habló.
—Suelta todo —dijo mostrándose muy interesado—. Esto me viene de perlas,
hace meses que nada interesante sucede en mi reino.
—No te diviertas a costa de mis problemas —dijo el menor rodando los ojos—.
Eres rey, comportarte.
—Que aburrido eres —se quejó Namjoon.
—Cómo estaba diciendo —continuó—. Confesó quién los había enviado, y
también dijo algo muy interesante que debes de averiguar más a fondo para
mí.
—¿Cuál de los reino quiere perecer? —preguntó queriendo saber de una vez de
quién se trataba—. Apuesto por el de oro. Luego de lo que pasó con el
príncipe, seguramente guardaron rencor contra tu esposo por ayudar a su
huida.
—Ellos fueron mi primer sospecha, y lo siguen siendo —aseguró—. Pero los
responsables de tal acto suicida fueron los reyes Han del reino de plata —
respondió finalmente.
Namjoon colocó su boca en forma de "o" y asintió varias veces.
—Claro, su hija está limpiando los pisos por donde pasa el omega que ellos
ven aún como un simple hijo de sirvientes. Eso, sumado al ataque frente a
todos el día de la fiesta de tu compromiso, habrán hecho que odien a tu
esposo y a ti con todo lo que tienen —dijo recordando las razones de ciertos
reyes para hacer lo que hicieron—. Aún así, atreverse a algo tan arriesgado
sabiendo que puede que el hombre al que le pagaron para hacerlo hable, es
demasiado estestúpido arriesgarse a tanto.
—Ahí es donde yo te explico lo que ellos tienen pensado —de inclinó volviendo
a bajar ambos pies al suelo, y lo miró con algo de diversión—. Resulta que hay
varios reinos que se unirán a ellos para intentar atacar el mío. Todos guiados
por la misma razón.
—Déjame adivinar —habló el mayor mirándolo de la misma forma—. Tu
matrimonio, y el hecho de que pronto tu padre morirá y el trono del reino que
está sobre ellos será gobernado por alguien que consideran indigno.
—Siempre aciertas. O ellos son muy simples, o eres muy inteligente y bueno
deduciendo según lo conocido —dijo el menor halagando su capacidad de
deducción.
—Ambas —respondió restándole importancia—. Deberían de unirse con
muchos reinos antes de intentar hacerle frente solo al tuyo, por lo que deben
de haber varios ya con un acuerdo firmado y preparado para hacerlo.
—Eso mismo pensé, y es por eso que debo de averiguar quiénes creen que
pueden hacerme frente, y quienes estarán a mi lado listos para recibir a esa
gente ingenua —dijo, y lo apuntó con su dedo índice—. Sé que cuento contigo,
pero eso es lo único que tengo asegurado.
—Entonces, ¿Quieres que te ayude a saber quiénes están en contra o contigo?
—preguntó sabiendo que iba a pedirle algún favor relacionado a eso.
—No —negó sorprendiendo al mayor—. Envíe cartas a todos los reinos con el
mismo mensaje que la que te llegó a ti, y los que vengan serán quienes hayan
hablando en serio cuando me juraron lealtad, y pelearan a mi lado sin
dudarlo.
El rey alzó una ceja curioso, y algo confundido.
—¿Cómo estás seguro de eso?
El azabache sonrió landino y se apoyó en el respaldo del sofá.
—¿Crees que alguien que quiere verme a mí y a mi esposo caer, se atrevería a
venir y tener que fingir lealtad y simpatía a mi esposo mientras me tiene en
frente? —preguntó como si la pregunta fuera obvia—. Se puede fingir muchas
cosas, pero jamás el miedo. Y ellos estás haciendo esto porque me temen —
soltó una risa leve—. Si vienen están expuestos a que yo comience a hacer
preguntas de las que fácilmente puedo darme cuenta de si me están
mintiendo o no al responderlas ¿O por qué crees que incluso en las juntas
nadie se atreve a mirarme a los ojos por más de unos pocos segundos
mientras me dicen sobre sus falsos problemas de ventas?
—Vuelves a tener razón —respondió el mayor chasqueando la lengua—.
Definitivamente si yo fuera uno de ellos, no me atrevería a venir.
—Justamente por eso fue que envié esas cartas —se cruzó de brazos y miró
por la ventana del lugar—. En los siguientes días, las familias reales que crucen
las puertas de mi castillo, serán los que realmente me juraron lealtad a
cualquier precio —sonrío landino y cerró los ojos por un momento—. Me
pregunto quiénes serán.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente. Castillo del reino zafiro.
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—No tienes por qué taparlas, amor —insistió el azabache una vez más
mientras admiraba a su esposo frente al gran espejo—. Al rey Kim no le
molestan o disgustan.
El rey Namjoon de había quedado en una de las habitaciones disponibles para
invitados de honor, y ésta estaba del lado del castillo en donde ellos se
encontraban, no en el que estaban sus padres y amigos. Se quedaría durante
un par de días a espera de los demás reyes que vinieran al castillo en
respuesta a su carta, y Taehyung al saberlo solo pensó en una cosa; en que el
rey vería las marcas en su cuello.
Aquello le causó tanta vergüenza y pena, que le pidió a Gahyeon un vestido
disponible que cubriera lo más que pueda su cuello antes de salir a almorzar
junto con él, y ahora lo vestía. Le quedaba muy hermoso, pero al azabache no
le agradaba mucho la idea de que ocultara tanto su marca del lazo como los
chupetones oscuros en su piel.
—Es vergonzoso que él las vea, no voy a mostrarlas a alguien ajeno al castillo
—dijo mientras peinaba su cabello—. Aunque sea tu amigo, sigue siendo un
rey y el una falta de respeto presentarme ante él de esta forma. Mi madre lo
decía siempre —terminó soltando el aire que estaba reteniendo, y sintiendo
sus mejillas arder un poco—. Me da pena.
—Amor —se puso de pie y se acercó a él para girarlo y sostener ambos lados de
su cintura—. Te ves realmente hermoso... —acercó su nariz a su cuello,
gruñendo leve al no poder besar su marca como acostumbraba a hacerlo—.
Pero no se ve nuestra hermosa marca.
Taehyung colocó sus manos en sus mejillas, y se puso de puntitas para darle
un pequeño beso.
—Solo será hasta que los moratones ya no de vean —aseguró, y dio otro beso
al notar que eso le gustaba mucho al mayor—. Sabes que también me gusta
mostrarla, quiero que todo el mundo la vea —admitió con las mejillas
levemente sonrosadas—. Pero me sentiré incómodo si me muestro ante él con
las otras, no te molestes, ¿Sí? —volvió a besarlo—. ¿Por favor?
Jungkook intentó hacerse el difícil aunque sea un poco, pero no llegó ni a
intentarlo. Asintió inmediatamente con una gran sonrisa y ojos brillantes al
verlo. Lo abrazó más contra su cuerpo y unió sus labios en un beso que se
extendió algunos minutos entre risas y sonrisas avergonzadas mientras el
mayor halagaba lo bonito que se veía.
—Ya, el rey Kim nos está esperando en la mesa seguramente —recordó el
menor apoyando su mejilla sobre el hombro ajeno—. Ayer no pude, y si no lo
recibo quedaré como un maleducado. No quiero que piensen que tienes un
esposo maleducado —dijo preocupado por ello.
Extremadamente tierno. Pensó el mayor.
—Él sabe que no eres un maleducado, mi amor —tranquilizó—. Namjoon es
una de las muy pocas personas a las que puedo llamar amigo. Me gustaría que
lo conozcas lo suficiente como para confiar en él tanto como yo lo hago, en un
futuro.
Taehyung sonrió aún sin moverse, y asintió.
—Si tu confías en él, yo también. Porque confío en ti más que en nadie —
respondió el omega con sinceridad palpable en sus palabras—. Aunque soy
tímido con las personas nuevas por naturaleza, así que me va a costar un poco
acostumbrarme a él.
—Tómate el tiempo que necesites, amor —dijo, y acercó su nariz a su cabello
plateado, cerrando los ojos y disfrutando del delicioso aroma que llenaba sus
pulmones.
Taehyung se separó un poco luego de unos segundos, y le sonrió.
-Vamos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al ingresar al comedor ambos llamaron la atención del alfa que había
comenzado a comer lo que había frente a él, y al ser descubierto fingió que no
estaba a punto de probar lo de los otros platos.
Taehyung no estaba tan nervioso porque ya había conocido al alfa en la fiesta
de cumpleaños de su esposo, y el hombre le agradó mucho. Fue el único que
de verdad lo hizo sentir cómodo y no lo trató en ningún momento como
alguien inferior, fue agradable.
Cuando Jungkook le contó sobre lo sucedido con la que antes era su esposa y
reina que gobernaba junto a él, no pudo evitar sentir una tristeza enorme y
mucha pena por ese hombre que sonreía como si todo en su vida estuviera
bien a pesar de su pasado. Taehyung lo admiraba por verse fuerte a pesar de
lo sucedido.
—Alteza, es un placer volver a verlo —dijo el omega al llegar a la mesa,
haciendo una leve reverencia hacia él—. Me disculpo por no poder recibirlo
ayer...No me sentía muy bien —dijo intentando ocultar la vergüenza al
recordar la razón de su malestar.
El rey Kim le sonrió amable y se puso de pie para ofrecerle tomar su mano y
besar el dorso de ésta como era costumbre y una muestra de respeto, pero
Jungkook gruñó ante su intención y el castaño terminó rodando los ojos y
apartando su mano.
—No se preocupe por eso, Jungkook me envió sus disculpas ayer.
El azabache ayudó a su esposo a tomar asiento moviendo su silla por él, y
luego los tres estuvieron sentados en la gran mesa. La pareja de un lado, y el
invitado en la punta de ésta, al lado del alfa.
—¿Cómo se siente hoy, alteza? —preguntó el rey cuando comenzaron con el
almuerzo, esta vez si todos juntos.
Taehyung volteó a verlo y le sonrió amable.
—Me siento mucho mejor, gracias por preguntar.
—¿Seguro que te sientes bien ya? —preguntó el alfa volteando a ver al omega,
tomando su mano por sobre la mesa—. Tu primer clase de guzheng es hoy,
pero puedo decirle al maestro de música que venga mañana.
Taehyung dio un leve apretón en su mano, y asintió.
—Estoy bien. Y estoy emocionado por aprender a tocar ese instrumento,
siempre quise aprender a tocarlo —dijo sin poder esconder su emoción.
—Vaya, ¿El guzheng? —preguntó Namjoon sorprendido—. Es un instrumento
difícil de tocar a mi parecer. Muchas cuerdas y todo eso, pero su música es
preciosa, la verdad.
—Como ahora no puedo salir al jardín o fuera del castillo, Jungkook me dio la
idea de aprender a tocar algún instrumento —comenzó a contar el omega,
algo tímido al hablarle al alfa frente a ellos—. Lo pensé mucho, ya que hay
muchos instrumentos que me gustan, pero al final me decidí por ese porque
no es muy tocado normalmente aunque suene precioso.
—Fue una muy buena opción —halagó el rey.
Jungkook tomó la mano de su esposo, y besó sus nudillos antes de volver a
hablar.
—Aprenderás rápido porque eres muy inteligente, amor. Ya quiero escucharte
tocar para mí —dijo sonriendole como solo lo hacía a él.
Taehyung le devolvió la mirada con sus ojos grises brillando, y asintió. Él
también estaba emocionado por eso.
👀
G.GG
•|♔| Treinta |♔| •
El almuerzo estaba concluyendo de manera muy agradable entre los tres. Con
el paso de los minutos Taehyung se sentía cada vez más cómodo con el rey
Namjoon, aunque aún le sorprendía mucho que el hombre se comportara de
una forma un tanto infantil teniendo en cuenta de que es el rey de uno de los
reinos más grandes que hay además del de zafiro.
—Entonces...¿Más personas van a venir? —preguntó el omega mirando a su
esposo con algo de preocupación—. ¿Van a venir a quedarse aquí también?
La idea no le agradaba mucho. En sí, que muchas personas de la realeza se
quedaran en su casa, que compartieran la mesa y convivieran durante algunos
días, lo ponía nervioso y algo temeroso. Todas esas personas lo tendrían en
frente, y él aún no lograba dejar de sentirse juzgado o discriminado aunque las
personas no hicieran eso directamente o indirectamente.
—A menos que todos los demás reinos se hayan puesto en mi contra, así será
en los próximos días —respondió el alfa puro, y al notar que la idea no le
agradaba mucho la idea acercó una de sus manos a su mejilla para darle algo
de tranquilidad—. No será por mucho tiempo, y nadie va a molestarte de
ninguna forma, créeme.
Taehyung respiró hondo manteniéndole la mirada y finalmente asintió con
una leve sonrisa.
—Está bien. Esto es necesario e importante, lo entiendo —aseguró.
Aún así, sabía que esto era algo que debían de hacer. No iba a ser caprichoso o
egoísta, cuando su esposo estaba trabajando duro y preparándose para un
casi asegurado futuro ataque al reino. Si era necesario que se armara de valor
nuevamente y enfrentara a esas personas tal y como lo hizo con la familia del
azabache, iba a hacerlo.
Jungkook le sonrió aún más y se acercó para besar su frente. El omega cerró
los ojos ante el tacto, complacido por el gesto.
—Gracias por ser tan comprensivo, amor —dijo el alfa agradeciendo su
comprensión de siempre.
Taehyung negó manteniendo la sonrisa.
—Estamos juntos en esto —dijo queriendo también tranquilizar su
preocupación por él.
El alfa asintió de acuerdo, y no le importó aún estar sentados en la mesa con
otra persona presente, se acercó y comenzó a besarlo con dulzura. A él no le
importó, pero cuando el omega se dio cuenta de una mirada sobre ellos, de
inmediato intentó alejarse con toda la vergüenza en el rostro.
—J-Jungkook, el rey Kim está presente —dijo llevando sus manos a las
contrarias, bajando la mirada apenado.
—Oh —el azabache volteó a ver al otro alfa, que mantenía su mirada en ellos—
. Lo olvidé.
—¿Cómo te puedes olvidar? Estoy al lado tuyo —se quejó Kim fingiendo
ofensa.
Taehyung levantó la mirada por un momento y al observar los ojos del otro
alfa que estaban fijos en los de su amigo mientras volvían a charlar, notó algo
que lo hizo sentir un leve dolor en su pecho; el rey Kim sonreía, pero su mirada
era triste.
Se sintió mal porque supuso que el verlos a él y a su esposo de esa forma, le
hizo recordar a su difunta esposa y eso lo puso triste. Quiso hacer que su
mirada dejara de verse de esa forma, y pensó en qué podría hacer para que
vuelva a verse normal como hace unos momentos.
—Alteza —llamó el omega.
Ambos alfas voltearon a verlo, y el rey Kim esperó a que continuara hablando.
—¿Sabe jugar a las cartas? —preguntó sonriendole amable.
—Sí —asintió éste—. No es por presumir pero...Bueno si, presumiendo —
corrigió soltando una risa leve—. Soy un experto.
—¿En serio? —apoyó ambas manos en el brazo de su esposo y si inclinó un
poco en su dirección.
El alfa volteó a verlo aprovechando que estaba cerca de su rostro, y se quedó
observando sus facciones mientras lo escuchaba hablar.
—Jungkook ayer me estaba enseñando a jugar al solitario, pero no me gustó
—dijo haciendo una leve mueca inconforme—. No es divertido jugar solo,
¿Podemos jugar algo los tres cuando tengan tiempo? —preguntó emocionado
con la idea, luego volteó a ver a su esposo—. ¿Podemos?
Jungkook asintió, y no pudo evitar robarle un pequeño beso en sus labios, que
hizo al menor avergonzarse un poco.
—Por supuesto que sí, amor —respondió sin pensarlo, porque todo lo que su
esposo quisiera iba a tenerlo.
Taehyung le sonrió agradecido, y giró su cabeza para mirar al mayor de los
tres.
—¿Qué dice usted, alteza? —le preguntó a éste.
Namjoon le sonrió mostrando sus preciosos hoyuelos, y asintió.
—Me encantaría. Será divertido —volteó a ver al alfa puro—. Apostemos, Jeon.
El menor lo volteó a ver también al escucharlo, y lo miró con diversión.
—¿Qué puedes darme tú que yo no pueda conseguir? —preguntó casi burlón,
pero con ese tono calmado característico en él.
Namjoon rió ante sus palabras, y luego le sonrió de la misma forma cuando se
le ocurrió algo para hacer que aceptara y sacara su lado competitivo.
—Si, tienes razón, mejor no apostemos nada... —miró al omega, que estaba
juntando los platos vacíos de todos para ahorrarles un poco de trabajo a los
sirvientes—. Será suficiente ganancia el que tu esposo vea que no puedes
ganarme en ningún juego de cartas.
El omega al escuchar su mención volteó a verlos a ambos, y tuvo un mal
presentimiento cuando la mirada del azabache se volvió desafiante y estaba
fija en el mayor de los tres.
—Muy bien, Kim Namjoon —habló el alfa poniéndose de pie sin dejar de
mirarlo—. Sí así lo quieres, voy a dejarte en vergüenza frente a mi esposo.
—Eh...Pero, la idea era divertirnos... —comentó el omega mirando a ambos
con algo de nervios al notar el ambiente competitivo que se creó.
—Y nos divertiremos —aseguró el rey Kim poniéndose de pie también, sin
apartar la mirada tampoco—. Será muy divertido ganar y demostrar que no
eres tan bueno en todo como dicen.
—Yo no hablaba de ese tipo de diversión... —comentó el omega por lo bajo.
—Entonces no vas a divertirte, que pena —respondió el alfa puro, tomando la
mano de su esposo para hacer que se levante también, y volteó a verlo con el
brillo de la competitividad en sus ojos—. Ya verás, amor. Ganaré por y para ti.
Taehyung simplemente se rindió y simplemente asintió porque al menos
ahora el rey Kim ya no de veía triste. Aunque también quería aprender a jugar,
pero sospechaba que no iba a ser posible y que solo iba a observar atento
como ambos jugaban para ganar cueste lo que cueste.
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Dos horas después. Sala principal del castillo zafiro.
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La puerta del despacho del príncipe fue tocada llamando la atención de uno
los tres que estaban dentro, aún intentando desempatar para decidir quién
ganaba. Tal y como esperaba, él no jugó, pero se estaba divirtiendo
observando y el azabache respondía a sus preguntas sobre el juego.
—¡Adelante! —dio permiso el omega al ver que los otros no parecían querer
desconcentrarse de su juego.
La puerta se abrió, y uno de los sirvientes ingresó e hizo una reverencia a ellos
antes de hablar.
—Un hombre beta está en la entrada, dice que es el maestro de música y que
viene en llamado del príncipe Jungkook —avisó el recién llegado.
El azabache reaccionó ante eso, y dejó sus cartas sobre la mesa boca abajo
para levantar la mirada hacia el joven en la puerta, y le sonrió amable.
—En seguida bajaremos a recibirlo, ofrezcanle algo para beber y gracias por
avisar —respondió el príncipe desde su lugar.
El jover sirviente hizo una reverencia más antes de retirarse, y al alfa puro se
puso de pie para luego tender su mano a su esposo para que se pusiera de pie
también. Se colocó frente a él y besó el torso de su mano antes de hablar.
—Amor, éste hombre es un beta, pero no te preocupes porque es alguien de
confianza así que no intentará nada a menos que quiera morir —dijo como si
nada, luego le sonrió leve—. De hecho, es familiar de Lucy.
Taehyung abrió los ojos en grande al escuchar aquello.
—¿Familiar de Lucy? Vaya, ella nunca dijo nada sobre algún familiar que
viviera en el reino —comentó sorprendido.
—Hace mucho que no ve a su familia, seguramente a esta persona no ve desde
que era un niño, así que también será una sorpresa para ella.
—¿No sabe que él está aquí?
—No, ¿Quieres ir a darle la sorpresa? —preguntó el azabache sabiendo que iba
a querer hacerlo.
Taehyung sonrió emocionado y asintió varias veces. Tomó su mano y caminó
hasta la puerta haciendo que el mayor le siguiera el ritmo.
—¡Vamos juntos a decirle! —ofreció sin borrar la sonrisa—. ¡Se pondrá muy
feliz, seguramente!
Jungkook solo pudo sonreír y dejarse llevar a donde su esposo quisiera
llevarlo. Salieron de la habitación y fueron directo al piso de abajo, donde la
mujer quizás estaría barriendo los pisos a esa hora.
Mientras, Namjoon se había quedado con las cartas en la mano, siendo
ignorado nuevamente por la pareja. Rió ante eso, feliz de ver por primera vez a
su amigo tan contento a causa del omega.
—Definitivamente serán muy felices...Si logran superar todos los problemas
que parecen seguirlos, desgraciadamente —comentó dejando las cartas sobre
la mesa.
Se puso se pie y decidió bajar a recibir al maestro de música por mientras. Le
agradaba mucho estar en ese castillo porque había mucho movimiento y
ruido, a diferencia del suyo en el que había una tranquilidad que era aburrida.
Ahora que observaba mejor el lugar, notó que habían varios cambios en el
lugar desde la última vez que pudo recorrer el lugar hace casi dos años. Antes
la mayoría de las cortinas permanecían cerradas aunque fuera de día, y ahora
estaban abiertas de par en par iluminando por completo los pasillos; no
habían algunos jarrones vacíos de decoración en éstos, sino que ahora habían
masetas de porcelana cara con plantas y flores en todos los pasillos, y por lo
que había podido ver, con la ausencia de los reyes y la presencia del nuevo
príncipe, los empelados parecían más a gusto sirviéndole al omega que a los
reyes.
Se acercó a una de las ventanas para ver si había algo nuevo en el jardín, y
obviamente lo había; muchísimas más flores, árboles, fuentes de agua y
arbustos floreados creando caminos que llevaban a otros sectores de distintas
flores. El año pasado no recuerda ver tanto color en ese extenso jardín, porque
a los reyes no les gustaba gastar tanto en mantenerlo en ese estado, pero se
notaba que Jungkook lo creó de esa manera solo para su esposo.
El castillo tenía más vida, y cualquiera que haya conocido el castillo antes y lo
viera ahora, se daría cuenta en seguida.
Suspiró mientras bajaba las escaleras. Quizás cuando todo esto se solucione,
invitaría a ambos a su castillo para ver si de esa forma también lograban
iluminar un poco su castillo que poco a poco se volvía cada vez más y
más...triste.
Era imposible ignorar lo mucho que su hogar cambio luego de perder a su
reina, por más que siempre intente no pensar en eso o distraerse en el trabajo
o juntas. Quizás necesitaba también a su propio Taehyung para que le diera
vida a su propia vida y hogar, pero dudaba mucho poder encontrarlo, o de si
quiera realmente quererlo porque aún no superaba la pérdida aunque hayan
pasado ya tres años desde lo ocurrido.
Negó con la cabeza antes de llegar a la sala principal.
—No es algo cercanamente posible... —murmuró para sí mismo.
Antes de abrir la puerta, escuchó el sonido de algunas cuerdas tocar una
melodía que parecía ser solo para probar el sonidos de las mismas, porque
eran breves melodías seguido de algunos silencios. Supuso que era el maestro
de música afinando las cuerdas del guzheng, ya que ese era el instrumento
que Taehyung iba a aprender a tocar.
Mientras abría la puerta se preguntó si el hombre en cuestión era hermano de
Lucy o un primo. Esperaba encontrarse con un beta de la edad de Lucy o un
poco más joven, pero definitivamente no se esperaba para nada encontrar a
un chico de su edad sentado en uno de los sofás elegantes del lugar.
La puerta se cerró sola detrás suyo, pero él se quedó allí de pie sin que su
cerebro reaccionara y continuara caminando. Todo lo que podía hacer era
admirar a la persona frente a él; un hombre con facciones perfectas, labios
gruesos, cabello rubio que era iluminado por la luz del sol del ventanal detrás
del sofá, vestido con un simple pantalón negro y una camisa blanca,
moviendo sus dedos ágilmente por sobre el instrumento apoyado sobre la
mesa en medio de todos los sofás.
Su lobo hizo algo que hace mucho tiempo no hacía; movió su cola
emocionado por alguien más.
El beta se percató de la presencia ajena, y levantó la mirada para conectarla
con la que lo miraba de manera extraña. Se quitó las puas de sus dedos y se
puso de pie para saludarlo porque pudo deducir por su ropa costosa que era
alguien que pertenecía a la realeza o nobleza.
—Buenas tardes —saludó luego de hacer una reverencia de noventa grados—.
Soy Kim Seokjin...¿Quién es usted? —preguntó algo receloso—. Porque el
príncipe Jeon no es.
Como si hubiera escuchado su llamado, la puerta se abrió y tres figuras
ingresaron a la habitación, casi chocando con el alfa que solo reaccionó al
escuchar nuevamente la puerta detrás de él y se movió para darles el paso.
Taehyung se acercó al rubio con Lucy, sosteniendo su brazo entrelazado con
el suyo, y le sonrió al beta con amabilidad. Jungkook por su lado, se colocó a
un lado de su amigo, al que miró con una ceja alzada al notar que su aroma
era algo más fuerte que antes.
—Buenas tardes, es un gusto conocerte —saludó el omega haciendo una leve
reverencia ante el beta—. Soy Jeon Taehyung y ella es Lucy —dijo mirando a la
mujer por un momento—. ¿Cómo te llamas tú?
El beta se sorprendió bastante por dos cosas; que el omega esposo del
príncipe heredero se acercara a él y se presentara de forma tan amigable y
humilde, y la segunda era la mujer que pareció reconocerlo en seguida y
comenzaba a llorar.
—No puedo creerlo... —dijo ella llevando sus manos a su boca.
Taehyung soltó a la mujer para que se acercara al beta, y retrocedió para
darles su espacio. Los alfas observaban todo en silencio, uno admirando el
momento del reencuentro, y el otro con la vista fija en solo uno de ellos.
—¿Tía Lucy? —preguntó el beta aún sin poder asimilarlo, su pregunta fue
respondida cuando la mujer lo abrazó comenzando a llorar emocionada.
—Mi pequeño Jinie —dijo ella sin soltarlo durante algunos segundos, y luego
lo soltó para sostener su rostro y admirarlo mejor—. Mira que grande que
estás. Te volviste tan guapo, eres todo un hombre, mi pequeño.
El beta sonrió muy emocionado también, pero aguantando las lágrimas de
emoción. Tomó las manos de la mujer y besó el dorso de cada una a modo de
respeto y cariño.
—Han pasado los años, pero tú te ves igual de radiante que la última vez que
nos vimos —comentó él halagando su evidente buena salud.
—¿Cómo están tus padres? ¿Y tu hermana? —preguntó ella queriendo saber
más sobre su familia a la que no veía hace mucho, pero luego recordó la razón
de su visita al lugar y se giró para ver al príncipe omega—. A-Ay, lo siento,
alteza. No quiero quitarles su tiempo y-
—No te preocupes por eso —interrumpió Taehyung negando con una sonrisa
sincera de felicidad por su reencuentro—. Puedes tomarte una hora o dos
horas paras ponerte al día y saber sobre tu familia.
—No, no quiero quitarle tiempo de su enseñanza, alteza —negó la mujer.
—Esta bien, después de todo yo también tengo que conocer a la persona que
va a enseñarme —dijo mirando un momento al beta que también lo miraba
con bastante sorpresa—. Además, a Kook no le molesta.
El omega volteó a ver a su esposo, y se acercó a él para tomar su mano y
mirarlo con esa mirada de la cual el alfa no podía negarse.
—¿Podemos darles una hora o dos horitas para que puedan charlar? —
preguntó pidiéndole permiso.
El alfa puro suspiró enternecido por su expresión y pedido generoso hacia
ambos familiares. Asintió sin dudarlo, y lo acercó más a él sosteniendo su
cintura, para luego darle un tierno beso en la punta de su nariz, sabiendo que
no podía comerle la boca como podía porque sino se avergonzaba.
—Pediré que les traigan té y bocadillos, y de paso puedes preguntarle a él
acerca de las clases o el instrumento —dijo el alfa, sonriendo satisfecho
cuando ese brillo de felicidad iluminó los orbes grises de su amado.
—¡Gracias, mi amor! —agradeció el menor, para luego abrazarlo con fuerza.
Jungkook también lo estrechó en sus brazos, y se giró a ver a su amigo, que
parecía estar pensando en muchas cosas con la mirada fija en el suelo.
—¿También quieres quedarte a charlar, Rey Kim? —preguntó sabiendo que
algo le sucedía.
El alfa mayor lo miró, luego le dio una breve mirada al beta que hablaba con
su tía. Negó con la cabeza y le sonrió leve.
—Iré a caminar un poco por el jardín —avisó, y caminó hasta la puerta para
salir de la habitación.
Jungkook observó la puerta por donde su amigo se había ido, y se quedó unos
segundos pensando en que era lo que podía estarle sucediendo.
—Kook —llamó el menor.
El azabache bajó la mirada para verlo, y se encontró con la mirada algo seria
de su esposo.
—Ve con él —dijo apuntando a la puerta con un movimiento de cabeza—. No
se veía muy bien.
Jungkook le sonrió y asintio. Pero no se iba a ir sin antes darle un beso como
se debe, porque ya se estaba aguantando mucho y su esposo no ayudaba en
nada a su autocontrol si seguía demostrando su corazón de oro de esa forma.
Sostuvo su rostro y lo besó varias veces antes de finalmente de pararse.
—Si pasa algo, no dudes en hacérmelo saber, ¿Sí, amor?
El omega asintió sonriendole hasta el último minuto. Cuando el alfa abandonó
la habitación luego de presentarse con el beta formalmente, Taehyung
observó la puerta deseando que lo que sea que le suceda al rey Kim no sea
algo malo.
Mi sueño siempre fue que alguien me hiciera un fanart de cualquiera de
mis historias, pero como eso aún no sucede, yo misma me hago algo
parecido.
Como manejo bastante bien el Picsart, les hice un fanedit de Tae bebe
(Pelo azul porque estaba entre elegir color de cabello azul y gris, y al final
elegí gris) estilo cuadro de pintura.
El rey Kim dijo querer tomar aire, y por eso Jungkook fue a buscarlo al jardín,
pero no lo encontró ahí sino apoyado en el arco de la puerta que daba al jardín
oeste, el más cercano a donde estaban anteriormente.
Se acercó a él y se paró a su lado, un paso más adelante de donde se
encontraba el otro, sin decir nada durante algunos segundos. Namjoon lo
miró, más no dijo nada porque sabía que el menor se había dado cuenta de
que algo le sucedía, y lo conocía lo suficiente como para saber que no iba a
presionarlo para que hablara.
—Aquí no llega el suficiente aire fresco que necesitas —dijo el alfa puro, y
luego comenzó a caminar hacia el jardín—. Ven, déjame mostrarte el jardín de
mi esposo.
El rey Kim lo siguió en silencio. Caminaron a la par, en silencio y disfrutando
del agradable clima del día.
—Realmente te luciste con el jardín —halagó el mayor, admirando las distintas
flores del lugar—. Ya veo porqué a Taehyung le gusta tanto.
—Solo lo mejor para mi esposo —respondió Jungkook con orgullo—. Adora las
flores y plantas. Fue su idea llenar los pasillos con ellas, y por eso ahora todas
las ventanas están abiertas, para que les de el sol, y los empleados disfrutan
cuidándolas.
—Me di cuenta de que ninguna de ellas son cortadas para decorar, sino que
están creciendo y viviendo en masetas —comentó Kim recordando su
observación de hace unos minutos.
—Tae dice que las flores no son simples decoraciones, y que merecen ser
cuidadas y no simplemente arrancadas para embellecer un lugar —contó sin
dejar de sentirse orgulloso de la filosofía de vida de su amado—. Creo que eso
es una de las cosas que más me gustan de él; respeta y valora a todo ser vivo.
—Cualquiera que lo conozca quedaría sorprendido y fascinado con su persona
—dijo el mayor siendo totalmente sincero—. Creo que es una persona
maravillosa por lo poco que lo conozco, y digan lo que digan algunas
personas, se nota que en verdad te ama.
Jungkook no pudo evitar sonreír al escucharlo. Levantó la mirada hacia la
pequeña nube que cubrió el sol por un momento, sin dejar de caminar.
—Soy afortunado de que me ame de esa forma también, ya que yo lo amo
desde el momento en el que lo vi —bajó la mirada nuevamente hacia el
frente—. Mi corazón me dijo que debía de hacer que sea mío, y mi lobo me
confirmó que él era el omega con el que debía de estar hasta el día de mi
muerte... —se detuvo haciendo que el otro copiara su acción, y volteó la
mirada hacia él—. ¿Qué fue lo que te dijo el tuyo con respecto al sobrino de
Lucy?
Namjoon lo miró con los ojos abiertos, sorprendido de que se haya dado
cuenta de lo que sucedía con él. Y como si el menor leyera su mente, agregó:
—Incluso Tae se dio cuenta de que algo te sucedía y me dijo que viniera
contigo —comentó.
Namjoon chasqueó la lengua y se regañó a si mismo por no saber disimular.
Pero luego lo miró aún más confundido.
—Espera, ¿Cómo sabías que ese chico tiene algo que ver?
Jungkook picó su nariz con su dedo índice dos veces, y lo miró como si fuera
obvio.
—Tu aroma cambió estando en esa habitación, al parecer inconscientemente
estabas liberando feromonas para atraerlo —respondió simple—. También no
apartabas la mirada de él sino hasta antes de irte, cuando pareciste darte
cuenta de algo y huiste.
—Huir suena muy feo —respondió volteando el rostro para evadir su mirada—.
Digamos que no quise enfrentarlo o pensar demasiado.
—Justamente eso es huir.
—¡Bueno, ya! —se quejó cruzándose de brazos—. Pero no lo digas porque me
dejas como un cobarde.
—Bueno, dime por qué huiste, y te diré si lo eres o no —respondió el menor
simple y directo.
Namjoon suspiró hondo y soltó el aire lentamente. Se llevó una mano al
pecho, y pensó de qué manera explicarse. Jungkook fue paciente y esperó
hasta que el mayor se animara a hablar.
—Desde que Hyejin y Minsung se fueron, mi lobo ha permanecido dormido
todo el tiempo exceptuando mis celos, en los cuales a veces pedía por ella —
comenzó a contar—. Mi aroma se debilitó debido a la depresión de mi lobo y
creí que sería de esa forma hasta el día de mi muerte... —su expresión se volvió
seria, casi preocupada—. Pero hoy, al verlo a él, mi lobo reaccionó.
—Te gustó, y a tu lobo también —concluyó el menor—. Que a tu lobo le haya
gustado es una buena señal, ellos saben quien es mejor para nosotros.
Namjoon negó varias veces.
—Admito que el chico es atractivo y parece ser una persona agradable, pero
no tiene sentido que mi lobo haya reaccionado ante él —apuntó al castillo con
una mano—. Es un beta, no tiene lobo, no tiene aroma y menos puede sentir
los míos.
—¿Te asusta la idea de que si sientes algo por él y se vuelve muy fuerte, sea
porque es un beta de clase media-baja? —preguntó el príncipe como si supiera
por donde iba.
—¿No es obvio? —preguntó soltando una risa sin gracia—. Confío en el juicio
de mi lobo porque nunca me ha fallado cuando se trata de confiar en las
personas, pero todo lo que tiene que ver con ese chico y mi interés es malo o
no tiene futuro.
—Porque soy rey y alfa —respondió como si fuera obvio—. Aún si él también se
interesara en mí y yo llegue a quererlo demasiado, la gente de mi reino y las
demás familias reales verían a eso como algo incluso peor de lo que ven a tu
matrimonio. Taehyung al menos puede darte cachorros, pero él además de no
ser de la realeza, lo atacarán por eso ¿Qué clase de rey gobierna sin poder
tener decencia?
—Pero si sigues metido en tu castillo sin la intención de amar a nadie más por
miedo, tampoco vas a tenerla —acotó Jungkook—. Puedes hacerlo funcionar y
tener una familia utilizando otros métodos, pero entonces deberías de
enfrentar a todos los que se opongan tal y como yo lo estoy haciendo, y no lo
harás porque justamente, eres un cobarde —dijo sin rodeos, siendo claro
porque era un tema serio, y para él los temas serios se hablan claro.
—Es más complicado que tu caso, tú eres heredero del reino más grande de
todos y seguramente tienes el apoyo de otros reinos importantes, pero ¿Quién
me apoyaría a mí? —preguntó con clara decepción.
—Yo —respondió el alfa puro, mirándolo fijo—. Yo y esos otros reinos que dices
que me apoyan, porque si yo digo que algo se acepta, ellos lo aceptan. Lo
sabes.
—...No. Definitivamente no puede resultar de esa forma —dijo finalizando con
el tema—. Voy a evitarlo, hasta que regrese a mi reino —decidió.
—Namjoon —habló firme el azabache, casi gruñendo—. Deja de darme falsas
excusas, ¿A qué le temes exactamente?
El rey Kim se quedó en silencio observando una mariposa que se posó sobre
una flor a su lado. Tardó unos cuantos segundos, pero finalmente respondió
porque sabía que no iba a poder engañar o persuadir al azabache.
—Temo volver a sentir esa felicidad...Y que una vez más me abandonen.
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Sala principal. Castillo zafiro.
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Lucy fue quien se encargó de ir a buscar el té y bocadillos para los tres, que
ahora estaban sentados en los sofás de la sala; Seokjin y Lucy en uno grande, y
Taehyung es uno individual a la derecha de éstos.
—Una vez más, es un honor conocerlo, alteza —dijo el beta al príncipe
haciendo una leve reverencia—. Gracias por su cálida hospitalidad y ser tan
amable con mi tía.
Taehyung sonrió algo avergonzado por tanto respeto y educación con la que
se dirigió a él, y negó levemente.
—No es nada del otro mundo. Hay que recibir a los invitados amablemente, y
Lucy es una gran amiga que trabaja mucho, se merece un par de horas de
descanso para poder charlar con un familiar que no ve hace mucho —
respondió restandole importancia.
—En las familias reales, eso sucede muy pocas veces —dijo lamentando que
fuera de esa forma—. He enseñado a varias personas de la realeza, y el trato
no siempre fue tan amable.
—Oh... —el omega bajó un poco la mirada, triste por ese hecho del que era
muy consciente—. Bueno, la mayoría de las personas de la realeza suelen ser
muy...Poco simpáticos cuando se trata de alguien que no está en la misma
línea de estatus.
—Supongo que usted es amable porque sabe lo que se siente —comentó el
beta mientras bebía un poco del té de naranja que les habían preparado—.
Usted conoce la humildad y la mantiene.
—Su alteza Taehyung es una persona maravillosa —comentó Lucy a su
sobrino, sonriendole al omega—. No hay nadie que trabaje en este lugar que
no le tenga aprecio por su corazón generoso y amabilidad.
Taehyung bajó la mirada algo apenado.
—Me halagas demasiado, Lucy —el omega, un poco avergonzado por sus
palabras, se apresuró a cambiar de tema—. Pero bueno, no estamos aquí para
hablar de mí, pónganse al día —ofreció juntando sus manos en un pequeño
aplauso.
—Cierto —la mujer volvió a ver a su sobrino y le sonrió con algo de
melancolía—. Jinie, ¿Cómo están tus padres? ¿Tu hermana?
El beta también la miró y le sonrió de igual forma.
—Siguen en la casa de siempre, tienen su propio cultivo de verduras y les va
muy bien vendiendo las mismas —contó con orgullo—. Y se mudó al reino
esmeralda con su esposa, una omega de ese reino.
—¿Cuando fue que se casó? —preguntó Lucy con gran sorpresa.
—Hace un año y medio, pero todo fue muy íntimo y simple porque no podían
gastar mucho en una gran fiesta cuando debían de guardar dinero para su
nuevo hogar —contó el beta con algo de pesar—. Quise ayudarla con los
gastos, pero es muy terca y orgullosa, no dejó que la ayudemos en nada
diciendo que como la alfa de su matrimonio era la que debía de ocuparse de
todo —suspiró exasperado—. Estos alfas, son demasiado orgullosos como
para aceptar ayuda de los demás, y mucho más cuando tienen pareja porque
siempre quieren lucirse.
—Es verdad —respondieron los otros dos al mismo tiempo, asintiendo.
—Hace poco me llegó una carta de ellas, dicen estar bien y ambas
consiguieron trabajos estables —continuó comentando—. Yo, como puedes
ver, conseguí el mío como maestro de música. Soy tan bueno enseñando que
incluso las familiares reales piden mis enseñanzas y pagan bien por ellas —dijo
con orgullo.
—Felicidades por eso, hijo —felicitó la mujer también orgullosa, pero de toda
su familia.
—¿Cómo está mi primo? —preguntó Jin esta vez a la mujer—. Hace unos días
me lo crucé en la calle pero no debió de reconocerme porque lo saludé de
lejos y no me devolvió el saludo —dijo con una mueca de confusión—. Se lo
veía saludable y estaba ayudando a entrar unos lienzos a una tienda de
cuadros no muy lejos de aquí.
—¿Minho está aquí? —preguntó ella muy sorprendida y emocionada a la vez—.
Hace años que se mudó al reino de zircón y nunca fue capaz de escribirle una
carta a su madre —se quejó—. Tampoco me dijo que había regresado.
—Ouh. Quizás era una sorpresa y pensaba venir a verte dentro de poco, espero
no haber arruinado la sorpresa —dijo el beta con una expresión algo culpable.
—Eso espero, hace mucho que no veo a mi hijo y necesito calmar mi
preocupación sobre cómo le estará yendo o que estará haciendo de su vida —
dijo Lucy suspirando con tristeza.
Taehyung observó a la mujer con curiosidad, y se atrevió a preguntar.
—¿Tiene un hijo?
Ella volteó a verlo y asintió con una sonrisa.
—Su nombre es Minho, tiene veinticinco años y lo último que supe de él era
que se mudaba al reino de zircón porque quería cambiar su estilo de vida. Me
dejó una carta despidiéndose y dijo que volvería para visitarme pronto... —su
expresión se volvió triste de un momento a otro—. Pero han pasado cinco
años y ni siquiera me a enviado una carta.
Taehyung no pudo evitar sentirse triste por ella, y se acercó un poco para
tomar su mano y darle algo de consuelo de esa forma. Lucy le sonrió de vuelta
y colocó su otra mano sobre la suya.
—Eso es muy feo de su parte. Si mi madre estuviera viva, no habría día en el
que no le enviara al menos una carta para poder saber de ella y que sepa de mí
—dijo el omega con algo de recelo ante ese hombre por ser tan mal hijo.
—Supongo que no terminó de aceptarme como su madre... —lamentó ella
volviendo a verse triste.
Taehyung la miró confundido al no comprender bien sus palabras, y el beta al
notarlo decidió responder por su tía a la pregunta que seguramente haría.
—Minho no es su hijo biológico —dijo, y terminó de beber lo que le quedaba de
té en su taza antes de continuar—. Ella lo adoptó luego de perder a su esposa.
Él tenía diez años y había quedado huérfano recientemente porque ambos de
sus padres fallecieron al ir a una batalla de este reino contra el de cobre.
—En ese momento ese reino no era aliado de éste, y sus padres eran una
mujer alfa y un hombre alfa —continuó ella.
—¿Ambos eran alfas? —preguntó el omega sorprendido por ese dato—.
¿Entonces él es...?
Ambos asintieron al mismo tiempo.
—Sí, es un alfa puro al igual que el príncipe Jungkook —respondió Seokjin.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Luego de una hora y media, Lucy finalmente decidió regresar a su trabajo y
dejarlo a ambos hacer lo que debían. Para ese momento, Jungkook había
regresado a la sala principal para quedarse a observar toda la clase por dos
razones; quería ver a su esposo emocionado mientras aprendía a tocar el
instrumento que le gustaba, y la otra era que no quería dejarlo solo con el beta
aunque confiara en que no le haría nada.
Pero no volvió a la sala con las manos vacías.
—¿Te gusta, amor? —le preguntó a su esposo luego de entregarle el regalo que
mandó a hacer especialmente para él.
😶
G.GG
•|♔| Treinta y dos |♔| •
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook se había ido junto con algunos guardias hace quince minutos, y el
peligris ahora se encontraba en el vestíbulo junto con Gahyeon, Siyeon y Yubin
charlando mientras la primera terminaba de vestirlo.
—La verdad es que la presencia del rey Kim es una bendición para este castillo
—opinó Siyeon cuando el tema del alfa en el castillo surgió entre ellas—. Es
tan encantador y amable.
—Es tan apuesto, tiene un gran porte y su aroma a vino dulce es encantador —
opinó Gahyeon mientras le acomodaba las tiras del vestido al omega—.
¡Quiero que me contrate para hacer sus trajes y así verlo siempre!
—Es uno de los gobernantes más inteligentes de todos los reinos, incluso en
algunos aspectos es más inteligente que el príncipe Jungkook —comentó
Yubin.
—¿Qué opina de él, alteza? —preguntó Siyeon al omega que escuchaba a sus
amigas y reía por sus comentarios hacia el amigo de su esposo.
Taehyung no se lo pensó mucho antes de responder a su pregunta porque
tenía muy en claro lo que pensaba de él.
—El rey Kim es una persona maravillosa y muy amable, es de las pocas
personas que la realeza que nunca me miraron como si fuera nada —sonrió
agradecido aunque el alfa no estuviera allí—. Es uno de los muy pocos amigos
de Jungkook, y me gustaría también llegar a que me considere un amigo al
igual que a mi esposo.
Ah, "mi esposo". Se sentía bonito decirlo en voz alta, aunque no podía evitar
cohibirse un poco al hacerlo.
—Listo, alteza —dijo Gahyeon apartándose para mirarlo por completo—.
¡Como siempre, se ve hermoso!
—Muchas gracias, Gahyeon —agradeció el peligris jugando con el collar que su
esposo le regaló antes de irse—. Deberías de ofrecerle tu trabajo al rey Kim en
serio, estoy seguro de que va a aceptar trabajar contigo cuando vea tus
diseños.
—¿Lo dices en serio? —preguntó la beta llevando sus manos a su rostro, que
poseía una gran sonrisa—. ¡No voy a perder esta oportunidad!
Caminó hasta la puerta, y antes de irse hizo una reverencia al príncipe.
—Me voy ya, alteza. Cualquier cosa ya sabe donde encontrarme.
Abrió la puerta y salió a paso rápido, dejando a los otros tres sin opinar nada
sobre eso porque ya conocían a la mujer y su energía.
—Pero...No sé dónde encontrarte nunca —comentó el omega por lo bajo.
La puerta fue tocada y, cuando el omega dio el permiso, Lucy ingresó a la
habitación. El rostro de la mujer tenía una expresión de preocupación, y eso
fue lo primero que Taehyung notó, y temió por lo que sea que venía a decirle.
—¿Sucedió algo, Lucy? —preguntó temeroso.
—Alteza... —la mujer se acercó a él y tomó aire antes de hablar—. Los reyes del
reino rubí están aquí, y la reina bajó a recibirlos junto con los antiguos reyes,
pero la familia Byun insiste en ver a los príncipes...A usted.
El omega se quedó un momento de piedra al escucharla, y tardó unos
segundos en reaccionar. Instintivamente llevó una de sus manos a su marca y
bajó la mirada sin saber que hacer, comenzando a ponerse nervioso.
—P-Pero Jungkook no está...Yo no puedo bajar solo, mucho menos si tambien
está la familia Jeon allí... —tragó antes de continuar—. Seguramente van a
hablar mal de mí en mi cara, a decir cosas horribles y aprovechar de que estoy
solo...
Hubo un silencio de unos segundos en los que todos los presentes se pusieron
igual de nerviosos y temían lo mismo que él, pero la primera en hablar fue
Yubin, que se acercó a él y apoyó su mano en uno de sus hombros y le sonrió
leve.
—El príncipe Jeon no está aquí, pero nosotras estamos con usted, alteza —
aseguró—. Y en realidad no nos necesita porque usted es capaz de bajar y
hacerles frente, eso lo sabemos porque escuchamos la vez en la que calló a los
antiguos reyes y los padres del príncipe...Pero igualmente estamos con usted.
—Ella tiene razón —dijo Siyeon acercándose a ellos también—. Nosotros
sabemos que puede con ellos. Y no solo nosotros confiamos en usted.
—Jungkook confía en usted también, alteza —terminó Lucy sonriendole
sincera desde su lugar.
Taehyung sintió que iba a llorar al escucharlas. Se volteó para mirar su reflejo
en el espejo, y se dio cuenta de que se veía como alguien que podía fácilmente
bajar por aquellas escaleras y presentarse como el esposo del príncipe
heredero.
Tenía su lazo, tenía su amor, tenía su confianza y su título como igual.
Jungkook le repetía siempre que se diera cuenta de quién era ahora, y debía
de hacerlo justo ahora.
—No voy a mostrarme cobarde o temeroso —dijo apartando la mirada de su
reflejo, y miró a todas las mujeres antes de sonreírles—. Gracias. Por favor,
acompañenme.
Las tres mujeres asintieron sin dudarlo.
Espalda recta; pasos firmes, cabeza en alto, hombros hacia atrás y expresión
calmada.
Al salir de su habitación, cuatro guardias lo rodearon para acompañarlo a
donde fuera; dos detrás y dos al frente. Lucy caminando detrás suyo, mientras
que Siyeon y Yubin estaban a cada lado suyo. El sonido de tus tacones
resonaba predominante por sobre los demás pasos en los anchos y extensos
pasillos.
A pesar de que aún se terminaba de mentalizar para hacerle frente a las
personas en el piso de abajo, se sentía lo suficientemente seguro y motivado
gracias a las personas a su alrededor. Pero sobre todo, quería que cuando su
esposo regresara, no tuviera de qué preocuparse y se sintiera orgulloso de él.
Sosteniendo la falda de su vestido bajó las escaleras manteniendo su postura,
bajando los escalones sin prisa, y su mirada luego se posó en las personas que
estaban debajo. Ignoró olímpicamente a las personas que ya conocía y lo
miraban con recelo, y se concentró en esas dos mujeres vestidas de rojo que
también lo miraban, pero con interés.
—Vaya, creímos que no ibas a animarte a bajar sin la presencia de Jungkook
para defenderte —habló la reina Miyeon mirándolo con soberbia.
Taehyung la escuchó pero la ignoró. Sonrió amable mientras se acercaba a
ambas mujeres, que sabía que una era alfa y la otra beta. Byun Yeun y Byun
Sieun respectivamente; la alfa tenía el cabello corto por encima de los
hombros, y un traje de gamuza roja con detalle en dorado, mientras que la
beta tenía el cabello naranja y largo hasta la mitad de la espalda, vistiendo un
vestido con los mismos colores pero distintos diseños en dorado.
Sus amigas sirvientas se quedaron a un lado de la escalera, mientras que los
guardias siguieron al omega de cerca pero sin invadir su espacio. El omega de
ojos grises se detuvo a un metro de ambas mujeres, y a dos de los Jeon que
estaban a su derecha a más de un metro.
—Bienvenidas —saludó Taehyung con respeto y amabilidad a ambas mujeres,
haciendo una reverencia respetuosa—. Kim Taehyung de Jeon —se presentó
haciendo un leve énfasis en el apellido de su esposo para recordarles
indirectamente a los demás Jeon—. Es un placer tenerlas aquí, muchas gracias
por responder a la carta de mi esposo.
—El placer es nuestro —respondió la beta del reino rubí.
—No podíamos no venir luego de lo enunciado en la carta del príncipe —
respondió la reina Yeun, mirando fijo al omega peligris como si lo estuviera
analizando pero no de mala manera como la familia Jeon—. Que alguien haya
intentado asesinar a alguien de la familia real del reino más grande es algo
que pone a todos los demás reinos en sospecha —dijo con seriedad ante el
asunto—. Debemos de dar la cara para demostrar nuestra inocencia y lealtad
al reino y sobre todo al príncipe Jeon.
—Lamentamos que hayan tenido que venir desde tan lejos por un problema
con respecto a éste omega —dijo la alfa Miyeon, sin importarle cómo se
sintiera su yerno con sus palabras—. Mi hijo no está presente en este
momento, pero-
—Mi esposo tardará un par de horas en regresar —habló Taehyung
interrumpiendo sin importarle a la mujer alfa, que ahora lo miraba con el ceño
fruncido—. Imagino que habrán tenido un viaje largo, por lo que déjenme
invitarles una taza de té o lo que gustan mientras lo esperamos en la sala, ¿Les
parece correcto?
La reina Yeun iba a responder, pero el antiguo rey lo interrumpió antes de que
pudiera si quiera abrir la boca.
—¿Por qué querrían ellos sentarse a tomar el té contigo? —preguntó el
anciano con un tono despectivo—. Mejor regresa a tu habitación y deja que los
reyes conversen entre ellos, reyes —dijo minimizando su cargo.
Taehyung suspiró leve y volteó el rostro para mirar al hombre, al cual le sonrió
leve.
—Señor Jeon, usted es quien debería de regresar a su habitación ya que,
ninguno de ustedes dos tiene relación alguna con el tema que vinieron a tratar
las reinas —dijo mirando a la anciana al lado de hombre mayor—. Además de
que ustedes ya no tiene importancia o capacidad para hablar sobre los temas
con respecto al reino —dijo sin perder la calma ni sonar como si quisiera
ofenderlo.
—Nosotros somos los antiguos reyes y tenemos el conocimiento e inteligencia
para tratar con esto —respondió la anciana sin ocultar su desagrado por el
omega—. Un omega que seguramente no sabe ni leer no puede tratar temas
relacionados con el reino, aunque mi nieto te haya marcado...Qué vergüenza
—dijo aquello último con un tono más bajo.
—Señora, ¿Es que acaso siempre va a hablarme de esa forma, incluso frente a
gente importante aprovechando que su nieto no está? —preguntó sin perder
la calma, casi divertido—. Mejor vaya a descansar junto con su esposo, se nota
que no están muy bien de salud y es entendible debido a su edad. Deben de
cuidarse.
—Cuida tus palabras, omega de cuarta —amenazó la reina, dando un paso
hacia él.
De inmediato dos de los cuatro guardias se posicionaron frente a él,
impidiendo que la reina pudiera ponerle un dedo encima, mientras que los
otros dos colocaron sus manos en el mango de la espada colgada a sus
cinturas. La reina nos miró a ambos con indignación y molestia ante su
intromisión.
—¿Y ustedes qué? ¿Acaso quieren que los despida por culpa de éste omega? —
amenazó.
—Ellos no trabajan para usted —habló Taehyung desde detrás de ambos
guardias—. El único que puede despedirlos es su hijo, o yo —dejó en claro,
luego picó un hombro a cada uno de los hombres para llamar su atención—.
Wonho, Hyunwoo, está bien. Gracias.
Los guardias volvieron a alejarse y Taehyung miró a la reina frente a él con una
expresión mucho más seria que antes.
—Voy a pedirle que no vuelva a dirigirse de esa forma a ninguna de las
personas que trabajan para mí —llevó una mano a su cintura, levantando la
mirada un poco—. No quiero ningún tipo de problemas con ustedes, y aunque
no quisiera, si ustedes tres siguen hablando de mi de esa forma, voy a tener
que quejarme con mi esposo y eso, sé que es lo que más les asusta.
—¿Vas a esconderte detrás de la espalda de mi hijo como un cobarde cada
vez? —preguntó ella burlándose, intentando no demostrar que la idea de que
la acusaran con su hijo la asustaba.
—No —Taehyung dió un paso adelante mientras se cruzaba de brazos,
mirando fijo a la mujer frente a él—. Me pondré de pie a su lado, y ambos les
recordaremos las cosas que no deben de olvidar —le sonrió landino, ladeando
un poco la cabeza para dejar su marca más a la vista—. ¿Por qué no aprovecha
y va a cuidar a su esposo moribundo? Va a extrañarlo cuando ya no esté, y
Jungkook y yo vamos a estar muy ocupados ejerciendo nuestro poder como
reyes.
La vena del cuello de la alfa se marcaba y su mandíbula se apretaba con odio,
odio que se podía notar en su mirada. Taehyung notó su estado y la forma en
la que se estaba conteniendo para no saltar encima suyo y golpearlo como
tantas ganas parecía tener.
—Yendo a lo importante... —volvió a voltear hacia las reinas del reino rubí que
solo estaban en silencio observando toda la escena sin meterse en discusiones
de familia—. Lamento que hayan presenciado tal escena, pero como habrán
notado, ellos parecen no saber comportarse y centrarse en lo importante.
—En eso estoy de acuerdo —habló la reina Sieun mirando a los antiguos reyes
y la reina actual—. Vinimos por algo importante donde el los principales
representantes son usted y su esposo. Y fueron demasiado vulgares, cuando
se supone que si son tan inteligentes y de la realeza, deberían de saber
comportarse.
Los tres Jeon a un par de metros apartaron la mirada de las reinas, que los
veían con decepción.
—Al parecer el único con el que podemos charlar de forma correcta es contigo
—dijo la alfa de cabello corto, volteando a ver al omega—. Té de jengibre está
bien para beber mientras hablamos.
Taehyung les sonrió amables a ambas, sintiéndose en parte apoyado en esa
lucha constante que aquellos se esforzaban en siempre buscar una discusión.
—Entonces, los llevo a la sala —respondió apuntando una de las grandes
puertas a unos metros de donde se encontraban.
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Lucy dejó la bandeja con los té y postres sobre la pequeña mesa frente a los
sofás donde se encontraban las reinas. Taehyung tomó asiento en el sofá que
estaba en frente de ellas.
—Muchas gracias, Lucy —agradeció el omega sonriendole a la mujer.
—Gracias —dijo la beta de cabello naranja, a la vez que su esposa asentía con
la cabeza agradeciéndole de esa forma—. Esto se ve delicioso, ¿Son rellenas?
—preguntó acercándose para tomar unas pequeñas galletitas con chocolate y
nueces que la sirvienta trajo.
—Son pequeñas galletitas de chocolate y nuez, y no, no tienen relleno —
respondió Lucy con su tono amable tan característico.
—Lucy, ¿Namjoon se encuentra en el castillo? —preguntó Taehyung queriendo
saber del alfa, queriendo invitarlo a la conversación.
—Se fue junto con el príncipe porque dijo que se aburría de estar aquí
encerrado —respondió la mujer.
Taehyung asintió estando de acuerdo con lo dicho por el alfa, y luego volteó a
ver a ambas mujeres mientras acomodaba la falda de su vestido. Estaba algo
nervioso e inseguro sobre cómo responder a las preguntas que ellas le harían,
pero iba a esforzarse.
—Es un honor volver a verlos, altezas. Aunque sea por un tema como éste —
habló el menor.
—Igualmente —respondió la alfa—. Nos sorprendimos mucho cuando nos
llegó la carta del príncipe, porque es impensable que alguien intente algo en
contra de alguien de la familia Jeon o el reino.
—Debió de ser horrible, ¿Cómo sucedió? —preguntó la beta con una expresión
de terror.
Taehyung comenzó a jugar con su alianza de matrimonio como cada vez que
se sentía desprotegido. Su sonrisa despareció un poco pero no se negó a
responder a la pregunta de la mujer.
—Intentaron dispararme una flecha en una área del jardín al que
acostumbraba a ir todos los días —respondió—. Fallaron dos veces,
afortunadamente.
—Es aterrador... —comentó la beta sintiendo un escalofrío al imaginarse a ella
en esa situación—. ¿Pudieron atrapar al asesino?
El omega asintió, tomando su taza de té blanco.
—Jungkook lo encerró en una de las celdas del castillo y lo torturó durante
algunos días hasta que finalmente decidió confesar quienes no habían
enviado a...asesinarme —dijo, con dificultad en pronunciar la última palabra.
—¿Tenían sospechosos antes de que el hombre confesara? —preguntó la alfa
luego de beber algunos sorbos de té.
—No me gusta acusar a nadie, pero los únicos que llegaban a mi cabeza cada
vez que pensaba en quién podría detestarme lo suficiente como para hacer
algo así, los reyes del reino de oro eran los únicos en los que podía pensar —
admitió algo apenado en el sentido triste de la palabra con toda la situación.
—Tiene sentido sabiendo lo que ocurrió con su hijo el día de la boda —
comentó la beta probando otra pequeña galletita—. Todos saben lo ocurrido
ese día, y la forma en la que usted lo ayudó a huir, por lo que ellos eran una
opción muy obvia.
—¿Pero fueron ellos? —preguntó Yeun.
El omega negó, y los miró fijo.
—Fueron los reyes del reino de plata —confesó, y bajó la mirada hacia el
líquido en su taza—. El beta que contrataron para asesinarme nos dijo que su
razón era por el castigo que mi esposo le dio a su hija luego de lo ocurrido en
nuestra fiesta de compromiso, que ahora mismo está trabajando como una
sirvienta en el castillo...Y por mi matrimonio con Jungkook —finalizó
intentando no mostrarse decaído con el motivo de tanto odio.
—Sata luna...El reino de plata realmente no tiene idea de lo que va a
sucederles —comentó la beta con incredulidad—. ¿Qué hizo el príncipe al
saberlo?
—Conociendo al príncipe, aún está pensando en eso, ¿Cierto? —preguntó la
alfa.
—Jungkook no actúa de forma impulsiva o desordenada, así que era obvio
que no iba a simplemente ir y prender fuego su castillo con ellos dentro —
habló Taehyung—. No me lo ha dicho aún, pero estoy seguro de que está
planeando algo que llevará su tiempito. Además...Hay más reinos
involucrados.
Aquello dejó sin palabras a ambas mujeres, que no podían creer lo que
estaban escuchando.
—¿Planean una guerra de todos los reino juntos contra éste? —preguntó la
alfa con el ceño fruncido—. Eso es estupido. A menos que se junten casi todos
los reinos, no van a poder con la fuerza y número del ejército de éste reino.
—Además, todos saben que el rey Kim Namjoon del reino esmeralda es un
gran amigo del príncipe Jungkook —comentó la beta—. Obviamente va a
prestarle su fuerza, la cuál es la segunda más grande de los reinos, incluso su
fuerza militar es mayor a la nuestra aunque seamos uno de los reinos más
grandes.
—No sabemos quienes son enemigos y quienes aliados, por lo que Jungkook
pensó en una forma de descartar a varios como enemigos enviando esas
cartas —explicó el omega—. No tengo idea de cómo va a actuar cuando pueda
indentificar a todos, pero según lo dicho por él, ustedes quedan descartados
por el momento.
—Entonces...¿La razón de todo esto es porque tú te casaste con el príncipe? —
preguntó Sieun mirándolo con algo de pena.
Taehyung le sonrió leve a pesar de sentirse mal por eso, y asintió.
—No es por ofenderlo, alteza —habló la alfa llamando la atención de ambos—.
Pero el que alguien con tanto poder sobre los demás se case y le de ese poder
a alguien que no es de la realeza o nobleza, iba a alterar a muchos. De hecho, a
nosotros iba a molestarnos de no ser porque el príncipe Jeon nos hizo ver que
no eres lo que todo el mundo creía.
—¿Él les hizo ver? —preguntó abriendo los ojos sorprendido—. ¿Qué?
—En su fiesta de cumpleaños nos habló mucho de ti, y de la relación que
mantienen como esposos —dijo la beta con una leve sonrisa.
—Nos dijo que sabes eres alguien inteligente y con estudios, sabes leer y las
matemáticas —continuó la alfa—. Nos dijo que eres buena persona, que no
eres narcisista o soberbio, y hoy vimos con nuestros propios ojos que a pesar
del trato tan despreciable de los demás Jeon, tú puedes mantener la calma y
ponerlos en su lugar con una clase e inteligencia que ni ellos pueden tener al
parecer.
Taehyung sonrió encantado con todas esas cosas que su alfa les dijo sobre él,
y no supo que responder a eso más que con un silencio avergonzado.
—Además, en esa fiesta pudimos darnos cuenta de que los rumores acerca de
que sedujiste al príncipe para subir de estatus, es una total mentira —comentó
la beta, aplaudiendo encantada—. La forma en la que se miraban mientras
bailaban, el brillo en sus ojos y ese ambiente que se sintió hasta mal de ver por
lo íntimo que se volvió...Todo el mundo pudo darse cuenta de que en verdad
se aman.
—L-Lo amo —admitió el omega jugando con su alianza, sintiendo sus mejillar
arder y sin valor de mirarlos en ese momento—. Quizás nuestro matrimonio no
comenzó con amor de parte de ambos, pero llegué a amarlo por la persona
que es conmigo y con los demás...Puedo aceptar que digan cualquier cosa
sobre mí, pero no soporto que aseguren que no hay amor en este matrimonio
—dijo mordiendo levemente su labio inferior.
—Todo el que estuvo presente ese día se dio cuenta de que no iba a haber
forma de arruinar su matrimonio, y esa debe de haber sido la razón por la que
lo atacaron —comentó la alfa volviendo a ponerse seria—. A las demás
personas que no van a aceptar ni tolerar su matrimonio, les quedó en claro
que debían de hacer algo contigo antes de que asumieran al trono.
—No es por asustarlo, alteza —comentó Sieun—. Pero definitivamente no van
a querer que usted asuma al trono junto con el príncipe, y quizás intenten
nuevamente buscar una oportunidad de asesinarlo, por lo que debe de estar
siempre atento.
Taehyung asintió leve dándole la razón.
—Jungkook me lo dejó en claro, y por esa razón ya no puedo salir al jardín y el
número de guardias aumentó —soltó un suspiro cansado antes de continuar—
. Es frustrante, es aterrador y es un sufrimiento no poder salir de este
castillo...Pero debo de aguantarlo hasta que las cosas se solucionen.
—Debe de a aburrirse mucho, ¿Cierto? —preguntó la beta—. Yo no puedo
pasar más de dos días sin salir al menos al jardín.
—No me aburro realmente, porque hago varias cosas durante el día y
Jungkook siempre intenta pasar tiempo conmigo para hacerme distraer de
todo lo que esta ocurriendo al menos por unos momentos —sonrío sincero
mientras sostenía su taza con ambas manos—. Hace un par de días comencé a
tener clases de guzheng con alguien de confianza que viene a enseñarme aquí,
y me ayuda mucho a distraerme.
—¡Yo toco el arpa! —comentó la beta mostrándose emocionada—. Me gustan
mucho los instrumentos de cuerda. Quizás algún día podamos dar un
pequeño espectáculo en alguna celebración —ofreció con ojos brillantes.
La idea le gustó mucho al omega, que le sonrió de igual forma y asintió varias
veces.
—Me encantaría. Aunque aún estoy aprendiendo lo básico, pero me esforzaré
para poder hacerlo correctamente —respondió.
Continuaron hablando sobre temas relacionados a los conflictos con los
reinos ajenos, y los minutos pasaban haciendo que Taehyung se sintiera cada
vez más cómodo y menos nervioso. Estaba manejando la situación de la mejor
forma, y de seguro que Jungkook al regresar estaría orgulloso de él.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
En algún lugar de la ciudad principal en el reino zafiro.
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—Adiós, alteza. Mañana estaremos allí sin falta —dijo una beta despidiendo a
las personas que ingresaron a su taller de pintura buscando pintores omegas
o mujeres beta para pintar el cuadro de su esposo.
La puerta del lugar se cerró, y otra se abrió detrás del mostrador del lugar. La
beta volteó a ver a la persona que se acercaba a la salida con tranquilidad y
bostezando aburrido.
—Minho —llamó la atención del chico, que al escucharla se detuvo y volteó a
verla—. Necesito que prepares lienzos y pinturas para ir a crear un cuadro al
castillo mañana, ¿Podrías dejar de ser un holgazán y hacer tu trabajo? Es
importante.
El alfa puro bufó y se acercó a ella para apoyarse en el mostrador, y sostener la
mandíbula de la chica con algo de brusquedad.
—Claro que sí, jefita. Pero luego, ahora mismo tengo una importante reunión
con unos amigos y no tengo tiempo para esas cosas, ¿Comprendes? —
preguntó con un tono despreocupado, mientras movía el rostro de la chica
como si estuvieran jugando.
—Hablo en serio —dijo ella retrocediendo para soltarse de su agarre que dejó
doliendo su rostro—. No vas a ir porque no quiere alfas cerca de su esposo, así
que al menos haz eso antes de irte con todos esos vagos.
—No son vagos, querida —Minho se volteó y caminó hasta la puerta—. Son los
que van a revolucionar este reino dentro de muy poco... —murmuró para si
mismo, y salió del lugar riendo como si le hubieran contado el mejor chiste.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente. Vestidor de los príncipes.
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Varios sirvientes estaban preparando el escenario en la habitación en donde
Taehyung pasaría para pintar su cuadro. Cuando la noche anterior Jungkook
le dijo que al día siguiente iba a venir una beta a pintar su cuadro antes de el
suyo, no supo como reaccionar.
Era la primera vez que iba a posar para que pintara un cuadro suyo, y no
estaba seguro sobre qué hacer exactamente.
¿Cómo debía de posar? ¿Debía de sonreír o mostrarse serio?
—Listo, alteza —dijo Gahyeon cuando terminó de cerrar el cierre en parte
trasera del vestido que había elegido para esa ocasión.
Volteó a verla con sorpresa, porque simplemente vestía un vestido de color
celeste muy pálido con hombros caídos y mangas hasta la mitad de sus
brazos, y nada más que eso. Gahyeon siempre buscaba vestirlo con vestidos
con muchos detalles, joyas de todo tipo, un maquillaje perfecto al igual que su
peinado, pero ahora solo le eligió ese vestido y ya.
La beta al notar su reacción rió enternecida y se acercó para peinar un poco su
cabello con sus dedos.
—Alteza, no sé si estará de acuerdo, pero yo creo que para esta ocasión en la
que van a pintarlo para que los demás vean quién es Kim Taehyung de Jeon,
debes de verte como realmente eres —dijo ella con cariño en su voz—. Usted
es bello sin necesidad de lucir demasiadas cosas o accesorios, un maquillaje
perfecto y todas esas cosas, es tan bello como puro de corazón y eso es lo que
debería de plasmarse en el lienzo para representarlo.
Taehyung al escucharla se sintió extremadamente halagado y conmovido por
sus palabras. No pudo evitarlo y se acercó para abrazarla con estimo,
aguantando el llanto debido a la emoción del momento.
—Eso fue muy lindo. Gracias, Gahyeon.
La beta me correspondió al abrazo que duró varios segundos, luego se
separaron tomando sus manos juntas.
—No sabe lo que me cuesta no arreglarlo como acostumbro porque tengo
tantos estilos en mente que necesito que alguien tan hermoso como usted los
use, pero esto es algo que tiene que ser de esta forma porque es especial —
dijo soltando una pequeña risa—. ¿Está de acuerdo con esto o quiere utilizar
algo más?
—Esto es perfecto, es justo como me gustaría hacer esto —respondió sincero—
. Estoy listo.
—¡Entonces andando! —dijo ella enlazando sus brazos para caminar de esa
forma hacia la habitación correspondiente.
Jungkook ya estaba allí charlando con la beta con la que habló el día anterior
y acordó que pintaría el cuadro de su esposo. En ese momento le estaba
explicando que podía utilizar muchos estilos a la hora de recrear el aspecto
del omega, y distintas paletas de colores e incluso pintar su vestido como si
estuviera en movimiento sin importar el modelo de éste.
—En nuestro taller nos enseñan a tener una buena memoria para recordar las
facciones de los rostros y las figuras de los cuerpos de quienes pintamos —
explicaba la mujer mientras acomodaba el lienzo en el soporte—. Eso sirve
mucho cuando el trabajo nos lleva muchas más horas de lo esperado, y
podemos terminarlo aún sin que el modelo esté presente.
—Entonces no debo de preocuparme por si el día de hoy no alcanzan a
terminar de pintar a mi esposo o si se cansa de estar en una misma posición,
¿Verdad? —preguntó el alfa satisfecho con aquello—. Me parece perfecto.
Realmente vale la pena el precio que piden para el trabajo.
—Los marcos de los cuadros también se fabrican en nuestro taller, tenemos un
alfa que es muy bueno creandolos con distintos materiales —dijo la beta
promocionando el trabajo de su taller—. Grabamos los nombres y todo lo que
quiera poner en él, sin costo también.
—Bueno, si el cuadro queda lo suficiente bien, también les pediré que lo
encuadren y les pagaré el doble —desafío el alfa—. ¿Creen poder plasmar toda
la belleza de mi esposo en el lienzo?
La beta le sonrió aceptando el reto.
—No por nada somos el mejor taller de pinturas de este reino, alteza —
presumió—. Será como si su esposo estuviera dentro del cuadro.
Jungkook solo rió leve. Cuando estaba a punto de preguntarle algo más
acerca de el fondo en donde posaría su amado, la puerta se abrió y la voz de
Gahyeon saludando a todos los presentes hizo que el alfa volteara a verla.
Cuando lo hizo, sus ojos se posaron en la figura de su omega como si tuviera
un imán que siempre terminaba sobre él.
Analizó su vestimenta elegida para algo tan importante, y no supo por qué
pero ese estilo tan sencillo y simple, lo hacía ver tan hermoso como si fuera un
ángel creado en la mismísima luna. Quizás era porque se veía tan puro como
la primera vez que lo vio, tan hermoso como era sin necesidad de nada que lo
embelleciera de más.
Perfecto. De esa manera se podía ver lo perfecto que era.
Taehyung también lo miro y le sonrió algo tímido, llevando una de sus manos
a los mechones del cabello sobre su frente para acomodarlo un poco.
Gahyeon los miraba a ambos con una sonrisa satisfecha porque al parecer
había acertado y el príncipe pensaba igual que él sobre su estilo el día de hoy.
Jungkook se acercó a su esposo al mismo tiempo que Gahyeon se alejaba
para darles su espacio, y los ojos del mayor no abandonaban los contrarios
logrando hacer que el pobre omega se sintiera pequeño e intimidado no de la
mala forma.
—¿T-Te gusta cómo me veo? —preguntó tímido sosteniendo la falda de su
vestido—. Es simple, pero yo...uumm...
—¿Sabes que pensé de ti la primera vez que te vi? —preguntó el mayor
llevando una mano a una de las contrarias para sostenerla y llevarla a sus
labios, besando el dorso de esta misma.
Taehyung negó leve, mirándolo fijo, con curiosidad.
—Solo una palabra se repetía en mi cabeza una y otra vez... —subió su mano
desde la contraria por su brazo, hasta llegar a su hombro y acarició sus
clavículas al descubierto—. Perfecto. Eres perfecto.
Perfecto
—¿P-Perfecto? —preguntó el omega sintiendo sus mejillas arder ante la
vergüenza—. Nadie es perfecto...
—¿Eres nadie? —preguntó el mayor bromeando—. Lo eres, y no hablo solo de
tu apariencia física porque en eso no hay quien pueda contra ti, sino que
cualquiera que te conozca y que quiera hacerlo, quería completamente
encantado con quien eres —subió ambas manos a ambas mejillas contrarias,
acariciando sus pómulos con sus pulgares—. Por eso eres perfecto para mí.
—Jungkook...
Taehyung no sabía que responder a eso, no podía explicarle cómo lo hacía
sentir. Su esposo, su alfa, su amado, lo hacía sentir como si la diosa luna lo
hubiera creado justo para él, solo para que él lo amara.
—C-Cuando yo te vi por primera vez... —habló el omega llevando sus manos al
pecho contrario, sintiendo la vergüenza atacarlo—. Pensé...qué eras muy
apuesto, me intimidabas —admitió sin mirarlo a los ojos—. Tus ojos son...No
se me ocurre cómo describirlos...
Jungkook rió totalmente encantado con sus palabras, y no soportó mucho
más sin acercarse para juntar sus labios. Lo acercó más a él para profundizar
el beso pero no perdían la dulzura en ningún momento. Las grandes y algo
asperas manos del alfa rodeaban la pequeña cintura del omega, que abrazaba
el cuello del mayor con ambos brazos.
—Ya está todo listo, alteza —avisó la beta desde unos metros, sin querer
interrumpirlos pero sabiendo que el tiempo era crucial—. Comenzaremos
cuando ustedes quieran.
La pareja se separó luego de escuchar a la mujer, dejando ver a un omega
avergonzado por haber sido vistos de esa manera por una desconocida, y a un
alfa sin querer apartar la mirada de su esposo ni un segundo.
—Ven, amor —tomó la mano del menor para acompañarlo hasta el lugar
donde debía de posar—. La decoración y el concepto del escenario fue
Gahyeon. Dijo que iba a ser perfecto para que el que sobresalga por completo
fuera tú, y debo decir que tenía razón.
—¡Siempre la tengo! —respondió la beta, que estaba a un lado de la mesa con
postres para los sirvientes que prepararon todo el lugar.
Ambos rieron, y el omega se acomodó justo donde la beta artista le indicó.
—¿Va a quedarse a observar el proceso, alteza? —preguntó la artista al
príncipe Jeon, eligiendo el pincel y colores que iba a utilizar primero.
—No —negó Jungkook tomando asiento en una de las sillas a un lado de un
pequeña mesa con un vino y una copa—. Voy a quedarme observando a mi
esposo —respondió mientras se servía un poco de vino con toda la calma que
poseía—. No se fijen en mí, no voy a molestarlos.
La beta le hizo caso y continúo con lo suyo. Eran profesionales y debían de
hacerse conocer a través de la realeza con un cuadro digno que colgar en las
paredes del castillo, por lo que iba a esforzarse el doble de lo normal.
—Alteza, pues escoger de que manera posar, pero recuerde que debe de
mantenerse de esa forma durante un tiempo largo y recordarla fácil por si
luego quiere descansar, ¿Sí? —le dijo la chica a Taehyung, que aún no sabía de
qué forma colocarse.
—S-Si... —respondió algo nervioso, observando todo el lugar mientras
pensaba de qué manera posar.
Luego de unos segundos simplemente se decidió por una que era simple, pero
que tampoco era típica. Esperaba que el resultado del cuadro no fuera malo o
sentiría que fue su culpa por no haber escogido una pose mejor.
¿Cómo sería el resultado?
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Madrugada de ese mismo día. Taller de arte encargado del cuadro del
príncipe Taehyung.
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La beta de nombre Oh Jaeyin se encontraba terminando los últimos detalles
del fondo de la pintura del príncipe. A su corta edad de treinta años ya era
dueña del taller de sus difuntos padres, a los que prometió llevar el lugar al
éxito y hacer que fuera reconocido en todos los reinos. El hacer un cuadro
para la familia real iba a darles el reconocimiento y ayuda necesarios para
poder expandir su clientela y zonas de trabajo, por lo que le dedicó horas y
horas de trabajo sin descanso para hacerlo perfecto.
—Si esto sale perfecto, podremos abrir nuestro pequeño centro de enseñanza
para jóvenes que quieran trabajar con nosotros y podremos expandir los
lugares a los que trabajar —comentaba la chica al omega que estaba puliendo
un marco encargado para unos nobles—. Y si nos piden hacer otro, podemos
comprar un carruaje para poder expandir nuestros horizontes de trabajo, ¿No
es emocionante?
—Bueno, eso sería muy bueno...Pero solo espero que Minho no vuelva a
cagarla y a romper el cuadro cuando sepa que es para la realeza —respondió
el omega—. Sigo sin entender el por qué los odia. Nació y vivió aquí la mayor
parte de su vida, incluso su madre trabaja en el castillo.
—Quien sabe. Nunca vamos a comprenderlo, y tampoco quiero saber que es lo
que piensa —la beta suspiró hondo y frunció levemente el entrecejo—. Está
completamente loco. No trabajaría aquí si no fuera bueno con los marcos y
mejor amigo de mi hermano.
—Debes de controlarte cuando le hables, más cuando estás sola con él —
advirtió el omega—. Es un alfa muy fuerte, da miedo y puede hacerte daño si
alguna vez se vuelve loco.
—No puedo evitar no responderle cuando hace alguna estupidez o no quiere
hacer su trabajo, es irritante...
La puerta de la habitación en la que estaban se abrió dando un portazo contra
la pared, y ambos presentes anteriormente en la habitación no tuvieron que
girarse para darse cuenta de quién se trataba.
—Espero que no estén hablando de mí, eso sería muy maleducado de su parte,
señoritas —dijo Minho mientras caminaba a paso lento hasta el sofá que
estaba en el lugar.
—S-Soy un chico... —dijo el omega con algo de temor al responderle.
—Eres más una mujer que un hombre, eso no puedes discutirlo —dijo el alfa
con un claro tono de burla—. Aunque ambos son la misma cosa, su trabajo es
complacer a los alfas y hombres beta, y darnos cachorros.
—Eso es un comentario estúpido y de mal gusto, discúlpate —exigió la mujer
con molestia en su voz, pero sin dejar de pintar y detallar porque ya casi lo
terminaba—. Te crees demasiado, es despreciable...
La risa estruendosa del alfa se escuchó por toda la habitación, causando un
escalofrío y algo de temor en el omega que le temía porque tenía un aura
oscura en él, había algo en su mirada y el tono de su voz que no le agradaba ni
un poco. Era aterrador.
—Que la verdad los ofenda no es culpa mía —se levantó del sofá para ponerse
de pie y comenzar a caminar a paso lento hacia el omega que estaba del otro
lado de la habitación—. ¿Por qué me tratan como alguien malo? Yo adoro a los
omegas, en verdad. Son los mejores en el sexo, son preciosos y cuando marcas
a uno se vuelve completamente tuyo y puedes hacer con el lo que quieras.
El omega se quedó completamente quieto cuando lo vio acercarse, e
instintivamente retrocedió cuando lo tuvo cerca. Minho se acercó hasta que
invadió por completo su espacio personal, y sonreía encantando con el aroma
asustado del chico que evitaba mirarlo.
—¿No quieres pasar una noche conmigo, querida? —preguntó de una forma
tan vulgar que era incómodo y solo conseguía asustar más al pobre omega.
—¡Ya basta, déjalo en paz! —gritó la mujer levantándose del banquillo en el
que estaba para acercarse a ellos y sacar al pobre omega de las garras del
alfa—. No te metas con ninguno de los empleados, o dejarás de ser uno,
Minho.
El alfa borró su expresión divertida y lo miró con desagrado.
—No eres para nada linda, y eres aburrida. Por esto no me gustan los betas.
Eres irritante y crees que puedes volar más alto de lo que tus pequeñas e
insignificantes alas pueden hacerlo —dijo con tanto asco en sus palabras que
la mujer no pudo evitar sentirse mal—. No me hagas enojar. Tengo mucho
autocontrol... —llevó sus dedos a su sien, y dio tos pequeños toques—. Pero tú
sabes que cuando pierdo en control, no deberías de estar cerca.
Un silencio incómodo y tenso se instaló en en ambiente.
—Vámonos, Chanie —dijo la beta abrazando al omega para comenzar a
caminar hasta la puerta.
Antes de salir de la habitación, se detuvo para, muy a su pesar, pedirle al alfa
que hiciera su trabajo.
El alfa rió con diversión ante su llamado mientras regresaba al sofá, y volvió a
recostarse como si nada.
—Dígame, jefecita —respondió burlón.
Jaeyin se mordió la lengua ante las ganas de insultarlo por su altanería y
burla, pero necesitaba asegurar el trabajo para el príncipe. Eso era más
importante que las burlas de un estúpido alfa que solo sabía molestar y acosar
a omegas.
—El cuadro que está frente a la ventana —dijo apuntando tal objeto—. Es el
retrato del esposo del príncipe Jeon. Por favor, no lo destruyas o le hagas
absolutamente nada, vamos a ganar bien con lo que nos paguen y
necesitamos el dinero.
—¿El famoso esposo del príncipe al que llaman Apolo? —preguntó divertido,
pero también con cierto interés—. He escuchado varios rumores acerca de él,
¿Es tan hermoso como dicen?
—Puedes verlo por tú mismo —dijo restándole importancia—. No le hagas
nada porque me costó mucho terminarlo. Y si al menos te interesa hacer algo
productivo, mide el lienzo y podrías diseñar un marco por si también nos
encargan uno.
Minho solo le hizo un gesto con la mano en respuesta, y la beta simplemente
suspiró cansada y abandonó la habitación cerrando la puerta detrás de sí.
El alfa se levantó del sofá nuevamente y caminó hasta donde estaba el cuadro.
Tomó uno de los pinceles y lo cubrió con pintura negra con la intensión de
arruinarlo, porque era para la familia real.
—Antes de arruinar esto, vamos a echarle un vistazo al supuesto Apolo —se
paró frente a la pintura, y en cuanto sus ojos se fijaron en la figura retratada en
él, se heló en su lugar y el pincel que sostenía cayó al suelo—. Esto no puede
ser real...
Iluminado bajo la fuerte luz de luna que ingresaba por la gran ventana detrás
suyo, y los veladores alrededor, el cuadro podía apreciarse por completo, y la
figura del esposo del príncipe que resaltaba por sus colores claros en ese
fondo no oscuro pero si más opaco para que el omega en él fuera quien
resaltara.
(IMAGEN DE REFERENCIA)
No podía apartar la mirada del hombre en ese lienzo. Su lobo comenzó a
aullar con ganas de ingresar en él y poder tener al omega frente a él para
poder lanzarse sobre él y morderlo. Sabía que Jaeyin retrataba a la perfección
a las personas, por lo que no había exagerado ningún rasgo del chico, era
exactamente como se veía aquí, y eso le gustó.
Ese omega le gustó.
—¿Ésta belleza está casada con el maldito del príncipe Jeon? —preguntó en
voz alta, ofendido—. Es tan injusto —comenzó a reír sin gracia, llevando sus
manos a sus cabellos para tirar de éstos—. No es justo, no puede tenerlo...Yo
debería de tenerlo, ¿No decían que ese omega venía de abajo? Debe de estar
con alguien que lo entienda como solo podemos hacerlos los de abajo...Tengo
que sacarlo de eso, ¿No es cierto?
Se acercó más al cuadro, llevando una de sus manos al rostro pintado en el
lienzo, remarcando los labios, luego su mandíbula y bajando hasta sus
clavículas.
—Tan bello...¿Cuál será su aroma? —preguntó comenzando a respirar con más
profundidad—. En persona debe de verse aún más bello...¿A qué sabrá? —
preguntó sonriendo maliciosamente.
Llevó una de sus manos a su entrepierna por sobre la ropa cuando las ideas e
imágenes de las cosas que quería hacerle a ese omega inundaron su mente. Le
encantaban los omegas hermosos, y ese era demasiado hermoso como para
pertenecerle a una de las personas que más detestaba, no podía soportarlo.
—Jeon Jungkook... —comenzó a reír sin dejar de pasar una de sus manos por
la marca que podía notarse en la piel del omega retratado—. Eres un maldito.
Lo tienes todo injustamente, e incluso a ésta belleza...No me agrada.
No le gustaba. No le agradaba para nada. No podía soportarlo.
Y él no era de los que se quedaban de brazos cruzados ante algo que no le
gustaba.
—Bien, no le haré nada al cuadro... —dijo como su estuviera hablándole a
alguien—. Más divertido es hacerle algo al protagonista.
Se quedó varios segundos más, simplemente observando el cuadro y
sonriendo de forma tétrica, su mente planeando varias cosas que pondría a
prueba.
Esa misma noche, cuando Taehyung se durmió luego de un día algo pesado,
Jungkook aún estaba despierto sin poder dormir.
Envuelto en las sábanas de seda, esta vez de color crema elegido por el menor,
y con su bello esposo entre sus brazos. El omega lo abrazaba con firmeza
mientras dormía plácidamente respirando el aroma de su alfa al tener el
rostro en la curvatura de su cuello. Jungkook tenía una mano enredada en los
cabellos plateados del otro, mientras que la otra acariciaba su cintura por
sobre la tela.
Respiró hondo llenando sus pulmones con el aroma a arándanos de su
esposo, y se mantuvo pensativo de esa manera durante varios minutos
pensando en todo lo que últimamente la ocasionaba ciertos temores y
preocupaciones. Y no, no hablaba del tema de los reinos en su contra y una
posible batalla, sino que la visita inesperada que podría llegar en cualquier
momento lo ponía nervioso, y él no suele ponerse nervioso.
Yoongi y el príncipe Park iban a llegar en cualquier momento, eso no era nada
bueno si el de cabello rosado sabía sobre el plan que organizaron con su viejo
amigo. Si Taehyung se enteraba de que le pidió al beta que enamorara al
príncipe durante años para llevar a cabo todo lo demás solo para poder
casarse con él, no sabía cómo iba a terminar todo.
Sabía perfectamente que su esposo le era leal al príncipe, que le tenía mucho
cariño y era especial para él no solo por ser su salvador sino un buen amigo a
pesar de que en su momento eran de distintos estatus. Todo dependía de si se
enteraba, y de si Yoongi en verdad había terminado enamorado del omega,
porque si eso sucedía entonces las cosas quizás no se vieran tan mal.
Había una pequeña vocecita en su cabeza que le decía que debía de decirle la
verdad antes de que se enterara en algún momento por terceros y se sintiera
aún peor. Su mayor miedo era que Taehyung lo odiara por hacerle eso al
príncipe y mentirle de esa forma, que quisiera alejarse de su lado.
Eso le aterraba más que cualquier otra cosa, más que cualquier guerra o
amenaza hacia su reino entero.
Si decidía contarle la verdad, ¿Qué sucedería? Taehyung se molestaría de igual
forma, entonces, ¿Qué sentido tenía decirle o no? Podría pensar en alguna
otra cosa para que nunca nadie se entere y entonces no correría el riesgo de
que su amado quiera abandonarlo.
No sabía que hacer. Necesitaba algún consejo, pero ¿A quién podría confesarle
esto?
La respuesta llegó algunos segundos después, y decidió que hablaría con la
única persona a la que podía confesarle algo como eso y que no iba a hablar
de más o a contarle nada a Taehyung.
Suspiró con mucho pesar, y con cuidado apartó los brazos de su amado de su
cuerpo a la vez que se alejaba para poder levantarse de la cama. Entre los
brazos del omega colocó su almohada para que no notara su ausencia, y se
acercó para besar su sien antes de cubrirlo correctamente con las mantas,
para luego alejarse. Se colocó su bata que en esta ocasión era de color verde
oscuro, y salió de la habitación no sin antes darle una última mirada a su
esposo, que dormía como un angelito abrazando su almohada como si al
dejar de hacerlo su sueño se esfumaría.
Le fue imposible no sonreír al verlo de esa manera.
Al salir se encontró con los guardias que estaban en ese turno, y les pidió
amablemente que vigilaran bien a su esposo, y que si se despertaba y lo
buscaba que le dijeran que estaba discutiendo algunos asuntos de trabajo con
Namjoon en su despacho. No creía que se despertara pero por las dudas dejó
aquello en claro.
Caminó por los pasillos a penas iluminados por veladores en los pasillos con
las cortinas cerradas hasta llegar a la puerta de la habitación perteneciente a
la de su amigo. Dio tres golpes en la puerta, y esperó a que el otro estuviera
despierto a esa hora, o volvería a su habitación y hablarían mañana en algún
momento que pudieran tener a solas.
Pasó un minuto, y supo que su amigo estaba caminando hacia la puerta
gracias a sus sentidos aumentados, por lo que no se sorprendió cuando éste
abrió la puerta.
—¿Te desperté? —preguntó el azabache.
Namjoon negó.
—¿Tu esposo sabe que vienes a mi habitación por la madrugada? —bromeó.
Jungkook solo negó riendo divertido, y le hizo una señal con la cabeza para
que lo siguiera. El otro alfa le siguió y ambos caminaron hacia las escaleras
que daban al piso de abajo.
—Supongo que tampoco puedes dormir, ¿Un té y una charla de madrugada?
—preguntó Jungkook en sugerencia.
—Suena genial —respondió el mayor—. Supongo que ambos tenemos cosas
importantes que confesar al otro.
—Siempre aciertas.
Cuando llegaron a la cocina, Namjoon tomó asiento en una de las mesas que
había en el lugar, y observó al alfa moverse en la gran cocina como si supiera
donde se encontraba todo.
—¿Tú vas a prepararlos? —preguntó el mayor algo sorprendido.
—Obviamente. Todos los sirvientes están durmiendo, ¿Acaso quieres que
interrumpa su descanso a alguno solo para prepararnos un té? —preguntó
sarcástico—. No podría pedirles algo como eso, trabajan todo el día y la noche
se hizo para descansar.
—O para tener sexo. Todo depende de cómo la quieras pasar —comentó el
otro alfa, causando que el menor soltara una pequeña risa.
—¿Cuál té quieres? —preguntó el menor mientras encendía la pequeña
caldera que utilizaban para calentar agua.
—Se ve antoja uno de hibisco —respondió el moreno mientras trazaba las
figuras en el mantel con la punta de su dedo índice—. ¿Cuál tomarás tú?
—Siempre le seré leal al negro —respondió mientras buscaba en las cajas de
madera sobre una mesa pegada a la pared, las hierbas para preparar cada té—
. A Taehyung le gusta mucho el verde y el de menta.
—A Hyejin le gustaba mucho el de limón, pero yo lo odiaba porque los cítricos
no son lo mío—comentó con cierta nostalgia en su voz.
Jungkook volteó a verlo apoyado en la encimera de piedra con los brazos
cruzados, mirándolo con una ceja alzada.
—Es raro que hables de ella. Siempre evitas hacerlo y odias que te la
recuerden ¿Qué sucedió? —preguntó serio, demostrando de esa forma su
preocupación. Pero si no lo conocías podrías pensar que suena incluso
molesto de hablar sobre eso.
Namjoon se reincorporó un poco para apoyar su espalda por completo en el
respaldo de la silla, y se cruzó de brazos para mirarlo durante algunos
segundos en los que permaneció en silencio buscando las palabras para
hacerlo.
—Hoy cuando Seokjin vino a darle su clase a Taehyung, lo recibí yo porque
sabía que ustedes estarían ocupados durante varias horas —comenzó a
contar, mientras el alfa azabache continuaba con la preparación del té, pero
escuchando atento a su amigo—. La idea era explicarle que no podían verlos
hoy y luego acompañarlo hasta la salida...
—¿Pero?
—Pero...Luego se disculpó conmigo por no reconocerme la primera vez que
nos cruzamos, y me dijo que me admiraba mucho por la manera en la que
gobierno y mantengo a mi gente —bajó la mirada hasta el mantel
nuevamente—. Dijo que su hermana vivía en mi reino y que en las cartas que
recibía le decía que era un reino maravilloso...
Jungkook sirvió el agua caliente en las tazas, y lo miró por un momento con
una ceja alzada.
—¿Qué es exactamente lo que quieres decir contándome todo esto? —
preguntó sin comprender a dónde quería ir o si iba a responder a su pregunta
anterior.
Namjoon soltó un suspiró algo frustrado por no saber explicarse
correctamente cuando se trataba del beta.
—Lucy se acercó y le ofreció un té para que descanse un poco luego de su
largo viaje, y él me pidió que lo acompañe si no era una molestia... —recibió la
taza de té, junto con un pequeño frasco con azucar—. No iba a aceptar
pero...Solo me sonrió y acepté.
—Tuvieron una charla mientras bebían su té, supongo —comentó el menor
terminando de darle gusto al agua con las hierbas coladas para que no
queden en el agua—. ¿De qué hablaron?
—Comenzamos con cosas simples como su trabajo y la razón por la que yo
estaba aquí y no en mi reino... —dió un pequeño sorbo luego de haber soplado
un poco para no quemarse al beberlo—. No sé como lo hizo, o si fue su dulce
voz, sus bonitos ojos o la forma que tiene de hablar y siempre hacer que le
respondas a todo...Pero terminó preguntándome por ella y lo ocurrido hace
tres años...
—¿Y le respondiste? —preguntó el menor luego de tomar asiento frente a él.
Namjoon asintió.
—No pude no hacerlo. Él es...Es como si una paz enorme me envolviera
cuando lo veo, me transmite una seguridad que hace que quiera contarle
absolutamente todo porque puedo sentir en en verdad va a escucharme, que
de verdad me interesa —jugó un poco con el líquido en la taza moviendo ésta
de forma sutil, y suspiró—. Lo más extraño es...Qué luego de haberle contado
aquello y confesado cómo me siento, me sentí...Mejor.
—Nunca haz hablado y dejado tus sentimientos tan al desnudo de esa forma,
incluso a mí solo me dijiste que no querías hablar del tema porque ibas a
ponerte peor —dijo el menor luego de dar algunos sorbos—. Hablar con
alguien más y sacar todo lo que tenemos guardado y nos lastima es algo
necesario, porque sino estamos lastimándonos a nosotros mismos, y sufrimos
solos.
—¿Desde cuando el de las palabras sabias eres tú y no yo? —preguntó el alfa
castaño queriendo bromear para aliviar un poco el ambiente.
—Desde que el que necesita de esas palabras eres tú —respondió el menor
mirándolo fijo, serio. Él siempre hablaba con seriedad temas importantes—.
¿Qué ocurrió luego? ¿Lloraste?
—Sabes que no he llorado desde ese día, y no creo hacerlo de nuevo —
respondió, y volvió a beber un sorbo—. Pero, luego de eso, él me preguntó
cuál era la canción favorita de ella...Y la tocó para mí con el guzheng —dijo sin
poder evitar sonreír al recordarlo—. No solo eso, también comenzó a cantar y
yo...Santa luna, creo que nunca había escuchado una voz más hermosa que la
suya.
—Umm...Eso debe de ser algún tipo de señal, ¿No lo crees? —preguntó el
menor mirándolo con una leve sonrisa—. La canción favorita de tu difunta
esposa, siendo cantada por la persona que logró hacer que tú y tu lobo
volvieran a sentir...Es hasta poético de algún modo.
—Eso...¿Eso que significa? —se preguntó más a si mismo que al otro—. ¿Cómo
se supone que debe de hacerme sentir aquello?
—No lo sé. Pero, si te hace sonreír, entonces no debe de significar nada malo,
¿No lo crees? —preguntó, y volvió a beber sin mirarlo.
—Creo que...Si sigo conociéndolo, voy a quedar aún más encantado porque
tiene un no sé qué, que me atrae a él como abeja a la miel... —dijo con un tono
algo asustado—. Lo supe desde el momento en el que lo vi, pude sentir que
era alguien que podría llegar a instalarse en mi corazón como no creía posible
y hoy...Hoy me hizo sentir tantas cosas que me quitó el sueño por completo
porque no puedo dejar de recordarlo y recordar su voz al cantar...
—Déjame decirte por experiencia propia, que no vas a poder sacarlo de tu
mente por más que lo intentes —lo miró y sonrió landino—. Ese sentimiento
jamás va a irse, es por eso que solo puedes hacer dos cosas; puedes dejarte
llevar e ir hacia esos sentimientos sin que nada más te importe, o puedes
simplemente rendirte e intentar fingir que no sientes absolutamente nada.
Namjoon se quedó unos segundos en silencio antes de volver a hablar.
—¿Tú que harías en mi lugar? —preguntó volviendo a mirarlo en busca de un
poco de ayuda.
Jungkook no le respondió con palabras, sino que le mostró su alianza con un
gesto de obviedad. El castaño no supo si reír o llorar ante eso, por lo que
simplemente asintió dejando en claro que iba a pensarlo.
—Aprovechando éste momento, voy a hablarte sobre lo que necesito que
sepas para que me des un consejo —dijo dando un largo trago al té restante en
su taza.
—Tiene que ver con Taehyung, ¿Cierto?
—¿Qué comes que adivinas? —preguntó el menor con diversión—. Supongo
que es algo obvio de suponer.
—Pocas cosas, por no decir nada, te preocupan hasta el punto en el que
decides dejar de estar abrazando a tu omega en la comodidad de tu cama
durante la madrugada para pedirme algún consejo —respondió con algo de
diversión—. Si, es muy obvio que se trata de él.
Jungkook rió dándole la razón, y luego permaneció en silencio con la vista fija
en la taza frente a él. Su rostro volvió a su expresión de tranquilidad y cero
tensión antes de comenzar a hablar.
—Hace casi cuatro años, fuimos al reino de oro con mis padres por la
celebración anual de la venta de vinos de ese lugar, era la primera vez que yo
asistía a pedido de ellos —comenzó a contar—. En ese momento Yoongi era mi
guardia personal, ¿Lo recuerdas?
—¿Cómo olvidarlo? Me dio una paliza en el duelo de espadas —respondió el
otro alfa terminando su té.—. Bien merecido su puesto a tu lado. Aún no
entiendo por qué se fue.
—Ya lo sabrás —dijo soltando una leve risa—. Yo no quería asistir a esa fiesta,
entonces me escapé del carruaje para recorrer el lugar.
—No me sorprende.
—Caminé durante una hora, hasta que llegué a las zonas de flora que estaban
junto al castillo, y allí conocí al amor al amor de mi vida —dijo jugando con su
alianza, con la vista fija en ella—. Estaba sentado en el césped al lado de unas
flores aciano de un color azul intenso, leyendo un libro atentamente, y su
belleza me dejó deslumbrado. Y no solo eso, sino que mi lobo quedó tan
flechado que por primera vez intentó tomar mi lugar para acercarse a él, pero
no se lo permití porque aún quería seguir admirando su belleza tan pura
estando en un estado tan natural...
Namjoon pensó automáticamente en Taehyung, pero luego se quedó algo
confundido porque el azabache había dicho que fue hace casi cuatro años, y
solo llevaban casi mitad de año de casados con el omega. Entonces solo
decidió seguir escuchando.
—Cuando iba a acercarme una mujer lo hizo primero —continuó—. Se trataba
de su madre, la cual estaba muy enferma en ese momento. Gracias a una
conversación que tuvieron mientras se alejaban del lugar, pude saber su
nombre y cuál era su puesto en ese castillo... —levantó la mirada para ver al
alfa, con algo en sus ojos que el mayor no pudo descifrar—. Se trataba de la
dama de compañía del príncipe Park, y su nombre era Taehyung, un omega
con aroma a arándanos.
Namjoon abrió los ojos en grande sin ocultar su total sorpresa, y luego de
unos segundos asimilando todo, abrió la boca para decir algo, pero el alfa
puro levantó su mano en señal de que no dijera nada.
—En ese momento solo tenía algo en claro, y era que debía de tener a ese
omega. Entonces comencé a idear un plan en el que pudiera hacer que se
casara conmigo —apoyó sus codos sobre la mesa y entrelazó sus manos,
mirando al alfa por sobre éstas—. Ese día envié a Yoongi a averiguar un poco
más sobre él, y supe algunas cosas que me ayudaron a idear un plan que me
llevaría años, pero que si salía bien, iba a hacer que lograra colocar un anillo
en el dedo anular del omega al que no podía dejar de pensar.
—...¿La ida de Yoongi tiene que ver con eso? —preguntó Namjoon queriendo
saberlo todo.
—Nuevamente, acertaste —respondió el menor—. Pude ver el momento en el
que, durante el final de la fiesta, alguien borracho intentó propasarse con el
príncipe Park, y Yoongi saltó a su ayuda. Pude ver en los ojos de Park, ese
brillo que iba a ser de mucha ayuda para lo que luego planee.
—No puedo imaginar lo que tu mente planeó en ese momento... —admitió.
—No podía casarme con alguien que no estuviera dispuesto a abandonar ese
castillo. Según lo que Yoon pudo averiguar, Taehyung le era leal hasta la
muerte al príncipe Park luego de que éste le salvara la vida. Y era su dama de
compañía, por lo que, por más que yo comenzara a cortejarlo y a hacer que
aceptara la idea de casarse con el heredero al trono del reino más grande de
todos, supuse que no iba a apartarse del príncipe de ninguna forma.
Namjoon se había vuelto a apoyar sobre el respaldo de la silla, escuchando
atento y atónito todo lo que el azabache le estaba confesando.
—Entonces llegué a una conclusión; debía de apartar a Taehyung de todo lo
que lo relacionara con el príncipe y ese castillo. Sabiendo que Tae era aún muy
joven como para casarse, el leve enamoramiento que surgió en Park con
Yoongi y que la madre de Tae estaba seguramente en sus últimos años de
vida, decidí que el momento de convertirlo en mi esposo debía de llegar
cuando todas esas cosas..."Sucedan", por así decirlo.
—¿Sucedan? —preguntó el otro alfa sin comprender del todo.
—Qué Taehyung se vuelva un adulto con la edad suficiente como para casarse
—dijo levantando un dedo—. Que disfrute de los últimos años con su madre a
su lado, y lo más importante y parte del plan, qué el príncipe Park continuara
enamorándose de Yoongi.
—¿La tarea de Yoongi era enamorar al príncipe...para que huyeran? —
preguntó comenzando a unir todas las piezas—. ¿Yoongi es con quién huyó el
príncipe? —preguntó incrédulo.
—Exactamente. Le ofrecí a Yoongi una gran cantidad de dinero a cambio —
respondió el azabache con toda la calma del mundo—. Yoongi me enviaba
cartas bajo un seudónimo que solo nosotros conocemos, informándome
sobre cosas que le ocurrían a Taehyung, y otro tipo de información sobre él
mientras cumplía con su tarea. Entonces, cuando le dijo que su madre falleció
hace dos años, decidí que le daría a mi amado un año para superar la pérdida,
porque su mente debía de estar en condiciones como para casarse —dijo
obvio.
—Que considerado —dijo Namjoon con algo de sarcasmo.
—Cuando creí que era el momento, organicé mi compromiso con el príncipe,
pero todo esto decidí hacerlo en secreto del príncipe Park hasta una semana
antes de la boda para que las cosas salieran como lo tenía planeado —se
apoyó en el respaldo de la silla, con una mano sobre la mesa mientras hacía
formas aleatorias en el mantel—. Solo debía esperar a que el gran día de mi
boda llegara, porque de lo demás se encargaría Yoongi.
—Entonces...¿La huida y el que Taehyung haya ocupado el puesto del príncipe
era todo parte de tu plan? —preguntó sin poder creerlo.
Jungkook sonrió orgulloso, dándole la razón.
—Ante la desesperación del poco tiempo que tenían para intentar impedir la
boda, ya que Park a esa altura estaba completamente enamorado de Yoongi e
iba a pedirle ayuda para que no lo separaran de su lado, debían de actuar con
algo que resulte efectivo y fuera rápido —hizo un movimiento con su mano,
como si estuviera dejando cartas sobre la mesa—. Yoongi solo debía de sugerir
la huida y la ayuda suicida de Taehyung al tomar su lugar sabiendo lo que iba
a suceder, porque mi amado como ya te dije, le era tan leal que haría
cualquier cosa por él.
—Eso fue peligroso para Taehyung...
—Sí, pero obviamente no iba a permitir que nadie le hiciera nada estando yo
allí —respondió obvio—. Solo me quedaba obligarlo a casarse conmigo ya
teniendo la oportunidad de hacerlo, y así lo hice —sonrió orgulloso de sí
mismo—. Las cosas que se planean con tiempo tienen resultados excelentes.
Es como dicen; lo bueno lleva tiempo, y si quieres que algo salga perfecto,
hazlo tú mismo.
—¿Entonces Yoongi no ama al príncipe? —preguntó Namjoon aún con esa
duda—. ¿Dónde están ahora?
—Cuando todo esto comenzó, él no estaba enamorado, pero quién sabe si
ahora lo está —respondió tranquilo—. Y no te preocupes, están viviendo una
vida tranquila a las afueras de tu reino.
—Santa luna...Esto es demasiado para procesar —dijo llevando sus manos a su
cabello—. ¿Taehyung sabe todo esto?
La mirada del alfa puro de volvió un poco más oscura, y su expresión volvió a
tornarse seria.
—No. Si lo supiera, me odiaría por haber utilizado los sentimientos y el puesto
del príncipe al que aún le es leal —vivió a fijar su vista en su alianza—. La razón
por la que te estoy confesando esto, es porque hace poco Yoongi me envió
una carta en donde decía que el príncipe se enteró de mi matrimonio con Tae,
y que quería venir al castillo a hablar con él, que estarían aquí en unos días.
Namjoon entendió todo solo con esas palabras.
—¿Quieres que te diga si debes de decirle tú mismo o rezar por que no se
entere cuando ellos lleguen aquí? —preguntó más como una afirmación.
Jungkook asintió.
—El miedo a que Taehyung se entere y me odie hasta el punto de querer irse,
es algo que viene atormentando mi cabeza los últimos días —confesó—.
Podría planear algo para que no se enterara, pero tengo el presentimiento de
que va a hacerlo de igual forma y que si intento seguir mintiendole y se da
cuenta, voy a aumentar su rencor.
—Bueno, en algo tienes razón y es en que va a enterarse —respondió el
castaño siendo totalmente sincero—. Las mentiras tienen patas cortas, y con
Yoongi aquí, sabiendo que podrían reconocerlo, apuntan todo a que eso va a
salir a la luz tarde o temprano. Además, ¿Y si Yoongi no está enamorado?
—No va a querer seguir con Park por mucho más tiempo, pero si lo deja, su
lugar sería aquí y Jimin seguramente también querría quedarse porque en su
reino sus padres lo matarían luego de lo que hizo... —respondió el menor
sabiendo lo que podría suceder—. Todo apunta a que va a enterarse.
—¿Entonces por qué no se lo dices? Que lo sepa de ti es mejor que el que se
entere por su cuenta —respondió serio.
—A mi padre no le queda mucho, y eso significa que nuestra coronación será
dentro de poco —respondió Jungkook volviendo a mirarlo con la misma
seriedad—. Si se lo digo va a odiarme, ¿Y si decide dejarme? No sé se que
manera podría reaccionar o comportarme si el dice que me odia y que no
quiere seguir a mi lado...Mi lobo no lo soportaría tampoco, y el suyo
seguramente entraría en depresión porque me identifica como su alfa.
Namjoon asintió pensando en todas las cosas que podrían salir mal si
Taehyung se enteraba.
—La verdad es que no sé de que forma ayudarte, amigo —admitió el mayor—.
Pero, de lo que si estoy seguro es de que debes de decírselo. Si tú se lo dices, y
el amor que te tiene es lo suficientemente fuerte como para que te perdone,
entonces eso significará que en verdad su destino es estar juntos, y esto
reforzará su relación porque ya no habrá más secretos, ¿O sí?
Jungkook analizó sus palabras, y soltó un suspiro.
—Suena como la mejor opción.
—Sé que tienes miedo de que quiera dejarte, pero yo creo que el amor que te
tienes en incluso más fuerte que cualquier sentimiento malo que tenga hacia
ti cuando se lo digas —dijo el alfa castaño con cariño en su voz—. Puede que al
principio te diga muchas cosas feas e incluso que intente alejarse de ti, pero si
su amor es lo suficientemente fuerte entonces regresará, y te dará una
oportunidad.
Jungkook le sonrió agradecido por sus palabras. Ambos se agradecieron antes
de regresar cada uno a su habitación, sintiendo que luego de esa charla su
amistad era aún más fuerte.
Cuando regresó a su habitación, se quitó la bata y de metió a la cama
quitando suavemente su almohada de los brazos de su esposo, para ocupar su
lugar. Taehyung volvió a abrazarlo y a buscar su aroma en su cuello mientras
dormía, y Jungkook volvió a estrecharlo suavemente contra su pecho,
hundiendo su nariz en su cabello plateado. Sus piernas de enredaron con las
contrarias, y finalmente cerró sus ojos buscando el sueño.
Con su mente más tranquila y confiando en el amor que Taehyung decía tener
por él, tomó una decisión.
Muchos de ustedes me dijeron lo mucho que les gustó la nueva portada y
el banner, y quiero volver a aclararles que yo no los hice. El mérito y
crédito total es de tkjmin, que hace este arte hermoso y perfecto. Una vez
más muchas gracias, sé que a todos les gustó 🤧💜✨💚
Vayan y revisen su trabajo, denle mucho amor y los halagos son para
él/ella💕
Se viene: con todo. Así que atentis.
por greenGoGo
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Gahyeon ese día estaba inspirada, como cada que algo inusual o importante
sucedía porque debía de lucirse para vestirlo con algo completamente distinto
que las veces anteriores, y a la vez tenía la tarea de innovar con sus diseños.
Taehyung era el modelo perfecto porque absolutamente nada le quedaba
mal, y podía probar todo tipo de diseños y colores en él.
—¡Se ve tan hermoso y tierno, alteza! —halagó Gahyeon aplaudiendo contenta
y muy satisfecha con el resultado—. Parece un ángel.
Taehyung observó su reflejo en el espejo frente a él, y sonrió sintiéndose muy
bonito.
Era una mezcla de sencillez con algo de extravagancia que le daban una
apariencia etérea y en definitiva, angelical ante la piel acanelada y el cabello
plateado del omega. Su maquillaje era bastante sencillo también, pero que
resaltaba las facciones correctas para que éste a juego con su atuendo; brillo
en sus labios y un sutil brillo en sus párpados con acabado blanquecino, y un
muy sutil delineado de ojos.
—El príncipe aumentó mi sueldo hace unos días, pero luego de verlo ahora va
a volver a hacerlo seguro —se acercó a él y tomó sus manos mirándolo con
una gran sonrisa—. Si esto sigue así gracias a usted, voy a tener tanto dinero
que viviré como un noble.
—¿En verdad crees que va a gustarle mucho a Kook? —preguntó cohibido,
observando la falda de su vestido.
—¿Quieres preguntarle tú mismo? —preguntó caminando hacia la puerta, para
luego salir en busca del alfa.
Taehyung volvió a mirar su reflejo en el espejo, y acomodó un poco más su
cabello; revisó su maquillaje y analizó desde varios ángulos su atuendo.
Quería verse lo más perfecto posible para su esposo, porque amaba la forma
en la que lo veía y halagaba.
La puerta se abrió y el omega suspiró hondo antes de voltear hacia ésta para
encontrarse con su esposo de frente, y él también se quedó maravillado con lo
bien que se veía con ese atuendo que era algo distinto a lo que solía utilizar, y
era de igual forma sencillo pero único.
Taehyung fue el primero en acercarse a él para, tímidamente pero con muchas
ganas, llevar ambos manos al pecho ajeno para sentir la tela de la estaba
camisa que llevaba puesta, aunque no estaba seguro de si podía llamarla
camisa.
—Me gusta mucho lo que llevas puesto —halagó levantando la mirada para
verlo, sintiendo sus mejillas arder ante lo que diría—. E-Estás muy guapo.
Jungkook no le respondió a eso, porque estaba muy ocupado e hipnotizado
ante la belleza frente a sus ojos. Retrocedió dos pasos para poder observarlo
por completo, siempre con un brillo que parecía opacarse por una mirada que
hacía sentir al omega desnudo ante sus ojos.
—¿Kook? —llamó juntando sus manos a la altura de su estómago, mirándolo
con vergüenza mezclada con algo de inseguridad al no recibir ningún tipo de
halago de su parte.
El alfa dio un paso más cerca, y tomó su mano con cuidado para hacer que
diera una vuelta completa, para ver cada centímetro de él. Cuando soltó su
mano volvió a retroceder y llevó una de sus manos a su boca, cubriendo esta
volviendo a recorrer a su esposo con la mirada, hasta detenerse en su rostro.
—¿N-No me veo bien? —preguntó preocupado, bajando su mirada a su
atuendo, buscando algo malo.
—¿Eh? —respondió el alfa saliendo de su propio debate para controlarse y no
saltar encima se él para hacer de esa perfección con apariencia de ángel, un
desastre erótico—. Amor...No tengo palabras para definir tu belleza irreal en
este momento —admitió acercándose a él.
Quiso sostener su cintura, pero alejó sus manos y luego decidió sostener su
rostro entre sus manos.
—Siento que ni siquiera soy digno de tocarte, simplemente te ves... —buscó
las palabras para definirlo—. Puro y bello.
Taehyung le sonrió totalmente encantado con sus palabras y la forma en la
que era admirado. No lo pensó mucho y llevó sus manos a las contrarias para
hacer que los fuertes brazos del alfa rodearan su cintura, y luego sus propios
brazos abrazaron el cuello de su esposo, acercando su rostro al contrario
manteniendo una distancia prudente para poder observarlo perfectamente.
—Tú te ves totalmente atractivo, nadie podría resistirse a ti —halagó
queriendo hacerlo sentir bien igual que lo hacía con él—. Tengo la mejor de las
suertes.
Jungkook le sonrió en grande, totalmente enamorado. Lo acercó más hacia él
hasta juntar sus labios, donde comenzó a besarlo con dulzura y cuidado de no
arruinar su maquillaje. Cuando se separaron se sonrieron de igual manera y el
mayor comenzó a acariciar su cuello con la punta de su nariz, olfateando su
aroma preferido.
—Mi esposo es el omega más hermoso de todos los reinos —halagó, y dejó un
beso en un lugar aleatorio de su suave y acanelada piel—. El afortunado soy
yo. Soy el alfa...No. La persona más afortunada de todo el mundo.
Taehyung solo podía reír totalmente encantado con las acciones de su
esposo. Era demasiado lo muy amado que Jungkook lo hacía sentir en
momentos como éstos. Su pecho se llenaba del aroma de felicidad y de gusto
de su alfa, que le confirmaba que todas las acciones y palabras eran
totalmente sinceras. No creía poder ser tan feliz como lo era con él.
—Incluso voy a sentirme tan territorial y celoso cuando salgas de aquí
viéndote de esta forma, que de solo pensarlo me hierve la sangre —dijo
llevando sus labios a la marca en el cuello de su amado, delineando con la
punta de su lengua, causando leves escalofríos en el menor—. Es que
absolutamente nadie podría dejar pasar tu belleza, ¿Entiendes lo hermoso
que eres, mi amor?
—Creo... —suspiró antes de continuar hablando—. Creo que debía de estar a tu
altura —respondió acariciando la parte trasera del cuello del alfa—. ¿No crees
que nos vemos muy bien juntos? —preguntó recordando las palabras dichas
por Gahyeon.
Jungkook se alejó de su cuello para mirarlo, y le sonrió sincero.
—Somos perfectos juntos, amor.
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Jungkook y Taehyung llegaron al comedor tomados de la mano. Y cuando los
cuatro presentes sentados en la larga mesa de madera oscura con un mantel
de color azul.
Ninguno de los cuatro pudo evitar abrir la boca totalmente maravillados al ver
al omega que mantenía una expresión calmada e incluso feliz. Fue como si ma
habitación se iluminara con la presencia de los príncipes, y automáticamente
la familia real del reino amatista se pusieron de pie para saludarlos.
—Bienvenidos —saludó el príncipe Jeon haciendo una reverencia a los
presentes junto con su esposo—. Nos alegra verlos aquí. Muchas gracias por
responder a mi carta, es algo muy importante.
—Es algo que debíamos de hacer —respondió la reina omega—. La noticia nos
sorprendió mucho.
—Cierto, ¿Cómo te encuentras, Taehyung? —preguntó Jieun mirando al
omega con pena—. Lamento que hayas tenido que pasar por algo tan horrible.
El peligris le sonrió tranquilizándola.
—El momento fue aterrador, y los días siguientes, pero ahora estoy
perfectamente —respondió, y le dio una mirada a todos—. ¿Desayunaron? —
preguntó juntando sus manos—. Deben de tener hambre luego de un viaje tan
largo, vamos a charlas mientras desayunamos.
—La verdad es que si tengo bastante hambre —respondió el alfa Jongsuk
llevando su mano a su estómago.
—No se preocupen, la comida debe de estar llegando en cualquier momento
—dijo Jeon, y apuntó a la mesa—. Tomemos asiento, por favor.
Todos asintieron, y tomaron asiento de manera en la que de cada lado de la
mesa habían tres personas; de un lado los reyes del reino amatista junto con
el alfa heredero, y del otro se encontraban los otros, con Taehyung en medio
de su esposo y la princesa.
Mientras desayunaban y el príncipe peligris y la princesa de cabello negro
charlaban por su lado sobre temas relacionados con novelas que ambos
habían leído, los reyes y los herederos se ponían al tanto de todo lo que
ocurría.
—Así que...El reino de plata —comentó Jongsuk bebiendo su jugo de naranja—
. Bueno, tiene sentido luego de lo que sucedió con su hija. Deben de sentirse
tan humillados frente a los demás reinos, que no piensan con claridad las
cosas antes de llevarlas a cabo.
—Al menos no fueron tan estúpidos como para intentar atacar solos, de lo
contrario sería como enviar a un solo soldado contra cien mil enemigos —dijo
el rey Lee.
—Aún así, sigue siendo una idea bastante mala —comentó la reina omega—.
Puedo llegar a entender la razón por la que no aceptan su matrimonio, alteza.
Pero creo que tomar represalias contra eso arriesgando todo un reino en el
proceso.
—Es por eso que con el rey Namjoon sospechamos que tienen algo más
planeado además de juntar a todos sus soldados en un intento de ataque al
reino —comentó Jungkook—. ¿Ustedes qué creen? —preguntó analizando a
los tres para terminar de confirmar que podía confiar en ellos por completo.
—Un ataque sorpresa no sería posible —opinó el otro príncipe alfa.
—Un nuevo intento de asesinato puede ser posible, pero demasiado
arriesgado como para intentarlo dos veces —comentó la reina.
—Quizás intenten arruinar de alguna forma su fortaleza militar —opinó el rey—
. Incluso puede que intenten infiltrar a alguien en el castillo, por lo que deben
de tener mucho cuidado y mantener a su esposo vigilado en todo momento.
—Eso no es problema, la mayoría del tiempo está conmigo o acompañado de
gente confiable —aseguró el alfa—. Todas las personas que trabajan en este
lugar son de confianza, o de lo contrario los hubiera despedido
temporalmente a modo de prevención, como hice con algunos.
—Eso sí es ser precavido —halagó Jungsuk.
Jungkook iba a responder, pero sintió que su esposo picaba su brazo casi de
forma tímida para llamar su atención y volteó a verlo de inmediato.
—¿Sí, amor?
—Lamento interrumpir —dijo antes que nada, sintiéndose algo culpable por
interrumpir una charla tan importante—. Pero, ¿Y el rey Kim? ¿No va a
desayunar con nosotros?
—Namjoon no pudo dormir mucho anoche, por lo que pidió que no lo
despierten para el desayuno —respondió a su pregunta, acariciando su mano
para tranquilizarlo por creer que interrumpió de mala manera—. Supongo que
despertará al mediodía.
—Oh, ya veo —respondió sin querer preguntar cosas que no eran de su
incumbencia aunque sospechara que algo malo le pasaba como para no
poder dormir—. Ahora que lo dices... —llevó sus dedos al rostro contrario,
comenzando a acariciar superficialmente debajo de sus ojos—. Tienes algunas
pequeñas ojeras, ¿No pudiste dormir bien tampoco? —preguntó preocupado.
Jungkook le sonrió y negó. Sostuvo su mano para besar el dorso de ésta.
—No te preocupes, desde que estás conmigo duermo perfectamente —
respondió sincero.
El omega le sonrió algo avergonzado al recordar que no estaban solos.
Lucy ingresó en ese momento disculpándose por interrumpir su desayuno, y
se acercó al príncipe Jeon con algo de pena en su rostro.
—Alteza...
—¿Qué sucede, Lucy? —preguntó el azabache expectante.
—¿Podría tomarme una hora de descanso? —preguntó como si el pronunciar
esas palabras fuera incómodo—. Lamento pedirle esto, pero es que acaba de
llegar alguien inesperado y de verdad me gustaría recibirlo y hablar un poco
con él.
—¿Él? —preguntó curioso el príncipe—. ¿Alguien vino a visitarte? ¿Quién?
—Mi hijo —respondió ella con una sonrisa emocionada, y un brillo especial en
su mirada que el azabache no había visto nunca antes en la mujer—. Luego de
cinco años, mi hijo vino a verme.
—¿En serio? —preguntó Taehyung al escucharla, y no pudo evitar sonreír al
verla tan emocionada a la mujer—. ¡Eso es increíble, Lucy! Estoy feliz por ti, es
lo que querías, ¿Cierto?
—Sí, muchas gracias, alteza —respondió la mujer, y volvió a mirar al príncipe
Jeon en espera de una respuesta.
El alfa no iba a negarlo algo tan importante como aquello, y asintió
sonriendole amable.
—Por supuesto que puedes —respondió finalmente—. Disfruta de este
momento.
—Muchísimas gracias, alteza —agradeció la mujer haciendo una reverencia de
noventa grados hacia él, luego otra a los demás presentes.
La mujer abandonó la habitación, muy feliz.
Pero otra persona ingresó a ese castillo, emocionado por una razón
totalmente distinta.
por greenGoGo
Cuando el desayuno acabó, una hora después Jungkook seguía con la charla
con los reyes del reino amatista y el príncipe heredero de éste mismo,
mientras Taehyung estaba junto con Jieun y Gahyeon mostrándole todos los
vestidos que ésta última creó creaba para él.
Su intención era promocionar el trabajo de su estilista y diseñadora a través
de otros reinos, porque Gahyeon le había comentado que si su trabajo era
pedido en otros reinos, entonces iba a construir en el castillo —con permiso
del príncipe Jeon— un taller y a contratar a más personas para que recreen
sus diseños y que pudiera venderlos a otros reinos. Obviamente la beta tenía
pensado que sea un negocio en el que el príncipe Jeon ganara el cuarenta por
ciento de las ganancias porque iba a permitirle construir el taller y era él quien
le conseguía las maquinas para coser y las telas y demás cosas para crear sus
vestidos.
—Éste es el último que hice hace dos días —dijo Gahyeon mostrándole uno de
los poco más de cien vestidos que estaban en uno de los percheros—. Estoy
pensando en hacerlo de distintos colores, ¿Cuál crees que quedaría bonito? —
le preguntó a la princesa.
Jieun observaba maravillada el diseño del vestido que la mujer frente ella le
mostraba.
—¿En serio tú misma creaste todos éstos? —preguntó mirando al rededor de
ese gran habitación que servía como armario—. ¿Todos para Taehyung?
—Digamos que sí eran para él, pero comencé a hacerlo antes de que su alteza
Taehyung se casara con el príncipe —dijo volviendo a dejar el vestido en su
lugar con mucho cuidado—. El príncipe al parecer estaba decidido a casarse
con alguien de la jerarquía de omega, y me pidió que comenzara a hacerlos
hace unos tres años, todos para la futura persona que se casara con él.
—¿En serio? —preguntó Taehyung sorprendido por ese dato. Por un momento
pensó que tenía suerte de ser un omega, porque entonces de lo contrario
quizás Jungkook no se habría casado con él.
—Bueno, es algo raro viniendo de alguien que viene de generaciones en la que
los omegas casi no fueron parte de la realeza —comentó Jieun—. Pero al
parecer tuvo suerte de enamorarse de ti —le dijo al omega.
Éste asintió con una sonrisa sincera. De cierta forma, también creía que de
alguna manera, quizás estaban destinados a conocerse.
—¿Quieres probarte alguno? —preguntó Taehyung a la omega.
—¿Probarme? —preguntó ella sorprendida—. ¿Puedo?
—¡Claro que sí! —respondió él asitiendo—. Puedes probarte el que quieras, y si
te gusta mucho te lo quiero obsequiar.
La omega lo miró sin creerlo durante algunos segundos.
—¿Lo dices en serio? —preguntó creyendo que solo estaba bromeando. El
omega negó—. Pero, ¿Por qué me lo obsequiarías?
—Tómalo como un agradecimiento por haber sido tan amable conmigo desde
el momento en el que hablamos por primera vez —dijo, y tomó ambas de sus
manos en señal de confianza—. Fuiste de las pocas personas que no me ha
tratado feo a pesar de ser de la realeza, y eso significa mucho para mí.
La omega no supo que decir, y solo pudo devolverle una sonrisa sincera en
agradecimiento.
—Además, somos...Somos amigos, ¿Cierto? —preguntó algo dudoso sobre
eso, porque la mujer jamás le dijo que lo consideraba uno.
Jieun lo miró con ternura porque la forma en la que lo dijo y la expresión
tímida que tenía en ese momento eran adorables. Le sonrió más en grande y
asintió, dando un leve apretón en sus manos juntas.
—Somos amigos —aseguró.
Aquello fue suficiente para que el omega sonriera mucho más y se sintiera
feliz, porque tenía oficialmente una amiga que era de la realeza además de
Namjoon, y eso lo hacía sentirse menos odiado por los de su estatus.
—¡Muy bien, lo que diga mi alteza se hace! —dijo la beta interrumpiendo ese
bonito momento para tomar la mano de la omega y hacerla recorrer el lugar—.
Puedes elegir el que quieras, te lo pruebas y si hay algo que corregir para que
se adapte perfecto a tu figura, lo arreglaré antes de que te vayas.
—Muchas gracias —respondió ella emocionada por poder elegir alguno de
esos preciosos vestidos.
—Hazme famosa en tu reino, ¿Sí? —dijo moviendo sus cejas de arriba a abajo.
Eso causó la risa del omega, y decidió que iba a ir a pedirle a alguno de los
sirvientes que les preparar té y algunas cosas para comer por mientras,
porque sabía que eso iba a tardar un poco si Gahyeon se emocionaba y
comenzaba a querer probarle varios diseños a la omega.
—Iré a pedir algo de té para los tres —avisó—. ¿De qué lo quieren?
—Té de naranja, por favor —pidió Jieun.
—Té con miel —respondió la beta.
—De acuerdo. En seguida regreso —dijo, y salió de la habitación.
Caminó por los pasillos casi dando pequeños saltitos, porque realmente le
hacía feliz que la princesa aceptara ser su amiga. Iba a contarle a Jungkook
cuando la familia real se fuera.
Mientras caminaba por los pasillos, dobló en una de las bifurcaciones que
llevaban a las escaleras, pero se detuvo cuando al hacerlo chocó con alguien y
medio tropezó hacia atrás, pero no cayó porque fue sostenido por los
hombros impidiendo que eso sucediera.
—Lo siento —dijo aún sin levantar la mirada, creyendo que se trataba de uno
de los guardias.
Pero al levantar la mirada no se encontró con ningún rostro familiar, sino que
de trataba de alguien completamente desconocido. Se sintió incómodo al
verlo por varias razones; no era ningún guardia porque vestía un pantalón
marrón y una camisa blanca, su aroma a pimienta algo fuerte le hizo saber que
se trataba de un alfa, y éste aún no soltaba sus hombros.
Es más, cuando cruzaron miradas el hombre pareció ejercer un poco más de
fuerza en su agarre, y su mirada lo ponía incómodo. Sus ojos lo miraban como
si hubiera encontrado que estaba buscando hace mucho. Desde que llegó a
ese castillo ningún alfa lo había tocado, literalmente. Y se sentía incómodo
que un alfa que no fuera su esposo lo hiciera.
—Discúlpeme —habló el hombre sonriendole leve, pero había algo extraño en
la forma en la que lo hacía—. Estaba buscando el baño, pero creo que escuché
mal las indicaciones.
—N-No, no es nada —respondió el omega intentando devolverle la sonrisa,
pero solo logrando hacer una mueca.
Su lobo se había puesto a la defensiva, y gruñía hacia él como si el otro
estuviera a punto de atacarlo. Definitivamente no le gustaba para nada.
Taehyung al notar que éste no lo soltaba, retrocedió haciendo que el otro se
viera obligado a hacerlo.
—H-Hay un baño en la planta baja —dijo bajando la mirada hacia el pecho
ajeno, porque no era capaz de sostenerle la mirada—. Pero...ya que estás aquí,
hay u-uno girando a la derecha en ese pasillo —dijo apuntando a su izquierda.
—Príncipe Taehyung, ¿Cierto? —preguntó el alfa ignorando sus indicaciones.
—S-Sí —respondió él, nervioso porque su lobo ladraba pidiendo que se aleje
de él—. Si me disculpas...
Intentó pasar por su lado, pero el hombre extendió su brazo cortándole el
paso, haciendo que Taehyung llevara ambas manos a su pecho, volviendo a
retroceder. El alfa lo intimidaba, pero no de la misma manera en la que lo
hacía Jungkook.
—Mi madre me ha hablado maravillas de ti —dijo alfa logrando llamar su
atención.
—¿Madre? —preguntó alzando la mirada para mirarlo, pero luego solo observó
su cuello porque no le gustaba su mirada.
—Déjeme presentarme correctamente —dijo volviendo a colocarse frente a él,
acercándose un poco, de forma casi imperceptible—. Mi nombre es Choi
Minho, hijo de Lucy.
Taehyung abrió los ojos sorprendido al escucharlo, y volvió a intentar mirarlo
a los ojos. Comenzaba a sentirse mucho más incómodo porque el aroma del
alfa era bastante fuerte, demasiado intenso para su gusto. Y además de eso, se
sintió un poco asustado porque el hombre frente a él era un alfa puro al igual
que Jungkook.
—O-Oh, así que tú eres el hijo del que tanto habla —dijo intentando sonreírle,
porque no quería ser maleducado o descortés con alguien tan importante
para Lucy—. Ella lleva tiempo esperándote...
Tenía ganas de regañarlo, pero no se animaba a hacerlo.
—Estuve muy ocupado, pero ahora que estoy en este reino nuevamente y vine
a visitarla, la extrañaba —dijo, y se acercó un poco para intentar olfatear el
aroma del omega, con el que había estado fantaseando e imaginando toda la
noche mientras se tocaba a si mismo—. Por favor, cuide bien a mi madre.
Respiró hondo, y cerró los ojos por un momento cuando sus pulmones se
llenaron de ese aroma dulzón a arándanos, pero casi suelta un gruñido
involuntario cuando también pudo percibir el aroma de otro alfa en él, y lo
reconoció como el del príncipe Jeon.
Aquello fue demasiado para el omega, que retrocedió aún más, sin poder
evitar asustarse un poco por la forma en la que el hombre comenzaba a
invadir su espacio personal.
—Y-Yo...Tengo que irme —dijo, y dió la vuelta para regresar a la habitación de
la que venía.
No le importó que se notara que quería alejarse de él lo más rápido posible.
Para su desgracia, al alfa puro le había gustado. Le había gustado demasiado.
En persona era aún más hermoso que en la pintura, y con esas pintas parecía
un ángel, uno que le encantaría tomar y hacer llorara de dolor mientras lo
hace suyo. Su aroma dulce me gustaba también, pero lo que le dió ganas de
tenerlo fue la forma en la que se asustaba frente a él, y su aroma asustado y
nervioso se volvía aún más exquisito para él. Se le ocurrían tantas cosas para
hacerle.
Lo único que no le gustaba era esa marca en su cuello del príncipe, y el aroma
de éste mismo sobre él.
—Maldito Jeon Jungkook —gruñó apretando los puños con fuerza.
—No deberías de decir eso en voz alta, o los guardias que vigilan podrían
escucharte y le irían con el cuento al príncipe —escuchó una voz femenina a
unos metros.
Minho volteó a verla y se encontró con una mujer que supuso que era una
omega por su aroma a ciruela y vestido de sirvienta parecido al que traía Lucy,
y una escoba en sus manos. Él la miró con una ceja alzada y una sonrisa
divertida.
—¿Y tú no me dirás? Creí que todos los empleados de éste lugar le eran
completamente leales.
—Yo no soy una de sus sucias sirvientas —dijo era a la defensiva, con una
mueca de disgusto—. Mucho menos le soy leal al maldito de Jeon. Solo...Solo
estoy cumpliendo un castigo por haber golpeado a ese asqueroso omega —
dijo mirando por el lugar donde se fue Taehyung.
—Ooh... —el alfa sonrió maliciosamente, y se acercó a ella con un brillo
extraño en su mirada—. Me gusta como suenan tus palabras...¿Te gustaría
joder a ambos? —preguntó con un tono de voz bajo por las dudas.
Ella lo miró con interés, y luego le sonrió de igual manera.
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Cuando Taehyung regresó a la habitación, ambas mujeres dentro pudieron
notar que no se veía bien y parecía algo asustado, por lo que se acercaron a él
para preguntarle si ocurrió algo.
—N-No es nada, en serio —respondió él restandole importancia—. Es solo
que...Conocí al hijo de Lucy —dijo bajando la mirada.
—¿En serio? —preguntó Gahyeon abriendo los ojos—. ¿Te cruzaste con él?
El omega asintió.
—¿Te hizo o dijo algo malo? —preguntó Jieun con algo de desconfianza.
—N-No... —respondió, ya que en realidad el hombre no le había dicho nada
malo, y a pesar de que parecía querer invadir su espacio personal, no intentó
tocarlo de ninguna forma extraña—. Supongo que...Solo me intimidó porque
también es un alfa puro, y solo había conocido a Jungkook.
Tampoco quería hablar mal de él sin conocerlo, después de todo a penas y
habló con él, y era hijo de Lucy. No podía ir haciéndole mala fama, o sentiría
que le estaba haciendo algo muy feo a esa mujer que tanto cariño le tiene y
tan bien lo trató desde el momento uno.
—Bueno, los alfas puros si son algo aterradores la primera vez que los conoces
—comentó la princesa recordando el día en el que conoció a Jungkook.
—Su aroma debe de ser muy fuerte, porque de siente algo en ti —comentó
Gahyeon olfateando uno de sus hombros al descubierto—. Deberías de
deshacerte de ese aroma antes de que el príncipe lo sienta sobre ti, o va a
molestarse mucho.
—Sí, creo que iré a-
La puerta se abrió de golpe casi azotandose contra la pared, y la figura de
Jungkook se dejó ver, junto con su expresión de seriedad y algo de
preocupación. Taehyung se alegró de verlo por un momento, pero luego
recordó el detalle del aroma a otro alfa que había quedado en él, y su sonrisa
decayó.
El alfa se acercó a él con el ceño muy fruncido, olfateando el aire a medida que
se acercaba a él. Cuando llegó frente a él, se agachó siguiendo algún aroma y
se detuvo en uno de sus hombros, luego fue rápidamente al otro y un gruñido
molesto salió de él.
Volteó a ver a las mujeres y les hizo una señal para que se retiraran, y así lo
hicieron ellas dándole una última mirada al omega, diciéndole que no iba a
suceder nada malo. Pero Taehyung creía que sí, porque podía sentir el enfado
del alfa a través del lazo, cosa que lo asustó también un poco aunque sabía
que éste no le haría nada.
O eso quería creer.
—¿Quién te tocó? —preguntó utilizando un tono de voz tranquilo, pero con
varios tonos más graves de lo normal, mirándolo fijo.
—J-Jungkook... —nombró, pensando de qué manera explicarle lo sucedido—.
Eso solo fue-
—¿De quién es ese aroma a alfa? —preguntó un poco menos calmado que
antes, y sostuvo sus hombros firme—. ¿Quién y por qué te tocó? Responde a
las preguntas, Taehyung —exigió.
Ante el tono utilizado, su mirada y la forma de llamarlo, se sintió regañado y
culpable por tener el aroma de otro alfa en él. Se encogió en su lugar y sintió
sus ojos arder ante el llanto cercano. Le asustaba la idea de que su esposo
creyera que dejó que otro alfa le pusiera una mano encima, incluso tuvo
miedo de que pensara que buscó que otro alfa lo tocara cuando jamás haría
una cosa así.
—Y-Yo no quise —se apresuró a decir cerrando los ojos cuando sus ojos de
humedecieron—. Fue un accidente...E-El hijo de Lucy chocó conmigo en los
pasillos sin querer, y y-yo casi tropiezo...E-El solo me sostuvo para no caer, te
juro que no vol-volvió a tocarme, solo-
—El hijo...de Lucy —dijo soltando un leve gruñido—. Es un alfa, y te tocó.
Chocó contigo, ¿Te lastimó?
—Fue un accidente, no me pasó absolutamente nada —se apresuró a negar
volviendo a mirarlo, y con algo de duda llevó sus manos a su pecho queriendo
calmarlo—. N-No intentó volver a hacerlo-
—Ningún alfa más que yo puede tocarte —soltó dejando notar su molestia y
desagrado—. No puedes tener el aroma de otro en ti.
—Solo fue un accidente —repitió, y sin aguantar más se acercó para abrazarlo
y hacer que su aroma aunque estuviera algo amargo por su enfado, se
impreganara en él—. Es el hijo de Lucy... —dijo recordándole a la mujer por si
pensaba en hacerle algo—. Ningún otro alfa va a tocarme, prometo no
dejarlos... —aseguró.
Sus palabras parecieron calmar al alfa puro, que estaba haciendo un esfuerzo
sobrehumano para no descontrolarse e ir en busca de ese alfa para arrancarle
las manos por haber tocado y dejado su aroma en su esposo. No le importaba
si era un accidente, lo que si le hizo desistir de hacerlo fue el recordar a la
mujer que era su madre. No podría perdonarse jamás si la mujer lo odiaba por
torturar a su hijo por algo accidental.
Suspiró obligándose a calmarse porque se daba cuenta de que su esposo
estaba llorando asustado. Asustado de él. Y eso lo hizo sentirse la peor basura
del mundo.
Le devolvió el abrazó y aumentó su aroma para que quedara totalmente
imoregnado de él. Acarició su espalda y besó su cabello.
—Bien. Todo está bien ahora, amor —dijo, y se acercó a su marca para besarla
varias veces—. No llores, no es tu culpa, lo siento.
—Y-Yo nunca buscaría que otro alfa me tocara, lo juro —quiso aclarar, y sus
manos apretaron la tela de la camisa del mayor—. No quiero a nadie más, solo
a ti...
—Lo sé, amor. Lo sé —respondió, y se alejó buscando su mirada—. La razón
por la que vine de inmediato fue porque sentí que estabas asustado, y me
descontrolé cuando sentí el aroma de otro alfa sobre ti —suspiró y besó cada
una de sus mejillas que estaban húmedas debido a algunas lágrimas—. Soy un
alfa puro, yo...Me hierve la sangre con solo pensar que te toca otro alfa o beta
hombre, no me gusta para nada, lo odio.
—Lo sé... —respondió el omega, y se colocó de puntas de pie para volver a
besarlo—. No quiero que te enojes conmigo, por favor.
Jungkook negó varias veces, y terminó sonriendole para calmarlo.
—Jamás podría enojarme contigo, mi bella flor —aseguró, y se acercó para
besar él, pero durante algunos segundos antes de volver a hablar—. Me
molesto con los demás, no contigo. Jamás contigo.
Taehyung se sintió mucho más tranquilo al escucharlo decir eso, y terminó
sonriendole. El alfa de igual manera se sentía algo molesto por lo ocurrido, y
necesitaba volver a marcar por completo a su esposo no solo con su aroma.
—Amor... —llamó acercándose a sus labios para acariciarlos con los suyos—.
Necesito marcarte... —su mano derecha fue hacia el cierre de detrás de su
vestido, comenzando a bajarlo—. No puedes salir de ésta habitación hasta que
cada parte de tu cuerpo sea más mía que tuya.
Taehyung sintió su rostro calentarse al saber lo que iba a suceder, y asintió,
porque no quería absolutamente nada de aquel otro alfa en él. Le gustaba que
todo Jungkook, y solo Jungkook, estuviera en él.
—Marcame —pidió en un susurró, a la vez que su vestido caía al suelo.
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Tres horas después. Castillo zafiro.
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La familia real del reino amatista fue comprensiva y solo se conformó con
saber que el príncipe Taehyung se encontraba algo indispuesto, y no iba a
poder despedirlos al irse. Jieun fue la más comprensiva, ya que tenía una idea
de lo que había ocurrido luego de presenciar como de había puesto Jeon al
olfatear el aroma de otro en su omega.
Se fueron luego de almorzar, y Jungkook al notar que su esposo seguramente
dormiría hasta la tarde, decidió ir a despertarlo y llevarle la comida a la
habitación. No podía perderse las comidas, y tampoco podía dormir tanto
porque luego a la noche le costaría recuperar el sueño.
Debía de estar lo mejor posible para cuando le confesara su mayor secreto.
Encontró a Yubin regando las plantas, y se acercó a ella para pedirle que por
favor prepararan el baño para su esposo. Ya había pedido a que le prepararan
el almuerzo también, por lo que solo le quedaba despertarlo. Estaba mucho
más tranquilo ahora que sabía que Minho no se encontraba en el castillo, y
extrañamente estaba de buen humor a pesar de tener ese miedo punzante
cada que recordaba que debía de contarle a su amado acerca de su plan.
Por ahora, iba a calmarse porque de nada servía ponerse mal de ante mano.
Regresó a su habitación, y un pequeño ataque de ternura lo invadió al ver que
Taehyung estaba ahora abrazando su almohada incluso con una pierna sobre
ésta. Se había destapado un poco, razón por la que el alfa sintió su piel algo
fría cuando acarició la parte descubierta de su pierna sobre la almohada.
—Amor —llamó subiendo su mano hasta los cabellos plateados del omega—.
Precioso, debes despertar para alimentarte o puedes enfermar —dijo, y se
acercó a su rostro para comenzar a besar su mejilla—. Ya te dormiste una
buena siesta, ¿Acaso piensas dormir todo el día?
Taehyung comenzó a removerse un poco, y debido a las caricias del mayor
junto con su dulce voz llamándolo, comenzó a despertar poco a poco.
—Mi príncipe... —llamó el alfa alejándose para mirarlo desde arriba con una
sonrisa enternecida al verlo despertar.
El omega parpadeó un par de veces y volteó a verlo aún con los ojos entre
cerrados, su mejilla tenía leves marcas de las sábanas y su labio se encontraba
levemente abultado.
Totalmente adorable.
—Kook... —murmuró al verlo, y estiró sus manos para sostener los hombros
ajenos y atraerlo a él, abrazando su cuello para buscar de su aroma y calor—.
Cinco minutos más.
Jungkook rió enternecido por la forma en la que pidió seguir con su sueño un
poco más. Rodeó su cintura y comenzó a besar la marca en su cuello,
disfrutando de las sutiles caricias que la punta de su nariz le hacía a la piel de
su propio cuello.
—¿Mi bebé quiere seguir durmiendo? —preguntó meloso, sonriendo contra su
piel.
—Ujum —respondió el menor cerrando sus ojos con la intensión de volver a
dormir.
Pero Jungkook lo levantó de un rápido movimiento y lo hizo sentarse en su
regazo. Taehyung se quejó apegándose más a su cuerpo, causando solo más
risa en el mayor, que sostuvo su rostro para que lo mirara.
—Amor, sabes que no puedo negarte absolutamente nada... —besó sus labios
abultados, y con una de sus manos acarició su mejilla—. Pero debes de
alimentarte correctamente y prepararte para tu clase de guzheng, o luego vas
a quejarte contigo mismo si te la pierdes.
El omega analizó sus palabras y finalmente suspiró resignado, llevando una de
sus manos a sus párpados para quitarse las pequeñas lagañas en sus ojos.
Jungkook lo miraba embelesado porque Taehyung recién despierto era de sus
facetas favoritas.
Aunque también lo eran Taehyung sonriendo; riendo, emocionado, excitado,
concentrado, dormido, distraído, tímido, etc. Le gustaba de todas las
maneras, menos triste, preocupado y asustado.
—¿Qué hora es? —preguntó apegándose más al cuerpo del alfa porque
comenzaba a hacer un poco de frío y el únicamente llevaba puesta una bata
de algodón.
—Pasadas del mediodía —respondió acariciando su brazo para transmitirle un
poco de calor en aquella zona—. La familia Lee ya se fueron hace como treinta
minutos —informó.
Taehyung tardó unos dos segundos en darse cuentsa de lo que dijo, y se
separó de golpe para verlo con una expresión preocupada.
—Ay, no. No me levanté ni a despedirlos, van a pensar que soy un maleducado
—dijo llevando ambas manos su pecho—. ¿Por qué no me despertaste antes,
kook?
—No te preocupes, amor —tranquilizó acariciando uno de sus muslos por
sobre la tela—. Les expliqué que estabas algo indispuesto, y dijeron que no
había problema alguno. Halagaron tu buen trato hacia ellos, y en especial por
ser tan bueno con la princesa.
—Oh, está bien —respondió más tranquilo, luego recordó algo y sonrió el
grande volviendo a mirarlo—. ¡La princesa dijo que somos amigos! —contó
totalmente emocionado—. Tenemos muchas cosas en común, y siempre a
sido muy amable conmigo a pesar de ser alguien de la realeza. Me hace sentir
menos rechazado por las personas de la realeza...
—Me alegra que eso te haga feliz, amor —respondió el alfa sin poder evitar
sonreír también al verlo tan feliz por una nueva amistad—. Cualquiera que
esté abierto a conocerte querría ser parte de tu vida, porque eres una persona
maravillosa. No importan las personas que no ven más allá de lo que ellos
mismos imponen en su moral y filosofía de vida, tú eres mejor que todos ellos.
Taehyung sonrió sincero por sus palabras, tan bonitas y motivadoras como
solo él podía decirlas. Se acercó a su rostro para dejar un dulce beso sobre sus
labios a modo de agradecimiento.
La puerta fue tocada, y el omega bajó del regazo de su esposo para que éste
pudiera levantarse a abrir la puerta. Al hacerlo se encontró con Yubin, quien le
avisó que el baño ya estaba listo, y que Gahyeon ya tenía preparada sus
prendas.
—Muchas gracias por avisar, en un momento estará allí —respondió el alfa
amablemente, y cerró la puerta cuando la mujer se retiró luego de una
reverencia.
Regresó a la cama y de encontró con un Taehyung que lo miraba desde abajo
esperando a que hablara.
—Tu baño ya está listo, amor. Y creo que tu almuerzo lo estará cuando
termines —informó.
El omega asintió a modo de agradecimiento, luego le hizo una señal para que
se acercara, y el alfa supo que iba a decirle algo que lo avergonzara porque sus
mejillas estaban levemente rojas. Cuando se acercó, el menor rodeó su cuello
con sus brazos y puso su mejor cara de cachorro adorable para pedirle un
favorcito.
—¿M-Me llevas? —pidió tímido, bajando la mirada por un momento—. Es que
m-me duele un poco la espalda baja... —admitió con pena.
Jungkook se sintió mal al recordar la brusquedad con la que lo folló contra el
tocador, y se acercó para alzarlo en sus brazos de manera nupcial con todo el
cuidado posible. Caminó hacia la puerta y la abrió con cuidado, y caminó por
los pasillos camino al baño que solo ellos dos, y ahora Namjoon, utilizaban.
—Lo siento, amor —se disculpó dejando un beso en su frente—. Fui muy
brusco. Prometo luego hacerte un masaje, ¿Sí?
Taehyung negó varias veces y lo miró con una pequeña sonrisa.
—No pasa nada, no te sientas mal —sus mejillas volvieron a teñirse de rojo y
escondió su rostro en su cuello—. N-No es que no me haya gustado, por eso no
me estoy quejando...Solo tengo que a-acostumbrarme a esa posición —dijo
sintiendo que estaba diciendo cosas demasiado vergonzosas y sugerentes.
Jungkook sonrió más tranquilo, y aprovechó para poner tímido a su esposo un
poco, porque amaba la forma en la que se avergonzaba al hablar de temas
relacionados con el sexo. Que no era sexo, porque él no tenía sexo con su
esposo; él le hacía el amor de muchas maneras; algunas tomándolo con calma
y siendo muy cuidadoso, y otras era salvaje y lo dejaba completamente
exhausto y adolorido como éste.
Aunque no fue nada a comparación con las veces que pasaron sus celos
juntos.
—Si lo que quieres es acostumbrarte a esa posición, podemos practicar hasta
que lo hagas —sugirió el mayor con una sonrisa traviesa.
—¡K-Kook! —regañó dando un leve golpe en su pecho, escondiendo aún más
su rostro en la curvatura de su cuello y hombro—. No digas cosas como esa, a-
alguien podría escucharte...Qué vergüenza.
Y Jungkook casi estuvo a punto de decirle que muchas personas seguramente
los habían escuchado gimiendo mientras hacían el amor en una de las
habitaciones-armario, pero luego recordó que era muy probable que al
saberlo no quisiera salir de la habitación durante días hasta olvidar lo
ocurrido, así que mejor se ahorró ese dato innecesario.
Al llegar al baño lo ayudó a ingresar a la tina de agua caliente, y como todo
buen esposo y alfa, mimó a su omega ayudándolo a limpiar cada parte de su
cuerpo. Incluso se encargó de limpiar dentro de la entrada de su amado, ya
que como supuso, había quedado algo de su semen dentro. Taehyung no
sabía que era más vergonzoso para él, si limpiarlo el mismo o que lo hiciera el
alfa al que parecía gustarle tal tarea.
Omitiendo esa parte, a Taehyung cada vez le avergonzaba menos su desnudez
frente a su alfa, porque éste siempre lo miraba como si fuera la cosa más
hermosa del mundo y ahora, observando todas las marcas que había dejado
en su cuerpo, se sentía aún más hermoso. No entendía el por qué de eso, pero
no quiso pensarlo demasiado.
Lo ayudó a secarse, y cuando el omega se colocó sus braguitas, que en éste
caso eran de un rosado claro, Gahyeon llegó con un vestido simple pero con
los hombros al descubierto tal y como el príncipe Jeon lo había pedido.
—Vaya, si que lo pasaron bien, eh —comentó la beta observando de cerca la
marca de mordidas en los hombros del omega y los chupones en su cuello y
cerca de sus pezones—. ¿Puede caminar bien, alteza? —preguntó en broma.
—¡G-Gahyeon! —se quejó el de ojos grises bajando la mirada avergonzado.
La mujer solo rió por lo adorable que era cada vez que se avergonzaba, luego
su rostro de volvió un poco más serio, y miró al príncipe heredero que también
observaba a su esposo con una sonrisa enternecida.
—A todo esto, lo que sucedió fue muy repentino y entiendo que es cosa de alfa
y omega el descontrolarse cuando sucede algo como lo de hoy...Pero si
tomaste la infusión, ¿Cierto, alteza? —preguntó volteando a ver al omega
nueva.
La sonrisa del alfa comenzó a decaer al escucharla, hasta que su rostro careció
de alguna expresión o emoción a la vista, quedando simplemente con la
mirada fija en su esposo. Éste, por su parte, mantuvo la mirada en el suelo
cuando recordó que no, no la había tomado.
Y Jungkook había anudado en él.
Ante el silencio de ambos, Gahyeon supo que ambos lo habían olvidado por
completo y eso solo significaba una cosa; complicaciones.
—Creo que mejor me voy...Para que hablen sobre esto tranquilos —dijo
retrocediendo hacia la puerta, para finalmente abandonar la habitación y
dejar a la pareja sola.
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Dos días después. Castillo zafiro.
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La fiebre fue inevitable para el pobre príncipe Taehyung, que ahora se
encontraba haciendo reposo en su cama matrimonial siendo atendido por
Lucy. Jungkook estaba recostado a un lado de su esposo, sin importarle el
estado de éste.
—Vamos, alteza. Debe beber mucha agua para mantenerse hidratado —
alentaba la mujer acercando el vaso de agua al omega.
—N-No...tengo fuerzas —dijo con dificultad y sus ojos cerrados al sentir sus
párpados pesados.
Jungkook se rompía un poco más con cada segundo que pasaba y veía a su
esposo de esa manera, pagando por un error que solo había sido su culpa
aunque el omega dijera que no. Se prometió a sí mismo que nunca más
volvería a cometer un error como ese. Aunque llamarlo error estaba mal,
porque nunca sería un error hacerle el amor y anudar en busca de un
cachorro, pero si era un descuido.
—Déjame ayudarte, bebé —dijo el azabache tomando el cuerpo de su amado
con tanta delicadeza que se tardó un poco en acomodarlo en su regazo—. La
copa —pidió a la mujer a un lado de la cama con la copa con agua.
Sostuvo la copa con una de sus manos y la acercó a la boca de su esposo.
—Vamos, amor. Tienes que beber al menos un poco —pidió gentilmente.
Taehyung abrió la boca e intentó sostener la copa con sus manos
temblorosas, y poco a poco, dando pequeños sorbos, bebió todo lo que había
en ella. El alfa le entregó de nuevo la copa a la mujer, que luego salió de la
habitación para traer más agua fría para colocarla en el cuerpo y frente del
omega.
Jungkook limpió con su pulgar el poco de agua que había resbalado por la
comisura de sus labios favoritos, y luego volvió a abrazarlo mientras lo mecía
suavemente.
—Kook...E-Estoy todo sudado... —se quejó ante la cercanía de sus cuerpos,
porque creía que era incómodo y desagradable para el mayor tocarlo cuando
todo su cuerpo sudaba y la tela del pijama se le pegaba a la piel—. N-No es
necesario que estés todo el día...c-conmigo.
—Es injusto que tengas que sufrir solo en ésta habitación, quiero pasar esto
contigo, quiero cuidarte —apartó los cabellos húmedos y pegados a su frente,
para dejar un suave beso en la zona—. Déjame cuidarte, mi bella flor.
—En la noche...e-estaré mejor —aseguró queriendo despreocuparlo.
—Eso espero. Porque pedí la mejor medicina de todos los reinos, y si no actúa
en el tiempo correspondiente voy a castigar al médico que la preparó —
comentó.
—No puedes —regañó volviendo a cerrar sus ojos.
—De poder hacerlo, si puedo. La cuestión está en si me dejas o no —dijo con
algo de diversión ante la ironía de que el poderoso Jeon Jungkook alfa puro
que no dejaba pasar ninguna ofensa, se doblegara tan fácil ante un simple
omega.
La cosa estaba en que no se trataba de un simple omega, sino de su omega y
el amor de su vida. Le había entregado su vida en sus manos cuando le colocó
ese anillo, y ahora era su razonamiento y control por sobre sus acciones y
decisiones.
—No puedes —repitió soltando una muy leve risita ante sus palabras.
—De acuerdo, no lo haré.
Permanecieron en silencio durante algunos minutos en los que el alfa creyó
que su esposo se había dormido, pero descubrió que no cuando éste volvió a
hablarle.
—Kook, creo...que si funcionó —comentó, y soltó un largo suspiro—. Que n-no
habrá cachorros...
—¿Mmn? ¿Por qué lo crees, amor? —preguntó curioso.
—Desde ayer...m-mi lobo no se ha levantado —comenzó a contar—. Lloró,
luego m-me dio la espalda, se echó al suelo y no volvió a...hacer nada. S-Solo
puede significar que no hay cachorros.
—Parece que esta vez no va a perdonarnos tan fácilmente, porque estuvo muy
cerca de conseguir lo que quiere a diferencia de otras veces —respondió el
alfa.
—S-Se le pasará —aseguró Taehyung.
—Cuando te recuperes, vamos a volver a tener un picnic en al jardín, ¿Qué te
parece, mi amor? —preguntó Jungkook apoyando su mejilla sobre la cabeza
del menor—. Prometo que todo el lugar estará vigilado en cada lugar, y estaré
contigo en todo momento. Por lo que no vas a tener por qué preocuparte.
Taehyung apretó el agarre en la camisa ajena, y asintió varias veces.
—Si quiero. G-Gracias.
Jungkook sonrió ante lo tierno que se había escuchado diciendo aquello.
—Pediré que te preparen postres que aún no has probado, y te haré probar la
leche con cacao, ¿Qué te parece? —preguntó mientras acariciaba sus muslos.
—¿L-Leche con cacao? —preguntó sonando emocionado por eso—. Suena
rico.
—Lo es. Sé que va a gustarte mucho —aseguró.
La puerta fue tocada, y Jungkook chasqueó la lengua molesto ante la
interrupción. Se disculpó con su omega por tener que interrumpir su charla, y
nuevamente lo recostó y arropó correctamente. Taehyung le dijo que no
importaba, que iba a dormir un poco porque el dolor de cuerpo lo hacía
sentirse muy débil, pero lo bueno era que ya no sentía tanta fiebre.
El alfa acomodó su ropa algo húmeda y caliente por haber tenido a su esposo
encima, y caminó hasta la puerta para abrirla.
—¿Namjoon? —preguntó sorprendido al verlo frente a la puerta de su
habitación, ya que no acostumbraba a buscarlo allí ni en persona—. ¿Qué
sucede?
Namjoon le sonrió nervioso, y arrugó un poco la nariz am sentir el aroma del
omega totalmente impregnado en su amigo.
—Bueno, sucedió algo pero no sé si es bueno o malo, teniendo en cuenta la
situación con tu esposo —comentó el moreno.
Jungkook lo miró más serio, y le dio una última mirada a su esposo antes de
salir y cerrar la puerta detrás suyo. Ante su silencio y mirada, el rey alfa supo
que estaba esperando a que le dijera que era lo que ocurría.
—Ven. Será mejor que lo veas tú mismo —dijo, y se giró para caminar en
dirección a su habitación.
El alfa puro tuvo un mal presentimiento ante tanto misterio, por lo que no
supo qué esperar pero se preparó mentalmente para cualquier cosa.
Namjoon lo llevó a su habitación, y al ingresar se encontró con una persona
más que cubría casi todo su rostro con la capucha de su capa de color negro. A
pesar de no poder ver su rostro, pudo reconocerlo de inmediato por su
complexión corporal, y porque notó la alfombra del suelo levantada, dejando
ver una de las trampillas que daban a pasadizos secretos que solo muy pocas
personas conocían.
—Ha pasado un tiempo —habló Jungkook acercándose al encapuchado.
—Sí —respondió éste, y se quitó la capucha dejando verse por completo—.
Casi cuatro años. Ahora te ves como todo un hombre futuro heredero al trono.
Se saludaron dando un fuerte apretón de manos, luego se medio abrazaron
dándose palmadas en la espalda.
—Me alegra volver a verte, Yoon —dijo el alfa azabache al separarse—. Pero no
sé si me alegra mucho el motivo.
—Lo supuse. Pero hay que terminar con toda esta mierda, ya es demasiado
jodida y supongo que te traerá problemas con tu esposo —respondió Yoongi
soltando un suspiro cansado, y caminó hasta la cama para tomar asiento—.
Creí que esta habitación estaría vacía porque nunca solía usarla nadie, pero
casi se me sale corazón por la boca cuando llegué aquí y mis ojos fueron
maldecidos con la figura de Namjoon casi desnudo.
—No es mi culpa, me estaba vistiendo y es mi habitación —se defendió el alfa.
—Como sea, tráeme una botella de vino —le ordenó al alfa moreno.
Éste alzó una ceja y se cruzó de brazos.
—No soy tu sirviente, y esa no es una forma amable de pedir las cosas —se
quejó—. Si me lo pides por favor, pediré que traigan una.
—Entonces no quiero nada —respondió el beta.
Jungkook por mientras, tomó asiento en uno de los sofás del lugar, y miró a su
viejo amigo con una expresión de seriedad.
—¿Dónde está Park? —preguntó dándose cuenta de que éste no estaba con su
amigo.
Yoongi lo miró y se acomodó en la cama antes de responder.
—En una habitación en una de las posadas de por aquí cerca —respondió
restandole importancia—. Le dije que esperara mientras yo venía e intentaba
convencerte de que nos dejaras ver a su esposo. Obviamente no le dije que te
conozco de casi toda la vida y que antes era uno de tus soldados —comentó—.
Por cierto, ¿Dónde está el omega por el que me hiciste aceptar hacer una
completa locura?
—En nuestra habitación, está enfermo. Fiebre —respondió con pesar al
recordar el estado de su esposo.
—Oh, que mal. Jimin no va a poder verlo de esa forma.
—No estoy muy seguro sobre si dejar que lo vea —admitió con un tono de voz
mucho más serio.
—¿Y eso? —preguntó el beta curioso.
Namjoon solo se sentó a un lado del príncipe a escuchar su conversación sin
hacer ningún tipo de comentario porque no era un tema que tenga que ver
con él.
—Aún no le he dicho la verdad detrás de nuestro matrimonio —respondió
Jungkook—. Ocurrieron distintas cosas y no pude hacerlo cuando finalmente
me decidí. Y cuando lo haga va a odiarme porque utilicé a la persona a la que
más gratitud y leal le tenía.
—Bueno, obviamente va a odiarte, porque por lo que yo vi todos estos años,
Kim le tiene además de todo eso, un gran aprecio —comentó el beta
recordando—. Eran como amigos más que dama de compañía y príncipe.
—Bueno, el nivel de su odio y posibilidad de su perdón depende de lo que me
respondas —se inclinó en el sofá y juntó sus manos sin dejar de mirarlo—.
Yoon, ¿Te enamoraste de Park durante éste tiempo?
Yoongi se acomodó mejor en la cama quedando sentado completamente
recto, y lo miró serio.
—Sabes que no mezclo sentimientos con trabajo.
—Eso no responde a mi pregunta.
—Sí lo hace —contrarió el beta—. Hace tiempo que mi trabajo terminó, y a
partir de hoy abandono toda esta farsa.
Jungkook analizó su mirada, notando que hablaba en serio. Entendió todo, y
suspiró.
—Entonces, ¿Volviste para quedarte?
—Así es. Tengo pensado hacer mi vida en éste reino, que es en el que nací, y
vivir como un anciano en una casa que compraré con el dinero que me
pagaste, hasta que se me termine y tenga que pensar en alguna otra cosa —
respondió el beta—. Una buena casa que no esté en medio de la cuidad sería
buena, es primordial.
—Bien, te ayudaré a encontrar una entonces.
Tal y como el médico que Jungkook contrató para que le preparara la mejor
medicina de todas contra la fiebre, al caer la noche Taehyung mejoró
notablemente y ya a la mañana siguiente estaba como nuevo.
También era casi seguro de que no habría cachorros por ahora según ese
mismo médico cuando le comentaron la actitud de su lobo. Taehyung estaba
de buen humor, pero su lobo seguía echado sin moverse, sin hacer ningún
sonido, como si quisiera desaparecer. Eso no le permitía estar del todo feliz
por volver a salir al jardín nuevamente.
Jungkook dijo que iba a intentar hablar con él, pero el omega dijo que aunque
pudiera hacerlo reaccionar, éste no iba a perdonarlo seguramente.
—Les juro que me gustaría tener un lobo más responsable y paciente, pero no
puedo hacer nada —les comentaba Taehyung a las mujeres a su alrededor
mientras Gahyeon terminaba de maquillarlo—. Estoy feliz, pero él no me
permite disfrutar de éste día como quisiera.
—Dicen que cuando tu lobo es tan insistente con eso, es porque presiente que
algo malo sucederá y quiere asegurar de que no puedas alejarte de tu pareja o
viceversa —comentó Siyeon.
—Eso suena muy feo —opinó Yubin—. Aunque podría ser. A pesar de cómo
sean nuestros lobos, siempre van a velar por lo que es mejor para nosotros.
—Pero tener cachorros ahora no es bueno para nosotros —dijo Taehyung
soltando un suspiro cansado, luego volvió a sonreír—. Como sea, hoy saldré al
jardín luego de semanas y voy a disfrutarlo.
—Tienes que hacerlo, mereces un momento agradable con tu esposo en tu
lugar favorito del castillo luego de tanto —dijo Gahyeon. Se alejó de él para
admirar su trabajo ya listo, y sonrió totalmente satisfecha—. ¡Te ves perfecto
para brillar hoy, alteza!
Taehyung volteó para mirarse al espejo, y su pecho se llenó de emoción al
verse tan bonito con ese lindo vestido de colores intensos que hacía que el
color de su cabello y su piel resaltara aún más.
—Siempre sabes como hacerme ver bonito, Gahyeon. Muchas gracias —halagó
moviendo la falda del vestido y girando para verse desde todos los ángulos—.
¿L-Le gustará también mucho a Kook? —preguntó algo cohibido.
Las tres mujeres lo miraron como si hubiera preguntado algo realmente
evidente, y el omega simplemente rió avergonzado. Se miró una vez más al
espejo, y volteó para caminar hacia la puerta.
—¡Voy a buscarlo! —avisó a las mujeres.
Caminó por los pasillos con algo de prisa, saludando a los guardias que de
cruzaba y agradeciéndole a los sirvientes que regaban las plantas que había
sugerido colocar en los pasillos. Todos le devolvían el saludo de manera
respetuosa pero con una sonrisa amigable, porque era imposible no tenerle
cariño al omega que siempre los trataba como un igual y de forma tan amable.
Según él, Jungkook se encontraba en su despacho charlando algunas cosas
con Namjoon acerca de los costos de transporte de ganado y demás cosas.
Entonces fue hacia allá, pero en el camino se encontró con la ex princesa del
reino de plata, que parecía estar nuevamente molestando al nuevo empleado
omega.
Se dio cuenta porque el chico estaba barriendo y la omega estaba a su lado
murmurando cosas a su oído que parecían ser de mal gusto o crueles porque
los ojos del chico estaban a nada de romper a llorar e intentaba alejarse de
ella. Y la gota que rebasó el vaso fue cuando ella golpeó su escoba y la hizo
caer al suelo.
Furioso y ya harto de ella, se acercó con pasos firmes.
Cuando la omega volteó la cabeza en su dirección y lo vió, su rostro palideció
por completo. Taehyung le dio una mirada de advertencia, y luego su rostro
cambió a una expresión mucho más amigable al ver a otro chico, que había
bajado la mirada luego de hacer una reverencia hacia él.
—Kyungmin, ¿Cierto? —preguntó recordando su nombre—. Esta no es la
segunda vez que te molesta desde la última vez, ¿Estoy en lo correcto? —
preguntó con un tono dulce para darle tranquilidad.
El omega sirviente apretó los labios y aún no levantó la mirada porque sentía
que al hacerlos rompería a llorar.
—Yo no lo estaba molestando, solo-
—Tú te callas —ordenó el peligris dándole una mirada filosa—. ¿Acaso te
pregunté algo? ¿Te di permiso para hablar?
La chica solo apretó los dientes ante sus palabras, y negó.
—Entonces te mantienes callada —finalizó la conversación con ella.
Luego volvió a mirar al chico frente a ella, y le habló con dulzura nuevamente.
—Puedes decirme. No puedo permitir que haya gente molestando y tratando
tan mal a otras que no han hecho nada para merecer ese trato, ¿Puedes
ayudarme a hacerlo? —colocó la punta de sus dedos debajo de su barbilla de
forma leve, para hacer que lo mirara—. Prometo que nada malo va a pasarte,
yo voy a protegerte, ¿Está bien?
El omega lo miró con ojos brillantes, pero no era un brillo de amor sino de
admiración. Pudo notar en los ojos grises del príncipe que estaba siendo
realmente sincero, que su preocupación era real y que en verdad le estaba
diciendo que iba a protegerlo.
Entonces confió en él plenamente, y asintió levemente.
—S-Siempre...lo hace —respondió a su anterior pregunta, intentando ignorar
la pesada mirada de la omega a un lado.
No lo soportó más, y al sentir la seguridad y contención del príncipe, soltó las
lágrimas que intentaba retener porque incluso de eso la ex princesa se
burlaba al hacerlo y lo hacía sentirse realmente como ella le decía. Taehyung
al verlo de esa manera sintió que un pedacito de su corazón se rompió, y sin
más lo atrajo para darle un abrazo.
La princesa omega chasqueó la lengua e hizo un sonido de desagrado no muy
fuerte pero que Taehyung logró escuchar a la perfección.
—Entre sucios sirvientes se entienden... —murmuró, pero no lo suficiente bajo
una vez más.
Y Taehyung llegó a su límite.
Suspiró intentando contenerse en no saltar sobre ella y arrancarle todo el
cabello, más que nada porque eso no era muy Jungkook y porque no quería
asustar más al omega que sollozaba en su pecho.
Vio a Lucy caminando hacia ellos con algunas toallas en sus manos, y
aprovechó aquello.
—Lucy —llamó cuando estuvo frente a ellos—. ¿Podrías llevar a Kyungmin a la
cocina y darle algo de té y algo dulce, por favor? —pidió aún sin soltar al
omega menor—. No se siente bien y está triste. Necesita contención, ¿Sí?
La mujer no tuvo que ser muy inteligente para adivinar lo que habría ocurrido
al ver a la antigua princesa a un lado evitando mirar a los otros omegas.
—Claro, alteza —se acercó al omega más pequeño y lo llamó con dulzura—.
Ven, pequeño.
El omega se separó del príncipe y sorbió por la nariz pidiendo disculpas por
haber mojado su vestido con algunas lágrimas.
—No es nada, no te preocupes por eso —dijo restandole importancia, y limpió
sus mejillas con sus pulgares—. Anda, ve. Prometo que hoy será el último día
en el que va a hacerte daño.
Kyungmin lo miró atento y le sonrió confiando fielmente en sus palabras.
—Gracias.
Lucy se llevó al omega, y cuando éstos se perdieron de vista Taehyung fijó su
mirada en la omega que se encontraba cruzada de brazos sin mirarlo. La muy
maldita aún se atrevía a colocar una expresión de fastidio luego de lo que hizo.
Taehyung llamó a su esposo a través de la marca, y mientras observaba a la
omega con una mirada que mostraba odio y cansancio.
—Parece que nada de lo que hicimos hasta ahora funciona para darte una
lección sobre tu repugnante y vergonzosa actitud con los demás —habló con
tranquilidad y seriedad, y se cruzó de brazos—. Parece que nada leve funciona,
y ya me tienes más harto.
Ella no respondió, solo lo miró con recelo.
—Me hartaste, y me das asco —continuó, y colocó una mano en su cintura—.
No mereces ni un poco de compasión o piedad, no mereces que siga
intentando hacerte reflexionar porque obviamente ser una basura ya es parte
de ti, es tu esencia.
—Altez-
—¿Te pregunté algo? —preguntó cortando sus palabras—. No lo hice. No te di
permiso para hablar, así que te callas la maldita boca y escuchas la asquerosa
persona que eres explicado por mí —dijo con tanto desprecio en su voz que
cualquiera que lo escuchara no lo reconocería.
En ese momento la presencia del príncipe heredero se acercó a ellos con una
expresión de preocupación que luego se volvió amenazante al notar la
presencia de la ex princesa frente a su esposo. Llegó al lado de su omega y
sostuvo su cintura con una de sus manos.
—¿Qué sucede, amor? —preguntó mirándolo fijo.
Taehyung se cruzó de brazos, sin dejar de mirar a la omega como si quisiera
clavarle una daga en el pecho con cada parpadeo.
—Resulta que ésta persona al parecer no tiene arreglo —respondió dejando
notar su inconformidad—. Lleva molestando a Kyungmin, un nuevo sirviente
omega que no tiene el pudor para detener sus ataques, desde que el pobre
llegó.
Jungkook lo escuchaba atento, y su vista se posó en la mujer frente a ellos que
notar la presencia del alfa bajó su mirada y cambió su expresión a una que se
veía arrepentida pero que obviamente solo era una máscara para tapar su
miedo ante lo que alfa pudiera verlo.
—Más encima, continúa hablándome de forma irrespetuosa y con gestos que
no me gustan para nada —continuó sin importarle el hecho de estar dándole
motivos al alfa de hacerle muchas cosas a la muchacha—. No va a cambiar,
nunca va a dejar de tratar mal a los demás y por ende... —miró a su esposo con
seriedad—. No tiene arreglo.
Y Jungkook comprendió a qué se refería.
—Estoy de acuerdo —respondió el alfa volviendo a mirar a su esposo—. ¿Qué
quieres que haga con ella, amor?
Taehyung volvió a mirar a la omega que comenzó a temblar al escuchar la
pregunta del príncipe heredero.
—Ya no quiero tenerla en el castillo donde puede seguir tratando a los otros
como inferiores cuando se la pasa todos los días limpiando los pisos y los
baños como los otros —dijo utilizando el mismo tono que ella cuando años
atrás lo trató de la peor forma—. Me cansé de ella, me molesta ver su cara —se
volteó un poco para mirar a su alfa, y llevó una de sus manos a su rostro para
acariciarlo—. Hazla desaparecer poco a poco. El mundo estaría mejor sin ella y
éste castillo también.
Jungkook le sonrió y asintió en seguida.
—Todo lo que mi príncipe pida.
Le dio un beso en su frente y Taehyung sonrió satisfecho de que sus pedidos
fueran aceptados de esta forma.
Se sentía bien.
—A-Alteza, por favor —habló la omega arrodillandose en el suelo para
comenzar a implorar perdón, piedad y todo lo que fuera necesario—. Lo siento
mucho. Si quiere puedo disculparme con ese- con Kyungmin y-
—Kook, has que se calle, por favor —pidió Taehyung llevando sus manos a sus
sienes, comenzando a masajearlas—. Ya no quiero escucharla, hace que me
duela la cabeza.
—Le arrancaré la lengua. No te preocupes, mi amor —dijo volviendo a asentir a
su pedido, y tomó su mano para besar el dorso de la misma—. Tú puedes ir a
tomar un té de manzanilla por mientras. Yo me encargo de ésta mujer.
—De acuerdo —asintió el omega sonriendole agradecido, y se acercó para
ponerse de puntitas y darle un beso en agradecimiento—. Iré a ver como está
Kyungmin.
La omega comenzó a tener un ataque de pánico en el suelo mismo, pero
ninguno de los dos le dio importancia.
Cuando Taehyung dio algunos pasos, se detuvo ante el llamado de su esposo.
—Mi amor —llamó, y sonrió coqueto mientras lo escaneaba con la mirada por
completo—. Por cierto, te ves más que hermoso el día de hoy también.
El peligris se sonrojó ante su halago, y dio una vuelta jugando con la falda de
su vestido, posando para él con una sonrisa tímida.
—¿Te gusta cómo se me ve el color? —preguntó juntando sus manos por
detrás de su espalda, cohibido—. L-Lo elegí para nuestro picnic de hoy.
—Te amo —fue todo lo que respondió el alfa, con tanto amor en su mirada
como en sus palabras, sonriendole como solo lo hacía con él.
Taehyung se sintió atacado, atacado de ese sentimiento tan fuerte que le
hacía sentir que todo su cuerpo tenía descargas eléctricas cálidas. Regresó
sobre sus pasos hasta volver a acariciar su rostro con ambas manos, y el alfa
sostuvo su cintura con ambas manos para inclinarse y finalmente besarse con
todo ese amor en cada poro de sus cuerpos.
—También te amo —respondió el omega contra sus labios.
Se miraron fijo, y sonrieron de la misma forma sin separarse.
Solo eran ellos. No importaba ni siquiera la mujer que estaba a un par de
metros suplicando por piedad aunque ninguno la escuchara y fuera
totalmente inútil el hacerlo.
Porque Jungkook de encargaría de cumplir con el pedido de su amado tal y
como había pedido. Lo dijo el día en que lo conoció; cumpliría con todo lo que
le pidiera, sin importarle de qué se trataba.
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Al día siguiente. Reino zafiro.
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Hoy era el día.
Hoy le dirían todo a ambos omegas; Taehyung y Jimin.
Lo habían decidido junto con Yoongi la vez en la que ingresó al castillo, y
quedaron en que ese día iban a hacer posible el reencuentro tan esperado por
los omegas.
—Mi amor —llamó el alfa cuando ingresó a la biblioteca en busca de su
esposo.
Taehyung apartó la mirada del libro sobre tácticas de combate de guerra, y le
sonrió cuando el azabache llegó a su lado. Ese día se veía muy atractivo para
el omega, aunque todos los días se veía de esa forma pero éste outfit en
especial le gustaba mucho.
Quizá era porque era simple, o por esa flor en su pecho que me daba un toque
de dulzura a su imagen. O quizás simplemente era porque a sus ojos era el
hombre más hermoso del mundo y cada reino de éste.
Quien sabe.
Quizás debía de darle otro aumento más a Gahyeon. Esa mujer sí que hacía
bien su trabajo.
—Te tengo una sorpresa —dijo observando cada detalle de su rostro, con
nervios—. Una que creo, será la mejor que te haya hecho hasta el momento.
Taehyung al escucharlo y sentir sus nervios a través del lazo, no pudo evitar
emocionarse porque debía de ser algo muy especial como para que su esposo
estuviera de esa forma. Sonrió emocionado y comenzó a dar pequeños
saltitos mientras sostenía sus manos.
—¿Qué es? ¿Qué es? —preguntó intentando sacarle alguna información
adelantada.
Jungkook no pudo evitar también sonreír encantado, al verlo tan emocionado
y enlazó una de sus manos para comenzar a caminar fuera de la habitación.
—Vas a verlo por ti mismo —respondió a su pregunta.
El omega hizo un puchero y dio leves toques en su brazos, insistiendo.
—Kook, no seas malo. Dame al menos un detallito —pidió con un tono de voz
dulce con el que el mayor siempre caía.
Jungkook rió y negó, sin mirarlo porque era muy débil ante sus encantos y
terminaría diciéndole de qué se trataba.
Continuaron caminando hasta el despacho del alfa, al cual ingresaron y de
inmediato el menor notó dos figuras paradas en medio, frente al rey Kim.
Éstos estaban cubiertos mayormente por una capa de color negra, y al
escuchar la puerta cerrarse, voltearon y se bajaron las capuchas dejando
verse.
Taehyung sintió una inmensa emoción que por un momento se quedó
totalmente de piedra, porque no creía lo que sus ojos estaban viendo.
—A-Alteza... —dijo acercándose con pasos leves a ambos—. También Yoongi...
El omega de cabello rosa también se sorprendió al verlo tan precioso y con
una marca en su cuello. Era bastante shockeante ver a su antiguo dama de
compañía convertido en todo un príncipe casado con el mayor heredero de
todos los reinos.
Pero era una grata sorpresa, porque podía notar a simple vista de que era feliz
ahora con su vida.
—Tae... —Jimin no aguantó más y corrió hacia él para rodearlo en un fuerte
abrazo, siendo correspondido al instante de la misma forma—. Santa luna,
Tae...
—A-Alteza... —comenzó a llorar de la emoción por volver a verlo, feliz de poder
volver a tenerlo frente a él, y al parecer sano y salvo—. Me alegra tanto de que
se encuentre a salvo.
—Yo estoy aún más contento y agradecido con el príncipe Jeon por no
permitir que nada te sucediera ese día —dijo también comenzando a derramar
algunas lágrimas, luego se separó para mirarlo a la cara y sostener sus
manos—. ¿Estás bien? ¿Eres feliz? Me dijeron que todo fue tan repentido,
¿Cómo fue que terminaste aceptando casarte de esa manera?
Jungkook al escucharlo quiso recordarle que continuaba en la habitación,
pero se limitó a simplemente observar ese reencuentro tan esperado. Los
alfas se miraban entre ellos, todos preocupados por la misma razón.
—B-Bueno, si fue todo muy inesperado... —respondió el omega peligris algo
avergonzado—. Pero, fue la mejor decisión que pude haber tomado, Jimin —
admitió observando su alianza con amor.
Al ver ese brillo en sus ojos, Jimin supo que definitivamente había sido la
mejor decisión que tomó en su vida.
Mientras los omegas continuaban hablando entre ellos olvidándose de los
demás por el momento, a su nariz llegó un aroma peculiar que lo hizo prestar
más atención de qué se trataba y de donde provenía.
Cuando logró reconocerlo, levantó la mirada hacia su viejo amigo.
—Creo que debemos de darles su momento para que se pongan al día y
hablen de lo que quieran —dijo el alfa puro llamando la atención de todos, y
se acercó a su esposo para darle un beso en su sien—. Iré a pedir que les
traigan algo para beber y comer, ¿Quieren algo en específico?
Taehyung miró al pelirosa, y éste negó.
—Cualquier cosa está bien. Gracias.
El alfa le sonrió muy levemente, y se volteó para mirar a su viejo amigo. Le hizo
una señal con la cabeza para que salieran de la habitación, y así lo hicieron los
tres.
Una vez fuera, Jungkook posó una mano sobre uno de ños hombros del beta,
y lo miró con el ceño fruncido.
—¿Cómo quieres que le confesemos todo en este estado? Puede ocurrirle algo
muy malo —regañó.
Yoongi lo miró con el confusión, y frunció el ceño.
—¿De qué hablas?
—¿No lo sabes? —preguntó incrédulo, luego suspiró—. Supongo que es difícil
para ti notarlo porque no puedes sentir los aromas, y es reciente...
—¿Pero de qué hablas, Jungkook? —preguntó Namjoon queriendo entender
un poco la conversación.
El azabache miró a su antiguo guardia con total seriedad, y lo soltó.
—Park está en cinta.
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Al llegar al despacho del azabache nuevamente, Taehyung dejó su taza de té
sobre la mesa y se acercó a su esposo con una pequeña sonrisa.
—Kook —llamó, y sostuvo una de sus manos tímidamente—. ¿P-Puedo pedirte
un favorcito? —preguntó mirándolo con esos ojitos de cachorrito indefenso
que podían hacer al alfa darle cualquier cosa que quisiera.
—Claro que sí, mi amor —respondió sin dudarlo, tomando ambas de sus
manos para besar el dorso de cada una, regalandole una sonrisa
completamente embobada—. ¿Qué puedo hacer por ti?
—Me gustaría llevar a Jimin a los jardines... —dijo algo cohibido, pensando que
estaba pidiendo demasiado—. Pero no quiero que vayamos solos, porque me
da miedo...¿Podrían acompañarnos?
Jungkook disminuyó un poco su sonrisa, y ladeó la cabeza para mirarlo con
algo de culpa.
—Bebé, no tendría ningún problema con acompañarlos, pero Park aún sigue
fugitivo y si alguien de mi familia o alguien con una lengua floja lo ve, la noticia
de que él está aquí puede llegar a oídos de los reyes Park y no sabemos si se
atreverán a hacer algo en su contra —explicó.
Taehyung lo escuchó y bajó la mirada triste, sintiéndose mal consigo mismo
por no pensar en ese posible riesgo.
—Lo siento, no pensé en eso —se disculpó aún sin mirarlo—. Estaba tan
emocionado que yo...
—Pero si mi amado esposo quiere ir al jardín, va a ir al jardín —dijo el alfa sin
querer ver esa expresión en su precioso rostro—. Me aseguraré de que nadie
de mi familia lo vea, y podrán pasear todo lo que quieran.
Taehyung levantó la mirada con sus ojitos brillantes y una gran sonrisa en sus
labios.
—¿En serio? ¿No es un problema? —preguntó queriendo asegurarse.
Jungkook negó y llevó sus manos a su cintura para acercarlo y besar su frente.
—Claro que no, amor. Yo siempre voy a hacer lo imposible por darte lo que
quieras y por hacerte feliz —respondió sonriendole para transmitirle
seguridad—. Solo esperen unos minutos en los que aseguro el perímetro y
pido una sombrilla para que no puedan ver a Park desde el castillo, ¿Sí, amor?
El omega asintió, y le fue inevitable ponerse de puntitas para juntar sus labios
atrayendolo desde el cuello de su camisa, olvidando por un momento a las
demás personas que los observaban. Jungkook le correspondió gustoso,
anotando en su mente hacer muchas más cosas para recibir muchos más
besos como esos.
Al separarse volvió a sonreírle y lo abrazó queriendo agradecerle lo más
posible.
—Gracias, Kook —se separó un poco para volver a mirarlo, manteniendo su
sonrisa—. En verdad te lo agradezco... —llevó sus manos al pecho ajeno,
haciéndole una señal con la cabeza para que de acercara y así lo hizo el alfa—.
P-Prometo compensarte luego —murmuró con timidez, y un tono
avergonzado que hizo comprender al mayor a lo que se refería.
El azabache lo miró con una mirada oscura y única que solo aparecía en sus
momentos más íntimos. Le sonrió landino y dejó un último beso sobre su
marca antes de separarse completamente.
—Iré a pedirle a Gahyeon la sombrilla —le avisó, y se acercó a la puerta para ir
en busca de Lucy y pedirle un favor.
Caminó por los pasillos preguntando por la mujer mayor, hasta que dio con
ella en la cocina ayudando a preparar algunos postres para su esposo y "él",
aunque en realidad eran para el príncipe Park.
—Lucy, ¿Podrías hacerme un favor? —pidió cuando la mujer al verlo de acercó
a él.
—Claro, alteza ¿Qué puedo hacer por usted? —preguntó la mujer luego de
hacer una reverencia.
—Tienes las llaves de las habitaciones de mis queridos padres y abuelos,
¿Cierto? —preguntó con una leve sonrisa traviesa.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jimin enredó su brazo al de Taehyung, y en su otra mano sostenía una bonita
sombrilla que los cubrían a ambos del sol que estaba algo fuerte ese día.
Estaban en el jardín este, donde las ventanas de las habitaciones de los reyes y
antiguos reyes no se encontraban y no podían verlos.
Jungkook y Yoongi los seguían desde atrás a dos metros para darles su
espacio pero a la misma vez estar atentos a cualquier cosa. Mientras que
Namjoon se quedó a recibir a Seokjin que nuevamente ese día no daría clases,
pero que pasaría una muy agradable tarde con el rey Kim.
—Woah, éste jardín es hermoso, Tae —halagó el pelirosa admirando todo a su
alrededor con una gran sonrisa—. ¿En verdad el príncipe Jeon hizo todo esto
solo para ti?
—Así me ha dicho —respondió sonriendo cohibido ante eso por alguna razón—
. Ah, y también construyó un mandap muy bonito al que antes iba a tomar el
té con algunas empleadas del castillo que quiero mucho —contó
emocionado—. Me gustaría que las conozcas, son muy buenas personas y
siempre me han tratado bien.
—Algún otro día vendré más temprano y puedes presentarnos —ofreció de
acuerdo con la idea—. Por cierto, Tae... —se acercó a él y lo miró con una ceja
alzada y una sonrisa traviesa—. Mírate, pequeño. Tan feliz con esa marca en tu
cuello. En verdad estás muy enamorado, ¿Cierto? Pude notarlo cuando le
comiste la boca de esa forma.
Taehyung no pudo evitar sentir todo su rostro arder, y llevó su mano libre a su
marca. Sonrió sincero y volteó a verlo.
—Yo también...Me enamoré perdidamente, alteza —admitió sonriendo como
todo un chico enamorado.
Jimin no pudi evitar sonreír también al verlo tan feliz.
—En verdad tuvimos mucha suerte, ¿No lo crees, Tae? —preguntó el pelirosa
llevando inconscientemente su mano a la altura de su abdomen—. Ambos
encontramos a la persona que la luna eligió para nosotros. Somos amados y
amamos de igual forma, y realmente... —tomó aire y soltó un suspiro
encantado—. Realmente soy feliz junto a Yoongi. No me arrepiento de
absolutamente nada, ni de dejar mi estatus como príncipe o alejarme de mis
padres.
—Yo también lo creo —admitió el peligris—. También soy feliz con Jungkook.
Él es...Es simplemente perfecto —dijo bajando la mirada algo tímido al admitir
algo como eso—. Es realmente una buena persona; trata a todos muy
respetuosamente, es inteligente, no es impulsivo y jamás si quiera me ha
levantado la voz...Me trata tan lindo, me da tantas libertades que estando con
él me siento siempre libre aunque no pueda abandonar éste lugar por ahora.
—Eso suena maravilloso, Tae. Y no te mereces menos porque eres una persona
maravillosa —aseguró—. Tengo muchas cosas que agradecerle al príncipe,
pero en especial por haber cuidado de mi querido dama de compañía —soltó
una pequeña risa, y volvió a mirar al frente—. Aunque, ya no lo eres, ni yo soy
príncipe.
—Bueno, podría pedirle a Kook que vuelva a darte el puesto de rey en tu reino
junto con Yoongi, si es que en algún momento extrañas ese lugar —dijo en
broma.
Oh, pero, pequeño Taehyung. Si se lo pides, Jungkook te complace con gusto.
Ambos omegas rieron por el "chiste" del omega menor, y mientras tanto los
hombres detrás observaban las figuras de ambos con unas bonitas sonrisas en
sus rostros.
—¿Crees que me perdone cuando le diga que no comencé amándolo pero que
ahora soy la persona más feliz del mundo con él a mi lado? —preguntó Yoongi
en un tono bajo solo para que el azabache lo escuchara.
—Creo que si también te ama, va a hacerlo...Quizás le tome un poco de tiempo
o no mucho cuando se entere de que está en cinta, porque va a necesitarte
mucho durante el embarazo —respondió el príncipe heredero queriendo que
esos mismos consejos también los aceptara su lobo, que estaba muy
preocupado por el rechazo de su omega.
—Seré padre... —comentó el beta al aire, y sin poder evitarlo sonrió—. No soy
un alfa, pero siempre he querido tener una familia con la misma fuerza que
uno. Sabes cuál es mi mayor deseo además de tu bienestar...
—Una vida tranquila en una casa alejada de la cuidad, con una familia feliz y
saludable de la cual presumir a todos —recordó sus propias palabras—. Pero
nunca hablaste de trabajo, eres un vago —se burló.
Yoongi rió ante sus palabras.
—No voy a necesitar tanto dinero, porque mi amigo el futuro rey no va a
cobrarme impuestos, ¿O sí? —preguntó también en broma.
—Bueno, eso es cierto —respondió sincero—. No voy a cobrarte impuestos,
eso es obvio.
—Oh, vaya —soltó cuando se dio cuenta de que no estaba bromeando—. Yo lo
decía en broma, pero si quieres no es broma.
Esta vez fue Jungkook quien río, y volvió a fijarse en la figura de su esposo
cuando lo escuchó reír nuevamente.
—Yo también espero tener una vida tranquila junto con mi familia... —
comentó imaginando un futuro en el que al terminar una junta, camine hacia
el jardín y vea la imagen de Taehyung con sus pequeños cachorros
correteando por todo el jardin—. Luego de superar todos los problemas, podré
conseguirlo...Estoy seguro.
Yoongi volteó a verlo con seriedad, y aprovechó que el tema salió para hablar
sobre ello.
—Se viene una posible guerra entre reinos, ¿Cierto? —preguntó llamando
nuevamente la atención del alfa puro.
Éste volteó a verlo cuando lo escuchó con ese tono de voz.
—Es más que seguro que sí —respondió sincero—. Hasta ahora los reinos
aliados son el esmeralda; amatista y rubí. Aunque aún hay tiempo de que más
personas se presenten, pero no lo creo.
—Si nadie más viene, significa que los otros doce reinos serán quienes se unan
para atacarnos —concluyó.
—Exacto —respondió tranquilo, despreocupado—. Pobrecitos. Quieren atacar
al rey vestido de armadura de oro con espadas de madera vieja.
—¿Ya tienes algo en mente antes de que comience? —preguntó Yoongi algo
preocupado por la tranquilidad del menor ante un tema tan delicado como
ese.
Jungkook soltó una leve risa, y lo miró con una ceja alzada.
—Me ofendes, Yoon. Yo siempre estoy muchos pasos adelantados a mis
enemigos, y si no es así —golpeó levemente su sien con la punta de su dedo
índice—. Improvisar utilizando mi ingenio siempre me da la victoria.
—Bueno, la verdad es que sí. Tu maldito ingenio siempre me ha dado miedo —
admitió haciendo una mueca disconforme—. ¿Cómo diablos se te pueden
ocurrir tantas cosas tan malditamente calculadas?
El alfa puro se encogió de hombros.
—Supongo que uno nace siendo un genio, y mejoras con el tiempo hasta tener
el mundo en tus manos.
—Eso explica muchas cosas.
Se detuvieron cuando ambos omegas lo hicieron para olfatear y mirar unas
flores de cerca.
—Voy a participar en la batalla —dijo Yoongi luego de unos segundos de
silencio.
Jungkook no volteó a verlo, simplemente respondió.
—Lo sé. Y no voy a prohibirte hacerlo.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
En ese momento. Entrada principal del castillo.
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—Debemos de revisar que no traiga absolutamente nada con usted —dijo un
guardia beta mientras revisaba cada centímetros de la vestimenta del alfa que
vino de visita—. Quítese los zapatos.
—Vaya protocolos. La última vez que vine no eran tan exigentes —respondió el
alfa puro mientras obedecía.
Cuando terminaron de revisarlo, uno de los guardias fue a llamar a Lucy para
que acompañara a su hijo hacia la zona ocupada por los sirvientes. La mujer al
oír que su hijo vino otra vez a visitarla, se emocionó mucho y fue a recibirlo.
—¡Hijo! —saludó cuando llegó a él, dándole un gran abrazo.
—Mi amada madre —respondió él con una gran sonrisa, claramente muy bien
actuada pero al y al cabo falsa—. ¿Cómo estás? Vine a visitarte y a ayudarte en
tu trabajo, ya que hoy no tengo trabajo pendiente.
—Ouh, eres un encanto, hijo —dijo Lucy totalmente conmovida por las
palabras del alfa puro—. Ven, antes que nada voy a hacerte un delicioso té de
limón que sé que te encanta.
—Muchas gracias, madre.
Ella lo llevó a la cocina, donde estaban algunos empleados. Minho observaba
por todos lados disimuladamente, buscando a su cómplice porque iba a
encargarle su primer tarea, pero luego de un rato y se fijarse que no aparecía
por ningún lado, decidió preguntarle a Lucy sobre su paradero.
—¿La ex princesa? —preguntó ella sorprendida de que preguntara por ella—.
¿Por qué te interesa esa horrible mujer?
—Solo tengo curiosidad —respondió desinteresado—. Cuando vine no parecía
saber hacer bien su trabajo, por lo que pensé que tal vez ya la despidieron.
Lucy negó mientras le entregaba un pedazo de pan con nueces junto con una
taza de té de limón.
—Ella se encuentra en los calabozos, y no saldrá de ahí a menos que esté
muerta, probablemente —respondió sin un ápice de pena o lástima.
—¿Qué? —Minho frunció el ceño, totalmente molesto por ese cambio drástico
de planes—. ¿Por qué está allí?
—Por no aprender absolutamente nada y seguir tratandonos mal a todos aquí,
y en especial al pobre de Kyungmin —comenzó a explicar mientras continuaba
limpiando las copas—. El príncipe Taehyung se cansó de ella y le pidió a su
esposo que se deshaga de ella pero que antes de eso la torturara. Y su alteza,
Jungkook solo sabe complacer sus pedidos —dijo orgullosa.
—Eehh —soltó sorprendido—. El dulce esposo del príncipe heredo es más
cruel de lo que pensaba...
—Oh, no, claro que no —negó la mujer casi riendo ante eso—. Créeme que
hasta yo la hubiera enviado a que se pudra en una fosa oscura y fría. Esa mujer
era tan malvada y cruel como ninguna.
—¿Dices que se lo merecía? —preguntó curioso.
—Absolutamente. Y no me tiembla la voz en decirlo —respondió segura.
Minho estaba molesto por haber perdido a una aliada, pero se emocionó un
poco más al escuchar eso del precioso Kim Taehyung que deseaba que pronto
fuera suyo.
—Lucy —escuchó una voz suave detrás suyo, y al voltear se encontró con un
dulce y pequeño omega sirviente, que llevaba una caja con algunas frutas en
ella—. ¿Ya lavaron estas?
—Sí, cariño. Esas son las últimas, ve a llevarlas al almacen, por favor —pidió la
mujer hablándole con un tono cálido, porque el chico le daba mucha ternura y
se había encariñado bastante.
Minho lo observó de pies a cabeza, y pasó su lengua por sus labios con algo en
mente que probar.
Se puso de pie y se acercó a él con la misma sonrisa "amable" con la que
saludó a su madre.
—Déjame ayudarte a llevarlas —ofreció quitándole la caja de las manos—. Es
bastante pesado.
—Ah, n-no, no es necesario —respondió Kyungmin sintiéndose intimidado por
la presencia del alfa.
—Insisto. Vine a ayudar —respondió sin borrar si sonrisa—. Solo muéstrame el
camino al almacén.
—Umn...S-Supongo que está bien... —respondió sin querer ser maleducado
rechazando una amable propuesta de ayuda—. El almacén está por aquí, s-
sígame.
El alfa puro dejó que el omega lo guiara, y lo siguió clavando su mirada en esa
bonita figura que se notaba debajo de ese simple vestido de sirviente.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
La puerta del despacho de Jungkook fue tocada, y éste tardó unos segundos
en reaccionar a eso.
—Adelante —respondió sin muchas ganas.
No levantó la mirada de los papeles sobre su escritorio, esos que miraba pero
no leía realmente porque su cabeza no funcionaba correctamente debido a la
falta de sueño. Hacía unas dos horas que estaba observando las mismas letras
de la misma hoja, pero su mente solo podía recrear la imagen de su esposo
cuando sonreía para él.
—Éste lugar apesta a tristeza y miseria —dijo Namjoon acercándose a su
escritorio—. ¿Qué tan mal estás hoy?
Jungkook levantó la cabeza para mirarlo, y Namjoon no necesitó una
respuesta.
—Por la luna, estás de la mierda, amigo —dijo sin poder evitar preocuparse—.
En serio, te ves terrible. Cualquiera que te viera diría que tienes una
enfermedad terminal y solo te quedan semanas de vida.
—Gracias, Namjoon. Yo también te extrañé —respondió sarcástico, pero solo
mostrando cansancio en su rostro.
—¿Hace cuánto no duermes? Te ves tan pálido como una nube.
—No he podido dormir desde que le conté la verdad a Tae...No puedo dormir
sin él, y sintiéndolo de esta manera —respondió con la mirada fija en algún
punto de su escritorio—. ¿Cómo está él? ¿Se alimenta correctamente?
—Ayer hablé con Lucy y dice que se encarga de que coma todas sus comidas —
respondió tranquilizando al azabache—. No he podido verlo porque no sale de
la habitación, pero estoy seguro de que no debe de verse tan miserable como
tú.
—Me alegra eso...
—¿Vas a estar bien? —preguntó el alfa realmente preocupado por su salud y
estado anímico—. Podría quedarme unos días más...
—No, está bien —negó levantando la cabeza para mirarlo—. Estás aquí hace
mucho, y tienes asuntos que atender en tu reino. Sé un buen rey y hazte cargo
de tu puesto.
Namjoon lo miró fijo, intentando ver si realmente estaría bien o si debía de
quedarse. Pero obviamente no iba a estar bien mientras siguiera de esta forma
con su esposo.
—¿Qué es lo que haces aquí? —preguntó Namjoon sonando mucho más serio.
Jungkook lo miró con una ceja alzada, sin comprender a lo que se refería.
—¿Cómo que qué hago aquí? Estoy intentando hacer mi trabajo —respondió
obvio.
—No me refiero a eso. Que por cierto, eso es una completa mentira porque
estoy seguro de que hace días que no avanzas con nada —dijo conociendo
bien a su amigo—. Me refiero a que, ¿No deberías de estar ganando el perdón
de Taehyung?
—Él no quiere verme...
—Él está dolido porque le mentiste e hiciste algo que puede dañar muchísimo
a Jimin cuando se entere, si es que ya no se enteró —dijo corrigiendo sus
palabras—. Se siente engañado y lastimado. Y es obvio, pero lo que tú tienes
que hacer ahora es demostrarle que lo amas y que las cosas pueden funcionar
incluso luego de todo esto.
—Antes de intentar cualquier cosa, tengo que disculparme con Park —dijo, y
soltó un suspiro cansado—. Estoy esperando a que Yoon lo traiga...Pero ya han
pasado algunos días y no han venido.
—¿Crees que se lo haya dicho o se arrepintió?
—No, estoy seguro de que lo hizo. Yoon es un hombre de palabra, siempre
cumple con lo dicho.
—Entonces...¿Habrá escapado? —preguntó abriendo los ojos en grande.
Jungkook negó a eso.
—Él debe de haberle dicho que está en cinta. Y esa es una razón más para que
no pensara en hacer eso, porque un omega fugitivo y en cinta no puede andar
solo en un reino que no conoce —dijo obvio—. Debe de haber sucedido otra
cosa. Quizás al enterarse su salud empeoró debido a su lobo, o...No lo sé. No
puedo pensar demasiado en este momento.
—Debes de intentar dormir algo, o tu cabeza va a fallar incluso más que ahora
—ordenó—. Y al menos tienes que ver a tu esposo aunque sea por un
momento. Eso va a ayudar a que tu lobo no se sienta tan mal.
—Pero él no quiere ver, Nam —dijo aunque le doliera admitirlo.
—Si quiere. Te ama, Jungkook —le recordó—. El calor del momento ya pasó, y
su lobo debe de estar pidieron por ti como loco. Al menos hazlo por él, para
que su lobo no se sienta tan mal y haga sentir mal a Taehyung.
Jungkook se llevó ambas manos al rostro, y suspiró.
—Me dolerá que vuelva a decirme que no quiere verme... —confesó con
dolor—. Lo extraño tanto que duele. Nunca había sentido un dolor como
éste...Siento que muero poco a poco estando lejos suyo.
—Y vas a sentirlo aún más si no vas a verlo. Al menos cálmate un poco y haz
que él se sienta un poco mejor —animó, y se puso de pie—. Vamos. Tienes que
acompañarme hasta la salida, ¿La tristeza te quitó los modales?
Jungkook le sonrió a penas, y se puso de pie lentamente.
—Lo acompaño hasta fuera, rey Kim.
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Al día siguiente por la tarde.
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A pesar de las palabras y sugerencias dichas por Namjoon, Jungkook no se
animó ese día a ir a ver a su esposo. Aún le temía a su rechazo, aún esperaba a
que Yoongi trajera a Jimin para poder disculparse y aguantar todo lo que el
omega le dijera.
Había llamado a Lucy para preguntarle sobre el estado de su amado esposo, y
cuando ésta lo vió casi pega un grito de horror al ver el estado en el que
estaba. Luego de que le dijera que se ve peor de lo que se siente, le mintió
diciendo que estaba cada vez peor, se preocupó tanto que decidió finalmente
ir ese día a al menos mirarlo sin tocarlo si Taehyung rechazaba su toque.
Por eso ahora se encontraba frente a la puerta de su habitación, y permaneció
allí unos largos minutos pensándolo lo mejor que podía a pesar del cansancio
mental que tenía debido al sueño.
Tenía miedo de la reacción del omega.
Pero la salud de su amado era mucho más importante que su miedo, por lo
que, sin pensarlo demasiado, tocó la puerta.
El omega, que se encontraba dentro leyendo el libro que le había escrito su
madre en busca de algo que lo ayudara a saber qué era lo que debía de hacer,
al escuchar la puerta ser tocada preguntó si se trataba de Lucy, pero no
recibió una respuesta positiva.
Se levantó de la cama para buscar y colocarse la bata que Gahyeon le dejó
sobre la cama. Era bastante bonita y junto con su pijama de ese momento
hacía una linda combinación.
Una que le hubiera gustado que Jungkook viera.
Se la ató y abrió la la puerta solo un poco, para ver de quién se trataba, y antes
de ver el rostro de quién se trataba, lo supo gracias a ese aroma que llegó a su
nariz y lo envolvió por completo.
Apretó con algo de fuerza la madera de la puerta, y finalmente alzó la vista
para enfrentarse al alfa, que ya tenía la vista sobre él desde el momento en el
que abrió la puerta.
Cuando pudo ver su rostro con claridad, le fue imposible no poner una
expresión de clara preocupación y terror al verlo de esa forma. Se veía muy
mal; más pálido de lo normal, con una ojeras mucho más notorias que la
suyas, sus labios estaban secos y su mirada se veía tan cansada que no tuvo
que preguntar para saber que no había dormido en mucho tiempo.
Se veía fatal. Tan débil y necesitado de su cuidado que actuó
inconscientemente al acercar sus manos al rostro impropio y hacer que lo
mirara fijo. Estaba frío.
Sus lobos de inmediato reaccionaron ante la presencia del otro, comenzando
a moverse de un lado a otro, pidiendo por el tacto contrario. Volvieron a
sentirse con energías.
—Santa luna, no...¿Por qué te ves tan mal? —preguntó analizando cada una de
sus facciones.
Jungkook sonrió tantas ganas de llorar al volver a verlo y sentir su toque
nuevamente junto con esos preciosos ojos preocupados por él a pesar de
todo, que terminó dejando que sus ojos se humedecieran y mostraran lo
mucho que lo necesitaba.
—Te extraño —respondió a su pregunta llevando sus propias manos a las
contrarias, sintiéndolas tan cálidas contras las frías suyas—. Estoy preocupado
por ti.
Y aquello dolió. Realmente le dolió al omega, que al verlo tan roto tuvo ganas
de ingresarlo a la habitación y recostarlo a su lado hasta que todo su dolor se
fuera.
—Jungkook...¿Hace cuánto que no duermes? —preguntó sin soltar sus
mejillas.
—Te ves precioso con ese pijama —halagó sin querer responder ni mentirle—.
Aunque siempre te ves precioso con cualquier cosa que uses.
Taehyung apartó sus manos cuando sintió todo su cuerpo alegrarse y
estremecerse ante sus halagos. Había extrañado tanto escuchar su voz, su
aroma que poco a poco abandonaba la habitación, extrañaba verlo y quería
tanto fundirse en sus brazos que dolía porque no podía olvidar la razón por la
que terminaron de esta forma.
—¿Puedo abrazarte? —preguntó el alfa luego de algunos segundos sin que el
omega dijera absolutamente nada.
No le estaba pidiendo que se fuera, y eso lo hizo sentirse un poco más
confiado.
—Jungkook...No lo hagas más difícil —pidió apretando sus puños para no
ceder ante la necesidad que abrazarlo con fuerza.
Pero el alfa no lo escuchó, solo abrió un poco sus brazos invitándolo a que se
acercara. Su mirada estaba fija en él, y a pesar de que el omega no lo estaba
viendo fijo, si notó que lo vio porque se tensó un poco cuando abrió sus
brazos.
—Amor... —llamó con algo de temor al recordar que le había pedido que no le
dijera de esa forma.
Taehyung no respondió ni se acercó, y más de un minuto pasó sin que su
abrazo fuera correspondido. Finalmente bajó sus brazos, y sonrió a penas, con
amargura y dolor ante el rechazo.
—Solo...Quería verte, y saber como estabas —dijo el azabache sin dejar de
mirarlo, queriendo grabarse su imagen en su mente porque no sabía cuándo
iba a volver a animarse a verlo—. Ya me voy...Te amo.
Pero el omega no lo dejó irse. Se lanzó finalmente a sus brazos sin poder
contenerse más, sin poder soportar ese fuego doloroso en su interior que
sentía al tenerlo tan cerca y no sentirlo. Lo abrazó con fuerza, temblando, y
con los ojos fuertemente cerrados.
Decir que eso fue totalmente inesperado para el alfa es totalmente correcto. A
pesar de la sorpresa, obviamente correspondió al instante rodeando su
cintura con firmeza, aspirando su aroma hasta que sus pulmones dolieron, sin
dejar de soltar pequeñas lágrimas ante la felicidad de volver a tenerlo en sus
brazos.
—E-Esto no es un perdón... —aclaró el omega mientras frotaba su mejillas
contra su pecho—. Simplemente...Simplemente duele tenerte lejos.
—Te amo —repitió el alfa moviéndose hacia su cuello para buscar su marca y
comenzar a besarla varias veces—. Te amo. Te amo tanto...Te extraño. No he
podido dormir desde que me alejé de ti, solo me alimento lo suficiente para no
enfermar por si me necesitas.
—Jungkook...
—Esperaré lo que haga falta hasta que me perdones...
Taehyung se separó un poco solo para poder llevar su nariz a su cuello y
olfatear ese aroma que tanto amaba. Le era imposible no sentirse afectado
por las palabras de su esposo, por más que no quisiera hacerlo.
Jungkook pudo notar el momento en el que la marca en el precioso cuello de
su amado se volvía un poco más clara, señal de que mejoró un poco.
—Alteza... —una voz a su lado llamó la atención de ambos; era Lucy.
Taehyung hizo el amague de separarse, pero el alfa sostuvo la parte trasera de
su cabeza para mantenerlo contra su cuello, y el omega luego no peleó contra
aquello. Volteó a ver a la mujer, y al ver su expresión supo que algo importante
había sucedido.
—¿Qué ocurre, Lucy? —preguntó el príncipe heredero.
La mujer juntó sus manos e hizo una reverencia hacia él en señal de respeto.
—Su padre a dejado éste mundo.
⚜Maratón: 1/3⚜
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Finalmente, la enfermedad del rey Jeon Byeongkwan terminó con su vida a la
edad de 47 años.
—Su padre abandonó éste mundo —dijo Lucy, manteniendo su reverencia en
señal de respeto—. Mi más sentido pésame, alteza.
Jungkook mantuvo la mirada fija en la mujer, pensando en todo lo que
significaba la muerte de su padre ahora. Viendo la situación en la que se
encontraba con su esposo, ahora no sabía si lo mejor era asumir el trono.
Seguramente Taehyung no querría hacerlo.
—Gracias por informarme, Lucy —respondió el azabache, luego soltó un
suspiro cansado—. Santa luna...
—Su madre precisa su presencia en su habitación —informó la mujer
volviendo a reincorporarse.
—Voy en seguida.
La mujer les dio una última mirada y pequeña sonrisa al verlo nuevamente
juntos, creyendo que ya habían resuelto sus problemas, y se retiró del lugar
porque ahora estaría los siguientes días muy ocupada debido al fallecimiento
del rey.
Jungkook finalmente y con mucho pesar, soltó al omega. Bajó la mirada
buscando la suya, pero Taehyung solo observaba su pecho. Ese no era el
momento para hablar sobre ése tema, por lo que no iba a decirle nada respeto
a eso.
Se limpió sus mejillas quitando el resto de lágrimas, y se volteó hacia el pasillo
que llevaba a la habitación de sus padres del otro lado del castillo. Pero
Taehyung no le permitió alejarse cuando sostuvo sus mano.
—¿Amor? —preguntó extrañado por la repentina acción.
—A pesar de todo, él era tu padre... —dijo, y levantó la mirada para verlo con
algo de pena pero mucha seguridad en sus palabras—. Y yo soy tu esposo. A
pesar de que aún no te perdono, T-Te amo, y te juré mi lealtad...Por eso voy a
acompañarte y apoyarte en esta situación.
—Mi amor... —Jungkook se quedó algo en shock por sus palabras, y pero pudo
sentir una felicidad enorme cuando el omega enlazó sus manos.
—Sé lo que viene luego de esto, sé que nuestros verdaderos problemas
comienzan ahora... —se colocó a su lado sin dejar de verlo, con algo especial
en sus ojos—. Sé que a pesar de los problemas que tengamos ahora, estamos
juntos en esto y juntos vamos a lidiar con todo. Por eso, no voy a poner mis
sentimientos por encima de nuestras responsabilidades que comenzaron
cuando me colocaste este anillo —finalizó mostrando que llevaba su alianza
aún en su mano derecha.
No se la había quitado. Aún es y se consideraba su esposo.
Eso no pudo haber hecho más feliz al alfa, que sintió que una pequeña puerta
se abría para sus esperanzas de ser perdonado completamente en un futuro
no muy lejano.
Sonrió todo lo que pudo a pesar de su extremo cansancio, y se acercó solo
para dejar un beso en su frente a modo de agradecimiento.
—Eres la persona perfecta para gobernar a mi lado —dijo mirándolo a los ojos,
tan sincero que sus palabras hicieron al omega estremecerse—. Seremos los
mejores reyes que este reino haya tenido, si es que no dejas de amarme.
Y Taehyung quiso responderle que eso era prácticamente imposible, pero
decidió permanecer en silencio porque no quería olvidar lo que hizo. Quería
castigarlo un poco para que jamás se le ocurra volver a actuar de esa forma
con nadie que no se lo mereciera.
De igual manera, Jungkook no esperaba una respuesta, solo se aferró más al
agarre de sus manos juntas y caminaron hasta la habitación de los reyes.
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Taehyung estaba algo nervioso por la reacción de la reina al verlo estar allí
también, pero no iba a dejar que la mujer le dijera o hiciera algo malo. No es
como si le agradara verla, solo iba a darle su apoyo a Jungkook y a demostrar
que no era un irrespetuoso.
Cuando llegaron del otro lado del castillo e ingresaron a la habitación
correspondiente, se encontraron con que los abuelos Jeon ya estaban allí, y la
reina se encontraba arrodillada a un lado de la cama, sosteniendo la mano de
su esposo sin vida sobre la cama.
Los ojos de los tres ya presentes se posaron en ellos, pero más
específicamente sobre el omega. Tal y como ambos se lo esperaban, los
comentarios y palabras hirientes hacia su persona no se hicieron esperar.
—¿Qué hace él aquí? —preguntó la reina gruñendole al peligris—. Éste debe
ser un momento en familia, y este omega intento de realeza no tiene nada que
ver con nosotros.
—Que se vaya. Es un insulto al lecho de muerte de tu padre —dijo la antigua
reina con el mismo tono.
—Deberías de tener más respeto hacia tu padre en un momento como este —
habló el antiguo rey mirando con desprecio al omega—. ¿Acaso crees que a tu
padre le gustaría que estuviera aquí?
—No lo sé, ¿Quieres que le pregunte? —habló Jungkook intentando calmarse
ante la poca tolerancia que tenía en esos momentos y capacidad para
controlarse—. Espera, ya no se puede. Es una lástima, nunca lo sabremos.
—¡Jeon Jungkook! —regañó su madre en un gruñido totalmente molesto por
su bromita.
—Kook, no seas irrespetuoso —regañó el omega volteando a ver a su esposo,
acariciando levemente el dorso de su mano con el pulgar. Luego miró a la
reina directamente—. Mi más sentido pésame. Y respondiendo a su pregunta,
estoy aquí para apoyar a mi esposo —dijo abrazando en brazo del azabache
del que sostenía su mano, solo para molestar más a la mujer—. Puede que
ustedes no sean lo suficientemente respetuosos como para no armar una
escena con su esposo muerto a su lado, pero yo sí lo soy como para venir a dar
el pésame por mi suegro.
Lo tan cierto de sus palabras hizo a la familia Jeon apretar los puños y tener
ganas de asesinarlo en ese momento, pero a la vez decidieron no darle más
con que burlarse de ellos e intentaron ignorar su presencia.
Jungkook por su lado solo pudo sonreír orgulloso de su esposo y su capacidad
para dejar en ridículo a las personas sin perder los modales ni la calma.
—Hay que hacer correr la noticia en el pueblo y escribir cartas a los otros
reinos —comentó la reina observando a su esposo sobre la cama—. No logro
entenderlo...Sé que tu enfermedad era terminal y que no le quedaba mucho
tiempo, pero su salud empeoró demasiado en muy poco.
—Quien sabe —habló Jungkook llamando la atención de todos, con su rostro
impasible a pesar de estar cansado—. Al menos ya no sufre por su
enfermedad. Vivir como lo hacía debió de ser un sufrimiento.
Escuchó a sus abuelos toser, y volteó a verlos con una falsa expresión
preocupada.
—¿Y a ustedes que les sucede? Parecen enfermos también, ¿Debería de llamar
a un doctor?
—Deberían de llamarlo pero para ustedes —dijo la reina mirándolos con una
ceja alzada—. ¿Acaso se vieron a un espejo? Se ven terribles —sonrió burlona y
miró a ambos consecutivamente—. ¿Acaso pelearon?
—Lo que hagamos entre nosotros no tiene por qué ser de tu interés, madre —
respondió Jungkook frunciendo levemente el ceño.
La mujer rió, y fijó su vista en el omega.
—¿No eran el matrimonio más fuerte y con más amor de todos? —preguntó
con una clara falsa empatía—. Parece que todo será tal y como lo dije en un
principio; su matrimonio no va a perdurar, porque alguien de abajo jamás
funcionará con alguien de arriba.
Jungkook no pudo evitar gruñir ante sus palabras, ya que su autocontrol no
estaba funcionando del todo debido a la falta de sueño, y estuvo a punto de
mandarlos a la mierda, pero por suerte Taehyung se le adelantó.
—Es muy lindo que se preocupe por nosotros, suegra —dijo el omega
acercándose al alfa para posar una de sus manos en el pecho contrario con su
mano libre, sin haber soltado la contraria en ningún momento desde que
llegaron—. Pero no tiene por qué. La cosa es que llevamos dos días intensos
en los que la madrugada es para nosotros, ya sabe... —bajó su mano hacia el
inició del pantalón de su esposo, y le dio una mirada muy sujestiva a la
mujer—. Somos jóvenes y nos amamos tanto que no podemos estar
demasiado tiempo sin demostrarlo.
Jungkook comprendió al instante lo que estaba intentando hacer su adorable
esposo, y sonrió travieso acercando sus labios al rostro ajeno para dejar
pequeños besos en su mandíbula.
—No tiene por qué preocuparse —continuó Taehyung subiendo su mano hasta
acariciar la barbilla de Jungkook como si fuera un cachorrito, mirando a la
mujer con ojos desafiantes y hasta burlones, pero con su voz siendo tan
respetuosa y calmada como siempre—. Asumiremos el trono juntos como el
gran matrimonio que somos.
Taehyung tenía toda la intención de decirles: Jeon Jungkook es
completamente mío, y cumplirá con todo lo que me pida. Y ni ustedes ni la
misma luna puede hacer algo al respecto.
Porque sabía que esa es la manera más efectiva y que más les dolía a cada uno
de ellos. Y Jungkook también disfrutaba de aquello, por lo que tampoco quiso
quedarse atrás.
—Amor, ¿Y si vamos a dormir un poco antes de comenzar a planear todo para
nuestra coronación? —preguntó luego de sacar un poco de provecho de la
situación y besar su mejilla.
Taehyung le sonrió y asintió, sabiendo que estaban intentando hacer lo
mismo.
—Ya quiero que llegue ese día —colocó ambas manos sobre el pecho contrario
e hizo una muy adorable mueca de inconformidad—. Solo hay una cosa al
respecto que no me gusta...
—¿Mnh? ¿Y eso que es, amor? —preguntó el alfa sosteniendo su cintura con
ambas manos—. Puedo cambiar cualquier cosa que no te guste.
—Supongo que vas a elegir la coronade tu padre, y la de tu madre no me gusta
—dijo, y volteó a ver un momento a dicha mujer—. Sin ofender —regresó la
vista a su esposo, y subió sus manos hasta sostener el rostro ajeno—. ¿Puedo
elegir otra con otro diseño? Quizás uno que combine con mi alianza.
—Por supuesto, amor. Vamos a mandar a hacer una coronas nuevas y mucho
más bonitas, ¿Qué te parece?
—¡Me encanta la idea! —festejó como todo un niño caprichoso, y no lo pensó
cuando se puso de puntitas para darle un beso a modo de agradecimiento—.
Te amo...
En ese momento todo lo que era en juego se volvió sincero, y ambos lo sabían.
El mundo pareció detenerse por un instante, y la tensión y necesidad del otro
acumulada durante todos estos días hicieron que lo único que anhelaran
fuera poder sentir al otro como antes.
—También te amo —respondió el azabache, y volvió a acercarse a sus labios.
—¡No queremos ver sus asquerosas muestras de su supuesto amor! —se quejó
la reina interrumpiendo el momento.
Taehyung bajó la mirada y apretó con algo de fuerza la camisa del azabache,
recordando la situación en la que estaban. Jungkook soltó un suspiro molesto
por haber sido interrumpidos, y miró a su madre con pura molestia.
—Entonces nos iremos.
Tomó de nuevo la mano de su esposo, y ambos salieron de la habitación sin
escuchar las quejas de sus abuelos diciendo que aún no rezaban por un
descanso tranquilo para su padre.
Cuando llegaron a la puerta de la habitación, se detuvieron frente a ésta sin
ingresar. Jungkook cerró los ojos y suspiró triste porque sabía que ahora
debían de alejarse nuevamente.
—Necesito dormir para poder soportar todo lo que será el velatorio —habló el
alfa luego de soltar la mano del omega—. Pero no he podido hacerlo aún...
—Jungkook...yo...
—¿Podrías darme alguna prenda que tenga tu aroma? —pidió el azabache
mirándolo con súplica—. Quizás de esa manera logre conciliar el sueño y-
—Jungkook, te dije que estamos juntos en esto —interrumpió Taehyung, y
tomó su mano para abrir la puerta e ingresarlos a ambos—. Y no voy a darle el
gusto a tu familia de ver que algo anda mal en nuestra relación...
Lo llevó hacia la cama, y suspiró nervioso antes de comenzar a quitarse el
pijama ante la mirada del alfa. Se sentía extraño tener la mirada del alfa sobre
su cuerpo luego de varios días, pero también había algo satisfactorio en sentir
la intensa mirada del contrario sobre él.
Porque lo miraba como su fuera lo más hermoso que existe en el mundo, y eso
calentaba su corazón y alma.
Mirándolo directo a los ojos, retrocedió hasta sentarse en la cama, para luego
subir más a ésta y llegar a cubrirse con las sábanas. Dejó libre un lugar; el lugar
del alfa. Era una clara invitación.
—¿Puedo...Dormir contigo? —preguntó el alfa totalmente esperanzado y
emocionado.
Taehyung asintió.
—Solo por esta vez...Y quizás mañana por todo lo que viene —explicó—. Pero
esto no significa que me haya olvidado de todo o que te haya perdonado,
¿Comprendes?
—Esto es suficiente para mí —respondió el alfa comenzando a quitarse su
pantalón.
El omega al notarlo se dió vuelta para darle la espalda, y esperó a que se
metiera a la cama de una vez. Se abrazó a si mismo intentando convencerse
de que no estaba haciendo algo malo o de lo que debiera de sentirse culpable.
Él también necesitaba dormir correctamente para todo lo que vendría, y
también necesitaba la presencia del alfa cerca para poder dormir más de dos
horas de corrido.
No sintió el movimiento del colchón hundirse detrás suyo por estar perdido en
sus pensamientos, pero sí sintió perfectamente los fuertes brazos de su alfa
rodear su cintura y su cálido aliento en su nuca.
—¿Q-Qué haces? —preguntó nervioso, volteando un poco la cabeza para
intentar mirarlo—. No dije que podías abrazarme.
—Tampoco dijiste que no podía hacerlo, amor mío —respondió.
—E-Eso...Jun-Jungkook...
La comodidad del cuerpo contrario rodeando el suyo; su cálido aliento
chocando contra su piel enviando un escalofrío placentero por todo su
cuerpo, la sensación de los besos húmedos en su nuca y hombros...Santa luna,
no podía contra todo lo que este alfa le hacía sentir.
Lo había extrañado tanto que ahora no tenía voluntad para alejarlo.
—Te amo, Jeon Taehyung... —susurró el alfa antes de caer totalmente rendido
ante el sueño.
Taehyung quiso llorar al escucharlo repetir aquello nuevamente. En ese
momento, jugando un poco con la alianza en la mano contraria que lo
sostenía casi que con miedo a que se fuera, sintiéndose pleno y en casa, se
cuestionó si era una buena persona o le estaba faltando el respeto a la lealtad
jurada a Jimin.
No quería sentir que lo estaba haciendo, pero es que simplemente ya le era
imposible alejarse o evitar su amor por Jungkook. No podía hacer nada en
contra, y lo confirmó hoy, en este momento mientras se acomoda entre los
brazos ajenos para también dormir como estuvo anhelando desde hace días;
con su esposo.
¿Acaso Jimin lo odiaría por estar de esta manera con la persona que le hizo
algo tan feo luego de que supiera la verdad?
No iba a vivir tranquilo ni con la consciencia tranquila si Jimin decía odiarlo
por amar al hombre que lo utilizó e hizo abandonar todo.
Era una lucha dolorosa con ambas partes suyas, y no tenía ni idea de si alguna
podría ganar de forma sana.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente. Castillo zafiro.
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El velatorio iba a llevarse a cabo en dos días y constaba de tres partes; la
primera era en el castillo donde los de la realeza y nobleza despedían al rey y
rezaban por un descanso eterno en paz, y obviamente muchas personas
daban discursos sobre la "gran persona" o "buen gobernante" que fue, solo
para hacerse lucir como personas importantes para el rey cuando eso no
estaba ni cerca de ser cierto.
La segunda; consistía en que cargaban el ataúd en un carro especial donde se
dejaría ver éste rodeado de flores, y recorrería las calles principales del reino
para que los cuidadanos pudieran despedirse de él y llorar su muerte.
La tercera; era en el cementerio privado donde sólo se encontraban personas
de la realeza y nobleza con el apellido de Jeon. Allí solo los Jeon podían
terminar de despedirlo, y rezar por que los siguientes gobernantes hicieran un
buen trabajo y mantengan el linaje y gobierno de los Jeon de la mejor forma al
igual que sus ancestros.
Iba a ser un día muy largo, y para eso los futuros reyes necesitaban un
merecido descanso hasta que el momento llegara. Pero sobre todo debían de
estar preparados para enfrentar a las personas de los reinos que sabían que
intentaban atacarlos, cosa que iba a ser muy incómoda especialmente para
Taehyung porque a él es a quien quieren muerto.
Ahora, acabando de despertar luego de una larga noche de sueño que le hizo
recuperar todas sus energías, pensaba en todo lo que estaba por venir, y le era
imposible no asustarse.
—¿Qué te preocupa, amor? —preguntó Jungkook desde los pies de la cama,
mientras se vestía para comenzar a ponerse a trabajar todo el día.
Taehyung se obligó a sí mismo a no voltear a verlo ni a verse afectado por el
apodo que le había pedido que deje de usar pero el mayor no lo hacía. Suspiró
y se tapó aún más con las sábanas, ya que hacía algo de frío.
—Quiero hablar con Jimin... —respondió.
No era mentira, también había estado pensando en eso.
Jungkook si volteó a verlo, y al escucharlo suspiró.
—Yo también. Pero Yoon aún no lo trae, pero estoy seguro de que deben de
regresar en estos días, si no es que hoy lo hacen —respondió seguro.
—Ya pasó casi una semana, y supuestamente Min iba a decirle el mismo día
que me lo dijiste a mí ¿No tendría que haber venido a hablar conmigo en
cuanto lo supo? —preguntó sin comprender—. ¿Estás seguro de que se lo dijo
y que va a traerlo?
—Por supuesto. Yoon es un hombre de palabra, y si él dijo que iba a traerlo es
porque lo hará —aseguró.
Taehyung no dijo nada más, dejó el tema hasta ahí.
—Desayunaré en mi despacho —avisó caminando hacia su lado de la cama—.
Tengo mucho trabajo que hacer y cartas que escribir y enviar.
Se agachó hasta que estuvo a centímetros de su rostro y el omega lo tenía
frente a su cara. Le sonrió como solo él sabía hacerlo, poniendo en alerta
todos los sentidos del omega.
—Pude dormir de maravilla de nuevo. Muchas gracias por eso, mi amor —
agradeció.
Se acercó hasta dejar un casto beso en los labios ajenos, para luego separarse
en espera de una reacción. Taehyung simplemente se dio vuelta para darle la
espalda, siendo esa su respuesta.
Aquello dolió bastante, Jungkook no iba a negarlo.
—Nos vemos en la noche —dijo el alfa volviendo a enderezarse, y salió de la
habitación con un sentimiento amargo ante el rechazo de su esposo.
Mientras que éste intentaba no romper a llorar ante todos los sentimientos e
impulsos que intentaba retener.
•|♔| Cuarenta y siete |♔| •
⚜Maratón: 2/3⚜
16▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓▓
Había notado que obviamente todos notaban que algo sucedía con ellos, y
volver a verlos dormir juntos hizo creer a todos que sea lo que sea ya se había
solucionado pero aunque no fuera de esa manera, no quería que siguieran mal
por ellos. Aún recuerda la felicidad de Lucy al traerle el desayuno y notar que
nuevamente durmieron juntos.
2
No le gustaba para nada mentir, pero menos le gustaba ver la tristeza en las
personas a las que aprecia.
—¿Seguro que fue eso? —preguntó ella un poco dudosa—. Sabe que puede
confiar en mí, alteza.
Taehyung asintió.
—Somos humanos, y ningún matrimonio es perfecto —dijo intentando
convencerla.
107
Ella pareció creerle, y soltó un suspiro calmado.
—Cierto. Nadie es perfecto, y no cometer errores es imposible —dijo la beta
sacando el vestido que usaría ese día del perchero—. Cada matrimonio es
único, y tanto las discusiones como los desacuerdos siempre estarán
presentes por más amor que haya —se acercó a él para ayudarle a colocarse el
vestido—. Pero, si al final siempre terminan por perdonar los errores del otro o
dejar el orgullo de lado para admitir que se ha actuado mal, significa que en
verdad su amor es sincero y será para siempre —levantó la mirada para verlo,
y le sonrió sincera—. Y yo creo que no importan los problemas que se
presenten, ustedes siempre terminarán en los brazos del otro diciendo cuánto
se aman.
173
—¿Qué tengo que hacer si no puedo perdonarlo por algo muy malo que ha
hecho? —preguntó dejando sus inseguridades y temores a la vista.
Gahyeon abrió los ojos en grande, sorprendida por esa confesión.
—¿El príncipe le hizo algo tan malo? —preguntó sin poder creerlo.
—Directamente a mí no me ha hecho nada...Pero sí a una persona que yo
quiero mucho, y él sabía eso, sabía que era importante para mi... —sintió
ganas de llorar y desahogarse por primera vez con respecto a ese tema—. Lo
que me hace sentir peor, es que lo hizo por mí...No a pedido mío, sino que
para acercarse a mí...
56
Taehyung negó.
1
—Está bien...
—Yo creo que está bien que se enoje con su alteza, porque hizo algo que sabía
que iba a dañarlo... —tomó su mano para hacerlo caminar hasta el espejo, y
que admirara su reflejo—. Pero, ¿Acaso algo que usted haga por aquella
persona cambia lo que ha hecho el príncipe?
100
Taehyung observó su reflejo en el espejo, y negó. El día estaba algo frío, por lo
que Gahyeon eligió un vestido con una tela gruesa y abrigada con mangas
largas.
96
—Si esa persona también lo quiere tanto como a usted y a visto que usted es
feliz con el príncipe, lo que más va a desear es su felicidad también —dijo ella
mientras colocaba las hebillas iguales en número de cada lado de su cabello—
. Así como usted desea la felicidad de aquella persona, la otra hace lo mismo
con usted. Entonces no sirve de nada vivir de forma infeliz porque de esa
forma también le está haciendo un mal a la otra persona, que al saber que
esta sufriendo por su causa, se sentirá culpable de su infelicidad.
250
El omega mantenía la mirada en algún punto del espejo sin ver realmente su
reflejo. Las palabras de la beta se quedaron en su cabeza cambiando muchos
pensamientos sobre todo lo que estaba ocurriendo, a la vez que le generaba
nuevas dudas. Tenía mucha razón, demasiada. Pero aún no sabía si
simplemente debía de hacer como si nada y volver a tratar a Jungkook como
antes.
7
—Lo que no se puede poner en duda y no se puede evitar, es que que ustedes
se aman incluso más que a ustedes mismos —dijo ella tomando un poco de
labial para colocarlo en los labios del omega—. Por más que quieras
intentarlo, no se puede resistir a la tentación cuando tienes a la persona que
aman en frente, ¿Cierto?
37
—Déjese llevar un poco, alteza. Porque usted tampoco merece vivir infeliz, y
recuerde que todo el mundo toma malas decisiones alguna vez en su vida,
pero siempre se puede compensar lo mal hecho —finalizó.
231
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Jungkook se encontraba en su despacho, escribiendo las últimas cartas a las
familias reales, y ya estaba pensando en la forma de pagar las deudas que su
padre le dejó pendiente, junto con muchas cosas pendientes prometidas a
algunos reinos.
9
—Aquí tiene su té, y un pedazo de pastel que preparó Minji para usted, alteza
—dijo Lucy mientras dejaba lo dicho a un lado de los papeles—. Nadie quiere
que esté triste con la pérdida de su padre, además de que todos notaron que
las cosas están un poco...Extrañas, con el príncipe Taehyung.
40
Por la luna, ¿Cómo es que podía verse tan hermoso? ¿Cómo era capaz de
hacerlo sentir tantas cosas con solo existir?
178
El omega lo tomó ambas cosas, y movió todo a un lado para darle su espacio
al mayor para que continuara con lo que debía. Estaba intentando mantener
la calma mientras colocaba el lacre derretido sobre la carta, pero las caricias
en su cintura por sobre la ropa que su esposo le daba lo estaban distrayendo
un poco.
13
Taehyung se estremeció ante esa sola palabra dicha de esa forma, y respondió
con un sonido en señal de que lo estaba escuchando. Jungkook quiso llorar al
no haber sido rechazado por ese apodo.
368
—Te ves hermoso el día de hoy como todos —halagó—. Este vestido te queda
precioso, aunque todo te queda perfecto. Y me tranquiliza que Gahyeon no te
haya puesto alguno muy fino o sin mangas porque está algo fresco.
25
Abandonaron esa pequeña conversación para continuar cada uno con sus
tareas. El alfa se sentía más motivado y las soluciones a sus problemas de
deudas llegaban con más rapidez a su cabeza. Ya no sentía frío porque su
esposo calentaba su pecho y casi todo su cuerpo, lo que ayudaba a que se
sintiera más a gusto y su rapidez para leer todo aquello era más veloz que
antes.
30
La mirada del omega se posó en ese pedazo de pastel de chocolate con crema
y la boca se le hizo agua.
223
—Está delicioso, tienes que probarlo —dijo aún con la cuchara extendida en su
dirección.
Jungkook no se lo pensó mucho cuando llevó su boca a la cuchara para
probarlo. Lo degustó y asintió un par de veces.
—Tienes razón, está muy bueno. Minji tiene muy buenas manos para ésto —
halagó el talento de la mujer.
2
—¿Ella lo preparó?
—Sí. Lo hizo para mí creyendo que estaría triste por la muerte de mi padre —
respondió volviendo a fijar su vista en el papel frente a él.
2
Taehyung ignoró esa pequeña molestia al saber que alguien más le hizo algo
especialmente para su esposo, y se concentró en la pregunta que quiso
hacerle desde el día de ayer.
221
—¿En serio no estás triste por eso? —preguntó sin dejar de verlo, tampoco de
probar el pastel.
11
Sus palabras calaron tan profundo en el omega, que se sintió culpable de sus
ojos tristez. Cerró los ojos y se acercó para apoyar su frente sobre la contraria.
2
—Te amo. Y me haces más feliz de lo que creí serlo en toda mi vida...Por eso en
este momento me duele tanto todo lo que pasó —admitió siendo totalmente
sincero.
3
Jungkook le sonrió sincero, y acercó sus narices para darle un beso esquimal.
14
—Eso es suficiente para mí en este momento. Y el que aún estés aquí conmigo.
121
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Cuando Taehyung acabó con las cartas, las tomó todas y apartó con algo de
pesar los brazos impropios para levantarse de su regazo.
—¿A quién le entrego esto? —preguntó refiriéndose a las cartas.
—A cualquier sirviente que pase o te encuentres, ellos luego la llevarán al
correo —respondió el alfa.
6
Salió del despacho de su esposo y caminó por los pasillos en busca de alguien
a quien entregarle las cartas. No tuvo que caminar mucho cuando se encontró
con un beta regando las plantas, y rápidamente se acercó a él.
3
Regresó por donde vino respirando en agradable aire puro de los pasillos, y
sonrió porque hacía días que no se sentía de tan buen ánimo. Si bien no
estaba super contento o alegre, se sentía bien.
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•|♔| Cuarenta y ocho |♔| •
⚜Maratón: 3/3⚜
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El sonido de la bofetada se escuchó por toda la habitación, y luego de eso un
silencio inundó toda la habitación.
Yoongi estaba detrás del omega pelirosa, con una expresión de dolor al ver al
príncipe heredero, como si le doliera a él el golpe. Jimin tenía su ceño fruncido
y el azabache solo permaneció en su lugar con el rostro viendo hacia su
izquierda.
—Park-
Jimin volvió a golpearlo.
El omega con aroma a melocotón sostuvo su mano derecha con la que lo
había golpeado, e hizo una mueca.
—Tienes el rostro duro —se quejó—. Aún no estoy satisfecho, te golpearé hasta
que lo esté.
—Me lo merezco —respondió el azabache estando totalmente de acuerdo.
—E-Espera, no —pidió Taehyung acercándose a ellos luego de cerrar la puerta
detrás suyo. Se acercó a su esposo y se colocó a su lado—. S-Sé que lo que hizo
estuvo muy mal y que debes de odiarlo...Pero no así. Esto no arregla nada,
Jimin —dijo mirando al omega con culpa.
No le gustaba para nada que lastimaran a su alfa de esa manera. Comprendía
que su amigo estuviera muy molesto, pero habían otras formas de tratar el
tema.
—Sé que no arreglará nada, Tae —respondió el omega pelirosa cruzándose de
brazos—. Pero tenía ganas de hacerlo desde hace días luego de que Yoongi me
lo contara todo.
Taehyung y Jungkook no supieron que responder o decir, por lo que
permanecieron en silencio, el omega con la mirada baja y el alfa puro
encarando al omega de cabello rosa. Yoongi permanecía en silencio, ajeno a la
conversación que se llevaría a cabo porque él ya la había tenido.
—Park —llamó el príncipe Jeon, y el pelirosa lo miró fijo—. Quiero disculparme
contigo por lo que te he hecho para poder casarme con Taehyung.
—¿Crees que una simple disculpa va a solucionar todo? —preguntó receloso—.
¿Acaso crees que mi simple perdón va a hacer que todo el dolor y culpa que
sintió Tae desaparezca? —preguntó claramente molesto, y apuntó al omega
de cabello gris—. Se le nota en su expresión y ojos. No tengo que preguntarle
nada para saber que ha estado sufriendo todo este tiempo porque decidiste
armar un plan tan absurdo como ese en vez de cortejarlo el tiempo que fuera
necesario para ganarte su corazón y mi bendición.
Sus palabras descolocaron por completo a los otros tres presentes, que no se
esperaban esa clase de palabras. El más confundido era sin dudas Taehyung,
que esperaba que le dijera a su esposo cosas horribles, y que a él también le
dijera que era una mala persona por estar con él luego de saber lo que hizo.
Pero nada de lo que esperaba estaba ocurriendo.
—Taehyung no merecía llegar a un matrimonio de esa manera —continuó—.
Merecía un bonito cortejo, un lindo comienzo de relación y finalmente luego
de eso, una propuesta de matrimonio digna de alguien como él. Pero no
obtuvo nada de eso porque al parecer a los alfas puros les cuesta hacer las
cosas correctamente.
—J-Jimin...¿Qué cosas dices? —habló Taehyung sintiendo aquellas palabras
como algo que no merecía en realidad, porque su siempre alteza se estaba
preocupando por él y no estaba ni siquiera dándole importancia a lo que
habían hecho con él.
—Debería de darte vergüenza la manera de hacerlo tu esposo —continuó
regañando el omega al alfa puro que estaba igual de perdido que su esposo—.
Pero puedo no odiarte solo porque se nota que por más estúpido que hayas
sido, en verdad lo amas y él también te ama. La razón por la que ahora no
intento cortarte a la mitad es porque solo tú puedes hacerlo tan feliz, y porque
no puedo arriesgarme por mi cachorro en camino —dijo llevando ambas
manos a su vientre.
—Park, ¿Estás consciente de lo que te hice? —preguntó Jungkook finalmente,
queriendo que le explicara que era lo que estaba pensando—. Yo envié a
Yoongi a-
—Ya sé todo lo que le pediste hacer. Ya tuvimos esa conversación él y yo —dijo
refiriéndose al beta—. Quiero que tengas algo muy en claro porque creo que te
hiciste una idea equivocada de cómo iba a reaccionar al saber todo.
Suspiró y volvió a cruzarse de brazos.
—Sí, tú fuiste quien le pidió que lo hiciera, pero estaba en mí el enamorarme o
no —dijo firme—. En ese momento eso se transformó en mí problema, solo
mío porque aunque tú le hayas pedido que hiciera eso, fueron mis propias
decisiones las que me llevaron a aceptar huir con él —suspiró y bajó sus
brazos—. Mi situación ahora es todo mi culpa, no tuya porque en ningún tú me
obligaste a nada. Ten en claro que lo que pasó, pasó porque yo así lo quise y
no porque tú lo hayas querido de esa manera. Tuviste suerte de que mis
decisiones llevaran a que tu estúpido plan de llevaba a cabo como lo quisiste.
Silencio.
Ninguno de los dos Jeon sabía que decir ante eso. Por un momento se
miraron, y supieron que ambos estaban igual de sorprendidos por sus
palabras.
—Entonces...¿Estás diciendo que no me odias ni me culpas? —preguntó el
azabache volviendo a mirarlo—. ¿Por qué?
—Acabo de explicarte el por qué, alteza —dijo rodando dos ojos—. Jamás
podría odiarte cuando cuidas y haces feliz a una de las personas que más
quiero —miró al omega, y le sonrió sincero—. Mis problemas de ahora solo son
el pensar en mi vida como futuro padre junto a la persona que amo y el
asegurarme de que mi único y amado amigo deje de sentirse mal cuando no
debería.
—Jimin... —Taehyung no pudo soportarlo más, y se acercó a él para abrazarlo
con fuerza.
—Tae, ¿Por qué siempre te preocupas más por los demás que por ti mismo? —
regañó con un tono dulce, acariciando su cabello—. Te preocupaste más por
cómo me hubiera sentido que por tu matrimonio, ¿Cierto?
Taehyung asintió mientras sollozaba.
—Aún no perdoné a Yoongi, por lo que deberá de comportarse y esforzarse si
quiere que le permita estar a mi lado como antes —dijo con un tono divertido,
queriendo calmarlo un poco.
Mientras tanto, el beta se acercó al alfa, y lo miró con una mueca disconforme.
—No puede ser que se moleste más conmigo que contigo —se quejó con una
expresión de cansancio—. Me hace dormir en el suelo, Jeon ¡En el suelo! —dijo
en un susurro para que el otro no lo escuchara.
—Bueno, al menos no te ha golpeado —dijo llevando una mano a su rostro—.
Tiene la mano pesada.
—Se lo dije el mismo día que lo acordamos, pero no quiso venir sino hasta
ahora porque al enterarse de que estaba en cinta me hizo llevarlo con un
médico —contó—. Parecía haberse quedado en shock, pero cuando le confesé
que realmente lo amaba, me dijo que entonces no había por qué ponerse mal.
Pero aún así me dijo que iba a castigarme hasta que nuestros hijos o hijas
nazcan.
—Creí que Park era más...Tranquilo —dijo sin saber cómo sentirse con todo
esto.
—Supongo que al final las cosas van a terminar bien para ustedes —dijo
Yoongi observando a ambos omegas consolarse entre ellos—. Taehyung
definitivamente va a perdonarte luego de esto.
Jungkook observaba la figura de su esposo con una mirada que preocupó al
beta. Y es que se podía notar que había algo que le estaba molestando, pero
no dio señal de decir de qué se trataba.
Definitivamente nada que lo hiciera sentirse feliz aún ante la casi seguridad de
que su esposo lo perdonara.
Jungkook continuó con su trabajo siendo ayudado por Yoongi, mientras los
omegas continuaban charlando en los sofás al otro lado de la habitación.
Se escuchaban felices, hablando de muchas cosas distintas pero
principalmente del bebé en camino. El omega con aroma a melocotón se
encontraba extremadamente feliz y no era para menos, ya que Taehyung
sabía perfectamente que desde pequeño su alteza siempre soñó con ser padre
y formar una familia llena de ese amor que le faltó en toda su vida de parte de
sus padres.
Luego el tema de cómo estuvo la relación entre los futuros reyes fue el tema
principal, y Taehyung al recordar todo lo sucedido, le contó todo sin poder
evitar sentirse mal por haber hecho que su esposo la pasara tan y en
consecuencia él también se sintió terrible. Pero Jimin le dijo que era
entendible su actitud porque independientemente de lo que haya hecho con
el omega pelirosa, la actitud del alfa no fue para nada correcta ni del agrado
de su esposo.
—Entonces, ¿Piensas perdonarlo pronto? —preguntó Park.
Taehyung suspiró, y con un sonrojo en sus mejillas asintió. Le daba pena
admitir que no soportaba seguir de esa manera con su alfa.
—Simplemente necesito tenerlo cerca y como antes...Pero ahora la diferencia
será que ya no existen secretos entre ambos, y ésto nos hizo darnos cuenta de
que debemos de esforzarnos por tener un matrimonio feliz y casi sin
problemas —dijo bajando la hacia su alianza, con la que estaba jugando—. No
espero a que tengamos un matrimonio perfecto porque eso sería imposible,
pero estoy seguro de que vamos a prosperar de la mejor manera.
Jimin sonrió orgulloso y asintió dándole la razón. La mirada del omega mayor
fue hacia la ventana del lugar, y al notar que ya estaba cayendo la noche, se
puso de pie.
—Yoongi —llamó.
El beta levantó la mirada y al verlo parado hizo lo mismo para acercarse a él.
Acercó su mano al rostro contrario, y su otra mano se detuvo sobre su vientre.
—¿Sucede algo? ¿Te duele en algún lugar?
—Es hora de irnos, ya es tarde —dijo apuntando a la ventana.
—Cierto —respondió luego de observar fuera, y volteó hacia el príncipe
heredero—. Alteza...
Jungkook asintió y se puso de pie para despedirlos. Se acercó a su amigo y le
dió un abrazo amistoso, palmeando su espalda.
—Les deseo un embarazo saludable y sin problemas —dijo observando al
omega del beta.
Taehyung también se acercó a ellos. Se colocó a un lado de su esposo, y tomó
su mano tímidamente, llamando la atención del alfa que volteó a verlo, pero
en sus ojos había algo que le decía al omega que sucedía algo malo con él.
—Puedes venir cuando quieran, y si necesitan cualquier cosa tampoco duden
en pedirnosla, ¿Sí? —habló Taehyung a ambos.
—Lo sabemos. Muchas gracias —respondió Yoongi haciendo una leve
reverencia hacia ambos.
Salieron por donde ingresaron; un pasaje oculto detrás de una pared
movediza detrás de una de las estanterías de libros de la habitación.
Cuando el matrimonio Jeon se quedó solo, el alfa se colocó frente a su esposo
y sostuvo su rostro para hacer que lo mirara. Taehyung estaba algo
preocupado porque podía sentir ese malestar de parte del azabache, y no
sabes de qué se trataba o qué lo ocasionaba, lo estaba volviendo loco.
—Kook...¿Qué sucede? —preguntó preocupado.
—Mi amor... —acercó su rostro al suyo, pero no para besarlo sino para
acariciar sus mejillas y barbilla con la punta de la su nariz—. Mi bella flor...Te
amo tanto...
Taehyung rodeó su cuello con sus brazos, y lo miró con un brillo emocionado
en sus grises orbes. Quería hacer que dejara de sentir ese malestar, pero no
sabía como si no tenía idea de lo que se trataba.
—No creo que tengas de perdonarme —dijo Jungkook cerrando sus ojos ante
el dolor que le causaba pronunciar esas palabras.
Tae se separó un poco solo para observar mejor todo su rostro, y la confusión
era notoria en su cara.
—¿P-Por qué dices eso? Yo ya no tengo motivo para estar enojado —respondió
queriendo dejarle en claro que ya no estaba molesto.
—Park tiene razón... —abrió sus ojos para mirarlo, y la culpa ahora era lo que
predominaba en él—. No creo merecer tu amor, porque no me lo gané
dignamente. Yo te hice sentir especial y querido con un bello cortejo; no
comenzaste a amarme como se debe, y ni siquiera te propuse matrimonio
como te lo mereces...Tú eres tan maravilloso que merecías todo eso, y yo no
fui capaz de dártelo... —dijo con dolor en sus palabras.
—Kook, no lo digas de esa manera —pidió Taehyung sin querer verlo sufrir de
esa forma—. Esta bien. Yo te amo, no importa de la forma en la que lo hice,
porque lo hice y aún así soy feliz contigo...
—No, amor. Tú mereces mucho más que lo que yo te he dado. No quiero que
algún día despiertes y sientas que te he obligado a amarme y que en verdad
no me he ganado tu amor como debí de hacerlo... —lo abrazó estrechandolo
en sus brazos como su fuera la cosa más delicada del mundo—. En verdad lo
siento, mi amor.
Taehyung le correspondió con dolor al escucharlo tan inseguro y culpable por
algo que en verdad no le importaba. Porque...
—Lo único que me importa es que me ames de la misma manera hasta el final
de nuestros días, Kook —admitió sonando totalmente sincero—. Cada historia
de amor comienza de una forma distinta, y es la nuestra. Yo estoy satisfecho
con ella, porque es la que me llevó a ti.
Jungkook suspiró y escondió su rostro en la curvatura del cuello impropio. Sus
palabras lo hacían muy feliz, pero él no estaba feliz consigo mismos. Su
esposo se merecía todo lo mejor, y todas las cosas que debieron de ser
hermosos recuerdos en cada etapa del comienzo de su historia de amor, los
había arruinado.
—Prometo hacer las cosas bien a partir de ahora —juró sin soltarlo—. Haré las
cosas bien, y daré todo lo que te mereces.
—Yo solo te quiero a ti...
Pero a pesar de hacerlo feliz, eso no calmaba el malestar y la culpa que sentía
en su interior.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung se duchó luego de que Jungkook le pidiera que fuera a descansar
un poco mientras él adelantaba algunos trabajos, pero eso no fue lo que hizo
el omega.
No quería que siguieran sintiéndose un mal alfa por haberse saltado algunos
pasos al comenzar su relación. Para él eso no tenía tanta importancia, solo le
importaba que estuvieran juntos porque mientras su amor fuera sincero
entonces no le interesaba lo otro.
Jungkook siempre se preocupaba por él y hacía de todo para hacerlo sentir
bien y feliz. Ahora era su turno de demostrarle que era suficiente y que lo
amaba sin importar eso que a él tanto le importaba.
Tomó un baño de rosas para que todo su cuerpo estuviera perfumado y su piel
suave; luego buscó a Gahyeon para pedirle uno de esos pijamas que le
avergonzaba utilizar pero que sabía que a su alfa le encantaban, se colocó una
bata para bajar a cenar junto con Jungkook, y luego éste le dijo que se
adelantara en ir a la habitación mientras él tomaba un baño.
En ese momento Lucy acababa de traerle la infusión anticonceptiva, y le pidió
que de quedara con él hasta que se la bebiera por miedo a que su lobo tomara
el control y no la bebiera. Lo último en su lista. Esa noche quería volver a ser
uno con su esposo, y demostrarle a través de caricias placenteras cuánto lo
amaba.
Se encontraba sentado frente al tocador, peinando su cabello solo para
distraerse con algo mientras esperaba a su esposo. No tuvo que esperar
demasiado, quizás unos diez minutos cuando la puerta de abrió y un
Jungkook vestido con un pantalón de seda color negro y una camisa mal
abotonar del mismo color ingresaron a la habitación.
—Creí que ya estarías recostado, amor —comentó el alfa acercándose a la
cama para sentarse en el borde de ésta mientras se secaba el cabello con una
toalla.
—Te estaba esperando —respondió el omega, y se puso de pie para comenzar
a caminar hacia él a pasos lentos mientras desataba su bata—. ¿Quieres que te
ayude con tu cabello?
Dejó caer la tela por sus hombros hasta que ésta aterrizó en el suelo y se
expuso por completo frente al alfa, que al verlo detuvo los movimientos de la
toalla contra su cabello. Los ojos de alfa comenzaron a dilatarse poco a poco,
y ese brillo lujuriosos y a la vez maravillado y enamorado también apareció.
Lo mucho que lo había extrañado no podía ser descrito, pero si podía ser
demostrado.
Sus manos recorrían cada parte de su cuerpo sin prisa, como si tuviera todo el
tiempo del mundo y quisiera que cada centimetro de su suave piel fuera
recordada con facilidad. Taehyung tampoco se quedó atrás y solo recibiendo
caricias, él también quería sentirlo y acariciar todo su torso, cada músculo de
su alfa era tan grande y fuerte que lograba encender su parte más traviesa y
lujuriosa.
Comenzó a desabrochar cada botón de la camisa impropia, y cuando ya tuvo
todo su pecho al descubierto, Jungkook se alejó para quitarse la prenda y
poder mostrarse a su esposo. Se miraron a los ojos y sonrieron al darse cuenta
de que ambos tenían el mismo brillo emocionado y feliz de volver a estar
juntos.
—¿Elegiste éste hermoso pijama solo para mí, amor? —preguntó el alfa
admirando una vez más a su esposo con esa prenda antes de quitársela—. Te
ves precioso...
Taehyung no pudo evitar sonrojarse un poco por la intensa mirada de su alfa
sobre su anatomía con ese pijama tan bonito que Gahyeon le dio para "la
reconciliación" de esa noche. Asintió, y pasó sus manos por su pecho de forma
lenta, atrayendo la mirada del mayor que siguió el movimiento de su mano
hasta una de las tiras de la prenda, y comenzó a bajarla.
Solo quería tentar al alfa un poquito.
—Me encanta... —dijo Jungkook con su voz algunos tonos más graves,
acercando sus manos al límite de la falda de la prenda—. Pero me gusta
mucho más quitártelo.
Tomó la prenda y la subió poco a poco. Taehyung levantaba su cuerpo
ayudando en la tarea, y cuando la prenda fue retirada y lanzada a algún lado
de la cama, y el azabache gruñó gustoso al ver que su adorable esposo no
llevaba puesta ropa interior. Taehyung se abrazó al cuello de su esposo
buscando juntar sus labios una vez más. Jungkook abrazó su cintura y lo hizo
reincorporarse al mismo tiempo que él tomaba asiento para hacer que
quedara a horcajadas suyo.
El peligris se alzó un poco cuando los labios del mayor buscaron su pecho, y
supo lo que iba a hacer. El azabache llevó su boca a uno de los preciosos
pezones medio erecto de su amado, y comenzó a chupar, lamer y morder
levemente. Con su mano libre estimuló el otro. Al escuchar los gemidos bajos
del menor quiso sonreír y a la vez comenzar a llorar porque creyó que ésto no
volvería a pasar en mucho tiempo, pero si estaba pasando.
Taehyung por su parte, comenzó a moverse de forma lenta y en círculos sobre
su ya gran erección, y sus manos acariciaban el pecho al descubierto,
arañando levemente porque sabía que eso le gustaba a su esposo. Bajó sus
manos y comenzó a acariciar la erección contraria por sobre la tela, y el alfa al
sentirlo levantó la mirada para conectarla con la suya.
Las fuertes manos del azabache bajaron hasta sus nalgas, las cuales separó
solo para luego llevar su dedo corazón a su entrada ya húmeda del omega, y
hacer que lo estuviera aún más al ingresar su dígito hasta el fondo.
—Tu cuello está demasiado limpio de mí, amor —habló Jungkook observando
la zona. Su lengua mojó sus labios, y cuando el omega dejó expuesto su cuello
para que lo marcara a su gusto, así lo hizo, pero antes de eso agregó—: Tú
también puedes marcarme si quieres, mi amor.
Ante la idea, Taehyung se mordió los labios ansioso. La idea de también
marcarlo como el mayor lo hacía, era extrañamente excitante e iba a hacerlo.
—Aah...Kook... —el alfa metió otro dedo, y se movió buscando ese punto que
volvía loco al omega, hasta que lo encontró—. ¡K-Kook, no...!
Eso dijo, pero se estaba moviendo en busca de más contacto y velocidad. La
sensación de su cuello siendo succionado levemente cuando el otro lo
marcaba, junto con su mano libre que acariciaba una de sus nalgas, estaban
haciendo que todo el pantalón de pijama del mayor quedara completamente
empapado por sus fluidos.
—Es injusto que solo tú estés desnudo, ¿Cierto, amor? —preguntó sin
volviendo a mirarlo, admirando sus expresiones al estar excitado, luego se
acercó a su oreja—. Prepárate tú mismo mientras yo me pongo en igual
condiciones, amor.
Taehyung entendió lo que le pidió, y asintió separándose para, con mucha
vergüenza pero muchas más ganas de sentirlo dentro de una vez, llevar una de
sus manos para ingresar sus propios dedos en su interior. Jungkook al verlo
sintió que la boca se le hacía agua, y quería tanto probarlo, pero la idea de
verlo dándose placer a sí mismo lo hizo solo mantenerse en su lugar.
—De espaldas e inclínate, amor —pidió poniéndose de pie al borde de la cama,
con sus manos al borde de su pantalón pero sin quitárselo.
Taehyung obedeció de inmediato porque todo esto le resultaba totalmente
excitante y vergonzoso. Pero amaba sentir los ojos de su esposo sobre él, que
se excitara al verlo y que solo lo hiciera con él.
Apoyó su peso sobre su antebrazo, separó un poco más sus piernas y con su
otra mano comenzó a estimularse él mismo. Volteó su cabeza lo más que
pudo, intentando ver al mayor, su reacción. Con la luz de las velas en la
habitación le era algo difícil hacerlo desde esa posición, pero estaba seguro de
que su esposo sí podía ver sus expresiones y entonces no se movió.
—Mmnh...K-Kook... —gemía su nombre, sabiendo que aquello excitaba al
azabache.
—Eso es, mi amor... —se bajó sus pantalones, y llevó una de sus manos a su
erección para comenzar a masturbarse a la misma velocidad en la que el
omega se autocomplacía—. Te ves tan hermoso tocándote mientras piensas
en mí...
—A-aah, Ko-Kook...mmn... —no sabía cuánto tiempo iba a estar de esa forma,
pero necesitaba urgentemente que se acercara y metiera su pene el él—.
Kook...Por f-favor, Aah...
Jungkook no iba a dejarlo rogando por él, por lo que regresó su posición de
antes y lo llamó para que se acercara. Taehyung no tardó en hacerlo, y con
piernas temblorosas volvió a colocarse a horcajadas suya. La erección del alfa
estaba tan alta que tocaba su estómago, palpitaba y sus venas de marcaban
tanto que el omega se contentó al saber que iba a sentirlas por completo
cuando se hundiera en él.
—¿Lo quieres, amor? —preguntó sosteniendo su pene para acercarlo a la
entrada de su amado.
Taehyung tenía sus ojos algo húmedos debido al llanto de excitación que
sentía en el momento y porque necesitaba más. Asintió varias veces con una
expresión de cachorro que funcionaba a la perfección para que Jungkook
cumpliera con sus pedidos sin siquiera pensarlo un momento.
—L-Lo necesito —respondió moviéndose hasta intentar buscar la punta de la
erección del mayor para hundirse en él.
Jungkook le sonrió landino, y de un momento a otro tomó sus caderas y lo
hizo bajar de golpe aprovechando el momento en el que Taehyung colocó su
entrada justo sobre la punta de su pene. El omega gimió alto, cosa que fue
como música para los oídos del alfa.
El peligris sostuvo el rostro de su esposo con ambas manos, y juntó sus labios
desesperadamente. Le dolía un poco la intromisión repentina en su interior,
pero a la vez le encantaba y lo deseaba tanto que ahora no podía dejar de
moverse para sentirlo como quería de una vez por todas.
Ambos estaban como en medio del cielo y del infierno, perdiendo la cabeza
ante el placer pero queriendo estar totalmente consientes para disfrutar de
sus cuerpos juntos y el amor a través de sus besos.
—Te amo —soltó Taehyung en un jadeo, perfectamente pronunciado a pesar
de su estado—. Te amo...J-Jungkook...
El alfa lo miró atento al escucharlo, sintiendo que su corazón se agrandaba de
amor solo con esas dos palabras. Iba a responderle, pero el menor no se lo
permitió.
—Yo...Soy para ti —continuó—. Y tú eres p-para mí...No importa que, no i-
importa cómo llegué a ti...Eso no...¡Aahh!
Jungkook encontró su punto delirante, y al hacerlo lo empujó levemente
hasta recostarlo sobre el colchón, y separó sus piernas para comenzar a
embestir con rapidez justo en ese lugar que hacía que el omega soltara
gemidos obscenos sin pena alguna.
—¡Eso no hace que te ame menos! —finalizó como pudo con el último
esfuerzo, luego solo pudo soltar sollozos entre gemidos.
Jungkook le sonrió y movió sus piernas para hacer que sus rodillas se
quedaran pegadas a su pecho, y se adentró aún más en él pero ésta vez
uniendo sus labios nuevamente. Taehyung estaba cerca del clímax y por eso
no lo abrazó, pero al menos pudo corresponder al beso que lo estaba dejando
sin aliento.
Varios minutos después, Taehyung se corrió ahogando un gemido en los
labios de su esposo, que al sentirlo apretar su pene no tardó mucho más en
también correrse dentro, anudando en él como tanto le gustaba hacerlo.
Taehyung dejó caer sus piernas a cada lado nuevamente, y respiró con
dificultad cuando el azabache casi que se dejó caer casi encima suyo, con sus
dientes clavados firmemente en la curvatura entre su cuello y hombro,
remarcando y reforzando su lazo. Luego de limpiar y sanar un poco su marca,
se separo un poco para mirarlo a los ojos.
—También te amo, mi bella flor —respondió a sus anteriores palabras,
acariciando su cabello con una de sus manos—. Hice todo lo que hice porque
sabía que tú eras para mí, y quería ser para tí. Te amo tanto que incluso
renunciaría a todo por tí, si me lo pides entonces yo haré lo que tú quieras
porque así de tuyo soy.
No supo en qué momento, pero lágrimas habían comenzado a bajar por sus
mejillas. Taehyung al verlo y escuchar sus palabras también sintió ganas de
llorar de felicidad, porque lo amaba tanto que se sentía exactamente igual.
—Gracias por fijarte en mí, Kook —agradeció acariciando los pómulos ajenos,
y le sonrió tan sincero y bonito como como a él podía hacerlo—. No fue la
mejor forma...Pero ahora estoy contigo, y es lo que más agradezco.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
A la mañana siguiente. Habitación de los príncipes.
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Para ser la primera vez que los hace, les estaba quedando bastante bonitos.
Taehyung estaba sentado sobre el estómago de su esposo, inclinado con sus
labios en el cuello impropio, intentando dejar esas marcas que él siempre le
dejaba en el cuello.
Jungkook rió por un momento, y el omega se alejó mirándolo con su labio
inferior abultado.
—¿Por qué te ríes? No sé hacerlos —dijo avergonzado por creer que lo estaba
haciendo mal.
—Lo sé, amor —respondió acariciando sus muslos—. Es solo que me dió
cosquillas por un momento.
—¿Cómo se si los estoy haciendo como tú? —preguntó acercándose para
admirarlas, y aprovechó para volver a hacer otro justo al lado de su manzana
de Adán—. Mnh...Creo que de ven bonitas.
—Lo están —aseguró el azabache sonriendo contento por poder presumir esas
marcas por primera vez.
—Pero si aún no las has visto —cuestionó Taehyung mientras acariciaba el
cabello de su esposo.
—Qué las hayas hecho tú las hace bonitas, perfectas —respondió sin dejar de
sonreír en ningún momento.
Y es que no podía dejar de hacerlo, porque estaba mucho más feliz que
cualquier otro día. Ya no tenía secretos que atormentaran su matrimonio,
Taehyung lo amaba de la misma manera que él, y estaban a nada de asumir el
trono junto a su amado. Solo quedaba el tema del ataque de los otros reinos, y
luego de eso ya podría intentar formar una familia con el amor de su vida.
El peligris sonrió encantado, y se acercó a sus labios para dejar besos cortos y
cariñosos, juguetones y que causaba leves risas en ambos. Todo se sentía tan
bien esa mañana, que creían que nada podía salir mal a pesar de que estaban
a horas de enfrentarse a las personas que querían arruinar su matrimonio
quitando al omega de la familia real porque no lo consideraban digno.
Cuando era más digno que cualquier otro miembro de la jerarquía Jeon que
haya estado en esos tronos.
—Bueno, creo que es hora de que vayamos a desayunar —dijo el omega
alejándose de sus labios favoritos, palmeando su pecho levemente—. Hay que
desayunar y alistarnos. El velatorio de tu padre comenzará temprano.
—Pero quiero quedarme aquí todo el día y darte mimos hasta que te canses y
me pidas que pare —se quejó ladeando la cabeza—. ¿No suena mejor eso?
Taehyung se cohibió al escucharlo, y asintió.
—Obviamente suena mucho mejor, pero tenemos responsabilidades antes —
respondió, y se bajó del cuerpo del alfa para bajar de la cama—. Eres el
príncipe heredero, debes de mostrar tu responsabilidad ante todos.
Jungkook se sentó en la cama y admiró la figura de su bello esposo que había
vuelto a colocarse ese pijama tan lindo y sexy.
—Tu lado responsable me excita —comentó como si nada.
El peligris se avergonzó ante el comentario, y le lanzó su bata de color marrón.
El alfa rió enternecido ante su reacción, y se apresuró a levantarse de la cama
para colocarse la bata. Taehyung se terminó de colocar la suya, y buscó las
sandalias para colocarselas antes de salir de la habitación.
El alfa se acercó a él y lo abrazó por la espalda, sin poder alejarse de él durante
tanto tiempo. Besó su mejilla dos veces, luego apoyó su barbilla sobre su
hombro derecho.
—¿Tus leves nervios son por las personas que vamos a ver hoy? —preguntó el
mayor.
—Sí —respondió el omega siendo sincero—. Pero, no estoy asustado. Porque
tú estarás conmigo —dijo volteando su rostro para ser él quien ahora bese su
mejilla algo tímido.
—Haces bien en no tenerlo, mi amor —volteó a verlo y acarició su mejilla con
la punta de su nariz—. Jamás dejaría que algo te ocurriera.
—Lo sé.
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Gahyeon estaba emocionada por vestirlos ese día, especialmente porque las
personas de todos los reinos estarían presentes e iban a admirar las
vestimentas de los futuros reyes. Era una promoción perfecta para su trabajo.
—Me encanta como se ven de negro juntos —admitió la mujer mientras
maquillaba al omega—. Se ven como una pareja poderosa, de esas a las que
nadie se anima a enfrentar, ¡Me encanta!
—Me gusta como se ve —comentó Jungkook frente al espejo.
—El saco le da el toque, ¿No cree, alteza? —preguntó la beta al omega, que se
había quedado un momento embobado observando a su esposo vestido de
esa manera.
Lo hacía verse tan maduro, varonil y serio que le daban ganas de solo de
correr a él y besarlo hasta que los labios le dolieran. Jungkook cuando notó su
mirada sobre él, también volteó a verlo y su reacción fue la misma que la suya.
Gahyeon solo rió al verlos comerse con la mirada, y preguntó casi lo mismo al
alfa para sacarlo de su pequeño transe.
—Los pendientes le dan el toque, ¿No cree, alteza?
Jungkook alzó la mirada hasta los labios de su esposo, que estaban pintados
de un rojo oscuro junto con un delineado que le daba una mirada más
intimidante y sus uñas de color negro terminaban de crear su outfit perfecto
para un velatorio en el que tus enemigos estarían cerca sin poder tocarte un
solo cabello.
—¿Sabes qué, Gahyeon? Volveré a darte un aumento —dijo el alfa acercándose
a su esposo.
—Mejor dale el permiso para abrir su taller, Kook —dijo Taehyung riendo ante
su comentario—. Lo merece y la hará muy feliz.
—Consedido. Mañana mismo mando a construirlo —respondió al instante, y se
acercó para sostener su cintura y comenzó a besar su mejilla ya que no quería
arruinar el hermoso maquillaje de sus labios.
—¡Sí! —celebró la beta alzando sus brazos.
La puerta fue tocada, y la pareja detuvo sus incontrolables mimos para mirar
hacia la puerta.
—Adelante —dijo el alfa dando el permiso para que quien sea que estuviera
tocando la puerta ingresara.
La puerta se abrió, y Lucy ingresó con un uniforme de color negro. Al parecer
todos los empleados del lugar estarían del mismo color al igual que los
invitados.
—Altezas, los primeros invitados llegaron y su madre exige su presencia para
recibirlos —informó la mujer.
—En seguida bajamos. Gracias por avisar.
La mujer mayor hizo una reverencia y abandonó la habitación al parecer algo
apresurada. Y era entendible porque seguramente todos estarían muy
ocupados atentiendo a los invitados, que serían muchísimos.
Taehyung tomó aire hasta llenar sus pulmones por completo, luego lo soltó
intentando no ponerse nervioso. Jungkook pudo notar y sentir sus nervios, y
no tardó en tomar sus manos para besar el dorso de cada una.
El omega solo con eso ya sabía que no tenía de qué preocuparse.
—Vayamos y enfrentemos a todas esas personas que envidian que estés a mi
lado —dijo el alfa mirándolo con tanta seguridad que al menor le fue
imposible no contagiarse—. Deslumbra a todos con tu belleza hasta hacer que
se olviden la razón de estar aquí, y por sobre todo, siéntete orgulloso de estar
a mi lado... —besó su frente y luego la punta de su nariz—. Porque yo estoy
orgulloso de estarlo.
Taehyung le sonrió sincero y solo pudo abrazarlo y apoyar su mejilla en su
pecho. Suspiró hondo sin dejar de sonreír, y asintió.
—También lo estoy...Y voy a demostrarles que están equivocados con
respecto a mí —levantó la vista y lo miró con una sonrisa algo traviesa—.
¿Provocaremos para encontrar culpables?
Jungkook le sonrió de la misma forma y le guiñó un ojo.
—Eso, e intentaremos hacer enojar a mi amada familia, ¿Qué te parece?
—Creo que tus abuelos estando molestos son graciosos —respondió sin poder
evitar reír por su propio comentario.
El azabache acompañó su risa y asintió.
—Lo son.
—¿Vamos?
Unieron sus manos, y el alfa le sonrió nuevamente.
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La familia del reino amatista se acercó a ellos y todos dieron su pésame como
correspondía. La princesa Jieun se acercó al omega para saludarlo con un
abrazo que sorprendió un poco a éste, pero luego sonrió emocionado por eso
y le correspondió.
-Se ve precioso, alteza -halagó la omega-. Gahyeon nunca hace un mal trabajo.
Tenía razón.
-Muchas gracias. Tú también te ves preciosa, princesa -halagó Taehyung algo
tímido.
-Yo también me veo hermoso -comentó Jongsuk, el príncipe del reino
amatista, llamando la atención de todos-. ¿Qué? Nadie me halagó y merezco
que lo noten.
Su madre se llevó una mano al rostro negando levemente con la cabeza,
mientras su padre se disculpaba con el príncipe heredero. Pero el matrimonio
Jeon solo quería reír ante su comentario.
-No voy a mentirle, alteza -continuó el alfa del reino contrario-. En verdad
lamento su pérdida por usted, pero su padre nunca me ha caído bien. Parecía
ser un incompetente, nunca lo he visto hacer el trabajo como usted en todo el
tiempo que llevo aprendiendo de mi padre.
-¡Jongsuk! -regañó su madre.
-Esta bien -dijo Jungkook restándole importancia-. Me gusta la gente honesta
y que no teme decir lo que piensa.
-Eso es. Usted también se ve hermoso hoy, alteza -halagó logrando que esta
vez el matrimonio Jeon riera. El alfa observó al omega y se inclinó llevando
una mano a su pecho-. Y por supuesto, usted también.
Ahora si Jungkook no rió.
-Gracias -respondió el omega tímido por el halago. No solía recibirlos de
personas ajenas al castillo.
-La próxima vez que nos veamos será para su coronación -le dijo la princesa al
omega-. Ese día les traeremos un obsequio, ¿Qué les gustaría?
-Pueden venir cuando quieran -respondió Taehyung con una sonrisa sincera-.
Yo aún no puedo ir a ningún lado... -dijo con pena-. Pero siempre serán
bienvenidos. Podemos prepararles habitaciones por si gustan quedarse.
La familia Lee le sonrió agradecidos con su hospitalidad y amabilidad.
Cinco minutos después, los reyes del reino de oro aparecieron frente a ellos, y
Taehyung solo pudo mirarlos con algo de recelo disimulado. Aún no olvidaba
los malos padres que eran con su alteza Jimin, ni las horas que éste se la
pasaba llorando porque su madre le exigía siempre dietas porque cuestionaba
su peso y le decía que de otra forma no de vería bello. Ni hablar del rey Park,
que siempre le tuvo desprecio por no haber nacido alfa.
-Nuestras más sinceras condolencias -dijo el alfa Park.
-Se los agradezco -respondió Jungkook volviendo a su papel de hijo triste.
La reina miró al omega, que también la miraba. Pero esta vez Taehyung no
disfrazó su disgusto hacia su persona, más no hizo comentario alguno porque
sentía que ni siquiera valía la pena hacerlos sentir menos, porque ya lo eran.
-Kim Taehyung -nombró la mujer-. Hace tiempo no te veíamos, ¿Disfrutas de la
vida de lujos?
Taehyung sonrió landino.
-Jeon Taehyung -corrigió llevando su dedo índice de su mano derecha a su
barbilla, para mirarlos con diversión-. No están tan viejos, pero la memoria ya
les falla -volteó a ver a su esposo-. ¿Crees que ya debamos de pensar en
alguien para ocupar el trono del reino de oro, amor? -volvió a ver a los reyes, y
los miró con falsa pena-. Al parecer la pérdida de su hijo los puso tan mal que
afectó a su cabeza.
-Me parece una buena idea -respondió Jungkook observando al par-. Si
quieres que lo haga, lo haré.
-¿Debería de hacerlo? -preguntó el omega mirando a ambos con
autosuficiencia, claramente demostrando que los tenía en sus manos y con
solo una palabra podía quitarles absolutamente todo.
-Estamos perfectamente -respondió el rey Park-. Lamentamos la
confusión...Alteza.
El omega sonrió amable nuevamente, como si nada.
-Espero que se mantengan bien. A mi esposo no le gustan las personas que no
saben hacer su trabajo... -su expresión seguía siendo amable al igual que el
tono al hablarles, lo que los hacía molestarse aún más-. Y yo no olvido su trato
conmigo y su hijo. No me hagan ser una persona vengativa, ¿De acuerdo?
-No se preocupe -respondió la reina obligándose a sonreírle.
-Gracias por asistir -dijo Jungkook dando por finalizada la humillación.
Perdón, digo, la charla.
El alfa puro suspiró y rodeó la cintura de su esposo para atraerlo hacia él. Rió
bajito escondiendo su rostro en su cuello, y por fuera parecía como si
estuviera llorando. Taehyung ayudaba el su actuación acariciando su cabello y
espalda como si estuviera consolandolo.
-También me excita cuando te pones en modo rey empoderado -le susurró
aspirando su aroma que casi no se notaba si no estabas cerca, pero él podía
sentirlo a la perfección.
Esto era divertido.
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La siguiente persona en acercarse fue el rey Cha Eunwoo del reino de Onix.
Hizo una reverencia al príncipe heredero, luego le extendió su mano al omega
pidiendo permiso para besar su mano. Ante esto Taehyung se sorprendió y no
supo que hacer, por lo que pidió ayuda a su esposo, y éste asintió diciéndole
que estaba bien que lo dejara hacerlo.
—Es un placer por fin conocerlo, príncipe Taehyung —dijo el rubio luego de
besar su mano de forma cortés—. Hace unas semanas fui al castillo a hablar
con su alteza Jeon, pero usted estaba enfermo y no pudimos conocernos.
El omega no fue capaz de contener su sorpresa, y volteó a ver a su esposo en
busca de respuestas. Jungkook le sonrió leve para decirle que no había nada
de qué preocuparse.
—El rey Eunwoo es un aliado —le dijo en un tono bajo para que solo él
escuche—. Ese día llegó para demostrar su lealtad con información valiosa
sobre los planes de ataque de los otros reinos, que obtuvo haciéndose pasar
por uno de sus aliados.
Taehyung colocó su boca en forma de "o" y volteó a ver al alfa rubio.
—Entonces, es un placer conocerlo también, rey Eunwoo —respondió éste
haciendo una leve reverencia.
—No pude asistir a los demás festejos porque mi esposa tuvo un embarazo
complicado y muy delicado —contó el rey Cha—. Hoy no asistió porque aún
tiene que hacer reposo luego de un parto complicado, pero me pidió que les
diera su más sentido pésame.
—Oh, lamento que haya sido de esa manera —dijo el omega con sincera
empatía—. ¿Cómo están ellos ahora? ¿Tuvo un niño o una niña?
—Ellos se estan recuperando bastante bien, por suerte. Gracias por preguntar,
alteza —respondió el rubio agradecido por su preocupación—. Tuvimos un
precioso niño. Su nombre es Moonbin.
—Qué hermoso —halagó Taehyung sin poder evitar sonreír al imaginarse a un
pequeño cachorro.
Comenzaba a querer una familia también, pero aún no era el momento y solo
debía de aguantar hasta que fuera seguro.
—Si necesitan algo, no duden en pedirnoslo —dijo Jungkook de forma sincera.
—Gracias alteza —su expresión se volvió un poco más seria, y agregó—. Alteza.
Me gustaría hablar sobre algunas cosas cuando todo esto termine.
—¿Es acerca de los rumores sobre esas personas? —preguntó también
viéndose más serio.
El rey Eunwoo asintió.
—Entiendo. Entonces, puedes quedarte en una de las habitaciones hasta
mañana si gustas, y luego serás escoltado hasta tu reino —ofreció el alfa puro.
Taehyung recordó algo, y no pudo evitar decirlo con emoción.
—Gahyeon dijo que estuvo haciendo algunas ropas para bebé como un nuevo
proyecto para cuando su taller estuviera listo —comentó al alfa rubio con una
sonrisa emocionada—. Puedes llevarle a tu hijo algunas si te gustan.
El alfa rubio tardó unos segundos en asimilar la propuesta, y luego asintió
sonriendole leve pero sincero también.
—Muchas gracias, alteza. A mi esposa le encantará vestirlo con prendas que
seguramente serán maravillosas, conozco el trabajo de Gahyeon.
—No es nada. Las personas en las que Kook confía siempre son buenas
personas, y yo voy a confiar en ellas también —respondió simple.
El rubio soltó una leve risa, y luego los miró a ambos.
—En verdad que todos ellos están equivocados con respecto a su alteza
Taehyung y su matrimonio —dijo con pesar—. Pero no se preocupen. Yo y mi
esposa siempre le fuimos leal al príncipe Jeon, y solo queremos una vida
tranquila junto a nuestro hijo.
—Sé que así es, Eunwoo —respondió Jungkook con un tono amistoso.
Cuando el alfa rubio iba a decir algo más, se escuchó un bullicio y gritos desde
la entrada del castillo que llamó la atención de todos. Antes de que Taehyung
pudiera preguntarle a su esposo que era eso, fue movido con rapidez de un
solo movimiento, quedando detrás de su esposo nuevamente, que en sus
manos sostenía una flecha que casi le daba en el rostro.
Los gritos de todas las personas del lugar y el sonido de las armaduras de los
guardias pusieron a todos en alerta, corriendo a resguardarse dentro del
castillo que estaba siendo atacado. Jungkook gruñó totalmente enfadado por
el intento de lastimar a su esposo nuevamente, y la flecha se partió como si
nada en sus manos.
—Alteza —llamó Eunwoo luego de acercarse a un guardia para quitarle su
espada, y luego colocarse frente al matrimonio.
—Rey Cha, usted no se meta —ordenó el alfa puro, buscando con la mirada a
alguna se sus sirvientas de confianza—. No pelees contra nadie, tienes una
familia que te espera.
—Pero, alteza-
—Te encargo a mi esposo —dijo finalmente, y luego llamó a la mujer que vio
detrás de uno de los guardias intentando acercarse a ellos con algo en sus
manos—. ¡Lucy!
Taehyung al escucharlo se alarmó y lo movió para hacer que lo mirara.
—¿Q-Qué dices? ¿Por qué te vas a alejar de mí? —preguntó totalmente
asustado—. No te vayas. N-No me dejes...
—Mantenerte a salvo es mi prioridad, amor —dijo sosteniendo su rostro para
intentar tranquilizarlo un poco—. No te preocupes, será difícil que puedan
dañarme. Tengo que defender mi castillo y a mi esposo.
—Pero-
—¡Alteza, su espada! —gritó Lucy cuando llegó a él, entregándole el escuche
con la espada que el príncipe utilizaba cada que debía que enfrentarse a
alguien—. Hay que llevar a Taehyung a la habitación que usa para sus celos, la
puerta es la más resistente.
—Lo sé —le respondió a la mujer luego de desenvainar su espada—. Eunwoo,
por favor —pidió nuevamente.
—Entendido, alteza —respondió éste acercándose al omega para cubrirlo con
su cuerpo de la dirección en la que podían llegar a dispararle una flecha
nuevamente.
—¡Jungkook! —llamó el omega totalmente asustado.
—¡Lucy, muestrale el camino a la habitación! —pidió el alfa puro, antes de ir a
donde sus guardias estaban luchando con unas personas extrañas.
—¡Jungkook! —llamó una vez más Taehyung, pero nuevamente su esposo no
volteó a su llamado.
—Alteza, por favor, tenemos que ponerlo a salvo —pidió Lucy tomando su
mano para hacer que caminara aún más rápido.
Taehyung no pudo evitar asustarse y temer por la seguridad de su esposo. Aún
así, luego de observar todo el panorama, se dio cuenta de que no era tiempo
de ponerse a hacer un berrinche. Debía de seguir las órdenes de su esposo y
no hacer que nadie se pusiera en peligro por su culpa.
Así que tomando su corazón fuertemente, se mordió el labio inferior y dejó
que lo pusieran a salvo para que los demás también pudieran hacerlo. Iba a
confiar en su esposo, y en que nada iba a ocurrirle.
—No se preocupe, alteza —escuchó a Lucy decirle—. No existe persona que
maneje mejor una espada que él, y es un alfa puro por lo que puede percibir
los ataques antes de que lleguen a él.
—Además, tiene a alguien a quien no puede abandonar —acotó el Rey
Eunwoo.
Los guardias de todo el castillo estaban algo confundidos sobre qué hacer.
Eran muchos, eso era lo bueno, pero no sabían si debían de enviar a todos al
salón principal o cubrir otras zonas por donde podrían ingresar esas personas
que habían ingresado al castillo con toda la cabeza y casi todo el rostro
cubierto por mantos de distintos colores. Solo podían verse sus ojos, y sus
espadas, arcos y lanzas no eran las que los guardias utilizaban en ese reino.
Pero no había momento para fijarse en esos detalles insignificantes.
—¡La mitad de ustedes vayan a las otras entradas posibles y vigilen que nadie
ingrese al castillo por otro lugar! —ordenó Jungkook acercándose a uno de los
atacantes que estuvo a punto de asesinar a uno de sus hombre de un corte en
el cuello—. ¡La única prioridad importante es la seguridad de mi esposo! —de
un rápido y limpio movimiento, le cortó una mano al atacante, y luego cortó la
parte trasera de uno de sus tobillos—. ¡Cómo le suceda algo, será la culpa de
todos!
—Alteza, envié a seis hombres a seguir al rey Oh para proteger la habitación de
seguridad —avisó uno de los guardias al acercarse a él.
—Pon a alguien a cargo de llevar a los sirvientes a un lugar seguro y quédense
a cuidarlos —ordenó analizando la situación en el lugar—. Las familias reales
tienen a los alfas y betas para defenserse, pero mantenganse al tanto y cuiden
de la familia Lee y Byun.
—¡Sí, alteza! —el beta corrió a dar las indicaciones del príncipe, y éste se
acercó a un grupo de atacantes que luchaban espada contra espada con un
grupo de sus hombres.
Uno de ellos notó su presencia acercándose y fue a su ataque. Jungkook bajó
su espada y eso confundió un poco al atacante, que quiso cortar a la altura de
su cuello, pero no pudo ni siquiera reaccionar cuando el alfa puro se agachó y
avanzó para sostener su cuello y con una fuerza sobrehumana lo lanzó al
suelo haciendo que su cabeza impactara contra ésta hasta romper su cráneo.
Aquello llamó la atención de los otros tipos, que al ver a su compañero en el
suelo, con la cabeza destrozada y la sangre manchando la alfombra azul del
lugar, por un momento se arrepintieron.
Jungkook extendió su mano libre en su dirección y les hizo una señal para que
todos se acercaran a la vez.
Los tipos le gruñeron molestos porque sabían que no podían ir todos juntos o
los otros guardias iban a atacarlos también al descuidarlos. Entonces
llamaron a otros, y tres tipos se acercaron al príncipe por su izquierda, dos de
ellos con espadas y uno con una lanza que intentó lanzarsela justo en la
cabeza, pero Jungkook no se movió de su lugar y la sostuvo antes de que la
punta pudiera tocarlom la hizo girar en su muñeca y apuntó a uno de los
arqueros enemigos que estaba disparando algunas flechas desde la entrada,
haciendo que se incrustara en su pecho hasta casi traspasarlo.
Los dos que se acercaron para atacarlo con sus espadas, intentaron atacarlos
de dos lados al mismo tiempo para intentar confundirlo. Jungkook se
abalanzó a uno de ellos antes de que pudiera si quiera lanzarle un ataque, e
hizo que la espada que sostenía saliera disparada hasta incrustarse en una de
las mesas del lugar luego de chocar la suya con mucha más fuerza que la suya.
Se volteó pateando su estómago con la suficiente fuerza como para mandarlo
a volar y hacer que chocara con uno de sus compañeros que estaba luchando
con uno de sus hombres. Al voltear detuvo el ataque el otro haciendo chocar
sus espadas, pero la fuerza con la que el alfa puro detuvo el ataque hizo que
perdiera estabilidad por un momento; momento que Jungkook aprovechó
para patear la parte trasera de una de sus rodillas haciendo que cayera de
rodillas al suelo.
Perdió la cabeza un segundo después.
Jungkook observó su propia espada manchada de sangre y chasqueó la
lengua totalmente irritado.
—No me gusta manchar mi espada con sangre de gente insignificante —se
quejó.
—¡No te distraigas! —escuchó a sus espaldas.
Otro tipo intentó cortar su espalda, pero Jungkook no se inmutó y se quedó
totalmente quieto limpiando el filo de su espada con la tela de su saco ya que
éste ya se había manchado de sangre.
Antes de que el filo de la espada contraria pudiera alcanzarlo, una tercera se
interpuso evitando que esto pasara. El enemigo terminó perdiendo en
agilidad y con un corte en su pecho que lo hizo caer al suelo agonizando.
—¿Qué haces tú aquí? —preguntó Jungkook sin voltear a ver a la persona que
evitó su ataque.
—Fui a comprar fruta y como estaba cerca, el bullicio del lugar me atrajo —
respondió el recién llegado sin voltear a verlo tampoco—. ¿Bajaste la guardia o
ya me viste?
—Siempre llegas para cubrirme la espalda, Yoon —respondió tranquilo—.
Puedo descuidarme un momento.
Cuatro tipos más se acercaron a ellos, dos con lanzas y dos con espadas.
Yoongi fue contra el que estaba aún más adelante, que poseía una espada, y
pudo atravesarlo con ésta luego de detener su ataque con la suya y hacer que
perdiera el equilibrio dandole un rodillazo en el estómago. Jungkook no tuvo
ni que moverse, porque el tipo de la lanza intentó atacarlo con un movimiento
directo a su pecho, y le fue fácil al alfa puro sostener el arma por donde no
tenía filo y quitársela como un dulce a un niño. No tardó en cortar su muñeca
casi arrancando su mano por completo, y terminó de rematarlo apuñalando
su pecho con la punta del arma.
—Siempre me diste mucho más trabajo, debería dejar que te corten por eso —
dijo Yoongi a modo de broma, mientras luchaba a choque de espadas con el
otro.
—Había que hacer las cosas más divertidas —respondió el azabache
acercándose al tipo que quedaba y sostenía su lanza en su dirección pero
había quedado totalmente petrificado del miedo.
Se acercó hasta quedar frente al tipo, y le dio un puñetazo tan fuerte que le
dislocó la mandíbula y lo mandó al suelo. El hombre en el suelo comenzó a
gritar de dolor, pero sus gritos no duraron mucho, fueron callados para
siempre cuando Jungkook sostuvo su cabeza con ambas manos y le quebró el
cuello volteando su cabeza casi por completo.
—Aún no entiendo por qué te gusta más utilizar tus manos que una espada —
dijo Yoongi observando con una mueca de disgusto al hombre con la
mandíbula partida—. Estás demente, alteza.
—Gracias —respondió tranquilo—. Ahora vete, Yoon.
El beta volteó a verlo con el ceño fruncido, y cuando iba a decir algo, el alfa
puro se le adelantó.
—Ve con tu omega en cinta, Yoon —ordenó, y le dio la espalda—. Tus suegros
están aquí y quizás te vean. Si lo hacen, sabrán que Park está aquí e intentarán
buscarlo.
El beta cerró la boca y simplemente agachó la cabeza. Sostuvo con firmeza su
espada y asintió.
—Acabe con todos, alteza —le dijo antes de comenzar a alejarse—. Y cuida a
Taehyung, o Jimin va a volverse loco si algo le sucede.
—Eso estoy haciendo —respondió acomodándose el saco.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—¡Abran la puerta! —ordenó Eunwoo cuando llegaron a la dicha habitación
con puerta reforzada.
Cuatro de los guardias se acercaron a la puerta y la abrieron lo más rápido
posible. Taehyung ingresó, pero antes de que cierren las puertas tomó la
mano de Lucy, que iba a quedarse fuera, y la hizo ingresar con él.
—Quédate conmigo —petición el omega.
—Alteza, debo de ir a donde los guardias nos lleven junto con los otros
sirvientes —dijo la mujer ante su petición.
Taehyung en ese momento se dio cuenta de que efectivamente todos estaban
en peligro, y los que lo tenían más difíciles eran los sirvientes que no podían
defenderse al igual que él. No podía quedarse de brazos cruzados, tenía que
hacer algo por su gente.
Se acercó a la puerta antes de que cerraran ésta, y se paró frente a los
guardias.
—Quiero que busquen a todos los sirvientes y los traigan aquí —ordenó.
—Pero, alteza —habló uno de ellos—. El príncipe nos envió a mantenerlo a
salvo aquí, no podemos dejarlo porque pueden atacarlo si descuidamos la
puerta.
—Entonces que vayan dos a pedir escoltas para traerlos aquí —ordenó
decidido—. Es eso, o voy con ustedes a buscarlos. Por favor.
El rey Eunwoo suspiró y finalmente apoyó su idea y le pidió a dos de ellos que
fueran a buscarlos y de paso trajeran algunos guardias más. Taehyung
finalmente retrocedió y se quedó dentro junto con Lucy, que al verlo tan
alterado se acercó para sostenerlo de los hombros y llevarlo hacia la cama que
se encontraba en la habitación para hacer que tomara asiento.
—¿Todos estarán bien? —preguntó el omega con la mirada fija en la alfombra
color roja del suelo—. ¿Jungkook estará bien?
—No tiene que preocuparse por su alteza, príncipe —tranquilizó la mujer
acariciando su espalda—. Créame que nadie normal podría lastimarlo a
menos que él lo deje hacerlo.
—¿Y los demás? ¿Y Gahyeon? —preguntó totalmente preocupado—. ¿Hay
suficientes guardias? ¿Quiénes son esas personas? ¿Qué quieren?
—Alteza, cálmese —pidió la mujer con voz dulce para no alterarlo más—. No
sabemos quiénes son o que quieren, pero lo que sí sé es que el príncipe Jeon
no va a dejar que esto pase de un intento de atacar el castillo para conseguir
algo. Confíe en su esposo, en su castillo y en su gente, ¿Sí?
Taehyung asintió lentamente y suspiró hondo varias veces para calmarse.
Podía sentir a su esposo, y lo calmaba que no estuviera nervioso, asustado o
preocupado. De hecho parecía estar tranquilo, y de seguro que sus propias
emociones lo estaban distrayendo. Así que se obligó a calmarse.
Estaba algo asustado por todo lo que estaba sucediendo, pero estaba aún más
molesto consigo mismo porque no le gustaba la idea de solo esconderse.
Soltó un último suspiro e intentó pensar en algunas opciones para saber
acerca de quiénes serían las personas que los atacaron.
No parecían ser soldados de algún reino, porque no llevaban armaduras de
algún reino conocido, y las familiares reales se veían igual de sorprendidos y
asustados que ellos. No debían de estar ligados a ningún reino, pero entonces
si no lo estaban eso significaba una sola cosa...
—¡Alteza, voy a entrar! —escuchó al rey Eunwoo desde fuera.
La puerta se abrió y el alfa ingresó. Al parecer habían pasado varios minutos,
porque detrás de él ingresaron uno a uno los sirvientes del castillo. Eran unos
treinta, y por suerte cabían perfectamente en la habitación al ser espaciosa.
—¡Alteza! —llamó Gahyeon acercándose a él para abarazarlo—. Menos mal
que se encuentra bien.
Minji, Siyeon y Yubin también se acercaron a él para comprobar que estuviera
bien. El omega abrazó a todas, y sintió que una gran calma lo invadía al ver a
todos a salvo.
—¿Todos están bien? —preguntó Taehyung alzando un poco la voz para que
todos lo escucharan—. ¿Falta alguien?
Todos negaron a la última pregunta, y le sonrieron en señal de que estaban
bien. El peligris suspiró calmado y se volvió a sentar en el borde de la cama. El
rey Eunwoo salió de la habitación luego de que todos ingresaran y se
confirmara que nadie faltaba, e hizo que cerraran la puerta nuevamente.
—¿Alguien vio a Jungkook? —preguntó Taehyung observando a todos—.
¿Cómo estaba todo allá abajo?
—Parecían tener la situación controlada, alteza —respondió uno de los betas—
. Nadie podía hacerle frente al príncipe.
—¿Qué habrá sido de la reina y los abuelos Jeon? —preguntó Gahyeon
revisando que el vestido del omega príncipe no se hubiera estropeado—. ¡Oh
por dios! ¡Un pedazo de tela de la falda se rasgó! —gritó con horror
sosteniendo la tela oscura.
—El príncipe Jeon solo dijo que la prioridad era que su esposo estuviera a
salvo, y que nos pusieran a salvo —comentó una de las empleadas omegas
con admiración por el príncipe—. Pero no escuché que haya pedido que
pusieran atención a su familia.
—Los guardias iban a protegerlos de todos modos —comentó Yubin—. El
príncipe solo se preocupa por los que cree que valen la pena.
—¡Yubin! —regañó Lucy—. Si la reina te escuchara te dejaría sin trabajo.
—No está aquí para escucharme —respondió indiferente—. Además, yo
trabajo para los príncipes, no para ella.
—Lo mismo digo —opinó Siyeon.
Taehyung se llevó una mano a su cuello para acariciar su marca, y una vez más
deseó que todo terminara pronto y que su esposo regresara a su lado.
Solo podía esperar.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Cada vez quedaban menos enemigos que enfrentar, y Jungkook decidió dejar
a sus hombres encargarse de los que faltaban e ir a revisar que nada en su
despacho faltara.
No sabía quiénes eran éstas personas ni qué eran lo que querían, pero
analizando a éstos, dedujo que se trataban de rebeldes. Los rebeldes eran un
conjunto de personas que tenían un mismo pensamiento que los unía; que la
familia Jeon no merecía ser la fuerza mayor que controla a los demás reinos, y
también los acusaban de ser los responsables de la pobreza que se generaba
en los otros reinos por no compartir las riquezas ganadas con sus muchos
comercios y producción de muchas materias primas, entre otras muchas
cosas.
Básicamente decían que solo beneficiaban a su reino a costa de los otros
aprovechando su poder sobre éstos, y querían acabar con ellos para dividir los
terrenos de reino entre los otros.
Jungkook recuerda que sus padres tuvieron que lidiar con un grupo reducido
de ellos hace bastantes años, que intentaron secuestrarlo a él mismo y hacer
que los reyes renuncien al trono. Pero todo les salió mal porque no contaban
con que Jungkook fuera un alfa puro con una inteligencia que le permitió
manipular a las personas que intentaban llevárselo, y terminó haciendo que
éstos pelearan entre ellos para aprovechar en quitarles una espada y acabar
con ellos rápidamente.
Quería reír por lo poco planificado que fue el ataque. Resultó ser casi suicida,
porque no estaban lo suficientemente equipados para un combate, y lo
subestimaron demasiado.
Eso le sonaba a Jungkook como una distracción para conseguir algo más, y
por eso a penas comenzó el revuelo y puso a su esposo a salvo, envió a
Namjoon a su despacho para que tomara todos los papeles importantes, y los
escondiera en algún lugar en donde nadie pensaría en buscarlos.
Si sus sospechas eran ciertas y había actuado a tiempo, entonces alguien
estaría en su despacho buscando algo en todo el lugar.
Caminó a pasos lentos hasta la puerta de su despacho, y antes de abrir la
puerta intentó escuchar algún sonido de dentro. Lo hizo; se podía escuchar
perfectamente como cosas eran lanzadas al suelo y muchas hojas se rompían.
Sin pensarlo mucho abrió la puerta de golpe, y se sorprendió un poco cuando
tuvo que esquivar a penas una pequeña cuchilla que terminó clavada en el
cristal de la ventana del pasillo frente a la puerta.
Sostuvo su espada firmemente y se acercó a la persona que se encontraba
detrás de su escritorio revisando todos los pocos papeles que habían quedado
allí.
Intentó identificar por su aroma si se trataba de un alfa o un beta, pero el
aroma natural del sujeto estaba siendo totalmente cubierto por un olor a
pintura super fuerte que lo hizo arrugar un poco la nariz al acercarse.
El desconocido que traía la cabeza y el rostro cubierto como los otros,
desenvainó una espada que traía en un estuche en la cintura, y rodeó éste
para acercarse y hacerle frente.
—Era obvio que se trataba de una distracción —comentó Jeon con un tono
aburrido—. Al parecer la estupidez es parte de los asquerosos rebeldes.
El otro no le respondió, pero fue obvio que sus palabras lo molestaron porque
tomó un libro de tapa dura que estaba en una de las librerías a un lado, y se lo
lanzó para intentar distraerlo y luego atacarlo. Pero Jungkook fue más
inteligente y esquivó el objeto lanzándose directamente a atacarlo.
Creyó que iba a lograr atacarlo como a los otros, pero su espada fue detenida
por la contraria con la misma fuerza, haciendo que ambas quedaran juntas
durante algunos segundos en los que ambos hacían fuerza para ganar el
forcejeo.
Jungkook en ese momento se dio cuenta de que no se trataba de alguien
normal.
Retrocedió por un momento, y volvió a atacar, pero esta vez al mismo tiempo
se agachó y pateó una de sus piernas para hacer que cayera al suelo, y casi lo
logra de no ser porque el tipo hizo lo mismo y ambos cayeron de espaldas al
suelo.
Jungkook fue el más rápido en levantarse, pero no soltó su espalda en ningún
momento y logró hacerle un leve corte en su hombro antes de que el otro
lograra alejarse rodando en el suelo hasta quedar detrás del escritorio
nuevamente.
—No eres tan miserable como los otros —dijo el azabache poniéndose de pie
para quitarse el abrigo—. Supongo que eres el idiota mayor.
El desconocido soltó la espada dejándola caer al suelo, y se colocó en modo
defensivo con sus puños en posición de ataque. Jungkook levantó una ceja
sorprendido por eso, pero no era ningún cobarde y si el otro quería luchar de
esa forma, entonces iba a ser así.
Dejó su espada con cuidado en el suelo, y le hizo señas con su mano para que
se acercara.
El desconocido se se subió al escritorio y tomó impulso para saltar sobre él a
la vez que le lanzaba un puñetazo. El azabache logró detener su mano, pero
nuevamente se sorprendió al ver que debía de utilizar demasiada fuerza para
ello, y en ese momento se dio cuenta de que el tipo se trataba de un alfa puro
al igual que él.
Esto hacía las cosas aún más interesantes para él.
¿Cómo están, mis pequeñas tortuguitas? 🐢
Espero que muy bien, y que el capitulo les haya resultado BUENARDO xd
Ahora no iba a ser una masacre por parte Jungkook, sino que iba a ser una
pelea real en la que quizás recibiría algún golpe.
Y eso era emocionante para él porque hace mucho tiempo que no recibe uno,
y que le cuesta lastimar a su oponente. No existían muchos alfas puros en el
mundo, y que uno de ellos quisiera hacerle frente era una invitación a jugar
para el azabache.
No iba a contenerse entonces.
Sonrió divertido al desconocido y la mano que sostenía su puño subió hasta la
muñeca contraria, para tirar de él y darle un buen rodillazo en su estómago.
Eso a cuualquiera le hubiera hecho escupir sangre y quedarse sin aire hasta
desmayarse, pero a éste tipo solo le sacó un pequeño quejido.
El desconocido le dio un cabezazo para hacer que se apartara, y Jungkook lo
hizo llevando una de sus manos a su labio inferior, que se había partido un
poco y salía algo de sangre. Rió mientras se limpiaba la zona, y miró al otro
con una llama en su mirada que de alguna forma intimidó un poco a éste.
—Me alegra que hayas venido. Estaba aburriendome como no tienes idea —
dijo con una extraña emoción en su voz.
De un segundo a otro se abalanzó velozmente contra el desconocido y fue
directo a darle un puñetazo en su rostro, pero éste fue detenido cuando el
otro cubrió éste con ambos brazos en forma de X. Pero el azabache no iba a
detenerse solo ahí, por lo que con su otra mano golpeó el estómago contrario
una vez más, esta vez con mucha más fuerza.
Eso al parecer si había dolido bastante, porque el desconocido pareció
enojarse y comenzó a avanzar hacia él mientras intentaba golpearlo.
Jungkook esquivaba sus ataques con algo de dificultad, pero eso lo hacía
sonreír aún más.
En un descuido y por intentar golpearlo también, el alfa puro desconocido se
impulsó para sostener su brazo con ambas manos y lo hizo caer al suelo,
quedando sobre éste por un momento. Jungkook se cubría e intentaba
esquivar los golpes que le eran lanzados repetidas veces, y al mismo tiempo
contemplaba su posición para lograr cambiar los roles aprovechando que el
tipo parecía estar desquitandose y casi que furioso al lanzarle los golpes.
Como si Jungkook le hubiera hecho algo y ahora tuviera un rencor personal.
Pero eso era un gran error de su parte.
En un enfrentamiento siempre debes de tener la cabeza lo más clara posible y
con cero pensamientos que puedan afectar a tus emociones hasta el punto de
distraerte lo suficiente como para cometer un error que puede costarte la
vida. Como por ejemplo el de olvidarse que Jungkook había demostrado ser
muy habilidoso con sus piernas, y de un momento a otro terminó
impulsandose a un lado al mismo tiempo que fue lanzado hacia el mismo lado
cuando el azabache levantó su pierna y logró rodear el cuello ajeno con la
parte trasera se su pantorrilla.
Terminó quedando él por sobre el desconocido, y comenzó a lanzarle golpes
más concisos en su rostro mientras que con su mano izquierda sostenía otra
de sus manos para evitar que pudiera defenderse con esa. Al verse en
desventaja y al sentir que la tela con la que cubría su rostro comenzaba a
quitarse, el desconocido notó por el rabillo del ojo una figura de oro fundido
de unos veinte centímetros que anteriormente estaba sobre el escritorio, y
dejó que el azabache le diera un golpe de lleno para estirar su manos y
tomarla.
Sin piedad y con fuerza golpeó de imprevisto la cebeza del azabache haciendo
que esté soltara un gruñido de dolor y molestia por tal atrevimiento. El
desconocido aprovechó para quitárselo de encima y ponerse de pie con algo
de dificultad debido al dolor en su abdomen, y se acomodó la tela alrededor
de su cabeza.
—Eso no es jugar limpio —se quejó el azabache observando su mano
manchada de su propia sangre ante la herida a un lado de su cabeza—.
Aunque no podía esperar otra cosa de un sucio rebelde.
Durante el enfrentamiento habían quedado en distintos lugares en la
habitación, y el desconocido se dio cuenta de que si continuaba en ese lugar
no solo iba a correr el riesgo de que el azabache lo dejara terriblemente herido
o incluso que lo matara. Pero lo más preocupante para él era que éste se diera
cuenta de quién era, porque entonces todos sus planes estarían acabados.
Entonces decidio jugar aún más sucio cuando notó que a su lado había
quedado la espada del príncipe. La tomó, y supo que ahora tenía la ventaja al
ver la expresión del azabache al tomarla.
Jeon estaba desarmado y él no. Iba a aprovechar la ventaja para hacerle todo
el daño posible.
Él también era rápido, por lo que sin titubear desmasiado se abalanzó hacia él
para cortarlo. Jungkook sabía que no podía utilizar sus extremidades para
detener el ataque porque podría perderlas, así que simplemente retrocedió
intentando esquivarlo lo más que pudo. Pero inevitablemente un corte en su
pecho en forma diagonal se creó en su pecho.
Se llevó una mano a la zona y gruñó totalmente enfadado. Sus ojos se
volvieron azules, y aprovechó que el otro se mantuvo en su lugar luego de
herirlo, y sin esfuerzo se acercó a una de las grandes librerías y la alzó del
suelo para lanzarla hacia el desconocido con una velocidad poco posible para
algún alfa normal.
El desconocido no tuvo tiempo de alejarse lo suficiente o esquivarlo, por lo
que terminó siendo empujado por el peso y la fuerza del mueble que lo lanzó
hasta quedar a un lado de la ventana del lugar.
—Devuélveme mi espada —ordenó en un gruñido amenazante mientras se
acercaba a él.
El des conocido tuvo que sostener la tela con una de sus manos mientras
intentaba ponerse de pie porque estuvo a punto de caerse. Se acercó a la
ventana y lanzó la espada contraria hacia el otro alfa, que la esquivó y fue a
buscarla creyendo que el otro tomaría la que dejó en el suelo al ahora estar
más cerca. Pero cuando volteó no encontró la figura contraria.
Se acercó a la ventana, y al asomarse notó que a un lado de su ventana se
encontraba una estructura de madera clavada a un lado del marco, y que de
esta colgaba una soga por la que el desconocido bajaba dejándose caer
algunos metros, para luego detenerse para ganar impulso de la pared y
continuar bajando.
No lo dudó y cortó ésta con el filo de su espada. El desconocido cayó al suelo
pero no se hizo nada de daño porque casi había llegado al suelo. Comenzó a
correr hacia el jardín, y Jungkook se apresuró a hacer algo para no perderlo de
vista.
Silbó llamando a Brook, que en un minuto llegó a su ventana y lo miró
espectante esperando a que le diera una orden. Chasqueó los dedos para que
siguiera el movimiento de su mano, y apuntó a la figura del desconocido que
se alejaba cada vez más. Solo con eso, el ave chilló y salió volando detrás del
sujeto.
Suspiró y se apoyó en el marco llevando una mano a la herida en su pecho. La
observó y chasqueó la lengua al ver que debería de recibir una sutura en todo
el largo y que seguramente quedaría una marca. Aún así, soltó una pequeña
risa mientras caminaba hacia la puerta.
—Seguramente regresarás, y la próxima no podrás salir huyendo —murmuró
para si mismo.
Ahora solo debía de regresar a ver como iban las cosas abajo, y luego ir en
busca de su esposo. Esperaba que estuviera completamente a salvo, porque
de otra forma todos los que debían de cuidarlo iban a perder sus cabezas.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung ya no soportaba la espera, necesitaba saber como se encontraba su
esposo. Se había preocupado porque pudo sentirlo molesto, y de eso ya
habían pasado diez minutos.
La puerta fue abierta, y todas las miradas se posaron el esa dirección. El rey
Eunwoo se asomó en el marco y les sonrío a todos queriendo tranquilizarlos.
—Ya pasó el peligro. Pueden salir —avisó.
Taehyung fue el primero en levantarse y correr hacia la puerta para acercarse
al alfa con una expresión de desespero y la voz temblorosa debido a los
nervios.
—¿Y mi esposo? ¿Está bien? ¿Dónde está? —preguntó sin darle tiempo a
responder.
El alfa rubio se hizo a un lado para que pudiera tener una vista completa del
pasillo, y cuando el omega fijó su mirada en éste, la figura de su esposo
caminando en su dirección lo hizo sentir una calma enorme invadirlo por
completo. No lo pensó ni un segundo y corrió hacia él levantando la falda de
su vestido para no tropezar.
—¡Kook! —llamó aunque el alfa estuviera a solo unos metros de él.
Iba a lanzarse a él y abrazarlo con toda la fuerza que poseía, pero se detuvo de
golpe al notar que su camisa tenía un corte diagonal de más de veinte
centímetros a lo largo de su pecho, y que había bastante sangre manchando
su camisa oscura y en la herida que dejaba verse por la tela desgarrada. Abrió
sus ojos totalmente horrorizado, y las lágrimas no tardaron en hacerse
presentes junto con el malestar en su pecho al ver a su esposo con una herida
como esa.
—Amor —Jungkook llevó ambas manos al rostro ajeno para acariciar sus
mejillas y hacer que lo mirara a él y no a su herida más grave—. No pasa nada,
amor. Esto no es nada, estoy bien.
Taehyung solo pudo llorar aún más angustiado cuando también se dio cuenta
de que su labio estaba herido y había sangre cayendo detrás de su oreja por
una herida en su cabeza seguramente. La angustia e impotencia invadieron
todo su ser y solo maldecía a la o las personas que le hicieron eso a su amado.
—No, amor. No llores —pidió el alfa acercando su rostro al contrario para unir
sus frentes—. Se ve peor de lo que es, lo juro.
Taehyung solo alcanzó a negar sin poder detener su llanto, porque las heridas
las tenía el mayor pero sentía que él también las sufría. Quería abrazarlo pero
no quería que su herida en su pecho doliera y quería besarlo pero también
temía que fuera doloroso al tener una herida allí también.
—U-Un doctor —dijo llevando sus manos a las contrarias—. Hay que llamar a
uno a-ahora mismo...
—Ya lo he hecho, está de camino —respondió queriendo tranquilizarlo—. ¿Tú
estás bien? ¿Alguien te hizo algo? ¿Te tocó algún alfa? —preguntó también
dejando notar su preocupación.
—¿Q-Quién te hizo esto? —preguntó ignorando sus preguntas, porque ahora
solo importaba su esposo—. ¿Por qué tu-tuvieron que lastimarte así?
El dolor de su esposo estaba desgarrando el corazón del alfa, que sabía que no
iba a calmarse hasta que fuera atendido y un médico le dijera que estaba bien
y sin peligro alguno.
—Te contaré todo cuando me hayan curado estás heridas insignificantes, ¿De
acuerdo, amor? —dijo luego de besar su frente.
—¿Cómo que insignificantes, Jungkook? —preguntó casi en una queja, y bajó
la mirada a su pecho—. E-Esto no...tú...
No pudo evitar querer llorar de nuevo porque en verdad que la herida se veía
muy mal y continuaba sangrando un poco. Llevó una de sus manos a la zona
pero no hizo contacto, solo estaba deseando que ésta desapareciera por
completo.
—L-Lo siento... —se disculpó el omega cerrando sus ojos al acercar su rostro el
cuello del mayor buscando su aroma—. No puedo hacer n-nada para ayudarte
e-en una situación como ésta...No so-soy capaz de hacer algo p-para evitar
que te lastimen de esta forma...
—No, no digas algo como eso —pidió el azabache acariciando la espalda de su
amado y resistiendo el impulso de abrazarlo porque no quería mancharlo de
sangre y debía de cuidar su herida para que no sangrara más y preocupara a
su esposo—. Tú eres mi fuerza, amor. Sé que tú me esperas y por eso peleo,
para regresar a tí.
—Aún así...Yo...
—Puedes cuidarme ahora —dijo cortando sus palabras—. No tengo de qué
preocuparme porque ahora cuidarás de mí, ¿Verdad, mi bella flor? —preguntó
sabiendo que eso lo calmaría un poco.
Taehyung lo miró y asintió varias veces. Aquello sí podía hacer, e iba a hacerlo
con gusto. Suspiró y tomó su mano para llevarlo hacia su habitación, y el alfa
solo se dejó llevar.
—Ahora es mi turno de cuidarte —dijo mientras limpiaba sus mejillas e
intentaba calmarse por completo.
Lo llevó a su habitación y con cuidado le dijo que se sentara en el sofá. Antes
de llegar le había pedido a uno de los sirvientes que por favor le trajera paños
limpios y agua. Iba a limpiar sus heridas y a cubrir la más grande para que ya
no sangrara demasiado.
Jungkook comenzó a quitarse la camisa con cuidado, y la dejó caer al suelo.
Taehyung al ver por completo la herida solo pudo apretar los puños sintiendo
solamente ira hacia quien fuera que se atrevió a hacerle eso a su esposo. Se
sentó a su lado y lo miró con sus ojitos totalmente preocupados.
—¿Qué tanto te duele, Kook? Sé sincero, por favor... —preguntó tomando un
paño limpio para mojarlo con el agua del gran cuenco que le trajeron.
El alfa le sonrió sincero y ladeó la cabeza un poco para mirarlo con adoración
al sentir a penas el toque de la tela alrededor de su herida. Su esposo estaba
siendo más que cuidadoso en limpiar su herida, sin querer que volviera a
sangrar o causarle dolor. Su preocupación y tacto se sentían como una caricia
a su corazón.
—Si duele, pero solo si presionas —admitió—. No es lo suficientemente
doloroso para hacer que llore o que no pueda moverme, porque no es tan
profunda. Aunque seguramente dejará una marca —se quejó.
Taehyung se sintió solo un poco más tranquilo al escuchar eso, y continuó con
su tarea queriendo concentrarse para no presionar de más.
—Un alfa puro lo hizo —respondió a la pregunta que seguramente le haría.
El omega levantó la mirada y abrió los ojos sorprendido.
—Solo otro alfa puro es capaz de hacerme frente, y entre los rebeldes había
uno de ellos que estaba buscando algo en mi despacho —continuó—.
Sospechaba que el ataque había sido más una distracción que un ataque, por
lo que envié a Namjoon a que sacara y escondiera todos los papeles
importantes.
—Entonces sí se trataba de rebeldes... —comentó Taehyung al recordar sus
dudas.
—No sé que buscaba exactamente. Quizás alguna prueba de las acusaciones
que hacen hacia nuestro reino. Es lo más probable —dijo compartiendo sus
sospechas—. No iba a encontrar absolutamente nada de eso, pero si otras
cosas importantes y no podía dejar que viera esas cosas.
—Cuando era dama de compañía se escuchaban muchos rumores acerca de
ellos —contó el omega volviendo a su tarea—. Varios de los sirvientes y
algunos guardias del castillo estaban de acuerdo con sus creencias y decían
que solo ellos lograrían la igualdad de reinos.
—Jamás existirá igualdad mientras se trate de poder —dijo el alfa con
seguridad—. Cuando hay poder de varias personas para mantener a cada
reino, debe de haber una fuerza mayor que controle a todos y los mantenga a
raya para que no sucedan enfrentamientos innecesarios o disputas por quién
es mejor haciendo misma tarea que varios.
—Eso creí yo al escucharlos —admitió—. Cada reino puede mejorar si así lo
desean los que tienen el poder para mejorarlo. Echarles la culpa de la
condición de sus reinos solo a ustedes es injusto, no se quejan con quienes
deberían...Creo que lo que ellos hacen es buscar la solución más fácil.
Jungkook sonrió totalmente encantado con sus palabras. Su esposo era
inteligente, y eso solo hacía que lo amara aún más.
—Los culpables de esos pensamientos también son los mismos gobernantes
de los reinos, porque quizás no lo dicen directamente pero nos acusan de sus
problemas económicos —dijo el alfa.
—¿Qué pasó con el alfa puro? —preguntó volviendo a mirarlo.
—Escapó —dijo con pesar—. Pero no creo que vuelva a intentar atacar, al
menos por un largo tiempo porque no logró su cometido y lo herí lo suficiente
como para que no pueda andar correctamente durante varios días.
Taehyung no pudo evitar preocuparse por eso, porque significaba que podría
regresar a vengarse del mayor.
Jungkook pudo sentir su preocupación y supo de inmediato a qué se debía.
Así que llevó una de sus manos al cabello ajeno para transmitirle tranquilidad.
—Tranquilo, amor. Confía en mí cuando digo que nada malo va a suceder, ¿De
acuerdo? —tranquilizó, y acercó sus labios a los impropios para darle un suave
beso.
Taehyung al separarse y volver a darse cuenta de la herida en su labio inferior,
mojó otro trapo limpio y lo llevó a la herida para limpiar la sangre seca y curar
aunque sea un poco la herida.
—Confío en tí más que en nadie, Kook —confesó sonriendole para que creyera
por completo en sus palabras—. Te amo muchísimo —admitió con un bonito
rosa en sus mejillas.
Jungkook le sonrió en grande, totalmente enamorado. Cerró los ojos cuando
su esposo comenzó a dejar pequeños besos en todo su rostro, barbilla y cuello
queriendo distraerlo un poco mientras sus manos limpiaban con cuidado la
herida en su pecho justo sobre la parte donde su piel se separaba.
El médico beta llegó cinco minutos después, y lo hizo recostarse sobre la cama
para desinfectar sus heridas con infusiones especiales para ese tipo de heridas
que hizo al alfa gruñir ante el ardor que éste le provocó. Taehyung se colocó a
su lado para sostener sus mano y acariciar su brazos cuando la herida en su
pecho comenzó a ser cocida, pero apartó la mirada porque le causaba mucho
malestar el ver aquello.
Jungkook se aguantaba el dolor de cuando suturaron su herida, y ya luego se
relajó porque la de su cabeza no era la gran cosa según él. Pero igual el
médico le hizo un par de puntos para cerrar la herida y que no se infecte.
—La del labio sanará sola en un par de días, quizás dos semanas como mucho
—dijo el beta mientras guardaba sus cosas—. Cuando tome un baño asegúrese
de que nada ingrese en los puntos y debe limpiarlos antes de dormir con un
paño mojado con la infusión de la receta que le deje, ¿Sí, alteza?
Taehyung le agradeció haciendo una reverencia y le sonrió sincero.
—Muchas gracias. Yo voy a cuidarlo, no se preocupe.
—Espero que se recupere rápido. Nos vemos —dijo el hombre también
despidiéndose de ambos con una reverencia respetuosa.
Cuando ambos quedaron nuevamente solos en la habitación, Taehyung se
acercó a su esposo, se recostó con cuidado a su lado y acarició sus cabellos
con suavidad. Volvió a besarlo con cuidado de no causarle molestia en su
herida, y finalmente dejó caer su mejilla en uno de sus hombros para abrazar
su abdomen.
—Tienes que descansar. Cuando despiertes voy a pedir que te traigan un té, y
luego tomaremos un baño juntos porque voy a ayudarte a que nada le suceda
a tu herida —dijo Taehyung mientras liberaba su aroma para calmarlo con
éste—. Me quedaré aquí contigo hasta que despiertes, ¿Está bien?
—Gracias, amor mío —respondió el alfa rodeando la cintura del menor con
uno de sus brazos.
Al alfa puro no le importaba recibir más cortes si su esposo iba a cuidarlo y
mimarlo de esta manera.
•|♔| Cincuenta y cuatro |♔| •
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Tres horas después. Habitación de los príncipes.
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Luego de que todas las familias reales se fueran, y que Lucy pusiera algo frío
en su mejilla durante media hora, había regresado a la habitación junto con su
esposo porque le había prometido quedarse con él hasta que despertara, y se
quedó dormido también recostado a su lado.
Se despertó cuando sintió que alguien tocaba su rostro con sutileza. Poco a
poco sus ojos se abrieron, y al ver el rostro de su esposo cerca del suyo le
sonrió leve y se apresuró a reincorporarse.
—Despertaste, Kook —dijo mientras se frotaba uno de sus ojos—. ¿Cómo te
sientes?
Jungkook no le respondió, solo acercó su mano nuevamente a su rostro, más
específicamente a la zona que comenzaba a adoptar un color violáceo, y
presionó no muy fuerte, pero lo suficiente como para sacarle al omega un
quejido de dolor.
—¿Quién fue? —preguntó el alfa con un tono de voz tan frío que hizo
estremecer al omega.
Taehyung recordó que tenía un muy notorio golpe en su pómulo, e
inconscientemente llevó su mano a su cuello. El azabache suspiró por la nariz,
como si estuviera intentando calmarse, controlarse.
—También vi eso —dijo refiriéndose a las marcas en su cuello—. ¿Quién? —
volvió a preguntar.
El omega sabía que esto iba a ocurrir tarde o temprano, pero le preocupaba
que el mayor enloqueciera y al hacer movimientos bruscos sus puntos se
abieran.
—Kook, no ahora... —dijo llevando una de sus manos al pecho ajeno, pero sin
apoyar el toque por temor a causarle dolor.
—Solo quiero saber —respondió el alfa sabiendo a lo que de refería—. Dime —
insistió.
El omega cerró sus ojo cuando sintió nuevamente el toque del mayor en la
zona de su rostro herida, muy sutil y sin querer causarle dolor alguno. Suspiró
y finalmente respondió como tenía pensado hacerlo desde que decidió que las
peores personas debían de pagar por ser tan crueles.
Se mordió el labio inferior y sus ojos se cristalizaron, para luego dejar caer
lentas lágrimas por sus mejillas. Y a pesar de que las lágrimas eran para darle
más drama a su acusación, el llanto era sincero porque en verdad lo ponía
triste el hecho de que las cosas terminaran de esta forma, cuando le hubiera
gustado que la familia de su esposo y las otras familiares reales lo aceptaran
como esposo de su alfa.
—T-Tu madre... —respondió sin mirarlo—. Frente a todos...e-ella solo me dijo
cosas muy feas... —acercó su rostro el cuello contrario para buscar refugio
allí—. Namjoon llegó y...S-Si no fuera por él, yo...
Jungkook lo rodeó con sus brazos y lo atrajo a su pecho sin importarle su
herida, porque en ese momento no podía sentir otra cosa que no fueran ganas
de derramar la sangre de su sangre por todo el castillo. Escuchar a su esposo
llorar, sentir su tristeza y el saber lo que había ocurrido, simplemente
encendieron algo dentro suyo que nunca creyó poseer.
Lo ponía furioso que nadie entendiera que a su esposo nadie podía tocarle un
solo cabello o iba a conocer el infierno en la tierra. Una y otra, y otra vez
dejando eso en claro, amenazando con que no iba a importarle de quién se
tratara; si lastimaban a su esposo, él los convertiría en dolor.
—Esta bien, amor —dijo el alfa puro mientras dejaba que todo su aroma
envolviera a su amado, y acarició su espalda con delicadeza—. Está bien. Yo
me haré cargo de todo cuando me ponga mejor, ¿Estás bien con eso?
Taehyung asintió, y se alejó solo un poco al notar que estaba presionando la
herida ajena. Se dejó mimar por unos segundos en los que su esposo
acariciaba y lamía muy sutilmente las marcas en su cuello, hasta que recordó
que el alfa no había almorzado nada.
—Iré a pedir que te preparen tu té favorito y algunos bocadillos, porque no
almorzaste —dijo poniéndose de pie para buscar sus zapatos y colocarselos—.
Luego le pediré a Siyeon o Yubin que preparen el baño para ambos, porque
hay que limpiar con cuidado las suturas, y nos recostaremos temprano porque
seguramente mañana habrán muchas cosas que hacer.
Jungkook lo escuchaba atento y le fue imposible no sonreír ante su
preocupación por su bienestar. Analizó su rostro mientras estaba dormido, y a
pesar de haberse quitado el maquillaje y los aretes, ignorando ese golpe en su
perfecto rostro, se veía tan bello como cada segundo.
El omega al no recibir respuesta se volteó a verlo, y se sintió algo expuesto al
notar que sus ojos brillaban al mirarlo.
—¿P-Por qué me miras así? —preguntó avergonzado.
El azabache negó, y le hizo una señal para que se acercara nuevamente.
Taehyung lo hizo, y se sentó en el borde de la cama, y aprovechando que el
alfa se había sentado con la espalda apoyada en el respaldo de la cama, se
inclinó sin problema para juntar sus labios en un beso que necesitaba y
extrañaba. En ese beso se fue todo malestar o sentimiento negativo por parte
del omega, porque fue como un tomar un baño relajante luego de un largo día
de arduo trabajo, como dormir luego de días sin hacerlo, como Jungkook a
Taehyung.
—Namjoon te trajo una caja con los papeles importantes —le dijo entre risas y
pequeñas interrupciones de besos de parte del mayor—. Te traeré las demás
cosas para que trabajes en la cama en lo que tu despacho vuelve a ser
reconstruido.
—Si lo ves dile que venga, por favor —pidió acariciando sus muslos por sobre
la ropa.
—¿Cómo sabes que se quedó? —preguntó sorprendido.
—No va a irse cuando sabe que luego de lo de hoy hay muchas cosas que
charlar e investigar —respondió totalmente seguro.
—Cierto —se alejó luego de darle otro pequeño beso en sus labios, y esta vez si
caminó hacia la puerta para irse o no iba a hacerlo en otro rato.
Al abrir la puerta se encontró de frente con el rey Namjoo, que tenía su mano
levantada, al perecer a punto de tocar la puerta.
—Ah, Alteza, justo Kook me dijo que lo llamara —dijo el omega sonriendole
leve.
—Menos mal, venía a ver si ya despertó —respondió el bajando su mano y
sonriendole de la misma forma.
—Pase —dijo Taehyung haciéndose a un lado, y cuando el mayor cruzó el
marco se volteó para preguntarle—: alteza, ¿Quiere que también pida un té
para usted?
—Por favor, uno de limón —respondió el alfa con una mano en su pecho junto
a una expresión de dolor—. Eres tan amable que conmueves mi corazón.
El omega solo rió avergonzado y cerró la puerta detrás suyo para finalmente
caminar por los pasillos hasta las escaleras. Al bajarlas pasó por el pasillo en
donde se encontraban los calabozos, y se detuvo por un momento cuando
una idea pasó por su cabeza al recordar que allí se encontraba alguien a quien
odiaba como nunca llegó a creer que podría odiar.
Se lo pensó durante algunos segundos, y finalmente caminó por ese pasillo
hasta bajar por otras escaleras que daban con los calabozos. Al bajar arrugó la
nariz cuando nuevamente encontró un mal olor provenir de una de las celdas
allí.
No se encontraba nadie vigilando, lo que no era extraño porque varios de los
guardias habían resultado heridos y necesitaban hacer reposo, mientras que
los que estaban en condición de trabajar se colocaban en los lugares de mayor
importancia en el castillo.
Caminó observando todas las celdas, hasta que en una de ellas notó una
figura en el suelo en posición fetal, que reconoció como Han Minhyo, anterior
princesa del reino de plata.
—¿Estás despierta? —preguntó queriendo asegurarse, ya que no podía verle
bien el rostro desde la posición en la que estaba.
La chica al escucharlo se movió hasta poder verlo, y se incorporó con mucha
dificultad hasta quedar sentada con la espalda apoyada en la pared.
—¿Qué quieres, parásito? —preguntó ella con la voz rasposa, seguramente por
varias horas de no beber agua, pero se le notaba el disgusto en su voz al verlo.
Taehyung se acercó más a las rejas, y con una dulce voz comprensiva habló:
—Vengo a sacarte de aquí, porque creo que ya fue demasiado castigo —
respondió.
La omega abrió los ojos en grande, y con un poco menos de dificultad gateó
hasta quedar aún más cerca, y se arrodilló frente a él para comenzar a
reverenciarlo.
—Gracias, alteza. Muchss gracias —dijo a punto de comenzar a llorar—. Y-Yo-
La risa del omega la hizo callar y volver a alzar la vista. Al hacerlo se encontró
con el rostro burlón del esposo del príncipe heredero, que se colocó se
cuclillas para quedar más a su altura.
—Obviamente es mentira —dijo con un tono de voz mucho más duro—. Solo
quería acabar con tus ilusiones de tener alguna posibilidad de salir de aquí
con vida. Lo siento, ¿Herí tus sentimientos? —preguntó con una clara falsa
empatía—. ¿Qué se siente?
La expresión de la mujer resultó divertida para el omega.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente. Media hora antes del comienzo de la coronación.
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Todo el castillo era un caos en esos momentos. Todos los sirvientes estaban
ocupados en distintas tareas, y a cargo de los príncipes solo estaba la leal
Lucy, junto con Gahyeon, quienes se encontraban dejando a los futuros reyes
perfectos para recibir la corona y sentarse en el trono.
—Es la primera vez que confecciono la vestimenta y las capaz reales para una
coronación —comentaba Gahyeon con emoción mientras le mostraba las
capas reales que hizo para cada uno—. Llevo trabajando en esto desde que
ustedes se unieron en matrimonio, y utilicé los mejores materiales ¡Serán
legendarios porque son preciosos!
El primero en estar listo fue Jungkook, que ahora estaba frente al espejo
observando su figura y vestimenta.
—Me gusta —dijo luego de mover un poco sus brazos—. Es cómodo.
—Se ve realmente bien, alteza —halagó Lucy.
—¿Y la capa? —preguntó el alfa queriendo ver lo que luego le colocarían junto
con su corona.
—La suya es ésta —dijo Gahyeon quitando una manta de seda que cubría uno
de los maniquíes de madera.
Dejó a la vista la capa, y el alfa sonrió landino.
—No es tan pesado. Aunque supongo que eso no es un problema para usted
porque es muy fuerte, alteza —dijo la beta menor del otro lado del vestidor
donde se estaba encargando del príncipe Taehyung.
—Está precioso, Gahyeon —halagó el alfa acercándose a la prenda para sentir
los detalles de los bordados.
—¿Sabe que es más precioso? —preguntó ella llamando su atención, y cuando
al alfa volteó a verla se quedó totalmente encantado con la imagen frente a
él—. Su esposo.
Taehyung vestía ese vestido como si hubiera sido creado para hacerlo ver
hermoso, elegante y todo un rey al mismo tiempo. El omega también se quedó
encantado con lo precioso, elegante y varonil que se veía su esposo en ese
traje hecho a medida.
Ambos se miraron, y como ya era costumbre fue el alfa quien se acercó a él
para observarlo mejor y apreciar su maquillaje para la ocasión; un brillo color
coral en sus labios, un delineado que le daba más fuerza a su mirada, y un leve
azul difuminado en sus parpados que era notable sin ser exagerado. Lo atrajo
a él sosteniendo con gentileza su cintura, y le sonrió totalmente enamorado.
—Eres hermoso, mi amor —halagó volviendo a admirarlo por completo—. Eres
la definición y la muestra de lo que es perfección.
Obviamente el omega sonrió tímido, cohibido por sus palabras y bajando la
mirada ante la felicidad que le causaban sus palabras. Luego volvió a mirarlo y
llevó sus manos a la corbata contraria para sentir la textura de su bordado,
queriendo distraerse un poco con algo para también halagarlo sin pena.
—Tú te ves realmente hermoso, Kook —halagó también.
—Vas a robar todas las miradas hoy, amor... —se acercó a su oreja para
susurrarle—. Me pregunto cómo será el pijama que te pondrás esta noche para
mí.
Taehyung sintió su rostro arder porque sabía exactamente a lo que se refería.
Subió sus manos al cuello ajeno y también acercó sus labios a la oreja del
mayor para susurrarle también.
—Es una sorpresa.
Jungkook le gruñó leve acercándolo un poco más a su cuerpo, pero no pudo
hacer nada más porque Gahyeon quitó la tela de otro maniquí, dejando a la
vista la capa que utilizaría Taehyung.
—¿Les gusta, altezas? —preguntó ella con una gran sonrisa, apuntando la capa
con ambas manos—. ¿No es maravillosa? Es imponente y va a dejarles en claro
a todos que usted es la fuerza mayor ahora junto con su esposo.
Taehyung abrió los ojos en grande y miró fascinado la capa. Se acercó a ésta
para admirarla de cerca y tocar el material con el que estaba hecho.
—Es precioso, Gahyeon —halagó—. Pero, ¿No es muy larga la cola? —preguntó
confundido.
—Esa es la idea, alteza —respondió ella acercándose para peinar un poco una
zona de su cabello algo desordenado—. No se preocupe, porque los pisos
estarán limpios, y es algo que solo va a utilizarse un par de veces.
—¿No es algo que me hará parecer un narcisista y un soberbio? —preguntó
preocupado—. Es más el día de Kook, pero con esto pareciera que quiero
opacarlo y hacerlo algo importante para mí.
—A mí me parece perfecto que sobresalgas tú en este día —dijo el alfa
acercándose a su esposo para colocar una mano en su espalda baja y hacer
que lo mire—. Hoy no es mí día. Hoy es nuestra coronación, de ambos. Pero,
también es el día en el que todos van a conocer a Jeon Taehyung, el rey que
gobernará a mi lado siendo tan digno como creen que yo lo soy.
—Ellos jamás van a aceptarme, Kook —respondió con pesar y tristeza en sus
palabras—. Me encantaría que me consideraran perfecto para gobernar a tu
lado, y de esa forma podrían confiarme las cosas que solo lo hacen
contigo...Así podría ayudarte realmente.
—Hay una gran diferencia entre hacer que te acepten y que sepan que sí eres
digno —dijo con seguridad en sus palabras—. No importa si ellos no lo
aceptan, ellos van a saber que lo eres y van a vivir día a día sabiendo que
alguien que creen que es menos que ellos, puede hacer más que muchos
gobernantes. Y sí, puede que ellos jamás van a aceptarte hagas lo que hagas, y
por eso tienes que demostrarles lo equivocados que están.
El omega lo miró con ojos brillantes, conmovido por completo por sus
palabras. Solo necesitó que su alfa le sonriera para hacerlo él también, y luego
asintió.
—Entonces, debemos de demostrar de lo que somos capaces juntos, ¿Cierto?
—preguntó sonriendole con seguridad.
Jungkook sonrió más en grande al escucharlo decir eso.
—Exactamente, mi amor —tomó sus manos y besó el dorso de cada una—.
Este día en nuestro. A partir de ahora, comienza nuestra era. Y nadie puede
detenernos, ¿Lo sabes, mi bella flor?
—Lo sé —se colocó de puntitas para darle un pequeño y rápido beso—. Si tú lo
dices, entonces no tengo por qué dudar.
—Altezas —llamó Lucy, y ambos lo miraron al mismo tiempo—. Es hora.
—Gracias, Lucy —gradecieron ambos.
Jungkook se colocó a un lado de su esposo y le hizo una señal con su brazo
para que el omega lo sostuviera. Taehyung lo hizo, y entonces se dieron una
última mirada antes de armarse de valor para salir de la habitación camino a
los que serían su trono.
Caminaron por los pasillos siendo escoltados por algunos guardias, mientras
Gahyeon pedía ayuda a otros para llevar las capas hacia el piso de abajo. El día
estaba soleado y muy agradable, justo para un día tan importante como éste.
Cuando su figura se dejó ver al final de las escaleras, las trompetas que los
estaban esperando sonaron anunciando su llegada, y todas las miradas de los
invitados fueron hacia esa dirección. Inevitablemente todos quedaron un
momento impactados ante la imagen de los príncipes viéndose tan perfectos
y poderosos como muchos envidiaban y otros admiraban.
Escalón a escalón, los nervios desaparecían del cuerpo del omega, que se auto
colocó en su puesto de esposo del príncipe heredero y próximo rey. Si en este
momento su lado más valiente, inteligente y capaz flaqueaba, entonces no
merecía pararse al lado de su esposo.
Y él creía y quería merecerlo. Entonces hoy iba a brillas junto a él, para
asegurar su futuro juntos y dejar en claro que llegó a ese castillo para quedar
siempre que Jungkook lo quisiera a su lado, y que no le importaba si eso era
del agrado de los otros.
—¡Todos reciban al príncipe heredero, Jeon Jungkook, y su esposo el príncipe
Jeon Taehyung! —presentó uno de los nobles encargado de hacerlo.
Los aplausos se escucharon por todo el salón principal, y el matrimonio
caminó hacia lo tronos, donde la reina Jeon los estaba esperando con una
muy forzada sonrisa en sus labios, sosteniendo la corona de su difunto esposo
entre sus manos.
La coronación y la diversión acababan de comenzar.
Y la venganza a la reina 👀
G.GG
•|♔| Cincuenta y seis |♔| •
Ambos se veían preciosos con sus propias coronas. Mucho mejor que con las
de los anteriores reyes, las cuales habían sido colocadas sobre los cojines.
Iban a enviarlas a desarmar para vender las joyas y el oro con el que estaban
hechas, a pedido de Taehyung, quien tenía pensado vender éstas para ayudar
a las zonas más pobres de cada reino. El omega expresó su idea cuando el alfa
puro le preguntó qué cosas le gustaría hacer al asumir al trono y tener el poder
de hacer lo que quisiera, y había contestado que ayudar a los que más lo
necesitan.
Y Jungkook, como era ya casi una costumbre, solo pudo caer aún más
enamorado por él y su enorme corazón.
Tomaron sus manos enlazando sus dedos, y voltearon a ver a todos cuando
las capas hechas por su estilista fueron colocadas en sus hombros, dándoles
una imagen de poder ante todos los presentes que no sabían si aplaudir o
arrodillarse ante ellos.
Volvieron a tomar sus manos, y el lugar quedó en total silencio porque sabían
que iban a decir algo; un discurso por era costumbre.
—Se estarán preguntando la razón de nuestras acciónes, que a primera vista
puede verse como una falta de respeto hacia las coronas que han estado de
generación en generación —habló el alfa con una calma que hacía sentir a
todos que todo lo que hacían estaba bien, qye tenía todo el sentido del mundo
aunque no supieran a qué se refería—. Bueno, la respuesta es simple; con
nosotros comienza un nuevo reinado, una nueva generación y un cambio no
solo en éste reino.
—Las cosas no cambiarán demasiado, ya que mi esposo fue quien manejó
absolutamente todos los cargos que los antiguos reyes debían de manejar —
comentó Taehyung queriendo reír al sentir la mirada pesada de su suegra
sobre él—. Pero haremos las cosas según nosotros creamos correctas, a las
personas correctas y a partir de hoy, aquellas familias reales que necesiten
nuestra ayuda o apoyo de algún tipo, tendrán que demostrar o dar razones
válidas para que aceptemos.
—Aquellas personas que dejaron en claro su disconformidad con que mi
esposo tenga mi alianza en su dedo, deberán de esforzarse el doble con
buenas acciones en sus respectivos reinos, las cuales evaluaremos cada tres
meses —dijo el alfa puro observando de hito en hito a cada familia que sabía
que estaban detrás de los planes de ataque—. Ustedes saben quiénes son. Y yo
no olvido ni dejo pasar absolutamente nada.
Si no fuera Jeon Jungkook quien les estaba diciendo todo esto, se hubieran
quejado o discutido, pero sí se trataba de él y por ende simplemente debían
de callarse y aceptar lo que viniera.
—Las reglas principales son simples —continuó el omega—. Actúen bien y
gobernando como deberían, y entonces no tendremos ningún tipo de
problema en estar a disposición de lo que necesiten luego de charlar mas
condiciones al respecto con ambos.
—Conocen mi forma de gobernar, pero ahora mi forma de gobernar no será
como hasta ahora, sino que absolutamente todos los temas a tratar los
hablarán no solo conmigo sino con mi esposo —dijo de forma clara, firme para
que no quede dudas de sus palabras—. Si él dice que no a algo, entonces será
no. Si dice que sí, entonces eran así y si dice que hay que hacer cambios,
entonces se harán. Espero que esto quede claro, y si tienen alguna duda
siempre pueden acercarse a preguntarnos.
—Y esto puede sonar bastante injusto y sinsentido para muchos, eso puedo
entenderlo —comentó Taehyung volviendo a tomar la palabra—. Pero no
tienen de qué preocuparse porque yo solo opinaré cuando tenga el
conocimiento necesario para tratar tal tema, y si mi esposo cree que necesita
de mi opinión para tomar una decisión final.
—Mi esposo es una persona inteligente y capaz de tratar temas serios e
importantes, pero aún dice necesitar aprender más para tomar decisiones por
sí mismo, por lo que no quiero que piensen que uno de nosotros va a tomar
decisiones por sí mismo. Todo lo decidiremos juntos, y así será para temas
mínimos, como para temas serios a tratar —aclaró el azabache.
—Y espero que las personas que hasta el momento me han visto como alguien
incapaz, cambien su pensamiento sobre mi persona a partir de ahora —dijo el
omega con una sonrisa amable y tono dulce—. Trabajaré duro para callar sus
prejuicios y críticas hacia mí, y demostrarles lo equivocados que están. Espero
que nos llevemos bien —terminó sin borrar su sonrisa.
—Espero que haya paz en nuestras relaciones de poder durante todo nuestro
reinado —dijo el alfa puro terminando con su discurso. Ya habían dicho todo
lo que querían decir.
Los nuevos reyes volvieron a mirarse, y compartieron una mirada cómplice y
satisfecha con lo dicho. Decidieron volver a sus tronos; primero el menor tomó
asiento ya que su esposo sostuvo su mano como si estuviera ayudándolo a
hacerlo, y besó el dorso de su mano antes de caminar hacia su propio trono.
Acciónes que ya les hizo saber a todos que el omega no iba a solo a sentarse al
lado de su esposo a hacer de compañía. Era más que seguro que el alfa le
daría todo el poder que posee para la toma de decisiones del futuro de éste y
los demás reinos. Y al ochenta por ciento de los presentes, aquello no fue para
nada algo bueno.
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Cinco horas duró la ceremonia en su totalidad, contando también el tiempo
que los nuevos reyes salieron al centro de la ciudad para que sus ciudadanos
se acercaran a felicitarlos y sobre todo, que pudieran comunicarles los
problemas sociales a tratar. Al omega le sorprendió y abrumó el escuchar las
familias que a penas podían sobrevivir al día a día debido a que el trabajo era
escaso, y porque en las épocas de frío no podían permitirse abrigos
adecuados, y eso causaba que enfermaran y el pagar tratos médicos o
medicinas era casi imposible.
Muchas personas estaban sin hogar; otras eran despedidos de sus trabajos
solo por alcanzar una edad algo avanzada con el pretexto de poco
rendimiento debido a esa causa, la dificultad de encontrar empleo por falta de
una educación básica como saber leer o hacer cuentas fáciles como sumar o
multiplicar, la inseguridad que los omegas y mujeres beta viven cada día,
entre otras muchas cosas que solo le recordaba a Taehyung lo cruel e injusto
que es el mundo.
Al regresar ya no se encontraban ninguna familia real y todos los sirvientes
estaban ocupados limpiando el lugar, y preparando las habitaciones de
huéspedes para las personas que seguramente en un futuro no muy lejano
vendrían a quedarse para charlar sobre un tema que era el obstáculo para que
el matrimonio Jeon pensara en formar una familia.
Cosa para la que se estaban preparando especialmente.
—¡Te ves precioso! —halagó el omega pelirosa abrazando al peligris.
Se encontraban en el despacho de Jungkook, ya que la otra pareja había ido a
felicitarlos por su coronación. Yoongi se encontraba en uno de los sillones
individuales al igual que el alfa, mientras que los omegas se encontraban en el
sofá más grande, totalmente contentos de volver a verse luego de la última
vez hace días.
—Estaba tan nervioso antes de salir —admitió el omega llevando sus manos a
su pecho—. Mis manos temblaban y pensaba que algo malo iba a pasar, pero
Kook hizo que me calmara y al final todo resultó de maravilla hasta el final.
—Supongo que el miedo de que haya otro atentado al castillo esta aún
presente —comentó el beta mientras comía un pedazo de pan con semillas.
—Luego de ese día aumenté la seguridad del castillo dentro y fuera, incluso en
las calles alrededor —respondió el alfa luego de beber un trago de su té
negro—. Además se encontraban los guardias que las familias reales trajeron
consigo, por lo que las probabilidades de que haya otro ataque eran nulas.
—Pues era obvio —respondió el beta—. Según tú, dejaste muy mal herido al
lider, y acabaste con todos los que vinieron a atacar.
—Aún me sigo preguntando que es lo que querían conseguir con ese ataque —
habló Jimin mientas observaba a detalle las coronas nuevas—. Podían haber
atacado el día de hoy, tendría más sentido porque quieren acabar con el
reinado de los Jeon.
—Yo sé por qué lo hicieron —respondió el rey con toda la calma de mundo, y le
sonrió a su esposo cuando éste lo miró curioso—. Se que tú también puedes
hacerte una idea, amor. Eres inteligente.
Taehyung se puso a pensar en distintas posibilidades e intentó decidirse por
una al recordar todo lo que su esposo le contó sobre lo ocurrido ese día.
Entonces, un minuto después volvió a ver al azabache con los ojos algo
curiosos.
—¿Buscar evidencia de actos corruptos del reino para venir este día y darle a
los demás reinos una razón para comenzar un enfrentamiento y evitar que
asumas al trono? —preguntó algo inseguro.
Jungkook sonrió aún más y asintió, totalmente orgulloso de él.
—Exactamente, mi amor. Sabía que te darías cuenta.
Taehyung se sorprendió un poco de que esa fuera la misma respuesta que
tenía su esposo, y no pudo evitar cohibirse hasta bajar la mirada con sus
mejillas rosadas. Se sintió inteligente.
—Tiene todo el sentido —respondió Jimin pensando en ello.
—No creo que los que vinieron hayan sido todos —dijo Jungkook volviendo a
beber de su té.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Yoongi mirando a su alteza.
—La realidad es que los rebeldes están equivocados con el pensamiento que
los lleva a estar en mi contra, pero muchas personas conforman una unidad
con la suficiente inteligencia como para saber que las acciones que lleven a
cabo traerán consecuencias igual de grandes que lo que quieren lograr —
comenzó a explicar—. El ataque de ese día solo tenía como único objetivo el
buscar aquello que no iban a encontrar, entonces ¿Por qué enviar a todos sus
hombres cuando la intención no era otra que causar una distracción?
—Solo decidieron enviar a algunos, porque el ataque mayor lo harían luego de
conseguir su cometido —dedujo Taehyung—. Los riesgos de algo como esto
son asegurados, por lo que las personas que prácticamente se sacrificaron
confiaban plenamente en que iban a lograr su cometido.
—Y creían eso porque deben de ser guiados por el alfa puro al que me enfrenté
—dijo frunciendo el ceño levemente al recordar la marca que le dejó en el
pecho, la cual ya estaba libre de los puntos que tuvo que cambiarse cada
ciertos días y ahora terminaba de cicatrizar—. El plan hubiera sido todo un
éxito de no ser porque a pesar de tener casi la misma fuerza que yo, no posee
el intelecto de pensar en todas las posibilidades y razones de un ataque.
—Ahora que el plan falló y perdieron a varios de sus hombres sin haber
conseguido absolutamente nada, con su lider herido, con nosotros en el trono
y más seguridad en el castillo, deben de planear otra cosa —dijo el omega con
la mirada sobre la de su esposo—. No creo que ataquen nuevamente porque
van a deducir que sabemos cual era su objetivo, entonces si no encuentran
evidencia...
—Van a intentar crearlas —terminó el alfa, mirando con tanta intensidad a su
esposo por su inteligencia—. E incluso van a estar atentos a todos nuestros
pasos y acciones de forma minuciosa, y lo que encuentren van a transformarlo
en algo grande a partir de rumores que solo van a incitar a que más personas
se unan a ellos.
—Entonces intentarían nuevamente planear un ataque, pero esta vez con un
objetivo diferente —Taehyung bajó la mirada a sus manos, y le fue imposible
ocultar su expresión de nervios que lo invadió al pensar en ello—. Muy
probablemente...Intentarán algo en mi contra solo para obligar a Kook a hacer
lo que ellos quieran.
—Pueden intentarlo —dijo el alfa sin apartar la mirada de su esposo, que
también volvió a mirarlo—. Pero jamás lograrán conseguirlo. Esos tenlo por
seguro, amor.
—Kook...
—Bueno, parejita intelectual —llamó la atención Jimin—. Seguimos aquí,
¿Saben?
Taehyung se disculpó avergonzado por haberse olvidado un momento de los
otros dos, y luego el pelirosa cambió de tema para que no continuara con esa
preocupación ante sus dudas sobre los rebeldes a futuro. Por su parte,
Jungkook solo se quedó pensando en todo eso, ya planeando distintas cosas
que hacer para prevenir muchos escenarios en los que su esposo estaba en
peligro.
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¿Me extrañaron? Yo sí 🤧
El día había terminado finalmente. Pero Taehyung sabía que era un día
demasiado especial como para simplemente ir a dormir sin más luego de un
día bastante cansado.
—Ya puedes irte a descansar, Lucy —dijo el omega luego de entregarle el
cuenco con la infusión anticonceptiva—. Hoy fue un largo día. Muchas gracias
por todo.
La mujer tomó el objeto ya vacío e hizo una reverencia junto con una leve
sonrisa.
—Le diría que tenga buenas noches, alteza, pero no creo que el rey Jungkook
le deje descansar mucho —dijo ella con algo de diversión.
El omega no tardó sentir sus mejillas arder ante sus palabras, pero no pudo
negar aquello porque él también creía eso. Y mentiría descaradamente si
dijera que no quería que ocurriera. Por eso se había tomado la infusión y se
había puesto bonito —o sexi como le llamaba Gahyeon cada que le daba un
pijama nuevo para impresionar a su esposo— y esperaba a que regresara de
adelantar un poco de trabajo.
Solo esperaba que no se quedara mucho tiempo porque el día de por sí ya fue
agotador, y no quería que desde el primer día se esforzara demasiado por su
cuenta.
—Hasta mañana, alteza —dijo la mujer desde la puerta.
—Descansa, Lucy —le respondió desde su lugar.
La puerta se cerró detrás de la mujer, y Taehyung suspiró volviendo a mirarse
al espejo. Confiando en que Jungkook tardaría al menos una hora en regresar,
de quitó su bata de seda dorada y la dejó sobre el tocador para observar una
vez más su figura frente al espejo de éste.
—¿L-Le gustará a Kook? —preguntó para sí mismo mientras pasaba su mano
por los bordados de su prenda.
Le gustaba mucho, pero no estaba seguro de si al Kook también. Gahyeon le
aseguraba que el alfa iba a lanzarse a él en cuanto lo viera porque estaba tan
enamorado que hasta con una sábana lo vería precioso. Pero el omega creía
que si ya lo había visto con esas prendas entonces ya no habría nada que lo
"sorprenda".
Suspiró y se acercó un poco más al espejo para observar su rostro. El golpe de
la madre de Jungkook ya no se notaba, y eso le alegraba mucho porque creía
que se veía muy mal con éste, aunque su alfa le dijera que aún con eso seguía
viéndose igual de hermoso que siempre.
El sonido de la puerta abrirse de forma abrupta y luego cerrarse con fuerza
hizo que se asustara y diera un pequeño salto y automáticamente llevara sus
brazos a su pecho para cubrirse. Pero al voltear un poco y ver de quién se
trataba, se calmó.
—Kook, regresaste antes... —por un momento se olvidó de cómo estaba
vestido, pero lo recordó cuando la intensa mirada azul de su alfa recorrió su
cuerpo como si fuera un pedazo de pan y llevara días sin comer—. ¿K-Kook?
El alfa puro se acercó a él con pasos firmes, y cuando lo tuvo frente a él
Taehyung se dio cuenta de que no se trataba exactamente de su Jungkook,
sino de su lobo. Había llegado su celo, y el omega se sorprendió bastante de
que fuera a esas horas, porque desde que lo conoce siempre llegaba por la
mañana.
—Omega... —gruñó el alfa acercándose más a él, causando que el menor
apoyara ambas manos en el tocador detrás suyo.
—¿Sí, Kook? —preguntó mirándolo con una leve sonrisa, porque por alguna
razón el lobo de su esposo le causaba mucha ternura. Aunque su fuerte aroma
a excitación lo estaba poniendo de igual forma.
El alfa baja la mirada para admirar lo bello y sexi que se ve, gruñendo por lo
mucho que comenzaba a molestarle su notable erección qur solo aumentó al
ver a su amado. Sus manos estuvieron por sostener la cintura de su omega,
pero luego apartó sus manos y miró al otro a los ojos con ojos suplicantes.
Taehyung al notar que nuevamente le estaba pidiendo permiso para tocarlo,
solo pudo sonreirle con ternura, y fue él quien llevó sus manos al rostro de su
alfa para que se acercara aún más. Le dio un beso esquimal que hizo gruñir
gustoso al alfa.
—Kook, quiero hacerte el amor —dijo con algo de vergüenza, pero sabiendo
que el lobo de su alfa necesitaba escuchar que estaba de acuerdo con lo que
quería hacerle—. ¿Puedo?
El alfa asintió varias veces, y lo último que necesitó para finalmente poner las
manos encima de su amado, fue sentir los labios de éste sobre los suyos.
Taehyung soltó un leve gemido de sorpresa cuando el mayor lo abrazó por los
muslos y lo alzó para llevarlo hacia la cama. Lo dejó sobre ésta, y de inclinó
apoyando su peso en ambas manos.
El omega lo miró algo confundido porque simplemente se quedó de esa
forma, observándolo como si quisiera que le mostrara algo. El alfa notó eso, y
entonces habló dejando en claro lo que quería.
—Quiero verte... —gruñó.
El omega no supo a qué se refería, pero cuando los ojos del alfa se posaron en
su anatomía, entendió lo que quería. Con la vergüenza en toda su cara, se
arodilló sobre la cama separando un poco las piernas, y sus manos fueron del
bordado de su pijama hasta el de arriba, donde tomó una de las tiras y
comenzó a jugar con ella.
—¿Te gusta como se ve? —preguntó ladeando un poco la cabeza.
El alfa asintió de inmediato sin quitarle la mirada de encima, cosa que hizo reír
leve al omega, y lo animó a seguir. Se volteó para que observara la parte
descubierta de su espalda y trasero que dejaba ver su ropa interior, y volteó el
rostro lo suficiente para verlo.
—No estaba seguro de si iba a gustarte... —dijo acariciando sus brazos solo
porque no sabía exactamente que hacer con ellos—. Creo que es un poco
demasiado revelador, ¿Tú qué opinas?
El alfa asintió varias veces delineando con su mirada toda la espalda y el
trasero de su amado. Era tan perfecto, tan precioso y tan etéreo que
simplemente no podía creer que fuera su omega. Que fuera suyo.
Se acercó un poco para comenzar a tirar de los finos cordones que hacían un
moño, y poco a poco, luego los quitó de la prenda por completo dejando su
espalda a la vista casi por completo. Solo quedó la unión de las tiras, pero esas
ya las quitaría luego.
Acercó sus labios a la piel expuesta del omega, la cual comenzó a lamer desde
abajo hacia arriba siguiendo el camino de su columna. El omega arqueó la
espalda en consecuencia, y un escalofrío lo recorrió todo el cuerpo cuando
sintió la dura y gran erección de su alfa restregarse de forma lenta pero
profunda en su trasero.
Comenzó a presionarlos levemente con su dedo índice y pulgar, sacándole
leves gemidos al menor que no callaba porque sabía que al alfa le gustaba
escucharlo. Podía sentir la dura erección de su alfa contra su trasero cuando
se inclinó un poco más, y a su vez se movió contra ésta queriendo sentirlo
también.
Jungkook gruñó más fuerte cuando sintió su erección ser estimulada por
sobre la ropa, y rápidamente se separó para quitarse su camisa rompiendo los
botones, para luego quitarse el pantalón de algodón que iba a utilizar como
pijama. Taehyung volteó a verlo y tembló al ver que su mirada era tan intensa
que podía notarse que estaba desesperado por tomarlo, y al bajar la mirada
hacia su entrepierna, terminó de confirmarlo.
Su pene estaba totalmente erecto; pegado a su abdomen, sus venas
totalmente marcadas, y la iluminación del lugar gracias a los veladores de cera
dejaba ver en la punta un poco de líquido preseminal. El omega se mordió el
labio inferior y se volteó para poder quitarse su braguita bajo la feroz mirada
del alfa.
Abrió sus piernas lo suficiente como para que el mayor tuviera una vista clara
de su entrada ya bastante lubricada y levantó su pijama hasta su ombligo, lo
que automáticamente hizo al alfa volver a subirse a la cama para colocarse
sobre él. La manera en la que sostuvo las muñecas de omega y las subió para
sostenerlas a ambas con una sola mano mientras la otra buscaba ingresar en
el anillo de músculos de su amado, le dejó en claro a éste que su alfa estaba
desesperado por hacerle el amor de una buena vez.
Junto sus labios al mismo tiempo que su dedo corazón entró en él, y
Taehyung solo pudo cerrar los ojos y abrir mucho más sus piernas para
sentirlo mejor. El beso era igual de desesperado que su apuro; cuando juntó
sus lenguas hizo lo que quiso con la del menor, la mordió leve, la chupó y
lamió a gusto, recorría cada centímetro de su cavidad bucal haciendo que
Taehyung se sintiera algo mareado ante el intenso beso y los movimientos
profundos dentro de sí.
Solo pasó un minuto cuando los labios del mayor le permitieron volver a
respirar, pero su cuello fue atacado por mordidas y chupones en cada lado,
mientras el alfa ingresaba también su dedo índice para hacer embestidas más
rápidas con su mano que daban justo en ese punto que hacía delirar al omega.
Gemir el nombre de su esposo y cerrar los ojos ante el placer era lo único que
Taehyung podía hacer en ese momento.
—Mnhg...K-Kook, quiero... —intentó decirle que quería que le metiera todo el
pene una vez porque no soportaba más, pero con palabras más románticas.
Lamentablemente no pudo hacerlo porque Jungkook volvió a besarlo con
intensidad, pero afortunadamente también alineó su pene necesitado de la
calidez y estrechez del interior de su omega, por lo que ingresó con un
movimiento rápido luego de ingresar con cuidado la punta. El grito de placer
que Taehyung soltó contra los labios ajenos fácilmente podría haber llamado
la atención de los guardias fuera, pero gracias a que el azabache parecía no
querer dejar de besarlo eso no pasó.
Las piernas del menor temblaron un poco ante el placer de tener la gran
erección de su alfa hasta el fondo, y a pesar de ser la primera vez que el mayor
es tan brusco en el sexo desde un comienzo, le gustó bastante.
El alfa nuevamente lo dejó respirar cuando notó que respiraba rápidamente
en busca de aire mientras le comía la boca, y fue el momento perfecto para
comenzar a moverse no de forma lenta, sino rápida y tan profunda que el
sonido de choques de pieles podía fácilmente confundirse con una bofetada
en su trasero. Gruñó totalmente excitado por lo apretado y caliente que se
sentía el interior de su amado, pero también por sus expresiones de puro
placer en ese rostro tan inocente y tentador de corromper.
Quiso volver a besarlo luego de unos minutos, pero el omega no estaba lo
suficientemente consciente como para corresponderle con la misma
intensidad, por lo que abandonó esa tarea y fue directo a morder sus hombros
y chupar sus clavículas aumentando un poco más la velocidad de su
embestidas.
El omega solo podía llorar debido a tanto placer. No podía ni siquiera
pronunciar el nombre de diminutivo del mayor, solo podía gemir de forma
vergonzosa a alta voz. Estaba tan perdido en esa ola de placer, que cuando el
alfa soltó sus manos para llevar sus pantorrillas sobre sus hombros para más
velocidad, las dejó allí sin poder moverlas.
Solo se escuchaba el choque de pieles; el sonido chicloso que hacía el pene
del alfa al entrar y salir gracias al lubricante natural del omega, los gemidos
casi gritos de placer del menor y los gruñidos excitados del alfa. Los aromas de
ambos estaban tan fuertes que seguramente no se irían de todo el lugar luego
de días, y sus lobos enloquecidos seguramente estarían felices luego de esto
durante semanas.
Los gemidos del omega se hicieron más agudos cuando estuvo a punto de
correrse, y el alfa pareció darse cuenta de ello, por lo que dejó caer sus piernas
a cada lado nuevamente para acercarse y volver a jugar con sus labios como
tanto le gustaba. Cuando sintió las paredes internas de su esposo apretar su
pene de forma tan deliciosa, y el gemido tan alto que fue acallado por su boca,
supo que finalmente el omega había llegado al clímax.
La forma en la que su pene era envuelto y presionado un poco más, hizo que
no tardara más de un minuto en correrse, y lo hizo volviendo a remarcar su
lazo en el cuello de su amado, que lo abrazó al darse cuenta de que sus manos
estaban libres, y respiraba con dificultad. El nudo apareció haciendo que el
alfa detuviera todos sus movimientos para no dañar a su omega, y volvió a
incorporarse un poco para poder mirar a su esposo a los ojos.
Taehyung también lo miró con una leve sonrisa cuando notó que él también
estaba sonriendole.
—Celo intenso, eeh... —dijo el omega luego de calmarse un poco—. Me gusta.
El alfa acerco sus labios a su rostro y comenzó a besar cada parte de éste.
Apartó su cabello húmedo por el sudor de su frente y también dio tiernos
besos mientras el nudo bajaba. Taehyung solo se dejó hacer, acariciando el
cabello húmedo del azabache y sus hombros.
Veinte minutos pasaron y el alfa salió con cuidado para reincorporarse, y sus
ojos azules comenzaron a verse nuevamente salvajes cuando observó como
sus propios fluidos salían mezclados con los del omega de su entrada. Su pene
volvió a despertar, y le sonrió landino al peligris que al darse cuenta de eso
tragó duro sabiendo que quizás no serían solo una ronda más.
—¿K-Kook? —preguntó confundido cuando el alfa sostuvo sus hombros y lo
empujaba levemente hacia un lado—. ¿Qué?
—En cuatro —demandó el alfa con un gruñido firme que hizo estremecer y
obedecer de inmediato al omega.
Cuando el mayor apoyó su pene en la entrada contraria, Taehyung volteó un
poco el rostro para preguntarle algo, pero sus palabras salieron como un
gemido de sorpresa cuando el alfa volvió a penetrarlo de un solo movimiento.
—K-Kook, espe-espera —el alfa sostuvo sus caderas y comenzó a penetrarlo de
la misma forma que antes—. ¡Santa luna! N-No...
No pero sí, porque desde el primer movimiento logró dar con ese punto dulce
que hizo al omega tener que apoyar medio rostro sobre el colchón porque sus
brazos perdieron fuerza de un momento a otro ante la ola de placer.
Y esa noche fue una larga, larga noche. Por que Jungkook parecía reiniciarse y
no agotarse luego de que cada nudo se deshiciera. Pero por su lado Taehyung
simplemente pudo descansar cuando se quedó dormido luego de que otro
nudo se formara en su interior, y al parecer el alfa le dio su merecido descanso
y decidió también dormirse por ahora.
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Al día siguiente. Habitación de los reyes.
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—¡Aah! K-Kook...
Taehyung mantenía su frente apoyada sobre el hombro al descubierto de su
esposo, al cual estaba montando en el sofá individual de la habitación,
mientras esté chupaba y lamía sus pezones a gusto.
Ya estaba casi sin energías nuevamente, por lo que sus auto penetraciones se
volvieron más lentas, y el azabache al notar eso decidió ayudarlo y sostuvo su
caderas a la vez que él levantaba las suyas para continuar con los
movimientos placenteros.
Literalmente solo se habían detenido cuando durmieron unas escasas cinco
horas, porque luego el alfa despertó al omega ingresando su lengua en su
entrada aprovechando que se encontraba boca abajo durmiendo y acabaron
haciéndolo una vez más, y cuando Taehyung tuvo que regañarlo y decirle que
necesitaban desayunar, un baño y luego almorzar, y volver a beber la infusión
anticonceptiva si quería continuar.
Ahora tendrían que darse otro baño para luego merendar. Y Taehyung debía
de rogarle a la diosa luna para que los ojos de su espoos volvieran a la
normalidad o en serio no iba a poder levantarse durante días. Y es que no
podía decirle que no porque sabía que lo necesitaba o iba a sufrir, y además
también terminaba disfrutándolo de igual forma.
Pero aquí el único que terminaría con dolor en todo su cuerpo luego de ésto
era él, y eso era tan injusto.
Su clímax casi opaca el dolor placentero del nudo formándose en su interior, y
finalmente se dejó caer agotado sobre su esposo. Éste último lo abrazó
mientras limpiaba su marca remarcada, y luego se dedicó a olfatear su aroma
y acariciar la espalda del omega que comenzaba a dormirse.
—¿Cuando va a...Terminar tu celo, Kook? —se quejó el peligris con voz débil
debido al cansancio—. No puedo más...
El alfa solo le dio un beso en su mejilla y dijo:
—Mío.
—Parece que se volvió tu palabra favorita...Porque no dices otra cosa —
bromeó el omega.
—Mi omega.
—Sí, Kook. Tú omega —respondió acomodándose en el hombro ajeno para
finalmente dejar que el sueño se apodere de él.
Quince minutoa después el nudo bajó, y el alfa salió con cuidado del interior
de su omega. Lo cargó con cuidado y lo recostó en la cama para luego hacerlo
él a su lado. Lo atrajo hacia él y también se dispuso a dormir porque si su
amado necesitaba descansar entonces iba a esperar a que volviera a tener
energías suficientes para continuar.
Pero lamentablemente para el lobo insaciable, su parte humana volvió a
tomar el control dos horas después.
Observó a su esposo entre sus brazos, y cuando los recuerdos llegaron a él
poco a poco, se sintió mal por haberlo hecho cansar de esa manera. Aunque la
felicidad no se la quitaba nadie tampoco, porque siempre disfrutaba de
hacerle el amor a su espoos hasta que no el quedara voz con la que gemir ni
fuerzas para abrir los ojos, pero esta vez su lobo fue un poco brusco y eso le
causaba cierto temor de que se vuelva peor con el tiempo.
Miró por la ventana y notó que el sol daba exactamente en dirección a que
debían de ser pasado el mediodía, seguramente la hora de la merienda.
Decidió levantarse e ir a pedir que les hicieran algo, e iba a preparar el baño
para ambos.
Antes de irse decidió colocarle una bata a su amado junto con su ropa interior
para que no tuviera ni un poco de frío, y lo cubrió con una de las finas sábanas
que necesitarían ser lavadas luego. Taehyung estaba tan dormido que ni se
mosqueó por su tacto, y finalmente el alfa le dio un beso en su frente antes de
alejarse y salir de la habitación.
Cerró la puerta detrás suyo y dejó a su esposo descansar un poco más antes
de tener que despertarlo.
Un minuto después de que el alfa abandonara la habitación, una soga se dejó
ver fuera de la ventana que daba al balcón, y de ésta bajó un hombre con la
cabeza y el rostro cubierto. Observó por fuera si en verdad solo se encontraba
el omega allí como había logrado escuchar desde la habitación vacía del piso
de arriba, y sonrió malicioso cuando lo confirmó.
Ingresó a la habitación abriendo el gran ventanal de madera y vidrio, y caminó
hacia la puerta para ponerle seguro. Se volteó a ver la figura del omega debajo
de esa fina sábana, y se acercó arrugando la nariz.
—Apesta al maldito de Jeon caliente... —gruñó por lo bajo, molesto al saber
que había tenido sexo con el omega hace solo un par de horas, que fue cuando
pudo ingresar a la habitación de arriba con la "ayuda" del omega sirviente que
tenía bajo amenaza—. Yo también quiero.
Se acercó con pasos silencioso hasta quedar parado a un lado de la cama, y se
inclinó para tomar el borde de la sábana para comenzar a quitarla poco a
poco. La figura perfecta del omega plácidamente dormido pudo verse incluso
con esa bata de color dorado que le llegaba a las rodillas, y el alfa puro se
relamió los labios totalmente tentado por probarlo.
—Apesta y está marcado por el infeliz de Jeon... —se quejó una vez más, y su
mano viajó una de las piernas del omega que estaba boca arriba con una
mano a un lado de su rostro y otra sobre su estómago—. Pero yo también
puedo marcarte, mi tentación...
Acarició la parte delantera de su pantorrilla, y subió lento pero firme hasta
llegar debajo de la tela, donde llegó a su cadera, donde acarició la seda de su
ropa interior.
Lo tenía por completo a su merced, podía finalmente tocarlo como quería.
Solo eso por ahora, o quizás haga algo más si el tiempo le da y el omega no
despierta a tiempo.
😶
G.GG
•|♔| Cincuenta y ocho |♔| •
El alfa puro escaneó el rostro del omega mientras su otra mano comenzaba a
quitar la atadura de la bata de seda dorada. Las facciones perfectas del omega
hacían que todo en él se encendiera al pensar en cómo serían sus expresiones
asustadas mientras lo tocaba sin su consentimiento.
—Eres tan precioso...Un omega como los que me gustan —murmuró junto con
una sonrisa tétrica, y terminó de desatar su bata—. No eres para Jeon...Eres
como yo, vienes de abajo... —abrió la bata dejando a la vista la anatomía del
omega, y sonrió con lujuria—. Sí...Sí, tal y como lo imaginé tantas veces.
Acercó su rostro a la piel expuesta del torso contrario para olfatearlo,
intentando concentrarse en el aroma del omega y no en el del alfa Jeon que
tanto destestaba. Riendo bajo al imaginarse distintos escenarios en los que
probaba ese cuerpo tan perfecto que podía maltratarse de tantas formas
distintas, una de sus manos comenzaron a acariciar la cara interna de sus
muslos descubieros mientras la otra comenzó a acariciar la suave y cálida piel
de su torso.
Acercó sus labios a los del omega que seguía profundamente dormido, y lo
besó como si fuera correspondido.
En ese momento el omega abrió los ojos de golpe, pero no se trataba de
Taehyung en sí, sino de su lobo. Los orbes dorados miraron con rechazo al alfa
que estaba abusando de sus labios, y de inmediato apartó su rostro del
contrario mientras intentaba quitárselo de encima con la poca fuerza que
poseía su cuerpo en ese momento.
—¡No eres mi alfa! —gritó quejándose mientras seguía removiendose para
intentar alejar las manos contrarias de su cuerpo que lo tocaban en todos
ladoa de forma brusca—. ¡Déjame!
Comenzó a llamar a su alfa a través del lazo, desesperado, asustado y
asqueado por sentir las manos de otra persona sobre su cuerpo. No podía
hacer nada más que seguir intentando removerse para liberarse de su agarre,
sin conseguir absolutamente nada porque la fuerza de ese alfa era demasiada.
—Cállate, cállate, cállate —repitió el alfa una y otra vez mientras seguía
tocándolo y lamiendo su cuello de manera repulsiva para el menor.
—¡No! ¡No, no me toques! —gritó el omega regresando a su color de ojos
natural, y con él el miedo y la desesperación ante la situación, sintiendo su
cuello doler ante la opresión de la mano contraria—. ¡D-Déjame!
Taehyung solo podía llorar mientras escuchaba a los guardias de fuera
golpear la puerta para tirarla abajo al ver que ésta estaba cerrada con seguro.
El alfa que estaba abusando el pobre omega se dio cuenta de que no tenía
más tiempo y entonces lo soltó luego de besarlo a la fuerza una vez más.
Antes de que lo soltara, la puerta literalmente salió disparada hasta quedan
en el balcón, y un muy furioso Jungkook apareció con la respiración agitada
debido a la preocupación de lo que le estuviera pasando a su amado.
Y al ver a un tipo desconocido sobre su esposo, que estaba con su cuerpo
expuesto y llorando totalmente aterrado sin poder quitárselo de
encima...Simplemente enloqueció.
Un gruñido estruendoso, fuerte y totalmente enfadado se escuchó tal vez en
todo el castillo. Los ojos del rey se volvieron de un azul intenso, y corrió para
abalanzarse sobre el tipo que a penas y pudo evitar que lo golpeara
directamente en el rostro.
De igual forma logró lanzarlo al suelo y luego rodar ambos hasta chocar con el
placard. Taehyung mientras tanto buscaba cubrirse nuevamente con su bata
mientras se hacía bolita en una de las esquinas de la cama, cerrando los ojos
con fuerza ante el miedo. Los guardias ingresaron seguido del rey alfa, y se
inmediato buscaron poner a salvo al rey omega.
Así que mientras Jungkook peleaba con el alfa desconocido de una manera
salvaje y violenta, estos intentaron sacar al omega de la habitación pero éste
se negaba a que lo tocaran.
—¡Llamen a Lucy! —pidió entonces uno de los guardias, mientras se colocaban
alrededor del omega para cubrirlo de los otros alfas salvajes.
Jungkook estaba más furioso que un volcan activo, y eso lo hizo sobrepasar
por mucho la fuerza del alfa desconocido, que al notar la gran desventaja
intentó correr hacia la ventana y huir. Llegó hasta el balcón luego de mucho
esfuerzo y golpes recibidos, pero no alcanzó ni a tocar la soga cuando el rey se
abalanzó hacia él y lo sostuvo literalmente haciendo que ambos caigan hacia
el césped del jardín.
—¡Alteza! —llamaron los guardias asustados, y dos de ellos se acercaron al
balcón para comprobar el estado de su rey.
Taehyung al escucharlos abrió los ojos un momento, y a través de su vista algo
borrosa debido al llanto notó que su esposo y el desconocido ya no estaban
en la habitación. Antes de que pudiera seguir pensando en eso, escuchó la voz
preocupada de Lucy acercarse.
—¡Alteza, ¿Se encuentra bien?! —preguntó la mujer acercándose para intentar
abrazarlo.
Taehyung al ver sus manos acercarse a él entró en pánico y negó intentando
alejarse más aunque no pudiera debido a que ya estaba pegado al respaldo de
la cama. Apretó aún más el agarre de su bata que cubría todo su cuerpo, y
comenzó a llorar asustado una vez más cuando el recuerdo de las manos de
ese desconocido volvieron a su mente, sintiendo en tacto desagradable
nuevamente en cada parte de su cuerpo.
—¡No me toques! ¡No me toques! —Lucy se detuvo de inmediato y lo miró con
preocupación—. ¡Déjame! ¡No me toques! ¡No me toques!
—¿Dónde está el rey? —preguntó la mujer luego de unos segundos en los que
no supo que hacer para calmar al omega.
—Saltó por el balcón junto con el intruso —respondió uno de los guardias.
—¿¡Qué!?
Dos pisos abajo, de pie sobre uno de los caminos de piedras lisas, Jungkook se
puso de pie con la tela que cubría el rostro y cabeza del desconocido en su
mano derecha. Observó al intruso con una mirada oscura y totalmente fría. El
intruso había quedado completamente inconsciente luego de que Jungkook
los hiciera caer amortiguando todo el peso sobre éste, que se golpeó la cabeza
contra las piedras, quedando así completamente inconsciente.
Ahora su rostro estaba al descubierto, y el rey comenzó a reír
escandalosamente sin dejar de verlo.
—Choi Minho, ¿Cómo pudiste hacerle esto a tu rey? ¿Eh? —preguntó sonando
divertido, luego su expresión cambió rotundamente a una mucho más
molesta—. ¿Cómo te atreviste a poner tus sucias manos sobre su esposo?
Sin contenerse ni siquiera un poco, comenzó a darle patadas en todo su
cuerpo, y una con demasiada fuerza en su cabeza, logrando hacerle una
herida lo suficientemente grave como para que comenzara a sangrar y tardara
a aún más en despertar.
En ese momento llegaron varios guardias, y detrás de ellos una muy
preocupada Lucy por el estado de su rey luego de haber saltado del balcón.
—¡Alteza! —gritó ella acercándose a él—. Alteza, su esposo...
Paró en seco cuando bajó la mirada hacia la persona en el suelo, a la cual
Jungkook estaba pisando su cabeza de lado con una expresión de puro
enfado, y la sangre se le heló.
—A-Alteza...
—Te advertí que si no controlabas a tu hijo, no iba a volver a perdonarlo —
habló Jungkook sin dejar de mirar al alfa puro debajo suyo—. ¿No crees que es
un malagradecido, Lucy? Sé que eres una buena mujer y que trataste de
criarlo de la mejor forma posible, pero al parecer ya estaba destinado a ser un
bastardo condenado a morir. Es una lástima.
—A-alteza...E-Es mi hijo... —dijo ella totalmente shockeada al ver a su hijo en
ese estado, y sobre todo sin poder creer que se tratara de la persona que atacó
al rey Taehyung.
—Siempre supe que me odiaba. No me tenía envidia, sino que me odiaba por
alguna razón que va más allá de la simple envidia por mi poder o lo que yo
pudiera hacer con él —dijo el azabache, y les hizo una señal a los guardias para
que se acercaran—. Será tan placentero preguntarle la razón mientras lo mato
poco a poco.
Ante la mención de que su hijo iba a ser asesinado por el hombre al que le juró
lealtad, la mujer simplemente no lo soportó y se desmayó siendo sostenida
por uno de los guardias que estaba detrás suyo. Uno de ellos se acercó al rey
par comunicarle sobre el estado de su esposo.
—Alteza, su alteza Taehyung no sale de un ataque de pánico y no dejó que ni
siquiera Lucy se acercara —informó—. Gahyeon se quedó con él, pero no deja
que se le acerquen.
Ante la mención de su esposo, Jungkook volvió a poner su mente en fresco y
de inmediato volteó para regresar a su habitación.
—Llevenlo a una de las celdas para alfas puros —ordenó a los guardias.
Esta vez iba a acabar con uno de sus mayores problemas, y no le iba a
importar si se trataba de alguien importante para Lucy. Las manos no le iban a
temblar a la hora de torturaron.
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El rey Jeon envió a llamar a todos los guardias del castillo al salón principal, y
todos sabían que aquello no era algo bueno. Temblaban porque ocurrió lo
peor que puso haber ocurrido para hacer que el alfa puro se molestara.
—¿Alguien puede decirme cómo es que un intruso pudo meterse a mi castillo,
a mí habitación con mi esposo en ella? —preguntó Jungkook sentado desde
su trono, con su esposo sentado en su regazo mientras acariciaba su cabello
húmedo—. ¿Puede alguien responder a eso?
El omega no quiso alejarse de él ni un segundo y seguramente tampoco
querría hacerlo en los próximos días, por lo que se encontraban de aquella
manera mientras el alfa puro hablaba con los guardias.
Ninguno de los betas y alfas presentes se animaban a mirarlo a los ojos, y
mucho menos a responderle. Pasaron unos diez segundos en completo
silencio, y entonces el rey volvió a hablar.
—¿Nadie puede responder a eso? —preguntó una vez más, y al no responder
perdió la paciencia—. ¿Al menos pueden responder de quién es la culpa? ¿O
tengo que responder a eso yo mismo?
—¡E-Es nuestra culpa, alteza! —respondió una guardia alfa.
—Exactamente. Es su culpa lo que le ocurrió a mi esposo —su mirada se
endureció—. ¡Solo deben de vigilar que absolutamente nadie ingrese al
castillo y mucho menos que se acerque a mi esposo! ¡Y eso exactamente lo
que ocurrió —gruñó totalmente enfadado, causando que todos comenzaran a
temblar sabiendo que algo malo les venía.
Taehyung apretó el agarre en su camisa al mismo tiempo que se encogía en su
lugar debido a los gritos de su esposo. No estaba asustado, Jungkook jamás le
causaba ese sentimiento, sino que simplemente no le gustaban los gritos en
sí, y tampoco ver a su esposo alterado.
El alfa puro suspiró obligándose a calmarse para no molestar a su esposo, y
volvió a acariciar los mechones plateados de su amado, calmandolo.
—¿De que sirve que llene éste castillo de guardias si ninguno de ustedes va a
hacer su trabajo de forma correcta? —preguntó nuevamente con ese tono
severo y algo alto—. Ninguno de ustedes hizo algo para impedir lo ocurrido, y
estoy seguro de que saben las consecuencias de eso, ¿Cierto?
Ninguno respondió, y nuevamente el azabache intentó contener las ganas de
gritarles.
—Debería de cortarles la cabeza a todos, a cada uno de ustedes por
incompetentes e inútiles que no pueden hacer bien la única cosa de deben
hacer. Y agradezcan que nada peor le ocurrió, o de lo contrario también
pagarían todas sus familias por su error —dijo sin perder ni un poco del enfado
que le generaba el recordar lo ocurrido—. Pero deben de agradecer que mi
esposo no es como yo, y él si cree en las segundas oportunidades para
aquellas personas que cree que las merecen.
Una luz de esperanza se instaló en los corazones de los guardias, y levantaron
la mirada para ver a ambos reyes.
—Les daré otra oportunidad de hacer su trabajo correctamente —levantó el
dedo índice de su mano libre—. Solo una oportunidad, y solo porque mi
esposo así lo quiso. Pero sepan desde ya, que si algo como esto vuelve a
ocurrir, no habrá otra oportunidad incluso si él vuelve a pedirlo, ¿Entienden
eso?
—¡Sí alteza! ¡Muchas gracias! —respondieron todos al únisono.
—Dicho esto, pueden volver a sus puestos —dijo el rey dando por terminado
su aviso—. Desaparezcan de mi vista antes de que cambie de opinión.
—¡Sí, alteza! —volvieron a responder todos al mismo tiempo.
Todos se retiraron a pasos apresurados, dejando a ambos solos en el gran
salón. Jungkook soltó un suspiro cansado, y Taehyung solo permaneció en su
lugar cerrando los ojos antes las caricias del mayor en su cabello.
—Es Minho —soltó el alfa puro.
El omega abrió los ojos y lo miró confundido.
—¿Minho? ¿El hijo el Lucy? —preguntó curioso, haciendo una mueca al
recordar que no le agradaba ese alfa por alguna razón la primera vez que lo
vio—. ¿Qué pasa con él?
Jungkook lo miró a los ojos, serio.
—El intruso, y el tipo que me hirió el día del ataque.
Taehyung abrió los ojos totalmente shockeado, asustado, asqueado, pero
sobre todo incrédulo. Luego, algo sobrepuso a todas esas cosas, y solo pudo
pensar en una sola persona: Lucy.
•|♔| Cincuenta y nueve |♔| •
Los sirvientes tenían una casa propia de un piso a unos cien metros del
castillo, en el que habían habitaciones compartidas; los omegas con los
omegas, y los betas con los betas. Para evitar problemas con los celos de los
primeros estaban separados de esta manera, y también habían habitaciones
especiales para que los omegas en celo pasaran sus días allí.
Lucy había sido llevaba allí cuando cayó desmayada, y cuando Taehyung se
enteró de que su abusador se trataba de su hijo, quiso verla y hablar con ella.
No podía imaginarse cómo se sentiría la mujer ante toda esta situación.
Fueron con Jungkook a esa casa, ya que el omega le había pedido que lo
acompañara porque no se sentía seguro estando solo, y el alfa obviamente no
se negó a ello.
Antes de abrir la puerta de la habitación que lucy compartía con otros dos
compañeros de trabajo, el alfa puro volteó a ver a su esposo e hizo que le
prestara atención.
—Amor, sé que tu corazón es lo suficientemente bondadoso y grande como
para perdonar muchas cosas, pero Minho va a morir aunque Lucy me suplique
de rodillas durante semanas, y si ni siquiera si tú me lo pides voy a detenerme
—dijo totalmente en serio—. Yo haré todo lo que me pidas, pero no algo como
esto por más que te ame, porque él es la clase persona que no se merece ni un
poco de compasión, ¿Lo entiendes?
Taehyung apretó los labios y asintió con pesar.
—No iba a pedir algo como eso de todas formas... —respondió sincero—. P-
Pero quiero mucho a Lucy, y quiero al menos intentar calmar el dolor
emocional que debe de estar sintiendo...Porque a pesar de todo, ella lo ama
como a su hijo.
—Él no merece a alguien como ella —dijo con algo de molestia—. Tuvo a una
mujer cariñosa y atenta que intentó criarlo lo mejor posible a pesar de sus
obligaciones, pero no la valoró como debería...Mi madre fue una mierda como
tal, y no por eso yo también lo soy.
Taehyung no pudo evitar sentir pena por su esposo al escucharlo decir
aquello, ya que sabía que él hubiera querido a una madre como Lucy, pero
lamentablemente no tuvo esa suerte. Y tiene razón, porque toda su vida vivió
sin esa clase de cariño de su familia y con muy pocos amigos, pero no por eso
es una mala persona.
—No la merece —concordó el omega.
Éste último apretó el agarre de su mano unida a la de su esposo, y entonces
ingresaron a la habitación donde solo se encontraba la anciana ya que los
demás estaban haciendo las tareas del castillo. Ella estaba recostada en la que
al parecer era su cama, con su puño en el pecho y su otra mano sostenía un
pañuelo blanco sobre sus labios mientras lloraba en silencio.
Los reyes se acercaron a ella, pero permanecieron parados a un lado. Cuando
el omega quiso hablar, ella se le adelantó.
—Lo siento, alteza... —dijo ella con todo el pesar en cada palabra—. Lo
lamento tanto...
—¿Por qué te dusculpas tú, Lucy? —preguntó Taehyung sintien su corazón
doler al ver a la mujer así—. Tú no hiciste nada malo...
—A-Algo debí de hacer mal... —dijo ella mirando al techo, negando ante sus
propias palabras—. No sé que hice mal...¿En qué fallé? Cuando lo adopté, mi
hijo no era así...M-Mi niño no...¿Por qué lo hizo?
—No es tu culpa que él sea una basura de persona, Lucy —dijo Jungkook sin
filtros en sus palabras—. Tú eres una buena mujer, y yo mismo fui testigo de lo
buena madre que siempre has sido con él. Simplemente hay personas que
eligen hacer cosas malas estando rodeados de personas buenas.
—Lo siento —repitió ella conteniendo el llanto—. N-No puedo...evitar sentir
que en parte es mi culpa, porque ahora me doy cuenta de que él...él no
regresó por m-mí —dijo dejando notar su dolor en sus palabras—. No entiendo
bien que era lo que quería hacer, y ta-tampoco quiero saberlo...No quiero
saberlo.
Hubo un silencio de algunos segundos en los que los reyes no sabían que
decirle, y tampoco creían que debían de hacer algún comentario realmente.
—No lo haré, altezas... —dijo ella aún sin mirarlos, suspirando hondo—.
No...No pediré piedad o que perdonen la vida de mi hijo...
Decir que eso no sorprendió al matrimonio sería una gran mentira. Ambos se
miraron un momento, luego volvieron a mirar a la mujer.
—Lo que hizo es imperdonable...Ya sea a su alteza o a cualquier otra persona,
eso...E-Eso es simplemente imperdonable —dijo intentando no volver a
llorar—. Ha hecho lo peor de todos los males. Verlo a usted en ese estado,
alteza —dijo volteando a ver al omega—. R-Realmente me dolió.
Ante el recuerdo, Taehyung volvió a cubrirse el pecho con ambas manos, en
un acto inconsciente que el alfa notó y odió, odió a muerte la razón de la
misma. El omega, además de todas aquellos sentimientos espantosos, sentía
vergüenza cuando los otros lo miraban con pena, porque sabían lo que le
hicieron y le daba vergüenza en el peor de los sentidos.
Quería llorar.
—K-Kook... —llamó cuando sintió que el aire comenzaba a faltarle, y sostuvo
su brazo con ambas manos—. Me siento mal...
El alfa conectó su mirada con la de su amado, y al ver puro miedo y
desesperación en sus preciosos orbes grises, sintió su corazón romperse en
mil pedazos nuevamente. Pensó en una forma de calmar su miedo y dolor
mientras lo estrechó en sus brazos, y algo pasó por su cabeza que estaba
seguro de que iba a hacerlo sentir mejor.
—No te preocupes, amor —dijo besando sus cabellos sin dejar de acariciar su
espalda—. Yo calmaré todos sus dolores, y haré desaparecer todos tus miedos.
Te lo juro.
Y Taehyung confiaba en eso, porque él era el único que podría lograr aquello.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
El suave canto de los pájaros lograba calmar el corazón de cualquiera, y el rey
omega no era una excepción. Jungkook lo llevó al jardín oeste, más
específicamente donde se encontraban las flores de aciano, y se sentó en el
césped mirando hacia éstas.
—¿Está bien que estemos aquí, Kook? —preguntó Taehyung tomando asiento
entre las piernas de su esposo cuando esté le dejó un espacio para ello.
—Estoy contigo, amor —respondió con seguridad. Rodeó la cintura del menor
con sus brazos, y apoyó su barbilla sobre el hombro derecho, donde dejó un
pequeño beso sobre su marca—. Cualquier lugar será seguro para ti mientras
esté contigo.
El omega sonrió, y asintió totalmente de acuerdo con sus palabras. Ladeó un
poco su cabeza dejándole más espacio e incitando a que le diera más besos en
esa zona.
—Amor, cuéntame alguna anécdota de cuando eras pequeño —pidió el alfa
acariciando con la punta de su nariz su lazo, deleitándose con el aroma más
dulce de su amado al estar de mejor ánimo—. Me has contado algunas, pero
me gustaría escuchar más.
Taehyung abrió los ojos, y observó las flores de aciano frente a ellos. Comenzó
a recordar algunas cosas de su infancia, y eligió una que venía junto con una
confesión al olfatear el aroma de su alfa.
—Desde que era pequeño hasta que me presenté como omega, siempre me
gustaron los días de lluvia —comenzó a contar mientras jugaba
distraidamente con la alianza de su esposo—. No la lluvia en sí, porque los
truenos me daban miedo, sino que me gustaba cuando dejaba de llover
porque se formaban charcos de lodo...
Jungkook volvió a apoyar su barbilla sobre su hombro para escucharlo con
atención, también observando las flores de un azul intenso.
—Me gustaba jugar en los charcos de lodo; saltaba sobre ellos, hacía pequeñas
montañas de tierra o también fingía hacer pasteles o muñecos sin forma con
éstos mismos, les agregaba algunas hojas caídas o piedras pequeñas para
decorarlos —contaba feliz al recordar aquellos momentos—. A veces también
me acompañaba un pequeño perrito que tenía como mascota llamada Kibum,
y ambos terminábamos llenos de lodo, y mamá tenía que ducharnos a ambos.
—En mi mente, la imagen de ti de pequeño jugando en el lodo con un perrito
es extremadamente adorable —dijo el azabache meciendo levemente a
ambos de un lado a otro.
Taehyung soltó una pequeña risa ante su cumplido, luego volteó su rostro
levemente para poder mirarlo con las mejillas algo sonrojadas ante lo que le
diría.
—La primera vez que sentí tu aroma, recordé esos días y lo amé desde el
primer momento porque también es mi aroma favorito —dijo acercándose a
su cuello para poder sentirlo también—. Tierra mojada...No podía ser más
perfecto para mí.
La felicidad que le causó sus palabras era inmensurable, haciendo que una
gran y preciosa sonrisa adornara sus labios. Tanto el alfa puro como su lobo,
querían gritar solo de felicidad ante las palabras de su omega.
El mayor buscó la mano derecha de su esposo, y la alzó a la altura de su
mirada para mirar su alianza, haciendo que el omega hiciera lo mismo con
curiosidad.
—Sabes, amor. Yo envié a que hicieran esta alianza una semana después de
que te vi por primera vez —admitió sorprendiendo al omega por el dato—. En
mi cabeza solo estaba la imagen de ese precioso omega sentado a un lado de
las flores que ahora están frente a nosotros. Entonces tomé papel y una
pluma, y dibujé el boceto de éste anillo tomando como referencia esa flor que
adornó su belleza aquel día.
Taehyung observó su alianza, y luego a las flores consecutivamente. Había un
sentimiento muy bonito que nacía del significado de las flores que al parecer
tenían para ambos, pero otra parte estaba muy curiosa.
—¿Por qué lo hiciste tan pronto? —preguntó volviendo a mirarlo—. Quiero
decir, ¿Tan seguro estabas de que en un futuro podrías poner esta alianza en
mi dedo?
Jungkook le sonrió coqueto.
—Amor, siempre hago lo necesario para conseguir lo que quiero, ¿Crees que
no iba a hacer lo que sea para que eso ocurriera? —preguntó con aires de
grandeza—. Tú no eras un capricho, eras alguien a quien podía imaginar a mi
lado hasta mis últimos días.
—A esta altura y sabiendo que armaste un plan malvado de cuatro años para
obligarme a casarme contigo, si lo creo —respondió sin sonar molesto o
resentido por ello, luego sus mejillas volvieron a colorearse de carmín—. ¿Y si
al final cuando me conocieras no te gustaba mi personalidad? ¿Y si era una
persona cruel? ¿Cómo podías estar seguro de que sería de tu agrado más allá
de llamar tu atención de forma superficial?
—¿Crees que solo tu innegable belleza fue lo que me enamoró de ti la primera
vez que te vi? —preguntó el alfa con algo de diversión, y antes de seguir se
acercó para robarle un pequeño besos en sus labios—. Cuando te vi, mi lobo
pudo sentir al tuyo incluso desde tanta distancia porque claramente no es
como el de los alfas normales —comenzó a explicar—. Mi lobo es experto en
sentir el alma de las personas a través de sus lobos, y si se enamoró de ti fue
porque pudo notar que eras exactamente una persona perfecta con todas las
características que siempre he buscado en alguien con ideas románticas.
Taehyung no pudo evitar sonrojarse violentamente por eso, pero tampoco el
sonreír tímido y cohibido por sus palabras que hacían feliz también a su lobo.
—Además, cuando tu madre apareció buscándote, tú lo primero que hiciste
fue abandonar tu tan agradable lectura para ir donde ella y regañarla por el
sobre esfuerzo debido a su enfermedad —continuó explicando—. Demostraste
ser una persona empatica y amable, y al hablar del príncipe Jimin con tanto
cariño era una clara evidencia de que si tenías una buena relación con alguien
de la realeza era porque también debías de ser una persona que incluso los de
mayor estatus quisieran.
—Pero, las personas de la realeza en su mayoría no me quieren —recordó con
algo de pesar.
—Ellos no importan, son gente que no se quieren ni a si mismos —respondió
simple—. Además, Yoongi me enviaba cartas cada mes contándome cosas que
averiguaba sobre ti —agregó con una sonrisa traviesa—. Espero no te moleste,
amor.
Taehyung abrió su boca levemente ante la sorpresa, luego frunció el ceño de
manera adorable a ojos del mayor. Cuando iba a quejarse, éste último no le
permitió hacerlo porque lo besó varias veces, dando pequeños besitos que le
causaban risa porque el menor quería regañarlo pero no se lo permitía.
Al final el omega simplemente terminó suspirando y acabó dejando que el alfa
besara todo su rostro a gusto. Sonrió luego de unos largos segundos cuando
Jungkook apoyó su frente sobre la suya, y llevó una de sus manos a una de las
mejillas contrarias.
—Gracias, Kook... —agradeció abriendo sus ojos para mirarlo.
—De nada, mi amor. Pero, ¿Por qué me agradeces? —preguntó curioso.
—Por amarme y hacer que te ame.
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Esa madrugada. Calabozo del castillo.
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Jungkook no lo soportaba más, necesitaba descargar algo de la ira que no
pudo liberar durante el día.
Esperó a que su esposo se durmiera, y luego salió de la habitación para
caminar directo al salón donde se guardaban algunas herramientas y algo de
armamento que se utilizaban especialmente para torturar a los prisioneros.
Eligió un par de cosas, y las llevó consigo hasta las celdas especiales para alfas
puros, donde ahora observaba al causante de tanto dolor y miedo a su esposo.
Minho estaba desnudo y atado con cadenas de acero grueso en sus pies,
muñecas y cuello. Se encontraba casi colgado desde el techo, solo podía
apoyar la mitad de sus pies en el suelo, y sus brazos se estiraban lo suficiente
como para hacer que sus brazos dolieran.
—Despiertalo —ordenó al guardia al que mandó a buscar algo en específico;
un balde con agua lo suficientemente caliente como para causarle
quemaduras leves pero dolorosas, que le ayudarían a causarle aún más dolor
cuando maltratara su piel.
El guardia alfa tomó en balde de madera y le lanzó en agua empapando todo
su cuerpo, haciendo que el prisionero despertara y comenzara a soltar
gruñidos molestos por el ardor de su piel.
—Buenas noches, Minho —dijo el rey a un metro de distancia del otro—.
¿Dormiste bien? Espero que sí, porque a partir de ahora no te dejaré
descansar.
El alfa puro se dio cuenta en ese momento de su situación, y de que Jeon ya
sabía de su identidad. En vez de asustarse, comenzó a reír como un
desquiciado.
—¡Imbecil! ¡Fue tan fácil ingresar a tu castillo supuesta impenetrable, solo
tuve que abusar de uno de tus empleados y amenazarlo con matarlo para que
me hiciera ingresar a escondidas! —dijo con orgullo, como si lo que hubiera
hecho fuera una de las mejores y más intelectuales cosas para lograr un
objetivo—. ¿Y sabes que fue incluso más fácil? Entrar a tu habitación y poder
disfrutar un poco del omega tan exquisitamente abusable.
Jungkook lo miró con tanto odio en su mirada, que Minho por un momento
vaciló en si seguir molestandolo. El rey se acercó a él, manteniendo sus manos
detrás de su espalda, y bajó la mirada hacia su piel entojecida, buscando un
lugar donde comenzar con su diversión.
—¿Sabes que será aún más fácil? —preguntó Jungkook levantando la mirada
para verlo—. Causarte dolor.
Acto seguido, sacó de detrás de su espalda una de sus manos, la cual sostenía
un látigo con clavos afilados en la punta, los cuales eran largos y estaban
levemente curveados. No se lo pensó mucho, y de un fuerte y rápido
movimiento, clavó cada uno de ellos en la parte izquierda de las costillas del
prisionero, para luego tirar del látigo con la misma fuerza y rasgar su piel hasta
casi arrancarla.
Minho soltó un grito de dolor ante el dolor y el ardor que eran dobles debido a
la sensibilidad de su piel debido al agua caliente.
—¿Disfrutaste de abusar de mi esposo? —preguntó el azabache, y volvió a
clavar los clavos, pero esta vez en la parte trasera de sus pantorrillas—.
¿Disfrutaste verlo asustado? —cortó la zona sacando otro grito de dolor de
parte del prisionero.
—¡Sí! ¡No sabes lo placentero que fue abusar de su boca mientras lloraba!
¡Cuando lo manoseaba y me pedía que me aleje! —gritó Minho ante el enfado
y el dolor, ante el odio que le tenía al hombre frente a él—. Debiste verlo, como
intentaba apartarme pero no podía. Temblaba de miedo y lloraba ante el
rechazo de sus manos mientras tocaba su trasero —comenzó a reír
desquiciado—. ¡No me toques! Decía una y otra vez, y yo solo pasaba mi
lengua por su piel.
Jungkook apretó los puños y la mandíbula de pura ira y odio, y comenzó a
repetir los latigazos una y otra vez; en su pecho, en su espalda, en sus piernas,
en todas las zonas en las que no pudiera dañarlo lo suficiente como para que
se desangrara y muriera. Porque no iba a morir de esa forma, sino como él lo
decidiera.
Eran tantas heridas las que le causó, que todo su cuerpo estaba teñido del
color carmín de su sangre casi goteando.
—Golpeen sus heridas —les ordenó a los guardias que observaban todo sin
inmutarse, ya acostumbrados a presenciar este tipo de cosas con los
prisioneros—. Lo suficientemente fuerte para que duela, pero no para hacer
que se desmaye del dolor.
Cuatro guardias comenzaron a golpear al alfa puro, que solo podía gruñirles y
gritar de dolor, mientras que otro salió en busca de algo que el rey le pidió.
Pasaron dos minutos dandole puñetazos y patadas, incluso escupiendo en su
rostro a pedido del alfa puro. Cuando el otro guardia regresó con lo pedido
por su alteza, éste tomó el balde lleno de tierra.
—Muévase —ordenó.
Los guardias hicieron lo pedido, y cuando Minho volvió a quedar a su vista,
Jungkook le lanzó la tierra en todo su cuerpo y heridas. El prisionero tosió al
haber tragado algo de tierra, y no pudo abrir los ojos por completo porque
también se le había metido en sus ojos, y ardían junto con sus heridas.
—Tus heridas van a infectarse por no ser limpiadas, y va a dolerte como nunca
antes —dijo Jungkook acercándose a él con el segundo objeto en sus manos.
Era un artefacto de acero que se colocaba en su cabeza y cuello, que tenía una
punta filosa justo en medio, en la zona de la barbilla. Estiró los cabellos del
otro alfa puro para hacer que levantara su cabeza, y cuando logró colocar el
artefacto de forma correcta, sonrió malicioso.
—Si bajas la cabeza, te clavas esto en tu maldita garganta, y mueres
desangrándote de manera lenta y tortuosa —dijo, y finalmente soltó su
cabeza, haciendo que el otro bajara un poco su cabeza, pero volvió a
levantarla al sentir un filo cortar un poco de la piel de esa zona—. Pero, si no,
vendré en la mañana y te lo quitaré para que podamos seguir charlando,
¿Entiendes?
—Muerete, maldito Jeon —dijo Minho con algo de dificultad debido a la
posición de su cabeza—. Voy a salir de aquí, voy a abusar de tu esposo como
con ese patético sirviente, y luego voy a matarte en frente de él.
—Primero intenta escapar, y luego sueña —respondió Jungkook volteando
para abandonar la celda.
Se sentía muchísimo mejor luego de esto.
Antes de regresar con su amado esposo iba a tomar un baño, ya que no quería
recostarse a su lado y abrazarlo estando manchado de sangre, tierra y el olor
del acero en sus manos.
Mañana volvería a maltratarlo si es que no se mataba debido al artefacto de
tortura, o seguiría con su madre. Aún no lo decidía.
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Tres horas después, los líderes/representantes del pueblo de cada reino llegó
uno tras otro, y todos eran guiados hasta el despacho del rey alfa, donde al
ingresar se encontraban con ambos reyes.
El matrimonio gobernante estaba sentado en la punta de la mesa larga; el alfa
puro se encontraba bebiendo de una de sus tazas de té tranquilamente, con
una de sus manos sosteniendo la cintura contraria, mientras el rey omega se
encontraba sentado en su regazo de lado, observando unos papeles en sus
manos con suma atención.
Ambos parecían estar vestidos a juego por sus colores, lo que les daba, junto
con esas expresiones serias y tranquilas, un aura intimidante para todos los
presentes de la junta.
—Entonces, ¿Me están diciendo que las quejas de los ciudadanos del reino
topacio son solo dos? —preguntó Jungkook luego de todo lo que el
representante/lider de tal reino les dijeran las demandas y quejas sobre la
producción y comercialización de sus materias primas y productos
especializados—. ¿No le parecen muy pocas? ¿O se está omitiendo algunas?
La mirada del rey estaba fija sobre el representante de los reyes Jun del reino
Topacio, una mirada sería y fría. Era difícil para el hombre de mediana edad
mantenerle la mirada al igual que sus palabras.
—Bueno, son las que sus altezas Jun categorizaron como importantes —
respondió el hombre.
—El tiempo de entrega de alimentos perecederos y el número de soldados
activos —habló Taehyung leyendo el documento en donde se podían leer las
quejas y pedidos para resolver esos problemas con ayuda de su reino—. Es
extraño. Absolutamente todos los reinos, incluyendo a éste, reciben cientos de
quejas entre todos los ciudadanos tratando distintos temas, y en cada uno de
ellos... —levantó la mirada de los papeles en sus manos hacia el hombre—.
Ninguno de los principales problemas sin una solución permanente falta
jamás.
—Bueno, quizás usted no sepa mucho sobre eso, pero-
—¿No me está escuchando? —preguntó el omega interrumpiendo sus
palabras, con tranquilidad y una ceja alzada—. Si le estoy hablando al
respecto, es porque es un hecho que comprendo a la perfección y estoy al
tanto del tema en todos sus aspectos. No hablo de lo que no sé, así que no
crea que sabe más que yo cuando hablo, ¿De acuerdo?
El hombre, beta, tensó su mandíbula y bajó la mirada apartando la suya.
—Entendido, alteza. Una disculpa.
—Que no vuelva a repetirse —habló Jungkook luego de dar un sorbo a su té, y
miró a todos los presentes—. Va para todos.
—Sí, alteza —respondieron todos al únisono.
Taehyung dejó los papeles sobre la mesa, y tomó su propia taza de té de
menta.
—Es extraño que todos los líderes hasta ahora nos trajeron quejas iguales en
tres de cada diez, y ustedes solo tienen problemas mínimos que no necesitan
una solución urgente —continuó Taehyung, y sopló un poco la bebida en su
taza, manteniendo la mirada sobre el hombre de antes—. ¿En verdad los
impuestos, la mala calidad del agua y ganado, la seguridad en sus calles y el
trabajo disponible no son un problema en su reino?
—Siendo ese el caso, no veo el por qué vaya tenido que venir a hablar con
nosotros por algo que, fácilmente pueden resolver los reyes Jun —continuó
Jungkook al punto de su esposo, dándole un pequeño tiempo para que
bebiera de su té—. Vuelvo a preguntar ¿En verdad solo son esas quejas sobre
el gobierno en el reino topacio?
El hombre carraspeó apartando la mirada del alfa puro, incapaz de sostenerle
la mirada y temeroso que que éste se molestara por estar mirando demasiado
tiempo a su esposo.
—C-Como ya les dije, altezas. Mis reyes solo me notificaron de éstas
problemáticas, y desconozco si hay otras que no se me han sido notificadas —
respondió el hombre casi escondiendo su nerviosismo.
Pero Jungkook podía ver más allá de lo que el tipo quería que viera.
—El año pasado las quejas no eran tan pocas. Quizás deberíamos ir a visitar el
reino y preguntarle a los ciudadanos y esos son los problemas que más les
preocupan, ¿No crees, amor? —preguntó el alfa dejando la taza sobre la mesa
para apoyar su palma libre sobre uno de los muslos de su esposo—. Quizás los
reyes Jun no prestan demasiada atención al pedido del pueblo.
El hombre al escuchar aquello pareció tensarse, más no dijo absolutamente
nada.
—Lo que yo creo que es imposible, es que solo hayan dos quejas tan poco
problemáticas en ese reino, cuando en éste aquellas cuestiones no son un
problema —respondió Taehyung volviendo a mirar al hombre—. El tamaño del
reino topacio es el segundo más pequeño de todos, por lo que el tiempo de
entrega de los alimentos perecederos no debería de ser un problema sino una
de sus mayores ventajas por sobre los otros. El número de soldados es el
adecuado teniendo en cuenta la población y tamaño de las tierras que deben
de proteger, e incluso me atrevería a decir que es más lo que necesitarían en
caso de algún ataque terrorista o de rebeldes.
—Su reino no es lo suficientemente peligroso para otros como para aumentar
el número de soldados —continuó el rey Jungkook—. El número de soldados
se presta o aumenta cuando se crea una batalla importante, y yo no estoy
enterado de que alguno haya hecho una declaración de guerra contra ustedes,
¿O me equivoco?
—B-Bueno, desconozco detalles como esos... —respondió el hombre sin volver
a mirarlos.
—Al parecer sus reyes también —dijo el azabache sin quitarle la mirada de
encima—. No parecen estar al tanto de lo que ocurre con su gente en sus
propias tierras, y al parecer están paranoicos con un posible enfrentamiento,
¿Es ese un actuar de alguien que gobierna? ¿Tú que opinas, amor?
—Creo que están un poco desequilibrados con el cambio de reinado —dijo
Taehyung, y volteó a ver a su esposo—. ¿Será que creen que vamos a dejar
pasar cosas solo porque a penas y comenzamos nuestro reinado?
—Puede ser. O quizás nos están poniendo a prueba.
—Esa razón parece tener más sentido —volteó a ver a todos, y se inclinó para
apoyar su barbilla sobre su mano al apoyar el codo en la mesa—. ¿Realmente
creen que es una buena idea? Bueno, deben de creerlo si solo ven a un rey y su
esposo hijo de una sirvienta.
—Si quieren ponernos a prueba, vamos a darles el gusto de sacarse la duda —
respondió Jungkook tomando los papeles de las quejas y demandas del reino
topacio, y las hizo una bola para luego lanzarla al suelo
despreocupadamente—. Tomaremos esas quejas como falsas, y tendrán una
represalia por hacernos perder nuestro tiempo y tomar esto como un juego en
donde intentan vernos las caras.
—Lo considero un acto de ofensa hacia mi persona, lo que me permite
también tomar alguna represalia contra los reyes Jun —dijo el omega sin
perder la calma en ningún momento—. Odio que no se tomen en serio sus
responsabilidades y en consecuencia hagan que nuestro trabajo se vuelva
algo sin sentido para sus burlescas peticiones.
—P-Pero, alteza. Mis reyes no tenían esa intención, les puedo asegurar que
esto solo es algo que creyeron que-
—Representas a tu pueblo y eres la voz que los conecta con los reyes, pides
por y para ellos —continuó Taehyung sin querer escuchar excusas estúpidas—.
Ese es tu trabajo. Y ahora no lo estás cumpliendo si lo estás tomando en serio
como deberías. Es una falta de respeto no solo hacia su pueblo sino a los otros
representantes que sí llevan a cabo su trabajo de forma adecuada —tomó su
taza y bebió los últimos dos sorbos de té antes de volver a mirarlo y hablarle—.
Ni mi esposo ni yo soportamos a los incompetentes.
—A-Alteza, no se trata de esto, yo-
—Te quitamos el cargo de representante del reino topacio —dijo el alfa puro
sin una pizca de pena—. Gracias por tu trabajo, aunque mal llevado a cabo. No
te preocupes, alguien más responsable y que no se traicione a su pueblo por
unas monedas de más va a ocupar tu lugar.
El hombre palideció, y miró con pura desesperación al alfa.
—No puede, no puede hacerme esto. Yo-
—Terminamos contigo y el reino topacio —dijo Jungkook cortando las
palabras del hombre—. ¿Quién sigue? —les preguntó a los demás presentes—.
Espero que algo como lo de recién no se repita en los demás reinos. Confío en
que no todos se toman su trabajo como algo sin mucha importancia, y que
nadie quiere tener el mismo destino que el señor Lim —dijo refiriéndose al
hombre de recién, que había quedado en una especie de shock sin poder
contradecirlos o negarse.
—Recuerden —dijo el omega levantando su dedo índice—. Nos gustan las
personas responsables y competentes en su trabajo. Actúen de esa manera, y
no tendremos que tomar estas medidas y molestias, ¿Entendido?
—Sí, alteza —respondieron todos al únisono.
La tensión en los hombres se triplicó luego de lo ocurrido con el ahora ex
representante Lim, y muchos comenzaron a temer ante la forma que tenían
los reyes Jeon de tratar esos tipos de temas. Les asustaba ahora el tener que
mentir a pedido de sus respectivos reyes, y que ambos se dieran cuenta como
lo hicieron con Lim.
Sin dudas, los reyes Jeon eran de temer e imposibles de engañar.
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Cuatro cuatro horas después.
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Kyungmin 💔
G.GG
•|♔| Sesenta y uno |♔| •
Kyungmin se dirigió al despacho del rey en cuanto logró calmarse del ataque
de pánico que le provocó el recordar al hijo de Lucy, y fue con una idea clara
sobre lo que ocurriría.
El rey Jungkook iba a matarlo. Y él estaba completamente de acuerdo con
recibir ese castigo, porque según él, lo merecía.
El rey Jeon Jungkook le había dado la posibilidad de trabajar en el castillo
cuando la jefa de cocina Minji se lo pidió luego de que él fuera cada día a pedir
comida al lugar, y el rey Taehyung había sido muy amable y generoso con él,
lo trataba como a un igual y lo defendió de la princesa de plata. Les había
jurado completa lealtad y los había traicionado solo por miedo.
Su alteza Taehyung casi es atacado igual que lo fue él, y de solo pensar que
pudo haber sufrido de esa manera por su culpa, lo hizo sentirse la peor
persona del mundo.
Había sido un cobarde, pero ahora daría la cara y enfrentaría lo que le
correspondía por haber hecho lo que hizo.
Llegó al despacho de su alteza, y suspiró ignorando el temblor de todo sus
cuerpo. Tocó para que se le diera permiso de ingresar, y cuando escuchó la
imponente voz de su alteza Jungkook pronunciar un "adelante", ingresó con
la mirada baja porque no creía tener el derecho de mirarlo a los ojos.
Ambos reyes estaban dentro, sentados en uno de los dos sofás grandes de la
habitación. Cuando el omega ingresó y cerró la puerta detrás suyo,
permanecieron en silencio durante algunos segundos, hasta que el primero en
hablar fue el alfa puro.
—Acércate —pidió.
Kyungmin lo hizo, sin levantar la mirada en ningún momento.
—Minho nos ha dicho absolutamente todo —dijo Jungkook con un tono de voz
serio, sin quitarle la mirada de encima—. ¿Es cierto?
No necesitaba explicar a qué se refería con todo, porque el pequeño omega
sabía perfectamente a qué se refería. La tensión en su cuerpo junto con esos
leves temblores confirmaban todo sin que tuviera que responder.
Taehyung se puso de pie sin soportar un segundos más de ver al pequeño
omega de esa forma, y se acercó para atraerlo en un abrazo que desconcertó
por completo a Kyungmin. Se quedó totalmente de piedra, y solo pudo volver
a reaccionar cuando escuchó los sollozos de su alteza y sintió el leve temblor
en su cuerpo.
—L-Lo siento —dijo el rey omega aún sin soltarlo—. Es nuestra culpa que ese
m-monstruo te haya hecho aquello...E-Esto no debería de ocurrir y menos
dentro del castillo que les debe de brindar seguridad.
Kyungmin estaba totalmente confundido, no sabía de qué manera reaccionar.
Pero lo que si sabía, era a lo que se refería con esas palabras. Minho les había
dicho lo que le hizo, y eso solo causó que se sintiera totalmente avergonzado
de lo ocurrido.
Los recuerdos de esa mañana vinieron a él una vez más, y le fue imposible no
romper a llorar totalmente asustado y extrañamente contenido en los brazos
de su alteza por primera vez desde lo ocurrido. No le había contado nada a
absolutamente nadie por tres razones; el alfa puro lo había amenazado con
volver a hacerlo y luego matarlo, porque le daba vergüenza, y porque se
trataba del hijo de una mujer maravillosa que iba a destrozarse si se daba
cuenta de que el hijo que ella amaba y creía que también lo hacía en realidad
era una persona horrible que solo la utilizaba para meterse al castillo para
hacerles cosas malas a los reyes.
—Esta bien. Ahora estás a salvo —dijo Taehyung acariciando el cabello del
pequeño omega que lloraba correspondiendo al abrazo de forma
desesperada—. Ya no puede volver a hacerte daño, o hacérselo a alguien más.
—Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento —repetía una y otra vez, sintiendo
que las palabras no eran suficientes pero de igual forma debía de decirlas.
Así duraron poco más de veinte minutos, hasta que el pequeño Kyungmin se
calmó y a pedido del rey Taehyung ahora se encontraba medio recostado en el
sofá, con su cabeza descansando en el regazo del omega peligris mientras éste
le acariciaba el cabello.
Era un escenario del que seguramente muchos querrían ser protagonistas, y
que él no creía merecer porque su alteza era como un dios al que nadie
excepto su alteza Jungkook era digno de si quiera tocar. Se sentía
absolutamente afortunado, y a la misma vez como si estuviera haciendo algo
prohibido.
Les contó todo lo ocurrido con Minho, sin dejar de repetir entre frases que lo
sentía en verdad, y que su miedo no era justificación para permitir sus actos
desleales.
—El dijo q-que...solo quería revisar en busca de algo valioso que robar, p-por
eso lo hice ingresar a esa habitación a través del carro donde llevamos la ropa
sucia a lavar —explicó aún sintiendo un nudo en su garganta—. Si hubiera
sabido que haría eso en contra de su alteza, yo no lo habría hecho aunque
volviera a abusar de mí...P-Pero lo hice, y usted-
—Nada de lo que ocurrió es tu culpa, Kyungmin —dijo el rey omega sin dejar
de acariciar sus hebras—. Él único que tiene que ser castigado por lo ocurrido
es él. Y lo está haciendo, mi esposo se encarga de eso. Tú solo eres una víctima
en todo esto, y lo único que podemos hacer es regañarte por no habernos
contado lo ocurrido para que hicieramos algo al respecto.
—N-No podía hacerlo...
—Ya sea porque te amenazó, por vergüenza o por Lucy, debiste de decírnoslo
y nosotros nos encargaríamos de todo —volvió a regañar con el mismo tono
dulce y calmado—. Ustedes trabajan para nosotros, y es nuestro deber
mantenerlos a salvo. No son simples sirvientes, son nuestros empleados,
humanos, y merecen mínimamente que su lugar de trabajo sea seguro. Si eso
te ocurrió fue porque algo estamos haciendo mal a la hora de establecer la
seguridad de nuestro castillo.
—¿En donde ocurrió? —preguntó Jungkook hablando por primera vez luego
de unos minutos.
—E-En el pequeño almacén donde guardamos las frutas... —respondió
cerrando los ojos ante el recuerdo de como todo sucedió tan rápido—. Fui a
guardar las últimas frutas...Por eso nadie más pasó por allí en ese momento...
—Pondremos guardias en el área de los almacenes entonces —finalizó
Jungkook.
—Alteza... —llamó al omega mayor volteando un poco el rostro para poder
verlo—. Yo merezco un castigo, porque-
—No te vamos a castigar, Kyungmin —cortó Taehyung también mirándolo. Le
sonrió y negó—. Ya sufriste demasiado. Ahora solo descansa, nosotros no te
guardamos ningún tipo de rencor u odio. No te preocupes por otra cosa que
superar aquello y sanar, ¿De acuerdo?
Kyungmin estaba frente a un angel. Uno que juró servir con su vida aunque
tenga que arriesgar la suya, justo en ese momento en el que su rey lo miraba
sin ningún tipo de remordimiento.
—Kyungmin —llamó Jungkook con un tono de voz que no era frío o muy serio,
pero de alguna forma hizo que un escalofrío le recorriera la espalda al
pequeño omega, que volteó a verlo cuando lo nombró—. ¿Te gustan los
perros?
—¿Eh? —Kyungmin no entendió la razón de esa pregunta, pero respondió
igualmente—. S-Sí, alteza.
Jungkook asintió lento, para luego ponerse de pie. Acomodó su saco y le dió
una mirada a su esposo comunicándole con ésta lo que haría a continuación.
—¿Y si vamos a tomar una taza de té, Kyungmin? —preguntó Taehyung
palmeando leve el hombro ajeno—. Escuché que Minji hizo un pastel delicioso
de frutos secos.
El alfa se acercó a su esposo para darle un dulce beso en sus labios antes de
mirarlo una vez más. El omega asintió, y el mayor acarició su mejilla antes de
abandonar la habitación junto con ellos, pero tomando un camino distintos a
los omegas.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Por la tarde, la celda de Choi Minho fue abierta nuevamente. Le habían
quitado el collar con daga hace una hora, cuando el rey alfa pidió que lo
hicieran.
Jungkook se había quitado el saco y se colocó guantes de cuero para no
ensuciarse las manos. El prisionero estaba despierto, y al escucharlo entrar
levantó la mirada oara conectarla con la suya, y a pesar de su estado tan
patético y herido, le sonrió altanero.
—Estaba esperando a que tu esposo viniera a visitarme, a ti ya me cansé de
verte —dijo Minho soltando una risa al final.
—¿Te gustan los perros? —preguntó el rey ignorando aquél comentario
respecto a su esposo.
—Los odio. Son demasiado escandalosos y sucios —respondió sin preguntarse
el por qué de esa pregunta.
—Perfecto.
El azabache chasqueó los dedos, y un hombre de edad avanzada con un
maletín ingresó a la celda, sin inmutarse por el estado del prisionero ya que se
esperaba algo como aquello conociendo la forma de torturar que el rey Jeon
poseía. El hombre, al parecer doctor, abrió su maletín en el suelo y comenzó a
preparar las herramientas e infusiones que utilizaría.
—¿Y eso? ¿Vas a curarme? —preguntó el prisionero con burla—. Aún no me
rompiste tanto como para necesitar atención médica, ¿Te has vuelto blando?
—Estoy por romperte de la forma en la que más va a dolerte, y como no quiero
que mueras aún luego de eso, es que mi médico personal está aquí —
respondió Jungkook, y luego volteó a ver a uno de sus guardias—. Traigan a
Robin.
El guardia asintió y salió de allí en busca de Robin. Otro de ellos llegó con dos
baldes de agua fría, los cuales sin necesidad de la orden del rey, fueron
echados al prisionero para quitar la tierra y sangre seca de su cuerpo. No
porque quisieran limpiarlo, sino que necesitaban que estuviera limpio para lo
que venía.
Minho comenzó a tiritar de frío más no hizo absolutamente ningún quejido de
dolor por sus heridas que ni siquiera habían empezado a sanar ya que se las
hizo la noche anterior.
—Mi esposo le tiene mucho cariño a la persona de la que abusaste en nuestro
propio castillo —dijo Jungkook cuando escuchó los gruñidos de su compañero
de torturas acercarse—. Y eso solo hace que me enoje el doble por lo que le
has hecho a uno de mis sirvientes ¿Sabes lo que les hacemos a las personas
que se aprovechan de los omegas o betas de esa manera?
Un ladrido detrás del azabache hizo que Minho bajara la mirada y notara que
el tal Robin era un perro; un precioso rottweiler adulto que no dejaba de mirar
al prisionero como si fuera su mayor enemigo. Jungkook se puso de cuclillas
al lado del can, y acarició su cabeza sin quitarle la mirada al prisionero.
—Saluda a Robin. Es mi compañero de torturas, y está entrenado con un solo
propósito —apuntó a la entrepierna del otro alfa puro, y sonrió malicioso—.
Castigar a los abusadores. Es su deporte favorito ¿No es precioso?
Minho abrió los ojos totalmente aterrado al saber que era lo que iba a
ocurrirle. Comenzó a gritar maldiciones y a moverse desesperado queriendo
soltarse, solo causando que sus heridas volvieran a sangrar y doler. Jungkook
le dio un beso sobre su cabeza al can, y se puso de pie para acto seguido,
silbar para darle permiso a Robin para atacar.
El can se abalanzó hacia él con ferocidad, yendo directamente a su
entrepierna para comenzar a morder e intentar arrancar su pene y testículos
con una fuerza propia de un animal de su raza. Minho gritaba casi
desgarrandose la garganta, moviéndose inútilmente en un intento por alejarse
del animal, solo logrando que éste mordiera con más fuerza. Lloraba, pero aún
así no pedía que Jungkook lo detuviera, porque incluso en ese estado no iba a
pedirle absolutamente nada.
Jungkook solo pudo sonreír de forma tétrica, deleitándose con la imagen
frente a él, porque el sufrimiento de la gente que merece pagar era de sus
cosas favoritas. El hecho de que éste hombre halla dañado a su esposo y a su
personal, lo hacia disfrutarlo aún más.
Todos iban a pagar por atreverse a dañar a su amado de una forma u otra, y la
siguiente era la mujer que lo trajo al mundo, pero jamás intentó ganarse su
amor.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Esa noche. Habitación de los reyes.
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Luego de un largo día para ambos reyes, finalmente podían descansar. Bueno,
al menos Taehyung, porque Jungkook aún tenía una tarea pendiente.
—¿No vas a acostarte? —preguntó el omega terminando de secar el cabello de
su esposo, que se dio una ducha luego de él porque estaba charlando con los
entrenadores de los soldados, ya que comenzó a darles un calentamiento para
lo que se avecinaba en los próximos meses—. Es tarde. Mañana debemos de
levantarnos temprano también.
Jungkook se dejaba hacer mientras acariciaba la seda que vestía su amado
esa noche como pijama.
Se veía demasiado hermoso y eso lo distraía un poco de lo que su amado le
estaba diciendo. Y tenerlo a horcajadas suyo ya le estaba dificultando el no
tirarlo a la cama y hacerlo suyo una vez más.
—No voy a tardar demasiado, amor —tranquilizó. Se abrazó al pecho de éste y
besó sus clavículas—. Tengo que hacer esto ya, para que mañana
comencemos sin más problemas.
—¿Vas a ir donde tu madre? —preguntó sin dejar de secar todo lo posible su
cabello húmedo—. Hoy...
—Hoy dejará de existir —afirmó.
Taehyung no dijo nada sobre eso. Sabía que su esposo no cambiaría de
parecer, y tampoco era como si el quisiera que lo haga, porque aquella mujer
se había ganado su odio cuando se enteró de que nunca en su vida hizo sentir
a Jungkook amado como se lo merecía.
El azabache levantó la mirada para verlo, y le sonrió.
—Tengo un regalo para ti, mi amor —dijo de repente.
Taehyung lo miró también con curiosidad y emoción al saber que era lo que su
esposo quería regalarle esta vez pensando en él. El alfa palmeó leve uno de
sus muslos para pedirle que le deje ir a buscar su regalo. Se puso de pie
dejando a su omega sentado al borde de la cama, y fue hacia uno de los
cajones de una cajonera de madera oscura que estaba a un lado de la puerta.
—Esta vez no quise elegir un accesorio —comentó sacando una pequeña caja
blanca—. Es algo que quiero que uses si quieres cuando yo tenga que irme por
un rato como ahora, para que no me extrañes tanto.
Se arodilló frente a su omega, y apoyó la pequeña caja sobre sus muslos.
Taehyung la tomó entre sus manos y sus ojos brillaron cuando notó lo bonita
que era ésta.
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Jeon Miyeon descansaba en la comodidad de su cama que antes compartía
con su esposo. Cada noche que pasaba, la idea de que su hijo quisiera hacerle
daño iba desapareciendo. Ahora estaba aún más calmada, casi que se sentía
segura.
O de esa forma se sintió hasta que la puerta de su habitación fue abierta de
golpe haciendo que se incorporara en la cama de golpe. Volteó la mirada hacia
la puerta, y se quedó completamente de piedra al notar la figura de su hijo en
el marco de la puerta, con su espada envainada en una de sus manos.
Su hijo no dijo ni una sola palabra cuando sus miradas se cruzaron, solo hizo
un movimiento con su cabeza para que se levantara. La mujer tardó uno
segundos en volver a hacer que su cuerpo reaccionara, pero no podía dejar de
temblar porque el miedo volvió a invadir cada parte de su cuerpo.
Se colocó su bata que le llegaba a sus pantorrillas, y siguió en silencio al
azabache. En los pasillos, los guardias ni siquiera los miraban, era como si
ellos no estuvieran pasando por ahí y eso solo hizo que la mujer tuviera un
peor presentimiento.
Fueron hacia las grandes puertas que daban con el jardín oeste, el más grande
que poseía el castillo. La mujer quería preguntar a dónde iban, pero su voz no
parecía salir, era como si sus cuerdas vocales hubiera desaparecido. Salieron
fuera, y las puertas detrás suyo se cerraron. Todos los guardias que vigilaban
fuera habían ingresado dentro del castillo a pedido del rey alfa hasta que éste
les volviera a ordenar que salieran.
—Quítate las sandalias —ordenó Jungkook mirando a la mujer detrás suyo—. Y
más te vale no decir ni una sola palabra, o será peor para ti.
Ella comenzó a respirar con dificultad, y por un momento pensó en salir
corriendo, pero aunque fuera una alfa su hijo seguía siendo un alfa puro que la
superaba en todos los sentidos y solo lograría hacerlo enfadar. Respiró hondo
dos veces, y luego hizo lo que le pidió. Quedó descalza, y entonces el azabache
caminó hacia ella hasta quedar detrás suyo.
Sin desenvainar su espada, y de un rápido movimiento golpeó con muchísima
fuerza la parte trasera de sus talones, haciendo que la mujer soltara un grito
de dolor y cayera de rodillas al suelo. El dolor que sintió era insoportable,
como si le hubiera quebrado aquella parte.
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Un mes después. Habitación de los reyes.
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Taehyung despertó casi por instinto cuando no sintió el calor de los brazos de
su esposo rodearlo. Se reincorporó y volteó hacia el lugar perteneciente a su
alfa, pero no lo encontró allí.
Frotó sus ojos para quitarle las pequeñas lagañas de éstos, y comenzó a
llamarlo a traves de la marca. No lo hizo para que sintiera que estaba en
peligro, simplemente lo llamó para que viniera.
Un minuto después la puerta se abrió y la figura de su esposo aún con su bata
de color azul oscuro apareció. Se acercó a él con una mano detrás de su
espalda, como si escondiera algo.
—Buenos días, amor —saludó cuando se sentó en la cama a su lado para
dejarle un cariñoso beso en su frente—. ¿Qué sucede?
—Buenos días —saludó de igual forma—. No es nada. Solo...No me gusta
despertar solo —dijo bajando la mirada apenado por sus caprichos—. Lo
siento, ¿Te interrumpí en algo?
Aquello causó extrema ternura al alfa, que negó y se acercó a su cuello para
olfatear su aroma mezclado con el suyo.
—Salí hace unos minutos para buscar algo para ti —dijo tranquilizandolo—.
¿Quieres ver que es?
—¿Un regalo? —preguntó emocionado.
—Algo así —dijo, y dejó a la vista lo que había detrás de su espalda.
Le entregó una caja de unos veinticinco centímetros de largo y unos quince de
alto, y el diseño de la misma hizo al omega sonreír totalmente encantado.
—Qué hermosa —dijo tomando el objeto en sus manos, para admirar cada
detalle de la pintura hecha en ella—. Me encanta. Muchas gracias, Kook.
—No está vacía —comentó el alfa admirando la preciosa sonrisa y mirada
brillante que parecía ser incluso más encantada que cuando le regalaba otras
cosas.
Esa simple caja pintada con sus cosas favoritas le encantaba incluso más que
las joyas que anteriormente le regaló. Aquello le hizo sonreír porque su esposo
era una persona tan sencilla y humilde que cautivaba su corazón de una
manera inexplicable.
—¿No está vacía? —preguntó sorprendido, ya que la caja no pesaba
absolutamente nada.
La abrió, y se encontró con una rosa hecha de papel.
—No te gusta que arranquen flores, así que pedí que hicieran de papel —
explicó el alfa mientras acariciaba su muslo al descubierto debajo de las
sábanas—. Puedes dejar ahí si aceptas mi cortejo, o puedes sacarla si lo
rechazas y te daré una cada día como corresponde para llenarla.
Taehyung lo miró con confusión, pero a la vez su corazón palpitó con rapidez
al darse cuenta de lo que su esposo estaba haciendo.
—¿Quieres...cortejarme? —preguntó aún sin comprender—. Kook, ya estamos
casados —dijo soltando una leve risa.
—Estuve pensando mucho sobre lo que Park dijo aquel día... —comentó
bajando la mirada hacia la rosa de papel dentro de la caja—. Tiene toda la
razón en que merecías que haya hecho las cosas correctamente. Cortejarte de
manera correcta para ganarme tu corazón es algo debía de hacer... —rascó la
parte trasera de su cabeza con pena—. Sé que ya es tarde para esto....Pero si
aceptas, voy a dedicar cada día se éstos treinta a conquistarte como debería
de haberlo hecho antes.
Taehyung se quedó un momento observándolo con un sentimiento cálido en
su pecho y una emoción única junto con una ternura inmensa al ver a su
esposo actuando de forma tan tímida y apenada consigo mismo.
El cortejo funcionaba de esta forma; duraba treinta días, y comenzaba cuando
la persona que quería cortejarte te entregaba una rosa, la cual si aceptabas
estaban dándole el permiso para cortejarte. Cada día al final del mismo, le
dabas el permiso de continuar con el cortejo si aceptabas la siguiente, y así
hasta que; o cumplías los treintas días y aceptabas comenzar con una
relación, o lo rechazabas antes de los treinta días rechazando la rosa al final
del día.
Taehyung tomó la rosa hecha de papel para observar más de cerca. Al
imaginar a su alfa intentando "conquistarlo" como si ya no tuviera su corazón
en sus manos, iba a ser algo tan lindo como divertido, y la idea lo ponía
contento de más porque ¿A quien no le gusta que lo cortejen? Para un omega
aquello era una de las cosas más bonitas y esperadas de toda su vida.
Dejó la rosa en la caja nuevamente, y la cerró.
—De acuerdo —abrazó la caja contra su pecho y le sonrió tímido—. Acepto tu
cortejo, Jeon Jungkook.
El alfa sonrió en grande y se acercó para besarlo, pero el omega se lo impidió
colocando su mano en medio. Jungkook lo miró con una ceja alzada, y
Taehyung solo colocó una expresión de inocencia.
—¿Dónde has visto que un omega acepte un beso en su primer día de cortejo?
—preguntó algo burlón.
Jungkook le sonrió landino y soltó una leve risa.
—¿Así va a ser? —preguntó travieso—. De acuerdo. Tienes razón. Lamento mi
atrevimiento, precioso omega —se puso de pie y le extendió su mano para que
se levantara—. Permíteme comenzar con un desayuno digno de un omega
como tú, precioso.
Taehyung le sonrió en grande con un precioso carmín en sus mejillas, y antes
de tomar su mano dejó la caja con cuidado sobre su mesa de noche. Se puso
de pie con ayuda de su esposo, el cual le tendió su bata del mismo color que
su pijama de color crema que llevaba puesto.
—En menos de una hora voy a tener todo preparado para ti, y me vestiré
decentemente para estar a su altura, alteza —dijo el alfa luego de besar el
dorso de cada una de sus manos—. Voy a esforzarme para conquistarte.
—Estoy emocionado —admitió sin quitar su sonrisa.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al omega le brillaron los ojos, y sonrió porque todo era tan sencillo pero
bonito a la vez que lo hacía feliz con solo aquello. Se sentaron sobre el gran
mantel uno al lado del otro, y Jungkook sacó las margaritas de la canasta para
mostrarle que no estaban cortadas sino que estaban en una maceta de
madera clara.
—Para tu colección —le dijo entregándole ésta.
Se refería a la colección que Taehyung tenía en el balcón de su habitación,
donde quería tener sus flores favoritas. Las margaritas eran de sus favoritas.
—Muchas gracias, Kook —agradeció acariciando los pétalos de éstas.
—Pedí jugo de frutilla, ya que no te gusta tomar té muy temprano —dijo
acomodando todo lo de dentro de la canasta—. Y las frutas están cortadas
como te gustan para no empalagarte.
Taehyung se sentía tan mimado y amado que estaba haciendo lo imposible
para no saltar y besarlo como hacía cuando estaba muy feliz. Jungkook estaba
haciendo esto en serio, así que debía de también actuar como si lo estuviera
cortejando adecuadamente.
—¿Comenzamos? —preguntó Jungkook sonriendo a ver la emoción en los ojos
de su amado.
•|♔| Sesenta y tres |♔| •
—¿Se cayó? —preguntó el alfa observando el postre con una ceja alzada—. Se
ve algo extraño-
—¡Kook! —regañó el omega por lo bajo, y luego volteó a ver al pequeño
nuevamente, con una gran sonrisa—. ¡Es preciosa, Hoseokie! Muchas gracias.
—¿En verdad le gusta? —preguntó el pequeño con ojos brillantes.
—Es el pastel más hermoso que he visto —respondió asintiendo varias veces—
. Seguro que también está delicioso —dijo acariciando su cabello.
Hoseok rió algo avergonzado y satisfecho.
—Iré a traer platos y cubiertos para que puedan probarlos —dijo el alfa
acercándose a su esposo para acariciar sus hombros al descubierto y dejar un
beso en su cabellera—. ¿Quieren algo de té también?
—Por favor, alteza —respondió el pequeño.
Taehyung acarició una de sus manos y asintió. Jungkook besó su mejilla antes
de irse, y acarició de forma cariñosa el cabello del pequeño antes de caminar
hacia la salida y salir de la biblioteca.
—Alteza, se ve muy bonito hoy —halagó el pequeño volviendo a sonreírle.
Al rey omega le gustaba mucho su sonrisa porque le daba ganas de hacerlo
también, y lo hacía sentirse feliz.
—Muchas gracias. Tú también te estás volviendo un chico muy bonito —
respondió sincero—. En un par de años tendrás muchos pretendientes. Tu
padre estará como loco ahuyentandolos —bromeó.
—Quiero encontrar a una persona que me ame tanto como el rey Jungkook a
usted, alteza —dijo con algo de timidez—. Quiero que me trate bonito y
tratarlo o tratarla bonito.
—Y seguramente vas a encontrar a alguien así porque no te mereces menos,
Hoseokie —aseguró—. No te fuerces a nada ni dejes que te obliguen a nada.
Cuando esa persona especial aparezca, vas a sentirlo y las cosas ban a fluir.
—¿Cuando conociste a su alteza lo sentiste? —preguntó curioso.
Taehyung hizo una mueca al recordar la primera vez que lo conoció, y si bien
el contexto y situación no fueron las mejores, y agregando el hecho de que
había sido todo una farsa, se concentró en recordar lo que sintió al verlo.
—Cuando lo conocí mi lobo fue quien se dio cuenta de que él era el indicado —
comenzó a contar recordando ese momento—. Nunca se había emocionado
por nadie como con él, y cuando cruzamos miradas no pude evitar
avergonzarme por lo guapo que es —admitió con pena—. Al principio me daba
algo de miedo la forma en la que me hacía sentir, el impacto que tenía en mi y
mi lobo. Pensé que estaba loco porque su actitud era demandante y
prácticamente no me daba opciones, terminé haciendo lo que quiso por
algunas razones...
—¿No te gustó desde el principio? —preguntó curioso.
—A mi lobo si. Pero, yo solo creía que era realmente atractivo, y su aroma me
fascinaba —respondió. Apoyó su barbilla sobre su mano y sonrió leve—.
Comenzó a gustarme realmente cuando llegó la primer noche. Supo que yo no
quería que me tocara como esposo, y solo me abrazó con cuidado. Con el
paso de los días me di cuenta de que él intentaba hacer que me sintiera
seguro con él y a gusto en este lugar... —observó su alianza y sonrió un poco
más—. Fue muy lindo y atento todo el tiempo, y cuando quise darme cuenta
ya estaba completamente enamorado, y sigo enamorandome cada día porque
es una persona maravillosa y que nunca deja de hacerme sentir amado.
Hoseok lo miraba con ojos brillantes, imaginando lo bonito que era su
matrimonio por lo que había presenciado hasta ahora. En verdad él esperaba
que algún día encontrara a esa persona especial que lo hiciera poner esa
sonrisa que ahora su alteza poseía al hablar de su alteza Jungkook.
—Pero dime, Hoseokie... —dijo el omega queriendo preguntarle sobre él—.
¿Por qué decidiste traerme esto hoy?
—Es que en dos días mi padre y yo iremos a visitar a unos parientes al reino
Ágata y no vendremos hasta dentro de un mes —contó él con algo de
tristeza—. No podré venir a saludar el día de su cumpleaños, por eso vine hoy.
—Oh, entiendo... —hizo una mueca de pena, y acercó su mano a su cabello—.
Gracias por prepararme un pastel. Aún falta, pero podemos festejarlo ahora
nosotros con éste precioso y delicioso pastel que preparaste ¿Qué te parece?
Hoseok sonrió en grande y asintió varias veces.
—¿Puedes enseñarme a hacer coronas de flores, por favor?
—Por supuesto que sí, pequeño.
Ambos omegas comenzaron a charlar sobre los estudios del pequeño y cómo
iba a llevando los cambios en su cuerpo al haberse presentado, mientras que
el alfa puro los observaba desde el marco de la puerta con las cosas que fue a
buscar a la cocina. Le era imposible retener la sonrisa al imaginarse a su
esposo siendo padre de sus hijos y cuidando de ellos como lo hacía con el
pequeño omega.
Ya no podía esperar para formar su familia juntos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Mientras el rey omega se encontraba en el taller ya construido de Gahyeon
eligiendo un vestido bonito para regalarle a Hoseok, Lucy se encontraba
nuevamente haciendo su trabajo y teniendo las sábanas recién lavadas,
cuando Jungkook se acercó a ella con una expresión seria.
—Alteza, ¿Necesita algo? —preguntó jugando sus manos.
—A Minho no le quedan muchos más días de vida —soltó como acostumbraba:
directo—. Solo vine a decírtelo por si querías decirle unas últimas palabras.
Aunque no recomiendo que lo veas, sino que simplemente te hagas escuchar.
La mujer se quedó en silencio unos momentos en los que su cabeza intentaba
asimilar aquellas palabras. La imagen que un pequeño Minho de diez años
sonriendole vino a su mente, y se obligó a sí misma a ser fuerte y no romper a
llorar porque ya lo había hecho demasiado estos días. Ella era consciente de
que esto tendría que pasar tarde o temprano, y la verdad es que esperaba a
que fuera más temprano que tarde porque eso significaba menos sufrimiento.
No era un secreto que su alteza Jungkook no dejaba pasar un día en el que no
lo torturara y dañara, y ella creía que era suficiente.
No sabía que era lo que el rey le hacía, pero era consciente de lo muy cruel y
sádico que era a la hora de castigar a los prisioneros. Y lo que su hijo había
hecho solo se había ganado los peores castigos de parte de su alteza.
—¿Piensas ir? —preguntó el alfa insistiendo en una respuesta.
La pregunta no era si quería hacerlo o no, sino si podía soportar el hacerlo. No
había hablado con su hijo desde la última vez que vino a verla...Bueno, la
última vez que vino con la excusa de que fue por ella. Cuando se enteró de que
esa vez abusó del pequeño Kyungmin, que fue hace unos días cuando el
pequeño se animó a hablarlo con algunas personas a las que le tenía la
suficiente confianza y ella luego fue enterada de aquello, simplemente su
corazón volvió a romperse.
Si iba ¿Qué se supone que le diría? ¿Qué le diría Minho?
Tenía miedo de hacerlo. Pero, esta sería la última vez que podría hacerlo.
—Iré —respondió finalmente.
Jungkook asintió, y le hizo una señal para que lo siguiera. La mujer abandonó
un momento su tarea para seguirlo, y con cada paso sentía una presión en su
pecho que era asfixiante y dolorosa. No iba a verlo, porque no quería que la
última imagen suya fuera en el estado horrible y herido en el que seguramente
se encontraría luego de semanas de torturas que solo pudo soportar porque
no era mortales y se trataba del cuerpo de un alfa puro.
El camino a las celdas fue totalmente una tortura. Mientras más se acercaba,
más temblaba.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no de dio cuenta de cuando ya se
encontraban a solo un par de pasos de una de las celdas para alfas puros, y fue
consciente cuando Jungkook detuvo sus pasos extendiendo uno de sus brazos
frente a ella.
—Hasta aquí —dijo él refiriéndose a que no iba a verlo—. Te escucha
perfectamente desde aquí.
Lucy observó lo poco que veía de los barrotes un poco más gruesas que las de
las celdas normales, sin poder ver dentro debido al ángulo. Vio como uno de
los guardias golpeaba varias veces uno de los barrotes con su espada, como
queriendo llamar la atención de quien estuviera dentro. Jungkook si caminó
hasta quedar delante de la celda, con una expresión seria y sin ningún
sentimiento en especial.
—Tu madre vino a hablar contigo —avisó luego de un par de segundos cuando
al parecer logró llamar la atención del prisionero—. ¿Hay algo que quieras
decirle? Esta es tu última oportunidad de hacerlo.
—¿Puedes escucharme, Lucy? —preguntó Minho dos segundos después, con
un tono de voz cansado pero desinteresado.
—H-Hijo, yo-
—Ya basta de llamarme así —dijo él con algo de fastidio—. Nunca fui tu hijo,
mujer. Solo tuve un padre y una madre, los cuales fueron asesinados sin
piedad por los antiguos reyes solo porque unos rebeldes secuestraron a su
maldito hijo estando en su guardia.
Aquello sorprendió a la mujer, que no supo que decir sobre eso. Al alfa puro no
pareció sorprenderle, ya que al parecer estaba al tanto de todo aquello.
—¿Por qué ese silencio, Lucy? —preguntó Minho, y luego soltó una risa algo
rasposa y dificiltosa—. ¿Acaso te creíste el cuento de que murieron en esa
batalla de mierda? Por favor, sé inteligente, mujer.
—Y-Yo no...Yo siempre creí que...
—¿Sabes que fue lo que realmente pasó? Te lo contaré...
Jungkook se apoyó en una de las paredes con los brazos cruzados, y miró con
aburrimiento al prisionero que lo veía con odio puro.
—Cuando el maldito del príncipe regresó por si solo luego de haber sido
secuestrado, le ordenó a sus padres que asesinaran a todos los guardias que
no pudieron cumplir con su trabajo correctamente —dijo con odio en cada
una de sus palabras—. Los mandó a que fueran torturados y asesinados y,
¿Sabes como me enteré de eso?
Hubo un minuto de silencio tenso, en el que Lucy aún no asimilaba del todo
sus palabras y no atrevía a ver a su alteza.
—Lo supo de boca del mismo Jeon Jungkook cuando se acercó a mí mientras
estaba caminando por los pasillos del castillo buscando a mis padres, y me lo
dijo como si no fuera nada —dijo Minho finalmente—. El maldito mocoso me
miraba casi con burla, mientras decía que mis padres se ganaron eso por ser
unos incompetentes.
—¿Por lo dices como si lo que hubiera dicho fuera una mentira? —preguntó
Jungkook sin inmutarse por sus palabras—. Cuando decides convertirte en
parte de la guardia de la realeza conoces los riesgos y consecuencias de hacer
mal tu trabajo. Ellos lo sabían, fallaron, y esas fueron las consecuencias. Si yo
con tan poca edad lo comprendía, tú debes de hacerlo ahora.
—¡Y una mierda! ¡Mis padres siempre hicieron bien su trabajo y le eran leales a
tu familia de mierda! —escupió, y luego tosió ante el esfuerzo—. ¡No había si
quiera necesidad de torturarlos!
—¿Por qué crees que no? —preguntó el rey nuevamente con una calma que
solo aumentaba el enojo del otro—. Si esos rebeldes me hubieran dañado o
asesinado, ¿Sabes lo que le hubiera ocurrido a tus padres y a todos los que no
pudieron impedirlo? —lo apuntó con su dedo índice—. Hubieran torturado de
peor manera y asesinado, y a sus familias frente a ellos antes de ser
asesinados ¿Y sabes por qué? —se paró correctamente y se acercó a los
barrotes—. Porque así funcionan las cosas. Así como ellos pagaron por su mal
trabajo, tú estás pagando por lo que le hiciste a mi esposo. Y tú sabías lo que
podría sucederte, y sin embargo hiciste lo que hiciste. Son las consecuencias
de meterte o fallarle a la realeza.
—¡La realeza y una mierda! ¡Ustedes se creen que pueden hacer lo que quieran
a quien quieran sin importarles absolutamente nada! —se calló un momento
por recuperar el aliento, ya que sus pulmones dolían de tantos golpes que
había recibido en el torso—. ¡Ustedes no valen más que nadie, no tienen el
derecho de decidir si alguien merece morir o no! Se creen más que cualquiera,
¿Acaso jamás en su maldita vida cometieron un error?
Jungkook comenzó a reír divertido, lo que solo hizo a Lucy juntar sus manos
incómoda, y a Minho cabrearse aún más.
—La cosa es, querido Minho... —apoyó sus antebrazos en los barrotes y lo miró
con superioridad—. Que si estamos por sobre todos ustedes. Te guste o no, no
podrás hacer nada al respecto. La persona más importante en este reinado no
soy yo ¿Sabes? Es mi esposo, ¿Tienes idea de por qué a las demás familias
reales no les agrada que gobierne a mi lado?
—Porque no es de la realeza. Su sangre es lo que ustedes llaman, "sangre
mundana", que no vale y que solo existe para servirles —respondió Minho con
desagrado—. Él no debería de estar aquí porque no es una mierda real.
—En parte es porque no es de la realeza y eso ofende a quienes piensan como
lo estás insinuando —dijo Jungkook con tranquilidad—. Y por otra parte,
porque su pensamiento es distinto al nuestro. Él no tiene maldad infundada y
trata a todos por igual no importa si eres de la realeza o un sirviente ¿Sabes
cuántas vidas perdoné solo porque él me lo pidió? —negó con la cabeza—. Ya
perdí la cuenta. Pero, estás muy equivocado en creer que él no debería de
estar reinando a mi lado porque él es precisamente la persona que necesito
para no ser un completo rey como los demás, y actuar de la forma que tanto
odias.
—Lo hijo de puta narcisista no te lo va a quitar ni siquiera él, porque sigues
siendo una mierda que se cree más que todos —respondió apretando los
dientes—. Eres tan basura que cientos de personas quieren asesinarlo por
llevar tu alianza, y eso es completamente tu culpa.
—Corrección, mi querido Minho —dijo negando con su dedo índice—. No me
creo mejor que todos, soy mejor que todos a excepción de mi amado esposo. Y
respondiendo a lo otro, pueden venir cuantos quieran a intentar ponerle un
solo dedo encima, porque yo y las personas que le tienen un cariño sincero y
grande estaremos para impedirlo —le sonrió burlón—. Y yo estaré feliz de
castigar a todos los que se atrevan a hacerlo, así como a ti.
—No importa lo que hagas, Jeon Jungkook. No serás feliz al final, porque las
personas malas solo tienen finales infelices —rió leve—. Así como yo, tú no vas
a tener un final feliz por más buena persona que sea tu esposo...O por más
bueno que esté.
Y ese último comentario solo hizo que el rey Jeon volviera a mirarlo con
frialdad. Se alejó de los barrotes y miró a la mujer que se había quedado en su
lugar sin saber de qué manera sentirse al escucharlos discutir de esa forma.
—Tienes diez minutos —dijo caminando por su lado—. Ni un minuto más.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Esa madrugada. Despacho de los reyes.
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Jungkook se quedó hasta tarde adelantando trabajo como venía haciendo
estos días, porque por el día hacía varias cosas para pasar un lindo momento
con su esposo como parte del cortejo. Había esperado a que Taehyung se
durmiera para regresar a su despacho y adelantar trabajo solo.
En todos estos días no ha podido besarlo o tomarlo como tan tentado estaba
en hacerlo, pero era parte de llevar un cortejo correctamente y se conformaba
con poder darle besos en su rostro, mano y otros lugares sin dobles
intenciones, y durmiendo como siempre teniendolo en sus brazos.
La puerta se abrió y la figura de su omega abrazándose a si mismo envuelto en
su bata que le llegaba casi a los tobillos se acercó a él frotando sus ojos
mientras se acercaba a él.
—Mi amor, ¿Por qué te levantaste? —preguntó abriendo sus brazos para
invitarlo a sentarse en su regazo.
Taehyung lo hizo, y se sentó de lado para luego tomar uno de los papeles que
estaban sobre la mesa. Le dio un suave beso en su barbilla y le sonrió leve.
—Te ayudo. Sé por qué te quedas hasta tarde, y no tienes que hacerlo solo si el
tiempo es para ambos —dijo sin querer recibir una objeción.
El sentimiento que invadió a Jungkook no tenía nombre, era inexplicable y
algo que solo su esposo podía haberle hecho sentir. Tuvo que hacer un
esfuerzo sobrehumano para no comerle la boca, y contuvo sus emociones en
un beso que dejó sobre su frente al mismo tiempo que abrazaba su cintura
con ambos brazos. También besó su mejilla y cuello antes de asentir.
—Gracias, mi amor.
—No vuelvas a hacer este tipo de cosas solo. Ya no gobiernas solo —regañó el
omega con una mueca adorable a ojos del alfa—. O voy a molestarme.
Jungkook rió enternecido y asintió sin borrar su sonrisa.
—De acuerdo. Lo prometo, amor.
Taehyung volvió a sonreírle, y ambos continuaron con su trabajo. El omega
tenía razón en eso de que ya no tenía que hacer las cosas solo, pero el alfa a
veces actuaba de esa manera instintivamente porque al ser un alfa puro, el
sentimiento de responsabilidad, protección y cuidado hacia su omega era algo
parte de su naturaleza jerárquica.
Por suerte su esposo le recordaba que ahora eran uno solo, y todo debían de
hacerlo juntos o con ayuda del otro sin perder su independencia o capacidad.
Sin dudas eran un matrimonio que muchos desearían tener, y que otros tantos
querían arruinar o poner a prueba por simple envidia. Pero su mayor error es
dudar del amor que lo compone y mantiene.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Cuando Taehyung salió del vestidor no se encontró con su esposo por ningún
lado, por lo que recorrió los pasillos en su búsqueda. Preguntó a los guardias y
éstos le dijeron que lo vieron en la biblioteca, entonces fue hacia allí.
Antes de llegar allí notó a su esposo salir del lugar, y cuando sus miradas
cruzaron, el alfa lo observó de arriba a abajo como cada vez que terminaba de
vestirse; admirandolo con amor. Taehyung se acercó a él y pudo ver el
momento en el que una sonrisa adornó sus hermosos labios cuando notó que
traía una de las tiaras que le regaló.
Entonces no pudo decir nada al respecto por haberle regalado demasiadas.
Simplemente le sonrió y se colocó en puntitas para dejar un beso en una de
sus mejillas.
—Gracias por las tiaras, Kook. Son preciosas —agradeció sincero, porque en
verdad agradecía el hecho de que su esposo siempre quisiera obsequiarle
cosas para verlo feliz—. Aunque con una sola yo hubiera estado más que feliz.
Jungkook tuvo ganas de estrecharlo en sus brazos durante horas por lo bonito
y adorable que se veía en ese momento. La tiara que quedaba bellísima y por
alguna razón hoy parecía brillar más que otros días, quizás por el día tan
especial o el hecho de que era el primer cumpleaños del omega que pasaban
juntos.
—Eso no es nada, mi amor —dijo, y llevó sus manos a cada lado de la cintura
contraria, acercándose para dejar un tierno beso en la punta de su nariz—. Iba
a regalarte veinte, pero solo alcancé a hacer diez bocetos. Y valió la pena
totalmente porque de te ve preciosa. Digna de ti.
—Gracias, Kook —respondió el omega bajando la mirada avergonzado por tan
lindas palabras, y sus manos fueron instintivamente al cuello de su esposo—.
¿Qué estaba haciendo? ¿Buscando un libro?
Jungkook negó, y le dio un pequeño beso en la comisura de sus labios antes
de separarlo un poco para tomar su mano y llevarlo hacia la biblioteca. Al
ingresar, lo primero que notó Taehyung era que había algo nuevo en el lugar,
algo que era imposible no notar porque estaba frente a las grandes ventanas
que dejaban ver el jardín de fuera. De trataba de un bonito sofá de color
blanco.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Una hora después del almuerzo, el cual compartieron con Yoongi y Jimin,
quienes habían ido a visitarlos y en especial a saludar al rey omega al recordar
su cumpleaños, ambas parejas se encontraban caminando por el jardín oeste
disfrutando del agradable día y el aire fresco.
Iban charlando muy tranquilos sobre cómo iba el embarazo del omega
pelirosa, hasta que ambos notaron que había algo nuevo en ese lugar que
antes no, y que era imposible de no notar. Inmediatamente Taehyung supo
que aquello era cosa de su esposo.
—Kook... —llamó sin dejar de observar la bonita estructura de piedra
adornada con flores—. Esto es cosa tuya, ¿Cierto?
—¿Te gusta? —preguntó acercándose a él para tomar su mano y besar el dorso
de ésta—. Lucy me ayudó a elegir las flores.
—¿Cómo no va a gustarme? —preguntó voltea do a verlo—. Es precioso, me
encanta. Muchas gracias. Aunque no entiendo en qué momento pudieron
construirlo —dijo aún algo anonadado.
—Si pagas lo suficiente, el dinero acelera cualquier trabajo —respondió
restandole importancia, y luego dejó un dulce beso en su sien—. Deberían de
haber mesas y sillas en medio, pero no llegaron a tiempo. Lo siento, amor.
El omega negó varias veces, y una vez más dejó un tierno beso en su barbilla
luego de ponerse de puntitas. Le sonrió sincero y volvió a abrazarlo.
—Es perfecto. Gracias.
—No es lo único que envié a construir en los jardines para ti, amor —dijo
llamando la atención de los otros tres.
—Vaya, si que te esmeraste en pensar en demasiados obsequios —comentó
Yoongi.
—No me imagino que es lo otro que enviaste a colocar fuera —dijo Park esta
vez, abrazando su panza de poco más de tres meses.
—¿Otros obsequios? —preguntó Taehyung soltando un suspiro. Esa de había
convertido en la pregunta más dicha en un solo día.
Jungkook sonrió en grande y luego le dio un rápido beso para luego tomar su
mano y llevarlo hacia el jardín este. Los cuatro llegaron allí, y con lo primero
que se encontraron fue con un arbol muy grande que antes no estaba allí,
pero que se notaba que había sido replantado de raíz porque la tierra a su
alrededor estaba suelta y fresca aún.
Pero lo más bonito no era eso, sino que era lo que había debajo.
—Wow, nunca había visto un columpio más bonito —comentó Jimin con la
boca abierta.
Taehyung quedó totalmente fascinado con éste. Y fue como una caricia a su
corazón cuando recordó que una vez le comentó que Jimin tenía uno en el
castillo cuando era más pequeño, pero que luego quitaron y jamás pudo
probar.
Jungkook estaba haciendo realidad cada uno de sus deseos y pedidos, y eso lo
hacía sentirse de tantas forma diferentes que no sabía que decir, y solo podía
demostrar su gratitud a través de abrazos y besos. El alfa recibía gustoso sus
agradecimientos, y esperaba recibir muchos más porque aún tenía varios
objetos que obsequiarle.
Como por ejemplo ese sofá/columpio que colocó en medio del largo camino
de piedras lisas para que descansara cuando quisiera y quizás leer allí
también. En el cual ahora ambos omegas estaba sentados charlando mientras
observaban al alfa puro y al beta tener un duelo de espadas que era más que
nada un calentamiento y recordatorio para el beta luego de tanto tiempo sin
combatir como solía hacerlo.
—En verdad se está luciendo con todo lo que te obsequió hasta ahora —dijo
Jimin observando atento al padre de su bebé en camino—. Imagínate todo lo
que comprará para sus futuros cachorros. Seguramente será una barbaridad.
Cachorros. A medida que pasaba el tiempo, el deseo de tenerlos iba en
aumento, y eso solo lo hacía sentirse extraño, pero contento porque sabía que
sus hijos serían los más felices y amados de todos. Jungkook sería un gran
padre así como es un gran alfa y esposo. De eso no tenía ni la más mínima
duda.
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Luego de un rato fueron hacia el comedor, y allí Jungkook demostró que aún
no había terminado con los obsequios. El siguiente fue un juego de té precioso
de oro y porcelana con el cual tomarían su merienda en ese momento.
Y como si eso no fuera poco, cuando los cuatro terminaron su merienda, el
alfa puro hizo un comentario que descolocó un poco al omega.
—¿Y si jugamos ajedrez? —preguntó a todos los presentes.
—Oh, sería genial —dijo Jimin aplaudiendo emocionado—. Hace mucho que
no juego.
—Yo no sé como se hace —admitió el beta.
—Pero, Kook —llamó el rey omega a su esposo—. Yo no sé jugar, y no tenemos
un ajedrez.
—No te preocupes, mi amor. Yo voy a enseñarte —dijo, y le hizo una seña a uno
de los sirvientes que estaba allí en caso de que necesiten algo—. Por favor.
El sirviente beta salió de la habitación un momento, y regresó con el próximo
regalo de su alteza en sus manos. Caminó con él con cuidado hasta dejarlo
sobre la mesa en medio de todos, e hizo una reverencia antes de regresar a su
lugar.
—Muchas gracias —agradeció el alfa puro, y luego miro a su esposo—. Ahora
tienes un ajedrez.
De esa manera terminaron aprendiendo ajedrez los que no sabían jugarlo, y
con un Taehyung emocionado por el obsequio porque aquello iba a ayudarlo
a formar tácticas de ataque para la guerra que se avecinaba.
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Taehyung quería tocar una melodía aprendida con el guzheng a su alteza
Jimin, pero cuando llegaron a la habitación donde el omega practicaba y tenía
su instrumento, se encontraron con otros que antes no estaban allí y que
obviamente el rey Jungkook los había colocado para su esposo.
—¿Esto es un piano de oro? —preguntó Yoongi acercándose al gran
instrumento—. Joder, ¿Cuánto cuesta una cosa como ésta?
—No sabía que también sabías tocar el arpa, Tae —dijo Jimin observando el
instrumento frente a una de las ventanas.
El omega peligris estaba sin palabras observando a ambos instrumentos de
hito en hito, hasta que su esposo lo abrazó por detrás y beso su cuello.
—No te enojes, pero debía de regalarte ambos porque dijiste que te gustaban
—dijo apoyando su barbilla sobre el hombro ajeno.
—Dije que me gustaba mucho como sonaban...Pero no sé tocarlos y son muy
difíciles de aprender, Kook —dijo aún sin poder creer que ahora tenga ambos
instrumentos únicos en diseños—. Son muy hermosos. Muchísimas gracias,
Kook...Pero a penas y estoy mejorando con el guzheng, ¿Y si no aprendo
jamás? —preguntó preocupado—. Habrás gastado dinero inútilmente.
—Eres los suficientemente inteligente y talentoso como para aprender a
tocarlos si así lo quieres, amor —aseguró—. No tiene que ser ahora, puedes
hacerlo cuando quieras y a tu ritmo.
Taehyung suspiró y se volteó para volver a abrazarlo.
—Aprenderé para ti, mi rey —dijo finalmente, sabiendo que su esposo
confiaba en su talento.
Se dieron un beso esquimal, y luego voltearon a ver donde el piano cuando
una melodía suave se escuchó por todo el lugar. El único en sorprenderse de
ver a Yoongi tocando las teclas de forma tan natural fue Taehyung, ya que los
otros dos ya estaban al tanto y lo habían escuchado tocar anteriormente.
Fue así como el beta quedó en enseñarle a tocar el instrumento siempre que
ambos estén disponibles, y luego el matrimonio real bailó un precioso vals al
ritmo de la suave melodía.
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Cuando llegó la noche ninguno fue a dormir temprano, sino que fueron a su
despacho a adelantar algo de trabajo para tener más tiempo juntos al día
siguiente.
Cuando se sentaron como era costumbre; Taehyung sobre el regazo del alfa,
éste último abrió uno de los cajones y sacó de él un objeto que atrajo de
inmediato la atención del omega.
—Es un reloj de arena de tres horas —dijo el alfa al ver a su esposo fascinado
con lo bonito del objeto—. Está hecho de oro, zafiro y un diamante en la parte
superior. Te lo obsequio para que sepas cuando tomar un descanso de tus
tareas, ya que siempre se te pasa la hora, y podemos usarlo ambos a partir de
hoy para no perder horas de sueño, ¿Qué te parece?
Taehyung no respondió con palabras, sino que volvió a lanzarse a sus labios
porque ya era demasiados detalles que acariciaban su corazón y solo hacían
que su amor por él aumentara como ya era imposible que lo hiciera.
—En serio, me encantó todo lo que me obsequiaste, Kook —dijo, dando
pequeños besos seguidos en los labios ajenos—. Pero ya fueron demasiados,
¿No lo crees?
Jungkook abrió otro cajón y de éste sacó dos estuches, los cuales dejó sobre el
regazo de su esposo, que lo miró con una ceja alzada.
—Es lo último, lo juro —dijo levantando sus manos en señal de rendición, pero
su expresión era de diversión.
Taehyung suspiró, y abrió ambos estuches encontrándose con piezas
preciosas de joyería con rubíes.
Eran realmente preciosas, y el menor se lo agradeció con más besos y caricias.
Tres horas después cuando el reloj de arena se acabó y ambos estuvieron en
su habitación recostados en su cama dispuestos a dormir, Jungkook habló:
—Amor... —susurró en su oreja, acariciando el muslo al descubierto de su
omega por debajo de las sábanas.
—¿Sí, Kook? —respondió acariciando el cuello ajeno con la punta de su nariz,
disfrutando de su aroma.
—...Te compré un caballo también.
Y no. No era broma, realmente lo hizo.
Todos queremos un Jungkook en nuestras vidas y cumpleaños 😌
¿Su regalo favorito de todos?
Los leo 🧐
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•|♔| Sesenta y cinco |♔| •
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Taehyung no supo por qué, pero la imagen de su esposo montando el caballo
con esa elegancia le pareció una de las cosas más atractivas y sexi hasta ahora
de todo lo que el mayor había hecho de manera inconsciente.
—Ven, amor —pidió extendiendo su mano en su dirección para que la tomara y
ayudara a subirse—. Apoya tu pie y sube. Yo te ayudo.
Taehyung asintió tomando su mano, y se sostuvo también de la montura
antes de apoyar su pie en la hebilla grande de ésta para tomar impulso y subir.
Jungkook no soltó su mano y sostuvo su cintura para hacer que se subiera y se
sentara frente a él de lado, la manera más cómoda para ser su primera vez.
—Woa...Que alto —comentó el omega al mirar hacia abajo, sintiendo su
corazón latir rápido debido a la emoción.
—Acomódate bien y sostente de las riendas, ¿Sí, amor? —indicó sin soltar su
cintura hasta que se colocara correctamente—. Apóyate en mi pecho.
Taehyung siguió todas sus indicaciones, y cuando finalmente estuvieron
listos, el alfa movió las riendas de forma algo suave, y el caballo comenzó a
avanzar lento, caminando con cuidado. El omega parecía no poder apartar la
mirada de la cabeza del caballo, porque le daba algo de vértigo el mirar al
frente o debajo.
Avanzaron hasta salir de la zona del establo, y avanzaron por un camino de
tierra marcada que daba al sentido contrario al castillo. Iban despacio los
primeros doscientos metros, y luego Jungkook volvió a mover las riendas un
poco más "fuerte", y el animal comenzó a trotar un poco más rápido.
Taehyung no pudo evitar apoyarse más contra el pecho de su esposo y
sostenerse con más fuerza de las riendas inmóviles del cuello del animal.
—Tranquilo, amor —calmó el alfa acercando sus labios a uno de los hombros
al descubierto para dejar varios pequeños besos en la zona—. Solo relájate.
Levanta la vista y disfruta del recorrido, que se pondrá más bonito a medida
que avancemos.
El omega respiró hondo y asintió para luego levantar la mirada e intentar
relajarse. No le fue difícil calmarse luego de ver que el camino acercado por el
que estaban avanzando era precioso; árboles altos a cada lado, los rayos del
sol filtrándose a través de las hojas y el sonido de los pájaros que le daba un
ambiente tranquilizante y hermoso al lugar.
—Qué hermoso... —dijo sin poder contener su gran sonrisa.
El aire fresco mezclado con el aroma de su alfa llenó sus pulmones, y sin darse
cuenta terminó totalmente apoyado contra su esposo, con su cabeza sobre su
hombro derecho. Miró hacia arriba solo para encontrarse con las ramas de los
árboles enredadas entre ellas formando una especie de techo por el cual pudo
notar por un momento un par de ardillas corretear por las ramas.
Avanzaron sin mucha prisa durante unos veinte minutos en los que se pasaron
hablando sobre los lugares muy preciosos que había en el reino, y Jungkook
prometió llevarlos a todos. De repente ya no hubo árboles, y solo se podía ver
un gran espacio verde con algunos árboles esparcidos a mucha distancia uno
del otro hasta que ya no hubieron y aparecieron muchas flores, cada vez más.
No cualquier flores, sino que unas que si bien eran bastante comunes, eran
una de las favoritas del omega, que al verlas casi se larga a llorar de lo
precioso que era el paisaje frente a ellos.
Se detuvieron pero no bajaron de Lancelot, sino que permanecieron ahí
admirando la imagen tan etérea y bonita. Jungkook soltó las riendas solo para
abrazar la cintura de su esposo, y apoyó su barbilla sobre uno de sus hombros.
—¿Te gusta? —preguntó el alfa.
—¿Qué si me gusta? —preguntó Taehyung soltando un suspiro encantado,
llevando sus manos a las contrarias, entrelazando una de ellas—.
Simplemente lo amo.
—¿Más que a mí? —preguntó el alfa claramente fingiendo molestia—. ¿Debería
de sentirme celoso?
Taehyung rió y negó.
—No puedo amar nada ni nadie más que a ti, no tienes que dudar de ello,
Kook —dijo totalmente sincero.
Y Jungkook sabía que hablaba en serio, y jamás lo dudaba porque podía sentir
sus sentimientos como si fueran los suyos, porque podía notarlo en su voz y
porque sus ojos jamás le mentían.
—¿Me creerías si te dijo que mandé a que plantaran todo esto hace tres
semanas solo para traerte aquí el día de tu cumpleaños? —preguntó como si
nada—. Pero ayer no pudimos venir por falta de tiempo.
Taehyung frunció el ceño totalmente confundido, y volteó a verlo creyendo
que estaba bromeando, pero luego de ver que su rostro no parecía ser de
diversión, abrió los ojos totalmente incrédulo.
—¿Lo dices en serio?
—¿Crees que no haría esto por ti, amor? —preguntó sonriendo landino—. Creo
que no estoy haciendo cosas lo suficientemente grandes como para que sepas
que si quieres que llene el reino de flores en cada lugar, lo haré.
Bueno, si Taehyung se ponía a pensarlo dos veces, en realidad no debía de
sorprenderse porque a su esposo le encantaba mimarlo y malcriarlo
literalmente con lo que quisiera. El omega solo pudo reír sin poder creerlo del
todo, volviendo a mirar al frente.
—En verdad estás loco, Kook —dijo con diversión.
—Ujum —asintió sonriendo divertido—. Loco por ti, mi amor —acercó sus
labios a su marca, y la besó con cariño—. ¿Y si bajamos para preparar nuestro
pequeño picnic en medio de tus flores?
"Tus flores" Eso se escuchó especialmente bonito para el omega, que aún no
caía en que literalmente ese extenso campo de flores era "suyo" porque su
esposo pidió plantarlo para él.
Asintió, y primero se bajó el alfa del caballo para ayudarlo a bajar a él luego.
Lancelot se quedó allí quieto y tranquilo mientras el omega sostuvo la canasta
para llevarla a una parte de ese extenso prado floreado donde no había flores
para no aplastarlas.
Un mantel de tela color celeste, algo de fruta; pan con semillas, jugo de limón
y algunos pequeños pastelitos fueron lo único que necesitaron para pasar una
tarde al aire libre en esa pradera cálida y fresca al mismo tiempo gracias al
viento que soplaba leve, crearon uno de los momentos más hermosos que
ambos pasaron desde que se unieron en matrimonio.
De eso ambos se dieron cuenta luego de una hora, mientras el omega estaba
sentado entre sus piernas apoyando su espalda sobre el pecho ajeno,
quitando las hojas verdes de las frutillas para que pudieran comerlas.
—Kook... —llamó luego de darle de comer una fresa al mayor.
Jungkook lo miró mientras masticaba, sin dejar de acariciar su cabello con
una mano, mientras que la otra sostenía su peso detrás de su espalda.
—¿Alguna vez te pusiste a pensar en qué sería de nosotros si tú nunca te
hubieras fijado de mí? —preguntó curioso—. Yo no puedo hacerlo.
—¿Sabes que creo yo, amor? —preguntó luego de tragar la fruta—. Que la luna
nos hizo el uno para el otro, y que no importa la vida que hayamos tenido, o si
hubiéramos nacido en reinos distintos... —llevó una de sus manos a su mejilla
para acariciarla con estimo—. Estábamos destinados a encontrarnos y
amarnos desde siempre.
Y Taehyung no pudo estar más de acuerdo con ello.
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Al día siguiente. Habitación de los reyes.
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Ese día no había comenzado de la mejor manera para ambos reyes, pero sobre
todo para Jungkook que amaneció con una fiebre muy alta y un poco de dolor
muscular. Cuando Taehyung despertó y lo vio respirando con dificultad;
sudando y con el ceño fruncido como si le doliera algo, no pudo evitar
asustarse y salir de la habitación casi que con el nudo de la bata flojo a llamar
al médico de cabecera del castillo.
El hombre revisó al alfa durante media hora mientras el rey omega estaba al
lado de su esposo, acariciando el dorso de su mano mientras éste le decía que
seguramente no era nada grave.
—¿A estado al aire libre los días anteriores? —preguntó el médico.
—S-Sí —respondió el alfa con algo de dificultad ya que sentía su garganta
inflamada.
Al ver que le era difícil hablar, el omega acarició su cabello y le dijo que él
respondería a las preguntas que pudiera, qué no se esforzara.
—Ayer fuimos a la pradera cruzando el río, y merendamos sobre el césped —
respondió sin poder quitar la mirada de preocupación.
—Eso explica todo —dijo el hombre, y miró al omega que parecía ser quien se
encargaría de todos los cuidados de su esposo—. Tiene una infección
bacteriana causada por un insecto que vive cerca de los ríos ¿Ves esté
pequeño sarpullido aquí en ésta parte del brazo? —preguntó apuntando la
zona.
—No lo noté hasta ahora... —respondió observando aquella zona de la piel de
su esposo afectada.
—Aquí fue donde el insecto picó, y ésta es la marca que deja, la cual se irá
luego de que la fiebre y el malestar se fueran —informó calmado, lo que hizo
sentir un poco mejor al omega—. No se preocupe. Si descansa, su mismo
organismo junto con la medicina que le dejaré, harán que se ponga bien en
menos de una semana...
Taehyung suspiró más tranquilo.
—Pero, su estado anímico afectará en si mejora o tarda en mejorar y sigue
sintiendo dolores y la fiebre no baja —agregó.
Entonces Taehyung volvió a preocuparse.
—Pero estoy seguro que entre todos, y en especial usted, van cuidarlo en la
mejor manera y en el mejor ambiente —dijo seguro—. Los consejos para
ayudar en su recuperación son; beber mucha agua, tomar un baño de agua
más fría que tibia cada día, y que no tome frío ni se destape aunque tenga
calor por la fiebre.
—Bien. Entendido —respondió el omega asintiendo varias veces mientras
memorizaba todo—. Muchas gracias.
—A ustedes —respondió el hombre luego de dejar un frasco con la medicina
para su alteza sobre la mesa de noche—. Una cucharada cada ocho horas, y
asegúrese de que coma antes de beberla porque es algo fuerte para su
estómago.
—Me aseguraré de ello —afirmó el omega.
El médico abandonó la habitación, y Taehyung volvió a acomodarse al lado de
su esposo para quitar el cabello de su rostro que se pegaban debido al sudor.
El alfa volteó un poco el rostro para verlo y le sonrió leve queriendo decirle
que estaba bien.
—No te preocupes, Kook —dijo el menor sonriendole también a pesar de que
le era inevitable no sentirse mal y preocuparse por si estaba sufriendo—. Voy a
cuidarte todo el tiempo. No voy a dejarte solo.
—Muy fuerte por fuera...Pero un insecto puede dejarme en cama una s-
semana —dijo queriendo bromear para no preocupar de más a su esposo—.
Lamento que tengas que quedarte...P-Puedes irte a hacer tus cosas si quieres,
amor.
Taehyung negó, y se acercó para besar sus labios de manera dulce y delicada,
como si pudiera dañarlo si lo hace de forma más "brusca".
—Iré a pedir el desayuno, y así vas a poder tomar la medicina —dijo, y tomó la
sábana para cubrirlo hasta el cuello—. Iré a buscar un paño para mojarlo con
agua fría. No me tardo, ¿Sí?
Jungkook asintió, y Taehyung se quedó un momento observándolo. No pudo
evitarlo y sintió su corazón orpimirse porque era la primera vez que lo veía de
esta forma, y no podía evitar sentirse algo culpable porque su salida a la
pradera había surgido porque a él deseaba poder salir del castillo sin miedo.
Volvió a inclinarse para besarlo suavemente una vez más, y se separó solo
unos centímetros para mirarlo.
—Te amo, Kook —dijo sincero, con mucho amor en cada una de sus palabras y
su mirada.
—También te amor, mi bella flor —respondió el alfa, y le dio un tierno beso
esquimal.
Luego de unos segundos el omega volvió a reincorporarse para abandonar la
habitación rápidamente, porque no quería perder tiempo y hacer todo lo que
necesite su esposo para que se recuperara en el tiempo más rápido posible.
La última vez fue él quien enfermó y su esposo no lo abandonó. Ahora era su
turno.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—Ya le dijimos que llame al rey Jungkook —dijo el rey Han de mala manera a
la pobre de Lucy que mantenía su mirada baja ante ellos—. Debemos de tratar
un tema importante, ¿Acaso nos está tomando-
—Yo que usted cuidaría la forma en la que le habla a mi personal —habló
Taehyung bajando las escaleras siendo acompañado con sus dos mejores
guardias personales; Wonho y Hyunwoo—. No me agrada ni un poco el tono
que está utilizando con nuestra querida Lucy.
Los reyes de plata lo miraron con un recelo muy mal disimulado. El rey omega
llegó frente a ellos y los miró impasible.
—¿Acaso es muy difícil para ustedes comprender que mi esposo se encuentra
un poco mal de salud y no puede bajar a recibirlos y hablar con ustedes? —
preguntó colocando una de sus manos en su cadera—. Díganme qué es tan
importante y vamos a debatirlo nosotros.
—Con todo respeto, alteza, es algo que debemos de tratarlo con el rey
Jungkook —dijo la reina Han.
Taehyung suspiró intentando mantener la calma, y miró a Lucy para hacerle
una señal que ella comprendió debido a la situación y la dirección en la que
apuntó su mirada. Ella se fue, y el omega volvió a mirar al matrimonio frente a
él.
—Lo repetiré solo una vez más, y espero que puedan comprender unas
palabras tan simples —habló con calma—. Mi esposo no bajará a hablar con
ustedes porque no puede hacerlo, ¿Es tan difícil de comprender, reyes Han?
—Pero, alteza, nosotros-
Taehyung alzó su mano mandando a callarlos silenciosamente.
—Lo que tengan que tratar, lo tratarán conmigo. Así que, díganme qué es lo
que tan ansiosos los tienen —pidió con calma.
—No es un tema que podamos tratar con usted, alteza —respondió el rey Han,
al parecer perdiendo la paciencia—. Es importante y complejo. Su alteza
Jungkook fue quien ocasionó la problemática a tratar.
El omega suspiró ya cansado de su terquedad.
—Al parecer aún hay muchísimas cosas que no tienen en claro, señor y señora
Han —dijo con algo de frialdad en su voz—. Debo de recordarles lo más
importante.
Volteó en la dirección opuesta, y caminó hacia los tronos a unos metros para
sentarse en el suyo, siendo acompañado por sus guardias, que se colocaron a
cada lado del trono. Lucy apareció luego de un par de segundos, y le entregó
su corona, la cual Taehyung se colocó y luego colocó una pierna sobre la otra,
mirando a los reyes del reino de plata con superioridad.
—Quizás lo olvidaron, o simplemente lo ignoran. No me importa realmente
cuál sea la razón, pero se los recuerdo... —apoyó su codo sobre el respaldo del
trono y apoyó su barbilla sobre sus nudillos—. Están frente a su rey, el cual
tiene el mismo poder de decisión y está preparado para tratar cualquier
problema porque también está involucrado en lo que sea que mi esposo haya
hecho o decidido ¿Creen que no puedo tratar con sus problemáticas?
Ponganme a prueba, o váyanse y esperen a que mi esposo se recupere, pero
antes de hablar con ustedes los castigará por su actitud conmigo hoy —les
sonrió amable—. ¿Qué prefieren?
Los reyes Han estaban claramente molestos por sus palabras, pero al mismo
tiempo se estaban conteniendo en responderle de mala manera. Aún así, se
miraron totalmente de acuerdo en que era cien veces preferible que hablaran
con el omega aunque les duela en el orgullo, que esperar la furia del alfa puro
por haber hecho de menos a su esposo.
—Entonces, ¿Qué es lo que quieren tratar? —preguntó Taehyung al notar que
habían cedido finalmente—. ¿Es por el tema de su hija? Creí que ya habíamos
dejado en claro ese tema —dijo fingiendo inocencia y empatia—. Pueden estar
tranquilos, porque ella ya no sufre del castigo impuesto por mi esposo a
pedido mío.
—¿Qué hicieron con mi hija? —preguntó la reino totalmente angustiada al
escucharlo decir aquello—. Ella...¿Acaso ella...?
—No puede ser... —lamentó el rey viéndose pálido.
—Créanme que no quieren saberlo —respondió Taehyung con un tono
comprensivo—. Pero, si ese no es el tema por el que vinieron, no hablemos de
ello, por favor. Mi esposo me espera para cuidar de él —juntó sus manos y se
puso recto en su asiento—. Vayamos a lo importante, ¿Sí?
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
—Entonces, temen que por éstas razones que puedan surgir una rebelión de
su pueblo porque no pueden manejar sus gastos de importación de trigo para
con el reino rubí —dijo Taehyung luego de escucharlos.
—Fuimos a hablar con las reinas, y nos dijeron que el príncipe Jeon ordenó
subir los costos de importación a un setenta por cierto, eso es demasiado —
dijo el rey Han—. Y no solo es eso, sino que el agua potable del río que viene
del reino amatista al nuestro fue detenido por una represa, y ahora nos cobran
por el agua que ingresa al reino.
—¿Por qué su alteza pidió un aumento de ese tipo? ¿Por qué los reyes del
reino amatista tomaron esa decisión? —preguntó la reina mirando con el ceño
fruncido al omega.
—Eso es muy simple de responder —dijo el omega con tranquilidad—. Con mi
esposo hablamos sobre nuevos proyectos que relacionan a todos los reinos, y
obviamente para llevar a cabo aquellos planes que traerán cosas positivas a
cada uno, éstos tienen que generar suficientes ganancias para pagar la tarifa
que les permite ser parte de éstas mejoras que queremos implementar.
》Las reinas Byun tomaron el consejo de aumentar los costos de exportación
a su materia prima más importante, por dos razones; expandir los campos de
producción y de esa manera crear más puestos de trabajo, y conseguir para
pagarnos la tarifa del proyecto que tenemos para beneficiar a los reinos que
quieran ser parte de esta mejora con nuestra ayuda.
Los reyes Han lo miraron con confusión en sus rostros, y no tardaron en
quejarse.
—¿De qué proyectos habla? ¿Por qué no estábamos enterados de esto? —
preguntó el rey Han.
—Fue algo que propusimos a las personas que asistieron a nuestro llamado
cuando mi esposo llamó a todos los reinos a venir por la razón del intento de
asesinado hacia mi persona —respondió simple—. Aquellos reyes y reinas que
vinieron, se ganaron un lugar privilegiado al mostrar su preocupación y apoyo
a nosotros, y especialmente hacia mí como un igual a mi esposo —les sonrió
landino—. Ustedes no acudieron a ese llamado. Por eso no están enterados.
Pero no se preocupen, porque iban a enterarse cuando estuviéramos con todo
casi listo.
—¿Entonces casi todos los reinos tampoco están enterados de ésto y están
pasando por lo de nosotros? —preguntó la reina mostrándose ofendida—.
Esto es injusto.
—Me sorprende que sepa que casi todos los reinos pueden estar en la misma
situación que ustedes —dijo Taehyung mirándolos con los ojos entre
cerrados—. ¿Cómo sabe que son pocos los reyes que respondieron a nuestro
llamado?
Ambos reyes se tensaron en sus lugares, y el rey le gruñó leve a su esposa por
haber hablado de más. El rey omega los miraba con tranquilidad, pero fijo,
dejándoles saber que no era estúpido y sabía que algo tenían escondido.
—S-Solo lo supuse, alteza —respondió la mujer apartando la mirada del
omega.
—Bien —respondió simple, restandole importancia, porque tenía que hacerles
creer que no sospechaban absolutamente nada que pudieran querer hacer en
su contra—. Como les venía diciendo, el reino amatista decidió crear su
ganancia poniendo precio a su agua potable, y de esa manera lograr lo mismo
que el reino rubí; crear puestos de trabajo y juntar para pagarnos la tarifa —les
sonrió amable—. Los otros reinos también pensarán en algo para lograr esas
cosas, así que les recomiendo que busquen la forma de solucionar sus
problemas e intenten hacer su trabajo como gobernantes de forma correcta.
Se supone que éste tipo de cosas deben de saber resolver, porque para eso
estudiaron toda su vida al nacer en la realeza.
》Quiero creer que si son lo suficientemente capaces de lucir sus coronas
orgullosos de ser reyes gobernantes, serán lo suficientemente capaces para
poder resolver este tipo de cosas —juntó sus manos sobre su regazo y
entrelazó sus manos—. O de lo contrario, junto con mi esposo tomaremos
medidas serias. Alguien que no puede hacer bien su trabajo, debe de
renunciar o en el caso más común, ser quitado de su puesto —terminó sin
perder en ningún momento su tono calmo—. ¿Alguna otra duda?
—No. Ninguna —se apresuró a decir el rey, e hizo una reverencia—. Eso era
todo. Si nos permite, nos iremos.
—Se los permito —respondió Taehyung sonriendoles amable.
Ambos hicieron una reverencia, y se voltearon para caminar hacia la puerta
siendo acompañados de sus propios guardias. Cuando las grandes puertas se
cerraron, Taehyung suspiró cansado y se quitó su corona para entregársela
nuevamente a Lucy para que volviera a guardarla luego de agradecerle por
haberla traído.
Se apresuró a regresar a su habitación con su esposo, con una sonrisa
satisfecha por haber dejado a los reyes del reino de plata de esa forma;
presionados y sin haber logrado absolutamente nada.
Aún le molestaba levemente el hecho de que aún no lo consideraran igual de
capaz que su esposo, pero lo entendía por completo y estaba se acuerdo con
que jamás iba a ser tan inteligente y capaz como su esposo, pero iba a
esforzarse para mejorar todo lo posible.
Ingresó a su habitación y se encontró con su esposo durmiendo como los
últimos dos días en los que parecía sentirse más cansado, y era obvio debido a
su estado. Se acercó al borde de la cama y tomó la toalla que estaba colada al
respaldo de la cama para nuevamente limpiar el sudor del rostro y cuello de
su alfa con tanto cuidado y delicadeza que se tardó más de lo normal porque
no quería despertarlo.
Revisó el agua del cuenco, y continuaba fría y con la toalla en ésta. La tomó, la
estrujó lo suficiente y apartó los mechones del cabello de su esposo para
colocarla en su frente y ayudar un poco a bajar su fiebre de aquella manera.
Volvió a cubrirlo con la sábana hasta el cuello, y besó muy delicadamente los
labios impropios.
—Ponte bien pronto, mi rey —pidió en un susurro.
Mientras que en otro lado, ciertos reyes, cegados por la desesperación e ira,
decidieron adelantar su ataque hacia el reino más poderoso.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Durante la media noche. Despacho de los reyes.
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Jungkook se sentía en el cielo y el infierno por una razón que le causaba tanto
felicidad y emoción, como molestia, mucha molestia.
¿La razón? Su esposo.
Él le pidió que se acostara primero en lo que él terminaba con unos últimos
papeles del día, y se supone que debía de estar en su habitación durmiendo o
esperándolo. Pero en vez de eso, ingresó a su despacho vistiendo una bata
que no era como las otras, sino que era muy, MUY corta.
Y eso le fascinó a primera vista porque sus brillantes y bellas piernas se veían
tan apetecibles junto con ese color de la seda y el encaje, que logró activar
todas las alertas de excitación como solo él podía hacerlo.
Pero luego de analizarlo dos veces se dio cuenta de algo que lo hizo
molestarse y gruñir fuerte; había caminado desde su habitación hasta aquí
mostrando sus piernas a los guardias, que esperaba por sus vidas que no se
hayan atrevido a bajar la mirada o ya eran cadáveres. Además una parte de su
pecho podía verse, lo que solo aumentó su molestia ante la idea de que
alguien más pudo haber visto lo que solo él podía ver.
Taehyung avanzó hacia él de forma provocativa, dando pasos sin prisa y
moviendo sus caderas de una manera hipnotizante, y cuando llegó a donde su
esposo lo esperaba apoyado sobre el respaldo del asiento con el ceño
levemente fruncido y la mandíbula apretada, no se sentó en su regazo como
acostumbraba a hacerlo, sino que apartó de forma algo brusca los papeles
que estaban frente al azabache para dejar el espacio libre y tomar asiento
sobre la madera.
Se quedaron observando el uno al otro durante algunos segundos en total
silencio, hasta que el alfa notó sus pupilas algo dilatadas, que frotaba sus
muslos juntos de forma inconsciente y que su aroma era mucho más fuerte.
Entonces se dio cuenta de lo que ocurría; su precioso esposo estaba en celo.
—¿Te parece correcto salir de la habitación de ésta manera? —preguntó serio,
sosteniendole la mirada—. ¿Y más encima estando en celo? ¿Quieres hacer
que me vuelva loco? ¿Huh?
—Me porté muy mal... —respondió Taehyung soltando un leve jadeo,
removiendose un poco en su lugar ante las ganas que tenía de que su esposo
lo tomara en ese mismo momento—. ¿Merezco un castigo, Kook?
El omega estiró un de sus piernas hasta que su pie se posó sobre la
entrepierna del alfa la cual comenzó a estimular con movimientos suaves, y
está más que de más decir que había despertado al verlo y olfatear su aroma
que lo llamaba a gritos para pedirle cachorros. Y claro que Jungkook iba a
dárselos, todos los que quisiera.
—Claro que mereces un castigo, mi amor —respondió sin quitar ese tono de
voz duro pero que no llegaba a ser cruel—. ¿Crees que solo porque estás en
celo puedes hacer algo como esto? ¿Huh? —su mano derecha viajó hasta su
pierna, y comenzó a acariciarla hasta llegar a sus muslos, y luego volver a
bajar—. Debería de asesinar a todos los guardias que pudieron haberte visto,
aunque no lo hayan hecho solo por las dudas, ¿Eso quieres lograr?
Taehyung negó junto con un puchero.
—Kook... —llamó separando sus muslos lo suficiente como para que el aroma
excitado de sus fluidos que salían naturalmente llegara al otro—. Deberías de
volver a marcarme.
Jungkook respiró profundo sin cambiar su expresión, intentando soportar
todo lo posible para hacer sufrir un poquito a su esposo por tal atrevimiento.
Obviamente luego de esto iba a marcarlo tanto, que entonces ya no se
animaría a mostrar más de lo que debería a los demás.
—¿Y por qué tendría que hacerlo luego de lo que hiciste? —preguntó alzando
una ceja—. Lo que hiciste no estuvo nada bien, mi amor. No me gustó para
nada.
Taehyung se mordió el labio inferior y lo miró con desesperación.
—P-Pero, Kook... —llevó una de sus manos a la cinta que mantenía su bata
cerrada, y la deshizo dejando a la vista todo para su esposo—. Te necesito...D-
Duele —dijo llevando una mano a su propio pecho, para comenzar a acariciar
sus propios pezones sin pena alguna porque estando en celo en lo único que
podía pensar era en que su esposo lo complaciera y follara hasta que ya no
pueda ni moverse—. Por...favor, K-Kook...
Ah. Hacerse el difícil con su esposo era una tarea imposible. Mucho más si lo
tenía de esa manera; literalmente solo con esa preciosa bata de seda roja
abierta y caída por sus hombros hasta sus codos, con las piernas abiertas lo
suficiente como para poder ver desde su lugar su entrada húmeda que
continuaba mojandose solo para él, con su respiración irregular, esa expresión
de desespero y ansias de que lo tomara, estimulando sus pezones, con el
cabello revuelto y su pene totalmente erecto esperando que hiciera algo para
correrse.
Era demasiado para un pobre hombre enamorado.
—Debería de castigarte sin tocarte, amor —dijo acercando más su silla al
escritorio hasta que quedó entre las piernas de su esposo—. Ese sería
suficiente castigo para ti, ¿Cierto?
Taehyung lloriqueó creyendo que su esposo se había molestado mucho y
ahora no quería ayudarlo con su celo y hacerle el amor como tanto quiere que
de lo haga. Jungkook llevó sus manos a la parte trasera de sus rodillas, y lo
acercó hasta que quedó sentado justo al borde del escritorio, y su entrepierna
muy cerca de su rostro.
—Pero no puedo dejar que sientas dolor, y también sería doloroso para mi no
poder hacerte el amor hasta que ya no puedas ni respirar —sus manos
subieron por la cara interna de los muslos impropios, luego pasó sus brazos
por debajo de cada pierna, colocando éstas sobre sus hombros y hacer que el
omega se recostara sobre la madera—. Y sería un pecado no probar cada parte
de tu cuerpo...Cuando tu entrada tan mojada suplica por mí.
El aroma dulce que poseían sus fluidos y su palpitante y ansiosa entrada
liberando los mismos le hacían agua la boca. Se relamió los labios y no tardó
un segundo más en acercar su lengua a su entrada completamente lubricada.
Dio una primera y larga lamida de abajo hacia arriba hasta rozar sus testículos,
disfrutando la manera en la que las piernas de su esposo temblaron y gimió a
gusto.
El alfa degustó el sabor de sus fluidos y tragó sintiéndose totalmente en el
paraíso. Habían pasado exactamente treinta días desde que comenzó con el
cortejo y desde entonces no pudo volver a tomarlo. Y ahora, con su lengua
degustando y estimulando el anillo de músculos de forma circular y
presionando leve sin llegar a introducir su lengua, se daba cuenta de que no
pudo haber aguantado mucho más tiempo sin volver a tomar a su amado.
Los gemidos que decían su nombre de parte de su omega lo estaban
volviendo loco, pero no iba a tomarlo hasta no hacerlo sentir bien y hacer que
se corriera de todas las maneras en las que se le ocurría. Estaba en celo y
necesitaba que lo estimulara de todas las formas posible, y además a
Jungkook le urgía marcar todo su cuerpo porque la molestia de que otros
alfas hayan podido verlo de esa forma y sentir su aroma excitado, no iba a irse
hasta volver a hacer de su cuerpo algo más suyo que del propio Taehyung.
—Aahh...K-Kook, más —pidió el omega abriendo un poco más sus piernas, y
dos segundos después su espalda se arqueó al sentir uno de los largos dígitos
de su esposo ingresar en él—. ¡Aah! Sí...O-Otro...
—Tan impaciente... —murmuró el alfa moviendo en círculos su dedo,
buscando ese punto delirante que haría a su amado pedir por mucho más—. Si
solo pides más y más, no voy a tener demasiado tacto.
Cuando su omega soltó un gemido alto y abrió un poco más sus piernas, el
alfa supo que había tocado su punto dulce. Entonces sacó su dedo, y antes de
que el otro pudiera quejarse, metió dos dedos directamente a ese lugar que
hizo delirar al menor.
—Déjame escucharte un poco más, amor —pidió el mayor moviendo sus
dedos cada vez más profundo y rápido, siempre golpeando su punto
delirante—. Si lo hago de esta forma...
Sin detener sus movimientos ingresó un tercer dígito, y Taehyung arqueó su
espalda nuevamente y un grito fue lo que soltó. Sus piernas envolvieron el
cuello ajeno, acariciando su espalda con sus pies de forma temblorosa. Los
dedos de su alfa lo estaba haciendo perder la cabeza, pero él quería mucho
más.
—¡K-Kook! —intentó decirle que quería que lo tomara de una vez por todas,
pero literalmente se quedó sin voz y viró sus ojos cuando la otra mano de su
alfa rodeó su pene y comenzó a estimularlo de esa forma también.
—¿Es demasiado para ti, amor? —preguntó sin detener sus manos que
enviaban olas de placer por todo el cuerpo de su amado.
Era demasiado para el pobre omega, que no tardó más de un minuto en
correrse y llenar las manos ajenas de sus fluidos. El alfa quitó sus manos, y
acercó nuevamente su lengua a su entrada para disfrutar del sabor dulzón de
sus fluidos. Taehyung estaba super sensible, y al volver a sentir la calidez de la
lengua de su alfa, volvió a querer más incluso sin terminar de recuperarse de
su orgasmo.
—K-Kook...Quiero... —suplicó volviendo a incorporarse un poco para poder
verlo, apoyando su peso en sus codos.
—Amor... —el alfa se incorporó un poco para conectar sus miradas,
inclinándose sin quitar las piernas contrarias de sus hombros—. ¿Tomaste la
infusión?
Taehyung asintió varias veces.
—Lo hice...Lo juro. Lucy me vio tomarla —respondió desesperado.
Y Jungkook le creyó solo porque sus ojos eran normales, no se trataba de su
lobo desesperado por cachorros. Entonces le sonrió, y llevó sus manos al
cinturón de su pantalón para comenzar a quitarlo.
—Entonces, voy a hacerte el amor hasta que no puedas sentir ninguna parte
de tu cuerpo, amor.
Disfruten de éste y el próximo capítulo, porque después empieza el drama
nuevamente.
G.GG
•|♔| Sesenta y ocho |♔| •
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Como obviamente Taehyung no iba a permitir que Jimin regresara a la casa
que era de Yoongi y suya porque estaría solo, casi que le ordenó que se
quedara en una de las habitaciones vacías mientras buscaban al beta. El
omega de olor a melocotón no se negó porque no quería estar solo, y porque
necesitaba dormir aunque sea un poco.
Logró que quisiera darse una ducha y que cenara correctamente porque
estaba en cinta y no podía saltarse las comidas. Se quedó con él en la
habitación que ocuparía hasta que se quedó dormido, y luego regresó a su
habitación porque ya era la hora de dormir para él también.
Estaba muy preocupado por una cosa también; su esposo.
Al ingresar en su habitación, notó a su esposo sentado en el borde de la cama,
con su pantalón de pijama puesto, su torso al descubierto y el cabello
revuelto. Estaba con la mirada baja y sus manos juntas, apretando sus
nudillos con una expresión impacible, pero Taehyung podía sentir lo que él, y
sabía que no la estaba pasando nada bien.
Se acercó a él luego de quitarse su bata y dejarla sobre uno de los sofás, y sin
decir absolutamente nada tomó sus manos para tener acceso a sus piernas,
donde se sentó dándole la espalda y colocando sus brazos alrededor de su
cintura. El alfa lo atrajo más hacia él, abrazándolo con firmeza y apoyando su
frente sobre uno de sus hombros.
Estaba buscando tranquilidad en su esposo de aquella manera, y Taehyung
sabía perfectamente lo que necesitaba en esos momentos.
El omega llevó una de sus manos a su cabello, y acarició sus hebras azabache
con suavidad.
—Sospecho del reino de oro —habló el alfa luego de un par de minutos en
silencio, sin moverse ni un poco—. Creí que alguno de los guardias o los
sirvientes podía haber informado al reino de oro sobre haberlo visto aquí,
pero todos tenían una mirada de inocencia que demostraba que no estaban
enterados de nada —contó acerca de las horas que estuvo fuera luego de
abandonar el despacho de aquella forma—. Incluso utilicé mi voz de mando,
pero nada...De igual forma solo pudieron haber sido ellos.
—Jimin cree lo mismo —respondió Taehyung sin detener las caricias en su
cabello—. Yo también...Pero no podemos simplemente ir a ver si lo tienen
prisionero, porque si no es el caso, notarán que ellos están relacionados con
nosotros y entonces si lo sabrán.
—Hay que lograr saberlo de alguna forma...¿Pero cómo podemos hacerlo si
seguramente solo algunas personas saben acerca de Yoongi si es que lo tienen
ellos? —preguntó casi gruñendo de impotencia—. Tampoco podemos
simplemente ir a verlos, porque sería sospechoso.
Taehyung se quedó unos segundos pensando en una manera, largos minutos
hasta que algo se le ocurrió.
—Podemos ir sin que sea sospechoso —dijo llamando la atención del alfa, que
levantó su rostro y ambos se miraron—. En dos días es el cumpleaños de la
reina Park.
—¿En serio? —preguntó Jungkook esperanzado—. No lo recordaba, y no
enviaron ninguna invitación.
—¿Crees que querrían invitarme? —preguntó obvio, pero luego hizo un
movimiento con la mano restandole importancia—. Podemos ir, y diré que yo
recordé su cumpleaños y que asistimos solo para molestarlos un poco. Van a
creerme por lo que piensan de mi, y entonces podremos averiguar algo.
—Podríamos entrar, pero entrar a las celdas es algo difícil —recordó ese
detalle.
—Conozco a dos personas de confianza que pueden saber si Yoongi está ahí o
no, y si logro convencerlos, quizás también nos ayuden a liberarlo —aseguró.
—¿Personas de confianza? —preguntó el mayor alzando una ceja.
—Dos guardias —respondió—. Uno de ellos se llama Kihyun, y era un beta,
gran amigo de Yoongi cuando estuvo en el castillo, y el otro es un alfa
que...Bueno, supuestamente algunas personas decían que estaba enamorado
de mí, pero fuera de eso era un gran amigo mío al que muchas veces curé sus
heridas —explicó—. Estoy seguro de que ellos van a ayudarnos si es por
Yoongi.
—...¿Enamorado, dices? —preguntó frunciendo el ceño y empujando su mejilla
interna con su lengua—. ¿Alfa, dijiste?
—Kook —regañó por no prestarle atención a lo más importante—. Ellos van a
ayudarnos.
Jungkook suspiró intentando ignorar aquellos dos datos que le molestaban y
concentrarse en lo importante.
—Bien, entonces tenemos un plan que seguir.
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Dos días después. Castillo del reino de oro.
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El salón principal del castillo estaba lleno de gente; todos los gobernantes de
los otros reinos y los nobles estaban presentes, incluso los comerciantes más
importantes de los negocios de ese reino y algunos cleros reconocidos
estaban presentes.
Solo faltaba una familia; el matrimonio del reino zafiro.
La fiesta había comenzado hace solo media hora, pero eso fue suficiente para
que los murmullos y comentarios malintencionados acerca de su ausencia se
dejaran escuchar.
—Dicen que el esposo del rey Jungkook no sale del castillo porque muchas
personas quieren asesinarlo —comentó una mujer perteneciente a la nobleza.
—Luego del ataque en el funeral del antiguo rey, seguramente debe de estar
aterrado y encerrado en su habitación con diez guardias fuera de la habitación
—comentó el príncipe omega del reino Alejandrita—. Yo estaba ahí, y
presencié como él solo salió corriendo pidiendo que casi todos los guardias
fueran con él. No se preocupó por nadie más que por él.
Del otro lado, la cumpleañera se encontraba a un lado de su esposo hablando
con las reinas del reino Ópalo, también teniendo como tema de conversación
al matrimonio más famoso del último año.
—Sinceramente, estamos felices de que no estén aquí —dijo la reina Park con
una copa de vino en su mano—. Ver a ese omega como alguien a nuestra
altura me sigue poniendo de los nervios. Jamás voy a acostumbrarme a eso.
—Cierto, es algo que jamás será aceptado aunque intente hacer que el rey
Jeon lo vista con joyas y esos vestidos que no le hacen ningún favor —
respondió la reina alfa, Bae Taegyu—. Además, seguramente el venir aquí le
hace recordar sus días como sirviente. Lo que sigue siendo en el fondo,
obviamente.
—No queremos su presencia en nuestro castillo, incomodaría a todos nuestros
invitados con su presencia no deseada —dijo el rey Park—. Debimos de
asesinarlo antes de que llegara al altar y engatusara al rey Jeon.
—La verdad no entiendo lo que le vio el rey Jeon —opinó le reina omega del
reino Ópalo, Bae Heemin—. No tiene encanto alguno. Intenta hacernos creer
que tiene alguna idea sobre lo que significa gobernar, ser un rey. Se necesitan
años de estudio y sobre todo ya tener una naturaleza de realeza.
—Cierto, yo escuché como le habla a sus empleados como si fueran lo mismo,
y eso sería algo ofensivo porque un rey no debe de ponerse al mismo nivel que
la servidumbre, pero él sigue siendo de su mismo nivel y se ve que no puede
evitar su naturaleza mundana —opinó la reina Park.
Continuaron hablando cosas para nada agradables sobre Jeon Taehyung,
creyendo que éstos no asistirán. Lo que ignoraban era el carruaje que acababa
de estacionar frente a la entrada del castillo, de la que un alfa puro bajaba
primero para luego extender su mano al omega que también estaba dentro y
ayudarlo a bajar para que no tropezara con la falda de su vestido.
La gran alfombra blanca que llegaba hasta dentro del castillo estaba siendo
vigilada por dos filas de guardias a cada lado, no pudieron evitar posar sus
miradas en la pareja que caminaba con elegancia y seguridad hacia el interior
del castillo con también una fila de unos ocho guardias detrás de ellos,
totalmente impresionados con lo perfectos y etéreos que se veían.
Las grandes puertas que se abrieron nuevamente llamaron la atención de
todos los presentes, que voltearon a ver quiénes habían llegado, al reconocer
a los recién llegados quedaron totalmente en shock por dos razones; los reyes
del reino zafiro estaban aquí, y la más impactante de todas, vestidos de
dorado.
El rey alfa puro vestía tan elegante, varonil e imponente que todos los omegas
presentes desearon poder ser quien caminaba a su lado con uno de sus brazos
cruzado con el del azabache.
Pero, quien definitivamente se llevaba toda la atención una vez que posabas
sus ojos en él, era el rey omega Jeon Taehyung, quien se veía como si fuera un
ángel o de verdad fuera hijo del dios Apolo. Caminaba con elegancia, una sutil
sonrisa y la cabeza en alto, manteniendo sus ojos fijos en la reina Park que
estaba a metros de ambos.
El accesorio en su cabello le quedaba bellísimo, porque parecía tener puesta
una corona de hojas doradas, pero en realidad unas finas cadenas con perlas
adornaban su cabello desde atrás. Su maquillaje era tan simple como
impactante; labios de color rosado leve con algo de brillo y un delineado
dorado un poco alargado que le daba una mirada entre coqueta e intimidante.
Los reyes Park, en especial la reina, sintieron una gran molestia al verlos.
¿La razón? Estaban vestidos de dorado.
¿Lo malo en eso?
En cada reino había existía costumbre global y que se cumplía por respeto; las
fechas importantes como coronaciones y cumpleaños, nadie vestía los colores
característicos del reino más que la familia real del mismo. Si por ejemplo
Namjoon festejaba su cumpleaños, nadie podía ir a su celebración vestido de
verde o ninguna tonalidad de éste. Si alguna de las reinas Byun cumplía años,
nadie de vestía de rojo o algunas de esas tonalidades.
Lo que se lograba con eso era darles todo el protagonismo de su día a esa
persona. Y el vestir del mismo color, no estaba prohibido, pero si llegaba
molestar a quienes querían ser los protagonistas de su día. En este caso, a los
reyes Park que, aunque les molestara, no se animarían a quejarse a hacia ellos
como les gustaría.
Los reyes Jeon avanzaron con toda su gracia y presencia imponente hacia
ellos, hasta que se detuvieron frente a los Park con sonrisas amigables.
—Buenas noches, reyes Park —saludó Jungkook respetuoso.
—Y muy feliz cumpleaños, reina Park —saludó Taehyung como si fueran
amigos de toda la vida.
La mujer estaba a nada de explotar, se le notaba en sus ojos que quería saltar
sobre él y quitarle esa sonrisa de la cara. El rey Park notó su estado, y se
apresuró a hablar primero.
—Buenas noches, altezas —saludó haciendo una leve reverencia—. Nos
sorprende verlos aquí. Creíamos que no vendrían.
—No les repartimos invitaciones porque supusimos que estarían muy
ocupados... —habló la reina por primera vez cuando logró calmarse un poco, e
intento sonreír también pero solo logró formar una mueca—. Por eso nos
sorprendió.
—Señora Park, recuerde que yo era una de las personas que preparaba la
comida y decoraba el lugar para su cumpleaños —dijo Taehyung sin perder el
tono amable de su voz—. Es una fecha que tengo en mi cabeza y no creo que
se borre.
—Debíamos de venir a compartir éste día con ustedes —habló el alfa esta
vez—. Después de todo, son uno de los reinos más importantes, y porque
supongo que tantos años de conocerse, mantienen un buen vínculo con mi
esposo.
Los reyes Park los observaban con algo de recelo al escuchar sus palabras,
porque obviamente no eran ciertas.
—¿Le gusta mi vestuario? —preguntó Taehyung de repente.
La reina no pudo evitar volver a mirarlo mal por un momento, ni callar su
boca.
—Se supone que no debía de utilizar el dorado, alteza —dijo casi siendo un
reclamo.
El rey omega rió cubriendo su boca, y luego la miró con ojos fijos, retadores
junto con una sonrisa landina.
—Lo hice por dos razones... —llevó su mano libre a la falda de su vestido,
actuando de manera casi coqueta—. La primera es porque claramente el
dorado se me ve mejor —dijo con obviedad—. Y la otra... —quitó su brazo que
estaba enganchado con el de su alfa, y esa mano la llevó la barbilla de éste,
haciendo que se acercara a darle un tierno beso en su mejilla—. Es porque
vamos a quitarles el protagonismo esta noche.
—¿Qué dices? —preguntó ella alzando un poco el tono de au voz, sin soportar
más el tono de sus palabras—. ¿Qué es lo que piensa que-
—Cuide su tono y sus palabras al referirse a mi esposo, reina Park —dijo
Jungkook con su clásica calma, pero logrando causar escalofríos en las
personas—. No arruine su celebración, ni me obligue a hacer algo que luego
lamentarán, ¿Sí?
—No es que queramos faltarle el respeto, alteza —se adelantó a decir el rey
Park—. Pero, sus palabras suenan a que tiene malas intenciones que hacer el
día del cumpleaños de mi esposa.
—¿No es algo que esperaban que hiciera? —preguntó Taehyung con un tono
inocente—. Luego de la manera en la que me trataron a mí y a mi madre
durante toda nuestra vida, y ni hablar de cómo se comportaron con Jimin, y
sumando el hecho de que hablan muy mal sobre mi creyendo que no lo
sabemos, ¿No creen que iba a querer molestarlos un poco aprovechando el
poder que se me fue otorgado.
—¿En serio solo vinieron porque quiere molestarnos? Que infantil —dijo la
mujer apretando los dientes.
—¿No es así como ustedes me ven? —preguntó continuando con su tono de
inocencia—. Si tanto creen eso, entonces debo de cumplir con sus
expectativas y demostrarles que soy peor de lo que creen... —juntó su mano
con la de su esposo, y con la otra abrazó su brazo—. Mi esposo va a cumplir
cualquier capricho mío porque eso logro engatuzandolo, ¿Cierto? —los miró
con diversión—. Entonces así será. Y hoy se me antoja volver su día especial en
uno que no querrá recordar, reyes Park.
Los Jeon sonrieron, y los Park solo podían contener su ira sin poder hacer
absolutamente nada.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Taehyung llevó a su esposo hacia las celdas, donde se encontraron con dos
guardias fuera. Quisieron ingresar directamente, pero los guardias, ambos
alfas, se colocaron en frente impidiendo que avanzaran.
—Altezas, tenemos órdenes de no dejar ingresar a nadie —dijo uno de ellos.
—Esas órdenes no aplica en nosotros —respondió Jungkook tranquilo, pero
con una mirada amenazante—. Muévase, por favor.
—Pero, altez-
—¡Muévanse! —gritó con su voz de mando sin paciencia ni ganas de perder
más tiempo.
Taehyung no pudo evitar bajar su mirada ante ella, pero al mismo tiempo se
aferró más a él, como si inconscientemente quisiera calmarlo. Los guardias no
pudieron evitar retroceder ante su voz de mando, dieron un paso hacia atrás,
pero no se movieron aún.
—¿O acaso no reconocen a quienes tienen en frente? —preguntó dando un
paso hacia adelante, y entonces los alfas se alejaron de la puerta para darles
acceso finalmente.
Tomados aún de la mano, avanzaron por el pasillo que daba a las celdas. Los
guardias de fuera fueron de inmediato al salón principal para avisar a los reyes
lo que ocurría.
Al llegar al pasillo de las celdas, los olores extraños y desagradables no se
hicieron de esperar, y Jungkook buscó un pañuelo con su aroma de un bolsillo
interno en su chaleco, y se lo entregó a su esposo que no dudó en tomarlo
porque era desagradable y no podía pensar claramente.
Mientras más avanzaban, unos quejidos de dolor se escuchaban cada vez más
fuerte y cerca, y entonces un insulto dicho por una voz conocida hizo a ambos
detenerse un momento para mirarse. En ambas miradas estaba la frase; ese es
Yoongi. Entonces caminaron un poco más rápido hasta casi el final de ese
largo pasillo, y entonces vieron detrás de los barrotes un escenario que hizo a
ambos sentir muchas cosas, y ninguna buena.
Dos guardias sostenían al beta Min de cada brazo para mantenerlo inmóvil
mirando hacia la pared, mientras un tercero lo azotaba con un látigo triple,
tan fuerte que lograba hacer cortes preocupantes. Tenía el torso descubierto y
estaba descalzo, su espalda estaba hecha un desastre de cortes, marcas y
sangre que caía por toda su espalda.
Ninguno de los dos podía definir lo que sintieron en ese momento, pero el alfa
puro lo dejó en claro soltando un gruñido tan fuerte que hizo a los tres
guardias dentro de la celda, pegar un pequeño salto ante el susto, pero no les
dio tiempo a más que voltearse antes de que Jungkook pateara la celda
arrancando ésta de su marco, abriéndose paso hacia el interior, donde de un
empujón con su mano derecha que lo hizo estamparse contra la pared.
Ĺos otros dos solo soltaron al prisionero y levantaron sus manos a la altura de
su rostro para demostrarle que no iban a hacer nada en su contra. No eran
tontos, sabían que se trataba de Jeon Jungkook el mayor gobernante de
todos los reinos, y que era un alfa puro que podía acabarlos incluso sin poseer
una espada.
Yoongi cayó al suelo intentando sostenerse con sus brazo mientras soltaba
quejidos de dolor que no podía retener. Jungkook se agachó para ayudarlo a
ponerse de pie intentando no tocar sus heridas, mientras Taehyung se
acercaba al beta que estaba en el suelo, pero no para ayudarlo o preguntarle
si estaba bien, sino que tomó el látigo con el que su amigo estaba siendo
lastimado, y siguió a su esposo.
—Kook —llamó el omega haciendo que éste se detuviera junto con un Yoongi
cabizbajo.
El alfa puro volteó a verlo esperando a que continuara hablando, y Taehyung
apuntó las otras celdas.
—Kihyun dijo que Bogum estaba encerrado por negarse a lastimar a
Yoongi...¿Podemos sacarlo? —preguntó algo temeroso por la respuesta de su
esposo—. No se lo merece, y depende de lo que hagamos con los reyes,
pueden llegar a matarlo. Por favor...
Jungkook lo miró durante algunos segundos pensando en si hacerlo o no. A él
no le importaba ese alfa, por dos simples razones; no lo conocía de nada, y
supuestamente estaba enamorado de su esposo en el pasado. Pero al ver la
mirada suplicante de su esposo, no pudo negarse.
—De acuerdo. Pero que no te toque —dijo serio—. En serio. Ni un poco.
Taehyung asintió varias veces, y le sonrió en agradecimiento antes de
comenzar a buscar en cada celda llamando por su nombre a su antiguo amigo
alfa. Lo encontró en la quinta celda que revisó, y le inmediato les ordenó a uno
de los guardias que abriera la celda, a lo que el beta guardia no se atrevió a
negarse.
—Bogum —llamó, y le hizo una señal con la mano para que de levantara y se
acercara—. Ven. Eres libre.
—...¿Tae? —nombró el alfa poniéndose se pie con algo de dificultad debido a
que sus piernas estaban algo acalambradas de tanto estar en la misma
posición—. No puedo creerlo, si eres tú.
El alfa se acercó a él con toda la intención de abrazarlo, pero Taehyung
retrocedió poniendo sus manos frente a él para que se detenga. Le sonrió
apenado y negó.
—Si me tocas, mi esposo va a molestarse y quizás vuelva a encerrarte... —y
quizás hacerle más cosas, pero no quería asustarlo y se lo guardó—. Vamos.
Síguenos.
—Oh, cierto...Tienes esposo ahora —dijo el alfa con una leve sonrisa, que se
veía algo forzada—. Y es Jeon Jungkook...
—Podemos charlar todos juntos luego —dijo Taehyung comenzando a
caminar hacia los otros dos, siendo seguido por Bogum—. Pero ahora, hay que
poner a algunas personas en su lugar —terminó con un tono de voz que
sorprendió al guardia alfa.
Podía notar al omega diferente. Tenía un aura más madura, un poco más
imponente y con esa forma de actuar como si supiera exactamente que hacer
y cómo hacerlo.
Y además de eso, se veía increíblemente hermoso. Pero eso iba a guardarlo
para él, porque la mirada del rey Jeon sobre él en cuanto de acercaron, le
dejaba muy en claro que si lo hacía, perdía la lengua.
Taehyung se colocó a un lado de su esposo, y continuaron con su camino
hacia el gran salón. Al salir, se encontraron con un medio círculo de guardias
apuntando sus espadas en su dirección, que los hizo detenerse y observar
todo el panorama.
—A-Alteza... —llamó Yoongi, y levantó la mirada para verlo—. Jimin...¿Cómo
está? ¿M-Mi bebé? —preguntó preocupado.
Y Jungkook al observarlo se quedó completamente estático y con los ojos
abiertos un poco más de lo normal. No podía creer lo que estaba viendo, y
tampoco pudo darse cuenta de lo mucho que se enfadó con los reyes, que en
ese momento se mostraron de entre todos los guardias.
Taehyung al sentir las emociones de su esposo volteó a verlos, y sus ojos se
fijaron en el rostro del beta mal herido, y llevó sus manos a su boca para
cubrirla ante la impresión.
A Yoongi le habían arrancado un ojo.
—¿Cómo supieron que estaba aquí? —preguntó la reina Park intentando
mostrarse impacible, pero claramente nerviosa y asustada por lo que
sucedería ahora—. No se supone que lo supieran...
—Ahora no nos queda otra opción —dijo el rey Park con un rostro más serio y
tranquilo que su esposa.
Taehyung volteó a verlos, y esta vez el enojo que sintió fue suyo. Levantó la
mano que sostenía el látigo en su dirección, y los miró a ambos con puro odio.
Odio como pocas veces sintió.
—Aquí acaba su reinado —aseguró.
Jungkook le entregó su amigo al alfa de nombre Bogum que estaba detrás
suyo, y acto seguido se acercó a su esposo, el cual sin mirarlo le entregó el
látigo, y lo tomó con firmeza.
—Teníamos un trato —dijo el azabache, y dio un golpe con el látigo en el
suelo—. Les advertí lo que ocurriría si no lo respetaban.
Las demás familias reales solo permanecían del otro lado del salón, sabiendo
que no debían de meterse en ese asunto. Algunos apoyaban a los Park, otros a
los Jeon.
Pero todos, tenían muy en claro que el oro no tenía oportunidad ante el zafiro.
Yoongi 👊😔
¿Algo que decirles a los reyes Park?
G.GG
•|♔| Setenta y uno |♔| •
El ambiente era tenso, y todos sabían que una gran pelea iba a comenzar. Por
eso, los guardias acompañantes de cada una de las familias reales les pidieron
salir del salón por su seguridad, a lo que la mayoría de las familias accedieron
y salieron del castillo directo a sus carruajes porque estaban seguros de que el
festejo no continuaría.
Casi todos, porque los únicos que se quedaron fueron los aliados de los reyes
Jeon, que no estaban asustados o preocupados por lo que pasara.
Simplemente esperaron a la señal del rey alfa puro.
—Les voy a dar la última oportunidad de hacer esto más rápido y simplemente
entregarse por su cuenta —habló Jungkook observando de manera
desinteresada a los reyes Park—. No han tenido, no tienen, ni nunca tendrán
oportunidad contra mí. Esto es inútil, ¿En verdad piensan intentarlo?
Los Park gruñeron, y el rey hizo una señal a sus guardias para que se colocaran
en posición de ataque. En ese momento Taehyung se acercó a su esposo para
murmurarle.
—Kook, no los mates. Conozco a la mayoría, y de seguro que no quieren
enfrentarte porque saben que no van a ganar, pero tienen que hacerlo por
orden suya —dijo el omega observando a los guardias que recordaba de su
tiempo viviendo en el castillo—. Por favor.
—Si eso quieres, no lo haré, amor —respondió el alfa de igual forma, sin
apartar la mirada de los reyes Park.
—Tae —se escuchó detrás de los Jeon, y al voltear se encontraron con un
Kihyun que sostenía su espada desenvainada, que se colocó a un lado del rey
alfa puro—. Me estoy jugando la cabeza, pero esta vez puedo hacer algo para
ayudar a mis amigos...Así que, por favor, déjeme luchar a su lado, alteza
Jungkook —pidió sin dejar de mirar al frente.
—No podría negarme a tener un poco de ayuda. Y me agradan las personas
valientes —respondió Jungkook.
—Alteza, ¿Necesita una espada? —preguntó el beta—. Traje una para Bogum,
pero puede usarla.
—No es necesario -respondió simple.
—Bien...
Kihyun volteó y miró al omega, e hizo una señal con la cabeza para que se
acercara. El omega se acercó a él, y el beta le entregó la espada envainada.
—No creo que ellos te ataquen, pero por las dudas, dale esto a Bogum y que
los proteja desde allí.
Taehyung asintió, y Jungkook soltó una leve risa, que por alguna razón sonó
algo aterradora.
—Nadie más que yo va a proteger a mi esposo —aseguró—. Y mucho menos él.
No voy a permitir que si quiera que acerquen a mi omega —dijo haciendo
énfasis en la palabra "mi".
—Oye, ¿Y por qué mucho menos yo? —preguntó Bogum ofendido desde
detrás. No entendía por qué parecía caerle muy mal al alfa puro.
—Es que Kook es un poco celoso con los alfas que me rodean... —respondió
Taehyung cuando se acercó a él para entregarle la espada—. No es nada
personal, no te preocupes.
Oh, sí. Era muy personal para Jungkook.
El alfa dejó a Yoongi con cuidado en el suelo, y Taehyung de inmediato se
agachó a su altura, y sacó un pañuelo de uno de los pequeños bolsillos que
había en la falda, para limpiar la sangre de la mitad del rostro del beta, y luego
lo apoyó con cuidado sobre la cuenca del ojo izquierdo, el cual ya no se
encontraba allí.
Verlo de esa manera lo ponía muy mal, y no podía imaginarse cómo se pondría
Jimin al verlo. Solo podían agradecer que no estaba muerto y sus heridas no
era mortales, pero era tan injusto tener que agradecer algo como eso.
—Nuestros propios soldados apuntando sus espadas hacia nosotros... —gruñó
la reina Park-. Eso es el colmo.
—¡Ustedes serán ejecutados! —amenazo el rey a Kihyun y Bogum.
—En cuanto decidieron dañar a mi guardia personal y gran amigo, perdieron
cualquier autoría y poder como reyes —dijo Jungkook con calma, a pesar de
que su mirada estaba encendida, decidida a hacer que desearan jamás haber
nacido—. Por lo que, guardias... —llamó la atención de todos los guardias con
el logo del reino de oro en sus armaduras—. Pueden simple evitar una pelea
que no ganarán y bajar sus armas para que simplemente nos llevemos a éstos
intentos de gobernantes, o pueden terminar con algunos huesos rotos e
inconscientes, pero de igual forma nos los llevaremos, ¿Qué prefieren?
—¡No nos subestimes, Jeon! —dijo el rey Park, notablemente molesto por sus
palabras—. Tienes a doscientos guardias delante, y ustedes solo son tres, un
beta herido y un omega inútil. Por más fuerza que poseas, ¿Crees que puedes
con todos al mismo tiempo?
—Podría hacerlo si tuviera mi espada y no estuviera mi esposo presente con
riesgo a ser dañado —respondió Jungkook sin inmutarse—. Ese era un riesgo
posible, y por eso tuve que asegurar las cosas y el final de un posible
enfrentamiento con números demasiado impares.
Jungkook alzó una de sus manos y cerró su puño en el aire. Cinco segundos
después, la voz de Namjoon se dejó escuchar junto con la de los otros
gobernantes aliados, y en menos de diez segundos docenas de guardias
aparecieron por la entrada principal y el pasillo que daba al jardín. De pronto
todos los guardias que estaban rodeando al matrimonio Jeon fueron los que
de vieron rodeados, y superados en número.
—Les dije que nunca tuvieron, ni tendrán oportunidad contra nosotros —dijo
Jungkook jugando con el látigo en su mano, moviendo éste de un lado a otro
de forma lenta.
Los reyes Park observaron a su alrededor, y ante el cambio de posiciones solo
pudieron comenzar a desesperarse, y a mirar al alfa puro con puro terror.
—¿En verdad me creen tan estúpido como para arriesgarme a escenarios
peligrosos para mi esposo sin poder asegurar su bienestar? —preguntó
Jungkook con clara burla en su voz—. El subestimarnos, y planear las cosas de
manera tan pobre, es lo que en este momento los tiene con las piernas
temblando de miedo porque nada salió como lo esperaban.
—T-Tienes que pensarlo mejor, a-alteza —dijo la mujer acercándose a su
esposo ante el terror de lo que ocurriría con ellos a partir de ahora—. E-El
reino no puede quedar sin reyes de un momento a otro...
—C-Creo que ha malinterpetado mucho nuestras acciones, alteza —dijo esta
vez el rey Park, intentando ocultar su nerviosismo que era evidenciado por el
sudor frío en su rostro y sus manos temblorosas—. Nosotro-
—Silencio. Me aburren —dijo cortando sus palabras, y se acercó a ellos a pasos
calmados, arrastrando el látigo en el suelo de manera amenazante—. Park
Heejin... —miró al rey alfa, luego a la reina omega—. Park Yonhyeon...
Jungkook chasqueó los dedos, y en seguida cuatro de los guardias de oro
sostuvieron a los reyes; uno de cada brazo de ambos, dos alfas al rey y dos
betas a la mujer omega. Los hicieron arrodillarse, y ellos solo pudieron
observar a los guardias que los retenían con incredulidad. Aquellos cuatro y
otros seis a su alrededor, eran soldados del reino zafiro infiltrados esa noche.
Los demás guardias que sí eran del reino de oro, al ver que la situación ya
estaba dicha, bajaron y guardaron sus espadas.
—Pueden intentar atacarnos con todos los hombres que posean, pero el
resultado siempre será el mismo —dijo el azabache cuando llegó frente a ellos,
y les sonrió con sorna—. No se preocupen, voy a colocar a personas realmente
capacitadas para gobernar en su amado reino.
—¡No vas a durar demasiado en tu trono, Jeon! —gritó el rey alfa con furia.
—Cuando menos te des cuenta, todo tu reino caerá —gruñó la omega Park.
—¿Hablan del ataque de los diez reinos que quedan con la esperanza de poder
tomarnos por sorpresa? —preguntó Jungkook entre una leve risa.
La expresión de sorpresa de ambos Park solo evidenciaba que en verdad
creían que las cosas iban a salir como ellos creían, y que el rey Jeon no tenía ni
idea de lo que tenían planeado. Eso causó gracia en el alfa puro más que
ofensa por ser subestimado de esa forma.
—¿Quieren saber algo curioso? —preguntó como si estuvieran charlando con
uno de sus amigos una tarde tomando el té—. Quien tuvo la idea de que el
príncipe Park huyera el día de su boda fue mía —soltó como si nada—. La idea
era que pudiera casarme con quien ahora es mi esposo y que ellos fueran en
busca de su felicidad y libertad, ¿No les parece romántico?
—¿Q-Qué? —preguntaron ambos al mismo tiempo, sin creer en sus palabras.
— Como escucharon, ¿O creen que eso de casarme con su hijo de repente fue
un golpe de suerte para la familia Park? —rió y negó con la cabeza—. Solo
quería a la dama de compañía de su hijo, pero al parecer fue lo mejor porque
ahora tengo un matrimonio feliz, y ustedes están por ser abuelos, ¿No están
emocionados?
Jungkook creía que sus rostros no podían mostrar más sorpresa, pero así fue
cuando les dijo lo último.
—Casi asesinan al padre de sus nietos, ¿No se sienten aún más basuras por
eso? —preguntó volviendo a mostrarse serio y amenazante—. Lo bueno, es
que no tendrán unos abuelos indeseados.
Se puso de pie y le hizo una señal a otro de sus soldados para que acercara las
sogas que trajeron del carruaje, para luego hacer que los ataran de manos y
pies; con sus manos detrás, y también ataron unas en sus cabezas a la altura
de sus bocas para impedir que pudieran hablar. Pidieron llamar a su médico,
que esperaba paciente a ser llamado en uno de los carruajes que trajeron a los
guardias, para que atendiera a Yoongi.
Los guardias de oro fueron a descansar a pedido del rey Jeon, y los de los
otros reyes regresaron por donde vinieron cuando sus gobernantes les dieron
la orden. A penas éstos se fueron, los demás matrimonios reales se acercaron
a ellos para hablar sobre lo que ocurriría de ahora en adelante con el reino de
oro. Pero Jungkook ya sabía que hacer con él.
Regresó a donde Yoongi estaba sentado siendo atendido por su médico de
cabecera, que tenía todo lo necesario dentro de su maletin de cuero.
Taehyung, que estaba al lado del beta ayudándolo a tomar agua porque
estaba bastante deshidratado, se puso de pie y se acercó a su esposo para
abrazarlo con fuerza.
—Todo salió bien... —dijo el omega con alivio.
—Obviamente, amor —respondió seguro, luego de rodear su cintura con
ambos brazos—. Tuviste una maravillosa idea al infiltrar a soldados que
estaban en este reino, o de lo contrario no hubiéramos sabido que tenían a
tantos guardias esperando a atacarnos y averiguabamos que Yoongi estaba
aquí.
—Solo pensé en muchas posibilidades... —respondió feliz por haber sido de
ayuda—. Eso me haz enseñado tú.
Jungkook besó su frente, y luego observó a su amigo, que estaba soportando
el dolor de que le limpiaran las heridas con paños húmedos y algo de agua. Lo
peor serían las suturas de las heridas más graves, y seguro que tomarían algo
de tiempo, por lo que mientras, podía liberar un poco de toda la furia que le
hicieron sentir los Park.
—¿Conoces a todos aquí? —preguntó el alfa puro mirando a su esposo a los
ojos.
—Casi a todos. Algunas personas son desconocidas, deben de haber venido al
castillo luego de que me fuera —respondió sincero—. ¿Por qué preguntas,
Kook?
—Por si querías saludar a esas personas luego de tanto tiempo —respondió
simple, y luego miró al beta de cabello naranja que no dejaba de disculparse
con Yoongi por no haber podido ayudarlo—. Oye, tú —llamó alzando un poco
la voz.
Kihyun al escucharlo volteó a verlo con sus ojos húmedos, y al darse cuenta de
que el alfa puro le hablaba a él, se apresuró a ponerse de pie y acercarse a él.
—¿Sí, alteza?
—Llama a las personas que tenían una buena relación con mi esposo, y diles
que vengan —ordenó.
A Taehyung le brillaron los ojos cuando dijo aquello, y volteó a ver al beta sin
separarse del cuerpo de su alfa.
—Por favor, Kihyun —pidió con mucha emoción en su mirada.
—Sí. En seguida, altezas —respondió sonriendole también, porque estaba
seguro de que a las personas del castillo que amaban a Taehyung desde
pequeño les haría muy feliz volver a verlo.
El beta pelinaranja fue casi que corriendo por uno de los pasillos, y Taehyung
volteó para abrazar a su esposo pasando sus brazos por sus hombros, e hizo
un puntitas para poder hacer que se inclinara un poco y así besarlo a modo de
agradecimiento. Jungkook le correspondió más que gustoso, y continuó
dándole pequeños besos cuando se separaron.
—Ve con Yoongi —le dijo luego de que el alfa terminara de besarlo—. Fuera de
lo herido que está, debe de estar preocupado por Jimin y su bebé, además de
que se nota que hay algo más que lo pone mal, y solo se abrirá contigo.
—Lo sé, amor —besó ambas mejillas, y lo soltó para ir donde su amigo.
Taehyung se quedó allí esperando a las personas que hacía tiempo no veía,
pero no esperó solo, porque Bogum se acercó a él respetando bastante su
espacio personal porque sabía de antemano que no debía de tentar a la suerte
con respecto a su esposo.
—Tae...
—Bogum —nombró volteando un poco para observarlo de frente, y le sonrió
amable—. Gracias por no aceptar hacerle daño a Yoongi, aún sabiendo las
consecuencias de ello.
—No podía hacerlo. Él era alguien con quien me llevaba muy bien cuando
estuvo aquí, y me salvó muchas veces de ser gravemente herido —respondió
sincero—. Además, Kihyun y tú jamás me lo perdonarían...¿Cómo se encuentra
su alteza Jimin?
—Preocupado por el padre de sus cachorros —respondió apuntando a Yoongi
con la cabeza—. Pero fuera de eso, está muy bien afortunadamente. Está en
un lugar seguro y pasamos tiempo juntos.
—Me alegra que esté a punto de formar su familia con la persona que ama —
respondió con sincera alegría, pero luego su sonrisa se vio menos
entusiasmada—. Y tú...¿Eres feliz con tu esposo?
Taehyung bajó un poco la mirada algo apenado, pero aún así asintió varias
veces con una gran sonrisa.
—Soy muy feliz al lado de Jungkook —respondió seguro—. Es simplemente
increíble, y una gran persona a pesar de que a veces es muy celoso y algo
impulsivo; es una persona justa y leal a las personas que también lo son a
él...Es muy dulce, me cuida demasiado y me hace sentir amado cada día —
finalizó sin querer alargar más su respuesta.
A pesar de ese dolor en su pecho, Bogum sonrió sinceramente feliz de que el
omega que se robó su corazón hace años fuera feliz junto a alguien que
parecía amarlo con esa intensidad y que lo cuidara de todo y todos.
—En verdad me alegro, Tae —dijo sonriendole—. ¿Piensan en cachorros o aún
no es momento?
Taehyung no pudo evitar avergonzarse, y negó levemente.
—A-Aún no...Tenemos algunos problemas que tratar antes de ello...Pero es
algo que definitivamente está en nuestros planes tan pronto sea un buen
momento —respondió sincero.
En ese momento varias personas, entre ellos una anciana más vieja de Lucy,
se acercó a él gritando su nombre con euforia, e incluso había una pequeña
niña de unos diez años que fue la primera en llegar hasta el omega y lanzarse a
sus brazos en cuanto llegó a él. Bogum les dio su espacio, y regresó donde
Kihyun estaba parado esperando a que Yoongi terminara de ser atendido.
Mientras tanto, Jungkook le preguntaba al beta todas las cosas que le habían
hecho, y le preguntó cómo fue que lograron traerlo al castillo.
—Fui de compras a la ciudad, y estaba viendo algo de fruta para llevarle a
Jimin porque a veces se despierta de madrugada pidiendo alguna y se pone a
llorar si no hay... —comenzó a contar, haciendo muecas de dolor ante las
atenciones del médico en su espalda—. Yo no estaba armado, y mis manos
estaban ocupadas con las cosas que compré...De un momento a otro
aparecieron cuatro guardias que bajaron de un carruaje, y me golpearon para
luego subirme al carruaje donde me ataron y me dejaron inconsciente de una
patada en la cabeza —dijo llevando una mano a la zona, a la izquierda de su
cabeza.
—Todos unos cobardes... —gruñó Jungkook al imaginarse aquella escena.
—Cuando desperté estaba encadenado en una de las celdas, y pasaron
algunas horas antes de que pareciera un guardia que nunca antes había
visto... —bajó su mirada a sus manos, luego llevó una la parte izquierda de su
rostro, cerca de donde antes tenía su ojo izquierdo—. Me lo arrancó con una
cuchara, y simplemente lo arrancó...Dolió como la mierda, y por un momento
me asusté porque no dejaba de sangrar...
Jungkook estaba recordando todo en su mente, para luego aplicarlo de peor
manera en los reyes, y en esos guardias que se atrevieron a lastimarlo aunque
haya sido a pedido de los Park.
—¿Sabes que me asustaba más que morir torturado? —preguntó Yoongi
levantando la mirada para verlo—. Dijeron que mañana iban a quitarme el
otro...Yo estaba seguro de que ibas a venir en cualquier momento, pero
deseaba que fuera antes de que me quitaran el otro, porque si iba a sobrevivir
sin poder ver a mis cachorros cuando nacieran o a Jimin de nuevo...No sé si
eso hubiera sido peor que la muerte para mí, ¿Sabes?
Aquellas palabras destrozaron por completo una parte del corazón del alfa en
el que estaba posicionado el beta, y también aumentó la ira hacia los Park.
Llevó ambas manos al rostro del beta e hizo que lo mirara fijo.
—Lamento no haber llegado antes... —se disculpó sinceramente—. Pero,
llegué antes de que perdieras el otro, y tienes a un omega embarazado en mi
castillo que está esperando por ti, y no puedes llegar viéndote tan destruido
porque solo harás que se ponga peor, ¿Entiendes?
Yoongi se aguantó el llanto al imaginarse a su esposo llorando asustado por su
bienestar, y por un momento deseó ser un alfa para así al menos tener un lazo
con su amado y poder hacerle saber que estaba bien, y poder sentirlo
también.
—Lo sé, alteza —respondió manteniéndose firme—. Gracias por cuidar de mi
familia.
—Ahora también son nuestra familia —respondió Jungkook observando a su
esposo, que charlaba de forma amena con una mujer con traje de cocinera—.
Y eres una de las personas más importantes para mí. No podría soportar la
idea de perder a mi guardia personal.
Yoongi no quiso ponerse sentimental con al azabache, por lo que solo
chaqueó la lengua apartando la mirada.
—¿Crees que me vea bien con un parche? —preguntó en broma.
—Yo creo que Gahyeon podrá hacerte uno decente —respondió Jungkook
riendo leve.
Pensó en todas las cosas de las que debían encargarse, y suspiró cansado. Una
a una iba a resolverlas, pero ahora la prioridad era regresar a Yoongi con
Jimin, luego le seguía encargarse de los reyes Park, y luego conseguir unos
nuevos gobernantes para el reino de oro.
¿Cómo actuarán los otros reinos ahora que el reino de oro cayó? 👀
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Castillo zafiro. Habitación de invitados.
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Lo primero que hicieron los tres al llegar fue ir a tomar una ducha; el
matrimonio Jeon juntos, y Yoongi solo luego de escuchar las indicaciones del
doctor sobre cómo asearse sin perjudicar en sus heridas. Le tomó mucho más
tiempo del normal, ya que lo hizo con cuidado, queriendo limpiar y colocar el
ungüento preparado por Lucy para ayudar a cicatrizar y limpiar sus heridas al
terminar.
Por mientras, Taehyung fue hacia la habitación que ocupaba su alteza Jimin
para que supiera que regresaron. El omega en cinta no tardó más de diez
segundos en abrir la puerta totalmente ansioso, con sus ojos rojos
evidenciando que no hacia mucho que había dejado de llorar una vez más. No
tuvo que hacerle la pregunta, porque con su mirada ya lo estaba haciendo, y
casi que sale corriendo de la habitación cuando el omega peligris le sonrió en
una afirmación positiva.
Jimin comenzó a llorar una vez más a la vez que se abalanzaba a sus brazos
repitiendo palabras de agradecimiento una tras otra. Taehyung aún estaba
preocupado por su reacción al ver sus heridas, así que decidió informarle un
poco sobre su condición antes de que lo viera de golpe.
—Jimin... —se separó parra mirarlo a los ojos, y tomó sus manos entre las
suyas—. Yoongi fue...Lastimado por algunos guardias a pedido de tus padres...
—¿Q-Qué? ¿Lastimado? —preguntó totalmente en pánico—. ¿Cómo que
lastimado? ¿Qué tanto?
Hizo muchas preguntas, pero ni siquiera se quedó a escuchar respuesta a
alguna, porque caminó a paso rápido sosteniendo con fuerza la falda de su
vestido regalado por Taehyung. El omega peligris se apresuró a seguirlo para
cuidar de que no tropezara o bajara las escaleras de forma peligrosa.
Yoongi estaba con Jungkook en su despacho, ya que el beta quería hablar con
él sobre algo que escuchó de uno de los otros prisioneros en el castillo de oro
antes de ver a su omega y no soltarlo ni alejarse durante días. Pero en medio
de la conversación la puerta se abrió y un desesperado Jimin buscó con la
mirada al padre de sus cachorros, y al verlo no se resistió a correr hacia él y
rodearlo en un fuerte abrazo.
—¡Yoongi! —gritó el omega pelirosa entre sollozos fuertes, intentando utilizar
un tono de regaño.
El beta contuvo varios quejidos de dolor ante el ardor y dolor que le
provocaban las heridas en su espalda, y llevó una de sus manos a su abultado
vientre en crecimiento, y otra a su cabello mientras intentaba apartarlo lo
suficiente.
—C-Cariño, ten más cuidado —pidió respirando hondo para sentir el aroma de
su cabello limpio, el cual era el único que podía sentir siendo beta—. No la
espalda...
Jimin se separó alejando sus manos por completo del cuerpo ajeno, y observó
toda su anatomía en busca de alguna herida notable, pero solo pudo notar el
parche que cubría uno de sus ojos. Era obvio lo que había ocurrido como para
que lo tuviera, pero aún así acercó una de sus manos con la intención de
quitarlo y observar que estaba ocultando.
—Jimin, no —negó el beta sosteniendo su muñeca para alejar su mano—.
No...No hay nada ahí.
Y eso fue suficiente para que el omega volviera a sentir que le destrozaban el
corazón como cuando Yoongi no regresó a casa. Sus lágrimas bajaron una vez
más, pero ahora de manera silenciosa. Sus manos fueron a su rostro para
acariciarlo, queriendo que solo con eso todas sus heridas se sanaran.
—¿Q-Qué más te hicieron? —preguntó queriendo que la respuesta fuera un
simple "nada".
—No mires mi espalda, solo eso —respondió el beta con un tono
desinteresado, intentando que de esa manera todo pareciera que no fue nada,
que no dolía ni un poco—. La tortura más simple. Si hubiera sido enemigo de
Jungkook, me hubiera suicidado antes de que comenzara a torturarme —dijo
queriendo bromear un poco.
Y Jimin se estaba controlando para no golpearlo y decirle que deje de
minimizar lo sucedido, pero entendía el por qué de ello y eso le impedía
molestarse. Entonces simplemente se acercó lo suficiente como para sentarse
sobre su regazo con cuidado, y luego unir sus labios de manera delicada,
como si doliera el hacerlo de otra forma.
—No vuelvas a permitir que te separen de nosotros —casi que suplicó Jimin
contra sus labios.
Yoongi cerró los ojos, acarició su vientre por sobre la tela del vestido y asintió
varias veces.
—Lo siento.
—No fue tu culpa...Mis padres... —le daba tanto disgusto nombrarlos de
aquella manera, que negó ante sus propias palabras—. Ellos son los únicos
culpables, y espero que sufran tanto que se arrepientan de haber dado la
orden de lastimarte.
—De eso me encargo yo —dijo Jungkook junto al omega peligris, ambos
tomados de la mano y sin querer interrumpir a la pareja—. No te preocupes,
tengo mucho trabajo que hacer con ellos.
—Por ahora solo descansen, y luego ya mañana nos ocuparemos de lo demás,
¿Sí? —preguntó Taehyung dándoles una sonrisa pequeña.
—Muchas gracias a ambos, en verdad —agradeció Jimin una vez más.
—Se quedarán aquí por un tiempo hasta que decidan que hacer con el reino
de oro ahora que ya no posee gobernantes activos —dijo Jungkook.
Aquello no era del agrado completo de ellos, porque sentían que molestaban
o invadían la privacidad de los reyes Jeon, pero por otro lado también les
gustaba porque de esa forma Jimin estaría más tiempo con Taehyung, y
Yoongi gustaba de pasar tiempo con su alteza Jungkook y ayudarlo en lo que
necesitara.
—Gracias. Prometemos no molestarlos durante tanto tiempo —dijo Yoongi.
—Ustedes nunca serán una molestia —negó Taehyung—. A nosotros nos
encanta tenerlos aquí. Además, nos preocupamos más por tu salud ahora que
están esperando a sus cachorros.
—A nosotros también nos encanta pasar tiempo con ustedes —aseguró
Jimin—. Pero nos da cosa invadir tanto su hogar teniendo el nuestro propio.
—Lo entendemos, pero no nos nieguen nuestra invitación —dijo el alfa puro
con un tono de diversión para terminar de aligerar el ambiente—. No piensen
en eso y ahora solo regresen a su habitación y descansen.
—Si. Vamos a descansar, cariño —dijo el beta palmeando levemente uno de
los muslos del omega—. Seguramente no descansaste bien estos días, y tienes
que mantenerte saludable.
Jimin ayudó a su beta a levantarse del sofá individual en el que estaba
sentado, con lentitud y sin querer observar aquella zona porque se podía
imaginar cómo estaría herida su pálida y preciosa piel, y sufría.
El matrimonio Jeon salió de la habitación primero, directo a su habitación
para finalmente descansar correctamente luego de varios días en los que no
pudieron hacerlo con todo el tema de Yoongi. El más afectado era el alfa puro,
y por eso Taehyung se iba a encargar de que lo hiciera.
—¿Quieres un masaje antes de dormir? —le preguntó el omega luego de
quitarse su bata y acercarse a su esposo para quitarle la suya.
—No, amor. Gracias —respondió Jungkook dejando que su omega lo
atendiera—. Solo vamos a la cama.
El primero en meterse fue el mayor, que soltó un suspiro placentero cuando su
espalda sintió el colchón debajo de su piel descubierta. Taehyung se metió
luego, y recordando las palabras que anteriormente dijo, con cuidado se
recostó sobre el fuerte cuerpo ajeno. Jungkook al sentirlo sonrió gustoso y
abrazó su cintura con ambos brazos para ayudarlo a acomodarse, pero luego
no los alejó.
—¿Seguro que no te molesto? —preguntó el omega apoyando su mejilla sobre
su pecho al descubierto.
—Para nada, amor. No eres pesado, y me encanta —respondió acariciando su
cabello con una mano, y con la otra su espalda con la mitad superior al
descubierto—. Hay que aprovechar ahora porque cuando estés en cinta no
podremos dormir de esta forma.
Sus palabras lograron hacer sonreír al omega al imaginarse aquello. Respiró
hondo disfrutando del aroma de su esposo, y cerró sus ojos buscando el sueño
y esperando a que su esposo también lo encontrara.
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Dos días después. Celdas del castillo.
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Las órdenes de Jungkook fueron claras para los guardias encargados de vigilar
y torturar a los Park cuando él no pudiera hacerlo; azotarlos por todos lados
sin detenerse durante dos horas cada día, a distintos horarios para que no
supieran cuándo vendría el daño. Pero, también ordenó que si ellos querían
dormir, que continuaran azotandolos para que no pudieran descansar.
Aquello fue todo lo que les hizo. Al menos, hasta este momento porque ahora
tenía un tiempo libre y su esposo estaba tomando el té con Jimin y algunos
sirvientes en la biblioteca.
Caminó por el pasillo de las celdas, con un solo objeto que utilizaría esa vez.
Pero solo con eso, iba a hacerlos gritar y llorar de dolor como tanto deseaba.
—Abran la puerta, por favor —pidió a los guardias.
Cuando ingresó a la habitación, se encontró con los Park solo con ropa
interior, la cual estaba sucia y manchada casi por completo con su propia
sangre. Las heridas y cortes se encontraban en todo su cuerpo, incluso en sus
rostros. Estaban amarrados con cadenas en sus muñecas que se mantenían
alzadas, arrodillados en el suelo con la mirada baja sin querer observar al rey
Jeon.
—Se ven algo cansados —comentó Jungkook acercándose a ambos—. ¿La
cama no es lo suficientemente cómoda?
Los Park no respondieron, ni siquiera lo miraron, solo se mantuvieron de esa
forma porque no querían darle el gusto de verlos quejarse o mostrar su dolor.
—No me gusta que no me respondan —dijo el azabache cambiando el tono de
voz por uno más grave, y sostuvo al ex rey Park del cabello para levantar su
rostro y hacer que lo mirara—. ¿De quién fue la idea de que le arrancaran un
ojo? —preguntó pronunciando cada palabra con calma, observando directo
los ojos del alfa, analizando sus expresiones—. ¿Fuiste tú?
El hombre no respondió, solo lo miró con odio y cansancio. Entonces
Jungkook supo que no fue su idea, y volteó a ver a la mujer para repetir el
proceso con ella hasta que sus miradas cruzaron.
—¿O fuiste tú? —preguntó de la misma manera.
La mandíbula de la mujer se tensó, y su mirada tembló. Entonces Jungkook
supo que ella había tenido la maravillosa idea de lastimar a su amigo de
aquella forma.
Le sonrió y soltó su cabello para hacer lo mismo nuevamente con el alfa a su
lado, y sin tardar ni un solo segundo y aprovechando que sus ojos estaban
abiertos, sacó el objeto de uno de los bolsillos de su pantalón y lo clavó
directamente en su ojo izquierdo. De esa manera, el tenedor ahora se
encontraba clavado en el ojo que comenzaba a sangrar a medida que el
hombre gritaba más y más.
De otro rápido movimiento lo arrancó de la cuenca, teniendo que hacer un
poco más de fuerza para quitarlo por completo. Le hizo una señal a uno de los
guardias, y éste dejó a la vista un pequeño cuenco en el cual colocó el orbe
arrancado.
La ex reina a su lado observó todo con los ojos bien abiertos, en shock cuando
cayó en que a ella iba a sucederle lo mismo.
—No te pongas ansiosa —dijo el azabache regresando a la posición de antes,
sosteniendo con fuerza el cabello del hombre, que cerraba su ojo sano en un
intento por evitar que le sucediera lo mismo de nuevo—. Ya llegara tu turno.
Dicho aquello, a Jungkook no le importó que su parpado estuviera cerrado,
porque de igual forma con la fuerza que poseía logró atravesarlo y para él era
más placentero porque además que arrancarle el ojo, iba a arrancarle el
párpado de un tirón.
Y sus gritos fueron tan placenteros, que no se dio cuenta de que estaba
sonriendo luego de dejarlo completamente ciego. La sangre caía de sus
cuencas ahora vacías, manchando su pecho y el suelo de piedra. La reina a su
lado simplemente estaba en total shock.
—Te recomiendo que también cierres los ojos cuando lo haga contigo —le
habló a la mujer, dejando el otro ojo del rey que continuaba soltando gritos de
dolor y removiendose en su lugar—. De esa forma es mucho más entretenido
para mí.
Ella sabía que resistirse era totalmente inútil, por lo que cuando llegó su turno
simplemente esperó a que sucediera. Pero, lo que ella no esperó, fue que el
alfa puro le hiciera lo mismo pero considerablemente más lento y por ende
más doloroso. El dolor solo aumentaba cuando se movía, por lo que con
muchísimo esfuerzo intentó quedarse lo más quieto posible.
Jungkook sí lo terminó de arrancar de un tirón así como lo hizo con el alfa,
pero a la hora de volver a clavar el cubierto en su ojo sobrante, lo hizo lento y
con una fuerza medida para que doliera pero no le traspasara más de lo
debido. No los quería muertos por ahora, solo ciegos para que sintieran el
dolor que les esperaba con mayor intensidad.
Ambos ex reyes quedaron de la misma forma que el alfa, y fue una imagen que
si bien dejó dejó un poco satisfecho al alfa puro, aún bo había terminado.
Hizo una señal para que les entregaran el cuenco con los dos pares de ojos
algo rotos debido al tenedor con el que fueron arrancados, y se colocó
guantes de cuero para tomar uno en cada mano, y acercarlos a las bocas de
ambos.
—Abran la boca, o también voy a arrancarles la lengua y los labios —amenazó.
Los Park, bastante desorientados y horriblemente adoloridos, con la cabeza a
punto de estallar del dolor que nació allí, obedecieron luego de darse cuenta
de que no iba a poder soportar más dolor. Cuando lo hicieron, el alfa introdujo
los ojos dentro de sus bocas, empujando con sus dedos para luego cerrar sus
mandíbulas con fuerza, impidiendo que los escupieran.
—Mastiquen y traguen. Y no los escupan o vomiten, porque les juro que los
haré tragar su propio vómito con tierra —volvió a amenazar.
Los ex reyes Park solo pudieron intentar no hacer de aquello algo peor, y les
tomó mucho tiempo y varias arcadas el tragar los orbes que les pertenecían al
otro. Luego de aquello solo pudieron toser y continuar aguantando las ganas
de vomitar.
—Esta es toda la atención que voy a darles por hoy —dijo Jungkook con un
tono de voz casi amigable—. Pero no se sentirán solos, porque mis chicos se
encargarán de atenderlos de la forma en la que se lo merecen.
Se quitó los guantes y los dejó sobre el cuenco de madera que seguía
sosteniendo uno de sus hombres. Les agradeció a todos antes de salir de la
celda, y regresó por donde vino. Se sentía muy bien luego de aquello. La
tensión y ganas acumuladas de hacerlos sufrir se habían calmado, y ahora
podía dormir mucho más cómodo y a gusto que antes.
Cuando estaba subiendo las escaleras, escuchó las puertas principales abrirse
y volteó a ver de qué se trataba. Al ver a su amigo Namjoon ingresar por ellas
con una expresión de desespero, se preocupó y no tardó en bajar para
acercarse a él.
—Namjoon, ¿Qué-
—Necesito hablar con Lucy —dijo el alfa Kim interrumpiendo sus palabras.
—¿Con Lucy? —preguntó confundido—. ¿Qué sucedió?
—Seokjin —respondió Namjoon con algo de desespero, para luego bajar la
mirada al suelo—. Necesito que me diga donde puede estar.
Aquello sorprendió al alfa puro.
—Pero, ¿No había ido a vivir contigo como su músico personal? —preguntó un
poco nervioso porque si algo le ocurría, su amigo y su esposo iban a estar muy
mal.
—E-Él se fue —dijo el alfa apretando sus puños—. Se fue porque...Porque
descubrí que no es un beta...
—¿Qué? —preguntó Jungkook totalmente descolocado—. ¿Cómo que no es un
beta?
Namjoon negó varias veces, y llevó ambos manos a su rostro antes de
responder a sus dudas.
—Seokjin es un delta.
¿Cómo están, mis bebés? 👶💚
No tengo nada que decir excepto: ¡QUE BUEN FIN DE SEMANA TAEKOOK
CARAJO!
SOY FELIZ, GRACIAS HARRY.
G.GG
•|♔| Setenta y tres |♔| •
—En serio, amo esta vajilla —dijo Jimin observando el juego de té que
Jungkook le regaló a su amigo el dia de su cumpleaños—. ¿Y este es solo uno
de sus regalos?
—Sí. Se emocionó incluso más que yo y me hizo demasiado regalos —comentó
algo apenado—. Mandó a hacer diez tiaras, ¿Sabes lo que habrá costado? —
preguntó negando con la cabeza—. No, mejor no pensarlo.
—Su alteza lo ama demasiado, y quiso complacer todos sus deseos —comentó
Lucy—. Le hace feliz mimarlo.
—Yo creo que está perfecto —habló Jimin volviendo a tomar su taza de té—.
Antes tu madre solo te regalaba un pastel para tu cumpleaños, y ahora puedes
tener todo lo que quieras y mereces —opinó el pelirosa.
—No puedo hacer nada al respecto...Así que supongo que está bien, debería
de disfrutarlo —dijo soltando un suspiro—. Por cierto, ¿Cómo se encuentra
Yoongi?
—Mucho mejor —respondió contento—. Aún me cuesta no ponerme mal por
su ojo...Pero las heridas en su espalda están sanando bien, y cuando me vio
con este precioso vestido casi que no me suelta —dijo soltando una risa
divertida, para luego voltear a ver a la beta en la mesa—. Muchas gracias,
Gahyeon.
—Realmente se te ve muy hermoso, y el contraste con su cabello es precioso
—halagó Siyeon.
—El elástico no presiona mi panza y es super bonito —dijo Jimin jugando con
la falda de su vestido-. Aún no está tan grande, pero cuando crezca más no
podré usar vestidos tan bonitos —lamentó.
—¡Pero por supuesto que sí! —afirmó Gahyeon—. Vestidos para personas en
cinta no significa que tengan que ser simples o feos, ¡Yo no hago nada simple y
feo! —aseguró con orgullo.
—Eso es cierto —afirmó Taehyung apuntando el vestido que estaba utilizando
en ese momento—. Todo lo que hace es precioso. Y no solo vestidos, sino que
trajes también.
—Por cierto, Gahyeon —habló Minji—. ¿Cómo va tu taller? Escuché que
conseguiste varios ayudantes.
—Va de maravilla —respondió sonriendo orgullosa—. Hay muchas personas
buenas, pero aún así pasó horas enseñandoles a bordar, cortas telas, armar
capaz, corsés, y todas esas cosas a la perfección. ¡Mis vestidos tienen que ser
perfectos!
—Siempre con tanto entusiasmo —halagó Yubin—. Supongo que ahora que
tienes dos modelos bonitos con los que probar tus creaciones, estás más feliz
de lo normal.
—¡Por supuesto! Miren que lindos que son, e incluso su alteza Jimin en cinta
tiene una figura preciosa —dijo mirando a ambos omegas con un brillo en sus
ojos—. Son musas perfectas.
Jimin sonrió encantado con el halago, mientras que Taehyung solo bajó su
mirada avergonzado pero igualmente feliz. Estaban hablando sobre nombres
para los cachorros dependiendo de si son niños o niñas, cuando la puerta se
abrió y la figura de Jungkook ingresó llamando la atención de todos allí.
—Disculpen la interrupción —se disculpó educado, y le dió una breve mirada a
su esposo antes de mirar a la mujer más grande del grupo—. Lucy, ¿Puedes
venir un momento, por favor?
La mujer se puso de pie de inmediato y caminó hacia él. Taehyung observaba
con mucha curiosidad ya que podía sentir a su esposo algo nervioso. El alfa
puro salió de la habitación con la mujer luego de susurrarle algo por lo bajo, y
entonces también se puso de pie disculpándose con los otros antes de
caminar hacia la puerta mientras llamaba a su alfa a través de la marca,
haciendo que éste se girara para volver sobre sus pasos.
Cuando se tuvieron frente a frente, el omega no tardó en preguntarle.
—Kook, ¿Sucede algo? —preguntó un poco preocupado—. Te siento nervioso.
Jungkook suspiró observándolo de arriba a abajo, y antes de responderle no
pudo evitar llevar sus manos a su cintura para atraerlo más a su cuerpo. Le
sonrió leve con la cabeza ladeada, disfrutando de la manera en la que su
omega llevaba sus manos a su cuello para darle caricias leves con sus
pulgares.
—Te ves hermoso hoy también, amor —halagó.
—No me cambies de tema —regañó con un bonito rosado en sus mejillas por
el halago—. ¿Sucede algo malo? ¿Por qué llamaste a Lucy?
La expresión del alfa se volvió un poco más seria, y lo soltó para tomar su
mano y llevarlo a una de las salas en donde se encontraba Namjoon y ahora ya
seguramente Lucy también.
—No me corresponde a mi decirte, amor —habló Jungkook mientras
caminaban hacia el piso de abajo—. Pero no creo que a Namjoon le moleste
que sepas lo que ocurre. Después de todo tiene que ver con alguien a quien
conoces y le tienes cariño.
—¿Eh? ¿Namjoon está aquí? —preguntó sorprendido, pero luego se
preocupó—. ¿Le sucedió algo malo? ¿Está herido?
—A ver, ¿Por qué te preocupas tanto por él? —preguntó receloso—. No está
herido, pero está algo desesperado por ayuda.
—Obviamente me voy a preocupar por él —respondió rodando los ojos ante
los celos del alfa puro—. Es mi amigo también, y una gran persona...No sé que
le sucede, pero vamos a ayudarlo, ¿Cierto?
—Lo ayudaremos en todo lo que podamos —aseguró.
Llegaron a la habitación donde esperaba el rey Kim y Lucy, y lo primero que
ambos pudieron notar fue el aroma a tristeza que el alfa desprendía.
Taehyung se acercó más a su esposo porque el aroma le resultaba bastante
desagradable y quería solo olfatear el del azabache.
—Hola, rey Kim —saludó el omega acercándose a uno de los sofás juntos con
su esposo, y tomaron asiento en uno de los sofás grandes a un lado de Lucy—.
¿Por qué estás triste?
Namjoon los miró a ambos, y luego a la mujer que también estaba esperando
una respuesta.
—Estoy buscando a Seokjin... —habló finalmente luego de unos segundos de
pensar en qué palabras utilizar—. Se fue del castillo luego de que...De que me
diera cuenta de que no era un beta.
Hubo un silencio de medio minuto antes de que tanto Lucy como Taehyung
salieran del shock que les provocó aquellas palabras.
—¿Qué? —preguntó Taehyung creyendo que había escuchado mal—.
Dijiste...¿Que Seokjin no es un beta?
—¿Por qué crees algo como eso? —preguntó Lucy bastante confundida—.
Claro que es un beta...O bueno, cuando volví a verlo luego de tantos años
desde que era pequeño, era un beta...Y no se puede cambiar de jerarquía.
—Lo digo porque... —suspiró hondo un par de veces antes de continuar,
porque la angustia que sentían él y su lobo por el...Delta, era demasiada y casi
que le daban ganas de llorar—. En el castillo, uno de los guardias intentó
abusar de una beta en los baños...Seokjin pasaba por allí y los escuchó, se
metió para ayudar a la chica y hubo un forcejeo con el guardia en en el que
Seokjin logró golpearlo tan fuerte que le deslocó la mandíbula casi por
completo...
—¿Seokjin hizo eso? —preguntó Taehyung totalmente sorprendido.
—E-Eso no es posible...Él no posee tanta fuerza —negó Lucy.
—Un beta hombre no, pero un delta si —habló Jungkook por primera vez, ya
que no quería meterse demasiado en ese asunto que le era ajeno.
—El incidente llamó la atención de todos, y yo en seguida corrí donde ellos
porque creí que él había resultado herido, pero cuando llegué donde ellos... —
hizo una pausa y llevó sus manos a su cabello de manera desesperada—. Él
siempre utilizaba camisas de cuello alto, pero esa vez luego del
enfrentamiento su camisa estaba rota de esa lado y pude ver...Pude ver la
marca de una mordida —dijo casi en un hilo de voz, como si no pudiera
creerlo—. Se veía de hace tiempo y en mal estado, pero era una,
definitivamente.
—E-Entonces, Seokjin... —Taehyung volteó a ver a su esposo, queriendo
preguntarle si en verdad creía que se trataba de un delta.
Lucy estaba en shock sin dejar de observar al rey Kim.
—Un delta es un alfa que se dejó marcar por otro, y al hacerlo pierde su aroma
y su lobo se siente tan avergonzado que desaparece —habló Jungkook
respondiendo a las dudas que seguramente tendrían su esposo y la mujer—. Al
perder a su lobo, pierde todo lo que lo hace un alfa, pero al mismo tiempo la
impotencia del mismo logra hacer que el cuerpo del alfa se vuelva más fuerte
que uno pero menos que un alfa puro, está en la mitad entre ambos.
Seguramente el alfa que lo marcó murió y por eso la marca se veía en tan mal
estado.
—P-Puede que sea cierto... —habló Lucy llamando la atención de los tres—. Mi
hermana se mudó lejos cuando Seokjin aún no estaba en edad de presentarse,
y luego volví a verlo cuando cumplió los dieciséis —contó pensando en la
posibilidad de que fuera cierto—. Cuando volví a verlo el me dijo que era un
beta, se lo dijo a todos...Pero quizás lo dijo porque ya no era un alfa.
—Yo estaba en shock cuando vi aquello —continuó Namjoon mirando sus
manos—. Él se veía asustado y temeroso cuando se dio cuenta de que la vi...Y
simplemente salió corriendo fuera del castillo y no pude alcanzarlo a tiempo
—una primera lágrima bajó por su mejilla derecha, y volvió a tomar aire—. Y-
Yo solo estaba sorprendido y dolido porque me ocultó algo como eso siendo
que nosotros...que nosotros...
—¿Tienen una relación especial? —preguntó Taehyung sintiendo ganas de
llorar también al verlo a él y escuchar toda historia.
—Yo creo que sí —respondió no muy seguro—. En la celebración del
cumpleaños de la reina Park, salimos al jardín y nos besamos... —contó como
si hubieran pasado años—. Estábamos bien, él le daba vida a mi castillo con
sus melodías y canto, era mi compañía en mi acostumbrada soledad...Yo solo
quiero hablar con él y decirle que está bien, que no me importa si es un delta o
si no me lo dijo...Solo lo quiero a él siendo Seokjin —admitió mientras las
lágrimas caían por su rostro.
Todos los presentes lo miraron con pena, y Taehyung abrazó el brazo de su
esposo reteniendo el llanto al verlo de esa manera.
—Cuando lo conociste dijiste que tu lobo había reaccionado a él, ¿Cierto? —
preguntó Jungkook viéndose serio.
Namjoon asintió sin poder hablar debido al nudo en su garganta.
—Esto lo explica. Su lobo no está muerto, simplemente está encerrado y no
puede volver a mostrarse porque fue humillado por otro alfa... —miró serio a
su amigo—. Pero, sigue ahí, y puede que logres hacer que vuelva a mostrarse.
—¿C-Cómo podría hacer eso? —preguntó pesimista—. Ni siquiera sé donde
está...O si lo volveré a ver.
—Viniste a buscarme para preguntarme donde podría estar, ¿Cierto? —
preguntó la mujer.
Namjoon asintió.
—No sé donde vive su familia...Sé que tiene una hermana viviendo en algún
lado de mi reino, pero no tengo idea de dónde podría buscarlo —admitió.
Lucy se acercó a él y acarició su hombro como si se tratara de su hijo.
—Te diré donde viven sus padres y su hermana...Pero debes de prometerme
que no lo obligarás a nada —pidió—. Si no le dijo esto a nadie debe ser porque
es algo demasiado fuerte para él...Pero si dices que se besaron, es porque él
en verdad te quiere, alteza. No dude de eso, ¿Sí?
Namjoon la miró limpiando sus lágrimas y asintió totalmente agradecido.
Taehyung y Jungkook decidieron salir y dejarlos solos para que hablaran, y al
hacerlo el omega soltó unas pocas lágrimas que le causaba el imaginarse lo
mal que se sentiría Seokjin también.
—No llores, amor —pidió Jungkook atrayendolo en un abrazo—. Todo va a
solucionarse, ya verás.
—¿Podrán tener un final feliz? —preguntó apoyando su mejilla en el pecho
ajeno—. Espero que si, porque se lo merecen.
—Solo la diosa luna lo sabrá... —respondió sincero—. Pero esperemos que sí.
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La madrugada siguiente. Habitación de los reyes.
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La noche era silenciosa como siempre, solo con el sonido lejano de los búhos
que a penas podían oírse en medio de ese silencio. Aquella tranquilidad fue
interrumpida por el sonido de un chillido de ave que se escuchó fuera de la
ventana cubierta por las cortinas de color vino.
El primero en despertar debido a ese sonido tan familiar fue Jungkook, que
abrió los ojos poco a poco. Levantó un poco la mirada hacia el balcón,
queriendo confirmar que se trataba de su ave mensajera, y cuando lo hizo
suspiró hondo sintiéndose molesto por tener que levantarse de la comodidad
de su cama y del calor que el cuerpo de su esposo le brindaba.
Taehyung se encontraba recostado con la mitad del cuerpo sobre él, junto con
su pierna derecha sobre su cintura, con el rostro en el espacio de su cuello y
hombro, abrazando éste con ambos. El azabache estaba demasiado cómodo
en esa posición; abrazando con uno de sus brazos sobre el que el omega
estaba, su cintura mientras que la otra estaba sobre su muslo encima de su
cadera.
Para sumar su molestia de tener que romper esa posición, hacía frío. Su
motivación para hacerlo fue escuchar nuevamente a Brook fuera, y lo sintió
algo alterado por lo que debía de estar sucediendo algo importante.
Con sumo cuidado, quitó la pierna de su esposo de su cintura; quiso quitar los
brazos de su cuello pero al intentar hacerlo Taehyung entre dormido se aferró
más a él y se acercó más a su cuerpo. No quería hacerlo, pero tuvo que
despertarlo para poder quitárselo de encima.
—Mi amor... —llamó moviendo uno de sus hombros de manera suave,
mientras daba besitos en toda la mitad de su rostro que estaba a la vista—.
Precioso, necesito que me sueltes.
Taehyung tardó casi un minuto en comenzar a despertar, y cuando lo hizo
levantó la mirada para ver a su esposo y preguntarle con la mirada que era lo
que sucedía.
—¿Ya amaneció? —preguntó parpadeando varias veces.
—No, amor. Solo necesito que me sueltes para poder levantarme —explicó sin
dejar de besar su rostro de manera dulce—. Brook está fuera en el balcón y
creo que debe de tener un mensaje importante.
El omega tardó un par de segundos, pero cuando escuchó el chillido del ave
fuera volteó a ver en dirección al balcón soltando finalmente el cuello de su
esposo. Notó que no se reflejaba luz a través de las ventanas, lo que
significaba que aún era de madrugada.
—¿Una carta tan tarde? —preguntó incorporándose un poco para quedar
sentado mientras veía a su esposo caminar hacia el balcón.
—Por eso creo que debe de ser importante.
Abrió las puertas que eran más como una ventana gigante y abrió solo una
para no dejar ingresar mucho frío, y lo primero que notó al hacerlo fue al gran
ave que estaba se pie sobre la baranda de concreto, y se podía apreciar que
traía una carta colgada al cuello gracias a la luz de la luna. Se acercó para
tomarla y acariciar al ave a modo de agradecimiento, que tras haber recibido
aquella caricia se giró para volver a su hogar.
El alfa regresó dentro y cerró la puerta rápidamente, corrió las cortinas
volviendo a tapar está por completo y regresó a la cama para sentarse en su
lugar y acercar uno de los veladores sobre su mesa de noche para poder leer la
carta con las claridad.
Taehyung se acercó a él y se sentó pegado a su lado, alzando la sábana para
cubrir lo más posible a su alfa y para cubrirse a él porque hacia bastante frío
por noche.
—¿De quién es? —preguntó curioso observando el sobre de la carta.
—Viene del reino de cobre. La envió una de las guardias alfa que metimos hace
algunos meses para que nos diera información importante —respondió luego
de leer la firma que estaba detrás del sobre—. Seguramente recibiremos otras
de los otros infiltrados en los otros reinos.
—Si te envió una carta, entonces... —lo miró algo preocupado—. ¿Será que...?
—Puede ser —respondió sabiendo a lo que se refería.
Abrió el sobre sin sello y sacó el papel doblado de dentro. Colocó la carta de
manera que ambos pudieran leerla. Si contenido era corto pero claro y
preciso:
"Los reinos enemigos dudaron luego de la caída de sus aliados más fuertes,
pero finalmente decidieron actuar al contar con el apoyo de muchos soldados
de oro que apoyan su causa.
En tres días es la fecha elegida, y están pensando en acabar con el pueblo para
dejar desgracia aunque haya una derrota. Quieren ocasionar una masacre y
echar la culpa al reino por no protegerlos.
Desde aquí intentaremos actuar como se nos lo indicó.
Saludos a sus altezas.
Atte: siempre leal a la corona zafiro, soldada Irena. "
—Realmente quieren lograr molestarme de una u otra forma... —se quejó el
alfa con cansancio.
—No puedo creerlo, quieren ir en contra de gente inocente y vulnerable —dijo
el omega con molestia—. Solo quieren intentar arruinar a nuestro pueblo, esto
es una guerra inútil e innecesaria.
—Quieren dejarte como el causante de esta guerra —dijo volteando a verlo
luego de dejar la carta sobre la mesa de noche junto con el sobre—. Lo que
quieren lograr es que piensen "Si el rey Jungkook no se hubiera casado con un
sirviente, esto no hubiera pasado" y de esa forma dejarnos mal a ambos.
Taehyung bajó la mirada sintiéndose nuevamente culpable por sus raíces,
pero no le duró demasiado antes de que su esposo levantara su mentón para
que volviera a mirarlo. Le sonrió como solo él sabía hacerlo para calmarlo, y
juntó sus frentes.
—Eso no pasará, amor. Juntos somos invencibles, fuertes y poderosos —
acarició uno de sus muslos con su mano libre por debajo de las sábanas—.
Esto terminará tan rápido como comenzó, y lo único que nos preocupará
luego es el tener que buscar a personas que puedan gobernar los reinos que
quedarán sin reyes.
Taehyung sonrió mucho más tranquilo y confiado. Confiando en lo fuertes que
eran juntos.
Sonrió y le dió un corto beso antes de regresar a su lado, y al recostarse volteó
a verlo para abrir sus brazos, indicándole que se acercara para que pudiera
abrazarlo. El alfa también sonrió y no lo dudó ni un segundo cuando volvió a
meterse debajo de las sábanas pero tomando el cuerpo de su omega para
colocarlo encima del suyo.
Ambos se acomodaron, el omega buscó su aroma en su cuello y con una de
sus manos comenzó a acariciar el cabello azabache de su amado para darle
mimos y ayudarlo a que volviera a dormirse. Sonrió al sentir las caricias a lo
largo de su espalda de una manera tan sutil y suave con sus manos tan
grandes y fuertes.
—Ahora si volvamos a dormir, que mañana tenemos muchas cosas de las que
ocuparnos —dijo el alfa luego de dejar un beso en su cabellera.
—Juntos...
—Juntos.
•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••
Al día siguiente. Despacho de los reyes.
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Sentados en esa larga mesa de madera oscura se encontraban; los
comandantes de las todas las tropas no solo de su reino sino el de los reinos
aliados, los reyes de cada uno de éstos y el rey Jungkook sentado junto en la
punta.
—¿Por qué no empezamos ya, alteza? —preguntó uno de los comandantes del
reino rubí.
—Mi esposo llegará en seguida —le respondió tranquilo mientras tomaba uno
de los arándanos que estaban en un cuenco frente a él sobre la mesa—. Lo
necesitamos antes de comenzar.
Los comandantes no comprendían por qué tenían que esperar al omega del
rey Jungkook si solo debían de organizar las estrategias y formaciones de las
tropas, pero nadie se atrevía a contradecirlo y solo permanecieron en silencio.
—Disculpen la tardanza —se escuchó la voz del rey omega mientras ingresaba
a la habitación con lo que parecía ser un gran mapa enroscado debajo de uno
de sus brazos—. Mi estilista no dejaba de retocarme.
Y todos le creyeron porque se veía realmente hermoso con esas pintas; el
cabello algo ondulado y ese sutil maquillaje.
—No te preocupes, amor —habló Jungkook haciéndole una seña con la mano
para que se acercara—. Te ves precioso.
Taehyung le sonrió tímido y se acercó para darle un pequeño beso antes de
mirar a los demás.
—Es un gusto conocerlos y un placer trabajar con ustedes —dijo haciendo una
leve reverencia a modo de saludo.
—Igualmente, alteza —respondieron todos los comandantes poniéndose de
pie para hacer una reverencia de noventa grados.
El omega les sonrió amables a todos, y se paró a un lado de su esposo para
inclinarse levemente y dejar al mapa sobre la mesa. Lo abrió extendiendolo
por completo, se apoyó en la superficie con ambas manos y miró a los
presentes de uno de uno con seriedad.
—Tengo varias propuestas para, primeramente, asegurar la vida de los
ciudadanos y animales —comenzó a decir—. En segundo lugar, una formación
que nos daría ventana con las tropas de tierra del lado más vulnerable sin que
las tropas de escudo puedan actuar a tiempo y forma eficaz.
—Espere, alteza... —habló uno de los comandantes del reino Onix—. No es por
nada, pero ¿Nos está proponiendo tacticas de combate?
—Oh, cierto —habló Jungkook llamando la atención de los presentes—. Olvidé
mencionarlo... —una de sus manos sostuvo la cintura de su esposo, y con la
otra mano tomó un arándano más para llevarlo a sus labios—. Pero mi esposo
resultó ser un maravilloso estratega militar.
Todos los presentes, incluso sus conocidos gobernantes de otros reinos
miraron al omega totalmente sorprendidos. Taehyung solo les sonrió amable.
—Trabajemos lo mejor posible —dijo amable.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Setenta y cuatro |♔| •
Holis :D
¿Cómo están, mis niños y niñas traviesxs?
Dije en Instagram que iba a actualizar mucho más temprano, pero me
dormí y ya después empecé con mi día. Pero aquí esta primera parte de
esta guerra tan esperada.
Siempre voy a actualizar lo más pronto posible. Tanto ésta como las
demás, pero el tiempo necesario no es suficiente 😔👊.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Setenta y cinco |♔| •
El sonido de las espadas chocando, los gritos y el relinche de los caballos era
todo lo que se escuchaba al rededor.
El sol estaba brillando cada vez más a medida que la mañana pasaba a ser
medio día, lo que hacía que el ambiente se sintiera más caliente también en
sus corazones porque los leales a Jeon tenían la ventaja creciendo cada vez
más. Los soldados enemigos esperaban que sus reyes les dijeran que hacer,
que pelearan a sus lados o que se rindieran porque no estaban teniendo
oportunidad alguna.
—¡Altezas, las tropas de Kim nos atacan por detrás y los soldados no saben de
dónde defenderse! —informó uno de los soldados acercándose a los reyes,
buscando una solución, ayuda—. ¡Detrás no hay defensas y al frente el rey
Jeon las está destrozando todas!
—¡Resistan lo más posible detrás y concéntrese en los reyes Jeon! —respondió
el rey Han.
—¡Pero es inútil, alteza! —insistió el soldado desesperado, viendo a unos
metros como uno de los arqueros era atacado por una flecha enemiga y caía
de su caballo—. ¡Son demasiados, no podemos ganar!
Sus palabras, reales pero hirientes al ego de los reyes de plata, hizo enojar a
ambos. El rey Han bajó de su caballo, se acercó al soldado y sin darle
oportunidad a seguir pidiendo algo de compasión, desenvainó su espada por
primera vez para atreversarle el pecho de lado a lado. El soldado cayó de
rodillas expulsando sangre por su boca, mirando totalmente incrédulo a su
rey, a la persona a la que le juró lealtad.
—¡Los cobardes e inútiles no son necesarios! —dijo el rey Han retirando la
espada del cuerpo de uno de sus hombres, para luego mirar a los otros que
presenciaron la escena totalmente sorprendidos—. ¡Y si cualquier otro quiere
rendirse por miedo a arriesgar su vida, yo mismo se las quitaré!
Sus soldados cercanos que apreciaron aquella escena atroz, totalmente
incrédulos y con muchos sentimientos juntos, solo se quedaron allí
procesando todo y pensando en que por más que no tuviera posibilidades
debían de luchar o de igual forma iban a morir. Se miraron entre ellos
sabiendo que no tenían otra opción, solo podían esperar a no morir y al menos
quedar heridos con posibilidad de sobrevivir una vez que todo termine.
Por su parte, Jungkook quien tiene un sentido de la audición muy
desarrollado, pudo escuchar los gritos del soldado y del rey Han, y no pudo
estar más ofendido y molesto por su accionar. Utilizar a sus hombres para
tener la posibilidad de acabar con ellos sin mover un solo dedo para
conseguirlo y no buscar el menor número de bajas era algo muy cruel si
incluso Jungkook lo afirmaba.
—No tienen posibilidades —dijo Jungkook luego de patear a uno de los
soldados tan fuerte que lo mandó a volar unos cuántos metros—. Esto es
aburrido.
—Es obvio que no van a ganar...Solo están muriendo, ¿Por qué los reyes no se
rinden? —preguntó Taehyung angustiado apartando la mirada al suelo para
no seguir viendo como la sangre era derramada inútilmente—. Esto es
estúpido.
Jungkook volteó a verlo cuando no hubo enemigos muy cerca, y sostuvo su
rostro con si mano libre de manchas de sangre para hacer que lo mirara. Al
notar la desesperación en sus ojos, sus ganas de que todo esto terminara y el
sufrimiento por el dolor ajeno, se decidió a cambiar su mirada a algo mejor.
—¿Quieres que acabe todo esto de una vez? —preguntó siendo totalmente
sincero—. Ya sabes, mi amor. Solo pídelo.
Taehyung no tuvo que pensarlo mucho, simplemente asintió varias veces.
—Por favor, Kook.
El alfa puro no necesitó más. Levantó su mirada hacia su castillo buscando
algo con la mirada, y cuando lo vio a lo lejos llevó dos dedos a sus labios para
silbar de manera distinta a cuando lo hacía llamando a Brook. Taehyung lo
miró curioso ya que nunca lo había escuchado silbar de aquella forma, y no
tuvo que esperar mucho cuando escuchó al galope de un caballo pisar fuerte
mientras se acercaba cada vez más.
Volteó a ver y notó a Lancelot acercarse rápida entre los pocos soldados de
ese lado que terminaban de acabar con los enemigos. El gran caballo se
acercó a su dueño, soltó un gran relinche y esperó a las siguientes órdenes de
su amo. Jungkook le extendió su mano a su esposo para que la tomara, y el
omega así lo hizo sin preguntar nada porque confiaba ciegamente en su
esposo y en que sea lo que estuviera a punto de hacer iba a cumplir con su
pedido.
El azabache lo ayudó a subir primero, a lo que Taehyung se sentó con ambas
piernas a cada lado, y Jungkook se subió luego detrás suyo parra tomar la
riendas. El caballo se acercó un poco a sus tropas, y el alfa puro hizo un
pedido.
—¡Soldados! —llamó, logrando tener la atención de sus hombres que lo
escuchaban atentos pero no bajaban la guardia ni dejaba de luchar—. ¡Les
pido que nos abran el paso hacia los reyes para terminar con esto de una vez
por todas!
La respuesta de sus hombres fue un grito de afirmación, y de inmediato todos
poco a poco comenzaron a liberar el camino a sus reyes. Taehyung observaba
todo muy orgulloso de los soldados que antes de comenzar aquella guerra le
juraron lealtad al igual que Jungkook aunque fuera algo que debía de ser
obvio, ellos quisieron dejarles en claro que lo respetaban al igual que al alfa
puro luego de ver su capacidad y preocupación por que solo salga lo mejor
posible y sin bajas ni muertes de sus ciudadanos.
Taehyung se sintió, por primera vez luego de mucho, como un gobernante
digno de ser respetado al igual que su esposo. Que ser respetado por su título
es algo, pero ser respetado por ser reconocido un mérito propio era distinto.
El cariño hacia su gente como gobernante creció más y se prometió ser no el
mejor gobernante, sino el que vele siempre por los inocentes.
—¿Qué tienes en mente, Kook? —preguntó Taehyung observando todo a su
alrededor sosteniendo su arco con firmeza por si debía de hacer un tiro.
—Ganar solo con palabras, como deseas —respondió cerca de su oreja, y luego
acercó sus labios a su mejilla—. Tú puedes humillarlos frente a sus hombres
como tan bien lo haces.
Mientras más se acercaban a los otros reyes y los tenían cada vez más cerca,
los ojos del omega se fijaron el aquella corona brillante de los reyes Han y una
idea pasó por su cabeza. Tomó una flecha, la colocó en su lugar para apuntar
hacia ello, y a pesar de tener la posibilidad de acabarlos de un tiro a cada uno,
decidió hacer otra cosa. Apuntó a sus cabezas, y tiró.
De un momento a otros, la corona de la reina Han fue lanzada de su cabeza
debido a una de las flechas que Taehyung lanzó.
—¿Q-Qué? —la mujer llevó su mano a su cabeza, y al no sentir su corona en su
lugar la buscó por el suelo.
—¿Qué sucede? —preguntó el rey Han al ver a su esposa alterada buscando
algo en el suelo con una mano en su cabeza—. ¿Y tu corona?
—¡No son merecedores de poseerla! —escucharon la voz de Jeon Jungkook a
varios metros.
Lancelot logró acercarse a menos de cien metros de los reyes, siendo
rodeados por sus soldados que impedían que se acercaran a ellos, mientras
Taehyung apuntaba otra de sus flechas pero esta vez para hacer lo mismo que
a la reina, al hombre que se hacia llamar rey de su pueblo. Disparó logrando
lanzarla de su cabeza hacia el suelo.
Los reyes Han los miraron con total odio y miedo mal oculto en sus facciones
al verlos tan cerca. Los reyes Jeon se detuvieron, y los miraron con todo el
rencor que les tenían por sus acciones. En especial el omega que los miraba
como regañandolos por causar todo esto sin sentido.
—¡No desaprovechen! —gritó la reina Han apuntando a los reyes Jeon—.
¡Ataquenlos!
—¡Ya detengan todo esto! —gritó Jungkook haciendo rezonar su voz por todo
el lugar, que poco a poco dejaba de sonar los sonidos del choque de espadas y
los gritos—. ¡Todos saben que esto es inútil! ¡Si se rinden ahora, vamos a
dejarlos irse sin castigo alguno a los soldados!
Sus palabras lograron llamar la atención de los soldados enemigos, que no
bajaron sus armas por temor a seguir siendo atacados pero que si prestaron
atención a lo que los reyes Jeon estaban diciendo. Ellos estaban dándoles la
opción que esperaban de parte de sus reyes.
—¡No pueden ganar y de eso ya se dieron cuenta! —continuó Jungkook
observando a los soldados y no a los reyes, porque el mensaje era para ellos—.
¡Solo están siendo sacrificios ante una intención que no va a lograrse, de eso
ya se dieron cuenta! ¡Sus reyes de dieron cuenta pero aún así no les importó
perder a sus hombres por sus oscuros caprichos!
—¡Cállate! —gritó el rey Han—. ¡No se detengan, no se dejen manipular y sigan
peleando!
—¡Son unos cobardes que no merecen llamarse reyes! —gritó esta vez
Taehyung al no soportar sus actitudes—. ¡Un rey no obliga a su pueblo a
pelear por ellos! ¡Un rey los alienta a pelear a su lado, y ustedes solo están ahí
ordenandoles que mueran por ustedes!
Sus palabras ofendieron de gran manera a los reyes Han y a los reyes Gim que
solo estaban siguiendo el comportamiento de los otro reyes. Hicieron
reflexionar a sus soldados, a darse cuenta de que lo que sus reyes estaban
haciendo era exactamente aquello, e hicieron que se cuestionaran la lealtad
prometida, si valía la pena entregarsela a ellos.
Al ver a sus hombres dudar, los reyes Han intentaron actuar rápidamente y
voltear la situación ante ellos.
—¡Un omega hijo de sirvientes no tiene idea de lo que es ser rey y nacer para
gobernar! —dijo la reina Han mirando directamente al omega—. ¡Todo esto es
tu culpa! ¡La sangre de todos estos hombres fue derramada porque usurpaste
el trono siendo indigno para ello!
—¡Tan solo mirese y mireme! —respondió Taehyung sin dejarse ofender o
sentirse culpable por ello—. ¡Yo, siendo un omega hijo de una sirvienta y según
ustedes indigno estoy junto a mis hombres luchando con ellos, mientras usted
los lanza a su muerte! ¿¡Quién es el más indigno de nosotros!?
Jungkook sonrió totalmente orgulloso, y decidió terminar de convencer a los
soldados enemigos de rendirse.
—¡Ellos tienen familias que esperan por su regreso! —volvió a mirar a los
soldados enemigos, con empatia—. ¿¡Quieren morir aquí por nada!? ¿¡Por
unos reyes a los que no les importan ustedes!? ¡No son merecedores de su
lealtad! —alzó su espada en dirección a los reyes Han, con ojos fríos—.
¡Rindanse, y podrán regresar a casa para poder decirles a su familia que no
permitieron que sus vidas fueran sacrificadas en mano! ¡Prometo que al
hacerlo, éstas personas no podrán dañarlos!
Los soldados enemigos se miraron entre ellos, y realmente no tuvieron mucho
que pensar al ver a su alrededor y reconfirmar que no iban a salir victoriosos,
que sus reyes querían conseguir algo imposible y que sus familias
efectivamente los estaban esperando. Bajaron sus armas, las dejaron caer al
suelo y en señal de rendición se arrodillaron en el suelo con ma mirada baja.
Los reyes Han, al observar como sus hombres poco a poco se rendían
dejándolos en manos de los Jeon, comenzaron a amenazarlos con asesinar a
sus familias si no levantaban sus espadas, pero para ese entonces ya no
podían seguir utilizándolos.
—¡Hasta aquí llegó su reinado sinsentido! —dijo Jungkook callando los gritos
de los reyes Han—. ¡Esta guerra acaba aquí, y ustedes serán los que pagaran
por la sangre derramada en vano!
La mano del alfa puro sostuvo uno de los lados de la cintura de su esposo,
llamando su atención.
—Amor, haz los honores, ¿Quieres? —preguntó dulce.
Taehyung volvió a apuntar una flecha en dirección al rey Han, sin dudar y
asintió.
—Yo me encargo —afirmó, y luego disparó enviando su flecha hacia el pecho
de aquel alfa que se convirtió en una de las personas que más detestaba
desde que se convirtió en el esposo de Jeon Jungkook.
El alfa intentó esquivarla, pero solo logró que la flecha diera de lleno en el lado
donde se encontraba su corazón, acabando con él casi al instante. El hombre
cayó al suelo desde su caballo, dejando en total desesperación a su esposa,
que al fallecer su alfa pudo sentir como su marca en su cuello comenzó a
doler, arder y volverse negra con el paso de los segundos.
—¡Juren lealtad al reino zafiro y a sus reyes, y podrán irse a casa! —dijo
Jungkook por última vez a los soldados enemigos.
La calma del final de una guerra pudo sentirse, y los soldados aliados alzaron
sus armas soltando un grito de victoria que resonó en todo ese extenso campo
con poco césped. Taehyung bajó su arco y soltó un suspiro que solo
representaba calma. La calma que desde hace meses está esperando sentir.
—Todo acabó, amor —dijo su esposo abrazando su cintura con ambos brazos,
atrayendolo hacia él—. Estuviste maravilloso. Estoy tan orgulloso de ti...
—¿Todos están bien? —preguntó volteando a verlo, notándose preocupado—.
La familia Lee, byun, Namjoon, ¿Hay muchas bajas?
Jungkook sonrió totalmente encantado por el gran corazón de su esposo que
no dejaba de preocuparse por los demás en vez de alegrarse por él mismo. Se
acercó a sus labios, disfrutando de un beso como se debe que tuvo ganas de
darle desde que Gahyeon lo vistió tan hermoso. El omega correspondió
totalmente encantado también y algo avergonzado porque su esposo se veía
tan bien con ese traje, que hacía resaltar su pecho y otras partes que mejor ya
no piensa en eso porque no es el momento.
—¡Esperen a que todo se calme, al menos! —escucharon la voz de Namjoon
acercándose.
Se separaron y miraron al frente encontrándose con el rey Kim acercándose a
ellos sobre su caballo. Ambos se alegraron de que estuviera bien, y le
sonrieron.
—Buen trabajo, rey Kim —halagó el azabache.
—Lo mismo digo, reyes Jeon —halagó de igual forma, luego bajó la mirada
pensando en qué palabras utilizar para pedir lo que quería—. Escuchen, yo...
—Puedes irte ya, Kim —dijo el alfa puro sabiendo que era lo que quería
decirles—. Estaremos bien. Las otras familias reales están aquí.
El alfa castaño levantó la mirada totalmente agradecido, y no tardó en tomar
las tiendas de su caballo para irse en la dirección en donde se encontraba el
camino que debía de tomar para ir hacia su propio reino. Los Jeon lo vieron
alejarse, y sonrieron esperando a que todo se solucionara.
—Espero que Seokjin no intente escapar de él una vez más —dijo Taehyung
con sinceridad.
—Todo saldrá bien. Ya lo verás —respondió Jungkook acercando sus labios a
su cuello para darle mimos allí—. Aún tenemos trabajo que hacer con las otras
familias reales, amor. ¿Estás listo?
—Siempre que esté contigo estoy listo —respondió acariciando su cabello.
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Dos días después. Castillo zafiro.
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Elegir a las personas que iban a reinar los reinos que se quedaron sin reyes —
los cuales habían sido ejecutados e incinerados frente a sus propios pueblos—
fue incluso más complicado que todo el trabajo que solían hacer día a día. Al
final lo hicieron dejando que la familia Lee, Cha, Byun y Namjoon eligieran a
alguien para cada reino que quisieran, por lo que los Jeon solo eligieron a los
que quedaban.
Jieun se convirtió en la gobernante del reino perla, ya que quien asumiría al
trono sería su hermano mayor Jongsuk. Aquello hizo muy feliz a Taehyung
porque iba a poder verla con más frecuencia debido a problemas políticos y
socio económicos al tener cargos iguales.
Tal y como lo habían sospechado, Jimin y Yoongi rechazaron la oferta de
gobernar el reino de oro afirmando que lo que ambos deseaban era tener una
vida tranquila para su familia, cerca de ellos para convivir totalmente en paz y
a gusto. Los reyes Jeon no discutieron acerca de su decisión, y procedieron a
dar aviso y trabajar en el papeleo y charlas con las fuerzas de decisión
importantes del que dejaría de ser el reino de oro para pasar a ser parte del
reino zafiro.
De esta manera, el reino con fuerza mayor obtuvo aún más poder que
significaba mayor trabajo para el que contrataron a personas que los
ayudaran con todo el trabajo que significaba manejar y controlar un reino tan
grande.
Dos días después de que todo se haya quedado en calma finalmente,
recibieron la grata y esperada noticia de que luego de mucha búsqueda e
insistencia de parte de Namjoon, Seokjin aceptó y correspondió a los
sentimientos del mayor, y aceptó también irse a vivir con él y ayudarlo a
gobernar en un castillo que estaría lleno de vida y ya no haría los días del rey
Namjoon una ola de tristeza.
Para celebrar que todo terminó de la mejor manera para todos, a Taehyung se
le ocurrió hacer una gran cena en la que estarían los ahora reyes Kim, Yoongi y
Jimin con su panza aún más grande, y todos los sirvientes y guardias del
castillo. Hicieron un gran banquete en el que también asistió el señor Jung
junto al pequeño Hoseok que no dejaba de acariciar la barriga del omega
pelirosa diciendo que cuando naciera iba a cuidarlo, causando ternura y algo
de celos paternales al pobre beta.
Cuando la velada terminó, cada uno fue a descansar a una hora muy alta de la
madrugada, cansados a más no poder pero muy contentos.
Taehyung llevó a dormir a su esposo, que debido a la felicidad y una
competencia que hizo con Namjoon y Yoongi, acabó borracho y por ende
demasiado mimoso.
—Quiero dormir sobre ti, mi amor —dijo el alfa puro con un tono de voz más
grave que el normal, sin dejar de abrazarlo—. Y sin ropa. Vamos a dormir
desnudos, ¿Sí, mi bella flor? —preguntó llevando sus labios al cuello ajeno—.
Quiero sentirte piel a piel...
Al olor a vino en su aliento era muy fuerte y solo lograba hacer que Taehyung
hiciera una mueca de desagrado porque era demasiado y lo hacía marearse.
Decía que si a todo lo que el alfa pedía mientras intentaba sacarle la camisa y
convencerlo de que colocara el pantalón de pijama, pero al final el alfa puro se
desnudó y lo lanzó a la cama para dejarlo a él sin ninguna prenda.
Aquello lo avergonzó bastante porque la mirada de su esposo le dejaba en
claro lo mucho que quería devorarlo en cada parte, pero a pesar de todo el
alcohol en su sangre, el alfa tenía una sola cosa en claro.
—Ahora no...Pero mañana sí —dijo mientras metía a ambos debajo de las
sábanas, para luego subirse sobre su esposo tal y como quiso—. Mañana te
haré cachorros. Voy a dejarte en cinta para que tengamos a nuestros
cachorros...Nuestros cachorros. Lindos y pequeños cachorros.
Taehyung no pudo evitar emocionarse, y ni hablar de cómo se puso su lobo
ante sus palabras. Acariciando el cabello de su agotado esposo, se dedicó a
escuchar todo lo que salía de su boca.
—Quiero que se parezcan a ti. Una niña igual a ti seria precioso...Sería mi
debilidad, ¿Sabes? No importa de qué jerarquía sea, porque...Joder, sería
adorable...Como una tu de pequeña... —suspiró hondo, y su voz comenzó a
escucharse cada vez más baja, señal de que estaba a punto de dormirse—.
Que todos se parezcan a ti...Porque eres hermoso...Te amo tanto, mi amor...
Y decir que Taehyung no estaba disfrutando al escucharlo sería mentir
descaradamente. Cuando escuchó sus ronquidos aún más altos que lo que
son normalmente, no pudo evitar reír por lo bajo porque Jungkook ebrio era
adorable, aunque muy terco porque si le decías que no a algo entonces
insistía de manera muy asfixiante hasta que decías que si.
No podía esperar al día de mañana. No podía esperar a formar su familia con
éste alfa puro entre sus brazos, y no podía esperar a ver cómo se comportaría
cuando estuviera en cinta.
—También te amo, mi alfa —respondió antes de también caer dormido.
Los mejores días comenzaban a partir de ahora.
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Horas después. Vestidor de los reyes.
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Taehyung se observó al espejo desde varios ángulos moviendo la falda de su
vestido. Esta vez Gahyeon le colocó unas medias que le llegaban hacia arriba
de las rodillas de color blanca para que Jungkook no se actuara tan celoso
aunque no fuera el vestido más corto que haya usado.
Como iban a estar quizás varias horas bajo el sol de ese espléndido día, la beta
también buscó un lindo sobrero que paja que estaba adornado con un listón
blanco que se pondría al bajar del carruaje, y unos lindos zapatos sin tanto
taco de color marrón claro.
—¡Te ves tan lindo! —halagó Gahyeon acercándose a él para sostener sus
mejillas y apretarlas con cuidado—. Soy fantástica. Aunque nada le quede mal,
claro.
—Muchas gracias, Gahyeon —agradeció sonriendo algo tímido—. ¿Crees que a
Kook le guste también?
—Me encanta —escuchó la voz de su alfa a sus espaldas, y al voltear se
encontró con la figura de su esposo acercándose a él con sus ojos fijos en su
figura—. Me encantas. Mejor dicho.
Taehyung se permitió también observarlo de arriba hacia abajo, cada detalle.
Su vista se posó exactamente en donde su camisa que combinaba con su
vestido, y algunos botones que estaban abiertos dejando ver su pecho.
Santa luna. Se veía increíble.
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A la mañana siguiente. Habitación de los reyes.
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Ya era hora de levantarse para tomar un baño y desayunar, pero había algo
que les estaba impidiendo hacerlo, y Jungkook no estaba seguro de si en
verdad era un problema o agradecer que estuviera sucediendo.
—¿Cómo estás seguro, alfa? —preguntó el omega al mayor.
Jungkook estaba recostado de lado, abrazando la cintura de su amado
mientras observaba los preciosos ojos dorados del lobo del omega que no
quería soltarlo y estaba pidiéndole algo que el alfa no estaba muy seguro de si
rechazar por el simple hambre.
—Amor, anoche anudé en ti cuatro veces y no tomaste la infusión —explicó el
alfa con tranquilidad y algo de gracia ante la desesperación del omega—.
Vamos a tener a nuestros cachorros, es algo asegurado.
—Hagamoslo una vez más, solo para asegurar —pidió el lobito con ojitos
suplicantes, realmente queriendo asegurarse—. Por favor, alfa...
A penas se despertaron, el lobito había hecho acto de presencia diciendo que
debían de hacerlo una vez más por las dudas de que las cuatro de anoche no
hayan sido suficiente como para quedar en cinta finalmente. Jungkook
tampoco es que quisiera negarse, la verdad, pero es que el cuerpo de su
esposo estaría agotado.
—Debes de estar cansado, amor... —intentó hacerle comprender una vez más.
—No, no estoy cansado —negó mintiendo enormemente, porque si lo estaba
pero en verdad quería asegurarse—. Por favor —tomó el rostro del alfa para
besarlo suave un par de veces—. Alfa...
Bueno, ¿Qué clase de alfa sería si no cumple con lo que su omega le pide? Él
no es tan cruel.
—Está bien, mi amor. Pero solo una vez y luego iremos a desayunar, ¿De
acuerdo? —preguntó mientras se colocaba sobre al cuerpo del omega, entre
sus piernas.
—Sí —respondió el menor sonriendo complacido sin soltar el cuello del
azabache.
Ambos seguían desnudos, por lo que el alfa solo tuvo que estimular un poco a
su esposo para poder ingresar en él de la forma más sencilla posible sin
causarle daños. Aunque eso era bastante difícil porque aún estaría bastante
dilatado debido a las veces que lo hicieron anoche, pero de igual forma no
quería arriesgarse.
Ingresó suavemente, disfrutando de la expresión de placer que su amado
dejaba ver. Cuando estuvo dentro una vez más, el menor rodeó su cintura con
sus piernas aunque esa simple tarea fuera difícil de llevar a cabo debido al
dolor en ellas luego de montarlo dos veces, pero no le importó mucho en ese
momento.
Entre besos y caricias, Jungkook anudó una vez más en el futuro padre de sus
cachorros, remarcando una vez más la muestra más clara de su amor; su
marca sana y preciosa.
—Gracias, mi alfa —agradeció el lobito sonriendo en grande, y lo besó una vez
más antes de devolverle el mando de su cuerpo a su humano.
Taehyung tardó un par de segundos en darse cuenta de la posición en la que
estaban, y no pudo evitar sonrojarse porque su alfa había anudado una vez
más en él. Jungkook besó todo su rostro mientras retenía una risa debido a su
expresión de confusión ante la situación, y se apresuró a explicar.
—Tu lobito quiso una ronda más para asegurar nuestros cachorros.
—¿Asegurar? —preguntó levantando una ceja—. Estoy seguro de que si
pudiera embarazarme por cada vez que anudarse en mí, tendríamos ya cuatro
hijos en camino.
—Ya sabes como es tu lobo, amor —defendió a su otro amor—. Solo quiere
asegurarse de que formemos nuestra hermosa familia.
Ante la mención de su familia, Taehyung sonrió totalmente encantado con la
idea, y atrajo al mayor para abrazarlo, queriendo sentirlo de esa manera hasta
sus últimos días. Jungkook besó su cuello de forma tierna, y disfrutó de su
aroma, imaginando éste cuando cambie debido al embarazo.
Ninguno de los dos podía esperar.
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Trece días después. Despacho de los reyes.
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Se encontraban reunidos con los encargados de mantener la seguridad y
protocolos de salud en los lugares de trabajo de todos los reinos.
Era una reunión importante, por lo que ambos reyes estaban muy atentos a
las palabras de los hombres y a los papeles en sus manos donde revisaban que
los chequeos médicos que se hacían cada seis meses a todos los trabajadores
sd haya cumplido.
—¿Y los que no fueron al chequeo? —preguntó Jungkook observando al
ministro de salud del reino Topacio—. ¿Qué sucedió con ellos?
—No asistieron —respondió el beta.
—Eso es obvio —habló Taehyung quitando la vista de los papeles hacia el
hombre. No sonó duro, pero quería hablar claro—. Lo que queremos saber son
sus razones. Los chequeos médicos son importantes para éstas personas
porque no deben de gastar para ellos en caso de necesitarlo. Las personas
esperan esto con ansias para también preguntarles a los médicos sobre
algunas dolencias o precauciones para que sus familias no enfermen, por lo
que no asistir debe de significar que algo sucedió y es su trabajo averiguar el
por qué.
—No lo sabemos, alteza —respondió el hombre con algo de temor—. Pero,
luego se presentaron a trabajar como normalmente no hacen, por lo que creo
que simplemente no quisieron ir.
Taehyung alzó una ceja como preguntandole si no acababa de escuchar lo que
dijo. Jungkook dejó de acariciar la cintura de su esposo que se encontraba
sentado en su regazo como acostumbraba, sintiendo la suave tela del vestido
que estaba utilizando ese día.
Lo ponía algo receloso que marcara tanto su figura, pero también disfrutaba
de la misma así que no se quejó por ello.
—Nadie falta a una revisión médica porque sí, señor Lim —dijo Jungkook con
seriedad, y tomó la lista de los trabajadores de las minas de carbón de ese
reino para lanzarsela al hombre—. Averigüe la razón. A menos de que no
hayan querido asistir, hagan que el médico vuelva a revisarlos. La importancia
de la salud de nuestros trabajadores es importante y más en la minería donde
los alfas y betas hombres son en su mayoría expertos en su labor y nos
entregan los productos en tiempo y forma.
—Su trabajo es de los más insalubres, y por eso tienen que asistir a esta
revisión —continuó el omega—. Una sola persona es importante, no lo olvide.
Creo que conoce las consecuencias de que algo que pudo evitarse suceda
estando a su cargo, ¿Cierto? —preguntó claramente no bromeando—. Asegure
a sus trabajadores, y usted estará seguro. Es tan simple como eso.
—Si, alteza. Prometo mejorar —respondió el beta haciendo una leve
reverencia.
Jungkook llevó una de sus manos a los muslos de su omega, y miró a todos
con mucha seriedad.
—¿Alguien más tiene personas que no asistieron a la revisión y no saben el
motivo? —preguntó tomando otro de las listas, esta vez del cultivo de caña de
azúcar del reino de cuarzo para echarle un ojo—. Bueno, aquí dice que todos
asistieron a la revisión.
—Aunque no se encuentra la firma de los médicos a cargo —señaló Taehyung,
y miró con el ceño levemente fruncido al ministro de salud de ese reino—. ¿La
razón, señor Im?
El hombre tragó duro ante la mirada de ambos reyes que lograba helarle la
sangre a cualquiera. Comenzó a explicarse intentando que su voz no
demostrara el temor a lo que pudieran decirle, y por mientras el alfa intentaba
no echarlos a todos del lugar para poder llenar de besos y caricias a su esposo.
¿La repentina razón?
Jungkook podía olerlos. A sus cachorros comenzando a formarse en el vientre
de su esposo.
Su lobo comenzó a aullar, correr y mover su cola emocionado y con ganas de
besar a sus muy pequeños por sobre la dermis de su omega. El omega pudo
sentir la ola de felicidad invadir a su esposo, lo que le pareció extraño y por
eso volteó a verlo con una mirada curiosa.
Jungkook respondió a sus dudas llevando ambas manos a su vientre, el cual
comenzó a acariciar por sobre la tela intentando retener una sonrisa para no
perder el hilo de seriedad de la conversación. Taehyung tardó unos segundos,
pero finalmente supo que era lo que quería decirle y casi se larga a llorar de la
emoción.
Santa luna, no era el momento. Pero en cuanto todas estas personas se
fueran, no habría quien pudiera bajarlos de su nube de felicidad.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Setenta y ocho |♔| •
La felicidad que ambos sentían era indescriptible.
A penas la reunión terminó, el alfa besó a su omega por todos lados e hizo que
se sentara frente a él sobre la mesa luego de mandar los papeles al suelo de
un manotazo, porque quería abrazar la cintura del menor y acercar su rostro a
su abdomen.
—¿Estás seguro, Kook? —preguntó Taehyung aún sin poder creerlo, con sus
ojitos húmedos debido al llanto de emoción que la idea de tener a sus
cachorros comenzar a crecer en su interior, le provocaba—. ¿E-En verdad
tenemos a nuestros cachorros?
Jungkook olfateaba sin parar por sobre la tela de su vestido, sin poder ocultar
su sonrisa. Asintió y dejó un suave beso sobre la tela para luego levantar la
mirada y encontrarse con los ojos emocionados de su esposo.
—Así es, mi bella flor. Nuestros cachorros están aquí, puedo olerlos —
respondió seguro, y se puso de pie para sostener sus mejillas y lo miró con
todo el amor y la felicidad que sentía en ese momento que el hombre frente a
él—. No tienes idea de lo feliz que soy desde que llegaste a mi vida. Te amo
tanto que ya no encuentro palabras para demostrárselo, es tanto lo mucho
que te amo que ya no sé que hacer... —apoyó su frente sobre la suya,
queriendo que pudiera ver a través de sus ojos todo lo que sentía por él.
Taehyung le sonrió totalmente encantado con sus palabras, abrazó su cuello
no queriendo que se aleje, y se dejó limpiar sus lágrimas mientras sentía a su
lobo realmente eufórico. Si él estaba desbordado de felicidad, su lobo no
dejaba de aullar y sollozar de alegría. Terminó con la distancia entre sus labios
para comenzar un beso lleno de cariño, de amor, de delicadeza, de felicidad.
—Te amo, Jeon Jungkook —dijo Taehyung entre besos, muchos besos en sus
labios y todo el rostro del alfa—. Soy la persona más feliz gracias a ti. Nuestra
dulce espera va a maravillosa, lo sé.
—Espero que estés listo para aguantar mi comportamiento a partir de ahora,
amor —dijo el alfa acariciando con una de sus manos el vientre por ahora
plano de su omega—. Seré algo intenso. Por favor, no te enojes, ¿Sí?
Taehyung negó sonriendo al imaginarse lo sobreprotector y cariñoso que sería
a partir de ahora. La idea le gustaba mucho. Pero había algo que le
preocupaba un poco.
—Yo sé que cada embarazo es distinto en cada persona... —comenzó a hablar
bajando la mirada algo nervioso—. No sé como serán en mi cuando los
síntomas comiencen, pero espero no ser muy molesto...No quiero causarte
problemas o preocuparte —admitió con algo de pena.
Al alfa aquello le dio tanta ternura que solo pudo estrecharlo en sus brazos
mientras besaba todo su rostro y cuello.
—Mi amor. Jamás vas a ser una molestia no importa qué pidas ni cuando —
aseguró levantando su rostro desde su mentón para hacer que lo mirara—. Y
yo ya me preocupo por ti fácilmente, así que ahora voy a hacerlo el triple
aunque no quieras. No es algo que pueda evitar.
—No vas a dejarme un segundo solo —dijo el omega rodando los ojos
divertido.
—¿Cómo supiste? —respondió siguiéndole el juego.
—Eres muy predecible cuando se trata de mí —respondió sin dejar de sonreír,
y luego llevó ambas de sus manos a su abdomen mirándolo expectante—.
¿Deberíamos de decirle a los demás? ¿O esperar a que los síntomas
aparezcan?
—Mantengamoslo en secreto hasta que los síntomas aparezcan y el
médico...Mejor una médica omega —corrigió—. Ya luego lo anunciaremos al
reino. Por ahora, solo disfrutemos nosotros de esta felicidad, ¿Si, amor?
—Será difícil no contarle a Jimin o a los sirvientes, pero me gusta esto de que
solo nosotros disfrutemos por ahora —respondió de acuerdo, sintiendo esa
emoción ante la noticia que solo ellos iban a disfrutar en privado.
Jungkook apoyó su frente sobre su hombro sin soltarlo y se mantuvo allí
durante unos segundos, cosa que llamó la atención del omega que se
mantuvo acariciando el cabello azabache en espera de que su esposo le dijera
algo.
—¿Kook? —preguntó cuando pasaron unos pocos segundos y el alfa seguía
olfateando su cuello.
Pronto el alfa se separó lentamente, y cuando sus ojos volvieron a
encontrarse, Taehyung pudo notar que sus ojos ya no era oscuros. Ahora el
lobo del alfa estaba presente, y el omega no tuvo tiempo de sorprenderse o
decirle algo, porque su propio lobo tomó el control.
El omega de ojos dorados le sonrió en grande a su alfa, que también le sonrió
en respuesta.
—Alfa, tenemos a nuestros cachorros —dijo el omega como si le estuviera
dando la noticia nueva, totalmente emocionado—. Vamos a tener muchos
cachorros, ¿Sí quieres muchos?
—Claro que sí, omega —respondió en calma.
—¡Estoy muy feliz! —dijo acercándose al rostro contrario para darle un tierno
beso esquimal—. Que el tiempo pase rápido.
—No puedo esperar —respondió el alfa, y luego volvió a bajar para olfatear a
sus cachorros que sabía que serían muy, muy pequeños aún, pero que amaba
con todo su ser—. Creo que serán dos o más.
El omega aplaudió varias veces totalmente a favor de esa probabilidad.
Aunque si solo fuera uno, lo amaría tanto e incluso más que a su alfa.
Ambos lobos se quedaron varios minutos disfrutando también de la noticia de
sus cachorros, de su familia que comenzaba a formarse poco a poco y que
estaban seguros de que sería grande y muy feliz.
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Una semana después. Castillo zafiro.
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Fue una semana después en la que los primeros síntomas comenzaron en el
omega, pero no fueron náuseas sino mareos repentinos que solo se calmaban
luego de un par de minutos en los que debía de quedarse quieto y sentado o
sentía que iba a desvanecerse.
El primer mareo llegó cuando estaba en la biblioteca buscando un libro que
leer esa tarde, cuando de un momento a otro comenzó a sentirse mal. Su
cuerpo se sentía cada vez más cansado al mismo tiempo que su vista comenzó
a oscurecerse. Tuvo que agacharse y apoyarse en la estantería de libros
porque creía que iba a desmayarse en cualquier momento.
Jungkook, que estaba allí también cerca de su esposo —como los últimos
días—, al ver tal acción se preocupó mucho y se acercó a él en menos de dos
segundos. Se agachó a su altura y lo sostuvo entre sus brazos.
—¿Qué sucede, amor? ¿Que pasa? ¿Te duele algo? —preguntó buscando sus
ojos.
Taehyung mantenía sus ojos cerrados intentando contestarle pero le costaba
hacerlo. Subió sus brazos lentamente a sus hombros, buscando soporte y
acercarse para apoyar su frente sobre su hombro.
—Me maree... —respondió finalmente, bajito.
Jungkook no perdió el tiempo y lo alzó en brazos para caminar hacia el sofá
que se encontraba allí, el que le regaló por su cumpleaños. Lo recostó y
acarició su rostro buscando calmarlo de alguna manera. Estaba pálido y sus
ojitos veían a los del alfa como diciéndole que no era nada realmente.
—Quizás sea uno de los síntomas del embarazo, amor —dijo el alfa sin dejar de
darle caricias—. ¿Estás mejor?
Taehyung llevó ambas de sus manos a su abdomen aún plano, asintió e hizo
un puchero que fue arte a ojos del alfa.
—No es lindo...Me asusté —confesó.
—¿Estás mejor en serio? —preguntó el alfa posando una de sus manos sobre
las contrarias. Acercó sus labios a los impropios, dejando varios besos
queriendo hacerlo sentir mejor—. También me asustaste.
—Lo siento —se disculpó cerrando los ojos para sentir mejor los labios
ajenos—. ¿Deberíamos llamar ya al médico?
—Creo que ya es hora. El aroma de nuestros cachorros va a sentirse
seguramente en unos días —acercó su rostro a su abdomen para olfatear a sus
cachorros, y le fue inevitable el sonreír—. Creo que ya es hora de compartir
nuestra felicidad con las personas que queremos.
—Que los primeros en enterarse sean Jimin y Yoongi —pidió el omega
sonriendo ansioso por querer ver sus reacciones—. Luego a Lucy y Gahyeon.
Ya luego a los demás, y a la gente del reino cuando los bebés estén más
grandes. Ese es el protocolo para los del pueblo, ¿Cierto?
Jungkook asintió a esto último.
Su reino sería el último en enterarse, y debía de ser cuando tuviera al menos
siete meses, por un tema de seguridad. Nunca se sabía que podrían intentar
hacer los rebeldes que aún estaban por ahí con la noticia, y por ende se debía
de mantener en secreto a personas que no son de confianza.
—Iré a conseguir un médico omega —dijo el alfa. Dejó un último beso sobre los
labios ajenos, y se puso de pie.
—Kook —llamó el menor.
El alfa detuvo sus pasos y volteó a verlo, volviendo a acercarse a él.
—¿Sí, amor?
Taehyung llevó una de sus manos a la mejilla contraria, y la acarició a la vez
que lo miraba con ojos llenos de amor.
—No es nada. Solo...Te amo —respondió el menor.
Eso fue como un ataque al corazón del alfa, que dejó lo de ir a buscar a un
médico para después. Decidió en su lugar, subir con mucho cuidado y
delicadeza encima de su amado para comenzar a besarlo hasta que se
cansara, cosa que jamás pasaba. Taehyung no se quejó tampoco, y también se
dedicó a demostrarle cuanto lo amaba a través de caricias, besos y sonrisas
sinceras.
Casi tres horas después, una omega que tenía algunos años de experiencia en
embarazos se presentó muy emocionada por el llamado de los reyes para
confirmar su embarazo. Su nombre es Kim Yoo Hyeon, una castaña muy
simpática y sobretodo dulce que logró transmitirle a los reyes seguridad para
encargarle el chequeo del omega y el seguimiento de su embarazo hasta el
nacimiento.
—Será un gran revuelo cuando el reino se entere, alteza —dijo la omega
terminando de medir el tamaño de la panza del omega peligris—. Estarán muy
felices. Logró ganarse el corazón de todos, ¿Sabe?
—Me hace feliz escuchar eso —admitió el omega observando directamente su
panza levemente abultada, con una sonrisa preciosa.
A su lado, obviamente se encontraba Jungkook observando todos los
movimientos de la omega. Podía notar que no tenía ningún tipo de mala
intención o maldad, pero eso no quitaba que podría hacer algo "mal" y quizás
dañar de alguna forma a sus cachorros o a su omega. Estaba duro como
estatua con su mirada fija en el movimiento de las manos de la mujer, con las
suyas propias acariciando casi mecánicamente el cabello gris de su esposo.
—Kook —llamó el menor divertido al verlo de esa forma.
El alfa volteó a verlo de inmediato, con curiosidad.
—¿Sí, amor?
—Deja de mirarla así. No estás siendo amable con la persona que va a cuidar
de mi embarazo —regañó sin sonar duro, sino más bien dulce porque
comprendía perfecto como debía de sentirse.
—Tienes razón, mi amor —aceptó, y volteó a ver a la mujer que guardaba sus
cosas—. Lamento mi comportamiento.
Ella nego restandole importancia.
—Es entendible, alteza. No se preocupen —tomó su maletin de cuero, y se
puso de pie para hacer una reverencia—. Felicitaciones por su paternidad. Es
un honor, realmente, ser quien haga el seguimiento de su embarazo.
—Muchas gracias a ti —respondió Taehyung sonriendole amable—. Déjame
acompañarte hasta la entrada.
Taehyung acomodó su pijama que estaba utilizando para que la mujer tuviera
acceso a su anatomía, y Jungkook no tardó en pasarle la bata larga para que
se la colocara. Ambos bajaron junto con la mujer, que les recordó la
importancia de los alimentos y horas de sueño, y sobretodo el estar en calma
con el menor estrés posible.
Cuando volvieron a estar ellos solos, Taehyung fue de inmediato al piso de
arriba para vestirse, porque quería ir a visitar a su alteza Jimin y darles la
noticia.
—Despacio, amor —pidió el alfa tomando su mano para que ambos subieran
las escaleras juntos.
—¡Debemos de llevar algún postre para compartir con ellos! —dijo el omega
desbordando de alegría en por fin poder contarle a su mejor amigo la mejor
noticia de su vida.
—Y mandarinas para Yoongi —sugirió Jungkook.
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Un mes y medio después. Despacho de los reyes.
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Jungkook estaba teniendo una reunión con los principales transportistas de
materias primas en todo el reino. Estaba solo esta vez porque su esposo decía
estar algo cansado y se quedó en su habitación recostado.
No estaba tranquilo estando lejos suyo. Desde que pudo sentir a sus cachorros
ha estado a su lado excepto para ir al baño. Todos sus sentidos, y sobre todo
su lado protector, habían aumentado a tal punto que incluso no dejaba que
bajara las escaleras a menos que estuviera tomando su mano.
Al mismo tiempo, se volvió mucho más cariñoso que antes al igual que el
omega, que tampoco lo quería lejos y a veces simplemente se quedaban
varios minutos besándose y acariciandose con estimo. Hacer el amor ya no era
algo que desearan como antes, pero obviamente varias veces luego de tantos
mimos y felicidad, terminaban haciéndolo de forma cariñosa y suave, pero sin
dejar de sentirse fantástico.
Por lo que, dejarlo solo aunque sea por unas dos horas y durmiendo, no era
algo que lo tenga tranquilo. En cierto punto de la reunión pudo sentir a su
omega emocionado por algo, lo que le causó curiosidad, y casi sale de allí solo
para ver de qué se trataba.
—Entonces, alteza ¿Deberíamos de-
—¡Alfa!
La voz de Taehyung se escuchó al mismo tiempo que la puerta se abrió casi
por completa. Jungkook de inmediato se puso de pie dirigiendo su mirada al
lugar, pero se calmó cuando notó que su esposo se acercaba a él con una gran
sonrisa. Otro detalle que no pasó desapercibido por nadie, era que sus ojos
eran de un dorado precioso, dejando en evidencia que de trataba de su lobito.
El omega vestía un vestido sencillo que no dejaba ver bien su pequeña panza
de más de dos meses, levemente abultada. Pero le quedaba precioso como
todo lo que vestía.
—Alfa —llamó nuevamente cuando llegó a él, y tomó su mano tirando
levemente de él—. Alfa, vamos a la habitación.
—Bebé, estoy en una reunión importante ahora —dijo apuntando a las demás
personas con un movimiento de cabeza—. Cuando termine iré directo allí.
El omega negó y continuó tirando de él. No le daba la menor importancia a las
personas que estaban allí observando la escena en silencio y casi de reojo.
—Alfa, vamos. Por favor —insistió como un niño caprichoso, haciéndole ojitos
para convencerlo—. Quiero que veas algo —tomó una de sus manos y la
colocó sobre su estómago, intentando convencerlo—. Queremos que veas.
Esto era muy difícil para Jungkook. Su omega era demasiado listo cuando le
convenía serlo, lo que le causaba risa y algo de preocupación porque si seguía
de esa forma entonces iba a convencerlo de saltar por la ventana.
Finalmente suspiró y se rindió a esos ojitos dorados que lo miraban
suplicante.
—De acuerdo, amor —aceptó, y miro a los otras personas con una mirada
totalmente distinta con la que estaba viendo a su esposo—. Disculpen. Vendré
en unos minutos.
Todos los presentes simplemente asintieron. Sabían que de igual forma no
podían negarse a eso, y que el omega estaba en cinta y su comportamiento no
sería el mismo. Conocían al Taehyung serio y responsable con su trabajo, pero
era la primera vez que lo veían de esta forma, lo que era extraño.
—Vamos, alfa —dijo el omega nuevamente contento, y tomó la mano de su
esposo para llevarlo a donde quería.
El azabache solo se dejó llevar. En el camino le preguntó que era lo que quería
mostrarle, pero el menor solo le decía que era una sorpresa.
Al llegar a la habitación el primero en ingresar fue el omega, soltando la mano
del alfa para cerrar la puerta una vez que éste estuvo dentro. Jungkook
observó la habitación buscando algo en especial, y al posar sus ojos sobre la
cama abrió la boca levemente ante la sorpresa. Su lobo se contentó
muchísimo y él terminó totalmente encantado con los que sus ojos captaban.
—Alfa, ¿Te gusta? —preguntó el omega colocándose frente a él para acariciar
su pecho—. Es nuestro nido.
Efectivamente el omega había armado un nido sobre la cama. Estaba hecho
de sus prendas impregnadas con el aroma de ambos, e incluso sábanas que
habían utilizado antes. Todo estaba perfectamente acomodado en forma
circular y por colores, desde los claros a los oscuros. Era precioso a ojos del
alfa. Sobre todo porque era suyo, su omega lo había hecho con mucho amor y
ahora lo miraba con ojitos brillantes en busca de aprobación.
Jungkook sostuvo su rostro con ambas manos y le sonrió en grande. Asintió
sin dudarlo y acercó su rostro al suyo para darle un tierno beso esquimal.
—Es perfecto, amor. Me encanta.
Aquello bastó para hacer que el omega volviera a sonreír en grande y a dar
pequeños saltitos de felicidad. Puso mucho amor en armar su nido, y le hacía
muy feliz que a su alfa le gustara mucho.
—Alfa, entremos al nido —pidió abrazando su cuello.
Jungkook flaqueó un poco su sonrisa al escuchar tal pedido. No es que no
quiera, eso jamás. Pero si se metían al nido iban a estar allí por más tiempo del
que dijo a las personas que lo esperaban en su despacho. Además, si lo
rechazaba entonces el omega iba a creer que en realidad no le gustaba el nido
e iba a ponerse muy triste, y no quería ver a su amor triste o que sintiera que
su esfuerzo en construirlo había sido en vano.
Taehyung humano lo entendería si le dijera que debía de esperar a que la
reunión terminara, pero su lobito era diferente y mucho más terco y sensible.
—Alfa, quiero que nos des mimitos en nuestro nido —pidió el omega con la
expresión más adorable que el alfa había visto jamás—. Yo también te los
daré.
Bueno, él era el rey supremo ¿Quién iba a reclamarle por tardar un par de
horas en regresar a la reunion? Absolutamente nadie que tenga las ideas
claras sobre lo que eso significaba.
—De acuerdo, mi amor —le sonrió y lo alzó con cuidado de sus muslos para
llevarlo hacia la cama.
El omega reía bajito mientras abrazaba los hombros ajenos, contento a más
no poder porque iban a estar en su nido.
Los nidos eran hechos solamente cuando el omega estaba en celo. Lo hacían
para sentirse protegidos con sus cachorros en camino, para que los padres o
madres alfa de sus cachorros les dieran muchos mimos, pero sobre todo era
un pequeño lugar que era solo de ellos y sus cachorros en camino, porque de
esa forma creaban lazos aún más fuertes con ellos.
Por eso era tan importante y no debías de negarte a ingresar a él porque el
omega podría tomarlo como un rechazo hacia sus cachorros. Y sobre todo,
solo ellos podían ingresar a él o si quiera verlo. De lo contrario, esa burbuja
que habían creado se vería invadida, perdería su toque especial.
Jungkook dejó con cuidado a su esposo sobre la cama, quien buscó su aroma
en su cuello y dejó que lo envolviera con sus fuertes brazos. Casi que
ronroneaba al sentir los labios ajenos en su cuello junto con esas gentiles
caricias en la piel descubierta de sus brazos. Las propias manos del omega
fueron hacia su abdomen, llenado su corazón y alma del amor de su alfa, y
sintiéndose a salvo de cualquier cosa o persona.
Él y sus cachorros siempre iban a estar a salvo mientras su alfa estuviera con
ellos. No podía esperar para tenerlos en el nido junto a ellos.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Setenta y nueve |♔| •
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Un mes después. Habitación de los reyes.
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Eran al rededor de las tres de la madrugada cuando el omega de ahora cuatro
meses de embarazo y el vientre un poco más notorio, se despertó debido a
una molestia que intentaba ignorar pero que no podía. Cada vez sentía que
aumentaba, y eso lo hizo querer llorar porque no quería despertar a su esposo
y molestarlo por algo como eso.
Su frustración lo hizo sollozar lo más bajito que pudo, cubriendo su rostro
para que el alfa puro no pudiera oírlo. Pero eso fue algo casi imposible porque
estaba haciendo cucharita con su esposo, que literalmente lo tenía lo más
pegado a su cuerpo posible y si buena audición y el sentir las emociones de su
omega a la perfección despertó de inmediato.
Al escuchar sus sollozos intentando ser silencioso y el cuerpo de su amado
moviéndose un poco debido a estos, de inmediato se incorporó un poco para
observarlo, girando un poco su cuerpo en su dirección para poder mirarlo de
frente.
—¿Qué sucede, amor? —preguntó totalmente preocupado y algo alterado
porque no sabía que era lo que ocurría—. ¿Por qué lloras? ¿Te duele algo? ¿Te
apreté muy fuerte?
Taehyung negó mientras continuaba con su rostro cubierto sin poder dejar de
derramar lágrimas. Y el haberlo despertado y preocupado de esa forma lo hizo
sentirse aún peor y aumentar su llanto. Jungkook entró en pánico y no supo
que hacer más que atraerlo más a él y aumentar su aroma para que intentara
calmarse. El suyo algo amargo debido a las malas emociones estaba
afectandole.
—Mi amor, ¿Por qué lloras? —preguntó una vez más con un tono de voz más
dulce y calmado—. Cálmate. Sea lo que sea, dímelo y voy a hacer que dejes de
llorar.
—L-Lo...Lo siento —respondió el omega abrazando fuertemente el cuello
ajeno, respirando su aroma a petricor que tanto amaba—. Solo...D-Dame un
minuto... —pidió intentando calmar su llanto.
Jungkook solo se dedicó a acariciar su espalda con una mano, y con la otra la
parte trasera de su cabello mientras besaba la piel expuesta de su hombro. Le
tomó unos diez minutos calmarse por completo, y dejó que su esposo limpiara
sus mejillas húmedas antes de hablar.
—Lo siento. No quería despertarte... —dijo levantando la mirada para verlo
con arrepentimiento—. Solo...Yo...
Al parecer le daba pena decirle la razón de sus lágrimas, pero el alfa puro
simplemente esperó hasta que se animara a decírselo. Luego de algunos
suspiros, el omega llevó una de sus manos a su pequeña barriga.
—Tengo muchas...En serio muchas, ganas de comer bizcocho de limón con
crema —dijo con algo de temor por la reacción del alfa—. Pero no quería
despertarte, y en serio tengo muchas ganas de eso. Pero es muy tarde...Yo no
sé hacerlo, y no iba a poder comerlo, entonces me puse triste y-
Un dulce beso lo hizo callar. Jungkook le dio varios besos de esos antes de
llevar una de sus manos a donde sus cachorros comenzaban a crecer, para
acariciar con delicadeza.
—Amor, no debes de evitar tus antojos —regañó con una voz dulce que no
parecía un regaño en lo absoluto—. Lo dijo la doctora, ¿Recuerdas?
Taehyung asintió con algo de culpa.
—Es mi hermoso deber el calmar todos tus antojos, sean cuales sean. Así que
ahora vamos a bajar a la cocina para preparar eso que quieres, ¿Sí? —
preguntó sin esperar una respuesta concreta, porque iba a hacerlo.
—¿En serio? —preguntó Taehyung con sus preciosos ojos grises brillando de
emoción.
—Claro que sí. Tú y nuestros cachorros jamás van a quedarse con las ganas —
aseguró, y sus labios besaron la punta de su nariz—. Si quieres puedo ir yo
mientras tú descansas.
—No. Quiero ayudarte —dijo rápidamente, y se incorporó para quitarse las
sábanas de encima—. Vamos.
Jungkook se apresuró a levantarse primero para buscar sus batas antes de
salir de la habitación. Observó con ternura la figura de su esposo utilizando un
pijama del mismo estilo que el primero que Gahyeon le dio para pasar su
primer noche juntos y las siguientes. Él pidió que fuera de esa forma porque
no quería hacer que se sienta incómodo o expuesto ante alguien que acababa
de conocer aunque ahora fuera su esposo.
Su pansita ya era notoria y seguía creciendo un poco bastante. Aquello solo le
confirmaba, junto con el aroma de sus cachorros, que eran más de uno. Quizás
tres.
—Vamos, Kook —dijo el omega tomando su mano para salir de la habitación.
Jungkook solo sonrió y se dejó llevar hasta la cocina.
En el camino saludaron a los guardias del turno nocturno, que a penas y
podían ocultar sus expresiones y soltar un "aawww" ante lo adorable que se
veía con su pansita y esa sonrisa emocionada. Los omegas en cinta eran
adorables, pero Jeon Taehyung superaba a cualquiera.
Por otro lado el rey alfa puro daba miedo cuando estaba serio, y les era difícil
imaginarlo con bebés o niños pequeños porque el trato de éste para con ellos
era torpe y temeroso, lo que hacía que se viera serio y malhumorado pero que
en realidad solo eran nervios y dudas sobre cómo tratarlos o hablarles. Con
Hoseok le era un poco más fácil porque era ya un niño grande.
Pero sin dudas todos estaban seguros de que serían unos buenos padres.
Al llegar a la cocina encendieron los veladores y comenzaron a buscar las
cosas que se necesitarían para preparar lo que el omega quería comer en ese
momento.
—Iré a buscar los ingredientes al almacén —avisó el mayor a un Taehyung que
se quedó sentado en uno de los taburetes altos de allí a pedido suyo—. No
enciendas en horno aún. Yo lo haré.
Taehyung solo asintió obediente y comenzó a balancear sus pies mientras
abrazaba su pansita sin poder borrar su sonrisa. Bajó la mirada a ésta y
suspiró.
—Tranquilos. Papá Kook va a calmar nuestro antojo —les habló con un tono
cariñoso—. Mañana vamos a agradecerle con un bonito gesto también.
Luego de poco más de cinco minutos, el alfa puro regresó con lo que supuso,
era necesario para preparar lo que su esposo y sus cachorros querían. El
omega sabía un poco más que el alfa sobre postres y cosas dulces, por lo que,
siguiendo una receta de algunos libros que estaban en una de las repisas de la
cocina, comenzaron a preparar sin mucha prisa ese bizcocho de limón con
crema.
Jungkook se encargó de encender el fuego del horno mientras el omega batía
la preparación del bizcocho que olía a limón, cosa que hizo que se le hiciera
agua la boca de anticipación. El mayor preparó la crema siguiendo los pasos
que su esposo le indicó, y casi rompe la cuchara de madera de tanta fuerza
con la que hizo. Pero por suerte Taehyung le dijo que ya era suficiente.
—Bien... —cuando el bizcocho ya estuvo en el horno que cerraron con la
puerta de acero que poseía, y el mayor se acercó a su esposo para sostenerlo
por debajo de sus axilas y subirlo a la gran mesa del lugar—. ¿Cuánto tiempo
va a tardar en estar listo, amor?
—Entre treinta y cuarenta minutos dependiendo de si lo hicimos bien y que
tanto caliente el horno —respondió aplaudiendo un par de veces sin poder
borrar su sonrisa—. Gracias, Kook.
El alfa puro se acomodó entre sus piernas sin pegarse a la pansita donde
estaban creciendo sus cachorros, y acercó su rostro al suyo para comenzar a
besarlo con amor. Su esposo era tan lindo, adorable y perfecto que no podía
evitar querer comerlo a besos cada vez que lo veía.
Se besaron durante algunos minutos, sin que fuera algo subido de tono.
Simplemente demostrando todo su amor a través de los movimientos de sus
labios sobre los otros. Al separarse, se miraron directo a los ojos y sonrieron
sin otro motivo que el amor que se tenían y que podía hasta palparse.
—La próxima vez, no importa la hora o el lugar —habló Jungkook bajando
hacia su pequeña barriga, para besar por sobre las telas—. Soy feliz calmando
sus antojos, mis amores. Me sentiría mal si no lo hicieras, mi bella flor —dijo
mirándolo desde abajo.
—Lo siento —se disculpó el omega una vez más, y llevó una de sus manos a los
cabellos azabaches para acariciarlos—. Prometo que ya no lo haré, Kook.
—Quita ese puchero, amor —pidió volviendo a ponerse derecho para mirarlo
desde cerca—. Te amo.
Taehyung lo abrazó por el torso para atraerlo y apoyar su mejilla en su pecho.
Respiró hondo llenando sus pulmones de su aroma favorito, y cerró sus ojitos
para escuchar con más atención los latidos de su esposo. Quería que lo
mimara.
—Kook, ¿Puedes acariciar mi cabello? —preguntó algo apenado por ser tan
intenso.
—Con gusto, alteza —respondió llevando una de sus manos a sus plateados
cabellos, comenzando a pasar sus dedos por sus hebras mientras acariciaba
su cuero cabelludo—. Eres el omega más hermoso de todos los reinos, ¿Lo
sabes, amor?
—Todos somos hermosos —respondió, pero sin dejar de disfrutar de su
halago—. Aunque, si me preguntaran lo mismo pero sobre alfas,
definitivamente diría que eres el más hermoso.
—Agradezco a la luna por haberme unido a ti, y te agradezco por amarme
tanto como yo te amo —besó su cabello antes de continuar—. Desde el primer
momento en que te vi has mejorado mi vida por completo, incluso si solo yo
sabía de tu existencia y tú no de la mía.
—¿Cómo es eso? —preguntó curioso, apoyando su barbilla en su pecho para
mirarlo.
Jungkook también lo miró, y le sonrió mostrando sus dientes.
—Desde pequeño creí que mi vida se basaría en formarme como rey, casarme
con alguna alfa que mis padres eligieran y vivir simplemente conformándome
con eso. Más que nada porque nunca creí encontrar el amor. A esa persona
especial que sacara todo lo bueno de mí...Hasta que te vi y pude sentir que mi
destino no era ese, sino estar a su lado y ser feliz verdaderamente —sus manos
acariciaron su cintura por sobre la tela de manera suave—. Tú me devolviste
las esperanzas e hiciste que le diera un significado más a mi vida. Ya no solo mi
deber era ser un rey, sino que era amar y ser amado, formar una familia
realmente querida y feliz. Y por sobre todo, dedicar mi vida no solo a mi reino,
sino que compartir esa responsabilidad con la persona que amo, lo que
definitivamente haría amar más a mi gente...Nuestra gente.
Taehyung tenía sus ojitos levemente húmedos debido a las lágrimas de
felicidad y amor que sus palabras le estaban haciendo sentir.
—Ahora solo sería un rey. Pero tú me convertiste en un rey amado y que sabe
amar. En un hombre mejor y en un alfa merecedor de ti. —juntó sus frentes y
cerró sus ojos—. Tú eres la respuesta a todo. Si me preguntaran que es la
felicidad, el amor, la esperanza, la generosidad, y todo lo bueno...Yo
respondería que tú eres todo eso y más.
Taehyung estaba tan conmovido por sus palabras, con el corazón a mil y su
lobo aullando de puro amor, que no pudo responder a sus palabras porque el
nudo en su garganta se lo impedía y no encontraba las palabras adecuadas
para expresarle todo lo que significaba Jeon Jungkook para él.
Así que, por el momento, solo lo demostraría como mejor sabe hacerlo.
Entonces sus labios volvieron a encontrarse. Entonces volvieron a saborear el
sabor del amor algo salado debido a las lágrimas del omega.
Entonces volvieron a amarse.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Ochenta |♔| •
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Ambos reyes se encontraban en su habitación luego de que el lobito omega lo
hiciera disculparse con el señor Jung por interrumpir una charla importante
que estaban teniendo acerca de los precios de importación de los vinos.
9
—¿No vas a decirme para qué me hiciste venir, bebé? —preguntó apoyando su
barbilla sobre uno de sus hombros, luego de que el menor tomara sus manos
para que acariciara su barriga de cinco meses recién cumplidos.
53
Cuando le confesó al alfa lo que creía, éste lo regañó suave diciendo que eso
sería imposible; que lo amaba y le seguiría excitando aunque todo su cuerpito
quedara con marcas, que era perfecto y siempre lo sería. Aquello logró
calmarlo y quitarle bastante esa inseguridad.
67
Aquello solo hizo reír al alfa, que entrelazó sus dedos sobre la barriguita de su
amado, abrazando también a sus cachorros que cada día crecían un poquitito
más. Acercó sus labios a su marca que dejaba verse debido al cuello bajo de su
vestido, comenzando a darle pequeños besos que hacían al omega ronronear
levemente con ojos cerrados.
29
Sus aromas estaban en cada rincón del lugar, lo que los hacía sentirse en
absoluta paz y tranquilidad. El tacto del mayor junto con los mimos que daba
con sus labios hacían que el omega casi que ronroneara de gusto.
6
Todo era tan lindo y tranquilo de esa forma, hasta que un leve movimiento
debajo de las palmas del alfa lo hicieron detenerse y al omega volver a abrir
los ojos junto con una gran sonrisa. Otro movimiento y Jungkook apartó sus
manos de golpe creyendo en el momento que algo extraño estaba ocurriendo
con sus cachorros. Pero el omega volvió a tomar sus manos y a colocarlas
sobre su panza.
259
—Alfa tiene que disfrutar de estas cosas —dijo asintiendo a sus propias
palabras, luego se acercó para darle un último beso—. Mi humano aburrido
también.
334
Aquello hizo reír al alfa, que estuvo a punto de defender a su amado pero se
detuvo al volver a apreciar sus preciosos ojos ahora de color grises. Taehyung
lo observó con algo de duda y sintiéndose un poco perdido como cada que su
lobo tomaba su lugar sin permiso.
141
—¿Cómo te sientes, amor? —preguntó el mayor acariciando una de las mejillas
contrarias.
—Jamás voy a acostumbrarme a que mi lobo haga eso —bufó soltando un leve
suspiro.
7
—Acaba de hacerme vivir uno de los momentos más lindos de mi vida —dijo
en defensa de su lobito—. Nuestros cachorros se movieron bajo mis manos —
dijo acariciando nuevamente su panza con ambas manos.
—¿Fue a buscarte de nuevo? —preguntó Taehyung apenado—. Lo siento.
Estábamos leyendo aquí y de pronto comenzaron a moverse...Yo quería que
también lo sintieras, pero estabas en una charla importante con el señor Jung
y por eso mi lobo volvió a tomar el control —explicó.
80
—No debes de ser tan correcto en estos casos, amor —respondió olfateando
su cabello con sus ojos cerrados—. El señor Jung es comprensible, y siempre
que se trate de ti o de nuestros cachorros, puedo dejar todo de lado para
prestarles completa atención.
1
—Bueno, puede que tú quieras eso, pero tu lobito no piensa lo mismo y actúa
diferente —bromeó—. Te llamó aburrido.
50
Jungkook asintió junto con una sonrisa. Se acercó para besarlo dulcemente,
haciendo que el omega soltara sus mejillas levemente, correspondiendo de
igual forma. Ambos se olvidaron por ese momento de todas las otras cosas
que no eran ellos demostrando cuánto se amaban y lo felices que estaban en
la dulce espera de por fin tener a su familia completa.
Cada vez faltaba menos. Cada día se emocionaban aún más.
23
Y Jungkook casi que entra en pánico. Esa fruta —también llamada fruta del
diablo— era difícil de conseguir si no estaban en temporada, y solo crecían en
el reino de perla. Hace un par de meses se lo hizo probar y a Taehyung le había
encantado su sabor. Obviamente le traería un carruaje lleno de ellas si así lo
quería, pero conseguir una en este momento era casi imposible.
167
Jamás le había negado algún antojo. Y no quería que esta fuera la primera vez.
17
—Si, amor. Y es lo que haré siempre —aseguró acariciando sus brazos—. Pero
no es temporada. Y aunque lo fuera, tardaría unos días en llegar aquí y-
Taehyung comenzó a sollozar, triste por saber que no iba a poder comer esa
deliciosa fruta fresca que tanto le había gustado. En verdad tenía muchas
ganas de comerla, y sus antojos eran fuertes. Jungkook siempre había
cumplido cada uno de ellos, lo que ahora hacía todo más complicado.
205
Fue en ese entonces que Jungkook entró en pánico y no supo que hacer.
Intentó acercarse para besar su rostro, pero el menor cubrió su rostro con
ambas manos, llorando más fuerte.
218
—De acuerdo. Esta bien, amor —Jungkook se puso de pie apartándose con
cuidado de su esposo, y se puso de rodillas para besar su panza—. Voy a hacer
todo lo posible para conseguir una, ¿De acuerdo?
117
—¿E-En serio? —preguntó mirándolo entre sus dedos, sin dejar de cubrir su
rostro con sus manos.
—Si, amor. Solo dame...Un par de horas, ¿Sí?
44
Taehyung asintió limpiando sus propias lágrimas. El alfa puro se puso de pie
para caminar fuera de la habitación, yendo directo a la cocina. Al llegar allí
todos le hicieron una reverencia, que él no respondió debido a los nervios y
desesperación.
60
El rey alfa puro suspiró y decidió ir donde el señor Jung aún lo estaría
esperando. Pero no par continuar con su charla de negocios, sino para
preguntarle si no conoce a alguien que las venda. No importa si lo hacía
ilegalmente.
347
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Un mes después. Jardín oeste del castillo zafiiro.
234
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Hoy estaba soleado pero con algunas nubes que lo cubrían por unos minutos.
Los reyes caminaban con sus brazos cruzados juntos, disfrutando del aire libre
a pedido del omega. Estaba cansado de estar dentro del castillo casi todo el
tiempo, el cual se la pasaba leyendo, comiendo o en el nido junto a su esposo
hablando sobre distintos temas que jamás los aburrían.
1
—Necesito caminar mientras pueda hacerlo sin sentir que mis pies duelen
como nunca, Kook —respondió soltando un suspiro cansado—. La doctora dijo
que era bueno.
2
—Dijo que un poco todos los días hasta que sea más tedioso —recordó.
—Eso estamos haciendo ahora, Kook —dijo sonriendole divertido.
Poco después de que Jimin cumpliera los ocho meses, la doctora que lo
estaba atendiendo a él le recomendó que no caminara tanto, que descansara
sentado o recostado y que tomara bastante líquido para cuando nacieran los
cachorros fuera más fácil el parto. Taehyung lo visitaba seguido, y pocas veces
el omega pelirosa debido a que Yoongi le pedía que no se esforzara
demasiado.
35
Taehyung no deseaba llegar a la etapa en donde tuviera que estar casi todo el
tiempo en cama. Aunque al mismo tiempo deseaba que los meses pasaran
rápido para finalmente tener a sus cachorros en sus brazos.
11
Pero que juntos serían los mejores padres. Esos que Taehyung hubiera
querido tener juntos, y esos que a Jungkook jamás le mostraron un poco de
amor.
14
Y sellaron esa promesa con un beso lleno de amor. Ambos acariciando a sus
cachorros, prometiendoles a ellos también.
—Kook... —llamó el menor separándose solo un poco para poder hablar, con
algo de pena—. Queremos duraznos con crema.
154
Jungkook solo rió enternecido por su reacción. Siempre que tenía algún
antojo le daba vergüenza admitirlo y pedirle lo que quería, porque seguía
creyendo que era una molestia.
6
—Vamos por ellos entonces, mi bella flor —respondió luego de dejar un tierno
beso en la punta de su nariz.
3
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Dos semanas después. Despacho de los reyes.
47
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Los reyes Jeon estaban desayunando sentados en el sofá de su habitación,
cuando la puerta fue tocada con algo de insistencia.
—Adelante —dio permiso Jungkook con su vista fija en la puerta.
La puerta se abrió, y una lucy un poco alterada ingresó haciendo una
reverencia.
30
Jungkook lo hizo sentarse en uno de los sofás que estaba allí, y se sentó a su
lado acariciando sus manos. Los gritos de Jimin fueron menos, pero en su
lugar se escuchaban respiraciones erráticas. Pasaron unos diez minutos,
cuando el primer llanto se escuchó por todo el lugar.
238
Luego de un par de minutos, otro llanto un poco más bajo que el otro, y luego
los jadeos y gemidos adoloridos de Jimin dejaron de escucharse fuertes. El
llanto de al parecer dos cachorros era todo lo que se podía escuchar.
154
Los lobos del matrimonio Jeon movieron sus colas emocionados. Ansiosos, de
que los próximos en escuchar fueran los suyos.
88
El omega de cabello rosado al verlo sonrió, y le hizo una señal con la cabeza
para que se acercara. Taehyung no pudo retener las lágrimas de emoción que
nacieron de él al verlo con esa mirada de agradecimiento. Porque su mirada le
decía solo una cosa; "Gracias. Todo esto es gracias a ti".
64
Sentía que si los tocaba iba a romperlos, lo que lo hizo ponerse nervioso
cuando el beta le ofreció tomarlo en brazos. Negó un poco al principio
diciendo que no sabía como hacerlo, pero Yoongi le dijo que debía de
comenzar a practicar y entonces lo hizo.
55
35
57
La hija mayor del Yoonmin va a tener su olor, así que por eso, y porque
Nami the best personaje, se va a llamar así 😌.
39
Yoonmin padres, por fin 🤧.
12
Cada vez falta menos para que los pequeños Jeon lleguen al mundo, y
todos vamos a morir de ternura.
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G.GG
•|♔| Ochenta y uno |♔| •
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Un mes después. Castillo zafiro.
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Hoy sería el día en el que los reyes darían la noticia del embarazo del omega. O
sea, del nacimiento de los príncipes herederos.
Decir que Taehyung estaba nervioso solo sería decir poco, porque estaba más
que nervioso, casi que estaba asustado. Le preocupaba mucho que los
ciudadanos no se tomaran bien la noticia o que se molestaran por no
hacérselos saber antes, pero es que era la regla de la familia Jeon para
asegurar su seguridad y la de sus cachorros.
—Será como cuando el reino te conoció —habló el alfa acercándose a él para
sostener su rostro y hacer que lo mirara—. Todos se pondrán muy felices,
amor. Te lo aseguro.
—¿En serio lo crees? —preguntó queriendo convencerse por completo,
mirando fijo a los ojos de su esposo—. Sería muy lindo que todos se muestren
contentos...
—¿Como no ponerse contento al saber que pronto nacerá uno o más
pequeños o pequeñas igual de adorables que tú? —preguntó jugando un poco
con sus mejillas—. Confía en mí, ¿Sí?
Taehyung asintió sin dudarlo. Él era la persona en la que más confiaba, y si
aseguraba que la noticia sería bien recibida, entonces iba a aferrarse a esa
esperanza.
—Por cierto, amor... —se separó dando un paso hacia atrás para admirar
mejor la vestimenta de su esposo que utilizaría al salir—. Te ves demasiado
precioso, adorable y tierno —halagó queriendo abrazarlo con fuerza por lo
lindo que se veía con ese hanfu.
Ese tipo de vestimenta más usada normalmente por los nobles que por la
realeza, habían sido sus vestuario durante los últimos dos meses debido al
aumento de tamaño de su panza, para darle comodidad. Además, hacían ver
adorable al omega que disfrutaba de vestirlos porque creía que eran muy
lindos.
El color elegido ese día por Gahyeon había sido el celeste, y ahora ambos se
veían como la beta había querido: lindos y adorables.
Los quiero 💜
G.GG
•|♔| Ochenta y dos |♔| •
#YouDoItWellTaehyung 👊😔
En el próximo capítulo los reyes comienzan con su rol dd padres.
¿Cómo les irá? 👀
Los quiero 💜.
G.GG
•|♔| Ochenta y tres |♔| •
Tres horas después. Habitación de los reyes.
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Taehyung despertó y lo primero que pasó por su cabeza fue en que quería ver
a sus cachorros. Los recibió ya cambiados con ropa de una sola pieza de
distintos colores cada uno, al primero que cargó fue a Minsoul, y la felicidad
que sintió al tenerlo en sus brazos fue inexplicable.
Lloró mientras lo amamantaba, y acarició con suavidad la tela color roja de su
pechito. Jungkook por mientras, se encontraba arrodillado frente a la cama
matrimonial en donde se encontraban sus otros dos pequeños durmiendo.
Debían de estar cerca de su padre omega para estar calmados las primera
horas.
Apoyó ambos brazos sobre el colchón, y los admiró en silencio en todo
momento. No podía apartar la mirada de ellos, era como estuviera cuidando
de que ni una mísera mosca volara cerca suyo. Pero al mismo tiempo los
observaba muy atento, con amor puro en sus ojos, maravillado de las
pequeñas creaciones que nacieron fruto del amor que se tenían.
Era irreal verlos junto a ellos finalmente.
-Aún no los has cargado... -dijo Taehyung luego de observar a su esposo en
silencio durante algunos segundos-. ¿Por qué?
No estaba reclamando porque sabía o existía ni una pizca de algún
pensamiento o sentimiento negativo hacia sus cachorros de parte del
azabache, simplemente le preocupaba que se tratara de alguna inseguridad
suya.
Jungkook lo miró con algo de pena en sus ojos, y luego la bajó para mirar a su
segundo hijo, luego a los otros dos. Ya había cargado a los cachorros de
Yoongi, pero esto era completamente distinto porque se trataban de los
suyos.
-Es que...Son tan pequeños -dijo con tanta emoción mezclada con un poco de
miedo en su voz-. Se ven tan frágiles que yo...Tengo miedo de causarles algún
daño -admitió-. Suena tonto, pero...Son nuestros cachorros...
Una ola de ternura invadió el corazón del omega al escucharlo, y rió bajito.
-Tu jamás les harías algún daño, Kook -aseguró el omega mirando fijo a su
esposo, que volteó a verlo con un brillo único en su mirada-. Serás un gran
padre. Pero, el primer paso para ello es poder cargar a tus hijos.
-¿Y si se me caen? -preguntó pensando en una tontería pero que le aterraba
mucho.
-¿Los dejarías caer?
-Nunca.
-Entonces hazlo -insistió sonriéndole de manera dulce-. Ya terminamos aquí -
avisó refiriéndose a su pequeño alimentándose-. Ven. Déjalo a un lado de
Pildo y pasamé a Margaret para alimentarla, porque está comenzando a llorar
de nuevo.
Jungkook miró a su cachorro en brazos de su amado y tragó duro antes de
ponerse de pie nuevamente y acercarse a ellos. Taehyung se lo entregó con la
poca fuerza que le había quedado, y el alfa lo tomó con tanto cuidado que se
tardó medio minuto en hacerlo.
Se quedó de pie a un lado de la cama observando con detalle nuevamente el
rostro de su segundo hijo, y su corazón latió emocionado cuando pudo notar
que sus ojitos estaban abiertos, y sus preciosos orbes eran de color gris al
igual que su esposo. Minsoul era el que más era una mezcla de ambos, ya que
sus ojos y color de piel eran los del omega, pero su cabello y sus rasgos
mayormente eran iguales a los suyos, e incluso la forma de sus ojos era la
misma solo que de color grises.
El pequeño tenía la mirada perdida en algún punto no específico de su rostro,
pero Jungkook sentía que lo estaba mirando también. Conociendo a la voz de
su padre que les hablaba cada mañana contándoles lo mucho que los estaban
esperando. Y podía sonar tonto, pero sentía que el pequeño ya lo amaba así
como él a ellos, que lo miraba con amor.
Solo duró unos segundos antes de que el pequeño volviera a caer dormido,
pero fue suficiente para que el alfa puro perdiera un poco el miedo y sintiera
aquello único que era cargar a tu bebé por primera vez. Fue mágico.
El llanto de Margaret lo hizo recordar que era su turno de alimentarse, por lo
que intentó apresurarse lo más que pudo pero sin perder ese cuidado extremo
al dejarlo al lado libre de Pildo. Con cuidado y delicadeza.
Taehyung solo observaba todo desde su lugar, totalmente encantado con la
imagen frente a sus ojos. Observó la forma en la que su esposo cargaba con el
mismo cuidado a su única niña, y se quedaba unos segundos admirando
también su rostro.
Era la más pequeña de los tres, lo que hacía al alfa tener un nivel de
protección un nivel más alto porque era su única niña, tan pequeña y frágil. Su
vestimenta de color lila la hacia verse preciosa.
-Ya, mi cielo...Ya vas a comer -le habló bajito, y se acercó para dejar un muy
suave y sutil beso y pequeña frente antes de inclinarse para que su esposo la
alimentara también.
Taehyung la tomó lo más firme que pudo, y movió la tela de su pijama abierto
de adelante para acomodar a su pequeña del lado izquierdo y que bebiera de
esa. Margaret atrapó su pezón en seguida y comenzó a beber con impaciencia.
-Parece que en verdad estaba hambrienta -dijo Taehyung observando con
puro amor a su pequeña.
Al no recibir respuesta alguna del alfa, levantó su vista y lo encontró
acercándose a Pildo, pero en realidad sus ojos azules evidenciaban que se
trataba de su lobo en realidad. El lado por el que se inclinó dejaba a los
pequeños con su cuerpito hacia el otro lado, por lo que el alfa puro lo
observaba fijo desde arriba y detrás.
Taehyung no quiso interrumpir el momento en el que el lobo de su esposo
tuviera el primer contacto con sus cachorros. Después de todo luego de que su
propio lobo tomara el control haciendo que se despertara para exigir ver a sus
cachorros, le dejaba en claro que el otro querría lo mismo.
El alfa puro acercó su rostro al pequeño Pildo, lento y con cuidado, hasta
juntar la punta de sus narices y darle un muy tierno beso esquimal. Fue un
gesto sutil pero extremadamente sincero y amoroso viniendo del lobo poco
demostrativo cuando no estaba en celo.
El lobo sonrió al separarse un poco para volver a mirarlo, y luego olfateó el
cabello del pequeño sin borrar su sonrisa. Cada uno de ellos tenía el típico
aroma de bebé que era tan agradable, pero ninguno era igual al otro y el alfa
estaba reconociendo cada uno de ellos al igual que el lobo del omega lo hizo
al despertar.
Al mismo tiempo estaba impregnando un poco con su aroma para que se
mantuviera en calma mientras esperaba su turno para alimentarse y que no
llorara, o lo hiciera lo menos posible.
Se tomó también un tiempo para hacer exactamente lo mismo con Minsoul,
que se dedicaba a dormir plácidamente luego de quedar satisfecho con casi
quince minutos de alimento.
Taehyung solo pudo reí bajito ante lo irónico que le resultaba que Jungkook
tuviera miedo de tocarlos, y su lobo lo hacía sin problemas pero con una
delicadeza casi impensable. Bajó la mirada hacia su pequeña y la encontró
observando algún punto de sus clavículas con sus pequeños párpados
levemente cerrados. Debía de alimentarlos hasta que ellos mismos dejaran de
beber, tal y como se lo había indicado la doctora Kim.
Su largo camino para ser unos buenos padres a penas comenzaba, y estaban
seguros de que iban a hacer absolutamente todo lo posible para ser no
perfectos, sino unos buenos padres que aprenden poco a poco.
-No vamos a dormir más de tres horas seguidas, ¿Lo sabes? -preguntó
Jungkook llamando su atención.
Éste volvió a ser él por completo, y volvió estar en la posición de antes
arrodillado en el suelo. Solo que ahora, una de sus manos estaba estirada y
jugaba de forma sutil con la tela suave de sus vestimentas, pero solo ña punta
de la que cubría sus piecitos. Aún tenía algo de miedo de tocarlos, y el omega
estaba seguro de que iba a costar bastantes días el quitarle el miedo.
-Lo sé...Pero no será para siempre -respondió el menor volviendo a mirar a su
pequeña-. Hay que aprovechar y hacer lo mejor que podamos.
El mayor asintió de acuerdo.
-Iré a pedir que nos traigan la merieda, porque necesitas recuperar energías,
amor -dijo sin apartar su mirada de sus pequeños hombrecitos-. Luego las
cunas...Y luego un baño que es muy necesario para ambos...Pero no podemos
dejar a los cachorros solos -dijo lo último con el ceño levemente fruncido,
luego lo miró-. ¿Qué hacemos?
-Entonces lo hacemos por turnos, Kook -tranquilizó-. No te preocupes mucho
por esas cosas, ¿Sí?
Jungkook le sonrió agradecido y más tranquilo. Se puso de pie y se acercó a él
para besarlo dulcemente.
-Iré a pedir algunas cunas sencillas para que coloquemos aquí. Las
necesitamos para antes de que anochezca -informó acariciando su cabello-.
¿Necesitas algo más? ¿Quieres comer algo más?
Taehyung negó son borrar su pequeña sonrisa.
-Pero apresúrate porque luego de toca a Pildo, y si no te sienten cerca van a
llorar -recordó.
-Sí. Bien. No me tardo -dijo notablemente nervioso y preocupado por tardar
un poco y que sus cachorros comenzaran a llorar-. Ya vuelvo.
Salió de la habitación a pasos rápidos, pero cerrado la puerta con cuidado
para no hacer ruido y asustar a los pequeños. Taehyung solo pudo reír bajito
sin dejar de sonreír, porque le parecía super adorable que su esposo se
comporte tan torpe al no estar seguro de qué hacer o cómo tratar con sus
cachorros.
Bajó la mirada hacia su pequeña que ya había cerrado sus ojitos pero seguía
bebiendo. Con uno de sus nudillos acarició levemente la mejilla que la
pequeña.
-Deben de tenerle paciencia a su padre alfa puro, ¿Sí?
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Dos horas después. Habitación de los reyes.
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Taehyung se encontraba simplemente observando como sus pequeños
dormían plácidamente, hasta que la gran puerta de la habitación se abrió
intentando hacer el menos ruido posible, y Jungkook ingresaba cargando sin
problema una gran cuna.
La habitación era grande, por lo que las tres iban a entrar sin problemas en el
lugar...Aunque Taehyung comenzó a dudarlo cuando la ingresó la segunda, y
finalmente la tercera.
-Bien -luego de cerrar la puerta nuevamente, se acercó a una de las cunas y la
apuntó mirando a su esposo-. Ésta es para Margaret.
Dio dos pasos hacia la que estaba a su lado, y repitió la acción.
-Esta es de Minsoul.
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Esa noche. Habitación de los reyes.
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Un llanto escandaloso se escuchó por tercera vez desde que los reyes se
recostaron para intentar dormir todo lo posible. Como cada vez, Jungkook era
quien de levantaba cuando escuchaba el llanto, que siempre era de la
pequeña Margaret.
Al parecer ella era la que más hambre solía tener, o era la que menos quería
esperar para saciar su hambre. Entonces cuando el alfa puro la cargaba luego
de intentar despertarse lo máximo posible, y la llevaba donde el omega para
que le diera el pecho, Pildo también despertaba debido al llanto de su
hermana, y el azabache debía de regresar donde ellos y tomarlo en brazos
para meserlo en sus brazos intentando calmarlo.
Quince minutos después cuando Margaret quedaba satisfecha, Pildo ya se
había vuelto a dormir y Jungkook lo dejaba en su cuna para regresar y hacer lo
mismo con su pequeña.
Y cuando volvían a recostarse y pasaban cinco minutos en los que lograban
casi volver a conciliar el sueño, era el turno de Minsoul para llorar exigiendo
alimento. Entonces Jungkook iba a buscarlo, se lo entregaba al adrmilado
Taehyung que lo amamantaba mientras el mayor de nuevo debía de cargar a
Pildo porque volvía a llorar al escuchar a alguno de sus hermanos hacerlo.
Aquello se repitió un total de cuatro veces durante esa primer noche, dejando
ambos reyes totalmente exhaustos, cansados y con muchísimo sueño.
Así siguieron durante días.
Lucy fue mucha ayuda, ayudándolos a no perderse las comidas y animandolos
a ir a tomar un baño en lo que ella vigilaba a los pequeños. Taehyung día a día
de sentía mejor, por lo que ya podía ponerse de pie y caminar hacia la cuna de
sus pequeños para tomarlos en brazos mientras su esposo estaba haciendo
algo fuera de la habitación.
Ahora todo en el castillo estaban ajetreados debido a que en dos días
presentarían sus cachorros a su pueblo que tanto a esperado por su
nacimiento. Seguramente recibirán muchos regalos, y todas las familias reales
iba a asistir a la celebración. Y obviamente, Jimin y Yoongi con sus dos
cachorros.
Hablando de ellos, un día antes de la celebración llegaron al castillo de visita
luego de enterarse de que los cachorros de los Jeon habían nacido. Y era poco
decir que ambos estaban muy ofendidos por no haber recibido un aviso
temprano sobre aquello.
-No te molestes, alteza -insistió Taehyung apoyando su cabeza sobre el
hombro del otro omega que mantenía sus brazos cruzados-. Tres cachorros
fue mucho de golpe. Casi no dormimos y Jungkook aún tiene miedo de
cargarlos y que se caigan de un momento a otro.
-Amor, no tenías que contar eso -dijo el alfa que se mantenía palmeando
levemente la espalda de su pequeña para que eructara luego de ser la última
en alimentarse.
-Nosotros aún no podemos dormir correctamente -comentó Yoongi, que
estaba moviendo ambas carreolas en las que sus hijos dormían-. Pero con el
tiempo te acostumbras.
-¿Cómo hacen con el trabajo? -preguntó Jimin cuando sintió que era
suficiente mostrándose molesto.
-Los reyes Kim nos ayudan. Enviamos a las personas a que vayan a tener la
junta con ellos debido al tema de la paternidad -respondió Taehyung-. Por
suerte lo entienden y no tienen problema en tratar con ellos porque solo
Namjoon hace bien su trabajo. Y Seokjin también es de mucha ayuda.
-De igual forma sigo encargandome del papeleo en nuestra habitación -
comentó el alfa puro luego de dejar a su pequeña en su carreola.
Regresó a sentarse a un lado de su esposo, y escondió su rostro en su cuello
buscando algo de paz y un tiempo para dormirse allí mismo. Taehyung podía
entender perfectamente cómo se sentía, y no pudo evitar acariciar una de sus
mejillas y murmurarle por lo bajo que si quería podía ir a dormir hasta que
Jimin y Yoongi se vayan para que no se preocupara.
Pero Jungkook negó sin apartarse. Dejó un sutil beso en su cuello y le susurró
que lo que necesitaba era dormir ocho horas seguidas luego de volver a
hacerle el amor. Pero sabía que no podía hacerlo porque debía de respetar la
cuarentena y su esposo no estaba con muchas energías para ello.
Y Taehyung mentiría si dijera que la idea no le gustó. Pero sabía que no iba a
ser posible por ahora o hasta que logren dormir más de tres horas y sus
pequeños no sintieran hambre tan seguido.
Porque con una hora quizás no sería suficiente luego de tanto tiempo sin tener
sexo completo.
-No se olviden que seguimos aquí -dijo Jimin llamando la atención de ambos.
Ambos rieron leve antes de separarse no sin antes juntar sus labios en un beso
rápido. Voltearon a ver donde las tres carreolas estaban una al lado de la otra,
con sus pequeños durmiendo como angelitos. Pero esa paz solo duraría un
par de horas antes de que lloraran exigiendo alimento.
Jungkook tenía ganas de volver a probar esos pezones más duros que antes
debido a la leche que estaba siempre a punto de salir. Al tener que alimentar a
tres cachorros, sus pechos se llenaban de leche de manera rápida y aunque
creía que iba a dejar a su pequeños sin alimento, a veces él también la
probaba un poco.
Porque escuchar los leves jadeos de su esposo cuando lo hacía era música
para sus oídos.
Santa luna. Necesitan hacer el amor durante todo un día para quitarse ese
estrés y ganas de fundirse en el otro.
Pero por el momento, debían de al menos sobrevivir a la primer semana
siendo padres sin caer dormidos mientras caminaban.
Los quiero 💜.
G.GG
•|♔| Ochenta y cuatro |♔| •
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Dos horas después. Vestidor de los reyes.
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Los niños despertaron antes de que Taehyung se colocara el bonito vestido
que Gahyeon eligió para vestirlo en un día tan importante. Comenzaron a
llorar exigiendo ser alimentados, lo que fue bueno porque eso significaba que
estarían tranquilos o dormidos durante las siguientes horas.
—¡Son tan adorables! —dijo la beta observando a Margaret y Minsoul en sus
carreolas, que movían sus manos cerca de sus rostros—. Se ven hermosos con
esos trajes y ese vestido a juego con el de sus padres.
Gahyeon confeccionó un vestido que era una réplica pequeña y sin escote del
vestido que Taehyung iba a vestir, e hizo lo mismo con los niños, vistiendolos
con trajes casi iguales a los que el alfa puro iba a vestir. Estaba muy orgullosa
de su trabajo.
—Espero que no haya tanto ruido —dijo el omega peligris mientras cargaba a
Pildo para dejarlo en su carreola—. A Margaret le asustan mucho los ruidos
fuertes, y cuando comienza a llorar Pildo también lo hace porque no le gusta
escuchar a sus hermanos llorar...Y luego Minsoul llora porque sus llantos no lo
dejan dormir —finalizó soltando un suspiro.
—Vaya, pues espero que no lo hagan porque su lloran por culpa de terceros el
rey Jungkook va a molestarse mucho...Y nadie quiere que se moleste —dijo
negando con la cabeza—. Alfas puros.
Taehyung observó a sus tres cachorros una última vez antes de ir detrás del
vestidor para cambiarse o ya no llegaría a tiempo. Mientras tanto, Gahyeon
comenzó a preparar el maquillaje y los accesorios para colocarle al omega.
Jungkook se vestía en su habitación la mayoría de las veces porque le gustaba
ingresar cuando su esposo estaba listo y poder admirarlo como si fuera un
dios, el más hermoso de todos. Pero en esta ocasión lo hizo también allí oara
mantenerse cerca de sus cachorros por cualquier cosa, así que luego de
terminar de hablar con todos los guardias para que estuvieran el triple de
atentos porque si algo le sucedía a sus cachorros y era por culpa de su
incompetencia, iba a mandarlos a todos a ser ejecutados.
Y esta vez su esposo no iba a volver a salvarlos.
Cuando ingresó no vio a su esposo porque estaba detrás de el vestidor blanco.
Le dio una mirada a sus cachorros antes de ir al otro vestidor para colocarse su
traje.
No le tomó más de diez minutos estar listo, y al salir se encontró con su
esposo sentado frente al tocador sonriendo al ver unos aretes con forma de
peces que al parecer les gustó mucho porque su sonrisa era preciosa y sus
ojos brillaban encantados.
—¡Que lindos! —dijo sosteniendo los aretes en sus manos.
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—¡Recibamos con fuertes aplausos a los reyes Jeon, a los dos príncipes Pildo y
Minsoul y a la princesa Margaret! —habló el presentador de siempre luego de
que las trompetas sonaran avisando de su llegada.
Las carreolas en las que se encontraban podían hacerse portatiles alzando sus
ruedas, y de esa manera era más seguro bajar a los cachorros. Lo hicieron con
cuidado, aplaudiendo no muy fuerte a pedido del alfa puro para que no los
despertaran de su preciado sueño. Al llegar abajo volvieron a extender las
ruedas de las carreolas para llevarlos hacia el centro del gran salón, donde
fueron rodeados e hicieron una fila para poder ver a los herederos.
Los primeros, obviamente, fueron los reyes Kim. Se acercaron tomados de la
mano y, manteniendo una distancia y un nivel bajo de voz, sonrieron
enternecidos por lo adorables que se veían con esas vestimentas igual a las de
sus padres.
—Gracias por venir —dijo Taehyung a ambos.
—Mírenlos rápido —ordenó Jungkook con el ceño fruncido.
—Tranquilo, fiera —respondió Namjoon rodando los ojos divertido—. Nadie va
a comerse a tus cachorros.
—Una pequeña Taehyung, un pequeño Jungkook y otro pequeño Taekook —
dijo Seokjin observando a los pequeños dormilones—. Vaya puntería, alteza.
El alfa puro solo pudo sonreír orgulloso, mientras que su omega por el
contrario bajó la mirada apenado. Cuando el omega peligris iba a hablar
nuevamente, se escuchó el sonido de una copa rompiéndose contra el suelo, y
la mirada de todos fue hacia su derecha.
—Lo siento. Lo siento muchísimo —se disculpaba Kyungmin una y otra vez
agachandose en el suelo para recoger los pedazos de vidrio de la copa ropa
que por suerte no estaba tan llena—. Realmente lo siento, yo-
—Hey, tranquilo —tranquilizó la persona a la que sin querer le había roto la
copa, quien se agachó sacando un pañuelo de su pulcro traje color salmón
para ayudarlo a juntar los pedazos de vidrio—. Fue un accidente, está bien.
Kyungmin estaba muy avergonzado. Por su torpe accidente, por la mirada de
todos sobre él y por haber causado un ruido que por suerte y no despertó a los
cachorros o también su alteza Jungkook iba a molestarse con él. No fue para
nada su intención, simplemente estaba sirviendo vino a los invitados y se puso
muy nervioso al sentir la intensa mirada del alfa que ahora le estaba
ayudando, sobre su persona.
—Ten cuidado —dijo el alfa de traje claro, tomando sus manos para apartarlas
de los vidrios, colocando con cuidado los que había tomado sobre el pañuelo
color crema—. Puedes cortarte, y eso sería una desgracia.
—N-No, yo lo ha-hago —dijo rápidamente intentando apartar sus manos de las
cálidas ajenas, que sostenían las suyas con mucho tacto—. N-No se preocupe,
señor...
Y calló porque no conocía su nombre. Sabía que quizás era de una familia real
o un noble por su vestimenta y anillos de oro con joyas de lujo, pero no
conocía su nombre.
—Luyang. Kwang Luyang —se presentó ayudándolo a ponerse de pie sin soltar
una de sus manos, y le sonrió amable—. ¿Y tu nombre?
—K-Kyungmin, señor Kwang —respondió haciendo una rápida y torpe
reverencia sin animarse a mirarlo a la cara una vez más—. Lo lamento. N-No
volverá a pasar.
Estaba completamente rojo porque el hombre frente a él no soltaba su mano
ni dejaba de mirarlo de manera fija e intensa. Y se puso aún más rojo cuando
el contrario acercó sus labios al dorso de su mano y dejó un pequeño beso.
—Es un placer, Kyungmin —dijo mostrando la sonrisa más encantadora que el
pequeño Kyungmin haya visto—. Y no me digas señor, a penas y estoy por
cumplir los veinte —agregó soltando una pequeña risa.
El alfa era atractivo. Piel no muy clara, cabello rubio algo ondulado y con un
mullet no muy largo, ojos muy rasgados y de un color miel precioso, labios un
poco finos pero que encajaban perfecto con su sonrisa.
Kyungmin se sintió abrumado ante el sutil aroma a vino dulce del alfa que le
gustaba mucho, era muy agradable. Pero luego de haberse perdido en su
mirada por un par de segundos, volvió a sentir todas las miradas sobre ellos y
apartó su mano de la contraria lo menos brusco posible. Retrocedió dos pasos
y volvió a hacer una reverencia disculpándose nuevamente, y se retiró hacia la
cocina con el pañuelo en donde llevaba los pedazos rotos de la copa.
Huyó de las miradas y de ese hombre que hizo enloquecer a su lobo.
El alfa se quedó en su lugar observando el lugar por donde el omega se perdió,
sin notar las miradas curiosas de los reyes Jeon y Kim que también habían
presenciado tal escena.
—¿Quién es él? —preguntó Seokjin—. Creo que fue demasiado obvio que le
gustó el pequeño Kyungmin.
—Kwang Luyang —respondió Jungkook—. Hijo único de los nuevos reyes del
reino de plata, los reyes Kwang Yinha y Kwang Soojun.
—¿Has visto como sus ojos brillaban al ver a Kyungmin? —preguntó Taehyung
acercándose a su esposo para sostener suu brazos con emoción—. Creo que le
gusta.
—Que irónica que es la vida, ¿No lo creen? —preguntó Namjoon llamando la
atención de los tres—. La anterior princesa del reino de plata fue quien lo
denigraba, y ahora el príncipe del mismo reino parece estar interesado en él.
—Parece una novela —comentó Seokjin con diversión.
Y es que a la luna a veces le gustaba mucho crear historias de amor que
parezcan una novela.
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Tres meses después. Jardín este.
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El día estaba muy hermoso ese dia; Soleado con algunas nubes y un viento
leve pero reconfortante, el canto de los pájaros podía oírse sin ser demasiado
escandalosos, y el silencio del jardín era opacado por la melodía del guzhen
que el rey Omega estaba tocando para que sus cachorros pudieran disfrutarla.
La familia se encontraba toda en una gran manta gruesa de color blanca que
tiraron en el césped debajo de la sombra de uno de los árboles que el alfa puro
había pedido sembrar ya crecidos hace unos meses para complacer a su
esposo.
Jungkook estaba recostado boca abajo casi encima de sus cachorros que
observaban curiosos como las hojas de los árboles se movían, y la luz del sol
que se dejaba ver entre ellas. Sus pequeños ojitos ya podían ver a color según
la doctora, y tenían una imagen mucho más clara, capaz de reconocer a las
personas de cerca.
Taehyung estaba al lado de ellos, disfrutando de tocar ese instrumento luego
de semanas sin hacerlo. Ahora que sus cachorros solo comían cuando estaban
despiertos y dormían la mayor parte del día, tenían más tiempo para otras
actividades y el trabajo.
—No conozco esa melodía —dijo el mayor volteando a ver a su amado—. ¿Cuál
es?
—La compuso Seokjin —respondió son dejar de pasar sus dedos por sobre las
cuerdas—. Se llama "Epiphany", y dice que la compuso hace varios meses
para él como una forma de aceptarse y amarse como es; delta cuando lo era.
Me la enseñó cuando vinieron de visita la semana pasada, ¿No es preciosa?
—Suena muy hermoso, emotivo —estuvo de acuerdo.
Un minuto después la melodía acabó, y Taehyung dejó el instrumento a un
lado para acercarse y observar a sus cachorros. Últimamente solo lloraban
cuando tenían hambre y luego estaban tranquilos a menos que escucharan
algún sonido fuerte y se asustaran, o si sentían a ambos padres lejos. Aún eran
muy dependientes de la cercanía de ambos para sentirse seguros.
Pildo era quien más se movía, y ahora que su cuerpito poseía más fuerza a
veces lo encontraban boca abajo, lo que los hacía asustarse y asegurarse de
no dejarlos sobre la cama sin almohadas a cada lado para que no cayera de la
cama de tanto voltearse.
Minsoul era el más tranquilo en ese sentido, pero a veces lloraba mucho
porque quería que su padre omega lo alzara un poco, o necesitaba que su
aroma estuviera impregnado en él para estar a gusto. Jungkook decía que iba
a ser el más apegado a él debido a eso.
Margaret se la pasaba buscando objetos para llevarlos a la boca ahora que sus
manitos eran más curiosas. Lo suficientemente pequeños pero no tanto como
para que los tragara, como peluches o prendas de ropa. Cabe destacar que
cuando Jungkook se enteró de que estaba comenzando a jugar con peluches y
juguetes, compró cincuenta juguetes distintos para cada uno, y en momentos
como éste se los daba porque le gustaba verlos jugar u observar sus ojitos
curiosos seguir el objeto colorido.
—¿No crees que están creciendo muy rápido? -preguntó el omega acariciando
los cabellos de sus pequeños uno por uno—. Pareciera que fue ayer cuando
llegaron a nosotros.
Jungkook asintió de acuerdo.
—Pero por un lado me gusta que sea así...Quiero escucharlos llamarnos
"Papás" pronto —admitió jugando con los pequeños zapatitos de lana que
vestía Margaret—. Pero, al mismo tiempo quiero disfrutar siempre de
momentos como este, cuando son tan puros...
Taehyung se acercó a él, y no tuvo que decir absolutamente nada para que su
alfa se volteara quedando boca arriba, para recibirlo entre sus brazos. Lo
abrazó por la cintura y los colocó se lado para buscar su mirada.
—Lo estamos haciendo bien, Kook —aseguró acariciando ambas mejillas
impropias—. Aunque a veces seas un exagerado. Está bien porque es parte de
tu esencia —bromeó.
—No podría hacerlo si no estuvieras a mi lado, mi bella flor —aseguró
acariciando su espalda al descubierto que dejaba ver el vestido floreado que
llevaba puesto—. Te amo demasiado. Gracias por darme la familia más
hermosa.
—Yo no te di nada, ambos la formamos —corrigió—. Y también te amo, mucho
—dijo alargando un poco la "U".
Un beso seguido de una sonrisa, y luego otro un poco más largo. Luego
caricias por sobre la ropa, y luego besos que solo se rompían debido a la
necesidad de oxígeno. Luego los besos fueron hacia sus cachorros, con los
cuales jugaron hasta que estos volvieron a quedarse dormidos.
Lo estaban haciendo bien. Y lo seguirían haciendo lo mejor posible mientras
estuvieran juntos.
Los quiero 💜.
G.GG
•|♔| Final |♔| •
Cinco meses después. Habitación de los reyes.
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Jugar con sus pequeños se había convertido en la actividad favorita de ambos.
A medida que sus cachorros crecían, podian hacer muchas más cosas, como
por ejemplo lo que estaban haciendo ahora.
Jungkook tenía a Margaret en sus brazos frente al gran espejo que se
encontraba en una de las esquinas. Se acercaba al espejo haciendo un sonido
gracioso, y luego retrocedía haciendo otro, y la pequeña reía ante la acción,
que en realidad era más como una sonrisa con una risa casi silenciosa.
Estiraba sus bracitos intentando tocar el cristal, pero su padre retrocedía
antes de que pudiera hacerlo, lo que le causaba gracia.
Por otro lado, Taehyung había hecho un semicírculo de almohadas y peluches,
en donde dejó a sus niños sentados gracias al apoyo de la cama a sus
espaldas, aunque ya podían sentarse por si mismos durante un tiempito largo.
Ya podían estar sentados si tenían un apoyo de ayuda.
Pildo y Minsoul observaban atentos como su padre omega tomaba una
pequeña manta y cubría uno de los tantos peluches que poseían, para luego
alzar a este junto con la manta y hacerles creer a los inocentes niños que el
peluche había desaparecido. Ante esta primera acción, los pequeños miraban
a su padre y movían sus bracitos con emoción, y luego cuando el omega volvía
a dejar el juguete en el suelo, volvía a dejarlo a la vista de los pequeños, estos
reían juntando sus manitos.
Así una y otra vez y no parecían cansarse. Taehyung mucho menos, porque la
risa de sus pequeños llenaba su pecho de calidez y hacia querer morder sus
adorables y rechonchos cachetitos.
Jungkook regresó donde sus pequeños cuando Margaret se aburrió y quiso
volver con sus hermanos, y la sentó al lado de Pildo con cuidado, en una
posición en la que no iba a caerse hacia atrás gracias a la cama. Se sentó a un
lado de su esposo y observó con ojos brillantes como Minsoul gateaba
despacio hacia su omega, queriendo hacer que lo cargara en brazos.
Taehyung lo hizo, y no pudo evitar sonreír en grande cuando el pequeño estiró
sus manitos para tomar su rostro y acercó sus labios algo babeados a su
barbilla. No lo mordía, simplemente parecía que le estaba dando una especie
de "beso".
—¡Bebé, me llenas de baba! —se quejó el omega riendo bajito, más no
apartándose.
La imagen era demasiado para el pobre corazón del alfa puro que los miraba y
veía su mundo, su lugar seguro y su primera opción siempre. Los amaba tanto.
Volvió a fijarse en sus otros dos hijos y los vio jugando entre ellos. Pildo
tomaba algún peluche y se lo daba a Margaret, que automáticamente los
llevaba a su boca.
Recordó unos meses atrás cuando ambos estaban nerviosos porque sus
cachorros lloraban seguido y no era por hambre. Llamaron a la doctora Kim y
ésta calmó sus miedos diciendo que sus dientecitos comenzaban a crecer y
que eso les causaba un poco de malestar, que era normal. Fueron semanas en
las que sufrían de impotencia por no poder hacer más que intentar calmar sus
malestares con sus aromas.
La puerta fue tocada llamando la atención de los pequeños también.
—Adelante —dijo el omega sosteniendo a Minsoul para que quedara de pie
sobre su regazo.
La puerta se abrió y uno de los sirvientes se asomó haciendo una reverencia
antes de ingresar por completo.
—Altezas, los reyes Kwang acaba de llegar —informó.
—Gracias. Diles que en unos minutos bajo a recibirlos —respondió Jungkook
amable.
El sirviente beta se retiró, y Jungkook soltó un suspiro antes de ponerse de pie
con pesar porque no quería alejarse de sus cachorros. Desde hace unos meses
se turnan en las juntas de trabajo y las reuniones fuera del castillo, dejando a
uno de los dos a cargo de los cachorros. Aunque estos no aguantaban más de
un par de horas sin su otro padre antes de ponerse a llorar.
Esta vez le tocaba al alfa puro charlar con los nuevos reyes del reino de plata.
—Intentaré no tardar mucho —dijo inclinándose para besar a su esposo antes
de irse—. Cualquier cosa solo me llamas a través del lazo, ¿Sí?
—Lo sé, Kook. Siempre me dices lo mismo —respondió divertido—. Si ves a
Kyungmin dile que venga y sacaremos a los niños al jardín a tomar algo de
aire.
—De acuerdo —se acercó a sus cachorros y acarició sus cabellos con cariño
antes de caminar hacia la puerta.
A penas y la abrió cuando escuchó algo que lo hizo detenerse. Ese "¡Pa...pá!"
De Pildo lo dejó helado. Luego Margaret comenzó a llorar y cuando volteó a
verlos con el rostro sorprendido los vio gateando hacia él mientras lloraban, y
otro "Pa" se escuchó de su pequeña.
Jungkook rápidamente se inclinó para tomar a ambos en cada brazo, y miró a
su esposo que también se veía sorprendido por las palabras dichas por sus
pequeños, mientras Minsoul lo miraba a él con un pequeño puchero a punto
de llorar también para que no se fuera.
—Dijeron "Papá", ¿Cierto? —preguntó no sabiendo si reír o llorar.
Taehyung asintió y se puso de pie cargando a su pequeño hasta llegar a ellos.
Acercó una de sus manos a su mejilla izquierda, limpiando el camino de una
lágrima silenciosa que su esposo al parecer no supo que cayó ante la emoción.
Él no estaba muy lejos de hacer lo mismo.
Hasta ahora sus pequeños solo balbuceaban o soltaban vocales alargadas,
pero no habían dicho mucho más. La doctora Kim les había dicho que para
esta edad ya podrían decir palabras como la de "Papá", y que los ayudaran en
su habla repitiendo palabras para que ellos verbalizaran.
—¿Tú también puedes decir "papá", bebé? —preguntó el alfa puro al pequeño
Minsoul.
Taehyung repitió la palabra un par de veces bajo la atención del pequeño, y
éste luego de escucharlo lo repitió alargando cada una de las "A".
—Muy bien, amor —halagó acercándo sus labios a la mejilla de su pequeño,
luego miró a su esposo que se veía muy emocionado por el nuevo logro de sus
hijos—. Kook, ni lo pienses —advirtió—. Tienes que charlar algo importante
con los Kwang y no vas a quedarte solo porque ellos lloren.
—Pero, amor. Me dijeron papá...
—Y lo dirán siempre a partir de ahora —dijo con un tono más dulce, y volvió a
acariciar su rostro—. Recuerda que la doctora dijo que no los malcriemos.
Tienen que aprender desde pequeños que alguno tiene que irse por unas
horas a veces, y que no pueden conseguir todo con llanto o se la pasarán
llorando.
—No puedo decirles que no a nuestros bebés —dijo intentando que su esposo
lo entendiera—. Mira como me abrazan, no quieren que me vaya...Y no me
gusta hacerlos llorar.
—Pues vas a aprender a decirles que no —colocó su mano en su cadera y lo
miró con el ceño levemente fruncido—. No vamos a criar caprichosos por más
que sean los herederos de este reino, Jungkook.
Y el azabache supo que su esposo hablaba muy en serio cuando lo llamó por
su nombre, lo que extrañamente lo hizo sentirse regañado. Y si bien no podía
negarles mucho a sus pequeños, menos podía desobedecer a su esposo
porque sabía que tenía razón y no quería que se molestara con él.
—No me llames Jungkook, mi amor —pidió acercándose para robarle un
pequeño beso—. Soy tu Kook.
Taehyung llevó su mano libre nuevamente a su rostro, pero esta vez para
sostener sus mejillas y abultar sus labios.
—Entonces déjalos en sus cunas con tu aroma rncima y vete a hablar con los
Kwang. Llorarán unos minutos hasta que los saquemos al jardín, sabes que les
gusta mucho estar fuera —acercó sus labios a los suyos y lo besó dulce—.
Cuando termines nos vas a buscar y vamos a alimentar a nuestros bebés.
—Sí, amor —asintió obediente, perdido en las facciones del rostro contrario,
sin poder evitar sonreír landino—. Me excita mucho tu lado responsable y
duro, ¿Ya te lo dije?
—¡Kook! —dio un pequeño golpecito en su pecho y miró a sus pequeños—. No
digas esas cosas frente a nuestros hijos.
—Ellos no entienden —dijo restandole importancia.
Esa tarde las cosas se hicieron tal y como dijo el omega rey. Los niños lloraron
un par de minutos cuando su padre alfa puro se fue ignorando con mucho
pesar sus llantos, pero luego al sacarlos al jardín dejaron de hacerlo y
disfrutaron observando todo a su alrededor.
Kyungmin y Lucy ayudaron al omega con las carreolas, y disfrutaron de beber
té en el mandap mientras sus pequeños comían algo de fruta hecha papilla.
Con ocho meses, los pequeños Jeon debían de aprender que había reglas y
formas de comportarse, y Jungkook tenía que trabajar en aprender a decirles
que no. Pero para eso estaban juntos, para ayudarse entre si.
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Tres meses después. Castillo zafiro.
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Hoy era un día muy especial, y todo el castillo estaba feliz, los sirvientes muy
ocupados y los guardias más atentos que nunca. Y no era para menos, porque
hoy los tres Jeon más pequeños cumplían su primer años de vida.
Esos tres pequeños lograron ganarse el corazón de todo aquél que los veía.
Sus padres aprendían algo cada día, y llegaron a la conclusión de que incluso
cuando ya fueran unos adultos, aún seguirían aprendiendo a cómo cuidar y
hacer felices a sus cachorros.
La vida de padres estaba resultando difícil, agotadora muchas veces, pero aún
así no se arrepienten ni un segundo de haberlos traido al mundo para que
fueran parte de su felicidad.
A pesar de que debía de que por costumbres reales debía ser un gran festejo,
los reyes Jeon no quisieron hacer mucho. Solo invitaron a las personas más
cercanas a ellos; los 4 Min y a los Jung.
Todo resultó siendo un festejo pequeño en el que habían muchos alimentos
dulces y salados, una decoración algo exagerada y un ambiente agradable.
Los pequeños Jeon se llevaban muy buen con los pequeños Min, que venían
de visita de vez en cuando. Jungkook aún era receloso en dejar que otras
personas cargaran a sus cachorros, pero con Hoseok hacia una excepción
porque aún era pequeño.
Los cinco pequeños estaban jugando en el suelo del gran salón que estaba
repleto de juguetes a los que podían acceder libremente. Jugaban mientras
comían algunos postrecitos manchando sus trajes y haciendo que a Gahyeon
le diera un ataque cada vez que veía sus creaciones siendo ensuciadas.
Los niños reían a lo que Hoseok hacía; a veces alguno exigía a través del llanto
beber leche materna, y debían de parar el juego todos juntos, haciendo que
alguno comenzara a quejarse de que hayan dejado de jugar. Eran muy
escandalosos pero demasiado tiernos como para molestarse por todo el ruido
y las inocentes rabietas.
Todo estaba yendo de maravillas hasta que las puertas se abrieron y dos
personas no invitadas aparecieron frente a ellos.
Taehyung a penas los reconoció tomó a Margaret, quien estaba más cerca,
para mantenerla a salvo de esas personas. Jungkook abandonó cualquier
sonrisa y gesto agradable por unos duros y amenazantes, copiando la acción
de su esposo con sus dos niños.
—¿Qué hacen ellos aquí? —preguntó el omega acercándose a su esposo.
—No se quedarán mucho, amor. No te preocupes —le respondió por lo bajo,
sin apartar la mirada de los recién llegados.
Los recién llegados observaron todo el lugar y las muecas de desagrado no
tardaron en aparecer en sus arrugados rostros. Caminaron sin problema hacia
los reyes, deteniéndose a metro y medio.
—¿No van a recibirnos como corresponde? —preguntó la anciana abuela del
alfa puro, con un tono de desaprobación—. Vinimos desde muy lejos.
Minimamente merecemos un cálido recibimiento.
—Nadie les pidió que vinieran —respondió Jungkook con un tono frío y
carente de alguna empatía—. Regresen por donde vinieron.
—¿Cómo puedes decir eso? Somos tus abuelos, y vinimos a conocer a nuestros
bisnietos —dijo esta vez el anciano, luego miró a cada uno de los cachorros en
brazos de ambos—. Solo uno es igual a ti. Que decepción.
—Todos tienen que verse igual al alfa y rey más importante —concordó la
mujer mirando con desagrado a la pequeña Margaret, que tenía sus labios,
mejillas y algunos lugares de su falda color celeste manchadas de crema—.
Mira el aspecto de esta niña, es un desastre. No es así como debe verse una
princesa.
—Ni ustedes ni sus opiniones que no le importan a nadie son bien recibidos —
dijo esta vez Taehyung, casi gruñendo y abrazando con firmeza a su pequeña
que parecía darse cuenta de que esas personas no eran buenas y se apegaba a
él en busca de seguridad—. No van a llegar aquí sin ser recibidos y a criticar a
nuestros hijos el día de su cumpleaños. Así que váyanse o tendremos que
sacarlos a la fuerza.
—Tenemos todos el derecho de estar aquí, omega —dijo el anciano,
pronunciando su jerarquía como si fuera algo desagradable—. No nos ire-
—Váyanse —ordenó Jungkook sin poder seguir manteniendo la compostura,
haciendo que ambos agacharan la cabeza ante su voz de mando—. No me
obliguen a sacar mi peor lado delante de mis hijos.
Su mirada era tan amenazante que la pareja de ancianos no pudieron
conectarla durante más de dos segundos.
—Solo vinimos a conocer a los pequeños —insistió la mujer nuevamente, esta
vez controlando su tono de voz y modulación—. ¿Cómo se llaman? ¿Pueden
respondernos eso al menos?
Los reyes se mantuvieron en silencio durante un par de segundos. Se miraron,
y Jungkook con sus ojos le hizo saber su respuesta: "Si quieres díselos, sino no
importa". Y Taehyung se lo pensó otros segundos.
Y es que su corazón era bondadoso, y una pequeñísima parte de él creía que
las personas frente a ellos en verdad quería saber sobre sus cachorros porque
eran sus bisnietos y un poco podrían llegar a quererlos aunque a él no lo
hayan querido ni una pizca.
—El mayor es Pildo... —respondió luego de soltar un suspiro, acariciando el
cabello del mencionado que veía serio a los ancianos—. El que le sigue es
Minsoul —dijo copiando la acción con su otro cachorro, que miraba a su padre
con un leve puchero, y luego volvió a abrazar a su pequeña que se refugiaba
en su cuello—. Y ella es Margaret, la menor.
Distinto a lo que esperaba, los rostros disconformes de ambas personas lo
hicieron volver a molestarse ante el rechazo innecesario y estúpido que sus
hijos estaban recibiendo de parte de personas que no son nadie.
—¿Pildo? ¿Margaret? —preguntó la anciana casi que ofendida—. El primero es
raro, hasta feo para un príncipe heredero al trono. Y la otra ni siquiera es
tradicional, y la familia Jeon siempre utiliza nombres tradicionales.
—Además de que es igual al omega, su nombre está muy fuera de lugar —
opinó el hombre a su lado.
—Suficiente —dijo Jungkook con ganas de arrancarles la cabeza con sus
propias manos, y volteó a ver a los guardias de la puerta—. Saquenlos. Y si
luego de salir por esa puerta intentan regresar, matenlos.
Los antiguos reyes abrieron los ojos totalmente incrédulos, y no ocultaron su
disgusto.
—¡Somos tus abuelos, Jeon Jungkook! —gritó el anciano totalmente
enfadado.
Su grito asustó a la pequeña Margaret que comenzó a llorar aferrándose a su
padre omega. Pildo al escucharla también lo hizo pero como si estuviera
molesto por algo, y lanzó sin mucha fuerza el pequeño carruaje de madera
que había estado sosteniendo en dirección a los ancianos. Minsoul llevó su
pequeña manito a un lado del rostro de su padre alfa mientras lo llamaba
"Papá" para que lo mirara, y luego apuntó a sus bisabuelos balbuceando
cosas con un tono de voz algo asustado.
Y hacer llorar a sus cachorros fue la gota que rebasó el vaso para ambos reyes.
—¡Guardias! —llamó intentando no gritar muy fuerte para no volver a asustar
a sus pequeños.
Estos inmediatamente se acercaron para acotar las órdenes de su rey, pero
también recibieron la ayuda de Yoongi, que se acercó diciendo "yo me
encargo, alteza", y sin nada de tacto los empujó hacia fuera con ayuda de los
guardias, y pateó a cada uno para que cayeran al suelo. La puerta fue cerrada
finalmente, y los pequeños comenzaron a calmarse poco a poco gracias a las
voces y aromas tranquilizadores de sus padres.
—¡Los hubieran mandado a la ahorca! —se quejó Jimin limpiando el rostro de
Nami de chocolate—. Que desagradables, arruinaron la atmósfera.
Hoseok se apresuró a volver a hacer que haya un ambiente agradable para los
pequeños y para calmar el mal humor de Jungkook. Aquello último solo podía
lograrlo su esposo con besos y palabras tranquilizadoras. Volvieron a dejar a
todos los niños junto con Hoseok en el suelo.
—Los mataré —aseguró el alfa puro. Y no era una simple frase ducha debido al
enojo, sino un aviso—. Debí de haberlos matado en cuanto se atrevieron a
hablarte de esa manera.
—Ya, Kook. No pienses en eso —abrazó su cuello con ambos brazos y besó su
barbilla—. Hoy no. Hoy hay que celebrar que nuestros pequeños son unos
niños maravillosos de ya un año.
Las facciones contrarias volvieron a suavizarse, y dejó un pequeño beso en su
frente antes de apoyar sy barbilla en su hombro y suspirar nostálgico.
—Ya un año... —murmuró sin poder creerlo—. ¿En que momento pasó?
—No hables como si hubiera pasado demasiado tiempo —dijo riendo bajito—.
Di eso cuando ya alguno se presente como alfa u omega y tengan
pretendientes.
—Los pretendientes están prohibido hasta los treinta y cinco —dijo
rápidamente. Demasiado serio como para que fuera broma—. En especial
Margaret. Ella a los cuarenta.
Taehyung solo rió a carcajadas al escucharlo e imaginarlo el día en el que sus
hijos les dijeran que están enamorados. Definitivamente iba a reírse mucho
ese día.
—¿Tú celoso? —preguntó apartandolo un poquito para verlo a los ojos
nuevamente—. Que raro, rey Jeon.
—No me llames así en ese tono o te haré nuevos cachorros, amor —amenazó
susurrando contra sus labios, sonriendo landino—. Hace tres días que no lo
hacemos y estoy algo ansioso.
—Dame un respiro —respondió sintiendo sus mejillas arder al recordar la
buena noche que tuvieron en una de las habitaciones de invitados cuando sus
pequeños se fueron a dormir hace tres días—. Eres insasiable, Kook.
—Es que nunca podría tener suficiente de ti, mi bella flor.
Y lo besó finalmente.
—Oigan, Minsoul se hizo del dos —dijo Yoongi apuntando al pequeño
intentando ponerse pie al sostenerse de su pierna izquierda.
Aquello los hizo separarse y reír al ver a su pequeño insistiendole al beta que
lo alzara, y éste negando con un gesto de desagrado al sentir el aroma que
salía de sus pañales de tela.
—Te toca, amor —dijo Taehyung, y dejó un último beso en sus labios antes de
alejarse hacia Jimin para seguir charlando con él.
Jungkook suspiró chasqueando la lengua mientras observaba a su pequeño
del medio.
Definitivamente esa era la única parte que no disfrutaba.
El día terminó maravilloso a pesar de la visita no deseada. Cuando Taehyung
regresó a su habitación luego de ducharse y vio a su esposo recostado sobre
la cama con sus tres cachorros dormidos encima, supo que esto era su
felicidad, y lo sería siempre.
Recordó el día en el que su vida cambió por completo, y no se arrepiente de
absolutamente nada, porque todo lo llevó a este lugar del que no quiere irse
jamás. Allí era su lugar seguro, donde siempre habría amor.
Se acercó a la cama para tomar a sus cachorros uno por uno con mucho
cuidado, para dejarlos en sus respectivas cunas. Luego regresó para despertar
a su esposo que extrañamente no se había despertado, pero fue sostenido
entre dos fuertes brazos y dejado boca arriba sobre la cama.
Jungkook no le dio tiempo ni a recriminarle por haberlo asustado así, porque
se apoderó de sus labios de manera posesiva y dominante. Y sin más que
hacer —ni querer— correspondió de la misma manera.
—Vamos a la habitación de al lado —dijo el alfa puro mientras besaba su
cuello y dejaba que sus manos se perdieran debajo de la tela de su bata—. La
noche es nuestra, amor.
Y bueno, ¿Cómo negarse a eso?
—Llévame entonces, mi rey —respondió rodeando la cintura ajena con sus
piernas.
Definitivamente, el reino zafiro se había convertido en su hogar desde que la
luna decidió juntar a sus lobos y hacer que se conocieran para amarse.
FIN.
•|♔| Epílogo |♔| •
"...Viví una vida que si bien no fue muy larga, fue maravillosa. Si me dieran la
opción de volver a nacer sabiendo que solo viviría 42 años, aceptaría sin
dudarlo solo si la luna volviese a reencontrarme con el amor de mi vida, mi
esposo Jeon Jungkook.
Mis hijos son maravillosos; Pildo desde pequeño fue muy travieso, pero también
el que cuidaba y defendía a sus hermanos con uñas y dientes. Deseó ser alfa
para cuidarlos como un buen hermano mayor y así la luna lo hizo. Ahora que es
todo un hombre, es el nuevo rey del reino zafiro al ser el primogénito. Está a
gusto con eso desde que era pequeño y le pedía a su padre alfa que lo
preparara para cuando llegara su turno.
Espero que con el amor de su vida elegido por la luna, viva muy feliz durante
muchísimos años.
Minsoul siempre a sido tan tranquilo como muy apegado a mí. Fue mi
compañero en todo momento, y el más cariñoso cuando nadie lo veía.
Agradeció siempre no ser el primogénito y un beta, porque lo que tiene de
buena persona lo tiene de vago y nunca quiso tantas responsabilidades. Aún así
jamás dudó de cuidar a sus hermanos o brindarles su ayuda cuando la
necesitaban. Sé que junto a Jungmoon serán tan buenos padres como nosotros
y Jimin y Yoongi.
Margaret fue, como siempre había dicho nuestra adorada y siempre adorada
Lucy, una omega preciosa. Era yo en una versión femenina, lo que siempre era
una ventaja al querer conseguir algo de parte de Jungkook, que nunca podía
decirle que no. Era muy dulce y amable, pero muy sensible y sentimental, lo que
la hacía llorar mucho y lo sigue haciendo. Siempre fue muy inteligente y amante
de los animales y la naturaleza al igual que yo. Espero que sea muy feliz con ese
alfa que logró conquistarla cuando tenía catorce años y ahora es parte de la
familia. Será una gran madre, estoy seguro.
Jimin, Yoongi, los sirvientes, los guardias y mi pueblo...Gracias por todo.
Y, mi amado Jungkook...
...Te espero en nuestra próxima vida. Se que estaremos juntos nuevamente. Es
la que sigue, y la que sigue, y todas las que vengan.
Te amo.
Esta es la última página que escribiré sobre nuestra historia de amor. Mi historia
en el reino zafiro.
Éste es el fin de nuestra historia.
Ya quiero ver como será la próxima a tu lado."
—¿Ese libro lo escribió el rey Taehyung antes de morir? —preguntó un
pequeño de nueve años, que escuchaba a su padre leerle ese libro que cada
uno de los habitantes del reino poseía.
—Así es, hijo —afirmó el padre cerrando éste para acariciar la tapa con
estimo—. El rey Taehyung falleció hace dos años producto de una enfermedad
que le heredó su madre. Aquí cuenta su historia desde su nacimiento hasta sus
últimos días.
—¿Y el rey Jungkook también murió enfermo?
—No. Él se suicidó tomando una infusión venenosa luego de que su esposo
diera su último suspiro —respondió con una leve sonrisa.
—¿Por qué se mató? ¿Estaba triste?
—Dejó una carta a sus hijos, que lo encontraron recostado a un lado de su
esposo, tomando su mano —comenzó a contar con muchos sentimientos ante
la historia de sus antiguos reyes—. Ahí les pedía disculpas por hacerlo, y dijo
que su esposo lo estaba esperando en el campo de margaritas.
El pequeño se quedó un momento pensando en todo lo dicho por su padre,
pero aún tenía preguntas sobre esos reyes de los que no se acordaba.
—¿Eran buenos reyes? —preguntó intentando imaginarse a ambos.
El hombre sonrió, y asintió con orgullo.
—Fueron los mejores que este reino pudo haber tenido.
—Entonces todos se pusieron tristes cuando murieron...
—Así es. Todo el reino estuvo de luto durante un mes, muchos no paraban de
llorar y otros simplemente no podían creerlo.
La puerta de la habitación en la que estaban fue abierta, y una mujer beta
ingresó con una gran sonrisa.
—Ya casi es hora, cariño. El rey Pildo va a presentar a sus hijos al pueblo —
informó ella, y se acercó a su hijo para acomodar su ropa—. ¿Ya están listos?
—Lo estamos, cariño —respondió el hombre.
Se puso de pie para caminar hacia la estantería de libros, y guardó con
cuidado el de tapa azul con detalles en dorado, el libro "reino zafiro", escrito
por uno de los reyes más amados de toda la historia.
La familia salió de su casa para recibir con felicidad a la nueva generación
Jeon, la que sería la mejor luego del amor entre un rey y un sirviente de un
reino vecino que ya no existe de nombre.
Sin dudas, ninguna otra historia demostraría un amor tan sincero, leal, fuerte
y feliz como lo fue la de Kim Taehyung y Jeon Jungkook.
Gracias por acompañarme en esta historia que amé escribir cada día.
Ustedes fueron mi motivación para actualizar seguido, y espero que el
final les haya gustado.
No es un final triste. Solo es el final de una de las historias en las que
ambos están destinados a estar juntos 💜💚.
Pero aún tengo mucho más, así que, nos leemos en otra de mis historias si
quieren ♡.
Gracias por el apoyo, y espero que este sea un buen año para todos 💕.
Los quiero 💜.
G.GG
Explorar
Comunidad
por greenGoGo
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Dos horas después. Biblioteca del castillo.
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Kyungmin acudió de inmediato ante el llamado de su alteza. El trabajo en el
castillo se duplicó desde que los príncipes y la princesa nacieron, por lo que ya
no tenía demasiado tiempo para descansar, pero siempre estaba disponible
para su alteza y el rey Jungkook.
Tocó la puerta de la biblioteca y esperó a que se le diera permiso para entrar.
Cuando escuchó la encantadora voz de su alteza, ingresó.
—Con permiso —dijo cerrando la puerta detrás de si—. ¿En que puedo servirle,
alteza?
Taehyung al verlo sonrió y le hizo señas para que se acercara. El sirviente
omega se acercó obediente y se sentó a su lado cuando se le hizo una señal
para que lo hiciera. Estaba algo nervioso, siempre lo estaba y no creía que
podría dejar de sentirse de esa manera porque su alteza era como un ángel
para él.
—Llegó correspondencia para ti —dijo el omega peligris sacando el sobre de
debajo del libro que había estado leyendo, y se la entregó con emoción—. De
una persona muy especial para ti.
—¿P-Para mí? —preguntó sorprendido y bastante confundido. Miró el sobre en
manos del otro, y con duda la tomó, pero no leyó el remitente—. ¿D-De quién
es? No tengo familia o amigos fuera de aquí...
—Detrás de la carta está escrito el nombre debajo —indicó apuntando el
sobre—. Puedes leerla en silencio, no tienes que hacerlo en voz alta. Después
de todo debe de ser algo muy privado.
Kyungmin solo se quedó observando el sobre con una expresión decaída, que
no pasó desapercibida por el rey. Una de sus manos fue al cabello castaño del
pequeño, llamando su atención.
—¿Qué sucede? ¿Tienes miedo de lo que pueda contener? —preguntó
preocupado al verlo tan decaído.
Las manos del sirviente temblaron levemente, y negó con la mirada baja. En
ese momento se sentía como alguien insignificante, le avergonzaba el admitir
la razón por la que no iba a leer la carta.
—¿Entonces que sucede? Sabes que puedes contarme lo que sea que te
preocupe, Kyungmin —aseguró con su voz dulce, casi paterna que había
adquirido desde que fue padre—. Cuéntame, ¿Qué sucede?
El omega más joven tragó, y respiró hondo varias veces antes de decidir
confesarlo. Bajó la carta hacia su regazo, y levantó la mirada para ver a su
alteza.
—Yo...N-No sé leer, alteza —confesó con vergüenza—. No puedo...Leer lo que
sea que diga aquí.
Aquello sorprendió al rey omega. Y no por el simple hecho de que dijera que
no sabía, porque desgraciadamente eso era algo común entre la gente que no
tenía un estatus social alto, sino porque en el castillo había una regla y era que
a principios de año se les enseñaba a los sirvientes nuevos y guardias a Leer.
—¿No te enseñaron cuando ingresaste al castillo? —preguntó extrañado.
—Yo ingresé dos semanas después de que se tomaron las clases...Y luego ya
no era nuevo, por lo que los profesores asumieron que ya sabía hacerlo —
explicó—. Y-Yo tampoco aclaré que no sabía porque sentía que sería una
molestia... —admitió apenado.
Taehyung suspiró hondo, y no se lo pensó ni dos segundos cuando se puso de
pie para ir hacia una de las estanterías. Buscó un par de libros durante algunos
minutos y regresó a la mesa en donde un tímido Kyungmin solo se mantenía
allí sin preguntar nada.
—Bien, si nos tomamos un par de horas cada día, en unas semanas ya sabrás
leer correctamente aunque no lo hagas con tanta rapidez —dijo abriendo uno
de los libros. Lo dejó en medio de ambos y acercó un poco más a hacia el
omega menor—. No es tan difícil. Eres un chico capaz y creo que puedo ser un
buen profesor.
—A-Alteza, no creo que sea necesario... —negó poniéndose nervioso—. Usted
tiene a sus hijos, el trabajo y yo-
—Kyungmin —nombró volteando a verlo, y le quitó la carta para dejarla sobre
la mesa—. Vas a leer esta carta, y todas las que vendrán luego —le sonrió y
tomó ambas de sus manos para asegurarle de aquella forma que estaba
decidido—. Voy a ayudarte a encontrar tu felicidad. Es una promesa.
—¿M-Mi felicidad? —preguntó confundido—. ¿De quién es la carta, alteza?
—Viene del reino de plata —dijo con pista, dejando que solo adivinara quien la
había enviado.
Se lo pensó durante algunos, hasta que su propio lobo fue quien comenzó a
ladrar queriendo que se diera cuenta de quién se trataba. Y solo había una
sola persona de ese reino que podría haberle enviado una carta.
Entonces su corazón comenzó a latir con rapidez. Sus ojos fueron hacia la
carta, y muchas cosas pasaron por su cabeza en tan solo esos cuatro segundos
en los que se dio cuenta de que leer esa carta era correcto.
—Y-Yo no puedo...No puedo leerla, alteza —dijo volviendo a rodearse de esa
aura gris que nacía de sus inseguridades—. No es correcto. No es...No está
bien.
Taehyung se puso serio al escucharlo, y no soltó sus manos pero las mantuvo
bajas. Buscó su mirada y solo habló cuando la encontró.
—Sabes que es de parte del príncipe Kwang, ¿Por qué dices que no está bien?
—preguntó realmente curioso por conocer sus razones—. ¿Es porque es un
príncipe y tú un sirviente?
El menor negó.
—Antes creía que era imposible...Pero usted se casó con el rey Jungkook y
entonces esa creencia desapareció —admitió demostrando la admiración de
aquel suceso tan significativo—. Creer algo como eso sería faltarle el respeto a
su matrimonio, alteza.
—¿Y entonces? Yo creo que en verdad el príncipe está interesado en ti de una
bonita forma —dijo queriendo darle seguridad por si su recelo venía de un
falso interés.
—N-No puedo asegurar eso... —dijo sintiendo sus rostro arder ante la
vergüenza—. P-Pero no se trata del príncipe...Sino de mí.
Taehyung no dijo nada esta vez y solo esperó a que continuara hablando y
sacando sus inseguridades a la mesa. Le tomó unos segundos, pero
finalmente soltó un suspiro y decidió sincerarse.
—A-Apenas cumpliré los veinte en unos meses...No sé leer o sumar, no tengo
la inteligencia que usted tuvo desde muy joven, yo no...No podría estar a la
altura del príncipe como usted lo estuvo del rey Jungkook. Y yo no...n-no...
Se detuvo por un momento cuando le fue difícil terminar aquella frase. Soltó
las manos contrarias para abrazarse a sí mismo y negó varias veces sintiendo
el miedo volver a expandirse por todo su cuerpo ante el recuerdo de aquel
horrible día.
—Y-Yo no soy puro, no estoy limpio... —cerró los ojos con fuerza intentando
borrar aquellas imágenes que quedaron en su cabeza, que se volvían
pesadillas algunas noches—. N-Nadie quiere a un omega sucio, abusado...C-
Cuando lo sepa va a se-sentir asco, y yo no-
—No, Kyungmin —interrumpió sin querer seguir escuchándolo hablar de esa
manera sobre si mismo—. No eres menos ni peor en ninguno de los sentidos
por algo como eso. Fue algo horrible, sí...Pero no debes de dejar que aquello
te impida ser feliz, que te hagan sentir tanto rechazo hacia ti.
Aún recuerda el día en el que les confesó lo ocurrido con Minho. El pequeño
Kyungmin sufrió un aborto espontáneo dos semanas después del abuso
debido a sus cambios drásticos hormonales que le afectaron de manera
negativa hasta el punto de que su embarazo no pudo pasar de ese tiempo. A
pesar de que no quería a ese bebé debido a las circunstancias en las que fue
formado, fue algo doloroso y que causó un daño grave en su lobo.
La única que supo sobre el abuso y que la ayudó a ir con un médico cuando
todo ocurrió fue la jefa de cocina Minji, que mantuvo todo en secreto a pedido
del omega.
Fueron días horribles, y lo siguen siendo poco a poco creía estar superandolo.
O al menos sentía que lo estaba haciendo, pero ahora que alguien como el
príncipe estaba interesado en él y hacia sentirse eufórico a su lobo, esos
recuerdos volvieron como los primeros días, haciendolo sentirse tan sucio e
indigno.
—No logró llegar tan lejos conmigo que contigo, y solo con lo que hizo logró
hacerme sentir asqueroso...No quería que Jungkook volviera a besarme o
tocarme donde él lo hizo —admitió Taehyung—. Puedo entender como te
sientes...Pero no puedes vivir con ese sentimiento e impedirte ser feliz y sanar
esas heridas —sostuvo su rostro e hizo que lo mirara. Limpió sus lágrimas y le
sonrió—. Mereces ser feliz, Kyungmin. No pude evitar que ese maldito te
lastimara de es manera...Pero te prometo que haré lo que esté a mi alcance
para que seas feliz como lo mereces.
—Alteza...
Kyungmin no pudo evitar soltar algunas lágrimas silenciosas ante las palabras
de su alteza. En verdad era un ángel. Podía decir con orgullo que su alteza era
la persona más hermosa en todo el sentido de la palabra, y no se arrepentía de
jurarle completa lealtad a él y al rey Jeon.
—Además, creo que hacen una bonita pareja —finalizó limpiando sus mejillas
húmedas.
Kyungmin no pudo evitar sonreír leve ante aquél comentario sintiendo sus
mejillas calentarse. Porque el príncipe Luyang era realmente hermoso.
—Pero primero debes de leer y responder esa carta —dijo volviendo a
acomodarse para volver a los libros—. Así que comenzaremos con ese paso
justo ahora.
—Pero...¿Y los niños? —preguntó preocupado—. Seguramente van a
extrañarlo y a buscarlo en cualquier momento. Además hay muchas cosas que
hacer y-
—No te preocupes por eso. Jungkook va a atenderlos, puede con los tres —
tranquilizó—. Ahora solo préstame atención, ¿Sí?
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En ese momento en la habitación de los reyes.
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Definitivamente Jungkook se estaba cuestionando el por qué sus hijos
parecían hacerle más caso a su esposo que a él.
—No, bebé. Deja eso —dijo acercándose al pequeño Minsoul, que había
logrado quitar una parte de la esquina de la sábana de la cama, la tomó y la
estiró hasta que deshizo toda la cama y lanzó las almohadas al suelo—. Lucy
va a enojarse contigo.
Lo alzó con el único brazo libre, ya que con el otro sostenía a Margaret que no
quería estar en el suelo.
—¿Por qué con tu padre siempre estás tranquilo y conmigo no? —preguntó a
su hijo del medio mientras besaba una de sus mejillas—. Luego dicen que
Pildo es el más travieso...¿Dónde está Pildo? —preguntó buscando por toda la
habitación.
Escuchó el sonido de una vasija romperse llamó su atención al instante y de
inmediato fue hacia el balcón. Allí encontró a su hijo mayor parado a un lado
de todas las masetas de porcelana donde se encontraban todas las flores que
le pertenecían a Taehyung.
El pequeño Pildo volteó a ver a su padre y se cubrió la boca con una de sus
manos, las cuales estaban manchadas de tierra al igual que su ropa.
—Ompió —dijo haciéndose el sorprendido, como si no hubiera sido él quien
tiró la maseta.
Jungkook palideció. Su hijo había roto la maseta favorita de su esposo, en la
cual estaba creciendo y viviendo sus margaritas favoritas. Además su hijo se
había ensuciado, y no solo Taehyung iba a molestarse por dejarlo hacerlo,
sino que Gahyeon iba a molestarse también.
—Bebé, no —dijo intentando dejar a Margaret en el suelo para cargarlo a él,
pero ésta se aferró a él comenzando a lloriquear cuando notó las intenciones
de su padre—. Pequeña, solo un momento.
—¡No! —negó aferrándose más a su padre.
Jungkook suspiró y entonces caminó rápidamente hacia la cama para dejar a
Minsoul allí un momento. Regresó con su hijo a tiempo de detenerlo cuando
estaba intentando tomar otra de las masetas. Al hacerlo Pildo se quejó por no
dejarlo seguir jugando, y terminó por manchar el rostro de su padre con tierra.
—No hagas eso, bebé. No- ¡Minsoul, bájate de ahí!
Mientras de acercaba al pequeño Minsoul que estaba intentando subirse al
tocador, escuchó el sonido de los pañales de tela de su pequeña mancharse,
señal de que había hecho del dos. Y a él solo se le formó una mueca de
disgusto en el rostro, maldiciendo porque debería de encargarse él de
cambiarla.
—Esto no se lo hacen a su padre —se quejó mirándolos a los tres—. No se
aprovechen de mi nula capacidad para regañarlos como debería.
Solo recibió las risas de sus cachorros en respuesta.
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Dos meses después. Jardín oeste.
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El clima en ese reino no seguía una línea con sentido, porque el día anterior
estaba algo fresco y nublado, pero hoy estaba cálido aunque mantenía sus
nubes. Nunca se sabía como iba a amanecer, y mucho menos en temporada
de otoño.
Pero hoy como estaba tan agradable el día, los cachorros Jeon estaban
durmiendo su siesta y sus reyes pasando el celo del rey Jungkook en la
habitación de celos, tenía un poco de tiempo.
Las clases con su alteza Taehyung para aprender a leer habían sido muy
agradables y sobretodo muy entretenidas. Nunca imaginó que la lectura le
resultara tan interesante. Dos meses de aprender y practicar día a día le
permitían ahora leer a una velocidad que si bien no era muy lenta, tampoco
era tan fluida como la de su alteza.
Aprendió a escribir también. Cosa que también practicaba cuando tenía
tiempo, y al mostrarle el resultado de su caligrafía mejorando día a día,
lograban hacer que su alteza se pusiera feliz y lo elogiara. Esos momentos lo
hacían realmente feliz.
Se había armado de valor los últimos dos días, y finalmente decidió leer esa
carta que había guardado con tanto cuidado. Estaba nervioso y algo asustado
por lo que podría contener la carta, y esperaba que no tuviera un asunto
urgente porque se tardó mucho en o poder leerla.
Se sentó en el borde de una de las fuentes de agua que había en ese lado del
jardín, suspiró y observó lo escrito en el sobre. Ahora podía entender
perfectamente el nombre de "Kwang Luyang". Ese alfa que volvía loco a su
lobo y le causaba taquicardia y unos nervios incontrolables.
Él no era una persona con una confianza, era muy tímido e inseguro. Y ese alfa
era todo lo contrario. Cada vez que había algún evento en el castillo siempre
aparecía en donde sea que estaba; en la cocina sirviendo más aperitivos, en
alguno de los pasillos por los que pasaba o lo buscaba entre las personas
cuando debía de ofrecer más vino. Siempre le hablaba con educación, lo
halagaba o tomaba su mano para besarla.
Kyungmin no sabía que responder o que hacer en esos momentos, era
demasiado para soportar y siempre terminaba huyendo avergonzado y
teniendo que soportar los burlas cariñosas de los otros sirvientes luego.
—Bien...Llegó la hora —dijo abriendo la carta finalmente, con cuidado.
Sacó el papel de dentro, la abrió y suspiró hondo intentando hacer que sus
manos dejaran de temblar.
Podía leer una carta, solo era leer, ¿Por qué estaba tan nervioso?
"Espero que no te moleste que me haya tomado el atrevimiento de escribirte,
querido Kyungmin.
Supuse que de esta manera podría decirte más palabras que las que me
permites decirte cada vez que me acerco a ti y luego huyes con tu precioso
rostro avergonzado.
Seré directo. El motivo de esta carta es confesar que pienso en ti más que lo he
lo he hecho por cualquier otra persona en todos mis años de vida. Solo eso por
ahora, porque hay cosas que prefiero decirte frente a frente.
Aunque también hay otro motivo, y es que dentro de poco más de dos meses es
mi cumpleaños número veintitrés. Como sabrás ahora que soy príncipe se hará
un gran festejo y los reyes Jeon y sus hijos son los invitados principales.
Pero, quiero que tú seas mi invitado especial esta vez.
Sé que todo esto puede sonar como una locura, que quizás algunas personas
cuestionen mis acciones. Pero la verdad es que no me importa su opinión, solo
quisiera saber la tuya.
Quiero verte llegar ese día junto a la familia Jeon, no importa si vistes el
uniforme o un vestido precioso. Quiero que hablemos con la privacidad que me
permita admirarte el tiempo que necesite antes de tener que despedirme por un
tiempo indefinido.
No espero una respuesta, aunque me haría muy feliz recibir una.
No estas obligado a venir. Entenderé que no lo hagas si así lo decides. Pero si lo
haces, prometo recibirte de la menor manera posible.
Con cariño, Luyang".
—¿M-Me invitó a su cumpleaños? —preguntó total incrédulo—. ¿P-Piensa en
mi? No puede... —apoyó la carta en su pecho e intentó no sonreír ante las
primeras palabras del alfa—. Piensa en mí...
Recordó que habló sobre la fecha de su cumpleaños y volvió a leer la parte en
donde la decía.
—Han pasado dos meses... —dijo algo preocupado. Luego recordó algo que lo
hizo calmarse—. Pero los reyes no han ido a ningún evento como ese...
Aunque, ¿Realmente estaría bien que fuera?
—Aún no sabe...Lo que el hijo de Lucy me hizo... —recordó con pesar—.
Cuando lo haga, él...
Pensó en todas las posibles reacciones del alfa al enterarse, y la que era
menos dolorosa para él consistía en el alfa rechazandolo y sintiendo lástima
por él.
Después de todo, era el futuro rey de aquél reino. Y él solo era un sirviente,
pero no era igual a su alteza cuando lo era, porque sabía que éste siempre fue
inteligente, y no estaba sucio al igual que él cuando se casó con el rey
Jungkook. Él no era tan digno como su alteza en ese tiempo.
Por más que lo pensaba, solo existía un resultado de todo aquello: era
imposible que algo se construya entre ellos.
Porque el príncipe Luyang se merecía algo mejor que un omega inculto y
sucio. Pero también se merecía una respuesta y una explicación como
correspondía. Después de todo, siempre fue amable con él a pesar de su
estatus social.
Debía de hablar con él y terminar con todo esto antes de ilusionarse e
ilusionar al alfa por más tiempo.
Su alteza iba a sentirse desilusionado, pero así eran las cosas. No podía hacer
nada contra eso. Quizás, aún no era su turno de vivir esa felicidad con la que
tanto soñó.
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Dos días después. Despacho de los reyes.
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Taehyung se encontraba revisando documentos importantes de su reino y
firmando éstos luego de verificar su contenido, luego de recuperarse casi por
completo del celo de su esposo que terminó ayer. Aún le dolía un poco su
espalda baja y los músculos de sus brazos, pero estaba mucho mejor que ayer.
A modo de disculpa por su intensidad, su esposo quedó en ocuparse de sus
hijos ese día para que no hiciera mucho esfuerzo. Aunque Taehyung no estaba
muy seguro de aquello porque sus pequeños solían comportarse más
traviesos cuando estaban con el alfa. Eso terminaba siempre en algo roto,
alguno de sus hijos sucios y algún lugar desordenado.
Pero terminó aceptando porque quería recuperarse por completo para poder
volver a jugar con sus cachorros sin problemas, y también tenía ganas de
hacer un poco de pepelo.
No llevaba más de tres horas de trabajo cuando la puerta fue tocada
sacándolo de su burbuja de concentración.
—Adelante —dijo dando permiso para ingresar.
La puerta se abrió y un tímido Kyungmin ingresó con la mirada algo baja.
—Con permiso, alteza.
Taehyung le sonrió naturalmente he hizo una señal para que se acercara.
—¿Qué sucede, pequeño? —preguntó dulce.
—L-Lamento interrumpir su trabajo, alteza —fue lo primero que dijo al
observar todas las hojas sobre la mesa—. Pero me gustaría comentarle algo...Y
pedirle permiso.
—Dime entonces. Pero toma asiento —respondió dejando su pluma de lado
para prestarles total atención—. ¿Dónde quieres ir?
El menor tomó asiento en la silla frente al escritorio y se armó de valor para
mirar a su alteza a los ojos mientras le contaba lo relacionado con la carta del
príncipe Kwang.
—L-Leí la carta —confesó de golpe porque creyó que sería más fácil de esa
manera—. Primero que nada quiero agradecerle por haberme enseñado a leer
y escribir, alteza.
Taehyung no ocultó su emoción al escuchar lo primero dicho, y juntó sus
manos esperando a que le contara un poco más sobre aquello.
—¿Y bien? ¿Era algo bueno? —preguntó interesado—. Oh, no tienes que
decirme si no quieres. Es tu privacidad.
Kyungmin negó.
—No, está bien. Confío en usted como para contarle, y quiero hacerlo
porque...Necesito hablarlo con alguien —admitió apenado.
Taehyung no pudo evitar sentirse contento por ser una persona en la que el
omega castaño pudiera confiar y hablar sin problemas. Se puso de pie y se
acercó a él para tomar su mano y guiarlo hacia uno de los sofás a un lado de la
habitación. Quería que se sintiera cómodo antes de hablar, que se relajara
porque era notorio los nervios que estaba intentando no evidenciar.
—Cuéntame —pidió acariciando sus manos en un gesto afectivo.
Kyungmin le sonrió leve ante el gesto, y suspiró hondo antes de comenzar a
hablar.
—E-El príncipe Kwang me invitó al festejo de su cumpleaños...
—¿En serio? —preguntó el omega peligris con una gran sonrisa—. ¡Eso es muy
lindo de su parte! Se nota que quiere aprovechar cada momento en el que
pueda verte.
—Y-Yo...Iré si usted me da el permiso.
—¡Por supuesto que sí! —dijo sin dudarlo—. Puedes venir con nosotros.
Seguro que el príncipe estará feliz de que hayas aceptado ir.
Kyungmin le sonrió, aunque fue una sonrisa forzada. No iba a decirle que iba a
hablar con él para confesarle que clase de omega era y que de esa forma su
interés por él desapareciera por completo. Se veía tan contento por aquello
que era incapaz de destruir su felicidad, que era felicidad por él.
—Luego Gahyeon se encargará de hacerte un vestido que deje sin palabras a
ese príncipe —dijo como si nada.
—¿Eh? —Kyungmin tardó unos segundos en comprender sus palabras, hasta
que reaccionó y negó varias veces—. N-No es necesario, alteza. No puedo
pagar uno y no lo necesito...E-El príncipe dijo que no importaba como vaya —
aclaró.
—Pequeño, primero que nada, no tendrás que pagar absolutamente nada.
Será un regalo de mi para ti, ¿Sí? —dijo restandole importancia a su negativa—
. Además, Gahyeon no te dejará irte a un evento tan importante sin estar
vestido para la ocasión, por lo que literalmente va a obligarte a que te dejes
preparar por ella.
—P-Pero, alteza-
—Soy tu rey, no puedes negarte —dijo como último recurso, cruzándose de
brazos de manera adorable—. Faltan nueve días para el cumpleaños del
príncipe, por lo que debería de avisarle ahora que debe de preparar un vestido
más además los cinco vestuarios para nosotros —dijo recordando aquello.
—E-Es demasiado trabajo para ella...
—Ella siempre tiene mucho trabajo que hacer, y es algo que le gusta hacer, así
que no te preocupes, ¿Sí? —tranquilizó volviendo a tomar sus manos—. Tú
solo preocúpate por ti.
El omega menor sabía que no iba a poder negarse a su alteza, así que
simplemente le agradeció varias veces antes de irse para no seguir retrasando
su trabajo y seguir con el suyo.
Bueno, quizás sería incómodo, pero un vestido no iba a cambiar el resultado
de las cosas. Estaba decidido a contarle todo.
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Al día siguiente. Muy temprano por la mañana. Vestidor de los reyes.
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—E-En serio no es necesario, Gahyeon... —dijo el omega castaño intentando
escapar de la beta.
Le daba algo de miedo su mirada fija en su anatomía con una cinta para
anotar sus medidas mientras lo obligaba a estar en forma de T con los brazos
extendidos.
—Definitivamente no —negó por tercera vez mientras volvía a acercarse para
medir sus brazos—. Nadie de este castillo irá a un festejo importante sin estar
al nivel estético. Como que soy la mejor diseñadora de todos los reinos que
eso no pasará mientras yo viva.
—Pero es mucho trabajo...
—No te preocupes, cariño. Tengo mucha gente que me ayuda a armarlos, yo
solo los diseño y hago los últimos arreglos —tranquilizó.
—Cierto que tienes dos talleres ahora... —comentó recordando ese detalle—.
Me alegra que te esté yendo bien.
—Gracias —respondió con orgullo, y luego fue hacia la pequeña mesita en
donde estaba su libro de apuntes donde estaba anotando sus medidas—. Su
alteza mencionó que fuiste invitado por el mismísimo cumpleañero. Eso sí que
es ser afortunado —comentó soltando una pequeña risa.
Kyungmin bajó la mirada sintiendo sus rostro arder por el comentario, y
simplemente asintió.
—Bueno, mataremos a dos pájaros de un tiro cuando el príncipe te vea con el
maravilloso vestido que haré para que te pida matrimonio en ese preciso
momento —dijo pasando la cinta por su pecho—. Todos los que no conocen
mis diseños verán los de la familia Jeon y el tuyo, y de inmediato tendré
clientes nuevos, y... —lo miró y le guiñó un ojo—. Quizás el príncipe no resista y
te pida besarte por lo hermoso que te verás.
El pequeño omega se puso de todos los colores al imaginarse tal escena, e
inconscientemente se cubrió el rostro ante la vergüenza. Gahyeon lo regañó
por romper la posición, a lo que volvió a colocarse en esa posición que estaba
haciendo doler sus brazos como pocas veces le dolía haciendo las tareas del
castillo.
¿Cuánto tiempo debía de estar así? Gahyeon parecía querer medir hasta su
rostro para tener medidas exactas de toda su anatomía.
¿Los reyes Jeon pasaban por esta especie de tortura seguido? Se compadecía.
Al terminar allí regresó a sus tareas, dejando a una eufórica Gahyeon hablando
sola sobre el gran vestido que tenía en mente para él.
Y así pasaron los días en los que de mentalizaba para enfrentar al príncipe
Kwang, hasta que los ocho días restantes pasaron y finalmente llegó el día tan
esperado y temido a la vez.
En el vestidor de los reyes se encontraban éstos y los tres niños metidos
dentro de un gran corral de bebé jugando con algunos de los cientos que
tenían en una habitación solo para éstos, mientras sus padres se preparaban
para ir al reino de plata.
El primero en estar listo fue el rey alfa puro, que se observó al espejo
analizando el atuendo elegido para ese día.
—¿Por qué tantos collares? —preguntó a la beta que estaba detrás del vestidor
ayudando a su esposo a terminar con los detalles del vestido—. Hacen un
ruido molesto.
—¡Para que cuando alces a los niños jueguen con ellos! —respondió la mujer
del otro lado—. Además, queda bien. No te quejes...Los eligió tu esposo —
mintió en aquello último solo para ver su reacción.
—Tienes razón, quedan bien —respondió al escuchar que su esposo los había
elegido.
Taehyung solo rió al escucharlo, Gahyeon bufó y la puerta fue tocada.
—Adelante —dio permiso el azabache.
Un tímido y nervioso Kyungmin ingresó a la habitación.
—Con permiso... —cerró la puerta y se quedó allí parado en busca de
Gahyeon—. L-Lamento la demora, es que tenía que terminar de tender las
sábanas.
—¡No te preocupes! —respondió la beta, y unos segundos después salió de
detrás del vestidor largo dando pequeños aplausos—. Todavía hay tiempo
para ti.
—¿Y su alteza? —preguntó refiriéndose a Taehyung.
—Aquí estoy —respondió saliendo del mismo lugar.
Tanto el omega como el alfa puro voltearon a verlo, y abrieron sus ojos y boca
al verlo vestido de esa forma. Esta vez no llevaba un vestido al estilo princesa,
sino que era uno pegado al cuerpo resaltando sus curvas y dejando ver una de
sus largas y relucientes piernas.
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Reino de plata. Salón principal del castillo.
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La mayoría de los invitados se encontraban ya allí. Las voces de las personas
charlando, la de las copas de vino al ser servidas, los tacones y la música de la
pequeña orquesta al fondo del salón era todo lo que podía oírse.
El protagonista de esta fiesta se encontraba charlando con alguno de sus
amigos de toda la vida, los cuales eran unos nobles que no dejaba de bromear
con cariño que ahora debía de buscar a una princesa o un príncipe para
casarse porque ya se estaba poniendo viejo para eso.
—No estoy interesando en ninguno de ellos —respondió Luyang observando el
contenido de su copa, y una pequeña sonrisa adornó sus labios—. Me gusta un
omega sirviente de los reyes Jeon —dijo sin ningún tipo de pena.
—¿Un sirviente? —preguntó uno de sus amigos. No estaba siendo despectivo o
mostrándose disgustado, solo sorprendido—. Vaya, creí que al estar rodeado
de príncipe y princesas preciosas ibas a tenerlos en la mira.
—¿Qué hay con ese sirviente que te llamó la atención? —preguntó otro de sus
amigos, también curioso.
—Es hermoso —respondió recordando al omega castaño—. Es muy tímido y
educado, su voz es dulce y nunca puede sostenerme la mirada debido a la
vergüenza... —sintió a su lobo mover su cola igual de encantado al recordar al
omega—. Además, a mi lobo le gusta el suyo. Le gusta mucho, y sé que mi lobo
jamás se fijaría en alguien que no nos robara el corazón.
—Wow, hablas de él y te brillan los ojos.
—Amigo, estás realmente enculado...Pero, oye —lo miró con preocupación—.
Todo perfecto de nuestra parte. Sabes que te apoyamos en todo y no
discriminamos, ¿Pero y tus padres?
—Mis padres jamás me hablaron sobre casarme con algún príncipe y princesa.
Ni siquiera me hablaron sobre posibles intereses amorosos, así que no creo
que les importe mucho que sea sirviente o un granjero —respondió
encogiéndose de hombros—. Además, si logro que me acepte y mis padres se
oponen, no me importa.
—¿Te enfrentarás a tus padres si se oponen?
—Si es necesario sí —respondió sin dudarlo, y luego sonrió landino—. Además,
si el rey Jeon pudo hacerlo, ¿Por qué yo no?
Uno de sus amigos estuvo a punto de hablar, pero su mirada se fijó en la
entrada y en los recién llegados que se estaban llevando la atención de todos
simplemente al aparecer.
—Santa luna... —dijo haciendo que voltearan a ver donde él.
Luyang fijó su vista en los recién llegados, admiró la belleza y el porte de los
reyes Jeon viéndose tan respetables como siempre, pero sus ojos se desviaron
rápidamente a la persona que caminaba a un lado del rey omega, y reconoció
a su omega de inmediato.
Su corazón se aceleró; su lobo comenzó a ladrar eufórico, su respiración de
cortó por un momento y no pudo evitar admirar toda su belleza en ese
precioso vestido que se llevaba todas las miradas luego de los reyes Jeon.
Su precioso omega, Kyungmin.
Pudo notar que debido al tamaño del vestido se le dificultaba caminar con
seguridad porque temía chocar con alguien, y no sabía cómo o dónde colocar
sus manos por lo que las mantenía juntas a la altura de su abdomen. Bajó la
mirada al sentirse observado y se sintió muy nervioso por todas las personas
que estaban allí.
—Cabeza en alto, pequeño —habló Taehyung manteniendo la mirada al
frente—. Hay alguien que no deja de verte.
Kyungmin alzó la mirada al escucharlo, y sus ojos buscaron solo a una
persona.
Y lo encontró.
Sus miradas se conectaron, y los lobos de ambos nunca se sintieron más
felices que en ese momento. Y como si una fuerza mayor los controlara,
caminaron hasta quedar frente a frente, ignorando a todos los demás.
—Si viniste... —fue lo primero que dijo el alfa al llegar a él, con una preciosa
sonrisa.
—F-Feliz cumpleaños, alteza —fue lo primero que se le ocurrió decir al omega,
que luego bajó su rostro sonrojado al no poder mirarlo más tiempo sin sentir
que iba a tener un ataque—. L-Lamento no poder traerle un obsequio.
—Estás aquí. Ese es el mejor regalo de todos —respondió restandole toda
importancia al tema del obsequio—. Temía que no vinieras —acercó su mano
a la suya suavemente, y la sostuvo para juntarlas con cuidado y miedo de
espantarlo, y besó su dorso con delicadeza antes de volver a verlo—. Eres
hermoso, pero esta noche te ves demasiado bello.
Kyungmin se atrevió a alzar la mirada para verlo a los ojos una vez más a pesar
del color en sus mejillas.
—Alteza...
Detrás del omega, la familia Jeon observaba la escena al igual que los otros
invitados que se estaban preguntando quien era ese chico que se había
llevado toda la atención del príncipe.
—¿Cuánto tiempo crees que tarden en recordar que también estamos aquí? —
preguntó Jungkook apegandose a su esposo al notar algunas miradas sobre
su precioso y sexi esposo que duraban más del segundo que él permitía.
—Mejor vamos a saludarlo para que puedan irse a hablar en privado —dijo el
omega acomodando mejor a Pildo en sus brazos.
Margaret estaba siendo sostenida por uno de los brazos de su padre alfa,
mientras que Minsoul estaba en el suelo sosteniendo la mano de éste mismo
observando curioso a los invitados.
Ambos asintieron y se acercaron a los jóvenes interrumpiendo ese momento
de enamorados en los que se habían invertido totalmente.
—Feliz cumpleaños, príncipe Luyang —saludó Taehyung sonriéndole amable.
—Feliz cumpleaños —repitió Jungkook.
—¡ien! —gritó Pildo comenzando a aplaudir al escuchar la palabra
"cumpleaños". Margaret copió su acción observando muy entretenida los
collares que vestía su padre.
Aquello causó mucha ternura en el alfa que no se resistió a la dulzura de los
pequeños Jeon y rió. Hizo una reverencia soltando por un momento la mano
de su omega, para no ser tan irrespetuoso.
—Gracias por asistir, altezas —volvió a incorporarse y observó una vez más al
tímido Kyungmin—. Muchas gracias por permitirle asistir.
—No íbamos a negarle algo como eso —respondió Taehyung manteniendo su
sonrisa amable.
—Te estamos dando un voto de confianza —dijo Jungkook con un tono de voz
serio y casi frío, mirando al alfa con una expresión que le dejaba en claro que
no estaba jugando—. Confiamos en que sabrás tratar con él y que vas a
respetarlo. Un error y puede causar muchos problemas para ti, tu familia y tu
reino, así que no traiciones nuestra confianza depositada el día de hoy,
¿Estamos de acuerdo?
Luyang tuvo que hacer un gran esfuerzo por mantenerse firme y no mostrar
que tembló y sintió miedo ante ese aviso-casi-amenaza del alfa puro. Asintió y
llevó su mano derecha a su pecho para demostrar sinceridad.
—No tienen de que preocuparse, altezas. Nunca me perdonaría hacerle algún
daño o faltarle el respeto a mi omega —dijo aquello último con sinceridad, con
valentía al mantenerle la mirada al alfa puro para que supiera que no estaba
bromeando—. ¿Qué clase de alfa sería si lo hiciera?
Jungkook le mantuvo la mirada durante algunos segundos sin decir nada más,
probando que tanto estaba diciendo la verdad. Luego de unos largos
segundos sonrió landino y ablandó su mirada.
—Confío en ti, Kwang —dijo finalmente, pero al mismo tiempo le estaba dando
su bendición.
Mientras eso ocurría, Taehyung estaba reteniendo su emoción para no gritar.
Al mismo tiempo, Kyungmin solo cerró sus ojos con la vista gacha al
escucharlo llamarlo su omega con tanta seguridad.
Se sintió feliz en un momento, pero luego recordó la razón por la que estaba
aquí y no pudo evitar sentir la tristeza golpeando su pecho con fuerza.
—Iremos a saludar a los invitados —dijo Taehyung acercándose nuevamente a
su esposo.
—Claro —respondió Luyang observando al rey omega—. De nuevo, muchas
gracias.
Los Jeon fueron a hacer lo dicho, dejando a ambos solos nuevamente.
El alfa volvió a ver al omega, y no pudo no notar la expresión decaída en su
precioso rostro. Por lo que volvió a ofrecerle su mano llamando su atención
nuevamente.
—Hay demasiadas miradas sobre nosotros aquí —dijo cuando el otro volvió a
verlo—. ¿Puedo llevarte a un lugar más privado?
Kyungmin observó su mano y dudó demasiado en aceptar. La última vez que
estuvo sola con un alfa fue el peor día de su vida.
Aunque ese se trataba de un alfa puro que nunca logró darle buenas vibras. Y
esta vez no se trataba de cualquier alfa, sino de uno de lograba hacerlo
sentirse seguro estando a su lado, y que su lobo le aseguraba que no iba a
dañarlos. Así que confiando en quien se supone que sabe lo que es mejor para
él, aceptó.
Dejó que tomara su mano y que lo llevara a donde quisiera.
Después de todo, si algo ocurría, sus altezas sabrían con quién se había ido.
Ignorando las miradas curiosas de los invitados e incluso de los guardias,
caminaron durante algunos minutos hasta llegar a un pequeño patio en
donde había una fuente de agua, algunos bancos donde sentarse y un par de
árboles a cada lado del camino de piedras lisas. No estaba fuera del castillo
sino en la parte interna de éste que no poseía techo alguno.
—¿Quieres sentarte? —preguntó el alfa al llegar allí.
Kyungmin asintió.
Tomaron asiento en el banco más cercano, y sin soltar sus manos comenzaron
a charlar. Esta vez si podían hacerlo con tranquilidad y privacidad como el alfa
siempre quiso, por lo que no iba a desaprovechar la oportunidad.
—Al no recibir respuesta, temía que no vinieras —dijo comenzando con la
conversación al ver que el omega no parecía querer ser el que lo hiciera—.
Nuevamente, gracias por hacerlo. Has alegrado mi noche.
—Y-Yo... —le daba algo de vergüenza admitir la razón de aquello—. N-No sabía
leer...Lo s-siento... —confesó bajando la mirada hacia sus manos aún juntas.
Luyang se sorprendió por eso porque en su ignorancia sobre las posibilidades
de los sirvientes, no había pensado que aquello fuera de esa manera.
—En ese caso, lo lamento —dijo sorprendiendo esta vez al omega—. De
haberlo sabido hubiera buscado otra manera de comunicarme contigo.
Kyungmin estaba sorprendido de que no se haya mostrado disgustado o se
haya burlado por saber que antes era un analfabeto. De hecho, parecía
realmente apenado por ese error suyo.
—Pero, ¿Quien la leyó para ti, entonces? —preguntó curioso.
—Su alteza me enseñó a leer y a escribir —respondió con una sonrisa
agradecida con su rey—. M-Me tomó dos meses...Y aún no soy excelente en
ambas, pero pude leer tu carta correctamente hace poco más de una semana
—confesó sintiéndose un poco más confiado.
—Me alegra que se haya ofrecido, y que ahora sepas hacerlo —respondió con
sinceridad, luego le sonrió coqueto—. Ahora podré enviarte muchas.
Kyungmin desvió la mirada avergonzado.
De pronto negó con la cabeza y soltó el agarre de la mano contraria. Luyang lo
miró con confusión.
—Alteza...Y-Yo vine porque quería hablar con usted de algo —dijo sin animarse
a mirarlo a la cara.
—Puedes tutearme...
—Y-Yo no soy lo que usted...Lo que tú crees —dijo intentando recordarse que
podía hablarle de "tú"—. Realmente...R-Realmente me hace feliz que alguien
como tú se fije en mí...P-Pero no soy bueno para ti —dijo sintiéndose tonto por
querer llorar al decir todo eso.
—¿Por qué dices eso? —preguntó sin comprender—. ¿Es porque soy un
príncipe? A mi no me importa cual sea tu estatus social —aseguró utilizando la
voz más dulce que poseía—. Yo solo te quiero a ti...Te queremos a ti —dijo
incluyendo a su lobo.
—N-No es eso... —negó suavemente y se abrazó a si mismo de manera
inconsciente, sin saber como decirle la parte más difícil—. Y-Yo no soy
digno...No soy puro —su voz se hizo más débil—. E-Estoy sucio...por dentro.
Silencio.
Varios minutos en silencio en los que Luyang intentaba darle el sentido
correcto a esa palabras que tanto le costaron pronunciar. El omega estaba
haciendo un gran esfuerzo por no llorar, pero parecía que con cada segundos
se pasaba aquella tarea se volvía más difícil.
Hasta que algo en su cabeza pensó en una probabilidad, y no le gustó para
nada.
—Kyungmin... —llamó haciendo que el omega se tensara por un momento—.
¿Alguien...abusó de ti? —preguntó sabiendo que no había una manera más
liviana para preguntar tal cosa.
Y el llanto del omega se lo confirmó.
En ese momento, sintió una ira que nunca antes había sentido. Su lobo no
estaba diferente, quería buscar a la persona que se atrevió a hacerle eso a su
omega y asesinarlo de la peor forma posible.
—¿Quién lo hizo? —fue lo que preguntó luego de unos segundos en los que
solo escuchaba los dolorosos sollozos de su omega—. ¿Quién se atrevió?
Y la pregunta tomó desprevenido al omega. Se esperaba palabras de rechazo,
de asco y una despedida rápida y tosca. Pero no esperó esa pregunta.
—¿E-Eh? —preguntó creyendo que había escuchado mal, volviendo a mirarlo.
—¿Quién se atrevió a tocar a mi omega? —preguntó sin ocultar su molestia—.
Voy a asesinarlo de la peor forma, voy a-
—E-Esta muerto —respondió sin querer verlo de esa manera—. El rey J-
Jungkook lo asesinó...
Aquello tomó desprevenido al alfa. Calmó un poco su ira al saber que tal
escoria no volvería a poner un solo dedo sobre su omega, pero al mismo
tiempo le molestaba el no poder ser quien le arrebatara la vida.
—¿Por qué dices que no eres bueno para mí? —preguntó el alfa recordando las
palabras del omega—. Si lo eres. Eres mi omega, y yo soy tu alfa, sé que
puedes sentirlo al igual que yo...
Tomó ambas de sus manos y las llevó a su pecho para que pudiera sentir los
latidos de su corazón. Lo miró con sinceridad y con ese cariño único que solo
podía sentir por él.
—Lamento no haberte conocido antes y poder evitar que tuvieras que pasar
por eso...Pero eso no te hace ser un omega sucio, indigno o cualquier otra
cosa mala que hayas creído alguna vez —soltó una de sus manos para llevarla
al rostro contrario y limpiar sus mejillas con delicadeza—. Esto no cambia
nada de lo que siento por ti...Creo que me gustas aún más porque eres fuerte
además de precioso y encantador.
—Luyang...
Kyungmin estaba sin palabras. Demasiadas emociones lo atacaban en ese
momento y solo quería lanzarse a sus brazos.
El alfa le sonrió dulce.
—Mi nombre se escucha hermoso cuando lo dices —dijo mostrando
nuevamente su lado coqueto.
El omega no lo soportó más y se lanzó a sus brazos. Rodeó su cuello con
ambos brazos y se permitió llorar en su hombro aunque luego sintiera que se
tomó demasiada confianza. Pero es que se sentía tan querido que no había
otra forma de agradecerle por sus palabras.
Por seguir queriéndolo incluso luego de saberlo.
El alfa correspondió al abrazo rodeando su cintura, y disfrutó de su aroma a
moras. Y el omega no perdió el tiempo y también aprovechó la cercanía para
disfrutar de su aroma a vino dulce, logrando calmarse luego de un par dd
minutos.
—Kyungmin... —llamó el alfa cuando esté se separó de él para limpiar sus
lágrimas. Sacó de uno de los bolsillos internos de su saco un anillo, y se lo
ofreció—. Yo te acepto como mi omega. Por favor, aceptame como tu alfa —
pidió mirándolo directo a los ojos.
El menor bajó la mirada hacia el objeto que el otro sostenía y abrió sus ojos
aún rojos con incredulidad. Ese anillo debía de costar una fortuna, santa luna.
—No te asustes, no te estoy pidiendo matrimonio...Aún —dijo calmando los
nervios que el omega comenzó a sentir al ver el objeto—. Es solo un regalo.
Uno que confirme que me aceptas.
—E-Eso es-
—Sí, es costoso —se adelantó a sus palabras, y soltando una pequeña risa
tomó su mano nuevamente para acercar el anillo a su dedo anular, pero sin
colocarselo—. Y no. No voy a aceptar un no o un rechazo. No soy bueno
eligiendo joyas, pero ésta brillaba tanto que me recordó a ti la primera vez que
te vi.
Kyungmin volvió a mirarlo sin saber que decir y sintiendo demasiado extraño
el tener que aceptar algo que valía su paga de tres vidas seguramente.
Pero lo quería. Quería aceptarlo.
—Q-Quiero por fin ser feliz como lo es su alteza Taehyung con el rey
Jungkook... —dijo sin poder evitar sonreír ante la felicidad que lo envolvía en
ese momento—. Quiero ser tu omega...Y-Y que seas mi a-alfa —respondió
finalmente.
Luyang sonrió feliz como nunca antes, y le colocó el anillo como una promesa.
Como un juramento bajo la luna de que estarían juntos hasta el final de los
tiempos.
Se acercó al rostro del omega, logrando que éste se tensara y se encogiera
levemente en su lugar cerrando los ojos con fuerza. Aún no estaba del todo
recuperado de su trauma del abuso, por lo que un beso podría causarle algún
mal recuerdo y temió que ocurriera.
Pero el suave toque de los labios ajenos se sintió en una de sus mejillas, y
luego en otra.
Abrió los ojos y solo pudo ver una dulce sonrisa en los labios ajenos.
—Iremos despacio —dijo el alfa acercando su rostro nuevamente, pero esta
vez solo para apoyar sus frentes—. Te cuidaré y te ayudaré a sanar...Lo
prometo.
Los quiero 💜.
G.GG