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"A veces para ver, nos hace falta oscuridad..."El tiempo ha pasado y Taehyung ya no es el mismo Omega
inocente...Pero él no es el único que ha cambiado...¿El destino les dará una segunda
oportunidad?[OMEGAVERSE]✓[Pareja principal]⚜️Taehyung → Bottom⚜️Jungkook → Top[Parejas
Secundarias]⚜️YoonMin⚜️NamJin⚜️HunHanY algún otro shipp que se me ocurra por el camino Xd

Tabla de contenidosÚltima actualización hace 10 horas

• ⚜️ ACLARACIONES ⚜️
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• 28. Maratón.
• 29. Maratón.
• 30. Maratón.
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• ⚜️PREGUNTAS A LOS PERSONAJES⚜️
• EPÍLOGO

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por Srta_YoonTae

Dicen que hasta el corazón de hielo puede derretirse con el calor de la persona correcta...
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Pero nadie dijo que el camino sería fácil...

Y el pedir disculpas, no te garantiza el perdón de la otra persona...

Todos saben que el Alfa es el rango dominante, pero si Jungkook quiere tener de nuevo a
Taehyung, tendrá que aceptar sus reglas y condiciones.

¿Taehyung podrá dominar a su Alfa?

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por Srta_YoonTae

Un Año Después.

Los rayos del sol no tardaron en hacerse presentes en la habitación, acariciando el rostro de
aquel chico acaramelado.

— Mgh~ — Se quejó acurrucándose más contra el cálido cuerpo que descansaba a su lado.

— Buenos días, amor... — Susurraron en su oído haciéndolo girar, encontrándose con el

rostro de su acompañante.

— Buenos días, Channie. — Sonrió adormilado. El nombrado depositó un casto beso sobre
sus labios mientras acariciaba su cabello.

Chanyeol había sido como su salvavidas, justo cuando Taehyung creyó que no podía más
con el dolor. Después de haber dejado esa casa, su lobo no fue el mismo, cada vez lo sentía
menos. El menor se sintió cerca de la muerte, pero el mayor lo tomó de la mano y lo ayudó,
lo cuidó, sin pedir explicaciones de lo que realmente le había pasado.

Con el tiempo, su enfermedad dejó de afectarlo, pero también dejó de sentir a su lobo. Su
aroma era casi inexistente y tenía que estarse medicando para no recaer.
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Su vida había cambiado. Al principio sufría cada noche, despertaba gritando y llorando
desconsolado, la pena en su corazón lo había acabado.

Fue un año difícil para el Omega, pero pudo salir adelante. Después de tanto insistir, por fin
le dijo que sí a Chanyeol. Al final, siempre había querido estar con él y era feliz...

— ¿Qué vas a hacer hoy? — Lo rodeó con sus brazos.

— Quedé de verme con SeokJin y Jimin. — Acomodó algunos cabellos de su pareja. — Ya

sabes, para ver cosas de la boda.

— ¿Irán solo ustedes tres?

— No, iremos con SeokJoon cuando salga de la guardería. ¿Quieres venir? — Traza líneas
imaginarias sobre el pecho desnudo del Alfa.

— No, amor, tengo que ir a trabajar. Además, sé que no les agrado mucho a tus amigos, sobre
todo al rubio... ¿Jimin?

— Claro que no, ellos solo se preocupan por mí. — Taehyung sabía que su novio no era tonto,
se daba cuenta del rechazo de sus amigos, pero más el de Jimin.

Finalmente el mayor se levantó junto al Omega. El castaño le pasó su camisa antes de

adentrarse al baño para darse una ducha.

Cuando salió del cuarto de baño, el alfa besó sus labios.

— Ya me voy, nos vemos en la noche. — Este asintió viendo como se iba.

Taehyung no podía perder el tiempo, tenía que alistarse antes de que SeokJin y Jimin
llegaran a buscarlo para ir por SeokJoon a la guardería.

Y como era de esperarse, apenas logró estar listo, cuando escuchó el claxon del auto del
Omega mayor. Taehyung cerró la puerta de su casa y caminó hacia el vehículo con una
sonrisa.

— Hola. — Saludó una vez estuvo sentado en los asientos traseros del auto.

— Otra vez tarde. — Se quejó el rubio mirando a su amigo.

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— Lo sé, perdón. — Suplicó haciendo un puchero.

— Bueno, ya que estamos listos, vamos por mi cachorro. — SeokJin puso el auto en marcha.

Los tres Omegas hablaban de cosas sin importancia, simplemente pasaban el rato mientras
iban por el pequeño.

Una vez llegaron a la guardería, bajaron del auto dirigiéndose a la entrada. Una vez dentro el
azabache habló unas cuantas palabras con la maestra y miró a su cachorro correr hacia él
apenas notó la presencia de su papá.

— ¡Papi! — Corrió lo más rápido que sus pequeños pies le permitían.

— Mi bebé. — Se agachó extendiendo los brazos para recibirlo con mucho gusto. — ¿Te
portaste bien? — Preguntó una vez lo tenía entre sus brazos. El pequeño castaño asintió
eufóricamente.

— ¿No vas a saludar a tus tíos?

— Tío Chimin. — Le dio un casto beso en la mejilla. — Tío Tae. — Extendió sus pequeños
bracitos para que lo levantara.

— La cita para ir a ver los trajes es dos días después de la fiesta de compromiso.

— Aún no puedo creer que vas a casarte. — El mayor tomó su mano con alegría y nostalgia.

— Yo tampoco, pero YoonGi es así, siempre me sorprende. — Sonrió.

Después de haber llevado un año de relación, el Alfa había decidido que quería compartir
todos los días de su vida junto a ese rubio de hermosa sonrisa.

El pelinegro le propuso matrimonio justo cuando terminó sus estudios, lo llevó a una cena
romántica y al terminar, hizo la propuesta, tomando por sorpresa a su chico, tuvieron una
noche maravillosa.

— ¿Hobi va a ir a la fiesta de compromiso?

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— Claro que sí. Hoseok no solo es mi socio, también es nuestro amigo y tiene que estar
presente.

— ¿Ya superó sus celos? — Se burló el castaño.

— Ni que lo digas, fue difícil que YoonGi entendiera que solo somos compañeros de trabajo.

— ¿No se supone que los tres trabajan juntos?

— Por esa misma razón lo tiene bien vigilado, según él. — Jimin rodó los ojos.

YoonGi y Jimin son los dueños de la empresa Min-Park, fundada por el señor Kang para sus
dos hijos, pero ya que ellos estaban en Daegu, le ofreció a Jung Hoseok que fuera quien se
encargara de dirigir la empresa, convirtiéndolo en socio directo y vicepresidente.

Al ser un Alfa Puro, YoonGi no confía del todo en él, más cuando se dio cuenta de la relación
tan amistosa que había entablado con su Omega. Aunque las intenciones de Hoseok no sean
malas, el pelinegro no puede evitar sentir celos cada vez que los ve juntos.

— Oye, Tae, ¿Irás con ese chico a la fiesta?

— Jimin, se llama Chanyeol y sí, iré con él porque es mi novio, ¿Al menos podrías fingir que te
agrada?

— Nunca nos dijiste qué pasó con Jung...

— No pasó nada. — Su tono era serio.

— Realmente no te entiendo, tú lo amas y...

— Jimin... — SeokJin trató de intervenir, siempre que tocaban ese tema terminaban
peleados.

— No, SeokJin, está siendo egoísta. Me frustra que esté sufriendo y trate de fingir que está
bien junto a ese chico, cuando realmente quiere estar con...

— ¡Dije basta! — Su cuerpo temblaba. — Dices que yo soy un egoísta, pero se supone que tú
eres mi amigo, pero siempre estás de su lado.

— No estoy del lado de nadie.

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— Chicos, por favor, tranquilos, Joonie está durmiendo.

— Simplemente quiero que seas feliz...

— Lo soy, soy feliz con Chanyeol.

— Sabes que eso no es verdad. — Taehyung no pudo decir nada.

— Me voy, nos vemos en la fiesta de tu compromiso e iré con mi novio. — Antes de que
puedan detenerlo, salió de la casa.

Kim Taehyung, había dejado cualquier sentimiento hacia esa persona. Él lo había herido de
la peor forma, jugó con lo que sentía, lo había engañado, por su culpa sufrió. Jeon Jungkook
ya no era nada para él.

O eso se obligaba a creer...

Dedicado a
🧡LilianF17🧡

Así es Kim SeokJoon, el primogénito de la familia Kim:

Kim SeokJoon

• Casi 2 años
• Aún sin Rango.

<<Hijo de Kim NamJoon y Kim SeokJin>>

02
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por Srta_YoonTae

Dolor...
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Una palabra tan pequeña, pero que puede destrozar a una o más personas de distinta forma.

El dolor de un Alfa ante el rechazo de su Omega, es un dolor que ni Jeon Jungkook puede
describir aún viviéndolo en carne propia.

Tener que estar separado de su Dulce Omega a la fuerza y sin poder comunicarse con él, lo
devastó, pero trató de ser fuerte para poder volver a su lado.

Trabajó duro y trató de ser paciente cuando hizo los trámites de su pasaporte. 6 meses fue la
espera. Estaba listo para volver junto a quien le daba un motivo para vivir, pero... Era como si
el destino no quisiera.

Su abuelo recayó y no pudo dejarlo aunque esté le pidió a su nieto que se fuera, el azabache
se negó y como era de esperarse meses más tarde el hombre falleció.

Jungkook perdió sus fuerzas, se dejó derrumbar, su lobo estaba sufriendo y él también,
estaba agonizando, lo estaba perdiendo todo, sus padres y hermano estaban muy
preocupados por el Alfa, pero había alguien quien más se sentía culpable.

Aquella Alfa que por rabia y celos había condenado al hombre que amaba a la perdición y
decidió que ya era tiempo de enmendar su error...

Besos y caricias...

El acaramelado se encontraba a horcajadas sobre su novio mientras lo besaba en un intento

de perderse del mundo.

Las manos de Chanyeol acariciaban con delicadeza las curvas del menor mientras el calor
iba subiendo en aquella habitación. Taehyung jadeó al sentir como los besos del Alfa
descendían por su cuello.

— Aahh~ — Tiró su cabeza hacia atrás dándole más acceso.

Con agilidad retiró la camisa del rubio castaño, contemplando su pecho bronceado, sin
duda, tenía un cuerpo magnífico. Sus ojos se encontraron y pudo ver ese brillo dorado en
ellos, sin embargo los del Omega eran vacíos y sin luz.
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Taehyung no quería pensar, ya no...

Chanyeol recostó el cuerpo de su amado sobre la cama mientras continuaba depositando

besos húmedos en su cuello.

***

— Te follaré tan bien esta noche, que no podrás aceptar que otras manos toquen tu cuerpo,
porque nadie logrará hacerte sentir como lo haré yo. — El azabache frotó su miembro con el
suyo. — Y jamás te podrás entregar a alguien como lo harás conmigo...

***

— No es verdad... — Susurró para él mismo.

***

Sus labios se volvieron a encontrar. El azabache comenzó simulado unas suaves embestidas,
ocasionando el roce de sus miembros, estimulando y aumentando su excitación.

— Kim Taehyung... Me haces perder la cabeza~

— Jungkook... Te deseo~

***

El castaño trataba de ignorar todos esos recuerdos. Él quería a Chanyeol. Besó sus labios en
un intento por desviar sus pensamientos. El Alfa adentró sus manos bajo las prendas de
Taehyung.

***

— Eres mío~

— Ah~ Solo tuyo~

***

— ¡Para! — El Omega se encontraba con el rostro lleno de lágrimas, ya no podía seguir.

— Tae, amor, ¿Estás bien?... Respira. — Se separó de este ayudándole a sentarse en la cama.
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— Las... Las pastillas... Necesito las pastillas... — Chanyeol sin perder el tiempo, tomó las
pastillas del cajón junto a la cama y se las entregó al Omega.

Su pecho subía y bajaba con desesperación, pero las píldoras servían para tenerlo en un
estado de sedación. El Alfa lo tomó entre sus brazos para calmarlo, como lo había estado
haciendo todo ese tiempo.

— Tranquilo... — Lo acariciaba mientras este sollozaba y temblaba.

— Lo siento... — Se disculpó.

— Está bien. — Besó su frente. Chanyeol no era tonto, sabía la razón por la que el castaño se
encontraba así, los síntomas eran tan obvios.

— No, no lo está... En todo este tiempo jamás he podido ser un buen Omega y complacerte...

— Taehyung, yo no estoy contigo por el sexo, me basta con poder estar a tu lado y cuidarte,
lo demás sale sobrando. — Tomó su rostro entre sus manos. — Te amo y voy a protegerte
siempre.

El menor estaba realmente agradecido con Chanyeol, sus intenciones siempre fueron puras y
se sentía tan egoísta por retenerlo a su lado, pero si no fuera por él, seguro Taehyung no
estaría en estos momentos. El Alfa era como su ancla que lo aferraba a no caer.

— Gracias... Por estar a mi lado. — Lo abrazó con fuerza ocultando su rostro en el hueco de su
cuello.

El sonido del timbre en la casa de los Kim resonó, avisando que alguien había llegado.

— SeokJin-Hyung están tocando el timbre. — Avisó la pequeña castaña, quien se encontraba

pintando en la sala.

— Yo voy, seguro es YoonGi que ya llegó por mí. — Se levantó con una sonrisa el rubio.
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Jimin fue con entusiasmo a recibir a su prometido, pero no fue precisamente a quien
encontró al abrir la puerta.

— ¿Tú?

Justo antes de que pudiera decir algo, el rubio le dió una bofetada al chico frente a él,
dejando su mano estampada en su mejilla.

— ¡Jimin! — El pelinegro tomó a su Omega para que no hiciera algo peor. — Cálmate, tienes
que escucharlo primero.

— Tranquilo, YoonGi, sé que me lo merecía.

— Claro que sí, desapareciste dejando a mi pobre Taehyung. ¿Sabes cuánto a sufrido?

— Créeme que no es el único... — Desvió la mirada.

El azabache llevaba una semana en Seúl, pero el Dr. Choi le recomendó descansar, debido a
su estado.

— ¿Qué está pasando? — SeokJin se sorprendió al ver al menor de los Alfas, había pasado
tanto tiempo sin verlo. Su estado era algo penoso, se veía que no había estado muy bien. Ya
no se veía como aquel Alfa tan respetable que aparentaba, parecía más un niño al que le
habían arrebatado todo.

Todos pasaron a la casa. El Omega mayor le pidió a la pequeña Jennie que subiera a la
habitación y cuidara de SeokJoon por si despertaba, la nena no se negó y subió con una
sonrisa, sabía que hablarían cosas de grandes.

— ¿Y bien? — Preguntó algo agresivo el Omega rubio.

— Jimin... — Le advirtió su pareja apretando su mano.

— Primero que nada, qué buena mano tienes. — Trató de romper la tensión, sobando su
mejilla aún rojiza.

— Ni que lo digas. — El pálido mira a Jimin, él sabía mejor que nadie cómo dolían esas
bofetadas.
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— ¿Cómo has estado? — Preguntó más compasivo el Omega azabache, al menos se daba
cuenta que Tae no era el único afectado.

— Quisiera decir bien, pero... Estaría mintiendo. — Bajó la cabeza mirando sus manos.

— Y dime, ¿A qué has venido? — El tono del rubio seguía siendo algo tosco.

— Jimin.

— No, YoonGi, entiendo que esté mal, no estoy ciego, pero no solo él lo está. No sé qué pasó,
eso es algo entre Taehyung y él, pero muchas cosas han ocurrido en su ausencia, Taehyung
ahora está con alguien más. — Jungkook al escuchar eso, miró al Omega y apretó sus puños.
— Así que te lo vuelvo a preguntar, ¿A qué has venido?

Sus miradas se encontraron. El rojo vivo pintó los ojos del Alfa, pero eso no intimidó al
Omega, quien seguía sosteniéndole la mirada.

— Vine a recuperar a mi Omega.

— Eso es lo que quería escuchar. — Una sonrisa se instaló en los labios de Jimin. — Y yo tengo
el plan perfecto.

Al escuchar eso, Jungkook sabía que esa era su última oportunidad para recuperarlo, y esta
vez haría lo que sea para volver a estar con Kim Taehyung...

03
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por Srta_YoonTae

Flores de tonos blancos y amarillos adornaban el salón, a los alrededores se encontraban las
mesas con manteles blancos y listones dorados, en el centro se encontraba una pequeña
pista.
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Los invitados ocupaban sus lugares los cuales les fueron seleccionados, en una mesa se
encontraban los amigos cercanos de la pareja y en el resto los demás invitados, el padre de
los novios se encontraba en una mesa especial que compartía con la pareja.

— Buenas noches a todos. — Habló el Alfa por el micrófono para llamar la atención de todos.
— Les damos las gracias a todos por haber venido a nuestra fiesta de compromiso.

YoonGi continuó diciendo unas palabras mientras explicaba lo mucho que amaba a su futuro
esposo y cuánto le agradecería a su padre por todo lo que había hecho por él, aún después
de como se había comportado muchos años.

Una vez los novios habían dado las gracias, dieron inicio a la gran fiesta para después pasar a
cada mesa y dar gracias como era habitual en ese tipo de eventos.

En la mesa de los amigos se encontraban la Familia de los Kim, Hoseok, Taehyung y su

pareja, todos hablaban amistosamente o bueno, casi todos.

— Papá. — El pequeño castaño extendía sus pequeñas manitas llamando la atención de su

padre Alfa.

— Ven, campeón. — Lo toma entre sus brazos y este lo abraza moviendo su naricita sintiendo
el aroma de su padre.

— Llevaba todo el día llorando por ti. — Le comenta su esposo mientras miraba como su
bebé se acurrucaba buscando protección con el Alfa.

— Sé que he estado trabajando mucho, pero les prometo que organizaré algo para que
pasemos tiempo en familia. — Besó los labios de su amado.

— ¿Yo también puedo estar?

— Cariño, tú también eres parte de la familia. — SeokJin sienta a su hermanita en sus piernas
mientras acaricia su cabello.

— Los quiero mucho, me gusta esta familia. — Abrazó a los dos mayores.
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Taehyung platicaba con su novio ya que nadie más de la mesa tenía alguna relación con él, y
Hoseok llevaba ya rato en la barra.

— Channie, vuelvo en un momento, voy al baño. — El Alfa asintió.

El castaño se levantó y fue rumbo a los sanitarios. Hizo sus necesidades para después lavarse
las manos y mirarse al espejo, cada vez se veía más apagados sus ojos, el Omega era
consciente que la falta de su lobo lo estaba matando lentamente.

Respiró hondo quedando de piedra, no lo había alucinado, estaba seguro era Café, Pino de
bosque y Galletas...

Al darse vuelta, lo vio, esta no era ninguna alucinación, realmente estaba parado frente a él...
El aire le estaba faltando, pero se obligó a mantener la calma, no se mostraría débil nunca
más y menos ante Jeon Jungkook.

— Taehyung...

— No. — Dio un paso hacia atrás. — Tú y yo no tenemos relación alguna, así que fuera de mi
camino.

— Deja que te explique.

— Respóndeme una sola cosa. — Su mirada era afilada. — Todo el tiempo que estuviste
conmigo, ¿Estabas comprometido? — Jungkook apretó sus puños, ya no quería mentir más.

— Sí. — Solo por un instante, Taehyung deseó que la respuesta hubiera sido no, su corazón
dolía.

— Con permiso, señor Jeon. — El castaño cruzó junto al Alfa, pero este lo tomó por el brazo.
— Suéltame.

— Hay que hablar. — Sus rostros estaban cerca, pero tenían una distancia considerable.

— No hay nada de qué hablar, ya sé todo lo que necesitaba saber. — Trató de soltarse, pero
falló. — Te digo que me sueltes.

— ¿Ocurre algo? — Taehyung mira a su novio para después mirar al azabache.

— ¿Te importa? — Lo miró amenazante.

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— Sí cuando es el brazo de mi novio el que sostienes. — Los dos Alfas se miraron desafiantes
y en la distracción el menor se soltó del agarre.

— Descuida, el señor Jeon es un conocido. — Ahora que el mayor lo tenía de frente, pudo
reconocer ese aroma, ese había sido el que había sentido en Taehyung la noche que perdió
el control. La rabia y los celos hacían enojar a su lobo.

— Creo que te equivocas, Taehyung, estoy seguro que somos más que simples conocidos. —
El castaño se tensó al escuchar esas palabras.

— Jeon, basta...

— Por qué no le dices la verdad de nosotros.— El menor bajó la mirada.

— Jungkook, detente... — Su voz colgaba de un hilo en un intento por no derrumbarse.

— No me interesa cuál fue su relación con mi novio, pero le sugiero que se mantenga alejado
de él. Lo que haya tenido con usted, es cosa del pasado y, por lo que veo, Taehyung no
quiere nada con usted. — Chanyeol tomó la cintura del castaño y se lo llevó nuevamente al
salón.

Miró el rostro de su novio y con eso comprobó sus sospechas, ese era el hombre que lo había
herido. Cuando el Omega lo había llamado Jungkook, el Alfa lo supo. había escuchado a
Taehyung repetir ese nombre muchas veces cuando dormía, así que no había duda.

***

Al volver a la mesa, Hoseok se encontraba ahí junto al resto, pero al ver a Taehyung, supo
que algo no andaba bien, más al mirar a los dos Alfas, en los cuales se podía notar una gran
tensión.

— TaeTae, ¿Qué te parece si me acompañas a bailar? — Antes de que alguno de los dos Alfas
pudiera decir algo, tomó la mano del menor y lo llevó a la pista.

Colocó sus manos en su pequeña y delicada cintura mientras el Omega rodeó su cuello.
Hoseok lo apegó a su pecho para que pudiera tranquilizarlo con su aroma.
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— Déjame adivinar. — Comenzó a hablar mientras bailaban, Taehyung ya se notaba más

tranquilo. — El azabache es el chico complicado y el otro el chico bueno. — El menor no
respondió, pero el Alfa sabía que había acertado.

Continuaron bailando al ritmo de la suave música. Los dos Alfas los observaban con
irritación, el pelirrojo sonrió ante los celos de ambos.

— Al menos parecen tener algo en común. — Bromeó, pero el castaño seguía con la cabeza
contra su pecho, suspiró. — ¿Al final a quién escogiste?

Por primera vez en todo el baile, Taehyung lo miró a los ojos, no necesitó decir ni una
palabra, Hoseok lo conocía tan bien, que sabía la respuesta.

— Eres una gran persona y lo único que mereces es ser feliz, no importa con quién. — El
menor le abrazó con más fuerza, sintiendo como las lágrimas lo traicionaban. — Vamos,
TaeTae, llora todo lo que necesites, nadie lo sabrá, será nuestro secreto. — Los dos bailaban
mientras el Omega se desahogaba en su hombro.

Volver a verlo revivió muchas cosas. Una cosa era vivir con su recuerdo, pero ahora como iba
a poder vivir sabiendo que está tan cerca.

Lo que más le frustraba era darse cuenta que con su sola presencia aún hace que su cuerpo
temblara como la primera vez.

***

Jungkook lo miraba mientras bailaba con aquel chico. Por fin lo había encontrado, como le
había dicho Jimin.

***

— Solo te llevaré directo a él, una vez se reencuentren, serás tú quien haga el resto. Solo te
advierto, vuelve a hacerle daño y te mato.
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***

— Voy a recuperarte, Kim Taehyung.

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por Srta_YoonTae

El castaño se encontraba sacando sus libros de la taquilla para poder ir a su primera clase,
aunque en realidad estaba muy sumido en sus pensamientos. No había podido dormir,
realmente Jeon Jungkook había regresado, pero eso no cambiaba nada, ¿Verdad?

— Tae, ¡Tae!

— Dios, Luhan, algún día me dejarás sordo. — Lo miró con cara de pocos amigos.

— Es que no me hacías caso. — Se defendió. — ¿Y bien? ¿Cómo estuvo la fiesta? Le dije a

Jimin que no iba a poder ir porque iba a ir a ver a mis padres con Sehun.

— Estuvo... Bien. — En realidad ni siquiera recordaba cómo había estado la fiesta, su mente
solo podía pensar en el momento en el que vio al Magnate.

— ¿Solo bien? — Frunció el ceño. — Parece que no fue la gran cosa.

— No es eso, simplemente estoy algo distraído.

El Omega azabache no insistió. Los dos caminaron a su respectivo salón de clases, ya que ese
era su último año, los trabajos eran más pesados y pronto tendrían que hacer sus prácticas
en las empresas que ofrecen sus servicios a la universidad.
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— Buenos días, jóvenes. — Habló el profesor de administración. — Como saben, hoy diré la
lista de las empresas donde podrán hacer sus prácticas. Si hay alguna en especial que
quieran, pueden hacer su solicitud, pero tengan en claro que puede que les toque otra.

Los murmullos comenzaron a escucharse en el aula, algunos estaban emocionados por

hacer sus prácticas, ya que recibirían una paga como un empleado más.

— Sin nada más que decir, las empresas son: La empresa Lee, la empresa Park, la empresa
Kim y la empresa Min-Park, esas son las opciones que hay este año. Hoy pueden hacer su
solicitud y mañana les informaré dónde comenzarán sus prácticas, por favor no dejen mal el
nombre de la universidad. — Sin más el profesor Shin comenzó con su clase.

— ¿A dónde enviarás tu solicitud? — Le susurró Luhan.

— No lo sé, creo que la enviaré a la empresa Park.

— ¿Esa no pertenece a la familia de Chanyeol? — Taehyung asintió mientras continuaba

tomando apuntes. — Bien pensado, así puedes sobornar a tu jefe con un par de besos.

— Cállate, no quiero ir ahí por eso. — Las mejillas del Omega se sonrojaron, Luhan tenía un
don para ponerlo en ese estado.

La clase continuó, Taehyung trataba de mantener su mente en la explicación del profesor

sobre las estadísticas y porcentajes, pero su mente lo traicionaba por momentos.

— Me muero de hambre. — Lloriqueó.

— Luhan, comimos en la cafetería hace unas horas y comiste mucho más que yo.

— Pero tengo hambre otra vez. — Hizo un puchero mientras salían de la universidad.

— Has estado comiendo más de lo habitual. — Lo miró entrecerrando sus ojos.

— No es verdad. — Se cruzó de brazos, pero al ver a su novio sus ojos brillaron. — Amor. — Se
refugió entre sus brazos. — Mira a Tae, dice que estoy comiendo mucho.

— No lo culpo, hasta yo tengo miedo de que me termines comiendo. — El Omega lo miró

ofendido y golpeó su pecho.
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— Los dos son iguales. — Se quejó, pero Sehun lo abrazó por detrás riéndose por su enojo.
Hace unas semanas el menor estaba demasiado sensible, por eso el Beta se burlaba de él.

— Hola, Tae, ¿Cómo estás?... Ya sabes... — Sehun ya sabía del reencuentro que había tenido
con el Alfa, Jackson se lo había dicho.

— Estoy bien, me tomó por sorpresa, pero solo eso. — Suspiró quitándole importancia. —
Bueno, me tengo que ir.

— ¿No quieres que te llevemos?

— No, estoy bien, además será mejor que lo alimentes antes de que termine matando a
alguien. — El Omega gruñó.

— Bien, entonces cuídate, cualquier cosa me mandas un mensaje. — Taehyung asintió.

El Beta y el Omega entraron al coche mientras el castaño los despedía agitando su mano.
Una vez el auto estuvo lo suficientemente lejos, suspiró mirando el cielo, parecía que iba a
llover.

No sabía qué iba hacer, solo quería estar solo un rato, pensar con claridad qué iba hacer.
Caminó y caminó, sin saber muy bien a dónde estaba yendo. Sin darse cuenta, pequeñas
gotas de agua comenzaron a caer.

— Te vas a enfermar. — La voz le tomó por sorpresa, pero sabía perfectamente a quién
pertenecía.

Al voltear se encontró con ese auto en el cual había subido muchas veces tiempo atrás. La
ventanilla del copiloto estaba abajo, así que podía ver al conductor sin ningún problema.

— Eso es algo que no te incumbe. — Siguió caminando en un intento por ignorarlo, pero el
auto lo seguía a la par.

— No seas tonto, sube, yo te llevo.

— Ni lo sueñes, prefiero mil veces enfermarme, que ir en el mismo auto que tú. — Taehyung
estaba haciendo un esfuerzo para no mirarlo. — Por qué no te vas y me dejas en paz.

— Porque tengo asuntos pendientes contigo.

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— No hay ningún asunto pendiente entre nosotros, el contrato se terminó.

— En teoría no. Leíste el contrato y ahí decía, específicamente, que tenías que estar seis
meses conmigo y solo estuviste cuatro, dos meses quedan pendientes. — Al escuchar eso, el
Omega se detuvo y lo miró.

— ¿De qué hablas, Jeon?

— Que en el momento en el que me fuí, el contrato quedó en pausa, significa que aún eres
mío, Kim Taehyung. — El Omega no podía creer lo que Jungkook le acababa de decir.

— Pues, pueden irse mucho a la mierda tú y tu contrato. — Lo miró desafiante y por primera
vez, después de tanto, un destello azul se mostró en los ojos del menor, aunque este no fue
consciente.

La lluvia comenzó a aumentar, mojando al castaño, así que continuó con su camino. Lástima
que al mirar a su alrededor, no supo dónde se encontraba, había estado caminando tanto
tiempo que no se dio cuenta hasta dónde había llegado.

— No seas terco y sube al auto.

— No. — Se abrazó a sí mismo.

— Taehyung sube al auto o te juro que yo mismo bajaré y te haré subir. — Aunque el tono del
Alfa fue serio, el menor no se movió y continuó en la misma postura.

— Adiós. — Justo en el momento en el que dió media vuelta para volver por el mismo
camino, el Magnate salió de su auto.

El Omega al percatarse de que Jungkook no estaba bromeando, no lo pensó y comenzó a

correr, pero no contaba con que el Alfa iría tras él. Taehyung aún no tenía mucha fuerza y se
cansaba con facilidad, así que no fue difícil para el mayor alcanzarlo.

— ¡Suéltame! — Pataleó cuando este lo subió a su hombro. — Eres un bruto, ¿No oíste que
me sueltes? — Golpeaba la espalda del azabache.

Debido a la lluvia, casi no había gente y la poca que había parecía no querer involucrarse en
la situación. Era muy estúpido tratar de meterse con un Alfa.
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Jungkook caminó de regreso a su auto, ignorando los insultos del castaño y sus berrinches
pidiendo que lo dejara.

Al llegar, abrió la puerta del copiloto y sentó al Omega quien intentó huir una vez más, pero
falló.

— Te quedarás sentado y no intentarás nada, no me obligues a amarrarte, sabes que sí soy

capaz. — Taehyung lo miró seriamente, pero finalmente aceptó.

El Magnate cerró la puerta y caminó al otro lado para subir de piloto. El Omega miraba en
dirección opuesta y estaba cruzado de brazos.

— Por tus berrinches, posiblemente los dos nos enfermemos.

— Nadie te pidió que fueras por mí. — Su tono era brusco, realmente Jungkook lo
desconocía, ya no tenía esa actitud tan dócil y sumisa de antes.

El Alfa prefirió no responderle y se inclinó hacia él. El castaño al notar su cercanía, trató de
apartarse, pero no había mucho por dónde moverse. Sus cuerpos estaban muy cerca,
demasiado a decir verdad.

— ¿Qué haces? — Su voz ya no era tan firme como antes, la cercanía del mayor le había
puesto nervioso.

— El cinturón. — Taehyung hizo un sonido de confusión y el azabache sonrió. — Que voy a

ponerte el cinturón. — Tiró de este pasándolo sobre el cuerpo del menor, una vez se lo había
puesto, tiró un poco de la correa ajustándolo, pero sin apretarlo.

— ¿Qué tratas de hacer? — Jungkook sabía perfectamente a lo que se refería, volvió a su sitio
y encendió el auto.

El Omega no sabía a dónde lo estaba llevando, pero decidió mantenerse callado. Pasaron
unos minutos y ninguno dijo nada.

— Necesitamos hablar. — Habló finalmente.

— No tengo nada que hablar. — Seguía en negación.

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— Perfecto, entonces no hables y solo escúchame. — Respiró hondo. — Sé que estuvo mal lo
que hice...

— Me mentiste. — Apretó los puños.

— No, jamás te mentí. — Lo miró de reojo. — Todo lo que te dije es verdad, pero acepto que
mi error fue ocultar muchas cosas.

— Te fuiste con ella.

— Eso no es verdad, sabes perfectamente porqué me fui.

Taehyung está tratando de ser fuerte para no derrumbarse frente a él.

— Sé lo que piensas y esa llamada fue mentira. Ese día terminé mi compromiso con Lisa, le
dije que no podía seguir con ella, porque... Ya había encontrado a alguien más. Ella estaba
enojada, así que la dejé sola un momento, y fue justamente cuando llamaste por teléfono...
Taehyung, yo en verdad...

— Basta... — Su voz se escuchaba temblorosa. — Eso ya no importa... Lo que sea que hubo
entre nosotros, se terminó hace mucho.

Jungkook aparcó el auto y tomó las manos del castaño, estas estaban frías. Sus ojos se
encontraron unos segundos, pero al bajar la mirada a sus manos, el corazón del Alfa dolió.

— Taehyung... ¿Y tu anillo? — Este retiró sus manos.

— Me deshice de él cuando dejé tu casa, no quería tener nada que ver contigo, así que fui al
puente y lo arrojé.

— No es verdad, mientes y lo sabes muy bien. — Taehyung desvió la mirada. — ¿Sabes cuál es
tu error?... Que le puedes mentir a todos y te van a creer, pero a mí... A mí no me puedes
mentir, porque te conozco perfectamente y tus ojos jamás me van a mentir. — Taehyung
desvió la mirada mordiendo su labio. — Puedo ver que deseas tanto estar conmigo, como yo
deseo estar contigo.

— Eso no es verdad.
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— ¿Me vas a decir que si te beso en este mismo instante no me vas a suplicar por más? — Se
acercó al menor provocando que sus alientos rozaran.

— Ya paró de llover, déjame salir. — Jungkook ya no podía seguir reteniéndolo.

— Bien, pero no me rendiré, ten eso muy presente. — Y con esas palabras quitó el seguro de
la puerta.

Una vez el menor bajó del auto, este se fue. Al mirar frente a él, se dio cuenta que lo había
llevado hasta su casa.

Su corazón dolía, pero no podía simplemente olvidar todo. Jungkook se había ido y quien
estuvo a su lado fue Chanyeol.

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por Srta_YoonTae

Taehyung miraba por la ventana del auto mientras platicaba con Sehun, ya que Luhan se
encontraba comiendo unas donas en lo que llegaban a la universidad.

— ¿Entonces enviaste tu solicitud a la empresa Park? — Lo miró por el retrovisor.

— Sí, realmente espero ser aceptado.

— Claro que te aceptarán... Eres el mejor promedio... ¿Quién dejaría ir un alumno así? —
Habló como pudo Luhan mientras seguía comiendo.

— ¿Y tú, amor, dónde enviaste tu solicitud?

— La envié a la empresa Min-Park. Me llevo muy bien con Jimin y Hoseok... Seguro ellos serán
muy buenos explicando.
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Finalmente llegan a la universidad. Habían llegado justo a tiempo, si no hubiera sido por
Luhan y sus donas tal vez hubieran llegado antes.

— Gracias, Sehun. — Se despidió el castaño, el Beta asintió con la cabeza.

— Adiós, amor. — Dejó un beso rápido en sus labios antes de bajar y correr tras Taehyung,
quien ya casi entraba a la universidad.

El castaño apenas tuvo tiempo de dejar sus cosas en la taquilla para ir a su primera clase,
pero para su sorpresa, el profesor aún no había llegado.

— Ya ves, me presionaste para nada. — Los dos Omegas fueron a sus respectivos lugares.

— No sabía que el profesor llegaría tarde. — Se defendió.

Esperaron alrededor de treinta minutos, por un instante creyeron que la clase sería
cancelada hasta que apareció el profesor Shin con una caja no muy grande.

— Siento la tardanza, hubieron unos inconvenientes, pero tengo una buena noticia, la
mayoría de las solicitudes fueron aceptadas este año. — Los alumnos no pudieron evitar su
entusiasmo. — En esta caja traigo los pases con sus nombres, con él podrán acceder a ciertas
áreas de cada empresa...

— ¿Oíste, Tae? — Susurró con entusiasmo Luhan mientras el señor Shin seguía hablando. —
Te aceptaron, qué envidia, pasarás todos los días de la semana con tu novio.

— Voy a proceder a decir sus nombres para que pasen a recoger sus pases. — Todos en el
aula se pusieron atentos. — Choi JongSoo. — El nombrado se paró y caminó hasta el
profesor. — Empresa Lee. — El chico dijo un "Sí" al haber quedado en la empresa que
solicitó.

Los nombres fueron pasando. Hasta el momento todos parecían felices con los resultados.

— Lu Han. — El azabache levantó la vista al escuchar su nombre, sin perder el tiempo se paró
frente a su profesor. — Empresa... Min-Park.

— ¡Síííí! ¡Eso es todo! — Sonrió entusiasmado. — Gracias. — Le quitó su pase al profesor y

regresó a su sitio. En su lugar, Tae no podía aguantar la risa por la reacción del profesor.
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— Bien... Prosigamos. — Tomó el siguiente pase. — Kim Taehyung. — El Omega se levantó

tranquilo una vez vio el resultado de Luhan. Además, Chanyeol le había dicho que él se había
encargado personalmente de su solicitud. — Felicidades, empresa Jeon.

El mundo de Taehyung se cayó y su sonrisa desapareció. El apellido resonó en su cabeza.

Tenía que ser una broma de muy mal gusto.

— ¿Qué? Pero, profesor... Esa empresa no estaba en las solicitudes... Además, yo envié la mía
a la empresa Park... — El aire le faltaba.

— Lo sabemos, de hecho, su solicitud fue aceptada.

— ¿Entonces?

— El señor Jeon vino personalmente. Dijo que estaba interesado en el tema de las prácticas y
como única ocasión, quería que un alumno becado hiciera sus prácticas en su empresa, y tú
fuiste el elegido, especialmente, por él. — Dijo con una gran sonrisa.

— No, no quiero. Exijo el cambio... No quiero ir a esa empresa. — El ceño de su profesor se

frunció.

— Lo sentimos, joven Kim, pero es imposible. La empresa Jeon es la más solicitada y siempre
había rechazado las prácticas, nuestra universidad es la primera en obtener ese gran paso.

— No me importa, quiero la empresa Park. — Todos en el aula estaban sorprendidos,

Taehyung siempre había sido un buen estudiante y uno de los más educados, pero ahora
nadie parecía reconocerlo.

— Es un insolente. — Golpeó el escritorio con voz firme. — Le recuerdo que usted es un

simple becado, dé gracias que una gran empresa como la del señor Jeon lo escogió a usted.
Así que irá y tomará sus prácticas ahí, o hablaré con el director para que no se gradúe de esta
universidad, y se le sea retirada su beca.

Toda el aula estaba callada, el ambiente se sentía tenso. El castaño no pudo decir nada,
simplemente tomó el pase y salió del aula dando un fuerte portazo.
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Taehyung no sabía cómo sentirse, ¿Por qué le estaba haciendo eso? ¿Por qué quería seguir
jugando con él de esa forma? La falta de aire le comenzó a afectar nublando su vista. Lo
último que escuchó, fue el grito de Luhan llamándolo, antes de perder la conciencia.

— Deja que me quede a tu lado, por favor, Jungkook...

Los ojos del Alfa se clavaron en él, sus manos temblaban, su garganta se sentía seca, su
corazón latía tan fuerte que podría salirse en cualquier momento.

El mayor caminó hasta él, tomando su rostro entre sus manos. Taehyung podía apreciar
claramente el tono oscuro de sus ojos con ese brillo rojizo que siempre lo acompañaba.

— Si te entregas a mí, será para siempre... — Se perdió en los ojos de su Alfa, porque sí, ese era
SU Alfa.

— Correré ese riesgo.

***

Sus ojos se abrieron de golpe, una punzada en su cabeza, lo trajo de nuevo a la realidad de lo
que había pasado.

— Agh... Mi cabeza. — Tomó esta entre sus manos ejerciendo un poco de fuerza.

— ¡Tae! ¿Estás bien? — Luhan lo abrazó. — Me preocupaste mucho.

— ¿Dónde estamos? — Aún no había reconocido el lugar, seguía un poco desorientado.

— En nuestra casa. — Habló una tercera voz.

— Sí, como te dije, me preocupé mucho y le marqué a Sehun para que fuera por nosotros y
decidimos traerte a nuestra casa.

— Te traje tus pastillas. — Taehyung miró el bote que le extendía el Beta.

— ¿Cómo tienen mis pastillas? — Lo tomó sacando una del frasco, al parecer era nuevo.
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— Compré unas por cualquier cosa, siempre las llevo en el coche. — Le pasó un vaso con
agua.

— Lo siento... Siempre estoy causando problemas. — Abrazó sus piernas apenado.

— No digas tonterías, somos familia. — Acarició el cabello del Omega azabache. — Ya que nos
perdimos las clases de hoy, iré a la cocina y prepararé algo para que los tres comamos. — Se
levantó entusiasmado.

El castaño besó los labios de su novio antes de salir de la habitación. Sehun miró a Taehyung
y se sentó a su lado, este miraba a la nada mientras seguía abrazando sus piernas.

— ¿Qué fue lo que pasó?

— ¿Luhan no te contó? — El mayor suspiró negando.

— Quería escucharlo de tu propia boca, pero me imagino que el motivo tiene nombre y
apellido. — El castaño mordió su labio desviando la vista — ¿Por qué no hablas con él?

— No tengo nada qué hablar con él...

— Entonces escúchalo.

— ¿Por qué? ¿Por qué debería escucharlo? — Sus ojos comenzaron a picar. — Me engañó, me
lastimó, pero parece que a nadie le importa eso. Todos quieren que lo entienda, pero
pónganse en mi lugar. — Las lágrimas no pudieron más traicionándolo.

— Tienes razón en enojarte con él, de odiarlo si quieres, pero también debes darle la
oportunidad de que te cuente toda la verdad. Sabes que te aprecio mucho, Tae, y es por eso
que quiero que estés mejor, que seas feliz.

— Soy feliz con Chan...

— No lo digas. Puedes venderle esa mentira a quien tú quieras, pero la verdad está aquí. —
Apuntó su pecho. — Te haré una pregunta, ¿Recuerdas qué dijiste cuando te subí al coche?

Taehyung lo pensó por un segundo, pero finalmente terminó negando. Su mente estaba aún
dañada por el dolor de cabeza.
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— Repetías un nombre. — Besó su frente, antes de levantarse de la cama y dirigirse a la

puerta. — Y no era el nombre de quien te hace feliz... Duerme un poco, iré a ayudar a Luhan
con la comida. — Sin más cerró la puerta.

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por Srta_YoonTae

Pensar...

Era algo que Taehyung no podía hacer, tenía tantas cosas en la cabeza, que sentía que
podría explotar en cualquier momento.

— Tranquilo. — Lo tomó de su mano mientras continuaba manejando. — Me imagino que

estás nervioso por volver a trabajar con tu antiguo jefe, pero verás que todo saldrá bien.

— No, Chanyeol, estoy molesto porque ya tenía el pase para tu empresa y me lo cambiaron
.— Bajó la cabeza.

Le había dicho a Chanyeol que Jungkook había sido su antiguo jefe. En teoría, no mintió,
solo omitió el tipo de trabajo que hacía.

— Taehyung, no importa donde hagas las prácticas si al final puedes graduarte. — Trató de
animarlo. — Además, será más fácil para ti, si ya fue tu jefe sabes su forma de trabajar.

— Eso es lo que más bronca me da... — Susurró para sí mismo mientras miraba por la
ventana.

Sabía cómo era Jungkook, nada se le escapaba y eso era lo que más miedo le daba. Esto era
como un juego del gato y el ratón, donde en el primer instante que él se descuidara
terminaría atrapándolo.

— Ya llegamos. — Lo sacó de sus pensamientos.

— ¿Seguro qué no quieres bajar?

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— No, está bien, de todas formas tengo asuntos pendientes con mi papá. — Revolvió su
cabello.

Taehyung asintió con una sonrisa y bajó del auto despidiéndose con la mano para luego ver
cómo Chanyeol se iba. Suspiró mirando la boutique de ropa frente a él.

Sin pensarlo mucho entró al local. Lo más seguro era que los chicos ya estuvieran ahí
esperándolo. Como casi siempre, su talento era llegar tarde.

— Buenas tardes, ¿Le puedo ayudar con algún traje en especial o viene a recoger un encargo?
— Un chico Omega le sonrió amablemente.

— Vengo por un amigo, él tiene una cita el día de hoy aquí.

— Oh, ¿Me puede decir su nombre? — El chico caminó al mostrador, siendo seguido por el
castaño.

— Park Jimin. — La vista del Omega pasó por lo que parecía un control de citas agendadas.

— Ah, claro, el chico rubio de mejillas regordetas. — Sonrió sonrojándose un poco. — Está en
el tercer piso en la sección de trajes para novios.

— Muchas gracias. — Taehyung hizo una pequeña reverencia, antes de dirigirse a las
escaleras para ir al tercer piso.

Mientras caminaba por los pasillos de la boutique, miraba los cientos de trajes que habían.
Eran realmente bellos, habían de todos los modelos, colores y diseños.

Finalmente llegó a una pequeña salita con sillones, ahí se encontraban todos los chicos
sentados mientras Jimin lucía un lindo traje de color blanco con negro, el traje le quedaba de
maravilla y era elegante.

— Te queda muy bien, Jiminie — El nombrado volteó, encontrándose con su amigo.

— Kim Taehyung, te voy a matar. — Lo fulminó con la mirada. — Volviste a llegar tarde.

— No fue mi culpa esta vez, había mucho tráfico.

SeokJin y Luhan rieron, el castaño siempre tenía una buena excusa para librarse de los
regaños del rubio.
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— Pues ahora por llegar tarde, tendrás que buscar tu traje por tu cuenta, los trajes están en
aquella habitación. — Le señaló una puerta que estaba algo alejada.

— Solo si prometes no seguir molesto conmigo. — Lo abrazó por la cintura.

Jimin volteó su rostro fingiendo molestia, así que Taehyung restregó su nariz en el cuello del
rubio haciéndolo reír y responder el abrazo.

— Sabes que no puedo enojarme contigo, tonto. — El castaño rozó la punta de su nariz con la
de Jimin. — Ya, anda a ver tu traje. Por cierto, YoonGi y los chicos están en la habitación de al
lado, así que saliendo de aquí iremos a comer.

— A la orden.

El Omega caminó hacia aquella puerta del fondo donde Jimin le indicó para cambiarse.

Al entrar, habían algunos trajes colgados junto a un vestidor. Taehyung imaginó que esos
eran los trajes que Jimin había escogido para él.

— Buenas días, mi nombre es Mina, yo te ayudaré a escoger tu traje el día de hoy, ¿Estás de
acuerdo? — Sonreía cálidamente.

La chica era realmente linda y se veía muy simpática, parecía que en verdad le gustaba su
trabajo.

— Claro... ¿Qué tengo que hacer?

Caminó hacia los trajes y descolgó dos poniéndolos frente al Omega. Observaba cada traje y
luego al castaño para después decidirse por uno de pantalón negro con camisa blanca y un
saco rojo vino de terciopelo, el traje era realmente lindo.

— Este te quedará genial, siento que el rojo quedará muy bien contigo. — Las mejillas de
Taehyung se sonrojaron ante sus palabras.

Sin pensarlo más tiempo tomó el traje y entró al vestidor para comenzar a quitarse la ropa.

Primero se puso el pantalón, el cual le queda a la medida, era ajustado, pero le daba la
libertad para moverse. Después se puso la camisa de botones, esta le quedaba un poco más
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grande, pero no había problema. Hasta que se colocó el saco, este le quedaba largo de las
mangas y ancho.

— Señorita...

— Sí, dígame.

— Es que el saco me queda muy grande, ¿No tendrá una talla más pequeña?

— Claro que sí, deme un minuto iré a la boutique por uno más pequeñp. — Antes de que
Taehyung pudiera decir algo, escuchó como la puerta era cerradam quedando
completamente solo.

Suspiró mirándose al espejo. El traje era realmente lindo, la chica tenía razón, le quedaría
muy bien si el saco hubiera sido de su talla. Sin más se lo quitó, quedando solo con la camisa
blanca.

Finalmente la señorita había vuelto, así que el Omega extendió su mano fuera del vestidor
sintiendo como la nueva prenda era entregada.

— Gracias. — Pero no obtuvo respuesta.

Miró el nuevo saco, notando que este sí le quedaría a la medida. Pero justo cuando iba
colocárselo, sus ojos se abrieron sorpresivamente, al girar su rostro quedó a la par del
contrario robándole el aliento.

El castaño quiso retroceder, pero su cintura fue tomada de forma firme por el Alfa.

— ¿Qué haces aquí?... Suéltame... — Forcejeó, pero el azabache no tenía ninguna intención
de soltarlo. — ¿Con qué derecho fuiste a pedir por mí a mi universidad?

— Te lo dije, Taehyung, el contrato no ha terminado. — Sus ojos lo miraban fijamente

mientras sentía su respiración sobre sus labios.

— Y yo te dije que se podían ir a la mierda tú y tu contrato, ahora, suéltame. — Jungkook

sonrió ante las palabras del menor.

— Las cosas no funcionan así, además, ¿Le acabas de decir una mala palabra a tu amo? Eso
amerita un castigo, ¿No lo crees?
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El Omega se estremeció al escuchar esas palabras. Su mente decía no, pero su cuerpo lo
estaba traicionado.

— Jungkook... No estoy jugando... — Su respiración comenzaba a acelerarse al sentir el

aliento del Alfa sobre su cuello. Cerró los ojos cuando sus labios tocaron su piel.

— Yo tampoco estoy jugando — Su lengua hizo pequeños toques en la piel acaramelada.

Taehyung no tenía ni idea que el mayor le estaba dejando marca de sus besos.

— D-detente~ — Se agarraba con fuerza del traje del Magnate mientras mordía su labio
evitando soltar un gemido.

— Realmente no quieres que haga eso, quieres que te siga besando... Tocando... Puedo
sentir tu deseo porque te haga mío... — El castaño negaba con la cabeza, aunque todo era
verdad, su cuerpo temblaba por el Alfa. — Pero no lo haré. — Se separó de su cuello. — Al
menos no de esta forma.

Jungkook miró los ojos de su Omega, los cuales trataban de aferrarse a un destello azul casi
inexistente. Acarició su mejilla, pero Taehyung apartó su rostro.

— No pienso volver a ser tu sumiso. — Dijo serio.

— No tienes elección, tu firma está en el contrato. Así que deja de resistirte, a menos que
quieras ser castigado en público. — El menor quería insultarlo, pero prefirió callar. Sabía que
sí era capaz de castigarlo. — Eso pensé.

El mayor soltó la cintura del castaño, apartándose de él. Por instinto, el Omega se abrazó a sí
mismo.

Jungkook no quería usar el contrato, pero Taehyung no le dejaba otra opción.

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por Srta_YoonTae
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Tres Omegas hablaban entre ellos, observando de vez en cuándo la puerta que se
encontraba algo retirada.

— ¿Creen qué fue buena idea dejarlos solos? — Preguntó el menor de los Omegas.

SeokJin acomoda a su cachorro entre sus brazos, el pequeño se había quedado dormido
después de tomar su mamila.

— Taehyung y Jungkook deben arreglar sus problemas. — Miró a Luhan.

— Aunque Tae es muy cabezota ahora. — El rubio volvió a mirar la puerta por donde había
entrado Tae y Jungkook.

— Me siento un poco mal por Chanyeol... Él también es mi amigo. — Bajó la cabeza.

El Omega sabía que los sentimientos de Chanyeol eran puros y buenos hacia Taehyung.

— Lo sabemos. — SeokJin posó su mano sobre la del menor para darle apoyo. — La verdad es
que no nos volvimos cercanos a él porque no queríamos encariñarnos. — Suspiró mirando
nuevamente la puerta. — Chanyeol fue un gran chico con Tae y lo ayudó más que nadie, pero
tarde o temprano, Jungkook y Taehyung volverían a estar juntos.

— Eso es lo que más me preocupa.

— Tranquilo, aunque no conozca a Chanyeol, estoy seguro de que encontrará a alguien que
lo ame.

Los tres Omegas siguieron conversando mientras esperaban a que la "pareja" saliera o sus
parejas terminaran de escoger sus trajes para la boda.

El sonido de la puerta los hizo levantar la mirada notando a un Taehyung rojo hasta las
orejas. La verdad no sabían si era de vergüenza o enojo.

Justo en ese instante, la puerta del otro lado también se abrió, dejando ver a un par de Alfas
y un Beta, quienes platicaban amistosamente entre ellos.

— Bueno, parece que ya todos están listos. — Dijo el Alfa pálido viendo a todos en aquella
sala.
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— Sí, cariño, y me muero de hambre. — Sonrió mientras rodeaba el cuello de su amado.

— Veo que se quedó dormido. — Habló el mayor de los Alfas dirigiéndose a su Omega. — Deja
yo lo cuido, debes descansar un poco.

— Nam, estoy bien. — Sonrió.

— Lo sé, pero aún así. — NamJoon tomó entre sus brazos a su pequeño cachorro para mirar
al resto después.

— ¿Cómo estuvo? — Sehun susurró para que solo su novio escuchara, el Omega sabía a qué
se refería.

— Aún no sé, acaban de salir también. — Respondió de igual forma.

El Beta volvió a mirar al castaño quien tenía la cabeza baja. No lo pensó mucho y caminó
hacia él, cuando el azabache comenzó una animada conversación con los Alfas y sus
Omegas.

— Hey, ¿Estás bien? — Habló bajo, el menor levantó su rostro mostrando su rubor.

No pudo mirar al castaño oscuro por mucho tiempo ya que su vista se desvió a la espalda del
azabache.

— Sí... — En ese momento sus ojos se volvieron a encontrar, enviando una corriente por todo
el cuerpo de Taehyung. — Es un idiota... — Murmuró mordiendo su labio al recordar lo que
había pasado en el vestidor.

Para Taehyung iba a ser difícil hacer sus prácticas. Su cuerpo era como un imán que era
atraído por Jungkook aunque no quisiera. Lo peor de todo, es que lo que había pasado en
ese vestidor le había gustado más de lo que hubiera querido.

La tarde había ido mejor de lo que esperÓ el castaño, sin contar las miradas y loS pequeños
roces "accidentales" del Magnate para provocarlo.

El menor había extrañado mucho pasar tiempo con sus amigos, reír, bromear entre ellos, era
como si el tiempo no hubiera pasado.
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Pero tenía que volver a la realidad...

***

— ¿Cómo te fue? — Le preguntó su novio una vez subió al auto.

— Bien, después de ver los trajes fuimos a comer. — Se colocó el cinturón de seguridad.

— Me alegro mucho que la hayas pasado bien.

Chanyeol podía notar que el estado de su novio era más vivo y alegre por alguna razón.
Después de tanto, sus ojos parecían querer volver a brillar. Su lobo se removió, cada vez que
su parte humana quería estar con el Omega de una forma distinta a amistad, su lobo gruñía.
Al parecer solo quería cuidar al menor, pero los sentimientos del rubio castaño querían más
que una simple amistad.

En trayecto a casa de Taehyung, el Alfa no dijo nada, estaba sumido en sus pensamientos.
Sabía que el castaño se había visto con ese Alfa, su aroma estaba en él, pero no quería sacar
conclusiones erróneas.

Una vez aparcó el auto frente a la casa, prendió las luces dentro del auto, notando una marca
inusual en el cuello del Omega.

— Taehyung. — Lo detuvo cuando este estuvo apunto de bajar.

No había duda, algo había pasado entre ese Alfa azabache y el menor. Lo que más le dolía,
era ver que él trató de llenar su corazón y sus ojos de alegría, pero no pudo. En cambio, en un
día, Jungkook hizo lo que él no pudo en un año.

— ¿Sí? — Taehyung lo miró con una sonrisa.

— No voy a poder quedarme contigo esta noche, tengo mucho trabajo. — Dijo finalmente, no
pudo quitarle esa sonrisa que tanto había querido que tuviera.

— Oh... Está bien, no te preocupes. — Chanyeol tomó su rostro entre sus manos y lo acercó,
dejando un cálido beso en su frente. — Buenas noches, Channie.

— Buenas noches, TaeTae.

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Se recostó en el asiento. Su lobo siempre supo que Taehyung no era para él, pero su parte
humana quería seguir aferrándose. Bien podía terminar con el Omega y decirle que era
mejor que fueran simplemente amigos, pero no podía. Era un Alfa y aunque su lobo no
deseara al lobo de Tae, su parte humana sí, por eso seguiría con él.

De su bolsillo, sacó un pequeño anillo dorado con una piedrita incrustada. Era un anillo que
había pasado por generaciones en su familia, y lo había decidido, le daría ese anillo a
Taehyung, sabía que no lo rechazaría.

— Lo siento, Tae... — Sus lágrimas rodaban por sus mejillas mientras miraba la casa. — Lo
siento por ser tan egoísta...

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por Srta_YoonTae

Lunes: Inicio de prácticas.

Las manos de Taehyung sudaban de los nervios, colocó su mano sobre su pecho apretando
su puño. El Alfa notó la acción del menor, apretó el volante frustrado. Sabía que el menor
solía hacer eso para darse fuerza.

En todo el camino no dijeron nada, había un silencio absoluto. Chanyeol venía debatiéndose
internamente de si lo que estaba haciendo era lo correcto.

Finalmente se encontraban frente al gran edificio, un edificio que le traía tantos recuerdos al
Omega, volvió a apretar el puño sobre su pecho.
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— Taehyung. — El nombrado volvió a la realidad mirando al Alfa.

— ¿Sí?

— Sé que estás algo nervioso... — Suspiró desviando la mirada. — Quiero que sepas que
siempre estaré contigo...

— Lo sé, Channie — Sonrió.

— Por eso... Quiero que tengas esto. — El mayor sacó un anillo dorado de su chaqueta,
Taehyung lo miró perplejo.

— Chanyeol...

— No es lo que crees. — Se apresuró a decir al ver la cara de pánico del castaño. — Este anillo
es muy especial para mi familia, los Alfas de mi familia lo reciben para entregarlo a la
persona que amamos, y...

— Chanyeol... Yo... No puedo aceptarlo... Ese anillo es muy especial, yo no...

— Por eso quiero que lo tengas, por favor, úsalo. — Taehyung volvió a apretar su puño sobre
su pecho al ver la cara de ilusión del mayor.

— Yo... Está bien, lo usaré.

Extendió su mano temblorosa. Sintió como aquel aro dorado se deslizaba por su dedo
anular, donde antes se encontraba aquel anillo que significó todo para él.

— Ya es tarde... Me tengo que ir... — Retiró su mano bajando la cabeza. El corazón de

Chanyeol dolió al ver cómo su sonrisa ya no estaba.

El Omega bajó del auto sin decir nada más, se sentía extraño. Cuando el auto del Alfa se fue,
miró el anillo en su dedo. No se sentía bien al llevarlo, era como si supiera que ese anillo no
le pertenecía a él. Finalmente suspiró entrado a la gran empresa.

Todo era igual, nada había cambiado. Caminó hasta el elevador presionando el botón para
que las puertas se abrieran y pudiera subir.
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Mientras el elevador iba subiendo, sus nervios volvieron, su pie se movía desesperado
mientras se mordía los labios. En verdad estaba volviendo a esa oficina, donde había vivido
muchos momentos.

***

Besos, caricias, mordidas, jadeos, la oficina estaba llenos de ellos.

Apenas habían entrado al despacho del Magnate, este se abalanzó sobre el menor, llevándolo
hasta el sillón.

Sus dedos se perdían en la cabellera azabache, sus lenguas se acariciaban, el beso era
apasionado e intenso, pero aceptado por ambas partes.

El beso fue cortado por el mayor por falta de aire, se miraron a los ojos y estos brillaban con sus
respectivos colores. Los labios de ambos estaban hinchados y rojizos, querían más del otro.

Jungkook atacó el cuello del Omega dejando un recorrido de besos húmedos y leves mordiscos.
Taehyung ladeó su cabeza dándole más acceso al Alfa, el castaño mordía su labio reprimiendo
sus jadeos y gemidos, lo estaba disfrutando.

***

El castaño se aferraba con fuerza al escritorio, su respiración era agitada y su cuerpo

transpiraba.

El Magnate lo penetraba con fuerza mientras lo azotaba, los dos estaban al límite del éxtasis.

— Jungkook~ Ah~

***

Las puertas del elevador volvieron a abrirse, trayéndolo de nuevo a la realidad. Sus mejillas
estaban rojizas y trataba de mantener su respiración estable.

(¿Qué me pasa?)

Sacudió la cabeza apartando todos esos pensamientos mientras caminaba a recepción.

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— Buenas tardes... ¿Taehyung? — La chica lo miró sorprendida.

— Hola, Yerim — Le sonrió.

— Pero... ¿Qué haces aquí? No me refiero a que esté mal, porque no está mal, es solo que...

— Tranquila, te entiendo. — La Beta le sonrió, hacía mucho que no había visto al menor. —
Vengo a hacer mis prácticas.

— Oh... Bueno, pues ya sabes dónde está la oficina del Jefe.

Taehyung miró las grandes puertas dudando en entrar, aún no se sentía listo para hacerlo.

— Por cierto, el señor Jeon salió, pero dijo que no tardaría, y que cuando llegue el
practicante, lo hiciéramos pasar a su oficina.

— ¿Es necesario que pase a su oficina? Porque podría esperarlo aquí afuera y... — Yerim negó
con la cabeza, haciendo suspirar al castaño. — Está bien...

Finalmente lo hizo, empujó las puertas entrando a la gran oficina del Magnate. Su aroma a
Café, Pino de bosque y Galletas, inundaba en aquel lugar.

Contempló el lugar. Todo seguía igual, el sillón, el escritorio, cada recuerdos y momentos
que pasó en esa oficina volvieron a su mente.

Sus dedos tocaron el escritorio mientras lo rodeaba para sentarse en la silla del gran
Magnate Jeon Jungkook. El cuero de la silla estaba frío debido al aire acondicionado de la
oficina. Cerró sus ojos por un instante...

***

La mano del mayor se deslizó por su muslo. El menor apretaba sus labios tratando de respirar
correctamente, pero la mano se acercaba peligrosamente a su entrepierna, haciéndolo jadear.

— ¿Ahí quieres que te toque? — Negó con la cabeza desesperado.

Y como siempre hizo caso omiso, desabrochando su pantalón e introduciendo su mano dentro
de la ropa interior de Taehyung.

— Ah~ Por favor... — Cerró los ojos con fuerza. — No...

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— Tu boca siempre dice no, pero tu cuerpo... Responde muy bien a mi tacto, ¿Por qué te cuesta
aceptarlo? — Su mano comenzó a acariciar de arriba abajo.

Apoyó sus manos aferrándose con fuerza al escritorio.

— Gime para mí. — Sentenció.

— Aahh~ — Su mano comenzó a moverse con rapidez. — Mi señor~

***

Taehyung continuaba con los ojos cerrados recordando la primera vez que Jungkook lo
había tocado en esa oficina.

Lo que no sabía, es que unos ojos negros estaban mirando cómo mordía su labio y rozaba
sus piernas. El mayor estaba disfrutando ver aquella escena que le estaba brindando el
Omega.

Finalmente creyó que era suficiente ya que la escena le estaba provocando de una forma
excitante, así que aclaró su garganta.

— Buenas tardes, joven Kim.

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por Srta_YoonTae

— Buenas tardes, joven Kim.

Los ojos de Taehyung se abrieron al instante, sintiendo como la vergüenza lo invadía por
completo, y más al ver la sonrisa del Alfa.

— Señor... — Iba a levantarse, pero Jungkook lo detuvo.

— No te levantes. — Caminó hacia el escritorio apoyando ambas manos. — Parece que

alguien se estaba divirtiendo en mi ausencia.
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— Yo...

— No he dicho que puedes hablar. — El azabache tomó el control remoto y cerró la puerta,
eso hizo estremecer al menor. — Y bien, Taehyung. ¿Dime qué tan buenos eran tus
pensamientos?

Jungkook comenzó a caminar hacia el gran ventanal, pero sin dejar de mirar al castaño de
reojo. El Omega permanecía con la cabeza baja, maldiciéndose a sí mismo por la forma en la
que lo había encontrado el mayor.

— Ofrezco disculpas. — Al momento en el que Taehyung bajó la mirada, notó el anillo de

Chanyeol. Sin pensarlo, lo deslizó fuera de su dedo, guardándolo en el bolsillo de su
pantalón.

— No pedí que te disculparas, pregunté qué tan buenos eran tus pensamientos. — Taehyung
alzó la mirada encontrándose con esos ojos tan penetrantes.

— ¿Qué pretendes? — Se levantó de la silla apretando los puños por la vergüenza. — Ya me

disculpé.

El Magnate le sostuvo la mirada acercándose peligrosamente, el menor tragó grueso, pero

no retrocedió, permaneció firme.

— Yo no pretendo nada, yo no era el que estaba ahí sentado teniendo pensamientos

impuros, ¿O me equivoco? — El rostro del menor se comenzó a calentar, tanto que tuvo que
desviar la mirada. — ¿Te gusta vivir con el recuerdo? — Su aliento chocó contra su rostro. —
Porque a mí me gusta vivir cada momento... Sentirlo... Llenarme de ellos. —Le susurró,
haciendo temblar al castaño.

— Yo... Necesito ir al baño. — Antes de que el mayor pudiera decir algo más, Taehyung se
dirigió al baño privado de la oficina.

Cerró la puerta con seguro mientras se recargaba en la puerta.

(Qué imbécil soy. Cómo se me ocurre hacer tremenda escena de ese tipo, sabiendo que
Jungkook poco quiere para tentarme.)
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Sin más, camina al lavamanos y moja su cara, tratando de relajarse un poco para que pueda
bajar el sonrojo de su rostro.

Por otro lado, el Magnate se encontraba con una sonrisa sentado tras su escritorio, la idea de
tener a su Omega cerca la mayor parte del tiempo, le daba la esperanza de al menos volver a
conquistarlo.

Unos minutos después, el Omega salió del baño en un mejor estado, parecía más tranquilo.

— Muy bien, toma asiento.

— ¿Para qué? — El menor seguía a la defensiva, eso le causó gracia al azabache.

— Te diré tus deberes. — Taehyung tomó asiento. — No deberías tenerme miedo.

— No le tengo miedo. — Dijo al instante.

— Eso es bueno. — Se recargó en su asiento. — Bien, tu trabajo será de mi asistente.

La palabra "asistente" le hizo sentir un sabor amargo en la boca del menor, río con ironía.

— Al menos esta vez sí cumpliré con el nombre con el que me registró... — Susurró para él
mismo.

— ¿Hay algún problema con su puesto?

— No, para nada, usted es el que manda, señor.

El tono por el que lo había llamado desconcertó al Magnate, pero decidió pasarlo por alto
esta vez. La postura del castaño había cambiado por completo después de nombrarle su
puesto.

— Por ahora, te encargarás de pequeñas tareas como traerme café, llevar algunos
documentos a distintas plantas de la empres. Solo en lo que empiezas a familiarizarte con el
trabajo de esta empresa. — Taehyung asintió.

El mayor siguió explicándole lo que haría en su primera semana y cómo iría avanzando
conforme el tiempo fuera transcurriendo. Trató de centrarse únicamente en lo laboral.
Quería recuperar a Taehyung, pero también quería que se enfocara en su futuro y que
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pudiera graduarse como era debido.

— ¿Eso es todo?

— Sí.

Jungkook tomó unos documentos, así que el Omega se levantó de su silla para dirigirse a la
puerta, pero al empujarla esta no se abrió.

— ¿Podría abrir la puerta? — Miró al Alfa, quien leía unos documentos.

— ¿Para qué quieres que la abra? — Preguntó sin levantar la vista.

— Dijo que eso era todo, así que pienso retirarme hasta que me solicite nuevamente. —
Jungkook asintió con la cabeza, pero no hizo nada para abrir la puerta. — ¿No la va a abrir?

— No, tu puesto es ahí. — Apuntó el sillón con su cabeza.

— ¿Pretende que me quede ahí hasta que usted necesite algo? — Taehyung esperaba que
solo fuera una broma de mal gusto.

— Básicamente. Aunque me gustaría un café, la cafetera está ahí. — En una esquina había
una mesa con todo lo que se necesitaba para hacer café.

— Esto es una broma, ¿Verdad?

— ¿Te parece como si estuviera bromeando? Creo que no. — Le sonrió. El castaño bufó por la
postura tan infantil del Magnate. — Por cierto, me gusta el café con poca azúcar.

A regañadientes el Omega se dirigió a la cafetera para preparar el café del estupido Alfa.
Realmente no sabía si soportaría todo eso por tres meses hasta que terminen sus prácticas.

Mientras tanto, el mayor solo podía contemplar como el menor se encargaba de preparar el
café. Jungkook era consciente que teniéndolo cerca sería difícil concentrarse, pero valía la
pena.

La primera semana de prácticas siempre era básica para que los universitarios conocieran
más de una empresa o en este caso en la que harán sus prácticas. Para suerte del azabache,
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Taehyung conocía la mayor parte de las instalaciones de la empresa Jeon, solo era cuestión
que le enseñara la forma de trabajo. Jungkook sabía que no tendría ningún problema con el
castaño, era inteligente y aprendía rápido, por esa razón estaba jugando con él un rato, ya
después se enfocaría por lo que había ido el menor.

— Es injusto lo que haces. — Habló el Omega llamando la atención del Alfa.

— No me dejas más opciones, no quieres escucharme y esta es la única forma para tenerte
cerca. — Taehyung asentó el café en el escritorio.

— No sé por qué haces todo esto si...

— Porque quiero estar contigo.

— ¡Eso no es verdad! — Su corazón dolió. — Nunca has querido estar conmigo, esto siempre
fue un simple juego para ti, yo... — Sus ojos ardieron, pero respiró hondo. — Yo abrí mi
corazón a ti, sin filtros ni nada, pero tú me ocultaste tu compromiso y yo no puedo estar con
alguien que solo está medias. — Giró sobre sus talones hasta la puerta. — Al final nunca supe
quién eras en verdad...

Jungkook bajó la cabeza tomando el control para que el castaño pudiera salir. Taehyung
tenía razón en cada una de sus palabras, lo había herido con su compromiso con Lisa. Pero
ahora era consciente de que la razón por la que el menor no lo perdonaba, era porque nunca
dejó que lo conociera.

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por Srta_YoonTae
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El Omega azabache miraba por la ventana, perdido en sus pensamientos mientras se

abrazaba a sí mismo. No podía dejar de pensar en lo que había pasado en su casa días atrás.

***

— ¡Luhan! — El grito de su amado lo sacó de sus pensamientos, viendo la capa de humo

saliendo de la olla.

— Perdón, estaba... — El mayor apagó la estufa y caminó hacia el Omega tomando sus manos.

— ¿Estás bien? Me preocupa que estés tan distraído últimamente.

El menor bajó la cabeza. Ni él sabía lo que le pasaba, tenía mucha ansiedad, no se sentía bien,
se sentía solo.

— Sehun... Tú... ¿Me sigues amando? — Lo miró con angustia.

— ¿Pero qué dices? Claro que sí. — Lo atrajo a su pecho para en volverlo entre sus brazos.

— Entonces, dilo... Por favor. — Sehun no entendía la actitud de su pequeño Omega, pero aún
así tomó su rostro entre sus manos y lo miró con un resplandor púrpura en los ojos.

— Mi lobo y yo te amamos como la primera vez. — Los ojos de Luhan brillaron azules antes de
besar los labios de su Beta.

Sus dedos se perdían en la cabellera oscura del mayor mientras este sujetaba la pequeña
cintura de su Omega.

El beso fue subiendo de tono, despertando a sus lobos llenos de deseo por el otro. Sehun alzó a
Luhan provocando que el menor enrollara sus piernas por encima de su cadera.

— Te amo, Sehun... — Su pulgar rozó los labios de su amado.

El Beta con su Omega en brazos caminó a la habitación depositando su cuerpo sobre la cama.
El resplandor azul y púrpura en sus ojos, indicaban la presencia de sus lobos. Luhan no
necesitaba un Alfa, él lo tenía todo al lado de Sehun.
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Sus labios se volvieron a encontrar mientras las manos del azabache viajaban dentro de la
camiseta de su novio en un intento exitoso por sacársela. Cuando esta estuvo fuera, los papeles
se invirtieron colocándose sobre el mayor.

Besó sus labios y fue descendiendo por su cuello mientras Sehun amasaba su trasero, como
respuesta a sus besos. Un leve vaivén hacía rozar sus miembros, excitando ambos cuerpos.

Se deseaban y se amaban más que nada. Tenían una gran conexión sin necesidad de tener una
marca, ellos tenían su propio vínculo inquebrantable.

Luhan se apartó para poder retirar su camiseta, quedando únicamente en ropa interior.
Cuando estaba en casa, solía andar únicamente con una camiseta de su novio y ropa interior
para estar más cómodo, más en esos días que tenía la necesidad de estar más cerca de su
amado. Su lobo lo llamaba y pedía ser protegido por él.

— Te necesito... — Sus dedos rozaban la mejilla del Beta.

— Aquí estoy... — Sin pensarlo, el mayor tomÓ su mano dejando un beso en la palma de esta. —
Soy todo tuyo. — Depositó un beso en su hombro. — Me tienes a tus pies, querido. — Las mejillas
del azabache se tintaron carmesí y su lobo aulló ante el calor en su corazón.

El castaño oscuro sabía cómo sentir único y especial a su Omega. Las caricias y los besos
fueron tomando cada vez más sentido, llevando a que sus cuerpos volvieran a encontrarse
desnudos.

El menor sudaba y mordía su labio inferior mientras se aferraba con fuerza a las sábanas,
gimiendo el nombre de quien lo penetraba y le otorgaba tanto placer. El Beta tenía una
perfecta vista del blanquecino trasero y espalda del Omega.

— Ah~ Sehun... Mgh~ Así...

— Agh... Me encantas, Luhan~ — El nombrado lo miró sobre su hombro mordiéndose el labio,

esa escena era realmente excitante para el Beta. — Eres jodidamente perfecto... — El Omega
sonrió, pero esta desapareció cuando su novio lo penetró con más fuerza, arrebatándole un
fuerte gemido.
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— Mierda...Sehun~ — Cerró los ojos cuando el castaño oscuro rodeó su miembro con su mano,
presionó un poco su glande. — Ah~ No hagas eso... Me voy...Ah~ venir~ — Su respiración era
pesada y sus piernas temblaban.

— Eso es lo que quiero... — Susurró en su oído para rodear la cintura del menor con su mano
libre y tirar de él hacia atrás.

— ¡Ah~! — Estaba agonizando de placer al sentir como el pene de Sehun lo penetraba tan
profundo.

La mano del Beta subía y bajaba mientras Luhan daba cortos brincos en forma circular sobre
él.

— Sehun... Siento...Ah~ — Dejó caer su cabeza sobre el hombro del nombrado. — Me voy a
venir...

— Entonces hagámoslo juntos... — Besó su mejilla antes de volver a reclinar al azabache para
acelerar sus embestidas, él también sentía que estaba cerca.

Unas cuantas estocadas bastaron para que ambos explotaran de placer, sus cuerpos estaban
agotados. Con cuidado, Sehun salió del Omega para recostarse a su lado. El mayor podía estar
muy cansado, pero siempre le daba mimos a Luhan después de hacer el amor.

Lo recostó sobre su pecho mientras lo cubría con una frazada para que no fuera a enfermarse,
besó su frente mientras acariciaba su espalda.

— No me dejes nunca... — Escondió su rostro en el cuello de su novio. Para el resto podría ser
que Sehun no tenga aroma o sea difícil de percibir, pero para Luhan no, su aroma era especial
y le encantaba.

Leña recién cortada y Coco.

— Tengo una mejor idea, nunca te vayas.

— Jamás lo haré, quiero pasar el resto de mi vida contigo. — Se aferró a su cuerpo.

— Entonces cásate conmigo.

Luhan alzó la vista sorprendido.

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— ¿Hablas en serio?

— Claro que sí, aún no tengo el anillo, porque no tenía pensado pedirlo así. — Sonrió apenado.
— Pero eso no es problema, lo podemos comprar juntos. ¿Qué dices?

— Digo que te amo más que nada. — Sus ojos se cristalizaron, lloraba de felicidad y su lobo
aullaba al saber que siempre estarán juntos.

Se besaron por última vez, estuvieron abrazados dándose mimos hasta que ambos cayeron
dormidos...

***

— ¿¡Qué estás haciendo!? — Luhan se sobresaltó, al sentir que lo tomaban por la cintura.

— Mierda, Jimin. Ahora sé lo que siente Tae cuando hago eso. — Puso su mano en su pecho.

El rubio rió separándose del menor para sentarse en la orilla del escritorio.

— Me sorprende que sigas aquí, te dije que hoy podías irte temprano. ¿Pasa algo?

— ¿Qué? No. — Negó con la cabeza. — No lo sé, estoy algo distraído y sensible.

— ¿Tienes problemas con Sehun? — Frunció el ceño.

— No, de hecho, las cosas entre nosotros están mejor que nunca. Hace unos días él...

— Él... — Le insistió para que continuara.

— Me pidió que nos casemos. — Se sonrojó.

— ¿¡Qué!? — El azabache cubrió su boca con su mano.

— Dios, juro que le pediré perdón a Tae. — Jimin frunció el ceño sin entender.

De pronto, alguien tocó la puerta, por lo cual los dos Omegas cambiaron a una postura más
seria y profesional. Jimin dio la orden de pasar, pero para su sorpresa era el Alfa que hacía
latir su corazón.

— ¿Se puede? — Su Omega asintió con una sonrisa.

— Buenas tardes, señor Min — Saludó Luhan.

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— Vamos, no seas tan formal, Luhan, somos amigos. — YoonGi sonrió, pero el Omega negó
con la cabeza.

— Prefiero hablarle de usted en la empresa, no quiero que mis otros compañeros digan que
tengo beneficios por ser amigo de los jefes, más porque usted es un Alfa.

— Está bien, como gustes. — Se volteó a su futuro esposo. — Amor, ¿Ya estás listo? Recuerda
que iremos a cenar con mi padre.

— Claro que sí, vine a buscar unas cosas cuando me topé con Luhan y nos pusimos hablar.
Puedes ir encendiendo el auto, bajo en un momento.

El Alfa asintió dándole un corto beso a su Omega y una corta reverencia con la cabeza para
despedirse de Luhan, la cual fue imitada de igual forma. Una vez los dos Omegas estuvieron
solos, Jimin miró a Luhan.

— Primero que nada; felicidades. — Lo rodeó con sus brazos. — Segundo; no te preocupes, lo
más seguro es que estés así por la propuesta, pero no hay razón para preocuparte, ustedes
dos se aman, así que agarra tus cosas y ve a casa.

El menor asintió. Una vez estuvo solo en la oficina, soltó un suspiro, tal vez Jimin tenía razón,
pero la verdad era que él se sentía así desde antes de la propuesta de matrimonio de Sehun.

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por Srta_YoonTae

El azabache caminaba por los pasillos de la empresa Kim, dirigiéndose a la oficina de su

marido.

Al llegar, dio dos leves toques con sus nudillos esperando a que su esposo estuviera
desocupado, cuando escuchó el "Adelante" no dudó en entrar.
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NamJoon se encontraba con sus anteojos puestos mientras leía unos documentos, pero al
ver a su amado Omega, dejó de lado su trabajo.

— ¿A qué se debe esta hermosa visita? — Le dedicó una sonrisa.

El Omega tomó asiento frente al escritorio, colocando su pierna izquierda sobre la derecha.

— Bueno, la sesión de fotos ya terminó, así que estaba pensando si tú y yo...

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió a SeokJin, ambos miraron en dirección a la

puerta, encontrándose con una joven Omega con ropa algo ajustada y con mucho
maquillaje. SeokJin frunció el ceño.

— Señor Kim, aquí están los archivos que me pidió, lo seleccioné por carpetas para que sea
más fácil en el momento que esté trabajando. — Dijo con una sonrisa mientras se colocaba
junto al Alfa, ignorando por completo la presencia del Omega.

— Muchas gracias, Yuna, pero estoy ocupado. — Mostró a su esposo con la mano.

— Una disculpa, señor SeokJin, no lo vi. — Dijo muy apenada.

— No te preocupes. — Le dio una falsa sonrisa, no le gustaba nada como se le acercaba a su

esposo.

— Bueno, me retiro, señor Kim. — Su atención volvió al rubio grisáceo. La chica colocó un
mechón tras su oreja, antes de hacer una reverencia. — Si necesita algo más, no dude en
decirme, estoy para lo que necesite.

SeokJin no podía creer el descaro de aquella chica y más que NamJoon no le diga nada por
su atrevimiento. Era obvio que se le estaba insinuando a más no poder.

— Gracias. — Dijo el Magnate dando una vista rápida a los archivos que le había entregado la
menor, sin captar las indirectas que le estaba dando.

Finalmente la Omega salió de su oficina, dejando nuevamente solos a los esposos. NamJoon
dejó de lado las carpetas, prestando nuevamente atención a su querido Omega, el cual tenía
el ceño fruncido con los brazos cruzados sobre su pecho.

— ¿Quién es ella? — Preguntó sin rodeos.

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— Yuna, es una de las practicantes. — Dijo sin darle mucha importancia.

— Pues me parece que es muy imprudente. ¿Cómo dejas que entre a tu oficina como si nada?
Hasta yo tocó la puerta antes de entrar.

— Vamos, amor, no te enojes. Se le debe haber pasado. — Quiso quitarle importancia. Se

levantó de su asiento y caminó hacia su esposo.

Tomó sus manos para ayudarlo a levantarse y tomó su cintura, dejando un beso en sus
suaves labios carmesí.

— No me gusta nada esa chica, está claro que le gustas. — Desvió la mirada irritado, al
recordar la forma en la que se le insinuó descaradamente frente a él.

— ¿Gustarle yo? — Rió sonoramente. — Le saco como 7 años más. Además, yo ya tengo al
Omega más hermoso. — Besó la marca del azabache. — Y tenemos un hijo maravilloso.

— Hablo en serio, NamJoon. — Lo miró seriamente.

— Te estás montando una película. No le gusto, simplemente es amable. Seguro es así

porque quiere dar una buena impresión para la carta de recomendación. — El Alfa buscaba
una razón lógica para que su Omega no se preocupara. — Además, todos saben que estoy
casado con el modelo principal de la empresa.

SeokJin aún seguía creyendo que esa Omega quería algo con su esposo, pero lo dejaría
pasar, por ahora. Pero si volvía a hacer lo que hizo de insinuarse a su Alfa frente a él, le iba a
decir unas cuantas cosas con toda amabilidad.

Jungkook tomaba su café mientras trabajaba en un proyecto nuevo, tenía una junta
importante con unos inversionistas de Francia y tenía que acabar el contrato para que
cuando llegara el traductor, pudieran hacer una copia en francés.

De pronto, su móvil comenzó a sonar, en la pantalla aparecía el contacto "Niño". Frunció el

ceño, él nunca le marcaba y la última vez que se vieron fue antes de regresar a Seúl.
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— ¿Bueno? — Atendió la llamada.

Niño: Hola, ¿Cómo estás?

— Bien, estaba trabajando. ¿Ocurrió algo?

Niño: No, solo quería saber cómo seguías, mamá se quedó muy preocupada cuando volviste a
Seúl.

Desvió la mirada al Omega, quien se encontraba sentado en el sillón, organizando archivos

por fechas y en orden alfabético, parecía muy concentrado en su trabajo. El Alfa sonrió al ver
como sacaba su lengua a un costado inconscientemente mientras buscaba algo entre las
carpetas.

— Estoy mucho mejor.

Niño: Me alegro, le diré a nuestros padres que ya estás bien.

— Vale. Niño, te dejo, tengo que terminar unas cosas, porque, como sabes, yo sí tengo
trabajo.

Niño: No me ofendes, soy feliz viajando por el mundo y conociendo nuevos lugares. Para que
trabajar, si al final me volvería un amargado, igual que tú.

— Veamos si dices lo mismo cuando papá deje de pagarte tus viajes y te obligue a trabajar
con él. — Se burló.

Niño: Jamás, sobre mi cadáver. Además, si pasa eso, simplemente me busco un esposo, el cual
me mantenga y ya.

— Eres un vago.

Niño: Se le dice pensar a futuro.

El Magnate negó con la cabeza ante el pensamiento de su hermano. El chico odiaba los
trabajos de oficina. Su madre le llamaba de espíritu libre, pero para él era ser un vago, pero
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aún así lo quería. El teléfono de su oficina comenzó a sonar.

— Me tengo que ir.

Niño: Espera, Lisa...

— Luego hablamos. — Antes que el menor pudiera decir algo, colgó la llamada y tomó el
teléfono.

Al escuchar las palabras de Yerim, bufó colocando su mano en su frente, presionando cada
lado de su cabeza con su dedo corazón y pulgar.

Taehyung se percató de la frustración del Alfa cuando este colocó el teléfono en su sitio con
algo de brusquedad. Algo dudoso, se levantó de su lugar y caminó hasta el azabache.

— ¿Ocurrió algo? ¿Puedo ayudar? — Jungkook miró al menor y suspiró.

— No, dudo que puedas hacer algo, a menos que conozcas a alguien que hable muy bien
francés y me pueda servir de intérprete en la reunión de hoy, si no tendré que cance...

— Yo puedo hacerlo. — Lo interrumpir. El Magnate lo miró fijamente.

— ¿Sabes francés? Pero en tu información no dice que lo hayas estudiado. — El Omega sonrió
apenado.

— Bueno, es que no lo estudié en ningún lugar. Aprendí por mi cuenta cuando vivía en el
orfanato.

— Así que hablas francés...

— Sí.

— ¿Entonces podrías servir de intérprete en la junta de hoy?

— Claro, digo, usted es el jefe.

— Entonces ven. — El mayor se levantó de la silla, indicándole a Taehyung que se sentara.

Algo dudoso, el Omega obedeció. Rodeó el escritorio y se sentó donde antes estaba sentado
Jungkook.
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— Mira, este es el contrato que presentaré en la junta de hoy... — El Alfa se inclinó para mover
el mouse de la computadora, ocasionando que su rostro quedara junto al del castaño. Al
instante, Taehyung se puso nervioso, el aroma del Alfa golpeó sus fosas nasales. — ¿Puedes
hacerlo?

— ¿Eh? — Se había perdido con su cercanía, que no había escuchado lo que le estaba
diciendo.

— Que si puedes traducir el contrato para darle una copia a los inversionistas franceses. — Lo
miró.

— Ah... Sí, sí puedo.

— Bien, entonces tú quédate aquí trabajando mientras yo voy con Yerim para que no cancele
la reunión. — El menor asintió viendo como el azabache salía de la oficina. Taehyung no
perdió el tiempo y se puso a trabajar.

Una vez Taehyung terminó de traducir el contrato, le avisó a Jungkook. El Alfa tomó una
USB, guardando el contrato en él para dárselo a Yerim y poder imprimirlo.

Cuando el Magnate volvió, notó que Taehyung había vuelto al sillón para terminar lo que
estaba haciendo. Jungkook lo miró sorprendido. Acababa de terminar el contrato y ya
estaba trabajando otra vez.

— Deberías descansar un poco para la reunión. — Sugirió.

— Descuide, estoy bien. No me gusta dejar el trabajo a medias, además, ya casi acabo. — Ver
a Taehyung le traía nostalgia al azabache. Así era él cuando comenzó a trabajar, era decidido
y dedicado a lo que hacía, por eso estaba en ese gran puesto ahora.

Sabía de la capacidad del menor, por eso estaba seguro que sería un gran Magnate, llegado
su momento. Aunque sabía que sería difícil para el menor debido a su rango, pero aún así,
Jungkook estaba dispuesto a ayudarlo.

— Listo. — Informó.
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— Sabes, tienes mucho potencial. — Se sentó a su lado en el sillón. — Yo era así antes,
siempre estaba en la empresa de mi padre ayudándolo y era muy decidido, quería llenar de
orgullo aunque sea a mis padres adoptivos.

Taehyung lo miró sorprendido, esa era la primera vez que el Alfa le contaba algo personal.
Jamás había hablado de él mismo.

— Estoy seguro que no solo tus padres adoptivos estarían orgullosos del gran Magnate que
eres. — Antes de que pudiera pensar las palabras, habían salido solas. El Omega se sonrojó al
ver la mirada fija de Jungkook.

— Mi infancia es complicada, pero creo que eso ya lo sabes.— Las imágenes de aquella
noticia que vio un internet tiempo atrás, vuelven a la memoria del castaño. — Les debo
mucho a los Jeon. La verdad, no sé que sería de mí sin ellos. Después de que me adoptaron,
mi mente bloqueó cualquier tipo de recuerdo que hubiera antes de ellos.

— ¿Eso es posible? — Preguntó curioso.

— Al parecer es como un mecanismo de defensa. Sé que están los recuerdos, pero son
borrosos. — Jungkook sabía que si quería recordar, podía. Pero, realmente, le daba miedo.
Suficiente tenía con sus pesadillas, que habían vuelto desde la ausencia del Omega.

Taehyung miró el rostro del Alfa. Otra vez sintió esa extraña sensación, como cuando
estaban en ese cuarto de hotel, donde se había entregado sin importar nada. Mordió su labio
al recordar esos días.

Sin previo aviso, la mano del menor tocó la mejilla del azabache para que lo mirara. No
comprendía ese extraño sentimiento en su pecho. Los ojos de Jungkook miraban los del
Omega y sus labios, poco a poco la distancia iba siendo más corta.

***
— Es una promesa... — Susurró.

— Es una promesa...
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***

Los ojos de ambos tomaron presencia de color. Después de tanto, los ojos de Taehyung
tuvieron ese destello azul. Ninguno de los dos era consciente del recuerdo compartido que
estaban teniendo.

Sus labios se rozaron, sus alientos se mezclaban, los corazones de ambos latían en la misma
frecuencia, sus recuerdos querían tomar forma y presencia. Querían saber a quiénes les
habían hecho una promesa, pero el sonido del teléfono destruyó la burbuja donde se
encontraban. Los ojos del Omega volvieron a ser marrones, volviendo a ocultar a su lobo en
lo más profundo de él.

Taehyung se apartó al darse cuenta que estuvieron apunto de besarse. En cambio, Jungkook
tenía tantas ganas de arrojar ese maldito teléfono por la ventana.

Finalmente suspiró y caminó hasta el molesto aparato para responder a la llamada. Era
Yerim avisando que los franceses habían llegado. El Alfa le pidió que los llevara a la sala de
juntas y que en un momento irían.

Miró a Taehyung, quien parecía perdido en sus pensamientos.

— Llegaron los franceses. ¿Estás listo? — El castaño lo miró, pero al instante desvió la mirada
avergonzado y simplemente asintió levantándose del sillón.

Los dos salieron de la oficina, rumbo al elevador. Se sentía una gran tensión en el aire.
Taehyung no podía creer lo que había pasado en la oficina. ¿Qué hubiera pasado si el
teléfono no hubiera sonado? Lo que el menor no sabía era que el Alfa se estaba haciendo la
misma pregunta en su cabeza.

Las puertas se abrieron y ambos tomaron su rumbo a la sala de juntas, pero al entrar,
Taehyung paró en seco cuando se encontró con esos ojos verdes...
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por Srta_YoonTae

Taehyung no podía creer que era el mismo hombre de aquella subasta donde Jungkook lo
compró.

— ¿Estás bien? — El Alfa se había percatado del cambio radical del castaño.

— Sí... — Realmente el Omega esperaba que ese francés no lo recuerde.

Finalmente entraron a la sala de reuniones. Los franceses ya se encontraban en sus asientos,

eran tres personas. Dos Alfas, uno se veía que los años ya le habían llegado y el otro era el de
la subasta, a su costado estaba una chica de tez blanca y cabello rojizo, era una Omega muy
atractiva.

Jungkook jaló una silla indicándole a Taehyung que tomara asiento para luego empujarla un
poco hacia enfrente. El menor mantenía la cabeza baja para que no lo fuera a reconocer. El
Magnate tomó asiento a su lado para dar inicio a la junta.

— Buenas tardes, me presento, soy Jeon Jungkook y él es Kim Taehyung, mi intérprete. — Al

instante en el que el azabache pronunció el nombre del Omega, el francés de ojos verdes
levantó la vista mirándolo. El Omega tradujo esperando una respuesta, podía sentir la
mirada de ese Alfa.

— Bonjour, je suis Frédéric Lanusse, c'est mon fils Evans et elle est ma secrétaire Cora. — El
menor levantó el rostro al escuchar las palabras de aquel Alfa mayor. Jungkook frunció el
ceño, al ver que Taehyung no estaba traduciendo lo que decía.
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— Taehyung. — Lo llamó suavemente tocando su mano. Los ojos verdes no se perdían de

ninguna acción del azabache.

— Ah... Dice que buenas tardes, su nombre es Frederic, su hijo se llama Evans y la chica es su
secretaria Cora.

La junta fue avanzando. Ambas partes aportaban sobre sus ideas mientras Taehyung
traducía, pero cada vez se sentía más incómodo, Evans no le quitaba la mirada de encima.

El Magnate sabía que la actitud del castaño no era normal. Su vista se desvió, notando como
el Alfa de ojos verdes miraba directamente a su Omega, eso le hizo fruncir el ceño.

Finalmente el castaño hizo entrega del contrato, el señor Lanusse le pidió a su secretaria que
recogiera el contrato. Habían acordado que se llevarían el contrato y cuando tuvieran una
respuesta segura, volverían.

El Alfa mayor estrechó su mano con la del Magnate y luego con la del joven Omega. Una vez
el señor Lanusse se retiró junto a su secretaria, Evans estrechó su mano con la del castaño, le
sonrió y Taehyung quiso retirar su mano de inmediato, pero este no la soltó y en su lugar
volteó su mano besando su dorso.

Jungkook al ver esa acción, tiró de su Omega apartándolo, su rostro estaba serio. El Alfa
francés y el azabache estrecharon sus manos, ambos ejercieron una fuerza mostrando el
brillo rojizo en sus ojos. Ambos Alfas estaban demostrando su dominación, en la espera de
que alguno decidiera darse por vencido.

Ambos tenían esa mirada intensa a un rojo vivo, Taehyung podía sentir la tensión por el
aroma que ambos Alfas desprendían. Cuando pensaba intervenir, el francés soltó la mano de
Jungkook. Podría ser que Evans fuera mayor que el Magnate, pero ese territorio no era el
suyo, por ende el azabache tenía más poder.

— Fue un gusto, señor Jeon. — Acomodó su corbata.

— Hablas coreano. — Dijo serio, a lo que este sonrió.

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— Claro, esta no es mi primera vez aquí, ¿Verdad, Taehyung? — Miró al Omega que
continuaba escondido a espaldas de Jungkook. — Bueno, fue un gusto. — Caminó hacia el
elevador entrando en este. — Espero volver a vernos, lindo Omega. Me encantaría volver a
verte con poca ropa. — Lamió su labio, provocando que la sangre del Magnate hirviera de ira.
Pero antes de que pudiera hacer algo, las puertas del elevador se cerraron.

El azabache miró al Omega, quien se encontraba con la cabeza baja. Trató de respirar y
tranquilizarse, pero realmente estaba muy irritado y no quería desquitarse con el menor.

— Toma tus cosas, ya puedes irte.

Pasó de largo, volviendo a su oficina. Cuando los dos estuvieron de nuevo en la oficina,
Jungkook suspiró tomando el puente de su nariz.

— Él fue parte de la subasta. — Dijo finalmente. — Él era uno de los Alfas que querían
comprarme... — La verdad el menor no tenía ni idea de porqué le estaba dando una
explicación, solo sintió que eso era lo correcto. Finalmente tomó sus cosas y salió de la
oficina.

Al salir más temprano de lo normal, Taehyung decidió llamar a Luhan. Desde que habían
empezado las prácticas, no habían podido verse ni hablar, y la verdad era que el castaño ya
lo extrañaba.

Mientras salía del edificio Jeon, tomó su móvil y marcó el número de su amigo, la llamada no
tardó mucho para ser aceptada.

— Luhan, quería ver si querías...

LuLu: ¿Taehyung, eres tú? —El Omega frunció el ceño mirando la pantalla para verificar si
había marcado el número correcto.

— ¿Hobi? ¿Por qué tienes el teléfono de Luhan?

LuLu: Es que Luhan está inconsciente, lo traje al hospital y...

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— ¿En qué hospital?

LuLu: Hospital Jungang...

Hoseok no tuvo tiempo de terminar, porque el menor había cortado la llamada mientras
trataba de parar un taxi lo más rápido posible.

Bufó cuando otro taxi pasó y no quiso tomar su pasaje, pero bufó más alto cuando tuvo una
idea, al instante negó con la cabeza, pero no sabía hasta qué momento lograría parar un taxi.

Finalmente entró de nuevo a la empresa Jeon, casi corriendo al elevador. Presionaba los
botones con insistencia, parecía que todo avanzaba más lento. Cuando las puertas se
abrieron, marcó el piso.

Taehyung trataba de mantener la calma, pero estaba realmente preocupado. El Omega

siempre había sido alguien sano.

Cuando las puertas se abrieron, pasó de largo la recepción, entrando directo a la oficina del
gran Magnate.

Jungkook alzó la vista, encontrándose con los ojos del menor, sus ojos se veían
desesperados. El Alfa se levantó de su silla.

— ¿Taehyung? Pensé que...

— Necesito que me lleves al hospital central, Luhan está ahí y necesito llegar. Por favor,
Jungkook. — El mayor no iba a negarse, y mucho menos sabiendo lo importante que era ese
chico para él.

Taehyung seguía esperando su respuesta, pero el azabache simplemente tomó el teléfono,

sin quitarle los ojos de encima.

— Yerim, sí... Reagenda todo lo que tenga pendiente para el día de hoy. — Sin más terminó la
llamada. — Vamos.

***

Ambos iban en el coche, ninguno decía nada. De pronto, un rostro viene a su mente.

— Sehun...
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Se le hacía raro que no le haya llamado todavía, cabía la posibilidad que él todavía no
supiera nada.

Tomó nuevamente su móvil y comenzó a buscar su número, al encontrarlo no dudó en

marcarle. Los sonidos particulares de la llamada comenzaron, al tercer pitido, la voz del Beta
se escuchó del otro lado.

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por Srta_YoonTae

El Omega azabache caminaba por los pasillos de la empresa Min-Park, iba rumbo al elevador
ya que sus horas de trabajo habían finalizado.

No se había estado sintiendo muy bien los últimos días, pero no era nada de qué
preocuparse, o eso creía él.

Al llegar al elevador, notó un grupo de personas que al parecer también pretendían tomar el
ascensor. Suspiró fastidiado y decidió mejor ir por las escaleras, era más cansado y tardado,
pero no tenía ganas de ir como una sardina con toda esa gente.

Comenzó a bajar las escaleras, pero mientras bajaba, comenzó a sentir malestar, su cabeza
estaba dando vueltas. Como pudo, se sujetó de la pared, el aire le faltaba.

Trató de mantener la calma y respirar, pero parecía inútil, sus piernas temblaban. Al mirar al
frente, una silueta distorsionada apareció escalones abajo, no podía reconocer al sujeto.

— A-ayúdame... — Su voz era perdida, sin poder resistir más, perdió todas sus fuerzas...
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Una vez Jungkook se estacionó frente al hospital, Taehyung abrió la puerta del coche.

— Muchas gracias.

Sin más, entró yendo directamente a recepción para pedir información.

— Buenas tardes, estoy buscando al paciente Lu Han. — El chico asintió tomando una lista.

— Aquí está, ingresó hace 40 minutos, se encuentra en la habitación 28, queda en aquel
pasillo. — Señaló el corredor de la izquierda.

— Muchas gracias.

Sin esperar más, se dirigió por donde le habían indicado. No avanzó mucho, cuando se
encontró con una cabellera pelirroja que conocía a la perfección.

— Hobi. — Lo llamó, captando su atención. — ¿Qué fue lo que pasó?

Hoseok al ver la angustia en el rostro de Taehyung, lo estrechó entre sus brazos. El menor
hundió su rostro en el cuello del pelirrojo.

— Tranquilo, yo estaba subiendo las escaleras cuando me lo topé. Supe que algo malo
estaba pasando cuando sentí su aroma, era muy fuerte y distinto. Estaba como desorientado
y se tambaleaba. — Explicó. — Justo en ese momento se desplomó, si no hubiera estado ahí
para atraparlo, hubiera caído por las escaleras.

— ¿Y cómo está? — Se separó.

— No lo sé, Sehun está con él. Parece que Luhan llevaba unos cuantos días así y no le había
dicho a nadie.

— ¿Qué? Maldita sea con Luhan... — Se pasó la mano por el rostro.

De pronto, la puerta se abrió dejando ver a la pareja, ninguno tenía buena cara. Luhan tenía
la cabeza baja y el rostro de Sehun decepción.

— Luhan. — Lo estrechó entre sus brazos. — ¿Qué te dijeron?

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— Aún nada. Me hicieron muestras y tenemos que venir después por los resultados. —
Taehyung miró a Sehun, pero este miraba para otro lado.

— Lo siento, Taehyung, pero el doctor ordenó reposo para Luhan, así que debemos irnos. —
El menor estaba sorprendido, el Beta hace mucho no usaba ese tono tan neutro para hablar,
pero sabía que no era un buen momento para preguntar por qué estaba así.

— Claro... Si necesitan algo, no duden en llamarme.

— Sí, no te preocupes, gracias. — Le sonrió Luhan, aunque su sonrisa era triste.

El Beta y el Omega se fueron, dejando solos a Hoseok y Taehyung, ambos se miraron. Nunca
los habían visto actuar así, siempre estaban sonrientes, dándose muestras de cariño.

— ¿Qué vas a hacer? — Le preguntó el pelirrojo.

— Iba a comer con Luhan antes de que pasara esto. — Suspira. — Pero ahora creo que
prefiero ir a casa.

— Bueno, que te parece si te llevo. — El castaño lo miró con una sonrisa y asintió.

Los dos salieron del hospital platicando, habían decidido cambiar el tema de Sehun y Luhan.
Sabían que cuando ellos quisieran, les dirían lo que pasó. Era mejor no meterse en ese
asunto por ahora. Les bastaba saber que Luhan ya estaba bien por el momento.

Una vez cruzaron la puerta fuera del hospital, Hoseok notó la mirada de alguien a la
distancia. Al mirar a la dirección, se encontró con unos ojos negros, que más bien estaban
puestos sobre el Omega. El hombre estaba recargado sobre su auto negro.

— Oye, Tae. — El nombrado lo miró. — ¿Sabes qué? Acabo de recordar que tengo un asunto
pendiente, no voy a poder llevarte a casa. — Dijo apenado.

— Oh... No te preocupes, Hobi. Puedo tomar un taxi y...

— No creo que sea necesario que tomes un taxi. — Taehyung frunció el ceño por las palabras
del pelirrojo y siguió su mirada.
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Ahí estaba parado de brazos cruzados, se había quedado ahí esperando. El Alfa no tenía ni
idea en qué momento saldría el menor del hospital, pero prefirió esperarlo. No iba a
arriesgarse que se vaya solo de noche.

— Nos vemos luego, pequeño. — Dijo Hoseok despidiéndose, antes de caminar a su auto.

Los ojos de ambos se miraban fijamente en la distancia. Hasta cierto punto, le había gustado
a Taehyung el hecho de que se haya quedado esperándolo. Su corazón latió de forma
intensa con cada paso que daba, acercándose al Magnate.

— ¿Por qué sigues aquí? — Su tono de voz era normal, pero tenía miedo que pudiera
escuchar cómo su corazón golpeaba fuertemente.

— Creí que necesitarías que alguien te llevara a casa.

— No te hubieras molestado, podía tomar un taxi. — Se cruzó de brazos .— Pero ya que estás
aquí, acepto.

El Alfa sonrió. La verdad era que a Taehyung tampoco le gustaba mucho la idea de tomar un
taxi. Aunque su relación con Jungkook solo sea jefe-empleado, prefería ir con él que con un
extraño. Desde que pasó el secuestro, ya no confía en cualquier extraño.

Los dos subieron al auto y abrocharon sus cinturones, antes de poner el auto en marcha.

— ¿Puedo preguntar sobre Evans? — La pregunta tomó por sorpresa al menor.

— Realmente no hay nada que pueda decir. No lo conozco, la única vez que lo vi, fue en
aquella subasta donde quería comprarme. De hecho, él era el que estuvo apunto de
comprarme hasta...

— Que yo ofrecí una mayor cantidad. — Taehyung asintió.

El Alfa se sentía aliviado de que el menor no tuviera ningún tipo de relación con ese francés,
pero le hervía la sangre recordar las palabras de ese tipo. Sin duda, quería algo con
Taehyung y sabía perfectamente que solo quería su cuerpo.

Finalmente estacionó el auto frente al hogar del menor. Su casa era muy humilde. Después
de que el Omega dejó la casa del Magnate, volvió a pedir el lugar donde antes vivía.
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— Gracias por todo lo de hoy. — Agradeció el menor.

Sus ojos se miraban. Jungkook lamió sus labios. Anhelaba besar los labios de Taehyung más
que nada, quería volver a sentirlo, que estuviera a su lado.

— Taehyung... Yo realmente quisiera que me escucharas. — Le suplicó con la mirada, pero el

menor bajó la mirada.

— Jungkook, eso no cambiará nada...

— Eso aún no lo sabes, solo quiero que me escuches.

— Bien... voy a escucharte.

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por Srta_YoonTae

El Beta acomodaba la cama para que su Omega pudiera descansar, por órdenes del médico.

Luhan lo miraba desde el marco de la puerta, su novio no le había dirigido la palabra desde
el hospital.

— Sehun...

— No, Luhan. — Lo interrumpió sin mirarlo. — Tienes que descansar.

Su voz era firme y seria. El lobo del menor bajó las orejas, su Beta jamás le había hablado de
esa forma tan fría.

— Perdón...
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— ¿Perdón? ¿Crees que unas disculpas son suficientes? — El azabache bajó la cabeza
negando. — ¿Por qué no me dijiste?

— Es que no creí que fuera importante...

Sehun tiró un poco de sus cabellos con frustración, ante la respuesta de su novio.

— Te estuve preguntando qué te pasaba todo este tiempo y siempre respondiste que nada.
— Alzó la voz. Estaba realmente enojado y triste con el Omega.

— Lo siento, yo no quería preocuparte sin razón. — Lo miró con los ojos cristalizados.

— ¿Sin razón? Luhan, te desmayaste, y pudo ser peor si Hoseok no hubiera estado ahí. En
cambio yo estaba aquí como estúpido, creyendo que mi novio se encontraba perfectamente.

Luhan entendía la frustración del Beta, fue egoísta de su parte no compartir con él lo que le
estaba ocurriendo. Aunque no supiera qué era, como su pareja se lo tenía que decir.

— Sehun...

— Tienes que descansar. — Suspiró. — No quiero que esto se haga más grande, más en tu
estado. Debes descansar, ya mañana hablamos más tranquilos de todo esto.

Tanto a Luhan como a su lobo, les dolía ver a su Beta de esa forma, pero más que nada, sabía
que actuaba así porque estaba preocupado y aterrado por no saber lo que tenía. El Omega
también tenía miedo, nunca había estado en una situación así. Hoy realmente sintió que la
vida se le iba, solo esperaba que no fuera nada grave.

El Omega suspiró, dejando una taza de café sobre su pequeña mesa. El azabache observaba
la "casa" del menor con curiosidad.

— Bien, te escucho.

Jungkook lo miró. Había esperado tanto porque el castaño aceptara hablar con él, que ahora
no sabía ni cómo comenzar. Se miraron por unos segundos.
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— La verdad es que sí estaba comprometido, mucho antes de comprarte en la subasta, Lisa

era un matrimonio arreglado por su madre y la mía. Nunca tuve problemas con el hecho de
acostarme con distintos Omegas y Betas, lo hacía por el simple hecho sexual y de someter a
alguien.

Las escenas de él mismo siendo sometido por el Alfa, volvieron a su memoria, haciéndolo
cruzar sus piernas.

— Contigo fue igual... O eso quise creer. Todo lo que te dije y pasó en Busan, fue real...

— Pero jamás me dijiste lo del compromiso, no fuiste sincero. — Miró la taza de café para no
mirar sus ojos.

— Lo sé, quería hacerlo, quería decirte toda la verdad, pero luego... — Calló unos segundos.
— Pero luego llegó la noticia de mi abuelo y tuve que viajar. ¿Lo recuerdas? Te dije que
cuando volviera, quería contarte algo.

El vago recuerdo de esa mañana, donde prometieron verse después de una semana, pero
que fue realmente el final más trágico para ambos.

— Cuando llegué a Tailandia, solo podía pensar en el bienestar de mi abuelo. Mi madre

estaba haciendo los preparativos para la boda. — Taehyung apretó la taza entre sus manos
al escuchar eso. — No quería decepcionar a mis padres que me habían dado todo, pero
tampoco quería dejarte a ti. — Sus ojos volvieron a encontrarse.

El menor sintió su corazón latir con fuerza al escuchar esas palabras.

— Hablé con mi madre y rompí el compromiso. Ella estaba de acuerdo, pero aún tenía que
hablar con alguien más.

— Lisa. — Era la primera vez que pronunciaba su nombre. El Alfa asintió.

— Creí que lo había tomado bien, pero después de ese día comenzaste a evitar mis llamadas,
te rehusabas a hablar conmigo.

— ¿Y qué esperabas? — Asentó la taza sobre la mesa. — ¿Que te tratara como si nada después
de saber que me habías ocultado tu compromiso? ¿Sabes lo estupido que me sentí después
de esa llamada?
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— Lo sé...

— ¡No, no lo sabes! — Estaba dolido, tenía muchas cosas guardadas desde ese día y
Jungkook era consciente, podía verlo en sus ojos.

— Tienes razón, no lo sé...

— ¿Por qué no volviste? — Sus ojos ardieron. — Me quedé en tu casa con el pretexto de ese
maldito contrato, solo con la esperanza de que volverías y me explicarías todo... Pero no fue
así.

— Le dije a Jackson que había extraviado mi pasaporte, aunque al final solo fue una jugarreta
de parte de Lisa para que me quedara. — El mayor se levantó tomando las manos del Omega.
— Te hubieras quedado un poco más...

— Todavía tenía dignidad. — Deslizó sus manos, soltándose del agarre. — Jungkook,
agradezco que me contaras la verdad, pero no puedo estar contigo...

— ¿Pero por qué?— El Alfa jamás había sentido un vacío tan grande como el que sintió al
escuchar esas últimas palabras.

— Porque no hay un argumento sólido para lo nuestro. Jungkook, me compraste en una

subasta, me hiciste daño por mucho tiempo, hubieron secretos y ni siquiera te conozco... —
Las palabras eran dolorosas, pero decían la pura verdad.

— ¿Lo amas? — Taehyung sabía a quién se refería. — Si me dices que lo amas, te dejaré ir.

— Yo... — Bajó la mirada. — Lo amo...

Era mentira, la mentira más grande que pudo haber dicho. Pero sabía que eso era lo mejor,
que cada quién tomara caminos distintos.

— Muy bien, joven Kim. — Acomodó su traje. — Le deseo que sea muy feliz.

Sin más, el azabache salió de la casa. Su corazón dolía. A lo único que había amado en
verdad, lo había perdido y era su culpa porque no supo valorarlo desde un principio por su
miedo.

Jungkook iba de regreso a su auto, cuando se topó con alguien. Los ojos de ambos brillaron.
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— ¿Qué haces aquí? — Lo miró con enojo Chanyeol.

— Eso es algo que no debería importarte.

— No te quiero ver aquí de nuevo.

— ¿Por qué? — Caminó hasta quedar frente a frente con él. — ¿Tienes miedo que te termine
dejando por mí?

— Mantente al margen, él es mi Omega. — Ambos se retaban con la mirada.

— Que esté contigo, no lo vuelve tu Omega, y ambos los sabemos muy bien. — Chanyeol
apretó los puños. — ¿Qué se siente que esté contigo pero piense en mí?

— Comprobémoslo esta noche, cuando esté gimiendo mi nombre.

Y la bomba explotó. La imagen de su Omega siendo tomado por otro Alfa, le hizo hervir la
sangre, estampando su puño en el rostro de Chanyeol.

Jungkook seguía resentido por lo que había pasado con el francés, y esto había sido la gota
que derramó el vaso.

El Alfa menor no se quedó atrás a la hora de abalanzarse de igual forma, devolviendo el

golpe al azabache. Justo en el momento que Jungkook respondería, apareció un Alfa
peliplateado con un Beta.

— ¿Qué está pasando? ¿Estás bien, Chanyeol?

— No pasa nada, Kai. — Limpió la poca sangre que salía de la comisura de su labio.

Sin más, Jungkook bufó yendo a su auto. Al estar dentro de él, sintió unas inmensas ganas de
llorar. Su lobo aullaba de la pena, no pudo más y se derrumbó...

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por Srta_YoonTae

Hizo una mueca, al sentir como el algodón con desinfectante, tocaba la comisura de sus
labios.

— Eso duele, Kyung-Soo. — Volvió a quejarse.

— Solo a un imbécil se le ocurre provocar a un Alfa puro, así que no te quejes. — El Beta
volvió a dar pequeños toques en la herida de su labio.

— Chanyeol, te conozco de años y jamás te han gustado las peleas. ¿Quién es él? — Kai se
cruzó de brazos.

— No es nadie... — Kyung-Soo presionó su herida. — Agh.. Lo hiciste a propósito.

— Tal vez. Ahora, responde lo que te preguntó Kai, o veremos cuánto dolor aguantas hasta
que hables. — Chanyeol los miró con el ceño fruncido.

No sabía si decirles la verdad era lo mejor, pero sabía que no dejarían de insistir. Aunque, tal
vez al contarles todo, ellos entenderían y lo apoyarían.

— Bien, su nombre es Jeon Jungkook.

— Espera, creo que Hoseok a mencionado ese nombre antes. Es el joven Magnate, ¿No? — El
Alfa asintió de mala gana.

— ¿Y qué problema tienes con él? ¿Sus empresas son rivales o algo parecido?

— Imposible, Kai. Hoseok dice que es la empresa más grande, no tiene rivales porque nadie
se atreve a meterse con él, saben que es una batalla perdida. — Aclara el pelinegro a su
novio.

— Entonces, ¿Cuál es el motivo de la pelea?

El Alfa desvió la mirada y suspiró.

— Taehyung. — Kai lo miró sorprendido.

— ¿Se conocen?
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— Al parecer tuvieron algo en el pasado. Tae dice que solo fue una relación de jefe-
empleado, pero sé que miente. — Revolvió su cabello con frustración.

— Pero si Taehyung está contigo, ¿Cuál es el problema? No debería importarte lo que pasó
entre ellos. Tú mismo lo dijiste, es pasado. — Dijo obvio, Kyung-Soon guardó el algodón y el
desinfectante.

— Además, ¿No me dijiste en la universidad que estabas seguro que ustedes eran
predestinados?

— Ese es el problema. — Bajó la cabeza entre sus manos. — No soy su predestinado... Él lo es.

Finalmente lo había dicho. Tenía sus dudas, pero estas fueron resueltas, cuando notó que el
menor había dejado de tomar sus medicinas cuando comenzó a pasar más tiempo con
Jungkook.

— Chanyeol, ¿Estás demente o qué te pasa? — Lo miró serio el peliplateado. — ¿Desde

cuándo lo sabes?

— Comencé a tener mis dudas después de la fiesta de compromiso de los Min, pero lo
confirmé cuando comenzaron las prácticas de Taehyung.

— ¿Y qué mierda haces en medio de ellos?

— Pero ese tipo le hizo daño a Taehyung, y fui yo quien estuvo a su lado cuando más lo
necesitó, ¡No él! — Se levantó mirando fijamente al otro Alfa.

— Dices que él le hizo daño, pero mírate, estás haciéndole lo mismo. Sabes muy bien que
cuando una pareja de predestinados no están juntos, el que suele sufrir más es el Omega.

— Kai, basta. — Intervino el Beta. — Se están alterando y así no resolveremos nada.

Chanyeol, tú siéntate. — Le señaló el sillón.

— Debí haber dejado que te golpearan más fuerte, a ver si así usabas el cerebro...

— Kai... — Le advirtió su novio con una fuerte mirada.

El Alfa estaba realmente enojado con su amigo, no podía creer que estaba en medio de unos
predestinados, y encima era consciente de ello.
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— Mira, Chanyeol. Yo no sé sobre los predestinados ni las relaciones entre Alfas y Omegas.
Solo soy un Beta y para mí los predestinados no tienen valor.

— ¿Qué? — Kai miró a su novio sin poder creer sus palabras. Kyung-Soo le estaba mostrando
su punto de vista como Beta, así que ignoró al Alfa.

— Pero ahora dime tú como Alfa. Si encontraras a tu Omega predestinado, ¿No te gustaría
estar con él? — Chanyeol se quedó callado. — No le hagas caso a lo que dice Kai o lo que digo
yo, piensa en ti y en Taehyung.

— Yo lo amo... — Bajó la cabeza sintiendo ganas de llorar.

— ¿Estás seguro que esa es la palabra correcta? O más bien, ¿Crees que lo amas como
pareja? — El Alfa no pudo responder. — Solo piénsalo. Puedes quedarte a dormir, nuestra
casa es tu casa.

Kyung-Soo se levantó del sillón tomando el brazo de su chico, llevándolo a la habitación.

También tenía que hablar muy seriamente con él y esos arrebatos de ira que le daban.

Chanyeol se recostó en el sillón, no tenía cabeza para pensar en ese momento, necesitaba
tiempo. Las palabras de Kyung-Soo le dejaron una gran duda.

El humor de SeokJin no era el mejor, y ahora menos con esa mocosa buscando cualquier
momento para estar sobre su marido. Su carita de mosca muerta no lo engañaba.

Suspiró cansado, ese día le había tocado sesión doble, así que había terminado en el tiempo
exacto para ir por Joonie a la guardería.

Miró la hora en su reloj, notando que era la hora del almuerzo de NamJoon, así que decidió ir
a buscarlo para que juntos vayan por el cachorro e ir a comer en familia.

Al llegar a la oficina, iba a tocar como siempre, pero al ver la puerta entreabierta, lo extrañó.
Empujó la puerta, encontrándose con una escena que lo dejó sin palabras.
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Yuna tenía las manos sobre el pecho del Alfa mientras este sujetaba su cintura, la rabia
invadió el pecho de SeokJin. La mirada del rubio grisáceo se desvió, encontrándose con el
rostro de su amado Omega, rápidamente se apartó de aquella chica.

— SeokJin, puedo explicar... — El azabache alzó la mano callándolo.

— Es mejor que me vaya. — La pelirrosa salió huyendo de la oficina, antes de que le pudieran
decir algo.

Cerró los ojos y respiró hondo. Cuando se sintió listo, volvió a abrirlos mirando fijamente a su
Alfa.

— No necesito que me expliques nada, sé perfectamente lo que pasó. Por la posición en la

que se encontraban, lo más seguro es que ella fingió tropezar y, como la buena persona que
eres, le ayudaste. — Le regaló una falsa sonrisa.

NamJoon suspiró aliviado al saber que su Omega no lo había malinterpretado. Caminó hasta
él, pero SeokJin lo frenó.

— No te me acerques, te voy a decir lo que voy hacer, voy a tomar mis cosas, iré por mi hijo a
la guardería y luego iremos a comer él y yo solos, ¿Entendiste?

— Amor...

— Hablo en serio, Kim NamJoon. No quiero hacer algo de lo que me pueda arrepentir
después, así que solo mantente alejado de mí el día de hoy. — Pasó a su lado tomando sus
cosas. — No nos esperes, pienso quedarme con Jimin el día de hoy.

Sin esperar la respuesta de su Alfa, salió de la oficina, expulsando todo el aire que estaba
conteniendo. SeokJin era sensible a esos temas de la infidelidad, le recordaban su trágico
pasado, y aunque sabía que NamJoon jamás le sería infiel, no quita que le dolió verlo de esa
forma con esa gata resbalosa.

Lo mejor era que pasara un día para que pudiera pensar mejor, y luego aclararía un par de
cuentas, de eso estaba completamente seguro.
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Sus ojos estaban levemente hinchados. Haber llorado toda la noche, no había sido lo mejor,
pero no pudo evitarlo. Aunque fueron sus palabras las que lo alejaron, le seguía doliendo.

Pero la vida tenía que continuar, aunque fuera doloroso...

***

Las puertas del elevador se abrieron, dejando ver al Magnate hablando con Yerim. Por un
instante se miraron, pero el mayor desvió la mirada serio y continuó hablando con la Beta,
esta asentía mientras anotaba.

Taehyung se fue acercando a la recepción. Cuando pretendía dar los buenos días, se quedó
sin palabras al notar el pómulo izquierdo del Alfa, este estaba levemente morado.

— Jungkook. — Cubrió su boca sorprendido. — ¿Qué te pasó? — El nombrado lo miró con el

ceño fruncido.

— Primero que nada, soy su jefe, así que procure llamarme por mi apellido; segundo, no
tengo porqué darle explicaciones de mi vida personal a un empleado. — Taehyung no se
esperaba que el mayor le hablara de esa forma. — ¿Entendió, joven Kim?

El Omega sintió mucha vergüenza, bajó la cabeza asintiendo. El azabache dió media vuelta
entrando de nuevo a su oficina. Una vez las puertas fueron cerradas, el menor alzó la cabeza,
la Beta estaba sorprendida.

— Buenos días, Yerim. — Se esforzó por sonreír.

— Buenos días, Taehyung... Toma, esto es lo que tienes que hacer hoy. — Le entregó una
lista.

— Em... ¿Tengo que hacer todo esto? — Taehyung miró la lista sorprendido.

— Sí, el señor Jeon pidió que lo tuvieras listo para hoy.

— Pero... Aquí dice que tengo que organizar todos los archivos del área A-7, son demasiados
archivos. Además, ¿Por qué no me lo dice él mismo si nos acabamos de ver?

— El señor está muy ocupado, así que me dará tus obligaciones y yo te pasaré el recado.
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Taehyung entendía que todo entre ellos había acabado, pero era verdaderamente estúpido
el trabajo que le había asignado.

— Pues pienso ir a hablar con el "Señor" — Apretó la lista en su mano, dirigiéndose a la gran
oficina.

— Taehyung, espera...

El menor ignoró por completo a Yerim, abriendo la puerta y entrando a la oficina. El Magnate
se encontraba tras su escritorio firmando unos documentos, pero al escuchar el alboroto
levantó la vista.

— Señor, una disculpa, le dije que...

— Descuida, Yerim. Sé lo impulsivo que puede ser. — Su rostro era serio. — Puedes volver a tu
trabajo.

La joven Beta hizo una corta reverencia, antes de salir y cerrar la puerta. Jungkook miró al
castaño, quien tenía el rostro serio.

— ¿Ocurre algo, joven Kim?

— Sí. ¿Me puede explicar qué es esto? — Alzó la lista que le había dado Yerim.

— Creí que era más inteligente. Es una lista de lo que hará hoy, y por favor que esté listo
antes de que se vaya. — Sin más volvió a los documentos que tenía en su escritorio.

— Esto es ridículo, es imposible que termine de organizar el área A-7 antes de que termine mi
hora de prácticas.

— Pues será mejor que empiece, si piensa volver a casa temprano. — Taehyung al ver que la
postura del azabache no cambiaría, apretó los dientes saliendo de la oficina.

Jungkook al estar completamente solo, suspiró. Le costaba mucho tener que ser indiferente
con el Omega. Talló sus ojos frustrado, qué más quisiera que todo fuera diferente, pero
estaba decidido a que lo recuperaría, sin importar nada. Solo que por ahora le iba a dar lo
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que el menor quería.

El Alfa sabía perfectamente que Taehyung le mintió, lo supo cuando desvió la mirada. El
castaño no podía mentir mirándolo a los ojos, pero aún así le dolieron sus palabras. No fue
lindo escucharlo decir que amaba a alguien más.

Solo quedaba esperar, Jungkook le demostraría que solo lo amaba a él, sin importar cuánto
se lo negara el menor.

Porque él es su Alfa y Taehyung su Omega...

Taehyung suspiró agotado. Llevaba 3 horas revisando archivos y sentía como si no hubiera
avanzado nada.

Su móvil comenzó a vibrar en el bolsillo de su pantalón. Al mirar la pantalla decía "Jiminie"

sin dudarlo respondiÓ la llamada.

— Hola.

Jiminie: Hola, Tae. Los chicos y yo queremos hacer una salida, sin nuestros novios. Creo que
nos vendría bien hablar entre todos. ¿Qué dices?

— Me encantaría, pero hoy solo puedo a la hora del almuerzo. El señor Injusto me mandó a
ordenar archivos, así que me quedaré hasta tarde en la oficina.

Jiminie: ¿Hablas de Jungkook? Pero creí que ustedes...

— Jimin, no hay un nosotros. Él solo es mi jefe y yo... Su empleado. Además, no quiero hablar
de eso ahora. — Recordar le daban unas inmensas ganas de llorar.

Jiminie: Está bien... Entonces nos vemos hoy a la hora del almuerzo y nos reunimos otra vez la
próxima semana.

— ¿Antes de la boda?
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Jiminie: Sí. Será bueno que nos reunamos antes de que me convierta en Min Jimin. Que sea
como una despedida de soltero. —Rió.— Claro, pero sin Alfas sexys, solo una comida entre
nosotros.

— Está bien, Jimin, nos vemos. Me tengo que ir, debo terminar de trabajar.

Sin más la llamada fue finalizada. Taehyung tomó otra pila de archivos y comenzó a
revisarlos. Estaba agotado, de hecho, se sentía más agotado de lo normal.

Decidió no darle mucha importancia, pero cada vez se sentía peor. Su corazón le dio una
fuerte punzada, que le hizo soltar los archivos, tomando su pecho.

— ¿Qué me pasa? — El dolor era fuerte, le faltaba el aire.

***

Jungkook estaba en su oficina mirando el avance del proyecto más reciente, cuando su
pecho dolió, era un dolor como si lo hubieran acribillado.

— ¿Qué pasa? — Aflojó su corbata, soltando dos botones de su camisa, pero el dolor
persistía.

Llevaba mucho sin sentir un dolor así de fuerte. Su lobo se removía desesperado dentro de
él, pidiendo tomar el control, como aquella mañana cuando estuvo con el Omega.

El Magnate se negaba a dejarlo tomar el control de su cuerpo, no sabía lo que podía hacer su
lobo si lo dejaba, pero este parecía desesperado.

Jungkook se levantó de su silla, pero perdió el equilibrio. En ese momento de debilidad, su

lobo tomó el control de su cuerpo. Sus ojos se tornaron rojos en su totalidad, el color era
brillante y llamativo.

— Taehyung...
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por Srta_YoonTae

Los Omegas estaban sentados en una mesa cerca de la ventana, solo faltaba que llegara
Taehyung que, como siempre, otra vez estaba llegando tarde.

— Chicos, no es por nada, pero tengo mucha hambre. ¿No podemos ordenar de una vez? — El
menor de los Omegas hizo un puchero. — Con trabajo logré convencer a Sehun de que me
dejara venir.

— ¿Sigue molesto? — Preguntó SeokJin.

— No está molesto, solo... Se sintió decepcionado. — Bajó la cabeza. — Está preocupado por
mí.

— ¿Cuándo les entregan los análisis?

— Aún no sabemos, el médico dijo que nos llamaría para ir a recogerlos. — Suspiró apoyando
su cabeza en la palma de su mano.

SeokJin miró al pequeño Omega azabache y frunció el ceño, se veía más pálido de lo normal.

— Luhan... — El nombrado lo miró haciendo un "Mm" como respuesta. — ¿No estarás en

cinta? — El Omega simplemente negó, quitándole importancia a la pregunta del mayor.

— No. Le pregunté al doctor, pero dijo que un Beta no puede embarazar a un Omega por
varias razones, así que lo descartó por completo. — Suspiró.

— Lo siento mucho... — Ambos Omegas trataban de darle ánimos al menor.

— Yo sabía que si Sehun y yo estábamos juntos no podríamos tener cachorros, así que no
importa... — La verdad era que a él le hubiera encantado haber podido hacer una familia con
Sehun, pero la realidad era muy distinta.

De pronto, el teléfono de SeokJin comenzó a sonar sobre la mesa. El mayor lo miró y

simplemente canceló la llamada.
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— ¿Por qué colgaste? Si necesitas contestar, adelante. — Lo alentó Luhan.

— No, está bien, solo es NamJoon. — Desde ayer no lo veía para nada, ya que se había
quedado con Jimin en su casa.

— SeokJin, deberías hablar con él, sabes que no hizo nada. — Aconsejó el rubio.

El mayor era consciente de que su esposo no hizo nada y esa era la razón de su enojo, porque
no le hizo caso cuando le dijo que no le daba buena espina esa chica, por esa razón estaba
molesto con él.

— Luhan tiene razón, hay que ordenar antes de que se haga más tarde. No quiero cargarle la
mano a Jisoo con los niños. Rose acaba de tener a Haneul hace unos meses atrás y necesita
descansar.

Los tres Omegas ordenaron el almuerzo, pero el castaño nunca llegó a acompañarlos.
Suponían que tenía demasiado trabajo para asistir a la comida entre ellos.

La claridad de la habitación, no le dejaba ver. Parpadeó un par de veces para poder

acostumbrarse. Se sentía muy mareado.

— Tae, ¿Estás bien? — Tomó sus manos con preocupación.

— ¿J-Jungkook? — La habitación era de color blanco. Taehyung estaba sobre una cama, y una
cortina del mismo color los rodeaba.

Sintió ganas de llorar. Su mente era tan cruel. Siempre que se encontraba mal, el recuerdo de
Jungkook se materializaba, diciéndole que todo estaría bien. Aunque su mente jugaba de una
forma tan cruel con él, agradecía poder verlo, aunque sea en su imaginación.

— Aquí estoy. — Su pulgar rozó su mejilla, limpiando una de sus lágrimas. — Me preocupé
mucho cuando...

— Bésame.
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El Alfa se quedó callado mirando al Omega, sus ojos marrones le suplicaban que lo hiciera.

— Solo quiero un beso... Por favor...

No le importaba que fuera producto de su imaginación. Lo quería cerca, quería sentirlo,

aunque sea de esa forma.

El azabache se inclinó un poco, provocando el roce de sus narices. Taehyung cerró los ojos al
sentir su cálido aliento sobre sus labios, el singular aroma del Alfa lo envolvía.

Sus labios tuvieron un leve toque, antes de sellarse por completo en un cálido beso lleno de
anhelo. El beso era suave, sus labios se acariciaban. Las manos del menor rodearon la nuca de
Jungkook, atrayéndolo más a él. Sus lenguas se rozaban con delicadeza.

El beso fue terminado por Taehyung, pero continuó con los ojos cerrados. Sus frentes estaban
unidas, y las lágrimas no tardaron en salir. Ese beso había sido tan especial y triste a la vez.

— Lo siento, Jungkook...

Sus ojos se abrieron, dejando ver el rostro de su novio. Se veía realmente preocupado.

— Tae, ¿Estás bien? — El menor tocó su cabeza algo adolorido.

— Sí... Eso creo, ¿Qué pasó? — Se sentía desorientado.

Un leve recuerdo vino a su memoria. Unos brazos lo rodeaban, se sentía seguro en ellos.
Unos ojos rojos lo miraban con intensidad, luego todo es borroso y confuso. Su cabeza dolía.

— El doctor dijo que tuviste una recaída, por la falta de consumo de tus medicamentos, pero
ya estás estable. — Le ayudó a sentarse.

Su vista viaja mirando toda la habitación como si buscara algo, o mejor dicho a alguien. Pero
no, solo estaban ellos dos. Tocó sus labios, sintiendo ganas de llorar. Había sido solo un
sueño, pero sin duda, el sueño más hermoso.

— ¿Seguro que estás bien? — Volvió a preguntar Chanyeol.

Taehyung asintió, pero al mirarlo notó una herida en el labio del Alfa.
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— ¿Chanyeol, qué te pasó? — La imagen del pómulo marcado del Magnate, vino a su
memoria. — ¿Se pelearon?

— No fue nada, Taehyung, en serio, solo fue un mal entendido.

Taehyung frunció el ceño. Chanyeol era una persona muy tranquila, pero Jungkook... Él solía
ser muy impulsivo y agresivo. Lo más seguro era que lo había atacado sin razón alguna.

— Fue Jungkook, ¿Verdad? Él comenzó, ¿No es así? — El Alfa bajó la cabeza, sobando su
nuca.

— La verdad, es que yo lo golpeé primero. — El Omega lo miró confundido. — Él... Solo

respondió, pero no fue nada.

— ¿Estás seguro?

— Sí, no te preocupes. Mejor recuéstate, yo iré a hablar con él médico para decirle que ya
despertaste.

El menor no se sentía tranquilo al pensar que ellos dos habían peleado, y lo que más temía
era pensar que había sido por su culpa.

Una vez Taehyung se recostó, Chanyeol salió de la habitación recargándose sobre la puerta.
Inhaló profundo, conteniendo las ganas de llorar, sacando el móvil del menor.

— Te amo, Tae y lo siento...

Finalmente buscó entre los contactos del castaño un número en particular. Suspiró antes de
marcar. El sonido de la llamada entrante, se hizo presente, antes de escuchar una voz al otro
lado.

— Hola.

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por Srta_YoonTae
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Jungkook miraba por el gran ventanal del despacho de su casa, con un trago en la mano. No
podía dejar de pensar en su Omega, lo extrañaba. Para él era difícil toda esta situación, se
sentía frustrado de no poder hacer nada.

De pronto, el sonido de su móvil lo sacó de sus pensamientos. Sin ver quién era, respondió la
llamada.

— ¿Bueno?

???: Jungkook. Hola, soy Jimin.

— ¿Jimin? — Frunció el ceño. — ¿Pasa algo?

Jimin: No. Bueno, sí, y necesito tu ayuda.

— ¿Qué puedo hacer por ti?

Jimin: Como sabes, mi boda es el siguiente fin de semana, y bueno, quería hacer algo para
YoonGi. Tú eres su mejor amigo y seguro conoces muchas cosas de él.

— Supongo que sí, ¿Qué quieres saber?

Jimin: La verdad es que estaba pensando si podíamos vernos el viernes en la noche.

— ¿Un día antes de la boda?

Jimin: Sí...

— No lo sé, no creo que sea correcto verme con el prometido de mi mejor amigo, una noche
antes de la boda. — Sobó su nuca. —¿No puede ser en la tarde?.

Jimin: No, tiene que ser en la noche, porque... YoonGi no se puede enterar de nuestro
encuentro.

— Jimin, eso suena raro.

Jimin: Mierda, Jungkook. Solo te estoy pidiendo un favor, no pienso cogerme al mejor amigo
de mi novio, un día antes de la boda. —Se escuchaba irritación en su voz.—

— Está bien. ¿Dónde nos vemos?

Jimin: Te mandaré un mensaje con la reservación del lugar, no se te ocurra faltar.

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— Bien.

Finalmente la llamada finalizó. El Alfa se dejó caer en su silla, tomando el puente de su nariz,
cerrando los ojos. Esa semana iba a ser muy difícil para él. Taehyung no iría a la empresa,
debido al reposo que solicitó el médico, y él no podía ni visitarlo para saber cómo estaba.

Vaya semana de mierda...

— ¡Papi! — El pequeño castaño extendía sus bracitos al aire para que su padre Omega lo
levantara.

— Mi pequeño cachorrito. — Lo alzó llenándolo de besos en el rostro, haciéndolo reir. — ¿Te

portaste bien y obedeciste a tu tía Jisoo? — El pequeño asintió repetidas veces.

— Claro que sí, tus niños son un amor. — Apareció la castaña con una sonrisa deslumbrante.

— Hola, Jisoo. ¿Y Jennie?

— Está con Rose y la bebé en la sala.

La Alfa llevó a su cuñado a la sala, donde se encontraba su esposa y bebé. La Alfa rubia se
encontraba amamantando a su pequeña cachorrita mientras Jennie pintaba un libro de
dibujos, pero al ver a SeokJin, se levantó corriendo a abrazarlo.

— Hola, hermosa. — Acarició el largo cabello de la pequeña Jennie para luego sentarse junto
a Rose. — Hola, Rose. ¿Cómo te sientes?

— Mucho mejor, SeokJin. Gracias por preguntar.

La Alfa había estado los primeros meses en reposo, debido a que el embarazo se complicó un
poco a la hora del parto. Por suerte, no pasó a mayores y dio luz a una fuerte y saludable
cachorrita, con un gran apetito. Sin duda, sería una gran Alfa cuando creciera.

— Papi... — El pequeño Joonie le susurró a SeokJin. — Ella.. — Formó una trompita con sus
labios, emitiendo un sonido como si tomara leche.

— Sí, está comiendo. — Acarició su cabello.

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— Yo, Ah... — Apuntó su boquita, sacándole una risa al Omega.

— ¿Tienes hambre? — Este asintió aplaudiendo. — Bien, voy por tu mamila. ¿Jennie, tú tienes
hambre? — La nena asintió.

— No te preocupes, SeokJin. Dale de comer a mi sobrino y yo le preparo algo a Jennie. ¿Te

parece si me ayudas, hermosa?

— Gracias, tía Jisoo. — Ambas fueron a la cocina.

Rose miró a SeokJin cuando este le comenzó a dar mamila a su cachorro. El pequeño miraba
y jugaba con sus deditos mientras su padre lo alimentaba.

— ¿Aún no hablas del tema con NamJoon?

— Me imagino que te lo contó Jisoo. — La rubia sonrió. Su querida esposa le contaba todo. —
No, pero mañana pienso ir a la empresa.

— ¿Joonie no te ha preguntado por él?

— No, Joonie está fuera de esto. Frente a él, somos los mismos. Puedo estar enojado con
Nam, pero no por eso voy a darle una mala imagen a nuestro hijo sobre él.

SeokJin miró como su cachorro comenzaba a cerrar sus ojitos, pero los volvía abrir en un
intento por no quedarse dormido. El Omega besó la frente de su bebé. Tenerlo entre sus
brazos, era la mejor sensación de todas.

Paredes blancas y el frío aire de la habitación, tenían con los nervios de punta a la pareja.
Hacía una hora que el doctor le había marcado al Beta, diciendo que los resultados de Luhan
ya habían salido, y que era urgente que vayan.

Sehun sostenía la mano de su Omega, se negaba a soltarlo. El miedo corría por cada fibra de
su cuerpo. Pensar que su pequeño chico tuviera algo grave, lo angustiaba, y ni qué decir de
cómo se encontraba el azabache en ese momento.

El doctor se hizo presente en el consultorio, aumentando la angustia en la pareja.

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— Buenas tardes. — El hombre mayor tomó asiento frente a ellos mientras sostenía un folder
de color blanco.

— Buenas tardes. — Respondieron ambos.

— La verdad, no sé cómo explicarles esto. — Abrió el folder, sacando unos cuantos

documentos, que al parecer eran los análisis del menor.

— ¿Es grave? — Preguntó el Omega.

— No lo sé. En todos los años que he sido médico, jamás había conocido el caso de un
Omega que quedara en cinta por un Beta.

— ¿Qué? Pero... Usted me dijo que eso no era posible.

— Al recibir tus análisis, me puse a investigar. Este caso es muy raro, ya que, como dije antes,
es poco probable que un Beta embarace a un Omega. Resulta que solo hay cuatro casos en
todo el mundo, y ustedes son el quinto. Así que, felicidades a ambos.

Ambos estaban procesando las palabras del doctor. Estaban en un estado de trance hasta
que el Beta miró a Luhan.

— Estás en cinta... — El menor sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Amor... Vamos a ser papás. — Sehun tomó el rostro de su Omega, dejando un casto beso
en sus labios.

— Pero hay otra cosa, al ser un embarazo de Beta y Omega, será un embarazo delicado, por
eso te afectan más los síntomas. — El médico colocó un frasco sobre la mesa. — Estas son
vitaminas, tienes que tomarlas todos los días.

— Yo me encargaré que las tome.

— Les aconsejo que comiencen a ir a un ginecólogo para que los oriente y puedan ver cómo
avanza el embarazo. Por mi parte eso es todo, que tengan muy buen día. — El doctor
estrechó su mano con la de Sehun.

La pareja salió del consultorio. Ninguno dijo nada hasta que llegaron al auto. Luhan no
dejaba de tocar su vientre, aún sin poder creerlo.
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— Sehun... ¿De verdad vamos a tener un cachorro?

— Sí, mi amor. — Sonrió conteniendo las lágrimas, al ver cómo su Omega miraba su vientre
aún plano. — Es nuestro cachorro.

La idea de formar una familia juntos, sonaba como un sueño. Sabían que las probabilidades
de formar una familia juntos eran nulas, pero el destino los había compensado de la mejor
manera.

Los lobos de ambos, aullaban eufóricos, anhelaban tener a su cachorro en brazos. Su amor
había sobrepasado las expectativas de muchos, demostrando que el amor no tenía rango.

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por Srta_YoonTae

— Ah~ — Los besos descendían por el cuello del Omega mientras las manos del Alfa daban un
leve apretón en su trasero.

— Te amo. — Susurró en su oído.

— Me haces cosquillas. — El menor se apartó conteniendo una risa. — Hay que trabajar.

— Vamos, Jimin, no me dejes así. — Tiró de su mano para atraerlo nuevamente a él.

— YoonGi, estamos en la oficina.

— Lo dices como si nunca lo hubiéramos hecho aquí. — El rubio se ruborizó al escuchar las
palabras de su novio. El recuerdo de la semana anterior, vino a su memoria.

— Se supone que somos los jefes, ¿Y si alguien necesita ayuda o algo? — Acomodó la corbata
negra que se había aflojado.

— Que Hoseok se haga cargo, para eso es el subjefe de la empresa.

— ¿Ahora si lo aceptaste? — Alzó una ceja interrogante.

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— Solo si se ocupa de la empresa mientras yo me ocupo de otras cosas más personales,

como llenar de placer al jefe Park. — Besó sus labios atrapando el labio inferior del menor
haciéndolo jadear.

— Qué idiota eres. — Rió apartándose. — ¿Desde cuándo te volviste tan caliente?

— Desde que me dijiste que no tendremos sexo hasta después de la boda. — Bufó
cruzándose de brazos.

Cuando quería, Min YoonGi podía actuar como un lindo niño caprichoso y berrinchudo, pero
esa era una faceta que solo su joven Omega sabía.

— Cariño, hay muchas cosas que hacer con respecto a la boda. — Tomó unos documentos y
una lista de números. — Nos casamos el sábado, después seré completamente tuyo en
cuerpo y alma.

— Pero falta mucho. — Hizo un puchero. El mayor sabía que si insistía un poco más, Jimin
terminaría cayendo.

— Estamos a miércoles. — Se cruzó de brazos.

— Sigue siendo mucho. No te gustaría pasar una última noche como novios para después
convertirnos en esposos. — Lo abrazó por la espalda. — Me gustaría volver a encontrarme
una última vez con Park Jimin...

El Omega mordió su labio. En verdad, YoonGi tenía un talento para endulzarle el oído,
siempre sabía decir las palabras exactas para hacerlo caer.

— Bien, que sea el viernes en la noche, porque en la mañana me veré con los chicos para un
desayuno. — El pálido sonrió victorioso, soltando a su Omega para que continuara
trabajando.

El azabache iba camino a tomar el elevador para ir al despacho de su marido, pero para su
sorpresa, cuando las puertas se abrieron, se encontró con una cabellera rosa, la causante de
su irritación.
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La chica iba con su móvil, así que no notó la presencia del Omega. SeokJin subió al ascensor
tocando los botones para el octavo piso donde se encontraba la oficina de NamJoon, pero
antes de que llegaran al piso, detuvo el ascensor.

— Oye, ¿Qué te pasa? — La chica alzó la vista, pero al ver el rostro del azabache, palideció. —
Una disculpa, señor SeokJin, pero tengo prisa.

Yuna trató de apretar los botones para que el elevador siguiera su curso, pero SeokJin la
tomó de la muñeca impidiéndoselo.

— Mira, niña. No sé qué estás tratando de hacer, pero te quiero lejos de mi esposo.

— No sé de qué me habla, yo solo hago mi trabajo, señor SeokJin.

— Tu trabajo es de secretaria, no de resbalosa, así que cuida todo lo que haces. Vuelvo a ver
un incidente como el de la otra vez y me encargaré de que nunca te gradúes. Iré a tu
universidad y les diré la mosca muerta que eres tratando de meterte con mi marido. — La
pelirrosa retrocedió. — Sé de buenas fuentes tu historial. Te encanta meterte con Alfas
emparejados, pero te metiste con el Omega incorrecto. No vuelvas a tratar de pasarte de
lista conmigo, ¿Entendiste?

— Sí... Señor SeokJin. — Yuna bajó la cabeza de forma sumisa. La advertencia de SeokJin,
había sido severa.

— Y para ti, soy señor Kim. — Sin más tocó el botón del ascensor para que siguiera su curso. A
la Omega le había quedado más que claro las palabras del mayor.

Una vez las puertas fueron abiertas, el azabache salió del elevador, pero se detuvo mirando
sobre su hombro a la chica, que seguía dentro del ascensor con la cabeza baja.

— Por cierto, llévanos unos cafés a MI esposo y a mí. — Yuna asintió. — Y esto es una oficina,
no un antro. Deberías vestirte de una forma más decente. — Esta mordió su labio
avergonzada, al mirar su falda corta y camisa con escote.

El Omega siguió su camino. Cuando estuvo frente a la oficina de su Alfa, tocó la puerta,
esperando a que le dieran el permiso para que pudiera entrar.
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— Adelante. — Se escuchó del otro lado. SeokJin no perdió el tiempo y entró a la oficina.

Ver a su Alfa después de esos dos días, hizo que su lobo se moviera eufórico. Tenía que
aceptar que lo había extrañado. Aunque aún estaba enojado por el insistente con esa tipa.

— SeokJin. — El rubio grisáceo apenas percibió el aroma de su Omega, alzó la vista. — En

verdad siento todo lo que pasó...

El nombrado cerró la puerta, caminando con paso severo hacia el mayor, rodeando el
escritorio.

NamJoon estaba a la espera de recibir una bofetada de parte del menor, pero en su lugar, se
sentó en sus piernas, tomándolo por su saco, atrayéndolo hacia él, estampándolo contra sus
labios con ferocidad. Tenía tanto enojo por dentro y tenía que descargarlo de alguna forma u
otra.

— ¿Estás bien? — El Alfa se separó por falta de aire. Su respiración era apnea.

— Cierra la boca y bésame, o juro que consideraré el hecho de golpearte.

— SeokJin, en verdad, lo siento. — Rodeó la cintura de su Omega, juntando sus frentes.

— Eres un estúpido.

— Lo sé, te prometo que jamás volverá a ocurrir algo igual. — Lo miró a los ojos, suplicando
su perdón.

— Claro que no volverá a ocurrir, porque te juro que no me va a importar que no sea tu culpa,
te golpearé tan fuerte, que jamás se te va a olvidar. — El Alfa amaba lo agresivo que era su
esposo. Lo tomó por la nuca, volviendo a besarlo.

Los besos del rubio grisáceo fueron bajando por el cuello del menor, quería sentir su aroma.
Le había hecho mucha falta. La casa se sentía muy sola sin él y su pequeño a la hora de
dormir.

De pronto, el sonido de la puerta interrumpió aquel momento tan íntimo que estaban
teniendo. NamJoon pretendía ignorar los toques, pero su Omega se separó mirando hacia la
puerta, sin levantarse del regazo de su esposo.
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— Adelante. — El Alfa frunció el ceño sin entender la actitud del menor, hasta que una
cabellera rosa se hizo presente en la oficina.

La chica al mirar la escena, bajó la cabeza acercándose lentamente al escritorio con los dos
cafés.

— Aquí están los cafés que pidió, señor Seok... Señor Kim. — Colocó ambos cafés sobre el
escritorio y retrocedió unos pasos, aún mirando el suelo.

— Muchas gracias. — SeokJin se inclinó un poco para alcanzar uno de los cafés, pero al hacer
esa acción, provocó una reacción en el cuerpo de su Alfa.

— Si eso es todo, me retiro, señores Kim. — NamJoon tenía disimuladamente su mano en su

boca para no jadear, así que simplemente asintió.

— Claro, ya te puedes retirar. — La chica hizo una reverencia, antes de salir.

Cuando la puerta fue cerrada, el Alfa soltó un gruñido, tomando con firmeza las caderas de
su esposo.

— ¿Qué le hiciste? — Susurró en su cuello.

— Nada, solo le dejé en claro lo que es mío. — Lo tomó por la corbata acercándolo a su
rostro. — Así que haremos esto; primero, me harás el amor en este momento; y después,
iremos por nuestro hijo para comer como una familia feliz. ¿Entendiste?

— ¿Eso quiere decir que ya me perdonaste?

— No, aún estoy enojado, pero mi lobo y yo te necesitamos, así que hazte cargo.

El Alfa volvió a besar sus labios, sacándole un jadeo a su Omega cuando su mano viajó bajo
la ropa de este, dejando que el deseo los consuma por completo.

Jungkook miraba unos documentos, pero su mente estaba en otro lado, no podía
concentrarse. La semana apenas iba a la mitad y todavía no sabía nada sobre Taehyung,
desde que lo dejó en el hospital.
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Unos toques en la puerta llamaron su atención, así que dio la indicación para que pasara. Por
un momento creyó que estaba alucinando, el Omega estaba de pie frente a él.

— ¿Qué haces aquí? Te di una semana de descanso.

— Lo sé, pero ya me siento mejor. — La verdad era que aún se sentía débil, pero sentía que se
moriría si pasaba un día más sin ver al Alfa. — Además, le traje su café. — Alzó la taza. — Con
poca azúcar.

El mayor no pudo sostenerle la mirada, así que fingió seguir leyendo los documentos de su
escritorio.

— Gracias, puedes dejarlo ahí. — Apuntó un espacio en el escritorio. — Vuelve a casa, el

médico dijo que tenías que descansar.

— Jungkook, no me refería a esto cuando hablamos en mi casa. — El Omega no soportaba

que el mayor lo tratara de esa forma. Le recordaba a cuando era cruel con él.

El Magnate alzó la vista, encontrándose con los ojos tristes del menor.

— Lo siento, pero no puedo tratarte diferente, esta fue tu elección y la respeto. Te trato como
un empleado más. — Taehyung desvió la mirada.

Tenía razón, él estaba haciendo lo que él mismo le pidió, pero le era difícil adaptarse al
nuevo cambio.

— Tiene toda la razón... Una disculpa, señor Jeon. — Hizo una reverencia, saliendo de la
oficina, casi corriendo. Apretaba los botones del ascensor con desesperación. Sentía las
lágrimas aventarse en sus ojos y no quería que nadie lo viera de esa forma.

Una vez dentro del ascensor, dejó que las lágrimas cayeran. No podía odiar a Jungkook por
tratarlo de esa forma porque él lo había causado con sus palabras, y por un momento, se
sintió arrepentido.
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por Srta_YoonTae

Chanyeol estaba recostado, abrazando el cuerpo del Omega castaño. Desde que habían
dejado el hospital, se había quedado con él para cuidarlo.

— Taehyung. — El menor emitió un sonido para que supiera que lo estaba escuchando. — No
voy a poder asistir a la boda de Jimin.

— ¿Por qué?

— Mi padre me pidió que fuera a Japón por un viaje de negocios, el viaje es el domingo a las
8:30 de la mañana.

— Pero la boda es el sábado, puedes ir y luego viajas al día siguiente. — Sugirió el castaño.

— No puedo, aún tengo cosas pendientes que atender antes del viaje. — Besó la parte trasera
de su cabeza.

— Bueno, creo que iré solo entonces. — Suspiró.

El Alfa no sabía cómo decirlo con palabras, así que volteó al Omega para que lo mirara a los
ojos.

— Tae, ¿Eres feliz conmigo?

Chanyeol necesitaba escucharlo de su propia boca. El menor sin darse cuenta apretó el
punto en su pecho.

— Sí...

El Alfa lo abrazaba con fuerza, quería sentirlo, sus ojos se llenaron de lágrimas. Taehyung
podía respirar su aroma, pero este no le causaba nada, aunque lo intentara, solo era un
simple aroma nada más, eso lo entristeció, haciéndolo recordar cómo había un único aroma
que hacía latir su corazón.
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Viernes 12:00 pm.

Cuatro Omegas se encontraban en una mesa cerca de la ventana, estaban en su restaurante

habitual, donde siempre se reunían.

— Y bien, ¿Ya nos vas a decir? — Insistió el rubio, Luhan era el más emocionado, al parecer
quería decirles algo.

— Es que no sé cómo decirlo. — Sonrió, su sonrisa deslumbraba y sus ojos brillaban. — Van a
ser tíos.

— ¿De qué hablas? Tú estás... — El menor asintió con entusiasmo.

— Lo sabía, yo te lo dije, Luhan. — Dijo orgulloso el mayor de los Omegas. — ¿Cuánto tiempo
tienes?

— Sehun me llevó con un ginecólogo y ahí me hicieron un chequeo, junto con un ultrasonido,
tengo dos semanas. — El menor tocó su vientre sobándolo con ternura.

SeokJin y Jimin lo felicitaban con gran entusiasmo, pero habían unos ojos tristes.

— Tae... ¿Estás bien? — Tomó su mano.

— Sí, solo que me pongo algo sensible con estos temas. — Esforzó una sonrisa, pero esta no
llegó a sus ojos.

Por un momento, Luhan se sintió mal. Había olvidado por completo la situación de
infertilidad de Taehyung. Estaba tan emocionado por darles la noticia, que no se puso a
pensar.

— Lo siento, Tae...

— Descuida, estoy feliz por ti y Sehun. Sé que serán unos grandiosos padres.

— Aww, mi pequeño Tae. — Jimin tiró de su brazo, estrechándolo para darle consuelo. — No
estés triste, porque yo me pondré triste y se supone que es mi despedida de soltero, así que
tengo que estar feliz. — El castaño rió un poco ante las palabras del rubio.

Los cuatro Omegas, platicaban un poco de temas aleatorios mientras esperaban su comida,
habían risas y sonrisas, realmente eso era lo que Taehyung necesitaba en esos momentos.
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— La boda será genial, estoy tan emocionado. — Dice con alegría Jimin mientras come un
pedazo de tiramisú.

— Haz trabajado mucho en ella, así que seguro será muy buena. — Acotó el castaño.

— Más que eso, TaeTae, más que eso. — Aseguró tocando su hombro.

— Ya me tengo que ir, chicos. — Habló Luhan sin dejar de comer su postre.

— ¿Interrumpo? — Una voz masculina se escuchó a sus espaldas, sobresaltando a los tres
Omegas mayores mientras el último solo continuaba comiendo.

— ¿Cómo es que sabías que estaba aquí? — Los tres Omegas se miraron confundidos.

— Ah... Eso, sentí su aroma desde que entró. — Aclaró el Omega antes de mirar a su novio. —
Amor, me puedes comprar más de esto para comer en casa. — Apuntó su tiramisú.

— Bien. — El Beta le regaló una sonrisa a su amado. — Quédate aquí. — El azabache asintió.

— ¿Su aroma? — Preguntó Taehyung. — Pero yo no sentí nada, de hecho, creí que no tenía
aroma.

— Es extraño, sé que nadie lo puede sentir, pero mi lobo sí puede.

— Espera, ¿Tu lobo en celo reacciona al de Sehun? — El menor simplemente asintió, ante la
pregunta de Jimin. — Pero.. Eso no es posible, a menos que sean...

— Destinados. — SeokJin terminó la frase con el ceño fruncido.

— Chicos, les recuerdo que mi novio es Beta.

— Sí, pero tu lobo reacciona al de él como un predestinado. ¿Y si por esa razón quedaste
embarazado?

Luhan se quedó pensativo era verdad que su lobo solo reaccionaba al de Sehun aunque
antes no lo hacía del todo, ¿Había alguna posibilidad que se hayan vuelto destinados?

— Aquí está, amor. — El Beta se hizo presente. — Chicos, me lo tengo que llevar, pero nos
vemos mañana en la boda.
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Los tres Omegas se despidieron de la pareja. Taehyung se había quedado pensando sobre la
plática con Luhan y tuvo muchas incógnitas.

— Chicos... ¿Cómo saben que alguien es su destinado o predestinado? — Taehyung siempre

creyó que eso era con Chanyeol, pero ahora lo dudaba.

— Fácil, tu lobo te pide estar con él, no importa cuánta resistencia pongas, siempre querrás
estar con él. — Dijo SeokJin recordando sus inicios con NamJoon, cuando se negaba a
aceptarlo como su Alfa.

— Su aroma será el mejor que has olido, tanto, que el resto se sentirán tan comunes y sin
sentido. — Jimin suspiró al recordar la primera vez que sintió el aroma de YoonGi, ningún
otro se le comparaba.

Taehyung asintió, era claro que Chanyeol no era eso para él, pero también notó que ya había
sentido eso mucho antes...

La noche había caído, el gran Magnate se encontraba en aquel restaurante, donde Jimin le
había enviado la ubicación. Era un área privada, la habitación contaba con una mesa para
dos personas, pero aún no llegaba el Omega.

Jungkook tomó asiento y miró la hora, le irritaba la gente que llegaba tarde, pero él aún no
llegaba.

Suspiró cansado y tomó su teléfono para marcarle, el teléfono sonó y sonó, pero no contestó
la llamada. El azabache frunció el ceño, dejando el teléfono sobre la mesa.

De pronto, su móvil comenzó a sonar, al ver el nombre del rubio en la pantalla, contestó.

— Jimin, ya estoy aquí. ¿Dónde estás?

Jimin: Jungkook, sobre eso... —La voz del Omega se escuchaba como un susurro.— Perdón...

— ¿De qué hablas?

La puerta fue abierta, dejando ver al Alfa que había golpeado días atrás. Al mirar
nuevamente su móvil, notó que la llamada había sido finalizada.
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— ¿Qué haces aquí? Este lugar fue reservado...

— Por Jimin. Lo sé, yo se lo pedí. — El azabache se levantó, caminando hacia la puerta. —

Necesitamos hablar... Es sobre Taehyung. — Al escuchar ese nombre, frenó en seco.

Jungkook se volteó, tomándolo por la camisa con violencia, le irritaba el solo hecho de
escucharlo decir su nombre.

— ¿Qué más quieres? Ya lo alejaste de mí.

— De eso quiero hablar, pero primero, suéltame. — El azabache lo dudó por unos segundos,
pero finalmente lo soltó, sentándose nuevamente. — Sabía que si te lo pedía personalmente,
te negarías.

— Por qué mierda hablaría contigo.

— Lo sé. — Suspiró, sentándose frente a él. — Taehyung no está bien...

— Crees que no lo sé, si viniste solo a decirme lo que ya sé, me iré, pero no antes de terminar
lo que empecé la otra noche, y esta vez nadie te va a salvar.

— Realmente no sé qué ve Taehyung en una persona como tú. — El Alfa era todo lo contrario
al Omega o eso creía Chanyeol. — En fin, solo vine a decir que me haré a un lado, aunque no
quiera, Taehyung te quiere a ti, y eso es algo que ni con el tiempo pude cambiar.

— ¿Cómo sabes que me quiere a mí? — Su voz era seria.

— Por ese anillo. — Apuntó la mano del Magnate, donde se encontraba el gemelo del anillo
que le había regalado al menor en su cumpleaños. — Nunca se lo quita. Al principio creí que
era un recuerdo de su madre, pero supe que no era así, cuando te conocí en la fiesta de los
Min.

— ¿Qué quieres decir? Tae me dijo que lo arrojó por un puente. — El Alfa rió, negando con la
cabeza.

— Lo lleva siempre consigo. ¿Nunca has notado que forma un puño en su pecho? — El
azabache recordó numeradas veces, donde el castaño realizaba ese gesto.

— Él...
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— Lo lleva colgando de su cuello.

El lobo de Jungkook aulló de felicidad al saber que su Omega siempre siguió pensando en él,
aún después de todo.

— Tae está dolido por lo que sea que le hayas hecho en el pasado, pero te sigue prefiriendo a
ti, después de todo. — Suspiró. — No iré a la boda, así que esa será tu oportunidad para
arreglar tu error, convéncelo, su lobo está muriendo cada día con la ausencia del tuyo. Por
esa razón, pienso irme a trabajar a Japón, sé que con mi presencia, puede que Tae se sienta
mal y no quiero eso.

Para Chanyeol era difícil hacer todo eso, pero sabía que era lo correcto y lo mejor para
Taehyung. Lo amaba y por eso se lo entregaría a Jungkook.

— Una cosa más... — Jungkook lo miró. — Jamás he estado con Tae, fue mentira lo que te
dije esa noche. Nunca se pudo entregar a mí... — Jungkook sonrió aliviado, realmente su
Omega lo había esperado todo ese tiempo.

Eso era todo lo que tenía para decirle al Magnate, así que con la misma se levantó y caminó
hacia la puerta, pero la voz del Alfa lo detuvo.

— Gracias.

— No lo hago por ti, lo hago por él.

— Lo sé, por eso te doy las gracias. — Chanyeol se volteó y miró fijamente al Azabache.

— Esta vez ganaste, pero créeme que volveré, y si vuelves a lastimarlo, juro que te mataré.

Sin más, salió de aquella habitación privada, dejando completamente solo al Magnate.
Jungkook miró su anillo y no pudo evitar sonreír, volviendo a recordar todas las veces que el
menor apretaba su puño en su pecho, lo hacía tomando el anillo.

— Descuida, pequeño, volveremos a estar juntos y esta vez no te volveré a dejar.

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por Srta_YoonTae

El nerviosismo corría por todo su cuerpo, el día que más había esperado el rubio Omega,
había llegado. Su corazón latía a mil. Desde la entrada de la iglesia podía ver a su Alfa vestir
con un traje negro, que combinaba a la perfección con su traje negro, pero con detalles
blancos. Todo era perfecto.

Con cada paso que daba, se acercaba más a su destino, junto al que sería su esposo y padre
de sus futuros cachorros. Jimin le dedicó una leve sonrisa al pálido, una vez estuvo a su lado.

La melodía del piano fue cesando, dando permiso para que el padre diera inicio, pidiendo
que cada uno recitara sus votos.

Cada uno se miraba a los ojos con cada palabra que se dedicaban, y al finalizar, hacían el
intercambio de anillos, los cuales fueron entregados por el señor Kang, dando sus
bendiciones a sus dos hijos.

Sus amigos, desde sus lugares, apreciaban aquel momento tan especial para la pareja.
NamJoon tenía a su cachorro en brazos mientras sujetaba la cintura de SeokJin. Mientras,
este tenía sus manos sobre los hombros de la pequeña Jennie y Soobin.

Por su parte, Sehun abrazaba por la espalda a su pequeño Omega, manteniendo sus manos
sobre su vientre plano, en una forma de protección para su cachorro en camino.

Aunque por otro lado, había un azabache que no le quitaba los ojos de encima a Taehyung,
por lo cual este, se encontraba nervioso. De vez en cuando sus miradas conectaban, pero el
menor siempre terminaba deshaciendo el contacto visual. Había una gran tensión sexual
alrededor de ambos y parecía que ambos eran conscientes de ello, aunque el Omega tratara
de evadirlo.

La ceremonia dio fin cuando el padre los nombró esposos para toda la vida. Los recién
casados, sellaron su pacto con un beso suave y lleno de sentimiento. Sus lobos aullaban
debido a su unión, y tal vez por algo más...
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El lugar estaba lleno de flores blancas y amarillas, el gran salón de fiestas estaba decorado
con colores blancos y dorados. Sin duda, una fiesta digna para los Min.

Los invitados estaban distribuidos por las mesas de la misma forma que en la fiesta de
compromiso. Solo que esta vez, Luhan y Sehun formaban parte de la mesa de amigos y quien
ocupaba el lugar de Chanyeol junto al castaño, era Jungkook.

Algunos aperitivos eran llevados a las mesas para disfrutar el lindo ambiente. Todos en la
mesa platicaban alegremente, a pesar de la tensión de Taehyung y el Alfa. El Omega bien
buscaba refugio haciendo plática con Hoseok, el cual cooperaba, pero igual le causaba
gracia.

De pronto, las luces del lugar se apagaron y unas suaves luces de colores iluminaron el
centro del lugar, en el cual una luz blanca caía sobre el señor Kang.

— Buenas noches a todos. Quiero darles las gracias por haber asistido a esta hermosa
ceremonia, en la cual mis dos hijos, Min YoonGi y Park Jimin, contrajeron matrimonio. —
La pareja sonrió abrazados, ante las palabras de su padre. — Estoy orgulloso de los hombres
que son, y que ahora pasarán el resto de sus vidas juntos, y formarán una familia.

Jimin no pudo evitar sentir como sus lágrimas se acumulaban. El Señor Kang no solo lo
había comprado en una subasta, se volvió su padre, le dio una familia, y gracias a él, pudo
conocer al amor de su vida. YoonGi besó la mejilla de su amado para darle las gracias,
porque, gracias a él, pudo darse cuenta del gran hombre que tenía como padre. Los tres
estaban destinados a ser una familia y cada quien, era una pieza importante.

— Como siempre, los esposos serán los que abrirán el baile. — El señor Kang sonrió,
mirando a sus hijos mientras la sala era consumida por los aplausos.

El pálido soltó la cintura de su Omega, tendiéndole su mano para que este la tomara, el rubio
no lo dudó en ningún momento. Ambos caminaron al centro, antes de que la suave melodía
del piano y el violín comenzaran.
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Los brazos del menor, rodearon el cuello de su ahora esposo mientras este lo sujetaba por la
cintura, apegándolo a su cuerpo. Sus ojos se miraban fijamente. Los destellos azules y
dorados en sus ojos, estaban presentes. La melodía los guiaba.

— Ahora soy Min Jimin. — Dijo el menor, sacándole una sonrisa a su Alfa.

— Así es, amor. — Dejó un suave beso en sus labios.

— Estamos felices de que ahora nadie nos podrá separar. — Jimin ocultó su rostro en el
cuello de su esposo, embriagándose de su aroma.

— Sí, sé que mi padre deseaba vernos casados. — El menor soltó una leve risita.

— No hablaba del señor Kang. — Se separó para mirar su rostro. — Me refiero a que estamos.
— Jimin bajó la mirada por unos segundos y mordió su labio.

— No hablas en serio. — El Alfa miró el vientre de su esposo y volvió a mirarlo, este

simplemente asintió. — Pero...

— Estaba teniendo mis sospechas unas semanas atrás. Así que me hice análisis y hoy,
cuando me estaba arreglando, me marcó el Dr. Choi para darme la noti...

Las palabras quedaron en el aire, cuando el Alfa tomó el rostro de su Omega para fundirse en
un tierno beso.

— ¿Por qué no me dijiste? Te hubiera acompañado. — Acarició sus suaves mejillas

sonrojadas.

— Quería estar seguro para darte la noticia. Además, tu padre me acompañó, solo él lo sabe.

El Alfa volvió a abrazar al menor, pero al hacerlo, se encontró con la mirada de su padre,
quien lo miraba con una sonrisa, sabiendo que su hijo, había recibido la gran noticia de que
sería padre.

Conforme la melodía iba sonando, distintas parejas se iban uniendo al centro, acompañando
a los novios.
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Sehun invitó a su amado Omega para que bailaran, el cual no se negó y gustoso lo
acompañó. A NamJoon le hubiera encantado invitar a SeokJin, pero Joonie se había
quedado dormido desde que llegaron, así que se conformó con abrazarlo mientras miraban
al resto bailar.

— Jennie... — El pequeño Soobin parecía muy nervioso. — ¿Te gustaría bailar... Conmigo?

Los mayores, aunque parecían no darse cuenta, miraban de reojo a los niños, la nena de
largo cabello castaño asintió con una sonrisa tomando la mano de su amigo. SeokJin y
NamJoon no pudieron evitar sonreír al verlos tratar de bailar, unos pasos lejos de la mesa
donde estaban.

— Creo que Soobin está flechado. — Susurró el mayor en el oído de su esposo.

— Eso parece. — Sonrió.

— Creo que es de familia. — Rió el Alfa, a lo que el azabache lo miró alzando una ceja.

— ¿De qué hablas?

— Yo quedé cautivado con tu belleza desde el momento que te vi, y creo que eso mismo le
pasó a Soobin con ella. Él dijo que quería a alguien como tú. — Volvió a abrazar a su Omega.
— Al parecer ya encontró a su SeokJin.

El menor miró a los dos niños bailar, podía ver lo lindo y felices que se veían. ¿Podría ser o
solo es un simple amor de niños?

Taehyung se sentía ansioso. La presencia de Jungkook lo estaba afectando y el alcohol no

estaba ayudando, necesitaba alejarse de él cuanto antes. Sin poder más, bebió un último
trago y se puso de pie.

— Hobi, ¿Bailarías conmigo?

El pelirrojo tenía un trago en la mano, del cual se disponía a beber, cuando el Omega llamó
su atención. Este lo miró primero y luego desvió su mirada al Alfa azabache.

— Sí, claro. — Se levantó de su asiento, caminando hasta el centro, con el resto de personas.
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Hoseok podía sentir la penetrante mirada de Jungkook, en su espalda. Estaba seguro que lo
miraba de la misma forma que la vez anterior. Nuevamente se repetía esa noche,
simplemente que ahora ya no tenía que liderar con los celos de dos Alfas.

Tomó la cintura de Taehyung mientras este colocaba sus manos tras su nuca.

— Tu Alfa parece que me quiere matar. — Bromeó.

— No te hará nada, no lo dejaría. — Taehyung miraba sobre el hombro del Alfa como
Jungkook aún lo miraba.

— Tae, lleva toda la noche mirándote y tú a él. Si tanto se desean, ¿No crees que es cruel
seguirse reteniendo? — El menor lo miró sorprendido.

— ¿Qué? Eso no es verdad.

— Sabes que sí lo es. ¿Qué te detiene? — Bajó la mirada, sabía que no podía ocultarle nada a
Hobi.

— Tengo miedo... Tú me dijiste que me arriesgue una vez y salí muy lastimado...

— Tae, nadie es perfecto, todos cometen errores, lo importante es demostrar lo arrepentido

que estás y luchar por lo que realmente quieres. No conozco a Jungkook, pero puedo
apostar que realmente te quiere y le importas. Lo he visto. Siempre tiene los ojos puestos en
ti, aún habiendo tanta gente a su alrededor, sus ojos solo te enfocan a ti, pero es tu decisión
si le quieres dar una oportunidad.

Taehyung levantó la vista, pero al mirar sobre el hombro de Hobi, ya no se encontraba el Alfa
sentado. El menor lo buscó con la mirada, pero no lo podía encontrar, hasta que miró a la
dirección del balcón, ahí estaba, recargado, con un cigarrillo en la mano, pero nuevamente
con su vista fija en él.

Las horas fueron pasando, hasta que la gran fiesta, llegó a su final. Todos los invitados se
habían ido y solo quedaban sus amigos más cercanos.
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— Chicos, estamos agradecidos de que hayan podido venir. — Habló Jimin con una sonrisa.
— Pero nuestro vuelo sale en unas horas y sé que no me voy a ir tranquilo, hasta que me
digan quién llevará a Tae.

— Oh, no se preocupen, iré en un taxi, solo...

— De ninguna manera, Tae. Bebiste esta noche, jamás me perdonaría si te pasa algo. — Lo
regañó.

— Nosotros te llevaríamos, pero Luhan necesita descansar. — El nombrado asintió con un

puchero fingido.

— Con nosotros el auto está lleno, y los niños ya tienen sueño. — SeokJin miró a los niños y
estos inmediatamente se unieron a la mentira, fingiendo un gran bostezo.

Taehyung miró a Hoseok con súplica, sabiendo que era su última opción.

— Te diría que sí, pero estropearía el plan de todos para que te vayas con Jungkook. — Se
encogió de hombros.

El menor miró a todos, bufando. Su mirada se desvió notando al azabache recargado sobre
su auto, con otro cigarrillo en la mano.

— Los odio.

— Igual te amamos. — Jimin le aventó un beso.

El castaño suspiró derrotado, caminando hasta el auto del Magnate, quien acababa de
terminar su cigarro.

— Em...

— Solo sube.

El Alfa abrió la puerta, entrando a su auto, seguido de Taehyung. El menor al subir, se colocó
el cinturón, tratando de mantener la calma. Sabía que el alcohol en su cuerpo no era su
mejor aliado en ese momento.

Jungkook miró de reojo al Omega, percatÁndose de su nerviosismo.

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— No voy hacerte nada... — El castaño suspiró. — A menos que tú quieras. — Aclaró.

Eso lo volvió a tensar. El problema era que con todo ese alcohol en su cuerpo, podría hacer
cualquier cosa.

No dijo nada y desvió la mirada a la ventana, cerró los ojos en un intento de no pensar en
nada, sin darse cuenta que se había quedado profundamente dormido.

***

Sus ojos se abrieron al sentir una rica brisa tocar su piel. Se estiró, sentándose sobre la cama,
notando cómo la luz de la luna entraba por la ventana. Por un momento se sintió
desorientado y no supo dónde se encontraba, hasta que el aroma llegó a su nariz.

Café, Pino de bosque y Galletas...

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por Srta_YoonTae

Anhelo, Amor y Sentimientos...

El aroma reinaba en la habitación. No le tomó mucho tiempo a Taehyung reconocer que se

encontraba en la habitación del Magnate, una habitación que no había visto hace mucho,
pero que recordaba a la perfección.

La primera reacción del menor fue mirar bajo las sábanas, asegurándose que aún continuaba
con su ropa puesta. Al notar que todo seguía en su lugar, soltó un suspiro de alivio.

— Te dije que no te haría nada. — La voz del mayor se hizo presente en la habitación,
sobresaltando al castaño.
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Al mirarlo, notó su cabello mojado y por su dorso desnudo, podría apostar que acababa de
darse una ducha. Taehyung desvió la mirada, sintiendo el calor en todo su rostro.

— ¿Por qué me trajiste aquí? — Dijo mientras se levantaba de la cama.

— Estabas dormido y cuando traté de despertarte para que me dieras las llaves de tu casa,
solo decías puras incoherencias, así que mi única solución fue traerte aquí. — Se encogió de
hombros, colocando su toalla alrededor de su cuello.

El menor no recordaba nada después de quedarse dormido, se sintió un poco avergonzado

por lo que sea que haya dicho.

— Bueno, una disculpa por las molestias, pero me tengo que ir. — Trató de caminar a la
puerta, pero el cuerpo del Alfa se lo impidió.

— No puedes irte así, es muy tarde para que estés en las calles.

— Soy lo suficientemente adulto para cuidarme solo, gracias. — Trató de esquivarlo, pero el
mayor lo tomó por el brazo.

— ¿Por qué siempre eres tan terco?

— Debería hacerte la misma pregunta. — Contraatacó el menor.

— Bien, te quieres ir, perfecto. — Soltó su brazo. Justo cuando Taehyung volvería a tomar su
camino, fue llevado contra la pared. — Pero primero, tienes que decirme que amas a
Chanyeol y esta vez quiero que me mires a los ojos.

El rostro de Jungkook estaba a escasos centímetros, sus narices casi se tocaban. La

respiración de Taehyung era entrecortada, y su corazón latía tan fuerte, que sentía que podía
salirse de su pecho en cualquier momento.

— Yo... — Esos ojos negros parecían poder ver su alma. — Yo... — El castaño desvió su vista,
pero el Magnate lo tomó por la quijada, obligándolo a mirarlo nuevamente a los ojos.

— Dilo.
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Su cabeza le decía que lo mejor era seguir con la mentira, pero su corazón no quería, no
podía mentirle mirándolo a los ojos, no cuando veía el dolor en ellos, el mismo dolor que
tenían lo suyos.

— Yo... No puedo. — Bajó la mirada.

— Claro que no puedes, porque es mentira, al igual que esto.

La mano del Azabache soltó su quijada, bajando hasta el primer botón de la camisa del
menor. Con agilidad, fue soltando uno por uno los botones, Taehyung no decía nada.
Cuando el pecho del Omega estuvo expuesto, lo miró.

— Siempre lo llevaste contigo. — El menor dejó salir un sollozo, al tiempo que sus lágrimas se
deslizaron por sus mejillas. Jungkook lo envolvió entre sus brazos. — Es tiempo de que todo
esto acabe, nos estamos haciendo daño. — Tomó el rostro del Omega entre sus manos,
limpiando sus lágrimas con su pulgar. — No tenemos porqué vivir de esta forma.

Los ojos de Taehyung parpadeaban en un tono azul apagado, su lobo estaba muriendo y
podía sentir como se trataba de aferrar. El menor estaba siendo muy egoísta, y su lobo era el
que más lo estaba pagando.

— No tienes porqué responder ahora. — Miró los ojos del Alfa para después mirar sus labios,
lo quería, lo anhelaba.

Sin previo aviso, sus manos se deslizaron tras la nuca de Jungkook, atrayéndolo a él,
terminando esa distancia que lo estaba torturando. Sus labios se tocaron y al instante el
menor abrió sus labios para invitar al Alfa, este no perdió el tiempo, tomando la cintura del
menor para poder profundizar el deseado beso.

Sus lenguas se acariciaban con ferocidad, provocando unos chasquidos, avivando el deseo
en ambos cuerpos.

Los dedos de Taehyung se perdían entre las hebras color azabache mientras se colocaba de
puntitas, queriendo cada vez más del contrario. El Magnate comprendió, tomando los
muslos de este, alzándolo para que lo rodeara con sus piernas, dejando que un jadeo
escapara de la boca del castaño al separarse.
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— Hay que detenernos... Dije que no te haría nada... — Juntó sus frentes cerrando los ojos, en
un intento por no perder el control.

— Nada que yo no quiera... — Jungkook lo miró. Los labios de ambos brillaban y estaban
rojizos, sus respiraciones eran pesadas, se deseaban, pero Taehyung era quien más lo
necesitaba en esos momentos.

Sus labios se volvieron a unir, con necesidad que ambos añoraban saciar. Las manos del Alfa
sujetaron con más firmeza los muslos del menor, sacándole un jadeo, que pedía por más.
Los pasos del mayor se detuvieron, cuando sintió la base de su cama, inclinándose para
dejar el cuerpo de su amado Omega sobre esta.

Sus labios abandonaron los del contrario para seguir por un recorrido por su cuello, el cual
besaba, succionaba y mordía, saciando los deseos de ambos, alimentándose de los gemidos
que Taehyung le estaba otorgando.

— Ah~ — Tiraba de los cabellos azabaches. El recorrido del Magnate continuó por el pecho
acaramelado, deteniéndose en uno de sus pezones para succionarlo y jugar con él. — Agh~
Jungkook, por favor~ Ah~

Taehyung se estaba embriagando con el aroma del Alfa y sus acciones lo excitaban cada vez
más.

Las prendas fueron cayendo, dejándolos completamente expuestos uno del otro. Jungkook
podía volver admirar ese cuerpo acaramelado, sus curvas, todo él era perfecto.

— Taehyung... Mi pequeño Taehyung. — Realmente, el mayor había soñado con volverlo a

tener entre sus brazos y volverlo suyo, pero no lo haría, no de esa forma, no era lo mejor en
ese momento. — No te haré mío esta noche, no sé si el alcohol es el culpable de esto, y lo que
menos quiero es volver a arruinarlo... — Acarició su mejilla.

— Pero... — El Omega bajó la mirada desilusionado.

El Alfa no quería ver al menor así, sabía que el castaño estaba excitado, al igual que él.
Ambos tenían mucho que descargar en ese momento.
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— Ven aquí. — Lo ayudó a levantarse, quedando ambos parados, junto a la cama. — Inclínate
colocando tus manos sobre la cama.

Taehyung sintió como el calor subía por sus mejillas, mordió su labio inferior, acatando la
petición de Jungkook. El Magnate respiró hondo, al tener una perfecta vista de la parte
trasera del castaño. Caminó hasta él, colocándose detrás suyo, tomando sus caderas. Este al
sentir el roce del miembro del Alfa, soltó un jadeo.

— Creí que habías dicho que no me harías tuyo...

— No lo haré, pero nos ayudaremos mutuamente de otra forma. — Aclaró colocando su falo
entre las piernas del piel acaramelada. — Cierra tus piernas. — Taehyung hizo caso, sintiendo
como atrapaba el pene del contrario.

Jungkook se inclinó hacia enfrente, tomando el miembro del menor entre sus manos. Los
jadeos y gemidos del menor, se hicieron presentes, cuando el mayor comenzó a mover su
mano en un exquisito vaivén, combinado con las falsas embestidas.

— ¿Te gusta?

— S..Ah~ — Asintió con la cabeza, mordiendo su labio, apretando sus puños en las sábanas.
El Magnate sonrió, dejando besos por la espalda y hombros de Taehyung.

El menor podía sentir como un calor bajaba, hacía tanto no sentía esa sensación, sabía que
iba a correrse.

— D-detente~ — El azabache estaba cerca de llegar a su límite y por la forma en la que el

castaño apretaba sus piernas, era obvio que él también. — Jungkook..ah~

Los movimientos de este fueron más rápidos y con precisión, quería que Taehyung lo
disfrutara hasta el final, y así fue, al momento que el Omega arqueó su espalda, ambos
explotaron, pintando las piernas del menor y la mano del azabache. Sus respiraciones eran
pesadas.

Sus cuerpos brillaban por el sudor de ambos. Las piernas del castaño temblaban, pero
seguía de pie, debido al brazo que sujetaba su cintura, abrazándolo.
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***

Ambos estaban sobre la cama, después de haberse duchado. Jungkook solo llevaba unos
pantalones de chandal mientras Taehyung una camisa del Magnate, junto con un bóxer,
dejando sus bellas piernas a la vista.

El Alfa sostenía la cintura de su Omega como si tuviera miedo de que eso no fuera real, de
que no lo tuviera a su lado. Sin saber que Taehyung tenía el mismo problema, y por eso se
aferraba a oler su cuello para sentir el olor de su Alfa. Había pasado tanto tiempo.

— Tae. — El azabache buscó su rostro, que fue iluminado por la luz de la luna. Los ojos del
pequeño Omega, parpadeaban en azul, su lobo aún se aferraba a no morir. Al mirarlo supo
que, sin importar nada, esta vez sí le diría lo que debió decirle hace tiempo. — Taehyung, te
amo.

El Omega sintió su corazón latir con esas palabras. Los ojos del Alfa resplandecían en un
negro profundo, pero cuando Taehyung abrió la boca para hablar, el mayor lo calló,
abrazándolo.

— No digas nada, no ahora. No quiero que te sientas obligado a decirlo solo porque yo lo
hice, sé que todavía tengo que sanar tu corazón.

Taehyung sintió ganas de llorar, aferrándose al cuerpo del Magnate. Esa noche solo eran
ellos dos, no existía algo más, solo ellos. Sus ojos se cerraron, embriagándose del otro,
cayendo en un profundo sueño.

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Sus ojos se abrían con algo de pesadez, Taehyung colocó su mano en su frente mientras que
con algo de pereza, trató de levantarse, pero algo se lo impidió.
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Confundido, el Omega bajó la mirada, encontrándose con un brazo rodeando su cintura. Sus
ojos se abrieron sorprendido, al notar que llevaba puesta la camisa de alguien más.

¿Pero qué hice? ¿Taehyung, con quién mierda pasaste la noche?

Su corazón latía a mil. Con miedo, giró su cuerpo, encontrándose con el rostro del azabache.

No, no, no. ¿Qué pasó anoche? Vamos, Taehyung, ¡Piensa! Cerró los ojos con fuerza, tratando
de concentrarse. Vagos recuerdos y nublados pasaban por su mente.

***

— Hay que detenernos... Dije que no te haría nada...

— Nada que yo no quiera...

— Ah~ — Tiraba de los cabellos azabaches. El recorrido del Magnate continuó por el pecho
acaramelado, deteniéndose en uno de sus pezones para succionarlo y jugar con él. — Agh~
Jungkook, por favor~ Ah~

***

— No puede ser, tuvimos sexo porque yo se lo pedí. — Susurró para sí mismo para no
despertar al Magnate. — ¿Cómo mierda se me ocurrió hacer eso? — El castaño quería
golpearse a sí mismo.

***

— Taehyung... Mi pequeño Taehyung, no te haré mío esta noche. No sé si el alcohol es el

culpable de esto, y lo que menos quiero es volver a arruinarlo... — Acarició su mejilla.

— Tae. — Lo miró a los ojos. — Taehyung, te amo.

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***

El menor abrió los ojos, mirando al azabache nuevamente, el cual continuaba plácidamente
dormido.

— Entonces... No tuvimos sexo... Porque Jungkook no quería aprovecharse de mí... — Lo

contempló. — Y también dijo que... Me amaba... — Su corazón latió con fuerza, no había sido
un sueño, eso había pasado realmente.

Inconscientemente, acercó su mano al rostro del mayor para tocarlo, pero se detuvo
bruscamente al recordarlo.

— Chanyeol.

Se dio la vuelta, buscando su móvil. Al encontrarlo, miró la hora, eran las 07:52 am, soltó una
maldición. El vuelo salía a las 08:30 am. Si se apuraba, iba a poder llegar antes de que el Alfa
se vaya. Le había prometido ir a despedirse de él.

Con cuidado de no despertar a Jungkook, salió de la cama. Con sigilo abrió la puerta de la
habitación, dirigiéndose a la cual alguna vez fue la de él. Realmente estaba rezando porque
aún hubiera ropa de la cual el Magnate le había comprado cuando vivía ahí. Para su suerte,
todavía seguía ahí.

Tomó unas cuantas prendas y comenzó a vestirse lo más rápido que pudo, necesitaba
apurarse o no llegaría.

Con desesperación, Taehyung le pedía al taxista si podía ir un poco más rápido, ya que era
urgente. Miraba la hora a cada rato.

Finalmente, el auto se detuvo frente al aeropuerto, eran las 08:18 am. El castaño bajó
corriendo, entrando al lugar. Con la mirada, buscaba al Alfa, hasta que lo ubicó parado,
apunto de irse con su maleta.

— ¡Chanyeol! — El nombrado volteó, encontrándose con la sonrisa más perfecta para él.
Soltó un suspiro, creyó que no iba a poder verlo aunque sea una última vez.
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— Taehyung. — El Alfa extendió sus brazos para recibir al Omega, al tenerlo entre sus brazos,
pudo sentir el fuerte aroma a Café y Pino de bosque, sonrió triste.

— Perdón, pasaron muchas cosas. Creí que no llegaría. — Respiraba un poco agitado. — Pero
dijiste que tenías algo que decirme.

El rubio castaño acarició la mejilla del acaramelado, quería memorizar cada parte de su
rostro. Le dedicó una sonrisa.

— TaeTae, mi padre quiere que atienda unos negocios en Japón, así que me quedaré ahí.
Realmente, no sé cuánto tiempo, tal vez un año, puede que más. — La sonrisa de Taehyung
desapareció. — No creo que sea bueno seguir con lo nuestro, yo te quiero y sé que tú
también a mí, pero no nos queremos de la misma forma y sabes que es verdad.

El castaño bajó la cabeza, se sentía mal al recordar lo que había pasado la noche anterior
con Jungkook, y lo peor era que no sentía ni una pizca de arrepentimiento por lo que hizo.

— Chanyeol... Yo tengo que decirte algo que pasó anoche... — Sabía que tenía que decirle, al
final estaban juntos en una relación, cuando pasó la noche con otra persona.

— No tienes nada que decir. — Levantó la quijada del menor para que lo mire. — Sé que
estuviste con él.

— Perdón, sé que estuvo...

— Está bien. — Sonrió. — Siempre supe que tarde o temprano, este día llegaría. No tienes que
disculparte por amar a alguien, no todos podemos estar con la persona que amamos, pero tú
sí puedes, no dejes que algo del pasado, te aleje de tu felicidad.

Taehyung no pudo evitar recordar lo feliz que se sintió estar otra vez entre los brazos del
Magnate. El Alfa se acercó al Omega y colocó su mano en su nuca, el menor lo miró.

— Deja de esconder lo que sientes. — Deslizó la sortija del cuello de Taehyung, mostrándole
el anillo, antes de deslizarlo por su dedo anular. — Ahora está donde siempre debió
quedarse. — Le sonrió.

El Omega sintió ganas de llorar. Chanyeol había estado con él a pesar de todo, aún sabiendo
que quería a alguien más, se quedó cuidándolo, y ahora estaba dispuesto a irse para que
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Taehyung pudiera ser feliz. El menor metió su mano en su bolsillo, sacando un pequeño arito
dorado.

— Esto tampoco me pertenece. — Lo colocó sobre la palma del Alfa. — Gracias, Chanyeol.
Espero puedas encontrar a la persona correcta.

"Vuelo con destino a Japón, por favor pasen a la puerta 9-C, el vuelo saldrá en cinco
minutos."

Chanyeol suspiró, mirando una vez más al menor, acariciando su mejilla por última vez.
Realmente, no sabía cuándo lo volvería a ver.

— Bueno, ya me tengo que ir. — Taehyung asintió con una triste sonrisa. — Una cosa más. —
Se acercó a su oído, susurrándole algo, que sorprendió al castaño. — Adiós.

El Alfa soltó al castaño y tomó su maleta, dirigiéndose al área que le habían indicado
segundos atrás. Taehyung no se fue hasta que lo perdió de vista por completo. No podía
dejar de pensar en lo que le había susurrado. Tocó sus labios inconscientemente. Aún seguía
sorprendido y algo feliz.

Mientras caminaba fuera del aeropuerto, miró el anillo plateado en su dedo, en su mente
gobernaba el azabache, pero al salir, el viento acarició su rostro, sintiendo la suave fragancia
de Café, Pino de bosque y Galletas.

Al alzar la mirada, se encontró con el hombre que ponía su vida de cabeza. Estaba con ropa
informal, recargado sobre su coche negro. Sintió una calidez en su corazón al verlo. Poco a
poco se fue acercando a él, quedando frente a frente.

— No sabía que eras de los que les dices te amo y huyen a la mañana siguiente. — Taehyung
sintió como el calor se asentaba en su rostro.

— Jungkook, tenemos que hablar de... Nosotros.

— Bien, vamos a desayunar y hablamos. — El menor asintió subiendo al auto, se sentía

nervioso y a la vez ansioso.
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Ambos estaban frente a una mesa de una cafetería, por petición del menor. Era una cafetería
donde le gustaba ir con Luhan cuando recién se conocieron.

Ya habían ordenado lo que iban a desayunar. Taehyung miró a la ventana mientras cruzaba
sus piernas bajo la mesa, estaba nervioso por la mirada del Alfa.

— ¿Quieres hablar ahora o después de desayunar? — El castaño lo miró. No tenía caso

retrasar la conversación.

— Ahora está bien. — Inconscientemente mordió su labio. Ese gesto, tenía demasiado poder
sobre el Magnate.

Taehyung respiró hondo, pensando cómo comenzaría, pero su mente estaba hecha un lío.
Finalmente, suspiró.

— Primero que nada, una disculpa por mi comportamiento de ayer. Quiero darte las gracias
por haberme "frenado" de alguna forma...

— Descuida, para mí también fue difícil tener la cabeza fría en ese momento. — Sonrió
apenado el mayor, lo cual hizo sonrojar al castaño.

— Pero está claro que lo que pasó ayer, no quiere decir que somos algo... — El azabache
asintió.

Jungkook era consciente que su encuentro de ayer, no quería decir que todo se había
arreglado.

— Como te dije antes, no hay un argumento sólido para un nosotros, por nuestro pasado. No
sabemos si puede haber un nosotros, realmente...

— Lo sé. Sé que nuestro inicio, no fue el mejor, más por mi parte. — Bajó la cabeza.

— No te estoy culpando por completo, yo... También tuve culpa. Tal vez no en el inicio, pero
sí al final. — Lo miró a los ojos. — Yo debí haber cogido tus llamadas y esperar una
explicación de tu parte.

— No... Estabas en tu derecho...

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Los dos se quedaron callados por unos segundos, Jungkook estaba seguro que Taehyung
volvería a rechazarlo, pero no dejaría que todo termine así. Él lo quería, no, lo amaba.

— Los dos cometimos errores. — Taehyung colocó su mano sobre la del Magnate. Ahí fue
donde el mayor notó que llevaba puesto el anillo. — Pero ¿Cómo estamos seguros de que
esta vez las cosas saldrán bien entre nosotros? — Jungkook lo miró, tomando su mano.

— Quiero proponerte algo, hagamos un último intento. Te canjeo los dos meses que te
quedan como mi sumiso, y deja que te demuestre en esos dos meses, que sí puede existir un
nosotros. — Los ojos del Alfa le suplicaban con la mirada.

Taehyung no podía negarse cuando lo miraba de esa forma, y estaría mintiendo si decía que
no quería intentarlo una vez más.

— Quiero hacerlo, pero tienes que hablarme más sobre ti. Tú sabes casi todo de mí, pero yo
no sé nada de ti. — Bajó la cabeza, soltando la mano de Jungkook. — Además, prométeme
que no volverás a ocultarme algo que me concierne, porque no te lo volveré a perdonar.

— Será con tus reglas y condiciones. La primera vez fue a mi manera, lamentablemente no
supe ser justo contigo.

— Quiero que lo hagamos bien esta vez, como una pareja normal, quiero que vayamos lento.

— ¿Te refieres al sexo? — Las mejillas del Omega se tintaron de carmesí.

— En parte...

— Bien, ya espere un año, puedo esperar un poco más. — Bromeó, sacándole una sonrisa al
menor.

— Entonces, tenemos un trato, señor Jeon Jungkook. Tiene dos meses. — El menor le
extendió la mano con una sonrisa, la cual fue tomada por el nombrado al instante.

— Estoy seguro de que te tendré más que solo dos meses, Kim Taehyung. — Ambos se
miraron, sus miradas conectaban a la perfección, haciendo brillar azules los ojos del Omega
por unos segundos, antes de volver a apagarse a su tono natural.

Su lobo parecía querer despertar...

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por Srta_YoonTae

<<YoonMin>>

Al despertar, el Omega se encontraba completamente solo sobre la gran cama de hotel.

Frunció el ceño al no ver a su esposo.

Se levantó de la cama al escuchar la ducha, sonrió entrando al cuarto de baño y comenzó a

despojarse de sus prendas, quería sorprender a su Alfa.

Lentamente, entró a la ducha abrazándolo por la espalda, haciendo sobresaltar al pelinegro.

— Jimin. — Se dio la vuelta, mirando al pequeño rubio. — ¿Qué haces aquí? — El menor
sonrió.

— Solo vine a darme una ducha con mi esposo. — Dejó un casto beso sobre los labios del
Alfa. — ¿Qué haces despierto tan temprano?

— Me llamaron de la oficina.

— Pero es nuestra luna de miel. — Hizo un puchero, que le parecía realmente adorable al
mayor. — ¿No puede hacerse cargo Hoseok?

El Omega besó el cuello de su Alfa, sacándole un jadeo. YoonGi cerró los ojos, pero al
instante se separó de su esposo.

— No, Hoseok está ocupado con el asunto de Tailandia, ya sabes, por el viaje que tuvo hace 2
meses.
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— Sí, lo entiendo, pero yo he pospuesto todo para que pudiéramos disfrutar de nosotros. ¿No
puede esperar hasta que volvamos?

— No, lo siento. — Se alejó del menor. — He terminado de ducharme. — Sin más, salió del
cuarto de baño, dejando al joven Omega.

Jimin bajó la cabeza, posando sus manos sobre su vientre. YoonGi jamás había actuado de
una forma tan distante como lo acababa de hacer. Una idea había pasado por su mente, pero
se negó a creer que era eso.

— No, él nos ama... ¿Verdad? — Acarició su vientre.

Los primeros días habían sido similares, YoonGi se la pasaba pegado a su teléfono, haciendo
llamadas. Cada que el menor se acercaba queriendo un poco de cariño por parte de su
esposo, este se justificaba con que tenía trabajo que hacer.

— YoonGi... Me enteré que hay aguas termales aquí mismo en el hotel... No sé, yo estaba
pensando, por qué no vamos un rato...

— Me encantaría, pero aún tengo cosas que hacer. — El menor apretó sus puños mientras
mordía su labio.

— ¡Ya estoy harto! Se supone que este viaje era para nosotros y lo único que has hecho, es
ignorarme. — El Alfa no se esperaba esa reacción por parte de su Omega. — No sé qué te
pasa, te has comportado así, desde que te dije que esperamos un cachorro, y... Estoy
empezando a creer que tú no estás feliz porque vayamos a ser papás...

Los ojos del rubio se aguaron y eso rompió el corazón del pálido. YoonGi nunca creyó que su
hermoso Omega, se imaginaría que su distancia era porque no estaba feliz por la llegada de
su cachorro. La explicación era realmente muy distinta.

— Jimin...

— Olvídalo... Iré solo. — Se dio la vuelta, reteniendo sus inmensas ganas de llorar.
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El Alfa no podía dejar que se fuera, teniendo esa idea tan errónea. Antes de que el menor
pudiera llegar a la puerta, el pelinegro lo abrazó por la espalda, escuchando su sollozo. Ese
momento le recordó a la vez que había hecho llorar a Jimin en su casa, después de decirle
tantas cosas feas. Se sentía tan mal por haberlo hecho llorar de nuevo.

— Perdón por arruinarlo todo... Creí que estarías tan feliz como yo... — Cubrió su rostro.

— No vuelvas a decir eso. — Le dio vuelta para que quedaran justamente de frente. — Claro
que estoy feliz. Jimin, vamos a tener un cachorro, es nuestro y es la prueba de todo el amor
que nos tenemos. — Tomó sus mejillas, las cuales estaban empapadas por sus lágrimas.

— Entonces ¿Por qué te alejas de mí?... — El pálido desvió la mirada, soltando un suspiro.

— Porque tengo miedo de lastimarlos. — Jimin lo miró confundido. — Jimin, tu sola

presencia altera todos mis sentidos. Me encantaría poder besarte, tocarte, hacerte mío,
pero... ¿Y si hago algún movimiento brusco y le hago daño al cachorro?

Ahí fue donde el Omega entendió todo y su corazón dejó de doler. No era porque su Alfa no
los quisiera, era su miedo a poder lastimarlos de alguna forma, aunque no fuera consciente
que le estaba haciendo más daño con su distancia. Jimin estaba en cinta y lo que más
quería, era estar cerca de su esposo.

— YoonGi, no seas tonto, tuvimos sexo antes de la boda y el cachorro está bien. — Acarició su
mejilla. — No nos vas a hacer daño.

Jimin bajó sus manos a la cinta que sostenía su bata de baño, soltando el nudo. Su Alfa no se
perdía ningún movimiento, hasta que la bata cayó por completo al suelo.

— Jimin... — Trató de alejarse al sentir la presencia de su lobo. Sus ojos cambiaban a dorado.

— No va a pasar nada, te lo prometo, vamos a estar bien. — Tomó sus manos. — Pero en
serio, te necesitamos. — Sus ojos brillaron azules.

El mayor con manos temblorosas, tomó con cuidado la cintura del rubio, al sentir sus labios
sobre los suyos. Había extrañado tanto cómo se sentía besarlo.

Jimin fue guiando a su Alfa hasta la cama y lo empujó levemente, haciéndolo caer sentado
para sentarse a horcajadas sobre él y continuar con su asalto.
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— Jimin... ¿No te parece mejor esperar? — El menor lo miró serio. — Solo es una sugerencia.

— Entonces mírame a los ojos y dime que no lo deseas tanto como yo. — YoonGi abrió la
boca, sin poder creer lo que había dicho el rubio.

— No es justo que uses mis propias palabras sobre mí. — Jimin sonrió.

— ¿Por qué no? Esa vez te funcionaron para quitarme la virginidad. — Alzó una ceja mientras
mordía su labio juguetonamente.

— Min Jimin. — Le advirtió.

— Qué sexy suena cuando lo dice en ese tono, señor Min YoonGi. — Besó sus labios,
provocando que sus entrepiernas se rozaran.

El Alfa no pudo poner más resistencia ante los encantos del menor, el Omega era muy astuto
y siempre obtenía lo que quería.

Los besos y las caricias iban aumentando mientras las prendas del mayor iban cayendo. La
posición había cambiado, Jimin estaba recostado sobre la cama, con sus piernas abiertas,
dándole paso al mayor.

— Ah~ YoonGi... — El nombrado continuaba chupando y succionando el miembro del rubio.

El Omega arqueaba la espalda, debido al placer que le proporcionaba su querido esposo.

Jimin amaba los orales del Alfa, su lengua hacía maravillas, y aunque le gustaran mucho,
sabía cuál era su plan. Con toda su fuerza de voluntad, lo empujó por los hombros.

— Sé lo que estás tratando... — Trató de respirar. — YoonGi, prometiste que me marcarías

después de la boda. — Hizo un puchero.

El menor llevaba mucho tiempo esperando el día en el que su Alfa por fin lo marcara. YoonGi
suspiró, tomando sus manos.

— ¿Estás seguro? — Lo que más le preocupaba, era el cachorro. — Si realmente crees que
ambos van a estar bien, lo haremos.

Jimin lo miró con un brillo en los ojos. Sin pensarlo, lo abrazó.

— Te lo prometo, vamos a estar bien, jamás nos harías daño.

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Esta vez fue el pelinegro quien comenzó el beso, recostando nuevamente al menor sobre la
gran cama. YoonGi siempre era cuidadoso con el Omega, pero esta vez lo era aún más.

Sus grandes manos acariciaban con delicadeza el fino cuerpo de su amado. Sin duda, era
perfecto. Jamás había visto tanta perfección, hasta que lo conoció. Ahí supo que siempre
estaría con él.

Besó su cuello, posicionando su miembro en la húmeda y lubricada entrada del menor,

haciéndolo jadear.

Poco a poco se fue empujando, abriéndose camino dentro de él, haciéndolo gemir
sonoramente. Las uñas del Omega eran clavadas en su espalda, haciéndolo jadear.

Jimin rodeó con sus piernas las caderas de su esposo, cerrando los ojos con fuerza. Al
principio siempre era doloroso, pero valía la pena al sentir la oleada de placer después.

— Te amo, Jimin. — Besó sus párpados, los cuales estaban húmedos. Al sentir sus labios, este
abrió los ojos.

— Te amo, YoonGi. — Besó sus labios, soltando sus piernas de las caderas del Alfa,
indicándole que estaba listo.

Lentamente, el mayor comenzó un suave vaivén, el cual iba subiendo poco a poco para no
lastimar al rubio. Aún tenía miedo de poder lastimar al cachorro.

— Si te duele más de lo normal o sientes algo raro, dime y me detendré...

— Ah~ YoonGi... Estoy bien, sigue~ Ah~

El nombrado sintió como las paredes anales del menor comenzaban a succionarlo,
haciéndolo jadear. Sus embestidas comenzaron a tomar forma y precisión conforme Jimin le
pedía más.

Su miedo comenzó a volverse deseo, dejándose llevar. Ambos estaban disfrutando, el placer
era exquisito. Solo había pasado una semana y lo sentían como si hubieran sido años.
Realmente se necesitaban.
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Jimin sintió un cosquilleo en la parte baja de su vientre. En cambio, el Alfa sintió como
estaba cerca de su nudo. Sabía que ya era momento, sus dientes comenzaban a tener
ansiedad por penetrar la piel de su Omega.

Su lengua acaricia la piel del rubio en el área donde lo mordería, justo en el momento en que
sus dientes se encajaron en su blanca piel, Jimin soltó un grito corriéndose, al sentir cómo se
formaba el nudo de su Alfa dentro de él.

Sus ojos eran azules y dorados. Por fin eran uno. YoonGi pasaba su lengua sobre la marca
para que la cicatrización fuera más fácil. Jimin estaba agotado.

Su respiración era pesada, el dolor de la mordida era inmenso, un corazón latía a mil, pero
podía sentir cómo se iba formando el lazo entre ellos, sus aromas se iban mezclando y
pudieron sentir la unión con su cachorro.

El menor dormía plácidamente sobre la gran cama, pero una voz llamó su atención. Al abrir
un poco los ojos, pudo notar su camiseta algo levantada, dejando a la vista su vientre. Su Alfa
estaba recostado sobre sus piernas mientras le hablaba al vientre plano. Jimin no quería
interrumpir aquella escena, así que simplemente siguió escuchando.

— No puedo creer que hay alguien ahí dentro. — Lo tocó con la yema de su dedo. Debido a la
mordida, ahora podía sentir al cachorrito que crecía dentro de su amado. — Seguro eres muy
pequeñito, tal vez no me entiendas o escuches, pero quiero decirte que yo soy tu papá. — Se
levantó, colocando sus labios sobre el vientre del Omega. — Y te amo mucho. Tu papá Jimin
también te ama. — Susurraba.

Debido al roce de los labios del pálido, le causó cosquillas al rubio, sin poder evitarlo, soltó
una leve risita.

— ¿Qué haces, amor? — Jimin abrió los ojos, acariciando el cabello de su ahora esposo.

— Le estoy hablando al cachorrito. — Volvió a mirar el vientre de su Omega. — ¿Qué crees

que sea? — Colocó su oreja como si fuera a escuchar al bebé.
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— No lo sé, aún es muy pequeño para saberlo. El Dr. Choi dijo que apenas tengo entre dos a
tres semanas. — Sonrió al ver la emoción de su Alfa por el tema.

— Ya quiero que nazca. — Hizo un puchero.

El Alfa era como un cachorro cuando quería y eso le daba ternura al Omega. Soltó un suspiro,
al final tendría su propia familia.

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por Srta_YoonTae

El pequeño Omega azabache miró con un puchero a su querido Beta.

— ¿A dónde me llevas, Sehun?

El castaño oscuro sonrió ante la desesperación del menor. Estiró su mano colocándola sobre
la del contrario y le dio un leve apretón.

— Ya verás. — Luhan bufó, cruzándose de brazos.

Ya era de noche y el Omega no tenía ningún idea de a dónde lo estaba llevando su novio, solo
le dijo que irían a un lugar.

La paciencia no era un don que tuviera el pequeño azabache, pero el Beta tampoco diría
nada, así que prefirió dejar de insistir y morir por la intriga.

De pronto, el auto se detuvo, llamando la atención de Luhan. Miró a todas las direcciones,
pero no vio nada. Literal, era un lugar con poca luz y algo retirado de la civilización.

— ¿Dónde estamos? — Frunció el ceño. — Si no fueras mi novio, creería que esto se trata de
un secuestro.
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— No deberías confiarte mucho solo porque soy tu novio. — El Omega lo miró confundido. —
Quédate aquí, ahora vuelvo.

El mayor salió del auto, dejando a Luhan. El azabache estaba algo nervioso, no sabía de qué
se trataba todo eso, y las palabras que le acababa de decir el Beta, no lo ayudaban mucho.

De la nada, un montón de luces se prendieron, sobresaltando al menor, quien cubrió su boca

para no gritar del susto. Muchas luces de distintos colores brillaban frente a él, tuvo que
cerrar un poco sus ojos para acostumbrarse.

La puerta a su costado fue abierta, dejando ver a su chico, que le extendía la mano para
ayudarlo a salir del auto. Algo sorprendido, correspondió saliendo de este.

Al salir, pudo ver todo con más claridad. Frente a ellos, había una gran Noria, de ahí salían las
luces de colores. Luhan miró al mayor.

— Sehun, ¿Qué es esto?

— Ven. — Pasó su brazo por la espalda del Omega para tomarlo por su cintura. — Renté una
Noria solo para nosotros, esta noche es nuestra.

Ambos caminaron hasta la gran Noria, donde había un hombre esperándolos para que
abordaran una de las cabinas. Sehun intercambió unas cuantas palabras con aquel hombre y
este simplemente asintió.

— ¿Ya piensas decirme qué es todo esto? — Preguntó su Omega, una vez la cabina comenzó a
tomar altura.

— Sí. Hace un año, conocí a un Omega. Era un chico realmente bello, que no pude evitar
quedar cautivado. Solo quería estar cerca de él, pero me negaba a creer que podía existir
algo entre nosotros, y fui muy...

— ¿Egoísta? ¿Inmaduro? — El Beta sonrió al recordar que así lo había llamado su Omega
tiempo atrás.

— Sí, y literal, te terminé raptando y te subí a una noria como esta. — Luhan no pudo evitar
sonreír con nostalgia al recordar ese día. — Ese día decidí que era tiempo de decir mis
sentimientos, sin importar nada y te pedí que lo intentáramos. Así que, creí que sería bueno
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recrear ese momento, pero para dejar de ser novios y dar el siguiente paso. — Los ojos del
menor se abrieron en grande. — ¿Luhan, aceptarías formar una vida conmigo? — Un
pequeño arito plateado salió a la luz. — Esta vez, sí lo compré. — Dijo con una sonrisa
apenado.

— No... — Dijo sin poder retener las lágrimas. — No quiero formar solo una vida contigo,
quiero todas las que sean posibles. — Brincó a los brazos de su amado, sintiendo su suave
aroma de Leña recién cortada y Coco.

— Luhan, ten cuidado, el cachorro. — Lo tomó con delicadeza por la cintura.

— Él está bien. — Dijo sorbiendo su nariz. — Tiene al mejor papá y yo al mejor hombre. —
Besó sus labios, el beso era salado debido a las lágrimas del menor. Todo era tan nostálgico.
Solo que ahora esas lágrimas eran de felicidad.

De pronto, un sonido fuerte y un destello, hizo que el menor se ocultara en el pecho de

Sehun asustado, pero al abrir los ojos, pudo ver las luces de colores en el cielo.

— ¿Lo recuerdas? Esa noche, frente al espectáculo de luces, supe que mi lobo eligió al tuyo.

— Yo lo supe la noche que me entregué a ti por primera vez. Sabía que nadie me podría hacer
sentir como tú lo haces. — Acarició su mejilla. — Jamás me importó que fueras un Beta,
porque no me enamoré de tu rango, me enamoré de ti, de la persona que eres. Lo mismo le
pasó a mi lobo, no vio su rango, solo el amor que desprendía el tuyo.

— Te amo, Luhan. — Lo acercó más a él. — Mejor dicho, los amo, a ti y a nuestro cachorro.

— Te amo, Sehun, y estoy seguro que cuando nuestro cachorro nazca, te amará.

Ambos se abrazaron, el espectáculo de luces aún continuaba mientras sus lobos aullaban a
la luna.

NamJoon besaba y acariciaba a su bello Omega. Ambos estaban recostados sobre su gran
cama. A SeokJin le encantaban los mimos de su esposo.
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— Te amo, SeokJin. — Le susurró.

— Yo también te amo, aunque seas un tonto Alfa. — Escondió su rostro en el cuello del
mayor, sintiendo su cálido aroma.

Las manos del rubio grisáceo, entraban bajo la camiseta del Omega, acariciando su perfecta
cintura.

Los tiernos besos, comenzaron a subir de tono conforme oía jadear al menor. Los labios
descendieron a lo largo de su cuello, dejando leves marcas. SeokJin solía enojarse cuando le
hacía marcas muy notorias, ya que eran difíciles de maquillar a la hora que tenía una sesión
de fotos en la empresa.

— Ah~ NamJoon... — El nombrado se detuvo mirando como su Omega comenzaba a

arquearse, debido a su tacto.

— SeokJin... — El Alfa llevaba mucho dándole vueltas al asunto. — ¿Y si tenemos otro

cachorro? — El menor lo miró sorprendido. Todo el calor del momento, se había esfumado.

— ¿O-otro? — El de piel bronceada asintió. — ¿No crees que es muy pronto? Me refiero a que
SeokJoon aún está pequeño, también tenemos a Jennie y sin contar a Soobin que viene muy
seguido. — NamJoon bajó la mirada. — No quiero decir que no quiero tener más cachorros
contigo. Pero, amor, ¿Por qué apresurarnos? Disfrutemos de Joonie que aún depende mucho
de nosotros. — Acarició su cabello.

— Tienes razón, solo que la idea de volver a verte en cinta, me encantaría. Realmente te
sienta muy bien el embarazo. — Las mejillas del azabache se tornaron rosadas por el halago
de su Alfa.

— Te prometo que en unos años me volverás a ver así. — Besó sus labios. — Mientras,
podemos hacer otra cosa. — Mordió su labio inferior seductoramente, sentándose sobre el
regazo de NamJoon a horcajadas.

El Alfa sonrió ante la insinuación de su Omega. SeokJin se inclinó hacia enfrente, subiendo la
camiseta de su amado para dejar un recorrido de besos por su abdomen. Sus labios iban
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subiendo, cuando se escuchó un fuerte llanto, que lo hizo enderezarse. El mayor soltó una
leve risa.

— ¿Quieres que vaya yo o vas tú?

— Déjalo voy yo — El Omega se bajó del regazo de su esposo para caminar hasta la puerta y
salir de la habitación.

NamJoon acomodó su camiseta aún con una sonrisa divertida, era verdad que al tener hijos
las cosas cambiaban y podían pasar momentos como esos, pero ni eso lo hacía arrepentirse
de nada y seguía con la idea de querer otro cachorro.

Los minutos fueron pasando hasta que la puerta volvió abrirse dejando ver a Seokjin con su
pequeño cachorro en brazos, quien tenía su nariz roja y los ojos aguosos de tanto haber
llorado.

— ¿Que pasó? — El cachorro al ver a su padre Alfa volvió hacer un puchero extendiendo sus
bracitos mientras abría y cerraba sus manitas.

— No quiere dormir en su cuna. — Dijo finalmente el Omega, sentándose en la cama, viendo

como su pequeño se refugiaba en los brazos de su Alfa.

— ¿Quieres dormir aquí, campeón? — El cachorro simplemente asintió tallando sus ojitos. —
Bien. — Se acostó en la cama con el pequeño sobre su pecho.

NamJoon le mostró su brazo a su esposo para que se uniera. Con una sonrisa, el Omega
recostó su cabeza sobre el brazo de su Alfa y acarició la cabellera castaña del cachorro. El
juego de aromas mezclados, adormeció al pequeño. El mayor miró a su esposo e hijo con
una sonrisa, ese era uno de los momentos que más amaba, sin duda.

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por Srta_YoonTae

Los ojos del piel acaramelada comenzaron a parpadear, acostumbrándose a los rayos del sol
que se filtraban por la ventana de su habitación.

Esa mañana se sentía distinta, no, era distinto.

Sin evitarlo, sonrió cubriendo su rostro con su almohada, recordando la plática que había
tenido con el azabache. Su corazón latía con fuerza. Sin más, soltó un suspiro, levantándose
de la cama para ir al baño y arreglarse.

Mientras se duchaba, no podía dejar de pensar en cómo debería actuar ahora con el
Magnate. Era verdad que ayer habían hablado en que se darían una oportunidad, pero...
Nunca dijeron qué serían exactamente.

Finalmente, salió de la ducha y comenzó a vestirse. Se colocó unos jeans negros y una
camisa blanca, algo ancha, pero sentía que algo le faltaba. Sin más, se miró al espejo.

Al hacer eso, se encontró cara a cara con el afelpado conejo blanco que reposaba sobre un
mueble. El conejo llevaba alrededor de su cuello, una llamativa corbata rojo vino, la cual
conocía a la perfección, porque había sido la que Jungkook le había regalado tiempo atrás,
cuando viajaron juntos a Busan. La idea pasó por su mente y sonrió.

— Lo siento, Cooky, pero creo que tomaré prestado esto. — Taehyung retiró la corbata,
colocándola alrededor de su cuello como accesorio, pero se detuvo mirando nuevamente al
conejo blanco. — Espera... ¿Cómo sé tu nombre?

***

— Pero este conejo necesita un nombre... ¿Qué te parece Cooky?

— Me gusta...

***

Su corazón latía con fuerza, ese recuerdo había sido borroso y confuso. De pronto, el sonido
de la puerta lo sacó de su trance.
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— Voy. — Habló fuerte para después volver a dejar el conejo en su sitio.

Caminó hasta la puerta y la abrió, quedándose de piedra. Aunque el hombre estuviera de

espaldas, sabía a la perfección de quién se trataba.

— ¿Q-qué haces aquí? — Sus mejillas se coloraron al instante.

El Alfa dio media vuelta, con una gran sonrisa en su rostro. Taehyung no era el único que se
sentía diferente esa mañana. El azabache irradiaba felicidad y se podía sentir en su
agradable aroma que desprendía y alteraba el corazón de su Omega.

— Buenos días. Estaba saliendo de casa y pensé en pasar a buscarte, al fin y al cabo vamos a
la misma empresa. — El castaño bajó la mirada, cubriendo su sonrojo mientras lamía su
labio.

El Magnate observó al menor. Su vestimenta le quedaba jodidamente espléndida, aunque

todo en él se veía deslumbrante, pero su vista se detuvo en la corbata en su cuello. Esta
estaba colocada de forma informal, con el nudo flojo. La utilizaba más como un lindo
accesorio.

Sonrió, acercándose peligrosamente a Taehyung, colocando sus manos en su cintura,

tomándolo por sorpresa.

— J-Jungkook... — Posó sus manos sobre el pecho del mayor, por lo que el Alfa aprovechó
para tomarlo por la quijada, alzando su rostro. El Omega podía sentir con más intensidad su
aroma. Sus rostros estaban a escasos centímetros.

— Te queda tan bien esa corbata. — Su aliento fresco y cálido, acariciaba sus labios por la
cercanía. — El rojo, sin duda, es un color que resalta lo mejor en ti. — Taehyung tragó grueso.

— Jungkook... Estamos afuera, alguien nos puede ver...

— ¿Entonces quieres que terminemos esta conversación adentro? — Tomó con más firmeza
el agarre en la cintura del menor.

— Sí... Digo, no. — Se apartó del Alfa, antes de dejarse vencer por sus instintos. — Dijiste que
viniste por mí para ir al trabajo. Bueno, ya estoy listo. — Le sonrió.— No queremos llegar
tarde.
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— ¿Por qué no? Soy el jefe después de todo. — Se encogió de hombros una vez el castaño
cerró la puerta de su casa.

— Por eso mismo, tienes que dar el ejemplo. Además, yo soy un practicante. Lo que pasa en
nuestra vida privada es punto y aparte de lo laboral. — Le aclaró, subiendo al auto del
Magnate.

Jungkook frunció el ceño ante las palabras de su Omega mientras de igual forma subía al
auto para ponerlo en marcha.

El recorrido fue silencioso, pero no era incómodo. Ambos estaban tranquilos y en paz. En el
primer semáforo que apareció, el mayor detuvo el auto, suspirando.

Taehyung miraba por la ventana de su lado, tratando de controlar sus emociones. Aún
trataba de analizar si realmente estaba con su Alfa o esto era un simple sueño, porque si era
así, esperaba no despertar.

En cambio, el Magnate contemplaba el perfil del castaño. Sin poder esperar, estiró su mano,
tomándolo de la barbilla para que lo mirara. Sus ojos marrones lo miraron con sorpresa,
Jungkook no pudo evitar sonreír, antes de juntar sus labios en un cálido y suave beso. Lo
había extrañado y quería demostrarle cuánto significaba para él a cada momento, quería
recuperar el tiempo perdido. Sus labios se acariciaban con dulzura mientras una corriente
recorría sus cuerpos.

El sonido de las bocinas, daban aviso que debían separarse y continuar su camino.
Lastimosamente, se separaron. El Omega sintió el calor en sus mejillas y corazón. Cuando el
auto se puso en marcha, Taehyung observó a su Alfa. Su mirada bajó hasta su mano y se
meditó de si debía tomarla o no.

Finalmente, suspiró dándose por vencido. Tal vez aún era muy apresurado, así que
simplemente entrelazó sus propios dedos sobre sus piernas. Lo que no sabía, es que el
azabache no se había perdido de nada y era consciente de lo que su Omega quería. Sin decir
nada, pasó su mano por en medio, ocupando el lugar, entrelazando sus dedos.

— Si quieres tomarme de la mano, puedes hacerlo. — Lo miró brevemente, antes de volver su

vista al frente. — Ya no tienes que pensarlo o esperar mi permiso. — Le dio un leve apretón.
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— Yo... Es solo que... Aún tengo que acostumbrarme. — Dijo avergonzado.

— Lo sé. Descuida, está bien. — Tiró de la mano del menor para besar el dorso de esta.
Taehyung le dio un apretón como respuesta y volvió a sonreír.

Pero el recuerdo de esa mañana, lo había dejado con una incógnita muy grande. ¿De quién
era aquel conejo blanco?

El lindo Omega acababa de volver de ir a entregar archivos a distintas áreas de la empresa y

a recolectar algunas firmas que eran necesarias para algunos documentos. Así que, por
ahora estaba sentado en el sillón, organizando los archivos que necesitaban revisión más
urgentes y los separó, colocando notas sobre cada bulto de folders.

Al terminar, se dirigió con Yerim para entregar los archivos.

— Hola, Yerim, aquí están los archivos del área 8-2. Los de este lado, son para finales de este
mes y estos, son para dentro de dos meses. — La Beta asintió, anotando en un blog de notas.
— De todas formas, cada uno tiene una nota, con sus respectivas fechas.

— Vaya, realmente te gusta trabajar. — Dijo asombrada la castaña. — Aún siendo trabajos
pequeños, como practicante, te lo tomas muy en serio. Eso habla muy bien de ti.

— Gracias... — Sonrió con un leve rubor.

— Creo que eso es todo lo que te corresponde por hoy. Si quieres, ya te puedes ir. —
Taehyung asintió y miró la puerta de la oficina, donde se encontraba el azabache.

— Emm... Creo que iré a ver si el señor Jeon necesita algo. — La chica asintió con una sonrisa,
viendo como el castaño tocaba la puerta antes de entrar.

El gran Magnate trabajaba tras su escritorio, llevaba al rededor de 4 horas revisando

documentos que le había mandado YoonGi, debido a su colaboración como socios de
empresa. En la ausencia de YoonGi, él haría una gran parte del trabajo, ya que Hoseok
revisaba otros asuntos. Jungkook se ofreció ayudarlo, ya que eran relacionados con
Tailandia, pero el pelirrojo se negó, diciendo que también vería asuntos personales.
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Taehyung se recargó sobre la puerta, contemplando a su Alfa. Estaba tan ocupado, que ni
siquiera había notado su presencia. El menor suspiró y caminó hasta la cafetera, sacando
dos tazas. Lo más seguro, era que el azabache estuviera agotado.

Se dirigió al escritorio con ambas tazas y colocó una frente al Magnate, llamando su
atención.

— Creo que debes descansar un poco. — Esos ojos negros lo miraron. — Te preparé café, con
poca azúcar. — Sonrió mientras se sentaba frente a él.

— Gracias. — Le dio un sorbo a su café. No sabía si era por el cansancio o porque lo había
hecho su Omega, pero le pareció exquisito el sabor de ese café. — ¿Ya terminaste tu parte del
trabajo?

— Sí, terminé con los archivos del área 8-2. Ya se los entregué a Yerim. — Jungkook asintió,
dando otro sorbo.

Taehyung también le dio un trago a su propio "café", el cual era un poco más dulce, con una
mínima cantidad de café, ya que no era fan de él y con mucha crema. Todo lo contrario al
café negro y amargo del azabache.

Después de unos minutos, el Omega mordió su labio, recordando lo que Chanyeol le había
susurrado, antes de irse.

***
— Bueno, ya me tengo que ir. — Taehyung asintió con una triste sonrisa. — Una cosa
más. — Se acercó a su oído. — El día del hospital, fue él quien te encontró en los archivos
y te hizo compañía, también lo vi dándote un beso. — Sus palabras sorprendieron al
castaño. — Adiós.

***

La verdad era que saber que su beso no fue un sueño, hacía latir su corazón, pero también
estaba la curiosidad por lo que había pasado antes.

— Jungkook... — Asentó su taza en el escritorio mirando al nombrado. — ¿Qué pasó el día

que me desmayé en los archivos?
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El azabache parecía sorprendido por la pregunta del menor, pero simplemente suspiró,
dejando de lado su taza para comenzar a contarle.

— Ese día, te había mandado a archivos, pero mi lobo estaba inquieto. Jamás lo había
sentido así de alterado por querer tomar el control. Normalmente, es muy dócil a mis
órdenes, pero ese día tampoco me encontraba muy bien, por lo que le fue más sencillo
tomar el control desde mi forma humana...

~~~

— Taehyung...

El Alfa tenía los ojos en un rojo vivo y brillante. Su animal por dentro, había tomado el control
de su cuerpo. Aunque Jungkook fuera consciente, estaba muy débil para quitar a su lobo del
mando.

Salió de la oficina olfateando el aire, necesitaba sentir el aroma de su pequeño Omega. Por
dentro, este lo llamaba y estaba sufriendo.

Los pasos del Alfa eran largos y precisos. Al cruzar por una puerta, pudo sentir más fuerte su
aroma. Sin pensarlo dos veces, se adentró, encontrándose con su dulce Omega, en el suelo, con
una mueca de dolor.

El lobo cerró la puerta y corrió a sujetarlo entre sus brazos. El pequeño temblaba y jadeaba
de dolor.

— D-duele... — Parecía delirar del dolor. Sus ojos chispeaban de azul a marrones, su lobo se
estaba yendo.

El lobo no sabía qué hacer. Su amado Omega, estaba muriendo por su ausencia. De alguna
forma necesitaba traerlo devuelta o al menos darle un ancla para que resistiera un poco más.

— J-Jungkook... — Sus ojos se encontraron y ahí fue donde Taehyung se dio cuenta y negó. —
No... Alfa... ¡Ah! — Volvió a hacer una mueca de dolor, apretando su pecho.

El Alfa estaba feliz de que ese chico lo había reconocido, no como Jungkook, sino como lobo,
pero tenía que hacer algo o lo perdería justo en sus brazos. Sin pensarlo más, recostó al menor
en el suelo, alejándose de él.
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Pronto comenzó a retirar sus prendas con rapidez. Su lobo no se presentaba en su forma
animal, desde esa noche cuando Jungkook tenía 7 años, pero haría cualquier cosa para salvar
a su Omega.

Sin más, poco a poco un imponente y gran lobo azabache, se hizo presente. Su cuerpo era
fornido, con un pelaje esbelto y brillante. El aroma a Pino de bosque, comenzó a intensificarse
con la presencia de aquel lobo. Sus ojos rojos, se centraron de inmediato en el menor y avanzó
a él, recostándose de forma que le daba protección con su gran cuerpo mientras lo acurrucaba
para que su aroma lo envolviera.

Este lamía el cuello de su amado, el cual respiraba con dificultad. Parecía estar perdiendo el
conocimiento, pero debido al aroma del Alfa, sus quejidos habían comenzado a cesar poco a
poco.

Los minutos fueron pasando mientras aquel lobo llenaba de mimos a su querido Omega. Su
estado era débil, pero al menos sabía que estaba bien. Su presencia directa, había sido de gran
ayuda para evitar que el lobo dentro del chico muriera.

Pronto, Jungkook comenzó a adquirir más control de su cuerpo. Necesitaba llevar a Taehyung
a un hospital, pero su lobo no quería dejar a su Omega.

"Tienes que irte" — Le dijo Jungkook.

Pero el lobo negó, acurrucándose más contra el cuerpo del menor, lamiendo nuevamente su
cuello con cariño. Inconscientemente, Taehyung se apegó más al gran lobo.

"No puedes quedarte" — Jungkook suspiró. — "Te prometo que estará bien, pero tienes que
dejar que lo lleve a un hospital"

El lobo se debatió y al final lamió por última vez la mejilla del Omega ,antes de permitir que su
parte humana volviera y con ella también Jungkook.

~~~

— Al final te pude llevar al hospital, y por suerte tu lobo estaba bien, aunque seguía dormido.

— Entonces, eres...
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— Un cambia-forma. Son muy escasos ahora en la actualidad, y los últimos que quedan, son
los que llevan la sangre de un Alfa puro, aunque no todos tienen el control para sacar su
forma animal. — Aclaró.

Taehyung asintió, aún curioso por el tema. Ahora tenía muchas más preguntas, pero no
quería agobiar tanto al azabache.

— Ya es tarde. — Miró la hora en el reloj de su muñeca. — Continuaré mañana. Puedo llevarte

a tu casa y...

— ¿Puedo dormir contigo?— El menor tenía la mirada desviada, debido al rubor en sus
mejillas.

— ¿En mi casa?

— Donde quieras, solo... Quiero dormir contigo.

Jungkook no pudo negarse, nunca se hubiera atrevido. Él igual desea entregarse a los brazos
de Morfeo, con su Omega a su lado. Además, si Taehyung quería dormir con él, quién era
para negárselo.

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por Srta_YoonTae

El agua tibia recorría su piel acaramelada, acariciándolo con delicadeza, su cuerpo se sentía
realmente relajado, sin duda, después de ese duro día de trabajo.

Aunque su cuerpo estaba relajado, su mente era un manojo de tensión, sabiendo que del
otro lado de la puerta en la habitación, lo esperaba aquel que era dueño de todos sus
pensamientos.

Puede que Taehyung haya sido el que le pidió que durmieran juntos y tampoco era como si
fuera la primera vez, pero aun así se sentía algo nervioso.
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Finalmente, cerró el grifo, soltando un suspiro bajo, antes de tomar la bata de baño para
poder cubrir su cuerpo y secarse. Se paró frente al espejo para mirar su rostro, aún se veía
algo cansado debido a su salud. Aún se sentía un poco triste por seguir sin sentir a su lobo,
sabía que estaba ahí, pero su lazo era casi inexistente.

Se la pasaba pensando si por su egoísmo ya era demasiado tarde, eso lo hacía sentir mal.
Había tratado tan mal a su lobo, cuando él solo quería estar con su Alfa. Soltó otro suspiro,
negando con la cabeza. Su lobo estaba bien, solo tenía que darle un poco de tiempo, pensó.

Sin más, tomó el bóxer que le había dejado el mayor y se lo colocó, junto con una camisa de
Jungkook, la cual tenía su aroma impregnado. A Taehyung le gustaba usar las camisas de su
Alfa, lo hacían sentir seguro.

Mientras terminaba de colocar los últimos botones, salió del cuarto de baño, encontrando al
azabache recostado sobre la cama, con un pantalón de chándal gris oscuro y con el dorso
desnudo, sus manos estaban tras su cabeza, tenía los ojos cerrados. Al parecer se había
quedado dormido por la forma tan tranquila en la que respiraba.

Taehyung, con mucho cuidado, se metió bajo las sábanas para no despertar a su Alfa, pero
apenas estuvo completamente recostado, sintió como unos brazos lo rodearon, haciéndolo
brincar de la impresión.

— Me asustaste, creí que estabas dormido. — Le susurró quedito.

— Te estaba esperando. Sé que quieres preguntarme algunas cosas, lo puedo sentir por tu
aroma. — Taehyung mordió su labio.

— No importa, puedo esperar a que te sientas listo para contarme sobre ti. — La verdad era
que la curiosidad lo estaba matando, pero sabía que era algo complicado para Jungkook
hablar sobre él.

El mayor volteó al Omega para encontrarse con su mirada. Con cuidado, retiró unos cuantos
mechones rebeldes para dejar expuesto su rostro.

— Está bien. Te prometí que hablaría más sobre mí, sé que esto es importante para ti... No te
voy a negar que no es fácil, pero prometo hacer un esfuerzo.
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Taehyung sintió un calor en su pecho y no pudo evitar acariciar la mejilla de Jungkook,

atrayéndolo hacia él para dejar un suave beso sobre sus labios.

— Gracias...

Ambos se abrazaron un rato disfrutando de aquel bello momento que parecía tan irreal para
los dos.

Jungkook acariciaba el cabello castaño del menor mientras su otra mano sujetaba suave y
firme la parte baja de su espalda. Mientras, Taehyung escondía su rostro, embriagándose
con su aroma y disfrutaba del tacto de sus caricias, pero la curiosidad lo estaba matando.

— Jungkook... — Lo apartó un poco, encontrándose con sus ojos. — ¿Qué pasó esa noche
cuando tenías 7 años? — El mayor se tensó ante la pregunta.

Había tratado de olvidar todo lo que le fuera relacionado con su infancia. Sobre todo, esa
noche tan sangrienta.

— Creo que ya sabes la respuesta. — El castaño tenía una leve idea, las pistas eran claras,
solo quería confirmar sus dudas. — Sí, Taehyung. El asesino soy yo...

El lobo de Jungkook bajó las orejas, aunque lo único que hizo fue defenderse. Tenía miedo
de que su Omega pensara mal de él.

El mayor pudo sentir la tensión en el cuerpo de Taehyung y el cambio en su aroma, era obvio
que ahora ya no lo querría como su Alfa. Los ojos del menor, tuvieron una leve capa brillosa.

Con un suspiro quedito retiró su mano de su cintura, pero fue detenido por el acaramelado
para que no lo suelte.

— Puedo sentir tu miedo... — Se atrevió a confesar el azabache con tristeza.

— Pero no de ti, es por ti. — Acarició su mejilla. — Eras solo un niño y la vida fue muy injusta
contigo, no merecías nada de eso... — Sus ojos lo traicionaron.

— Aún así, yo lo maté...

— Era eso o él a ti. Tu lobo solo buscó como protegerte y le estoy muy agradecido por
salvarte, por dejarme sentir tu aroma y mirar tus ojos.
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Taehyung dejó un leve beso sobre los labios de su Alfa. La corriente volvió a recorrer su
cuerpo, aunque solo haya sido un pequeño tacto.

— Siempre tuve miedo... — Confesó. — De ser como él... La noche que te lastimé, me di
cuenta que me estaba volviendo en lo que más miedo tenía.

— No eres un asesino y tampoco eres como él. — Taehyung sabía las ideas erróneas que se
estaba haciendo en la cabeza y no lo dejaría culparse. — Deja de torturarte a ti mismo,
pagando una condena que no te corresponde, cuando tú fuiste una víctima en todo esto.

Jungkook miró los ojos del menor, buscando la duda en ellos y como siempre, no encontró
nada, solo su mirada sincera.

Realmente, podría estarse destruyendo el mundo y le importaría una mierda, si su Omega lo

miraba de esa forma. Les faltaba un largo camino por recorrer. Aún se estaban sanando
mutuamente, pero nada importaba, si estaba con su dulce Omega.

Subió su mano, rosando su mejilla e instintivamente, Taehyung cerró los ojos,

concentrándose en las caricias de su Alfa. Jungkook besó la frente del menor, bajando a sus
ojos, su nariz, sus mejillas y por último, rozó sus labios con dulzura.

El beso fue subiendo, pero no era salvaje y apasionado, era puro y sincero, cargado con
emociones y sentimientos.

— Ah~ — Jadeó el menor, cuando sintió las manos del mayor sujetando su cintura, aunque
no fuera con dobles intenciones. — J-Jungkook... Hazme el amor...

El nombrado dejó de besarlo, apartándose un poco.

— Taehyung, creo que no estás pensando claramente, dijiste que querías ir lento.

— Sé lo que dije, pero a la mierda todo. Si el mundo va arder, ardamos con él, pero juntos.

— ¿Qué quieres decir?

— Que te quiero a ti, sobre todas las cosas. Ya no quiero ser egoísta, quiero escuchar mi
corazón y él lo único que grita, es tu nombre... Jungkook, te amo.
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Sin darle tiempo a responder, Taehyung besó sus labios, poniendo fin a su distancia. Había
sido sincero, sin importarle nada, ni nadie. Aunque dijo que no quería ser egoísta, mintió,
porque no dejaría que nadie se interponga nuevamente entre ellos.

— Taehyung... ¿Estás seguro de que quieres estar conmigo? — El menor sonrió.

— Quiero correr ese riesgo y esta vez lo quiero hacer de verdad.

El corazón de Jungkook latía desenfrenado. Taehyung había dicho que lo amaba. Su lobo
aullaba contento, su Omega lo había aceptado por fin.

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por Srta_YoonTae

Besos, Caricias y Un nuevo comienzo...

Ambos cuerpos desnudos, sobre la cama, entre las marrones frazadas y blancas sábanas. No
era la primera vez que sus cuerpos coincidían de esa forma tan íntima, pero sí la primera vez
que lo harían después de aceptar sus sentimientos en voz alta.

Se susurraban palabras de anhelo, que calentaban sus corazones, unidos por un mismo
sentir. El amor dejaba de ser callado y escondido para salir, llenándolos a ambos.

Jungkook acarició con suavidad, contorneando las bellas curvas de su amado. El tacto hacía
la ilusión como si acariciara los pétalos de una rosa, tan pura y suave. No había pudor en
ninguna caricia. Taehyung por su parte, viajaba sus manos por el pecho de este hasta sus
hombros, y terminando por su cuello mientras sus labios jugaban con dulzura.

Un suspiro de deseo, escapa de sus bocas con cada tacto. Estaba disfrutando el momento.
Su momento. No había nadie que se interpusiera, solo ellos confesando sus sentimientos y lo
que llevaban guardado en sus corazones.

— Eres perfecto... — Susurró sobre sus labios.

— No lo soy... Nadie puede serlo.

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— Lo eres para mí. — Sujetó su cintura, volteándose, dejándolo justo sobre él, sacándole una
sonrisa al castaño.

— Eres un tonto, Jungkook. — Rió quedito, volviendo a besar sus labios.

— Pero soy tuyo. — Mordió el labio del contrario, haciéndolo soltar un jadeo en forma de
suspiro. — Y tú eres mío. — Sus ojos brillaron rojos.

— Todo tuyo. — Los ojos del Omega volvieron a parpadear de marrones a azules.

Sin previo aviso, Taehyung se levantó, quedando sentado sobre el regazo del mayor,
dándole una vista deslumbrante de su cuerpo acaramelado, que resaltaba con la luz de la
luna que se filtraba por la ventana.

Sus ojos se miraban fijamente.El menor comenzó hacer pequeños movimientos circulares,
sus mejillas estaban ruborizadas mientras mordía su labio inferior. Jungkook no pudo evitar
jadear roncamente ante tal imagen del Omega.

— Taehyung~ No juegues así... — Cerró los ojos, tratando de mantenerse cuerdo.

— ¿Por qué?... — Dio un pequeño saltito, arrebatándole un gemido al Alfa, el cual tomó las
caderas del castaño para detenerlo.

— Tae. — Le advirtió.

— ¿Qué? — Sus ojos continuaban con su cambio de color repentino. Se volvió a reclinar hacia
adelante, provocando que el miembro de Jungkook rozara su húmeda y lubricada entrada.

— Ah~ T-Tae...

— Lo volveré a decir una vez más, Jeon Jungkook. — Se acercó a su oído, susurrándole. —
Quiero que me hagas el amor. — Mordió el lóbulo de la oreja de su Alfa, haciéndolo jadear.

— No es justo que hagas esto, después de ponerme en abstinencia. — Lo regañó suavemente.

— Vamos, Kookie~ Mi lobo y yo necesitamos a nuestro Alfa... Y solo tú puedes complacernos.

— Lamió el cuello del azabache, haciéndolo estremecer mientras se frotaba con su cuerpo.
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— ¿Qué estás haciendo? — Jungkook lo tomó por los hombros, apartándolo un poco, a lo
que Taehyung gruñó, haciendo brillar un poco más sus ojos. — Kim Taehyung ¿Acaso me
estás marcando con tu aroma? — El menor miró a otro lado, haciéndose el desentendido.

— No... — El azabache lo tomó por la quijada para que lo mirara. — Bueno... Tal vez, un
poquito. — Mostró su dedo indice y pulgar para mostrarle lo poco que lo estaba haciendo.

— Entonces, lo justo es que yo haga lo mismo. — Lo jaló hacia él para volver a besarlo.
Jungkook podía sentir como la habitación se llenaba de sus aromas mezclados.

Mientras se besaban, el castaño hacía leves vaivenes, sobre el falo de su Alfa, haciendo
jadear a ambos. Jungkook no pudo mantener las manos quietas ante la insistencia del
menor.

Sus manos contornearon la delicada cintura del Omega, descendiendo hasta su redondo y
esbelto trasero, el cual apretó, sacándole un gemido sonoro al castaño.

Los cuerpos de ambos comenzaban a transpirar y sus respiraciones eran pesadas, sus
corazones latían en la misma frecuencia desesperados.

— Te necesito~ — Taehyung se sentía extraño. No podía ser su celo, ya que ante la ausencia
de su lobo, no podía entrar en celo, pero sí sentía algo distinto y necesitaba con muchas
ansias a su Alfa.

Jungkook gruñó al escuchar las súplicas de su amado que lo llamaba, que lo necesitaba y él
solo quería complacerlo para callar sus deseos, aunque el mayor también lo necesitaba.

Sin más, el azabache cambió la posición, quedando sobre el Omega, quien lo miraba con
deseo y un destello de felicidad. El Alfa sonrió negando con la cabeza.

— Bien, tú ganas. — Taehyung mordió su labio, acariciando la mejilla del mayor para después
continuar con aquel beso mientras Jungkook bajaba su mano hasta la entrada de su Omega,
la cual estaba más que lubricada, no había necesidad de prepararlo. — Estás tan mojado~ —
Gruñó quedito.

— Es por ti... — Mordió el labio de su Alfa.

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El mayor tomó los muslos del Omega, alzándolos un poco para colocarlos sobre él. El
lubricante de Taehyung, comenzaba a escurrirse por sus piernas. Sin perder más tiempo,
Jungkook tomó su pene erecto, el cual comenzaba a doler, y lo llevó justo a la entrada del
menor, el roce los hizo jadear.

El Alfa continuaba besando los exquisitos labios de su Omega mientras comenzaba a abrirse
paso, entre las paredes anales de Taehyung. El castaño por su parte, se aferraba abrazando
la espalda del mayor.

— Ah~ J-Jungkook... Duele~ — El nombrado era consciente, podía sentir como las paredes
del menor lo estrechaban igual de fuerte que la primera vez.

— Tranquilo, pequeño, ya va a pasar. — Le faltaba poco para penetrarlo por completo. La

sensación era tan cálida y exquisita que Jungkook podría correrse en ese momento.

Por su lado, Taehyung, aunque sentía dolor, también lo estaba disfrutando, lo quería más a
fondo. Extrañaba esa sensación de dolor y placer en su cuerpo, extrañaba a su Alfa que sabía
complacerlo.

El Alfa comenzó con unas suaves embestidas, escuchando los gemidos de su pequeño
Omega, quien le pedía más con cada estocada.

Los aromas los embriagaban. Disfrutaban ese bello momento, donde sus cuerpos se unían y
el lobo del mayor aullaba llamando a su pareja ante su ausencia. También quería sentirlo.

— Ah~ Jungkook... — Suspiró sintiendo como llegaba a su límite manchando ambos

abdómenes. Repetía su nombre una y otra vez para convencerse que todo era real y se
aferraba a la espalda de su Alfa.

Los llamados de Taehyung eran música para los oídos del azabache, quien en unas cuantas
estocadas, se dejó hacer formando su nudo y uniendo sus cuerpos por completo, siendo
uno. El placer y dolor, hicieron que el menor arqueara su espalda, clavando sus uñas en la
espalda de su amado, haciéndolo gruñir.

— Te amo, Taehyung. — Besó su frente, aunque esta estuviera húmeda.

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El castaño sonrió con la respiración entrecortada, tratando de recuperar el aliento. Poco a

poco abrió los ojos, encontrándose con el rojo intenso en los ojos de su Alfa.

— Te amo, Jungkook. — Besó sus labios castamente.

Los minutos fueron pasando, hasta que el nudo se soltó, dejando que el mayor pudiera
abandonar el cuerpo de su amado, el cual se había quedado dormido del cansancio.
Jungkook era consciente que su pequeño Omega, debido a su condición, se cansaba más
rápido, así que lo dejaría dormir mientras él se encargaba de limpiarlo.

Una vez el menor estuvo limpio y el azabache también, lo cubrió con una frazada mientras lo
envolvía entre sus brazos para mantenerlo caliente con su cuerpo y no fuera a enfermarse
por el frío de la noche.

Por alguna extraña razón, el lobo de Jungkook lo arañaba por dentro, pidiendo que lo dejará
salir, pero el mayor se negó, no creía que fuera conveniente, aunque también quería saber la
razón por la actitud de su lobo.

28. Maratón.
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por Srta_YoonTae

Nota: Este maratón no tiene relación con la pareja principal. Si no lo quieres leer, no lo
hagas y espera a la historia principal. Solo digo que todos los capítulos son importantes
y los escribo por algo, no como relleno. Disfruten el maratón.

<<Japón>>

El joven Alfa acababa de llegar a su destino. El avión había aterrizado hace 25 minutos y se
encontraba de camino a su hotel, donde se hospedaría las primeras semanas. Su corazón
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aún dolía por haber dejado al chico de sus ojos, pero sabía que era lo mejor, tanto para
Taehyung como para él.

Finalmente, llegó al hotel y caminó a recepción. No era la primera vez que había ido a Japón,
así que dominaba muy bien el idioma.

— Buenas tardes. — Un chico joven de cabello rubio, se acercó para atenderlo.

— Buenas tardes. Disculpe, soy nuevo y me temo que no se hablar coreano. — Trató de
explicarse aquel joven, algo apenado.

— Descuida, yo también hablo japonés. — El chico, quien al parecer era un Omega, suspiró
aliviado y volvió a sonreír. — Hice una reservación a nombre de Park Chanyeol.

De pronto, su móvil comenzó a sonar, dándose cuenta que era su padre. Sin perder el
tiempo, cogió la llamada.

El Omega miró una libreta y asintió, dándole una tarjeta para poder abrir la puerta de su
habitación.

— Es la habitación 548. Que tenga buena tarde. — Chanyeol asintió, aún con el móvil pegado
a la oreja y tomó rumbo a su habitación.

El Omega soltó un suspiro aliviado, ese era su primer día de trabajo y lo que menos quería,
era arruinarlo con su inexperiencia con los idiomas.

De repente, un chico no muy alto, de cabello oscuro, apareció, vistiendo de forma algo
llamativa. Por su dulce aroma, era obvio que se trataba de un Omega.

— Buenas tardes. — Habló el nuevo cliente, quien, al parecer, también era coreano.

— No hablo coreano. — El chico frunció el ceño.

— ¿Disculpa? No te entiendo, no hablo japonés. — El recepcionista lo miró confundido, sin

entender lo que decía. — Yo. — Se apuntó a sí mismo el cliente. — Reservé una habitación. —
Con su mano, simula hablar por teléfono y apunta por el pasillo, por lo que el trabajador
asiente.
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— ¿Usted viene con el chico del teléfono? ¿Reservaron juntos? — El muchacho asiente,
creyendo que el recepcionista le había entendido. — Habitación 548. Que tenga buena tarde.

Sin más, le entrega una copia de la llave de la habitación que le habían dado al anterior
sujeto, por lo que el Omega hizo una reverencia, antes de tomarla e irse.

Chanyeol no tuvo ni tiempo de ir a su habitación, porque su padre le había marcado para que
asistiera a una reunión con unos accionistas muy importantes que se irían al día siguiente.
Por ese motivo, habían adelantado la junta.

El Alfa no pudo negarse. Además, mantenerse ocupado, le ayudaba a mantener la mente

ocupada y no deprimirse.

Finalmente, la noche llegó, por lo que el Alfa solo quería ir a su habitación, darse una ducha y
acostarse a dormir. Estaba realmente agotado.

Al final decidió no darle importancia, ya mañana llamaría a los de limpieza para que asearan
la habitación, seguro era el aroma de algún cliente anterior. Suspirando, se quitó los zapatos
y los calcetines mientras caminaba hacia el baño para darse una ducha, también se deshizo
de sus pantalones, quedando únicamente en ropa interior.

Al tomar la perilla de la puerta, el dulce aroma se sintió aún más fuerte, por lo que frunció el
ceño, al sentir como su lobo se movía inquieto.

Justo en el momento en el que Chanyeol iba a abrir la puerta, alguien más lo hizo, haciendo
que pierda el equilibrio. Sin poder impedirlo, el Alfa cayó sobre aquel muchacho,
sorprendiendo a ambos.

— ¿Pero qué...? — Trató de hablar el rubio castaño, pero el fuerte grito del chico bajo él, casi
lo deja sordo.

— ¡AH! ¿¡Qué haces en mi habitación?! ¡Oh por dios, eres un pervertido! ¡AH, papá tenía
razón...! — Chanyeol se estaba aturdiendo con los gritos del chico, así que cubrió su boca.
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— Calla, no grites, no soy un pervertido. — Soltó un suspiro frustrado, él solo quería paz y
tranquilidad y le pasaba eso. — Voy a quitar mi mano, pero tienes que prometer que no vas a
gritar. — El azabache asintió.

— Cómo me vas a decir que no eres un pervertido, estás semidesnudo sobre mí, oh, por Dios
y yo estoy desnudo. Por favor, señor pervertido, no me viole. Apenas tengo 18 años, bueno,
pronto 19, pero me falta mucho por vivir. ¿Quiere dinero? Le puedo dar dinero, mis padres
tienen mucho dine... — El mayor gruñó volviendo a tapar su boca.

— Solo cierra la boca. — El chico tenía los ojos llorosos y el lobo de Chanyeol no dejaba de
actuar de forma extraña, sin tomar en cuenta, que su aroma lo estaba confundiendo tanto,
como que los dos estaban prácticamente desnudos. — Mira, haremos esto, voy a soltarte y
cerraré los ojos para que tú puedas tomar tu ropa y vestirte. Después que ambos estemos
usando ropa, hablaremos. — El chico volvió a asentir. — Y por si fuera poco, no hables, solo
quédate callado.

Finalmente, ambos hicieron lo acordado. Ambos buscaron algo de ropa para cambiarse. Una
vez estuvieron listos, el muchacho se quedó sentado en una esquina, algo asustado, seguía
con la cabeza baja. Nunca había sido tan sumiso, pero algo en ese Alfa, hacía que su lobo lo
obedeciera, sin contar su fuerte aroma.

Chanyeol suspiró, tomando asiento en la cama frente al Omega. Masajeó su sien, pensando
cómo hablar con él. La verdad es que apenas era un niño, solo tenía 18 años, era obvio que
estaba asustado.

— Mira, no soy un pervertido, ¿Está bien?

— ¿Entonces por qué entraste a mi habitación? — Alzó un poco la cabeza, abrazándose a sí

mismo.

— Esa es la cosa, esta es MI habitación, yo hice la reserva.

— No es verdad, esta es mi habitación, yo también hice mi reserva. — Por primera vez, se

levantó, mostrándose firme ante el Alfa.
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— Mira, hay una forma de arreglarlo. Vamos a recepción, seguro ahí nos pueden decir qué
pasó.

— Me parece bien.

Ambos salieron de la habitación rumbo a la recepción, donde se encontraba el mismo chico

que los había atendido horas atrás.

— Buenas noches. Disculpe, parece que hubo una confusión, este chico y yo estamos en la
misma habitación. — El mayor habló en japonés, dejando confundido al Omega que lo
acompañaba.

— Claro, el joven dijo que venía con usted. — Chanyeol frunció el ceño mirando al azabache.

— ¿Por qué le dijiste que veníamos juntos? — Al escuchar eso, el chico abrió los ojos
sorprendido.

— ¿Qué? Yo nunca dije eso, ni siquiera hablo japonés, solo le dije que había reservado una
habitación. — Dijo indignado por la acusación.

— Disculpa, parece que fue una confusión. El joven dice que se refería a que había reservado
una habitación aquí.

— Una disculpa, realmente no entiendo coreano, es mi culpa. Puedo ofrecerle otra

habitación si gusta. — Chanyeol asintió, el chico comenzó a revisar la agenda del hotel. —
Señor... No quedan habitaciones disponibles por el momento, y el resto están reservadas,
pero una habitación será desocupada en una semana, puedo reservarla para el joven. — El
Alfa soltó un suspiro frustrado.

— Está bien, resérvala, no importa que se quede en la mía una semana. — El chico asintió. —
Gracias.

— ¿Y qué te dijo?

— No hay habitaciones disponibles por el momento, así que te quedarás en la mía.

— ¿Qué? — Cubrió su cuerpo con sus brazos. — Eso no, yo soy un Omega y tú... No es
apropiado. Si mis padres se enteran, me van a matar.
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— No hay de otra, este fue tu error. Da las gracias que estoy siendo considerado contigo y te
dejaré quedarte en mi habitación. Si no te parece, puedes ir y dormir bajo un puente. — Dio
media vuelta, dirigiéndose de nuevo a la habitación.

— Qué hombre más arrogante y grosero. Parece que es de Alfas actuar de esa forma. —
Apretó sus puños enojado, antes de caminar tras ese Alfa.

Sin duda, sería una larga semana para ambos...

Ambos volvieron a la habitación. Chanyeol estaba algo irritado. Normalmente, él es una

persona tranquila, pero ese chico lo tenía muy confundido. Su lobo seguía alterado, dando
vueltas, y su piel tenía impregnado su aroma a Frutos rojos, Piña de bosque y Chocolate
blanco.

— Bueno, dada la situación, tendremos que compartir la cama. Descuida, es lo

suficientemente grande y colocaremos una almohada en medio.

— ¿Cómo sé que no tratará de propasarse conmigo? Además, yo no sé japonés. ¿Cómo

puedo estar seguro de que el recepcionista no es amigo suyo y ambos planearon esto para
quitarme mi pureza? ¿Y si los dos son unos pervertidos? — Chanyeol tiró un poco de sus
cabellos.

— Maldita sea contigo. No soy un pervertido. — Alzó la voz, asustando al joven. — Si quieres
busca mi nombre en internet y compruébalo. Me voy a dar un baño. — Dio media vuelta.

— Oiga, señor. — El Alfa se detuvo. — No sé su nombre. — Dijo avergonzado el Omega.

— Park Chanyeol. Ahora, no molestes.

Una vez entró al cuarto de baño, el menor tomó su móvil y tecleó el nombre del sujeto, la
información no tardó en aparecer. Al parecer, era un Alfa con una buena familia, tenía 22
años, era hijo único y la verdad era que no se veía tan gruñón en las fotos, hasta se veía lindo
cuando sonreía. Su lobo meneó la cola. La habitación estaba impregnada con su fuerte
aroma.
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Madera mojada, Frutos secos y Yogurt.

Cuando Chanyeol salió del baño, se encontró con el pequeño Omega sentado junto a la
puerta, parecía que lo estaba esperando. Al verlo, se puso de pie tan rápido, que lo hizo
marearse, pero el Alfa lo sostuvo.

— Perdón. — Se apartó, haciendo una corta reverencia. — Quiero disculparme por mi

comportamiento de hace un rato, pero tienes que entender que para mí siendo un Omega,
no puedo confiar en cualquiera. Siempre están los Alfas que quieren propasarse. — Dijo
bajando la cabeza.

Por un momento, el mayor se sintió mal por haberle gritado. Era verdad, él como Alfa, no
tenía que preocuparse por eso. En cambio, él solo era un niño.

— Descuida, tienes razón, yo no debí alterarme tampoco. — El chico lo miró nuevamente con
un brillo en sus ojos.

— Te parece si comenzamos de nuevo. Bueno, con eso que compartiremos la habitación una
semana. — Dijo avergonzado, extendiéndole su mano.

El Alfa lo miró por unos segundos, antes de finalmente tomarla. Podría jurar que sintió una
corriente al sostener la mano de ese chico. Sus ojos se volvieron a encontrar, los del Alfa
brillaron dorados y los del Omega naranjas, sus lobos menearon la cola eufóricos.

— Soy Baekhyun.

29. Maratón.
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por Srta_YoonTae

<<7 Días>>
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La relación entre el Alfa y el Omega había mejorado en esos pocos días. Por alguna razón,
ambos habían coincidido en muchas cosas y sus lobos se sentían bien con la cercanía del
otro, pero todo tiene un final, y esa era su última noche compartiendo habitación.

Como de costumbre, Chanyeol llegaba del trabajo con la puesta del sol. Aunque esa tarde, su
lobo estaba más que ansioso por llegar al hotel. El Alfa era consciente que la reacción del
animal no era normal, pero... ¿Podría ser?... No, era un niño, no podría ser.

Al entrar en la habitación el dulce aroma golpeó sus fosas nasales, el aroma era algo más
dulce de lo usual.

— ¿Baekhyun? — Lo llamó una vez estuvo dentro.

— Aquí estoy. — Dijo eufórico el muchacho azabache acercándose al Alfa.

— ¿Ocurre algo? — Lo miró confundido.

— Bueno, como es nuestro último día juntos, pensé que te gustaría acompañarme a un antro
que no se encuentra muy lejos del hotel. — Bajó la cabeza, con las mejillas sonrojadas.

Mirar las mejillas del menor, hizo que su corazón latiera desenfrenado, ese sentimiento lo
frustraba. ¿Cómo ese niño en solo 7 días era responsable de la confusión que llevaba dentro?
Tenía que aceptar que su presencia lo había ayudado mucho, tanto, que no tuvo ni tiempo
de lamentar su fallida relación con el castaño.

— Estoy muy cansado. — Pero tampoco creía bueno que la relación entre ellos creciera.

El brillo en los ojos del menor se apagó y su sonrisa desapareció. El lobo de Chanyeol gruñó
en protesta y lo rasguñó por dentro, al ver el cambio repentino del menor.

— Claro... No te preocupes. De todas formas, mis planes iniciales eran ir solo. — Trató de
sonreír, pero parecía más una mueca.

El Omega pasó junto al Alfa, dirigiéndose a la puerta. Pero algo dentro de Chanyeol, no lo
pudo dejar irse, así que lo detuvo por el brazo.

— Espera. Dije que estaba cansado, no que no quería pasar nuestro último día juntos. —
Baekhyun lo miró. — ¿Por qué mejor no nos quedamos aquí?
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— ¿Aquí? — El mayor asintió.

— Puedo pedir que nos traigan algo para comer mientras me doy una ducha. ¿Qué dices? ¿O
prefieres ir a ese antro solo?

— No... Está bien, me quedo. — Sus ojos brillaron naranja y el fuerte aroma a Frutos rojos,
Piña de bosque y Chocolate blanco, volvió a dispararse, alterando al lobo de Chanyeol.

El Alfa soltó el brazo del menor y se dirigió a la ducha. Realmente, su lobo estaba actuando
de una forma muy extraña, parecía estar más alterado de lo inusual. Gruñía por la cercanía
de ese Omega y no dejaba de repetir una y otra vez:

<<Mi Omega>>

Ambos se encontraban sentados en el balcón de la habitación para admirar la luz de la luna y

sentir la fresca brisa de la noche.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Miró al Omega mientras tomaba un poco de vino de su copa.

— Sé que preguntarás por mis ojos. — Soltó un suspiro. — Todos me preguntan por ellos.

— La verdad es que es la primera vez que veo unos ojos naranjas.

— Es normal. Los Omegas puros son muy escasos, de hecho, casi inexistentes. La gente suele
mirarme raro cuando ven el color de mis ojos, por eso suelo ocultarlos. — El menor miró el
contenido de su copa.

— Tienen un color inusual, pero son realmente bellos, no creo que debas ocultarlos. — Sin
poder evitarlo, los ojos de ambos brillaron.

— La verdad es que he tratado de ocultarlos de ti. — Su respiración se volvió un poco más

pesada y sintió un calor en las mejillas. — Pero, por alguna razón, mi lobo siempre hace
presencia con tu cercanía. — Confesó.

Chanyeol sintió nuevamente esa extraña actitud de su lobo hacia el menor. Su vista fue a
parar en los labios del menor.
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— ¿Y sabes lo que eso significa? — Baekhyun relamió su labio, su lobo no dejaba de gritar por
dentro <<Alfa>>.

El menor lentamente asintió, sintiendo un fuerte deseo que lo estaba quemando por dentro,
pero no era el único que lo sentía. Aunque fue demasiado tarde para darse cuenta que sus
celos se habían adelantado por la presencia del otro y, sin duda, sus lobos no perderían la
oportunidad.

Sin previo aviso, Baekhyun se subió a horcajadas sobre el regazo del Alfa, haciéndolo jadear.
Sus miradas se encontraron, el dorado y el naranja resaltaban en sus ojos.

— Mi Alfa... — Susurró sobre sus labios, provocando el roce de estos. — Alfa~ Lo Necesito... —
Se frotó sobre el mayor.

El deseo de los lobos era fuerte e intenso. Un Omega puro era más sensible cuando se
encontraba cerca de un Alfa, y Chanyeol siendo su destinado, sin duda, sería su perdición esa
noche.

— Ah~ Mi Omega... — Ambos lobos aullaban. Las manos de Chanyeol, tomaron las caderas
del pequeño azabache con firmeza.

Baekhyun fue el primero en tomar la iniciativa, tomando el cuello de la camisa del rubio
castaño para desaparecer cualquier distancia entre ellos. Por primera vez sus labios se
encontraban, era como si hubieran esperado toda la vida para ese momento. El menor abrió
su boca, dándole paso a la húmeda lengua del Alfa para que explorara su cavidad bucal. El
beso era consumido por el deseo de ambos cuerpos en faceta de celo.

— Hágame el amor y márqueme~ — Esas palabras hicieron que la poca cordura del lado
humano de Chanyeol, lo apartara un poco.

— Baekhyun, estamos entrando en celo... — Su cuerpo se sentía cada vez más caliente. —
Tenemos que parar y alejarnos.

Pero el lobo del menor era impulsivo y no permitiría que lo apartaran de su Alfa.

— Ah~ por favor... Alfa~ — Al parecer, el menor ya se había perdido por completo.

— No hagas esto... Si lo hacemos, no podré detener a mi lobo...

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— Pues no lo hagas... — Los ojos naranjas y el dulce aroma del Omega, lo estaban llevando al
borde de la perdición.

Su parte racional y humana, le decían que eso estaba mal, que se apartara y no cometiera
ninguna locura, pero su lobo era terco y gruñía por salir para reclamar a ese chico como
suyo.

Antes de que Chanyeol pudiera hacer algo, sus ojos brillaron totalmente dorados,
anunciando que su celo había llegado y que su parte animal sería quien mandaría esa noche.

30. Maratón.
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por Srta_YoonTae

— Ah~ Alfa... — Jadeó el menor, aferrándose a las blancas sábanas.

Esa era la primera vez del Omega, jamás había sentido la dulce y agradable sensación de
unas manos recorriendo su cuerpo, que lo trataran con tal delicadeza.

Por un lado, su parte humana era consciente, pero no podía evitarlo, no era lo
suficientemente fuerte para frenar los deseos de su lobo, no tenía el suficiente autocontrol
sobre él.

Y Chanyeol jamás se había dejado cegar tanto, al punto de perderse por completo. El dulce
aroma de Baekhyun, lo estaba volviendo loco, lo tenía completamente a sus pies y lo único
que quería, era satisfacer al pequeño.

— Mi querido Omega... — Susurraba sobre su piel mientras iba dejando un recorrido de

besos.

Sus cuerpos desnudos, se rozaban con delicadeza. El momento era mágico para ambos. Sus
labios se volvieron a encontrar, era como si se conocieran de siempre. Sus lobos aullaban y
acurrucaban llamando al contrario.
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Baekhyun sabía que estaba mal y el mayor también. Eran unos completos extraños, pero
parecía que para sus lobos eso era lo de menos.

Las manos del Omega, acariciaban la espalda expuesta de su Alfa, esta era fuerte y de buen
porte. Mientras, Chanyeol tomaba con suavidad los muslos del menor.

— Por favor... No me hagas esperar más... Hazme tuyo~ — Lloriqueaba, sintiendo un dolor,
por la falta de atención del mayor.

— Tranquilo. — La mano del rubio castaño apenas estuvo cerca de la entrada del azabache,
pudo sentir como se escurría de lo excitado que se encontraba. — Cariño, estás más que listo
para tu Alfa. — Sus ojos brillaban en un dorado intenso, parecían dos faros de luz.

El pequeño Omega gimió, al sentir como los dedos del mayor se deslizaban con facilidad,
perdiéndose en el interior de su entrada. Los dos dedos del Alfa, jugueteaban dentro del
menor, haciéndolo jadear repetidas veces.

— Ah~ — El azabache lo tomaba por los hombros, buscando un tipo de soporte, debido al
placer.

Chanyeol no dejaba de disfrutar cada sonido que salía del menor, entre sus jadeos y gemido.
Mientras, sus dedos entraban y salían, emitiendo un sonido que se la ponía cada vez más
dura, provocando que el dolor fuera aún más insoportable.

Aunque Baekhyun estuviera más que preparado, el mayor no quería lastimarlo por ningún
momento, por eso decidió usar los dedos para prepararlo aún más. Aunque su parte animal
gobernara en ese momento, lo cierto, era que ni su lobo quería lastimar a su pequeño
Omega, más sabiendo que él sería el primero, y sin contar su corta edad.

— Creo que así estás bien... — El azabache asintió mordiendo su labio, al sentir como los
dedos del rubio castaño lo abandonaban, dejándolo con un vacío. — Si te duele o algo, no
dudes en...

— Solo hazlo, mierda, me estás matando. — En un abrir y cerrar de ojos, el menor ya se

encontraba sobre el Alfa, con sus ojos naranjas en su máximo esplendor.
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No fue difícil para el Omega ubicar el gran miembro de Chanyeol, ya que este se encontraba
completamente erecto. Con lentitud, se dejó penetrar, soltando un gemido de placer. No
sintió dolor alguno, pues su Alfa lo había preparado muy bien, y lo único que podía hacer, era
disfrutar la sensación de como el pene del mayor, se iba abriendo paso entre sus paredes
anales.

El rubio castaño, no pudo evitar soltar un jadeo de placer, al sentir como su falo era apretado
por el menor de manera placentera, sus paredes lo abrazaban a la perfección y podía sentir
su calidez. Sus manos reposaban sobre las caderas del menor.

— Ah~ Alfa... — Gimió alto, cuando en lo último, se dejó caer, penetrándose por completo,
sintiendo como el glande del mayor, golpeaba algo dentro de él. Baekhyun no sabía qué
había sido eso, pero le había encantado esa sensación.

En cambio, Chanyeol sabía que había tocado su punto dulce, por la reacción del Omega, por
lo que sonrió, alzándolo un poco para repetir la acción. El azabache, arqueó la espalda,
gimiendo complacido por la sensación.

— ¿Te gusta estar arriba? — El joven asintió mordiendo su labio. La imagen de su Alfa, era
realmente excitante desde ese ángulo.

El lobo de Baekhyun, siempre había sido dominante. Tal vez se debía al hecho de haber
vivido toda su vida con una familia de Alfas puros, por ende su lobo había adoptado esas
costumbres, y él también se había vuelto algo impulsivo, pero al final, seguía siendo un
Omega.

— Bien, entonces coloca tus piernas así, para darte más soporte y equilibrio. — Chanyeol lo
sujetó de los talones para mostrarle cómo debía colocarse. — Te ayudaré tomándote de la
cintura, el resto creo que sabes cómo lo debes de hacer. — El menor sonrió, reclinándose un
poco para poder besar los labios del Alfa.

Tanto Chanyeol como su lobo, eran comprensibles y aún siendo un Alfa dominante, la
verdad era que el Omega sacaba su parte sumisa. En otras circunstancias, su lobo hubiera
actuado a lo bestia para satisfacerse a la hora del celo, pero estaba más que complacido
estando con Baekhyun.
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El azabache comenzó dando pequeños saltitos, sintiendo la fricción de el pene del mayor
entrando y saliendo. Los gemidos y jadeos de ambos resonaban, junto con el sonido de sus
cuerpos. El rubio castaño ayudaba al menor con sus movimientos para que lo disfrutara aún
más.

Las paredes del menor comenzaron a contraerse en su interior, haciendo gruñir al Alfa,
sabiendo que el pequeño Omega se correría. Pero debido a la forma en la que lo apretaba, él
también se sentía cerca de llegar a su límite, por lo que apretó con un poco de fuerza las
caderas del azabache, en un intento por salir de él, antes de que su nudo se formara, pero
debido a la posición, ya estaba claro quien de los dos estaba siendo el dominante.

— Márcame. — Ordenó el Omega con sus ojos naranjas.

Chanyeol gruñó, al sentir como su nudo se formaba mientras el Omega soltaba un alto
gemido de placer, descargándose sobre el abdomen del mayor. Era el momento. El mayor
empujó a Baekhyun sobre su pecho, el azabache no puso ninguna resistencia, el lobo del Alfa
estaba más que decidido. Miró la piel color trigo, tan pura, la acarició con su lengua en una
zona en particular, y sin tomar demasiado tiempo, depositó un beso ahí mismo, antes de
encajar sus dientes, corrompiendo la piel del menor.

El grito de Baekhyun, le lastimó la garganta mientras sus lágrimas caían por sus ojos, le dolía,
era un dolor que no podría comparar. Sentía como su piel era corrompida. Se aferraba
clavando sus uñas en las sábanas, pero también podía sentir el lazo que se estaba formando
entre ellos.

El mayor jadeaba, sintiendo la calidez en el interior de Baekhyun. Ambos estaban

disfrutando. Sin duda, ese momento, era como si nada importara, como si las consecuencias
de sus actos fueran lo de menos, porque ahora estarían juntos.

Como Alfa y Omega...

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Los rayos del sol de la mañana, acariciaban la piel desnuda del menor, y la luz comenzaba a
fastidiarle los ojos. Soltó un gruñido quedito, en un intento por abrir los ojos y
acostumbrarse a la claridad del lugar.

Pero al tratar de moverse, sintió dolor en algunas zonas específicas de su cuerpo. Sus ojos se
abrieron de golpe, al notar toda la ropa dispersa en el suelo. El pánico se apoderó del joven
Omega y más el punzante dolor en el lado derecho de su cuello.

La angustia se apoderó del menor y sus ojos se cristalizaron, los recuerdos de la noche
anterior vinieron a su memoria. Soltó un sollozo, pero no sabía que todo su malestar se lo
estaba transmitiendo al hombre que dormía justo a su lado, al cual ni siquiera había notado
por la desesperación.

— ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? — Se abrazó a sí mismo.

— Hey, Baekhyun... — El menor al escuchar la voz del Alfa, se dio vuelta, cubriéndose por
completo con las sábanas. Sus ojos estaban llorosos.

— Chanyeol... Nosotros... — No pudo ni terminar porque se derrumbó. El Alfa ahora

consciente sabía la gravedad del asunto, y le dolía ver al Omega de esa forma. No pudo hacer
más que abrazarlo. — ¿Qué van a decir mis padres? Me van a matar... — Sollozó sobre el
pecho de su Alfa.

— Baekhyun, no fue nuestra culpa. Entramos en celo y nuestros lobos tomaron la decisión...
— Acarició su espalda con delicadeza. — Sé que estás asustado, te mentiría si te dijera que yo
no, pero las cosas ya están hechas. — Tomó su rostro entre sus manos, limpiando las
lágrimas del menor. — Nuestros lobos actuaron impulsivamente, pero no te voy a dejar solo.
Ahora somos uno, pienso responderte como es debido. Yo hablaré con tu familia y también
con la mía, al final tendrán que entender que somos destinados, y esto pasaría tarde o
temprano, no llores. — El azabache asintió un poco más calmado ante las palabras del
mayor.

— Gracias...
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— No es nada. — Le dedicó una cálida sonrisa. — Ahora soy tu Alfa y tú mi Omega. No dejaré
que nada te pase.

Baekhyun estaba aún asustado por la reacción de sus padres cuando lo supieran, pero algo
dentro de él, lo mantenía tranquilo, como si hubieran hecho lo correcto, y ninguno de sus
lobos tenían una pizca de arrepentimiento.

Tal vez el impulso de sus lobos cambiaría muchas cosas para ellos, pero esa marca, sin duda,
sería el inicio de su historia.

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por Srta_YoonTae

El menor se reía con cada beso que le otorgaba su amado. Siempre le daba cosquillas
cuando lo besaba cerca de su cuello, y ahora más que lo hacía sobre su marca.

— YoonGi... — Se reía mientras trataba de apartarlo. — Los chicos vendrán pronto.

Hace dos días los recién casados habían vuelto de su luna de miel, más felices que nunca, y
se encontraban organizando una comida entre amigos para darles la noticia del nuevo
miembro de la familia.

— Pues, parece que al cachorro le gusta que sea así. — Jimin ya tenía un mes de embarazo y
su vientre se comenzaba a abultar muy levemente. — Quisiera poder tenerlo entre mis
brazos.

— Tranquilo, amor, solo 4 o 5 meses más. — La ventaja de ser un embarazo de Omega, era
que era más rápido y tardaba de 5 a 6 meses cuando mucho. No como un embarazo de Beta,
que ese sí tenía que cumplir con los 9 meses.

— Sigue siendo mucho tiempo. — El mayor hizo un puchero, el rubio no pudo evitar reír.

En eso, el sonido del timbre dio aviso, que sus amigos habían comenzado a llegar.
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— Vamos, señor berrinchudo, las visitas ya están aquí.

Todos habían llegado, y como siempre, los Alfas y Beta se encontraban haciendo la parte de
la carne asada mientras los Omegas se encargaban de cortar las verduras y otras cosas para
picar también.

— ¿Cómo les fue en la luna de miel? — Preguntó el menor de los Omegas.

— Al principio fue algo complicado, pero pudimos arreglarlo y por fin tengo mi marca. — Dijo
con emoción.

— Vaya, SeokJin y tú ya fueron marcados, yo claramente no puedo, pero ¿Y tú Tae? ¿Cuándo

te piensa marcar ese hombre azabache? — Empujó su hombro juguetonamente, haciendo
sonrojar al castaño.

— No lo sé... Pero aún no quiero que lo haga. — Los tres Omegas miraron a Taehyung
sorprendidos.

— ¿Por qué? — Jimin era el más sorprendido.

— Es que apenas volvimos, no quiero ir tan rápido, quiero que disfrutemos cada momento, y
me da miedo ser marcado ahora, sabiendo que mi lobo no está bien.

— ¿Ya hablaste con Jungkook? — Preguntó SeokJin.

— No, pero creo que él también piensa igual. No ha intentado marcarme en ningún momento
y tampoco hace mención del tema.

Y Taehyung estaba más que agradecido con su Alfa. Aunque no iba a negar que también
anhela algún día tener una marca de su amado.

***

Los niños jugaban corriendo por el jardín mientras SeokJoon estaba sentado en el pasto,
jugando con unos cuantos juguetes. Aunque su padre Alfa estuviera hablando con sus
amigos, estaba al pendiente de los niños.

— ¿Cómo es tu vida ahora que tienes niños en casa? — Preguntó el Beta.

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— Bueno, es algo ruidosa. — Ríe. — Pero se siente bien.

— La verdad estoy nervioso, Luhan es todo para mi, y saber que tendremos un cachorro... No
puedo explicarlo.

— Me imagino. Por lo que me había comentado Jimin, Luhan le había dicho que no era
posible que quedara en estado.

— A eso me refiero, sé que el embarazo será un poco más complicado, el ginecólogo dijo que
debido a que yo no soy un Alfa, el embarazo tomará un mes más de lo normal.

Jungkook escuchaba la conversación, pero no opinaba nada, tampoco era como si supiera
del tema o pudiera aportar algo, así que prefería mantenerse al margen, era consciente de
que su Omega no podía quedar en estado.

El Alfa se alejó un poco, sacando un cigarrillo. Al colocarlo entre sus labios para encenderlo,
sintió que algo tiraba de su ropa. Al bajar la mirada, notó al pequeño cachorro, quien le
extendía las manos.

— No, lo siento. — Negó ante la petición del menor.

— Mgh... — Insistió, volviendo a tirar de la ropa del azabache, a lo que este suspiró,
guardando el cigarro nuevamente.

— Eres un niño insistente. — Lo tomó entre sus brazos. Jungkook jamás había cargado un
cachorro, pero tenía que aceptar que la sensación no era tan mala.

El pequeño sonrió, acercando su naricita al cuello del mayor, esa acción lo sorprendió. Al
parecer, el menor trataba de reconocerlo por el aroma, era verdad que él estaba cerca de
SeokJoon.

Por un momento, su lobo se removió por dentro al sentir a ese cachorro, parecía
nuevamente desesperado y nostálgico.

— Vaya, Joonie no suele acercarse mucho a gente que no conoce del todo, y menos a un Alfa.
— Habló SeokJin a sus espaldas.
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— Él vino solo. — El pequeño continuaba olfateándolo, como si su padre Omega no estuviera

frente a ellos.

— Parece que le agrada tu aroma, él no suele comportarse así. — El Alfa volvió a mirar al
cachorro. — Vamos, Joonie, deja al tío Jungkook, tienes que comer. — Le extendió las
manos, pero el menor no se movió.

— Tío Tae. — Dijo volviendo a olfatear al Alfa.

— No, cariño, él no es tu tío Tae. Ven, vamos a comer. — El pequeño volvió a negar.

— Creo que es porque Taehyung me dejó su aroma. — Pero SeokJin se veía confundido.

— No creo. Joonie sabe diferenciar los aromas, y de todas formas tú eres un Alfa, tu aroma es
mucho más fuerte. — Volvió a mirar a su hijo con el ceño fruncido.

***

Después de un rato, todos se encontraban sentados frente a la mesa, degustando de la

comida que habían preparado todos juntos.

Joonie por fin había soltado a Jungkook y se encontraba entre los brazos de SeokJin,
NamJoon estaba a su lado junto con Jennie y Soobin, que parecían muy animados hablando
con Hoseok, parece que le estaban cobrando algo.

Sehun se estaba encargando de cortarle la carne a su Omega para que pudiera comerla sin
ningún problema, tal vez actuaba exagerado, pero no quería que Luhan hiciera esfuerzo
alguno, y por un lado al menor le encantaba que su futuro esposo sea tan atento y cariñoso
con él.

Por otro lado, Jungkook tenía sujetada la cintura de Taehyung mientras este comía y reía
cada que el Alfa le daba besos de forma desprevenida, las mejillas del Omega se tintaban de
carmesí ante los cariños que le daban. El mayor se sentía algo extraño después de haber
pasado un tiempo con el cachorro, y ahora quería estar más tiempo con Taehyung.

Todos estaban realmente pasando un buen momento como una gran familia, pero ya era
tiempo de que los anfitriones den la noticia que la familia iba a crecer un poco más.
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— Chicos, tenemos que darles una gran noticia. — Habló el rubio, poniéndose de pie junto a
su Alfa, quien rodeó su cintura. — A todos ustedes los considero como una familia para mí, y
por eso quisimos hacer esto. — Todos los miraron con una sonrisa, pero también con intriga.

— Jimin tiene un mes de embarazo. — Soltó el mayor, sin poder contenerlo más. Estaba
realmente emocionado por gritar a los cuatro vientos, que su Omega estaba en estado.

Todos comenzaron con las felicitaciones. Estaban contentos con la noticia, sobre todo
Luhan, que decía que tenían embarazos compartidos. Taehyung tenía una sonrisa en su
rostro, pero Jungkook podía sentir la nostalgia en su aroma. Lo abrazó con fuerza, al sentir
que su lobo se volvía a remover, queriendo salir. Pero Jungkook no había sido el único que
sintió ese cambio en el menor, unos ojos también miraban a Taehyung.

— Te amo, sin importar nada. — Le susurró al oído, sentándolo sobre sus piernas. El castaño
sonrió, con el parpadeo azul en sus ojos.

— También te amo. — Se dejó envolver por el aroma de su Alfa.

Las risas llenaban el jardín de la casa Min. Los amigos y los niños estaban pasando un
momento agradable, entre ellos. Aunque parecía que alguien no estaba del todo feliz.
sobresaltándolo

— Ahora vengo. — Avisó el castaño a su amado, soltándose del agarre en su cintura.

— ¿A dónde vas? — Preguntó Jungkook, tomándolo de la mano.

— Tranquilo, solo voy a tomar un poco de aire.

— ¿No quieres que te acompañe? — El menor sonrió, acercándose para depositar un casto
beso en los labios de su Alfa.

— Voy a estar bien. Hay algo que tengo que hacer y no me dejará tranquilo, volveré pronto.
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Finalmente, el azabache accedió, soltando la mano de Taehyung. El castaño caminó fuera de

la casa, siguiendo el aroma, hasta que estuvo frente a quien le pertenecía.

— Hola. — Habló el menor, llamando la atención del Alfa, sobresaltándolo un poco, parece
que estaba sumido en sus pensamientos.

— Hola, ¿Qué haces aquí afuera? — Bebió un poco de su trago, parecía tequila.

— Debería hacerte la misma pregunta. — Se sentó sobre el capó del auto. — Hobi, ¿Te
encuentras bien? Desde que llegaste, pude notar que tu aroma no es el mismo.

— Tae, es complicado, hay dos cosas que me tienen con la cabeza hecha un lío. — Soltó un
suspiro, bebiendo otro trago.

— Puedes contarme, somos amigos. — Taehyung entrelazó sus dedos con los del pelirrojo
para transmitirle fuerza.

El Omega siempre había visto al mayor con una sonrisa y un humor que deslumbraba. Sin
duda, era el sol, pero ahora su brillo se veía algo distinto, el aroma del Alfa era algo distinto,
como si sus sentimientos estuvieran mezclados de alguna forma.

— Hay una persona. No la conozco muy bien todavía, pero nos vimos un par de veces tiempo
atrás. — Miró las manos de ellos entrelazadas y sonrió mirándolo a los ojos. — Creo que me
gusta.

— Hobi, eso es genial. — Taehyung saltó a sus brazos, sorprendiendo al pelirrojo. Sus rostros
quedaron muy cerca y los ojos del menor brillaron azules por unos segundos. — Debes
decirle lo que sientes.

— Taehyung... Pero hay algo más. — Hoseok rodeó la cintura del Omega. — Es mi lobo. Él ha
estado inquieto últimamente, cada vez que pienso en esa persona, y... Con tu aroma.

El menor se separó un poco del Alfa, frunciendo el ceño ante las palabras de su amigo de la
infancia.

— ¿Qué quieres decir? Hobi, tú... ¿Puedes sentir mi aroma?

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— Es extraño. No podía, pero hace poco comencé a hacerlo, y me atrevo a decir que mi lobo
puede sentir al tuyo dormido.

— Eso no puede ser posible... Solo Jungkook puede hacer eso. — Se separó algo confundido,
por las palabras del mayor.

— Tae, no estoy diciendo que me gustas. — Lo tomó de las manos para que no se alejara. —
Recuerda, te dije que alguien me gusta, pero no eres tú.

El Omega lo miró a los ojos, el destello azul volvió a hacerse presente. Tal vez el menor
también podía sentir levemente esa conexión entre sus lobos, pero era muy débil para
saberlo.

— Por eso estoy así, porque son dos sentimientos distintos que no se qué significan, pero
estoy seguro que no me gustas. El sentimiento es distinto, como si necesitara que tu lobo
esté bien, es como si estuviera esperando algo.

Taehyung abrazó al pelirrojo. Hoseok podía sentir los aromas mezclados de Jungkook sobre
el Omega, y sonrió inconscientemente. El Alfa había tomado una decisión, y confesaría sus
sentimientos a esa chica.

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por Srta_YoonTae

El castaño tomaba apuntes sobre los nuevos documentos que le había dado Yerim. Miró la
hora en el reloj de pared, percatándose que pronto sería la hora del almuerzo. Miró a su Alfa,
quien también estaba trabajando, seguro él ni siquiera se había dado cuenta de la hora y se
saltaría nuevamente el almuerzo.

Con un suspiro, se levantó y caminó hasta el mayor, apoyando sus manos sobre el escritorio.
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— Señor Jeon, creo que ya trabajó mucho por hoy. — Le quitó los documentos de sus manos.

— Estoy bien, creo que tomaré otro café y...

— Nada de eso, Jungkook. No está bien que te saltes las comidas. Suficiente tenemos con mi
lobo débil para que tú también te enfermes. — Dijo serio el Omega.

El Magnate talló sus ojos. Taehyung tenía razón, tenía que mantenerse fuerte por los dos. Si
su lobo se ponía mal, podría matar al del menor.

— Bien, solo llamaré a Yerim, y luego tú y yo, iremos a comer algo. ¿Te parece? — Taehyung
sonrió asintiendo con la cabeza.

Mientras Jungkook le marcaba a Yerim, el Omega comenzó a ordenar un poco los

documentos que estaban sobre el escritorio.

— Yerim, ¿Cuándo vienen nuevamente los franceses? Sí. Cuando tengas la fecha, házmelo
saber. Cancelaremos el contrato. — Taehyung al escuchar eso, miró al mayor. — Sí, usaremos
un nuevo intérprete. Gracias. — Sin más, colgó la llamada.

— ¿Qué acabas de decir? — En el rostro del menor se veía una gran interrogante. — ¿Por qué
cancelarás el contrato? Esa colaboración ayudaría mucho para que tu empresa se expanda
aún más. Además, ¿Cómo que un nuevo intérprete?

— Taehyung, una colaboración con esa empresa, significa que enviarán a alguien a trabajar
aquí y lo más seguro, es que traigan a ese tipo, no pienso arriesgarme.

— Entonces estás cancelando ese contrato por mí, no lo acepto. — Dijo indignado. —
Jungkook, estabas muy entusiasmado con ese contrato, no lo canceles.

— Me importas más tú. Tú viste cómo te miraba ese malnacido.

El menor desvió la mirada, apretando sus puños. No quería que el contrato se cancelara, y
más sabiendo que era por su culpa. Respiró profundo, sentándose en las piernas del
azabache.

— Amor, voy a estar bien. Ese tipo no me interesa en lo más mínimo. Te prometo que no
estaré cerca de él y voy a evitarlo si es posible, pero no canceles ese contrato.
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— Tae, lo siento, pero ya tomé la decisión. — Quitó un mechón del rostro del castaño.

— Por favor, me sentiré mal sabiendo que esto es por mí. — Hizo un puchero.

El Magnate no quería que su Omega se culpara, y sabía que, aunque le dijera que no era su
culpa, Taehyung se sentiría culpable. Realmente, tenía un debate interno.

— Bien. — Soltó un suspiro pesado. — Pero no quiero que estés ni un segundo a solas con ese
tipo, y si es posible, quiero que permanezcas cerca de mí. ¿Entendiste? — Taehyung lo miró
con un brillo en los ojos y asintió repetidas veces, antes de abrazarlo y esconder su rostro en
su cuello.

— Gracias, gracias, gracias. — Le dio un casto beso sobre sus labios. Jungkook no pudo evitar
sonreír, le gustaba ver al menor de esa forma, con una sonrisa y ese brillo en los ojos.

El Magnate miró al menor, quien miraba el menú del restaurante. Esta vez, Taehyung había
elegido el lugar. No era un restaurante de los cuales frecuentaba el Alfa, pero tenía lo suyo y
era agradable.

— ¿Ya decidiste qué vas a comer? — Lo miró el Omega curioso.

— No, tú eres el que conoce el lugar. Así que, ¿Qué me recomiendas? — Taehyung sonrió.

— Perfecto. — Se volteó, alzando la mano. — Noona, dos órdenes de Bibimbap, por favor. —
La mujer asintió con una sonrisa. — Te encantará, es una especialidad aquí.

Jungkook estaba más que encantado con solo ver la sonrisa del castaño, hacía mucho que
no lo veía sonreír de esa forma.

— Me encantas... — Las palabras salieron de la boca del mayor, como un suspiro, aún con la
mirada en el menor.

— ¿Qué?

— Me gusta verte sonreír de esa forma. — El rubor acarició el rostro del Omega, no se
esperaba esas palabras de su Alfa.
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— Me hace feliz estar contigo. — Confesó el menor. Esta vez sus palabras eran sinceras,
realmente era feliz.

Jungkook estiró su mano para tomar la del castaño. Su pulgar rozó nuevamente ese anillo
que le había regalado. Sin duda, simbolizaba el amor que se tenían. Los ojos del mayor, se
pintaron rojos llamando al los del menor, que tenían un azul casi inexistente, pero que
trataba de mantenerse por más tiempo, pero esta vez, brillaron de una forma algo diferente
en tan solo un parpadeo.

La chica llegó con sus órdenes, con una sonrisa. Parecía que conocía al menor de un tiempo
atrás, por la forma tan cercana en la que se hablaban.

— Jungkook, ella es mi Noona Sana. — La rubia hizo una pequeña reverencia.

— Mucho gusto. Soy Jeon Jungkook, el novio de Taehyung. — Hizo una corta reverencia.

— Un gusto. Si es novio de nuestro pequeño Tae, entonces siéntase como en su casa. — Las
mejillas del Omega no tardaron en colorarse nuevamente. — Disfruten su comida. — Acarició
el hombro del menor.

El Alfa le sonrió a la Beta, inclinando la cabeza como agradecimiento, antes de que ella se
vaya devuelta a su lugar de trabajo.

— Aquí sirven pura comida tradicional. Tal vez no es lo que sueles comer, pero...

— Tae, está bien. — Lo volvió a tomar de la mano. — También quiero conocerte de esta
forma.

Ambos comenzaron a comer gustosos. Los temas de conversación salían naturalmente.

Ambos reían, bromeaban, como una pareja normal, como si llevaran años de relación. Quien
los viera, creería que todo ha sido perfecto entre ellos.

— Yo invito. — Habló el menor, sacando su billetera.

— Ni hablar, Taehyung, yo pago.

— Hey. Que sea Omega, no significa que no puedo pagar la cuenta. Además, ayer recibí mi
primer pago. — Le guiñó un ojo, sacando su tarjeta y pagando.
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— Seguro tienes un jefe muy bueno. — El castaño soltó un "Ja".

— ¿No te he contado? — Ambos salieron del restaurante. — Es todo un arrogante, es de lo

peor. — Fingió cara de disgusto, haciendo reír al azabache.

— Ah, ¿sí? — Lo abrazó por atrás, dándole un beso en la mejilla.

— Te doy mi palabra. — Se volteó, alzando la mano como un juramento para luego dejar un
beso en sus labios, entrando al auto.

Jungkook rodeó el auto, subiendo del lado del piloto, con una sonrisa.

— Bien. ¿Quieres que te lleve a tu casa? ¿O prefieres que te lleve a la mía? Hoy salgo
temprano de la oficina. — Las horas de prácticas de Taehyung habían terminado, pero el
Magnate aún tenía trabajo que hacer.

— ¿Me podrías llevar a casa de Hobi? — El mayor apretó un poco el volante al escuchar esa
pregunta. — Es que estoy algo intranquilo desde la reunión en casa de Jimin y YoonGi. No se
encuentra bien y me gustaría poder ayudarlo... — No iba a negar que le daba celos que
Taehyung quisiera ir a ver a ese Alfa, pero tenía que entender que eran amigos después de
todo.

— Bien, pero pasaré por ti cuando salga de la oficina. — El Omega asintió. — Y... Te quedarás
a dormir en mi casa una semana.

— Tks... Eso ya lo hago. — Sonrió rodando los ojos.

— Pero no solo a dormir... — El Alfa dio un leve apretón en el muslo del castaño, haciéndolo
morder su labio.

— Sí, sí, lo voy a pensar... — Sonrió, mirando a la ventana.

Toc, toc...

El castaño esperaba frente a la puerta de su amigo. Sabía que estaba en casa, ya que el
aroma a Agua de mar y Arena, era intenso.
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Unos segundos fueron suficientes para que el pelirrojo abriera la puerta. Al ver al menor, no
se hizo esperar su singular sonrisa, antes de estrecharlo entre sus brazos.

— Hola, TaeTae. — Se hizo a un lado para dejarlo pasar.

— Hola, Hobi. ¿Cómo has estado? — Se sentó en el sillón marrón para tres personas.

— Casi en las mismas. Ya sabes, por la chica y lo extraño de tu aroma. — El Omega asintió.

— ¿Por qué no me cuentas un poco de esa chica? — Dijo con una sonrisa.

— ¿Estás más curioso por la chica que por lo de tu aroma? — Lo miró algo confundido.

Taehyung soltó un suspiro al cielo para luego tomar las manos de su amigo y mirarlo a los
ojos.

— Lo he pensado, pero no tiene caso darle vueltas al asunto. Hobi, si tu lobo siente mi aroma,
quiere decir que tiene que ver con mi lobo, y mientras él siga dormido, no tendremos
respuesta. Es mejor que lo olvides por el momento, al menos hasta que mi lobo despierte.

El Alfa pensó en las palabras del menor, y tenía razón, no había nada que hacer por el
momento, solo era cuestión de esperar.

— ¿Y bien? ¿Vas a contarme sobre la afortunada? — La sonrisa del Omega contagió al

pelirrojo.

— La conocí en un viaje de negocios, hace más o menos dos meses y medio, casi tres.
Coincidimos en un bar una noche. Una cosa llevó a la otra. Nos dejamos llevar por los tragos
y terminamos pasando la noche juntos. — Dijo algo avergonzado, pasando su mano por su
nuca. — Creímos que fue cosa de una noche, pero la verdad es que volví a ese mismo bar la
noche siguiente, con la esperanza de volver a verla. Las horas pasaron y pasaron. Cuando
estuve apunto de irme, la vi entrar al bar. — Sonrió como si lo recordara. — Parecía buscar
algo... Hasta que nuestros ojos se encontraron y me sonrió. No nos conocíamos muy bien,
pero pasamos la noche juntos unas veces más. En ningún momento se me ocurrió pedirle su
número. La última noche, cuando iba a volver, fui al bar, pero ella no llegó... Desde ese día,
no dejo de pensar en ella.
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— Vaya, fue como amor a primera vista. — Dijo con una risita el menor. — ¿Y por qué no has
ido a buscarla?

— No es tan fácil... — Bajó la cabeza. — No sé nada de ella. Solo coincidimos en el mismo bar,
eso es todo.

— Lo siento mucho... — Taehyung se sentía mal por Hoseok, quería ayudarlo, pero no sabía
cómo.

La tarde entre ellos fue pasando. El Alfa lo invitó a comer un poco de postres, que había
preparado él mismo. Pasaron una tarde agradable, hasta que el Magnate había llegado por el
Omega. Taehyung se despidió del pelirrojo y le dijo que esperaba que todo se arreglara.

De camino a casa del mayor, el menor le contó un poco a su Alfa la situación de su amigo y
que no sabía cómo ayudarlo.

Jungkook le dijo que si el destino quería que Hoseok se volviera encontrar con esa Omega, lo
haría, así como ellos habían vuelto a estar juntos. El menor suspiró, esperando que las cosas
fueran así.

***

Al llegar a la casa, el Alfa abrazó al menor por la espalda, besando su cuello. Taehyung no
pudo evitar cerrar los ojos, disfrutando de los cariños que le brindaba el azabache.

— Ah~ Jungkook, creo que hay que parar. — Lo miró a los ojos.

— ¿Por qué? ¿No te gusta?

— No seas tonto, claro que sí. Solo que acabamos de llegar, todavía tenemos tiempo. —
Tomó su rostro entre sus manos, juntando sus labios.

El beso era suave, sus labios se acariciaban mientras sus lenguas se tocaban con dulzura.
Cuando el beso comenzó a volverse más intenso, Taehyung le puso fin, con una sonrisa
juguetona, antes de apartarse por completo del mayor y subir las escaleras.

Al entrar a la habitación del Magnate, soltó un suspiro, dejándose caer sobre la cama. Estaba
algo cansado, tenía tantas ganas de darse una ducha. Cuando se sentó nuevamente en la
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cama, su vista quedó en el librero, sabía lo que había del otro lado. La última vez que estuvo
ahí, no fue un buen recuerdo, pero no iba a negar que se sentía atraído por volver a ese
cuarto.

— ¿Qué tienes? — El Omega se sobresaltó, al escuchar la voz del mayor.

— Eh... Nada, solo quería... — Su vista pasó por toda la habitación. — Quería bañarme ahí. —
Apuntó la puerta que está detrás del azabache.

Jungkook miró la puerta y alzó una ceja mirando nuevamente al castaño, quien sonreía
apenado.

— Claro... Si a ti no te molesta... — Bajó la cabeza mientras jugaba con sus dedos.

El Alfa caminó hasta el castaño y tomó sus manos, al instante, Taehyung cruzó mirada con él.
El Magnate sonreía gentilmente.

— Tae, tú puedes ir a cualquier parte de esta casa y no necesitas pedir permiso. — Tiró de la
mano del menor para guiarlo a la habitación donde quería ir.

Al abrir la puerta, todos los recuerdos de esa noche, volvieron a su cabeza. Tampoco era fácil
de olvidar su primera vez en un jacuzzi.

Taehyung caminó cerca de la orilla mirando el agua cristalina. Miró de reojo a su Alfa y
comenzó a desabotonar su camisa. Parecía que el mayor no se estaba perdiendo ninguno de
sus movimientos, conforme su ropa iba saliendo, hasta quedar completamente desnudo.

— ¿Me acompañas? — Ofreció, antes de entrar lentamente al agua. Agradecía la calefacción

que tenía la piscina, ya que el agua estaba en su punto.

Jungkook sabía las intenciones de su Omega. Sin perder el tiempo, comenzó a despojarse de
sus prendas. El menor lo observaba con todo el descaro mientras simulaba nadar.

Justo en el momento en el que Taehyung se sumergió bajo el agua para mojarse por
completo, el mayor entró al agua. Cuando el castaño salió, miró a todos lados, notando la
ausencia de su novio.
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— ¿Jungkook? — Frunció el ceño, la poca luz de la habitación no ayudaba mucho. —

Jung...¡AH! — El mayor lo tomó por la cintura, sorprendiéndolo. — Me asus... — Pero sus
labios lo hicieron callar.

El menor rodeó sus piernas en la cintura de su Alfa, dejándose llevar por sus besos y caricias.

— ¿Ya te dije que te amo?

— Sí, pero no me molestaría volver a escucharlo.

— Te amo, Taehyung. — Juntó sus frentes, soltando un gruñido.

— ¿Pasa algo? — El menor lo miró un poco preocupado.

— Es que solo pensar todo el tiempo que desperdicié... Pudimos estar juntos antes, si no
hubiera sido por mí, si desde el primer momento hubiera escuchado a mi lobo, el día de la
subasta. Pude ahorrarte mucho dolor...

— Hey, ya pasó... Estamos juntos. Tal vez fue necesaria la oscuridad, para poder ver
realmente. No eres el malo en esta historia. — Taehyung lo abrazó con fuerza. — Cometimos
errores, pero eso ya forma parte de nuestro pasado.

La noche fue cayendo, envolviendo ambos cuerpos que reposaban sobre la cama, cubiertos
entre las sábanas marrones.

Taehyung reposaba su cabeza sobre el pecho de su Alfa, deleitándose con el sonido de su

corazón mientras Jungkook acariciaba su espalda con delicadeza.

De pronto, el mayor recordó algo que había ocurrido en su oficina y tenía que hablar con el
castaño.

— Tae...

— Mgh... — Lo alentó para que siguiera hablando.

— Hoy me marcó mi madre mientras estaba en la oficina. — Guardó silencio unos segundos.
— Quiere que vaya a Tailandia. — El cuerpo del menor se tensó al instante, pero quiso
disimularlo.
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— Oh... Entonces... Irás a verla... — Taehyung no iba a negar que le afectaba ese viaje. La
última vez que Jungkook viajó a Tailandia, todo terminó mal para ellos.

— Sí, iré a Tailandia, pero quiero que tú me acompañes esta vez.

— ¿Hablas en serio? — El Omega no creyó las palabras del mayor, así que lo miró.

— Sí, quiero aprovechar el viaje y que toda mi familia estará reunida para presentarte. Mi
abuelo quería conocerte. Así que, quiero que juntos vayamos a visitar su tumba. ¿Qué dices?
¿Me acompañarías a ver a mi familia?

Los ojos de Taehyung se cristalizaron, y tuvo que morder su labio para que no escapara su
sollozo mientras asentía con la cabeza, sin poder contener la emoción.

Taehyung no podía creer que este era el mismo hombre que conoció hace un año, pero
Jungkook era el que menos se reconocía. Sin duda, el menor lo había cambiado y ya no tenía
miedo al sentirse dominado por él.

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por Srta_YoonTae

— Amor, estoy bien. — Habló el menor, tratando de calmar a su novio.

— Pero dijiste que sentías algo extraño. Si quieres, puedo hablarle al doctor. — Sehun se
hincó frente a su Omega y colocó su mano sobre su vientre, que ya estaba abultado un poco
más que el de Jimin, aunque solo tuvieran unas semanas de diferencia.

— No, está bien, mejor esperemos a que llegue nuestro turno y que el doctor nos hable. —
Acarició el cabello del castaño oscuro para tranquilizarlo.

Como había dicho el anterior doctor cuando les dijo que Luhan estaba en estado, su
embarazo era delicado, así que tenían que estar yendo constantemente al ginecólogo.
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Los minutos fueron pasando. La pareja podía ver a algunos Omegas o Betas embarazados,
los Omegas eran acompañados por sus Alfas, pero ninguno iba con un Beta. Luhan miraba a
todas esas parejas y tocaba su vientre.

— Mira, todas esas parejas de Omegas tienen un Alfa. — Sehun bajó la cabeza, seguía con la
idea de que en algún momento su Omega quisiera estar con un Alfa.

— Sí... — El azabache miró a su pareja, al escuchar el tono de su voz.

— Soy el único que tiene un Beta. — Sujetó su mano. Al ver su rostro, supo que seguro había
malinterpretado sus palabras.

— Luhan... Nunca has pensado en la posibilidad de que quieras un Alfa o tu lobo lo quiera...

— ¿Qué? No, claro que no. Mi lobo y yo solo necesitamos a tu lobo y a ti. Además, me siento
tan especial y único estando contigo. — Le sonrió, recargando su cabeza en su hombro. —
Deja de pensar que necesito un Alfa, eso es irrelevante para mí. Cuando dije lo de los Omegas
y Alfas, me refería a que siempre es igual. Somos la excepción a la regla y me alegra haberte
conocido.

— No sé qué haría sin ti, te amo, bueno, los amo a los dos. — Besó la mejilla de su Omega
mientras acariciaba su vientre.

En ese momento, el doctor salió de su consultorio hablando a la pareja, la cual se abrazaba.

— Buenos días. — Dijo el Dr. Choi una vez estuvieron dentro del consultorio.

Sin duda, Luhan podía caminar sin ningún problema, pero como siempre, Sehun se rehusaba
a dejarlo hacer las cosas solo, y el menor simplemente lo disfrutaba. Eso de estar
embarazado, le gustaba.

— Buenos días. — Hablaron en unión la pareja mientras se sentaban.

El Beta mayor tomó un folder y comenzó a revisarlo, era el expediente del Omega, esta era la
tercera vez que iban desde que comenzó el embarazo.

— Muy bien. — Cerró el folder, después de darle una breve leída, y miró a la pareja frente a él.
— ¿Cómo te has sentido desde la última consulta?
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— La verdad, me siento muy bien. Sehun es muy atento y me cuida mucho, también tomo las
vitaminas que me dieron.

— Eso es algo bueno. Como se les había dicho antes, ese embarazo es algo complicado, por
la forma en que fue concebido. — Los dos asintieron y eran conscientes. — Estuve
investigando sobre los antiguos embarazos de este tipo y tengo algunas cosas que decirles.
— Por la forma en la que habló el doctor, parecía que no eran cosas muy buenas, eso puso
ansiosa a la pareja. — Pero antes ¿Qué les parece hacer un ultrasonido? ¿Quieren ver a su
pequeño cachorro?

Toda ansiedad desapareció, al escuchar esas preguntas. El menor sonrió con felicidad,
asintiendo repetidas veces, y Sehun, sin duda, estaba también emocionado, sería su primera
ecografía.

El Dr. Choi se levantó, mostrándole a la pareja una camilla, donde el azabache tenía que
acostarse mientras él iba a buscar el equipo que utilizaría para el ultrasonido.

— Muy bien, voy a alzar tu camiseta y bajaré un poco tu pantalón, ¿De acuerdo? — El menor
asintió sin problema, pero cuando el Dr. Choi tomó el borde de los pantalones del menor, el
lobo de Sehun se removió gruñendo, causando que el gruñido escapara de su boca,
llamando la atención del doctor.

— Sehun... ¿Estás bien? — El azabache miró a su amado, algo confundido por su reacción, y
al ver sus ojos, brillaron en un púrpura algo intenso.

— Sí, perdón. — Cerró los ojos, y al abrirlos, estos tenían nuevamente su tono natural. —
Continúe. — El Beta mayor asintió, aún confundido por la reacción del otro Beta.

El mayor continuó con los pasos para hacer el ultrasonido, explicándole cada paso a el
menor y a su pareja, esperando a que le diera su aprobación para proceder.

Luhan sintió escalofríos, al sentir el gel sobre su vientre, ya que este estaba frío. Seguido de
eso, el Dr. Choi, colocó un aparato que venía conectado al equipo junto a la camilla. Los
primeros segundos, hubo un silencio mientras el aparato se paseaba por el vientre del
menor.
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— Ahí está. — Señaló la pantalla. — Parece que tiene un buen tamaño. — Frunció el ceño. —
De hecho, está algo grande para el mes y medio que tienes.

— ¿Eso es malo? — El Beta se acercó a su pareja, preocupado.

— Realmente no, pero es un poco confuso. Como les dije, no tengo experiencia en este tipo
de embarazos, pero por lo que había investigado, se supone que el cachorro debe ser más
pequeño de lo normal por ser de un Beta y no de un Alfa. — Explicaba mientras seguía
moviendo el aparato y tomaba fotos de las imágenes de la pantalla.

Después de unos minutos, el doctor dio por terminado el ultrasonido, dándole un poco de
papel a Sehun para que retirara el gel del vientre del Omega para volver al escritorio.

— Bueno, ya mandé las fotos a mi enfermera. En lo que traen la ecografía, quiero hacer una
prueba de sangre.

— Claro. — Dijo el menor.

— No de usted, sino del joven Sehun. — El Beta frunció el ceño.

— ¿A mí? ¿Algún motivo en concreto?

— Verá, estuve estudiando sobre este tipo de embarazos, claro, no hay mucho, pero en lo
que encontré, por parte del cachorro, él tiene un peso menor a uno "normal" y tienden a
nacer con defensas bajas, alguna enfermedad o deficiencia, pero tu cachorro tiene un buen
peso y su vientre está creciendo más rápido, lo cual me confunde, y por eso quiero hacerle
una prueba a Sehun. Tal vez sea por él que tu embarazo es muy bueno.

La pareja no sabía cómo sentirse ante las palabras del doctor. Sehun claramente estuvo de
acuerdo en hacerse una prueba de sangre. Después llegó la enfermera con un sobre, donde
se encontraban las ecografía.

La consulta terminó y se fueron, después de agendar una nueva cita para cuando cumpliera
los dos meses de gestación.

Sehun y Luhan miraban la ecografía con una sonrisa, aunque también no podían dejar de
pensar en lo que dijo el doctor de su cachorro, y las consecuencias que traía su embarazo
para el cachorro.
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La junta con los franceses comenzaría pronto, así que el Magnate estaba acomodando los
documentos para la reunión. Soltó un suspiro, realmente ya no quería hacer esa
colaboración, pero se lo había prometido al menor.

— Ya estoy listo. — Dijo con una sonrisa el Omega castaño.

— ¿Para qué? — Alzó una ceja el Alfa mirando a su Omega.

— ¿Cómo que para qué? ¿Ya lo olvidaste? Hoy es la reunión con los franceses. — Dijo con
obviedad.

— Espera, Taehyung, tú no irás. — Ni loco lo llevaría, no sabiendo quién estaría en esa

reunión.

— ¿Qué? Pero yo soy el intérprete. — Se apuntó a sí mismo. — Me necesitas.

— No, Taehyung, alguien más será el intérprete en la reunión, tú te quedas aquí y me

esperas.

— Pero...

— Dije que no. — El menor puso un semblante de enojo. — Pequeño, por favor, no te pongas
así. — Trató de abrazarlo, pero Taehyung se negó, dándose la vuelta.

— Déjalo. Al final, tú eres el jefe y yo solo un practicante. — Tal vez estaba siendo inmaduro,
pero él realmente quería estar con él en la reunión.

— Tae, sabes que eso no tiene nada que ver. Ese tipo no me gusta nada, y la forma en la que
te mira... AGH... — El menor se sobresaltó un poco, al escucharlo gruñir de esa forma.

— Perdón... — Bajó la cabeza. — Solo quería estar contigo en la reunión...

A Jungkook no le gustaba ver de esa forma al castaño. Su lobo lo rasguñaba por poner a su
Omega así. El azabache lo rodeó con sus brazos, respirando su aroma.

— Me importas, Taehyung, por eso te pido por favor que me hagas caso y no insistas. Solo
quédate aquí, no tardaré. — Le dio un leve beso en sus labios. — Te recuerdo que hoy
viajamos a Tailandia y no quiero que estemos mal.
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— Está bien. — Soltó un suspiro, él tampoco quería que estuvieran mal. — Me quedaré aquí a
esperarte. — Le dedicó una sonrisa.

Después de unos minutos dándose besos y mimos, el teléfono sonó, avisándole al Magnate
que la junta iba a comenzar. A regañadientes, se separó de su Omega para ir a la dichosa
reunión.

Al llegar a la sala de juntas, notó que junto a su silla, estaba un chico de cabello oscuro.
Supuso que era el intérprete que había contactado Yerim.

— Buenas tardes. — Habló el Alfa, sorprendiendo un poco al joven.

— Buenas tardes, señor Jeon. — Se levantó de su silla, haciendo una reverencia. — Me llamo
Han Jisung, y hoy seré su intérprete.

— Muy bien, estos son una copia de los documentos que se hablarán en la reunión. — Le dio
un folder azul marino. — Dale una leída, en lo que llegan los inversionistas. ¿De acuerdo? —
El chico asintió y se puso a hacer su trabajo.

Jungkook lo miró unos segundos y pudo sentir su dulce aroma a Mirra e Incienso. Sin duda,
era Omega, y por su rostro, debía tener como un año más que Taehyung. Aunque era un
chico atractivo y con buenas facciones, no se comparaba con su Omega, él sin duda era la
perfección. Sonrió al pensar en él.

Su sonrisa no duró, al notar que los franceses habían llegado a la sala de juntas. Primero,
entró el señor Frederick, seguido de su secretaria Cora, pero frunció el ceño, al no ver a nadie
más entrar a la sala.

¿Por qué no habrá ido?

***

— ¿Estás triste porque no fuiste el intérprete del señor Jeon en la reunión? — Preguntó la
Beta, al ver el rostro de Taehyung.

— ¿Qué? No. ¿Por qué estaría así? Es solo mi jefe. — Desvió la mirada.
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— ¿Solo tu jefe? — Lo miró con una sonrisita y alzando una ceja. — ¿Estás seguro que solo es
eso? — El menor se puso nervioso y desvió la mirada.

— Claro que sí, no sé a qué te refieres. — No era que a Taehyung le avergonzara su relación,
pero no quería que en la empresa lo supieran, porque no quería que hablaran de él.

— Bueno, pues deberías haber visto el nuevo intérprete. Es un Omega realmente hermoso y
haría muy buena pareja con el señor Jeon. — El castaño miró rápidamente a la chica ante sus
palabras.

— ¿Un Omega? — Frunció el ceño con real fastidio. Yerim no pudo evitar echarse a reír.

— Tranquilo, Taehyung, soy consciente de tu relación con el señor Jeon, no tienes que fingir
conmigo. — Las mejillas del menor se tornaron rosadas.

— Ah, ¿sí? ¿Cómo es que...? — Pensar que ella tal vez pudo haberlos escuchado tener sexo en
la oficina, lo hacía querer ser tragado por la tierra.

— Se ve como se miran con tanto amor. Además, el señor Jeon, siempre pregunta por ti y se
preocupa mucho. Soy su secretaria desde hace años, jamás lo había visto actuar así. —
Taehyung sonrió avergonzado.

Yerim era una gran persona, tal vez al inicio no tuvieron un buen comienzo, pero ahora el
castaño podía decir y considerarla una amiga, a la cual le tenía algo de aprecio. Ambos se
miraron con una sonrisa.

— Así que, aquí estabas. — La voz llamó la atención de la chica y el menor. Los ojos de
Taehyung se abrieron como platos, al encontrase con esos ojos. — Me preguntaba por qué
no te encontrabas en la reunión de hoy. Cuando llegué a la sala, sentí un dulce aroma a Mirra
e Incienso, sabía que ese aroma era de Omega, pero no te pertenecía a ti.

Yerim no entendía nada, pero al ver el rostro de Taehyung, supo que no era nada bueno, y a
ella tampoco le daba buena vibra. Sabía que era un Alfa puro, por esa razón no podía
intervenir.
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— Aunque la verdad, no puedo sentir tu aroma, ¿Acaso usas supresores de aroma? — El

menor dio unos pasos hacia atrás, al ver que se acercaba. — Pero no importa, aún puedo
recordar tu dulce aroma, era Chocolate y Nuez, ¿Verdad?

— ¿Por qué estás aquí? ¿No deberías estar en la reunión? — Trató de hablar firme, pero se
estaba muriendo del miedo. Sin su lobo o Jungkook, se sentía desprotegido.

— Ya te dije, estaba curioso por ti. La primera vez creí que tú y ese Alfa tenían algo, pero veo
que no eres tan importante después de todo, ¿O Por qué te cambiaría por otro Omega hoy?

Taehyung sabía que no era así, pero no pudo evitar sentirse triste y enojado con las palabras
de ese hombre.

— No sabes nada de nosotros, así que te prohíbo que me hables de esa forma. — Le hizo
frente, sorprendiendo un poco al Alfa de ojos verdes.

— Vaya, así que ese es tu punto débil. — Sonrió. Trató de tocar la mejilla de Taehyung, pero
este fue más rápido, golpeando su mano, impidiendo el tacto. — Me gusta, tienes carácter.
Bueno, me voy. Pronto nos volveremos a ver más seguido. Souviens-toi que tu me dois une
nuit.

"Recuerda que me debes una noche" El castaño frunció el ceño.

— Vete al diablo. — Escupió con rabia. El francés sonrió, dando media vuelta para irse.

Todo el cuerpo de Taehyung temblaba y estaba frío. Tal vez no había sido buena idea
haberle dicho a Jungkook que aceptara el contrato...

Taehyung se encontraba en su casa, empacando para el viaje. Ya estaba más tranquilo,

aunque le pidió a Yerim que no le dijera nada a Jungkook sobre lo que pasó. Él sabía que
estaba mal ocultárselo, pero sabía que su Alfa podría matar a ese hombre y quería evitar ese
tipo de problemas. Así que, decidió callar.

— ¿Ya estás listo, pequeño?

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— Sí, ya terminé de hacer la maleta. — Dijo mientras la cerraba y la colocaba en el piso para
arrastrarla.

Cuando Jungkook se acercó a él para darle un beso, el Omega pudo sentir el aroma a Mirra e
Incienso, era el mismo aroma que había dicho Evans. Frunció el ceño, apartándose de él.

— Apestas, no me toques hasta que te des un baño. — Sin más, pasó a su lado dirigiéndose al
auto.

— ¿De qué hablas? Pero si no he sudado, ni nada, y antes me estabas besando en la oficina.

— He dicho que apestas, Jeon. Así que, no me toques hasta que te quites ese asqueroso olor.
— El menor entró al auto, dando un portazo. La idea de que otro Omega estuvo cerca de su
Alfa, lo irritaba.

Por otro lado, Jungkook no entendía ese cambio repentino del castaño. Tal vez seguía
enojado por no haber estado en la reunión, pero se suponía que habían arreglado ese
problema.

Metió la maleta de su Omega en el maletero para después subir al auto en el asiento del
piloto. Al entrar, pudo notar la notoria irritación del menor, y volvió a fruncir el ceño.

— ¿Me puedes decir qué te pasa?

— ¿Puedes encender el auto? Si no te apresuras, se hará tarde y no podrás bañarte. — Dijo

cruzado de brazos, sin mirarlo.

— Aún hay mucho tiempo. ¿Cuál es tu insistencia porque me dé un baño? — Taehyung no

respondió y continuó en la misma postura. — No nos moveremos hasta que respondas.

— ¡AGH! — Gruñó alto, sobresaltando un poco al azabache. — Solo quiero que te des una
maldita ducha. Apestas a ese otro Omega de la reunión, seguro fue mejor intérprete, ¿No?
Eres un maldito. — Empezó a darle unos golpes en su brazo y pecho. Recordar las palabras
del francés, donde le decía que lo estaba cambiando por otro, lo irritaba.

— Oye, basta. — Jungkook trataba de esquivar los golpes del menor, aunque no eran nada
fuertes, porque claramente, Taehyung no lo quería lastimar, solo estaba molesto. —
Taehyung, ya basta. — Lo tomó de las manos.
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El castaño respiraba fuerte y con notoria molestia. La imagen de su Alfa besándose o

tocando a otro, lo estaba matando. Sí, estaba exagerando, pero no podía evitarlo, Evans le
había metido esa idea en la cabeza.

— ¿Estás celoso? — Jungkook ahora comprendía la irritación de su Omega, y no pudo envitar

sonreír. — Así que, estás así porque te pusiste celoso, ¿Eh? — Su sonrisa burlona, aumentó la
irritación del menor.

— Eres un idiota, me voy. Mejor lleva a ese otro Ome... — Las palabras se quedaron en el aire,
cuando el Alfa tiró de él, robándole un beso. Era feroz, apasionado y cargado de emociones.

Taehyung quería protestar, pero era débil ante el azabache, sin contar que lo sostenía con
firmeza. Sin previo aviso, tiró de él, subiéndolo a horcajadas sobre su regazo, profundizando
más el beso. Cuando su Omega comenzó a tirar con algo de fuerza las hebras azabaches,
ambos gruñeron por la ferocidad de sus acciones.

El menor mordió el labio inferior de su Alfa, al sentir como este, literal, estrujaba su trasero.
El calor se instalaba en el auto y los jadeos eran intensos, ambos querían del otro, sin
importarles que se encontraban en el auto.

— Ah~ Hazme tuyo. — Ordenó dominante Taehyung, haciendo brillar sus ojos azules, con un
leve destello verde, haciendo que volvieran a su tono marrón de siempre, pero más oscuros
por el deseo.

Jungkook no se encontraba en sus cinco sentidos, así que no pudo notar el cambio en los
ojos del menor. Sus besos fueron bajando por su cuello, dejando marcas muy notorias
mientras Taehyung jadeaba ante el roce de sus miembros, en un intento por encontrar el
botón para reclinar el asiento.

Al dar con este, empujó el cuerpo de su Alfa, recostándolo y quedando él sentado. Los ojos
del mayor brillaban rojo y negro mientras lo observaba quitarse el pantalón, tirándolo por
algún lado junto a su ropa interior. Taehyung no se reconocía a sí mismo, pero realmente
quería que lo hiciera suyo justo ahí.

— ¿Te gusta lo que ves? — Mordió su labio mientras procedía a desabotonar los pantalones
del gran Magnate, notando su abultada erección que era retenida por su bóxer.
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— Mierda, Taehyung. — Gruñó jadeando. — ¿Qué estás haciendo? Estamos en la calle... — Su

poca cordura no creía que eso fuera buena idea.

— Shh... No pienses si está mal o bien. Esta vez mando yo, te voy a mostrar que solo yo te
puedo poner así de duro, y que ningún otro Omega te va a satisfacer como yo, porque solo
me necesitas a mí. — El destello entre azul y verde volvió a aparecer en sus ojos.

Sacó el miembro de su Alfa ,escuchándolo gruñir, cuando su mano subió y bajó con agilidad,
abrazando el grueso y venoso pene. Taehyung podía sentir como su entrada estaba tan
húmeda, que comenzaba a doler, pidiendo a gritos ser penetrado por su Alfa.

El recuerdo de su primera vez en el jacuzzi, vino a su memoria. Esta sería la segunda vez que
lo montará por su propia cuenta y se moría de ganas de hacerlo.

— Ah~ Taehyung... — Apretó los muslos del nombrado, al sentir como su pene iba
desapareciendo en la entrada húmeda y estrecha del menor.

Taehyung podía sentir como su entrada anal era irrumpida, estirando sus paredes, dándose
paso. Realmente estaba llegando profundo, y lo supo, cuando tocó su punto dulce,
haciéndolo parar de moverse de forma circular.

— Mgh~ — Mordía su labio mientras apoyaba sus manos en los hombros de Jungkook para
sostenerse. El Alfa tenía una perfecta vista del rostro sonrojado del menor debido al placer.

El deseo de Jungkook por ver una expresión de dolor en el rostro de su lindo Omega, fue más
fuerte, tomándolo por la cintura, empujándolo con fuerza para penetrarlo por completo,
haciendo que el rostro de su pequeño se deformara y un alto gemido saliera de su bella
boca, llenándolo de placer a él.

— Pequeño, no puedes gemir así, alguien puede escuchar. No te gustaría que alguien te viera
así, ¿Verdad? — Taehyung mordió con fuerza su labio, eso realmente le dolió. Sintió que lo
partía por completo, pero realmente quería volver a sentir ese dolor de ser perforado por
dentro.

— Ah... B-bien, solo vuelve a hacer eso... Por favor~ — Jungkook sonrió ante sus palabras. Sin
duda, ese era su pequeño masoquista.
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El mayor repitió la acción repetidas veces, notando los ojos llorosos del castaño y como su
labio se iba abriendo, por lo fuerte que lo mordía para no gemir tan alto. Su expresión era
espléndida, más cuando sintió un líquido caliente sobre su abdomen, manchando su camisa.
Jungkook continuó penetrándolo con la misma fuerza. Cuando sintió qué llegaría al límite de
placer, tomó la nuca de su amado, juntando sus labios, expulsando toda su esencia dentro
de su Omega. El beso continuó por unos segundos, volver a sentir la sangre del menor
también le gustaba, era algo dulce y metálica.

— Te amo. — Susurró Taehyung sobre sus labios.

— Te amo, mi pequeño masoquista. — El menor no pudo evitar sonreír ante el apodo, lo

había llamado de esa forma en sus inicios.

***

Pero mientras ellos disfrutaban de su amor, dentro de la empresa Jeon, el mal rondaba.

El hombre caminaba por todas las áreas, observando cada rincón, pero se detuvo al
escuchar una voz.

— Sí, vengo a ver al señor Jeon Jungkook, tengo que hablar con él con urgencia.

— Lo sentimos, el señor Jeon no se encuentra en la empresa, y no estará disponible por una

semana. — Quien escuchaba a escondidas, no pudo evitar sonreír al escuchar esa gran
noticia.

— ¿Por qué?

— Se fue a un viaje con su pareja Kim Taehyung. — Dijo claramente la secretaria del señor
Jeon.

— De acuerdo, volveré después, gracias.

Su sonrisa desapareció al escuchar que ese estúpido Alfa se había ido, pero se había llevado
al Omega, sin contar que los habían llamado pareja.
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Sin duda, se encargaría de que eso dejara de ser así. Solo esperaría y haría que ellos dos
jamás volvieran a estar juntos...

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por Srta_YoonTae

— ¡Papá, papá! — Gritaba mientras brincaba de emoción, tomado de la mano de SeokJin.

— Sí, cariño. Vamos a ver a tu papá, le daremos una sorpresa. — Ambos caminaban por los
pasillos de la empresa Kim.

El Omega azabache había ido a buscar a su pequeño cachorro más temprano, y como aún le
faltaba trabajo y Jennie todavía estaba en la escuela, decidió llevarlo a la empresa.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, lo primero que vio, fue esa cabellera rosa y
llamativa, la joven se encontraba en la recepción trabajando.

Pero esta vez, algo llamó su atención, la chica llevaba un cubrebocas y su ropa era distinta a
lo habitual, frunció el ceño.

— Buenas tardes, señor Kim y joven Kim. — Hizo una corta reverencia. — ¿Gusta que le avise
al señor Kim que están aquí? — La Omega no levantaba el rostro, eso confundió aún más a
SeokJin.

— Buenas tardes, eh.. No hace falta, le daremos la sorpresa.

— ¡Sí! ¡Sorpresa! ¡Sorpresa! — Soltó la mano de su padre para aplaudir con euforia.

— Entonces tengan un buen día.

SeokJin asintió, volviendo a tomar la mano de su hijo y seguir su camino hasta la oficina de
su marido, pero aún pensando en la extraña actitud de Yuna.
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Al estar justo enfrente de la oficina, dio unos ligeros golpes mientras miraba a su pequeño,
que movía sus piecitos desesperado. Cuando se escuchó un "Adelante" el cachorro cubrió su
boquita para no gritar de emoción. Al Omega no pudo evitar sonreír ante su actitud
desesperada.

— Joonie, espera aquí, no hagas ruido. — El castaño asintió, colocando su dedito sobre sus
labios, indicando que haría silencio.

El Omega abrió la puerta, entrando a la gran oficina, dejando la puerta medio cerrada y le dio
un último vistazo a su pequeño, quien apretaba los ojos susurrando "Papá, papá" muy
ansioso.

Finalmente, dio media vuelta, encontrándose con su Alfa, quien caminaba hacia él con una
gran sonrisa y sus anteojos puestos. Al parecer, estaba leyendo algo.

— ¿Puedo preguntar a qué se debe magnífica visita? — Rodeó su cintura con sus brazos,
dándole un corto beso sobre sus suaves y voluptuosos labios carmesí. El Omega sonrió,
colocando sus manos tras la nuca del mayor.

— Bueno, todavía tengo trabajo con los chicos de la sesión de fotos, pero quise tomar un
descanso y venir a verte. — El rubio grisáceo se inclinó para darle otro beso a su amado, pero
este se apartó con una sonrisa. — Y también te traje una sorpresa.

— ¿Una sorpre...

— ¡SORPRESA! — El pequeño entró con los brazos alzados, feliz por su entrada triunfal.

NamJoon se sorprendió ante el grito y porque no se lo esperaba, pero al ver a su lindo

cachorro, no pudo evitar sonreír, hincándose a la altura del pequeño.

— Pero mira a quién tenemos aquí. — SeokJoon no pudo aguantar más, brincando sobre su
padre Alfa, escondiendo su carita en su cuello, olfateándolo.

— Tenía muchas ganas de verte. — Dijo SeokJin, hincándose junto a ellos.

Ambos padres soltaron un suspiro. NamJoon había estado teniendo mucho trabajo en la
empresa esas últimas semanas, ocasionando que no vea a su pequeño cachorro. Se iba muy
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temprano y cuando regresaba, Joonie ya se encontraba dormido, lo único que podía hacer,
era darle un beso de buenas noches.

— Lo siento... — Abrazó a su hijo para transmitirle sus disculpas. — El trabajo me tiene

ocupado y te dejo cuidar a los niños solo. — Miró a su Omega.

— Oye, está bien, lo entiendo. Además, ellos no son ningún problema para cuidar, solo que
Joonie aún es muy pequeño, y claramente quisiera estar todo el tiempo contigo, pero aún
siendo pequeño, entiende que tienes que trabajar. — Ambos miraron al cachorro, quien
parecía muy concentrado olfateando a su padre e impregnando su aroma en él.

Joonie era muy celoso y posesivo, realmente era muy dominante para la edad que tenía.
Nayeon, la madre de Nam, había dicho que eran igualitos. El rubio grisáceo, desde muy
pequeño, también mostraba esos comportamientos.

***

Los tres pasaron un rato juntos por petición de SeokJoon, y claramente, sus padres no
podían negarse a tan tierna carita.

Pero SeokJin no dejaba de darle vueltas en su cabeza a un solo asunto. Soltó un suspiro
levantándose.

— Amor, me tengo que ir, todavía tengo algo de trabajo. ¿Podrías cuidar a Joonie mientras?

— Claro que sí, ¿Verdad, campeón? — El cachorro asintió con una sonrisa.

El Omega no pudo evitar sonreír, le encantaba ver a sus dos amores juntos con una sonrisa.
Cuando veía ese tipo de escenas, le daban ganas de tener otro cachorro, pero no era el
momento. Tanto NamJoon como él, estaban en su punto máximo de trabajo, y tener otro
bebé, complicaría un poco más la situación.
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Sin más, le dio un beso a cada uno, antes de salir de la oficina. Su ceño se frunció, al notar
que aquella llamativa cabellera rosa, no estaba. Decidió no darle tanta importancia y volver
a su trabajo.

Al abrirse las puertas, ahí estaba, pero el brillo que tenía antes, ya no estaba. La chica ahora
era gris y sombría. Por un momento, SeokJin se sintió culpable. ¿Acaso sus palabras la
habían vuelto así?

Ambos estaban dentro del elevador. Una vez las puertas se cerraron, el azabache miró a la
chica.

— ¿A qué piso vas?

— Descuide, ya marqué mi piso. Adelante, señor Kim. — Bajó la cabeza, aún sin mostrar su
rostro.

El mayor asintió tratando de quitarle importancia al asunto. Su lobo gruñía con la cercanía
de la pelirrosa. No confiaba en ella, por tratar de meterse con su Alfa, pero su parte humana
no era rencorosa, y la actitud de la chica no era normal.

Cuando SeokJin pretendía marcar su piso para la sesión de fotos, el elevador tembló,
haciendo tambalear a ambos.

— ¿Q-qué pasó? — Preguntó la Omega asustada.

— Descuida, se detuvo el elevador. — El azabache tocó el botón de emergencias para dar

aviso a la falla que había ocurrido, y soltó un suspiro.

— No... No puede... — Su respiración parecía volverse pesada, y eso no pasó desapercibido

en SeokJin.

— ¿Qué te ocurre? — Colocó su mano en la espalda de la pelirrosa.

— Yo... No puedo estar aquí.... Tengo que salir... — Retrocedió, en sus ojos se veía el miedo
plasmado.
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— Sufres de claustrofobia... — Susurró más para él mismo, al analizar la actitud de la joven.

— Hey, Yuna, mírame. — La chica parecía no escucharlo, estaba muy alterada. — Yuna,
mírame.

SeokJin jamás había usado su voz de Omega, realmente no lo necesitaba, pero en ese
momento necesitaba sacarla de ese estado a la menor o podría desmayarse y empeorar las
cosas, y parece que funcionó porque tuvo toda su atención.

— Tranquila, solo respira. — La tomó por los hombros para tenerla de frente. Apenas podía
ver sus ojos debido al cubrebocas que llevaba. — Voy a quitarte esa cosa. — Cuando el mayor
acercó su mano, esta negó. — Yuna, tengo que quitártelo. — La menor volvió a negar, pero
SeokJin no hizo caso y lo retiró.

Lo que vio no fue lo que esperaba. El rostro de la chica tenía hematomas y su labio estaba
partido. El azabache sacudió la cabeza, saliendo de su estado de shock y volvió a mirar los
ojos de la pelirrosa.

— Respira conmigo, así. — El mayor comenzó a hacer pequeños ejercicios de respiración,

pero cuando la chica pretendía comenzar a calmarse, la luz se apagó, encendiendo la de
emergencia, volviéndola a llevar a su estado de ansiedad al instante.

Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de la chica. SeokJin no tuvo más remedio y tiró
del brazo de Yuna, envolviéndola entre sus brazos, ignorando las protestas de su lobo, y en
su lugar, comenzó a acariciar su cabello.

— Tranquila, solo respira como te mostré. — El mayor podía sentir cómo el corazón de la
Omega iba a mil. — No te asustes, no estás sola, yo estoy contigo. — La chica se aferraba a las
prendas del mayor con fuerza, pero el dulce aroma del Omega azabache, realmente la estaba
relajando.

SeokJin no podría decir cuánto tiempo estuvieron de esa forma, tal vez solo fueron unos
segundos o minutos, pero no le importaba. De pronto, el elevador volvió a temblar, haciendo
que la chica abrazara más fuerte al mayor. El azabache notó cómo las luces se encendían y el
elevador volvía a su curso.

— Tranquila, Yuna. — Volvió a acariciar su cabello.

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Cuando el sonido de la puerta se hizo presente, la joven se apartó avergonzada y trató de

salir corriendo, pero el mayor la detuvo. SeokJin tenía muchas dudas.

— Hey, no puedes correr en ese estado. Necesitas algo dulce o un té para relajarte, tus
nervios desprenden muchas feromonas. Ven conmigo. — Sin soltarla de la mano, la llevó a
las escaleras. No sería muy buena llevarla al elevador.

***

La chica miraba su taza de té, tratando de evitar la mirada de su jefe.

— Gracias por ayudarme... Señor Kim.

— ¿Qué te pasó?

— Solo fue un ataque de ansie...

— Sabes que no me refiero a eso. — La chica apretó un poco la taza entre sus manos,
sintiendo ganas de llorar.

— Fue mi madre... Pero no sé preocupe, estoy bien.

— ¿Por qué? — El mayor no quería ser entrometido, pero quién era ella para golpear de esa
forma a su propia hija.

— Porque me odia... Mi padre nos abandonó. Él era un Omega y mi madre dice que siempre
se lo recuerdo. — Las lágrimas bajaron. Realmente, esta chica no se parecía en nada a la
Yuna que vio la primera vez.

— Disculpa la pregunta, pero ¿Entonces tú por qué eres así?

— Porque odio las parejas Predestinadas. Si mi padre no hubiera encontrado a ese Alfa,
seguiría con mi madre. Por eso quiero demostrar que las parejas Predestinadas solo es un
invento y realmente no existen. — SeokJin pudo mirar el dolor que guardaban sus ojos.

Ahora todo tenía sentido. Luhan le había contado que Yuna era de su clase y siempre se
metía con Alfas emparejados.
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— Yuna, entiendo tu dolor porque tu padre se fue, pero no puedes culpar al resto por eso.
Quieres hacer pagar a todas las parejas Predestinadas por tu dolor y eso no está bien. Así
nunca cerrarás esa herida dentro de ti. Tienes que aprender a soltar eso que te lastima.

— No sé cómo...

— Perdonando, y en vez de buscar cómo separar a las parejas, mejor busca a alguien que te
haga sentir de la misma forma y te darás cuenta de tu error. — Sus ojos se encontraron. — Si
estás dispuesta a olvidar todo eso y buscas tu felicidad, te perdono por tratar de arruinar mi
matrimonio y familia. — La chica bajó la cabeza avergonzada.

— Yo... Lo siento por eso... No sabía que tenían un hijo.

— Solo promete que ya no volverás a hacer nada de eso, no desperdicies tu vida así.
Tampoco te quedes con tu madre, no mereces que te trate de esa forma.

— No tengo a dónde ir...

— Busca un departamento, y por el dinero, descuida, puedo darte un adelanto de tu salario.

Además, créeme que si sigues trabajando como hasta ahora, puedes quedarte con tu empleo
de secretaria. — La chica lo miró sorprendida. — Aún no llega una buena vacante para ese
puesto, y tú ya conoces nuestra forma de trabajar. — Yuna sonrió.

— Yo... Lo siento por eso... No sabía que tenían un hijo.

— Solo promete que ya no volverás a hacer nada de eso, no desperdicies tu vida así.
Tampoco te quedes con tu madre, no mereces que te trate de esa forma.

— No tengo a dónde ir...

— Busca un departamento, y por el dinero, descuida, puedo darte un adelanto de tu salario.

Además, créeme que si sigues trabajando como hasta ahora, puedes quedarte con tu empleo
de secretaria. — La chica lo miró sorprendida. — Aún no llega una buena vacante para ese
puesto, y tú ya conoces nuestra forma de trabajar. — Yuna sonrió.

— Gracias, señor Kim, y realmente siento haberme interpuesto entre su esposo y usted. De
todas, formas nunca me miró, quiero decir, él realmente lo ama, y siempre habla de usted
con tanto orgullo en su mirada. — Las mejillas de SeokJin se tintaron carmesí.
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— Ese tonto Alfa... — Susurró para él mismo, tratando de ocultar su sonrojo.

— Creo que ya debería volver a trabajar.

— Te acompaño.

Ambos subieron por las escaleras, separándose en el piso indicado. La pelirrosa volvió a
darle las gracias al mayor, antes de continuar subiendo.

Una vez estuvo frente a la oficina de su esposo, dio unos ligeros toques, pero no obtuvo
respuesta, así que decidió entrar.

Encontrándose con tan bella imagen, que hizo sentir un calor en su pecho y a su lobo soltar
un sonidito. NamJoon se encontraba dormido en su silla, con su cachorro en brazos, no
pudo evitar sonreír. Sin duda, tenía al mejor Alfa.

— Fue tu culpa.

— No, fue la tuya. — Se rió ante el enojo del menor.

— Claro que no, Jungkook, te digo que fue tu culpa.

— Yo no fui el que quiso otra ronda en el auto. — El menor lo miró ofendido.

— ¿Me estás queriendo decir que no querías tener sexo conmigo?

— No, claro que no, el sexo de tu parte siempre es bien recibido. Solo digo que el que insistió
para volver a tener sexo, fuiste tú. Así que, por lógica, es tu culpa que hayamos perdido el
vuelo. — Se encogió de hombros con una sonrisa, le encantaba molestar a su Omega.

— Eres lo peor, Jeon. — Se cruzó de brazos. Sí, era verdad que él fue el que insistió por otra
ronda, pero no era su culpa, solo quería desaparecer el aroma del otro Omega del cuerpo de
su Alfa. Así que la culpa era del Magnate.

— Ya, mi amor, no importa de quién fue la culpa. — Acarició el muslo desnudo de su amado,
sin ser consciente de cómo lo había hecho estremecer. — En casa tengo una maleta del viaje
de la otra vez, solo revisaré que tenga todo lo necesario. Mientras, tú puedes esperarme en la
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ducha.

— Pero... ¿Y el vuelo?

— Eso déjamelo a mí. — Lo miró una milésima de segundos con una sonrisa.

Taehyung desvió la mirada hacia la ventana sonrojado. Realmente, amaba a este hombre. Se
ponía a pensar en cómo hubieran sido las cosas si se hubieran conocido de diferente forma,
pero no veía ninguna otra.

Ellos eran tan distintos, con vidas tan contrarias. Jungkook, era un gran Magnate, y él, un
simple universitario becado. Nunca se hubieran encontrado de otra forma. Además, si nada
de eso hubiera ocurrido, jamás hubiera conocido a Jin y Jimin, eso realmente le hubiera
dolido, y tampoco hubiera conocido a Sehun, quien era su única "familia".

Nada de eso hubiera ocurrido. Seguro seguiría trabajando en la cafetería de Momo, tal vez
Chanyeol y él ya estuvieran comprometidos. Jungkook seguramente ya estaría casado con
Lisa. ¿Realmente hubieran podido ser felices si nunca se hubieran conocido?

Taehyung realmente quería olvidar su pasado, pero si lo hacía, su presente ya no tendría

sentido. Todo lo que había vivido realmente fue necesario. El destino quiso que así fuera por
algo. Tal vez quiso que ellos se encontraran de alguna forma u otra, y esa fue la única manera
que encontró.

El castaño miró el perfil de quien era su felicidad y sonrió. Ya no iba escapar de su pasado,
porque amaba a Jungkook con todo y sus demonios que llevaba dentro.

— Te amo. — Soltó el menor, tomando por sorpresa al azabache.

— ¿Y eso?

— Solo quería decírtelo. — Recostó su cabeza en el hombro del mayor.

— También te amo. — Tomó la mano del Omega y besó su dorso, dejándolo pegado a sus
labios unos segundos más, sin apartar la vista del camino.
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Entraron riendo mientras Jungkook abrazaba por la espalda al menor, en un intento por
llenarlo de besos. Taehyung por su lado, quería soltarse para ir a darse una ducha, ya que se
encontraba sin la parte de abajo de su ropa.

— Jungkook, ya basta. — Rió tratando de volverse a soltar del agarre en su cintura.

— ¿Qué pasa si no quiero? — Besó su cuello, haciendo estremecer al menor. — Mira qué
tenemos aquí. — Metió su mano bajo la camisa del menor, notando la húmeda entrada. — Te
volviste a mojar. — Se rió burlón, provocando que las mejillas del menor se tintaran.

— Es tu culpa, sigues con tus estúpidos juegos sexuales y no puedo evitarlo. — Cubrió su
rostro.

— Otra vez estás tímido. Hace rato en el auto, parecías todo un experto con estos estúpidos
juegos sexuales. — Volvió a acariciar la entrada del Omega, haciéndolo jadear su nombre. —
Anda, ve a darte una ducha, antes de que te folle contra la pared.

Taehyung mordió su labio imaginándolo, y la verdad no le parecía tan mala idea quedarse. El
Alfa soltó su cintura, pero el castaño no se movió.

— Taehyung... No me digas que... — Se empezó a reír sonoramente. — Si tanto lo quieres,

puedo hacerlo.

— ¿Qué? No... — Desvió la mirada, corriendo escaleras arriba, entrando a la habitación del
mayor para meterse a la ducha.

El azabache lo siguió a su propio ritmo, apreciando la bella vista que le daba su Omega de su
trasero desnudo mientras subía las escaleras, provocando que la única prenda que llevaba
se levantara.

Su dulce Omega era todo un caso, siempre lo sorprendía con sus palabras y acciones. Sin
duda, había sido hecho a su medida, especialmente para él. Solo recordar la forma en la que
lo miraba, sin importar nada.

Al llegar a la habitación, abrió su armario, entrando a la gran habitación, tomando su maleta

para llevarla a una mesa que se encontraba ahí mismo en el armario. Al abrirla, lo primero
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que captó su atención, fue un color anaranjado, que resaltaba entre toda su ropa de colores
oscuros y neutros.

— ¿Cómo llegaste aquí? — Tomó el pequeño tigre de peluche entre sus manos. El recuerdo
de él empacando en Tailandia, vino a su memoria, justo en el último minuto, algo lo hizo
guardar el tigre en su maleta, lo había olvidado.

Miró con mejor atención al pequeño tigre e inconscientemente sonrió. Las imágenes
comenzaron a aparecer en su mente...

***

— Pero no te quiero dejar...

— No lo harás... Toma, lleva a Tata como una promesa de que nos volveremos a ver...

Jungkook miró el pequeño tigre. Su lobo se sentía triste e inquieto, no quería alejarse de aquel
niño.

— Pero es lo único que tienes de tu mamá...

— Por eso es prestado y me lo tienes que devolver. — Advirtió.

— Entonces tú quédate con el conejo. — El azabache tomó su único recuerdo de su madre. —

Cuando nos volvamos a ver, me lo devuelves...

***

El corazón del Alfa se apretó en su pecho, la sensación era extraña y cálida, pero no podía
distinguir el rostro del niño que le hablaba. ¿Acaso eso era un recuerdo real?

Jungkook trató de concentrarse para poder prestar atención en el recuerdo. Sentía que su
lobo le trataba de decir algo. Estaba apunto de ver el rostro de aquel niño, pero...

— ¡Jungkook! ¿Estás bien? — La voz de su Omega desde el cuarto de baño, se hizo presente,
desconectando su mente de aquel recuerdo confuso y borroso.

El menor sintió una extraña sensación en su pecho y pensó en su Alfa, por esa razón lo había
llamado, sentía la necesidad de tenerlo cerca.
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— ¿Ah?... Sí... Solo... — Miró el tigre unos segundos para después colocarlo en uno de sus
cajones del gran armario. — Solo revisaba mi maleta, ahora voy.

Jungkook notó que no le faltaba nada, así que cerró su equipaje, aún extrañado con aquel
recuerdo que tuvo, pero por más que trataba de pensar, nada venía a su mente. ¿Quién era
ese niño? Solo podía recordar cómo su lobo se removía inquieto ante la presencia de aquel
niño.

***

— ¿A dónde vamos? Jungkook, ya es tarde, no creo que haya vuelos disponibles.

— Tranquilo. Sí o sí, llegamos hoy a Tailandia. — Apretó la mano de su Omega.

— Eres tan necio. — Volteó sus ojos, era imposible que llegaran a Tailandia.

Unos minutos más pasaron, antes de que el Alfa detuviera el coche y el menor viera un avión,
un poco más pequeño que uno normal.

— Pero... — Estaba tan sorprendido que bajó del coche. — ¿Es tuyo? — Se volteó al sentir la
presencia de Jungkook a su lado, este lo tomó de la cintura.

— Nuestro. — Taehyung lo miró confundido. — Lo que es mío es tuyo, pequeño.

— Qué tonto eres. — Rió para ocultar su sonrojo.

— Vamos o llegaremos tarde. — Mientras que un par de hombres subían las maletas, el
Magnate tomó la mano de su Omega, llevándolo dentro del avión privado.

El castaño no podía creerlo, todo le parecía fascinante. Jamás había estado en un avión
privado. Todo se veía tan elegante y caro. Sin duda, Jungkook sí sabía cómo gastar su dinero.

— ¿Te gusta?

— ¿Es una broma? Esto es... — Se dio cuenta de su emoción y trató de disimular aclarando su
garganta. — Eh... Sí, es lindo. — Jungkook no pudo evitar reír.

— ¿Sabías lo bueno que es tener sexo en un avión? — El menor miró a su amado con el ceño
fruncido.
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— Nunca he tenido sexo en un avión.

— No podrás decir eso después de bajar de este. — Le susurró en su oído, haciendo que el
menor abriera los ojos.

— No, Jungkook, espe...

El menor iba de la mano de su novio. Era un manojo de nervios. Hace media hora habían
llegado a Tailandia, y acababan de llegar a la casa del azabache.

— Tranquilo, pequeño, te van a amar. — Le dio un apretón a su mano para transmitirle

seguridad.

— Eso espero... — La verdad no sabía que iba hacer si no lo aceptaba.

Finalmente, estaban frente a la puerta de la gran mansión. Si él creía que la casa de

Jungkook era grande, este le decía cállate, sin duda. Tragó grueso y retrocedió un paso,
cuando el mayor sacó una llave para abrir la puerta.

— Jungkook, creo que fue un error que yo haya venido. — Dio media vuelta para irse, pero el
Magnate fue tras él, alcanzándolo.

— Oye, oye, no fue ningún error, yo quise traerte. — Tomó su rostro entre sus manos para
que lo mirara a los ojos.

— Pero... Tu familia... Yo no creo ser lo que tu familia espera para ti. Solo soy un simple
huérfano. — Taehyung no era alguien inseguro, pero en ese momento, se sintió tan poca
cosa.

— A ellos no les importa de dónde vienes. Te recuerdo que ellos me adoptaron, jamás te
juzgarían por venir de un orfanato. Lo único que importa, es el amor que nos tenemos. Si me
amas tanto como yo a ti, ellos te aceptarán. — El menor contempló el color negro con ese
destello rojizo en los ojos de su Alfa que tanto le encantaba. — ¿Entonces me amas?

— Sabes que sí. — Jungkook depositó un casto beso sobre sus labios para volver a tomar su
mano y entrelazar sus dedos.
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Taehyung respiró hondo para entrar a la casa, a la par con su Alfa. Solo habían caminado
unos cuantos pasos de la puerta, cuando unos tacones se escucharon resonando contra el
piso, dejando ver a una mujer de cabello negro y bella figura. Se veía tan imponente, pero
con una gran sonrisa en el rostro.

— Sabía que eras tú. — La mujer se aventó a los brazos del azabache, como si de una
chiquilla se tratara, sorprendiendo a Taehyung.

— Mamá, mamá... No me dejas respirar.

— No seas un exagerado. Vergüenza debería darte que nunca vengas a visitar a tu pobre
madre. Un día me voy a morir de tristeza y soledad por tu culpa.

— ¿Mi culpa? ¿Y el mocoso qué? Además, estás con papá.

— Al menos tu hermano viene cada mes a verme, pero tú vienes una vez al año, mocoso
malagradecido. — Le dio un golpe en el hombro. — Además, no me hables de tu padre, ese es
otro que me tiene abandonada por tanto trabajo. — Colocó su mano en su pecho,
dramatizando la situación.

Taehyung no se había perdido nada de aquella escena tan bonita y graciosa. No pudo evitar
soltar una risita, llamando la atención de aquella mujer de bellas facciones, aunque un poco
tocadas por el tiempo, pero seguía siendo perfecta.

— Vaya, vaya, pero qué tenemos aquí. — La mujer empujó a un lado al gran Magnate,
quitándole importancia. Jungkook gruñó ante la acción de su madre.

— Hola... Soy Kim Taehyung. — Habló quedito, sintiéndose un poco intimidado por la gran
mujer frente a él.

— Pero qué pequeño tan encantador. — Sonrió la mujer. — Mi nombre es Jeon Jiwoo, la
madre del mocoso de ahí. — Apuntó al azabache, sacándole una risita al menor.

— Un gusto, señora Jeon. — Hizo una pequeña reverencia.

— Oh, no, no, no, nada de señora. Llámame Jiwoo, no soy tan vieja.

— Sí lo eres. — Habló a sus espaldas el Alfa, pero la mujer decidió ignorarlo.

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Estaba más que fascinada por el bello Omega que tenía frente a ella. Era como un muñequito
de porcelana, tan frágil y encantador, con un cuerpo tan digno de portar.

— Bueno, ya. — Habló Jungkook, apartando a su Omega de su madre.

— Oye, tampoco me lo voy a comer. — Se rió ante los celos de su hijo. Jamás lo había visto
actuar así con alguien. Siempre era muy solitario, y con Lisa siempre fue distante. Realmente
tenía curiosidad de aquel Omega. — Bueno, entonces por qué no lo llevas a tu habitación y
descansan, seguro el viaje fue agotador.

Taehyung no pudo evitar recordar...

***
— Gime para mí, pequeño... Quiero oírte~ — Lo penetraba con fuerza.

— Ahh~ Jungkook, no pares...— Aferraba sus uñas en la espalda del mayor con cada embestida.

***

— Sin duda, fue agotador. — Taehyung se sonrojó ante la respuesta de su Alfa.

— Bien, entonces descansen, y los llamaré cuando la cena esté lista.

— Muchas gracias. — El castaño hizo una pequeña reverencia, antes de ser tomado de la
mano por el mayor y ser llevado, a la que sería su habitación.

Finalmente, Taehyung pudo respirar. La madre de Jungkook no era nada comparado con lo
que imaginó. Más que una madre, parecía una amiga, eso lo hizo sonreír. Tal vez su madre
hubiera sido igual a ella. Se sentía realmente feliz.

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por Srta_YoonTae

— ¡Kookie! — Gritó en un susurro mientras movía el hombro del nombrado.

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— ¿Mgh?

— No puedo dormir... — Su voz era suave y triste.

Esto ocasionó que los ojos del azabache se abrieran al instante para mirar el rostro cabizbajo
del pequeño.

— ¿Qué pasó? — Acercó el pequeño cuerpo del castaño para envolverlo entre sus brazos.

— No lo sé... ¿Podrías... Hacer eso de nuevo? — Lo miró con un brillo en los ojos.

— TaeTae, sabes que no debo...

— Por favor...

Los ojos suplicantes y el puchero del menor, calentaban el pequeño corazón del azabache. No
podía negarse si Tae le pedía algo de esa forma. Soltó un suspiro.

— Bien, solo una vez... — El acaramelado asintió con una sonrisa.

El mayor de los dos cerró los ojos para poder concentrarse, aún no sabía muy bien como
hacerlo, pero lo haría para ver sonreír a su castañito.

De pronto, abrió sus ojos, mostrando un brillo de color rojo vivo, y en un momento a otro, un
aroma a Café, Pino de bosque y Galletas, rozó la pequeña nariz del menor.

— ¿Cómo haces eso? — Dijo acercándose más al azabache para poder oler mejor el agradable
aroma.

— No lo sé... Solo sé que nadie debe saberlo... — Dijo melancólico.

Taehyung asintió comprendiendo. Se acomodó en la cama del mayor mientras este también se
acostaba, abrazándolo con sus cortos brazos. El acaramelado se dejaba envolver por ese
cálido aroma que lo adormecía.

Jungkook podía sentir cómo su lobo daba vueltas ante la cercanía de aquel pequeño niño, el
azabache no entendía porqué, solo sabía que su lobo y él lo querían para siempre.
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Un cálido roce en su cuello, le hizo cosquillas, haciéndolo fruncir el ceño y soltar un jadeo de
molestia, pero aquel tacto persistía.

— Mgh... — Se quejó, aún con los ojos cerrados.

— Pequeño, ya es de día. — Susurró quedito mientras acomodaba unos cuantos mechones

de su amado.

El castaño hizo un puchero, abriendo un poco sus ojos, esperando la molesta luz del sol
mañanero, pero no hubo nada, apenas una pequeña luz alumbraba desde la cómoda junto a
la cama.

— ¿Aún es de noche? — Preguntó algo confundido.

— No, pero mi habitación tiene un sistema anti luz en las ventanas, por eso está tan oscuro,
pero puedo desactivarlo si quieres. — Continuó acariciando las hebras castañas,
admirándolo con una sonrisa inconscientemente. Realmente, su Omega era precioso, aún
con la poca luz.

— ¿Mgh? No, está bien así. — Se volteó, aún con los ojos cerrados, buscando calor en el
cuerpo de su Alfa, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello. — Me gusta la oscuridad.
— Balbuceó sobre la piel trigo, haciendo estremecer al mayor.

— Realmente, me encantaría dejarte dormir todo el día, pero si no bajamos, mi madre

vendrá en cualquier momento. — Acarició con la yema de sus dedos la desnuda espalda del
castaño.

Ahí fue donde Taehyung cayó en su realidad, haciéndolo despertar. No se encontraban en

casa de Jungkook, sino en la de sus padres.

— ¿Qué hora es? — Dijo más despierto, observando el rostro del mayor.

— Casi las 9 de la mañana, pero...

— ¿¡Por qué no me despertaste antes!? — Como pudo, salió de la cama, importándole poco
que estuviera completamente desnudo, dándole una grandiosa vista a su novio, quien lo
contemplaba con total descaro.
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Porque sí, el día anterior habían decidido dormir desnudos, pero sin ningunas otras
intenciones. De vez en cuando, les gusta simplemente dormir así, sin ninguna prenda que los
separe, sintiendo la calidez del cuerpo contrario envolverlos por completo.

Además, Taehyung jamás se atrevería a tener sexo en casa de los Jeon, oh no, claro que no.
Pero también estaba subestimando demasiado a su querido alfa, el cual le importaría poco
estar frente al mismísimo Dios, si él tenía ganas de hacerle el amor, Jeon Jungkook se lo
haría, sin importar nada.

Aunque entendía también que el pequeño omega era centrado y no aceptaría fácilmente una
propuesta de ese tipo, pero ya lo convencería.

***

La pareja una vez estuvo bañada y lista, bajaron al gran comedor, no sin antes haberse dado
su buena sesión de besos mañaneros.

— Buenos días. — La radiante voz de la alfa no se hizo esperar, al igual que su sonrisa,
cuando estuvieron dentro del comedor.

— Buenos días, quiero disculparme por no haber podido cenar con ustedes ayer. — Hizo una
corta reverencia, pero la señora Jeon negó con la cabeza.

— Tranquilo, cariño, entiendo que el viaje te dejó agotado. — Su cálida sonrisa contagió al
pequeño omega. — Siéntense, en un momento traerán el desayuno.

Taehyung tomó asiento junto a su amado mientras este lo hacía frente a su madre, la cual
tenía su vista en una tableta, jamás se despegaba de ella, la mujer guardaba todo ahí, y era
muy práctica.

— ¿Y papá? — Interrumpió el silencio la voz del azabache, llamando la atención de su madre.

— Ya viene, está emocionado por conocer a tu compañero de vida. — Al escuchar eso, las
mejillas del menor se tintaron carmesí, bajando la mirada.

— ¿Y mi hermano? Se supone que venimos aquí por él y su cumpleaños. — La alfa apagó su

tableta, dejándola aun lado para mirar a su hijo mayor.
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— Llega hoy. Él no sabe que estás aquí, así que será una sorpresa para él. — El omega miró un
poco a Jungkook.

De pronto, un fuerte aroma a Roble y Ron, se hizo presente en aquel comedor, llamando la
atención del menor. Su mirada cayó en un hombre de unos 45 años, aproximadamente. Se
veía serio e intimidante, tenía un porte muy marcado, le recordaba mucho a la actitud de
Jungkook, cuando lo conoció. Sin duda, aunque no era su verdadero padre había adoptado
varias de sus características.

— Buenos días, familia. — Soltó con una voz ronca. Se quedó de piedra, cuando su vista fue
directo a él, tenía que aceptar que lo intimidaba un poco.

— Buenos días, papá. — Habló en el mismo tono el azabache, recibiendo un asentimiento de

cabeza como respuesta.

— Tú debes ser Taehyung, ¿Verdad? — De pronto, su serio rostro, mostró una agradable
sonrisa. — Mi esposa me habló de ti. Quise conocerte ayer, pero entiendo que ambos
estuvieran cansados por el viaje. Mi nombre es Jeon Young.

— Mucho gusto, señor Jeon. Me llamo Kim Taehyung. — Trató de dejar sus nervios de lado y
sonreír.

El hombre no parecía tanto de dar muestras de cariño como la señora Jeon, pero aún así su
sonrisa era agradable.

El desayuno no tardó en llegar, adornando la mesa, habían distintos platillos. Realmente,

todo se veía delicioso, pero no podría comer tanto. En el transcurso, hubieron unas cuantas
conversaciones triviales entre los cuatro. Normalmente, preguntándole algunas cosas al
menor, no fue nada incómodo. La señora Jeon le daba un toque de alegría a todo, y
contrastaba a la perfección con el señor Jeon.

Al terminar, el inicio de la mañana, fue tranquila. El señor Jeon se llevó a Jungkook para
ponerse al corriente sobre sus trabajos y empresas. Taehyung hubiera podido estar en la
conversación, pero no quería ser entrometido en ese momento padre e hijo, así que prefirió
decirle a su amado que iría a descansar a la habitación.
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Una hora, aproximadamente, tardó en darse una ducha, vestirse y poder acostarse un rato.
Soltó un suspiro, no era que no le gustara estar ahí, el ambiente era tan familiar y eso le
gustaba, pero se sentía fuera de lugar.

Unos toques en la puerta, llamaron su atención, haciendo que se levantara un poco de la

cama con ayuda de sus codos, antes de indicar que la otra persona podía pasar.

No se hizo esperar, aquella larga cabellera negra y el suave, aunque fuerte, aroma a Caoba y
Regaliz, se hizo presente en la habitación, era la madre de Jungkook.

— Hola. — Saludó suave con una sonrisa mientras se adentraba en la habitación, cerrando la
puerta nuevamente.

Observó la habitación de su hijo y respiró hondo disimuladamente. El aroma de Jungkook y

del pequeño omega, estaba combinado y llenaba aquella habitación.

— Seño... Digo, Jiwoo, ¿Sucede algo?... — Preguntó, sentándose mejor en la cama. La alfa
sonrió y miró al castaño negando.

— No, solo quería pasar un poco de tiempo contigo, si no te molesta, claro.

— Oh no, claro. — La bella mujer tomó asiento en la orilla de la cama, sin dejar de ver al
menor.

Un escalofrío recorría el cuerpo del menor. Ahora entendía porqué Jungkook solía mirarlo de
esa forma tan dominante, había aprendido de su madre. Aunque el omega fuera consciente
de que ellos no eran sus padres biológicos, tenía que aceptar que realmente lo parecían.

— Tenía mucha curiosidad sobre ti, desde que Jungkook me había confesado que se había
enamorado de un omega. — Esa dulce sonrisa seguía acompañando su rostro. — Mi hijo
siempre fue muy reservado con sus sentimientos, nunca se podía saber cómo realmente se
sentía, por eso quisimos adoptar otro hijo. — Confesó con melancolía. — Sé que no tuvo una
vida fácil, ¿Te ha contado?

— Sí... Jungkook parece fuerte por fuera, pero para mí, es más como un niño que necesita
que lo comprendan. Fue difícil al principio, se rehusaba a hablar de sí mismo y que alguien
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conociera su pasado. — Taehyung estaba tan perdido en un punto muerto en la habitación,

que habló sin pensar.

— Parece que te tiene confianza. — Extendió su mano para tomar la del castaño. — Creo
entender porqué te escogió a ti. Veo tus ojos y sé que tú tampoco tuviste la mejor vida, pero
a diferencia de Jungkook, tú no te cerraste, decidiste sonreírle a la vida.

El omega siempre se había dicho que tendría una sonrisa y sería feliz por él y su madre,
porque viviría por los dos, sin importar nada.

— Jamás lo vi llorar de niño desde que lo adoptamos, y mucho menos después de que creció.
— Confesó. — Pero hace dos meses, después de la muerte de su abuelo, tuvo una crisis,
estuvo inconsciente y conectado a sueros para fortalecer su cuerpo. Tuve miedo de perderlo,
pero fui fuerte por él. — Apretó su mano. — Todo el tiempo, balbuceaba, estando
inconsciente. Nunca entendía lo que decía, hasta ese día que lo escuché claramente, decía tu
nombre, y por primera vez, vi una lágrima escapar de sus ojos...

Esa confesión, hizo latir su corazón, haciendo eco en sus oídos. Jiwoo sonrió con ojos
cristalizados, llevando su mano suelta, a la mejilla del menor para acariciarla suavemente.

— Ese mocoso no estaba pensando en nadie más que en ti. Cuando despertó, lo primero que
dijo, era que tenía que ir por Taehyung, que su omega lo necesitaba.

Ahí fue donde el castaño lo supo. Esas noches, en las que despertaba llorando y pidiendo por
Jungkook, realmente él si lo llegó a escuchar. Era extraño, porque no tenían ningún lazo para
comunicarse, pero aún así, se podían sentir. Ese dolor no era solo propio, era también del
otro.

— Gracias por llegar a la vida de mi hijo. — Sus palabras descargaban sinceridad. — Jamás
había visto ese brillo en sus ojos. Bueno, solo una vez, cuando era niño. En el orfanato, donde
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lo adoptamos, tenía un amigo, era con el único que hablaba. Como dije, Jungkook siempre
había sido solitario.

— ¿Un amigo? — El corazón de Taehyung latió de forma cálida, pero desenfrenada, como si
estuviera apunto de descubrir la última pieza de su puzle.

— Sí, la dueña del orfanato nos contó que ese niño... — El sonido de la puerta, llamó la
atención de los presentes, encontrándose con unos ojos negros.

— ¿Mamá? — Frunció el ceño. La actitud melancólica de la mujer, cambió en un parpadeo

con una sonrisa maliciosa.

— ¿Qué? Solo paso el rato con este pequeño. — Jungkook entrecerró sus ojos, entrando
completamente a la habitación. — Además, el pobre, llevaba solo un buen rato, seguro
estaba aburrido.

— Bueno, ya estoy aquí. — Su ceño continuaba fruncido y su madre no pudo evitar reír
sonoramente.

— Mocoso, deja de ser tan posesivo. Te pareces a cuando eras niño y no dejabas de aferrarte
a ese tigre de peluche. — La expresión de Jungkook cambió al instante mirando al castaño,
quien parecía no entender la situación.

— No soy posesivo, y no me digas así. El único mocoso, acaba de llamarle a papá para decirle
que ya está llegando.

— ¿Mi bebé? — Colocó su mano sobre su pecho, saliendo de la habitación.

— Claro, a él le dice bebé y a mí me dice mocoso. — Balbuceó su berrinche, viendo cómo su

madre abandonaba la habitación.

De un momento a otro, su vista se posó sobre el menor, quien continuaba en su misma

posición de antes, con la mirada perdida. Su cabeza, por alguna razón, no dejaba de pensar
en aquel niño y el tigre que mencionó la mujer.

— ¿Qué estaban haciendo? — Las palabras de su alfa, lo sacaron de su trance y sus ojos se
encontraron.
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— Solo hablábamos. Tu madre solo quiere que tengamos una estrecha relación. — Se
encogió de hombros, soltando un suave suspiro.

El magnate alzó una ceja y caminó hacia el menor. Sin previo aviso, lo tomó de la quijada,
llamando toda su atención. Estaban demasiado cerca, tan cerca que sus alientos se rozaban.
El pobre corazón de Taehyung, volvió a su ritmo desenfrenado.

— ¿Y por qué no estrechamos aún más nuestra relación? — Su voz era como un ronco
susurro, que erizó la piel acaramelada.

Sin darle tiempo a responder, eliminó cualquier distancia entre sus labios, besándolos
posesivamente mientras empujaba el cuerpo del menor para que se recostara sobre la suave
y acolchonada cama.

Jungkook acarició los hombros de su omega, descendiendo por sus brazos hasta llegar a sus
suaves y delicadas manos, las cuales tomó, colocándolas sobre su cabeza para sujetarlas con
una sola mano. Sus labios se acariciaban y sus lenguas jugaban entre ellas, sintiendo la
calidez y dulce sabor del contrario.

— Jungkook~ — Lo llamó como un suspiro, cuando este abandonó sus labios para besar su
cuello. — Ahg... — Cerró con fuerza sus ojos, al sentir cómo su piel era corrompida por los
dientes de su amado, solo era una pequeña mordida en su hombro. — J-Jungkook~ —
Arqueó su espalda mientras apretaba los labios.

Al azabache le encantaba escuchar la forma en la que su boca decía su nombre y su cuerpo

respondía a la perfección, pero también sabía que Taehyung estaba tratando de pedirle que
parara. Después de pasar su lengua unas cuantas veces más sobre la herida en su hombro, se
apartó, mirándolo a los ojos. Su respiración era apnea y sus mejillas estaban tintadas de un
bello carmesí.

— Jungkook, no hagas esto. — Desvió la mirada avergonzado. — Estamos en casa de tus

padres.

— Bien. — Se apartó un poco, extendiéndole su mano para que Taehyung pudiera levantarse.
— Vamos, mi hermano ya debió haber llegado, dijo que quería que todos estuvieran para
recibirlo. Maldito mocoso, solo quiere tener toda la atención. — Sonrió volteando los ojos.
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Taehyung podía notar que aunque Jungkook era distante y se expresaba de esa forma, se
notaba que amaba a su familia, y sobre todo a su hermano.

Ambos bajaron las escaleras entre risas, debido a los sutiles manoseos que hacía el mayor, y
luego fingía no saber de qué hablaba Taehyung, al ver que este lo regañaba.

Al llegar a los últimos escalones, la nariz de Taehyung olfateó el aire y frunció el ceño al mirar
a Jungkook, quien borró su sonrisa, al ver la mirada del castaño.

— ¿Qué pasa?

— No, nada. Creí haber sentido un aroma... Olvídalo. — Trató de sonreír para quitarle
importancia, pero ese aroma era realmente dulce y hasta cierto punto, se sentía familiar.

El sonido del timbre, llamó la atención de la pareja. La sonrisa disimulada del mayor, se
asomó y juntos, comenzaron a ir al salón para recibir al chico. Taehyung estaba algo
nervioso, conocería al hermano de su alfa, seguro también era un alfa apuesto.

Pero no podía sacarse de la cabeza ese aroma. Cuando la puerta fue abierta, el aroma se
intensificó con más fuerza, era demasiado fuerte y dulce. La vista del omega viajó a la del
azabache, quien frunció el ceño al sentir también el aroma.

— Jungkook, espera... — Taehyung lo sujetó del brazo, antes de que pudiera avanzar.

De pronto, una figura apareció en la puerta. Su piel era blanca y su cabello brillaba en un
hermoso azabache. La vista de ambos azabaches se cruzaron, dejando que los ojos del más
bajo, brillaran de un color inusual, sorprendiendo a Taehyung.

— ¡Hermano! — Se podía ver cómo desprendía emoción, al momento de aventarse a sus

brazos, provocando que el estómago del castaño se apretara.

— Hey, mocoso. — Gruñó bajito, al ver cómo su alfa correspondía al abrazo con el chico.

Omega... Su hermano era un omega...

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— Familia, quiero aprovechar esta reunión para que conozcan a alguien. — Se separó del alfa
para mirar hacia la puerta.

El corazón del omega castaño, latió fuerte, al chocar con sus ojos mientras el cuerpo del
magnate se tensaba por completo.

— Él es Chanyeol. — Dijo colgándose de su brazo con una alegre sonrisa.

— Esto debe ser una puta broma. — Apretó sus puños, acción que no pasó desapercibida
para Taehyung, el cual lo tomó del brazo.

***

La tensión estaba instalada en toda la sala. Los recién llegados, se encontraban sentados en
un sofá para dos mientras el señor Jeon y la señora Jeon ocupaban uno individual, Jungkook
y Taehyung compartían otro que quedaba justo enfrente de la pareja.

— No entiendo por qué están así. — El menor de la casa fue el primero en hablar.

— Baekhyun, cariño, entiende que nunca habías estado al lado de alguien y ahora tienes
novio, estamos sorprendidos. — Habló con calma su madre.

El nombrado tragó un poco grueso, ya que aún no les decía que no solo era su novio sino
también su alfa y que ya lo había marcado. Lo que no entendía era por qué Jungkook y el
chico a su lado, no dejaban de mirar a Chanyeol.

— Taehyung... — Habló el rubio castaño, llamando la atención de todos.

— Hola, Chanyeol. — Saludó con calma, aún sujetando el brazo del azabache, porque sabía
que en cualquier momento se aventaría sobre su amigo.

— ¿Ustedes se conocen? — Esta vez intervino la madre de los azabaches.

— Taehyung y yo estudiábamos en la misma universidad, somos buenos amigos. — Un "Ja"

se escuchó en la sala y no hacía falta decir quién había sido.

— Bueno, ¿Te puedes callar? — Habló más serio el pequeño azabache, dirigiéndole una
mirada irritada a su hermano.
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— Jungkook... — Le susurró Taehyung tratando de calmarlo. Entendía la situación, él

también estaba confundido.

No hacía poco de un mes que Chanyeol se había ido a Japón, y ahora estaba con nada más y
nada menos que el hermano menor de Jeon Jungkook, pero al alfa rubio castaño también le
había caído como un balde de agua fría enterarse de esa verdad.

Por lo cual, no tuvo de otra que contarle todo su pasado a su omega, sobre lo que había
pasado entre él y su hermano. Baekhyun estaba sorprendido, pero entendió la situación y
sabía lo difícil que sería para Jungkook aceptar la verdad.

— No puedes estar con él. — Habló serio.

— Sí puedo. — Lo enfrentó. — ¡Que seas mi hermano, no te da el derecho a decidir con quién

puedo estar y con quién no! — Sus ojos brillaron naranjas, retando a su hermano, quien los
tenía al rojo vivo.

— He dicho que no.

Nadie intervenía, ni siquiera sus padres, porque sabían que lo pagarían si empezaban a
pelear, por eso se mantenían al margen de la situación y solo intervendrían si es necesario.

Baekhyun se puso de pie, por lo cual Chanyeol también, tomándolo de la cintura. Esa acción,
irritó aún más al alfa azabache.

— No. Lo. Toques. — Taehyung se estremeció por el tono de su alfa y el fuerte aroma que
desprendían ambos hermanos.

Pero fue un grave error que el menor se alterara, porque se delató frente a todos. Su aroma
ya no estaba solo, lo acompañaba otro. Jungkook miró el cuello de su hermano menor, el
cual estaba cubierto por un pañuelo de color amarillo. Se negó, no podía ser verdad.

— Quítate ese pañuelo. — Al escuchar esas palabras, Baekhyun se tensó, sabiendo que su
hermano lo había descubierto.

Sus padres fruncieron el ceño ante las palabras de su hijo mayor, y miraron seriamente al
omega azabache.
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Eso no tenía que ser así, no, todo tenía que ser diferente. Chanyeol pudo sentir la angustia
por el lazo con su Omega, y al ver que Jungkook daba un paso para acercarse, gruñó
colocando a Baekhyun detrás de él.

— No te acerques. — Le advirtió, haciendo brillar sus ojos dorados.

— ¿Qué está pasando? — Se puso de pie la alfa, colocándose cerca de sus hijos.

— Mamá, yo... — Su voz salió ahogada.

— Baekhyun, quítate ese pañuelo. — Ordenó esta vez su madre.

El ambiente era tenso y pesado. Taehyung se sentía mareado con todos esos aromas de alfas
mezclados, sin contar que el de Baekhyun era también muy fuerte. El señor Jeon miró el
estado del pequeño castaño, por lo cual permaneció controlando su aroma que ya de por sí
era fuerte.

Con mano temblorosa, el omega puro comenzó a desatar el nudo de su pañuelo. Chanyeol
seguía protegiéndolo con su cuerpo de la intensa mirada de Jungkook, sabía que todo se iría
a la mierda una vez su omega mostrara su marca.

Y así fue. Baekhyun dejó a la vista su piel blanca corrompida y adornada con la bella marca
de su alfa. La madre soltó un chillido de sorpresa, cubriendo su boca mientras los ojos del
magnate estaban rojos de ira.

— ¡Eres un maldito. ¿Cómo pudiste marcar a mi hermano?! — Baekhyun se colocó frente a

Chanyeol, haciéndole frente a su hermano.

— ¡Fui yo! ¿¡Me escuchaste!?

— ¡Deja de defenderlo! ¡Eres un niño, ni siquiera lo conoces! — Realmente, estaba cegado por
la ira. — ¡Te voy a matar! — Tomó el cuello de la camisa de Chanyeol para golpearlo.

— ¡Jeon Jungkook! — Taehyung temblaba. — ¡Ya basta! Me mantuve al margen porque

entiendo que es tu hermano, pero no voy a permitir que le pongas una mano encima a
Chanyeol, sin que los dejes hablar primero. — Apretó fuerte sus puños.
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Todos en la sala miraron al castaño. Jungkook no quería ceder, pero su lobo bajó la cabeza
ante la orden de su omega, apagando sus ojos rojos, volviéndolos a su color natural.

— Si no puedes escuchar, entonces ve a la habitación y cuando te sientas listo, habla con tu

hermano. — Esta vez habló más suave al notar que su alfa lo estaba escuchando.

Los ojos de Jungkook y Taehyung se miraban fijamente. El mayor no quería pasar la raya, no
en ese estado. Necesitaba estar solo, despejarse, estaba muy alterado. Finalmente, salió de
la sala, rumbo a la habitación, dejando un silencio sepulcral.

Todo el cuerpo del castaño temblaba. Tenía miedo que no hubiera podido calmar al lobo de
Jungkook. Sus ojos eran como los de esa noche, esa noche cuando perdió el control y lo
castigó.

Los señores Jeon miraban con asombro lo que había ocurrido. Taehyung había dominado al
lobo de Jungkook, sin siquiera haber hecho presencia de su lobo. Claramente, los padres del
alfa no eran consientes de que el lobo del menor estaba dormido, pero aún así, nadie, jamás,
había podido dominar de esa forma a Jungkook.

— Una disculpa. — Hizo una reverencia, antes de salir de la sala.

La señora Jeon también estaba muy afectada, así que salió, con lágrimas en los ojos. Todo
estaba tenso. El señor Jeon soltó un suspiro.

— Espero sean conscientes de lo que hicieron. — Los ojos de Chanyeol se apagaron, mirando
al alfa.

— Se lo prometí a Baekhyun y ahora se los digo a ustedes, pienso responderle. Sé que las
cosas no fueron planeadas, pero no podemos quedarnos lamentando lo que pasó, soy
responsable de mis actos. — El gran alfa vio la seguridad en las palabras de aquel chico y no
iba a negar que su respuesta le gustó.

— Como dices, las cosas ya están hechas y no podemos cambiarlo, pero mi hijo en tres días
cumple 19 años, ni siquiera tiene su universidad. No conoce la realidad de la vida y tampoco
sabe cómo ser un omega con un lazo. — Baekhyun bajó la cabeza.
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— Lo sé, soy consciente de ello porque en este mes a su lado, me di cuenta que es muy
infantil, dramático, no le toma seriedad a las cosas, sé que es aventurero y no tiene ni una
pizca de idea lo que es llevar una relación. — El omega hizo un puchero, al escuchar las
palabras de su alfa. — Pero es mi omega, y yo tampoco soy un experto en esto, todo también
es nuevo para mí. Sé que juntos sabremos llevar una vida, y estoy dispuesto ayudarlo.

— ¿Qué pasa si me niego y decido darle la espalda por haber sido irresponsable? — El señor
Jeon estaba sereno, esperando la respuesta, viendo como los ojos de su hijo se cristalizaban.

— Es una lástima, porque su hijo es maravilloso, pero no importa, permanecería a su lado.

Porque aunque ustedes no estén, nada le va a faltar, yo me encargaré de darle todo lo que
necesite. — Tomó firme la cintura de su omega, transmitiendo le seguridad.

— ¿Y si tu familia no te acepta o tienes que escoger entre tu familia y él? — Chanyeol se tensó.

Era verdad que su familia lo era todo para él. Miró al menor que escondía su rostro húmedo
entre su pecho, no podía decir que lo amaba, porque todavía le faltaba mucho por
conocerlo, pero no sería capaz tampoco de dejarlo. Ese mes se acostumbró a su cercanía, a
su aroma, su presencia, y no volverlo a tener con él, no era una opción.

— Me quedo con él. Puedo buscar otro trabajo, y no importa que me tenga que desvivir
trabajando, si voy a estar a su lado.

El gran alfa se levantó de su asiento y se paró frente al alfa más joven. Sus ojos no tenían ni
una pizca de arrepentimiento o duda. Notó como abrazaba protectoramente a su hijo sin
intensiones de soltarlo, eso le hizo sentir alivio.

— Si tu familia no te acepta, puedes venir y trabajar en mi empresa, veo que realmente eres
un alfa y sabrás cuidar a mi hijo. — Sus ojos se encontraron con los de su pequeño.

— Papá... — Se quebró su voz, antes de aventarse a sus brazos. — Yo... Perdón... En verdad no
quise decepcionarte... Ni a ti, ni a mamá... — Lloró a mares, y aunque Chanyeol quería
abrazarlo para consolarlo, dejó que su padre lo hiciera.
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— Ya, hijo. No me decepcionas, pero tengo que aceptar que sí me entristece que no hubieras
sabido llevar mejor las cosas. Te amo y solo necesitas darle tiempo a tu madre y hermano
para que te entiendan. — Acarició su espalda con suavidad, transmitiéndole su calidez y
amor.

Todos necesitaban un respiro y pensar mejor las cosas, luego llegaría el momento para
hablar...

Jeon Baekhyun

• 19 años (en tres días)

• Adoptado.
• Omega Puro.
• Estado civil: Relación.

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por Srta_YoonTae

El resto del día fue silencioso en la casa Jeon, era como si nadie estuviera ahí. Los recién
llegados, se encontraban dentro de la habitación que pertenecía al menor de la casa. Ahora
como pareja, los padres no los podían separar, sabían que eso no era bueno para el terco
lobo de Baekhyun.

El señor Jeon tuvo que consolar a su esposa y explicarle que su hijo iba a ser marcado tarde o
temprano, lástima que había sido muy temprano para su gusto, pero ya no podían hacer
nada más que apoyarlo como los buenos padres que eran. A la mujer le costó un poco más
asimilar que su bebé ya tenía un alfa, aunque al final lo entendió, y al día siguiente hablaría
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con su pequeño.

Solo faltaba un problema más por ser resuelto. Taehyung llevaba horas sentado en el jardín
trasero de la gran mansión, pensando en todo lo que había pasado. Sin duda, hablaría con
Chanyeol al respecto, pero quien más le preocupaba en ese momento, era Jungkook. Tal vez
había cruzado la raya, al alzarle la voz frente a toda su familia. Es decir, todos son de sangre
pura, por ende, lo más seguro, es que haya herido su orgullo.

Aunque, claramente, esa nunca fue la intención del castaño, solo no quería que todo se
volviera un desastre. Amaba a Jungkook, sí, pero también quería a Chanyeol, y no iba a
permitir que lo lastimara.

Suspiró mirando el cielo estrellado. El día se había ido volando, ni cuenta se había dado en
qué momento el sol había abandonado el cielo, dando paso a una brillante luna.

Miró la ventana de la habitación de su alfa, esta se encontraba completamente cerrada.

Tenía miedo de ir a la habitación, pero no porque Jungkook le fuera a gritar o hacer algo,
sabía que no lo haría... Quería creer eso, pero su verdadero miedo era que el mayor lo
ignorara. Realmente, no quería que su relación retrocediera después de lo mucho que les
costó avanzar.

Sus ojos picaron. No quería que Jungkook lo odiara por haberle gritado. Podía soportar
golpes, gritos e insultos si era necesario, pero su rechazo no. Tal vez sonaba enfermo u
obsesivo, pero todo era mejor que el rechazo de su alfa.

Después de pasar mucho tiempo más pensando cómo pedir perdón, decidió que ya era
tiempo de afrontar las consecuencias de sus actos.

A paso lento, subió las escaleras, mordiendo su labio inferior, tratando de desviar su
nerviosismo. Al pasar frente a la primera habitación del pasillo, sintió nuevamente ese dulce
aroma, combinado con el de su amigo. Apretó sus labios, antes de continuar su camino.
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Al estar frente a la puerta, soltó un suspiro, tomando la fría perilla. Sin dificultad, esta giró,
dando paso a la habitación, la cual estaba a oscuras, siendo alumbrada únicamente por las
dos lámparas de noche que iban colocadas a cada lado de la cama, sobre las mesitas de
noche. El cuarto se sentía más frío de lo normal, estaba completamente... Vacío...

Y lo sabía porque aún después de que la habitación tuviera su aroma, sabía que era viejo, su
alfa no se encontraba ahí.

Cerró la puerta tras de él, sintiendo ganas de llorar, pero se contuvo negando con la cabeza.
No iba a llorar, mejor se daría un baño.

Sí, eso lo haría sentir mejor.

El agua caliente recorrió cada centímetro de su cuerpo, contorneándolo a la perfección.

Realmente, lo estaba haciendo sentir mejor. Con ayuda de sus manos, limpió un poco su
rostro, retirando el exceso de agua, llevando su castaño cabello mojado hacia atrás para
después cerrar el grifo.

Con una toalla, secó su cuerpo y cabello, antes de colocarse su pijama sin ropa interior, la
cual consistía en un short corto de color gris que dejaba sus piernas a la vista, y una camiseta
blanca unas tallas más grande, que pertenecía a su alfa.

Cuando salió del cuarto de baño, esperó a que el mayor ya hubiera regresado, pero
tristemente la habitación seguía igual.

Lentamente, se dirigió a la cama, corriendo las sábanas y frazadas de colores azul marino y
gris para poder acostarse, tapándose casi completamente.

Cerró los ojos, tratando de no pensar tanto, porque sabía que si lo hacía, terminaría dando
vueltas al mismo asunto y finalmente terminaría llorando, lo mejor era dormir.

***

De pronto, un gemido escapó de sus labios. Torpemente, comenzó a abrir los ojos
confundido. Se sentía agitado, podía sentir la humedad en su parte trasera.
Inconscientemente, ladeó la cabeza, recibiendo más de ese trato que estaba acelerando su
corazón. La sensación era exquisita.
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— J-Jungkook~ ¿Q-qué estás haciendo?~ — El aroma del mayor era fuerte y sus besos en su
cuello lo estaban haciendo delirar.

— ¿No es obvio? — Susurró en su oído, haciendo estremecer el cuerpo acaramelado, rozando

su miembro erecto contra su trasero por sobre la ropa, sacándole un corto jadeo.

— Jungkook... E-espera~ — La mano del azabache, viajó bajo los desnudos muslos del
menor, erizándolo por completo.

— Esta noche no pienso escuchar tus súplicas. — Por un lado del short, introdujo su mano,
separando ambos cachetes traseros del castaño, sintiendo toda su humedad. — Sé que tú
tampoco quieres que pare. — Rozó su entrada con sus dedos, haciéndolo ahogar un gemido.

— Para... — Cubrió su boca con sus manos, al sentir tanto placer.

Pero no lo hizo, no se detuvo y en su lugar irrumpió su entrada, sintiendo su calidez por

dentro, y cómo sus dos dedos eran apretados. Taehyung sintió las lágrimas formarse en sus
ojos en un intento por no gemir, pero se le estaba haciendo imposible, al sentir cómo los
dedos de su amado se abrían y cerraban en su interior.

— D-detente... — Suplicó, mordiendo el dorso de su mano para callar sus deseados gemidos.

— Vamos a ver cuánto pretendes retener tus gemidos. — Sus dedos comenzaron a entrar y
salir mientras con su otra mano tomaba el pene del menor para comenzar a bombearlo.

— J-Jungkook~ por favor... — Gimoteó apretando sus ojos. Le estaba encantando, pero se
estaba muriendo de la vergüenza de que alguien los pueda escuchar.

El cuerpo de Taehyung lo traicionaba, como siempre. Era imposible no entregarse a los

tactos del azabache, sabía dónde tenía que tocar y cómo hacerlo delirar.

La espalda del omega se arqueó, cuando sintió esa presión en su parte baja, haciendo
cosquillas. Estaba al límite del éxtasis con solo sentir cómo los dedos del mayor lo
penetraban, escuchando el chapoteo de estos mientras entraban y salían de su entrada.

Finalmente, no pudo más. Apretó sus ojos, cubriendo su boca con sus manos para ahogar el
sonoro gemido, llegando al límite de su éxtasis, vaciándose. Su corazón latía a mil mientras
se escuchaban sus suaves gimoteos, su rostro estaba empapado.
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Los dedos del mayor abandonaron su entrada, haciéndolo soltar un jadeo quedito. Su
cuerpo temblaba de la adrenalina y excitación. Respiró profundo, tratando de recuperar el
aliento, sintiendo cómo su alfa tomaba su rostro, girándolo un poco para depositar un beso
en la comisura de sus labios.

— ¿Estás bien? — Susurró suave el azabache, observando el húmedo rostro de su omega.

El menor mordió su labio asintiendo, aún con la respiración entrecortada, tratando de

regular los intensos latidos de su corazón. Los brazos del alfa lo rodearon por la cintura,
besando su cuello, y Taehyung no pudo más. Se rompió, dejando salir las lágrimas.

— ¿Qué tienes? — Tomó su rostro para que lo mirara. Acto seguido, el castaño se volteó,
quedando cara a cara con el mayor. — ¿Yo te hice llorar?

Tal vez se había excedido al haberlo tocado de esa forma sin su consentimiento.

— No... — Su voz salió apagada mientras escondía su rostro en el pecho desnudo de su alfa,
aferrándose a él. — Yo... Lo siento... No quise... — Repetía una y otra vez.

Las palabras del omega, desconcertaron al contrario y a la vez le preocupaba verlo en ese
estado. Lloraba desconsolado mientras lo apretaba y pedía perdón, parecía un cachorro
asustado.

— Tae, ¿De qué hablas?

— No quise gritarte, pero tenía miedo de que todo se saliera de control. — Sollozó y por fin
Jungkook entendió.

— Amor, está bien — Acarició su espalda con suavidad. — Yo también tenía ese miedo. —
Confesó.

Todo ese tiempo que el alfa estuvo fuera, no podía dejar de pensar en lo que había pasado.
Era verdad que le hirvió la sangre de rabia, al saber que su hermanito había sido marcado
por ese imbécil, pero también tuvo miedo después. ¿Qué hubiera pasado si su lobo hubiera
salido? Nada bueno, eso era seguro...
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El hecho que Taehyung haya podido detener a su lobo y que esta haya respondido
positivamente, solo le dejaba en claro que su lobo se había entregado por completo al
menor.

Una vez el lobo del alfa baja la cabeza frente a su omega, significaba que él sería el único al
cual le respondería. El azabache no se había dado cuenta hasta qué punto el castaño había
interferido en su vida, pero ahora estaba seguro que no podría vivir sin él.

— ¿N-no estás enojado? — Sorbió su nariz mirando a su amado.

— No, claro que no. — Lo estrechó más a su cuerpo. — Solo voy admitir que te veías super
caliente. — Bajó sus manos juguetonamente sobre su trasero, sacándole una risa al menor.

— Qué tonto eres. — Rió bajito.

— En serio, te sienta bien lo dominante. Si no te conociera, hubiera apostado de que eras un

alfa. — Jungkook recordó la mirada del castaño, tenía que aceptar que lo había confundido
un poco.

— ¿Yo? ¿Un alfa? — Volvió a reír quedito.

— Lo sé, suena tonto...

Las escenas de Taehyung en donde el mayor consideraba que había sido dominante,
llegaron a su memoria. Era imposible, un omega no podía convertirse en alfa, ¿O si?

***
— Ese día... Fui al ginecólogo... Y el doctor Choi me dijo... que no era una persona fértil...

***

Sin querer, esas palabras retumbaron en su cabeza... ¿Tendría algo que ver su infertilidad
con estos cambios tan dominantes del menor?

Claro que si hubiera una posibilidad de que Taehyung se estuviera volviendo alfa, (Que sería
algo estúpido y sin sentido), no le importaría al azabache, él amaba a su castañito.
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Por el momento no le diría nada al menor, tal vez se sentiría mal por el hecho de que no
puede tener cachorros. Mejor disfrutaría de esos días en Tailandia y luego hablaría con el
doctor Choi sobre el asunto.

— ¿Vas a hablar con tu hermano? — Se atrevió a preguntar el omega.

— No lo sé. — Se tensó.

— Sé que enterarte de esto te afectó, pero vi el dolor en los ojos de tu hermano, a él

realmente le dolió que no lo apoyaras.

— Ya no quiero hablar de este tema.

— Jungkook... Solo piensa, ¿Cómo te sentirías si tu hermano me hubiera rechazado y se

negara a lo nuestro por algo del pasado? Porque eso es, Chanyeol se fue para rehacer su vida
para que nosotros seamos felices. No le quites esa felicidad a tu hermano. — El alfa desvió la
mirada. El menor siempre tenía razón, pero él era muy orgulloso para admitirlo.

— Estoy cansado. — Cerró los ojos, acurrucándose en el pecho del menor. Taehyung suspiró
acariciando su cabello, tratando también de conciliar el sueño. Respirar el aroma de su alfa
era lo mejor.

Taehyung se había levantado antes que el mayor. Después de su plática de anoche, prefirió
dejarlo descansar un poco más.

Una vez estuvo listo, salió de su habitación, topándose con un dulce aroma. Frente a la
puerta, estaba ese cabello azabache y piel blanca.

— Hola, Jungkook no está...

— Oh... No vine a verlo a él... Quería ver si tú y yo podíamos hablar. — Su mirada era baja y su
voz quedita.

El omega mayor lo miró sorprendido, no se imaginó que fuera a él.

— Claro que sí. — Le sonrió cálidamente, eso calmó un poco el nerviosismo del azabache.
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Ambos omegas caminaron a la cocina, donde se encontraba un beta mayor de edad con
sonrisa amable.

— Señor Woo, ¿Podría dejarnos solos? — Habló amablemente el menor.

— Claro que sí, joven Jeon. — Con una sonrisa, abandonó la cocina.

Taehyung no entendía nada, pero fue paciente, esperando a que Baekhyun le dijera porqué
lo había llevado a la cocina.

— Mira... Yo no soy un buen omega... Y quisiera pedir tu ayuda. Me imagino que eres tan buen
omega que por eso Chanyeol y Jungkook se enamoraron de ti... — Su mirada fue al suelo, no
se atrevía a levantarla. — Quiero aprender a ser un buen omega para mi alfa...

— Baekhyun, no te conozco, pero no creo que seas un mal omega. — Lo tomó de sus
hombros. — Yo realmente no me considero el omega perfecto, y sobre Chanyeol, él y yo
hemos sido amigos por años, simplemente es un cariño especial. Yo no tengo familia porque
soy huérfano, y él fue un gran apoyo para mí cuando dejé el orfanato. No te voy a negar que
sí hubieron sentimientos entre nosotros, pero eso acabó cuando conocí a tu hermano y mi
terco lobo se aferró a él.

Poco a poco, Baekhyun fue alzando la mirada. El rostro del mayor era realmente bello, sus
facciones eran encantadoras y perfectas. Ahora entendía porqué Chanyeol y Jungkook se
sintieron atraídos por él.

— Apenas voy a cumplir 19... No sé hacer nada... No terminé de estudiar, tampoco sé cocinar,
limpiar, nada... Siento que mi alfa se cansará de mí. — Sin poder aguantar más, sus lágrimas
bajaron, mojando sus mejillas.

Su voz temblaba y Taehyung podía ver el miedo en sus ojos. Realmente, era un niño pequeño
que ahora tenía que aprender de todo, porque cometió el error de jugar a ser adulto y ahora
siente que la carga es muy grande.

El castaño lo estrechó entre sus brazos y el menor no se hizo esperar, envolviendo sus brazos
a su alrededor, escondiendo su rostro en el cuello del mayor.
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— Tu alfa jamás te va a dejar, puedo meter las manos al fuego por Chanyeol, él es un gran
alfa. Jamás te va a exigir nada y no tienes porqué aprender todo eso justo ahora. Eres su
omega, no su sirviente. — Tomó su rostro entre sus manos para que lo mirara a los ojos. —
Un lazo es de dos, y créeme que Chanyeol te apoyará en lo que necesites.

Baekhyun sintió una calidez en su pecho. Su lobo estaba más tranquilo, estar con Taehyung
le daba tranquilidad.

— Pero tienes que ser consciente que jugar a ser adulto tiene sus consecuencias. — La voz se
hizo presente en la habitación.

— Mamá... — Tembló bajando la cabeza.

— Hijo, te amo. Tú y tu hermano son todo para mí, y lo que más me duele, es el hecho de
tener que soltarte, cuando para mí sigues siendo mi cachorro. — Los ojos de la mujer se
cristalizaron.

— Mamá, yo no estoy seguro de lo que pasó ese día... — Taehyung, que aún abrazaba al
menor, lo miró sin comprender.

— ¿Él abusó de ti? — Preguntó Jiwoo de forma indescifrable.

Antes de que Taehyung pudiera negar rotundamente porque conocía a Chanyeol, habló el
omega azabache.

— No, claro que no. Solo que mi celo se suponía que llegaría en las fechas en las que vuelvo a
casa, como cada mes, pero cuando conocí a Chanyeol, mi lobo lo quería cerca y su aroma era
tan suave, solo quería estar cerca de él. Una semana de habernos conocido, mi celo se
presentó, pero fue distinto. — Tanto la madre como el castaño, escuchaban atentos el relato.
— Mamá, sabes cómo es mi lobo, y aunque Chanyeol quería detenerse, mi lobo llamó al
suyo... Sé que fue mi culpa, mi lobo hizo esto...

La señora Jeon trató de consolar a su hijo. Taehyung por otro lado, quería irse y dejarlos
solos, pero Baekhyun le pidió que por favor se quedara a su lado.
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— ¿Se cuidaron? Baekie, si me dices que estás esperando un cachorro... Yo no sé si mi

corazón aguante tanto.

— Tranquila, mamá, no estoy embarazado, mi alfa cuida de mí, después de esa noche, a la
mañana siguiente, me llevó a comprar supresores y desde ese día no ha vuelto a tocarme. —
Lo último lo dijo con algo de melancolía.

— Creo que ese muchacho ya me está empezando a caer bien. — Sonríe su madre
abrazándolo para llenarlo de besos en el rostro.

— Mamá... Ya... Me asfixias. — Rió un poco fuerte el menor y el corazón de Taehyung se

apretó al ver esa escena, no pudo evitar sonreír.

— Buenos días. — La voz terminó con la agradable atmósfera. El azabache miró por un
momento a su omega, antes de mirar a su hermano menor. — Baekhyun, ven aquí. — Su voz
salió más suave.

El menor no dijo nada y caminó hasta su hermano. Ambos desaparecieron pasando el

umbral de la cocina, dejando solos a Taehyung y la señora Jeon.

La mujer soltó un suspiro acercándose al castaño.

— ¿Me ayudas a cocinar? — El menor asintió con una sonrisa. — ¿Tú y Jungkook están bien?

— Claro, estuvimos... Hablando. — El calor llegó a sus mejillas, recordando su madrugada. —

Y estamos bien.

— Me alegra escuchar eso, puedo notar que mi hijo cambió mucho a tu lado. — La mujer
hablaba mientras sacaba unas verduras del refrigerador. — Como te dije antes, él no suele
ser cercano a alguien, siempre fue solitario y por ende no escuchaba a nadie, pero noto que
tu voz, es la única que puede escuchar su alfa.

Taehyung tomó las verduras y las llevó al fregadero para lavarlas mientras Jiwoo continuó
sacando otras cosas.
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— ¿Puedo preguntar sobre Baekhyun? — El castaño tenía mucha intriga sobre las palabras
del menor referente a su lobo. La alfa asintió. — ¿Por qué dice que es su culpa lo de su
marca?

— Verás, Young y yo como alfas, no tenemos autorizado adoptar omegas. Bueno, creo que ya
te imaginas porqué...

Taehyung asintió, lo había escuchado en el orfanato. No podían dar en adopción a un omega

si ambos padres eran alfas, ya que al no ser familia, si el pequeño entraba en celo, podría no
tener un buen final.

— Bueno, cuando adoptamos a Jungkook venía de padre alfa puro, por lo cual él se
presentaría como alfa puro también. Pero con Baek fue distinto, no sabemos nada de su
familia pasada, él fue abandonado al nacer. En el orfanato donde lo adoptamos, nos dijeron
que los análisis decían que era propenso a ser sangre pura, por ende lo colocaron en
candidatos a ser alfas, y sí, él tenía todas las características a ser alfa.

— ¿Entonces qué pasó?

— Los análisis no estaban equivocados, sí tenía pureza en su sangre, pero no porque fuera
alfa, sino porque era omega puro. — Taehyung estaba sorprendido hasta que recordó el
naranja en los ojos del chico.

— No tenía idea que los omegas puros existían.

— Nosotros tampoco, pero cuando Baek se presentó, nos dimos cuenta que al ser puro su
omega era más fuerte, terco y posesivo, se comportaba como alfa y está al nivel de un alfa
normal, pero con la diferencia de que su aroma es más fuerte y dulce de lo normal, aún más
en celo, por eso la única regla que Baek tenía que cumplir era que una semana antes de su
celos, tenía que venir a casa y pasarlo aquí. — Soltó un suspiro. — El lobo de él toma control
de su cuerpo en el celo y puede obligar o someter a un alfa a su gusto, por esa razón tu amigo
lo marcó, porque el lobo de mi hijo se lo ordenó.
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Taehyung escuchaba atento y sorprendido ante aquel relato que contaba la alfa.

— Baekhyun nunca tuvo una buena relación con su lobo, porque este siempre quería tener el
control y someter a otros alfas que no fueran puros en su sangre.

— Me imagino que no fue nada fácil para él.

El castaño se sentía mal al recordar lo mal que trató él a su lobo, cuando este siempre fue fiel
y su único amigo por años. Realmente, lo extrañaba y solo quería volverlo escuchar aullar y
menear la cola.

Ambos se pusieron manos a la obra para comenzar a cocinar. La señora Jeon le enseñaría a
cocinar el platillo favorito de Jungkook, entre otras cosas para el almuerzo.

Sus conversaciones se volvieron triviales entre risas y juegos entre ellos. Taehyung se sentía
muy cómodo con la alfa, era como estar con una amiga... Una madre.

— Y dime, ¿Cuándo piensan darme nietos el mocoso y tú? — La sonrisa del menor
desapareció, dejándole un gran vacío dentro de él.

— Yo... No puedo. — Dijo bajando la cabeza. — Soy infértil...

— Oh. Cariño, lo siento mucho. — La azabache pudo notar la tristeza en el menor y quiso
darle fuerzas. — No te preocupes, aún así puedes formar una gran familia. Mírame a mí,
también soy infértil, pero eso no me detuvo.

— ¿Usted es infértil? — Ella asintió con una sonrisa.

— Siempre es buena opción adoptar y darle la oportunidad de llenar de felicidad a alguien

que lo anhela.

Taehyung lo había pensado, pero nunca se lo comentó a Jungkook. Tal vez adoptar un
cachorro no sería tan mala idea.
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por Srta_YoonTae

Se podía respirar el aire fresco, el sol ya estaba en el cielo, podrían calcular que era como
medio día.

Ambos caminaban en silencio por el jardín que una vez corrieron juntos, más que nada
porque el menor le robaba cosas a su hermano con la intención de que él lo persiguiera.

Desde que Jungkook había visto a su nuevo hermano, sintió una calidez dentro de él, se
prometió a sí mismo que siempre lo iba a cuidar y proteger, pero por alguna razón, sentía
que no pudo mantener esa promesa.

— Lo siento.

El Omega miró sorprendido a su hermano, no se esperaba que esas palabras salieran de su

boca, en su rostro realmente se veía el arrepentimiento. Al conectar con sus ojos, se dio
cuenta que ese no era el mismo Jungkook que había conocido toda su vida.

No era el imponente, serio y malhumorado Alfa, sus ojos transmitían vulnerabilidad, tristeza,
arrepentimiento. Realmente, se estaba mostrando sin armadura, se estaba mostrando como
en verdad se estaba sintiendo en ese momento.

— No debí reaccionar así... Sé que es tu vida y es tu decisión con quién tienes que
compartirla, pero... — Desvió la mirada algo irritado. — De todos, ¿Por qué él?

— Jungkookie, creo que tú mismo sabes la respuesta. — Tomó su rostro entre sus manos
para que lo mirara. — Uno no escoge a quién su lobo debe amar. No me vas a negar que tú te
sientes de la misma forma cuando estás con Taehyung, que yo cuando estoy con Chanyeol.

— Todavía te faltaba mucho por vivir... — Bajó la cabeza, escuchando una risita por parte del
menor.

— Todavía no he muerto, mi vida continúa, solo que ya no camino solo, ahora tengo un Alfa
que me cuidará. — Sus ojos se volvieron encontrar y Jungkook pudo ver ese brillo naranja
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tan único y resplandeciente. Por un momento, desvió su mirada a la cicatriz en su cuello y

apretó sus puños para luego soltarlos junto a un suspiro.

— Solo por ti, mocoso...

El menor de los azabaches brincó sobre su hermano, abrazándolo. El mayor no dudó en

atraparlo y corresponder, sintiendo el dulce aroma de su hermanito, combinado con madera
mojada y frutos secos, arrugó un poco su nariz.

— Gracias. Además, cumplí mi promesa. — Se separó un poco alzando las cejas con descaro.
— Me conseguí un Alfa que me mantenga.

— No hagas que me arrepienta. — Le advirtió, pero el menor solo se echó a reír, volviendo
abrazarlo.

***

— ¿Qué haces? — La voz llamó la atención del Alfa que miraba tras la ventana, apreciando la
imagen de ambos hermanos abrazándose y riendo.

— Tae. — Suspiró al voltearse y encontrarse con el castaño. — Parece que hicieron las paces,
me alegra. — El Omega se acercó mirando por la ventana. — Baekhyun se pasó toda la noche
llorando, realmente le importa mucho la opinión de Jungkook, está muy apegado a él. —
Suspiró.

Taehyung miró a su amigo, quien continuaba viendo aquella escena. Todo esto le parecía
irreal al menor. Su ex novio, ahora era novio del hermano de su novio, qué irónica era la vida.

— ¿Qué sientes por él?

— Es confuso, pero ahora entiendo lo que Jungkook siente por ti. Mi lobo quiere estar con
ese niño 24/7, no sé qué siento yo hacia él, solo llevamos un mes tratándonos Es una persona
muy real y llena de vida. — Suspiró. — Es fácil que te saque de tus casillas. — Aún con la
mirada en el pequeño Omega azabache, sonrió. — Pero también es fácil quererlo.

— Estoy feliz por ti, realmente te lo mereces. Baekhyun es un gran chico y solo quiere ser lo
mejor para ti.
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— Ya lo es. — Dijo sin siquiera ser consciente de sus palabras, estas habían salido tan
naturales.

Taehyung podía ver la mirada de su amigo y no pudo evitar sonreír, se sentía feliz por él.
Realmente, Chanyeol era una gran persona y solo se merecía lo mejor, estaba agradecido
que haya terminado con alguien como Baekhyun, sin duda.

La cena había llegado y esta era silenciosa, y tal vez un poco incómoda. El único sonido, era
el de los cubiertos.

Se podía decir que los problemas se habían "resuelto" aunque aún existía esa tensión entre
ambos Alfas jóvenes y no era de extrañar, ya que era obvio que no se volverían los mejores
amigos, digamos que hasta cierto punto, trataban de tolerarse.

La señora Jeon quería alivianar un poco más el ambiente y con disimulo pateó ligeramente a
su esposo, quien la miró y esta le hizo una mueca, la cual su amado entendió, aclarando su
garganta.

— La comida está muy rica. — Dijo con una sonrisa.

— Taehyung me ayudó a prepararla. — Se unió la Alfa. Los jóvenes miraron a ambos adultos.

— Tienes talento y buena mano en la cocina. — Halagó el señor Jeon, ocasionando un

sonrojo en las mejillas del Omega castaño.

— Muchas gracias, pero solo ayudé un poco. Jiwoo fue la que hizo la mayor parte.

La señora Jeon sonrió agradecida. El ambiente se sentía un poco menos tenso, pero la mujer
sabía que si no hacía otra cosa, volverían al mismo entorno tenso e incómodo.

Jiwoo habló a una de las mucamas y le susurró unas cortas palabras, que nadie alcanzó a
escuchar.

— Bueno, ya que ahora todos somos una gran familia. — Sonrió con malicia mirando a sus
hijos.
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Jungkook y Baekhyun se miraron, sabían que esa mirada de parte de su madre no traía nada
bueno, al menos no para ellos.

La mucama apareció nuevamente en la cocina, con algo entre las manos. Los ojos de los
jóvenes Jeon se abrieron como platos.

— Mamá. — Advirtieron ambos azabaches.

— ¿Qué? — Fingió inocencia. — Creo que sus novios estarían encantados de ver fotos de
ustedes. — Tomó el gran álbum que le ofrecía la mucama.

— A mí sí me da curiosidad. — Habló el Alfa rubio castaño con una sonrisa.

— No, no quieres. — Habló rápido su Omega. — Solo son viejas fotos, nada interesante. — Rió
nervioso.

Baekhyun sabía el sin número de fotos de él vergonzosas y lo que menos quería, era que su
Alfa las viera. Por otro lado, Jungkook sabía que no había alguna foto que lo comprometiera
realmente porque, a diferencia de su hermano, él siempre fue un niño introvertido y serio,
simplemente no quería que Taehyung viera las fotos.

— Me gustaría ver cómo era Jungkook de pequeño. — Dijo el castaño acercándose al álbum
cuando la Alfa lo abrió.

— Ay, cariño, ahí sí te fallé. — Informó la mujer. — Jungkook cuando era niño jamás se dejó
tomar una fotografía, en ninguna se ve su rostro.

Taehyung observó la primera foto. En esta estaban dos pequeños niños de cabellos
azabache, uno tenía una sonrisa deslumbrante que provocaba que sus ojos se cerraran, este
abrazaba al otro niño, el cual miraba el suelo, como si fuera lo más interesante en ese
momento, no era difícil adivinar quienes eran.

Poco a poco, las fotos iban siendo reveladas, se podían escuchar risas y comentarios
graciosos por parte de Taehyung y Chanyeol mientras Baekhyun moría de vergüenza.

Tae estaba sorprendido porque, aunque no pudiera ver el rostro de su novio en aquellas
fotos, sentía esa extraña sensación, como si ya lo conociera. Era realmente confuso.
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— A partir de aquí, son las fotos de cuando iban en el instituto. — Anuncio la Alfa.

La foto mostraba nuevamente a los azabaches. Como siempre, el menor tenía una gran
sonrisa y Jungkook, aunque ahora sí miraba la cámara, continuaba con su rostro serio.

— No sonreía mucho. — Soltó Tae sin pensar.

— No tenía motivo suficiente para hacerlo. — Apretó el muslo del menor por debajo de la
mesa.

— Te podría jurar que cuando comía limón, el limón era el que hacía caras. — Dijo Baekhyun
sujetado su estómago de la risa.

Todos en la mesa no pudieron evitar reír ante el comentario del menor de la casa, a
excepción de Jungkook que era el motivo del chiste.

— ¿Quieres que yo también hable? — Amenazó a su hermano y este calló al instante negando
con la cabeza.

— Parece chiste, pero es anécdota. — Continuó la madre. Taehyung mordió su labio para no
soltar una carcajada.

— Jiwoo. — Advirtió el Alfa.

— Bien, mejor continuemos. — Al pasar la página, el silencio se instaló en el comedor.

En la foto se encontraba Jungkook serio, como siempre, pero eso no fue lo que dejó a todos
callados, sino la bella chica de cabello largo que reposaba sentada en sus piernas, con una
gran sonrisa mientras lo abrazaba por el cuello.

La Alfa notó la mirada de Taehyung fija en aquella fotografía, ignorando las que estaban a su
alrededor.

— No te preocupes, querido. Ella solo es una muy buena amiga de Jungkook. — El menor
trató de sonreír. Era obvio que Jiwoo no sabía que Tae era consciente del compromiso que
tuvieron.

— Sí, soy consciente de su buena amistad, Jungkook me habló de ella. — Mostró una falsa
sonrisa, este último notando el sarcasmo en sus palabras.
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La tensión se estaba volviendo a ser presente, por lo que el menor de los Omegas intervino.

— Miren, esta foto fue tomada en la casa de campo. Hace mucho no vamos. — Todos miraron
la fotografía, donde aparecía una linda casa junto a un lago. — ¿Por qué no celebramos mi
cumpleaños ahí?

— Hijo, sabes que la casa de campo está algo lejos y yo tengo trabajo. — Dijo apenado el
señor Jeon. — Tal vez el próximo año. — El menor hizo un puchero.

— Podemos celebrarlo aquí, como siempre. — Consoló la señora Jeon a su pequeño hijo.

— Solo pensé que sería bueno ir, hace mucho que no vamos y aún recuerdo que me gustaba
mucho ir a esa casa. — Soltó un suspiro. Tal vez no era el mejor Omega, pero vaya que tenía
un talento para persuadir a la gente, sobre todo a su padre.

— Bien, por qué no desayunamos todos juntos y luego ustedes cuatro van a la casa de campo
y pasan el fin de semana ahí. — Sugirió el Alfa mayor. — ¿Qué dicen?

— Me encanta la idea. — Dijo alegre el Omega azabache con una gran sonrisa.

Después de un rato, cada pareja se fue a su habitación, pero parecía que la tensión se había
instalado en una de ellas.

El menor abrió uno de los cajones, donde había acomodado su ropa mientras Jungkook lo
observaba sentado en la cama.

— ¿Estás molesto?

— No. — Siguió rebuscando algo de ropa para darse un baño y poder dormir.

— Suenas como si estuvieras irritado. — Declaró.

— Pues no lo estoy.

— ¿Estás seguro?

La paz que tanto trató mantener el Omega, se fue directo a la mierda mirando al mayor,
quien continuaba sentado en el borde de la cama.
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— ¿Sabes qué? Sí, estoy enojado, irritado y tal vez hasta celoso, veo que tienes muchas fotos
con ella.

— Bueno, estuvimos juntos muchos años, a mi madre le gustaba tomar muchas fotos.

— Lo sé, por eso sé que no tengo el derecho a reclamarte nada, pero no quita este nudo que
siento en mi estómago. Ella realmente es bonita...

— Pero yo te quiero a ti. — El Alfa se levantó para tomar a su Omega entre sus brazos, pero
este se negó apartándose.

— Aún así... Si estuvieras con Lisa, hay algo que ella sí podría darte y yo nunca podré... — Bajó
la cabeza. — Un hijo.

Las palabras atravesaron al azabache, su pecho dolió y su lobo se sintió triste, al ver a su
Omega de esa forma. Sin dudarlo, lo tomó del rostro para que sus ojos se encontraran.

— No vuelvas a decir eso, Taehyung. No me importa que ella pueda o no darme un hijo, yo te
amo a ti, y el hecho de que no podremos tener un hijo juntos, no hace que te ame menos. —
Los ojos del castaño se cristalizaron. — No necesito a nadie más que a ti.

— Jungkook... A mí... Me gustaría poder adoptar un niño del orfanato Esperanza... Sé que no
es el mejor momento, pero...

— Por mí no hay problema, pero sí me gustaría que estemos en mejores condiciones, que te
gradúes, que te mudes conmigo y sobre todo, que tu lobo despierte. — Con sus pulgares
retiró el rastro de lágrimas del menor. — Aunque podemos empezar a ir más seguido al
orfanato.

Jungkook nunca ha sido fan de los niños, su pasado lo había marcado y siempre había dicho
que nunca tendría hijos, pero prefería tener que afrontar su pasado, a ver el sufrimiento de
su Omega, por no sentirse digno al no poder darle un hijo.

— Tae, solo quiero que tengas algo muy en claro, no eres menos digno por ser infértil,
prométeme que no volverás a pensar así. — El menor quiso bajar la cabeza, pero su Alfa no lo
dejó. — Promételo.
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— Lo prometo... — El azabache lo abrazó por la cintura mientras el menor sollozaba en su

cuello.

— Te amo. — Susurró en su oído una y otra vez para que esas palabras se grabaran en el
corazón del menor.

Permanecieron así unos minutos, simplemente abrazándose, sintiendo la calidez del cuerpo
contrario. Taehyung miró los ojos de su Alfa.

— Jungkook... ¿Te bañarías conmigo? — Las mejillas del Omega se tintaron, cuando el mayor
lo alzó con una sonrisa, llevándolo al cuarto de baño.

Una vez dentro, ambos comenzaron a despojarse de sus prendas, sin vergüenza alguna. Ya
era normal entre ellos, no había rincón que no conocieran del otro.

El primero en entrar a la ducha fue el castaño, quien abrió el grifo para que el agua cayera
sobre su cabeza, recorriendo su piel. Alzó la vista, cerrando los ojos para mojar su rostro para
después retirar el exceso con sus manos.

Justo en ese momento, unas manos que conocía a la perfección, rodearon su cintura,
atrayéndolo. Ambos cuerpos desnudos se tocaban con cariño mientras el agua los recorría.

— ¿Ya te dije que me encanta tu cuerpo? — Depositó un beso en el área donde debería ir su
futura marca y eso hizo estremecer al Omega, haciéndolo soltar un suspiro.

— N-no lo recuerdo... — Ladeó la cabeza para darle más acceso mientras cerraba los ojos.

— Pues me encanta. — Dio un leve mordisco en esa misma área, provocando que las piernas
de Taehyung temblaran.

— Ah~ Jungkook... Estamos en casa de tus padres... — Colocó sus manos sobre la pared
como apoyo, al sentir el miembro del mayor sobre su trasero.

— Vamos, Tae, ambos sabemos que esto querías. Nunca nos hemos metido a la ducha con la
intensión de bañarnos únicamente. — El menor mordió su labio.

— N-no... yo... No... — No podía ni decir una palabra correctamente, los besos y caricias de su
Alfa lo distraían.
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Las manos de Jungkook se posaron sobre su trasero con suavidad, pero amasándolo
mientras separaba ambos cachetes traseros del castaño, colocando su hombría entre ellos
de forma vertical, rozándolo.

— Ah~ — Suspiró echando su cabeza hacia atrás. — Tu hermano y Chanyeol están en la

habitación de al lado. — Se forzó a mantenerse cuerdo.

Jungkook no pudo evitar soltar una risita para inclinarse sobre la espalda de su amado y
poder susurrarle de forma burlona:

— El cuarto de baño es anti-sonidos. — Taehyung miró por sobre su hombro al mayor, que
mantenía su sonrisa juguetona.

— ¿Es en serio? — Este asintió. El menor se apartó bruscamente del azabache quedando
frente a él. — ¿Y hasta ahora me lo dices? — Su ceño estaba fruncido.

Antes de que Jungkook pudiera dar algún tipo de justificación, el menor tomó la iniciativa
besando sus labios. Sus cálidas lenguas peleaban por tener el control mientras
intercambiaban muestras de ADN. Su beso era apasionado, intenso, lleno de sentimientos.
Después de un rato, la falta de oxígeno comenzaba a quemarle los pulmones, obligándolos a
separarse, dejando residuos de saliva uniéndolos.

Taehyung respiraba con dificultad, al igual que el contrario por aquel deseoso beso. Con
inocencia y un poco de descaro, el primero lamió sus labios, bajando la mirada al pene
erecto de su Alfa. Vaya que le encantaba lo que veía, y se sentía orgulloso de ser el que lo
ponía así de duro.

El deseo de darle más satisfacción lo hizo hacer algo que jamás había hecho y que nunca
creyó hacer, pero por dios, sí que tenía ganas de tener ese gran pene entre sus labios.

Sin perder mucho tiempo, se hincó, quedando frente a Jungkook, confundiéndolo un poco
debido a la mirada llena de lujuria en los bellos ojos marrones del menor, acompañados de
ese parpadeo azul.

— ¿Qué haces? — Al entender las intenciones del menor, alzó una ceja. — ¿Dónde quedó el
chico puritano que conocí? — Sonrió con descaro.
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— Justo enfrente de ti... — Sin apartar la mirada, tomó el falo entre sus manos, acercando su
boca, pero aún sin tocarlo. — Pero contigo no tengo la necesidad de hincarme justamente
para rezar.

Lamió sus labios. Aunque nunca lo había hecho, no iba a negar que había visto uno que otro
video de ese tipo que se suele ver a solas en las noches, así que no era un completo
ignorante en el tema.

Sus húmedos labios tocaron la punta del falo. Taehyung, aún mirándolo, metió el glande del
mayor a su boca, escuchándolo jadear cuando este pasó su lengua en la abertura de su
uretra.

Sin más, lo sacó de su boca para depositar un par de besos a lo largo de la hombría. Su
lengua lamía la longitud, antes de volver al glande, y esta vez, introducir la mitad del gran
pene en su boca.

Jungkook estaba sorprendido con el menor y la forma tan descarada con la que lo miraba
mientras su boca le comía la polla. Sabía que esa era la primera vez del castaño haciendo un
oral, pero vaya que se sentía tan bien la calidez de su boca y el hecho de cómo su lengua
jugueteaba.

— Mierda, Taehyung... — Cerró los ojos, echando la cabeza hacia atrás cuando con
delicadeza, los dientes del Omega, hicieron presencia.

El suave vaivén continuó unos minutos, en los cuales el cuarto de baño solo se escuchaba los
roncos jadeos del Alfa, acompañado de suspiros y una que otra maldición.

— Quiero que marques el ritmo. — Habló el castaño, tomando la mano del mayor,
colocándola entre las hebras de su cabello. — Descuida, no tienes que ser delicado. — Sonrió
con descaro, antes de volver a introducir el gran miembro entre su boca.

Mentiría Jungkook si dijera que su lindo Omega no lo sorprendía todos los días. Él realmente
era el único que podía verse de forma tierna e inocente, pero seducirlo y excitarlo al mismo
tiempo.

— Tú lo pediste, pequeño masoquista. — Sus miradas eran correspondidas por ambos. El

brillo rojo en los ojos del Alfa, correspondido por el parpadeo azul del menor.
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El agarre en las hebras castañas fue tomado con más firmeza, pero sin lastimarlo,
empujándolo un poco más, invitándolo a probar más, pero aún sin penetrar la boca por
completo. El ritmo de las embestidas fue subiendo poco a poco, escuchando una que otra
arcada por parte del Omega.

Jungkook se estaba cegando por el placer de la bella y obscena imagen que le brindaba su
pequeño Omega cada vez que se comía su polla sin apartar la mirada. Al sentir que estaba a
punto de llegar al límite del placer, empujó la cabeza de Taehyung, provocando que todo su
pene penetrara la boca del castaño.

Taehyung no pudo evitar cerrar los ojos, sintiendo aún más las arcadas. Trató de respirar y
soportarlo, pero sentía que se estaba ahogando. Quiso apartarse, pero el agarre era fuerte. Al
abrir los ojos, su vista era borrosa debido a las lágrimas. De pronto, el agarre se aflojó,
cuando un líquido caliente y espeso, entró directo a su garganta, obligándolo a tragar. El
sabor no era malo, pero sí sentía una leve molestia en la garganta a la hora de tragarlo.

Cuando el azabache quitó toda clase de fuerza en su agarre, el menor chupó los residuos
antes de sacar el miembro por completo de su boca para lamer el resto de semen que había
quedado sobre sus labios.

— ¿Estás bien? — Ambos trataron de regular sus respiraciones mientras el más bajo asentía.
— Perdón, me dejé llevar.

— Descuida, me encantó. — El menor beso sus labios en una forma de insinuarse. Para él aún
no había terminado, realmente lo deseaba. — Te deseo~

Jungkook correspondió, sujetando sus muslos, empotrándolo contra la pared. Taehyung

dejó escapar un gemido, al sentir el frío de los azulejos contra su cuerpo desnudo mientras
recibía besos por distintas partes de su cuello y pecho.

Los dedos del mayor no tardaron en irrumpir la húmeda y dilatada entrada, haciendo jadear
al Omega mientras se aferraba a la espalda de su Alfa, estos jugaban dentro del menor,
haciéndolo estremecer de placer.
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Los jadeos del rogar abandonaban la garganta del castaño cada vez que los dedos del Alfa lo
penetraban.

Las ganas de Jungkook por penetrar a su amado después de un día entero, eran grandes,
después de que solían hacerlo todos los días a cualquier hora. Sin más, sacó sus dedos,
escuchando un gruñido como protesta.

— Descuida, pronto tendrás algo que te gustará más. — Dejó un último beso sobre los labios
de su dulce Omega. — Sujétate del borde de la bañera. — Pidió. Sin protestar, el menor
obedeció, empinándose.

Al ver que el castaño lo había hecho, lo sujetó por la cintura y sin previo aviso, lo penetró de
una estocada, haciéndolo soltar un grito ahogado. Vaya que el dolor era uno de los mayores
placeres de Taehyung, y Jungkook sabía cómo ser rudo y tratarlo como a él de gustaba,
sabía cuáles eran sus límites y eso le encantaba.

— ¿Te dolió?

— No... Estuvo perfecto~ — Soltó un suspiro sujetando con fuerza la porcelana de la bañera.
Jungkook sonrió.

Tomó con firmeza las caderas del menor, dando otra fuerte estocada, haciendo cimbrar las
pieles de ambos. Otro fuerte gemido abandonó sus labios y un jadeo placentero del mayor.

Las embestidas eran sonoras y precisas. Jungkook tomó las hebras del menor para más
comodidad y placer para ambos, la espalda de Taehyung se arqueaba cada vez que este
tiraba de sus cabellos.

— Jungkook~ — Gemía su nombre.

El tiempo fue pasando y en unas últimas estocadas, el menor se corrió por cuarta vez desde
que habían empezado, y el azabache por tercera vez dentro de él.

Ambos cuerpos estaban agotados, pero aun así, Jungkook lo ayudó para lavarlo, porque
ahora sí iban a hacer lo que se suponía que harían, darse una ducha.
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El más cansado, sin duda, era el menor, pero mentiría si decía que no le había encantado
volver a follar con su Alfa. Él también se moría de ganas de estar con Jungkook, pero le daba
vergüenza que los pudieran escuchar.

Taehyung estaba tan agotado, que ni ganas de vestirse tuvo, y su Alfa no protestó. Ambos
entraron bajo las sábanas y después de una larga sesión de besos, caricias y mimos.

— Te amo. — Dijo el castaño.

— Te amo. — Y sin más, se entregaron a los brazos de Morfeo.

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por Srta_YoonTae

1/2

Una vez la mañana llegó, Chanyeol miró al joven Omega that reposaba known lado, aferrado
a su dorso. Sin darse cuenta, sonrió.

Aún era nuevo para el despertar cada mañana con ese chico a su lado, pero sin duda no
podía imaginar despertar y no verlo o sentirlo.

El pequeño azabache arrugó su nariz cuando algunos de sus cabellos rebeldes picaron su
nariz, el Alfa no pudo evitar reír quedito antes de apartar esos mechones del bello rostro de
su Omega.

Dejó un corto beso sobre la frente descubierta de Baekhyun, antes de tratar de smir de su
agarre.

La verdad era que no quería despertarlo es que aún eran las 06:00 de la mañana. Al lograr
liberarse del agradable abrazo, vio como el azabache frunció el ceño y movía su nariz, estaba
buscándolo. Antes de que Baek despertara, colocó la almohada que había usado, la actual
mantenía impregnado su aroma.
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Una vez el azabache encontró el aroma de su Alfa, volvió a su sueño. Chanyeol se cambió de
ropa y salió de la habitación soltando un suspiro.

Su idea de respirar aire fresco se esfumó por completo al sentir el fuerte aroma que
desprendía la habitación de al lado, arrugó la nariz con desagrado y su lobo le pedía alejarse
para no terminar impregnado.

Caminó por el pasillo escaleras abajo, la casa era grande y silenciosa, le recordaba mucho a
su casa cuando era niño, ya que nunca tuvo hermanos y sus padres trabajaban todo el
tiempo, no tuvo a nadie quien lo acompañara más que sus niñeras, pero no era lo mismo.

Soltó un suspiro al llegar a la cocina y se sirvió un vaso con agua. Mientras bebía, su vista
pasaba por toda la cocina, algo dudoso se acercó a la alacena, mirando la despensa para
después hacer lo mismo con el refrigerador.

Bueno, si era el cumpleaños de su Omega, era necesario un pastel, y a él se le daba muy bien
los postres. Después de ver a sus nanas cocinar tanto tiempo, algo tenía que aprender.

Tomó lo que creía que era necesario para preparar el postre y se puso manos a la obra. Aún
era temprano y Baek solía dormir hasta tarde, así que tenía tiempo para terminarlo.

Primero se enfocó en la mezcla para el pan, ya que era lo más tardado. Mientras mezclaba
los ingredientes, no se había percatado del par de ojos que lo miraban.

Una vez listo, buscó un molde, el cual no fue tan difícil de encontrar y vació la mezcla para
luego llevarla al horno y configurarlo. Al voltear, se topó con la persona que lo había estado
observando todo ese tiempo desde el umbral de la puerta.

— Disculpe, yo...

— Descuida, estoy intrigada de cuál será el resultado. — Jiwoo entró a la cocina. —

Normalmente, soy yo la que prepara el pastel, pero ahora recuerdo que mi hijo ya no me
necesita, porque te tiene a ti. — Sonrió melancólica.

— No diga eso, señora...

— Jiwoo. Dime Jiwoo.

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— Bueno. Jiwoo, Baek siempre la va a necesitar, usted es su madre. Yo... No sabía que usted
era la que preparaba el pastel, solo quería hacer algo para Baekhyun. — Desvió la mirada
apenado.

— Frutos rojos. — Chanyeol levantó la mirada. — Su pastel favorito es de frutos rojos. —

Caminó hasta la nevera para sacar un recipiente lleno de ellos. — Baekhyun es como su
padre, siempre fue más cercano a él. Young jamás puede decirle que no cuando le sonríe.
Desde que llegó siempre ha sido así. — Sonrió.

— ¿Y con usted? — Ella soltó un suspiro.

— Tengo que aceptar que no he sido la mejor madre. Amo a mi hijo, pero nunca fui tan
cercana a él como con Jungkook, mi instinto me decía que tenía que protegerlo, que había
sufrido mucho, y sin darme cuenta, fui apartando a Baekhyun. — Su vista continuaba en el
tazón con frutos rojos.

— Él la ama, puedo asegurarlo. — Y no mentía, los ojos del menor se habían iluminado
cuando le contó sobre sus padres.

— Lo sé... Baek comprendía el porqué era más cercana a su hermano. Al final, él y su padre
crearon un lazo tan fuerte, como el mío con Jungkook.

— Suele pasar, algunos hijos son más apegados a alguno de sus padres.

— Tienes razón. ¿Tú con quién eres más apegado? — El Alfa sonrió con melancolía.

— La verdad es que a ninguno. Nunca tuve la oportunidad de apegarme a alguno y terminé

siendo solitario, pero no me quejo, sé que mis padres me aman tanto como yo a ellos.

— Eres un lindo chico, ahora voy entendiendo porqué el lobo de mi hijo te eligió. — Las
mejillas del menor se coloraron, justo en el momento que el horno sonó. — Bueno, te dejo
terminar el pastel, creo que esta vez me toca hacer el desayuno. — Le regaló una sonrisa
sincera.

Chanyeol estaba sorprendido, pero sentía una calidez por dentro. La forma en la que habló la
azabache, era como si le hubiera dado su aceptación.
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La mañana continuó avanzando después de que el Alfa rubio castaño fue a despertar a su
Omega, cuando el pastel y el desayuno estuvo listo.

— Feliz cumpleaños, mocoso. — Jungkook revolvió su cabello mientras reía por las quejas de
su hermano.

— Déjame, cara de limón. — Trató de apartarlo. — Tae, ayúdame. — El nombrado rió.

— Feliz cumpleaños, Baek. — Taehyung lo abrazó, cubriéndolo de Jungkook.

Todos por primera vez estaban comiendo con una gran sonrisa y una que otra broma entre
los hermanos. Chanyeol y Jungkook decidieron hacer las paces (Al menos por ese día),
ninguno quería arruinar el cumpleaños del menor.

— Me encanta. — Canturreó felizmente el cumpleañero mientras comía un trozo de su pastel.

— No sabía que cocinabas.

— Chanyeol es muy bueno para los postres. Recuerdo que hizo uno para mi cumpleaños
también, ya que normalmente solía pasarlo solo o trabajando.

Jungkook miró al castaño. La idea de imaginarse a su pequeño Omega solo en sus

cumpleaños, lo hizo sentir algo mal. Tenía ganas de abrazarlo y prometerle que nunca más
sería así, que él se encargaría de volver especial cada uno de sus cumpleaños.

— Ay, que lindo. ¿Son amigos desde hace mucho? — Preguntó curioso el menor de los
azabaches.

— Como 5 años. — Le respondió su Alfa. — Lo conocí en la cafetería donde trabajaba, por

accidente derramó el café de otro cliente sobre mí. — Rió al recordarlo.

La pequeña reunió mañanera continuó hasta el mediodía, justo cuando el señor Jeon tenía
que volver a sus obligaciones como jefe de empresa.

Los jóvenes de la casa fueron a sus respectivas habitaciones para tomar unas cuantas cosas y
colocarlas en unas mochilas. No necesitaban llevar la gran cosa, ya que solo se quedarían el
fin de semana.
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— Hoy te ves deslumbrante. — Susurró en su oído Jungkook mientras lo abrazaba por la

cintura.

— Es que ayer mi novio fue muy complaciente. — Lo miró sobre su hombro.

— Podría volver a serlo. — Mordió el lóbulo del menor, haciéndolo jadear quedito.

— Deja de tentarme, recuerda que nos están esperando. — Lo regañó como si de un niño se
tratara.

— Bien, pero sé que no podrás resistirte por siempre. — Le guiñó un ojo, antes de salir de la
habitación.

Taehyung solo pudo negar mordiendo su labio inferior, pensando en que su Alfa tenía razón,
pero aguantaría todo lo que pueda. Ya cuando regresaran a Seúl podría cobrarse de todas.

Finalmente estaban listos para ir a la casa de campo, la señora Jeon había sugerido
prestarles su auto, pero su hijo mayor aclaro que había rentado un coche durante su estancia
en Tailandia, al final decidieron que todos irían juntos, ya que no tenía caso ir en dos autos
separados.

Jungkook iba de piloto, mientras su amado estaba de copiloto y su hermano con Chanyeol
iban en los asientos traseros, tampoco era como que le agradará la idea, pero era mejor ya
que podría vigilar todo lo que haga el Alfa.

Sí, el azabache le había dicho a Baek que lo apoyaría, pero eso no quería decir que iba
aceptar a Chanyeol como parte de su familia tan pronto, aún no le perdonaba haber
marcado a su pequeño hermano.

El viaje iba algo animado, ya que Baek no dejaba de contarle a Taehyung como era la casa de
campo y además muchos de sus viajes, parecía que ambos omegas se llevaban muy bien y
eso le alegraba a Jungkook.

— ¿Entonces has viajado a muchos lugares? — Preguntó sorprendido el Omega mayor.

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— Sí, me encanta conocer cosas nuevas, aprender nuevas culturas. — Sus ojitos brillaron en
un naranja brillante mientras hablaba, el castaño no pudo evitar sonreír.

— Me imaginó que sabes varios idiomas — Antes de que el menor pudiera responder una risa
por parte del Alfa mayor se escuchó.

— Con trabajo habla coreano — Dijo entre risas a lo que Baek bufo molesto.

— No es cierto — Golpeó levemente el hombro de su hermano mayor antes de mirar al

castaño — Solo hablo casi cuatro — Alzo cuatro dedos mostrándolos. Realmente todavía era
un niño.

— ¿Cuáles son? — Realmente estaba curioso.

— Mm... — Saco su lengua pensativo — Coreano, tailandés, español y se unas cuantas

palabras en inglés — Fue enumerando con sus dedos.

— Vaya, yo también se hablar otros idiomas — Le sonrió Tae — Siempre quise aprender
español, pero no tuve la oportunidad.

— Yo puedo enseñarte — Dijo rápidamente el menor, el Omega mayor sin dudarlo acepto —
¿Tú qué idiomas hablas?

— Pues...

— Francés — Se adelantó su Alfa mirándolo de reojo antes de volver su vista al camino.

— Bueno sí, pero ese solo es uno — Dijo con una risita — Yo hablo, coreano, chino, japonés,
italiano, inglés, claramente francés y como dije antes quería aprender español por lo cual
solo se lo más básico.

Jungkook no pudo evitar sentirse asombrado y a la vez indignado porque no sabía eso de su
Omega, realmente Taehyung siempre lo sorprendía cada día.

— Vaya y yo que me creía super dotado por saber tres idiomas — Dijo avergonzado — ¿Tú
podrías enseñarme inglés a mí? — Miro a Taehyung batiendo sus pestañas.

— No lo hagas Taehyung — Intervino Jungkook — Es un caso perdido — El menor gruñó.

— Tú eres un pésimo maestro que es distinto — Atacó.

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— Yo podría enseñarte sin problema — Por primera vez hablo Chanyeol, se había mantenido
al margen mirando la ventana, pero escuchando atentamente la conversación — Cuando
estudias para trabajar en una empresa como mínimo tienes que hablar un idioma más que el
tuyo así que yo escogí el inglés.

Jungkook alzó la vista, mirando a Chanyeol por el retrovisor, él también había elegido inglés
como idioma base para poder abrir su propia empresa.

— ¿En serio? — El menor miro a su Alfa con una radiante sonrisa cuando esté asintió —
Gracias — Se sonrojó al notar como Chanyeol le sonreía de forma dulce y eso hizo latir su
corazón acompañado de la euforia de su lobo.

El lobo de mayor no pudo evitar mover la cola de igual forma, al sentir al lobo de su Omega
tan contento.

El viaje en auto continúo la pareja de atrás había decidido tomar una pequeña siesta, donde
Baekhyun estaba acurrucado contra el cuerpo de su Alfa y Chanyeol tenía su brazo alrededor
de la cintura del menor.

Jungkook apretaba en volante disgustado mientras los miraba de reojo por el retrovisor,
vaya que aquella imagen no le gustaba nada.

— Deja de mirarlo así — Hablo Taehyung mientras continuaba leyendo un libro que Baek le
había prestado.

— No sé de qué me hablas —Fingió ignorancia — A propósito ¿Cuándo pensabas decirme que

eres políglota? — Lo miró unos microsegundos.

El Omega soltó un corto suspiro bajando el libro para luego mirar al azabache.

— Bueno, no es algo que suela contar, como te dije antes no estudie los idiomas,
simplemente los aprendí mientras vivía en el orfanato, había una gran biblioteca y mucho
tiempo libre — De pronto el mayor río — ¿Qué?

— Nada, solo me preguntaba ¿Cómo se dice te amo en italiano? — El castaño frunció el ceño.

— Ti amo.
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— ¿Y en francés? — Taehyung no entendía nada.

— Je t'aime.

— ¿Y en...

— ¿A dónde quieres llegar? — Lo interrumpió. Jungkook volvió a mirarlo por unos segundos
con una sonrisa antes de tomar su mano y llevar su dorso hasta sus labios.

— Quiero saber en cuántos idiomas puedo decirte que te amo — Las mejillas del menor se
tintaron carmesí.

— Eres un tonto — Desvío la mirada hacía la ventanilla escondiendo su sonrojó.

El resto del camino se la pasaron tomados de la mano mientras Jungkook acariciaba su

dorso con su pulgar.

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por Srta_YoonTae

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Unos minutos antes de llegar, Baekhyun despertó puchereando que tenía hambre, y que si
no comía algo pronto, alguien iba a morir.

Chanyeol no pudo evitar reír ante el mal humor de su chico, y de la nada sacó un pequeño
táper con unas cuantas galletas. Los ojos del menor se iluminaron.

— Creí que tendrías hambre durante el viaje, así que hice galletas de...
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— Frutos secos. — Dijo con emoción Baek. Desde que estaba con Chanyeol, las galletas de
frutos secos se habían convertido en sus favoritas. Sin perder el tiempo, tomó una, dándole
un fuerte mordisco. — Mgh~ Me encanta, esto es...

— No hables con la boca llena. — Lo regañó su hermano, a lo que el menor arrugó su nariz.

Chanyeol no pudo evitar sonreír al ver la felicidad de su Omega. Su corazón latió, sintiendo
nuevamente esa agradable calidez.

— Es mi cumpleaños, así que hago lo que quiera. — Le sacó la lengua antes de mirar al
Omega castaño. — ¿Cómo lo aguantas?

— A veces me hago la misma pregunta. — Un pequeño gruñido salió de los labios de

Jungkook, pero Taehyung fue más astuto, dándole un casto beso en su mejilla para que no
se enojara.

— Aww, guácala. — El auto se llenó de risas, justo antes de que se detuviera, anunciando que
al fin habían llegado.

Frente a ellos había una casa de campo moderna, no era tan grande, al menos para los ojos
de los hermanos y Chanyeol, en cambio, Taehyung estaba más que sorprendido.

Jungkook y Taehyung bajaron del coche con sus mochilas colgadas, tomando rumbo a la
casa. En cambio, Baek tomó una galleta más, colocándola entre sus labios para sostenerla
mientras cerraba el táper con las galletas para poder bajar.

Una vez había guardado sus cosas y estaba listo para bajar, Chanyeol lo tomó por el brazo
con suavidad. El menor lo miró aún con la galleta entre sus labios.

— Espera, tienes... — Con su mano libre acarició con su pulpar el lugar entre la comisura de
sus labios y la galleta, quitando unas pequeñas millas.

El corazón del Omega bombeó, resonando en su interior ante ese pequeño tacto de su Alfa.
Sus ojos se encontraron, con esos brillos tan singulares en ellos.
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El rubio castaño se inclinó un poco más hacia delante, deteniéndose justamente cuando sus
labios rozaron el otro extremo de la galleta.

Esa era la cercanía más grande que habían tenido después de esa noche tan apasionada que
tuvieron en ese cuarto de hotel. Ambos habían llegado al acuerdo que se tomarían el tiempo
de conocerse, por lo cual mantenían sus distancias aún durmiendo juntos.

— ¿Puedo? — Susurró ante la cercanía de sus rostros. Baek simplemente pudo asentir
lentamente.

El mayor creía aún no estar seguro de lo que sentía por el Omega, pero simplemente le
encantaba su compañía, porque era auténtico y real, no fingía nada, decía lo primero que
pensaba, simplemente era él y eso le gustaba.

Poco a poco, fue abriendo su boca, acortando más la distancia entre la galleta y sus labios.
Lentamente los ojos del menor se fueron cerrando esperando el tacto, pero apenas hubo un
corto roce, cuando un grito los obligó a separarse.

— ¡Jeon Jungkook! — Pataleaba el castaño sobre el hombro del nombrado. — ¡Si me arrojas
al lago te juro que dormirás afuera!

Las mejillas del menor de los azabaches se tintaron, volviendo a la realidad igual que
Chanyeol. Ambos masticaban la mitad de la galleta que quedó en sus bocas.

— Tú... Lleva las galletas y yo las mochilas. — Habló el mayor y ambos salieron del coche.

La pareja continuaba con sus gritos, que más bien eran de Taehyung, ya que de parte de
Jungkook únicamente se escuchaba su risa.

— ¡Suéltame!

— ¿Te suelto? — El mayor hizo ademán de arrojarlo, por lo que el castaño se aferró a él.

— ¡No, no me sueltes! — El Alfa volvió a reír.

— Ya, está bien. — Dijo un poco más calmado de su ataque de risa, bajando a su amado, el
cual lo fulminó con la mirada.

— Me las vas a pagar. — Amenazó apuntándolo con el dedo acusador.

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— No eres capaz de hacerme algo, me amas demasiado para hacerlo. — Dijo seguro.

— Ah, ¿Sí? Pues créeme que te puedo hacer pagar sin siquiera mover un dedo. — Le sonrió
con malicia.

— ¿Qué quieres deci... — De pronto, un fuerte empujón lo hizo caer directo al lago,
tomándolo obviamente por sorpresa.

Cuando salió del agua, se encontró con ambos Omegas riendo a carcajadas mientras
chocaban los cinco.

— Eso fue trampa.

— Lastima, amor, te dije que me las ibas a pagar, ahora te jodes. — Volvió a reír victorioso.

De pronto, apareció Chanyeol, sorprendido de ver a Jungkook en el agua, después de ser el

que amenazaba a Tae con arrojarlo.

— ¿Qué pasó? — Preguntó curioso.

— Esto. — Esta vez fue Tae quien actuó empujando a su amigo al agua, uniéndolo al juego.

— Oye. — Lo miró Baek. — ¿Por qué empujas a mi Alfa?

— Porque tú empujaste al mío. — Le sonrió de lado cruzándose de brazos.

— Ah, ¿Sí? — El menor trató de atacar al castaño, pero este fue más rápido invirtiendo la
posición, provocando que Baek cayera al lago también.

— Wuu... ¿Quién es el Rey? Yo lo soy. — Se apuntó a sí mismo con emoción.

Mientras hacía un tonto baile de celebración por su victoria, no notó cómo Jungkook salió
del lago, yendo directo hacia él. Cuando Taehyung se dio cuenta, ya era demasiado tarde,
pues el mayor no perdió el tiempo abrazándolo, haciendo que ambos cayeran en el lago.

Al momento de sumergirse, como pudo, Tae tapó su nariz antes de salir a la superficie en
busca de oxígeno, y lo primero que oyó, fueron las risas de todos para luego ver cómo su
novio salía del agua colocando su cabello hacia atrás.
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Por primera vez, los cuatro podían compartir un momento, donde cada pareja estaba
nadando por su lado, pero cerca. Cuando el sol comenzó a ocultarse y la temperatura
comenzó a bajar, supieron que ya era hora de volver a la casa.

Baek se fue a dar una ducha en el cuarto privado de su habitación, mientras Chanyeol lo hizo
en el baño general, y la pareja lo hizo en el privado de la que sería su habitación que
compartirían.

— Hola, ¿Y mi hermano? Es raro que no esté pegado a ti como sanguijuela. — Taehyung rió
ante el comentario bajando el libro que leía.

— Está afuera, dijo que te gustaba mucho la carne, así que está tratando de encender la
parrilla. — El menor tomó asiento en el mismo sofá que Taehyung.

Por alguna razón, Baek quería ser más cercano al castaño. Bueno, era la única imagen de
Omega que tenía ahora después de tantos años de estar con Alfas puros.

— Sabes... A veces siento que puedo ser algo fastidioso, me refiero a que de seguro para ti es
incómodo que yo esté todo el tiempo sobre ti. — Bajó la mirada jugando con sus dedos.

— Hey, créeme que me agrada tu compañía y te entiendo, estoy seguro que tu vida rodeado
de Alfas no fue completamente fácil. — Cerró el libro, colocando su mano sobre la del menor.
— Pero hablo en serio cuando te digo que puedes contar conmigo de ahora en adelante. No
soy ningún experto, pero sin duda los dos nos podemos ayudar.

Las palabras de Taehyung hicieron que el azabache sintiera un gran alivio. Tenía miedo que
el mayor lo rechazara de alguna forma y que solo lo tolerara por ser el hermano menor de su
Alfa, pero sin duda Taehyung era una persona genuina.

— ¿Cómo un hermano mayor?

— Nunca tuve hermanos, pero creo que sí. — Sonrió acariciando el cabello de Baek, por lo
que él sin pena alguna, se recostó colocando su cabeza sobre las piernas del castaño.

— Me encanta la idea de tener un hermano Omega. — Taehyung sonrió ante esas palabras y
continuó dejando caricias sobre el cabello del azabache.
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— Y dime, ¿Cómo conociste a Chanyeol?

— Fue como toda una comedia romántica. — Rió el menor al recordar su encuentro.

Poco a poco, le fue contando al castaño mientras reían ambos. Al final, el menor llegó hasta
la parte del celo inesperado de ambos y cómo terminó con una marca.

— La verdad estaba asustado, creí que me dejaría después de eso, yo no sabía qué hacer,
pero él se quedó a mi lado, me prometió no dejarme solo, dijo que yo era su Omega y
cuidaría de mí. La verdad, no creo que exista un Alfa mejor para mí que Chanyeol.

— Él es una gran persona, estuvo también a mi lado cuando más solo y devastado me sentí.
Sin duda, tienes un gran Alfa a tu lado.

— ¿Por qué terminaron tú y él? — Realmente, Baek estaba muy curioso a la respuesta desde
que conoció al castaño, pero no había tenido el valor para preguntar.

— Bueno, el corazón no se manda, y el mío, ya había escogido a tu hermano Jungkook.

Aunque lo nuestro no fue nada fácil al principio, y si tuviera que volver a vivir todo este
camino para llegar hasta este punto, lo volvería a hacer.

— La primera vez que te vi, creí que eras un Beta, pero ya sabes, los Omegas tenemos el
olfato más desarrollado que los Alfas, así que pude sentir un leve olor desprendiendo de ti,
me costó un poco adivinarlo, pero ahora sé que es Chocolate y Nuez. ¿Le ocurre algo a tu
lobo?

— Yo... Cometí un error, fui tonto y herí a mi lobo, lo lastimé tanto, que su ausencia lo llevó a
quedar en un sueño. Aún vive gracias a tu hermano, pero me duele saber que yo soy el
culpable... Daría lo que fuera por volver a sentirlo, quisiera disculparme con él y decirle lo
importante que es para mí, pero con el paso del tiempo, mis esperanzas de que vuelva van
desapareciendo y hasta cierto punto creo que me lo merezco...

— No creo que sea así, todos cometemos errores, y estoy seguro que eres fuerte y con la
ayuda del cara de limón de mi hermano, saldrán adelante juntos, solo no te des por vencido.
— Taehyung sonrió, el azabache tenía razón.
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No dejaría de pensar en el día en el que pueda volver a escuchar aullar a su fiel compañero
de vida. Sería fuerte por él , no se dejaría vencer y Jungkook estaría a su lado.

***
— ¿Necesitas ayuda? — El rubio castaño apareció justo cuando Jungkook había
conseguido encender la parrilla.

— Si hubieras llegado 5 minutos antes tal vez hubieras servido para algo. — Respondió
tajante.

— ¿No podemos tener una conversación civilizada? Al final estoy con Baek y...

— Mira, el hecho de que estés con mi hermano es el único motivo por el cual no te he matado
con mis propias manos. Lo que menos quiero es hacerle daño a él, pero eso no significa que
tú y yo somos amigos, mucho menos "familia", que te quede claro que jamás serás parte de
mi familia. — Ambos Alfas estaban de frente con una postura desafiante.

— Tampoco me hace brincar de emoción el hecho de saber que alguien como Baekhyun
tiene parentesco con alguien como tú. — Escupió. — Simplemente, las cosas ya están hechas
y trato de llevar el tema con madurez. No te estoy pidiendo que seamos los mejores amigos,
pero al menos sería bueno aprender a estar en el mismo lugar sin el deseo de matarnos
mutuamente, y no lo digo por mí, sino por ellos, porque sabes que esto afectaría no solo a
Baek sino también a Tae.

Jungkook desvió la mirada, notando la sonrisa de Taehyung mientras platicaba con su

hermano. Ambos se veían cómodos y alegres, el Alfa no quería arrebatarles esa felicidad a
ninguno.

— Bien, pero estaré esperando el momento en el que lastimes a Baek para poder hacerte
pagar de la manera más dolorosa, que desearás estar muerto. — Amenazó.

— Descuida, yo sí sé cómo cuidar un Omega, y te recuerdo que mi promesa sigue en pie, no

se te ocurra lastimar a Tae otra vez, porque el que estará muerto será otro.
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Los ojos de Jungkook destellaron rojos retando los ojos dorados de Chanyeol, parecía un
duelo a muerte y ninguno quería ceder, hasta que las voces de sus omegas los trajeron
devuelta a la realidad.

— ¿Qué están haciendo? ¿Ya está lista la comida? Exijo que me alimenten. — Lloriqueó el
menor.

— En eso estábamos. — El Alfa azabache volvió a la parrilla para verificar la leña.

— Iré por la carne. — Anunció Chanyeol.

— Yo te ayudo. — Lo siguió Taehyung, dejando solos a ambos hermanos.

— Ay, querido hermanito. — Dijo Baek con una falsa sonrisa, acercándose inocentemente al
mayor, antes de tirar de su camisa, acercándolo a su rostro, mostrando sus brillantes ojos
naranja. — Deja en paz a mi Alfa.

— ¿Cómo es que...? — Jungkook cerró los ojos maldiciendo.

— Puedo sentir todo lo que él siente, hermanito. Así que, deja de molestarlo. — Advirtió antes
de soltarlo, justo cuando Tae y Chan volvían.

Durante la cena, tuvieron conversaciones animadas y uno que otro comentario gracioso por
parte del cumpleañero que hacía reír a todos. Jungkook y Chanyeol supieron llevar las cosas
de la forma más civilizada que pudieron, cosa que mantuvo tranquilos a ambos Omegas.
Aunque claro que las miradas de Tae y Baek hacia el Alfa mayor, lo mantenía advertido.

Ya que el viaje fue algo agotador, y contando el hecho que estuvieron nadando en el lago,
realmente estaban cansados, así que después de terminar de cenar, cada pareja se dirigió a
su respectiva habitación.

***

Baekhyun tenía su pijama puesta y estaba recostado sobre la cama matrimonial. Miró a su
costado encontrándose con el rostro de su Alfa, el cual parecía ya estar dormido.

— ¿No puedes dormir? — La voz del mayor lo hizo sobresaltar.

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— Creí que ya estabas dormido...

— No puedo, siento tu ansiedad y no me deja dormir. — Dijo calmado, pero aún con los ojos
cerrados.

— Lo siento... — Miró la hora en el reloj de mesa, este marcaba las 11:55 pm. — Chanyeol...
¿Puedo pedirte algo?

— ¿Ahora? — Frunció un poco el ceño, al sentir ahora nerviosismo del menor, mediante el
lazo.

— Sí... Tiene que ser ahora que aún es mi cumpleaños. — Mordió su labio. — Quiero que me
beses...

Los ojos de Chanyeol se abrieron ante las palabras de su Omega, no se esperaba esa
petición, no era que no quisiera, pero desde su primera vez juntos no se habían vuelto a
besar, bueno, realmente no habían tenido nada íntimo más que dormir abrazados.

— En verdad me gustaría que me besaras, aunque sea una vez...

El mayor se colocó de costado para mirar al azabache, el cual su rostro era iluminado por la
luz de la luna que se filtraba por la ventana.

Sin poder evitarlo, acarició su mejilla. El menor se acercó un poco más para reducir la
distancia. El Alfa miró los ojos de su Omega, antes de bajar su mirada a sus finos labios
rosados. La mano que acariciaba su rostro, viajó hasta su nuca, empujándolo más cerca
hasta el punto de sentir sus cálidos alientos mezclándose.

La distancia era tan corta que podían sentir el roce de sus labios al mínimo movimiento,
hasta que finalmente sucedió lo tan deseado. Al principio era el simple toque de ambos
labios, pero Baek quería más que eso. Poco a poco, comenzó a hacer leves movimientos,
invitando a su amante a seguir.

No pasó mucho para que Chanyeol cayera en los dulces encantos de su Omega, dejándose
envolver por el magnífico sabor de sus labios a chocolate blanco. Su mano tomó la cintura
del menor, tomándolo con más posesión, se estaba dejando embriagar por él.
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Sin duda, ambos habían extrañado esa sensación. Aunque ese día sus lobos eran los
protagonistas, esta vez sus partes humanas eran las que disfrutaban.

En un rápido movimiento, Baek se colocó sobre el rubio castaño, sin romper el anhelado
beso. Chanyeol por reflejo, colocó sus manos sobre las caderas del menor, pero cuando hizo
un movimiento de vaivén, su Alfa rompió el beso.

— ¿Qué haces? — Su respiración era pesada, vaya que su Omega tenía talento para dejarlo en
mal estado.

— Yo solo... Creí que... — No encontraba palabras para poder explicarse.

— Baek, ya habíamos hablado de esto... No voy a tocarte de esa forma.

— ¿Por qué? ¿Acaso no te gusto? — Dijo con la voz rota.

— Claro que sí, eres bellísimo. — Acarició su mejilla para que lo mirara. — Pero no quiero
hacer las cosas mal otra vez, dijimos que nos daríamos un tiempo para conocernos, no hay
porqué acelerar las cosas.

— Pero... Yo te quiero...

— Créeme que yo también lo hago. Realmente, te quiero y no me imagino un día sin estar
contigo. — Chanyeol lo había pensado mucho y estaba seguro de que ese sería el momento
perfecto. — Dame tu mano.

Baek, aún con los ojos cristalizados, levantó su mano, ofreciéndosela, observando cómo el
rubio castaño se quitaba un pequeño anillo dorado de su dedo meñique para luego
deslizarlo por su dedo anular.

— Tú eres la persona correcta, no tengo duda alguna, por eso quiero que lo nuestro sea
especial. — El Omega no podía dejar de mirar el arito en su dedo, era realmente hermoso.

— Yo... No sé qué decir... — Confesó avergonzado.

— No tienes que hacerlo. — Acarició su rostro, antes de depositar un beso sobre su frente.

El menor recostó su cabeza sobre el pecho del rubio castaño, aún en la misma posición sobre
él. El mayor acarició las hebras azabaches del menor mientras este miraba con un brillo en
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los ojos el lindo anillo dorado. Realmente, lo atesoraría más que nada. Sin más, después de
unos minutos dándose caricias, se entregaron a los brazos de Morfeo.

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por Srta_YoonTae

La mañana había comenzado cómoda, parecía que ambas parejas habían dormido más que
cómodas. Realmente, la casa de campo era relajante.

Chanyeol y Baek fueron los primeros en levantarse para preparar el desayuno, aunque más
bien lo hizo el mayor mientras el segundo hacía una que otra cosita sencilla.

Cuando la comida estaba casi lista, Taehyung y Jungkook bajaron para poder degustar de
esta.

Los cuatro comían mientras hablaban de temas triviales. Aunque más que nada, la
conversación era llevada por el par de Omegas mientras los Alfas solo hablaban si pedían sus
opiniones.

— Hagamos algo afuera. — Dijo con emoción el menor.

— Ya te dije que no, tu cumpleaños ya pasó. — Dijo su hermano mientras comía un trozo de
fruta que había tomado del plato de Taehyung.

— Bueno, entonces hagamos algo por mi no cumpleaños. — Batió sus pestañas. — ¿O tienes
miedo?

— Vamos, amor, a mí también me dan ganas de jugar. Además, ¿Qué más podemos hacer
aquí? — Esta vez puchereó el castaño.

— Si vamos a la habitación puedo mostrarte qué más podemos hacer. — Taehyung sintió una
corriente por todo el cuerpo ante las palabras de su Alfa.
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— Qué buena idea. — Habló nuevamente el menor de los azabaches. — Tú puedes ir a tu

cuarto con Taehyung, y yo puedo ir al mío y pasarla bien con mi lindo Alfa. — Acto seguido se
sentó sobre las piernas de Chanyeol, abrazándolo.

La provocación había dado sus frutos, cuando el Alfa se levantó, tomando la mano de su
hermano para alejarlo de Chanyeol.

— ¿Dijiste que salgamos hacer algo? Pues vamos. — Baek sonrió al haber logrado su objetivo.

Detrás de ellos, caminaban con calma Taehyung y Chanyeol.

— Creí que solo era así contigo. — El castaño lo miró. — Me sorprende que hayas terminado
con alguien como él.

— Jungkook es algo complicado, pero una vez que lo conoces, te das cuenta que es una gran
persona.

— No creo que en algún momento él y yo podamos tener una buena relación.

— Dale tiempo, todo esto es algo que no se esperaba, bueno, nadie lo esperó, pero al final
cada quien asimila las cosas de forma distinta. — El menor palmeó suavemente el hombro de
su amigo. — Me alegra poder volver a tenerte en mi vida, te extrañé.

— A mí también me alegra. — Le devolvió la sonrisa.

— Noté que le diste el anillo.

— Encontré a la persona correcta, ambos lo hicimos. — Miraron a los dos hermanos. — Estoy
seguro que Jungkook es el correcto para ti, pero no le digas, siento que se le pueden subir los
humos. — Ambos rieron.

— ¿Entonces volverás a Seúl? — El mayor suspiró.

— Sí, tengo un departamento donde podemos vivir Baek y yo por un tiempo. Aún tengo que
contarles a mis padres, pero no quiero preocuparme por eso ahora.

— Esto es un juego de niños. — Se quejó el azabache.

— Pero te gustaba jugar a jalar la cuerda. — Puchereó su hermano menor.

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— Cuando tenía 10 años, y solo era porque mamá me daba una doble porción de postre si te
dejaba ganar. — Baek abrió la boca ofendido.

— Mientes. — Lo apuntó con su dedo acusador. — Siempre te gané limpiamente.

— Por favor, ambos sabemos que soy más fuerte que tú.

— Eso lo veremos. Una competencia, Tae y tú de un lado y Chanyeol y yo del otro. — Lo retó.

Jungkook soltó un suspiro al cielo. Realmente, no tenía ganas de estar tirando de una
cuerda. Prefería amarrar a su lindo Omega y pasar una agradable tarde con él, encerrados en
su habitación.

— Nunca he jugado a jalar la cuerda. — Habló Taehyung bajando la mirada.

Jungkook lo miró y se maldijo por dentro por querer ahora complacerlo a él. Tal vez si
Taehyung no hubiera dicho nada, hubiera podido mantenerse en su fiel postura hasta
conseguir que su hermano desistiera de la idea.

— ¿Tú quieres jugar? — El Alfa cruzaba los dedos porque este se negara.

— Suena divertido. — Le regaló una geométrica sonrisa que derritió el corazón del mayor y lo
hizo soltar un suspiro en derrota.

— Está bien, PERO si nosotros ganamos, se termina todo esto, agarro a mi chico, me voy a mi
cuarto y ustedes dos estarán en cuartos separados.

— Eso no es justo. — Se cruzó de brazos, haciendo un puchero el menor.

— Esas son mis condiciones, tómalas o déjalas.

Baek se debatió mentalmente por unos segundos, pensando en las posibilidades. Si lo

pensaba bien, su hermano ahora que estaba presentado como un Alfa puro, tenía más
fuerza, pero Taehyung era un Omega y ante la ausencia de su lobo, no tenía mucha fuerza.
En cambio, él al ser Omega puro, su fuerza era como la de un Alfa. Así que, sería como una
competencia entre dos Alfas contra un Alfa puro y un Beta.

— De acuerdo, pero si nosotros ganamos, yo escojo el siguiente juego.

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Jungkook sonrió. Sin duda, tenía la victoria ganada, de eso estaba más que seguro y tal vez
haría un poco de trampa usando a su lobo, pero cuando se trataba de tener sexo con su
dulce Omega masoquista, se valía todo, ¿No?

— Bien, es un trato. — Ambos hermanos estrecharon sus manos. — Te aconsejo que vayas
haciendo tus maletas para irte al cuarto de invitados. — Esta vez el mayor se dirigió a
Chanyeol.

— No cantes victoria aún, Jeon. No siempre tienes la victoria asegurada. — Los ojos de
Chanyeol brillaron dorados mientras sonreía, tomando la cintura de su Omega, tirando de él.

Esa clara provocación no le gustó para nada al gran Jeon Jungkook, y ahora más que nada,
haría todo para ganarle a ese poste mal parado. Sin duda, iba a ganar.

Ambas parejas se colocaron en posiciones, tomando cada uno su extremo de la cuerda. Los
Omegas iban al principio y los Alfas detrás de ellos. Chanyeol le sonreía con burla al mayor,
al parecer, Jungkook no era el único que estaba decidido a ganar. Esta era la ocasión
perfecta para demostrar quién era mejor Alfa entre ellos.

— Muy bien, a la cuenta de tres comenzaremos a tirar. — Habló alto Baek con una sonrisa. —
Ya saben, el primer equipo que toque la línea del centro, pierde automáticamente. — El
azabache le hizo una señal con la cabeza al castaño para que comenzara con la cuenta.

— Uno... — Los dos Omegas se miraron con diversión. — Dos... — Mientras ambos Alfas lo
hacían con desafío. — Tres.

El duelo comenzó y los fuertes tirones comenzaron, jaloneándose de adelante hacia atrás, se
podían escuchar las risas de ambos menores. Para ellos, realmente era un juego tirar de esa
cuerda, sin saber que para sus Alfas, eso era más un desafío de poder entre ellos.

Ninguno de los dos equipos quería ceder al otro. Taehyung tiraba con todas las fuerzas que
su cuerpo le permitía y Baek estaba a punto de cruzar la línea, pero un desliz en las manos
del castaño, lo hicieron correrse hacia atrás, provocando que su trasero chocara con la
entrepierna de Jungkook, desconcentrándolo, logrando que en ese momento de distracción,
Chanyeol con un fuerte tirón, hiciera que Taehyung cayera al piso, otorgándoles la victoria.
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— ¡¡SÍÍÍÍÍ!! — Baek soltó la cuerda, brincando de emoción sobre los brazos de su Alfa, dándole
un fugaz beso.

— Lo siento... — Se disculpó Taehyung, sabiendo que había sido su culpa que hayan perdido.

— Oye, no pasa nada. — No quería que su pequeño se sintiera mal.

— ¿Cómo que no pasa nada? — Sonrió el menor de los azabaches. — Nosotros ganamos. Así
que, hermanito, prepárate para el siguiente juego.

Jungkook ayudó a su Omega a ponerse de pie y a sacudirse la tierra que había quedado en
su pantalón de chándal.

— Juguemos bastonazos en el agua. — Sonrió con malicia.

El mayor realmente quería decir que no, pero lamentablemente había perdido la apuesta
con su hermano, y su orgullo no le permitía negarse.

— 1 de 2. — Dijo Jungkook.

— No. — Se negó Baek. — 1 de 4, hay que ser justos.

— ¿Me explican? Porque no estoy entendiendo nada. — Intervino el castaño.

— Sí, yo tampoco entiendo. — Apoyó Chanyeol.

— Simple. En la mitad del lago, hay una base de madera, ahí dos personas se tienen que
parar y empujarse con un bastón de espuma. Gana el que tire a el otro al agua.

— Pero... ¿Qué es 1 de 4? — Volvió a preguntar el castaño.

— Un turno, cuatro personas.— Habló esta vez Jungkook. — Baek quiere que sea por parejas.

— Es lo justo. — Sentenció el menor de todos.

Después de una hora, en la cual hubo una pequeña discusión entre Jungkook y Baek, como
siempre el menor terminando ganando, todos se cambiaron de ropa para ir al lago para
realizar el dichoso juego que el Omega quería hacer.
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Taehyung estaba encantado de haber realizado el viaje a Tailandia con el Alfa, porque estaba
conociendo nuevas facetas de este. Ya no tenía únicamente la imagen del gran Magnate que
le vendía a todos. Desde que decidieron darse la oportunidad, el castaño pudo apreciar su
lado más humano y real.

Y el hecho de conocer a la familia de su Alfa, lo hacía sentir más cerca de él. Aunque aún
existía ese algo en su interior que lo tenía confundido, esa dichosa pieza de puzle que no lo
dejaba disfrutar todo lo que estaban construyendo.

Siempre que sentía que estaba a punto de descubrirlo, algo lo empujaba. ni siquiera estaba
seguro que ese algo tenía que ver con el mayor, tal vez era más bien algo propio, pero
todavía no estaba seguro.

Quizás aún no era tiempo, pero sentía que estaba a nada de saberlo.

***

Los Alfas fueron los primeros en bajar del bote y subir a la base cuadrada para luego ayudar
cada uno a su Omega. La base era de un tamaño razonable para permitir que ambas parejas
pudieran jugar.

Los cuatro se miraron y cada pareja tomó su bastón de espuma, colocándose en cada
esquina.

— Escucha, Baek, en el juego anterior tuvieron suerte. — Habló Jungkook. — Juguemos con
las mismas reglas.

— No, nosotros ganamos, así que ahora será bajo mis condiciones. — Aclaró. — El equipo que
pierda prepara la cena, y el ganador tiene la tarde libre para hacer lo que le plazca.

El mayor lo pensó, no era un mal trato, aún tenía la posibilidad de follarse a su lindo Omega
o al menos pasar un buen rato con él.

— Muy bien, trato hecho.

Ambas parejas sonrieron a sus contrincantes, esperando la señal para comenzar, con lo que
para los menores siempre era un simple juego para pasar el rato, pero para otros no tanto.
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— A la cuenta de tres. — Habló Chanyeol. — Uno... Dos... — Los ojos de los Alfas brillaron. —
Tres.

El primero en atacar fue Baek, pero Tae, aunque no tenía mucha fuerza, era hábil, por lo que
esquivó el primer golpe. Aunque no le funcionó a la segunda, recibiendo un empujón del
menor.

Jungkook por su lado, también había atacado a Chanyeol y casi logra tirarlo al agua en el
primer empujón, pero este se recuperó, atacándolo de regreso.

— Vamos, Tae. — Lo alentó su contrincante. — Me lo estás poniendo muy fácil. — Volvió a

empujarlo.

— No deberías juzgar a un libro por su portada, Baekie. — Con una sonrisa, Taehyung soltó el
primer empujón con su bastón, provocando que el azabache cayera al agua.

El castaño se había encargado de llevar al menor a la orilla de la base desde el inicio, ya que
sabía que por fuerza, las llevaba de perder. Ahora con su victoria, volvió a hacer un tonto
bailecito, olvidando que la batalla aún no terminaba.

Un empujón por su espalda, cortesía de Chanyeol, lo sacó de la base, arrojándolo al agua

junto a Baek. Ambos Omegas nadaron hasta el bote para subir.

Cada Omega apoyaba a su Alfa, con la esperanza de tener la victoria, sin ser conscientes del
nuevo duelo entre los Alfas.

— Esta vez no tendrás tanta suerte, solo somos tú y yo. — Lo miró amenazante el azabache.

— Acepta que te gané. — Se burló con una sonrisa.

— Sabemos que nunca hubieran ganado si yo no me hubiera desconcentrado.

Jungkook trató de empujarlo, pero Chanyeol lo esquivó, devolviéndole el ataque,

propiciando que casi cayera.

— Así es la vida, Jeon. Algunos nacen para ganar y otros para perder.

— Tienes razón. — Este sonrió, empujándolo en el pecho con su bastón, provocando que este
cayera directo en el lago. — Y yo nací para ganar. — Sentenció con una sonrisa.
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Chanyeol salió del agua con el ceño fruncido. Ambos Alfas hicieron brillar sus ojos, pero,
como siempre, el contacto fue cortado por la voz de Baek para ayudar a su Alfa a subir al
bote.

— Bien, yo gané. Así que, Tae y yo nos quedamos aquí mientras ustedes vuelven a la casa. —
Se dirigió más que nada a su hermano menor.

— Qué aguafiestas eres. — Gruñó el Omega.

Jungkook ignoró por completo las quejas del azabache mientras ayudaba a Tae a subir
nuevamente a la base de madera.

— Nosotros iremos después. — Habló más tranquilo Taehyung, regalándole una sonrisa
cómplice al Omega menor, dándole a entender que aprovechara para pasar un rato con
Chanyeol.

— Está bien. — Cedió Baek, ocultando su sonrisa.

Tal vez podría darse algunos besos con su querido Alfa, y si él se lo permitía, podrían
compartir juntos la ducha. Aunque lo último lo dudaba mucho, pero no perdía nada con
intentarlo.

Cuando el bote se fue alejando, Jungkook miró al menor, tomándolo de la mano,

atrayéndolo suavemente a su cuerpo para tomarlo por la cintura.

— Te extrañé. — Susurró sobre el cuello de piel acaramelada.

— ¿De qué hablas? Hemos estado toda la mañana y parte de la tarde juntos. — Rió al sentir
los labios de su Alfa sobre la piel sensible de su cuello, provocando una corriente.

— Lo sé, pero extrañaba tenerte así entre mis brazos, sin que el engendro del mal de mi
hermano esté molestando.

— Oye, no digas eso, él solo quiere pasar un rato contigo. Además, me divertí mucho. — Los
dedos de Taehyung se perdieron entre las largas hebras azabaches. — Tu cabello está largo...

— ¿Y no te gusta? — Salió del escondite en el cuello del menor para mirar sus bellos ojos
marrones.
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— Claro que me gusta, ya sea corto o largo, me encanta. — Los labios de ambos se tocaron
con suavidad, saboreando la esencia del contrario mientras sus lenguas sentían la calidez de
la boca ajena.

El beso fue breve, pero bello. Era de esos besos, en los cuales no tenían un porqué, pero
significaban todo. La dulzura, el deseo y el amor que se sentía uno por el otro, cuando se
daban ese tipo de muestras, era imposible no sentir todo eso irreal.

— Jungkook... — Suspiró sobre sus labios. — Te amo, te amo más que a nada... — Confesó
escuchando a su corazón.

— Y yo te amo a ti, pequeño. Te amo más que a mi vida. No sé qué haría si te vuelvo a perder.
— Los ojos de ambos estaban cerrados y sus frentes unidas.

— No me vas a perder.

Ambos se miraron a los ojos. Sentían la necesidad de expresar su amor con palabras ahora
que podían. Estaban en medio de un bello lago, sin nadie a su alrededor, todo era perfecto y
deseaban que siempre fuera así. Aunque eran conscientes que en unos días tenían que
volver a sus vidas diarias, pero sin duda, nadie podría arrebatarles ese mágico momento.

Jungkook respiró ese escaso y suave aroma que envolvía a su Omega: Chocolate, Nuez y
Almendras. Nunca había sido fan de las cosas dulces o más bien del chocolate, pero desde
que lo conoció, se había vuelto su favorito, más al sentirlo en sus labios en cada beso que se
daban.

— Viví mucho tiempo en la oscuridad, creí que la luz no existía para alguien como yo... Por
ello, creía que hacer que otros sintieran dolor calmaría un poco el mío... Pensaba que nadie
podía sentirse más solo que yo... — Taehyung mantenía su cabeza sobre el hombro de su
amado. — Hasta que te fui conociendo, tú eras la luz que tanto anhelé... Y nunca me voy a
perdonar todo el dolor que te causé. — Lo estrechó más a él, como si tuviera miedo que
desapareciera.
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— Te dije que todos cometemos errores, y ya me mostraste con acciones que esta vez
quieres hacer las cosas bien, y yo soy feliz a tu lado. — Confesó mientras respiraba la
fragancia del azabache, que combinaba de maravilla con el bosque a su alrededor.

El sol comenzaba a ocultarse dándole la bienvenida a un cielo nocturno, repleto de estrellas

e iluminado por una gran luna plateada.

— ¿Gustas dar un nado nocturno conmigo? — Jungkook acarició la mejilla de su amado.

— Me encantaría. — Sonrió, provocando que sus ojos casi se cerraran por completo.

El mayor fue el primero en separarse para tomar asiento en la orilla de la base y entrar en el
agua del bello lago. La temperatura era agradable, aún no estaba fría, así que podrían
disfrutar de ella.

Taehyung imitó la acción, sentándose en la orilla. Justo cuando su Alfa se acercó, tomándolo
de las caderas para ayudarlo a entrar al agua, instintivamente el castaño rodó la cadera de
su amado con sus largas piernas.

— No respires, nos voy a sumergir.— El menor asintió al instante, tomando un poco de aire y
cerrando los ojos en el proceso, antes de desaparecer dentro del lago.

A los segundos, ambos cuerpos salieron a la superficie, por lo que Jungkook tiró de su
cabello hacia atrás, antes de hacer lo mismo con las hebras castañas que se adherían a la
frente de su Omega.

Sus rostros estaban tan cerca, que no pudieron negarse a la tentación de tocarse, el tacto era
cálido. La lengua húmeda de Jungkook, acarició los labios del menor, pidiendo permiso para
continuar su camino.

Taehyung, gustoso, abrió la boca para que ocurriera el encuentro entre sus lenguas. El beso
era deseoso y la intensidad de este iba subiendo. El Alfa agarró la lengua de su amado,
succionándola, provocando que el Omega soltara un jadeo gustoso.

Las manos del azabache viajaron desde los muslos de su Omega hasta posarse en su trasero
para comenzar a amasarlo, provocando una leve fricción entre ambos miembros.
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— Aahh~ — Gimió, separándose de los labios de su Alfa. — Jungkook~ — Sus labios brillaban
hinchados y rojizos.

— Oírte gemir así, es mi melodía favorita. — Susurró mientras besaba el cuerpo de Taehyung.
— Estoy deseoso de que lleguemos a Seúl...

— Ah, ¿Sí?... Por qué~ — Habló con dificultad.

— Porque te mantendré encerrado una semana completa en mi habitación. — Susurró en su

oído para luego succionar el lóbulo de su oreja. — Te voy a hacer venirte hasta sobre
estimularte. — Otro gemido escapó por la boca del castaño, al sentir cómo la mano de su
amado se adentraba entre su ropa interior, rozando su estimulada entrada. — Hasta que
llores y grites de placer... Que tus piernas tiemblen y que no puedas pensar en nada más que
en mí estando dentro de ti...

— Aahh... — Taehyung arqueó su espalda, al sentir cómo dos dedos de Jungkook, irrumpían
en su entrada. — Estoy gustoso de que ese día llegue. — Tiró con algo de fuerza las hebras
azabaches, cerrando los ojos por el placer de sentir los dedos del mayor entrando y saliendo
de él.

Jungkook estaba encantado escuchando los gemidos que su dulce Omega le regalaba cada
vez que sus dedos lo penetraban. Por momentos, sus bocas se encontraban, callando los
sonidos de placer.

Los movimientos del mayor, fueron subiendo de intensidad, cuando adentró otro dedo. El
castaño se retorcía gustoso, sintiendo cómo cada vez estaba más cerca de su límite.

Sin duda, su Alfa sabía muy bien dónde tocar, besar y acariciar para hacerlo delirar.

— Yo... Voy~ Ah~ — Se aferró a los hombros del azabache, cerrando los ojos con fuerza.

— Hazlo, vamos, mi amor. — Sin necesidad de decirlo dos veces, lo hizo, se dejó descargar.

Su respiración era apnea, su pecho subía y bajaba. Sin duda, su novio tenía talento.
Jungkook lentamente fue abandonando la entrada de su amado, escuchando cómo soltaba
un último gemido quedito, antes de colocar su cabeza en su hombro.
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Y así se quedaron un buen rato, solo ellos dos en ese gran lago, abrazados, dejando que la
luna sea el único testigo como aquella noche, donde ambos lobos le aullaron, pidiendo
poder estar juntos...

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por Srta_YoonTae

Ambos reían mientras se besaban y tropezaban torpemente por los pasillos de la casa, en un
intento por llegar a su habitación.

Justo antes de subir las escaleras, se toparon con el menor de los Jeon, las mejillas de
Taehyung se tintaron de carmesí por la pena.

— Qué coincidencia, justo iba a ir por ustedes al lago. Chanyeol y yo, pronto haremos la
cena...

— Coman ustedes, nosotros tenemos otro asunto pendiente. — Sin más, tomó al castaño por
los muslos, subiéndolo a su hombro, provocando que este soltara un gritito de sorpresa.

— Lo siento, Baek... — Como pudo, Taehyung se cubrió el rostro de la vergüenza mientras era
llevado por su Alfa. — Qué vergüenza... — Escuchó la risa del mayor.

Ambos llegaron a la habitación. Jungkook sin perder el tiempo, cerró la puerta colocando el
pestillo, antes de bajar a su amado.

— J-Jungkook... Tu hermano y Chanyeol... — El pobre Omega apenas podía hablar, ya que su

amado lo tomó por la cintura, besando nuevamente su cuello. — P-para... Nos pueden
escuchar... — Mordió su labio en un intento por no jadear.

— Entonces, trata de mantener esa linda boquita cerrada. — Alzó la vista mostrando el rojo
vivo en sus ojos, su lobo estaba presente. — A menos que quieras que te escuchen... —
Susurró en su oído, estremeciendo al menor.
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Las manos del azabache, viajaron bajo la húmeda camisa del Omega, haciendo contacto con
su piel, haciendo jadear quedito al menor ante el tacto algo frío.

Las caricias y los besos estuvieron presentes mientras las prendas húmedas iban cayendo,
dejando al descubierto sus desnudos cuerpos calientes.

— Ah~ — Jadeó Taehyung cuando fue alzado por los muslos, invitando a que rodeara con sus
piernas el cuerpo de su Alfa.

Jungkook, con cuidado de no caer por la poca luz de la habitación, caminó hasta la cama,
recostando con cuidado el bello y delicado cuerpo de su Omega.

Al recostarlo, se apartó para poder contemplarlo. No importaba cuántas veces haya visto el
cuerpo del menor, siempre quedaba admirado con su belleza. Puede que la primera vez que
lo vio no fue muy expresivo, pero la realidad era que había quedado cautivado.

Su cuerpo era simplemente perfecto, sus curvas eran finas y con gracia, su piel con ese tono
acaramelado, sus labios con ese leve tono carmesí natural igual que el rubor en sus mejillas,
con sus largas pestañas y brillantes ojos marrones, todo él era perfección.

— Mi pequeño Omega, eres perfecto. — Los labios de Jungkook acariciaron los del castaño.

El corazón de Taehyung latió fuerte en su pecho ante la intensa mirada de su Alfa, lo miraba
con deseo, lujuria, pero sobre todo con amor y admiración, el pequeño Omega se sentía
realmente querido.

Un destello entre azul y verde adornó sus bellos ojos, pero justo cuando el azabache volvió a
conectar con sus ojos, estos habían regresado a su color marrón.

— Mi Alfa... — Las manos del menor acariciaron las mejillas de Jungkook contorneando su
rostro, apartando un par de largos cabellos que tapaban sus lindos ojos rojos.

Ambos se estaban tomando su tiempo admirándose, dándose muestras de cariño como

besos y caricias en zonas especiales. Los dientes del Alfa atraparon el labio inferior del
menor, haciéndolo gemir inconscientemente.
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Su recorrido de besos fue descendiendo por su quijada, su cuello y clavícula, dejando marcas
notorias y un par de mordiscos, dejándose deleitar por los gemidos reprimidos de Taehyung,
quien mordía el dorso de su mano para no gritar de placer.

Jungkook sonrió sobre uno de los pezones marrones del menor, pasando su lengua sobre
este para luego atraparlo entre su boca, lamiendo, succionándolo y mordisqueándolo al
mismo tiempo que le daba atención al otro botón con su mano.

— Mgh~ — El Alfa hizo un cambio para atender el otro pezón ahora con su boca, repitiendo la
acción anterior.

Los lindos soniditos que escapaban de la boca del dulce Omega, alentaban al mayor para
que continuara. Taehyung suspiró al sentir la lengua de su amado trazando un camino por su
abdomen hasta su pelvis para dejar un húmedo beso antes de apartarse.

El azabache tomó una pierna del castaño para dejar un corto beso en el dorso de su pie. Con
su vista conectada, continuó su recorrido a lo largo de la pierna hasta llegar a la cara interior
del muslo, clavando sus dientes.

— Ahg~ Mierda... — Mordió su labio el menor callando su grito mientras cerraba los ojos
sintiendo sus lágrimas, pero soltando un jadeo placentero, al sentir la lengua del mayor
sobre la piel abierta.

— Me encanta verte delirar de dolor y placer, amor. — Sonrió con burla al ver las lágrimas de
su Omega.

— Y a mí que me hagas sentir de esta forma, cariño. — Sonrió relamiendo la poca sangre que
había quedado en sus labios, debido a que los había mordido muy fuerte hasta hacerse
daño.

— Pues te haré sentir mucho mejor...

Su rostro se fue acercando hasta el falo del menor, su aliento cálido acariciaba el glande de
Taehyung, haciéndolo estremecer.

La mano del mayor tomó la base del pene y lentamente el calor y humedad de su boca, fue
envolviendo la hombría del castaño.
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— Aahh~ — Mordió el dorso de su dedo índice mientras su otra mano se aferraba a las
sábanas marrones.

Los movimientos eran suaves y placenteros, donde la boca de Jungkook chupaba y jugaba
con su lengua mientras su mano bombeaba de arriba abajo por la longitud.

Taehyung por su parte, trataba de callar sus jadeos y gemidos, pero se le estaba haciendo
imposible, lo cual le parecía divertido al azabache y quiso poner más aprueba a su Omega
acelerando sus movimientos mientras su mano libre se conducía a la desatendida entrada
del menor, la cual escurría de lubricante. Apenas los dedos rozaron esa zona, el Omega no
pudo evitar arquear su espalda, colocando la palma de su mano cubriendo su boca.

Los dedos de Jungkook jugaron un poco alrededor de la entrada, tentando la paciencia y

estabilidad de su chico.

— J-Jungkook... — Apretó sus dientes, forzándose a hablar. — Lo vas... Aahh~

Cerró los ojos con fuerza al sentir cómo los dedos de su Alfa lo llenaban por dentro de una
estocada, quedándose ahí unos segundos quieto para luego comenzar a hacer pequeños
círculos.

La felación estaba llevando al menor a su límite de placer y no sabía cuánto más iba poder
aguantar.

— Jungkook... Creo que... Ah~ — Echó la cabeza hacia atrás, sujetando las hebras azabaches
de su Alfa al sentir que sus dedos habían encontrado su punto dulce.

Sin poder evitarlo, llegó a su límite descargándose en la boca del mayor, su corazón latía a
mil. Jungkook una vez de haber tragado toda la cantidad de esencia de su dulce Omega, se
alejó, sacando lentamente sus dedos para ponerse de pie.

Sin darle tiempo a Taehyung de reponerse, lo tomó del brazo, poniéndolo de pie. Debido al
rápido movimiento, el menor le costó mantenerse de pie, por lo cual se sostuvo del cuello
del azabache mientras este lo sujetó por la cintura.
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— Realmente, no solo tienes un aroma dulce... — Le susurró en su oído. — Acabo de descubrir

qué tan dulce puedes ser... Mi dulce Omega...

Las mejillas de Taehyung tomaron un bello tono carmesí ante las palabras de su Alfa y el
apodo seleccionado.

— Pero ahora, haremos algo un poco distinto... — Taehyung alzó la vista mirando con un
poco de condición a su amado.

Jungkook dejó un casto beso sobre los labios del menor, antes de darle vuelta para que su
espalda quedara sobre su pecho. El roce de sus nalgas contra su notoria erección, lo hizo
gruñir, esta ya comenzaba a doler, pero no le importaba, porque sabía que su Omega estaba
disfrutando, tal vez por él no le importaba volverse también un poco masoquista.

El Alfa tomó una silla que había en la habitación y se sentó en ella. Taehyung lo miró sobre su
hombro, esperando paciente a que su Alfa le dijera lo que tenía que hacer.

— Esta vez quiero que seas tú quien lleve el mando. — El menor lo miró entre sorprendido y
confundido. — Es como esa vez en el auto, solo que esta vez me darás la espalda. —
Taehyung humedeció sus labios antes de morderlos al recordar ese día en el auto.

Finalmente, caminó hacia atrás hasta sentir las rodillas del mayor y respiró hondo.

— No lo pienses mucho, tu cuerpo se tensa y en esta posición te puede doler más o hasta
lastimar. — Las manos de Jungkook fueron a parar en la cintura del Omega mientras dejaba
pequeños besos sobre su espalda. — Solo déjate llevar, como ese día. — El destello azul-
verde volvió a sus ojos.

Sus piernas se abrieron, quedando a los lados de las del mayor. Llevó su mano hacia atrás,
tomando el gran pene de su Alfa para darle unas cuantas caricias hasta que pudo sentir el
presemen y lo esparció por la longitud como un lubricante. Podía escuchar los suspiros del
azabache que apoyaba su cabeza sobre su espalda.

Finalmente, cuando Taehyung sintió que era el momento, fue bajando para poder alinear el
pene en su entrada, poco a poco se fue sentando sobre su Alfa, ambos jadeaban y suspiraban
de placer hasta que el falo desapareció entre las nalgas del Omega.
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Se quedaron así unos segundos o tal vez minutos, ellos estaban tan cómodos dándose
muestras de cariño y sintiendo la calidez del otro.

Jungkook fue repartiendo besos por los hombros, espalda y nuca de su Omega mientras se
embriagaba de su dulce aroma a Chocolate, Nuez y Almendra.

— Estoy listo... — Con esas palabras, la sesión de besos fue suspendida para dar paso
nuevamente al placer.

Taehyung comenzó dando pequeños círculos, sintiendo el aliento pesado de su Alfa sobre su
nuca y el agarre en su cintura, la sensación era placentera. El menor no pudo evitar cerrar los
ojos, dejándose embriagar mientas aguantaba sus manos en las rodillas del mayor.

— Mierda, Taehyung... — El agarre en la cintura del Omega, se intensificó, obligándolo a

parar. — Si continúas así, me terminaré viniendo muy rápido...

Las paredes del castaño, abrazaban a la perfección el pene del mayor, y sus leves
movimientos en círculo, lo estaban estimulando más de lo que el Alfa quería.

El Omega se inclinó un poco hacia delante, alzándose lo suficiente para luego dejarse caer
nuevamente en su lugar y escuchar un gemido por parte de su Alfa, por lo que sonrió
satisfecho para repetir la acción, dando saltos sobre la hombría del mayor, mordiendo su
labio para que él no gimiera del placer. Unos saltos más, lo hicieron correrse por segunda vez
al menor y con eso bajar la velocidad de sus saltos.

Hasta que Jungkook lo rodeó con un brazo por la cintura, pegando su espalda contra su
pecho, penetrándolo con fuerza. Con su mano libre, cubrió la boca del Omega para callar los
gritos de este, repitiendo la acción con fuerza y firmeza, estaba a punto de correrse.

— Un... Poco... Más, mi amor~ — Las lágrimas del menor recorrían sus mejillas,
desapareciendo en la mano del Alfa.

Realmente, sentía cómo golpeaba con fuerza su próstata, se estaba sobre estimulando y eso
comenzaba a doler, pero no tanto, aún podía aguantar un poco más por su Alfa.
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Unas cuantas estocadas más, fueron suficientes para que Jungkook pudiera liberarse y
Taehyung pudiera hacerlo nuevamente, dejando caer su cabeza hacia atrás sobre el hombro
de su Alfa.

La mano del mayor abandonó la boca del Omega, dejándolo respirar por ella. El cuerpo del
castaño temblaba, perlas de sudor adornaban ambos cuerpos que respiraban de forma
entrecortada.

— ¿Estás bien? — El menor se sentía cansado y débil. Como pudo asintió, aún sintiendo leves
espasmos, sus piernas temblaban.

Jungkook no quiso moverlo por el momento para que pudiera reponerse un poco, por lo
cual se encargó de dar pequeños besos sobre su piel acaramelada.

— Voy a llevarte a la cama. — Avisó el mayor antes de alzar despacio a su Omega para salir de
él, una mueca y un quejido de dolor adornó el rostro del menor cuando salió por completo.

Con cuidado, lo tomó por debajo de sus brazos y piernas de forma nupcial, llevándolo
despacio hacia la cama. El menor continuaba con los ojos cerrados, tratando de regular su
respiración.

— Descansa, iré a llenar la bañera. — Sin más, dejó un pequeño beso en la mejilla del menor
antes de alejarse y recoger toda la ropa húmeda que estaba en el suelo y entrar al cuarto de
baño.

Después de una media hora, Jungkook volvió a la habitación, aún desnudo. El castaño aún
continuaba acostado de lado, pero con la respiración más tranquila, se había quedado
dormido. El mayor pudo notar el rastro de las lágrimas del menor sobre sus mejillas y no
pudo evitar acariciarlo en esa zona, ocasionando que Taehyung despertara.

— Mgh... — Abrió un poco sus ojos mirando a su Alfa. — ¿Qué hora es?

— Las 12:10. — Dijo después de mirar la hora en el reloj de la pared. — ¿Cómo te sientes? —
Acarició su cabello.

— Me duele el culo... — Hizo un puchero, lo cual le causó gracia al mayor. — Y tengo hambre...
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— Bueno, vamos a lavarte y después vamos a la cocina por algo de comer. — Taehyung negó.
— ¿No qué?

— No quiero comer comida...

— ¿Entonces?

— Quiero helado o galletas.

— Mm... No sé si haya aquí en la casa. — Otro puchero se instaló en los labios del Omega. —
Pero en la tarde volveremos a casa de mis padres, te prometo que en el camino te compro lo
que quieras. — Taehyung soltó un suspiro antes de asentir.

Jungkook besó los labios carmesíes del menor, antes de volverlo a tomar entre sus brazos y
llevarlo al cuarto de baño, donde los esperaba una bañera con agua caliente y sales de baño.

Cuando ambos estuvieron dentro, el mayor con cuidado tomó una esponja y la llenó de agua
para luego exprimirla sobre el cuerpo del castaño, mojándolo. Mientras, el menor reposaba
sobre el pecho de este, disfrutando las caricias y el trato que le daba al limpiar su cuerpo.

Las manos de Jungkook tocaban cada rincón del cuerpo de Taehyung sin sobre pasar los
límites, en sus caricias no había dobles intenciones, solo el amor y cariño hacia su pequeño
Omega.

Finalmente, al terminar, ambos salieron de la bañera y el mayor se encargó de secar bien al

menor, tampoco quería que se enfermara.

— ¿Te sientes mejor? — Le preguntó mientras lo volvía a llevar a la cama.

— Estoy cansado y aún me duele el culo. — Esta vez no se pudo contener el azabache y
comenzó a reír, recibiendo un golpe por parte de Taehyung. — No es gracioso, como a ti no
te duele.

— Tienes que aceptar que te gustó. — Le sonrió con picardía mientras se metía igualmente a
la cama y alzaba las sábanas para cubrirlos a ambos.

— Te equivocas.

— Tus gemidos decían lo contrario y la forma en la que tu culo apretaba mi...

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— ¡Jungkook! — El castaño cubrió la boca de su Alfa mientras se sonrojaba.

El Alfa acercó el cuerpo desnudo de su amado y este retiró su mano ante la cercanía de sus
rostros, sus labios se tocaron con dulzura y sus lenguas cálidas bailaban al compás. La sesión
de besos duró un corto tiempo, hasta que ambos decidieron que era hora de descansar,
dejándose en volver por la calidez del contrario, hasta caer en un sueño.

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por Srta_YoonTae

El castaño miraba por la ventana del auto mientras suspiraba, se sentía realmente bien si
quitaba el dolor de su culo. El aura se sentía agradable y el aroma de su Alfa estaba más que
impregnado en él, ya que Jungkook lo había marcado con este cuando despertaron.

Los cuatro iban en el auto de regreso a la casa de los Jeon, ya que a la mañana del siguiente
día, Jungkook y Taehyung tenían que volver a Corea.

— ¿Entonces mañana se van? — El Omega menor hizo un puchero, asomándose en medio de

ambos asientos delanteros.

— Sí. — Asintió con la cabeza Taehyung mirando a Baek.

— ¿Por qué? ¿No se pueden quedar un poco más?

— Me temo que no podemos...

— Hey, mocoso, te dije que hay personas que sí trabajan, como Taehyung y yo. — Baek
frunció su ceño sacándole la lengua a su hermano.

Taehyung no pudo evitar negar con la cabeza. Realmente, Jungkook no tenía remedio
alguno, así que solo suspiró. Unos minutos más tarde, el Alfa al volante, estacionó el auto
frente a un pequeño super.
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— Quédense aquí, vuelvo en un momento. — Sin esperar respuesta alguna, bajó del auto,
adentrándose al super.

Mientras tanto, el castaño reclinó un poco su asiento, haciendo una mueca, al acomodarse
mejor en el asiento. Vaya que todavía le dolía el trasero, realmente deseaba estar recostado
y descansando.

— ¿Hace cuánto conoces a mi hermano? — La voz de Baek llenó nuevamente el auto.

— Mm... Como un poco más de año y medio. — Contestó sin más cerrando sus ojos.

— ¿Y cómo se conocieron? — Taehyung abrió los ojos al recordar el secuestro y todo lo que
vivió en ese tiempo. Baek fue consciente del cambio en mayor, por lo que se arrepintió por
haber preguntado. — Lo siento... No tienes que responder, solo tenía curiosidad...

— Descuida... — El Omega castaño trató de sonreír. — Simplemente, es algo difícil nuestro

inicio, los dos éramos muy distintos, fue complicado. No es fácil de explicar. — El menor
asintió.

A Taehyung ya no le afectaba su pasado con Jungkook y lo que vivió con él, había aprendido
a perdonar y aceptar lo que vivieron. Simplemente no quería contar la verdad, no por él, sino
por Baek, no quería que tuviera una mala imagen de su hermano, por eso prefirió no
responder claramente.

El menor de los omegas, se recostó sobre el hombro de Chanyeol para estar más cerca de él.
Por instinto, aún estando dormido, el mayor lo rodeó por la cintura, apegándolo más.

La espera no fue mucha, cuando la puerta se volvió a abrir, dejando ver nuevamente al Alfa
azabache con una bolsa, la cual le entregó a su amado antes de poner nuevamente el auto
en marcha y continuar con su camino.

— ¿Qué has comprado? — Preguntó Taehyung mirando el perfil de su Alfa.

— En la madrugada, le hice una promesa a un Omega muy bello, el cual lloriqueaba porque
le dolía el... — Recibió un puñetazo por parte del Omega, lo cual le hizo gracia. — Bien, no lo
digo, pero creo que eso te hará sentir mejor.
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El castaño abrió la bolsa mirando en su interior, descubriendo un bote con helado sabor a
galletas. Su sonrisa se hizo visible en su rostro.

— No sabía qué sabor te gustaba, así que...

— Es perfecto. — Lo cortó. — De hecho, el helado de galletas es mi favorito, desde que era

niño he tenido un gusto muy grande por las galletas. — Confesó mientras abría el helado.

— Lo tendré en cuenta, ya sé qué darte cuando quiera convencerte de algo.

— ¿Vas a tratar de persuadirme con galletas? Porque si es así, no me quejo. — Tomó un poco
de helado con su cuchara, llevándolo a su boca, dejándose deleitar con el frío y rico sabor. —
Esto es el paraíso. — Gimió gustoso.

— Oye, no hagas eso. — Jungkook frunció su ceño. — Yo soy el único que puede hacerte
gemir.

— ¡Jungkook! — Le reclamó.

— Están dormidos. — Taehyung miró hacia atrás para ver que efectivamente tanto Chanyeol
como Baekhyun, estaban dormidos. — Pero puede que tus gemidos los despierten.

— ¿De verdad te vas a poner celoso por un bote de helado? — El castaño no pudo evitar reír.

— Pues parece que te está haciendo muy feliz. — Le reprochó notoriamente con celos. A
Taehyung realmente le estaba causando gracia el comportamiento de su Alfa.

— No lo voy a negar, realmente me está haciendo muy feliz. — Decidió jugar un poco con
Jungkook, llevando otra cuchara con helado a su boca, saboteándolo.

Jungkook trató de ignorarlo, pero un gruñido escapó, de su boca.

— Pero no me hace tan feliz como me haces tú... — Los fríos labios del menor tocaron la
mejilla del azabache, haciéndolo estremecer.

— Te has vuelto muy descarado, ¿No crees? — El Alfa lo miró, notando como este sonreía
triunfante comiendo otra cucharada de helado.

— Qué te digo... — Soltó un suspiro. — Aprendí del mejor. — Pasó su lengua por sus labios,
retirando el resto que había quedado en ellos.
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Su Alfa no pudo evitar negar con una sonrisa, le encantaba esa actitud que había adquirido
su Omega.

El camino continuó normal. Taehyung y Jungkook platicaban sobre algunas cosas de la

empresa o cosas triviales, antes de que la otra pareja despertara y el auto se llenara de
quejidos por parte de Baekhyun que perjuraba morir de hambre, y sobre todo sin trasero por
estar tanto tiempo sentado.

Finalmente, habían llegado nuevamente a la casa de los Jeon. El primero en salir corriendo
del auto fue Baek. Por instinto, o más bien porque su lobo se lo exigió, Chanyeol tomó las
mochilas de ambos y fue tras su novio, quien ya le llevaba algo de ventaja.

— A veces me gustaría hacer que sufra, pero viendo que está atado de por vida con mi
hermano, creo que es suficiente castigo.

— Deja de decir eso, son tal para cual. Chanyeol necesita alguien con espíritu libre y Baek a
alguien que lo oriente, ninguno le exige de más al otro y eso hace bella su relación. — Sonríe
el castaño mirando el camino por donde la pareja se había ido.

— Tal vez. — Jungkook suspiró, abrazando por la espalda a su Omega, respirando su sutil
aroma. — ¿Cómo te sientes?

— Un poco mejor, el cansancio ya es menos y el dolor solo es por momentos. Aunque, creo
que se volvió más notorio al estar tanto tiempo sentado. — El Alfa no pudo evitar sonreír
sintiéndose orgulloso, por lo cual lo notó Taehyung. — Borra esa sonrisita o voy a golpearte.

— Qué carácter. — Se burló el mayor antes de cargarlo de forma nupcial, sorprendiendo al

Omega. — Y me encanta.

— Jungkook, ¿Qué haces?

— Te llevo a descansar.

— Puedo caminar.

— Sí, pero eso le quita lo genial que te ves en mis brazos. — Taehyung no pudo evitar poner
los ojos en blanco.
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Al llegar a la habitación, recostó al castaño sobre la cama, antes de decirle que iría por las
cosas que se quedaron en el auto y también iría a hablar con sus padres mientras él
descansa.

Taehyung no pudo negarse porque realmente sí tenía ganas de dormir un rato, ya que no
había podido pegar ojo desde que habían comenzado el viaje en el auto.

Unas horas más tarde, Jungkook volvió a la habitación, encontrándose al menor envuelto
entre las sábanas, en posición fetal, abrazando una almohada. El azabache no pudo evitar
sonreír sentándose a un lado del Omega.

— Tae... — Habló suave mientras acariciaba su cabello. — Pequeño, despierta... — Insistió,

hasta que Taehyung comenzó a despertar.

— ¿Qué pasó? — Bostezó el menor estirándose un poco.

— Tienes que comer, no has comido nada desde que salimos en el auto, además de ese bote
de helado. Además, quiero llevarte a un lugar.

— ¿Un lugar? ¿A dónde? — Preguntó curioso.

— Ya te lo había dicho antes de que viajáramos, pero seguro no lo recuerdas. — Taehyung

frunció el entrecejo tratando de recordar, pero aún no se encontraba realmente despierto. —
Vamos, hay que ducharnos.

El azabache ayudó al menor, guiándolo al cuarto de baño. Ambos se despojaron de sus

prendas entrando bajo la regadera. El baño fue normal, acompañado de algunos besos y
caricias, aunque nada subido de tono, los dos se daban la atención necesaria. Al terminar,
volvieron a la habitación para poder vestirse.

— Parece que estás mejor. — Habló el Alfa admirando el cuerpo desnudo de su amado
mientras este se encontraba buscando su ropa.

— Me siento mejor y dormir me ayudó mucho, estoy como nuevo. — Inconscientemente,

meneó un poco su trasero, movimiento que no pasó desapercibido para el azabache.

— Sí, ya lo noté. — Le sonrió con descaro.

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Una vez ambos estuvieron vestidos, salieron de la habitación rumbo al comedor, donde ya se
encontraban todos esperándolos.

— Buenas tardes. — Saludó el castaño a los presentes.

— Me alegra que ya estén aquí, Baekie estaba a punto de ir a buscarlos.

La pareja tomó asiento, Jungkook frente a su madre mientras Taehyung frente a Baek, que
estaba junto a Chanyeol.

— ¿Cómo les fue en la casa de campo? — Preguntó el señor Jeon. — ¿Les gustó? — Más que
nada, la pregunta iba dirigida a Tae y Chan.

— Es muy bonita y el lago es realmente hermoso. — Dijo con una sonrisa el castaño.

— Es verdad, es muy acogedor el lugar.

— Pues cuando gusten ir, pueden hacerlo. Esa casa es de la familia y ustedes ya son parte de
ella. — Agregó el señor Jeon.

— Muchas gracias. — Dijeron en unión los dos chicos con una sonrisa.

— Y bien, díganme, ¿Se divirtieron? — Esta vez habló la madre de los azabaches.

— Claro que sí. — Dijo feliz Baek. — Aunque, algunos se divirtieron más. — El Omega miró a su
hermano y cuñado, por lo cual Taehyung fue el primero en entender la indirecta y terminó
ahogándose con su jugo de naranja.

— Tae. — Jungkook ayudó a su novio mientras fulminaba a su hermano, quien solo comenzó
a reír.

— ¿Qué? Yo no dije nada. — El padre de los Jeon no comentó nada al respecto para no
terminar de incomodar al Omega, que ahora tenía un ardor en su nariz, debido al zumo. Pero
Jiwoo no dejaba de sonreír con la información adquirida.

— Tranquilo, querido, es normal, no tienes que avergonzarte. — Dijo la mujer. — El sexo es

normal en una relación. — Taehyung volvió a toser, suplicando que la tierra se lo trague.

— Mamá. — Jungkook la miró duramente.

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— ¿Entonces yo también puedo tener sexo? — El nuevo en ahogarse con su bebida fue
Chanyeol.

— ¡Tú no! — Los tres Alfas de la familia Jeon, hablaron en unión y Baek solo frunció el ceño.

— Eso no es justo. — Hizo un puchero cruzándose de brazos.

Después de que los dos chicos fueron atendidos por sus parejas, volvieron a dirigirse a sus
alimentos. La comida fue más tranquila, hubo temas triviales, donde el señor Jeon quedó
impresionado al darse cuenta que Taehyung sabía mucho más de empresas de lo que se
esperaba.

— Sí, en un mes me gradúo. — Comentó orgullo el Omega.

— Tienes mucho potencial, sin problema, podrías ser jefe de una empresa. — Lo halagó el
Alfa mayor.

— Muchas gracias... — El Omega se sonrojó con una linda sonrisa.

— Bueno, nosotros nos retiramos. — Habló Jungkook tomando la mano de su Omega.

— Con permiso. — Se despidió el menor, haciendo una corta reverencia. — La comida estuvo
muy rica, provecho.

Finalmente, la pareja salió de la casa. El Alfa se acercó al auto para abrir la puerta del
copiloto para ayudar a Tae a subir. Una vez dentro, cerró la puerta y él subió de su lado.

— ¿Ya piensas decirme a dónde vamos?

— Ya te dije que te lo dije antes del viaje, iremos a ver a alguien especial para mí. — Y con esas
palabras Jungkook comenzó a conducir.

El camino fue corto y silencioso, pero cómodo, como normalmente eran los viajes en el auto.
Cuando el auto se detuvo, Taehyung no dijo nada, simplemente bajó del auto, tomando la
mano de su Alfa, dejándose guiar por él.

Entraron a lo que parecía un cuarto lleno de fotos, flores y muchos objetos antiguos. El
Omega observó cada una con dedicación, en todas aparecía el mismo hombre, aunque en
algunas se podía notar más joven que en otras. En el fondo de la habitación, había una
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vitrina con una urna, bajo ella había un escrito: "Jeon DongWoo. Los restos de un buen
hombre, padre y abuelo." Los ojos de Taehyung miraron a Jungkook y comprendió todo.

— Él... — Respiró para que su voz no se quebrara. — Él quería conocerte, anhelaba mucho
saber quién me había devuelto la felicidad, por eso... Por eso quise traerte.

— Jungkook... — El corazón del menor se encogió al ver los ojos cristalinos de su Alfa, no
dudó en acercarse a él y tomarlo de las manos.

— Mi abuelo, aunque no era de sangre... Era la única persona en la que podía confiar... Me
conocía mejor que nadie. — El mayor trató de sonreír, al recordar los momentos con el viejo
Alfa. — Él me ayudó a controlar a mi lobo. Siento que sin él, yo... La verdad ni siquiera sé si
seguiría vivo...

Las lágrimas cayeron por su rostro, el azabache se estaba mostrando tal y como era a su
Omega. Jungkook seguía siendo un pequeño niño en el cuerpo de un hombre, pero no tuvo
miedo de mostrarse débil o vulnerable frente a Taehyung.

— El día que falleció, sentí que mi mundo se venía abajo... Tú ya no estabas y él se había ido...
Me sentí tan solo... — Taehyung no pudo evitar abrazarlo, sintiendo también unas ganas
inmensas de llorar.

— Aquí estoy contigo... — Le susurró el castaño abrazándolo para demostrarle que no estaba
sólo y que si quería llorar, lo podía hacer. — Aquí me tienes a tu lado...

— Yo podía escucharte llorar... — Confesó. — Decías mi nombre, tú me diste la fuerza para no

rendirme...

Las lágrimas de Taehyung escaparon de sus ojos, recordando todas esas noches que lloró
por su Alfa y despertaba gritando su nombre. No tenía ni idea de cómo Jungkook lo había
escuchado, pero estaba agradecido.

— No había podido venir aquí, esta es mi primera vez... No tenía el valor de venir aquí solo.
Además, yo le había prometido que te traería la próxima vez para que te conociera, lástima
que el tiempo no estuvo a nuestro favor. — Sonrió apenado. El castaño limpió el rastro de
lágrimas del azabache.
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— Gracias por traerme, sé que esto es importante para ti, y me alegra que lo hayas
compartido conmigo. Jungkook, te prometo que siempre me quedaré a tu lado, sin importar
nada, y no simplemente porque seas mi Alfa, realmente me he enamorado de ti. — Acarició
las largas hebras del mayor.

Sus labios se encontraron, dejando sentir el sabor salado en estos, el beso fue casto y lleno
de sentimiento, fue corto, pero perfecto, todo lo que ellos necesitaban en ese momento. Sus
labios se separaron y ambos se envolvieron entre sus brazos, quedándose así por un
momento.

No podrían decir cuánto tiempo se quedaron ahí, Jungkook le contó a Taehyung anécdotas
que compartió con su abuelo, por un momento ambos volvieron al auto y del maletero
sacaron un ramo de flores, el cual dejaron en un florero junto a la vitrina, hasta que
finalmente ambos volvieron a la casa de los Jeon.

Cuando llegaron, el cielo ya estaba oscuro. Después de tantas emociones, la pareja decidió
volver a la recámara. Tenían que descansar, ya que a la mañana siguiente ellos tendrían que
volver a Seúl.

Y así fue...

— ¿Realmente se tienen que ir? — La Alfa no quería que se vayan, realmente se están
empezando acostumbrar a que estuvieran en la casa.

— Jiwoo... — Su esposo la abrazó, dándole a entender que no debía de insistir.

— Mamá, no te preocupes, el mocoso aún se quedará con el poste. — Un golpe en su nuca, lo

hizo quejarse.

— Síguele, limón. Espera que vaya a Seúl, te haré la vida imposible. — Le advirtió su hermano
menor.

— Gracias por decirme, le diré a mis empleados que si ven una pulga, le nieguen el paso. —
Ambos hermanos comenzaron su disputa. Mientras, Taehyung se acercó a Chanyeol.

— ¿Cuándo vuelven a Seúl ustedes?

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— Aún no lo tenemos planeado, quiero que Baek pase un tiempo con sus padres, antes de
que nos tengamos que ir a Seúl. Ya sabes, dudo mucho que podamos viajar tan seguido. — El
Omega asintió comprensivo.

Observando como Jiwoo regaña a sus dos hijos por estar peleando mientras el señor Jeon
sonríe viendo la escena, Taehyung había notado que el hombre era muy reservado, todo lo
contrario a su esposa, eran como polos completamente opuestos, pero con el tiempo que
estuvo ahí, también fue consiente del amor que se tenían y lo fuerte que era su matrimonio.

— Taehyung, te espero en el auto. — Le informó su Alfa después de haberse despedido de su

familia, el menor asintió.

— Bueno, Chan, nos vemos. — Ambos se dieron un corto abrazo para no incomodar a
ninguna de sus parejas. — Espero verte pronto en Seúl, Baek. Tal vez podríamos salir con mis
amigos, si gustas.

— Sí, me encantaría. — Dijo feliz, antes de darle un abrazo al mayor.

Finalmente, Taehyung se encontró frente a los señores Jeon.

— Muchas gracias por permitirme quedarme en su casa. — Trató de hacer una reverencia,
pero los brazos de Jiwoo se lo impidieron.

— Gracias a ti, no tengo palabras para agradecerte todo lo que has hecho por mi hijo.

— Realmente, no hice nada. — Dijo algo sonrojado el Omega, y es que no mentía, no sentía
que hubiera hecho algo.

— Tu sola presencia le hace bien. — Esta vez habló el señor Jeon. — Sin duda, tú eras lo que
él necesitaba, y créeme que mi esposa y yo, te lo vamos agradecer toda la vida, Taehyung.

— Tae, querido, si realmente necesitas hablar con alguien y no sabes con quién, no dudes en
llamarme. Sé que no puedo ocupar el lugar de tu madre, pero sin duda puedes considerarme
una. Espero que podamos hablar de vez en cuando, y realmente me encantaría que vuelvan
a visitarnos. — Los ojos de Tae brillaron por las lágrimas.

— Muchas gracias... — La señora Jeon volvió a abrazar al joven castaño.

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— Y no olvides lo que te dije, espero que cuando vuelvan, vengan con un nieto. — Taehyung
no dudó en asentir, recordando la plática que tuvo con Jungkook sobre adoptar un niño.

Sin más, después de un par de abrazos más, el castaño subió al auto limpiando un par de
lágrimas mientras se despedía sacando su mano por la ventanilla.

— Tienes una muy linda familia.

— Me da gusto que al final te sintieras cómodo. — Jungkook posó su mano sobre el muslo del
menor.

— Gracias por haberme traído a conocerlos, realmente pude sentir un poco lo que es tener
una familia y fue realmente lindo. — Jungkook no pudo evitar sonreír ante el rostro
iluminado de su Omega.

A él también le había agradado volver a verlos y más que haya sido con la compañía de
Taehyung. Pero, aunque quisieran quedarse, ya habían estado mucho tiempo fuera y ya era
hora de volver a sus vidas en Seúl...

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por Srta_YoonTae

•La letra cursiva no es un recuerdo, es en presente•

Caminaba por el largo y frío pasillo junto a un Alfa que lo escoltaba hasta su destino.

— Oye, te vinieron a ver. — Habló el hombre. La mujer lo miró y frunció el ceño.

— No te conozco. — Dijo algo agresiva.

— Claro que no me conoces, es obvio que no me recuerdas, pero eso no es lo más importante
aquí. — Miró al Alfa para que los deje solos.

— Solo tiene 5 minutos. — Aclaró antes de alejarse.

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— Vengo a ofrecerte algo que seguro no te negarás.

— ¿Cómo estás tan seguro de eso? — La Omega se cruzó de brazos.

— Porque en primer lugar, te sacaré de esta ratonera y te ayudaré a vengarte de quienes te

metieron en este lugar. — La chica lo pensó unos segundos, sentía que conocía a ese hombre de
algún lado, pero no podía recordarlo.

— Bien, te escucho. — La sonrisa del Alfa no tardó en aparecer.

— Jungkook~ — Gimió el castaño al sentir los besos de su amado sobre su cuello. — Es muy
temprano para que empieces con tus juegos sexuales.

El viaje a Seúl fue un poco más tardado, ya que decidieron tomar un avión público para
volver y terminaron llegando en la tarde, por lo cual decidieron ir a comer a algún lugar
juntos para luego cada quien ir a su propia casa, pero Taehyung se llevó la sorpresa de que
en su ausencia habían cortado la luz de su apartamento, así que terminó quedándose a
dormir en casa del mayor.

— La culpa es tuya por tentarme. — Le susurró aprensando entre sus dientes el lóbulo de su
oreja.

— Me dijiste que si veníamos a tu casa sería para dormir. — Le recordó.

— Pero ya dormimos. Además, en el lago te dije que cuando volviéramos, no te librarías de

mí.

Las palabras del Alfa resonaron en la cabeza del menor, y no pudo evitar morder su labio
inferior, al sentir cómo la mano de Jungkook se adentraba por debajo de su camiseta.

— Sé que también lo quieres. — Su pulgar e índice pellizcaron suavemente el botón marrón

del menor, haciéndolo jadear.

La piel de Taehyung se erizó ante tal acción, aún era muy temprano y su cuerpo a esa hora
era muy sumiso, y el mayor lo sabía.
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— N-no es verdad... — Echó su cabeza hacia atrás, disfrutando de cada tacto.

La otra mano de Jungkook no perdió el tiempo, adentrándose en la ropa interior de

Taehyung, envolviendo su falo para dar leves caricias con su pulgar sobre el glande.

— Mgh~ — Tragó grueso, sintiéndose sumiso del placer.

El azabache no perdió el tiempo, comenzando a masturbar a su Omega, los jadeos no se

hicieron esperar. El menor arqueaba la espalda, apegándose a su Alfa, dejándose envolver
por el exquisito olor a Café, Pino de bosques y Galletas que tanto le encantaba.

Los ágiles movimientos del mayor, estimulaban al Omega, sintiéndose cada vez más sensible
y cerca de su límite.

— Aah~ J-Jung-kook... — Mordió su labio, al sentir cómo el nombrado pellizcaba su pezón

para continuar con el otro.

La oleada de placer no tardó en llegar. Jungkook era un experto y conocía muy bien el
cuerpo del castaño, mucho más que este mismo. Por eso, cuando estuvo a punto de llegar a
su límite, cesó sus movimientos.

— J-Jungkook... ¿Qué haces? — Su respiración era entrecortada. — No pares...

— Creí que habías dicho que no querías. — Sonrió de lado el azabache.

— Jungkook... Por favor~ — Suplicó, se sentía frustrado. Realmente, quería que lo siguiera
tocando. — Hazlo...

— ¿Qué quieres que haga? — Quería jugar un poco con la estabilidad del castaño, antes de
darle lo que ambos querían.

— Tócame... Hazme tuyo... — Pidió.

— Claro que lo haré. — Susurró, antes de apartarse del menor.

Con agilidad, se colocó frente a Taehyung, retirando la larga camiseta, dejando expuesto el
pecho acaramelado del Omega, inclinándose para depositar unos cuantos besos húmedos
sobre este, antes de levantarse de la cama.

— Quédate aquí, ahora vuelvo.

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El pecho del castaño subía y bajaba debido a la excitación del momento. Realmente, estaba
algo impaciente, por lo que introdujo su mano dentro de su ropa interior para acariciarse un
poco para aliviar las ganas que tenía.

Cuando Jungkook volvió, no iba a negar lo placentera que era la imagen de su Omega
tocándose mientras repetía su nombre en voz baja, pero él no le había dado permiso de
tocarse.

— Muy bien, joven Kim, veo que es una persona impaciente. — La voz del azabache
sorprendió un poco a Taehyung, haciendo retirar su mano de su ropa. — Me veo en la
obligación de darle un castigo.

Taehyung tragó grueso ante las palabras de su Alfa, pero tampoco iba a negar que también le
llenaban de placer y curiosidad.

El Alfa volvió a su lugar en la cama, tomando las esposas que había traído, colocándolas en
las muñecas del menor.

— ¿Vas a azotarme? — Preguntó disimulando el gusto.

— Tal vez lo haga. — Besó sus labios con pasión, provocando el dulce roce de sus lenguas. —
Pero creo que para ti eso es más un premio que un castigo.

Alzó los brazos de Taehyung, enganchando las esposas a la cabecera de la cama. Sus ojos
llenos de lujuria, se encontraron, le encantaba la mirada que su Omega le otorgaba.

La boca de Jungkook fue recorriendo el cuerpo del castaño, dejando marcas de besos y
mordiscos que hacían jadear de dolor y placer a su chico.

Cuando finalmente llegó al borde de la única prenda que cubría al Omega, tiró de esta,
dejando completamente expuesto el bello cuerpo acaramelado.

— Nunca me cansaré de verte. — Halagó, rozando sus dedos por los muslos del menor, sin
saber que ese simple tacto, lo había hecho estremecer por completo.

Jungkook tomó la pierna izquierda del menor, alzándola, pero al mismo tiempo, provocando
que este se colocará de costado. Con su dedo, acarició la entrada rosada y lubricada del
Omega, escuchándolo suspirar.
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— Jungkook~ — Gimió. — No me hagas esperar más... — Suplicó sediento de su Alfa.

El nombrado sonrió bajando su única prenda, dejando su ya pene erecto, el cual acarició
para lubricarlo con el presemen, las venas se marcaban y comenzaba a tener un dolor
punzante, así que esta vez no decidió usar los dedos e ir directamente a lo que ambos tanto
querían.

Taehyung, aún con su pierna pegada a su cadera, jadeó, al sentir el falo de su Alfa en su
entrada a punto de abrirse camino dentro de él. Su rostro hizo una muñeca de dolor, al sentir
el dolor punzante en su entrada. Aún no estaba completamente aliviado de la noche en la
casa de campo en Tailandia, pero no iba a negar que se sentía bien volver a tener al
azabache dentro de él.

— Agh~ — Volvió a gemir mordiendo su labio, sintiendo las lágrimas traicionarlo.

— Si necesitas que pare, aún puedes usar la palabra de seguridad. — Aclaró el mayor,
deteniéndose, al ver las lágrimas adornar el rostro de su pequeño Omega.

— Estoy bien... — Trató de sonreír. — Nunca la he necesitado... y te aseguro que hoy no será
el día que la use... — Esta vez el que sonrió fue el Alfa, antes de continuar abriéndose camino
entre las paredes del castaño.

Al estar completamente dentro de él, Taehyung soltó un suspiro profundo, aferrándose a las
almohadas mientras el mayor comenzaba con suaves movimientos circulares, ayudando al
Omega a aliviar el dolor.

— Mgh... — Hizo una mueca respirando profundo. Realmente, sentía como si nuevamente
perdiera la virginidad. — Ya... E-estoy listo... — Cerró los ojos para poder controlar su
respiración.

El Alfa se inclinó dejando un casto beso sobre la mejilla de su Omega, antes de volverse a
incorporar y colocar la pierna del menor sobre la otra, ejerciendo una presión, provocando
que su pene se sintiera apretado dentro de este.

— Ah~ — Jadeó el Alfa, sintiéndose en el mismísimo cielo, las paredes del castaño lo
succionaban de forma exquisita.
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Jungkook permaneció de esa forma unos segundos, antes de comenzar con unas suaves
embestidas, que cada vez iban tomando más intensidad conforme Taehyung gemía más
alto.

Los sonidos obscenos no se hicieron esperar, con cada embestida, el chapoteo era más
intenso, al igual que el fuerte choque de sus pieles. Sin previo aviso, la mano del Alfa azotó el
trasero del castaño, haciéndolo brincar y jadear, su respiración era agitada.

Nuevamente, otro azote se hizo presente, aumentando el color carmesí que había deja en el
glúteo de Taehyung.

— Ah~ — Las lágrimas del menor volvieron a escapar. Era tanto el dolor y placer que estaba
sintiendo, que no se podía controlar. — J-Jungkook... Azótame. — Suplicó mirándolo.

Ver el rostro del omega, su Omega, suplicando por más, lo llenaba de placer, sobre todo ver
las lágrimas acumuladas en sus bellos ojos marrones. Sin pensarlo, volvió a azotarlo
mientras continuaba embistiéndolo.

— J-Jungkook... Ah~ — Jadeó fuerte, estaba cerca de llegar a su límite. Sin duda, ser azotado,
lo había estimulado más rápido. — Estoy apunto...

El nombrado se inclinó hacia enfrente, soltando las esposas de la cabecera para colocar al
castaño sobre su regazo, sin salir aún de él. Taehyung echó su cabeza hacia atrás, arqueando
su espalda, al sentir cómo era penetrado más afondo, haciéndolo gritar, al punto de que su
garganta ardiera, haciendo así que se descargara por completo sobre sus piernas.

Pero las embestidas no terminaron ahí, el Omega lloriqueaba con cada una, sintiendo que
era perforado por dentro, obligándolo a sobre estimularse.

— D-detente... — Los gemido eran fuertes y escandalosos, pero al estar solos, eso era lo de
menos. — ¡Duele!... D-duele mucho...

— Vamos, amor, córrete de nuevo para mí. — Jadeó quedito el Alfa, pero el menor
simplemente negó con sus notorias lágrimas.

— N-no puedo... — Lloriqueó nuevamente.

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— Yo sé que sí puedes... — Esta vez, Jungkook lo tomó por su falo para darle aún más
estimulación, lo masturbaba ágilmente. — Corrámonos juntos... — Alentó.

Hasta que finalmente sucedió, y Taehyung lo hizo, sobrepasando sus límites. Ambos se
habían corrido, pero el Omega no pudo evitar volver a soltar un grito desgarrado, al sentir el
nudo de su Alfa formarse en su interior.

La cabeza de Taehyung cayó sobre el hombro del azabache, unas cuantas lágrimas aún
bajaban por sus mejillas mientras su respiración era apnea. Sentía que su corazón terminaría
explotando y sus piernas no dejaban de temblar.

En cambio, Jungkook acunó entre sus brazos al menor mientras depositaba besos, sobre
todo en su rostro, sintiendo sus labios algo salados por las lágrimas del castaño.

Ambos permanecieron en esa posición, hasta que el nudo se deshizo, dejando a Taehyung
inconsciente por el sobreesfuerzo de la estimulación. Sin más, Jungkook cubrió a los dos con
una sábana, antes de abrazar por la cintura a su Omega y dejar un par de caricias y besos
sobre su piel.

Nuevamente, se encontraban de camino al ginecólogo, más que para una revisión médica,
era para saber sobre los análisis de sangre que le habían hecho al Beta.

Sehun estaba más que nervioso. Fue extraño para él, el hecho de que el doctor Choi quisiera
hacerle un examen de sangre. él siempre había sido una persona sana y solo había estado
con una Beta, antes que su querido Luhan.

Finalmente, llegaron al hospital y se acercaron a recepción, donde se encontraba una

enfermera.

— Buenos días, tenemos una cita con el doctor Choi. — La joven le regaló una sonrisa a la
pareja, antes de asentir y tomar el teléfono.

Unos segundos después, esta dejó el teléfono en su lugar para volver con la pareja.

— Adelante, los está esperando. — Ambos le agradecieron, antes de retomar su camino al

consultorio.
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Al estar frente a la puerta, el mayor dio unos leves toques y procedieron a entrar al escuchar
un "Adelante" del otro lado.

— Buenos días. — Les regaló una sonrisa el doctor. — Tomen asiento, tengo que hablar con
ustedes. — La pareja se sentó frente al escritorio, dando los buenos días. — Realmente,
ustedes son la pareja que más me ha hecho investigar. Siento que en todos mis años de
estudio, no aprendí casi nada.

— Eso es bueno o malo. — Habló el Omega.

— Oh, eso depende de cómo tomen la noticia. — Inconscientemente, Sehun dio un leve
apretón a la mano de su Omega. — Los estudios de Sehun me llegaron hace tres días, pero
les hablé apenas ayer, porque quería tener toda la información, antes de darles cualquier
tipo de análisis.

El Dr. Choi tomó un folder color verde, del cual sacó un par de papeles.Tanto Luhan como
Sehun estaban nerviosos, por lo que sea que llevaran esos estudios.

— Al principio fue confuso, pero recordé todo lo que habíamos hablado a lo largo de nuestras
consultas, los caminos que habían tenido. Primero que nada, había sido el embarazo, pero
después me comentaron que Luhan sentía tu aroma, y luego en la última consulta el lobo de
Sehun había reaccionado debido a que toqué a Luhan.

— No entiendo, ¿A qué quiere llegar? — Frunció el ceño confundido el joven Beta.

— Llegué a la conclusión que realmente había una posibilidad que no fueras cien por ciento
Beta. — Las palabras hicieron eco en la cabeza del castaño oscuro, dejándolo en shock.

— Pero eso es imposible. — Habló el azabache. — Sehun es un Beta, mi Beta.

— Físicamente y para el mundo, es un Beta, pero para tu lobo no lo es. — Luhan frunció el
ceño aún más. — Tu lobo creó un vínculo con el de Sehun tan fuerte que, aunque él sea un
Beta, incluso puede marcarte y tu lobo lo aceptaría como si fuera un Alfa.

— ¿Qué?— Por primera vez el Beta volvió a decir algo.

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— Hay un caso en Londres de un Beta que se "volvió" Omega. Su lobo también formó un
vínculo tan fuerte con el del Alfa que era su pareja, y por esa razón, digamos que su lobo
había "cambiado". — La pareja estaba en trance, no entendía nada.

— Pero... Él es un Beta. — Luhan se aferraba a que lo que el doctor decía, era mentira.

— Claro que lo es. Pero como dije, solo para el resto. Sehun sigue siendo el mismo, me refiero
físicamente, ya que él no puede anudarte como lo haría un Alfa, pero en cambio podría
marcarte, solo que tendría que renovar la marca cada determinado tiempo.

Cuando la consulta terminó, la pareja volvió a su auto, ninguno decía nada. Había sido
demasiada información para ellos.

Luhan era el que más afectado estaba y eso era debido al embarazo y sus malditas
hormonas. En cambio, Sehun no sabía cómo reaccionar ante descubrir que su lobo podría
ser un "Alfa" para su Omega.

De pronto, un sollozo se hizo presente, interrumpiendo el silencio. El mayor miró a su novio,

quien cubría su rostro, el castaño oscuro no dudó en atraerlo a sus brazos.

— No llores, Luhan, estoy bien. — Lo consoló, acariciando su espalda.

— Yo sé que lo estás... — Limpió su rostro, pero las lágrimas volvieron a hacer presencia.

— ¿Entonces por qué lloras? — Acarició sus mejillas con sus pulgares, retirando un par de
lágrimas.

— ¡Son las estúpidas hormonas! — Volvió a llorar, haciendo un puchero. — Realmente, no me

importa que seas, pero me gustaba que seas mi Beta. — Sehun miró sus ojos cristalizados.

— Oye, siempre voy a ser tu Beta, solo que ahora soy un Beta con dotes únicos. — Luhan cesó
su llanto mirando nuevamente a su pareja.

— ¿En serio? — Sorbió su nariz. — Entonces, mi Beta es aún más especial. — El mayor sonrió,
dejando un dulce beso sobre el abultado labio de su Omega. — ¿Y tendré una bella marca de
mi Beta?

— Claro que sí, te daré todo lo que quieras.

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— ¿En serio? — El Beta asintió. — Entonces, ¿Podemos ir a la pastelería que está cerca de la
casa? — La ilusión en los ojos del azabache, hicieron reír al mayor.

Sin duda, ambos eran un caso especial y eso era lo que hacía su amor tan genuino.

Una semana había pasado desde que habían vuelto a Seúl, y vaya que había sido una
semana intensa para la pareja, ya que Jungkook había cumplido su promesa de no dejar salir
a Taehyung una semana.

El castaño estaba sentado tras su escritorio, porque sí, en su tiempo en Tailandia, el Alfa
había mandado a colocar un escritorio más en su oficina para que este fuera utilizado por el
menor, ya que ahora que Evans era trabajador y socio del Magnate, no iba a dejar que se
acercara a su Omega.

Taehyung mordía la parte trasera de su lápiz mirando a su apuesto Alfa, que trabajaba
revisando un par de documentos a unos cuantos metros de él. El menor ya había terminado
su trabajo, por lo cual solo estaba esperando a que el azabache también lo haga.

Su mente divagaba en el recuerdo de sus cuerpos desnudos sobre la cama del mayor, en
cómo se aferraba a las sábanas y, literal, mordía la almohada, ahogando sus gritos y
gemidos. Era como si aún pudiera sentir las manos de su Alfa sobre su cuerpo.

De pronto, su móvil sonó, sacándolo de su ensoñación. En la pantalla se podía ver el nombre

de quién lo llamaba "Hobi Hyung", una sonrisa se instaló en su rostro tomando la llamada.

— Hola, Hobi. — El azabache alzó la cabeza mirando a su Omega.

Hobi Hyung: Hola, TaeTae, ¿Cómo has estado? Supe que ya volviste a Seúl.

— Muy bien. Perdón, dije que te avisaría cuando volviera, la verdad estuve muy ocupado esta
primera semana desde que volví. — Sus ojos se encontraron con los de Jungkook, quien le
sonrió de forma coqueta, por lo que tuvo que desviar la mirada.

Hobi Hyung: Me imagino, pero tengo que contarte algo sobre la chica de la que te hablé. La
volví a ver, pero actuó muy extraño. ¿Podríamos vernos para hablar?
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— Claro. — Miró la hora en el reloj de pared para luego mirar al azabache, que había
retomado su trabajo. — ¿Te parece ahorita? Ya terminé de trabajar y a Jungkook todavía le
queda una hora, puedes venir por mí y vamos a la cafetería que está aquí cerca de la
empresa, ¿Te parece bien?

Hobi Hyung: Me parece perfecto, estoy cerca de la empresa Jeon, así que nos vemos en un
rato.

— Está bien. — Con una sonrisa, el castaño colgó la llamada para encontrarse nuevamente
con la mirada de su Alfa. — ¿Por qué me ves así?

— ¿Van a salir? — Preguntó alzando una ceja.

— Sí, le prometí vernos cuando volviera a Seúl. — Se levantó de su lugar para caminar hasta
el escritorio del mayor. — Iremos a la cafetería de aquí cerca. Cuando termines de trabajar,
puedes pasar por mí y me llevas a mi casa.

— Tae, ¿Has pensado lo que te dije hace unas noches?

— ¿Sobre que tengo un culo de ensueño?

— Tae. — El nombrado no pudo evitar reír. — En verdad me gustaría que te fueras a vivir
conmigo. — Lo tomó de las manos.

— Jungkook... ¿No crees que es muy pronto? Apenas tenemos un mes desde que
comenzamos a estar juntos.

— Yo lo sé, pero de todas formas pasas la mayoría de las noches en mi casa. — El azabache se
levantó, rodeando su escritorio para acercarse al menor. — Además, creo que será bueno
para tu lobo sentir al mío aún más.

Taehyung mordió su labio pensando en las palabras del mayor, hasta cierto punto, tenía
razón. Aunque su lobo aún no regresaba, no iba a negar que hay momentos en los que lo
llegaba a sentir y eso le daba cada vez más esperanza de que este despertara.

— Lo voy a pensar. — Jungkook no pudo esconder su sonrisa para después tomar el rostro
del Omega y plantarle un fugaz beso en sus labios, haciéndolo reír.
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Unos toques en la puerta se hicieron presentes, llamando la atención de la pareja. El

Magnate autorizó para que la persona pasara, dejando ver la castaña cabellera de Yerim.

— Señor Jeon, el licenciado Joon lo necesita para la firma de unos documentos. Buenas
tardes, Taehyung. — El Omega le regaló una sonrisa a su amiga.

— Muy bien, voy enseguida. — La chica asintió, antes de retirarse. — Debo ir. — Avisó el
mayor a su Omega.

— Descuida, yo también ya debo irme, Hobi debe estar a punto de llegar. — Jungkook asintió
fingiendo no tener celos de que su Omega saliera con ese Alfa, sabía que ellos dos tenían una
gran amistad y que eran como hermanos, pero eso no quitaba que su lobo sintiera celos.

— Muy bien. — Dejó otro beso sobre los labios del castaño, antes de dirigirse a la puerta,
dejándolo solo.

Taehyung soltó un suspiro, estirando un poco su cuerpo, que aún le está cobrando la
semana intensa que había tenido con el mayor. Miró nuevamente el reloj y decidió ir al baño,
antes de que Hoseok llegara por él.

El sonido de los tacones, hacía eco con cada paso que daba la mujer por los pasillos. Esa era
su quinta vez yendo a la empresa y aún no conseguía el propósito por el que iba: hablar con
Jeon Jungkook.

— Buenas tardes, espero que hoy si se encuentre el señor Jeon. — Yerim alzó la vista,
encontrándose con la joven azabache que llevaba días preguntando por su jefe.

— Buenas tardes, él sí se encuentra en la empresa, solo que está viendo unos asuntos. Si
gusta, puede sentarse a esperar a que vuelva. — Le mostró unos sillones, por lo cual la mujer
la volvió a mirar.

— ¿No puedo esperarlo dentro de su oficina? — Aunque la voz de la chica era suave, se sentía
imponente, sin duda, toda ella gritaba ser una Alfa.

— Me temo que no, tiene que esperarlo aquí.

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— Está bien. — Dijo resignada la chica, tomando asiento, donde la Beta le había indicado.

Justo cuando la Alfa se había sentado, el teléfono de la secretaria sonó, la joven al instante
respondió para que unos segundos después hiciera un sonido de afirmación, antes de cortar
la llamada.

— Señorita, vuelvo en un momento. Le digo que el señor Jeon está por venir, cuando llegue,
puede hablar con él. — La azabache asintió con una sonrisa.

Cuando la joven Beta desapareció entre las puertas del ascensor, la azabache se puso
nuevamente de pie, dirigiéndose a la gran puerta de caoba, y sin aviso, entró a la gran
oficina, sintiendo el fuerte aroma del dueño. Su lobo se removió dentro suyo de felicidad,
finalmente volvería a ver a su Alfa.

La chica contemplaba la oficina con una sonrisa nostálgica, pero la puerta llamó su atención,
haciéndola voltear.

— Jungkook. — El nombrado no pudo evitar sorprenderse, cuando se percató de quién

estaba frente a él.

— ¿Lisa? ¿Qué haces aquí? — Su ceño se frunció. Sí, era verdad que había perdonado a la
chica después de confesarle toda la verdad, entendía que ella había sido impulsiva y egoísta
debido a su lobo, pero no esperaba verla ahí.

— Jungkook, yo... — La Alfa jugó con sus dedos, bajando la mirada. — Necesitaba hablar
contigo, por eso he venido a verte, pero cada vez que venía, tu secretaria me decía que
estabas de viaje.

— Así es, fui a ver a mis padres. — La joven alzó el rostro sorprendida.

— Si hubiera sabido que estabas en Tailandia, hubiera regresado, pero tu secretaria no me

quiso decir a dónde habías ido.

— Lo lógico. ¿Por qué estás aquí? — Jungkook caminó hasta quedar frente a su escritorio,
apoyándose sobre él, cruzándose de brazos.

— Jungkook... Estoy embarazada de un hijo tuyo. — Era como si un balde de agua helada
cayera sobre el Alfa.
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— Eso es imposible... Ese hijo no puede ser mío, tú y yo...

— Recuerdas esa noche hace casi cuatro meses, la noche que bebiste demasiado. Esa noche,
la pasamos juntos.

Las escenas de esa noche vuelven a su mente, donde él bebía desconsolado por el rechazo
de Taehyung hacia él. Los recuerdos eran borrosos. Estaba tan ebrio, que no recordaba casi
nada, después de que Lisa lo ayudara a ir a su habitación.

— No recuerdo claramente, pero estoy seguro que esa noche no pasó nada. — Habló firme,
tratando de convencerse a sí mismo. — Ese hijo no puede ser mío.

— ¿Cómo puedes decir eso? — Sus ojos se tornaron rojos vivo. — No puedes dejarme sola. ¡Es
tu hijo!

El sonido de una puerta se hizo presente en la oficina, llamando la atención de ambos Alfas.
Taehyung había estado todo ese tiempo escuchando todo desde el cuarto de baño, pero no
había tenido el valor de salir, hasta ese momento.

— Taehyung... — Susurró. El mundo del Alfa se le cayó en el momento que vio al menor
parado a unos metros de distancia. — Deja que te explique. — Trató de acercarse, pero el
castaño lo detuvo.

— Cállate. — Cerró los ojos para respirar profundo.

— ¿Quién eres? — Los ojos de la chica continuaban en ese tono rojo, mostrando la presencia
de su Alfa.

— Kim Taehyung, Su Omega. — Ambos se miraban con intensidad, y aunque la Alfa era
imponente, Taehyung no se dejó intimidar y caminó hacia ella.

— Si has estado todo este tiempo en el baño, me imagino que escuchaste que estoy
esperando un hijo de mi Alfa.

— Lisa... — Jungkook trató de intervenir, pero el castaño se lo negó.

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— Guarda silencio. Si tú no supiste ponerla en su lugar, ahora lo haré yo. — El Omega está
realmente molesto y sus ojos parpadeaban de azul a marrón. — Deja de decir que es TU Alfa,
porque es MÍO. Lo apartaste de mí una vez y no voy a dejar que lo vuelvas a hacer.

— Tienes demasiadas agallas para ser un simple Omega. — Rió la Alfa. — Pero déjame decirte
una cosa, dentro de mí está creciendo un cachorro y Jungkook es el padre, así que tiene que
hacerse cargo.

— Nada me dice que ese hijo es de mi Alfa.

— ¿Insinúas que miento? — La chica se estaba realmente enojando.

— No sería la primera vez, hace un año te creí y créeme que pagué las consecuencias.

— Cómo te atreves. — La chica avanzó al Omega, pero justo antes de que la azabache
pudiera hacer algo, la puerta de la oficina fue abierta, dejando ver una cabellera roja.

El rostro de la chica cambió por completo, apagando sus ojos rojos, dejando unos color
avellana. Por unos segundos la oficina permaneció en silencio.

— ¿Lisa? — Las palabras salieron de la boca del pelirrojo, captando la atención del único
Omega en la oficina.

De pronto, ahora todo tenía sentido, todos los hilos comenzaban a conectarse. El viaje a
Tailandia, la chica que conoció su amigo. Hoseok nunca le mencionó el rango de ella, pero
Taehyung todo ese tiempo creyó que había sido una Omega, pero ahora se daba cuenta de lo
equivocado que estaba. Sus ojos volvieron a posarse en la chica y esta vez, su rostro tenía
una sonrisa.

— Lo malo de mentir, es que la verdad siempre termina saliendo a la luz. — Lisa lo miró con
algo de miedo. — ¿Se lo dices tú o se lo digo yo?

No hacía falta que dijera nada más. Al igual que a Taehyung, todo fue más claro para
Jungkook, realmente Lisa nuevamente le había mentido.

— ¿Qué está pasando aquí? — Hoseok no comprendía nada. — Taehyung... ¿Tú ya conocías a
Lisa?
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— Vamos, Lisa, diles quién es el padre de tu cachorro.

— ¿Cachorro? ¿Lisa, estás en estado? — La azabache no sabía ni qué decir. Se sentía sola,
más porque su lobo se había escondido, al notar la presencia del pelirrojo. — Lisa, responde,
¿Ese hijo es mío?

Sabía que no podía seguir mintiendo, se sentía sofocada y lo único que pudo hacer fue salir
corriendo de aquella oficina, con el Alfa pelirrojo yendo tras ella.

Jungkook y Taehyung se habían quedado completamente solos, los ojos de Taehyung

habían parado de parpadear, volviendo a su bello tono marrón.

— Tae, yo te juro que no me acosté con ella esa noche. — No importaba que ya se supiera
que el hijo no era de él, tenía que decirle a Taehyung que desde que lo conoció, no ha estado
con nadie más que con él.

— Yo lo sé. — Respiró profundo. — Te dije que confío en ti. Por eso, cuando dijiste que ese
hijo no era tuyo, te creí. — Acarició su rostro. — La noche que dije que te amaba, me prometí
a mí mismo que sería una persona egoísta y no iba a permitir que nadie más que nosotros,
nos aparte. — Ambos juntaron sus frentes.

— Cada día me impresionas más, por un momento creí que te había vuelto a perder. — Se
aferró más a su cintura.

— La única forma para que yo me vaya, será porque tú me lo pidas.

— Jamás.

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El pelirrojo corrió tras la chica, hasta que logró alcanzarla y tomarla del brazo, obligándola a
detenerse. Los ojos de la Alfa estaban rojos, estaba a nada de llorar.

— Lisa, merezco una explicación. — Aunque el agarre que ejercía el Alfa sobre la azabache no
era muy fuerte, era suficiente para que esta no saliera huyendo. — ¿Cuántos meses tienes? —
La Alfa bajó la mirada.

— Tres y medio... — Hoseok no lo podía creer.

— Es mío, ¿No es cierto? ¡Contesta, Lisa!

— ¡Sí! Es tuyo. — Sin poderlo soportar más, las lágrimas bajaron por sus mejillas.

— ¿Y cuándo pensabas decirme?

— Yo no... — Volvió a bajar la mirada.

— No lo puedo creer. — Hoseok realmente se sentía herido. — Por eso huiste de mí ese día
que coincidimos en esa cafetería.

— Lo siento, ¿Está bien? — Volvió a llorar desconsolada. — Estaba asustada, no sabía qué
hacer, no te conozco casi nada y enterarme que estaba embarazada... — Cubrió su rostro con
sus manos. — Quería abortar, pero cuando lo iba a hacer, el doctor me dijo que había un alto
riesgo de que no volviera a quedar en estado.

— ¿Y por eso viniste aquí diciendo que MI hijo es de Jungkook? — El Alfa no era tonto, si
Taehyung estaba tan enojado, era porque tenía que ver con Jungkook.

— Yo... Acepto mi error. — Bajó la cabeza. — Pero esto no fue idea mía.

— ¿De qué hablas?

— Mi lobo está enamorado de Jungkook, él dijo que con esto nos iba a querer, pero hoy vi
con mis propios ojos que Jungkook realmente ama a ese Omega.

Hoseok sabía que los Alfas puros solían tener problemas con sus lobos, ya que suelen ser
muy territoriales, y lo decía por experiencia propia. Al principio, cuando se presentó, su lobo
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tomaba control de él, hasta que por fin aprendió a controlarlo, porque cuando eras un Alfa
puro, o tú controlas a tu lobo o él te controla a ti.

Al mirar nuevamente a Lisa, era como ver una niña que realmente se veía afectada. La
verdad, Hoseok quería creer que la chica era la misma que conoció meses atrás en aquel bar
de Tailandia.

— A mí realmente me gustas. — Habló el pelirrojo llamando la atención de la chica. — Pero

me siento decepcionado con lo de hoy. — La azabache bajó nuevamente la cabeza.

— Lo siento...

— No es conmigo con quien tienes que disculparte. — El Alfa suspiró soltando el brazo de
Lisa. — Tienes que aprender a decirle a tu lobo quién manda. Si tú aceptas, te puedo ayudar.
— La Alfa lo miró con ilusión, pero su lobo gruñó odiando las palabras de aquel chico.

La verdad era que ella sí había sentido atracción por aquel Alfa y cómo no, si era realmente
apuesto, pero ella no creyó que terminaría embarazada, se asustó tanto, por eso había
aceptado la propuesta de su lobo, porque tampoco iba a mentir, seguía teniendo fuertes
sentimientos por Jungkook.

Él fue su primer amor, el hombre al que se entregó por primera vez, con el único que había
estado hasta que conoció al pelirrojo en aquel bar. Ese día se sintió bien, cómoda, Hoseok la
hizo sentir de alguna forma querida.

La confesión de Hoseok sobre que gustaba de ella, le hizo pensar que tal vez alguien sí podía
quererla a ella por lo que era. Estaba claro que había hecho las cosas mal, ya no quería seguir
dependiendo de un amor no correspondido por culpa de su lobo.

— Sí, Hoseok, acepto tu ayuda.

El Omega azabache caminaba por los largos pasillos del supermercado, con su cachorro a un
lado, dando pequeño saltitos y aplausos mientras Jimin empujaba el carrito.

— Papi, me compras chocolate. — Batió sus pestañitas.

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— La semana pasada te compré golosinas. — Le recordó su padre, a lo que el menor hizo un

puchero.

— Por favor. — Alargó su "O". — Solo uno. — Alzó su dedito mostrándoselo al Omega.

El pequeño era consciente de su encanto y ternura, sabía que si insistía un poco más, su
padre terminaría aceptando.

— Aww, qué tierno. — Sonrió el rubio. — Con esa carita yo le compraría todos los chocolates
del mundo.

— Claro, porque no es tu hijo y no tendrás que aguantarlo cuando el chocolate haga efecto
en su organismo.

— Cuando este pequeño nazca, no creo poder negarle nada. — Jimin acarició su vientre ya
notorio.

Ya que tenía 4 meses recién cumplidos, el rubio realmente no podía ver la hora de ver a su
pequeño cachorro y tenerlo entre sus brazos, realmente lo deseaba, solo tenía que esperar
dos meses más.

— Créeme, yo era igual que tú, pero cuando te vuelves padre, las cosas cambian y sabes
cuándo decir no y sí. — SeokJin miró a su pequeño cachorro que permanecía con su labio
inferior abultado y no pudo evitar soltar un suspiro. — Solo uno, Joonie, pero toma otro para
Jennie.

El cachorro cambió su cara en un dos por tres para después aplaudir feliz y correr al área de
dulces que estaba al lado en el pasillo vecino.

SeokJoon miró todos los dulces y finalmente escogió dos, uno para él y otro para Jennie.
Cuando estuvo a punto de volver con su padre y tío Chimy, accidentalmente chocó con
alguien, haciéndolo perder el equilibrio y con la misma caer al piso.
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— ¿Estás bien? — El hombre se agachó para ayudar al cachorro a ponerse de pie. — ¿No te
lastimaste? — El menor negó, pero el extraño frunció el ceño. — Podría jurar que te pareces...

— Joonie, cariño, ¿Ya has escogido tu chocolate? — Todo se paralizó en ese momento. Todos
los recuerdos aparecían como bucle en la mente de SeokJin y su piel no pudo evitar erizarse
cuando aquel hombre le sonrió. — Sukjung...

— Vaya, vaya, Kim SeokJin, tanto tiempo.

— SeokJoon, ven aquí. — Lo llamó el Omega. El pequeño no entendía nada, pero por el
aroma de su padre, no parecía nada bueno, por lo que corrió hacia él, abrazando una de sus
piernas.

— ¿Es tuyo? Bueno, realmente no sé por qué pregunto cuando es obvio. — El Alfa dio unos
pasos acercándose. — ¿Y tu Alfa?

SeokJin retrocedió, su lobo temblaba llamando a su Alfa.

— ¿No tienes? Creí que habías aprendido la lección y no tenías que abrirte tan fácil de
piernas.

SeokJin sentía tanta impotencia, quería gritarle, golpearlo, pero su cuerpo simplemente no
respondía y su lobo no podía evitar sentirse solo y desprotegido, quería a su Alfa. Estar frente
a ese hombre, lo estaba haciendo revivir todo su pasado.

— ¿Y él sí tiene padre? O como siempre volviste a caer en la mentira de que alguien puede
amarte. — Cuando este trató de acercarse más, SeokJoon no pudo evitar colocarse frente a
su padre y gruñirle al extraño.

Podía ser un pequeño cachorro, pero su instinto lo hizo querer proteger a su papá SeokJin,
como su papá NamJoon se lo decía siempre.
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— Tiene carácter el pequeño. — Rió al ver cómo este mostraba sus dientitos de leche. — Está
claro que no lo sacó de ti.

De pronto, como si Jimin fuera un ángel, apareció frunciendo el ceño por el tan pesado y
tenso ambiente que había en ese pasillo.

— SeokJin, ¿Nos vamos? — El nombrado pareció a ver vuelto a la realidad, y lo único que
pudo hacer, fue tomar a su cachorro en brazos y salir corriendo de ahí.

Jimin no entendía nada, pero no pudo evitar mirar de mala manera a ese hombre, antes de ir
tras SeokJin, ¿Quién era ese hombre? Se preguntó el rubio.

Una vez estuvieron en el auto, un silencio se instaló. Las manos de SeokJin temblaban, lo
cual no pasó desapercibido para el rubio a su costado.

— Si gustas, puedo manejar.

— No, estoy bien. — El mayor trató de sonreír encendiendo el auto para después ponerlo en
marcha.

— SeokJin, ¿Qué pasó en el pasillo? ¿Quién era ese hombre? — El nombrado apretó los labios
negando.

— Tío Chimy, ese hombre malo dijo cosas feas a mi papi. — Ante las palabras del cachorro,
Jimin frunció el ceño.

— ¿Qué te dijo, SeokJin? — Insistió.

— Era él. — Apretó el volante. — El hombre que arruinó mi vida. — Sintió sus ojos picar, pero
se negó a derramar una lágrima.

Jimin lo pensó un momento, hasta que por fin las palabras fueron claras, SeokJin le había
contado a él y a Taehyung sobre ese hombre.
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— ¿Era él? — Espetó enojado el menor. — Ese hijo de perra, si lo hubiera sabido, ¡Agh!

— Olvídalo, ya no importa.

Era mentira, claro que le importaba a SeokJin. Creyó que su pasado ya no lo afectaba, pero
tener a ese hombre otra vez frente a él, lo hizo sentir desprotegido, como si volviera a tener
17 años, sentía impotencia.

El resto del camino fue silencioso, nadie dijo nada. SeokJoon sabía que algo le pasaba a su
papá SeokJin, por eso se mantuvo en silencio todo ese tiempo. Aún después de haber dejado
a su tío Chimy en su casa, el pequeño simplemente aguardó hasta llegar a casa.

Al llegar, Joonie ayudó a su papá con las compras, se sentía un poco triste por no poder
ayudar a su papá a sentirse mejor. Cuando por fin terminaron, el sonido del timbre
sobresaltó al azabache, poniéndole los nervios de punta.

Tragó grueso antes de dirigirse a la gran puerta de entrada. Al estirar la mano para abrirla,
esta se encontraba temblando. Respiró profundo abriendo la puerta, dejando ver a su
cuñada Jisoo con Jennie a un lado.

SeokJin sintió una gran calma, y sin darse cuenta, soltó todo el aire que llevaba aguantando
en sus pulmones, cosa que no pasó desapercibida por la Alfa castaña.

— ¿Te encuentras bien? Te ves muy pálido. — Dijo con preocupación.

— Jisoo, descuida, solo estoy algo cansado. — Trató de sonreír para no preocupar a su
cuñada.

— ¿Estás seguro? Si quieres, puedo llevarme a los niños para que descanses, Soobin está en
el auto.

— No te preocupes, estoy bien. — La verdad era que lo menos que SeokJin quería, era estar
solo.
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— Hermano... — La pequeña Jennie bajó la mirada jugando con el borde de su vestido. — A

mí sí me gustaría quedarme con Jisoo unnie y Soobin.

El Omega lo pensó unos segundos y, aunque no quería quedarse solo, terminó accediendo a
que su hermanita fuera a dormir a casa de su cuñada. Miró la hora en su muñeca para darse
cuenta que aún faltaban horas para que NamJoon volviera.

En ese preciso momento, apareció el pequeño Joonie, asomándose a un costado de la

pierna de su papá, observando a sus dos tías, porque claro, aunque el cachorro consideraba
a la menor como una hermana, sabía que era su tía.

— Hola, Joonie. — Lo saludó con una sonrisa deslumbrante la Alfa, el nombrado

simplemente sacudió su manita, aún sujetando la pierna del Omega con la otra.

— Joonie, Jisoo unnie dice que podemos ir a dormir a su casa con Soobin y Haneul, vamos. —
Dijo con emoción la castañita, extendiendo su mano para que el menor la tomara.

SeokJoon miró la mano por unos segundos para luego mirar a su papá SeokJin, quien
simplemente le sonreía. Nuevamente, su vista volvió a Jennie para después negar repetidas
veces.

— Yo quiero quedarme con papi. — Lo abrazó con fuerza, escondiendo su rostro.

— ¿No quieres ir? — Esta vez preguntó SeokJin, acariciando las hebras castañas de su
cachorrito, este simplemente volvió a negar, aún con su rostro contra el mismo de su papá.
El Omega suspiró más que nada de alivio.

— Bueno, ya será para la próxima, campeón. — Jisoo acarició los cabellos de SeokJoon,
antes de sonreírle a SeokJin. — Bueno, cuñadito, nos vemos mañana cuando traiga a esta
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hermosura. — Tomó nuevamente la mano de Jennie.

La nena se despidió dándole un abrazo a su hermano y un beso en la cabecita de Joonie,

antes de volverse a ir al auto con la Alfa y el futuro Alfita Soobin.

Cuando finalmente el auto desapareció de su campo de visión, el mayor cerró la puerta,

mirando nuevamente a su hijo, que aún colgaba de su pierna y parecía no tener intensiones
de soltarla. Sin más, lo tomó entre sus brazos para que sus rostros estuvieran a la misma
altura.

— ¿Qué pasó, cariño? — Acomodó sus cabellos castaños con delicadeza para descubrir un
poco sus ojitos. — ¿No querías jugar con tus tíos y prima? — El pequeño negó. — ¿Por qué?

— Porque papi estará triste si está solo. — Hizo un puchero. — Yo quedarme con papi. — Con
sus pequeñas manitas, tomó las mejillas de su papá Omega y juntó sus frentes, cerrando sus
ojitos. — No solo, conmigo, yo te voy a cuidar. — Y eso fue lo único que necesitó SeokJin para
derrumbarse, dejando escapar sus lágrimas.

Lloró. No sabría cuánto tiempo, pero lo hizo hasta que ya no pudo más. Recostado sobre su
cama, con su hijo abrazándolo, el pequeño cachorro acariciaba con cuidado el cabello
azabache, como su papi lo hacía cuando él se sentía triste. SeokJoon sabía que ahora era su
turno de cuidarlo.

Las horas pasaron y pasaron, hasta que SeokJin finalmente cesó su llanto porque se había
quedado dormido.
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Él lo sabía. Jungkook siempre fue consciente de esa noche, él sabía el daño que había hecho, lo
que su lobo había hecho, pero sabía que tenía que fingir ignorancia porque nadie querría un
asesino, ¿Verdad?

Pero luego apareció él, con grandes ojos marrones, adornando uno de sus ojos con un doble
párpado que lo hacía ver especial, una nariz de un tamaño perfecto con un singular lunar en la
punta y unos labios carmesí que formaban un bello corazón, acompañados de la sonrisa más
bella que había visto para su corta edad.

Por primera vez, a sus 7 años, después de la muerte de su madre, su corazón latió de forma
cálida y, aunque sabía que su lobo debía permanecer oculto, no podía evitar que cuando
estaban solos, él saliera meneando la cola por aquel niño castaño de nombre Taehyung.

— Tae... ¿Tú realmente me quieres? — Las palabras escaparon de sus labios.

— Claro que sí, Kookie. — Le regaló una sonrisa. de esas que tanto aceleraban el pequeño
corazón del Alfita.

— ¿No crees que soy raro? O ¿No me tienes miedo? — Se sentó en la cama, abrazando sus
piernitas. — Yo... Soy malo, Tae, e hice cosas malas...

El menor de los niños se sentó de igual forma junto al Alfita y soltó un fuerte suspiró, estirando
sus piernitas, colocando las palmas de sus manos sobre sus pequeños muslos.

— Yo no creo que Kookie sea malo. — Lo miró con sus grandes ojos marrones. — Y no te tengo
miedo... A mí me gusta Kookie, hace que mi corazón haga pum pum... — Se sonrojó ante su
confesión.

— Pero yo hice cosas malas... — Bajó la mirada.

— No me importa. — Colocó su manita en el hombro del azabache, inclinando su cabeza, en

busca de su mirada.

— Papá dice que soy un monstruo y nadie me va a querer. — Sus ojos picaron y su vista se volvió
cada vez más borrosa.

Taehyung abrió en grande los ojos para después fruncir el ceño sin poder creer las palabras de
su amigo, su Alfita.
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— Yo te quiero. — Aseguró. — Y siempre lo voy a hacer.

— ¿En serio? — Lo miró con ilusión, sorbiendo su nariz. — ¿Tú te quedarás conmigo? — El
castaño asintió con una sonrisa cuadrada.

—Te lo prometo, y cuando seamos grandes, yo seré tu Omega y me casaré contigo. — Sus ojitos
brillaron en un verde único.

— ¿Mi... Omega? — El lobo del pequeño Alfita meneó la cola, haciendo una reverencia ante el
niño frente a él.

— Sí, pero cuando sea grande, porque aún somos muy pequeños. — Dijo con un puchero.

De pronto, unas pisadas se escucharon fuera de la habitación en el pasillo, por lo que ambos
cachorros se metieron bajo las sábanas, fingiendo dormir, en el momento que la puerta fue
abierta para supervisar que ambos estuvieran dormidos.

Después de un largo suspiro de una de las madres del orfanato, al volver a encontrar a ambos
niños durmiendo en la misma cama, salió para continuar con su inspección.

— Casi nos descubren. — Rió bajito el castañito, soltando un corto bostezo mientras sus ojitos
pestañaban lentamente. — Tengo sueño, Kookie... ¿Puedo abrazarte? — Al formar un puchero,
el azabache no pudo negarse, recibiéndolo entre sus bracitos.

De un segundo a otro, el menor de los dos cayó en un profundo sueño, envuelto en la calidez del
Alfita que había desprendido solo un poco de su aroma para su pequeño amigo.

— Mi Omega... — Susurró antes de también entregarse a la tierra de los sueños.

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Unas semanas habían pasado desde ese día, donde se supo que Lisa realmente no estaba
embarazada de Jungkook, sino de Hoseok. Después de que la adrenalina y el enojo habían
abandonado el cuerpo del Omega, se sintió mal, sintió que fue injusto de su parte revelar la
verdad de esa forma cuando Hobi no tenía la culpa de nada.

Quería disculparse, y claro que lo haría, solo que no había podido comunicarse con el
pelirrojo, y era entendible que el Alfa estuviera enojado con él, así que le daría su espacio.

Desde ese día, las cosas entre el Omega y Jungkook habían estado mejor, ese suceso solo
sirvió para fortalecer más su relación, pero aún había algo, por lo cual Taehyung seguía
pensando.

— Tae, por favor... — Volvió a pedir el azabache, abrazando la marcada cintura de su chico.

— Jungkook, dijiste que me dejarías pensarlo. — Le recordó el castaño.

— Lo sé, y lo que menos quiero es presionarte, pero realmente quiero. — Ocultó su rostro en
el pecho del Omega.

Taehyung mordió su labio pensativo, hasta que finalmente soltó un suspiro rendido para
después acariciar las largas hebras azabaches de su Alfa.

— Está bien, Jungkook. Voy a mudarme a aquí contigo. — Dijo finalmente. El mayor sacó su
cabeza de su escondite, encontrándose con los ojos marrones de su amado.

— ¿De verdad? — El castaño asintió con una cálida sonrisa, esa que tanto le encantaba al
gran Magnate.

Jungkook ya no era el mismo, oh no, claro que no. Sin darse cuenta, había cambiado, pero
no podía evitarlo, si una sola sonrisa de ese chico de piel acaramelada sacaba lo mejor de él.
Por Taehyung, el Alfa era capaz de todo, se había vuelto adicto a él y hasta cierto punto
también dependiente, de una forma no muy sana, pero no tenía la culpa, realmente sentía
una gran ansiedad. Tenía miedo de que su lindo Omega simplemente un día ya no esté a su
lado.

— Entonces, hoy saliendo del trabajo, vamos por tus cosas. — Dijo feliz el mayor.
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— ¿Hoy? ¿Tan pronto? — Abrió sus ojos en demasía.

— Claro, también estaría bien comenzar a hacer trámites para cambiar tu apellido, algo así
como Jeon Taehyung. — Recibió un golpe en su pecho.

— Oye. — Le advirtió. — No juegues con eso.

— Está bien. — Soltó un suspiro, aún con una sonrisa. — Pero hablo en serio sobre que
comenzamos hoy con la mudanza. — El Omega puso los ojos en blanco de buena forma,
negando.

— No tienes remedio. — Dijo finalmente, antes de levantarse de la cama y caminar al cuarto

de baño para poder tomar una ducha, pero al llegar al marco de la puerta, miró sobre su
hombro. — ¿Piensas quedarte ahí mirando o vendrás a darte un baño?

Esa clara oferta era más que tentadora para el Alfa y obviamente no se iba a negar. Con una
sonrisa coqueta, se levantó de la cama para ir tras su Omega, que ya había entrado por
completo al cuarto de baño.

Las horas cada vez fueron pasando más rápido, y antes de darse cuenta, el tiempo había
pasado volando, anunciando que sus horas de práctica habían terminado.

Desde hacía una media hora atrás, el castaño había comenzado a mandarse mensajes con
los chicos en un grupo, donde solo hablaban los Omegas.

Luego de hablar un rato entre ellos, Taehyung les contó que al final había tomado la decisión
de aceptar la propuesta de Jungkook.

Jimin parecía más emocionado que él, realmente sabía que su pequeño Tae al final
terminaría siendo feliz con quien realmente le correspondía. Luhan tampoco se quedó atrás
con las felicitaciones.

Al final, después de platicar un poco más, el mayor de los Omegas se ofreció a ayudarlo con
la mudanza, y ya que no podía manejar por su embarazo, o más bien su protector esposo no
lo dejaba, decidieron que Sehun sería una gran opción, así Luhan también podría ir, ya que
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Jimin no era el único con una pareja sobreprotectora.

— ¿Y esa sonrisa? — Taehyung estaba tan concentrado respondiendo en el grupo, que no

había notado que Jungkook se encontraba parado frente a él.

— Estoy hablando con los chicos. — Volvió a sonreír, escribiendo algo, antes de mirar
nuevamente a su Alfa. — Dicen que me quieren ayudar con la mudanza. De hecho, Sehun
vendrá a buscarme en 30 minutos, junto a Jimin y Luhan.

— Me parece bien, así cuando yo termine aquí, puedo ir de una vez a la casa, me cambio de
ropa y voy a terminar de ayudarlos a vaciar el departamento. — Mientras hablaba, Jungkook
tomó asiento en el borde del escritorio.

— Aún no creo que me mudaré contigo. — Admitió el menor. — Hemos pasado por tanto, que
simplemente esto parece un sueño. Sé que no ha sido perfecto, pero la verdad no me
gustaría despertar.

— Para mí todo es perfecto, si te tengo a mi lado. — Estiró su mano, acariciando su mejilla,

que aún tenía un poco de rubor.

Taehyung no pudo evitar sonreír y cerrar los ojos ante el cálido tacto, al punto de casi
ronronear. El mayor por otro lado, aún le costaba aceptar la ausencia del lobo de su Omega y
más para su lobo mismo, que cada vez parecía entrar más en depresión, pero a la vez trataba
de mantenerse fuerte por ambos, porque sabía que aún seguía ahí ese pequeño.

Y Jungkook tenía que aceptar que ese día, por alguna razón, su lobo sentía más ansiedad y
desesperación, por eso el azabache había vuelto a insistir sobre la mudanza y era verdad que
sintió un poco de alivio, al escuchar la respuesta positiva de su Omega, pero aún había algo
que tenía intranquilo al animal.

Los minutos fueron pasando, hasta que un mensaje llegó al teléfono del castaño, dando
aviso que lo esperaban abajo.

— Me voy primero. — Se inclinó, dejando un casto beso en esos labios que se habían vuelto
una adicción para él.
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Pero el Magnate fue más rápido y lo logró tomar por la cintura para retenerlo un poco más,
los ojos de Jungkook brillaron rojos bajo sus párpados cerrados, su lobo estaba presente y
parecía querer aferrarse al Omega, pero finalmente Taehyung rompió el beso, separándose
un poco a regañadientes.

— Nos vemos al rato. — Se despidió, esta vez sacudiendo su mano, antes de salir de la gran
oficina, dejando una gran ansiedad dentro del Alfa.

El castaño le sonrió a Yerim y se despidió de ella mientras se dirigía al ascensor. Volvió a

sacar su móvil una vez estuvo dentro de este para avisarle a los chicos que se encontraba en
el elevador y que pronto llegaría, pero las puertas se volvieron a abrir, dejando que el lugar
se inundara de un fuerte aroma, cuando las puertas se volvieron a cerrar.

Era como humo, como si algo se quemara, tal vez madera o tabaco, pero era algo asfixiante
para Taehyung ese aroma. Al alzar la vista, se encontró con ese ojos verdes, y sin poder
evitarlo, su cuerpo se tensó por completo.

— Vaya, hasta que te dejas ver. — Su voz era en un tono moderado, pero aún así, hizo
temblar al Omega. — ¿Y tu perro guardián?

Taehyung desvió la mirada, ignorando el comentario de mal gusto, al haber llamado perro a
su Alfa. Sin darse cuenta, un gruñido había escapado de su garganta.

— Ah... Se me olvidaba que ese es tu punto sensible. — Rió con burla. — Creo que
comenzamos mal. ¿Te parece si comenzamos otra vez? Mi nombre es Evans o puedes
decirme Vans. — Extendió su mano, con una sonrisa perfecta.

Los ojos del menor fueron de la mano del hombre, hasta su rostro para después fruncir el
ceño.

— La verdad, no me interesa comenzar nada contigo. — Confesó sin rodeos. — Y realmente

apreciaría mucho que te mantuvieras lejos de mí.

— ¿Eres así por tu noviecito el "Gran Magnate"? — Formó comillas con sus dedos. — Ese tipo
solo es un mocoso que juega a ser empresario, pero que realmente no sabe nada. En cambio,
yo podría darte mucho más que él. — Dio un paso al frente, provocando que Taehyung
retrocediera. — Soy más hombre de lo que es ese intento de Alfa.
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Y en ese momento, los ojos de Taehyung volvieron a parpadear azules y su ceño estaba aún
más fruncido que antes.

— No te permito que hables así de mi Alfa, y si aprecias tu vida, aléjate de mí, no lo voy a
volver a repetir. — Advirtió.

En ese justo momento, las puertas del elevador se abrieron, dejando que el sofocante aroma
dejara de asfixiar al Omega, el cual casi salió corriendo, pero en el rostro del francés se
instaló una sonrisa mientras lo miraba alejarse.

— Pronto estarás conmigo, te lo aseguro, y nadie podrá separarnos...

El viento tocó el rostro de Taehyung, una vez estuvo fuera de las instalaciones Jeon. Por fin
podía respirar aire fresco, ese olor a tabaco lo había mareado un poco.

— ¡Hey, Tae! — Luhan sacudió su mano desde el asiento del copiloto.

De un momento a otro, todo el malestar desapareció del castaño, siendo remplazado por
una sonrisa. Realmente, los había extrañado mucho.

Sin perder más tiempo, caminó hasta el Maybach gris oscuro, adentrándose en la parte
trasera junto a Jimin, quien apenas tenerlo dentro del auto, se abalanzó a abrazarlo.

— Cómo te extrañé, mi pequeño Tae. — Lo llenó de besos en todo el rostro, haciendo reír al
menor.

— Yo también los extrañé. — Confesó, abrazando de igual forma al rubio.

— Me alegra que ya estés de vuelta. — El Beta lo miró por el retrovisor con una sonrisa.

— No podía dejar tanto tiempo a mi primo, aunque veo que no perdiste el tiempo en mi
ausencia. Así que, eres algo así como un Beta superdotado.

— ¿Qué quieres que te diga? Soy genial.

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— A veces creo que en verdad ustedes dos son parientes, me resultan tan parecidos. — Luhan
ya hace mucho sabía la verdad. Después de que Tae se había ido de la casa de Jungkook,
hace un año y medio, Sehun le contó toda la verdad.

Finalmente, el mayor de todos encendió el auto para ponerse en marcha hacia el

departamento del castaño. El auto estuvo lleno de risas mientras trataban de ponerse al
corriente.

— ¿Y SeokJin? — Esa pregunta venía rondando a Taehyung desde que notó que el mayor no
se conectó para nada en el grupo.

— No ha querido hablar con nadie desde ayer, creo que se siente mal. — Claro, Jimin sabía
cuál era el motivo, pero no lo podía decir frente a Sehun y Luhan, no porque no fueran de
confianza, simplemente era algo privado que SeokJin les había confiado únicamente a Tae y
a él.

Después de unos minutos, Sehun aparcó el auto frente a la hilera de departamentos donde
vivía Taehyung.

— Bueno... — El castaño soltó un suspiro, saliendo del auto.

Realmente, se sentía nostálgico, ese departamento había sido su hogar desde los 16 años y
ahora lo dejaría. Era verdad que ahora estaría con Jungkook, pero seguía siendo difícil para
él despedirse de ese lugar.

Los cuatro ingresaron al departamento que aún permanecía sin luz. Por suerte, era de día y
no la necesitaban, pero tenían que ser rápidos, porque el sol pronto se ocultaría.

— Bueno, como Jimin y Luhan están en estado, creo que será mejor que ellos se encarguen
de empaquetar la ropa y cosas ligeras. — Sugirió Sehun.

— Me parece bien, al final no tengo muchas cosas y creo que tú y yo nos podemos encargar
muy bien. De todas formas, Jungkook vendrá en un rato para ayudar también.

Sin más, todos se pusieron manos a la obra, envolviendo y acomodando cosas dentro de
maletas y cajas.

— Ayudaré a Sehun con la cosas del cauto. — Avisó Luhan, saliendo del departamento.
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Taehyung miró la hora en el reloj de pared, ya llevaban una hora en el departamento,

Jungkook debía estar por llegar.

De pronto, su vista cayó en un afelpado conejo blanco, su ceño se volvió a fruncir mientras
caminaba hacia él.

La casa estaba casi vacía y Jimin acababa de salir para llevar la maleta que había llenado de
ropa, ya que esta era de rueditas y no haría esfuerzo alguno.

Los largos dedos del castaño, rozaron la suave textura del conejo blanco, era hasta cierto
punto hipnotizante. Era como si de alguna forma, el conejo lo llamara. Sus ojos brillaron
verdes en el momento que aquel viejo peluche estuvo entre sus manos.

Esa misma sensación de querer recordar algo, se apoderó de su cuerpo, su mente

aferrándose a un recuerdo borroso que el Omega no entendía.

— Es una promesa...

Esas palabras retumbaban en su cabeza, con una imagen distorsionada, provocando una
punzada en su pecho, haciéndolo caer de rodillas mientras se aferraba con fuerza a ese
pequeño cuerpo de felpa.

— ¿A quién le hice esa promesa? — Las lágrimas bajaban por sus mejillas, con sus ojos verdes
brillando bajo sus párpados mientras las imágenes comenzaban a cobrar sentido y ser cada
vez más claras.

Sin ser consciente que un Alfa estaba compartiendo el mismo recuerdo con él.

Jungkook acababa de llegar a su casa, y lo primero que hizo, fue quitarse la corbata mientras
entraba al armario, buscando un cambio de ropa más cómodo, pero su lobo estaba inquieto,
dando vueltas.

— Entiende, no te puedo dejar salir ahora. — Bufó frustrado ante la insistencia de su lobo por
querer tomar el control.

Con algo de frustración mientras buscaba algo, que no sabía exactamente que era, dentro de
los cajones, se encontró con ese llamativo afelpado naranja. Lo miró unos segundos, sin
expresión alguna, sintiendo a su lobo rasguñarlo aún más desesperado.
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Su pecho subía y bajaba, como si hubiera corrido una maratón, hasta que sus dedos se
atrevieron a soltar el pelaje de aquel peluche olvidado en su armario.

— Es una promesa... — Retumbaron como eco las palabras.

Por la insistencia del animal, el Alfa se atrevió a tomar el cuerpo de aquel tigre entre sus
manos, mirándolo con confusión, cuando un nombre pasó por su mente.

— ¿Tata?

Los ojos del azabache se tornaron en un brillante rojo y aún estando el Alfa y el Omega en
dos distintos lugares, sus mentes se conectaron en un mismo recuerdo.

***

Un sollozo se podía escuchar, aunque este era bajito, llegó a los oídos de aquel niño.

El pequeño castaño bajó de su cama en busca del sonido. Cada vez que se acercaba al armario,
podía escuchar más claramente.

— ¿Ho...hola? — Habló bajito, con voz temblorosa. — ¿Quién está ahí? — El sollozo se detuvo.

El pequeño niño se asustó, aferrándose con fuerza a su fiel amigo, justo cuando la puerta del
armario comenzó a abrirse lentamente, dejando ver unos ojos llorosos.

Estaba sorprendido el castaño, al parecer tenía un compañero nuevo, estaba acostumbrado a

compartir habitación con niños nuevos, pero este azabache había llamado su atención.

— ¿Qué haces ahí? — Preguntó.

— Me escondo del monstruo. — Limpió sus lágrimas con la manga de su suéter.

— ¿Monstruo? No, aquí no hay. — Negó con la cabeza. — Esta es mi casa y no hay.

El niño dentro del armario quería creerle, pero aún estaba asustado, sabía que sí había uno y
vendría por él, como todas las noches.
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El castaño miró nuevamente al azabache y notó que se aferraba a un peluche, este lo miró
fascinado.

— Tú también tienes uno. — Apuntó aquel peluche. — El mío se llama TaTa. — Mostró con
orgullo un pequeño tigre de peluche. — ¿Cómo se llama el tuyo?

— No tiene nombre... — Su voz era sumamente bajita.

— Mm... ¿Y tú cómo te llamas? Yo soy Taehyung. — Le regaló una sonrisa geométrica, las
mejillas del azabache se pintaron de rosa, al mirarlo.

— J-Jungkook...

~•~

— Por fin tendrás una mamá.

— Pero no te quiero dejar...

— No lo harás... — Taehyung miró a su alrededor. — Toma. Lleva a Tata, como una promesa de
que nos volveremos a ver...

Jungkook miró el pequeño tigre que siempre acompañaba al castaño y lo tomó entre sus
manos.

— Pero es lo único que tienes de tu mamá...

— Por eso es prestado y me lo tienes que devolver. — Advirtió.

— Entonces, tú quédate con el conejo. — El azabache tomó su único recuerdo de su madre. —

Cuando nos volvamos a ver, me lo devuelves.

— Pero este conejo necesita un nombre... ¿Qué te parece Cooky?

— Me gusta... — Antes de siquiera pensarlo, el azabache besó los labios del castaño. Era un
beso sincero, sin malicia, un beso puro, lleno de sentimiento, al menos para los dos pequeños.

— Volveremos a vernos, ¿Verdad?

— Es una promesa. — Se abrazaron por última vez, hasta que la puerta se abrió, dejando ver a
una de las madres del orfanato.
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— Aquí estás, Jungkook, ,ya es hora, ven. — La mujer le tendió la mano, pero la mirada del
azabache seguía en los ojos del acaramelado.

— Es una promesa... — Susurró, antes de tomar la mano de aquella Beta.

Las lágrimas del menor no tardaron en escapar mientras miraba aquel conejo y lo abrazaba
con fuerza.

— Es una promesa...

***

Sus corazones latieron con fuerza, pronunciando el nombre del contrario, resolviendo por fin
el puzle, la pieza faltante. Las lágrimas corrieron por los ojos de ambos, comprendiendo
todo.

Su conexión iba más allá de ser predestinados, ellos habían hecho un pacto, una promesa...

Taehyung, como pudo, se puso de pie, aferrándose al conejo blanco. Sus ojos se habían
apagado, volviendo a su tono natural mientras corría a tropezones fuera de su casa para
encontrarse con los chicos.

— ¿Tae, qué te pasó? — Lo tomó por los hombros Sehun para evitar que caiga contra el
pavimento.

— J-Jungkook. Es él... — Su corazón latía desenfrenado, necesitaba verlo. — Siempre fue él.
Yo... Sehun, llévame con él...

Ninguno de los tres comprendía nada, pero por la desesperación de Taehyung, sabían que
no obtendrían respuesta si le preguntaban en ese momento.

Una vez dentro del auto, después de que Sehun cerrara la puerta del departamento, abordó
el auto, pidiendo los cinturones de seguridad, antes de arrancar el auto. Mientras, Taehyung
sacaba su móvil marcando el número de su amado.

El sonido singular de la llamada entrante comenzó a sonar, una... Dos... Tres veces, hasta que
la llamada fue cogida.

— Jungkook...
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Jungkook no lo dudó, tomando con fuerza al pequeño tigre contra su pecho mientras corría
fuera de esa casa, tomando su auto para encontrarse con aquel niño, que ya no lo era,
porque se había convertido en todo un hombre, su hombre, su Omega, su todo. Sin darse
cuenta que siempre lo tuvo frente a él.

Al entrar a su auto, colocó al tigre entre sus piernas mientras se arremangaba las mangas de
su camisa, antes de encender el auto y ponerlo en marcha.

Su corazón latía desbocado y su lobo aullaba meneando la cola con euforia, sabiendo que se
dirigían con su Omega.

— Así que, siempre fuiste tú... — El azabache no pudo evitar negar, con una sonrisa. — ¿Cómo
nunca me di cuenta? — Se detuvo por el semáforo, algo impaciente. — Espero que tú
también lo recuerdes...

De pronto, su móvil comenzó a sonar, dejando ver en la pantalla "Mi Dulce Omega". No pudo
evitar sonreír, contestando la llamada.

— Jungkook... — Pudo escuchar la voz entrecortada del menor, pero a la vez cargada de
emoción.

— Tae...

El semáforo cambió de color, dándole paso. No había ningún auto en el camino, por lo cual
Jungkook no comprendió de dónde había salido ese Mercedes-Benz negro, y aunque trató
de esquivarlo, parecía que el auto estaba decidido a estrellarse contra él, golpeándolo
directamente de su lado, provocando que el auto derrape.

El Alfa sintió un dolor inmenso en su brazo izquierdo, el cual se había llevado el impacto. Su
cabeza dolía y a la vez se sentía aturdido, escuchando cómo alguien lo llamaba desde lejos.

La voz provenía de su teléfono, pero no pudo alcanzarlo, ya que se encontraba atrapado

entre la bolsa de aire. Al girar un poco su cabeza, se percató de cómo aquel auto que lo había
chocado, daba reversa para después marcharse del lugar.

Trató de moverse, pero su cuerpo dolía y mientras más tiempo pasaba, sentía cómo un
líquido descendía por su frente, provocando que sus ojos pesaran cada vez más, volviendo
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cada vez más imposible tenerlos abiertos, escuchando el sonido de las sirenas de
ambulancia tan, pero tan, lejanas.

— ¡JUNGKOOK! — Gritaba entre lágrimas al aparato entre sus manos. — Por favor...

— ¿¡Taehyung, qué pasó!? — Preguntó desesperado Jimin, al ver el estado de su amigo.

— Yo... No lo sé. — Sus lágrimas no lo dejaban hablar, sentía las palabras atoradas en su
garganta. — Escuché un sonido fuerte y después nada... Jimin. — Se aferró al cuerpo de su
amigo.

De pronto, un fuerte sonido de sirenas se comenzó a escuchar, y justo cuando Sehun dio
vuelta, el mundo de Taehyung cayó frente a él, al ver un Ferrari negro que conocía a la
perfección en tan mal estado, con humo saliendo del capó, y unos paramédicos llevando el
cuerpo de alguien en una camilla.

— Frena el auto. — Su voz apenas fue escuchada, ya que salió como un susurro. — ¡Frena el
auto!

Quería creer que se equivocaba, la vida no podía ser tan cruel con él, no cuando por fin se
había dado cuenta de la verdad de su pasado. Quería llorar y gritarle a la vida que lo dejara
ser feliz.

Pero apenas Sehun pudo parar el auto, Taehyung salió de este casi tropezando, ignorando
por completo que el Beta había bajado también para alcanzarlo.

Pero lo único que alcanzó a ver, fue el rostro de Jungkook ensangrentado, antes de que las
puertas de la ambulancia se cerraran.

— Él es mi Alfa. — Dijo como pudo al paramédico que había cerrado la ambulancia. — Por
favor, déjeme ir con él...

— Lo sentimos, pero no se puede. Usted no estaba a la hora del accidente y yo no tengo

cómo corroborar que lo que dice usted es verdad. — Dijo con pena el hombre.

— Usted no lo entiende, lo necesito y él a mí. — Dijo entre lágrimas, sintiendo un dolor

inmenso en el pecho, como si le estuvieran tratando de arrancar una parte de él.
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— Si es así, puede ir al hospital y dar los datos del paciente. Con permiso .— Sin más, el
paramédico subió a la ambulancia para que esta pudiera avanzar.

Taehyung se sentía destrozado, sentía que sus fuerzas se le iban, que si algo le pasaba a
Jungkook, la vida para él ya no iba a tener sentido. Sintió como su lobo aulló en su pecho,
como si se estuviera despidiendo. El castaño sintió una fuerte opresión en su pecho,
sintiendo que el aire ya no llegaba a sus pulmones y estos comenzaban a arder, era un
ataque de ansiedad.

— Tae, respira. — Los brazos de Sehun lo sujetaron con firmeza. — Por favor, Tae, tienes que
respirar. — El Beta sentía tanta impotencia de verlo en ese estado.

Las piernas del Omega le fallaron, haciendo que sus rodillas tocaran la fría calle mientras
escuchaba las súplicas de Sehun pidiendo que respirara, aferrándose a su cuerpo, hasta que
simplemente todas sus fuerzas lo abandonaron.

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por Srta_YoonTae

3/4

El viento y los suaves rayos del sol, acariciaban la piel acaramelada del Omega, invitándolo a
abrir los ojos para dejarlo envolver en la belleza de ese prado.

Con un poco de pesar, sus ojos comenzaron a recibir la claridad del lugar, notando lo familiar
de aquel prado de trigo, sin contar la blanca vestimenta que llevaba y lo ligero que se sentía.

Taehyung miró a todas las direcciones, notando que todo era exactamente igual a la última
vez que estuvo ahí. ¿Realmente había muerto?

Pero un gruñido lo sacó de sus pensamientos, encontrándose con el imponente lobo blanco de
ojos verdes que seguía sin comprender.

¿Acaso estaba soñando?

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— Eres tú otra vez... — Como si el lobo lo hubiera entendido, asintió con la cabeza .— ¿Quién
eres?

El joven castaño en un inicio, cuando lo vio por primera vez, creyó que se trataba de su propio
lobo, pero ahora simplemente ya no sabía qué creer.

— ¿Acaso tú eres mi lobo? — Los penetrantes ojos lo miraban con intensidad. — Yo, en verdad,
lo lamento, nunca quise que te fueras... Acepto mi error, pero, por favor, vuelve... — Suplicó. —
Realmente, te necesito...

Pero el lobo blanco simplemente lo miró unos segundos, antes de bajar la cabeza negando. El
chico mordió su labio, sintiendo cómo la tristeza lo envolvía, antes de que el gran animal
desviara su mirada hacia un viejo roble.

Taehyung siguió su mirada, entrecerrando un poco sus ojos para mirar mejor, pero la distancia
no era de mucha ayuda. Así que, lentamente, fue acercándose, logrando visualizar un gran
bulto de color caramelo. Sus ojos se fueron abriendo en grande, al notar que se trataba de un
lobo, el cual parecía profundamente dormido. El chico miró confundido al lobo blanco.

— ¿Él...? — No hacía falta que hiciera la pregunta en concreto, porque el animal le había
entendido, ya que respondió con un asentimiento de cabeza.

El Omega no entendía nada, no sabía qué lugar era ese, o qué tenía que ver ese lobo blanco
con él, si su lobo se encontraba profundamente dormido frente a él.

— No entiendo, necesito respuestas...

Pero como la última vez, parecía que el susurro del viento le hablaba.

(Estás despertando...)

— No, espera... Por favor. — Taehyung miró a todos lados, tratando de buscar la voz que le
hablaba, pero todo a su alrededor se iba oscureciendo cada vez más.

Una luz blanca le cegó los ojos, por lo que tuvo que obligarse a cerrarlos sintiendo un gran
mareo. Sus manos sujetaron su cabeza e hizo una leve presión en ella, como si con eso, el
malestar se fuera.
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— ¿D-donde estoy? — Con dificultad trató de sentarse, pero una presión en sus hombros, lo
obligaron a regresar a su posición.

— Tranquilo, tienes que descansar. — La dulce voz de Jimin fue lo primero que reconoció,
seguido de unas caricias en su cabello.

Taehyung estaba confundido y aturdido, no entendía nada, estaba a punto de preguntar qué
había pasado, cuando recibió un pinchazo directo en el corazón, las imágenes recobraron
sentido: los peluches, la promesa, Jungkook, él y el accidente. De nuevo, trató de levantarse.

— Jungkook... Necesito verlo. — Se apresuró a decir.

— Cariño, tienes que relajarte. El doctor dijo que no te movieras, hasta que el suero estuviera
completamente en tu organismo. — La mirada del Omega fue directo al suero que colgaba a
un lado de su cama, el cual le faltaba menos de la mitad para acabarse.

— Jimin, no lo entiendes, necesito estar con él... — Su voz se quebró con sus últimas
palabras. — Él me necesita...

Jimin sintió el dolor del castaño y sintió ganas de llorar, lo entendía perfectamente, porque
si YoonGi estuviera en el lugar de Jungkook, él estaría de la misma forma que Taehyung.

— Tae... — Acarició su mejilla, retirando el rastro de sus lágrimas. — Te voy a ayudar, pero
tienes que saber que... Jungkook no ha despertado desde que lo trajeron al hospital...

Otra punzada igual que la que sintió antes, acribilló su pecho. Mordió su labio reteniendo el
grito de pena que estaba estancado en su garganta y simplemente asintió.

Jimin tomó la silla de ruedas que se encontraba frente a la camilla de Taehyung y lo colocó a
un lado, pero los ojos del menor se abrieron en sorpresa, al ver quién lo miraba sentado en
esa silla de ruedas.

— ¿Cooky?

— Sehun lo trajo.
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Con cuidado, el Omega tomó al conejo entre sus manos, acariciando sus orejas caídas por el
tiempo. Ese dolor en su pecho y sus intensas ganas de llorar volvieron a él, la idea de perder
a Jungkook lo estaba destrozando.

Con ayuda de Jimin, se colocó en la silla de ruedas con su suero. El rubio se asomó por la
puerta, comprobando que no hubiera algún médico o enfermero cerca, para después
empujar la silla fuera de la habitación a través del pasillo.

— Me siento un delincuente por romper las reglas. — Susurró el más bajo mientras continuó
empujando la silla.

— Realmente, te agradezco mucho que estés haciendo esto por mí... — Agradeció.

Estaban frente a la habitación de Jungkook, justo en el momento que un aroma más que
familiar se filtró en sus fosas nasales, haciéndolo maldecir.

— ¿Jimin? ¿Qué estás haciendo?

— Mierda... — Susurró. — YoonGi, mi amor, ¿Cómo has estado? Tanto tiempo sin vernos. —
Qué lástima que Jimin era pésimo disimulando.

— Nos vimos hace unos minutos. ¿Por qué te estás llevando a Taehyung? El médico dijo que
necesitaba reposo. — Se cruzó de brazos. — Jimin...

— Es mi culpa, YoonGi, yo lo convencí para que me sacara de la habitación. — La vista del

pelinegro descendió al Omega de su mejor amigo. — En verdad necesito verlo...

— Tae, sé que estás preocupado, yo también lo estoy, créeme, pero tú tampoco estás en una
buena condición ahora.

— Yo lo sé, pero no lo entiendes, nos necesitamos más de lo que crees, solo déjenme ir con
él. — Suplicó. — Por favor...

El Alfa lo meditó unos segundos, mirando la súplica en los ojos del Omega y simplemente
soltó un suspiro derrotado.
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— Está bien, Jimin te llevará a su habitación mientras yo vigilo que nadie venga. — La verdad
era que YoonGi esperaba que Taehyung tuviera razón, Jungkook era como un hermano para
él y no sabía que haría si no despertaba.

— Gracias...

Sin más, Jimin abrió la puerta de la habitación. La imagen que vio Taehyung, lo dejó mal. Sus
ojos se cristalizaron, al ver a su Alfa sobre esa camilla de hospital, conectado a tantos tubos,
tanto de oxígeno como de suero, su brazo derecho estaba completamente vendado.
Mientras más se acercaba, podía ver la herida que tenía a un costado de la frente, la cual
estaba cubierta por un parche médico.

— Tae, cariño... Voy a estar afuera con YoonGi, si necesitas algo, no dudes en llamarnos. — La
verdad era que Taehyung no había prestado atención a las palabras de su amigo, pero
simplemente asintió.

Cuando el sonido de la puerta hizo eco en la habitación, anunciando que ellos dos eran los
únicos ahí, el menor no pudo aguantar más las lágrimas, dejándose romper en un llanto
silencioso, cubriendo su boca con su mano.

— J-Jungkook... — Salió como un susurro algo torpe.

Taehyung estiró su mano, tomando la del mayor, la cual estaba algo fría, sin poder creer que
esa mano la mañana anterior, le había brindado tanto calor.

— Mi amor... Tienes que despertar... — Acercó el dorso de su mano a sus labios, dejando un
beso en esta. — J-Jungkook, por favor... Yo... Por fin lo pude recordar... Te recuerdo... Eras tú
aquel niño en el orfanato... Siempre estuvimos destinados... Por favor... — Suplicó entre
lamentos, recostando su cabeza en el abdomen del azabache mientras sus lágrimas
descendían.

De pronto, un apretón en su mano, lo hizo levantar la mirada. No lo había imaginado,

Jungkook le había apretado la mano. Su mirada viajó a su rostro, pero sus ojos aún seguían
cerrados.

— ¿J-Jungkook?
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— T-Tae... — Su ceño se frunció, como si le doliera hasta el simple hecho de hablar. — P-

promesa... — Las palabras salían muy distorsionadas, por lo cual, Taehyung no logró
comprender.

— Estás... Tengo que ir por el doctor. — El castaño iba a llamar a Jimin, cuando Jungkook
apretó nuevamente su mano, pidiendo su atención. — Tranquilo, mi amor, solo iré y... — El
Alfa negó.

A Jungkook le dolía todo el cuerpo y se sentía un poco desorientado, lo más seguro era por
los medicamentos, pero no necesitaba un doctor, lo único que necesitaba se encontraba a
un lado de su camilla y ese era Taehyung, su Omega.

— Yo... Te hice... Una promesa... — Esta vez, su voz fue un poco más clara.

El azabache no encontraba las palabras, estas parecían quedarse estancadas en su garganta.

Sus ojos se fueron abriendo lentamente con algo de dificultad, la luz era realmente molesta,
por lo que tuvo que parpadear un par de veces.

Lo primero que vio, fue los bellos ojos marrones de su dulce Omega, con sus lindas pestañas
algo húmedas. Claramente, había estado llorando y el rastro de lágrimas secas en sus
mejillas, era otra prueba. Se sentía mal de haber hecho que su Omega llorara.

Sentía que su cuerpo aún seguía muy débil y que no soportaría mucho tiempo. Lo único que
lo había forzado a despertar, había sido el aroma de Taehyung que se había filtrado aún
teniendo el oxígeno artificial.

— Jungkook, debo ir por el doctor. — Pero este volvió a negar, volviendo a apretar su mano,
antes de soltarla.

Debido a que su mano izquierda estaba inmóvil, tuvo que utilizar la derecha, obligándose a
soltar la cálida mano de su Omega. Taehyung no comprendía qué era lo que Jungkook
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quería hacer, pero esperó paciente, hasta que vio que bajo las sábanas de su lado izquierdo,
salía a la luz un llamativo color naranja.

Los ojos del menor volvieron a picar, al darse cuenta de qué se trataba. Taehyung no pudo
evitar reconocer ese tigre de felpa que le había pertenecido a su madre.

— Jungkook...

— E-estoy cumpliendo... Mi promesa. — Habló con dificultad.

Las lágrimas del castaño ya no pudieron ser retenidas por más tiempo y cayeron, dejando un
camino por sus mejillas, humedeciéndolas.

— Yo también... — Trató de sonreír, limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano mientras
tomaba el conejo blanco que reposaba sobre sus piernas.

El Alfa sonrió, al ver el conejo de felpa. Ese conejo que le había dado su madre desde que era
muy pequeño, era el único que tenía de ella.

— G-gracias... — Alzó su mano, acariciando la mejilla de su Omega, pero su cuerpo ya no

soportaba más.

— ¿Jungkook? Jungkook... ¡Necesito ayuda! Amor, no me dejes... — Lo último que pudo

escuchar, fue la voz de su primer y único amor, su Omega.

— T-te amo...

El pelinegro tamborileó sus dedos sobre sus muslos de forma ansiosa en la sala de espera.
Ese día le tocaba cita en el ginecólogo a Jimin, y por fin le dirían el sexo de su cachorrito, y
estaba más que ansioso.

— Tranquilo, amor. — Trató de calmarlo su Omega, tomándolo de la mano.

— Es que estamos a casi nada de tener a nuestro cachorro con nosotros. — Sin duda, YoonGi
era el que más demostraba su ansiedad y nerviosismo.

— Lo sé, pero solo es una cita de rutina.

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— Min Jimin. — Habló una enfermera desde la puerta del consultorio.

El primero en ponerse de pie, fue YoonGi para después ayudar al rubio y caminar hasta la
enfermera. Jimin caminaba, sujetando por debajo su redondo vientre mientras su Alfa lo
sostenía de su espalda baja, parecía una bola de arroz.

— Adelante, el doctor Choi los está esperando. — El mayor asintió. El Beta mayor se había
estado encargando del control de su Omega, porque fue recomendado de Jungkook. Según
él, era un doctor de mucha confianza, solo por eso aceptó que él fuera el ginecólogo de
Jimin.

Al entrar al consultorio, el doctor los recibió con una agradable sonrisa y los invitó a que
tomaran asiento.

— Buenos días. — Saludó. — Muy bien. Jimin, parece que esta cita la pusimos para mitad de
mes, por lo cual tienes 4 meses y medio.

— Sí, doctor. Lo que pasa es que nos reagendó nuestra cita, porque era para saber el sexo de
nuestro cachorro. La última vez, dijo que por el ángulo en el que estaba, no se pudo. — Dijo
apenado el Omega.

— Ah, claro, el cachorrito que le gusta mostrar las pompis. — Rió, sonrojando un poco al
rubio, quien asintió. — Bueno, si no les molesta, acompáñame. — Los guió a una camilla para
que Jimin pudiera acostarse.

— ¿Usted cree que hoy sí logremos ver qué sexo es? — Preguntó curioso el Alfa pálido.

— Probablemente, si Jimin estuvo caminando como se lo indiqué para que el cachorro

cambiara de posición, no veo el problema. — YoonGi asintió, viendo como el doctor Choi
colocaba un gel sobre el vientre bajo de su Omega, y comenzaba a pasar un aparato.

Tanto Jimin como YoonGi, miraban atentos la pantalla de la máquina, notando primero la
cabecita de su cachorrito. Después el doctor movió el aparato, dejando ver sus bracitos, se
veía realmente tan pequeñito, que el pálido sintió ganas de llorar.
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— Ahí está. — Habló nuevamente el Beta, retirando el aparato del vientre. — Felicidades, su
cachorro es un niño. — Le entregó un papel al rubio para que pudiera retirar el gel.

— ¿De verdad? — Sonrió sin poder creerlo el Omega, y miró a su esposo. — Amor, es un niño.

— Sí, es nuestro hijo. — Y las lágrimas del Alfa no pudieron retenerse más dentro de sus ojos.
Su lobo meneaba la cola sin poder evitarlo y aullaba.

Jimin y su lobo podían sentir todo lo que YoonGi y su lobo estaban sintiendo mediante el
lazo, realmente ambos se sentían de la misma forma. De pronto, el pequeño cachorro
pareció querer unirse a la celebración y comenzó a dar un par de pataditas, alzando un poco
el vientre de su papá Omega.

— Mi cachorrito. — El pelinegro depositó un beso sobre el vientre de su esposo.

— Nuestro. — Lo corrigió Jimin, acariciando el cabello de su Alfa. — Muchas gracias, doctor.

— No es nada, me alegra que estén así de felices por la noticia, solo se cuidadoso, Jimin. Ya
estás a dos meses de dar a luz, aquí es cuando los omegas tienen que estar relajados y
caminar de vez en cuando, para que el bebé esté en una buena posición para nacer, a menos
que quieras que sea una cesárea.

— Entiendo. Por el momento, tenemos pensado que sea un parto natural. — YoonGi asintió,
besando la mano del rubio.

— Bueno, lo anotaré en tu control mensual, y si cambian de opinión, sería bueno que me lo

hagan saber. — Tomó nota. — Si sientes algún dolor o algo fuera de lugar, no dudes en venir
y pedir por mí para que pueda atenderte.

— Muchas gracias. — Agradeció en unión la pareja, aún feliz por la noticia.

YoonGi ayudó a Jimin a levantarse de la camilla y estrechó su mano con el Dr. Choi,
volviendo agradecer por todo para después salir del consultorio y subir unos pisos más
arriba, donde se encontraba Jungkook y Taehyung.
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Las semanas habían pasado y tenían que aceptar que la primera, fue la más difícil para
todos. Aunque Jungkook estaba estable, tardó una semana para poder volver a tomar
conocimiento, pero Taehyung estuvo a su lado todos los días, ocupándose de él.

Todos sus amigos fueron a visitar al Alfa y darle apoyo al menor. Cuando el azabache volvió a
abrir los ojos, Taehyung pudo respirar. El doctor había dicho que Jungkook estaba en
mejores condiciones y que solo necesitaba una semana más para estar en observación. Si
todo salía bien, podía regresar a casa, con la condición de no esforzarse tanto, al menos en
otra semana.

— Si que nos diste un susto. — Habló YoonGi desde los pies de la camilla. — ¿Qué fue lo que
pasó ese día?

— Perdón, mi intención nunca fue preocuparlos. — Abrió la boca para recibir un trozo de
fruta que su Omega le ofrecía. — No recuerdo mucho del accidente, solo tengo vagos
recuerdos, solo recuerdo ver cómo el auto se iba.

— Qué maldito. Además de ocasionar un accidente, se da a la fuga. — Negó cruzándose de

brazos el rubio Omega.

— ¿Lograste averiguar algo, Sehun?

— Pedí las grabaciones de las cámaras de esa área, pero al parecer las cámaras estuvieron en
mantenimiento justo a la hora del accidente. — Informó el castaño.

— ¿No es eso mucha coincidencia? — Habló Luhan, captando la atención de todos en la

habitación.

— ¿Qué quieres decir? ¿Te refieres a que esto no fue un simple accidente? — Taehyung
frunció el entrecejo. La idea de que el accidente de Jungkook haya sido intencional, lo ponía
intranquilo.

— Solo piénsenlo. Lo único que Jungkook recuerda es que el auto que lo chocó se dio a la
fuga, las cámaras justo a esa hora estaban en mantenimiento, y Jungkook no es una perita
en dulce, debe tener gente que lo desprecie. Discúlpenme, pero para mí, este fue un plan
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demasiado elaborado para ser un simple "accidente automovilístico". — El Omega azabache

se encogió de hombros.

— Creo que Luhan tiene razón. — Apoyó YoonGi, a él también le parecía extraño y tenía sus
sospechas.

— Si fue más que un simple accidente, Jungkook, esto es mucho más grave. — Se cruzó de
brazos NamJoon. Solo él había podido ir, ya que SeokJin prefirió quedarse para cuidar a los
niños, ya que ellos no podían ir al hospital.

Jungkook lo pensó. Tenía que aceptar que la idea también le rondaba, pero al mirar la
preocupación en los ojos de Taehyung, lo tomó de la mano para darle fuerza.

— Yo creo que el conductor se asustó y por eso se fue, lo de las cámaras fue una coincidencia,
así que no se preocupen. Además, estoy bien. — Trató de suavizar el asunto.

— ¿Hablas en serio, Jungkook? — Esta vez el que tenía el ceño fruncido, era Taehyung. — Casi
te pierdo, no me importa si el accidente fue intencional o no. No me pienso quedar con los
brazos cruzados y fingir que nada pasó, ese tipo tiene que pagar. — El menor se veía
realmente afectado.

El azabache lo entendía, sabía que el que lo había pasado peor había sido su Omega, porque
podía escucharlo llorar en las noches a su lado. Soltó un suspiro.

— Bien. Sehun, trata de buscar si hay alguna otra cámara o algo que pudo captar sobre el
accidente o de quien se podría tratar. — El castaño asintió.

Después de un rato, donde estuvieron platicando sobre algunos temas triviales, el resto
decidió que ya era hora de irse y dejar a solas a la pareja, además, el Alfa necesitaba
descansar también.

— Amor, ¿Estás bien? — Lo llamó el azabache, dándole un leve apretón en su mano.

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— No, no lo estoy. No puedo estar tranquilo sabiendo que alguien posiblemente quiso
lastimarte. — Se veía el miedo y la angustia en su mirada.

— Ven. — El mayor se corrió un poco, dejando un estrecho espacio en la cama. Taehyung

estaba algo dudoso, pero finalmente se sentó en la orilla de la cama, lo que no se esperó, es
que su Alfa tirara de él para que se acostara en la camilla.

— Jungkook, nos pueden decir algo, o te puedes lastimar. — El castaño trató de levantarse,
pero el azabache se lo impidió.

— No me importa, yo quiero tenerte así de cerca, extraño tenerte en mis brazos, sentirte... —
Sus ojos se encontraron. — Besarte... — Depositó un corto beso en la frente del menor para
luego ir descendiendo por sus ojos, dejando pequeños besos sobre cada uno, luego siguió su
recorrido en la punta de su nariz, sus mejillas y se detuvo unos segundos rozando sus labios.

Taehyung cerró sus ojos, dejándose envolver, sintiendo el cálido aliento del mayor
mezclándose con el suyo, con el roce de sus labios, llevando una corriente por todo su
cuerpo, sintiendo el fuerte latir de su corazón. Cuando por fin sus labios se volvieron a
encontrar después de tantas semanas, estos se acariciaban, dejándose embriagar en un
dulce beso cargado de sentimientos. Sus lenguas bailaban y sus dientes se rozaban de vez en
cuando.

La falta de oxígeno y el ardor en sus pulmones, los obligó a separarse, dejando que sus
respiraciones fuera lo único que se escuchara en la habitación. Sus labios se encontraban
hinchados y rojizos, como las mejillas de Taehyung.

— Estoy bien. — Habló el mayor. — Ya, no te preocupes.

— Pero...
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— Sehun se encargará de investigar. Por el momento, no podemos hacer nada más. Así que,
no tiene caso que te mortifiques de esta forma. — Volvió a besar su frente. — Pero sí me
gustaría que pasemos la noche de esta forma.

— Sabes que no podemos...

— Ya mañana me dan de alta, y regresaremos a casa, no pasará nada si duermes conmigo. —

El Omega mordió su labio pensando. La verdad era que él también quería quedarse junto al
mayor.

— Está bien.

Ambos se quedaron en esa misma posición mirándose, dándose un par de besos inocentes
sin ningún doble sentido, solo querer estar cerca del otro y sentirse, hasta que el sueño fuera
vencedor de ellos.

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por Srta_YoonTae

4/4

SeokJin subía por el ascensor con su cachorro, quien estuvo muy insistente en acompañarlo
después de salir de la guardería. El cachorro se había negado a separarse de su papá Omega
desde ese incidente en el supermercado con aquel hombre malo.

Cuando las puertas se abrieron, lo primero que vio, fue una cabellera castaño claro recogido
en una perfecta coleta alta.

— Buenos días señor, Kim y joven Kim. — Les sonrió a ambos, por lo que el pequeño
SeokJoon se sonrojó.
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— Yuna... Tu cabello... — El Omega estaba impresionado con la nueva apariencia de la joven.

— Lo sé, creí que ya era hora de ser un poco más yo, en lugar de aparentar algo que no soy. —
Sin duda, le quedaba muy bien el nuevo estilo, le hacía lucir más de su edad.

— Te ves muy bien. — Halagó, por lo que la chica no pudo evitar sonrojarse.

— Muchas gracias, señor Kim. — Hizo una corta reverencia. — ¿Gusta que le avise a su esposo
que están aquí?

— No, gracias, querida, él sabe que venimos. De hecho, nos está esperando porque tengo
una nueva sesión de fotos.

El cachorro alzó su manita y la agitó, despidiéndose de la joven. Ambos siguieron su camino

hasta la gran puerta, dando unos pequeños toques antes de entrar.

— ¡Papá! — Brincó, aplaudiendo junto a SeokJin.

— ¡Hey! Ya iba a ir por ustedes. — Les sonrió a ambos.

— Lo siento, se nos hizo un poco tarde. ¿La sesión aún no empieza? — NamJoon se levantó
de su silla y caminó hacia su esposo y cachorro.

— Descuida, el modelo acaba de llegar apenas. Esta colaboración será muy buena, y más
porque tú serás el rostro de las fotos. — Halagó el Alfa, haciendo reír al azabache.

El mayor llevaba ya un tiempo viendo algo distinto en su Omega, pero por más que
preguntaba, este decía que no era nada, por eso dejó de insistir y simplemente se dedicó a
llenarlo de mimos cada vez que podía.

— Bueno, entonces me voy al cuarto de sesión. — Dejó un beso en los labios de su esposo y
acarició el cabello de su hijo como despedida.

— Yo voy. — Se apresuró el cachorro a tomar la mano de su papá Omega.

— No, Joonie, tú te quedas con papá. — Pero el pequeño negó. — No voy a tardar, lo
prometo. — Aseguró.
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— Pero... Yo ir contigo. — Hizo un puchero.

— NamJoon... — Le pidió ayuda con la mirada a su Alfa, el cual se agachó a la altura de su

hijo.

— Ven, campeón, papi tiene que trabajar. — Joonie, algo triste, soltó su mano, viéndolo salir
de la oficina. El cachorro miraba con ansiedad la puerta y eso no pasó desapercibido para el
mayor. — Tú sabes algo, ¿Verdad, Joonie?

El menor miró a su papá Alfa para luego jugar con sus deditos, pensando si sería bueno
contarle todo.

— Hay un hombre malo... — Finalmente dijo.

— ¿Un hombre malo? ¿Dónde? — Frunció el ceño.

— Supermercado. — Se cruzó de brazos.

— ¿Había un hombre malo cuando fueron al supermercado? — El cachorro asintió. — ¿Y por

qué es un hombre malo?

— Él dijo cosas feas a papi, pero yo le gruñí así. — Le mostró a su padre sus dientitos.

— ¿Sabes qué le dijo? — El menor lo pensó unos segundos.

— Que yo no tenía papá Alfa y que nadie lo quería, pero no es cierto, porque nosotros
amamos a papi.

NamJoon asintió, tomando a su hijo en brazos hasta el escritorio para sentarse con él en sus
piernas. Sin duda, hablaría con SeokJin acerca de ese tema. Con las palabras de su cachorro,
sin duda, sabía de quién se trataba y ahora todo tenía sentido, pero de pronto el chillido que
soltó Joonie, llamó su atención.

— ¡Es él! Él es el hombre malo. — Gruñó el pequeño y los ojos de NamJoon se abrieron en
grande al ver lo que le apuntaba su hijo.

***
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SeokJin entró al cuarto donde se llevaban a cabo las secciones de fotografías, notando que
todo el equipo ya estaba colocado y solo faltaba él para comenzar.

— Buenos días, chicos, ya estoy aquí. Disculpen la tardanza. — Se disculpó el azabache.

— Descuide, señor Kim. — Habló el camarógrafo Lee. — Su ropa está aquí. — Se la entregó.

El Omega entró al vestidor y se colocó el conjunto, el cual era un traje elegante de color
rosado pastel con blanco, el cual marcaba su bella figura.

Cuando por fin estuvo listo, salió del vestidor con una sonrisa, la cual se esfumó.

— Vaya, esto debe ser más que casualidad. — Sonrió aquel Alfa. — Así que tú eres el gran
modelo del que muchos hablan, la verdad es que me sorprende. Desde que me fui de Seúl no
había sabido nada de ti, pero encontrarte en el supermercado y ahora aquí, es...

— Nada. — Lo calló el Omega. — Espero que entiendas que esto es únicamente trabajo, así
que sé profesional. — Sin más, SeokJin pasó a su lado para hablar con el equipo.

Su lobo aún se sentía inseguro con su presencia, pero el Omega ya no quería sentirse así.
Quería ser fuerte, demostrar que ya nadie lo vería débil de nuevo.

— Muy bien. Ustedes deben posar justo aquí, como una pareja de enamorados.

SeokJin se maldecía por dentro, pero acató la orden sin queja, colocándose en su puesto,
tomando un poco de distancia. Le repugnaba el simple hecho de estar a su lado.

— Un poco más cerca. Señor Choi, tome de la cintura al señor Kim y mírense directamente a
los ojos.

El azabache quería negarse, pero el firme agarre en su cintura lo hizo callar. Se sentía
sofocado por el simple hecho de sentir la mirada de aquel hombre.
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— ¿Acaso esto no te trae lindos recuerdos? — Susurró cerca de su rostro.

— Vete al diablo. — SeokJin desvió la mirada, dando una plena vista de su cuello y su bella
marca.

— Vaya, así que sí tienes una marca. — Su agarre en la fina cintura se intensificó, un poco
celoso. — Quién es el pobre desafortunado.

— Te exijo que en este mismo instante retires tus manos de mi esposo. — La voz del Alfa
resonó en la habitación, acompañado de un gruñido del cachorro a su lado.

— Así que te casaste con el jefe de esta empresa. — Rió con burla, soltándolo. — Veo que al
final sí te fijas en la cantidad de ceros. — Y el sonido resonó.

El pecho del azabache subía y bajaba de la rabia, había llegado a su límite de paciencia y ya
no iba a permitir que ese hombre siguiera tratando de humillarlo, y menos frente a su
familia.

— Estoy cansado de ti. Ya no soy un chico de 17 años al cual puedes tratar y pisar a tu antoja.

— Es gracioso que lo digas cuando todo tu cuerpo tiembla con mi sola presencia. Al final,
siempre vas a ser el mismo SeokJin.

— Te equivocas, porque yo sí tengo personas que me aman y están a mi lado. Pero ahora te
veo, y me doy cuenta que el único que está solo, eres tú, y siento mucha pena por ti, porque
dudo que alguien quiera estar a tu lado. Yo lo di todo por ti, pero no me supiste valorar y el
único culpable, fuiste tú. Ya no eres nada ahora en mi presente. — Sin más, caminó junto a su
Alfa y cachorro, dejando a SukJung con la palabra en la boca.

La mirada de NamJoon era seria y dirigida a ese Alfa. Tomó de la cintura a su Omega antes
de cargar a su hijo.
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— Esta colaboración queda cancelada, dile a tu jefe que mi empresa no volverá a colaborar
con ellos, así que Largo. — La voz de mando del rubio grisáceo, hizo estremecer al Alfa.
SeokJoon, por su lado, le sacó la lengua al hombre antes de irse con sus padres.

Al llegar con Yuna, NamJoon le pidió que cuidara a Joonie por unos minutos, ya que él tenía
que hablar de unos asuntos con su esposo, la chica no se negó y tomó al pequeño en brazos,
viendo cómo la pareja entraba a la oficina.

SeokJin caminó hasta quedar en el centro de la oficina y se abrazó a sí mismo, esperando el

regaño de su Alfa, el cual nunca llegó, pero sí sus brazos, rodeándolo por la cintura desde la
espalda.

— Lo siento... — Susurró en su oído, abrazándolo un poco más fuerte. — Debí saberlo, en

verdad lo siento...

— No es tu culpa, yo también debí decirte todo, solo no quería que me vieras débil... Ya no
quería ser el mismo Omega débil...

— SeokJin, jamás me has parecido un Omega débil, siempre te he visto como el Omega más
fuerte. Has pasado por mucho y mírate, aún sigues de pie, no cualquiera soporta tanto y por
eso eres digno de admirar, mi amor. — El Alfa hizo a un lado el traje del menor, depositando
un beso sobre su marca.

El azabache, instintivamente, movió la cabeza a un lado, dejando más acceso en su cuello,

sintiendo su cuerpo estremecerse con el tacto y cariño de su Alfa.

— Tú y mi hijo son todo lo que necesito en este mundo, te prometo no volver a ocultarte
nada. — El Omega se volteó, quedando de frente mirando al rubio grisáceo a los ojos.

— Te amo, mi valiente Omega.

— Te amo, mi tonto Alfa.

— ¿Ya está todo listo? — El rubio preguntó al ver que el Alfa de su amigo estaba
completamente cambiado. Era un poco extraño verlo con esa sudadera negra y pantalones
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de chándal, cuando normalmente parecía que los trajes eran su segunda piel. — YoonGi
acaba de checar todos los trámites, así que, si ya están listos, ya podemos irnos.

— Muchas gracias, Jiminie, pero yo me encargo, ayer, por la tarde, Sehun trajo un coche para
nosotros, así que yo lo llevaré a casa. — Habló en voz baja para que solo Jimin pudiera
escucharlo.

— Si es así, me voy. — Le regaló una sonrisa antes de abrazarlo y salir de la habitación.

Una vez su amigo salió, Taehyung se volteó a ver a su Alfa que veía algo en su móvil,
claramente iba a tener mucho trabajo acumulado después del tiempo que pasó en el
hospital, o eso creía él.

— ¿Ya estás listo? — Se acercó, quedando frente a él para llamar su atención.

— ¿Eh? Ah, sí. Solo le mandaba un par de mensajes a Yerim, pero me dijo que alguien había
estado trabajando en mi ausencia. — Se puso de pie, alzando una ceja, por lo que el menor
desvió la mirada.

— ¿En serio? — Juntos salieron de la habitación rumbo fuera del hospital. — Eso es genial.

— Estuviste trabajando tú solo. — Lo enfrentó una vez que estuvieron fuera del hospital.

— Bueno, solo, solo, no. Yerim me estuvo ayudando y asesorando. — Aclaró. — Solo no
quería que tuvieras que preocuparte por el trabajo, sé que solo soy un practicante y no debí
meterme sin tu autorización, pero...

— Hey... — Lo frenó, acariciando su mejilla con su mano derecha, ya que la izquierda aún
continuaba inmóvil y el vendaje no sería retirado hasta dentro de 5 días más. — No te estoy
recriminando nada y tampoco me molesta, porque sé que eres un chico muy inteligente y
puedes con el trabajo, solo no me parece justo que estuvieras trabajando tanto tiempo tú
solo en la empresa. — Su pulgar acarició con suavidad la mejilla del castaño. Aún le
preocupaba ese francesito.
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— Descuida, no fue para tanto, Yerim siempre estuvo conmigo en todo momento y me la
pasé en tu oficina la mayor parte del tiempo. — Le sonrió con sus ojos brillantes.

Claramente, Taehyung omitió el hecho que se topó un par de veces a Evans, ya que no fueron
la gran cosa, solo fueron simplemente palabras bonitas e intentos de coqueteo hacia él, los
cuales ignoró por completo, pero en ningún momento trató de propasarse o algo, por eso no
creyó necesario decírselo.

— ¿Y YoonGi? — Esta vez Jungkook miró hacia todos lados, captando la soledad de la calle,
ya era un poco tarde.

— Le dije a Jimin que se podían ir, porque seré yo quien te lleve a casa. — Dijo, ensanchando
a un más su bella sonrisa rectangular, provocando que sus ojos se cerraran casi por
completo.

— ¿Tú...? ¿Acaso sabes manejar? — Frunció el ceño al ver que Taehyung abría la puerta de su
McLaren 720s Coupé. — ¿Cómo abriste la cochera? — Ese era uno de los autos favoritos de
Jungkook, por eso lo cuidaba mucho.

— Me ofendes, y Sehun fue el que la abrió, yo solo escogí el coche. — Se encogió de hombros.

— ¿Y de todos, elegiste ese?

— Es lindo, ¿Verdad? — A Taehyung le había gustado desde que lo vio, sobre todo ese color
gris oscuro que brillaba. — Vamos, sube, no seas llorón.

Con el alma colgando en un hilo, subió a su querido auto, colocándose el cinturón de

seguridad para luego mirar a su Omega que ya traía el suyo puesto y se disponía a encender
el auto.

— Espera... — Lo frenó. — Hazlo despacio, amor. Acabo de salir del hospital, en serio no
quiero regresar tan pronto. — Taehyung puso los ojos en blanco ante la exageración de su
Alfa.
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— Sé lo que hago. Cuando te fuiste a Tailandia, hace casi dos años, Sehun me enseñó a
manejar, así que relájate. — Nuevamente, intentó encender el auto, esta vez, consiguiéndolo.

Poco a poco el auto comenzó a moverse, entrando en las calles. Ya que estas estaban algo
vacías, el Omega comenzó a subir un poco la velocidad solo para molestar un poco a su Alfa
que comenzaba abrir los ojos de par en par.

— T-Tae, Tae, estás subiendo mucho la velocidad. Tae, ¡La velocidad! — El nombrado no
pudo evitar reír, bajándola para ir en una moderada.

— Deberías ver tu cara, parecía que tus ojos se iban a salir. — Su risa inundaba el interior del
auto.

— No es gracioso, y no juegues así, puedes provocar un accidente.

— Uy, qué señor tan gruñón. Descuida, Chanyeol me enseñó bien. — Su sonrisa se fue al
darse cuenta de sus palabras.

— Creí que habías dicho que Sehun te había enseñado. — Jungkook lo miró, alzando una
ceja.

— Bueno, es que Sehun no podía enseñarme todo el tiempo, y pues... Chanyeol también es
un gran maestro.

— Sí, seguro lo es, no quiero ni imaginarme las lecciones que te daba. — Puso los ojos en
blanco con molestia mirando la ventana.

— ¡Oh, vamos! No puedes ponerte celoso, no estábamos juntos y no hice nada, solo me
enseñó a conducir.

— Lo sé, pero no me gusta pensar que si yo hubiera estado, podría haberte enseñado a
conducir.
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— La verdad, lo dudo. Lo más seguro es que las lecciones hubieran terminado en sexo y
apenas sabría mover la palanca de cambios. — No pudo evitar reír, sacándole una sonrisa
también al Alfa. — Pero descuida, seré tu chófer por ahora.

— Me gusta la idea de tener un chófer así de sexy, estaría encantado de pagar por tus
servicios.

— Espero que hablemos de dinero, porque si no, no quiero pensar que de la misma forma le
pagabas a Sehun y a Jackson. — Hizo una mueca de disgusto. — A propósito... Desde que
dejé la casa, cuando te fuiste, no he vuelto a ver a Jackson. ¿Lo despediste?

— No, él es más que un guardaespaldas para mí. Ha estado en mi familia desde que me
adoptaron, nunca sería capaz de despedirlo.

— ¿Entonces? — Insistió.

Jungkook lo pensó un poco antes de soltar un suspiro.

— Está en una investigación, está buscando la tumba de mi madre biológica y... — Hizo una
pausa para continuar. — También está buscando el paradero de tu padre.

Escuchar esas dos últimas palabras, hicieron que Taehyung frenara, por suerte nadie venía
tras de ellos, porque seguro eso hubiera ocasionado otro accidente más. El Omega apretó el
volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos por la presión que ejercía.

— ¿Taehyung... Estás bien? — Jungkook posó su mano sobre el muslo del menor, dando una
leve caricia, sacándolo de su trance.

— ¿Eh? Sí... Lo siento. — Sacudió su cabeza, poniendo nuevamente el auto en marcha. — Y...
¿Has tenido algún tipo de información de él?

— Jackson solo descubrió que ya no vive aquí en Seúl, hace un tiempo se fue a Londres, por
lo cual Jackson está ahí, pero es difícil encontrar a alguien del cual no conocemos su
nombre, aunque sabemos que anteriormente usaba el sobrenombre: Vante.
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— ¿Desde cuándo estás buscando a mi... Padre?

— Cuando volví a Seúl. Por eso, Jackson no ha estado conmigo en este tiempo que volví,
viaja cada dos veces al mes a Londres, pero parece que Vante es un hombre que viaja por
distintos lugares del mundo.

Finalmente, llegaron a la casa. El castaño aparcó el auto, apagando el motor y quitando las
llaves para recostarse en el asiento.

— ¿Por qué no me dijiste nada?

— No quería decírtelo solo así sin tener toda la información, estoy seguro que esto es un
tema delicado para ti.

— Jungkook... Gracias, pero ¿realmente crees que ese hombre quiere saber algo de mí? Se
fue dejando a mi madre embarazada, no creo que realmente a él le importe algo sobre mí...
— Se escuchaba melancolía en su voz.

— Si algo he aprendido con el tiempo, es que no es bueno juzgar a alguien sin escuchar la
parte de la historia desde su propia boca. — Lo miró. — YoonGi y su padre son un claro
ejemplo.

— Pero... ¿Y si él realmente me abandonó porque no me quería? — Sus ojos se cristalizaron.

— Yo no podría soportarlo...

— Hey, yo siempre voy a estar a tu lado, sin importar nada. Si Jackson logra dar con su
paradero, primero yo hablaré con él, si no vale la pena, créeme que no dejaré que se te
acerque, pero si él realmente tiene una buena explicación, deberías escucharlo. — Acarició
su mejilla.

— Yo... Lo voy a pensar.

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por Srta_YoonTae

Jungkook se cambió de ropa con ayuda de su Omega, ya que era algo complicado con la
inmovilización de su brazo izquierdo.

Con mucho cuidado, Taehyung sacó el brazo derecho del mayor, luego el izquierdo y de
último su cabeza para así quitar por completo su sudadera, dejándolo con su abdomen
expuesto.

Como el Alfa se encontraba sentado en el borde de la cama y el castaño estaba entre sus
piernas, lo abrazó con su brazo derecho y ocultó su rostro en el pecho de Taehyung,
sacándole unas risitas.

— Me haces cosquillas. — Peinó sus largas hebras hacia atrás, provocando que el mayor
alzara la mirada. — Creo que necesitas un corte de cabello.

— Creí que te gustaba con el cabello largo. — Cerró los ojos, concentrándose en las caricias.

— Claro que me gusta, pero podríamos cortar un poco tus puntas, pero solo un poco, me
encanta que mis dedos se pierdan entre tus hebras. — Dejó un beso en sus labios.

— Solo si tú me lo cortas. — Taehyung no pudo evitar reír.

— Yo no sé cortar cabello.

— Pues tendrás que aprender si quieres que mi cabello sea cortado. — El Omega negó con la
cabeza, mordiendo su labio. Jungkook siempre hacía eso para salirse con la suya.

Finalmente, el menor terminó de quitarle la ropa al azabache, dejándolo únicamente en

bóxer para luego él quedar de la misma forma.

Ambos se acomodaron entre las sábanas y se abrazaron con cuidado.

— Se siente bien volver a casa. — Jungkook besó la frente de su Omega con cariño.
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— La cama se sentía vacía sin ti a mi lado. — Confesó el castaño, respirando el aroma de su

Alfa.

— Ahora todo tiene sentido. Cuando éramos niños, te gustaba dormir de esta misma forma.
— Acarició sus cabellos castaños con su mano derecha. — Por eso cuando nos encontramos y
dormimos juntos la primera vez, no tuve pesadillas.

— Al final nos terminamos volviendo a encontrar, no puedo creer que olvidé tu nombre. — Se
lamentó.

— Es entendible, eras solo un niño. Yo también, al bloquear mis recuerdos dolorosos,

bloqueé tu recuerdo.

— No lo entiendes, él lo sabía, mi lobo lo sabía desde el primer momento que te conocí

después de la subasta, mi lobo me dijo que tú eras nuestro Alfa y yo no lo quise escuchar. —
Apretó sus labios.

— Taehyung, no tiene caso que te sigas culpando por tu lobo...

— Pero es la verdad, fui malo con él, por eso estoy solo... Ya no sé si realmente él puede
volver o si ya lo perdí por completo. Esto es tan doloroso. — Sus lágrimas comenzaron a
bajar por sus mejillas.

— Hey, Taehyung... Escúchame, sé que sigue ahí, mi lobo y yo lo podemos sentir, solo no te
rindas, no te des por vencido, lucha por él. — Jungkook juntó sus frentes, escuchando el
sollozo de su amado y su lobo no pudo evitar aullar de tristeza. — Si algo te pasa, yo no
podría vivir; mi vida eres tú. Todavía nos queda mucho camino por recorrer. Dijiste que
querías que formáramos una familia, hagámoslo, pero, por favor, nunca pienses en rendirte.

El Omega abrió un poco los ojos, admirando el rostro de su Alfa. Sus manos viajaron hasta él,
justo cuando la luz de la luna se filtró por la ventana, iluminando a ambos cuerpos como si
fuera un bello manto.
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Por un momento, otra vez eran simplemente dos niños sobre la gran cama, mirándose uno al
otro, con el sueño de ser un día grandes y estar juntos como Alfa y Omega, hasta que
finalmente el sueño los venció.

El Omega permanecía sentado frente a la mesa de aquella cafetería, revolviendo con una
cuchara su taza de chocolate caliente, ya que esa mañana era algo fría.

Sus dedos resonaban contra la mesa un poco ansioso, mirando la hora en su móvil, ya
habían pasado 25 minutos desde que había llegado.

— Tae, lo siento, se me hizo tarde... — Su respiración era algo agitada, como si hubiera
corrido.

— Descuida, Hobi, acabo de llegar. — Mintió, pero no quería que el Alfa se sintiera mal por
llegar tarde a su reunión.

Hoseok le sonrió al castaño antes de tomar asiento frente a él y ordenar un café con leche,
acompañado con galletas para ambos.

— ¿Cómo has estado? Supe del accidente de Jungkook, siento no haber ido a verlos. — Dijo
apenado, pero Lisa se estaba quedando en su casa y no creyó bueno ir a verlos, después de
la tensión entre todos ellos.

— Mejor, los dos estamos mucho mejor, no te preocupes. Jungkook por el momento está en
casa descansando, pero pronto regresará a la empresa.

— Eso es bueno. — Le dio un leve apretón a la mano del Omega. — Te noto mucho mejor
también a ti.
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— Eso es porque por fin lo encontré. Recuerdas que cuando estábamos juntos en el orfanato,
te conté de un compañero que tuve antes de ti. — El pelirrojo asintió. — Todo este tiempo
Jungkook era ese niño, no podía recordarlo, porque éramos tan pequeños, pero ahora todo
tiene sentido. — Dijo con emoción.

— Vaya, jamás me hubiera imaginado que Jungkook haya estado en el mismo orfanato que
nosotros. ¿Y ya fueron al orfanato?

— No, aún no hemos podido, pero tenemos pensado ir pronto. — Mordió su labio. —
Jungkook y yo queremos adoptar un cachorro. — Los ojos de Hoseok se abrieron en
demasía.

— Tae, eso es una muy buena noticia, me alegro por ustedes. — Sonrió con gusto, pero la
sonrisa de Taehyung desapareció y bebió un poco de su chocolatada para tomar una pausa.

— Hobi... Yo, quería disculparme... Estuvo mal la forma en la que actué ese día, tú no tenías la
culpa de nada. — Bajó la cabeza, mirando su bebida.

Un suspiro fue lo primero que Taehyung escuchó, antes de que el mayor deslizara su mano
sobre la mesa para que ambos entrelazaran sus dedos. El Omega no pudo evitar levantar la
mirada y encontrarse con los ojos café oscuro del pelirrojo.

— No estoy molesto, creo que nunca sería capaz de enojarme contigo. — Le sonrió,
acariciando el dorso de su mano con su pulgar, con delicadeza. — Entiendo tu postura ese
día, yo hubiera actuado de la misma forma. — Suspiró nuevamente. — Pero créeme, no estoy
enojado contigo, eres como mi hermanito. — Las mejillas del castaño se tintaron.

— Creí que me odiabas... Ya sabes, no habías contestado mis llamadas... — Bajó un poco la
mirada.

Hoseok se sintió mal al ver al menor así, su intención nunca fue esa. Simplemente,
necesitaba tiempo para procesar todo y sobre todo estaba pensando en una forma para
explicarle a Taehyung que Lisa y él estaban "juntos" de cierto modo.
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— Tae... Sé que tal vez no lo llegues a entender, pero decidí darle una oportunidad a Lisa... —
Taehyung alzó la mirada, frunciendo el ceño.

— ¿Qué? Tienes que estar bromeando. — El Alfa solo desvió la mirada. — Hobi, nos mintió a
todos, y te apuesto que jamás te iba a decir sobre tu hijo.

— Yo lo sé, pero puede cambiar...

— ¿Cambiar? Discúlpame, Hobi, pero ella nunca lo va a hacer, no es la primera vez que trata
de separarme de Jungkook. — El menor no alzó la voz, pero sí se sentía molesto.

— ¿Por qué no? Jungkook cambió con tu apoyo, ¿Por qué ella no puede con el mío? —
Hoseok seguía sereno.

— Es diferente, Jungkook no lastimó a nadie más que a mí y yo decidí perdonarlo.

— También la lastimó a ella, porque quieras o no, jugó con los dos. — Taehyung apretó sus
labios soltándose de las manos del mayor.

Ahí fue donde el pelirrojo se dio cuenta del error en sus palabras y se arrepintió.

— Tae... Yo, lo siento, no lo quise decir así. — Tomó su rostro entre sus manos, sintiéndose
frustrado. — Solo trata de entenderme también... Ella es la madre de mi hijo... Soy
consciente del mal que te hizo, pero no puedo darle la espalda cuando mi hijo está en su
vientre. Nosotros, más que nadie, sabemos cómo se siente la falta de un padre.

Una punzada en el pecho de Taehyung apareció, claro que sabía cómo era crecer sin alguno
de sus padres, lo seguía viviendo en carne propia, Hoseok tenía razón, el cachorro no tenía la
culpa de nada.

— Siempre te voy a apoyar. — Finalmente dijo, soltando un suspiro. — Tú siempre has estado
para mí, ahora es mi turno, solo no me pidas que la reciba con los brazos abiertos.
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— Yo lo sé, sé que no será fácil que la perdonen, pero créanme que está trabajando en ello. —
Aseguró. — Gracias, TaeTae. — Ambos se volvieron a tomar de las manos.

El Omega soltó un suspiro. Realmente, quería creer en las palabras de su amigo y que Lisa ya
no sería una amenaza para él y Jungkook.

La mañana siguió transcurriendo, hasta que finalmente tanto Hoseok como Taehyung
tuvieron que despedirse, las cosas entre ellos habían quedado aclaradas, así que su amistad
seguía intacta.

— ¿Gustas que te lleve a algún lado? — Se ofreció el mayor.

— No, descuida, traje auto. Con eso de que Jungkook no puede mover el brazo izquierdo, soy
su nuevo chófer. — Bromeó.

— Claro, no puede manejar. Bueno, entonces nos vemos. — Le dio un corto abrazo como
despedida.

El Omega, una vez se despidió del pelirrojo, dio media vuelta para también subir al auto y
encenderlo. Su plática con Hoseok lo había dejado pensativo.

Miró a los lados y conducía lento, lo que menos necesitaba era que otro loco le provocara un
accidente también a él.

Decidió parar en el restaurante de su Noona Sana para comprar comida y llevarla a casa, lo
más seguro era que Jungkook estaría haciendo algún berrinche porque tardó más tiempo
del que había dicho, así que lo compensaría con una buena comida.

Al llegar a casa, Taehyung no perdió el tiempo para subir hasta la habitación con la comida,
encontrando a su Alfa sentado en la cama, recargado en la cabecera con el dorso
completamente desnudo. Traía unos anteojos puestos, su cabello atado mientras tecleaba
algo en su laptop, usando solo su mano derecha, ya que la izquierda aún estaba inmóvil.
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Vaya vista que estaba teniendo del Magnate, no pudo evitar recargarse en el umbral de la
puerta mientras mordía su labio, admirándolo.

— ¿Piensas quedarte ahí? — Habló el azabache, aún sin levantar la vista del aparato.

— Lo estoy pensando seriamente. — Acarició sus propias hebras.

— Llegas tarde, por un momento creí que ya no vendrías a la casa. — Por fin levantó la
mirada, observando al castaño.

— Se me fue el tiempo volando sin darme cuenta. — Se encogió de hombros, entrando

finalmente a la habitación. — Pero esperaba que me perdones con comida. — Le mostró la
bolsa de plástico, alzándola hasta la altura de su rostro.

— ¿Estás tratando de sobornarme con comida? — Cerró su laptop.

— ¿Yo? No, claro que no. — Alzó una ceja Jungkook. — Quiero agregar que mi soborno es
muy rico, además, te lo traje hasta la cama.

El mayor rodó los ojos, colocando su aparato sobre la mesita de noche y moviéndose a un
lado para darle un espacio a su Omega en la cama para que se sentara, el cual, gustoso, se
sentó a su lado.

— No sabía que usabas anteojos, de hecho, nunca te había visto usar. — Dijo, sacando platos
con arroz y Jajangmyeon, junto a una botella de vino de uva sin alcohol.

— No me gusta usarlos, pero desde el accidente, me duele la cabeza si no los uso a la hora de
estar en la computadora. — Soltó un suspiro, quitándose las gafas para tallar sus ojos.

— Deberías estar descansando. — Hizo un puchero el Omega al ver la frustración de su Alfa.

— Sabes que no pienso dejarte que trabajes tú solo. No te preocupes, debe ser porque el
accidente es reciente. — Acarició el muslo de su chico y le regaló una sonrisa. — La comida se
ve muy rica.
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Taehyung soltó un suspiro, acomodándose mejor en la cama y acomodando los platos frente
a ellos, quitándoles las envolturas de plástico transparente.

— Lo compré en el restaurante de Noona Sana, de hecho, te mandó Patbingsu como cortesía

por tu accidente.

— Tendré que ir después a agradecerle.

Ambos comenzaron a comer mientras Taehyung le contaba a Jungkook sobre su plática que
tuvo con Hoseok con respecto a Lisa, el Alfa se sentía decepcionado de su amiga y en parte
se sentía culpable, porque él nunca fue justo con ella y la dejó ilusionarse, cuando él no
sentía nada.

Su parte humana no podía dejar de querer a Lisa, porque, al final, ella fue una gran amiga
para él cuando estuvo viviendo en Tailandia, pero su lobo ya no podía confiar en ella, la
había perdonado una vez y ahora se sentía traicionado.

Cuando terminaron de comer, Taehyung recogió todo, colocándolo nuevamente en la bolsa

de plástico para llevarlo a la cocina y tirarlo a la basura para después subir con el Patbingsu.

— Oye, Tae, lo estuve pensando y después de haber tenido el accidente, me di cuenta que la
vida puede escaparse de nuestras manos en cualquier momento... — El menor hizo una
mueca de disgusto.

— No hables de esos temas, no me gusta. — Esa sensación de casi haberlo perdido lo había
dejado con un mal sabor de boca y no quería volver a sentir ese vacío tan sofocante.

— A lo que me refiero es que me di cuenta que quiero formar una familia contigo, y me
contacté con la madre Rim del orfanato, le conté que yo estuve ahí cuando era niño y al final
toqué el tema de la adopción.

— ¿Estás hablando en serio? — Taehyung no sabía cómo reaccionar, si gritar, brincar, llorar,
estaba en shock.
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— Claro que sí, eres mi todo, Taehyung, y sé cuánto anhelas que tengamos un hijo. — Tomó
los Patbingsu y los colocó sobre la mesita de noche antes de tomar su mano. — Y por ti,
Taehyung, soy capaz de bajar el cielo entero a tus pies si me lo pides. — Los ojos del castaño
se cristalizaron y un sollozo escapó de sus labios.

— ¿De verdad vamos a adoptar un hijo? — Las palabras salían con dificultad debido a las
lágrimas. El Alfa asintió, limpiando sus lágrimas con su pulgar.

— La madre Rim me dijo que podemos ir cuando queramos, podemos interactuar con los
niños unos días hasta escoger uno. — Taehyung no pudo más y se echó sobre el mayor, con
cuidado de no lastimarlo.

— Sí quiero, sí quiero... — Decía entre sollozos mientras sus lágrimas mojaban la piel
expuesta del azabache.

— Cuando tú quieras podemos ir. — Acarició su cabello con delicadeza.

— Vayamos hoy, justo ahora. — Lo miró con un brillo en los ojos.

— Tú mandas. — Le sonrió sin dejar de admirar el brillo en su mirada. — Pero tendrás que
ayudarme a vestirme y tú manejas. — Le advirtió, por lo que Taehyung asintió entusiasmado.

Sin duda, el Alfa estaba seguro que no había nada más bello que ver de esa forma a su
Omega, con esa chispa cargada de vida y alegría, él no merecía estar triste, él merecía el
mundo entero y Jungkook haría todo porque él sonriera así todos los días de su vida.

Taehyung manejaba sin borrar su sonrisa en ningún momento y su Alfa no hacía más que
contemplarlo, no necesitaba una marca para sentir todo lo que su Omega estaba sintiendo,
por lo cual no pudo evitar sonreír al sentir cómo su lobo meneaba la cola como todo un
cachorro.
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— Te ves muy bien tras el volante.

— Realmente, este auto es una belleza, debería dedicarme a corredor de autos. — Bromeó.

— Hablando de eso, tus prácticas están a punto de terminar, ¿Cierto?

— Ah, sí, la siguiente semana es la última, y por fin seré todo un chico graduado de la
universidad. — Dijo con emoción.

— ¿Y en tu universidad tendrán una celebración o solo entregarán los diplomas? — Preguntó

curioso.

— Claro que habrá celebración, y la entrega de diplomas la hacen los jefes de la empresa.

— ¿Eso quiere decir que yo te entregaré tu diploma? — Sonrió de lado con picardía.

— Claro, el gran Magnate Jeon Jungkook me entregará mi diploma. — Le siguió el juego.

— Me gusta cómo suena cuando lo dices así. — Infló su pecho con orgullo. — Me imagino que
Jimin y YoonGi estarán ahí para entregarle su diploma a Luhan.

— Sí. También estarán NamJoon, SeokJin y SeokJoon, pero los jefes de empresas se retiran
después de la entrega.

— ¿Eso quiere decir que me tengo que ir?

— Oh, no, yo... Pretendía pedirte que fueras mi pareja en la fiesta.

— Es una suerte que ya no tendré esta cosa para el día de tu graduación. — Apuntó su brazo
izquierdo.

Los dos siguieron platicando sobre el tema, hasta que llegaron al orfanato. Cuando
Taehyung estacionó el auto, una bomba de sentimientos lo atacó. Sintió nervios, felicidad,
miedo, ansiedad, hasta que la mano de Jungkook tomó la suya.
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— Está bien. — Lo tranquilizó desprendiendo su aroma, por lo cual el castaño se sintió más
seguro.

Ambos bajaron, acercándose al gran portón de entrada, donde arriba de él decía en grande
"Orfanato Esperanza". El corazón del Omega latió con fuerza, porque, aunque siempre había
ido ahí, sabía que esta vez era diferente.

— Taehyung, cariño. — Apareció la madre Rim con una sonrisa, abriendo el portón para
estrecharlo entre sus brazos. — Ha pasado tanto tiempo desde tu última visita.

Y era verdad, el último año había sido el más pesado para Taehyung, por lo que estuvo
visitando el orfanato una vez al mes, y luego ya no pudo, de eso ya casi 7 meses.

— Lo siento mucho. — Le regresó el abrazo. Realmente, la había extrañado.

— Y viniste con el hombre guapo. — Su atención había cambiado ahora a Jungkook. — Sabía
que tu nombre y tu rostro se me hacía conocido, eras aquel niñito que se la pasaba detrás del
pequeño Taehyung. — Las mejillas de ambos se tintaron.

— Algunas cosas nunca cambian. — Pasó su mano por su nuca, aún avergonzado el
azabache.

— Tienes razón, jovencito. Pero adelante. — Se hizo a un lado para dejarlos pasar. — Me
parece divino que los dos volvieran, y más aún con la idea de adoptar un cachorro, muchos
niños fueron adoptados este año y otros nuevos han llegado, así que, seguro, verán caritas
nuevas.

— La idea fue de mi Tae, y yo no puedo negarle nada. — Ambos iban tomados de la mano y
eso emocionó aún más a la Beta.

— Eso es bueno, porque el Omega siempre tiene la razón. — Le guiñó un ojo la vieja Beta, por
lo que las mejillas de Tae se pintaron de carmesí aún más.

— Ya viste, Jungkook, como quedaron las remodelaciones, el lugar se ve tan distinto ahora.
— El Omega trató de cambiar de tema, mostrando cómo ahora todo estaba pintado de bellos
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colores con unos cuantos dibujos como decoración en las paredes, los muebles, todo
estaban en buen estado.

— Tienes toda la razón, todo se ve muy bello.

— Todo es gracias a usted. Los niños ahora tienen una mejor calidad de vida.

— Es lo mínimo que podíamos hacer, aquí fue donde viví cuando no tenía nada y este fue el
hogar de Taehyung.

La mujer terminó de mostrarles todas las remodelaciones del lugar y las áreas que habían
expandido, como la biblioteca, el comedor y hasta habían puesto un salón de baile y de arte,
todo para que los niños pudieran estar más a gusto. En el camino se fueron encontrando con
algunos niños de distintas edades, tres de ellos se alegraron de volver a ver a Tae mientras
los otros parecían ser nuevos.

— Bueno, los niños están en el jardín jugando, los dejaré solos para que puedan tratar con
ellos. Ambos saben el camino. Cuando hayan terminado, pueden ir a mi oficina.

— Muchas gracias. — Agradecieron ambos.

Cuando la vieja Beta se fue, los dos se miraron con una sonrisa para después caminar por el
pasillo hasta llegar al gran jardín, el cual ahora contaba con juegos y algunas mesitas y sillas
para que los niños pudieran descansar o dibujar al aire libre.

— Son muchos. — Habló Jungkook. Sin duda, eran más de los que recordaba, algunos
jugaban, otros platicaban o dibujaban.

— Casi todos son nuevos, siento que hace una eternidad que no vengo. — Soltó un suspiro.

— Pues creo que ya es hora, tú nos guías. — Apretó su mano.

Taehyung tomó un respiro antes de empezar a caminar por el jardín, mirando a todos los
niños. Habían muchos niños tan pequeños y otros más grandes, no sabía cuál elegir, todos
eran muy lindos, le encantaría poder adoptar a todos. Había una niña de coletas, la cual le
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dedicó una sonrisa cuando lo vio y su corazón se derritió.

— Jungkook... Yo... No lo sé, todos son muy lindos.

— Descuida, esta solo es una visita para que los conozcamos, no tienes por qué tomar una
decisión ahora. — Besó su mejilla.

Taehyung mordió su labio, volviendo a mirar a todos los niños, pero su vista se detuvo en
una zapatilla que sobresalía detrás de un árbol. Curioso se comenzó a acercar.

Jungkook lo seguía de cerca, pero continuaba mirando a todos los niños, sin poder imaginar
que Taehyung y él habían sido igual a ellos.

Cuando por fin estuvo cerca, notó una cabellera rubia, era un niño, el cual tenía un libro
entre las piernas, se veía muy pequeño para leer un libro sin nada más que puras letras, se
veía muy en su mundo como si no hubiera más niños riendo y jugando a su alrededor.

— Hola... — Lo llamó Taehyung, hincándose junto a él.

El pequeño, al notar su presencia, no pudo evitar sobresaltarse un poco.

— Hola, señor... — Bajó la mirada. — Los Alfas y Betas están de ese lado. — Apuntó con su
dedito al área de juegos, aún sin levantar la mirada.

Tanto Taehyung como Jungkook se sorprendieron de las palabras, sin contar lo bien que
hablaba. El castaño trató de no hacer caso a sus palabras y volvió a hablar.

— ¿Cuántos años tienes? — El niño jugó con sus deditos.

— Hmm... Cuatro... — Nuevamente, la pareja se sorprendió, el cachorro solo tenía 4 años.

— ¿Y qué libro estás leyendo? — Esta vez fue el Alfa, quien se agachó junto a su Omega.

— El principito...

— ¿Cómo es que sabes leer a tus cuatro años? — Ni Taehyung que leía desde muy pequeño,
sabía a esa edad.
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— Hmm... Las maestras me enseñaron... — Por primera vez alzó su rostro. Sus ojitos miraron
primero al castaño y después al azabache. — ¿Vienen a adoptar?

Taehyung asintió, pero Jungkook volvió a fruncir el ceño, la forma de hablar de ese niño era
muy compleja para su edad, aunque su voz seguía siendo suave y dulce.

— Yo los puedo ayudar. — Dijo con una sonrisa.

— ¿Ah, sí? — Taehyung también sonrió.

— Sí, yo conozco a todos. — Se puso de pie, abrazando su libro.

Los dos adultos no dudaron en ponerse de pie y seguirlo, aunque ambos se miraron con una
sonrisa, se veía realmente tierno.

El pequeño cachorro caminó hasta a los juegos y subió para sentarse en una parte alta, en la
cual quedara a la altura de los mayores.

— Si quieren una niña, una buena opción puede ser Hani, tiene 6 años, ella es muy talentosa,
dibuja muy bonito. — Apuntó a la niña de colitas que le había sonreído a Taehyung. — Dicen
que ella será una muy buena Alfa, pero si quieren un niño, también está Chen, él tiene 8
años...

El niño mostró a todos sus compañeros y amigos, sabía sus nombres y todo de ellos, era
realmente sorprendente.

— Sabes mucho. — Dijo Jungkook.

— Tengo buena memoria. — Se tocó la cabeza con su dedito índice. — Todos son muy
buenos para ser adoptados.

— ¿Y tú? — Preguntó Taehyung, provocando que la sonrisa del rubio se fuera y bajara la
cabeza.

— No... Yo no... — Susurró. Jugó con sus deditos, sintiendo sus ojitos picar. — Ya es tarde, me
tengo que ir... — Antes de que Tae pudiera detenerlo, este se había deslizado por la
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resbaladilla y corrido dentro del orfanato.

Ambos se miraron sin entender lo que había pasado, por lo que prefirieron que ya era
momento de volver con la madre Rim, ya había pasado un buen rato desde que habían ido a
conocer a los niños.

— ¿Cómo les fue? — Preguntó la Beta con una sonrisa al verlos entrar a la oficina.

— Bien... — Tae no dejaba de pensar en ese pequeño.

— Todos son niños muy lindos. — Agregó el Alfa. — Pero, ¿Por qué hay puros futuros Alfas y
Betas?

— Oh, eso... Hace unos meses atrás vinieron los del gobierno. Debido a que casi nunca
adoptan Omegas, abrieron un nuevo orfanato solo para ellos, pero más que nada, es como
un internado. Cada determinado tiempo, vendrán a buscar a los Omegas para ser llevados
ahí.

— ¿Y es un buen lugar? — Preguntó nuevamente el azabache.

— Claro que sí, yo misma fui. Los educan, crían y dan estudios para superarse para que,
cuando alcancen la mayoría de edad, puedan valerse por sí mismos.

— Madre Rim, ¿Puedo preguntar por un niño?

— Claro, Tae. — Lo alentó la mujer.

— Hay un cachorro rubio de cuatro años. ¿Quién es ese niño? — La Beta lo pensó un
momento.

— Oh... Te refieres a Beomgyu. El pequeño llegó después de que se llevaran a los Omegas,
sus padres adoptivos lo trajeron aquí.

— ¿Por qué? — Frunció el ceño al igual que su Alfa.

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— Tú sabes cómo es esta sociedad, cariño. Ellos lo adoptaron en el "Orfanato Baby". — Un

orfanato donde hay puros bebés. — Sabes que es difícil saber el futuro rango cuando son tan
pequeños, por lo que cuando lo adoptaron tenían la idea de que sería un Alfa, ya que su
madre era una Alfa pura y su padre un Omega, pero cuando comenzó a crecer, notaron que
su apariencia era cada vez más parecida a un Omega. — Suspiró. — Así que lo trajeron aquí.
Para él fue muy difícil, porque no es como los demás niños y tendrá ese recuerdo por
siempre.

— ¿A qué se refiere?

— Beomgyu es un niño con hipertimesia.

— Claro, por eso tiene tan buena memoria y habla muy bien para su edad. — Jungkook
comprendía todo ahora.

— Eso es horrible, cómo pueden ilusionar a un niño con una familia y después quitárselo
simplemente por lo que es. — Taehyung estaba realmente harto de que solo por ser Omegas
los trataran de esa forma.

— La vida no siempre es justa, querido Tae. — Dijo con pena la vieja Beta, sabiendo que el
muchacho pasó por lo mismo. Soltó un suspiro. — Tengo algo para ustedes.

Se levantó de su silla y caminó hacia un gabinete, del cual sacó una caja, no muy grande, de
caoba, poniéndola sobre la escritorio. La pareja frunció el ceño algo curiosa, la mujer sacó de
esta algo, entregándoselos.

Eran cinco fotografías. Ambos las miraron y se quedaron sorprendidos, eran ellos de niños.
En una, estaban abrazados con una gran sonrisa; en otra, parecía que estaban jugando, ya
que el pequeño azabache estaba persiguiendo al castañito; en otra, ambos estaban
comiendo galletas; en la siguiente, Tae parecía estar mirando algo, pero los ojos de
Jungkook estaban puestos en él, lo miraba como la cosa más bella; y por último, ambos
estaban durmiendo en la misma cama, abrazados con el peluche de un tigre y un conejo
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blanco.

— Las encontré en un baúl viejo, así que las conservé. Sé que son algo viejas, pero creí que
les gustaría tenerlas. — Los ojos de ambos picaron y le sonrieron a la mujer.

— Muchas gracias. — Agradecieron ambos, volviendo a mirar las fotografías.

Finalmente, después de un rato, tuvieron que irse. Ambos se despidieron de la madre Rim y
le agradecieron por todo, prometiendo que pronto volverían y que en esa ocasión
adoptarían.

— ¿En qué piensas? — Jungkook observó el rostro pensativo de Taehyung.

— No puedo dejar de pensar en lo cruel que puede ser la gente. Viste a ese niño, vi sus ojos y
fue como verme a mí mismo. — Apretó el volante.

— No podemos cambiar el mundo y sé que es difícil, sobre todo para ti, porque tú viviste algo
parecido. — Colocó su mano sobre su muslo. — Pero estoy contigo y sabes que te apoyo,
porque yo también lo miré a los ojos.

Taehyung relamió sus labios y le dio una rápida mirada a Jungkook.

— Yo en verdad quiero...

— Pues hay que comenzar a ambientar una habitación si queremos que esté lista para
cuando vayamos por él. — Le sonrió, apretando su muslo.

El Omega sonrió sin poder creer que pronto adoptarían a ese pequeño, y juntos, los tres
serían una familia, su Alfa, él y ese niño que sería su cachorro, su hijo. Lo iba a amar con tanta
intensidad como si hubiera nacido de él mismo.
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por Srta_YoonTae

El Omega acariciaba su vientre redondo mientras descansaba acostado sobre su cama y

comía helado de menta granizada, estaba viendo una película mientras su Alfa tomaba una
ducha.

— Oh, vamos, Rose, no seas egoísta. Si cada quien hubiera estado 5 minutos sobre la
madera, Jack se hubiera salvado. — Apuntó la pantalla con su cuchara.

Soltó un suspiro frustrado, le gustaba mucho esa película, pero siempre se indignaba con el
trágico final de Jack.

— ¡YoonGi! ¡YoonGi! — De un segundo a otro, apareció el Alfa, con una toalla envuelta en su
cintura y shampoo en su cabello. Por la rapidez en la que entró, casi resbala y cae al piso,
pero mantuvo el equilibrio.

— ¿Qué pasó? ¿El bebé? ¿Ya va a nacer? — Cerró su ojo derecho al sentir un ardor debido a la
espuma.

— ¿Qué? No, él está bien. — Rió, acariciando su vientre descubierto.

— ¿Entonces por qué gritas así?

— Oh... Es que estoy viendo Titanic. Si tú y yo fuéramos Jack y Rose, los dos hubiéramos
compartido la madera para no morir, ¿Verdad? — El Alfa soltó un suspiro de frustración.

— Sí, Jimin, la hubiéramos compartido. — Relajó su cuerpo después de que se había tensado,
creyendo que su cachorro iba a nacer.

— Eso es lo que yo digo. Maldita Rose, Jack no merecía morir de esa forma. — YoonGi volvió a
soltar un suspiro.
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— Volveré al baño a terminar de ducharme...Agh. — Se quejó al sentir la espuma entrar en

uno de sus ojos.

— Claro, amor. — Jimin tomó una cucharada de helado y se la llevó a su boca.

Cuando el mayor salió de la habitación, el rubio no pudo evitar reír, su intención no fue
asustar a su esposo, pero fue divertido verlo así.

— Mi amor, tu papá se preocupa mucho por ti. — Acarició su vientre. Jimin volvió a mirar su
redondo vientre, cuando de pronto, este se movió, sorprendiéndolo. — ¿Te moviste?

Como si le estuviera respondiendo, se alzó el lado izquierdo de su vientre, haciendo que los
ojos del Omega se abrieran en grande.

— ¡YoonGi, el bebé! — Nuevamente, el pelinegro entró corriendo, esta vez sin poder evitar
caer al suelo por lo mojado que estaba, solo llevaba su ropa interior puesta y su cabello
goteaba.

— ¡El bebé va a nacer, no puede ser! — Se levantó como pudo, ignorando la punzada en su
espalda baja debido a la caída. — Dios, ¿Y si no llegamos al hospital?

— YoonGi...

— ¿Y si tengo que ayudarte a que nazca? — Se movía desesperado.

— YoonGi...

— Nunca he estado en un parto, pero no importa, todo es por mi hijo. — Tomó un respiro,
colocándose frente a las piernas de Jimin. — Descuida, amor, yo te voy a ayudar.

— ¡YoonGi! — Tomó su rostro entre sus manos. — El bebé está bien, aún le falta un mes para
nacer.

— Pero tú... Gritaste mi nombre y después dijiste el bebé...

— Sí, amor, pero es porque se movió y quería que lo vieras.

— ¿Se movió? — La vista del pelinegro bajó al vientre de su Omega, donde se encontraba su
hijo.
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El menor se volvió a recostar, dejando aún más expuesto su vientre y abrió las piernas para
que su Alfa se colocara entre ellas. Con cuidado, YoonGi colocó sus grandes manos sobre la
superficie redonda y esperó con algo de ansiedad a que algo ocurriera.

Pero los segundos pasaron y nada pasó.

— En verdad se movió. — Aseguró el menor.

YoonGi soltó un suspiro y miró al rubio, sin quitar aún sus manos. Las gotitas de agua aún
caían de su cabello, después de volverlo a escuchar gritar, no le dio ni tiempo de secarse.

— Lo siento, mi amor, realmente quería que lo vieras.

— Está bien, descuida. — Le regaló una sonrisa.

— ¿En verdad pensabas que nuestro bebé nacería aquí? — Jimin mordió su labio,
conteniendo la risa al verlo asentir, aunque a la vez se le hizo tierno. — Pero, YoonGi, tú no
sabes cómo es un parto.

— Estaba pensando ver un vídeo de cómo nacen los bebés, pero me alegra que este
cachorrito haya sido considerado con su pobre padre. — Le habló al vientre.

Y justo en ese momento, este se volvió a mover. Era como si de alguna forma, supiera que
sus padres le están hablando a él, YoonGi no pudo evitar sorprenderse.

— ¿Lo sentiste? — Jimin asintió con una sonrisa. — Se movió, te moviste. — Y nuevamente se
alzó una parte del vientre del Omega, pero esta vez bajo la palma del pelinegro.

— Creo que sabe que le hablamos a él. — De pronto, tanto el Alfa como el rubio, sintieron a
su hijo a través de su lazo.

La sensación era hermosa, era como una forma en la que el cachorro trataba de comunicarse
con sus padres. Las lágrimas de YoonGi no tardaron en salir, dejando un par de besos sobre
el vientre de su Omega.

— Pronto estarás con nosotros, solo espera un poco más. — Susurró con sus labios sobre la
piel de Jimin.
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— Sin duda, serás un gran padre, mi amor, y nuestro hijo te va a amar. — Acarició sus hebras
oscuras, que habían sido recién cortadas hace unas semanas atrás.

— Ambos lo seremos...

El resto de la tarde, se quedaron así. YoonGi no dejaba de hablar con su cachorrito y este le
respondía dando pataditas, alzando el vientre de su padre Omega, y Jimin no podía dejar de
pensar que tenía el mejor Alfa.

Unos días habían pasado y recién le habían quitado las vendas a Jungkook, por lo cual no
debía esforzar su brazo izquierdo todavía.

Taehyung estaba tan feliz. Después de haber ido al Orfanato, les contó a los chicos sobre la
adopción, todos estaban más que encantados y felices por el castaño, así que se ofrecieron a
ir y ayudar con la remodelación de la habitación para Beomgyu.

— Es que debieron haberlo visto, es un niño hermoso y es tan pequeño.

— De solo escucharlo ya me enamoré de él. — Dijo Luhan.

— Me alegra que Joonie ahora tendrá primos cerca a su edad. — Sonrió mirando a su
cachorro, quien pasaba brochazos de pintura blanca en la pared, dejando varias manchas en
su ropa, rostro y cabello.

— Quién lo diría, todos nosotros con hijos. Ay, creo que voy a llorar. — Jimin abanicó sus ojos
con su mano. Estos últimos meses las hormonas lo estaban afectando aún más.

Todos asintieron con una sonrisa. Taehyung no podía creer que pronto tendría a su cachorro
con ellos, después de hablar con la madre Rim por teléfono, informándole que habían
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tomado la decisión de adoptar a Beomgyu, ella estaba muy contenta y les dio la fecha para la
adopción, ya que antes tenía que hacer los trámites y eso se llevaba un tiempo por esa razón
habían aprovechado para comenzar con la habitación.

Por suerte, después de la graduación, por fin podría tener a su bebé entre sus brazos. No
pudo evitar volver a sonreír al recordar al pequeño cachorro, así que continuó pintando de
gris claro los últimos retoques, todo estaba saliendo perfecto.

El sonido de voces subiendo por las escaleras, les dieron aviso de que los Alfas habían
llegado con lo que restaba de los muebles.

— Por fin llegaron. — Habló Luhan, sobando su gran vientre.

Justo en ese momento, apareció Jungkook y NamJoon cargando lo que parecía parte de la
base de una cama infantil.

— Jungkook, el doctor dijo que no hicieras mucho esfuerzo. — Lo regañó Taehyung.

— Déjalo, se quiere lucir. — Se burló el Omega rubio.

Cuando por fin dejaron la base en el piso, apareció YoonGi y Sehun cargando la otra parte,
por lo que el azabache aprovechó para acercarse a su Omega, quien tenía la ropa algo
manchada de pintura y una banda en la cabeza para poder apartar su cabello de su rostro.

— Lo sé, pero qué quieres que haga, hay que dejar todo listo para cuando llegue nuestro
cachorro. — Lo abrazó, dejando un beso sobre la frente descubierta del menor.

El corazón de Taehyung no pudo evitar latir con fuerza al escuchar esas palabras, su Alfa y él
iban a ser papás.

— Si quieren, les damos un poco de privacidad. — Habló de forma pícara Luhan, alzando y
bajando sus cejas.
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Las mejillas del castaño se tintaron, aún le daba mucha vergüenza hablar de esos temas,
porque sí, una cosa era estar a solas con Jungkook y otra muy distinta es que esté rodeado
de personas, aunque estos fueran sus amigos.

— Sehun, calma al pervertido de tu novio. — El Beta no pudo evitar reír por el sonrojo de su
primo.

— Ya me calmo. — Se apartó el Alfa, soltando a Taehyung. — Por cierto, amor, mis padres y
Baek vendrán para tu graduación y también porque quieren conocer a nuestro hijo.

— ¿En serio? — No se lo esperó, pero realmente le alegraba, porque le agradaba mucho la

familia de su Alfa y eso quería decir que Chanyeol también venía y tenía que aceptar que
también lo extrañaba. — Luego le marcaré a tu madre, seguro querrá hablar conmigo sobre
Beomgyu.

Después de unos breves descansos, más que nada por los dos embarazados, Joonie y el
brazo de Jungkook, decidieron ordenar algo para comer, ya que tanto Jimin como Luhan
morían de hambre, aún después de estar comiendo fruta picada que realmente era de
Joonie.

La tarde pasó casi volando entre risas, bromas, algunas guerras de pintura y también de
comida, pero nada extremo. Sin duda, todos ya necesitaban ese momento de descanso,
donde pudieran estar todos como antes, aunque Hoseok no haya podido ir.

Al final, el cuarto por fin estuvo listo, habían colocado las cosas básicas solamente, ya
después, más adelante, irían colocando muchas más cosas con ayuda de Beomgyu, claro.

— Nunca había hecho tanto esfuerzo en mi vida, ni para el cuarto de mi propio hijo. — Soltó
un suspiro Jimin.

— Pues claro que no, porque yo hice todo, tú solo decías dónde colocaríamos cada cosa. —
Lo miró su Alfa.
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— Pero hay que admitir que quedó precioso el cuarto de nuestro cachorro. — YoonGi soltó un
suspiro.

— Papi, ¿Voy a venil a vel a mi pimo? — Le preguntó a su padre Omega.

— Claro que sí, mi amor. — SeokJin acarició el cabello de su cachorro.

Finalmente, después de un rato, cada pareja se fue a su casa. Tae se recargó en el marco de
la nueva habitación, admirándola, hasta que sintió unos brazos rodear su cintura.

— ¿Te gustó? — Susurró en su oído, provocando que una corriente estremeciera al castaño.

— Sí... Solo espero que a él también le guste. — Dejó caer su cabeza hacia atrás, sobre el
hombro de su amado.

— Estoy seguro que sí. — Besó su mejilla con amor. — Me imagino que estás cansado. ¿Por
qué no nos damos una ducha para después ir a dormir? — Se aferró a la cintura de su Omega.

— Suena bien.

Ambos fueron a su habitación para después dirigirse al cuarto de baño. Mientras se

desvestían, Jungkook comenzó a llenar la tina y prender unas velas aromáticas para que
Taehyung pudiera relajarse.

Una vez agregaron las sales de baño, apagaron la luz y los dos entraron a la tina. El agua
estaba tibia, no estaba ni muy caliente ni muy fría, era perfecta. El Alfa se sentó pegando su
espalda a la cerámica y ayudó al menor a sentarse igualmente frente a él, logrando que
ambos pudieran mirarse.

Suspiró el Omega, cerrando los ojos unos segundos. Sí que necesitaba eso, había estado tan
atareado en la empresa desde la ausencia del azabache, y hoy había estado trabajando duro
para el cuarto de su pequeño.

De pronto, abrió los ojos al sentir que su Alfa comenzaba a tocar una de sus piernas con
suaves caricias, hasta llegar a su pie.

— ¿Qué haces?

El mayor no dijo nada y continuó su propósito, arrebatándole un jadeo a su dulce Omega.

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— N-no es necesario...

— Lo hago porque quiero, amor. — Continuó con su acción, presionando la planta del pie de
Taehyung. Sin duda, el menor estaba disfrutando el masaje que le estaba haciendo.

Unos minutos después, el castaño seguía frente a Jungkook, pero ya no se encontraba

recargado sobre la cerámica, ahora estaba más cerca de este, casi recargando su cabeza
sobre su pecho.

— Eres todo lo que necesito. — Cerró los ojos, dejándose envolver con el aroma a Café, Pino
de bosques y Galletas que desprendía. — Eres mi lugar seguro...

— Y tú el mío... — Tomó su rostro entre sus manos para mirar el brillo en estos, aunque casi
no se apreciaba por la poca luz.

Sus rostros estaban cerca, tanto, que podían sentir el aliento del otro rozando sus labios. Se
querían, se amaban y aún así, sentían que esas palabras no les alcanzaban para expresar lo
que sienten.

Taehyung fue el que tomó la iniciativa, apegando sus labios, dejando que toda distancia
entre ellos, desapareciera. Sus labios se acariciaban con dulzura y pasión mientras sus
lenguas tenían una guerra, donde ninguno quería perder. Los dedos del menor se perdieron
entre las húmedas y largas hebras azabaches mientras las manos de Jungkook daban leves
apretones en las caderas de su Omega, tentándolo a querer tocar el cielo.

— J-Jungkook... — Habló entre sus labios en un suspiro. — Hay que parar... El doctor dijo...

— Te necesito... — Su voz se escuchaba profunda mientras trazaba un camino desde los

labios del menor, hasta su cuello.

— P-pero...

— Por favor...
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No estaba bien, pero para Taehyung era difícil no caer en la tentación, con cada tacto que le
ofrecía su Alfa, la boca de Jungkook besaba, mordía y succionaba la piel acaramelada del
cuello del menor.

— Mi bello y perfecto Omega. — Susurró sobre su piel.

Le encantaba sentir la piel expuesta del menor, sus manos descendieron hasta su redondo y
esbelto trasero, dando apretones, no tan fuertes, pero lo justo para dejar la marca de sus
manos sobre este.

— Mi Alfa... Mi Jungkook... — Jadeaba.

Las manos de Taehyung tiraban con algo de fuerza de las hebras azabaches mientras, por
instinto, ladeaba su cabeza, dejando aún más expuesto su cuello como una invitación, pero
su parte racional, trataba de hacerlo entrar en razón.

— Jung-kook~ No podemos... — Cerró sus ojos, tratando de mantenerse cuerdo.

— Sí podemos... El doctor dijo que no me esforzara, pero no será necesario si... — Se acercó a
su oído para susurrarle. — Tú me montas.

Todo el cuerpo de Taehyung se estremeció con las palabras de su Alfa, pero tenía que
aceptar que tenía algo de razón. Si él hacía todo, Jungkook no tenía por qué esforzarse, así
que, básicamente, no están desobedeciendo las instrucciones de su médico.

— Pero tienes que prometer que no te esforzarás.

— Como tú ordenes, amor. — Volvió a juntar sus labios, atrapando esta vez su labio inferior
entre sus dientes.

Dejándose envolver nuevamente por el deseo y la pasión entre ambos, aunque Taehyung
sabía que este siempre fue el plan de Jungkook, ya que el menor llevaba semanas
resistiéndose a sus insinuaciones.

Una mano del Omega se posó sobre el pecho del azabache para sostenerse sin romper el
beso. Mientras, la otra la llevó por detrás de sí mismo, bajando hasta tomar el gran pene de
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Jungkook.

Este, al sentir cómo su hombría era rodeada por la mano de su pequeño Omega, soltó un
profundo jadeo entre sus labios justo cuando la mano de Taehyung comenzó a subir y bajar
logrando que el pene creciera un poco más y que sus venas se marcaran.

— T-Tae~ — Gruñó. Quería estar dentro de él.

Pero el menor continuó, atendiéndolo únicamente con su mano, escuchando sus jadeos y
súplicas mientras tragaba y respiraba con dificultad.

— Taehyung... Eso d-duele~ — Echó su cabeza hacia atrás. Realmente, necesitaba estar
dentro de él, la atención que estaba teniendo su pene no era suficiente.

— Es frustrante, ¿Verdad? — Habló sobre sus labios. — Así me haces sentir cuando juegas
conmigo y me haces suplicar, mi amor. — Acercó el falo a su entrada, pero solo dejó que el
glande entrara, haciendo jadear a ambos antes de volverlo a sacar.

— Tae~ — Aplastó el trasero del nombrado entre sus manos, sin duda, le dejaría marcas.

— ¿Qué es lo que quieres?

— A ti...

— Sé más específico~ — Soltó un leve jadeo sobre su oído para tentarlo aún más.

Jungkook no pudo evitar sonreír, negando con la cabeza. Sin duda, no podía recriminarle
nada al menor, porque él mismo le había enseñado todos esos trucos que ahora estaba
utilizando en su contra.

— Quiero que me montes... — Una sonrisa se instaló en los labios de Taehyung.

Sin dejarse esperar, terminó con la tortura de ambos, dejándose caer sobre el gran pene,
sintiendo cómo sus paredes anales se expandían de una manera tan exquisitamente
dolorosa, provocando que los gemidos escaparan de la boca de ambos.
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Sus respiraciones eran lo único que hacía eco en aquel baño mientras se dejaban estar un
momento. Taehyung podía sentir cómo el falo del azabache tocaba su lugar dulce, haciendo
sus piernas temblar, por eso no había podido moverse.

— ¿Estás bien? — Jungkook lo miró, ya que el menor tenía su cabeza recargada sobre su
hombro.

— S-sí... Solo necesitaba un momento. — Alzó la mirada con una leve sonrisa. — Había
olvidado lo grande que es. — Jungkook no pudo evitar reír.

Unos segundos después, el Omega se sintió listo, comenzando primero con unos leves
movimientos circulares, mordiendo su labio de lo bien que se sentía. Sabía que esta vez el
sexo no sería como el que habitualmente tenían, pero aún así se sentía tan bien.

Poco a poco, los movimientos del menor, fueron tomando más precisión, sus manos se
sujetaban de la tina para ayudarse con los movimientos, aunque Jungkook también lo
estaba ayudando, sujetándolo de su trasero.

— Taehyung~ — Jadeaba con cada uno de los movimientos del nombrado, se sentía como
estar en el paraíso.

— Ah~ — En la frente de Taehyung se formaban pequeñas perlas de sudor, pero no iba a

negar que lo estaba disfrutando.

El agua se movía y chapoteaba con el movimiento de sus cuerpos mientras la habitación se

llenaba de gemidos y jadeos, era toda una orquesta para ambos, donde el sonido era
resguardado en ese cuarto de baño.

Como siempre, el momento era suyo, especial y único, lo sentían como si fuera su primera
vez, por eso disfrutaban cada uno de sus encuentros.
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La respiración de ambos se comenzó a volver cada vez más pesada, dando a entender que
estaban cerca de llegar a su límite, por lo cual las paredes de Taehyung se estrechaban aún
más, haciendo que los jadeos de ambos fueran aún más fuertes.

Y con unas cuantas penetraciones más, los dos alcanzaron su tan deseado orgasmo, pero
justo en ese momento, el nudo del Alfa también se formó, arrebatándole un grito al menor,
quien dejó caer su cabeza sobre el hombro del azabache.

Sus respiraciones eran pesadas, Jungkook simplemente fue dejando besos sobre su cabeza y
hombros mientras acariciaba con delicadeza la espalda de su Omega, quien se notaba
realmente agotado.

— Lo hiciste bien.

Taehyung no pudo evitar sonreír al escuchar esas palabras, pero continuó en la misma
posición sin decir nada, dejándose llevar por las suaves caricias.

Los minutos pasaron, dejando que su nudo se fuera soltando y, aunque estuvieran aún algo
cansados, se dieron una ducha para finalmente ir a la cama con sus respectivas pijamas, o al
menos Taehyung, ya que Jungkook dormía únicamente en bóxer.

Ambos estaban sobre la cama, abrazados. Les gustaba mirarse a los ojos antes de dormir,
porque siempre querían ser lo último que vieran antes de cerrar los ojos.

El Omega no pudo evitar acariciar el rostro del mayor, admirando su lindo rostro que, de un
segundo a otro, le recordó al del pequeño Alfita que lo hacía sentir protegido, pero que ahora
era todo un hombre y lo seguía haciendo sentir de la misma forma.

Tantos recuerdos habían compartido juntos, pero uno en especial llegó a su memoria y lo
hizo sonreír.
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— ¿Por qué sonríes así? — Dio una leve caricia en la nalga derecha del piel acaramelada sobre
la ropa.

— Me acabo de dar cuenta de que te has llevado cada una de mis primeras experiencias. —
Se acomodó mejor en su regazo. — Mi primer beso, que, aunque creí que había sido a los 19
años contigo, ahora recuerdo que fue a los 5 años también contigo. — Rió. — Mi virginidad
también la perdí contigo. — Jugó coqueto con uno de los cabellos largos y ondulados del
mayor.

— Me gusta ser el primero cuando se trata de ti. — Dejó un fugaz beso en uno de sus belfos.

— Mi primer amor y también desamor... — La sonrisa de Jungkook se fue en un instante,

bajando la mirada.

— Yo... Aún lo siento por eso.

— Descuida, me has demostrado tus sentimientos y no solo con palabras, por eso no me
importa hablar de esto, porque contigo me siento más que bien, y créeme que no voy a
cambiar o dejar de sentir lo que siento por ti.

— Siempre serás mi Omega.

— Y tú mi Alfita. — Lo besó, dejándose envolver entre sus brazos.

El eco resonaba en aquel lugar y las voces también eran algo distorsionadas y amortiguadas
por las cajas acumuladas.

— Ya casi está todo listo.

— ¿Eso quiere decir que actuaremos pronto? Porque me estoy cansando de esperar.

— Entiende, no podemos simplemente actuar, no seas tonta, no podemos dejar que nos
descubran una segunda vez. Por tu culpa casi todos nuestros planes se van a la mierda,
además, ¿Qué hubiera pasado si él iba en el auto también?

— Oye, no es mi culpa. Además, te estaba haciendo un favor.

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— No hagas algo que no se te pida, casi arruinas todo. — Bufó molesto. — ¿Qué crees que va a
pasar si alguna cámara captó su rostro o la matrícula del auto?

— Descuida, ya me quedó claro. De todas formas, ya me hice cargo del idiota del auto, si
alguien descubre algo, nadie lo va a encontrar ni a él ni al auto, así que deja de hacer un
drama.

— Eso espero. — Se levantó de su silla. — Me tengo que ir, no vuelvas a hacer una idiotez como
la que hiciste, ¿Entendiste?

— Ya te dije que sí. — Puso sus ojos en blanco. — ¿Pero cuándo lo haremos?

— Gracias a tu estupidez, tendremos que retrasar las cosas. Sería muy obvio si lo hacemos
ahora, dejemos que las cosas se calmen primero.

Sin más, caminó entre todas las cajas de aquella bodega hasta la salida, le frustraba que sus
planes se retrasaran, pero no le quedaba de otra, tal vez podía sacar ventaja de todo esto.

Tengo tanto que decir, pero no quiero alargar las cosas, bueno empecemos con que hice
un revuelto y ya no se a quien le tenía que dedicar capitulo así que si me lo pueden aquí
los tomaré en cuenta →

Siguiente cosa, otra vez soy re despistada y me di cuenta que nunca les di las fichas de
personajes de Lisa y el francés así que aquí las tienen:

Lalisa Manoban

• 21 años
• Alfa pura
• Aroma: Mermelada y Naranja.
• Estado civil: Está con el padre de su hijo.
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Evans Lanusse

• 27 años
• Alfa puro
• Magnate
• Aroma: Tabaco y cítricos
• Estado civil: Enamorado de Tae

50
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por Srta_YoonTae

El Magnate se estiró, haciendo tronar su cuello, soltando un suspiro mientras estiraba los
brazos. Se sentía más cómodo así y por fin había vuelto a su oficina, estaba cansado de estar
en su cama mientras Taehyung iba solo a la empresa y trabajaba.

Era muy temprano todavía, de hecho, Taehyung ni siquiera estaba en la empresa, había
salido, lo más seguro es que haya ido a ver a alguno de los chicos, tal vez Jimin, porque
estaba a un mes de que nazca su cachorro y estaba muy emocionado comprando cosas.

Y aunque le sugirió que llevara el coche, Taehyung dijo que no era necesario, así que se fue
en taxi.

Jungkook no quiso decirle que no, pero la verdad era que tenía tantas ganas de estar con el
castaño, justo ese día, lo que menos quería era estar solo, era un día que lo tenía muy
marcado en su memoria, porque fue el día que lo condenó al sufrimiento, al infierno que
vivió en su infancia.

Acomodó sus anteojos, soltando otro suspiro, sacando unas píldoras del gabinete de su
escritorio que se las había recetado el doctor para sus dolores de cabeza. El doctor le había
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dicho que las primeras semanas era normal tener ese problema debido al fuerte golpe, pero
que después se iría.

Introdujo la píldora blanca dentro de su boca y la tragó, tomando un poco de agua, una vez
la había tomado, bebió un poco más, hasta que escuchó su móvil sonar.

Lo primero que pensó fue que era su Omega, pero al ver el nombre en la pantalla se apresuró
a responder la llamada.

— Bueno.

Jackson: Señor Jeon, tengo noticias muy buenas.

— Te escucho. — Pero nunca se esperó lo que el Alfa mayor le iba a decir.

Jackson: He encontrado la tumba de su madre.

— ¿Qué?

Jackson: Está justo a las afueras de Seúl.

— ¿Dónde? Jackson, necesito la dirección. — Se levantó de golpe, mareándose un poco.

Jackson: Se la he mandado por mensaje, pero tengo que decirle que su tumba... —Jungkook
cortó la llamada.—

No necesitaba escuchar nada más, no podía tampoco. Rápidamente, revisó sus mensajes
recibidos y leyó la dirección mientras tomaba sus cosas para salir de su oficina con paso
apresurado.

— Yerim, cancela todo lo que tenga hoy. — La chica apenas pudo asentir, ya que el Alfa se
había ido directo al ascensor.

Jungkook no podía creer que, después de tantos años, por fin la había encontrado y justo
ese día, el día de su aniversario de muerte. Su cuerpo temblaba mientras se dirigía a su auto,
anotando la dirección en el GPS.

Respiró profundo, tratando de calmarse, se sentía en shock, sin saber cómo reaccionar. Su
móvil no dejaba de sonar, pero él lo ignoró por completo, encendiendo su auto.
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***

El Alfa no perdió su ansiedad en todo el camino, ni cuando se detuvo a comprar un ramo de

lirios. Aunque tenía muy vagos recuerdos de ella, recordaba que su madre siempre
compraba lirios para adornar la casa.

Cuando estacionó el auto, apretó el volante y el recuerdo de sus palabras llegó a su mente.

Tú la mataste...

Eres un asesino y no tienes derecho verla ni siquiera en fotos...

Todo es tu culpa...

El que debió morir eras tú...

Sus ojos picaron. ¿Realmente tenía el derecho de estar ahí en ese momento? Dejó que su
cabeza reposara sobre el volante.

Los segundos pasaron, hasta que el azabache negó con la cabeza, volviendo a incorporarse.
Él no tenía la culpa y ya no dejaría que las palabras de su padre lo siguieran atormentando.

Tomó el ramo de lirios y salió del auto, dejando su móvil dentro sin haber respondido
ninguno de sus mensajes o llamadas que había estado recibiendo.

Poco a poco, se fue adentrando al extenso terreno que era cubierto por árboles algo viejos.
Mientras más avanzaba por la maleza del terreno, se fue adentrando a un pequeño campo,
en el cual había algo de barro por el sereno que había dejado la mañana, importándole poco
que sus zapatos se estropearan.

Un pequeño cementerio se hizo presente, las lápidas estaban distribuidas por aquel campo,
su vista pasaba por los nombres tratando de reconocer el de su madre, pero no lo veía por
ningún lado. Algunas estaban en mal estado lamentablemente y otras parecían ser visitadas
con regularidad.

No quería imaginar en qué estado se encontraría la de su madre después de tantos años en

el olvido, por el egoísmo de su padre.
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Al avanzar unos cuantos pasos más, notó la silueta de alguien que estaba de rodillas frente a
una lápida, seguramente era alguien que se encontraba velando a un familiar, así que no
quería molestar.

Con cuidado pasó a un lado del chico que iba vestido de negro, pero se detuvo justo al mirar
el nombre de la lápida a la cual visitaba: "Han Eunha", la lápida estaba en un buen estado
con flores recién colocadas. Su vista volvió a aquel joven que oraba con la cabeza baja
cubierto con la capucha de su sudadera.

— Disculpe... Buenos días, no es mi intención interrumpirlo. — Apretó sus labios. — Pero esta
es la tumba de mi madre...

El muchacho levantó la cabeza, interrumpiendo su rezo en memoria de aquella mujer y

lentamente giró su cabeza para mirar al hombre a sus espaldas.

— Lo siento, creí que... — El chico no pudo continuar al mirar el rostro de aquel hombre. —
¿Jungkook?

— ¿C-cómo es que tú...? — Las palabras no salían, era como si se atoraran en su garganta. —
¿Tú sabías todo este tiempo dónde estaba la tumba de mi madre? Tae, respóndeme...

— Yo... No sabía que era tu madre. — Se levantó, quedando frente a su Alfa. Ambos estaban
igual de asombrados.

— ¿Cómo conoces este lugar? — Parecía un poco agresivo con sus preguntas, pero esa nunca
fue su intención, solo no sabía cómo procesar la información.

Por esa razón, Taehyung no le reprochó la forma en la que le estaba hablando, sabía que
estaba en un momento de trance, ya que no entendía lo que estaba pasando al igual que él
mismo.

— Aquí también está mi madre... — Desvió su mirada a la lápida de su izquierda, la cual traía
estampado "Kim Bora". — No sabía que ella era tu madre... Si lo hubiera sabido, te lo hubiera
contado.
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Jungkook miró los ojos de su Omega, para luego desviarlos y mirar ambas tumbas, las cuales
estaban en el mismo estado con un ramo de flores.

— ¿Tú las... Trajiste? — El castaño sabía que se refería a las flores, también eran lirios. Asintió.
— ¿Por qué lirios?

— No lo sé... Eran las flores favoritas de mi madre. — Se encogió de hombros. — Creo que
ambos debemos sentarnos y hablar.

Como pudo, Jungkook asintió, permitiendo que el menor lo tomara del brazo y ambos se
sentaran frente a ambas tumbas, estas estaban realmente juntas, como si a propósito las
hubieran puesto así.

— Realmente, no tenía idea de que fuera tu madre. Desde que salí del Orfanato he venido a
visitar a mi madre, pero esta tumba estaba extrañamente muy cerca y se notaba que era más
reciente, porque no estaba tan maltratada por el tiempo. Simplemente, cuando empecé a
venir, una parte de mí quiso que también velara por ella, ambas tenían la misma edad, por
eso con el tiempo se me hizo costumbre venir en cada aniversario de ambas y traerles
flores... — Contó.

Jungkook no dijo absolutamente nada, simplemente se aferraba al ramo de lirios que había
comprado, los segundos fueron pasando al igual que los minutos, pero Taehyung supo ser
paciente, era consciente de cuánto le afectaba está situación a su Alfa.

— ¿Tú has estado viniendo a velar por mi madre? — Su mirada era perdida y su voz trataba
de mantenerse firme para no quebrarse.

— Sí, pero...

— G-gracias... — Por primera vez lo miró y notó cómo sus ojos estaban cristalizados. —
Siempre me sentí mal por nunca haberle traído un ramo de flores en su aniversario... Pero
nunca estuvo sola...

Dejó caer su cabeza en el hombro del menor, rompiéndose por completo. Nuevamente,
Taehyung volvía a estar ahí para él y no volvía estar solo.
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— Siempre estás cuando más te necesito... Y ahora sé que mi madre todo este tiempo te tuvo
a ti... Y eso me hace feliz...

Los brazos del Omega lo rodearon, dejándolo desahogarse, no tenía palabras para explicar
cómo es que habían llegado a coincidir nuevamente, realmente comenzaba a creer que ellos
siempre habían estado destinados a encontrarse, sin importar nada.

Ninguno dijo nada más, se dejaron llevar por las horas, y Jungkook lloró como nunca lo
había hecho, eran demasiadas emociones para él. Otra vez volvía a ser un niño que solo
quería el calor y protección de su madre, pero ahora tenía a su Omega.

Taehyung se quedó a su lado, dándole fuerzas y ánimo a su Alfa, el cual lloraba y pedía
perdón a su madre, escuchaba cada una de las palabras que le dedicaba mientras el castaño
esperaba paciente mirando la tumba de su propia madre.

No podría decir cuánto tiempo habían estado ahí, pero Taehyung podía calcular que dentro
de tres a dos horas el sol se ocultaría.

— Jungkook... Mi amor. — Acarició su espalda con delicadeza. — Creo que sería bueno volver,
no has comido nada desde que desayunamos y eso no es bueno para ninguno de los dos. —
Habló quedito.

El Magnate sorbió su nariz, asintiendo simplemente para después mirar al castaño.

Taehyung pudo notar cómo sus ojos estaban hinchados y tanto sus mejillas como la punta
de su nariz estaban carmesí, parecía un pequeño cachorro.

Ambos se pusieron de pie, portando las pocas manchas de barro sobre sus ropas. El Omega
le dedicó una cálida sonrisa a su pareja para mirar una vez más las tumbas de ambas
madres.

— Mi madre, antes de morir, me dijo que ella siempre estaría conmigo para guiarme,
curiosamente, me llevó hasta tu madre. — Miró los profundos ojos negros de su Alfa, algo
irritados por el llanto. — Descuide, señora Eunha, prometo cuidar bien de su hijo, él jamás
volverá a estar solo.

Jungkook sonrió, acariciando su rostro, enternecido por sus palabras, por lo cual también
desvió la mirada a la tumba de la madre de su Omega.
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— Señora Bora... Realmente, tiene un hijo maravilloso y le estoy eternamente agradecido,

por eso le prometo dar todo por él y nada nunca le faltará. — Taehyung no pudo evitar reír
levemente.

— Parece una boda. — Sonrió, sintiendo sus lágrimas. — Ya tenemos los anillos. — Bromeó.

— Pero hablando en serio, esto es una promesa que quiero hacer teniendo a nuestras
madres como únicos testigos de nuestro amor, porque, aunque la palabra se escuche muy
pequeña comparado con lo que siento, tengo que decir que eres la única persona a la que he
amado, y te prometo que también serás la única.

— También te lo prometo, con nuestras madres de testigos, fuiste, eres y serás al único que
siempre voy a amar.

Y con esa promesa, ambos se fueron de ese lugar, sin saber que el destino de ellos fue escrito
desde mucho tiempo antes de que llegaran al mundo.

Al regresar, Taehyung fue quien manejó, porque, aunque el Alfa ya estaba un poco mejor, no
se sentía capaz de manejar.

Finalmente, decidieron ir a comer en el restaurante de Noona Sana, porque ninguno tenía

ánimos de cocinar, además, sin contar que ya no había tanto personal en la casa desde que
Jungkook se había ido a Tailandia y solo quedaron unas cuantas personas de limpieza, las
cuales trabajaban cuando no había nadie en casa.

Después de una ligera cena, ambos volvieron a casa para poder descansar, ni siquiera
volvieron a la empresa, ya mañana tendrían que hacer el trabajo doble, pero no importaba.

Taehyung estaba sentado contra el respaldo de la cama mientras acariciaba las hebras
azabaches de su Alfa, quien descansaba su cabeza sobre sus piernas.

— ¿Sigues pensando? — Enrolló un mechón entre su dedo para después soltarlo y volver a
repetir la acción.

— Solamente estoy recordando el último día que pasé con ella. Es muy vago el recuerdo, ya
que solo tenía 4 años.
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— ¿Quieres contarme? — Taehyung sabía lo difícil y complicado que era para el mayor
abrirse y contar sus cosas, pero no quería que pasara ese momento solo.

Un silencio se instaló en la habitación, donde solo se podía escuchar sus respiraciones. El

silencio parecía eterno, hasta que finalmente comenzó a hablar.

— Era un día bueno... Mi madre acababa de comprar lirios y colocar las flores por gran parte
de la casa. Mi padre siempre estaba encerrado en su despacho, jamás tuve una buena
relación con él, pero al menos en ese tiempo fingía tolerarme, por mi madre... — Hizo una
pausa.

» Cuando uno de los padres rechaza a su cachorro desde que está en el vientre o está
ausente durante el embarazo, no forma un vínculo con este... Por lo cual, el bebé adopta el
aroma de solo un padre, el cual solo sienten los padres, hasta el día que se presentan y el
resto también capta el aroma.

— Lo sé, mi aroma es idéntico al de mi madre, porque mi padre nunca estuvo. — Taehyung

realmente no sabía si fue abandonado o rechazado por su padre, pero... ¿Eso realmente
importaba?

— Igual que el mío... — Dijo casi en un susurro. — Tae, no te conté toda la verdad de esa
noche cuando tenía siete años... — Su voz tembló. — Solo te pido que me escuches, quiero
contarte todo lo que recuerdo desde la muerte de mi madre. — Movió su cabeza para
mirarlo, por lo cual el Omega asintió.

— Como te había dicho, mi madre siempre estaba conmigo debido al rechazo de mi padre.
Como siempre, fuimos a comprar lirios y después, como cada tarde, estábamos jugando... La
verdad no recuerdo qué jugábamos, solo recuerdo que ella comenzó a sostenerse mucho la
cabeza, pero en su rostro siempre seguía una sonrisa.

» Era un niño y no sabía la gravedad de lo que realmente le estaba ocurriendo. De pronto,

simplemente cayó al piso inconsciente, estaba asustado, traté de ayudarla, pero no podía. —
Las lágrimas comenzaron a salir, pero eso no lo detuvo para continuar su relato. — Hice lo
único que se me ocurrió en ese momento y fui por mi padre para pedir ayuda, lo único que
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quería era que ella estuviera bien, ella era mi todo y en cuestión de segundos la había
perdido.

Cuando mi padre llegó a socorrerla, comenzó a gritarme, preguntando qué le había hecho
mientras la cargaba para llevarla a un hospital. Quise ir con él, pero no me dejó ir... Me sentía
tan culpable.

— Qué hijo de puta, tú no tenías la culpa, solo tenías cuatro años... ¿Cómo pudo dejarte con
esa carga? — Taehyung sentía las lágrimas acumularse y un nudo en su garganta.

— Tres días me quedé solo... Esperando por mi madre... Le pedía a la luna que por favor la
volviera a traer a mí, no quería seguir solo, pero creo que no lo deseé con demasiada
intensidad, porque solo volvió él, culpándome de su muerte. Ahí fue donde comenzó todo...
— El Omega no pudo evitar soltar un sollozo. — ¿Recuerdas lo del aroma que solo los padres
sienten?

El castaño no respondió, no podía, tenía miedo de saber el desenlace de esa trágica historia.

— Por eso no me mató... Mi aroma era el único recuerdo que le quedaba de mi madre: Café y
Pino de bosques... Ese era su aroma, pero aún me seguía culpando, por eso me golpeaba.
Tres años tuve que soportar su abuso, hasta esa noche...

— Ya no s-sigas... — Taehyung negó con la cabeza, cubriendo sus oídos, pero unas manos
tomaron las suyas, obligándolo a mirarlo. Ambos tenían lágrimas adornando sus rostros.

— Necesito que alguien me escuche, necesito que alguien conozca mi versión... Que sepa mi
historia... — Sus ojos se miraron por unos segundos. El castaño fue consciente de la pesadilla
que lo atormentaba, por eso simplemente asintió.

— Él estaba realmente muy ebrio esa noche. La recuerdo perfectamente, la tengo grabada en
mi cabeza, y por más que he tratado, no he podido borrarlo... Como cada día, corrí a mi
habitación para esconderme en el armario. Podía escuchar sus pasos subiendo las escaleras,
el sonido de la hebilla de su cinturón siendo arrastrada por el piso.

» Estaba asustado, y eso era lo que siempre me delataba, mi aroma y me encontró. Le

suplicaba que parara, pero simplemente me culpaba y gritaba mientras me golpeaba, sentí
que iba a morir, pero, de pronto, los golpes se detuvieron.
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Sus ojos estaban rojos y me miraba, creí que todo había terminado, pero realmente hubiera
preferido que me matara a golpes.

Solo lo escuché pronunciar el nombre de mi madre antes de que me tomara con fuerza... —
Cerró sus ojos con fuerza. — Mi aroma era muy fuerte y eso lo había tentado... Quería abusar
de mí... Pero no tenía fuerzas para defenderme, solo podía gritar y llorar, hasta que todo
dolor se fue... Me sentía cálido y protegido, mi lobo había tomado acto de presencia y me
presenté como un cambiaformas de Alfa puro.

Me defendió, acabando con la vida de ese hombre... Mi padre... Cuando la policía llegó, tuve
que fingir que no recordaba nada, mi lobo me dijo que no podía decir nada y así lo hice,
hasta que te conocí en el orfanato... Creo que el resto de la historia ya te la sabes.

— Y-yo... No sé qué decir... — Sentía las palabras atoradas. Sabía que la infancia de su Alfa
había sido difícil, pero jamás se imaginaba de esa forma.

— No digas nada... Solo quiero que me abraces... Que todo esto se quede justo aquí, y que
mañana al despertar, solo seamos tú y yo...

Taehyung lo miró a los ojos y asintió. Se deslizó por debajo de las sábanas, quedando
completamente acostado, dejando que su Alfa se mantuviera recostado sobre su pecho y lo
abrazó entre sus brazos.

Jungkook se sentía bien. Por primera vez, después de tantos años, sentía que ese peso que
llevaba arrastrando por fin lo soltaba y por fin podía ser él. El Alfa que merecía su Omega, sin
secretos, porque finalmente le había contado todo de él.

La azabache caminaba por la calle con su pequeño cachorro de dos años. El pequeño daba
cortos pasos con sus pequeñas piernitas y de vez en cuando daba saltitos, haciendo reír a su
madre.
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— ¿Estás feliz, Kookie?

El cachorro asintió repetidas veces con la cabeza, sacudiendo su conejo blanco y, aunque no
supiera a dónde iban, se sentía muy feliz de estar con su madre.

El camino le parecía muy largo para el pequeño azabache y sus cortas piernitas, pero nada le
arrebataría su sonrisa de conejito.

Finalmente, habían llegado a su destino: un barrio poco concurrido, pero pintoresco. La mujer
tocó la puerta de madera para después mirar a su hijo.

La puerta no tardó en abrirse, dejando ver una mujer de cabellera castaña y unos ojos color
marrón que, aunque tenía ojeras, seguían viéndose hermosos. Su piel era extremadamente
blanca, más de lo habitual, y su sonrisa era reluciente.

— ¡Eunha! — Dijo con emoción, abrazándola.

— Bora... — La Alfa no podía creerse la apariencia de la castaña. — Pero ¿Cómo...?

Bora bajó la mirada apenada. Sabía que tenía que contarle todo, pero su vista se posó en unos
grandes y expresivos ojos.

— ¿Él es tu hijo? — Las dos habían dejado de verse después de que Eunha se casara, por lo cual
estaba sorprendida del pequeño que acompañaba a la azabache.

— Sí. Di hola, Jungkook. — Alentó su madre, pero el cachorro solo pudo reír, cubriendo su carita
con el afelpado conejo blanco.

— Tiene tu sonrisa y tus ojos, aunque déjame decirte que se parece más a ti, qué digo, parece
una versión tuya en hombre. — Ambas rieron mientras entraban a la casa, pero Eunha estaba
de acuerdo, Jungkook era como su doble, no se parecía en nada a su padre.
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Cuando llegaron a una pequeña sala, ambas se sentaron, dejando al azabache, algo
regordete, en medio de ambas.

— ¿Ahora sí piensas contarme por qué te ves así? — La castaña soltó un suspiro. — ¿Fue Kim?
¿Te hizo algo?

— ¿Qué? No, sabes que él sería incapaz de hacerme daño. — Bajó la cabeza. — Además, ya no
estoy con él...

— ¿Qué? Pero... ¿Desde cuándo?

— Casi un año...

— ¿Cómo se atreve a dejarte? Cuando lo vea, lo voy a matar. Confié en él y...

— Yo lo dejé... — Eunha abrió los ojos, sorprendida, no podía creer lo que estaba escuchando.

Y el pequeño Jungkook no entendía absolutamente nada de la conversación, por lo cual solo se

dedicó a jugar con su conejo blanco, hasta que un llanto llamó su atención.

La azabache frunció el ceño, pero antes de que pudiera decir algo, Bora ya había desaparecido
de su lugar, corriendo a la habitación de donde provenía el llanto.

Unos segundos después, apareció con un pequeño en brazos, un pequeño con los ojos llorosos
y un puchero, aferrado a un tigre de felpa, su cabello castaño quedaba a la perfección con su
piel levemente acaramelada, tenía unas mejillas regordetas y un singular lunar en la punta de
su naricita.

El futuro Alfita abrió sus ojos, sorprendido, al mirar a aquel bebé, dejando a su conejo en
segundo plano.

La Beta tomó asiento nuevamente en el sillón, ignorando la mirada de interrogación de la

azabache, acercando a su pequeño bebé al cachorro que lo miraba curioso y asombrado.

El pequeño castañito continuaba soltando pequeños sollozos, escondiendo su rostro contra el

pecho de su madre.

— Se llama Taehyung. — Los ojos del azabache brillaron de emoción.

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— Tayung... — La mujer castaña rió levemente. — ¿Taeyung? — Pero el bebé comenzó a llorar
de nuevo, haciendo que el cachorro se encogiera en su lugar.

— Puedes decirle TaeTae. — Acarició su cabello.

— TaeTae... — Dijo en voz baja, llamando la atención del nombrado, provocando que su llanto
se fuera y lo mirara con ojos curiosos con el rastro de sus lágrimas en sus mejillas.

Ambos pequeños se miraron, y Jungkook no pudo evitar sonreírle al castañito, el cual le

respondió, enseñando sus dos dientitos de leche que apenas estaban saliendo, lo cual había
sido el motivo de su llanto.

— Bora. — La llamó la Alfa. — ¿Me puedes explicar todo esto?

— Simplemente, lo nuestro no estaba bien, él y yo somos muy diferentes. Lo nuestro nunca

debió suceder.

— ¿Realmente crees que me voy a tragar ese cuento cuando estás sosteniendo un hijo suyo
entre tus brazos? — El castañito soltó una risita ante las caras que le hacía Jungkook.

— Nunca dije que fuera de él.

— Es toda su cara, y sin contar que le pusiste su nombre. — La Beta cerró los ojos, maldiciendo
en sus adentros. — Así que habla, Bora. Tú no eras así, nosotras nunca teníamos secretos.

Bora miró nuevamente a su cachorro y se rindió, sabía que no podría ocultarlo más, tenía que
contarle a alguien y no había nadie más en el mundo a la que le tuviera tanta confianza, como
a Eunha.

— Su madre vino a hablar conmigo, ya sabes que ella nunca me quiso por ser una Beta...

— ¿Qué te dijo esa maldita bruja? — Eunha odiaba a esa mujer por no apreciar a Bora. Si esa
mujer supiera lo que realmente era la castaña, se tragaría todas sus palabras.

— Lo de siempre. Que Kim merecía a alguien mejor que yo, pero esta vez me amenazó, diciendo
que si no me alejaba de él, sería sacado de su familia. — La mujer bajó la mirada. — Sabes que
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el sueño de él siempre fue ser un gran Magnate, que viajemos a Londres para abrir su empresa,
pero no podía dejar que le arrebataran su sueño por mi culpa. A mi lado no tendría nada, no
tengo nada que ofrecerle además del inmenso amor que le tengo... Y la gente no vive de amor.
— Rió sin gracia.

— Bora, pero Taehyung te ama y tú a él también...

— Y por esa misma razón fue por la que lo deje ir, porque lo amo y lo que menos quería era
cortarle las alas... — Sintió sus lágrimas volver borrosa su vista. — Le rompí el corazón... Y un
mes después de que se fuera a Londres, me enteré que estaba embarazada...

— Pero... ¿Qué pasó contigo? ¿Por qué no fuiste a buscarme?

— Mi lobo... Sabes que no es como el de los demás y le afectó la separación de nuestro Alfa, así
que lo tuve que dejar ir. — Sus ojos brillaron púrpura.

— Tus ojos...

— Ahora soy una simple Beta con un lobo con el corazón dañado muriendo lentamente... — Las
lágrimas bajaron por sus mejillas y abrazó con más fuerza a su bebé. — Pero no importa,
porque sé que mi pequeño Tae va a estar bien.

El castañito miró nuevamente al azabache, tomando su rostro entre sus pequeñas manitas, sus
ojitos destellaron en un verde esmeralda antes de sonreír mostrando sus dientitos.

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por Srta_YoonTae

Después de ese día, donde compartieron sus historias y Jungkook pudo ser completamente
sincero, el Alfa se puso en contacto con Jackson, quien le explicó que eso mismo le iba a
decir el día en que lo llamó, que la tumba de su madre se encontraba sepultada justo al lado
de la tumba de la madre del castaño.
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La vida para ambos estaba marchando a la perfección, y estaban a unos días de la

graduación de Taehyung y Luhan, por ese motivo el Omega se sentía más que emocionado.

— ¿A qué hora te dijo mi madre que llegarían? — Preguntó el mayor.

— Se supone que deben estar aquí en unos minutos. — Pero justo en ese momento, el timbre
de la puerta sonó, llamando la atención de la pareja. — Deben ser ellos.

El Omega fue el primero en dirigirse a la puerta principal, apenas pudo abrirla, cuando se le
abalanzó alguien sobre él, tomándolo por sorpresa.

— ¡Tae! ¡Te extrañé mucho, cuñado! — Baek lo abrazaba fuertemente de una manera algo
asfixiante, pero agradable.

— Baek... Hola, también te extrañé.

— Mi querido Tae. — La bella Alfa no dudo en unirse al abrazo, feliz de volver a ver al lindo
Omega de su hijo.

El castaño no pudo evitar sonreír y sentirse bien, se sentía como una familia, su familia.
Siempre había anhelado sentirse de esa forma y realmente la sensación no se comparaba
con lo que imaginaba. Sin duda, era mucho mejor.

— Bueno, ya, suelten a mi Omega. — El azabache tomó la cintura del menor, tirando de él,
destruyendo el agradable abrazo de tres.

— Ash, qué aguafiestas. — Jiwoo puso los ojos en blanco.

— Cara de limón. — Le sacó la lengua.

— Mocoso. — Contraatacó el Alfa.

— Amargado.

— Vago.

El menor de los Jeon iba a contestarle, pero Chanyeol tomó su cintura para evitar alguna
tercera guerra mundial entre los dos hermanos.
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— Qué lindo, también vino el poste... — Murmuró algo fuerte Jungkook, recibiendo un
codazo por parte de su Omega.

— Sí, es agradable volver a verte, cuñado. — Sonrió de lado, provocando al mayor.

La tensión se estaba haciendo muy notoria, era obvio que aún se encontraba una gran
tensión entre ambos Alfas.

— Buenas tardes. — Por primera vez habló el Alfa mayor, que se había mantenido al margen.

— Señor Young, sí pudo venir. — Dijo Taehyung con una sonrisa, soltándose del agarre de su
amado. El padre de Jungkook no dudó en devolverle la sonrisa, a pesar de su previa
seriedad.

— Claro, no podría perderme tu graduación y conocer a mi nieto. — Sus palabras eran

sinceras.

— Es cierto, pobre niño teniendo al cara de limón como su padre. — Dramatizó Baek,
dejándose caer en los brazos de su Alfa, quien no dudó en atraparlo. — Realmente, lo
compadezco.

Tae no pudo evitar reír levemente, esos dos solo vivían para molestarse, le gustaba mucho la
relación que tenían. Nuevamente, otra pequeña discusión se instaló entre los hermanos, la
cual no duró mucho.

Por esa ocasión, Jungkook les pidió a sus trabajadores que estuvieran en la casa para que
pudieran atender a su familia o más que nada a sus padres, ya que Baek se iría con Chanyeol
al departamento donde vivirían por el momento.

Una vez los padres del Alfa estuvieron instalados en su habitación, bajaron al comedor,
donde la comida ya estaba servida.

— ¿Cómo te sientes por tu graduación? — Preguntó el Alfa mayor, mirando al castaño.

— Estoy muy feliz, por fin tendré mi título y eso es algo con lo que soñé. — Sonrió, antes de
beber un poco de vino de uva sin alcohol.

— Estoy muy orgullosa de ti, cariño. — Jiwoo tomó la mano de Taehyung.

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El castaño no pudo evitar mirarla, tuvo tantos sentimientos en ese momento. Realmente,
Jiwoo era ahora como una madre para él y estaba muy agradecido.

— Muchas gracias.

La comida continuó, teniendo temas triviales. Los Alfas hablaban sobre empresas y negocios
mientras la azabache hablaba con ambos Omegas.

— ¿Entonces ya está lista la habitación de mi nieto?

— Sí, puedo enseñárselas después de la comida.

— Aww, sí, qué bien, tendré un sobrino. — Aplaudió con alegría el menor. — Lo bueno de vivir
aquí en Seúl, es que lo vendré a visitar muy seguido.

— Es cierto. ¿Ustedes cuánto tiempo se quedarán? — Taehyung miró a la Alfa.

— Pues, aún no hay una fecha para irnos, pero sin duda será después del cumpleaños de
Jungkook. Tal vez nos quedemos unos meses más después de eso. — Dijo feliz. — Aunque, si
por mí fuera, me quedaría aquí en Seúl. Al final, mis dos hijos están aquí, al igual que tú y mi
nieto.

— Deberías hablar con papá, sería bueno que se mudaran devuelta a Seúl, así la familia
estaría junta.

— Aunque quisiéramos, no es así de sencillo, Baek. Tu padre tiene la empresa ahí en

Tailandia. — Suspiró. — Pero descuiden, estaremos viniendo seguido, al menos yo.

Jungkook miraba de vez en cuando cómo su querido Omega sonreía y hablaba con su
hermano y madre, el Alfa no pudo evitar sonreír.

— Vaya, sí sabes sonreír, creí que era un mito. — Se burló el Alfa rubio castaño.

— Cállate, Park. — Puso los ojos en blanco.

— Veo que tienen una muy buena amistad entre ustedes. — El señor Jeon era consciente de
la relación de ambos Alfas, y le parecía realmente gracioso.

— Somos casi hermanos. — Dijo Chanyeol con sarcasmo, provocando a Jungkook.

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— Púdrete. — Murmuró.

El mayor miró a ambos jóvenes, eran como unos cachorros. Pero, con solo verlos, sabía que
ambos tenían corazones similares, sin importar sus diferencias. Estaba seguro que con el
tiempo podían llegar a ser grandes amigos.

— ¿Y ya conociste el departamento donde vas a vivir? — Preguntó curioso el castaño.

— No, venimos directo aquí desde el aeropuerto, pero Channie me dijo que podía decorarlo
como yo quiera. — Sus ojos brillaron mientras lo contaba. — Tú podrías ir y ayudarme si
quieres, Tae.

— Me encantaría, pero mañana voy a salir con mis amigos. — Taehyung lo pensó un poco y
tuvo una idea. — ¿Qué dices si me acompañas? Me imagino que mañana te quedarás solo en
casa, ya que Chanyeol estará en la empresa.

— ¿Hablas en serio? — Sonrió.

— Claro que sí, ellos son muy buenos y no creo que les moleste que lleve un amigo más. De
hecho, ¿Por qué no viene usted también, Jiwoo?

— ¿Yo? Oh, no, cariño. Tengo un par de amigas aquí, así que creo que iré a visitarlas, pero
ustedes disfruten una tarde juntos con amigos. — Alentó la mujer.

Finalmente, la comida había terminado y tanto Chanyeol como Baek tomaron sus maletas y
se despidieron para ir a la que sería su casa por el momento, porque, claramente, el Alfa
quería darle un verdadero hogar a su Omega.

En el transcurso del camino, Baek miraba por la ventana, era como un niño. Su mejilla iba
recargada en la portezuela, con la mitad de la cabeza fuera de la ventana.

— Todo es muy bonito.

— ¿Nunca habías venido a Seúl? — Preguntó curioso el mayor.

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— Oh, sí, como en dos ocasiones, pero esta es la primera vez que lo hago con mi Alfa y se
siente aún más especial, porque este será nuestro hogar. — Sus ojos brillaron naranja al
mirar a Chanyeol.

El Alfa no pudo evitar sonreír, su lobo aulló dentro de él. Baek era un chico único y especial,
realmente se sentía como un adolescente cada vez que estaba con él y, por alguna razón, lo
único que quería, era cumplirle cada uno de sus caprichos.

— Eres tan lindo cuando te sonrojas. — Rió el azabache.

— ¿Qué? No es verdad. — La vergüenza lo invadió, pero escuchar la risa del menor, era la
melodía más cálida para su corazón.

El auto se detuvo frente a un departamento, no era muy grande, ya que era un departamento
para solteros y Chanyeol, aún teniendo dinero, no era de los que gastaban en lugares
demasiado grandes, no le veía el caso. Además, suficiente tenía con haber vivido tantos años
solo en la inmensa casa de sus padres.

Pero por la forma en la que Baek estaba acostumbrado a vivir, tenía miedo que eso no fuera
suficiente y no quería pedir dinero a sus padres para comprar una casa, porque, al final, la
empresa donde trabajaba, aún no era suya y seguía dependiendo de ellos.

Una vez bajaron del auto, Chanyeol sacó unas cuantas maletas mientras el Omega tomó las
mochilas para poder ayudar en algo.

Ambos caminaron a la puerta del departamento y el mayor abrió la puerta, dándole acceso a
Baek para que entrara primero al oscuro lugar. El rubio castaño entró tras de él para
encender las luces, dando una mejor vista del acogedor apartamento.

El azabache no había dicho nada, se había quedado en silencio y muy quieto en el momento
que las luces se encendieron.

— Sé que es algo pequeño. — Rascó su nuca. — Si quieres, podemos buscar otro...

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Los brazos del menor lo rodearon, tomándolo por sorpresa, dejándolo sin palabras.

— Es hermoso. — Baek lo miró a los ojos. — Me encanta, además, huele a ti. — Su corazón
volvió a latir y no pudo evitar tomar las mejillas de su Omega y acariciarlas.

— Tú eres hermoso. — Declaró. Las mejillas del menor se tintaron al instante.

Por primera vez, Chanyeol fue quien tomó la iniciativa. Miró los rosados labios del azabache
y no pudo evitar relamer los suyos, antes de inclinarse y poder sentir los dulces belfos de su
Omega, ese sabor tan único y que lo hacía perder la cordura.

Baek no se quedó atrás, respondiendo aquel beso. Ese era el segundo beso que se daban por
voluntad propia, ya que el primero había sido su regalo de cumpleaños, y vaya que lo iba a
atesorar por siempre.

Unos segundos después, el beso fue cortado por sus respiraciones entrecortadas. Los labios
de ambos estaban hinchados y rojizos, tenían que apartarse antes de que sus lobos quisieran
volver a tomar el control de ellos.

— Voy por el resto de las maletas... La habitación está por ahí. — Apuntó una puerta color
gris. — Si quieres, puedes usar la ducha primero.

El Omega asintió, mordiendo su labio, al ver a su Alfa salir por la puerta. Entendía que
Chanyeol no quisiera que lo suyo fuera rápido y que cometieran lo mismo de la primera vez,
pero no podía evitar sentirse mal cada vez que él lo alejaba.

El cuerpo desnudo del Alfa reposaba boca abajo, dejando su fuerte espalda a la vista
mientras la sábana blanca cubría su parte inferior a la perfección, algunos de sus cabellos
largos cubrían su rostro. La mañana había comenzado apenas.
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Taehyung fue el primero en despertarse y, por alguna razón, se sentía muy bien ese día. Al
igual que su Alfa, él también estaba desnudo, por lo que tomó su bóxer para colocárselo
junto a una camisa blanca de Jungkook, amaba ponerse sus camisas del día anterior,
después de despertar y respirar su aroma.

Ya que esta era grande, lo cubría perfectamente. Sacudió su castaño cabello mientras
caminaba descalzo hacia la ventana de su habitación, tirando de las cortinas para que la luz
pudiera entrar. La vista era preciosa, desde ahí se podía ver el jardín y la piscina.

Un gruñido llamó su atención, haciéndolo voltear. Jungkook trataba de cubrirse de la luz con
ayuda de la almohada y eso hizo reír un poco al Omega.

— Tae... Cierra las cortinas... — Volvió a gruñir.

— Ya es de día, dormilón. — Caminó hasta él, quitándole la almohada y arrojándola al otro

lado de la cama.

— Tae, hoy no hay trabajo, así que a la cama. — Con su brazo, rodeó los muslos del castaño,
tirando de estos, haciéndolo caer sobre él.

— ¡Ah! ¡Jungkook! — Lo regañó. Estaba sobre su pecho desnudo. — Te puedes lastimar, no

hagas eso.

El azabache lo ignoró, apegándolo más a él para besarlo. El beso era dulce, pero apenas
Taehyung sintió que este subiría de tono, se separó, haciendo gruñir al mayor.

— ¿Por qué?

— Tus padres están en la casa. — Le recordó.

— Solo era un beso. — Puso los ojos en blanco.

— Solo un beso, ajá. Conozco tus "solo es un beso" que terminan con tus folladas
mañaneras.

— Pues a ti no parecen molestarte mucho mis folladas mañaneras cuando estás gimiendo mi
nombre hasta quedarte sin voz. — Se burló, alzando una ceja mientras sonreía de forma
pícara.
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Las mejillas de Taehyung se tintaron al instante y desvió la mirada. Y es que quién se puede
negar cuando eres follado de esa manera y más por tremendo hombre, no era su culpa.

Jungkook era todo una tentación al pecado, y Taehyung estaba dispuesto a volverse todo un
pecador por él.

— Bueno, no me cambies el tema, arriba. — Se levantó, esperando que Jungkook hiciera lo

mismo.

— ¿Por qué tan temprano? — Volvió a quejarse, sentándose en la cama. — ¿Vamos a ir a

algún lado?

El Alfa se levantó de la cama, dejando al descubierto toda su desnudez y, sin duda, hasta los
dioses griegos gritarían de envidia por semejante obra de arte.

— Tú no, pero yo sí. — Aclaró Tae, sacando ropa de su ahora clóset que compartía con su
Alfa.

Justo cuando el Omega estaba saliendo del armario, Jungkook estaba entrando, por lo cual
no pudo evitar sonreír, antes de estampar su mano en la nalga derecha de su Alfa.

— Me la voy a cobrar luego. — Le advirtió, pero el castaño solo se rió, meneando un poco su
trasero.

— Te estaré esperando. — Lo provocó.

— Si tú vas a salir, ¿Por qué tengo que levantarme temprano? — Retomó la conversación,
buscando algo cómodo para estar en casa.

— Pues, porque yo voy a salir y creo que sería bueno que pasaras tiempo con tus padres. —
Sugirió mientras deslizaba una de sus largas piernas en su jeans para volver a repetir la
acción con su otra pierna. — Sé que no es asunto mío, pero... — Se levantó para abrochar su
botón.

— Creo que es una buena idea. — Salió Jungkook del armario, para quedar frente al menor
con unos jeans y una sudadera. — Tal vez sería bueno que les cuente sobre mi madre
biológica.
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Taehyung no pudo evitar sonreír, le gustaba mucho que el azabache ya no fuera tan cerrado
y que lo escuchara.

— Cualquier cosa que necesites, puedes llamarme. Estaré en la cafetería de siempre con los
chicos y Baek. — Dejó un corto beso en sus labios mientras abotonaba su camisa.

— Oye, ¿Esa no es mi camisa? — El Alfa alzó una ceja. Claro que lo era.

— La última vez que te la pusiste, dijiste que ya te quedaba muy ajustada, así que me la
probé y hay que aceptar que se me ve mejor a mí. — Jungkook no podía decir lo contrario.

— Contigo terminaré quedándome sin camisas. — Lo tomó por la cintura, bajando sus manos
hasta posarlas sobre su voluptuoso trasero.

— No veo por qué no podríamos compartir. — Las manos del mayor apretaron el trasero de
Taehyung, haciéndolo jadear. — Ah~

— No sabes cuántas ganas me dan de azotar tu lindo trasero al verte usar mis camisas, te ves
jodidamente sexy. — Susurró en su oído. — Realmente, me encantaría azotarte hasta que mis
manos queden tatuadas en tu trasero.

— Y yo querría que lo hicieras~ — Mordió su labio inferior de solo imaginarlo.

— Podría hacerlo si te quedas. — Era un oferta muy tentadora. En verdad, el Omega estaba
dispuesto a pensárselo.

Pero el toque en la puerta, hizo que Taehyung volviera a la realidad y se apartara de su Alfa,
acomodando su ropa. Jungkook no pudo evitar maldecir por lo bajo, sabía quién era, podía
sentir su aroma.

El castaño una vez tomó un respiro, abrió la puerta, dejando ver a la sonriente Alfa, usando
unos jeans y una blusa en un tono azul marino que entallaba su bella figura.

— Buenos días. No interrumpo, ¿Verdad?

— No.

— Sí. — Respondió la pareja al mismo tiempo.

— Oh, lo siento, no sabía. — Sonreía con cierta burla a su hijo.

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Claro que sabía que estaba interrumpiendo, pero como buena madre, tenía que cortarle el
polvo a su hijo, por eso sonreía con orgullo ante la fulminante mirada de su querido hijo.

— Solo venía avisar que el desayuno estaba listo, sé que Tae desayunará fuera con Baek y sus
amigos, por eso quería hacerte el desayuno, hijo, te espero abajo. Ten un buen día, cariño. —
Acarició la mejilla del menor antes de irse.

— Me voy, amor. — Se acercó para dejar un beso en sus labios.

— Te acompaño. — El Omega asintió. Ambos salieron de la habitación, bajando por las

escaleras, topándose con el padre del azabache.

— Buenos días. — Saludó con su mirada neutra. — Por tu cara, veo que tu madre fue a su
habitación. — Una sonrisa se instaló en su rostro.

— Ya sabes cómo es mi madre de oportuna. — Golpeó con su lengua la cara interna de su

mejilla.

— Traté de convencerla que no fuera, pero cuando ella se propone algo, nada la hace
cambiar de parecer. — Se encogió de hombros con una sonrisa el hombre. — Pero tranquilo,
voy a tratar de volver a hablar con ella.

Jungkook asintió, dándole un leve empujoncito a su Omega para que siguiera caminando.

— Nos vemos luego, señor Young. — Se despidió Tae con una sonrisa, la cual fue
correspondida al instante.

Al llegar a la puerta, el mayor volvió a tomar la cintura de su chico para besar sus labios,
nunca era suficiente para él.

— ¿Cómo irás? ¿No quieres que te lleve? — Pasó su pulgar sobre los labios carmesí de
Taehyung, quitando el resto de su saliva de ellos.

— No, descuida, iré en el Toretto. — Sonrió con malicia.

— Tae. — Le advirtió.

— Descuida, no manejaré rápido. Prometo no pasarme de 120. — Bromeó.

Pero parecía que eso no le hizo gracia alguna a Jungkook, porque frunció el ceño.
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— Solo bromeo, descuida, voy a estar bien. Además, iré por Baek y luego iremos a la
cafetería, no estaré solo.

— Bien. — Soltó un suspiro, dejando un beso en su frente y otro en sus labios. — Cualquier
cosa, me llamas. — El Omega asintió.

Con un último beso se despidieron, antes de que Taehyung se subiera al McLaren 720s Coupé
y ponerse en marcha.

El camino fue tranquilo y las cosas no cambiaron mucho cuando Baek subió al auto. Bueno,
ahora tenía una conversación agradable con él.

— ¿Crees que le caiga bien a tus amigos? — El Omega se sentía realmente nervioso.

— Descuida, son muy buenas personas, y Luhan también es amigo de Chanyeol, así que no te
preocupes, además, también es novio de Sehun.

Baek conocía a Sehun, ya que era uno de los guardaespaldas de su hermano, pero nunca
tuvo alguna amistad con él, aunque claro que lo conocía.

— Y Jimin es el esposo de YoonGi, me imagino que lo conoces a él. — El azabache asintió.

Era el mejor amigo de Jungkook e iba mucho a su casa cuando Baek aún era un niño, así que
sí lo conocía.

— Creo que al único que no conocerás es a SeokJin, él es el esposo de NamJoon, otro amigo
de Jungkook, pero creo que su amistad comenzó por una colaboración de sus empresas.

— Bueno, al menos me siento más tranquilo y me siento feliz de conocer a un amigo de

Chanyeol.

Unos minutos después, ya habían llegado a la cafetería, y aunque el Omega azabache había
dicho que estaba más tranquilo, otra vez se sintió nervioso de solo estar parado frente a la
puerta de la cafetería.
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Tomó un respiro, antes de seguir a su cuñado, que estaba entrando al lugar. El menor iba
escondido detrás de él, pero pegó un brinco al escuchar que alguien gritaba.

— ¡Tae! ¿Qué voy a hacer contigo? Seguro eres de los que llegan tarde hasta a su propio
funeral. — El rubio suspiró frustrado.

— ¡No exageres! Tampoco llegué tan tarde.

— 36 minutos. ¡36! — Luhan no pudo evitar reír ante el drama de Jimin con la puntualidad.

— Bueno, al menos ya llegó. — Dijo SeokJin.

— No sé por qué me molesto en poner una hora, si cada quien llega a la hora que le da la
gana. — Cruzó sus brazos sobre su redondo vientre.

— Oh, vamos, Jiminie, no te molestes. — Tae tomó asiento a su lado y lo abrazó, dejando un
par de besos en su mejilla.

— Ya, ya, está bien, no puedo enojarme contigo. — Negó con la cabeza, suspirando. Su amigo
era un caso perdido.

— Chicos, unos ojitos nos miran. — Habló SeokJin, por lo que todos miraron al chico
azabache frente a ellos, el cual acariciaba uno de sus brazos y terminó por desviar la mirada.

Realmente, se le había pasado a Taehyung que Baek iba con él, debido al reclamo de Jimin,
por lo cual se volvió a levantar de su asiento y se colocó a un lado del Omega.

— Chicos, él es Baekhyun, el hermano menor de Jungkook y el Omega de Chanyeol. — Los

ojos de los tres Omegas frente a ellos se abrieron en sorpresa.

— Espera, ¿Chanyeol? ¿Nuestro Chanyeol? — Luhan apuntó a Tae y después a sí mismo, por
lo cual este asintió. — Maldito poste, ni siquiera un mensajito, lo voy a patear cuando lo vea.
Por otro lado, soy Luhan, amigo de Chanyeol. Si te hace algo, dímelo y yo lo golpeo.

Baek no pudo evitar reír y terminó asintiendo, un poco más cómodo.

— Pero siéntense. — Invitó el mayor de los Omegas. — Soy SeokJin.

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El menor tomó asiento junto a Luhan y Taehyung, quedando justo en medio de ambos,
teniendo a Jimin y a SeokJin frente a él.

— No sabía que Jungkook tuviera un hermano. — Dijo aún sorprendido el Omega rubio. —
Mucho gusto, soy Jimin.

— El esposo de YoonGi Hyung, ¿Verdad?

— ¿Conoces a mi esposo?

— Sí, iba mucho a casa a ver a Jungkook.

— Ah, ¿Sí? Tú y yo nos vamos a llevar muy bien. Luego me cuentas qué tanto sabes de él. —
Le apuntó con su dedo mientras sonreía.

— ¿Y cuantos años tienes? — SeokJin era el más tranquilo. Tomó un poco de su taza de café.

— Acabo de cumplir 19 años. — Una tos se hizo presente, y era más que nada de Luhan.

— Espera, ¿Tú y Chanyeol desde cuándo se conocen?

— Hmm... Nos conocimos un mes antes de mi cumpleaños.

— Mira, quién diría que a Chanyeol le gustaban los tiernitos. — Rió un poquito Jimin,
haciendo sonrojar a Baek. — Pero descuida, cariño, está bien el amor a primera vista. Mi
esposo y yo tuvimos un odio a primera vista.

— Bueno, es que realmente lo acusé de pervertido cuando nos conocimos...

Baek contó cómo fue que conoció a Chanyeol y terminó marcado por él a la semana de
conocerse; luego, Taehyung ayudó a contar cómo se puso Jungkook al enterarse de todo, las
risas no se hicieron esperar. El que más lo estaba disfrutando, sin duda, era Jimin, ya que
entre los amigos de Tae, él era el que más amistad tenía con Jungkook y le gustaba
molestarlo.

— Sin duda, esa sí es una historia para contarle a tus hijos. — Volvió a reír el rubio.
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— Realmente, tengo que hablar con Chanyeol, es injusto que me haya privado de saber esta
gran historia. — Continuó Luhan. — Baek, tú y yo seremos grandes amigos, te contaré
anécdotas vergonzosas de Chanyeol que seguro te van a encantar.

— Luhan, no te vayas a pasar, Chanyeol nos matará a ambos. — Le advirtió con risas
Taehyung.

El tiempo entre los Omegas fue pasando, era realmente agradable y el menor se sentía bien
que no fuera juzgado al ser un Omega puro.

Los cinco ordenaron sus desayunos y continuaron platicando, y al final, decidieron meter a
Baek al grupo que tenían para hablar sin Alfas y Beta.

— Chicos, necesito su ayuda. — Habló Taehyung una vez terminaron de desayunar todos.

— Tú solo dinos cuándo y nosotros lo vamos a golpear. — Habló Jimin. — ¿Te apuntas, Baek?
— El chico lo dudó y luego asintió.

Eso hizo reír al castaño, para después negar con la cabeza.

— No es nada de eso. Es que después de la graduación, es el cumpleaños de Jungkook. —

Bajó la cabeza. — Y no sé qué regalarle.

— Pues, dale algo que le guste. — Dijo obvio Luhan.

— Solo piensa algo que anhele mucho. — Continuó Jimin.

— ¿Nunca te ha dicho algo que quiera? — Preguntó SeokJin.

— La verdad no...

— ¿Pues, no es obvio? La respuesta es Taehyung. — Todos miraron a Baek. — Miren, dijeron

que le guste, anhele y quiera, fácil: Taehyung. — Se encogió de hombros.

— Claro, fóllatelo de manera extravagante, asunto arreglado. — Sonrió orgulloso Jimin.

— Yo lo apoyo. — Levantó la mano Luhan.

— ¡Jimin! ¡Luhan! — La cara de Taehyung se tintó de carmesí al instante.

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— ¿Por qué no dejas que te marque? — Sugirió SeokJin. — Es como una forma de entregarte
a él, como un símbolo de propiedad y exclusividad. A los Alfas les gustan ese tipo de cosas.

— Y con lo posesivo que es mi hermano, creo que sería un buen regalo.

Taehyung bajó la cabeza y jugó con sus dedos, nervioso.

— Saben que no puedo hacer eso, al menos no ahora. Tengo miedo de que la mordida no la
pueda soportar mi lobo y lo pueda perder por completo.

— Oye y si... — Baek se acercó a Taehyung, susurrándole algo al oído. — ¿Qué dices?

— Oye, niño, no te dijeron tus padres que es de mala educación susurrar el chisme a alguien
mientras estás en la mesa con más personas. — Lo acusó Jimin con su dedo.

— Perdón. — Rió el acusado.

Todos continuaron platicando un rato más, hasta que llegó la hora de irse, todos se
despidieron. Sehun llegó por Luhan, SeokJin sería quien dejaría a Jimin a su casa, así que
Tae se encargó de llevar a Baek a la suya.

— Solo piensa en mi idea, ¿Sí? Creo que a Jungkook le gustaría. — El castaño asintió antes de
volverlo A abrazar y despedirse.

Todo el camino de regreso a casa, estuvo pensando en cuál sería el regalo perfecto para
Jungkook, hasta que finalmente llegó.

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por Srta_YoonTae

Último día de prácticas.

El castaño ordenaba el último bulto de carpetas para que finalmente diera por finalizada sus
prácticas. Por fin era el día de su graduación, pero tenía que aceptar que le daba nostalgia
tener que dejar la empresa, se había acostumbrado a trabajar y mirar a su Alfa en el proceso.
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Nuevamente, alzó la vista, encontrándose a su amado que trabajaba tras su escritorio de

caoba. Suspiró sabiendo que esa podía ser su última vez en esa oficina.

Tal vez estaba exagerando, pero realmente era muy cómodo trabajar ahí, ya sabía cada una
de las áreas y los trabajos que se realizaban, además, ya tenía amigos ahí.

Al final terminó con los folders y se levantó de su asiento, mirando nuevamente a Jungkook
antes de salir de la oficina, tenía que entregarle los documentos a Yerim.

Una vez salió de la oficina, caminó hasta el área de la castaña, colocando los folders sobre el
mostrador.

— Listo, estos son los últimos. — Le sonrió a la Beta.

— Aún no puedo creer que tus prácticas se han terminado. — Dijo con algo de tristeza.

— Yo tampoco, pero así es.

— ¿Hoy es tu graduación? — El Omega asintió.

— La entrega de diplomas será un poco más tarde, por eso cuando salga Jungkook, iremos a
arreglarnos. — Una extraña sonrisa se instaló en el rostro de la chica. — ¿Qué?

— Nada, es bonita la relación que tienes con el jefe. Antes todo el tiempo estaba serio, pero
desde que estás tú es como otra persona, se ve realmente vivo. — Las mejillas de Taehyung
se tintaron.

Pero era verdad, los dos habían cambiado mucho. El menor también descubrió que
realmente nunca estuvo vivo, su vida era tan monótona, y al lado de su Alfa, por fin supo lo
que era vivir.

Ambos amigos continuaron hablando, hasta que una tercera persona se hizo presente, el
aroma fuerte hizo que Taehyung arrugara la nariz.

— Parece que mis advertencias no te quedaron claras. — Frunció el ceño.

— Siempre tan a la defensiva. — Rió el Alfa de ojos verdes. — Solo vine a despedirme de ti, sé
que este es tu último día. ¿Qué te parece si vamos a tomar algo juntos?

— ¿Nunca te rindes?
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— No cuando el premio eres tú. — Sonrió con su perfecta dentadura.

— Que te jodan. — Sin más, el castaño dio media vuelta, volviendo a la oficina del magnate.

Sus ojos verdes se desviaron hacia la Beta que aún se veía confundida, pues toda su
conversación había sido en francés. La joven se sintió algo intimidada por lo que apartó la
vista y continuó con su trabajo.

Evans negó con una sonrisa mirando la puerta por la que había desaparecido su omega.
Realmente, cada vez le gustaba más ese chico y no pretendía descansar hasta que sea suyo.

Una vez estando en casa, Taehyung subió a su habitación, seguido por Jungkook de cerca.

— ¿Nos bañamos juntos? — Preguntó el Alfa.

— No. — Se apresuró a decir Taehyung, pero al notar que su respuesta fue muy tosca, trató
de explicarse. — Es que... Tú sabes cuánto tardamos juntos y no puedo llegar tarde a mi
graduación...

Jungkook frunció el entrecejo, había algo raro en el castaño. Llevaba tres días actuando de
esa manera, ya ni siquiera le dejaba tocarlo o mirarlo desnudo.

— Está bien, entonces báñate tú primero, — Este asintió, apretando los labios.

El Alfa suspiró caminando hacia el armario y entró buscando una caja de color blanco con un
listón rojo, sonrió al tenerla entre sus manos y volvió a la habitación para poner la caja sobre
la cama.

Tomó su teléfono para marcar un número y después llevarlo a su oído, escuchando el sonido
de llamada entrante, hasta que por fin escuchó una voz del otro lado.

— Hola, quería saber si ya tienes el documento.

???: Estoy en eso. No es fácil hacer un contrato de este tipo.

— Lo necesito para hoy mismo. — Miró la puerta del baño.

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???: ¿Realmente estás seguro de que quieres hacer esto? Porque para mí es una completa
locura y te lo digo en términos legales.

— Claro que estoy seguro, tú solo haz tu trabajo. — Se escuchó un suspiro del otro lado del
teléfono.

???: Bien, entonces lo tendré listo en dos horas. ¿Te parece bien?

— Perfecto. Cuando lo tengas a la mano, llévalo a la dirección que te enviaré. — El sonido de

la puerta del baño alertó al azabache. — Me tengo que ir. — Y sin más colgó la llamada.

Del cuarto de baño salió el castaño con una bata de baño blanca mientras secaba su cabello
con una toalla del mismo color.

— ¿Estabas hablando con alguien?

— ¿Qué? — Jungkook iba a negar, pero era obvio que Taehyung se había dado cuenta. — Sí,
era YoonGi, pero nada importante. — Se acercó a su omega, tomándolo por la parte baja de
su cintura para darle un beso.

Pero el menor se apartó con una mueca de dolor, la cual trató de disimular, pero claramente
falló.

— ¿Estás bien? — El azabache lo miró preocupado.

— Sí, simplemente dormí en una mala posición, es todo. — Trató de sonreírle.

— ¿Estás seguro? Podría darte un masaje... — Trató de acercarse, pero Taehyung lo alejó,
poniendo sus manos sobre el pecho de este, sin dejar que Jungkook lo tocara.

— Te dije que estoy bien, amor. No es necesario.

El Alfa asintió, aunque estaba realmente confundido por la actitud que tenía Taehyung
desde hace tres días.

— Entonces iré a bañarme. — El Omega desvió la mirada al ver los ojos tristes de su amado.
— Tu regalo de graduación está en la cama.
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Sin más, entró al cuarto de baño, dejando completamente solo al menor en la habitación.
Taehyung soltó un suspiro. Realmente, se sentía mal de alejar a Jungkook de esa forma, pero
lo conocía perfectamente y no podía arriesgarse, solo tenía que esperar unos días más.

Al desviar la mirada se encontró con la gran caja blanca, la cual traía un lazo rojo. Sonrió
enternecido. La verdad no se esperaba un regalo de graduación, se acercó a la cama y con
cuidado soltó el listón para poder abrir la caja.

Al hacerlo, no sabía cómo reaccionar. Dentro había un traje de color rojo, su corazón latió
con fuerza. Él mismo se había comprado un traje típico de color negro para usar en su
graduación.

Con cuidado lo sacó de la caja para mirarlo un poco mejor, tanto el saco como el pantalón
eran rojos, lo acompañaba una camisa blanca con detalles de flores negras y un pañuelo
como accesorio.

Sin dudarlo, comenzó a colocarse el traje, le quedaba a la perfección, como si hubiera sido
hecho especialmente para él. Justo cuando se miraba al espejo, Jungkook salió del cuarto de
baño, usando únicamente un bóxer y una toalla alrededor de tu cuello.

— Siempre lo he dicho, el color rojo fue hecho especialmente para ti. — Le sonrió,
sacudiendo un poco su largo cabello mojado.

— ¿Cómo sabías mis medidas? — Lo miró desde el espejo, por lo que el Alfa se acercó,
quedando justo detrás de él, pero sin tocarlo.

— Te conozco, Taehyung, y sé cada medida de cualquier rincón de tu cuerpo... — Le susurró,

por lo que el menor no pudo evitar estremecerse. Ambos se miraron a los ojos a través del
espejo.

— Gracias... Es un bonito regalo. — Dijo sinceramente.

— Me alegra que te haya gustado. Iré a arreglarme, no queremos llegar tarde a un día muy
importante para ti. — Sin más, el azabache se adentró al armario para buscar algún traje.

Taehyung volvió a mirarse en el espejo y no pudo evitar sonreír.

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Jungkook fue el primero en entrar al gran salón, donde se llevaría a cabo la entrega de
diplomas. De su mano, iba su Omega luciendo su bello traje rojo. Sin duda, se volvió el
centro de atención tan solo entrar al salón.

— Todos nos miran... — Le susurró Taehyung al gran Magnate.

— Corrección, te están mirando a ti, realmente te ves precioso. — Sus mejillas se tintaron al
instante, creando una combinación perfecta con su rojo atuendo.

Detrás de la pareja venían los señores Jeon; el señor Young, portaba un elegante traje color
gris oscuro con una camisa blanca y corbata negra. Mientras, su esposa llevaba un vestido
gris de encaje que moldeaba su cuerpo a la perfección, resaltando su bella figura, con unos
tacones negros de aguja.

Los cuatro llamaban la atención, pero a estos parecían no importarles o simplemente los
ignoraban, continuando su camino, hasta donde se encontraban sus amigos.

— Oh por dios, Tae, te ves jodidamente perfecto. — Habló Luhan, quien fue el primero en
verlo, haciendo que el resto de sus amigos notaran su presencia.

— Gracias... — Sonrió algo avergonzado.

— Si yo hubiera usado un traje así, seguro parecería una manzana gigante. — Puchereó. —
Nada me queda bien con esta panzota. Es tu culpa, Sehun. — Golpeó su brazo. — ¿Cómo se te
ocurre embarazarme antes de mi graduación? — Lloriqueó.

— Te recuerdo que no lo planeamos. — Se defendió el Beta. — Además, ya te dije que te ves

precioso. — Lo abrazó con cariño.

— Sehun tiene razón, Lu. Te ves muy bien. — Halagó Taehyung con una sonrisa. Su amigo se
veía realmente lindo con su embarazo, al igual que Jimin.

— Hola, señores Jeon. — Saludó el Alfa pálido.

— YoonGi, cuánto tiempo, estás tan grande y guapo. Si no fuera por el lindo rubio a tu lado,
creería que tienes a muchos omegas detrás de ti. — Jiwoo le sonrió a Jimin.
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— Él es mi esposo Jimin. — Lo presentó. — Mi Omega y padre de mi futuro hijo. — Dijo con

orgullo, inflando su pecho, por lo cual el rubio rodó sus ojos.

— Park Jimin. — Extendió su mano, estrechándola con la de ambos adultos. — Pero

legalmente Min Jimin.

— ¿Dónde están NamJoon y SeokJin? ¿Aún no llegan? — Preguntó Taehyung.

— Fueron los primeros en llegar, pero están con Yuna. — Comentó Luhan, señalando un lugar
en la sala, donde se encontraban el matrimonio Kim junto a su hijo, quien portaba un traje
idéntico al de sus padres.

Después de unos minutos, todos los alumnos fueron llamados para que se les entregaran sus
túnicas y birretes de graduación. El color significativo de ese año, había sido el morado. Así
que todos se colocaron sus túnicas sobre sus ropas para dar inicio a la entrega de diplomas.

En las primera tres filas de asientos se encontraban todos los futuros graduados, portando
sus túnicas y birretes, y en el resto de asientos todos los invitados y familiares de los
graduados.

Frente a ellos se encontraban los profesores del curso, junto al director y todos los Magnates
dueños de las empresas que autorizaron las prácticas.

El director de la universidad comenzó dando las gracias para después dar inicio a su discurso
para todos los alumnos. Jungkook tenía su mirada puesta en el chico que llevaba un pañuelo
rojo alrededor de su cuello, ese chico el cual lo hacía feliz solo con el simple hecho de
respirar. Se sentía realmente orgulloso de él.

Sus miradas se cruzaron y fue como si todo se detuviera y volvieran a conocerse, pero no en
aquella subasta sino en el orfanato, esos ojos marrones que trasmiten tanto, y Jungkook
simplemente sintió que se volvía a enamorar.

El discurso del director finalizó después de casi media hora hablando sobre los alumnos y lo
que podrían ser de sus futuros, ahora sí por fin entregarían los diplomas. El viejo Alfa miró la
lista que tenía entre sus manos y comenzó a nombrar a uno por uno de los graduados, los
cuales daban un pequeño discurso para luego recoger su diploma que era entregado por el
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Magnate de la empresa donde realizaron sus prácticas.

Los alumnos fueron pasando, hasta que le tocó a Luhan, el cual recibió ayuda de su amado
Beta para subir los escalones y llegar hasta el pódium, su discurso más que nada parecía una
lista de quejas hacia cada uno de sus profesores y recriminarle su feo bigote a la profesora
Song para después romper en llanto, dando agradecimientos a todo el mundo como si
hubiera ganado un Óscar, realmente las hormonas lo afectaban demasiado. Finalmente,
caminó hasta YoonGi y Jimin para recibir su preciado diploma.

La siguiente en pasar fue Yuna, la cual parecía una chica completamente diferente a la
Omega que había iniciado sus prácticas. Su discurso fue más que nada dándole las gracias a
SeokJin por todo lo que hizo por ella, ya que gracias a él, se sentía feliz con ella misma.
Cuando por fin fue a recibir su diploma, el pequeño SeokJoon fue el que tuvo el honor de
entregárselo.

El resto de alumnados fue llamado, dejando a Taehyung como el último en recibir diploma
por dos grandes razones.

— Por último, tenemos al graduado Kim Taehyung. Este chico fue uno de los jóvenes a los
cuales se le entregó una beca y fue el mejor promedio de esta generación, así que, además
de su diploma, queremos entregarle un reconocimiento.

Los aplausos no se hicieron esperar en toda la sala, Taehyung se colocó de pie caminando
hasta el pódium, inclinando su cabeza, agradeciéndole al director por el reconocimiento que
le estaba entregando, el cual tenía su nombre escrito en grande.

— Muchas gracias... La verdad es que no soy muy bueno dando discursos. — Rió un poco
nervioso. — Solo quiero agradecer a la universidad por darme una beca y la oportunidad de
superarme y lograr mi sueño de graduarme. Sé que mi madre hubiera querido verme
graduándome de la universidad, así que gracias... También al señor Jeon que, aunque era
alguien arrogante. — Lo miró. — Estoy agradecido porque creyera siempre en mí. — Ambos
sonrieron. — Gracias, Jungkook.
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La mayoría de los presentes se sorprendieron al escuchar la forma en la que lo había llamado

el castaño, y aún más cuando el gran Magnate abandonó su puesto para caminar directo a su
Omega y quedar frente a él.

Sus ojos se miraban fijamente y, en vez de entregarle su diploma, con su mano tomó la nuca
de su Omega, estampando sus labios con los del contrario, dejando atónitos a toda la sala,
pero a ellos no les importó, porque estaban en su mundo, en su propia burbuja.

— ¡Ese es mi hijo! — Se levantó Jiwoo de su asiento con palpable emoción. Su marido no

pudo evitar sonreír y negar con la cabeza, su esposa era todo un caso.

En el momento que los aplausos se hicieron presentes, ambos regresaron a su realidad. Las
mejillas de Tae estaban tintadas y eso hizo sonreír al mayor.

— Me besaste... — Mordió su labio inferior.

— Así parece y creo que lo voy a volver a hacer... — Pero antes de que sus labios se pudieran
volver a encontrar, Taehyung lo detuvo.

— Sin duda, esto saldrá en el periódico de mañana, será todo un escándalo.

— Es bueno que el mundo sepa que ya tienes un Alfa y ese soy yo. — Sin más, se fundieron en
un nuevo beso, siendo fotografiados por unos cuantos reporteros.

Sin duda, sería tendencia que el gran Magnate Jeon Jungkook había caído en los encantos
de un chico universitario.

Después de la entrega de diplomas, se abrió paso al banquete. Nadie dejaba de mirar y

cuchichear sobre la nueva noticia, algunos Omegas admiraban a la singular pareja y otros
simplemente con envidia.

La cena fue algo tranquila, fue realmente elaborada con el fin de que los recién graduados
pasaran un último momento con sus jefes.

— Tae, cariño, mi esposo y yo decidimos comprarte un regalo de graduación. — La Alfa de su

bolso sacó una pequeña caja de color crema con un listón marrón.
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— Oh, no era necesario, pero muchas gracias.

— No es nada, es un pequeño detalle, y además te lo mereces por todo lo que has trabajado.

Taehyung tomó la cajita entre sus manos y comenzó a quitar el listón para poder abrirla. Sus
ojos se abrieron en grande y comenzó a negar con la cabeza.

— Oh, lo siento, pero no puedo aceptarlo.

— Oh, claro que puedes. — Alentó la mujer.

— Realmente, te lo mereces, Taehyung. — El hombre le sonrió.

— Pero es demasiado...

— Ay, cariño, solo es un auto. — Dijo sin importancia la mujer. — Noté que te gusta mucho el
McLaren de Jungkook, así que decidimos regalarte uno igual, pero en rojo a petición de
Jungkook.

— ¿Tú lo sabías? — Miró a su Alfa, quien se encogió de hombros.

— Vamos, amor, acéptalo, si no mi madre no dejará de insistir. — Y vaya que el Alfa hablaba
en serio, conocía de sobras a su madre.

El castaño volvió a mirar las llaves dentro de aquella cajita y apretó sus labios, para después
mirar a los señores Jeon que le regalaban una sonrisa.

— Muchas gracias.

— El auto está en el garaje de Jungkook. Lo notarás al instante, ya que es el auto que más
resalta entre todos. — Comentó el señor Young.

De pronto, el móvil de Jungkook comenzó a sonar, llamando la atención de su Omega. El

azabache, al notar quien llamaba, se disculpó, levantándose para después salir del salón,
dejando un poco curioso y extrañado al menor.

Cuando la cena terminó, era hora de que los Magnates se retiraran, al igual que los familiares
y solo quedaran los alumnos y quien haya sido su acompañante para la celebración y el baile
que había organizado la universidad.
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— Tae, yo sé que tú querías que yo fuera tu acompañante, pero tengo otra sorpresa para ti.

— ¿Otro regalo de graduación? — Frunció su ceño.

— Algo así. Es algo especial, ven. — Le extendió su mano para que la tomara.

— Pero... ¿Y tus padres?

— Ellos ya saben. — Taehyung apretó sus labios y miró la gran mano de su Alfa, antes de
tomarla y dejarse llevar por él.

Ambos salieron del salón y se subieron al auto del mayor, el cual estaba de piloto. Antes de
poner el auto en marcha, Jungkook se encargó de colocarle bien el cinturón de seguridad al
castaño, no iba a permitir que otro accidente ocurriera y menos con él en el auto. Al
comprobar que estaba seguro, metió su mano en la guantera, sacando la singular corbata
roja que le pertenecía al menor y se la entregó.

— Véndate los ojos. — Pidió el Alfa.

Los recuerdos llegaron a la mente de Taehyung, cuando su tripolar Alfa le hizo ese mismo
pedido el día que lo llevó a ver las remodelaciones del orfanato, así que quiso responder de
la misma forma que lo hizo esa vez, para ver qué le respondía ahora.

— ¿Para qué?

— No preguntes, es parte de la sorpresa. — El Omega no pudo evitar sonreír ante su nueva

respuesta y acató el pedido anterior, colocándose la corbata sobre los ojos.

Una vez no podía ver nada, Jungkook puso el auto en marcha. El camino no fue muy largo,
pero eso no quitó las ansias del menor por saber a dónde estaban yendo, solo podía sentir el
movimiento del auto, hasta que de pronto este se detuvo.

— ¿Ya llegamos? — Preguntó curioso.

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— Algo así... — Dijo antes de abrir la puerta y bajar del auto, rodeándolo para abrir la puerta
de su Omega.

En el momento que Taehyung puso un pie fuera del auto, sintió ese aroma tan particular y el
frío acarició su rostro como una suave brisa y el sonido delató el lugar.

— ¿Estamos frente a un muelle? — La corbata fue retirada, confirmando su pregunta, pero lo

que llamó su atención, fue un yate que estaba junto al muelle.

— Lo compré hace unos años atrás. Normalmente, lo usaba para cuando quería alejarme de
todo y todos. Nunca he subido a nadie en el. — Lo miró. — Pero me gustaría que tú fueras el
primero.

Ambos caminaron hasta el yate y subieron en él. Era algo grande y espacioso, contaba con
un camarote y con un cuarto de baño junto con ducha.

— Si te soy sincero, me dan miedo los barcos... No sabes en qué momento se pueden hundir.
— El Alfa no pudo evitar reír.

— Recuerdo que dijiste algo parecido con los aviones la primera vez que subimos a uno.

— Claro, me da miedo todo lo que me aleje de la tierra.

— Descuida, no te pasará nada, confía en mí, siempre voy a salvarte.

Taehyung asintió justo en el momento que el azabache ponía en marcha el yate. El Omega
miraba cómo poco a poco las luces de los edificios se iban alejando cada vez más, hasta que
finalmente se detuvo.

— ¿Qué vinimos a hacer aquí? — Preguntó curioso cuando sintió la presencia de su Alfa a su
lado.

— Me gusta que todo lo que tenga que ver contigo sea especial. — Con un control remoto,
colocó un poco de música, la canción era suave y agradable. — Tú querías un baile y yo
quería que fuera el mejor de tu vida.
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Con delicadeza, tomó la mano de Taehyung, guiándolo al centro de punta del yate, colocó
sus manos sobre la cintura del menor, recordando la mueca que había hecho en la tarde al
tomarlo de la parte baja. Por instinto, Tae rodeó su cuello, sintiendo la cercanía del otro.

Los pasos eran algo torpes al principio, pero luego supieron marcar su ritmo, dejándose
perder en los ojos del otro.

— Para mí todos los momentos son especiales a tu lado. — Confesó.

— Los míos también. Eres mi todo, yo... Realmente me he enamorado perdidamente de ti. —
Soltó su cintura para acariciar su mejilla. — Creo que este sería un buen momento para darte
mi último regalo de la noche.

— ¿Qué? Pero... Creí que este viaje nocturno en el yate era mi regalo. — Jungkook negó con
una sonrisa.

— No, este es mi regalo. — Se apartó un poco del menor, alzando un lado de su saco para
poder sacar de este un sobre, entregándoselo a un Taehyung algo confundido.

— ¿Qué es esto?

— Ábrelo.

El castaño miró nuevamente el sobre, el cual era completamente blanco, no traía nada
escrito, solo era un sobre blanco. Su curiosidad fue más grande, así que lo abrió y dentro
había un papel doblado en tres partes.

Al desdoblarlo miró el encabezado que decía: "Contrato". El entrecejo del menor se volvió a
fruncir, pero continuó leyendo.

"Con este contrato, Jeon Jungkook autoriza entregar un total del 50% de la empresa Jeon al
joven Kim Taehyung..."

La vista de Taehyung se centró nuevamente en Jungkook, tratando de buscar una

explicación a lo que significaba ese papel.

— Una vez te dije que tenías potencial y realmente podrías llegar a ser un gran Magnate, pero
también sé cómo es la sociedad de Alfista y nunca te dejarían tener una empresa propia solo
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porque eres Omega... Pero yo creo en ti y por esa razón quiero ayudarte a que el mundo te
conozca y no como un empleado más, sino como un jefe.

— Pero, Jungkook... Es tu empresa... — Sus ojos se cristalizaron.

— Pero quiero que sea de los dos y sabes que no te estoy regalando ese puesto, realmente te
lo has ganado. Solo inténtalo, este contrato tiene un año de vencimiento. Cuando finalice si
no quieres continuar, no pasa nada, pero sé que este es tu sueño también.

Taehyung no tenía palabras. Sin previo aviso, se echó a los brazos de su Alfa, dejando salir
las lágrimas. El mayor no dudó en corresponderlo.

— No tengo cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí...

— Créeme, has hecho más cosas tú por mí, que no tengo cómo pagártelas.

— Solo estemos juntos para siempre... Beomgyu, tú y yo.

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por Srta_YoonTae

Las manos de Baekhyun sudaban de los nervios y ansiedad. El auto acababa de estacionarse
frente a una casa algo grande, era un poco más pequeña que la casa de sus padres, pero
tenía un buen tamaño.

Con un fuerte respiro, salió del coche acompañado de Chanyeol, quien se colocó a su lado,
sujetándolo de la mano.

— Tranquilo, voy a estar a tu lado siempre, sin importar lo que digan mis padres. — Le dio un
leve apretón. — ¿Recuerdas? Soy tu Alfa y tú mi Omega. — El menor asintió.
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Juntos caminaron hasta la puerta de la casa y tocaron, hasta que una mujer mayor abrió la
puerta con una sonrisa al notar al Alfa.

— Joven Park. — La Beta no se hizo esperar, abrazando al chico con clara felicidad.

— Hola, nana. — La recibió con gusto.

Ella había sido una de las mujeres que lo crio en la ausencia de sus padres, por lo cual le
tenía un inmenso cariño a la mujer.

— Sus padres se encuentran en el comedor, lo están esperando. — Pero su vista se desvió,

notando a la segunda persona frente a ella. — ¿Y este chiquillo?

— Nana, él es Baekhyun. — Lo tomó por la cintura. — Mi Omega.

— Válgame, pero si es muy lindo. — Dijo con ternura, como si el menor se tratara de un tierno
cachorro, eso hizo que el Omega se sonrojara.

— Bueno, iremos a ver a mis padres. — La Beta de cabellos grises asintió, apartándose lo
suficiente para que la pareja pudiera entrar a la casa.

Baek miraba todo a su alrededor. La casa era muy elegante, pero ya se sentía fría y sola,
como una casa abandonada, pero que recibía mantenimiento, le causaba escalofríos, no
como la casa de sus padres que se sentía cálida cada vez que entraba.

Mientras más avanzaban por los fríos y solitarios pasillos, los nervios del azabache
aumentaban, por lo cual su Alfa lo podía sentir a través de su lazo.

— Estoy contigo... — Le recordó en un susurro, antes de entrar al gran comedor.

En la gran mesa quien la encabezaba, era un hombre de cabello castaño con unos cuantos
reflejos de canas. El señor tenía unas cuantas marcas en el rostro debido a sus años,
aparentaba estar cerca de los 50, si no es que ya. Su falta de aroma lo delató como Beta.

A su lado derecho, se encontraba una mujer de apariencia imponente, con un cabello rubio
perfectamente peinado y recogido. Ella claramente aparentaba ser más joven que el hombre
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a su lado, por los que seguramente tenía que estar alrededor de los 40. Por su fuerte aroma a
Regaliz y Lavanda, era obvio que era una Alfa.

— Hola, hijo. — Saludó el hombre.

— Llegas tarde. Sabes que no me gusta la impuntualidad, y además trajiste a alguien a

nuestra cena familiar. — Dijo neutra, sin levantar la mirada de su plato.

Baek al escuchar eso, se encogió en su lugar, queriendo esconderse detrás de su Alfa.

— Siento la tardanza, madre. — El rubio castaño hizo una reverencia en forma de disculpa,
antes de dirigirse a su lugar de siempre junto a su padre y frente a su madre, con la única
diferencia de que ahora su Omega estaría a su lado.

— Señora Yoon, puede traer la comida de mi hijo y traiga un plato más para su acompañante.
— Pidió el Beta mayor a una de las empleadas, la cual asintió al instante, acatando la orden.

— No pienso mentir y tampoco ocultarles nada. — Comenzó el joven Alfa. — He marcado a mi

Omega.

Por primera vez, la mujer alzó la mirada, dejando a la vista su bello rostro y unos lindos y
llamativos ojos color miel, el cuerpo del Omega tembló al conectar con esos ojos.

— ¿Cuál es tu nombre? — Baek se sentía cada vez más pequeño con la voz de la Alfa.

— Se llama Jeon Baekhyun y tiene 19 años. — Lo ayudó Chanyeol, por lo que su madre lo
miró.

— ¿Acaso eres sordo? — Volvió a mirar al azabache, el cual negó. — ¿Mudo? — Volvió a negar.

— Madre... — El rubio castaño trató de intervenir, pero fue mandado a callar por su
progenitora.

— Estoy hablando con él, no te metas. — Chanyeol apretó sus labios. — Entonces no
necesitas que mi hijo responda por ti. ¿Estudias? — El Omega volvió a negar.

— ¿Trabajas? — Otra negación. — ¿Al menos sabes hacer algo?

— Madre, no tienes por qué tratarlo así. — El Alfa podía sentir cómo las palabras de su madre
estaban haciendo sentir mal a su omega y no lo iba a permitir.
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— Después hablaré seriamente contigo, no puedo creer lo irresponsable que fuiste al marcar
a este muchacho, eso no es lo que nosotros te hemos enseñado. — Baek bajó la cabeza
culpable, porque sabía que esa marca era por su culpa.

— Sohyun, no seas tan dura. — Trató de tranquilizarlo su esposo.

— No, Suho. Hace unos meses estaba supuestamente enamorado de ese muchacho Kim y
ahora de la nada viene diciendo que tiene un Omega y lo ha marcado.

— Lo entiendo, pero al menos déjalos hablar...

— No necesito escuchar nada más, ya escuché lo suficiente. — La mujer se colocó de pie,

dejando su servilleta en la mesa. — Si me disculpan, perdí el apetito.

Sin más, la Alfa salió del gran comedor, haciendo sonar sus tacones. Los ojos de Baek
comenzaron a picar y su lobo bajó las orejas, sintiendo el rechazo.

— Lo siento, mi esposa es algo dura y muy tradicional. — Se disculpó el Beta mayor. — No te

sientas mal por sus palabras, solo hay que darle tiempo a que procese la noticia.

— Lo siento... — Susurró con voz quebrada. — Mi intención nunca fue causarle problemas a
Chanyeol.

— No te preocupes. Sé que Sohyun solo actuó así por impulso.

La cena terminó antes de lo planeado debido al mal momento. Baekhyun no pudo ni dar
bocado, sentía un vacío por dentro y cero apetito. Chanyeol realmente no quería seguir
viendo al menor así, por lo que decidió que lo mejor era irse.

Suho se ofreció a acompañarlos hasta la puerta para despedirse de ambos, asegurando que
trataría de hablar con su esposa y que tal vez en una próxima reunión las cosas podrían ir
mejor.

El azabache fue el primero en subir al auto, dejando a su Alfa con su padre en un momento a
solas.

— ¿No vas a regañarme? — Preguntó Chanyeol, escuchando un suspiro por parte de su

padre.
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— ¿Qué quieres que te diga? Tienes 23 años y él 19, ambos son lo bastante mayores para
asumir la responsabilidad de sus acciones. Yo te eduqué para que actúes con propiedad y
sepas asumir las consecuencias de tus actos, no para que seas el hijo perfecto... Yo ya viví mi
vida como quise. Esta es tu vida y tú decides qué hacer con ella, y yo como tu padre, siempre
voy a estar para ti.

— Mamá se veía realmente en desacuerdo.

— Entiéndela también, te fuiste unos meses y luego vuelves con esta sorpresa, era obvio que
no lo tomaría bien. Tu madre solo quiere lo mejor para ti, al igual que yo.

— Pero él es lo mejor para mí... — Miró el auto donde se encontraba el menor, podía sentir la
tristeza de su Omega aunque no pudiera verlo.

— Pues demuéstraselo a tu madre y te aseguro que al final ella te terminará apoyando,

porque al final ella es tu madre y te ama mucho. — Ambos se despidieron. — Tráelo en la
siguiente cena. — Sugirió con una sonrisa.

Chanyeol caminó hasta el auto, subiendo de piloto, encontrándose con la mirada triste de su
Omega. Sabía cómo se sentía, lo podía sentir y tampoco era ciego.

— Baek...

— Solo quiero ir a casa... — Susurró en un hilo de voz. El corazón del mayor se encogió, pero
tampoco quería presionarlo, así que simplemente asintió, poniendo el auto en marcha.

Taehyung abrió los ojos con algo de pereza comenzando a tallarlos para mirar confundido el
lugar donde se encontraba.

Los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente: la graduación, el yate, el baile...

Jungkook convenciéndolo para que durmieran abrazados toda la noche en el camarote del
yate.

Sonrió al encontrarse con el rostro de su amado Alfa. Con cuidado comenzó a retirar unos
cuantos mechones rebeldes para poder apreciar mejor su lindo rostro, centrando su vista en
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un pequeño lunar bajo su labio inferior y luchó con todas sus fuerzas para no besarlo.

Al notar que no podría soportar la tentación, se levantó de la cama, caminando al pequeño

cuarto de baño para darse una ducha. Aún era temprano, pero dentro de unas horas tendrían
que estar listos para ir al orfanato Esperanza.

El agua acariciaba el cuerpo acaramelado del Omega, haciéndolo sentir fresco y relajado,
pero tenía que darse prisa antes de que Jungkook despertara.

Cerró el grifo para enjabonar su cuerpo y colocarse shampoo para después enjuagarse y salir
de la ducha.

Justo en el momento en el que Taehyung estaba poniéndose la bata de baño, la puerta del
baño fue abierta, sobresaltándolo, y por reflejo, se cubrió el cuerpo con la tela de algodón.

— Descuida, soy yo.

— Me asustaste. — Dijo mientras anudaba el listón de la bata de baño.

— Somos los únicos en el yate. — Le recordó. — Además, siempre hemos entrado al cuarto de
baño en presencia del otro.

— Sí... Pero creí que seguías dormido. — Dijo algo nervioso.

Lo cual Jungkook pudo notar. Sinceramente, la actitud del menor lo estaba confundiendo
tanto, hace unas semanas ambos estaban tan bien y no entendía el porqué del cambio de
Taehyung en esos días.

— ¿Tae, realmente te encuentras bien?

— Claro. ¿Por qué no lo estaría? — Dijo, quitándole importancia mientras cepillaba sus
dientes, evitando la mirada del azabache.

— No lo sé...
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— Te imaginas cosas, amor. Todo está bien. Voy a vestirme mientras tú te duchas, recuerda
que hoy iremos por Beomgyu al orfanato. — Se acercó al Alfa, dejando un beso en sus labios.
— En verdad, estoy bien. — Le aseguró, tomando su rostro entre sus manos y volviendo a
besarlo, esta vez con más intensidad.

A Taehyung se le estaba haciendo también cada vez más difícil poner esa distancia con su
Alfa, pero tampoco podía caer en sus encantos y echar a perder todo lo que había hecho para
Jungkook. Tenerlo en abstinencia unos días más no sería tan malo.

Cuando por fin los dos estuvieron completamente vestidos, regresaron al muelle en donde
estaba estacionado el auto del mayor.

Habían decidido que irían por Beomgyu y después los tres tomarían juntos el desayuno,
porque el Omega quería pasar todo el día con su cachorro y el azabache no le iba a negar esa
felicidad.

— Dios, ya quiero verlo y abrazarlo. — Dijo con una gran sonrisa el castaño.

— Serás un gran padre. — Le aseguró su Alfa.

— Tú también lo serás. — Dijo de igual forma.

Jungkook no dijo nada, pero no fue necesario que dijera algo, el menor era consciente de las
inseguridades que le había dejado ese hombre.

— Jungkook, ya lo hablamos y no eres igual a él. — Posó su mano sobre el muslo marcado
del azabache. — Tú eres bueno y Beomgyu te va a amar. Serás un ejemplo para él, cometerás
errores y está bien, porque nadie nace sabiendo ser padre, pero solo algunos aprenden.

Para el Alfa ese era uno de sus más grandes temores, pero prefería mil veces superar los
fantasmas de su pasado, que quitarle el sueño de ser padre a su dulce Omega, porque por él
era capaz de todo.

Al llegar al orfanato, ambos se tomaron de las manos y caminaron al gran portón, donde ya
se encontraba la madre Rim esperándolos.

— Querido Tae, señor Jeon, me alegra que ya estén aquí. — El castaño no se hizo esperar
para estrechar a la mujer mayor entre sus brazos.
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— Nosotros también estamos felices de estar aquí. — Sonrió el Alfa.

— ¿Y Beomgyu? — La Beta rio un poco ante la desesperación del Omega.

Los tres comenzaron a caminar dentro de las instalaciones del orfanato. Habían muchos
dibujos nuevos pegados en las paredes, eso hizo sonreír al menor.

Se detuvieron frente a la oficina de la mujer, la cual los hizo pasar y tomar asiento para
comenzar con el papeleo.

— Primero que nada, tienen que ambos firmar aquí, aceptando los términos de la adopción
del menor Beomgyu. — Ambos asintieron, tomando cada uno el documento y leyendo con
detenimiento antes de firmar. — Esta será la nueva acta del menor, donde adquiere el
apellido de su padre adoptivo Alfa, por lo cual sería Jeon.

Tanto Taehyung como Jungkook asintieron de acuerdo con las palabras de la mujer mayor,
ambos sabían cuales eran todos los trámites que se realizaban para la adopción.

— Me tomé la molestia de pedir los trámites de los nuevos documentos legales de Beomgyu,
así que solo tienen que firmar en la nueva acta y legalmente el cachorro Jeon Beomgyu es
hijo suyo.

Una vez que ambos terminaron de leer, se miraron a los ojos. Una sonrisa se instaló en los
labios de Taehyung, contagiando al instante al azabache para después los dos firmar cada
uno de los documentos.

— Me imagino que nosotros nos quedamos con los originales y ustedes con las copias. —
Habló el Alfa, por lo que la madre Rim asintió.

— ¿Ahora sí podemos ir a verlo? — El castaño no podía contener sus ansias. Realmente,

quería volver a ver a su ahora cachorro.

— Los niños están en sus habitaciones, algunos aún duermen, pero Beomgyu siempre se
levanta temprano y sale al jardín, pueden ir a verlo si gustan, yo tengo que supervisar el
desayuno para los niños. — El Omega asintió, levantándose, al igual que Jungkook.
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Normalmente, las reglas son: que las parejas que vienen a ver a los niños no pueden
acercarse a ellos sin la supervisión de alguna de las trabajadoras y más cuando van a escoger
al niño, el pequeño es llamado a la dirección, pero la mujer tenía una confianza ciega ante
Taehyung, ella misma lo había criado, por esa razón le daba esa libertad.

— Gracias. — La pareja agradeció, antes de salir de la dirección rumbo al jardín.

Mientras caminaban por el pasillo, notaron a dos niños que acababan de despertar, pero al
verlos, les dieron los buenos días, esa escena les recordó a ellos mismos y ambos sonrieron.

Al llegar al jardín, notaron que este estaba solitario, a simple vista no parecía que alguien
estuviera ahí de no ser por el pequeño zapatito amarillo que sobresalía del mismo árbol
donde vieron por primera vez a Beomgyu.

Los dos se miraron con una sonrisa y caminaron hasta aquel árbol. Taehyung fue el primero
en asomarse, notando al pequeño rubio con un nuevo libro entre sus piernitas.

— Hola... — Habló suave el castaño, pero eso no evitó que Beomgyu se sobresaltara.

— Buenos días, señores. — Cerró su libro, dejando ver el encabezado de este "La bella y la
bestia". Con cuidado se levantó, limpiando sus pantalones celestes.

— ¿Terminaste de leer tu libro anterior? — El Omega se contuvo de abrazarlo con fuerza para
no asustarlo.

El cachorro bajó la mirada, observando su nuevo libro sorprendido, no se esperó que el

mayor recordara un detalle como ese.

— Sí... Ahora estoy leyendo este, pero casi lo termino también... — Abrazó el libro, bajando la
mirada.

Jungkook observaba la imagen de su omega y el cachorro. Era obvio que Taehyung estaba
socializando con él para luego darle la noticia, pero el azabache no sabía cómo relacionarse
de igual forma con el niño.

— ¿Sabes por qué volvimos Beomgyu? — Preguntó, hincándose frente a él para quedar a su
altura, y se atrevió a quitar un pequeño mechón rubio y colocarlo detrás de su orejita.
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— ¿Para adoptar? — Taehyung asintió, por lo cual una gran sonrisa se instaló en el rostro del
pequeño. — ¿En serio? Los niños estarán muy contentos, ellos serán grandes hijos.

El Omega miró al mayor un poco triste por las palabras del pequeño, Jungkook se acercó y se
hincó de igual forma frente al cachorro.

— Beomgyu... Nosotros ya escogimos quien se irá con nosotros — El Alfa trató de ser suave
con sus palabras.

— ¿Y me pueden contar? Prometo guardar el secreto. — Aseguró el rubiecito. — ¿Van a

adoptar a Hani o Chen? Ya sé, a Taeyeon.

El corazón de Taehyung se encogió, al ver cómo ese pequeño se emocionaba más porque
uno de los demás niños fuera adoptado.

— No, cariño. — Acarició su cabello. — Te queremos a ti.

La viva sonrisa de Beomgyu se apagó y se tomó unos segundos procesando las palabras del
mayor para después dar unos pasos atrás negando con la cabeza, soltando su libro.

Los recuerdos y las palabras de sus otros padres adoptivos retumbaron en su cabeza, por lo
que tapó sus oídos y cerró sus ojitos, negando repetidas veces.

— No, no, no, yo no... Yo no soy bueno...

Repetía una y otra vez dando pasitos hacia atrás hasta casi tropezar, pero Jungkook fue más
rápido, tomándolo en brazos antes de que su pequeño cuerpo impactara contra el pasto.

— Beomgyu... — Taehyung se acercó a ambos.

— ¿Estás bien? — El Alfa miraba al pequeño con preocupación palpable en sus ojos, y lo
sostenía con mucho cuidado, como si pudiera romperse.

Pero a Beomgyu solo se le llenaron sus ojitos de lágrimas y comenzó a llorar mientras
negaba con la cabeza y repetía que no lo adoptaran a él, que se llevaran a alguien más, que
él no era bueno.
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Realmente, ese cachorro estaba afectado por el abandono de sus anteriores padres
adoptivos y no quería que lo volvieran a abandonar, su corazón dolía mucho cuando
recordaba y, aunque no quisiera, su mente era su mayor tortura.

Jungkook, al mirarlo, lo estrechó más fuerte entre sus brazos, se sintió tan identificado y
comprendió el dolor del pequeño, porque a él también los recuerdos lo castigaron, así que lo
abrazó mientras le susurraba que eso no era cierto. El Alfa se había proyectado tanto, que
sus lágrimas también lo amenazaron y Taehyung lo notó.

Los tres se quedaron de esa forma, los dos mayores hincados sobre el pasto mientras
Jungkook sostenía a Beomgyu entre sus brazos y Taehyung acariciaba su cabello con
suavidad, hasta que finalmente el menor pudo tranquilizarse.

— S-señores, por favor... No me adopten... — Sus ojos estaban cristalizados.

— ¿Pero por qué no quieres, Beomgyu? — Preguntó con suavidad el castaño.

— Porque yo no seré un fuerte Alfa o un Beta... Seré Omega. — Unas cuantas lágrimas
volvieron a escaparse de sus ojos. — Y nadie quiere adoptar Omegas como yo. — Cubrió su
rostro con sus pequeñas manos.

Taehyung no pudo evitar derramar una cuantas lágrimas al sentir pena y rabia, pena porque
él mismo mucho tiempo pensó igual que ese cachorro y rabia por la maldita sociedad que
discriminaba y hacia menos a los Omegas, sin darse cuenta el daño psicológico que le
pueden causar a un niño.

— Eso no es verdad. — Antes de que Tae pudiera decir algo, su Alfa se adelantó. — La gente a
veces suele ser mala y no sabe cuánto daño le puede causar a alguien unas simples palabras,
pero tú no tienes la culpa de nada, y ser Omega es algo maravilloso. — Limpió las lágrimas
del pequeño con su pulgar, llamando su atención con sus palabras. — Si no me crees solo
míralo a él.

Beomgyu desvió la mirada, observando al castaño a su lado, el cual lo observó a pesar de

que también tenía lágrimas.

— ¿Verdad que es muy lindo? — El rubio asintió lentamente. — Él es un Omega como tú, así
que los dos son especiales.
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— Beomgyu, desde el momento en el que te vimos, mi corazón supo que tú eras el indicado.
— Tomó su manita. — Realmente, queremos que seas nuestro hijo. Sé que la vida no siempre
es buena, pero no todos son malos, y te prometo que nosotros siempre te vamos a amar.
Seremos una familia, solo si tú quieres ser nuestro hijo...

El menor bajó su mirada, pensando en las palabras de ambos adultos, pero en el transcurso,
notó como el Alfa aún lo sostenía entre sus brazos y la calidez del cuerpo del mayor se sentía
bien, pero luego su mirada cayó en la gran mano que sostenía su manita.

Tenía miedo, pero una parte de Beomgyu también se sentía feliz y quería sentir lo que era
volver a tener una familia, a alguien que te dé amor y puedas abrazar.

— ¿Qué dices, Beomgyu? — Alzó la mirada, observando el rostro de ambos adultos.

— S-sí quiero que sean mis papás...

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por Srta_YoonTae

El pequeño miraba por la ventanilla del auto con la mirada perdida en el bello paisaje. Hacía
mucho tiempo que el rubiecito no salía, más que nada desde que lo devolvieron al orfanato.

— ¿Te gusta lo que ves? —Preguntó Taehyung, volteándose un poco para ver el rostro de su
cachorro.

— Es muy bonito... — Confesó con voz baja, pero clara.

Jungkook miró al cachorro sentado de rodillas en el asiento trasero desde el retrovisor y no

pudo evitar sonreír. Tal vez unos años atrás se hubiera enojado por ver que un niño estuviera
con los pies sobre el asiento, pero la emoción de su hijo era mucho mejor.
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— ¿Tienes hambre, Beomgyu? — El nombrado desvió la mirada, encontrándose con los ojos
del Alfa en el espejo.

— Sí, se... — Se detuvo a pensar. — ¿Ahora cómo los tengo que llamar?

El Omega no pudo evitar sonreír enternecido, su cachorro le robaba el corazón.

— Tal vez sea un poco difícil acostumbrarte a que ahora somos tus padres, así que puedes
llamarnos como más cómodo te sientas, cariño. — Respondió el castaño, volteando medio
cuerpo para ver aún mejor a su pequeño.

Por alguna razón, el rubiecito puso su manita en su pechito, sintiendo la agradable calidez
en él. Esos señores le transmitían confianza, lo hacían sentir feliz más que nada y eso le
gustaba.

Después de un largo camino, llegaron al restaurante de Noona Sana, porque claro, ese era el
mejor lugar para comer y su cachorro se merecía lo mejor.

— Buenos días. — Saludó una chica joven de cabello blanco, al parecer era nueva, ya que Tae
nunca la había visto. — ¿Qué mesa les gustaría?

— Buenos días. — Saludó la pareja, la cual tenía tomado a su pequeño de cada mano.

Antes de que el castaño pudiera responder, fue interrumpido.

— Soyeon, cariño, ellos son clientes especiales. Descuida, yo los atiendo. — Apareció Sana,
tomando a la Beta por los hombros.

La chica no dijo nada, pero asintió con una sonrisa, antes de ir y atender otros clientes que al
parecer ya sabían que iban a ordenar.

— Buenos días, Tae, Jungkook y... — Los ojos de la mujer se desviaron al cachorro que
sostenía las manos de los nombrados. — Y... ¿Pequeñín?

— Noona Sana, él es Beomgyu, es de quien te hablé. — La Beta abrió los ojos sorprendida,
mirando nuevamente al niño.

— Pero si es una lindura. — Se hincó frente a él. — Mucho gusto, yo soy Noona Sana o puedes
decirme tía Sana, soy amiga de tus padres.
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Beomgyu alzó la mirada para mirar a sus nuevos padres, más que nada en busca de su
aprobación, por lo que ambos no dudaron en asentir.

— Buenas tardes... Tía Sana... — Lo último lo dijo un poco apenado, pero fue entendible.

— Dios, acabo de morir de ternura. — Dramatizo la mujer. — Beomgyu eres tan lindo que hoy
tu tía Sana invitará el desayuno. — El rubiecito no pudo evitar sonreír y tintar sus regordetas
mejillas.

— No hace falta, Sana. — Hablo Jungkook.

— Oh, por favor, déjeme consentir a este pequeño. — Volvió a dirigir su atención al menor. —
Beomie, ¿Te gusta el patbingsu o prefieres galletas?

Los tres se sentaron en la mesa que solían frecuentar los adultos cuando iban, Sana les había
llevado el desayuno especial del día a la pareja, mientras al pequeño le había llevado un rico
omelet.

Beomgyu comía gustoso su desayuno mientras mecía sus piecitos que colgaban desde la
silla.

— ¿Te gusta? — Pregunto el Alfa, por lo cual el cachorro asintió con sus cachetitos inflados de
comida.

Sin duda era todo un bebé, Taehyung no pudo evitar soltar una risita al ver una manchita de
salsa de tomate sobre la comisura de sus labios, así que se inclinó para limpiarla haciendo
sonrojar al menor.

— G-gracias...

Después del desayuno la pequeña familia se despidió de la dueña del restaurante,

prometiendo que pronto volverían otra vez a comer.

En el auto el camino fue un poquito más agradable, Beomgyu parecía estar agarrando más
confianza y ahora hablaba un poquito más, aunque había momentos en los cuales se
apenaba y se quedaba calladito en el asiento trasero, donde está vez si llevaba el cinturón de
seguridad.
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Cuando por fin llegaron a la casa y Taehyung ayudó a su pequeño a salir del coche, Beomgyu
miro asombrado la casa, nunca había visto una así de grande, el Omega sonrió recordando
que esa fue su misma expresión que hizo al conocer esa casa, que ahora era su hogar.

— Está ahora es tu casa. — El Alfa se agachó un poco para estar a la altura del menor, quien lo
miro perplejo.

— Mi casa...

— Así es, este es tu hogar.

Los tres comenzaron a subir las escaleras, mientras el rubiecito miraba con asombro todo.

— Hay una piscina muy grande. — Se sorprendió, ya que él solo había visto imágenes de una
piscina, nunca una real.

— Sí, y cuando quieras nadar en ella puedes decirnos para nadar en ella. — Beomie sonrió,
pero luego desapareció.

— Pero... Yo no sé nadar... — Bajo la mirada algo triste.

— Yo o tú papá Jungkook te podemos enseñar ¿Te gustaría? — La alegría se reflejó en sus

bellos ojitos.

Cuando entraron a la casa, Beomgyu se sintió aún más pequeño de lo que es, era como estar
en un castillo; según el cachorro, ya que se parecía a los castillos de los libros que le gustaba
leer.

— Es un castillo... — Abrió su boquita.

— ¿Le gustaría al príncipe conocer su habitación? —Sugirió Taehyung.

— ¿Una habitación para mí? — Ambos mayores asintieron.

Ver la carita de su cachorro era lo mejor que podían sentir, todo para Beomie era
sorprendente y cada vez se emocionaba más.

Realmente les alegraba que se mantuviera de esa forma y no tuviera pensamientos tristes,
mientras su mente generará mejores recuerdos, los malos no se irían, pero pasarían a un
segundo plano sin duda.
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— Luego conocerás todo el castillo. — Comento Jungkook tomando al menor en sus brazos
para ayudarlo a subir las escaleras.

El lobo del Alfa meneo la cola al tener al pequeño cerca, se sentía cómodo y feliz, porque era
su cachorro y ahora se sentía con el deber de cuidarlo y protegerlo.

Aunque el lobo de Jungkook fuera muy serio y maduro, cuando se trataba de amor se
transformaba en un completo cachorro y solo meneaba la cola enseñando la pancita.

Caminaron por el largo pasillo llegando hasta una puerta color azul pastel, Taehyung creyó
buena idea pintar la puerta de Beomgyu para que sea más fácil para él identificar su propia
habitación y en el resto de la casa colocaron letreritos para indicar los lugares.

La casa era muy grande, tanto como un laberinto y el Omega, aunque llevará un tiempo en
esa casa aún se perdía, no quería imaginar cómo será con el cachorro, aunque esté tuviera
una muy buena memoria.

— Está será tu habitación, pero podemos hacer cambios en ella si no te gusta... — Hablo Tae
un poco preocupado mientras abría la puerta.

Por poco los ojos de Beomgyu se salen y colocó su manita sobre su boca al ver la que sería su
habitación, era muy grande y la cama también, en toda su corta vida se había conformado
con un simple colchón y una mantita.

Sin poder evitarlo sus ojitos se cristalizaron y un pequeño sollozo escapó de su boquita
mientras cubría sus ojitos, eso alarmó a la pareja.

— Beomie, cariño, ¿Qué sucede? — Acarició el bracito del menor algo preocupado.

— ¿P-por qué...? — Ambos lo miraron confundidos por su pregunta. — ¿Por qué me dan todo
esto?...

— Porque eres nuestro hijo. — Por primera vez Jungkook lo había dicho en voz alta y se había
sentido jodidamente bien y su lobo se sintió lleno de orgullo. — Te mereces todo esto y
mucho más.

El castaño se encargó de retirar las pequeñas lágrimas que habían logrado escapar y se
deslizaban por las rechonchas mejillitas del rubiecito.
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El mayor bajo al cachorrito para que mirara todo, este camino por la habitación demasiado
asombrado y tocaba todo con su dedito, pero con miedo a que pueda romper algo.

Poco a poco fue explorando la habitación, hasta que se detuvo frente a un osito de peluche
de un color amarillo pastel, con detalles blancos, cuando pretendía tomarlo se detuvo y se
encogió en su lugar, mirando a los mayores que se encontraban abrazados mirándolo con
una sonrisa.

— Adelanté, todo esto es tuyo — Lo alentó el Omega.

Beomgyu volvió su vista al osito de felpa y apretó sus labios, antes de volver a estirar sus
manitas y tomarlo, primero lo miro por unos segundos, para después fundirse en un
pequeño pero fuerte abrazo.

Taehyung recostó su cabeza en el hombro de su Alfa mientras esté lo seguía sosteniendo por
la cintura, ambos sabían que el pequeño acababa de hacer su primera conexión y eso les
trajo recuerdos a ellos.

En eso un sonido se escuchó en el primer piso y la peculiar voz de la madre del azabache se
alcanzó a escuchar.

— Vamos Beomgyu, te vamos a presentar a unas personas — Aclaro Jungkook mientras le

extendía sus manos para volver a recibir a su hijo.

El cual se quedó pensativo y miro al Alfa y después al oso amarillo, no quería soltarlo, le
parecía muy lindo.

— Puedes llevarlo contigo, es todo tuyo — Una brillante sonrisita apareció en sus labios ante
las palabras del castaño y con felicidad fue hasta los brazos del azabache.

Los tres bajaban las escaleras como la familia que eran, la imagen era realmente hermosa,
Jungkook sostenía a su cachorro con un brazo, mientras tomaba la mano de su Omega con
la otra.

Al llegar a la planta baja se encontraron con los señores Jeon, pero la que se veía aún más
que emocionada era Jiwoo.

— No me lo creo. — Cubrió su boca para no gritar. — Es él, creo que voy a llorar.
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— Mamá, papá, él es Jeon Beomgyu, nuestro hijo. — Había firmeza en sus palabras y se veía
realmente orgulloso.

— Beomgyu, ellos son tus abuelos, Jiwoo y Young. — El rubiecito miró a los nombrados y
apretó al osito entre sus bracitos.

— Buenas tardes... — Hizo una pequeña reverencia.

El Alfa mayor sonrió y le extendió su mano al pequeño el cual dudo un poco, pero al final
estrecho su manita, notando la diferencia de tamaño muy notaría.

— Un gusto Beomgyu, eres un niño muy lindo — Las mejillas del rubiecito se tintaron al
instante avergonzándolo un poco.

— Gracias... A-abuelo Young...

— Acabo de morir de ternura — Dramatizo la Alfa, miro a su esposo — Young, adoptemos otro
hijo ¿Sí?

— En el Orfanato Esperanza, hay muchos niños que quieren papás — Agrego el pequeño.

— Beomgyu, ¿sabías que tus papás vienen de ese mismo Orfanato que tú? — El nombrado
abrió grandes sus ojitos ante las palabras de su abuela y luego miro a sus padres los cuales
asintieron.

— Los dos fuimos compañeros y muy buenos amigos — Dijo Taehyung — Pero tus abuelos
adoptaron a tu papá Jungkook.

— ¿Y porque no te adoptaron a ti también? — Era una pregunta inocente, pero ningún adulto
sabía cómo responder.

— Porque solo se podía adoptar a un niño al igual que tú — Young fue el que decidió hablar —
Además tu abuela y yo somos Alfas y es difícil para nosotros poder adoptar.

— Además tu papá Jungkook era un Alfa muy llorón y tu papi Tae siempre fue un Omega muy
fuerte, así como tú — Agrego Jiwoo.

— Pero... Los omegas no son fuertes — Miro sus manitas confundido, el recordaba haber
leído un libro que decía que los omegas eran delicados.
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— Beomie, la fuerza no solo es con tus manos — Hablo Jungkook — La fuerza también bien
de tu mente y corazón, por eso Tae y tú son los omegas más fuertes que conozco.

El rubiecito miro a su Omega padre, el cual le sonrió y Beomgyu volvió a mirar sus manitas y
formó un puñito.

— Yo soy fuerte.

— Young, en serio, quiero otro hijo — El Alfa mayor solo miro a su esposa negando con la
cabeza.

— Mamá, ya no estás en edad de tener hijos — Hablo Jungkook.

— Oye mocoso, ¿Qué te pasa? Yo aún sigo siendo joven, ya quisieras verte tan bien a tus casi
50 como yo — El azabache rodó los ojos — Young, ¿verdad que sigo siendo joven?

— Claro que sí amor, sigues igual de hermosa como el día en el que te conocí.

— Lo sé, soy perfecta .— El Alfa mayor no pudo evitar reír, su esposa era todo un caso.

— Ya sé de quién sacaste la humildad. — Le susurro Tae al oído a su Alfa.

— Te sorprendería mucho cuánto nos parecemos. — Acepto Jungkook.

La reunión familiar paso a la sala donde los adultos jugaban y platicaban con el pequeño,
sobre temas distintos, nada en concreto, Beomgyu parecía llevarse muy bien con sus
abuelos, solo que aún no había tenido la confianza de llamar papás a sus nuevos padres,
pero no importaba porque Tae y Jungkook serían pacientes.

Luhan tendía la cama con mucho cuidado, mientras Sehun se estaba dando una ducha,
normalmente el Beta lo hacía, pero el menor se aburría de no poder hacer nada por su
cuenta.

Al terminar de colocar la sobrecama comenzó acomodar las almohadas, pero justo cuando
se estiró para tomar una sintió un mareo por lo que sujeto su gran vientre de casi 6 meses.

Con su otra mano se sostuvo de la cama mientras respiraba, hasta que sintió un dolor
punzante en su vientre lo cual lo alarmó.
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— Sehun... — Trato de llamarlo, pero las palabras no salían. — S-Sehun...

Apretó con fuerza la sobrecama y sintió sudor frío recorrer su frente, sus dientes dolían de
apretarlos tanto.

— ¡Sehun! — El Omega no sabía de dónde había sacada la fuerza solo esperaba que haya sido
suficiente.

El castaño oscuro justo en ese momento estaba saliendo del cuarto de baño completamente
cambiado mientras secaba su cabello con una toalla, pero el grito de su chico lo puso alerta y
lo hizo correr hacia él.

— Mi amor, ¿Qué tienes? — Lo ayudó, tomándolo por la cintura. — Respira, voy a llevarte al
médico. — Con cuidado el Beta cargo entre sus brazos a su omega para llevarlo hasta el auto
importándole poco que este estuviera en pijama aún.

En el transcurso Sehun miraba de reojo al menor quien tenía los ojos cerrados y respiraba de
forma pesada, el sudor bajaba por su frente.

— ¿Aún te duele?

— N-no mucho... — Cerró con más fuerza sus ojos al hablar. — Vamos cariño no seas así con
papi — Acarició su vientre.

Cuando finalmente habían podido llegar al hospital, Sehun ayudo a su futuro esposo a salir
del coche para volver a tomarlo entre sus brazos, su chico solía ser realmente ligero antes, y
aunque no le costará cargarlo, tenía que aceptar que ahora se sentía una gran diferencia.

— Necesito ayuda. — Pidió cuando entraron, una enfermera al verlos se acercó con una silla
de ruedas donde el mayor no dudo en sentar a su Omega.

— ¿Está a punto de dar a luz? — Quiso saber la chica.

— No lo sé, se supone que mi cachorro nacería dentro de un mes, necesito al Doctor Choi, él
es su ginecólogo. — Ella asintió volviendo a recepción para hacer una llamada.

— Sehun... Tengo miedo... — Confesó el azabache apretando la mano de su amado. — No

quiero que algo le pase a nuestro bebé... No me lo perdonaría...
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— Todo va a estar bien, yo estoy contigo, te prometo que nuestro bebé va a estar bien —
Depósito un beso sobre la frente de Luhan para darle fuerzas y supiera que no estaba sólo.

Justo en ese momento apareció el Doctor Choi, parecía que había corrido por los pasillos,
pero se sintió un poco más tranquilo al ver a la pareja.

— Bien, les asignare una habitación, mientras me explican que fue lo que pasó. — Se voltio
hacia la misma enfermera que había ayudado antes. — Yoko, necesito que lleven el sistema
de ultrasonido a la habitación. — La chica asintió.

Cuando Luhan se encontraba recostado sobre la camilla conectado con un suero, su

respiración se volvió más normal y el dolor había disminuido aún más.

— Ahora te encuentras un poco más estable.

— ¿Eso quiere decir que el bebé aún no va a nacer?

— No, todavía le hace falta un mes, como les había explicado, al ser un cachorro entre Beta y
Omega, su bebé tiene que cumplir un mes más de gestación. — Explicó. — ¿Qué fue lo que
pasó?

— No lo sé, solo acomodaba la cama y sentí un mareo seguido de un dolor punzante.

— ¿Hiciste algún movimiento forzado? — El Omega negó. — Bien, en este momento haremos
el ultrasonido para ver qué es lo que está ocurriendo.

El doctor Choi presionó unos cuantos botones en la máquina prendiendo la pantalla,

mientras Sehun ayudaba al menor a descubrir su vientre y bajar un poco su pantalón de
pijama.

Con cuidado Siwoo agrego gel en la parte baja del vientre del azabache para tomar el
aparato y pasearlo sobre el área, dejando que las imágenes se vean en la pantalla.

— Ahí está su bebé. — Ambos padres miraron la pantalla notando que su hijo se veía
claramente.

— ¿Esta bien?.. — Pregunto preocupado el azabache.

— Si, de hecho, se los había estado diciendo en sus citas mensuales, pero hay un problema.
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— ¿A qué se refiere?

— Bueno no puedo confirmar que sea un problema por el momento, pero parece que el
cuerpo de Luhan y el tamaño del bebé no son parejos.

— ¿En qué sentido?

— Puede que el cuerpo de Luhan sea muy pequeño para el cachorro o el bebé sea muy
grande para su cuerpo, pero suele pasar, en este tipo de casos el embarazado debe ser
supervisando porque en cualquier momento puede romper fuente por la presión.

— ¿O sea que casi rompo fuente hoy?

— No exactamente, el dolor que sentiste es más que nada por el momento del bebé y debido
al tamaño lo sentiste aún más fuerte, pero descuida con este suero que te puse el dolor
disminuirá.

— ¿Entonces los dos están bien? — Pregunto Sehun más que nada para estar seguro.

— Si, ambos están bien, sería bueno que pasarán una noche aquí, solo para observación y
luego pueden volver a casa. — La pareja no dudo en asentir.

El doctor Choi retiro el aparato del vientre del menor entregándole un poco de papel al Beta
para que pudiera limpiar el gel.

— Muchas gracias por todo doctor.

— Descuiden, si algo así vuelve a ocurrir no duden en llamarme. — Y sin más salió de la
habitación dejándolos solos.

Sehun termino de limpiar el gel y miro a su Omega para después sostener su mano y dejar un
beso en esta donde tenía su anillo de compromiso.

— Ambos me dieron un gran susto. — Sonrió sintiendo el rico aroma a Cereza y Flor de loto
que desprendía su amado.

— Lo siento, no fue mi intención.

— Tranquilo. — Acarició su cabello con delicadeza. — Me alegra que ambos estén bien.
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Luhan desvió su mirada al anillo que reposaba en su dedo anular.

— No puedo creer que la vida me haya dado al mejor Beta super dotado y a esta gran
cachorrito. — Rozo sus dedos sobre su vientre. — En un mes este pequeño estará entre
nuestros brazos y luego nos casaremos.

— Claro que sí. — Colocó su mano sobre el redondo vientre.

— Hubo un tiempo en el que creí que el amor no estaba hecho para mí... Aunque siempre
soñé tener una familia y llegar al altar.

— Te prometo cumplir cada uno de tus sueños, mi amor. — Beso sus labios con dulzura.

— Yo sé que sí, mi Beta super dotado. — Ambos juntaron sus frentes.

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por Srta_YoonTae

El Omega azabache se encontraba boca abajo en su cama con la mano colgando y un gran
puchero.

— Baek... ¿Aún no estás listo? — Entro Chanyeol a la habitación encontrando a su chico aún
sobre la cama.

— No quiero ir... Suficiente tengo con saber lo patético que soy para volver a casa de tus
padres y que tú madre me lo recuerde, así estoy bien gracias — Puso su cara contra la
almohada.

El Alfa soltó un suspiro entendiéndolo perfectamente, él estaría igual si estuviera en su lugar.

Camino hasta el menor sentándose a un lado de él sin aplastarlo, tenía un vista perfecta de
su cuerpo, sus hombros no tan anchos, su espalda bajando hasta formar una "S" dejan un
respingado y redondo trasero, su chico era más que perfecto.
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— Baek, no eres patético — Acarició su cabello. El tacto hizo estremecer al azabache — Se

que mi madre no fue muy cortes ese día y no la pienso justificar, pero te prometo que estarás
bien.

El Omega saco su rostro de la almohada para poder mirar a su mayor quien continuaba
dándole caricias a su cabello.

— Tu mamá no me quiere...

— Te dije que eso no me iba a importar — Deslizó su mano dando una leve caricia en la
mejilla del azabache — Además, hablé con tus padres y les conté todo lo que pasó en la cena
con mis padres.

— ¿Que? — El menor se levantó quedando sentado a un lado de su Alfa — No debiste decirles

nada.

— No voy a ocultarle nada a tus padres, ellos confiaron en mí para ser tu Alfa y no voy a
defraudarlos.

— No lo entiendes, se supone que ahora soy un Omega independiente de mis padres, ahora
pensarán que no puedo con todo esto... — Encogió sus piernas abrazándolas y escondiendo
su rostro entre ellas.

—Eso no tiene nada que ver, Baek que ahora ya no vivas con tus padres no quiere decir que
ya no necesitas de ellos, porque son tu familia y se preocupan por ti — El Omega negó con la
cabeza aún sin alzar la mirada.

Chanyeol lo tomo de las manos y tiro un poco fuerte de él, pero sin lastimarlo, provocando
que Baek quedará sentado a horcajadas.

Sus cuerpos estaban muy cerca, al igual que sus rostros, el menor estaba algo sorprendido
ya que su Alfa siempre ponía una cierta distancia entre ambos.

— Ellos jamás te van a juzgar, porque te quieren... Te aman — Con una mano acaricio la piel
expuesta de su blanquecino muslo y con la otra su mejilla — Invite a tus padres a la cena de
esta noche.
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— P-pero, tu madre... Ella no estaba muy feliz cuando llegue, seguro lo tomara a mal si
también van mis padres.

— Descuida, mi padre está al tanto, así que no te preocupes — El Omega mordió levemente
su labio y desvió la mirada.

El rubio castaño no se perdió de esa acción y más al tenerlo así de cerca, normalmente
mantenía sus distancias porque su lobo era muy débil a los encantos de su Omega; relamió
sus propios labios.

Los ojos de Baek volvieron a los suyos conectándose al instante, el chico era realmente
hermoso, tenía que aceptar que tenerlo así de cerca era mucho más que agradable, su dulce
aroma era encantador.

Las grandes manos del mayor viajaron desde ambos muslos del pequeño omega hasta su
trasero con algo de descaro dio un apretón cortando aún más su distancia, provocando que
un jadeo escapara de la boca del azabache por la sorpresa, tomándose de los hombros del
contrario.

— ¿Chanyeol?... — Sus alientos se mezclaron por la cercanía de sus bocas.

El nombrado continuaba contemplando el bello rostro de su chico con admiración, pero no

decía nada, lentamente ladeó un poco su cabeza acortando la escasa distancia acabando
con esta.

Sus labios eran suaves y dulces, estaban algo húmedos, los movimientos de sus bocas eran
sutil, los ojos de ambos se cerraron dejándose embriagar cada vez un poco más, Baek
enterró sus dedos en los cabellos rubios castaños de su Alfa levantándose un poco para
sentirse aún más; si eso era posible.

Las manos de Chanyeol acariciaban con suavidad el trasero del azabache y de vez en cuando
daba apretones para que los jadeos del menor fueran callados con su deseado beso.

El cuerpo del más pequeño empujó suavemente al de su Alfa haciéndolo caer en el suave
colchón, los ojos del Omega brillaron naranja al sentir la cercanía de su pareja.
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Mediante el lazo se podía sentir como ambos lo estaban disfrutando. Baek dio un leve
mordisco en el labio inferior del mayor escuchándolo jadear y provocando el roce de ambos
miembros cuando este apretó su trasero nuevamente.

Se embriagan de deseo y placer, el Omega había extrañado sentirse de esa forma, tan
querido y amado por su Alfa, el único que lo hacía sentir de esa forma tan especial y única, al
cual entregó su primera vez y con el único con quién realmente dejaría que lo tocará de esa
forma.

Nunca sintió otras manos sobre su cuerpo, pero eso no le importaba, porque sabía que las de
Chanyeol eran las indicadas.

— Chanyeol~ —El menor se levantó un poco para poder quitarle la camiseta a su Alfa.

Miro el rostro del rubio castaño, el cual tenía los labios rojizos, los ojos brillando en un
resplandeciente dorado con el cabello alborotado, su vista fue bajando y con curiosidad sus
dedos fueron tocado su pecho hasta el marcado abdomen del mayor, pero sin pasar el límite
del elástico de sus pantalones de chándal.

Los ojos del Omega observaban con asombro el cuerpo de su Alfa, este simplemente era
perfecto, las yemas de sus dedos trazaron con lentitud cada línea de su abdomen bronceado
escuchando la pesada respiración del contrario mientras acariciaba sus expuestos muslos
blanquecinos.

Al terminar con su inspección Baek se volvió a inclinar sobre Chanyeol dejando un par de
besos sobre sus labios para ir bajando por su cuello, el mayor ladeo la cabeza de forma
sumisa ante su Omega y cerró los ojos sintiendo sus besos.

— Baek~ — Gimió al sentir la húmeda lengua de esté en la zona sensible entre el hombro y el
cuello.

Nuevamente los ojos del azabache brillaron naranja al momento de clavar sus dientes en esa
zona tan sensible, desgarrando parte de la piel dejando que el sabor metálico inundará sus
papilas gustativas.

— Agh... — Clavo sus uñas en los muslos del menor sacando al Alfa de su notable sumisión
ante el dulce y embriagante aroma de su omega — Baek, ¿Me mordiste?...
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El nombrado parece darse cuenta de lo que hizo, por lo que sus ojos dejan su singular color
naranja para volver a unos negros como el carbón, que se notaban sorprendidos y algo
asustado, apartándose mirando la marca que sangraba en el cuello de su Alfa.

— Yo... Lo siento, no sé qué me pasó... — El Omega realmente se dejó llevar por su lobo el
cual quería someter a su Alfa y reclamarlo como suyo.

— Oye, está bien — Le sonrió para tranquilizar al azabache — No pasa nada, sé que hay
omegas que les gusta marcar a sus Alfas, solo me sorprendiste un poco.

Y claro que lo hizo, se había sentido realmente sometido ante el pequeño Omega y hasta
cierto punto, aún le costaba entender que ambos lobos tenían casi el mismo nivel, pero era
sorprendente hasta qué punto tenía influencia sobre él.

Ambos quedaron en silencio, con una tensión formándose en el aire, Chanyeol desvió la
mirada hacia el reloj de noche y noto la hora.

— Se nos hace tarde para la cena... —Baek lo miro unos segundos y asintió apartándose del
rubio castaño para que los dos pudieran ponerse de pie.

El menor bajo la mirada tallando su brazo izquierdo con su mano derecha, se sentía apenado
por la actitud tan dominante de su lobo, odiaba que esté fuera así y temía que a su Alfa no le
gustará o lastimara su orgullo, ya que los omegas tenían que ser los sumisos.

— Oye — Lo llamo — No te preocupes por la mordida, hasta creo que es linda — Beso su
frente quitándole importancia.

— ¿No te.. incómoda que mi lobo sea así?... — Chanyeol pensó en las palabras del más bajo
para luego negar con la cabeza.

— Me basta con que seas tú mismo, sin miedo a mostrar quién eres — Acaricio su cabello —
Iré a darme una ducha — Le regaló una sonrisa a su Omega antes de dirigirse al cuarto de
baño.

Baek colocó su mano justo en el lado izquierdo de su pecho, sintiendo como su corazón latía
con fuerza, con cada acción del mayor se daba cuenta que su Alfa era perfecto para él...
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Una hora después Baek, Chanyeol y los padres del primero se encontraban caminando por
los pasillos de la gran casa de la familia Park.

— ¿Esto es una casa? Parece la mansión del terror — Arrugó la nariz la Alfa.

— Mamá... — Hablo Baek llevándose un encogimiento de hombros de la mujer.

— A mis padres les gusta el orden y los objetos antiguos — Río un poco — Aunque tengo que
aceptar que a veces también me daba miedo estar solo en esta casa.

— A quién no... — Dijo Jiwoo sin quitar su mueca de desagrado.

Cuando finalmente llegaron al comedor, los señores Park se encontraban sentados en sus
respectivos lugares, pero el único que sonrió al verlos fue el señor Suho.

— Buenas noches — Saludo, por lo que los recién llegados respondieron de la misma forma.

Las mucamas le indicaron sus asientos a cada uno, colocando de primero a Chanyeol junto a
su padre que era el pilar de la mesa, después a Baek, Jiwoo y Young, para que Park Sohyun
quedará frente a su hijo y junto a su esposo.

— Es bueno que hayan podido venir, creo que el hecho que las familias se conozcan es
importante — Hablo el Beta mayor.

— Gracias por la invitación — Agradeció Young — Mi nombre es Jeon Young.

— Y yo me llamo Jeon Jiwoo, somos los padres de Baek — Sonrió.

— Creo haber escuchado ese apellido antes.

— Padre ellos son los padres de Baek y es el hermano menor de Jeon Jungkook — Comento
Chanyeol.

— Vaya, eso no me lo esperaba — El hombre se veía realmente sorprendido — Mi nombre es

Park Suho — Miro a su esposa la cual se veía realmente disgustada de aquella cena — Y ella
mi esposa Park Sohyun.

La Alfa rubia se mantuvo callada, pero Jiwoo no le quitaba la mirada de encima, le parecía
muy desagradable la mujer y más por saber la forma en la que había tratado a su bebé
Baekie.
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— Encantadora — Dijo Jiwoo con sarcasmo y una falsa sonrisa al mirar a la Alfa la cual la
trato de mirar con superioridad.

Unos minutos después sirvieron la cena, todos hablaban algo animados o bueno casi todos,
hasta Baek se sentía un poco más libre de hablar, el aura del señor Suho era tan agradable
que le recordaba mucho a Chanyeol, pero, aunque trato de agradarle a la señora Park está
no daba su brazo a torcer.

— ¿Entonces sabes muchos idiomas? — Pregunto sorprendido su suegro al menor

haciéndolo sonrojar.

— No muchos, pero si algunos, realmente me gusta mucho las otras culturas — Dijo con una
sonrisa.

— Así fue como no conocimos papá, ambos coincidimos en Japón — Chanyeol dijo con una
sonrisa tomando la mano de su Omega.

— ¿Y qué hacías en Japón?

— Solo fui a conocer un poco de la cultura japonesa y sus bellos lugares.

— Mi hijo es un espíritu aventurero, le encanta ser un viajero — Agrego Jiwoo con orgullo.

— Lo que faltaba — Murmuró la rubia con algo de disgusto.

— ¿Algún problema? — Pregunto la Alfa azabache con palpable molestia.

— Pues por lo que he escuchado su hijo no tiene futuro alguno y se me hace de muy mal
gusto que haya estado de ramero con mi hijo...

— Madre. — El Alfa se puso de pie molestó, podría ser la mujer que le dio la vida, pero Baek
era su Omega y ella lo tenía que respetar.

— Chanyeol date cuenta que todo esto fue un plan de este mocoso para tener una buena
vida asegurada.

— ¿Como acabas de llamar a mi hijo? — Jiwoo se puso de pie con enojo — He aguantado tu
cara de mierda toda esta cena porque me importa la felicidad de mi hijo, pero no te voy a
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permitir que le hables de esa forma y mucho menos que le faltes al respeto. — Casi se
abalanza sobre la mesa de no ser por qué su esposo la tomo de la cintura.

— Su hijo por favor, se dé la familia Jeon y ninguno es su hijo, usted ni siquiera puede tener
hijos propios.

— Sohyun basta. — La tomo del brazo, pero está se soltó de un tirón.

— Es verdad, tal vez yo nunca podré tener hijos de sangre, pero al menos yo si me puedo
llamar madre, porque estuve con MIS hijos en todo momento, algo que usted nunca hizo,
porque se preocupó más por su trabajo y prefirió dejar a su único hijo al cargo de unas nanas
— La apunto con su dedo acusador — Tal vez usted si pudo dar a luz a un hijo, pero no tiene
el derecho a llamarse madre, porque madre es la que cría, no la que engendra.

Las palabras de Jiwoo fueron frías y llenas de desprecio hacia aquella mujer, dejándola un
poco sorprendida.

— Así que no vuelva hablarle a mi hijo de esa forma, porque puedo golpear tu estúpida cara
sin ningún problema — Sus ojos brillaron rojos, sorprendiendo a Sohyun la cual era una
simple Alfa normal — Un gusto Suho — Miro al Beta algo apenada — Eres un gran hombre y
padre, pero no permito que se metan con mis hijos.

Jiwoo tomo la mano de su hijo para sacarlo de esa casa seguido por su esposo, Young sabía
que su esposa necesitaba calmarse porque su lobo podría salir, ella era una mujer muy
fuerte y su lobo también por eso normalmente estaba alegre porque su estado de humor
dependía mucho de su lobo.

Cuando la familia Jeon abandono el comedor, Chanyeol miro a su madre con los puños
apretados, no sabía cómo realmente sentirse.

— Chan... — Pero el Alfa la corto al instante.

— Siempre traté de ser el mejor en todo, me esforcé e hice siempre lo que quisiste — Sus ojos
picaron — Jamás pedí nada y solo quería que por una vez aceptarás esto... Porque Baek es
importante para mí, él me hace feliz, si solo hubieras convivido bien con mi Omega te
hubieras dado cuenta de porque es tan especial para mí, pero ni siquiera le diste la
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oportunidad de demostrártelo — Limpio rápidamente la lágrimas traicionera que escapó de

sus ojos.

— Solo... Quería lo mejor para ti...

— Pero lo peor es que nunca piensas en mí, porque si lo hicieras sabrías que lo mejor para
mí, era que estuvieras conmigo — Su lobo se sintió triste — Cuando se cayó mi primer diente
no estuviste, cuando empecé andar en bicicleta nunca estuviste para ayudarme cada que me
caía, no estuviste en muchos de mis cumpleaños por tus reuniones de trabajo ¿Realmente
quieres que siga con esta larga lista?

— Traté de darte todo y no fui la única ausente en tu niñez, tu padre también estuvo ausente.

— Lo sé, pero al menos cuando llegue a la adolescencia él me ha apoyado en mis decisiones

— Respiro hondo — Lo siento que no estés de acuerdo con esta decisión que tome, pero no
pienso dejar a mi Omega y no me hagas tener que elegir entre él y tú, porque no creo que mi
respuesta te guste — Miro a su padre — Adiós papá y gracias por la cena.

Sin más el joven Alfa salió de aquel comedor donde muchas veces comió en completa
soledad y limpio sus lágrimas mientras caminaba a la salida de la que en algún momento fue
su casa, antes de salir respiro hondo y sonrió.

— ¡Chanyeol! — El menor brinco a sus brazos al verlo salir.

— Tranquilo, no pasa nada, todo está bien — Correspondió al abrazo rodeando la pequeña
cintura del azabache — Así que no llores...

— No me mientas... — Susurro en su oído — Estamos enlazados y puedo sentir como te

sientes, sé que no estás bien, siento tu tristeza y por eso estoy llorando...

— No pienses en eso — Limpio sus lágrimas con su pulgar.

— Pero no me gusta que estés triste...

— Entonces quédate siempre conmigo, porque a tu lado soy muy feliz — Lo volvió abrazar y
al alzar la vista se encontró con la mirada de los padres del menor.
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Ambos Alfas, se sentían tranquilos, porque ahora estaban más que seguros que su pequeño
cachorro estaba en las manos correctas.

Una semana había pasado desde la llegada del pequeño Jeon Beomgyu y la pareja estaba
más que feliz con la nueva familia que habían formado.

Ese pequeño llegó para llenar la vida de ellos de alegría y la pareja había llegado a la vida del
menor para darle color, los tres eran más parecidos de lo que creían, los tres estaban rotos,
pero juntos eran como el mejor pegamento.

Todos sus amigos estaban emocionados por conocer al nuevo integrante, pero decidieron
primero darle una semana al cachorro para adaptarse un poco a su nueva vida y familia,
gracias a la luna Beomgyu no había parado de sonreír, aunque a veces se apenaba por
momentos, era tan tierno.

Pero hoy por fin era el gran día en el cual sería la fiesta de bienvenida para Beomie, el
rubiecito estaba emocionado y algo asustado también, aún le asustaba socializar con otros
por temor a que lo rechacen, ya con el tiempo aprendería que ser Omega no es nada de qué
avergonzarse o sentirse mal.

— Buenos días Beomie — Hablo suave el castaño mientras acariciaba los suaves cabellos de
su hijo quien dormía plácidamente en su cama abrazado a su osito amarillo — Cariño, ya es
hora de levantarte...

Un pucherito se formó en sus pequeños labios mientras se tallaba uno de sus ojitos con su
puñito, estos estaban algo hinchaditos por estar recién despertando.

— Buenos días papi... — Sonrió un poquito haciendo que el corazón de Taehyung se

calentará, amaba escuchar que su pequeño lo llamara así.

— ¿Dormiste bien? — Este asintió suavecito mientras bostezaba — Hay que lavar esa carita y
dientitos — El pequeño se levantó de la cama con ayuda de su papá Omega dejando lucir su
pijama de oso amarillo — ¿Que te gustaría desayunar?
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Caminaron juntos por el pasillo hasta el cuarto de baño que estaba al lado del cuarto del
menor, el cual tenía una banqueta justo frente al lavamanos para que Beomgyu pudiera
cepillar sus dientecitos por sí solo.

— Mm... — Pensó mientas inclinaba su carita en el lavamanos y cerraba los ojitos mientras
aguantaba la respiración en el momento justo que Tae le echaba un poco de agua en su
carita para lavarla — ¡Omelet! — Dijo al abrir sus ojitos.

— Muy bien, omelet será, le diré a tu papá Jungkook que lo haga mientras te lavas los dientes
— El pequeño asintió tomando su cepillito amarillo con decorados de ositos.

Taehyung le echó una última mirada a su hijo antes de salir del baño dejando la puerta
abierta por cualquier cosa mientras caminaba a su habitación donde se encontraba su Alfa.

Al entrar lo encontró colocándose una sudadera negra, acababa de terminar de ducharse así
que su cabello estaba algo húmedo.

— ¿Ya se levantó? — Pregunto el Alfa al ver a su Omega en el marco de la puerta.

— Si y quiere desayunar omelet — Dice con una sonrisa.

— Siempre quiere desayunar eso, tendré que hacer un gallinero en el patio trasero a este
ritmo — Bromeó.

— Yo creo que si — Río dándole un casto beso — ¿Podrías preparárselo mientras lo ayudo a
cambiarse?

— Muy bien — El azabache acomodo uno de los mechones castaños del menor con una
sonrisa — ¿A qué hora llegan los chicos?

— Como en una o dos horas más o menos.

Jungkook asintió rodeando la cintura de su omega con dulzura dándole pequeños besitos
por su rostro haciéndolo reír en el proceso.

— Papi listo — El pequeño asomó sus ojitos por el marco de la puerta — Buenos días papá...

— ¿Te has lavado los dientes? — El azabache lo miro de forma juguetona alzando una ceja,
por lo que él pequeño río asintiendo con la cabeza — A ver.
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Soltó la cintura del castaño para tenderle sus brazos a Beomgyu quien no dudo en ir hasta él
dejándose cargar.

Una vez estuvo entre los brazos de su padre Alfa, sonrió en grande mostrando sus perfectos y
pequeños dientitos de leche.

— Ya veo, si te los lavaste — Beomie volvió asentir con una sonrisita.

— Bueno Beomie vamos a cambiarte, recuerda que hoy conocerás a tus tíos y primos —
Extendió sus manos recibiendo el cuerpo del rubiecito.

Taehyung volvió a la habitación del pequeño para sacar una muda de ropa, al final se decidió
por un overol azul y una camiseta amarilla con rayitas blancas, junto a sus zapatos amarillos.

Ambos volvieron al cuarto de baño donde llenaron la bañera colocando jabón con espuma y
aroma a frutillas.

El castaño ayudó a su cachorro a quitarse su trajecito de osos para después entrar a la

bañera donde Taehyung se encargó de bañarlo, mientras Beomgyu hablaba de temas sin
sentido jugando con la espuma.

Al finalizar con el baño el Omega seco muy bien a su cachorrito, para colocarle su conjunto
de ropa, con cuidado seco su cabello rubio para después peinarlo y colocarle una loción
natural.

— Ya estás listo — Sonrió satisfecho por cómo había quedado su bebé — Ahora si vamos a
desayunar con papá.

— ¡Si! — Aplaudió feliz bajándose de la tapa del váter — Alto, falta Gyunnie — Soltó la mano
de su padre Omega para volver a su habitación, al volver traía consigo su osito amarillo, al
cual había nombrado Gyunnie — Listo.

Ambos bajaron hasta el comedor donde ya se encontraba sentado Jungkook platicando con
sus padres mientras tomaban café.

— Buenos días cariño — Saludo feliz Jiwoo a su pequeño nieto.

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— Buenos días abuela Jiwoo y abuelo Young — Saludo amablemente el pequeño sentándose
justo en medio de sus padres.

El desayudo fue tranquilo y alegre, Beomgyu estaba tan feliz comiendo su omelet, al
terminar el desayuno el pequeño se puso un rato a jugar con sus abuelos mientras sus
padres se arreglaban para la reunión de bienvenida.

Taehyung tomo una ducha mientras el mayor se cambiaba y colocaba unos jeans quitándose
su pantalón de chándal, pero dejándose su sudadera, para luego amarrar su cabello en una
pequeña coleta.

Cuando el Omega salió de la ducha ya estaba vestido, seguía con eso de no dejarse ver
desnudo o toqueteos de más, diciendo que era por Beomgyu, ya que no quería que en algún
momento los viera y dejarlo traumado de por vida.

Después de un rato comenzaron a llegar sus amigos así que se pasaron al patio trasero para
estar más cómodos, los primeros en llegar fueron Baek y Chanyeol, los cuales quedaron
fascinados con el pequeño.

— Hola corazón, yo soy tu tío Baekie, pero me puedes decir tío favorito — Le guiñó un ojo de
forma juguetona lo que hizo reír al pequeño cachorro — Y él es mi Alfa, tu tío Chan.

— Tío Baekie... y tío Chan... — Dijo mientras mostraba dos deditos donde iba enumerando.

— Eres tan lindo, me encantas.

Después de un rato llegaron Yoongi y Jimin, Beomgyu miro asombrado la gran panza del
rubio y no pudo resistirse a pedir si podía tocarla, por lo cual hizo morir a Jimin de ternura.

— Ay me lo quiero quedar, además es rubio como yo, parece más mi hijo — Lo abrazo — ¿No
quieres irte a vivir con tío Chimy y tío Yoongi? — El pequeño río negando — Bueno, al menos
lo intenté.

— Es un pequeño muy lindo — Yoongi acarició el cabello rubiecito del cachorro imaginando
que su hijo sería así, una copia exacta de su Omega.

No paso mucho para que Namjoon, Seokjin y los niños llegarán, ahí fue donde Beomgyu se
sintió ansioso y emocionado ya que era la primera vez que tendría primos.
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Apenas entraron al patio trasero Seokjoon quiso bajar para ir con él pequeño rubiecito, por
fin estaba conociendo a su primo.

— Papi, mira — Apunto con su dedito al cachorro Jeon — Es mi pimo — Su padre asintió con
la cabeza bajándolo.

Al instante este llegó a Beomgyu con una pequeña sonrisita.

— Hola, yo Joonie.

— Hola, me llamo Beomgyu... — Dijo algo apenado, pero parecía que el pequeño Kim no
podía notarlo de la emoción.

— Tu pimo y yo jugar con Soobin y Jennie — Pidió el futuro Alfita apuntado a los otros
menores que sonrieron y saludaron al rubiecito.

Beomie miro a sus padres esperando aprobación, por lo cual ambos asintieron para
alentarlo a ir a jugar, los cuatro niños caminaron un poco más apartándose para tener su
momento de niños y conocerse mejor.

— Es un niño realmente lindo, no exagerabas cuando hablabas de lo tierno que es — Acepto

Seokjin, mirando a los niños a la distancia jugando.

— Yo nunca miento, Beomgyu es muy dulce.

Las horas comenzaron a pasar mientras los niños corrían de aquí para allá, llenado el patio
de risas y gritos.

— Mírate, ahora eres todo un padre de casa — Se burló el más pálido de su mejor amigo — El
que dijo que nunca tendría hijos, si como no.

— Cállate, que bien que tú también dijiste que jamás te casarías y mírate ahora con Jimin
empanzado — Contraatacó — Además Beomie es distinto, con el puedo ser padre, pero sin
sufrir tanto como lo harás tú o lo hizo Namjoon.

— Yo la verdad no me quejo — Acepto el Alfa mayor — Joonie si tenía sus momentos de llanto
en la madrugada, pero la experiencia es bella.
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— No gracias — Volvió a negar Jungkook — Estoy feliz como estoy, no cambiaría ni a Tae, ni a
mí hijo.

— Me vas a hacer llorar — Dramatizo Yoongi haciendo que los otros dos Alfas rieran — Por
cierto, no es raro que tu cuñado este en la mesa con nuestros omegas y no aquí con
nosotros.

Los tres miraron, notando como estos platicaban animadamente y de vez en cuando reían.

— No me importa mucho la verdad, sé que es amigo de Tae y aunque no me guste también es

el Alfa de mi hermano.

Jungkook aún no aceptaba a Chanyeol en su familia y lo seguía viendo como una molestia,
pero trataba de ser tolerable.

— Si, Luhan me marco y me dijo lo que le pasó, ya se encuentra bien, pero Sehun prefiere
que estén en casa para que no haya ninguna dificultad, así que ellos luego conocerán a
Beomgyu.

— Es una lástima, hace mucho que no veo a Luhan, me hubiera encantado burlarme de él
seguro parece un balón — Río divertido Chanyeol, haciendo reír al resto.

Todo estaba yendo perfecto, los niños convivían entre ellos, los adultos hablaban y estaban
a punto de preparar la comida cuando apareció Hoseok con compañía dejando tenso a
Taehyung al instante.

La mirada de Jungkook se desvió desde los recién llegados hasta su Omega, el cual se
levantó de su silla y camino hacia ellos.

— Hobi, te dije que te apoyaría, pero no puedo creer que la trajeras a mi propio casa — Se
escuchaba molesto el tono del castaño.

Hoseok era consciente de ello, pero Lisa se lo había suplicado y realmente creyó que era
bueno para su cambio, por eso accedió a llevarla.

— Yo lo se Tae, sé que este día es especial para ti, Jungkook y el pequeño, pero Lisa
realmente insistió en venir para hablar contigo.
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El Omega mira a la chica azabache a la cual se le notaba su embarazo, al ver su vientre el

menor recuerda la mentira que dijo en oficina de Jungkook y la cólera le regresa.

— Yo no tengo nada que hablar con ella.

— Taehyung, sé que no tuvimos un buen inicio por mi culpa, pero por favor hablemos unos
minutos, si después de eso quieres que me vaya así lo haré —
— Pidió la Alfa.

El castaño no quería, pero al encontrarse con los ojos de su amigo pelirrojo, suspiro
sintiendo que al final se arrepentiría.

— Solo 5 minutos — Advirtió, por lo que la chica asintió.

— Mientras ustedes hablan iré a conocer al pequeñín — Aviso Hoseok acercándose a los
niños.

En ese instante Jungkook apareció tomando la cintura de su Omega atrayéndolo hacia él,
eso hasta cierto punto hizo sentir mal a la Alfa, quien aún no eliminaba por completo sus
sentimientos hacia el azabache.

— ¿Ocurre algo? — Pregunto, frunciendo su ceño a la que en algún momento considero su

mejor amiga, la cual no dijo nada y solo bajo la cabeza.

— Estoy bien Jungkook, puedes dejarnos a solas — Aseguro el Omega dedicándole una
sonrisa tranquilizadora al mayor.

Jungkook no se sentía muy convencido, pero al final aceptó, regresando con sus amigos,
pero sin quitarles por completo la atención.

— Te escucho — Hablo Taehyung cruzando se de brazos.

— ¿Nos... Podemos sentar? — Era claro que lo pedía por su embarazo.

El castaño suspiro, podría ser que no le cayera bien la chica, pero jamás sería tan cruel en
una situación así, más siendo él alguien que jamás se va a poder embarazar.

— Por aquí — Le mostró una banca larga para que se siente.

— Supe que los padres de Jungkook están aquí... ¿No sé encuentran?

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— No, salieron a comprar algunas cosas para la comida — Dijo sin más — ¿De eso querías
hablar?

Taehyung nunca había actuado así con alguien, pero la Alfa tenía un aura que lo tensaba y lo
tenía a la defensiva y no pensaba bajar la guardia.

— No... — Negó apenada la Alfa, ella solo quería quitar un poco la tensión — Se que no tengo
el derecho a estar aquí después de cómo me he comportado — Acepto — Actúe mal...

La chica jugaba con sus dedos y mantenía la cabeza baja, le estaba costando mucho ser
sincera y pedir perdón, con su lobo gruñéndole por dentro queriendo salir y arrancarle la
garganta al Omega que le robo a su Alfa.

— Yo sé que estoy mal... Hoseok es una gran persona y me está ayudando — Sonrió un poco
al pensar en el pelirrojo.

— Lo sé, él me contó que te estás quedando con él — Asintió.

— Realmente estoy muy agradecida con él, por ayudarme... — Tomo un respiro tratando de
ignorar a su lobo.

Ella había comenzado a ir a terapias para controlar a su lobo, pero aún le costaba un poco,
ya que por muchos años su parte humana se dejó doblegar y fue sumisa ante las órdenes de
su animal interno.

— Yo lo siento mucho y no estoy aquí para pedirte que seamos mejores amigos, pero creo
que es justo ofrecerte... Una disculpa, no solo a ti, también a Jungkook, pero quise hacerlo
primero contigo porque a ti fue a quien más lastimé... Hoseok me contó el estado en el que
te quedaste en la ausencia de Jungkook.

El lobo gruñó — Debió morir, es solo un Omega inútil el cual jamás será digno de nuestro
Jungkook, vamos Lisa, nuestro Alfa solo será feliz con nosotras — La azabache ignoro al
animal.

— Y-yo... Lo siento mucho, no sabía cuánto daño podía hacerle a alguien... — Cerró sus ojos
tratando que su lobo no salga, tenía que estar tranquila como le había dicho su doctor.
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Taehyung realmente estaba siendo consciente del esfuerzo que estaba haciendo la chica,
pero no bajaría la guardia, aún no confiaba en ella.

— Acepto tus disculpas, porque sé que eres una gran amiga de Jungkook y eres importante
para él — Tenía que aceptar que su Alfa sentía aprecio por la azabache a pesar de todo — Y
porque llevas el hijo de alguien a quien considero como mi propio hermano.

— Lo entiendo... — Bajo la mirada — Y gracias, por escucharme...

Lisa estaba a punto de ponerse de pie cuando Beomgyu llegó corriendo y se echó abrazando
las piernas de su papá Omega con la respiración entrecortada por correr mucho, pero con
una sonrisa.

— Papi... — Se veía realmente alegre pero cansado el pequeño. Su vista se posó en la mujer a
un lado de su padre — Buenas... Tardes...

— ¿Él quién es? — Se atrevió a preguntar la Alfa sorprendida por la forma en la que llamo a
Taehyung.

— Es mi hijo — Dijo sin rodeos acomodando sus dorados cabellos de su cachorro.

Lisa se sintió confundida ante las palabras del Omega, pero luego recordó que Hoseok le
había comentado que habían adoptado a un niño.

Al principio eso sorprendió a la azabache porque Jungkook no era fan de los niños, hasta a
ella misma le había dicho que no quería tener hijos, ahí fue donde se dio cuenta que había
sido obra del Omega.

— Beomgyu, ella es Lisa... Una amiga de tu papá Jungkook — El cachorro la miro y sonrió de
forma tímida.

— ¿Tía Lisa?... — Pregunto, porque todos los ojos de sus papás usaban ese término.

Taehyung apretó sus labios un poco inconforme.

— Gracias, pero creo que mejor puedes llamarme Noona o solo Lisa — Sugirió la Alfa, ya que
sabía que no tenía tanta afinidad, para ser llamada "Tía". El rubiecito asintió.

— Papi, tengo sed — Miro a su padre con un pucherito.

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— ¿Porque no le dijiste a papá Jungkook? — Limpio las perlitas de sudor se su frente y soplo
un poquito su rostro para que se sintiera más fresco.

— Porque... No sé — Río un poquito.

— Bien, vamos por algo de beber.

— Gracias, por haberme escuchado, pero creo que es mejor que me vaya — Sonrió apenada.

El castaño iba a decirle que sí, pero no sé sentiría bien consigo mismo si se comportaba de
esa forma después de que ella se había disculpado.

— La comida está casi lista, porque no te quedas a comer con nosotros — Sugirió, cargando a
su pequeño en brazos.

Lisa lo pensó unos segundos ignorando las queja y reproches de su lobo, para finalmente
sonreír y aceptar la invitación, con la condición que solo comería y se iría, tampoco era tan
bueno estar tanto tiempo con Taehyung con su lobo aun inestable.

La tarde fue animada todo había salido muy bien y Beomgyu tenía una gran sonrisa, la cual
conservo aún después de que se fueron todos sus tíos y primos, prometiendo que volverían a
visitarlo.

Sin duda ese día se convertiría en su favorito y siempre lo tendría muy presente, porque
pudo jugar con sus primos y conocer a muchas personas que lo quisieron y lo trataron con
mucho amor y cariño, como sus padres.

El cachorro ya se encontraba recostado sobre su cama con su pijama ya puesta listo para ir a
dormir, sus padres se encontraban sentados en la orilla de la cama con una sonrisa.

— ¿Te divertirse? — Le pregunto su padre Alfa.

— Mucho, Joonie dijo que somos mejores amigos — Sonrió feliz, porque nunca tuvo un primo
mejor amigo.

— Eso es genial — Taehyung acaricio su cabello con delicadeza, el pequeño cachorro bostezo
— Pero ya tienes que dormir pequeño osito.

Beomgyu sonrió abrazando a Gyunnie contra su pecho.

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— Descansa — Dijeron ambos adultos con una sonrisa. Jungkook se hinco a su costado para
poder cubrirlo con su colchita.

El rubiecito cerro sus ojitos, pero al instante los abrió sentándose en la cama, sorprendiendo
un poco a los mayores porque este se abalanzó abrazando a ambos por el cuerpo con sus
pequeños bracitos quedando justo en medio.

— Gracias por ser mis papás... — Dijo con tanto sentimiento que tanto Taehyung como
Jungkook sintieron esas palabras en sus corazones — Los quiero...

— Y nosotros te amamos hijo — Confesaron respondiendo aquel agradable abrazo.

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por Srta_YoonTae

El castaño dormía plácidamente hasta que algo comenzó a picar su mejilla con insistencia
haciéndolo fruncir el ceño.

Al abrir sus ojos se encontró con los de su pequeño cachorrito quien tenía su dedito sobre
sus labios indicándole a su padre que no hiciera ruido, para luego apuntar a su padre Alfa
quien continuaba durmiendo abrazado a la cintura de su Omega.

— ¿Qué pasa Beomie? — Susurro lo más bajito que pudo.

— Papi, hoy es el cumpleaños de papá — Le recordó, haciendo que los ojos de Taehyung se
abrieran en grande.

Estuvo a punto de olvidarlo después de que estuvo esperando ese momento por varias
semanas, se golpeó mentalmente agradecido que su pequeño haya sido tan gentil de
recordárselo.

Con cuidado quito el brazo de su Alfa para poder levantarse, mientras el pequeño se
apartaba un poco abrazando a su osito de felpa.
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Una vez estuvo libre tomo a Beomgyu en brazos para salir de la habitación dando un suspiro
de alivio.

— Casi lo olvido.

— Yo no entiendo como la gente no recuerda algunas cosas, yo puedo recordar todo, aunque
a veces no quiera — Hizo un pequeño puchero, por lo cual Tae acaricio su cabello rubio —
¿Cuántos años cumple papá? — La sonrisa volvió a su rostro.

— 24 años — Dijo mientras caminaba por el pasillo hasta la habitación que alguna vez fue
suya, donde aún conservaba algunas ropas.

— ¿Y papi cuantos años tiene?

— 22 años — Respondió dejándolo sobre la cama.

El pequeño rubiecito miro sus manitas y frunció el ceño mientras contaba.

— Papá y papi se llevan por dos años — Mostró dos de sus deditos para que los viera, con una
sonrisa Taehyung asintió.

— Así es cariño, tu papá y yo nos llevamos por dos años — Acaricio su cabello por lo que
Beomgyu sonrió sintiendo la muestra de cariño.

Una vez el Omega consiguió una muda de ropa tomo nuevamente a su hijo y fueron a su
habitación para buscar ropa para él, para después entrar juntos al cuarto de baño y tomar un
baño en la tina, donde claro Taehyung conservo su ropa interior.

Una media hora después ambos estaban bañados y cambiados bajando las escaleras
encontrándose con sus suegros quienes parecía que llevaban un rato ya despiertos.

— Buenos días — Saludo el omega, recibiendo una respuesta igual por ambos Alfas.

— ¿Sigue dormido el mocoso? — Pregunta Jiwoo con una sonrisa.

— Si, lo dejamos durmiendo.

— ¿Todos recuerdan el plan? — Pregunto el Alfa. Tanto el castaño como su esposa asintieron.

— Beomgyu recuerda todo — Aclaro el cachorro.

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Los cuatro, más bien los seis, pero aún no llegaban Baek y Chanyeol. Habían estado
planeado por semanas el cumpleaños de Jungkook y cada quien sabía cuál era su papel a
cumplir.

Baek se encargaría de la distracción, que sería más que nada, mantener ocupado a su
hermano hasta que todo estuviera listo, Chanyeol, Jiwoo y Beomie se encargarían del pastel
el cual sería de chocolate con nuez y por último Taehyung y Young harían la comida favorita
de Jungkook.

Cada quien comenzó a hacer la parte que le correspondía en la cocina por lo cual Baek fue el
único que se dirigió a la habitación de la pareja donde su hermano aun descansaba.

El menor de los Jeon sabía que su querido hermano no sospecharía nada sobre la sorpresa
que le estaban preparando ya que este nunca festejaba su cumpleaños; según Baek por
amargado.

Se asomo por la puerta notando que estaba aún dormido, así que entro cerrando la
habitación con llave, la cual se le había sido otorgada por su lindo cuñadito.

Una vez estuvo completamente cerrada la puerta sonrió con malicia al mirar a su hermano
mayor, sin duda esto iba a ser divertido.

Tomo asiento en un sillón individual que se encontraba en la esquina de la habitación y

espero paciente a que Jungkook despertara, para poner en pie su misión.

Paso casi dos horas cuando el Alfa comenzó a removerse buscando la calidez de su amado el
cual no estaba a su lado como normalmente todas las mañanas.

Con pereza abrió los ojos, pero la poca luz en la habitación no ayudaba mucho por lo que
frunció el ceño al notar una silueta sentada en el sillón.

— ¿Tae?... — Pregunto sentándose en la cama mientras tallaba sus ojos.

— No, soy tu peor pesadilla...

Jungkook frunció el ceño al reconocer la voz y percibir ese tan dulce y empalagoso aroma. Se
levanto para poder abrir las ventanas encontrándose al menor sentado cruzado de piernas
acariciando un cojín como si fuera un gran mafioso acariciando a su gato.
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— ¿Baek? ¿Qué haces aquí? — Bostezo estirándose.

— Primero ponte una camisa que quemas mis vírgenes ojos — Dramatizo cubriendo su rostro
— Estúpido mi inocencia, idiota.

— A ver, el que vino a invadir mi privacidad fuiste tú, así que no te quejes — Puso los ojos en
blanco mientras se colocaba una camisa — ¿Qué haces aquí?

— No es obvio, quería ver a mi hermano favorito y pasar tiempo de calidad — Sonrió

exageradamente batiendo sus pestaña con inocencia fingida.

El Alfa no se tragaba aquel cuento, sabía que su hermano no hacía nada porque sí.

— Soy tu único hermano — Le recordó alzando una ceja mientras se cruzaba de brazos —
¿Dónde está Taehyung y Beomie?

— No lo sé, recogiendo flores, yo que se — Se encogió de hombros.

Su ceño se frunció aún más, no se quedaría ahí escuchando las tontearías de su hermano.

— Me largo.

— No, no puedes — Trato de detenerlo el menor, pero Jungkook lo ignoro tomando la perilla
de la puerta, pero esta no respondió cuando trato girarla — Te dije que no puedes.

— Baek no estoy jugando, abre la puerta.

— ¿Pero y nuestro tiempo de hermanos? — Hizo un puchero.

Jungkook soltó un suspiro masajeando sus cienes, no sabía que estaba planeado su
hermano, pero seguro no era nada bueno conociéndolo.

— No lo voy a volver a repetir, abre esa puerta.

— Me encantaría, pero... no puedo.

El mayor sabía que la única forma de cerrar la puerta era con la llave, así que por lógica Baek
tenía que tenerla y si él no lo iba a dejar salir por las buenas, entonces seria por las malas.

Camino hacia su hermano mostrando sus ojos rojos por lo cual el menor retrocedió un poco,
antes de que el omega pudiera hacer algo Jungkook lo cargo en su hombro.
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— ¡Oye bájame! — Pataleo golpeando el trasero del Alfa — ¡Jungkook! ¡Te estoy diciendo que
me baje...

Antes de que pudiera terminar su frase el azabache mayor lo arrojo a la cama haciéndolo
revotar con brusquedad, Baek al notar que este comenzó acercarse a él con sus ojos rojos
trato de huir arrestándose de espaldas.

— Jungkook basta, te voy acusar con mamá — Le advirtió, pero este no hizo caso y en
cambio lo tomo por los tobillos tirando de él.

— Debiste déjame salir cuando te lo pedí — El miedo se reflejó en los ojos del pequeño
omega.

— ¡MAMÁ! — Y sin poder evitarlo estallo en una fuerte carcajada provocada por las cosquillas
que le estaba ofreciendo Jungkook — ¡Déjame! ¡Detente, voy a morir! — Continúo
retorciéndose de la risa.

— Entonces dame la llave — Se detuvo para dejarlo respirar un poco.

— ¡Jamás! Si voy a morir lo hare con orgullo — Sentencio — Solo por favor, búscame un hijo y
dile a él y a Chanyeol que siempre los voy amar — Dramatizo — Creo que mi momento llego,
estoy viendo la luz — Y finalmente fingió que moría.

Jungkook negó con la cabeza soltando un suspiro, Baek era todo un caso y no lo dejaría salir
por un buen rato.

Los gritos se escuchaban en el piso de arriba, pero nadie se alarmaba.

— ¿Estará bien Baek? — Pregunto Chanyeol, al escuchar su grito de auxilio, ya que su lobo
comenzaba a dar vueltas queriendo ir con su Omega.

— Si, a Baekie le encanta dramatizar las cosas, desde niños se llevan así — Aclara la Alfa —
Pero a pesar de todo Jungkook lo cuida mucho, así que no se van a lastimar.

— Abuela Jiwoo, ¿puedo hacer un osito con trocitos de nuez? — Miro a la mayor con unos
ojos brillantes y un pucherito en súplica.
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— Claro mi amor — Acarició su cabello — Pero puedes hacer un conejo y un tigre también —
El pequeño asintió feliz acercándose al pastel para decorarlo.

En cambio, Taehyung y Young casi terminaban con la comida. Un golpe sordo se escuchó en
el piso de arriba seguido de un quejido perteneciente al gran magnate y un aullido.

— ¿Que está pasando ahí arriba? — Pregunto el castaño con el ceño fruncido.

— Seguro Baek está en su forma de lobo — Dijo quitándole importancia el Alfa mayor.

La mirada de Taehyung fue a parar a su suegro quien movía la comida, sus palabras lo
habían sorprendido.

— ¿Él también es un cambia formas?

— Si, Jiwoo, Jungkook y Baek son cambia formas, por la pureza en su sangre, ellos son de los
pocos puro alfas que logran tener una conexión así de fuerte con su lobo.

— ¿Usted no puede? — Young lo miro y le sonrió mostrando sus ojos dorados.

— Solo soy Alfa — Taehyung asintió con sorpresa palpable — Mi esposa fue la que les enseño
a como cambiar de manera correcta, aunque el único que lo hacía era Baek, Jungkook solo
se dedicaba a mirar como lo hacían.

— ¿Nunca han visto al lobo de Jungkook? — El hombre negó — ¿Y el de Baek como es?

— Es un lobo gris claro, pero de tamaño más pequeño que el de un puro Alfa y con menos
volumen — Otro aullido se escuchó por lo que él menor trato de imaginar la apariencia del
lobo de su cuñado.

Unos minutos después terminaron con la comida por lo cual solo faltaba colocar todo en la
mesa del comedor.

— Papi, ¿cuándo iremos por el regalo de papá? — Pregunto Beomgyu tirando de la ropa de su
papá Omega para llamar su atención.

— Lo había olvidado — Quiso golpearse así mismo por estar olvidando todo justo ese día —
Jiwoo ¿te puedo encargar la mesa? Es que necesito salir hacer una compra rápida.
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— Claro cariño, solo no tardes, no sé cuánto tiempo más podrá tener Baek encerrado a
Jungkook.

— ¡Maldito mocoso no muerdas! — Se escuchó desde el piso de arriba.

Taehyung asintió tomando las llaves de su auto para luego dirigirse a la cochera.

— ¡Papi! ¿Puedo ir? Tú dijiste que yo también podía escoger algo para papá — Dijo con un
puchero mientas abrazaba a Gyunnie.

El mayor no se negó en ningún momento por lo cual abrió la puerta trasera del coche y sentó
a su hijo en medio colocándole bien el cinturón de seguridad, para después subir de pilotó y
colocar su propio cinturón antes de poner el auto en marcha.

En el caminó Beomgyu iba jugando con su osito, desde que lo había abrazado por primera
vez, se negaba a dejarlo, Gyunnie era especial para él.

Taehyung manejaba atento y de vez en cuando respondía una que otra pregunta que le hacía
su hijo, hasta que finalmente aparco su auto frente a una tienda de marca.

Ambos bajaron del coche para adentrarse a esa tienda con ropa tan lujosa y de marca, el
pequeño veía asombrado todo el lugar y se agarró fuerte de la mano de su papi.

Taehyung miraba la ropa con un brillo en los ojos, aunque en su adolescencia no tenía
mucho dinero, siempre se había sentido atraído por ese tipo de ropas.

— Escoge lo que quieras llevarle a papá — Se hinco para quedar a la altura de su cachorro.

— Pero papi, no tengo dinero — Metió su manita en su bolsillo para después sacarla y
mostrar que no había nada.

— No te preocupes yo lo voy a pagar.

— Pero si tú pagas, será regalo tuyo para papá — Bajo la cabeza triste, el realmente quería
darle un regaló a su papá Jungkook.

El Omega lo miro comprendiendo que Beomgyu no aceptaría si él mismo no lo compraba,

pero era obvio que no tenía dinero.
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— Muy bien, que te parece si te hago un préstamo — Las palabras del castaño llamaron la
atención del menor.

— ¿Un préstamo?

— Así es, hoy te presto el dinero para que compres el regalo de papá y luego cuando puedas
me devuelves el dinero. — El rubiecito analizó las palabras comprendiendo, por lo cual
sonrió aceptando.

— Si, me gustaría un préstamo — Brinco y aplaudió feliz.

Taehyung se puso nuevamente de pie y tomo la mano de su hijo para que se adentrarán más
a la tienda, el Omega sabía que le iba a comprar a su Alfa, o bueno, no exactamente para él.

Al llegar al mostrador le dio las buenas tardes al chico Omega, pidiéndole lo que pretendía
comprar, todo esto era parte del plan que había acordado con Baek y aunque fue difícil, no
se dejó llevar por la tentación.

El chico le sonrió y asintió pidiendo que lo acompañe para llevarlo a esa sección para
mostrarle la variedad de prendas.

— ¿Qué color buscaba? — Pregunto el Omega que trabajaba en la tienda una vez llegaron al
área.

— Blanca.

El joven asiente comenzando a mostrar las distintas tallas y modelos, por lo cual Taehyung
se centra en las prendas para escoger la indicada.

Beomgyu permanecía a su lado mirando todo el lugar, había mucha ropa y accesorios, no
sabía cuál podría ser el regalo perfecto para su papá Jungkook, sin darse cuenta comenzó
alejarse caminando por los pasillos abrazando a Gyunnie.

Hasta que se detuvo viendo un abrigo negro muy bonito y en seguida pensó en su papá,
seguro si un día tenía frío lo podría usar y estaría calientito, sin duda ese era el regalo
perfecto.
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Cuando Beomgyu se dispuso acercarse un hombre se colocó frente a él mirando el mismo

abrigo que él quería regalarle a su papá Alfa.

— Disculpe señor — Lo llamó — Me podría dar ese abrigo — Apunto la prenda — Es para mí
papá Jungkook.

Al escuchar ese nombre el hombre volteo bajando la mirada, sus ojos verdes se
encontrándose con un pequeño rubiecito aferrado a un osito amarillo pastel y frunció el
ceño.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba tu papá? — Preguntó.

— Jungkook — Respondió inocentemente.

Pero el hombre francés no lo podía creer tenía que ser demasiada coincidencia, hacia una
semana atrás se había enterado que Jeon Jungkook había adoptado un hijo junto con su
omega Kim Taehyung y ahora resultaba que el pequeño insecto estaba frente a él.

— ¿Así? ¿Y tú papá Jungkook está aquí? — Pregunto aún más curioso.

Beomgyu desvió la mirada dudoso si debía responder, ya que ese señor era un extraño y era
malo hablar con extraños.

Evans noto la desconfianza en el pequeño por lo que descolgó el abrigo y se lo dio con una
falsa sonrisa para acercarse más a él.

— Soy amigo de tus padres — Aseguro.

— ¿De verdad?... — El cachorro aún no se veía muy convencido.

— Claro, conozco a Taehyung muy bien — Al escuchar eso Beomie sonrió, pero claramente
no había captado la forma tan disfrazada en la que lo había dicho.

— Vine con mi papi Tae — Miro a los lados notando su ausencia por lo cual se alarmó —
Muchas gracias señor, me tengo que ir — Sin más el cachorro salió corriendo en busca de su
padre.
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El castaño miro a los lados dándose cuenta que su cachorro no estaba a su lado, pero justo
cuando se iba a poner a buscarlo, este apareció tratando de cargar a duras penas con un
gran abrigo y su osito.

— Beomie ¿dónde estabas? No vuelva a alejarte de esa forma, me asustaste — Se agachó a su

altura tomando su pequeño rostro entre sus manos.

— Perdón... — Bajo la mirada — Es que vi este abrigo y me gusto para papá — Sus labios
formaron un tierno puchero.

Eso oprimió el corazón de Taehyung, suspiro tomando el abrigo para abrazar a su hijo
sintiendo un extraño aroma sobre él, pero no le tomo importancia había mucha gente en la
tienda y algún aroma se le habrá pegado.

— Prométeme que no te alejaras otra vez, es peligroso y te puede pasar algo — Beomgyu
volvió asentir.

Después de ese pequeño susto ambos fueron a la caja para pagar, pidiendo que se les
colocarán cada prenda en una caja de regalo por separado, una vez salieron de la tienda
Taehyung se sintió extrañamente observado, pero trato de ignorar esa sensación.

Con ayuda de su pequeño cachorro colocaron los regalos en el maletero, una vez terminaron
el castaño aseguro a Beomie en su asiento, para luego ponerse en marcha.

El pequeño cachorro no dijo nada sobre aquel supuesto amigo de sus padres y no porque no
lo recordara, porque ese era imposible, simplemente estaba demasiado emocionado por
llegar a casa y abrazar a su papá Jungkook por su cumpleaños, que lo del hombre quedó en
segundo plano.

Cuando llegaron a casa bajaron los regalos, y entraron yendo directo al comedor donde
estaba todo listo, Taehyung dejo los regalos en la cocina junto a los demás.

— Creí que no íbamos alcanzar a llegar ¿siguen arriba? — Cuando Chanyeol se disponía a
responder un gruñido se escuchó proveniente de arriba.

— Llevan como 15 minutos así — Finalmente dijo.

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— Creo que debería subir antes de que se terminen matando entre ellos — Todos asintieron
— Beomgyu quédate con tus abuelos y tu tío, voy por papá.

El futuro omeguita asintió, por lo cual Taehyung no perdió tiempo y comenzó a subir las
escaleras, mientras más se iba acercando a su habitación los gruñidos se hacían más altos.

De su bolsillo saco la llave de repuesto y la introdujo en la cerradura girándola, logrando

abrir la puerta con éxito, pero lo que vio lo dejo pasmado.

Había plumas por todos lados en la habitación, estaba hecha un desastre, pero eso no fue lo
que precisamente llamo su atención, si no el par de lobos frente a él, uno azabache de gran
tamaño y ojos rojos que se atrevía a decir que conocía a la perfección y otro de un tamaño
más pequeño y delgado de color gris claro con ojos naranja.

Ambos lobos tiraban de la misma almohada con fuerza, pero cuando el más grande noto la
presencia del castaño abrió el hocico soltándola y debido a la fuerza que el más pequeño
estaba ejerciendo cayó de espaldas soltando un gruñido de protesta.

Taehyung miro de brazos cruzados a su Alfa quien bajo su cabeza y escondió su cola, por
otro lado, el lobo de Baek se puso de pie y en forma de burla le dio un colazo es su hocico
antes de irse corriendo fuera de la habitación.

Jungkook gruñó, pero al mirar nuevamente al castaño volvió a su posición esperando un

regaño o reprenda por parte de su amado.

— Mira como dejaron la habitación — Se acercó a él, por lo cual este bajo las orejas.

Pero lo que no se esperó fuera que su Omega le comenzará acariciar de forma mimosa, por
lo cual no pudo evitar menear la cola con euforia.

— Mi amado Alfita que voy hacer contigo, ¿eh? eres todo un cachorro — El lobo restregó su
rostro contra el pequeño del menor gustoso, le gustaba las caricias que le estaba brindando
— ¿Ahora quieres que te rasque la pancita también?

Taehyung acariciaba su cabeza y sin darse cuenta unos brazos lo rodearon por la cintura
para después encontrarse con el rostro de Jungkook quien le sonreía.
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— Prefiero otra cosa mejor — Sus labios se encontraron y las manos del mayor descendieron
hasta el voluptuoso trasero dando un ligero apretón.

— Mgh~ — Cerró sus ojos fascinado con el tacto.

Pero no se iba dejar llevar cuando preparo todo eso por tantas días de anticipación, a
regañadientes se separó de su Alfa y lo miró a los ojos acomodando uno de sus largos
mechones azabaches tras su oreja para ver mejor su bello rostro.

— Tienes que ducharte... — Le susurro debido a la cercanía de sus rostros.

— ¿Me estás diciendo sucio? — Alzó una ceja.

— Así es, así que a bañarse sucio Alfa — Se apartó de el por completo con una sonrisa
juguetona — Te estaremos esperando abajo para almorzar, le diré a alguien que suba a
limpiar.

El azabache suspiro como un niño berrinchudo, pero no protesto adentrándose al cuarto de

baño, aunque no tuvo sospecha de nada, ni siquiera el mismo se había dado cuenta del día
que era.

Normal como todos los días se ducho y colocó ropa cómoda para estar en casa, mientras
bajaba las escaleras se ataba su cabello, pero justo al llegar al comedor un grito lo hizo que
se sobresaltara.

— ¡Sorpresa! — Gritaron todos, a excepción de Chanyeol que solo permaneció a un lado de

Baek, el cual llevaba ropa de Tae porque la suya había quedado destrozada.

Jungkook los miro perplejo y un poco confundido no entendía que era lo que estaba
pasando, hasta que su pequeño hijo llegó corriendo hacia él abrazando sus piernas.

— Feliz cumpleaños — Ahí fue donde entendió todo y estaba aún más sorprendido por todo
lo que habían preparado para él.

— Ya me dijeron que no te gusta celebrar tu cumpleaños, pero este es el primero que

pasamos juntos y con nuestro hijo — Se colocó a su lado con sus ojos llenos de ilusión.
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Jungkook nunca había celebrado su cumpleaños, porque creía que no había nada de bueno
de celebrar el día que condenó a su madre a una bomba de tiempo, por eso para él solo era
un día más.

Pero al mirar el rostro de cada uno de los presentes, sobre todo el de su hijo y Omega, supo
que ese sería su primer cumpleaños de muchos.

— Gracias... — Tomo a Beomgyu en brazos, para después pasar su brazo por la cintura de su
amado y acercarse a la mesa.

— Mira papá, yo decore el pastel — Apunto con su dedito índice el postre — Es nuestra familia
— En el pastel había un conejo grande, un tigre mediano y un osito pequeño, un poco
deformes, pero no importaba porque era muy bonito para Jungkook.

— Te quedó muy bonito — Lo felicito. — Ahora entiendo porque ese mocoso vago estuvo
molestándome toda la mañana — Miro a su hermano.

— Se le dice tiempo de calidad cara de limón, deberías estar agradecido que te di un poco de
mi tiempo y sin cobrarte — Fingió sacudir su largo cabello inexistente, provocando que el
Alfa pusiera los ojos en blanco.

— Feliz cumpleaños hijo — Jungkook bajo a su pequeño quien salió corriendo al instante de
estar en el suelo.

Jiwoo no dudo estrechar a su pequeño no tan pequeños hijo, que no importará que no haya
nacido de ella, porque siempre iba a serlo, porque su lobo le gritaba que ese cachorro
necesitaba una madre y ella un hijo.

— Gracias mamá... — Correspondió el abrazó sintiendo su aroma tan cálido, ese aroma que
lo arropó cientos de veces y que se quedó con el cuándo no podía dormir.

Al separarse la Alfa tenía un par de lágrimas, realmente le hubiera gustado ser su madre
biológica, las palabras que le había dicho la madre de Chanyeol había abierto la herida que
su lobo con mucho esfuerzo logro cerrar.

— Feliz cumpleaños — El gran Alfa estrecho a su hijo mayor en brazos, ninguno salía de ser
sentimental, pero no estaba mal darse un abrazo de vez en cuando.
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Tal vez Jungkook al principio no tuvo el mejor padre o el tiempo le quitó a su madre, pero
hasta ahora se daba cuenta que amor fraternal siempre tuvo en la familia Jeon y se sentía
más que agradecido, con sus padres y hermano que le tocó.

— Ven aquí limoncito — Baek brinco envolviendo el cuello de su hermano con sus brazos —
Cada vez estás más viejo — Fingió llorar — Oh mira, ya tienes tus primeras canas.

El azabache le dio un sape al menor por su exageración, el cual se apartó sobándose la parte
trasera de su cabeza.

— Papá — Volvió el pequeño rubiecito cargando una caja de regaló color blanca con un listón
amarillos escogido especialmente por Beomgyu — Es un regalo que te compre mediante un
préstamo — Admite un poco apenado.

— ¿Un préstamo? — Frunció el ceño algo confundido mientras tomaba el regalo que parecía
que en cualquier momento aplastaría a su hijo.

— Una larga historia — Se adelantó a responder Taehyung acariciando los cabellos dorados
de Beomgyu.

Jungkook desató el lazo notando como su pequeño se veía muy entusiasmado porque lo
abra, eso le dio ternura y lo hizo reír. Finalmente quitó la tapa y encontró una notita que
decía con una letra algo difícil de descifrar "De Beomie, para el mejor papá" con un osito
abajo, no pudo evitar sonreír y su lobo meneo la cola.

Con cuidado puso la notita en la mesa para sacar en regalo de Beomgyu, el abrigo negro era
totalmente su estiló y aunque el Alfa ya tuviera cientos de abrigos en su armario, sin duda
solo usaría ese.

— ¿Te gustó papá? — Pregunto al ver qué su padre no decía nada. Bajo la cabeza y jugo con
sus deditos.

— Me encantó — Le aseguro colocando el cálido abrigo sobre sus hombros. Le quedaba justo
a la medida y era muy cómodo.

— A ver, da una vueltecita — Le chifo su hermano en forma de albur.

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Solo por un día no hacía daño bajar la guardia y divertirse con su familia y ser poste mal
parado. Con descaro y exageración haciendo unas caras demasiado extrañas más que sexys
comenzó a lucir su nuevo abrigo ganándose las risas de todos especialmente la de su hijo.

— Uh... Muévelo más y te lo compro — Alentó Taehyung.

Por un rato el comedor estuvo lleno de risas las cuales se fueron calmando mientras iban
entregando el resto de regalos, los cuales eran de parte de sus padres un reloj más para su
colección, de Baek no era nada más ni nada menos que ropa interior de Iron Man y
finalmente el de Taehyung.

La caja era muy parecida a la de Beomie solo que está era negra con un listón rojo, el Alfa
sonrió, era como si hubiera vuelto en el tiempo y volviera a ser un niño, uno que si disfrutaba
de su infancia.

Con entusiasmo fue desatando el lazo para después retirar la tapa de la caja algo confundido
metió las manos sacando el contenido.

— Una... Camisa — No era que no le gustará, solo no se lo esperaba — Gracias amor.

Se disponía a darle un beso, pero su hermano lo detuvo.

— Hey calenturiento hay una inocente criatura.

— Beomgyu ya nos vio darnos besos — Alegó el mayor.

— Lo sé, pero hablo mí, alguien tan puro como yo no debería ver este tipo de cosas limón
lujurioso — El pequeño cachorro cubrió su boquita riendo de las palabras de su tío.

Finalmente, Jungkook guardo sus regalos en sus respectivas cajas, para que por fin pudieran
comer, porque al parecer todos tenían ganas de saciar su hambre.

El almuerzo fue entretenido más que nada por el menor de los Jeon y la risa escandalosa del
pequeño Beomgyu, el castaño miraba de vez en cuando a su Alfa sintiéndose feliz de que no
dejará de sonreír, realmente estaba disfrutando su cumpleaños por primera vez después de
tanto tiempo de oscuridad.
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— Oye Beomie, ¿quieres ir al acuario? — El nombrado alzó su mirada ante las palabras de
Baek.

— Pero lo íbamos a llevar nosotros al parque de diversiones — Interrumpió la Alfa.

— Lástima mujer, tu fabuloso hijo te ha ganado, además Chanyeol ya compro las entradas —
Su pareja asintió.

— Pero puedo pedir otras si gustan.

— No, está bien — Dijo Young — Nosotros podemos llevarlo el fin de semana ¿Te parece?

El rubiecito asintió eufórico ante las dos propuestas, nunca había ido a esos lugares, pero
había escuchado de lo geniales que eran.

— Yo quiero, ¿papá puedo ir? — Balanceo sus piernitas que colgaban en la silla.

Con esa actitud tan dulce, le era imposible a Jungkook negarle algo a su hijo.

— Solo si prometes cuidar al mocoso de tu tío — El pequeño asintió repetidas veces mientras
Tae le limpiaba el chocolate de su mejilla.

— Oye se supone que yo lo tengo que cuidar.

— Confío más en mi hijo que en ti — El menor le saco la lengua.

Young no pudo evitar negar ante esas discusiones infantiles entre sus hijos, los dos era un
caso sin duda, ambos se parecían al carácter de Jiwoo.

Después de un rato la casa quedó completamente sola, a excepción de Tae y Jungkook que
se encargaban de limpiar la mesa y lavar los trastes, bien ese trabajo lo podía hacer una de
las Betas que trabajaban limpiando la casa, pero el Omega quería que solo estuvieran
ambos.

Estaban casi por terminar, solo faltaba que el Alfa terminara de secar y acomodar los trastes,
por lo cual el menor tomo las cajas de regalo y le aviso que las llevaría a la habitación.
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Una vez termino soltó un suspiro, era raro escuchar la casa tan silenciosa, normalmente
desde que llegó Beomgyu solo se escuchan sus risas.

Subió las escaleras rumbo a su habitación, pero lo que encontró en ella realmente no se lo
esperaba, había una melodía sumamente sensual y Taehyung estaba hasta cierto punto
recostado en la orilla de la cama usando únicamente la camisa que había sido su regalo de
cumpleaños, está lo cubría hasta los muslos dejando a la vista sus largas y provocadoras
piernas las cuales estaban cruzadas.

— T-tae... — Trago grueso, la imagen era jodidamente sensual.

El nombrado se levando de la cama y camino hasta su amado para deslizar sus manos por su
cabello para soltar la coleta.

— ¿Ahora si te gusta tu regalo? — Refiriéndose a la camisa blanca que llevaba puesta. Peino
su cabello azabache.

— Si lo vemos así... — Deslizó sus manos por la cintura baja del menor.

— ¿Estás listo para tu regaló? — Rozo sus labios con esas palabras.

Jungkook aún no había tenido tiempo de contestar cuando su Omega se apartó de él para
quitarle su sudadera dejando expuesto su trabajado abdomen.

— ¿Cuánto tiempo llevas planeando esto? — Quiso saber mirando como el menor le bajaba
los pantalones de chándal hasta quitárselos por completo.

Sin responder se puso de pie nuevamente tomando la mano del mayor para llevarlo hasta el
sillón individual y sentarlo únicamente en ropa interior.

— ¿Por eso me tenías en abstinencia?

— Algo así — Se inclino dejando un beso en sus labios — Ahora solo mantente ahí y disfruta
tu regalo de cumpleaños.

Se apartó dando unos pasos atrás desabrochando uno de los botones de la camisa dejando
ver un poco de su pecho acaramelado.
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Jungkook se recostó en aquel sillón admirando la escena y los pasos tan sensuales, era todo
un espectáculo la forma en la que se movía con fluidez.

Lo que no sabía era que Jimin le había estado dando clases esos últimos días, por que
estuviera embarazado no era impedimento para enseñarle una coreografía sensual a su
amigo.

Con descaro Taehyung se sentó sobre el regazo del azabache dándole la espalda por
completo volteando su cabeza para mirarlo por sobre su hombro en el momento justo que
hacía un movimiento circular sintiendo la gran y dura erección de su Alfa en su expuesto
trasero ya que no llevaba nada más que esa camisa blanca.

Las manos del mayor tomaron la cintura de su omega marcándole el ritmo que lo estaba
haciendo jadear, la música iba acordé a sus movimientos y sensualidad, unos cuantos
botones más fueron desabrochados dejando que está bajara para mostrar sus desnudos
hombros, los cuales Jungkook besó.

Los jadeos de ambos se camuflaban con la música, la entrada del castaño comenzaba a
sobre dilatarse debido a la existencia, deseaba a su Alfa, sentirlo dentro de él y ni qué decir
del contrario que anhelaba hundirse en su cálida cavidad anal.

El menor se puso de pie nuevamente volteándose cara a cara con su amado para soltar los
últimos botones de la camisa y dejar expuesta su parte de enfrente ya que la camisa seguía
cubriendo su parte trasera.

Sus ojos brillaron rojos con admiración, su Omega era más que perfecto, su piel acaramelada
era tan bella y las curvas en su cuerpo eran tan únicas.

Este camino nuevamente hacia él azabache para montarlo y dejar sus rostros a escasos
centímetros.

— Si así van a ser todos mis cumpleaños, quisiera cumplir todos los días — Sus manos
viajaron al trasero de Taehyung el cual sonrió.

— Esto solo es una parte del regaló... — Susurro juntando sus frentes.
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— No hay nada más que pueda pedir, tu eres mi todo, lo único que quiero... — Lo apretó más
entre sus brazos con miedo de que llegara a desaparecer.

— Eso es bueno — Dijo mordiendo su labio al recordar las palabras de Baek — Porque tu
regalo es algo, para que sepas que siempre seré tuyo, que te pertenezco hoy, mañana y
siempre.

Lo beso con amor y pasión, hundiendo sus dedos y tirando de sus cabellos sintiendo como
Jungkook lo tomaba por sus muslos alzándolo al colocarse de pie, por instinto el castaño
envolvió sus brazos y piernas en el cuerpo contrario para no caer, pero su Alfa jamás lo
dejaría.

Con un poco de torpeza llegaron a la cama donde lo recostó como si del pétalo de una rosa
se tratará, Jungkook era el único que podía ser delicado con él y darle el sexo más duro,
llevarlo al infierno, pero al mismo tiempo hacerlo sentir en el paraíso, porque para el mayor,
Taehyung tenía el rostro de un ángel con instinto de demonio.

Ambos se complementaban a la perfección, era como si hubieran nacido para ser uno para el
otro.

Los labios del azabache descendieron por el cuello de su amado dejando besos húmedos
mientras continuaba bajando hasta uno de sus pezones el cual atrapó entre sus dientes,
mordiendo, chupando y succionando, para después pasar al otro y repetir la acción,
teniendo gemidos como respuesta.

El Omega tiraba con algo de fuerza las hebras oscuras sintiéndose en el cielo mientras se
quemaba en el infierno cuando la mano del mayor viajo a su húmeda y dilatada entrada,
escuchando en chapoteo cuando dos de sus dedos lo penetraron haciéndolo, arquear su
espalda.

Estos entraban y salían haciendo sonidos obscenos debidos a los fluidos naturales del
menor, con un tercer dedo los movimientos fueron subiendo de tono, Taehyung clavaba sus
uñas en la piel clara de su Alfa.

— Ah~ — Gimió ante la fricción cuando esté abandonaba su entrada dejándolo vacío —
Jungkook, muérdeme... Desgarra mi piel, hazme delirar de dolor y placer~ — Pidió.
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Sus labios se volvieron a encontrar con ferocidad, ambos tenían tantas ganas del otro, los
dientes del mayor bajaron enterrándose en el hombro derecho de su omega escuchándolo
gritar mientras arqueaba su espalda.

La sangre no tardó en tintar las sábanas blancas, aunque Jungkook trato de lamer toda la
sangre la verdad no era muy grande, pero Taehyung podía sentir el placer al sentir su piel
siendo corrompida.

Los besos, las mordidas y marcas llenaban a ambos de satisfacción como un juego previo
antes de que el Alfa volviera a tomar como suyo a su dulce omega.

— Mi pequeño masoquista~ — Sonrió contra sus labios.

— Es tu culpa que me haya vuelto así...

— Tu siempre lo fuiste, simplemente necesitabas de alguien como yo para darte cuenta — Se

apartó del castaño para darle vuelta dejándolo boca abajo.

— Entonces debería darte las gracias — Dijo de forma sensual mientras el mayor le quitaba
por fin la camisa blanca que ahora estaba teñida de rojo.

Al quitarla su vista se desvió a la parte baja de la cintura de su omega, donde justo del lado
izquierdo su piel estaba manchada con tinta negra la cual tenía dos iniciales "JK" el menor
lo miraba por sobre su nombre con una sonrisa tímida.

— ¿Se puede saber desde cuando tienes un tatuaje y porque yo no lo sabía? — Pregunto
alzando una ceja sin dejar de mirar la tinta negra todavía asombrado.

— Como poco más de dos semanas, fue idea de Baek ya que por el momento no me puedes
marcar, es como una forma de hacerte saber que solo te pertenezco a ti — Se alzó un poco
con ayuda de sus brazos dejando su espalda encorvada.

— ¿Esta era la razón de mi abstinencia? — Soltó un ja mientras sacudía su cabello — Por un

momento llegue a creer que había hecho algo que te incomodará.

— ¿Que? No, claro que no, te dije que estaba bien, solo no quería que lo vieras hasta hoy —
Río un poco — ¿Te gusta?
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Jungkook le sonrió sintiéndose un poco más tranquilo que no era nada de lo que él se había
imaginado. Se inclino hacia adelante apoyando sus manos a cada costado para poder
besarlo.

— Me encanta, ¿eso quiere decir que tú eres mi regalo?

— Soy todo tuyo — Mordió su labio alzando un poco su trasero para que su Alfa pudiera
sentirlo.

Cómo respuesta un gruñido escapó de su boca pintando nuevamente sus ojos con un rojo
escarlata, sin aguantar mucho más el mayor saco su miembro erecto y venoso dándole leves
caricias para esparcir el pre-semen a lo largo de este.

Taehyung no le quitaba la mirada de encima, mordía su labio con descaro, su mejilla

reposaba en la blanca almohada, mientras levantaba en alto su trasero esperando recibirlo.

Y así fue, unos segundos después Jungkook alineó su pene en la entrada del menor
abriéndose paso sintiendo como la calidez lo iba abrazando y succionando toda su hombría,
con los jadeos y gemidos de fondo en el momento que comenzó con sus embestidas.

Por su lado el Omega enterraba sus uñas en las sábanas mientras literal mordía la almohada
sintió como la fricción lo embriagaba por completo.

— Ah~ — Dio un respingo el menor al sentir un azote por parte de su Alfa — Jungkook~ Más...
— Lo quería, necesitaba sentirlo aún más.

Su cuerpo lo pedía a gritos y Jungkook estaba dispuesto a complacerlo, porque él también lo

quería, tomo las muñecas del menor llevándolas hacia atrás para tirar de él y embestirlo, con
más fuerza.

Gruñidos, gemidos, jadeos y sonidos obscenos llenaban la habitación, las pieles de ambos
sudaban y ardían por el choque contra ellas dejando marcas rojas en ambos cuerpos, las
heridas de Taehyung que aún no cicatrizaba por completo debido a la saliva del Alfa, se
volvían abrir manchando las sábanas.

Después de dos orgasmos la sobre estimulación del menor comenzaba a doler haciéndolo
jadear de dolor con lágrimas bajando por sus mejillas.
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— J-jungkook... Duele~ — El nombrado casi llegaba a su límite, pero quería sentir un poco
más a su Omega.

Las quejas y sollozos de Taehyung continuaron pidiendo que lo dejara respirar unos
minutos, pero el Alfa continuo hasta que por fin pudo anudarlo escuchando el grito
desgarrador que soltaba su castañito.

La respiración de ambos era entrecortada, sus pechos subían y bajaban, mientras sus
corazón latían a mil, necesitaban tiempo para recuperarse, los dos estaba recostados en la
cama en forma de cucharita.

— Nunca escuchas... — Se quejo el menor.

— Porque realmente no quieres que paré — Sonrió con burla — Sabes que tienes una palabra
de seguridad, pero te niegas a usarla porque te gusta sobrepasar tus límites.

El Omega desvió la mirada sabiendo que era verdad, pero no podía evitarlo, era verdad que
dolía como el infierno, pero era tan placentero sentir esa sensación.

Ambos permanecieron en esa postura, Jungkook mantenía abrazando a su amado mientras

le regalaba besos en su hombro y nuca en espera que el nudo se soltará y pudieran continuar
porque clara mente el Alfa no lo iba a dejar que se vaya así de simple.

Las horas pasaron dejando que ambos cuerpos se volvieran a unir más de tres veces, hasta
que realmente Taehyung ya no pudo más sintiendo su cuerpo cansado y adolorido,
realmente Jungkook le había cobrado el tiempo de abstinencia.

Ambos se dieron una ducha mientras el menor no dejaba de culpar a su Alfa por su dolor en
el culo, aunque eso solo alimentaba el ego del mayor.

Cómo castigo el Omega lo hizo cambiar las sábanas y llevarlas al cuarto de lavado para
poner unas nuevas en lo que él se cambiaba.

Ambos estaban completamente vestidos, pero seguían recostados dándose abrazos y

mimos, hasta que una hora después alguien tocó la puerta de la habitación.

— ¿Se puede? — Taehyung le respondía de forma afirmativa.

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La puerta se abrió dejando ver a Chanyeol, Baek y Beomgyu, al cual su tío Omega le tenía
tapados los ojos.

— ¿Ya acabaron? Te lo dije es la edad ya no tienes aguante hermano — Se burló el menor.

Jungkook le dio una mala mirada a su hermanito, realmente no había día que no lo
molestará, pero sonrió cuando destapo los ojos del rubiecito.

Este al ver a sus padres no dudo en correr y subirse a la cama colocándose en medio de ellos
para que lo abracen.

— Papá, papi, vi muchos peces — Contó emocionado.

— ¿En serio? — Jungkook acaricio su cabello dorado interesado en lo que su hijo de contaba.

— Gracias por cuidarlo un rato — Agradeció Taehyung.

— No es nada — Sonrió Chanyeol — Se porta muy bien.

— Es un angelito, además de que muchos creyeron que nosotros tres éramos una familia,
claramente ven a ese niño tan lindo y luego a mí, es obvio que creen que es mi hijo —
Alardea.

— ¿Qué quieres decir? — Lo miro su Alfa con una ceja alzada.

— Tu también eres muy guapo Channie — El castaño no pudo evitar reír, ambos se veían muy
bien juntos.

Unos minutos después la pareja se fue dejando a la familia de tres, no sin antes avisar que
habían llevado a Beomgyu a cenar después de ir al acuario y que los señores Jeon acababan
de llegar también..

Nuevamente el Omega agradeció a ambos. Cuando estuvieron los tres solos Taehyung atrajo
a su cachorro a sus brazos abrazándolo sintiendo un suave aroma que aún no podía
identificar mientras esté seguía contando todo lo que hizo y vio en el acuario con sus tíos.

— Beomie, ¿no quieres dormir hoy con nosotros? — Sugirió el castaño.

— ¿Puedo? — Pregunto sorprendido por la propuesta de su papá Omega.

— Claro que sí — Respondieron ambos.

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Por lo cual Beomgyu acepto, Jungkook lo tomo en brazos llevándolo para ponerse la pijama
y lavarse los dientes, una vez listo regresaron al cuarto donde el Omega los estaba
esperando.

Al llegar a la cama gateo acomodándose de costado para abrazar a su papi quien

correspondió al abrazo envolviéndolo en sus brazos mientras Jungkook atraía a ambos a su
cuerpo dejando atrapado al menor entre ambos con una gran sonrisa.

— Buenas noches papis.

— Buenas noches osito — Ambos dejaron un beso en su rubia cabecita, para dejarse llevar
por un bello sueño.

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por Srta_YoonTae

Jungkook salió del interior de su omega una vez su nudo se había soltado, ambos respiraban
pesadamente, el sexo mañanero era una de las especialidades del azabache y era difícil para
Taehyung negarse.

Unos minutos después de retomar el aliento, el omega tomo su celular que se encontraba en
la mesita de noche leyendo un par de mensajes que tenía, el mayor por su lado se recostó
sobre el pecho del castaño para que esté lo acariciara.

— ¿Con quién hablas tan temprano? — Pregunto Jungkook al ser ignorado y no recibir
caricias como normalmente suele recibir después de tener sexo.

— Con los chicos, lo que pasa es que como dentro de dos semanas Jimin y Luhan van a dar a
luz, y queremos salir todos juntos a comprar cosas y yo quiero ir para comprarle ropa a
Beomie.

— ¿Beomie irá contigo? — Lo miro a los ojos.

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— Claro — Respondió volviendo su vista a su móvil para volver a teclear algo — ¿Y tú irás a la
empresa? — El alfa soltó un gran suspiro dejándose caer sobre la almohada mirando el
techo.

— Si, me toca trabajar con el idiota francesito — Dijo con molestia.

— Si quieres canceló la salida con los chicos y te acompaño — Sugirió.

En otras condiciones claramente hubiera aceptado, pero lo que menos quería era que
Taehyung estuviera cerca de ese tipo, prefería que tuviera un día tranquilo y se divirtiera con
los chicos.

— Descuida yo me encargo, solo tengo ese pendiente y vuelvo a casa — Beso sus labios con
dulzura — Me encantaría quedarme todo el día así contigo.

— A mí también, pero tenemos cosas que hacer y un hijo al cual alimentar — Le recordó
mientras se levantaba de la cama colocándose una camisa para cubrir su desnudes.

Una hora después ambos estaban duchados y arreglados, Jungkook llevaba uno de sus
típicos trajes luciendo como el gran magnate que es, en cambio Taehyung llevaba unos jeans
y una sudadera azul oscuro.

— Te toca levantar a Beomie, mientras prepararé el desayuno — Aviso el menor dejando un

beso en sus labios antes de salir de la habitación.

El alfa por su lado termino de anidar su corbata antes de dirigirse a la habitación de su

pequeño el cuál seguía plácidamente durmiendo o eso le estaba haciendo creer.

— Beomgyu... — Lo llamó con suavidad.

Notando como las pestañas de su cachorro se movían pretendiendo seguir durmiendo, pero
su pequeña sonrisita lo estaba delatando.

— Parece que tendré que comerme el omelet de alguien — Fingió levantarse de la cama, pero
una manitas lo detuvieron.

— No papá, ya estoy despierto — Río.

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— Oh, así que me estabas engañando — Comenzó hacerle suaves cosquillas en su redonda
pancita provocando que el pequeño cachorro se retuerza de la risa.

— N-no papá... — No podía parar de reír — No más... ¡No más! — Grito con las mejillas rojizas
por tanto reír.

— Papi Tae está preparando el desayuno — Le comento mientras peinaba sus rubios
cabellitos.

— ¿Y mis abuelos? — Pregunto tomando la gran mano del alfa para compararla con la suya y
vaya que había una gran diferencia.

— Deben estar en su habitación.

— ¿Puedo ir a verlos?

— Claro — Tomo a su pequeño en brazos.

Ambos salieron de la habitación, caminaban por los pasillos hasta detenerse en una puerta
la cual tocó suavemente el alfa obteniendo una respuesta al instante y segundos después la
puerta fue abierta dejando ver a la gran señora Jeon con pijama y su cabello largo azabache
algo peinado, estaba claro que se estaba recién levantando.

— Bueno días mamá, Beomie quería venir con ustedes así que lo traje — Una sonrisa se
instaló en los labios de la mujer.

— Mi querido Beomgyu, ven con la abuela Jiwoo — Le extendió sus manos para recibirlo y el
pequeño no dudo en cambiar de brazos.

— Buenos días abuela — Jiwoo no dudo en depositar un sonoro beso en su mejilla

rechoncha.

— Te lo encargo, se me está haciendo un poco tarde — Revolvió el cabello de su hijo — Te

amo, nos vemos luego — Beso su frente.

Jungkook bajo por las escaleras hasta llegar a la cocina donde se encontraba su bello omega
preparando el desayuno.
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Sigilosamente se acercó hasta él tomándolo por la cintura sorprendiéndolo un poco, ya que

Taehyung había sentido su aroma más no se esperaba que hiciera eso.

— ¿Y Beomgyu? — Pregunto mirándolo por sobre su hombro antes de continuar preparando

el café.

— Se quedó con mis padres ellos se harán cargó — El omega asintió entregándole su taza de
café.

— Ya está listo el desayuno — Acomodo el traje de su novio antes de dejar un beso en sus
labios con sabor a café amargo, no le gustaba el café, pero amaba sus besos.

El alfa colocó la taza sobre la meseta para poder tomar la cintura de su amado
profundizando un poco más el beso, pero antes de que el calor subiera se apartó cerrando
los ojos fuertemente.

— No — Negó con la cabeza apretando los labios — Si continuo así no querré ir a la junta — Al
escuchar eso el menor no pudo evitar reír.

— Si me dejaras ir a la empresa contigo podríamos terminar esto después de la junta — Lo

miro directo a los ojos mientras jugaba con la corbata gris de su alfa tentándolo a tal oferta.

— Realmente me encantaría, pero quiero que tengas un tiempo de descanso, has trabajado
mucho y apenas vas a cumplir un mes desde que te graduaste, Beomgyu todavía necesita a
uno de los dos para cuidarlo.

— Pero... — Lo interrumpió.

— Y no lo digo porque tú seas un omega, sabes que no me importa esos estereotipos sobre
"el omega en casa con los niños" pero sí creo que sería bueno que pasemos el mayor tiempo
posible con Beomie — Acaricio su cabello castaño con delicadeza — Además mereces
divertirte un poco.

Taehyung hizo un puchero, pero sabía que su alfa tenía razón, Beomgyu lo necesitaba y él
merecía un descanso antes de comenzar a laborar nuevamente en la empresa Jeon, pero
ahora como el segundo al mando.

— Está bien — Beso sus labios una vez más, fue un beso corto y suave — ¿Desayunamos?
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El magnate desvió su vista a su reloj de muñeca e hizo una mueca de disgusto antes de
volver su vista al menor quien esperaba una respuesta.

— Lo siento amor, se me hace tarde, pero podemos almorzar juntos — Este suspiro un poco
desanimado, pero termino asintiendo separándose un poco para dejarlo terminar al menos
su café.

Unos minutos después Jungkook había terminado y se encontraba en la entrada de la casa

junto a su omega quien lo estaba despidiendo con un par de besos.

— ¡Papá! — Llegó corriendo el pequeño cachorro para dar un brinco y ser recibido por el alfa
— Adiós — Se despidió dándole un fuerte abrazo o bueno lo que le permitían sus bracitos.

— Al rato volveré — Le aseguro dándole un beso en su mejilla rellenita.

Siempre era difícil para Beomie ver que Jungkook se fuera a trabajar, tenía miedo de que no
regresará y lo terminara abandonando, claramente ninguno de sus padres haría eso, pero el
trauma seguía en el pequeño, por esa razón el mayor prefería que Taehyung se quedará para
entretenerlo en su ausencia.

Sabían que poco a poco el terminaría entendiendo que jamás lo dejarán.

Cuando su padre se fue el cachorro miro con un pucherito a su papi, el cual le dio un leve
apretón a su mejilla para hacerlo sonreír.

— Tranquilo amor, papá va a regresar para el almuerzo como todos los días.

— No es cierto... — Bajo la cabecita — A veces llega a la hora de la cena.

— Tienes razón, pero es porque tiene mucho trabajo.

— Si, pero lo extraño...

— Yo también lo extraño — Besa su frente con dulzura mientras camina hacia el comedor —
Pero papá siempre va a volver ¿Qué te parece si desayunamos un rico omelet? — Todo rastro
de tristeza fue remplazado dejando a la vista una gran sonrisa.

— ¡Si!
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Cuando ambos llegaron al comedor se encontraron con los señores Jeon, quienes también
estaban a punto de tomar el desayuno que había preparado el omega.

— Buenos días — Saludo el castaño mientras sentaba a su pequeño en su silla para que
pudiera comer su omelet.

— Buenos días — Respondió la pareja de igual forma — ¿Vas a salir? — La azabache quiso
saber al ver el atuendo de su yerno.

— O si, pensaba ir con Beomie a comprar ropa y otras cosas ya que Jimin dará a luz en dos
semanas al igual que Luhan, Baek nos va acompañar.

— ¿En serio? Eso se escucha genial, pero... Quería saber si nos prestabas a Beomie el día de
hoy, ya sabes desde el cumpleaños de Jungkook tengo ilusión de llevarlo al parque de
diversiones.

Taehyung miro a su pequeño que parecía ajeno a la conversación mientras comía, para él no
había problema, confiaba en Jiwoo y Young, pero era decisión de su hijo.

— Beomgyu... — Lo llamó acariciando su cabello llamando su atención al instante — Tus

abuelos te quieren llevar al parque de diversiones, pero yo iré con tus tíos de compras ya que
tus primitos están pronto de nacer, ¿con quién quieres ir?

El rubiecito pensó las palabras de su padre omega mientras jugaba con sus palillos, su vista
paso de sus abuelos a su papá para después sacar su lengüita pensativo.

— A mí me gustaría ir al parque de diversiones... — Bajo su mirada — Nunca he ido a uno,

pero no quiero que papi se moleste...

— Cariño, es tu decisión, si realmente quieres ir con tus abuelos está bien por mí — Aseguró.

Beomgyu miro a su padre el cual le sonreía, eso lo relajo un poco más.

— Si quiero ir con la abuela Jiwoo y el abuelo Young.

— Pues así será, solo recuerda obedecerlos y nunca separarte de ellos — Informo mientras
limpiaba la manchita de salsa de tomate que tenía en la comisura de sus labios.

— Lo cuidaremos bien — Aseguró Jiwoo y Young la apoyo.

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Taehyung estaba seguro que así sería, pero sentía una pequeña inquietud en su pecho al
recordar ese día en la tienda de ropa, observó a su cachorrito terminar el desayunó con una
sonrisa.

Una hora más tarde ya se encontraba despidiéndose de su hijo viendo cómo se alejaba en un
auto junto a sus abuelos, el rubiecito saco un poco su cabecita por la ventanilla para
despedirse con su manita, el omega imitó la acción.

El castaño se dispuso a sacar su móvil para avisarle a Jungkook sobre Beomie, pero el sonido
de un claxon lo hizo voltear.

— Creí que nos veríamos en la tienda de bebés — Dijo acercándose al Honda HR-V blanco de
Seokjin.

— ¿Para qué llegues tarde? No señor — Hablo Jimin desde el asiento del copiloto — Así que
espero que ya estés listo.

— Pero aún tengo que ir por Baek, le prometí que pasaría por él.

— No hay problema, sube y pasamos por él también, además será mejor si vamos todos
juntos, así no nos separamos — Dijo Seokjin con las manos al volante.

— Tienes razón, iré a cerrar la casa entonces.

Los dos omegas asintieron esperando a que su amigo vuelva, unos minutos después
apareció nuevamente, al abrir la puerta trasera se encontró con un pequeño cachorro que lo
miraba con mucha ilusión.

— Tío Tae — Sonrió mientras parecía buscar algo detrás del castaño — ¿Y pimo? — Seokjoon
hizo un puchero al no ver a su mejor amigo.

— Lo siento Joonie, Beomie salió con sus abuelos — Acaricio su castañita cabellera una vez
estuvo dentro del coche por completo.

— Pero yo querer ver a mi pimo — Bajo la cabeza.

Taehyung se sintió un poco triste por el pequeño Seokjoon, él no sabía que también iría.
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— Otro día lo puedes ver hijo — Trato de consolarlo su padre omega mientras ponía el auto
en marcha — Es que Jennie y él se iban a quedar en casa de Jisoo y Rose para jugar con
Soobin y Haneul, pero Joonie no quiso quedarse para venir y ver a Beomie — Le contó al
omega castaño.

— Uy parece que a alguien le gusta Beomie — Bromeó Jimin haciendo que las mejillitas del
cachorro se pintarán.

— No cierto, él es mi amigo — Se cruzó de brazos indignado por la acusación de su tío Chimy.

— Oye, mi hijo todavía es muy pequeño para que lo quieras llevar al camino del pecado — Lo
regaño Seokjin siendo apoyado por Taehyung al instante.

— Que aguafiestas — Rodó los ojos el rubio sobando su vientre redondo que parecía que en
cualquier momento podría explotar.

— Joonie cariño, ¿no quieres que te lleve con tus tías? — El pequeño miro a su padre para
después negar desanimado.

— Yo quedar y cuidar a papi como prometí a papá.

El mayor asintió mirándolo por el retrovisor para continuar su camino a casa del menor de
los Jeon.

— Joonie es muy apegado a ti ¿No? — Dijo Taehyung acariciando el cabello del nombrado
quien se había recostado en su pecho.

— Algo así, antes era muy apegado a Namjoon, pero desde el incidente con ese tipo se ha
tomado la tarea de cuidarme — Contó — Al principio creímos que sería omega ya que su
aroma era algo dulzón, pero desde el día en el supermercado su aroma se volvió más fuerte y
su instinto sobreprotector comenzó a salir.

— ¿Eso quiere decir que lo más seguro es que se presente como alfa? — Pregunto el rubio por
lo que el mayor asintió.

— Eso parece, aunque es de esperarse, normalmente el primer hijo de un puro alfa es alfa
debido al fuerte linaje, aunque si no fuera alfa no nos importaría — Comento mientras
aparcaba el auto frente al departamento de Baek.
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— Bajaré a buscarlo, no me tardo — Aviso Taehyung saliendo del coche.

Y como dije unos minutos después volvió con el azabache a su lado riendo de algo que
seguro se estaban contando. Ambos subieron en los asientos traseros dejando al cachorro
justo en medio.

— Hola — Saludo animado el menor de los omegas — ¿Y Luhan?

— Él no pudo venir, su guardián no lo deja salir — Contesto Jimin — Creo que debería
sentirme ofendido que mi esposo me deje salir como si nada.

— Jimin, aunque Yoongi te pidiera que no salgas de casa harías lo que quisieras — Le dijo
Seokjin con obviedad.

— O sea sí, pero no quita que él lo intente — Trata de justificarse escuchando una risita por
parte de Baek.

Los omegas iban riendo y bromeando junto al pequeño Joonie hasta que por fin llegaron a la
tienda de cosas para bebés, en la entraba había un gran letrero de Baby's con un gran
biberón y una sonaja.

Al entrar Jimin decidió ir primero al área de recién nacidos para comprar un poco de ropita
para su cachorrito.

— Entonces será niño — Habla Baek mirando una sonaja haciéndola sonar.

— Si — Dice con una sonrisa el rubio — De hecho, mi suegro vino hace tres días para estar en
el nacimiento.

Taehyung caminaba por los estantes, pero se detuvo al ver un par de zapatitos blancos,
estos eran tan pequeños, sin darse cuenta los tomo entre sus manos observándolos, eran
realmente diminutos, ambos cabían en la palma de su mano sin problema.

— Son muy bonitos — Dijo una voz a sus espaldas.

— Si, lo son — Miro a Seokjin, para volver su vista a los zapatitos antes de dejarlos
nuevamente en su sitio.
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— ¿Vas a comprarle algo a Beomie? — El castaño asintió — Que te parece si vamos al área de
niños, a mí también me gustaría comprarle algunas cosas a Joonie — Asintió.

Así que mientras Seokjin y Taehyung estaban en el área de niños junto a Joonie quien
ayudaba a escoger cosas para su primo Beomgyu, Jimin compraba cosas para su cachorrito
y Baek hacia lo mismo, pero para Luhan quien no había podido ir, pero al ninguno saber el
sexo de su bebé compraron cosas unisex.

Las horas fueron pasando mientras ellos compraban cuando el móvil del omega castaño
comenzó a sonar, había recibiendo un mensaje de Jungkook donde le decía que la junta se
había alargado por lo cual no podría llegar a almorzar, pero que sin duda iría a la cena.

El omega no dudo en responderle que no pasaba nada y que entendía, así que decidieron
aprovechar e ir a comer en algún restaurante.

— ¡Pizza! — Dijo con emoción el pequeño Joonie cuando le preguntaron que quería comer.

— Yo lo apoyo — Agrego Baek seguido de Jimin.

— ¿Tú qué dices Tae? — Quiso saber su opinión.

— Me parece bien, hace mucho no como pizza.

— Entonces pizza será — Dijo con una sonrisa cuando termino de guardar las bolsas en el
maletero.

Todos se subieron al coche yendo directo a la dichosa pizzería la cual estaba a unas pocas
cuadras según el omega mayor, ya que esa era la pizzería favorita de Soobin, Jennie y
Joonie.

Y como era de esperarse a los pocos minutos habían llegado, entraron al restaurante
dejándose embriagar por el rico olor de las pizzas recién horneadas, eso les hizo agua la
boca.

Un joven omega los recibió con una sonrisa indicándoles una mesa disponible ya que el lugar
se veía algo lleno, pero tranquilo, al tomar asiento el joven les entrego el menú con variedad
de pizzas.
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Los omegas agradecieron, al final decidieron pedir una de pepperoni y la otra alemana, el
muchacho tomo su orden con una sonrisa mientras les dejaba un pequeño aperitivo en lo
que llegaba su orden.

El primero en tomar uno de los dichosos panecitos con canela fue Jimin quien alegaba estar
muriendo de hambre y que era su bebé el que le exigía alimento, en cambio Joonie decía
querer alimentar al pequeño bebé por lo cual le regaló sus panecitos a su tío.

Pero Seokjin le dio los suyos a su hijo diciendo que no tenía mucha hambre, aunque no era
verdad, sabía que a su cachorrito le encantaban esos aperitivos, pero era tan bueno que
prefería regalarlos.

No paso mucho tiempo cuando por fin llegaron las pizzas, ambas lucían y se veía realmente
deliciosas, por lo que no se hicieron esperar para probarlas.

— Mgh... Esto realmente está muy rico — Dijo Taehyung sintiendo cada sabor en su boca —
Sin duda le diré a Jungkook que debemos traer a Beomie a comer aquí.

— Tienes toda la razón cuñadito, le diré también a Chanyeol que me traiga a comer aquí — Le
dio otro mordisco a su rebanada de pizza.

— A Joonie gustar mucho la pizza — Dio un gran bocado manchando la puntita de su nariz
con salsa de tómate.

— Come despacio cariño o te dolerá la pancita después — Con una servilleta limpio la
manchita.

Todos parecían fascinados con aquellas pizzas, que al final terminaron más que satisfechos.

Todos decidieron pagar una parte de la cuenta para ser justos, una vez pagaron volvieron al
auto para volver a casa, realmente Taehyung ya quería volver para ver a su pequeño
cachorrito ya lo extrañaba y sentía extraño estar tanto tiempo lejos de él.

— Calculo que en dos horas o menos se ocultara el sol — Comento Seokjin mientras encendía
el coche — Primero llevaré a Jimin para que descanse, luego a Baek y por último a Taehyung.

— Tae puedo quedarme en tu casa y Chanyeol puede pasar por mi ahí, es que... No me gusta
quedarme solo.
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— Claro que sí, no necesitas preguntar, a Beomgyu le gustará verte ahí.

— Entonces te dejo en casa de Tae — El menor asintió antes las palabras de Seokjin.

Todos estuvieron de acuerdo por lo que el mayor puso el auto en marcha entrando a la
carretera, cuando nuevamente el móvil de Taehyung volvió a sonar está vez en un tono de
llamada al sacarlo noto que la pantalla decía "Mamá Jiwoo" sin dudarlo respondió al
instante.

— Bueno.

Jiwoo: Cariño quería comentarte que ocurrió un incidente con Beomie...

— ¿Qué pasó? ¿Beomgyu está bien? — Se sobresalto un poco llamando la atención de todos
en el auto.

Jiwoo: Tranquilo él está bien, simplemente estaba tan emocionado que accidentalmente
chocó con alguien manchando su ropa con helado, ya le dije que no pasaba nada, pero
continúa llorando, creí que sería bueno que hablaras con él.

Al escuchar eso el castaño soltó un suspiro un poco aliviado estaba algo tenso desde que se
separó de Beomgyu, pero se sentía tranquilo de saber que se encontraba bien.

— Claro, yo hablo con él — Unos segundos después se pudo escuchar un suave sollozo —
Beomie cariño, soy papi.

Beomie: Papi... Beomgyu fue malo porque mancho su ropa *Un nuevo sollozo se escuchó al
otro lado*

— Cariño, eso no tiene nada de malo, esas cosas suelen pasar y no por eso eres malo, eres el
niño más bueno — Otro hipido se escuchó — ¿Te estás divirtiendo en el parque?

Beomie: S-si...

— Entonces todo está bien, así que no debes llorar, a papi no le gusta escuchar que estás
llorando, me gusta escuchar tu risa y saber que estás feliz — El pequeño sorbe su naricita —
¿Prometes estar feliz?

Beomie: Si papi...
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— Ese es mi hijo, en un rato nos veremos y cenaremos con papá, él tuvo que alargar su
reunión, pero llegará a cenar.

Beomie: ¿Dónde estás papi?

El castaño miro a su alrededor mirando la carretera con algunos árboles en las orillas, a un
costado había un letrero por lo cual sabía que en unos treinta minutos ya debería estar en
casa.

— Estoy en la carretera Iksan, así que llegaré a casa pronto, cuídate mucho, obedece a tus
abuelos por favor y recuerda que un accidente no te hace una mala persona Beomie, te amo.

Beomie: Yo también te amo papi.

El pequeño le devolvió el móvil a su abuela Jiwoo un poco más calmado.

Jiwoo: Gracias Tae cariño, no te preocupes Young fue y le compro otra camisa.

— Muchas gracias, pronto estaré en casa.

Jiwoo: Nosotros calculamos una hora o hora y media para llegar a la casa.

— Me parece perfecto, nos vemos en la casa, Baek también estará.

Jiwoo: Muy bien, entonces nos vemos cariño.

— Adiós Jiwoo — Se despidió.

— ¡Adiós mamá! — Grito Baek para ser escuchado antes de que la llamada fuera cortada y
continúo jugando con el pequeño Joonie a caras y gestos.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Quiso saber Jimin.

Taehyung no dudo en contarles a sus amigos por las etapas difíciles que estaba pasando
Beomgyu debido a traumas que le habían quedado en su anterior adopción, sus padres
anteriores le exigían demasiado para su corta edad, por eso el pequeño cada vez que
cometía un error tenía miedo de ser rechazado o abandonado.

— Ay no te entiendo — Se quejo Baek al no saber de qué película estaba haciendo referencia

el pequeño.
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Cuando Seokjoon iba a volver hacer el mismo gesto un auto se atravesó en medio de la
carretera provocando que Seokjin tuviera que frenar para no estamparse conta el otro
coche, por reflejo colocó su brazo sobre el pecho de Jimin, pero gracias al cinturón no pasó
nada más que el susto, en cambio tanto Taehyung como Baek protegieron a Joonie quien se
había asustado por el repentino movimiento.

— ¿Están todos bien? ¿Joonie estás bien? — Pregunto asustado el azabache recibiendo
respuestas positivas de todos ya que llevaban los cinturones puestos.

— ¿Que fue eso?... — Pregunto Jimin llevando su vista al frente.

Su corazón latió con fuerza al notar que un par de hombres comenzaban a bajar de aquella
camioneta durango color negro de triple cabina, todo sucedió tan rápido cuando estos
comenzaron a forcejear las puertas con agresividad hasta abrirlas de cada lado, al primero
que lograron sacar fue a Seokjin quien tironeaba para que lo soltaran escuchando los gritos
de su cachorro.

— ¡No, papi! ¡No! — Sus lágrimas salieron con desesperación, esos hombres estaban
lastimando a su papi y él no podía hacer nada.

— ¡Suéltenme! — Trato de soltarse con todas sus fuerzas e ir por su pequeño, no soportaba
escucharlo de esa forma — ¡Seokjoon! — Pero era inútil.

El siguiente que fue sacado fue Jimin quien, aunque quiso poner resistencia no podía, tenía
que cuidar a su bebé.

— No te atrevas a tocarlo — Taehyung fue quien salió por su cuenta y no dudo en soltarle un
golpe al hombre que había tomado a Jimin, tenía miedo, claro que sí, pero no podía dejar a
Jimin solo, cuando pretendía volver atacar fue tomado por la espalda por alguien más.

Los gritos se escuchaban, Baek trataba de mantener a salvo a Joonie quien suplicaba que
dejarán a su papi, cada uno era tomado por un hombre a los cuales sus rostros nunca habían
visto en sus vidas, pero lo que estaban viviendo era como volver a una pesadilla al menos
para tres de ellos que sabían cómo se sentía esa sensación de que te arrebaten tu libertad.

— Suéltame — Los ojos de Baek brillaron naranjas y no dudo en morder la mano de quién lo
sujetaba.
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— Maldita perra — Un puñetazo lo dejo en el suelo por lo cual Seokjoon también cayó junto
con él, pero el pequeño fue levantado de un tirón haciéndolo gritar.

— No te atrevas a ponerle un dedo encima a mi hijo porque te mato — Gruñó Seokjin

poniendo sus ojos azules de la furia.

— Será mejor que cuides esa boquita — Le advirtió llevándose al cachorro hasta la
camioneta.

— ¿Que quieren de nosotros? — Pregunto Jimin al borde de las lágrimas, no quería, no otra
vez. El hombre que lo tenía jalo de el con brusquedad llevándolo a la camioneta haciéndolo
jadear de dolor.

— Eres un maldito no te das cuenta que está en estado, no lo puedes tratar así — Forcejeo
nuevamente Taehyung quien también estaba siendo arrastrado, por un momento se sintió
mejor de saber que Beomie se encontraba a salvo con sus abuelos.

Cuando la vista del castaño fue a parar a Baek noto que este era llevado en brazos
inconsciente y un hilo de sangre bajaba por su frente.

— ¡Baek! — Lo llamó una y otra vez, pero este simplemente nunca reaccionó.

Finalmente, a tirones todos fueron subidos a la camioneta, el hombre al volante encendió la

camioneta antes de hablar.

— ¿Que están esperando duérmanlos? — Ordenó.

— ¡No! Por favor... — Suplico Jimin desesperado — Se los ruego mi bebé... — Sus lágrimas
caían mostrando su desesperación.

— ¡Papi! — Grito Seokjoon cuando el hombre trato de colocarle un pañuelo blanco sobre su
rostro sus gritos eran desgarradores.

— No toques a mi hijo... — El alfa que lo tenía sin dudarlo aplicó el cloroformo provocando
que en segundos Seokjin perdiera en conocimiento.

— Papi... — Su rostro estaba rojo.

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Pero cuando nuevamente el rostro del pequeño iba ser cubierto con aquel pañuelo
Taehyung intervino.

— ¡Es un niño! Simplemente está asustado... — El pequeño seguía llorando llamando a su

papi el cual no daba respuesta alguna.

El conductor miro hacia atrás observando a cada uno de los individuos, los únicos
conscientes eran el rubio, el castaño y el mocoso.

— Te doy un minuto para callarlo — Advirtió — Amordaza al rubio ¡Pero ya!

Taehyung no dudo en tomar a Seokjoon entre sus brazos abrazándolo, aunque esté
forcejaba con todas sus fuerzas para ser soltado.

— Seokjoon cariño, por favor tienes que calmarte — Suplico en un susurro al borde del llanto
— Hazlo por tu papá Seokjin, si tú te calmas él estará bien... Te lo prometo, pronto estarás
con él... — Joonie no quería, pero trato, claro que lo hizo, porque confiaba en su tío Tae y él
solo quería estar con su papi.

Poco a poco su llanto se fue calmando, aunque aún seguía, el conductor dio la señal para
que amordazaran al pequeño antes de que Taehyung fuera víctima del cloroformo dejándolo
en una completa oscuridad, con una sensación bastante familiar.

El alfa había llegado a la empresa con la idea de que simplemente tendría una junta y podría
volver a su casa para pasarla con su familia, pero no, el vuelo de los inversionista se tenía que
haber retrasado.

Por lo cual con mucha pena tuvo que avisarle a su omega que no podría llegar almorzar
como tanto quería.

— Una disculpa señor Jeon, si hubiera sabido un poco antes no lo habría hecho venir tan
temprano — Se disculpa Yerim realmente apenada.

— Descuida, voy a aprovechar a terminar unos cuantos trabajos antes de que la junta
comience.
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Sin más se adentró a su oficina, un par de horas después se dejó caer en el respaldo de su
asiento algo cansado retiro sus anteojos tallando un poco sus ojos, al abrirlos se encontró
con una fotografía que reposaba en su escritorio en la cual se encontraba Tae, Beomgyu y él.

Realmente quería llegar a casa y abrazar a sus dos amores, pero tenía que aceptar que sentía
algo de ansiedad desde que había dejado la casa y su lobo parecía algo agitado.

— ¿Que te pasa? — Le pregunto a su animal interno.

El lobo daba vueltas como si estuviera alerta, tal vez era debido a que Evans estaría presente
en la junta, sabía que su lobo odiaba su presencia tanto como su parte humana.

Volvió a mirar la foto familiar notando sus sonrisas tan características de cada uno, cuando
estiró su mano para tocar la fotografía unos toques en la puerta lo hicieron que se
sobresaltara provocando que aquella foto caiga al suelo escuchando el abrupto sonido del
vidrio rompiéndose contra el piso.

Asustada la beta abrió la puerta sin esperar a que le dieran permiso, se sintió aliviada que su
jefe se encontrará bien.

— ¿Que ha pasado? — Quiso saber.

— No es nada, solo se me cayó la fotografía — El alfa pretendía recogerla, pero la chica lo

detuvo.

— Se puede cortar, yo me encargó — Se agachó para tomar la foto — Los inversionistas

llegarán en unos minutos, debería ir a la sala de juntas — Le sonrió por lo cual Jungkook
asintió poniéndose de pie.

— Te encargo que consigas otro porta retratos — Pidió antes de salir.

La chica tomo la fotografía mirándola, frunció el ceño al notar algo peculiar, por alguna
extraña razón los vidrios solo se habían agrietado en su mayor parte del lado donde estaba
Taehyung, pero seguramente era pura coincidencia, sin más se levantó llevándose la foto
consigo.

Jungkook iba rumbo al elevador mirando su móvil estaba dispuesto a marcarle a su omega
para avisarle que la junta empezaría en unos minutos y que sí llegará a la casa a cenar.
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Marco el número, pero este al instante la llamada no entro diciendo que se encontraba en
otra llamada, suspiro intentándolo, otra vez, pero volvió a ser rechazada.

El elevador nuevamente fue abierto dejando ver a la nueva presencia, una que hizo gruñir al
lobo de Jungkook.

— Vaya no esperaba encontrarte aquí — Dice una vez las puerta comienzan a cerrarse.

— Te recuerdo que está es mi empresa — Dijo con seriedad.

— Eso lo sé, me refería con eso que ya eres padre de familia — Sonríe cínicamente — Yo solo
digo que ahora es cuando deberías preocuparte y cuidar mejor a tu familia.

Jungkook lo miro con el ceño fruncido, pero cuando pretendía decirle algo las puertas se
abrieron y el primero en salir fue el francés.

Ambos llegaron a la sala de juntas donde los inversionistas ya se encontraban, el magnate

miro la hora en su móvil, pronto se ocultaría el sol, pensó en llamar nuevamente a Taehyung,
pero uno de los viejos alfa lo llama por lo cual sonrió entrando a la sala.

La junta dio inició, pero el alfa no prestaba atención suficiente, las palabras de Evans no
dejaban de rondarle como si supiera que había algo más detrás de esas simples palabras.

Los ojos de ambos se encontraron, el verde en los ojos del frances solo le trasmitían
desconfianza, su lobo se encontraba a la defensiva, era como si no hubiera nadie en aquella
sala más que el francés y él.

De pronto el sonido de un mensaje y la pantalla de su móvil siendo iluminada llamo su

atención, era un mensaje de Taehyung al abrirlo frunció el ceño, pero al mirar nuevamente al
extranjero de ojos verdes con una sonrisa se puso de pie saliendo de aquella sala de juntas
dejando a todos los presentes confundidos, menos a uno.

[Mensaje de Taehyung]
Debiste haber cuidado mejor a tu familia.

Realmente ni Jungkook sabe cómo lo hizo, pero había llegado a casa, entrando casi a
tropezones mientras subía las escaleras llamando a Beomie y a Taehyung, pero jamás
obtuvo respuesta.
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Primero reviso la habitación de su hijo la cual estaba completamente ordenada, pero sin
rastro del dueño, corrió a su propia habitación con la esperanza que su omega e hijo
estuvieran ahí tomando una siesta, pero al abrir solo se sintió el frío sin rastro de un alma.

Trato de marcar el número del castaño, pero la llamada era enviada directo a buzón, el
teléfono había sido apagado...

Sintió unas inmensas ganas de llorar al leer nuevamente el mensaje negándose a creer que
algo le podría pasar a ellos, cuando eran su vida entera, se quería derrumbar, pero su lobo
no lo dejo obligándolo a mantenerse fuerte. Tenían que buscar a su omega y cachorro.

Justo en ese momento el timbre sonó llamando su atención como pudo llegó a la puerta
encontrando a Namjoon y Yoongi quienes tenían la respiración agitada, los dos alfas al ver el
estado del menor supieron que ya sabía.

— ¿Cómo te enteraste? — Quiso saber Yoongi. Al instante Jungkook supo que Taehyung y su
hijo no eran los únicos en vueltos en esto.

— Me llegó un mensaje — Los tres alfas entraron a la casa.

— ¿A ti también? — Namjoon frunció el ceño.

— ¿De qué hablas?...

— A Namjoon también le llegó uno, pero creímos que solo a él, nuestros omegas estaban
juntos por eso me marco para avisarme de lo que había ocurrido, trate de comunicarme con
Jimin pero simplemente su teléfono está apagado.

— ¿Que dice tu mensaje? — Namjoon no dudo en mostrárselo.

[Mensaje de Seokjin]
Ya es hora de saldar las cuentas.

El gran magnate no entendía porque solo a ellos dos les había llegado un mensaje, si esto se
trataba de un secuestro ¿Porque Yoongi no había recibido nada?

— Hay que ir a la policía — Pero antes de que el menor pudiera dirigirse a la puerta fue
detenido por Yoongi quien negaba con la cabeza.
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— Ya fuimos, esos inútiles no piensan hacer nada hasta que no hayan pasado 72 horas, solo
así pueden considerarlos como secuestro — Dijo con rabia el más pálido.

— ¿72 horas? Para ese entonces lo único que encontrarán serán sus cuerpos y yo no estoy
dispuesto a ver los cuerpos de mi omega e hijo.

— ¿Y crees que nosotros sí? — Dijo enojado el rubio grisáceo — No solo tu omega e hijo están
ahí, también los míos y los de Yoongi.

— Así no vamos a resolver nada — Intervino el más bajó — Mi padre dijo que el llamara su
amigo que es detective y Hoseok dijo que también nos ayudará, pero discutir entre nosotros
no ayuda en nada.

Jungkook paso sus manos por su cabello con frustración queriendo romper todo a su
alrededor, lo que estaba sintiendo era la peor sensación de todas.

El timbre de la puerta llamo su atención sin dudarlo se dirigió a abrirla notando al alfa frente
a él.

— ¿Y Baek? ¿Él está bien? — Quiso saber abriéndose paso para entrar.

— ¿Chanyeol?

— Él me dijo que estaría aquí con Tae, pero mi lobo está inquieto, su lobo me llama — Su
respiración era algo pesada mientras pasaba su vista por cada rincón de la casa notando la
presencia de los dos alfas más — ¿Que está pasando aquí? — Quiso saber al sentir sus fuertes
aromas a enojo y frustración.

Ninguno encontraba las palabras correctas para decirle a Chanyeol lo que posiblemente
estaba pasando y eso estaba desesperando al alfa.

Jungkook no podía ni creer que no recordaba que su hermano también había ido a esa
dichosa salida, se sentía cada vez más al borde del colapso y la pena que su lobo también
estaba sintiendo, aunque tratara de mantenerse firme.

— ¿Dónde está Baek? — Exigió saber, sabía que no estaba en la casa, que ningún omega lo
estaba.
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— ¡No lo sabemos! — Sus lágrimas amenazaron, ya no le importaba si lo veían llorar, lo que

mas amaba en el mundo se lo habían quitado, le habían quitado a su familia.

— Fueron secuestrados — Contó Yoongi que, aunque parecía ser el más sereno por dentro se
estaba muriendo y su lobo aullaba llamando a su omega en estado, él también podía sentir
el miedo que corría por Jimin y era la tortura más grande.

Namjoon era el más frustrado sintiendo el lamento y miedo de su cachorro, pero lo que más
le preocupaba era no sentir con claridad a Seokjin, era una tortura.

— ¿Cómo están seguros de eso? — Quiso saber aun procesando las palabras, eso tenía que
ser una broma, pero al ver los estados de los alfas sabía que no lo era.

— Recibimos unos mensajes — Respondió Jungkook.

— ¿Y qué hacemos aquí? Tenemos que ir con la policía y mostrar la evidencia.

— Ya lo hicimos — Respondió frustrado en mayor de los alfas — Pero como el mensaje fue
enviado desde el número de la víctima no pueden tomarlo como secuestró hasta las 72
horas.

El alfa rubio castaño iba a decir algo cuando el móvil del pelinegro pálido sonó llamando la
atención de todos.

— Es mi padre... — Aviso antes de contestar la llamada y alejarse un poco para hablar con
más comodidad.

— No me pienso quedar aquí — Jungkook tomo las llaves de su coche — Avísenme si saben
algo.

— ¿A dónde vas? — Quiso saber su cuñado el cual fue ignorado y su única respuesta fue el
portazo de la puerta — Siempre es así de necio — Gruñó frustrado — Iré con él, en estos
momentos es capaz de todo.

Sin más salió de la casa para tratar de alcanzarlo, pero solo logro verlo alejarse en su auto,
suspiro fastidiado antes de montarse de igual forma en su coche y seguirlo.
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— ¿A dónde quieres ir? — Frunció el ceño al ver la ruta que estaba tomando el magnate, su
confusión se hizo aún más grande al ver el gran edificio de la empresa Jeon.

Al llegar estacionó su auto detrás del azabache el cual alcanzo a verlo entrar en las
instalaciones, ¿Porque había vuelto a la empresa?...

Jungkook estaba que echaba humo y sus ojos brillaban en un rojo tan vivo, su lobo también
estaba presente y al igual que él estaba furioso, los empleados se alejaban debido a su fuerte
aroma hasta los alfas se sentían sometidos y bajaban la cabeza.

Jungkook tomo el ascensor, pero justo en el momento que Chanyeol iba a detenerlo las
puertas se cerraron, el alfa no iba a permitir que nadie lo detenga tenía un solo objetivo.

Al llegar al piso solicitado las puertas volvieron abrirse y no dudo en dirigirse a aquella
oficina, sin previo aviso abrió la puerta con fuerza.

— ¿Oye que te pasa? — El francés se puso de pie al notar al alfa menor.

— ¿Dónde están? — Camino hasta él y con agresividad lo tomo por la camisa — ¿Dónde los
tienes? Y juro que si los lastimas no tendré piedad de ti — Una risa socarrona salió de su
garganta y se apartó con brusquedad para que Jungkook lo soltará.

— Estás loco, ¿cómo tienes el descaro de venir y amenazarme? — Sus ojos verdes se tornaron
rojos para demostrar que no se sentía intimidado.

— Se que fuiste tú, pase por alto mi accidente, pero te metiste con ellos ¿Dónde tienes a mi
familia? — Otra sonrisa apareció en sus labios y está vez parecía de burla.

— Yo no tengo la culpa de que no hayas podido cuidar de ellos y no puedes venir a culparme
de tu accidente y te recuerdo que he estado todo el día aquí — Se acercó hasta él quedando
frente a frente — Además no tienes pruebas de lo que dices, es tu palabra contra la mía.

Y la poca paciencia inexistente del magnate se acabó estampando su puño contra el rostro
del extranjero con agresividad, no espero a que esté pudiera responder proporcionándole
otro golpe estampándolo, contra el escritorio.
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Había llegado a su límite y su lobo estaba furioso por haberse atrevido a tocar a su familia. El
hombre se estaba dejando golpear y Jungkook no tenía intenciones de parar hasta que unos
brazos lo rodearon apartándolo.

— ¡Jungkook basta! — Chanyeol lo sostenía con fuerza, aunque era difícil debido a su fuerte
aroma que quería que su lobo bajara la cabeza.

— Suéltame, fue él quien se los llevó — Aseguró.

El francés se puso de pie escupiendo un poco de sangre, su rostro estaba con rastros de
sangre y golpes que seguro en unas horas se convertirían en hematomas.

— Pero golpeándolo no resolverás nada, piensa en Tae y Beomie — Al escuchar sus nombres
la fuerza de los forcejeos del azabache disminuyó.

— Te juro que encontraré pruebas y ese día te haré pagar con mis propias manos — Se soltó
con brusquedad del agarré de su cuñado para salir de esa oficina.

Nuevamente Chanyeol fue tras de él tomándolo por el brazo para detenerlo, Jungkook no
estaba bien.

— ¿Qué crees que estás haciendo?

— No te metas Chanyeol, no entiendes este sentimiento de impotencia, así que déjame

solo...

— Te equivocas, tú eres el que no lo sabe, yo estoy vinculado con un lazo a Baek y lo puedo
sentir, siento su miedo y es como si alguien te apuñalara una y otra vez, deja de tratarme
como tú enemigo porque no lo soy, te guste o no, soy el alfa de tu hermano.

Era verdad, pero el alfa no estaba aun de acuerdo en aceptarlo, por primera vez sintió tanta
envida ante el lazo de Chanyeol y Baek. Sin más dio media vuelta para salir de la empresa.

— ¿Qué es lo que sientes? — Quiso saber Jungkook una vez estuvieron fuera.

— Es confuso, siento su miedo, pero no es muy claro, es como si Baek no estuviera

consciente del todo y eso me preocupa.
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Finalmente, ambos volvieron a la casa donde se encontraban todos, al llegar pudieron sentir
la presión de nuevas personas, Hoseok, un hombre mayor el cual era el padre de Yoongi el
señor Kang y un beta con traje que por deducción era el detective.

— Jungkook — Namjoon se puso de pie al ver las manos manchadas de sangre del menor.

— Estoy bien, no es nada — Aseguró tomando asiento en uno de los sillones — ¿Han
averiguado algo?

— Mucho gusto mi nombre es Wonho — Anuncio para los recién llegados — Por lo que me
estuvieron comunicando, este caso de secuestro es con una historia trasfondo, que quiero
decir, que por los mensajes que ambos recibieron quiere decir que es algún tipo de
venganza.

— ¿Pero porque la policía no hace nada? — El hombre de cabello blanco sonrió.

— Aquel que dirige este circo y planeo todo esto se ve que tiene poder, yo trabajaba en la
policía antes, pero estos suelen tener una doble moral y pierden su ética cuando ven dinero,
por eso yo decidí volverme detective privado.

— Compraron a los policías... — Susurro Hoseok recibiendo una afirmación del detective —
No sería más fácil ofrecer una cantidad más grande.

— ¿Realmente confiarías en alguien que recibió dinero sucio? Esa gente en lugar de ayudarte
solo atrasaría el proceso de encontrar a las víctimas y corres el riesgo de que alguien informe
al líder de esto, en mi opinión la policía no es una opción.

— Tiene razón — Apoyo el señor Kang.

— Pero descuiden cuento con mi propio escuadrón de oficiales y son de confianza.

— ¿Entonces que sugiere?

— Denme todos los datos que crean que nos pueden ayudar, si alguien hablo con alguna de
las víctimas, los lugares por los cuales creen que pudieron pasar y lo más importante
¿Quiénes podrían ser los posibles culpables? Porque hasta este punto cualquiera podría
serlo.
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Las pequeñas entrevistas individuales fueron realizándose a cada alfa de la víctima, Wonho
anotaba cada dato sin dejar pasar nada, todas las versiones coincidían y solo dos alfas se
habían comunicado con sus omegas.

El primero fue Jungkook al avisarle a Taehyung que no llegaría almorzar, recibiendo una
respuesta positiva por lo cual el secuestro paso después y el segundo fue Chanyeol el cual
recibió un mensaje de Baek donde le decía que pronto llegarían y que lo recogiera en casa de
su hermano.

Todos eran datos importantes, pero hacía falta alguno más concreto que ayudará a saber al
menos una pista.

De pronto el sonido de la puerta siendo abierta con un par de llaves llamo la atención de
todos, Jungkook fue el primero en pararse alerta, con cuidado se fue acercando a la puerta
cuando está se abrió.

— ¡Papá! — Grito Beomgyu con felicidad al ver a su padre alfa, sin dudarlo corrió hasta él.

Jungkook no supo que hacer al ver a su pequeño correr hacia él, se dejó caer al piso de
rodillas recibiéndolo y aferrándose al pequeño, sus lágrimas comenzaron a bajar con
desesperación, pero también de alivió.

— ¿Porque lloras papá? — Quiso saber el rubiecito.

Los señores Jeon miraron a todos con confusión, no sabían que habría reunión familiar ni
nada por el estilo.

— ¿Que está pasando? — Pregunto Young, sintiendo el aura pesada.

El azabache se negaba a soltar a su hijo, por un momento había creído que lo había perdido y
aunque Taehyung aún estuviera desaparecido su lobo sentía tranquilidad por su cachorro.

— No llores papá — Pidió el pequeño tomando el rostro del mayor entre sus manitas — Papi
dice que es mejor cuando uno sonríe.

— Tienes razón — Trato de sonreír, aunque algunas lágrimas se escaparon en el proceso — Es

que papá extrañó mucho a Beomie.
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— Yo también te extrañé — Beso la mejilla del alfa — ¿Y papá? — Pregunto buscándolo con la
mirada.

El corazón de Jungkook se apretó al no tener una respuesta para su hijo.

— Él... Aún no vuelve... — La sonrisita del menor desapareció.

— ¿No?...

El alfa no quería que su pequeño sufriera, al menos no ahora.

— Oye Beomie ven con el tío Hobi, porque no me enseñas tu habitación — El rubiecito dudo
un poquito, pero al final termino aceptando, aunque Jungkook lo que menos quería era
separarse de él.

— En un rato subo contigo — Aseguró su padre dejando un beso en su frente.

El pelirrojo tomo al cachorro entre sus brazos llevándolo escaleras arriba, cuando ambos
cuerpos se perdieron Jiwoo no dudo en acercarse a su hijo, sabía que algo grave había
pasado para verlo de esa forma.

— Hijo, ¿qué está pasando? — Jungkook se refugió en los brazos de su madre como un niño
pequeño, la alfa no dudo en corresponder el abrazo.

— Se los llevaron — Dijo contra su cuello.

— ¿De qué hablas?

— Secuestraron a los omegas — Dijo el Señor Kang.

Mientras el magnate se reponía de toda la lluvia de emociones trataron de hacer un resumen

de lo ocurrido, ninguno de los señores Jeon lo podía creer y Jiwoo no se hizo esperar para
derramar unas cuantas lágrimas por sus dos pequeños, pues si, Baek y Tae eran sus
pequeños, aunque también estaba preocupada por los demás, sobre todo por Seokjoon que
solo era un niño.

— Yo creí que Beomgyu estaba con Tae — Confesó Jungkook.

— No, tu madre y yo quisimos llevarlo al parque de diversiones, por eso estuvo con nosotros
todo el día — Comento Young mientras abrazaba a su esposa.
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Wonho les dio un momento para que pudiera calmarse para hacerles un interrogatorio de
igual forma, mientras el azabache aviso que iría a ver a su hijo.

Y así fue, llegó a su habitación encontrándolo sentado en la cama junto a Hoseok, el pequeño
se abrazaba a Gyunnie, pero al sentir la presencia de su padre alzó la cabeza.

— Hoseok, ¿nos podrías dejar un rato solos? — La nariz de Jungkook se encontraba roja se
veía realmente afectado con la situación.

El pelirrojo asintió despidiéndose del menor antes de salir dejando padre e hijo solos.

— Es hora de ponerte la pijama — Trato de sonreír.

Beomgyu no dijo nada mientras era cambiado por ropa más ligera, pero el cachorro no era
tonto sabía que algo no está bien, pero no entendía porque nadie le quería decir la verdad.

Una vez listo el mayor lo tomo en brazos llevándolo a la habitación que compartía con su
omega, el cuarto se veía realmente solo y frío.

Jungkook también necesitaba cambiarse, dejo a su hijo en la cama para buscar una muda de
ropa más cómoda y lavo su rostro antes de volver con su cachorro quién miraba el piso.

— Papá... ¿Papi no va a volver?... — Pregunto mordiendo su pequeño labio evitando el llanto.

El cuerpo del alfa se tensó.

— ¿Porque dices eso?...

— Porque... — Cubrió sus ojitos con sus manitas — Beomie hizo algo malo y por eso papi no
volvió... Y ahora papá está triste por mi culpa... — Su llanto no se hizo esperar.

Jungkook lo tomo entre sus brazos sentándolo sobre sus piernas, sabía que no había razón
para terminar de ocultar la verdad a su hijo.

— Eso no es verdad, papi nunca nos dejaría...

— P-pero no está... — Su cuerpecito vibraba por el llanto.

— Beomgyu necesito que me escuches — Tomo sus manitas para que soltará su rostro —
Afuera hay gente mala y personas como esa alejaron a papi de nosotros y se llevaron a tus
tíos, pero te prometo que yo los traeré de vuelta — Dejo un beso en sus manitas.
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— ¿Pero... Cuándo?...

— No lo sé, en la sala hay un detective quien nos está ayudando, por ahora está hablando
con tus abuelos para obtener información ya que ellos hablaron por teléfono con papi.

Beomgyu miro a su papá al escuchar sus palabras y limpio un poco sus lágrimas.

— Yo sé — Aseguro.

— ¿Que sabes?

— Papi hablo conmigo y dijo que estaba por llegar a casa, pero no llego.

— ¿Te dijo dónde estaba? — El pequeño asintió.

Jungkook no perdió el tiempo poniéndose de pie para bajar las escaleras junto a su hijo, en
la sala Wonho se encontraba escuchando la versión de Jiwoo.

— Tae le dijo a Beomgyu dónde estaban la última vez que hablaron — Todos miraron al
pequeño quien estaba colgado del cuello de su padre.

— Se que están desesperados por encontrarlos, pero me es difícil tomar válido el testimonio
de un niño, ellos suelen confundir las cosas — Dijo Wonho al ver qué el cachorro cuando
mucho decía tener 5 años.

— Beomgyu está seguro — Su padre pretendía abogar por su hijo, pero Beomie se adelantó
molesto por el argumento de ese hombre.

— Yo recuerdo todo, papi dijo que estaba a treinta minutos de llegar a casa en la carretera
Iksan — Dijo seguro sorprendiendo a Wonho al no dudar ni titubear.

— Mi hijo tiene hipertimesia, le aseguro que su testimonio es el más creíble que el de todos —
Aseguro Jungkook.

Wonho soltó un suspiro, por primera vez en todas su vida laboral confiaría en el testimonio
de un niño, tomo su móvil llamando a alguien.

— Por favor envíen una unidad a revisar el perímetro de la carretera Iksan — Beomgyu sonrió
orgullo, él era un omega fuerte y ayudaría a qué su papi y familia regresen.
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por Srta_YoonTae

Un dolor punzante en su cabeza lo hizo quejarse mientras se incorporaba, tuvo que

parpadear un par de veces para acostumbrase a la luz.

Poco a poco su vista fue acoplándose, al desviar su vista escucho un sollozo por lo que
desvió su mirada encontrándose con Seokjin quien abrazaba a su pequeño cachorro.

La habitación en la que se encontraban estaba fría y no había ventana alguna solo una
puerta de metal. Taehyung se sentía mareado debía ser efectos secundarios del cloroformo.

— Seokjin... ¿Están bien?... ¿Dónde están Jimin y Baek? — El nombrado alzó la mirada.

— Estamos bien — Sorbió su nariz, Joonie se aferraba a su cuello sin querer soltarlo mientras
dormía — No lo sé... Cuando desperté solo estabas tú...

— ¿Qué hora es?... — Quiso saber, pero claramente era imposible.

— No lo sé, tal vez madrugada... Llevamos mucho tiempo aquí.

Taehyung se puso de pie tambaleándose un poco acercándose a la puerta para golpearla

con fuerza.

— ¡Jimin! ¡Baek! — Golpeó esperando respuesta, la cual no llegó.

Pateó la puerta tratando de abrirla, pero simplemente era inútil, sus nudillos comenzaron a
sangrar y sus lágrimas comenzaron a brotar, pero no por dolor físico si no emocional.

— Tae...

— Necesitamos salir... — Se sentó en el suelo junto a la puerta tirando de sus cabellos por la
frustración.

— Hay que confiar en nuestros alfas, yo sé que ellos nos sacarán de aquí — Aseguró.
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El omega castaño quería creer, pero Beomie y Jungkook pasaron por su mente y no puedo
evitar derrumbarse nuevamente.

El sol había salido ya y un nuevo día había llegado, aunque nadie había podido pegar el ojo.

La noche anterior los oficiales enviados por Wonho habían encontrado el auto del omega
Kim Seokjin en medio de la carretera Iksan justo como había dicho el pequeño cachorro, por
las marcas en el suelo no había dudas que se trataba de un secuestro.

El detective informo que por las marcas en el suelo dedujeron que el vehículo que se los
había llevado era una durango, aunque no sabía exactamente sus características.

Toda la noche un oficial trato de rastrear alguno de los teléfonos, pero simplemente se le era
complicado ya que se encontraban apagados.

Nadie quería descansar y no solo porque no podían, simplemente no lo harían hasta que
supieran que sus omegas estaban bien.

Después de que Hoseok escuchará sobre no poder rastrear los teléfonos se fue de la casa
frustrado, él estaba igual de mal, Taehyung era como su hermanito y no quería que nada le
pasará.

Eran como alrededor de las siete de la mañana cuando la puerta de la casa fue tocada,
Beomie fue abrir junto a su abuela.

El sonido de los pasos acercándose llamaron la atención de Jungkook por lo que alzó la vista
al escuchar lo que dijo su hijo.

— Tío Hobi, noona Lisa — El magnate se puso de pie caminando hasta la entrada de la sala
notando a la chica que una vez considero su mejor amiga.

— ¿Qué haces aquí? — Dijo serio — Mira este no es un buen momen...

— Se que aún no me perdonas y tal vez no me creas, pero vengo ayudar.

— Ya hay demasiadas personas ayudando.

— Jungkook, ella puede rastrear el móvil de Tae — Intervino el pelirrojo.

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El alfa miro a la chica no muy confiado, sabía lo buena que Lisa era mintiendo y lo que menos
quería era liderar con ella.

— Solo confía en mí, déjame demostrarte que estoy tratando de cambiar — No dijo nada —
No lo hagas por mí, hazlo por Taehyung.

Lisa estaba haciendo un esfuerzo y sabía que podía ayudar, aunque su lobo se oponía, ella
quería hacer las cosas bien y demostrar que podía ser una mejor persona, aunque el único
que creyera en ella fuera Hoseok.

— Espero no estés mintiendo — Le advirtió con dureza provocando que ella bajara la cabeza.

El padre de su cachorro la tomo por los hombros girándola a la sala donde se encontraba
una laptop con la cual estaban trabajando para hacer el rastreo.

Los señores Jeon estaban preocupados, pero decidieron que lo mejor sería llevar a Beomgyu
a su habitación y hacerlo descansar, no era sano para él estar en ese tipo de ambiente y
menos la falta de sueño.

— ¿Estás segura que puedes hacerlo? — Le pregunto Wonho después de que le explicarán
que ella podría rastrear uno de los teléfonos.

— Si, lo único que tengo que hacer es sincronizarlo con un dispositivo que este prendido y
podremos rastrear su ubicación sin problema — Explicaba mientras tecleaba la
computadora dejando aparecer varios códigos de letras y números que nadie entendía solo
ella al parecer.

Los minutos fueron pasando mientras la alfa continuaba colocando números y letras al azar,
con un USB lo conecto abriendo un programa el cual comenzó a formatear aquellos códigos
en una velocidad sorprendente.

— Listo, el móvil vinculado pertenece a...

No sabían cuánto tiempo había pasado tal vez horas no estaba seguros, Joonie no hacía
mucho había despertado con sus ojitos hinchados por haber llorado tanto.
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— Papi... Frío... — Seokjin trato de darle calor con su cuerpo.

Los gritos de Baek fueron lo que alerto a Taehyung poniéndose de pie frente a la puerta para
volver a insistir.

— ¡Baek! — De pronto la puerta comenzó hacer un ruido, de ese que hace el metal cuando es
retirado el candado.

El omega se apartó unos paso y el mayor se aferró a su cachorro cuando notaron la presencia
de unos hombres robustos, los cuales emanaba un asqueroso aroma alcohol.

— Buenos días a las zorritas — Lo primero que se escuchó fue un gruñido de parte de
Seokjoon — Y al rabioso — Agrego refiriéndose al cachorro.

Cada hombre comenzó acercarse a cada uno de ellos Taehyung retrocedió, pero fue tomado
por el brazo con brusquedad y los gritos de Joonie no se hicieron esperar cuando lo alejaron
de su papi.

— Joonie... Por favor, lo lastiman... — El pequeño se aferraba con fuerza a la mano de

Seokjin, pero fue obligado a soltarlo debido al dolor que le propiciaba aquel hombre al
jalarlo.

Los tres fueron arrastrados fuera de la habitación por un largo pasillo el cual los hacia
temblar de lo tenebroso que se veía, los llantos de Joonie hacían eco por el gran pasillo, pero
parecía que por más que gritaran nadie los podría escuchar.

Poco a poco fueron subiendo unas escaleras llegando a lo que parecía una casa, los muebles
estaban cubiertos por sábanas blancas y se podía respirar el polvo alrededor.

La casa se veía no muy grande pero espaciosa por la falta de muebles, finalmente llegaron a
una clase de salón donde se encontraban Jimin y Baek sujetados por un par de hombres, el
castaño trato de correr hacia ellos, pero fue sostenido por el cabello obligarlo a quedarse
quieto.

— Te recomiendo que no te muevas o la pagarás caro y no me gustaría golpear ese bello

rostro — Taehyung jadeo de dolor y asco al sentir el aliento de ese hombre.
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Cuando fue soltado su vista volvió a su amigo y cuñado el cual tenía un hematoma en el
pómulo derecho y el labio sangrando, al parecer había tratado de poner resistencia.

— Baek... — Sintió ganas de llorar al verlo en ese estado.

— Con que así se llama — Dijo el hombre que lo sostenía — Es todo un salvaje, ¿será igual en
la cama? Me llena de curiosidad — Un sollozo escapó de sus labios al sentir la lengua en su
cuello cerca de su marca, sentía asco no quería que lo tocará.

— Ya déjalo lo asustas — Río el otro hombre que sostenía a Jimin — Aunque tengo que
aceptar que este también es muy lindo — La respiración de Jimin se aceleró cuando la mano
de este comenzó a tocar su muslo cerca de su intimidad.

— Por favor basta... — Suplicó.

— Lástima que estás en cinta — Se alejo.

De pronto unos tacones comenzaron a resonar y una figura conocida se hizo presente
helándoles la sangre, su aroma a lavanda y jazmín dejaba relucir su rango de omega.

— Cuánto tiempo sin vernos — Dijo con una sonrisa, su vista se desvió directo al mayor de los
omegas — ¿Sorprendido Seokjin? Cómo siempre causando problemas, pero te olvidas de
cuánto poder tengo.

— ...Park Jihyo.

Los únicos que reconocen el nombre son Jungkook, el señor Kang y Namjoon, quienes
habían sido parte de aquella subasta hace 2 años, pero el último es el más afectado.

— No puede ser... Ella está en la cárcel — Su cuerpo tembló.

— Pues parece que fue liberada, porque es el único teléfono que logré sincronizar — Explico
Lisa.

Namjoon negó sujetando su rostro, todo estaba teniendo sentido ahora, el balde de agua
helada le estaba cayendo encima.

— ¿Que ocurre Nam? — Yoongi fue el primero en acercarse.

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— Es mi culpa... — Susurro al borde de las lágrimas.

— ¿De qué hablas? — Quiso saber Jungkook.

— ¡Yo fui!... Todo esté secuestro es mi culpa... — Solo podía pensar en su hijo y esposo — Fui
yo quien la denunció, por mí la policía supo sobre su subasta de omegas... Lo siento...

— No es tu culpa — Lo consoló el señor Kang — Hiciste lo correcto, ayudaste a muchos

omegas, nunca creíste que las cosas saldrían de esta forma.

— Hay que encontrarlos pronto — Volvió hablar Yoongi, ahora más preocupado, Jimin le
había contado lo mal que la había pasado ahí, recordando las pesadilla que tenía de ese
lugar, su omega no podía estar ahí.

Lisa volvió su vista al monitor soltando una maldición llamando la atención de todos.

— ¿Qué pasa? — Hoseok se sentó a su lado.

— El teléfono no tiene GPS, no puedo rastrearlo en su ubicación actual.

— ¿Y no puedes hacer algo más? — Jungkook se sentó a su otro lado para mirar la pantalla,
su cercanía la puso nerviosa al igual que su fuerte aroma que alteraba a su lobo.

— Yo... Puedo rastrearla... La última vez que utilizó su móvil... — Trago grueso sintiendo el
temblor en sus manos por la ansiedad de su lobo pidiendo por el alfa.

— Pues hazlo. — Exigió.

— Hey Jungkook, entiendo que estés preocupado, pero no le hables así -— Intervino Hoseok
notando el posible ataque que podría sufrir la chica — Sera mejor que te alejes y la dejes
trabajar, te recuerdo que está embarazada.

Con frustración se apartó masajeando sus sienes, por fin Lisa pudo respirar más tranquila
agradecida con Hoseok, después de recuperar un poco su estabilidad volvió a teclear en la
computadora, los minutos se le estaba haciendo eternos a todos, lo único que se escuchaba
era el sonido de las teclas.

— Lo he logrado — Sonrió la alfa — Sus coordenadas son casi a las afueras de Seúl — Explicó
abriendo un mapa en otra pestaña — Las únicas dos locaciones cerca son estas dos — Giro la
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pantalla mostrando el mapa — Parece que ambos terrenos pertenecen a ella y vaya que ha
invertido en ellos.

— Pues que estamos esperando — Jungkook estaba por tomar sus llaves cuando Wonho lo
detuvo.

— Chico las cosas no son así, con esta información ahora posiblemente encontramos sus
paraderos, así que enviaré dos unidades a cada ubicación y ustedes se quedarán aquí —
Ordeno lo último.

— Yo no pienso quedarme aquí — Frunció el ceño, para el detective era fácil decirlo porque
no era su pareja el que podría estar corriendo peligro de muerte.

— Jungkook, el detective tiene razón — Se acercó Chanyeol colocándose junto al oficial que
acompañaba a Wonho.

— No puedes hablar en serio — Jungkook lo miro con molestia — Hagan lo que quieran —
Cuando el azabache trato de avanzar a la puerta su cuñado lo tomo por el brazo.

De un movimiento el alfa mayor golpeó a Chanyeol haciéndolo tambalear, pero este no dudo
en responderle el golpe, Namjoon no dudo en tomar a Jungkook entre su brazos y Yoongi a
Chanyeol.

— Oficial será mejor que lo espose — Sugirió el rubio castaño quien tenía una mueca de dolor
debido al golpe que el magnate le había dado.

El detective dio la orden al uniformado y aunque el azabache forcejeo termino siendo

esposado contra el barandal de las escaleras. Lisa quiso intervenir, pero Hoseok negó, él
entendía el propósito de todo eso.

— Lo siento señor Jeon, pero no puede intervenir, prepararé las dos unidades, cualquier cosa
lo mantendré informado — Esas fueron sus últimas palabras antes de que abandonará la
casa junto a su oficial.

Jungkook miro con odio a Chanyeol quien limpiaba un poco de sangre que estaba en su
labio.
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— Por un momento creí que a ti también te importaba mi hermano, pero veo que era una
maldita mentira lo que me dijiste en la empresa — Una sonrisa se instaló en los labios de
Chanyeol— ¡Eres un imbécil!

— Tú eres el único imbécil aquí, realmente creíste que te dejarían ayudar a rescatarlos —
Metió la mano en su bolsillo sacando una llave — Siempre tan impulsivo, a veces me
preguntó cómo es que eres el jefe de una gran empresa.

Se acercó introduciendo la llave en la cerradura de las esposas y con un giro estás se

abrieron al instante, Jungkook se veía confundido.

— Nunca te mentí y por esa razón tenemos que ir por ellos, Baek está sufriendo y no pienso
quedarme aquí sin hacer nada — Dijo seguro.

— Pero ¿cómo sabrán cual es la ubicación real? — Pregunto Hoseok.

— Por nuestros lazos — Hablo Yoongi — Si nos encontramos a una distancia razonable
podremos sentirlos con más claridad.

Sin duda recuperarían a sus familias...

— ¿Qué quieres de nosotros? — Exigió saber Taehyung.

— Que me devuelvan todo lo que perdí — Frunció el ceño con enojo.

— Nosotros no hicimos nada — Aseguro Jimin. Baek no comprendía nada ¿La conocían?

— Ustedes no, pero él si — Apunto a Seokjin — Por su culpa perdí mi negocio y estuve un año
en la cárcel encerrada ¿Seguro te preguntarás cómo obtuve esa información si tú estúpido
alfa denunció de forma anónima? — Suspiro — Bien, él no es el único con buenas fuentes —
Volvió a sonreír.

— ¡Pero ellos no tienen nada que ver! — Forcejeo.

— Tienes razón, pero necesito recuperar el dinero que no estuve ganando por tu culpa y
bueno sabes que soy una mujer de negocios.
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Camino por todo el salón mirando a cada uno, primero se dirigió a Baek quedando frente a él
inspeccionando su rostro.

— Vaya vaya, así que tú eres el rostro nuevo, sin duda eres el más inocente aquí — Hizo un
falso puchero — Pero eres realmente bello sin duda podré ganar mucho dinero contigo en mi
nuevo burdel.

— No lo toques — Gruñó Taehyung.

— Silencio, aún no llego contigo — Soltó el rostro de Baek para continuar su camino con el
rubio — Park Jimin, veo que no te fue tan mal, claramente no me sirves estando en ese
estado, sabes que solo doy omegas de calidad, pero tú simplemente ya no lo eres, pero ese
pequeño sí que va a ser una mina de oro.

— Ni se te ocurra ponerle una mano encima...

— Oye, te estoy haciendo un favor, me entregas a tu hijo y puedes ser libré, eres joven y
puedes tener más hijos no te preocupes — Palmeó con fuerza la mejilla de Jimin dejando una
marca roja en esta.

Su mirada viajo hasta el castaño con una sonrisa, una que lo hizo sentir escalofríos con cada
paso que daba.

— Mi querido Kim Taehyung, como siempre nunca me decepcionas la primera vez me hiciste
ganar mucho dinero y está vez también.

— ¿De qué hablas?... — Jihyo simplemente volvió a sonreír para continuar con su camino.

— Y ahora tu Kim Seokjin — Su sonrisa desapareció — A ti te haré sufrir todo lo que yo sufrí en
el momento que me arrebataste todo mi imperio — Golpeó su mejilla con fuerza.

— ¡No, papi! — Grito el pequeño cachorro llamando la atención de la mujer.

— Mira que tenemos aquí — Chasqueo sus dedos para que acercarán al pequeño a ella — Que
te parece, ¿tu hijo por lo que me hiciste?

— Por favor, él no... Hazme lo que quieras a mí, pero déjalo a él... — Suplico entre lágrimas el
omega escuchando el llanto de su hijo.
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— Suéltalo, es solo un niño — Forcejeo Taehyung para que lo suelten, pero era inútil, Baek y
Jimin también pelearon.

— ¡SILENCIO! ¡Las órdenes aquí las doy yo! Amordácenlos. — Dio la orden que al instante fue
acatada.

Sus perros falderos amordazaron sus bocas, ellos trataron de evitarlo, pero fue inútil,
terminaron amarrándolos, hasta de las manos para luego sentarlos a los tres juntos en el
suelo.

— En que estaba — Fingió pensar — ¡Así! El niño.

— ¡Papi! ¡No! ¡No! No quiero...

— Jihyo, por favor...

La mujer bajo al niño tomándolo del brazo con fuerza para que no se vaya, la cara del omega
era de desesperación por su cachorro y ella lo noto sintiendo tanta satisfacción.

— Muy bien, te daré una oportunidad, quiero que te hinques y supliques por la vida de tu
hijo, si no me convences Chung le romperá su hermoso cuellito frente a ti — Su sonrisa era lo
más grotesco — 1...

— ¡Lo haré!

— No, papi... — Seokjoon miraba con desesperación a su progenitor, no le gustaba verlo así,
trato de soltarse, pero la mujer clavaba sus uñas en el bracito del pequeño provocando que
su llanto aumentará.

Seokjin miro a su hijo tratando de sonreírle para hacerle saber que estaría bien y que
siempre lo iba a proteger, bajo la mirada y se fue hincando hasta que sus rodillas tocaron el
piso, solo hasta ese momento el hombre que lo sujetaba lo soltó, sin duda Jihyo lo estaba
disfrutando.

— Por favor... Te suplico que no lo lastimes — Apretó sus puños — Asumiré toda la culpa,
pero él no tiene nada que ver, por favor... Aceptaré cualquier castigo.
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Bien dicen que el amor de un padre supera cualquier cosa y la omega sin duda se estaba
aprovechando del dolor y desesperación de un padre para su beneficio.

Una gran sonrisa se instaló en su rostro en el momento que el azabache levantó la mirado
con lágrimas en los ojos.

— Tienes talento, hasta por un momento me conmoviste — Hizo un puchero fingido — Muy
bien, seré considerada y no lo mataré... Frente a ti, Chung. — Dio la orden.

— ¡No! — Trato de levantarse Seokjin pero fue detenido por unos brazos, lucho, pero era
inútil.

Los chicos trataban de gritar, pero sus gritos no podían ser escuchados debido a la mordaza
en su boca, los gritos de Seokjoon eran una tortura para su padre y tíos quienes también
lloraban de desesperación por no poder hacer nada.

Un grito de dolor hizo gruñir a Jihyo en el momento que los dientitos del cachorro se
clavaron en la piel de su mano.

Con furia la mujer abofeteó con fuerza al menor haciéndolo caer contra el suelo avivando
aún más su fuerte llanto y gemidos de dolor.

— ¡Basta! ¡Déjalo!... — Lloro el azabache sintiendo su sangre hervir al ver cómo levantaba a
su hijo de brazo y tiraba de sus cabellitos castaños — ¡Eres una maldita y cobarde! Y te juro
que lo vas a pagar por cada lágrima de mi hijo.

— Tienes muchas agallas para hablarme de esa forma cuando la vida de todos ustedes está
en mis manos — La sangre corría por su mano donde se encontraba la mordida que le había
propiciado el cachorro.

— P-papi... — Su cuerpecito temblaba, pero ya no era consciente si era por el dolor físico o el
de ver a su padre omega, su garganta dolía de tanto gritar y su respiración era cada vez más
pesada por las lágrimas.

— ¡Ya basta! — Lo sacudió la mujer — Me tienen harta y tú, mocoso acabas de esfumar toda
mi amabilidad y tú padre lo va a pagar — Hizo un movimiento de cabeza y todos los hombres
de la habitación se posicionaron a los lados de Seokjin — Y tú serás testigo, para que te des
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cuenta que tan inútil eres y no pudiste cuidar de tu padre — Tomo su rostro con brusquedad
obligándolo a mirar lo que ocurriría frente a él.

Taehyung trato de soltarse con desesperación sus muñecas habían comenzado a sangrar de
la fuerza con la que las sogas lo quemaban, Baek por su lado trataba de cambiar a su forma
de lobo, pero este no respondía estaba asustado y solo quería a su alfa lo necesitaba, se
sentía desprotegido.

Pero la atención de los dos anteriores fue llamada ante el jadeo de Jimin y su respiración
agitada notando como en el suelo aparecía un charco salir de su entrepierna alarmándolos.

— Háganle lo que ustedes gusten — Informo la mujer.

— Joonie, mi amor, cierra los ojos... — Suplicando, con dificultad el cachorro negó, pero
finalmente los cerro.

Entre los cuatro hombres tomaron a Seokjin tratando de arrancarle cada una de sus prendas
con agresividad, el omega pataleaba y trataba de ser soltado ante los gritos de
desesperación de su hijo.

Su ropa era desgarrada mientras los hombres lo golpeaban para que dejara de moverse
tanto y lastimarlos.

— Vamos, mira lo que ocasionaste — Susurro Jihyo en el oído del menor, con lentitud sus
ojitos se fueron abriendo horrorizado por aquella imagen, su corazoncito latía con fuerza.

— ¡No, papi!

De un momento a otro Taehyung logro soltarse, para desatar a Baek, pero antes de poder
ayudar a Jimin escucho el grito de Joonie y corrió en su ayuda golpeando a la mujer
ocasionando que está cayera soltando al menor, eso llamo la atención de los hombres y dos
de ellos trataron de tomar al castaño.

Seokjoon corrió aventándose sobre el cuerpo de su padre que estaba en el suelo con
intención de protegerlo gruñendo al escuchar las risas de los hombres que continuaban
parados junto a su padre omega.
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Un golpe en el vientre fue lo que recibió arrebatándole, el aire haciéndolo caer con
brusquedad, sus ojos titilaban de azul a verde y marrón, sentía que la vida se le escapaba de
las manos, estando en el suelo pudo notar como Baek trataba de socorrer a Jimin quien se
quejaba y respiraba con dificultad llorando, por otro lado está Seokjin casi inconsciente con
sangre saliendo de su nariz con su pequeño aferrado a su cuerpo llorando y gritando por él.

Sus párpados se sentían pesados en el momento justo que la puerta fue abierta con
brusquedad, tal vez estaba comenzando alucinar, en el momento que vio a Jungkook, sintió
ganas de llorar, al menos iba poder verlo por última vez, aunque solo sea producto de su
imaginación.

Tras el alfa aparecieron Yoongi, Namjoon y Chanyeol con las respiraciones agitadas, la rabia
consumió el cuerpo de cada uno al ver tal atroz escena, dos pares de ojos brillaron en un rojo
vivo, mientras los otros en dorado, los alfas no dudarían en dar pelea.

Namjoon fue el primero en tomar la delantera al escuchar el llanto desesperado de su hijo al

verlo, sin dudarlo se enfrentó a los dos junto a su familia, Yoongi socorrió a Jimin al verlo
jadear de dolor, sin dudarlo lo tomo entre sus brazos para llévalo de emergencia a un
hospital pidiéndole a la luna que puedan llegar al hospital y que estén bien ambos.

— Y-yoon.. gi... — Jadeó con dolor su frente sudaba frío — Perdón... N-nuestro... bebé — Otro
jadeo lo abandono haciendo una mueca.

— No digas nada, por favor estarán bien, solo aguanta un poco — Suplico casi al borde de las
lágrimas el alfa cuando recostó a su omega en los asientos traseros de su auto.

Por otro lado, tanto Jungkook como Chanyeol golpeaban a los hombres que les impedían el
paso para acercarse a sus omegas, quejidos, gruñidos y sangre. Aprovechando la distracción
Jihyo se arrastró por el suelo ocultados tras unos muebles sacando su móvil y marcando un
número.

Baekhyun trato de ayudar a Taehyung quien poco a poco iba recobrando consciencia ante la
presencia de su alfa y su aroma que llenaba sus pulmones haciéndole saber que no era una
ilusión el realmente estaba ahí.
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Los cuerpos de aquellos hombres cayeron inconscientes al suelo con un sordo sonido, cada
alfa se acercó a su pareja tomándolos entre sus brazos.

— ¡Papá! — Lloro desconsolado el cachorro.

— Seokjin, Joonie... — Lloro el mayor — Lo siento, lo siento tanto...

— N-no... — Jadeo con dolor — No es tu.. culpa — Acaricio su rostro sabiendo que Namjoon
cumplió su promesa de que siempre estaría para protegerlo.

Chanyeol toma a baek entre sus brazos escuchándolo llorar, el joven omega sentía mucho
dolor en todo su cuerpo debido al abuso, pero no le importo porque se sentía seguro con el
aroma de su alfa.

— Chanyeol... Estaba asustado... — Sorbió su nariz.

— Tranquilo, ya estoy aquí — Beso su mejilla acariciando su cabello con suavidad para
trasmitirle fuerza.

Taehyung no se hizo esperar uniendo sus labios con los de Jungkook para asegurarse que lo
tenía frente a él, el beso fue cortado y suave, pero le trasmitió todo lo que necesitaba.

— Viniste... — Junto sus frentes sintiendo como los cabellos azabache de su alfa acariciaban
su nariz.

— Te dije que iba a venir a salvarte — Sus ojos se encontraron.

— ¿Y Beomie? Mi niño... ¿Cómo está? — Su ansiedad se hizo presente.

— Tranquilo, él está en casa esperando por ti — Le aseguro ayudándole a ponerse de pie.

Namjoon cargo entre sus brazos a su esposo e hijo quien se negaba a soltar a su padre
omega como si su vida dependiera de ello. Chanyeol aseguro estar bien, pero se mantuvo
cerca de su omega, por otro lado, Jungkook ayudaba a su omega a mantenerse de pie.

Escondida tras el mueble nerviosa por la situación, su móvil vibro y en la pantalla iluminaba
la llegada de un mensaje con una sola palabra:

"Mátalo"
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Jihyo apretó los labios tomando un suspiro, al final ya estaba acabada, así que tomo el arma
que escondía bajo ropa saliendo de su escondite apuntando a su objetivo y sin titubear
apretó el gatillo.

El fuerte sonido peculiar de la bala saliendo seguido de un grito desgarrador fue lo último
que escucho antes de salir corriendo al auto que la estaba esperando detrás de la casa.

A duras penas lograron llegar al hospital más cercano, Jimin no dejaba de jadear de dolor
sintiendo que en cualquier momento se terminaría desmayando.

Cuando llegaron Yoongi notó como lo que ahora empapaba la ropa en la entrepierna de su
esposo era sangre.

Cómo pudo entraron al hospital pidiendo por ayuda, un par de enfermeras al ver la escena
no dudaron en ir por una camilla para auxiliar al embarazado.

El pálido tenía tantas ganas de llorar, pero quiso mantenerse fuerte mientras se aferraba a la
mano de su amado diciéndole que todo estaría bien, que fuera fuerte, el alfa temía por la
vida de ambos, antes de llegar al quirófano una de las enfermeras le prohibió el paso.

Sin más Yoongi tuvo que soltar la mano de Jimin perdiéndolo de vista cuando las puertas
fueron cerradas frente a él, sin más no pudo soportarlo quebrándose en llanto al mirar sus
manos llenas de sangre.

Con dolor llamo a su padre indicándole en qué hospital se encontraban y que el rubio se
encontraba en quirófano en ese momento, su padre trato de calmarlo asegurando que
llegaría pronto.

El pálido no sabía que haría si algo le llegaba a pasar a Jimin o a su hijo, mediante su lazo
podía sentir el dolor de su omega, quien hacia esfuerzo cada determinado tiempo, los
minutos fueron pasando y cuando se dio cuenta su conexión se sentía débil.

Las puertas fueron abiertas con fuerza dejando ver toda la sangre que salía del dorso de
aquel chico que parecía más inconsciente que consciente.
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Nuevos enfermeros llegaron a socorrer a los nuevos pacientes, el alfa pálido al reconocerlos
camino hasta ellos haciéndose a un lado cuando la camilla se adentró por la misma puerta
por dónde habían llevado a Jimin y otra era llevada a una habitación disponible del hospital
con Seokjin y su cachorro.

— ¿Que paso? — Miro al omega llorar desconsolado aferrado a su cuñado quien también
lloraba.

— Trataron de dispararme, pero Chanyeol se interpuso recibiendo el balazo por mi — Explico

Jungkook quien tenía a ambos omegas entre sus brazos.

— J-jungkook... — Se aferró con fuerza a su hermano — Él no se puede morir...

— Tranquilo... Estará bien — Lo consoló el azabache aún sin poder creer que Chanyeol haya
dado su vida por él.

Dos horas habían pasado el señor Kang había llegado una hora y media atrás, le había
contado a su hijo que Wonho estaba furioso por lo irrespetuosos que habían sido al actuar
por cuenta propia y que luego hablaría seriamente con los alfas.

Ambos se encontraban en la sala de espera, Yoongi no podía parar de llorar siendo

consolado por su padre, el cual también temía por Jimin y su nieto.

Todavía no había noticia por ninguno, solo Seokjin ya estaba estable y descansaba en una
habitación junto a Joonie y Namjoon.

De pronto un doctor salió de la sala de quirófano con una bata blanca llamando la atención
de todos los presentes.

— Familiares de Park... Jimin.

Yoongi y el Señor Kang se pusieron de pie al instante acercándose al hombre.

— Yo soy su esposo ¿Cómo están? — Quiso saber de inmediato.

— El joven Park ya fue instalado en una habitación se encuentra bajo el efecto de los
sedantes. — Explicó.

— ¿Y mi hijo?... — Por un segundo tuvo miedo de saber la respuesta.

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— Lo tenemos en una incubadora, ya que el pequeño todavía estaba programado para dos
semanas lo haremos pasar ese tiempo en la incubadora como un modo de gestación
artificial.

— ¿Pero él está bien? — Necesitaba escucharlo.

— Si, es un cachorro fuerte y muy saludable — Sonrió el doctor y solo hasta ese momento
Yoongi pudo respirar.

— ¿Puedo verlos?

— Me temo que a su hijo no, pero puedo decirle a un enfermero que lo lleve a la habitación
del joven Park, solo tendrá que ser paciente posiblemente duerma un par de días debido a
toda la energía que agotó a la hora del parto — El alfa acepto dando las gracias antes de que
el médico se fuera.

Cuando contó la noticia a sus amigos sintieron un peso menos, Jimin y el bebé estaban bien,
solo hacía falta tener noticias sobre Chanyeol el cual al preguntar les dijeron que aún
continuaba en cirugía.

Un par de enfermeros se ofrecieron a curar las heridas de Baek, pero este se negó, no quería
que nadie lo tocará, su lobo estaba a la defensiva, al final Taehyung fue quien termino
desinfectando las heridas del menor.

Jungkook se apartó un poco llamando a sus padres para contarles que los habían rescatado
y que se encontraban en el hospital.

La tarde había llegado y nadie se movía de la sala de espera hasta que por fin las puertas del
quirófano se abrieron dejando ver a un médico con ropa quirúrgica manchada de sangre
quitándose sus lentes y cubre bocas.

— Familiares de Park Chanyeol... — Baek fue el primero en levantarse diciendo que él era su
alfa mostrando su marca en el cuello.

Jungkook y Taehyung se acercaron también para escuchar las palabras del médico sobre la
condición del alfa.
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— El joven Park perdió mucha sangre... — Comento — Por suerte la bala no perforó ningún
órgano, pero necesitamos de un donador de sangre tipo A+ ¿Alguno de ustedes tiene este
tipo de sangre o conoce de alguien?

— Yo soy A-... — Mordió su labio Baek.

— La mía es O — Confesó Taehyung.

— Yo lo haré — Hablo Jungkook llamando la atención de los menores — Mi tipo de sangre es

A+.

— Muy bien, entonces necesito que nos acompañen para hacer la pruebas y saber si ambos
son compatibles — El azabache asintió.

El magnate se fue minutos después junto a una enfermera la cual le haría la extracción de
sangre, media hora después volvió con ambos omegas, su hermano menor no dudo en
abrazarlo.

— Muchas gracias... — Lloro en sus brazos y Jungkook no dudo en corresponderlo.

Finalmente, horas más tarde el doctor volvió a salir dando la noticia de que la cirugía había
sido un éxito y el cuerpo de Chanyeol había aceptado de forma positiva la sangre de
Jungkook y que ahora se encontraba en una habitación recuperándose.

El doctor les recomendó que fueran a casa a descansar ya que este no despertaría hasta
mañana debido a la anestesia.

Aunque Baekhyun se negó a separarse de su alfa, al final lograron convencerlo de ir a casa

para que sus padres lo vieran ya que estaba muy preocupados y que aprovechará para darse
un baño y comer antes de volver al hospital.

Al final cuando volvieron a la casa Taehyung sintió su corazón latir con fuerza, solo habían
sido un día fuera de casa y lo había sentido como una eternidad y la peor tortura.

Jungkook lo tomo de la mano para darle fuerza. El sol ya se había ocultado así que las luces
de la casa estaban encendidas, con un poco de esfuerzo subió las escaleras hasta la puerta
de la casa.
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— ¿Seguro que estás bien? — Quiso saber Jungkook.

— Si, solo fue un golpe, necesito descansar eso es todo — Le regaló una sonrisa.

— Bien te dejare descansar por hoy, pero mañana iremos con Choi para que te haga un
chequeo completo — El omega no protesto.

Baek se les había adelantado así que ya había entrado a la casa, cuando ambos estuvieron
frente al marco de la puerta pudieron apreciar al omega entre los brazos de sus padres
quienes lloraban, era la primera vez que tanto Jungkook como Taehyung veían llorar al
señor Young.

Al alzar la mirada Jiwoo extendió su brazo invitando al castaño abrazándolo con fuerza.

— Cariño — Beso su cabello, el omega podía sentir su calidez y aroma tan protector, era
como estar en los brazos de su madre.

Unos minutos después unos pequeños pasitos se escucharon bajando a la planta baja.

— Papi... — Su voz retumbó en los oídos del nombrado, se apartó y al encontrarse con esos
ojos cristalizados no dudo en hincarse en el suelo abriendo sus brazos para recibir a su hijo.

— Beomie.. — El pequeño corrió a sus brazos dejando que las lágrimas salgan, su papi había
vuelto con él como su papá lo había prometido.

— Papi... Te extrañé mucho... — Lloro como nunca lo había hecho en su cortita vida — Creí
que no volverías...

— Lo siento tanto mi amor — Beso su pequeño rostro — Yo siempre volveré contigo y tu

papá, te lo prometo.

Jungkook se unió al abrazo, su familia por fin estaba junta otra vez, su lobo aulló por su
omega y cachorro, se sentía tranquilo de tenerlos nuevamente entre sus brazos.

Cuando sus llantos pararon y las muestras de cariño disminuyeron, decidieron que ya era
momento de descansar de aquel agitado día que tenía cansados a todos, después de una
ligera y breve merienda los tres subieron a la habitación, cada uno tomo un baño.
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Taehyung miro su cuerpo desnudo en el espejo dejando ver un par de hematomas a un

costado de su dorso, sus muñecas tenían sangre seca debido a las heridas que se había
propiciado el mismo al tratar de soltarse de las sogas, sus brazos tenían marcas de agarres,
sintió un leve mareo agarrándose del lavamanos, sus ojos parpadeaban azules y algo en su
interior dolió, estaba débil por todo lo ocurrido y su lobo era quien más lo estaba sintiendo.

Con algo de esfuerzo se dio una ducha limpiando su cuerpo, al terminar tomo el botiquín del
baño y colocó un par de vendas en sus muñecas y tomo un calmante antes de ponerse la
pijama y salir del cuarto de baño viendo tanto a Beomgyu como a Jungkook sentados en la
orilla de la cama esperándolo.

— Ya pueden parar con su guardia, estoy bien — Hablo acariciado el cabello de ambos.

— Iré a darme una ducha, mientras ustedes acomódense para dormir — El alfa se puso de pie
besando los labios de su amado de forma escasa y sacudir el rubio cabello de su cachorro.

Taehyung asintió antes de ver cómo se perdía el mayor en la otra habitación, su vista volvió a
su hijo sentándose en un lado de la cama subiendo sus largas piernas antes de palmear la
cama a su costado, Beomgyu no dudo en gatear y recostarse a su lado colocando su cabeza
en el vientre de su padre omega.

El castaño hizo una mueca de dolor, pero no dijo nada y solo se dedicó acariciar los suaves
cabellos dorados de su cachorro que tanto extraño y temió nunca poder volver a ver.

— Papi... Beomie fue un omega fuerte... — Dijo suavecito.

— Lo se cariño, tu padre me dijo que gracias a ti encontraron el auto de tío Seokjin — Siguió
dejando caricias en su cabello — Te lo dije, los omegas también podemos ser fuertes y tú
eres sin duda el más fuerte, gracias.

— Yo solo quería que papi volviera y papá prometió que iría por ti.

La habitación se sumió en un silencio relajante, en poco tiempo el pequeño había caído en

un sueño aferrado a su padre omega justo cuando Jungkook volvía sonriendo ante tal
escena.
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— ¿Se ha quedado dormido? — Pregunto el castaño al no poder ver su rostro por lo cual el
alfa asintió.

— No había podido dormir desde que desapareciste, estaba pendiente a la puerta esperando
a que llegarás — Contó y el corazón de Taehyung se apretó en su pecho.

El azabache se acostó del otro lado y con cuidado el omega se acomodó en la cama
cuidando no despertar a su hijo al moverlo y subirlo un poco para que quede en medio de
ambos adultos.

— ¿Mañana iremos a ver a Chanyeol? — Quiso saber el menor.

— Si, y después iremos a ver a Choi ya he hablado con él.

Por lo que sabían Seokjin y Joonie volverán a casa mañana y Jimin no puede recibir visitas a
menos que sean familiares directos o legales, así que no había caso de insistir, de todas
formas, Yoongi los mantendría avisados por cualquier cosa.

La pareja se miraba directamente a los ojos agradecidos de poder volver a mirarse de esa
forma una vez más, de sentir la cercanía del otro.

Se miraron por varios segundos sin decir ni una sola palabra, ambos entrelazaron sus dedos
sobre el cuerpo de su peque y juntaron sus frentes.

— Te amo. — Susurro el alfa.

— Te amo...

El primero en despertar fue Jungkook quien se dedicó a observar a su amado omega y a su

hijo quienes dormían plácidamente.

Los minutos fueron pasando y el segundo en despertar fue Taehyung encontrándose con los
ojos negros de su alfa.

— Buenos días — Le sonrió de forma adormilada el castaño.

— ¿Cómo te sientes? — Quiso saber acariciando su cabello.

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— Mucho mejor — Se apego aún más al cuerpo de su cachorro.

Poco después Beomgyu despertó por lo cual los tres se dieron un baño juntos, para después
vestirse y bajar a desayunar juntos ya que Baek y los señores Jeon estaba en el hospital junto
a Chanyeol.

Al terminar ellos también fueron rumbo al hospital, Taehyung le contó a Beomie que su
primito de parte de los Min ya había nacido y que Joonie ya se encontraba mejor en su casa
junto a sus padres, claro que omitió muchas cosas que pasaron durante el secuestro.

El cachorro estaba feliz y quería ir a visitarlo, sus padres le dijeron que lo harían en uno de
esos días, sabían que todo lo vivido debía ser traumante para el pequeño Seokjoon y no iba a
querer alejarse de Seokjin por nada.

El hospital estaba algo retirado ya que estaba casi a las afueras de Seúl, pero por fin llegaron,
al llegar a recepción dieron el nombre del paciente que pretendían visitar por lo cual el
recepcionista muy amable les dijo que ya había despertado y se encontraba en la habitación
8.

Los tres iban de la mano caminando por los planos pasillo, el pequeño miro asombrado todo
a su alrededor, sobre todo los hombres y mujeres con batas blancas hasta que llegaron a su
destino.

Tocaron la puerta antes de entrar encontrándose a Baek sentado junto a la camilla

platicando muy a gusto con su alfa quien estaba levemente sentado en la camilla mientras
era alimentado por su omega.

Los padres de los Jeon estaban a los pies de la camilla unidos en la conversación hasta que
su atención paso a los recién llegados.

— ¡Tío Chan! — Corrió el rubiecito hasta la camilla en la cual apenas su cabecita sobresalía —
¿Ya te sientes mejor?

— Hola — Lo saludo — Solo con un poco de dolor en su abdomen.

— Tu tío Chan fue un super héroe y salvo a tu papá Jungkook — Le contó Baek al pequeño el
cual abrió su boquita sorprendido y miro a sus padres los cuales asintieron.
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— Gracias tío Chan — El omega acaricio el cabello de su sobrino.

Unos minutos después los señores Jeon salieron a la cafetería a comprar algo y Beomgyu los
acompaño dejando solos a los cuatro.

— ¿Cómo te sientes? — Por primera vez Jungkook se atrevió hablar.

— Estoy bien, supe que fuiste tú quien donó la sangre para mí — Taehyung y Baek miraban la
escena esa era la primera conversación que tenían civilizada que tenía ese par.

— Es lo mínimo que podía hacer... — Unos segundos de silencio — Gracias por lo de ayer.

— Te dije que no soy tu enemigo — Jungkook sonrió recordando sus palabras.

— Tienes razón... — Tomo un respiro antes de continuar hablando y extendió su mano hacia
el rubio castaño — Creo que ya eres parte de la familia.

Baek y Taehyung lo miraron sorprendido, el magnate por fin había aceptado a Chanyeol y
estaban haciendo las paces, disimuladamente el menor de los omegas saco su móvil para
capturar ese momento.

— Gracias — Estrecho sus manos — Eso quiere decir que ahora te tengo que llamar cuñado o
hermano, con eso que tengo tu sangre — Bromeó.

— Ni lo sueñes, no hagas que me arrepienta de haberte donado de mi sangre — Ambos alfas

sonrieron justo en el momento que apareció un flashazo.

Los dos miraron a Baek quien sonreía en grande orgulloso de la fotografía que había
tomado.

— Este momento es tan icónico — El menor limpio sus dramáticas e invisibles lágrimas
acompañado de una risita de Tae.

Claro que era un momento icónico porque ambos lobos de los alfas habían bajado la cabeza
por el otro rompiendo toda rivalidad entre ellos creando un vínculo fuerte entre ellos.
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por Srta_YoonTae

La puerta corrediza de metal hizo eco llamando la atención de la omega.

— ¿Porque tardaste tanto? — Dijo furiosa.

Pero antes de que pudiera decir algo más fue tomada con brusquedad del cuello siendo
estampada contra las cajas.

— Eres una inútil, solo tenías un maldito trabajo — Hablo con brusquedad haciendo presión en
el cuello de Jihyo la cual comenzaba a toser por la falta de aire.

Su rostro comenzó a tornarse rojo mientras trataba de hacer que la soltará y finalmente lo hizo
haciéndola caer al suelo.

— No fue mi culpa, esos estúpidos alfas llegaron... — Masajeó su cuello tratando de regular su
respiración — Pero le dispare a uno.

— Exacto, pero ni siquiera fue el correcto — Bufó molesto.

La chica se puso de pie nuevamente con algo de dificultad sintiéndose aún algo mareada.

— ¿Entonces que vamos hacer? La policía nos va a encontrar — El hombre río.

— Te equivocas, te va a encontrar a ti, te recuerdo que todo lo hiciste tú — La apunto con su

dedo acusador.

— No me puedes dejar sola en esto, porque si la policía me agarra no creas que me quedaré
callada... — El sonido hizo eco en aquella bodega, él la había abofeteado.

— Que te quede claro Jihyo que en este juego de ajedrez tú eres un simple peón más y ¿sabes
que les pasa a los peones cuando ya no son requeridos? — Saco un arma de su ropa apuntando
directo a la mujer y sin dudarlo apretó el gatillo — Son sacados del tablero.
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Después de pasar unas horas con Chanyeol en el hospital, Taehyung y Jungkook tuvieron
que despedirse para ir al consultorio del doctor Choi, prefirieron que lo mejor era dejar a
Beomgyu al cuidado de los señores Jeon que pronto volverían a la casa, además sin contar
que el cachorro dijo que quería cuidar a su tío Chan por haber salvado a su papá.

Cuando llegaron al hospital fueron atendidos de inmediato ya que el beta ya los estaba
esperando, así que pasaron al consultorio sin problema.

— Buenos días, hace mucho no los veía — Los invito a sentarse.

— Buenos días — Saludaron ambos con una sonrisa.

El mayor estaba sorprendido había conocido de muchos años a Jeon pero jamás lo había
visto así de cómodo con alguien, recordó sus inicios y al final se dio cuenta que siempre tuvo
razón al creer que ellos estaban destinados.

Jungkook le había contado el día anterior por teléfono la situación que había vivido
Taehyung y la agresión que había recibido, al igual los problemas que tenía debido a su lobo
y lo mucho que le costaba sanar y recuperarse.

— Bien, primero te haré un examen oral y luego uno físico, aunque también me gustaría
tomarte una muestra de sangre — Informó mientras escribía unas cuantas cosas en su
computadora.

Taehyung se limitó a responder de forma afirmativa, su alfa lo tomo de la mano

entrelazando sus dedos para darle fuerza, ambos estaban nerviosos.

— ¿Desde cuándo tu lobo no te responde?

— Como un año después de que Jungkook y yo nos separamos — Explicó.

— ¿Cómo está tu celo desde que esto empezó?

— No he tenido ninguno desde ese momento.

— ¿Podrías hablarle a tu lobo? — Taehyung mordió su labio y finalmente trato de

concentrarse dejando que sus ojos parpadearan unos simples segundos.
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— Es todo lo que puedo hacer — Dijo con tristeza — Creí que al estar nuevamente con
Jungkook mi lobo volvería.

— Es lo más lógico — Anoto un par de cosas más — ¿Puedo ver tu marca? — Los ojos del
menor se abrieron.

— Yo... no tengo... — El doctor lo miró, para luego viajar su vista al alfa.

— ¿No lo marcaste antes de separarse? — Negó — No entiendo, entonces ¿porque tu lobo no

responde? Cuando dos destinados se separan el omega siempre es el que más sale afectado,
pero todo debió resolverse cuando volvieron a estar juntos — Explicó.

— Creo que yo puedo explicarlo — Dijo el castaño avergonzado — El día que deje a Jungkook,
yo... Rechace a mi lobo... ¿Eso podría ser una de las causas? — Choi callo unos segundos.

— Es un lazo quebrantado, pero eso no tendría por qué anular tu conexión con él — Se puso
de pie — Deja que te haga un examen físico.

Taehyung asintió poniéndose de pie justo en el momento que el beta le entregaba una bata
para que pudiera cambiarse.

— ¿Te molesta que se quede o prefieres que te espere afuera hasta que terminemos el
examen? — Claramente se refería a Jungkook.

— Está bien que se quedé — Contesto antes de entrar al cuarto de baño.

Mientras que el omega se cambiaba el doctor suspiro acercándose al alfa.

— Es bueno que hayas recapacitado — Palmeó su hombro.

— ¿En verdad no sabes que puede tener? — El doctor lo dudo un poco de contarle su teoría.
Suspiro.

— Jungkook, hace casi dos años cuando Taehyung era tu sumiso, yo le hice un examen
porque él creía estar en estado — El azabache se veía algo sorprendido, él no sabía nada
sobre eso — Los análisis diagnosticaron que Taehyung no puede tener un bebé porque es
una persona infértil.
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— Eso lo sé, él me lo había contado, pero no sabía que se había enterado de su infertilidad
porque creía que estaba embarazado de mí — Confesó aún sorprendido — Pero por lo que
tenía entendido era porque aún era muy joven — El doctor negó.

— Eso fue lo que yo le dije porque me sentía mal y no quería decirle la verdadera razón por la
que creía que había quedado infértil.

— ¿De qué hablas? — Frunció el ceño.

— Nunca hice un examen afondo porque tenía la esperanza que con el tiempo su fertilidad
volviera, pero creo que el motivo es debido a la gran cantidad de supresores que le hiciste
tomar cuando aún no era un omega maduro.

Sus palabras lo dejaron haciendo eco en su cabeza, tantas lágrimas que derramó Taehyung y
sufrimiento por no poder tener un hijo propio y él había sido el causante de todo ese dolor.

— Fui yo... — Susurro más para el mismo.

— No, Jungkook eso solo fue una teoría mía, puede que él si sea infértil por condición propia,
suele ser común en los omegas masculinos, pero no te preocupes con las pruebas que haré
deduciré cual es la verdadera razón.

Justo en ese instante Taehyung salió con la bata puesta, cuando los ojos de ambos se
encontraron el menor le sonrió cálidamente, Jungkook se sintió realmente mal consigo
mismo que terminó desviando la mirada, como podía estar con su omega ahora sabiendo
que su dolor y condición se la pudo ocasionar él.

El castaño lo miro confundido sin entender porque el mayor había actuado de esa forma,
pero no quiso tomarle mucha importancia y se acercó al doctor.

El examen físico comenzó en el cual, reviso su marcas y hematomas a causa de sus

agresores, el doctor pudo notar lo pálido de su piel y sus pupilas dilatadas, tenía un par de
ojeras y se veía bajo de peso, aunque el menor le comento que comía bien y también dormía
sus horas.

De vez en cuando Taehyung desviaba su mirada a su alfa, pero este parecía tener la mirada
perdida, como si algo le estuviera dando vueltas en su cabeza.
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Cuando finalmente terminaron Choi llamo a una enfermera para que tomara la muestra de
sangre, cuando la muestra fue tomada el menor volvió al cuarto de baño para cambiarse.

— Jungkook no lo pienses mucho — Tocó su hombro llamando su atención — Si te lo dije es

porque creo que mereces saberlo ahora que están juntos.

— ¿Y ahora como lo voy a mirar a la cara? — Se veía realmente afectado — ¿Cómo se lo voy a
decir?

— Tranquilo, mira los estudios ya se están haciendo, solo queda esperar, por el momento no
le digas nada no tiene caso que le digas si aún no estamos seguros.

— ¿Entonces para que me dijiste a mí?

— Porque eres mi amigo y creo que era justo que tú lo supieras de antemano por cualquier
cosa, es mejor que uno ya sea consiente antes de saber la verdad.

La puerta se volvió abrir dejando ver al castaño completamente vestido entregándole de

nuevo la bata al doctor antes de que los tres volvieran a tomar asiento.

— Bien, como este será un examen afondo se tomará su tiempo tener los resultados, pero yo
los mantendré al tanto apenas los tenga.

— Muchas gracias — Agradeció el omega.

Una vez salieron del consultorio Taehyung frunció el ceño, el alfa ya no sonreía de la misma
forma en la que lo hacía cuando llegaron, se veía tenso y distraído.

— ¿Esta todo bien? — Quiso saber cuándo volvieron al coche.

— ¿Eh?... Ah sí... — Trato de sonreír.

— ¿Estás seguro? Siento que estás algo distraído desde que comenzaron con el examen
físico.

— No me hagas caso, solo estoy preocupado por ti y como vayan a salir los estudios — Y en
parte no mentía, solo no decía la verdad completa.

— Yo también lo estoy, espero el doctor Choi sepa que tiene mi lobo — Estiró su mano para
tomar la de su alfa y le sonrió.
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Jungkook le devolvió la sonrisa sintiéndose la persona más hipócrita, él no tenía derecho a

estar a su lado si esos exámenes decían que él era el culpable, pero tampoco se sentía capaz
de alejarse de su omega.

¿Si él fuera el culpable, Taehyung aún querría estar con él?

— Tae... Tengo que decirte algo... — Lo miro.

No podía estar con él y mentirle.

— ¿Recuerdas que cuando decidimos estar juntos fue sin mentiras y secretos? — La sonrisa
del menor desapareció y en cambio su ceño se frunció.

— ¿Qué quieres decir?...

— Taehyung, en verdad te amo y sé que cometí muchos errores en mi pasado y te juro que si
pudiera cambiaría muchas cosas que dije o hice.

Por alguna razón el castaño se sintió ansioso y algo asustado, ¿que tenía que ver eso ahora?

— No te estoy entendiendo...

Jungkook se tomó unos segundos tomando las manos del menor, tal vez podría ser la última
vez que las pueda tocar.

— El doctor Choi me acaba de decir algo...

— ¿Que te dijo? — Su voz era firmé.

— Hay... Una posibilidad de que yo sea el culpable... de tu infertilidad... — El cuerpo del

omega se tensó al escuchar esas palabras.

— Pero... No — Negó con la cabeza — Eso no puede ser posible... — Sus ojos se cristalizaron.

— Yo en verdad lo siento mi amor, te juro que no creí que esto fuera a pasar — Se aferró con
fuerza a sus manos para que esté no las apartará.

Pero Taehyung no tenía ninguna intención de hacerlo, simplemente era duro para el
escuchar esas palabras y le eran difícil procesarlas.
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— ¿Él te lo dijo? — Limpio rápidamente una lágrima traicionera que bajo por su mejilla — ¿El
doctor Choi te dijo que tú fuiste el culpable?

— No... Pero dijo que es una posibilidad por los supresores que te hice tomar cuando
estuviste conmigo, con los exámenes que te realizaron hoy él sabrá la causa de tu infertilidad
— Taehyung volvió a negar.

— Entonces me niego, me niego a creer que es tu culpa — Sus lágrimas bajaban — Y si así
fuera no quiero saberlo, ya sufrí demasiado, solo quiero ser feliz contigo y Beomgyu, mi hijo,
porque yo ya tengo uno.

Jungkook sintió tanto pesar y tiro del menor envolviéndolo en sus brazos sintiendo su cálida
respiración contra su pecho.

— Yo también quiero ser feliz contigo y nuestro hijo — Beso su cabeza sintiendo el aroma a
frutillas de su shampoo — Lo siento... No te mereces nada de esto...

— Calla... No quiero escuchar más — Apretó con fuerza la ropa de su alfa — Yo ya tengo una
familia y nada ni nadie va a destruirla.

Ya no quería llorar, no más, solo quería que lo dejarán ser feliz y su única felicidad era su
familia, tal vez muchos creían que es tonto de su parte aferrarse a alguien que tanto daño le
hizo en un inicio, pero.... A veces para ver, nos hace falta oscuridad.

La noche era silenciosa y tranquila hasta que unos gritos se comenzaron a escuchar
despertando a ambos padres.

Seokjin fue el primero, pero al instante Namjoon también lo hizo, Seokjoon estaba en medio
de la cama gritando y llorando mientras se movía desesperado, repitiendo una y otra vez lo
mismo, la misma palabra "Papi".

Tres días habían pasado desde ese día y el pequeño cachorro no había podido dormir solo,
claramente sus padres lo entendían y lo dejaban dormir con ellos, pero siempre despertaba
de la misma forma en la madrugada.
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— Joonie — Lo llamó Seokjin para despertarlo — Aquí estoy — De pronto despertó

sobresaltado con el corazón a mil, entre la oscuridad movió su naricita buscando el aroma
de su papi.

Al encontrarlo se echó a sus brazos llorando de forma desconsolada y Seokjin no se pudo

quedar atrás, sentía tanto pesar de ver a su hijo de esa forma, que cada que cerraba los ojos
los abría gritando por él, a Namjoon no le gustaba verlos de esa forma le dolía en el alma.

— Tranquilos... — El alfa trato de abrazar a ambos, pero un gruñido lo hizo apartarse para
encender la luz de noche — Joonie soy yo — El pequeño al ver el rostro de su padre volvió a
esconderse en el pecho del omega.

— Joonie descuida es papá... — Trato de calmarlo al darse cuenta como se tensaba con la
cercanía de Namjoon — Papá no nos va hacer nada, recuerda papá siempre nos va a proteger
— Le aseguró.

Poco a poco el pequeño fue bajando la guardia aceptando que los abrazara una vez dio por
reconocido su aroma.

El rubio grisáceo se sintió confundido y algo herido, su hijo nunca le había gruñido, era como
si fuera un completo extraño para él, quería entender que lo que vivió no fue nada fácil para
Joonie, pero eso no quitaba que su lobo se sintiera dolido por el rechazo que le acababa de
dar su hijo.

Todo estaba mal, el castañito ya no podía jugar, no reía como lo hacía antes, su vocabulario
había disminuido, se mantenía alerta con cada sonido o aroma desconocido y no le gustaba
que nadie se acercara a Seokjin.

Y esa noche no fue la primera en la que el cachorro rechazo el tacto de su padre alfa, pero
poco a poco fue entendiendo que él no era un enemigo, pero seguía alerta.

Namjoon sentía que le había fallado a su familia, si tan solo hubiera hecho las cosas
distintas, pero él hubiera no existe.
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Los días habían pasado desde que Jimin había despertado, lo primero que tuvo fue un
ataque de ansiedad y pánico al creer que había perdido a su bebé, pero Yoongi estuvo ahí
para él.

Para ambos fue eterna la espera para tener a su pequeño en brazos, pero supieron ser
pacientes, el señor Kang estuvo con ellos todo el tiempo apoyándolos.

Pero por fin había llegado el día que tanto habían esperado, conocerían a su pequeño
cachorro.

— ¿Están nerviosos? — Pregunto el hombre mayor acariciando el cabello rubio de Jimin.

— Mucho, pero también estoy emocionado — Confesó Yoongi.

— No puedo esperar para tenerlo en mis brazos — El omega sentía la ansiedad de su lobo el
cual daba vueltas y vueltas.

Cuando el chirrido de la puerta se escuchó los tres dirigieron su vista notando a una chica
con uniforme rosa la cual parecía ser una enfermera y entre sus brazos traía algo envuelto en
una cobija de color amarillo.

El corazón de la pareja latió con fuerza al escuchar un pequeño quejido y mediante su lazo
compartido sintieron a su pequeño.

— Buenos días, aquí está su cachorro — Anuncio inclinándose un poco para entregarle el
bebé al omega.

Las lágrimas de Jimin no se hicieron esperar cuando sitio la calidez en sus brazos, cuando la
mujer se apartó Yoongi se acercó corriendo para ver a su hijo, era tan pequeño.

— Por un momento creí que sería rubio... — Confesó el más pálido con un pequeño puchero
al ver el negro azabache en el cabellito de su cachorro.

Yoongi realmente quería que fuera una mini copia de Jimin, pero para su sorpresa era lo
contrario, de hecho, era exactamente igual a él cuando era bebé, su cabello era escaso, pero
se lograba notar lo oscuro de este, su piel era tan blanca como la suya y sus pequeños ojitos
tenía ese toque felino.
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— Es tan... Frágil — Sonrió el menor tocando con suavidad la mejilla regordeta de su hijo con
su dedo índice.

— Mi hijo — Yoongi acarició su manita por lo cual el pequeño tomo el dedo de su padre con
su manita mientras su boquita se abría y cerraba como si fuera un pececito fuera del agua.

— Nuestro Yoongi, nuestro — Le recordó negando de forma divertida.

El señor Kang se mantenía a una cierta distancia apreciando la bella imagen de su hijo, yerno
y nieto, se sintió tan feliz por ellos.

— ¿Y ya pensaron como se llamará este pequeño?

Jimin miro a su pequeño cachorro y sonrió, claro que tenía un nombre para él.

— Jihyun, Min Jihyun — Miro al señor Kang quien se veía realmente sorprendido por la
elección de nombre — Como el hombre que me dio una segunda oportunidad de tener una
familia y al que le debo mucho — Los ojos del hombre se cristalizaron.

— Eres un gran muchacho Jimin — No puedo evitarlo derramando una lágrima — ¿Pero
Yoongi tú estás de acuerdo?...

— Claro que sí, gracias a ti nos conocimos y te lo agradezco padre.

Unos minutos después por primera vez el alfa pálido sostuvo a su pequeño en brazos, sintió
miedo al principio, tenía miedo de no sostenerlo bien o que fuera a lastimarlo, pero Jimin
estuvo a su lado para ayudarlo.

Yoongi dejo un pequeño beso sobre la frente del pequeño y al mirarlo el pequeño hizo un
movimiento repentino asustado al alfa y eso hizo reír a el rubio.

— Tiene hipo — El pelinegro casi llora por lo lindo que se veía su hijo con ese repentino
ataque de hipo.

Ambos lobos descansaban tranquilos, su pequeño cachorro por fin estaba con ellos y la
sensación era mejor de lo que imaginaron.

— ¡Basta!... ¡Papi ayuda! — Gritaba el pequeño rubiecito tratando de escapar.

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El omega castaño miro a su pequeño recostado sobre la cama con la camisa levantada y
Jungkook con su cara en su redonda pancita, otro grito de auxilio acompañada de una
carcajada hizo negar a Tae con la cabeza.

— ¡Me comen! ¡AAAH! — El alfa alzó la cabeza mirando a su hijo fingiendo morir.

— Te estás juntando mucho con tu tío Baek ehh... — Volvió hacerle costillas con su boca y
nariz.

— ¡Papá! Ya... — Pidió con la respiración agitada de tanto reír.

Al escuchar otro grito Taehyung rodó los ojos dirigiéndose a la cama para brincar sobre la
espalda de su alfa.

— No te comas a mi bebé — Lo abrazó mordiendo levemente su mejilla provocando que el

mayor rodará por la cama para bajarlo de su espalda.

Al rodar Beomie quedó libre parándose sobre la cama, Taehyung soltó su alfa escurriéndose
entre sus brazos para no ser atrapado.

Jungkook estaba acostado boca arriba, pero antes de que pueda levantarse su omega brinco
sobre el sentándose sobre su regazo seguido de su hijo, el azabache hizo un sonido de queja,
pero no fue escuchado por las risas de los otros dos.

— ¿Te rindes papá? — Preguntó el rubiecito.

— Jamás.

El menor se miró de manera cómplice con su papi antes de atacar al alfa con cosquillas
haciéndolo reír de forma escandalosa mientras se retorcía bajo ellos, con mucha dificultad
debido a las cosquillas abrazo a ambos para tirarlos a un lado de él escuchando el grito de
los dos.

Los tres reían de forma agitada y se quedaron en esa misma posición un rato recobrando el
aliento que gran falta les hacía cuando el sonido del teléfono llamo la atención del azabache.

— Ahora vengo — Aviso soltándolos para poder levantarse y dirigiéndose al saco de su traje
dónde estaba su móvil — Bueno...
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Beomie y Taehyung continuaron recostados en la cama escuchando la conversación que no

entendían ya que solo escuchaban las respuestas de Jungkook.

— Bien, yo le digo, gracias. — Finalmente la llamada termino y el azabache volvió a la cama.

— ¿Quién era? — Pregunto curioso el omega.

— Choi, dice que ya están los resultados — El cuerpo de Taehyung se tensó.

— No quiero ir — Dijo mientras escondía su rostro contra el cuerpo de su hijo.

— Taehyung hay que ir.

— ¿A dónde? — Quiso saber el cachorro.

— Al doctor — Le respondió su padre.

— ¿Papi está enfermo?

— No, pero tiene que ir — Jungkook acaricio su cabello con suavidad — ¿Verdad Tae? — El
nombrado negó aún escondido.

El alfa soltó un suspiro, sabía que no quería ir por miedo a los resultados de su infertilidad, él
también tenía miedo, pero era necesario, también estaba lo de su lobo en esos análisis.

— Tae es por tu salud, ¿qué ejemplo le estás dando a nuestro hijo? — El castaño asomó un
poco sus ojos por sobre el hombro de su cachorro.

— Agsh... — Se quejo.

Jungkook río por su berrinche y le dio una palmada en su trasero escuchando la risita de su
hijo.

— Beomie te quedarás unas horas con tus abuelo ¿está bien? — El pequeño hizo un pucherito
— No tardaremos — Aseguró.

— ¿Pero van a volver?...

— Claro, promesa — El alfa le extendió su meñique, por lo que Beomgyu dudo un poco, pero
al final lo acepto uniéndolo con su dedito pequeño.
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Media hora después ambos ya estaban en la entrada de la casa despidiéndose de su hijo y los
señores Jeon, tanto Tae como Beomie tenían un puchero, uno no quería ir y el otro no quería
que vayan, para el menor todavía era muy reciente lo del secuestró de su papi.

Sin más la pareja emprendió el camino al hospital, ninguno decía nada, el buen ambiente
que habían estado teniendo esos días se volvió algo tensó por lo cual ninguno dijo nada
hasta que llegaron.

— Tengo miedo... — Confesó el castaño jugando con sus dedos y la cabeza baja.

— Te mentiría si te digo que yo no...

Ambos quedaron en un silencio hasta que por fin bajaron del auto entrando al hospital, al
llegar a la recepción Jungkook quien fue el que habló, la chica los hizo pasar con el doctor de
inmediato diciendo que los estaban esperando.

Cuando la puerta del consultorio fue abierta Taehyung quiso salir corriendo, pero el agarre
de su alfa en su brazo se lo impidió resignando a entrar.

— Buenas tardes — Saludo el doctor Choi recibiendo el mismo saludó por parte del alfa —
Pareces no muy feliz de saber los resultados Taehyung — El menor bajo la cabeza como un
niño pequeño.

— Choi... Tae ya sabe los posibles motivos de su infertilidad, no pude ocultárselo.

— Oh, ya veo, es bueno que tengan comunicación — Sonrió invitándolos a sentarse — Bueno
en estos sobres están los resultados, los acabo de recibir así que no he visto nada — Ambos
asintieron.

El doctor tomo uno de los sobres y fue abriéndolo, todo parecía en cámara lenta mientas iba
desgarrando el papel, las manos de Taehyung y Jungkook temblaban de los nervios, hasta
que por fin tuvo los análisis en sus manos y comenzó a leerlo en silencio avivando la
ansiedad en la pareja.

— Taehyung, parece que tu infertilidad se debe a algo propio de tu cuerpo — Ambos lo

miraron — Los supresores que te dio a consumir Jungkook no son los causantes, tal vez sea
por tu lobo.
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Al escuchar eso el menor suspiro algo aliviado, claro que era malo que siguiera siendo
infértil, pero no era culpa de Jungkook.

— Que alivió — Se abrazo a su alfa, él también se sentía aliviado de no haber condenado al

menor.

Choi los miro con una sonrisa antes de tomar el segundo sobre y también abrirlo para
comenzar a leerlo, su cara primer parecía de sorpresa y luego cambio frunciendo su ceño
llamando la atención de la pareja.

— ¿Ocurre algo malo? — Pregunto Jungkook.

— Es que esto es imposible, todos los diagnósticos son bajos, de hecho, es como si Taehyung
estuviera a punto de morir — La sonrisa de ambos desapareció.

— ¿Qué quiere decir?

— Tae ni siquiera aparece que tengas un rango en los estudios, es como si no tuvieras un
lobo, te estás muriendo...

La respiración de Tae se aceleró, no podía ser cierto y Jungkook apenas estaba logrando
procesar las palabras para luego negar repetidas veces negándose a tal idea, su omega no se
podía estar muriendo.

— Choi eso no puede ser...

— Pero... No me siento mal, si a veces me siento más agotado de lo normal, pero solo eso...

— Eso es lo que no me explico, como es que aún te mantienes de pie, para tu estado no
deberías poder pararte de una cama — Explico el doctor.

— ¿Y no se puede hacer algo?

— Su lobo tiene que despertar, le doy dos semanas máximo, cuando le hice el examen físico
me di cuenta que su cuerpo ya comenzó a cobrarle factura.

— Pero lo hemos intentado todo y no despierta — Dijo algo alterado el omega.

— Solo les queda una cosa más, pero es muy riesgosa en tu estado.
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— ¿Qué es?

— Jungkook tiene que marcarte, pero él al ser un puro alfa su mordida podría costarte la vida
Taehyung, así que tienen que decidir y no les queda mucho tiempo — Ningún fue capaz de
decir algo, estaban realmente afectados — Si al final deciden hacerlo les sugiero que sea en
un lugar muy aislado.

— ¿Por qué? — Quiso saber el castaño.

— Porque si logras resistir a la marca entraras en celo de inmediato y todas las feromonas
que llevas acumulando por este tiempo se expenderán y serán demasiado fuertes que nadie
más que tú alfa podrá soportarlas.

Cuando la consulta termino ambos estuvieron en silencio al subir al coche, ninguno decía
nada, pero el menor fue quien rompió el silencio.

— Jungkook tienes que marcarme... — El alfa negó repetidas veces — No tenemos opción, al
final voy a morir si no lo haces.

— No, no morirás, tú estás bien — Se negaba a creer en esa idea.

— Por favor Jungkook, es mi decisión y quiero hacerlo.

— No, no es solo tuya, también es mía ¿qué pasa si te marco y no sobrevives a la mordida? —
Volvió a negar casi al borde de las lágrimas — Como crees que podré seguir viviendo sin ti y
sabiendo que yo te maté.

El omega sabía que no era justo para el azabache, pero no tenían más opciones, es un todo o
nada.

— Pero tendrás a Beomie, él te va a necesitar.

— No, él nos necesita a ambos — Las lágrimas de ambos comenzaron a salir.

— Yo lo sé... Pero por eso hay que intentarlo — Tomo su rostro entre sus manos — No quiero
dejarlos...

Sus labios se unieron por unos segundos sintiendo el sabor salado en sus labios debido a sus
lágrimas para luego abrazarse y permanecer así.
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Todavía no habían decidido, pero era obvio que no había más opciones y Taehyung prefería
morir intentándolo.

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por Srta_YoonTae

"Nunca sabemos en qué momento la vida se nos puede escapar de las manos, la vida siempre
cuelga de un hilo y un paso en falso te puede llegar hacer caer al vacío."

Casi cinco días en los cuales Jungkook se había negado a la petición de su omega, él no
quería, no podía y menos sabiendo que eso le podía costar la vida.

Ambos chicos hablaron con los señores Jeon y aquellos que consideraban su familia, aunque
no compartieran sangre, todos estaban al tanto de la situación de Taehyung, pero los
últimos que tenían la palabra eran ellos dos.

Días donde pasaban juntos todo el tiempo posible junto a su hijo y noches donde Jungkook
se rompía en las noches mirando dormir a su amado, su castañito, con el miedo de que
posiblemente no lo pueda volver a ver, sentir, tener cerca junto a su calidez.

Pero ya no había nada más que hacer, al final Taehyung logro convencerlo y habían decidido
que esa misma tarde viajarían a una cabaña apartada en un campo alejado de la civilización,
rodeado de árboles y un río.

Lo más difícil para ellos era hablar con Beomgyu, él aún era pequeño, pero muy inteligente,
no querían que sufriera, pero tampoco sería justo mentirle.

Por lo cual ese mismo día al medio día fueron a la habitación junto a su hijo.

— Beomgyu, tu papá y yo tenemos que hablar contigo — El menor los miro. Los tres estaban
sentados en la cama con el pequeño en medio.
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— ¿Hice algo malo?...

Al escuchar esas palabras y ver la mirada que le daba su hijo, negó.

— No, claro que no osito — Acarició su cabello para tranquilizarlo.

Taehyung no sabía cómo iniciar esa conversación, sabía que al final de cualquier forma sería
dolorosa para el cachorro, el omega miro a Jungkook pidiendo ayuda.

— Beomie... Lo que te vamos a decir es muy importante... Tu papi Tae no se encuentra muy
bien de salud.. — Comenzó.

— ¿Estás enfermo? — Quiso saber el pequeño.

— Algo así cariño...

— ¡Yo te puedo cuidar! — Dijo con entusiasmo.

Taehyung sonrió con tristeza sintiendo las lágrimas acumularse en la cuenca de sus ojos,
amenazando con resbalarse por su rostro en cualquier momento, así que tomo un respiro.

— Ojalá fuera así Beomie... — Volvió hablar el alfa con algo de melancolía — Pero... Lo que él
tiene no se puede solucionar simplemente con cuidados... — Trataba de ser sutil con sus
palabras, aunque le estaba costando.

— ¿Ah no?... — Los miro confundido — ¿Por qué?

Taehyung sabía que tenían que decirle la verdad, pero le dolía y lo que menos quería era ver
el sufrimiento en su mirada.

— Tu papi y yo tenemos que hacer un viaje... — Continuo Jungkook — Este viaje es muy
importante para la salud de papi.

— P-pero... ¿Van a volver?... — Pregunto con miedo y Taehyung no soporto más dejando que
un sollozo escape.

— Beomie... Puede que de este viaje solo vuelva papá... — El cachorro lo miro y su mirada
mostraba confusión y miedo.
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— ¿Por qué?... Papi... ¿Y-ya no quiere a Beomgyu? — Sus ojitos se cristalizaron y sus manitas
temblaron de ansiedad.

Tenía miedo, claro que sí, sentía que todos los recuerdos volvían a él como un bucle donde al
final terminaba siendo abandonado nuevamente.

El omega comprendió su miedo por lo cual negó al instante tomando sus pequeñas manitas.

— Beomgyu, yo te amo, eres mi pequeño y siempre lo vas a ser — Trato de controlar sus
fuertes ganas de quebrarse — Papá también te ama y hay mucha gente que también lo hacen
como tus abuelos y tíos, nunca volverás a estar sólo, eso te lo prometo.

Las pequeñas lágrimas rodaron por su mejillas, él no entendía porque su papi entonces no
podría volver si decía que lo amaba, su corazoncito dolió.

— Hijo, tu papi tiene una enfermedad de la cual... — No pudo encontrar otras palabras para
decir la verdad — Su vida depende de este viaje... — Su voz se rompió — P-pero puede que
funcione...

— No... — El pequeño negó con la cabeza cubriendo sus oídos dejando salir sus lágrimas, era
doloroso ¿Porque tenía que ser así?

— Cariño... — Taehyung lo tomo entre sus brazos. Los tres estaban llorando — Se que es
difícil, pero si no regreso te prometo que siempre te voy a cuidar donde sea que esté...
Porque tú siempre serás mi pequeño...

Jungkook mordió su labio, todo eso era tan difícil y no era justo, siempre que creía ser felices
se daban cuenta que simplemente la rozaban.

— Beomie, pase lo que pase... Te prometo que siempre me tendrás a mí si tú papi Tae nos
llega a faltar.

— P-pero... Yo quiero a los dos... — Lloro desconsolado — Dijeron que seríamos una familia...
— Cubrió sus ojitos.

— Y lo somos mi amor, siempre lo seremos... Pero esto es algo que no lo planeamos y sé que
es difícil, porque yo no quiero dejarte, ni a ti, ni a tu padre... Ustedes son todo para mí y si
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pudiera le pediría a la luna que me dejara más tiempo, porque me encantaría verte crecer y
envejecer junto a tu papá...

Cada palabra atravesaba el corazón del azabache, tenía tantos planes y sueños que aún
quería cumplir con su omega e hijo y simplemente la vida estaba siendo nuevamente injusta
tratando de arrebatarle una parte de él.

Jungkook no lo soporto tomando a ambos entre sus brazos dejándose romper, era casi
imposible imaginar que hace unos días se encontraba en esa misma cama, jugaron y rieron
hasta quedarse sin aliento los tres juntos, pero ahora lo único que se escuchaba en esa
habitación era el sollozo de una familia que habían soñado con un final feliz que
posiblemente se les sea arrebatado.

Finalmente, Beomgyu comprendió lo que iba a pasar y solo le quedaba rezarle con fuerza a
la luna para que su papi Tae pueda volver junto a su papá Jungkook.

El despedirse tampoco estaba siendo fácil para ningún, pero ya había llegado el momento.

— Te amo — Beso su frente abrazándolo con algo de fuerza — Recuérdalo siempre, papi te
ama y jamás dejaré de hacerlo — Volvió a besar su rostro.

— No quiero que se vayan... — Sus ojos se cristalizaron — Beomie se portará bien, será un
niño bueno lo prometo...

— Cariño eres el niño más bueno — Acaricio su cabello con pesar — Eres el mejor hijo, pero
tenemos que ir ¿Lo entiendes verdad? — El pequeño asintió con un puchero.

— Los voy a extrañar... — Abrazo a su papi con sus pequeños bracitos.

— Te contaré un secreto, cada vez que me extrañes, solo mira la luna...

— ¿Por qué?...

— Porque en donde quiera que este siempre estaré mirando la misma luna que tú — Sintió su
voz quebrarse, pero se obligó a ser fuerte por su hijo.

— Te amo papi.
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Jungkook se encontraba despidiéndose de sus padres, por lo cual ambos hicieron el cambio,
ahora el alfa se despedía de su hijo y el castaño de sus suegros.

La primera en romperse fue Jiwoo quien lo abrazo, literal sentía que estaba a punto de
perder a uno de sus hijos y le dolía, claro que sí.

— Por favor... Por lo que más quieras, lucha y resiste... — Le susurro al oído — Recuerda que
aquí tienes una familia que te espera y un hijo que te necesita...

El omega correspondió el abrazó aferrándose al cuerpo de la mujer.

— Lo haré hasta el último segundo que lata mi corazón... — Le aseguro.

Ella asintió acariciando su rostro antes de apartarse para que su esposo también pudiera
despedirse del menor. El hombre abrazo el cuerpo del delgado omega.

— Taehyung yo sé que eres fuerte... Lo supe desde la primera vez que te vi, así que por
favor... Vuelve.

Sin duda las despedidas eran lo más doloroso y algo que al castaño no le gustaba, esa
sensación de vacío y amargura de ver y saber que te estás alejando de esas personas que
tanto amas.

Volvió a despedirse de su cachorro una última vez antes de irse junto a su alfa, sintiendo su
corazón romperse al escuchar el llanto de su pequeño hijo hasta que el auto se alejó lo
suficiente que ya no pudo oírlo permitiéndose quebrarse y llorar.

A su lado estaba Jungkook tratando de ser fuerte, aunque por dentro estaba roto, una
lágrima rodó por su mejilla antes de escuchar a su lobo aullar por dentro, aún no se sentía
listo para perderlo.

Las primeras horas en el coche se mantuvieron en silencio, hasta que tuvieron que dejar el
auto y continuar a pie adentrándose en un bosque, solo se escuchaba el sonido de sus
entrecortadas respiraciones, la mano del azabache no había soltado la de su omega desde
que había comenzado aquel largo viaje.

— ¿Adónde vamos?... — Se atrevió a preguntar.

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— Rente una cabaña para los dos, el lugar está muy retirado y no hay civilización alrededor.

Taehyung asintió apretando su mano antes de volver a sumirse en un profundo silencio

hasta que por fin llegaron a su destino.

Mientras más se acercaban el menor pudo divisar una pequeña cabaña de madera.

El lugar era sencillo, pero muy bonito, se podía respirar la fresca brisa del aire y un poquito
más retirado se pondría apreciar un claro con agua cristalizada.

Habían llegado justo antes de que se ocultara el sol, al entrar a la cabaña notaron que su
interior era igual de sencillo que el exterior, había una pequeña cocina-comedor, a un lado
había una puerta que era el cuarto de baño, pero este no tenía ducha, un poco más al fondo
estaba la que sería su habitación, la cual contaba únicamente con una cama matrimonial y
un pequeño guarda ropa, en la misma habitación se encontraba otro cuarto de baño, pero
este si contaba con ducha.

La cabaña era cálida y bonita, hubiera sido lindo que el motivo de su estancia fuera muy
distinto al que tenían.

— Es muy bonito este lugar... — Sonrió el castaño.

— Sabía que te gustaría, lo elegí pensando en ti... — Lo abrazo contra su pecho

embriagándose de su calor.

Ambos se mantuvieron en esa misma posición en medio de la habitación dejándose sentir.

— Ya es tarde y debes estar cansado — Hablo el alfa llamando la atención de Taehyung —

Vamos a ver qué hay para comer en la cocina. — El omega no se hizo de rogar y simplemente
asintió siguiéndolo.

Al final terminaron comiendo una sencilla ensalada antes de darse una ducha tranquila e ir a
la cama, las conversaciones eran escasas, pero simplemente era porque ninguno encontraba
las palabras correctas para hablar.

La noche cayó y por alguna razón se sintió más fría de lo habitual, Taehyung había caído en
un sueño minutos después de recostarse, en cambio Jungkook llevaba horas y simplemente
el sueño no llegaba.
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En cambio decidió mirar a su omega, en un intento por memorizar su rostro, observó su lacio
cabello castaño que caía rebeldemente sobre su frente casi cubriendo sus cejas, bajo ellas
descansaban sus largas pestañas, su vista se desvió a la punta de su nariz para apreciar su
característico lunar propio de él y finalmente miro sus labios en forma de corazón, algo secos
y pálidos, pero trataban de aferrarse a su color carmesí natural, labios los cuales había
besado tantas veces que no podría contarlas, y aun así, no se le hacía suficiente.

Suspiro con pesar sabía que mañana sería el día, por eso se sentía de esa forma y no podría
dormir, volvió a mirar a su omega y sutilmente dejo un suave y tierno beso sobre sus labios
antes de levantarse de la cama y salir de la cabaña.

El aire frío acaricio su rostro haciéndolo soltar un pesado suspiro dejándose caer sentado en
el pasto escondiendo su rostro entre sus rodillas, no sabía que hacer, su corazón dolía
mucho, alzó la vista mirando el cielo estrellado, ese manto oscuro con miles de puntitos
blancos, pero lo que más capto su atención fue aquella luna tan brillante y se permitió
derramar un par de lágrimas.

Los minutos fueron pasando y el sereno comenzaba a calarle los huesos, pero no tenía ganas
de levantarse en busca de un abrigo, aunque eso no fue necesario en el momento que sintió
como una manta era colocada en sus hombros y sus ojos se encontraron con los de su
omega.

— ¿Qué haces solo aquí afuera? — Se sentó a su lado cubriéndose un poco con la manta —
Hace frío te puedes enfermar.

— Lo siento... — Bajo la mirada — Solo necesitaba salir a pensar...

— ¿Y lo lograste? — Se acurrucó más cerca de él para sentir su calor.

El alfa simplemente negó, por lo cual Taehyung soltó un pequeño suspiro, entendía el gran
dilema por el qué estaba pasando.

— Sabes... Cuando el doctor dijo que podía morir tuve miedo... Me aterraba la idea de morir...
— Hubo unos segundos de silencio antes que continuara — Pero ahora ya no...

— ¿Porque me dices esto? — Jungkook lo miro.

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— Porque quiero que sepas que estoy feliz de estar contigo hasta en mis últimos
momentos...

— B-basta... — Sus lágrimas lo amenazaron de vuelta — No sigas... Esto suena como una
despedida y no lo pienso aceptar — Negó con la cabeza — Taehyung, tú no te vas a morir —
Dijo algo enojado por la resignación del menor.

— Eso aún no lo sabemos, pero si llegara a ocurrir sin duda me alegra que haya sido contigo,
siento que de alguna forma estoy feliz de entregar mi vida en tus manos y no de otra forma...
— Sus ojos brillaron con el reflejo de la luna — Porque te amo y sé que me habrás hecho feliz
hasta mi último suspiro y mi corazón latió por última vez gracias a ti...

Ambos permanecieron en silencio junto al otro hasta que finalmente decidieron volver a la
cama, los dos merecían descansar.

Taehyung lo miro a los ojos y con delicadeza acaricio su rostro, el alfa cerro los ojos tomando
su mano para dejar un beso en la palma de su mano.

— Jungkook... ¿Te puedo pedir algo?...

El nombrado volvió abrir los ojos para mirar a su omega.

— Claro...

— Podrías volver hacer lo que hacías cuando compartíamos cama en el orfanato...

Frunció el ceño ante la inusual petición, pero sin duda se lo iba cumplir. Cerro nuevamente
los ojos y al volverlos abrir estos brillaban de color rojo mientras su aroma se comenzaba a
intensificar con más fuerza por lo que Taehyung sonrió acurrucándose en el pecho del mayor
mientras lo abrazaba.

— Gracias... — El azabache también lo envolvió entre sus brazos, ya que el rostro del omega
estaba escondido en el pecho contrario sin alcanzar a notar como sus ojos parpadearon
entre azules y verdes.

Ambos se abrazaban dejándose envolver por la calidez del otro y alcerrar los ojos se dejaron
llevar a un cálido sueño donde volvían a ser unospequeños niños que se conocieron en un
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orfanato que sin saberlo eran tanfelices con el sueño de un día ser grandes y poderse amar
con tanta intensidad.

A la mañana siguiente un delicioso aroma interrumpió el sueño del castaño haciéndolo

despertar dándose cuenta que se encontraba totalmente solo en aquella habitación.

Todavía algo somnoliento se levantó de la cama tallando un poco sus ojos mientras se dirigía
a la cocina-comedor donde noto a su alfa cocinado un par de waffles con algunas frutas y
jugo de naranja, en la mesa había todo un festín.

— ¿Piensas alimentar a todos los animalitos del bosque? — Pregunto con diversión el
castaño acercándose a su alfa.

— ¿Es demasiado? — Pregunto apenado.

— No... Solo un poco — Le sonrió — Gracias por preparar el desayuno.

Jungkook le devolvió la sonrisa llevando el último waffle a la mesa invitando a su omega a

sentarse para degustar de aquel desayuno tan elaborado que había preparado
especialmente para él.

Ambos desayunaron con tranquilidad, se sentía tan bien estar en ese lugar, había tanta paz y
tranquilidad, se podía respirar el aire fresco y escuchar a la naturaleza.

— A Beomgyu le hubiera encantado venir a este lugar — Comento el menor.

— Podemos volver a venir con él después — Esas palabras tensaron a Taehyung, pero prefirió
no decir nada.

El castaño no entendía porque le era tan difícil a Jungkook aceptar que había una
probabilidad que no sobreviviera a la marca, eso simplemente lo iba a lastimar más al final.

Finalmente terminaron de desayunar y el castaño fue quien se ofreció a recoger la mesa y

lavar los platos, pero el mayor se negó y lo termino haciendo él.

— Puedo hacerlo por mí mismo — Dijo con un puchero el omega al ver a su alfa lavar los
platos.
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— Yo lo sé — Dijo secando sus manos al haber acabado — ¿Quieres que te dé un baño?

— Estoy grande, puedo hacerlo solo.

— Si, pero yo lo hago mejor — Su sonrisa traviesa no pudo evitar que Taehyung terminara
por aceptar aquella propuesta.

Los dos se dirigieron al cuarto de baño el cual era algo pequeño y no tenía tina, con trabajo
lograban entrar ambos en el área de la ducha.

Con algo de dificultad debido al espacio las manos de Jungkook viajaron por el cuerpo de su
omega haciendo de vez en cuando roces intencionales escuchándolo soltar uno que otro
jadeo.

— ¿Si quieres podemos terminar esto en la cama? — Taehyung dio media vuelta para estar
frente a frente con su amado.

La oferta era tentadora, claro que lo era, pero el azabache no se dejaría llevar por su deseo,
sabía que si lo hacía significaba que era hora de marcarlo y aún no estaba listo para eso.

Se acercó a sus labios y los rozo con los suyos sintiendo la pesada respiración y los leves
toques que se estaban dando sus pieles, Taehyung esperaba deseoso que lo besará y que lo
llevará a la habitación, pero no, en cambio sintió como sus labios besaban su frente antes de
cerrar el grifo de la ducha dejándolo desconcertado.

— Ya estás limpio — Dijo alejándose de él para tomar las toallas.

Algo confundido el menor tomo la toalla que le ofreció y seco su cuerpo, juntos fueron a la
habitación para poder vestirse.

El resto del día fue tranquilo, en la tarde después de almorzar Jungkook le ofreció salir a
caminar, el castaño no se negó, ambos fueron de la mano por aquel prado apreciando la
belleza de aquel lugar, se encontraron con algunos pequeños animales en la orilla del
bosque.

— Este lugar me mantiene tranquilo — Inhaló los distintos aromas naturales dejando que el
aire limpio llenará sus pulmones.
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— Sabía que te iba a gustar — Sonrió caminando cerca del claro dejando apreciar los árboles
en el agua cristalina donde se podían reflejar.

Después de un tiempo cuando notaron que el sol se ocultaría decidieron regresar a la

cabaña, en la noche solía hacer demasiado frío y ninguno llevaba un abrigo.

Al llegar a la cabaña decidieron tomar otra ducha, el agua estaba fría debido a que no había
un calentador, por lo cual no se demoraron mucho, el sol ya se había ocultado y le había
dado paso a una brillante luna.

Ambos se recostaron sobre la cama para descansar un poco, Jungkook leía un libro mientas
su omega descansaba sobre su pecho dejándose envolver por la bella melodía de su
corazón.

Los minutos fueron pasando, Taehyung sabía que había llegado el momento, aunque su alfa
tratara de fingir que no se daba cuenta.

El omega tomo la iniciativa levantándose para sentarse a horcajadas sobre el azabache

arrebatándole el libro para ponerlo sobre una pequeño banquito junto a la cama.

Poco a poco se fue acercando aún más a él para besar sus labios, el beso era suave, pero
conforme fue avanzando se intensificaba su ritmo.

Ahí fue donde Jungkook decidió pararlo todo, no podía, aún no...

— ¿No tienes hambre? Puedo preparar una rica cena...

— Jungkook... — El omega se alejó sentándose sobre su regazo nuevamente para mirarlo —

Se lo que estás haciendo, dijiste que lo harías...

— Se lo que dije... — Desvió la mirada — Pero no puedo... No sabiendo cual podría ser el
desenlace.

— Mi amor, si esto no funciona no tienes que sentirte culpable porque yo quería esto —
Acaricio su rostro.

— No quiero perderte... — Confesó.

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— Entonces hagámoslo, porque así sabremos si realmente nuestra historia debe continuar —
Jungkook lo miro — Pero solo lo sabremos si lo intentamos...

Jungkook sin duda no estaba listo para perder a Taehyung, pero mucho menos para tener
que dejarlo morir solo, por un lado, el menor tenía razón, tenían una esperanza para estar
juntos y poder criar a su hijo como una familia.

Su silencio del alfa lo tomo el castaño como un rechazo, suspiro algo triste antes de intentar
bajar de él, pero fue tomado por los muslos para que no se levantará, Taehyung lo miro por
lo cual el azabache se sentó quedando a escasos centímetros de sus labios.

— Espero que nuestra historia no tenga un final tan trágico... — Susurró antes de eliminar
toda distancia entré sus labios.

Las caricias entre sus labios eran sutiles, llenas de amor y anhelo como si fuera un último
beso, sus lenguas húmedas se rozaban como si se tratará de un vals entre ellas.

Las manos de Jungkook se adentraban bajo la camiseta del menor acariciando su curva en
"S", la piel del acaramelado se estremeció ante el tacto debido a las manos frías de su alfa.

Con delicadeza lo tomo entre sus brazos recostándolo, sobre la cama separándose de sus
labios para mirar el marrón en sus ojos, deseando poder despertar al día siguiente y verlos
acompañado con ese azul como el mar en ellos.

— Te amo... — Taehyung acarició su mejilla dedicándole una sonrisa agradecido.

Sus labios se volvieron a encontrar avivando el calor en sus cuerpos con cada roce de éstos,
las manos del menor tomaron los dobles de la camiseta contraria tirando de ella para sacarla
rompiendo su beso en el trascurso.

Sus pechos subían y bajaban debido a la falta de aire en sus pulmones, pero no esperaron a
recuperarse antes de volver a encontrarse.

Los labios del alfa fueron descendiendo por la quijada del castaño llegando a su cuello
rozando con su nariz la zona sensible donde pronto haría la marca la cual definiría sus vidas
por completo.
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Se apartó un poco ayudando a su omega a retirar su playera dejando expuesto su pequeño

cuerpo y curvas, el doctor tenía razón cuando dijo que no estaba bien, sus costillas cada vez
se marcaban más y las heridas de aquel secuestro en vez de sanar habían empeorado, aún
costado de su costilla había una mancha entre morada y verde tirano casi negra, el
hematoma ya abarcaba una mayor parte y había otro cerca de su vientre, Jungkook era
consciente ya que las había visto antes.

Con sutileza se inclinó besando cada una de sus heridas como si con eso mágicamente
fueran sanar, unos cuantos suspiros escaparon de la boca de Taehyung en el proceso.

La dulzura de sus caricias y delicadeza con la que lo trataba, realmente lo hacía sentir
especial, no era como nada a lo que solían hacer, está vez se estaban entregando como si
fuera a ser la última vez, las prendas fueron cayendo dejando que lo único que cubría sus
cuerpos desnudos era la luz de la luna.

La dilatada entrada del menor empapaba las sábanas pidiendo por atención y claro que su
alfa se la iba a dar, el beso que ambos tenían fue cortado y sus ojos se encontraron
nuevamente, los ojos de Taehyung se iluminaron por el brillo de la luna haciéndolo ver
jodidamente hermoso, aunque su cuerpo ya no se viera como una vez fue, para Jungkook su
dulce omega siempre seria perfecto.

El azabache no le quitaba la mirada de encima mientras le daba atención a su propio

miembro preparándose para penetrarlo, ambos estaban tranquilos, más que un deseo carnal
era como una entrega de amor, donde la lujuria iba de la mano con la inocencia y pureza.

— Quiero que me mires... — Pidió mientras acercaba su glande a la entrada del castaño —
Quiero apreciar la belleza de tus ojos...

Taehyung no dijo nada, no hizo falta, cuando el alfa comenzó a irrumpir su entrada con
suavidad y delicadeza mordió su propio labio para no cerrar los ojos.

Sus miradas estaban conectadas y la respiración de Taehyung comenzaba a acelerarse

conforme lo iba penetrado abriéndose paso entre sus paredes.

La imagen que estaba teniendo Jungkook era magnífica, como los ojos de su omega se
cristalizaban por las lágrimas, pero aún lo continuaba mirando directamente.
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Finalmente lo había penetrado por completo quedándose, en esa posición por unos
segundos, en los cuales se dedicó a dejar un par de besos sobre el rostro del menor.

— Mi dulce omega... — Beso su frente — Te amo más que a nada... — Beso la punta de su
nariz.

Le decía palabras de amor que salían desde su corazón acompañado de un beso. Taehyung
juntó sus frentes pasando sus brazos tras su nuca mientras el mayor se sostenía de la cama
con sus codos para no aplastarlo y que sus cuerpos pudieran estar juntos.

— También te amo mi alfita... Mi cuerpo y mi alma te pertenecen por completo en esta vida y
si es posible quisiera volverte a encontrar en la siguiente.

Sus labios se volvieron encontrar como tantas veces en esa noche justo cuando el azabache
salió con lentitud de su omega para volver a entrar en el de una estocada.

— Agh~ — El cuerpo de Taehyung se sacudió y su gemido fue callado por los besos, se
aferraba en un abrazo a su alfa.

El mayor repitió la acción cada determinado tiempo marcando el ritmo de sus embestidas,
las cuales eran lentas y profundas, escuchando como el castaño gemía con cada penetración
al sentirlo tan dentro de él.

— J-jungkook~ — Lo llamaba entre jadeos mientras se aferraba a su cuerpo para sentirlo

más; si esto eso era posible.

Sus cuerpos brillaban aperlados por el sudor en ellos, los largos y húmedos cabellos de
Jungkook se sacudían y rozaban el rostro de su amado con cada estocada.

Sus respiraciones eran entrecortadas y se podía escuchar con claridad cada vez que el alfa lo
penetraba quedándose unos segundos dentro del menor para después volver a repetir la
acción.

Jungkook había tenido sexo tantas veces en su vida, pero con Taehyung, a él había sido el
primero y a el único al que le había hecho el amor...
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El cosquilleo en el vientre del menor le indicaba que estaba cerca de su límite y su alfa
también lo supo al sentir como sus paredes anales se estrechaban de forma placentera
contra su pene incitándolo a llegar a su preciado orgasmo juntos.

Las embestidas del mayor fueron aumentando de a poco provocando que los gemidos y
jadeos de su omega resonaran en la habitación combinado con el choque de sus húmedas
pieles, ambos estaban tan cerca de llegar.

Su nudo estaba por formarse y supo que era hora cuando el menor expuso su cuello en
sumisión a él, sus dientes picaron con ansiedad y sus ojos brillaron rojos, su lengua
acariciando ese punto tan sensible para un omega escuchando otro jadeo por parte del
castaño.

Unas escotadas más fueron suficientes para que ambos pudieran llegar al límite de placer,
Taehyung teniendo su preciado orgasmo, mientras Jungkook lo anudaba antes de clavar sus
caninos en la piel acaramelada escuchando el grito desgarrador que el menor soltaba
arqueando su espalda.

Dolía, pero era un dolor soportable, justo en el momento que el mayor lo soltó la sangre
comenzó a salir en grandes cantidades, Taehyung respirada con dificultad y su pecho subía y
bajaba con desesperación en busca de aire, el alfa paso su lengua por su herida para ayudar
con la cicatrización.

El cuerpo del castaño temblaba como si tuviera mucho frío, pero su cuerpo transpiraba aún
aferrado al cuerpo del mayor, su cuerpo dolía.

— J-jungkook... — Sus dientes sonaban al chocar entre ellos por el temblor — ¿E-esta...
Funcionando?... — Sus ojos parpadeaban azules, pero el brillo era cada vez más opacó y sin
vida.

— N-no lo sé... — El cuerpo del alfa también tembló sintiendo un calor intenso por dentro,
pero su piel estaba fría.

Por un momento Jungkook pudo sentir al lobo del menor, lo débil que estaba y una
sensación extraña también, como si el lobo no estuviera solo, pero la sensación no duró
mucho.
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Taehyung lo miro notando un poco de sangre en sus labios, sus ojos rojos comenzaron a
parpadear de rojo a negros.

El nudo se comenzó a soltar haciendo que el azabache salga del interior de su omega
escuchándolo sisear de dolor, cuando Jungkook volvió a mirar la marcar noto como está
volvía abrirse y a sangrar, su cuerpo no se estaba curando cómo debería, su saliva lo debió
haber ayudado a cicatrizar.

Su corazón latió con desesperación al sentir como su agarre era cada vez más flojo y ver
cómo los ojos de Taehyung parpadeaban cada vez menos y sus párpados se cerraban y
abrían con cansancio.

— ¿T-tae?... Mi amor... — Su voz tembló y su ojos se cristalizaron — N-no te duermas, por

favor... — Suplico.

— T-tengo... Sueño... — Sus ojos pesaban, solo quería cerrarlos y descansar.

El alfa colocó su mano sobre el lado izquierdo del pecho del menor y no pudo evitar
derramar un par de lágrimas al sentir casi inexistente el latir de su corazón.

— N-no me dejes, por favor... — Se aferró a su cuerpo — T-tú no...

Y sus brazos cayeron a sus costados y la poca conexión que llegó a sentir con el vínculo
desapareció provocando que el corazón del alfa doliera tanto como si lo acribillaran.

Las sábanas estaban teñidas de rojo y la luna era la única testigo de aquel dolor y
sufrimiento que estaba pasando aquel alfa aferrado al cuerpo de su amado quien se negaba
soltarlo.

— Te amo... Te amo... — Susurraba contra su pecho llenándose de su sangre, pero no le

importaba.

El aire le estaba comenzando a faltar sintiendo las fuertes punzadas en su pecho de un lazo
roto, la pena y el dolor lo estaban abrumando.

Sin más sentido que la vida se le escapaba de las manos y de un momento a otro su cuerpo
ya no le respondió dejándolo en una profunda oscuridad, donde no había dolor, tristeza,
pena, simplemente ya no sentía nada.
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por Srta_YoonTae

"El curso de la vida siempre tiene un porque y cuando el destino ya está escrito no puede
cambiar..."

Esto se sentía como un sueño. Dar la noticia de lo sucedido destrozo a todos, pero ningún
dolor se podía comparar al que estaba sintiendo Jungkook y su hijo al perder a Taehyung.

El funeral fue realizado cuando Jungkook volvió, todos estaban presentes vestidos de luto
frente aquella caja de caoba donde descansaba Kim Taehyung.

Los sollozos de todos los presentes se escuchaban mientras un padre daba unas palabras
por el alma del omega, pero Jungkook se sentía vacío.

Su corazón dolía y su lobo era el que ahora ya no le respondía, simplemente era como estar
en cuerpo, porque su alma se había ido con su amado.

Su pequeño cachorro lloraba con el rostro oculto en el cuello de su papá, Jungkook le había
prometido a Taehyung cuidar de Beomgyu, y aunque tuvo el pensamiento de acabar con su
propia vida, no pudo al recordar a su hijo.

El pequeño no merecía perder a ambos padres y con dolor volvió a casa aferrándose a su
hijo, porque Beomie era lo único que le quedaba de Taehyung, porque gracias a él, fue que
pudo saber lo que se siente ser un padre.

— Extraño a papi... — Las lágrimas traicionaron a Jungkook una vez más.

— Yo también hijo... Yo también.

— Papá... Por favor tú no te vayas...

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— Tranquilo... Yo estaré contigo — Le susurro abrazándolo con más fuerza — Sin importar
nada tu papá estará contigo.

Cuando el funeral terminó, todos por última vez se acercaron a despedirse dejando una rosa
blanca a excepción de Jungkook que dejó una roja, porque para él, Taehyung siempre seria
representado con ese color.

Finalmente llegó el momento, Jungkook pidió que Taehyung fuera sepultado junto a las
madres de ambos, ya no había nadie, estaba solo junto a la sepultura de su amado.

— Lo siento señora Bora... No pude cumplir mi promesa de cuidarlo...

Se dejó caer enterrando sus manos en la tierra fresca llorando, dejando que su mente lo
consumiera con cada recuerdo que había vivido con él desde que lo conoció en aquel
orfanato y simplemente le cambió la vida.

— Taehyung... Mi amor, lo siento... — Lloro con pena — No pude cuidarte...

Miro sus manos manchadas por la tierra húmeda, notando como sus lágrimas caían.

— Te amo...

Las horas pasaron y el sol comenzaba a ocultarse, Jungkook tenía que volver a casa, lo más
seguro era que Beomgyu estuviera preocupado y lo que más necesitaba en esos momentos
era a su padre.

Tomo el auto para regresar a casa, al llegar con la primera persona que se encontró fue con
su padre.

— Me alegra que hayas regresado — Trato de sonreír, pero nadie tenía ánimo. El perder al
omega mayor fue un duro golpe para todos los Jeon y sus amigos.

— ¿Mi madre y Beomie?

— Tu madre está dormida en el sofá — La mujer estaba recostada cubierta por una cobija, su
nariz estaba roja y sus ojos se veían hinchados; lo más seguro es que estuvo llorando hasta
quedar dormida.

— ¿Y mi hijo?
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— No ha querido salir de tu habitación — Dijo con pesar.

— Iré a verlo — Young asintió.

El magnate subió las escaleras y los recuerdos del menor volvieron a su mente a cómo iba
avanzando, habían vivido demasiadas cosas juntos en esa casa.

Al llegar a la habitación la abrió con cuidado notando a su hijo sobre la cama, poco a poco se
fue acercando notando que la ventana estaba abierta dejando ver la brillante luna, al volver
la vista a su hijo sus lágrimas lo amenazaron y un nudo se le hizo en la garganta.

Beomgyu estaba durmiendo abrazado a un tigre de felpa y un conejo blanco que conocía
muy bien el alfa, se arrodilló junto a la cama acariciando su cabellito rubio.

— Lo siento hijo... Perdón por dejarte solo todo el día — Se disculpó con pesar.

El pequeño ante el tacto abrió sus ojitos de a poco notando a su padre.

— Papá...

— Lo siento no te quería despertar — Trato de limpiar sus lágrimas, aunque falló.

— Estaba viendo la luna y me quedé dormido — Confesó con un puchero.

— Descuida, ya estoy aquí... — Acaricio nuevamente su cabello recostándose a su lado —

Ahora duerme — Lo abrazo.

— Buenas noches papá... — Sus ojitos se desviaron a la brillante luna — B-buenas noches P-
papi...

Eso destrozó al alfa y cerró los ojos sintiendo como caía en un pozo oscuro sin luz...

Se sobresalto sintiendo como su corazón latía con fuerza dentro de su pecho. Con pesar sus
párpados se comenzaron abrir acostumbrándose a la luz de la luna que fue el primero en
recibirlo trayendo devuelta los recuerdos de lo que había ocurrido horas pasadas.

Donde estoy...
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Observo a su alrededor notando enseguida que su hijo no estaba junto a él y tampoco estaba
en su habitación.

— Así que el funeral...Beomie dormido mirando la luna...Todo fue un sueño.

Miro su cuerpo aún desnudó, aquella sensación tan dolorosa que lo había hecho
desvanecerse ya no estaba, pero persistía su pena y pesar.

Al parecer no había sido un sueño lo que paso con su omega. Hubiera deseado que lo fuera.

Con dolor quiso ser fuerte mirando el lado contrario de la cama, la sangre continuaba ahí
con un color algo oxidado debido al tiempo, la cama estaba hecha un desastre.

La sangre del amor de su vida...

Desvió la mirada de las sabanas llenas de sangre. Lo confuso para el mayor fue el hecho que
este estuviera completamente tapado cuando ambos habían estado completamente
desnudos sobre la cama, su mano con algo de temblor se acercó, pero lo que vio no se lo
espero.

No estaba, no había nada.

Su corazón latió desesperado, ¿dónde estaba? Taehyung debía estar recostado justo ahí,
antes de perder el conocimiento él estaba sobre la cama.

Como pudo se puso de pie tomando un par de prendas para vestirse, solo alcanzó a ponerse
un bóxer y unos pantalones de chándal antes de revisar cada una de las habitaciones de
aquella cabaña tropezándose con su pantalón al no tenerlo bien puesto, pero no había nada.

Salió de la cabaña dejando que el frío de la noche golpeara su pecho expuesto, su

respiración era agitada y sus pulmones ardían por la falta de oxígeno.

No había nada ni nadie alrededor, sus manos comenzaron a temblar de ansiedad, sujeto su
cabello tirando de el con frustración.

— ¡TAEHYUNG!... — Su garganta ardió de aquel grito desgarrador, pero no le importó,

necesitaba encontrar a su omega.
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Y hubiera gritado nuevamente de no ser por ese aroma tan singular que conocía a la
perfección capturar su nariz, chocolate, nuez y almendras... El aroma era extremadamente
fuerte y estaba en todos lados.

Su mirada lo busco, pero no distinguía de que dirección venía hasta que el sonido de una
rama se rompió llamando su atención.

— ¿T-tae?... — El azabache se quedó de piedra al instante.

No estaba Tae, en su lugar había un lobo de color caramelo que, aunque no era de gran
tamaño se veía imponente con unos ojos extrañamente de color azul con un destello verde.

Aquel lobo lo miraba fijamente como si fuera su presa mientras enseñaba sus dientes, la piel
del alfa se estremeció al escucharlo aullar obligándolo a bajar la cabeza en sumisión.

El animal se encontraba a una distancia considerable, pero de un momento a otro se

encontraba corriendo hacia Jungkook quien al notarlo trato de correr, pero fue inútil en el
momento que el lobo le brinco encima arrojándolo al suelo con brusquedad.

Justo en el instante que estuvo cerca de arrancarle el cuello un lobo azabache apareció
ocupando el lugar del chico empujando al acaramelado, su cuerpo azabache era mucho más
grande, le gruñó enseñando los dientes y sus ojos brillaron rojos.

El lobo acaramelado no se dejó intimidar gruñéndole devuelta, el alfa se puso en posición de

ataque por lo que el otro lobo lo imitó.

Sin esperar el primero en atacar fue el de ojos verdes tratando de morder el cuello de mayor,
pero este lo empujó con su cuerpo sometiéndolo en el suelo.

El menor se encontraba panza arriba bajo el alfa, el lobo acaramelado se sentía amenazado
ante la presencia del mayor invadiendo su espacio, hasta que el hocico del azabache se
acercó a su pelaje olfateándolo, enterrando su nariz en el cuello del contrario, por reflejo
este le dio más acceso exponiéndose de forma sumisa.

Un chillido escapó de la boca del menor por lo cual el alfa se apartó, el acaramelado observó
cada uno de sus movimientos y alzó las orejas sorprendido al ver qué el gran lobo azabache
se acostaba en el suelo con las patas hacia arriba.
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Con temor se fue acercando sigilosamente, aún estaba a la defensiva, poco a poco la
distancia de ambos fue desapareciendo y la nariz del menor comenzó a olfatear lo primero
de forma sutil, pero en el instante que el fuerte aroma invadió sus sentidos por completo sus
ojos se dilataron y su nariz se enterró en el cuello contrario con descaro.

Su cola se comenzó a menear con euforia y como si se tratará de un cachorro aulló

acurrucándose sobre su cuerpo pidiendo por él.

Los pelajes fueron sustituidos por cuerpos desnudos, los brazos se aferraban a cada cuerpo y
los ojos llorosos se hicieron presentes cuando el vínculo que había estado roto se había
restaurado y los aromas se habían combinado.

— ¿T-tae?... — Su voz tembló — ¿Realmente eres tú?... Dime qué esto no es un sueño.

— Aquí estoy mi amor... — Sollozo — Te dije que lucharía hasta el último instante.

Se aferró con fuerza al dorso de su amado, Jungkook aún no lo podía creer tomo su rostro
entre sus manos y lo miró, era realmente él.

Su cabello castaño brillaba, su rostro se veía lleno de vida con sus mejillas algo rellenitas, ya
no había ojeras bajo sus ojos, sus labios eran carmesí nuevamente y sus ojos brillaban azules
con tanta intensidad como el mar, estaba vivo.

Pero eso no fue lo que llamo aún más la atención si no el fuerte aroma que desprendía y las
grandes ansias que estaba sintiendo por tomarlo.

— Entraste en celo...

Ahí fue donde el menor también fue consciente al sentir su entrada comenzar a dilatarse
pidiendo por atención, el calor subiendo por todo su cuerpo, sus mejillas se pintaron de rojo
y sus ojos volvieron a brillar.

— A-alfa~ — Jadeó con algo de dolor, su omega lo llamaba junto a su lobo.

— Descuida yo te voy ayudar — Trato de controlar a su lobo.

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Con cuidado lo tomo entre sus brazos de forma nupcial llevándolo dentro de la cabaña, el
castaño gemía con cada movimiento mientras olfateaba el cuello del mayor y de vez en
cuando lo lamía.

Jungkook podía sentir la excitación y el fuerte deseo de Taehyung mediante su lazo el cual
era realmente fuerte como si la sensación fuera propia.

A duras penas lograron llegar a la cama y en el momento justo en el que el azabache trato de
soltarlo fue jalado por el menor, Taehyung tenía demasiada fuerza, debía ser por el tiempo
que había estado dormido su lobo.

Taehyung tiro de su alfa a la cama para después subirse sobre el haciendo brillar sus ojos
azules, su lobo estaba presente y tenía muchas ganas de ser complacido de la forma más
ruda y placentera por su alfa.

— J-jungkook... Duele — Meneo su trasero provocando que su entrada rozará con el pene
erecto del mayor lo que lo hizo gruñir — Los necesitamos~

El alfa no pudo esperar más sintiendo ese mismo deseo por tomar al menor y reclamarlo
nuevamente como suyo, lo tomo por la nuca uniendo sus labios con agresividad, sus lenguas
peleaban entre ellas y se mordían los labios al punto de hacerlos sangrar y lo estaban
disfrutando.

Las manos de Jungkook fueron contorneando la espalda y curvas de su omega deteniendo

sus manos en su esbelto y redondo trasero apretándolo con fuerza escuchándolo jadear en
el proceso.

— J-jungkook~ — Gimió entre sus labios con necesidad pidiendo por más.

El vaivén era placentero y los dedos del azabache se atrevieron a ir más allá sintiendo la
humedad desbordando del paraíso.

Dos de sus dedos irrumpieron con facilidad debido al lubricante natural, estos entraban y
salían dejando escuchar el chapoteo que provocaba la acción al ser repetida con insistencia.

— Ah~ Necesito más~ — Jadeó — Te necesito a ti~

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Jungkook entendía a lo que se refería y lo iba a complacer sin duda, sus dedos abandonaron
la entrada del castaño y en un rápido movimiento la posición fue invertida.

Sus miradas se encontraron, el deseo los estaba consumiendo y los obligaba a caer en la
tentación, los aromas de ambos los envolvían en grandes cantidades, pero ellos parecían no
notarlo.

El omega jadeo al sentir el pene de Jungkook rozar su entrada, lo quería dentro de él, su
respiración era agitada. Por primera vez el alfa observó el cuerpo desnudo del menor,
notando que este tenía un color acaramelado intenso, ya no había hematomas ni alguna
herida en su cuerpo, sus costillas ya no se marcaban, y sus curvas estaban más definidas de
lo habitual.

— Jungkook... En serio duele~ — Se quejo.

El alfa no pudo evitar sonreír ante la insistencia de su castañito y comenzó a prepararse así
mismo, para después alinear su miembro en su entrada y de una sola estocada lo penetró
escuchándolo gemir de forma sonora.

Estar nuevamente dentro de él, era la mejor sensación del mundo, su lobo también estaba
deseoso y sin darse tiempo comenzaron la duras y fuertes embestidas.

— ¡Aah! ~ — Sus uñas se clavaban en la fuerte espalda del mayor con cada embestida
haciéndolo gruñir al sentir como su piel era desgarrada.

Sus labios se volvieron a encontrar ahogando el sonido de sus gemidos y jadeos, sus cuerpos
transpiraban y sus pieles chocaban con insistencia dejándolas marcadas y ardiendo, el dolor
y placer los estaba consumiendo.

Ambos estaban cerca de llegar a su límite y con unas cuantas estocadas más Taehyung se
corrió sobre sus abdómenes, unos segundos después Jungkook lo alcanzó formando su
nudo haciendo que el menor arquear su espalda.

El castaño ladeo su cabeza exponiendo su cuello donde se encontraba su marca invitando a

su alfa a volver abrirla y así fue, los caninos del mayor desgarraron nuevamente la piel
acaramelada fortaleciendo su lazo escuchando el aullido de sus lobos.
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Sus respiraciones de ambos eran agitadas, Taehyung acariciaba con suavidad los húmedos
cabellos de su alfa realmente complacido.

Los dos permanecieron de la misma forma dándose pequeñas muestras de cariño, como
besos y caricias en espera que el nudo se soltará.

— Te amo Taehyung.

— Te amo Jungkook.

Sus cuerpos desnudos descansaban sobre la cama, Jungkook se había encargado de

cambiar las sábanas y ambos se habían duchado, así que ahora estaban tomando un
pequeño descanso.

— No puedo creer que estés junto a mí, siento que simplemente es un sueño — Toco la
mejilla del castaño como si fuera a desaparecer en cualquier momento.

— Te aseguro que no lo es, estoy realmente aquí contigo y estoy vivo gracias a ti — Se
acurrucó contra su pecho.

Ambos lobos estaban felices meneando la cola, por fin estaban juntos nuevamente y unidos
por un lazo de pareja.

— ¿Que ocurrió cuando despertaste? — Acarició su cabello — Ese lobo... Tu lobo iba
atacarme, no sabía que eras un cambia formas — El menor soltó un suspiro.

— La verdad no sé qué me pasó, cuando desperté me sentía desorientado y mi lobo había

despertado, me sentía muy débil, creí que iba a morir, pero simplemente ocurrió el cambio.
— Explicó — Lamento que mi lobo casi te atacará, pero yo tampoco sabía que era un cambia
formas — Dijo apenado.

Ahí fue donde Jungkook comprendió el porqué del comportamiento que había tenido el
animal al verlo.
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— No te disculpes, cuando uno cambia a su forma animal el lobo es el que toma la mayor
parte del control, si nunca habías cambiado antes eso explica porque él estaba a la defensiva
y más estando en celo.

— ¿Qué quieres decir? — Alzó un poco la mirada para mirarlo.

— Tu lobo está en celo y al sentir mi presencia de alfa se alteró, era obvio que al estar a la
defensiva no me iba a reconocer, por eso mi lobo actuó — Dejo un pequeño beso sobre sus
labios — Aunque sigo pensando en el hecho que me pareció ver un destello verde en tus ojos.

— ¿Verde? — Se sentó en la cama.

— Si, ¿ocurre algo? — Pondría sentir la ansiedad del menor.

Taehyung dudo un poco en contarle, pero finalmente lo hizo, le contó todo acerca de ese
lobo blanco de ojos verdes que había estado con él en dos ocasiones.

— Pero tus ojos ahora son azules otra vez — Le comento — ¿Y si es solo una coincidencia?

— Tal vez... — Se veía un poco pensativo.

— Podemos hablar con Choi cuando volvamos si te parece — Acaricio su espalda.

El menor asintió, volviendo a recostarse sobre el pecho de su alfa embriagándose de su

aroma, un tiempo después Jungkook fue a la cocina por un vaso de agua, pero al volver se
encontró con su omega en la cama en cuatro con el rostro contra la almohada dándole una
magnífica vista de su entrada.

— Te estaba esperando~ — Hablo meneando su trasero y haciendo brillar nuevamente sus

ojos en un azul brillante.

Una sonrisa se instaló en el rostro del azabache antes de morder sus labios, sin duda será
unas semanas largas y activas para ambos.
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por Srta_YoonTae

Unas semanas después de aquella cirugía que había recibido el alfa debido a la bala, por fin
pudo regresar a casa junto a su omega.

Con cuidado el menor lo ayudo a recostarse sobre la cama para después acomodarle las
almohadas y cubrir sus piernas con una manta, aunque el alfa ya estuviera bien Baek quería
cuidarlo.

— ¿Así estás bien? — Quiso saber Baek preocupado.

— Estoy bien... Gracias — Le sonrió para que pudiera tranquilizarse.

— ¿Tienes hambre? Puedo cocinar algo — Lo pensó mejor — Espera no se cocinar... Ah puedo
pedir comida a domicilio.

Antes de que pudiera irse Chanyeol lo tomo por la muñeca para que no se vaya, por lo cual el
azabache lo miro confundido.

— Baek has estado cuidándome todo esté tiempo ignorando el hecho que tú también estás
mal — El omega se tensó ante esas palabras.

— T-te equivocas... Yo estoy bien — Bajo la cabeza.

— No, no lo estás, recuerda que soy tu alfa, podrás engañar a todos con tu sonrisa, pero yo sé
lo que realmente estás sintiendo — Baek se negaba a mirar su rostro — Sabes que necesitas
sacarlo y yo estoy aquí contigo...

— Me avergüenzo de todo lo que pasó ese día... — Confesó con un hilo de voz.

Chanyeol tiro un poco de su brazo invitando al menor a recostarse con él en la cama por lo
cual Baekhyun no se negó colocándose bajo las sábanas colocando su cabeza en la pelvis del
rubio castaño.

— Puedes tomar tu tiempo, pero ten por seguro que siempre estaré aquí... — Hablo suave al
notar los minutos de silencio de su omega.
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El menor cerro los ojos y las imágenes de ese día comenzaron aparecer como un bucle, la
respiración del azabache se comenzó acelerar y sus ojos picarón.

— Tranquilo... — Acaricio su cabello con suavidad mientras desprendía su aroma para

ayudarlo.

Los minutos siguieron pasando donde la habitación se había sumido en un silencio donde
solo se podía escuchar la respiración de Baekhyun, hasta que por fin hablo.

— A Jimin y a mí nos llevaron a un cuarto oscuro y frío... — Su voz temblaba al igual que sus
manos — No quería que le hicieran nada a Jimin... Así que proteste por él...

Los sucesos se recreaban en su mente mientras lo iba relatando y era como volver a vivirlo
en carne propia.

— Eran dos hombres... — Su voz se quebró.

***

— ¡Déjenlo! — Les grito con enojo el omega menor al ver cómo esos tipos se acercaban al rubio
— Son unas basuras, él está en estado.

Uno de los alfas se volteo mirándolo, suvista viajo por toda la anatomía del joven omega
haciéndolo sentir un escalofrío.

— Parece que te encanta jugar al héroe — Río llamando la atención de su compañero — No nos
molestaría el tomarte a ti en su lugar, ¿verdad Dong?

— Tenia tantas ganas de probar al rubio, pero este no está nada mal para divertirnos un rato.

El corazón de azabache latió con fuerza y trato de retroceder al notar como ambos tipos se le
acercaban con unas repugnantes sonrisas.

Su lobo no respondía, estaba asustado, pedía por su alfa, pero era como si sus plegarias no
fueran escuchadas.

Uno de los alfas lo tomo por la muñeca con algo de violencia, mientras el otro rodeaba su
cintura con sus asquerosos brazos por su espalda.

— ¡Suéltenme! — Forcejeo con fuerza lastimándose en el proceso.

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— Por favor... ¡Basta! — Jimin se sentía tan inútil estando sentado en esa fría cama y no poder
hacer nada por ayudarlo.

Los gritos del rubio fueron ignorados mientras aquellos hombres paseaban las manos por el
cuerpo del menor en un intento por quitarle la ropa.

— ¡No quiero! — Hecho su cabeza hacia atrás con fuerza escuchando algo tronar y sentir como
el que lo sujetaba por la espalda lo soltaba.

Le había roto la nariz, con rabia y enojo el alfa lo golpeó en el rostro y él que lo tenía agarrado
por el brazo lo aventó con brusquedad al suelo antes de que el de la nariz rota lo pateara.

Baek jadeo de dolor en el suelo sujetando su vientre donde lo habían pateado, el llanto de
Jimin se escuchaba junto a sus súplicas de que se detuvieran.

— Eres una completa perra — Lo volvió a levantar adentrando sus manos bajo la camiseta del
azabache.

El omega negó entre lágrimas no quería que lo tocaran, no le gustaba, gritaba para que lo
soltaran hasta que la puerta se abrió dejando ver a dos alfas más.

— ¿Que están haciendo? Saben que no tenemos órdenes para tocarlos aún.

— Vamos Chung no seas aguafiestas solo estábamos jugando ¿Verdad? — Miro al menor el cual
temblaba.

— Esperen a qué nos den la orden y podrán hacer lo que quieran, ahora llévenlos a la sala —
Ordenó uno de los alfas recién llegados antes de seguir su camino por el corredor.

— Ya oíste, pronto te haré mío y lo vas a disfrutar — Susurro en su oído provocándole asco al
menor y que sus lágrimas aumentarán.

Sin más saco sus manos de su ropa y cada uno de los alfas tomo a un omega llevándolos por un
largo pasillo.

***

— Y-yo... No quería... Pero sus manos tocaban mi cuerpo... — Las lágrimas lo traicionaron con
cada tortuoso recuerdo.
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La sangre de Chanyeol hervía de solo ver el sufrimiento que le causaron a su omega, nadie
tenía el derecho de hacerlo llorar.

— S-solo quiero que se vaya... Ya no quiero sentirme así — Confesó completamente roto —
Siento asco de mí mismo... Cómo si las marcas no fueran a la vista, pero yo las puedo seguir
sintiendo.... — Lloró.

El alfa no quería que Baek estuviera así, no soportaba verlo sufrir cuando el merecía toda la
felicidad del mundo.

— Baek... Ven aquí — Lo invito a levantarse y sentarse en su regazo.

— Pero... Tu herida... — Dijo preocupado.

— Está bien, el doctor dijo que ya estaba bien solo no debo hacer fuerza o movimientos
bruscos — Lo tranquilizó.

El menor finalmente acepto sentarse en su regazo, Chanyeol tomo sus mejillas y beso sus
lágrimas dejando ese sabor salado sobre sus labios, pero no le importó.

Ambos cerraron sus ojos al juntar sus frentes, las manos de Chanyeol bajaron desde las
mejillas de su omega a su cuello, hombros y brazos, sintiendo como este temblaba ante el
tracto algo asustado.

— Te prometo que haré que se vaya... — Le susurro — Solo confía en mí... Borraré cada marca
suya de tu cuerpo con las mías...

La manos del alfa se adentrarán con suavidad por debajo de la camiseta del azabache, el
cual al sentir el tacto en su piel brinco un poco sintiendo su respiración acelerarse.

— Aquí estoy... Nadie te va hacer daño... — Le susurraba cada una de sus palabras con
dulzura mientras continuaba su camino tocando su cuerpo con suma delicadeza.

Baek era consciente que el trato era distinto y la sensación también, donde aquellas manos
no lo habían tocado en contra de su voluntad, ahora eran sustituidas por caricias, los labios
de Chanyeol besaron la marca en su cuello y un jadeo placentero se coló por sus labios.
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Con cuidado el alfa tomo los dobladillos de la camiseta alzándola para deshacerse de ella,
los ojos del rubio castaño miraron la blanquecina piel para luego encontrarse con los ojos de
su omega.

— ¿Quieres que continúe o prefieres que paré? Si esto es demasiado puedes decírmelo.

— N-no... Estoy bien, puedes seguir... — Una pequeña sonrisa se instaló en los labios del alfa.

— ¿Podrías ayudarme? — Pidió refiriéndose a su propio camiseta, por lo cual el menor no se

negó.

Ambos estaban sin la parte superior, con cuidado el mayor recostó a su omega sobre la cama
colocándose entre sus piernas, sus besos fueron descendiendo lentamente como si tratara
de besarle hasta la sombra.

El corazón de Baek latía deprisa dejándose envolver por cada muestra de cariño que le era
otorgada, su alfa lo hacía sentir especial.

La mano de Chanyeol se detuvo en el borde de la ropa interior del menor y lo miró unos
segundos esperando a que lo detuviera, pero eso nunca pasó, por lo cual se atrevió a ir un
poco más allá.

Un gemido escapó de la boca de su omega en el momento que acaricio su pene

envolviéndolo con su mano.

— Ah~ Chanyeol... — Mordió su propio labio cerrando con fuerza sus ojos.

— ¿Quieres que paré? — Detuvo su suave vaivén de arriba abajo.

— ¿Que? No... — Lo miro suplicando que continuará.

Y así lo hizo el alfa, continúo escuchando los gemidos y jadeos que escapaba de aquella boca
que lo volvía loco, el cuerpo de Chanyeol también comenzó a reaccionar ante la excitación
que sentía mediante el lazo de ambos.

Sin previo aviso retiro la única prenda del menor dejándolo completamente expuesto ante
él, desde ese día en el hotel en Japón no había vuelto a ver su cuerpo de esa forma y era la
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viva imagen de todo lo que estaba bien, de la perfección, su omega parecía haber sido
tallado por los mismísimos ángeles.

Para no hacer tanto esfuerzo el rubio castaño simplemente saco su miembro erecto y le dio
la misma atención que le estaba dando al menor, el pre-semen del alfa no tardó en lubricar
su miembro al mirar la húmeda entrada de su omega la cual rozo con su glande.

— Chanyeol, espera... — Lo detuvo — No podemos... El doctor dijo...

— Yo sé lo que dijo y descuida no pasará nada — Le dedico una cálida sonrisa.

Baek aún estaba preocupado, pero todo eso paso a segundo plano cuando el glande de
Chanyeol irrumpió en su entrada haciéndolo arquear su espalda de placer, conforme lo
penetraba de forma lenta, se podía escuchar la respiración pesada del mayor hasta que
estuvo dentro por completo y se quedó quieto.

Esa era la segunda vez que el azabache estaba con su alfa desde la noche que lo marcó y está
vez no se comparaba en nada con la primera la cual disfrutaron más que nada sus lobos al
estar en celo, ahora esa noche era solo para sus partes humanas.

Cada uno podía sentir la entrega del otro, ambos eran conscientes de lo que querían de sus
sentimientos, Chanyeol sabía que quería a Baek, pero ese día que fue secuestrado se dio
cuenta de lo que realmente estaba sintiendo por ese pequeño omega aniñado y con espíritu
aventurero.

— Baek... — Lo llamó mirándolo a la ojos — Te amo...

Los ojos del nombrado se cristalizaron, era la primera vez que alguien que no fuera su familia
le decía esas palabras, siempre sintió que al ser diferente nunca encontraría a alguien que lo
ame tal y como era, pero simplemente tenía que seguir viajando y no saber hablar japonés
para encontrar al indicado.

— Te amo... — Tomo el rostro del rubio castaño uniendo sus labios de forma dulce, sin
lujuria, simplemente era una muestra de amor puro.
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Con suavidad Chanyeol comenzó un vaivén lento, donde no ejercía fuerza para no llegar a
abrir su herida, pero aun así ambos estaban disfrutando del otro ante esa entrega tan
especial y esperada ambos.

Ahí fue donde el alfa entendió las palabras del novio de Kai, él si amaba a Tae, pero no de la
forma en la que creyó siempre, su lobo tenía razón, solo quería protegerlo, al final entendió
que el amor hacia el castaño solo fue de hermandad, ahora entendía la diferencia de amar.

Porque Chanyeol amaba a Baek como pareja, como hombre, como su omega.

Los besos del mayor recorrían al azabache marcando su cuerpo, cada una de aquellas
marcas que estaban atormentado al omega fueron borradas con sus besos y caricias, nadie
volvería a tocarlo de esa forma, nadie volvería a lastimarlo, eso era lo que su alfa le repetía
una y otra vez.

Chanyeol penetraba a Baek mientras lo estimulaba con su mano logrando que este logrará
llegar a su deseado orgasmo, el rubio castaño salió de su interior para masturbarse a sí
mismo y poder correrse de igual forma a los pocos minutos.

Sus cuerpos estaban cansados y la herida del mayor comenzaba a doler por lo cual se tuvo
que recostar con una mueca de dolor mientras sostenía donde se encontraban las vendas.

— ¿Estás bien? — Baekhyun se acercó a su lado para examinarlo — No debimos haberlo

hecho...

Negó repetidas veces, pero el mayor lo tomo por el rostro para que le prestará atención.

— Estoy bien, solo necesito descansar — Su pulgar acarició su mejilla — Solo no digas que no
debimos hacerlo porque yo realmente quería estar contigo... Te extrañaba.

Ante el tacto el omega cerro los ojos dejándose envolver por el aroma de su alfa que ahora
estaba impregnado en su cuerpo.

— Yo también te había extrañado... — Confesó con un rubor en las mejillas.

Ambos se quedaron recostado junto a el otro cubiertos únicamente por una sábana, había
un silencio en la habitación, pero era realmente cómodo para los dos ya que se encontraban
en su propia burbuja.
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— Channie... ¿Y ahora que somos?... — Pregunto apenado con un tono casi nulo, pero por la
cercanía de ambos cuerpos el mayor lo logro escuchar.

— Soy tu alfa y tú mi omega — Sonrió jugando un poco con el menor, porque sabía que no se
refería a eso con su pregunta.

— Eso ya lo sé... Me refiero a que antes éramos amigos con un lazo...

— Oh... Pues, ahora también.

— Entiendo... — Baekhyun mordió su labio bajando la cabeza, realmente creyó que las cosas
entre ellos cambiarían — Será mejor que me vista...

Trato de hacer el ademán de levantarse de la cama, pero Chanyeol se lo impidió atrayéndolo

nuevamente a su cuerpo robándole un beso, desconcertando un poco al azabache.

— Baek, somos amigos, amantes, novios y todo lo que nos permita estar juntos... Seremos lo
que tú quieras, así que dime ¿Qué quieres que seamos?

— Todo...

Quince días habían pasado desde que Taehyung había entrado en celo y había recuperado a
su lobo, el tiempo que habían pasado juntos en esa cabaña había sido uno de los mejores;
sin contar el trágico inicio.

Pero por fin su celo se había ido y era hora de volver con su familia y sobre todo con su hijo,
claramente la mayoría sabía que si Jungkook no volvía dentro de tres días era porque la
mordida había funcionado y el castaño había entrado en celo.

Taehyung estaba con una gran sonrisa mirando todo lo que pasaba por la ventanilla del
auto, su alfa lo sostenía de la mano y el aroma de ambos se mezclaba, aunque prevalecía un
poco más el del omega.

— Ya quiero llegar y ver a Beomie — Dijo con emoción.

— Estoy seguro que él también te está esperando con ansias — Le sonrió dándole un leve
apretón a su mano.
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El menor asintió volviendo su vista a la ventanilla soltando un suspiro relajado, el auto

nuevamente se había sumido en un silencio el cual no duro mucho porque fue roto por el
azabache.

— Le mandé un mensaje a Choi cuando hicimos la parada hace rato — Le comento — Dice
que le gustaría vernos hoy si es posible.

— Pero yo quiero ver a Beomie... — Hizo un puchero y Jungkook pudo sentir su desánimo
mediante su lazo.

— Tranquilo primero iremos a casa y cuando se esté ocultando el sol podemos ir a verlo — Su
pulgar acarició el dorso de la mano contraría.

— Entonces, está bien.

El resto del camino hubo platicas algo triviales, sobre que ahora Taehyung quería volver a
trabajar por lo cual al principio al alfa no le pareció, pero termino aceptando con la
condición de un guardaespaldas para Beomie.

No es que desconfiara de sus padres y la capacidad que tenían para cuidar al cachorro, pero
sabía que pronto volverían a Tailandia.

Finalmente, el coche se detuvo frente a la casa el primero en bajar fue el omega, tenía tantos
sentimientos por dentro, era como un niño pequeño, su pareja se colocó a su lado
tomándolo de la cintura.

— Llegamos a casa — Beso su mejilla dejándose embriagar por el fuerte aroma que
desprendía el menor — Nuestro hijo nos espera...

Sin esperar más tiempo ambos subieron las escaleras con cada escalón que subían la
ansiedad de Taehyung aumentaba y su lobo movía la cola emocionado por conocer a su
cachorro.

Finalmente llegaron a la puerta y Jungkook se apartó un poco del castaño para introducir su
llave en la cerradura dando vuelta, el sonido les indico que está ya estaba abierta por lo cual
en el momento que empujó la puerta pudo notar a un pequeño con la respiración acelerada
dando pequeño brinquitis en su sitio.
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— ¡Papi! — Corrió hasta el omega el cual lo recibió en sus brazos — Los extrañé mucho,
Beomie le pidió a la luna por papi y regresaste...

— Mi pequeño cachorro — Lo lleno de besos por todo el rostro — Te extrañe tanto, no quiero
volver a separarme de ti por mucho tiempo.

— ¿Y para papá no hay abrazos ni besos? — Se cruzó de brazos alzando una ceja como si
estuviera ofendido.

— Papá — Extendió su bracito pidiendo que se uniera al abrazo por lo cual el azabache no
protesto acercándose a su familia.

El rubiecito abrazaba a ambos padres feliz porque nuevamente estaban juntos y tenía a los
dos a su lado, su familia volvía a estar completa.

Por el grito del cachorro Jiwoo y Young se acercaron a la entrada encontrándose con la
escena familiar y con un peculiar aroma a chocolate y nuez proveniente de Taehyung, por
primera vez podían sentirlo.

— Cariño — Lo llamó la mujer extendiendo sus brazos para abrazarlo.

El menor al ver a la alfa le entrego su hijo a su alfa para abrazar a Jiwoo, quien ya tenía los
ojos cristalizados.

El señor Young no se quedó atrás recibiéndolo también. Aún era de mañana así que
desayunaron juntos.

Taehyung y Jungkook le contaron a los señores Jeon todo lo ocurrido en el viaje o bueno,
solo lo que necesitaban saber.

— Antes de que el sol se oculte iremos — Comento Jungkook.

— Yo quiero ir — Pidió el cachorro.

— No se puede cariño — Acaricio su cabello dorado al ver el puchero que formaba sus labios.

— ¿Y si los acompañamos? — Sugirió Young — Así nosotros nos quedamos en la sala de

espera con Beomie en lo que ustedes pasan a consultar.

— Si, si, si — Suplico con ojos brillantes por lo cual ninguno de sus padres pudo negarse.
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El resto de la mañana y la tarde se la pasaron en la habitación junto a su hijo, quien no

dejaba de abrazarlos con tanta alegría.

Cuando llegó la hora de ir con él doctor Choi los tres decidieron darse un baño juntos en el
cual tardaron más de lo que esperaban debido a que Beomgyu derramó toda la botella de
espuma en la tina.

Al salir de la ducha mientras Jungkook se vestía, el castaño le colocaba su ropa a su hijo,

unos pantalones azules junto con una sudadera amarilla y sus tenis del mismo color.

— Toma — Le entrego una toalla a su alfa — Sécale el cabello mientras yo me visto — Le

pidió.

El mayor tomo la toalla tirándola sobre su cachorro cubriéndolo casi por completo con esta
para después sacudirlo de forma exagerada escuchando las risas de Beomie.

— ¡Papá! — El mayor se detuvo descubriendo el rostro del menor — Así no lo hace papi —
Sonrió enseñando sus dientitos de leche.

— No, pero yo lo hago mejor — El pequeño negó riendo.

Unos minutos después ya estaban listos, los señores Jeon fueron quienes iban en la parte
delantera mientras la pareja y su hijo iban en los asientos traseros.

Jungkook estaba hablando con Taehyung mientras Beomgyu jugaba con su osito Gyunnie, el
camino fue animado hasta que por fin llegaron al hospital.

Cómo siempre solo basto que el alfa diera su nombre para que los dejaran pasar
directamente al consultorio, y sin duda era lo mejor ya que así volvían pronto a casa.

— En un rato volvemos osito — Le comento el castaño a su hijo quien con un puchero asintió.

— Cuando volvamos a casa, veremos una película y comeremos golosinas — Le aseguro su

papá alfa, por lo que la sonrisa del pequeño volvió aparecer.

Cada uno beso las mejillas regordetas de su hijo y se adentrarán al consultorio donde se
encontraba Choi sentado tras su escritorio, al verlos no pudo evitar sonreír, a simple vista se
apreciaba el cambio en el omega y eso le alegraba.
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— Veo que la marca funcionó.

— Así es — Taehyung expuso su cuello con orgullo dejando a la vista su marca recién hecha,
ya que Jungkook la había vuelto abrir esa mañana antes de que regresarán a casa.

— ¿Puedo mirarla más de cerca? — Pregunto el doctor por lo cual el castaño asintió.

Choi se puso de pie colocando sus anteojos para después acercarse, la marca era realmente
bella y perfecta, quiso tocarla, pero un gruñido salió de la boca del alfa llamando la atención
del doctor para después hacerlo reír, Jungkook seguía siendo el mismo posesivo y era obvio
que ahora lo sería más.

— Bueno, quería hacerte un examen físico, pero no creo que haga falta, veo que te has
recuperado muy bien y rápido, a simple vista te noto con más peso, color y lleno de vida.

— Me siento más vivo sin duda — Sonrió el omega.

— ¿Tu lobo cómo está? — Volvió a sentarse tomando el expediente del menor.

— Muy bien, lo siento más fuerte que nunca — Hizo brillar sus ojos en un azul brillante como
el mar.

— Quisiera volver a hacer unos estudios de sangre para ver cómo se encuentra tu cuerpo por
dentro, tu plaquetas, defensas, ese tipo de cosas — Le comento, por lo que Taehyung
respondió de forma afirmativa.

El beta mayor mando a llamar a su enfermera quien amablemente fue la que tomo las
muestras de sangre del omega para llevarlas al laboratorio.

— Ya saben, cuando tenga los análisis se los haré saber para que vengan — Dijo con una
sonrisa.

— Choi, Tae y yo tenemos una duda — Hablo el alfa — Verás... Después de la mordida
Taehyung murió por unos segundos, o eso creo ya que su corazón dejo de latir.

— Eso es normal, su lobo estuvo dormido casi un año y medio, lo que hizo el corazón de
Taehyung fue latir en unos niveles muy bajos como si muriera, era una forma para volver a
conectarse con su lobo y poder despertarlo — Explicó — Eso es lo que hace la mordida de un
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alfa puro cuando el omega no está bien de salud, por eso no sabía si Tae iba a poder
resistirlo.

— Pero, el cambio a su forma de lobo ¿Cómo es eso posible si no es de sangre pura? — La

atención del doctor fue captada mirando a ambos a la vez que fruncía el ceño.

— Eso no puede ser posible, solo un alguien puro puede hacer eso — Examinó con la mirada
al castaño — ¿Has vuelvo a cambiar?

— No... Solo esa vez, Jungkook trato de enseñarme el tiempo que estuvimos aislados, pero
simplemente mi lobo no salía.

— Es muy extraño eso no debió de haber pasado — Apunto algo en una hojas.

— ¿No podría ser algo relacionado con la mordida?

— Lo dudo, nunca había escuchado que un omega cambiará a su forma de lobo por la
mordida de un alfa puro.

Miro la pantalla de su computadora y comenzó a teclear unas cuantas cosas.

— Hay algo más — Hablo el alfa — Los ojos de Tae brillaron verdes por una fracción de
segundos, pero no volvió a ocurrir tampoco.

— ¿Verdes? — Ambos asintieron, aunque el único que los llegó a ver fue el azabache.

— Tendré que investigarlo, tal vez haya sido solo un regreso, pero puede que tenga que ver
con lo que me contaron sobre la revelación del lobo de Tae, con los exámenes podré tener
un mejor análisis de la situación.

De pronto la puerta fue abierta de manera rápida dejando ver a una enfermera quien tenía la
respiración un poco agitada, parece que había estado corriendo, los tres la miraron.

— Doctor Choi lo necesitamos en el quirófano, uno de sus pacientes acaba de llegar con la
fuente rota y está teniendo muchas contracciones, parece que tiene una amenaza de aborto.

El nombrado se puso de pie al instantes.

— ¿Cuál es su nombre? — Quiso saber.

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— Luhan...

Taehyung fue el primero en reaccionar poniéndose de pie alarmado por el nombre,

Jungkook no tardó en ponerse de pie también.

Los tres salieron del consultorio, la enfermera le decía de forma rápida y breve el estado en el
que había llegado el omega y que lo habían hecho pasar con urgencia al quirófano.

Al llegar frente al quirófano Tae identificó a Sehun sin dudarlo corrió a él, mientras su alfa iba
por sus padres e hijo.

— ¡Sehun! — Lo llamó al instante este se volteo con lágrimas en los ojos y sin pensarlo abrazo
al menor refugiándose en sus brazos.

— Tae... — Sollozo.

— ¿Que paso?... — Lo consoló.

— Solo salí unos minutos... Luhan quería un pastel de la pastelería frente a la casa... —
Contaba entre lágrimas — Cuando volví él estaba en el suelo inconsciente y estaba
sangrando... Si les pasa algo...

— Tranquilo... — Acaricio su espalda — Luhan es fuerte — Luchaba para que su voz no se

quebrara.

En ese instante apareció Jungkook con Beomie en brazos y sus padres, el cachorro no
entendía porque su papi estaba así con aquel hombre, por lo cual su papá trato de explicarle
de manera sutil las cosas.

— No debí dejarlo solo... Es mi culpa...

— No es tu culpa, tú nunca te imaginaste que algo así le podía pasar — Lo tomo de su rostro
— A Luhan no le gustaría escuchar que te culpes por algo que ninguno de los dos se esperaba
que pasará.

El beta se volvió a aferrar al cuerpo de su primo, Jungkook sentía algo de celos al verlos de
esa forma, pero trato de ser empático por la situación.
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Una hora y media después el doctor Choi salió de la sala de quirófano su ropa quirúrgica y
guantes estaban manchados de sangre en grandes cantidades y por su cara no parecían
buenas noticias.

— ¿Como están doctor? Por favor, dígame qué están bien... — Suplico el beta al verlo.

— Lo siento... Pero estamos teniendo complicaciones con el parto y ambos están en riesgo...

Taehyung no pudo soportar las lágrimas, Luhan era su mejor amigo desde que había dejado
el orfanato, fue su primer amigo.

— No... — Sehun sintió que la vida se le estaba yendo de las manos, pero el omega lo sostuvo
— Por favor... Haga algo, lo que sea...

— Hay una muy baja probabilidad que salvemos a los dos... La razón de que yo esté aquí, es
porque necesito saber a quién de los dos quiere que le tomemos prioridad, a su omega o a su
hija...

La mirada del beta se alzó al escuchar esas palabras.

— ¿Hija?... ¿Es una niña?... — Sus ojos se llenaron sin más de lágrimas al recordar cómo
Luhan siempre dijo que quería tener una niña.

— Si, su cachorra es una niña...

El corazón de Sehun dolió, no sabía qué hacer, no iba a poder vivir sin alguno de los dos,
amaba a los dos con tanta intensidad que si pudiera daría su vida para que los dos
estuvieran bien, pero sabía que eso no era posible.

Se sentía entre la espada y la pared, pero necesitaba tiempo, lástima que eso era lo que más
le faltaba y con todo el dolor de su alma respondió con voz quebrada.

— Salve... A mi hija por favor...

El doctor asintió volviendo al quirófano y sin más el beta se derrumbó al suelo junto a Tae
quien también lloraba desconsolado.

— Perdón... Pero sé que Luhan hubiera querido que la eligiera a ella...

— Yo lo sé... Por eso me quedaré contigo... No estás solo..

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— Yo se lo prometí... Y no lo pude cumplir...

***
Luhan desvió su mirada al anillo que reposaba en su dedo anular.

— No puedo creer que la vida me haya dado al mejor beta super dotado y a esta gran
cachorrito — Rozo sus dedos sobre su vientre — En un mes este pequeño estará entre nuestros
brazos y luego nos casaremos.

— Claro que sí — Colocó su mano sobre el redondo vientre.

— Hubo un tiempo en el que creí que el amor no estaba hecho para mí... Aunque siempre soñé
tener una familia y llegar al altar.

— Te prometo cumplir cada uno de tus sueños mi amor — Beso sus labios con dulzura.

— Yo sé que sí, mi beta super dotado — Ambos juntaron sus frentes.

***

Las lágrimas caían por sus mejillas, las horas se le estaban haciendo eternas al beta y el dolor
en su corazón continuaba punzándole con el aullido de su lobo.

Jungkook les pidió a sus padres que llevarán a Beomgyu de regreso a casa ya que él se
quedaría a acompañar a Tae y Sehun, su cachorro no protesto entendía la gravedad de la
situación.

El doctor nuevamente volvió a salir del quirófano y se acercó al joven castaño oscuro.

— Logramos salvar a Luhan... — El beta se puso de pie.

— ¿Y mi hija?...

Antes de que el doctor pudiera decir algo el llanto de un bebé lleno el corredor, una
enfermera salió del quirófano con un pequeño bulto entre sus brazos envuelta en una cobija
verde pastel, la mirada de Sehun se alzó en el momento que la chica se quedó parada frente
a él con una sonrisa.

— Aquí está su hija — Informó.

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Un poco asustado se asomó mirando por sobre la manta, pero la beta le hizo un ademán
para entregársela, con miedo la sostuvo entre sus brazos.

Cuando miro su pequeño rostro sus lágrimas volvieron a salir al verla arrugar su naricita,
Luhan tenía la manía de hacer lo mismo cuando dormía.

— Es tan bonita... — Comento el omega con una triste sonrisa.

— Se parece a él... — Su voz se quebró — ¿Puedo verlo?

— Me temo que no, logramos detener la hemorragia, pero necesitamos tenerlo en

observación las primeras semanas, puede que tenga un par de secuelas, pero por el
momento está estable.

Sehun lo entendió, pero al menos estaba aliviado de que los dos estuvieran vivos, jamás
había sentido tanto miedo en su vida.

Sehun la acerco a su rostro dejando un beso sobre su pequeña frente y la abrazo sintiendo el
aroma que desprendía la pequeña coco y flor de loto...

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por Srta_YoonTae

Un pequeño resumen de lo que ha estado ocurriendo es que Jimin y Yoongi estaban

tratando de llevar la vida de padres, pero el señor Kang era quien más los ayudaba, estaba
encantado con su nieto.

Joonie aún tenía pesadillas, pero tuvo que entrar a terapia debido a todos los traumas que le
había causado Jihyo, por suerte su rechazo hacia Namjoon ya no estaba, pero estaba claro
que nunca volvería a ser aquel niño sonriente que siempre fue, le habían arrebatado su
sonrisa de la forma más cruel que le podían hacer a un niño de 2 años.

Luhan aún no despertaba, pero Sehun iba todos los días sin falta a visitarlo con la pequeña
Sungji, ese era el nombre que Luhan siempre quiso si llegaba a ser niña, porque si era niño
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quería que se llamará como su beta super dotado. El doctor le explicó que el omega debido a
la hemorragia tuvieron que retirar su matriz por lo cual no iba a poder tener más hijos,
aunque eso ya sabía Sehun de sobra, ya que Sungji había sido un milagro en sus vidas.

Por otro lado, Chanyeol se había estado recuperando muy bien, sobre todo por lo cuidados
que le brindaba su lindo omega, Baek realmente se estaba esforzando por cuidarlo de la
mejor manera, hasta le pidió a Jiwoo la reserva de sopa de avena para preparársela, al final
quedó algo simple, pero el alfa no podía despreciar el esfuerzo de su chico, por lo que se lo
comió todo.

Mientras tanto Taehyung y Jungkook pasaron esos últimos días junto a su cachorrito, las
pruebas aún no estaban listas así que el doctor Choi aún no los llamaba.

El omega se estiró con una sonrisa abriendo de a poco los ojos encontrándose con los ojos
negros de su amado.

— Buenos días amor... — Acaricio su mejilla con suavidad dejando que su mano continuará
bajando por los hombros desnudos del menor hasta perderse por su espalda expuesta.

— Buenos días Kookie... — Beso sus labios tocando su pecho desnudo — ¿Qué hora es?

— Las 6 de la mañana.

— Aún es temprano... — Hizo un puchero — ¿Y si dormimos un poco más? — Propuso el

castaño.

— ¿Y si retomamos lo que hicimos anoche?... — Le sonrió de forma provocadora subiéndolo

sobre su cuerpo.

Taehyung no pudo evitar reír y su lobo meneo la cola ante las insinuaciones sexuales de su
alfa, y es que la noche anterior habían tenido sexo hasta cansarse ya que los señores Jeon
salieron con Beomgyu.

— Solo piensas en sexo — Río.

— Eso no es verdad — Se defendió — También pienso en ti... En tus labios... — Los beso — En
tus hermosos ojos... — Lo miro y estos brillaron azules — En tu cuerpo... — Sus manos
tocaron las curvas del menor — En tu aroma... — Olfateo su cuello besando su marca.
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— Jungkook... — Suspiro cerrando los ojos.

— Lo ves, no solo pienso en sexo, pero cuando es contigo no lo puedo evitar — Sonrió contra
sus labios mientras lo abrazaba estrechándolo contra su cuerpo.

Los juegos de besos, caricias y roces de sus cuerpos desnudos los hicieron caer en la
tentación, dejando que sus cuerpos fueran consumidos por el deseo volviéndose
nuevamente uno.

Los fuertes brazos del azabache lo estrechaban contra su cuerpo, los aromas de ambos
invadían la habitación mezclados como si fueran uno mismo.

Pero por más que hubieran querido quedarse así por más tiempo no podían, con pesar una
vez el nudo del alfa se soltó salió del interior de su amado.

— Te amo — Beso su marca con amor.

— Te amo — Acaricio su largo cabello azabache.

Unos toques en la puerta llamo la atención de ambos por lo cual se separaron y se colocaron
ropa interior para que el mayor después abriera la puerta encontrándose con los ojitos de su
hijo.

— Buenos días papá — Batió sus pestañitas mientras mecía su cuerpecito de adelante hacia
atrás.

— Buenos días — Lo saludó dándole paso para que entrara a la habitación.

El pequeño cachorro entro y fue directo a la cama con su lengüita afuera subiéndose para
abrazar al castaño.

— Buenos días papi — Escondido su rostro en el vientre de su padre omega quien acababa de
abotonarse una camisa.

— ¿Cómo dormiste cariño? — Acaricio sus dorados cabellos con sus largos dedos.

— Muy bien, también termine de leer el libro que me regalaste — Giró su rostro para mirar al
omega.
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Jungkook volvió a la cama acostándose y colocando su cabeza sobre las piernas de

Taehyung, el castaño sonrió al tener a ambos a su lado, era todo lo que él necesitaba para
ser feliz.

— ¿En serio tienes que ir a trabajar? — Hizo un puchero el menor.

— Así es cariño — Beomgyu puso ojos tristes — Tenemos que trabajar, pero cuando volvamos
podemos hacer lo que tú quieras.

— ¿De verdad?

— Claro, pero mientras te quedarás con tus abuelos — Agrego Jungkook.

— Mm... Está bien, pero ¿podemos ducharnos juntos? — Jugo con sus pequeños deditos.

— Solo si prometes no tirar toda la botella de espuma — Le advirtió en forma de juego su

padre alfa.

— No sé de qué hablas papá — Río — La botella se cayó solita — Fingió ignorancia.

— Si aja — Jungkook se levantó de la cama tirando de los piecitos de su hijo escuchándolo

reír.

Lo tomo entre sus brazos colocándolo en su hombro como si fuera un costalito de papas, el
pequeño rubiecito carcajeaba, Taehyung por su lado también se levantó de la cama para
dirigirse al cuarto de baño, pero a medio camino su alfa también lo tomo a él subiéndolo en
su hombro como lo había hecho con su hijo antes.

— ¡Jungkook! — Lo llamó, pero el nombrado solo reía.

— A papi también le tocó — Se burló Beomgyu desde el otro hombro.

Los tres entraron al cuarto de baño entre risas, la ducha fue entre juegos y una guerra de
agua, con alguna burbujas y espuma.

Beomgyu estaba sentado en las piernas de su papá alfa mientras colocaba espuma sobre su
cabello para peinarlo de manera graciosa, pero Jungkook no se quedaba atrás haciendo lo
mismo con él mientras Taehyung enjabonaba la espada de su hijo.
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Al salir ambos mayores se colocaron un traje, el del alfa era su distinguido traje negro con
una corbata azul marino, mientras Taehyung usaba un traje gris con su corbata rojo vino.

En cambio, Beomie llevaba unos pantalones negros y una sudadera blanca con amarillo,
junto a su zapatitos amarillo favoritos.

Cuando finalmente estuvieron listos bajaron juntos para desayunar, Jungkook como
siempre su taza de café negro y un desayuno ligero, en cambio Taehyung y Beomgyu estaban
comiendo omelet con jugo de naranja.

— ¿Y mis abuelos? — Pregunto el pequeño mientras llevaba un poco del omelet a su boca.

— Fueron a visitar a tus tíos, pero ya deben estar por llegar para quedarse contigo —
Beomgyu asintió mientras seguía comiendo.

— Papi ¿Van a tardar mucho en el trabajo? — Al cachorro aún se le hacía difícil la idea de que
su papás vayan a trabajar y lo dejen.

— Trataremos de que no sea así, queremos venir almorzar contigo todos los días y si hay
mucho trabajo uno de los dos vendrá almorzar contigo — Acaricio su cabello.

— Pero no te preocupes hijo, estarás con tus abuelos y contrataré a una niñera para que
juegues con ella también, nunca estarás solo, además pronto entraras a la escuela — Hablo
el alfa.

— No quiero ir a la escuela — Hizo otro puchero mientras picaba el omelet con sus palitos.

— Ya lo hablamos cariño, todo estará bien, mientras tú estás en la escuela nosotros

estaremos trabajando y así cuando salgas nos veremos.

— Pero estaré solo, ya ni siquiera veo a Joonie...

Ambos padres se miraron, sabían que la ausencia de Seokjoon también ponía triste a
Beomie, ambos se habían llevado tan bien y desde lo del secuestro no se habían vuelto a ver.

— Pronto lo verás, lo prometo — Le aseguro Taehyung — Pero puedes hacer nuevos amigos
en la escuela.
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— Pero... Joonie es mi mejor amigo y yo no quiero otro — Jungkook pensó en sus palabras
antes de hablar.

— Joonie puede ser tu mejor amigo, pero aun así puedes tener más — El rubiecito lo miro —
Tu tío Yoongi es mi mejor amigo desde que era niño y aun así tu tío Nam también es mi
amigo.

El pequeño cachorro se quedó pensativo unos segundos como si estuviera analizando las
palabras de su padre.

— ¿Entonces puedo tener un mejor amigo y muchos amigos? — El alfa asintió.

El sonido de la puerta principal y unos tacones resonando fue señal de que los señores Jeon
habían vuelto a la casa y se dirigieron directo al comedor encontrando a los tres que
acababan de terminar de desayunar a excepción del menor.

— Buenos días — Saludaron ambos alfas.

— Llegaron a tiempo — El azabache miro su reloj de muñeca — Ya nos tenemos que ir

¿Terminaste amor? — Su omega tomo el poquito jugo que le quedaba en su vaso y asintió.

Taehyung y Jungkook volvieron a subir a la habitación para lavarse los dientes, al volver su
hijo ya había terminado de desayunar y los estaba esperando para despedirse.

— Adiós papas — Puchereo abrazando a ambos cuando estuvo en los brazos de su padre.

— Te amamos — Taehyung beso su mejilla sacándole una sonrisa al menor.

— Cuídate y pórtate bien — Le recordó Jungkook, aunque no hacía falta porque el cachorro
lo recordaba muy bien.

Después de despedirse ambos salieron de la casa mientras bajaban las escaleras el alfa
metió sus manos a sus bolsillos.

— Olvide mis llaves — Cuando quiso regresar a la casa su omega lo detuvo con una sonrisa
divertida.

— Oh no amor, está vez yo conduzco — Le enseñó sus llaves apretando un botón provocando
que el auto rojo quitara sus seguros.
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Jungkook no pudo protestar más y subió al auto, el camino a la empresa fue tranquilo hasta
que estuvieron cerca de llegar y al entrar al estacionamiento vieron como Evans bajaba de su
auto para después entrar a la empresa.

— Ese maldito francés — Apretó sus puños el magnate — Me da rabia verlo pasearse por la
empresa como si nada cuando estoy seguro que él es el culpable del secuestro.

— No tenemos como comprobarlo, Wonho lo dijo, si él es el que dirige ese circo está jugando
muy bien sus cartas, porque no deja pruebas que lo inculpe.

— Pero si lo golpeó...

— Tú no vas a golpear a nadie — Le advirtió el omega al sentirlo alterarse mediante su marca

— Jungkook si haces eso le estarías haciendo un favor y él sí tendría pruebas de tu agresión
hacia él.

Tanto Jungkook como su lobo gruñeron, pero el castaño tenía razón, aunque aún no
entendía el magnate porque Evans no había dicho nada acerca de que lo golpeó en su
oficina.

El omega beso los labios de su amado para tranquilizarlo y soltó su aroma dulce, el alfa lo
miro con una sonrisa y ambos bajaron del coche.

Subieron juntos por el elevador hasta llegar a su oficina y saludaron a Yerim la cual estaba
más que sorprendida con el cambio de Taehyung.

— Tae, te ves tan bien — Le sonrió.

— Gracias — Se aferró más al brazo de su alfa algo apenado por el cumplido.

— Me alegro que lo suyo ya sea oficial, me enteré que ahora también serás mi jefe, ¿debo
llamarte señor Kim como al señor Jeon? — Pregunto algo insegura.

— Claro que no, somos amigos y puedes seguir llamándome Tae — La chica volvió a sonreír.

La pareja siguió su camino hasta entrar a la oficina donde aún se encontraban ambos
escritorios.
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— No moví tu escritorio porque no sabía si querías quedarte en esta oficina conmigo o...
¿Prefieres una para ti solo por tu privacidad?...

— Jungkook... — El omega se colocó frente a él y lo miró serio.

— Si...

— ¿Desde cuándo existe la privacidad entre tú y yo? — Sonrió de forma juguetona mientras
jugaba con la corbata del magnate — Claro que me encantaría quedarme contigo aquí,
porque así no tengo que caminar mucho cuando quiero... — Acercó sus labios a su oído —
Que empotres contra el escritorio — Mordió su labio.

— Desde que volvimos de la cabaña has estado muy descarado — Hazlo una ceja mientras
reía.

— Tú me enseñaste a ser así, yo antes era un chico puro.

— ¿Y me vas a decir que al final no te gustó que te volviera así? ¿Que sacará tu lado
masoquista? — Quiso llevarlo hasta el escritorio.

— Tenemos trabajo que hacer señor Jeon — Le recordó.

— Eso puede esperar... — Le susurro contra sus labios.

— Será mejor que comencemos si queremos terminar y continuar con esto — Se zafó del
agarré de su alfa y se dirigió hasta su propio escritorio.

Jungkook no pudo evitar negar con la cabeza con una sonrisa, Taehyung estaba tan lleno de
encantos.

Los besos y las caricias recorrían su cuerpo con delicadeza, su esposo lo trataba con amor y
cariño, le decía cuánto lo amaba con cada tacto.

— Ah~ — Jadeo quedito para no ser escuchado por nadie.

La lengua del alfa acariciaba la marca de su amado, ambos lobos aullaban gustosos,
extrañaban tener ese tipo de cercanía después de estar al punto de que no podrían volverse
a ver.
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— Y-yoongi~ — Gimió su nombre al sentir como sus grandes manos se adentraba bajo su
ropa interior.

El doctor les había recomendado que no tuvieran mucho sexo y que si lo iban a practicar sea
de una forma suave ya que Jimin seguía sensible por el parto natural.

Las manos del pelinegro pálido acariciaron el trasero redondo de su omega con delicadeza
escuchándolo jadear sobre su oído, el deseo los estaba consumiendo a ambos.

Sus cuerpos pedían por el otro, pero todo ese calor y deseo se fue al escuchar el llanto de su
pequeño cachorro a unos metros de ellos; ambos se miraron y más de estar molestos porque
su hijo les arruinó el momento ambos rieron.

— Iré a verlo... — Aviso el rubio.

— Déjalo, es mi turno de ir, tú quédate acostado — Suspiro alejándose de su omega.

El pálido acomodó su camisa mientras se acercaba a la cuna de su bebé, Jimin y él habían

decidido que los primeros meses estaría con ellos en la habitación y ya después estaría en su
propio cuarto.

El cachorrito pálido lloraba mostrando sus encías escasas de dientes, Yoongi lo tomo entre
sus brazos y lo meció un poco para calmarlo, aún le daba miedo de cargarlo.

El pequeño continuaba llorando desprendiendo su aroma a menta y vainilla por lo que Jimin
se tuvo que levantar y acercarse ambos.

— No tengas miedo, él puede sentirlo y por eso llora más — Le sonrió a su pequeño mientras
acariciaba su cabecita con dulzura.

De pronto el pequeño cachorro dejo de llorar y se acomodó mejor en los brazos de su padre
alfa, sus ojitos trataron de abrirse pero solo consiguió hacerlo un poco debido a su forma
gatuna en ellos.

— Lo ves... — Jimin miro a su esposo.

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— Es que es tan pequeño, me da miedo no ser un buen padre para él, de niño solo tuve a mi
madre así que siento que carezco de la parte paternal — Confesó mirando a su cachorro
Jihyun.

— Yo tampoco tuve a los mejores padres, pero no creo que eso tenga algo que ver con las
personas que somos ahora, cada quien decide cómo quiere ser — Se sentó en la orilla de la
cama — Ningún padre es perfecto, pero podemos intentar serlo para nuestro hijo, seamos lo
que nosotros quisimos que fueran nuestros padres para nosotros.

Yoongi miro a su hijo el cual parecía volver a quedarse dormido, él realmente quería que su
hijo creciera y se sintiera orgulloso de los padres que tenía.

— Se quedó dormido... — Susurro mientras volvía acercarse a la cuna para recostarlo.

— Lo estás haciendo bien, créeme — Le aseguro cuando el alfa volvió a la cama.

Ambos se acostaron nuevamente, pero está vez el mayor recostó su cabeza en el pecho de su
chico rubio sintiendo su dulce aroma que lo enamoró.

— ¿Y vamos a tener más hijos? — Pregunto el pálido — Me gustaría que tuviéramos una niña
— Confesó.

— Acabas de decir que todavía tienes miedo de no ser un buen padre, pero quieres tener más
hijos — Río un poco divertido.

— Yo lo sé, pero quiero tener una hija — El omega acaricio el cabello de su esposo pensando
en sus palabras.

A Jimin también le encantaría tener una hija y claro que le gustaría tener más hijos además
de Jihyun.

— Si tenemos una hija se llamará Yoonji — Bromeó el rubio.

— Y porque mejor no, Minji o SuMin — Agrego el alfa.

— ¿En serio quieres que tengamos más hijos en este momento?

— Claro que no, aún te estás recuperando del parto, pero yo digo que cuando Jihyun tenga
un año sería bueno.
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— Me gusta la idea — Suspiro pensativo.

Sin duda la familia Min sería más grande, pero por el momento se conformaban con su
cachorrito, ya más adelante lo pensarían mejor.

Jungkook se encontraba revisando las gráficas de las empresas cuando su móvil comenzó a
sonar llamando su atención al ver el nombre en la pantalla.

— Bueno, Jackson.

Jackson: Señor Jeon, lo he encontrado, he encontrado al señor Vante.

— ¿Que averiguaste? — Pregunto mirando a su omega el cual se encontraba concentrado en

unos documentos.

Jackson: Su nombre real es Kim Taehyung, hace unos 22 años se vino a vivir a Londres para
expandir su empresa, no está casado y tampoco tiene más hijos, parece que está muy enfocado
en su trabajo.

— ¿Has hablado con él?

Jackson: Si, solicité verlo y le dije lo que usted me dijo, que su empresa estaba interesada en
colaborar con la suya y aunque al principio no se vio muy interesado con la propuesta termino
aceptando al día siguiente.

— ¿Cuándo vendrá? — Quiso saber aún sin quitarle la mirada de encima al castaño, por lo
cual este alzó la vista al sentir una extraña sensación mediante el lazo de ambos.

Jackson: Dijo que viajaría a Seúl dentro de dos semanas.

— Muy bien, entonces puedes volver — El alfa mayor hizo un sonido de afirmación — Gracias
por la ayuda, quería pedirte otro favor...

Jackson: Claro, usted es mi jefe.

— Necesito un nuevo guarda espaldas.

Jackson: ¿Ocurrió algo con Sehun?

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— No, pero su hija acaba de nacer y está cuidando a Luhan, además el guarda espaldas no es
para Taehyung es para Beomie, quiero que sea de confianza y que sepas que cuidara bien de
mi hijo.

Un silencio se instaló al otro lado de la línea, pero luego el silencio se rompió.

Jackson: Creo saber quién puede con ese papel, solo déjame ver si logro contactarme con esa
persona, hace mucho no nos vemos.

— Te lo agradecería mucho.

La llamada se finalizó por lo cual el castaño se acercó al escritorio de su alfa.

— ¿Ocurrido algo? — Quiso saber.

— Si... — Se tomó unos segundos antes de darle la noticia al menor — Es sobre tu padre, se
reunirá conmigo en dos semanas.

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por Srta_YoonTae

Sus labios se movían al compás y sus lenguas se acariciaban con deseo, las manos del omega
se perdían en las largas hebras azabaches de su amado, mientras las de Jungkook viajaban
de su espalda hasta su trasero dando leves apretones provocando jadeos queditos
escapando de la boca del menor.

— Taehyung~ Me vuelves loco... — Junto sus frentes rompiendo el beso. Sus respiraciones
eran apneas.

— Ya terminamos el trabajo y me gustaría complacer a mi alfa — Sonrió con picardía.

El castaño se separó un poco del magnate por lo que este frunció el ceño observando cada
movimiento del menor, el cual se colocó de rodillas frente al azabache acercando su rostro al
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bulto que comenzaba a crecer para después alzar la mirada encontrándose con los ojos de
su alfa por lo cual hizo brillar los suyos en un intenso azul mientras sonreía.

El cuerpo de Jungkook se estremeció, la imagen de su amado frente a él de rodillas

mirándolo a los ojos era la cosa más jodidamente sexy que podía existir.

— Desabróchate el pantalón. — Ordenó el omega.

El lobo del alfa bajo la cabeza dándole a entender que estaba a la merced de Taehyung, por
lo cual el magnate no se hizo de esperar que hiciera caso.

Soltó su cinturón y seguidamente desabrochó su pantalón bajándolo un poco para después

sacar su miembro erecto frente al castaño quien sonrió de lado y lo miró nuevamente a los
ojos.

— No puedo creer que estés así de duro por un par de besos — Se burló.

— Estuviste restregándote en mi todo el tiempo, además ¿no dijiste que tú eras el único que
podía ponerme así? — Dijo dando un leve caricia a su propio pene tentando a su omega.

— Y lo sigo sosteniendo, dime... — Taehyung remplazo la mano del mayor con la suya
comenzando un sutil movimiento de arriba abajo — ¿Quien más te ha puesto así de duro?

Su mano iba de la base hasta el glande, cuando el pre-semen comenzó a gotear de la uretra
del alfa este jadeo recargándose del escritorio que estaba a su espalda y dejó caer su cabeza
hacia atrás.

— Responde. — Ordenó — ¿Quién?

— Nadie... Solo tú~ — Cerro los ojos — Vamos Tae... Quiero follarte esa linda boca — Pidió.

El omega sonrió relamiendo sus labios para después pasar su lengua a lo largo de su
longitud, desde la base hasta la uretra por la cual succionó haciendo gemir al magnate.

Jungkook llevo su vista hacia el menor quien tenía su glande dentro de su preciosa y cálida
boca, la lengua del castaño estaba haciendo maravillas con cada movimiento mientras
chupaba el glande.
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Los ojos de ambos se encontraron, los cuales brillaron con sus respectivos colores ya que los
lobos de ambos estaban presentes.

Con descaro y sin apartar la mirada Taehyung se fue comiendo toda la polla de su alfa
tratando de llegar a la base, pero no lo consiguió sintiendo como el pene tocaba su garganta
por lo cual lo volvió a sacar.

La acción se fue repitiendo, la boca del castaño se movía de adelanté hacia atrás mientras su
mano bombeaba la base donde su boca no llegaba, el omega usaba sus labios para cubrir
sus dientes y no lastimar al magnate.

La excitación y lujuria estaba consumiendo a ambos por lo cual la mano de Jungkook fue al
cabello castaño colocando sus dedos entre las hebras tomándolo con algo de fuerza y en vez
que el menor jadear de dolor lo hizo de placer al sentir el fuerte agarre de su amado.

El mayor comenzó a marcar el ritmo un poco más rápido, por lo cual Taehyung tuvo que
sostenerse de las piernas del azabache con ambas manos mientras esté se follaba su boca
con descaro mientras gemía y jadeaba su nombre.

Los ojos del omega comenzaban a cristalizarse por la fuerza y profundidad que ejercía cada
vez más su amado, el glande del magnate chocaba contra la garganta del menor y eso
aumentaba aún más el placer para él.

Cuando se sintió en su límite empujó con fuerza al menor provocando que se comiera toda
su polla por completo por lo cual Taehyung cerró los ojos dejando escapar un par de
lágrimas en el proceso mientras clavaba sus uñas en las piernas del azabache.

Jungkook no lo soltó hasta que se descargó por completo dentro de su garganta, el castaño
ya comenzaba a sentir la falta de aire y el ardiente dolor en su garganta mientras el cálido
fluido iba bajando y las arcadas se hicieron presentes.

La fuerza fue disminuyendo hasta que finalmente lo soltó y el menor pudo respirar,
colocando su mano en su garganta, aunque por otro lado su lobo meneaba la cola feliz por lo
genial que era su alfa.

— ¿Estás bien? — Lo ayudo a ponerse de pie.

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El magnate podía saber que a su omega le gustaba que fuera rudo con él, pero siempre le
pregunta cómo se sentía, no quería sobrepasarse con él menor.

— Lo estoy... Descuida — Le sonrió lamiendo su labio el cual tenía restos de fluidos.

— Eso es bueno porque, aún no he terminado — En un rápido movimiento lo coloco con el

dorso sobre el escritorio sorprendiendo a Taehyung.

— Ah~ — Jadeo al sentir como su alfa le comenzaba a quitar el pantalón, bajándolo junto a
su ropa interior dejando su esbelto y redondo trasero expuesto — Jungkook~

El azabache colocó sus manos en cada glúteo para empujarlos del lado contrario dejando a
la vista su dilatada entrada que escurría de excitación provocando una sonrisa en los labios
del magnate.

— Ni siquiera estás en celo y mira cómo te escurres por mí, mi pequeño masoquista —
Jungkook se hinco frente al trasero del menor y su cálido aliento acaricio la entrada
estremeciendo a su omega.

— J-jungkook... ¿Qué estás... ¡Ah!... — Gimió al sentí un azote en su trasero, cortesía de su

alfa.

— Silencio, no te di permiso para hablar — Taehyung mordió su labio inferior. Amaba cuando
el azabache era demandante y mano dura con él.

Jungkook prosiguió con lo que estaba, acarició la húmeda entrada con su lengua
provocando que el menor diera un respingo de sorpresa.

— Ah~ — Gimió el menor dejando su mejilla contra el escritorio.

La lengua del magnate paseo por la parte exterior de la entrada del menor sintiendo la dulce
esencia que desprendía, era como estar en la puerta del paraíso, poco a poco hizo presión
para penetrarlo con su lengua.

— J-jungkook... — Repitió su nombre una y otra vez embriagado de placer.

Jungkook estaba amando cada sonido que escapaba de la boca de su amado con cada
penetración de su lengua.
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— No pares... — Pidió Taehyung — Estoy cerca~

Pero esas palabras fueron suficientes para que el alfa detuviera sus acciones y se pusiera de
pie nuevamente.

— ¿Qué haces?... — Su respiración era apnea — Te dije que no pararás — Lloriqueo

quejándose.

— Tranquilo, pronto tendrás algo mejor y te correrás con más gustó — Aviso alineando su
miembro nuevamente erecto en la entrada trasera del castaño.

Con rudeza lo penetró provocando que un grito escapara de la garganta del chico, sus uñas
se clavaron en el borde del escritorio y mordió su labio para callar sus sollozos.

— Lo siento ¿Te dolió? — Se burló el azabache, por lo que Taehyung lo miro sobre su hombro.

— Eres un sádico...

— Y tu un masoquista, que podemos hacer, somos la pareja perfecta — Beso su hombro.

El omega no pudo alegar nada con esa respuesta, era verdad, a Jungkook le excitaba el dolor
que le causaba y a Taehyung el dolor que le hacía sentir, ambos se complementaban tan
bien, como si hubieran sido hecho a la medida del otro.

Las estocadas del mayor eran firmes y precisas, el ritmo era rudo y lujurioso, el sonido de sus
pieles chocando hacían eco en aquella fría oficina acompañados de los gemidos de ambos.

Claro que no paso mucho tiempo para que ambos se corrieran, sus lobos se acurrucaban y se
sentían felices, su marca los dejaba sentir lo bien que se sentían al estar uno junto al otro.

Al final decidieron descansar un rato antes de continuar con el trabajo para poder ir a comer
con su cachorrito como le habían prometido.

Estaba el beta meciendo a su pequeña entre sus brazos, la cachorrita estaba despierta y
estaba gustosa del tacto y atención que le estaba dando su papá.
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Sungji extendió su manita abriéndola y cerrándola por lo que Sehun colocó su dedo índice, la
castañita no dudo en tomarlo, su manita era demasiado pequeña a comparación de la de su
padre.

Los soniditos sin sentido salían de su boca, aun teniendo días de nacida hacia muchos
sonidos con su boquita, era como si estuviera hablando, pero en su propio idioma, le
recordaba cada vez más a Luhan.

De pronto se escuchó un jadeo, pero este no provenía de su hija por lo que alzó la mirada
notando el ceño fruncido de su omega; estaba despertando.

— Luhan... — El nombrado poco a poco fue abriendo los ojos sintiéndose algo desorientado.

Su rostro observó el lugar, aquella sala blanca y llena de luz, dedujo que era un hospital. Su
vista siguió pasando hasta que se encontró con el rostro de su razón de ser, ahí estaba su
beta super dotado.

— ¿Sehun?... — Trato de sentarse, pero el dolor no lo dejó.

— No te muevas, te puedes lastimar o abrir tu cirugía.

— ¿Cirugía?... ¿De qué hablas?

La cabeza le daba vueltas y tenía un dolor en la parte baja de su vientre, de pronto los
recuerdos comenzaron hacerse presentes, Sehun yéndose a comprar un tiramisú que le
había pedido, luego el fuerte dolor en la parte baja de su vientre, las contracciones que eran
tan fuertes que lo hizo desplomarse en el piso y por último la sensación viscosa entre sus
piernas antes de perder el conocimiento.

— Mi bebé... — Las palabras se quedaron cortas cuando un pequeño estornudo se hizo

presente.

La mirada del azabache bajo hacia los brazos de su amado notando un bulto envuelto en una
mantita verde pastel.

— Es... — Sehun asintió con una dulce sonrisa. Luhan extendió sus manos para tomarla, pero
de un segundo a otro antes de tocarla las retiro bajando la cabeza.
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— Puedes cargarla si quieres — Lo alentó su beta.

— ¿Qué fue?... — Quiso saber.

— Averígualo por ti mismo — Acercó un poco más a la bebé.

El menor estaba curioso por lo que aún con un temblor en las manos trato de recibir a su
bebé, al mirar su rostro de la pequeña una lágrima se deslizó por su mejilla acompañado de
un sollozo, su cachorrita era una combinación exacta de ambos, sin duda era fruto de su
amor.

— Es tan bonita... ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? Se ve grande... — Volvió a mirar a su

hija la cual arrugaba su naricita olfateando el aire cerca de su papi.

— Dos semanas...

Antes de que pudiera decir algo más el doctor Choi apareció por la puerta, iba a ser su
examen de rutina, pero se sorprendió de ver despierto a su paciente.

— Buenas tardes — Se acercó — Veo que ya despertaste — Dijo mientras revisaba la bolsa de
suero que iba a la mitad — ¿Cómo te sientes?

— Un poco desorientado y con algo de dolor en el vientre — Confesó — Sehun dijo algo de
una cirugía...

— ¿No le has dicho? — Quiso saber el doctor.

— Lo iba hacer cuando llegó, pero creo que es mejor que usted se lo explique.

— ¿Qué cosa?

Sehun se colocó aún más cerca de su omega cruzando su brazo por encima de los hombros
del menor dándole apoyó y que supiera que estaba con él sin importar nada.

— Verás, como te dije desde un inició los embarazos entre un omega y un beta son muy
raros, pero especialmente los de un omega de sexo masculino porque son más de alto riesgo
— Luhan ya sabía eso, por lo cual no entendía a dónde quería llegar.

— Lo sé, usted nos lo comentó, pero que con eso.

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— Luhan estuviste cerca de perder la vida porque tú hija no pudo nacer de forma natural, ya
que tú cuerpo era más pequeño que tú hija, me refiero a que la proporción de tamaño no era
compatible — El menor continúo escuchando — Por lo cual tuvimos que practicarte una
cesárea, pero tú matriz se desgarro un poco, por lo cual estabas teniendo una hemorragia
interna la cual pudo costarte la vida si no hubiera tomada la decisión...

— ¿Qué decisión?...

— Tuve que retirar tu matriz para detener la hemorragia... — El menor se quedó en silencio,
no dijo nada por lo cual Choi supo que tenía que darles su espacio — Estaré afuera por si
necesitan algo.

Una vez en doctor salió de la habitación Sehun no supo que decir, todo se había sumido en
un intenso silencio en el cual solo se escuchaba los balbuceos de Sungji.

— Yo... Lo siento — Por fin hablo el beta.

— ¿Por qué? — Lo miro su omega.

— Si yo hubiera estado contigo cuando te sentiste mal...

— Sehun, nada de esto es tu culpa, escuchaste al doctor esto era de esperarse.

— Pero tú matriz... Sin ella ya no podrás tener...

— Lo sé — Tomo la mano de su beta — Y no me importa — Le regaló una sonrisa — Sabes,

cuándo me enamoré de ti supe que un hijo entre tú y yo era algo imposible, pero mira,
tenemos una hermosa hija fruto de nosotros y todo el amor que nos tenemos, entiendo que
ahora ya no pueda tener más hijos, pero pude tener uno y estamos los tres juntos ¿Qué más
puedo pedir si con ustedes ya tengo todo?

— ¿En serio estás bien con eso?...

— No te voy a decir que no siento nada al saber que ya no puedo tener hijos, pero fuimos
parte de la excepción a la regla y por lo cual sabía que traería consecuencias — Tomo la
mano del mayor y la llevo a su mejilla — Te amo Sehun y te doy las gracias por darme lo que
siempre quise tener, me hiciste saber lo que se siente amar, entregarse a alguien por
completo sin importar las barreras, me diste una familia, nuestra propia familia.
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Sehun hundió su nariz en el cabello azabache de su omega respirando su dulce aroma,

Luhan siempre tenía las palabras correctas, al final el beta parecía más un niño que su propio
omega.

— Oye, aunque aún no se me olvida mi boda Eh.. Lo prometiste, dijiste que... — Los labios del
castaño oscuro cubrieron los del menor.

El beso era tranquilo y suave, lleno de sentimiento el cual calentaba sus corazones.

— Yo siempre cumplo mis promesas... — Susurro sobre sus labios.

— ¿Me darás mi marca?...

— Todo lo que me pidas.

Ambos lobos aullaron, "Tal vez el destino de un omega y un beta no estaba escrito, pero quién
dice que no pueden escribirlo ellos mismos."

Taehyung iba caminando de regreso a la oficina que compartía con Jungkook, ya que fue a
llevar unos archivos al almacén del sector 2.

El magnate le había sugerido que enviaran a Yerim ya que para eso era su secretaria y
asistente, pero el menor se negó diciendo que tenía manos y pies para ir por sí mismo, sin
importar la rutina de sexo que habían tenido horas atrás.

Subió por el ascensor y realmente era como si el mundo tuviera algo en su contra porque las
puertas se abrieron a medio camino dejando ver el rostro de la persona que menos quería
ver.

— Buenas tardes jefe — Le sonrió el francés mientras entraba y las puertas se cerraban —
Porque ahora eso eres verdad, vaya... Hace unos meses eras un practicante y ahora el
segundo jefe.

Taehyung trato de ignorarlo, pero realmente lo estaba irritando y su lobo gruñía a la

defensiva, no le agradaba para nada ese hombre.
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— Veo que al final eres como todos y el dinero viene del mismo hilo que el "amor" — Lo
estaba provocando y vaya que estaba funcionando.

— ¿Qué estás insinuando?

— Que ganar un puesto con sexo... — Las palabras se quedaron en el aire acompañadas por
un fuerte sonido.

Lo había abofeteado, claro que sí y se había sentido jodidamente bien haberlo hecho.

— No te permito que me faltes al respeto y tampoco tengo porque darte explicaciones de mi

vida privada y con quién decido acostarme, ¡déjame en paz! — Sus ojos brillaron azules y su
aroma se intensificó por lo que Evans pudo captar la diferencia de su aroma y frunció el
ceño.

Ahí fue donde lo miro con más detenimiento al omega, su apariencia era mucho mejor y su
físico ahora resaltaba más junto a su aroma mezclado con el de nada más y nada menos que
del magnate Jeon Jungkook.

Las puertas se abrieron y Taehyung se sintió agradecido por lo que salió del elevador, pero el
alfa lo tomo del brazo tirando de él provocando que sus pechos se tocaran, había una
diferencia de tamaños, pero no era tanta.

— Te gusta hacerte el difícil — Lo apretó de la cintura.

— Suéltame — Trato de darle otra bofetada, pero este fue más rápido tomándolo por la
muñeca.

— Yo podría hacerte sentir mejor que él, tu debiste ser mío desde el primer instante en esa
subasta, eres mi omega — Apretó su agarré.

— Yo. No. Soy. Tuyo. — Gruñó al ver los ojos rojos del alfa, quería intimidarlo con su rango,
pero el lobo de Taehyung no cedió como si el rango no fuera nada para él.

El francés río sin gracia, ese chico lo estaba volviendo loco tratando de hacerse el difícil, pero
sabía que tenía que caer de una u otra forma, pero lo haría suyo, ya sea a voluntad propia o a
la fuerza.
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Soltó su muñeca tomándolo por la nuca para que sus labios se encontrarán, el menor
forcejeo, pero el contrario parecía decidido a no dejarlo ir, le estaba dando asco al sentir
como la lengua del alfa quería entrar en su boca, pero no sé lo iba a permitir, por lo que
Evans lo estampó contra la pared provocando que abriera la boca al quejarse.

Taehyung sentía tantas náuseas, no quería que lo besara nadie más que su alfa, sin darse
cuenta su lobo estaba llamándolo, mientras seguía intentando zafarse de esa prisión.

Sin encontrar una forma para zafarse mordió con agresividad su lengua obligándolo a
sacarla de su boca y apartarse.

— Eres un imbécil — Escupió el menor — No vueltas a ponerme una mano encima o...

Las palabras quedaron sueltas cuando un golpe tiro al extranjero de ojos verdes al suelo,
Jungkook había llegado al escuchar el llamado de su omega mediante el lazo.

— Te voy a matar — Trato de abalanzarse sobre él, pero Taehyung lo impidió abrazándolo.

— No lo hagas, por favor... — Pidió en un susurro solo para que él lo escuchará, no quería que
Jungkook perdiera el control, sabía de lo que era capaz — Sácame de aquí...

El magnate estaba en un duelo con el mismo, una parte quería golpear a Evans hasta
matarlo, pero su otra parte racional decía que pensara en Taehyung y que lo mejor era
llevarlo a casa; gruñó apretando los puños.

— No vuelvas a tocar a mi omega y te quiero fuera de mi empresa ahora, porque si te vuelvo

a ver no dudaré en matarte.

— No puedes echarme, firmaste un contrato y si rompes el trato tendrás que pagar una gran
cantidad de dinero, no querrás irte a la quiebra.

— Lo prefiero a volver a tenerte cerca de mi familia, ahora lárgate — Sus ojos brillaron rojos
en su totalidad — Y créeme que esto no se va a quedar así.

Sin más tomo a su omega para sacarlo de la empresa de ambos, se encontraban dentro del
coche rojo, pero está vez el alfa estaba de pilotó, el menor tenía la cabeza baja mientras
jugaba sus dedos.
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— ¿Qué fue lo que te hizo?

— Nada... Ya te dije que solo me beso...

— ¿Qué me estás ocultando? Puedo sentir tu nerviosismo y ansiedad, ya no me puedes

ocultar tus emociones.

Taehyung mordió su labio, sabía que una vez que se lo dijera, se lo iba reprochar y gritar en
la cara porque eso fue parte del trato que acordaron para estar juntos, pero él no lo cumplió.

— Está no fue la primera vez en la que estoy a solas con Evans...

— ¿Que? — Taehyung pudo sentir la molestia mediante el lazo y su lobo bajo las orejas
ocultando su cola.

— Solo habían sido encuentros en los pasillos o elevadores de la empresa — Trato de

explicarse — Pero nunca había pasado a más que simples insinuaciones.

— ¡Y porque yo no sabía nada! — El castaño se encogió en su asiento ante el tono duro y

fuerte que estaba usando su alfa.

— Perdón... No creí que fuera la gran cosa...

— ¿¡No creíste!? ¡Te secuestraron y también a mí hermano junto a nuestros amigos y me

dices que creíste que no fuera la gran cosa! — Golpeó el volante — ¡Casi violan a mi hermano
y casi te pierdo a ti!

— ¿Estás diciendo que todo fue mi culpa?

— Sabes que no me refiero a eso — Lo miro — Pero pudimos haber tomado diferentes
medidas, me dijiste que nada de secretos y mentiras entre nosotros — Se sintió herido — Te
dije todo sobre mí y no te he ocultado nada, te dije lo de la posibilidad de tu infertilidad por
mi culpa, sobre tu padre, todo... No sabía que el único que tenía que ser sincero era yo.

— Lo siento...

— ¿Qué más me estás ocultando?

— Se que me equivoqué, pero solo no te dije lo de Evans te lo juro.

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Jungkook desvió la mirada y su vista se encontró con la hora en su reloj, soltó un suspiro
pesado.

— Se está haciendo tarde y le prometimos a Beomie que almorzaríamos con él — Se puso el

cinturón de seguridad encendiendo el auto.

— Jungkook... Yo...

— Ponte el cinturón — Lo cortó — Será mejor que hablemos después, en serio no estoy en un
buen momento y no quiero decir o hacer algo que te lastimé y me pueda arrepentir después.

El omega bajo la cabeza asintiendo, sabía que tenía que darle su espacio, era su culpa por no
haber sido sincero desde la primera vez que Evans se le insinuó, así que simplemente se puso
el cinturón y fueron directo a la casa.

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por Srta_YoonTae

Al llegar a la casa fueron recibidos por su pequeño osito quien brincaba de felicidad porque
almorzaría con sus padres, Taehyung y Jungkook abrazaron a su cachorro con una sonrisa
llenándolo de besos, una cosa eran sus problemas de pareja y otra su hijo, por eso frente a él
era como si nada hubiera pasado.

— ¿Qué hiciste hoy? — Quiso saber el omega.

— Prepare cupcakes con la abuela Jiwoo y el abuelo Young — Dijo con una sonrisita —
Y..y..y... También miren — Apunto uno de sus dientitos el cual se movió.

— Se va a caer tu primer diente — Ambos adultos sonrieron, su pequeño era todo lo que
estaba bien en ese mundo, y no importaba que tan malo había sido el día, porque él lo
cambiaba todo.
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— ¿Y sabes qué pasa cuando se te caiga el diente? — Le pregunto el alfa, por lo que el
rubiecito asintió eufórico.

— Mis abuelos dijeron que vendría el hada de los dientes a llevárselo para dejarme dinero —
Aplaudió — Si se me caen todos los dientes podré pagar mi préstamo papi — Tae no pudo
evitar sonreír enternecido.

Era obvio que su cachorro no iba a olvidar lo del préstamo.

Los tres fueron juntos al comedor donde Jiwoo se encontraba colocando la mesa con una
gran sonrisa mientras su esposo le ayudaba pasándole los platos y cubiertos.

— Qué bueno que ya llegaron — Dijo la alfa.

Realmente Jungkook se estaba acostumbrando a tener a su familia en casa y se sentía algo

triste que sus padres en unas semanas regresarían a Tailandia, al menos podría seguir
viendo a su hermano más seguido, pero ese tiempo con sus padres sin duda reforzó su
relación.

— Prepare tu comida favorita Taehyung, Beomie dijo que escucho que lo mencionaste una
vez así que decidimos prepararlo — El rubiecito asintió con una sonrisa.

Todos se sentaron a comer degustando de los grandes cocineros que eran Jiwoo y Young
juntos, la comida fue tranquila Beomie no dejaba de contar todo lo que había hecho ese día
con lujo y detalle, y aunque Tae y Jungkook lo escuchaban y asentían con la cabeza se
miraban de vez en cuando, el castaño podía sentir aún la decepción por parte de su alfa por
lo cual su lobo de sentía triste.

El menor sabía que había cometido un error y quería arreglarlo, disculparse, Jungkook
estaba en todo su derecho de estar molesto, pero aun así estaba triste.

— Espero que pronto se me caiga el diente — Decía Beomgyu mientras Jungkook lo ayudaba
a colocar su pijama y Tae acomodaba la cama del pequeño.

— Lo más seguro es que se te caiga mañana o uno de estos días — Le abotono su traje de oso
amarillo.

— Papá pronto cumpliré 5 años y seré grande — Le mostró sus cinco deditos.
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— Claro que sí — Lo tomo por las mejilla su padre omega y beso su frente — Mi bebé va ser un
niño grande.

Beomie abrazo al castaño dejándose envolver por el aroma de su padre, desde que el lobo
del omega volvió por primera vez el rubiecito sintió el aroma de su padre y le encantaba
abrazarlo para sentirlo.

— Bueno es hora de dormir — El alfa le dio leves palmaditas en el trasero de su hijo para
avisarle que se tenía que acostar.

El menor se río antes de echarse en la cama abrazando a su osito Gyunnie, mientras el

azabache lo tapaba con su mantita y Taehyung acomodaba sus almohadas, el pequeño se
acurrucó mirándolos a ambos, jamás se había sentido tan amado en su corta vida, pero por
primera vez sentía que era tener una familia.

— Buenas noches papás, los amo.

— Nosotros también te amamos — Cada quien le dio un corto beso — Descansa.

Ambos se pusieron de pie y se dirigieron hasta la puerta, lo miraron unos segundos antes de
apagar la luz y cerrar la puerta.

Del otro lado de la puerta se hizo un silencio en el pasillo y la tensión volvió a instalarse en el
aire por lo que Taehyung quiso hablar, pero fue callado en el momento que su alfa comenzó
a caminar en dirección a su habitación.

Bajo la cabeza siguiéndole el paso, pero al llegar en ningún momento el magnate le dirigió la
mirada, ambos comenzaron su rutina de noche y aunque en varias ocasiones el omega quiso
entablar una conversación con el azabache este se negaba a ceder.

La peor parte fue a la hora de acostarse, cada quien tenía un lado de la cama y era realmente
horrible ya que sus lobos llamaban al otro para que se abrazaran y acurrucarse como todas
las noches.

— Jungkook... — Susurro.
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Espero, pero no hubo respuesta, tal vez el alfa se había dormido, aunque Taehyung sabía
que no era así lo podía sentir por su marca, pero prefería pensar eso, a afrontar la realidad
que solo lo estaba ignorando.

— Se que me equivoqué... Y realmente lo siento... Si está es tu forma de castigarme lo

entiendo... Me lo merezco... — Sus ojos picaron — Ya no sé qué hacer para solucionar mi
error...

Jungkook escuchaba cada una de sus palabras mientras miraba el techo, él también se
sentía mal y le dolía todo lo que había pasado, pero tampoco le daría el beneficio de que ese
francés se sintiera bien por meterse entre ellos.

La voz del omega temblaba cada vez más hasta que finalmente se quebró y el azabache no
pudo resistir más con su máscara de hombre duro, miro el cuerpo de su amado el cual
temblaba estaba llorando en silencio.

La sensación que sentía de verlo así era amarga y no le gustaba nada, estiro su brazo tirando
del castaño provocando que este se diera la vuelta, sus ojos brillaban debido a las lágrimas y
sus mejillas estaban empapadas, sin contar como su labio inferior tenía un leve temblor.

El corazón de Jungkook dolió mucho, esa imagen de su omega no le gustaba, lo envolvió en

sus brazos logrando que sus cuerpos no tuvieran centímetro de distancia.

— Perdón... — Sollozo nuevamente el menor aferrando sus manos a la camiseta de su alfa

como si tuviera miedo de que se fuera.

— Ya está hecho — Se voz se escuchaba dolida — Solo no me vuelvas a ocultar nada parecido
— Hundió su nariz en su cuello rozando su marca — No más mentiras ni secretos, ese fue
nuestro trato — Le recordó.

Ambos permanecieron en esa posición, dándose calor mutuo tratando de recompensar el

mal rato que tuvieron, Evans no merecía gozar del mal de ellos.

— En verdad lo siento Jungkook... — Lo miro.

— Ya, está bien — Acaricio su mejilla — También siento haberte hecho llorar — Dejo un beso
sobre sus húmedos párpados eso hizo sonreír al menor.
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— No quiero que peleemos, no me gusta la distancia entre nosotros.

— Descuida, ese tipo no volverá a interferir entre nosotros.

— ¿Realmente lo echaste de la empresa? — Se acurrucó en su pecho.

— Claro que sí.

— Pero perderás mucho dinero por mi culpa — Mediante el lazo Jungkook pudo sentir su
culpa del menor por lo que tomo su rostro entre sus manos para que lo mirará.

— No me importa quedar en la miseria con tal de que tú y mi hijo estén bien — Le aseguro —
Ustedes son todo para mí.

— Pero... — Los labios de su alfa lo callaron.

Los había extrañado, aunque solo hubieran estado peleados un par de horas, fueron las
peores horas de sus vidas.

— Descuida, no perderé dinero alguno — Le aseguro — No sé cómo sean las leyes ahí en
Francia, pero aquí en Seúl está prohibido que un alfa se meta con un omega marcado ¿Y
adivina quién tiene una linda marca en su cuello?

El magnate rodeo la cintura de su omega girando su cuerpo dejando al menor debajo de él,
los ojos de ambos brillaron.

— Sin pruebas será difícil que lo crean — Dijo el menor colocando un mechón largo tras la
oreja de su alfa.

— Para eso estará tu testimonio, el mío y el de las cámaras de seguridad, le advertí que las
cosas no se quedarían así, no cualquiera puede acosar a mi omega y no recibir las
consecuencias.

— Se me olvidaba que eres Jeon Jungkook — Bromeó antes de darle un beso.

Habían pasado tanto para que pudieran estar juntos como tanto querían y un estúpidos
francés no sería quien lograría separarlos esta vez.
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Su respiración era tranquila, aunque por momentos se aceleraba, Seokjin miraba con pena
las bolsitas bajo los ojitos de su hijo, le dolía tanto verlo de esa forma, había bajado de peso y
tenía un color más pálido, su bebé ya no era el mismo.

— ¿Por qué no mejora?... Se supone que las terapias lo deberían ayudar.

— Todo a su tiempo señor Namjoon — Hablo la psicóloga.

Moonbyul fue asignada para el caso de la familia Kim realmente ella estaba sorprendida, no
podía creer como alguien podía llegar a ser tan despiadado para arruinar la vida de un niño
de esa forma, por eso fue que acepto el caso, sería difícil pero no imposible ayudar a esa
familia.

— Llevamos más de un mes con ese tratamiento y mi hijo aún no puede salir sin que entre en
ansiedad, los ruidos, los gritos o los olores fuertes lo alteran — La paciencia de Namjoon se
estaba acabando, él tampoco había estado durmiendo bien con todo eso.

— Yo lo sé, sé que todo esto es difícil para ustedes, pero tienen que ser fuertes por SeokJoon,
él podrá salir adelante con su apoyó — Aseguro la beta.

El omega sintió sus lágrimas acumularse de solo ver a su pequeño cachorro, daría lo que
fuera por volverlo a escuchar reír, verlo sonreír o jugar como antes.

— Debe haber algo más que se pueda hacer... — Dijo con voz rota — Por favor...

La mujer de cabello gris observo el dolor en las miradas de aquellos padres y el rostro
cansado de ese pequeño cachorro dormido, a ese ritmo que iba SeokJoon podría llegar a
enfermar de gravedad.

— SeokJoon aún es un niño... — Comenzó la beta soltando un suspiro — La mente de los

niños es muy poderosa y su hijo aún es muy pequeño eso podría funcionar a su favor.

— ¿Qué quiere decir?

— Que busquen un ancla o distracción para su pequeño, de preferencia una persona

cercana, pero que no sea ustedes o relacionado con el suceso, no sé si me comprenden —
Prosiguió — Si SeokJoon enfoca su atención en esa persona puede que su mente bloquee
ese recuerdo.
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— ¿Eso se puede hacer? — Namjoon estaba confundido.

— A funcionado en algunos casos cuando la víctima aún es muy joven, muchos niños
encuentran su ancla solos y bloquean ese tipo de recuerdos de dolor, tristeza o traumas,
algo que los haga olvidar esa tragedia — Explicó.

La peligris sabía que no siempre funcionaba en todos los casos, algunos niños no tenían la
voluntad suficiente para hacerlo, pero si había una posibilidad no perdían nada con
intentarlo.

— Pero Joonie no quiere salir, con trabajo logramos traerlo aquí a sus citas — Explico el
azabache.

— Se que será difícil, pero pueden tratar... — Pensó — Podrían llevarlo con un amigo o... — Se
detuvo y negó con la cabeza.

— ¿Que? — Quisieron saber la pareja.

— Bueno, no tiene mucho caso o sentido aún es muy pequeño y cabe la posibilidad que ni
siquiera lo conozca o no haya nacido todavía.

— ¿De qué habla?

— Su destinado, él o ella puede aliviar sus traumas, claro no lo curará, pero la carga no será
tan pesada, pero como decía antes aún es muy pequeño y no creo que conozca a su
destinado o siquiera haya nacido, por eso lo descartaba por completo.

Seokjin frunció el ceño y en lo primero que pensó fue en una sola persona, pero no sabía si
eso podía ser posible, a lo mejor estaba equivocado, pero tenía que intentarlo por su hijo.

— ¿Y si cabe la posibilidad que si conozca a su destinado? — La mirada de Namjoon viajo a su

esposo sin entender a qué se refería con eso.

La doctora observo al omega y pensó en sus palabras antes de hablar.

— ¿Realmente conocen al destinado de su hijo?

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— No estoy seguro, pero hay un pequeño, es el hijo de un amigo... Él y SeokJoon tuvieron

una gran conexión cuando se conocieron ¿Podría haber una pequeña posibilidad de que lo
sean? — La mujer medito la información.

— ¿Cuántos años tienes el pequeño?

— 4 años — Namjoon seguía confundido, nunca le pasó por la cabeza que Beomgyu y
SeokJoon pudieran ser destinados.

— Aún son muy pequeños los dos para saberlo, puede que simplemente tuvieron una
conexión de amistad, pero pueden intentarlo, déjenlos que convivan la mayor parte del
tiempo y vean los cambios — El azabache asintió — Eso sí, puede haber secuelas.

— ¿De qué tipo?

— Puede que se vuelva una persona cerrada, callada, no tendrá el trauma muy marcado,
pero si el sentimiento, además con este tiempo note que SeokJoon es distinto a otros
cachorros tal vez por eso le afecta más lo que pasó.

— ¿A qué se refiere? — Ambos se miraron confundidos.

— ¿No sé han dado cuenta que su hijo siente los aromas de forma aguda? Son muy extraños
este tipo de personas, pero existen, y SeokJoon es uno de ellos.

Los recuerdos de Seokjin empezaron a aparecer, la vez que Jungkook cargo a Joonie, el
pequeño aseguraba sentir el aroma de Tae, aunque ni el mismo Seokjin pudiera olerlo,
también después de conocer a Beomgyu dijo que olía rico, el creyó que se refería a su loción
y la última vez fue cuánto tocó el vientre de Jimin y Luhan diciendo sobre el dulce aroma que
desprendían.

— Por eso los aromas de alfa lo alteran porque al estar nervioso no sabe identificar si la
persona está molesta o es una amenaza ya que siente los aroma de forma más fuerte que el
resto.

— ¿Por esa razón me gruño? — Quiso saber el alfa.

— Así es, para él como todo era reciente al sentir el aroma de un alfa reaccionó de forma
defensiva, pero ya reconoció su aroma por eso ya no lo ve como una amenaza.
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— ¿Cómo se dio cuenta que Joonie es así? — Ella sonrió.

— Porque los betas también tenemos aroma, pero nadie lo puede sentir porque no tenemos
hormonas de aroma al mismo nivel que un omega o un alfa, pero Joonie pudo sentir mi
aroma, por eso supe que él era de alguna forma especial — Explico.

Ambos padres miraron a su pequeño el cual aún dormía entre los brazos del omega, ninguno
se imaginó que su hijo tuviera esa capacidad tan desarrollada.

La hora de consulta terminó, Moonbyul les recomendó que se tomarán su tiempo para
acostumbrar a SeokJoon a salir de nuevo de casa, que vayan a un parque, pero lugares con
poca gente ya que una gran cantidad de personas podían hacerle mal por la gran cantidad
de aromas.

La pareja comprendió y asintieron, harían todo lo que dijo la doctora para que su pequeño
pudiera salir adelante, pero primero hablarían con Tae y Jungkook sobre la situación ya que
eso involucraba a Beomgyu.

— ¡Papá! ¡Papi! — Llegó corriendo de emoción el pequeño rubiecito — ¡Se cayó! ¡Se cayó! —
Se subió a la cama brincando casi sobre sus padres.

Ambos estaban abrazados y de forma adormilada abrieron sus ojos quejándose un poco
mientras el pequeño seguía dando saltitos.

— Te habla tu hijo — Se escondió el alfa bajo las sábanas.

— Nos habló a los dos y es NUESTRO hijo — Le aclaro.

— ¡Miren! ¡Miren! — Los volvió a llamar mientras mostraba su diminuto diente de leche que
se había caído.

Ambos miraron a su cachorro el cual tenía una gran sonrisa en la cual le quedaba una
ventanita abierta por dónde su lengüita se asomaba un poquito.

— Ya eres un niño grande — Sonrió el omega peinando hacia atrás el cabello de su hijo.
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— ¿Ya se lo mostraste a tus abuelos? — Pregunto el azabache por lo cual el pequeño detuvo
sus saltitos.

— No... Aún no...

— ¿Y porque no vas a despertarlos también? — Sugirió, por lo que el pequeño asintió

bajándose a toda prisa de la cama — ¡No se te olvide gritar alto y brincar sobre tu abuela
Jiwoo! — Le aconsejo reduciendo un golpe por parte de su omega.

— Que malo eres — Negó con la cabeza.

— Es mi venganza por todas las veces que me despertó esa mujer — Se encogió de hombros
abrazando al castaño.

El alfa estaba a punto de darle un beso a su amado pero el móvil lo detuvo y bufo frustrado
antes de estirarse y tomarlo.

— ¿Jackson?

Jackson: El señor Kim acaba de llegar a Seúl.

Jungkook miro a Taehyung quien se estaba levantando para dirigirse al baño.

— Hoy será la junta.

Jackson: Así es señor, el señor Vante me dijo que está curioso de saber su oferta, creo que debió
decirle la verdadera razón de la reunión.

— Si le digo la verdadera razón cabía la posibilidad de que no aceptará y necesito tenerlo de

frente, que me escuche y que lo vea a él, a ver si se atreverá a mentirle en la cara y saber la
verdadera razón por la que lo abandonó.

Un suspiro se escuchó desde el otro lado antes de un "Como usted diga señor Jeon" y que la
llamada fuera finalizada.

El menor salió del baño con una toalla en su rostro secándose.

— ¿Qué te dijo? — El omega sabía el motivo de la llamada, el azabache lo había puesto al

tanto antes.
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— Ya está aquí y la reunión será hoy — Taehyung asintió — Si quieres lo podemos recibir
juntos o...

— No. — Se sentó en la cama — Recíbelo tú, habla con él y después entro yo...

Taehyung no podía creer que aquel hombre... el que sería su padre... si nunca se hubiera ido
por fin lo iba a conocer, no sabía cómo realmente sentirse, tenía tantos sentimientos
encontrados.

— Todo va a estar bien — Se sentó a su lado tomando sus manos.

— Eso espero — Suspiró.

— ¡Papás a desayunar! — Se escuchó el sonido de los pasos de Beomie corriendo por los
pasillos por lo cual ambos adultos rieron antes de levantarse.

— Adelántate, iré a lavarme y enseguida bajo — Beso su frente antes de que cada uno tomara
su rumbo.

El desayuno como siempre fue energético, lleno de risas y una que otra historia que contaba
Beomgyu sobre los libros que leía.

La despedida nuevamente fue algo triste para el rubiecito el cual no le gustaba cuando sus
padres se iban, pero siempre le aseguraban que volverían para el almuerzo y eso lo ponía
feliz.

Al llegar a la oficina se sentía una gran tranquilidad hacía más de una semana que Evans no
se presentaba en la empresa después del incidente y no estuvo de más que Jungkook le
mandara un mensaje al señor Frederick sobre los motivos de la cancelación del contrato y
las pruebas de las cámaras de seguridad donde aparecía su hijo, era una pena ya que el
hombre se veía un gran socio, el problema era su hijo que le faltaba profesionalismo.

Lo más seguro era que el señor le haya pedido que vuelva a Francia así que ese era un peso
menos para la pareja y podían sentirse más tranquilos por el momento.

Ese día Taehyung casi no estuvo en la oficina ya que se la paso trabajando con Yerim en el
área de archivos en la cual la señal no es muy buena.
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En cambio, el gran magnate se encontraba trabajando en su oficina revisando gráficas y

contratos de posibles y futuros inversionistas de otras empresas no tan grandes.

El tiempo se le fue volando que ni siquiera se dio cuenta de la hora hasta que escucho unos
toques en la puerta y por un instante creyó que se trataba de Taehyung así que se levantó
para abrir la puerta para abrazarlo cuando al abrir la puerta, sorpresa fue la que se llevó al
ver de quién se trataba.

— Buenas tardes, ¿usted es el señor Jeon Jungkook?

El magnate no podía disimular su sorpresa, el hombre frente a él era la copia exacta de su

omega solo con la diferencia de que su cabello era negro, su rostro ya había sido tocado con
los años y su fuerte aroma a leña encendida y frutos rojos, era un puro alfa.

— Si, soy yo.

— Un gusto, mi nombre es Kim Taehyung, pero me puedes decir Vante — Le extendió su

mano para que la estrecharan.

Jungkook no tardó en corresponder para después dejarlo pasar y pedirle que tomara asiento
mientras trataba de hacer una llamada, la cual fue directo a buzón.

Trato de marcarle a Tae como tres veces, pero el resultado era lo mismo así que decidió
dejarle un mensaje donde decía que su padre había llegado.

El hombre miraba el lugar y tenía el ceño levanté fruncido por lo que miro al joven alfa.

— ¿Puedo saber el motivo por el cual querías verme? Tu empresa es la más grande de Seúl
¿Por qué alguien como tú querría algo conmigo?

— Tengo entendido que usted tiene una empresa en Londres y estoy interesado en
expandirme en muchos más lugares, no solo en Seúl, creí que usted sería un buen socio.

El hombre lo volvió a mirar, sin duda había algo en ese chico que no lo dejaba tranquilo y el
lobo de aquel hombre también lo podía sentir, sentía algo familiar en ese muchacho, como si
lo conociera.

— ¿Puedo preguntarte algo muchacho?

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— Dígame.

— Me recuerdas mucho a alguien y tú aroma también, ¿de casualidad no conoces a Shin

Eunha? — La cara del azabache se desarmo por completo al escuchar aquel nombre que
pertenecía a su verdadera madre.

— ¿De dónde conoce ese nombre? — Se puso a la defensiva y su lobo gruño.

— Era una vieja amiga mía de la universidad — Respondió sereno el hombre.

El ceño de Jungkook se suavizo un poco, pero no bajo la guardia, Vante era la primera
persona la cual podría decirle algo acerca de su madre.

— Es mi madre...

— ¿De verdad? Sabía que te me hacías conocido — Sonrió el hombre de forma rectangular
como cierto chico castaño — Que pequeño es el mundo, te pareces mucho a ella, ¿cómo ha
estado?

— Ella... Murió cuando yo tenía 4 años... — La sonrisa del hombre desapareció por completo
— ¿La conocía?

— Lo siento mucho, no tenía idea, hace mucho no venía a Seúl... — El hombre se sintió un
poco mal — Era hermana de mi pareja en aquel tiempo — Comento el hombre.

— ¿Hermana? — Jungkook frunció el ceño.

Y en ese momento el hombre también lo hizo cuando un aroma llegó a sus fosas nasales, no
podía ser cierto que después de tanto tiempo de no verla estaba ahí.

El sonido de la puerta abriéndose hizo que los dos alfas mirarán la puerta y se pusieran se
pie.

— ¿Bora?
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por Srta_YoonTae

— ¿Bora?

Fue lo primero que dijo aquel hombre al sentir ese dulce aroma tan conocido de la que fue su
único amor, chocolate y nuez, pero faltaba un aroma más el cual no pudo sentir.

Sus ojos se encontraron con los de un joven castaño, el cual se veía igual de sorprendido, era
como mirarse en un espejo de la juventud y la vejez del otro.

Jungkook se acercó sorprendido de que el parecido se notará aún más después de verlos
juntos.

— Disculpa... — Bajo la cabeza el hombre — Te confundí con alguien más... Es que tú aroma...
— El hombre se quitó los lentes y tallo un poco sus ojos.

Su lobo se removía dentro de él con la presencia de aquel joven omega, tenía que aceptar
que el parecido entre él y el chico era muy grande, pero tal vez simplemente era alucinación
suya.

Taehyung estaba de piedra, después de tantos años imaginando a su padre y ahora lo tenía
frente a él, su lobo se removió y tuvo una sensación extraña de nostalgia, sus ojos
destellaron verdes por unos segundos desprendiendo un leve aroma más que llamo la
atención del alfa mayor.

Pastel...

— No puede ser posible... — El hombre se quiso acercar más, pero Jungkook se interpuso
cubriendo a su omega con su cuerpo.

Una sensación extraña se instaló en el pecho de Taehyung la cual comenzó a doler y sus ojos
comenzaron a parpadear verdes.

— J-jungkook... — Apretó su pecho haciendo una mueca por lo que el azabache puso su
atención en el menor sujetándolo al instante.
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— ¿Que le ocurre? — Quiso saber el hombre tratando de ayudar, pero no alcanzo a tocarlo al
mirar sus ojos verdes, ojos que solo había visto una sola vez en su vida.

Jungkook trato de llevar a Taehyung hasta el sillón para que pudiera sentarse, el castaño se
sentía mareado y era como si dos lobos pelearán por el mando dentro de él.

— ¿Que sientes? — Pregunto el alfa al no sentir dolor alguno mediante su lazo.

— No sé... Yo...

— Eres un Lunaenovae... — El hombre no lo podía creer.

El magnate lo miro frunciendo el ceño sin entender a lo que se refería Vante.

— ¿Qué quiere decir? — Lo interrogó.

— Así se les dice a aquellas personas con los ojos de ese color verde tan peculiar — Explico —
Yo solo conocí a una persona así...

— Bora... — Susurro el omega llamando la atención del alfa mayor.

— ¿La conoces? — Se hinco frente a el chico.

— Es mi madre... — Sus ojos se abrieron y miro detalladamente al joven frente a él, no podía
ser que... — Y tú... Eres mi padre...

Vante lo analizo, el chico era idéntico a él, pero tenía los ojos de Bora, su cabello castaño y su
dulce aroma, su lobo se removía dentro suyo, el hombre necesitaba respuestas.

— ¿Dónde está Bora? — La mirada del omega se volvió triste.

— Ella murió cuando yo aún era muy pequeño...

El corazón del alfa mayor dolió, negó con la cabeza, Bora, el amor de su vida no podía haber
muerto, su lobo aulló con pena por su pareja, los ojos del hombre picaron amenazando con
llorar, hasta que su atención volvió al castaño.

— Si ella murió y su hermana también... ¿Con quién te quedaste?...

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Taehyung ya estaba más tranquilo del extraño malestar que sintió, Jungkook estaba a su
lado atento por si se volvía a sentirse mal y por alguna extraña razón se sentía realmente
cómodo con la presencia de ese hombre como si lo conociera de toda la vida.

— Yo... Crecí en un orfanato hasta que cumplí la edad suficiente para independizarme... —
Guardo silencio unos segundos — Pero me gustaría saber... ¿Porque nos abandonaste?...

La pregunta le cayó como agua fría al mayor, pero era lógico que el castaño creyera que él
simplemente los abandonó.

— Yo no los abandoné... Tu madre y yo terminamos, de hecho, ella me dejó... — Dijo con

tristeza al recordar ese día, aún le dolía recordarlo — Cuando me fui a Londres, nunca supe
que Bora estuviera embarazada, si lo hubiera sabido sin importar nada jamás me hubiera ido
— Aseguro queriendo tomar las manos de Tae, pero se contuvo — Yo amaba... Amo a tu
madre.

Los ojos del menor picaron sintiendo un peso menos al escuchar eso, pero realmente quería
saber la parte de la historia por boca de su padre.

— ¿Porque no la buscaste?...

— Lo hice... Cuando supe la verdad regrese, pero era como si nunca hubiera existido, nunca
hubo rastro de ella, llegue a creer que se había ido a otro lugar ya que legalmente aquí en
Seúl ella está casada conmigo — Eso sorprendido a Taehyung.

— ¿Que verdad?

— Mi madre fue la culpable de todo, ella fue la que amenazó a Bora para que me dejará, tu
madre siempre tuvo el corazón más bello y me imagino que aun sabiendo las consecuencias
que traería separarnos, lo hizo para que yo siguiera adelanté — Su voz se escuchó algo rota
— Mi madre me confesó la verdad antes de morir ya que se quería ir sin culpa alguna...

La oficina estuvo unos segundos en silencio hasta que los ojos de Taehyung volvieron a
brillar desprendiendo ese aroma a pastel.

— Bora... — Susurro Vante.

— ¿Que?... — Taehyung lo miró.

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— La familia de tu madre pertenece a un linaje que el mundo cree extinto, porque mucha
gente los estuvo casando, unos por miedo y otros para su propio beneficio, los que son
Lunaenovae, los cuales también son conocidos como lobos completos, tienen la fuerza, la
voz de mando y pueden llegar a ser tan dominantes como un alfa, pueden ocultar su aroma
como un beta y pueden llegar a tener el aroma más dulce y suave que un omega, cuando un
Lunaenovae nace se presenta con un rango para esconder su verdadera especie, tu madre lo
hizo como...

— Una beta... — Finalizó el castaño, por lo que el hombre asintió.

— Los Lunaenovae tienen dos lobos, uno propio y uno de ojos verdes que va de generación
en generación — Explico — Cuando un Lunaenovae tiene hijos, el lobo escoge un
descendiente para continuar el linaje, a menos que quien porta el lobo decida romper su
vínculo con él para forzarlo a cambiar de portador, me imagino que eso fue lo que hizo Bora,
por eso lo tienes.

La memoria de Taehyung viajo a todos esos sueños que tuvo con aquel lobo blanco de ojos
verdes, los extrañas sensaciones de no sentirse solo, que su lobo no estaba solo, así que era
porque tenía dos lobos...

— Quiere decir que... ¿El lobo de mi madre está dentro de mí?...

— No del todo, este lobo tiene muchos siglos, es el único que queda de su especie, pero lleva
todos los recuerdos de cada una de las personas con la que ha estado, por eso puedo sentir
el aroma de tu madre en él, porque ella y yo estábamos destinados, solo hasta que el lobo
cambie de destinado yo dejaré de sentirla.

Ahí tuvo sentido del porque Bora murió y Vante no, ella era destinada de él por el lobo
blanco, así que al darle su lobo a su único hijo era una forma para darle vida, ella murió, pero
Vante seguía sintiendo vivo a su lobo por esa razón, él no enfermo de Heartbreak.

Otro silencio se instaló, pero a Jungkook no le dejaba de rondar la parte de que su madre y la
de Taehyung son hermanas, eso no podía ser posible porque eso quieres decir que ellos
serían... Primos.
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— Tengo una duda... — Hablo el magnate ganándose la atención de ambos — Usted dijo que
mi madre tenía una hermana... ¿Me podría decir su nombre?

— Creí que ya deberías saberlo, Shin Bora. — Las palabras hicieron eco en los dos menores.

— No pueden ser hermanas... Mi madre es Kim Bora... — Negó el castaño.

— Ese fue el apellido que adquirió después de casarse conmigo — Explico.

— Pero... Jungkook y yo no podemos ser... Primos... Él es mi alfa y estoy marcado... — La

respiración de Taehyung se comenzó acelerar, por lo que el azabache lo tomo de la mano y
desprendió su aroma para calmar a su omega.

— Todo tiene un porque — Suspiro — Si quieren saber toda la verdad deben escucharme,
porque todo está conectado, Bora y Eunha si son hermanas, pero...

Su respiración era agitada, sus pulmones ardían, su corazón latía desenfrenado, ya no le

quedaban fuerzas para seguir y menos con su pequeña en brazos, pronto lo alcanzarían y sería
tarde para ambos, no muy lejos diviso una cabaña, por lo que se detuvo mirando a los lados,
pronto caería la noche.

— Todo va a estar bien... — El joven temblaba y lloraba mientras miraba a su pequeño la cual
había nacido horas atrás.

Muchos decían que nacer como un Lunaenovae era una bendición, otros decían que era una
condena.

Park HyungSik fue secuestrado y apartado de su familia cuando descubrieron esos ojos verdes
tan únicos, el trato y abuso tanto físico como verbal no se lo deseaba a nadie, tantos alfas
hombres como mujeres habían abusado de él.

Lo utilizaban como un animal exótico, un circo donde él era la función, la gente pagaba para
acostarse con alguien tan extraordinario.

De todas esas veces que abusaron de él quedó en estado, al inició el hombre que lo había
secuestrado lo golpeó tanto que sintió que la vida se le escapaba de las manos, pero luego
simplemente los golpes se detuvieron y escucho una risa que le erizo la piel.
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Alegando de que el bebé nacería igual a él podría ganar mucho más dinero, así que las
funciones se suspendieron cuando el vientre de HyungSik comenzó a crecer, aún después de
tanto dolor y sufrimiento, el anhelaba tanto a su bebé y no dejaría que nada le pasará, aún si
tenía que dar su vida por su cachorro.

El día del parto había llegado, el plan que llevaba planeando meses atrás tenía que comenzar
y para eso no podía avisar que su bebé iba a nacer, así que le tocó tener a su cachorro por su
cuenta.

El parto fue doloroso, mordía su labio inferior callando sus gritos y lamentos, sentía que
moriría, pero fue fuerte por su bebé hasta el final.

Hasta que escucho un llanto como pudo la apego a su pecho envolviéndola en su vieja manta y
la meció para que no llorará, era tan bella había sido una niña y era preciosa.

HyungSik tomo unos minutos para relajarse de aquel parto y cuando sintió que estaba listo se
volvió a vestir iniciando su plan de escapé.

Así había sido como termino corriendo por el bosque con su pequeña en brazos y un dolor
punzante por dentro, no se quería dar por vencido, por eso al ver esa cabaña sintió que la diosa
luna lo había escuchado.

De esa forma tardaría mucho en llegar y sabía que lo estaban buscando; con cuidado coloco a
su cachorrita entre la manta y la amarró por su espalda antes de cambiar a su forma de lobo,
un lobo gris, el omega corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a aquella cabaña.

Desesperado comenzó a tocar la puerta, un hombre de cabello negro fue quien abrió la puerta
mirando algo confundido aquel chico hasta que noto la sangre en su ropa.

— P-por favor... Ayuda... — Casi estaba inconsciente por lo que aquel hombre lo ayudo
dejándolo entrar.

— ¿Que te ocurrió?

— Mi... Mi bebé... — El alfa miro el bulto en la espalda del chico y comprendió todo — Me lo
quieren quitar, necesito que me...
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De pronto el sonido chirriante de una puerta abriéndose llamo la atención de ambos hombres,
se trataba de una mujer de cabello castaño, la cual parecía costarle un poco caminar.

— Seojoon ¿Qué pasa? — La omega se acercó exaltada al ver al chico de esa forma con una
bebé en brazos.

— Vuelve adentro con Eunha — Pero la mujer lo ignoro.

— ¿Estás bien? —Tomo el rostro del chico entre sus manos examinándolo, se encontraba en un
pésimo estado con golpes en el rostro y brazos.

— Ya no importa... Mi bebé, ella... — Hizo una mueca de dolor — Por favor... Ayúdenme...

— ¿Porque te buscan? — El omega se quedó callado — Si quieres nuestra ayuda tienes que
decirnos.

— Seojoon — Lo regaño su esposa.

— No soy como el resto... — HyungSik sabía que no podía confiar en cualquiera, pero, aunque el
hombre se veía imponente, su aroma lo calmaba y le daba confianza, así que decidió confiar y
contarles una versión rápida de su situación.

— Van a estar bien — Le aseguro la mujer, pero él negó entre lágrimas — Yo... Tengo que
volver...

— No puedes. — La voz firme del alfa estremeció al joven — Morirás. — El omega sonrió.

— Hace muchos años que morí... Qué sentido tiene la vida cuando estás vivo, pero sientes que
no estás viviendo... A eso se le dice muerto en vida... — Era la cruel realidad.

— ¿Pero y tú hija?... — Solar mecía a la pequeña en sus brazos — Ella te necesita — Él volvió a
negar.

— No... Ella necesita vivir, que alguien la proteja y yo... No pude ni protegerme a mí mismo... No
los conozco, pero sé que ella estará mejor...Agh... — Respiro profundo — Con ustedes, críenla
como hija suya... — Se puso de pie con dificultad y camino hacia la puerta.

La pequeña comenzó a llorar justo cuando su padre salió, por lo que el alfa fue tras de él y lo
detuvo mientras su esposa se quedaba calmando a la bebé dentro de la cabaña.
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— No puedes irte —Lo tomo del brazo. Los corazones de ambos latieron, el alfa nunca había
sentido una sensación así ni con su esposa, aunque la amaba.

— Tengo que hacerlo o la buscarán a ella... — Sus lágrimas escaparon de sus ojos — Se que
cuidarás bien de ella porque lo puedo sentir...

Los ojos de HyungSik brillaron verdes y poco a poco se fueron apagando siendo remplazados
por unos azules.

— Ahora ella estará bien, no dejes que nadie sepa lo que es ella... No dejes que tenga un final
como el mío... — Otra lágrima rodo por su mejilla — Cuida de mi pequeña Bora...

Sin más se soltó del agarre entrando al bosque, no paso mucho para ser encontrado y al darse
cuenta que no tenía al bebé y había dejado de ser especial fue asesinado, no les servía de nada
un simple omega...

Los años pasaron y la familia Shin se mudó a Seúl, Seojoon, Solar y sus dos hermosas hijas
Eunha y Bora, legalmente las habían registrado como hermanas mellizas ya que habían nacido
el mismo día.

Seojoon había creado una conexión con Bora, siempre que la veía le recordaba aquel joven que
hizo latir su corazón de forma distinta, pero amaba a sus dos hijas, Solar no tenía ningún
problema, así que los cuatro eran una familia.

Simplemente que nunca fueron gente de dinero, pero ese nunca fue problema para ellos.

— Bora vamos a salir — La llamo la alfita recién presentada mientras abrazaba su tigre
afelpado.

— Mejor vamos a dormir — Pidió la castañita acurrucándose en su cama con su conejo blanco.

Esos habían sido regalos que les habían entregado sus padres a cada una, para Eunha un tigre
porque sabían que era su animal favorito y Bora un conejo porque sabían lo especial que era
ella.

— Así nunca conoceremos alfas guapos — Se acostó a su lado arrugando su nariz.

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— No quiero un alfa guapo, además, ¿no se supone que tú debes buscar un omega?

— ¿Quién lo dice? Que sea alfa no decide a quien debo amar — Se encogió de hombros
acariciando su tigre.

Las dos hermanas se quedaron acostadas una junto a la otra, ambas tenían una conexión
extraordinaria y se querían mucho.

— Bora... — La llamó — ¿Y si hacemos una promesa?

— ¿Cómo cuál? — Ambas se acostaron de lado y se miraron a los ojos.

— Te doy mi tigre y tú me das tu conejo.

— ¿Por qué? — La miro confundida.

— Para dárselo a nuestros hijos y luego ellos puedan intercambiarlos como una muestra de
amor, sería muy romántico ¿No lo crees?

— Eunha, dudo que eso pueda pasar, además somos hermanas, nuestros hijos no pueden estar
juntos.

— No compartimos sangre y, yo siento que ellos serían la pareja perfecta — Dijo muy segura la
alfita — ¿Entonces aceptas? — La castaña puso sus ojos en blanco.

— Bien — Le extendió su conejo mientras recibía el tigre de su hermana.

— Entonces es una promesa — La azabache la abrazo y este fue correspondido.

Tal vez el destino puede ser más poderoso de lo que uno puede llegar a creer...

Ambas chicas habían estudiado duro para poder ganar una beca e ir a una de las mejores
universidades debido a que la economía de sus padres no alcanzaba para costear la
universidad de ambas.

Bora conforme se había presentado e iba creciendo se volvió una persona de pocas palabras,
para ella su única amiga era Eunha.
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Sus padres adoptivos jamás le mintieron, siempre fueron sinceros con sus dos hijas, cuando
Bora tuvo la edad suficiente le contaron cómo es que llegó a sus vidas y cuál sería su verdadero
origen el día que se presentará y a Eunha también se lo contaron para que siempre estén
juntas, por eso la alfa cuidaba a su hermana de que nadie se le ocurriera dañarla.

Solo había una regla, nadie debía saber la verdad de su especie, Seojoon protegía a su hija
Bora para que ella no tuviera el mismo final que su destinado, no soportaría perderla a ella de
la misma forma.

Por esa razón Bora no confiaba en nadie que no sea su familia y nadie podía saber de la
existencia de sus dos lobos, por eso ante el mundo ella era una simple beta sin nada
extraordinario.

— Vamos Eunha, llegaremos tarde.

Ambas hermanas iban caminando por los pasillos, era su primer día, por lo cual parecían ser el
centro de atención ya que todos las miraban, Eunha parecía encantada, pero en cambio Bora
prefería pasar desapercibida.

— Hay muchos alfas lindos — La azabache sonrió.

La beta rodo los ojos y negó con la cabeza, su hermana estaba tan ilusionada de enamorarse
de un alfa.

***

Un año después las cosas comenzaron a cambiar, Eunha conoció a un chico del cual ella
aseguraba estar enamorada, a Bora nunca le agrado el alfa, su vibra no le gustaba, pero al
menos trataba bien a su hermana, poco a poco, la alfa ya no pasaba tiempo con la castaña y
está comenzó a estar cada vez más sola.

— Bueno hermanita le dices a mamá y papá que llegaré un poco tarde porque saldré con mi
novio JungWoo — La abrazo mientras caminaban por el pasillo de la universidad.

— Eunha, hoy es viernes...

— Si, ¿qué tiene?

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— Lo volviste a olvidar — Suspiro la castaña — Dijiste que esté viernes si me acompañarías al

prado de trigo, sabes que papá no me deja ir sola.

— Lo olvide — Hizo un puchero — Lo siento, es que Jungwoo quiere que salgamos y perdón te
prometo que iré la próxima vez, lo prometo — Hizo ojos de cachorros y un puchero.

— Bien — La azabache brinco de emoción besando el rostro de su hermana antes de decir un

millón de veces gracias y salir corriendo — Llevas tres viernes diciendo que el próximo me
acompañarás... — Hablo para ella misma antes de continuar caminando por los pasillos.

Pero un aroma nuevamente hizo alterar los sentidos de su lobo, alzó la mirada, sabía de quién
se trataba: Kim Taehyung, uno de los alfas más populares de toda la universidad, su familia
era una de las más ricas en Seúl, un claro ejemplo de alguien al cual no debía acercarse.

Los ojos de ambos se encontraron como cada vez que coincidían en los pasillos, pero Bora
simplemente desviaba la mirada y continuaba su camino sin importarle las suplicas de su lobo
de ojos verdes para que se acercase al alfa.

Al terminar las clases la beta noto a la distancia a su hermana con su novio riendo y abrazados,
ella suspiro tomando su móvil enviando un mensaje a su padre.

"Papá, Eunha y yo llegaremos tarde, iremos al prado de trigo"

La chica jamás había mentido, pero ella realmente necesitaba un momento para ella. La
respuesta no tardó en llegar.

"Está bien, cuídense y siempre permanezcan juntas, las amo"

Apagó nuevamente su móvil suspirando y miro por última vez a su hermana antes de comenzar
a caminar hasta el prado de trigo, todo el camino estuvo alerta de que nadie la siguiera, nadie
podía conocer su secreto y sabía que al hacer eso se arriesgaba mucho, pero ya estaba
cansada y quería salir un poco, también su lobo lo pedía.

Finalmente había llegado a aquel lugar, por última vez observo a sus alrededores
asegurándose de estar completamente sola para después comenzar a desvestirse por
completo dejando su ropa aun lado.
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Cerro los ojos respirando profundo antes de que sus ojos cambiarán de púrpuras a verdes
esmeralda y de un segundo a otro se transformará en un lobo con el pelaje blanco, su aroma
por fin pudo salir y se sentía mejor.

Comenzó a correr dando vueltas en el prado estirando sus patas, realmente su lobo ya
necesitaba salir, cuando sintió que era suficiente volvió a su forma humana y comenzó a
vestirse, justo cuando había terminado escuchó el sonido de una rama romperse.

En un rápido movimiento noto como alguien se escondía detrás de un árbol, pero no supo
quién era.

— Te estoy viendo, sal ahora — Hablo firme la chica y aunque debería estar asustada porque
posiblemente esa persona descubrió su secreto se sentía tranquila.

— Lo siento... No fue mi intención espiarte — Se disculpo el chico saliendo de su escondite.

Los ojos de ambos volvieron a encontrarse y Bora no podía creer que frente a ella estaba Kim
Taehyung, Pero la verdadera pregunta era:

— ¿Porque estás aquí? — El azabache sonrió apenado.

— Bueno... es que sé que normalmente te vas con tu hermana, pero ella volvió a irse con
Sangwoo, por lo que creí que tú te irías sola, solo quería asegurarme de que llegarás bien a
casa... además sentía tú aroma llamarme... — Confeso recordando ese dulce aroma a
chocolate, nuez y pastel de la chica.

La beta frunció el ceño y se cruzó de brazos, no sabía si creerle, pero la verdad su lobo
meneaba la cola con la presencia del alfa.

— ¿Qué fue lo que viste? — El chico desvió la mirada.

— Vi... Tus ojos, eran verdes... Y también que eres una cambia formas... — Fue sinceró.

— Me viste desnuda — Alzó una ceja.

— ¿Que? No. — Taehyung negó con la cabeza y sus mejillas se tornaron carmesí — Yo cerré los
ojos — Confesó apenado.
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Sin poder evitarlo ella río quedito llamando la atención del alfa el cual sonrió al ver la sonrisa
de Bora.

Ninguno supo en qué momento ambos se sentaron bajo un roble y comenzaron a platicar,
hasta que las horas pasaron, Taehyung fue educado y aunque tenía tantas dudas sobre la
beta, no pregunto nada al respecto.

Los días fueron pasando y estos se convirtieron en meses en los cuales al salir de la universidad
Taehyung y Bora iban a aquel prado y ambos se transformaban en su forma de lobos y
jugaban, los dos ya se habían dado cuenta de la conexión de sus lobos, pero no decían nada.

Justo ese día después de dejar salir a sus lobos un rato ambos jóvenes se sentaron bajo el
roble, ya era como una rutina, pero de una buena forma, algo que les gustaba hacer y
finalmente el alfa quiso dar el primer paso besando los labios de aquella castaña.

La corriente recorrió los cuerpos de ambos y sus corazones latieron, pero Bora se apartó y se
fue de ese lugar.

Por muchos días Taehyung fue a ese prado, pero la beta no volvió hasta la siguiente semana,
ambos nuevamente estaban sentados uno junto al otro, pero ninguno decía nada.

— Lo siento... No debí besarte... — Se disculpo el azabache — Tal vez me equivoqué, creí que los
dos sentíamos lo mismo...

— Si, lo siento — Lo corto la castaña — Es solo que no podemos estar juntos...

— ¿Por qué?... ¿Es por tus ojos? ¿Es porque eres diferente?

— ¡Si! Por eso desde el principio no debí mostrarte más de mí, pero simplemente no pude
evitarlo — Confesó.

— Puedes confiar en mí — Le aseguro — Jamás haría algo que te lastime.. — Acaricio su mejilla.

La joven se quedó en silencio unos minutos hasta que finalmente lo hizo y le contó toda su
historia, la verdad sobre ella y su linaje.
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Esperaba que él la tomara por un monstruo, pero en lugar de eso la volvió a besar,
trasmitiéndole toda la seguridad que necesitaba y ese día ambos fueron sinceros con lo que
sentían entregándose al otro en aquel prado de trigo bajo el roble.

***

Al principio cuando Eunha se enteró que Bora le había contado a Taehyung sobre su secreto se
enojó tanto y ambas discutieron esa tarde.

— ¡Acaso estás loca! ¡Cómo pudiste decírselo! — Le grito.

— Ya te dije que él me vio la primera vez cuando fui al prado y no se lo conté al instante — Se
defendió.

— ¿Y a ti como se te ocurre ir sola al prado de trigo? Sabes que solo tienes permiso si es
conmigo, por eso mismo para protegerte.

— Disculpa, pero estabas tan ocupada con tu novio y yo también quiero salir — La alfa se quedó
callada, su hermana tenía razón, en parte había sido su culpa que las cosas se dieran de esa
forma — No te preocupes, Taehyung es bueno y sé que puedo confiar en él.

— Eso espero, porque si te lástima yo misma le arrancaré la garganta.

Al final los padre de la beta se enteraron y al principio no estaban de acuerdo sobre todo
Seojoon, pero terminaron dándose cuenta que no podrían tener a su hija guardada en una
cajita de cristal.

En cambio, la familia de Taehyung simplemente dieron un no por respuesta, el primogénito de

la familia Kim no podía estar con una simple chica de bajos recursos y además de un rango
como beta.

Pero ese no fue impedimento para ninguno y en el tiempo que ambos familias estaban en
desacuerdo con aquella relación, Bora y Taehyung se casaron por el civil teniendo a Eunha y
Sangwoo de testigos, ese era un secreto que guardarían hasta llegado el momento justo para
decirlo.
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Finalmente, los cuatro se graduaron y cada quien tomo su propio rumbo, Eunha se casó con
Sangwoo y Bora se fue a vivir con Taehyung en una casa que compraron juntos, la vida de
ambas hermanas era perfecta, lástima que el final de la historia de ambas no era con final
feliz.

Pero al menos pudieron cumplir la promesa que se hicieron con sus hijos.

— Después de eso me fui a Londres y como era tan difícil para los ingleses pronunciar mi
nombre me lo cambié a Vante — Explico el alfa — Jamás supe la verdad...

— Entonces Jungkook y yo... No somos primos...

— No, legalmente lo eran, pero Eunha al casarse adquirió el apellido de Sangwoo que era
Han y Bora adquirió el mío, Kim.

El aire en los pulmones de ambos fue soltado, realmente habían creído que después de todo
lo que habían pasado no iban a poder estar juntos, pero era un alivio que no lo sean.

— Yo realmente llegué a creer que dejaste a mi madre cuando te enteraste que estaba
embarazada de mi... — Confesó el menor.

— Claro que no, si yo lo hubiera sabido te habría amado porque eres mi hijo — Tomo las
manos del omega.

— Mamá me puso tu nombre... — Susurro.

— ¿Que?

— Mi nombre... Es Kim Taehyung... Mamá realmente te amaba.

El señor apretó las manos de su hijo y sintió las lágrimas acumularse en sus ojos, realmente
Bora siempre tenía algo para sorprenderlo.

— Si me das la oportunidad puedo ser el padre que siempre quisiste tener... Pero, si
realmente prefieres seguir con tu vida yo lo voy a entender...
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Taehyung se quedó en silencio mirando sus manos que eran tomadas por aquel hombre
mientras Jungkook tenía sus manos sobre sus hombros dándole apoyo por la que sea que
vaya a ser su decisión.

— Creo que a Beomgyu le gustará saber que tiene otro abuelo — Sonrió con los ojos
cristalizados.

— ¿Abuelo?... — El menor asintió.

— Tae y yo tenemos un hijo — El alfa mayor miro a ambos esperando que le digan que solo
bromeaban, pero no paso.

— Soy abuelo — Taehyung volvió asentir — Tengo un nieto... — El hombre no lo podía creer.

Jungkook miro la hora en su reloj de muñeca, la hora del almuerzo estaba cerca y tenían que
ir con Beomie.

— Nosotros vamos almorzar con él saliendo del trabajo, si usted gusta señor nos puede
acompañar — Ofreció el magnate.

— No lo sé... Si Taehyung está de acuerdo... Yo encantado de acompañarlos — Miro al

castaño.

— Claro que me gustaría.

— Entonces iré a encender el auto, los espero abajo — El alfa menor simplemente quería
dejarles un momento a solas para ellos.

Padre e hijo se quedaron solos y uno de pie frente al otro, ninguno sabía que decir, había
tantos sentimientos encontrados, y ese era un reencuentro que ninguno de los dos esperaba.

— Tae... Por lo que vi, no sabes mucho sobre tu verdadero linaje, si quieres puedo ayudarte
con lo que necesites, no sé mucho como tú madre, pero creo que puedo ayudarte.

— Si... Gracias...

— Aunque te parezcas físicamente a mí, eres como Bora, me recuerdas tanto a ella — Apretó
el hombro del omega.
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— ¿Lo puedo abrazar?... — Quiso saber el menor, eso sorprendido un poco a Vante, porque él
también quería darle un abrazo desde que supo que era su hijo.

— Claro que sí.

Con algo de temor el castaño se fue acercando al alfa y lo rodeo con sus brazos, el señor
correspondió al instante y Taehyung no pudo evitar llorar al sentir la calidez del cuerpo
contrario, era real, su papá estaba ahí y lo quería, Vante no pudo evitarlo y también rompió
en llanto, era un reencuentro que no sabían que tendrían, pero por alguna razón esperaron
tanto.

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por Srta_YoonTae

El omega llevaba en brazos a su pequeña bebé la cual se acurrucaba gustosa sobre él,
aunque la cachorrita prefería el aroma de su padre beta.

Sehun iba conduciendo, el doctor dijo que ya se le podía realizar su primer examen general
desde su nacimiento y así se le podía crear su expediente médico.

Al llegar al hospital no tuvieron que esperar tanto para que los atienda Choi, el beta mayor
los recibió con una sonrisa, realmente le alegraba ver a esa familia completa.

- Buenos días - Los saludo y la pareja al instante respondió - ¿Cómo han estado?

- Bien, me he sentido mucho mejor estando en casa con mis dos amores - Comento el
azabache con una sonrisa.

- Eso es bueno - Sonrió - Bueno si gustan podemos comenzar con el examen general de la
pequeña Sungji.
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Ambos padres asintieron y llevaron a su cachorrita a una pequeña camilla especial donde
una enfermera se la llevó dejando un poco nerviosos a los mayores.

- Ella estará bien - Les aseguro el médico - Mientras podemos hablar un poco de ustedes.

Sehun ayudo a su amado a sentarse y después tomo asiento a su lado sujetando su mano.

- ¿Aún te duele la herida de la cirugía? - Quiso saber Choi.

- Un poco, no tanto como los primeros días, pero si, aunque Sehun me ayuda con lo que
puede.

- Y podría ayudarte más, pero esa solo es decisión de ustedes dos como pareja.

- ¿A qué se refiere? - Pregunto el beta.

Choi dejo un par de documentos a un lado y junto ambas manos sobre el escritorio.

- Si Sehun te marcará tu sistema se curaría más rápido, su mordida no es como la un alfa,

pero sin duda te ayudaría.

La pareja se miró, claro que habían pensado en una marca, pero lo tenían planeado para más
adelante. Luhan miro a su beta en busca de una respuesta.

- Lo que tú creas mejor para ti, sabes que yo siempre te voy apoyar - Dio un leve apretón a la
mano del menor, por lo cual este asintió.

El tiempo siguió avanzando hasta que nuevamente se volvió abrir la puerta dejando ver
aquella enfermera con su hija, el omega se quiso parar al instante e ir por ella, pero Sehun no
dejo que se moviera, en su lugar él mismo fue por su pequeña.

Apenas la cachorrita estuvo en brazos de su padre beta se acurrucó gustosa sintiendo su

aroma, Sungji sentía más apego a su padre beta ya que él fue el primero con el que
interactuó y por más tiempo, pero eso no quería decir que la pequeña no quisiera a Luhan.

- Aquí están los resultados doctor Choi - Informo la enfermera entregándole un folder al
mayor.

Choi tomo los resultados y agradeció a la joven antes de que está se retirará.
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Un silencio se instaló en el consultorio en el cual solo se escuchaban pequeños soniditos que

salían de la boca de Sungji.

El doctor parecía muy concentrado con lo que leía, no se veía sorprendido, pero si con el
ceño fruncido, para finalmente soltar un suspiro bajando los análisis.

- ¿Cómo está nuestra hija? - Quiso saber el azabache.

- Bueno, creo que ya les había comentado que en todos los casos donde un beta está
involucrado los hijos siempre nacen con una complicación - Confesó - Ellos no cuentan con
muchas fortalezas que un alfa si, por ese motivo los cachorros nacen con estas deficiencias.

Eso hizo sentir mal al beta y miro a su pequeña hija sintiéndose peor al saber que cualquier
cosa que la afecte será más que nada por su culpa, pero esta vez Luhan lo tomo de la mano
haciéndole saber que todo estaría bien y que nada era su culpa.

- Prosiga. - Pidió el omega - Sea lo que sea nosotros estaremos con ella.

- No es nada grave, pero si un poco complicado, ya que la complicación de Sungji está en sus
ojos.

Ambos padres miraron a su pequeña, era verdad que ella siempre parecía desorientada y no
sabe a dónde mirar, pero creyeron que era normal en un bebé ya que apenas estaba
conociendo al mundo.

- Es cie...

- No. - Lo corro el doctor - No lo es, simplemente tiene un alto problema de miopía en el ojo
derecho y astigmatismo en el ojo Izquierdo, ella lo único que ve por el momento son siluetas
borrosas, pero se guía por los olores por eso sabe cuándo está con sus padres o un extraño.

La pequeña arrugo su naricita y después sonrió acurrucándose más contra su padre beta.

- Los primeros meses no podrá ver como una persona normal, pero apartir de que comience
a caminar podremos hacerle nuevamente estudios para entregarles su primer par de
anteojos. - Luhan y Sehun se veían más aliviados - En general sus estudios salieron muy bien,
ella es una cachorra muy sana.
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Sungji bostezo sin saber nada más que el sueño que tenía, sin darse cuenta que el no ver no
era algo normal.

El rubio iba caminando por la vereda empujando la carriola de su cachorro ya que el doctor
le recomendó que sería bueno caminar y como Yoongi tuvo que ir a la empresa el menor
decidió salir un rato a caminar cerca de la casa.

Jihyun hacia soniditos mientras estiraba sus manitas hacia el cielo, al parecer le gustaba el
cielo a su lindo gatito.

- ¿Te gusta hijo? - Jimin continuaba caminando mientras le hablaba a su cachorro el cual no
podía responderle con palabras.

De pronto de la nada el pequeño pelinegro comenzó a llorar con desesperación, por lo que
Jimin detuvo su andar para mirar a su hijo.

- ¿Que ocurre cariño? ¿Tienes hambre? - El bebé continuaba llorando, así que el omega lo
tomo en brazos meciéndolo suavemente para calmarlo.

Comenzó a caminar a un pequeño parque que estaba casi a una cuadra de su casa y se sentó
en una banca, el pequeño Jihyun ya no lloraba sonoramente, pero si permanecía con su
labio inferior abultado.

- Te pareces mucho a tu padre y eso se me hace una ofensa porque yo te cargue por 6 meses
dentro de mí - Tocó la punta de su naricita del pálido y este sonrió con su escasa dentadura
como si lo que su padre dijera fuera el mejor chiste.

Jimin solo negó sacando su pequeña pañalera para prepararle una mamila a su hijo el cual
parecía ya tener mucha hambre, explicando el porqué de su berrinche de minutos atrás.

Cuando el biberón estuvo listo comenzó alimentarlo, su pequeño era realmente precioso,
era como ver el vivo retrato de su esposo, por lo cual sonrió.

- ¿Jimin?...
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Una voz femenina llamo la atención del nombrado por lo cual alzó la mirada encontrándose
con la dueña de la voz provocando que todo su cuerpo se tensara.

- ¿Mamá?...

- Hijo, sabía que eras tú, cuando te vi a lo lejos creí que eras tú, pero no estaba segura cuando
vi que tenías un bebé ¿Es tuyo?

- Si. - Su forma de responder era cortante.

La mujer examinó mejor a su hijo notando el anillo dorado que llevaba en su dedo anular por
lo cual está sonrió con algo de malicia.

- Ya veo que te casaste, me imagino que con el hombre de aquella noche ¿Verdad? ¿Cómo se
llamaba? - Fingió pensar - Ah, claro Kang Jihyun, al final la edad es lo que menos importa
cuando uno tiene dinero y te puede dar una buena vida.

Jimin no podía creer que su madre estuviera insinuando que él se acostó y caso con el señor
Kang, realmente su madre no tenía límite cuando se trataba de dinero o estatus.

- ¿Puedo verlo? - Trato de acercarse al bebé.

- No. - El omega se apartó.

- No seas grosero con tu madre - Frunció el ceño la alfa - Es mi nieto tengo derecho a verlo.

- ¿Mi madre? Eso no fue lo que dijeron tú y mi padre esa noche - Se levantó quitándole la
mamila a su hijo para guardar sus cosas como consecuencia el pequeño comenzó a llorar
nuevamente.

- Oh vamos Jimin, no puedo creer que aún estés molesto por eso, somos tus padres - Quiso
volver acercarse, pero el rubio volvió a retroceder.

- Yo solo tengo un padre y ese es Kang Jihyun, tú y Park Jungsuk ya no son nada para mí - Los
gritos del cachorro era sonoros, el malestar de Jimin su hijo lo podía sentir por eso gritaba.

En ese instante un auto gris oscuro se estacionó del cual bajo un hombre de piel pálida el
cual se le hizo un completo desconocido a la señora Park.

- ¿Que está pasando aquí? - Pregunto algo agresivo.

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- ¿Y usted quién es? - Quiso saber la mujer.

- Min Yoongi, esposo de Min Jimin y padre de ese cachorro - La mirada de la alfa cambio al
instante y sonrió.

- Un gusto, Park Sunhee, madre de Park Jimin, le estaba por comentar a Jimin que deberían
ir un día de estos a la casa a comer para que nuestras familias se conozcan, me imagino que
vienes de una buena familia - Lo examinó con descaro.

Jimin solo sentía la vergüenza invadirlo y el llanto de su hijo no cesaba, Yoongi al instante
supo que su omega no quería estar ahí y su hijo menos.

- Disculpe, tengo una agenda muy ocupada y si me permite me tengo que llevar a mi esposo
e hijo - Sin esperar respuesta de la mujer la paso de largo.

Tomo la pañalera colocándola sobre la carriola para empujarla y tomo la cintura de su

omega para llevarlos hasta el auto.

La señora Park se sintió ofendida de haber sido ignorada y ni siquiera le hayan confirmado si
irían a cenar.

Por otro lado, una vez la familia estuvo dentro del coche, Jihyun dejo de llorar, pero se
escuchaba sus pequeños hipidos debido a su llanto anterior.

- Lo siento... - Se disculpo el rubio - Ella...

- Jimin esa mujer no me importa, se lo que te ha hecho y no necesito saber más, pero me
prometiste que no volverías a salir solo sin mi compañía.

- Yo sé... Pero, estaba aburrido y no me aleje tanto de casa...

- Pero Jimin sabes el susto que me lleve hace unos minutos cuando sentí tu angustia y
tensión, junto a los llantos de Jihyun, por poco tengo un accidente al pensar lo peor.

- Yo... Lo siento.

Yoongi no le había dicho lo del casi accidente para hacerlo sentir culpable, simplemente
quería que viera en la angustia que lo ponía cuando rompían sus promesas.
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- Ven aquí - Lo acerco a su pecho y acaricio su cabellera rubia - No te quiero volver a perder
como ese día, pero sé que no puedo estar sobre ti las 24 horas del día, por eso quiero que te
cuides.

Jimin asintió sintiéndose seguro y más tranquilo entre los brazos de su alfa, Jihyun también
por fin se había calmado sintiendo también la calidez de ambos padres.

Jungkook estaciono el auto frente a la casa, Taehyung iba a su lado mientras el señor Vante
iba en los asientos traseros, ya que se ofrecieron a llevarlo, luego su chófer lo pasaría a
recoger a la casa.

Los tres bajaron del coche, el alfa mayor sonrió al ver la casa, se sentía bien que su hijo
viviera en un lugar así y no le faltará nada aún después de la ausencia de su familia.

- Bueno está es la casa donde vivimos - Comento el omega mientras subían las escaleras -
Beomie debe estar adentro con los padres de Jungkook - Explicó.

El mayor se detuvo frunciendo el ceño al escuchar sobre los padres de Jungkook.

- ¿Tus padres?

- Si, después de la muerte de mi padre me enviaron al mismo orfanato que Tae, pero a
diferencia de él a mí me adoptaron una pareja de alfas.

El hombre asintió entendiendo mejor la situación por lo cual siguió avanzando hasta llegar a
la puerta de entrada en la cual el castaño fue quien abrió con su propia llave y como siempre
solo al abrir un poco la puerta ya se podía ver a un pequeño rubiecito saltando de piecito en
piecito para brincar sobre sus padres.

- ¡Llegaron! ¡Llegaron! - Grito feliz abrazándolos por sus piernas, con una gran sonrisa en la
cual había una ventanita de su primer diente caído - Los extrañe muuuucho - Puchereo.

El azabache alzó a su hijo en brazos devolviendo un besito de esté y un fuerte abrazo.

- Nosotros también te extrañamos mucho - Le aseguraron ambos padres.

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El pequeño iba a decir algo más pero un nuevo aroma invadió sus fosas nasales llamando su
atención dándose cuenta de la cuarta persona entre ellos enseguida se encogió de hombros
escondiéndose tras Jungkook, aún le costaba un poco conocer extraños.

Taehyung se dio cuenta del cambio en su pequeño por lo cual intervino al instante.

- Beomie, voy a presentarte a una persona, él es mi... Padre - El rubiecito hazlo sus cejitas
sorprendido ante las palabras de su padre omega.

- ¿Tengo otro abuelo? - Pregunto.

- Así es. - Dijo el magnate.

El cachorro miro a sus dos padres y después miro sobre el hombro de su padre alfa, sus ojitos
color miel se encontraron con los del hombre el cual le sonrió, Beomgyu al instante pudo ver
el parecido del alfa mayor con el de su papi.

- Buenas tardes señor, me llamo Jeon Beomgyu... - Saludo algo tímido.

- Mucho gusto - Le sonrió extendiendo su mano hacía en pequeño, el cual la tomo con algo
de timidez - Mi nombre es Kim Taehyung - Nuevamente el futuro omeguita abrió sus ojitos
sorprendido.

- Igual que mi papi - Miro a todos esperando que se lo confirmarán y así fue cuando vio que
todos asentían.

- Pero puedes decirme Vante para que no te confundas - Le sonrió con amabilidad y su
singular sonrisa rectangular.

- Abuelo Vante... - Frunció el ceño sacando la lengüita como si estuviera pensando - Me gusta,
ahora tengo tres abuelos - Dijo feliz mostrando tres de sus deditos.

Taehyung sonrió, su hijo tenía un corazón tan grande y le alegraba que pudiera aceptar a
más personas con facilidad.

- Él se quedará a comer con nosotros.

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- Oh... - El cachorro se removió en los brazos de su padre para que esté lo bajara - Le diré a la
abuela Jiwoo que pongamos un plato más para mi abuelo Vante - Y sin esperar salió
corriendo dentro de la casa.

- Es un niño muy lindo - Sonrió el hombre mirando el camino por dónde se fue el pequeño
rubiecito; su nieto.

- Lo es - Aseguro Taehyung.

- Pero hay algo que todavía tengo duda... ¿Cuántos años tiene?

- Pronto cumplirá 5 años - Respondió Jungkook.

El alfa se veía asombrado y parecía que su mente estaba trabajando a mil.

- Lo tuvieron muy jóvenes ¿No?... No digo que este mal, pero eso quiere decir que Tae tenía
17 y tú 19 ¿verdad? - Las mejillas del hombre se tintaron algo avergonzado.

Una risita escapó de los labios del omega lo que llamó la atención de Vante por lo cual lo
miro y este se encontraba negando con la cabeza, eso confundió aún más al mayor.

- No, nosotros no tuvimos a Beomgyu, nosotros lo adoptamos hace un par de meses atrás -
Explico el castaño.

- ¿Lo... Adoptaron?

- Si, yo no puedo tener hijos propios, por eso, Jungkook y yo tomamos la decisión de adoptar
un hijo - El magnate confirmo asintiendo con la cabeza.

Vante asintió procesando la información, pero después termino sonriendo, sin duda
Taehyung se parecía tanto a su madre, realmente le recordaba tanto a ella, Bora estaría muy
orgullosa de la persona en la que se convirtió Taehyung.

- Realmente creí que era de ustedes, se parece a ambos - Refiriéndose a Beomgyu - Aun así
sigo procesando que tengo un hijo y que el hijo de una de mis mejores amigas sea su alfa, sin
descartar que también tengo un nieto - Realmente era mucha información que asimilar.

Unos minutos más estuvieron hablando hasta que Beomie apareció nuevamente con una
sonrisita traviesa para avisar que el almuerzo ya estaba listo.
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Los tres entraron a la casa y la pareja guio a Vante hasta el comedor, el hombre se sentía tan
nervioso como si estuviera a punto de conocer a los padres de su novia, el alfa siempre había
sido una persona que se apenaba demasiado aun siendo un alfa puro no era casi nada
dominante, solía ser muy tranquilo y sumiso.

Al entrar en el comedor Beomie sonrió de nuevo mirando a su abuelo Vante y al instante

apareció Jiwoo saliendo de la cocina con su esposo siguiéndola.

- Así que usted es el padre de Tae, pero si son dos gotas de agua - Dijo fascinada, por lo cual
padre e hijo se sonrojaron al mismo tiempo - Son adorables, un gusto Jeon Jiwoo, madre de
Jungkook - Le extendió su mano al alfa.

- Un gusto, Kim Taehyung, pero me pueden decir Vante.

- El gusto es nuestro, Jeon Young, padre de Jungkook - Ambos alfas estrecharon sus manos.

- Bueno, pues ¿qué les parece si comenzamos con el almuerzo? - Dijo con una sonrisa la alfa.

- Abuelo Vante - Lo llamo el cachorro mientras tomaba la mano del hombre - Usted se
sentará aquí a mi lado - Lo guio hasta la que sería su silla.

Vante estaba realmente encantado con Beomgyu, era un niño encantador, aún sentía un
poco de pena como si estuviera invadiendo un entorno familiar al cual aún no debería de
irrumpir, pero la verdad era que el trato y aceptación que le estaban dando lo hacía sentir
bien.

El almuerzo se sentía animado, el alfa mayor estaba realmente sorprendido que lo

estuvieran tratando como si lo conocieran de toda la vida y el tiempo en el que estuvo
ausente nunca hubiera existido, por primera vez volvía a sentir esa calidez en su pecho, esa
que sentía cuando estaba con Bora.

Sin darse cuenta para él todo se volvió silencioso, las voces de todos se apagaron y los
observo, a su hijo con una sonrisa a un lado de Jungkook quien miraba a Taehyung como si
fuera lo más perfecto en ese mundo, le recordaba tanto a su juventud cuando el miraba a
Bora.
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Por otro lado, Taehyung le daba trozos de carne a Beomgyu recién cortados para que
pudiera comerlos, realmente eran una bella familia y Vante se sintió mal que pudo haberse
perdido de todo eso sí Jungkook no lo hubiera contactado. Sus ojos picaron y bajo el rostro.

- Una disculpa... - Se levantó saliendo del comedor.

Todos se quedaron en silencio, sin entender que había pasado, Taehyung miro a Jungkook
dándole a entender que necesitaba ir tras él, el azabache entendió y simplemente asintió.

- ¿Que paso? - Quiso saber Beomie.

- Seguro fue la comida de tu abuela - La alfa le arrojo su servilleta.

- Oye más respeto - Le advirtió la mujer y Beomgyu soltó una risita burlándose de su padre.

Taehyung logro alcanzar a su padre fuera de la casa, Vante estaba de espaldas.

- ¿Se encuentra bien?... - Un sollozo se escuchó escapar de aquel alfa.

- Lo siento... Es que... Verte ahora formando una familia... Yo debí estar para ti... - Sus ojos se
encontraban cristalizados.

Taehyung bajo la mirado comprendiendo todo, suspiro sentándose en el borde de la

escalera.

- Es verdad, la vida que tuve nunca fue fácil, tuve que madurar antes y trabajar duro para
conseguir todo lo que quería... - Vante se sentó a su lado - Siempre me pregunté cual pudo
haber sido el motivo por el cual nunca tuve un padre, ahora entiendo los motivos de mi
madre para no hablar de ti, solo quería cuidar de ti y de mí...

El alfa comprendía las palabras de su hijo, Bora no hizo nada malo, solo protegía a Taehyung
de su familia y de paso a Vante para no ser sacado de su familia, sin importar que el precio
que tenía que pagar ella sería tan alto que terminaría con su propia vida.

- Debí volver y buscarla, así te hubiera podido encontrar antes... - Una lágrima rodo por la
mejilla del alfa mayor.
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- Hubiera sido lindo, pero no me quejo de la vida que he tenido hasta ahora, porque conocí a
Jungkook, me enamoré y ahora tengo una familia la cual amo - El hombre asintió bajando la
cabeza - Y sobre todo tengo un padre...

- ¿Cómo puedes aceptarme así de fácil? ¿Porque no me odias o gritas por no haber hecho
más?

- Porque sé que no pudiste hacer más y porque puedo ver tu rostro, tus ojos y veo cuánto te
duele tu ausencia, por eso no te puedo culpar.

- Te escuchas igual que Bora, ella siempre tenía las palabras indicadas - Sonrió al recordarla.

- Me gustaría escuchar sobre mi madre, no tengo muchos recuerdos de ella ya que era muy
pequeño cuando me dejó en el orfanato.

- Ella era realmente magnífica, no me alcanzaría mi vida para contarte todo de Bora, pero
puedo decirte algunas cosas... - El omega asintió y ambos sonrieron.

Vante comenzó contándole como era su madre cuando se conocieron, lo que le gustaba
hacer, que era muy independiente, además le contó más sobre su especie.

La función de un Lunaenovae era sustituir los dos rangos faltantes, en el caso de Taehyung
que era omega su Lunaenovae contaba con los rangos beta y alfa, por esa razón Jungkook
no era el destinado de su Lunaenovae ya que su lobo omega lo era.

También le explicó que los Lunaenovae antes de encontrar a su nuevo predestinado si este
aún no nace se guía con el aroma de uno de los padres.

Por ejemplo, el padre del futuro destinado se siente atraído por el Lunaenovae, pero una vez
el cachorro nazca la sensación de atracción desaparece del padre y se transfiere al hijo.

Taehyung mientras más escuchaba sentía que no se había llegado a conocer realmente.

Muchas cosas se volvieron más confusas para él y otras se hicieron más claras.

- Creo que ya es algo tarde y debería irme. - Dijo el hombre.

El castaño medito un tiempo sus palabras, sabía que lo correcto era consultarlo con
Jungkook, pero al final las palabras salieron.
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- ¿Porque no te quedas a dormir esta noche aquí?...

- Oh no, la verdad no me gustaría incomodarlos...

- Realmente a mí me gustaría que te quedarás y creo que a Beomgyu también le gustará la

idea - Bajo la mirada algo apenado.

- Bueno... Creo que podría quedarme una noche... - Taehyung alzó la mirada y sonrió.

- Gracias... Papá - El alfa sintió como su lobo se removía por dentro al escuchar como por
primera vez lo llamaba así y se sentía tan bien.

- No es nada... Hijo.

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por Srta_YoonTae

El pequeño permanecía mirando un punto muerto en la sala, pero siempre estando alerta de
cualquier olor, movimiento y sonido.

Namjoon y Seokjin miraban a su hijo desde la distancia, era un martirio verlo de esa forma,
desde el día del secuestro Jennie se había quedado en casa de Jisoo y Rose, a ella le
encantaba pasar tiempo ahí con Soobin, su relación era cada vez más cercana y se podía
notar cuánto aprecio se tenían, hasta más.

Seokjin no se sentía bien de apartar a su hermanita de su lado, pero SeokJoon necesitaba

toda su atención, por suerte Jennie era inteligente y entendía la situación, por eso ella
misma había pedido ser llevada a la casa de las Kim.

— Ya hablé con Tae... — Dijo finalmente el azabache sin quitarle la vista a su hijo.

— ¿Y qué te dijo?

— Que está dispuesto a ayudarnos, quedamos de ir a su casa está tarde — El alfa asintió
volviendo a mirar a su hijo.
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Realmente esperaban que todo saliera bien y Joonie pueda superar ese trauma que tuvo que
vivir injustamente.

Las horas habían pasado y nuevamente no consiguieron que SeokJoon ingiriera alimento
alguno.

— ¡NO! ¡NO QUIERO! — Gritaba el cachorro quitándose los zapatos arrojándolos lo más lejos
que sus bracitos le permitían.

— Vamos hijo, te prometo que estarás bien, no pasará nada...

— ¡NO! — Cubrió sus oídos y cerró los ojos negando — ¡No salir! — Sus lágrimas volvieron a
rodar por sus mejillas.

Seokjin no pudo evitar llorar de igual forma abrazando a su hijo lleno de dolor, su lobo no
dejaba de sentirse culpable por no haber podido cuidar mejor a su cachorro y, Namjoon se
sentía miserable por no haber cuidado mejor a su familia.

Los tres estaban sentados en el suelo abrazados, llorando todo lo que tenían para llorar,
pidiendo perdón más que nada a su hijo.

Los minutos pasaron, en los cuales se sintieron un poco más liberados, pero el dolor seguía
ahí, recordándoles que así era la vida.

— Joonie, la doctora dijo que con esto estarás mejor, ¿no te gustaría sentirte mejor? — El
pequeño se quedó callado mirando hacia otro lado.

— S-si quiero... — Su voz se escuchaba algo dañada y oxidada, no había querido hablar y lo
primero que hizo después de tanto había sido gritar, seguro había lastimado un poco sus
cuerdas vocales.

— Entonces tenemos que ir a ese lugar — La doctora Moonbyul les había aconsejado no
decirle al pequeño a dónde iba, ya que era mejor ver cuál sería su reacción al ver a esta
persona.

Nuevamente el menor se contrajo al pecho de su padre omega negando, no le gustaba salir

de casa.
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— Hijo, yo voy a estar con ustedes... — Le aseguro Namjoon — Sabes que yo no voy a permitir
que les hagan daño otra vez — El pequeño no dijo nada.

— N-no daño... — Pidió.

— No más — Le aseguraron sus padres.

SeokJoon aún tenía miedo, pero nuevamente trato de confiar en sus padres.

Y salió de casa aferrándose con fuerza a Seokjin una vez entraron al coche, su cuerpo
temblaba y no dejaba de estar alerta, sin duda el pequeño no volvería a bajar la guardia.

El resto del viaje Joonie daba unos cuantos brincos ante los sonidos fuertes, ya que Namjoon
debió cerrar bien las ventanas para que ningún aroma de afuera pudiera afectar o alterar a
su hijo.

Unos minutos después el auto se había detenido frente a la casa Jeon, el omega miro a su
esposo y ambos se tomaron de las manos para darse ánimos mutuos.

— Todo saldrá bien, mi amor — Le aseguro el rubio grisáceo.

— Realmente lo espero.

Finalmente salieron del coche y subieron la escaleras, el pequeño cachorro asomó un poco
su rostro para ver a su alrededor, pero al estar tan nervioso no pudo identificar el lugar.

Cuando estuvieron frente a la puerta y tocaron el timbre un aroma llegó a las fosas nasales
del futuro alfa, un aroma que conocía muy bien.

Justo en el instante que la puerta se abrió los ojos de los dos menores se encontraron, el
pequeño rubiecito tenía una gran sonrisa en la cual le hacía falta un dientecito.

— ¡Joonie! — El nombrado no dijo nada, solo se quedó quieto con los ojos puestos en el
futuro omeguita.

Seokjin creyó que lo mejor sería dejar que interactúen por lo cual lo bajo de sus brazos
dejándolo frente a Beomgyu.
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El pequeño cachorro de los Kim trataba de procesar todo, su corazoncito comenzó a latir de
manera acelerada y comenzó a hiperventilar, asustando un poco a sus padres y los
presentes.

Hasta que finalmente rompió en llanto aferrándose con fuerza a su primo, su mejor amigo.

Los cuatro adultos se miraron y no pudieron evitar sentir esa opresión en sus pechos ante tal
escena.

— No llores Joonie — Lo consoló el rubiecito — Yo también te extrañe mucho — Le aseguro.

Pero de pronto la naricita del menor comenzó a olfatear el cuello del futuro omeguita,
provocando un par de cosquillas en este.

— Me haces cosquillas... — Río suave Beomie, pero no lo apartó y lo dejo que siguiera
olfateándolo.

Taehyung y Jungkook ya estaban al tanto del olfato de SeokJoon, así que entendían que el
pequeño tratara de reconocer a Beomgyu y quisiera firmar un vínculo entre ellos.

Se detuvo cuando pudo reconocer más la división de aromas, ya había decidido su aroma,
Caramelo y palomitas...

— Beomie... No irte... — Volvió a romper en llanto.

Por un momento Seokjin y Namjoon pudieron soltar el aire que habían retenido, el omega
recargo su cabeza en el hombro de su esposo.

Beomgyu miro a sus padres y estos sonrieron asintiendo, por lo que el cachorro abrazo más
fuerte a su mejor amigo.

Tae y Jungkook habían hablado con él en cuanto Seokjin y Nam les pidieron su ayuda,
claramente el menor no dudo en querer ayudar a su mejor amigo y se sentía feliz de haberlo
hecho.

El resto de la tarde ambos menores estuvieron en el jardín comiendo un poco de frutas, los
padres de Joonie estaban tranquilos de que por fin estuviera comiendo algo y aunque aún
estaba un poco contraído parecía que la compañía de Beomie le hacía bien.
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— Realmente gracias — Agradeció Namjoon nuevamente.

— Saben que no es nada, ustedes hubieran hecho lo mismo por Beomie — Dijo Jungkook.

— Pero nunca nos dijeron porque tenía que ser Beomgyu en específico, me refiero, estaba
Jennie y Soobin que conoce desde que nació.

— La psicóloga nos dijo que tenía que ser alguien que le haya sentido un gran impacto en él,
además...

— ¿Que?

— Seokjin cree que puede que Joonie y Beomie son destinados — Tanto Tae como Jungkook
se miraron sorprendidos y a la vez confundidos.

— Pero aún son muy pequeños — Dijo Taehyung mirando a los dos menores.

— Lo sabemos, pero también puede que no lo sea y simplemente ellos hayan creado su
propio vinculo y sea cual sea me alegra que Joonie esté más tranquilo — Suspiro mirando a
su hijo comiendo un trozo de sandía — Hacia mucho no lo veía así de tranquilo y comiendo.

El sol comenzó a ocultarse y era tiempo de que la familia Kim volviera a su casa, Joonie se
veía más tranquilo y aunque en un principio no quería irse, terminó aceptando con la
condición de que se volverían a ver.

Beomgyu estaba exhausto después de haber jugado toda la tarde, así que se dejó bañar por
sus padres y arropar para poder dormir a gusto.

— Me divertí mucho hoy... — Bostezo el rubiecito — Extrañé mucho a Joonie — Sus ojitos se
cerraban cansados.

— Nos alegra que te hayas divertido y sobre todo hayas podido ayudar a Joonie.

— Él es mi mejor amigo y siempre que pueda lo voy ayudar — Aseguro cerrando sus ojitos.

Ambos adultos sonrieron, su pequeño tenía un corazón tan cálido y puro, Taehyung
acomodo unos mechones rubios rebeldes mientras Jungkook lo arropaba con la cobija,
Beomie se había quedado profundamente dormido.

Con cuidado y después de darle un beso cada uno, salieron de la habitación rumbo a la suya.
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— ¿Y tus padres? — Pregunto Taehyung una vez cerraron la puerta.

— Ni idea, salieron desde la mañana, ya sabes seguro andan visitando lugares con eso que
mañana sale su vuelo a Tailandia — Le recordó por lo que el castaño simplemente asintió
desabrochando su pantalón para poder acostarse.

— La casa no será lo mismo sin ellos — Confesó el omega.

— Tienes razón — Jungkook que se encontraba únicamente con su bóxer puesto abrazo a su
amado por la espalda dejando un beso sobre su linda marca haciéndolo suspirar — Pero
podremos tener más privacidad... — Le susurro al oído atrapando el lóbulo de la oreja del
menor entra sus dientes.

— Ah~ — Echo su cabeza hacia atrás — Pero está Beomie... — Le recordó.

— Él está dormido y su habitación está al otro lado del pasillo, además las paredes no son
muy delgadas que digamos — Volvió a besar su cuello tratando de convencerlo.

— ¿Y si llega a despertar y quiere algo?

— Sabes que nunca entra sin tocar la puerta... — Taehyung mordió su labio al sentir la mano
de su alfa jugar con el borde de su ropa interior — Solo procura no hacer mucho ruido con
esa boquita... — Le aconsejo.

Los ojos del menor brillaron azules y su lobo meneaba la cola ante las insinuaciones de su
alfa, lo amaba y le encantaba cómo lo trataba, aulló de felicidad.

Su vista fue a parar al librero de la habitación, su corazón latió con intensidad al recordar lo
que había tras de él...

— J-jungkook... Espera... — Su respiración había comenzado a ser apnea.

El mayor se detuvo y dejo que su omega diera media vuelta para que sus rostros se
encontrarán, los ojos de ambos brillaban con intensidad ante la presencia de sus lobos, sus
labios se rozaron de forma sutil dejando que sus alientos se mezclarán.

— Te amo... — Le susurro el azabache provocando que sus labios se vuelvan a rozar.

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Taehyung fue quien corto su distancia perdiendo sus dedos en las hebras del magnate
quitando su coleta en el proceso, dejando que su cabello largo este suelto y le haga
cosquillas en el rostro a ambos.

En cambio, las manos del mayor viajaron por la espada baja de su omega hasta su redondo y
esbelto trasero dejando un leve apretón en este antes de continuar bajando hasta sus
muslos y tirar de ellos para invitarlo a rodearlo con sus largas piernas.

Sus labios iban al mismo compás, mientras sus lenguas se acariciaban y sus dientes mordían
sus labios de vez en cuando.

El cuerpo del castaño fue recostado con delicadeza sobre la gran cama y los besos del alfa
abandonaron los labios de Taehyung descendiendo por su cuello, instintivamente este
expuso su cuello de forma sumisa provocando que su vista vuelva a detenerse en el librero.

Su mente volvió a viajar a sus viejos recuerdos y se estremeció, dejando que su cuerpo
remonte el deseo de aquella habitación escondida.

— J-jungkook... — Lo llamo por lo que el azabache lo miro, sus rostros estaban iluminados
por la luz de la luna que se filtraba por la ventana — Quiero ir al cuarto de velas...

Los ojos rojos del mayor se fueron apagando y su cuerpo se tensó al instante, Taehyung
pudo sentir el disgusto del alfa mediante su lazo, por lo que quiso explicarse.

— Jungkook, sé que...

— No. — Lo corto.

— Pero...

— Dije que no Taehyung — Su voz era sería y su mirada era dura.

Sin más se apartó del cuerpo del menor, pero no por mucho ya que el omega lo detuvo
envolviéndolo con sus piernas.

— No puedes simplemente decir no y dejarme así — Se levantó un poco con ayuda de sus
brazos ya que sus piernas se encontraban en las caderas del magnate.
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— Suéltame Taehyung — Exigió el alfa tratando de quitar las piernas del nombrado, pero
este ejerció más fuerza.

— No, no vas a huir, quiero una respuesta.

— ¿Porque te gusta arruinar las cosas cuando estamos tan bien? — El omega frunció el ceño
ante las palabras del contrario.

— Solo te pedí ir al cuarto de velas, no entiendo porque te pones de esa forma — Le alzó la
voz.

— Te pedí que me sueltes.

— Pues no lo voy hacer.

— Taehyung, no me obligue a usar... — Se quedó callado y respiro profundo tratando de

calmarse.

— ¿Usar qué? — Lo reto a terminar la oración — Vamos, adelante usa tu voz de mando
conmigo — Ejerció más fuerza en sus piernas atrayendo al mayor hacia él.

— Deja de provocarme — Advirtió el azabache a centímetros de su rostro.

— ¿O sino qué? — El mayor tomo su rostro con una mano apretando las mejillas del castaño
con algo de fuerza mientras sus ojos brillaban rojos.

— Te juro que te haré llorar.

— Dicen que perro que ladra, no muerde.... — Y eso fue suficiente para hervir la sangre del
magnate empujando a Taehyung con algo de fuerza.

Si algo estaba claro era que Taehyung se había vuelto más dominante y retador desde que su
lobo volvió y aunque a Jungkook siendo un alfa puro debería molestarle, la realidad era que
hasta cierto punto le excitaba aún más esa nueva faceta de él.

Debido a la fuerza con la que lo empujó el alfa, Taehyung aflojó su agarre y este aprovecho
para tirar sin delicadeza de su ropa interior para deshacerse de ella dejando expuesto a su
omega.
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— Te voy a mostrar que este perro si muerde — Con un movimiento rápido coloco boca abajo
al castaño dejando su trasero a la vista y aquella marca de tinta donde se encontraban las
iniciales del mayor.

Taehyung ahogó un pequeño grito debido a la sorpresa de las acciones de su alfa y tuvo que
retener un grito al sentir un fuerte azote en su nalga derecha.

— Vamos a hacer esto — Hablo mientras tomaba un pequeño dulce que se encontraba sobre
la mesita de noche que había sido regalo de Beomie para su papi — Abre la boca — Ordenó.

Hacía mucho que Jungkook no le ordenaba nada al castaño, desde que estaban juntos
normalmente le preguntaba o pedía, pero que le hablara de esa forma no le disgustaba nada
a Taehyung así que simplemente obedeció.

— Muérdelo — Volvió a ordenar dejando que su omega muerda un extremo de la envoltura

de aquel caramelo — Muy bien Kim Taehyung, te gusta que sea rudo, lo voy a ser — Se inclino
susurrándole al oído — Te voy azotar hasta que termines llorando y no puedes dejar que ese
dulce se caiga ¿me entiendes?

— ¿Volverás a ser el mismo de antes? — Le dijo entre dientes el menor — Creí que ese
Jungkook se había quedado en el pasado.

— Mira Taehyung, te amo y puede que seas mi omega y tengamos un hijo, pero yo siempre he
sido el mismo, no hay otro Jungkook, solo yo y el hecho de que no he querido volver a sacar
este lado de mi contigo, no quiere decir que no exista — Lo azotó — Tengo mis límites.

Taehyung dio un brinco apretando sus dientes para no abrir la boca y el dulce caiga, el
omega era consiente que el azabache se controlaba por él y hasta algún punto, quería que
este lado de él volviera a salir.

— ¿Y si gano qué? — El mayor sonrió.

— No lo harás.

— Me subestimas señor Jeon, le recuerdo que me volví una persona de aguante gracias a
usted — Otro azote se hizo presente, pero este fue aún más fuerte que los anteriores.
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Taehyung respiro profundo, y apretó las sábanas entre sus manos, negándose a soltar ese
maldito caramelo.

— Estábamos tan bien Taehyung, en este momento te estaría haciendo el amor en vez de
azotarte — Sin aviso alguno volvió azotarlo, sin duda le quedarían unas buenas marcar por
unos días.

— S-si gano me vas a tener que deber algo... — Respiro con dificultad al sentir ganas de llorar.

— ¿Algo como qué? — Lo volvió azotar y el omega ahogó un sollozo mientras su lobo
meneaba la cola gustoso por su alfa.

Para el animal, su alfa era el mejor y, ya que desde que lo conoció era así, no le causaba
miedo o rechazo hacia él si no todo lo contrario.

— Eso... N-no importa, es decisión mía... — Cerro los ojos con fuerza al sentir otro golpe, por
un lado, quería gemir y por el otro llorar, su cuerpo estaba lleno de dolor y placer.

Era sorprendente la dualidad que tenían ambos, cuando estaban afuera parecían una
normal y típica pareja, pero en la cama podían ser ellos y llenarse de placer.

— Muy bien amor, tres azotes, si durante ese tiempo no sueltas el dulce tu ganas ¿estás de
acuerdo? — El castaño asintió, por lo que Jungkook sonrió.

Aquel juego que más bien era una trampa empezó, el mayor dio su primer azote y también
las primeras lágrimas cayeron por la mejilla del piel acaramelada.

El magnate masajeó el trasero de su omega apreciando las bellas marcas en este, sus manos
habían quedado tatuadas por lo cual dejo un beso sobre la roja piel, sorprendido un poco a
Taehyung quien se estaba preparando para el siguiente azote, pero en su lugar sintió los
dedos de su alfa acariciar su entrada.

— ¿Q-que haces?...— Hablo con dificultad — Mgh~ — Apretó sus dientes cuando sintió que
dejaría caer el dulce.

— Te estoy dando placer — Responde como si nada el azabache.

— Ese no fue el acuerdo... — Trato de no gemir al sentir como lo penetraba con dos dedos.
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— Yo dije que no podías dejar caer el dulce durante los tres azotes, nunca dije que no te haría
nada en medio de estos — Dejo un beso en la espalda baja de su amado y Taehyung maldijo
en sus adentros.

Los dedos del azabache entraban y salían de la cavidad anal de su pareja jugando con él y
tentándolo a gemir, pero sabía que el menor no se dejaría vencer tan fácilmente.

— Vamos amor, te quiero escuchar gemir — El menor negó con la cabeza tratando de regular
su respiración, pero su cuerpo como siempre quería traicionarlo, pero aguantaría lo más que
pueda.

Jungkook era tramposo, pero no le extrañaba al omega la actitud de su alfa, solía hacer eso
cuando quería ganar, o sea, siempre.

El magnate al ver qué simplemente su omega no pretendía ceder tuvo que usar el plan b,
levantó su pelvis dejando salir su pene de su bóxer el cual estaba semi erecto y comenzó a
darle atención, no tuvo que esperar mucho para que esté quedará completamente erecto.

Taehyung en cambio mantenía los ojos cerrados tratando de concentrarse en no abrir la

boca o todo estaba perdido, ese maldito instinto competitivo que tenían ambos los llevaban
a hacer ese tipo de juegos y tenían que aceptar que no era la primera vez que hacían algo de
ese tipo.

Un sonido de alivio escapó de la boca del omega al sentir como los dedos de su amado
abandonaron su entrada, pero su tranquilidad duró poco cuando sintió algo más en está.

Se removió en su sitio, por lo cual eso hizo sonreír a Jungkook quien estaba preparado para
penetrar a su pareja y así lo hizo.

De una sola estocada entro dentro de él escuchando un grito ahogado por parte del castaño
al cual le temblaron los labios y sus ojos ardieron nublando su vista.

— Vamos amor solo te tienes que rendir y ya — Un sollozo escapó de su boca negando con la
cabeza — Muy bien, como gustes mi pequeño masoquista.
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Las manos del magnate se aferraron a la delgada cintura de su omega para mantenerlo firme
en el mismo lugar, la primera estocada hizo que el menor arquera la espalda apretando sus
manos aún más en la sabana.

Taehyung trato de moverse, pero en cambio recibió un fuerte azote.

— No te muevas — Le advirtió, dando entender que esa noche el único que mandaba era el
magnate.

Las estocadas de su alfa lo estaban haciendo delirar y solo pudo enterrar su rostro entre las
almohadas pidiendo que parara, aunque no estaba tan seguro de si quería eso realmente.

Por otro lado, Jungkook se dejaba disfrutar del placer de follarse a su amado, su ojos
brillaron rojos ante el deseo y las intensas ganas de dejar marcas en el cuerpo de su amado.

Sus pieles chocaban provocando ardor por la fuerza en la que lo hacían, sin duda alguien no
podría sentarse con tanta libertad a partir del día siguiente.

Las lágrimas de Taehyung se habían encargado de mojar la almohada y reprimía sus gritos
en la misma, hasta que el azabache encontró su punto dulce, sus piernas temblaron y su
trasero se movió por más, quería que el mayor lo volviera hacer sentir así, pero su acción
recibió un castigó, otro azote.

Cuando el omega se sintió cerca de llegar a su límite de placer, el mayor detuvo sus
movimientos saliendo de su interior, el menor pretendía protestar, pero en cambio no le dio
tiempo ya que lo coloco boca arriba.

Los ojos de ambos se encontraron y brillaron con intensidad, por un momento sus lobos
fueron los únicos presentes, pero luego sus partes humanas volvieron a gobernar en ellos, el
rostro del magnate cargaba una sonrisa, mientras él del castaño estaba mojado por sus
lágrimas y tenía los ojos algo irritados, se veía jodidamente sensual ante los ojos de su alfa.

— Eres hermoso como siempre — Se reclinó besando el cuello de su amante.

Y mientras realizaba esa acción volvió a penetrarlo, las piernas de Taehyung lo rodearon y
sus manos tiraron con algo de fuerza sus cabellos azabaches haciéndolo gruñir.
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Estaban consumidos por el dolor y placer de ambos, Jungkook llevo sus manos hacia la
espalda del contrario y lo alzó logrando que los dos quedarán sentados, Taehyung clavó sus
uñas en la espalda de su alfa y ambos quedaron a centímetros de sus rostros.

Sus labios estaban tan cerca, pero eran divididos por aquel caramelo, la tentación era
grande y Taehyung quería besarlo y el mayor no se quedaba atrás, estaban bajo el deseo y el
omega simplemente abrió la boca notando una sonrisa en los labios del alfa.

— Gane... — Le susurro el magnate.

El menor sonrió de igual forma y se fundió en un beso deseoso, apasionado, hambriento, sus
lenguas tenían una guerra y de vez en cuando se mordían los labios haciendo gruñir y jadear,
al contrario.

Las embestidas volvieron hacer acto de presencia y por fin sus gemidos pudieron salir,
dejándose llevar por completo, no hizo falta esperar mucho, para que finalmente Taehyung
pudiera correrse y Jungkook pudiera anudarlo.

Cuando por fin se separaron para mirarse nuevamente, sus labios estaban levemente
lastimados y se podía ver un poco de sangre en ellos, pero la sonrisa del castaño continuaba.

— Estás muy feliz para haber perdido. — Alzó una ceja mientras acariciaba el trasero de su
omega.

— Ay mi querido alfita — Dejo un corto beso en sus labios — ¿Sabes cuál fue tu error? Que
dejaste de contar después de comenzar a follarme — El ceño del mayor se frunció.

— ¿Que?...

— Me azotaste tres veces y yo acabo de soltar el dulce, eso quiere decir que gané — Peino el
cabello de su novio hacia atrás para volver a dejar otro corto beso en sus labios.

El recuerdo de las veces que lo azotó volvió a él y cerró los ojos maldiciendo, era verdad, se
había dejado llevar y dejo de llevar la cuenta.

— ¿Y qué me vas a pedir? — El menor fingió pensarlo.

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— Eso es algo que aún no necesitas saber, pero... Si me gustaría saber porque te pusiste así al
hablar del cuarto de velas — Su cuerpo se volvió a tensar — No busco pelear solo quiero
saber.

Jungkook dudo en hablar, pero los recuerdo aún lo atormentaban, finalmente soltó un
suspiro aferrándose más fuerte al cuerpo de su amado omega.

— Porque la última vez que estuvimos ahí... Casi te pierdo por mi culpa... Por eso no quiero
volver ahí... — Confesó — Siempre que entro recuerdo esa noche y te veo en mis brazos
agonizando...

Taehyung no dijo nada, simplemente permaneció con él, dejando un par de caricias, ambos
esperaron que el nudo se soltara y Jungkook salió del interior del menor.

— Sabes, te amo — Le recordó el castaño a su alfa una vez estuvieron acostados entre las
sábanas.

— Siento si fui duro contigo hoy... — Acaricio su espalda expuesta.

— No lo fuiste — Se aferró a su cuerpo — Me siento muy bien cuando estoy contigo.

— Realmente eres un pequeño masoquista — El menor se encogió de hombros ante la risa de

su pareja.

— Es de las cosas que más te gustan de mí — Batió sus pestañas y recibió un beso.

— Tienes razón... — Jungkook se quedó unos minutos en silencio pensando muy bien lo que
iba a decir — Taehyung... Todo este tiempo que hemos estado juntos y descubrir que
siempre estuvimos destinados... No sé si es pronto, pero lo estuve pensado y creo que
Beomie se podrá muy feliz... Lo que quiero decir es... ¿Y si nos casamos?

El azabache miro a su omega en busca de una respuesta, pero solo se encontró con su rostro
profundamente dormido.

Suspiro algo decaído, realmente había sido difícil para él, proponer algo así, y Taehyung se
había quedado dormido, no lo culpaba debía estar exhausto.

— No importa... La próxima vez que te lo pregunte, será especial...

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por Srta_YoonTae

El castaño arrugo su nariz acurrucándose mejor contra el cálido cuerpo a su lado sintiendo
su agradable aroma llenar el ambiente, su nariz se movió un poco mas hundiéndose en el
cuello ajeno mientras su lobo meneaba la cola gustoso.

— Buenos días pequeño... — Escucho aquel susurro en su oído haciéndolo estremecer.

— Mgh~ Buenos días amor... — Sonrió apegándose mas al mayor.

— Pequeño me encantaría que nos quedáramos todo el día aquí en la cama, pero el vuelo de
mis padres es temprano y si queremos despedirnos tenemos que levantarnos — Acaricio su
despeinado cabello castaño.

El omega hizo un puchero, no tenia muchos ánimos de levantarse le dolía el cuerpo, sobre
todo su trasero, realmente estaba hecho polvo, pero también quería despedirse de sus
suegros.

— Esta bien... — Aun sin quitar su puchero infantil soltó a su alfa para que este pudiera
levantarse primero.

Jungkook se levanto sin cuidado alguno dejando que la sabana que cubría su desnudo
cuerpo cayera a su lado dejando a la vista su trabajado cuerpo, el menor no pudo evitar
mirarlo con descaro mientras mordía su labio.

— ¿Piensas quedarte ahí? — Se dio la vuelta para mirar de frente a Taehyung que parecía
importarle poco que su alfa supiera que lo estaba admirando.

— Bueno, la cosa es que mi alfa ayer me hizo tocar el cielo, pero hoy no pudo ni ponerme de
pie por mi mismo — El magnate no pudo evitar reír ante las palabras usadas por su pequeño
— ¡Hey! No es para que te rías, es para que me ayudes a pararme.
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Extendió sus manos hacia enfrente para que el azabache pudiera ayudarlo, por lo cual este
negó aun con una sonrisa antes de acercarse y cargarlo entre sus brazos de forma nupcial.

— ¿Mucho mejor no crees? — Dejo un corto beso en sus labios.

— Bueno, seria mejor si no sintiera las nalgas entumidas — Y esta vez estallo la carcajada del
mayor por lo cual Taehyung no dudo en golpear su desnudo pecho en protesta — No es
divertido, si yo fuera el alfa entre los dos te aseguro que no te causaría gracia en absoluto.

La sonora risa del magnate fue disminuyendo ante lo dicho por el castaño y lo miro con una
ceja alzada y una sonrisa algo siniestra.

— No estaría tan seguro de eso — Su voz le causo escalofríos a Taehyung haciéndolo tragar
grueso — Sin duda si tu hubieras sido alfa seguirías estando entre mis brazos en este preciso
momento.

— ¿Qué estas tratando de insinuar?

— Nada, yo no insinuó nada, solo digo que ni siendo alfa tu culo se hubiera salvado — Dejo
otro beso en sus labios.

Taehyung se quedo procesando la información mientras el azabache los llevaba a ambos al

cuarto de baño para darse una buena ducha.

La tina fue llenada con agua tibia y sales de baño para relajar sus cuerpos, con cuidado
Jungkook metió a su omega en el agua junto a él, el baño fue realmente bueno, el alfa se
encargo de limpiar al menor con delicadeza y de vez en cuando ambos jugaban dándose
pequeños besos y caricias, pero sin llegar a mas.

Una vez terminaros, nuevamente el magnate volvió a tomarlo entre sus brazos
envolviéndolo en una toalla como si de un cachorro se tratase sentándolo en la cama para ir
por mudas de ropa para ambos.

El omega estaba realmente encantado ante las atenciones que le daba su alfa y se dejo hacer
mientras le colocaba su ropa, cuando finalmente los dos estuvieron vestidos, Jungkook
tomo la secadora de cabello y un peine para poder secar el cabello castaño de su amado.
Este solo cerraba sus ojos mientras sentía como su cabello era secado con delicadeza.
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Cuando ambos estuvieron completamente vestidos salieron de la habitación para ir directo a

la de su pequeño cachorro, pero para su sorpresa no había nadie dentro, por lo cual eso
quería decir que ya se había levantado y lo mas seguro era que se encontraba en la cocina
con sus abuelos.

Así que ambos bajaron las escaleras, aunque Taehyung con un poco mas de dificultad por
obvias razones, aunque su dolor ya no era tan punzante seguía ahí, por lo que su alfa no
dudo volver a levantarlo en sus brazos, al llegar al comedor notaron que no solo Beomie y
sus abuelos se encontraban apunto de tomar el desayudo, si no también Baek y Chanyeol.

— ¡PAPIS! — Grito emocionado el rubiecito alzando sus brazos — ¿Papi, porque papa te esta
cargando?

— Es que...

— Tu papi anoche se cayo de la cama — Respondió el azabache, por lo que Beomie asintió sin
saber la realidad del asunto.

— Buenos días — Saludo el castaño a todos los presentes.

— Buenos días cariño, descuida yo iré por tu desayudo — Jiwoo se levanto dirigiéndose a la
cocina con Young siguiéndola para ayudarla en lo que sea que su esposa necesitara.

Jungkook como buen hombre llevo a su omega hasta su lugar antes de sentarse él a su lado
y cuando este se sentó en su silla hizo una leve mueca de dolor.

— ¿Te duele mucho papi? — Quiso saber el menor.

— Estoy bien osito — Acaricio su cabello dándole una sonrisa para que su hijo no se
preocupara.

— Debió haber sido una caída intensa — Comento Baek mientras le untaba mantequilla a su
tostada.

Las mejillas de Taehyung no tardaron en pintarse al darse cuenta del doble sentido en
aquellas palabras de su cuñado y es que era obvio que nadie mas que su hijo le iba a creer
que estaba así por una caída.
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— Ay tranquilo cuñadito, yo también he tenido de esas caídas ¿verdad Channie? — El

nombrado que estaba tomando zumo de naranja tocio de forma brusca debido a que se
había ahogado con este.

El alfa trataba de buscar aire con esfuerzo mientras sentía las leves palmaditas de su omega
y la intensa mirada de Jungkook también, porque claramente había entendido a lo que se
refería su hermano.

— ¿Channie te encuentras mejor? — Pregunto algo preocupado el menor, por lo que este
asintió — Bueno en lo que estaba, te digo tae, a veces las caídas pueden... — Chanyeol cubrió
su boca cuando noto que los padres del azabache volvían.

— Te juro que estas muerto — Dijo seriamente Jungkook mirando a su cuñado — Y hablare
muy seriamente contigo después — Esta vez apunto a su hermano.

Baek por su lado movido sus hombros dando a entender que le importaba poco las
amenazas de su hermano, él tenia que entender que ya no era un niño y que ahora que tenia
un alfa no le puede prohibir tener sexo con Chanyeol, era como ponerle comida enfrente a
alguien que no ha comido en mucho tiempo, no podía con la tentación.

— Pronto le daremos un primo a Beomie con el que pueda jugar — Le susurro provocando a
su hermano el cual parecía echar humo.

— Ni se te ocurra — Pero este solo se burlo en su cara.

— Ay limoncito a este punto seguro ya esta en el horno — Dijo acariciando su vientre —

Porque anoche estuvo uff... ni para que contarte.

Ajena a aquella provocación que estaban teniendo los hermanos el resto tomaba
tranquilamente su desayuno hablando sobre el viaje y los planes que tenían, porque
claramente los Jeon volverían a Seúl.

Cuando el desayuno finalizó llego el momento que nadie quería, realmente a ninguno le
gustaba las despedidas, el primero en llorar fue Beomie porque extrañaría mucho a sus
abuelos y el siguiente fue Taehyung, para finalizar con Jiwoo.

— Tranquilos volveremos, solo arreglaremos unos asuntos en Tailandia — Aseguro Young.

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Finalmente, todos se despidieron de los señores Jeon antes de verlos alejarse en su coche
rumbo al aeropuerto, cuando el auto se perdió en la distancia Jungkook volteo a ver a
Chanyeol con una falsa sonrisa.

— Corre. — Le advirtió.

Y como si se tratara de un par de críos el alfa rubio castaño entro a la casa devuelta corriendo
hacia el jardín teniendo a Jungkook yendo tras de él, cuando el magnate estuvo apunto de
atraparlo un lobo gris brincó sobre el dejándolo en el suelo, haciéndolo soltar un quejido de
dolor.

— Maldita sea contigo Baek — Trato de quitárselo de encima, pero al no poder también se
transformo justo cuando Beomie y Taehyung llegaban al jardín.

El pequeño rubio se soltó de la mano de su padre omega para ir brincando hacia el par de
hermanos fascinado por tal escena.

— ¡Cuidado con mi hijo! — Les grito el castaño negando con la cabeza sentándose en la mesa
del jardín junto a Chanyeol.

El gran lobo azabache empujo a su hermano menor con fuerza gruñéndole antes de mirar a
su hijo y menearle la cola cuando este se echo a gusto con los bracitos abiertos abrazando a
su padre el cual lo superaba mucho en tamaño.

— Wow, eres muy grande papá — Dijo hundiendo su carita en el pelaje oscuro sintiendo con
mucha mas intensidad el aroma a pino de bosque en el mayor y en el caso de su tío Baek el
aroma a piña de bosque.

Por su lado Taehyung y Chanyeol los miraban con una sonrisa en el rostro ante tal escena.

— No creí que a Jungkook se le de bien eso de ser padre — Comento el rubio castaño, por lo
que el omega lo miro en desacuerdo.

— Jungkook puede aparentar muchas cosas, pero solo lo hace para mantener esa fachada de
alfa dominante — Su amigo asintió de acuerdo con sus palabras.
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Ambos volvieron su vista al frente al escuchar las risas del infante notando que este estaba
sobre el lomo de su padre mientras eran perseguidos por el omega de ojos naranjas, la
tranquilidad se podía sentir en el ambiente.

— Sabes que me dijo Baek... — Chanyeol hablo sin quitarle la vista de encima a su omega que
meneaba la cola mientras jugaba — Que quiere cachorros.

— ¿En serio? ¿Y que le dijiste? — El alfa suspiro.

— Es obvio que me negué Tae, no porque él no vaya a ser un buen padre, es solo que no creo
que ninguno de los dos este listo, todo entre nosotros fue rápido y siento que por eso Baek
quiere hacer todo de prisa — Otro suspiro — Tengo miedo que por eso lo nuestro también
pueda terminar rápido.

Taehyung asintió con la cabeza comprendiendo su punto, él también sentía constantemente

ese miedo cuando comenzó nuevamente con Jungkook, por eso le agradaba que su alfa
tuviera un ritmo lento, que ambos fueran a su propio ritmo y disfrutaran cada momento.

Claro que en algún momento se quería casar con él y si era posible volver la familia un poco
mas grande adoptando mas niños, pero por el momento le gustaba tal y como estaban,
sinceramente si el magnate le proponía matrimonio en ese instante entraría en pánico y no
sabria que responder, y no porque no estuviera seguro de lo que sentía por él, es solo que
aun no se lo había planteado.

— Te entiendo Chan, pero ¿cómo se lo tomo Baekie?

— ¿Tu que crees? — Sonrió con algo de tristeza — Al principio discutimos un poco por el
tema, pero sabes que tampoco soy una persona que alza la voz y menos a un omega —
Taehyung asintió consciente de que su amigo siempre fue una persona pacifica.

— Baek y tu son tal para cual — Rio un poco — ¿Y luego?

— Luego entendió que tenia razón y ahora estamos mejor que nunca, hasta me comento que
estaba pensando sobre retomar sus estudios, no sabes lo feliz que me hizo eso, escucharlo
que quiere superarse por si mismo, y yo pienso apoyarlo en lo que sea que quiera estudiar.
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De pronto el sonido de un móvil interrumpió la conversación, por lo cual el castaño miro la

pantalla de este notando que era el móvil de Jungkook, en este reflejaba el nombre "Dr.
Choi" Alzo la mirada hacia el dueño del aparato y este continuaba jugando, así que después
de meditarse unos milisegundos atendió la llamada.

Dr. Choi: Buenos días Jungkook.

— Buenos días Doctor Choi, soy Taehyung, Jungkook no pudo atender — Se escucho un
aullido y risas.

Dr. Choi: Oh... Claro, entiendo es bueno que de vez en cuando se divierta *Se escucho una risa
de parte del mayor, por lo cual Taehyung sonrió* Solo era para avisarles que ya tengo los
análisis de tus estudios y pueden venir cuando gusten.

Los músculos del menor se tensaron un poco, aunque sabia que seguramente todo saldría
bien, siempre que iba al hospital una cierta ansiedad crecía en él, por lo que el lobo azabache
detuvo su juego con su hijo y hermano para mirar al castaño ya que había sentido su
repentino cambio mediante su lazo.

Los ojos de ambos se encontraron y el menor le sonrió para que este entendiera que no
había ocurrido nada, un poco dudoso el lobo continuo con el jugo cuando sintió que su hijo
tiraba un poco de su pelaje como si de un caballo se tratase.

— Entiendo, nosotros iremos mañana — Informo. El omega no quería arruinar ese día tan
animado y familiar que tenían, por eso creyó que era mejor ir al día siguiente.

Dr. Choi: Muy bien, entonces disfruten su día.

Después de que se despidiera se escucho el sonido de que la llamada había finalizado.

— ¿Esta todo bien? — Quiso saber el alfa al sentir que el aroma de su amigo había cambiado
un poco.

— Si, solo era el Doctor Choi, mis análisis ya están y nos estaba avisando.

— ¿Y cual es el problema?
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— No, ninguno, es solo que no he tenido tan buenas experiencias en los hospitales, eso es
todo — Se encogió de hombros.

— Sabes que si necesitas hablar con alguien siempre estaré para ti, después de todo somos
amigos — Extendió su mano para tomar la del castaño por lo cual este sonrió y asintió con la
cabeza.

— Lo se, y te lo agradezco Chan.

En ese preciso momento Beomie llego dejándose caer sobre las piernas de su papi mientras
hundía su carita en el vientre de este provocando que estos suelten sus manos para que
Taehyung pudiera sostener a su hijo quien respiraba cansadamente por correr y reír mucho.

— ¡Papi! Vamos a la piscina, por fis, vamos tío Channie, digan que siiiii — Pidió el pequeño
con su mejor carita de suplica la cual hizo reír a los mayores.

— Muy bien, iremos a la piscina, pero primero hay que cambiarnos — El cachorrito asintió
feliz.

El resto de la tarde lo pasaron en la piscina, Chanyeol ayudaba a Beomie enseñándole

algunas formas simples para nadar junto a Taehyung ya que Jungkook trataba de no morir
ahogado por culpa de Baek.

— Vamos limón, no seas aguafiestas llévame en tu espalda — Se quejo el menor de los Jeon.

— Que no mocoso, ¡suéltame! — Trato de quitárselo de encima.

La batalla no duro mucho ya que después Baek y Beomie protestaron por sus estómagos los
cuales les exigían alimentos, por lo cual Chanyeol se ofreció a llevarlos a comprar comida
dejando a Taehyung y Jungkook un rato solos en la piscina.

— Oye, ¿estas bien? — Pregunto el azabache a su pareja mientras lo tomaba por los muslos
bajo el agua — Sentí que no estabas bien hace un rato, ¿con quien hablabas por teléfono? —
El menor colgó sus brazos sobre el cuello de su alfa.

— Descuida estoy bien, el doctor Choi te llamo por teléfono cuando estabas jugando así que
respondí la llamada — El magnate asintió dejando un corto beso en sus labios.
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— Me imagino que fue por tus análisis.

— Si, le dije que mañana iríamos, así que pensé en llamar a mi padre para que se quede con
Beomie, no se si tu estas de acuerdo con eso — Bajo un poco la mirada, por lo que el
azabache subió sus manos hasta su mejilla.

— Hey, esta bien, además es bueno que Beomie conviva con su abuelo Vante como lo hizo
con mis padres — Una sonrisa se instalo en los labios del menor y se apego mas, al contrario.

— Gracias — Dejo un beso suave en sus labios, nada brusco ni nada apasionado,
simplemente era un beso dulce — Te amo...

Cuando volvieron con la comida la pareja salió del agua y todos estuvieron de acuerdo con
que se comiera en el jardín para que después se vea una película a petición del rubiecito ya
que su tío Channie le había comprado muchas golosinas.

El día sin duda lo habían disfrutado, así que cuando llego la hora de que Chanyeol y Baek se
fueran, Beomie cayo rendido por el sueño, no sin antes decir que ese día había sido uno de
los mejores de su vida, porque el primero fue el día que sus papás llegaron a su vida.

La alfa se encontraba con la mirada en sus manos, estaba tranquila, su vientre ya se

encontraba más grande y como no si ya casi cumplía los 8 meses.

— ¿Cómo te has sentido con estas terapias Lisa? — La nombrada alzó la mirada saliendo de
sus pensamientos.

— Bien, mucho mejor, mi lobo aún está en desacuerdo, pero cede más a mis ordenes — Su
lobo gruño, no estaba de acuerdo con nada.

— Es normal, muchos años lo dejaste decidir por ambas y ahora no es fácil que te obedezca,
pero verás que con el tiempo será más fácil — Le sonrió la psicóloga Seulgi quien estaba a
cargo de su caso.

— Si, lo se — La alfa acaricio su vientre — ¿Y sobre mi bebé? ¿Esto podría afectarlo de alguna
forma?
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— Bueno Lisa, soy psicóloga, no ginecóloga, pero tengo entendido que este tipo de
embarazos son muy riesgosos, tu caso es delicado porque por lo que tengo entendido ambos
son puros alfas — Ella asintió — Por el momento no creo que haya problema si sigues las
indicaciones de tu médico, pero una vez nazca tu hijo empezarán los problemas.

— ¿Cómo cuáles? — La mujer suspiro.

— Cuando entres en parto todo tu cuerpo y mente entraran en un estado de anestesia y

vulnerabilidad, si te dejas vencer todo este tratamiento no habrá servido de nada ya que tú
lobo volverá a tomar el mando más fuerte que nunca — Explico — Al principio tal vez sientas
hasta un cierto rechazo hacía tu hijo, pero con el tiempo se puede ir restableciendo su
relación, lo importante es que no te dejes dominar.

Cuando la consulta termino Lisa salió encontrándose a Hoseok esperándole fuera y al

instante fue hacia ella y deslizó su mano tras la espalda de la chica para ayudarla a salir del
edificio y subir al coche.

— ¿Cómo estuvo la sesión de hoy? — La azabache trato de sonreírle, el alfa siempre era muy
atento con ella y en todos esos meses habían surgido sentimientos hacía él.

— Bien, ya sabes lo mismo de siempre, que mi lobo aún necesita algo de mano dura —
Hoseok asintió comprensivo.

— Yo sé que al final lo conseguirás y podrás domar a ese lobo necio — Dejo un pequeño beso
en su frente y aunque el lobo gruño ante ese acto de cariño el corazón de Lisa latió de forma
cálida.

— Gracias, por darme la oportunidad y confiar en mí después de haber sido tan mala... — Dijo
algo triste bajando la mirada.

— Hey — Tomo el rostro de la chica entre sus manos y la hizo mirarlo — Todos cometemos
errores alguna vez y tú no eres la excepción, lo importante es que realmente quieras
cambiar.

Ella se perdió en la mirada del alfa, el pelirrojo siempre tenía las palabras correctas y eso era
lo que la motivaba a querer ser mejor y más si con eso podía estar a su lado.
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— Si, quiero cambiar...

— Yo lo sé y siempre voy a estar aquí para ti, como tu amigo, el padre de nuestro hijo y
también me gustaría en algún momento como tú alfa.

Había cometido errores, pero aún así Hoseok pudo ver la bondad y pureza en su corazón, por
eso no quería ocultar nada, ya no más y menos a él, a quien ahora quería entregarle su
corazón.

— Hoseok... Hay algo más que me dijo la psicóloga... — Desvío la mirada y tomo un respiro
antes de contarle las posibles consecuencias del embarazo.

Esa mañana comenzó tan bien con un pequeño llenando de besos a sus padres, el rubio llego
a despertarlos para que pudieran desayunar juntos y claramente los adultos no se hicieron
del rogar con aquel puchero tan adorable.

— Papi, ¿por qué has puesto un plato mas en la mesa?

— Eso es porque tu abuelo Vante vendrá a desayunar con nosotros, ya que te quedaras un
par de horas con él en lo que papá y yo vamos al doctor.

— ¡Si, el abuelo Vante! — Grito con emoción el pequeño por volver a ver al hombre.

Sin duda a Taehyung le encantaba que su hijo pudo aceptar a Vante asi de rápido, Beomie
confiaba plenamente en sus padres y sabia que ellos nunca le presentarían a alguien que le
haga daño, por eso pudo confiar en su abuelo apenas se lo presentaron.

Cuando el timbre sonó el primero en brincar de su silla fue el menor y el castaño quien lo
siguió con una sonrisa hasta la puerta principal donde ya estaba Beomie esperando a que
alguno de sus padres abriera, porque cabe recalcar que el menor sabia que no podía abrir la
puerta sin ningún adulto se lo autorizaba.

Por eso cuando su padre omega abrió esta sonrió feliz de ver nuevamente a su abuelo y
corrió a abrazarlo dando un salto, eso sorprendió un poco al alfa mayor, pero no dudo en
atrapar a su nieto.
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— Buenos días, abuelo Vante — Dijo mostrando sus dientitos de leche y uno que había
comenzado a crecer.

— Beomie, no hagas eso, te puedes lastimar o lastimar a tu abuelo — Le dijo el castaño, por
lo que el cachorro hizo un puchero tan tierno.

— Esta bien Tae, los dos estamos bien, además jamás dejaría que mi nieto se lastimara — El
pequeño omeguita sonrió nuevamente abrazando a su abuelo antes de que este lo bajara.

— Buenos días papá — Saludo ahora Taehyung con las mejillas algo sonrojadas al igual que
las de su padre, sin duda parecían dos gotas de agua.

— Buenos días hijo — Lo abrazo y ambos lobos se removieron felices, hasta que el abrazo se
rompió.

— Gracias por poder venir y quedarte un rato con Beomie.

— Ni que lo digas, yo encantado, no me esperaba tu llamada, pero me alegra que hayas

pensado en mi — Confeso aun sonrojado.

Ambos Kim junto a Beomie fueron hasta el comedor donde se encontraba Jungkook
terminado de poner la mesa, pero al ver a su suegro no dudo en saludarlo estrechando sus
manos.

El desayuno fue agradable para todos, nuevamente el pequeño rubio fue quien dirigió la
platica, ya que le estaba contando a su abuelo todo lo que había hecho el día anterior y lo
genial que era su papá Jungkook en forma de lobo, por lo que Vante le conto que el también
era un cambia forma, solo que hacia muchos años perdió la habilidad después de separarse
de Bora.

A Taehyung le encantaba escuchar a su padre hablar de su madre, siempre lo hacia con tanto
amor, realmente le confirmaba que él la seguía amando después de todo ese tiempo y eso lo
hacia feliz, aunque también le gustaría que le pudiera ser nuevamente feliz con alguien a su
lado, puede que su padre ya fuera algo mayor, pero todavía podía conocer a alguien.

Finalmente llego la hora de irse, por lo cual la pareja volvió agradecerle al alfa por cuidar de
su hijo antes de marcharse rumbo al hospital donde los estaba esperando Siwoo.
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El viaje en auto fue tranquilo y no hacia falta decir que desde aquel accidente que había
sufrido el magnate ahora manejaban con mas precaución. Jungkook podía sentir el
nerviosismo de su omega por lo cual todo el camino lo tomo de la mano desprendiendo su
aroma a galletas para tranquilizarlo.

— Todo estará bien — Le aseguro cuando aparco el auto en el estacionamiento del hospital.

— Lo se, pero aun así me pongo nervioso — Confeso el menor.

Jungkook acaricio la mejilla del castaño con delicadeza y beso su frente con dulzura, ese
gesto hizo que su lobo casi ronroneara de lo bien que se sintió ese tipo de atención que le
daba su alfa. Una vez su nerviosismo y ansiedad del menor disminuyo ambos bajaron del
coche rumbo al hospital.

Ser una persona tan influyente como lo es Jeon Jungkook tenia sus ventajas sin dudas, que
con solo mencionar su nombre tenias lo que querías, ahí era donde uno se daba cuenta
cuanto peso tenia un nombre.

Por esa razón la recepcionista les había dejado pasar al consultorio del Doctor Choi sin ni
siquiera confirmar su cita.

Al entrar al consultorio, Siwoo los recibió con una sonrisa invitándolos a sentarse después de
haberlos saludado, junto a el se encontraba un joven omega, al parecer parecía una
enfermera.

— Veo que siguen bien.

— Claro que si, mejor que nunca — Respondió el alfa apretando el muslo de su omega
haciéndolo sonreír.

— Me alegro — Sonrió antes de suspirar mientras tomaba un folder negro — Los análisis los
recibí una semana después de haberlos hecho, pero volví a pedir que los hagan — Comento
— Así que necesito una muestra mas.

— ¿Por qué? — Quiso saber el menor.

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— Porque, todo había salido muy bien en ellos, pero tu rango salía inconcluso, por lo cual los
volví hacer y nuevamente salieron así, por eso quiero hacer una muestra rápida en este
momento, serán unos análisis de rutina por lo cual en unos veinte minutos ya deberían estar.

La joven chica se acerco al castaño el cual simplemente se dejo tomar una muestra de
sangre, la omega había sido cuidadosa y rápida así que casi ni lo sintió, cuando esta se fue
volvió su vista al doctor.

— Siwoo, nosotros ya sabemos que tiene Taehyung, hace poco nos reencontramos con su
padre y él nos explico muchas cosas...

Jungkook y Taehyung le contaron al doctor todo acerca de la nueva especie a la que

pertenecía el menor, el alfa le tenia mucha confianza a Choi por lo cual sabia que él no haría
nada en contra del castaño.

— Ya veo... — Dijo analizando toda la información — Eso explica mucho sobre los cambios en
el cuerpo de Taehyung, tal vez a eso se deba su infertilidad mas que nada, sigo sorprendido,
había llegado a escuchar de los lobos completos, pero creí que era una especie de mito.

— Nosotros estábamos igual, pero después de escuchar toda la historia, no fue tan difícil de
creer.

— Mi padre dice que el Lunaenova que vive dentro de mi es el último de su linaje, por lo cual
creo que yo soy el último en portarlo ya que no puedo tener descendientes de mi misma
sangre.

Justo en ese instante la enfermera volvió entregando los nuevos análisis de Taehyung para
después retirarse.

— Veamos que dicen tus análisis — La mirada del doctor viajo a lo largo de la hoja en sus
manos.

Las plaquetas del menor estaban en su punto máximo, al igual que sus defensas, podría
decir que tenia a la persona mas sana frente a él, y donde estaba su rango nuevamente
marcaba una "O" denominando su rango de omega, pero por pura curiosidad su vista se
detuvo en la casilla de gestación donde lamentablemente seguía en negativo, sabia que no
había posibilidad, pero aun así tuvo la esperanza que el resultado fuera distinto; suspiro.
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— Te encuentras muy bien y tu rango volvió a ser normal, aparece que eres un omega, así
que creo que no hay ningún problema — La pareja sonrió, por lo cual Siwoo no vio necesario
quitarles esa felicidad recordándoles que Tae no estaba en gestación.

La consulta termino y ambos volvieron junto a su pequeño realmente aliviados de que todo
haya salido bien.

El hombre de ojos verdes toco la puerta del despacho de su padre, había vuelto a Francia
después de que Jungkook lo había echado de su empresa y cancelado el contrato que
tenían.

Pero claro que Evans no se quedaría callado, el hablaría con su padre y lo convencería que
nadie mas que el magnate tenia la culpa de todo, hundiría a Jeon Jungkook y le quitaría
todo.

— Buenas tardes padre, se que estas enojado por que cancelaron nuestro contrato, pero... —
El sonido resonó en la habitación.

El alfa estaba sorprendido, su padre jamás la había puesto una mano encima, por lo cual lo
miro incrédulo.

— Como tienes el descaro de venir y poner un pie en mi casa después de lo que hiciste —
Evans lo miro haciéndose el desentendido.

— Pero padre yo no hice nada.

— ¡No me mientas Evans! Ya no eres un niño, como pudiste tratar de someter un omega que
no es tuyo.

Esas palabras hicieron gruñir a su lobo, pero trato de calmarse frente a su padre o toda su
mentira se ira a la basura.

— Eso es mentira, tu sabes que yo nunca haría algo así, todo eso se lo invento Jeon para
terminar nuestro contrato, seguro...
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La televisión interrumpió el patético discurso del alfa y en la pantalla se mostraba el

momento justo donde este tomaba a la fuerza a Taehyung besándolo, aunque este ponía
resistencia.

— No puedo creer que tengas el descaro de mirarme a la cara y mentirme — El viejo alfa se
veía decepcionado — Yo jamás te eduque así...

— Padre...

— Quiero que te vayas — Dijo con dolor porque él amaba a su hijo.

— ¿Me estas echando?

— Si realmente estuvieras arrepentido no estaría haciendo esto, pero te conozco tan bien
que se que no te arrepientes en lo mas mínimo y eso es lo que mas me duele, por eso quiero
que te vayas.

— No puedes hacer esto ¡Soy tu único hijo!

— Lo siento — Frederick siempre le había dado todo a su hijo, tal vez ese fue su error,
siempre le dio todo y eso lo volvió caprichoso, no sabia que realmente le estaba haciendo un
mal a su hijo.

Una sonrisa demasiado siniestra se instalo en los labios del alfa menor, que hasta el padre no
pudo reconocer, ese no era su pequeño hijo.

— Te vas arrepentir...

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por Srta_YoonTae
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El tiempo ha pasado y sin duda había sido para bien, al menos para la mayoría sin duda,
pues Luhan y Sehun por fin habían puesto fecha para su boda y los preparativos habían
comenzado, en los cuales todos estaban ayudando para que todo fuera perfecto ya que no
faltaba casi nada.

Por otro lado, estaba Chanyeol y Baek que, si bien su relación iba bien, pero, aunque ambos
seguían tratando de crear un buen trato con la madre del alfa esta aun no daba su brazo a
torcer con el menor y parecía que no lo haría sin importar cuanto este se esforzase.

Lisa y Hoseok estaban tratando de verse más de seguido para ver si podía surgir algo entre
ellos, la azabache creía que ya estaba lista para entregarse a alguien que realmente parecía
quererla solo a ella y de a poco con ayuda del alfa había intentado acoplarse al resto, sin
contar que estaba a nada de que en cualquier momento diera a luz, eso aun le asustaba un
poco ya que no quería recaer nuevamente.

Por otro lado, por suerte Jimin no había tenido otro incidente como el anterior con su madre
y el rubio no tenia ganas de volverse a encontrar con alguien de su familia, él estaba
perfectamente bien con su querido esposo, hijo y el señor Kang.

Aunque por el lado de la familia Kim se tenia que aceptar que el tiempo si había sido bueno
para ellos, pues el pequeño Joonie no había vuelto a ser el mismo niño risueño de antes,
pero ya podía salir con mas libertad, estar con Beomie sin duda lo había ayudado mucho y
con un poco mas de tiempo podría estar mucho mejor, Seokjin y Namjoon estaban tan
agradecidos, su pequeño cachorro no merecía tener una vida como la que estaba llevando,
por suerte las pesadillas se habían acabado, y es que Beomie había sido tan bueno de darle a
Gyunnie para que el menor pudiera dormir sintiendo su aroma.

Y ni que decir de Jungkook y Taehyung ambos estaban mejor que nunca, claro que tenían
sus peleas como cualquier pareja, pero nada que no arreglara una buena sesión de sexo,
además que Vante había decidido que seria bueno vivir un tiempo en Seúl para estar mas
cerca de su familia y es que a Beomie le encantaba escuchar las historias que le contaba su
abuelo sobre su abuela Bora.
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El castaño leía un libro, acariciaba el cabello de su alfa quien reposaba su cabeza en los
muslos del menor mientras jugaba con su hijo quien estaba sentado sobre su dorso a
horcajadas, los tres procuraban pasar ese tipo de momentos familiares después del trabajo y
a Beomie le encantaba eso.

Tae y Jungkook solían dejarlo con Vante o Seokjin y Joonie cuando ellos trabajaban y
después pasaban por él, esa mañana se había quedado con los Kim.

— Si papá, hoy fuimos al parque y aunque al principio Joonie no quería, yo le prometí que
estaría con él, así que lo tome de la mano todo el camino, porque yo soy un fuerte omega —
Contó el pequeño rubio justo cuando Jungkook termino de hacerle una pequeña trencita en
uno de sus mechones.

— Claro que si hijo, solo espero que no te estés enamorando eh... — Lo pico en su pancita
haciendo que este se retorciera riendo — Aun eres muy pequeño, y no quiero que tengas un
alfa mas que yo, porque tu solo necesitas a papá Jungkook — Lo volvió a picar.

— Pero papá ¿y cuando estés viejito? La abuela Jiwoo dice que yo tendré que cuidar de ti y
para eso voy a necesitar un alfa — Dijo el rubio por lo que Taehyung rio un poco mirando al
azabache quien puso cara de ofendido.

— Tu abuela esta loca — El castaño le dio un golpecito en la cabeza a su alfa advirtiéndole —

Bueno eso no importa, aunque yo tenga 50 años tu no puedes tener un alfa — Sentencio por
lo que su omega rodo los ojos, por alguna razón desde que Seokjin había dicho que Joonie y
Beomie podían ser destinados se ha puesto en su papel de papá celoso.

— ¿Y un beta? — Pregunto el rubiecito después de meditar las palabras de su padre — Así

como el tío Luhan.

— ¿Que? No, tampoco, tu no puedes tener novio mientras yo siga vivo — El menor hizo un
puchero cruzándose de brazos.

— Eso no es justo — Frunció el ceño.

— Jungkook, ya deja a mi bebé en paz — Lo regaño — Cariño cuando sea el momento podrás
tener una pareja, no importa si es Joonie o un alfa, beta u omega, lo que importa es que
realmente lo ames y él te ame a ti — Acaricio su mejilla regordeta — Y aunque tu padre diga
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que no, cuando vea lo feliz que eres lo va a tener que aceptar ¿verdad papá celoso? — El alfa
simplemente desvió la mirada negándose a responder.

— Pero... Yo solo quiero a Joonie como amigo... — Bajo la cabeza jugando con sus deditos.

— ¡Y eso es perfecto! — Otro golpe en su cabeza por parte de su omega lo hizo callar.

— Yo escuche una conversación de mi tío seokjin con mi tío Nam, donde decían que tal vez
yo si era su destinado — Dijo casi en un susurro sabiendo que estaba mal escuchar
conversaciones de adultos, pero no era su culpa, él solo quería un poco de jugo y por eso fue
a la cocina.

Tanto Taehyung como Jungkook se miraron, Beomie no tenia porque enterarse de las cosas
de esa forma, aunque tampoco culpaban a Jin y Nam, seguro no fue apropósito, pero, aun
así, pudieron haber tenido un poco mas de cuidado.

El alfa se levanto tomando a su hijo en brazos para después sentarse nuevamente en el sillón
junto a su omega con el cachorro en brazos, realmente ninguno se veía hablando con su
pequeño sobre ese tipo de temas, al menos no a esa edad todavía, y no es que fuera una
platica sobre relaciones sexuales, pero aun así.

— ¿Es verdad que Joonie es mi alfa?... — Quiso saber aun con la cabeza baja.

— Mira cariño eso aun no lo sabemos, eso solo lo pueden saber Joonie y tú cuando ambos se
presenten — Explicó el castaño.

— ¿Pero habría algún problema si lo fueran? — Esta vez quiso saber Jungkook, no entendía
porque su hijo se había puesto de esa forma con el tema.

— Es que yo quiero mucho a Joonie y él es mi mejor amigo...

— ¿Entonces cual es el problema?

— Pues a mi me gusta abrazarlo, jugar con él y darle besitos en las mejillas, pero no puedo
pensar que un día le este dando besitos como papá y tú lo hacen... y no se si eso es malo si
soy su destinado...
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— Hijo, un destinado, es alguien que la diosa luna te asigna porque cree que los dos son lo
que el otro necesita, pero eso no quiere decir que a fuerzas tienen que ser una pareja —
Explicó el alfa — Tu destinado es tu alma gemela y puede ser tu pareja o hasta tu mejor
amigo y eso no quiere decir que esta mal.

— Tu papá tiene razón — Acaricio su cabello dorado — Si Joonie es tu destinado, pero tu

corazón esta para alguien mas no esta mal, pero aun eres muy pequeño para saber si
realmente quieres estar con Joonie de esa forma o no.

Beomie pensó en las palabras de sus padres y se aseguraba fielmente a él mismo de que no
podía ver a su mejor amigo como algo más, lo quería y mucho, pero solo como eso, tal vez
sus padres tenían razón y en el futuro podía cambiar su sentir, pero por el momento Joonie
solo era su mejor amigo.

El timbre de la entrada sonó por lo cual Taehyung fue quien se levanto para ir a abrir y ver
quien era, cuando abrió la puerta sonrió al ver a su padre frente a él, pero luego frunció el
ceño notando que este tenia una caja en sus manos.

— Hola papá — Lo saludo dándole un abrazo, el cual fue correspondido por el mayor.

— Hola hijo, siento haber venido sin avisar antes — Desvío la mirada algo apenado por su
imprudencia.

— Oh, sabes que no hace falta que avises, a Beomie le encanta que vengas y.... a mi también
— El alfa sonrió ante las palabras de su hijo.

— Cierto, se me olvidaba — Se apresuro a decir Vante — Encontré unas cosas que seguro les
gustara ver a Jungkook y a ti — Volvió a sonreír alzando la caja que parecía un poco pesada.

El omega se hizo a un lado dejando pasar a su padre indicándole que Jungkook y Beomgyu
estaban en la sala de estar, por lo cual el alfa mayor avanzo encontrándose a su yerno y nieto
sentados en el gran sillón, donde el azabache continuaba haciendo pequeñas trencitas en
algunos mechones dorados de su hijo.

— ¡¡Abuelo Vante!! — Grito feliz el menor cuando vio al mayor entrar a la sala y con la misma
brinco de las piernas de su padre para correr hacia su abuelo.
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El hombre no dudo en dejar la caja sobre el suelo y recibir a su querido nieto en sus brazos,
sin duda Vante nunca había sido tan feliz en su vida después de haber conocido a Bora,
sentía que nuevamente la vida le había dado una nueva oportunidad.

— Abuelo Vante en dos días es mi cumpleaños — Dijo feliz mostrando dos de sus deditos.

— Oh, es cierto, como pude haberlo olvidado — Fingió y eso hizo reír al futuro omeguita.

El magnate se levanto del sillón y se paro junto a su amado abrazándolo por la cintura.

— Buenas tardes — Saludo al padre de su omega y este le respondió de la misma forma.

— Buenas tardes Jungkook, he traído algo para ustedes — Volvió a tomar la caja entre sus
manos.

Taehyung estaba realmente curioso por el contenido que llegara a tener esa caja así que la
tomo entre sus brazos para caminar nuevamente al sillón siendo seguido por todos, el
castaño tomo asiento en el centro, mientras su alfa se sentó a su lado izquierdo con Beomie
en sus piernas y su padre a su lado derecho.

Con cuidado coloco la caja sobre sus piernas y la destapo dejando ver el contenido de esta,
con lentitud tomo el primer objeto, al principio no sabia como sentirse, pero al abrir el álbum
y ver las viejas fotografías sintió sus ojos cristalizarse al igual que los de Jungkook.

La primera fotografía era de dos chicas, una azabache la cual tenia una bella sonrisa de
conejo y sobre su espalda estaba una castaña de ojos brillantes, ambas se veían tan felices,
no hacia falta preguntar quienes eran, tanto Jungkook como Tae lo sabían. Eran sus madres.
Ambas se veían realmente jóvenes y a juzgar por los uniformes que llevaban, podrían apostar
que tenían entre 19 años.

— Ellas realmente eran muy unidas, nunca vi una conexión así de grande como la de ellas —
Comento Vante.

— Son muy bonitas — Dijo el cachorro observando la fotografía — ¿Quiénes son?

— Son tus abuelas — Le respondió Jungkook — Mi mamá y la de tu papi Tae.

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— Oh... Son la abuela Bora y la abuela Eunha — Su abuelo Vante ya le había contado sobre
ellas.

Taehyung no había podido decir palabra alguna, solo contemplaba la foto sintiendo tantos
sentimientos encontrados, finalmente le dio vuelta a la pagina y en esta se encontraban dos
parejas.

— ¡Es papi! — Se apresuro a decir Beomie apuntando a un joven azabache idéntico a

Taehyung quien sostenía la cintura de la misma castaña de la foto anterior.

— No, ese soy yo — Dijo Vante con una sonrisa, realmente el parecido entre los dos era
impresionante — Esa foto fue el día de nuestra graduación.

El joven alfa se tenso mirando la fotografía, ahí estaban su madre y... quien había sido su
padre, su omega sintió su cambio mediante su marca y lo tomo de la mano, para que supiera
que ya no estaba solo y nunca lo iba a estar.

Las dos parejas se veían realmente felices ese día, quien diría que ambas tendrían tantas
tragedias y no precisamente su final seria feliz.

— Ese día Bora no quería ir a la graduación, nunca le gustaron ese tipo de fiestas donde
tenían que usar vestidos largos — Conto el viejo alfa recordando con tanto cariño ese
recuerdo — Pero Eunha no iba a dejar que su hermana se perdiera su baile de graduación así
que le regalo un traje color rojo para la graduación, sin duda ella fue el centro de atención
esa noche.

Era tan irónico que Eunha y Bora fueran tan similares con Jungkook y Taehyung, que sin
darse cuenta hacían casi las mismas cosas, pues Jungkook también le había regalado un
traje rojo a Taehyung para su graduación.

— Fueron buenos tiempos... — Dijo con una sonrisa triste y llena de nostalgia.

— ¿Cómo era mi padre?... — Quiso saber el azabache, aun mirando la sonrisa de los que
fueron sus padres.

— Bueno él nunca fue muy sociable, pero solo tuvo ojos para Eunha siempre — Contó — A
Bora nunca le termino de agradar Jungwoo, pero no porque fuera mala persona,
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simplemente creía que Eunha y él eran muy opuestos, pero tu madre siempre aseguro que
con ella era diferente que con el resto, siempre le dio todo lo que ella quiso, realmente la
amaba demasiado.

Para Jungkook era difícil creer que le hablaban de la misma persona que fue su padre, él sin
duda no lo recordaba así y le costaba imaginarlo como una buena persona.

— Mi mamá... ella era tan bella... — Su voz tembló, Taehyung había sido tan pequeño cuando
la vio por última vez, aunque siempre guardo una fotografía de ella, pero esta ya había sido
tocada por el tiempo y casi no se podía apreciar, era bonito volver a verla.

Las fotos siguieron apareciendo, en algunas solo aparecían las hermanas, en otras había
momentos graciosos donde estaban los cuatro, también estaban los de las bodas de ambas
y justo ahí se acabo el álbum pues después de sus bodas cada quien tomo su camino.

Dentro de la caja había un par de cosas mas, como cartas, unos dibujos hechos a mano,
entre otras cositas.

— Gracias... — Dijo el castaño mirando a su padre con sus ojos cristalizados — En verdad
gracias papá — Y sin mas se echó a sus brazos, por un momento se sintió nuevamente un
pequeño cachorro, pero esta vez si había alguien quien lo pudiera abrazar y esta persona era
su padre.

Beomie observo aquella escena y una idea cruzo por su cabeza, por lo cual sigilosamente
tomo una foto de aquel álbum y la escondió bajo su ropita.

El alfa recostó a su amado sobre su cama mientras lo besaba con dulzura y sus manos
acariciaban sus bellas curvas.

— Te amo... — Susurro sobre sus labios como un suspiro.

Las manos del mayor exploraban con descaro los muslos del contrario hasta llegar a su
esbelto trasero escuchándolo jadear.

— Tengo ganas de ti, mi amor — Sus besos descendieron por el cuello del omega hasta la
bella marca.
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Su lengua acaricio ese punto haciéndolo estremecer.

— Y-yoongi~ — Gimió al sentir como su esposo se acomodaba mejor entre sus piernas
provocando el roce de sus miembros.

Desde que Jihyun había nacido, no habían podido tener intimidad, pero esa noche el señor
Kang se llevó al pequeño a su habitación, sabía que la pareja necesitaba su momento a solas,
sobre todo, para que Jimin pudiera recuperarse más rápido.

Las pequeñas manos del rubio rozaban la blanca piel de su alfa, sintiendo el calor y deseo
crecer dentro de él, su lobo también pedía atención por lo cual sus ojos se encendieron en un
brillante azul.

— Mi omega, mi esposo — Para el pelinegro Jimin era lo más perfecto que habían visto sus
ojos y aunque su inicio no fue el mejor, todos los días trataba de hacer que el menor se
sintiera especial, porque lo era.

Mientras besaba su piel, comenzó a deslizar cada una de sus prendas y el rubio hizo lo mismo
con el contrario hasta que finalmente sus cuerpos volvieron a encontrarse desnudos frente a
frente.

La mirada de alfa bajo hasta el vientre de su amado dónde se notaban algunas marcas de
estrías debido al embarazo y sin duda lo hacían ver aún más perfecto, por lo cual bajo
dejando un par de besos sobre estás.

— Te amo Yoongi... — Acaricio las hebras de su cabello con delicadeza.

Los labios del nombrado volvieron a subir encontrándose con los de su esposo, sus ojos
brillaban dorados, con sus dedos tocó la húmeda entrada del menor escuchándolo jadear
sobre sus labios, así que lo volvió a besar cuando introdujo dos de sus dedos en su cabida
anal callando sus gemidos.

Esta vez trataría de ser lo más suave posible, Jimin aún estaba débil debido al parto
complicado que tuvo así que le haría el amor con dulzura.

Jugo con su entrada escuchando el leve chapoteo de sus dedos al entrar y salir, mientras sus
gemidos y jadeos se perdían en su garganta.
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El aroma a algodón de azúcar, melocotón y vainilla comenzaba a llenar la habitación,

provocando que el lobo del mayor aclamara más por su tierno omega.

Cuando el alfa sintió que su amado estaba listo para recibirlo sacó sus dedos de su entrada y
dejo de besarlo para mirarlo a los ojos los cuales seguían brillando.

— ¿Estás listo amor? — Pregunto con un susurro dulce y eso calentó el corazón del rubio, por
lo cual asintió.

— Lo estoy cariño...

Y mientras se miraban a los ojos con lentitud Yoongi se comenzó a abrir pasó, provocando
que el rostro de Jimin se contorsionara un poco por el dolor y mordiera su labio para no
gritar.

— Tranquilo... — Unió sus frentes — Si necesitas que paré solo dilo y lo haré... No quiero que
sobrepases tus límites.

— E-estoy bien... — Respiro hondo — Solo sigue... — Pidió.

Así lo hizo el mayor hasta penetrarlo por completo quedándose quieto por un tiempo antes
de comenzar con un suave vaivén.

— Ah~ — Jadeo el omega.

Los besos del alfa volvieron al ser repartidos por el rostro, cuello y pecho del rubio mientras
era embestido con dulzura y de vez en cuando lograba tocar su punto haciendo delirar a
Jimin.

No pasó mucho para que el calor y cosquilleo se acentuarán en sus vientres bajos avisando
que pronto llegarían a sus límites.

Por lo cual Yoongi trato de aumentar sus movimientos, pero sin llegar a ser brusco
escuchando como respuesta los jadeos de su amante antes de que esté se corriera
manchando los abdómenes de ambos.

Su respiración era apnea, pero no faltaba nada para que el nudo del mayor también se
formará así que acaricio con su lengua la zona dónde yacía la cicatriz de su marca y con unas
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cuantas estocadas más, su preciado nudo se formó y supo que era momento para volver a
clavar sus caninos en la piel de su omega reabriendo su marca haciéndolo arquear su
espalda y morder su labio para no gritar y llegar a despertar a su cachorro.

Los aromas de ambos volvieron a intensificarse combinándose, sus lobos aullaron felices
acurrucándose entre ellos felices de poderse sentir así de cerca otra vez.

Con cuidado el pelinegro limpiaba la herida con su lengua ayudando a la cicatrización de ella
escuchando la respiración pesada de Jimin.

— Lo hiciste bien... — Beso su mejilla haciendo que el menor sonriera aún con los ojos
cerrados — Te ves realmente bello así...

— Idiota — Rio un poco, aunque también hizo una mueca de dolor.

Yoongi se encargó de llenar a su esposo de cariñitos en espera de que su nudo se soltará.

— ¿Ya te dije que te amo? — Pregunto el alfa.

— Creo que como 100 veces, pero no me molestaría volverte a escuchar decirlo — Acarició el
cabello de negro de su amado quien reposaba sobre su pecho del menor.

— Pues, te amo — El omega sonrió antes de cerrar los ojos y quedarse dormido.

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por Srta_YoonTae

La tarde era soleada y los pequeños cachorros jugaban en el jardín, mientras los adultos
platicaban animadamente después de tanto tiempo, por fin todos ponían reunirse y hasta
Lisa formaba parte de esa reunión de amigos.
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Los pequeños jugaban a las atrapadas donde los futuros Alfas Soobin, Joonie y EunSup la
hija de Jackson, trataban de atrapar a los futuros omegas Jennie y Beomie, se escuchaban
risas, era como si todo lo malo se hubiera esfumado, el pequeño cachorro de los Kim se
había vuelto alguien cerrado con el resto y de pocas palabras, su maestra de guardería les
comento a sus padres, que Seokjoon se la pasaba solo y no dejaba que nadie se le acercara,
pero cuando estaba con su familia su sonrisa volvía, ahí supieron que el pequeño alfita no
volvería a confiar en nadie que no fuera de su familia.

Y también después de tanto tiempo Jackson volvía a la casa Jeon pero esta vez siendo el
guardaespaldas del pequeño cachorro Jeon, por esa razón Jungkook creyó que sería bueno
que asistiera a su cumpleaños junto a su esposo Mark y su pequeña hija la cual ya tenía 12
años.

Por otro lado, el señor Kang, Vante y Suho estaban un poco apartados platicando entre ellos
ya que eran los Alfas y Beta más grandes, Suho había sido invitado por Chanyeol y Baek a
petición de Taehyung por el cumpleaños número 5 de Beomie y es que el beta había
aceptado creyendo que los señores Jeon estarían, pero no fue así y bueno su esposa dijo que
no podía ya que estaba muy ocupada para acompañarlo.

Los tres hablaban sobre cosas de negocios y es que el Señor Kang se había jubilado por fin a
sus 70 años debido a su estado de salud y es que ahora quería pasar más tiempo con sus
hijos y nieto, por otro lado, Vante comento que estaba indeciso sobre si alejarse de los
negocios por un tiempo, aunque apenas tuviera 42 años ya que quería recuperar los años
con su familia y no quería regresar pronto a Inglaterra.

— Vaya eres joven — Comento Suho bebiendo un trago de su bebida.

—¿Así? lo dices como si tuvieras 90 años — Rió el azabache y el Beta sonrió.

— Bueno creo que mis canas hablan por sí solas.

— Eso se arregla con algo de tinte, aunque en mi opinión no te quedan nada mal.

—Vamos ustedes aún son jóvenes, viejo yo que mi cabello en blanco y doy gracias que aún
tengo — Hablo el señor Kang — ¿Cuántos años tienes? — Le pregunto al castaño.

— Voy a cumplir 50 años, aunque mi esposa dice que aparento menos.

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— Ella tiene razón — Comento Vante, por lo que el Beta lo miro y sonrió agradecido por el
comentario, por lo que el Alfa puro desvió la mirada sonrojado.

El Azabache maldijo en sus adentros por avergonzarse con cualquier cosa, recordaba que
Bora siempre le decía que aun siendo un Alfa puro era muy tierno y a veces parecía un lindo
omega.

— Lo ven, háganme caso, aún pueden disfrutar de sus vidas como adolescentes — Suho rio
negando.

— Lo dice como aun fuéramos a la universidad, le recuerdo que soy un hombre casado y
padre de familia — Le dio otro sorbo a su trago.

— Dijiste que tenías problemas con tu esposa, así que no le veo el problema — Dijo el viejo
Alfa restándole importancia.

— Que tengamos problemas no significa que le seré infiel, no soy ese tipo de persona.

— ¿Quién dijo algo acerca de infidelidad? Solo digo que si las cosas entre ustedes ya no
funcionan no veo porque sigues con ella — Dijo obvio.

Vante miro sorprendido al Señor Kang por lo que estaba diciendo tan a la ligera, el realmente
no se atrevía a opinar del tema, así que prefería mantenerse al margen y solo escuchar. Suho
se mantuvo en silencio unos segundos antes de suspirar.

— Una vez lo pensé... separarme de Sohyun, pero para ese tiempo Chanyeol aún era muy
pequeño y.... nunca estuvimos con él como debimos — Miro a su hijo quien reía mientras
abrazaba a su omega, eso lo hizo sonreír al verlo tan feliz — Así que no quería que también
tuviera que sufrir nuestra separación, por eso decidimos quedarnos juntos y se volvió una
rutina para los dos.

— ¿Ya no la amas? — Por primera vez volvió hablar Vante, el Beta devolvió su mirada
centrándose en el Alfa y sonrió tristemente.

— Quisiera decir que sí, pero ni yo se la respuesta, cuando peleamos simplemente dejamos
que el tiempo lo arregle y seguimos iguales, ya no le damos importancia a las cosas como
cuando éramos más jóvenes — El Azabache asintió con la cabeza.
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— Bueno pues divórciate, así de simple — Dijo Kang bebiendo de un solo lo que quedaba en
su vaso — Tu hijo ya está grande y está haciendo su vida, creo que entenderá que tú y tu
esposa ya no se entienden y listo.

—No es tan fácil — Intervino Vante.

— De hecho, si lo es — Sonrió el viejo alfa — Además yo nunca me equivoco — Miro a ambos

de una forma que ninguno comprendió.

— ¿Qué quiere decir con eso? — Frunció el ceño el Azabache.

— Solo recuerden las palabras de este viejo — Dijo en tono de burla pasando en medio de
ellos — Voy por otro trago.

— Creo que el alcohol le hizo efecto — Dijo el Beta haciendo reír al Alfa.

— Tienes toda la razón — Por alguna razón Suho se quedó contemplando la risa ronca del
Alfa, hasta que sus ojos se volvieron a encontrar logrando que las mejillas del más joven se
pintaran nuevamente — ¿Sucede algo?...

— ¿Que? No, es solo que, veo que te avergüenzas mucho para ser un Alfa puro.

— Ah, eso... sí, me lo dicen mucho... — Desvió la mirada a su vaso notando que este estaba
vacío — Oh ya no tengo, iré por más, ¿Quieres que te traiga? si no quieres no pasa nada, pero
que si quieres no tengo problema con traerte, de todas formas, voy a buscar para mí también
y... — La risa del Beta lo hizo detenerse y sonrojarse otra vez.

— No te preocupes, vamos los dos, talvez Kang también siga ahí — El alfa asintió levemente
antes de comenzar a caminar aun avergonzado.

Suho sonrió siguiéndolo, inconscientemente lo comenzó a observar, sin duda le había

agradado, no era como el resto de Alfas puros que normalmente eran dominantes y les
gustaba presumir su rango, sino todo lo contrario, hacía mucho que no se reía o divertía con
alguien y aunque lo acababa de conocer le había gustado su compañía, era tan él, no fingía,
simplemente era Vante.
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— Amor, yo digo que Jackson se merece unas vacaciones — Dijo el castaño tomando la mano
de su Alfa.

— Descuida Taehyung, por muchos años cuide de Jungkook y Baek y ahora tener que cuidar
de su hijo es todo un honor.

— Ay si, Jackson es el mejor — Dijo Baek antes de volver a los brazos de su Alfa.

— Mi esposo tiene razón — Hablo Mark recargando su cabeza en el hombro del Alfa — Y
parece que nuestra pequeña quiere seguir sus mismos pasos — Apunto con su cabeza a los
niños por lo que el resto los miro.

El juego ahora había cambiado, EunSup estaba escondida tras un árbol formando una
pistola con sus manos mientras revisaba el perímetro antes de darle una señar a Beomie y
Joonie diciendo que el área se encontraba despejada, sin duda ella admiraba mucho el
trabajo de su papá Jackson y quería ser igual a él.

Taehyung y Jungkook sonrieron felices de que su hijo estuviera disfrutando su cumpleaños

con sus primos.

— Pero veo que tú no perdiste el tiempo Sehun — Sonrió Jackson de forma burlesca por la
pequeña en brazos de su colega.

— Que quieres que te diga no me podía resistir teniendo un Omega como mi futuro esposo —
Dijo encogiéndose de hombros mientras besaba la mejilla de Luhan.

— Ahora que eres padre ¿Piensas retirarte de ser guardaespaldas?

— No, claro que no, está es solo una etapa que quiero disfrutar, pero también me encanta mi
trabajo cuidando a Taehyung, así que solo hasta que mi pequeña tenga un año volveré a
retomar el trabajo, si el señor Jeon me lo permite claro.

— Sabes que eres bien venido cuando quieras, además no podría dejar a nadie más que a ti
para cuidar a mi Omega.

— ¡Papi! — Llegó corriendo el pequeño Rubio dejando caer su cuerpo cansado sobre las
piernas del castaño mientras su respiración era apnea y tras él llegó Joonie abrazándolo por
la espada — Tengo sed.
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— Yo también — Alzó su cabecita el futuro alfita antes de esconder nuevamente su rostro en

la espalda de su primo.

Tras ellos llegaron caminando más tranquilos Soobin, Jennie y EunSup para pedir algo de
beber también, estaban cansados de estar corriendo y jugando, pero realmente se estaban
divirtiendo.

Jungkook se encargó de darle un poco de agua a Beomie y cuando estaba a punto de darle a
Seokjoon este negó esperando a que su primo le diera de beber de su vaso, el rubiecito no
tuvo problema y así lo hizo.

Pero para los padres de ellos no pasaba desapercibido las acciones de ambos, sin duda los
dos pequeños eran muy unidos y tenían un vínculo grande, aunque por un lado eso le
causaba algo de celos al magnate ya que, aunque le agradaba mucho los Kim, no quería
soltar a su pequeño.

— Oye Lu, ya agendé la cita para la prueba de trajes en la boutique dónde yo compré mi traje
como me lo pediste — Comento Jimin entregándole a Yoongi su cachorro para que le sacará
un poco el aire ya que acababa de terminar de comer.

— Eso es perfecto — Dijo emocionado ya que estaba a nada de casarse con la persona que
amaba, su Beta.

Después de un rato decidieron que ya era momento de partir el pastel y comer, la comida
había sido enviada por parte del restaurante de Sana como regalo para su cachorro favorito
ya que no pudo asistir a su cumpleaños.

El pastel había sido comprado por Vante especialmente para su nieto, su pastel era de
chocolate con una cubierta de caramelo color amarilla y en el centro había un osito amarillo
abrazando una velita con el número cinco.

El rubiecito estaba encantado, cuando vio a su papá Jungkook con el pastel en las manos sus
ojitos se iluminaron, al igual que al resto de los niños que querían comer pastel.

Todos estaban alrededor de la gran mesa, mientras Beomie y Joonie estaban en el centro
frente al gran pastel, pues el pequeño de los Kim no parecía querer soltar el bracito de su
primo ni para soplar su velita, todos le cantaban el feliz cumpleaños y un par de lágrimas
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escaparon de los ojitos del cachorro Jeon, pues se sentía tan feliz y miraba toda su familia
deseando que eso no fuera un sueño y de pronto un besito en su mejilla lo hizo encontrarse
con los ojitos se su mejor amigo.

— Feliz cumpleaños, Beomie — Las mejillas del rubio se tintaron y sonrió entrelazado sus
deditos con los del menor justo cuando los mayores terminaron de cantar.

— Apaguemos juntos las velas Joonie — El castañito sonrió asintiendo y a la cuenta de tres
ambos soplaron las velitas.

— ¿Que pediste?... — Pregunto curioso el menor de los dos.

— Que siempre seamos una familia y que nunca dejemos de ser los mejores amigos — Un
flash los hizo a ambos mirar al frente, Baek les había tomado una foto a los dos porque le
había parecido muy tierno el momento.

— Limón ¿Que es ese olor? — El Omega olfateo alrededor, pero sobre todo a su hermano el
cual frunció el ceño al no percibir nada — Ah, eres tú qué ya hueles a suegro — Se burló
recibiendo un golpe en la frente y un gruñido del Magnate.

— Déjate de tonterías — No era raro que los hermanos Jeon pelearán por todo.

— Todo por favor, júntense para que tomemos una foto familiar — Pidió Taehyung.

No necesito pedirlo una segunda vez pues todos se habían colocado a los lados de Beomgyu
dejando un espacio detrás de él, para sus padres, la única persona que no se colocó fue Lisa,
quien algo avergonzada se paro junto a Tae quien sostenía la cámara.

— Si gustas... Yo puedo tomar la foto para ustedes... — Mordió su labio sin mirarlo
directamente, aún estaba avergonzada de todo lo que le había hecho en el pasado al Omega.

La Alfa estaba esperando una respuesta, pero a cambio sintió la mano del castaño posarse
en su hombro.

— Cuando dije Todos, me refiero a ti también — Ella lo miro a los ojos sorprendida cuando
vio una sonrisa en sus labios.

— P-pero...
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— Nada de peros, Hoseok tiene razón, todos merecen una segunda oportunidad — Ella
sonrió agradecida, sabía que no se merecía el perdón de Taehyung y aun así él se lo estaba
dando, ahí entendió ella porque tantas personas lo querían.

Sin esperar más el castaño termino de colocar la cámara en el tripié y coloco el cronometro
ayudando a Lisa a llegar junto a Hobi y luego él se colocó detrás de su hijo siendo abrazado
por su Alfa, todos sonrieron y justo antes de que la foto fuera tomada Baek tomo un poco de
pastel manchando el rostro de su hermano, la foto había sido perfecta y sin duda era el
mejor cumpleaños de Beomgyu.

Al terminar la fiesta ya era de noche por lo cual todos tenían que descansar sobre todo Jimin
y Luhan por sus bebés, en el caso de Joonie este se había quedado dormido y sus padres
aprovecharon para llevarlo a casa antes de que despertara llorando pidiendo quedarse con
Beomgyu, sin duda les gustaba que su hijo fuera avanzando, pero no les parecía mucho la
idea de que el pequeño dependiera tanto del rubiecito, por eso los separaban a veces por un
par de días.

Los últimos en irse fueron Lisa y Hoseok, El Alfa quería hablar con Taehyung, así que fue al
jardín, ya que ha al Azabache le tocaba vestir a Beomie para dormir Lisa fue ayudarlo.

— Hola — Lo abrazo por la espalda colocando su cabeza en su hombro sobresaltado un poco

al castaño.

— Me asustaste Hobi — Lo regaño y este rió soltándolo.

— Esa era la idea.

Ambos se sentaron y miraron el cielo estrellado soltando un suspiro.

— ¿Lo recuerdas?... — Hablo el pelirrojo.

— ¿Qué cosa?

— Cuando estábamos en el orfanato a veces salíamos a escondidas al jardín y nos

acostábamos a ver las estrellas — Otro suspiro — Éramos unos niños y ahora miramos —
Ambos se miraron y sonrieron.
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— Tienes razón, han pasado muchos años desde aquellos tiempos — Este asintió con la
cabeza.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos disfrutando de la tranquilidad, pero algo

rondaba la cabeza de Taehyung y miro nuevamente al Alfa, se sentía dudoso y por dentro
sentía que era necesario hablar con el mayor, pero también tenía miedo.

— Hobi... — El nombrado lo miro notando que algo en el aroma del chico había cambiado.

— ¿Que ocurre Tae? — Este le prestó toda la atención que se merecía y lo tomo de las manos,
pero justo en ese momento su lobo se removió al igual que el del castaño dejando que un
dulzón aroma los envolviera a ambos.

La sensación era extraña para ambos, sentían un tipo de atracción y eso llegó asustarlos por
lo cual Taehyung retiro sus manos nervioso por lo estaba sintiendo.

— Perdón... — Se disculparon ambos al mismo tiempo.

— Hobi... Recuerdas que hace unos meses me dijiste que podías sentir a mi lobo aun estando
ausente... — Hoseok asintió — Dijiste que sentías algo distinto... ¿Qué era eso que sentiste?...

El Alfa se tensó un poco desviando la mirada, ni él sabía lo que estaba sintiendo, era muy
extraño, solo sabía qué hace meses sentía esa necesidad de estar más cerca del Omega, su
lobo daba vueltas, pero no era como si lo pidiera precisamente al castaño, era tan confuso.

Por esa misma razón aprovecho la llegada de lisa para apartarse de Taehyung aunque sea un
poco, creyó que cuando su lobo despertara todo volvería a ser como antes, pero no fue así,
ese dulce aroma lo seguía sintiendo y sabía que el sentir ese aroma en su amigo no era algo
que debería, pues ellos no eran destinados...

— Tae... No sé cómo decirlo, yo sé que tú y Jungkook son destinados... Pero es tan confuso
que mi lobo actúe de esa forma cada vez que siente ese aroma... — El pelirrojo mordió su
labio — Hay un tercer aroma que puede sentir mi lobo en ti... Uno que ni Jungkook puede y
hasta cierto punto eso me asusta...

— ¿Que aroma? — Para su sorpresa su voz se escuchaba tranquila.

— Pastel...
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— Hoseok, voy a contarte algo, pero tienes que prometer que jamás se lo dirás a nadie... Si
alguien más sabe esto podría correr peligro, mi vida está en juego y quiero confiar en ti,
porque eres como un hermano para mí... — Tomo sus manos con algo de fuerza.

— Me estás asustando Tae...

— Hobi, prométeme lo...

Otro silencio de hizo presente, ambos se miraban a los ojos y el Alfa podía ver claramente
que el menor hablaba muy en serio.

— Lo prometo. — Dijo firme entrelazando los dedos de ambos.

Callo unos segundos, pensando cuál sería la mejor forma de comenzar y creyó que lo mejor
sería hacerlo desde el inicio y aunque Taehyung solo sabía lo poco que su padre le había
contado creyó que era justo que Hoseok supiera la posibilidad que había de que su cachorro
estaba destinado a su lobo y por esa razón el cómo su padre podía sentirlo.

— En la Jerarquía los tres rangos más comunes son los Alfas, Betas y Omegas, con el tiempo
se han descubierto más derivados, como los Alfas y Omegas puros...

— No te estoy entendiendo Tae, ¿A qué viene todo esto?

— Que hay más que el mundo desconoce y yo soy parte de ello — El castaño cerró sus ojos y
al abrirlos dejo ver un bello color esmeralda, la cara del Alfa parecía una poesía.

— Tus ojos... — El olor a pastel aumento, pero luego disminuyó en el momento que estos
volvieron a su color marrón.

Taehyung sonrió y respiro hondo antes de comenzar.

***

El magnate saco la ropa de su hijo y Lisa la tomo para ayudar al pequeño a vestirlo, sonrío
con nostalgia al notar que Jungkook y ella parecían una pareja de esposos con su pequeño
hijo y aunque sus sentimientos habían cambiado y ya no estaba enamorada del Alfa, creía
que el hecho de que su lobo se aferrara a él, era quien jugaba con su mente en esos
momentos.
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Pero negó con la cabeza alejando esos pensamientos, ella había avanzado mucho en sus
terapias y no pensaba retroceder, miro al cachorro el cual de dedicaba una sonrisa, era muy
dulce ese pequeño.

— Ya estás listo — Le sonrió de igual manera.

— Gracias Noona — La abrazo dándole un beso y aunque su lobo le gruño al rubiecito, ella le
correspondió, no iba a dejar que su lobo la siguiera aislando.

— No es nada pequeño.

— Muy buen mi cachorrito es hora de acostarse — Jungkook lo tomo entre sus brazos y lo
acostó arropándolo dejando un beso en su frente.

— Te amo papá — Dijo Beomie.

— Yo te amo aún más hijo — Junto sus narices dándole un beso esquimal.

Lisa sonrió enternecida ante la imagen y es que nunca se imaginó al Alfa siendo de esa forma
y eso que lo conocía de años.

— Ya es hora de dormir, papi vendrá a darte un beso después — Beomgyu asintió soltando un
pequeño bostezo.

Y una vez sus ojitos se cerraron Jungkook se separó de él, guiando a la Alfa a la salida antes
de apagar la luz y cerrar la puerta.

— No creí que fueras tan bueno — Comento la chica — Te queda bien el papel de padre.

— Gracias — Respondió algo cortante y ella bajo la cabeza, Suspiro — Al principio estaba
asustado — Confesó y eso sorprendió a Lisa — Jamás quise tener hijos, pero cuando vi los
ojos llenos de ilusión de mi Tae...

— Se ve que realmente lo amas — Su voz salió con un poco de tristeza, pero luego le sonrió —
Nunca me disculpé correctamente por todo el daño que te cause, realmente lo siento
mucho.
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El Alfa se limitó asentir mientras retomaba el camino en el pasillo, su lobo estaba algo
inquieto y quería estar con su Omega el más tiempo posible, aunque no era extraño, ya que
tanto él como el animal siempre querían estar con Tae todo el tiempo.

La Azabache lo siguió y aunque Jungkook no le había contestado directamente con palabras,

sabía que le estaba dando una oportunidad y eso la hizo feliz.

Cuando ambos llegaron a la sala justo en ese instante Tae y Hoseok estaban entrando
también, parece que habían estado platicando, pero el magnate arrugó su nariz al sentir el
aroma del pelirrojo en su Omega eso hizo gruñir a su lobo, pero trato de disimularlo.

Aunque no le salió del todo muy bien ya que se colocó tras el castaño y lo abrazo con notoria
posesión como si marcará territorio y eso hizo reír a Hobi, pues no era la primera vez que
actuaba de esa forma celosa.

— Creo que ya es hora de irnos — Sonrió el Alfa colocándose junto a su chica la cual sonrió
ante su cercanía.

— Creo que nos volveremos a ver en la boda de Luhan.

— Es lo más seguro — Ambos se veían más tranquilos después de haber tenido esa charla en
el jardín y para ser sincero Hoseok sentía que se había quitado un peso de encima.

Saber eso de Taehyung lo había sorprendido, pero sin duda guardaría su secreto, el era
como su hermanito y protegería siempre.

— Los acompaño hasta la puerta — Ofreció el Azabache, claramente casi los estaba
corriendo, por lo cual Taehyung rodeo los ojos.

Cuando por fin se fueron el mayor volvió con su Omega y lo tomo entre sus brazos
hundiendo su nariz en su cuello, pero al instante apartó su rostro gruñendo y haciendo una
mueca.

— Apestas a él, te estuvo tocando ¿No es así?

— No sé de qué te extraña, Hobi siempre ha sido alguien muy cariñoso — Dijo sin importancia
el menor tratando de darle un beso en los labios a su Alfa, pero este se apartó.
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— No deberías dejar que otro alfa que no sea yo te esté abrazando — Su ceño estaba fruncido
— A ti no te va a gustar que yo esté con el aroma de otro Omega ¿O sí? Recuerdo que antes de
ir a Tailandia te molestaste por tener el aroma del interprete de la reunión.

— Pero Hobi es como mi hermano — Trato de justificarse.

— Pero no lo es.

— Es lo mismo contigo y Baek, no comparten sangre, pero aun así son hermanos — Taehyung
defendió su punto y eso hizo enojar un poco al Azabache.

— Solo mantén tu distancia con él y el resto de alfas — El menor miro incrédulo a Jungkook
apartándose de él.

— ¿Disculpa?, Jungkook no entiendo tus celos hacía Hobi, nunca te había resultado un
problema el trato que nos tenemos.

Taehyung no entendía en qué momento todo se había tornado así, era como si hace apenas
unas horas no hubieran estado tan felices en el cumpleaños de su hijo.

Y es que la realidad era que ni Jungkook sabía porque se sentía tan irritado, simplemente
sentir el aroma de otro Alfa en su Omega, alteró los nervios del mayor.

— Solo no me gusta que tengas el aroma de otros Alfas — Lo abrazo hundiendo nuevamente
su rostro en el cuello de su amado — Eres mío — Hablo su lobo y eso hizo estremecer al
menor.

— Jungkook... Ah~ — Hecho su cabeza hacia atrás cuando sintió la lengua húmeda del mayor
tocar su piel, estaba tratando de borrar el rastro del aroma de Hoseok — Jungkook, voy a
darme una ducha...

— Mejor yo te quito su aroma... — Sus dientes se clavaron un poco en la piel acaramelada y

eso lo hizo jadear de dolor, pero también de placer.

— J-jungkook... Estoy cansado~ — Y no era mentira, había estado trabajando para que todo
fuera perfecto en el cumpleaños de Beomgyu que ni siquiera pudo dormir bien — Además
mañana tenemos que trabajar — Puchereo.
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El magnate salió de su escondite, realmente quería estar con él, dándole beso, caricias y
escucharlo gemir toda la noche, pero tenía razón, así que tuvo que soltarlo, pero Taehyung le
dio un tierno beso en la comisura de sus labios.

— Vamos alfita, hay que ducharnos he ir a dormir, así que ve a preparar la ducha mientras yo
voy a darle un beso a mi cachorrito.

El Alfa soltó un suspiro al ver a su querido Omega irse por las escaleras, su lobo se removió
aún inquieto, hacía mucho que este no estaba de esa forma tan ansiosa, trato de ignorar la
forma en la que le pedía que fuera por su Omega y lo encerrará en la habitación hasta que
salga el sol y finalmente fue a preparar la ducha.

La sangre estaba por todas partes, parece que había habido una pelea, escondida tras un
mueble lloraba la Omega al ser la única que había presenciado tal acto tan atroz.

Los policías habían llegado después de haber recibiendo una llamada en la cual no se
escuchaba más que sollozos, al rastrear el número dieron con la ubicación y al entrar a la casa
se encontraron con el cuerpo ya sin vida.

En el cuerpo de la víctima había múltiples lesiones, como mordidas y arañazos, pero la cual
había sido la culpable de haber llevado a la víctima a su muerte había sido una mordida en la
yugular y es que al parecer había estado peleando con su agresor, pero por obvias razones
había perdido.

Los uniformados iban a comenzar con su inspección cuando de pronto escucharon un sollozo
proveniente de lo que parecía ser un armario.

Uno de los hombres dio una señal para que el lugar fuera revisado y al abrir la puerta se
encontraron con una mujer delgada quien los miro asustada, la joven abrazaba un móvil con
fuerza, por lo que dedujeron que ella había sido la que realizó la llamada.

— ¿Se encuentra bien? — Quiso saber el oficial, aunque claramente mentalmente se veía
afectada, quería saber su estado físico.
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Pero la chica nunca respondió, ellos trataron de acercarse, pero ella desvió su vista al cuerpo
en el suelo y las lágrimas volvieron atacarla al recordar lo sucedido, se sentía culpable por no
haber podido hacer nada, por haberse escondido.

— Tranquila, todo va a estar bien — Le aseguro el hombre frente a ella, el cual se había hincado
y acercado sutilmente a la chica para no asustarla — Nadie va a lastima — Le aseguro — Pero
necesitamos que nos digas que pasó aquí — La voz del oficial era suave.

Los ojos de la mujer pasaron del sujeto frente a ella al cuerpo en el suelo, quería hablar, gritar,
decir lo que había pasado, pero la voz no salía, estaba atorada en su garganta.

— Está bien... — Suspiro el oficial al notar que ella seguía en shock por lo sucedido.

Bajo la mirada encontrando un pequeño colgante con un nombre escrito <<Cora>> miro
nuevamente a la joven, la castaña lo tomo del brazo y con ojos de terror apunto detrás de él.

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por Srta_YoonTae

El alfa caminaba por los pasillos de la empresa de sus padres dirigiéndose a la oficina del
señor Park Suho.

Al estar frente a la puerta hizo tres toques antes de esperar una respuesta y entrar.

— Buenos días papá — Le sonrió alegremente el joven alfa.

— Buenos días hijo, ¿Y esa felicidad a qué se debe? — Le dijo de igual manera dejando sus
documentos de lado.

— Es que, después de finalmente conseguir una beca para Baek, hoy por fin es su primer día
en la universidad y eso me hace muy feliz — Realmente se sentía orgulloso de su bello
omega.
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— Eso es sorprendente, podemos hacer una cena para celebrar — Compartió el entusiasmo
de su hijo.

— Eh... No lo sé, sabes que mamá todavía no está contenta con todo esto y no me gustaría
que haga un comentario que desanimara a Baek...

— Es muy feo que hables de tu madre a sus espaldas — Los tacones resonaron llamando la
atención de ambos hombres.

— Mamá...

— Descuida no se preocupen solo vine a que me firmes unos papeles y me iré para que sigan
hablando de la horrible madre que soy por querer el bienestar de mi hijo — Colocó los
documentos sobre el escritorio.

— Mamá, nada te cuesta darle una oportunidad, si tan solo...

— Ya basta Chanyeol, el que debería abrir los ojos eres tú, soy tu madre y yo sé mejor que
nadie que es lo mejor para ti — Dijo firmé.

— Ya no soy un niño, soy un adulto y puedo tomar mis propias decisiones y asumir la
responsabilidad de mis actos — Se puso de pie haciéndole frente a su madre, todo su buen
humor se había ido.

— Pues tus acciones son dignas de un niño inmaduro, simplemente estabas tan
encaprichado por ese chico Kim que te fuiste con el primero que te abrió las piernas —
Chanyeol estaba furioso así que antes de hacer algo de lo que se pudiera arrepentir salió de
esa oficina.

— ¡Sohyun! — La voz del beta hizo que la alfa volteara — Ya es suficiente, Chanyeol ya no vive
bajo nuestro techo, ya no puedes manejarlo a tu antojo, déjalo vivir su vida.

— Es tu culpa que él sea así — La mujer pico su pecho con su dedo.

— Es culpa de los dos, porque ninguno supo cuidar de él como tenía que ser, no te das
cuenta que tus palabras solo lo lastiman más, en vez de reparar los años de dolor,
simplemente lo hundes más, ya basta y por una vez en tu vida se una madre para él.
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— ¿Y crees que apoyarlo en esta estupidez te hace mejor padre?

— Yo no quiero ser un mejor padre, solo quiero que Chanyeol sienta que no está solo y puede
contar conmigo — La mujer desvió la mirada — Estás arruinando tu relación con nuestro hijo
como la nuestra — Ella lo miro.

— ¿Ahora también me vas a culpar de lo nuestro? Siempre trate de ser la mejor esposa y ¿De
qué me sirvió? Exacto, de nada — Dijo sin sentimiento alguno.

— No sé en qué momento dejaste de ser la Sohyun de la que me enamoré... — Dijo con dolor
y pesar, porque a él todavía le seguía importando ella.

— Hace años te dije que te divorciaras de mí ¿Y cuál fue tu respuesta? — El hombre se quedó
callado — Que no, me suplicaste que me quedara a tu lado por nuestro hijo.

— Sabes que él sería el más afectado con nuestra separación.

— Entonces no te quejes — Dijo seca haciendo que él bajara la cabeza — Ahora firma esos
papeles que te di que tengo cosas que hacer — Su voz era fría.

Porque así era, él siempre era el que tenía que bajar la cabeza y callar, Sohyun siempre le
recordaba que ella tenía más rango que él, que solo era un simple beta y que tenía que
guardar silencio, que sin ella no era nada.

Era la cruel realidad, por eso a Suho le molestaba tanto los alfas dominantes que se sentían
superiores a uno y aunque no estuvo siempre con su hijo cuando él se presentó como alfa le
enseñó a qué nadie era menos que él, que un rango no hacía la diferencia.

Tomo su pluma para firmar los documentos y apretó está entre sus dedos cuando una
sonrisa en especial vino a su memoria, una sonrisa rectangular acompañada por las palabras
de Kang.

Tal vez ese hombre tenía razón y no tenía por qué seguir así, Chanyeol ya era un adulto y
estaba formando su vida y lo entendería.

— Sohyun, tienes razón — La rubia lo miro alzando una ceja — Quiero el divorcio.
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Había pasado una semana desde el cumpleaños de Beomgyu y es que Taehyung tenía que
aceptar que sentía que algo no andaba bien, primero que nada, por Jungkook.

El alfa había estado actuando de una forma que estaba irritado de cierta forma al castaño y
es que ya habían tenido un par de incidentes en la empresa con algunos de los empleados,
en especialmente los alfas.

Siempre que Taehyung estaba cerca de alguien, el magnate aparecía soltando gruñidos, su
humor no era el mejor y el omega sabía lo sobreprotector que era su amado, pero sentía que
ya estaba sobrepasando la línea.

Para ese momento se encontraban en la prueba de trajes, para la boda de Luhan y por un
momento sintió que podía estar tranquilo y olvidar un poco los celos de Jungkook, el cual
estaba en la habitación de al lado.

Mientras tanto Luhan se estaba probando un traje color hueso, era elegante y le quedaba a la
perfección, mientras tanto Beomie y Joonie llevaban trajes iguales de color lila.

— Taehyung, mira porque no te pruebas este traje, sin duda te quedaría genial.

El castaño no se hizo de rogar y tomo el traje entrando a una de las habitaciones donde se
encontraban los vestidores.

— Buenas tardes — Saludo cordialmente el joven dentro de la habitación — Mi nombre es

Ren, si necesitas algo no dudes en decirme — Le sonrió amablemente.

— Buenas tardes — Hizo una corta reverencia, el chico parecía ser menor que Taehyung, pero
su aroma le hizo saber que era un joven alfa.

Sin más entro a uno de los probadores y comenzó a colocarse el dichoso traje el cual era gris,
y aunque el diseño era bonito sentía que la talla no era la suya.

— Disculpa — Salió del vestido llamando al joven peliblanco.

— Dígame — Se acercó dejando los trajes que estaba acomodando a un lado.

— De casualidad, ¿No tendrás este modelo de traje en una talla más pequeña? — El alfa lo
pensó unos segundos.
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— No, en ese modelo no, pero si gusta le podemos ajustar ese a su medida — Lo acercó a un
espejo de cuerpo completo — Se le podría hacer unas pinzas aquí...

Sus manos tomaron la cintura del castaño y ajusto mejor la tela a su cuerpo, Taehyung alzó
un poco los brazos viéndose en el espejo, las manos del peliblanco fueron subiendo y
mostrando como se vería con los arreglos el traje, pero cuando un aroma conocido llegó a
las fosas nasales del omega alzó la vista y desde el espejo se encontró con los ojos rojos de
su alfa.

— Quita tus manos de mi omega.

El tono que había usado hizo estremecer a los dos menores y el joven alfa hizo caso bajando
la cabeza, aunque él no estaba haciendo nada malo.

— Jungkook, él solo me estaba ayudando — Intervino al instante, pero el azabache gruñó.

— ¿Con sus manos tocando tu cuerpo? — Estaba claro que lo estaba mal interpretando, pero
su lobo no podía ver más que como una amenaza al otro alfa.

— Señor, yo solo estaba...

— Silencio. — El joven calló y volvió a bajar la cabeza.

— Jungkook, no tienes que hablarle así — Realmente el castaño se estaba enojando.

La mirada del magnate y su aroma eran amenazantes, pero eso no hizo retroceder o tener
alguna reacción en el cuerpo del omega.

— Solo te pedí una cosa Taehyung — Dijo entre dientes apretando sus puños.

— No voy a discutir contigo aquí, así que ve afuera y espérame hasta que me cambie — Dijo
con tono severo, Jungkook quería protestar, pero finalmente salió dando un portazo.

Taehyung bufo ante el comportamiento de su alfa, tenía que aceptar que le recordaba al
tiempo cuando lo había comprado y existía un contrato entre ellos. Volvió a suspirar y miro
al chico que seguía con la cabeza abajo.

— Oye... — Lo llamo el castaño y este brinco un poco.

— Yo... Lo siento señor... No quise causar problemas...

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— No, descuida, una disculpa por el comportamiento de mi alfa, él no tenía por qué tratarte
así — Sin más entro al vestidor quitándose el traje para devolvérselo al peliblanco.

Al salir de la habitación fue donde se encontraban sus amigos e hijo, todos seguían animados
platicando y riendo, al notar su presencia todos lo miraron.

— ¿Qué paso Tae? ¿Y el traje? — Trato de sonreír.

— No me quedo... — Todos lo miraron confundidos, sabían que algo había pasado — Beomie,
vamos es hora de irnos, papá tiene cosas que hacer — El rubiecito puchereo.

— Tío Tete, Pimo quedar con Beomie — Lo abrazo ocultando su rostro en su pecho.

— Lo siento Joonie, pero Beomie tiene que ir a casa a dormir — El castañito negó aún
aferrado a su primo.

— Él quedar y dormir conmigo... — Sus ojitos se cristalizaron.

Taehyung suspiro mirando el techo, pensó un poco lo que estaba pasando y lo más seguro
era que las cosas entre Jungkook y él estarían tensas, lo mejor sería que Beomgyu no viera
eso; suspiro.

— Bien, ¿Seokjin, Beomie puede quedarse en tu casa esta noche? — Le suplico con la mirada,
pero no hacía falta.

— Sabes que siempre es bienvenido — El omega menor asintió agradecido para mirar a su
hijo e hincarse frente a él.

— Te portas bien cachorrito mío — Acaricio su cabello dejando un beso en su frente —

Recuerda obedecer a tus tíos ¿De acuerdo?

— Si papi — Asintió. Taehyung dejo otro sonoro beso antes de volver a ponerse de pie.

— Nos vemos chicos — Los miro dándoles a entender que después les contaría lo que pasó.

Sin más salió de la boutique y subió al coche donde su alfa lo esperaba, al entrar su enojo
volvió y cerro de un portazo.

— ¿Y Beomgyu?
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— Se quedará a dormir con Seokjoon — El azabache iba a decir algo, pero el menor lo callo —
Y ni se te ocurra decir nada, porque me bajo y te juro que me voy en un taxi.

Se trago sus palabras y puso en marcha el auto, la tensión se podía sentir en el aire, en sus
aromas y sobre todo mediante su lazo, ambos estaban irritados, el camino a casa fue
silencioso, ninguno dijo nada hasta que llegaron.

Al entrar a la casa Taehyung pretendía ir a su habitación, pero la voz del mayor lo detuvo.

— ¿Ahora me vas a ignorar? — Dijo con fastidio.

— No es muy mala idea después de lo imbécil que te has estado comportando — Le grito, el
omega también había llegado a su límite.

— ¿Imbécil?

— ¡Si! No sé qué te pasa y me estoy cansando de esta actitud tuya, nadie puede hablarme
porque explotas ¿Acaso no te queda claro que solo te amo a ti? ¿Qué tengo que hacer para
que lo entiendas? — Se paro frente a él con notorio enojo.

— Nada... No tienes que hacer nada — Desvió la mirada.

Jungkook no sabía que era lo que le pasaba exactamente, él podía estar tranquilo, pero
simplemente veía a un alfa cerca de su omega y la rabia lo envolvía.

— Será mejor que está noche durmamos separados — Dijo él menor con algo de tristeza.

— ¿Que? No, Tae espera... — Lo quiso tomar de sus manos, pero se apartó negando.

— Solo déjalo así — Sin más paso a su lado tomando las llaves de su auto para salir de la
casa.

El mayor no lo detuvo, aunque su lobo le pidió que no lo dejara que se fuera, tal vez su
omega tenía razón y necesitaban dormir separados para pensar en todo.

Aunque Taehyung por su lado tenía la frente sobre el volante tratando de regular su
respiración y no romper en llanto, no quería dormir separado de su amado, pero tampoco
quería pelear con él, no sabía qué hacer y tampoco a dónde ir, necesitaba que alguien lo
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escuchará. Y el rostro de una persona apareció en su mente, sin más encendido su auto y lo
puso en marcha.

Al llegar a su destino respiro profundo antes de tocar el timbre en espera de que le abrieran
la puerta y en cuestión de segundos así fue.

— ¿Tae?

— Papá... — Se hecho en sus brazos rompiendo en llanto.

Vante no pregunto nada, simplemente consoló a su hijo y lo dejo llorar hasta que no pudo
más, ambos estaban en el sillón de la sala, el alfa estaba sentado acariciando el cabello
castaño de su hijo que tenía su cabeza reposando en sus muslos.

— ¿Puedo dormir aquí contigo?... — Dijo en un susurro.

— Claro que si hijo, solo me gustaría saber porque tomaste esa decisión — Continúo
acariciando su cabello con delicadeza.

— J-jungkook y yo discutimos... — Su voz sonaba rota.

— ¿Puedo saber por qué? — Hubo un silencio.

El mayor no pensaba en insistir si Taehyung no le quería decir, pero este se levantó y se sentó
junto a él abrazando sus piernas contra su pecho, sus ojos estaban rojos.

— Es que él ha estado actuando extraño últimamente... Todo le enoja o irrita, sobre todo
cuando hay otros alfas a mi alrededor, Jungkook siempre ha sido celoso, pero nunca hasta
ese punto...

— ¿Ya hablaste con él? Me refiero a sentarte y hablar sobre el tema.

— Pues... Creo que no...

— ¿Crees? — Vante alzo una ceja interrogando.

— No... La verdad es que no lo hemos hecho... Siempre terminamos discutiendo... — Bajo la

mirada a los dedos de sus pies.
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Un suspiro por parte del alfa mayor fue lo único que se escuchó antes de que todo quedará
en silencio, Vante analizó las palabras de su hijo tratando de buscar la forma de ayudarlos,
como padre no le gustaba ver a su hijo así, pero no podía simplemente ir y gritarle a
Jungkook por hacer sentir mal a su cachorro.

— Dijiste que Jungkook no es así de posesivo ¿Verdad? — Este asintió desganado — ¿Hace
cuánto empezó este comportamiento? — El castaño lo pensó unos segundos.

— Después de la fiesta de Beomie... ¿Por qué? — Lo miró.

— Tae ¿Sabes cuáles son los síntomas de un alfa puro antes de entrar en celo? — Negó y esto
hizo reír a su padre — Irritación, poca paciencia y sobre todo posesión a su pareja, trata de
mantenerlo alejado de todos, Tae, Jungkook simplemente está entrando en celo, sino es que
ya entró.

El menor alzó la mirada analizando las palabras de su padre, era verdad que él no sabía
mucho de los celos de los alfas, pero si sabía que el de un alfa puro llegaba una vez al año y
duraba de uno a tres días dependiendo, los recuerdos de la vez que Jungkook entro en celo
cuando él era su sumiso vinieron a su memoria, esa mañana él había sido más cortante de lo
normal.

— Yo tenía ese tipo de actitud con tu madre cuando mi celo estaba cerca y tenía que estar
con ella ya que los celos de un alfa puro son muy dolorosos si no los pasa con su pareja —
Taehyung lo miró con los ojos muy abiertos.

— Jungkook... — En ese momento se sintió tan mal por haberlo dejado solo, no quería ni
imaginarse como estaba — Tengo que ir con él.

— Espera, si Jungkook está en celo Beomie no puede estar ahí — Y no porque le fuera hacer
algo al pequeño, pero no era correcto, más por la condición del cachorro.

— Él no está en casa, se quedó a dormir con los Kim.

Vante asintió aliviado, sin duda no era agradable para nadie cuando un alfa puro entra en
celo, sus feromonas pueden ser demasiado fuertes y molestas, pero claro para los omegas es
como si ellos fueran los ratones y un puro alfa en celo el flautista de Hamelin.
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— Papá tengo que ir con él...

Ambos se dirigieron a la puerta, pero antes de que el omega pudiera salir Vante lo detuvo por
el brazo.

— No deberías ir solo a esta hora, yo te llevó.

— Voy a estar bien — Le aseguro, pero el alfa negó.

— Si te dejo ir solo no estaré tranquilo.

— Está bien papá — Asintió cerrando la puerta tras ellos — ¿Conduces tú o yo? — Alzó las
llaves de su auto.

— Es tu auto así que adelante.

Las risas se escuchaban en la sala de estar, pues los cuatro cachorros estaban viendo una
película en la sala, Jennie estaba sentada en el suelo dándole un par de palomitas en la boca
a Soobin quien tenía su cabeza sobre los muslos de la pequeña, en cambio Joonie estaba
acostado de lado mientras Beomie lo abrazaba por la espalda, las risas eran porque había
aparecido una escena graciosa.

Seokjin estaba discretamente asomado mirándolos, pero unos brazos en su cintura lo

hicieron sobresaltarse, esa reacción hizo que Joonie mirara hacia los lados alerta, había
sentido el cambio en su papi por su lazo entre ellos, pero al sentir nuevamente el aroma de
Beomie se calmó.

— Me asustaste... — Le susurro a su esposo.

— Lo siento, no fue mi intención solo quería ver qué tanto mirabas — Beso su mejilla antes de
mirar la misma escena que su omega.

El rubio grisáceo suspiro al ver a su pequeño hijo, siempre buscando la cercanía entre el
rubio y él, no es que a Namjoon no le agradará que su hijo haya encontrado su ancla en el
hijo de Jungkook, simplemente no sentía que estuviera del todo bien esa dependencia, pero
amaba ver de nuevo su sonrisa.
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— También te preocupa la dependencia de Joonie ¿No es así? — Dijo el azabache

recargándose en el pecho de su alfa.

— ¿Crees que hicimos lo correcto? Poner ese tipo de peso sobre un niño, Beomgyu a la larga
va a crecer y si no es el destinado de Joonie, temo que nuestro hijo sufra...

— Hicimos lo que creímos mejor para nuestro hijo, ellos aún son unos niños y creo que nos
estamos adelantando, hay que dejarlos crecer y ellos mismos tomarán sus propias
decisiones en su debido momento — Acaricio su mejilla dejando un beso en sus labios.

Nadie podía saber lo que el destino tenía preparado para ellos, puede que si sean destinados
o no, puede que se terminen enamorando o que simplemente se tengan un gran cariño,
puede que sean pareja o al final cada quien encuentre el amor donde menos lo esperan, pero
eso será decisión solo de ellos, por ahora solo eran dos niños que habían pasado por algo
doloroso y compartían ese dolor para cambiarlo por sonrisas y se sentía bien para ellos ser el
ancla del otro.

La noche de películas llegó a su fin, así que Jennie llevo a Soobin a su habitación y Joonie a
Beomie.

Cuando por fin estuviera bajo las sábanas no fue difícil que quedarán dormidos, pues es que
realmente estaban cansados.

Pero un llanto hizo que Beomie despertara, era Seokjoon teniendo una pesadilla.

— Joonie... — Lo llamo suavemente, pero el pequeño seguía sollozando — Joonie, soy

Beomie, despierta...

Y finalmente lo hizo, sus ojos estaban bien abiertos y miraba a su alrededor asegurándose
que no estaba en peligro, que estaba en casa, hasta que se encontró con los ojos
preocupados de su mejor amigo y volvió a romper en llanto tirándose sobre él ocultando su
rostro en su cuello.

— No irte... N-no irte... — Sollozaba.

— Aquí estoy, no me voy a ir... — Le susurro mientras acariciaba suavemente su pequeña

espalda.
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— Gente mala, duele... Hacen daño... — Beomie apretó sus labios al escuchar el dolor del
menor.

— Yo te voy a cuidar, nadie te va a lastimar — Le aseguro, pero el castañito continuaba

llorando.

No le gustaba ver a Seokjoon así, le recordaba todas las veces que él lloraba en silencio
cuando quienes fueron sus primeros padres adoptivos le gritaban y le decían que él no era
nadie, que él era malo, que todo lo que Beomgyu hacía estaba mal, porque ser omega era
malo, tantas palabras dolorosas que él realmente creyó porque las escuchaba
constantemente.

Todo estaba guardado en su memoria y aunque lo quisiera olvidar era como un castigo que
no se iría, aún le dolía claro que sí, pero prefería remplazar esos tristes y dolorosos
recuerdos, con los nuevos que tenía, con sus padres, Jungkook y Taehyung, con su nueva
familia y sobre todo con su mejor amigo Joonie.

Sin darse cuenta el llanto del menor había disminuido, pero seguía aferrado al cuerpo del
rubio con su rostro hundido en su cuello, lo estaba olfateando otra vez, ese aroma que nadie
debía sentir hasta el día que el omega se presenté, pero que Joonie podía sentir gracias a su
gran olfato, palomitas y caramelo...

— Hueles... A cine... — Susurro contra su cuello y eso hizo reír al rubiecito.

— Joonie siempre voy a ser tu mejor amigo.

— Lo pometes... No dejar a Joonie... — Salió de su escondite quedando sentado en el regazo

del futuro omeguita.

— Lo prometo... — Dejo un besito en su nariz — Siempre seremos los mejores amigos.

Eso le gusto a Seokjoon, él quería eso, que Beomgyu siempre estuviera con él. Un bostezo
hizo darse cuenta que el sueño lo estaba volviendo a ganar por lo que el mayor acaricio su
cabello y lo ayudo acostarse nuevamente.

— Descansa Joonie...

— Descansa Beomie...
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Y ambos se dejaron llevar en un sueño siendo abrazado por el otro.

Una vez el auto rojo aparco frente a la casa Jeon, el omega suspiro mirando a su padre que
se encontraba en el asiento del copiloto.

— Gracias papá y toma — Le extendió las llaves — Para que puedas ir a casa, luego paso por
él.

— Oh no, descuida hijo, iré al bar de aquí cerca y después tomaré un taxi para volver.

— ¿Estás seguro? De verdad puedo ir después por el auto.

— No, está bien. Será mejor que entres, Jungkook debe necesitarte — Desvió la mirada algo
sonrojado por saber lo que pasaría ahí dentro cuando su hijo entré, tenía que aceptar que le
avergonzaba, pero sabía que su hijo ya era un adulto.

Después de unos segundos ambos salieron del coche y Taehyung no dudo en echarse en los
brazos de su padre dejándose embriagar por su aroma a leña recién encendida y frutos rojos,
le encantaba sentir su aroma, le transmitía tanta seguridad y paz, calor y sobre todo amor
paternal, sonrió acurrucado contra su pecho.

— Gracias por estar aquí conmigo papá — El nombrado lo abrazo con fuerza.

— Te amo hijo y créeme que voy a estar para ti cuando sea que me necesites — Beso su
frente antes de separarse — Anda — Lo alentó con una sonrisa que fue correspondida.

Y así fue Taehyung entro a la casa dejando solo a Vante quien suspiro al cielo estrellado y
comenzó a caminar por las calles.

El bar no estaba muy lejos, pero aun así tenía su distancia, realmente no pensaba en nada
solo caminaba recordando su juventud cuando solo era un adolescente y cuando se dio
cuenta ya había llegado.

El lugar se veía tranquilo la música era suave y moderada, la gente podía platicar a gusto, el
ambiente sin duda era muy agradable, sin más se adentró sentándose frente a la barra
donde estaba el barman.
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— Buenas noches ¿Qué desea tomar?

— Buenas noches, aún no lo he pensado así que...

— Sírvale un cóctel — Vante miro a su costado sorprendido por la persona a su lado — ¿Te
gusta lo dulce no es así? — Le sonrió y él solo pudo asentir algo sonrojado.

El barman no dijo nada más y se fue a preparar la bebida del hombre dejándolos solos.

— ¿Qué haces por aquí Suho?... No digo que este mal, porque claro que no está mal, solo no
me esperaba encontrarte aquí... — La risa del beta lo hizo callar otra vez, estaba hablando de
más.

— Solo vine a relajarme y beber un poco — Le mostró su vaso de tequila.

El alfa asintió, se sentía nervioso no se esperaba encontrarse al castaño en ese bar, un

momento después llegó el barman con su bebida, agradeció antes de darle un sorbo,
realmente le había gustado el sabor de la bebida.

— Gracias, está rico — Su lobo se removió extrañamente, pero no le prestó atención.

— No fue nada — Suspiro. No se veía bien, se veía cansado y Vante lo notó.

— Mgh... ¿Está bien si pregunto que tienes?... — Lo miró esperando una respuesta.

Suho miro el líquido en su vaso unos segundos sin decir nada, el alfa a su lado fue paciente y
no insistió.

— Me pelee con mi esposa... O bueno, pronto ex esposa — Bebió lo que quedó de su vaso y
pidió otro trago al barman — Hoy llegué a mi límite y le pedí el divorcio...

El azabache lo miro sorprendido, no esperaba que le dijera eso, aunque era verdad que esa
vez en el cumpleaños de Beomgyu había comentado algo sobre eso.

— ¿Qué ocurrió? — Suho lo miró — Perdón... No tienes que decirme — Apretó sus labios
mirando su bebida.

— Ella y yo ya no nos entendemos y nos estamos lastimando cada vez más, sobre todo a
Chanyeol — No mentía, pero tampoco decía completamente la verdad de su decisión.
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— Entiendo... Pero puedes hablar conmigo si lo necesitas, te puedo escuchar, aunque no

tengo muchas experiencias con esos temas — Rio apenado logrando que sus mejillas se
vuelvan a pintar.

— ¿Y tu esposa? ¿También te divorciarse? — La sonrisa de Vante se apagó tan rápido como

una vela calcinada.

— No... Yo... Soy viudo — Dijo con voz nostálgica.

— Oh... Disculpa, no debí preguntar — Se sintió mal el beta.

— Descuida, no pasa nada, es solo que aún tengo su recuerdo — Sonrió, pero su sonrisa no
era igual, era triste.

— La amabas mucho ¿Verdad?

— La verdad es que aún la amo y siempre lo voy hacer, ella siempre será mi primer amor — El
recuerdo de su sonrisa llegó a su memoria.

— Ya veo... — Por alguna razón el tono del castaño había cambiado — Me imagino que nunca
has pensado en volver a juntarte.

— Mm... En realidad, no, además no es como si cualquiera aceptará estar con alguien que
vive con el recuerdo de su primer amor, las cosas no funcionan así. Cuando alguien está con
una persona nueva es para darle todo a ella y no me siento capaz de eso, porque Bora
siempre será parte de mí, aunque ya no esté conmigo.

— Son muy bonitas tus palabras — La mirada de Suho le dedicaba al azabache no la podía
describir, pero lo hizo volver a sonrojarse y sonreír apenado — Ella fue muy afortunada por
tenerte.

— G-gracias... — Bebió de su bebida esperando que así se le bajará un poco el color del
rostro, pero no sirvió de mucho — ¿Y tú? ¿Piensas volver a juntarte? — Se escuchó una ronca
risa.

— Apenas hoy le pedí el divorcio, y la verdad no estoy interesado en nadie en especial, creo
que será bueno que este un tiempo solo y estar para cuando mi hijo lo necesite.
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— Parece que los dos tenemos pensamientos parecidos.

— Parece que sí.

— Entonces, brindemos por nosotros y nuestros hijos — Le acerco su bebida con una sonrisa,
el beta lo miro algo extrañado y confundido, pero al final acepto chocar sus vasos.

— Eres diferente — Rio negando.

— ¿Y eso es malo?

— No, de hecho, me gusta — Sus ojos se volvieron a encontrar dejando que los ojos de Vante
brillarán en un destello rojo y los de Suho en uno púrpura por unos milisegundos antes de
volver a sus colores originales — Me agradas Vante.

— Tu también me agradas Suho — Y nuevamente como desde que conoció al beta sus
mejillas se volvieron a pintar carmesí.

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por Srta_YoonTae

"Celo, Calor y Lujuria..."

El castaño cerró la puerta tras de él, después de haberse despedido de su padre, la casa
estaba en completo silencio, era como si no hubiese nadie.

Dejo sus llaves sobre la cómoda y se dirigió a las escaleras y con cada paso que daba el fuerte
aroma que conocía a la perfección se iba intensificando.

Cuando por fin estuvo frente a la puerta de su habitación, su lobo se removió sintiendo el
fuerte deseo de su alfa que lo llamaba.

Cuando sus dedos rozaron la manija de la puerta, está fue abierta dejando ver a su alfa,
quién tenía sus ojos al rojo vivo, su dorso estaba expuesto y su cuerpo brillaba aperlado por
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el sudor, su mirada era profunda, aunque se escondía bajo su húmedo cabello largo y
ondulado; su cuerpo tembló ante la imagen frente a él.

— Taehyung... — Su respiración era pesada — Pero tú...

— Shh... — Lo callo colocando su mano sobre el desnudo pecho del mayor empujándolo para
entrar a la habitación y cerrar la puerta tras él — No digas nada, sigo molesto contigo, pero
soy tu omega y voy ayudarte con tu celo... — Sus ojos brillaron azules mientras desprendía su
aroma tentando aún más a su alfa.

Jungkook coloco sus manos sobre las caderas del menor acercándolo a su cuerpo y ocultó
su rostro en su cuello dejándose embriagar por su dulce aroma que tanto le encantaba.

— Ah~ Te necesito Tae... — Jadeo de forma ronca contra la piel acaramelada, su cuerpo
temblaba y traspiraba de la excitación.

— Te voy ayudar... Pero con una condición — El azabache salió de su escondite mirándolo en
espera de que continuará hablando — Quiero que pasemos tu celo en el cuarto de velas.

— Tae... No me hagas esto... — Suplico soltando un gruñido de dolor, realmente necesitaba

atención.

— Jungkook — Tomo su rostro entre sus manos para que sus ojos brillantes se encontrarán
— Recuerda que me lo debes...

Era verdad, el omega había ganado el juego esa noche y podía pedirle lo que él quisiera, pero
el mayor no estaba seguro de poder cumplir con su parte del trato si eso implicaba llevarlo
ahí.

— S-sabes... Agh~ que no puedo... — Negó tratando de apartarse del menor, pero Tae no lo
dejo alejarse.

— Confío en ti, eres mi alfa y sé que no vas a lastimarme — Junto sus frentes escuchando la
fuerte y pesada respiración de Jungkook — Pasemos tu celo en el cuarto de velas — Volvió a
pedir — Quiero me hagas sobrepasar mis límites, que descargues tu placer en mí, sé qué los
dos lo vamos a disfrutar.
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El magnate estaba teniendo un debate con él mismo, claro que lo deseaba, pero tenía
miedo, no sabía qué hacer, se sentía frustrado y su celo no lo estaba dejando pensar con
claridad, gruño apretando sus manos en las caderas de su omega.

— Por favor... Mi señor~ — Jadeo en su oído llevando a su alfa al límite de la perdición.

La poca cordura que quedaba en él se esfumó estampando sus labios con los del castaño
con brusquedad, los chasquidos y unos cuantos jadeos era lo único que se escuchaba, las
manos del alfa viajaron por el trasero de su amado dando un fuerte apretón sin pudor alguno
antes de continuar su recorrido hasta sus muslos y alzarlo invitándolos a qué lo rodeará con
sus largas piernas rompiendo su apasionado beso.

— ¿Estás dispuesto a qué haga contigo lo que yo quiera si entramos a ese cuarto?... — Ambos
se miraban a los ojos fijamente con sus respiraciones apneas.

— Soy todo tuyo~ — Apartó los largos mechones azabaches del rostro de su alfa.

— ¿Cuál es la palabra de seguridad?

— Jungkook voy a estar bien — Le aseguró.

— Tae, responde lo que te pregunté — Dijo serio por lo que el menor soltó un suspiro.

— Rojo.

— Si necesitas que me detenga úsala y te juro que me detendré — El omega asintió dejando
un beso sobre los labios del magnate.

Sin más, bajo al castaño y se dirigió al librero sacando una llave de una pequeña caja que
estaba sobre uno de los estantes y la introdujo en una cerradura que a simple vista se
camuflaba entre la pared y el librero.

Al girarla saco la llave y empujó el librero que realmente era una puerta y se hizo a un lado
dejando espacio para que su omega pudiera pasar; y así lo hizo.

El cuerpo del menor se estremeció al estar dentro de esa habitación después de tanto
tiempo, el recuerdo de la última vez volvió a él y quiso dar un paso atrás, pero se negó, miro
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sobre su hombro notando como su alfa cerraba la <<puerta>> dejándolos encerrados a

ambos.

— Taehyung, tienes que hacer todo lo que yo te diga ¿Entendido? — Este asintió cuando lo
tuvo frente a él — Quítate la ropa y recuéstate sobre la cama — Ordenó.

— Si, mi señor... — Una de las comisuras de los labios de Jungkook se alzó, tenía que aceptar
que le gustaba que su omega siguiera en ese papel y lo llamara de esa forma.

Taehyung por su lado comenzó a desabotonar su camisa, botón, por botón, dejando que su
piel acaramelada de su pecho se fuera exponiendo frente a su Amo.

Cuando el último botón fue suelto alzó la mirada encontrándose, con los ojos atentos del
mayor y sin más dejo caer la tela al suelo para dirigir sus manos al botón de sus pantalones.

Jungkook no pudo evitar morder su labio al ver cómo ese pantalón se iba deslizando por las
largas piernas de su omega hasta dejarlas al descubierto por completo.

— Mi señor... Quiero que sea usted quien me quite la ropa interior — Pidió con una sonrisa
cargada de lujuria.

— ¿Eso quieres? — Taehyung asintió — Muy bien, así será.

Este se acercó hasta el bello cuerpo de su amado quedando frente a frente, los ojos de
ambos brillaban, sus lobos estaban encantados con el juego que se estaba llevando en ese
momento. Jungkook acerco sus labios rozando los del menor, pero sin unirlos por completo.

— Mi señor... — Susurro sobre sus labios rogando por sentirlo, eso hizo sonreír al mayor antes
de alejarse e hincarse frente a él enganchando su dedo en la ropa interior y con lentitud irla
bajando.

Poco a poco está se iba deslizando dejando a la vista el perfecto cuerpo del omega, al
quitarla por completo, el alfa dejo que su aliento rozará el pene del contrario haciéndolo
jadear cuando dejó un beso sobre éste.

— Ah~ J-jungkook... — Se inclinó un poco hacia adelante suspirando.

— A la cama — Volvió a ordenar el azabache poniéndose de pie.

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Sin rechistar el castaño se recostó sobre está y desvió la mirada observando la fuerte espalda
del magnate, espero paciente hasta que esté se dio la vuelta dejando ver los objetos sobre
sus brazos.

Con cuidado los coloco sobre una mesa junto a la cama, Taehyung no pregunto, ni dijo nada
dejo que su alfa hiciera lo que tenía que hacer, lo vio tomar un bote y se acercó al borde de la
cama.

— Esto es un aceite especial, servirá como estimulación y te hará sentir aún más sensible
como si estuvieras en celo — Le explico antes de dejar caer un chorro sobre su plano
abdomen.

Con su mano el alfa fue esparciendo aquella esencia aceitosa sobre la piel acaramelada, las
manos del alfa acariciaban cada centímetro del cuerpo de su amado escuchándolo de vez en
cuando suspirar.

— Jungkook~ — Jadeo con su respiración entrecortada, el aceite ya estaba dando efecto en

su cuerpo y estaba entrando en calor, ahí supo el nombrado que era hora de lo siguiente.

De la mesa tomo unas cuerdas para amarrar las manos del menor a cada lado de la cama, los
nudos eran perfectos y no lastiman la bella piel de su omega, una vez ambas manos
estuvieran atadas correctamente se alejó abriendo un armario sacando unos de los objetos.

— Esto es una vara retráctil — Explico Jungkook acercándose nuevamente a la cama, pero
ahora desde los pies de la cama, el cuerpo de Taehyung temblaba y su respiración era
pesada debido al efecto del aceite en su cuerpo.

— Y... ¿Para qué... es?... — Mordió su labio, deseaba tanto tocarse, pero sus manos atadas se
lo impedían.

— Buena pregunta y pronto lo sabrás — Tomo el tobillo del menor y lo engancho en uno de
los brazaletes que traía una de las puntas de la vara y repitió la acción con el otro pie.

Por último, tomo un antifaz negro y lo puso sobre los ojos de su omega privándolo de la vista
y provocando que la ansiedad del menor creciera.
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— J-jung... ¡Ah!~ — Jadeo alto al sentir que algo golpeó la piel de su pecho, justo en su pezón.
Su respiración se aceleró y estaría mintiendo si dijera que no le gustó.

Por su lado el alfa sonreía mirando el cuerpo de Taehyung a su merced, la fusta acaricio su
cuerpo erizándolo con cada roce antes de volver a golpearlo y escucharlo gritar.

— ¿Te gusta? — El labio del castaño temblaba.

— S-si... Mi señor — Su amo sonrió.

— Así es mi pequeño masoquista, dime cuánto te gusta — Volvió a azotarlo esta vez sobre su
vientre ya que esa parte también era sensible.

— Ah~ Mucho... M-me gusta mucho...

— Me preguntaste para que es esta vara — La fusta de cuero rozó sus piernas — Deja que te
muestre — Y azoto la cara interna del muslo del omega haciéndolo gritar y por reflejo querer
cerrar las piernas, pero justo al hacerlo la vara se expandió obligándolo abrirlas aún más —
Exacto, para eso sirve.

— Ahh~ J-jungkook... — Suspiró, sentía un hormigueo en su cuerpo — T-te necesito, ahora...

— Suplico.

El azabache tenía que aceptar que él también se estaba aguantando y su erección ya

comenzaba a doler dentro de su ropa interior así que sin más decidió quitársela antes de
subirse sobre la cama alzando las piernas del menor para colocarse él en medio de estás
inclinándose hacia delante para besar el pecho de su amado.

— Mi omega — Mordió levemente el botón marrón del nombrado escuchando un gemido

como respuesta.

Beso su cuerpo, lo mordió dejando marcas notorias, en algunas las finas gotas de sangre
escapaban, rasguño su piel y el de piel acaramelada solo podía jadear, gemir y gritar de
placer, por más dolor.

— Jungkook... Suelta mis manos... Por favor~ — Y así lo hizo desató sus manos, para después
retirar el antifaz notando sus húmedos ojos que brillaban en ese azul intenso que tanto le
encantaba.
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Sus labios se volvieron a encontrar con deseo, los chasquidos se escuchaban y de vez en
cuando sus dientes chocaban levemente, mordían y succionaban el labio del contrario
dejando que el sabor de la sangre se pudiera sentir, pero sin saber a quién de los dos
pertenecía.

Simplemente lo estaban disfrutando, las manos de Taehyung se perdieron en las hebras

azabaches tirando de ellas levemente fuerte escuchando el gruñido de parte de su alfa, sus
miembros erectos se frotaban entre ellos debido a la fricción de sus cuerpos.

— T-te deseo~ — Gimió entre besos el omega — Te quiero dentro de mí... — Pidió.

— Aún no te preparo... — Le recordó, tratando de llevar su mano a la húmeda entrada del

menor, pero este lo detuvo.

— N-no importa... Solo hazlo~ entra en mí...

Ambos estaban excitados, la lujuria gobernaba en sus cuerpos y con el alfa en celo, apenas y
podía controlarse y mantenerse cuerdo, pero las palabras de su omega y súplicas podían
más con él y más teniendo a su lobo exigiéndole que complaciera lo que le pedía el menor.

El magnate continúo besando los labios del castaño mientras alineaba su pene erecto, en su
húmeda y cálida entrada que chorreaba de lubricante natural como si de una cascada se
tratará.

Una vez alineado el alfa no lo pensó y entro en su pequeño omega de una sola y fuerte
estocada, provocando que este como respuesta arquera su espalda encajando sus uñas en la
espalda del mayor sintiendo como lo desgarraba al mismo tiempo que mordía su labio
haciéndolo gruñir.

Había sido doloroso, claro que sí, había dolido como los mil demonios, Taehyung sintió
como fue desgarrado por dentro, pero era tan placentero sentir a su amado dentro de él
irrumpiendo de esa forma, algunas lágrimas escaparon de sus ojos.

Jungkook se separó de los labios de su omega para mirarlo, sus ojos brillaban debido a las
lágrimas que habían escapado, pero sus movimientos no se hicieron esperar embistiéndolo,
sin cuidado alguno, sus pieles chocaban y los chapoteos eran música para sus oídos.
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— ¡Aah! J-jungkook... Así~ — Se aferraba a su espalda dejando notorias marcas — No pares....

Sus gemidos y lloriqueos se hacían cada vez más fuertes, sus lobos aullaban felices por estar
con el otro, sus pieles estaban rojas y ardían debido a las fuertes estocadas.

El cosquilleo en el vientre de Taehyung le aviso que llegaría a su límite y no se hizo esperar

para dejar que explotara manchando los abdómenes de ambos, provocando que el mayor
detuviera sus movimientos dejando que las respiraciones de los dos fuera lo único que se
escuchará.

— ¿Quién te dio permiso de correrte? — Le pregunto con voz ronca y una mirada severa,
haciendo temblar al menor.

— Y-yo... ¿Algún... problema?... Ah~ — Gimió en el momento que su alfa abandonó su interior
sin una pisca de gentileza, su cuerpo ardía y dolía.

— Claro que lo hay... — Alzó sus piernas para poder salir de en medio de estás tomando el
centro de la barra y en un movimiento rápido la giro provocando que el omega chillara al
quedar completamente boca abajo.

Ni tiempo de poder hablar tuvo cuando su alfa tiro de sus caderas dejando su culo alzado,
pero con su rostro hundido contra la cama, Taehyung necesitaba descansar, su cuerpo se lo
exigía, pero el placer podía más con él.

Nuevamente de una sola estocada entro dentro del castaño arrebatándole un fuerte grito
desgarrador, la garganta del menor ardía y las lágrimas escapaban sin aviso alguno mientras
se aferraba con fuerza a la cama.

— Lo siento, pero mereces un castigo por desafiar a tu Amo — Se inclinó un poco hacia
adelante para susurrarle al oído, tomándolo por el cabello, tirando de él hacia atrás
obligándolo a levantar la cabeza.

— P-pues hazlo... — Lo reto.

Por lo que Jungkook alzo una ceja antes de embestirlo sin soltarlo de su cabello castaño y
azotando su trasero con fuerza en el proceso.

— Te encanta que sea rudo contigo... Agh~ por eso te gusta provocarme ¿no es así? ~
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— Aah~ s-si~ — Las lágrimas empapaban su rostro y sus nudillos estaba blanco de tanto
estrujar las sábanas.

Y se dejó descargar dentro del menor provocando que los bruscos movimiento del alfa se
detuvieran y soltara las hebras castañas cuando salió de su interior, notando como el cuerpo
de su amado estaba temblando, se podían apreciar las marcas de sus dientes en varias
partes de este, al igual de sus manos tatuadas en su gran trasero, las iniciales <<JK>> en su
parte baja de la espalda del lado izquierdo solo era otra prueba más de que era suyo, su
omega.

— Date la vuelta y de rodillas — Le ordenó.

— J-jungkook... — Hablo con dificultad cuando se dio la vuelta encontrándose con sus ojos,
su cuerpo le dolía.

Ambos estaban de rodillas frente al otro sobre la gran cama, las manos del magnate
acariciaron las mejillas sonrojadas y húmedas de su omega, era tan bello, le encantaba la
imagen de él con sus ojos cristalizados por el llanto y de su labio inferior temblando.

Con delicadeza pasó su pulgar sobre el labio levemente herido del menor y ante su atenta
mirada introdujo su dedo dentro de su boca, Taehyung por instinto movió su cabeza
chupándolo.

— Quiero follarme esa linda boquita tuya... — Y sin necesidad de palabras el omega le estaba
invitando hacerlo cuando succionó su pulgar y al sacarlo hizo un sonido obsceno.

— Entonces deje que yo me encargue Mi señor... — Empujó levemente el pecho del mayor
invitándolo a recostarse.

Cuando esté estaba acostado Taehyung dejo un beso en sus labios y dejando un recorrido de
ellos por su cuello, pecho, abdomen, hasta llegar al erecto falo el cual brillaba por el
lubricante.

Con descaro le dio una lamida al gran miembro escuchando un suspiro escapar de la boca de
su alfa antes de comérselo por completo, lamía, succionaban y su lengua jugaba con el
glande del mayor, se había vuelto un experto dando felaciones.
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— Ah~ Taehyung... Así, más rápido~ — Jadeo sin aliento el azabache.

El pene del mayor desaparecía dentro de la boca de su pequeño masoquista quien se forzaba
a llegar cada vez más a fondo con cada embestida.

Los ojos rojos de alfa brillaron, su celo lo había dominado por completo y en el momento
justo cuando sintió que su nudo se formaría empujó aún más la cabeza de Taehyung
anudándolo por la boca.

El omega sintió como el miembro de su amado crecía en su cavidad vocal provocando que
no pudiera sacarlo, cerró sus ojos con fuerza dejando escapar las lágrimas, nunca lo había
anudado de esa forma y aunque no se sentía mal, se sentía raro el hecho de tener que
permanecer de esa forma hasta que el nudo se soltará.

Jungkook no estaba pensando con claridad y de eso era consciente el castaño, por eso
mantuvo la calma y trato de respirar sintiendo un par de caricias sobre su cabello.

Los minutos fueron pasando hasta que finalmente el nudo se fue soltando dejando libre al
menor, ambos estaban cansados, por lo que el menor gateo para acurrucarse junto a su
amado y quedar profundamente dormidos.

Claro que durmieron un largo tiempo, pero al despertar no se hicieron esperar para
continuar con lo que habían quedado.

Tres días fueron en los que estuvo Jungkook en celo y es que un alfa puro en celo, solo dura
un día entero, pero debido a la ausencia del lobo de su omega su celo duro dos días más.

Ninguno quería salir del cuarto de velas, pero aun así lo hicieron un par de veces para poder
comer algo y es que como la casa estaba completamente sola no tenían problema por andar
desnudos por toda ella.

Y cabe recalcar que también tuvieron sexo en distintas partes de la casa, como la cocina, el
comedor y hasta en la alfombra frente a la chimenea, pero básicamente estuvieron en el
cuarto de velas, probando la mayoría de juguetes sexuales del mayor.
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Taehyung termino con su cuerpo marcado, con mordidas, arañazos, chupetones y marcas de
sogas después de que Jungkook lo convenciera de amarrarlo para practicar algo que el
menor desconocía como bondaje.

Pero Jungkook tampoco salió ileso, pues su espalda estaba tatuada con marcas de arañazos
y su cuerpo estaba lleno de mordidas, sin contar que su cuello tenía chupetones donde su
omega lo reclamaba como suyo para que quien los viera supiera que él ya tenía con quién
pasar su celos y vida.

Sus respiraciones eran agitadas, el alfa acababa de anudar por... Bueno, ya habían perdido la
cuenta, pero sin duda sería la última de ese día, pues su celo ya había acabado y solo
quisieron pasar un rato más juntos.

En esta ocasión el menor lo había montado así que se recostó sobre el fuerte pecho del
azabache para poder descansar sintiendo los mimos al instante, su alfa acariciaba su
espalda y dejaba un par de besos en su cabeza, sus aromas estaban impregnados en el
cuerpo del otro, ambos se habían marcado con sus aromas y sin contar que Jungkook había
renovado como unas 6 veces la bella marca en el cuello de su amado omega.

— Te amo... — Lo abrazó con cuidado de no lastimarlo — Mi lobo y yo estamos felices con

ustedes y estamos de acuerdo que este ha sido el mejor celo de nuestras vidas.

— Ay amor, mi lobo y yo también estamos felices de haberlos complacido — Dejo un casto

beso sobre sus labios antes de acurrucarse más contra él — Te amo...

— Eres perfecto, mi pequeño masoquista — Taehyung rio quedito por ese apodo que su
amado le había puesto tiempo atrás, pero que lo describía a la perfección.

Unos minutos después el nudo del azabache se soltó y ambos soltaron un suspiro, solo que
el del castaño fue con algo de dolor ante la fricción, su entrada estaba irritada y dolía, pero
eso no quitaba todo el placer que sintió en su momento; sin duda era todo un masoquista.

— Me encantaría que nos quedaremos así toda la vida, pero extraño mucho a nuestro
cachorrito — Puchereo el menor.

— Si, yo también, ya quiero ver a mi hijo y abrazarlo — Dejo un besito en su pucherito.

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— Entonces hay que dormir para ir mañana temprano por Beomie a casa de Seokjin —
Jungkook asintió cerrando los ojos envolviendo su cuerpo entre sus brazos.

Alzó un poco su cuerpo junto con el de su omega quien seguía descansando sobre su pecho y
saco la sábana bajo ellos para cubrir a ambos, al mirar el rostro del castaño lo vio
profundamente dormido.

Su lobo meneo la cola gustoso y aulló feliz, amaba tener a su omega con él, lo quería siempre
cerca, sentirlo, el lobo del menor se acurrucó contra su alfa dejándose envolver por su
calidez, lo había extrañado tanto.

Y finalmente se dejaron consumir por la tranquilidad de la noche, en espera de que el sol

saliera y pudieran estar nuevamente con su hijo para que todo fuera perfecto.

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por Srta_YoonTae

Después de haber pedido que limpiaran la casa, porque claro que no dejarían que su
pequeño cachorrito volviera y se topara con algún fluido de sus padres, no estaba
claramente en sus planes traumatizar a Beomie.

Una vez la casa fue completamente ordenada el rubiecito volvió y es que la emoción de ver a
sus padres fue tan grande que se echó a sus brazos escondiendo su rostro entre el cuello de
su padre alfa sintiendo el aroma de ambos padres.

En ese momento se encontraban los tres recostados sobre la cama de la pareja con un
montón de golosinas y comida chatarra alrededor, ese día habían decidido pasarlo juntos
como familia y tener una tarde de películas.

— ¿Te sientes mejor papá? — Pregunto el menor dejando confundido a su padre.

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— ¿Por qué lo preguntas hijo?

— El abuelo Vante fue a casa de Joonie a verme y dijo que no podía venir a casa porque
estabas enfermo y papi cuidaría de ti — Dijo colocando su manita sobre la frente del alfa para
checar su temperatura.

— Oh, eso. Si Beomie ya me siento mejor, tu papi es un buen doctor — Le sonrió a su omega
al cual se le tintaron las mejillas al recordar esos días de celo.

— Yo también quiero ser un buen doctor — Dijo alegre el menor — Quiero ser como el tío Choi
y ayudar a los demás.

— Claro que sí cariño, serás el mejor doctor de todos — Taehyung tomó sus pequeñas
mejillas y le dio un besito esquimal a su cachorro.

La tarde estuvo llena de risas y unas cuantas travesuras al ver películas, los tres jugaron a las
atrapadas por toda la casa, la risa de Beomgyu era la mejor melodía para los dos adultos.

— No me atrapas papá — Corrió quedando del lado contrario del sillón.

— Él no, pero yo sí — Dijo el omega tomando por sorpresa a su hijo.

— ¡Ah! ¡Papi, no! — Rio a carcajadas — No es justo, así no...

— Y yo los atrape a los dos — Jungkook rodeo la cintura de su amado alzando a los dos
escuchando aún más las risas se ambos.

El alfa se dejó caer recostado en el largo sillón con sus dos grandes amores sobre él, sentirlos
de esa forma era lo mejor, su familia era pequeña, tal vez no como las tradicionales, pero era
suya y eso la hacía perfecta y especial.

El omega azabache caminaba por los pasillos de su nueva universidad, llevaba casi dos
semanas asistiendo y no recordaba lo bien que se sentía.

Baek no sabía que estudiar, por eso escogió la carrera general y ya si en un futuro escogía
una en especial podía pedir un cambio sin problema, así como lo había hecho Taehyung en
sus años de universidad.
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El menor quería sentirse suficiente para Chanyeol, que se sintiera orgulloso de él, pero ese
no era el único motivo por el cual retomo sus estudios, sino también para sentirse bien con él
mismo, para demostrarse lo capaz que era y que también tenía un futuro.

Todos en la universidad eran amables con él, pero aún no tenía amigos, aunque eso no lo
molestaba en lo absoluto. En ese momento se encontraba en su clase de taller, esa clase era
universal y solo la tenía dos veces a la semana.

Se sentó junto a la ventana, le gustaba mirar a través de ella mientras esperaba a que su
profesora llegará, además de que la brisa era refrescante.

— Hola — Una voz a su lado llamo su atención — Eres muy lindo para estar solo — Le sonrió
con gentileza.

— Hola, me gusta mi soledad y la estás interrumpiendo — Dijo sin más. El chico a su lado olía
a moras y bambú, era un alfa, tenía que aceptar que era atractivo y su cabello rojo era
llamativo, pero no le ganaba a su alfa.

— Soy Aaron — Le sonrió coqueto, por lo que el omega alzo una ceja.

— ¿Y quién te pregunto? — No lo dijo de forma grosera, fue más como sarcasmo, algo muy
propio de Baek.

— Vaya que carácter, solo quería hablar un poco contigo y ver si podíamos ser amigos o lo
que tú quieras más adelante — Dijo sin rodeos.

— Una pena, pero voy a rechazar tu súper oferta, no me interesa salir contigo, prospecto de
alfa sexy — El pelirrojo rio ante el apodó.

— Ya veo, eres de los omegas que al principio se hacen los difíciles, me gustan los retos — Fue
honesto por lo cual el joven Jeon puso sus ojos en blanco.

— Estarás perdiendo el tiempo solamente — Sin más apoyo su mano sobre su mentón sin
mucho interés y el alfa noto un pequeño arito dorado adornando su dedo anular, eso sin
duda llamo su atención.

— Ya veo, ¿Estás casado? — Baek lo volvió mirar alzando una ceja y después miro su anillo
que le dio Chanyeol en su cumpleaños.
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— No estoy casado, aún — Aclaró — Pero espero estarlo pronto.

— ¿No eres muy joven? ¿Por qué atarte a alguien de esa forma tan cruel?

— Tengo 19 años, y creo que cuando hay amor de por medio no importa la edad para estar
juntos — Sonrió jugando con el arito dorado en su dedo pensando en el rubio castaño que le
hacía sentir tantas cosas.

Aarón pudo notar la sinceridad en las palabras del chico bello frente a él, pero también pudo
notar una cicatriz sobresalir del cuello de su camiseta.

— Ahora todo tiene sentido, te marco... — Baek lo miro y por reflejo tocó la marca en su
cuello — Descuida, no sabía que estabas emparejado, no soy alguien que se meta con
omegas marcados.

— ¿Ósea que si no tuviera una marca seguirías insistiendo? — Le sonrió de lado cruzándose
de brazos.

— ¿Si hubiera sido así tendría una oportunidad? — Le sonrió juguetón.

— Claro que no — Rio ante el intento de coqueteó, el alfa quedó cautivado con su sonrisa, sin
duda era uno de los chicos más bellos que había visto.

— No, yo nunca me atrevería a meterme en medio de nadie, aunque sea un chico tan
atractivo como tú — Sus palabras hicieron sonrojar al menor.

Baek nunca había recibido ese tipo de halagos, los primeros que tuvo fueron de Chanyeol,
por esa razón le avergonzaba escucharlo viniendo de alguien más que ni siquiera conoce.

— ¿Y cómo es tu alfa? ¿Estudia aquí contigo? — Su tono de voz ya no era coqueto ahora era
más amable y normal.

— No, de hecho, se graduó de esta misma universidad hace un tiempo, él trabaja en una
empresa como magnate — Los ojos del pelirrojo se abrieron en grande.

— Vaya... No tenía idea de que fueras ese tipo de chicos... — Por alguna razón las mejillas del
alfa se sonrojaron y Baek no entendió el comentario.

— ¿De qué tipo? — Frunció su ceño.

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— Bueno... Ya sabes... De esos a los que les gusta la gente mayor... — El entrecejo del omega
se frunció aún más.

— No entiendo, ¿Cuál es el problema que mi alfa sea mayor?

— No, ninguno — Se apresuró a decir el chico — Cada quien con sus gustos y yo respeto que
te gusten los hombres más... ¿Maduros?

— Pero ¿qué dices? Ni que mi alfa tuviera 80 años, solo es mayor que yo por cuatro años — El
rostro del chico se puso aún más rojo como su cabello al haber malinterpretado las palabras
del omega.

— Perdón... Yo creí que ya era un señor mayor tu alfa — Hasta cierto punto se sintió aliviado,
pero la fuerte risa del azabache llamo su atención.

— ¿Que? No... — Continúo riendo.

Sin duda Aarón estaba cautivado con la belleza de ese chico y cada vez le gustaba más lo que
veía en él, era una lástima que ya tuviera pareja, si lo hubiera podido conocer antes sin duda
hubiera tratado de conquistarlo; suspiro.

— Oye... — El sonido de la puerta abriéndose interrumpió al alfa, la maestra había llegado.

— Buenos días — Saludo la joven maestra con una sonrisa.

— ¿No piensas decirme tu nombre? — Le susurro inclinándose un poco.

— No — Dijo con una sonrisa mirando al frente.

— Oye no seas malo — Pero no obtuvo nada más del azabache.

— Chicos yo sé que acabamos de comenzar pero haremos un diseño de ropa, el tema será
blanco y negro, su trabajo es diseñar un atuendo para una noche de gala — Dijo con una
sonrisa — Este trabajo será por parejas así que por filas vendrán a mi escritorio y les daré el
nombre de su pareja.

Algunas quejas se escucharon, pero al joven Jeon no le importaba mucho con quién le
llegara a tocar ya que no conocía a nadie, el chico a su lado se levantó para buscar a su
pareja establecida.
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— Joon Gyo — Dijo la maestra.

Pero no hubo respuesta, después de un par de intentos más dedujo que no había asistido, así
que decidió darle otro compañero al pelirrojo.

— Jeon Baekhyun — El nombrado levanto la cabeza, tal vez hubiera sido mejor otro
compañero — Jeon Baekhyun — Lo volvió a llamar — Si no vino, pues...

— Soy yo... — Alzó su mano y su mirada se encontró con la de Aarón quien sonrió de forma
juguetona y el azabache solo podía maldecir en voz baja.

— Muy bien, ustedes dos trabajaran juntos — Informo la profesora indicándole a su alumno
que volviera a su asiento antes de continuar.

— Parece que el destino nos quiere juntos Baekie — Dijo con cierta burla y juego en sus
palabras.

— Ni en tus sueños — Rodo los ojos poniéndolos en blanco tratando de ignorar al alfa a su
lado que se divertía molestándolo con ligeros coqueteos.

El resto de las clases pasaron normales, pero en cada descanso el pelirrojo estaba tras Baek
hasta que llegó la hora de irse, el omega se sintió aliviado y apenas salió de la universidad se
encontró con su apuesto alfa esperándolo, sin pensarlo se hecho a sus brazos dejando un
casto beso sobre sus labios.

— ¿Cómo te fue hoy amor? — Acomodo sus cabellos azabaches que se habían revuelto
debido al brusco movimiento.

— Muy bien, pero tengo hambre — Hizo un puchero muy adorable el cual Chanyeol no pudo
resistirse y termino besando.

Justo en ese instante se percató de un inusual aroma sobre su omega, no era muy fuerte,
pero se podía sentir y sabía que era de un alfa, era algo acido no sabría identificarlo.

— ¿Todo bien? — Quiso saber el menor.

— Claro, ¿Por qué lo preguntas?

— Es que te quedaste olfateándome...

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— Ah... Es que te extrañe mucho y quería sentir tu aroma — Lo estrecho más contra su
cuerpo.

Claramente Chanyeol no iba hacer una escena de celos o reprocharle un aroma de otro alfa
que seguramente se le había pegado por casualidad, él confiaba en su chico, así que cuando
se apartó de él le dedicó una gentil sonrisa.

— ¿Qué te parece si vamos a casa y te preparo algo de comer, nos damos una ducha juntos
y...?

— ¿Y?... — Lo alentó el menor mordiendo su labio inferior.

— Eso lo puedes descubrir después — Dejo otro rápido beso sobre sus labios.

Baekhyun realmente amaba a ese hombre.

— ¡Hey chico lindo!

El omega rodo sus ojos ignorando el llamado mientras seguía su camino, ese chico Aarón
todos los días estaba tras de él parecía un cachorrito.

— Oye — Lo detuvo poniéndose frente a él — ¿Por qué me ignoras? ¿No me escuchaste?

— Mi nombre es Baekhyun, no chico lindo u otra cosa parecida — Se cruzó de brazos.

— Lo sé, pero me gusta llamarte así — Le sonrió coqueto solo para molestarlo — Ya en serio,
¿Voy a tu casa o tú vas a la mía?

— ¿Disculpa? — Al principio creyó que se le estaba insinuando otra vez.

— El trabajo ¿Dónde lo haremos? — Las mejillas del menor se pintaron al instante por
malinterpretar lo anterior — ¿En qué pensabas? — Se burló de él.

— En nada — Lo corto — En mi casa, no me sentiría seguro en la tuya, quien sabe que cosas
quieres hacerme — Cubrió si cuerpo con sus manos.

— ¿Quién dice que no puedo hacerte lo mismo en tu casa? — La cara del más joven era como
una poesía — Solo bromeó, recuerda que no me meto en relaciones a menos que tu alfa esté
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dispuesto a aceptarme, no tengo problema con el poli amor — Le guiño el ojo recibiendo un
golpe en su hombro — Auch, pegas más fuerte que otros omegas.

— Mi alfa jamás me compartiría — Ignoro el último comentario sobre su fuerza, no quería que
nadie supiera que era un omega puro — Y sobre no meterte en otras relaciones estoy
empezando a dudarlo — Lo escucho reír.

— Lo dije en serio, solo me gusta molestarte, porque tu cara es tan bonita cuando te enojas o
sonrojas — El comentario dio frutos en las rojizas mejillas del omega — Lo ves, tan lindo.

— Idiota — Lo paso se largó tratando de alejarse del alfa, pero rápidamente lo alcanzó otra
vez.

— ¿Me das tu número para que me envíes tu dirección? — Baek lo miró con cara de pocos
amigos al ver que el pelirrojo le ofrecía su teléfono.

— Te lo voy a dar, pero si comienzas a fastidiarme por mensaje juro que te bloqueo — Le
advirtió.

Tomo el aparato y comenzó a teclear en el antes de devolvérselo al chico frente a él.

— Muy bien, nos vemos saliendo de la universidad — Sin más se fue y el azabache soltó un
suspiro.

Al instante su móvil vibro, lo saco para mirarlo y noto que en la pantalla aparecía el mensaje
de un número desconocido, no tenía que razonar mucho para saber quien era y más por el
singular mensaje de <<Este es mi número, agéndame bonito>> ignoro el apodo.

Otra vez vibro su móvil y en la pantalla se iluminó <<Mi sexy alfa Channie>> sonrió abriendo el
chat, pero al leer su mensaje su sonrisa desapareció siendo remplazada por un puchero.

Su amado alfa no iba a poder pasar por él ya que iría a una junta con su padre, eso
entristecía un poco al menor, pues a él le encantaba que a la hora de la salida Chanyeol
estuviera afuera esperándolo para darle muchos besitos.

Al final suspiro respondiéndole con un <<No te preocupes amor>> por lo que el mayor le
envío otro mensaje disculpándose.
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El timbre sonó anunciando que su siguiente clase iba a comenzar, así que antes de ir a su
salón escribió un último mensaje al idiota <<Te espero en la salida>> sin más guardo
nuevamente su móvil sin esperar una respuesta.

***

— Vaya por un momento creí que vivías en un palacio — Dijo al estar frente al departamento
del omega.

— A Chanyeol y a mí nos gusta los lugares acogedores, no necesitamos una casa tan grande
— Contesto simple introduciendo su llave en la cerradura.

El pelirrojo asintió con una sonrisa en el rostro, cada vez le gustaba más lo que descubría del
menor, aunque supiera que su atracción no fuera correspondida.

— Muy bien, pasa — Se hizo a un lado dejándolo entrar — No toques nada o te corto las bolas
— Le sonrió falsamente.

— Que carácter, ¿Así tratas a tus visitas? ¿O solo a mí?

— Solo a ti, el comedor está por haya — Le señaló una mesa — Puedes instalarte ahí,
mientras iré a cambiarme y no se te ocurra espiar porque...

— Me cortarás las bolas ya entendí, creo que debería sentirme especial por saber que soy al
único que tratas así.

Sin más Baek se dirigió a su habitación para cambiarse rápidamente de ropa, por algo más
cómodo y eso era unos shorts junto a la camisa de su alfa que había usado la noche anterior.

Al salir se encontró con Aarón sentado con unas hojas, lápices y colores sobre la mesa, sin
más se sentó a su lado observando lo que hacía.

— Mira, hice un par de bocetos, podemos usarlos de referencia, pero si tienes algo en mente
te escucho — El chico se veía concentrado en lo que decía, ahí fue donde el azabache se dio
cuenta que, aunque el alfa se comportará como idiota, sabía trabajar seriamente.

— Yo busque algunos en revistas, creo que podemos hacer un diseño que lleve un poco de
ambas ideas — El contrario asintió.
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El tiempo fue avanzando mientras ambos trabajaban y hablaban únicamente del proyecto
que estaban realizando, realmente ambos estaban concentrados, pero necesitaban un
descanso.

— Creo que está quedando genial — Opino el pelirrojo estirándose un poco.

— Opino lo mismo, creo que sería bueno tomar un descanso — Aarón asintió — ¿Quieres
beber algo? Agua, café, té...

— Creo que un café estaría bien — Sonrió, por lo cual el menor asintió dirigiéndose a la
cocina.

La vista del alfa inconscientemente se desvío hacía las blancas piernas expuestas del menor,
pero al darse cuenta desvío la mirada negando.

— No, no, él ya tiene a alguien, calma tus hormonas lobo estúpido — Se regañó entre
susurros.

— ¿Cómo te gusta el café? — Le pregunto por lo que este volvió su atención al menor.

— Cargado, muy cargado — Necesitaba despabilar de alguna forma.

Su mente le estaba jugando una mala pasada, ese omega lo había cautivado, realmente se
sentía atraído por él y sabía que eso estaba mal, pero nuevamente su mente recordó sus
labios carmesí, deseando poder probarlos, ese cuerpo esculpido por los dioses, en verdad no
estaba exagerando cuando decía que nunca había visto tanta perfección en una persona.

Pero Aarón no sabía que todo era por el aroma del azabache, él no era consciente de lo que
realmente era ese chico, desconocía por completo el encanto de un omega puro y aunque el
chico ya tuviera alfa, su aroma era como el canto de una sirena que lo tentaba.

Tal vez era el hecho de estar en un lugar encerrado con el menor lo que lo estaba poniendo
de esa forma, ya que el aroma estaba concentrado en toda la casa.

— Creo que ya es hora de que me vaya... — El mayor estaba tan distraído que no había
notado que Baek iba a colocar el café sobre la mesa y su brusco movimiento al levantarse
hizo que el café cayera sobre el mismo.
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El estruendo de la taza contra el piso y un ardor sobre su abdomen sobresalto a ambos, la

bebida estaba caliente.

— Perdón, perdón... No quise — Baek entro en pánico al ver la gran macha sobre la camiseta
del alfa.

Ambos actuaron deprisa por la situación y para evitar alguna lesión peor debido al café
caliente, tanto Aarón como Baek tomaron el borde de la camiseta del primer para sacarla
dejando el trabajado abdomen del alfa.

Las mejillas del omega se tintaron al darse cuenta de que literal le había quitado la camiseta
al alfa, pero todo había pasado tan deprisa que ninguno se percató de la presencia de una
tercera persona en la casa, solo hasta que un fuerte aroma se había intensificado y Baek
pudo sentir esa extraña sensación mediante su lazo encontrándose con los ojos de su alfa.

— Chanyeol...

Cuando Aarón noto que el menor miraba fijamente otra dirección fue que se percató del otro
alfa, por su cara sabía que estaba molesto y era comprensible, él hubiera estado igual si
llegara a su casa y su omega está con otro alfa sin camisa frente a él.

— Amigo, no es lo que crees... — Trato de hablar Aarón, pero la mirada que le dedico el mayor
lo hizo callar al instante.

— Te quiero fuera de mi casa ahora antes de que rompa tu garganta — Dijo entre dientes
apretados haciendo estremecer a Baek jamás había visto a Chanyeol de esa forma.

El pelirrojo lo que menos quería era empeorar todo y causarle más problemas al omega así
que tomo su camiseta volviéndosela a colocar dejando ver la notoria mancha de café en ella
y tomo su mochila.

— Lo siento... — Le susurro al azabache al pasar por su lado antes de salir de la casa.

El silencio de hizo presenté, los ojos del rubio castaño brillaron dorados observando todo a
su alrededor antes de centrar su penetrante mirada en su omega acercándose a él.
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— Chanyeol, se lo que viste, pero te juro que todo fue un accidente... — El mayor no detuvo
su paso y eso hizo al omega retroceder hasta que no pudo más al sentir la fría pared contra
su espalda.

El rubio castaño había reconocido el aroma del alfa, era el mismo que había estado
impregnado en la ropa de su omega esos últimos días y aunque no quisiera, aquella imagen
que vio de ambos estaban haciendo hervir su sangre.

El más alto colocó sus manos contra la pared acorralando a su omega, ahí estaba levemente
el aroma de ese niñato impregnado en el menor, eso lo hizo gruñir.

— Chanyeol... — Lo llamo casi en un susurro.

— Sabes Baek, estoy enojado, siento rabia y frustración — Su voz era sería.

— No estaba haciendo nada malo, no hice nada — Dijo de igual forma.

— Eso no quita lo que yo estoy sintiendo en estos momentos — Gruñó, pero los ojos de Baek
brillaron naranjas — Me está hirviendo la sangre porque vi cómo te miraba, le gustas, te
desea.

Estaba celoso y el sentimiento era extraño porque era la primera vez que lo sentía, Chanyeol
nunca había estado celoso antes, pero no podía evitarlo.

— Eso me importa poco — Avanzo con sus ojos brillando, eso hizo retroceder ahora al alfa, el
lobo del menor lo estaba tratando de doblegar — Puedo gustarle e incluso desearme — Lo
empujó del pecho haciéndolo caer sentado en el sillón — Pero el único nombre que quiero
hacer gemir — Se subió sobre él a horcajadas — Y al único que quiero entre mis piernas... Es a
ti.

Chanyeol se estremeció ante las palabras de su omega y sintió como se ponía duro bajo él,
su lobo meneaba la cola bajando la cabeza con sumisión al sentirse embriagado por su
aroma.

— ¿Te quedó claro, alfa? — El mayor no pudo hacer más que asentir apretando los muslos del
azabache cuando esté lamió su cuello — Gime para mí, alfa... — Le susurró al oído.
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— Ah~ Baek... — Sus manos viajaron al redondo trasero del menor y lo apretó sintiendo sus
miembros rozarse.

El nombrado beso su cuello y mordió levemente su piel provocando que Chanyeol expusiera
su cuello ante él en sumisión dejándose llevar, el rubio castaño podía ser un alfa, pero le
encantaba dejarse dominar por el menor sin duda.

El pequeño omega lo hacía bajar la guardia, dejarse llevar y eso lo hacía sentir bien, se
complementaban uno al otro a la perfección, Baek era todo lo que él y su lobo necesitaban.

Tal vez algunos alfas sentirían su ego herido por ser sometidos de esa forma, pero Chanyeol
no, no cuando sabe que su chico es él mismo y se deja llevar por sus instintos, prefería herir
su propio ego de alfa que hacer que Baek retenga quien es realmente.

— Mgh~ — Mordió su labio inferior dejándose llevar por el vaivén del azabache.

— Chanyeol... Quiero que me hagas el amor... — Pidió en un susurro a su alfa.

— Pero dime qué solo eres mío... — Lo abrazo ocultando su rostro en el pecho contrario.

— Amor, soy todo tuyo... No tengo ojos para nadie más que no seas tú... Eres la primera
persona a la que amo y a la única que quiero amar de esta forma. — Tomo las mejillas de su
pareja para mirar sus bellos ojos dorados resplandecer.

Sus labios se acercaron dándose un pequeño roce, dejando que sus cálidos alientos se
mezclaran embriagándose del otro.

Fue Chanyeol quien terminó con esa tortura llamada, no poder sentir los labios de su amado
sobre los suyos.

El beso era suave y aunque parecía que el mayor tenía el control, estaba equivocado pues el
menor era quien estaba marcando el ritmo, sus labios se acariciaban con dulzura, mientras
sus lenguas bailaban entre ellas, los chasquidos eran ligeros hasta que el beso comenzó a
subir con intensidad.

Las manos del omega fueron bajando hasta el cinturón de su pareja y comenzó a
desabrocharle con ganas de sentirlo más, de llenarse de él, lo deseaba con tanta intensidad.
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Las prendas fueron cayendo sobre el piso de la sala, dejando sus cuerpos expuestos mientras
se besaban y acariciaban escuchando gemidos y jadeos escapar de sus bocas.

— Baek ponte en cuatro e inclínate hacía adelante con tu mejilla contra el brazo del sillón —
El menor asintió y con ayuda del mayor se acomodó sobre el sillón.

Chanyeol siempre le explicaba lo que tenía que hacer y es que lo hacía con el fin de que, si su
omega no quería o no le convencía eso, se pudiera negar, el alfa jamás lo obligaría a hacer
algo que no quería.

— ¿Así? — Lo miró por sobre su hombro.

— Arquea más tu espalda así — Su mano hizo una leve presión en la espalda baja del menor
consiguiendo que este alzará más su trasero — Y tienes que abrir más las piernas — Está vez
lo tomo por los muslos.

A Baekhyun le encantaba la paciencia que tenía, le hacía sentir especial como lo trataba,
pues él estaba seguro que no cualquiera te explicaría de esa forma.

Por su lado el rubio castaño se colocaba de igual forma sobre el sillón, con una pierna de
rodillas en el mueble y la otra se pie en el piso.

La respiración del menor era fuerte y pesada, estaba ansioso, por lo que soltó un suspiro
cuando un dedo rozó su lubricada entrada, el mayor siempre lo deseaba, aunque sabía que
Baek siendo un omega puro lubricaba más que un omega normal y eso lo llevaba a sentir
más placer que dolor, pero Chanyeol prefería aun así prepararlo.

El juego no duró mucho, pues las súplicas del omega pidiendo más pudieron con el rubio
castaño, quien después de auto-prepararse esparciendo su pre-semen sobre su miembro
erecto se alineó en la dilatada y cálida entrada rosa del azabache, escuchándolo jadear al
comenzar a abrirse paso dentro de él.

Mientras más se iba adentrando sus manos se sujetaron a las caderas de su amado, su
blanquecino cuerpo contrastaba perfectamente bajo las bronceadas manos del alfa.
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Los movimientos no se hicieron esperar, sus pieles chocaban de forma sutil dejando
escuchar el chapoteo cada que el mayor entraba y salía de la pequeña entrada que lo
apretaba a su antojo haciéndolo sentir tan bien.

Ambos gemían y jadeaban a su antojo importándoles poco si los vecinos pudieran

escucharlos, pues ellos lo estaban disfrutando y se lo estaban haciendo saber al otro.

Unos minutos después Chanyeol tomo el miembro de su pareja y comenzó a estimularlo, su

mano se movía de arriba abajo provocando que los gemidos del menor aumentarán hasta
que finalmente se corrió.

En ese momento el alfa envolvió su brazo alrededor de la cintura del azabache tiro de él
hacia atrás para que ambos quedarán sentados en el sillón, por instinto Baekhyun continuo
con los movimientos dando saltitos y moviéndose de forma circular.

El rubio castaño estaba cerca y finalmente gruño formando su nudo dentro de su amado
omega escuchando a este soltar un gritito antes de dejar caer su cabeza hacia atrás,
recargándose sobre el pecho de su alfa.

Ambos estaban cansados, pero ese no fue impedimento para que Chanyeol lo abrazara y
llenará de besos, a Baek le encantaba ser anudado por el mayor, aunque este no siempre lo
hacía para que el azabache no tomara tantos supresores.

— No quiero que te veas más con ese alfa — Lo apretó más a él ocultando su rostro en el
hueco de su cuello dejando un besito en su marca de pareja.

— Chanyeol, no puedo hacer eso, es mi compañero de trabajo — Acaricio su cabello.

— Pero le gustas — Gruño apretando más a su omega contra él.

— Pero a mí me gustas tú y te amo a ti — Beso sus labios — Mi alfa celoso.

— Y como no quieres que este celoso si eres el omega más perfecto que existe — Hizo un
puchero después de volver a gruñir.

— Confía en mí — Le pidió — Confía en lo que siento por ti.

— Confío en ti, pero no en los alfas que gustan de ti.

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— Olvídate de ellos y abrázame — Pidió cerrando los ojos — Abrázame tan fuerte que la
sensación se quede marcada en mi piel.

Y así lo hizo, Chanyeol lo abrazó mientras le susurraba palabras de amor, lo amaba, claro que
lo hacía y sonrió recordando la primera vez que lo vio, que ahora le parecía tan gracioso que
terminó enamorado de quién lo acusó de ser un pervertido.

— Te amo... — Le susurro por última vez notando que se había quedado dormido.

Cuando su nudo se soltó salió de su interior con cuidado, tomándolo en brazos para llevarlo
a su habitación, sin duda en todo ese tiempo que había estado con Baekhyun se dio cuenta
que el menor tenía el sueño muy pesado, por eso lo limpio antes de colocarle ropa interior y
una camiseta suya, al terminar lo coloco bajo las sábanas.

Soltó un suspiro y fue por un vaso con agua a la cocina para dejarlo en la mesita de noche,
sabía que a su chico le gustaba beber agua apenas despertara y de paso dejo el frasco de
supresores a un lado para que pudiera tomarlos, ya era como una rutina para ellos.

Se sentó junto a él quitando unos cuantos cabellos rebeldes de su bello rostro,

contemplándolo, hasta que esté se movió un poco y abrió sus ojos.

— No quería despertarte...

— Está bien — Le sonrió aún adormilado.

— Me daré una ducha y regreso para acostarme contigo — Beso su frente, por lo que el
azabache asintió.

Una vez el mayor entro al cuarto de baño, la vista de Baek se desvió a la mesita de noche
notando el vaso con agua y pastillas, sin pensarlo mucho tomo el frasco y saco una
llevándola a su boca para después beber su agua y volver a dormir esperando por su amado.

La chica estaba en casa ordenando un poco cuando su móvil comenzó a sonar, al tomarlo se
extrañó al ver que era un número desconocido así que decidió no responder.

Pero cuando la llamada finalizó, está volvió a entrar insistiendo así que decidió responder.
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— ¿Quién habla?

Desconocido: Que difícil es contactar contigo.

— ¿Quién eres y para que quieres contactar conmigo?

Desconocido: No importa quién soy, si no lo que puedo ofrecerte.

— No estoy para tonterías o bromas, voy a colgar.

Desconocido: Jeon Jungkook. *Ese nombre la hizo frenar*

— ¿Quién eres?

Desconocido: Soy quien puede devolverte tu vida de antes, puedo hacer que él te amé a ti.

La alfa se quedó callada y apretó el aparato entre sus manos sobando su redondo vientre.

— Tú no puedes hacer eso, porque él ama a alguien más... Así que déjame tranquila — Dijo
entre dientes.

Desconocido: Exacto él ama a alguien más, pero que pasaría si él sale del caminó, tú serías la
única que podría estar con él.

El lobo de la chica se sentía realmente atraído por la oferta tratando de tentar a la chica a
aceptar tal oferta tan tentadora, deshacerse de quién le arrebato a su amado de su lado.

Pero ella mordió su labio negando dejarse llevar por dejarse dominar por su lobo, ella ya no
quería eso, ella había encontrado a alguien que la quiera a ella, ya no quería lastimar a nadie,
menos a la persona que amo.

— No me interesa su oferta, así que no vuelva a molestarme — Colgó la llamada escuchando

a su lobo gruñir en protesta.

Sin más ella rompió en llanto tratando de callar e ignorar a su lobo, ya no querían caer otra
vez, no ahora que tenía la oportunidad de ser feliz, clavó sus uñas en las palmas de sus
manos, cuando su lobo se molestaba la quería obligar a lastimar a su cachorro y ella no lo
haría.
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— Lisa — La voz del alfa la llamo, pero la azabache no lo podía escuchar, sus manos estaban
goteado, se había herido.

— No soy mala, no lo soy... — Se repetía una y otra vez a sí misma, su lobo la estaba
torturando.

— No, no lo eres, jamás lo has sido... — La envolvió en sus brazos importándole poco
mancharse de sangre — Tranquila, aquí estoy contigo...

Hoseok creyó que era otro ataque de ansiedad, era raro pues Lisa había mejorado
notablemente, pero no sabía que había un culpable de que ella estuviera sufriendo en esos
momentos.

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por Srta_YoonTae

Decir que el tiempo había pasado volando era poco, pues en un abrir y cerrar de ojos ya
había pasado un mes y medio, y Luhan no podía cargar con la emoción en el momento que la
puerta de la iglesia se abrió.

Los primeros en entrar fueron Beomie y Seokjoon vestidos con unos trajecitos de color lila
mientras dejaban caer un par de pétalos blancos formando un camino por dónde tenía que
pasar el omega.

Todo está saliendo sin duda alguna perfecto, en las primeras gradas se encontraban las
personas más cercanas a los novios.

Al inicio de las gradas estaban los Kim, Namjoon y Seokjin miraban a su pequeño con una
sonrisa, su pequeño hijo de vez en cuando los miraba también enseñando sus pequeños
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dientecitos de leche, frente a los Kim estaban los hermanos menores de cada uno, Soobin y
Jennie estaban tomados de la mano, siempre estaban juntos.

A su lado estaban Jungkook y Taehyung, el segundo con una pequeña cámara tomándole
fotos a su cachorrito, se veía tan tierno con su trajecito, el alfa sonrió cuando su hijo lo miro y
sacudió su manita disimuladamente antes de continuar dejando pétalos sobre el pasillo.

Los siguientes eran Chanyeol y Baek quienes tenían a la pequeña Sungji en sus brazos, la
bebé llevaba un pequeño vestidito verdecito pastel con un moñito en su cabello castaño, la
cachorra tenía la mirada perdida mientras se acurrucaba más contra su tío Channie.

Después, Yoongi tenía abrazado a su omega por la cintura y Jimin sostenía a su hijo en
brazos ya que el pequeño gatito se había quedado dormido desde que habían llegado, sin
duda era igual a su padre alfa y mientras más crecía, solo terminaban de confirmar lo fuertes
que eran los genes de Yoongi.

Por último, estaban Hoseok quién tenía tomada la mano de Lisa quien sobaba su gran
vientre redondo, realmente le sentaba el embarazo, ahora se veía más alegre y hasta se
había cortado el cabello a la altura de sus hombros, ambos alfas se llevaban bien y
esperaban con alegría a su cachorrito, pues por fin ambos se sentían listos para darse una
oportunidad.

Sehun estaba parado frente al altar en la espera de su amado y es que cuando lo vio entrar
vestido con ese traje su corazón latió como la primera vez que lo vio, sus ojos brillaron
púrpura pues su lobo se sentía tan honrado de que ese bello omega lo haya elegido a él.

Sus ojos se cristalizaron al tenerlo frente a él y tomar su mano, había esperado tanto por ese
día y por fin se convertiría en su esposo, él realmente amaba con locura a Luhan, en toda su
vida nunca se había enamorado, pero cayó a los pies de ese joven chico con solo verlo
sonreír.

— Estás tan bello — Beso el dorso de su mano con delicadeza logrando que un destello azul
reflejará los ojos del menor.

— Tú también mi beta súper dotado — Sonrió.

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La melodía del piano se detuvo dando inicio a qué el cura comenzará con la ceremonia para
unir esos dos cuerpos, esas dos almas lobunas por la eternidad.

Los votos y promesas de amor fueron dichas por los futuros esposos, demostrando la
sinceridad en sus ojos y en cada palabra, EunSup entrego los anillos, mientras sus padres
Jackson y Mark firmaron como los testigos.

Finalmente, ambos amantes sellaron su amor con un beso dulce, sincero y cargado de
sentimientos, pues Sehun y Luhan eran el claro ejemplo de la excepción a la regla, dando a
entender que, sin importar el rango o el destino, cada quien podía elegir a quien amar y
formar su propio camino y su pequeña hija era el claro ejemplo.

— Te amo... — Susurraron contra sus labios.

Ni que decir de la fiesta, todos los amigos estaban en una sola mesa y los novios eran parte
de ella.

Sehun estaba con su pequeña en brazos parado a un lado bailando con ella con la suave
melodía, la pequeña tenía recostada su cabeza sobre el pecho de su padre dejándose llevar
por el latido de su corazón y su aroma mientras Luhan los miraba enternecido.

La música era lenta, cada quien bailaba con su pareja, mientras los niños jugaban un poco
correteándose entre las personas.

Cuando Jungkook pretendía invitar a Taehyung a bailar, alguien lo jalo del brazo llevándolo
a la pista colocando sus manos tras su nuca.

— Tómame de la cintura — Pidió o más bien ordenó.

— No, que lo haga tu alfa — Hizo una nueva de asco queriendo apartarse, pero no sé lo
permitió.

— Que me agarres limón mugriento, solo es un baile de hermanos.

— No.

— Por favor — Suplico con un puchero — Es que necesito hablar contigo.

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El mayor lo miro unos segundos antes de dar un suspiro dándose por vencido colocando sus
manos en la diminuta cintura de su hermano, Baek sabía que, aunque no lo pareciese tenía
mucha influencia sobre Jungkook.

Por otro lado, los únicos que quedaban disponibles eran Taehyung y Chanyeol, una joven
alfa muy atractiva se acercó a ellos.

— Hola bonito, ¿te gustaría bailar conmigo? — La chica le ofreció su mano al castaño.

— Yo... — Tae sin duda se había puesto nervioso ante aquella oferta inesperada.

— Lo siento, pero él ya está ocupado — El más alto tomo la mano de su amigo alejándolo de
la chica para después tomarlo por la cintura invitándolo a qué lo siguiera en el baile.

Ambos bailaban al ritmo de la música, el castaño sonrió recordando sus años de universidad
sin duda en ese tiempo se hubiera derretido por estar bailando entre los brazos de alfa.

— ¿Por qué me miras así? — Pregunto curioso su amigo.

— Nada en especial, solo pensaba en nuestros viejos tiempos.

— Fueron buenos — Sonrió de igual forma — Estabas perdidamente enamorado de mí — El

omega golpeó su hombro.

— Tú eras el que estaba enamorado de mí — Ambos rieron.

El mayor estrecho al novio de Jungkook entre sus brazos dejándose embriagar por su aroma,
aunque está vez tenía un toque de café y pino de bosque, su lobo estaba feliz, realmente
amaba a ese chico y su instinto de protección por él seguía ahí.

— Te amo Tae... — Le susurro, ahora sabía que el amor que sentía por el menor era de
hermandad, que el amor que le tenía no se comparaba nada al que sentía por Baekhyun.

— Gracias por siempre estar a mi lado — Respiro su aroma acompañado por el de su

cuñadito.

A unos metros de ellos estaban un par de hermanos tratando de tener un baile decente.

— ¿Que ocurre mocoso?

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— Yo... No quiero que te molestes... — Bajo la cabeza, eso preocupo al azabache.

— Baekhyun — Lo llamo alzando su rostro para que lo mirara — Soy tu hermano, sabes que
puedes decirme lo que sea — El Jeon más joven mordió su labio.

— Jungkook... Yo creo que estoy en cinta... — Dijo finalmente con los ojos cristalizados.

La expresión del alfa parecía una poesía, no sabía cómo reaccionar, sin querer se había
tensado y había apretado su agarre en la cintura del menor con algo de fuerza.

— ¿Que?... Es una broma ¿Verdad? — Lo miró a los ojos y supo que lo que su hermanito decía
no era una broma, sintió impotencia, pero trato de respirar — Ese imbécil me va a escuchar.

— No, espera... Chanyeol no tiene la culpa, esto solo es mía, por eso no le he dicho nada... —
Bajo la cabeza.

— ¿Cómo va ser tu culpa? ¿Baek eres consiente que para quedar en estado se necesita un
pene para fecundar tu óvulo? — Dijo con sarcasmo, pero el menor solo se encogió más en su
lugar.

— Yo lo sé... Pero Chanyeol siempre cuido de mí para que esto no pasará... — Su voz se
escuchaba como un susurro — Siempre ha comprado pastillas para mí, pero la última vez
estaba muy cansado y tenía que ir a la universidad, simplemente se me olvidó... — Un par de
lágrimas bajaron.

Al magnate se le rompió el corazón al ver a su pequeño hermano de esa forma, se veía

asustado.

— ¿Hace cuando fue eso?

— Hace dos semanas, yo... No quiero decirle nada sin estar seguro... — Sus lágrimas bajaban
— Pero me da miedo estarlo... Chanyeol me dijo que aún no quería que tuviéramos hijos
porque estoy estudiando y yo lo arruine todo... — Oculto su rostro en el cuello de su
hermano.

— Tranquilo, no llores... No sigas llorando porque soy capaz de ir y golpear su cara por
haberte hecho llorar — Lo consoló acariciando su espalda.
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Había tres personas que Jungkook no soportaba ver llorar y esas eran, Taehyung, Beomgyu y
Baekhyun, sin duda por ellos podía mover sol y mar con tal de verlos bien.

Sin duda prefería que su hermano lo estuviera molestando mil veces antes que verlo llorar.

— Por el momento tienes que calmarte ¿Esta bien? — El menor trato de calmarse asintiendo
— Yo mismo sacaré una cita con Choi para salirnos de dudas y si resulta que si estás en
estado de ese imbécil, te tiene que responder.

— No quiero decirle — Negó ocultando su rostro en el pecho contrario.

— Pues tendrás que hacerlo o ¿Piensas ocultarlo y decirle que te tragaste una semilla de
sandía y al parecer está creciendo una dentro de ti? — Dijo con sarcasmo.

— ¿Y qué hago? Los dos estamos tan bien, Chanyeol fue claro conmigo sobre tener cachorros
y yo lo eché a perder.

— Esto podía pasar tarde o temprano y si el estúpido ese no quería hijos por el momento se
hubiera amarrado la polla y no hubiera tenido sexo contigo — Baek bajo la cabeza.

Realmente el alfa no era bueno dando consejos o ayudando, pero su menor estaba
confiando en él para contarle lo que estaba ocurriendo, tenía que ser más empático y menos
sarcástico.

— Mira Baek — Tomo su rostro entre sus manos — Puede que mi relación con Chanyeol no
sea la mejor, pero sé que él te ama, lo he visto y le importas... Aunque no lo quiera admitir él
es un buen alfa y estoy seguro que si estás en estado se va a sorprender, pero al final estará a
tu lado para apoyarte ¿Sabes porque?... Por qué si no yo le cortaré las bolas y se las daré de
comer en la cena — El menor sonrió aún con sus ojos cristalizados y lo volvió abrazar.

— Gracias limón...

— No es nada mocoso... Siempre que me necesites voy a estar para ti — Dejo un suave beso
sobre su frente y limpio sus lágrimas.
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La fiesta continuo de la mejor manera, todos estaban pasándola tan bien y después de bailar
un rato volvieron a la mesa para descansar un poco.

— No puedo más, me duelen los pies — Dijo Luhan dejándose desparramar en su silla.

— Imagínate mi linda chica con que está embarazada — Comento Hobi acariciando el vientre
redondo de la alfa haciéndola sonrojar.

— Pero yo ya tengo una hija.

— Lu, la he cargado yo toda fiesta — Rio su ahora esposo beta.

— Mínimo que hagas eso, yo la cargue 7 meses — Una pequeña risa se escuchó proveniente
de la cachorrita en brazos del castaño oscuro como si le hubieran contado el mejor chiste,
aunque no supiera nada en realidad.

— Bueno al menos tu hija tiene un poco de ambos, en cambio mi hijo parece una copia y
pega de su padre — El rubio alza a su pequeño colocándolo junto a su padre alfa y ambos
eran realmente parecidos — Ni siquiera parece hijo mío — Dijo con un puchero.

El pequeño Jihyun sonrió mostrando su encía a la cual se le comenzaba asomar una fina
línea blanca indicando que sus dientitos estaban por salir.

— Que quieras que te diga amor, a mí me hubiera encantado que fuera una versión tuya, con
tu bello cabello rubio, pero la sangre de mi familia es realmente fuerte — Se encogió de
hombros cargando a su bebé que pedía por él.

Pero al sentarlo en sus piernas Yoongi se dio cuenta que realmente no lo pedía precisamente
a él ya que sus manitas seguían estiradas, pero hacía la pequeña castañita Sungji.

— Mira que tenemos aquí, parece que este pequeño tiene buenos gustos — Dijo Luhan
tocando la punta de la naricita del pálido.

— Parece que a alguien le gusta cierta niñita de vestido verde — Se burló Seokjin recibiendo
una mirada severa por parte del rubio.

— No es verdad, Jihyun es muy pequeño, ni siquiera tiene dientes aún — Al parecer ya sabían
quién era el padre celoso entre Yoongi y Jimin.
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— Ahora entiendes cuando dijiste que Joonie y Beomie se gustaban, dijiste que éramos unos
aguafiestas — Le recordó Taehyung riendo.

— Ya no estoy tan seguro de dejar a mi Sungji a tu cargo Jimin mientras nosotros vamos de
luna de miel — Dijo el omega — Ese pequeño tiene cara de querer seducir a mi inocente hija
— Bromeó cuando vio la insistencia del cachorro por querer acercarse a su hija.

— Siempre entre padres hay uno que es más celoso ¿Entre ustedes quien cela más a Sunji? —
Pregunto Baekhyun.

Ambos recién esposos se miraron pensativos y desviaron su mirada a su pequeña hija que
sonreía escuchando los sonidos que hacía Jihyun, pero tenía la mirada perdida ya que no lo
podía ver con claridad y se guiaba únicamente por el sonido que hacía.

— La verdad es que ninguno lo es, claro que la vamos a cuidar y proteger de cualquiera, pero
si ella decide estar con alguien, sin importar nada la apoyaremos — Comento Sehun y al
instante su omega asintió apoyándolo.

— Aww, ves Jungkook así deberías ser tú — Lo empujó levemente el castaño.

— No, mi hijo cuando tenga la edad suficiente entrará a un templo y se convertirá en monje
— Dijo seguro, pero recibió un golpe en su hombro cortesía de su amado.

— Entonces limón es el padre celoso con Beomie, Jimin con Jihyun, entre Sehun y Luhan
ninguno, ¿y entre Namjoon y Seokjin?

— Sin duda Seokjin — Hablo el alfa.

— Que mentiroso, tu eres más celoso.

— Bueno si, tal vez un poco, creo que realmente los dos somos celosos cuando se trata de
nuestro cachorro.

Las risas volvieron y esta vez la mirada de Baekhyun fue a parar a la azabache de cabello
corto que conocía desde que fue adoptado por los Jeon.

— Y tú Lisa ¿serás una madre celosa con tu hijo? — La chica lo miro unos segundos y todo se
volvió silencioso, la chica apretó sus labios para después mirar su gran vientre.
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— No lo sé... Pero me conformo con ser una buena madre para mí bebé y dar todo por él —
Acaricio la superficie redonda con cuidado.

— Lo vas a ser, serás una gran madre — Hobi tomo su mano y beso su palma, eso la hizo
sonrojar.

Un silencio se instaló en la mesa, por lo cual Luhan trato de regresar el buen ambiente.

— Faltan ustedes — Miro a Chanyeol y a Baekhyun — Aún no tienen hijos, pero ¿quién sería el
padre celoso?

— Pues, aunque no tengamos pensado tener hijos por el momento, considero que lo sería yo
— Hablo el alfa — Hace poco descubrí que puedo llegar a ser muy celoso, así que creo que lo
sería aún más si tengo un hijo con Baek.

El Jeon más joven se mantuvo callado tratando de no actuar de forma extraña ante el
comentario de hijos entre su alfa y él.

— Como que aún no quieres hijos poste, se me hace de mal gusto que Taehyung y yo, ya te
volvimos tío y tú aún a nosotros no — Fingió sentirse ofendido el omega recién casado.

— Tal vez en un futuro, Baek hace poco comenzó a estudiar, no digo que no quiera, solo que
aún no es el momento adecuado, además considero que aún es joven para que pensemos en
eso — El alfa no fue consiente de como su amado se encogió en su asiento antes sus
palabras, pero hubo alguien que si lo noto.

— Parece que no pensaste lo mismo cuando lo marcaste a sus 18 años — Hablo serio
Jungkook, todos lo miraron confundidos pues no entendían el cambio repentino.

— ¿Que? — Frunció el ceño — La marca de Baekhyun fue cosa de nuestros lobos y aunque no
me arrepiento de nada, me gustaría que él tuviera un futuro mejor.

— ¿Entonces un cachorro entre ustedes no sería lo mejor? — La tensión se sentía en el

ambiente, todos miraban en silencio la situación, pero Taehyung podía sentir como
realmente se sentía el magnate, sabía que había algo más tras sus palabras, así que miro a
Baek quién tenía la cabeza baja.

— Yo nunca dije eso, solo dije que no es el momento, Baek no está listo para ser papá.
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— Que hijo de...

— Agh... — Un quejido los interrumpió y todos llevaron su mirada a la alfa que sujetaba su
vientre y tenía una mueca de dolor.

— ¿Qué pasa? — Le pregunto el pelirrojo con preocupación.

— No sé... Pero duele... Agh~

— Está teniendo contracciones — Dijo Jimin colocándose de pie, alarmando al resto.

— Uh, uh... Yo tuve de esas y si duelen — Dijo Luhan tan tranquilo que todos lo miraron
incrédulos — ¿Qué? — Otro quejido lo hizo reaccionar — Oh... ¡El bebé! — Se puso de pie.

Todos trataron de actuar rápido, Namjoon le sugirió a Hoseok ir a encender el auto y Yoongi
fue a ayudarlo para despejar los asientos de atrás para poder recostarla, mientras Seokjin,
Luhan y Jimin que ya habían pasado por algo similar le estaban dando consejos y ánimo a la
chica.

— Tranquila, todo va a estar bien respira — Seokjin la tomó de la mano y ella la apretó algo
fuerte cuando otra contracción la agarró.

Sehun se encargó de explicarle al resto de la fiesta lo que estaba pasando y que no se

acercarán ya que Lisa necesitaba espacio.

Mientras Taehyung y Baek fueron por los niños para cuidar de ellos y que no se asustarán.

— P-perdón... — Se disculpó la alfa — No quise arruinar tu boda... Agh~ — Comenzó a

transpirar.

— ¡Hey! Descuida, eso es lo de menos, así puedo pedirle a Sehun una gran fiesta de
aniversario — Luhan le sonrió tratando de calmarla — Yo se lo inesperados que son los
bebés.

— Y sí que lo son — Lo apoyo Jimin recordando que a su querido Jihyun le pareció una genial
idea querer conocer al mundo justo en medio de su secuestro.

— Ah~ Duele mucho — Se volvió a quejar y Seokjin miro su reloj de muñeca.

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— Tus contracciones son cada 10 minutos hay que llevarla a un hospital — Informo el omega
mirando al resto.

— Pero Hoseok todavía no regresa a buscarla — Comento Chanyeol.

La chica trataba de regular su respiración, pero le era complicado, las perlas de sudor en su
frente demostraban el dolor y esfuerzo, realmente necesitaba atención.

— Denme espacio — Por primera vez hablo Jungkook — La voy a llevar hasta el auto — Antes
de que alguien más dijera algo la levanto en sus brazos.

Puede ser que aún no la perdonaba por completo, que aún sintiera dolor por todas las
mentiras que le dijo, pero realmente podía ver su dolor y no soportaba verla así, no si no
hacía algo para ayudarla.

— Agh~ — Se retorcía en los fuertes brazos del alfa, la azabache tenía los ojos cerrados
tratando de respirar.

— Tranquila Lisa, vas a estar bien, ambos lo van a estar — Le aseguró su viejo amigo.

Finalmente, al llegar a las afueras del salón de fiestas se toparon con el pelirrojo alfa que
estaba a punto de volver para ir por su novia.

— ¿Dónde la pongo? — Le pregunto Jungkook.

— Aquí — Hoseok no perdió el tiempo indicándole los asientos traseros de su auto, para él
después correr y subir al del piloto.

El azabache con cuidado la recostó en los asientos negros del auto y le dio una última mirada
antes de tratar de apartarse, y digo tratar porque una mano en su brazo le impidió alejarse.

Su vista fue a parar a la mano de la chica, era ella quien lo había parado, su respiración aún
era irregular y en su rostro podía ver cuánto dolor estaba soportando, aunque también podía
ver miedo en sus ojos.

— Lisa sé que estás asustada, pero todo va a estar bien, eres fuerte — La animo dedicándole
una sonrisa.

— G-gracias Jungkook... — Ella trato de sonreírle de igual manera y lo soltó.

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Una vez el alfa salió del auto y cerró la puerta este arranco al instante, la gente comenzó a
salir del salón de fiestas, por lo que miro a los lados buscando a su familia y no tardó en
encontrarlos, Beomie al mirarlo bajo de los brazos de su papi, para ir con el alfa.

— Papá, Noona lisa ¿Va a estar bien? — Quiso saber.

— Claro que sí, solo que su bebé ya va a nacer — Le explicó justo cuando su omega llegaba a
su lado y recargaba su cabeza sobre el hombro de su amado.

Justo en ese momento sus amigos salieron de igual forma acercándose a la pareja con su
hijo.

— ¿Que paso? ¿Por qué todos se fueron?

— Da, porque Sehun y yo se los pedimos — Dijo obvio Luhan — No voy a perderme otro
nacimiento, eso sí que no.

— ¿Y tú luna de miel? — Pregunto Taehyung.

— La luna de miel es el pretexto más grande para tener sexo después de la boda, así que
básicamente puedo decir que yo tuve la mía está mañana.

— ¡Luhan! — Las mejillas del castaño se pintaron, pero cuando miro alarmado a Beomie este
tenía las orejas tapadas gracias a Jungkook que sabía que el omega recién casado no tenía
pudor alguno al hablar.

— Perdón se me olvidó que estábamos en horario "Family Friends" — Alzó las manos en son
de paz.

— Lo que Luhan quiere decir es que podemos retrasar un poco la luna de miel sin problema,
creemos que Hoseok va a necesitar estar con sus amigos en estos momentos — Explico
Sehun.

— Entonces ¿Qué estamos esperando? — Dijo Jimin con una sonrisa.

Apenas llegaron al hospital el pelirrojo salió del auto yendo hasta los asientos traseros dónde
estaba su chica retorciéndose de dolor.
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— Vas a estar bien — Dijo cuándo la tuvo entre sus brazos y camino dentro del hospital.

Al instante cuando los vieron una enfermera fue con una camilla para poder recostar a la alfa
y llevarla a una habitación, las manos de ella temblaban y un par de lágrimas bajaban por
sus mejillas.

— En un momento preparamos el quirófano y llamaremos al doctor — Dijo la enfermera.

— Hoseok... T-tengo miedo... — Confesó.

— Yo lo sé — Tomo sus manos y las beso — Pero eres fuerte y vas a estar bien.

— Sabes que las cosas no pueden salir bien... Los dos somos alfas... — Y era verdad, el
embarazo entre dos alfas siempre era el más riesgoso.

— Yo sé que ambos van a estar bien...

— Pero...

Hoseok no quería escuchar más, también estaba asustado, pero sentía que tenía que
transmitirle seguridad de alguna forma y lo hizo, beso sus labios con dulzura, con delicadeza,
de una forma en la que nadie más podría hacerlo, solo él, porque la quería a ella, a la Lisa
que realmente era.

— No importa lo que pase, después de que nuestro hijo nazca, sin importar nada voy a estar
contigo, porque te quiero y me gustas... — Junto sus frentes — Porque aún después de todo,
yo sé quiten eres en verdad Lisa, eres alguien buena, una niña que solo necesita que la
entiendan y le den cariño, esa es la Lisa que me cautivo la primera vez...

— Hoseok... T-tengo que decirte algo... Yo recibí una llamada... — El sonido de la puerta la
interrumpió, era la enfermera.

— El quirófano está listo, tenemos que llevarnos a la señorita para prepararla ¿Usted es el
padre del bebé? — Hoseok asintió — Muy bien, usted tiene que ir a recepción a dar los datos
de la paciente.
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Informó mientras empujaba la camilla fuera de la habitación, las manos de ambos alfas
estaban entrelazadas, pero al final tuvieron que soltarse, dejando a Hoseok con una gran
angustia y a Lisa con un miedo de lo que fuera a suceder después.

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por Srta_YoonTae

Los minutos parecían horas y las horas una eternidad, Hoseok sentía tanta ansiedad,
necesitaba saber sobre su cachorro y Lisa, pero desde que habían entrado a la sala de parto
no había sabido nada de ellos.

Todos sus amigos estaban con él apoyándolo, sobre todo Taehyung, por alguna extraña
razón sentía la necesidad de estar más cerca del omega, Jungkook por su lado no entendía
porque todos buscaban tanta seguridad con su omega, claro que entendían que el menor
trasmitía seguridad y tranquilidad, pero él era un alfa y sentía celos que otros quisieran estar
tan cerca de su amado.

Aunque tampoco era como si Jungkook pudiera hacer mucho teniendo en cuenta que
Beomgyu estaba dormido entre sus brazos y Baekhyun estaba aferrado a él con su cabeza
recostada sobre su hombro.

— Todo va a estar bien... — Trato de darle ánimos Taehyung acariciando la mano del
pelirrojo.

Hoseok lo miro a los ojos y estos brillaron al igual que lo suyos, pero de un segundo a otro el
rojo en sus ojos se apagó y el dulce aroma a pastel que llevaba meses sintiendo en el menor
desapareció, ahora solo podía sentir el olor a chocolate y nuez.

— Tae... Ya no puedo sentirte...

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Antes de que el nombrado pudiera decir algo una enfermera salió del quirófano, su vista
paseo por toda la sala de espera.

— Necesito al padre del cachorro de Lalisa Manoban — El alfa soltó las manos de Taehyung y
se puso de pie.

— Soy yo ¿Qué ocurrió? — Se veía el pánico en su mirada.

— Tiene que acompañarme ahora — Sin pensarlo el alfa siguió a la omega dentro del
quirófano dejando a todos preocupados.

El pasillo era frío su corazón latía a toda prisa cada que se acercaban más a una puerta y se
escuchaba el vivo llanto de un bebé de fondo, la piel del pelirrojo se erizo y su lobo se
removió inquieto.

— Señor, estamos teniendo complicaciones, la parte humana de la señorita parece haber

entrado en un trance y su lobo es quien se encuentra presente — Esas palabras lo hicieron
preocupar al mayor, mientras comenzaba a ponerse ropa quirúrgica.

— ¿Cómo está ella? ¿Y mi hijo?

— Ambos están bien, el parto fue exitoso hasta que la señorita entro en trance y tuvimos que
sedarla, pues al parecer su lobo rechazo a su cachorro y podría haberlo atacado.

— ¿Y qué puedo hacer yo?

— Necesitamos que el bebé sienta el calor de uno de sus padres al nacer o él puede morir por
sentir el rechazo — Finalmente ambos entraron al quirófano.

El alfa estaba sin palabras, la chica que quería estaba recostada inconsciente en una camilla,
pero al volver a escuchar el llanto de su hijo volteo encontrándolo, el pequeño había sido
atendido, pero aún estaba lleno de sangre, aunque eso no le importo al sostenerlo entre sus
brazos.

El bebé se veía tan pequeño, su rostro estaba rojo de tanto llorar, pero al sentir el aroma de
su padre, ese que, aunque el cachorro aún estaba en el vientre sabía que le pertenecía a su
padre, el llanto cesó al instante, pero ahí fue cuando los ojos del pelirrojo se cristalizaron y
sus lágrimas lo traicionaron.
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— Mi bebé... Mi pequeño HongSeok — Ese fue el nombre que Lisa había escogido. Sonrió
cuando el pequeño ocultó su rostro buscando más su aroma.

El cachorro tenía su mismo aroma brisa de mar y arena, sonrió con tristeza, era verdad lo que
dijo la enfermera, el lobo de lisa lo había rechazado y por eso no tenía sus aromas
combinados.

— Señor, necesitamos que nos acompañe para que el cachorro sea bañado — Este asintió,
mirando que su hijo se había quedado dormido — Descuide esto suele pasar — Trato de
darle apoyo la enfermera.

— Ella tenía tanta ilusión...

— Los lobos de los alfas pueden ser muy orgullosos y suelen rechazar a su cría, pero eso no
quiere decir que su parte humana no lo ame.

Una vez llegaron a ese pequeño baño la chica tomo al pequeño en sus brazos para llevarlo a
esa pequeña tina especial, la mirada de Hoseok estaba perdida, confiaba en lisa, sabía que
era fuerte y cuando viera a su cachorro lo llenaría de amor.

Una hora después el alfa pelirrojo salió y trato de sonreír.

— ¿Que paso? ¿Cómo están? — Quiso saber Taehyung.

— Están bien, no ocurrió nada — Sonrió.

— Que alivió — Dijo Jimin.

— El doctor me dijo que solo necesitan descansar, yo me quedaré a pasar la noche aquí,
ustedes pueden volver a casa.

— Si quieres podemos quedarnos a hacerte compañía — Sugirió Luhan, pero el alfa negó.

— No hace falta, cualquier cosa yo los tendré informados.

— ¿En verdad estarás bien solo? — Taehyung tomó su mano preocupado.

— Si, no te preocupes — Le sonrió cálidamente.

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Al final después de darle unas cuantas palabras al alfa todos salieron del hospital dejando
que la fría brisa de la noche tocase sus rostros.

— Bueno, nosotros ya nos vamos, Joonie ya se quedó dormido así que es mejor irnos antes
de que despierte y quiera estar con Beomie — Dijo Seokjin acariciando la espalda de su hijo
quien dormía en brazos de su padre alfa — Además, Soobin y Jennie tiene que descansar.

— Si, nosotros también nos vamos — Dijo el rubio — ¿Luhan siempre si quieres que cuidemos
a Sungji?

— Si, pero hoy no, es mejor dejar la luna de miel para cuando las cosas estén más tranquilas
— Dijo el omega.

Después de despedirse, cada quien fue a su auto y se fueron dejando únicamente a los
hermanos Jeon con sus parejas y Beomgyu que aún seguía durmiendo en los brazos de
Jungkook.

— Vamos Baekhyun, tú también tienes que dormir, mañana tienes que ir a la universidad —
Baek no respondió, el rubio castaño frunció el ceño, desde hace unos días estaba así.

— Creo que sería bueno que Baek se quede con nosotros — Hablo el azabache al ver a su
hermano.

— ¿Y porque tendría que ir a dormir con ustedes si tiene una casa donde ir? — Se cruzó de
brazos.

— Jungkook... Está bien, ya me tengo que ir — Su voz se oía apagada, no tenía ese brillo y
alegría que tanto la caracterizaba.

El mayor apretó sus labios, no iba a discutir si era Baek quién se lo pedía con la mirada, así
que no insistió ni dijo nada más, solo se limitó a verlo irse.

— Tú y yo hablaremos seriamente de esto en casa — Le dijo Taehyung dirigiéndose al auto

también. Suspiró.

***
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Al llegar a su casa apenas el auto se estacionó el primero en salir fue el omega azabache
dirigiéndose a la puerta para abrirla.

— Baek — Lo llamo su alfa, pero este no hizo caso y entro a la casa — Baek te estoy hablando
— Insistió, pero no obtuvo ningún tipo de respuesta.

Chanyeol no comprendía el repentino comportamiento de su omega y el hecho de que esté

lo ignorara le estaba molestando, cuando vio que este tenía pensado ir a la habitación, lo
tomo del brazo con algo de fuerza para impedírselo.

— Suéltame, estoy cansado quiero dormir — Pidió el menor, pero jamás lo miró.

— ¿Qué te pasa? — El rubio castaño no lo iba a dejar ir sin una explicación.

— Nada, solo estoy cansado — Tiro de su brazo para soltarse, pero fue inútil.

— ¿Y por eso me estás ignorando?

— No lo hago...

— Si lo haces — El menor seguía dándole la espalda por lo cual el mayor tiro de él para
tomarlo por los hombros y tenerlo de frente — Mírame cuando te hablo — Le pidió con dolor.

— Quiero ir a dormir... — Sus ojos se cristalizaron y su voz luchaba por no quebrarse.

— No, no te voy a dejar ir de esta forma — Pero su respuesta fue un silencio — Maldita sea
Baekhyun, te estás comportando de una forma muy inmadura — Y esa fue la gota que
derramó el vaso.

— ¡Ya lo sé! ¡Ya sé que soy una persona inmadura! — Se soltó de su agarre empujándolo —
¡Todo mundo me lo dice! — Sus lágrimas bajaron — Pero eso no es lo que me duele, si no que
tú lo creas también — Colocó su dedo índice en el pecho del más alto.

— ¿Quien dice que creo eso? Solo dije que la rabieta que estás haciendo ahora lo era — No
quiso alzar la voz, aunque Baek fuera el que estuviera gritando.

— ¡Le dijiste a todos que no estoy listo para cuidar un hijo nuestro!

— ¿Que tiene que ver eso ahora?

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— Que al final todos creen que sigo siendo un niño por mi forma de ser, pero no lo soy, puedo
ser maduro y responsable ¡Puedo cuidar un hijo! — Sus lágrimas rodaban por sus mejillas.

— ¿Cuál es tu insistencia por tener un hijo ahora? Se supone que ya lo hablamos Baekhyun,
dijimos que no es el momento para tener un hijo, estás estudiando, ¿¡Cuál es tu afán de
querer hacer que todo se haga a tu manera!? — El alfa se había alterado y se estaba dejando
llevar por la ira.

— ¿¡A mi manera!? ¿En qué momento ha sido a mi manera? ¡Siempre hago lo que dices!

— ¡Entonces deja de insistir, no vamos a tener uno ahora! — Dijo firmé, pero sus palabras
atravesaron al menor.

No pudo decir más, no se creyó capaz, su lobo bajo las orejas con tristeza por las palabras
recibidas por su alfa, la mirada que le dio el azabache ya no tenía emoción alguna, sus
brillantes ojos se apagaron frente a Chanyeol, pero antes de que pudiera decir algo más Baek
se fue a la habitación encerrándose.

— Baekhyun... — Junto su frente contra la puerta, podía escuchar los sollozos al otro lado —
No quise gritarte, pero no entiendo que te pasa, tal vez necesites esta noche para pensarlo o
resolverlo, no lo sé...

— Lo siento, pero esto no se puede arreglar con una noche, yo cometí un error y tú acabas de
déjame claro lo que piensas al respecto — Su voz se escuchaba apagada y rota, pero el
mayor supo que el azabache estaba pegado al otro lado de la puerta.

— ¿Qué quieres decir con eso? — Otro silencio se instaló antes de que otro sollozo se hiciera
presente.

— La última vez que hicimos el amor... Estaba muy cansado y... Simplemente olvide tomar
los supresores... — Sus palabras le cayeron como un balde de agua fría al rubio castaño.

Y todo lo que le había dicho recayó sobre él, el peso de sus palabras, ahora era consciente de
cómo estaban hiriendo a su omega sin darse cuenta, trato de abrir la puerta, pero la perilla
no giraba; tenía seguro.

— ¿Estás en estado? — No hubo respuesta — Baek respóndeme.

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— No lo sé... Aún no lo sé... — Susurro al otro lado, pero fue lo suficientemente alto para que
el alfa lo escuchará.

— Baekhyun, abre la puerta — Pidió mientras insistía tratando de girar la perilla — Baek.

— Yo... No puedo... Lo siento, no puedo verte.... — Los sollozos escapaban de su boca.

— Baek, tenemos que hablar, Baekhyun...

Pero no importa cuánto insistió el mayor, la puerta no fue abierta y solo podía escuchar los
sollozos de su omega al otro lado, ninguno pudo dormir esa noche.

Una vez el pequeño Beomie estuvo bien arropado en su cama ambos adultos fueron a su
propia habitación comenzando su rutina de noche para poder ir a la cama.

— Jungkook ¿Vas a decirme que fue ese comportamiento? — Lo miró cruzado de brazos.

— Si.... Pero, esto es algo que no le puedes decir a nadie. Yo le prometí a Baek no decírselo a
nadie — El omega asintió con la cabeza.

— Sabes que no diré nada.

— Puede que Baek esté en cinta — La expresión del menor no cambio.

— Era eso...

— ¿Que? No te sorprende — Frunció su ceño.

— Si, solo que... — Apretó sus labios — Era muy obvio que esto pasaría, Baek es un omega
puro, eso lo vuelve una persona mucho más fértil — Desdobló las sábanas para entrar bajo
ellas, su alfa copio la acción.

— Pero Baek sigue siendo un niño, solo tiene diecinueve años y fue marcado a los dieciocho,
está apresurando las cosas y no está disfrutando su vida.

— Te equivocas, Baek ya no es un niño y puede que tenga diecinueve años, pero ya es un

omega maduro, que haya sido marcado a los dieciocho años tal vez no fue lo mejor, pero
tampoco está mal, y tú realmente no puedes asegurar que no está disfrutando su vida,
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porque él realmente se ve feliz, el resto de personas es quien lo reprime, todos creen saber lo
que es mejor para él y no lo dejan que decida por su cuenta.

Jungkook no dijo nada, simplemente escucho las palabras de su omega.

— Baekhyun ya no es un cachorro y su personalidad aniñada no es símbolo de inmadurez.

Tal vez Taehyung tenía razón y el verdadero motivo era de que todos tenían miedo que
creciera tan rápido, el omega puro era muy capaz y sabían que su instinto lo ayudaría, pero
tanto sus padres, hermano y pareja querían convencerlo de que era un niño por miedo a que
crezca al punto de ya no necesitar a nadie, aunque ahí estaba su error, pues Baek siempre los
iba a necesitar en su vida.

La mañana era fresca y el sol ni siquiera había hecho acto de presencia todavía, pero el alfa
seguía dentro de su auto con su frente recargada sobre sus manos que sujetaban el volante.

El hombre no sabia cuanto tiempo llevaba ahí, aunque su auto ya se había impregnado con
aroma a lirios debido al ramo que se encontraba junto a él.

Desde que había vuelto a Seúl, Vante no había tenido el valor de visitar la tumba donde
estaba sepultada su ahora, difunta esposa, Taehyung le había dicho donde se encontraba y
desde el primer día que fue no pudo bajar del coche, solo podía romperse en llanto.

En todo ese tiempo que había regresado los recuerdos aun lo golpeaban y más al darse
cuenta que aquel prado donde se juró amor eterno con Bora, era el mismo donde fue
sepultada, pero solo él lo sabía, ya que ese era su lugar especial, el de ellos.

Por esa razón no tenía el valor de bajar del auto, pero ese día estaba decidido a dar el
siguiente paso, necesitaba ver su tumba por el mismo, necesitaba hablar con ella,
disculparse y decirle cuanto la ama.

Y finalmente lo hizo, abrió la puerta dejando que el roció mañanero lo tocara y mientras más
caminaba los recuerdos lo inundaban...

***
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Risas y juegos entre aquellos adolescentes llenaban el lugar, aunque eran los únicos ahí, la
castaña corría tratando de esconderse entre los árboles.

Su respiración era apnea, tal vez fue eso lo que la delato o quizás fue su aroma a chocolate,
nuez y pastel.

— Te encontré — Unos fuertes brazos la rodearon haciéndola gritar y su movimiento repentino

los hizo caer a ambos entre las hierbas.

— No es justo Kim — Se quejó la "beta" haciendo un mohín — ¿Cómo sabes dónde estoy
siempre?

— Solo dejo que mi corazón me guie — Ambos sonrieron.

***

Siguió su camino obligándose a no llorar, era tan doloroso recorrer solo ese camino, cuando
siempre lo hizo con Bora a su lado.

***

Un aullido resonó en aquel prado, un lobo blanco de ojos verdes corría mientras que un lobo
gris oscuro casi negro la traba de alcanzar.

De pronto el alfa la perdió de vista y se detuvo tratando de concentrarse para sentir su aroma,
pero antes de lograrlo, la loba blanca brinco sobre él y ambos rodaron, pero Bora fue más ágil
sometiendo al joven azabache bajo ella.

Sus ojos brillaron en un verde esmeralda y un rojo como la sangre...

***

Y finalmente llego, el sentimiento era más cruel y doloroso ahora que se encontraba frente a
la tumba de su primer amor, viendo su nombre grabado en aquella lapida <<Kim Bora>> Sin
poder evitarlo sus piernas perdieron el equilibrio haciéndolo caer de rodillas frente a ella al
igual que sus lágrimas.

Veintidós años después volvía a estar frente a ella, pero no de la forma que hubiera querido,
su corazón dolió y su lobo aulló con pena.
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— Bora... Perdóname... — Sus palabras sonaban como un susurro — Nunca debí irme... debí
quedarme o al menos volver antes y saber la verdad...

Lloro, lloro tanto aquel hombre como lo hizo la noche que su amada había decidido dejarlo,
se sentía herido, por eso se fue lo más pronto posible, creyó que ella había querido formar
una familia con alguien más y por eso no volvió, pero cuando su madre le conto la verdad se
sentía tan arrepentido, pero ya era tarde.

— Debiste decirme la verdad... yo tenía que estar contigo y nuestro hijo, siempre te dije que
te prefería a ti mil veces sin importar lo que dijera mi familia, pero eres terca... — Sonrió con
dolor.

Bora era la persona más pura que había conocido y aunque ya no estuviera con él, Taehyung
se la recordaba todo el tiempo.

— Sabes... Al final pude conocer a nuestro hijo — Se sentó frente a la tumba abrazando sus
rodillas — Él realmente es un gran chico, es fuerte y tiene espíritu, es como tú, aunque
físicamente se parezca a mí, tiene tu carácter... — Un par de lágrimas lo traicionaban
mientras seguía hablando.

Su vista se desvío notando la lápida a unos centímetros de distancia con el nombre <<Han
Eunha>>

— Al final ustedes siempre permanecerán juntas, cada vez que veo a Tae y Jungkook, es
como verlas a ustedes, fueron grandes madres y al final nuestros hijos son felices — Limpio
sus lágrimas — Jungkook fue adoptado y tiene una gran familia que lo quiere mucho, pero
aun así yo me encargaré de cuidar de ambos en memoria de ustedes — Prometió.

Y era verdad, Vante cuidaría de ambos hasta que llegue el día en el que tenga que de
despedirse de ese mundo.

— Saben también una cosa, ya somos abuelos y nuestro nieto es la cosita mal linda — Sonrió
recordando la sonrisa del pequeño rubio — Se llama Beomgyu...

Y su voz se quebró ocultando su rostro entre sus rodillas como si de un niño se tratara, su
corazón dolía, jamás se imaginó a él mismo frente a las lapidas de dos personas que fueron
tan importantes en sus vidas.
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El alfa no sabía cuánto tiempo paso o en qué momento todo se volvió negro...

Las siluetas de dos mujeres estaban paradas frente a él, una castaña y una azabache, ambas
lo miraban con dolor al ver el sufrimiento en su mirada.

Las dos se miraron entre ellas, habían escuchado cada una de sus palabras.

— Te dije que tuviste que haberle dicho la verdad — Hablo la azabache.

— De haberlo hecho sabes que las cosas hubieran sido distintas... — Dijo con nostalgia la
castaña.

— Kim te ama — Está asintió, sonrió con tristeza.

— Yo también lo amo y no quiero verlo así.

La castaña alzó un poco su vestido blanco dejando a la vista sus pies descalzos y comenzó
acercarse al hombre que la hizo la mujer más feliz.

— ¿Qué haces? — Quiso saber su hermana.

— Quiero que sepa cuánto lo amo...

Cuando estuvo frente a él se agachó a su altura y le susurró al oído.

— Gracias por todo, mi amor... Y perdón por haberte lastimado... Por favor, ya no sufras más, se
feliz con nuestro hijo... Se feliz por nosotros... Busca tu felicidad... — Beso su mejilla con
suavidad — Adiós...

Los ojos de Vante se abrieron, el sol se estaba ocultando, se había quedado dormido, no
estaba seguro cuántas horas habían pasado.

Su corazón latía e inconscientemente rozó su mejilla con la yema de sus dedos, tenía una
sensación extraña en su pecho, pero cuando se dio cuenta, su lobo había dejado de sentir a
Bora, su conexión había desaparecido, el lunaenovae tenía un nuevo destinado...
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por Srta_YoonTae

Cansado no era la palabra, más bien se sentía apagado, sus ojos tenían notorias bolsas
oscuras bajo ellos, suspiraba cada segundo, no había podido pegar ojo en esos días.

Lisa descansaba en la camilla a su lado, se encontraba anestesiada con un suero mientras

Hoseok cuidaba de su pequeño hijo que se aferraba a él, el cachorro había tomado a su
padre como símbolo de protección.

- Buenos días Señor Jung - Entró la misma enferma de siempre con una sonrisa - Ya es hora
de que el pequeño HongSeok coma - La chica extendió los brazos, pero cuando lo iba a
sostener al castañito rojizo, este hizo una mueca avisando que rompería en llanto.

- Parece que sigue sin querer alejarse de mi - Hasta cierto punto eso hacía a su lobo feliz de
que su hijo lo viera como su protector.

- Entonces tendrá que acompañarme - El pelirrojo asintió, pero su mirada se desvió hacia su
alfa que dormía sobre esa camilla - Sobre la señorita el doctor vendrá a revisarla ya que su
psicóloga ya llegó.

- Está bien, gracias - Trato de regalarle una sonrisa, pero realmente se sentía agotado.

Después de darle una última mirada a la azabache salió con su hijo en brazos para que
pudieran alimentarlo.

Tal vez paso como una hora y media desde que Hoseok había dejado la habitación y es que
después de que el pequeño glotón terminara de comer, trataron de regresar a la habitación
ya que se le había retirado el sedante a Lisa y por fin había despertado, pero Seulgi estaba
adentro con ella hablando, realmente el alfa esperaba que estuviera bien.

La espera se le estaba haciendo eterna, hasta que el sonido de la puerta llamo su atención
notando como la mujer salía.

- ¿Cómo está? - El pelirrojo no pudo descifrar su mirada. Ella Suspiro.

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- Está siendo fuerte, pero está bien - Miro al bebé en brazos de su padre - Hubo un momento
en el que su lobo tomo el control de ella...

- Lo sé...

- Bueno, parece que Lisa hasta cierto punto lo pudo controlar, pero está asustada - Explico -
Va a necesitar paciencia, trata de no presionarla, está un poco afectada, porque su parte
lobuna rechazo a su cachorro.

Hoseok escucho atento cada una de las explicaciones de la psicóloga y cuando ella se fue
entró nuevamente a la habitación.

La alfa se encontraba sentada en la camilla y abrazaba sus piernas, poco a poco se fue
acercando a ella, al parecer no se había percatado de su presencia.

- Lisa... - La llamo suavemente cuando estuvo a su lado y eso la hizo sobresaltarse.

Lo miro con los ojos muy abiertos y su mirada pasaba del rostro de Hoseok al del cachorro
que descansaba entre sus brazos, ella negó mientras sus ojos se cristalizaban.

- No lo acerques a mi... Por favor - Cubrió su boca aguantando su sollozo - Aún no sé si logré
controlar otra vez a mi lobo... Y no quiero hacerle daño... - Lloro nuevamente.

Pero el mayor no se apartó de ella al contrario la tomo de la mano y se acercó más a Lisa con
una sonrisa.

- Confío en ti...

- No deberías... No cuando tengo un lobo que quiere dañar a los que quiero para torturarme
y doblegarme...

- No eres mala - Le recordó.

- Pero mi lobo rechazo a mi hijo...

- Pero tú lo amas ¿No es así? - Se sentó en la camilla frente a ella aún sin soltarla.

- Claro que sí... - Miro por primera ver a su hijo, el cachorrito tenía su cabello castañito con
una leve tonalidad rojiza como su padre.
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- Entonces él también te amara de la misma forma - Le aseguró.

Aún con miedo acaricio la mejilla de su bebé con su dedo índice, pero cuando el pequeño
HongSeok olfateo el aroma de su madre comenzó a llorar asustando a la chica, la cual se
apartó del menor.

- Tranquila, es normal que él reaccione así ya que tu aroma lo reconoce como símbolo de
rechazo - La azabache bajo la cabeza triste - Pero con el tiempo él entenderá que eres su
madre y lo amas, ambos necesitan tiempo y yo estaré con ustedes.

- ¿Lo prometes?... ¿Siempre estarás conmigo? - Su mirada transmitía miedo, le asustaba el

hecho de ser abandonada.

- Lo prometo - Le volvió a sonreír transmitiéndole algo de tranquilidad.

Las sonrisas de Hoseok eran el mejor remedio para ella, sentía que con solo mirarla todos los
problemas se iban, que todo iría bien si ese chico pelirrojo le sonreía.

Taehyung abrió los ojos sintiendo un ligero peso sobre él y algo que picaba su nariz notando
una rubia melena, al parecer Beomie había ido a la habitación y se había acostado con ellos
mientras dormían.

Pero eso no era todo, porque puede que su hijo estuviera durmiendo sobre él, pero su alfa no
se quedaba atrás, acurrucado contra su cuerpo ocultando su rostro contra su cuello, lo había
dejado completamente inmovilizado.

- Jungkook... - Lo llamo casi en un suspiro - Amor despierta - Trato de moverlo.

El mayor simplemente respondió con una queja apegándose más al castaño enterrando su
rostro en su cuello dejándose embriagar del dulce aroma de su amado. Taehyung suspiro y
trato de ir por su otra opción.

- Beomie... Cariño - Acaricio su espaldita - Abre los ojitos es de día - Le dio un par de
palmaditas en su trasero.
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Pero su única respuesta fue una pequeña protesta imitando la acción de su padre alfa de
aferrarse más al omega.

- De tal conejo papá, tal osito bebé - Suspiro otra vez rendido.

Al final no le quedó de otra más que esperar a que ambos dormilones mimados despertarán
para que él pudiera levantarse, por lo que decidió acompañarlos cerrando nuevamente sus
ojos.

Alrededor de dos horas se estaba volviendo a despertar, pero ahora los causantes eran los
besos de sus dos amores.

- Papito ya salió el sol - El pequeño rubio dio saltitos sobre el castaño para alentarlo a
despertar.

- Ya lo noté - Se quejó un poquito por los saltos del menor sobre él y la opresión en su parte
baja - Si sigues haciendo eso harás que me orine - Beomie detuvo sus movimientos al
instante quedándose quieto, su carita de susto hizo reír al mayor.

- Solo bromeo - Le dio un pequeño besito en la nariz a su cachorro.

- ¿Y para mí no hay beso? - Dijo Jungkook fingiendo indignación.

- Claro que sí mi otro bebé - Tomo su rostro y también beso la punta de su nariz como lo
había hecho con su hijo.

- No, yo no soy un bebé, ya tengo cinco años - Puchereo el futuro omeguita.

- Cariño, puedes tener hasta cincuenta años, pero si tu papi dice que eres su bebé, eso eres -
Dijo el alfa gustoso por los cariños de su amado.

- Además, yo solo le doy cariño a mis bebés - Dijo dando besitos por todo el rostro de su alfa.

El pequeño rubio mordió su labio y jugó con sus deditos debatiéndose así mismo, él quería
ser un niño grande, pero también quería recibir besitos de su papá omega.

- ¿Puedo ser niño grande y el bebé de papi?... - Pregunto algo dudoso.

Taehyung lo miro y fingió estarlo pensando, su hijo lo miraba ansioso por saber la respuesta.
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- Muy bien, serás solo mi bebé - Dijo dándole un leve apretón a su mejilla haciéndolo reír.

- ¿Entonces si hay besitos para Beomie?

El castaño no respondió y solo lo envolvió en sus brazos repartiendo muchos besitos en toda
su carita, pero también haciendo lo mismo con su querido alfa ya que si no lo hacía se ponía
celoso.

Después de una gran sesión de besos y mimos entre la pequeña familia, los tres se dieron
una ducha que estuvo llena de risas y unas cuantas travesuras de Beomgyu.

Cuando salieron y después de hacer un piedra, papel o tijera entre los dos adultos y que el
azabache haya perdido, fue a la habitación de su hijo para buscar su ropa limpia.

- Papá tengo hambre - Dijo el cachorro colocándose entre las piernas del alfa abrazándolo.

- ¿Qué te parece desayunar unas ricas galletas de chocolate, con una gran malteada de
fresa? - Sugirió el omega quien se encontraba atando el cabello de su amado.

Jungkook lo dejaba de vez en cuando peinarlo, porque sabía que a su omega le gustaba
hacer esas cosas.

- O unas donas con relleno de crema ¿No te gustaría Beomie? - Continuo el castaño.

- Siii, y con unos waffles también - Sus ojitos brillaron - Con helado de postre y fruta picada.

- Claro, con helado y fruta picada de postre - Lo apoyó el omega, por lo cual Jungkook
frunció el ceño.

- ¿No creen que eso es mucha azúcar en la mañana?

- Pero... Papá - Su pequeño hizo un puchero.

- O vamos Jungkookie, solo será esta vez - Desprendió su dulce aroma tratando de
convencerlo mientras Beomie colocó esos ojitos los cuales ninguno de los mayores podía
resistir.

- Bien... Pero mi helado tiene que ser de chocolate con trocitos de nuez y almendra o no
quiero nada - Dijo cruzado de brazos.
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- Trato hecho - Discretamente Taehyung choco su puño con el de su hijo.

- ¿Y podemos comer en la sala? - Otra vez estaban esos ojitos de cachorro.

- Bien, pero solo esta vez - Dijo rendido el magnate, no podía creer que su amado y su hijo,
ambos omegas, tuvieran tanto poder sobre él con una sola mirada.

- Listo - Dijo Taehyung terminó el peinado del mayor, era una media coleta y en ella había
unas cuantas trencitas. Sonrió orgulloso de su trabajo.

Después de una hora y media los tres ya se encontraban sentados en el sillón de la sala con
toda la comida que habían mencionado cada uno y es que al ver la cantidad no estaban
seguros de poder terminarlo todo.

- Quiero ver una película - Pidió el rubiecito dándole un mordisco a su waffle.

El alfa no lo hizo esperar y tomo el control entregándoselo a su hijo para que pusiera la
película que él quisiera.

Su vista se desvío a su omega quien se encontraba remojando su galleta en su malteada de

fresa antes de llevarla a su boca soltando un sonido de satisfacción.

- ¿Que? - Pregunto el omega cuando sus miradas se encontraron. Su amado estaba

sonriendo.

- Nada, solo veo que sí que tenías hambre - Ríe - Te dije ayer que cenaras antes de ir a dormir
pero no quisiste - Negó dándole un sorbo a su malteada de plátano.

- Es que no tenía hambre en ese momento - Le dio otra mordida a su galleta - Oye, hoy viene
Baek ¿Verdad?

- Si, Choi dijo que lo llevara hoy, así vendrá después de la escuela - Taehyung asintió
tomando de su malteada.

- ¿Chanyeol lo traerá?

- No lo sé, la verdad. No me dijo nada cuando hablamos por teléfono.

- Esa, quiero ver esa película - Dijo feliz el pequeño rubiecito dándole play a la película.
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Así que sus padres dieron por terminada su conversación para prestar atención a la película
que había elegido su hijo, aunque realmente no habían visto cuál era.

Dos días había faltado a la universidad y es que estaba claro que con una beca no se podía
dar el lujo de estar faltando, solo por esa razón Baek se encontraba con una cara de muerto
mientras guardaba sus cosas en su casillero.

No había hablado con Chanyeol para nada y de hecho se había mudado a la habitación de
visitas, su alfa todas las noches trataba de pedirle que hablarán, pero simplemente el lobo
del menor era tan orgulloso como un alfa y le habían herido sus palabras así que no le
hablaba.

Ambos estaban sufriendo, pero el omega no quería ceder, aunque muy en el fondo quisiera
los mimos y dormir entre los brazos de su alfa.

Por su lado el mayor no quiso presionar al azabache, por eso no lo obligó a ir a la universidad
esos días y se limitaba con dejarle comida frente a la puerta antes de irse al trabajo, al menos
le alegraba que al llegar el plato se encontrará vacío.

- Hola chico lindo - Al cerrar su casillero se encontró con la sonrisa del alfa con aroma a
moras y bambú.

Pero no estaba de humor, no quería lidiar con él, así que simplemente lo ignoró, pero el alfa
había notado que algo no andaba bien en el menor, por eso lo siguió y lo tomo por los
hombros para detenerlo.

- Hey, ¿Qué ocurre? - Estaba realmente preocupado - Primero faltas dos días y ahora vuelves
con esa cara, no me digas que tú alfa te hizo algo - Su ceño se frunció.

- Solo déjame - Se soltó y quiso pasarlo de largo, pero este no lo dejo - ¿Que no me
escuchaste? ¡Déjame tranquilo! - Las miradas del resto de estudiantes los miraron unos
segundos antes de seguir con lo que estaban.

- Es obvio que no estás bien y no te voy a dejar en este estado así que puedes gritarme o
hasta golpearme si con eso te vas a sentir mejor.
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- Tengo clases - Fue lo único que dijo, pero Aarón lo volvió a tomar del brazo.

- No creo que lo mejor sea ir a clases en tu estado, tengo una mejor idea - Trato de llevarlo
con él, pero el más bajo tiro su brazo tratando de soltarse.

- Necesito ir a clase, no puedo faltar tengo tareas pendientes - Pero el alfa no lo estaba
escuchando seguía tirando de él llevándolo hasta el jardín de la universidad.

- No hace falta, solo tienes que justificar tus faltas, yo me encargue de entregar tus trabajos -
El joven Jeon se detuvo.

- ¿Que?... ¿Por qué lo hiciste?...

El alfa pelirrojo lo soltó una vez llegaron a la parte más alejada del jardín y suspiro sobando
su nuca.

- Porque me sentía mal por el malentendido con tu alfa, desde ese día que entregamos el
trabajo me has estado ignorando y yo solo... Quería disculparme... - Confesó.

- No tenías que hacer eso... - Se sentó en el césped con la mirada baja - Pero gracias...

- Baekhyun... Sé que siempre estoy haciendo el tonto coqueteando contigo y es que es

divertido ver las caras que haces cada que te molesto, pero quiero que sepas que también
puedo ser tu amigo y te puedo escuchar... - El menor no lo miro, pero sus ojos se cristalizaron
- ¿Te peleaste con tu alfa, por lo de ese día? Si es eso puedo ir y aclararle las cosas, hasta
puedo dejar que me golpeé si así... - Un sollozo lo interrumpió.

El azabache coloco sus manos sobre su rostro y se dejó derrumbar frente al alfa, se sentía
lastimado y su lobo estaba triste, solo quería estar con Chanyeol, disculparse por no haber
sido más cuidadoso, por arruinar las cosas entre ellos.

El sonido de la campana fue lo de menos, ninguno se inmutó cuando está resonó

anunciando que las clases habían comenzado, con algo de duda Aarón pasó su brazo sobre
los hombros del omega para darle consuelo.

Baekhyun lloro todo lo que tenía que llorar y el pelirrojo no dijo nada solo se quedó a su lado
esperando a que él se sintiera mejor después de eso.
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- ¿Por qué... Eres así conmigo? - Trato de limpiar sus lágrimas.

- Me gusta el aura que desprendes, eres como un espíritu libre y eso me gusta - Confesó - Sé
que no tengo ninguna oportunidad contigo, pero aun así quiero estar a tu lado, me basta con
ver tu sonrisa y saber que eres feliz - Le sonrió.

El omega estaba sorprendido con sus palabras y sintió una calidez en su pecho, jamás había
tenido un amigo, en su antigua escuela sus compañeros se alejaban de él, creía que era un
fenómeno por tener esos ojos de ese naranja tan inusual, por eso había dejado la escuela
tiempo atrás.

- No me conoces y puede que cuando lo hagas no quieras volver hablarme - Abrazo sus
piernas con fuerza.

- ¿Te refieres porque eres un omega puro? - Baek lo miro sorprendido.

- ¿Cómo tú...? Tú no deberías saber eso...

- Perdón... Eh... Vamos a retroceder unos segundos - Hizo un sonido de un cassette en

reversa - Tienes razón no te conozco, pero puedes decirme tu secreto - El omega lo seguía
mirando incrédulo.

- ¿Cómo supiste mi verdadero rango?

- Bueno, no eres como los demás omegas, el día que te conocí tenías un aroma muy dulce
llegué a creer que estabas en celo, por eso te estaba coqueteando - Confesó sonrojándose.

- Eres un pervertido - Golpeó su hombro.

- Auch, solo quería ayudarte en ese momento - Sobo su brazo - Pero me di cuenta que era tu
aroma normal, después me di cuenta que no eres tan sumiso como otros y no tienes miedo a
golpearme, aunque sea un alfa - Explico - Y lo último fue cuando estábamos en tu casa y llegó
tu alfa, tus ojos brillaron naranja, eso sí me sorprendió, así que investigue sobre el tema y así
fue como descubrí que eres un omega puro.

- ¿Y por qué aun sabiendo la verdad sigues detrás de mí?

- Porque eres un chico lindo - Ahí estaba otra vez con sus coqueteos.
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- Sabes que podría someterte si quisiera.

- No me va mucho el rollo de sumiso, pero por ti sería pasivo sin problema - Alzó sus cejas
mientras sonreía de lado.

- Eres un idiota - Lo empujó riendo a carcajadas.

Aarón lo miro, contemplado su bella sonrisa y el encantador sonido de su risa, así le gustaba
verlo.

- No tengo problema con vestirme de payaso para hacerte sonreír - Lo miro el menor con una
sonrisa.

- Gracias, nunca tuve un amigo así - Claro que tenía a Taehyung y al resto, pero ninguno era
directamente su amigo, siempre los conocía por mediante a alguien más, con Aarón era
distinto, él fue quien lo busco.

- Oh... - Colocó la mano en su pecho - Ese fue mi corazón al escuchar como lo friendzoneaste
- Dramatizo.

- Oye el rey del drama es mi título - Le advirtió.

- Muy bien, muy bien, tu ganas - Ambos rieron.

Todo el malestar en el joven Jeon aún seguía ahí, pero ya se sentía más tranquilo, las
tonterías de Aarón le habían ayudado.

- Sabes... Estaba triste porque mi alfa y yo no estamos del todo bien...

- Oh... Seguro ya no se le para, te dije que eso de salir con mayores... Auch... - Era extraño
para Baek estar con alguien que respondiera como lo hacía él con su hermano.

- Estoy tratando de contarte mi malestar y me sales con eso - Lo empujo - Y para tu

información se le para muy bien a mi alfa.

- Oye ese día que lo vi, no está nada mal ¿Seguro que no le va el poli amor? Porque...

- ¡Aarón! - El nombrado río fuerte contagiando al menor.

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- Ya okey, los dos son celosos y no comparten ya entendí ¿Entonces cuál es el problema? - La
sonrisa de Baek fue desapareciendo.

- Yo cometí un error y arruiné todo entre nosotros - Sus ojos se cristalizaron.

- ¿Heriste su orgullo? - Negó - ¿Lo engañaste? - Volvió a negar - ¿Lo hiciste pasivo?

- Aarón estoy hablando enserio.

- Yo también, si no hiciste ninguna de esas tres cosas no entiendo cual fue tu gran error.

- Yo... Creo que estoy en cinta, hoy iré a casa de mi hermano porque él me llevará a hacerme
análisis... - Finalmente lo dijo y se sintió más tranquilo.

El pelirrojo lo miro como si estuviera esperando a que continuará y le dijera cuál es el grave
error.

- ¿Y?...

- ¿Cómo qué y? Chanyeol no quiere que tengamos hijos por el momento y se me olvidó
tomar los supresores.

- Aja sí, pero eso le puede pasar a cualquiera - Se encogió de hombros.

- No, es que no entiendes.

- No Baek, si entiendo, solo que no comprendo cuál es el problema de que estés en cinta,
bueno lo único que veo "mal" es que aún eres joven, pero por el resto no le veo problema, ya
eres un omega emparejado y te considero alguien maduro.

- Pero Chanyeol dijo que no quería un hijo...

- Mira, si él dice quererte tanto, te tiene que aceptar con todo y tu bendición, si no es así, lo
siento, pero él no te merece - Hablo serio - Pero descuida no estás solo yo puedo ser su padre
sustituto - Sonrió alzando sus cejas y volviendo las a bajar.

- Deja de bromear - Trato de disimular sus ganas de reír por las tonterías que hacía y decía el
alfa.
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- Bueno, desde que se lo dijiste ¿Cómo se lo ha tomado? ¿Qué te dijo? - El azabache bajo la
cabeza y comenzó arrancar unas cuantas hojitas del pasto.

- No hemos hablado... Puede que lo haya estado evitando e ignorando por miedo a lo que me
pueda decir...

- Baek perdón que yo te lo diga, pero el que está haciendo las cosas mal aquí eres tú, okey tu
alfa no quería hijos, pero puede que tú estés en cinta, creo que lo justo sería que ambos
hablen claramente y lleguen a un acuerdo.

El joven Jeon sabía que eso era lo correcto, pero le costaba hacerlo, el creía que todo sería
más sencillo apenas supiera si realmente estaba en cinta o si no lo estaba, no había sentido
ningún cambio así que no podía estar seguro.

- Hoy iré hacerme el análisis... Después de que tenga el resultado hablaré con él...

- Eso es lo correcto y descuida no estarás solo, yo pienso acompañarte a casa de tu hermano

para que no vayas sólo.

- Otra vez gracias... No sé cómo pagártelo.

- Si me das un besito aquí la cuenta estaría saldada - Hizo una pequeña trompa con sus
labios y los apunto con su dedo índice.

- Que idiota - Lo aparto colocando su mano en toda su cara fingiendo estar enojado, pero su
sonrisa lo delataba.

- Bueno, tenía que intentarlo - Se encogió de hombros suspirando

El alfa iba caminando perdido en sus pensamientos, le era difícil concentrarse en lo que
estaba haciendo, su lobo y él estaban tristes y necesitaban de su omega, necesitaba de
Baekhyun.

Tenía ansiedad.

La verdad era que Chanyeol se había vuelto muy apegado a su chico, lo veía como su pilar, su
todo y el hecho de estar distanciados lo hacía sentir tan solo.
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- Chanyeol - El choque de su cuerpo lo hizo detenerse dándose cuenta que había chocado
con alguien - ¿Estás bien?

- Si mamá lo estoy - Dijo sin emoción alguna tratando de seguir con su camino, pero la alfa lo
detuvo.

- No me mientas puedo sentir tu aroma ¿Que te paso? Fue ese omega ¿verdad? Te dije que...

- ¡Ya basta mamá! ¡No estoy para escuchar tus sermones! - Sus ojos estaban cristalizados -
No estoy bien...

La mujer estaba sorprendida por la reacción tan explosiva de su hijo, él jamás le había alzado
la voz por ningún motivo y en su rostro se veía la frustración, realmente no la estaba pasando
bien.

- Chanyeol... - Lo tomo entre sus brazos. El nombrado no sabía cómo reaccionar estaba
molesto con la rubia, pero también necesitaba tanto ese abrazo y termino rompiendo en
llanto.

- Lo arruiné... Solo estaba tratando de que él disfrutará la vida... Todo a su debido tiempo...
Pero dije cosas que ahora me arrepiento tanto... - Sollozo como un cachorro.

- ¿De qué hablas hijo? - La alfa no estaba entendiendo.

Chanyeol sabía que lo mejor no era decirle nada a su madre sobre que Baek podía estar en
cinta, seguro lo usaría como otro motivo para echarle en cara que su relación con su omega
no debía ser.

- No es nada... - Se apartó de ella limpiando sus lágrimas - Solo es demasiado estrés... Ya no

sé lo que digo...

- Chanyeol, soy tu madre y sé que no he sido la mejor, pero hace poco tu padre me dijo algo
que me hizo darme cuenta que he sido todo, menos una buena esposa y madre... - Bajo la
cabeza - Sigo sin estar de acuerdo con tu relación tan repentina, pero puedo intentarlo...
Puedo hablar con tu omega y tratar de conocerlo...

- ¿Y por qué justo ahora?

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- Porque estoy viendo tus ojos y estoy segura que esa tristeza tiene que ver con ese chico...
¿Qué paso?

- Lo siento madre, pero... No puedo confiar en ti después de todo lo que has dicho de él y no
sé si tus palabras son sinceras - La rubia lo miro con dolor, pero el joven había sido sincero.

- Yo sé que no me vas a perdonar por cómo me he comportado con solo decir unas cuantas
palabras - Acepto - Y también sé que no me he ganado tu confianza, así que... Ve a la sala de
juntas número tres, tu padre acaba de acabar una reunión... creo que él es el más indicado
para ayudarte ahora...

El rubio castaño la miro unos segundos antes de irse para poder hablar con su padre, seguro
que él podría ayudarlo por su error, porque en parte era su culpa, él debió haber estado
mucho más al pendiente si tanto estaba pensando en el futuro de Baek, y esas palabras que
había dicho nunca debieron salir de esa forma de su boca, estaba tan arrepentido.

Pero tal vez eso era lo que él quería, el último mes su lobo había deseado tanto tener un
cachorro de su omega y aunque Chanyeol se negaba, el deseo del animal solo crecía cada
vez que veía a sus amigos con sus cachorros, cada vez que no escuchaba a su lobo terminaba
arruinándolo todo, pero parecía que aún no había aprendido la lección hasta ahora que al
que había lastimado fue a la persona que más ama.

Entendía perfectamente la postura del menor y el hecho de no querer decirle que

posiblemente podía estar esperando un cachorro, y es que ¿Cómo iba a decírselo? Baek
muchas veces trato de hacerlo cambiar de opinión de querer un hijo y él simplemente era
cortante con el tema, era obvio que eso terminaba afectando más a su omega.

Tenía que arreglar las cosas, disculparse, porque había hecho las cosas mal y puede que la
culpa sea de ambos, pero por su parte Chanyeol quería hacer las cosas bien.

Escuchar todas las tonterías del pelirrojo, mantenía distraído al más joven de los Jeon
mientras iban de camino a casa del hermano del último.

- ¡Oh por Dios! ¿Cuándo morí y llegué a la casa de dios? - El alfa no podía creer que la casa
frente a él era real.

- La de mis padres es más grande - Dijo sin importancia.

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- ¿Entonces porque tú vives en ese minúsculo departamento?

- Porque no necesito una casa tan grande, a Channie y a mí nos gusta dónde vivimos, es más
acogedor para nosotros.

Cuando dijo eso tocó la puerta de la casa de su hermano esperando a que alguien abriera la
puerta.

- Eres todo un caso lindo.

- Te dije que dejes de llamarme así.

- Y yo te dije que no lo haría - Se encogió de hombros.

La gran puerta frente a los universitarios se abrió dejado ver un bello castaño, el cual se veía
radiante aun usando unos cortos shorts y una gran camisa que sin duda pertenecía a su alfa,
tenía una sonrisa radiante.

- Creo que si estoy muerto... - Dijo casi como un susurro Aarón admirando la belleza del
omega frente a él.

- ¿Que? - Pregunta Taehyung y ambos omegas miraron al joven alfa con el ceño fruncido.

- Ni lo sueñes Aarón, es el omega de mi hermano - Le advirtió amenazante el azabache -

Además, hasta ya está marcado.

- ¿Que? ¿En verdad? - Taehyung rio ante el puchero del pelirrojo y asintió mostrando con
orgullo su marca en el cuello.

Justo en ese momento un hombre imponente de un gran porte apareció tras el omega
castaño abrazándolo por la cintura una vez vio al otro chico junto a su hermano.

- Por la madre Luna ¿Que todos aquí son así de hermosos? - Le susurro a Baekhyun - Por ese
alfa sin duda me volvería delta.

- ¿Pero que dices? - El omega menor hizo una mueca de asco y eso hizo reír a Jungkook, pero
al instante volvió a su rostro serio.

- ¿Quién es él? - Su voz hizo estremecer al joven alfa.

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- Aarón, señor... Que guapo...- Se sonrojo al instante al darse cuenta de lo que había dicho.

- No le hagas caso, es solo un amigo de la universidad.

- ¿Soy tu amigo? - Lo miró con ilusión, el menor solo rodo los ojos.

- Ya veo, ¿Y Chanyeol? - Quiso saber el alfa.

Baekhyun bajo la cabeza jugando con sus dedos como si fuera un niño pequeño.

- Trabajando... No quise molestarlo y Aarón se ofreció acompañarme...

- No está bien que estés con otro alfa - Lo riño suavemente - No es nada en contra tuyo Aarón
- Aclaro.

- Pero que bien se escucha mi nombre de su boca... Digo, no se preocupe yo lo entiendo, soy
un alfa y él ya tiene el suyo.

- Si, bueno... Estoy empezando a dudar que seas en realidad un alfa - Taehyung no pudo
evitar reír al sentir la incomodidad de su amado mediante su lazo.

- ¡Papi! - El pequeño rubio llegó corriendo, pero sus ojitos brillaron al ver al hermano de su
papá - ¡Tío Baek! - Brinco a sus brazos.

- No puede ser, hasta el niño heredó los buenos genes - Lloriqueo el disque alfa pecho de
plata, el cachorro lo miro y se asustó un poco por lo cual se ocultó en el cuello de su tío.

- Lo asustas - Recibió un golpe por parte de Baek - Tranquilo Beomie, ese tonto solo es un
amigo mío.

Beomgyu poco a poco fue mostrando su rostro y miro otra vez al pelirrojo.

- Buenas tardes... Soy Jeon Beomgyu... Pero todos me dicen Beomie... - Dijo algo
avergonzado.

- Que lindo, yo soy Aarón, pero en unos diez años puedes llamarme el amor de tu vida - Le
guiño el ojo provocando un sonrojo en el pequeño.

- Hey, hey, mi hijo no está disponible - Intervino Jungkook tomando a su hijo en brazos - Mira
la hora ya es tarde, anda ve a tu casa - Lo corrió.
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- Está bien, ya me voy - Alzó las manos en son de paz - Adiós Baek, nos vemos en clases - El
omega asintió despidiéndose de su amigo agitando la mano.

***

- ¿Seguros que no quieren que vaya con ustedes? - Volvió a preguntar Taehyung desde la
puerta con su hijo en brazos.

- No te preocupes mi amor, mejor quédate aquí con Beomie y vean una película - Beso el
puchero en los labios de su omega - Jackson estará cerca de la casa así que cualquier cosa
llámalo y él vendrá - Acunó su rostro entre sus manos.

- ¿Le puedo decir que compre una pizza? - Puso ojos de cachorro y ahí supo Jungkook de
dónde su hijo lo había aprendido.

- Si, dile que vaya a comprar una pizza.

- Yo quiero pizza también - Dijo Baek.

- Tú no, tú tienes unos análisis que hacerte - Miro a su hermano.

- Pero...

- Andando.

Un último beso fue dejado en la frente de Beomgyu y otro en los suaves labios del castaño
antes de que los hermanos Jeon suban al auto rumbo al consultorio de Choi.

- ¿Que paso con Chanyeol? Puedo ver que no estás bien - Comento el mayor de los hermanos
Jeon.

- Nos gritamos... - Bajo la cabeza - Pero ya estoy cansado de que todos crean que saben todo
sobre mí - Se rompió a llorar - Todos opinan de mí y mi vida sin saber lo que realmente
quiero...

- Baek...
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- No, tú también eres igual, Chanyeol, su madre, nuestros padres y hasta tú, soy tan capaz de
hacer o decidir por mí mismo - El omega estaba cansado.

- Tienes razón - Soltó aire el mayor - Te hemos sobreprotegido... - Jungkook quería ser
sincero - Tanto nuestros padres y yo lo hicimos porque te queremos y eres muy importante
para nosotros y ahora Chanyeol se sumó a nosotros, simplemente no nos queríamos dar
cuenta de cuánto has crecido... - Estiró su mano y tomo la del menor dándole un suave
apretón - Pero sabemos de lo que eres capaz, solo tenemos miedo...

- ¿De qué?... - Quiso saber.

- De que algún día ya no necesites de nosotros... Que crezcas al punto de que te vayas de
nuestro lado - Finalizó estacionando su auto en el estacionamiento del hospital - Desconozco
los motivos por los cuales Chanyeol actúa de ese modo contigo, tendrías que hablarlo con él,
pero por mi parte es porque eres mi hermanito, sin importar si no compartimos sangre. Sé
que yo fui el primero en irme y dejar de lado nuestra familia por mucho tiempo, pero no
quiero que tú hagas lo mismo... - Sus ojos se cristalizaron.

Los ojos de Baekhyun se cristalizaron de igual forma, pero él no perdió el tiempo de echarse
a los brazos de su hermano.

- Perdón Baek - Correspondió el abrazo, estrechando al omega en sus brazos ocultando su

rostro en el cuello contrario.

- Nunca me voy a ir... Ustedes son todo lo que tengo... Son mi familia - Se separó un poco y
soltaron que ambos estaban llorando - Además no te libraras de mi tan fácilmente limón -
Bromeó y ambos rieron dándose otro abrazo.

- Se nos hace tarde - Comento Jungkook limpiando su rostro - Solo no le contemos esto a
nadie, tengo una reputación que cuidar - Bromeó. Y ambos sonrieron cómplices antes de
salir del auto.

El camino a la recepción fue rápido ya que la hora en la que tenían la cita programada había
llegado, por lo cual pasaron directo al consultorio de Choi.

Baekhyun estaba nervioso, por lo cual tomo la mano de su hermano y no la soltó en ningún
momento, ni cuando le sacaron la muestra de sangre estaba ansioso.
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- ¿Y si sale positivo?... - Pregunto con miedo a su hermano ya que se encontraban solos en el

consultorio.

- Baek ¿A qué le tienes miedo? - Volvió a bajar la cabeza - Si no lo quieres tener, yo te apoyo
como tú hermano, pero espero que esa decisión sea por ti y no por Chanyeol - Le advirtió.

- ¡No! Yo lo quiero... Solo me asusta lo que pueda pasar entre Chanyeol y yo...

- Una vez sepamos los resultados te llevaré a tu casa y tú hablaras con él, déjale en claro
cómo te sientes y lo que quieres, si él no lo puede aceptar que se joda, tú no estás solo.

En ese momento la puerta fue abierta nuevamente, era el doctor Choi con un folder en
mano.

- Aquí están, pedí que le dieran prioridad a sus análisis - Comento sentándose tras su
escritorio abriendo el folder y sacando los análisis.

El silencio se instaló en el consultorio y el joven omega apretaba con más fuerza la mano del
magnate, parecía que todo iba más lento y eso solo ponía sus nervios a flor de piel.

- Baekhyun, los análisis salieron positivos, si estás en cinta...

El auto gris oscuro aparco frente al departamento donde vivía el joven omega puro,
Baekhyun no había podido decir ni una palabra desde que supo lo que decían los resultados.

Por alguna razón, el magnate no se sorprendió con los resultados, hasta cierto punto ya se
había hecho la idea.

- Baek... ¿Estás bien? - Quiso saber su hermano - ¿Necesitas que entre contigo?...

- No. - Negó con la cabeza apretando un poco el sobre en sus manos el cual contenía los
resultados - Yo tengo que hacer esto solo.

Jungkook quería estar y apoyar a su hermano, pero si él decía que podía, el alfa confiaba en
él.

- Muy bien, si necesitas algo solo llámame y vendré a golpearlo - Revolvió su cabello como si
de un cachorro se tratara.

- Gracias limón.
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Y con esas palabras abrió la puerta del coche saliendo de este, para ir directo a la puerta del
departamento, de tan solo estar parado frente a ella, podía sentir el aroma de Chanyeol
dentro.

Su lobo se removió inquieto, extrañaba a su alfa, pero a la vez temía su rechazo por estar
esperando un cachorro de él, cuando esté dijo que no quería.

Finalmente, respiro hondo antes de incrustar su llave en la cerradura y girarla escuchando

ese singular sonido cuando el seguro era retirado, sus manos sudaban, estaba nervioso, pero
aun así empujó la puerta.

Al entrar a su hogar no vio a su alfa, pero aun así sabía que estaba ahí, cerró la puerta y
camino por la sala, la casa estaba igual, no había desorden ni nada, al parecer Chanyeol
había estado limpiando la casa mientras él estaba encerrado en la habitación de invitados.

- Baek... - El mayor salió de la habitación que compartían antes de todo - Ya estás en casa,
tengo que hablar contigo...

- Chanyeol, deja que yo hablé primero - Pidió neutro el azabache.

El alfa lo invito a sentarse en el sofá de la sala, pero al estar a su lado, pudo percibir el aroma
de Jungkook y otro más... Su lobo gruñó.

- Estuviste con él... - Murmuró con enojo - ¿Porque estuviste otra vez con ese alfa? Te dije que
no lo quería cerca de ti.

- Estuve con él, porque me sentía solo, necesitaba el apoyo de alguien y él me brindo ese
apoyo.

- Pudiste haber hablado conmigo, ¡Pero preferiste irte con él! - Sus ojos brillaron dorados.

Se suponía que Chanyeol había hablado con su padre y ahora trataría de enmendar su error,
pero lo estaba arruinando más, no podía evitarlo, el aroma de ese otro alfa lo irritaba.

- Deja de decir tonterías Chanyeol y ¿Cómo querías que hablara contigo? Cuando ¡tú mismo
me dejaste en claro que no estabas de acuerdo con un cachorro nuestro!
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- ¡No lo sabía! - Gritó frustrado - No sabía que estabas tratando de buscar mi apoyo...- Paso
sus manos sobre su cara con frustración - Solo quería que vivieras tu vida a tu tiempo... Que
disfrutarás tu tiempo en la universidad... Tenía tantos planes para que disfrutarás antes de
que formemos una familia...

- Ese fue el problema - La voz de Baek se escuchaba apagada y Chanyeol lo miro.

- ¿Qué quieres decir?...

- Que todos quieres planear mi vida, yo sé que lo mejor a mi edad es disfrutar de mis amigos,
de la universidad, del amor, pero a mí no me importa eso, yo quiero formar una familia,
casarme, compartir mi vida con las personas que amo y con mi familia, sobre todo quiero
estar con el hombre que amo, pero si tú no puedes aceptar eso que yo quiero, tal vez el
destino se equivocó al juntarnos... - Dijo con tristeza.

Las palabras del omega hicieron doler el corazón de Chanyeol, pero antes de que el mayor
pudiera decir algo, el más joven le entrego el sobre con los resultados.

- Sé que no es algo que tú quisieras en este momento, yo tampoco lo esperaba, aunque

tengo que aceptar que en el fondo anhelaba tanto este momento, solo que... En mi
imaginación era mucho más bonito - Se levantó del sofá para irse a la habitación de
invitados donde se estaba quedando.

El alfa supo lo que querían decir esas palabras, pero aun así necesitaba verlo por él mismo,
saco el papel del sobre y trato de leerlo por encima deteniéndose justo donde decía positivo.

El lobo del alfa meneo la cola con alegría y aulló, por fin iba a tener el cachorro qué tanto
quiso pero que su humano le negaba darle, ahora solo quería echarse patas arriba y que su
omega le acariciara la pancita.

Chanyeol se levantó del sofá y fue por su chico abrazándolo desde la espalda ocultando su
rostro entre el cuello del menor.

- Lo siento... Por favor perdóname... - Susurro con voz quebrada y el menor no pudo evitar
romper en llanto también - Fui un idiota... Yo debí haberme dado cuenta... Dije cosas que
eran mentira y te lastime cuando prometí que no lo haría...
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- ¿Que mentiras?...

El rubio castaño giro el cuerpo de su omega para quedar frente a frente, ambos estaban
llorando.

- Porque yo también deseo tanto tener un cachorro contigo, pero no creía que fuera justo
para ti, porque yo ya viví mi vida de universitario...

- Channie no dejaré la universidad por este cachorro, un bebé no es un impedimento, al

contrario, ahora será mi motivación, quiero que esté orgulloso de su papá omega y esto es
algo que yo quiero, soy lo suficiente mayor y sé que puedo cuidar de mi hijo.

- Sé que eres muy capaz Baekie - Tomo su rostro entre sus manos - Siento todas esas cosas
que dije...

- Está bien... También fue mi culpa por no decirte nada después de olvidar los supresores - Lo
abrazo y el menor escondió su rostro en el pecho de su alfa, había extrañado su calidez
rodear su cuerpo.

- Jungkook te llevó ¿No es así?

- ¿Cómo lo sabes?

- Él me llamo por teléfono y me avisó que estaría contigo, pero no me dijo a donde irían - El
más alto colocó su mentón sobre la cabeza del azabache - Pero si me gustaría saber que
hiciste con ese otro alfa - Gruñó bajito.

- Aarón solo me escucho... Y me aconsejo que hablara contigo, que no estuvo bien que te
dejará de hablar, luego se ofreció acompañarme a casa de Jungkook para que no fuera a ir
solo - Explico con calma mientras se dejaba envolver por el exquisito aroma de su alfa.

- Mm... Puede que ahora ya no me moleste tanto... - Pero otro gruñido escapó de su boca.

- Hey Channie, no tienes que estar molesto, Aarón es una buena persona...

- Pero le gustas - Interrumpió el rubio castaño.

- Pero él sabe que tengo un alfa y que lo amo - Saco su cabeza de su escondite y lo miro -
Además solo somos amigos... Y me gusta que lo seamos...
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El alfa no pudo decir nada en contra de eso, menos al ver la forma en la que lo decía
Baekhyun.

- Bien... - Suspiro - Puede ser tu... amigo - Le costó decir eso, pero al final pudo.

- Chanyeol no debes preocuparte de nada ¿Cuál es tu miedo?

El nombrado se quedó callado y desvío la mirada, claramente el menor no se quedaría así,

tomo el rostro de su pareja entre sus manos obligándolo a qué lo mirara y le dijera que le
ocurría.

- A que te vayas... - Confesó en un triste susurro.

- Pero...

- Baek cuando yo estuve con Taehyung puede ser que al final no estaba enamorado de él
como creí, pero lo quería, por eso me dolió que me dejara cuando conoció a tu hermano... -
Contó con nostalgia - Y ahora te tengo a ti y soy realmente feliz, te amo, pero sé que no has
experimentado casi nada y tengo miedo que al final tú también quieras estar con alguien
más... Sé que es tonto pensar así, pero no puedo evitarlo cuando siempre fui alguien
remplazado...

Baekhyun entendía las palabras de su alfa, pues sabía que se refería al hecho de que sus
padres preferían trabajar que estar con él y eso lo hizo sentir remplazado desde pequeño y
luego Taehyung lo dejo también.

- Channie, yo no soy como el resto, te amo tanto y no quiero conocer a alguien más, ves esta
marca en mi cuello - Tiro un poco del cuello de su camisa dejando a la vista una marca
cicatrizada - Esto es la prueba de que solo quiero estar contigo, y el cachorro dentro de mí
también es otra prueba - Colocó sus manos sobre su plano vientre.

El alfa observó la marca en el cuello de su omega la cual ya estaba cicatrizada, con la yema
de sus dedos la rozó con delicadeza y después su mano fue descendiendo por su pecho hasta
quedar justo por encima del vientre del menor, su mano era tan grande que abarcaba una
gran cantidad.

- Soy tuyo... Soy tu omega ¿y tú?

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- Soy tuyo, soy tu alfa y el padre de nuestro cachorro...

Sin previo aviso el azabache brinco a sus brazos, por reflejo el mayor lo atrapó, sus rostros
estaban tan cerca, sus alientos cálidos se mezclaban, un pequeño roce en sus labios hizo
brillar los ojos de ambos antes de fundirse en ese deseado beso que tanto habían querido.

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por Srta_YoonTae

<<HunHan>>

Ya había pasado una semana desde que el pequeño Hongseok y Lisa habían sido dados de
alta para volver a casa junto a Hoseok.

Las cosas se habían tranquilizado de alguna forma y los recién casados creían que ya era
hora de retomar lo que habían dejado pendiente, su luna de miel.

— Jimin, por favor cuida mucho de mi pequeña Sungji — Pidió Luhan entregándole su hija al
omega rubio — Ella ya sabe gatear, pero tienes que estar pendiente, recuerda que mi bebé
no puede ver y no quiero que se lastime — Hizo un puchero mirando a su castañita en los
brazos ajenos.

— Descuida Lu, la voy a cuidar como si fuera mi propia hija, así que no te preocupes y disfruta
tu luna de miel — Le sonrió cálidamente.

— Está bien... — Con pesar se separó de su cachorrita después de dejar un pequeño beso
sobre su frente.

La miro por última vez, se veía tan bonita con su vestidito verde limón con cuadritos blancos
y sus zapatitos igual que el último color, su cabellito estaba peinado con dos colitas y en
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cada una tenía un moñito pequeño del color de su vestido, Sehun siempre era el que vestía y
peinaba a su hija, le encantaba como lucía el color verde.

Sin más, antes de que el omega se pudiera arrepentir y mejor cancelar su luna de miel volvió
al coche.

— ¿Lloro? — Quiso saber el beta una vez su esposo entro al auto.

— No... — Dijo aun mirando por la ventana, aunque la puerta de la casa de los Min ya
estuviera cerrada — Y si mejor retrasamos un poco más la luna de miel, solo un poco, al
menos hasta que Sungji tenga 20 años — La risa de Sehun llamo la atención del azabache.

— Lu, mi amor la bebé va a estar bien, se está quedando con Yoongi y Jimin, ellos la cuidarán
bien — Acaricio su muslo con suavidad para trasmitirle tranquilidad.

— Lo sé... Pero es la primera vez que me separó tanto de mi cachorrita... — Bajo la cabeza.

— Solo serán tres días, luego volveremos por ella.

— Pero tres días es mucho tiempo... — Dijo con tristeza volviendo a mirar la casa desde la
ventana.

El castaño oscuro miro a su omega, sabía que a Luhan le afectaba más por el hecho de saber
que ya no podría tener más hijos, aunque la pequeña se había vuelto más dependiente de
Sehun ya que con él tuvo más contacto al inicio, aun así, el menor lo sentía más.

— ¿Te gustaría que nuestra luna de miel sea un día? — Le sugirió.

— Pero... ¿Y nuestro viaje a la isla Jeju? — Sehun subió su mano y acunó la mejilla de su
amado dedicándole una cálida sonrisa.

— No pasa nada, podemos viajar cuando Sungji sea más grande y así podemos tener
recuerdos familiares — Los ojos del azabache brillaron azules con ilusión ante las palabras
de su beta.

— ¿En verdad no te molesta?

— Claro que no cariño — Acunó su rostro entre sus manos y beso su nariz — A mí también me
cuesta dejar a nuestra hija por mucho tiempo, así que te entiendo perfectamente.
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— Te amo, te amo — Lo abrazo — Tengo al mejor beta y esposo, envídienme perras — Sehun
rio ante las palabras de su omega.

Después de una gran sesión de besos, volvieron a casa y el beta hizo un par de llamadas,
pues los planes de luna de miel habían cambiado, así que pensó algo rápido y especial para
su omega, claro porque su amado se merecía lo mejor.

Un rato después salió de casa justo cuando Luhan estaba tomando una ducha, así que el
azabache no tenía ni idea de que su esposo se había ido.

— ¡Sehun! — Lo llamo, pero no hubo respuesta — ¡Sehun, volví a olvidar la toalla! ¿Podrías
pasármela? — Pero aún sin respuesta.

Después de un par de intentos más el menor salió del cuarto de baño desnudo y con
molestia se dirigió a la habitación que compartía con su esposo.

— Sehun te es... — Pero no había nadie.

Su ceño se frunció, tomo una toalla y envolvió su cuerpo con cuidado, al acercarse a la cama
encontró un conjunto de ropa, unos jeans de mezclilla pegados, junto a una camiseta blanca
y una chaqueta azul con blanco.

Luhan se sentía confundido, conocía muy bien ese conjunto, como podía olvidarlo si tardo
horas escogiéndolo.

A lado de la ropa había un pequeño sobre el cual apenas acababa de ver, así que lo tomo y lo
abrió curioso.

Mi amor, quiero que hoy sea especial para ti así que por eso quiero que uses ese traje, recuerdo
que cuando te vi con él esa noche, aunque no te conociera, sabía que había caído en tus
encantos, solo eras un estudiante de universidad en ese tiempo y tengo que aceptar que nunca
creí que podría estar con alguien así, sentía que eras demasiado para mí, pero aun así quise
conocerte, y ahora después de los años estamos casados y con una hermosa hija. Te amo mi
omega testarudo.

La vista de Luhan volvió al conjunto de ropa y sonrió con nostalgia, pero justo en ese
momento sonó su móvil.
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Al tomarlo sabía que era de un mensaje de su esposo, al omega le gustaba colocar tonos
personalizados a cada uno de sus contactos para saber si contestar o no.

Mi beta súper dotado:

[Hola, soy Sehun.
No sé si me recuerdas, el primo de Kim, hace unas semanas me diste tu número]

El azabache no pudo evitar sonreír y sentir ganas de llorar cuando su corazón latió cálido al
leer ese menaje.

— Ya sé que tratas de hacer tonto, bien te seguiré el juego — Sin perder el tiempo respondió
como lo había hecho años atrás.

[Creo que sí lo recuerdo.

¿Necesitas algo?]

Mi beta súper dotado:

[La verdad no, solo me preguntaba si te gustaría salir a hacer algo.]

Luhan rio sintiéndose algo idiota escribiendo de esa forma con su esposo, pero tenía que
aceptar que sentía esos nervios como la primera vez y los recuerdos lo inundaban, así que
respondió.

[Hoy no tengo nada que hacer]

Mi beta súper dotado:

[Entonces veamos en este lugar]

Le envío una ubicación y el omega no pudo evitar sonreír, sin perder más tiempo se colocó el
conjunto de ropa, su lobo meneaba la cola emocionado por ir a encontrarse con su amado
beta.

Cuando estuvo listo salió de casa tomando un taxi e indicándole la dirección del lugar donde
lo tenía que llevar.

Soltó un suspiro nervioso y sus manos sudaban, se sentía como la primera vez, si Sehun
estaba repitiendo todo al pie de la letra sabía cómo terminaría esa noche; mordió su labio.
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Unos minutos bastaron para estar frente al parque donde salieron por primera vez y es que,
en ese tiempo ellos ya habían hablado, pero solo en la salida de la universidad, así que no
eran ningunos extraños, sus nervios en ese entonces era porque era la primera vez que salía
solo y por su cuenta, revivir ese momento le traía tan bonitos recuerdos a Luhan.

El azabache camino por aquel parque hasta llegar a una fuente y ahí estaba, el hombre que
lo había cautivado desde el primer instante que lo vio, el beta que había hecho enloquecer a
su lobo, quien ahora era el amor de su vida, su esposo, el padre de su hija, su Sehun.

Como era de esperarse traía el mismo conjunto que ese día, unos jeans y una camisa blanca
con las mangas arremangadas, se veía igual de sexy.

— Hola... — Se sentó a su lado, se sentía todo un chiquillo. El beta lo miro y sonrió — ¿Por qué
hiciste todo esto?

— Quería que recordemos ese mágico momento — Lo tomo de la mano con suavidad y
acaricio su dorso con su pulgar.

— Recuerdo que dijiste que fue un error lo que ocurrió al final de esta noche... — Suspiro, no
quería arruinar el momento, pero aún le dolía recordad esas palabras.

— Lo sé, fui un idiota en ese momento, jamás debí decir eso porque realmente fue el
momento más feliz y especial de mi vida — Acunó su rostro entre sus manos — Fue el
momento donde te entregaste a mí, dejándome ser el primero en tu vida, por eso quería que
se volviera a repetir como la primera vez.

— Ya no soy virgen Sehunie — Río quedito — No se puede volver a repetir como esa vez.

— Ya verás que, si se va a poder y Luhan para mí, cada vez que te hago el amor es como si
fuera la primera vez, para mí es como si volvieras a entregarte a mi completamente — Las
mejillas del menor se tintaron, su beta era el único que lograba sonrojarlo con sus palabras.

Ambos platicaron un poco sobre ellos, a veces solo se necesitaba eso, un momento donde
puedas hablar con tu pareja como si fuera tu amigo, tu confidente, los dos recordaron tantos
momentos que habían estado viviendo a lo largo de su relación.
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Recorrieron aquel parque como lo hicieron la primera vez y nuevamente Sehun le compro
algo de comer en uno de los puestos que se encontraban ahí.

— Me encanta que hayas hecho esto... — Suspira con una sonrisa el omega.

La brisa de la noche acaricio sus rostros, por lo que el beta abrazo a su esposo por la espalda
dándole calor con su cuerpo.

— Luhan, te amo tanto, tanto... — Lo apretó contra él, pero sin llegar a lastimarlo — Contigo
soy el beta más feliz, tú y mi hija son todo para mí — Beso su mejilla dejándose envolver por
el suave y dulce aroma de su amado.

— También te amo, mi beta súper dotado — Dejo un corto beso sobre sus labios.

Ambos permanecieron abrazados por un tiempo hasta que el castaño oscuro miro el reloj de
su muñeca.

— Lu, ya son las nueve tengo que llevarte a casa — Le susurro esas palabras.

— ¿Que? Pero aún es temprano y me gusta estar así conmigo — Puchereo.

— Si, pero cuando salimos por primera vez, a esta hora te lleve a casa.

— Pero... Era porque estaba en la universidad y además tenía examen al día siguiente — Se
aferró a los brazos de su esposo para que no lo soltara.

— Luhan... Recuerda que esta noche aún no termina para nosotros — Le recordó, al instante
sus mejillas se pintaron — Así que deja que te lleve a casa... — Su cálido aliento hizo
estremecer al menor, y poco lo fue soltando.

Los dos volvieron al auto y apenas subieron Sehun le entrego un antifaz para dormir al
azabache.

— Póntelo — Pidió el mayor.

Y aunque Luhan tenía tantas dudas, prefirió guardárselas y dejar que su pareja mandara,
seguro le había preparado algo más y no quería arruinar la sorpresa.
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El menor no sabía cuánto tiempo había pasado y es que se estaba dejando llevar por las
caricias que su esposo le daba en su muslo a lo largo del camino, hasta que por fin el auto se
detuvo.

— Ya llegamos amor, espera aquí — El azabache asintió y sintió un corto beso en el dorso de
su mano.

Lo siguiente que sintió fue como Sehun abandono el auto y cerraba la puerta, el omega fue
paciente hasta que escucho como abría la puerta a su lado.

— Dame tu mano — Le pidió. Luhan estaba a punto de dársela, pero la retiro antes.

— Mm... Recuerdo que una vez me dijiste que no debería ser confiado, que tal y quieres
robarme — Escucho la risa de su esposo.

— El único que ha cometido el crimen de robar eres tú, te robaste mi corazón y vida, no me
siento capaz de vivir sin ti — Beso su mejilla haciendo sonreír al de ojos vendados.

— Está bien, me convenciste — Le extendió su mano la cual fue tomada por su pareja.

Con cuidado bajo del coche y cuando estuvo fuera de este por completo, el auto fue cerrado
para que después sintiera como su cuerpo era alzado por completo del suelo tomándolo por
sorpresa haciéndolo reprimir un gritito.

— Me asustaste — Lo regañó.

— Lu, conmigo nunca te pasará nada malo, te voy a cuidar a ti y a nuestra hija con mi vida —
Le aseguró y el lobo del azabache emitió un sonido de satisfacción, su beta era el mejor del
mundo.

— Lo sé, contigo me siento seguro — Dejo su cabeza en el pecho contrario.

Los pasos del guardaespaldas se detienen y el omega escucha el sonido de unas llaves y
cómo estás eran encajadas en la cerradura con algo de dificultad ya que aún lo tenía en sus
brazos.
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Cuando finalmente logro abrir entraron al lugar, pero la vista de Luhan aún era completa
oscuridad y tenía que aceptar que tenía mucha curiosidad de saber más porque su lobo
movió la cola emocionado al sentir un aura familiar.

— Sehun... ¿Dónde estamos?...

Sus pies nuevamente tocaron el piso, pero no dijo nada, solo sintió como el antifaz era
retirado lentamente, por instinto el menor cerro los ojos y cuando fue quitado por completo,
comenzó a abrir sus ojos lentamente dejando que sus ojos se volvieran acostumbrar a la luz
del lugar.

— Sehun... — Cubrió su boca al notar dónde estaba.

— ¿Lo recuerdas? Después de nuestra salida te traje a tu casa y me invitaste a pasar un rato...
— Le susurro al oído.

Estaban en el viejo departamento de Luhan, pero este estaba con un camino de pétalos
blancos hacía la habitación.

— Pero ¿cómo?... ¿Cómo es que conseguiste el departamento?... se supone que lo

compraron... — El menor estaba impresionado.

— Bueno, nosotros vivimos muchos recuerdos aquí y un mes después de que nos mudamos
juntos a nuestra casa, le compré el departamento al nuevo dueño y lo he tenido desde ese
momento — Sonrió apenado.

— ¿Siempre lo has tiendo?... — Él asintió — ¿Con que fin?

— Al principio pensé usarlo contigo para darnos unas escapadas y que nadie supiera dónde
estamos, pero ahora podría usarlo nuestra hija cuando quiera vivir sola — Luhan se
enterneció con sus palabras.

— Te amo, mi beta súper dotado — Brincó a sus brazos dándole un corto y rápido beso —
Creo que salve la vida de alguien importante en mi otra vida para ser bendecido contigo en
esta — Sehun sonrió contra los labios de su amado y lo estrecho contra su cuerpo con más
fuerza.

— Yo no sé qué fue lo que hice, pero le doy gracias a la madre Luna, por traerte a mi vida.
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Sus labios se volvieron a juntar con suavidad, poco a poco Luhan fue abriendo su boca para
dejar que su esposo accediera su lengua en ella, las lenguas de ambos se acariciaban con
dulzura.

Las manos del menor se perdían en las hebras castañas oscuras, mientras las manos del beta
se aferraban a las caderas de su esposo.

Poco a poco ambos comenzaron el recorrido hacia la habitación sin dejar de besarse, sus
bocas emitían sonidos de chasquidos, pero la falta de oxígeno los obligó a separarse.

Sus ojos se miraron fijamente, aunque sus respiraciones eran apneas, los ojos de ambos
brillaban con sus respectivos colores, sus lobos estaban presentes, con cuidado y sin apartar
la mirada Sehun fue recostando a su amado.

Ninguno se hizo esperar para volver a unir sus labios y dejarse envolver por el aroma del
otro, las manos del castaño oscuro se adentraron en la camiseta del menor.

— Te voy hacer el amor... — Susurro contra sus labios.

— Hazlo... — Pidió soltando un suspiro al sentir como su esposo tocaba su abdomen.

Los besos de Sehun fueron descendiendo por el cuello de su amado y ambos iban
explorando el cuerpo del contrario, sin previo avisa la ropa fue abandonando sus cuerpos,
los jadeos y gemidos eran lo único que se podía escuchar en aquella habitación.

— Ah~ Sehun... Te necesito~ — Gimió al sentir el glande de esposo en su entrada.

— Mírame a los ojos... — Pidió, haciendo algo de presión para abrirse paso, por lo cual el
azabache cerro los ojos jadeando — Mírame mi amor, quiero ver tus ojos~

Con algo de dificultad abrió los ojos, estos brillaban azules y estaban algo cristalizado. Poco
a poco fue entrando en su amado, sintiendo su cálida entrada abrazando su miembro.

— Te amo... — Mordió levemente los labios de Luhan cuando entro por completo.

— Sehun~ — Suspiró respirando pesadamente.

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Sus leves movimientos comenzaron, sus cuerpos chocaban con suavidad y ambos jadeaban
gustosos, las piernas de Luhan rodeaban las caderas de su esposo y sus uñas se aferraban en
la fuerte espalda.

Los besos y las caricias no hacían falta, ambos se transmitían su amor, su entrega, el primero
en llegar a su límite fue el menor y unos minutos después el beta estuvo a punto de correrse,
pero antes hizo brillar sus ojos en un púrpura intenso dejando que sus caninos salieran un
poco, lamió la piel lechosa de su omega y finalmente lo hizo, clavó sus dientes escuchándolo
gritar de forma desgarradora; lo había marcado finalmente como suyo.

El lobo del azabache meneo la cola feliz, su beta lo había marcado finalmente, lo había
reclamado y nadie, ni nada los iba a poder a separar, el pequeño lobo, no necesitaba un alfa,
no. Él solo necesitaba a Sehun, su beta súper dotado.

Luhan lloraba mientras Sehun trataba de limpiar la herida, aunque su saliva no era como la
de un alfa, la cicatrización del menor era buena así que el sangrado se detuvo después de
unos segundos.

El mayor salió del interior de su omega y se recostó a su lado abrazando su cuerpo que
estaba levemente caliente y temblaba, así que los cubrió a ambos con las sábanas.

— Tengo mi marca... — Susurro el azabache.

— Claro que sí, mi amor... — Beso su frente respirando su aroma a flor de loto.

— Quien dijo que no podrías darme nada por ser un beta, hoy puedo presumirles a nuestra
hermosa hija y mi bella marca — Se aferró al fuerte cuerpo de su esposo — Te amo, mi beta
súper dotado. Somos la excepción a la regla...

— Te amo mi omega testarudo.

— Me encantó esta luna de miel... Gracias cariño.

— Tú me encantas — Tomo su quijada y la alzó para darle un corto beso.

Y los besos volvieron a hacerse presentes, subiendo cada vez con más intensidad...
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por Srta_YoonTae

Como todas las tardes la alfa salía a caminar un rato, tanto su ginecóloga, como psicóloga se
lo habían recomendado, ella aún no podía estar a solas con su bebé, pues aún tenía miedo
de hacerle daño.

Pero Hoseok siempre estaba ahí para ayudarla y apoyarla, por un momento dejo de sentir la
rabia y negatividad de su lobo, ella realmente quería creer que finalmente su animal interno
había entendido.

Caminaba por un parque el cual estaba poco transitado, de hecho, extrañamente estaba
solo, debía ser porque parecía que comenzaría a llover, aún para Lisa eso era lo mejor, le
gustaba su soledad.

Le ayudaba a pensar en todo lo que había sido de su vida, sin más decidió sentarse en una de
las bancas, el cielo estaba levemente nublado; suspiro.

— Se que estás ahí... — Hablo bajo, refiriéndose a su lobo — No sé qué estás tramando, pero
ya es tiempo de parar... Por favor... — Sus ojos se cristalizaron — Entiende que Jungkook
nunca te va amar, yo ya lo entendí ¿Porque tú no quieres hacerlo?...

Bajo la mirada observando sus brazos los cuales estaban llenos de cicatrices, que ella misma
se había hecho para de alguna forma no lastimar a nadie más.

— Si tan solo dejaras tu orgullo aun lado te darías cuenta que Hoseok es un hombre bueno...
Y nuestro cachorro nos necesita... — Unas cuántas gotas comenzaron a caer, pero la chica no
obtuvo ninguna respuesta por parte del animal.

Se sentía frustrada y hasta cierto punto culpable, pues fue ella misma la que le había dado
ese poder a su lobo y ahora no sabía cómo dar marcha atrás, se sentía condenada y que no
podría avanzar mientras el animal dentro de ella lo entendiera.
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Lisa había aprendido a amar a Hobi, y quería amar a su cachorro también, solo quería ser
feliz junto a ellos dos, porque cuando conoció a ese chico pelirrojo y de brillante sonrisa
como el sol, supo todo el tiempo que desperdicio aferrada a alguien que no le correspondía.

Y tenía que aceptar que odio con todas sus fuerzas a Taehyung en su momento, pero ahora
en todo ese tiempo se dio cuenta de la gran persona que es y aprendió porque Jungkook lo
había elegido a él.

— Está apunto de llover, podrías enfermarte — La mirada de la azabache se desvío

encontrándose con un hombre alto y de traje, en su rostro había una barba la cual se veía
que llevaba semanas sin afeitar.

— Estoy bien. — Fue cortante y apretó sus puños con disimuló.

— ¿Sabes quién soy verdad? — Sonrió de lado — Claro que lo sabes, se de tus grandes dotes
de hacker — Se sentó a su lado, pero guardando cierta distancia — ¿Que tanto sabes sobre
mí?

La alfa guardo silencio, quería irse de ahí, pero algo dentro de ella la obligaba a quedarse
sentada y responder lo que aquel hombre de ojos verdes le había preguntado.

— Su nombre es Evans Lanusse, tiene 27 años y es hijo único de Frederick Lanusse que fue
asesinado hace unos meses atrás — Ella lo miro — Tú lo mataste.

— Vaya, sí que sabes mucho de mí — Su sonrisa se intensificó — Me serás de gran ayuda

entonces.

— Se lo dije hace unos meses en aquella llamada, no estoy interesada en ninguna de sus
ofertas — Su voz era sería.

— Tienes carácter, eres una mujer muy bella, realmente harías una pareja muy buena con
Jeon Jungkook ambos son imponentes, serían la pareja del año — Lisa se puso de pie
dispuesta a irse — ¿Realmente no te gustaría recuperar tu vida?

Ella se detuvo y volvió hasta quedar frente aquel hombre, la diferencia de estatura era
notable pero aun así no se dejó intimidar, ella era una alfa pura también.
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— Se lo que estás tratando, pero deja te digo tu realidad, Taehyung. No. Te. Ama — La sonrisa
del alfa desapareció y tomo la quijada de la chica con algo de fuerza alzando la un poco — Y
jamás lo será, ¿Sabes por qué? Porque el amor no es algo que puedas tomas cuando quieras,
es algo que se da, y Taehyung ya lo hizo con Jungkook.

— Eres tan patética — Apretó un poco más la quijada de la azabache haciéndola sentir dolor.

— Dicen que la verdad duele — Había algo en lo que el francés no se había equivocado y eso
era en que Lisa tenía carácter.

— Pues tú y yo no somos tan diferentes — La acerco a su rostro y sus labios se rosaron, la alfa
podía sentir su aliento a tabaco y alcohol — ¿Quieres que te recuerde por culpa de quién casi
muera Taehyung?

— Cometí un error, pero supe darme cuenta a tiempo, no soy mala, no soy como tú — Quiso
apartarse, pero el alfa la sujeto del cabello, el agua cayó del cielo empapándolos a ambos.

— Si lo eres, eres mala, lastimas a otros con tal de obtener lo que quieres, eres mala, pero
descuida eso no está mal, eso demuestra lo fuerte que eres, Lalisa, eres una alfa, deja que tu
lobo te recuerde quién eres — Los ojos de la nombrada comenzaron a parpadear de avellana
a rojos.

Estaba luchando con todas sus fuerzas de evitar que su lobo salga, se apartó con brusquedad
de aquel tipo y tomo su cabeza entre sus manos.

— ¡Basta!

La lluvia no la dejaba ver con claridad, pero aun así corrió lo más rápido que pudo alejándose
de aquel sitio y sin darse cuenta había vuelto a casa.

Justo cuando iba a tocar la puerta está fue abierta dejando ver a Hoseok el cual puso un
semblante de preocupación cuando la vio en aquel estado.

— Lisa ¿Estás bien? — Su respiración era agitada, se veía pálida y se encontraba toda mojada
por la lluvia.

— Yo...
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Y simplemente se desvanecido en los brazos del alfa con el llanto de su pequeño de fondo.

El sonido de los cubiertos resonaba en aquel comedor, la vista del alfa pasaba de su amado a
su cachorro y muchas cosas estaban pasando por su mente.

Miro la hora en su teléfono apenas eran las 8 de la mañana, su amado pudo sentir su mirada
así que también lo miró

— ¿Ocurre algo, Kookie? — No hace mucho Taehyung había comenzado a llamarlo de esa
forma tan cariñosa y la verdad era que Jungkook amaba escucharlo.

— ¿Y si no vamos a trabajar hoy? — Le sonrió — Vamos a tomarnos este día y no se tal vez
podríamos ir a la playa.

— ¡Playa! — Dijo emocionado Beomie — Yo nunca he ido a la playa...

— Pero... ¿Y lo que tenemos pendiente para hoy en la empresa?

— Le diré a Yerim que lo posponga para mañana, solo será un día amor — Tomo la mano de
su amado y la beso — Nuestro hijo nunca ha ido a la playa.

Taehyung miro el puchero de su alfa y después los ojitos suplicantes de su cachorrito, no

podía decir que no si lo atacaban de esa forma tan tierna.

— ¿Solo iremos nosotros tres? — Quiso saber.

— Beomie, ¿Tú qué dices? — El azabache miro a su hijo —¿Quieres que solo nosotros
vayamos o quieres invitar a alguien más?

El pequeño rubio saco su lengüita pensativo, había adoptado ese gesto porque su padre
omega siempre lo hacía cuando pensaba o estaba concentrado.

— ¡Vamos todos a la playa! — Dijo alzando sus bracitos — Quiero ir a la playa con mis tíos,
primos y abuelo.

— Pero hijo ellos puede que estén ocupados — Dijo el castaño y acarició los cabello dorados
de su hijo al verlo hacer un puchero de tristeza.
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— Vamos Tae, es viernes y creo que será bueno para todos salir y divertirnos con nuestras
familias — Ambos Jeon, padre e hijo miraron al omega en espera de su aprobación.

Hasta que finalmente se dejó convencer y soltó un suspiro derrotado, no podía contra ellos.

— Esa bien, llamaré a mi padre y a Chanyeol para preguntarles — Saco su móvil mientras se
levantaba de la mesa.

— Yo le avisaré a los chicos — Dijo el alfa con una sonrisa sacando su móvil de igual forma.

— ¡Vamos a ir a la playa! — Grito eufórico el cachorro.

— Me alegra que las cosas entre tú y Baekhyun se hayan resuelto.

— Gracias papá, solo me preocupa como vaya a reaccionar mi madre cuando se entere que
Baek está en cinta — Ambos suspiraron.

— Tal vez sea una noticia fuerte, pero puede que también se ponga feliz.

— Lo dudo mucho — Dijo algo triste el joven alfa — No entiendo porque no puede ser como
tú y alegrarse por mí.

— Es tu madre, claro que se alegra por ti, solo le cuesta demostrarlo.

Un silencio se instaló en la oficina, Suho sentía que ya era momento de contarle a Chanyeol
sobre su divorcio con Sohyun, respiró hondo.

— Papá, ¿Nunca has pensado separaste de mi madre? — El beta se quedó en shock al

escuchar las palabras de su hijo.

— ¿Cómo dices?... — Estaba perplejo.

— Ya sabes... Divorciarse, ustedes llevan muchos años juntos, pero no soy ciego y puedo ver
qué ninguno de los dos está bien... — Tomo la mano de su padre — Papá amo a mi madre,
pero siento que te está acabando tanto física como emocionalmente, como cualquier hijo
me gustaría que mis padres siempre estuvieran juntos, pero prefiero que estén separados si
así estarán bien.
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— Chanyeol... Yo le pedí el divorcio a tu madre... No te lo dije porque estaba buscando el

momento adecuado... No quería que te afectará nuestra separación — El alfa miro a su padre
y le sonrió.

— Yo estoy bien, soy un adulto y estoy formando mi propia familia — Las palabras de su hijo
le hicieron recordar a las del viejo Kang — Con razón has estado saliendo tan seguido con el
señor Vante ¿No es así?

La sonrisa del beta fue remplazada por una llena de nervios, esa no era la razón por la que
había estado saliendo con Vante, simplemente le gustaba su compañía y los buenos ratos
que tenían, nada con otro tipo de intención, pero la forma en la que lo había dicho Chanyeol
lo hizo sonrojar.

— ¿Cómo sabes que me he visto con Vante?

— Papá, te recuerdo que es el padre de Taehyung y me llevo muy bien con Tae ¿Así que te
gusta?

— ¿Que? No, pero que dices Chanyeol, solo somos amigos, además soy tu padre no tengo
porque darte explicaciones de mi vida privada — El hombre comenzó a fingir que
acomodaba unos documentos para que su hijo no notará su vergüenza.

— Oye papá está bien, Taehyung me dijo que le gustabas al señor Vante — La vista del
castaño volvió a su hijo al instante.

— ¿Él te dijo eso? — Una sonrisa burlona en el rostro de Chanyeol le hizo darse cuenta que
solo había sido una trampa para saber si realmente sentía interés.

El beta estuvo a punto de decir algo pero el sonido del móvil de su hijo lo detuvo.

— Voy a responder, ahora vuelvo y terminamos esta conversación — Salió de la oficina.

Hasta cierto punto Suho se sentía tranquilo de que Chanyeol no se haya tomado a mal lo del
divorcio, pero no podía creer que su hijo creyera que tenía algo con Vante, si, era un alfa
lindo, tenía una sonrisa preciosa y unos ojos que brillaban, pero eso no quería decir que le
gustará.
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Solo eran dos adultos que se entendían bien y les gustaba la compañía del otro, además
Suho sabía que Vante solo podía amar a su difunta esposa y eso era algo por lo cual el jamás
competiría.

Unos minutos después su móvil vibro, pero solo alcanzó a leer el nombre de quién le había
mandado mensaje "Vante" pues Chanyeol había vuelto.

— Papá, ¿Te molesta si me tomo este día? — El mayor frunció el ceño.

— No, ¿Ocurrió algo? ¿Baek está bien?

— Si, solo que los chicos están organizando algo, así que iré a la universidad por Baek.

— Ah, está bien, ve con cuidado.

— Claro, mañana terminamos nuestra conversación sobre ya sabes quién — Le sonrió con
cierta burla.

— No hay nada de qué hablar jovencito, solo somos amigos.

— Si, yo una vez también dije lo mismo — Dijo saliendo de la oficina antes de que su padre
pudiera decir algo más.

Suho soltó un suspiro recargándose en su asiento para después volver a tomar su móvil y ver
el mensaje.

[Vante]
Hola Suho.
Me preguntaba si... ¿te gustaría ir a la playa?
Solo si quieres.
Porque si no quieres no tienes que ir.
Aunque a mí me gustaría que sí.
Creo que estoy hablando de más.
Mejor olvídalo.
Olvida lo que escribí.
Por la diosa luna ¿Cómo borro los mensajes?
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El beta mayor no pudo evitar sonreír al ver los mensajes de ese tierno alfa, realmente le
gustaba esa forma tan pura de ser, lo hacía sentir como si volviera a la universidad.

[Hola Vante.
Y claro que me gustaría ir a la playa contigo.
Solo si aún me estás invitando.]

La respuesta del alfa azabache no tardó en llegar y eso solo intensificó aún más la sonrisa del
beta.

[Vante]
Si.
Te enviaré la dirección y el nombre de la playa.

Bloqueo su móvil nuevamente en espera de que le enviará la dirección, paso sus manos por
su cabello llevándolo hacia atrás y retiro sus lentes con una sonrisa, realmente ese alfa le
sacaba sus sonrisas más sinceras.

El joven omega estaba en su hora de descanso y se disponía a comprar en la cafetería

cuando su móvil comenzar a sonar, por suerte no estaba en clases sino lo más seguro es que
se lo hubieran decomisado.

Al ver la pantalla sonrió en grande pues era su amado alfa.

— ¿Es mi sexy alfa? — Pregunto una voz sobre su hombro sobresaltado a Baek.

— Imbécil ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

— Desde que salimos del salón — Dijo obvio — ¿Es tu sexy hermano?

— ¿Creí que yo era el que te gustaba? — La llamada se finalizó ya que no respondió — Mira
por tu culpa mi novio me colgó.

— Sobre tu pregunta, claro que me gusta, siempre serás el número uno en mi corazón, pero
no puedo ignorar la simple perfección de ese hombre — Muerde su labio exagerado — Literal
quisiera que me azotara.
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— Eres un pervertido — Hizo una muñeca de asco, simplemente el menor de los Jeon no
sabía que le veía a su hermano.

Su móvil no tardó en volver a sonar así que le hizo una seña a su amigo para que se callara y
atendió la llamada.

— Hola amor.

— Me lo saludas, dile que piense lo del poli amor — Le susurro Aaron, pero solo recibió un
golpe por parte del menor.

Mi sexy alfa Channie: Amor voy a pasar por ti en unos minutos así que espérame fuera de la
universidad.

— ¿Por qué? Aún tengo clases, no creo que me dejen salir antes — Hizo un puchero mientras
trataba de alejar a Aaron que trataba de escuchar la conversación.

Mi sexy alfa Channie: Lo sé amor, pero te recuerdo que yo estudié en esa universidad así que
irás al campo y en el lado izquierdo hay una gran roca pegado justo al lado del muro, por ahí
puedes salir.

— ¿Me estás pidiendo que me escapé? — El alfa pelirrojo fingió poner una cara de asombro
para ponerle drama a la situación.

Mi sexy alfa Channie: Si amor, pero solo esta vez, Taehyung y Jungkook quiere que todos
vayamos a una salida a la playa, así que solo por eso te voy a sacar de la universidad de esta
forma, solo ten mucho cuidado amor, si sientes que no puedes solo no te arriesgues a brincar el
muro y espérame ahí, yo te ayudaré a saltar.

— ¿Escuché bien?... ¿Dijo mi dios Jungkook? — Susurro el disque alfa entre gritos de omega
en plena etapa hormonal, por lo cual Baek lo ignoro y solo rodo los ojos.

— Bueno amor, entonces nos vemos en la entrada de la universidad, te amo.

— Dile que yo también lo amo — Continúo molestando al menor hasta que la llamada fue
finalizada.
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— Eres un fastidioso — Lo acuso Baek caminando fuera del comedor para dirigirse al campo
y hacer lo que Chanyeol le dijo.

— Acéptalo le traigo alegría a tu vida — Dijo con vanidad fingida y siguió al joven omega.

Ambos caminaron por toda la universidad hasta llegar al dichoso muro del cual le había
dicho Chanyeol y era verdad ahí había una roca que le podría ayudar a salir, pero aun así se
veía alto.

— ¿Seguro que puedes salir por ahí? — Dijo pensativo el alfa pelirrojo — Se ve alto.

— Yo también creo que es algo alto para mí, voy a necesitar ayuda.

— Está bien, te voy ayudar a saltar el muro, pero a cambio me tienen que llevar a donde
vayan — Se cruzó de brazos.

— Ni lo sueñes, ¿Por qué quieres ir con nosotros?

— Porque escuché que tú hermano estará ahí — Respondió obvió.

— ¿Eres consciente que ya tiene omega y no tienes oportunidad con él?

— Eso dolió, pero aun así eso no quita que pueda tener la oportunidad de verlo con el dorso
desnudo en la playa — Alzó sus cejas.

Baekhyun lo pensó unos segundos y finalmente se vio entre la espada y la pared.

— Bien, puedes ir con nosotros — El pelirrojo sonrió triunfal y ambos subieron a la roca.

Aaron tomo de la cintura al joven Jeon y lo impulso hacia arriba para que pudiera quedar
sentado sobre el muro.

— Por la diosa luna Baekl, pero ¿qué te dan de comer? — Claramente el azabache no pesaba
tanto, pero si había subido un poco de peso debido al embarazo.

— Cállate tonto, te recuerdo que tengo un cachorro creciendo dentro de mí.

— ¿Siempre si voy a ser el padrino? — Una vez Baek estuvo sobre el muro Aaron se impulsó y
subió de un brincó.

— ¿Si te digo que sí, me dejaras de molestar?

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— Tal vez...

— Entonces, tal vez lo seas — Y con eso el pelirrojo brincó cayendo de otro lado.

— Está bien, sé que te terminaré convenciendo — Le guiño antes de estirar sus manos para
que el menor brincara y lo atrapará en sus brazos.

— ¿Seguro que me atraparas? — Realmente tenía miedo de brincar y por reflejo acarició su
vientre plano.

— No pienso dejarte caer — Le aseguro — Si tienes miedo cierra los ojos, te prometo que no
te pasará nada.

El azabache soltó aire y contó mentalmente hasta tres antes de cerrar los ojos y saltar
esperando morir en el intentó, pero los fuertes brazos de Aaron lo rodearon evitando
cualquier daño.

— Lo ves, te atrapé — Sus rostros estaban muy cerca, por lo cual Aaron se apartó y con
cuidado lo dejo en el suelo.

— Gracias... — Sus mejillas se pintaron en un suave rosa por aquella cercanía que tuvieron.

El alfa pelirrojo no quería que Baekhyun se sintiera incómodo así que simuló no darse cuenta
de lo avergonzado que estaba.

— Muy bien ¡Vamos por nuestros hombres!

Aaron

• 20 años.
• Alfa.
• Estudiante de universidad.
• Aroma: Moras y bambú.
• Estado civil: Soltero.
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por Srta_YoonTae

— ¡Vamos a ir a la playa! — La emoción del pequeño rubio era algo que Taehyung y Jungkook
amaban ver en su hijo.

Esta vez el alfa decidió que lo mejor era ir en el convertible, aunque nunca solía usarlo, sabía
que a Beomie le encantaría y vaya que sí, el cachorro no dejaba de alzar sus bracitos
sintiendo la brisa sobre su rostro.

El rubiecito traía puesto un overol corto con una camiseta amarilla y sus sandalias del mismo
color, porque claro Beomgyu no podía ser él si ese color no estaba en su outfit.

Por su lado el omega castaño llevaba unos shorts algo cortos dejando sus acarameladas
piernas a la vista, junto a una camiseta blanca que era del magnate y una bandana.

El gran magnate llevaba una bermuda negra junto a una camiseta del mismo color, sus
lentes de sol y una gorra que curiosamente también era negra, a Taehyung le causaba gracia
que su hijo y él siempre usarán colores tan vivos, mientras su alfa colores oscuros, pero aun
así amaba lo serio e imponente que se veía.

— Papá, ¿irán mis tíos? — Quiso saber el pequeño aún emocionado.

— Claro que sí hijo, tu papá Jungkook es bueno convenciendo — Lo miro por el retrovisor
como su cachorro tenía una gran sonrisa.

— ¿Y mi abuelo? — Está vez miro al castaño.

— También él, dijo que estaba encantado y que traería un amigo con él — Beomgyu aplaudió
feliz.

— Ya quiero llegar a la playa — Se escuchaba el gran anhelo que sentía — Leí en un libro que
en la playa hay cangrejos ¿Habrá en esta playa?

— Puede ser — Taehyung miro a su hijo con una sonrisa.

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— Pero si no hay, yo mismo te llevaré a un lugar donde podrás ver miles de ellos.

— ¿De verdad papá? — El lobo de Jungkook meneo la cola al ver la emoción en el rostro de su
cachorro.

— Claro que sí, todo lo que quieras.

Cualquiera creería que está mal complacer a su hijo en todo lo que pida, ya que podría
volverlos caprichosos, pero para Jungkook y Taehyung no podían evitarlo, Beomgyu fue
reprimido por mucho tiempo y ahora era como si por primera vez estuviera conociendo la
vida y el hecho de que le cumplan sus sueños no era algo malo.

En el resto del viaje Taehyung coloco algo de música y sin darse cuenta los tres ya estaban
cantando a todo pulmón, de vez en cuando el azabache hacia cambios en su voz provocando
risas entre las dos personas que más amaba.

— Pero que bien canta mi hijo, seguro lo heredó de mi — Bromeó el alfa. Y no mentía,
realmente tenía una voz muy bonita, aunque aún fuera muy pequeño.

— Ya quisieras, es obvio que fue de mí — Taehyung continúo y las mejillas del cachorro se
sonrojaron.

El rubiecito era consciente de que era adoptado, pero ver qué sus ahora padres lo tratarán
como si realmente él fue su hijo de toda la vida, hacía que su pequeño corazón se sintiera
cálido, realmente Beomie hubiera deseado tanto que así fuera, que todo ese dolor que vivió
en sus primeros años de vida solo hubieran sido una pesadilla y que por fin despertó.

Porque para el cachorro sus primeros y únicos padres, eran y siempre serán Kim Taehyung y
Jeon Jungkook, porque ellos desde el primer instante le demostraron lo que es el amor y una
familia, porque ellos se habían ganado el único derecho de ser llamados padres.

La vista del menor volvió al frente y sonrió al ver a ambos adultos reír y jugar, ellos eran ese
calor que él siempre soñó y estaba agradecido, por eso Beomie se prometió que sería el
mejor hijo.

— Mira Beomie — El nombrado miro hacia la dirección donde su padre omega señalaba y
observo el agua cristalina la cuál acariciaba la arena.
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— ¡La playa! — Quitó su cinturón y se colocó de rodillas asombrado, era más bonito que en
las imágenes que había visto en el orfanato.

De pronto el sonido de un claxon llamo la atención de la familia, una camioneta Honda HR-V
blanco que conocían a la perfección, Jungkook no dudo en hacerse a un lado para que
ambos vehículos estuvieran a la misma altura, el retrovisor del copiloto se abrió y lo primero
que se vio fue la pequeña sonrisa de Seokjoon quien agitaba sus manitas saludando a
Beomie.

— ¡Hola Beomie! — El futuro alfita se veía feliz de ver a su mejor amigo.

— ¡Hola Joonie! ¡Estamos en la playa! — El castañito asintió.

Unos segundos después ambos autos se estacionaron y la desesperación de ambos

pequeños por bajar no se hizo esperar.

— Ten cuidado Joonie — Le dijo Seokjin, pero ya era tarde pues el pequeño ya había saltado
sobre el rubio haciendo que ambos cayeran sobre la arena entre carcajadas.

— Estoy bien tío Jinnie — Dijo entre carcajadas.

— ¿Solo vinieron ustedes? — Quiso saber Taehyung.

— Si, está semana a Jennie le toca pasarla con nuestra madre y Soobin no quiso venir porque
ella no iba a estar — Explicó el omega azabache.

Jungkook fue quien se acercó para poder levantar a su hijo y sobrino, justo en ese instante se
escuchó otro claxon y un auto gris oscuro apareció, al instante reconocieron que los Min
habían llegado y bueno Jimin sacando su mano por la ventana era un plus.

Cuando estos se estacionaron junto al auto de Jungkook, el omega rubio fue el primero en
salir con su cachorrito en brazos y es que Jungkook tuvo que morder su labio para no estallar
en una carcajada cuando su mejor amigo también bajo y noto que los tres tenían ropa en
conjunto.

Yoongi llevaba una camiseta que decía <Ctrl Copia> mientras la del pequeño Jihyun <Ctrl
Pega> y claramente no podía faltar la de Jimin que decía <Impresora> los tres parecían una
familia superior usando lentes de sol.
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— ¿Quién fue el de la idea? — Pregunto Namjoon sin contener la risa.

— Obviamente fui yo — Comenta Jimin quitando sus gafas — Decidí tomar con humor el
hecho que fui yo quien cargo seis meses a mi hijo en mi vientre, para que haya salido como
una copia exacta de su padre alfa.

— Amor ya te dije que si quieres puedo hacerte otro hijo — El alfa pálido lo abrazo por la
cintura.

Jimin iba a responder cuando otro auto entro al terreno era un auto azul marino, Taehyung
sabía que ese era el auto de Sehun.

— ¡Llegó el tío Sehun y el tío Luhan! — Grito emocionado el pequeño Jeon.

— Hola mi sobrino hermoso — Salió del coche para darle un beso en su mejilla — ¿Así que tu
fuiste el de esta idea? — El rubiecito asintió — Es genial — Revolvió su cabello.

Se incorporo y lo primero que resaltaba era la pequeña Sungji ya que ella traía un traje de
baño completo color verde limón que traía una especie de faldita y como siempre no podían
faltar sus colitas acompañadas de sus moñitos que Sehun amaba ponerle a su pequeña.

— ¿Que hacen todos aquí parados? — Quiso saber el beta quitando sus lentes y colocando
los seguros al auto.

— Acabamos de llegar también — Informo Seokjin sacudiendo la arena de su hijo.

— Será mejor comenzar a instalarnos en lo que llegan los demás — Sugirió Jungkook,
claramente todos estuvieron de acuerdo.

Todos caminaron por la arena hasta llegar a una casa de dos pisos, está estaba llena de
grandes ventanales y hasta la puerta era corrediza, la casa daba una preciosa vista al agua
cristalina.

— Bueno hay suficientes habitaciones así que no se preocupen — Informó el alfa más joven
abriendo la puerta corrediza.
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Por dentro la casa era aún más hermosa y acogedora, la luz la iluminaba y la fresca brisa
circulaba, los colores eran claros y le daban tranquilidad, la sala era espaciosa así que los
niños iban a poder descansar ahí después de jugar en la playa.

Todos le dieron un pequeño recorrido a la casa antes de dejar sus cosas en sus respectivas
habitaciones que fueron seleccionadas al azar.

— Papá, papá, Joonie y yo queremos ir a la playa y jugar con la arena — Suplicó el pequeño
dando pequeños brinquitos.

— Entonces vamos — Le sonrió y siguió a su hijo que comenzó a correr junto a su primo —
Namjoon llevaré a los niños a la playa a jugar — Le informó al padre del más pequeño.

— Está bien, solo Seokjin se cambia y los alcanzamos — El azabache asintió.

Taehyung llegó junto a su alfa y lo abrazo dándole un beso para después sonreírle,
realmente le estaba encantado ese día en la playa.

— ¿Lo puedo acompañar señor Jeon? — Bromeó.

— No lo sé, mi omega es muy celoso — Le siguió el juego.

— Pero si no se entera no pasará nada — Mordió su labio para contener la risa.

— Entonces acepto — Le dio otro beso en sus labios.

— ¡Rápido papá! — Grito desde la puerta el rubiecito haciendo reír a los mayores.

— ¡Ya vamos! — Le respondió el alfa entre risas.

Justo en ese momento en la sala apareció Jimin y Luhan con sus cachorritos en brazos, al
parecer estaban platicando de algo.

— Jimin, Luhan. — Llamó — Jungkook y yo iremos a la playa con los niños ¿quieren venir? —
Ofreció el castaño.

— De eso justamente estábamos hablando, solo estamos esperando a Yoongi y Sehun,

traerán un pequeño corral para los cachorros, con eso de que Jihyun ya está comenzando a
caminar y Sungji ya gatea — Explicó el rubio.
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— Entonces los vemos ahí — Ambos omegas asintieron con una sonrisa.

Antes de que Beomgyu volviera para regañar a su padre, ambos salieron de la casa y vieron
que los dos pequeños estaban sentados en las escaleras con una pequeña cubeta cada uno y
una palita.

— Si, es muy dulce... — Comento el pequeño de los Kim — Mi nariz sentirlo — Tocó su
pequeña naricita.

— ¿De verdad?... Pero yo no lo puedo sentir... — Beomie tenía un pucherito.

— Muy bien niños vamos a la playa — Anuncio el alfa.

Los cachorros gritaron emocionados y bajaron las escaleras con los adultos, una vez sus pies
descalzos tocaron la arena Taehyung no dudo ni un segundo en brincar sobre la espalda de
su alfa quien, aunque fue tomado por sorpresa reacciono rápido tomando los muslos de su
amado.

— Pareces un cachorro — Río el azabache.

— La verdad es que también es mi primera vez viniendo a la playa — Confesó.

Había crecido dieciséis años en el orfanato y al salir solo vivía para trabajar y estudiar, no
tenía tiempo para darse el lujo de ir y salir, en algunas ocasiones Chanyeol y Luhan lo
invitaron, pero no podía, el tiempo no era suficiente.

— Pues yo te llevaré a todos los lugares que quieras conocer — Lo miro sobre su hombro y le
robo un corto beso — Tú solo pídeme lo que quieras y te lo daré, movería cielo, mar y tierra
solo por ver esa bella sonrisa rectangular en tu rostro.

— Amor, eres el mejor alfa — Lo abrazo y sus lobos se acurrucaron gustosos — Te amo tanto
— Los ojos de ambos brillaron.

El magnate comenzó a caminar aún con su omega en la espalda, acercándose a los niños que
están sentados cerca de la orilla llenando sus cubetitas de arena.
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Cerca de ellos había unas sillas reclinables para que pudieran acostarse con sombrillas
especiales para el sol, Jungkook camino hasta ellas y palmeó los muslos de su amado para
que se bajara.

Taehyung entendió al instante desenrollando sus piernas de sus caderas dejando que sus
pies se llenarán de arena, el alfa por su lado se recostó en una de las sillas y le dio una suave
nalgada al menor indicándole que se recostara el también entre sus piernas, claramente el
castaño no se hizo de rogar y se acomodó entre sus piernas, recostando su cabeza en el
cálido pecho del azabache.

La relación de ellos había cambiado, claro que lo había hecho, habían pasado por mucho,
hasta la muerte y sin importar nada el destino siempre buscaba la manera para volver a
unirlos, pues Taehyung y Jungkook realmente se amaban.

Sus vistas estaban en su pequeño cachorrito, Beomgyu les dio la oportunidad a ambos de
tener un hijo, una familia, pero para Taehyung y su lobo, ese pequeño rubio es y siempre será
su cachorro. El castaño tocó su vientre en el cual reposaba las grandes manos de su alfa,
para el omega Beomie si había nacido de él, realmente lo sentía como si lo hubiera hecho,
sentía esa gran conexión y Jungkook también la podía sentir, eran una familia, solo se
necesitaban a ellos tres.

Cada uno había pasado por algo, pero juntos eran lo que más necesitaban, ninguno era
perfecto, aun así, habían logrado serlo entre ellos, Jungkook solo quería que lo amaran y
Taehyung lo hizo, Tae solo quería ser padre y Beomgyu le dio esa oportunidad, Beomie solo
quería una familia y Jungkook junto a Taehyung se la dieron.

El azabache respiró el dulce aroma de su amado omega, le encantaba embriagarse con su

aroma y ni qué decir del menor que también amaba sentirse envuelto con el del magnate.

— Mañana tendremos mucho que hacer — Soltó un suspiro.

— Tae, no pienses en eso, disfruta este día — Miro hacía un costado y miro dos siluetas
acercándose — Mira, tu padre ha llegado.

El omega se incorporó al instante con una sonrisa y sin pensarlo salió corriendo hacia el alfa
como todo un cachorro.
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— ¡Papá! — Lo abrazo. Sus ojos brillaban y su lobo meneaba la cola al sentir el fuerte y
protector aroma de Vante.

— Hey cachorro — El alfa mayor había comenzado a llamarlo así y es que la verdad sentía
que la relación entre ellos se había vuelto estrecha, era como si todos los años hubieran
desaparecido.

— Hola Tae — El hombre junto al azabache saludo, aunque se veía algo confundido.

— Señor Suho, buenas tardes — Hizo una corta reverencia y noto que el beta llevaba dos
pares de zapatos en sus manos, uno debía ser suyo y el otro de Vante.

— Yo lo invite hijo, espero no haya problema — Dijo algo apenado Vante con las mejillas
coloradas.

— Claro que no hay problema, mientras más mejor — Padre e hijo sonrieron y Suho quedó
asombrado al ver sus idénticas sonrisas.

— Taehyung... ¿Quiénes fueron invitados? — Quiso saber el beta.

— Son algunos amigos de mi alfa y míos, pero también vendrán... — Fue interrumpido.

— ¡Tae! — La voz del omega puro hizo palidecer al señor Park, pues si su yerno estaba ahí...

— ¿Papá? — Su hijo también — ¿Qué haces aquí? — El hombre giro sobre su eje quedando
frente a su hijo.

— Bueno... Yo...

— Yo lo invite — Intervino Vante con las mejillas en un tono carmesí — Espero que no haya
problema...

El rostro de Chanyeol tenía una sonrisa burlona, pues era obvio que a su padre realmente le
gustaba el señor Vante, pues el joven alfa sabía que a su padre no le gustaba la playa y aun
así ahí estaba parado junto a ese alfa y sosteniendo sus zapatos.

— No, no hay ningún problema, me parece genial que estén aquí los dos — Tomo la mano de
su omega y aún tenía una sonrisa, por un rato se le había olvidado el mal rato por haber
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tenido que aceptar llevar a ese estúpido alfa pelirrojo — Iremos a cambiarnos y volvemos —
Dijo aún con una sonrisa.

— Chanyeol... — Su padre quiso hablar, pero cuando el rubio castaño estaba a su lado se
detuvo.

— Si... Solo amigos — Se burló en un susurro logrando que las mejillas de su padre se
pintarán.

Chanyeol siguió su camino, le agradaba que su padre quisiera darse una oportunidad con
alguien más y Vante se veía una buena persona, aunque parecía que los dos se negaban
aceptar que se gustaban entre ellos.

— ¿Nadie le va a decir? — Dijo el castaño.

— Déjenlo — Suspiro el omega.

La mirada de Chanyeol se cruzó con la de Jungkook que tenía el ceño fruncido y caminaba
hacia él.

— Sabía que tenías gustos raros cuando supe que mi hermano y tú eran pareja, pero esto ya
es demasiado — Las palabras del magnate desconectaron al alfa.

— ¿Que? — Chanyeol frunció el ceño y su mirada se desvío a su mano entrelazada

descubriendo que la mano que sostenía no era la de su omega sino la del alfa pelirrojo — Oye
¿Que te pasa? — Se soltó a toda prisa.

— ¿Yo que? Tú fuiste quien me tomo la mano — Se defendió Aaron.

— Si, pero fue porque creí que eras Baek ¿Tú porque no me soltaste?

Ambos alfas comenzaron una pequeña discusión sobre, porque Chanyeol lo había tomado y
porque Aaron no lo había soltado, mientras Jungkook se deleitaba con la escena.

— ¿Quién es ese joven Baek? — Quiso saber el beta.

— Ay suegro, es un amigo de la universidad, pero Channie suele ser poco tolerante con él —
Sonrió negando.
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— Nunca vi a Chanyeol actuar celoso de esa forma, de hecho, siempre fue muy tranquilo —
Comento Taehyung también apreciado la escena de los alfas.

— Te sorprenderías de lo celoso que puede ser, además Channie tiende a no guardarse nada,
si está molesto o celoso me lo dice — El omega sonrió al recordar cuando terminaron
teniendo sexo en el sillón después de que su alfa le dijera que estaba celoso de Aaron —
Bueno iré a calmarlos — Suspiro cansado.

El joven omega azabache camino hasta ellos colocándose en medio y comenzó apuntar a
ambos, pero ni Taehyung, Vante y Suho podían entender lo que les estaba diciendo ya que
estaban a una cierta distancia.

— Hola, espero no lleguemos tarde — No hizo falta que el omega castaño se diera vuelta para
saber quién era.

— ¡Hobi! — Giro sobre su eje mirando al pelirrojo cargando a su cachorrito y a su pareja

tomada de la mano — Que bueno que hayan podido venir ¿Cómo te sientes Lisa?

— Estoy mejorando, pero Hoseok me convenció para venir... Dijo que sería bueno para mí —
Ella sonrió un poco bajando la cabeza.

— Él tiene razón, aquí te podrías relajar — Le regaló una sonrisa y la chica aún tímida se la
devolvió.

Lisa aún se sentía extraña desde ese día, por alguna razón no recordaba lo que había
ocurrido ese día lluvioso en el parque, solo recordaba haber corrido hasta llegar a casa y
luego todo se volvió oscuro, Hoseok le dijo que podía ser porque aún estaba débil y había
corrido bajo la lluvia, seguramente había sido una descompensación.

— Bueno, dejen los llevo a la casa para que se instalen — Comento Taehyung por lo cual
todos lo siguieron.

La tarde apenas había comenzado y todos ya estaban en la playa, a excepción de Aaron y

Baek que aún seguían en la casa cambiándose.
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— Que guapo se ve tu hermano vestido de negro — Suspiro fingiendo el alfa — Lo usa como si
el negro hubiera sido inventado justamente para él.

— Ay Aaron, ahorita que salgamos de una vez te aviso que nadie está disponible — Le
advirtió.

— ¿A qué te refieres? — Alzó una ceja.

— Te conozco y si quieres conservar tu cabeza junto al resto de tu cuerpo cuida tus

hormonas.

Ambos salieron de la casa y caminaron hasta la playa acercándose a dónde estaban todos y
es que mientras más se acercaban el alfa pelirrojo empezó a entender las palabras del menor
de los Jeon, lo tomo del brazo obligándolo a detenerse.

— Es... Como un paraíso... — Sus ojos parecían iluminarse y Baek solo pudo negar golpeando
su frente — ¿Cómo es posible que tanta gente bella esté en el mismo lugar? Me hace sentir un
pescado parlanchín — Fingió dolor en su pecho.

— Aaron te acabo de decir hace unos segundos que controles tus hormonas.

— Pero cómo puedes ser tan poco empático conmigo — Fingió llorar — Dijiste que somos
amigos, necesito nombre y datos importantes.

— ¿Cómo por qué?

— Es para una tarea.

— Vamos en la misma universidad — Se cruzó de brazos.

— Shh... Esta tarea solo es para la gente superior.

— Está bien — Dijo derrotado — ¿Con quién quieres comenzar?

— Mgh... — Su vista viajo por los presentes y finalmente escogió uno — Ese, se ve todo un
macho alfa — Mordió su labio.

— Él es Namjoon, es esposo de Seokjin, no te conviene tentarlo, aunque su rostro es muy

bello, podría desaparecerte del mapa, además son padres del pequeño que está jugando con
mi Beomie — Señaló a los pequeños que continuaban haciendo castillos de arena.
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— Bien... ¿Qué me dices de... ese chico rubio? Es muy sexy.

— Es Jimin, pero tampoco tienes oportunidad solo tiene ojos para su alfa Yoongi y sin contar
que ya tienen un bebé que es el pequeño del corral.

— Oh vamos ¿Que todos ya tienen hijo? No quiero ser el rompe hogares.

— Te dije que no tienes oportunidad con ninguno.

— Oye, ¿Qué me dices de él? Es muy lindo.

— ¿El señor Vante? Aaron es el padre de Taehyung.

— ¿Esta soltero?

— Bueno... Es viudo.

— Perfecto, un Sugar Daddy con el corazón en luto —Sonrió — No tengo problema con la
edad y ese hombre se ve muy bien...

— Aaron ni siquiera lo pienses — Le advirtió — Es el suegro de mi hermano.

— Pues saluda al nuevo suegro de tu sexy hermano — Sonrió emprendiendo su camino

nuevamente — Vamos, tienes que presentarme para que me conozca mi nuevo futuro
esposo.

— Diosa luna ¿Esto es algún castigo?

Ambos chicos llegaron junto a todos, los cuales hablabas y reían plácidamente, Jungkook y
Taehyung habían vuelto a su misma posición en la que estaban sobre las sillas reclinables.

Jimin por su lado estaba sentado sobre las piernas de su amado alfa mientras esté
acariciaba sus muslos siguiendo el hilo de la conversación.

Sehun estaba sentado cerca del corral para vigilar a los bebés, mientras Luhan estaba
recostado con la cabeza en sus piernas recibiendo mimos.

Namjoon estaba reclinado sobre el pecho de su esposo quien estaba pendiente de Beomie y
Seokjoon para que no se adentren al agua sin supervisión, aunque los dos pequeños se veían
muy contentos jugando con la arena.
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Lisa por su lado estaba tratando de cargar a su pequeño cachorrito, la psicóloga le había
dicho que era bueno que cargará a su bebé cada cierto tiempo, así el pequeño podría
comenzar a reconocerla como su madre, pero lo mejor era que lo haga con supervisión, por
esa razón Hoseok la tenía sostenida por la cintura.

Chanyeol estaba recostado en una de las sillas reclinables, pero al ver a su omega se sentó
indicándole que se acercará.

— Quiero presentarles a Aaron, es un compañero de la universidad — El nombrado hizo una

corta reverencia.

— Un gusto conocer a la familia de Baekhyun — El omega azabache estaba sorprendido por

ese comportamiento tan educado.

— El gusto es nuestro — Sonrió Jimin.

— Adelante no tengas pena, puedes sentarte donde gustes — Ofreció Seokjin.

— Mi esposo tiene razón, nosotros en un rato comenzaremos a hacer el almuerzo así que
ponte cómodo — Los hoyuelos de Nam no se hicieron esperar y eso casi le causa un infarto al
pelirrojo.

— Muchas gracias a todos, no quise interrumpir su momento familiar, pero Baek insistió
tanto para que lo acompañará que no pude negarme — Sonrió y la cara de Baek parecía una
poesía.

— ¿Son muy buenos amigos? — Pregunto Luhan.

El joven omega puro pretendía responder, pero Aaron se adelantó.

— Los mejores, Baek y yo somos inseparables en la universidad.

— Que bonito, Taehyung seguro son como nosotros.

— Bueno muchacho ¿Y porque no te sientas? — La voz de Vante se llevó toda la atención del
alfa pelirrojo.

Vante estaba sentado junto a Suho, ya que eran los únicos adultos, pues estaban platicando
hasta que llegó el nuevo alfa y se presentó.
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— Muchas gracias — Aaron no lo pensó y al instante se sentó junto a Vante.

Al estar más cerca de aquel hombre, Aaron pudo confirmar su belleza, tenía unas facciones
bien marcadas y es que se veía el parecido de él y Taehyung, solo que las facciones de
Taehyung eran más dulces.

El sol no tardó para estar en lo alto del cielo y es que la brisa era lo mejor, todos estaban
pasando un gran rato.

— ¡Papá! ¡Papi! — Llegó corriendo el pequeño rubio — Quiero entrar al agua — Pidió con un
puchero.

— Yo también — Dijo de igual forma Seokjoon a sus padres — Agua... Nadar.

— Los pequeños tienen razón, vamos un rato al agua — Dijo Jimin poniéndose de pie.

— ¿Y los bebés? Yo sí pienso dejar que Sungji entre a agua, pero más al rato.

— Descuiden, yo no pienso entrar, me quedaré aquí con Lisa y Hongseok así que puedo
cuidarlos mientras — Comento Hoseok.

— Yo tampoco voy a entrar al agua, ya estoy algo grande para eso, además prefiero
quedarme y preparar la comida — Suho nunca fue amante de la playa, pero ahí estaba
porque un tierno alfa lo había invitado.

— Que dices, Suho aún eres joven, pero está bien, me quedaré y te ayudaré con la comida —
Como siempre que Vante le dirigía la palabra al beta sus mejillas se pintaron.

— Muy bien cariño, entonces ven aquí para que te coloque el bloqueador solar — Le dijo Tae
a su hijo el cual no protestó.

Con cuidado el castaño coloco un poco del bloqueador en sus manos y con suavidad
comenzó a esparcir la blanca crema por las áreas expuestas de la piel de su cachorro, al
terminar le ofreció el bloqueador a Seokjin para que le aplicará un poco también a Joonie.

— ¡Vamos! — Grito emocionado Beomie.

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Todos los adultos que entrarían al agua se pusieron de pie, y se acercaron a la orilla, pero el
que iba más atrás era Aaron quien detuvo a Baek por el brazo.

— ¿Qué? — Lo miro confundido.

— Solo espera... — Sonrió mordiendo su labio.

El azabache puso su mirada en la misma dirección que su amigo y ahí fue donde noto como
su hermano retiraba su camiseta negra dejando su trabajado cuerpo a la vista, seguido de
Namjoon que también lo hizo, Yoongi lo hubiera hecho, pero su piel al ser muy blanca se
podría ver afectada por el sol así que se quedó con su playera de <Ctrl Copia>.

— Lo ves, para esto fue que quería venir, siento que ya puedo morir tranquilo.

— Eres un maldito mil amores, ¿Nunca has pensado sentar cabeza con alguien? — La viva
sonrisa del alfa cambió y por un segundo su rostro se veía diferente, aunque volvió a retomar
su sonrisa.

— No, prefiero ser así, sin ataduras ni nada, iré al agua ¿Vienes? — El menor se quedó
pensativo por ese repentino cambio, pero no quiso insistir.

— Si...

— Muy bien, puedes cerrar los ojos si sientes que es mucho para tu salud — Le guiño el ojo
antes de quitarse la camiseta, ahí estaba nuevamente Aaron y sus juegos.

Ambos corrieron hacia el agua, pero Baek se desvío para ir con su alfa quien lo estaba
esperando en la orilla para que entrarán juntos.

— Se que es tu amigo, pero no puedo evitar ponerme celoso cuando te veo sonreír con el —
Le dijo al tomar su mano.

— Channie, pero mis mejores sonrisas solo son para ti — Se colocó de puntitas para poder
alcanzar sus labios y aun así el rubio castaño se tuvo que inclinar — Solo hay espacio en mi
corazón para dos personas por el momento.

— ¿Dos? — Frunció el ceño.

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— Tú y nuestro cachorro — Acarició su aún vientre plano — Y digo por el momento, porque
no sé, a lo mejor en un futuro también le podemos dar un hermanito — El lobo del alfa
meneo la cola entusiasmado.

Baek realmente era su todo y lo volvía loco, todo en él era perfecto.

Por otro lado, Taehyung y Jungkook se quedaron cerca de la orilla por precaución de su
cachorro, al igual que los Kim, para cuidar a Seokjoon, aunque aun así eso no quitaba que se
estuvieran divirtiendo.

En cambio, Yoongi, Jimin, Sehun y Luhan se encontraban más adentrados a lo hondo, Luhan
estaba colgado de Sehun ya que, si sabía nadar, pero se cansaba muy rápido así que prefería
que su esposo lo sostuviera.

— ¿Que les parece si jugamos? — Dijo Jimin mientras llevaba su cabello rubio hacia atrás en
un intento por peinarlo.

— ¿Jugar a qué? — Se sintió intrigado Luhan.

— Lucha en el agua — Jimin y Luhan era muy buenos amigos y les gustaba ser competitivos
entre ellos también.

— ¿Pero solo nosotros? — Quiso saber Sehun — Podemos decirle a Jungkook, Tae, Namjoon
y Seokjin si quieren jugar — Sabían que Baek no podía participar ya que estaba en estado y
Chanyeol no querría jugar sin su omega, y Aaron, pues no tenía una pareja para el juego y
claramente Chan y él no serían una pareja.

— Quién sabe, dejen les pregunto — Aviso Yoongi acercándose un poco a ellos quienes
jugaban a tirar una pelota con sus hijos — ¿Chicos quieren jugar luchas en el agua?

— Suena divertido, pero no podemos dejar solos a los niños — Informa el alfa azabache
quien tenía a Beomie sobre sus hombros.

— Si, Jungkook tiene razón — Puchereo Taehyung, pero aun así prefería pasar el rato con su
hijo y alfa.

— No me gustan mucho esos juegos — Dijo Seokjin.

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— Está bien, entonces jugaremos nosotros — El alfa pálido volvió con su esposo y amigos, no
paso mucho tiempo cuando se comenzaron a escuchar las risas a la distancia.

Jimin estaba sobre los hombros de Yoongi, mientras Luhan sobre los de Sehun, ambas
parejas parecían no querer darse por vencidas, pero Luhan jalo el brazo de Jimin y justo
cuando esté trato de soltarse, lo soltó haciendo que el rubio se fuera hacia atrás cayendo al
agua.

— ¿Ustedes quieren ir? — Pregunto Beomie.

— Oh no cariño, nosotros queremos estar aquí contigo — Le aseguro Taehyung a su hijo.

— Pero papá dijo que sería divertido...

— Entonces ¿Qué te parece si lo jugamos nosotros también? — El futuro omeguita miro a su

padre — Tú y yo, contra Joonie y Namjoon ¿Que dicen?

— Siii, yo querer — Aplaudió el futuro alfita desde los hombros de su padre.

— Muy bien, si Joonie quiere, no puedo negarme — Dijo Namjoon con una sonrisa.

Tanto Taehyung, como Seokjin se alejaron un poco para verlos a ellos jugar, Beomie y Joonie
se habían tomado de las manos y reían a carcajadas porque ninguno estaba haciendo fuerza
para tirar al otro y más bien parecía que estaban bailando.

Una hora había pasado y el primero en salir del agua había sido Tae quien aseguraba salir
porque estaba cansado y fue seguido por Baek que moría de hambre y su hijo le estaba
exigiendo que lo alimenté.

— Suegro, ¿No tendrá comida para su yerno y nieto favoritos? — Batió sus pestañas mientras
Chanyeol le colocaba una toalla para cubrirlo del frío.

— Eres mi único yerno y ese cachorro mi único nieto también — Río el beta dándole un plato
con carne y unos cuantos guisos para acompañarlo.

El omega lo tomó gustoso y se sentó sobre su alfa para comer y darle un poco también a él,
para Baek la comida era sagrada y no se debía compartir, pero con su alfa siempre había una
excepción.
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— ¿Y eso que te saliste hijo? — Quiso saber Vante.

— Ah... Es que me suele dar sueño cuando paso mucho tiempo en el agua, así me pasa
cuando Jungkook y yo entramos a la alberca en casa — Sonrió apenado mientras se cubría
mejor con la toalla y se acurrucaba en el asiento reclinable.

Vante dejo lo que estaba haciendo y se sentó junto a su hijo tomando otra toalla, para
después tirar del omega hacia él y cubrirlo con la intención de secarlo un poco mejor.

— ¿No tienes hambre? — Taehyung parecía un pequeño cachorrito, tenía los ojos cerrados
dejándose consentir por su padre.

— Solo un poco, comí mientras veníamos, así que voy a esperar a que Jungkook y Beomie
salgan del agua para comer.

— Si tienes hambre deberías comer, Suho, podrías darme un poco para Tae — El beta asintió
al instante.

— Pero papá...

— Nada de peros hijo, cuando Jungkook y Beomie salgan puedes volver a comer otro poco.

— Está bien — Vante volvió a su tarea de secar lo más que podía a su hijo, lo que menos
quería era que se pueda enfermar.

Una media hora después Jimin y Luhan salieron del agua para ir por sus cachorros, ambos
pequeños al tocar el agua comenzaron a patalear de la emoción, aunque al principio Sungji
se veía confundida al no poder ver dónde estaba, aun así, dejo que las suaves olas la
empujaran en un tranquilo vaivén y al escuchar las risitas de Jihyun ella también comenzó a
reír.

No paso mucho tiempo para que los demás comenzarán a salir del agua y fueran a la casa a
darse una ducha, pues la comida ya estaba lista.

— Mira papi, mis dedos parecen unas pasitas — Mostró sus dos manitas — ¿Ya viste abuelo
Vante?

— Claro que sí Beomie — Le sonrió su abuelo.

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— Me gusta la playa — La felicidad se veía iluminada en su rostro.

— A mi gustar, la playa con Beomie — Dijo Joonie abrazando al rubiecito.

Cuando finalmente todos estuvieron sentados comenzaron a comer gustosos, haber estado
jugando tanto en el agua los había dejado hambrientos.

— Esto está muy rico, 10 de 10 — Dijo Luhan — Que buen equipo hacen, me recuerdan a Tae y
Chanyeol cuando se gustaban en la universidad, solo que ustedes no se gustan — Bromeó el
omega, pero en vez de verlos reír escucho a ambos adultos ahogarse con sus bebidas.

Taehyung miro a su padre y Chanyeol aguanto la risa, parecía que nadie había entendido lo
que sucedió solo el rubio castaño.

— Esperen ¿Cómo que se gustaban? — Pregunto Aaron, y es que no pudo evitarlo, su

chismosa interior necesitaba saber.

— Si, en la universidad — Continúo Luhan y Taehyung solo se quería ocultar bajo la mesa.

— Fue hace mucho — Río nervioso.

— Realmente fue hace 2 años y medio, pero bueno — Dijo Jungkook comiendo un trozo de
carne.

— Kookie no me estás ayudando — Le dijo entre dientes su omega.

— ¿Y qué paso? — Aaron aún estaba interesado en saber.

— Obviamente llegó el poder de los Jeon y ¡Boom! — Río Jimin haciendo una maniobra con
sus manos de una bomba explotando.

— Hey, me gusta cómo suena eso — Dijo Baek.

— Así que aquí, todo queda en familia... Que genial.

— Óyeme no, yo siempre he estado con mi Yoongi.

— Y yo con Sehun.

— ¿Seguro Luhan? ¿Te recuerdo la feria? — Lo miro su beta.

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— No hice nada, no me dejaste así que no cuenta — Se encogió de hombros y siguió

comiendo.

— Está familia es genial — El comentario de Aaron hizo reír a todos, excepto a Lisa porque,
aunque ahora la invitaran a las reuniones aún le costaba acoplarse.

La comida continúo y estuvieron platicando de todo un poco, bromearon un poco, Baek y

Aaron de vez en cuando hacían comentarios sarcásticos y es que para Jungkook era como si
ese alfa fuera otro Baekhyun.

Después de la comida, todos recogieron juntos y mientras unos limpiaban otros llevaban a
los cachorros a dormir, no porque fuera tarde, sino porque los pequeños estaban agotados
por ese día.

Cuando todo estuvo hecho, todos se reunieron en la azotea, el cielo acababa de ponerse en
un azul profundo y todos estaban descansando con sus respectivas parejas, bueno Aaron de
vez en cuando le hacía cumplidos a Vante que lo hacía sonrojar y claramente eso no le
agradaba mucho a Suho, no iba aceptar que ese universitario le estaba provocando celos.

— Saben, esto de ser padres es una bella etapa, pero también es agotador — Comento Luhan
estirándose y siendo abrazado por su esposo.

— Es verdad, pero no cambiaría por nada mis noches de desvelo si puedo ver el bello rostro
de mi gatito en las mañanas.

— Lo que yo digo, es que creo que nosotros también merecemos diversión — Se incorpora el
omega azabache — Salgamos alguna discoteca — Sugirió.

— No lo sé... — Dice Taehyung.

— Yo sí quiero ir — Contesta Baekhyun con emoción — Recuerdo que cuando viajaba me

gustaba visitar discotecas.

— Pero todos somos adultos ahora y tenemos responsabilidades — Recuerda Seokjin —

Claro que sería divertido, pero no tenemos tiempo.

— Entonces vayamos ahora que estamos todos juntos — Trato de convencerlos Luhan.
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— Luhan, parece que no estás escuchando, pero nuestros hijos están dentro de la casa
durmiendo, no podemos irnos simplemente así — Dijo obvio Seokjin.

Un silencio se hizo presente, tal vez los demás tenían razón, no podían irse a divertir y dejar a
sus hijos sin supervisión y no conseguirían una niñera a esa hora.

— Si quieren ir a divertirse, yo me puedo quedar a cuidar a los cachorros — Ofreció Vante.

— No, claro que no suegro, no podríamos dejarlo solo con todos los niños, no hace falta — Se
negó Jungkook.

— Pero si mi padre se quedará hacerle compañía al señor Vante yo creo que no habría ningún
problema, son dos adultos responsables — Sugirió Chanyeol — ¿No?

La vista se Suho va hacia su hijo y después al rostro iluminado del tierno alfa.

— Si... Yo puedo quedarme con Vante y cuidar de los cachorros...

— Bueno, si ambos se quedarán yo me sentiría más tranquilo — Dijo Namjoon — Creo que no
sería mala idea.

— Yo también prefiero quedarme — Dijo Lisa cabizbaja.

— Creo que te haría bien divertirte un poco cielo, has estado algo decaída — La abrazo
Hoseok.

— Pero... ¿Y Hongseok?...

— Él estará bien — Beso su frente con suavidad para trasmitirle tranquilidad.

— No lo sé... — Taehyung aún se veía indeciso.

— Vamos Taehyung, tú nunca has ido a una discoteca — Alentó Chanyeol — Nuestros padres
pueden cuidar de los cachorros.

— Yo sí me apunto — Dice con una sonrisa Aaron.

— Chanyeol tiene razón amor — Le susurro al oído solo para que él lo escuché — Será
divertido, además sería una buena oportunidad para invitarte a bailar... — Beso su marca
discretamente sabía que Taehyung era débil cuando hacía eso.
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— E-está bien...

Después de estar unos minutos debatiendo finalmente todos terminaron aceptando de tener
una noche de adultos, mientras Suho y Vante se quedaban en la casa para cuidar a los
cachorros.

Una hora después todos ya estaban listos para irse y estaban frente a la casa, con ambos
mayores enfrente dándoles un par de indicaciones.

— Beomie y Joonie no creo que despierten ya que están durmiendo juntos y suelen
despertar hasta el otro día, pero sería bueno que los fueran a ver cada determinado tiempo
— Explicó Seokjin.

— Jihyun es muy tranquilo, ama dormir así que no creo que se despierte, pero si lo hace solo
tienen que mecerlo un rato y se quedará dormido.

— Sungji con que le den una mamila estará dormida toda la noche, pero si hacen algunos
ruidos despertarán a la fiera y no hay quien la pare — Suho se veía preocupado al saber esa
información, se sentía padre primerizo.

— Bueno... Hongseok... Él suele llorar un par de veces... Aunque en otras ocasiones es muy
tranquilo, no sabría cómo se comportará esta noche... Pero por cualquier cosa, en su
maletera hay una almohadita de un sol con el aroma de Hoseok, si se la dan se quedará
dormido nuevamente — Comento la alfa aún dudosa de irse y dejar a su hijo.

Una vez todos dieron sus indicaciones se despidieron.

— Papá, si algo llega a pasar, llámame, estaré al pendiente de mi móvil — Le pidió Taehyung.

— Hijo, todo va a estar bien, ve y diviértete con Jungkook — Beso su frente con cariño.

Un poco más alejados estaban Chanyeol y su padre.

— Papá, creo que este puede ser tu momento.

— ¿Mi momento? — Frunció el ceño.

— Con Vante...
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— Chanyeol, te lo dije está mañana, solo somos amigos, deja de hacerte ideas equivocadas.

— Pero si veo la forma en la que se miran.

— Basta Chanyeol, ya no quiero hablar de eso, Vante me agrada, pero solo es eso, además no
creo que él pueda fijarse en alguien como yo.

— Si no lo intentas no lo sabrás nunca, pero es tu decisión — Sin más se dio la vuelta y fue
hasta Baekhyun.

Suho soltó un suspiro y se acercó a Vante viendo como dos de los autos se iban alejando,
decidieron que lo mejor era repartirse entre dos de los autos.

Una vez los autos desaparecieron de su campo de visión, el alfa soltó un suspiro
abrazándose así mismo, estaba comenzando a hacer frío.

— Si gustas podemos entrar a la casa — Escuchar la forma en la que el castaño había dicho
esas palabras hicieron que el lobo de Vante mal interpretara lo dicho, como si fueran una
pareja que vive juntos, eso volvió a pintar sus mejillas — Otra vez se puso rojo tu rostro...

— ¿Sí?... D-debe ser el frío... Mejor si hay que entrar... — Desvío su mirada entrando a la casa
dejándose abrazar por la calidez del interior.

— ¿Gustas un café?

— Yo... No tomo café...

— Claro, te gusta beber las cosas dulces, entonces ¿Qué te parece un té? — Vante sonrió.

— Eso si me gustaría.

Ambos fueron a la cocina, el alfa se sentó frente a la isla de la cocina y se recargo contra está
mientras observaba como preparaba el té Suho.

— ¿Y cómo te ha ido con tu divorcio? — El beta lo miro y Vante quiso golpearse por no haber
pensado mejor su tema de conversación — Perdón... Eso fue imprudente... No tienes que
decirme, es tu vida privada y...

Sus palabras se quedaron en el aire cuando el castaño apoyo sus manos en la isla
acorralando al alfa, la cercanía de ambos puso aún más nervioso a Vante.
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— Siempre hablas mucho... — El azabache trago grueso y por alguna extraña razón su lobo
meneo la cola, su animal nunca se había comportado así con nadie que no fuera Bora.

— S-solo... Cuando estoy nervioso... — Confesó.

— ¿Y porque te pones nervioso conmigo? — Sus ojos brillaron púrpura incitando que los del
alfa brillaran rojos.

— Yo... No lo sé... Suho... Creo que estás muy cerca — Puso sus manos sobre el fuerte pecho
del mayor, pero su lobo no lo dejo alejarlo.

Las palabras de Chanyeol estaban haciendo eco en la mente de Suho y su lobo realmente le
estaba exigiendo que haga algo con ese lindo y sonrojado alfa.

— Suho... Apártate — Exigió el alfa puro, pero sus ojos brillaron rojos.

— Entonces suelta mi camisa... — La mirada de Vante fue hacia sus manos que se aferraban
con fuerza a esa camisa.

El corazón del azabache estaba latiendo muy de prisa, sus ojos contemplaron el rostro del
beta frente a él, se sentía nervioso, pero a la vez también sentía algo más, algo que no sabía
cómo describir, porque le asustaba.

— No... podemos hacer esto... — Suho se sentía perdido en esos bellos ojos.

— ¿Por qué?... — Vante fue tirando más de la camisa del beta acortando su distancia.

— No lo... Se... — Sus alientos se acariciaron.

El alfa fue quien puso fin a la distancia entre ellos, todo estaba pasando muy rápido, qué
ninguno estaba pensando con claridad, pero sus instintos los hacia dejarse llevar.

Las manos de Vante seguían aferradas a la camisa del castaño, pero las del mayor habían
encontrado la cintura del alfa, sus lenguas se tocaban con timidez. Para el azabache ese
había sido su primer beso después de veintidós años en los que estuvo en la espera de Bora,
así que no recordaba muy bien como era dar un beso.

Pero a Suho no le importaba que las respuestas del menor fueran torpes, porque ese beso
con ese alfa de sonrisa rectangular estaba haciendo brincar a su lobo.
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El primero en separarse también fue el azabache y al instante apartó al beta cubriendo su

boca, no podía creer que se había besado con un hombre que aún tenía esposa, era verdad
que ya no la amaba, pero legalmente seguían casados.

— No vuelvas a besarme — Se bajó del asiento con las mejillas a punto de explotar de lo rojas
que estaban.

— Fuiste tu quien me beso — Sonrió Suho.

— Pues... No vuelvas a dejar que te bese — Trato de fingir molestia, pero su vergüenza solo lo
hacía ver tierno, así que trato de irse.

— ¿Aún vas a querer tu té? — El alfa se detuvo.

— Si... Voy a estar en la sala — Y sin más se fue corriendo.

Suho paso sus manos sobre su rostro, había besado a Vante, más bien él lo beso, bueno,
aunque eso era lo de menos, se habían besado, si Chanyeol se enterará no lo dejaría de
molestar y más después de haberle asegurado una media hora atrás que no le interesaba.

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por Srta_YoonTae

La música a todo volumen junto a las luces de colores, reflejaban aquella discoteca, el golpe
de calor chocó contra los cuerpos de todos apenas entraron.

En aquel lugar la mayoría bailaba y restregaban sus cuerpos con personas que seguro ni
conocían, todos se veían sorprendidos, a excepción de Baekhyun, Chanyeol, Luhan y Aaron
que parecían peces en el agua y sus rostros tenían unas grandes sonrisas.
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La música era tan alta que no creía que pudieran hablar a gusto, por lo cual Jungkook,
Yoongi y Namjoon fueron y pidieron que les dieran una mesa en el área VIP que era en el piso
de arriba donde seguro sería más tranquilo.

Todos estaban en una gran mesa y el mesero no se hizo esperar llevando un trago para cada
uno cortesía de la casa.

— ¡Es hora de divertirnos! — Grito con entusiasmo Aaron, y Baek no se hizo esperar alzando
los brazos.

Pero antes de que el Omega pudiera beber el trago que se le había entregado fue detenido.

— Baek no puedes tomar alcohol, te recuerdo que estás en cinta — Le recordó su Alfa y el
menor hizo un puchero.

— P-pero...

— Así es la vida Baekie — Se burló Luhan tomando su propio trago — Cuando yo estuve
embarazado, Sehun no me dejaba salir y si lo hacía tenía que ser con él, pues mi embarazo
fue de alto riesgo, pero aun así lo disfruté mucho gracias a mí lindo Beta super dotado — Lo
abrazó.

— Descuida Baek, yo no pienso tomar esta noche, nunca me ha gustado mucho el alcohol y
la única vez que lo hice fue en la boda de Jimin y al día siguiente desperté en la cama de tu
hermano — Sus mejillas se colocaron al recordar ese día que parecía tan lejano.

— Como olvidar el día que te dije te amo y a la mañana siguiente te habías escapado — El
color carmesí coloro aún más las mejillas.

— No escapé, solo fui a despedirme de Chanyeol al aeropuerto.

— ¿Entonces el día de la boda de Jimin fue su primer te amo? — Taehyung sonrió asintiendo
ante la pregunta de Seokjin.

— Si, esa fue la primera vez que Jungkook me lo dijo, ya después yo se lo dije.

— La verdad es que esa no fue la primera vez que te dije te amo — El Alfa bebió su trago y
sonrió.
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— ¿Ah no? Entonces ¿Cuándo fue la primera? — Taehyung se veía confundido no recordaba
que su Alfa anteriormente le hubiera dicho esas palabras.

Jungkook solo miro los bellos ojos de su amado y sonrió.

***
Los últimos segundos que les quedaron, los usaron para decir sus últimas palabras.

— Te amo.

— Te amo.

Antes de cerrar los ojos y sumirse en un sueño. Pero lo que no sabían, es que uno de ellos sí fue
consciente de sus palabras y las había dicho siendo él mismo, pero aún no estaba listo para
confesarlas. Tenía miedo. Prefirió callar y esconderse tras la máscara de su lobo.

***

— Es un secreto... — Le susurro aún con una sonrisa besando sus labios.

— Mira nada más, quién te viera Jungkook, no sabía que eras tan romántico — Lo molestó
Yoongi, pues él era el que lo conocía de años y al ser su mejor amigo sabía que él no era
alguien que dijera "Te amo" primero.

— Aunque ahora que recuerdo ¿Cómo sabías que estaba en el aeropuerto? — Taehyung lo
miro interrogante.

— Fui yo quien le aviso — Dijo Chanyeol bebiendo su trago de golpe — Te conozco bien Tae,
sabía que sin importar nada tú ibas a llegar al aeropuerto, así que le dije a Jungkook que
estarías ahí.

— Todos sabemos que Taehyung es así, tan gentil y transparente, siempre ve por los demás
antes que él — Dijo Luhan bebiendo el trago del castaño ya que había dicho que no tomaría.

El inicio de la noche fue tranquilo, primero disfrutaron un rato entre platicas triviales y un
par de tragos, hasta que las primeras incoherencias comenzaron a salir de la boca de
algunos.
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Los primeros en caer ante los efectos del alcohol habían sido Luhan, Jimin, Chanyeol y
Aaron, el resto si estaba algo mareados, pero seguían cuerdos con lo que hacían y decían, a
excepción de Baekhyun, Taehyung y Sehun que no estaban tomando.

— Se los juró, yo realmente me siento ofendido con la madre Luna — Fingió llorar Jimin — Yo
lo cargue seis meses, es tan injusto — Bebió su trago — Es tu culpa Min Yoongi — Lo apuntó
con su dedo.

— Amor, yo quería que fuera como tú, con tu hermoso cabello rubio.

— Yo quiero que mi hijo sea como mi hermoso Baekie — Chanyeol abrazó a su Omega
acurrucándose.

— Ay sí, no tengo problema con esperar a ese cachorro y poder casarme con él — El pelirrojo
trato de abrazar a su amigo de igual forma, pero Chanyeol le gruñó.

— No lo toques, es mío — Aaron como todo un cachorro se cruzó de brazos sacándole la

lengua al mayor.

— No sabía lo poco tolerantes que son con el alcohol — Dijo sorprendido Taehyung al ver las
actitudes del resto.

— Por eso no suelo tomar cuando Luhan lo hace, prefiero estar sobrio y cuidar de él —
Comento el Beta bebiendo un cóctel sin alcohol.

— Es injusto, yo también quería beber — Puchereó el Omega puro — Es mi primera salida con
todos y no puedo beber — Suspiró.

Chanyeol seguían discutiendo con Aaron el hecho que Baek era suyo y que no lo dejaría
acercarse a su cachorro, pero el Alfa pelirrojo solo lo provocaba más.

— Bien. Suficiente, iré a los sanitarios — Se levantó.

— Me estoy aburriendo... — Dijo Jimin alargando la "O" al final mientras dejaba caer su
cabeza en la mesa — Quiero bailar — Se levantó de golpe — Si, vamos a bailar.

— Yo le entró — Lo apoyo Luhan, cuando ellos dos se juntaban no había quien los detuviera.
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Cada uno tomo a su esposo y lo comenzó a jalar para bailar, tanto Yoongi como Sehun no
pudieron ni protestar pues sus Omegas ni tiempo les dieron.

Taehyung no pudo evitar reír al ver la emoción de sus amigos, desde arriba podía verlos
como se adentraban entre la multitud de gente buscando un buen sitio para bailar.

Por su lado Namjoon no tuvo que decir nada, pues con solo extenderle su mano a su amado
esposo este la tomó y juntos fueron a la pista.

La vista del castaño seguía en sus amigos hasta que una mano acarició su muslo con descaro
sintiendo una respiración en su cuello erizándolo por completo, no hacía falta voltear para
saber que era el hombre que lo hacía gemir por las noches, su fuerte aroma lo envolvía y su
lobo meneaba la cola.

— ¿Te gustaría bailar?... — Le susurro besando el hueco de su cuello.

Jungkook si había bebido, pero él solo tenía dos formas de actuar cuando tomaba alcohol, o
muy mimoso o muy caliente.

La mente de Taehyung se sintió algo desconectada por las caricias en su muslo y lo único
que pudo hacer fue asentir.

El magnate no perdió el tiempo y tomo la cintura de su amado para ayudarlo a bajar por las
escaleras hasta la pista donde se encontraban sus amigos.

En la mesa solo habían quedado, Chanyeol y Aaron, aunque esté último fue detrás de una
linda Omega que le había guiñando un ojo, claramente él no perdería el tiempo y menos si es
un polvo con alguien sexy.

Y en el otro extremo de la mesa estaban Hoseok y Lisa, en toda la noche ella no había dicho
nada, pero el Alfa había notado que Lisa no había dejado de hacer basuritas con las
servilletas bajo la mesa, estaba nerviosa y trataba de mantener sus manos entretenidas.

El mayor suspiró y la tomó de las manos para que se detuviera, no le gustaba verla así, sabía
que estaba así por Hongseok.

— Él está bien — Le aseguro — Debes divertirte un rato.

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— Pero... ¿Y si se despierta?

— El señor Vante y el señor Suho sabrán que hacer — Besó sus manos — Ven...

Tiro un poco de sus manos cuando él se puso de pie, al instante ella también lo hizo.

— ¿A dónde vamos?...

— Vamos a divertirnos un rato — La Alfa detuvo su paso y negó tratando de retroceder, pero
Hobi se lo impidió — Hey, solo será una canción, si no te sientes cómoda volvemos a subir,
pero date la oportunidad, todos se están divirtiendo, tú también te lo mereces.

La azabache que tenía baja la cabeza la alzó un poco encontrándose con esos ojos tan
brillantes y esa sonrisa que tanto la tranquilizaba, ella confiaba en Hoseok. Con algo de duda
terminó asintiendo.

— ¿Solo... Una?... — El pelirrojo río un poco y asintió.

— Solo una, a menos que tú quieras que bailemos otra — La joven desvío la mirada algo
sonrojada, pero por la poca luz del lugar no se pudo notar.

Los dos bajaron por las escaleras tomados de la mano, para Lisa todavía era nuevo estar con
alguien que le prestará atención solo a ella, Jungkook fue lo único que tuvo como pareja,
pero él solo la buscaba cuando quería sexo y nada más, el hecho que Hoseok la tomé de la
mano, la trate de esa forma y le diga tantas cosas bonitas, la hacía sentir extraña, pero
también tenía que aceptar que le gustaba, sentía que podía ser especial para alguien.

Cuando por fin llegaron a la pista por un lado estaban Jimin y Luhan quienes les bailaban de
manera sensual a sus esposos, un poco más alejados estaban Namjoon y Seokjin, parecía
que era un baile especial de ellos, pero se veía que se estaban divirtiendo.

A unos cuantos metros de distancia se encontraba Jungkook quien sostenía las caderas de
Taehyung, el cual le estaba dando la espalda a su Alfa, ambos bailaban al ritmo de la música
y sus cuerpos parecían uno solo con sus movimientos, las caderas del castaño se movían con
sensualidad contrastando con los sexys pasos del Alfa, ambos parecían perdidos en sus
mundos, pues mientras bailaban el mayor besaba el cuello de su amado Omega y parecía
susurrarle algo al oído.
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Hoseok se detuvo en un espacio libre y miro a la azabache que continuaba con la cabeza
baja, realmente quería que ella se divirtiera, siempre la veía así, con la mirada perdida, como
si tuviera miedo de ella misma, quería verla sonreír, que conviviera a gusto con el resto.

— Lisa. — La llamó un poco alto para que lo escuchará y tuvo una respuesta positiva pues
ella alzó la mirada — Quiero que te diviertas — Gritó algo alto, pero ella frunció el ceño sin
entender sus palabras debido a lo alto de la música.

— ¿Que? — Hoseok se acercó al rostro de ella y le habló al oído.

— Quiero que dejes tu dolor de lado por esta noche... Y me gustaría darte parte de mi
felicidad... — Se alejó un poco para mirar sus expresivos ojos que tanto llamaron su atención
la primera vez que los vio.

— ¿Cómo lo hago?... — Volvió a bajar la mirada — No es tan fácil, me asusta ser la mala... No
ser alguien buena para ti... No ser una buena madre para nuestro hijo... No ser...

Las grandes manos del pelirrojo tomaron con suavidad las delicadas mejillas de la Alfa
acercándola a su rostro, ella lo miro con asombro colocando sus manos sobre las de él.

Hoseok miro sus bellos y rosados labios que había besado de forma contada. La acercó más
a él provocando que sus labios se rosaran, él estaba listo por si ella quisiera rechazarlo, pero
solo sintió como Lisa tomo con más fuerza sus manos, al mirar sus ojos notó que los tenía
cerrados y su respiración era pesada. Sonrió y con gentileza juntó sus labios.

Chanyeol seguía sentado esperando a que Baekhyun volviera del baño, todos se habían ido a
bailar y se había quedado solo, aunque Baek ya había tardado algo en regresar.

— Hola. — La mirada del Alfa fue a parar en un Omega. El chico era delgado, usaba ropa
ajustada y algo provocadora, tenía un rostro atractivo y su sonrisa era linda, aunque prefería
mil veces a Baek cuando se colocaba su ropa y se marcaba la diferencia de tamaños — Iba ir
a bailar, pero al ver qué un Alfa tan guapo como tú estaba solo, no sé, pensé que te gustaría
compañía. — Sonrió de forma coqueta.
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— No gracias, estoy bien. — Chanyeol nunca era grosero y aunque haya bebido alcohol sabía
controlarse.

— Vamos, porque alguien tan atractivo como tú, vendría solo a un lugar como este — Se
acercó peligrosamente y trato de tocar su hombro, pero el rubio castaño fue más rápido y se
apartó evitando el contacto.

— No me toques y no vengo solo — Realmente quería mantenerse serenó.

— Pues yo no veo a nadie contigo — Está vez quiso volver acercarse, pero una voz lo detuvo.

— Pues aquí estoy — El ceño de Baek estaba fruncido y sus puños estaban apretados — Y
creo haber oído que te pidió que no lo tocarás, así que apártate.

— Vamos ¿Y tú qué niño? Esto es asunto de mayores — Se río y miro a Chanyeol — Guapo,
dile a tu hermanito que no se meta.

— ¿Acabas de llamarme niño? — Sin titubear se acercó al tipo frente a él, pero Chanyeol lo
tomó por la cintura antes de que pudiera tirarse sobre el otro Omega — Mira imbécil, te
aconsejo que controles esa estúpida boca que tienes, porque este niño te la romperá si
vuelves acercarte a Mi Alfa — Sus ojos brillaron con un intenso color naranja, su lobo gruñó
queriendo salir.

— No eres nadie para decirme lo que tengo que hacer, deberías tenerme respeto por ser
mayor que tú — Claro que el Omega estaba sorprendido por el color inusual en los ojos de
ese escuincle, pero no sé dejaría intimidar.

— Baek... Cálmate, no le hagas caso — Chanyeol sabía muy bien porque su Omega estaba
actuando de esa forma, sin duda era porque estaba en cinta y en esa etapa los Omegas
suelen ser celosos y posesivos con sus Alfas, pero Baek era un Omega puro, realmente no
sabía hasta donde podía llegar sus celos — Será mejor que te vayas, no me interesas. — Lo
miró de manera fría.

— Te voy a mostrar quien le debe de tener respeto a quien — Volvió a gruñir el azabache
intensificando el color de sus ojos — Baja la cabeza y pídeme perdón.
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Tanto el cuerpo del chico como el de Chanyeol temblaron ante la voz de Omega de Baek,
estaba claro que una voz de Omega solo servía para tranquilizar, pero la de Baek podía llegar
a la fuerza que la de un Alfa normal.

Pero el Alfa fue el único que supo al instante que aquel que hablaba no era Baekhyun, sino su
lobo.

El Omega desconocido retrocedió un paso luchando por no bajar la cabeza, pero la mirada
intensa del menor lo hacía temblar, forzándolo a bajarla.

— P-per... — No quería decirlo, pero era como si la voz se le escapara de la garganta — Lo

siento...

— Buen chico — Sonrió el menor, su Alfa también seguía aturdido, por lo cual el agarre en la
cintura se había aflojado dándole la oportunidad al joven Jeon de voltearse — Espero te haya
quedado claro que no está solo — Con descaro tomo el rostro de Chanyeol besándolo, pero
mirando directamente al otro Omega, el cual solo pudo dar media vuelta e irse.

Sus labios se acariciaban y sus dientes mordían, al mayor se le había olvidado por completo
lo que había pasado con el otro Omega dejándose embriagar por el dulce y empalagoso
aroma de su pareja, su lobo estaba completamente sumiso ante el menor de los Jeon.

Pero unos gritos y estruendos se escucharon provocando que su beso se terminará y ambos
volvieran a la realidad, los ojos de Baek volvieron a su color negro y Chanyeol volvió a tomar
el control de él mismo, se miraron unos segundos antes de ir a las escaleras, el alboroto
venía de la pista de baile.

No sabían cuánto habían bailado, el calor de los cuerpos desconocidos había logrado que
tanto Jungkook como Tae comenzarán a transpirar y sus respiraciones fueran apneas.

— ¿Quieres que paremos? — Empujó más las caderas del castaño a su cuerpo, sintiendo su
gran trasero sobre su hombría.

— No... — Suspiró el menor dejándose llevar — No quiero parar, pero me muero de sed.
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Taehyung miró sobre su hombro y sus miradas coincidieron, su amado Alfa le dio un leve
beso y le sonrió apartándose de su amado.

— ¿Sexo en la playa o agua? — Le preguntó.

Taehyung lo pensó un momento y la verdad es que no había tomado alcohol en toda la

noche, tal vez tomar un sexo en la playa no estaría mal.

— Creo que un sexo en la playa estaría bien — El azabache asintió apartándose de su Omega
y atando su cabello de mejor forma para que no tuviera tanto calor y se acercó a la barra que
estaba a unos metros de la pista.

Taehyung por su lado se acercó a una de las mesas vacías y tomo unas cuantas servilletas
para limpiar su sudor, su vista viajo por toda la pista encontrando a todos sus amigos
divirtiéndose como si todos volvieran a ser unos adolescentes, hasta Aaron estaba bailando
en un grupo rodeado de algunos Omegas.

Los que estaban más cerca de él eran Hoseok y Lisa, quienes estaban bailando y riendo, sin
duda ambos eran buenos bailarines, los movimientos de Lisa estaban sincronizados con los
de Hobi y resaltaban entre todos, el castaño no pudo evitar sonreír.

Era verdad que al principio no quería que su amigo, alguien que consideraba su hermano,
estuviera con alguien que le causó daño, pero ahora se podría decir que trataba de
comprenderla un poco y verlos a los dos felices, también hacía sentir en paz a su propio lobo.

Su vista volvió a su Alfa, el cual volvía con dos bebidas en sus manos, como siempre sus ojos
estaban puestos en Taehyung.

Jungkook apenas iba a la mitad del camino cuando una chica lo detuvo colocándose frente
al magnate, eso hizo que el Omega frunciera el ceño, pero no se movió de su sitio.

Seguía atento a cada movimiento que hacían ambos y es que, la distancia y la música no lo
dejaba escuchar lo que la suripanta esa le estaba diciendo a su Alfa, pero solo podía ver
cómo Jungkook negaba y trababa de pasarla, pero ella se lo impidió colocando su mano en
el pecho del azabache, ahí fue cuando Tae sintió la irritación de su lobo.
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Caminó hacia su Alfa y se colocó a un lado cruzado de brazos alzando una ceja al notar que la
chica continuaba con la mano sobre el pecho de Jungkook.

— Quita tu mano de mi Alfa — Su voz era sería y fuerte para que la chica lo pudiera escuchar.

— Te dije que tenía Omega — Habló el azabache.

— ¿Este es tu Omega? — La peliazul río mirando a Taehyung de arriba a abajo — ¿Por qué te
conformaste con tan poco?

— Oye, no te permito que... — El castaño alzo su mano callando a Jungkook.

— La que parece muy poco aquí es otra, solo mírate. Si yo soy tan poco y tengo un Alfa así,
¿Que puede esperar alguien... — El sonido de una bofetada corto a Taehyung, sobre todo el
ardor en su mejilla.

— No me... — Jungkook pretendía intervenir, pero el puñetazo limpio que le metió su Omega
a esa chica lo hizo dejar caer las bebidas al suelo, el estruendo fue tan fuerte.

— ¡Tae! — El nombrado sostuvo su mano debido al dolor por haber golpeado a esa chica, la
Omega estaba en el suelo, pero otra chica se acercó para ayudarla.

Hoseok y Lisa fueron los primeros en notar lo ocurrido y se acercaron, Jungkook estaba
sujetando a Taehyung por la cintura.

— ¿Que te pasa idiota? — La peli rosa que había ayudado a su amiga a levantarse se colocó
frente al castaño y quiso golpearlo, pero quién recibió el impacto fue Jungkook, sus ojos
brillaron dorados, era una Alfa.

El azabache respiró profundo y trató de calmar a su lobo que quería salir y despedazar a esas
dos chicas por querer lastimar a su Omega.

— Te juro que te golpearía si no fueras mujer por haber intentado tocar a mi Omega. — La
enfrenta el magnate tratando que sus ojos no se volvieran rojos.

— ¡Tú no puedes golpearla, pero yo sí! — El puño de Lisa fue directo el labio de la otra Alfa,
sorprendiendo a todos, sobre todo a Jungkook y Taehyung.

— ¡Estúpida, me rompiste el labio!

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Las personas que bailaban comenzaron a percatarse del pleito que se estaba armando, ahí
fue donde los chicos se percataron que Tae, Jungkook y Lisa estaban envueltos.

Otro grupo, se fue acercando colocándose tras la peliazul y peli rosa, al parecer ellas también
traían unos cuantos amigos. El primero que intervino fue Yoongi que no quería que se
volviera más grande el problema.

— Muy bien, nadie más tiene que salir golpeado está noche, mejor...

— Mejor cállate — Está vez fue un hombre que golpeó al Alfa pálido y ahí fue donde todo el
caos se desató en la pista.

— ¿Animal, con qué derecho golpeas a mi esposo? — Sin importarle que fuera un Alfa, Jimin
estampó su puño rompiendo la nariz del imbécil que había golpeado a su esposo.

Una de las omegas quiso tomar el cabello rubio de Jimin, pero Luhan fue más rápido
pateando a la chica, por fin podía usar todo lo que Sehun le enseño para defenderse.

Namjoon también trato de intervenir cuando dos Alfas querían golpear a Jungkook, pero
cuando golpeó a uno se escuchó un estruendo y el otro Alfa cayó al piso, tras él estaba
Seokjin quien le había roto un vaso en la cabeza.

— Odio cuando son montoneros — Hecho su cabello hacia atrás y Namjoon no pudo evitar
sonreír ante la actitud de su Omega.

Cuando los golpes comenzaron Aaron se subió a una de las mesas para ver mejor, y gritaba
apoyando a los chicos.

— ¡Jimin agáchate! — Gritó y el nombrado lo hizo justo cuando Sehun golpeó a un Beta que
quería golpear a Luhan — Uuh... Eso va a dejar marca — Hizo una muñeca de dolor — ¡Eso
papi Jungkook! ¡Yo apuesto por ti!

— ¿Que está pasando? — Pregunto Baek al llegar a la pista de baile junto a Chanyeol, aunque
parecía más un campo de batalla.

— No sé, yo estaba con unos Omegas super lindos y estábamos planeando tener sexo
cuando comenzó todo — Se encogió de hombros — Pero que bien saben pelear tus amigos.
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— Mierda... — Murmura Chanyeol, al ver cómo unos guardias comienzan a entrar a la

discoteca, si los agarran estarán todos en problemas — Baek quédate aquí, no te metas.
Aaron, tú y yo tenemos que avisarles que hay que salir, pero ya.

Aaron a regañadientes se bajó de la mesa y entro en la multitud con Chanyeol, el rubio

castaño le aviso a Jungkook, Tae, Namjoon, Seokjin, Hoseok y Lisa, mientras Aaron le aviso a
Sehun y Yoongi.

— Maldita perra oxigenada — Jimin estaba sobre una Alfa golpeándola, hasta que Yoongi lo
tomo de la cintura, tenían que salir rápido de ahí — ¡Volveré, ¿Me escuchaste?! ¡No me voy,
me llevan! — El rubio iba sobre el hombro de su esposo, pero seguía tirando puñetazos al
aire y sin querer golpeó a alguien más.

— ¿Que te pasa? Estoy en el mismo bando que tú — Aaron sostenía su nariz, realmente ese
chico golpeaba fuerte.

— ¿Por dónde saldremos? — Preguntó Taehyung.

— Todas las discotecas tienen una salida en la parte de atrás, está también debe tener —
Asegura Sehun guiándolos.

Mientras ellos corrían buscando la salida, la música se detuvo y los guardias comenzaron a
vocear que todos los involucrados serían llevados a comisaría.

Finalmente, Sehun encontró la puerta, pero está estaba cerrada, por lo tanto, Jungkook y él
la patearon abriéndola, todos salieron sintiendo el aire frio, pero no sé detuvieron hasta que
llegaron a los carros.

Todos trataron de recuperar el aire y se miraron entre sí, hasta que finalmente estallaron en
una carcajada.

— Dios, eso estuvo genial — Exclamó Aaron recuperando el aliento.

— Mira lo que hicieron tus celos Tae — Lo abrazó y el nombrado solo pudo reír aún en busca
de aire — ¿Estás bien? ¿No te lastimaron? — Lo trató de examinar.

— Estoy bien, gracias a ti, a Hoseok y sobre todo Lisa, que no dejaron que nadie se me
acerque — Miró a la Alfa — Gracias.
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— No fue nada... — Le devolvió la sonrisa.

— Oigan, todo esto es muy emocionante, pero hay que irnos — Dijo Chanyeol — Nuestros
padres darán el gritó en el cielo cuando nos vean — Le dijo al castaño y este asintió
conteniendo la risa.

Todos se repartieron en los dos autos, Taehyung manejaba uno y Sehun el otro ya que ellos
no habían bebido y Baek no sabía conducir.

En el auto que conducía Tae iban Jungkook, Baek, Chanyeol, Aaron, lisa y Hoseok y en el
otro, Sehun, Luhan, Jimin, Yoongi, Seokjin y Namjoon.

— Amor ¿Estás bien? — Jimin tomó el rostro de su Alfa el cuál tenía el pómulo rojo — Que
estúpido Alfa, cómo se atrevió a golpearte, ni que fuera yo para hacerlo — Yoongi lo miró
confundido, pero el rubio besó su mejilla con cuidado.

Al llegar a la casa en la playa, todos parecían unos adolescentes con miedo de entrar a la
casa, pero como los adultos que eran se armaron de valor y finalmente entraron.

Vante y Suho estaban sentados en el sillón de la sala mirando la televisión y extrañamente

estaban muy cerca el uno del otro, pero cuando escucharon la puerta se apartaron mirando
a los chicos.

El primero en ponerse de pie fue Vante quien corrió hacia Tae al ver su mejilla roja, todos
estaban con la ropa algo rasgada y con algunos golpes en la cara, los únicos ilesos fueron
Chanyeol y Baek.

— ¿Que les pasó? ¿Los asaltaron?

— No, estamos bien papá — Taehyung trato de quitarle importancia.

— Taehyung como me vas a decir eso sí los estoy viendo — Su voz era severa, por lo cual el
menor se encogió en su lugar — ¿Qué fue lo que pasó?

— Es que... Es que... Papá una zorra quería meterse con Jungkook y yo no iba a permitir que
una cualquiera fuera a tocar a mi esposo... — El castaño, se quedó callado al darse cuenta de
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sus palabras — Mi novio... Eso iba a decir... Estoy cansado me voy — El Omega tenía el rostro
rojo de la vergüenza.

El magnate y todos estaban sorprendidos por como lo había llamado, pero nadie dijo nada al
respecto.

— Iré con él... — Informó el Alfa yendo por el camino donde se había ido su Omega.

— ¿Y ustedes, porque están así? — Preguntó Suho cruzándose de brazos parándose junto a
Vante, parecían una pareja de esposos regañando a sus hijos.

— En mi defensa, yo no iba a dejar que golpearan a mis amigos — Se defendió Jimin.

— Yo tampoco — Apoyó Luhan.

— Vayan a sus habitaciones y curen esas heridas, no se vayan a infectar o algo — Ambos
adultos suspiraron.

Todos como niños después de ser reprendidos por sus padres fueron a sus habitaciones,
para darse un baño y atender las pequeñas heridas que tenían.

— ¿Y ustedes? — Miró a Chanyeol, Baekhyun y Aaron que seguían parados.

— Nosotros estamos bien — Sonríe Baekhyun.

— Muchacho tu nariz — Dice apresurado Vante acercándose al pelirrojo alzando su cabeza, le

estaba comenzando a sangrar la nariz.

— Aaron, deja te ayu... — Chanyeol tapó la boca de su Omega.

— ¿Que dices Baek? ¿Estás cansado? — El niega con la cabeza ya que no puede hablar — Muy
bien amor te llevaré a dormir.

Sin más se lo llevo casi arrastras, no quería que él atendiera a ese Alfa, mientras más lejos
mejor, además Vante podía hacerse cargo sin problema.

— No muevas tu cabeza — Pidió el Alfa — Suho, puedes traer un botiquín, debe haber uno en
el baño.
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El Beta no quería ir por el botiquín, pero era un adulto y no se pondría a discutir. Mientras
tanto Vante llevó al pelirrojo al sillón y lo sentó, no tardó ni un minuto cuando apareció Suho
con el botiquín.

— Primero voy a limpiar la sangre — Informó tomando un poco de algodón.

Se inclinó un poco hacia adelante para tener una mejor vista, su rostro y el del joven estaban
muy cerca y eso género una cierta incomodidad en el Beta, pero trato de ignorarla.

— No deberían entrar en ese tipo de peleas — Dijo mientras seguía limpiando la sangre.

— Lo sé, pero eran muchos, tenía que hacer algo — Suho solo rodó los ojos ante las
habladurías del muchacho.

Cuando el Alfa mayor terminó de limpiar la sangre tomó una gasa y la colocó en el orificio de
su nariz para evitar que vuelva a sangrar.

— Mantén su cabeza así, eso debe evitar el sangrado y gracias por ayudar a mi hijo — Aunque
Vante no supiera que Aaron solo se había lastimado por un golpe equivocado de Jimin.

— No fue nada — Sonrió coqueto. Claramente Aaron no iba perder la oportunidad y al ver
qué los anteojos de Vante se habían deslizado un poco lo ayudó a colocarlos en su lugar —
Así se ve mejor, gracias por ayudarme — Las mejillas de Vante se colorearon al instante.

Algo que no iba a tolerar Suho, nadie podía hacerlo sonrojar, Vante solo era su tierno Alfa, de
nadie más y ese universitario no iba ser competencia.

— Creo que ya estás bien chico, deberías ir a descansar — Tiró del brazo de Vante
colocándolo detrás suyo — Anda, ve a tu habitación — El Alfa pelirrojo no discutió y se fue a
su habitación, la cual ocuparía solo.

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por Srta_YoonTae
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El castaño entró casi corriendo al baño de la habitación donde dormiría, su rostro estaba
completamente rojo. No podía creer que se le había escapado llamar a Jungkook de esa
forma frente a todos, él realmente no lo había pensado, solo lo dijo.

Para bajar un poco el calor de su rostro, decidió mojarlo un poco, el agua fría lo acarició y su
vista se quedó en el espejo. El color había bajado, pero aún se sentía avergonzado.

— Fuiste tú, ¿Verdad? — Le habló a su lobo, el cual solo meneó la cola con felicidad. — No
vuelvas a hacer eso, fue vergonzoso. — Le advirtió.

Pero el sonido de la puerta lo interrumpió y la voz al otro lado lo hizo querer que la tierra lo
tragara. No quería verlo, seguro querría hablar del tema.

— Amor, voy a entrar. — Informó el Alfa y por reflejo Taehyung quiso poner el pestillo a la
puerta, lástima que no alcanzó a llegar antes de que la puerta se abriera. — ¿Estás bien?

— Sí, claro... — Su rostro volvió a pintarse de carmesí y eso provocó que el azabache sonriera
de una forma sutil para no avergonzar aún más a su Omega. — ¿Qué haces aquí?

— Oh, sí. Traje un poco de hielo para tu mano. — Le mostró una bolsa. — Así no se hinchará.

— Pude haber ido yo por ella... — Sus ojos miraban hacia todas las direcciones, menos a los
ojos tan penetrantes de Jungkook.

— Tae. — Tomó su mano y lo llevó fuera del baño.

No puso resistencia alguna, el Magnate se sentó en la orilla de la cama y tiró de su amado

para que se sentara en sus piernas.

— Dame tu mano. — Le pidió con voz calmada.

Taehyung levantó un poco la mirada, notando la mano extendida que le ofrecía su Alfa. Con
suavidad, colocó su mano sobre la contraria, la diferencia de tamaños no era mucha, de
hecho, eran casi exactas. El castaño era consciente del gran tamaño de sus manos, pero
había una gran diferencia en ellas que marcaba el contraste, las del mayor eran más anchas y
toscas, en cambio, las del Omega eran delgadas y delicadas.
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El menor sonrió ante los opuestas que eran sus manos, pero juntas encajaban a la
perfección, la piel clara de Jungkook y la piel acaramelada de Taehyung, por algo los polos
opuestos se atraían tanto.

— ¿Te duele? — Quiso saber el Magnate, al notar que los nudillos del castaño estaban
dejando de ser rojos y estaban tornándose algo morados.

— Solo un poco... — Jungkook colocó la bolsa de hielo sobre la mano magullada.

— Aunque apuesto que ella quedó peor. — Sonrió cuando sus ojos se encontraron, ya no se
sentía tanta tensión entre ellos.

— No podía dejar que nadie quisiera quitarme a mi Alfa. — Hizo una pequeña mueca de
dolor. — Esa Omega se veía realmente interesada en ti.

— Me encanta cuando te pones celoso. — Susurró contra su oído, estremeciendo al menor. —

Pero quiero que sepas que el único que me interesa eres tú, por eso mi marca está en tu
cuello, amor. — Dejó un suave beso sobre la piel acaramelada, justo donde se encontraba su
lazo.

El cuerpo del Omega tembló y sus ojos brillaron azules, su lobo amaba que su Alfa besara la
marca que los unía. Los ojos del azabache brillaron rojos, dando a entender que su lobo
también estaba presente.

— Me encantas, Kim Taehyung. Eres mi Omega y el padre de nuestro hijo, jamás podría mirar
a nadie como te miro a ti. — Soltó la bolsa de hielo y acunó el rostro contrario.

La distancia entre sus rostros era corta, sus alientos se acariciaban y sus labios se rozaban
con tanta dulzura. Los ojos de ambos brillaban con sus respectivos colores, sus lobos se
miraban entre ellos mientras aullaban gustosos.

Las manos de Jungkook se movieron, una tomó lugar detrás de la nuca del menor y la otra
bajó hasta su cintura baja, tentando a bajar un poco más, pero fue detenido al instante.

— No podemos... Todos están en la casa... — Le recordó.

— No estaba haciendo nada. — Dijo haciéndose el inocente, pero Taehyung lo conocía tan
bien. — Solo quería tocar tu cuerpo y admirarlo.
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— ¿Me vas a decir que tu idea de quitarme la ropa no tiene nada que ver con querer sexo
conmigo? — Susurró debido a la cercanía de sus rostros, alzando una ceja.

— Pues claro, no es mi culpa que mi Omega tenga un cuerpo digno de admirar, pero para eso
necesito quitarte la ropa. — Besó la comisura de sus labios, haciendo suspirar a Taehyung.
Realmente, el Alfa tenía labia de sobra y sabía cómo endulzar el oído de su amado. — Solo
déjame ayudarte un poco...

Su mano fue adentrándose bajo la camisa del castaño, acariciando con la yema de sus dedos
la piel de su estómago. Taehyung siempre ha sido un Omega que nunca se ha preocupado
por su físico, y aunque no fuera gordo, al Alfa lo que más le gustaba de él, era acariciar su
pancita, porque su chico no necesitaba un abdomen trabajado y plano para ser perfecto.

— Eres perfecto... — Susurró nuevamente contra sus labios.

— Sigue así... Casi me convences... — Lo besó, sentándose a horcajadas en el regazo de

Jungkook.

Sus ojos brillaban intensamente bajo sus párpados, sus lobos anhelaban la cercanía del otro
y mediante su lazo, podían sentir su amor correspondido, la sinceridad que transmitía cada
uno de sus besos y caricias, el aroma de ambos se mezclaba, formando uno solo.

— Me encantan tus besos... Tus labios... Tu aroma... Tus ojos... Tu cuerpo... Tú me encantas.
— Sus miradas se encontraron y el menor solo podía ver la sinceridad en los ojos del
Magnate.

Hace unos años, cuando lo conoció después de haber sido comprado en aquella subasta, la
primera vez que miró sus ojos, le causaron tanto misterio, sus ojos eran tan penetrantes y
profundos, parecían querer ocultar muchas cosas, pero ahora eran tan brillantes y
transparentes, tal vez sus ojos no cambiaron y simplemente el menor aprendió a leer a
través de ellos.

— Bien... Puedes quitarme la ropa... — Una sonrisa se instaló en los labios del azabache, pero
justo cuando tomó los dobladillos de la camisa, fue detenido. — Pero no tendremos sexo. —
Le advirtió.

— Lo que tú digas, mi amor. — Su sonrisa aún continuaba en su rostro.

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Las prendas del castaño fueron abandonando su cuerpo, dejando a la vista la belleza de este,
las curvas que unían su cintura a sus caderas, pero con ese volumen de peso en el que había
adquirido después de la marca.

Taehyung estaba recostado sobre la cama y su Alfa lo miraba con admiración, amaba ver el
cuerpo tan sano y lleno de vida de su Omega. Su lobo aulló nuevamente mientras el del
menor se recostaba, mostrando su pancita en sumiso a su amado.

— ¿Solo tú puedes admirar? — Preguntó. — Eso no es un trato justo, señor Jeon.

— Tiene toda la razón, joven Kim. — Sonrió de lado, y sin rodeos, se quitó la camisa, dejando
su fuerte y trabajado abdomen a la vista.

Los ojos del menor brillaron azules mientras mordía su labio, su Alfa sin duda tenía un
cuerpo de ensueño. A diferencia de él, el Magnate sí solía ejercitarse de vez en cuando y su
dieta era más balanceada y sana, pero quién podía culparlo cuando lo más rico era lo que
traía más calorías. Por esa razón, su pequeño cachorrito también tenía una pequeña pancita,
como la de su padre Omega.

— A veces envidio tu tan buen trabajado cuerpo .— Chasqueó su lengua fingiendo molestia
para recostarse nuevamente sobre la gran cama.

Cuando el azabache logró despojarse de su ropa completamente, se recostó a su lado, pero

de costado para poder seguir mirando a su amado.

— No deberías. — Retiró con delicadeza unos mechones de cabello del rostro del
acaramelado.

— Seguro conociste a muchos Omegas y Betas con cuerpos mejores que el mío. — Su broma
ya no era tan en broma, y realmente sintió una irritación dentro de su pecho, al recordar la
vida que llevaba su Alfa antes de que lo comprara.

— Y ahí van tus celos de nuevo. — Rió el azabache y eso solo hizo gruñir al Omega.

— ¿Por qué te ríes? — Lo miró con el ceño fruncido, y al ver que este seguía riendo, lo molestó
más. — Jungkook, no es gracioso.
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Trató de levantarse para cubrirse con las mantas, pero los fuertes brazos de Jungkook sobre
su estómago, lo detuvieron, impidiendo que pudiera moverse.

— Suéltame, solo te estás burlando de mí. — Bufó.

— Amor, no me estoy burlando de ti. Es solo que, no puedo creer que aún pienses que alguno
de esos cuerpos podría ser mejor que el tuyo. — Al no obtener respuesta, tiró de él,
provocando que quedaran frente a frente. — Bien, sí. Tal vez ellos tenían mejores cuerpos,
más ejercitados, o esbeltos. — Taehyung iba a exigir que lo soltara, pero no lo dejó hablar. —
Pero no es el tuyo, yo no quiero ningún vientre plano o marcado si no es el tuyo. Además, me
gusta más tu pancita, eso te hace especial y no eres como el típico estereotipo de Omega.

Las palabras del Magnate hicieron que la irritación del castaño desapareciera y fuera
remplazada por una calidez en su pecho, tanto que sus ojos se cristalizaron.

— Eres un idiota. — Golpeó su pecho, eso volvió a hacer que una risa escapara de la garganta
del Alfa, recordando unas palabras que habían salido de su propia boca años atrás.

"Solo los idiotas se enamoran."

— Tú me volviste un idiota, porque lograste que me enamorara. — Tomó su rostro entre sus
manos y lo besó.

No era un beso apasionado, claro que no, era dulce y lleno de sentimientos sinceros. Sus
lenguas exploraban la cavidad bucal del otro mientras sus lenguas se tocaban con tanta
suavidad, logrando de vez en cuando provocar un chasquido quedito.

Cuando su beso tan significativo terminó, simplemente se abrazaron, porque solo eso
necesitaban, sentirse mutuamente sin necesidad de prendas de por medio. A veces
simplemente eso es lo que una pareja necesita, el deseo de tocarse y acariciarse, pero sin
necesidad de que la lujuria esté presente, eso es un acto de amor también.

El primero en caer dormido, fue el castaño. En cambio, Jungkook se mantuvo despierto un

poco más, admirando la belleza del rostro de su dulce Omega. Con cuidado, hundió su nariz
en esa zona donde el aroma era más intenso, dejándose embriagar por el aroma tan suave y
tranquilizador.
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— Te prometo que pronto podrás llamarme esposo frente a todos, solo espera un poco más.
— Susurró contra su piel acaramelada, antes de cerrar los ojos y quedarse profundamente
dormido por el suave aroma a Chocolate, Nuez y Almendra.

La mañana siguiente, todos desayunaron juntos antes de regresar a sus vidas ocupadas. Sin
duda, lo de la noche anterior, sería algo para recordar en un futuro.

— Papá, ya terminé. — Dijo con una sonrisa Beomie.

Joonie miró al rubiecito, notando su plato vacío y después miró el suyo, notando que aún le
quedaban tres uvas para terminar. Así que, las tomó todas, metiéndolas a su boquita,
llenando sus mejillas como las de una pequeña ardillita.

— Sho~ tabién~ — Con un poco de dificultad, trató de masticarlas.

— Joonie, come más despacio. — Dijo NamJoon, pero su hijo no lo escuchó por estar
mirando a su mejor amigo.

— ¿Papá, Joonie y yo podemos ir a la playa un ratito? — Pidió.

— Pero, amor, en un ratito nos iremos. — Taehyung acarició los dorados cabellos de su hijo
con amor.

— Sí, pero Joonie y yo queríamos jugar un poquito más, antes de irnos. — Hizo un puchero,
colocando sus tiernos ojitos.

— Vamos, Tae, déjalo que se divierta un rato más. Además, venimos a la playa por él. —
Acarició el muslo de su pareja, dándole un pequeño apretón.

— Está bien, pero SeokJin y NamJoon tienen que estar de acuerdo con que Joonie vaya.

Ambos pequeños, al escuchar eso, miraron a los Kim con ojos suplicantes y con sus manitas
juntas.

— Tío Jin, tío Nam, ¿Joonie puede acompañarme a jugar en la playa? Por favor.

— Pol favol. — Pidió de igual manera el futuro Alfita.

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Tanto Seokjin como NamJoon no podían resistirse al verlos a ambos de esa forma, y más por
la sonrisa de su pequeño hijo que, meses atrás, solo podía llorar y gritar por el miedo y la
ansiedad. Amaban verlo con su sonrisa devuelta.

— Si le damos permiso a Joonie ¿Prometes que lo cuidarás? — Beomgyu no dudó en asentir

deprisa.

— Sí, yo lo cuido, nada le va a pasar conmigo, lo prometo. — Aseguró, abrazando al castañito,

y eso hizo que el más pequeño se sintiera cálido y seguro.

— No sé. ¿Qué dices, amor? — SeokJin miró a su esposo, esperando que diera su opinión.

— Bueno, Beomgyu se ve como un futuro Omega fuerte, creo que podrá cuidar muy bien de
Joonie. — Sonrió y ambos pequeños hicieron un gritito de victoria para después bajar de sus
sillas.

— Pero no se acerquen al agua. — Gritó Jungkook, al verlos tomar sus cubetitas y palitas
para jugar en la arena.

— Sí, papá. — Asintió con una sonrisa el rubiecito, antes de salir de la casa junto a su primo.

— Siempre están juntos todo el tiempo. — Sonríe Baekhyun, al verlos irse.

— Sí, ya veo quién será mi rival. — Dice Aaron. — Un digno contrincante por el amor de ese
pequeño rubio.

— Oye, ni lo pienses. — Esta vez intervino Taehyung. — Ni mi hijo, ni mi Alfa y tampoco mi

padre, están disponibles. — Lo miró con el ceño fruncido y sus ojos brillaron azules, pero un
pequeño destello verde quiso asomarse.

Todos miraron atónitos a Taehyung por sus palabras, todos ya habían notado la actitud de
Aaron, pero al instante supieron que simplemente era coqueto por naturaleza.

— ¿Tae, estás bien? — El nombrado parpadeó, al escuchar la voz de Jungkook.

— Yo... Sí. Perdón, Aaron, no fue mi intención hablarte así. — Ahora se sentía avergonzado.
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— Tranquilo, ya estoy acostumbrado. — Dijo sacado de la pena mientras seguía comiendo su

desayuno. — Por un instante, creí que me golpearías como a la chica de ayer, estaba
pensando si un puñetazo tuyo duele más que uno de Jimin.

— Oye, Aaron, ya me disculpé anoche por eso, no fue mi intención golpearte la nariz.
Simplemente, anoche no sé qué pasó conmigo, no era yo, estaba algo borracho. — Dijo
apenado mientras le daba su mamila a Jihyun.

El pequeño pálido, apenas sintió la mamila tocar su boquita, la abrió con desesperación y la
cerró como un pececito fuera del agua, hasta que consiguió tenerla en su boca y comenzó
alimentarse gustoso por el sabor a la leche.

— Esperen, ¿Entonces no te lastimaron en la pelea de ayer? — Preguntó Vante.

— Aaron solo estuvo gritando sobre la mesa, hasta que Jimin lo golpeó por accidente. —
Explicó Chanyeol.

— Bueno, en realidad sí me lastimé en la pelea de ayer, no importa quién fue quien me

golpeó. — Llevó un poco más de fruta a su boca. — Solo voy a decir que ese gancho que diste
anoche, chica, fue potente. — Apuntó a Lisa con su tenedor.

— En eso tienes razón, quedé impresionado. — Continuó Luhan. — Yo solo había visto a
Sehun dar golpes de esa forma.

La azabache no pudo evitar sonrojarse por los halagos de todos.

— No fue nada... Para mí, Jungkook sigue siendo mi amigo... No iba a dejar que lastimaran a
su Omega...

— No te quites mérito, cielo, ayer estuviste increíble. — Besó la mejilla de su Alfa, haciéndola
sonrojar aún más.

— Hobi hyung tiene razón. — Apoyó Taehyung. — ¿Verdad, Jungkook? — El Magnate había
sido el único que no había mencionado nada sobre la chica.

Y bueno, era verdad que una parte de él la había perdonado, pero había otra que seguía
dolida por el daño que le había causado a su Omega con sus mentiras. Realmente, no sabía si
la iba a perdonar completamente en algún punto, pero sabía ser agradecido también.
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— Sí, Lisa, gracias por lo de anoche y defender a Tae. — Los ojos de ambos se encontraron, y
la primera en romper el contacto, fue ella, al sentir reaccionar a su lobo por el contacto con
Jungkook.

— Agradezco que todos hayan apoyado y ayudado a mi hijo a su manera. — Miró a Aaron. —
Pero no vuelvan a hacer algo como eso otra vez. — Regañó.

— Vante tiene razón, las cosas pudieron haberse salido de control y alguien pudo resultar
con alguna herida grave. — Suho también los regañó.

— La verdad es que ellos quedaron peor. — Dijo SeokJin, llevando un trozo de fresa a su
boca, encogiéndose de hombros.

— ¡Ay, sí! Tremendo vaso le rompiste en la cabeza a ese Alfa. — Todos miraron al Alfa
pelirrojo para que se callara.

— ¿¡Un vaso!? — Vante trató de respirar. — A eso me refiero, se supone que son adultos
responsables y con hijos.

— ¿Qué hubiera pasado si Baek hubiera sido herido? ¿O si la prensa se enteraba que unos de
los Magnates más poderosos de Seúl se vieron envueltos en una pelea de discoteca?

— Yo no iba a permitir que lastimaran a Baek, papá. — Habló Chanyeol.

— Aun así, Chanyeol, no se pusieron a pensar en las consecuencias. — Vante tomó la mano
del Beta por debajo de la mesa, en señal de que se calmara, pero cuando los dos se dieron
cuenta, el Alfa retiró su mano rápidamente, esperando que nadie los hubiera visto.

— Bueno, las cosas ya pasaron, por suerte nada grave pasó. Así que, espero no se vuelva a
repetir. — Miró a su hijo. — Te hablo principalmente a ti, Taehyung.

— Sí, papá... — Bajó su cabeza, picando sus frutas con el tenedor. Era la primera vez que su
padre lo regañaba.

Una tensión se formó en el aire, pero esta se disipó cuando los dos pequeños cachorros
entraron corriendo felices con sus cubetitas.
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— Mira, papi, Joonie me lo dio y yo le di uno también. — El rubiecito abrió su manita,

mostrando una pequeña conchita marina de color crema.

— Yo también, Beomie dar a mí. — La del futuro Alfita era igual, solo que su color era más
tirando a rosado.

— Son muy bonitas. — Dijo NamJoon, sacudiendo el cabello de su hijo.

— Yo cuidar mucho. — La acercó a su mejilla y cerró sus ojitos.

— Se les puede colocar resina y volverlos collares. — Comentó SeokJin. — ¿Les gustaría?

— Sí, yo quiero. — Se apresuró a decir Beomie, seguido de Joonie.

— Bueno, pues así será. Ahora, vayan a recoger sus cosas y a hacer sus maletas, porque ya
nos vamos. — Dijo Jungkook.

Todos salieron de la cocina y solo quedaron Taehyung y Vante. El menor aún tenía la cabeza
baja, ni siquiera pudo terminar su desayuno.

— Hijo, perdón por lo de hace rato. — Vante soltó un suspiro. — Tal vez creas que no debería
sentirme con el derecho de reñirte, porque no estuve contigo tantos años y en parte tendrías
razón.

— No es eso, papá... Me alegra tener un padre, al cual pueda contarle mis cosas, pero solo...
Es la primera vez que me riñes...

— Lo sé, y lo siento, pero realmente me preocupo por ti. Al ver el estado de todos ustedes
ayer, me preocupé mucho por ti. — Se acercó a él y Taehyung derramó un par de lágrimas. —
Me importas, hijo, y te amo. No debí reaccionar así. — Lo estrechó entre sus brazos.

— Descuida, papá, no pasa nada. — Trató de limpiar sus lágrimas. — Solo que aún es nuevo
para mí tener un padre, y sentir que pertenezco a una familia real.

— Hijo, aunque tu madre o yo no estuviéramos en tu vida, Jungkook, Beomgyu y todos tus

amigos son tu familia, porque yo los veo, y ayer también supe que, sin importar el riesgo,
ellos estarán a tu lado. Ellos siempre han sido tu familia, sobre todo Jungkook.

— Te amo, papá.
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— También te amo, hijo — Besó su frente. — Ahora, anda a terminar de empacar.

El castaño asintió con una sonrisa, y como un niño pequeño, se fue corriendo a la habitación,
donde lo esperaba su Alfa.

— Eres un buen padre. — Una voz se escuchó a sus espaldas y sobresaltó un poco a Vante.

— Suho, me asustaste. — Sus mejillas se volvieron carmesí, al recordar el beso de la noche

anterior y haberlo tomado de la mano esa mañana. — ¿Llevas mucho ahí?

— Algo. — Confesó. — Vine a buscarte, pero al verte con tu hijo, no quise interrumpirlos. — Se
acercó al Alfa y este retrocedió algo nervioso.

— ¿B-buscarme? ¿Para qué? — Su cuerpo ya no pudo retroceder más, cuando sintió la isla de
la cocina. Tragó grueso.

— ¿Por qué te siento más nervioso de lo normal? — Vante lo detuvo, colocando sus manos en
su pecho, evitando que pudiera acercarse más.

El azabache no sabía qué era lo que le estaba pasando, se sentía confundido y no sabía
porqué. Él nunca había sentido un sentimiento así por alguien que no fuera Bora, y eso lo
hacía sentir mal.

— No lo hagas... — Pidió el menor. — No me hagas sentirme peor...

— ¿Qué cosa quieres que no haga?

— Esto... De acercarte, no está bien... Nuestros hijos están aquí en la casa y podrían vernos. —
Miró hacia los lados preocupado.

— Nuestros hijos ya están grandes, no creo que les importe.

— Pero a mí sí. Suho, tienes esposa.

— Te dije que me estaba divorciando, solo necesito que el abogado me entregue los papeles,
y lo nuestro se terminará. — Suho no sabía por qué le decía todo eso, cuando él mismo había
dicho que Vante era solo un amigo.
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— Eso no importa, entiende, por favor... — El agarre en la camisa que el Alfa ejercía, se hacía
más fuerte, como si no quisiera soltarlo, como si una parte de él no estuviera de acuerdo con
las palabras que salían de su boca. — No soy una buena persona para ti.

— ¿Entonces por qué me besaste anoche? — Frunció el ceño. Suho se estaba sintiendo tan
estúpido.

— Yo... No lo sé... Fue un momento de debilidad, nada más...

— ¿Debilidad?

— Perdóname, en serio. Suho, aprecio tu amistad, eres un gran hombre, pero eres un Beta y
yo un Alfa... — Realmente, lo estaba arruinando cada vez más.

— ¿Ese es el verdadero problema?

— No. — Se apresuró a decir. — Suho, no quiero lastimarte... Yo solo he amado una vez en mi
vida, y aún después de todo, no puedo olvidar a Bora... — El Beta retrocedió un paso y las
manos del menor cayeron. — Te estás apenas divorciando y yo acabo, apenas hace unos
meses, de saber que la mujer que he amado toda mi vida está muerta y que tengo un hijo,
entiéndeme, por favor... Pero quiero enfocarme en mi hijo, tú deberías hacer lo mismo,
Chanyeol también te necesitó muchos años.

Las palabras eran dolorosas para ambos adultos, pero eran la verdad. Ninguno había salido
de ese hoyo y no era justo que trataran de salir con la ayuda del otro, ya que eso podría
hundirlos aún más a los dos, al sentirse confundidos.

Primero tenían que aclarar sus mentes y corazones, entender qué es lo que estaba
ocurriendo entre ambos, y eso era algo en lo que Vante no se sentía listo para hacer: soltar a
Bora.

— Entiendo... Discúlpame por lo de ayer. — El tono de voz de Suho había cambiado y eso hizo
que el lobo de Vante bajara las orejas.

— No tienes que disculparte...

— Aún así, no fue mi intención confundirte. — Sonrió apenado.

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— Suho... ¿Ya no seremos amigos? — Temió por la respuesta, pero en cambio, recibió una
sonrisa.

— Vante, me agradas y me gusta tu compañía, no veo por qué dejaríamos de ser amigos.

— Tú también me agradas, Suho...

***

— Papás, me divertí mucho, gracias por traerme a la playa. — Agradeció el pequeño rubio
con una gran sonrisa.

— Nos alegra que te hayas divertido, tal vez más adelante podemos volver a venir. — Dijo
Taehyung.

— ¿Y vendríamos todos juntos?

— Claro que sí ,cachorro, sabes que yo los convencería a todos. — Le guiñó un ojo desde el
retrovisor, haciendo reír aún más a Beomie.

— ¡Papá es el mejor!

— Lo sé. — Sonrió.

— ¿Y yo qué, Beomie? — Dijo ofendido el castaño.

— Tú eres el mejor papi Omega.

— Está bien. Lo tomaré, pero me ofende muchísimo. — El pequeño estalló en una carcajada.

Sin duda, esa era la mejor melodía que Jungkook y Taehyung podían escuchar: la risa de su
hijo.

El Alfa estacionó el auto frente a la universidad de su amado. Baek y Chanyeol se habían

tomado su tiempo para hablar y ahora trataban de que ese trago amargo en su relación sea
para ser más fuertes como pareja. Ambos llegaron al acuerdo de hablar aún más entre ellos,
no solo cosas buenas, sino cuando sientan que algo no vaya bien, también hacerlo. Después
de todo, por eso eran una pareja, para apoyarse.
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— Ahí está Aaron. — Dijo con una sonrisa el Omega, al mirar hacia la entrada de la
universidad. El pelirrojo siempre lo esperaba para entrar juntos. — Gracias por traerme,
amor. — Lo besó fugazmente.

El menor hizo el ademán de abrir la puerta, pero antes de que pudiera salir, fue tomado del
brazo, obligándolo a que la puerta vuelva a cerrarse. El rubio castaño tenía los ojos cerrados
y trataba de respirar tranquilo.

— Baek... Yo entiendo perfectamente que es tu amigo. — Lo miró, se estaba aguantando con

todas sus ganas no gruñir. — Pero ¿Cómo no quieres que me ponga celoso si cuando lo ves,
quieres ir corriendo detrás de él y ni siquiera te despides bien de mí? — Sonrió forzadamente.

El Omega mordió su labio para no reír, lo había hecho a propósito para molestar a su amado,
sabía que Chanyeol, aunque había dicho que dejaba que Aaron fuera su amigo, aún le daba
celos. Sin poder aguantar más, comenzó a reír.

— Esto no es gracioso, Baekhyun. — Frunció el ceño el Alfa.

— Amor, solo juego. — Tomó su rostro entre sus manos. — Sabes que no podría irme sin
despedirme de ti. — Pero antes de que sus labios se tocaran, el mayor se apartó.

— No, Baek, no es divertido .— Puchereó.

— Perdón, mi Alfa berrinchudo, no vuelvo a hacerlo. — Prometió. — Vamos, dame un beso, se

me hace tarde para entrar. — Aunque Chanyeol hubiera querido resistirse, no habría podido.
Así que, simplemente se dejó besar por su amado Omega.

El beso era suave, sus labios se tocaban gentilmente, como siempre. Ninguno se cansaba del
otro, pero sabían que tenían que separarse, aunque no querían.

— Bueno, sí, todo muy rico, pero tenemos clases, Baek. — Ambos se separaron sobresaltados
por una tercera voz. — Claro que si me invitan, puedo dejar las clases en segundo plano. —
Sonrió de forma picarona el Alfa pelirrojo.

— ¡Aaron! — Lo riñó el menor.

— Ya entendí, te espero junto a la entrada, solo no tardes. — Dijo alejándose, pero regresó su
mirada a Chanyeol, guiñándole un ojo.
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— ¿Pero qué...? ¿Dijo invitarlo? — La cara del Alfa rubio castaño era una poesía.

— No le hagas caso, amor. — Baek trató de quitarle importancia. — Ahora sí me tengo que ir.

El Alfa lo volvió a sujetar de su brazo, evitando que saliera del coche.

— A la hora de la salida estaré aquí afuera esperándote. — Le recordó.

— Lo sé, amor, siempre estás aquí esperándome.

— Recuerda que estás en estado. No corras mucho, si te sientes mal, llámame por teléfono,
no te alteres tampoco y...

— Channie, acabo de cumplir un mes, no pasará nada, y el doctor dijo que mi embarazo será
muy tranquilo, ya que soy un Omega puro. Así que, deja de preocuparte. — Besó por última
vez sus labios, antes de salir del coche y correr hasta Aaron que lo estaba esperando.

— Que no corras... — Chanyeol soltó un suspiro, dejando caer su cabeza en el volante. — Por
esa razón no quería que estuvieras en cinta mientras estudias en la universidad...

El lobo del Alfa se movió inquieto y lloriqueó, como un cachorro. Quería a su Omega, estar
cerca de él, quería que entrara a la universidad y lo sacara en sus brazos para llevarlo a casa
y que ambos se encerraran en la habitación para darse mimos, entre un nido hecho por
Baekhyun.

— No es que creyera que no pudieras... Es porque yo sabía que no soportaría estar lejos de ti.
Si para mi lobo ya era difícil dejarte en casa cuando iba al trabajo, ahora solo puedo
escucharlo lloriquear hasta que te ve cruzar ese portón y otra vez estás a nuestro lado...

Como todos los días, después de su lucha interna para que su lobo entendiera que Baekhyun
volvería después de las clases y que no podían ir a robárselo porque serían regañados por él,
emprendió marcha para ir a su trabajo.

El Alfa salió de la ducha con una toalla en sus caderas y con otra secaba su largo cabello, que
ahora que lo pensaba, ya necesitaba un corte, pero solo un poco, ya que tanto a su Omega
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como a su hijo, les encantaba hacerle peinados y no les iba a quitar eso cortándoselo tan
corto.

Al entrar a la habitación, pudo notar a su bella pareja frente al espejo, pero lo que llamó su
atención, fue el hecho de que este llevara puesto una camisa suya.

— Qué guapo te ves. — Lo abrazó por la espalda. — ¿Así irás al trabajo?

— Sí, creo que esta camisa me queda muy bien.

— Todo queda perfecto en ti. — Besó su cuello, pero unos toquecitos en la puerta, los
hicieron separarse con una sonrisa.

Taehyung caminó hasta la puerta y la abrió, dejando ver a su pequeño retoño de dorados
cabellos con una sonrisita.

— Buenos días, hijo. — Revolvió su cabellito.

— Buenos días, papi. — Hizo su cabeza para mirar al Magnate. — Buenos días, papá.

— Buenos días. — Ambos sonrieron de forma cómplice, pero Taehyung no lo notó. — ¿Estás
listo para acompañarnos a la empresa? — El cachorro asintió.

— Papi, tengo hambre. — Puchereó mirando al Omega mayor.

— En un momento bajaremos a desayunar, cariño. Solo falta que tu papá Jungkook se vista y
bajamos los tres juntos.

— No, es que... Tengo mucha hambre. — Tomó la mano de Taehyung y tiró suavemente de
ella. — Creo que voy a morir de hambre. — Dramatizó el pequeño.

Sin duda, eso lo había aprendido de su tío Baekhyun. Cuando Jungkook le pidió a su hijo
ayuda, no creyó que vería una copia pequeña de su hermano.

— Por qué no van ustedes y se adelantan, yo me vestiré rápido y los alcanzo para que
desayunemos.

— ¿Vas a querer tu café? — Preguntó, aunque su hijo casi lo sacaba arrastras de la habitación.
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— Sí, amor. — Se rió un poco el Alfa, pero cuando su Omega e hijo lo dejaron solo, fue hacia la
puerta y la cerró para que no hubieran errores y todo se echara a perder.

Tomó su laptop y la encendió, entrando a una videollamada, donde se encontraban sus

amigos.

— ¿Sospecha algo? — Quiso saber Jimin.

— Nada. Ahorita está en la cocina con Beomie haciendo el desayuno.

— Sabía que mis clases de actuación le iban a servir a mi sobrino. — Dijo orgulloso Baek.

— No hay tiempo, Tae puede subir por cualquier cosa y si lo descubre todo habrá sido en
vano.

— No seas pesimista. — Dijo SeokJin.

— Aún no puedo creer que por fin te decidiste a pedirle matrimonio. — Lo molestó YoonGi,
como buen mejor amigo.

— Cállate.

— Es obvio que se le prendió el foco, después de que mi Tae querido lo llamó esposo, seguro
le gustó. ¿Acaso eres fetichista? — Lo interrogó Luhan y eso hizo reír al resto.

— No es nada de eso, ya lo tenía pensado desde antes, pero Taehyung se quedó dormido
justo cuando le pedí matrimonio la primera vez.

— Debió de haber sido tan aburrida tu propuesta, limoncito, para que mi cuñadito se
quedara dormido. — Otras risas se escucharon. Sí que tenía a los mejores amigos.

— ¿Van a estar así todo el rato?

— Estamos tentados. — Dijo Jimin.

— Ya, chicos, se supone que lo íbamos a ayudar. — Intervino NamJoon.

— Gracias, Nam. — Respiró hondo. — Les envié unos correos a cada uno, ahí están lo que
necesito que hagan. — El azabache se veía nervioso.

— Hey, Jungkook. — Lo llamó Lisa. — Tranquilo, todo saldrá bien, Taehyung estará muy feliz.
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— Eso espero... — Escuchó unos pasos. — Creo que es Tae, me tengo que ir...

Videollamada finalizada.

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por Srta_YoonTae

Tres días habían pasado desde la videollamada de Jungkook con los chicos para planear la
pedida de matrimonio, y es que tuvieron que retrasar los planes un poco, ya que Taehyung
comenzaba a sospechar que algo le estaban ocultando.

Por eso, el Magnate tuvo que poner manos en el asunto para despistar nuevamente a su
amado Omega, y que la sorpresa no se arruinara.

Aunque era algo que ya venía pensando hacer, y es que la idea de hacerse más adelante sí
estaba en sus planes, pero todo con tiempo.

— Jungkook. — Rió el castaño al ser besado por su Alfa. — Oye... Me haces cosquillas...

— Es que me encantas. — Besó sus labios.

— ¿Por eso dejaste que Beomie se fuera a casa de los Kim? Ya se me hacía que esto tenía
algún plan. — Los ojos del mayor brillaron rojos antes de apartarse y caminar hacia el librero.

Con una sonrisa, sacó esa pequeña llave y abrió la puerta tras el librero que daba al cuarto de
velas.

— ¿Jungkook, estás en celo o por qué estás actuando como un caliente hormonal? — Eso
hizo reír al Magnate.
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Y es que Taehyung no mentía, desde el celo del Alfa, habían estado usando el cuarto de velas
constantemente. Gracias al cielo o al infierno, era un cuarto insonorizado y su amado
cachorro no iba a quedar traumado con todo lo que se oía ahí dentro.

— Ven, amor. — Le extendió la mano, pero el menor simplemente negó con la cabeza,
cruzándose de brazos.

— No.

— Tae...

— Que no, has estado actuando extraño estos días y hoy desapareciste todo el día, esto no lo
vas arreglar con tus folladas exóticas.

— Amor, si vienes te prometo que te diré por qué desaparecí todo el día. — El Omega lo miró
con los ojos entrecerrados.

— ¿Y por qué no me lo dices desde aquí? — No iba a caer tan fácil.

— Porque cuando lo sepas, seguro sí querrás que te dé una de mis exóticas folladas. —
Mordió su labio, tentando al castaño.

Taehyung desvió la mirada aún cruzado de brazos. Sí quería saber, pero también corría el
riesgo de que solo fuera una trampa de su Alfa calenturiento y solo lo termine follando. Claro
que lo iba a disfrutar, pero luego se recriminaría a sí mismo por ser débil.

— Bien, si no quieres saber, no hay problema. — Jungkook iba a cerrar el salón de velas, pero
la mano de su amado se lo impidió.

— Está bien, pero escuche bien, mi señor, si esto solo es un truco para follarme, no dejaré
que esto... — Sin pudor alguno, posó su mano sobre el pene del Magnate y dio un leve
apretón, robándole un jadeo. — Entre en mí por un mes.

Los ojos del mayor brillaron nuevamente color rojo como la sangre y una sonrisa socarrona
se instaló en sus labios, y de igual forma, sin pudor alguno, tomó el muslo de su Omega,
logrando que este se enrollara en su cadera. Al hacer esto, pudo adentrar su mano en los
shorts holgados, sabía a la perfección que Taehyung por las noches no usaba ropa interior.
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Con descaro, dos de sus dedos presionaron la entrada del castaño, haciéndolo jadear, aún
sin haberlo penetrado.

— Bueno, pues si eso pasara, esperemos que aquí... — Volvió a hacer otra leve presión. —
Pueda soportar un mes sin mi pene dentro. — Sus miradas se encontraron y los ojos del
menor brillaron azules.

Sin más, Jungkook lo soltó, alejándose y dándole paso para que entrara al salón de velas.
Por su lado, el castaño trató de regular su respiración y fingir que no le había afectado lo que
acababa de pasar, aunque por dentro su lobo solo gritaba: «Fóllame, Alfa» «Fóllame tan duro
que mis piernas olviden cómo caminar». Sin duda, el animal y Taehyung compartían el
masoquismo.

Al estar dentro, el Magnate cerró la puerta y caminó hasta su pareja, quien tenía las mejillas
carmesíes.

— Bueno... — Aclaró su garganta. — Lo escucho, señor Jeon, ¿Por qué me dejó solo todo el
día? — Se cruzó de brazos nuevamente.

— Porque quería que sintieras la frustración que yo sentí días antes de mi cumpleaños, pero
siempre tiene que ser como tú quieres, así que mi sorpresa ya no será tan sorpresa. — Fingió
soltar un suspiro.

— ¿Qué quieres decir?

El azabache comenzó a desabotonar su camisa, Taehyung estuvo atento a cada movimiento,

hasta que en el lado izquierdo de su pecho pudo apreciar la tinta negra grabada en su piel
con un leve tono rojizo, ahí se encontraban las iniciales: "KTH".

— ¿Esto estuviste haciendo? — Los ojos del menor se cristalizaron y se acercó para mirar
mejor el tatuaje.

— Beomgyu fue mi cómplice. — Sonrió el azabache, tomando el rostro de su amado entre sus
manos. — Solo quería que supieras que te llevo en mi mente, en mi corazón y ahora también
marcado en mi piel.
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— No es justo, copiaste mi regalo de cumpleaños. — Trató de reír, pero se le escapó una

lágrima. — ¿Eso quiere decir que ahora eres mío completamente?

— Taehyung, siempre he sido tuyo. — Apartó los mechones de su rostro para limpiar sus
lágrimas con sus pulgares. — Amor, me gusta cuando lloras de placer, no de esta forma. —
Recibió un golpe en su brazo.

— Conejo pervertido. — Los ojos de ambos brillaron.

— Entonces, tú eres un tigre masoquista.

— Eso quiere decir que soy más fuerte que tú...

— ¿Alguna vez te contaron el cuento de un conejo que se comió a un tigre? — Susurró contra
sus labios. El menor negó suavemente, sintiendo el roce de los labios ajenos. — Deja te la
cuento entonces. — Unió sus labios, desapareciendo cualquier distancia.

Esa noche, Jungkook se encargó de llenar de placer a su Omega en aquel salón de velas; lo
hizo gritar, gemir y llorar, dejando marcas en ambos cuerpos, los dos disfrutaban, y es que
los dos se sentían tan completos con el otro, tan llenos y sus lobos aullaban.

En la habitación, sobre la cómoda, descansaban los peluches de un conejo blanco y un tigre

afelpado, siendo iluminados por la brillante luna que siempre fue testigo de otra entrega de
amor de dos jóvenes destinados desde antes de nacer.

Su cuerpo se sentía tan cálido, y es que aún después de haber estado toda la noche con su
Alfa, no sentía dolor alguno. Mejor dicho, se sentía más relajado y aunque los rayos del sol
molestaban su rostro interrumpiendo su plácido sueño, no importó.

El castaño giró en la cama buscando el cuerpo de su amado para acurrucarse entre sus
brazos, pero a su lado solo había un espacio vacío. Abrió los ojos un poco confundido,
mirando a su alrededor, descubriendo que se encontraba completamente solo en la
habitación.

— ¡Jungkook! — Lo llamó con la esperanza de que estuviera dándose una ducha, pero no
hubo respuesta.
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Al mirar a su costado, justo sobre la mesita de noche, había una bandeja con jugo, waffles y
frutas picadas, a un lado, había un pequeño sobre con una rosa roja.

El ceño de Taehyung se frunció, pero su curiosidad pudo más, así que tomó el sobre y lo
abrió para leer la carta que había dentro.

Si estás leyendo esta carta, significa que por fin te has despertado, mi pequeño dormilón,
así que buenos días, amor.

Tal vez estés algo confundido por no haberme encontrado a tu lado esta mañana, después
de haber pasado una noche magnífica, aunque, para mí, todas las noches lo son, porque
estás a mi lado.

He ido a cortarme el cabello. Hoy es un día especial, aunque aún no lo sepas, así que tienes
que desayunar si quieres descubrir la sorpresa. No te preocupes por Beomie, ya lo he
pasado a recoger, así que solo preocúpate por comer, darte una ducha y arreglarte. Un
chófer pasará por ti.

Te amo mucho, mi dulce Omega.

Pd: La rosa es un regalo, espero te guste.

Taehyung no pudo evitar sonreír y tomar la rosa entre sus manos, su color era de un rojo
intenso, le recordaba tanto al color de los ojos de su Alfa.

— ¿Qué estarás planeando ahora? — Mordió su labio.

Realmente, por más que el castaño pensará una y otra vez qué podría ser, no podía pensar
en nada. Pero no era su culpa, Jungkook siempre lograba sorprenderlo de alguna forma.

Finalmente, decidió no pensar más y comenzó a comer su desayuno gustoso mientras su

Omega movía la cola eufórico. El Omega estaba feliz que desde que volvió su lobo, este no
dejaba de brincar, aullar y enseñar la pancita ante su Alfa, era como si todo lo ocurrido en el
pasado nunca hubiera ocurrido.

Al terminar su desayuno, colocó los recipientes nuevamente en la bandeja y finalmente se

paró de la cama, estirándose un poco. Al pasar por el espejo, se miró. Llevaba, como todas
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las mañanas, la camisa de Jungkook que usó el día anterior, su cabello estaba desordenado
y su rostro brillaba de felicidad.

Al mover un poco la camisa, pudo apreciar su marca renovada, ahora nuevamente tenía ese
color rosado, el resto de su piel tenía unas cuantas marcas de los dientes del Magnate, pero
casi desaparecían. Desde que su lobo volvió, su forma de sanación había mejorado mucho,
tal vez sea por el Lunaevonae que vive en lo profundo de él.

Aunque para Taehyung, todavía era un misterio esa parte de él. Sabía de la existencia de ese
otro lobo dentro de sí, pero no sabía cómo comunicarse, sentirlo, dejarlo salir, tal vez gracias
al lobo blanco de sus sueños fue que su propio lobo pudo salir, pero ¿Por qué no había
podido cambiar de forma otra vez? Ese tipo de preguntas rondaban en su cabeza de vez en
cuando, pero nunca tenía respuestas.

Se quedó mirándose en el espejo, tratando de pensar. Sus ojos brillaron azules y solo por
una milésima de segundos, lo hicieron verdes.

— Vamos, sé que estás ahí... — Susurró para él mismo, pero no obtuvo nada más.

Aun así trató de mantener su sonrisa y entrar al cuarto de baño, todavía tenía que prepararse
para lo que sea que estuviera planeando su Alfa.

La ducha fue relajante y refrescante, la tranquilidad volvió a su cuerpo, hasta que finalmente
salió del cuarto de baño, envuelto en una bata de baño.

Con algo de cuidado, tomó una toalla y trató de secar su húmedo cabello. Mientras lo hacía,
revisaba su armario para decidir qué prendas ponerse.

No sabía qué usar, no tenía ni idea con qué se relacionaba su sorpresa. Finalmente, decidió
usar unos jeans negros ajustados; una camisa del mismo color con detalles blancos, pero
algo transparente, acompañada de un saco negro; sus zapatos eran unos negros elegantes y
en accesorios, solo se dejó el anillo que Jungkook le había regalado en su cumpleaños en
Busan y unos cuantos pendientes muy discretos.

El Omega sonrió orgulloso de su trabajo al estar frente al espejo. Con sus manos, sacudió un
poco su cabello y comenzó a peinarlo; su cabello no era tan largo como el de su Alfa, pero
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tenía más volumen, aunque hacía poco le había entrado la idea de pintarse el cabello de
algún color.

Cuando sintió que estaba listo, tomó su móvil y se dirigió rumbo fuera de casa. Tal vez sea
Jackson quien esté afuera esperándolo. Antes de salir, tomó sus llaves y cerró bien la puerta
de la casa. Frente a él no estaba el auto de Jackson, sino otro. Se acercó al auto y abrió la
puerta del copiloto.

— ¿Sehun?

— Buenos días, joven Kim. Yo seré su chófer, así que necesito que entre al auto y abroche su
cinturón. — Le dedicó una sonrisa.

Taehyung, aunque estaba confundido, obedeció y entró al auto, colocando su cinturón de

seguridad para después mirar a su primo que se disponía a encender el auto.

— ¿A dónde me llevas?

— Lo siento, no tengo permiso de dar esa información. — Sonrió, encogiéndose de hombros.

— Oh, vamos, Sehun, seguro sabes qué es lo que está planeando Jungkook. Por favor, dime,
soy muy curioso. Te prometo que, si me dices, me haré el sorprendido, será un secreto entre
primos.

— No puedo, realmente el señor Jeon se ha esforzado, solo sé paciente. — Le aconsejó.

— Ese es el problema, no me siento capaz de ser paciente. — Hizo un puchero.

El resto del camino, Sehun decidió cambiar de tema, ambos estuvieron platicando para
llevar el rato, hasta que Taehyung fue consciente del camino en el que iban.

— Espera... Yo conozco esta ruta, es la de... — Al dar vuelta, el gran nombre "Orfanato
Esperanza" se hizo presente. — ¿Qué hacemos aquí?

El Beta estacionó el auto frente al gran portón, pero no dijo nada; lo único que hizo, fue sacar
un sobre de su saco y entregárselo al menor. El castaño notó que era igual al que estaba
junto a su desayuno en la mañana.
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— Léelo cuando entres al orfanato. — El Omega lo miró, pero supo que, aunque preguntara,
no le diría nada más.

El castaño miró el lugar que había sido su hogar muchos años de su vida y que aún le
provocaba un sentimiento de calidez en su pecho cada que iba.

Abrió la puerta del copiloto y salió del auto. Caminó al gran portón y empujó este, pero esta
vez nadie lo recibió como normalmente lo hacía la madre Rim. Eso extrañó al Omega, pero
siguió adelante hasta entrar al orfanato.

Al cruzar la puerta de caoba, había un silencio, pero todo estaba bien limpio y acomodado.
Jungkook se había encargado de ayudar con todas las necesidades del orfanato, y Taehyung
seguía donando dinero mensualmente para los gastos, como la ropa, comida y hasta
juguetes.

Se había perdido en su mente, hasta que recordó la carta en su mano, la miró nuevamente y
antes de abrirla, tomó un respiro, listo para leer.

Cuando llegué a este lugar, estaba asustado, me sentía solo, creí que era un castigo por lo
que había hecho y solo podía llorar.

Las madres del orfanato me asignaron a la habitación 08, y al entrar, me encontré en una
habitación vacía. Aún después de lo que había hecho, tenía miedo de que él volviera, así
que me escondí donde creí que nadie me encontraría.

Pero tú lo hiciste. Por primera vez, alguien había escuchado mis llantos, mis súplicas; por
primera vez, alguien me tendió la mano y quiso protegerme; por primera vez, gracias a
alguien, que no fuera mi madre, pude dormir tranquilo, porque ese pequeño castaño me
aseguró que el monstruo no vendría por mí, y así fue...

Por eso, desde ese día, tanto mi lobo como yo, te elegimos como nuestro. Te volviste mi
amigo y con tu sola sonrisa hacías que mis pesadillas desaparecieran, te volviste mi ancla,
mi todo.

Me devolviste la sonrisa que un hombre, el cual debía protegerme, me había arrebatado.

Una noche tú me hiciste una promesa de cuando fuéramos grandes, ¿La recuerdas?
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Los ojos del castaño se cristalizaron, pero tomó otro respiro para leer el pequeño detalle al
final de la carta.

«Ve al lugar donde comenzó lo nuestro.»

Él sabía perfectamente a dónde tenía que ir, conocía de memoria el camino. Con cada paso
que daba, su corazón y su lobo se removían dentro de él, pero también podía sentir al otro
lobo, y claro que estaba presente, pues esos recuerdos le pertenecían.

Todo lo vivido en ese orfanato, eran recuerdos que compartían el lobo de Jungkook y el
Lunaevonae; dos lobos que solo trataban de proteger la inocencia de cada uno de sus niños,
y con ellos, los recuerdos de sus pasados, pero cuando fue el momento se les fueron
devueltos.

Su mano giró la fría perilla de la que en algún tiempo fue su habitación, su casa, su hogar, y
también llegó a pensar que era su lugar seguro, aunque no era así, pues ese lugar siempre
fue donde estuviera su Alfa.

Empujó la puerta, la habitación estaba llena de rosas blancas, pero en cada uno de los
ramos, en el centro, se encontraba una rosa roja que resaltaba, porque así era como
Jungkook veía a Taehyung: tan puro como las rosas blancas. Así lo conocían todos, pero solo
el Magnate sabía el color que más se asemejaba a su amado, y ese era el rojo, por su fuerza,
su determinación, su pasión al hacer cada cosa.

En las paredes estaban las fotografías de cuando eran niños, y por cada una, alrededor
estaban las fotografías de ellos en la actualidad, cada momento que habían compartido
solos, con sus amigos, con su hijo, con su familia.

Las lágrimas volvieron a traicionar al castaño, pero no eran lágrimas de dolor o tristeza; eran
de felicidad. Se sentía tan lleno de dicha y por eso no podía contener las lágrimas.

No supo cuánto tiempo lloró, hasta que tomó un respiro profundo, notando que de todo lo
nuevo en esa habitación, lo único que se veía antiguo, era ese armario y recordó el final de la
carta: «Ve al lugar donde comenzó lo nuestro».

Limpió sus lágrimas y abrió con cuidado ese viejo y desgastado armario. En su interior estaba
el conejo blanco y el tigre afelpado con otro sobre frente a ellos.
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Sacó ambos peluches y los colocó sobre la cama antes de tomar la siguiente carta y abrirla.
El Omega creyó que esa había sido su sorpresa, pero, al parecer, apenas estaba
comenzando. Comenzó a leer.

Este orfanato fue nuestro inicio, nuestro hogar, hasta que tuvimos que separarnos. Pero
después de los años, nuevamente este orfanato volvió a formar una parte importante para
nosotros. Tenías un sueño, que al final se volvió nuestro y lo cumplimos aquí mismo.

Yo tenía miedo de dar este gran paso en nuestras vidas, pero tú confiaste en mí, y al ver
esos ojitos y escucharlo por primera vez decirme «Papá», supe que tenías razón, habíamos
hecho lo mejor para completar nuestra vida.

«Tu siguiente pista se encuentra donde decidimos que seríamos una familia.»

Taehyung no necesitó pensar nada, sabía a dónde tenía que ir. Salió de aquella habitación y
se dirigió al jardín del orfanato, no había nadie, su vista miraba a todas las direcciones, pero
no tuvo éxito. Se acercó al gran árbol donde vio por primera vez al pequeño cachorro que
robó su corazón: su hijo.

Pero detrás del árbol no estaba su hijo, sino el oso amarillo con el mismo libro del principito.
El castaño se hincó frente al peluche y, con suavidad, lo tomó entre sus manos, hasta que
una voz lo llamó.

— Buenos días, señor. ¿Viene a adoptar? — Taehyung había perdido la cuenta de cuantas
veces había llorado ese día, sentía que a ese ritmo se deshidrataría, pero no le importaba eso
en lo más mínimo.

— Mi bebé... — Tomó a su pequeño cachorrito entre sus brazos y lo abrazó con fuerza.
Beomgyu no dudó en abrazar de igual forma a su padre Omega.

— Ya no soy un bebé, papi, soy un niño grande. — Le recordó y eso hizo reír al mayor.

— ¿Tú me vas a decir lo que está tramando tu padre? — Se apartó un poco para mirar el
rostro de su hijo.

— No puedo, esta es tu búsqueda del tesoro. — De su pantaloncito sacó otra carta y se la

entregó. — Estás cerca. — Le susurró al oído.
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— ¿De verdad? — El pequeño asintió.

— Tienes que volver al auto con mi tío Sehun, él te llevará.

— ¿No vienes con nosotros? — El pequeño rio, negando.

— No, yo me iré con el tío Jackson.

El Omega entendió, así que besó la frente de su hijo antes de ponerse de pie y volver por el
camino que había recorrido al inicio, saliendo del orfanato, y en efecto, Sehun seguía ahí
esperándolo.

— ¿Leíste la carta? — Le preguntó cuando estuvo parado a su lado. El menor miró el sobre
aún cerrado y negó. — Perfecto. No la leas, hasta que llegues al siguiente lugar. — Sin más, y
antes de que Taehyung pudiera decir algo, le colocó una venda en los ojos.

— ¿Por qué la venda? — Quiso saber.

— Es debido al siguiente lugar. Descuida, todo estará bien. — Le aseguró.

Taehyung decidió ya no hacer más preguntas, de todas formas, nadie le diría lo que quería
saber, así que se resignó. Aunque tenía que aceptar que le estaba comenzando a gustar eso
de revivir su historia.

Todo el camino que han recorrido, y por alguna razón dentro de él, sabía a dónde lo estaban
llevando, pero confiaba en su Alfa.

Todo el camino trató de pensar cuál sería el final de la sorpresa, quería saber cuál era el
propósito.

— Llegamos... — Escuchó decir a Sehun. — Aún no te puedes quitar la venda. — Avisó.

A su costado, la puerta del auto se abrió, y los dulces aromas de dos Omegas, llegaron a las
fosas nasales del castaño.

— ¿Jimin? ¿Luhan? ¿Ustedes también?

— Te sorprenderías si supieras quiénes son cómplices de todo esto. Gracias, amor. — Se

despidió de su Beta.
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— Tranquilo, TaeTae. Todo esto es por una buena causa. — Aseguró el rubio.

— ¿Y cuándo podré quitarme la venda?

— Pronto, solo espera un poco más. — Sintió un tirón. — ¡Ay! — Había tropezado.

— Más cuidado, Jimin, se supone que Tae es el que tiene los ojos vendados. Sabes que, si le
pasa algo, Jungkook nos lo va a cobrar como nuevo. — Lo regañó Luhan.

— No es mi culpa que no se vea nada. — Se quejó. — Además, ya llegamos.

— ¿Tienes tu carta? — Taehyung asintió.

— Bien, cuando te quites la venda, léela.

El castaño escuchó cómo sus amigos se alejaban, dejándolo solo nuevamente. Finalmente se
quitó la venda, notando que todo estaba a oscuras y solo una luz estaba sobre él.

Miró nuevamente la carta entre sus manos y comenzó a abrirla, sacando la hoja de papel de
aquel sobre, listo para leerla, pero esta vez la quiso leer en voz alta.

Hace tres años y unos meses, tú tenías una vida normal, en la cual yo no era parte de ella.
Me habías olvidado de alguna forma y yo a ti también, pero el destino hizo de la suyas y
logró hacer que nuestros caminos coincidieran.

Ese día mi lobo te reconoció, pero yo no pude hacerlo. No sabes cuánto me arrepiento de
no haber tenido el valor de ponerme de pie ese día y gritarles a todos en esa maldita
subasta que tú eras mío, mi Omega...

Unas cuantas luces se prendieron, dejando ver al castaño con más claridad. Se encontraba
en ese mismo teatro, donde lo subastaron, pero no sintió miedo. Respiró profundo y siguió
leyendo.

Todos estaban ofreciendo cantidades tan miserables, que nunca se acercarían a lo que
realmente vales, amor.

Unas voces, que no se podían distinguir, comenzaron a gritar las mismas cantidades que se
ofrecieron aquella vez por el Omega.

Y yo también fui parte de eso, ofreciendo...

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— 50,000. — Su voz resonó en el teatro, y aunque Taehyung lo buscó con la mirada, no lo

encontró.

En ese tiempo, creí que pagar cincuenta millones por un Omega, había sido una locura,
pero ahora...

— Me doy cuenta de lo poco que di por alguien como tú. — Finalmente, las luces de atrás se
encendieron, dejando ver al Alfa. — Porque ni toda mi fortuna, sería suficiente para alguien
como tú, porque tu vida no tiene precio. En ese tiempo actué como un completo imbécil
contigo, porque en vez de gritarte, debía decirte que te amaba; cada vez que te ignoraba,
debía enamorarte y en vez de castigarte, debía haberte besado. — Con cada palabra que
decía el Magnate, se iba acercando al escenario, acortando la distancia entre ellos.

— Jungkook...

— Sé que no puedo borrar esta parte de nuestro pasado, pero me gustaría hacer un nuevo
contrato. — Le entregó un folder rojo al menor, el cual lo tomó. — Joven Kim, este es un
contrato, si gustas leerlo, puedo explicarte las dudas que tengas para que sea más fácil para
ti. — Asintió, abriendo el folder.

La mirada del Omega paseaba por las escrituras del nuevo contrato y una sonrisa se instaló
en su rostro.

— Aquí dice que todos mis malos recuerdos los remplazarás.

— No quiero que tengas ningún recuerdo doloroso si yo puedo hacer algo para cambiarlo,
quiero llevarte a todos esos lugares y darte mejores cosas para recordar.

El corazón del Omega se calentó y continuó leyendo las nuevas cláusulas.

— También dice que todas las mañanas al despertar, después de hacerme el amor, tú te
encargarás del desayuno y de alistar a nuestro hijo. — Lo miró.

— Siento que eso sería un trato justo, tomando en cuenta que deberías estar cansado.

— ¿Por qué si Beomgyu comete una travesura, tengo que ser yo quien implante un castigo?
— Lo miró con los ojos entrecerrados.
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— Amor, porque yo no podría, esos ojitos me vuelven su esclavo.

— ¿Seguro que eres el fuerte Alfa Jeon Jungkook del que todos hablan?

— Claro, pero ante mi Omega y mi hijo no puedo.

— ¿Límite de tiempo? — Frunció el ceño.

— Así es.

— Pero dice sempiterno. ¿Qué significa?

— Lo nuestro, algo que tiene inicio, pero no un final; pero si aceptas este nuevo contrato,
tienes que leer la letra pequeña.

Taehyung miró nuevamente el contrato y una última cláusula.

Este contrato solo será válido, si el contratista dice:

«Sí, acepto.»

— ¿Acep... — Al alzar la vista, el gran Magnate sostenía una pequeña cajita de terciopelo rojo
con un anillo plateado dentro de esta.

— Kim Taehyung, mi Omega y padre de nuestro hermoso hijo Beomgyu, ¿Aceptarían ser mi
Sempiterno?

El corazón del castaño comenzó a latir con fuerza, y una vez más en el día, sus ojos se
llenaron de lágrimas.

Y el recuerdo de ellos dos en el orfanato, volvió a su memoria. La promesa que él le había

hecho.

— Kookie, cuando seamos grandes, yo seré tu Omega y me casaré contigo, pero cuando
seamos grandes, porque ahora somos muy pequeños. — Hizo un puchero.

Todo ese tiempo pudo descubrir que le pediría matrimonio, pero no pudo recordar sus
palabras exactas, hasta ahora.

— Claro que sí... — Asintió con su cabeza para brincar a los brazos de su Alfa. — Claro que
quiero, Kookie...
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El azabache lo recibió en sus brazos, hundiendo su rostro en el cuello de su amado,

dejándose embriagar nuevamente por el aroma. Ninguno de los dos podía contar el tiempo
en el que estuvieron abrazados, dejándose embriagar por el otro.

— Tae, amor, me encantaría quedarme de esta forma toda la vida, pero extrañaría ver tu
hermoso rostro. — Esas palabras, hicieron que el Omega saliera de su escondite.

Su rostro estaba algo carmesí por haber llorado mucho, pero las voces de todos sus amigos
llamaron su atención, sobre todo la voz de su hijo.

— ¡Papás! — Llegó corriendo, y Jungkook no dudó en recibirlo en sus brazos mientras

Taehyung trataba de limpiar sus lágrimas.

— ¿Dijo que sí? — Preguntó Baekhyun. — Porque me esforcé mucho en esta propuesta para
que el limón sea rechazado.

— ¿Se van a casar? — Esta vez habló Beomgyu.

— Sí, amor, tu papi dijo que sí.

— Quiero ver el anillo. — Dijo Luhan, tomando las manos de su mejor amigo. — ¿Y el anillo?

— Aquí está. — Jungkook alzó la cajita de porcelana, volviéndola a abrir para sacar el
pequeño anillo de compromiso.

El castaño extendió su mano izquierda a su Alfa, y este la tomó para deslizar el arito plateado
por su dedo anular, quedando junto al otro anillo que le había dado.

— Sin duda, yo voy a organizar la fiesta de compromiso. — Dijo SeokJin.

— ¿Cuál fiesta? Vamos a hacer una despedida de solteros. — Dijo Baekhyun.

— Felicidades. — Vante abrazó a ambos jóvenes y tomó a su nieto en brazos.

— Gracias, papá. — Miró a Jungkook. — ¿Y tus padres?

— No pudieron venir, pero vendrán en una semana. Seguro mi madre querrá organizarnos
algo. — Una fuerte palmada en el brazo del Alfa, lo hizo bufar.

— El que dijo que nunca se iba a casar por voluntad. — Rió YoonGi.
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— Dijiste lo mismo, y hace una semana Jimin y tú tuvieron un susto de embarazo. — Le

regresó el golpe.

— No fue un susto, simplemente no jugamos con la puntería que tengo. — Se encogió de

hombros. — Al final, el doctor dijo que fue una falsa alarma.

— Papi, ¿Puedo ir a dormir con Joonie? — Pidió el rubiecito.

— Pero, hijo, dormiste ayer con él.

— Sí... — Jugó con sus deditos. — Pero el tío Nam nos llevará mañana a colocarle resina a las
conchitas de mar y yo quiero ir... ¿Puedo?

— Está bien, pero me lo tendrás que compensar, tendrás que dormir con papá y conmigo tres
noches. — Le advirtió.

— Sííí. — Asintió feliz, besando la mejilla de su padre Omega. — Gracias, papi.

***

— Entonces, ¿Ahora seré Kim Taehyung de Jeon? — Colocó sus brazos sobre los hombros de
su ahora futuro esposo.

Acababan de llegar a casa después de haber ido almorzar con todos al restaurante de Sana y
otra vez estaban solos en casa.

— ¿No te gusta Jeon Taehyung?

— Suena lindo y elegante, pero eso será hasta que nos casemos. — Besó sus labios.

— Me gusta cómo suena eso. ¿Me llamarás esposo? — Sus besos descendieron al cuello de su
amado.

— ¿Ahora vas a querer que te diga esposo mientras gimo? — Lo miró, alzando una ceja. —
Fetichista.

— Masoquista.

— No tienes otro argumento para mí, siempre es el mismo. — Se rió sonoramente.

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— No necesito otro, con ese me basta y sobra. — La risa del Omega cesó y miró nuevamente
el rostro de su Alfa.

— Serás mi esposo... — Acarició su rostro. — Oye, esta mañana dijiste que irías a cortarte el
cabello, pero sigue largo.

— Fui, pero solo lo corté un poco, me gusta así de largo.

— A mí también, aunque me gustan todas tus versiones.

— Tenemos que ir a dormir, mañana hay que ir a la empresa a trabajar. NamJoon dijo que
iría para checar unas cosas de una colaboración, y de paso llevará a Beomie.

Mientras se alistan para acostarse, Jungkook le contó a Taehyung todo lo que había hecho
para la propuesta, qué habían hecho cada uno y cuánto tiempo llevaban planeándolo, hasta
le confesó la primera vez que le propuso casarse.

— No puede ser. — Se cubrió el rostro con las manos, rojo de la vergüenza. — Lo siento tanto,
¿Cómo pude quedarme dormido? — El Alfa rió para luego abrazarlo.

— Tranquilo, amor, me diste una oportunidad de hacer una propuesta mejor. Además,
estabas cansado ese día, así que no te preocupes. — Besó su frente.

Taehyung estuvo disculpándose de todas formas, así que su Alfa tuvo que callarlo con un par
de besos, hasta que ambos quedaron dormidos entre las sábanas a la espera del día
siguiente, donde ya no serían Alfa y Omega, sino que ahora estaban comprometidos
oficialmente.

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por Srta_YoonTae

El pequeño rubio miraba dormir a su mejor amigo. Con cuidado y delicadeza quitó los
rebeldes mechones castañitos para que pudiera verse descubierto.
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El menor respiraba tranquilamente y eso ponía feliz a Beomie. Para él, Joonie era una
persona muy importante en su vida, pero desde que había escuchado la conversación de sus
tíos Nam y SeokJin, donde había una posibilidad de que fueran destinados, eso era algo que
no lo dejaba tranquilo de cierta forma. Su amigo era realmente bonito, sí, pero dentro de él,
no podía sentir nada diferente a un gran cariño de hermandad y sentía que tal vez había algo
malo en sí mismo.

Si Joonie realmente era su Alfa como decían sus tíos, ¿Por qué él no lo sentía así? Sus padres
le contaron que desde niños supieron que querían estar juntos, pero Beomgyu no sentía eso
mismo por Joonie y no quería que por eso, SeokJoon, más adelante, ya no quiera ser su
amigo.

De pronto, unos ojitos cafés comenzaron a abrirse y le regaló una sonrisa. El castañito no
dudó en abrazar a su amigo y esconder su rostro en su cuello para oler la dulce y salada
combinación en su aroma.

— Buenos... Días, cine... — El mayor rió un poquito por el apodo.

— Buenos días, Joonie... No es justo que yo no pueda saber a qué hueles para ponerte un
apodo también. — Dijo con un puchero.

— Tera mojada y rosas... — Susurró, aún contra el cuello del mayor.

— ¿Qué?

— A eso oler Joonie...

— Hueles a... ¿Jardín? — El castaño rió contra el cuello ajeno y asintió.

— Niños, ya es hora de despertar. — Anunció SeokJin, entrando a la habitación. — Tienen

que cepillarse los dientes y bajar para desayunar. — Los miró, desde el marco de la puerta.

— Sí, tío Jin.

— Sí, papi — El Omega asintió y salió de la habitación, dejando la puerta abierta. — Vendré
para cambiarte el pañal, cariño. — El pequeño asintió.
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Joonie, desde que tenía dos años, había dejado de usar pañal, pero por las noches, SeokJin
le colocaba uno, por cualquier cosa. Casi nunca lo ensuciaba, pero era preferible la
precaución.

Ambos menores se volvieron a mirar y sonrieron, antes de levantarse de la cama para

dirigirse juntos al baño.

***

Después del desayuno, que fue animado y lleno de risas de los dos pequeños, SeokJin bañó a
ambos y les colocó su ropa limpia.

— Ir a poner retina a conchitas. — Dijo Joonie a su padre mientras le colocaba sus zapatitos
azules.

— Así es, amor. Pero primero iremos con Noona Moonbyul.

— Tío Jin, ¿Quién es Noona Moonbyul?

— Es una mujer que ayuda a Joonie. Por lo de sus pesadillas, llevamos a Joonie una vez a la
semana a verla y hoy tiene una cita. — Le explicó el azabache a su sobrino, el cual
comprendió.

— Ah~ Taehyung...

El agua de la tina salpicaba un poco, mojando el piso. El Omega aferraba sus manos en los
hombros del Magnate mientras seguía dando brincos, auto penetrándose.

Jungkook amaba que su castaño lo montara, y es que esa mañana había sido el menor quien
había entrado al baño a hurtadillas y se había metido a la tina, sentándose sobre el regazo
del Alfa.

Claramente, eso sorprendió al Magnate que se encontraba con los ojos cerrados, ni siquiera
tuvo tiempo de procesar las cosas cuando Taehyung ya estaba besándolo. De esa forma
había sido la cual habían terminado teniendo sexo mañanero en la tina.
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El azabache tomó las caderas del menor y lo ayudó con las penetraciones, ambos estaban
tan cerca de llegar al límite del placer, y fue mejor para el Omega, cuando el pene de
Jungkook encontró su punto P.

Los gemidos y jadeos resonaban en el cuarto de baño, hasta que por fin pudieron liberarse y
el nudo del Alfa se formó.

El cuerpo de Taehyung se dejó caer cansado sobre el pecho de su amado y se aferró a él, su
respiración aún era agitada y su lobo seguía sintiéndose ansioso y asustado.

— Jung-Kook... Ah~ Dime que me amas.... — Pidió como una súplica. Sentía que necesitaba
escucharlo decir esas palabras.

— Amor, te pedí matrimonio ayer, claro que te amo. — El Omega negó con la cabeza y el
azabache sintió el malestar del menor, mediante su lazo. — ¿Qué ocurre, Tae? — Quiso
separarlo para mirar su rostro, pero este no se dejó apartar.

— Mi lobo necesita escucharte y yo también...

— Tae, te amo. Eres lo que más amo en esta vida, junto a Beomie. — Un sollozo escapó de la
boca del menor y su agarre se volvió más fuerte y firme. — Tae, dime qué te pasa...

— Tuve una pesadilla... — Susurró. — Tú no estabas... Y Beomgyu tampoco, estaba solo otra
vez... — Sollozó. — Y al despertar, no te encontré en la cama, creí que te habías ido... Mi lobo
se sintió ansioso y asustado.

Jungkook escuchó atento a las palabras de su amado y lo entendió, él también había tenido
ese tipo de pesadillas. Esas, donde Tae y Beomie no estaban en su vida, por eso, al despertar,
se negaba a soltar al menor, así que entendía ese miedo.

— Aquí estoy... — Le aseguró, en un susurro, acariciando su espalda. — Nunca me voy a ir de

tu lado. Te amo...

Después de unos cuantos minutos, en los cuales el Magnate se encargó de darle muestras de
amor a su Omega, finalmente su nudo se soltó y este salió de su interior.

— ¿Estás mejor? — Quiso saber, tomando su rostro entre sus manos.

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— Sí... Es solo que mi lobo parece ansioso el día de hoy, parece asustado... No sé qué le
ocurre... — Soltó un suspiro. — No me hagas caso, debe ser la pesadilla.

Ninguno decidió darle tantas vueltas al asunto, Taehyung para no preocupar a su Alfa, y
Jungkook para no mortificarlo más. En cambio, mejor ambos salieron de la tina y decidieron
terminar de bañarse en la ducha.

Al salir del cuarto de baño, ambos se vistieron, ninguno quería ir tan formal, pues no tenían
ninguna junta importante, más que nada, tenían puro trabajo de oficina acumulado y eso
harían, por lo cual, Jungkook se colocó unos pantalones ajustados de color negro y una
camisa blanca con corbata negra.

Por otro lado, Taehyung se fue por unos jeans negros ajustados, que resaltaban su firme
trasero, junto a una camisa negra. Él decidió no llevar corbata en esta ocasión.

— Te ves hermoso. — Lo abrazó por la espalda y se restregó sutilmente sobre su futuro

esposo, lo estaba marcando con su aroma para calmar un poco al pequeño lobo de su
Omega y parecía estar funcionando.

— Gracias... — Recibió un beso en la mejilla. — Creo que ya es hora de irnos.

— ¿No quieres desayunar primero? — El menor negó.

— No... Beomie no está, así que podemos comer algo de camino o encargamos algo para
comer en la empresa. — El Alfa asintió. Sabía que al castaño no le gustaba desayunar en casa
si no estaban todos juntos.

— SeokJoon ha tenido mucho progreso. — Dijo la peligris con una sonrisa, mirando cómo el
pequeño jugaba con el pequeño rubiecito con unos carritos. — Me imagino que él es el
cachorro del que me hablaron.

— Sí, realmente Beomie ha sido de gran ayuda para Joonie. — Informó NamJoon.

— Pero nos preocupa que nuestro hijo se sienta muy dependiente a él. Hemos tratado de
irlos separando poco a poco, pero aún así, mínimo, Joonie necesita sentir su aroma para
dormir tranquilo.
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La mujer observó a los dos menores que se encontraban a una distancia considerable para
que no escucharan la conversación que estaban teniendo, ella sabía que el pequeño castaño
podía crear esa dependencia y sabía que no era muy profesional de su parte haber sugerido
involucrar a otro niño en esta situación, pero no pudo evitarlo al ver el sufrimiento que
estaba teniendo esa familia.

— ¿Puedo hablar con ambos niños? — Quiso saber.

— No sé si sea lo correcto. — Dijo NamJoon. — Verá, los padres de Beomie no están al tanto
de que lo trajimos aquí, por lo cual aún tenemos que decirles.

— Entiendo... Pero saben que mi trabajo es ayudarlos. — Explicó Moonbyul. — Solo quiero
hacerles unas pequeñas preguntas a ambos para salirme de dudas, ustedes dos pueden
quedarse.

Tanto el Alfa como su Omega se miraron unos segundos, sabían que cuando llevaran de
regreso a Beomie, tendrían que hablar con Jungkook y Tae, solo esperaban que no se
molestaran, aunque lo entenderían por romper su confianza de esa forma.

— Bien... — Dijo finalmente SeokJin. — Joonie, Beomie. — Los llamó. — Vengan un momento,
por favor. — Pidió, y ambos pequeños dejaron de jugar y asintieron.

Al ponerse de pie, el castañito no dudó ni un segundo en colgarse del brazo del mayor para
acercarse a los adultos, no lo hacía por miedo, más bien ya era más una costumbre y se
sentía más seguro de esa forma.

Cuando estuvieron junto a los adultos, NamJoon subió a ambos cachorros a sus piernas, uno
de cada lado, y, más que nada, porque sabía que su hijo no soltaría al rubiecito.

— Hola. — Los saludó la mujer, con una sonrisa.

— Buenos días. — Beomie hizo una reverencia, bajando la cabeza, la cual fue imitada por
Joonie.

— Mi nombre es Moonbyul, ¿Y el tuyo?

— Jeon Beomgyu. Usted es quien está ayudando a Joonie, ¿Verdad? — Ella asintió. — Muchas
gracias.
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— No me lo agradezcas, el que más lo ha ayudado, eres tú. — Las mejillitas del rubio se
pintaron al instante. — ¿Él es tu amigo, Joonie? — Ahora miró al menor, el cual negó.

— Es mi mejol amigo y tanbie pimo. — La corrigió, por lo cual ella se disculpó.

— Bueno, niños, ¿Me permitirían hacerles unas preguntas? — Ambos asintieron.

— Joonie, tú tienes un gran olfato, ¿No es así? — El nombrado asintió, arrugando su nariz. —
Entonces... ¿Podrías decirme cuántos aromas tiene Beomie?

— Dos. — Alzó dos de sus deditos para mostrárselos. — Beomie guele a cine. — Abrazó al
rubio.

— Y tú a jardín. — Los dos cachorros rieron, pero las palabras de Beomgyu no pasaron
desapercibidas para los adultos.

— Joonie, ¿Qué aromas tiene Beomgyu?

— Calamelo y palomitas, como cine.

— Tienes razón, como cine. — Rió un poco, antes de dirigirse ahora al pequeño rubio. —
Beomgyu, dijiste que Joonie olía a jardín, ¿Por qué?

— Porque huele a tierra mojada y rosas. — El castañito asintió.

— ¿Entonces también sientes su aroma? — El futuro omeguita negó con la cabeza. —

¿Entonces cómo sabes su aroma?

— Joonie me lo dijo, porque yo quería saberlo. — La mujer se veía un poco decepcionada. —

¿Joonie y yo somos destinados? — La pregunta llamó la atención de todos.

— ¿Por qué preguntas eso, Beomie? — Lo miró SeokJin, por lo que el pequeño bajó la cabeza
y jugó con sus deditos.

— Yo... Escuché una conversación del tío Nam y el tío Jin, donde decían que Joonie y yo
podríamos ser destinados...

— ¿Beomgyu, qué sientes por Joonie? ¿Lo quieres? ¿Sientes algo extraño dentro de ti cuando
estás con él? — Pueden parecer tontas sus preguntas porque aún son pequeños, pero
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cuando son destinados, el mayor de los dos siempre lo siente primero aún sin haberse
presentado.

— Yo quiero mucho a Joonie... Él es mi mejor amigo y me gusta estar con él, abrazarlo y que
me dé besitos en las mejillas... — El color carmesí coloreó aún más sus mejillas.

— ¿No sientes ni un poco de los aromas que mencionaste emanar del cuerpo de Joonie? — El
rubiecito acercó su naricita al cuello del menor y este rió por las cosquillas, pero, al final,
Beomgyu negó.

Moonbyul miró a ambos pequeños, realmente había una conexión con ellos, más allá de los
traumas de SeokJoon. Ellos, desde el inicio, lo habían creado por su cuenta y ahí fue donde
la chica supo que no era una dependencia de parte de Joonie, tal vez sí se había apegado
más al rubiecito por lo que había vivido, pero ellos iban a ser así de unidos de todas formas.

— No son destinados... Son almas gemelas. — Las palabras salieron de la boca de la

especialista.

— ¿Almas gemelas? — Preguntó NamJoon.

— ¿No es lo mismo? — Quiso saber SeokJin.

— No, son muy parecidos. De hecho, mucha gente suele confundirse por eso. Tienden a tener
casi todas las características de los destinados, pero por sus aromas, te das cuenta que no lo
son. — Explicó. — Joonie solo siente dos aromas, si hubiera sentido un tercer aroma no
habría duda de que son destinados.

— ¿Qué son las almas gemelas? — La pregunta salió de la boquita del rubio, intrigado por
saber la respuesta.

— Las almas gemelas, son personas que son compatibles con otra persona, que se necesitan
uno al otro, tiene un vínculo muy fuerte, así como tú y Joonie.

— ¿Entonces ellos tendrán destinados?

— Lo más probable.
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— Pero... ¿Eso no los puede confundir, o sus parejas no sentirán celos? — La mujer rió,
negando.

— Son amores diferentes, el amor de ellos es de hermandad y el de sus destinados será de

amor. Beomgyu y SeokJoon aún son unos cachorros y no saben diferenciar esas cosas, pero
cuando crezcan, lo harán, no se preocupen. Joonie dejará de depender tanto de Beomgyu
cuando su destinado aparezca.

— Cuando el destinado de SeokJoon aparezca, ¿Ya no será mi amigo? — Eso asustó al rubio,
y, por un momento, deseó haber sido él su destinado, no quería perder a su mejor amigo.

— ¡No! ¡Beomie, amigo! ¡No irse! — El castañito negó asustado, aferrándose al cuerpo de su
amigo.

— No, niños, nadie los va a separar. — Trató de tranquilizarlos, con voz suave. — Ustedes
siempre serán amigos y estarán juntos, por eso son almas gemelas.

Moonbyul, después de un rato, les indicó a los pequeños que podían volver a jugar, y así lo
hicieron, aunque ahora Beomie no podía dejar de pensar en las palabras de la especialista.
Su mirada se perdió en las palabras de Joonie y sintió cómo su corazoncito latía cálidamente
en su pecho, se sentía feliz ahora que sabía que implicaba ser almas gemelas.

El cachorro Jeon quería a su mejor amigo, pero le aterraba la idea de verlo como algo más,
no porque no vaya a ser un buen Alfa, simplemente le gustaba la amistad que tenían y no
quería que cambiaran sus besitos en las mejillas, por unos en la boca. Beomgyu podía ser un
cachorro de cinco años, pero sabía muy bien lo que quería y, por desgracia, no podía ver a
Joonie como su futuro Alfita, aunque ahora sabía que eso no estaba mal.

— Mira, Beomie. — Le mostró un carrito amarillo. — Como cabello tuyo. — Sonrió el pequeño
de tres años y el rubio volvió a sonreír.

En la empresa Jeon, ambos jefes trabajaban arduamente, después de que en esas últimas
semanas se hubieran dado el lujo de descuidar el trabajo, aunque no se arrepentían de nada,
ya que todo ese tiempo lo habían usado con su hijo.
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Aunque ahora tenían mucho trabajo por hacer, pero ese no era problema ya que los dos se
dividían el trabajo y eso lo facilitaba. De hecho, esa mañana, ya habían avanzado más de la
mitad.

— ¿A qué horas dijeron que traerían a Beomie? — Preguntó Taehyung, con un par de
documentos en la mano y sin levantar la vista de su trabajo.

— No me dijeron la hora, pero habían dicho que lo harían temprano. — Informó el Alfa,
tecleando en su computadora sobre los porcentajes del último mes.

La vista del castaño dejó sus documentos y miró el reloj en la pared, ya era casi medio día, la
ansiedad de su lobo seguía ahí y no lo dejaba tranquilo, Jungkook pudo sentir la angustia de
su Omega, así que lo miró.

— Amor, descuida, está con NamJoon y SeokJin, si algo hubiera pasado, ya nos habrían
llamado. — En eso tenía razón el azabache. — Tal vez se les hizo un poco tarde, sabes cómo
son Beomie y Joonie cuando están juntos. — El menor suspiró.

— Tienes razón, estoy paranoico... — Pasó sus manos sobre su rostro.

A Jungkook no le gustaba ver a su futuro esposo de esa forma, así que dejó de lado lo que
estaba haciendo y caminó hasta él, rodeando su escritorio.

— Hey, amor. — Giró la silla donde estaba sentado el menor y se hincó frente a él, tomando
sus manos, y su mirada se desvió al par de anillos que adornaban el dedo anular del castaño.
Suspiró. — Si estás así porque te pedí matrimonio y aún no te sientes listo...

— ¿Qué? No. — Se apresuró a decir, negando con la cabeza. — Jungkook, no es eso, claro que
me quiero casar contigo, solo que no entiendo por qué mi lobo se siente de esta forma desde
esta mañana, está muy alerta y no quiere estar lejos de ti. Esas pesadillas que tuve, no dejan
de dar vueltas en mi cabeza.

— Taehyung, ya no pienses en eso. — Besó sus manos. — Jamás me voy a ir de tu lado, tú

mismo lo dijiste una vez: La única forma de que lo haga, es que tú me lo pidas. — Acarició su
rostro, por lo que el menor se dejó llevar por el tacto.
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— Jamás te pediría algo así, eres toda mi vida. Mi hijo y tú son lo más especial que tengo. —
Abrió los ojos y estos brillaron azules con un reflejo verde mientras los del Alfa se hicieron
rojos. — Te amo...

Cuando el Magnate le iba a responder, el sonido del móvil los interrumpió, Taehyung miró la
pantalla, notando que era un mensaje de SeokJin, así que no dudó en leerlo.

— Es SeokJin, dice que acaban de llegar y están subiendo. — Sonrió.

— Te lo dije, amor. — Se puso de pie y besó la frente de su amado.

Se sentía más tranquilo de ver a su Omega de esa forma, aunque su lobo también se sentía
alerta esa mañana, pero sabía cómo controlarse para evitar que el castaño se alterara aún
más.

Unos minutos después, Yerim avisó que estaban fuera de la oficina, así que Jungkook le
informó que los dejaran pasar. Al abrir la puerta, el rubiecito no se hizo esperar para ir
corriendo a abrazar a sus padres, los cuales lo recibieron con un gran abrazo y un par de
besos, haciéndolo reír.

— Miren, es muy bonito. — Mostró el pequeño dije de conchita, que había sido cubierto por
una capa transparente de resina y ahora colgaba de su cuello como un collar.

— Tienes razón, es muy bonito. — El azabache revolvió el cabello dorado de su hijo,

haciéndolo reír.

— Te extrañamos mucho. — Dijo Taehyung, repartiendo más besos por todo el rostro del
pequeño.

— Tae, Jungkook... — Los llamó SeokJin, por lo cual los nombrados lo miraron. — ¿Podemos
hablar con ustedes? — Ambos fruncieron el ceño, por el tono en el que lo había dicho.

— ¿Pasó algo? — Quiso saber Jungkook.

— No, pero tenemos que contarles algo. — Esta vez habló NamJoon.

El castaño bajó a su hijo y se hincó frente a él.

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— Beomie, ve con Yerim y lleva a Joonie contigo para que jueguen. — Le pidió, por lo cual el
pequeño asintió, tomando la mano de su mejor amigo, saliendo de la oficina.

— ¿Qué pasó? — Los invitó a sentarse con una seña.

El Alfa mayor corrió uno de los asientos para que su esposo pudiera sentarse, y Jungkook
había hecho lo mismo con su pareja. Ambos Omegas estaban sentados mientras sus Alfas
decidieron permanecer parados a sus costados.

— Verán. Como saben, Joonie asiste a terapia. — Explicó el rubio grisáceo, por lo cual los dos
menores asintieron. — Y hoy asistió a una de sus citas semanales, claramente Beomie nos
acompañó porque no podíamos dejarlo solo.

— No hay problema con eso, entendemos la situación. — Ambos estaban de acuerdo.

— Sí, pero... No solo nos acompañó, sino que también participó en la terapia por petición de
la psicóloga de Joonie, quería hacerle un par de preguntas y...

— Espera, ¿Interrogó a mi hijo? — Taehyung frunció el ceño.

— Sí. Sabemos que no estuvo bien sin su autorización, pero creemos que fue lo mejor, no
solo para Joonie, sino también para Beomie. — Dijo NamJoon.

— ¿Por qué lo dicen?

— Al parecer, Beomie había escuchado una conversación que tuvimos Nam y yo, donde se
hacía mención de que había una probabilidad de que ellos dos fueran destinados.

— Lo sabemos. — Comentó Jungkook.

— Él nos lo dijo, porque se estaba sintiendo confundido respecto a eso.

— Realmente lo sentimos, no fue nuestra intención. — Se disculpó SeokJin.

— En la sesión de hoy, la psicóloga pudo decirnos qué es lo que son ellos realmente.

— ¿Son destinados? — Quiso saber Taehyung, sorprendido.

— No, no lo son, pero sí son almas gemelas, por eso siempre están juntos. Tienen un vínculo
tan fuerte como destinados, pero no lo son. — Explicó el Alfa.
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Tanto SeokJin como su esposo, les explicaron todo lo que Moonbyul les había dicho. Al
principio se veían confundidos los menores, pero luego todo estaba teniendo sentido y
comenzaron a comprender todo.

***

Ambos pequeños salieron de la oficina, tomados de la mano, y se acercaron a la recepción,

donde se encontraba la secretaria de cabello castaño.

— Hola, Yerim Noona. — Saludó el pequeño rubio con una sonrisa mientras Joonie
simplemente hizo una reverencia en forma de saludo.

— Hola, pequeños. — Hizo una corta reverencia. — ¿Qué hacen aquí afuera? — Le preguntó al
pequeño jefe.

— Papi me dijo que trajera a Joonie conmigo para jugar. — Ella asintió.

— Muy bien, sabes cuáles son los lugares donde puedes jugar, pequeño jefe. Y, de
preferencia, permanezcan solo en este piso.

— Sí, Yerim Noona. — Asintió. — Ven, Joonie. Papá me dio una oficina para mí y ahí están mis
juguetes, también podemos pintar, si quieres. — Comenzó a contar el rubio mientras llevaba
a Joonie a una de las oficinas.

Esa oficina había sido para Taehyung, después de que firmó el contrato aceptando ser dueño
de la mitad de la empresa, el Magnate pensó que su Omega querría su propia oficina, pero al
final decidió quedarse junto a su Alfa y esa oficina quedó sin uso, por lo cual, como de vez en
cuando Beomie iba a la empresa, decidieron volverla como un cuarto de juegos para su
pequeño hijo y que tuviera donde divertirse.

Ambos cachorros estuvieron jugando y coloreando un rato, también habían estado

comiendo, ya que en la oficina había un expendedor de comida y bebida.

— Beomie... Ir al baño yo... — Dijo el castaño con un puchero.

— Vamos con Yerim Noona para que te lleve. — El futuro Alfita asintió y ambos menores se
pusieron de pie, saliendo de la oficina.
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Pero al mirar la recepción, no había nadie.

— ¿Y Yerim Noona? — Miró a los lados, pero no la vio.

— Beomie... — Tiró de la mano del nombrado para llamar su atención. — Baño...

— Descuida, yo te llevaré al baño, Joonie. — Le sonrió, dirigiéndose al elevador.

La suerte era que los sanitarios solo se encontraban un piso abajo, así que no tardarían
mucho y después sería más fácil volver, de todas formas, Beomgyu conocía a la perfección la
empresa.

Una vez dentro del elevador, el pequeño Jeon presionó el botón para bajar un piso y las
puertas se cerraron, unos segundos después, la puerta se volvió a abrir, dejando ver el largo
pasillo.

— Ven, Joonie, el baño está por aquí. — Lo guió, volviendo a tomar su mano.

Ambos salieron del ascensor y caminaron por el iluminado pasillo, a tres puertas,
encontraron el sanitario e ingresaron.

— Yo te espero aquí, Joonie. — Le indicó el futuro Omeguita, por lo cual el castañito asintió,
entrando a uno de los cubículos.

Beomgyu fue paciente, esperando que su alma gemela saliera del cubículo, lo cual ocurrió
antes de un minuto.

— Listo. — Dijo con una sonrisa. — Manos. — Mostró sus manitas, en señal de que tenía que
lavarlas.

Para mala suerte de los pequeños, el lavamanos era algo alto, así que el rubio tomó por la
cintura al futuro Alfita y lo levantó para que pudiera lavar sus manos.

— Gashas, Beomie.

— No fue nada. — Revolvió su cabello, acción que había aprendido de su papá Jungkook. —
Vamos de regreso. — El menor asintió.
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Ambos salieron de los sanitarios, dirigiéndose nuevamente por el elevador. Beomgyu apretó
el botón para abrir las puertas y esperó, pero estas no se abrieron, volvió apretar el botón,
pero nuevamente no ocurrió nada.

— No abre... — Frunció el ceño, confundido. — Ven, Joonie, vamos por las escaleras.

No tenían que subir mucho, pues solo era un piso. El pequeño Jeon abrió la puerta que
llevaba a las escaleras y el castañito entró, pero con la misma cayó al suelo al haber chocado
con algo, o mejor dicho, con alguien.

— ¡Joonie! — El rubio se apresuró a levantarlo. — Disculpe, señor.

Los ojos del menor se encontraron con los del hombre que vestía completamente de negro,
su rostro estaba cubierto por un cubre bocas y llevaba una gorra, pero aun así Beomie
reconoció esos ojos verdes que había visto aquella vez en la tienda de ropa.

El cuerpo de Joonie se tensó al sentir ese aroma: Tabaco y cítricos. Su corazoncito comenzó a
latir deprisa y el aire le faltaba, ese aroma lo recordaba a la perfección. Lo sintió en el cuerpo
de esa mujer, la misma que le había hecho tanto daño a su papi y a él. Los recuerdos
dolorosos de ese día, lo volvieron a atacar y su cuerpecito tembló, haciéndolo romper en
llanto.

— ¿Qué ocurre, Joonie? — Se preocupó al instante el rubiecito, llevando toda su atención al

menor.

El hombre no perdió el tiempo y ante los gritos del cachorro no podía darse el lujo de ser
descubierto, ya tenía demasiados problemas. Bien podía llevarse al rubio y matar al llorón,
pero sus planes eran muy distintos, así que siguió su camino.

— ¡No! — Gritaba desesperado el castañito, enterrando sus uñitas en los brazos de Beomgyu,
estaba comenzando a hiperventilar. — ¡No, daño! ¡Ya no!

— Joonie, por favor no llores. — Lo abrazó. — Estoy aquí, nada malo te va a pasar. — Tomó su
rostro entre sus manos para que lo mirara. — ¿Qué pasó?

— Él, hombre malo... Daño... — Su dedito apuntaba las escaleras, por donde se había ido el
hombre.
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— No, Joonie, él no te hará daño, es amigo de mis papás. — Trató de tranquilizarlo, pero el
castañito negó otra vez, el terror se veía en sus ojos.

— Él estaba... Él dañó a Joonie... — Rompió en llanto.

— ¿El día que mi papá y tíos desaparecieron? — Asintió, aferrándose al rubiecito.

— No, daño...

La cabeza de Beomgyu estaba trabajando de prisa, si ese hombre estuvo ese día, no podía
ser amigo de sus padres, y si estaba ahí, tampoco podía ser nada bueno.

— Joonie, hay que ir con nuestros papás, tienes que ser fuerte. — El pequeño negó, llorando.
— El hombre malo está aquí, tenemos que decirles.

El futuro Alfita quería ser valiente, pero tenía miedo, todos esos recuerdos lo estaban
atormentando, ese aroma lo recordaba a la perfección, jamás podría olvidarlo, así como
Beomgyu tampoco podría olvidar esos ojos.

— Entonces... Son almas gemelas. — Tanto Taehyung como Jungkook, seguían procesando
todo lo que los Kim les habían contado.

— Bueno, eso quiere decir que mi hijo seguirá soltero. — El Omega golpeó el hombro del
Magnate. — No digo que Joonie no hubiera sido un buen Alfa para Beomie, solo que ahora
habrá más posibilidades de mandarlo con los monjes.

— Jungkook, mejor cállate. — Rodó los ojos ante las tonterías de su Alfa, eso hizo reír al
matrimonio de los Kim.

— Otra vez queremos disculparnos por lo ocurrido. No estuvo bien que Beomie participara
en la terapia sin su consentimiento de por medio. — Se disculpó NamJoon.

— Descuiden. Entendemos que, como padres, nuestros hijos son lo más importante para
nosotros. — Dijo Taehyung, sonriéndoles de forma comprensiva.

Los Kim se sentían más tranquilos por haberles dicho la verdad a los menores y que ellos los
hayan entendido.
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— Bueno, creo... — SeokJin sintió que su lobo tenía ansiedad. Su respiración comenzó a ser
pesada y tomó con fuerza la mano de su Alfa. — Joonie... — Susurró.

— ¿Qué ocurre? — Se puso de pie el castaño y se colocó frente a su amigo.

— Los niños... — Taehyung pudo ver la ansiedad en los ojos de SeokJin.

— Algo le ocurre a Joonie. — Dijo el Alfa rubio grisáceo, sintiendo la misma opresión en su
pecho y a su lobo rasguñarlo por dentro.

Jungkook y Taehyung se miraron al instante, colocándose de pie para ir a la puerta, los Kim
no perdieron el tiempo y los siguieron.

Yerim se encontraba agendando una llamada con una posible compañía que quería laborar
con la empresa Jeon, pero al ver a sus jefes en tal estado, cortó la llamada.

— ¿Yerim, dónde están los niños? — Preguntó algo brusco el señor Jeon, provocando que la
chica se encogiera en su lugar.

— E-ellos... Están en la oficina del joven Beomgyu... — Su voz tembló.

El castaño fue el primero en dirigirse a la oficina, con la esperanza de que su pequeño

cachorrito y su sobrino se encontraran ahí jugando, pero, al abrir la puerta, se encontró con
la oficina completamente vacía.

— No están. — Nuevamente, ese miedo y ansiedad que había sentido el Omega toda esa
mañana, se intensificó. — ¿Yerim, dónde están? — Taehyung no quería culparla, pero se
sentía con tanta impotencia.

— Yo... No lo sé, ellos estaban ahí jugando, solo me fui unos segundos a la oficina del señor
Yoon por unos documentos... — La chica se veía igual de asustada y preocupada por los
pequeños.

El Magnate no perdió el tiempo y tomó su móvil, llamando al número de Jackson para

decirle lo ocurrido, el Alfa se encontraba abajo, así que subiría lo más rápido.

— Las cámaras de seguridad. — Dijo NamJoon.

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— Yerim, ve al cuarto de seguridad y pide las grabaciones del día de hoy. — Ordenó
Jungkook.

La castaña asintió al instante, dirigiéndose al elevador para ir al cuarto de seguridad.

— Tenemos que... — El grito de Joonie resonó, llamando la atención de los cuatro adultos,
pero sobre todo el de sus padres.

— Las escaleras. — Dijo Taehyung.

Pero cuando ambos Omegas iban a ir, fueron detenidos por sus Alfas.

— Ustedes dos se quedan aquí. — Informó NamJoon, siendo apoyado por el joven Alfa.

— Mi hijo está ahí. — Quiso soltarse el castaño, pero el Magnate no lo dejó. — Jungkook,
suéltame.

— Entiende, Tae, puede ser peligroso, así que te quedas aquí.

No había muchas opciones y el tiempo estaba contado, así que no les quedó de otra a los
Omegas que quedarse, y ambos Alfas bajaron por las escaleras.

Mientras más bajaban, el llanto de Joonie se intensificaba y eso solo hizo que ambos padres
aceleraran su paso, hasta encontrar a ambos pequeños, abrazados en el piso.

— ¡Joonie!

— ¡Beomie! — Los llamaron sus respectivos padres, llamando su atención.

NamJoon tomó en brazos a su cachorro, susurrándole que todo estaba bien, que nada le iba
a pasar, que él lo iba a proteger de todo y todos. En cambio, cuando Jungkook pretendía
abrazar a su hijo, este se negó.

— Papá, él está aquí, el hombre que se llevó a mi papi y a mis tíos.

— ¿Qué?

— El hombre de ojos verdes. — Y ahí fue donde el mundo de Jungkook se cayó frente a él.

Y, de pronto, todas las luces del edificio se apagaron, las luces rojas de emergencia se habían
encendido y el sonido de la puerta se escuchó: la habían cerrado.
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— ¡JUNGKOOK!

El Alfa tomó a su hijo en brazos y, junto a NamJoon, subieron de regreso las escaleras, pero,
efectivamente, la puerta estaba cerrada.

— Beomie, quédate aquí con Joonie. — Le pidió el Alfa mayor. El pequeño rubio no dudo en
abrazar a su mejor amigo para transmitirle tranquilidad.

Ambos Alfas patearon con todas sus fuerzas aquella puerta, una, dos y a la tercera esta se
abrió, las luces rojas parpadeaban.

Ahí estaba Jackson, hincado en el suelo, ayudando a SeokJin, quien sostenía su cabeza.

— ¿Y Taehyung? — El corazón del Magnate latía con fuerza.

— Perdón, Jungkook, pero cuando llegué, solo estaba el señor SeokJin en el suelo. — Dijo
Jackson.

— Hay que impedir que salgan del edificio. — Dijo el Magnate. — Yo sabía que ese maldito
estaba involucrado. — Apretó sus puños con rabia, pero trató de controlarse por Beomie que
se aferraba a su pierna.

— Jungkook, no es tan fácil. — Lo frenó el guardaespaldas. — Si él estuvo aquí, cortó la

electricidad y tuvo tiempo para llevarse a Taehyung, quiere decir que no estaba solo, alguien
más lo está ayudando.

— Tal vez sigue trabajando con Jihyo... — Dijo adolorido SeokJin.

— ¡Papi! — Gritó Joonie, corriendo a los brazos del Omega, que se encontraba sentado en el
suelo.

— ¿Qué ocurrió? — Quiso saber NamJoon.

***

— Entiende, Tae, puede ser peligroso, así que te quedas aquí.

No había muchas opciones y el tiempo estaba contado, así que no les quedó de otra a los
omegas que quedarse, y ambos Alfas bajaron por las escaleras.
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Los nervios y ansiedad estaban carcomiendo a ambos padres al no saber qué les estaba
pasando a sus pequeños.

— No me puedo quedar aquí. — Dijo el Omega castaño.

— Taehyung, espera. — SeokJin se interpuso entre el menor y la puerta. — Te puedo asegurar

que no eres el único que se siente con la fuerte necesidad de bajar por esas escaleras, pero hay
que confiar en nuestros Alfas.

Desvió la mirada, mordiendo su labio. Por alguna razón, sus manos temblaban y su lobo le
exigía con miedo no separarse de Jungkook y su cachorro, pero el azabache tenía razón, tenían
que confiar en NamJoon y Jungkook. Ellos, sin duda, protegerían a sus hijos.

Entonces, las luces se apagaron unos segundos, y cuando las luces de emergencias se
encendieron, SeokJin se encontraba en el suelo y frente a él estaba un hombre que se había
encargado de cerrar la puerta de las escaleras y lentamente se había girado para mirarlo.

Su rostro estaba cubierto y lo único que se alcanzaba a ver, eran sus ojos. Unos ojos, los cuales
Taehyung no necesitaba ver su rostro completo, porque sabía a quién le pertenecían y, aunque
esa mascarilla no le dejara ver su boca, podría apostar que estaba sonriendo debido al miedo y
ansiedad que estaba desprendiendo el cuerpo del menor.

Las piernas parecían querer fallarle, sabía que no podía pelear solo contra él, tenía más fuerza
y esta vez no se sentía con la valentía suficiente para hacerle frente.

El Omega trató de correr, pero un fuerte agarre en su cabello se lo impidió, haciéndolo soltar
un chillido de dolor. El cuerpo contrario se apegó al suyo y el aliento cálido rozó su oreja,
haciéndolo temblar.

— Nos volvemos a encontrar. — La voz hizo temblar a su lobo, quien comenzó a llamar a su Alfa.

— Suéltame... — Su respiración era agitada. El agarre en su cabello se hacía más firme.

— Aquí el que pondrá las reglas, soy yo, y esta vez nadie nos va a separar. — Las palabras
retumbaron en la cabeza del castaño, e hizo lo que su cuerpo y lobo le pedía.

Gritó. Gritó fuerte y alto el nombre de su Alfa, rogando que por favor pudiera escucharlo.
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— ¡JUNGKOOK!

Pero, en cambio, sintió un fuerte dolor en su cabeza que le nubló la vista, hasta el punto de
hacerle perder sus fuerzas. Podía sentir cómo algo líquido bajaba por su frente y finalmente ya
no pudo ver nada, todo se había vuelto negro.

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por Srta_YoonTae

El punzante dolor en su cabeza, le hizo hacer una mueca. Sentía cómo palpitaba justo en la
parte afectada por el golpe. Poco a poco sus ojos se fueron abriendo, acostumbrándose a la
claridad del lugar.

— Agh~ — Se sentó, sosteniendo su cabeza. Se sentía algo mareado.

Al mirar a su alrededor, notó que estaba en una habitación, esta era cálida y acogedora. Las
paredes estaban con tonos claros y los muebles eran de madera; la cama era grande, con
frazadas marrones. Miró su cuerpo bajo las sábanas, notando que su ropa seguía en su lugar,
eso le alivió un poco, pero no reconocía el lugar.

De pronto, las imágenes chocaron en su mente como un bucle. Sostuvo su cabeza con ambas
manos debido al dolor, pero el sonido de la puerta le alertó al instante.

Por la puerta apareció aquel hombre que tanto despreciaba; llevaba una camiseta blanca
arremangada y unos pantalones; su cabello estaba algo desordenado y le había crecido la
barba. Entre sus manos llevaba una bandeja, por reflejo, Taehyung le gruñó y eso le hizo
sonreír.

— ¿Dónde estoy? ¿A dónde me trajiste? — Dijo, apretando los dientes.

— Tranquilo, cariño, estás en casa. — Se sentó en la cama, dejando la bandeja sobre la

cómoda junto a la cama.
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En la bandeja estaban algunas cosas para tratar heridas, pero eso era lo que menos le
importaba a Taehyung, él simplemente quería salir de ahí e ir con Jungkook y su hijo.

— Esta no es mi casa. — Sus ojos brillaron azules y otro gruñido escapó de sus labios.

— Tu frente está sangrando, deja curo tu herida. — Tomó una gasa, pero justo cuando trató
de atender la herida, el castaño golpeó su mano con fuerza, alejándolo.

— ¡Me quiero ir! — Trató de ponerse de pie, pero sintió un mareo, por lo cual, el francés lo
sostuvo en sus brazos.

— Estás débil.

— ¿Y la culpa de quién es? ¡Suéltame! — El Omega trató de zafarse de los brazos del más alto.
— ¡He dicho que me sueltes! ¡Eres un maldito enfermo! — Lo abofeteó y eso terminó con la
paciencia del extranjero.

— ¡Ya basta! — Arrojó con fuerza el cuerpo de Taehyung sobre la cama, provocando que este
rebotara violentamente. — Escúchame bien. Tú eres mío, eres mi Omega. — Lo apuntó con
su dedo.

— ¡Yo no soy tuyo y jamás serás mi Alfa! — El Alfa se colocó sobre el cuerpo del menor y tomó
su quijada entre su mano, ejerciendo algo de fuerza, haciéndolo jadear.

— No juegues con mi paciencia, Taehyung. Así que vete acostumbrando, porque esta será tu
vida ahora. — El cuerpo del castaño se removía debajo de él, tratando de salir del agarre. No
le gustaba sentir ese cuerpo sobre el suyo. — ¿Entendiste? — Pero se negó a responder.

Finalmente, Evans lo soltó y se le quitó de encima, echando su cabello hacia atrás y luego
pasó su mano por su barba. Taehyung temblaba. En su mirada solo podía ver a un loco,
hasta su lobo se encogió y comenzó a lloriquear, llamando a su Alfa.

— Está bien, cúrate tú solo. — Acomodó su ropa y lo miró con una sonrisa, como si nada
hubiera pasado. — Iré a ver la cena. Vendré por ti más tarde, así que compórtate. — Le
advirtió, antes de salir y dejarlo completamente solo en aquella habitación.

Apenas la puerta se cerró, el Omega rompió en llanto, abrazándose a sí mismo. Su cuerpo no

dejaba de temblar, quería que todo fuera una pesadilla como la de esa mañana; que al abrir
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los ojos, Jungkook estuviera a su lado para abrazarlo y decirle que todo estaba bien; que su
pequeño cachorrito entrara a la habitación y lo llenara de besos. Cerró sus ojos con fuerza.

Pero la pesadilla era real. Al abrir los ojos, no supo cuánto tiempo había pasado. Por la
ventana se veía el cielo estrellado, la noche había caído. Con lentitud, y aun abrazándose a sí
mismo, se acercó a aquella ventana, notando los barrotes del otro lado del cristal, era como
estar en una prisión.

Su vista observó toda la habitación, con la esperanza de encontrar algo útil, pero no veía
nada. Como último recurso, se acercó a la puerta, con la esperanza de que no estuviera
cerrada. Con lentitud, tomó la perilla y la giró, logrando que la puerta se abriera.

Con un respiro y con sigilo, salió de la habitación. La casa no era muy grande, era sencilla, de
hecho, parecía una casa normal, de no ser porque todas las ventanas tenían barrotes y no
veía ninguna puerta para salir, más que la de la entrada.

— Tengo que salir de aquí... — Se dijo a sí mismo, tratando de que los sentimientos no le
agobiaran. — Vamos, Tae, por Jungkook y Beomie...

Su lobo estaba alerta. El aroma a Tabaco y Cítricos, inundaba toda la casa, eso le provocó
náuseas al Omega, siempre le había parecido asqueroso ese aroma.

Sus pies descalzos tocaban el frío piso, rogando no hacer ningún solo ruido. Realmente, creía
que si lograba llegar a la puerta, podría correr con la misma suerte de que esa también
estuviera sin seguro. Si lograba salir de esa casa, podría correr y pedir ayuda, solo esperaba
que la diosa luna pudiera escucharlo.

Al no ver señal del francés, corrió hasta la puerta principal y trató de abrirla, fallando en el
intento, pero no se rindió. Su cuerpo era un manojo de nervios mientras trataba de abrir la
puerta.

— ¿Se puede saber qué estás tratando de hacer? — La voz a su espalda, le hizo sobresaltarse.

— Entiende que no siento nada por ti, déjame ir. — Pidió, sintiendo las lágrimas atacarlo
debido a la decepción.
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— Eso dices ahora, pero con el tiempo que viviremos juntos, yo sé que terminarás
aceptándome como tu Alfa, como debió haber sido desde el principio. — El menor negaba
con la cabeza mientras respiraba con fuerza. — Dejaré pasar esto. — Refiriéndose a su fallido
intento de escape. — La cena está lista.

— No quiero nada de ti.

— No te estoy preguntando, así que obedece, Taehyung. No me obligues a tratarte de forma

distinta. — Sus ojos brillaron. — Ve a la mesa y siéntate. — Ordenó.

El cuerpo del castaño tembló aún con más fuerza y trató de rechazar la voz de mando del
Alfa, pero el miedo lo invadió, provocando que le faltara la respiración. Su lobo chillaba con
fuerza, rogando por su Alfa. Sin poder aguantar más, Taehyung bajó la cabeza, dirigiéndose
al comedor, con los ojos cristalizados.

— ¿Lo ves? No era tan difícil, cariño. — Lo ayudó, corriendo la silla para que se sentara. —
Pronto te acostumbrarás. — Le aseguró, con una sonrisa, sentándose a su lado.

— Eres el ser más despreciable. — Sus lágrimas cayeron, aunque trató de evitarlo.

— Eres mi Omega y tu deber es estar a mi lado.

— ¡NO SOY TU OMEGA! — Apretó sus puños con rabia.

— No me grites. — Habló fuerte, tratando de intimidar a Taehyung.

— Jamás serás como Jungkook. — Le sostuvo la mirada con odio.

— Claro que no, porque soy mejor que él. — Taehyung sintió su cuerpo temblar de rabia. —
Conocerás lo que es un hombre de verdad. Ese estúpido Alfita tal vez te llore unos días, pero
después simplemente buscará alguien más. — Los dientes del menor se apretaron. — Porque
a él no le importas, solo eres un Omega más que ha pasado por su cama y...

— ¡Ya cállate! — Eso fue suficiente para que todo se fuera a la mierda. Las manos del Omega
tomaron los bordes del mantel, tirando de este, provocando que toda la cena cayera al
suelo, provocando un desastre. Se puso de pie, mirando al Alfa, con sus ojos brillando en un
azul intenso. — Tú eres el que no es ni la mitad de lo que Jungkook es. — El Alfa se puso de
pie de igual forma. — Yo jamás estaría con un hombre como tú, me da asco de... — El fuerte
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golpe en el rostro del castaño le hizo caer al suelo sobre todo el desastre, hiriéndose, debido
a algunos vidrios que se encontraban en el suelo. — ¡Eres una simple basura! — Su labio
sangraba y las lágrimas seguían descendiendo.

Evans se hincó en el suelo frente al Omega y lo tomó con fuerza del cabello, acercándolo a su
rostro.

— Te advertí que no jugaras con tu suerte, Taehyung. — Lo agarró con más fuerza,
provocando que el menor jadeara de dolor. — Te juro que estoy tratando de ser lindo y
considerado contigo, pero los Omegas que le gritan o son irrespetuosos con sus Alfas,
merecen algo de disciplina. — Los ojos del francés descendieron a los labios entreabiertos
del menor, deseaba tanto volver a besarlos, sentirlos.

El lobo de Taehyung tenía miedo. El fuerte aroma que desprendía aquel hombre, lo hacía
temblar. El pequeño animal lloriqueaba por su Alfa, por su verdadero Alfa. El castaño no
soportaba sentir a su lobo de esa forma.

Se dio cuenta de que los ojos verdes de Evans estaban puestos en sus labios y su respiración
se aceleró. Su vista se desvió, buscando lo que sea útil para ayudarse, y, con sigilo, tomó uno
de los vasos de vidrio que no se hizo añicos en el suelo. Cuando los ojos de ambos se
volvieron a encontrar, Taehyung no lo dudó y estrelló el vaso en la sien del Alfa.

El gran cuerpo del hombre extranjero cayó a un lado de él, y el menor solo podía sentir cómo
toda la adrenalina corría por su cuerpo, tanto, que no había sentido dolor por la sangre que
corría por sus manos y brazos debido a los vidrios.

No se dio tiempo ni a pensar, su cabeza solo le decía que tenía que salir de ahí. Con rapidez
buscó entre los bolsillos del mayor, necesitaba encontrar la llave de la puerta para salir.

Palmeó sus bolsillos, hasta que las encontró. Como pudo, se puso de pie. Su garganta ardía,
estaba seca, pero eso era lo que menos le importaba en esos momentos.

Al estar frente a la puerta, miró el llavero con más de cinco llaves y quiso llorar de
frustración, pero no se dio ese lujo.
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— Por favor... — Tomó una de las llaves y la introdujo en la cerradura, pero esta no
respondió. — Vamos... — Trató con la siguiente. Sus manos temblaban y sin querer las llaves
se cayeron al suelo.

Justo cuando iba a recogerlas, un fuerte brazo rodeó su cintura, alzándolo.

— ¿Estabas tratando de escapar? — Su voz se escuchaba irritada.

— ¡Suéltame! — El Omega comenzó a patalear y moverse lo más que podía, pero el agarre en
su cintura se apretó, provocando que él volviera a jadear, obligándolo a detener su lucha.

— Es suficiente. — Lo soltó, arrojándolo al suelo. —Traté de ser amable contigo, pero acabas
de agotar mi paciencia y ahora tendrás que recibir las consecuencias. — Sus ojos brillaron
rojos.

El cuerpo de Taehyung dolía y su cuerpo no dejaba de temblar, pero no quería rendirse aún.
Él era un Omega fuerte, le había enseñado a su hijo que los Omegas eran fuertes. El recuerdo
de su cachorrito llegó a su memoria.

— Soy un Omega fuerte como papi. — Apretó su puñito en alto.

— No importa lo que hagas o me hagas. Siempre voy a pelear, porque al único hombre al que
amo y voy a amar es a Jungkook, el padre de mi cachorro. — Su respiración era pesada. Miró
al hombre frente a él y sus ojos volvieron a brillar, mostrando un azul intenso.

El extranjero lo tomó del brazo con violencia, obligándolo a ponerse de pie. Le daba tanta
rabia y coraje que en la mente de su Omega solo habitara ese intento de Alfa.

— Eso ya lo veremos, cariño. — Sin soltarlo del brazo, comenzó a arrastrarlo a un lugar de la
casa que el menor no conocía. Taehyung trataba de soltarse, pero era inútil.

Llegaron hasta una pintura, o eso creía el Omega, hasta que el Alfa la empujó, revelando que
era una puerta, obligándolo a entrar. Mientras más caminaban, el pasillo se volvía más
oscuro y tétrico.

— Suéltame. ¿A dónde me llevas?

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— ¿Sabes? Cuando te vi en aquella subasta, quedé cautivado con tu belleza, y tengo que
aceptar que el hecho de tu rebeldía y resistencia, es algo que me la pone muy dura.

Sus palabras alarmaron al menor, el cual, sin pensarlo, mordió la mano que lo sostenía de la
muñeca y trató de correr por el camino de regreso, pero fue alcanzado al instante y tomado
por el cabello, haciéndolo gritar y llorar de dolor. La sangre corría por la mano del francés
debido a la mordida del Omega.

— ¿A dónde crees que vas? — Sin cuidado alguno, volvió a su camino inicial, llegando a tres
puertas.

Una en el final del pasillo y las otras dos a los lados. Las tres puertas se veían algo viejas, pero
la de la derecha estaba en mejores condiciones, esa fue la que abrió el mayor, empujando a
Taehyung dentro.

— Esto te lo buscaste tú. — La habitación estaba casi vacía, solo había una cama vieja. Se
podía sentir el frío del lugar. — Te traje a esta que sería tu casa, todo era para ti, podías ir a
cualquier parte de la casa, solo tenías que comportarte como un buen Omega y ser mi perra
en la cama, pero veo que tengo que enseñarte modales. Hasta entonces, esta será tu
habitación y estarás bajo llave. — Respiró hondo, tratando de recuperar la compostura,
mirando la herida de dientes en su mano. — Hoy no comerás, así que espero que pienses lo
que hiciste y estés arrepentido para mañana.

— Te odio. — Escupió con desprecio, pero este solo le sonrió, cerrando la puerta. — ¡Eres un
maldito enfermo! — Se rompió en llanto.

Se abrazó a su cuerpo, dejándose desplomar al frío suelo y acurrucándose en busca de calor,

susurrando el nombre de su amado Alfa y su pequeño cachorrito, los extrañaba tanto. Su
lobo no dejaba de aullar con pena, sintiéndose solo y desprotegido. Por una pequeña
rendija, que al parecer era una ventana en lo alto de la pared, donde apenas se alcanzaba a
ver la oscuridad del cielo, la luz de la luna se filtraba, cubriendo su cuerpo como una manta.
Lo que menos quería Taehyung era dormir, pero se sentía tan cansado que sus párpados se
terminaron cerrando, escuchando el último aullido de su lobo mientras sus lágrimas caían
por sus mejillas y su último susurro era:
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— Jungkook...

— ¡Es que no! — Gritó con frustración y desesperación. — Han pasado casi dos días y no
puede ser que no tengan señales de Taehyung.

— Estoy haciendo todo lo que puedo, pero estas cosas llevan su tiempo, señor. — Dijo la Alfa
morena.

— Jungkook, Hye Jin tiene razón. Entiendo tu frustración y dolor, porque es mi hijo el que fue
secuestrado, pero gritar no nos servirá de nada. — Vante trató de aclarar la mente del menor.
Él también se sentía al borde, pero Suho se encontraba a su lado, dándole apoyo.

— Es que ya no puedo... — Se quebró el Magnate, y como un niño pequeño, se ocultó en los

brazos del Alfa, quien no dudó en darle apoyo.

El joven Alfa se sentía destrozado, podía sentir la desesperación y ansiedad de su Omega. Le

estaba torturando y llevando al borde de la locura no saber nada de él. Su lobo lo rasguñaba
por dentro, deseando encontrar a ese maldito francés y matarlo con sus propias garras, no
dejarlo escapar otra vez.

— Lo sé... También siento que todo mi mundo se está volviendo a ir, pero hay que ser fuertes
por Tae, y sobre todo por tu hijo que te necesita. — Su suegro tenía razón. Beomie era otro
que realmente se sentía afectado por todo lo ocurrido. — Lo vamos a encontrar. — Le
aseguró.

El día que Taehyung fue secuestrado por Evans, fue como si la tierra se los hubiera tragado a
ambos. Cuando llegaron al cuarto de seguridad, encontraron al guardia y a Yerim
inconscientes, ninguno podía distinguir quién los había atacado por la espalda.

Las cámaras no habían captado al francés, era como si nunca hubiera estado en la empresa y
tampoco nadie lo vio salir con Taehyung. Hasta ese punto, para el Magnate todos eran
sospechosos, no sabía en quién podía confiar.
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Beomie no dejaba de llorar y eso solo lograba que el azabache se sintiera aún más
devastado, por lo cual, terminó llamando a sus padres y a Vante. Necesitaba ayuda y no era
porque estuviera solo, porque tenía a sus amigos cerca, tratando de darle apoyo.

Vante fue el primero en llegar, junto a una mujer de tez morena. La Alfa se veía imponente y
era realmente atractiva, ella era una vieja amiga de la universidad del Alfa mayor. Se había
especializado para leyes y derechos, pero después decidió entrar a la escuela de policías, y al
ser la mejor, finalmente decidió ser detective. Claro que al enterarse que el hijo de uno de
sus mejores amigos había desaparecido, no se negó ayudarlo.

— Miren, lo único que les puedo decir con certeza, es que Taehyung sigue aquí en Seúl, así
que eso es un punto para nosotros. — Explicó la mujer de traje.

— Yo creo que Jihyo lo está ayudando, esa vez la maldita se escapó. — Dijo SeokJin, que se
encontraba sentado en uno de los sillones, con su cachorro durmiendo en brazos.

— Puede ser, mi padre me dijo que no la encontraron. — Comentó YoonGi.

— Tampoco hay muchas opciones que digamos. El móvil de Taehyung se quedó en la oficina,
no podemos rastrearlo como la última vez. — Chanyeol tenía razón. Esta vez Evans había
sido astuto. Al parecer, llevaba planeándolo por quién sabe cuánto tiempo.

— Pero alguien tuvo que haber visto algo. — Dijo Baek, poniéndose de pie junto a su
hermano. Odiaba verlo así, nadie tenía el derecho de hacerlo llorar de esa forma.

— Sehun y Jackson están tratando de conseguir las grabaciones de seguridad de la ciudad,

pero tampoco es tan fácil. — Explicó Luhan, meciendo a su pequeña.

— De todas formas, en las noticias ya se sabe de la desaparición de Taehyung. ¿Cómo nadie

ha llamado con una pista o algo? — Jimin también se veía frustrado.

— Tal vez puede ser por miedo. — Habló Hoseok. — ¿Por qué un extraño se involucraría en
problemas ajenos y arriesgaría su vida?

— El señor Jung tiene razón. En estos casos, la gente calla por miedo a que el agresor lo
busque después. — Suspiró Hye Jin, algo cansada de repasar los hechos del caso, en busca
de alguna pista. — Pero descuiden, estoy tratando de hacer todo lo que está en mis manos
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para encontrarlo. Este no es el primer caso de secuestro en el que estoy, así que lo
encontraré. — Aseguró.

El sonido de unos tacones bajando las escaleras, llamó la atención de los presentes. La mujer
tenía el cabello atado en una cola de caballo, usaba unos jeans y una blusa color verde
militar.

— ¿Lograste hacer que se quede dormido? — Le preguntó Jungkook a su madre.

Cuando Jungkook llamó a sus padres, la señora Jiwoo no dudó en tomar un avión e ir de
inmediato. En cambio, aunque el señor Young quiso ir también, no pudo, no podía dejar la
empresa sola esta vez. Sus socios más cercanos eran los padres de Lisa y ellos estaban en un
viaje de negocios, pero apenas ellos volvieran, el Alfa iría a Seúl.

— No... Se niega a pegar un ojo hasta que Taehyung regrese... — Dijo, con dolor la mujer.

El Magnate asintió, limpiando sus lágrimas. Entendía a la perfección el sentimiento de su

hijo. Él no dejaba de sentir cómo su Omega lo llamaba mediante el lazo que compartían.
Sentía su dolor y sufrimiento, y ese sentimiento lo hacía sentir como la peor tortura, pero no
estaba dispuesto a descansar hasta encontrar a Taehyung y que volviera a su lado.

— Iré a verlo... — Trató de pasar junto a su madre, pero ella lo rodeó con sus brazos y
también lloró, ocultando su rostro en el cuello de su hijo.

— Lo vamos a encontrar... Ten fe. — Le susurró, y Jungkook no dudó en rodear la pequeña

cintura de su madre. — La madre luna nos va a ayudar, vas a ver. — Tomó el rostro del
azabache en sus suaves manos y limpió las lágrimas que bajaban por una de sus mejillas. —
Deberías dormir un poco. — Este negó, amenazando con volverse a quebrar. — Hijo, estás
cansado. Beomie y tú lo necesitan. — Se podía ver su cansado rostro.

— ¿Cómo puedo dormir si siento que estoy muriendo? — Su labio inferior tembló.

— Lo entiendo, pero piensa en tu hijo... Más que nunca Beomgyu te necesita. ¿Sabías que no
quiere dormir porque está tratando de recordar cualquier cosa que sea útil para que
encuentren a Taehyung, y se frustra porque siente que es malo al no poder encontrar nada
en sus recuerdos? — Miró el dolor en los ojos de su hijo mayor. — Más que nunca tienen que
estar juntos... Sube y trata de dormir, aunque sea una hora.
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Jungkook no pudo hacer más que asentir. Jiwoo besó su mejilla con dulzura, antes de que lo
dejara ir escaleras arriba, y abrir sus brazos ahora para darle apoyo a su hijo menor.

El corazón del gran Alfa estaba destrozado. Su lobo aullaba en pena, respondiendo a los
lamentos de su pareja destinada. Jungkook trataba de no pensar en todo lo que ese enfermo
podría estar haciéndole a su amado, eso solo le causaba rabia y más que nada dolor por no
poder protegerlo. Se replicaba tantas veces a sí mismo por haberlo dejado solo ese día
cuando quiso acompañarlo.

Al estar parado frente a su propia habitación, sintió un punzante dolor en el pecho. Al abrir la
puerta, el dulce aroma de Taehyung lo envolvió, su aroma estaba impregnado en todo el
lugar y las lágrimas lo volvieron a amenazar al ver a su pequeño hijo recostado, justo donde
Tae lo hacía a la hora de dormir.

Las luces estaban apagadas, pero aun así la luz de la luna se filtraba por la gran ventana,
iluminando lo suficiente. El Alfa caminó hasta la cama, su pequeño le daba la espalda, ya que
su vista estaba hacia la ventana.

— Beomie... — Lo llamó suavemente, por lo cual el rubiecito se giró para mirarlo. Sus ojitos y
rostro estaban rojos e hinchados de tanto llorar, y se sintió mal, Jungkook se sintió como el
peor padre.

— P-papá... — Se formó un puchero en sus labios, antes de romper en llanto otra vez. El
Magnate no lo dudó y tomó a su hijo en brazos.

Se aferraba a él con fuerza. Su lobo bajó la cabeza, pidiéndole perdón a su cachorro. Ambos
estaban rotos y destrozados, su pequeña familia había sido dañada otra vez.

— Quiero... A papi... — Hipeaba.

— Yo también, hijo... Yo también... Te prometo que haré todo para traerlo de vuelta.

— L-lo siento... — Se disculpó Beomie. — Esta vez... No pude ayudar...

— No, amor... No es tu culpa. — Lo abrazó más fuerte y desprendió su aroma para

tranquilizar a su hijo mientras se recostaba sobre la cama, sin soltar al menor. — Todos están
aquí para ayudar a que papi vuelva con nosotros...
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— ¿Cuándo? — Jungkook aguantó su llanto, negando.

— No lo sé... — Susurró, cerrando los ojos, tratando de ser fuerte.

Un silencio se instaló en la habitación. El azabache sabía que Beomgyu seguía despierto.

Jungkook acarició su cabello y miró la luna, tomando un profundo respiro.

[Se recomienda reproducir Blue & Grey]

— Where is my angel... The one that brings the end of the day... Someone come and save me,
please... I just need to sigh after the end of the tiring day... — Su voz sonó un poco ronca y no
tan afinada debido a que había estado llorando.

Beomgyu no dijo nada y siguió escuchando la voz de su padre.

— It looks like everyone is happy... Can you look at me? Cuz I am blue & grey... The meaning
of the tears reflected in the mirror is... My colors hidden behind my laughter, blue & grey...

Guardó silencio unos segundos mientras continuaba acariciando a su hijo, mirando la luna.
Era la misma de siempre, pero no se sentía igual, su brillo no era el mismo.

— I just wanna be happier, melt the frozen me... The hands I've extended so many times...
This colorless echo... Oh this ground feels so heavier... I am singing by myself... I just wanna
be happier... Am I being too greedy... The feeling when I'm walking down the cold winter
road... The sound of my racing heart... I still feel it now...

La respiración de Beomgyu se comenzó a sentir más suave y relajada, se estaba quedando

dormido, o tal vez ya lo estaba.

— Don't say you're okay... Because you're not okay... I beg of you, don't leave me alone, it
hurts too much... — Cerró los ojos, sintiendo una lágrima rodar por su mejilla.

Por alguna extraña razón, su cuerpo se sentía con la necesidad de querer dormir, aunque no
tuviera sueño. Sus párpados comenzaron a cerrarse mientras miraba la luna, sintiendo cómo
la luz acariciaba su rostro al igual que su madre lo hacía cuando era un niño, y sus ojos
finalmente se cerraron.
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Sus ojos comenzaron a abrirse con algo de pesar. No sabía dónde se encontraba, solo sentía
una gran paz. Su vista miró a los alrededores, era un prado de trigo...

Jungkook se sentía tan confundido. Nuevamente, miró a todas direcciones, y esta vez logró ver
un pelaje blanco que se camuflaba con el alto trigo, sus ojos brillaron verdes.

— ¿Bora? — Escapó de su boca, y el animal alzó sus orejas, hasta cierto punto con asombro,
pero regresó a su postura.

No había tiempo y ella lo sabía. Bora ya estaba rompiendo muchas reglas en un mundo que ya
no le correspondía, pero no podía dejar a su cachorrito. Había tratado de entrar a los sueños de
Vante, pero él tampoco había podido dormir desde la desaparición de Taehyung. Por esa
razón, Eunha se encargó de hacer que Jungkook durmiera.

— Eres tú, ¿Verdad? — Volvió a hablar el azabache.

El lobo blanco ignoró su pregunta y desvió la mirada a un punto fijo, eso llamó la atención del
Magnate. Había un roble a unos metros, no entendía qué era lo que estaba ocurriendo, pero se
fue acercando poco a poco a ese viejo árbol y ahí fue donde lo vio.

Era Taehyung, su Taehyung. Se encontraba recostado en el suelo bajo el roble, parecía tan
tranquilo, como si estuviera durmiendo.

Sin perder el tiempo, Jungkook corrió hasta él, tomándolo en sus brazos, sintiendo las
inmensas ganas de llorar. Sabía que era un sueño, pero se sentía tan real.

— Tae, mi amor... — Lo abrazó. Podía sentir su aroma, como si realmente él estuviera entre sus
brazos. — Te prometo que te voy a encontrar...

— Jungkook... — Su voz se escuchó suave, como un suspiro.

Los ojos del castaño se fueron abriendo, dejando ver el color marrón en ellos. Su labio tembló
al ver el rostro de su Alfa.

— Te extraño tanto... — Su voz se quebró, aferrándose al azabache. — Sobre todo a Beomie... Mi

pequeño... — Rompió en llanto, aferrándose con fuerza al mayor.

Tocarse de esa forma y sentirse, se sentía tan real.

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— ¿Por qué no has ido por mí? Ya no puedo más...

— Estoy haciendo todo lo posible... Pero el maldito no dejó ninguna pista.

— Bosque... — Susurró el castaño.

— ¿Qué?

— Estamos en una casa... No pude ver mucho porque estoy en una especie de sótano... —
Sorbió su nariz. — Pero vi muchos árboles alrededor.

— ¿Estás en un sótano? ¿Te ha hecho algo? — El menor negó.

Los ojos de Taehyung se empezaron a cerrar de nuevo y eso alarmó al Magnate.

— ¡Tae! Amor, no cierres los ojos.

— La... Pintura...

— ¿Qué? ¿Cuál pintura?

— Por favor... Encuéntrame...

El cuerpo del Omega comenzó a desvanecerse, y Jungkook no pudo hacer más que aferrarse a
él, con la esperanza de que no se fuera.

Gritaba su nombre mientras sus lágrimas caían, y su respiración empezaba a entrecortarse, le

faltaba el aire y se sentía mareado. Sus ojos comenzaban a cerrarse, hasta que finalmente se
desplomó en el suelo.

Se despertó sobresaltado, con la respiración apnea. Miró a todos lados, dándose cuenta que
estaba en su habitación, Beomgyu seguía dormido sobre él. Soltó aire, pasando sus manos
sobre su rostro, había sido solo un sueño.

Debía de ser el cansancio y el no haber dormido casi dos días seguidos. Miró sus manos,
realmente había sentido como si Taehyung hubiera estado entre sus brazos.

— Papá... — Escuchó la voz de su hijo llamarlo. — Tuve el sueño más bonito... Soñé que papi
me abrazaba y me decía cuánto me quería... — Jungkook no dudó en abrazar a su pequeño.

— Yo también soñé con Papi... Me dijo que nos extrañaba. — Le susurró.

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Unos toques algo desesperados en la puerta, llamaron la atención del Magnate.

— Adelante. — Dijo mientras se acomodaba, colocando su espalda contra el respaldo de la

cama y su hijo en brazos, el cual ocultaba su rostro contra su cuerpo.

La puerta se abrió al instante, dejando ver a un Vante algo agitado.

— Acaba de llegar un chico que asegura haberlos visto.

Vante llegó a la cocina y se sostuvo de la meseta. Todo lo que estaba ocurriendo, lo estaba
abrumando. Quería ser fuerte, realmente estaba tratando de serlo, pero un sollozo escapó
de su boca, la cual cubrió.

— Vante... — Esa voz la reconoció al instante.

El Alfa respiró profundo, quitando las lágrimas de su rostro, fingiendo que preparaba más
café.

— Vante. — Lo volvió a llamar, pero este solo se limitaba a poner a calentar agua, evitando la
mirada del Beta.

Suho sabía que lo que estaba haciendo era para que no lo viera de esa forma, pues Vante
podía ser muy tierno, pero seguía siendo un Alfa y no les gustaba verse vulnerables, así que
se acercó a él, tomándolo por el brazo, obligándolo a mirarlo.

— No tienes que hacer esto. — Le dijo. Los ojos del azabache estaban rojos debido a que
había llorado.

— No sé de qué me hablas, yo solo estoy preparando café. — Dijo, desviando su mirada, en

un intento por soltarse del agarre, pero no tuvo la fuerza suficiente. — Suho...

— Sabes que no me refiero al café. — Aún sin respuesta. — ¿Sabes? Lo que siempre me gustó
de ti, es que fueras diferente y tan transparente, pero desde lo que ocurrió en la playa eres
otro.

— No es verdad...
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— ¿Entonces por qué te comportas de esta forma conmigo? — Lo sacudió un poco para
llamar su atención.

— Por si no lo recuerdas, ¡Mi hijo fue secuestrado!

— Exactamente, pero mira cómo actúas. Sé que te duele, Vante. No tienes que actuar como
el fuerte Alfa conmigo, no tienes que reprimir lo que sientes; si quieres gritar, grita; si quieres
llorar, llora. Pero no actúes de esta forma.

— Tengo que ser fuerte...

— Llorar no te hace débil. — Le aseguró.

Por primera vez, en ese momento, los ojos de ambos se encontraron y Vante no pudo
soportarlo más, rompiendo en llanto, aferrándose al cuerpo de Suho. Era irónico que el Beta
tuviera mejor cuerpo y corpulencia que él que era un Alfa puro, pero no le importó. De hecho,
en ese momento, se sintió a gusto cuando le correspondió el abrazo, se sintió tan seguro y
protegido.

— Llora todo lo que tengas que llorar... Aquí estoy contigo. — Acarició su espalda con
delicadeza.

Vante no supo cuánto tiempo lloró o estuvo aferrado al cuerpo de Suho, pero el Beta jamás
lo apartó, todo ese tiempo le dio consuelo y se sintió tan agradecido.

Su lobo nuevamente meneó la cola ante su cercanía, no iba a negar que desde el beso en la
playa se había distanciado, pero es que para él era difícil estar cerca del castaño sin recordar
ese encuentro y sentir esa confusión dentro de él.

Porque, por un lado, ese beso lo había hecho sentir cosas que hacía mucho no sentía y eso lo
asustaba, porque, aunque no se sentía mal, creía que no estaba bien, y era ahí donde
nuevamente llegaba la confusión.

Pero en ese momento, simplemente no quiso pensar en nada, solo quería encontrar a su hijo
y seguir sintiendo esa fuerza y fortaleza que le transmitía Suho en esos momentos.

— ¿Te sientes mejor? — Quiso saber el mayor.

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Vante se separó un poco para quitar sus lentes y limpiar sus lágrimas, un poco más tranquilo,
aunque las manos de Suho permanecieron sosteniendo su cintura y la verdad le había
gustado ese gesto.

— Gracias...

— No fue nada, para eso están los amigos... — Su voz había sonado distinta al pronunciar la
última palabra.

Amigos. Por alguna extraña razón, Vante sintió una punzada en su pecho y a su lobo no le
gustó escuchar esa palabra.

— Sí... Somos amigos...

El sonido del timbre resonó en la casa, y aunque Vante aún quería permanecer un poco más
entre los brazos del Beta, se separó de él.

— Iré a ver... — Sus mejillas se habían vuelto a pintar.

— Te acompaño. — Asintió.

Ambos adultos salieron de la cocina, dirigiéndose a la puerta de entrada, donde ya se

encontraba Jiwoo, abriéndola, dejando ver a un chico delgado de cabello blanco. Debía
tener como 19 años.

— ¿Hola? — La mujer se veía confundida, tal vez era algún compañero de Baek, parecía tener
la misma edad. — ¿Se te ofrece algo?

Tanto Vante como Suho, se pararon detrás de la Alfa y eso hizo que el joven chico se
encogiera en su lugar.

— Yo... Mi nombre es Ren... — Talló su brazo con su mano, para ser un Alfa se veía muy
tímido. — Yo lo vi... Al de las noticias... — Parecía que le costaba hablar. — Al que están...
Buscando...

En ese momento, tanto Jiwoo como Vante, se fueron sobre el joven Alfa, asustándolo y
haciéndolo retroceder.
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— ¿Hablas de Taehyung? ¿Estás seguro de que era mi hijo? — El peliblanco asintió,

tímidamente.

— ¿Dónde? ¿Dónde lo viste? — Se escuchaba la insistencia en la voz de la azabache.

— Oigan, creo que lo están asustando. — Habló Suho, metiéndose entre ambos, tomando a
Ren por los hombros. — Será mejor que lo dejemos entrar y hay que avisarle a Jungkook.

Ren
• 19 años.
• Alfa puro.
• Aroma: Nieve y frutillas.
• Estado civil: Soltero.

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por Srta_YoonTae

Todos estaban en la sala mirando al chico, el cual tenía la cabeza baja debido a todas las
miradas, se sentía tan nervioso. No le gustaba ser el centro de atención, pero después de
haber visto a ese chico castaño en las noticias, recordó que era el mismo al cual ayudó con
su traje en la boutique.

— ¿Cómo estás tan seguro de que era nuestro Taehyung? — Interrogó Jiwoo.

— Porque... Yo lo conozco... Bueno, lo vi una vez... Yo trabajo en una boutique y lo ayudé con
su traje... Por eso estoy seguro de que era él...
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— ¡Claro! — Habló alto Luhan, chasqueando los dedos. — Eras ese chico, tú ayudaste para los
trajes de mi boda. — Él asintió, tímidamente.

De pronto, Jungkook bajó las escaleras junto a Vante. El peliblanco apenas cruzó mirada con
el Magnate, tembló, bajando la cabeza.

— Baek, sube y quédate con Beomie. — Le dijo, o más bien, le ordenó.

— Pero yo también quería ayudar.

— Ayudas más cuidando a Beomie. Baek, te recuerdo que estás en cinta y tienes que
cuidarte, así que sube. — El Omega hizo un puchero, y subió, balbuceando un par de cosas.

— Empiezo a compadecer a mi sobrino al tener un padre como tú. — Le sacó la lengua, antes
de salir corriendo.

— ¡Baek, qué te dije de correr! — Le gritó Chanyeol, sujetando su sien con frustración.

— ¡Lo siento! — Se escuchó desde arriba y el Alfa solo pudo negar con la cabeza. Baekhyun
siempre iba a ser el niño de Chanyeol.

Toda la sala se quedó en silencio y el Magnate miró al joven sentado en uno de los sillones. Al
instante lo reconoció y frunció el ceño, era el Alfita que según ayudaba a Taehyung con su
traje.

— ¿Qué hace él aquí? — Se cruzó de brazos, y eso hizo que el menor se encogiera aún más en
el asiento.

Ren siempre fue tímido aunque fuera un Alfa, pero jamás se había sentido tan intimidado
como cuando vio al Magnate, su imponencia y aroma lo aturdían. El peliblanco adquirió este
tipo de trauma después de que en la escuela los Alfas lo molestaran todo el tiempo, porque,
según ellos, él no era un Alfa y trataban de rebajarlo como Omega. Desde ahí se volvió un
chico solitario.

— Jungkook. — Le advirtió su madre. — Él dice haber visto a Taehyung.

— ¿Dónde? — Quiso acercarse para interrogarlo y que le dijera dónde estaba su Omega, pero
YoonGi lo detuvo, al igual que Hye Jin.
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— Jungkook, así no se hacen las cosas. Yo soy la detective y seré yo la que lo interrogue. Si no
puedes sentarte y mantener la calma...

— ¿Mantener la calma? — Rió falsamente. — ¿Usted tiene Omega? — Ella negó. — Exacto, no
me pida que me calme si no sabe cómo mi Omega lleva rogando por mi ayuda. Necesito
saber dónde está, porque usted tampoco sabe el nivel en el que ese enfermo lo puede
lastimar.

— Tiene razón, pero necesito que me deje interrogarlo para saber si de esa forma podemos
encontrarlo.

Ambos Alfas se dieron un par de miradas, y fueron Vante y Jiwoo, quienes tomaron a
Jungkook de cada brazo, obligándolo a sentarse.

Hye Jin respiró profundo. Sabía que las parejas destinadas eran siempre las más
complicadas en este tipo de casos, y es que trataba de entenderlos, pero le era difícil, ya que
ella nunca había decidido juntarse con alguien.

Finalmente, ella tomó asiento frente al chico y llamó su atención. Él alzó la mirada, pero
luego la volvió a bajar.

— ¿Crees que puedes darme tu declaración? — Quiso ser amable la mujer, al ver cómo
temblaba el joven.

— S-sí... ¿Puedo darla... Con los ojos cerrados? — Ella frunció el ceño. Nunca le habían dicho
algo así. — Es que... Es para no tartamudear... — La Alfa simplemente asintió.

Ren tomó un respiro profundo y cerró los ojos, tratando de relajarse y que todas las escenas
que había visto hace dos días aparecieran en su mente.

— Yo estaba saliendo del trabajo; trabajo en una boutique. — Explicó. — Aún era temprano.
Siempre me voy caminando, porque... No puedo usar el bus y suelo usar calles poco
transitadas. — Jugó con sus dedos mientras relataba los hechos. — Ahí fue donde lo vi... Un
hombre vestido completamente de negro y llevaba en brazos al Omega castaño, subiéndolo
a un coche. Se me hizo extraño, pues el señor Jeon no es alguien que deje que alguien toque
al chico. — No lo decía porque los conociera, más bien porque lo vivió en carne propia.
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— ¿Por qué no avisaste a la policía o algo? — Preguntó una voz, pero el peliblanco, al tener
los ojos cerrados, no supo quién la hizo.

— Porque uno no puede levantar falsos sin una prueba de que realmente la otra persona está
realizando un secuestro. — Explicó el menor, sorprendiendo a la detective, ya que tenía
razón. — Pero aún así, fue muy raro para mí ver eso, así que... Le tomé una foto al auto y
matrícula sin que me vieran.

— ¿Por qué hasta ahora dices todo esto? — Él volvió a jugar con sus dedos, aún con los ojos
cerrados.

— Como dije, yo no sabía que estaba siendo testigo de un secuestro. Aún así, no dejaba de
pensar en lo que había visto ese día, pero ayer en las noticias vi sobre la desaparición del
Omega... Siento venir hasta ahora a contarles esto, pero para mí era difícil hacerlo... Sufro de
ansiedad al estar cerca de tantos Alfas, pero después de lo que vi, no me podía quedar
callado por más tiempo. — Confesó.

— Muchas gracias, tu declaración es muy útil. — Habló suavemente la Alfa. — ¿Tienes las
fotos del auto y matrícula? — Él asintió, sacando su móvil y volvió a abrir los ojos lentamente.

Nadie dijo nada, todos aguardaron mientras parecía buscar las imágenes en su móvil, y
finalmente le entregó el aparato a la detective con las imágenes.

— Muy bien, trataré de rastrear el modelo y matrícula. Eso lleva un poco de tiempo, así que
aguarden aquí. — La Alfa tomó su propio móvil y salió de la casa para poder realizar una
llamada a alguien de su equipo que sabía que podría rastrear ese auto sin problema. —
Felix... — Fue lo único que se escuchó, antes de que cerrara la puerta tras ella.

— Yo... Debo irme... — Sus manos temblaban.

— ¿Y tu móvil? — Dijo SeokJin, recordándole que la detective se lo había llevado.

— Creo que lo mejor será que los Alfas salgamos de la sala. — Dijo Jiwoo, al ver cómo
temblaba el Alfita. Le recordaba mucho a Jungkook cuando lo habían adoptado. — Muchas
gracias por todo.
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Ningún Alfa protestó o dijo lo contrario, y es que tampoco nadie se atrevía a llevarle la
contraria a Jeon Jiwoo. La mujer podía ser un amor de persona, pero molesta era algo que
nadie quería ver.

— Iré a recostar a Joonie. — Avisó SeokJin, levantándose del sofá con su pequeño cachorrito
en brazos.

— Sí, yo iré a ver a Jihyun, ya es su hora de comer. ¿Me acompañas, Luhan? — Este asintió,
acomodando a su hija en brazos para después seguir de cerca a Jimin.

Ren se quedó completamente solo en la sala y por fin pudo sacar todo el aire que llevaba
acumulado. Se sentía más relajado de estar solo, aunque aún se sentía aturdido por tantos
aromas de Alfas en la misma habitación. Casi sale corriendo de ahí a mitad de su declaración.

Miró alrededor mientras seguía sentado en el sillón, simplemente para pasar el tiempo. Se
estaba debatiendo mentalmente si realmente su móvil era tan importante para quedarse
ahí.

— Oye. — La voz lo sobresaltó, poniendo todos sus sentidos en alerta. — Perdón, no te quería
asustar. — Habló Jungkook.

— Señor... Yo, realmente lo siento.... Por... Por lo de ese día... Yo...

— Hey, está bien. Quería disculparme por eso. — Se sentó en el sillón frente al chico, con la
idea de tener una distancia prudente y no incomodar aún más al peliblanco. — No estuvo
bien mi actitud y no debí tratarte así, cuando tú solo estabas haciendo tu trabajo. — No le iba
a decir que casi lo mataba porque estaba entrando en celo en esa ocasión.

— Descuide.... — Lo dijo casi como un susurro mientras bajaba la cabeza, pero aun así, el
azabache pudo escucharlo.

— Agradezco que, después de cómo me comporté contigo, hayas venido a ayudar con tu
declaración.

— Ese Omega... Es muy amable y gentil. Cuando lo ayudé en la boutique, me transmitió

mucha tranquilidad. Creí que debía hacer algo, el mundo necesita más personas como él...
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—Tienes toda la razón, Taehyung es especial. — Sonrió nostálgico, al recordar su hermosa

sonrisa cuadrada. — De todas formas, gracias y discúlpame.

El peliblanco solo se limitó a asentir, aún sin mirar al Magnate. De pronto, la mujer morena
volvió a la sala, y los presentes no se hicieron esperar para escuchar las noticias.

— Muy bien, pudimos localizar el auto. Sigue aquí en Seúl, pero se perdió su rastro cerca de
Surak Mountain, tal vez cambió de auto desde ahí o también...

Jungkook dejó de escuchar a Hye Jin después de que dijo Surak Mountain y las palabras
resonaron en su cabeza.

— Bosque... — Susurró el Magnate, perdiendo un poco el hilo de la conversación.

— ¿Qué?

— Estamos en una casa... No pude ver mucho porque estoy en una especie de sótano... —
Sorbió su nariz. — Pero vi muchos árboles alrededor.

— Están ahí... — Susurró algo fuerte, y todos los presentes lo miraron.

— ¿Qué dijiste?

Jungkook sabía que era una locura, porque eso solo había sido un sueño, pero no podía
evitar que existiera la pequeña posibilidad de que fuera real.

— Están en el bosque Surak Mountain.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— No lo sé, pero les juro que cuando mencionó ese nombre... No tengo palabras para
explicarlo, pero necesitamos ir ahí. — No podía decir que Taehyung se lo había dicho en un
sueño, seguro lo tomarían por loco.

— ¿Estás seguro? Jungkook, si vamos ahí y no está, ese es tiempo perdido que le puede
costar a Taehyung. — Le advirtió la Alfa morena.

Su lobo parecía seguro, pero su parte humana tenía miedo de seguir ese instinto, y que por
su culpa, algo le pasara a Taehyung, pero no había mucho que ellos pudieran hacer en esa
situación. Jungkook solo quería recuperar a su Omega.
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— Sí, estoy seguro.

— Bien, pediré que una unidad nos alcance ahí. — Dijo la Alfa, tomando su teléfono.

— ¿Nos alcance?

— Sí. Tú eres su Alfa, si realmente él está ahí, tú podrás encontrarlo. — El azabache asintió
con la cabeza, colocándose de pie.

Por un momento, Jungkook creyó que no lo dejarían ayudar y tendría que ir por su cuenta.

— ¿Puedo acompañarlos? — Preguntó Vante. — Soy su padre.

— Está bien. Los espero afuera, dense prisa. — Si más, Hye Jin salió de la casa.

— Mamá, cuida de Beomgyu. Traeré devuelta a Taehyung. — Prometió, besando la frente de

su madre.

— Cuídate. — Le dijo YoonGi.

— Le avisaré a Sehun y Jackson para que te encuentren allá. — Avisó Luhan, tomando su
móvil para llamar a su esposo.

— Si necesitan algo, llámanos. — Pidió SeokJin, preocupado.

— Llamaré al doctor Choi para que también los alcance por cualquier cosa. — Dijo Jimin.

— Gracias... — El Magnate estuvo a punto de irse, pero una voz lo detuvo.

— ¡Hey, Jeon! — Lo llamó Chanyeol. — Ten cuidado. Esta vez no podré salvarte si alguien
trata de dispararte. — Sonrió suavemente, acercándose a él. — Cuídate y tráelo devuelta. —
El azabache asintió, saliendo de la casa.

— Vante. — Suho lo tomó de la mano.

— Es mi hijo...

— Yo lo sé, pero...

— Lo siento, Suho. — Soltó el agarre en su mano, y salió de la casa.

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Los tres ya estaban dentro del coche y estaban a punto de irse. Jungkook realmente le
estaba rogando a la madre luna que Taehyung estuviera ahí.

Taehyung apenas había podido dormir, al igual que comer, se sentía agotado. Se abrazó a sí
mismo, recordando el sueño que había tenido esa mañana, se había sentido tan real estar en
los brazos de Jungkook. Sus ojos se llenaron de lágrimas, había sido el sueño más hermoso.

Su lobo aulló con tristeza, nuevamente tratando de llamar a su Alfa, el cual aún no
escuchaba sus lamentos, o eso creía.

El sonido de la puerta puso en alerta todos los sentidos del Omega, y se abrazó a sí mismo,
en la esquina de aquella vieja cama.

— Buenas. Aquí está tu almuerzo. — Entró Evans con una sonrisa a la habitación, cerrando la
puerta con su pie. — No comiste mucho en el desayuno, seguro porque estabas solo, así que
decidí venir a comer contigo y hacerte compañía. — Colocó la bandeja sobre una pequeña
mesita que había llevado para que Taehyung pudiera comer.

— ¿Qué te hace creer que tu compañía me sirve de algo? — Dijo con desprecio, aferrándose
más a su cuerpo, en un intento de sentirse protegido.

Tratando de recordar cómo se habían sentido las manos de Jungkook en ese sueño que
tuvo, y sintió su cuerpo hervir de rabia, porque él debía estar con su Alfa, no con este
enfermo, cautivo de su libertad.

El francés se sentó sobre la cama, y tomó el plato con comida con una mano mientras con la
otra tomaba un trozo de queso, y se lo ofrecía a Taehyung para que comiera.

Pero el menor simplemente golpeó su mano, provocando que ese trozo cayera al suelo.
Evans realmente estaba tratando de ser paciente, pero Taehyung no estaba poniendo de su
parte.

— Vas a comer. — Ordenó.

— No.
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— No te estoy preguntando, es una orden.

— Si tanto quieres, trágatela tú. — Golpeó con enojo la bandeja, provocando que toda la
comida cayera al suelo y el plato se rompiera.

— Suficiente. Te voy a enseñar quién manda aquí. — Tomó el tobillo del castaño y lo arrastró
hacia él.

— ¡Suéltame! — El Omega trató de soltarse, pataleando y soltando manotazos, pero su

cuerpo fue inmovilizado, cuando el Alfa se subió sobre él, sujetando sus manos sobre su
cabeza. — ¡Ya basta! ¡Suéltame! — Gritó de impotencia, cuando sintió los labios del francés
en su cuello, cerca de su marca.

— Seguro esto era lo que querías. Vamos a ver si después de hacerte mío, Jungkook te va a
querer. — Le susurró a su oído. — Haré que te olvides de él por completo, reclamándote
como mío.

— ¡No, ya basta! — Las lágrimas caían con desesperación mientras sentía cómo Evans
sujetaba ambas manos con una sola, y la otra se adentraba bajo su camiseta mientras
besaba y mordisqueaba su cuello. — ¡Por favor! — Sentía asco. No le gustaba cómo se
sentían esas manos sobre él.

Su lobo lloriqueaba. Él no era su Alfa, no le gustaba, se sentía tan mal, sentía miedo. El lobo
blanco miró al acaramelado, quería ayudarlo, pero no podía salir, eso tenía que hacerlo el
Omega, cambiar y proteger a su humano.

— Sshh... Tranquilo, te va a gustar. — Tomó su rostro, y quitó algunas de sus lágrimas. — Vas
a saber qué es lo que es estar con un verdadero hombre, haré que te vengas tantas veces y
que grites mi nombre.

Cuando la mano del Alfa descendió por el cuerpo del castaño, jugando peligrosamente con
la orilla de su pantalón, la desesperación lo invadió. Tratando de soltarse del agarre y antes
de que la mano se adentrara en su ropa interior, Taehyung alzó la cabeza, golpeándolo justo
en la nariz.

Al instante, Evans lo soltó, sosteniéndose el lugar afectado, notando cómo la sangre brotaba.
Eso hizo que sus ojos brillaran rojos de rabia.
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Por su lado, el Omega aprovechó esa oportunidad para quitárselo de encima. Al tratar de
pararse de la cama, sintió un fuerte mareo y sostuvo su cabeza, el golpe lo había aturdido,
haciéndolo caer de rodillas al suelo y sus manos también.

Tenía que reponerse. Al mirar sus manos, vio que estas tenían un pequeño corte. Al instante,
su cabello fue sujetado, y, como pudo, tomó el trozo del plato roto y atacó, sintiendo cómo
era soltado nuevamente. Al mirar al Alfa, este sostenía un lado de su rostro, justo en su ojo
derecho.

— ¡Eres un maldito! — Le gritó el francés, en el instante que golpeó el rostro de Taehyung,

haciéndolo caer al suelo. — ¡Te voy a matar con mis propias manos! — Lo levantó del suelo,
sujetándolo por el cuello.

Las manos alrededor de su cuello, le estaban impidiendo respirar. Taehyung sentía que todo
estaba terminando, ya no tenía fuerzas ni para pelear. Solo estaba dejando que las imágenes
de Jungkook y Beomie pasaran frente a él mientras sentía cómo se iba desvaneciendo.

En todo el camino al bosque Surak Mountain, Jungkook sintió una opresión en su pecho y su
lobo se ponía cada vez más inquieto cuando se adentraron en el bosque.

— ¿Puedes sentir algo? — Quiso saber Vante. Tal vez hubiera sido más fácil, si él aún pudiera
sentir al Lunaevonae.

— Definitivamente Taehyung está aquí, mi lobo puede sentirlo con más fuerza. — Dijo,
mirando a los alrededores desde la ventana del auto.

— Debe ser bonito tener un lazo con alguien. — Dijo la Alfa mientras conducía. — Bueno,
aunque, cuando hay amor, una marca es lo de menos, ¿Verdad? — Miró a Vante, recordando
que Bora era una Beta.

El Alfa trató de sonreír, asintiendo con la cabeza. Pero cuando creyó que su mente iría a los
recuerdos de su difunta esposa, apareció el beso que se había dado con Suho, y su lobo
meneó la cola al recordar a ese hombre.
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Jungkook estaba ajeno a la conversación de los viejos amigos, él estaba más interesado en
tratar de que algo le diera una pista para encontrar a Taehyung, pues sabía que su Omega sí
estaba en ese bosque.

De pronto, sintió como si alguien lo acribillara justo en el corazón, era un dolor tan fuerte. Su
lobo aulló y sus ojos parpadearon rojos.

— ¿Jungkook, estás bien?

— ¡Detén el auto! — Gruñó a la mujer, provocando que ella pisara el freno.

Apenas el auto se detuvo, Jungkook salió, casi tropezando, y comenzó a caminar, sujetando
su pecho. Sentía que el aire le faltaba. Sus ojos brillaban rojos. El dolor era intenso y
aumentaba cada vez más. Cuando alzó la vista, se encontró con una casa, y junto a ella,
estaba el auto de las fotos que había mostrado ese chico de cabello blanco. No dudó en ir
hacia ella, seguido por Hye Jin y Vante.

Al estar frente a la puerta, trató de abrirla, pero esta estaba cerrada.

— Llamaré a los refuerzos y...

— ¡No hay tiempo! — Pateó la puerta con fuerza, una, dos, tres veces, pero esta no cedía.

— Jungkook, hay que esperarlos. — Dijo la Alfa, pero este la ignoró. — ¡Vante, haz algo!

— Tienes razón. — Y junto a Jungkook, golpeó la puerta, una, dos y finalmente esta se abrió.

Al apenas abrir la puerta, el aroma tanto de Taehyung como el de Evans, estaba en la casa,
eso hizo gruñir al Magnate.

— Son tan necios. — Se quejó la morena, pero también entró a la casa junto a ellos, sacando
una pistola del cinturón de su pantalón. — Vamos a inspeccionar el lugar con cuidado y no se
separen. — Pero ninguno la escuchó, porque ya se habían ido a abrir todas las habitaciones.
La Alfa ya se sentía arrepentida de haberlos llevado.

Los tres inspeccionaron la casa, pero no encontraron nada. Hye Jin comenzó a dar sus
coordenadas a su equipo, mediante un radio, recibiendo respuesta al instante.

— Tal vez se fueron y el aroma es viejo. — Dijo, pero al instante Jungkook negó.
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— Están aquí, puedo sentir a Taehyung, me está quemando por dentro. — El Alfa estaba
haciendo un esfuerzo en mantenerse de pie, estaba sintiendo el dolor de su Omega. De
pronto, su vista se desvió a un pasillo. Vante lo siguió de cerca, él también podía sentir a su
hijo en ese lugar.

— ¿Quién hace un pasillo sin salida? — Preguntó Vante, al notar que el pasillo terminaba en
una gran pintura.

— La... Pintura...

Las palabras que le dijo Taehyung en el sueño, retumbaron en su cabeza. Se paró frente a la
pintura, justo en el instante que sintió como si alguien lo asfixiara. Se sostuvo de ella,
logrando que esta se moviera y dejara ver que realmente era una puerta.

— Llegarán en 5 minutos, puede ser riesgoso estar simplemente así.

Jungkook no podía esperar cinco minutos, era demasiado y su Omega lo necesitaba.

— Tiene razón. Quédense aquí y espérenlos, yo entraré y trataré de hacer tiempo, no me

puedo quedar aquí.

Y sin más, el Magnate entró, caminando rápido por el pasillo, siguiendo los llamados de su
Omega, ya estaba cerca. Miró las paredes y supo que eran insonorizadas. Finalmente, llegó al
final del pasillo, donde se encontraban tres puertas. No tuvo que pensar cuál era, sabía de
dónde venían los aullidos de su pareja, y, sin previo aviso, sus ojos brillaron rojos al
momento en que pateó la puerta, logrando que esta se abriera.

Su sangre hirvió al instante, al ver cómo el maldito francés sostenía por el cuello a Taehyung.
Su hermoso castañito se veía en un estado que Jungkook solo podía desear matar a Evans
con sus propias manos. Solo le alegraba ver que él estaba peor que Taehyung, su rostro
estaba teñido de rojo con su propia sangre.

— Suéltalo. — Ordenó con tanta fuerza, que hizo temblar al de ojos verdes, pero supo
disimularlo.
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— Vaya, has venido a unirte a la fiesta. Descuida, después te mataré a ti también. — Dijo con
una sonrisa, aflojando su agarre en el cuello del menor, dejándolo respirar y apegando su
espalda a su pecho.

— El único imbécil que morirá serás tú. — Dijo, apretando los dientes mientras sus ojos
brillaban con más intensidad. — Te mataré yo mismo y esta vez no vas a escapar. — Gruñó. El
lobo de Jungkook estaba a nada de tomar el control, y si lo hacía, realmente el francés no
viviría para contarlo, aunque él también cambiara de forma.

— J-Jung... Kook... — Su garganta ardía y su labio dolía, las palabras salían casi oxidadas, sus
ojos se abrían y cerraban con lentitud.

— Taehyung... — Su atención se desvió a su amado, eso hizo reír en alto a Evans.

— Vamos a jugar un juego. — Habló el extranjero con burla. Después de ver a Taehyung, supo
que si no iba a ser suyo, tampoco iba a ser de Jungkook.

— ¿Crees que estás en posición de estas estupideces? Todo esto se termina aquí hoy.

— No estoy tan seguro de eso, y si él no va a ser mío, tampoco será tuyo. — Sin más, el
francés tiró del cuello de la camiseta de Taehyung, dejando su marca a la vista, y antes de
que Jungkook pudiera hacer algo, clavó sus dientes sobre esta.

— ¡AGH! — Un grito desgarrador abandonó la garganta del castaño. El Omega podía sentir su
cuerpo arder. Sus ojos parpadearon azules y la sangre comenzó a brotar.

— ¡Taehyung! — El Alfa extranjero soltó el cuerpo del Omega, y este, antes de desplomarse al
suelo, fue sujetado por el azabache. — Amor... — Lo llamó mientras presionaba el lugar
donde la sangre brotaba.

— Te advertí que me las pagarías todas. — Sin más, recogió algo del suelo, antes de salir de la
habitación.

Su rostro le ardía, no podía ni abrir su ojo derecho, sin duda, eso le dejaría una cicatriz, y su
nariz le dolía, lo más seguro era que se la hubiera roto.

Pero en el pasillo se encontró con un hombre azabache, el cual estaba de espaldas. No tenía
tiempo que perder, y, como el malnacido cobarde que era, lo atacó por atrás con el trozo de
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cristal que había recogido del piso, clavándolo justo a un costado, pero solo hasta ese
momento, notó la presencia de la mujer.

— Agh... — El azabache sintió cómo su piel era corrompida, y el dolor se hizo presente. Todo
había pasado tan rápido.

— ¡Vante! — Levantó su arma, apuntando al francés. — Suelta el arma. — Ordenó, pero él

simplemente sacó el vidrio, dirigiéndolo al cuello del mayor.

— Si disparas, él se va conmigo. — Advirtió. — Así que apártate.

La morena sabía que los refuerzos ya no debían tardar en llegar, junto al médico, pero
tampoco podía dejar que ese loco matara a su amigo.

— ¿¡Crees que no lo voy a hacer!? — Apretó con más fuerza el vidrio, logrando un pequeño
corte. Vante cerró los ojos con fuerza.

— Hwasa... no te muevas... — Dijo con dificultad. Esa era la primera vez, en todos sus años,
que su mano le temblaba al apuntar a alguien con un arma.

— ¡Cállate! — Le gritó, y su vista volvió a la Alfa. — Si me dejas ir, no lo mataré, así que decide
rápido. — Los segundos parecían eternos. Los ojos de ella se encontraron con los de su
amigo, el cual negó suavemente. Ella cerró los ojos.

— Bien, tienes un minuto. — Habló finalmente, pero nunca bajó su arma. Cualquier
movimiento sospechoso que hiciera ella, no dudaría en matarlo.

Evans comenzó a caminar, aún sin soltar el cuerpo de Vante, arrastrándolo con él hasta la
puerta. Y al estar frente a ella, empujó el cuerpo del azabache en dirección a la Alfa y esta no
dudó en recibirlo.

Con un rápido movimiento, lo recostó en el suelo y lo dejó ahí, antes de correr hacia la puerta
y disparar, logrando que la bala diera justo en el brazo izquierdo del francés justo cuando
este subía a su auto, arrancando. Ella no dudó y continuó disparando, sacando su radio.

— ¡Está escapando por la ruta del risco, y necesito un médico urgentemente! — Regresó
junto a Vante, quien sostenía un costado de su abdomen. — Vante, todo va a estar bien.
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— Tranquila... Estoy bien, lo importante ahora es mi hijo... ¡Agh! C-cuando el doctor llegue,
quiero que... Lo atienda a él. — Respiró con dificultad. Estaba sudando frío.

***

— Taehyung, amor... Todo va a estar bien. — Besó su frente.

— J-Jung... Kook~ T-tengo frío.... Y duele... — Sus ojos, que parpadeaban color azul,
comenzaron a cambiar a un intenso verde esmeralda. — ¡AGH! — Gritó de forma
desgarradora.

Su lobo estaba rechazando la marca de Evans, pero si seguía así, este moriría desangrado
por la hemorragia, por lo cual el Lunaevonae no podía permitir que eso ocurriera. Sería
doloroso, pero era lo único que los salvaría a ambos, aunque eso interfiera con su vínculo.

— Aguanta, por favor... — Le suplicó. El cuerpo de Taehyung estaba hirviendo, sus ojos
brillaban verdes en su máximo esplendor. El Lunaevonae estaba recibiendo todo su dolor y
sufrimiento en lugar del pequeño Omega.

— ¡Jungkook! — Choi apareció por la puerta, y se alarmó al ver tal escena.

Como pudo, el Alfa cargó a su pareja en brazos y salieron de aquella habitación. Al ver
sangre, frunció el ceño. Mucho más, al no ver a la detective y a Vante.

— Tenemos que llevarlo a un hospital. — Dijo Choi, ayudándolos a subir al auto. El conductor
era Jackson, quien no dudó en acelerar al ver el estado del Omega.

Jackson condujo por la carretera hasta llegar a las calles, importándole poco exceder los
límites de velocidad y saltándose las señales de tránsito, al igual que los semáforos, hasta
que llegaron al primer hospital.

Al entrar, Choi mostró su identificación de médico, informando que era una emergencia y
necesitaba una habitación. Uno de los doctores al ver la situación, se acercó, ofreciéndoles
una camilla para recostar al Omega que gritaba de dolor.

Les asignaron una habitación, y Choi aseguró que arreglaría el papeleo después,
entregándole su tarjeta al doctor del hospital para que arregle las cosas con su asistente.
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Le asignaron una enfermera para que lo ayudara, pero Choi se negó, diciendo que otro
hombre llegaría con una herida al costado del abdomen y que necesitaba unos puntos, ya
que era algo profunda.

Pidió unas cuantas cosas para poder atender a Taehyung, y finalmente cerró la puerta de la
habitación para proceder a desinfectar sus manos.

— ¿Qué le pasa? — Se acercó rápidamente.

— Él lo marcó y no deja de salir sangre. Choi, haz algo, no lo puedo perder. — El gran Magnate
lloraba con desesperación.

— Está teniendo una hemorragia. Está tratando de rechazar su marca y conservar la tuya, su
lobo se está aferrando a que no desaparezca la tuya, y si continúa así, morirá desangrado. —
Explicó, tratando de evitar que la sangre continuara saliendo.

— ¿Y qué podemos hacer?

— Su lobo tiene que rechazar ambas marcas para que estas desaparezcan por completo.

— ¡AGH! — La respiración de Taehyung era pesada, y sudaba helado mientras su piel

quemaba. Los espasmos comenzaron y la marca estaba comenzando a tomar un color
negro, al igual que su sangre.

— Jungkook, el cuerpo de Taehyung no va a resistir ambas marcas por más tiempo. — De

pronto, los pantalones del castaño comenzaron a teñirse de rojo, alarmando a ambos. —
Está teniendo una hemorragia interna, él necesita cambiar de forma ahora.

— Solo lo hizo una vez, no sabe cómo hacerlo.

— Llámalo. Si tu lobo lo llama, puede que lo incite a salir. Cambia de forma. — La respiración
de Jeon era agitada.

— Lo haré. — Besó la frente de su amado, y se apartó.

Quitando sus zapatos, camisa y pantalón, cerró los ojos, dejando que su lobo tomara el
completo control de él. Al abrir los ojos, estos brillaban rojos. Su aroma se comenzó a
intensificar mientras su piel era remplazada por un pelaje azabache, sus manos y pies por
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grandes patas que lo ayudaban a mantenerse de pie, y su boca fue remplazada por el hocico.
Ahora era un lobo de un gran tamaño imponente.

Al instante que sus ojos cruzaron con los de Choi, le gruñó al verlo cerca del cuerpo de su
Omega, exigiendo que se apartara. El doctor sabía que tenía que darles privacidad,
Jungkook era el único que podía salvarlo, porque si el Omega no cambiaba de forma, no
habría nada que el doctor pudiera hacer por él.

Cuando el Beta abandonó la habitación, otra queja de dolor se escuchó y la atención del
gran animal volvió al chico castaño que estaba recostado en la camilla.

Se acercó a él, observando su rostro y el temblor de su cuerpo, su vista se centró en la herida

en su cuello y gruñó en protesta al ver que otro había corrompido la suya. Pero al ver el
sufrimiento del chico, bajó las orejas e hizo el sonido de un cachorro, colocando su cabeza
bajo la palma del menor mientras desprendía su aroma.

El temblor en el cuerpo de Taehyung fue disminuyendo, y por dentro su lobo, que estaba
asustado escondido detrás del lobo blanco, alzó la cabeza buscando a su Alfa que lo
llamaba, le pedía que saliera y se encontraran. El pequeño Omega no sabía cómo hacerlo,
miró al Lunaevonae, el cual su cuerpo temblaba. Los ojos verdes se encontraron con los
azules que le suplicaban ayuda.

El lobo blanco estaba débil, tratando de mantener con vida el cuerpo del humano, pero hizo
un último esfuerzo para ayudar al lobo acaramelado a salir para reencontrarse con su Alfa.
Aunque eso le costara a él estar con el suyo, era un sacrificio que estaba decidido a correr, y
finalmente, justo cuando el Omega estaba tomando el control, el Lunaevonae se desplomó,
perdiendo sus fuerzas.

Los ojos azules se abrieron, encontrándose con los de su amado Alfa. El pelaje acaramelado
cubría el cuerpo de Taehyung, había logrado cambiar de forma, y gracias a eso, la
hemorragia se había detenido, pero como consecuencia, ambas marcas también habían
desaparecido. Nuevamente, era un Omega sin lazo, pero no le importaba porque estaba con
su Alfa.
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El gran lobo negro lamía el pelaje acaramelado. El menor aún estaba débil, pero pronto se
recuperaría. Sus cuerpos se recuperaban más rápido en su forma animal que humana, y los
cuidados del azabache ayudaban aún más al Omega.

El ardor en su brazo era insoportable y le costaba conducir, más porque no podía ver bien
tampoco. Todos sus planes se habían ido a la mierda, y lo peor, era que dos autos lo venían
siguiendo.

Él realmente había querido que el Omega fuera suyo, le trató de dar todo y el muy maldito no
lo supo valorar. Todo ese sentimiento que tenía por él, se había convertido en odio y rabia.

Pero eso no se iba a quedar así. Se sentía mareado, estaba perdiendo mucha sangre y la
noche estaba cayendo, realmente se sentía tan irritado y esperaba que Taehyung para esos
momentos ya estuviera muerto y Jungkook lo estuviera sufriendo.

Ninguno de ellos dos merecía ser feliz. Buscó con su mano su móvil, los autos de atrás
estaban a nada de alcanzarlo.

Cuando finalmente encontró su móvil, lo encendió y desvió su mirada unos segundos para
buscar el contacto al que llamaría, pero al regresar su vista al camino, había una curva, soltó
el móvil justo cuando marcó y trató de dar vuelta, pero ya era demasiado tarde y el auto se
salió de la carretera, cayendo por el risco.

El auto comenzó a dar vueltas sin cesar por toda la pendiente y no se detuvo hasta llevar al
final, el auto había quedado hecho trizas. Los dos autos que lo venían siguiendo, se
detuvieron, y de uno salió Sehun, quien miró por la pendiente, observando el estado del
auto. Sin duda, nadie podría sobrevivir a algo así, aún así bajarían para verificar, pero de
pronto del coche se asomaron unas llamas de fuego y no pasó mucho para que el fuego
hiciera contacto con el combustible, y el auto estalló.

— Le avisaré a la detective. — Dijo un chico rubio con pecas, tomando su radio, tratando de
ponerse en contacto con su jefa.

— ¿Se abrirá un caso? — Quiso saber Sehun, aún con la mirada en las llamas que consumían
lo que quedó del coche.
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— No lo creo. Lo más seguro, es que se haga un expediente y se investigue cuántos crímenes

había cometido el hombre. — El Beta apretó los puños.

— Ese maldito no debía morir así, tenía que pagar y sufrir por todo lo que le hizo a mi primo.

— Creo que esto fue lo mejor. Tal vez no fue una muerte justa como tú dices, pero al menos
está fuera de sus vidas. — Tenía razón el chico de pecas, pero aun así Sehun no estaba de
acuerdo con el final de esa escoria.

La vista del castaño seguía en aquel auto, hasta que una mano se posó en su hombro y llamó
su atención.

— Mi jefa viene en camino. ¿Le avisarás a alguien? Si quieres te puedo llevar al hospital
donde está tu primo. — Ofreció con una sonrisa el Beta rubio.

— Gracias, sí me gustaría ir al hospital. — El chico de pecas asintió.

— ¡Chicos! La jefa está en camino, así que cuando lleguen le informan lo ocurrido. Cuando
vuelva, yo le daré los detalles. — Avisó, antes de caminar al auto y ser seguido por Sehun.

Al entrar al coche, ambos se colocaron los cinturones de seguridad mientras Sehun llamaba
a Jackson para contarle lo ocurrido y saber noticias de Taehyung.

Después de una hora, tanto Taehyung como Jungkook, volvieron a su forma humana y el
menor se encontraba durmiendo mientras le habían aplicado un suero. Jungkook estaba tan
preocupado, y al no saber lo que realmente le había hecho el francés, le pidió a Choi que le
hiciera un examen general para saber si no había signo de abuso sexual o de haber sido
drogado.

El azabache estaba sentado junto a su amado, y lo tenía tomado de la mano como si tuviera
miedo de que fuera a desaparecer.

— Taehyung... Mi amor, siento tanto que tuvieras que pasar por esto, pero te prometo que no
voy a descansar hasta que ese tipo esté tras las rejas, si no es que lo mato primero. — Besó el
dorso de su mano.
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Observó el rostro del castaño, el cual ya había comenzado a sanar, pero aún así se veía que
tenía una pequeña herida en su labio y una en su mejilla.

No podía creer que se había atrevido a tocar a su Omega. Su lobo volvió a gruñir de rabia,
pero volvió a enfocar su atención en desprender su aroma para que Taehyung estuviera
tranquilo. Ahora sin su lazo, él estaba más débil.

Miró el cuello de su amado, notando que no había nada en él, eso puso algo triste a su lobo.
El no sentirlo como antes, era tan extraño para él, sentía como si le hubieran arrebatado una
parte de su alma.

— Descuida. Cuando estés mejor, te daré una nueva marca y será la más hermosa. — Le
aseguró, acariciando con suavidad el rostro de su amado que aún continuaba inconsciente
debido al suero.

Jungkook permaneció a su lado, sosteniendo su mano y hablándole, diciéndole cuánto lo

amaba y que todos estaban felices de que estuviera bien, que lo irían a visitar apenas
despertara, así que tenía que despertar para ver a su hijo que lo había extrañado tanto.

Unos toques en la puerta, llamaron la atención del Magnate, pero este únicamente
respondió con un "adelante", y la puerta se abrió, dejando ver al doctor Choi.

— Jungkook, necesito hablar contigo. — Este se puso de pie al instante. Era raro el tono que
había utilizado al decir esas palabras.

— ¿Qué ocurre? ¿Pudiste hacer los análisis? Él lo... — No pudo terminar la frase y solo apretó
la mano de su amado. Deseaba tanto colocarlo en una cajita de cristal para que nadie
pudiera hacerle daño otra vez.

— Fue difícil hacer los exámenes aquí, ya que este no es mi hospital, pero hice lo que pude. —
Le aseguró. — Creo que deberías tomar asiento.

— No, así estoy bien. Habla, Choi.

— Aquí están los estudios. — Alzó el folder, abriéndolo. — No tengo explicación para esto,
Taehyung es la persona con la que siento que todos mis años de médico, no sirvieron de
nada. — Dijo irónico. — Primero con lo de su lobo que lo dejó por casi dos años; luego al
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descubrir que realmente es un lobo completo y ahora esto. Taehyung realmente es un caso
especial, y cualquiera que supiera todo esto de él, no dudaría en quererlo como
experimento.

— ¿Qué quieres decir? — Choi no dijo nada, y le entregó el folder a Jungkook, el cual lo tomó
y miró los papeles. — Esto no... Debe haber un error...

— Yo tampoco sé qué fue lo que pasó, Jungkook. Solo sé que Taehyung está en cinta y tiene
casi dos meses.

El Alfa tomó una pequeña ecografía, donde se veía una pequeña bolita. No tenía palabras
para describir lo que estaba sintiendo en esos momentos. Su vista se desvió nuevamente a
su Omega, pero esta se centró en su vientre, que aún no tenía ningún cambio.

— ¿Pero cómo puede ser posible? — Colocó su mano sobre el vientre del castaño y sus ojos
picaron. Su lobo meneó la cola eufórico ante las palabras del doctor: iban a tener un
cachorro.

— No lo sé, por eso me gustaría hablar contigo y Taehyung, cuando ya se encuentre en mejor
estado. Debe haber una razón de porqué su fertilidad volvió, y cuándo.

Choi, al notar que la noticia había afectado de alguna forma al Alfa, decidió salir y dejarlo
asimilar las cosas.

— Estás... Esperando un cachorro... Mío... — Miró nuevamente la ecografía y cubrió su boca,

aguantando el llanto.

No podría decir cuánto tiempo pasó, porque el mayor no era consiente de eso en ese
momento, hasta que su voz lo llamó.

— J-Jungkook... ¿P-por qué lloras? — Los ojos del Omega se abrían con cansancio. — ¿Qué...
es eso? — Se refirió al pequeño cuadrito que su Alfa sostenía.

— T-Tae... — Se rompió en llanto, entregándole la ecografía.

El menor la tomó y la miró, pero no supo interpretarlo.

— ¿De quién es?

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— Es tuyo... Y mío... Es nuestro... — Trató de limpiar sus lágrimas.

— ¿Qué? — Taehyung lo miró, y luego volvió su vista a la ecografía.

— Taehyung, amor... Estás en cinta... — El castaño negó con la cabeza, y sus ojos se
humedecieron.

— No es verdad... Yo... No puedo... — El Magnate asintió con la cabeza mientras tomaba el

rostro de su amado. — Pero yo... Soy infértil... No puedo embarazarme...

— Amor, no sé qué fue lo que pasó... — Juntó sus frentes. Ambos lloraban. — Pero tienes casi
dos meses. — Para el menor era casi imposible creer en lo que su amado Alfa le decía.

Sus lobos aullaron, acurrucándose entre ellos. Iban a tener otro cachorro, pero por alguna
razón, Taehyung sentía una extraña sensación por dentro, como si algo no estuviera igual.

— ¿Vamos a tener otro hijo juntos? — El azabache limpió las lágrimas de su amado con
cuidado mientras asentía con la cabeza.

— Beomie tendrá un hermanito. — Sonrió el Alfa con lágrimas en el rostro, antes de besar sus
labios con dulzura. Lo había extrañado tanto.

El beso fue suave, cálido y lleno de sentimientos. No duró mucho, pero aún así fue especial
para ellos. La vista de Taehyung fue a parar en su vientre y lo tocó con su mano, aún no podía
creer que había un pequeño ser creciendo dentro de él. Estaba asustado, pero también feliz,
ambos estaban felices. La familia Jeon ahora crecería un poco más.

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por Srta_YoonTae

Su respiración era acelerada, era como si hubiera corrido un maratón, pero no le importaba.
Aunque su pecho ardiera por la falta de aire, no se detuvo hasta que llegó a la habitación.

Sin previo aviso, abrió la puerta de esa habitación de hospital.

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— ¡Vante! — El nombrado se encontraba sentado en la camilla que le habían asignado.

— Suho... — Sus ojos se encontraron. El Alfa estaba sorprendido, aunque tenía que admitir
que también le hacía feliz ver al mayor ahí.

— ¿Estás bien? — Se acercó rápidamente al azabache, quedando frente a él. — Cuando me

dijeron que te habían apuñalado... No sabes lo preocupado que me sentí...

De un momento a otro, todas las palabras del Beta o sonido que saliera de su boca dejó de
escucharse, Vante solo lo miraba. Se había perdido en esos ojos que destellaban púrpura y
también en sus labios lindos. El Alfa había sentido tanto miedo cuando fue apuñalado,
estaba preocupado por su hijo, pero en su mente también estaba Suho. La idea de no poder
volver a verlo o sentirlo, que sus brazos lo rodearan o volver a sentir el sabor de sus labios.

— ¿Me estás escuchando? — El menor regresó a la realidad, notando que Suho se había
acercado más a él, de hecho, estaban muy cerca.

— Estaba asustado... — Susurró. — Me asustaba la idea de morir y llevarme todo esto que
tengo dentro... — Humedeció sus labios.

Suho escuchaba atento a cada una de sus palabras, estaba esperando a que continuara
hablando, pero eso no pasó. Vante había deslizado sus manos detrás de la nuca del mayor,
atrayéndolo hacia él, provocando que sus labios se rozaran y sus alientos cálidos se
mezclaran.

— Vante... ¿Qué haces? — Su voz se escuchaba como un susurro casi inaudible. — La última
vez me dijiste que no dejara que me beses... — Su respiración se aceleró debido a los roces
de sus labios al hablar. — Pero no creo poder hacerlo...

— Entonces no lo hagas... — Los ojos de ambos se encontraron y brillaron. — Suho...

Bésame...

El Beta se inclinó un poco hacia enfrente, apoyando sus manos sobre la camilla, uniendo sus
labios con los de su tierno Alfa, esos labios tan suaves y dulces. Sus labios se acariciaban
sutilmente, hasta que Vante entreabrió su boca, invitando al castaño a que sus lenguas se
encontraran.
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Los dedos del Alfa se perdían, aferrándose a las hebras castañas de su Beta, y estarlo
besando no se sentía mal. Justo en el momento que estaba inconsciente, pasó algo que no
sabía cómo explicar, pero fue ahí donde supo que quería estar con Suho.

El beso se comenzó a profundizar y las manos del mayor tomaron la cintura del azabache, el
cual hizo un jadeo de dolor, por lo cual Suho se apartó.

— Perdón, yo...

— Está bien, no pasa nada. — Sus mejillas estaban nuevamente pintadas de carmesí. — Las
puntadas son recientes, así que estoy algo sensible en esa área. — Mordió su labio algo
avergonzado.

Ambos se quedaron en silencio. Ninguno sabía qué decir, pero ahora Suho era el que sentía
un dilema interno y no le gustaba.

— Vante... — El nombrado lo miró al instante. — ¿Qué es esto? Creí que solo seríamos
amigos... — Desvió un poco la mirada. — ¿Este es otro momento de debilidad que tuviste?

— ¿Que? No. — Quiso levantarse, pero el punzante dolor en la sutura le hizo quedarse donde
estaba. Suho no dudó en colocarse a su lado con preocupación, el azabache aprovechó para
tomarlo de la muñeca. — Discúlpame por lo que dije ese día... — Bajó la cabeza. — Nunca fue
un momento de debilidad... — Confesó. — Yo realmente quería besarte, pero estaba tan
confundido... Toda mi vida he amado a Bora y luego apareces tú... Me aterraba la idea de
estar con alguien que no sea ella... Lo siento...

— ¿Estabas confundido? ¿Ahora ya no? — El Alfa se quedó callado. — Vante, ya no somos

unos adolescentes, dime qué es lo que sientes para saber si soy el único que está sintiendo
algo en este momento.

Esas palabras hicieron que el lobo del menor meneara la cola, y el corazón de Vante latiera
desenfrenado, logrando que su rostro se pintara aún más.

El Alfa ya no quería guardarse nada, quería ser sincero con Suho, y sobre todo con él mismo.
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— Me gustas... Desde que te conocí, despertaste en mí algo que solo una persona había
podido hacer... — Tomó su mano. — Te lo dije en un inicio, Bora siempre será mi primer
amor, pero... Me gustaría y solo si tú quieres... Que tú seas el último al que yo ame...

— Vante... — Quitó su mano para que él pudiera tomar las del Alfa y lo miró a los ojos. — Yo
no quiero ocupar el lugar de Bora y mucho menos competir contra ella, nunca me atrevería,
porque sé que es una mujer extraordinaria. — Los ojos del menor se cristalizaron. — No
quiero que la olvides a ella por estar conmigo, porque al final, fue la mujer que amaste y la
madre de tu hijo, aun así, quiero ganarme un lugar en tu corazón también.

— Ya lo tienes... — Susurró.

— Quiero algo bien contigo, Vante.

— Pero... ¿Y tu esposa?

— La mañana que fui a verte, después del beso que nos dimos la noche anterior, era para
decirte que Sohyun había firmado los papeles de divorcio, pero luego me dijiste que solo
podíamos ser amigos...

— Realmente lo siento... Estaba muy confundido en ese momento y...

— Eso ya no importa...

Suho acarició la mejilla con suavidad mientras se acercaba nuevamente para tocar sus labios
con los propios, estos se volvieron a encontrar con un beso dulce, cargado con sentimiento
mutuo, hasta que la puerta de la habitación se abrió, haciendo que los adultos se separaran.

Frente a ellos, estaba Chanyeol con una mirada entre asombrada y llena de emoción.

— Ay, perdón, no quise interrumpir... Esta es la habitación del Kim Taehyung equivocado... —
Ambos adultos estaban con el rostro sonrojado, sobre todo Suho por la mirada que le daba
su hijo. — Reforzando la amistad, eh...

— Chanyeol...

— No, descuida, ya me voy. — Ríe divertido. — Bienvenido a la familia, Vante. —Y antes de

que pudieran decir algo, el joven Alfa salió de la habitación, dejándolos nuevamente solos.
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— Suho... Nos vio besarnos. — Cubrió su rostro, debido al sonrojo.

De pronto, la puerta se volvió a abrir, dejando ver nuevamente al Alfa rubio castaño con su
amplia sonrisa.

— Y descuiden, no diré nada, solo que, si quieren que nadie se entere de lo suyo, sean un
poco más disimulados, porque de aquí a Latinoamérica se puede ver cuánto se gustan. — Sin
más, volvió a salir de la habitación, dejándolos con un sonrojo a un más marcado.

Un trozo de fruta fue acercado a los labios color carmesí del castaño, el cual no dudó en
aceptar gustoso la comida que le daba su futuro esposo.

— Amor, extraño tanto a Beomie. — Hizo un puchero mientras comía.

Ya habían pasado tres días desde el secuestro, y Taehyung se encontraba mucho mejor, ¿Y
cómo no? Si Jungkook se había encargado de cuidarlo. Algunos de sus amigos se habían
turnado para ir a verlo, pero en ese hospital no dejaban la entrada de niños, así que ahora
que se habían trasladado al hospital del doctor Choi, Beomgyu sí podría ir a verlos.

Aunque aún nadie, más que ellos dos, sabía sobre el embarazo, decidieron no decirle a
nadie, y ya después darles la noticia a todos. Con el único que hablarían sería con Beomie
apenas tengan la oportunidad.

— Lo sé. Descuida, los chicos vendrán pronto y seguro mi madre traerá a Beomie. — Acarició
su cabello, dejando un dulce beso sobre su frente para después regalarle una sonrisa.

— Te amo. — Colocó su mano sobre la de su Alfa, cerrando los ojos. Le gustaba sentirlo, saber
que estaba a su lado.

— Los amo. — Colocó su mano sobre el vientre de su amado, recordando que dentro de él
está creciendo un pequeño ser.

Unos toques en la puerta llamaron su atención, y apenas la puerta fue abierta, un pequeño
rubio entró corriendo, siendo recibido por los brazos de su padre.
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— Jungkook, tengo una llamada de tu padre, estaré en la cafetería del hospital. — El

azabache asintió ante las palabras de Jiwoo.

— Los extrañé. — Comenzó a llorar, y Jungkook no dudó en sentarlo en la camilla, por lo cual
el rubiecito se dejó caer sobre su papi, abrazándolo.

— También te extrañamos. — Le aseguró el Omega, acariciando la espalda de su hijo

mientras este hundía su rostro en su vientre.

— Papi, ya no te vayas...

— Ya no me volveré a ir, se terminó, no me volveré a separar de ustedes. — Tomó la mano de

su Alfa, dándole un apretón.

— ¿Ahora seremos felices? — Levantó su rostro humedecido por sus lágrimas.

— Claro que sí, seremos una familia llena de amor. — Habló Jungkook mientras Taehyung
tocó la punta de su naricita.

— Sobre todo amor... — Repitió el Omega, tomando la manita de su hijo y colocándola sobre
su vientre. — Con este nuevo ser en camino... — Beomie miró la acción de su padre y frunció
el ceño tratando de entender.

— ¿Qué? — El futuro Omeguita creyó haber entendido, pero no estaba seguro.

— Papi está esperando un cachorro. — Dijo con suavidad el azabache.

La manita de Beomgyu comenzó a temblar y la apartó del vientre de Taehyung, los recuerdos
atacaron su mente como una pesadilla.

— Beomgyu es malo... — Susurraba una y otra vez con desesperación, estaba teniendo una
crisis.

— Hijo... — Sus ojitos transmitían miedo, y justo cuando Jungkook acercó su mano al
pequeño, este la apartó.

— ¡No! — Gritó, rompiendo en llanto, y de un salto, se bajó de la camilla, corriendo hacia la

puerta, saliendo de la habitación.
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— ¡Beomie! — Le gritó Taehyung, tratando de levantarse de la camilla para ir tras él, pero su
Alfa no se lo permitió. — Jungkook, suéltame, tengo que ir por mi hijo.

— Taehyung, no puedes salir. Quédate aquí, yo iré por él. — El castaño asintió. Sentía un
pesar por dentro, realmente creyó que Beomgyu se sentiría feliz de tener un hermano.

Su lobo bajó las orejas triste, él quería a sus dos cachorros y no quería el rechazo de ninguno.
La mirada que le había dado, volvió a su mente y sintió ganas de llorar.

Jungkook corrió por los pasillos del hospital, no sabía a dónde iba, pero dejó que su instinto
lo guiara, hasta que encontró a su pequeño en un pasillo solitario, sentado en el suelo con su
rostro contra sus rodillas, soltó un suspiro de alivio y se acercó a él lentamente.

No dijo nada, solo se sentó a su lado y observó cómo temblaba y lloraba. Quería abrazarlo,
pero decidió darle su espacio, aún estaba aprendiendo a ser padre, pero había ganado algo
de experiencia gracias a Beomgyu.

Los minutos fueron pasando, hasta que el sollozo se detuvo. El rubio había sacado su carita
de su escondite.

— ¿Estás más tranquilo? — El menor asintió lentamente.

— ¿M-me van a devolver... Al orfanato? — Esas palabras fueron como una puñalada para
Jungkook.

— ¿Por qué piensas eso?

— Porque... Van a tener un hijo de verdad... — Realmente, al Alfa le seguía sorprendiendo

cómo unas palabras tan crueles, podían salir de la boca de un pequeño de cinco años.

— Tú también eres nuestro hijo. — El rubiecito negó, sintiendo sus lágrimas otra vez.

— No lo soy... — Susurró, abrazándose a sí mismo, recordando todo lo que vivió antes de

volver al orfanato.

Jungkook miró a su hijo. Para él es difícil encontrar las palabras adecuadas, seguro
Taehyung sabría qué decir o hacer en una situación así, pero la verdad era que odiaba ver a
su cachorro llorar.
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— ¿Sabes? Hace unos años atrás, yo me negaba a la idea de tener un hijo. Mi padre había sido
alguien malo, y creí que yo también lo sería si tenía un hijo. — Contó, y eso llamó la atención
de Beomgyu.

— ¿El abuelo Jungwoo? — El menor recordaba que ese era el nombre del esposo de su
abuela Eunha.

— Sí... Él me hizo cosas muy horribles cuando yo solo tenía tu edad, cosas que me dejaron
una marca, por eso no quería tener hijos. Aún después de que Jiwoo y Young me adoptaran y
me dieran todo su amor, seguía con esa misma idea... Pero Taehyung llegó de nuevo a mi
vida... Me enamoré perdidamente de él, y su sueño era un hijo...

Beomgyu escuchó atento a las palabras del Magnate.

— Pero... Cuando me di cuenta de que prefería mil veces superar mi trauma que quitarle la
felicidad a mi Omega... — Respiró profundo. — Cuando llegamos al orfanato tenía miedo. —
Sonrió al recordar. — Demasiado miedo, pero luego te vimos, y no sabría cómo decirlo, pero
mi lobo y yo al ver tus ojitos supimos que eras nuestro. Y cuando me llamaste papá, tomé la
decisión de que siempre lo iba a ser, porque eres mi hijo, mi cachorro.

Jungkook miró al rubiecito que tenía sus mejillas húmedas, y con cuidado, acercó su mano y
secó sus grandes mofletes, dedicándole una cálida sonrisa.

— Beomie, ¿Sabes qué fue lo que pensé cuando el doctor Choi me dijo que Tae estaba en
cinta? — El pequeño negó. — Pensé: No lo puedo creer, volveré a ser padre. Porque yo ya
tengo un hijo, y su nombre es Jeon Beomgyu.

— P-papá... — El menor volvió a romper en llanto, y esta vez el Alfa no dudó en envolverlo
con sus brazos, sentándolo sobre sus piernas.

— Jamás te cambiaríamos por nada, ni nadie. — Le susurró, besando su cabeza. — Te

amamos, y vamos a amar a tu hermanito de la misma forma.

— ¿Seré el hermano mayor? — Preguntó quedito.

— Así es, tú serás quien lo va a guiar y enseñar como buen Hyung. — Miró su rostro. — Solo
quiero que me prometas una cosa, hijo. — El rubio esperó. — Nunca vuelvas a dudar del
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amor que te tenemos tu papi y yo. Sé que siempre recordarás eso que viviste con tus otros
padres adoptivos, pero ten por seguro que nosotros jamás te haremos algo parecido, así que
no vuelvas a tener miedo.

— L-lo prometo... Papá... — Bajó la cabeza, aferrándose al gran torso.

— Ese es mi cachorro. — Le hizo cosquillas, haciendo que el menor se retorciera mientras no

podía contener la risa.

— ¡Papá, alto! Al... — Carcajeó nuevamente, hasta que el Alfa detuvo su ataque y contempló
la sonrisa de su hijo.

— Siempre mantén esta sonrisa, Beomie... Nadie tiene el derecho de quitártela o hacerte
llorar.

— Te amo, papá... — Las mejillitas regordetas del rubiecito se pintaron carmesí antes de que
dejara un pequeño beso sobre la mejilla del Magnate.

— Bien, no le diré a papi Tae que yo soy tu favorito, será nuestro secreto. — Juntó su nariz
con la de su hijo, dándole un beso esquimal. — Hay que volver, papi debe estar preocupado y
triste.

Beomgyu por un momento se sintió mal nuevamente por haber sido él el causante de que su
papi estuviera triste, así que se puso de pie de la misma forma que su padre para volver a la
habitación.

Jungkook tomó a su pequeño en brazos y su lobo bajó la cabeza, haciendo una reverencia. El
azabache se sintió feliz, tal vez no era bueno con las palabras, pero ese tiempo que tuvo con
Beomie siempre lo iba a recordar.

***

Taehyung no dejaba de pensar en su pequeño y los ojos con los que lo había mirado, su lobo
tenía la cabeza baja al igual que sus orejas, estaba triste por su cachorro.

Si hubiera sido por el castaño iría tras su hijo, pero Jungkook tenía razón, tenía que quedarse
en la habitación. Ahora no podía ser imprudente, pues dentro de él habitaba la vida de otro
ser, el cual también tenía que cuidar.
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Sus manos acariciaban inconscientemente su vientre, aun pensando en Beomie. No quería

que su pequeño creyera que ya no lo quería, porque eso era mentira. Taehyung lo amaba
tanto, que hasta daría la vida por él.

De pronto, el sonido de la puerta llamó su atención, notando cómo su futuro esposo e hijo
entraban a la habitación, en ese momento, el castaño pudo respirar y sus ojos se llenaron de
lágrimas al ver la naricita roja de su cachorro y ojos hinchados, había estado llorando.

Jungkook, con su pequeño en brazos, se acercó a la camilla y sentó nuevamente al rubio

junto a su Omega. Beomgyu tenía la cabeza baja, se sentía avergonzado, pero quería pedir
disculpas.

— Papi... Lo siento... — Se escuchó como un suave susurro, pero Taehyung lo envolvió entre
sus brazos.

— No, cariño, no te disculpes, tú no hiciste nada. — Nuevamente, el menor rompió en llanto,

dejando que el calor de su padre Omega lo envolviera. — Sé que estabas asustado, pero
créeme que este nuevo bebé no te quitará el amor que te tengo. Eres mi pequeño y los voy a
amar a ambos. — Le aseguró, acariciando su cuerpecito.

— Prometo ser un buen hermano mayor...

— Yo sé que lo serás, porque eres el niño más bueno y con un enorme corazón.

El Alfa se sentó a su lado, abrazando a su familia. Los tres estaban nuevamente juntos,
dejándose llevar, estando en su burbuja de amor, donde solo ellos podían estar, donde nadie
los podía lastimar.

— Claro que sí, Taehyung ya está bien y puede volver hoy mismo a casa. — Explicó el doctor
Choi con una sonrisa. — Ya le hice los últimos estudios y el cachorro está en perfectas
condiciones. — La pareja sonrió.

— Muchas gracias, Siwon. — Agradeció Jungkook.

— Sabes que no es nada. Eso sí, me gustaría que antes de irse fueran a mi oficina para que
hablemos sobre algunas cosas.
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— Claro, nosotros pasamos a tu oficina.

— Muy bien, entonces me retiro para que Taehyung pueda cambiarse.

Sin más, el Beta salió de la habitación, cerrando la puerta. Al instante, el Alfa tomó las
mejillas de su amado y dejó un casto beso sobre sus labios.

— ¿Oíste eso, amor? Vas a volver a casa. — Dejó otro beso sobre sus labios, haciendo reír al
Omega.

— Jungkook, claro que escuché. — Pero el azabache no dejaba de repartir sonoros besos
sobre todo el rostro del menor. — Kookie, me haces cosquillas. — Ríe. — E-espera...
¡Jungkook! — Carcajeó, dejándose caer sobre la camilla con su Alfa sobre él, pero sin que
dejara su peso sobre él. — ¡Ya! Me tengo que cambiar...

El mayor sacó su rostro del cuello de su dulce Omega y miró su bello rostro. Su respiración
era agitada, pero tenía una sonrisa. Los ojos de ambos se encontraron y estos brillaron, los
de Taehyung azules y los de Jungkook rojos antes de que sus labios se encontraran.

Su beso fue suave, las manos del castaño se perdían en las largas hebras azabaches mientras
las manos del Alfa exploraban un poco el cuerpo de su amante.

Esas caricias sí se sentían bien, lo hacían sentir especial. Esas manos eran las únicas que
podían tocar su cuerpo y esos eran los únicos labios que podían hacerlo sentirse en el cielo,
porque él solo era de Jungkook.

— Te amo... — Susurró el Omega sobre los labios del Magnate cuando su beso terminó y sus
ojos se volvieron a encontrar. — Solo puedo amarte a ti... — Colocó algunos mechones
rebeldes detrás de la oreja del mayor para mirar mejor su rostro.

— Qué coincidencia, joven Kim de Jeon, porque yo también solo puedo amarlo a usted. —
Dejó un corto beso sobre el lunar en la punta de su nariz, haciendo sonreír al castaño.

Unos toques en la puerta hicieron que Jungkook gruñera en protesta, separándose de su

Omega, ayudándolo a sentarse nuevamente en la camilla antes de acercarse a la puerta y
abrirla.

Del otro lado, se encontraba su madre con una maleta de mano.

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— Buenos días, hijo. Aquí está la ropa que me pediste para Taehyung. — Le extendió la
maleta.

— Gracias, mamá. ¿Y Beomgyu? — Miró por detrás de ella al no verlo por ningún lado.

— Él se quedó en el auto con tu padre, ya que acabamos de pasar a recogerlo al aeropuerto.

— La mujer pasó a un lado de su hijo, entrando a la habitación. — Hola, cariño. — Abrazó al
menor.

— Hola, Jiwoo. ¿Cómo está mi padre? — Taehyung ya sabía lo que le había ocurrido a su
padre, de hecho, Vante fue dado de alta una semana antes y lo visitó antes de irse. En ese
tiempo el Alfa se había quedado en la casa de Jungkook.

— Muy bien, Suho lo ha cuidado muy bien. De hecho, no se separa de él. — Dijo con una
sonrisa, pero el rostro del castaño se frunció.

— ¿El señor Suho? — Ella asintió. — ¿Se está quedando en la casa con mi padre?

— Sí, creo que duermen en la misma habitación también, no estoy segura. — Eso sorprendió
aún más a Taehyung. Sabía que su papá y el de Chanyeol tenían una amistad, pero no sabía
que fueran tan cercanos como para dormir juntos.

— Mamá, gracias por traer la ropa, pero Taehyung se tiene que cambiar, todavía tenemos
que pasar a hablar con Choi. — Habló el Alfa.

— Sí, no se preocupen, yo ya me iba. — Miró nuevamente al Omega. — Tae, cariño, te

prepararé un almuerzo espléndido. — Besó su mejilla antes de irse de la habitación.

El Magnate colocó la maleta a un lado de la camilla y la abrió, sacando las prendas que había
dentro y un par de zapatos para que su amado pudiera cambiarse, pero el menor tenía la
mirada algo perdida en un punto muerto de la habitación.

— ¿Tú sabías que el señor Suho se estaba quedando en la casa con mi papá? — Miró a su Alfa.

— ¿Eh? Sí, él fue quien lo estuvo cuidando aquí en el hospital también. — Dijo como si nada,
cerrando la maleta.
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— ¿Tú los viste aquí en el hospital? — Jungkook se colocó frente a su Omega y lo ayudó a
pararse para después tomar los bordes de la bata y quitársela, dejándolo únicamente en
ropa interior.

— No, pero Chanyeol me lo dijo. — Tomó los pantalones holgados y se hincó frente al
castaño, indicándole que metiera las piernas, y así lo hizo. Una vez puesto, el Alfa dejó un
corto beso en su vientre y se puso nuevamente de pie.

— ¿Crees que ellos dos tengan algo?

— No lo sé, ¿Pero habría algún problema? — Tomó la camisa y lo ayudó a colocar sus manos
en cada manga para después acomodarla para comenzar abotonarla.

— ¿Qué? No... Solo que... Si tiene algo ¿Por qué no me había dicho nada? Es verdad que
cuando fuimos a la playa estuvieron todo el tiempo juntos, pero no entiendo porque me lo
oculta... — Su voz se escuchaba algo triste.

— Amor, no te pongas así, seguro cree que para ti sería difícil aceptar que quiere rehacer su
vida otra vez con alguien que no es tu madre. — Le colocó una chaqueta por encima.

— Pero... ¿Por qué cree que no lo voy a aceptar? Si él es feliz, yo no tengo ningún problema
con quién quiera estar. — Jungkook se volvió a agachar, tomando uno de los pies del menor
para colocarle un zapato.

— Bueno, puede también que solo no ha encontrado el momento adecuado para decírtelo.
Han pasado muchas cosas, amor, puede que esa sea la razón. — Le colocó su otro zapato. —
Solo dale tiempo. — Se levantó, dándole un corto beso en su frente.

— Está bien...

Tal vez Jungkook tenía razón y su padre solo necesitaba tiempo para decirle, pero mientras,
Taehyung iba a ser paciente, porque claro que iba aceptar si Vante le decía que quería estar
con Suho. El hombre es una buena persona y se veía que los dos se llevaban muy bien, el
Omega solo quería ver a su padre feliz.

— Ya estás listo. — Tomó la mano de su prometido y con la otra la maleta para que ambos
salieran de la habitación.
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Los dos se dirigieron rumbo al consultorio del doctor Choi, Jungkook fue quien tocó
suavemente la puerta escuchando un "adelante" del otro lado.

— Me alegra que ya estén aquí. — Dijo con una sonrisa el Beta. — Siéntense. — Les pidió
amablemente.

La pareja dio los buenos días antes de tomar asiento frente al hombre mayor, sus manos
estaban entrelazadas y no parecían tener intenciones de soltarse.

— Muy bien, tengo que aceptar que tu caso, Taehyung, me ha hecho investigar y he logrado
descubrir muchas cosas. — Contó. — Como sabes, yo te había diagnosticado con infertilidad,
que, como había explicado antes, suele darse en algunos Omegas del sexo masculino.

Tanto Taehyung como Jungkook asintieron atentos a las palabras del profesional.

— Pero, por alguna razón, tu fertilidad volvió, y eso es algo que necesito que ustedes me
ayuden para que yo pueda saber cuál pudo haber sido la causa. — Hizo una pausa, tomando
unos papeles. — Como saben, cuando Taehyung fue trasladado aquí al hospital, volví a
hacerle los estudios, y en ellos volvieron a confirmar que Tae está apuntó de cumplir los dos
meses de gestación. ¿En ese tiempo hicieron algo diferente o sintieron algún cambio?

Ambos se miraron y se veían pensativos, tratando de recordar si habían hecho algo diferente.

— Pues, entre nosotros siempre hemos sido muy activos sexualmente. — Comentó
Jungkook, pero eso no era nada nuevo para Choi.

— ¿Pero hicieron algo más al tener sexo? — Quiso indagar.

— Bueno, hace como dos meses volvimos al sexo sadomasoquista... — Contó Taehyung, algo
sonrojado por contar el tipo de sexo que le gustaba practicar junto a Jungkook.

— ¿Volvieron? ¿Lo habían dejado?

— Sí. Desde esa noche que perdí el control cuando Taehyung aún era mi sumiso, no volví a
llevarlo al cuarto de velas. — Choi asintió, anotando algo en lo que parecía una libreta.

— ¿Por qué motivo volvieron a practicarlo?

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— Porque Taehyung quería, pero yo me negaba a volver a eso, pero cuando entré en... — Algo
hizo clic en la cabeza de Jungkook, y al parecer el castaño también entendió.

— Celo... — Terminó la frase el menor y el Beta los miró atento. — Jungkook había entrado en
celo. — Volvió a decir.

— ¿Nunca habían pasado un celo juntos?

— Sí, cuando marqué a Taehyung y entró en celo, estuvimos juntos, pero tú habías hecho
estudios y dijiste que él seguía siendo infértil.

— No, Jungkook. Me refiero a si nunca habían compartido un celo tuyo, los celos entre Alfas y
Omegas son muy distintos. — Explicó.

— No, ese fue el primero. — Respondió el Omega.

— Yo no había entrado en celo desde mi separación con Tae y en esa ocasión mi celo duró
tres días, cuando normalmente solo duraba uno.

— ¿Puede que esa sea la razón por la cual pude quedar en cinta?

— No puede, esa es la razón. Con todo lo que me acaban de decir, no puede haber duda. —
Se acomodó mejor en su asiento. — Verán, el celo de un Alfa de por sí es muy fuerte, y
Jungkook es uno puro, lo que quiere decir que sus hormonas y fertilidad aumentan. —
Explicó. — Jungkook llevaba posponiendo su celo, debido a la ausencia de tu lobo, Tae.
Entonces, al entrar en celo y pasarlo contigo, sus feromonas de fertilidad activaron las tuyas,
de esa forma fue que al instante te volviste igual de fértil que Jungkook.

— ¿Entonces yo fui la razón por la cual Taehyung se volvió fértil?

— Así es.

— ¿Pero eso quiere decir que ahora soy completamente fértil, o solo por el celo de Jungkook
lo seré? — Quiso saber el castaño.

— No, Taehyung. En los estudios que te realicé, confirman que eres un Omega
completamente fértil como cualquier otro.
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— Tengo una pregunta. — Habló el Alfa y el doctor le hizo una seña, indicándole que
continúe. — ¿Se puede tener sexo, aunque Taehyung esté en cinta?

— ¡Jungkook! — Golpeó su brazo, sintiendo como su rostro se volvía rojo al instante.

— Sí, pueden tener sexo, de hecho, eso es bueno para el bebé en gestación, solo procuren
que no sea tan seguido, y también tienen que ser cuidadosos. — Explicó.

— ¿Y sobre la marca? ¿La puedo hacer con él en cinta o tengo que esperar a que el cachorro
nazca?

— Pues, cualquiera de las dos opciones pueden hacer. La marca no afecta en ningún sentido
al bebé, pero sí ayuda a crear un vínculo con ambos padres, sobre todo con el Alfa.

Una emoción se instaló en el pecho del Omega y no pudo evitar sonreír, y el Magnate no se
quedaba atrás, pues él también sentía la misma dicha por las palabras de Choi.

Pero esa felicidad que había sentido Taehyung se fue un poco al recordar esa inquietud que
sentía dentro de él. Se seguía sintiendo extraño al pensar en el Lunaevonae, como si algo no
estuviera igual.

— ¿Ocurre algo más, Tae? — Preguntó el Beta, al ver el cambio repentino en el rostro del
menor.

— Bueno, es que... Desde la pérdida de mi marca, siento como si algo malo le hubiera pasado
a mi Lunaevonae...

En ese momento, el doctor Choi recordó lo que había estado investigando y lo que había
descubierto. Suspiró, quitando sus anteojos, tallando un poco sus ojos antes de volver a
colocarlos en su sitio.

— Sobre eso... Taehyung, estuve investigando y descubrí un par de cosas sobre los
Lunaevonae. — Su vista se dirigió al azabache. — ¿Jungkook, nunca te preguntaste por qué
nunca te diste cuenta que Tae estaba en cinta aun teniendo un lazo con él?

La mirada del Magnate cambió al instante, analizando sus palabras. Era verdad que tanto
YoonGi como NamJoon, le habían contado sus experiencias sobre los embarazos con sus
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Omegas y la conexión que sentían con sus cachorros cuando estaban en el vientre, pero él
nunca sintió nada distinto.

— Por tu cara, creo que tu respuesta es un no. — Miró nuevamente al castaño. — Eso es
porque el Lunaevonae crea un vínculo con su próximo portador, por lo cual su única tarea es
cuidar del cachorro hasta que este nazca, por lo cual deja de tener tanta afiliación con su
actual portador.

Ahí fue donde Taehyung fue recordando que cuando trataba de comunicarse con el lobo
blanco este no respondía a sus llamados, pues ahora estaba creando un nuevo vínculo.

— Pero al parecer la otra mordida te afectó tanto a ti como a tus lobos. Ese día le dije a
Jungkook que tu Omega tenía que salir para rechazar ambas marcas o morirías.

— Ese día sus ojos brillaron verdes con mucha intensidad antes de apagarse y cambiar de
forma... — Contó el Alfa, recordando ese día.

— No estoy muy seguro, pero creo que tu Lunaevonae intervino para que pudieras salvarte,
tanto tú como tu cachorro. — Explicó. — Pero, al hacer ese sacrificio, puede que también
haya roto su vínculo con el bebé.

— ¿Qué quiere decir con eso? ¿Mi Lunaevonae murió?

— No lo creo, pero puede que esté muy débil ahora, por lo cual lo más seguro es que
continúe contigo, aún después de que tu cachorro nazca.

— ¿Mi bebé no va poder heredarlo?

— Me temo que no. Forzarlo a cambiar de portador en este estado, podría extinguirlo por
completo.

Las palabras del doctor llegaron a tocar a Taehyung. Él no quería que su Lunaevonae
muriera, y menos después de haberse sacrificado por él y su lobo para que pudiera estar otra
vez con Jungkook y Beomie.

— Si él se queda conmigo, ¿Estará bien?

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— Sí, puede que mejore con el tiempo. Debe descansar por el esfuerzo. — El castaño asintió,
comprendiendo.

No pasó mucho tiempo y finalmente la pareja salió del hospital. Ambos estaban dentro del
coche, dirigiéndose rumbo a casa. después de estar casi dos semanas en el hospital, por fin
Taehyung volvía a casa con su familia.

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por Srta_YoonTae

« Lunaenovae »

¿Qué es un Lunaenovae?

Es un rango extra. Es decir, que no importa qué rango tenga su nuevo portador, este adquirirá
los dos rangos faltantes, convirtiéndolo en el lobo completo. Por lo cual, su color de ojos
simbólico es el verde.

Ejemplo:

• Omega.
Lunaenovae: Alfa y Beta.

• Beta.
Lunaenovae: Omega y Alfa.

• Alfa.
Lunaenovae: Beta y Omega.

Destinados: Solo en el caso de que el portador sea Beta, el Lunaenovae puede tener un
destinado directo.
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Si el destinado aún no nace, puede que alguno de los padres del cachorro sienta cierta
conexión con el portador del Lunaenovae, hasta que el destinado nazca, rompiendo ese
vínculo.

Si el destinado ya nació, pero el futuro portador aún no, se crea un vínculo fraternal con el
actual portador del Lunaenovae.

Descendencia: Un Lunaenovae solo puede descender o ser heredado por un cachorro con
vínculo sanguíneo directo del portador.

Eso quiere decir, que la descendencia solo se puede de un padre a un hijo. De no ser así, porque
alguno de los padres no puede o quiera concebir, el linaje se termina con el último portador.

Aroma: Cada Lunaenovae tiene un solo aroma significativo que solo puede olerlo su destinado
o padre de este si aún no ha nacido.

Ese aroma es para toda la vida, pero es reconocido como un tercer aroma, ya que el destinado
siente los dos aromas del lobo de su pareja y uno del Lunaenovae, formando así: los tres
aromas.

Rangos de herencia: Solo en el caso de los que son rango Omega y tienen un Lunaenovae,
todos sus cachorros del rango Alfa, serán de sangre pura.

Esto se da por la genética, ya que el Lunaevonae contaría como Alfa, y dos Alfas hacen un Alfa
puro.

Lo mismo aplicaría en el caso de un rango Alfa que tenga un Lunaenovae y tiene un cachorro
con un Omega, si el cachorro es Omega, será puro, adquiriendo ojos naranjas.

« Sacrificio de amor »
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Por muchos siglos, han habido diferentes razas en la jerarquía, pero con el tiempo, han ido
desapareciendo y solo se conservan las tres más importantes: «Alfa, Beta y Omega», olvidando
que en el mundo existen más que esos rangos.

El Lunaenovae era una de las razas más poderosas en la jerarquía, pues era un lobo capaz de
suplantar los rangos faltantes del humano que lo portaba.

Solo pocas personas lograban tener el don de poseer dos lobos dentro de sí, por eso se desató
el miedo y la envidia, logrando formar una ley que estableciera que cualquier portador de un
Lunaenovae, sería castigado con la muerte.

Mucha gente inocente murió y fue torturada cruelmente, hasta que creyeron que por fin habían
extinto esa raza y la paz había vuelto.

Con el tiempo, nadie recordaba que hubo un tiempo en el que la gente podía llegar a tener un
bello resplandor esmeralda en los ojos.

El mundo fue cambiando, pero aún así creyendo que todo lo que fuera diferente era malo o una
amenaza. Solo una mujer de la familia Park había logrado esconder sus ojos verdes de todos.

Ella era una Alfa, por lo cual su Lunaenovae suplantaba a sus rangos de Beta y Omega.
Mantuvo oculto a su lobo blanco, hasta que se enamoró perdidamente de un Omega y ambos
tuvieron un par de gemelos.

La Alfa no quiso escoger a quién de sus hijos le entregaría a su lobo, y dejó que este decidiera
quién sería su próximo portador.

Al momento de portar un Lunaenovae, no necesariamente esa persona tiene que ser la que
esté en gestación, pues el lobo simplemente necesita un descendiente directo de sangre para
poder continuar con el linaje.

Años atrás, después de todo el caos, solo quedaron dos portadores de Lunaenovae, una Beta y
un Alfa.

El nombre del Alfa era Byun MinHyun, vivía en Ulsan. Él siempre había sabido ocultar bien a su
Lunaenovae, un lobo gris de ojos verdes.
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Siempre pasó desapercibido, hasta que la conoció. Una Omega bellísima a los ojos de él, su
nombre era Yeji. Ambos, al mirarse, sintieron que fue amor a primera vista.

Anduvieron de novios muchos años, realmente se querían, pero siempre estaba el hecho de que
Yeji nunca quiso tener hijos, y, aunque MinHyun anhelara un cachorro, jamás la hubiera
forzado.

El Alfa se sentía completamente enamorado de aquella chica de cabello azabache, ella lo

hacía sentir especial, como nadie. Creyó haber encontrado al amor de su vida, por lo cual
decidió revelarle a su Lunaenovae.

Estaba sorprendida y asombrada por aquel don que tenía su esposo, pero desde ese día algo
cambió en ella. Ahora era más cariñosa de lo normal y, sobre todo, había decidido que quería
que tuvieran un hijo juntos.

MinHyun estaba tan feliz con su vida que nunca notó cómo la oscuridad se iba acercando,
sobre todo cuando Yeji llegó con su análisis, confirmando sus dos meses de embarazo.

La Omega todo el tiempo hablaba de lo asombroso que sería su hijo y especial porque tendría
un Lunaenovae, que se volvería popular y sería reconocido.

Ahí fue donde el Alfa se comenzó a dar cuenta por qué su esposa había accedido a tener un hijo.
Se había obsesionado con ser la madre de un cachorro prodigio y que ella tuviera beneficios de
ello.

Yeji sí amaba a MinHyun, pero su deseo por ser reconocida era más grande.

— Cuando mi hijo nazca, todo el mundo lo alabará. — Decía con una sonrisa la azabache.

— Yeji... Sabes que nadie puede saberlo. Si esta información llega a las personas equivocadas,
nuestro hijo podría sufrir mucho.

— ¿Por qué siempre te gusta arruinar mi felicidad? — Lo miró de brazos cruzados con palpable
molestia. — Esos eran otros tiempos.

— No, Yeji. No sabes lo que dices. Tener un Lunaenovae puede ser considerado un milagro o
don, pero también una condena o maldición. — La mujer rodó los ojos ante la exageración de
su pareja.
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Con los meses, ella dio a luz a un pequeño cachorro de cabello azabache, informando a los
medios que su hijo era diferente al resto.

Pero cuando llegaron los medios, notaron que aquel bebé no tenía nada especial, era un
simple cachorrito. Ella aseguraba que su hijo era especial, pues su esposo poseía un lobo de
ojos verdes y su cachorro lo había heredado.

— ¿¡Cómo pudiste!? — Gritó histérica.

— Estás mal, Yeji, no sabes en el riesgo que pudiste poner a nuestro hijo. — El pequeño lloraba
con desesperación debido a los gritos de su progenitora.

— ¿Por qué él no tiene los ojos verdes? ¡Dijiste que eso se heredaba! — El Alfa desvió la mirada.

— Porque obligué a mi Lunaenovae a quedarse conmigo y romper el vínculo que había

formado con nuestro hijo. — El sonido resonó en la habitación, y los gritos del pequeño
aumentaron. Había abofeteado a su esposo.

— ¿¡Por qué hiciste eso!? ¿¡Te das cuenta de lo que hiciste!? ¡Eso que está ahí, es nada por tu
culpa! — Apuntó la cuna.

— Pues "eso", como lo llamas, es nuestro hijo. — Ella ríe, negando con la cabeza.

— No, querrás decir tuyo, porque yo no pienso cuidar algo insignificante.

MinHyun realmente quiso creer que todo lo que había dicho la azabache solo había sido por el
calor de la discusión, pero al despertar, ya no estaba ni ella ni sus cosas. Se había ido y lo había
dejado con su pequeño cachorrito.

— Tranquilo... Todo va a estar bien, aquí está papá para ti y te voy a cuidar. — Besó la frente del
menor y este se removió gustoso en los brazos de su padre.

Pero aunque MinHyun hubiera querido tener una vida tranquila con su hijo, no pudo, pues tal y
como él lo había dicho, la información de su lobo de ojos verdes había llegado a las personas
equivocadas y tuvo que escapar con su hijo, mudándose a Seúl.

Sabía que no importaba cuánto tratara de escapar, al final lo encontrarían y no quería que
lastimaran a su hijo. Con el dolor de su corazón, lo dejó frente a un orfanato para bebés.
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— Mi pequeño bebé.... Perdóname por no poder seguir a tu lado, pero estando conmigo corres
peligro... Y nunca me perdonaría que te pase algo.

Lo abrazó, repartiendo besos sobre su rostro. Se tomó un tiempo para mirarlo y finalmente
dejó a su hijo, dejando de igual manera una parte de su corazón también.

Se escondió justo en el momento que su pequeño rompió en llanto, y él también comenzó a

sollozar porque no quería dejarlo, lo amaba tanto.

Las madres del "Orfanato Baby", no tardaron en salir y encontrar al cachorrito que lloraba. Lo
único que el pequeño llevaba, era una pulserita dorada con el nombre: «Byun Baekhyun»

MinHyun, por muchos meses, visitó el orfanato solo para estar cerca de su pequeño hijo, pero
después simplemente no volvió a ir.

Lo habían encontrado unos científicos, los cuales querían estudiarlo. El hombre estuvo tantos
años ahí, siendo torturado, hasta que lo encontraron muerto, con las muñecas
ensangrentadas, se había suicidado. Aunque, la verdad no importaba que él tuviera el arma,
pues todos ellos lo habían matado en vida.

Su único deseo siempre fue que su pequeño Baekie estuviera bien y lo haya adoptado una
familia que le pudiera dar el amor que no le permitieron darle.

***

Muchos años solo ha existido un Lunaenovae en la actualidad, es el último de su linaje. Y el día

que este muera, la raza se habrá extinto.

Esta especie de lobos pueden recordar todas sus vidas pasadas con cada portador, a veces
suelen tener un dolor o tristeza por sus viejos amores, pero esos sentimientos desaparecen
hasta que llegue otro destinado.

Suele haber casos en el que el nuevo destinado, nace antes que el nuevo heredero del lobo, así
que el de ojos verdes puede esperar y su destinado simplemente crea un vínculo de cariño con
el portador actual, más nunca un sentimiento de romanticismo.
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Tenía frío, sus patas temblaban y su cuerpo estaba débil, recostado en aquel prado de trigo.

Ese lobo de blanco pelaje había pasado por tantas cosas a lo largo de su vida, había tratado de
proteger a cada uno de sus portadores, pero sentía que había fallado en cada uno de ellos, por
eso esta vez decidió interferir con su vínculo y cuidar de Taehyung.

Pues la verdad era que de todos los portadores que llegó a tener, el Lunaenovae había creado
un fuerte vínculo con Bora. Ellos dos se habían vuelto uno y debido a las últimas palabras que
ella le dedicó, prometió proteger siempre al castaño.

«— Por favor, cuida de mi pequeño Tae. Finalmente tomé la decisión de que aquí es donde
termina mi camino.

El lobo de ojos verdes negó con la cabeza, no le gustaban las palabras de la mujer.

— Sé que es difícil, pero no creo poder más... — Cubrió su boca, tratando de callar sus lamentos,
mirando a su pequeño cachorrito que dormía tranquilamente en su cuna. — Quisiera verlo
crecer y convertirse en un buen hombre, al igual que su padre... Pero sé que no podré
acompañarlo de esa forma, pero tú... — Se refirió a su Lunaenovae. — Tú sí puedes cuidarlo por
mí...

Bora tenía dos lobos, pero nunca creó un vínculo tan fuerte con el Beta como lo hizo con el de
ojos verdes, por esa razón a ambos les costaba tanto soltarse.

La castaña había bajado de peso, su pálida piel se apegaba, marcando sus huesos y su rostro
tenía una mirada perdida. La enfermedad había avanzado en su cuerpo, por eso sabía que,
aunque rompiera su vínculo con el Lunaenovae, ya sería tarde para ella y su cuerpo solo
soportaría quizás unos meses solamente. Tal vez, hasta podría estar para celebrar el primer
año de vida de Tae.

— Mi pequeño cachorro... Mamá siempre estará contigo, aunque no puedas verme. — Le

aseguró, acariciando su suave cabello castaño.

El lobo de ojos verdes amaba a ese pequeño bebé, pues era el fruto de él y su Alfa. El
Lunaenovae siempre había vivido con miedo, pero el Alfa Kim Taehyung, fue el primero en
hacerlo sentir seguro y por eso su vínculo también había sido tan fuerte.
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La naricita del infante se arrugó y su ceño se frunció un poquito, antes de soltar un suave
estornudo, aunque un poquito escandaloso, eso la hizo sonreír.

— Hasta estornudas igual a tu padre... — Suspiró con tristeza. — Me hubiera encantado que
pudiera conocerte... — Las lágrimas la traicionaron, — Tal vez en otra vida podamos ser una
familia... — El pequeño Tae tomó uno de los dedos de su madre con su pequeña mano y le dio
un ligero apretón.

La vida no era fácil, Bora lo sabía. Tal vez, sus acciones no fueron las más correctas y quizás por
eso su vida tuvo un final tan trágico, pero no se arrepentía de nada.

Y el Lunaenovae era testigo de que todo lo que ella había hecho fue por amor, sin importar el
precio que ella pagara, porque era un sacrificio por amor.»

Eso fue lo que el lobo blanco estaba pensando justo cuando Taehyung gritaba de dolor y
agonía debido a esa marca forzada. Ver al pequeño Omega asustado por su humano y
haciendo todo para no romper su lazo con su Alfa, le hizo hacer lo que hizo: soltar su vínculo
con aquel bebé que crecía dentro del castaño.

«Sacrificio de amor»

Y tal como Bora lo hizo por mucho tiempo, el Lunaenovae no quiso pensar en el precio por sus
acciones y tomó el lugar del pequeño Omega, sintiendo su cuerpo arder por un lazo que no era
de su destinado.

Sus patas temblaban, dispuestas a fallarle, pero el lobo no se dejó doblegar, parándose de
forma imponente. La marca lo estaba torturando, pues el Lunaenovae, debido a que Taehyung
tenía su propio Omega, él solo suplantaba los rangos de Alfa y Beta. La mordida de Evans
podía matarlo, al ser un Alfa puro.

Pero aún así, con sus últimas fuerzas, ayudó al pequeño lobo acaramelado a salir y
encontrarse con su Alfa, al menos uno podía estar con su destinado.

Y finalmente, cuando el castaño cambió a su forma lobuna, el cuerpo del Lunaenovae cayó
sobre el prado de trigo con la respiración entrecortada.
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Sentía su cuerpo arder y sus patas temblar, sintiendo cómo su vínculo con aquel cachorro
desaparecía. Una lágrima escapó y cerró los ojos, sintiendo una suave mano acariciar su
pelaje, y aunque quiso mirar a la persona, solo alcanzó a ver una silueta y un largo cabello
castaño antes de cerrar los ojos.

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por Srta_YoonTae

La música resonaba en el auto de Jungkook, y las voces de su Omega y cachorro resaltaban

mientras cantaban la letra de la canción que sonaba.

Los tres estaban nuevamente juntos y felices, era como si todo lo malo que vivieron por fin
hubiera desaparecido y estarían en paz, eso alegraba a la familia.

Evans estaba completamente sacado de sus vidas y Taehyung estaba esperando otro
cachorro, no podían estar más que felices por eso.

Aunque aún había sido reciente lo del secuestro, por primera vez todos podían sentir la
tranquilidad en el ambiente.

— Papi, Papi, ¿Cuándo nacerá mi hermanito? — Preguntó el cachorrito cuando su padre bajó
el volumen de la música.

— En cuatro meses. — Le respondió, acariciando su pequeña pancita, aunque aún no se

notara su embarazo.

Al instante, la mano de su Alfa se posó sobre la suya, tocando su vientre con suavidad, eso
hizo que su lobo meneara la cola.

— ¿Y puedo ir a ver cuando le hagan un ultrasonido? — Hizo un pucherito.

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— Claro que sí. Iremos a ver todos como familia al nuevo integrante de los Jeon .— Dijo con
orgullo el Magnate.

La mirada de Taehyung fue a parar al hombre que ama, el cual tenía su mano en su vientre,
dándole calor y cuidado al cachorrito que crecía dentro de él. Jungkook es tantas cosas en su
vida.

Fue su primer amor y también desilusión, pero aún así, después de todo, ellos seguían juntos
y amándose con más intensidad. Su vista fue a parar ahora a su lindo cachorro de dorados
cabellos, quien tenía una sonrisa tan alegre.

Beomgyu fue quien les dio la primera oportunidad de ser padres y ambos adultos lo amaban,
era parte de ellos, eran una familia.

Luego, Taehyung miró sus anillos en su dedo anular, primero su anillo de promesa y después
de compromiso, sabía que luego estaría también el de matrimonio. Jamás se llegó a
imaginar tener una vida como la que tenía ahora, porque aún después de todo lo malo, estar
con la gente que amaba lo hacía olvidar todo.

Jungkook estaba cumpliendo su promesa de cambiar todos los malos recuerdos de

Taehyung. La mano del castaño se colocó sobre la de su futuro esposo y cerró los ojos con
una sonrisa.

El camino a casa fue tranquilo hasta que por fin llegaron. Después de esas largas dos
semanas, estaba nuevamente en casa con su familia.

El Alfa aparcó el auto y le pidió a sus dos Omegas que esperaran, ambos lo miraron
confundidos pero obedecieron, viendo cómo el Magnate salía del coche y lo rodeaba para
abrir primero la puerta de su hijo, ayudándolo a salir, y repitiendo la acción con el castaño.

Sin duda, el azabache había cambiado tanto en esos años, y no con palabras, sino con
hechos. Demostró que quería ser mejor para las personas que amaba y así lo estaba
haciendo.

— Gracias. — Dijo Taehyung con una sonrisa.

Pero antes de que pudiera agregar algo más, fue levantado del suelo de forma nupcial.
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— ¡Jungkook, ¿Qué haces?!

— Amor, acabas de salir del hospital y estás en cinta, no puedes subir las escaleras.

— Pero apenas tengo dos meses, además, puedo caminar.

— Beomie, ¿Tú qué dices? ¿Dejamos que papi suba las escaleras caminando? — El pequeño
rubio se puso pensativo, colocando su dedito índice en su mejilla.

— No. — Dijo negando con la cabeza. — Hay que llevar al rey Tae a sus aposentos.

— Me gusta como piensas, hijo. Es obvio que lo heredaste de mí.

— Claro que no. Lo heredó de mí, Jungkook. — Dijo el castaño.

Nuevamente, estaban con esas pequeñas discusiones en broma de a quién había heredado
Beomgyu sus talentos.

Finalmente los tres terminaron riendo y Taehyung aceptó ser llevado en brazos pero solo
hasta la puerta de la casa, algo a regañadientes, pero el Magnate terminó aceptando.

Una vez frente a la puerta, el Alfa le entregó sus llaves a Beomie para que este abriera la
puerta, el pequeño asintió, insertando la llave y girándola antes de empujar la puerta.

Los tres entraron y, aunque no quería, Jungkook cumplió su promesa y bajó a Taehyung,
pero tomó a su hijo en brazos. Gustoso, el cachorro se abrazó a su papá, juntando moflete
con moflete.

— ¡Ya llegaron! — Exclamó Jiwoo al verlos.

Y como si fuera un déjà vu de la primera vez que la Alfa conoció a Taehyung, empujó a su hijo
mayor a un lado para poder abrazar al Omega.

— Ay, cariño, me alegra que estés nuevamente en casa. — Lo abrazaba con algo de fuerza,
transmitiendo el sentimiento de protección como una madre, era tan cálido. — Te preparé tu
comida favorita. — Tomó el rostro del castaño entre sus suaves manos y besó su rostro.

Jiwoo realmente le había tomado tanto cariño a Taehyung, estaba muy agradecida con él
por devolver a Jungkook a la vida y volverlo la persona que realmente es. Por eso, ella quería
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que el Omega la pudiera ver como una figura materna, ella no quería ocupar el lugar de su
madre, pero quería que él pudiera sentir que no estaba solo y podía contar con ella.

— Bueno, mamá. Ya es mucho, lo estás asfixiando. — El Magnate apartó a Taehyung de su

madre. Jungkook siempre había sido celoso, pero con su Omega en cinta lo era aún más,
aunque tratara de controlarse.

— Siempre de aguafiestas. — Chasqueó la lengua Jiwoo, cruzándose de brazos.

— Buenas tardes. — La voz grave del señor Young se hizo presente en la sala, y como si fuera
una niña pequeña, la Alfa fue a refugiarse a los brazos de su esposo.

— Amor, ve a tu hijo, no me deja abrazar al pequeño Tae. — Hizo un puchero y miró

nuevamente al Magnate que tenía rodeada la cintura de su Omega con un brazo, ya que con
el otro sostenía a Beomgyu.

— ¿No crees que ya estás grandecita para estar haciendo berrinches? — La mujer se hizo la
ofendida y le sacó la lengua al mayor de sus hijos.

Young simplemente cerró los ojos, negando con la cabeza. Su esposa podría tener casi 50
años, pero seguía siendo igual que cuando la conoció a sus 19 años. La mujer era vida pura y
desprendía alegría por donde la vieran.

El Alfa no sabía cómo ella se pudo enamorar de alguien como él, pues Young siempre fue
serio y de pocas palabras, todo lo contrario a la fémina.

De hecho, para el mayor al principio le parecía irritante que ella sea tan alegre y siempre le
buscara lo bueno a la vida. Creía que ella no era consciente de la realidad, pero no era así,
ella era más consciente del mundo real que cualquier otra persona. Sus padres eran muy
estrictos y la golpeaban si no era correcta. Por eso, ella cuando estaba en la universidad, era
como siempre quiso ser.

Ese día, antes de entrar a la universidad, Young había visto cómo el padre de Jiwoo la había
abofeteado porque su falda era muy corta, la chica solo se disculpó e inclinó la cabeza antes
de entrar. Cuando ambos se toparon, ella tenía la misma sonrisa de siempre y saludó al serio
Alfa.
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Fue ahí cuando Young quiso saber más de ella, y lo que le irritaba le fue creando un
sentimiento distinto. Se hicieron grandes amigos, por lo cual la Alfa le contó al azabache lo
que ocurría en su casa. Por primera vez la vio llorar y no sonreír. Lo detestó tanto, que no
quería imaginar cuántas veces había llorado, así que simplemente las palabras salieron de su
boca y le dijo: "Ven a vivir conmigo".

Jiwoo casi lo golpea por decir eso, pues apenas eran amigos y ella sí estaba enamorada de
Young, pero sabía que él no lo estaba. Le dijo que era una tontería, pues no eran novios, pero
el Alfa le respondió: "Entonces seamos novios y ven a vivir conmigo". Ella estaba sorprendida
por las palabras del Alfa.

Así que mencionó que solo se iría a vivir con la persona con la que se fuera a casar. Y,
nuevamente, Young la dejó sin palabras: "Jiwoo, cásate conmigo".

Pero la Alfa negó bajando la cabeza, diciéndole que ella quería que la amaran, que se
enamoraran, así que el azabache le dijo: "Ven a vivir conmigo un mes y enséñame amarte. Si
logro hacerlo, cásate conmigo". Estuvo dudosa, pero al final aceptó.

Young volvió a la realidad, mirando cómo su esposa seguía peleando con su hijo mayor, y
sonrió porque ahora llevaba casi 30 años casado con esa mujer y la seguía amando de la
misma forma.

— Jungkook, deja a tu madre. — Dijo el señor Jeon. — Taehyung, me alegra que estés
nuevamente aquí.

— A mí también me alegra estar de nuevo en casa y con mi familia. — Recargó su cabeza en el

hombro de su Alfa.

— Bueno, yo me quedo con Beomie mientras ustedes suben a dejar sus cosas para almorzar.
— El pequeño rubio no dudó en extender sus brazos, para ser cargado por su abuela.

La mayor comenzó a llenar de besos al Omeguita, haciéndolo reír.

— ¿Young, sí podemos adoptar otro hijo? — Jiwoo hizo un puchero.

— Linda, pero si ya tenemos dos hijos y tienes a tus nietos. — Ella bajó la cabeza. — Lo voy a
pensar. — Sonrió, dejando un sonoro beso en la mejilla de su Alfa.
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Jungkook ayudó a su futuro esposo a subir las escaleras. Su madre frunció el ceño, pero el
Alfa se justificó diciendo que Tae podía estar débil todavía, pues aún no le dirían a nadie
sobre el embarazo.

— ¿Amor, puedes llevar la maleta a nuestra habitación? Quiero ir a ver cómo sigue mi padre.

— ¿Seguro? ¿No quieres que te acompañe?.

— Voy a estar bien, solo tengo que caminar unos cuantos pasillos. — Dejó un suave beso en
sus labios. — No te preocupes.

— Está bien, cuídense.

Taehyung sonrió con ternura, porque desde que Jungkook supo que el castaño estaba en
cinta, se refería a él y su cachorro.

Ambos se separaron, tomando caminos distintos del pasillo. El Omega, aún sin tener su
vientre redondo, por instinto colocaba su mano en su parte baja mientras caminaba a la
habitación de su padre.

Al estar frente a la puerta marrón, dio unos ligeros toques, esperando la respuesta que no
tardó en llegar, pero el menor sabía que esa no era la voz de su padre.

Tomó la perilla de la puerta y la giró lentamente empujándola antes de entrar, notando

cómo el señor Suho acomodaba las frazadas de su padre, el cual se encontraba dormido.

— Buenas tardes. — Hizo una corta reverencia con la cabeza, saludando a su mayor y este lo
imitó. — ¿Cómo está mi papá?

— Mucho mejor, hace como media hora lo ayudé a cambiar sus gasas y después de su
medicamento se quedó dormido. — Comentó Suho.

— Gracias...

— ¿Por qué? — Por primera vez lo miró el Beta. Realmente, ver a Taehyung era como mirar la
juventud de Vante, era sorprendente.

— Supe que estuvo cuidando de mi padre desde que estaba en el hospital, deben ser grandes
amigos. — El mayor relamió sus labios nervioso.
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— Vante es una gran persona... — Desvió la mirada y trató de disimular, recogiendo las viejas
gasas que estaban en la cómoda.

— Lo sé... Por eso espero que también encuentre a alguien que lo quiera y lo haga feliz. —
Taehyung se acercó al Beta y lo tomó del brazo. — No quiero presionarlos si aún no están
listos para decirme lo que hay entre ustedes, pero quiero que sepan que cuentan conmigo. —
Le regaló una cálida sonrisa.

— Taehyung... Yo... — Estaba nervioso. — Quiero a tu padre, pero quiero que sepas que no
quiero ocupar el lugar de tu madre...

— Eso lo sé... — Miró a su progenitor. — Y sé que mi padre no busca la ausencia de mi madre

en ti. — Suspiró. — En nuestras vidas han habido tantos altibajos y creo que lo que más haría
feliz a mi mamá, es ver que ambos pudimos seguir adelante y ser felices.

— ¿Realmente no tienes problema con que tu padre y yo queramos estar juntos? — La vista
del Omega volvió al mayor.

— Mi padre me apoya. Todo este tiempo ha sido el padre que siempre soñé tener, no podría
quitarle su felicidad. — Volvió a tomar la mano de Suho. — Solo cuídalo.

— Créeme que eso es lo que más quiero.

— Entonces no hay ningún problema.

— Eres un chico realmente maduro, ahora entiendo por qué Chanyeol siempre hablaba de ti,
le transmitías ese sentimiento de confianza de hermandad. — Las mejillas del castaño se
sonrojaron. — Gracias por estar con mi hijo.

— Chanyeol es como un hermano para mí y lo quiero mucho, cuidó de mí cuando me sentía

tan solo. — La habitación se quedó en silencio, hasta que el móvil del señor Suho comenzó a
sonar y rápidamente canceló la llamada, mirando a Vante para comprobar que seguía
dormido.

— Tengo que responder...

— No se preocupe, yo me quedaré un rato con mi papá en lo que Jungkook viene por mí para
comer. — El Beta asintió. — ¿Se quedará a almorzar? Chanyeol y Baek vendrán.
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— Me encantaría, pero me estoy mudando. No sé si Chanyeol te lo comentó, pero me divorcié

de su madre y decidí dejarle la casa, así que hoy voy a mover algunas de mis pertenencias.

— Oh... Entiendo.

— Pero con gusto puedo estar para la cena. — Agregó.

— Claro, a papá le gustará tenerlo aquí. — Sonrió cálidamente.

Suho asintió y, con algo de pena, se acercó a Vante, dejando un beso en su frente antes de
retirarse.

Al salir, miró su teléfono, notando que había sido su ex esposa la que le había marcado
minutos atrás. Suspiró, tomando rumbo por los pasillos, para dirigirse a la salida de la casa.

El camino no fue muy largo, su casa tampoco estaba muy retirada. Al llegar, bajó del auto,
entrando a la casa que estaba completamente en silencio, nada comparado con la casa del
joven Jeon, ahí se sentía la alegría y los sonidos de Beomgyu corriendo o riendo junto a
Joonie.

— Llegaste... — Habló la rubia.

— Sí... — Se sentía una tensión.

El silencio era incómodo, así que Suho decidió ir a buscar sus cosas, entrando a la que alguna
vez fue su habitación.

— Suho... — La voz de la que en algún momento fue la mujer que amó, lo detuvo. —
¿Podemos hablar?

— Claro, ¿Qué necesitas?

— ¿En verdad quieres irte de la casa?

— Sohyun, te quiero, pero esto es lo mejor, no tiene caso que me quede aquí si ya estamos
divorciados.

— Yo lo sé, Suho.. Pero aún no puedo creer que realmente nos estamos separando... Y que
sea por mi culpa... — Ella bajó la cabeza.
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Al Beta nunca le gustó ver a Sohyun en ese estado, le tenía un inmenso cariño aún después
de cómo tuvo que terminar su matrimonio.

— No fue tu culpa. — La rodeó con sus brazos. — Simplemente, lo nuestro se volvió una
costumbre que comenzó a hacernos daño sin darnos cuenta. — Acarició su cabello con
suavidad.

Hacía mucho que no se daban un abrazo sincero ambos, se habían dejado perder mucho con
el trabajo y descuidaron su relación, pero sobre todo a su hijo, quien fue el más afectado.

La rubia alzó la mirada y no le dio tiempo a Suho de reaccionar cuando ella estiró su cuerpo,
logrando que los labios de ambos se tocaran. Con suavidad, ella colocó sus manos tras la
nuca del que en algún momento fue su esposo, impidiendo que se apartara.

El mayor estaba sorprendido, pero solo le bastó unos segundos para reaccionar y apartarla,
porque, aunque solo fueron unos segundos, su lobo gruñó porque esos no eran los labios de
su tierno Alfa.

— Sohyun...

— ¿Realmente ya no me quieres ni un poco? Sé que podemos resolverlo, tú me conoces... Yo

te conozco, nadie nos podrá entender como nosotros lo hacemos. — Pero él negó.

— Entiende, Sohyun. Sí te quiero, pero... Mi lobo ahora le responde a alguien más y mi

corazón también, lo nuestro ya no tiene arreglo. — Ella sollozó. — Separarnos no quiere decir
que ya no nos veremos, porque Chanyeol siempre nos unirá toda la vida y puedo ser tu
amigo, pero solo eso te puedo ofrecer, lo siento...

El castaño tomó sus maletas, pasando a un lado de ella, saliendo de la habitación, dejando
que la Alfa se derrumbara en el suelo, porque Sohyun sabía que eso era lo mejor, pero no
quería quedarse sola.

El almuerzo había sido alegre, lleno de bromas y comentarios graciosos, hasta que la puerta
fue tocada y todos se miraron, pues al parecer nadie esperaba visitas.
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— Iré yo. — Avisó Jungkook, poniéndose de pie. Su Omega lo siguió con la mirada, hasta
verlo desaparecer.

Pero no pudo esperar ni unos segundos, cuando se puso de pie y fue detrás de él, en el
momento justo que abrió la puerta y encontró a una castaña de cabello corto y ojos grandes.

Ambos la miraron sorprendidos, pues sabían perfectamente quién era ella, aunque solo
pudieron hablar con ella una vez y fue hace casi 2 años.

— Buenas tardes, soy....

— Sé quién eres — Dijo Jeon aún mirando a la chica, pero esta no venía sola, estaba
acompañada por un hombre de ojos grises con un traje de policía.

— ¿Podemos pasar? — Esta vez habló el hombre junto a la Omega, el cual era un Alfa.

Ahí fue donde Taehyung reaccionó, colocándose a un lado de su futuro esposo y padre de
sus cachorros.

— ¿Por qué está otra vez en Corea?

— Vine a buscar los restos de mi hermano. — Respondió.

— No sabíamos que tenías un hermano aquí, Cora.

— Eso es porque nadie más que mi padre y yo, sabíamos que Evans era mi medio hermano.

La pareja se quedó estática al escuchar el nombre de esa persona y el lobo de Taehyung bajó
las orejas asustado, tratando de proteger a su cachorro. El Magnate sintió el cambio en el
aroma de su Omega, así que lo abrazó.

— ¿Podemos pasar? Me gustaría hablar con ustedes antes de volver a Francia.

— Adelante. — Les dieron permiso para pasar y los guiaron a la sala.

No esperaban verla después de tanto tiempo, el Alfa a su lado parecía ser más cercano, la
sujetaba de su cintura con cuidado.

Una vez estuvieron instalados en la sala, un silencio se pronunció. La primera en hablar fue la
Omega.
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— Sé que lo que hizo mi hermano no estuvo bien, y quiero disculparme con ustedes dos
principalmente, porque me imagino que fueron los más afectados. — La chica se levantó del
sillón y se colocó de rodillas frente a la pareja, pero al instante Taehyung trató de ayudarla a
levantarse.

— No tienes que hacer esto. No fue culpa tuya las decisiones y acciones que tomó él. — La
castaña rompió en llanto y se aferró a Taehyung.

— Yo lo vi todo... Estaba escondida en el armario cuando mató a papá... No hice nada, solo
me quedé ahí... Debí salir y defenderlo.... — El azabache miró a la chica aferrada al cuerpo de
su Omega, se veía realmente afectada.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Jungkook se dirigió al policía, pero este solo frunció el ceño, pues
no entendía lo que el Magnate quería decir.

Así que Taehyung se encargó de traducir, por lo cual el hombre asintió y comenzó a explicar
lo que Cora le había contado en ese momento cuando la encontró escondida en el armario,
pues Evans había matado a Frederick sin una pizca de arrepentimiento en sus ojos.

En ese tiempo la castaña logró calmarse y se volvió a disculpar.

— Yo no tenía pensado volver a Corea, pero me contactaron para venir por el cuerpo
calcinado de Evans, así que creí que era mi deber venir hasta aquí a disculparme por todo el
daño que les causó. — Limpió sus lágrimas.

— Cora, en verdad no tienes que disculparte, él cometió el error y pagó las consecuencias de
sus actos. — Dijo Jungkook.

— ¿Ustedes lo vieron... Morir? — Quiso saber, pero ambos negaron.

— Estábamos en el hospital en el momento que él escapó y cayó por el barranco, uno de

nuestros guardaespaldas lo vio justo cuando explotó el auto donde iba. — Ella asintió,
limpiando sus lágrimas.

— Tengo algo para ustedes. — Se colocó de pie y caminó al policía, quien le entregó un
folder. — Aquí tienen.

— ¿Qué es? — Preguntó Taehyung, mientras miraba cómo su Alfa abría el folder.
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— Son las acciones de la empresa Lanusse. Mi padre desde hace un tiempo atrás, había visto
que Evans se estaba volviendo más codicioso, así que cambió el testamento y dejó la
empresa a mi cargo. — Ella bajó la cabeza. — Yo nunca me sentí lista para llevar la empresa
yo misma y ahora menos que no tengo a nadie de mi familia... En el acuerdo, usted, señor
Jeon, comentó que quería expandirse a otros lugares, así que le dejó la empresa a usted.

— ¿Estás segura de que quieres esto? — La miró el Magnate. — En esta empresa está el
esfuerzo que tu padre hizo por años. — La chica se veía dudosa. — Mira, aceptó ser el dueño
de la empresa solo si me vendes una parte de las acciones. Además, yo no puedo estar
viajando a Francia todo el tiempo, tengo una familia la cual cuidar, así que solo aceptaré si tú
te vuelves mi socia. Te prometo que no estarás sola y te ayudaré en lo que necesites, pero no
creo que debas dejar todo lo que tu padre ha logrado con tanto esfuerzo.

— Mi esposo tiene razón. — Taehyung tomó la mano de su Alfa.

— Pero soy una Omega. ¿Cómo podría llevar una empresa? Solo soy una secretaria.

— Eres una chica muy inteligente y es difícil encontrar a alguien que pueda hablar coreano y
francés con fluidez, así como tú y yo. Cora, si tu padre dejó la empresa a tu cargo, fue porque
sabe que eres muy capaz.

— ¿Aceptas? — Insistió Jungkook.

Cora pensó en las palabras de ambos y recordó cómo su padre siempre le decía que creía en
ella. Podía ser que trabajaba como secretaria, pero Frederick siempre le enseñó todo sobre
la empresa al igual que a Evans. El señor Lanusse fue un gran padre para ella, aunque fue
nacida fuera del matrimonio.

— Está bien, acepto que seamos socios. — El azabache sonrió y le entregó nuevamente el
folder a la chica.

Jeon sabía que si hubiera aceptado lo que Cora le ofrecía, hubiera sido un gran logro para él
como empresario, pero no podía aceptar cuando frente a él había una chica destrozada que
se había quedado sin familia.
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Ellos hablaron un poco más, antes de que los extranjeros se fueran, no sin antes asegurar
que seguirán en contacto.

Cora era una gran mujer y no tenía por qué cargar con las cosas que había hecho su
hermano, pues ella era una víctima más en todo esto.

La noche cayó más rápido de lo esperado, tal vez era porque Taehyung extrañaba tanto
poder volver a dormir en su cama junto al hombre que ama, sentirse seguro y protegido.

Como era de esperarse, después de que Jungkook bañara a Beomgyu, y Taehyung lo vistiera
con su pijama amarilla de ositos, ambos lo arroparon y se quedaron con él hasta que se
quedó dormido.

Al volver a su propia habitación, el Omega entró al cuarto de baño y comenzó a despojar sus
prendas mientras se ponía a llenar la tina. Se sentía más cansado de lo normal, debía ser por
el embarazo y el hecho de que su Lunaenovae estaba dormido por el momento.

Se colocó frente al espejo y se miró de perfil, mirando su vientre que estaba levemente
hinchado, ya que apenas estaba creciendo.

De pronto, unas manos se colocaron sobre las suyas, pero no lo sobresaltó, pues sabía a
quién pertenecían. Echó su cabeza hacia atrás, recargándose sobre el hombro de su amado.

— Estás en cinta... — Susurró Jungkook, paseando sus manos por el vientre de su Omega. —
En unos meses te verás aún más hermoso con tu vientre redondo. — Besó su mejilla.

— Y con los pies hinchados, estrías, tal vez mi cuerpo ya no será el mismo... ¿Aún así creerás
que sigo siendo hermoso? — La mirada de ambos se encontraron por el espejo y el Alfa hizo
que Taehyung girara para tenerlo de frente.

— Siempre serás el chico más perfecto, si el mundo pudiera verte con mis ojos, Kim
Taehyung.

Los labios de ambos se encontraron y se tocaron con dulzura, sintiendo la calidez del otro.
Sus lenguas daban pequeños toques entre ellas, mientras sus dientes mordían
juguetonamente los labios contrarios.
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Después de un par de besos más, Jungkook se quitó la ropa de igual forma que el menor y
ambos entraron a la tina. El azabache se encargó de bañar a su Omega y tratarlo como se lo
merecía.

Al terminar, ambos fueron a la habitación nuevamente. El Alfa vistió a Taehyung como si se

tratara de un niño pequeño, y los dos entraron a la cama, abrazándose.

— Te extrañe. — Susurró Jungkook, escondiendo su rostro en el pecho de su futuro esposo.

— Yo también, amor. Solo quería volver a estar contigo de esta forma, en nuestro propio
mundo.

Dio suaves caricias entre las hebras azabaches del Magnate. Ninguno decía nada, pero no
hacía falta. Con el tiempo las palabras comenzaron a sobrar, cuando podían transmitirse
todo con una mirada, una caricia o un beso.

Porque ni con necesidad de una marca, Jungkook sabía lo que sentía Taehyung y al contrario
también. Aprendieron a entenderse, pues su vínculo era más fuerte que un lazo.

— Taehyung... Estuve pensando y creo que tanto tú como Beomie y yo, hemos pasado por
mucho...

El Omega escuchó atento lo que decía su Alfa y lo dejó proseguir.

— Creo que, aunque los tres digamos estar bien... Realmente no lo estamos. Y ahora que
tendremos otro hijo, me gustaría que tengamos un buen inicio, darle lo mejor a nuestros
hijos.

— ¿A qué te refieres? — Buscó su mirada, hasta que los ojos de ambos se encontraron.

— Vayamos a terapia.

— ¿Terapia?

— Sí... Yo todavía tengo mi pasado que no puedo soltar y tú sufriste a causa de mis
problemas... Cuando le dimos la noticia a Beomgyu que tendría un hermanito, me di cuenta
que él también necesita ayuda de un profesional, los tres la necesitamos. Y con este cachorro
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que viene en camino, creo que sería lo mejor... Yo quería ir desde que volví, pero han pasado
tantas cosas, que simplemente lo fui posponiendo...

Taehyung pensó en las palabras de su Alfa y las comprendió. Hasta cierto punto, le alegraba
que Jungkook haya tomado esa decisión y se la compartiera. Querer crecer como familia le
hizo darse cuenta del gran cambio de Jungkook, y que había tomado la decisión correcta al
haber decidido quedarse con él.

— Me parece bien, los cuatro nos merecemos un nuevo comienzo como familia.

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por Srta_YoonTae

El timbre resonó en el aula, haciendo que los alumnos soltaran un suspiro de cansancio y
felicidad.

El azabache simplemente dejó de morder su lapicero, cuando de pronto alguien picó su

costilla, haciéndolo sobresaltarse y mirar hacia atrás.

— ¿Qué quieres, Aaron?

— ¿Tomaste apuntes? — El menor solo rodó los ojos. — ¿Eso es un sí?

Pero no le respondió, simplemente volvió a su posición anterior, mordiendo su lapicero

mientras acariciaba su vientre que comenzaba a notarse.

— ¿Me lo pasas? — Volvió a picar su costilla.

— ¡Agh! ¿Por qué no tomaste los tuyos? — Lo miró amenazante, pero el pelirrojo solo sonreía.

— Es que me distraje con tu belleza. Anda, pásamelos... — Parpadeó repetidas veces,

haciendo un puchero.
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— Toma y cállate. — Le dio su cuaderno.

— Te amo, bestie. — Le tiró un beso volador.

La relación entre ellos dos era tan rara, pero ambos se tenían cariño. Aaron podía ser un
bobo y payasear todo el tiempo, pero también se preocupaba y cuidaba de Baek cuando
estaban en la universidad.

Cuando terminaron de guardar sus cosas, el Alfa insistió en cargar la mochila del menor para
que no haga tanto esfuerzo y se dirigieron a la cafetería, pero antes Baek quería pasar a dejar
algo en su casillero.

— Sí... Al parecer tiene un Alfa, pero lo está engañando con el chico pelirrojo... — Comentó un
chico a su grupo de amigas.

— Yo supe que está embarazado... Tal vez es de su amante y le está haciendo creer a su Alfa
que es suyo.

— Que zorra, pero a leguas se ve lo cualquiera que es. Solo hay que mirarlo para saber que es
un fácil.

Todos los comentarios los estaba escuchando y con rabia azotó la puerta de su casillero.
Baekhyun ya no era el mismo Omega que se reprimía, y no iba a permitir que hablaran de él y
su Alfa.

— La vida de ustedes debe de ser muy aburrida para ponerse a hablar de la mía, ¿Verdad? —
Los tres Omegas se quedaron estáticos al escuchar la voz del joven Jeon.

— Nosotros... Solo dijimos lo que los demás están diciendo... — Dijo una de las chicas, algo
avergonzada.

— Lo que yo haga con mi vida no es de su incumbencia. Dejen de hablar de mí, mi Alfa y,

sobre todo, lávense la boca antes de hablar de mi cachorro, porque les juro que será lo
último que dirán en su vida. — Sus ojos brillaron naranjas con intensidad y les dedicó una
falsa sonrisa.

Los tres chicos asintieron, y, con la misma, Baek se fue rumbo a la cafetería, con Aaron
siguiéndole el paso.
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— Te rezo todas las noches. — Le dijo una vez lo alcanzó. — Hasta yo temblé. — Se abrazó a sí
mismo, dramatizando. — Qué bueno que somos besties, no quisiera tenerte de enemigo.

— La verdad, no me hubiera importado que hablaran de mí, pero cuando hablaron de

Chanyeol y mi cachorro, no pude controlar a mi lobo.

— Yo... Quería defenderte desde el primer instante, pero sabía que si lo hacía, en vez de
ayudarte, te perjudicaría más. — Confesó. — La gente solo busca excusas para crear más
chismes.

— Lo sé, y no te preocupes, puedo defenderme solo. — Le sonrió, dándole un puñetazo en el

hombro en modo de broma. — Ahora, vamos a comprar algo que me desmayo.

Los dos se colocaron en la fila, la cual, por suerte, avanzó rápido y ambos pudieron ordenar
algo, pero al mirar la cafetería, todas las mesas estaban ocupadas.

— ¿Me pongo en cuatro para que me uses de silla? — Ofreció Aaron.

— Idiota. — Rodó sus ojos, antes de pasar su vista por toda la cafetería, hasta que se detuvo
en una cabellera blanca.

En una mesa, algo alejada del resto, estaba sentado un chico, el cual Baekhyun reconoció;
era el Alfa que había ido a casa de su hermano como testigo.

— Ven, sígueme.

— ¿Encontraste un lugar donde sentarnos?

— Sí, pero tienes que evitar soltar tus hormonas de loba en celo. — Le advirtió. — Este chico
es sensible y no queremos que se asuste, ¿Verdad?

— ¿Quién es? — El joven Omega le mostró al peliblanco con un movimiento de cabeza.

La vista de Aaron se centró en el chico y fue como si el tiempo se hubiera detenido para él.
¿Cómo no había visto a ese chico tan apuesto antes? Su lobo meneó la cola después de tanto
tiempo. Pues, después de su última relación, el lobo del pelirrojo ya no reaccionaba a nadie.

— Es... Un ángel....

— Ay, por favor, no empieces, Aaron. Este chico no caerá en tus encantos.
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— Así que aceptas que tengo encantos. — Volvió su vista a su mejor amigo de forma coqueta,
tratando de actuar como siempre, y que Baek no notara el gran cambio que le hizo sentir ese
chico.

— Cállate y vamos. — Como un cachorro obediente, el Alfa siguió al azabache.

Ren miraba su comida como si fuera lo más interesante, parecía no querer darse cuenta de lo
que estaba a su alrededor, así que no notó cuando el par de chicos se sentaron justo frente a
él.

— Disculpa... — Lo llamó suavemente Baekhyun, provocando que el peliblanco se

sobresaltara. — Oye, perdón, no fue nuestra intención asustarte.

El cuerpo del Alfa comenzó a temblar, tratando de evitar cualquier contacto visual con los
recién llegados.

— ¿P-por qué... Se sientan... A-aquí? Hay... Más mesas... — Su voz temblaba, igual que él.

— Oh... Lo que pasa es que todas las mesas estaban ocupadas, así que creímos que
podíamos... — Pero Ren no dejó que el joven Jeon terminara de hablar, pues tomó la bandeja
de su comida dispuesto a irse.

Aunque, al intentar ponerse de pie, nadie se esperó que fuera Aaron quien lo tomaría del
brazo, impidiéndole irse.

— ¿Q-Qué haces? Suéltame...

— Aaron, suéltalo. — Dijo Baek, en tono de orden.

Aunque el pelirrojo realmente no lo escuchó, estaba hipnotizado con el aroma a nieve y

frutillas. Su agarre no era fuerte. De hecho, Ren podía soltarse sin problema, pero estaba tan
asustado para hacerlo.

— Hey... Nadie te va a hacer nada... — Baek estaba sorprendido por el tono que estaba
usando Aaron, pues era tan bajo y tranquilizador, no como normalmente que era alegre y
coqueto.

— Solo... Suéltame... — La voz de Ren parecía que se quebraría en cualquier momento.

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— Bien, te voy a soltar... Solo promete que te quedarás... — Por primera vez, el Alfa
peliblanco alzó la mirada, encontrándose con la de Aaron.

Un silencio se instaló, donde ambos Alfas no dejaban de mirarse fijamente. Baekhyun estuvo
a punto de interferir para que dejara de presionar al chico, pero, de pronto, Ren simplemente
hizo un pequeño movimiento, asintiendo con la cabeza, y al instante la mano que lo
sostenía, se retiró.

— Mucho gusto, soy Aaron. — Le extendió la mano, con una sonrisa.

— Ren... — Susurró, y con temblor estrechó su mano.

El azabache no comprendía absolutamente nada, pero la verdad era que el menor de los
Alfas estaba igual, pues nunca había podido tener tanto contacto con otro Alfa, pero
simplemente ese pelirrojo no le transmitía inseguridad o miedo, pues su aroma sí era de un
Alfa, pero suave a la vez.

— Sí... Bueno, yo también estoy aquí. — Dijo el único Omega.

— Cierto, él es mi bestie Baekie. — El peliblanco miró al nombrado e hizo un leve

asentimiento de cabeza.

— Disculpa mi atrevimiento... Pero... ¿Tu aroma es así de dulce por tu embarazo?

Baekhyun, por instinto, acarició su vientre y sonrió. Le gustaba que todos comenzaran a
notar su embarazo, lo hacía sentir orgulloso de llevar un hijo de su Alfa.

— No, es porque es un Omega puro. — Dijo Aaron como si fuera algo de todos los días,
recibiendo un golpe por parte del Omega.

— ¿Qué te dije sobre decir mi rango? — Lo jaló de la oreja, como si fuera su madre.

— ¡Ay! Duele, duele...

Sin esperarlo, Ren comenzó a reír y ambos amigos lo miraron. Baekhyun sorprendido,
mientras Aaron como la octava maravilla del mundo.

— Perdón... No quise reírme. — Se veía avergonzado.

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— Hey, está bien. Si quieres, Baekie puede jalarme de las orejas otra vez, si así puedo
escuchar tu hermosa risa. — Las mejillas del peliblanco resaltaron en un tono carmesí.

Ren no entendía por qué ese Alfa pelirrojo lo hacía sentir tan cómodo, no desprendía ese
aura de Alfa dominante, tal vez era eso lo que lo mantenía tranquilo de alguna forma.

El Omega castaño buscaba la calidez en el cuerpo de su futuro esposo, acurrucando su rostro

en el pecho desnudo como si fuera un cachorro. Últimamente buscaba tanto los mimos y
protección de su Alfa.

Jungkook no se hizo esperar, abrazando el cuerpo desnudo de su amado. La noche anterior

habían tenido un encuentro carnal que los había dejado agotados, pero también los había
dejado descansar plácidamente toda la noche.

— Mgh~ — Se quejó Taehyung, mirando a su Alfa con un puchero.

— ¿Qué pasó, cariño? — El azabache retiró unos cuantos mechones rebeldes del rostro
adormilado.

— El cachorro quiere besos... — Se escuchó una risa por parte del Magnate.

— ¿Cuál cachorro? ¿Tú o el que estamos esperando? — Mordió con suavidad el labio inferior
de Taehyung.

— Ambos...

— Amor, se supone que hoy sabremos el sexo del cachorro y en la tarde les diremos a todos
que estás en estado, pero si sigues actuando así, se darán cuenta todos. — Acarició sus
mejillas.

— Pero... No soy yo... Mi lobo quiere que su Alfa le dé cariño... — Jungkook sonrió negando.

— Bien, les daremos cariño. — En un movimiento rápido, el azabache quedó sobre su Omega
y comenzó a besar sus labios con suavidad.
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No habían dobles intenciones en su tacto. Poco a poco fue bajando por su quijada y cuello,
donde dio un pequeño mordisco justo donde volvería hacer esa marca que los unía y se les
había arrebatado injustamente.

El cuerpo acaramelado se estremeció al sentir cómo los dientes de su Alfa presionaban esa
área tan sensible.

Después de un par de besos más, continuó con su recorrido por su pecho y lentamente fue
bajando hasta su vientre que estaba levemente alzado. Taehyung se había estado cubriendo
con ropa holgada todo ese tiempo para que nadie se diera cuenta.

Además, sin contar que Jungkook todos los días lo marcaba con su aroma para que no se
pueda distinguir el aroma a gestación que desprendía el menor.

Los tibios labios del Magnate rozaron la parte baja del vientre de Taehyung, dejando un beso
sobre su piel acaramelada. Su vientre ya estaba tomando forma, pues ya tenía los dos meses
y medio. Había sido difícil ocultar el embarazo del Omega, pero Beomie había sido un gran
cómplice.

Pues cada vez que alguien notaba algo extraño en su papi, este creaba una distracción
perfecta para desviar la atención, pues el rubio era el consentido, por esa razón le daban
todo lo que pedía.

Las manos del castaño acariciaban las hebras azabaches de su Alfa, mientras este dejaba un
par de besos sobre su cachorrito en camino.

— Solo un poco más y te tendremos en nuestros brazos... — Le susurró. — Y te amaremos aún

más de lo que ya lo hacemos...

Hace unos años hubo un Magnate, el cual aseguró que nunca tendría hijos, ya que tenía
miedo a convertirse en el monstruo que le arrebató su infancia y lo condenó al sufrimiento.
Él aseguraba que al ser hijo de Jungwoo, en sus venas corría la maldad, pero olvidó algo
importante y eso era que dentro de él también estaba la sangre de Eunha y ella era un ángel.

Pero Jungkook no podía darse cuenta de eso, no hasta que tuvo a Beomie en sus brazos el
día que lo adoptaron y miró sus ojos asustados. Ahí se dio cuenta que él no era como su
padre, ni siquiera un poco, él siempre había sido como su madre.
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Por eso estaba dispuesto a proteger a sus hijos y a amarlos de la misma forma que Eunha lo
había hecho con él, y también como Jiwoo y Young lo han hecho todos esos años, porque ya
no importaba si era Han Jungkook o Jeon Jungkook. Al final, siempre iba a tener tres padres
que lo han amado por quién es él realmente.

Unos toques en la puerta interrumpieron la sesión de besos, pero ambos adultos sabían de
quién se trataba, pues su pequeño tenía una forma tan peculiar para tocar la puerta: tres
toques y uno en pausa. Ambos sonrieron.

Jungkook se levantó de la cama, colocándose su ropa interior mientras Taehyung iba por
una bata de seda para cubrirse.

Al abrir la puerta, su hijo entró corriendo al cuarto, subiéndose a la cama para saltar en ella.
Sabía que ese día irían con el doctor Choi para hacer el ultrasonido y, con suerte, saber qué
sería el cachorro, por eso estaba tan emocionado.

— Siempre tan temprano y lleno de energía. — Lo atrapó en el aire y lo acostó en la cama,

para hacerle cosquillas.

— ¡AAHH! — Un grito agudo salió de la garganta del menor, antes de estallar en risas. —
NoOoOo... ¡Ya, papá!

— Ya, Jungkook. Harás que tu hijo se orine y tú lavarás las sábanas a mano. — Le advirtió el
Omega.

Al instante, el Magnate se detuvo y el rubiecito le sacó la lengua en modo de burla.

— Bueno, si ya dejaron de jugar, al baño. — Los apuntó a los dos.

Ambos miraron a Taehyung y fueron al baño. A Beomie le encantaba ducharse con sus
padres, ya que podían jugar los tres en la tina y con la espuma.

Ese día, el cachorro quiso jugar a hacer peinados con el shampoo, y así fue como Taehyung
terminó con dos chonguitos y Jungkook con dos cuernos, mientras Beomie tenía todo el
cabello hacia arriba.

Los tres rieron a carcajadas, y no faltó que Jungkook fuera por su móvil para tomar fotos del
momento, porque otro cambio en el Alfa era que esa galería vacía que tenía, ahora estaba
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llena de fotos de toda su familia, sobre todo del castaño durmiendo o de las travesuras que
hacía su hijo.

— ¿Hoy no irán a la oficina? — Quiso saber el pequeño cuando su padre Alfa lo estaba
vistiendo con una sudadera amarilla, unos shorts azules y sus tenis amarillos.

— No, cariño. Tu papi y yo ya dejamos el trabajo listo para el día de hoy y haremos lo mismo
cuando vaya a nacer tu hermanito. — Con la toalla secó su cabello.

— Creí que irían a trabajar después de ir al doctor.

— Claro que no, es cierto que el trabajo es importante, pero no hay nada más importante que
tú y tu hermanito. — Apretó juguetonamente la naricita del infante.

— Estoy listo. — El castaño salió con unos jeans negros y una sudadera roja más grande que
su talla .— Yo peino a Beomie mientras tú te vistes, amor. — El Alfa asintió, y al pasar junto a
su futuro esposo besó sus labios.

— ¡Yo peino a papá! — Gritó Beomgyu, pues sabía que Jungkook no se negaría.

Y dicho y hecho, los tres bajaron las escaleras y el que más resaltaba era el gran Magnate, y
no por su vestimenta, pues solo llevaba unos Jeans negros y una sudadera del mismo color,
lo que destacaba era las trencitas en todo su cabello.

— ¿A dónde van? Preguntó Jiwoo, quien cruzaba por ahí rumbo a la sala.

— Vamos a llevar de paseo a Beomie.

— SÍ, papá me dijo que me comprara un dinosaurio. — Dijo el pequeño rubio.

— Bueno, no los entretengo más, no vaya a ser que caiga un meteorito y se extingan otra vez.
— Bromeó la Alfa.

Los tres se despidieron y salieron de casa, subiendo al auto del mayor.

— Sus cinturones. — Les recordó el Magnate, y todos se los colocaron al instante, antes de
que encendiera el auto y fueran rumbo al hospital de Choi.
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En el camino, como siempre, Beomie eligió la lista de reproducción y los tres cantaban a
todo pulmón. En ocasiones, Jungkook hacía exageraciones con su voz a propósito para
hacer reír a sus dos Omegas.

— Así no es, papá. — Rió el pequeño, sujetando su estómago.

— ¿Estás seguro? Siento que está mucho mejor mi versión. — Bromeó.

— No. — Continuó riendo, mientras negaba con la cabeza.

— Después de la cita vamos a desayunar algo, tengo hambre. — Hizo un puchero Taehyung.

— ¿Qué quieren comer? — Preguntó el mayor.

— Waffles y fresas... No, mejor waffles con chocolate amargo... O, mejor aún, una taza de café
bien cargado... — Jungkook miró a su Omega como si tuviera tres ojos.

— ¿Chocolate amargo y café cargado? Amor, a ti no te gustan las cosas amargas, ni siquiera
te gusta el café dulce.

— Lo sé, pero en serio tengo tantas ganas de comer algo amargo, creo que es el cachorro. —
Hizo otro puchero.

Y el Alfa no pudo evitar reír, acariciando el vientre de su amado.

— Está bien, amor. — Sonrió y luego miró el retrovisor. — ¿Y tú qué quieres comer, Beomie?

— Omelet. — Dijo sin mucho pensar.

— Claro, ni siquiera sé por qué pregunto. — Dijo obvio. — Bien, entonces pasaremos con Sana
para desayunar.

Los dos Omegas asintieron, y minutos después el auto se detuvo en el estacionamiento

frente al hospital.

El primero en bajar fue Jungkook para después rodear el auto y abrirle la puerta a su futuro
esposo, ayudándolo a salir y continuar repitiendo la acción con su hijo, pero tomándolo en
brazos.
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Beomgyu podía tener cinco años, pero para el azabache él todavía era un bebé y no le iba a
importar que en un futuro su hijo tuviera 30 años, él lo seguiría cargando.

Los tres entraron al hospital y la mirada del rubiecito brilló, siempre le encantaba ir al
hospital, le fascinaba todo lo que veía a su alrededor.

Al llegar a recepción, los atendió una recepcionista.

— Buenos días, es para una cita agendada con el doctor Choi a nombre de Jeon Taehyung. —
La mujer asintió con una sonrisa y revisó su agenda.

— Claro que sí, el doctor los está esperando.

Jungkook agradeció, tomando camino por el pasillo que llevaba al consultorio.

— Oye. ¿Por qué me registraste como Jeon Taehyung? Aún no estamos casados.

— Tienes razón, pero Kim Taehyung de Jeon era muy largo. — Se encogió de hombros, y el
castaño negó con una sonrisa.

Tenía que aceptar que le había encantado cómo se escuchaba su nombre junto al apellido
de su amado Alfa.

Al llegar a la puerta del consultorio, dieron unos ligeros toques y al instante se escuchó un
"adelante" del otro lado, invitándolos a pasar.

— Buenos días. — Saludó el Beta al verlos entrar.

— Tío Choi. — Saludó el cachorro, sacudiendo su manita. Eso hizo sonreír al mayor.

— ¿Cómo han estado? — Los invitó a sentarse.

— Muy bien. — Respondió Taehyung. — Me he sentido mejor que nunca. — Acarició su

vientre.

— Y realmente te ves muy bien. — Continuó el doctor. — Te sienta bien el embarazo, a

ambos.

— ¿Cómo te has sentido tú, Jungkook?

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— Tranquilo, pasar tiempo con Taehyung y Beomie, mantiene tranquilo a mi lobo. — Besó la
cabeza de su hijo.

El doctor sonrió, pues claro que había visto el gran cambio del Magnate ahora que era todo
un padre de familia, pues jamás se imaginó al señor Jeon tan cariñoso, y mucho menos verlo
salir con muchas trencitas en su cabello y aún así teniendo una sonrisa.

— Me alegro por ustedes. Pero bien, me imagino que están aquí más que nada por el
pequeño en camino. — Se puso de pie, acomodando su bata blanca. — Veamos si este
cachorrito nos dejará ver qué es, o será terco como su padre.

Taehyung y Jungkook junto a Beomie, siguieron al doctor hasta la camilla, donde Choi le
pidió al castaño recostarse y alzar su sudadera.

El Alfa bajó a su hijo para poder ayudar a su Omega alzando su sudadera y desabotonando
sus jeans para bajarlos un poco.

— Ven, Beomie. ¿Quieres ayudarme a buscar a tu hermanito? — El rubiecito asintió con

emoción, así que el Beta lo sentó en sus piernas. — Primero, hay que poner gel sobre el
vientre de tu papi. — Le mostró cómo se hacía. — Y ahora con esto, lo iremos esparciendo y
en la pantalla iremos viendo lo que se logra captar en el ultrasonido. ¿Quieres intentar?

Con un poco de temblor, Beomie colocó su mano en el aparato y miró a sus padres, los
cuales le estaban regalando una sonrisa a su pequeño. Jungkook sujetaba la mano de su
hermoso castaño.

El doctor colocó su mano sobre la del pequeño rubio y lo ayudó, moviendo el aparato,
buscando al cachorrito de los Jeon en la pantalla de 3D.

— ¡Ahí! — Gritó exaltado el cachorro, apuntando con su dedito el pequeño rostro de su

hermanito, se veía tan pequeño. — Es mi hermanito.

La pareja miró la pantalla, y el primero en derramar una lágrima fue el gran Magnate.
Realmente no podía creer lo que estaba viendo en el monitor.

— Amor, es tan pequeño... — Taehyung asintió, con los ojos cristalizados, pero con una
sonrisa.
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— ¿Quieren escuchar latir su corazón? — Los tres asintieron y con una sonrisa el Beta apretó
un botón en el monitor, al instante se escuchó los latidos.

Tum... Tum... Tum...

— Se escucha fuerte y a la vez frágil... — Comentó Taehyung, dejando que el sonido inundara
la habitación.

Jungkook no tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo en esos momentos, ese
pequeño ser crecía dentro de su amado, era suyo.

— ¿Y podremos saber qué es? — Preguntó el Omega.

— Claro, debido a la forma en la que está colocado, se puede ver perfectamente.

— ¿Y qué es? — Esta vez preguntó Jungkook.

— Es... — La vista del Alfa fue a la pantalla y apretó con fuerza la mano de su Omega, antes de
que todo se pusiera negro a su alrededor.

Se había desmayado...

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por Srta_YoonTae

El azabache hizo una pequeña mueca de dolor al sentir cómo Suho cambiaba las gasas de su
herida.

Vante estaba sin camisa, y aunque el Beta ya había visto al menor sin camisa por haberlo
estado ayudando con sus cambios de vendas, tenía que aceptar que tenía el cuerpo digno de
un Alfa, aunque con un toque más delicado.

— Agh~ — Se volvió a quejar el Alfa.

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— No hagas eso. — Lo miró con una ceja elevada, antes de volver a tratar la herida.

— Es que duele... — Dijo como en un susurro.

— Vante, créeme que no es fácil tenerte así. Y esos sonidos saliendo de tu boca no ayudan. —
Las mejillas del menor se pintaron ante las palabras de su Beta.

— Y... ¿En qué estás pensando? — Se atrevió a preguntar, una vez Suho terminó de colocar
las nuevas gasas.

— No juegues así. — Le pidió el mayor, intentando ponerse de pie, pero Vante lo sujetó por el
brazo.

— No estoy jugando... — Desvió la mirada algo avergonzado por lo que iba a decir a
continuación. — Llevo... Casi 23 años sin estar con alguien...

La confesión del Alfa no fue una sorpresa para Suho, pues sabía que se estaba refiriendo a
que, a la única persona a la que se le había entregado era a Bora.

— Oye, está bien. — Acarició su cabello con suavidad, bajando hasta acariciar su rostro. — A
mí no me importa eso, el sexo es simplemente un acto, no es fundamental. Me basta con
estar a tu lado y cuidarte como lo hago ahora.

— Pero... Quiero estar contigo... — Dijo con algo de tristeza. Y estaría mintiendo el Beta si
dijera que las palabras de su tierno Alfa no lo habían hecho estremecerse.

— Todo a su tiempo. Aún no te curas por completo de la puñalada, no me gustaría

lastimarte... — Las mejillas de Vante se encendieron aún más.

— Espera... ¿Estás queriendo decir que yo...? — Al ver la cara de espanto en el rostro del
menor, Suho no pudo evitar estallar en una carcajada.

— No, claro que no. Siento que eso es algo que se tiene que aclarar en su momento, no
importa quién sea el que da o recibe, aquí lo que importa es lo que queremos los dos. —
Tomó sus manos y las acarició, antes de dejar un beso en su dorso.

Vante se soltó del agarre y pasó sus manos tras la nuca del mayor, atrayéndolo hasta su
boca. Quería volver a sentir ese sabor y calidez del roce de sus labios.
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La respiración y pulso de ambos comenzó a acelerarse y cada vez querían probar un poco
más. Sus manos explotaban sutilmente, sin la presencia del morbo.

— Ah~ Suho... — Jadeó ronco, al sentir los labios del Beta bajar por su cuello.

Al escucharlo jadear, los ojos del mayor cambiaron a violeta, su lobo quería probar a su
tierno Alfa. Pero Suho trató de ser sensato, pues sabía que Vante aún no estaba en
condiciones.

— Ah~ — La mano del mayor acarició sobre la tela del pantalón de chándal del azabache,
sintiendo como su hombría se iba levantando cada vez más.

El castaño oscuro quiso apartar su mano para no seguir tentando la situación, pero el menor
lo detuvo.

— No pares~ — Pidió.

Suho miró los ojos de su tierno Alfa brillar como un par de rubíes, junto a sus mejillas
carmesí. Sus labios estaban entreabiertos, era la viva imagen de la belleza.

La mano del Beta comenzó con un sutil movimiento de arriba abajo, acariciando el pene del
azabache por sobre la tela, notando como el cuerpo del menor temblaba ante la acción.

Podía ver cómo pedía más, y Suho lo único que haría, sería complacerlo. Sus dedos rozaron
el elástico del chándal, y ese pequeño roce, hizo jadear a Vante un poco más fuerte.

— Sshh... — Susurró Suho cerca de sus labios. — No tan fuerte, cariño... — El contrario asintió
y en ese instante el mayor adentró su mano bajo la ropa del azabache, el cual mordió su
labio, evitando gemir al sentir cómo su falo era rodeado por esa gran mano.

Los ojos de ambos se encontraron cuando los movimientos comenzaron, las manos de Vante
se aferraban a las sábanas debido al placer que le estaba proporcionando su pareja, hacía
mucho que alguien no lo tocaba, y hacerlo él mismo no era lo mismo.

— ¿Así está bien? — Claramente, Suho también estaba teniendo un problemita ahí abajo que
necesitaba atención, pero no se lo pediría en ese momento a Vante.

— Quiero... Más~ — Alcanzó a decir. — Quiero... Sentirte~

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Suho sabía lo que Vante quería, pero para él la respuesta seguía siendo no. Para el Beta
primero era más importante que su tierno Alfa se aliviará.

El lobo del castaño también pedía por el menor y realmente se moría por sentirlo de alguna
forma.

— Bien... — El mayor bajó un poco la ropa interior de Vante, dejando su erecta hombría a la
vista, eso hizo sonrojar al azabache.

Sin decir más palabras, Suho se subió a la cama, colocándose a horcajadas sobre los muslos
del alfa. Tenía que aceptar que se sentía algo avergonzado, pues él también llevaba muchos
años sin estar sexualmente con alguien, puesto que Sohyun y él hace mucho dejaron de
tener relaciones.

Ambos tenían las mejillas de tono carmesí, parecían dos vírgenes apunto de tener su primer
encuentro sexual, y hasta cierto punto, eso era lindo para ambos.

Con algo de vergüenza, Suho bajó un poco su pantalón deportivo y su ropa interior, dejando
salir su duro pene. Ambos miraron la hombría del contrario, avivando sus sonrojos.

Ambos miembros eran de tamaños prudentes, no había casi nada de diferencia en el

tamaño, aunque el de Vante era un poco más grande debido a ser un Alfa puro, pero la
diferencia del de Suho era el grosor.

— Nunca he estado con un hombre... — Ambos confesaron al mismo tiempo.

— Voy... A intentar algo... — Vante asintió, esperando pacientemente.

El mayor se inclinó sobre el cuerpo del Alfa pero sin aplastarlo, sus rostros estaban a
centímetros. Con uno de sus brazos se apoyó para evitar caer su peso, y con la otra mano
tomó ambos penes, logrando que se juntaran y crearan fricción con el movimiento.

Con el primer movimiento ambos jadearon, se sentían sensibles ante los roces, los
movimientos eran suaves y lentos. Ambos querían disfrutar, el sentirse cada uno, saber lo
que se siente tocar al contrario, querían memorizar ese momento, su momento.

— Vante~ — Jadeó el Beta, al sentir cómo las manos del nombrado lo exploraban bajo su
camiseta.
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De a poco las embestidas fueron subiendo de tono, provocando que los gemidos de ambos
aumentaran. Por lo cual, el Alfa tomó a Suho por la nuca, obligando a los dos a ahogar sus
gemidos entre sus besos.

Los dos se sentían tan cerca. El menor mordió con fuerza el labio inferior de su Beta, cuando
sintió la descarga de adrenalina y simplemente los dos llegaron al límite del placer,
manchando los abdómenes de ambos.

Suho se dejó recostar sobre el cuerpo de su tierno Alfa, pero evitando lastimar su herida. Sus
cuerpos transpiraban y cada algunos segundos tenían un pequeño espasmo que los hacía
temblar.

Los dos se tomaron unos minutos para reponerse, se sentían agotados, no recordaban lo
bien que se sentía liberarse de esa forma.

— ¿Te gustó? — Se atrevió a preguntar Suho.

— Me encantó... — Confesó Vante con una sonrisa, antes de tomar el rostro de su Beta y
besarlo nuevamente.

— Nos deben estar esperando abajo... — Habló el castaño una vez se separaron.

— Taehyung dijo que nos tenían algo preparado a todos a las cinco, son las tres. Aún
podemos quedarnos otro poco más... Y puedo besar a mi novio. — Y sin esperar respuesta,
volvió a atrapar los labios de su mayor.

Todos los amigos de Jungkook y Taehyung se encontraban en el jardín platicando y

supervisando a los niños, mientras esperaban a los anfitriones de la reunión.

Soobin y EunSup corrían tras Jennie tratando de atraparla, mientras Beomie mecía a Joonie
en uno de los columpios, pues Jungkook había instalado un área de juegos en el jardín
trasero para que su pequeño se divirtiera.

Por otro lado, Jihyun ya sabía caminar aunque aún se tambaleaba un poco, el pequeño
estaba creciendo con todas las facciones de su padre Alfa. Sungji, por su lado ,ya podía
ponerse de pie, mas no daba ningún paso si alguno de sus padres no la tomaba de la mano,
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así que prefería quedarse sentada sobre los cojines que se encontraban en el pasto junto a
HongSeok.

— Están creciendo muy rápido. — Dijo Jimin, mirando a su hijo caminar hasta la pequeña de
vestido verde.

— Ni que lo digas. En una semana, Sungji tendrá su examen de la vista para su primer par de
lentes. — Comentó Luhan.

— Pronto nuestros hijos cumplirán un año. — Sehun asintió ante las palabras de YoonGi.

— Joonie ya tiene tres años y este ciclo entra a la escuela. Al principio tenía miedo, pero me
tranquiliza saber que él también está feliz.

— Joonie pasó por mucho, pero sacó la fortaleza de sus padres. — Comentó Hoseok. — Será
un gran Alfa.

— HongSeok también será un gran Alfa, tiene a unos padres tan fuertes. — Lisa bajó la
cabeza. Ella seguía sin considerarse una buena madre para su pequeño, aunque lo amara.

— ¡Ya llegamos, familia! — Anunció Baek entrando al jardín, luciendo su pancita de dos
meses y medio.

Chanyeol venía tras de él, hablando con el Señor Young sobre algunos temas de empresas y
negocios.

— ¿Dónde está Tae y el limón? — Se paró frente a sus amigos con sus brazos en forma de
jarrón.

— Aún no salen, creo que siguen en su habitación alistándose. — Comentó Jimin.

— Oigan, ¿Y alguien sabe lo que nos van a decir? — Se sentó, tratando de descubrir el chisme.

— No, Taehyung no nos ha dicho nada. — Comentó SeokJin.

— ¿No se supone que eres su primo? Deberías saber algo. — Se dirigió a Sehun.

— ¿Y no se supone que tú eres el hermano de Jungkook? Pero aún así, por lo que veo,
tampoco sabes algo.
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— Touché. — En eso, se acercaron Chanyeol y el señor Jeon hasta la mesa. — Papá, ¿Dónde
está mi señora madre? — Su padre acarició el cabello de su cachorro.

— Está en la cocina, preparando el almuerzo.

En eso, aparecieron Suho y Vante, saliendo al jardín. Ambos tenían una sonrisa
deslumbrante, se veían tan bien juntos.

— Voy a saludar a mi padre, ahora vengo. — Avisó el Alfa a su Omega, dándole un beso en su
mejilla.

Chanyeol se dirigió hasta su padre y lo saludó, al igual que al señor Vante, al cual se le
pintaron las mejillas al ver al hijo de su novio.

— Hola, me da gusto que ya esté mejor, señor Vante.

— Gracias... Chanyeol.

— ¿Acaban de llegar? — Preguntó Suho, por lo cual su hijo asintió. — ¿Cómo ha estado Baek
con su embarazo?

— Muy bien, es como si no lo estuviera. — Suspiró.— Está hasta más activo. Dice el doctor
que es normal, ya que es un omega puro.

— Me imagino.

— Creo que deberías cuidarlo aún más. — Comentó Vante. — Su aroma es muy fuerte, lo
puedo sentir hasta aquí.

Claramente, para Chanyeol el aroma de Baek simplemente tenía un toque más dulce, pero al
ser su destinado no lo sentía fuerte, y como sus amigos ya tenían Omegas, tampoco
reaccionaban a su aroma.

— No creo que sea bueno que esté solo mientras esté en estado. — Aconsejó Vante.

El joven Alfa miró a su pareja, quien reía alegremente mientras acariciaba su vientre.

— Nunca está solo, siempre estoy para él y en la universidad... Sé que también hay alguien
que lo cuida por mí. — Aunque no le agradara del todo Aaron, sabía que le importaba Baek y
lo cuidaba lo suficiente para que no le pasara algo.
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— Oye, Baek. ¿Por qué no trajiste a tu amigo el pelirrojo? — Comentó Luhan.

— Ay, ni menciones a ese traidor, me cambió por un par de ojos bonitos. — Fingió molestia y
fastidio.

— ¿Ah, sí? ¿Ya tiene pareja?

— No, es el chico que vino a testificar. Estudia en la misma universidad que nosotros, pero en
otra carrera diferente, y al parecer Aaron quedó flechado por él.

— Oye, Baek. ¿Y aún no te dicen qué sexo será tu bebé?

— Ah, eso ya lo sé desde la última visita con el ginecólogo.

— ¿Y por qué no nos habías dicho? — Lo miró Luhan ofendido.

— Porque no habían preguntado. — Dijo obvio.

Todos lo miraron, esperando a que lo revelara.

— Bueno, ya. Solo les digo que acepto vestidos, pero nada de rosa. — Sonrió con diversión.

— Es niña. — Aplaudió Luhan.

— Amor, yo quiero una hija. — Puchereó YoonGi.

— YoonGi, ya lo hablamos, Jihyun aún es muy pequeño.

— Pero ya camina solo, y sabe alzar el pulgar, en una semana hasta irá a trabajar con
nosotros. — Insistió, pero Jimin simplemente negó con la cabeza.

El llanto de uno de los bebés llamó la atención de sus padres, era el pequeño castaño rojizo
el que lloraba.

— Debe tener hambre. — Mencionó Jimin, acercándose para cargar al pequeño.

— No lo creo. — Comentó Lisa, recibiendo a su bebé.

— Desde el secuestro de Taehyung, ha estado llorando mucho, llora hasta cansarse. — Contó
Hoseok, acariciando el cabello de su hijo.

— ¿Ya lo llevaron al doctor?

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— Nos dijo que su llanto es de pesar, como si algo le afectará.

— Tal vez sea por el rechazo de mi lobo. — Dijo cabizbaja la azabache.

— Cariño, no creo que sea por eso. Ambos ya estaban creando un vínculo de madre e hijo. —
Trató de darle apoyo.

En eso, la señora Jeon salió con una charola con comida acompañada de su esposo, al
parecer todos ya estaban en el jardín y en ese justo instante apareció el gran Magnate.

— Buenas tardes a todos. — Saludó, y su pequeño hijo no dudó en correr a su lado, abrazó a
su padre por la pierna. — Realmente estamos felices porque estén aquí todos ustedes, ya
que tanto Taehyung como yo los consideramos parte de nuestra familia.

— Vamos, limón. No nos pongamos sentimentales, porque esto de las hormonas me ponen
sensible. — Fingió limpiar un par de lágrimas, su hermano mayor lo miró. — Bueno, ya.
Continúa. — Tomó una brocheta y comenzó a comerla.

— Todos hemos pasado por mucho, pero aún seguimos unidos como una familia. Con estos
años aprendí que una familia no se conforma por personas que llevan tu misma sangre, a
veces solo necesitan compartir un mismo sentimiento para serlo.

Tomó a su hijo en brazos y miró a los señores Jeon y a su hermano menor.

— Young y Jiwoo fueron los primeros en mostrarme el verdadero significado de una familia,
sin necesidad de la sangre. Y aunque Baekhyun me irrita, tengo que admitir que es mi
hermano y lo amo. — Sonrió. — Ese es el tipo de amor que le quiero mostrar a mis hijos.
Quiero ser el padre en el que ellos confíen y que cuando estén en problemas puedan pensar
en mí y Taehyung como su soporte.

Extendió su mano hacia la entrada del jardín y una mano lo tomó, lentamente fue saliendo
Taehyung con un pantalón blanco y holgado, junto a una camisa unas tallas más grande que
la suya. En su cabeza llevaba una corona de flores blancas, pero la sorpresa para todos fue
ver la mano del castaño sobre su vientre algo alzado.

— Que este nuevo integrante de esta familia, sepa que su familia va más allá de un vínculo
sanguíneo. — Tomó a su futuro esposo por la cintura.
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Todos se veían en shock, pero la primera en soltar un grito de emoción fue Jiwoo, quien fue
hasta su yerno para abrazarlo.

— Yo lo sabía, sabía que la Diosa Luna tenía algo especial para ustedes. — Besó las mejillas
de Taehyung. — Tu madre estaría tan feliz como yo lo estoy, cariño. Te lo aseguro. — Los ojos
del Omega se cristalizaron.

— ¡Oto pimo! — Alzó sus manitas Joonie.

— No lo puedo creer, tendrán un limoncito bebé. — Las lágrimas de Baek no tardaron en

salir.

— Qué bien se lo tenían escondido. — Habló Jimin ofendido. — Por eso no aceptaban visitas,
¿Verdad? Por la madre luna. ¿Cuánto tiempo tienes? — Miró su vientre.

— Dos meses y una semana. — Sonrió Taehyung.

— Esto es sorprendente, muchas felicidades. — Dijo SeokJin.

Los amigos de Taehyung lo felicitaban y los del Alfa felicitaban a Jungkook.

— Taehyung... — La voz de Vante llegó a los oídos de su hijo.

— Papá... Serás otra vez abuelo... — Sonrió el Omega.

Al Alfa no le entraba tanta emoción, quería llorar por los sentimientos encontrados, pero
finalmente se decidió por abrazar a su hijo.

Lo tomó en sus brazos y con cuidado lo alzó del suelo, dándole una vuelta.

— Estoy tan feliz por ti, si mamá estuviera aquí te diría lo hermoso que te ves.

— Ella está aquí... — Susurró, aferrándose al cuerpo de su padre y este asintió.

— ¿Ya saben qué va a ser? — Taehyung se separó de su padre, asintiendo.

Rió un poco, limpiando sus lágrimas y volvió junto a su Alfa e hijo.

— ¿Y bien? ¿Desde hace cuánto lo saben?

— Hoy. — Contó Taehyung.

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— ¿Y bueno? — Quiso saber Baek, por lo que miró a su hermano.

— A mí no me miren, yo no sé nada. — Se defendió Jungkook.

— Papá se desmayó. — Rió divertido Beomie.

— No es verdad. — Baek miró a su hermano, y estalló en una carcajada. — Ni Chanyeol

cuando le dijeron que nuestro bebé sería niña. Eso sí, hizo un mar de lágrimas.

— La verdad es que después de desmayarme no recuerdo lo que vi antes. — Rascó su nuca. —

Tae y Beomie no me quieren decir.

Ambos omegas se miraron y chocaron sus puños.

— Será una sorpresa para todos, una vez nazca este cachorrito. — Acarició su vientre.

— Muchas felicidades, Tae... — Se acercó Lisa, aún con la mirada baja. — Me alegra que hayas
podido quedar en cinta. — Miró a su pequeño hijo, que miraba hipnotizado a Taehyung.

— Gracias, Lisa. Mi bebé estará feliz de tener una tía como tú, que lo defendió. — Ella alzó la
mirada confundida. — Resulta que cuando ocurrió el incidente en el antro, yo ya estaba en
cinta, así que gracias.

— Me alegra haber podido ayudarte... Eres una gran persona, realmente Jungkook eligió a la
persona correcta. — El pequeño HongSeok extendió sus manitas hacia el castaño. — Creo
que quiere que lo cargues...

Taehyung no dudó en tomar al pequeño en sus brazos y admirarlo, el pequeño tocó la mejilla
del Omega y sus ojitos brillaron mientras sonreía con su escasa dentadura.

— Se parece a Hoseok... — Comentó la Alfa, mirando a su cachorro.

— También se parece a ti. — La miró el castaño, pero ella negó.

— Es mejor si no se parece a mí, prefiero que sea igual a él. — Su vista se desvió hacia el
padre de su hijo, quien conversaba con Jimin animadamente. — Sé que Hoseok será un gran
ejemplo para él.
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— Lisa, tus errores del pasado no tienen porqué afectar el futuro que estás creando con tu
familia. Tienes que perdonarte, porque yo ya lo hice. — Los ojos de ambos se encontraron. —
Demuéstrale a tu hijo la madre que tiene, lo que serías capaz de hacer por él y tu familia.

Las palabras de Taehyung hicieron eco en la cabeza de Lisa y calentaron su corazón, sin duda
ella quería hacer eso.

— ¿Puedo preguntarte algo? — Este asintió. — ¿Qué ocurrió con tu madre?

— Bueno... Es algo complicado, pero solo puedo decirte que hizo un sacrificio, por el cual mi
padre y yo podemos disfrutar de la vida.

— Creí... Creí que te había abandonado... — Taehyung negó con la cabeza.

— No... Ella se sacrificó por amor... — Sonrió con nostalgia, pero no se sintió triste porque
sabía que ella estaría feliz.

— Ahora entiendo por qué eres tan bueno... — Bajó la cabeza, sintiéndose mal por todo lo
que había hecho, lo había hecho sufrir de una forma que no se merecía.

— ¿Y tus padres?

— Nunca se han ocupado de mí... — Bajó la cabeza. — Ni siquiera han querido venir a conocer
a su nieto, porque no es de Jungkook... Mis padres habían creado la vida perfecta para mí, y
por eso estaba tan aferrada a tenerla.

— Lo siento mucho, pero créeme que aquí tienes una familia con todos nosotros. — Le regaló
una cálida sonrisa.

— Gracias... — La chica con algo de timidez abrazó al castaño con cuidado, ya que HongSeok
se había quedado dormido.

— Ayyyy, vas a tener un limoncito bebé, limón. — Lo molestó Baek. — Esperemos no salga
con tu amargo carácter.

— Y esperemos la tuya no salga tan dramática como su padre Omega.

— Mis niños, no puedo creer que ambos me estén haciendo abuela al mismo tiempo, aunque
ya es la segunda vez de Jungkook. — Se colocó a un costado de sus hijos.
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— ¿Ya ves cómo es tu hijo de copión? No podía aceptar que yo fuera el centro de atención.

— ¿De qué hablas? Taehyung tiene dos meses y una semana.

— Exacto, y yo dos meses con dos semanas. ¿No podías esperarte hasta que mi hija naciera?

Y como era de esperarse, los hermanos Jeon ya habían comenzado otra de sus absurdas
peleas que no tenían ni pies ni cabeza.

La tarde fue alegre, todos convivían como la familia que eran, los pequeños se divertían a su
propia manera.

El cielo fue oscureciéndose, dejando que las luces del jardín fueran las únicas que
iluminaran, junto al brillo de la gran luna llena.

Jungkook desapareció por unos segundos, y al volver, una suave melodía se escuchó. La
mirada de Taehyung buscó la de su futuro esposo, encontrándolo con una sonrisa.

Poco a poco, el Alfa se fue acercando, ofreciéndole su mano para invitarlo a bailar. Los ojos
del menor brillaron en ese azul tan profundo y sin dudarlo aceptó.

Las manos del Magnate se colocaron en la espalda baja de su amado, acercándolo a su

pecho para que pudieran reducir lo más posible la distancia entre ellos, aunque un pequeño
bulto se los impidiera. Por otro lado, las manos de Taehyung se aferraron al saco de su
pareja, recostando su cabeza en su hombro.

Ambos se dejaban llevar por la música, como si fueran uno mismo. Sus lobos se acurrucaban
mientras le aullaban a la luna agradecidos, por permitirles estar juntos y formar una familia.

— Realmente eres todo lo que necesito, Taehyung... — Le susurró al oído, sin detener su
baile. — Tú y mis hijos son mis ganas de vivir la vida... Me haces el hombre más feliz.

— Te amo, Jungkook... Gracias por hacerme cumplir cada uno de mis sueños, hasta los que
creía imposibles. — El azabache sabía que se refería al embarazo.

— ¿En verdad no piensas decirme el sexo de nuestro cachorro? — Taehyung alzó la mirada,
encontrándose con los ojos del Alfa que ama y sonrió.

— Será una sorpresa. — Su sonrisa rectangular provocó que sus ojos brillaran.
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— No puedo creer que me desmayé y no puedo recordar lo que vi en el ultrasonido. — Soltó

un suspiro.

— Tranquilo. — Besó suavemente la comisura de sus labios. — No importa lo que sea, al final
es nuestro y lo vamos a amar tanto como a Beomie.

Ambos desviaron la mirada a su pequeño hijo, quien estaba abrazado a Joonie, según ellos,
también estaban bailando.

— Finalmente vamos a poder tener nuestro final feliz... — Dijo casi como un susurro el Omega
castaño.

— Hmm... Creo que la última cláusula de nuestro contrato decía que lo nuestro no tendría
fin, siempre serás mi Sempiterno.

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por Srta_YoonTae

La Alfa servía el desayuno para la familia Jeon, gustosa. Desde que se había enterado que su
yerno estaba esperando un cachorro, se había dedicado a complacerlo en cada platillo que
pedía.

— Gracias por la comida. — Agradeció Taehyung.

Todos estaban sentados alrededor de la gran mesa.

Quien iniciaba en la cabecera era Jungkook, a su lado se encontraba Beomgyu para quedar
en medio de sus padres, después estaba Vante, del otro lado de la mesa estaba Jiwoo junto a
su esposo Young.

— ¿Y el Señor Suho? — Preguntó el castaño, dándole un trozo de omelet a su hijo. —

Pregunto porque se me hace raro que no esté desayunando con nosotros.
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— Salió temprano, tenía asuntos que atender en la empresa con su ex esposa. — Comentó
como si nada, mientras agregaba miel a sus waffles.

Todos continuaron con su desayuno, hasta que Jungkook bebió un poco de su café y al
instante se levantó, corriendo fuera del comedor.

Las miradas de los presentes iban de uno a los otros, sin entender lo que sucedió. Taehyung
quiso levantarse e ir a ver a su futuro esposo, pero no pasó mucho cuando este volvió,
limpiando sus labios.

— ¿Amor, estás bien? — El Omega fue el primero en preguntar, una vez se sentó el Magnate
nuevamente en su lugar.

— Sí... No sé qué ocurrió... — Recibió el vaso con agua que su madre le ofreció y bebió un
poco para calmar esa sensación en su garganta. — Solo tomé un poco de café y sentí su
sabor tan amargo que me dieron náuseas. — Hizo cara de asco.

Taehyung frunció el ceño y miró el contenido de la taza de su Alfa, pues él mismo le había
preparado su café como toda las mañanas con dos de azúcar. Sin pensarlo mucho, tomó un
sorbo del negro café.

El amargo y caliente líquido bajó por su garganta y volteó a ver a su Alfa.

— Pero, amor, si el café está rico. —Le acercó la taza y el simple hecho de sentir el aroma, le
dio náuseas al Magnate.

— Papá va a vomitar. — Rió el pequeño Omeguita, divertido por la expresión de su padre Alfa.

— ¡Ay, ya sé! — Dijo emocionada la Alfa, asustando a los presentes. — Están teniendo
síntomas compartidos por el embarazo. — Dijo, conteniendo sus lágrimas de emoción.

— Son muy raros los casos donde ambos tienen síntomas, en especial el Alfa. Tienen que
tener un vínculo muy grande para llegar a transmitir los síntomas, aún más si no comparten
una marca. — Comentó Vante.

— No me extrañaría. Desde que los vi juntos la primera vez, supe que hay algo muy fuerte en
ellos. — Dijo Young, recordando cuando el lobo de Jungkook obedeció las órdenes de
Taehyung la primera vez que se conocieron en Tailandia.
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— Necesito una foto de esto. — Dijo emocionada la fémina, buscando su teléfono.

— Vamos, amor, no exageres. — Comenzó a reír Taehyung, acercando la taza de café al

azabache, el cual trataba de alejarla.

Jungkook, al sentir el fuerte aroma a café, nuevamente tuvo náuseas y Jiwoo se encargó de
tomar una foto del momento. Taehyung acercaba la taza a su Alfa y este tenía una expresión
de asco puro, mientras Beomie reía.

— Por la diosa Luna, jamás había odiado tanto el café como el día de hoy. — Los ojos de
Jungkook estaban llorosos, debido a las arcadas ficticias que había tenido.

— Ni fue para tanto. — El Omega volvió a beber del café que había sido preparado para su
Alfa.

— ¡Ay, no, necesito algo dulce! — Todos miraron sorprendidos al Magnate, pues sabían que la
comida dulce no era de su agrado.

Young y Jiwoo se miraron entre ellos, y la Alfa sonrió entusiasmada, porque reconoció los
síntomas de ambos, y como buena mujer, sabía el significado.

— Ya sé qué va ser su cachorro. — Aplaudió, y Taehyung casi escupe el café sobre Jungkook.

— Jiwoo, no lo digas aún. — La detuvo y ella asintió con una sonrisa.

— ¿Qué? — Jungkook se veía confundido.

— Nada, nada, amor. — Dijo Taehyung. — Se nos hace tarde. ¿Estás listo, Beomie? — El rubio
metió el último bocado de su omelet en la boca y asintió, levantando su pulgar. — Muy bien,
a lavarse los dientes.

El cachorro asintió, bajándose de la silla, corriendo hacia el baño más cercano de la casa.

— No es justo que yo sea el padre y no sepa qué será mi cachorro. — Hizo un puchero.

— Si fueras observador, hijo, te darías cuenta. La respuesta está frente a ti. — Dijo Young.

Jungkook observó a su lindo Omega, el cual sonreía, colocando sus codos sobre la mesa
para llevar la taza de café amargo hasta sus labios y beber un poco.
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— Hijo, cuando tu padre dijo que la respuesta estaba frente a ti, no era literal, está enfrente
de ti. — Jiwoo rodó los ojos.

Taehyung no pudo evitar reír ante la frustración del azabache. Justo cuando Beomie volvía,
tropezó al entrar, todos los presentes dirigieron sus miradas al pequeño, que estaba boca
abajo en el suelo.

— ¡Beomie! — Se quiso levantar de golpe el castaño, pero su Alfa no se lo permitió y fue a ver
a su hijo.

— Estoy bien, estoy bien. — Dijo, mientras su padre lo alzaba, dejando sus piecitos colgando
en el aire. — No pasó nada.

Pero Jungkook no lo bajó al suelo y en su lugar lo colocó bajo su brazo, dejando que
colgaran sus pies y manos.

— ¿Qué te dije de las agujetas, cariño? — Lo miró su padre Omega y el menor solo miró el
suelo.

— Perdón... — El Magnate sentó a su hijo sobre las piernas de Taehyung y se dedicó amarrar
sus agujetas.

— ¿No te lastimaste? — Quiso saber el Alfa y Beomgyu negó, aunque le ardía un poco su
rodilla.

El Alfa limpió con cuidado las rodillas de su hijo, y sopló en estas por cualquier herida que se
pudo llegar a hacer. Tenía el vago recuerdo de Eunha haciendo eso, cuando él aún era muy
pequeño.

— Mi Jungkook ya es todo un padre de familia. — Dijo la Alfa, con los ojos cristalizados,
conmovida por la imagen. — Qué triste me voy a sentir cuando nos vayamos a nuestra casa.

— ¿Van a volver a Tailandia? — Se volteó, mirando a sus padres, sintiendo un pesar dentro de
él, ya no quería que se fueran.

— Claro que no. — Dijo rápidamente la mujer. — No pienso volver a Tailandia cuando mi
hogar está aquí con mis hijos en Seúl.
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— Pero dijiste que se irán a su casa...

— Porque no podemos vivir por siempre en la tuya, hijo.

— Lo que tu madre quiere decir, es que compramos una casa aquí en Seúl. Está cerca de tu
casa y del departamento de Baek, para que los podamos seguir viendo.

— Pero... ¿Y el negocio de Tailandia?

— Ahí es donde intervenimos Suho y yo. — Se integró en la conversación Vante. — Como

Young quería continuar con los negocios al igual que yo, pero nuestras empresas están en
distintos lugares, dejamos un sucesor de confianza en nuestra representación, y Suho nos
ofreció una colaboración con su empresa para que podamos seguir trabajando desde acá.

— Papá, si querías seguir trabajando, Jungkook y yo pudimos darte un lugar en la empresa.

— El azabache asintió por las palabras de su Omega.

— Claro, suegro. Además, también te hubiera dado un lugar a ti, papá.

— Te lo agradezco, hijo. Pero la gente sabe que soy tu padre y puede ser mal visto, estoy
mejor trabajando por mi lado. Además, Suho y Vante son unos buenos socios.

Después de esa breve conversación, la pequeña familia de tres, próximamente de cuatro,

salieron de la casa para subir directamente al auto.

Jungkook se encargó de subir a su hijo en el asiento trasero y le ajustó correctamente el

cinturón de seguridad, confirmando que estuviera bien puesto. Desde que Beomgyu se había
vuelto parte de sus vidas, el Magnate había aprendido mucho y también se había vuelto
cuidadoso con la seguridad, tanto, que si él mismo no confirmaba que estuviera todo en
orden, no estaba tranquilo.

Una vez cerró la puerta trasera, fue a la del copiloto donde se encontraba su bello Omega y
repitió la misma acción que con su cachorro. Con cuidado pasó el cinturón de seguridad por
debajo del vientre alzado para no lastimar a ninguno de sus amores, ajustó y finalmente
abrochó.

— Listo. — Informó el mayor, dejando un beso en los labios del castaño y otro en su vientre,
antes de cerrar la puerta y dirigirse a su asiento.
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El camino en coche no duró mucho y fue tranquilo, claramente no podía faltar el pequeño
concierto familiar.

Cuando llegaron a su destino, Jungkook aparcó el coche en el estacionamiento, apagando el

motor y el estéreo.

— ¿Están listos? — Miró a sus dos Omegas, los cuales asintieron.

El Alfa fue el primero en salir del auto y repitió la acción de ayudar a su futuro esposo e hijo a
salir. Una vez los tres estuvieron fuera del coche, el Magnate extendió sus manos para que
cada uno de sus Omegas las tomaran.

Los tres juntos caminaron hacia el edificio, parecían realmente una familia envidiable.
Conformada por un Alfa elegante y de porte fuerte, quien encajaba a la perfección con su
Omega de apariencia firme y decidida, el cual cargaba en su vientre a su próximo cachorro,
ya que su primer hijo demostraba la ternura y belleza de ambos padres.

Al entrar al edificio, se acercaron a recepción. Jungkook tomó a su hijo en brazos, antes de

hablar con el joven Beta frente a ellos.

— Buenos días, tenemos una cita con la doctora Yoo JeongYeon. — Le entregó su cita al chico
y este la recibió amablemente.

— Buenos días. Claro que sí, la doctora Yoo los está esperando. Pasen por aquí, por favor.

Ambos adultos asintieron, siguiendo al joven Beta por un largo pasillo, hasta que este se
detuvo frente a una de las tantas puertas blancas.

La diferencia era que tenía una placa que decía: "Yoo JeongYeon, psicóloga familiar".

Este tocó la puerta y al escuchar la aprobación de una voz femenina, abrió la puerta, dándole
el paso a la familia.

Jungkook le permitió a su Omega que fuera el primero en entrar y lo siguió de cerca. Al

entrar, notaron que el consultorio era de colores pasteles. Del lado izquierdo había otra
puerta que decía "Baño" y del lado derecho había una pequeña área de juegos. Al frente
estaba un escritorio y tras él estaba sentada una chica de cabello cenizo, con un par de
lentes puestos.
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— Buenos días, deben ser la familia Jeon, ¿Verdad?

— Así es, mi nombre es Jeon Jungkook; mi esposo, Jeon Taehyung y nuestro hijo, Jeon
Beomgyu. — La mujer hizo una reverencia, sonriéndole a los recién llegados.

— Pueden sentarse. — Los invitó, indicando los sencillos sillones individuales frente a ella. —
Veo que su terapia no es básicamente por problemas entre ustedes. ¿Cómo es su convivencia
en familia? ¿Cómo te tratan tus padres, Beomgyu?

— Mis papás son los mejores, me cuidan y dan amor, es la primera vez que siento que
pertenezco a una... Familia... — Dijo con algo de pesar lo último.

Claramente, JeongYeon sabía que se refería a su antigua familia, sabía del caso especial del
cachorro y su hipermnesia.

— ¿Ustedes saben lo que vivió con su familia pasada?

— Solo lo que la Madre del orfanato nos comentó que fue cuando lo devolvieron. — Contó el
Magnate, abrazando a su hijo, desprendiendo un poco su aroma para que se sintiera
protegido.

— Beomie nos ha dicho unas cuantas cosas, pero nunca le hemos preguntado exactamente,
ya que lo que nosotros queríamos era que no recordara esos momentos. — Explicó Taehyung
con calma.

— Claro, lo entiendo, eso es lógico. Uno como padre solo quiere que su hijo sea feliz y olvide
lo que sea que lo atormente, pero la realidad es que primero tiene que hablarlo por
completo para que pueda soltar eso que le hizo daño. — JeongYeon miró a la familia. — Por
sus rostros, puedo notar que los tres están pasando por lo mismo, un pasado que no los deja
liberarse por completo. Iniciaremos está sesión con Beomgyu.

El pequeño, al escuchar su nombre, se encogió entre los brazos de su padre Alfa, tratando de
hacerse aún más pequeño.

— Beomgyu... — Lo llamó la mujer, pero este no sacó su rostro del pecho del Magnate. —
¿Quieres hablar de eso? — Tardó unos segundos, pero terminó negando. — ¿Por qué? — La
voz de ella era muy suave y tranquilizadora.
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— P-porque... Duele... — Sus palabras se escucharon como un susurro lastimero.

— Entiendo... Pero también es bueno soltar eso que tanto duele, recuerda que eso que
viviste no volverá a ocurrir. ¿No dijiste que tus papis son los mejores porque te aman?

El consultorio quedó en silencio por unos segundos, ni Taehyung o Jungkook quisieron

presionar a su hijo, si él quería hablar, lo haría.

— Yo... era muy, muy, pequeño... Más pequeño... — Poco a poco fue sacando su rostro de su
escondite.

La doctora no apuntó nada, simplemente se dedicó a prestarle completamente su atención

al pequeño que relataba.

— Esos señores al principio me querían... Hasta que cumplí un año y me llevaron a un lugar
para saber si sería un fuerte Alfa... — Su vocecita comenzó a temblar. — Pero les dijeron que
sería Omega... — Se rompió en llanto, recordando cómo los que había considerado sus
padres lo miraban con desprecio.

El corazón de Taehyung se estrujó dentro de él al ver el dolor de su pequeño hijo. En cambio,

Jungkook sintió tanta rabia e impotencia, porque nadie tenía el derecho de lastimar de tal
forma a su cachorro.

Claramente, JeongYeon entendió al instante que esas personas eran del tipo que creían que
ser Omega era una deshonra o blasfemia.

— Al llegar a casa, ellos me gritaron... Todos los días eran iguales, me hacían dormir en un
colchón en el piso... — Mientras contaba, las dolorosas escenas pasaban en su cabeza. — Me
decían cosas feas...

— ¿Qué te decían? — La especialista sabía cuánto le dolería al pequeño repetir lo que le

dijeron, pero era necesario, tenía que soltarlo todo.

— "Eres un Omega, nadie quiere a los Omegas como tú", "No sirves", "Yo no quiero cuidar de
él", "Nadie se haría cargo de un inútil Omega".

Beomgyu cubrió sus ojitos y lloró con dolor. Taehyung quiso abrazar a su hijo, pero la mujer
lo detuvo y negó con la cabeza, indicando que sea paciente.
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— Beomgyu, dime, ¿Tú crees que todas esas palabras son verdad? — El nombrado descubrió
sus ojos, los cuales estaban cristalizados. — ¿Crees que porque una persona te diga esas
cosas es verdad?

— No...

— Exacto. La gente suele decir cosas que duelen, simplemente porque quieren hacer sentir a
alguien miserable, pero eso no quiere decir que sea verdad, porque mira a tus padres... — Le
indicó, y el cachorro miró los rostros de sus padres, los cuales le sonreían pero reflejaban su
dolor en los ojos. — ¿Lo ves? Te aman tanto, que sienten el mismo dolor que tú.

— Ellos me devolvieron al orfanato cuando cumplí los 4 años, la señora estaba embarazada y
me dijo que... Finalmente podría deshacerse de mí y tener un verdadero hijo...

El lobo de Jungkook gruñó, al recordar cómo su pequeño hijo sufrió al saber que tendría un
hermanito. Por otro lado, el castaño ya estaba hecho un mar de lágrimas.

— ¿Realmente crees que por el hecho de llevar la misma sangre que una persona, la vida ya
es perfecta? — Beomie no supo qué responder, así que la doctora miró a ambos padres. —
Señores Jeon, ¿Una familia de sangre te garantiza felicidad siempre?

— No... — El Alfa fue quien respondió, recordando todo el daño que le hizo su padre, el cual
debió protegerlo.

— ¿Quiere compartir con nosotros su experiencia? Recuerden que se pueden hacer sesiones
individuales y en pareja si creen que es mejor de esa forma.

El Magnate miró a su familia. Estaba cansado de correr y huir de su pasado, quería ser
completamente él y ser sincero. Aunque Taehyung ya supiera esa trágica parte de su historia,
quería que su hijo lo supiera para entenderlo aún mejor. Se había dado cuenta que él y
Beomie habían creado un lazo desde ese día en el hospital.

— Al igual que Beomie, yo también fui adoptado. Antes estaba con mi familia biológica, mis
dos padres eran Alfas pero todos saben que no siempre salen bien ese tipo de embarazos,
por ese motivo mi padre me odió desde que estaba en el vientre de mi madre...
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Jungkook fue relatando su historia, de cómo se sintió en ese momento y sin querer sus ojos
se cristalizaron. Dejó de ser el fuerte Alfa que todos veían y volvió a ser ese cachorro, ese que
solo Taehyung podía ver desde que supo la verdad de su pasado.

Beomgyu abrazó a su padre, escuchando atento a su relato, sintiendo cada una de sus
palabras, dándose cuenta que no eran tan diferentes.

— Fui malo, arrogante y hasta cruel con mi propio Omega por todo el dolor que llevaba
guardado... Me aferraba a la idea de que no importaba cuánto tratara de ser diferente, al
final sería como ese hombre. — Su Omega le dio un leve apretón en su mano, para
transmitirle seguridad.

— Ideaste el pensamiento de ser lo que tanto daño te hizo, olvidando lo bueno que había a tu
alrededor. — El azabache asintió, cabizbajo. — Por lo que me contaron, que ustedes se
conocieron en el orfanato, me di cuenta de que crearon uno de los vínculos más fuertes entre
destinados.

— ¿Cómo es eso? — Quiso saber Taehyung.

— Jungkook ya tenía a su lobo, pero ambos apenas eran unos cachorros, eso quiere decir
que ustedes se enamoraron de una forma tan pura y natural, que aún siendo destinados, eso
no fue lo que los orilló a estar juntos, ya que eso vino después. Normalmente, los lobos
siempre interfieren, pero ustedes crearon un vínculo sin necesidad de sus lobos, por eso es
más fuerte.

Taehyung y Jungkook se miraron. Era verdad. Ambos sentían esa conexión entre ellos sin
necesidad de tener una marca de por medio.

Una pequeña alarma sonó y la doctora se dispuso a apagarla.

— Se nos acabó el tiempo, pero no se preocupen, les agendaré una cita una vez por semana.
— Comentó con una sonrisa, escribiendo algo con un papel. — Ya no tuvimos tiempo de
hablar contigo, Taehyung. Así que en la siguiente comenzaremos contigo.

El Omega asintió con una leve sonrisa, limpiando sus lágrimas. La doctora les explicó unas
cuantas cosas, antes de que tuvieran que irse.
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— Créanme que es admirable que una familia que ahora se encuentra estable, venga a tomar
terapia por cosas del pasado. Realmente, ese cachorro crecerá en un lugar lleno de amor. —
Les sonrió la mujer, entregándoles su siguiente cita.

— Muchas gracias, doctora Yoo.

Los tres inclinaron sus cabezas con respeto y salieron del consultorio. Ninguno dijo nada
mientras salían del edificio, pero realmente se sentían más liberados de haber sacado eso
que tanto dolió en un pasado.

Al entrar al auto, el Magnate repitió la acción de todos los días, colocando el cinturón de
seguridad de sus amados Omegas, y cuando él subió al auto, antes de arrancar, la voz de su
hijo llamó la atención de ambos.

— Gracias... Por adoptarme y dejarme ser parte de ustedes... Tenía miedo de nunca ser
suficiente para alguien... Pero hoy, al contar todo, pude ver los tratos que me dieron esas
personas y ustedes... Realmente, puedo decir que son mis papás y los amo mucho. — Sus
ojitos se cristalizaron.

— Beomgyu, para nosotros tú siempre serás nuestro hijo. — Habló el azabache, mirando a su
cachorro.

— Y créeme que el hecho que no hayas nacido de mí, no quiere decir que te querré menos,
porque para mí es como si yo mismo te hubiera cargado en mi vientre.

— Te amamos, Beomgyu, porque tú nos diste eso que tanto queríamos y tú también... Una
familia.

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por Srta_YoonTae

La mano del Alfa acariciaba el redondo vientre de su amado de ya 5 meses. Ambos estaban
más que felices, pues en un mes más tendrían a su segundo hijo en brazos.
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No había pasado mucho en ese tiempo, Taehyung y Jungkook seguían yendo a la empresa, y
al volver, pasaban a buscar a Beomie de casa de sus abuelos o de la casa de los Kim.

Al llegar a casa, almorzaban juntos y después pasaban tiempos entre ellos. Normalmente, el
Alfa y su hijo consentían al castaño, a Beomie le encanta hacer dibujos sobre el vientre de su
padre Omega.

Además, cabe aclarar que el Magnate estos últimos meses se había comenzado a hacer un
par de tatuajes en el brazo derecho, entre ellos el nombre de Beomgyu, el ojo de su Omega y
otros significativos.

También había pensado mucho en las perforaciones, pero esas se las realizaría hasta que su
nuevo cachorro naciera.

Hace un mes y medio atrás se cortó su cabello, ya que estaba muy largo, y aunque eso puso
un poco triste a Beomgyu y a Taehyung, su cabello ya estaba volviendo a crecer con rapidez.

Los momentos familiares eran lo mejor, últimamente habían estado reuniéndose toda la
familia cada fin de semana, los niños jugaban mientras los adultos pasaban un buen
momento entre ellos. Los lazos entre todos se habían reforzado aún más.

Y ahora era tiempo de reforzar un lazo, el cual nunca debió haber desaparecido.

Jungkook frenó el auto frente a la casa de sus padres y ayudó a bajar a sus dos Omegas, para
caminar hasta la puerta y tocar el timbre.

No pasaron muchos segundos cuando la Alfa abrió la puerta con una sonrisa deslumbrante.
La mujer llevaba un vestido floreado que abrazaba su silueta hasta la cintura y luego era
suelto, no llevaba tacones, sino unas zapatillas de piso muy sencillas y su cabello estaba
suelto. Realmente parecía una chica de 30 años en vez de una mujer de 50, sin duda los años
habían estado a su favor.

— Mi cachorrito. — Sin esperar, Beomie brincó a los brazos de su abuela, dejando que ella lo
llenara de besos por todo su rostro.

— Buenos días, mamá. — Saludó el Magnate.

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— Gracias por cuidar a Beomgyu por unos días. — Agradeció el castaño, acariciando su
redondo vientre.

— Ay, saben que no es nada, a él le encanta estar con nosotros, y a Young y a mí nos encanta
tener a Beomie en casa. — Volvió a besar sonoramente las mejillas del rubiecito, haciéndolo
reír.

— ¿Y papá? — Preguntó el Alfa, al no ver al nombrado.

— Está en su despacho de trabajo. ¿Quieres pasar a hablar con él? — El azabache negó con la
cabeza.

— No, Taehyung y yo tenemos que irnos, solo pasamos a dejar a Beomie. — Comentó,
abrazando por la cintura a su dulce Omega.

— Despídete de tus padres. — Le dijo la mujer, y el pequeño comenzó a removerse de los

brazos de su abuela para que esta lo bajara.

Al estar nuevamente en el suelo, corrió abrazar a Taehyung, su rostro quedaba justo sobre el
redondo vientre de su papi y no dudó en dejar un besito sobre este.

— Adiós... — Susurró algo sobre el vientre para que su padre Alfa no lo escuchara, antes de
dejar otro beso.

Luego se dirigió a Jungkook, pidiendo que lo cargara. El azabache no esperó, levantando a

su hijo para que pudiera despedirse bien de Taehyung.

— Adiós, papi. — Lo abrazó por el cuello, dejando unos besitos sobre la mejilla del castaño.

— Te portas bien, hijo. — Acarició sus dorados cabellos, besando la punta de su naricita. —
Tu abuelo Vante dijo que mañana vendría a buscarte para llevarte al zoológico.

— ¿Vendrá con el abuelo Suho? — Taehyung alzó una ceja, ante la pregunta de su hijo.

— ¿Quién te dijo que el señor Suho es tu abuelo? — El pequeño se sonrojó y jugó con sus
deditos.

— Es que... Es el novio de mi abuelo Vante... Así que... Pensé que... ¿Estuvo mal? — Bajó la
cabeza.
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— No, amor. No está mal. Tú puedes llamarlo como tú quieras, simplemente que me
sorprendió que lo llamaras de esa forma. — Le sonrió para tranquilizarlo. — Y sí, vendrá con
el abuelo Suho. — El cachorro aplaudió feliz, le gustaba pasar tiempo con sus abuelos.

— Bueno, ¿Y no te vas a despedir de papá? — Preguntó el Magnate.

— Claro que sí, papá. — Se echó con fuerza, abrazándolo, casi golpeando el rostro del mayor,
pero este fue más rápido, moviéndolo a un lado, librándose del golpe.

El pequeño besó sonoramente las mejillas del Alfa con tanto cariño, y a Jungkook le
encantaba sentir a su hijo entre sus brazos.

— Los voy a extrañar. — Realmente las terapias con Yoo estaban ayudando a los tres, pero el
cambio se veía más en Beomie, pues ahora tenía más confianza y no tenía miedo a ser
abandonado nuevamente.

— Y nosotros a ti, mi cachorrito. — Jungkook rozó la punta de su nariz con la de su hijo, era
como su propia despedida.

Finalmente, Beomgyu volvió con su abuela y alzó su manita, agitándola en forma de

despedida, viendo cómo sus padres subían nuevamente al auto e imitaban su acción de
despedirse, hasta que tuvieron que arrancar e irse.

— ¿Quieres ir a hacer una emboscada en el despacho de tu abuelo? — Sonrió con malicia la

Alfa.

— ¡Sííí! — Sonrió de igual forma el pequeño.

El auto andaba por la carretera con la pareja de futuros esposos, el Alfa acariciaba
suavemente el redondo vientre de su amado, sin despegar la vista del camino.

— Ya estamos cerca. — Informó el azabache, dando vuelta en un camino por el bosque.

Los árboles a su alrededor los cubrían del sol y se podía respirar el aire limpio, a diferencia
que en la ciudad.
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— Desde la primera vez que vinimos dije que me encantó este lugar. — Suspiró el Omega con
una sonrisa.

— No tengo buenos recuerdos de la primera vez que vinimos. — Se tensó el mayor, aunque
trató de disimularlo.

Recordar que su marca casi pudo terminar con la vida de Taehyung, sin duda no quería
recordar ese sentimiento, pero el castaño insistió en que quería recuperar su marca en el
mismo lugar donde la había hecho su amado Alfa.

— Pero haremos mejores recuerdos. — Le aseguró.

— Contigo tengo los mejores recuerdos. — Tomó su mano y la besó, justo cuando estacionó
el auto.

Ambos se dieron un beso suave antes de bajar del coche, el fresco aire rozó el rostro del
Omega.

— Realmente, tenemos que venir con nuestros hijos aquí un fin de semana, estoy seguro que
a Beomie le encantará.

— Si eso es lo que quiere mi hermoso esposo, no tengo objeción. — Se acercó a él,

tomándolo por la cintura, siendo divididos por el redondo vientre del menor.

— Jungkook... — Lo llamó, acomodando su cabello. — Estaremos solos una semana en esta

cabaña... — Insinuó.

— Así es. — Sin previo aviso, levantó a su Omega de forma nupcial, sorprendiéndolo. — Y te
haré el Omega más feliz.

— Ya lo soy... — Sus labios se volvieron a encontrar con un ligero roce.

Al separarse, Jungkook caminó hasta la cabaña con su amado en brazos. Al estar frente a la
puerta, Taehyung se encargó de abrirla para que ambos pudieran pasar. Al entrar, se podía
oler el aroma a madera y se sentía lo acogedor de la vivienda.
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Los recuerdos de la primera vez en esa cabaña vinieron a la mente de ambos, en esa ocasión
había sido para saber si su historia juntos debía continuar, la diferencia era que ahora
estaban de vuelta, pero para demostrar que su historia no tiene fin.

— ¿Te gustaría vivir en una casa así? — Preguntó el Magnate.

— Sería lindo, pero tenemos que trabajar y nuestros hijos tienen que asistir a la escuela. —
Suspiró. — Podríamos venir de vacaciones.

— Estaba pensando en hacer un poco más grande esta cabaña. Claro, sin perder su estilo.

— Me gusta la idea. — Sonrió el Omega, recargando su cabeza sobre el hombro de su Alfa.

— ¿Estás cansado por el viaje?

— Un poco... Viajar tantas horas en coche, estando embarazado, no es fácil.

— Te dije que podíamos venir después de que te aliviaras, pero eres terco. — El azabache
entró a la habitación.

— Lo aprendí del mejor. — Rió un poco con los ojos cerrados, ya que se estaba quedando
dormido.

— ¿Ah, sí? ¿Estás diciendo que soy terco? — El menor asintió, aún con los ojos cerrados y una
suave sonrisa.

— Quería venir antes de que naciera... Porque Jimin me contó que si me marcabas durante el
embarazo... Podrías sentir a nuestro cachorro... Y... Crear un vínculo... — Finalmente, se
había quedado dormido en los brazos de su amado Alfa.

Jungkook miró el rostro de su castaño y no pudo evitar sonreír, sintiéndose el hombre más
afortunado por tenerlo en su vida.

Con cuidado lo recostó sobre la cama, verlo dormir era una de sus cosas favoritas, ver lo
pacifico que se veía. Realmente, amaba a ese chico con todo su ser.

Su mano descendió al vientre donde estaba su futuro hijo, al instante de colocar su mano
sobre la redonda superficie, esta se movió, llamando la atención del mayor, provocando que
retirara su mano sorprendido.
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— ¿Acabas de moverte? — Era absurdo que le preguntara, pues era obvio que no lo podía
escuchar.

Pero al colocar nuevamente su mano, esta fue empujada, volviéndolo a sorprender y

haciéndolo sonreír emocionado.

— ¿Sabes quién soy? — Nuevamente algo bajo la palma de su mano se movió y sintió un
sentimiento que no pudo describir. — Soy tu papá...

Esta vez el movimiento fue más fuerte y eso hizo que el castaño hiciera una mueca y un
pequeño quejido, por lo cual el Magnate acarició su vientre, tratando de calmarlo y que no
despertara.

— Hijo, no seas tan duro con papi, él está cansado. — Habló con su cachorro. — Hicimos un
viaje largo...

Y sin darse cuenta, Jungkook se quedó sentado en el suelo hablando con su hijo, de ningún
tema en especial, simplemente platicaba y su cachorro respondía dando pataditas sobre su
mano.

— No sabes cuánto deseo tenerte aquí con nosotros. ¿Sabes? Beomgyu... — Al decir el
nombre el cachorro hizo otro movimiento fuerte. — ¿Sí reconoces a tu hermano? — El
movimiento se volvió a repetir y eso hizo que la sonrisa de Jungkook creciera aún más. — Él
te espera con muchas ansias.

El mayor no se fijó en qué momento pasaron las horas, al punto que su Omega había
despertado.

— Mgh... ¿Qué haces en el suelo, amor? — Acarició su cabello con suavidad y lo miró aún
adormilado.

— Cuidaba de tus sueños, amor. — Taehyung no pudo evitar sonreír ante las ocurrencias de
su esposo. — ¿Tienes hambre? Puedo preparar algo para ustedes.

— Eso nos gustaría mucho. — Se estiró el menor, acariciando su vientre. — Uy, está algo
inquieto, normalmente es muy tranquilo.
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— Tal vez está emocionado porque sabe que después de hoy tendrá un gran vínculo con su
padre favorito.

— ¿Y cómo sabes que serás el padre favorito? Yo lo estoy cargando 6 meses.

— Un pajarito me lo contó. — Colocó su mano sobre el vientre de Taehyung, y al instante el

cachorro se removió, tomando por sorpresa al Omega.

— Pero... ¿Cómo hiciste eso? — El azabache se inclinó, dejando un beso sobre los labios de su
amado y le guiñó un ojo.

— Es un secreto. — Le sonrió juguetonamente, antes de salir de la habitación para ir a la

cocina a prepararle algo de comer.

— Jung... Jungkook. En serio, dime cómo hiciste eso... — Pero el menor no tuvo respuesta
alguna.

Hizo un puchero, mirando su vientre que estaba nuevamente quieto y lo acarició.

— Así que ya escogiste papá favorito, ¿Eh? — No hubo movimiento alguno. — Oye, yo te estoy
cargando 6 meses más que él, me merezco algo más de reconocimiento. — Su vientre se
movió. — Tu papá ni siquiera sabe qué eres porque se desmayó en tu ultrasonido. — El
cachorro volvió a removerse inquieto.

— Y tú no me quieres decir qué es. — Dijo Jungkook, recargado sobre el marco de la puerta
con dos sándwiches en mano.

— Bueno, amor, eres realmente despistado. — Rió el Omega, acariciando su vientre.

El azabache se acercó a la cama, sentándose junto a su esposo, entregándole uno de los

sándwiches y suspiró.

— Me desmayé no por el sexo de nuestro hijo, sino porque nunca creí estar en una situación
como esta... — Confesó. — Aún es difícil de creer que volveremos a ser padres, pero esta
etapa es completamente diferente. Ver tu vientre crecer cada mes, tus cambios de humor,
tus antojos y ni hablar de los míos, creo que eran demasiadas emociones y por eso me
desmayé ese día.
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— Amor, está bien... — Acarició su mejilla. — Sin duda te ama, y aunque será Alfa, necesitará
de tu protección.

— ¿Cómo sabes que será Alfa? — Lo miró Taehyung con una sonrisa.

— Porque en la jerarquía, siempre que un Omega se embaraza de un Alfa puro, su primer hijo
nace siendo Alfa. — Mordió su sándwich, mirando a su amado. — Papá me dijo que si un Alfa
puro y un Lunaenovae tienen un hijo, el bebé nacerá Alfa puro, pero como el mío está
dormido, nuestro cachorro será Alfa. — Exhaló aire.

— Sí, había escuchado de eso... ¿Realmente crees que será Alfa? — El castaño mordió
nuevamente su comida y asintió.

— Jiwoo me dijo que cuando los padres comparten síntomas, es más fácil saber el sexo y
rango del bebé, ya que uno tiene síntomas del rango y el otro del sexo. — Explicó,
concentrado en su comida.

El Alfa se quedó pensativo, recordando cada uno de los síntomas que habían tenido,
tratando de sacar una conclusión, tenía una pequeña idea, pero no quiso preguntar y solo se
dedicó a comer su sándwich junto a su esposo.

— Sabes... Aquí cerca hay un claro y cuando el sol se oculta es precioso. — Comentó el Alfa,
entregándole un vaso con agua a su amado.

— El sol pronto se ocultará. — Mencionó el menor, mirando por la ventana.

— Tenemos que darnos prisa.

— Pero, Jungkook, aún no me he bañado. — Hizo un puchero.

— Ahí lo harás, te va encantar, confía en mí.

Taehyung lo miró, el hombre frente a él, con esa singular sonrisa que lo hacía parecer un
conejo, ese era del niño que se enamoró en aquel orfanato, el cual le pidió matrimonio en un
teatro.

— Siempre confío en ti... — Jungkook sonrió aún más, tomando las manos del menor para
ayudarlo a ponerse de pie.
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— ¿No nos vamos a cambiar de ropa? — Eso hizo reír al azabache.

— Cuando estemos ahí ni siquiera la vas a necesitar.

El Magnate llevó a su Omega por un pequeño recorrido hasta aquel claro del que le había
comentado. La vista del menor fue por todo el lugar y tenía que aceptar que su esposo no
mentía cuando dijo que era precioso ese lugar.

Justo cuando el sol comenzó a ocultarse y la luna comenzó hacer presencia en el cielo,
dejando que su luz iluminara aquel claro, era como ver un espejo, el agua estaba limpia y se
podía apreciar el fondo.

Jungkook soltó la mano de su Omega y retiró su camisa, para después desabotonar sus
jeans. El Omega solo podía contemplar al mayor y el escultural cuerpo que tenía, le
encantaba que se haya tatuado, le daba una especie de rudeza y lo hacía ver sexy también.

Miró cómo la tinta negra poco a poco estaba cubriendo por completo su brazo derecho, no
pudo evitar morder su labio.

— ¿Piensas quedarte ahí mirándome? ¿O te quitarás la ropa? — Lo miró, alzando una ceja, y
ahí fue donde Taehyung se dio cuenta que su Alfa estaba completamente desnudo.

— Me la quitaría, pero tengo que admitir que tú lo haces mejor. — Sonrió, con cierta
provocación.

— ¿Ah, sí?— El menor asintió, mordiendo su labio cuando su Alfa comenzó a acercarse a él.

La diferencia de estatura era mínima, Taehyung era alguien alto, pero aún así Jungkook le
ganaba por unos centímetros.

El mayor colocó sus manos en cada lado del rostro de su amado, alzándolo un poco,
provocando que sus cálidos alientos se mezclaran. Jungkook provocó que sus labios se
rozaran, pero justo cuando el castaño se acercó para acortar la distancia, el Alfa se apartó
con una sonrisa juguetona en los labios.
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Volvió a repetir la acción, rozando sus labios con los de su amado Omega, pero sin llegar a
besarse realmente, solo lo estaba provocando. Sus manos soltaron el rostro contrario y se
hincó para poder quitarle los zapatos a su castaño.

Luego tomó el elástico de sus pantalones junto a su ropa interior y la fue deslizando para irla
retirando, dejando que las largas y acarameladas piernas de su esposo quedaran al
descubierto.

Volvió a ponerse de pie para quedar a la altura de su Omega, y sin apartar la mirada de esos
bellos ojos marrones que tenían un ligero brillo azulado, fue desabotonando uno por uno los
botones hasta llegar al último.

Las miradas de ambos estaban conectadas, y con sutileza, Taehyung hizo sus hombros hacia
atrás, dejando que su camisa cayera al suelo, ambos estaban completamente desnudos
frente al otro.

— Eres perfecto... — Susurró el Alfa, tomando las manos de su amado para guiarlo hasta el
claro.

— Te dije que nadie puede serlo.

— Y yo te dije que si el mundo pudiera verte con mis ojos, se daría cuenta que la perfección
nació el mismo día que tú.

— Te has vuelto todo un cursi. — Rió el Omega.

Jungkook entró con cuidado al claro. El agua estaba tibia, así que estaba perfecta para
Taehyung.

— Tú me has vuelto todo un cursi. — Estiró sus brazos, pidiéndole que se acercara.

Con mucho cuidado, Taehyung se paró lo más cerca que pudo de la orilla y su Alfa lo tomó de
la cintura, alzándolo con delicadeza para después irse sumergiendo en el agua cristalina
junto a él.

— Está rica el agua... — Comentó el castaño y no pudo evitar soltar un jadeo de satisfacción
cuando el agua cubrió su vientre. — Esto es fascinante.
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— Sabía que te iba a gustar. — Sonrió al ver cómo lo estaba disfrutando su amado Omega. —
Aguanta la respiración.

— ¿Por qué? — Jungkook se acercó y lo tomó por la cintura.

— Aguanta la respiración. — Volvió a repetir, y así lo hizo el menor, justo cuando el azabache
sumergió a ambos por unos segundos.

Al salir, ambos echaron su cabello hacia atrás. Justo cuando sus ojos se volvieron a
encontrar, Jungkook no pudo aguantar más y besó los labios de su esposo.

Claramente, Taehyung no se quedó atrás, pues también había estado deseando tanto poder
besarlo de esa forma.

Sus lenguas exploraban mientras se acariciaban, y de vez en cuando, sus dientes mordían los
labios del contrario. Los chasquidos resonaban, pero estando en el bosque nadie los podía
escuchar.

Mientras se besaban, sus manos recorrían ese mapa de sus cuerpos que ambos se sabían de
memoria.

— Ah~ — Gimió Taehyung, cuando el mayor abandonó su boca y con sutileza mordió el
lóbulo de su oreja, haciéndole sentir una corriente. — Jungkook... — Lo llamó con deseo.

— Dime, mi amor... — Bajó un poco más, pasando su lengua justo en su zona sensible,
haciéndolo gemir nuevamente.

— Hazme tuyo~ — Sus ojos destellaron azules, como el mar. — Alfa~

Sin poder evitarlo, los ojos del mayor brillaron rojos también, ambos lobos estaban
presentes para reclamar lo que les correspondía.

— Pienso tomarte justo aquí y mostrarte que solo me perteneces a mí. — Gruñó cerca de su
oído, haciendo temblar a su Omega, pero a la vez excitarse.

— Te deseo~

El azabache hizo que el cuerpo de su amado le diera la espalda y comenzó a dejar un par de
besos en su nuca y en algunas partes de sus hombros y espalda.
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Poco a poco, Jungkook llevó a Taehyung a una de las orillas mientras continuaba
descendiendo sus manos sobre el cuerpo de su pareja, escuchándolo jadear.

El Omega había descubierto el gran placer de tener sexo mientras estaba embarazado y
realmente lo disfrutaba mucho.

La mano del Magnate, acariciando la espina dorsal del castaño, bajando lentamente hasta su
trasero, con agilidad se hizo espacio entre sus nalgas, y con cuidado, empujó el cuerpo de su
amado hacia enfrente para que se reclinara y con suavidad adentró uno de sus dedos.

Era verdad que el menor estaba desbordando placer y excitación, pero el agua provocaba
que el lubricante natural se lavara al instante. Al ingresar un dedo más, Taehyung gimió más
fuerte.

Le estaba doliendo, pero también le estaba encantando sentir ese dolor. Desde que el doctor
Choi les dijo que el sexo entre ellos tenía que ser suave debido al bebé, el Omega tenía que
aceptar que había extrañado la parte dolorosa al hacer el amor con su Alfa.

— ¿Estás bien? ¿Quieres que pare? — Negó con la cabeza.

— Ni se te... Ocurra parar~ Ah~ — Mordió su labio. — Vamos, Jung-kook... Te necesito~

— Bien, amor... — La mano de Jungkook abandonó la entrada del castaño, dirigiéndola bajo
su redondo vientre para sostenerlo, mientras con la otra mano tomaba su propio pene y lo
alineaba en la entrada de su amado. — Lo haré despacio... — Avisó y así lo hizo.

De a poco fue abriéndose camino mientras sujetaba el vientre de su amado, el cual gemía de
forma sonora.

Cuando una parte de su hombría había logrado entrar, lo soltó para llevar esa mano hasta el
cuello del castaño y empujarlo hacia abajo para que pudiera penetrarlo aún más.

Ambos jadeaban, disfrutando la sensación y el cuerpo del otro. Aún después de saber del
embarazo, no dejaron de tener sexo, pero aún así siempre lo disfrutaban tanto.

Una vez el Alfa había entrado por completo, se detuvo para darle tiempo a su esposo, ahora
se cansaba más rápido y no quería presionarlo, prefería hacerlo a su ritmo para que lo
disfrutara.
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— Si quieres gemir con todas tus fuerzas, puedes hacerlo. — Le susurró al oído. — Nadie nos
va a escuchar. — La respiración de Taehyung estaba apnea, pero como pudo asintió.

Para el Magnate, eso fue como una señal y comenzó con movimientos ligeros, que poco a
poco se fueron haciendo más firmes, pero sin llegar a ser bruscos o toscos, no quería
lastimar a ninguno.

Los jadeos y gemidos de Taehyung resonaban y esa era la melodía favorita del azabache, que
aunque deseaba que estos fueran más altos, se contuvo para no perder el control, así que
reafirmó un poco más su agarre en el cuello del castaño, lo cual excitó aún más al menor.

— Ah~ Jungkook... Así~ no pares... Estoy... Cerca. — Y era verdad, podía sentir cómo su
cuerpo temblaba y sus paredes apretaban con más firmeza el falo del mayor, haciéndolo
gruñir, ya que el suave movimiento lo incitaba a venirse.

Unos minutos más, con unas cuantas embestidas, logró hacer que ambos llegaran a su límite
de placer, logrando que el nudo del Alfa se formara, arrebatándole un grito desgarrador a
Taehyung. La lengua de Jungkook acarició su cuello, provocando que el menor lo expusiera
aún más en muestra de sumisión. Los caninos del azabache picaron y supo que era hora. Y
sin dudarlo esta vez, corrompió la acaramelada piel de su amado, logrando que otro grito
abandonara su garganta.

Los ojos de ambos brillaron con sus respectivos colores, sus lobos le aullaron a la luna llena
que brillaba en el cielo, sus aromas volvieron a mezclarse y sus almas volvieron a ser una.
Jungkook sintió cómo su cachorro creaba un vínculo con él y finalmente supo qué era esa
conexión, estaba teniendo una bomba de sentimientos dentro de sí.

Miró la marca en la curvatura del cuello de su Omega y sonrió, pasando su lengua sobre la
herida para ayudar a que cicatrice.

— ¿Te sientes bien?

— Estoy... Más que perfecto... — Sonrió cansado el castaño, dejando caer su cabeza sobre el
hombro de su Alfa.

Ambos tenían que esperar que el nudo se soltara, pero Jungkook notó cómo las piernas de
Taehyung temblaban, pronto le dolería si seguía parado de esa forma.
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Con suavidad, pasó ambos de sus brazos bajo el vientre, alzándolo con cuidado, escuchando
un jadeo de satisfacción por parte de su Omega.

— ¿Mucho mejor? — El menor simplemente pudo asentir.

Realmente el vientre pesaba, pero aún así Jungkook lo sostuvo todo el tiempo en lo que su
nudo se soltaba.

Cuando esto ocurrió, minutos después, ambos salieron del agua y se volvieron a colocar sus
ropas. El Magnate no dudó en llevar a su Omega devuelta a la cabaña en sus brazos.

Taehyung estaba realmente cansado, así que no se quejó o rechistó. Al llegar a la cabaña,
ambos se cambiaron a una ropa más cómoda y se recostaron en la cama.

— Estoy feliz... — Confesó un adormilado castaño, con una sonrisa.

— ¿Puedo saber por qué? — Jungkook se recostó de costado para mirar el rostro de su
amado.

— Porque... Finalmente, tengo otra vez mi marca... Y en un mes tendremos a nuestro

segundo hijo... Sin olvidar que me convertiré en tu futuro esposo... Jeon Taehyung...

— Oye, para mí tú ya eres mi esposo, Jeon Taehyung. — Acarició su mejilla y besó su frente.

— Aún no lo soy... Aún no firmo los papeles... Estoy a tiempo de arrepentirme... — Bromeó.

— ¿Estás pensando en arrepentirte? — El Alfa lo apegó más a su cuerpo y Taehyung negó con
la cabeza.

— Jamás podría... Te amo demasiado... — Y una vez más en el día, se había quedado
profundamente dormido.

— Yo también te amo, Kim Taehyung, eres mi lugar seguro...

El Alfa ocultó su rostro en el cuello de su amado, dejándose embriagar por el aroma a

Chocolate, Nuez y Almendras que tanto le encantaba, hasta que también se quedó dormido.

"Esa noche, dos personas que se amaban se habían unido nuevamente con un lazo para toda
la vida, sus lobos una vez más eran uno y nadie los iba a poder separar..."
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por Srta_YoonTae

Desde que el castaño había abierto los ojos, sentía que su día estaba siendo el más perfecto.

Pues, al despertar, lo primero que se encontró fue a su bello Alfa hablando con su redondo
vientre. Sin duda, estaban a nada de tener a su cachorrito entre sus brazos, sus días para
poder ver su rostro estaban contados.

— Buenos días, amor. — Sonrió el Omega, acariciando el cabello azabache de su amado.

— Así que ya despertó el Omega más bello de todos. — Se acomodó para dejar un beso sobre
sus labios. — ¿Estás listo?

— Hoy es el gran día...

— Después de hoy, serás legalmente Jeon Taehyung. — Jungkook tomó sus manos y las
entrelazó, dejando un pequeño beso sobre su dorso.

— Nos vamos a casar...

Taehyung estaba que todavía no lo podía ni creer, era como estar en un sueño, uno tan bello.
Amanecer recostado entre los cálidos brazos de su amado Alfa y ahora estar seguro que lo
estarán por siempre.

— Mi Sempiterno.

Volvió a besar sus labios el mayor, para después acariciar el redondo vientre de su pareja y
juntar sus frentes.

Pero el castaño no era el único que no podía creer lo que estaba viviendo, pues Jungkook no
podía creer todo lo que había pasado en su vida y en cómo él mismo volvió a ser la persona
que nunca debió dejar de ser. Seguía siendo el gran Magnate. Pero ahora estaba con la
persona que ama y no le daba miedo a sentirse Dominado por ese hermoso chico castaño.
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De pronto, la puerta se abrió, sobresaltando a ambos. Por instinto, el azabache cubrió a su

pareja con su cuerpo y gruñó a la persona, más bien personas, que estaban irrumpiendo en
su habitación.

— A mí no me estés gruñendo, limón. — El primero en entrar fue Baek, que apenas podía
caminar debido a su gran vientre, que parecía que explotaría en cualquier momento.

Seguido del más joven de los hermanos Jeon, entraron Jimin, SeokJin, Luhan, Lisa y Jiwoo.

— ¿Se puede saber con el permiso de quién entran así a mi habitación? — Gruñó nuevamente
el Alfa.

— Yo no necesito permiso, soy tu madre. — Dijo la Alfa muy obvia, acercándose a la cama, y
cuando estuvo apunto de tocar a Taehyung, el Magnate le gruñó, recibiendo un coscorrón en
la cabeza. — A mí no me estés gruñendo, mocoso.

El mayor se apartó, sobando su cabeza, escuchando las risas de su hermano menor, por lo
cual lo miró mal, pero a este poco le importó.

— ¿Qué hacen aquí?

— ¿No es obvio? — Dijo Jimin.

— Hoy es el día más importante para un Omega destinado. — Comentó Luhan.

— Venimos a buscar a Taehyung. — Contó Lisa, con una sonrisa entusiasmada.

— ¿A dónde se lo van a llevar? — Eso puso de los nervios al Alfa.

— Tranquilo, limoncito. Estará en buenas manos.

— Si esas son las tuyas me preocupa aún más. — El menor le sacó la lengua a su hermano.

— Llevaremos a Taehyung a un salón para arreglarlo. Los chicos vendrán por ti para que te
arregles también. — Explicó SeokJin.

— ¿Y por qué no nos podemos arreglar juntos? Digo, al final será mi esposo.

— ¡No! — Jungkook se volvió a sobresaltar por el grito de su madre.

— ¿Qué? — La miró sin entender el porqué de su reacción.

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— Eso es de mala suerte, no lo puedes ver hasta que llegue al altar. — Lo regañó con
obviedad.

— Nosotros nos encargaremos de arreglarlo. — Comentó Baekie.

— YoonGi está en la sala, pronto subirá para ayudarte con los demás chicos. — Dijo el Omega
rubio.

— No te preocupes, cariño. Además, Beomie se queda contigo.

No le dieron tiempo de seguirse quejando al hijo mayor de los Jeon, ya que se llevaron a su
amado Omega.

A los segundos, llegaron sus amigos a su habitación, junto con toda la manada de cachorros.

Cada uno de los pequeños niños iba tomado de la mano de su padre. Jihyun sujetaba la de
YoonGi, y es que parecían dos gotas de agua, más porque ambos estaban usando el mismo
traje.

Sungji llevaba un sencillo, pero elegante, vestidito verde limón, junto a sus zapatitos blancos
y un moño verde en cada una de sus colitas. La pequeña aún era tímida, pues solo llevaba
una semana que le habían dado su primer par de anteojos y estaba conociendo el mundo,
por lo cual se aferraba a la mano de Sehun.

Joonie portaba un trajecito rosa que SeokJin había escogido especialmente para él, y es que
sin duda se veía tan tierno con él, aun más porque NamJoon también llevaba un traje del
mismo color.

HongSeok era más callado. Ya sabía caminar, por lo cual era más independiente a estar solo,
pero cuando estaba con Hobi, le encantaba abrazar a su padre y sentirse protegido con su
aroma.

Beomie estaba sobre los brazos de su abuelo Vante, portando un trajecito amarillo, que al
instante que vio a su padre Jungkook, se deslizó de los brazos de su abuelo y corrió hacia él
con una sonrisa. El rubiecito había encontrado ese símbolo de protección en el Magnate, su
vínculo entre ellos se había fortalecido aun más.

— ¡Papá! — Sonrió, dejando ver que le faltaba otro diente.

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El Alfa no dudó en tomar a su hijo en el aire cuando brincó hacia él.

— Ya era hora de que te tocara. — Comentó NamJoon.

— El gran Magnate que dijo que nunca se casaría, mírenlo ahora, tiene que alistarse para su
boda. — Se burló YoonGi.

— Bueno, YoonGi, tú tampoco te quedas atrás. — Miró a su mejor amigo el azabache.

— No lo estoy negando. — Se defendió riéndose.

— Bueno, hay que poner manos a la obra. — Comentó Vante.

— Chanyeol y yo nos encargaremos de cuidar a los niños. — Dijo Hoseok, recibiendo un

asentimiento del resto.

— Entonces, no hay tiempo que perder. — Finalizó Young.

Las horas fueron pasando y Taehyung ya estaba listo, no estaba usando un traje debido a su
gran vientre, pero en cambio, usaba un atuendo más adecuado a él.

— Estás perfecto... — Dijo Jiwoo, sintiendo ganas de llorar. Se sentía como una madre
orgullosa.

— Esto amerita una foto. — Dijo Jimin y Luhan al mismo tiempo, ambos se miraron con
complicidad.

— Creo que NamJoon trajo una cámara. — Comentó SeokJin, y los tres salieron para buscar
la cámara con emoción.

— Te ves muy bien, cariño. — Jiwoo lo miró desde el espejo con una sonrisa llena de
sentimiento.

— Mi cuñado se ve realmente hermoso. ¿Verdad, Lisa?

— Sí... No tengo palabras para decir lo bien que se ve, parece un ángel. — Sonrió la chica con
algo de tristeza en su mirada, ella también soñaba con algún día vestirse de blanco.
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Un silencio se había instalado en aquella habitación, hasta que un quejido se escuchó y la

vista de todos se centró en el joven Jeon, que sujetaba su espalda con una mano y su vientre
con la otra.

Jiwoo corrió hasta su hijo, lo sostuvo de un lado y Lisa imitó la acción, colocándose del otro
lado.

— ¿Qué sucede? — Se acercó Taehyung, también sosteniendo su gran y redondo vientre.

— Nada... Estoy bien... — Respiró profundamente el menor. — Simplemente, que a veces me

canso. Necesito ir con Chanyeol, seguro lo sintió y se preocupará.

— Bueno, yo lo llevaré. — Dijo Jiwoo. — Lisa, quédate con Taehyung.

— No, será mejor que lo lleven las dos, yo las espero aquí. — Respondió Taehyung.

— ¿Estás seguro? Realmente, me puedo quedar contigo. — Insistió Lisa.

— Baek las necesita más que yo en este momento.

Ambas no lo pensaron mucho y salieron de la habitación, dejando solo al futuro esposo.

Taehyung regresó, parándose frente al espejo. Estaba encantado con su ropa. Aún estaba sin
poder creer que se iba a casar con el hombre que ama. Y no solo eso, si no que su hijo los iba
acompañar y que pronto daría a luz al segundo.

Era como un sueño. El castaño sintió una patadita, que lo hizo hacer una mueca.

— Tranquilo, limoncito. — Era raro, pues su cachorrito solo se movía cuando Jungkook
estaba presente.

De pronto, unos brazos lo rodearon por atrás, sobresaltando al menor, quien estaba tan
perdido en sus pensamientos, que no se dio cuenta en el momento que su Alfa había
entrado.

— Jungkook....

— Te ves perfecto... — Le susurró, para después besar su cuello.

— Amor, se supone que no puedes verme antes de que llegue al altar... Es de mala suerte.
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— Tae, no existe la mala suerte si tú estás a mi lado.

— Nos vamos a casar...

— Así es, después de hoy serás Jeon Taehyung, y ya no podrás librarte de mí.

— No quiero librarme de ti. — Dio media vuelta para quedar frente a frente con el Magnate. —
Te amo.

Los ojos de ambos brillaron, realmente la conexión de ambos iba más allá de ser simples
destinados. Tal vez fueron la reencarnación de un amor que no tuvo la oportunidad de
amarse porque el tiempo y las circunstancias no se los permitió.

— Me tengo que ir, amor... — El Omega asintió, y a cambio el azabache dejó un dulce beso
entre sus labios, antes de marcharse.

El sonido del piano era suave. Vante sostenía a su hijo, pues sería él quien entregaría su
cachorro a Jungkook.

La vista de Taehyung se encontró con la de su amado al apenas colocar un pie dentro de la

iglesia. Estaba lleno de nervios, realmente se iban a casar.

Todos sus amigos, o más bien su familia, estaban ahí formando parte de ese momento tan
importante para ellos.

El camino hasta el altar, Taehyung lo sintió tan largo, pero cuando finalmente había llegado
junto al que se convertiría en su marido, sintió una opresión en su pecho y unas ganas
inmensas de llorar.

— Cuida de mi cachorro, Jungkook. — Pidió Vante, entregándolo a su único hijo a aquel

Magnate.

— Con mi vida. — Lo aceptó, y el Alfa mayor asintió con la cabeza, antes de retirarse y
colocarse junto a su Beta.

— Buenas tardes a todos. Hoy nos hemos reunido aquí, para unir en matrimonio a Jeon
Jungkook y Kim Taehyung...
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El padre comenzó con la ceremonia, y mientras más avanzaba, dentro del castaño se
comenzó a instalar una extraña sensación.

— ¿Estás bien? — Le susurró discretamente su Alfa, pues había sentido su cambio mediante
su lazo.

— Eso creo...

Tal vez estaba así por todos los sentimientos encontrados, ya que seguía sin creer que se
estaba casando.

Pero el sentimiento no se detuvo, el Omega acarició su vientre y comenzó a sentir una

especie de ansiedad.

— ¿Taehyung? — Jungkook trató de llamar su atención.

No entendía de dónde venía esa ansiedad, hasta que escuchó el grito de Joonie y su vivo
llanto de desesperación.

— ¡Papá! — En la mirada de Beomgyu se veía el miedo, y la vista de Taehyung volvió a su

amado, notando cómo en su traje blanco se comenzaba a expandir una mancha roja, justo
del lado izquierdo de su pecho.

— Jungkook... — El azabache estaba tratando de procesar también lo que había pasado, el

porqué sentía que las fuerzas abandonaban su cuerpo, por qué su vista se comenzaba a
nublar y le costaba ver el bello rostro de su querido Taehyung.

— ¡Jungkook! — Gritó Jiwoo, al ver cómo su hijo mayor caía de rodillas en el altar.

Los gritos de desesperación y angustia llenaron la iglesia. Taehyung estaba en shock y no

podía dejar de ver a su Alfa, no prestaba atención a lo que ocurría a su alrededor.

Hasta que unos brazos lo sacaron de su estado, trayéndolo de vuelta a la realidad, sintiendo
ese asqueroso aroma a Tabaco y cítricos...

— ¿Me extrañaste? — Susurró en su oído, esa voz que lo seguía atormentando.

Por instinto, el castaño miró sobre su hombro, notando aquel rostro que ahora era
irreconocible por todas las quemaduras de gravedad que tenía.
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— ¡Suelta a mi hijo! — Exigió Vante, con sus ojos brillando en un rojo como la sangre.

Por su lado, Jiwoo estaba con Jungkook, el cual aún seguía con vida pero estaba perdiendo
mucha sangre, la mujer se veía destrozada.

— ¡Te vas a arrepentir por haberte metido con mi hijo! — Amenazó la Alfa con rabia.

— Nadie se mueva, esto es algo entre Taehyung y yo.

— Suéltame... — Las lágrimas del castaño rodaron por sus mejillas, mientras su vista solo
podía estar en su amado, que de igual forma lo miraba. — Jungkook...

— Pudimos evitarnos todo esto si me hubieras aceptado como tu Alfa. Ahora, tendrás que
verlo morir para que te des cuenta de que nunca podrás estar con él, que no existe un final
feliz para ustedes mientras yo siga aquí...

Sin poder contenerse, y después de veintidós años sin haberlo hecho, Vante cambió de
forma, dejando salir un lobo negro imponente y de gran tamaño.

Evans, al ver al animal, le apuntó con su arma listo para darle un tiro justo en su cabeza, pero
Taehyung empujó al francés, logrando que fallara, mientras intentaba soltarse.

— ¡Quédate quieto! — Exigió el francés.

Pero el menor solo podía pensar en Jungkook, pues su lobo aullaba, llamándolo. Pero antes
de poder soltarse, sintió un punzante dolor a un costado de su vientre, al parecer una bala
había salido debido al forcejeo.

Todos los presentes se quedaron estáticos y hasta Evans terminó soltando el cuerpo del
Omega, provocando que este cayera al suelo, junto al cuerpo de Jungkook.

Los ojos de Jiwoo brillaron, antes de que un lobo negro quemado apareciera. De fondo se
podían escuchar gritos y llantos de los pequeños, pero Taehyung y Jungkook no podían ser
conscientes de lo que estaba ocurriendo.

— Jungkook... Tengo miedo.... — Su voz tembló.

Con dificultad, y la poca fuerza que le quedaba, el Magnate lo tomó de su mano.

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— Aquí... Estoy, amor... — Su respiración era pesada, parecía que no le quedaba mucho
tiempo.

No sabían cuánto tiempo había pasado desde que se tomaron de la mano, hasta que la
mano del Alfa dejó de sujetarlo y las lágrimas de Taehyung cayeron por su rostro...

Y solo pudo gritar... Gritar con todas sus fuerzas...

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por Srta_YoonTae

Solo pudo gritar... Gritar con todas sus fuerzas...

— Taehyung.

Al abrir los ojos, se encontraba cubierto en una fría capa de sudor, su respiración era apnea y
sus ojos se encontraron con esos negros penetrantes.

La mirada del castaño viajó por todo su alrededor, notando que se encontraba en su
habitación y al instante volvió su mirada a la persona frente a él.

— Jungkook... — Él asintió, acariciando su rostro.

Y Taehyung no pudo hacer más que romper en llanto al darse cuenta que todo había sido un
sueño, más bien una pesadilla.

— Hey, hey... — El azabache lo abrazó. — ¿Por qué lloras?

— Yo... Tuve una pesadilla... — Se aferró a él. — Creí que te había perdido...

— Amor, aquí estoy. — Lo consoló. — No tengo intenciones de irme a ningún lado, solo fue
una pesadilla.
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— Ese hombre me sigue atormentando... — Al instante, Jungkook entendió el porqué su

amado castañito estaba así.

El Alfa se apartó un poco para poder mirar el rostro de Taehyung y lo sujetó entre sus manos.

— Tae, él está muerto. La detective hizo la prueba de ADN y los restos en aquel auto son de
ese tipo, jamás volverá a lastimarnos. — El menor sabía que era verdad, pero esa pesadilla lo
dejó muy mal. Realmente creyó que había perdido a su Jungkook. — Aquí estoy.

Soltó su rostro y tomó las manos del castaño para colocarlas en su pecho, justo de su lado
izquierdo y sus ojos se encontraron.

— ¿Lo sientes? — Taehyung asintió. — Ese es mi corazón latiendo solo por ti, y por nuestros
hijos.

El Omega iba a decir algo, cuando de pronto un punzante dolor en la parte baja de su vientre
se hizo presente, alertando al Magnate.

— ¿Estás... — Y las sábanas comenzaron a humedecerse en la entrepierna del menor,

alarmando a ambos. — El cachorro.

Como pudo, Jungkook se levantó de la cama y la respiración de Taehyung comenzó a ser

entrecortada, pero trató de mantener la calma. De pronto, un teléfono comenzó a sonar, y el
Alfa estuvo apunto de ignorarlo, pero respondió al notar el nombre en la pantalla.

— Chanyeol...

Poste: Jungkook, Baek está teniendo contracciones, lo voy a llevar al hospital.

— Taehyung también está teniendo contracciones, nos vemos en el hospital.

Poste: Bien, ya le avisé a tus padres, también están en camino.

La llamada finalizó, justo cuando Taehyung comenzó con otra contracción. El azabache se
colocó a un lado de la cama y le marcó a Choi, el cual no tardó en responder.

Choi: Bue-

— Choi, creo que Taehyung ya tendrá a nuestro cachorro. — La línea se quedó unos segundos
en silencio.
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Choi: ¿Ya rompió fuente?

— Sí, y está teniendo contracciones.

Choi: ¿Son muy seguidas?

El Alfa miró a su pareja, el cual estaba recostado sobre la cabecera y respiraba sonoramente,
acariciando su vientre.

— No...

Choi: Muy bien. Escucha con atención, Jungkook. Taehyung se está dilatando, está preparando
su cuerpo para el parto. Así que, ayúdalo a darse un baño con agua tibia, luego vístanse y
vengan al hospital, los voy a estar esperando.

— Pero... ¿No debería llevarlo inmediatamente al hospital?

Choi: No, las contracciones aún no son seguidas, por lo cual, aún no se aproxima el cachorro a
la entrada. Cuando las contracciones comienzan a estar a segundos de diferencia, es porque
Taehyung está listo para dar a luz, así que no te preocupes, haz lo que te digo.

El Magnate hizo un sonido de afirmación y colgó la llamada. Taehyung seguía en la misma

posición, tratando de relajarse.

— Todo va a estar bien, amor... — Le aseguró y el castaño asintió, abriendo los ojos. — Choi
dijo que te demos una ducha.

Con mucho cuidado, el Alfa ayudó a su pareja a levantarse de la cama para dirigirlo al cuarto
de baño. Al entrar, lo llevó hasta la tina y con un suave movimiento lo cargó para adentrarlo.
Al confirmar que estaba correctamente, lo ayudó a quitarse la ropa para poder poner a llenar
la tina.

— ¿Crees poder quedarte solo un rato, amor? — Quiso saber el Magnate. — Iré por Beomie,
no podemos dejarlo solo.

Taehyung asintió, dejando que el agua lo ayudara a relajarse un poco, mientras continuaba
dando pequeños masajes sobre su vientre.
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Sin pensarlo, Jungkook salió de la habitación, dirigiéndose a la de su cachorro. Al entrar, el

pequeño rubiecito se encontraba durmiendo plácidamente, abrazado a una de sus
almohadas, ya que su oso Gyunnie aún lo tenía Joonie para poder dormir.

Se acercó a la cama de su hijo y lo movió con suavidad, mientras lo llamaba para poder
despertarlo. El pequeño se removió, arrugando su naricita y escondiendo su rostro contra la
almohada.

— Beomie... Cariño... — Lo volvió a llamar. — Tienes que despertar...

— Mgh... ¿Papá? — Talló sus ojitos con el puño de sus manitas. — ¿Ya es de día? — Bostezó,
sentándose en la cama con un pequeño puchero.

— Aún no, cachorro, pero hay que levantarse y vestirse, tu hermanito está por nacer y papi
nos necesita...

Esas palabras despabilaron al rubiecito, quien miró a su padre con ojos muy abiertos,
tratando de procesar lo que le acababa de decir.

— ¿Mi hermanito? — El Alfa asintió.

Y, como pudo, el cachorro brincó de su camita, tomando su pequeña mochilita, listo para
salir de la habitación.

— Hey, tranquilo, cachorro. — Lo sujetó el Alfa. — Voy a sacar tu ropa para cambiarte. Papi
está bien, así que tú me ayudarás vistiéndote mientras yo ayudo a papi a terminar de
bañarse, ¿Entendido? — Beomgyu asintió. — Cuando estés listo, sube a la habitación.

El Magnate besó la frente de su hijo y se dirigió al armario para sacar una sudadera blanca,
unos pantalones azules y una chamarra amarilla, con unos calcetines de osito, colocándolos
sobre la cama.

— ¿Puedes vestirte solo?

— Soy un niño grande. — Dijo, mostrando su puñito para demostrar su fuerza.

— Ese es mi hijo. — Revolvió su cabello, dejando un último beso en la punta de su nariz, antes
de abandonar la habitación.
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Jungkook volvió con su Omega, el cual seguía en la misma posición dentro de la tina,
sobando su vientre redondo mientras trataba de regular su respiración. Aunque al sentir la
presencia de su futuro esposo, su limoncito comenzó a removerse, provocando una
contracción.

— ¡Agh! — Respiró hondo, y el azabache se colocó a su lado rápidamente.

— ¿Estás bien? — Taehyung asintió.

— Creo que solo está emocionado por salir y verte... — Sonrieron ambos.

— Yo creo que ya quiere conocer a su familia... — Besó los labios de su amado Omega.

Con mucho cuidado, el Magnate bañó a su pareja, monitoreando el tiempo de sus

contracciones. Una vez terminó, lo tomó entre sus brazos y lo llevó hasta la habitación para
sentarlo en la cama y envolverlo en una toalla para poder secarlo.

De pronto, unos toquecitos en la puerta se hicieron presentes y después un pequeño rubio

asomó su cabecita por la abertura de la puerta.

— Pasa, cariño... — Respiró Taehyung con tranquilidad.

El cachorro no dudó en entrar a la habitación y dirigirse a su padre Omega.

— ¿Cómo te sientes, papi? — Beomgyu colocó su mirada fija entre el pecho y el cuello del
mayor, su mirada era seria.

— Me siento mejor...

— ¿Ocurre algo, hijo? — El pequeño no se movió y unos segundos después miró a su padre
Alfa.

— Estoy viendo la respiración de papi y cómo late el corazón de mi hermanito, el tío Choi me
enseñó cómo hacerlo.

Jungkook sonrió orgulloso. Su hijo realmente tendría un gran futuro en la carrera de

medicina o con un doctorado, pero dejaría que él eligiera lo que quisiera estudiar.

— Beomie, ¿Cuidarías a papi mientras voy por su ropa? — El menor asintió.

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El Alfa, sin perder tiempo, entró al armario para buscar ropa cómoda para su amado Omega.

— ¿Estás feliz de que pronto conocerás a tu hermanito?

— Sí... Ya quiero verlo y jugar con él. — Extendió sus manitas para tocar el redondo vientre de
su padre, pero justo cuando sus manitas tocaron la superficie...

— ¡Agh!— Otra contracción se hizo presente y eso asustó al menor. — Tranquilo, Beomie... Es
normal... — Respiró hondo, tratando de controlar el dolor.

— Tranquilo, papi. Pronto iremos con el tío Choi. — Le aseguró a su hijo.

En ese instante, Jungkook apareció con un conjunto deportivo suyo para colocarle a
Taehyung, ya que al quedarle grande lo haría sentir más cómodo y su aroma lo mantendría
tranquilo.

— Te voy a vestir, amor. — Otra contracción se hizo presente. — Beomie, ¿Hace cuanto fue su
última contracción?

— Hace como 4 minutos, papá.

— Ya están comenzando a ser más seguidas, hay que apresurarnos. — Comentó el Alfa,
colocando las prendas sobre la cama para comenzar a vestir a Taehyung.

Con cuidado, comenzó a colocar cada prenda a su amado mientras su pequeño hijo
esperaba paciente, sentado sobre la cama, chocando la punta de sus zapatitos entre ellos.

Unos minutos después, Jungkook se colocó un listón en la cintura, colgó sobre su hombro
una pequeña maleta de mano y luego cargó a su omega en forma nupcial.

— Beomie, tú llevas la pañalera. — Le indicó y el pequeño asintió, tomándola. — Y, ahora,

sujeta el listón para que no te alejes de mí.

Nuevamente el rubiecito asintió, obedeciendo a su padre, sujetando el extremo del listón.

Una vez listos, los tres salieron de la habitación, bajando las escaleras, hasta llegar a la
puerta principal. Las contracciones de Taehyung ya eran cada dos minutos, por lo cual
Jungkook se apresuró, llevándolo hasta la parte trasera del auto para recostarlo.
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Nunca fue fan de colocar a Beomgyu en el asiento de copiloto, pero no tenía otra opción
tampoco, así que lo sentó, colocando correctamente el cinturón de seguridad.

Cerró ambas puertas y se dirigió a la cajuela para guardar la maleta de mano y la pañalera,
antes de subir, tomando su lugar de piloto y arrancó el auto.

— ¡Ahg! — Otra contracción. — Jungkook... Duele...

Claro que el Alfa era consciente del dolor, pues sentía cada contracción como si la estuviera
teniendo él mismo.

— Ya estoy yendo al hospital, amor.

Chanyeol se encontraba sentado en la sala de espera junto a los señores Jeon, su lobo
estaba ansioso y nervioso, quería saber sobre su Omega y cómo se encontraba su cachorrita.

Pero justo cuando miró a un costado, notó la llegada de Jungkook con Taehyung en brazos y
Beomgyu aferrado a un listón, siguiéndole el paso.

Enseguida se puso de pie y fue hasta donde se encontraban un par de enfermeras, para
indicarles de la llegada de ellos y que necesitaban ayuda.

Las betas actuaron con velocidad, llegando con una silla de ruedas para colocar al omega
castaño. Jungkook se puso frente a él y tomó su rostro entre sus manos.

— Amor, todo va a estar bien, eres muy fuerte. — Taehyung asintió, conteniendo una
contracción. — Aquí estaré esperándote, junto a nuestro hijo.

— Te amo... — El Omega dejó un beso sobre los labios de su amado. — Los amo... — Dejó un
beso sobre la frente de su hijo. — ¡Agh!

— Hay que llevarlo al quirófano. — Informó una de las enfermeras, y el Alfa tuvo que soltarlo.

Solo pudo mirar cómo desaparecía entre aquella gran puerta, Beomie se aferraba a la pierna
del Magnate.

— Hijo. — Se acercó Jiwoo, cuando Jungkook cargaba a su cachorro.

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— ¿Y Baek? ¿Cómo está?

— Apenas acaba de entrar también. — Comentó Chanyeol. — Cuando llegamos, no estaba lo

suficientemente dilatado para proceder al parto, así que el doctor sugirió que caminara un
rato con él, entró hace cinco minutos.

— Mi hermanito y mi prima van a nacer el mismo día. — Dijo el rubiecito.

— Así es. — Chanyeol revolvió el cabello de su sobrino.

— Sin duda, Baek no se quedará callado. — Suspiró Jungkook, conociendo perfectamente a

su hermano.

— Bueno... ¿Qué te digo? Baek es así. — Rió el más alto de los Alfas.

Sin duda, la relación de ambos había avanzado mucho. Pues, al final se habían convertido en
familia y en ese momento estaba creciendo aún más con la llegada de esos pequeños
cachorritos.

Las horas pasaron y les parecía una eternidad a cada uno de los padres, sin contar que
también para los abuelos, pues Vante y Suho habían llegado treinta minutos después de que
Taehyung fuera ingresado al quirófano.

De pronto, las puertas se abrieron, dejando ver al doctor Choi y a otro médico, ambos con
unas grandes sonrisas.

— Las parejas de Jeon Baekhyun y Kim Taehyung.

Ambos Alfas se acercaron de inmediato, tratando de contener su desesperación.

— Felicidades a ambos, sus hijas son unas cachorritas fuertes y sanas.

Chanyeol estaba con una gran sonrisa, pero Jungkook aún estaba procesando la
información, y en su cabeza solo podía escuchar "cachorrita" una y otra vez.

— ¡Sorpresa! — Dijo Beomie, que ya no podía contener que su hermanito, realmente era
hermanita.
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— Sus omegas serán llevados a sus habitaciones y se recomienda que solo el Alfa pase a
verlo, para crear un vínculo más fuerte con el cachorro. — Comentó el médico que estaba
junto a Choi.

— Beomgyu, también puede pasar al ser el hermano mayor. — Quiso agregar el Beta y eso
hizo sonreír al rubio.

— Disculpe... Yo soy el padre de Taehyung... ¿Podría pasar a verlo? Aunque sea unos
minutos...

— No creo que sea conveniente. — Dijo el segundo médico, y eso puso algo triste a Vante.

— Claro que puede pasar. — Intervino Choi. — Pero deje que ellos estén unos minutos con
ellos y después podrá pasar, por favor. — Vante asintió, agradecido con el Beta.

— Ambos Omegas hicieron un increíble trabajo y se encuentran bien, así que solo estarán
tres días en el hospital y podrán ir a casa.

— Muchas gracias. — Agradeció Chanyeol, pues Jungkook seguía procesando la información

de que tenía una hija.

Y fue cuando el recuerdo del ultrasonido volvió a su memoria. Choi les había apenas dicho
que sería una niña, y él, debido a la emoción, se había desmayado.

El castaño se mantenía recostado sobre la camilla con su pequeña cachorrita en brazos, su

suave aroma era sutil a Café y Nuez. La castañita dormía pacíficamente. Taehyung no podía
creer que esta personita había estado dentro de él y ahora la tenía de frente.

Su cabello era castaño como el suyo, pero su piel tenía un tono lechoso como la de
Jungkook. Era tan pequeñita. Su pequeña y futura Alfita.

El sonido de la puerta llamó la atención del Omega y vio cómo su hijo mayor se asomaba por
esta, antes de entrar, junto a su padre Jungkook. Taehyung no pudo evitar regalarles una
sonrisa a ambos, al quedarse parados junto a la puerta nerviosos.
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— Pueden acercarse, les prometo que no muerde. — Bromeó, logrando que ambos salieran
de sus burbujas.

Beomgyu fue el primero en acercarse. Realmente estaba muy emocionado por la llegada de
su hermanita y ahora se sentía nervioso.

— Vamos, cariño, acércate. ¿No quieres conocer a tu hermanita? — Beomie asintió

lentamente y subió a la silla junto a la camilla, para después pararse y poder llegar hasta la
altura necesaria.

— Es... Tan bonita... — Sus ojitos brillaron asombrados y su corazoncito latió de prisa. — Y
pequeñita... — La miraba con tanta admiración.

— Así es. — Sonrió Taehyung, al ver por primera vez a sus dos hijos juntos. Su lobo se movió
inquieto meneando la cola.

Por desgracia, su Lunaenovae seguía en recuperación dentro de él. Sabía que su pequeña no
heredaría su linaje y tampoco sería una Alfa pura debido a eso, aunque eso era lo que menos
le importaba, agradecía que su hija haya nacido sana.

Al levantar su vista, notó que su Alfa seguía junto a la puerta y en su rostro se veía el miedo. Y
claramente lo entendía, sabía que para Jungkook iba a ser un poco más difícil pasar esa
etapa, ese momento.

— Amor... — Lo llamó, no solo con palabras sino por su lazo, así que obtuvo su atención. —
Ven...

Jungkook tragó grueso, pero trató de respirar. Se repetía una y otra vez que él era un buen
padre y que jamás lastimaría a sus hijos como a él lo llegaron a lastimar, que la sangre de
Eunha corría en sus venas y por eso podría darle todo su amor a sus cachorros.

Avanzó con paso lento, hasta que por fin quedó justo al lado de su hijo y Omega, el cual
sostenía un pequeño bulto cubierto por una manta color lila, la cual fue destapando
lentamente.

— Adelante, amor. Puedes cargarla, es tu hija. — Lo animó.

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El azabache, aún con miedo, extendió sus manos y con suma delicadeza la recibió. Era tan
liviana y frágil. Contempló su pequeño rostro y pudo observar el parecido en los dos. La
pequeña frunció el ceño, moviendo su naricita olfateando el aire, hasta que abrió sus ojos,
dejando ver unos grandes ojos negros penetrantes, idénticos a los del Alfa, al cuál miraba
fijamente.

— Mi limoncito bebé... — Sonrió Jungkook con tantas ganas de llorar, al verla fruncir el ceño,
pero después sonreír suavemente.

El gran Magnate dejó caer todas sus paredes por completo y dejó que todos sus miedos
desaparecieran, ahora tenía tres motivos para ser la persona que era.

Taehyung colocó a Beomgyu sobre sus piernas y lo abrazó con fuerza, sonriendo al ver cómo
su Alfa miraba a su pequeña cachorrita. Jungkook miró a su Omega y no dudó en acercarse y
sentarse junto a él para besar sus labios.

— Gracias... — Juntó sus frentes.

— ¿Por qué?

— Gracias por salvarme... — Le susurró. — Por volver a mí... Por darme esta familia... — Miró a
sus hijos, antes de volver a mirarlo a los ojos.

Ahí fue donde Taehyung pudo percatarse de los ojos cristalizados del mayor, y cómo una
lágrima traicionera bajaba por su mejilla, pero el Omega la detuvo por el camino.

— No me agradezcas nada, amor... Te amo. — Beomie contempló a sus padres, y se sintió tan
bonito al ver todo el amor que se tenían.

Unos sonidos en la puerta llamaron la atención de la pareja y justo en ese momento apareció
Vante.

— ¿Interrumpo? — Estaba sonrojado.

— Claro que no, papá. Ven a conocer a tu nieta.

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El Alfa mayor se acercó algo avergonzado, pero al mirar a la pequeñita en brazos de

Jungkook, se detuvo. No tenía palabras para describir lo bella que era esa pequeña
cachorrita.

— Se parece a ambos... — Pudo decir, sentándose en la silla frente a la camilla, ya que el

médico le recomendó que no la cargara, ya que se estaba formando el vínculo entre los
padres.

— Creo que ya sabemos a quién se va a parecer más. — Miró cómo su pequeña seguía
mirando fijamente a Jungkook, sin apartar la mirada.

— Estoy orgulloso de ti, hijo. — Las lágrimas escaparon de los ojos del mayor. — Felicidades a
ambos, sus hijos son preciosos.

— Claro que sí. — Taehyung abrazó con fuerza a Beomgyu, llenándolo de besos, haciendo
reír al rubio. — A mí todos mis hijos me salen hermosos.

— ¿Y cómo se llamará esta pequeña?

— Bueno, no sabía que sería una niña, así que no pensé en ningún nombre. — Confesó el
Magnate.

— Beomgyu escogió un nombre. — Comentó Taehyung.

— Ah, ¿Sí? ¿Cuál? — Los tres adultos miraron al rubiecito.

— Bora... Jeon Bora.

EPÍLOGO
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por Srta_YoonTae

Un año y unos meses después...

Todos estaban de un lado a otro emocionados por aquel día tan esperado, sobre todo para la
pareja.
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— Me parece genial la idea de hacer la boda en esta cabaña. — Comentó Jiwoo, quien tenía
en brazos a su nieta DaeChan, la cual portaba un vestidito naranja de cuadros y estaba
peinada con una colita dejando su flequillo. Su cabello era rubio castaño, como el de su
padre Alfa.

— Este es un lugar muy especial para Tae y Jungkook. — Le respondió Vante, el cual también
cargaba a su nieta Bora. La pequeña tenía un vestido idéntico al de su prima, pero en color
rojo y su cabello castaño estaba atado en un moño.

Al haber nacido el mismo día, Taehyung y Baek las trataban como gemelas, y la verdad era
que ellas dos son inseparables.

Por otro lado, Beomie estaba jugando con el resto de sus primos, pues Joonie ahora tenía 4
años y el resto de sus primos 2 años.

Taehyung y Jungkook habían escogido ese lugar porque siempre iba a ser simbólico para
ellos, pues ahí fue donde crearon su lazo, en las dos ocasiones. Al haber pasado un año, el
Magnate ya había hecho remodelaciones en la cabaña y esa pequeña casita se había
convertido en una gran casa, pero continuaba con su belleza y sencillez.

Esa era su casa de relajación para la familia Jeon. A Beomie le encantaba ir a esa cabaña, por
eso propuso que la boda de sus padres fuera justamente ahí.

¿Y qué decir? Jungkook y Taehyung hacían todo lo que su pequeño dijera.

Todo estaba decorado con blanco y rojo, el Alfa no iba a dejar pasar la oportunidad de usar el
color que simboliza a su amado castañito.

Pero la mayoría de las cosas eran decoraciones naturales, para no perder el encanto del
lugar donde estaban.

En esta boda solo estaban invitando a sus amigos más íntimos, los que consideraban parte
de su familia, ya que sería más que nada discreto. Querían que fuera algo especial para la
pareja, sin la prensa y esas cosas.

— Beomie, siento un aroma dulce... — Le susurró a su mejor amigo.

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El futuro Alfita de los Kim había mejorado mucho su habla, gracias a su rubio amigo y a las
terapias de Moon. Además, la escuela también había sido de gran ayuda.

El pequeño estaba creciendo tan bien y rodeado de amor, su mente había bloqueado ese
horrible suceso que vivió cuando tenía tan solo 2 añitos.

— Ah, ¿Sí? — Miró a todas direcciones.

— Sí, pero no distingo de dónde. Es un aroma fuerte en distintas direcciones. — Explicó

Joonie, olfateando el aire. — Viene de por ahí. — Apuntó una dirección, donde estaban sus
tíos. — De ahí viene el aroma más fuerte. Es muy, muy dulce. — Se sonrojó. — Y también de
allá. — Apuntó ahora hacia la casa.

— Deben ser las flores y la comida de mi abuela Jiwoo, ella es una excelente cocinera.

— Puede ser... — Pensó el pequeño Kim.

— No lo pienses mucho, Jardín.

— Tienes razón, Cine.

Una pequeña de vestido verde y grandes anteojos redondos, llegó corriendo con una gran
sonrisa hacia sus dos primos mayores.

— Bomie, Joonie hyung... — Respiró entrecortadamente. — Sungji netetita ayua...

— ¿Qué ocurre, Sungji? — Beomgyu se agachó un poco y acomodó los lentes de su primita
castaña.

— Yo escondel de Jihyunie.

— ¡Sungie! — Se escuchó al pequeño de ojos gatunos gritar.

La nena brincó, escondiéndose detrás de ambos primos, los cuales no dudaron en ayudarla.

— ¿Por qué te escondes? — Quiso saber Joonie.

— Shh... Econtitas.

En eso, llegó el pequeño azabache, el cual se veía cansado de correr. Sin duda, era idéntico a
su tío YoonGi.
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— ¿Ño vielon a Sungie? — Ambos primos mayores se miraron y negaron. El pequeño Min hizo
un puchero al no haber encontrado a su castañita de ojos grandes.

Pero al bajar su mirada, encontró un tercer par de piecitos con unos zapatitos blancos y
calcetines de encaje, sonrió.

— ¡Te enconté! — La nena gritó y después comenzó a reír, antes de abrazar al pálido de ojos
gatunos.

La ceremonia estaba apunto de iniciar. El Alfa estaba al final del camino, en la espera de su
amado Omega. Estaba nervioso, no podía creer que estaba apunto de casarse con el amor de
su vida.

Jungkook portaba un traje blanco con una corbata roja, su cabello estaba atado en una
media cola, mientras algunos mechones rebeldes caían por su rostro. La temática era blanco
y rojo.

— Tranquilo, hijo. — Young estaba al lado del Magnate.

— No puedo creer que estoy apunto de casarme... — Confesó.

— Sé lo que se siente, pero créeme que cuando lo veas, todo ese nerviosismo se irá y sabrás
que no pudiste tomar mejor decisión que esta. — Recordó el día que se casó con su amada
esposa, mirando cómo ella jugaba con sus dos nietas que sostenía con cada brazo.

De pronto, una suave melodía de piano comenzó a sonar. YoonGi se había ofrecido a
componer una melodía especialmente para ellos y tocarla el día de la boda. Una voz se
escuchó, era suave y dulce, Jimin acompañaba a su esposo con su voz. Era una letra escrita
por Taehyung, la cual le pidió a su amigo que la cantara y este obviamente no pudo negarse.

En ese preciso instante, los ojos del azabache coincidieron con esos ojos marrones que lo
cautivaron desde la primera vez que los vio, cuando apenas era solo un pequeño de dos
años.

Taehyung iba sujeto del brazo de Vante y con el otro sostenía su ramo de flores, el cual
contenía rosas rojas y pequeñas margaritas blancas. Llevaba un traje rojo sencillo y elegante,
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con una corona de flores rojas y blancas para sujetar su velo, su cabello estaba peinado en
unos pequeños broches para que estuviera sujeto hacia atrás, su rostro estaba levemente
maquillado. Estaba con una ligera sonrisa que detuvo el tiempo para Jungkook.

Y ahí fue donde el Magnate sintió las palabras que su padre le había dicho hace unos
segundos.

El tiempo se detuvo, y el Alfa podría jurar que podía escuchar su propio corazón latir
acelerado cada vez que se acercaba más a él. Su lobo infló su pecho lleno de orgullo.

Para Taehyung, el camino hacia el altar se le estaba haciendo eterno y sentía una corriente
invadir cada célula de su cuerpo.

Al volver a mirar al frente, pudo volver a ver cada etapa de Jungkook. Frente a él pudo ver a
un niño de dos años, luego uno de siete, seguido de un adolescente de diecinueve años y
finalmente el hombre de 25 con el que se iba a casar y el padre de sus hijos.

Volvió a sonreír cuando estuvo completamente frente a él y ahí fue cuando notó los ojos
cristalizados del Magnate.

— Jungkook, te entrego lo más valioso que tengo en esta vida, por favor... Cuida de él. —
Pidió Vante.

— Lo prometo.

El Alfa mayor tomó la mano de su hijo y se la entregó a Jungkook, quien no dudó en tomarla.
Vante hizo una reverencia y se colocó junto a su Beta, quien lo tomó por la cintura.

— No tengo palabras para decir lo perfecto que te ves. — Confesó el Alfa, conteniendo sus
intensas ganas de llorar.

— Mi amado Alfa... — Taehyung notó cómo una lágrima traicionera bajaba por su mejilla, así
que la detuvo en el proceso.

— Buenas tardes a todos... — Habló el encargado de la ceremonia. — El día de hoy estamos

aquí reunidos para unir el alma de estos dos jóvenes, Jungkook y Taehyung, quienes la luna
decidió su destino, pero ellos tomaron la decisión de estar juntos y ser uno...
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El predicador hablaba, pero para el Alfa y el Omega solo existían ellos, habían pasado por
tanto y ahora por fin nada los iba a poder separar.

— Pueden decir sus votos...

— Yo, Taehyung, prometo amarte, Jungkook. Estar a tu lado, en la salud y en la enfermedad,

en las buenas y en las malas. — Contuvo sus ganas de llorar. — Y si la muerte nos llega
alcanzar en algún punto, espera por mí, porque sin duda te buscaré en mis siguientes vidas...

Como ya lo hice una vez, Seojoon...

— Yo, Jungkook, prometo amarte a ti, Taehyung... — Miró esos bellos ojos marrones. —
Prometo amarte, en cada una de mis vidas y si en alguna no llego a encontrarte, no dudes en
que te buscaré, sin importar que tu rostro ya no sea el mismo, porque ni la muerte va a hacer
que deje de amarte como lo hago en esta...

Y en la anterior, Hyungsik...

Aún siendo de día, la luna hizo presencia en el cielo, iluminando a ambos jóvenes y por unos
segundos las dos personas frente al altar eran dos jóvenes extraños que nadie reconoció,
solo Vante pudo reconocer a uno de ellos. No sabían que eran dos almas que tuvieron un
trágico final en ese mismo lugar y que por fin podían decirse que se amaban en sus
reencarnaciones, que curiosamente eran sus nietos.

— Por favor, los anillos. — Pidió el padre.

Chanyeol y Baek fueron los encargados de los anillos, pues eran dos personas muy
especiales para la pareja.

Cada uno de los novios tomó el anillo del contrario y se miraron directamente a los ojos con
una sonrisa.

— Jeon Jungkook, ¿Aceptas amar fielmente a Kim Taehyung?

En los ojos del Alfa no había ni una pizca de duda, estaba seguro de lo que sentía por ese
hermoso chico castaño.
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— Acepto. — Tomó la mano izquierda de su Omega y deslizó suavemente en su dedo anular

aquel arito plateado, dejándolo sobre el de su propuesta, ya que su anillo de promesa había
cambiado a su dedo corazón.

— Kim Taehyung, ¿Aceptas amar fielmente a Jeon Jungkook? — Esa sería la última vez que se
escucharía decir su nombre de esa forma.

— Acepto. — Repitió la acción de su ahora esposo, colocando su anillo junto al de promesa

de ambos.

— Muy bien. Entonces, lo que ha unido la luna y el destino, que no lo pueda separar el
hombre. Los declaro finalmente esposos, pueden sellar su amor.

Taehyung mordió levemente su labio inferior con una sonrisa, acercándose a su esposo. Y es
que Jungkook no podía simplemente darle un beso cualquiera. Oh, no. Si no, no sería Jeon
Jungkook.

El Magnate tomó a su Omega por los muslos, alzándolo, provocando que este lo rodeara con
sus piernas, y con una sonrisa juguetona, juntó los labios de ambos, con un beso cargado de
sentimientos, justo cuando el flash de la cámara congeló ese momento.

Los aplausos se hicieron presentes y cuando por fin el azabache bajó a su esposo, Beomie
llegó, ayudando a su hermanita a caminar hasta sus padres, Jungkook no dudó en cargar a
ambos.

— Una foto. — Pidió el fotógrafo.

Por lo cual, Taehyung tomó a su pequeña Bora en brazos y acomodó su vestidito rojo,
mientras Jungkook acomodaba el traje blanco de Beomgyu, para después tomar la cintura
de su amado esposo. Los cuatro sonrieron juntos justo cuando la foto fue tomada,
guardando ese hermoso recuerdo para la familia.

Las fotos con los novios continuaron junto a las felicitaciones de todos, hasta que la noche
cayó y la fiesta del compromiso empezó. Todo estaba adornado con esferas de luz flotantes.
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— Buenas noches... — Una vocecita en el micrófono llamó la atención de todos, sobre todo la
de los recién esposos. — Como saben, mi nombre es Jeon Beomgyu y soy el hijo mayor de los
esposos...

El pequeño se veía nervioso, pero al ver la sonrisa de sus padres, recordó que él era un
Omega fuerte.

— Hoy quiero darle las gracias a mis padres por darme una familia tan grande como la que
tengo ahora, y la verdad no sé cómo agradecérselos, pero quise hacer este regalo para
ustedes...

En ese momento, entró Hoseok con un cuadro algo grande cubierto por una manta de color
negro, por lo cual no se podía ver lo que estaba detrás de ella.

— Un día, mi abuelo Vante llevó un álbum de fotos a la casa y mostró muchas fotos que son
especiales para ustedes. Esa vez, yo... Tomé una a escondidas... — Confesó. — Quería hacer
algo especial, así como ustedes lo hicieron por mí, y mi tío Hobi me ayudó.

El pequeño rubio miró a su tío y asintió con su cabeza, por lo cual este retiró la manta negra
que cubría aquel cuadro. Taehyung y Jungkook no podían creer lo que estaban viendo frente
a ellos, no pudieron contener las lágrimas.

El cuadro era un retrato familiar. En medio, estaban Tae y Jungkook, sobre las piernas del
Alfa estaba Beomie y en las del castaño su pequeña hija. A un lado del Magnate estaba Baek y
Chanyeol con su pequeña DaeChan, pero lo que hizo llorar a los esposos fueron las personas
paradas detrás de ellos. Detrás de Jungkook estaba Eunha con su bella sonrisa de conejo,
sosteniendo a su hijo por el hombro y a su lado estaban Jiwoo y Young, mientras detrás de
Taehyung, de la misma forma, estaba Bora junto a Vante y Suho.

El Omega no dudó en ir hasta su hijo junto al Magnate, quien sostenía a su pequeña Bora y lo
abrazaron, con lágrimas en los ojos.

— Para mí, esta es la familia que me dieron y yo quería darles esto para que pudieran verlo
siempre...

— Beomie, eres el mejor hijo, siempre lo has sido.

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— Tu papi y yo te ama1mos, los amamos más que a nada. — Le aseguró el azabache.

Todos los invitados apreciaban aquella bella escena familiar. Vante no pudo evitar llorar, al
ver aquel retrato donde deslumbraba la sonrisa de Bora, pero esta ya no hacía latir su
corazón, como al ver la de Suho. El Beta lo entendió y lo abrazó con fuerza.

— Tranquilo, amor. Aquí estoy contigo. — Le susurró al oído su Beta.

— Lo sé... — Ocultó su rostro en su pecho. — Me siento afortunado de haber podido

conocerlos a los dos...

— Créeme que los afortunados fuimos nosotros al encontrar a alguien como tú que, ante
todo, siempre nos diste nuestro lugar.

Y era verdad, porque aunque no la pudieran ver, Bora siempre estaba junto a sus chicos
Taehyung cuando la necesitaban.

— Por tradición, es justo que la pareja haga su primer baile como esposos. — Dijo NamJoon,
llamando nuevamente la atención de todos.

El Magnate no dudó en ponerse de pie y pedirle su mano a su esposo, el cual no se hizo del
rogar y lo sujetó con una sonrisa.

Ambos caminaron hasta el centro y nuevamente YoonGi fue el encargado de la música,

tocando una suave melodía en el piano.

— Jeon Taehyung... Me encanta como suena eso. — Dijo con una sonrisa orgullosa el Alfa.

— Es elegante. — Le siguió el juego.

Poco a poco, los invitados fueron tomando sus parejas y los invitaron a bailar.

Los esposos decidieron alejarse un poco de la fiesta y tomar aire fresco, caminando un poco,
pero sin alejarse de la fiesta del todo.

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— ¿Sabes? Estuve hablando con YoonGi y resulta que finalmente se le hizo y dejó en cinta a
Jimin, tiene una semana.

— Amor, eso ya lo sabía. Yo acompañé a Jimin a hacerse los estudios con Choi.

— Pero... ¿Cuándo? — Jungkook no recordaba que su Omega se lo haya comentado.

— Cuando te dije que iría con Jimin a ver unos asuntos con unos inversionistas. — El mayor
frunció el ceño.

— ¿Entonces por qué me mentiste?

— Porque era un secreto. Además, yo también me había estado sintiendo algo mal
últimamente y para descartar cualquier cosa, también me hice un estudio general.

— Espera... ¿Qué? — La sonrisa de Taehyung se intensificó.

— Adivina quién será padre otra vez.

— ¿Estás... Esperando?¿Estamos esperando? — El menor asintió con la cabeza.

Sin previo aviso, el Magnate tomó a su Omega entre sus brazos y le dio un par de vueltas.

— ¿De verdad? — Lo bajó nuevamente.

— Un mes y medio.

La mente de Jungkook comenzó a procesar la información y al final sonrió negando, al saber

en qué momento su Omega había quedado en cinta.

— Bendito cuarto de velas.

— Bueno, amor, sabíamos que esto podía pasar tarde o temprano, ambos sabemos que
tenemos mucho sexo.

— ¿Qué? Yo no tengo sexo contigo. — Se acercó a su chico de forma coqueta. — Yo te hago el

amor.

— Oh, sí... Lo olvidaba...

Los labios de ambos se encontraron y se acariciaron, para después sonreír en medio de ese
beso y terminar separándose.
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— Te amo, mi chico de universidad...

— Te amo, mi Magnate...

El Alfa metió su mano dentro del bolsillo de su pantalón y saco una pequeña cajita de cuero
rojo.

— Quiero darte un último regalo de esta noche — Taehyung miro la cajita y al abrirla
encontró un bello collar con un Rubí.

— Amor... — El Magnate no lo dejo continuar y tomo el colgante colocándolo en su cuello.

— Solo prométeme que si me amas nunca te lo quitarás.

Los dos se miraron a los ojos y estos brillaron antes de cerrarlos y juntar sus frentes, en el
momento justo en que sus lobos les aullaron a la luna.

— ¿Este es el final de nuestra historia? — Quiso saber el Alfa.

— Creí que lo nuestro no tendría final.

— Tienes razón, mi Sempiterno.

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