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UNIDAD 1

“Las desventuras del conocimiento científico” – Gregorio Klimovsky

Epistemología, referido exclusivamente a los problemas del conocimiento científico, tales como las circunstancias
históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a su obtención, y los criterios con los cuales se lo justifica o
invalida. La epistemología seria, el estudio de las condiciones de producción y de validación del conocimiento
científico.

El epistemólogo se formula una pregunta: por qué debemos creer en aquello que afirman los científicos. No
acepta sin critica el conocimiento científico, sino que lo examina del modo más objetivo posible. Frente a
cualquier teoría se preguntará por su aparición como fenómeno histórico, social o psicológico, por qué hay que
considerarla como buena o mala, o cuales son los criterios para decidir si una teoría es mejor o peor que otra. La
epistemología es por ello una actividad critica que se dirige hacia el campo de la ciencia.

El termino filosofía de la ciencia es as amplio que el termino epistemología, y esta sería tal vez una disciplina
independiente de aquella.

El epistemólogo podría formularse, a modo de problema, la pregunta por el pretendido valor atribuido a los datos
y muestras.

Contextos

Contexto de descubrimiento y contexto de justificación. En el contexto de descubrimiento importa la producción


de una hipótesis o de una teoría, el hallazgo y la formulación de una idea, la invención de un concepto, todo ello
relacionado con circunstancias personales, psicológicas, sociológicas, políticas y hasta económicas o tecnológicas
que pudieses haber gravitado en la gestación del descubrimiento o influido en su aparición.

El contexto de justificación, aborda cuestiones de validación: cómo saber si el descubrimiento realizado es


auténtico o no, si la creencia es verdadera o falsa, si una teoría es justificable, si las evidencias apoyan nuestras
afirmaciones o si realmente se ha incrementado el conocimiento disponible.

Ambos contextos parecen referirse a problemas independientes. El contexto de desciframiento estaría


relacionado con el campo de la psicología y de la sociología, el de justificación se vincularía con la teoría del
conocimiento y en particular con la lógica. Son muchos los filósofos que afirman que la frontera entre los dos
contextos no es nítida ni legitima.

Kuhn interpreta que toda separación entre contextos seria artificial y daría una visión unilateral y distorsionada de
la investigación científica.

Hay un tercer contexto, el de aplicación, en el que se discuten las aplicaciones del conocimiento científico, su
utilidad, su beneficio o perjuicio para la comunidad o la especie humana. Es un conjunto de cuestiones que
incluso tienen pertinencia para comprender problemas propios de los contextos de descubrimiento y justificación.

Las discusiones epistemológicas pueden llevarse a cabo en cualquiera de los tres contextos.

Filosofía de la ciencia o epistemología – Thuillier

¿Cómo se distingue una teoría científica?  epistemólogos. Estudiar la génesis y la estructura de las ciencias,
desde un punto de vista lógico y también histórico y sociológico.

La epistemología esta considerada como una disciplina filosófica y con un estatus marginal en relación con las
ramas nobles de la filosofía. Esto repercute sobre el plano intelectual y sobre el plano institucional. El mundo
científico en general sufre de numerosas dudas.

Dos grandes categorías de investigación, las unas más lógicas (teoría y experiencia), y las otras más históricas (los
diversos contextos de las ciencias).
¿Qué es la epistemología? Epistemología, filosofía de las ciencias. El concepto epistemología es de hecho
empleado de diversas maneras: según el país y para lo que se lo use, sirve para designar una teoría general del
conocimiento, o bien para estudios mas pormenorizados sobre la génesis y estructura de las ciencias. Es un
intento de análisis.

La epistemología no quiere impone dogmas a los científicos. No quiere ser un sistema a priori, dogmático, que
dicte autoritariamente lo que deber ser el conocimiento científico, sino estudiar la génesis y la estructura de los
conocimientos científicos. No hablar de filosofía de las ciencias, los epistemólogos no quieren lucha contra los
científicos en su terreno. La epistemología general se propone estudiar la producción de conocimientos bajo
todos sus aspectos: lógico, lingüístico, histórico, ideológico, etc.

El epistemólogo puede analizar la noción de explicación científica. Nada dice, evidentemente, que las
modalidades de la explicación sean las mismas en todas las disciplinas. Es precisamente esto lo que le
corresponde investigar. Es posible interrogarse sobre los usos de las opciones de ley y teoría, de observación, de
experimentación, de verificación. Dado que las ciencias nacen y evolucionan en circunstancias históricas
determinadas, el epistemólogo se preguntará también cuáles son las relaciones que pueden existir entre la
ciencia y la sociedad, entre la ciencia y las instituciones científicas, entre la ciencia y las religiones, o entre las
diversas ciencias.

La ciencia no está definida de una vez por todas.

Las investigaciones de este género son eminentemente interdisciplinares. Incluso si es verdad que la
epistemología ha tomado prestadas de la filosofía un conjunto de cuestiones relativas a la naturaleza y al valor de
la ciencia, recurre ya a los servicios de lógicos, lingüistas, historiadores, sociólogos y de psicólogos, así como los de
aquellos científicos cuyas actividades son tomadas directamente como objeto de estudio. La epistemología no
pretende ni repetir ni reemplazar a la ciencia.

La epistemología general no se reduce a una simple repetición de lo que han dicho y dirán los microfísicos, los
genéticos, los geólogos, etc. en tanto que especialistas. Hacen falta también trabajos de epistemología
comparada, un estudio de conceptos estructurados, de investigaciones sistemáticas sobre la manera en que las
ideologías repercuten sobre las actividades científicas, etc.

La ciencia no es un edificio totalmente transparente. El científico no es un ser racional y consciente en su


totalidad, de quien todos los propósitos y gestos serian objetos, de quien todos los presupuestos serian
perfectamente conocidos y explicito, cuyo método seria transparente y protegido contra toda influencia
perturbadora.

El investigador no se desembaraza de una vez por todas de sus creencias y de sus prejuicios, de todas las
imágenes o hábitos transmitidos y, más o menos directamente impuestos por la sociedad.

Las ciencias ponen en obra normas y criterios que son más complejos y menos explícitos, que no dejan entender
las metodologías abiertamente encomiadas o aceptadas por los científicos.

Toda teoría es un conjunto infinito y ordenado de proposiciones que excede a la experiencia.

El siglo XX ha concluido – Eduardo Wolovelsky

Relación entre ciencia y verdad.

La ciencia como una fuerza que es capaz de modelar aspectos importantes de nuestra forma de ver y nuestra
manera de actuar en el mundo.

La divulgación se consideraba una especie de lujo, actualmente se trata de un problema político.

Carl Sagan  adquirir el conocimiento y el saber necesarios para comprender las revelaciones científicas del siglo
XX será el reto más profundo del siglo XXI.

Pero el acceso al conocimiento científico por parte de la población parece ser una de las tareas as difíciles de
lograr. En el término ciencia conviven varias concepciones diferentes y porque las teorías científicas son
complejas y en general difíciles de comprender. Las ideas científicas pueden afectar de tal manera a las
tradiciones que se las rechaza por el riesgo de perder el andamiaje simbólico que les da sentido a nuestras vidas.

El dilema de Born. Deducir que se notaba una profunda desilusión respecto a la posibilidad de que la ciencia
alguna vez forma parte del interés de la mayoría de los seres humanos y se transforma así de manera definitiva en
una fuera positiva en l construcción de una sociedad que aspira a ser más equitativa. Iniciar un juego de reflexión
y critica, comprender qué es la ciencia y resignificar el valor de hacer masivo el acceso al conocimiento científico.

El significado social del conocimiento científico. Naturaleza de la ciencia, sostiene que los logros científicos son el
producto de una actividad que tiene un significado interno que es independiente de otras cuestiones sociales 
“la ciencia en sí misma”. Afirma la imposibilidad de que la población pueda comprender los logros científicos.

Los múltiples significados de la ciencia. Que es la ciencia? Muchas definiciones. Idealistas reducen ingenuamente
la actividad científica a la búsqueda desinteresada del conocimiento. Otras, realistas, confunden el ciencia y
tecnología: la ciencia no es más que un considerable instrumento utilizado en particular por el poder político para
fabricar armas atómicas, bilógicas y químicas.

No existe definición neutra y objetiva de la ciencia. Es una búsqueda metódica del saber. Es una manera de
interpretar el mundo. Es una institución, con escuelas y grupos de presión, sus prejuicios y sus recompensas
oficiales. Es un oficio. Es un poder. La ciencia es, ha sido, o puede ser, muchas cosas todavía.

Thuiller. La ciencia es una actividad de carácter histórico, con una lógica interna cuyos difusos bordes son
continuamente moldeados por la sociedad en la cual se halla constituida.

El fin de la ciencia es la búsqueda de la verdad. Vinculada a una serie de compromisos metodológicos, entre los
que se encuentra el trabajo de carácter experimental, a partir de los cuales es posible construir la decisión acerca
de la validez de las teorías y modelos con las que se intenta explicar el mundo. En un plano más realista, la
llamada “demostración científica” es mucho más compleja que aquella. La ciencia es certeza en tanto que, en
toda época, hay una serie de teorías y modelos que permiten una explicación de hechos y fenómenos del mundo,
así como la predicción de otros nuevos. La ciencia es un conflicto porque en todo momento histórico hay modelos
y teorías que conviven en tensión y no es posible logra una resolución a favor de una de ellas. Los objetivos que
persiguen los científicos no son únicos. En el seno de dicha comunidad se dan, como en el resto de la sociedad,
profundas diferencias ideológicas que muchas veces suelen, moldear la carga cognitiva de una teoría considerada
como legitima por al menos algún sector significativo de la comunidad científica.

Dos reflexiones. La ciencia es una actividad relevante para tratar importantes asuntos humanos, la promoción del
conocimiento científico requiere de un cierto posicionamiento político respecto de la finalidad con la que se
investiga en la ciencia moderna. La ciencia lleva en su seno conflictos y problemas que son conflictos y problemas
de toda la cultura, porque la ciencia forma parte de la cultura, aunque esta idea se constantemente olvidada.

La vidriera de la ciencia. La ciencia se opone de tal manera a la historia y a la tradición que no puede ser absorbida
por nuestra civilización. La ciencia implica un cierto coraje intelectual, aunque la especialización y burocratización
del trabajo profesional lo hayan erosionado significativamente.

Es una obligación promover las acciones políticas que posibiliten el acceso al conocimiento científico. La
divulgación de la ciencia, y todo proceso de socialización del conocimiento científico, se enfrentan a una decisión:
posibilitar la comprensión de las principales teorías de la ciencia y promover el sentido crítico que debiera ser
característico del pensamiento científico como forma de construcción de un especio estructural de autonomía,
disenso y confrontación, a pesar de las enormes dificultades que conlleva, o quedar subsumido en el consuelo de
las tradiciones pero también en la situación de miseria que dicho consuelo impide cambiar. Si optamos porque no
es un saber dogmático, debe atender únicamente al debate y la argumentación, como forma de convencimiento.

¿Qué se debe divulgar? La ciencia moderna es un complejo institucional, con una alta especialización de quienes
trabajan en los diferentes capos del conocimiento científico. La producción de publicaciones es enorme y su
importancia y calidad son difíciles de ponderar.

El conocimiento científico se expande movilizado por la honesta búsqueda de la verdad, el deseo de poder, la
carrera armamentística y la aspiración de curar a los hombres de las más graves dolencias, entre muchas otras.
Posibilidad de cumplir con el derecho de todo hombre y mujer de poder acceder a dicho saber. En tanto estemos
preocupados por enseñar y divulgar la ciencia no nos será posible renunciar a ello.

Quienes enseñan y divulgan son meros reproductores de los saberes que los científicos producen.

Pero los maestros, profesores y divulgadores no necesariamente deberían ser reproductores de esos saberes. Su
responsabilidad y trabajo los deberían llevar a promover un debate público acerca de lo que la ciencia es y cuáles
son sus significados para nuestra cultura. Implica promover u entendimiento de los compromisos racionales que
caracterizan a la actividad científica, favorecer a la comprensión de los significados sociales de los núcleos teóricos
más significativos de la ciencia y compartir las pasiones del conocimiento.

EL INDUCTIVISMO – Palma – Wolovelsky

El razonamiento inductivo. El modo de inferencia inductiva, parte de enunciados singulares y llega a una
conclusión con un nivel de generalidad mayor. Es un razonamiento que permite pasar de lo particular a lo general.

los razonamientos inductivos:

- Tienen una conclusión solamente probable. Lo expresado por premisas no alcanza para garantizar
concluyentemente la verdad de lo que se dice en la conclusión.
- Y la conclusión es solo probable porque en ella se agrega información, algo que no estaba contenido en
las premisas. Se efectúa un salto inductivo.
- Este salto inductivo no es legítimo desde el punto de vista de la lógica, puede derivar en una conclusión
falsa. Este tipo de razonamiento es invalido, no garantiza la conservación de la verdad en el pasaje de las premisas
a la conclusión.

El método inductivista. Se formula como método científico. Funcionaria utilizando una estructura inferencia de
tipo inductiva.

Funcionamiento del método inductivista:

1. Hechos adquiridos a través de la observación. A. inducción. 2. Leyes y teorías. B deducción. 3.


Predicciones y explicaciones.

Constituye una forma invalida de razonamiento, incapaz de conservar la verdad en el pasaje de premisas a
conclusión. Inferencias deductivas, no hay problemas lógicos en ellas.

El origen del método. Mera observación. La objetividad está garantizada por la evidencia empírica del comienzo.

La revisión de las fuentes de nuestro conocimiento genera, dentro de la filosofía, dos grandes líneas de
respuestas: la racionalista inaugurada por Descartes y la empirista por Hobbes.

La línea racionalista encontrará que la única fuente de conocimiento confiable será la razón. La vía que
desembocará en lo que se llamó positivismo y neopositivismo  empirismo  Locke.

Hobbes  iusnaturalismo moderno, según el cual los hombres son considerados iguales por naturaleza.

Caracterizado por el intenso y rápido desarrollo de las ciencias naturales y la formación y consolidación de los
estados nacionales sobre las ruinas del Estado feudal de derecho divino y la aparición en el escenario de la
historia de la nueva clase burguesa, que surge frente a las antiguas clases privilegiadas.

Bacon  arremeter contra las fuentes del error que llama idola o falsa imagen.

Los idola tribus. Los idola specus. Los idola fori. Los idola theatri. La delineaion del método a que debe atenerse el
científico para encontrar y afirmar la verdad sobre la naturaleza: es la teoría de la inducción. Buscar la causa de
una propiedad dada (o naturaleza) existente en un cuerpo. A partir de la eliminación de los idola, el método
propuesto indica una exhaustiva recolección de datos y su ordenación en tres tablas.

Los problemas del método. No se puede fundamentar lógicamente el pasaje de las observaciones a las
afirmaciones generales o universales.
No se puede fundamentar el uso del método basándose en la eficacia demostrada por el mismo en el pasado, ya
sea por lo expresado en el punto anterior o por el hecho de que se estaría razonando inductivamente.

El recurso de la probabilidad: haciéndose cargo de las objeciones planteadas en 1 y 2, los inductivistas


argumentaron que, después de todo, si no se puede tener la certeza absoluta acerca de los conocimientos, un
alto grado de probabilidad funcionaria adecuadamente.

Los desarrollos científicos para avalar esta afirmación no eran los de la vida cotidiana sino los de la probabilidad
matemática, la estadística y la ley de los grandes números.

Probabilidad como una ficción, son construcciones de nuestra mente, factibles de ser realizadas antes de que los
sucesos ocurran.

Matemáticamente hablando podemos decir que probabilidad es un número entre cero y uno.

Qué probabilidad hay de que una teoría científica que intenta describir un aspecto del mundo sea verdadera. Lo
que se está indicando es que no podemos justificar las teorías científicas en términos de probabilidad
matemática.

Ya veremos si en realidad la inducción es una forma de crear nuevas teorías; una forma que si bien no nos da
seguridad nos permitiría ese margen de creatividad necesario para inventar las conjeturas que lego deberían ser
sometidas a comprobación, o si simplemente los humanos no funcionamos haciendo inducciones, sino que solo
tenemos la ilusión de estar haciéndolo.

Gran diferencia entre la actividad científica misma y la reflexión acerca de ella, es decir, la epistemología o
filosofía de las ciencias.

Reunir todos los hechos es una tarea imposible. Creemos que los hechos se convierten en relevantes en virtud de
la estrategia o el principio de respuesta (hipótesis) que se quiere dar. El mas mínimo diseño de respuesta ya
constituye una hipótesis que guía nuestro relevamiento de datos, con lo cual la hipótesis es previa a la
experiencia. Por ese motivo suele decir que los “datos” de la experiencia ya tienen una carga teórica, es decir que
no existen los hechos como datos putos, sin hipótesis previas.

El problema de los términos teóricos. El inductivismo tiene dificultadas serias para incluir en la ciencia los
términos teóricos, términos que designan entidades inobservables.

La ciencia y la epistemología no siempre van de la mano, sino que se mueven en ámbitos, a veces, llamativa y
sorprendentemente divorciados y en segundo lugar, el carácter normativo que en general adoptan ciertas
posturas epistemológicas emparadas en un discurso que parece ser descriptivo.

Buscaron validar el objetivo de comprender el mundo visible postulando un mundo invisible cuyo
comportamiento era la causa de lo observable.

La observación depende de la teoría – Alan Chalmers

Inductivistas ingenuos  la observación cuidadosa y sin prejuicios proporciona una base segura a partir de la cual
se puede derivar un conocimiento científico probablemente verdadero, si no verdadero.

Objeción más seria a la postura inductiva. Los supuestos inductivistas sobre el estatus y el papel desempeñado
por la propia observación. Hay dos supuestos importantes que conlleva el inductivismo ingenuo con respecto a la
observación. Uno es que la ciencia comienza con la observación. El otro es que la observación proporciona una
base segura a partir de la cual se puede derivar el conocimiento.

Una concepción popular de la observación. Análisis de la observación al dominio de la visión. Los seres humanos
ven utilizando sus ojos. El registro de esta información por parte del cerebro humano es lo que corresponde a la
visión del objeto por el observador humano. Dos cuestiones que son clave para el inductivista: un observador
humano tiene acceso más o menos directo a algunas propiedades del mundo exterior en la medida en que el
cerebro registra esas propiedades en el acto de ver. La segunda es que dos observadores que vean el mismo
objeto o escena desde el mismo lugar verán lo mismo.
Experiencias visuales que no están determinadas por las imágenes formadas en la retina. Hay una gran cantidad
de datos que indican que no se trata de que la experiencia sufrida por los observadores cuando ven un objeto
esté determinada únicamente por la información, que entra en los ojos del observador, ni de que esté
determinada solamente por las imágenes formadas en las retinas de un observador. Dos observadores normales
que vean el mismo objeto, no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales. Hay un sentido importante
en el que no es necesario que los dos observadores vean lo mismo. Hay mucho más en lo que se ve que lo que
descubre el globo ocular.

La naturaleza de las imágenes formadas en las retinas de los observadores es relativamente independiente de su
cultura. Las experiencias perceptuales que los observadores tienen en el acto de ver no están especialmente
determinadas por las imágenes de las retinas.

Lo que un observador ve, la experiencia visual que tiene un observador cuando ve un objeto, depende en parte
de su experiencia pasada, su conocimiento y sus expectativas.

Se ha visto el mismo objeto físico antes y después de la solución del problema, y presumiblemente la imagen que
hay en la retina del observador no cambia en el momento en que se encuentra la solución y se descubre la cara.
Lo que ve un observador resulta afectado por su conocimiento y su experiencia.

Lo que ven los observadores, las experiencias subjetivas que tienen cuando ven un objeto o una escena, no está
determinado únicamente por las imágenes formadas en sus retinas, sino que depende también de la experiencia,
el conocimiento, las expectativas y el estado interno en general del observador.

Los observadores que ven la misma escena desde el mismo lugar ven la misma cosa, pero interpretan de
diferente modo lo que ven. En la medida en que se refiere a la percepción, con l único que el observador esta en
inmediato y directo contacto es con sus experiencias. No están dadas de modo univoco ni son invariantes, sino
que cambian con las expectativas y el conocimiento del observador. Lo que viene unívocamente dado por la
situación física es la imagen formada en la retina del observador; pero el observador no tiene contacto perceptual
directo con la imagen. El inductivista y muchos empiristas suponen que hay algo unívocamente dado en la
experiencia que puede interpretarse de diversas maneras, están suponiendo, sin argumentarlo a pesar de las
muchas pruebas en contra, que hay una correspondencia univoca entre la imágenes de nuestras retinas y las
experiencias subjetivas que tenemos cuando vemos.

No podemos ver exactamente lo que queremos. Mientras que las imágenes de nuestras retinas forman parte de
la causa de lo que vemos, otra parte muy importante de esa causa está constituida por el estado interno de
nuestras mentes o cerebros, el cual dependerá evidentemente nuestra educación cultual, nuestro conocimiento,
nuestras expectativas, etc. Y no estará determinado únicamente por las propiedades físicas de nuestros ojos y de
la escena observada. En segundo lugar, en una gran diversidad de circunstancias, lo que vemos en diversas
situaciones sigue siendo completamente estable. La dependencia entre lo que vemos y el estado de nuestras
mentes o cereros no es tan sensible como para hacer imposible la comunicación y la ciencia.

Los enunciados observacionales presuponen la teoría: aunque se diera una única experiencia perceptiva para
todos los observadores, todavía seguiría habiendo objeciones importantes al supuesto inductivista acerca de la
observación.

Los enunciados observacionales que se basan en las experiencias perceptivas de los observadores que afirman los
enunciados y que están supuestamente justificados por ellas. Según la concepción inductivista de la ciencia, la
sólida base sobre la que se construyen las leyes y teorías que constituyen la ciencia está formada por enunciados
observacionales públicos, y no por las experiencias subjetivas priva las de los observadores individuales.

La concepción inductivista exige la derivación de enunciados universales a partir de enunciados singulares


mediante la inducción. Tanto el razonamiento inductivo como el deductivo conllevan relaciones entre diversos
conjuntos de enunciados, y no relaciones entre enunciados por un lado y experiencias perceptivas por otro.

Hay experiencias perceptivas de algún tipo directamente accesibles al observador, pero no sucede así con los
enunciados observacionales. Estos son entidades públicas, formuladas en un lenguaje público, que conllevan
teorías con diversos grados de generalidad y complejidad. Una vez que se centra la atención en los enunciados
observacionales en cuanto forman la supuesta sólida base de la ciencia, se puede advertir que en contra de la
pretensión del inductivista, una teoría de algún tipo debe preceder a todos los enunciados observacionales y que
los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen.

Los enunciados observacionales se deben realizar en el lenguaje de alguna teoría, por vaga que sea.

Cuando pasamos a enunciados del tipo de los que se dan en la ciencia, los presupuestos teóricos son menos
tópicos y más evidentes.

Los enunciados observacionales se hacen siempre en el lenguaje de alguna teoría y serán tan precisos como lo sea
el marco conceptual o teórico que utilicen.

Las teorías precisas, claramente formuladas, constituyen un requisito previo de unos enunciados observacionales
precisos. En este sentido, las teorías preceden a la observación.

Las afirmaciones van en contra de la teoría inductivista de que el significado de muchos conceptos básicos se
extrae de la observación.

La observación depende de la teoría: ¿Cuál es el criterio según el que se incluyen en el conjunto algunas
experiencias perceptivas y que se excluyen otras?

La afirmación de que el concepto o cualquier otro concepto se derivan de la experiencia, y de nada más, es falsa.

Los enunciados observacionales son tan falibles como las teorías que presuponen y por lo tanto no constituyen
una base completamente segura sobre la que construir las leyes y teorías científicas.

Para establecer la validez de un enunciado observacional, por consiguiente, es necesario apelar a la teoría y
cuanto más firmemente se haya de establecer la valide, mayor era el conocimiento teórico que se emplee.

La opinión inductivista, a saber, que para establecer la verdad de un enunciado observacional problemático
apelamos a enunciados observacionales más seguros y quizás a leyes derivadas inductivamente de ellos, pero no
a la teoría.

Los enunciados observacionales dependen de la teoría y por tanto también su falibilidad.

La ciencia no comienza con los enunciados observacionales, porque una teoría de algún tipo precede siempre a
todos los enunciados observacionales, y los enunciados observacionales no constituyen una base firme sobre lo
que pueda descansar e conocimiento científico, porque son falibles.

La teoría guía la observación y la experimentación: el más ingenuo de los inductivistas, las observaciones
efectuadas por un observador imparcial y sin prejuicios proporcionan la base del conocimiento científico.

La teoría precede a la observación en la ciencia. Las observaciones y los experimentos se efectúan para
comprobar o aclarar alguna teoría, y solo se debe registrar las observaciones que se consideran relevantes para
esa tarea. En la medida en que las teorías que constituyen nuestro conocimiento científico son falibles e
incompletas, la guía que las teorías nos ofrecen con respecto a qué observaciones son relevantes para algún
fenómeno que se está investigando puede ser engañosa, y pueden hacer que se pasen por alto algunos actores
importantes.

El inductivismo no está refutado de un modo concluyente: el hecho de que la observación dependa de la teoría,
que se ha analizado en este capítulo, socava la afirmación inductivista de que la ciencia comienza con la
observación. Solo los inductivistas más ingenuos desearían defender esta postura.

Esta postura modificada admite francamente que las nuevas teorías se conciben de diversas maneras y a menudo
a través de muchos caminos.

Las teorías pueden ser concebidas, y usualmente lo son, antes de hacer las observaciones necesarias para
comprobarlas. Este inductivismo más sofisticado, los actos creativos, los más nuevos e importantes de los cuales
exigen genio e implican la intervención de la psicología individua de los científicos, se resisten al análisis lógico. El
descubrimiento y la cuestión del origen de las nuevas teorías son materias que quedan excluidas de la filosofía de
la ciencia.

Una vez que se ha llegado a nuevas leyes y teorías, queda la cuestión de la adecuación de esas leyes y teorías.
Corresponden a un conocimiento científico licito o no? Los inductivistas sofisticados. Su respuesta es que gran
cantidad de hechos relevantes para una teoría se deben determinar mediante la observación en una amplia
variedad de circunstancias y hay que establecer en qué medida se puede demostrar que la teoría es verdadera o
probablemente verdadera a la luz de esos hechos y mediante algún tipo de inferencia inductiva.

La separación entre el modo de descubrimiento y el modo de justificación permite que los inductivistas eludan
esa parte crítica que se les ha hecho en este capítulo y que iba dirigida contra la afirmación de que la ciencia
comienza con la observación.

Es esencial entender la ciencia como un conjunto de conocimientos que se desarrollan históricamente y que solo
se puede apreciar correctamente una teoría si se presta la debida atención a su contexto histórico. La apreciación
de una teoría está íntimamente vinculada a las circunstancias en las cuales apareció esa teoría por primera vez.

Aunque aceptemos que los inductivistas separen el modo de descubrimiento del modo de justificación, su postura
seguirá.

El inductivista pretende establecer una distinción bastante tajante entre la observación directa, que espera
servirá de base firme al conocimiento científico, y las teorías que se han de justificar en la medida en que reciban
un apoyo inductivo de la firme base observacional.

Se debe abandonar el inductivismo, porque cada vez le ha resultado más difícil arrojar nueva e interesante luz
sobre la naturaleza de la ciencia, hecho que llevó a Lakatos a afirmar que el programa estaba en vías de
degeneración.

“Introducción del falsacionismo”

El falsacionismo admite francamente que la observación es guiada por la teoría y la presupone. Abandona
cualquier afirmación que implique que las teorías se pueden establecer como verdaderas o probablemente
verdaderas a la luz de la evidencia observacional.

Una vez propuestas, las teorías especulativas han de ser comprobadas rigurosa e implacablemente por la
observación y la experimentación.

La ciencia progresa gracias al ensayo y al error, a las conjeturas y refutaciones. Nunca se puede decir lícitamente
de una teoría que es verdadera, se puede decir con optimismo que es la mejor disponible.

Una cuestión lógica que apoya al falsacionista: se puede demostrar que algunas teorías son falsas apelando a los
resultados de la observación y la experimentación. Nunca es posible llegar a leyes y teorías universales basándose
solo en deducciones lógicas. Por otro lado, es posible efectuar deducciones lógicas, partiendo de enunciados
observacionales singulares como premisas y llegar a la falsedad de teorías y leyes universales mediante una
deducción lógica.

Si se afirma la premisa y se niega la conclusión, hay una contradicción. La falsedad de enunciados universales se
puede deducir de enunciados singulares adecuados, el falsacionista explota al máximo esta cuestión lógica.

La falsabilidad como criterio de teorías: el falsacionista considera que la ciencia es un conjunto de hipótesis que se
propone a modo de ensayado con el propósito de describir o explicar de un modo preciso el comportamiento de
algún aspecto del mundo o universo. No todas las hipótesis lo consiguen. Hay una condición fundamental que
cualquier hipótesis o sistema de hipótesis debe cumplir si se le ha de dar el estatus de teorías o ley científica. Una
hipótesis ha de ser falsable.

Una hipótesis es falsable si existe un enunciado observacional o un conjunto de enunciados observacionales


lógicamente posibles que sean incompatibles con ella, esto es, que en caso de ser establecidos como verdaderos,
falsarían la hipótesis.
Si un enunciado no es falsable, entonces el mundo puede tener cualquier propiedad y comportarse de cualquier
manera sin entrar en conflicto con el enunciado.

Desde un punto de vista ideal, una teoría o ley científica debería proporcionarnos alguna información acerca de
cómo se comporta en realidad el mundo, excluyendo por esta razón las maneras den las que podría posiblemente
(lógicamente) comportarse, pero de hecho no se comporta.

El falsacionista mantiene que algunas teorías pasan de hecho como teorías científicas solo porque no son
falsables y deberían ser rechazadas, aunque superficialmente pueda parecer que poseen las características de las
buenas teorías científicas.

Para que una teoría posea un contenido informativo ha de ser falsable.

Grado de falsabilidad, claridad y precisión: una buena teoría o ley científica es falsable justamente porque hace
afirmaciones definidas acerca del mundo. Para el falsacionismo de ellos se sigue bastante claramente que cuanto
más falsable es una teoría mejor es, empleando la palabra más en un sentido amplio. Cuanto más afirme una
teoría, más oportunidades potenciales habrán de demostrar que el mundo no se comporta de hecho como lo
establece la teoría.

Las teorías que han sido falsadas tienen que ser rechazadas de forma tajante. La empresa científica consiste en
proponer hipótesis sumamente falsables, seguidas de intentos deliberados y tenaces de falsarlas.

Los falsacionistas prefieren con mucho un intento de resolver un problema interesante mediante una conjetura
audaz, aunque pronto resulte ser falsa, a cualquier recital de una serie de truismos improcedentes. Creen que esa
es la manera en que se puede aprender de nuestros errores y que al descubrir que nuestra conjetura era falsa
habremos aprendido mucho sobre la verdad y habremos llegado más cerca de la verdad.

El falsacionismo, reconoce las limitaciones de la inducción y la subordinación de la observación a la teoría. Solo se


pueden descubrir los secretos de la naturaleza con la ayuda de teorías ingeniosas y perspicaces. Cuanto mayor
sea el número de teorías conjeturadas que se enfrentan a la realidad del mundo y cuantas más especulativas sean
estas conjeturas, mayores serán las oportunidades de hacer importantes avances en la ciencia.

La exigencia de que las teorías sean sumamente falsables tiene la atractiva consecuencia de que las teorías sean
establecidas y precisadas con claridad.

La exigencia de un alto grado de falsabilidad elimina maniobras. El falsacionista exige que se puedan establecer
las teorías con suficiente claridad como para correr el riesgo de ser falsadas.

Cuanto más precisamente se formula una teoría se hace más falsable. Si aceptamos que cuando más falsable es
una teoría tanto mejor es, entonces también debemos aceptar que cuanto más precisas sean las afirmaciones de
una teoría mejor será esta.

Las exigencias de precisión y claridad de expresión, que van íntimamente ligadas, se siguen naturalmente de la
concepción de la ciencia que tiene el falsacionista.

Falsacionismo y progreso: el progreso de la ciencia – la ciencia comienza con problemas, problemas que van
asociados con la explicación del comportamiento de algunos aspectos del mundo o universo. Los científicos
proponen hipótesis falsables como soluciones al problema. Las hipótesis conjeturadas son entonces criticadas y
comprobadas. Algunas serán eliminadas rápidamente. Otras pueden tener más éxito. Estas deben someterse a
críticas y pruebas más rigurosas. Cuando finalmente se falsa una hipótesis, surge un nuevo problema,
afortunadamente muy alejado del problema original resuelto. Este exige la invención de nuevas hipótesis,
seguidas de nuevas críticas y pruebas. Y así el proceso continúa indefinidamente. Nunca se puede decir de una
teoría que es verdadera, por muy bien que haya superado las pruebas rigurosas, pero se puede decir que una
teoría actual es superior a sus predecesoras en el sentido de que es capaz de superar pruebas que falsaron a sus
predecesoras.

El punto de partida de la ciencia son los problemas.


La afirmación de que el origen de la ciencia esta en los problemas es perfectamente compatible con la prioridad
de las teorías sobre la observación y los enunciados observacionales. La ciencia no comienza con la pura
observación.

El concepto de progreso, de desarrollo científico, es fundamental en la concepción falsacionista de la ciencia.

Karl Popper: “La lógica de la investigación científica”. Panorama de algunos problemas fundamentales.

El hombre de ciencia, propone enunciados y los contrasta paso a paso. Construye hipótesis y las contrasta con la
experiencia por medio de observaciones y experiencias.

La tarea de la lógica de la investigación científica es ofrecer un análisis lógico de tal modo de proceder: analizar el
método de las ciencias empíricas.

El problema dela inducción: una tesis aceptada, las ciencias empíricas pueden caracterizarse por el hecho de que
emplean los llamados métodos inductivos.

Llamar inductiva a una inferencia cuando pasa de enunciados singulares, tales como descripciones de los
resultados de observaciones o experimentos, a enunciados universales tales como hipótesis y teorías.

Desde un punto de vista lógico dista mucho de ser obvio que estemos justificados al inferir enunciados
universales partiendo de enunciados singulares, por elevado que sea el número, pues cualquier conclusión que
saquemos de este modo, corre siempre el riesgo de resultar un día, falsa.

Problema de la inducción: la cuestión acerca de si están justificadas las inferencias inductivas, o de bajo qué
condiciones lo están. Puede formularse como la cuestión sobre cómo establecer la verdad de los enunciados
universales basados en la experiencia.

Todo informe en que se da cuenta de una experiencia, no puede ser originariamente un enunciado universal, sino
solo un enunciado singular. Quien dice que sabemos por experiencia la verdad de un enunciado universal, suele
querer decir que la verdad de dicho enunciado puede reducirse, de cierta forma, a l verdad de otros enunciados
que son verdaderos según sabemos por experiencia.

Modo de justificar las inferencias inductivas, hemos de intentar en primer término, establecer un principio de
inducción. Un enunciado con cuya ayuda pudiéramos presentar dichas inferencias de una forma lógicamente
aceptable.

Reichenbach, determina la verdad e las teorías científicas, eliminarlo de la ciencia significaría nada menos que
privar a estar de la posibilidad de decidir sobre la verdad o falsedad de sus teorías, es evidente que sin él la ciencia
perdería el derecho de distinguir sus teorías de las creaciones fantásticas y arbitrarias de la imaginación del poeta.

Pero tal principio no puede ser una verdad puramente lógica. En realidad, si existiera un principio de inducción
puramente lógico no habría problema de la inducción.

El principio de inducción tiene que ser un enunciado sintético: esto es, uno cuya negación no sea contradictoria,
sino lógicamente posible. Por qué habría que aceptar semejante principio y de cómo podemos justificar
racionalmente su aceptación.

Es superfluo todo principio de inducción y que lleva forzosamente a incoherencias lógicas.

Hume, aparecen incoherencias cunado se admite el principio de inducción. Si intentamos afirmar que sabemos
por experiencia que es verdadero, reaparecen de nuevo justamente los mismos problemas que motivaron su
introducción.

Kant admitió que el principio de inducción era válido a priori.

Las inferencias inductivas, aun no siendo estrictamente validad, pueden alcanzar cierto grado de seguridad o de
probabilidad. Esta doctrina sostiene que las inferencias inductivas son inferencias probables. El principio de
inducción sirve para decidir sobre la probabilidad: pues no le es dado a la ciencia llegar a la verdad ni a la
falsedad, más los enunciados científicos pueden alcanzar únicamente grados continuos de probabilidad, cuyos
límites superior e inferior, inalcanzables, son la verdad y la falsedad.

Si ha de asignarse cierto grado de probabilidad a los enunciados que se basan en inferencias inductivas, tal
proceder tendrá que justificarse invocando un nuevo principio de inducción, modificado convenientemente, el
cual habrá de justificarse a su vez, etc. No se gana nada si el mismo principio de inducción no se toma como
verdadero, sino como meramente probable.

En resumen, la lógica de la inferencia probable o lógica de la probabilidad, como todas las demás formas de la
lógica inductiva, conduce, bien a una regresión infinita, bien a la doctrina del apriorismo.

La teoría que desarrollaremos en oposición es la del método deductivo de contrastar, una hipótesis pude ser
contrastada empíricamente únicamente después de que ha sido formulada.

Eliminación del psicologismo: el trabajo científico consiste en proponer teorías y en contrastarlas.

La etapa inicial, el acto de concebir o inventar una teoría, no me parece que exija un análisis lógico ni sea
susceptible de él.

El conocimiento científico no se interesa por cuestiones de hecho sino únicamente por cuestiones de justificación
o validez.

Para que un enunciado pueda ser examinado lógicamente de esta forma tienen que habérsenos propuesto antes:
alguien debe haberlo formulado y habérnoslo entregado para su examen lógico.

Distinción entren el proceso de concebir una idea nueva y los métodos y resultados de su examen lógico. Lógica
del conocimiento, supuesto de que consiste pura y exclusivamente en la investigación de los métodos empleados
en las contrastaciones sistemáticas a que debe someterse toda idea nueva antes de que se la pueda sostener
seriamente.

En la medida en que el científico juzga críticamente, modifica o desecha su propia inspiración, podemos
considerar que el análisis metodológico emprendido en esta obra es una especie de reconstrucción racional de los
procesos intelectuales correspondientes. Puede dar un esqueleto lógico del procedimiento de contrastar.

No existe en absoluto, un método lógico de tener nuevas ideas. Ni una reconstrucción lógica de este proceso.
Todo descubrimiento contiene un elemento irracional o una intuición creadora en el sentido de Bergson.

Contrastación deductiva de teorías: el método de contrastar críticamente las teorías y de escogerlas, teniendo en
cuentas los resultados obtenidos en su contraste, procede siempre del modo que indicamos a continuación. Una
vez presentada a título provisional una nueva idea, aun no justificada en absoluto, se extrae conclusiones de ella
por medio de una deducción lógica, estas conclusiones se comparan entre sí y con otros enunciados pertinentes,
con objeto de hallar las relaciones lógicas, que existan entre ellas.

Podemos distinguir cuatro procedimientos de llevar a cabo la contrastación de una teoría. Se encuentra la
comparación lógica de las conclusiones unas con otras: con lo cual se somete a contraste la coherencia interna del
sistema. Después, está el estudio de la forma lógica de la teoría, con objeto de determinar su carácter: si es una
teoría empírica o si por ejemplo es tautológica. En tercer termina, tenemos la comparación con otras teorías, que
tiene por principal mira la de averiguar si la teoría examinada constituiría un adelanto científico en caso de que
sobreviviera a las diferentes contrastaciones a que la sometemos. Y finalmente viene el contrastarla por medio de
la aplicación empírica de las conclusiones que pueden deducirse de ella.

Descubrir hasta qué punto satisfará las nuevas consecuencias de la teoría a los requerimientos de la práctica.

El procedimiento de contrastar resulta ser deductivo. Con ayuda de otros enunciados anteriormente aceptados se
deducen de la teoría a contrastar ciertos enunciados singulares, en especial predicciones que sean fácilmente
contrastables o aplicables. Se eligen entre estos enunciados los que no sean deductibles de la teoría vigente y,
más en particular, los que se encuentren en contradicción con ella. A continuación, tratamos de decidir en lo que
se refiere a estos enunciados deducidos, comparándolos con los resultados de las aplicaciones prácticas y de
experimento. S la decisión es positiva, la teoría a que nos referimos ha pasado con éxito las contrastaciones. No
hemos encontrado razones para desecharla. Pero si la decisión es negativa, esta falsación revela que la teoría de
la que se han deducido lógicamente es también falsa. Una decisión positiva puede apoyar a la teoría examinada
solo temporalmente. Durante el tiempo en que no la deja anticuada otra teoría en la evolución del progreso
científico podemos decir que ha demostrado su temple o que esta corroborada por la experiencia.

El problema dela demarcación: objeciones contra las tesis propuestas: al rechazar el método de la inducción,
privo a la ciencia empírica de lo que parece ser su característica más importante, esto quiere decir que hago
desaparecer las barreras que separan a la ciencia de la especulación metafísica. Mi principal razón para rechazar
la lógica inductiva es precisamente que no proporciona un rasgo discriminador apropiado de carácter empírico,
no metafísico, de un sistema teórico, no proporciona un criterio de demarcación apropiado.

Llamo problema de la demarcación al de encontrar un criterio que nos permita distinguir entre las ciencias
empíricas, por un lado, y los sistemas metafísicos por el otro.

El problema de la demarcación es el más fundamental. La razón principal por la que los epistemólogos con
inclinaciones empiristas tienden a prender su fe en el método de inducción, parece ser la que constituye su
creencia de que este es el único método que puede proporcionar un criterio de demarcación apropiado: esto se
aplica, especialmente, a los empiristas que siguen las banderas del positivismo.

Los antiguos positivistas – conceptos que derivaban de la experiencia, es decir lógicamente reductibles. Los
positivistas modernos son capaces de ver con mayor claridad que la ciencia no es un sistema de conceptos, sino
más bien un sistema de enunciados. Admiten únicamente como científicos enunciados que son reductibles a
enunciado elementales de experiencia. No cabe duda de que el criterio de demarcación implicado de este se
identifica con la lógica inductiva que piden.

El hallazgo de un criterio de demarcación aceptable tiene que ser una tarea crucial de cualquier epistemología
que no acepte la lógica inductiva.

Los positivistas suelen interpretar el problema de la demarcación de un modo naturalista: como si fuese un
problema de la ciencia natural. En lugar de considerar que se encuentran ante la tarea de proponer una
convención apropiada, creen que tienen que descubrir una diferencia, entre la ciencia empírica por una parte y la
metafísica por otra. Tratan constantemente de demostrar que la metafísica por su misma naturaleza no es sino un
parloteo absurdo.

En tal caso la caracterización de la metafísica como un absurdo carente de sentido será trivial. Pues a la metafísica
se la define como normalmente no empírica. Los positivistas creen que pueden decir de la metafísica muchas
otras cosas, además de que sus enunciados no son empíricos.

Los positivistas han intentado decir con mayor claridad lo que significaba con sentido la tentativa conducía al
mismo resultado: a una definición de cláusulas con sentido que simplemente reitera el criterio de demarcación de
su lógica inductiva.

Al llegar al problema de la inducción es donde se derrumba este intento de resolver el problema de la


demarcación: los positivistas en sus ansias de aniquilar la metafísica, aniquilan juntamente con ella la ciencia
natural. Pues tampoco las leyes científicas pueden reducirse lógicamente a enunciados elementales de la
experiencia.

Esto hace ver que el criterio inductivista de demarcación no consigue trazar una línea divisoria entre los sistemas
científicos y los metafísicos, y por qué ha de asignar a unos y otros el mismo estatuto: pues el veredicto del
dogma positivista del sentido es que ambos son sistema de pseudoaserciones sin sentido. Así pues, en lugar de
descartar radicalmente la metafísica de las ciencias empíricas, el positivismo lleva a una invasión del campo
científico por aquella.

Mi criterio de demarcación ha de considerarse como una propuesta para un acuerdo o convención. En cuanto a si
tal convención es apropiada o no lo es, las opiniones pueden diferir, más solo es posible una discusión razonable
de estas cuestiones entre partes que tienen cierta finalidad común a la vista. La elección de tal finalidad tiene que
ser, un objeto de una decisión que vaya más allá de toda argumentación racional.
La primera tarea de la lógica del conocimiento es proponer un concepto de ciencia empírica con objeto de llegar a
un uso lingüístico, lo más definido posible y a fin de trazar una línea de demarcación clara entra la ciencia y las
ideas metafísicas.

La experiencia como método: la tarea de formular una definición hace

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