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Inmunohematología

INTRODUCCIÓN
La inmunohematología estudia las reacciones inmunológicas de los antígenos
de la membrana de las células sanguíneas. Las pruebas inmunohematológicas
se utilizan en los laboratorios clínicos para tipificar los grupos sanguíneos y
estudiar las compatibilidades sanguíneas para las transfusiones. En este capí-
tulo se presentan las principales características de los grupos sanguíneos y las
principales técnicas que se emplean en los bancos de sangre para tipificar los
grupos sanguíneos.

GRUPOS SANGUÍNEOS
La membrana de los eritrocitos tiene moléculas de carácter antigénico, de las
que se conocen cerca de 700. Estos antígenos no se encuentran sólo en los eri-
trocitos, ya que se han observado también en todas las células del organismo,
con excepción de las del sistema nervioso central, y, en forma soluble, en líqui-
dos biológicos como el suero, la saliva y la orina. Se han estudiado principal-
mente en los eritrocitos debido a su importancia en las transfusiones de sangre.
Estos antígenos y sus anticuerpos reciben el nombre de grupos sanguíneos. En
la actualidad, se conocen 30 sistemas de estos grupos (tabla 24-1).
Los antígenos de los grupos sanguíneos son glucoproteínas o glucolípidos.
La disposición de los azúcares y, particularmente, la del azúcar terminal de la
cadena del hidrato de carbono, especifica la identidad del antígeno.
Los anticuerpos frente a los antígenos de los grupos sanguíneos son de las
clases IgG e IgM y, muy pocas veces, de la clase IgA. Los anticuerpos de los
grupos sanguíneos pueden ser aloanticuerpos, que reaccionan con un antígeno
ajeno no presente en los eritrocitos propios, y autoanticuerpos, que reaccionan
con un antígeno de las células propias y con el mismo antígeno de las células
de otras personas. Algunos aloanticuerpos contra los antígenos eritrocitarios
se denominan naturales, esto es, se desconoce el estímulo antigénico. Los anti-
cuerpos naturales aparecen en el plasma de las personas que carecen del
correspondiente antígeno, como en el sistema ABO.
El conjunto de genes que codifica los antígenos de los grupos sanguíneos
que hereda una persona, independientemente de que se expresen o no, forman
el genotipo, mientras que los antígenos que se expresan constituyen el fenoti-
po, por lo que este sólo puede reflejar parte del genotipo. El fenotipo se puede
determinar estudiando los eritrocitos de la persona mediante anticuerpos ade-
cuados, mientras que el genotipo sólo puede determinarse con estudios gené-
ticos o con estudios familiares. A continuación se describen los principales
sistemas de grupos sanguíneos.

SISTEMA ABO

El sistema ABO es el más importante por lo que se refiere a las transfusiones y


a los trasplantes de órganos, y fue el primero descrito por Landsteiner en 1900.
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
TABLA 24-1 Sistemas de grupos sanguíneos

N.º ISBT Grupo sanguíneo Nombre del producto del gen

01 ABO N-acetilgalactosaminil transferasa


02 MNS Glucoforina A, Glucoforina B
03 P Antígeno P1
04 Rh Proteína RhD, proteína RhCE
05 Lutheran Glucoproteína Lutheran
06 Kell Glucoproteína Kell
07 Lewis α-3,4-L-fucosil transferasa
08 Duffy Glucoproteína Fy
09 Kidd Transportador de urea
10 Diego Intercambiador aniónico 1
11 Yt Acetilcolinesterasa
12 Xg Glucoproteína Xg
13 Scianna Glucoproteína Sc
14 Dombrock ADP-ribosil transferasa
15 Colton Acuaporina 1
16 Landsteiner-Wiener Glucoproteína LW
17 Chido/Rodgers Glucoproteína del complemento
18 Hh α-2-L-fucosil transferasa
19 Kx Glucoproteína Kx
20 Gerbich Glucoforina C y glucoforina D
21 Cromer CD55
22 Knops CD35
23 Indian CD44
24 Ok CD147
25 Raph Glucoproteína transmembrana
26 John Milton Hagan Semaforina CD 108
27 I β, 1-6-N-acetilglucosaminil transferasa
28 Globósido Antígeno P
29 GIL Acuaporina 3
30 RHAG Rh-glucoproteína

Está formado por dos antígenos, llamados A y B, que dan lugar a cuatro gru-
pos sanguíneos: A, B, AB y O. El grupo sanguíneo ABO es determinado gené-
ticamente por la herencia de un gen o genes que codifican la producción de
glicosil transferasas, concretamente la N-acetilgalactosaminil transferasa y la
D-galactosil transferasa. Estas enzimas añaden hexosas específicas a cadenas
de oligosacáridos presentes en la membrana de los eritrocitos.
Los antígenos ABO se forman en una serie de reacciones enzimáticas. La
primera reacción es la adición de fucosa a las cadenas de oligosacáridos sobre
la membrana de los eritrocitos por acción de la fucosil transferasa producida
por el gen H, lo cual crea la estructura del antígeno H. La transferasa del grupo
A (N-acetilgalactosaminil transferasa) añade N-acetilgalactosamina y se forma
el antígeno A, y la transferasa del grupo B (D-galactosil transferasa) añade D-
galactosa y produce el antígeno B. La acción de ambas enzimas produce los
dos antígenos y se crea el grupo AB. El fenotipo A puede dividirse en dos
subgrupos: aproximadamente el 80% de las personas del grupo A tienen el
fenotipo A1, y el 20%, el fenotipo A2.
Los anticuerpos del sistema ABO son potentes y se producen de forma natu-
ral en las personas inmunocompetentes. La estructura de los antígenos A y B
sobre la membrana de los eritrocitos es semejante a las estructuras de los antí-
genos bacterianos, y parece que son estos los que estimulan la producción de
los anticuerpos naturales del sistema ABO. Además, se producen tras la expo-
sición a los eritrocitos ajenos. Las personas que carecen del antígeno A produ-
cen anti-A, y las que carecen del antígeno B, anti-B. Por su parte, las personas
del grupo O que carecen de los antígenos A y B producen anti-A y anti-B, y
las del grupo AB no producen ninguno.

SISTEMA RHESUS

El sistema Rhesus (Rh) es el sistema de grupos sanguíneos más importante


después del ABO. Está compuesto por unos 50 antígenos diferentes, cinco de
los cuales (D, C, E, c y e) tienen una importancia especial. De cada progenitor
se heredan tres genes situados muy próximos. Los alelos más comunes son D
y d, C y c, y E y e. La presencia o la ausencia del antígeno D es la que determi-
na si una persona tiene Rh positivo o negativo. El 85% de las personas de raza
blanca expresan el antígeno D y se les denomina Rh positivos.
A diferencia de los antígenos del sistema ABO, no existen anticuerpos natu-
rales frente a los antígenos del sistema Rh. Los anticuerpos anti-Rh surgen por
la inmunización de las personas Rh negativas, bien inyectando sangre Rh posi-
tiva o bien por el traumatismo del parto.

OTROS SISTEMAS

Los otros sistemas de grupos sanguíneos y sus antígenos tienen importancia


cuando aparecen anticuerpos y se necesita una transfusión, o cuando se pre-
senta una enfermedad hemolítica del recién nacido.

ESPECÍMENES PARA LAS PRUEBAS


INMUNOHEMATOLÓGICAS
Los especímenes que se utilizan para las pruebas inmunohematológicas son
los eritrocitos y el suero. Los eritrocitos se obtienen de sangre reciente extraída
usando oxalato o citrato como anticoagulante. Los eritrocitos se utilizan direc-
tamente, o bien se preparan suspensiones de células al 3-5% en suero salino o
en albúmina, según las pruebas a realizar. El suero que se utiliza para determi-
nar anticuerpos ha de obtenerse, como mucho, 24 h antes, y almacenarse a 4 °C
para que no se degraden los componentes del sistema del complemento.

REACCIONES DE AGLUTINACIÓN
EN INMUNOHEMATOLOGÍA
Las técnicas inmunohematológicas utilizadas en los laboratorios de los bancos
de sangre se basan en reacciones de aglutinación. Esta se produce cuando el
anticuerpo se une a varios eritrocitos. Para que tenga lugar la aglutinación,
deben vencerse las fuerzas de repulsión que mantienen separados los eritroci-
tos. La ausencia de aglutinación de estos en condiciones normales se ha expli-
cado por el potencial zeta. La superficie de los eritrocitos tiene carga negativa
debido a las moléculas de ácido siálico de la membrana. En suspensión en
soluciones iónicas, los eritrocitos están rodeados de cationes que forman una
nube que produce la repulsión entre las células. Las circunstancias que favore-
cen la reducción del potencial zeta hacen que se acerquen los eritrocitos y se
facilite su aglutinación.
Los principales factores que favorecen la aglutinación son el potencial ióni-
co del medio, la presencia de albúmina, el tratamiento enzimático de los eri-
trocitos, la temperatura, la densidad del antígeno y la agrupación y la movili-
dad de estos.
Las reacciones de aglutinación inmunohematológicas pueden realizarse en
placa o en tubo. Las pruebas en placa poseen la ventaja de que puede obser-
varse la velocidad a que se produce la reacción de aglutinación, lo que propor-
ciona una indicación de la avidez de los reaccionantes; por otro lado, tienen el
inconveniente de que no permiten apreciar bien la aparición de la hemólisis.
En cambio, en las pruebas en tubo se aprecian más fácilmente esta y la agluti-
nación, pero no permiten observar bien la avidez de la reacción.
Las pruebas de aglutinación pueden hacerse en un medio salino o en un
medio albuminoso. En uno salino la aglutinación se realiza a temperatura
ambiente, y en uno albuminoso, a 37 °C. La elección de un tipo u otro depen-
derá de la determinación y de los laboratorios. La concentración de albúmina
suele ser del 20 al 30%.

TIPIFICACIÓN DEL GRUPO ABO


El grupo sanguíneo ABO puede determinarse a través de pruebas directas o
hemáticas, e inversas o séricas. En las directas se enfrentan los eritrocitos obje-
to de tipificación con antisueros o anticuerpos monoclonales de especificidad
conocida, mientras que en las inversas se enfrenta el suero con eritrocitos de
los grupos A, B y O conocidos. Los eritrocitos O se utilizan como control
de anticuerpos irregulares.
Hoy en día, la mayoría de las casas comerciales venden anticuerpos mono-
clonales de ratón o humanos. Los reactivos monoclonales poseen varias ven-
tajas sobre los antisueros, ya que son más fáciles de fabricar y más baratos, más
potentes y específicos, y contienen menos anticuerpos contaminantes que pue-
dan interferir.

MÉTODOS TRADICIONALES

La determinación del grupo ABO con las pruebas directas se ha realizado tradi-
cionalmente en placa o en tubo. En la técnica en placa, se coloca sobre ella una
gota de anticuerpo anti-A y otra de anticuerpo anti-B. A cada gota se le añade
otra de los eritrocitos en una suspensión al 3-5% en suero salino y se mezclan
con un palillo de madera. Se hace rotar la placa durante unos segundos y se
observa la aparición de aglutinación. El grupo corresponderá al del anticuerpo
con el que se obtenga aglutinación, y cuando esta se produzca con ambos anti-
cuerpos, el grupo será AB. Si no se obtiene la aglutinación con los dos anticuer-
pos, se realiza una prueba con un anticuerpo anti-AB, para detectar las varian-
tes débiles de A y B.
En la técnica en tubo, se colocan unas gotas de los sueros anti-A y anti-B en
dos tubos y se añade la suspensión de los eritrocitos en suero salino al 5%. Se
agita bien, se centrifuga a 1.000 rpm durante 2 min, se desprenden suavemente
los eritrocitos concentrados y se observa la presencia de aglutinación y hemóli-
sis. La interpretación de los resultados es similar a la de la prueba en placa.
Las pruebas inversas para tipificar el grupo ABO se realizan en tubo. Para ello
se colocan dos gotas del suero que se quiera tipificar en dos tubos, a los que se
añaden dos gotas de eritrocitos A al 5% en suero salino y dos de eritrocitos B
al 5% también en suero salino. Se mezcla bien, se centrifuga 2 min a 1.000 rpm,
se desprenden suavemente los eritrocitos concentrados y se observa la apari-
ción de aglutinación y hemólisis, que se produce por la actuación del comple-
mento.

DISCREPANCIAS

Cuando se obtengan resultados discrepantes entre las pruebas hemáticas y las


séricas, habrá que averiguar la causa. Las más frecuentes se deben a la presen-
cia de anticuerpos irregulares, de autoanticuerpos, variantes débiles de A o B,
y a la hipogammaglobulinemia. En los niños menores de 6 meses, sólo deben
utilizarse las pruebas hemáticas, ya que a esas edades aún no están del todo
desarrollados los anticuerpos anti-A y anti-B.
Los extractos de las semillas de Dolichos biflorus reaccionan enérgicamente
con los eritrocitos A1 y A1B y, en cambio, o no reaccionan o lo hacen débilmen-
te con los eritrocitos de los subgrupos A2, A2B, B y O. Estos extractos, debida-
mente estabilizados, son útiles como reactivos para clasificar los subgrupos A
y AB.
Por otro lado, hay extractos derivados de las semillas de Ulex europaeus que
aglutinan los eritrocitos humanos que contienen la sustancia H. Los eritrocitos
del grupo O y los de los subgrupos A2 y A2B son aglutinados con mayor ener-
gía que los eritrocitos A1, A1B y B. Incluso, algunos de estos últimos no se
aglutina. Por otra parte, la aglutinación de los eritrocitos del grupo O se inhibe
por la adición de saliva humana de una persona del grupo O que sea secretora.
El extracto de Ulex es útil para demostrar que hay sustancia H en la saliva y la
condición de secretor.

TIPIFICACIÓN DEL GRUPO RH


A todos los donantes de sangre debe hacérseles el antígeno D (Rh o). Y a los
negativos, debe hacérseles el fenotipo D débil (Du). Si cualquiera de los dos es
positivo, la sangre es Rh positiva.
Se dispone de varios tipos de antisueros para detectar los antígenos Rh.
Entre ellos, hay algunos que contienen aditivos proteínicos de gran peso mole-
cular, suero IgG modificado químicamente en que las moléculas de anticuerpo
se han tratado con un reactivo reductor, antisueros salinos reactivos prepara-
dos a partir de anticuerpos IgM humanos y, desde hace menos tiempo, reacti-
vos monoclonales o monoclonales/policlonales.
La tipificación del antígeno D se lleva a cabo a temperatura ambiente utili-
zando una gota de una suspensión de eritrocitos al 3-5% y una gota del anti-D.
La prueba puede hacerse en placa o en tubo. Si se hace en placa, se mezclan
bien las dos gotas con un palillo y se observa la presencia de aglutinación.
Cuando se haga en tubo, se centrifugará 1 min a 1.000 rpm y se observará la
aglutinación. Si se necesita la prueba del D débil, los eritrocitos se analizarán
mediante la técnica de antiglobulina indirecta, con un anti-D que deberá con-
tener un componente IgG.

MÉTODOS EN GEL Y EN MICROPLACA


Para los métodos en gel se emplean casetes o tarjetas con sistemas de filtra-
ción, bien en gel o en esferas de vidrio. El método se basa en la capacidad
del gel o de las esferas de vidrio para retener los eritrocitos aglutinados y
permitir el paso de los que no hayan aglutinado. Las tarjetas o casetes suelen
tener seis columnas, cada una con un antisuero o anticuerpo monoclonal
específico. Existen diversas tarjetas con diferentes combinaciones. Hay tar-
jetas o casetes que determinan el grupo hemático y otras que determinan el
sérico.
Para realizar la prueba directa se añade una suspensión de eritrocitos al 0,8%
sobre las columnas del casete o tarjeta. Esta se lleva a una centrífuga especial-
mente diseñada y se centrifuga entre 5 y 10 min. Tras centrifugar se observan
las columnas. Si la suspensión de eritrocitos ha atravesado la columna, la prue-
ba es negativa; si existe aglutinación, los eritrocitos aglutinados quedarán atra-
pados en el gel y no pasarán la columna.
La técnica en microplaca puede emplearse para determinar el grupo hemático
y el sérico. Se usan microplacas de 96 pocillos con un volumen de 200 a 300 μl,
en ocho filas horizontales y 12 verticales. Suelen utilizarse microplacas rígidas
con fondo en forma de U, lo que permite leer tanto de forma visual como con
lectores automáticos. Para cada tipado se emplea una fila horizontal de la pla-
ca con ocho pocillos (A-H). Para el grupo hemático se depositan 30 μl de solu-
ción salina en los pocillos A-E y 1 μl del concentrado de eritrocitos. A continuación
se añaden los anticuerpos correspondientes a cada pocillo: anti-A, anti-B, anti-
AB, anti-D y control anti-D. Para el grupo sérico se añaden 50 μl de suero en
los pocillos F-H y 30 μl de una suspensión de eritrocitos A en el pocillo F, así
como 30 μl de una suspensión de eritrocitos B en el pocillo G y una suspensión
de eritrocitos O en el pocillo H. Se centrifuga durante 30 s a 400 g. Luego se
agita hasta resuspender el botón de eritrocitos de los controles (control anti-D
y eritrocitos O) y se leen las placas de forma visual o con lectores automá-
ticos.

PRUEBAS DE ANTIGLOBULINA
Las pruebas de antiglobulina o pruebas de Coombs se emplean para detectar
las inmunoglobulinas o los componentes del complemento que se han unido
a la membrana de los eritrocitos. Estas pruebas utilizan un suero antiglobulina
humana policlonal y poliespecífico, que producen animales hiperinmunizados
con inmunoglobulina o complemento purificados para producir anticuerpos
IgG de gran avidez y concentración.
Existen dos tipos de pruebas de antiglobulina: las directas y las indirectas.
Las pruebas directas se emplean para detectar los anticuerpos o los componen-
tes del complemento que, in vivo, se han unido a la membrana de los eritroci-
tos, mientras que las pruebas indirectas se emplean para detectar los anticuer-
pos o los componentes del complemento que se han unido in vitro a la
membrana de los eritrocitos.
Las pruebas de antiglobulina directas pueden realizarse en tubo o en placa.
Para la prueba en tubo se prepara una suspensión de eritrocitos bien lavados,
aproximadamente al 2% en suero salino. Se coloca una gota de suero antiglo-
bulina humana en un tubo pequeño y se añade la suspensión de eritrocitos
lavados al 2%. Después se centrifuga 1 min a 1.000 rpm, se agita el tubo suave-
mente para suspender el concentrado celular y se observa la presencia de aglu-
tinación, que indicará la existencia de anticuerpos IgG fijados a los eritrocitos.
Para la prueba en placa se coloca una pequeña gota de suero antiglobulina
humana en un portaobjetos y, próxima, otra gota de una suspensión al 40-50%
de eritrocitos lavados. Se mezclan las dos gotas con un palillo y se extiende
sobre un área de unos 2 cm de diámetro. A continuación se deposita el portaob-
jetos sobre una luz y se observa unos 2 min mientras se hace oscilar suavemen-
te sin aplicar calor. La aglutinación señalará una prueba positiva.
Las pruebas de antiglobulina indirectas se realizan en tubo, de la forma que se
describe ahora. Se incuba el suero y una suspensión de eritrocitos al 55% a
37 °C durante 60 min, se centrifuga y se obtienen los eritrocitos. Acto seguido,
se coloca en un tubo una gota de suero antiglobulina humana y se añade una
gota de los eritrocitos incubados al 2%. A continuación, se agita el tubo para
mezclar el contenido y se centrifuga durante 1 min a 1.000 rpm. Tras centrifu-
gar, se agita suavemente el tubo y se observa si hay aglutinación, que indicará
la existencia en el suero de anticuerpos que se habrán unido a los eritrocitos
durante la incubación.
Hay tarjetas y casetes comercializados para realizar la determinación de las
pruebas de antiglobulina o de Coombs.
Las pruebas de antiglobulina directas se utilizan para diagnosticar la enfer-
medad hemolítica en el recién nacido y las anemias hemolíticas autoinmunita-
rias, y para investigar las reacciones hemolíticas postransfusionales. Las prue-
bas indirectas se emplean para detectar anticuerpos irregulares y las
incompatibilidades en las pruebas cruzadas.

DETECCIÓN DE ANTICUERPOS IRREGULARES


Los anticuerpos irregulares son los que se dirigen frente a los antígenos de los
eritrocitos diferentes a los del grupo sanguíneo ABO. Para detectar estos anti-
cuerpos se utilizan eritrocitos del grupo O, cuya composición antigénica se
conoce y que se han seleccionado cuidadosamente para conseguir el mayor
número posible de antígenos eritrocitarios. Para realizar estas pruebas pueden
adquirirse eritrocitos con su correspondiente composición antigénica.

TITULACIÓN DE ANTICUERPOS
A veces hace falta conocer la fuerza de un anticuerpo en un suero, y para ello
hay que titularlo. La titulación se realiza con diluciones progresivas del sue-
ro, que se hacen reaccionar frente a una cantidad constante de eritrocitos
portadores del antígeno que corresponda al anticuerpo que quiere titularse.
El título es la inversa de la dilución máxima a la que se produce la aglutina-
ción por lo que, cuanto mayor sea el título, mayor será la concentración del
anticuerpo.

PRUEBAS DE COMPATIBILIDAD
La compatibilidad o análisis previo a la transfusión implica el cruce de un
donante de sangre seleccionado con un grupo ABO y Rh determinado con
un paciente que necesita una transfusión. El donante de sangre seleccionado
se considera compatible si no hay una reacción observable en las pruebas de
compatibilidad entre la sangre del donante y la sangre del paciente. Puede
hacerse la suposición de que cuando se transfunda la sangre sobrevivirá nor-
malmente en el receptor.
Las pruebas cruzadas son un proceso relativamente sencillo, pero si no se
hacen correctamente pueden conducir a la transfusión de sangre errónea con
posibles consecuencias desastrosas. Se realizan una prueba cruzada mayor
para detectar la presencia de anticuerpos en el suero del receptor que reaccio-
nen frente a los eritrocitos del donante y una prueba cruzada menor para
determinar la presencia en el suero del donante de anticuerpos dirigidos fren-
te a los eritrocitos del receptor.

PRUEBA CRUZADA MAYOR

Implica el análisis del suero/plasma del posible receptor con los eritrocitos de
cada unidad de sangre seleccionada para la transfusión. Si la prueba cruzada
es positiva, lo que significa la reacción entre los eritrocitos del donante y los
anticuerpos del receptor, la donación es incompatible.
Se realiza una prueba en medio salino y una prueba de antiglobulina
indirecta. Para realizar la prueba en medio salino se colocan dos gotas del
suero del paciente en un tubo y se añade una gota de una suspensión al 2%
en solución salina de los eritrocitos del donante. Se agita muy bien y se deja
en reposo a temperatura ambiente entre 3 y 5 min. Después se centrifuga
durante 1 min a 1.000 rpm y se observa la presencia de aglutinación o hemó-
lisis.

PRUEBA CRUZADA MENOR


Implica el análisis de los eritrocitos del posible receptor con el plasma de cada
unidad seleccionada para la transfusión. No suele realizarse a no ser que se
investigue una reacción adversa a la transfusión de sangre entera o productos
plasmáticos o determinar si el plasma del donante contiene anticuerpos diri-
gidos frente a un antígeno de los eritrocitos del paciente.

PRUEBA CRUZADA ELECTRÓNICA

Se emplea un programa de ordenador para guiar el proceso de análisis de los


aspectos críticos de las pruebas de compatibilidad, incluidos la identificación
del paciente, la compatibilidad de los grupos sanguíneos del receptor con las
unidades seleccionadas para la transfusión y la historia de transfusión.

SISTEMAS AUTOMÁTICOS PARA EL BANCO DE SANGRE


La automatización ha entrado más lentamente en los bancos de sangre que en
otras áreas del laboratorio clínico. La automatización de los laboratorios de los
bancos de sangre incrementa la seguridad de sus procesos analíticos al elimi-
nar la variabilidad típica de los métodos manuales realizados por diferentes
personas. Otra razón importante es la mejora de la eficacia del proceso de
análisis. Para esto, el analizador debe tener la capacidad de procesar las mues-
tras, tanto de forma individual como en grandes cantidades de especímenes,
sin que se afecte de forma significativa el tiempo de proceso. Finalmente, la
automatización puede reducir los costes del laboratorio. En la actualidad exis-
ten en el mercado varias plataformas totalmente automáticas que utilizan los
métodos en gel o las microplacas. Los instrumentos actualmente disponibles
realizan el tipado ABO y Rh, el cribado de anticuerpos, la identificación de
anticuerpos, el tipado de antígenos, la reconfirmación ABO/D de donantes y
las pruebas directas de antiglobulina.
DiaMed tiene el sistema Classic Plus ID-GelStation, que utiliza la prueba en
gel para la tipificación del grupo sanguíneo y la prueba de detección de anti-
cuerpos, y el sistema Techno TwinStation, que emplea una combinación de
automatización total para las tarjetas ID-Gel y la semiautomatización para las
microplacas.
Los sistemas Galileo y Galileo Echo de Immucor utilizan una combinación
de la tecnología clásica en microplaca para tipificar el grupo sanguíneo y la
tecnología en fase sólida para las pruebas de detección de anticuerpos.
La compañía Biotest tiene el sistema Tango Optimo que utiliza microplacas
recubiertas con antisuero monoclonal seco para el grupo sanguíneo. Las prue-
bas de detección de anticuerpos se realizan en pocillos recubiertos de la pro-
teína A que captura los eritrocitos sensibilizados por adherencia tras la adición
de antiglobulina humana.
El sistema QWalys de Diagast emplea la tecnología de eritrocitos magneti-
zados que elimina la necesidad de centrifugación. Se utiliza tanto para el gru-
po sanguíneo como para la prueba de detección de anticuerpos.
El sistema AutoVue de Ortho emplea la aglutinación en columna con una
matriz de bolas de vidrio para el grupo sanguíneo y la detección de anticuer-
pos. Este sistema permite acortar los tiempos de centrifugación.

TIPIFICACIÓN DE LOS GRUPOS SANGUÍNEOS


POR MÉTODOS MOLECULARES
La asociación de la mayoría de los antígenos de los eritrocitos con polimorfis-
mos de un único nucleótido proporciona la base para determinar la expresión
de los antígenos de los grupos sanguíneos a nivel del ADN. La inmunohema-
tología molecular no sólo reduce la necesidad de reactivos serológicos cada
vez más raros, sino que también permite la determinación fiable de un genoti-
po y, por lo tanto, del fenotipo del antígeno en situaciones que son difíciles de
resolver mediante métodos serológicos, especialmente cuando los anticuerpos
de que se dispone reaccionan débilmente. Estas aplicaciones del análisis de
ADN incluyen la determinación de antígenos que se expresan débilmente o
están alterados, el análisis de los pacientes en diversas situaciones, como con
tratamientos de quimioterapia, la anemia hemolítica autoinmunitaria y la
transfusión, y la identificación de fetos con riesgo de enfermedad hemolítica
del recién nacido.

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