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La construcción de la historia

del mundo del trabajo en Colombia

NOMBRE: Juana Valentina Contreras Seña


CÓDIGO: 2118327

CAPÍTULO 1

Se aborda la evolución de la filosofía de la historia a lo largo del tiempo, destacando


algunos precedentes y conceptos que se han desarrollado en torno a la noción de
historia. José Ortega y Gasset señala que hasta el siglo XVIII, la historia se concibe
principalmente como narración, contando la vida humana contemporánea o pasada
de manera similar a cómo se narra la propia vida. Sin embargo, durante la
Ilustración europea del siglo XVIII, se produjo una reacción contra esta
interpretación mecánica, y se empezó a entender la vida humana como una realidad
compleja. A raíz de esto José Ortega identifica tres raíces de la historia científica: la
primera en el mundo griego, la segunda en el racionalismo clásico desde San
Agustín hasta Hegel, y la tercera en el racionalismo realista que llega hasta el siglo
XX. La construcción histórica en los primeros tiempos se basó en elementos míticos
religiosos, pero la historia documental de Grecia y Roma desempeñó un papel
crucial al permitir que las personas comprendieran los eventos históricos en relación
con su comunidad.

Para el surgimiento de la filosofía de la historia, se destaca la necesidad de una idea


previa de tiempo continuo y lineal, concepto que encuentra sus antecedentes más
cercanos en el cristianismo. El pensamiento histórico de San Agustín, como se
evidencia en su obra "La Ciudad de Dios", refleja la conexión entre la verdad
histórica y las realidades místicas sobrenaturales, como la divina providencia y la
lucha metafísica entre los ejércitos de Dios y Satanás. La comprensión del curso de
la historia se plantea como un símbolo de situaciones religioso-trascendentales.

CAPÍTULO 2

La perspectiva adoptada es que la historia se interpreta exclusivamente en relación


con el presente y se denomina como tal porque evidencia la inclinación intrínseca de
la razón a prevalecer sobre las fuerzas contrapuestas del fanatismo y la barbarie.
Dentro de este marco, se desarrollan elementos cada vez más sofisticados que, a
través de conquistas sucesivas y procesos mecánicos, han contribuido a la
complejidad actual del pensamiento humano. Cada fase de este proceso, desde las
comunidades pastoriles iniciales hasta los avances agrícolas, los descubrimientos
de la escritura y las ciencias, la invención de la imprenta, y finalmente, el periodo en
que la filosofía, liberada de la autoridad, otorga a la razón su dominio completo, se
destaca como un capítulo distintivo en esta evolución.
La obra de Voltaire, se encuentra siempre presente una construcción filosófica que
refleja su tiempo. Se puede afirmar que en todos los escritos de este autor se
evidencia la concepción de la historia como un tiempo lineal, y al mismo tiempo, se
incorpora el racionalismo francés de la Ilustración en la exploración de la verdad y la
promoción de la tolerancia. En consecuencia, se llevará a cabo un análisis de
algunas de las obras de Voltaire que están directamente relacionadas con sus
planteamientos histórico-filosóficos.

En el contexto histórico, las costumbres se perciben como un elemento


fundamental, actuando como el punto de origen de la civilización al interactuar con
el desarrollo tecnológico, la organización laboral y el crecimiento económico. En las
Lecciones sobre la filosofía de la historia, se concluye que esta disciplina está
estrechamente relacionada con la filosofía del derecho, que presenta la verdadera
realización de la idea de Estado. Se argumenta que la acción no se limita a un
Estado específico, sino que se inscribe en la idea de la razón universal del espíritu
objetivo, la cual debe buscarse en el proceso histórico de la humanidad. Cuando los
individuos proponen metas universales, la filosofía de la historia se considera como
el pensamiento que guía el mundo, reconociendo los hechos históricos como
formas necesarias del desarrollo del espíritu universal. En última instancia, la
filosofía de la historia se define como la reflexión pensante sobre la historia, ya que
el ser humano es esencialmente un ser pensante y no simplemente una
consecuencia de motivos.

CAPÍTULO 3

La historia social como la intersección entre la historia y las ciencias sociales,


subrayando la necesidad de abordar la historia no solo desde una perspectiva
sociológica o económica, sino también desde un punto de vista lingüístico. Esta
fusión no implica la absorción de las ciencias sociales por parte de la historia, ya
que ambas disciplinas tienen como objeto de estudio la sociedad cultural en
diversas manifestaciones. En 1821, Von Humboldt presentó un artículo en la
Academia Prusiana de las Ciencias que elogió la importancia de Leopold por haber
establecido una nueva metodología para el estudio y análisis de documentos. En
esta metodología, el historiador, a través de los documentos, está obligado a
exponer los hechos ocurridos. La idea de igualdad tiene su origen en la fase vegetal
de nuestra existencia, justificada por la inmovilidad constante de las plantas.
Posteriormente, esta ilusión de igualdad pudo dar lugar al concepto de número.
Nietzsche sostiene que el principio de sustancia surgió debido a que los primeros
organismos, con sus débiles ojos, percibían lo mismo en todo. De manera similar, la
idea de libertad se formó a partir de esta percepción. En otros aforismos, Nietzsche
relaciona el surgimiento de la metafísica con el malentendido del sueño, que llevó a
la creencia, en épocas primitivas, de vivir en un segundo mundo mientras se dormía,
fuera de la realidad. Aunque Nietzsche reconoce los posibles beneficios de una
filosofía liberada de la metafísica, también es consciente de que la eliminación de
esta última podría suprimir la motivación para crear obras grandiosas y duraderas,
ya que considera el mundo como un profundo y maravilloso error.

El historicismo tiene como base el concepto central de "pueblo", que se presenta en


dos dimensiones: como un concepto natural y un concepto histórico. En su aspecto
natural, el pueblo se entiende como una comunidad unida por lazos de sangre, una
entidad espiritual que existe previamente a los individuos y que representa un
organismo superior a ellos. La relevancia de esta noción radica en que todas las
manifestaciones culturales, como el derecho, el lenguaje, las costumbres y la
religión, están relacionadas con la realidad histórica de un pueblo específico.

CAPÍTULO 4

La metodología de la investigación en la ciencia jurídica se basa en criterios que


comparten aspectos con la metodología de la interpretación de la norma. En el
ámbito de la investigación, esta metodología está conectada con el ámbito de la
investigación y las ciencias sociales, junto con sus métodos y técnicas. En cambio,
al hablar de la metodología de la interpretación en la ciencia jurídica, nos referimos
principalmente a la norma, que puede ser abordada mediante diversos métodos,
como el exegético, histórico, sociológico o positivo, comparativo y deductivo e
inductivo. Estos métodos se centran en el estudio de la norma. Después de
establecer la metodología de la investigación en la ciencia jurídica, es crucial
construir su objeto, no desde la perspectiva de la ciencia jurídica positiva, sino
mediante una lectura que se acerque a la realidad social y la analice desde una
perspectiva multidisciplinaria.

Entre los siglos XV y XVIII, surge una nueva conceptualización del trabajo,
contrapuesta a la visión cristiana medieval que exigía acumular méritos terrenales
para obtener recompensas celestiales y que no consideraba al trabajo como una
actividad honorable. Este concepto evoluciona con las ideas mercantilistas que ven
el comercio exterior y el trabajo artesanal como fuentes de riqueza. Posteriormente,
el estudio del trabajo se aborda de manera científica, con los fisiócratas situando la
fuente de la riqueza social en la producción material, y Adam Smith, de la escuela
clásica, contribuyendo al destacar que el valor se genera mediante el trabajo
aplicado a la producción. No obstante, Karl Marx señala que, en realidad, el obrero
vende su fuerza de trabajo y no el trabajo en sí. En el siglo XIX, la valoración del
trabajo sufre una transformación significativa, llegando a ser considerado como el
modelo de actividad creadora.

En el siglo XXI, la historia del derecho se dirige hacia un análisis más profundo que
abarca perspectivas sociológicas, económicas y de otras disciplinas. Este enfoque
refleja el interés por comprender los impactos sociales generados por el derecho a
lo largo del tiempo. La historia del derecho no puede limitarse a examinar normas y
doctrinas de manera aislada; según la Escuela Histórica del Derecho, es esencial
que la historia nos revele el derecho surgido en condiciones específicas de su
tiempo, al cual se adapta sin establecer relaciones con ciencias que sostienen
verdades binarias o absolutas. En última instancia, el derecho es un resultado de
esas condiciones. Para lograr este objetivo, es crucial analizar el discurso de la
norma y su evolución desde el sujeto que genera dicho discurso.

CAPÍTULO 5

La historia del derecho laboral o del mundo del trabajo, denominado "Arbeitswelt",
desde la perspectiva de la filosofía de la historia implica abordarla considerando los
elementos sociales y culturales de cada sociedad, así como la percepción de la
sociedad sobre el trabajo humano y las normas jurídicas. La pregunta central sobre
el propósito de estudiar la historia del derecho laboral se plantea, destacando la
importancia de comprender y analizar el pasado en términos de pasado, presente y
futuro en el contexto colombiano.

La historia social, en un sentido más amplio, debe ser examinada como una idea
universal, estando intrínsecamente ligada al ser humano y siendo una de las fuentes
más valiosas que no puede prescindir de la colectividad. Para superar la mera
cronología, la historia social requiere la organización de diversos aspectos dentro de
un esquema explicativo. Los estudios histórico-sociales que han intentado ir más
allá de la información a menudo han adoptado una historia binaria que limita y
convierte el mundo histórico en estático. Así, la evolución de la historia, que
inicialmente identificaba hechos en un espacio y tiempo específicos, se ha dirigido
hacia una perspectiva científica generalizadora, influenciada en gran medida por la
decepción respecto a los modelos deterministas y económicos, ya sean marxistas u
otros, que prevalecieron en la posguerra. También se destaca la disminución del
compromiso ideológico de los intelectuales occidentales y la experiencia
contemporánea, que ha demostrado que la acción y la decisión política pueden
moldear la historia, desafiando las expectativas iniciales.

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