Está en la página 1de 8

Primera aparición

Darío en un hombre de 30 años que aparenta más edad por su poca actividad física, muchas
canas y su mirada perdida con muchas ojeras.
Desde la tragedia que lo dejo sin familia se dedica a tomar y trabaja conduciendo un
autobús a altas horas de la noche hasta la madrugada.
Pasa sus jornadas ignorando a la gente y cumpliendo con su tarea para luego volver a su
solitaria casa.
Un día normal en su jornada laboral en las últimas paradas de su recorrido ve una sombre
de una persona y para por si es una persona que sube a último momento, al parar y abrir la
puerta no hay nadie.
Sigue su camino y un ruido a su espalda lo alerta, una niña con aspecto sucio se abraza las
piernas en el asiento de adelante, lo mira con tristeza y miedo.
Su vestido que parece un pijama blanco con manchas negras y agujeros, descalza con una
trenza mal hecha.
- Y tus padres niña – dice nervioso y mira buscando por donde pudo entrar.
La niña lo mira con sus ojos llenos de ojeras y fríos, llora en silencio y se cubre la cara.
Avisa de su aparición para que la vengan a buscar y sigue su recorrido incómodo.
- Extraño a mi papa – dice en voz baja y lo mira fijamente sin dejar de llorar.
Baja la mirada de nuevo y se cubre la cara.
Al terminar su turno servicios sociales está en la terminal, pero cuando busca a la niña ya no
está y donde está sentada hay una rosa blanca que se guarda en el bolsillo.
Baja y les dice que escapo, vuelve a su casa y al cambiarse ropa se cae la rosa blanca rosa
arrugada y sin algunos pétalos.
la toma en sus manos una lagrima se escapa de sus ojos, mientras toma una cerveza en
sillón coloca con cuidado la rosa en la mesa.
Llora en silencioso mientras toma una cerveza otras otra, toma la foto de su billetera de su
hija y la acaricia.
Segunda aparición.

Al otro día se despierta en el sillón con la misma ropa de Acher, los ojos cansados y con mal
olor por todas las cervezas de Acher que están tiradas en el piso.
Apenas con un abrigo y su billetera sale al trabajo de nuevo, ya en el autobús mira a las
familias y a cada niña que pasa por al lado esperando reconocer a la misteriosa niña.
Cuando está terminando su recorrido sin pensar en la aparición de la niña mira hacia el
fondo del bondi y ve una sombra que se mueve entre los asientos, frena de golpe y al mirar
con más cuidado ve la cabeza de ella asomarse de de asientos del medio.
Lo mira algo asustada y se agarra del asiento dejando ver sus manos manchadas de negro y
sus uñas.
No se atreve a decir nada y vuelve a arrancar el autobús, al rato mira de vuelta y está
sentada en los asientos de adelante con un papel entre sus manos, juega con él y lo mira
con curiosidad.
- La Extraño mucho – dice en voz baja.
Se arazá sus piernas y susurra una canción que le llama la atención y se le humedecen.
- Es de dora ella la canta al final de sus aventuras – le dice la niña.
Cierra los ojos y se le escapan algunas lágrimas, al estacionar el autobús se para y le da el
folleto arrugado luego se va y lo deja solo de nuevo.
Al abrirlo es sobre cáncer y uno que conoce muy bien, rompe en llanto y sale en busca de la
niña, pero ahora está solo en la terminal.
Vuelve a casa arrugando ese papel en su mano, al agarrar una cerveza se le cae de la mano y
arrodillado en el piso lo abre con cuidado.
Llora con fuerza mientras loa arruga y rompe en muchos pedazos, agarra una cerveza y
llorando en silencio en el sillón se la toma despacio.
Recordando las últimas noches que durmió junto a su esposa en el hospital mientras
tomaba tranquilo, Luego de varias cervezas más queda dormido en el sillón rodeado de
botellas.
Tercera aparición

se despertó y ya era tarde para el trabajo, sin preocupación y sin energía solo como esta
sale a paso lento al trabajo.
Tuvo que ir en otro coche y cambiar su horario, respiro profundo pensando que esta vez la
presencia de esa niña extraña.
Paso todo su turno con la mirada perdida hacia el frente ignorando las quejas de los que
usaban el autobús y los gritos.
Al terminar el turno baja la velocidad y va hacia la terminal, una sombra al frente del
autobús o hace frenar y abrir bien los ojos.
Le parece raro que tan tarde en la noche halla alguien en la parada, al abrir la niña sube
tímida agarrándose de su trenza medio desarmada.
La mira con los ojos bien abiertos como se sienta y se arma la trenza muy concentrada
ignorándolo.
Enciende el autobús y la mira de reojo como se desarma y arma la trenza suspirando, tira la
trenza al piso y llora.
- Mi papa me las hacia bien firmes y al otro día tenía rulos – dice mientras llora
tapándose la cara.
Al estacionar en la terminar cuando levanta la colita de pelo ya no está la niña, al ponérsela
en la muñeca sus labios se aprietan y unas lágrimas se escapan.
Es una simple colita de pelo blanca con aspecto usado y sucia con manchas negras que le
trae tantos recuerdos.
Al volver a casa se mira el accesorio en la mano mientras se toma unas cervezas con la vista
fija en él.
Callo dormido en el sillón con los ojos húmedos de llorar.
Cuarta aparición.

Al despertarse sin darle importancia a su aspecto de hace días igual ni tantas latas de
cerveza en el piso sale a trabajar con la misma camisa, con los ojos sin vida y una expresión
seria conduce el transporte público y con torpeza atiende a los que lo toman y los ignora.
Al final de su turno muy tarde baja la velocidad y conduce, cada vez que cierra los ojos se va
durmiendo un poco.
Lo despierta un ruido en el pasillo y al darse vuelta asustado la niña camina hacia el con un
peluche de conejo blanco con manchas negras en la mano.
Se sienta en el piso al lado de él y juega con su peluche, sigue su camino nervioso y la mira a
cada rato.
- Se llama jhoni me lo regalo papa de navidad – dice la niña con nostalgia.

Llora en silencio y abraza a su peluche, al estacionarse la niña ya no está, pero si su


peluche, al mirar su pata dice el nombre de jhoni.
De los nervios se le cae al piso y llora con fuerza, de los nervios se quiere prender un
cigarro, pero se le cae el encendedor en el piso y enciende el peluche.

- No por favor no – dice con desesperación y lo toma en sus manos.

Se quema los dedos y lo suelta en el piso de vuelta, ve como el fuego se extiende y


sale corriendo del autobús.
Al mirar hacia adentro ve a la niña llorar y golpear la puerta del autobús.

- Papi – grita llorando con su camisón blanco mientras el fuego la rodea cada vez más.
Corre hacia el autobús y abre la puerta con fuerza, al entrar está solo y ve el peluche en el
piso, al fondo del autobús la niña llora parada en el fuego.

- Por qué no llegaste a tiempo papa ya es tarde – grita y se desvanece en el fuego.

Se arrodilla y abraza el peluche llorando, al rato no aguanta más y cae al suelo.


Se despierta en una camilla, hay mucho ruido y mucha gente corriendo solo
distinguió las luces de la ambulancia y llora al recordar el episodio del autobús.

- No mi niña ojalá no sea tarde – susurra y se desmalla.


Se despierta y ahora hay mucha luz y está todo blanco, al mirar a su lado ve a su
hermano que se levanta sorprendido.

- Hermano al fin me asuste cuando me mencionaron un incendio – le dice, pero el solo


mira a todos lados de la habitación.
- Jhoni, el peluche – dice con la mirada desorientada.

El hermano lo mira preocupado y se tapa la cara.

- El mismo de su última navidad – dice nostálgico.

Lo mira con insistencia y preocupación

- el peluche por el fuego se ha roto – le dice con tristeza

Se acuesta y mira un punto fijo con la mirada perdida

- Lo perdí en el fuego como a ella – dice en voz baja.

Su hermano lo mira triste y toma su mano.

- Creo que debes venir conmigo mientras te recuperas – le dice y se gira a mirarlo
sorprendido.
- No, quiero estar solo – le responde cortante y con voz ronca.

Se de vuelta y le da la espalda, llora en silencio y ella la puerta de la habitación abrirse y


cerrarse.
Enfrentando el pasado.

Al volver a su departamento metido en cama solo con sus recuerdos de la familia que lo hizo
tan feliz porque el incendio se lo llevo toda esa noche.
Tomo en silencio toda la noche con la mirada en el piso, al despertar tarde mira su celular y
al ver la fecha abre sus ojos.
Hoy hace 4 años se cumple el aniversario de la tragedia que lo persigue, al mirar la hora se
levanta rápido.
Cada aniversario visita la iglesia donde se casó con su esposa y bautizo a su hija, un lugar
especial para su familia.
Con algo de desodorante y una camisa limpia va a la iglesia y el mismo pastor lo espera, al
verlo le sonríe y ofrece un abrazo.

- Querido ya te estabas demorando – le dice y lo abraza del hombro.

Se sienta y junta sus manos para rezar, llora en silencio pidiéndole fuerza para no
rendirse en la lucha por salvar su alma de la tristeza.

- La veo padre, me tortura por no salvarla – dice llorando.

El padre de la iglesia lo consuela, por primera vez en mucho tiempo se abre y habla
de sus penas.

- Hijo mío ten fuerza y lee la biblia como siempre te aconseje – le dice y palmea su
espalda.
- Ten fe en dios como la tuve su esposa hasta su ultimo día, cuando llegue tu
momento ella te espera, pero no le gustaría que desperdicies tu vida – le dice
mientras dario se tapa la cara sin dejar de llorar.

Lo deja solo mientras él no deja de rezar, escucha unos pasos en el banco atrás de él y una
mano presiona su hombro.
- Papa ya me perdiste llegaste muy tarde, me dejaste sola – dice una voz que reconoce
muy bien llorando detrás de él.

La mano en su hombro se va y tiembla de dolor.


- Quizá me perdiste ese día, pero puedes volver a mi sabes que tienes que hacer – dice
en un susurro esa voz.

Al abrir los ojos esta solo en la iglesia, al caminar a la salida en el banco de atrás del
hay un ramo de rosas blancas frescas y decoradas, esas flores eran las favoritas de su
esposa.
Al agarrarlo sabe que debe hacer con él, se dirige al cementerio y camina por ese
sendero que se sabe de memoria hacia sus tumbas.
Una al lado de la otra, la de su hija que solo vivió hasta sus 6 años y la de su esposa.
Al leer sus lapidas dice la de su esposa ‘’gran mujer, madre y hija que el destino
decidió que era el momento de ir con dios’’, la de su hija dice ‘’alma inocente y pura
que una tragedia se la llevo para siempre’’.
Deja caer rosas en cada tumba mientras llora en silencio, al terminar cae de rodillas
al suelo recordando esa última noche.
Su hija dormía tan pacifica que la observo por un rato, luego de muchas noches al
lado de su esposa en una camilla de hospital sin esperanza de vida paso el día con su
hija.
Al bajar las escaleras recibe una llamada, al atender era del hospital comunicándole
que tenían noticias nuevas que tenían que comunicarle.
Sin dar muchos detalles decidió ir hacia al hospital con algo de emoción una nueva
noticia podía ser algo bueno, antes llamo a su cuidadora para pedirle que valla a su
casa a cuidar de su hija un rato.
Nervioso espero a la joven que le ayudaba con su hija y luego se fue.
Al dirigirse al hospital y recibir la peor noticia, su esposa abandono la lucha y la
enfermedad le mato, volvió a casa destrozado imaginando la tristeza de su hija al
saber que no vería más a su madre.
Al llegar vio la peor imagen, su cada totalmente destruida y llena de fuego rodeada
de bomberos.
Corrió y busco algún indicio de su hija o su cuidadora, no las vio por ningún lado
hasta que un bombero se le acerco.
Al hablar con los bomberos la segunda desgracia se le presento, su hija y su cuidadora
habían muerto.
Sin hogar y sin familia solo se alejó del resto de sus seres queridos hasta la actualidad.
Mientras revivía esa tragedia un susurro lo hizo volver a la realidad.

- Papa sabes cómo volver a mí – un susurro claro pero lejano.

Al llegar a su departamento en la tele al prenderla aparece un programa que veía mucho su


hija, dora la exploradora.
Apaga la tele y se tapa la cara.

También podría gustarte